GRUPO 3 - INVESTIGACIÓN - PEC2 Definitivo
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Grupo 3
Resumen
La presente revisión bibliográfica, tras definir el actual marco histórico, económico y social que
determina el estado actual de la educación en línea, analiza las principales líneas de investigación
sobre personalización del aprendizaje, las emociones, y el aprendizaje colaborativo en la formación
en línea de ingenieros de software. Las conclusiones obtenidas son que todavía es necesaria una
mayor profundización en la repercusión y gestión de los aspectos emocionales, especialmente en el
ámbito colaborativo en línea indicado, lo que requiere de instrumentos de evaluación adecuados
capaces de promover avances hacia un modelo personalizado, emocional y colaborativo.
Palabras clave
Keywords
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–
Indice
1. Introducción 3
3. Discusión 6
4. Conclusiones 7
5. Anexos 8
5.1. Anexo 1. Características de los buenos estudiantes virtuales 8
5.2. Anexo 2. Palabras clave empleadas en la revisión bibliográfica 9
6. Bibliografía 11
a) Referencias citadas 11
b) Referencias consultadas 15
3
1. Introducción
1
Del que resultan características expresiones como la de Laurillard (2002): “No hay progreso (...) en cómo enseñamos, a
pesar de lo que podría ser posible con la nueva tecnología.” (“There is no progress … in how we teach, despite what might be
possible with the new technology.) (p. 20)
2
Los orígenes de esta tensión subyacente pueden rastrearse ya desde el auge de la modernidad. Véase Fromm (1956).
3
Se trata del “exceso de positividad” de una sociedad que cree que “nada es imposible”, lo que contrasta con los niveles
epidémicos que la depresión ha alcanzado a comienzos de este siglo –en los países desarrollados con mayores posibilidades
tecnológicas. Este hombre depresivo es aquel “animal laborans que se explota a sí mismo, a saber: voluntariamente, sin
coacción externa. Él es, al mismo tiempo, verdugo y víctima.” (Han, 2010, Cap. 1).
4
El elearning permite salvar los límites del espacio y el tiempo en educación. Así, permite
conectar entre sí personas y lugares muy distantes geográficamente4. A la vez que ofrece
posibilidades, cada vez más relevantes socialmente, para la formación permanente de los
ciudadanos (Cabero-Almenara et al., 2016). Así, el eLearning se presenta como un recurso
inestimable para el aprendizaje colaborativo (Onrubia, Colomina y Engel, 2008), puesto que éste
requiere la interacción entre sus participantes y con los contenidos (Cabrero-Almenara et al., 2016).
Las evidencias apuntan a que los CSCL (Computer-Support Collaborative Learning /
Aprendizaje colaborativo asistido por un ordenador) (Lucero, 2003) flexibilizan el tiempo en el que
cada estudiante puede desarrollar su trabajo, favoreciendo la competencia de aprender a aprender,
enriquece las posibilidades de seguimiento del alumnado, además de ahorrar costos y
desplazamientos (García-Peñalvo, 2005). Por contra, exigen una cierta competencia digital para su
uso, requieren más tiempo del profesor y pueden suponer una bajada de la calidad de los contenidos,
además del reto de seguridad en la autentificación de los estudiantes.
Aplicado a la formación de ingenieros de software, la colaboración en línea combinada con
una metodología ágil en el desarrollo de software se ha comprobado efectiva, siendo usada desde
hace décadas en contextos profesionales (Gurses, 2006; Hoda et al., 2013; Kropp y Meier, 2013;
Mahnic, 2012; Seger Guttmann y Ronen Bar-Nahor, 2008; Strode et al., 2012; Syed-Abdullah et al. ,
2006; Wongthongtham et al., 2004). Los diferentes esfuerzos se han centrado en hacer más eficaz la
colaboración, a la vez que en mejorar la experiencia de los usuarios (Syed-Abdullah et al., 2006). Así,
por ejemplo, la optimización del proceso colaborativo ha buscado reducir la ansiedad debida al
diseño colaborativo (architectural design anxiety) (Gurses, 2006, p. 2). Por otro lado, también destaca
el estudio en torno a la motivación y actitudes de los estudiantes como predictores del éxito del
aprendizaje, especialmente en relación a las diferencias entre los estudiantes (Cheng, 2014). Así, por
ejemplo, se han considerado desde la autorregulación y capacidad de autoorganización (Hoda, 2013)
hasta el estado de fluir alcanzado durante el trabajo (Walter et al., 2015).
3. Discusión
4
Por ejemplo, el proyecto BridgeIT, que lleva a escuelas de zonas aisladas de América Latina y Asia “contenidos actualizados
que sirven de apoyo a pedagogías de aprendizaje basado en la experimentación” (Organización de las Naciones Unidas para
la Educación, p. 10)
7
Por otro lado, a pesar de que los estudios recientes relacionan el bienestar de los
trabajadores con una mejor eficacia en el trabajo colaborativo, y por tanto en su formación y su
aprendizaje (Syed-Abdullah et al., 2006), no hemos encontrado planteamientos de formación en línea
que consideren la autocompasión (Germer y Neff, 2013; García-Campayo et al., 2014) como uno de
los factores emocionales a valorar. Desde un planteamiento holístico, la autocompasión ha
demostrado sus efectos beneficiosos para el individuo y para las relaciones personales, y su
consideración puede ser interesante en el ámbito de la educación en línea.
La revisión de Cheng (2014) indica que el estudio de los factores de éxito de la formación en
el entorno laboral, en el que podemos incluir las prácticas de los estudiantes de ingeniería del
software, aún resulta “de alcance limitado”5 (Cheng, 2014, p. 58), especialmente en el ámbito de las
diferencias individuales en los estudiantes/trabajadores. Así, por ejemplo, aunque sí hemos
encontrado estudios sobre el efecto de las teorías implícitas de los estudiantes en el aprendizaje de
la programación de software (Scott, 2014; Stump, 2014; Tek, 2017), no parecen haberse relacionado
dichas teorías implícitas de los estudiantes con su desempeño con metodologías ágiles para el
desarrollo de software. En concreto, no hemos encontrado en la base de datos SCOPUS ninguna
referencia que respondiera a las palabras clave “Implicit theories” y “Agile software development”.
Esto podría señalar un vacío en la literatura que podría ser interesante explorar. Para corroborarlo
sería necesario ampliar la búsqueda a otras bases de datos.
Por último, aunque compartamos la idea de Rodríguez-Gómez y Valldeoriola-Roquet (2010)
de que el universo educativo es complejo y que, por tanto, es necesario contar con distintos modelos
que nos permitan estudiar el fenómeno educativo. Consideramos que la falta de instrumentos de
evaluación que arrojen datos comparables obstaculiza el conocimiento del estado de situación de la
educación en línea y la propuesta de mejoras para su avance (Carlos y Ramírez, 2017).
4. Conclusiones
Durante las últimas décadas, la aplicación del eLearning cuenta con una sólida trayectoria e
investigación abundante, lo que permite una visión crítica de la misma. La revisión realizada, en torno
al aprendizaje colaborativo, recoge parte del conocimiento acumulado, especialmente en relación con
las características individuales de los estudiantes, del diagnóstico y la atención a sus necesidades
emocionales, así como a la optimización de los procesos de colaboración en el desarrollo de
proyectos de elaboración de software.
A pesar de ser un ámbito pujante de investigación (Cheng, 2014), hemos detectado lo que
consideramos pueden ser interesantes líneas de trabajo. En concreto, profundizar en el estudio de
las emociones en eLearning, así como su repercusión en el aprendizaje colaborativo, ya general o
aplicado específicamente al desarrollo de proyectos de software en la formación de ingenieros
informáticos.
5
“Limited in scope” (Cheng, 2014, p. 58)
8
5. Anexos
Tabla 1: Características de los buenos estudiantes en entornos virtuales. Adaptado de Borges (2007, p. 6)
Creen que el aprendizaje de calidad puede tener lugar en cualquier entorno, sea presencial o a distancia.
Organizan su tiempo adecuadamente, de forma que compatibilizan su dedicación académica con sus
obligaciones laborales y familiares.
Construyen su propio conocimiento a partir del material de estudio y también de la relación con los
compañeros y el profesor: aprenden de sus compañeros y profesor, y aprenden con ellos también.
Muestran una gran motivación y una gran autodisciplina, y las conservan durante el curso a pesar de las
dificultades que puedan encontrar.
Utilizan, si es necesario, los canales de petición de ayuda que la institución pone a su disposición.
Ayudan a los compañeros, están dispuestos a colaborar y a mantener una buena atmósfera en el aula virtual.
Tienen una actitud proactiva y son autónomos en la medida de lo posible; muestran iniciativa en su
aprendizaje y en su desempeño durante el curso.
La Tabla 2 muestra las palabras clave empleadas en la presente revisión bibliográfica. Se recogen
ordenadas por ámbito de investigación y nivel de alcance, según la propuesta de Zawacki-Richter y
Anderson (Eds.) (2014).
Self-compassion Ansiedad
Autocompasión
6. Bibliografía
a) Referencias citadas
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