Montaña
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LOGOPÉDICA EN UN CASO DE
DISCAPACIDAD INTELECTUAL
TRABAJO FIN DE GRADO
DNI: 71720619H
Grado en Logopedia
Convocatoria: Ordinaria
Índice de contenidos
RESUMEN……………………………………………………………………………………1
1. INTRODUCCIÓN…………………………………………………………………….2
2. ABORDAJE EMPÍRICO……………………………………………………………..9
2.1 DESCRIPCIÓN DEL CASO………………………………………………….9
2.2 PROCEDIMIENTO DE EVALUACIÓN LOGOPÉDICA…………………..10
SECUENCIACIÓN Y METODOLOGÍA……………………………...11
2.3 DESCRIPCIÓN DEL PROGRAMA DE INTERVENCIÓN………………...17
OBJETIVOS…………………………………………………………..17
METODOLOGÍA…………………………………………………….18
PROPUESTA Y PROCEDIMIENTOS……………………………....18
TEMPORALIZACIÓN……………………………….............18
DISEÑO DEL PROGRAMA DE INTERVENCIÓN………....19
RESULTADOS DE LA INTERVENIÓN……………………………23
3. CONCLUSIONES…………………………………………………………………....25
4. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS……………………………………………….28
5. ANEXOS……………………………………………………………………………..34
ANEXO I- DESCRIPCIÓN DEL CASO………………………………….....34
ANEXO II-CONSENTIMIENTO INFORMADO…………………………...36
ANEXO III-ESTRATEGIAS DE ORIENTACIÓN A PADRES………….....37
0
Resumen
Las personas con Discapacidad Intelectual (DI) presentan limitaciones significativas
en la adquisición de las habilidades lingüísticas, siendo más vulnerables a las alteraciones del
habla y la comunicación.
Ante las dificultades de comunicación que presentan las personas con DI, se utilizan
sistemas de comunicación alternativa y/o aumentativa, que favorecen al desarrollo del
lenguaje.
El fin de este proyecto, es el de permitir que las madres y los padres de los niños con
discapacidad intelectual utilicen una serie de estrategias a través de rutinas interactivas, con el
fin de mejorar la calidad de la interacción comunicativa y lingüística en la familia. (Bruner,
1982; Kaye, 1986).
1
1. Introducción
Durante años, el retraso cognitivo y del desarrollo han conformado el trastorno
conocido como Retraso Mental. En 2006, la Asociación Americana de Retraso Mental
(AAMR), pasó a denominarse Asociación Americana de Discapacidad Intelectual (AAID).
Junto a la modificación de la denominación de la Asociación, también se transformó la
concepción del término Retraso Mental, que pasó a denominarse Discapacidad Intelectual,
(DI en adelante). Considerando la DI como las “limitaciones significativas en el
funcionamiento intelectual y en la conducta adaptativa, expresada en habilidades adaptativas
conceptuales, sociales y prácticas. La discapacidad se origina antes de los 18 años”.
(Schalock, et al., 2007).
La causa principal de que se produzcan las lesiones en las personas con DI gravemente
afectadas o pluridiscapacidad (Boutín, 2006 y Boukeras, 2008), se debe a una lesión amplia y
difusa en el Sistema Nervioso Central (SNC) y que se manifiesta con múltiples consecuencias
funcionales. En un 80 % de los casos, la lesión presenta etiología congénita y la mayoría en el
periodo prenatal. Si bien se produce en menor medida durante el periodo perinatal y postnatal,
hasta los 2-3 años de edad, es decir, desde el embarazo hasta la primera infancia.
Así mismo son numerosos los autores (Rondal, 1981; Rodríguez, 1997; Rondal, Perera
y Nadel, 2000; Buckley y Bird, 2005; Garayzábal, 2006; Del Río, 2007; Citados por Vega y
Fernández, 2013) que afirman que las personas con DI presentan limitaciones significativas
en la adquisición de las habilidades lingüísticas. Si bien no se trata de alteraciones que afecten
al orden de adquisición sí que es posible encontrar, en general, un ritmo más lento de
adquisición con una edad lingüística inferior a la edad de desarrollo. En definitiva, afirman
que estos niños (se hará efecto a este término, pero se incluirán niños y niñas) son más
vulnerables a las alteraciones del habla y la locución.
Autores como Soro-Camats, Rosell y Basill (2012) explican que las personas con DI,
normalmente presentan problemas sensoriales auditivos y/o visuales, conductas disruptivas,
desajuste emocional, alteraciones cutáneas perceptivas y gustativas, así como dificultades en
la adquisición y mantenimiento de las pautas de vigilia y sueño.
2
Otro aspecto a considerar es la presencia de otros problemas de salud como epilepsia,
dolor por malformaciones y posicionamiento incorrecto, dificultades o imposibilidad de
ingesta, complicaciones respiratorias, etc. Es por ello, que estos autores afirmen que sea
necesario conocer exhaustivamente la etiología y características que presentan las personas
con DI, para dar una respuesta ajustada a sus necesidades.
Las dificultades de comunicación en las personas con DI, son numerosas ya que no
consiguen desarrollar el lenguaje expresivo y receptivo, debido a las discapacidades que
padecen. De este modo, según afirman Soto & Solomon-Rice (2012) para paliar la necesidad
comunicativa que presentan, dependen de sistemas de comunicación no convencionales y
presentan comportamientos atípicos para expresar necesidades y deseos básicos. Afirman
además que la posibilidad de utilizar un sistema de comunicación y una adecuada
intervención, es de suma importancia para prevenir el aumento de comportamientos
inapropiados y la exclusión de la interacción social y de actividades adecuadas a su nivel de
desarrollo.
3
espontánea y generalizable), por sí solos, o en conjunción con códigos
vocales o como apoyo parcial a los mismos, o en conjunción con otros
códigos no vocales. (p. 25).
Esta definición corrobora la idea expresada en numerosos estudios que afirman que el
uso de estos sistemas facilita que los niños desarrollen sus habilidades comunicativas llegando
en muchos casos a alcanzar una comunicación funcional.
Del mismo modo, autores como Barnes (2010) estudiaron como el sistema de
comunicación bimodal resulta un sistema visual y fácil de usar para niños con DI ya que se
adquiere antes de que llegue a desarrollarse el vocabulario oral. Este autor ayudó a los niños a
conocer y desarrollar el primer vocabulario signado a través de imágenes.
Dentro de los beneficios que se han demostrado sobre el uso de SAAC, se encuentran
los trabajos realizados por Tamarit en el centro CEPRI (Tamarit, 1986 citado por Sotillo,
1993). En ellos, enseñaban a niños con graves alteraciones del desarrollo el uso de SAAC a
través del Programa de Comunicación Total. En este trabajo se comprobó que cuando
enseñaban signos a los niños, les enseñaban además una estrategia de relación interpersonal.
Esto se debe a que, la enseñanza adecuada de un SAAC conlleva un aumento de la
competencia social global, ya que enseñar comunicación es enseñar relación social.
En definitiva, es posible afirmar que, el uso de SAAC, aumenta las relaciones sociales
e interpersonales, aumentando el desarrollo comunicativo.
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Además, la combinación de signos manuales y lengua oral, no solo ayuda al desarrollo
de las habilidades emocionales del niño con DI, sino que también ayuda a estrechar la unión
afectiva del niño con sus cuidadores (Launonen, 1996, Clibbens et al., 2002).
Por otro lado, autores como Iverson et al. (2003), utilizan un sistema de comunicación
bimodal en el que los signos manuales son el punto de partida para el desarrollo del lenguaje
oral en niños con DI. Para ello establece tres estadios compuestos por diferentes pasos que los
niños tendrán que desarrollar para conseguir la perfecta adquisición del sistema de
comunicación bimodal: a) primer estadio: los niños utilizan más cantidad de signos que
palabras orales; b) segundo estadio: los niños pueden producir el mismo número de signos
que de palabras, y c) tercer estadio: el número de palabras orales que utilizan los niños con DI
aumenta significativamente, mientras que el número de signos manuales disminuye de forma
progresiva.
A través de estos tres estadios, se pudo observar el desarrollo del lenguaje oral que
estas personas consiguieron a través del uso de este SAAC.
A su vez, otro estudio que ha aportado resultados satisfactorios sobre los beneficios de
implantar el sistema de comunicación bimodal es el realizado por Vega y Fernández (2013)
en un colegio de Educación Especial (CEE). En este estudio, participaron niños con DI con
edades cronológicas comprendidas entre 12 y 16 años y con edades mentales de entre 2-3
años con dificultades comunicativas y del desarrollo. Realizaron la implantación de un
sistema de comunicación bimodal (lenguaje oral-signos manuales de LSC), consiguiendo la
reducción del desajuste que existe entre la edad cronológica y la capacidad comunicativa.
Otro de los beneficios del uso de los signos manuales en niños con DI está en
considerar que la utilización de signos manuales puede mejorar su autoconcepto como
comunicadores así como mejorar algunos aspectos emocionales (Simpson y Lynch, 2007).
5
emociones y sentimientos. Finalmente, también ayuda a reducir el desajuste entre la edad
cronológica y la capacidad comunicativa.
Por este motivo, estos autores afirman que en personas con pluridiscapacidad se
considera la evaluación como “un proceso colaborativo y amplio de recogida de información
que integre los aspectos clínicos, con los sociales, contextuales y personales. Es relevante
conocer las necesidades y posibilidades que pueden alcanzar estas personas” (p. 10).
Esto implica que en todo proceso de evaluación, es de suma importancia conocer con
precisión las características de la persona y su entorno.
Teniendo en cuenta estos aspectos, autores como Rowland (2013) usaron de manera
no estandarizada pruebas para evaluar la destreza de comunicación expresiva de niños con
discapacidad, a través de “La Matriz de Comunicación”.
Autores como Bruce et al. (2007) apostaron por la efectividad de esta prueba,
originaria de Rowland y Schweigert (1989). Presentaron “La Matriz de Comunicación”, -
como herramienta en línea- donde se recogen datos acerca de las habilidades de comunicación
6
que describen el desarrollo del lenguaje expresivo en los niños con discapacidades severas y
múltiples.
Se trata de una prueba que permite evaluar las destrezas de comunicación expresiva de
niños con discapacidad. Los resultados se resumen en un perfil que describe el nivel de
comunicación expresiva en el que se encuentra la persona. (Rowland, 2013). Se involucran
siete niveles de comunicación: Nivel I. Comportamiento Preintencional; Nivel II.
Comportamiento Intencional; Nivel III. Comunicación no convencional (comunicación
intencional); Nivel IV. Comunicación convencional (pre-simbólica); Nivel V. Símbolos
concretos (comunicación simbólica); Nivel VI. Símbolos abstractos; Nivel VII. Lenguaje.
Según afirma Rowland (2013), esta herramienta facilita la constante relación entre los
miembros del equipo interdisciplinar, incluyendo a los padres. De este modo, se conoce en
todo momento, como se comporta el sujeto en cada entorno, así como el seguimiento de las
habilidades comunicativas que vaya adquiriendo durante la intervención. Los datos que se
muestran a través de esta herramienta amplían la comprensión tanto a nivel del pre-desarrollo
de la comunicación como la adquisición de la comunicación simbólica aportando puntos de
referencia clínicos para determinar el éxito de los tratamientos.
7
Vilaseca, 2002) y los llevados a cabo en el entorno clínico de intervención logopédica
(Vilaseca, 1991; Vilaseca y del Río, 1997 citado por Vilaseca, 2002).
Otros modelos que centran la intervención en el entorno natural según cita Castejón y
España (2004), son los modelos interactivos (Juárez y Monfort, 2001; Sanchez-Cano, 2000) y
los modelos naturalistas (Von Tetzcchner y Martinsen, 1993; Del Río, 1997; Grácia, 2001),
considerando que los cambios que se producen en el contexto natural del niño, se utilizan
como núcleo importante en el proceso de intervención.
Por dicho motivo, de que en los últimos años, se hayan realizado propuestas de
intervención naturalista a través de algunas investigaciones como las de Vilaseca (2002)
dirigida a logopedas que trabajen directamente con niños con dificultades en la comunicación
y lenguaje, para así incorporar estrategias de intervención que provienen del análisis de las
interacciones naturales entre adultos y niños.
En relación con la intervención naturalista, autoras como Gràcia y del Río (1998)
presentaron una propuesta con el objetivo de proporcionar instrumentos que permitan que las
madres y padres de niños con retraso utilicen una serie de estrategias para desarrollar la
comunicación y el lenguaje con sus hijos. Es decir, los profesionales a través de rutinas
interactivas (Bruner, 1982; Kaye, 1986), pretenden mejorar la calidad de la interacción
comunicativa y lingüística en la familia. (Gallaway y Richards, 1994; del Río, 1997; Vilaseca
y del Río, 1997).
A su vez, otros autores como Galvan-Bobaira y del Río (2010), afirman que la
intervención centrada en la persona y llevada a cabo en los entornos naturales, a través de
figuras clave como son: los padres, cuidadores, profesores y logopeda; ayuda a ampliar la
comunicación y generalizar los aprendizajes en ambos contextos.
Tras los beneficios conseguidos a través de diversos estudios sobre cómo intervenir en
un contexto natural, con el apoyo de un equipo multidisciplinar que será el encargado de
coordinar el proceso de intervención así como la toma de decisiones. Será muy importante,
8
valorar las competencias y posibilidades reales que posea la persona y así poder realizar una
exhaustiva evaluación. (Del Río, 2006; Castejón y España, 2006).
Por tanto, es necesario añadir, que el logopeda debe ser consciente de los objetivos que
persigue con la intervención, debe saber proporcionar ayudas y retirarlas progresivamente, así
como tener en cuenta la planificación del entorno en el que se va a llevar a cabo la
intervención.
2. Abordaje Empírico
En el presente trabajo se describe la intervención realizada con una niña con DI. El
programa utilizado está basado en las propuestas realizadas por Gràcia y del Río (2008) y
Galván-Bobaira y del Río (2009) ambas desde la intervención en entornos naturales y basadas
en el trabajo continuo del equipo multidisciplinar (formado por los padres, la logopeda y las
maestras). En la evaluación, se utilizarán materiales no estandarizados para evaluar la
comunicación expresiva y comprensiva de la niña, así como otras pruebas estandarizadas para
evaluar la zona orofacial. Se realizará una evaluación por observación para conocer cómo se
desenvuelve la niña en el entorno escolar así como en el hogar.
IAF es una niña de 11 años y 10 meses afectada por síndrome neurológico filiado con
hipotonía. Tras someterse a varias pruebas diagnósticas sin éxito, su ubica el trastorno en el
grupo de “Enfermedades Raras o Sin Diagnóstico”. Es la única hija de una familia nuclear.
El desarrollo del embarazo fue de alto riesgo por tratamiento materno con Eutirox,
nació a las 32 semanas de gestación, con un peso de 3100 g y talla de 47 cm. Durante el
primer año de vida las hospitalizaciones fueron frecuentes ya que nació con inmadurez
bronco-pulmonar. En los siguientes años de vida de la niña, prosiguen las hospitalizaciones
por neumonías.
A los 6 meses de vida tiene el primer episodio epiléptico, es diagnosticada con epilepsia
con convulsiones tónico-clónicas, con lesión malácica prerolándica izquierda.
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Datos relevantes con respecto a los hitos del desarrollo: no hubo gateo hasta los 3 años,
los primeros pasos fueron a los 5 años, no hay control de esfínteres en torno a los 6 o 7 años.
En cuanto al desarrollo psicomotor: posee pie izquierdo equino varo, lo que le provoca una
marcha lenta y dificultosa. En cuanto al lenguaje, no existen aún las primeras palabras de
forma oral, se comunica con signos manuales, posee un lenguaje comprensivo más elevado
que el expresivo. Su repertorio de signos se eleva a 7 signos básicos (necesidades fisiológicas
y familiares más cercanos). Otras alteraciones del sistema neurosensorial: miopía (rechaza el
uso de gafas) y umbral del dolor alto. Crisis epilépticas acompañadas de convulsiones y
posterior pérdida de conocimiento, en tratamiento con Keppra, Tregretol, Noiafren y
Topamax (actualmente presenta una crisis cada dos semanas, llegando a tener en otras
ocasiones 3 crisis continuadas).
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estandarizas y no estandarizadas, en personas con DI. Finalmente, los instrumentos que se han
utilizado han sido:
- Cuestionario de Comunciación Social (SCQ) (Rutter, Bailey & Lord, 2005). Utilizado
para la observación de la conducta de la niña. Se observan problemas de interacción
social, dificultades de comunicación y conducta restringida, repetitiva y estereotipada.
- Matriz de Comunicación (Rowland, 2013). Para evaluar los niveles de comunicación
pre-verbal en los que se encuentra la niña. Realizando una matriz distinta por cada
entorno donde se encuentre la niña: hogar-colegio-clínica.
- Protocolo de Exploración Inicial Interdisciplinar Orofacial para niños y
Adolescentes (Bottini et. al. 2008). Con el objetivo de valorar el tono, postura y
movimiento de la musculatura orofacial de la niña.
Esta misma evaluación se repitió una vez terminada la intervención, con el fin de
contrastar los resultados de ambas evaluaciones, y así poder comprobar la efectividad del
programa. Se trata de realizar una evaluación pre-tratamiento y post-tratamiento, para
comprobar si la intervención ha sido eficaz y funcional en la mejora de la comunicación de la
niña.
Secuenciación y Metodología
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Se decidió que la persona que cuida a la niña cumplimentara el cuestionario ya que es
quien más tiempo pasa con ella y quien puede aportar mucha información sobre la
comunicación en diferentes entornos. Mientras se realizaba el cuestionario, se procedió a la
recogida de información sobre las interacciones comunicativas que se producían con la niña.
Sin embargo en el colegio, se mostraba más reticente ante la comunicación con sus
iguales y demás profesionales educativos, no existiendo mucha intención comunicativa con
ellos.
Además, en esta sesión se acordó que cada dos meses se realizarían sesiones conjuntas
para el seguimiento de la evolución de la niña.
Por último, en las siguientes sesiones de evaluación (las dos últimas), se realizó el
“Protocolo de Exploración Inicial Orofacial para niños y Adolescentes” para la detección de
posibles alteraciones morfológicas y/o disfunciones. Se trata de un protocolo muy útil por su
rapidez y simplicidad, ya que se realiza en una 5-8 minutos. En los resultados de la prueba, a
través de los padres, que se pudo constatar que durante el sueño a la niña no le cuesta respirar,
que mantiene un sueño agitado y mantiene el hábito del uso del chupete. Se valoró el tipo de
respiración, presenta un perfil convexo, de clase II donde la mandíbula superior se encuentra
en posición adelantada respecto a la inferior (que está más retraida). En las narinas, presenta
una disformidad, ya que el orificio derecho es más pequeño que el izquierdo, es decir, se
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encuentra en el grado II, colapso unilateral parcial. Por otro lado, la movilidad lingual es
equidistante, entre incisivos superiores e inferiores, no existiendo mucha movilidad de la
misma. Existen alteraciones en las amígdalas y en la posición de los labios en reposo. La
maloclusión de los dientes, se presenta en la clase II/1, donde la mandíbula inferior está
echada hacia delante, y la inferior tiende a ir hacia atrás. En cuanto a la deglución, interpone
la lengua para tragar. En relación con las alteraciones posturales se produce una cifosis, dorso
curvo, disminución de la curvatura lumbar, caída de hombros y flexión de rodillas.
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La evaluación de las áreas perceptiva-cognitiva, y del lenguaje y la comunicación se
realizó con “La Matriz de Comunicación”, cuyos datos finales constituyen los resultados
expuestos en común por la maestra, la familia y la logopeda. Los detallamos a continuación:
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En relación con las habilidades prerrequisito de la lectoescritura:
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Por último, para poder detallar más información sobre la personalidad, gustos y
relaciones sociales de la niña, se hizo un resumen de todas las pruebas utilizadas, así como de
las características que se observaron y se concluyeron a través del equipo multidisciplinar.
La niña es sociable, se muestra muy nerviosa ante niños más pequeños que ella, así
como ante iguales. Presenta dificultad para aceptar cambios así como la aparición
desencadenante de conductas disruptivas con autolesiones, causadas por la incomprensión de
la situación que se presenta. No se muestra capaz de controlar las emociones.
Realiza estereotipias con las manos, cuando está muy nerviosa y excitada por alguna
situación concreta, como la llegada de alguien desconocido. Ante el trabajo, precisa la
regulación constante del adulto Muestra motivación e interés por la realización de actividades
pero no cuida sus materiales. Ante los refuerzos negativos, no es capaz de llegar a comprender
el enfado, pero si los elogios.
Suele jugar sola la mayoría del tiempo con sus juguetes, mantiene juego simbólico en
los primeros niveles, juega a darle de comer a sus muñecos. Le gusta jugar con un peine, un
muñeco, también con la pelota, coches, etc.
En casa, se muestra muy autónoma, cuando los padres se van al trabajo, se queda con
la cuidadora. En su entorno familiar, es capaz de desenvolverse bien, deambula por la casa en
busca de lo que necesite, como juguetes u objetos cotidianos. Cuando no es capaz de
conseguirlo, busca al adulto y lo lleva de la mano hacia la acción que desea. Por ejemplo:
cuando quiere abrir una puerta, y no es capaz por sí sola, busca al adulto y de la mano lo lleva
hacia la puerta para que la abra.
En cuanto a las relaciones sociales, posee una estrecha relación con la cuidadora, así
como con los padres, también con los abuelos maternos, tía materna y un primo. Tiene una
amiga del colegio, con la que juega de vez en cuando.
Le gusta viajar en coche, los niños pequeños, los animales y sobre todo jugar con sus
juguetes favoritos (un bebé y un peine).
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2.3 Descripción del programa de intervención
Objetivos
Esta intervención persigue dos objetivos principales. Por un lado que la niña sea capaz
de comunicarse de manera funcional en distintos entornos y con todos los interlocutores; y
por otro lado, más específicamente, implantar un SAAC que permita a la niña poder
comunicarse más ampliamente, y de esa forma reducir la frustración que le crea el no poder
hacerlo.
Hay que tener en cuenta, que los objetivos deben ser individualizados y elaborados en
función de las necesidades y deseos de la persona y su entorno. Por tanto, el logopeda deberá
adaptar los objetivos a las necesidades que detecte y demande la familia, ya que serán el
núcleo de la intervención.
Objetivos generales
Objetivos específicos
Mejorar el desarrollo socio afectivo hacia los demás.
Desarrollar unos patrones funcionales de succión, masticación y
deglución
Obtener un buen tono muscular de la zona orofacial, sobre todo a nivel
de los músculos orbicular y mentoniano.
Controlar la movilidad de los órganos bucofonatorios.
Eliminar los patrones de respiración bucal.
Desarrollar el control del soplo.
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Conseguir una masticación bilateral a ritmo adecuado.
Metodología
Se ha decidido utilizar este programa de carácter naturalista para este caso, ya que la
niña posee mayor intención comunicativa en casa que en los demás entornos. Este es el
motivo, por el que la familia realiza el papel de núcleo de la intervención ya se pueden
realizar intervenciones naturalistas aprovechando las situaciones naturales que surgen en el
hogar. Todo ello coordinado a través de la logopeda y por la maestra de AL del centro escolar.
A través de este equipo multidisciplinar, se pretende que la niña pueda aumentar sus
actos comunicativos aprovechándose de las situaciones naturales que surjan en ambos
entornos. De esta forma podrá ir aumentando su comunicación apoyándose en el Sistema
Bimodal y a su vez, ir estimulando su lenguaje oral, en el caso de que así sea.
Propuesta y procedimientos
→ Temporalización de la intervención
Para la aplicación del programa se establecieron dos sesiones semanales de 45´ de
duración. Dónde se realizan, 30´ de intervención directa con la niña, 5´ de juego dirigido y
10´ de intervención con la familia para comentar dudas, estrategias y progresos, recabar
información, así como proporcionar orientaciones y material necesario.
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La intervención ha tenido una duración de dos años, tras la aplicación del programa se
va a volver a realizar la evaluación con el objetivo de averiguar si se han obtenido resultados
positivos.
Entendiendo que las áreas de tratamiento no se trabajan de forma aislada, sino que se
encuentran en estrecha relación unas con otras.
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hemos dicho anteriormente, nos hemos basado en las técnicas que presenta de terapia
miofuncional, Castells i Batlló (1992).
Es importante que la posición que la logopeda adopta con respecto a la niña, sea una
posición cómoda para ambas, que nos permita controlar la cabeza y el eje de su cuerpo con el
objetivo de asegurar una postura adecuada para la deglución (p. ej., sentándonos de frente o al
lado y sujetando la cabeza).
Se trata de facilitar el reflejo de deglución estimulando los pilares anteriores del velo del
paladar, para ello, hacemos uso de jeringuillas, que nos permite controlar la cantidad de
líquido a introducir en la boca, la velocidad y la dirección. Para estimular este reflejo el
líquido se deposita cerca de los pilares anteriores. Una vez la niña es capaz de succionar, se
puede comenzar el trabajo con pajita para finalizar con el uso del vaso.
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Área de comunicación y lenguaje
Se pretende desarrollar un nivel óptimo de comunicación y lenguaje, que le permita
expresar y comprender, estimular sus habilidades cognitivas, mejorar su desarrollo socio-
afectivo y disminuir el nivel de frustración que le produce el no poder comunicarse.
Basándonos en Vega y Fernández (2013) en que los signos manuales ayudan a reducir esa
frustración y les permiten expresar emociones y sentimientos, afianzando el vínculo de la niña
con su cuidadora.
Para el logro de este objetivo primordial necesitamos del desarrollo de las habilidades
y capacidades que sustentan la base del desarrollo general y la comunicación en particular,
para posteriormente poder adquirir las habilidades prerrequisito del lenguaje y el aprendizaje
(atención, imitación y seguimiento de órdenes).
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Desarrollar unos adecuados niveles de percepción, discriminación y memoria auditiva y
visual. En relación al área visual se proporcionan experiencias visuales de contraste, a través
de colores vivos, contornos, tamaños, para trabajar la direccionalidad, la motilidad ocular, la
percepción de formas, la coordinación óculomanual, la discriminación de figura-fondo, la
percepción de la forma constante, la percepción de las posiciones espaciales (objetivos
relacionados con el test elaborado por Frostig [1998]) y la memoria visual; en relación al área
auditiva se proporcionan experiencias auditivas en la línea de los objetivos propuestos por
Gallardo y Gallego (1993).
El primer problema con el que nos enfrentamos al abordar el área del lenguaje, es la
ausencia del lenguaje oral. Tal y como se observa en la evaluación, la niña presenta
intencionalidad comunicativa, interés por la comunicación, es capaz de tomar la iniciativa y
de expresar placer y rechazo.
Debido a que la niña usa gentos naturales para comunicarse, presenta intencionalidad
comunicativa, una buena imitación a nivel gestual, un nivel de comprensión aceptable y su
modalidad sensorial preferente es visual, se decide implantar un SAC.
Se procede a una reunión de equipo, con padres, profesores y logopeda para poder decidir
qué sistema es el idóneo. Finalmente acuerdan implantar el sistema bimodal teniendo en
cuenta que la niña posee una buena adquisición de signos que hay que desarrollar, y esto
puede beneficiar a la adquisición y desarrollo del lenguaje oral.
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El criterio de selección del vocabulario a introducir fue dar respuesta a sus necesidades e
intereses (necesidades básicas, alimentos, juguetes, etc.). Además se tuvieron en cuenta las
demandas planteadas en el entorno escolar y familiar (vocabulario relacionado con estos
entornos y con las acciones que en ellos se dan). Los padres, comunican en una de las
reuniones realizadas, que quieren añadir al repertorio comunicativo de su hija, el multisigno
“Quiero”, para que pueda ampliar la comunicación.
Estimular el desarrollo del lenguaje oral, de forma paralela a la introducción del sistema
de comunicación, se sigue estimulando el desarrollo del lenguaje oral, a través de ayudas
verbales, a la vez que físicas. Apoyándonos en la verbalización de la palabra junto con la
ejecución del signo.
Resultados de la intervención
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− Área de comunicación y lenguaje
Combina dos o tres signos en tareas de petición, en el resto de situaciones utiliza un único
signo como si se encontrase en la etapa holofrásica de desarrollo del lenguaje oral.
Los padres, a su vez, han estado completamente informados por la logopeda y han podido
participar usando las estrategias comunicativas en rutinas interactivas (Bruner, 1982; Kaye,
1986), con el fin de mejorar la calidad de la interacción comunicativa y lingüística en la
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familia (Gallaway y Richards, 1994; del Río, 1997; Villaseca y del Río, 1997). Estas pautas
(Anexo 3) se han entregado a los padres durante todo el proceso de intervención, para mejorar
las situaciones en las que se pudiera desarrollar la comunicación de forma natural. De este
modo, han mejorado la intención comunicativa de la niña y a su vez, las habilidades sociales
con la familia.
Las actividades que se han planteado para la consecución de cada objetivo, y a su vez para
conseguir cada objetivo específico, han sido orientadas hacia situaciones que hayan surgido
en el entorno cotidiano.
Los temas de las actividades van a estar contextualizados, pueden ser en el momento del
baño, en el momento del juego, de comer, etc. De este modo, siempre se va a preservar la
motivación de la niña, ya que se aprovechará el momento en el que ella realice una petición
real. Es la diferencia de trabajar en contextos provocados y naturales, que el factor motivación
es muy importante, para conseguir logros.
3. Conclusiones
Las personas con DI, presentan dificultades en los procesos cognitivos y en el
aprendizaje, a la vez que muestran dificultades en la atención, la concentración, la retención
de la información y en la percepción de aspectos relevantes de la tarea; también suelen tener
un pensamiento concreto demasiado centrado en el aquí y el ahora, el cual les dificulta la
generalización de los aprendizajes (Verdugo, 2004).
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Para realizar una correcta intervención en personas con DI, autores como Hedge
Pomaville (2008), afirmaron que estas personas poseen dificultades para realizar los test
estandarizados, ya que estos no albergan los criterios específicos de estas personas. Por otro
lado, estos test estandarizados, también suponen una limitación para la familia en todo el
proceso de intervención.
Para ello, a través de los programas de intervención realizados por Gràcia y del Río
(2008), Galván-Bobaira y del Río (2009), llevados a cabo en el caso expuesto en este trabajo,
se ha podido observar los beneficios que conlleva trabajar en entornos naturales a través de un
equipo multidisciplinar formado por padres, logopeda y profesionales del colegio.
Por otro lado, una de las limitaciones de este trabajo, han sido las dificultades para
realizar una evaluación logopédica ajustada y real de las fortalezas y debilidades de la niña.
Algunos autores como Huer, (1983), señalan que existen pocas pruebas estandarizadas que
puedan ser utilizadas en personas con discapacidad y evidentemente, mucho menos cuando
existe pluridiscapacidad.
En este sentido, Soro-Camats (1998), afirmó que para conseguir una evaluación lo más
exhaustiva posible, las pruebas estandarizadas no permiten una evidencia de rendimiento
óptimo ya que para conseguir una evaluación completa, será necesaria la observación directa.
Tras los diversos estudios constatados, podemos basarnos en Clotet i Serra & Virgill i
Miró (1995), para afirmar que las intervenciones deben hacerse en el entorno cotidiano y
habitual del niño como son el colegio y la casa. De esta forma otros autores como Galvan-
Bobaira & del Río (2010), afirman que la intervención centrada en la persona y llevada a cabo
en los entornos naturales, a través de figuras clave como son: los padres, cuidadores,
profesores y logopeda; ayudan a la niña a ser capaz de ampliar su comunicación y
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generalizarla en ambos contextos. Lo que supone numerosos beneficios para que se consiga
una intervención logopédica exitosa y que participen todos.
Por último, tras la intervención realizada y los resultados obtenidos se debe desmentir
el mito tan extendido que relaciona el uso de los signos manuales con la posibilidad de
retrasar la adquisición del lenguaje oral. Esta afirmación ha sido desmentida por
investigaciones de autores como Remington y Clarke (1983), Kouri (1988), y Pizer et al.,
(2007) que han demostrado que los signos manuales utilizados durante los primeros estadios
del desarrollo del lenguaje, desaparecen posteriormente a favor de la expresión oral.
27
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33
5. Anexos
DATOS PERSONALES:
Sexo: Mujer
DATOS FAMILIARES:
Reside con su padre y su madre, es hija única. Los padres tienen 40 años, trabajan los dos. En
casa tienen una empleada para que cuide a la niña cuando los padres trabajan, la cual posee de
conocimientos sobre gestos naturales. Desde su nacimiento toda la familia tuvo una rápida y
positiva adaptación a las necesidades especiales de la niña.
ANTECEDENTES PERSONALES:
Embarazo: De alto riesgo por tratamiento materno con Eutirox. Diabetes gestacional.
Parto: Parto eutócico. A las 35 semanas de gestación. Peso de 3100g y talla de 47 cm.
TEST de APGAR con puntuación de 9-10. Ingreso en neonatología mes y medio por
infección neonatal.
ENFERMEDADES:
INTERVENCIONES QUIRÚRGICAS:
Ingreso por neuromotórax a los dos años de vida en CIP. Múltiples ingresos por neumonía.
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REHABILITACIÓN, TERAPIAS Y/O SEGUIMIENTOS:
Actualmente:
1. Fisioterapia (1 sesión/semana)
2. Logopedia (1 sesión/semana 30`)
3. Terapia Ocupacional (1 sesión/semana 30`)
4. Musicoterapia (1 sesión/semana de 60 minutos)
DATOS ESCOLARES
Guardería a partir de los dos años. Actualmente asiste a un colegio de Educación Especial con
niños con una edad cronológica similar.
ANTECEDENTES FAMILIARES
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Anexo II - Consentimiento informado
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Anexo III - Estrategias de orientación a padres
II. Estrategias de adaptación ajuste del lenguaje que los adultos dirigen a los
niños.
- Vocabulario adecuado al nivel del niño
- Frases cortas, ajustadas al nivel del niño
- Hablar despacio y pronunciar claramente.
- Utilizar una entonación agradable y un tono dulce.
- Aspectos paralingüísticos.
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