Protocolo Adhesion Bolivia Al MERCOSUR
Protocolo Adhesion Bolivia Al MERCOSUR
Protocolo Adhesion Bolivia Al MERCOSUR
Derechos Humanos
Corte Interamericana de Derechos Humanos
En el caso de La Cantuta,
presentes,además,
INTRODUCCIÓN DE LA CAUSA
II
COMPETENCIA
III
IV
ALLANAMIENTO PARCIAL
Las nuevas investigaciones (párrafos 119, 120, 121 a 126 del escrito de la
demanda)
a) la confesión de los hechos por parte del Estado permite concluir que
ha cesado la controversia en cuanto a la detención arbitraria, tratos
crueles inhumanos o degradantes y posterior desaparición forzada o
ejecución extrajudicial del profesor y los nueve estudiantes víctimas del
presente caso. La Comisión entiende, asimismo, que ha cesado la
controversia relativa a la ausencia de una investigación completa,
imparcial y efectiva aunada a la existencia de actos tendientes a
encubrir la verdad y a los responsables de los hechos, hasta finales del
año 2000 con la transición entre el gobierno de Alberto Fujimori y el de
Valentín Paniagua. Manifiesta su satisfacción por el allanamiento del
Estado respecto de su responsabilidad internacional por la violación de
los artículos 3, 4, 5, 7, 8 y 25 de la Convención Americana en relación
con el artículo 1.1 de la misma, en razón de los hechos de la demanda.
[...] La Comisión valora la importancia de dicha manifestación y
considera que constituye un paso positivo hacia la reivindicación de la
memoria y dignidad de las víctimas y la mitigación de los daños
causados a sus familiares, así como al impulso de esfuerzos
encaminados a la no repetición de situaciones similares;
51. La Corte observa que el Estado reconoció los hechos presentados por la
Comisión en su demanda (supra párr. 40). En esos términos tan amplios, y
3
entendiendo que la demanda constituye el marco fáctico del proceso ,el
Tribunal considera que ha cesado la controversia sobre todos esos hechos.
**
4Cfr. Caso Vargas Areco, supra nota 1, párr. 65; Caso Goiburú y otros,
supra nota 1, párr. 52, y Caso Servellón García y otros, supra nota 1, párr.
77.
5Cfr. Caso Vargas Areco, supra nota 1, párr. 66; Caso Goiburú y otros,
supra nota 1, párr. 53, y Caso Servellón García y otros, supra nota 1, párr.
78.
VI
PRUEBA
A) PRUEBA DOCUMENTAL
No sólo perdi[ó]un ser, sino que parte de [la] vida se fue con él [...] Cómo
pensar en algún proyecto personal si el tema prioritario era el tema de [su
hermano], de exigir justicia[.L]os proyectos personales fueron pasando a
un segundo plano [...] Pens[ó] en el suicidio porque sentía que ya no podía
más.
Por otro lado, con el pago de la reparación ordenado por la sentencia del
fuero militar sus padres compraron la casa donde ahora viven.
Cuando se enteró del hallazgo de las fosas pensó que eso una cárcel o una
casa, por lo que creyó que su sobrino estaba vivo. Luego fue al lugar y
encontró los restos quemados. Sintió un dolor terrible. Pudo identificarlo
al "ver el pelo, las uñas [y] la ropa".
Se terminó su capital por realizar gastos para buscar justicia. Por tanto,
tuvo que cerrar su puesto en el mercado.
Tuvo guardaespaldas por tres o cuatro meses porque sentía miedo de que
le sucediera algo, ya que "tenía que seguir andando, seguir buscando".
"Justicia no hay, siempre esconden la justicia[.] Hasta que [...] muera [va]
a seguir buscando la verdad".
Solicitó a la Corte Interamericana que ordene que el Estado les "diga dónde
están los restos; [...] dónde están sus cabezas [...], dónde los tienen".
Su hijo había sido criado por él, su abuela y su madre de crianza. Cuando
se enteró de la desaparición de su hijo se "desmorali[zó y pensaba] lo
peor". Él y su esposa le llevaban ropa porque pensaban que estaría
pasando frío.
Solicitó a la Corte que ordene al Estado que les devuelva los restos de su
hijo; que se termine "de una vez el juicio de La Cantuta"; que disponga
"una sanción ejemplar", y una reparación.
"Lo único que puede aliviar [su dolor] es que los autores materiales y los
autores intelectuales cumplan con una sanción ejemplar". Solicitó a la
Corte que se haga un estudio científico de los huesos encontrados para que
le den algunos de los restos de su hija. Finalmente, solicitó que la Corte
ordene al Estado que "cumpla con las debidas satisfacciones morales y
materiales [y] que se haga justicia".
f) Rosario Carpio Cardoso Figueroa, hermano de Juan José Mariños
Figueroa
Desde que sucedieron los hechos hasta que aparecieron las fosas realizó
esfuerzos para buscar a su hermano. Las autoridades negaban que se
hubiera realizado intervención alguna en La Cantuta o respondían que no
sabían nada. Posteriormente, se rumoró que estaba detenido en Puno o en
otros lugares. Luego el congresista Henry Pease denunció las fosas
clandestinas. En dicho momento sintió "una nostalgia inmensa, ya que
tenía la esperanza de encontrarlo con vida".
Desea saber dónde se hallan los restos de su hermano y que se lleve a cabo
una investigación profunda a los autores intelectuales, ya que "los restos de
su] hermano no han sido encontrados, salvo un hueso húmero que lo
llevaron a Londres para estudiar el ADN y que nunca volvió, ni los
resultados ni el pedazo de hueso. Él no ha sido identificado[.] En la tumba
de [su] hermano está su nombre, su memoria, pero no sus restos".
Este caso es emblemático puesto que "el profesor y los nueve estudiantes
fueron primero señalados arbitrariamente como terroristas y autores del
coche bomba de la calle Tarata [y], bajo esa presunción, fueron
secuestrados y desaparecidos. [Además], fueron torturados" antes de ser
ejecutados. [...] Fueron objeto de tres entierros [...] y finalmente, [la] forma
sistemática y terca como las más altas autoridades del Estado [...] trataron
de ocultar y negar [todo lo relacionado con los hechos] y aún lo siguen
haciendo".
Se enteró de la existencia del Grupo Colina "a raíz de [los] hechos [de La
Cantuta, ya que] oficiales y personal auxiliar que trabajaban o habían
trabajado con [él] anteriormente y que pertenecían al Sistema de
Inteligencia del Ejército [le] informaban [...] de la existencia de este grupo
o escuadrón de la muerte [y] de los diferentes 'operativos especiales de
Inteligencia' que se les atribuía".
La relación del Grupo Colina con las Fuerzas Armadas se dio a través de la
DINTE (Dirección de Inteligencia del Ejército), la cual está organizada en
Sub-Direcciones para atender las diversas funciones de su responsabilidad,
y tiene un elemento operativo o ejecutante que es el Servicio de
Inteligencia del Ejército (SIE). "Dentro de la SIE se organizó formalmente
el referido destacamento de Inteligencia Operativa (cuyos miembros
informalmente se autodenominaron Grupo Colina) encargado de las
operaciones especiales de inteligencia [...]".
"El Grupo Colina era [enviado] para matar [...]. Sus acciones tenían un
mensaje de terror [...]. En los operativos mayores[, como en la Cantuta,]
contaban con el apoyo de tropas regulares que aislaban su campo de
acción, producto de un planeamiento de Estado Mayor de Unidades de
Combate."
Por su parte, el Congreso peruano sancionó una Ley de Amnistía (Ley No.
26.479) por la que se exoneraba de responsabilidad a los militares y
policías, así como también a civiles, que hubieran cometido violaciones a
los derechos humanos o participado en esas violaciones, entre los años
1980 y 1995.
En ese sentido, manifestó, inter alia, que el Perú "se encuentra obligado a
cumplir con las decisiones de la Corte Interamericana", en virtud de haber
ratificado la Convención Americana. Dicha situación se encuentra en la
normativa de su legislación interna, en la cual se establece que las
sentencias de la Corte Interamericana deben de ejecutarse de forma
inmediata y directa.
B) PRUEBA TESTIMONIAL
61. Durante la audiencia pública (supra párr. 23) la Corte recibió las
declaraciones de las testigos propuestas por la Comisión Interamericana y
las representantes. A continuación, el Tribunal resume las partes
relevantes de dichas declaraciones.
Desde el inicio los familiares han buscado verdad y justicia. A partir del
momento de los hechos los familiares han hecho acciones públicas de
denuncia, de sensibilización ante la sociedad peruana y la comunidad
internacional, para ir "construyendo memoria", pues " es una forma de
traer a la vida a [su] hermano".
Expresó que "de esa tierra brotó el cuerpo de [su] hermano que es el único
cadáver que esos asesinos dejaron, un cadáver seco por toda la cal que le
habían echado[. P]ara [ella] lo más doloroso que [le] ha tocado vivir hasta
ahora ha sido descubrir – un año y medio después – que [su] hermano
estaba tirado en esa fosa".
El cuerpo de su hermano fue el único cadáver que se encontró y tenía cinco
disparos de bala en la cabeza. Los familiares "no sabía[n] que estos
criminales eran tan crueles como para esconderlos, como para negar[les] el
derecho a enterrarlos." Le da "gracias a la vida y [...] a Dios [por] haber
encontrado a [su] hermano", pues en el Perú "miles de víctimas" no tienen
esa oportunidad.
Además, "[sus] hermanas menores [...] tienen hasta ahora las mismas
consecuencias [que ella] de la ansiedad, de la depresión, de la misma
inestabilidad emocional, de ser personas tan desconfiadas[. Le] da pena
ver a [sus] padres golpeados por esta historia [...] siempre [van] a hablar
de un antes y un después. Entonces [...] reconoce[n] con claridad cómo ha
sido [su] vida antes de un 18 de julio del 92 y cómo se convirtió [...]
después de eso [...]".
Su hermano "sigue siendo asesinado por la espalda cada día que hay un
hecho de impunidad y cada día que [l]os asesinos [...] no son castigados."
Los familiares son tratados "como ciudadanos de segundo nivel" sin
derechos y ya están cansados y asustados de no saber cuánto tiempo más
tendrán que "hipotecar [su] vida a esta lucha, que debería ser la lucha del
Estado peruano y no sólo [de ellos]".
Junto con otros familiares realizó denuncias. Sólo APRODEH les "tendió la
mano", pues todos pensaban que sus hijos eran terroristas, por lo cual eran
marginados, no encuentran trabajo y la gente los ve "mal".
Lo único que encontró de su hijo en las fosas fueron sus llaves. "En ese
momento se [le] vino el mundo encima, quería morir[se] también; pero
después dij[o]: 'No, si yo muero quién hablará por él, ¿quién pedirá justicia
por mi hijo?'".
Su familia "ya no es la de antes. Uno de [sus] hijos está mal". A veces sus
hijos le reclaman por no estar a su lado pero les explica que "es necesario
seguir caminando". Antes que detuvieran a su hijo lavaba ropa y trabajaba
en el mercado. Dejó de trabajar para dedicarse a buscar justicia.
Recibió una indemnización económica con la que compró una casa y pagó
las deudas que tenía para realizar diligencias. Sin embargo, "eso no es el
precio de [su] hijo".
Su esposo estaba tan "dedicado a sus hijos" que su hija mayor fue la que se
vio más afectada con su desaparición. Le mintió a su hija acerca de lo
acontecido con su padre y le dijo que se había ido de viaje de trabajo, lo
que ella no creía. Cuando ella se tardaba en llegar a casa, su hija pensaba
que tampoco iba a regresar.
8Cfr.Caso Goiburú y otros, supra nota 1, párr. 55; Caso Ximenes Lopes,
supra nota 6, párr. 48; y Casode las Masacres de Ituango. Sentencia de 1
de julio de 2006. Serie C No. 148, párr. 106.
65. En cuanto a los documentos de prensa presentados por las partes, este
Tribunal ha considerado que podrían ser apreciados cuando recojan
hechos públicos y notorios o declaraciones de funcionarios del Estado, o
9
cuando corroboren aspectos relacionados con el caso .
9Cfr. Caso Servellón García y otros, supra nota 1, párr. 50; Caso Ximenes
Lopes, supra nota 6, párr. 55; y Caso Masacres de Ituango, supra nota 8,
párr. 122.
66. Respecto de la documentación e información solicitada a las partes
(supra párrs. 33 y 36) y no presentada por éstas, la Corte observa que las
partes deben allegar al Tribunal las pruebas requeridas por el mismo. En
particular, el Estado no informó, con excepción de una persona, quiénes de
los procesados o condenados en una de las causas penales abiertas en el
fuero militar han permanecido o se encuentran actualmente privados de
libertad y, en ese caso, si lo han estado o estaban en prisión preventiva o en
calidad de condenado en dichos procesos. Esto impidió determinar si esas
condenas habrían sido efectivamente cumplidas. La Comisión, las
representantes y el Estado deben facilitar todos los elementos probatorios
solicitados, a fin de que el Tribunal cuente con el mayor número de
elementos de juicio para conocer los hechos y motivar sus decisiones.
**
11 Sólo fue allegada prueba de Víctor Andrés Ortiz Torres, Magna Rosa
Perea de Ortiz, Román Mariños Eusebio, Isabel Figueroa Aguilar, Hilario
Amaro Hancco, Alejandrina Raida Cóndor Saez, Augusto Lozano Lozano,
Juana Torres Córdova y Demesia Cárdenas Gutiérrez.
71. Por último, surge de uno de los anexos al escrito de alegatos finales del
Estado un documento oficial en el cual aparece el nombre de Carol Denisse
Muñoz Atanasio como heredera legal del señor Hugo Muñoz Sánchez en
relación con la reparación civil ordenada en la sentencia del CSJM de 3 de
marzo de 1994 (suprapárr. 68 e infra párr. 80.55 y 80.56.d).
15Cfr. Caso Goiburú y otros, supra nota 1, párr. 29, y Caso de las
Masacres de Ituango, supra nota 8, párr. 98.
16Cfr. Caso Goiburú y otros, supra nota 1, párr. 29; Caso de las Masacres
de Ituango, supra nota 8, párr. 91, y Caso Acevedo Jaramillo y otros.
Sentencia de 7 de febrero de 2006. Serie C No. 144, párr. 227.
73. Este Tribunal utilizará los siguientes criterios para definir a quiénes
otras considerará como presuntas víctimas y familiares de éstas en el
presente caso: a) la oportunidad procesal en que fueron identificadas; b) el
reconocimiento de responsabilidad efectuado por el Estado; c) la prueba
que obra al respecto, y d) las características propias de este caso.
78. Respecto de Carol Denisse Muñoz Atanasio, quien aparece como hija y
heredera del señor Hugo Muñoz Sánchez (supra párr. 71), la Corte
desconoce las razones por las cuales dicha persona no fue alegada como
familiar de esa presunta víctima ni por la Comisión Interamericana ni por
las representantes. A pesar de ello, será considerada como presunta
víctima, puesto que su existencia fue puesta en conocimiento del Tribunal
por el Estado al menos indirectamente en los anexos a sus alegatos finales.
VII
HECHOS PROBADOS
80.13. Una vez en las residencias estudiantiles, los militares violentaron las
puertas de las habitaciones y obligaron a todos los estudiantes a salir de
sus dormitorios y a echarse al piso boca abajo mientras uno de los efectivos
militares, a quien los estudiantes identificaron como el Teniente Medina,
evitando ser visto, procedía a levantar violentamente la cabeza de cada uno
de los estudiantes apartando a aquellos cuyos nombres figuraban en una
lista que llevaba en las manos. Los militares se llevaron a los estudiantes
Bertila Lozano Torres, Dora Oyague Fierro, Luis Enrique Ortiz Perea,
Armando Richard Amaro Cóndor, Robert Edgar Teodoro Espinoza,
Heráclides Pablo Meza, Felipe Flores Chipana, Marcelino Rosales
Cárdenas y Juan Gabriel Mariños Figueroa.
El "Grupo Colina"
Investigaciones y procesos
80.19. En relación con los hechos del presente caso, fueron presentadas
acciones de habeas corpus a favor de las 10 personas que habían sido
detenidas. Además, inicialmente fueron abiertas dos investigaciones
penales en el fuero común y dos en el fuero militar, las cuales fueron
paralelamente desarrolladas hasta la derivación de las mismas al fuero
militar en febrero de 1994. A su vez, en el llamado "Congreso Constituyente
Democrático" fue constituida una comisión investigadora de los hechos
que rindió un informe de mayoría y otro de minoría. Posteriormente, con
la caída del régimen del ex Presidente Alberto Fujimori, fueron iniciadas
nuevas investigaciones en la jurisdicción penal ordinaria.
80.35. Entre los restos hallados en las fosas de Cieneguilla, los especialistas
encontraron partes de un cráneo perteneciente a una mujer joven, menor
de 25 años, cuyo análisis llevó a los forenses a determinar que había
recibido una herida de bala en la parte de atrás de la cabeza.
a) denuncia 001-2000
57A saber: Julio Rolando Salazar Monroe, Víctor Raúl Silva Mendoza,
Carlos Indacochea Ballon, Alberto Segundo Pinto Cárdenas, Luis Cubas
Portal, Enrique Oswaldo Oliveros, Julio Alberto Rodríguez Córdova y
Carlos Miranda Balarezo.
64 Por disposición de la Superior Sala Penal Especial, esta causa No. 03-
2003 fue acumulada con las causas No. 44-2002 (Pedro Yauri), No. 01-
2003 (El Santa) a la causa No. 32-2001 (Barrios Altos) (expediente de
anexos la demanda, anexo 42.d folio 1571)
d) causa No.008-2004
e) causa 19-2001-AV
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80.98. Luis Enrique Ortiz Perea nació el 25 de octubre de 1970 en la ciudad
de Chachapoyas, era estudiante de Cultura Física y Deportiva en la
Universidad de La Cantuta matriculado en el período lectivo C-91 y vivía en
la residencia de estudiantes. Su madre era la señora Magna Rosa Perea de
Ortiz, su padre era el señor Víctor Andrés Ortiz Torres, sus hermanas eran
Andrea Gisela Ortiz Perea, Edith Luzmila Ortiz Perea, Gaby Lorena Ortiz
Perea, Natalia Milagros Ortiz Perea y Haydee Ortiz Chunga.
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80.102. Armando Richard Amaro Cóndor nació el 2 de diciembre de 1966
en Lima, era estudiante de Electromecánica en la Universidad La Cantuta
matriculado en el período lectivo C-91 y vivía en la residencia de
estudiantes. Su madre era la señora Alejandrina Raida Cóndor Saez, su
padre era el señor Hilario Jaime Amaro Ancco, sus hermanas eran María
Amaro Cóndor, Susana Amaro Cóndor y Carmen Rosa Amaro Cóndor, y
sus hermanos eran Carlos Alberto Amaro Cóndor, Juan Luis Amaro
Cóndor, Martín Hilario Amaro Cóndor y Francisco Manuel Amaro Cóndor.
Armando Richard Amaro Cóndor subvencionaba sus estudios.
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80.109. Los familiares de Hugo Muñoz Sánchez, Dora Oyague Fierro,
Marcelino Rosales Cárdenas, Bertila Lozano Torres, Luis Enrique Ortiz
Perea, Armando Richard Amaro Cóndor, Robert Edgar Teodoro Espinoza,
Heráclides Pablo Meza, Juan Gabriel Mariños Figueroa y Felipe Flores
Chipana han sufrido daños como consecuencia de su detención ilegal y
desaparición forzada y ejecución extrajudicial de los mismos. Asimismo,
los hechos del presente caso han perturbado significativamente la
dinámica de las familias de las presuntas víctimas.
VIII
81. Los hechos del presente caso revisten una particular gravedad por el
contexto histórico en que ocurrieron: un contexto de práctica sistemática
de detenciones ilegales y arbitrarias, torturas, ejecuciones extrajudiciales y
desapariciones forzadas, perpetrada por las fuerzas de seguridad e
inteligencia estatales, cuyas características y dinámica han sido esbozadas
en los hechos probados (supra párr. 80.1 a 80.8). Es decir, los graves
hechos se enmarcan en el carácter sistemático de la represión a que fueron
sometidos determinados sectores de la población designados como
subversivos o de alguna manera contrarios u opositores al gobierno, con
pleno conocimiento e incluso órdenes de los más altos mandos de las
fuerzas armadas, de los servicios de inteligencia y del poder ejecutivo de
ese entonces, mediante las estructuras de seguridad estatales, las
operaciones del denominado "Grupo Colina" y el contexto de impunidad
que favorecía esas violaciones.
95. Los hechos de este caso han sido calificados por la CVR, órganos
judiciales internos y por la representación del Estado ante este Tribunal,
como "crímenes internacionales" y "crímenes de lesa humanidad" (supra
párrs. 42, 44, 94 y 80.68). La ejecución extrajudicial y desaparición
forzada de las presuntas víctimas fueron perpetradas en un contexto de
94
ataque generalizado y sistemático contra sectores de la población civil .
97. Las víctimas del presente caso, así como muchas otras personas en esa
época, sufrieron la aplicación de prácticas y métodos intrínsecamente
irrespetuosos de sus derechos humanos, minuciosamente planificados,
sistematizados y ejecutados desde el Estado, en muchos aspectos similares
a los utilizados por los grupos terroristas o subversivos que, bajo la
justificación del contra-terrorismo o la "contra-subversión", pretendían
combatir.
IX
Alegatos de la Comisión
99. En relación con el artículo 7 de la Convención, la Comisión alegó que:
c) hubo falta de debida diligencia por parte del Estado, ya que no realizó
– a partir de las denuncias presentadas – una investigación conforme a
los principios del debido proceso para esclarecer los hechos e identificar
y sancionar a los autores materiales e intelectuales de los mismos, y
Consideraciones de la Corte
2. Nadie puede ser privado de su libertad física, salvo por las causas y
en las condiciones fijadas de antemano por las Constituciones Políticas
de los Estados partes o por las leyes dictadas conforme a ellas.
5. Toda persona detenida o retenida debe ser llevada, sin demora, ante
un juez u otro funcionario autorizado por la ley para ejercer funciones
judiciales y tendrá derecho a ser juzgada dentro de un plazo razonable o
a ser puesta en libertad, sin perjuicio de que continúe el proceso. Su
libertad podrá estar condicionada a garantías que aseguren su
comparecencia en el juicio.
97Cfr. Caso Goiburú y otros, supra nota 1, párr. 88; Caso Montero
Aranguren y otros (Retén de Catia). Sentencia de 5 de julio de 2006. Serie
C No. 150, párrs. 63-66, y Caso de la Masacre de Pueblo Bello, supra nota
3, párr. 142.
112. En este caso, a pesar de haber sido tramitadas y decididas, las acciones
de habeas corpus no constituyeron una investigación seria e
independiente, por lo que la protección debida a través de las mismas
resultó ilusoria. En este sentido, las representantes alegaron que el Estado
habría violado el artículo 7.6 de la Convención en perjuicio tanto de las
víctimas como de sus familiares. La Corte considera que, según el texto de
ese artículo, el titular del "derecho a recurrir ante un juez o tribunal
competente [para que éste] decida sin demora sobre la legalidad de su
arresto o detención" corresponde a la "persona privada de libertad" y no a
sus familiares, si bien "los recursos podrán interponerse por sí o por otra
100
persona". Por ende, de acuerdo a su jurisprudencia , el Estado es
responsable en cuanto a este aspecto por la violación del artículo 7.6 de la
Convención Americana, en relación con el artículo 1.1 de la misma, en
perjuicioe las 10 víctimas ejecutadas o desaparecidas.
100Cfr. Caso Servellón García y otros, supra nota 1, párrs. 140 y 155; Caso
López Álvarez. Sentencia de 1 de febrero de 2006. Serie C No. 141, párr.
99, y Caso Blanco Romero y otros. Sentencia de 28 de noviembre de 2005.
Serie C No. 138, párr. 66.
102 Cfr.Caso Goiburú y otros, supra nota 1, párr. 89; Caso de las
Masacres de Ituango, supra nota 8, párrs. 399 a 401, y Caso de la
Masacre de Pueblo Bello, supra nota 3, párrs. párrs. 265 a 273.
103Cfr. Caso Goiburú y otros, supra nota 1, párr. 88; Caso Gómez
Palomino, supra nota 83, párr. 92, y Caso de las Hermanas Serrano Cruz.
Excepciones preliminares. Sentencia de 23 de noviembre de 2004. Serie C
No. 118, párr. 100 a 106.
106Cfr.Caso Bámaca Velásquez, supra nota 104, párr. 179, citado por
Caso de las Niñas Yean y Bosico. Sentencia de 8 de septiembre de 2005.
Serie C No. 130, párr. 176, y Caso Comunidad Indígena Sawhoyamaxa.
Sentencia de 29 de marzo de 2006. Serie C No. 146, párr. 188.
107Cfr.Caso Goiburú y otros, supra nota 1, párr. 97; Caso de las Masacres
de Ituango, supra nota 8, párr. 340, y Caso Gómez Palomino, supra nota
83, párr. 61.
108
124. Atendiendo a su jurisprudencia , la Corte determina ahora si el
sufrimiento padecido como consecuencia de las circunstancias particulares
de las violaciones perpetradas contra las víctimas, las situaciones vividas
por algunos de ellos en ese contexto y las posteriores actuaciones u
omisiones de las autoridades estatales, violan el derecho a la integridad
personal de los familiares de las víctimas frente a los hechos en el presente
caso.
108Cfr. Caso Goiburú y otros, supra nota 1, párr. 96; Caso Gómez
Palomino, supra nota 83, párr. 60, y Caso de la Masacre de Mapiripán,
supra nota 2, párrs. 144 y 146.
109Cfr. Caso Goiburú y otros, supra nota 1, párr. 101; Caso de las
Masacres de Ituango, supra nota 8, párr. 385, y Caso de la Masacre de
Pueblo Bello, supra nota 3, párr. 158.
f) por otro lado, puesto que los restos de ocho de las 10 víctimas
mencionadas aún se encuentran desaparecidas, sus familiares no han
contado con la posibilidad de honrar apropiadamente a sus seres
queridos, pese a que hayan tenido un entierro simbólico. Al respecto, la
Corte recuerda que la privación continua de la verdad acerca del destino
de un desaparecido constituye una forma de trato cruel, inhumano y
110
degradante para los familiares cercanos .
126. Los hechos del presente caso permiten concluir que la violación de la
integridad personal de los familiares de las víctimas, consecuencia de la
desaparición forzada y ejecución extrajudicial de las mismas, se ha
configurado por las situaciones y circunstancias vividas por algunos de
ellos, durante y con posterioridad a dicha desaparición, así como por el
contexto general en que ocurrieron los hechos. Muchas de estas situaciones
y sus efectos, comprendidas integralmente en la complejidad de la
desaparición forzada, subsisten mientras persistan algunos de los factores
111
verificados .Los familiares presentan secuelas físicas y psicológicas
ocasionadas por los referidos hechos, que continúan manifestándose, y los
hechos han impactado sus relaciones sociales y laborales y alterado la
dinámica de sus familias.
Alegatos de la Comisión
Consideraciones de la Corte
Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y dentro
de un plazo razonable, por un juez o tribunal competente, independiente e
imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en la sustanciación de
cualquier acusación penal formulado contra ella, o para la determinación
de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier
otro carácter.
137. Por su parte, el fuero militar había iniciado sus propias investigaciones
en abril de 1993, paralelamente a las desarrolladas en el fuero común
(suprapárr. 80.42 y 80.43). En consecuencia, el CSJM entabló una
"contienda de competencia" ante el fuero común y, al resolverla
inicialmente la Sala Penal de la Corte Suprema de la República se declaró
en discordia respecto del fuero al que debía ser derivado el proceso contra
los militares sindicados como responsables (suprapárr. 80.48). En razón
de lo anterior, el llamado "Congreso Constituyente Democrático" aprobó
una ley que modificó la votación entonces requerida para resolver las
contiendas de competencia. Con base en esa manipulación legal,
manifiestamente articulada por los tres poderes del Estado para favorecer
113
la remisión de las investigaciones al fuero militar , unos días después la
Sala Penal de la Corte Suprema en efecto dispuso que el conocimiento de la
causa fuera derivada al CSJM (suprapárrs.80.50 y 80.51).
114Cfr. Caso Almonacid Arellano y otros, supra nota 6, párr. 169, y Caso
del Tribunal Constitucional. Sentencia de 31 de enero de 2001. Serie C No.
71, párr. 77.
115 El artículo 23 del Decreto Ley No. 23.201 del 19 de julio de 1980 "que
actualizan y adecuan a nueva Constitución Política,Ley Orgánica de
Justicia Militar" dispone: "El Presidente y los Vocales de los Consejos
serán nombrados por Resolución Suprema, refrendada por el Ministro del
Sector pertinente". Por su parte, el artículo 31 de la Ley Orgánica de
Justicia Militar establece: "[...] El nombramiento de los Jueces
Permanentes será hecho por el Poder Ejecutivo". Asimismo, el artículo 32
preceptúa: "Habrá tantos Jueces Instructores Permanentes en cada Zona
Judicial, cuando lo requieran las necesidades del servicio. Su número será
fijado anualmente por el Poder Ejecutivo a propuesta del Consejo Supremo
de Justicia Militar".
116 Por ejemplo el artículo 6 del Decreto Ley No. 23.201 del 19 de julio de
1980, "que actualizan y adecuana nueva Constitución Política, Ley
Orgánica de Justicia Militar" y su modificatoria, Ley No. 26.677 del 22 de
octubre de 1996, que establece que el Consejo Supremo de Justicia Militar
está integrado por Oficiales Generales y Almirantes en situación de
actividad. Además el artículo 12 del Decreto Ley No. 23.201 dispone:
"Corresponde al Consejo Supremo de Justicia Militar: [...] 15) Designar
para el ejercicio de funciones judiciales al Oficial en actividad que estuviere
legalmente apto en las Fuerzas Armadas y en las Fuerzas Policiales en los
casos de ausencia o impedimento de los titulares". Asimismo, el artículo 22
de la Ley No. 26.677 establece: "En cada una de las Zonas Judiciales habrá
un Consejo de Guerra compuesto [...] de un Coronel o Capitán de Navío
que lo presidirá de dos Vocales del grado de Teniente Coronel, Capitán de
Fragata o Comandante FAP en situación de actividad". El Tribunal
Constitucional del Perú, mediante sentencia de fecha 9 de junio de 2004
(Exp. No. 0023-2003-AT/TC. Defensoría del Pueblo), declaró
inconstitucionales los artículos 6, 22 y 31 de la Ley Orgánica de Justicia
Militar.
117 El artículo III del Título Prelimar del Decreto Ley No. 23.201 del 19 de
julio de 1980 "Ley Orgánica de Justicia Militar" establece: "La Justicia
Militar es autónoma y en el ejercicio de sus funciones sus miembros no
dependen de ninguna autoridad administrativa, sino de los organismos
judiciales de mayor jerarquía". El artículo 15 del Decreto Ley No. 23.201
dispone: "Los Consejos de Guerra y los Consejos Superiores de Justicia de
las Fuerzas Armadas Policiales son Tribunales Permanentes
jerárquicamente hellip;]".
119Cfr Caso Almonacid Arellano y otros, supra nota 6, párr. 131; Caso de
la Masacre de Pueblo Bello, supra nota 3, párr. 189, y Caso Palamara
Iribarne. Sentencia de 22 de noviembre de 2005. Serie C No. 135, párr.
120 Cfr. Caso Almonacid Arellano y otros, supra nota 6, párr. 131; Caso
Palamara Iribarne, supra nota 119, párr. 143, y Caso 19 Comerciantes,
supra nota 110, párr. 167.
123Cfr.Caso Vargas Areco, supra nota 1, párr. 102; Caso Ximenes Lopes,
supra nota 6, párr. 196, y Caso García Asto y Ramírez Rojas. Sentencia de
25 de noviembre de 2005. Serie C No. 137, párr. 166. En igual sentido, cfr.
European Court of Human Rights. Wimmer v. Germany, no. 60534/00, §
23, 24 May 2005; Panchenko v. Russia, no. 45100/98, § 129, 8 February
2005, y Todorov v. Bulgaria, no. 39832/98, § 45, 18 January 2005.
124Cfr. Caso de la Masacre de Pueblo Bello, supra nota 3, párr. 171 y Caso
de la "Masacre de Mapiripán", supra nota 2, párr. 214. En igual sentido,
Caso García Asto y Ramírez Rojas, supra nota 123, párr. 167.
160. Según ha sido reiteradamente señalado, los hechos del presente caso
han infringido normas inderogables de derecho internacional (ius cogens).
En los términos del artículo 1.1 de la Convención Americana, los Estados
están obligados a investigar las violaciones de derechos humanos y a juzgar
y sancionar a los responsables. Ante la naturaleza y gravedad de los
hechos, más aún tratándose de un contexto de violación sistemática de
derechos humanos, la necesidad de erradicar la impunidad se presenta
ante la comunidad internacional como un deber de cooperación
interestatal para estos efectos. El acceso a la justicia constituye una norma
imperativa de Derecho Internacional y, como tal, genera obligaciones erga
omnes para los Estados de adoptar las medidas que sean necesarias para
no dejar en la impunidad esas violaciones, ya sea ejerciendo su jurisdicción
para aplicar su derecho interno y el Derecho Internacional para juzgar y,
en su caso, sancionar a los responsables de hechos de esa índole, o
colaborando con otros Estados que lo hagan o procuren hacerlo. La Corte
recuerda que, bajo el mecanismo de garantía colectiva establecido en la
Convención Americana, en conjunto con las obligaciones internacionales
133 134
regionales y universales en la materia, los Estados Parte en la
135
Convención deben colaborar entre sí en ese sentido .
**
XI
a) las leyes de auto amnistía No. 26.479 y No. 26.492 han perdido sus
efectos jurídicos de manera total y general y no son aplicables en
ningún caso;
Consideraciones de la Corte
169. La Corte destaca que las partes están expresamente de acuerdo con el
carácter incompatible de dichas leyes de amnistía con la Convención
Americana, pues el incumplimiento de la Convención por parte del Perú
por la emisión misma, y la vigencia como tal, de esas leyes, ya fue
declarada con efectos generales por el Tribunal en el caso Barrios Altos.
Por ende, la Corte observa que la controversia subsistente entre la
Comisión Interamericana, por un lado, y el Estado y las representantes,
por otro, en relación con las obligaciones del Estado en el marco del
artículo 2 de la Convención, gira en torno a la determinación de si esas
leyes continúan surtiendo efectos luego de lo declarado por este Tribunal
en aquel caso. Luego, en el supuesto de que las leyes continúen surtiendo
efectos, si ello constituiría un incumplimiento de esa norma convencional
por parte del Estado o, de no ser así, si la existencia misma de esas leyes
sigue constituyendo un incumplimiento de la Convención y si el Estado
estaría obligado, por ende, a adoptar ulteriores medidas de derecho
interno al respecto.
170. En relación con la obligación general contenida en el artículo 2 de la
Convención, la Corte ha afirmado en varias oportunidades que
139Cfr. Caso Almonacid Arellano y otros, supra nota 6, párr. 117; Caso
"Instituto de Reeducación del Menor". Sentencia de 2 de septiembre de
2004. Serie C No. 112, párr. 205, y Caso Bulacio. Sentencia de 18 de
septiembre de 2003. Serie C No. 100, párr. 140.
141Cfr. Caso "Instituto de Reeducación del Menor", supra nota 139, párr.
205.
142Cfr. Caso Almonacid Arrellano y otros, supra nota 6,párr. 118; Caso
Ximenes Lopes, supra nota 6, párr. 83, y Caso "La Última Tentación de
Cristo" (Olmedo Bustos y otros) . Sentencia de 5 de febrero de 2001. Serie
C No. 73, párr. 85.
144 Cfr. Caso Fermín Ramírez, supra nota 128, párrs. 96 a 98, y Caso
Hilaire, Constantine y Benjamin y otros. Sentencia de 21 de junio de
2002. Serie C No. 94, párr. 113.
146Cfr. Caso Almonacid Arrellano y otros, supra nota 6, párr. 118, y Caso
Raxcacó Reyes, supra nota 128, párr. 87.
147Cfr. Caso Almonacid Arrellano y otros, supra nota 6, párrs. 123 a 125.
175. Hecha esa precisión, deben ser analizados los hechos y las prácticas
del Estado en su conjunto para valorar el cumplimiento de la obligación
general del artículo 2 por parte del Estado. Por ende, es pertinente verificar
si las leyes de amnistía han continuado "representando un obstáculo para
la investigación de los hechos que constituyen este caso y[/o] para la
identificación y el castigo de los responsables" o si tienen o pueden seguir
teniendo "igual o similar impacto respecto de otros casos de violación de
los derechos consagrados en la Convención Americana acontecidos en el
148
Perú" .
176. La Corte observa que, durante el trámite del presente caso ante el
sistema interamericano, la Comisión recomendó inicialmente en el
Informe de fondo No. 95/05 al Estado la "derogación" de las leyes. Luego,
al presentar la demanda, por considerar que no había garantizado "la
nulidad e inaplicabilidad" de aquéllas, solicitó a la Corte que ordenara al
Estado la adopción de medidas para garantizar su "privación de efectos".
Por último, en sus alegatos orales y escritos la Comisión solicitó la
"supresión" o "erradicación del ordenamiento" de dichas leyes mediante
"un acto estatal de igual o superior jerarquía". Más allá de que esas
calificaciones hayan podido dificultar la eventual definición por parte del
Estado del contenido preciso de la medida de derecho interno por adoptar,
la Corte advierte que la Comisión no ha determinado hechos o situaciones
que demuestren la alegada persistencia de los efectos de las leyes de
amnistía, ni ha especificado la manera en que la amenaza de ser aplicadas
podría concretarse en un futuro.
[s]i bien formalmente las Leyes 26479 y 26492 no han sido derogadas
por el Congreso, carecen de efecto jurídico alguno [...]; en consecuencia,
ninguna autoridad judicial puede aplicarlas pues no sólo violan la
Constitución sino también la Convención Americana sobre Derechos
Humanos y la jurisprudencia del Tribunal Constitucional que ha
reconocido la existencia del derecho a la verdad. [...] Si el Congreso opta
por derogar las leyes de amnistía implicaría un explícito
reconocimiento a su vigencia, lo cual sería contradictorio con la
afirmación de que dichas leyes carecen de efecto jurídico alguno. Debe
tomarse en cuenta que la derogación produce el cese de vigencia de una
149
ley y que ello carece de eficacia retroactiva .
XII
REPARACIONES
Alegatos de la Comisión
g) al realizar los cálculos del daño material se debe tener en cuenta que
el Estado depositó tres millones de nuevos soles a favor de los
herederos legales de las víctimas en este caso;
i) al realizar los cálculos del lucro cesante debe tomarse en cuenta que
nueve de las presuntas víctimas eran estudiantes y, en un período
aproximado de dos años, presumiblemente ingresarían al mercado
laboral. Por otra parte, el señor Hugo Muñoz Sánchez era catedrático
principal de La Cantuta. En total, solicitaron a la Corte que ordene al
Estado la indemnización por concepto de lucro cesante por US$
408.136,10145.
Consideraciones de la Corte
202. Las reparaciones son medidas que tienden a hacer desaparecer los
efectos de las violaciones cometidas. Su naturaleza y su monto dependen
de las características de la violación y del daño ocasionado en los planos
material e inmaterial. No pueden implicar enriquecimiento ni
empobrecimiento para la víctima o sus sucesores, y deben guardar relación
164
con las violaciones declaradas en la Sentencia .
A) BENEFICIARIOS
208. En virtud de que en la citada sentencia del CSJM no eran claros los
conceptos por los cuales los herederos de las víctimas habían recibido esa
"reparación civil", la Corte solicitó a las partes información y aclaración al
respecto, como prueba para mejor resolver (suprapárrs. 36). Al respecto, el
Estado manifestó que, si bien la sentencia no hizo mención expresa a los
fundamentos legales que se aplicaron para fijarla, "en el derecho penal
militar peruano la reparación civil abarca tanto el daño material como el
moral causado a la víctima y a sus representantes". Asimismo, manifestó
que "también son de aplicación las disposiciones penales comunes[,
respecto de las cuales,] cuando se trate de una reparación civil dispuesta
por una sentencia penal, se comprende, además de la restitución del bien,
la indemnización de los daños y perjuicios sufridos por el agraviado." Por
su parte, la Comisión manifestó que la indemnización recibida se otorgó "a
las víctimas, no así a sus familiares, como reparación civil por los daños
causados".
**
211. Por otro lado, el Estado manifestó que "para tratar de abordar de una
manera integral el conjunto de daños que viene sufriendo la población
peruana, [la Comisión de la Verdad y Reconciliación] ha propuesto un
conjunto de recomendaciones, entre las cuales sin duda están las de que el
Estado establezca una política de reparaciones[, las cuales] deben [...]
aplicarse y entenderse desde el marco de una ley reciente del año pasado
que acoge la recomendación central de [...] establecer un programa integral
de reparaciones, que [...] permitirá no sólo que se establezcan y se apliquen
medidas de reparación colectiva, sino también, después de la creación de
un registro único de víctimas, medidas de reparación económica,
individual a las familias de las víctimas. Esto es parte de un proceso muy
importante pero que no puede [...] ser realizado en un plazo más breve".
B) DAÑO MATERIAL
214. Por otro lado, al menos cuatro familiares de las víctimas dejaron de
realizar las actividades a las que se dedicaban al momento de los hechos,
pues dirigieron todos sus esfuerzos a la búsqueda de justicia en el presente
caso, lo cual les generó gastos. Así, la señora Andrea Gisela Ortiz Perea
declaró que dejó sus estudios universitarios; la señora Antonia Pérez
Velásquez manifestó que dejó de trabajar como maestra de primaria; la
señora Alejandrina Raida Cóndor Saez declaró que dejó de trabajar
lavando ropa, y la señora Dina Flormelania Pablo Mateo manifestó que
dejó de trabajar en el mercado. En consideración de esas circunstancias, la
Corte estima procedente ordenar al Estado el pago, en equidad, de una
compensación de US $20.000,00 (veinte mil dólares de los Estados
Unidos de América) a cada una de las señoras Alejandrina Raida Cóndor
Saez y Dina Flormelania Pablo Mateo y de US $25.000,00 (veinticinco mil
dólares de los Estados Unidos de América) a cada una de las señoras
Andrea Gisela Ortiz Perea y Antonia Pérez Velásquez.
C) DAÑO INMATERIAL
170Cfr. Caso Almonacid Arellano y otros, supra nota 6, párr. 161; Caso
Vargas Areco, supra nota 1, párr. 150, y Caso Goiburú y otros, supra nota
1, párr. 160.
220. Con base en lo anterior, las compensaciones fijadas por la Corte son
las siguientes:
173Cfr.Caso Goiburú y otros, supra nota 1, párr. 164; Caso Ximenes Lopes,
supra nota 6, párr. 245, y Caso Masacre de Pueblo Bello, supra nota 3,
párr. 266.
Crimes against humanity are serious acts of violence which harm human
beings by striking what is most essential to them: their life, liberty,
physical welfare, health, and or dignity. They are inhumane acts that by
their extent and gravity go beyond the limits tolerable to the international
community, which must perforce demand their punishment. But crimes
against humanity also transcend the individual because when the
individual is assaulted, humanity comes under attack and is negated. It is
therefore the concept of humanity as victim which essentially
characterises crimes against humanity.
Los crímenes contra la humanidad son serios actos de violencia que dañan
a los seres humanos al golpear lo más esencial para ellos: su vida, su
libertad, su bienestar físico, su salud y/o su dignidad. Son actos inhumanos
que por su extensión y gravedad van más allá de los límites de lo tolerable
para la comunidad internacional, la que debe necesariamente exigir su
castigo. Pero los crímenes contra la humanidad también trascienden al
individuo, porque cuando el individuo es agredido, se ataca y se niega a la
humanidad toda. Por eso lo que caracteriza esencialmente al crimen contra
la humanidad es el concepto de la humanidad como víctima (traducción
libre).
[...] Los crímenes de lesa humanidad van más allá de lo tolerable por la
comunidad internacional y ofenden a la humanidad toda. El daño que
tales crímenes ocasionan permanece vigente para la sociedad nacional y
para la comunidad internacional, las que exigen la investigación y el
castigo de los responsables. En este sentido, la Convención sobre la
imprescriptibilidad de los crímenes de guerra y de los crímenes de lesa
180
humanidad claramente afirmó que tales ilícitos internacionales "son
imprescriptibles, cualquiera que sea la fecha en que se hayan
cometido".
[...] Aún cuando [el Estado] no ha[ya] ratificado dicha Convención, esta
Corte considera que la imprescriptibilidad de los crímenes de lesa
humanidad surge como categoría de norma de Derecho Internacional
General (ius cogens), que no nace con tal Convención sino que está
reconocida en ella. Consecuentemente, [el Estado] no puede dejar de
cumplir esta norma imperativa.
182Cfr. Caso Montero Aranguren y otros (Retén de Catia), supra nota 97,
párr. 139; Caso Baldeón García, supra nota 163, párr. 199, y Caso de
Blanco Romero y otros, supra nota 100, párr. 97.
b) Búsqueda y sepultura de los restos de las víctimas desaparecidas
233. Este Tribunal valora positivamente que en junio del presente año el
Presidente de la República haya pedido perdón a las autoridades de la
Universidad de La Cantuta, con ocasión de una condecoración que le
confirió dicho centro de estudios (supra párr. 197.c).
d) Publicación de la sentencia
186
237. Como lo ha dispuesto en otros casos, como medida de satisfacción ,
el Estado deberá publicar en el Diario Oficial y en otrodiario de amplia
circulación nacional, por una sola vez, los párrafos 49 a 57 del capítulo
relativo al allanamiento parcial; los hechos probados de esta Sentencia, sin
las notas al pie de página correspondientes; los párrafos considerativos 81
a 98, 109 a 116, 122 a 129, 135 a 161 y 165 a 189, y la parte resolutiva de la
misma. Para estas publicaciones se fija el plazo de seis meses, a partir de la
notificación de la presente Sentencia.
e) Costas y Gastos
F) Modalidad de Cumplimiento
249. El pago destinado a solventar las costas y gastos generados por las
gestiones realizadas por las representantes en dichos procedimientos serán
hechos a las señoras Andrea Gisela Ortiz Perea y Alejandrina Raida Cóndor
Saez, quienes efectuarán los pagos correspondientes (supra párr. 245).
XIII
PUNTOS RESOLUTIVOS
La Corte,
Decide:
Por unanimidad,
Declara:
Y Dispone:
11. El Estado debe llevar a cabo, en el plazo de seis meses, un acto público
de reconocimiento de responsabilidad, en los términos del párrafo 235 de
la Sentencia.
12. El Estado debe asegurar, dentro del plazo de un año, que las 10
personas declaradas como víctimas ejecutadas o de desaparición forzada
en la presente Sentencia se encuentren representadas en el monumento
denominado "El Ojo que Llora", en caso de que no lo estén ya y de que los
familiares de las referidas víctimas así lo deseen, para lo cual debe
coordinar con dichos familiares la realización de un acto, en el cual puedan
incorporar una inscripción con el nombre de la víctima como corresponda
conforme a las características de dicho monumento, en los términos del
párrafo 236 de la presente Sentencia.
13. El Estado debe publicar, en el plazo de seis meses, en el Diario Oficial y
en otro diario de amplia circulación nacional, por una sola vez, los párrafos
37 a 44 y 51 a 58 del capítulo relativo al allanamiento parcial, los hechos
probados de esta Sentencia sin las notas al pie de página correspondientes,
los párrafos considerativos 81 a 98, 109 a 116, 122 a 129, 135 a 161 y 165 a
189, y la parte resolutiva de la misma, en los términos del párrafo 237 de la
misma.
14. El Estado debe proveer a todos los familiares de Hugo Muñoz Sánchez,
Dora Oyague Fierro, Marcelino Rosales Cárdenas, Bertila Lozano Torres,
Luis Enrique Ortiz Perea, Armando Richard Amaro Cóndor, Robert Edgar
Teodoro Espinoza, Heráclides Pablo Meza, Juan Gabriel Mariños Figueroa
y Felipe Flores Chipana, previa manifestación de su consentimiento para
estos efectos, a partir de la notificación de la presente Sentencia y por el
tiempo que sea necesario, sin cargo alguno y por medio de los servicios
nacionales de salud, un tratamiento adecuado, incluida la provisión de
medicamentos, en los términos del párrafo 238 de la Sentencia.
16. El Estado debe pagar a Andrea Gisela Ortiz Perea, Antonia Pérez
Velásquez, Alejandrina Raida Cóndor Saez, Dina Flormelania Pablo Mateo,
Rosario Muñoz Sánchez, Fedor Muñoz Sánchez, Hilario Jaime Amaro
Ancco, Magna Rosa Perea de Ortiz, Víctor Andrés Ortiz Torres, José Ariol
Teodoro León, Bertila Bravo Trujillo y José Esteban Oyague Velazco, en el
plazo de un año, las cantidades fijadas en los párrafos 214 y 215 de la
presente Sentencia, por concepto de compensación por daños materiales,
en los términos de los párrafos 246 a 248 y 250 a 252 de la misma.
Presidente
Cecilia Medina
Juezadhoc
Secretario
Comuníquese y ejecútese,
Presidente
Secretario
A LA SENTENCIA DE LA
CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS
EN EL CASO LA CANTUTA,
15. El Tribunal que resuelve sobre derechos humanos debe poner especial
cuidado en la solución de supuestos o reales dilemas, con el propósito de
alcanzar, en la mayor medida posible, la conciliación entre los derechos en
pugna, a fin de garantizar la más amplia protección del titular de éstos.
Empero, tampoco se puede rehuir la verificación de que, en ciertos casos,
es necesario asignar mayor jerarquía a uno de tales derechos para obtener,
con ese reconocimiento, una tutela material más completa y satisfactoria
para la persona. Es así que el plazo razonable cede frente a las exigencias
de la justicia.
21. Nos hallamos, en suma, ante una forma sui generis de justicia que
ingresa en los valores políticos y morales de una sociedad y revisa las
relaciones entre el poder político y el ser humano. Por ello las audiencias
que preside la Corte Interamericana y las sentencias que dicta abordan
puntos que se hallan formalmente fuera de controversia, pero interesan a
la sociedad en su conjunto y gravitan sobre los deberes del sistema
protector de los derechos humanos, del que forma parte la jurisdicción
interamericana. Afortunadamente, estas particularidades de la justicia
sobre derechos humanos han sido bien comprendidas por las partes en el
proceso, que facilitan el desarrollo del enjuiciamiento dentro de las
características que lo singularizan y que pudieran resultar innecesarias o
acaso improcedentes en otros órdenes jurisdiccionales.
28. Por lo que toca a la persona que recibe la solicitud, habría que
reflexionar en el sentido que tiene el perdón que se pide y otorga:
¿absuelve de una culpa? ¿redime al solicitante? ¿carece de efectos
jurídicos, aunque los tenga morales? En fin: ¿cuál es el sentido del perdón
por hechos de gravedad extrema (que en ocasiones parecen
imperdonables, para decirlo con franqueza) y cuál es su eficacia verdadera
en relación con el proceso, la sentencia, el deber de justicia que atañe al
Estado, las reclamaciones a las que tiene derecho la víctima? ¿forma parte
de la conciliación y de la reconciliación? Y si es así, ¿cuál es su eficacia
compositiva desde la perspectiva jurídica que corresponde a la sentencia
del Tribunal internacional y trasciende hacia los deberes del Estado?
Juez
Secretario
190. U. Jara, Ojo por Ojo - La Verdadera Historia del Grupo Colina, Lima,
Edit. Norma, 2003, pp. 59-60; y cf. pp. 75, 78, 88 y 124, para las "lecciones
aprendidas" por los asesinos en la Escuela de las Américas.
191.Ibid., pp. 180-181, y cf. pp. 130-133, 144, 150-151, 160-163 y 177-179.
15. Que tienen a decir, ante esta manifestación del propio Estado
responsable, los jusinternacionalistas que siguen insistiendo que no puede
haber un crimen de Estado, ante la evidencia abrumadora de los hechos y
las pruebas en este caso de La Cantuta? Hasta cuándo permanecerán en
las tinieblas de su falta de conciencia y sensibilidad con el destino de las
víctimas de la brutalidad humana? Cuándo despertarán para la necesidad
de contribuir a la credibilidad de la legal profession, dejando de cerrar los
ojos a la criminalidad del Estado?
18. Esta Corte ha, asimismo, valorado que el propio Estado demandado ha
reconocido "la parcialidad con la que actuaron los magistrados del fuero
militar en el juzgamiento de los hechos de La Cantuta" (párr. 144). La
Corte reiteró su entendimiento en el sentido de que "en un Estado
democrático de Derecho la jurisdicción penal militar ha de tener un
alcance restrictivo y excepcional" (párr. 142). En el presente caso, hubo
"manipulación de mecanismos legales y constitucionales", obstrucción de
las investigaciones en la justicia ordinaria, "derivación irregular de las
investigaciones al fuero militar", con lo que se "pretendió lograr la
impunidad de los responsables" (párr. 143).
196. CVR, Informe Final, op. cit. supra n. (3), secciones 2(19), pp. 605-
632, y 2(22), pp. 233-245.
197. CVR, Informe Final, op. cit. supra n. (3), sección 2(45), pp. 475-493.
198. CVR, Informe Final, op. cit. supra n. (3), sección 2(58), pp. 629-647.
199. CVR, Informe Final, op. cit. supra n. (3), sección 1(2)(1), pp. 59, 63,
65, 67-68, 107, 118, 131-132, 143, 151, 178, 191, 212-213, 260, 380, 401,
404-406, 408, 410, 413-414, 417, 421, 436, 439, 467-468, 472-475, 480-
481, 484, 498-500, 504, 510, 521 y 529.
Hay que tener presente, en relación con las leyes de autoamnistía, que
su legalidad en el plano del derecho interno, al conllevar a la
impunidad y la injusticia, encuéntrase en flagrante incompatibilidad
con la normativa de protección del Derecho Internacional de los
Derechos Humanos, acarreando violaciones de jure de los derechos de
la persona humana. El corpus juris del Derecho Internacional de los
Derechos Humanos pone de relieve que no todo lo que es legal en el
ordenamiento jurídico interno lo es en el ordenamiento jurídico
internacional, y aún más cuando están en juego valores superiores
(como la verdad y la justicia). En realidad, lo que se pasó a denominar
leyes de amnistía, y particularmente la modalidad perversa de las
llamadas leyes de autoamnistía, aunque se consideren leyes bajo un
determinado ordenamiento jurídico interno, no lo son en el ámbito del
Derecho Internacional de los Derechos Humanos. (...)
No hay que olvidarse jamás que el Estado fue originalmente concebido
para la realización del bien común. El Estado existe para el ser humano,
y no vice versa. Ningún Estado puede considerarse por encima del
Derecho, cuyas normas tienen por destinatarios últimos los seres
humanos. (...) Hay que decirlo y repetirlo con firmeza, cuantas veces sea
necesario: en el dominio del Derecho Internacional de los Derechos
Humanos, las llamadas "leyes" de autoamnistía no son verdaderamente
leyes: no son nada más que una aberración, una afrenta inadmisible a la
conciencia jurídica de la humanidad" (párrs. 5-6 y 26).
36. Hay un otro aspecto del presente caso La Cantuta que me sensibiliza
profundamente, al momento en que completo 12 años como Juez Titular
202
de esta Corte y 30 anos como Profesor universitario . Me veo así en la
obligación de dejar constancia de mi fe inquebrantable en la Universitas, y
de mi convicción de que, en el cas d'espèce, además del crimen de Estado
perpetrado en perjuicio de las víctimas (un Profesor y 9 estudiantes
Universitarios) y sus familiares, se cometió una agresión inadmisible a una
institución dotada de un carácter de universalidad por excelencia: la
Universidad, - en el caso concreto, la Universidad de La Cantuta.
202. Con base permanente en Brasília, pero como Profesor invitado en
varias de las principales Universidades de todos los continentes.
"Después de los momentos de sombra, han venido los de luz. Pero nadie
puede asegurarnos - y esto en relación con cualquier país - que las
tinieblas no vuelvan a llegar. Si esto viniera a ocurrir, lo único seguro
sería que a dichas tinieblas se seguiría otra vez la luz, - como en la
sucesión de noche y día, o de día y noche. Así como las tinieblas llegan
cuando se desvanece la luz, también los primeros rayos de luz brotan de
los últimos senos de la oscuridad. La tensión del claro-oscuro, de los
avances mezclados con retrocesos, es propia de la condición humana,
como ya hace siglos señalaban, con tanta lucidez, los antiguos griegos
(siempre tan contemporáneos), en uno de sus mayores legados a la
evolución del pensamiento humano.
209. A.A. Cançado Trindade, "Hacia el Nuevo Jus Gentium del Siglo XXI:
El Derecho Universal de la Humanidad", in A.A. Cançado Trindade Doctor
Honoris Causa - Cuadernos del Archivo de la Universidad (n. 39), Lima,
PUC/Perú, 2005, p. 38, y cf. pp. 30-41.
42. A lo largo del siglo XIX e inicio del siglo XX, a la par de ataques que
sufrió en numerosos países, la Universidad pasó trágicamente a perder de
vista el sentido original de su vocación, al gradualmente limitarse a centro
de investigación profesional "especializada", remplazando así la cultura, de
tanta importancia para la vida. En nuestros tiempos, la Universidad sigue
siendo atacada y banalizada, de varias maneras. En un célebre manifiesto
de 1930, en defensa de la recuperación por la Universidad de su rol de
enseñanza y transmisión de las disciplinas culturales, J. Ortega y Gasset
advirtió:
49. Al concluir este Voto Razonado, mi último Voto como Juez Titular de
esta Corte, me permito volver a mi punto de partida. Los crímenes de
Estado acarrean serias consecuencias jurídicas. En el momento en que
termino de escribir este Voto Razonado, hay doce pedidos de extradición
217
del Ex-Presidente A. Fujimori presentados por Perú a Chile , entre los
cuales se encuentra el correspondiente a la responsabilidad por lo ocurrido
en el presente caso de La Cantuta. Recientemente, en otro caso resuelto
por esta Corte, el de Goiburú y Otros versus Paraguay (Sentencia del
22.09.2006), se revelaron los horrores de la llamada "Operación Condor",
en el marco de la cual se perpetraron crímenes de Estado en una escala
218
transfronteriza o interestatal . La reacción de la conciencia jurídica se
manifiesta hoy día en el reconocimiento de que el deber general de
investigar, para asegurar el respeto de los derechos humanos consagrados
en la Convención Americana (artículo 1(1)), también se aplica en una escala
interestatal, en el ejercicio de la garantía colectiva por los Estados Partes
en la Convención Americana (como lo son Chile y Perú).
52. Fue un crimen de Estado, que involucró, con animus agressionis, una
cadena de comando, compuesta por numerosos agentes del poder público
(de los distintos poderes del Estado), desde el Presidente de la República
hasta los perpetradores de las ejecuciones extrajudiciales y demás
violaciones de los derechos humanos. Al pasar a las consecuencias
jurídicas de dichas violaciones, esta Corte ha señalado, en la presente
Sentencia sobre el caso de La Cantuta, que
54. Como reacción de la conciencia jurídica universal (la cual, para mí,
constituye la fuente material última de todo el Derecho), se ha conformado
en nuestros tiempos un régimen jurídico verdaderamente universal de
prohibición absoluta de la tortura, de las desapariciones forzadas de
personas, y de las ejecuciones sumarias y extrajudiciales. Dicha
prohibición pertenece al dominio del jus cogens. Y dichos crímenes contra
la humanidad (situados en la confluencia del Derecho Internacional de los
Derechos Humanos y del Derecho Penal Internacional), como la Corte lo
señaló en su Sentencia en el caso Almonacid y viene de reiterarlo en la
presente Sentencia en el caso de La Cantuta, afectan no solamente a los
victimados, sino a la humanidad como un todo (párr. 225).
58. En casos como el presente, en que el aparato del poder estatal fue
indebidamente utilizado para cometer crímenes de Estado (en una
chocante distorsión de los fines del Estado), constituyendo violaciones
inadmisibles del jus cogens, y para después encubrir dichos crímenes y
mantener sus agentes, perpetradores de los mismos, en la impunidad, y los
familiares de las víctimas (también victimados) en la más completa
desolación y desesperación, - en casos como los de La Cantuta y de
Barrios Altos, en que los crímenes contra los derechos humanos fueron
perpetrados en el marco de una comprobada práctica criminal del Estado, -
las pacientes reconstitución y determinación de los hechos por esta Corte
constituyen, ellas propias, una de las formas de proveer satisfacción - como
forma de reparación - debida a los familiares sobrevivientes de las víctimas
(quienes también son víctimas), y de rendir honor a la memoria de las
víctimas fallecidas.
59. El jus cogens resiste a los crímenes de Estado, e impone sanciones a los
mismos, en razón del pronto comprometimiento de la responsabilidad
internacional agravada del Estado. Como consecuencia de dichos
crímenes, las reparaciones debidas asumen la forma de distintas
obligaciones de hacer, incluyendo la investigación, enjuiciamiento y
sanción de los responsables por los crímenes de Estado que perpetraron
(por acción u omisión). El Derecho no deja de existir por la violación de sus
normas, como pretenden insinuar los "realistas" degenerados por su
ineludible y patética idolatría al poder establecido. Todo lo contrario, el
derecho imperativo (jus cogens) reacciona inmediatamente a dichas
violaciones, e impone sanciones.
Juez
Secretario
Los hechos y sus derivaciones, ocurridos en la década de los años 90', han
sido violatorios de los derechos a la vida, a la integridad y libertad
personales, así como a las garantías y protección judiciales, y a ellos se
suma, además, el incumplimiento de la obligación de no dictarse normas
que resulten contrarias a las de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos y que se destinen a impedir el efectivo ejercicio de los derechos y
libertades que la misma consagra, pues se pretendía la aplicación de leyes
de amnistía, cuya ineficacia ad initio ha quedado definitivamente
establecida.
Juezad hoc
Secretario