Cultura Patriarcal e Iglesia
Cultura Patriarcal e Iglesia
Cultura Patriarcal e Iglesia
Es por eso que son interesantes los aportes con respecto al esclarecimiento y
entendimiento del porqué, muchas culturas han incorporado este formato, la
postura y el ejercicio de la sociedad patriarcal.
Entendemos que iniciado el siglo XXI, ha habido avances en los derechos de las
mujeres, que están siendo garantidos por la legislación ya sea de nuestro país,
como la internacional. Pero no por ello podríamos pensar que es una tarea que
no tiene pendientes, todo lo contrario.
El texto bíblico contiene dos relatos de la creación de los seres humanos. Son
diferentes y fueron escritos en distintos momentos hasta que el relator los unió
en la narración final. El relato del capítulo 2 del Génesis es el más antiguo. 1 El
otro, del primer capítulo, es posterior.2
Dicen así: “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme
a nuestra semejanza; y tenga potestad sobre los peces del mar, las aves de los
cielos y las bestias, sobre toda la tierra y sobre todo animal que se arrastra sobre
la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó, varón y
hembra lo creó.”Génesis 1: 26-27)
Jehová Dios formó al hombre con polvo de la tierra, y solpló en su nariz aliento
de vida y fue le hombre un ser viviente” (Génesis 2:7) “… Dijo luego Jehová Dios,
“No es bueno que el hombre esté solo” “…De la costilla que Jehová Dios tomó
del hombre, hizo a la mujer, y la trajo al hombre. Dijo entonces a Adán: “¡Esta sí
que es hueso de mis huesos y carne de mi carne! Será llamada “Mujer” porque
del hombre fue tomada.”(Génesis 2:22-24).
1
Alrededor del 1000-900 a.C en época de los reinados de David y su hijo Salomón, siendo compilados en
el siglo V. Ver Ricardo Pietrantonio Itinerario Bíblico Vol I, La Aurora, Buenos Aires, 1985, p 23.
2
Escrito alrededor del siglo V por los teólogos del postexilio. En el año 587 Jerusalén fue destruida por los
babilonios de Nabucodonosor y la clase dirigente fue deportada a Babilonia. Hacia el 537-538 comienza el
retorno a Sión.
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La fenomenología religiosa advierte que no debemos contraponer mito a historia. “El mito es un relato de
un acontecimiento originario, en el que actuán los Dioses, y cuya intención es dar sentido a una realidad
significativa.” Croatto (2002. pág.: 207).
eclesial. Y no solo en él, sino que esos mandatos religiosos han permeado la
vida social en general.
Para la teóloga feminista Mary Cohen el mito bíblico más antiguo de la creación,
el del capítulo 2 del Génesis, fue escrito cuando:
Y añade la escritora:
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“ El símbolo de la serpiente fue el que se usó más ampliamente para representar o adornar a la Diosa en
el antiguo Cercano Oriente o para representar, o mediar, la relación entre las diosas y la cultura humana.”
(Ibidem .Pág.: 214)
Entiende Gibson que: “En el nivel de “imagen” los hombres y las mujeres son
iguales. No es improbable que el autor conociera el relato más popular
conservado en el capítulo 2 que presenta a la mujer como creada después del
hombre. Al afirmar, por su parte, que fueron creados en un mismo acto divino,
implícitamente lo está criticando. Esto no significa que pensara en derechos
políticos idénticos para las mujeres. Sencillamente esa no era una alternativa
política propia de su época. Pero no hay duda de que asocia a las mujeres con
los hombres en la tarea humana de “gobernar” sobre los demás miembros de la
creación, porque tal es el sentido de la noción de “imagen” para él.” (Gibson.
1988. Pág. :101).
Es de destacar que la autora concluye que durante los primeros cuatro siglos del
cristianismo sus seguidores “(…) entendían la libertad como el mensaje
primordial del Génesis 1-3 –la libertad en sus variadas formas, incluidos el libre
albedrío, la liberación de los poderes demoníacos, la liberación de las
obligaciones sexuales y sociales, la libertad frente a los gobiernos tiránicos y al
destino; y la auto-determinación como la fuente de tal libertad. Con Agustín, (…)
este mensaje cambió. (…) se convirtió en las manos de Agustín, en un relato
sobre las limitaciones humanas.” (Ibídem. Pág.: 287)
En la cultura judeo-cristiana, desde la interpretación de la ley de Dios, los
hombres sustentaban su dominio sobre la mujer, como propiedad del padre
cuando era soltera y luego del marido cuando se casaba. 56
“Sobresale el hecho de que a ellas, sus amigas, él las vio como personas,
dándoles el supremo aunque simple regalo de su hermandad.” (Ibidem. Pág.:66)
En la Edad Media, muchas mujeres que tuvieron el coraje de luchar por sus
derechos fueron quemadas en la hoguera y llamadas “brujas”.7 La Iglesia
Católica Apostólica Romana, apoyaba esta situación y sobre todo, hacía efectivo
los castigos, defendiendo además la supremacía masculina. Esta defensa, no
solo procedía de la lectura deformada de la Biblia, sino que también de
considerar la participación masculina como la única admisible en las esferas de
poder eclesial, reservando las de servicio para la mujer. Incluso por la ley
canónica, el marido tenía derecho para golpear a su esposa. (Ibídem. Pág.:78)
Llegado el siglo XVIII, en las luchas por las libertades y los derechos de los seres
humanos, habrá mujeres que a través de su involucramiento, irán fijando pautas
para la consecución de la igualdad entre los géneros. Posicionándose desde un
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Por ejemplo, en el Decálogo o Diez Mandamientos, la esposa aparecía entre las posesiones del esposo.
“No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su
buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.” Éxodo 20, 17
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Como se dijo anteriormente, esto varía según las culturas, y es sabido que en Oriente, desde otros mitos
religiosos se instaurarían, normas similares, pero es pertinente para esta investigación lo que refiere al
cristianismo, por ello no se hará referencia al resto.
7
Hubo excepciones, tales el caso de las abadesas, las santas y algunas mujeres del mundo secular como
Santa Cecilia de Colonia, Clotilde y Blanca de Castilla, la erudita Leonor de Aquitania, entre otras.
pensamiento que hará visible que “género” es una categoría de construcción
cultural que hace que las diferencias biológicas entre hombres y mujeres, sean
pautas de diferenciación entre lo que socialmente es atribuido como femenino y
masculino.(Calce. 2006: s/p.)
¿No es esto una contradicción?; ¿el evangelio que hoy se utiliza, no es el mismo
que fuera escrito hace cientos de años?; ¿Qué es lo que lo hace diferente hoy?
Se plantearía entonces que las culturas son una manera de ver e interpretar el
mundo. Las mismas irán variando según el contexto y como consecuencia de
esa variación existirían en la actualidad diversas creencias y por ende religiones,
las cuales se basarán en sistemas de valores acordes para cada situación. Cada
cultura calificaría en categorías, por ejemplo, que sería bueno o malo, permitido
o prohibido, prestigioso o no, sería entonces, una forma implícita de derecho a
partir de las costumbres y principios colectivos.
Max Weber (1987), nos habla de que la religión crearía instituciones que la
harían sobrevivir, como forma de “necesidad” y como forma de justificación o
más bien de normativas de convivencia social, lo que refiere al resto, como la
ética religiosa.
Estudiar los mitos y creencias religiosas, posibilita entender por qué y cómo se
han generado los diferentes roles femeninos y masculinos, el por qué han
incidido en la formación de los ámbitos de poder y el porqué de la supremacía
masculina. Con las herramientas apropiadas podemos rastrear los mecanismos,
a veces tan sutiles, religiosos, culturales, psicológicos de nuestra herencia
centrada en el género masculino. Estamos transitando en un modelo de
interdependencia, pero que aún no hace posible la salida del modelo patriarcal.
Dicen también que: “Los principios de la justicia social, los derechos humanos,
la responsabilidad colectiva y el respeto a la diversidad son fundamentales para
el trabajo social”
Por otro lado podemos decir que el Trabajo Social, tiene una raíz en la teología
judeo-cristiana, que luego en pos de la profesionalización, se fue separando,
realizando una metamorfosis necesaria para adquirir una visión integral del ser
humano.
Bibliografía
Arcaute, David; Bertón, Norberto. 1984 Lutero ayer y hoy. Ed. La Aurora,
Buenos aires, Argentina.