Ensayo Los Valores, Su Objetividad y Su Subjetividad

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Los valores, su objetividad y su subjetividad

Introducción
Dentro de la filosofía los valores son la cualidad, virtud o un talento que atribuimos a un
sujeto u objeto, a partir de sus rasgos. Se puede decir a groso modo que los valores son
virtudes que caracterizan a una persona, una acción o un objeto y que se consideran
típicamente positivos o de gran importancia para un grupo social, estos motivan a
determinar conductas y expresan intereses y sentimientos. Se consideran buenos debido
que estos términos que son abstractos se internalizan en el hombre, entonces de
sustantivos pasan a adjetivarse al ponerlos en práctica, pero ahora ya como virtudes, de
tal suerte que las virtudes son los valores que dan lugar al hombre bueno, generoso y
noble. Es decir, el hombre virtuoso es aquel que practica los valores. Es entonces el valor
atribuido a un objeto social que el hombre ha producido o establecido a través de la
actividad histórico-social que realiza, es decir, que los actos humanos, los productos que
integran la cultura humana y aún los objetos que no ha creado, tienen un valor.

En la filosofía contemporánea, Max Scheler representante de la ética material afirma que


los valores se distinguen de los bienes, porque estos no son más que “cosas valiosas”,
mientras que los valores son cualidades axiológicas auténticas y verdaderas que
constituyen un dominio propio de objeto. Los valores en la ética de Scheler son objetos
que pueden ser captados mediante una percepción de carácter afectivo, de donde proviene
el conocimiento axiológico, es decir que interviene la intuición emocional y no la
intuición intelectual pues la conceptualización de lo bueno y lo malo, lo que conduce al
plano de la relatividad axiológica que es también un problema de la valoración moral. Es
por tanto el valor independiente de las cosas, es decir, ya que la realidad valorada puede
existir prescindiendo de las personas que valoran, es obvio que el valor tiene como base
el criterio subjetivo de cada ser humano.
Desarrollo
En vista que el hombre se halla inmerso en la relatividad del mundo en que vive, al que
no sólo percibe como la naturaleza que le circunda, sino que es transformada por él. Entra
en este juego existencial, su captación de lo estético del mundo físico, pero tiene otra
dimensión que lo hace capaz de la valoración axiológica, es decir, de la compresión
intuitiva de la realidad, es una intuición emocional cimentada en los valores
Lo bueno y lo malo tienen su propio contenido, es decir son valores materiales que por
su índole propia pueden ser percibidos por medio del sentimiento del valor.
El conocimiento de la jerarquía de los valores es entonces esencial para la conducta
humana, para el preferir lo bueno. La clasificación de los valores corresponde a una forma
de ordenación por clases o grupos afines de valores, según determinados criterios, los
valores se encuentran jerarquizados, pero el orden en el que están dispuestos sufre
modificaciones porque las percepciones no son uniformes. No existe un sistema de
valores absolutos. No hay en realidad aceptación de este principio basado en un sistema
de valores absolutos. No obstante, existen los valores que se pueden decir “absolutos o
universales “. Los valores definen actos y pensamientos de los individuos y la manera
cómo estos desean vivir y compartir sus experiencias con quienes les rodean. Es por ello
que existe una serie de valores que son compartidos por la sociedad y establecen
comportamientos y actitudes de las personas ya pueden ser valores culturales, sociales,
familiares, religiosos, personales, éticos y morales, los cuales se fundamentan en alcanzar
el bienestar colectivo y personal
Objetividad y Subjetividad
Entre las cuestiones axiológicas más importantes están aquellas que se relacionan con el
origen o el modo de ser de los valores los mismos que son creaciones de la mente
(subjetivismo) o si su existencia depende del objeto (objetivismo). Las personas tienen
diferentes enfoques, distintos puntos de vista sobre los valores, dependiendo de su
historia, su cultura y su experiencia.
El objetivismo axiológico: Desde el objetivismo axiológico, en oposición al subjetivismo,
se considera el valor desligado de la experiencia individual. El hablar de objetivismo es
considerar los valores como una razón única donde no se aceptan contradicciones a lo
que nos rodea, donde los valores valen por sí mismos y no dependen del sujeto ni del
objeto, son entonces considerados como preestablecidos. El objetivismo nos ha mostrado
la conveniencia de analizar las características de la cosa que consideremos un valor, que
los valores no son arbitrarios y que, además son compartidos. Es claro que los valores
objetivos son aquellos que radican en la cosa o en la persona, y no en la consideración de
cada cual, de tal modo que son absolutos, universales y cuantificables, o sea, expresables
en cantidades. Este enfoque teoriza que el sujeto no es quien le da un valor a tal objeto,
si no que en este valor hay mucho antes que el sujeto descubra este valor. En otras
palabras, el objetivismo se fundamenta en que los valores son y valen por sí y en sí, o sea,
no dependen del sujeto que los valora ni del objeto en que se hallan.
El subjetivismo axiológico: No hay valor sin valoración, desde la perspectiva subjetivista
se parte de la idea que es el sujeto quien otorga valor a las cosas. Éste no puede ser ajeno
a las valoraciones y su existencia sólo es posible en las distintas reacciones que en él se
produzcan, es decir, las cosas no son valiosas en sí mismas; es el ser humano quien crea
valor su valoración.
El subjetivismo busca su fundamento en el conocimiento del sujeto, se basa en la idea de
que los valores lo son porque existe el sujeto, quien determina si el objeto, una acción o
una persona son valiosos; no existe una verdad universal, pues pueden variar de persona
a persona, ya que, dependiendo de las circunstancias, se puede valorar positivamente y
en determinado momento éste puede cambiar hacia una percepción negativa. Las cosas
que se valoran varían según nuestras experiencias y nuestro desarrollo, el subjetivismo
nos ha mostrado la conveniencia de no olvidar la valoración, es decir, la actividad del
sujeto que valora, una actividad marcada por condicionamientos psicológicos,
sociológicos y culturales valores personales; según el subjetivismo, el principio más
importante de este tipo de valores es la autonomía del individuo en sus creencias morales.
Los valores subjetivos son aquellos en que su existencia depende del sujeto que valora,
esta teoría mantiene que alguien puede crear valor sencillamente trasfiriendo su propiedad
de algo a alguien que la valora más, sin necesariamente alterar tal cosa. De esta manera
aseverar la subjetividad de un valor desea decir que los valores son creados por el sujeto.

Conclusión
Tanto la presencia de la objetividad como de la subjetividad del valor son indispensables
ya que la importancia de los valores está en reconocer los principios que rigen nuestros
comportamientos y sentimientos, y que nos motivan a ser cada día mejores personas y
pese a que el significado de los valores es cambiante, los valores son una tensión entre el
sujeto y el objeto. Por tal razón se necesita una cara subjetiva y otra objetiva: la
objetividad fundamental, con el fin de que existan valores que sean universales y
aplicables para todos los individuos sin importar su ideología o religión, ahora bien, la
subjetividad por otro lado, es necesaria en valores personales los cuales se les otorga una
validez.

Referencias:
Ronquillo Armas, L. A. (2017). Ética General y Profesional. Manta, Ecuador: Empresa
Editorial Mar y Trinchera Edición de Libros. ISBN:9789978332344

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