Mendez Et Al 2009
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RESUMEN
Palabras clave: Cazadores-recolectores; Uso del espacio; Norte Semiárido de Chile; Holoceno tardío.
ABSTRACT
MOBILITY AND SPACE USE AMONG LATE HUNTER-GATHERERS IN CORDILLERAN SEMIARID NORTHERN
CHILE. The spatial organization of hunter-gatherers in the mountainous Pama river basin of the Semiarid North
of Chile, 1700 to 900 calendar years BP, is discussed. The observed record consists of several localities that
include open-air and rock-shelter camps and areas with rock art. The subject was approached through the use
of explicit spatial scales and by integrating chrono-stratigraphic, technological and contextual information. The
information gathered was compared to contemporary data sets from nearby areas in order to characterize the
particularities of space use. It is proposed that groups in mountainous areas such as these maintained traditional
space use patterns within a hunter-gatherer lifestyle even with the incorporation of ceramic technology until
late in the region’s prehistory.
César A. Méndez M. Departamento de Antropología, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Chile. Av. C. Ignacio Carrera Pinto
1045, Ñuñoa, Santiago, Chile. E-mail: [email protected]
Andrés Troncoso. Departamento de Antropología, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Chile. Av. C. Ignacio Carrera Pinto 1045,
Ñuñoa, Santiago, Chile. E-mail: [email protected]
Donald Jackson. Departamento de Antropología, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Chile. Av. C. Ignacio Carrera Pinto 1045,
Ñuñoa, Santiago, Chile. E-mail: [email protected]
Daniel Pavlovic. Instituto de Estudios de Montaña de Aconcagua. E-mail: [email protected]
del Elqui, este constructo ha sido reemplazado por espacio es consistente con una alta movilidad, basa-
el concepto de PAT enfatizándose la coexistencia de da en prácticas de caza y recolección, posiblemente
variabilidad cultural (Pavlovic 2004). incorporando cultivos a escala reducida.
do por arbustos esclerófilos (i.e., Flourensia thurifera, y la caracterización de los conjuntos de artefactos y
Bridgesia incisaefolia) de carácter xerofítico (Gajardo sus relaciones. La segunda (1 a 102 km2) alude al nivel
1995), con la penetración de algunos elementos del espacial donde se organiza la distribución de distintos
desierto (i.e., Prosopis chilensis). La fauna autóctona asentamientos; considerando selectividad de empla-
está muy escasamente representada en vistas del ac- zamientos, interrelación funcional entre localidades,
cionar antrópico actual y sólo ha sido posible detectar distancia a recursos críticos, condiciones de visibilidad
zorros (Pseudalopex sp.), aunque es presumible la pre- y visibilización y asociaciones a rutas naturales de
sencia de guanacos (Lama guanicoe) en el pasado. desplazamiento (Criado 1999).
MATERIAL Y MÉTODO
Para la escala menor, diseñamos excavaciones en análisis tafonómicos superficiales (Hernández 2004) y
áreas contextualmente significativas, considerando el de conservación de suelos (Ladrón de Guevara 2004).
tipo de sitio (cielo abierto o bajo reparo) y su superficie Entre los factores más importantes que inciden en su
disponible. En aquellos a cielo abierto se implemen- baja preservación, Hernández (2004) ha destacado la
taron sondeos para evaluar potencia estratigráfica y marcada amplitud térmica interanual y diaria, la escasa
conjuntos materiales depositados. Las excavaciones vegetación, intensa insolación y las bajas condiciones
intensivas se realizaron en sitios con reparo rocoso y que permitan el entierro de los restos. Contrariamente,
privilegiaron la observación de relaciones espaciales restos vegetales se han preservado notablemente en
entre artefactos y rasgos a nivel horizontal y estratigrá- algunos reparos rocosos al interior del NSA (Ampuero
fico (Méndez et al. 2004b). Siempre que fue posible, y Rivera 1971b), por lo que implementamos muestreos
se optó por excavar por estratigrafía natural/cultural, sistemáticos de flotación, ya con resultados (Miranda
aunque considerando referencias métricas. Todos los 2006). Los fechados radiocarbónicos fueron calibrados
sedimentos se tamizaron en mallas de 2 mm y se ob- con el programa CALIB vers. 5.0 (Stuiver et al. 2005)
tuvo muestras para análisis de microresiduos orgánicos y se expresan en el texto como años calendario antes
(flotación) y dataciones absolutas (Termoluminiscen- del presente (años cal AP).
cia y Carbono 14). En los sitios con arte rupestre la
información se relevó a nivel de soportes, paneles y
figuras. Se definió tipos de diseños (esquemáticos, zo- RESULTADOS
omorfos, antropomorfos), número mínimo de diseños
por bloque, pautas de producción (tecnológica, formal El valle de Pama se comporta como una unidad
y espacial), y sintaxis espaciales (superposiciones, yux- geográfica acotada que advierte una interesante diver-
taposiciones, rumbo de los bloques, condiciones de sidad de asentamientos (Figura 1). Incorpora sitios a
visibilidad, asociaciones entre bloques y materiales cielo abierto, con y sin arte rupestre, y bajo cuevas y
culturales y/o rutas de desplazamiento) (Criado 1999; aleros, emplazados sobre laderas, terrazas fluviales y
Santos 1998; Troncoso 2008). cimas de cerros. Las localidades se asocian a cursos
de agua a distancias muy disímiles (media: 425 m; ds:
El análisis de material lítico contempló un acerca-
471 m) y también acusan una altitud variable (me-
miento esencialmente morfofuncional (Jackson 2002),
dia: 1013 msnm; ds: 162,4 m) relacionada a la altura
con un especial énfasis en los criterios tecnológicos de
relativa de los fondos de valle. Sus dimensiones son
manufactura, uso y descarte de los instrumentos. Nues-
también altamente fluctuantes (media: 1122,4 m2; ds:
tros análisis se enmarcan en el entendimiento de la
2190,3 m2) ya que consideran, tanto distribuciones
estructura regional de recursos líticos (Franco y Borrero
de materiales superficiales, como áreas acotadas bajo
1999) considerándose distribuciones, frecuencias y ca-
reparo. Se llevó a cabo excavaciones en cinco sitios;
lidades de las rocas locales (Galarce 2007). El estudio
intensivas en Los Zorros (CBL 054) y Techo Negro
del material cerámico consideró la clasificación gene-
(CBL 020) y limitadas (1 m2) en El Peñón (CBL 005),
ral de fragmentos en tipos y grupos, considerando el
Los Pozones (CBL 061) y El Mate (CBL 110), con el
tratamiento y color de las superficies, la identificación
objeto de discutir sus funciones dentro del sistema de
de segmentos diagnósticos de cuerpo, el espesor de
asentamiento, y por ende, el comportamiento espacial
paredes, la decoración, huellas de uso y post-deposi-
de sus generadores. Este programa fue complementado
tacionales y un análisis general de pastas (Varela et al.
con dataciones absolutas (Tabla 1) que sugieren que
1993). En una segunda etapa se procedió a inferir las
las manifestaciones que identificamos como pertene-
formas completas presentes, su posible funcionalidad
cientes al PAT en Pama se extienden –al menos- entre
y las tecnologías de manufactura utilizadas (Rye 1981;
los 1700 y 900 años cal AP.
Rice 1987). Con esta información se buscó definir con-
juntos alfareros particulares y su relación con aspectos Los Pozones (CBL 061) corresponde a una disper-
del uso del espacio de quienes las descartaron en los sión a cielo abierto de material lítico y cerámico (130
contextos (Chilton 1998; Eerkens 2003), utilizando para m2) sobre una terraza fluvial (929 msnm), de visibilidad
ello el concepto de patrón cerámico (Sanhueza 2000). media y pendiente suave (1° a 5°), inmediatamente
Los conjuntos arqueofaunísticos por su parte, son muy adyacente al estero Los Espinos, un curso menor de
escasos en esta región y están fuertemente afectados escorrentía intermitente. En el entorno destacan algu-
por procesos de meteorización, como lo confirman los nos bloques con arte rupestre en la forma de petrogli-
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teriores. molino/mortero 1 pr
percutor 1 1 pr pr
Se diseñó una excavación de 3 m 2
núcleo 4 5 1 3 pr pr 4
ya que el reparo efectivamente utilizable
cepillo 1 pr 1 pr
dentro del sitio es limitado. Esta unidad
punta de proyectil 3 18 3 1 6
expuso un depósito continuo, donde
preforma de punta 3 29 1 2 3 3
sucesivas agrupaciones horizontales de
bifaz 1 pr 2
material cultural y rasgos discretos de ac-
cuchillo 2 pr
tividad (i.e., fogones, entierro humano)
raedera 1 pr
sugieren plantas ocupacionales super-
raspador 1 3 2 pr pr 1
puestas, difíciles de discernir por la friabi-
muesca/denticulado 5
lidad del depósito (arenas no compactas
y cenizas). El análisis del material lítico lasca con retoque 13 1 ? 1
de múltiples actividades (Miranda 2006), entre las que fases de producción bifacial (n= 52) y otras categorías
se incluyó un entierro humano. instrumentales en baja representación (Tabla 2). Entre
los desechos de talla dominan desechos de adelga-
Nuestros esfuerzos se centraron en Techo Negro
zamiento y retoque bifacial en rocas locales de alta
(Figura 3, CBL 020), localidad privilegiada para el es-
calidad.2 De las preformas (n= 31; 56,62%) sólo dos
tudio de un contexto relacionado con actividades de
(3,85%) están completas mientras que 29 (57,77%)
caza, por cuanto se encuentra a una altura considera-
corresponden a fragmentos, y de los diseños acabados
ble con respecto al fondo del valle (1414 msnm; valle:
sólo ocho (15,38%) están completos y 13 (25%) corres-
ca. 1015 msnm), lejano de cursos de agua (1200 m) y
ponden a fragmentos. El alto nivel de fragmentación en
con condiciones de visibilidad y visibilización privile-
diversas etapas de la cadena operativa sugiere la reali-
giadas, dominando toda la cabecera de Valle Hermoso
zación de actividades de producción, uso y reempla-
(Figura 1). El sitio corresponde a una cueva de 23 m2
zo de cabezales, en lo que pensamos funcionalmente
de área y ca. 1,8 m de alto, que ofrece condiciones de
correspondió a una estación/avistadero de caza. Una
reparo y habitabilidad. La excavación cubrió cerca de
bajísima cantidad de restos óseos muy fragmentados
12 m2 (ca. 52,2%), área contextualmente significativa
(en condiciones relativamente buenas de preservación)
para el análisis de las actividades realizadas en el cam-
apoya esta idea, por cuanto resultaría muy difícil subir
presas a esta altura. Adicionalmente,
destaca la coexistencia de distintos
“tipos de cabezales” (Figura 5) en lo
que respecta a formas generales, ter-
minaciones de los bordes, referentes
métricos de distintas tecnologías de
propulsión (de acuerdo a De Souza
2004) y distintos actores involucra-
dos en la manufactura bifacial (ta-
lladores expertos y aprendices) de
acuerdo a los criterios de experticia
en la talla (Galarce 2008).
En la excava-
ción se recuperó un
conjunto lítico ho-
mogéneo dominado
largamente por evi-
dencias de variadas Figura 4. Planta de excavación y estratigrafía de cueva Techo Negro (CBL 020), mostrando rasgos
y cronología.
Movilidad y uso del espacio
entre cazadores-recolectores tardíos en espacios cordilleranos del Norte Semiárido de Chile | 319
destacadas (altura desde el suelo entre 135 y 87 cm y ante todo: diversidad en las funciones de sitio, asen-
orientación 55º N) que las hacen evidentes al ingresar tamientos principalmente de tamaño pequeño, reitera-
al lugar. Por otro lado, el emplazamiento y escasa ción en el uso de las localidades y variabilidad en la
visibilización de la cueva en sí misma la relacionan es- selección de emplazamientos. Esta última dimensión
pacialmente con sectores de tierras altas, más que con de versatilidad es medible a partir de la selección de
el fondo de valle. En tal línea, estas manifestaciones, si geoformas diferentes, las características del entorno
bien se reconocen visualmente al interior del asenta- circundante, diferencias de altitudes y de distancias a
miento, están implementando más bien una estrategia recursos críticos, como el agua y las rocas para la ta-
de ocultación espacial (Criado 1999), pues son sólo lla. La variabilidad de asentamientos además se asocia
visibles dentro de la cueva. Esta situación es diametral- al criterio de inclusión/exclusión de arte rupestre, su
mente opuesta al caso de los petroglifos en los fondos variabilidad y rango de proximidad (desde inmedia-
de valle, que se fundan en un fácil reconocimiento tez hasta lejanía). En el conjunto de datos analizado
visual/espacial de espacios abiertos. La ausencia de dominan pequeños campamentos con variabilidad de
pinturas en otros reparos rocosos ocupados por estos actividades representadas materialmente, donde se ob-
grupos cazadores-recolectores bien puede sugerir una serva la manufactura, uso y descarte de instrumental
significación particular para Flor del Valle, pues más lítico (tallado y de molienda), el uso y descarte de po-
allá de los problemas de conservación diferencial, cos recipientes cerámicos pequeños y una producción
todos los otros reparos estudiados presentan buenas limitada de arte rupestre, en la forma de pinturas en
condiciones para la preservación de pinturas. Por ello, contextos ocultos y posiblemente escasos petroglifos
sugerimos que la presencia de la pintura convierte al en áreas abiertas. A esta imagen debemos sumar el
sitio en un punto significativo dentro del paisaje, no uso de localidades puntuales como avistaderos (CBL
obstante el carácter efímero de su ocupación. 020) y talleres líticos (CBL 110) donde las caracterís-
En contraposición a esta situación, los sitios con ticas particulares del entorno influyen en el tipo de
petroglifos en Pama se localizan en los fondos del actividades realizadas.
valle (sitios CBL 011, 017, 031, 033, 059, 065) aso-
De enfrentarnos a la alternativa de un sistema
ciados a afloramientos rocosos que son de amplio re-
de asentamientos donde dominara la restricción de
conocimiento visual y con un repertorio iconográfico
la movilidad y dependencia de alimentos cultivados,
completamente diferente al de Flor de Valle. Aunque
necesariamente esperaríamos mayor asimetría en los
estas diferencias pueden basarse en las desiguales con-
campamentos, donde los principales y más grandes
diciones de preservación entre sitios a cielo abierto
debieran localizarse en la inmediatez de cursos per-
y reparos rocosos, lo cierto es que tanto los diseños,
manentes de agua, especialmente en vistas de la es-
como las configuraciones de estos petroglifos son com-
casez e intermitencia estacional de este recurso en el
pletamente diferentes, destacándose la presencia de
interior del NSA. Pequeños campamentos logísticos se
camélidos, antropomorfos y diseños esquemáticos ba-
integrarían complementariamente y esperaríamos que
sados en la aplicación de círculos y líneas. Asimismo,
fueran profundamente diferenciables de los anteriores.
no registramos petroglifos asociados a conjuntos ma-
Nuestro análisis en la escala mayor se inclina fuerte-
teriales que acusen otras actividades. Ello sugiere que
mente por la alternativa de mayor movilidad local. Aún
su producción descansa en prácticas de movimiento
analizando sitios muy bajos y cercanos a los cursos
entre localidades; inserción espacial muy distinta al
de agua (CBL 054 y 061), donde presumiblemente se
caso de Flor del Valle. Desafortunadamente el estado
localizarían asentamientos más estables, estos se mos-
inicial en el que se encuentra la reformulación de
traron pequeños en extensión y cantidad de materiales.
los estilos de arte rupestre del NSA aún no permite
Asimismo, los sitios con petroglifos en las zonas de
segregar de manera más clara la cronología relativa
fondo de valle mostraron diseños y configuraciones
de las manifestaciones rupestres.
que, en otros sectores del NSA, Troncoso y colabora-
dores (2008) han atribuido a momentos posteriores al
PAT. La implicancia es sustantiva, los fondos de valle
DISCUSIÓN
no se estarían utilizando como áreas de ocupación
Los resultados alcanzados permiten identificar -en más permanente, sea con actividades domésticas, o
dos escalas- que los contextos estudiados se asocian por medio de expresiones artísticas modificando el
a lógicas móviles en el uso del espacio. Observamos paisaje.
Movilidad y uso del espacio
entre cazadores-recolectores tardíos en espacios cordilleranos del Norte Semiárido de Chile | 321
Al interior de las localidades (escala menor) los ticos y una cocción oxidante eficiente, apuntarían a
asentamientos muestran conjuntos materiales donde la manufactura de piezas livianas con una adecuada
también destacan indicadores de una lógica móvil de resistencia mecánica ante golpes. Ello refuerza la idea
uso del espacio. Los conjuntos líticos muestran una que en su diseño se consideró su transporte, y no el
amplia variabilidad en cuanto a categorías represen- procesamiento de gran cantidad de alimentos, como
tadas (Tabla 2) sin que se evidencie un repertorio es esperable en un escenario de dependencia hortí-
completo en una sola localidad. Ello nos sugiere la cola/agrícola. Ello se advierte no sólo a partir de sus
integración funcional entre campamentos de ocupa- tamaños (pequeño a mediano) y formas (vasijas restrin-
ción breve, al revés de lo esperable en localidades gidas, tipo jarro), sino también la ausencia de huellas
de uso más prolongado. La única actividad común de exposición al fuego (ahumado y/u hollín).
identificada en todos los conjuntos es la producción
Finalmente, si bien es cierto los datos de arte ru-
de cabezales líticos. Ésta se manifiesta en la forma
pestre son muy escasos, es posible establecer a partir
de puntas de proyectil, preformas, algunos bifaces y
de la evidencia en Flor de Valle, que éste funcionaría
desechos de adelgazamiento bifacial y retoque prin-
al interior de las localidades (incluso en un contex-
cipalmente en rocas de disponibilidad local (brecha
to de relativo ocultamiento) y no entre localidades,
de alteración hidrotermal). Lo anterior implica que no
como pudiera ser el eventual caso de un uso siste-
existirían contextos específicos para su realización,
mático de sectores abiertos o de tránsito entre áreas
sino que la producción, reactivación y reemplazo de
domésticas.
cabezales sería una actividad inserta en las tareas de
cualquier campamento, independiente de su función. El escenario de alta movilidad descripto para el
El singular rol de producción bifacial extendida, en valle de Pama, no excluye la posibilidad que se haya
este caso de puntas de proyectil, es el principal indi- integrado a sistemas mayores de movilidad y asenta-
cador para defender la importancia de la caza como miento, donde bien se repitan las características, o
actividad de subsistencia de estos grupos, ya que el se observen alternativas más sedentarias y con mayor
registro arqueofaunístico en Pama está muy exigua- inclinación al uso de recursos domesticados. En este
mente representado por factores de meteorización, sentido, los resultados obtenidos son comparables a
como lo sugieren los análisis tafonómicos conducidos otras localidades contemporáneas seleccionadas del
en la localidad (Hernández 2004). Esta orientación interior del NSA donde se perciben tanto similitudes,
económica también es coherente con una lógica móvil como particularidades a nivel regional. Esta compara-
de uso del espacio. ción la realizamos a nivel de conjuntos de alfarería,
donde un examen de la frecuencia de fragmentos ce-
Los materiales alfareros recuperados también apo-
rámicos y proporciones excavadas3 sugiere interesantes
yan un importante grado de movilidad para las pobla-
diferencias entre el valle de Pama y el valle de Cha-
ciones que ocuparon las localidades analizadas. Estos
linga, en la cuenca del Choapa (Tabla 3). Si bien es
presentan características, tanto morfológicas, como
cierto que en dicha comparación interviene el tipo de
tecnológicas que se condicen con
las propuestas para otros grupos área área
espesor N
Localidad valle depósito N frag. frag./m3
cazadores-recolectores producto- sitio excavada
PAT excavados
res/portadores de cerámica (Chilton CBL 005 (rr) Pama 8 1 (12,5%) 20 2 0,4
1999; Cornejo y Sanhueza 2003; CBL 020 (rr) Pama 23 12 (52,2%) 15 32 0,4
Eerkens 2003). En primer lugar, es- CBL 054 (rr) Pama 28 3 (10,7%) 15 2 0,1
casean los fragmentos de alfarería CBL 061 (ca) Pama 130 1 (0,8%) 30 3 0,9
en todas las localidades (Tabla 3), CBL 086 (rr) Pama 44̅ 4 (9,1%) 75̅ 1 0,19
lo que sería indicio de utilización CBL 110 (ca) Pama 1500 1 (0,1%) 20 10 2
£ £ £
por sobre producción, a la vez San Pedro Viejo (rr) Pichasca 598 68 (11,4%) 35 17 0,09
que indicador de un carácter efí- San Agustín 18 (ca) Chalinga 600 1 (0,2%) 20 42 8,4
El Tome 8 (ca) Chalinga 500 1 (0,2%) 20 6 1,2
mero de las mismas ocupaciones.
Manquehua 2 (ca) Chalinga 800 2 (0,3%) 30 30 4,5
Por otro lado, rasgos de las vasijas
San Agustín 12 (ca) Chalinga 22000 4 (0,1%) 30 370 27,75
como sus pequeñas dimensiones,
Tabla 3. Comparación entre conjuntos cerámicos de asentamientos PAT en el
la ausencia de asas, pastas que NSA, rr: reparo rocoso, ca: cielo abierto, áreas en m2, espesor depósitos en cm,
con buena selección de antiplás- aproximación promediada, medidas aproximadas obtenidas a partir de datos gráficos
disponibles en ٭Rivera y Cobo (1996) y £ Ampuero y Rivera (1971b).
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Sanhueza, L. NOTAS
2000 Patrón cerámico: hacia la definición de un
1.- Algunos datos absolutos pueden variar con respecto a
concepto operativo. Actas del XIV Congreso Nacional
publicaciones anteriores (Méndez et al. 2004a, Méndez y
de Arqueología Chilena, Tomo I: 243-257. Copiapó.
Jackson 2006, 2008), ya que en este trabajo seleccionamos
Sanhueza, L., D. Baudet, D. Jackson y L. Contreras un área más reducida para nuestros análisis, limitando la
2004 La cultura Agrelo-Calingasta en el Choapa. Werken muestra.
5: 47-52.
2.- Este material se encuentra actualmente en proceso de
Santos, M. estudio por lo que no se posee una cuantificación final.
1998 Los espacios del arte: el diseño del panel y
3.- La consignación del espesor de los depósitos corresponde
articulación del paisaje en el arte rupestre gallego.
a una aproximación promediada ya que estos variaron sig-
Trabajos de Prehistoria 55 (2): 73-88.
nificativamente en uno y otro sector de los reparos rocosos,
especialmente CBL 020. Para los sitios Flor del Valle (CBL
326 | C. A. Méndez M. et al. - Intersecciones en Antropología 10 (2009) 311-326