Juicio de Valor
Juicio de Valor
Juicio de Valor
Mientras tanto, el juicio de valor no es otra que la valoración que realiza una
persona acerca de algo o alguien y que es el resultado de someterlos a sus ideas,
valores personales, experiencias, creencias y entorno particulares.
Es decir, las personas nacemos y nos desarrollamos en un determinado contexto
que por supuesto moldeará nuestra personalidad, nuestra manera de percibir al
resto del mundo, entre otras cuestiones.
Entonces, esto además de generar que cada individuo sea diferente a otro y
mucho más a aquel que nació y se desarrolló en circunstancias totalmente
opuestas, incidirá en la manera con la cual se juzguen hechos, personas.
Si nos criamos en una familia híper conservadora no veremos bien, con buenos
ojos, que nuestra hija decida irse a convivir con su novio sin casarse. O si
siempre nos rodeamos de un círculo muy religioso tenderemos seguramente a
evaluar todo desde el punto de vista de la religión católica y por caso nos
guiaremos por sus preceptos a la hora de aceptar o rechazar determinados
hechos.
Por eso, hay que tener en cuenta este aspecto recién dicho y no rendirse ante un
juicio de valor que es solamente la visión muy particular que tiene alguien de la
vida.
Desde el punto de vista de Kant el juicio estético puede ser distinguido de otros
tipos de juicios, tales como los juicios sintéticos a priori, los juicios analíticos,
el juicio teleológico, el juicio moral, etc. Se tratan de juicios que, al igual que
las expresiones de placer, tienen su base en una experiencia placentera o de
disgusto. Sin embargo, a diferencia de las expresiones de placer, no se contentan
únicamente con expresar el placer o el disgusto, sino que trata de ir más allá. En
efecto, un juicio estético es un juicio de base subjetiva que se hace con
pretensión de universalidad. Desde esta perspectiva, un juicio estético va más
allá de la mera expresión de preferencias personales.