Vanhoye - Comentario BAC Intro PDF
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CARTA A
LOS HEBREOS
Págs.
COMENTARIO
Págs.
a) Introducción (4,15s).................................................... 46
b) Exposición (5,1-10) .................................................... 48
Capítulo IV. Tercera parte: Valor sin igual del sacerdocio y del
sacrificio de Cristo (5,11-10,39).............................................. 59
1. Introducción exhortativa (5,11-6,20) ................................ 59
2. Gran exposición de cristología sacerdotal. Relaciones de
diferencia y de superioridad con el Antiguo Testamento
(7,1-10,18) ........................................................................ 67
a) Primera sección (7,1-28): Cristo sumo sacerdote de
un género diferente y superior ..................................... 68
b) Sección central (8,1-9,28): La liturgia de Cristo, dife-
rente ............................................................................ 79
c) Tercera sección (10,1-18): Eficacia de la oblación de
Cristo .......................................................................... 112
d) Conclusión exhortativa (10,19-39) ............................. 119
1. Género literario:
¿una carta?, ¿una homilía?
2. Contenido doctrinal:
un tratado de cristología
3. Cristología sacerdotal
7. Aspectos no paulinos
el caso que nos ocupa, una suposición de este género fue hecha
en el siglo xvi por un exegeta llamado Estius; se merece una
consideración.
Estius supuso que el autor de la nota fue el apóstol Pablo,
que estimó oportuno enviar a una comunidad la hermosa ho-
milía de cristología sacerdotal compuesta por uno de sus com-
pañeros de apostolado. Al mismo tiempo, garantizaba el valor
de esta homilía añadiéndole una nota escrita por su mano. Pablo
hacía esto para sus cartas. Las dictaba a un secretario (un cierto
«Tercio» en el caso de la Carta a los Romanos: Rom 16,22) y
al final, para autentificarlas, escribía él mismo algunas palabras.
Lo hace notar en 1 Cor 16,21; Col 4,18; 2 Tes 3,17: «El saludo
va de mi mano […]. La gracia de nuestro Señor Jesucristo esté
con todos vosotros». Al final de la Carta a los Gálatas, Pablo no
pone su nombre, sino que atrae la atención sobre el aspecto de
su escritura diciendo: «Mirad con qué letras tan grandes os he
escrito de mi propia mano» (Gál 6,11).
La hipótesis de Estius puede invocar en su favor la pre-
sencia, en la nota, de varios rasgos paulinos, comenzando por el
«con la mayor insistencia» de Heb 13,19; el temperamento ge-
neroso de Pablo le llevaba a emplear con frecuencia (10 veces)
este adverbio (en griego) para el comparativo. Sigue a conti-
nuación «os ruego, hermanos» (Heb 13,22), fórmula frecuente
en las cartas de Pablo, que se encuentra en Rom 12,1; 15,30;
16,17; 1 Cor 1,10; 16,15, y, sin la palabra «hermanos», en Heb
13,19, como en 1 Cor 4,16; 2 Cor 2,8; 10,1; Ef 4,1. La men-
ción de «nuestro hermano Timoteo» (Heb 13,23) hace pensar
en «Timoteo nuestro hermano» (1 Tes 3,2) y en «Timoteo el
hermano» (2 Cor 1,1; Col 1,1; Flm 1). Las últimas palabras de
la nota desean a los destinatarios «la gracia», como lo hace san
Pablo al final de casi todas sus cartas. Más o menos desarro-
lladas, las fórmulas varían. Un poco más larga que las de Col
4,18 y 2 Tim 4,22, es la fórmula de Heb 13,25: «La gracia esté
con todos vosotros», que es idéntica a la de Tit 3,15. Ni la Carta
de Santiago ni las de Pedro, Juan y Judas tienen este deseo final
de la gracia, que es característico de las cartas paulinas. (Se en-
cuentra también, de forma inesperada, al final del Apocalipsis:
Ap 22,21). Por tanto, es innegable que la nota de envío, que ha
A pesar del título que se le dio, está muy claro que esta
homilía no se dirige a hebreos, sino a cristianos, y a cristianos
convertidos desde hace tiempo (cf. 5,12; 10,32-34). ¿Eran de
ascendencia judía? El autor no lo dice. No nombra nunca a
los hebreos ni a los judíos. Tampoco nombra nunca a «las na-
ciones», los paganos. No tiene ningún interés en el origen, judío
o pagano, de sus oyentes. Habla mucho del sacerdocio y de los
sacrificios del Antiguo Testamento, pero solo para oponerles
el sacerdocio y el sacrificio de Cristo. Encontramos solo, en las
exhortaciones finales, una frase que parece avisar a los oyentes
contra prácticas judaizantes (Heb 13,9); había allí una tenta-
ción corriente en las comunidades provenientes del paganismo
(Rom 14,1-6; Gál 4,10; 5,1; Col 2,16). Es seguro que el autor
se dirige a cristianos para ayudarlos a profundizar su fe y para
animarlos en sus pruebas.
Basándose en los duros reproches que el predicador dirige
en Heb 5,11-12 a sus oyentes —les echa en cara ser «negli-
gentes» y no haber progresado en la fe—, algunos comentaristas
consideran que estos se encontraban en una peligrosa situación
de tibieza espiritual. Pero no tienen en cuenta el género literario
de la homilía. Este pasaje es, en realidad, una maniobra oratoria
hecha para despertar su atención. Si queremos conocer la ver-
dadera opinión del predicador debemos acudir a Heb 6,9-12,
donde se le escucha decir a sus oyentes: «aunque hablemos así,
queridos hermanos, en vuestro caso esperamos lo mejor, lo que
conduce a la salvación» (Heb 6,9). Hace un gran elogio de su
generosidad (6,10). Hace lo mismo en Heb 10,32-34, pasaje
paralelo, donde encontramos la misma sucesión antitética entre
un texto amenazante y un gran elogio, sucesión que manifiesta
bien el talento oratorio del predicador.
Es muy difícil precisar dónde ejercía el predicador su apos-
tolado, pues lo que dice de las persecuciones sufridas por sus
oyentes no tiene nada de específico (Heb 10,32-34), ya que la
Iglesia primitiva sufría persecuciones en todas las regiones.
¿Dónde se encontraba la comunidad a la que enviaron el
texto de la homilía? La nota de envío contiene una indica-
4
Cf. P. L. Davies, Pauline Readjustments (Londres 1927).
5
Cf. C. Spicq, L’épître…, o.c. I, 161-166.
Estructura