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DE LA MOTIVACIÓN A LA AUTO-MOTIVACIÓN: EL ÉXITO DEL

LÍDER-COACH
Si me preguntaran sobre cuál es el rasgo que, de forma más importante, condiciona el
rendimiento profesional de un directivo, no tendría muchas dudas en asegurar que es el
de su Auto-MOTIVACIÓN.
Si me preguntaran sobre cuál es el modelo de comportamiento que mejores resultados
ofrece a un directivo para maximizar el rendimiento de su equipo de trabajo, tampoco
vacilaría en afirmar que es el del Líder-COACH.

Y, ¿qué relación hay entre la Auto-MOTIVACIÓN y el Líder-COACH?

Este precisamente es el núcleo fundamental del presente artículo, que pretende


desarrollar de forma razonada mi convicción sobre las fuerzas y los desarrollos que
mueven a las personas a conseguir resultados positivos para si mismos y para las
organizaciones donde trabajan.

Podemos comenzar acercándonos al concepto de Motivación que, según los diccionarios,


significa:
“Conjunto de los elementos o factores (necesidades fisiológicas o psíquicas, pulsiones
inconscientes, valores y modelos sociales interiorizados, etc.) que determinan
dinámicamente la conducta del individuo activándola y dirigiéndola hacia un determinado
objetivo”

Por tanto, no cabe ninguna duda de que al hablar de Motivación lo hacemos sobre todo
aquello que nos impulsa a conseguir algo que nos interesa de una forma dinámica y
activa.
Sin embargo la Motivación, tal y como la definimos muchos Coach, también podría
explicarse practicando este sencillo juego de palabras:

Motivación = Motivo + Acción

Es decir, no existe Motivación sin la identificación de un “Motivo” (Destino) que sea


alcanzado a partir de la “Acción” (Recorrido). La Motivación es la fuerza que nos impulsa
a ascender hasta el final de una escalera (Meta), subiendo cada uno de sus escalones
(Acciones). En el corazón más interno del impulso de las personas siempre se encuentran
los anhelos y las esperanzas, los deseos y las ambiciones, los retos y los sueños. Y todo
ello, requiere de movimiento para lograrlo.
Por todo ello, no se puede progresar sin Motivación, al igual que sin progreso tampoco
puede haber Motivación. Se trata de un proceso en bucle sin fin que se auto-alimenta
constantemente. Esta relación biunívoca es la que esconde el secreto de la explicación de
nuestras desilusiones vitales y la frustración que tantas veces puede acompañarnos
cuando no logramos nuestros propósitos.
Admitiendo cuanto hasta ahora he dicho, no parece muy difícil concluir que la llave de la
Motivación personal es propiedad de cada uno de nosotros, porque solo uno mismo
conoce cuáles son sus Motivos que le llevan a la Acción. En efecto, parecería
descabellado contemplar la posibilidad de que los intereses particulares fueran mejor
conocidos por un extraño que por uno mismo, cuando estos precisamente son cada vez
más privados en los entornos sociales actuales, tan individualizados y faltos de
comunicación.

Y ello porque:

“El motivo más importante para la Motivación es uno mismo”

En definitiva, la Motivación es un hecho personal e intransferible, auto-generado desde el


propio interesado y difícilmente transmisible. Por tanto, la Motivación real, la
verdaderamente efectiva, se llama Auto-MOTIVACIÓN.
Aceptando esta hipótesis, el camino que nos lleva a percibir la gran dificultad que existe a
la hora de intentar motivar a los demás es bien corto. El proceso de Motivación parece ser
tan personal que se me antoja difícil pueda venir dirigido desde fuera de uno mismo:

“No se puede Motivar”

Desde luego, entiendo que lo concluyente de mi teoría pueda desconcertar por lo que
tiene de oposición a toda la tradición del “Management” moderno, que impulsa la
actuación motivadora de los directivos hacia sus equipos como fuente de consecución de
excelentes resultados.
Pues bien, es precisamente en esta consideración donde radica el foco de los
desencantos de tantos y tantos profesionales con responsabilidades directivas que se
encuentran incapaces de motivar a su equipo, dando por imposible un empeño en el que
creen pero que nunca consiguen.
Si realizamos un pequeño ejercicio de memoria, cada uno de nosotros puede reunir
numerosos casos y ejemplos (tanto propios como de conocidos) de situaciones
profesionales donde los integrantes de un equipo de trabajo “asisten” a él faltos de
compromiso con los objetivos y los resultados marcados por su líder, quien ya ha
claudicado a la posibilidad de contar con colaboradores motivados. La historia siempre es
la misma: comienzos de ilusión que se convierten rápidamente en largas etapas de
desencanto y resignación.
Y todo, en mi opinión, por elegir el camino equivocado para el estímulo laboral de
nuestros colaboradores: el de la Motivación.
Mi propuesta es otra bien distinta y se fundamenta en la siguiente aseveración:

“Solo se puede inducir a la Auto-MOTIVACIÓN”

A partir de aquí, lógicamente, se nos abre un amplio abanico de preguntas que pueden
confluir en una sola: ¿Cómo se induce a la Auto-MOTIVACIÓN?
Para tratar de responder a ello, no tengo más remedio que traer a este artículo la
disciplina a la que me dedico profesionalmente y que desde hace más de dos décadas
está triunfando en el mundo desarrollado y en España, comienza a ofrecer sus primeros
éxitos aplaudidos por todos: El Coaching.

“El Coaching es un proceso de cambio hacia la mejora de los resultados personales y


profesionales basado en el método socrático y amparado en el entrenamiento”
Veamos que significa detalladamente esta definición:
Es un proceso, dado que requiere de un tiempo necesario para su desarrollo (mayor o
menor, dependiendo de las expectativas de cada persona).
Busca el cambio en la persona, porque si seguimos haciendo lo mismo obtendremos los
mismos resultados.
Tiene por objetivo la mejora de los resultados personales y profesionales, pues ambos
van íntimamente ligados.
Está basado en el método socrático, que defiende la auto-generación como fuente de
saber y progreso (“No puedo enseñar, solo invitar a que aprendan por si mismos”).
Se desarrolla a partir del entrenamiento del participante o Coachee, quien a partir del
proceso científico de “prueba y error” y con la guía de un Coach o entrenador, se embarca
en la mejora de sus resultados personales y profesionales.
Aceptado que, en los albores del siglo XXI, el indiscutible y principal factor crítico de éxito
de las empresas que actúan en mercados competitivos es el Capital Humano, el Coaching
es la herramienta que mejor se adapta a sus objetivos de desarrollo y optimización del
rendimiento.
El Coaching consigue poner en valor todos los conocimientos y experiencia de cada
persona para obtener su máximo rendimiento personal y profesional y contribuye al
desarrollo del Capital Humano de las empresas, configurando equipos de alto rendimiento
que sean capaces de distinguir a su organización de las demás.
Las modalidades de aplicación del Coaching en las empresas pueden ser muy variadas,
pero una primera diferenciación atendería al origen de su facilitación: externo o interno.
Del primero (protagonizado por un Coach profesional) no me ocuparé en este artículo,
pero si del segundo, cuando los encargados de facilitar Coaching son los propios líderes
de la empresa.
Y es aquí donde nace la figura del Líder-COACH (basada en la credibilidad ganada),
como contraposición a la del Líder-Jefe (basada en la autoridad impuesta), predominante
todavía hoy en día en nuestro entorno empresarial español (si bien se observa un
progresivo cambio en la tendencia de comportamientos).
Pues bien, de entre todas las características que perfilan la figura del Líder-COACH, sin
duda una de las mas importantes es la de contribuir a la Motivación de sus colaboradores,
o mejor dicho, inducir a su Auto-MOTIVACIÓN, el verdadero eje de la transmisión del
motor hacia el éxito empresarial.

Pero ¿cómo induce un Líder-COACH a la Auto-MOTIVACIÓN?

Desde luego, no pueden existir reglas estrictas y concretas para explicar este proceso si
lo abordamos desde la perspectiva del Coaching, tan alejado al normativismo generalista
y tan amigo de las soluciones específicas para cada situación.
Sin embargo, si podemos orientar la actuación del Líder-COACH como inductor a la Auto-
MOTIVACIÓN de sus colaboradores, cuando es capaz de manejar con acierto los 5
Factores Internos que la generan:
 La Auto-ESTIMA o esa valoración positiva que toda persona debe albergar de si
misma y que la consolida para abordar nuevos retos con añadidas garantías de
éxito.
 La Auto-CONFIANZA, consecuencia de la anterior, que incrementa la seguridad
en si mismo y se ampara en los pequeños éxitos conseguidos.
 La Auto-GESTIÓN, alcanzada cuando el individuo es capaz de actuar sin ninguna
supervisión, ni necesario estímulo externo alguno.
 La Auto-SUGESTIÓN o mecanismo de generación constante de emociones
positivas que llevan al optimismo y la esperanza.
 La Auto-REALIZACIÓN, basada en el progresivo cumplimiento de nuestros
deseos y objetivos.
Hay que destacar que la labor de un Líder-COACH como inductor a la Auto-MOTIVACIÓN
de sus colaboradores nunca será posible si no es capaz de Auto-Motivarse por si mismo y
para él y todos los lectores de este artículo, estas son mis últimas recomendaciones:
Comenzar bien el día, tratando de organizar y allanar convenientemente nuestras
primeras tareas de la jornada para que no puedan ser fruto de enfados y malhumores que
hipotequen el resto de nuestras actividades.
Evitar condicionarse por la climatología, ajena siempre a nuestra voluntad y por tanto,
caprichosa y variable (después de la lluvia, siempre sale el sol).
Sonreír antes de llegar al trabajo, propiciando el optimismo por anticipado y llenado
nuestro depósito de la energía más poderosa que podemos encontrar: el buen humor.
Positivar el dialogo interior, huyendo de los pensamientos derrotistas y negativos que,
como en una espiral descendente, nos hunden hacia la frustración y el desencanto.
Fomentar las actividades extra-profesionales, añadiendo más patas a nuestra silla vital y
evitando el riesgo de caída segura por la quiebra de una de ellas.
Acercarse a la gente positiva y huir de la negativa, buscando la energía de aquellos que la
destilan y preservándose de aquellos que la destruyen.
Enfocar los fracasos como una oportunidad hacia el futuro, aprendiendo de los errores,
ganando experiencia y tolerando los reveses de la vida con espíritu deportivo.
Apoyarse más en la reafirmación interna que la externa, considerando que los ánimos de
los demás no necesariamente llegan cuando son más necesarios, por lo que un cierto
grado de independencia positivista asegura mejor el camino hacia adelante.
Fijarse metas concretas y realistas y perseverar en su consecución, porque solo aquello
que está bien definido es susceptible de generar el esfuerzo necesario para perseguirlo
sin interrupción.
Ser el protagonista de nuestra propia vida, decidiendo en cada momento los destinos que
queremos alcanzar y planificando razonadamente los caminos que a ellos nos llevarán.
En el difícil camino del liderazgo de equipos, no quisiera finalizar estas reflexiones sin
traer a estas líneas una célebre frase de Marco Aurelio que resume la esencia del espíritu
del Líder-COACH en el difícil pero estimulante empeño de conseguir la Auto-
MOTIVACIÓN propia y la de su equipo de colaboradores:

“SERENIDAD para aceptar lo que no podemos lograr,


FORTALEZA para perseguir lo que si podemos y
SABIDURÍA para distinguir entre las dos”

Autor: Antonio J. Alonso Sampedro


Coach-Director de Alonso-Busines Coaching
Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad de Valencia.
Conferenciante en Congresos y Jornadas Profesionales.

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