Tesis Fuero Privativo Militar Peru
Tesis Fuero Privativo Militar Peru
Tesis Fuero Privativo Militar Peru
UNIDAD DE POST-GRADO
TESIS
Para optar el Grado Académico de Magíster en Derecho con mención en
Derecho Penal Militar
AUTOR
Mirtha Helenina Musso Lopez
Lima, Perú
2006
“Así como las constantes y simplistas leyes
de la naturaleza no impiden que los planetas
se perturben en sus movimientos, del mismo
modo las leyes humanas no pueden impedir
las perturbaciones y el desorden en las
infinitas y muy opuestas atracciones del
placer y del dolor”
2
PRESENTACIÓN
Defensa, “El Código de Justicia Militar vigente fue aprobado por el Decreto Ley
disposiciones de éste no son aplicables a los civiles salvo en los casos de los
3
precisa taxativamente estos delitos en el ámbito y la competencia de la Justicia
Militar”.1
Lo antedicho nos hace pensar que, respecto del Derecho Penal Militar,
1
Ministerio de Defensa, Proyecto del Código de Justicia Militar. Lima; Diario Oficial El Peruano, 1 de
julio de 2001, p. 67. Separata Especial; ver también el proyecto reciente del Ministerio del Interior,
Proyecto de Bases de la Reforma Policial. Lima: Diario Oficial El Peruano, 22 de julio de 2001, 16 pp.
Separata Especial.
4
tanto, quisiera avocarme también al factor subjetivo: al hombre, al policía y al
militar.
sociedad civil.
identifica con el ámbito de la disciplina castrense pues donde quiera que ella se
cometió el delito.
5
Como es sabido, el todo está constituido por las partes. Esta
La Graduando
6
CAPÍTULO PRIMERO
1.2. Problema
1.2.1. Planteamiento
1.2.2. Formulación
1.2.2.1. Problemas Principales
1.2.2.2. Problemas Secundarios
1.3. Objetivos
1.3.1. Objetivos Generales
1.3.2. Objetivos Específicos
1.4. Justificación
1.5. Hipótesis
1.5.1. Hipótesis Principales
1.5.2. Hipótesis Secundarias
1.6. Variables
1.6.1. Variables de las Hipótesis
Principales
1.6.2. Variables de las Hipótesis
Secundarias
1.7. Limitaciones
1.10. Programación
7
1.1. ÁMBITOS TEMPORAL Y ESPACIAL
militar.
1.2. PROBLEMA
aquel dato objetivo, y por tanto, descriptible y explicable que sirve como punto
2
Ver Miguel Ángel Rodríguez Rivas, Proyecto de Investigación Científica, Lima: ESAP, 1994, pp. 20-
24; también Leonardo Villegas Villegas, Metodología de la Investigación Pedagógica. Lima: Editorial
Trama, 1998, pp. 36-42.
8
1.2.1. Planteamiento
Penal.
9
problemática debido a la entonces denominada legislación de
emergencia.
1.2.2. Formulación
existiendo en el Perú?
10
1.3. OBJETIVOS
delitos comunes.
imparcialidad e independencia.
3
Ver Miguel Ángel Rodríguez Rivas, Op. cit., pp. 25-27, también Leonardo Villegas Villegas, Op. cit.,
pp. 42-44.
11
─ Proponer que las razones de atribución para establecer la
1.4. JUSTIFICACIÓN
privativo.
1.5. HIPÓTESIS
12
Constituyen el eslabón entre la teoría y la investigación, entre la teoría y
la realidad empírica.4
seguir existiendo.
conceptualización.
4
Ver Miguel A. Rodríguez Sosa y Miguel A. Rodríguez Sosa, Teoría y Diseño de la Investigación
Científica. Lima: Ediciones Atusparia, 1988, pp. 125-145, también Julio Sanz, Introducción a la
Ciencia. Lima: Amaru Editores, 1987, pp. 54-65.
13
1.5.2. Hipótesis Secundarias
1.6. VARIABLES
14
problema; en tanto que, la variable extraña es algo así como una
Independientes
Yi. La jurisdicción militar
Dependientes
Yd. La jerarquía constitucional
Intervinientes
Z. Falta de unidad en los criterios jurisprudenciales para
Independientes
Yi. Las garantías procesales
5
Leonardo Villegas Villegas, Op. cit., pp. 49-58.
15
Yi. La competencia de la jurisdicción militar
Dependientes
Yd. Imparcialidad e Independencia
Intervinientes
Z. La influencia del poder político, y la propia jerarquía policial o
militar
1.7. LIMITACIONES
peruana).
16
17
1.9. ASPECTOS DE METODOLOGÍA6 Y TÉCNICAS7
explicativa.
comparativo.
lo determinan.
legislativa existentes.
6
Ver Julio Sanz, Op. cit., pp. 39-43 y 111-117.
7
Ver Restituto Sierra Bravo, Op. cit., pp. 240-455.
18
obtención de un conocimiento general y crítico de la Jurisdicción
jurisprudencia, y la legislación
aplicación u operativización.
19
vez que sujeto cognoscente, la investigadora es parte de la propia
20
21
CAPÍTULO SEGUNDO
PARADIGMAS TEÓRICO-CONCEPTUALES DE LA
JURISDICCIÓN MILITAR Y EL DELITO DE FUNCIÓN
22
2.1. ASPECTOS CONCEPTUALES DE LA JURISDICCIÓN MILITAR
militar.
militar o la ordinaria.
8
Para un mejor entendimiento de la Jurisdicción Militar en la Historia de Occidente, revisar Enma
Montalvo Ferrin y José Sánchez – Arcilla, Historia del Derecho y de las Instituciones. Madrid:
Dykinson Editores, 1991, tomo II; Francisco Fernández Segado, “La Justicia Militar en la perspectiva
histórica”, en Revista Española de Derecho Militar, Nº 56-57, Madrid, 1990-1991, pp. 13-61.
23
Por su parte, Justiniano consagró el título XXXVI del
judicum militarium.
disciplina.9
9
Así lo hace notar Gonzalo Gómez Mendoza, Código de Justicia Militar. Lima: Ediciones Jurídicas,
1997, p. 13.
24
obligados por la ley a conocer y fallar sobre asuntos de
10
Rómulo Saavedra, La Justicia Militar en Estado de Sitio. Colombia: Pontificia Universidad Javeriana,
1977, p. 14.
25
Por otro lado, en los albores del período moderno se
Ordenanzas Generales.
26
En 1783 se dan las Nuevas Ordenanzas de la
mutilación.
11
Para un mejor estudio de la Jurisdicción Militar en la historia del Perú, consultora Juan Vicente Ugarte
del Pino, Historia de la Constitución del Perú. Lima: Editorial Andina S.A., 1978; Juan F. Olivo,
Constituciones Políticas del Perú. Lima: Imprenta Torres Aguirre, 1922; José Pareja Paz-Soldán, Las
Constituciones del Perú. Madrid: Ediciones Cultura Hispánica, 1954.
27
Nobleza Regional, al Clero, gozando también ellos de
28
aplicaban cuando el delincuente tenía bienes particulares,
muerte.
29
Subordinación del Ejército, por Fernando VI, del 22 de
12
Domingo García Belaunde, Las Constituciones del Perú. Lima: Edición Oficial del Ministerio de
Justicia, 1993, p. 45.
13
Op. cit., p. 46.
30
respecto, José Hurtado Pozo señala que “El vacío
emancipación.
14
José Hurtado Pozo, La ley importada, Recepción del Derecho Penal Peruano. Lima: CEDYS, 1979,
pp. 37-38
15
Domingo García Belaunde, Op. cit., p.63.
31
esta constitución, que no se opongan al sistema de la
esto en 1823.
32
La constitución de 1856, en su artículo 139,
33
reconocida en el artículo 169, inciso 1 de este Código, sea
diecinueve miembros.
34
Posteriormente, el 3 de setiembre de 1917 se da la
35
la fuerza armada, rebelión, sedición y motín debían estar
16
Domingo García Belaunde, Op. cit., p. 361.
36
Decreto Ley Nº 11490 de primero de setiembre de 1950, y
37
el caso del juzgamiento de los altos funcionarios del Estado; pero
jurisdicción militar”.17
17
Luis Jiménez de Asúa, Tratado de Derecho Penal. Argentina: Lozada, 1950, pp. 1109-1110. Citado por
Gerardo Eto Cruz, César Landa Arroyo y José Palomino Manchego, “La Jurisdicción Militar en el
Perú; En: Germán Bidart Campos y José Palomino Manchego (coordinador), Jurisdicción Militar y
Constitución en Iberoamérica. Lima: Editorial Grijley, 1997, p. 366.
38
2.1.3. PRINCIPIOS DE LA JURISDICCIÓN MILITAR
jurisdiccional.
39
especialmente importantes por su modernización en la
administración de justicia.18
18
Ver al respecto, lo que en su momento sostuvieron Marcial Rubio Correa y Enrique Bernales
Ballesteros, Perú: Constitución y Sociedad Política. Lima: Mesa Redonda, 1985, pp. 430 y ss.
40
sus órganos como en cuanto a su competencia y
estatales.
19
Francisco Fernández Segado, “El marco constitucional de la Jurisdicción Militar: su organización y
competencia”; en la Jurisdicción Militar. Madrid: Consejo Judicial del Poder Judicial, 1992, pp. 23-25.
41
2.1.3.2. Prohibición de los Órganos Jurisdiccionales de Excepción
denominación”.
imparcial”.
42
Así mismo, la Declaración Americana en su numeral
20
En Daniel O Doinell, Protección Internacional de los Derechos Humanos. Lima: Comisión Andina de
Juristas, 1989, pp. 161-162.
43
173. este artículo señala: “En caso de delito de función,
44
revolucionarios”), sino también la imposibilidad de crear
anterioridad”.
21
Anibal Quiroga León: “Los Derechos Humanos, el debido proceso y las garantías constitucionales de la
administración de justicia”, en La Constitución Peruana de 1979 y sus problemas de aplicación. Lima:
Cultural Cuzco, 1987, p. 127.
45
justicia militar, cabe señalar que finalmente prevalece la
justicia común.
esta categoría.
22
Al respecto, ver Octavio Vejar Vazquez, Autonomía del Derecho Militar. México: Editorial Stylo,
1948, pp. 24-28.
46
delitos de índole propiamente militar; e) la incompatibilidad que
propios, que por muy próxima que sea su relación con los deberes
47
La circunstancia de ser la institución militar y policial uno de
contrario: reconocimiento.
202°).
23
CAZORLA PRIETO, Luis María, ALCUBILLA, Enrique Arnaldo, ROMÁN GARCÍA, Fernando,
Temas de derecho constitucional, Editorial Aranzadi, Navarra, 2000, p. 524.
24
STC de 09-06-2004, Exp. No. 0023-2003-AI/TC, Asunto: Defensoría del Pueblo, fundamento 20.
48
Como refiere CARZOLA PRIETO25, el fundamento
que de guerra;
Administración Militar;
defensa, recursos);
25
CAZORLA PRIETO, Luis María, ALCUBILLA, Enrique Arnaldo, ROMÁN GARCÍA, Fernando, ob.
Cit. P. 529.
26
CAZORLA PRIETO, Luis María, ALCUBILLA, Enrique Arnaldo, ROMÁN GARCÍA, Fernando, ob.
Cit. P. 529.
49
− Nombramiento de miembros de las Fuerzas Armadas para
imparcialidad;
características comunes.27
27
Defensoría del Pueblo, Lineamientos para la Reforma de la Justicia Militar en el Perú. Lima: Serie de
Informes Defensoriales, 1998, p. 39. El presente Informe de la Defensoría del Pueblo fue elaborado por
una Comisión Especial integrada por los doctores Arsenio Oré Guardia, Francisco Eguiguren Praeli y
Luis Ávila González.
50
lesión a los bienes jurídicos estrictamente castrenses que los
casación las resoluciones del fuero militar con las limitaciones que
de muerte.
28
Jhon Glaseen, “Relaciones entre Acción Penal, Acción Disciplinaria y límite respectivo de las dos
acciones”; en Instituto Francisco de Victoria, Congreso Internacional de Derecho Penal Militar.
Madrid: Sección de Derecho penal Militar, 1960, pp. 25-26.
51
servicio, que son de la exclusiva competencia de los tribunales
ordinarios).
militares.
52
penas disciplinarias; en consecuencia, los Tribunales Militares no
los límites impuestos por la ley al derecho del jefe militar para
castigar.
53
punibles de carácter mixto; actos que a la vez son transgresiones
Militar.
29
Francisco Fernández Segado. “La Jurisdicción Militar en la Constitución Española”; en German Bidart
Campos y José Palomino Manchego, OP. cit., p. 158.
54
encontrar la relación entre la naturaleza del delito cometido, el
los tipos penales de tal modo que queden inmersos dentro de esta
30
Al respecto, consultar Luis Bramont Arias y María García Cantizano, Manual de Derecho Penal. Parte
especial. Lima: Editorial San Marcos, 1996, pp. 483-484; así como José Hurtado Pozo, Manual
Derecho Penal. Parte General. Lima: EDDILI, 1987, p. 312.
55
militar ya que éste importa una violación de un deber militar, y
militar.
tales.31
sujetos indeterminados.
31
Germán Bidart Campos, “El sistema constitucional de las Fuerzas Armadas en Argentina” ; en
German Bidart Campos y José Palomino Manchego (Coordinadores), Op. cit., p. 49.
56
La Defensoría del Pueblo ha elaborado un Informe en el
excepción o impropios:
militarizados.
57
Es el caso del delito de traición a la Patria en caso
modalidades.32
objetivos y fines.”
32
Defensoría del Pueblo, Op. cit., p. 41.
58
los civiles en caso de delito de traición a la patria
33
Op. cit., p. 4.
59
sino el tipo de bien jurídico lesionado por el militar
34
Juan Carlos Sandoval Coronado, El Delito Militar ordinario. Lima: Pontificia Universidad Católica del
Perú – Facultad de Derecho, 1997, p. 233. Tesis para obtener el título de abogado.
60
establece, además, la misma regla en caso de
61
pero en su segundo párrafo, hace una salvedad a su
62
en el procedimiento judicial militar, se justifica por la
Fuerzas Armadas.
63
Por su parte, el Tribunal Constitucional peruano ha
instituciones castrenses35.
delito.
35
Sentencia del Tribunal Constitucional peruano, Exp. No. 0017-2003-AI/TC, fundamento 110.
64
muerte de personas o lesionen su integridad física o mental, y
competencia del fuero común, por lo que los miembros del Poder
juzgamiento.
65
conflicto con la nuestra. Antes que jurídico el terrorismo es un
ideología.
y la violencia.
36
Ver, al respecto, José Zalaquet, “El Terrorismo desde un punto de vista normativo”; en Augusto Varas
(editor), Jaque a la Democracia: Orden Internacional y Violencia Política en América Latina.
Argentina: Grupo Editor Latinoamericano, 1990, p. 109.
66
se refiere el tipo de conducta realizada, es decir atentados contra
las bases para sustituirlas por otras. Estos actos son castigados
en la estrategia terrorista.
67
El terrorismo es la amenaza de ejecución de delitos
régimen político.
68
A pesar de que ninguna legislación extranjera juzga este
San Martín Castro cuando refiere que “es posible entender que la
37
César San Martín Castro, Derecho Procesal Penal. TOMO I. Lima: Editorial Grijley, 1999, p. 107.
69
artículo 173°, primer párrafo, de la Constitución también
juzgados por los tribunales militares, dado que ello implicaría una
sabido es que, una vez que entra en vigencia la norma, ésta tiene
38
Tribunal Constitucional peruano, STC de 03-01-2003, Exp. No. 010-2003-AI/TC, Asunto: Marcelino
Tineo Silva.
70
aplicación se encuentra condicionada a que dichas reglas del
Decreto Ley N.° 25659 y el artículo 2° del Decreto Ley N.° 25880
a la patria o de terrorismo.
39
Tribunal Constitucional peruano, idem.
71
• La Comisión de la Verdad y Reconciliación
40
Informe Final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación, presentado el 29 de agosto de 2003.
72
El servicio militar obligatorio respondía a la idea de que de
73
• La Defensoría del Pueblo debe constituirse
de los conscriptos.
74
Modelo de Servicio Militar en el Perú41
Decreto Legislativo 264, Según ley Nº 27178, rige desde el 1 Según ley Nº 27178,
que rige desde el 8 de de enero del año 2000 hasta el 31 rige desde el 1 de
noviembre de 1993 hasta de diciembre del 2001 enero del 2002 en
el 31 de diciembre de adelante
1999
41
Francisco Fernández Segado, por su parte, nos ofrece un recorrido por los diferentes modelos de
servicio militar que han ido adoptando las diferentes culturas desde la aparición misma de los ejércitos;
ver su libro El Servicio Militar. Aspectos Jurídicos y Socio-económicos. Madrid: Fundación Alfredo
Brañas, 1994, pp. 234-244.
75
CAPÍTULO TERCERO
76
3.1. COMPETENCIA DE LOS TRIBUNALES MILITARES
77
causas o las que se refieren a ciertas personas, cuyo
criminal.
42
Ver Rómulo Saavedra, Op.cit., p. 13.
78
Lo que caracteriza a una organización militar es la
garantías procesales.43
43
Gerardo Oto Cruz, César Landa Arroyo y José Palomino Manchego, Op. cit., p.371. Al respecto
quisiera plantear la siguiente crítica: No puede plantearse como argumento en contra de la existencia
del fuero militar el hecho de que éste administre una “justicia corporativa y doméstica que podría
cubrir privilegios injustificados”, pues ello supondría la existencia de una justicia ordinaria o común
que ofrezca mayores garantías que la justicia militar, y ello no es así. Basta señalar el algo grado de
intervención política y el alto grado de corrupción en el Poder Judicial.
79
A su vez, la jurisdicción militar encuentra su razón de ser
delito.
44
Francisco Jiménez Jiménez. Introducción al Derecho Penal Militar: Madrid: Editorial Civitas, 1987, p.
85.
45
Gerardo Eto Cruz, César Landa Arroyo y José Palomino Manchego, Op. cit., p. 408.
80
Tengamos en cuenta que la Constitución establece
81
pluriofensivo afecta simultáneamente tanto a bienes
46
Ver Francisco Fernández Segado, “Competencia de la Jurisdicción Militar en tiempo de paz”; en
Comentarios a las Leyes Procesales Militares. Madrid: Ministerio de Defensa, 1995, p. 204. Tomo I.
82
En este contexto debe entenderse el artículo 340 de
juzgarlo.
83
de sus funciones son de competencia del fuero privativo
de duración y generalidad.
84
Tal como puntualiza el artículo 327 del Código de
sus facultades.
criminal por razón del delito, por el lugar en que se cometa, y por
ejerce: a) por razón del delito; b) por razón del lugar; y c) por
85
ha prestado, como afirma SANDOVAL, para introducir criterios
humanidad47.
47
SANDOVAL, Juan Carlos, “La legislación de emergencia y la especialidad del delito militar”, en: La
reforma del derecho penal militar, Anuario de derecho penal 2001-2002, p. 180. Respecto a la
comisión de delitos de lesa humanidad, el autor cita las ejecutorias supremas de 10 de abril de 1985,
Exp. No. 5-85, Lima; de 22 de agosto de 1986, Exp. No. 24-86, Lima.
86
Al respecto, el Tribunal Constitucional Peruano ha
instituciones castrenses48.
militar”49.
48
Sentencia del Tribunal Constitucional peruano, Exp. No. 0017-2003-AI/TC, fundamento 110.
49
Sentencia de la Corte Constitucional de Colombia C-358/97, 05 de agosto de 1997, Santa Fe de Bogotá.
87
ocasión del mismo puede quedar comprendido dentro del derecho
militar51:
armado.
50
Sentencia de la Corte Constitucional de Colombia C-358/97, idem.
51
Sentencia de la Corte Constitucional de Colombia C-358/97, idem.
88
En consecuencia, si el agente desplegó actos con
Pública que no puede jamás tener relación con actos propios del
89
jurisdicción militar a estos casos se explica por cuanto la lesión de
90
Deduciéndose que ha existido en el presente caso una
91
Queda así prevista la cláusula definitoria del ámbito
54
En Gerardo Eto Cruz, César Landa Arroyo y José Palomino Manchego, Op. cit., pp. 418-419
92
alzados en armas, ostentarían el status de prisioneros de guerra,
y como tal serían juzgados con el derecho penal militar y con los
seguridad internacional.
93
Ocurre que en relación a la Constitución de 1979 se ha
fuero militar.
55
Respecto de la dicotomía amigo-enemigo, un punto de vista jurídico desde la casuística nazi en Juan
Bustos Ramírez, “El Control Formal: Policía y Justicia”; en El Pensamiento Criminológico II. Bogotá:
Editorial THÉMIS, 1983, pp. 418-419.
La idea de Bustos Ramírez e que para los nazis el delincuente es un traidor. El enemigo del Estado
puede ser tanto externo como interno. El concepto de orden del sistema resulta único e indivisible, de
modo que todo aquel que esté en contra él o en desacuerdo con él resulta un enemigo. En esta lógica,
para los nazis el delincuente es un traidor, sea éste extranjero o connacional.
94
La Ley Orgánica de Justicia Militar, en su artículo 4º, señala
Militar establece que son dos las reglas básicas a través de los
95
de uno de ellos entran en desacuerdo recíproco que los determina
previsto en la ley”.56
56
Florencio Mixán Mass, Derecho Procesal Penal. Lima: Ediciones Jurídicas, 1984, p. 245. Tomo III.
96
institución castrense, y que ejerce su jurisdicción en todo el
modificado.
97
El Consejo Supremo de Justicia Militar está dividido en dos
tres vocales, y una Sala Revisora integrado por los tres vocales
más antiguos.
mismo que será rotativo entre los tres institutos de las Fuerzas
Armadas.
Justicia Militar;
ley;
57
Consultar artículo 12 de la referida Ley, en Gonzalo Gómez Mendoza, Op. cit., pp. 196-198.
98
e) dirimir las contiendas de competencia que se susciten entre
exija;
Militar;
99
contra los Vocales, Auditores y Fiscales de los Consejos,
sus funciones.
ejecutoriada;
para ello;
100
u) regular periódicamente la cuantía de los delitos y de las faltas
Rama Judicial.
101
En cuanto a la competencia de los Consejos de Justicia
atribuciones y competencias:58
de Justicia Militar;
procedimiento;
últimos se hagan;
juicio;
58
Consultar artículo 25° de la referida Ley, en Op. cit., pp. 205-207.
102
g) elevar en consulta al Consejo Supremo de Justicia Militar los
Institutos Armados;
recurso;
103
estuvo dentro de sus facultades ordenarlo y, en consecuencia,
Auditor;
especial;
administración de justicia; y;
reglamentos;
saludable.
104
Los Jueces Instructores y los Jueces Sustitutos son los
Capitán de Fragata.
en la administración de justicia.
atribuciones.
105
En cuanto a la competencia de los Jueces Instructores o
dando cuenta;
c) cuidar que consten por escrito las disposiciones que dicte, las
encausado;
ley establece;
autos;
59
Ver artículo 39 de la referida Ley. OP. cit., pp. 213-214.
Al respecto, puede también consultarse el Manual de Procedimientos Judiciales para el uso del Juez
Instructor del Fuero Privativo Militar. Lima: Consejo Supremo de Justicia Militar, 1988.
106
g) fallar en primera instancia en los juicios por deserción simple y
su situación legal.
que señale. Y;
reglamentos;
e. La Policía Militar60
60
Consultar artículos 42, 43, 44, 45, 46 y 47, de la referida Ley. Op. cit., pp. 215-216.
107
realizada por la Policía Militar debe ser enviada a la autoridad
guerra.
Nacional.
judicial y la administrativa.
siguiente jerarquía.
61
Consultar artículos 62, 63, 64, 65, 66, 67, 68, 69 y 70 de la referida Ley. Op. Cit., pp. 222-225
108
a) General de Brigada del Ejército, Contralmirante de la Armada
Militar;
Justicia Militar;
Instrucción).
109
g. Los Auditores62
voto.
62
Consultar artículos 71, 72, 73, y 74 de la referida Ley, en OP. cit., pp. 225-227.
110
Justicia Militar; asesorar al Consejo emitiendo opinión en todos los
h. El Ministerio Público63
forma parte del Ministerio Público para la justicia común. Eso sí,
63
Consultar los artículos 75, 76, 77, 78, 79 y 80 de la referida Ley, en Op. cit., pp. 227-230.
111
según lo que prescribe el artículo 159º de la actual Constitución
derechos y la legalidad.
civil.
i. El Ministerio de Defensa64
64
Consultar el artículo 81 de la referida Ley, en Op. cit., pl. 230.
112
3.2.3. La Justicia Militar en Tiempo de Guerra
pacíficos.65
Internacional”.
65
Julio Diena, Derecho Internacional Público. Barcelona: Editorial Bosch, 1948, P. 492.
113
La Ley Orgánica de Justicia Militar prevé distintas
114
a) Los comandantes de los Teatros de Operaciones; b) Los
66
Ver Artículo 48-49 de la referida Ley, Op. cit., p. 217.
115
Comandante en Jefe de cada Teatro de Operaciones. En tal
mando.
Operaciones.
67
Ver Artículo 50 de la referida Ley, Op. cit., pp. 218-219
116
c) Consejo de Revisión68
68
Ver artículos 51-52 de la referida Ley, Op. cit., pp. 218-219
69
Ver Artículos 54, 55, 56 y 57 de la referid Ley, OP. cit., pp. 219-220
117
Los Consejos de Guerra tienen la siguiente composición:
Subalternos..
e) Los Prebostes70
70
Ver artículos 58, 59, 60 y 61 de la referida Ley, Op. cit., pp. 220-221
118
cometan faltas o infrinjan las disposiciones de reglamentos o
organismos jurisdiccionales.
119
expreso tratamiento en las normas internacionales sobre
sitio.
días.71
71
Ver Jorge Power Manchego-Muñoz, Constitución y Estados de Excepción. Lima: Sesator 1990;
también consultar Víctor García Toma, 2El régimen de excepción y los derechos humanos”, en
Abogados, Lima, 2001, Año III, Nº 6, pp. 96-99.
120
tribunales ordinarios ni permite automáticamente el juzgamiento
72
En Marcial Rubio Correa, “Fuerzas Armada y Constituciones en el Perú 1979-1988”, en La
Constitución Diez Años después. Lima: Constitución y Sociedad, 1989, p. 252.
Una exposición interesante acerca de la posibilidad de abuso de autoridad en los regímenes de
excepción en Carlos Cerquen Jiménez “Abuso de Autoridad”; en Revista del Ejército del Perú, Lima,
1995, Año I, Nº 2, pp. 34-39.
121
Orgánica de Justicia Militar, Código de Justicia Militar y Ley del
122
CAPITULO CUARTO
EL DEBIDO PROCESO EN
LA JURISDICCIÓN MILITAR
123
4.1. DERECHO A LA DEFENSA
a) Alcance
apoyo de las suyas, pero sin que sea necesario que de facto
no de esta posibilidad.
cada una de sus fases y actuaciones, para que pueda hacerse oír
73
I JUNOY, Joan Picó, Las garantías constitucionales del proceso, José María Bosch, Barcelona, 1997,
p. 102.
124
en ellas, y se garantice básicamente con los actos de
comunicación procesal74.
efectiva75.
genérico.
74
CORDÓN MORENO, Faustino, Las garantías constitucionales del proceso penal, Aranzadi, Navarra,
1999, p. 137.
75
I JUNOY, Joan Picó, ob. Cit. P. 103.
125
b) Derecho al intérprete
adecuada defensa, pues sólo quien conoce los motivos por los
a) Alcance
126
representación y asesoramiento técnico a quien merezca su
76
I JUNOY, Joan Picó, ob. Cit. P. 104.
127
del proceso e incluso el ejercicio de otros derechos fundamentales
b) Finalidad
77
CORDÓN MORENO, Faustino, ob. Cit. P. 151.
128
En ese sentido, la privación de la posibilidad efectiva de la
real y efectiva.
78
I JUNOY, Joan Picó, ob. Cit. P. 107.
129
4.3. DERECHO A SER INFORMADO DE LA ACUSACIÓN
a) Alcance
tácita o implícita.
del derecho.
130
Tribunal Constitucional español, exige la homogeneidad de los
sentencia79.
79
I JUNOY, Joan Picó, ob. Cit. P. 110.
131
b) El principio acusatorio
80
I JUNOY, Joan Picó, ob. Cit. P. 112.
132
difícilmente está en condiciones de enjuiciarlos con la debida
puede tener lugar sin una parte, pública o privada, que formule
133
misma tipicidad penal y sea de igual o menor gravedad que la
expresamente imputada; y
acusatorio.
materia penal.
a) Alcance
134
el Art. 6.1 del Convenio Europeo de Derechos Humanos, Art. 14
testigos, etc.) sin posibilidad de ser vistos por una de las partes no
b) Finalidad
81
I JUNOY, Joan Picó, ob. Cit. P. 116.
82
I JUNOY, Joan Picó, ob. Cit. P. 116.
83
CORDÓN MORENO, Faustino, ob. Cit. P. 166.
135
a) Proteger a las partes de una justicia sustraída al control
público; y
comunidad84.
84
I JUNOY, Joan Picó, ob. Cit. P. 117.
136
secreto del sumario, mediante el cual se impide a éste conocer e
a) Alcance
137
ambas dispongan de las mismas posibilidades y cargas de
probatorio.
138
fin último proteger la efectividad del derecho a un proceso con
85
I JUNOY, Joan Picó, ob. Cit. P. 133-134.
86
Sentencia del Tribunal Constitucional Peruano, Exp. No. 0023-2003-AI/TC, Asunto, Defensoría del
Pueblo, fundamento 34.
139
garantías suficientes que debe reunir el juzgador en su actuación
la ley (...)".
87
Sentencia del Tribunal Constitucional Peruano, idem.
140
mínimas garantías, recogidas fundamentalmente en el artículo
imparcialidad judicial
relación con las partes o con el objeto del proceso y que, por ello,
88
Sentencia del Tribunal Constitucional Peruano, idem.
141
Para poder ejercer este derecho resulta
pues ello hace posible, entre otras cosas, que aquéllas puedan
a) Concepto y alcance
89
I JUNOY, Joan Picó, ob. Cit. P. 135.
142
sobre los principios de economía, celeridad y eficacia que
un medio probatorio.
b) Ámbito de aplicación
c) Titularidad
demandada o acusada.
90
I JUNOY, Joan Picó, ob. Cit. P. 143.
143
defensa de sus intereses legítimos en el proceso declarativo
le brinde.
d) Límites
normativa procesal.
Derechos Humanos.
144
defensa, al que prestan cobertura en su manifestación pasiva,
sujeto sobre el que recae o puede recaer una imputación. Por ello,
juicio oral;
91
I JUNOY, Joan Picó, ob. Cit. P. 143.
145
La declaración contra sí mismo en la que medie
146
El deber de tolerar que se le someta a una especie de
admitiendo su culpabilidad.
92
I JUNOY, Joan Picó, ob. Cit. P. 155.
147
Por una parte, incide en las situaciones extraprocesales y
prueba de su inocencia.
aplicable, más allá del mismo, a todo acto del poder público, sea
ordenamiento jurídico.
148
4.9. EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL Y EL DEBIDO PROCESO EN LA
JURISDICCIÓN MILITAR
93
Sentencia del Tribunal Constitucional Peruano, Exp. No. 010-2002-AI/TC, Asunto, Marcelino Tineo
Silva.
94
Sentencia del Tribunal Constitucional Peruano, idem.
149
principio rector en todo proceso debe ser siempre el de la justicia
150
Así en la STC de fecha 09-06-2004, Exp. No. 0023-
151
militares en el Perú, cuestionando la independencia de estos en el
procesamiento de civiles.
152
Nuestra posición, conforme ha sido expuesta a lo
153
que: “los tribunales militares sean conformados en su mayoría por
independientes e imparciales”95.
Justicia Militar.
154
sino de los Organismos Judiciales de mayor jerarquía”, lo cual es
96
Sentencia del Tribunal Constitucional Peruano, idem, fundamento 50.
97
Sentencia del Tribunal Constitucional Peruano, idem, fundamento 51.
155
al contravenir el principio de independencia de la función
jurídica”99.
98
Sentencia del Tribunal Constitucional Peruano, idem, fundamento 58.
99
Sentencia del Tribunal Constitucional Peruano, idem, fundamento 69.
156
Cabe señalar también que el Tribunal declara
100
Sentencia del Tribunal Constitucional Peruano, idem, fundamento 74.
157
CAPÍTULO QUINTO
EL DELITO DE FUNCIÓN
Y SU NECESARIA REFORMULACIÓN
158
5.1. EL DELITO DE FUNCIÓN EN SU CONTEXTO CONSTITUCIONAL
de función”, tan solo señala en su artículo 173 que “En caso de delito de
101
En Enrique Bernales (en colaboración con Alberto Otárola), Op. cit., p. 743.
102
Citado por Defensoría del Pueblo, OP. cit., p. 43
159
Una opción103 de esta naturaleza, señala este autor, podría ser
desarrollada por la ley sobre la base del concepto jurídico del delito de
categoría.
Según el indicado texto. “La justicia militar está limitada a los delitos
103
Tal es el criterio de Enrique Bernales Ballesteros, en Op. cit., p. 743.
Al respecto debe tomarse en cuenta la propuesta que ha presentado el Ministerio de Defensa, Proyecto
de Código de Justicia Militar. Op. cit., 68 pp.
104
Artículo 14 del Código Procesal Penal de 1991, aprobado por Decreto Legislativo 638. Trujillo:
Normas Legales, 1994, p. 157.
160
5.2. LA SEGURIDAD NACIONAL COMO DOCTRINA Y EL DELITO DE
FUNCIÓN105
Nacional como doctrina fue introducida en los años sesenta por parte de
interno y aquellos que ponen en peligro la integridad del Estado ante una
Nacional”, cada vez que ahora el enemigo del Estado puede ser tanto
indivisible dado que todo aquel que esté contra él o en desacuerdo con
él es un enemigo.
105
Al respecto, ver el artículo I del Decreto Legislativo Nº 743; en Diario El Peruano, 8 de noviembre de
1991. Separata Especial.
106
Felipe Villavicencio Terreros, Introducción a la Criminología. Lima: Grijley, 1997, pp. 187-189.
107
Un concepto de “defensa nacional” en Alfredo Quispe Correa, en Constitución y Defensa Nacional.
Lima: Ediciones Luis Alfredo, 1994, pp. 103-106.
161
Enemigo es todo aquel que no está con ese orden o con el
Seguridad Ciudadana.108
108
Al respecto, ver Juan Faroppa Fontana, “Administración de Justicia y Seguridad Ciudadana”; en
Seguridad Ciudadana y Derechos Humanos. Lima: Comisión Andina de Juristas, 1999, 387-402.
También ver Carlos Ayala Corao, “Derechos Humanos y Seguridad Ciudadana: instrumentos y
organismos internacionales”; Op. cit., pp. 405-424.
162
La Seguridad Ciudadana hace referencia a la criminalidad a
que estamos todos expuestos y que provoca un miedo que “se percibe
constituye un peligro social”. Dicho miedo puede ser tanto objetivo como
delincuencia.
hacer una breve historia de lo que han sido estos “encargos” al Fuero
Militar: “... nos basta remitirnos sólo a tres de las varias situaciones en
163
constitucional) siendo ejecutados; y, 3) Durante el presente régimen, a
Situación Militar, establece que “al pasar un militar al retiro, ejercerá sus
109
Ricardo Brousset Salas, “El debido proceso, la seguridad ciudadana y la jurisdicción militar en el
Perú”; en Revista de Derecho y Ciencia Política, vol. 56 Nº 56 2) Universidad Mayor de San Marcos,
Lima, 1998, p. 347.
164
afectos a las disposiciones del Código de Justicia Militar ni de la Ley
del Estado.
aun en actividad.
110
En la Ley de Situación Militar, Decreto Legislativo 752.
165
5.3.2. El Caso de los Civiles
raíz del problema desatado por la violencia terrorista que asoló el país,
conocer de las causas que se sigan contra civiles por el delito de traición
166
oídos por un juez independiente e imparcial, derecho que les confiere el
que las fuerzas armadas exceden su función natural cuando juzgan a los
proceso. Pero a ello se podría oponer la idea de que una justicia penal
111
Informe Anual de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Lima: Defensoría del Pueblo,
1998, p. 19.
167
que en su momento la Justicia Militar se constituyó en argumento
determinante.
por el Código de Justicia Militar sino por el Código Penal Común. Para
168
recurrir al concepto doctrinal de “sistema jurídico”. Esta interpretación de
internacionales.
competencia de la jurisdicción militar: por razón del cargo, por razón del
169
No. 245/1981112, “La extensión de la jurisdicción militar a estos casos se
lo exime de ser sometido al derecho penal común (...) Para que un delito
propia del cuerpo armado. Pero aún más, el vínculo entre el delito y la
112
Sentencia Tribunal Constitucional español, núm. 75/1982 (Pleno ), de 13 diciembre de 1982.
113
Sentencia de la Corte Constitucional de Colombia, C-358/97.
170
éste, no (sólo) la condición de militar del agente activo, sino la infracción
DE LA JURISPRUDENCIA NACIONAL
114
Sentencia del Tribunal Constitucional peruano, Exp. No. 0017-2003-AI/TC, fundamento 110.
115
Al respecto, confróntese por ejemplo, el artículo 3º.2 de la Ley Orgánica 6/1985, de 1 de julio, del
Poder Judicial de España. FERNANDEZ SESSAREGO, Francisco, “La jurisdicción militar en la
Constitución española”, en: BIDART CAMPOS, German y otros (Coordinadores) Jurisdicción
militar y Constitución en Iberoamèrica (libro homenaje a Domingo Garcìa Belaunde), Grijley, Lima,
1997, p. 185-189. Asimismo, la sentencia de la Corte Constitucional de Colombia, C-358/97.
116
C-358/97, de 05 de agosto de 1997.
171
Fuerzas Armadas, y otro objetivo, el carácter sustancialmente militar del
delito117.
ilícito penal sea cometido por un militar o policía; del mismo modo,
afectado por la conducta ilícita del sujeto activo sea un militar, policía, o
117
FERNANDEZ SESSAREGO, Francisco, ob. Cit. P. 140.
118
EXP. N.º 0017-2003-AI/TC, Asunto Defensoría Del Pueblo, fundamento 5.5.
119
EXP. N.º 0017-2003-AI/TC, Asunto Defensoría Del Pueblo, fundamento 5.5.
120
EXP. N.º 0017-2003-AI/TC, Asunto Defensoría Del Pueblo, fundamento 5.5.
172
a). Se trata de afectaciones sobre bienes jurídicos de las Fuerzas
173
b). El sujeto activo del ilícito penal-militar debe ser un militar o efectivo
hecho.
c). Por último, que cometido el ilícito penal que afecta un bien jurídico
SER MODIFICADOS
“oficiales en actividad” (artículos 6°, 12° y 31° del Decreto Ley N.°
174
combate contra los grupos insurgentes, son los propios encargados del
la medida que los cargos en su mayoría son ejercidos por oficiales del
175
decir del Cuerpo Jurídico Militar, contando con el Auditor como un
armas.
Justicia Militar (Art. 375º), que si los fiscales de los juzgados no ejercen
176
los que garantizan los derechos y garantías fundamentales, tales como, el
Defensoría del Pueblo que afirma que la Justicia Militar no debe ser un órgano
excluido y paralelo del Poder Judicial, y que por el contrario, debe ser una rama
particularmente de los artículos 139º inciso 1 y del artículo 173º, que consagra
121
Defensoría del Pueblo, Hacia una reforma de la justicia militar en el Perú, Informe 6-64, Lima, 2002,
p. 110.
177
CAPÍTULO SEXTO
EN EL DERECHO COMPARADO
6.2.1. España
6.2.2. Argentina
6.2.3. Colombia
6.2.4. México
6.2.5. Brasil
178
6.1. LA JURISDICCIÓN MILITAR EN EL DERECHO COMPARADO
(Modelos)
122
Una exposición de los modelos o sistemas de jurisdicción militar en el Derecho Comparado, en
Defensoría del Pueblo, Op. cit., pp. 9-15.
179
pueden ser sometidas a éstas, tal competencia es aplicable tanto
180
Del mismo modo que en Gran Bretaña, tampoco en los
181
En tiempos de paz, los civiles no pueden ser juzgados por
materias.
182
comunes, de igual forma como ocurrirá con cualquier ciudadano
francés.
DERECHO IBEROAMERICANO
6.2.1. España
183
funcionamiento de los Tribunales. La ley regulará el ejercicio de la
Constitución”.
militar.123
123
Francisco Fernández Segado. El Sistema Constitucional Español. Madrid: Dykinson, 1992, pp. 762-
764.
184
servicio que se establezca, remitiéndose a la Ley los efectos de
mujer.
duración que oscilaba entre los dieciocho meses y los tres años;
la reserva Naval.
185
Por otro lado, se estableció una triple situación en el
derecho a exigir.
186
penal que contempla la desobediencia reiterada y permanente a las
residual: sujeto activo del primero de esos tipos sólo podía ser un oficial
187
que ha de transcurrir para la comisión del delito: más de tres días
12/1985.
Disciplinario, reformas con las que se trata de adaptar esta última norma
6.2.2. Argentina
188
Este Código restringía la competencia de los delitos
todo hecho penado por los bandos que los comandantes en jefe
Militar argentino.
189
para determinados individuos. Por ende, ningún militar, una vez
subversivo.
124
Germán Bidart Campos, Los Tribunales Militares y la Constitución. Buenos Aires: Ediar, 1985, p.
134.
190
asuma el rol de querellante, y al no permitir, por ende, que ejerza
191
trabadas con posterioridad a sentencias pasadas en cosa juzgada
mucho más debió ser así cuando una verdad material y objetiva
razonamiento.
las vedada por el art. 18 de la constitución. Por grave que sea una
192
La Constitución no autoriza a que la ley transfiera las
hace falta que los delitos previstos en las leyes 21.272 y 21.268
193
denegatoria motiva la queja fue interpuesto contra una presunta
194
en la instancia pertinente la apelación promovida contra la
6.2.3. Colombia
que “De los delitos cometidos por los militares en servicio activo y
al servicio castrense.
195
mención al rechazo o retardo de obediencia cometido por un
los militares, ya que para ellos existen las normas especiales del
de prisión”.
196
En cuanto a la delimitación del Código Militar y el Código
autónomo?.
197
sino que constituye un cuerpo autónomo de leyes, regido
extraordinario”.
El Código Penal Militar debe ser una ley que contenga los
125
En Jesús Bernal Pinzón, Delitos Contra la Administración Pública y Asociación para Delinquir,
Bogotá: Editorial Temis, 1965, p. 212
198
común a todos los casos en que no se lesione ese interés
6.2.4. México
199
Los delitos propiamente militares pueden reducirse a
dos grupos: los que tienen como objeto jurídico violado, el deber o
funciones militares.
mexicana señala que el agente activo del delito militar puede serlo
el delito.126
126
Ricardo Abarca, El Derecho Penal en México. México: Editorial Cultural, 1947, p. 52.
200
precepto define cuáles son delitos federales: a) Los previstos en
a la Federación.
201
contra el Presidente de la República o contra los Diputados
están regidos por una ley federal que previene los delitos a los
6.2.5. Brasil127
127
Respecto de la Jurisdicción Militar en este país, consultar a Luis Pinto Ferreira, “La jurisdicción
militar y la Constitución de la República Federativa del Brasil”; en Germán Bidart Campos y José
Palomino Manchego, Op. cit., pp. 109-129. También José Alfonso da Silva, “Noticias sobre la
jurisdicción militar en el Brasil”, en Germán Bidart Campos y José Palomino Manchego, Op. cit., pp.
85-108.
202
previsión de los órganos de la jurisdicción militar y sus
Senado Federal.
203
Constitución requiere que los oficiales de las Fuerzas Armadas
previstos en la ley.
204
Auditores-corregidores, y se inicia en el cargo de Auditor Sustituto,
205
El Consejo Especial de Justicia es presidido por un
206
militar, que no se compadecen con un régimen democrático. La
vigente”.128
128
José Alfonso da Silva, Op. cit, p. 107.
207
CAPITULO SÉPTIMO
208
7.1. LOS PRESUPUESTOS METODOLÒGICOS
sobre delito de función y su diferencia con los delitos comunes. Para ello,
129
Ver Restituto Sierra Bravo, Op. cit., pp. 174-238.
209
7.2. LOS PRESUPUESTOS DOCTRINARIOS
tiene que volver a la vida pacífica, con todo lo que ello significa: volver a
bien podrían tener significación para con una realidad como la nuestra en
la cual durante las dos últimas décadas el Perú vivió una guerra interna
mucho) sus conductas. Pero sobre todo, este Capítulo está dedicado a
noventa del siglo pasado prestaron servicios en aquellas zonas en los que
130
Citado por Mariano Ruiz Funes, Criminología de la Guerra. La guerra como crimen y causa del
delito. Buenos Aires: Editorial Bibliográfica Argentina, sine data, p. 120
210
permanecer brindando sus servicios a la institución policial fueron
al crimen. Por cierto, hay que hacer la salvedad de que no se trata de una
esferas tanto privadas como públicas de su vida. Pero ello no logra falsar
131
Op. cit., ver también, pp. 117-133.
211
judiciales peruanas que de hecho establecen un criterio de verdad
jurídica.132
Provocar represiones
Proclamación de la insurrección
Propaganda armada
Perú de los ochenta y noventas del siglo pasado, podemos decir que la
132
No obstante, una exposición axiológica de ser policial, en Bartolomé Fiorini, Poder de Policía.
Buenos Aires: Editorial Alfa, 1958, 360 pp.
212
1. Desestabilización del Estado, mediante el control progresivo de los
4. Toma de poder
pero para relatar la realidad objetiva puede decirse que ésta correspondió a la
213
presuntamente cometieron Delito de Función por lo cual fueron
condenados.
7.4.2. Muestra
ENCUESTA Nº 1
Primer Cuadro
100%
89%
90%
80%
70%
61%
60% 54% 52% 53%
50% 46% 48% 47%
39%
40%
30%
20%
12%
10%
0%
1 2 3 4 5 T i e n e c o n o c i m i e n to
N o T i e n e c o n o c i m i e n to
PREG UNTAS
214
Segundo Cuadro
46%
54%
Conocimiento aceptable
Conocimiento no aceptable
ENCUESTA Nº 2
Primer Cuadro
100%
90%
80% 92%
70%
60%
50%
40%
30%
20% 13%
10% 8%
0%
Perfil profesional y actitud
1y2 3,4y5 psicològica positivos
PREGUNTAS Perfil profesional y actitud
psicològica no positivos
215
Segundo Cuadro
9,5%
90,5%
Mantiene los valores policiales
Lectura de la Encuesta Nº 1
216
cotidiana del policía, puede decirse que éste sí conoce los límites de la
Lectura de la Encuesta Nº 2
muestra que hemos tomado nos indica que casi en su totalidad los valores
se mantienen.
valores que animan a la Policía Nacional del Perú. Por cierto, existen
217
además, que tanto a nivel de la sociedad en general como al interior de la
218
POST SCRIPTUM
219
CONCLUSIONES133
protegidas.
133
Las Conclusiones que presento son producto de la utilización de los métodos tanto inductivo como
deductivo; además, es de notar que, éstas están redactadas en un sentido afirmativo o de aseveración.
220
conceptualiza el delito de función los criterios utilizados son en razón del
militar.
Estado de Derecho.
221
SUGERENCIAS134
jurídica, una visión global del tema nos obliga a detenernos en actores: en los
La idea es que los radicalismos son malos, y si acaso una vida nacional
humanismo.
134
Para elaborar las sugerencias de la presente investigación hemos asumido sobre todo la metodología
hipotética inductiva, pues creemos que lo fundamental es tomar en cuenta la realidad. Parte de la
conducta mesurada que debemos observar precisamente partir de nuestra realidad.
222
3. Los criterios de atribución que se deberían tomar en cuenta para
5. Con el fin de alejar toda duda sobre la independencia que debe gozar
incurran en alguna falta grave o delito, al término del cual deberán ser
223
6. Una última sugerencia, que es casi también una ilusión: El hecho de
224
ANEXO Nº 1
LOS INSTRUMENTOS DE
LA INVESTIGACIÓN CUANTITATIVA
Encuesta de Opinión Nº 1
225
3. ¿Qué señala la actual Constitución del Estado acerca del Delito de
Función?
.............................................................................................................
.............................................................................................................
.............................................................................................................
.............................................................................................................
4. ¿Qué establece la ley penal militar acerca del Delito de Función?
.........................................................................................................................
.........................................................................................................................
.........................................................................................................................
.........................................................................................................................
5. ¿En qué casos concretos del servicio un policía puede cometer
Delito de Función?
.............................................................................................................
.............................................................................................................
.............................................................................................................
.............................................................................................................
226
Encuesta de Opinión Nº 2
227
circunstancias extremas se justifica que los particulares hagan justicia
con sus propias manos?
................................................................................................................
................................................................................................................
................................................................................................................
................................................................................................................
228
ANEXO 2
135
VALLE-RIESTRA, Javier, Habeas Corpus, Ediciones Jurídicas, Lima, 2005, p. 99-102.
229
de retiro, se determinó que no correspondía emitir pronunciamiento, por implicar un
argumento que debía ser alegado como medio de defensa previo ó de fondo con
arreglo al ordenamiento adjetivo de la materia, no obstante, ello se debió a un caso
único predeterminado en el cual concurría el hecho militar vinculante a ese caso
específico; siendo que en el presente caso, no se advierte tal hecho vinculante, sino
por el contrario, aparece otro elemento En todo caso apreciable por el ordenamiento
sustantivo común; SEXTO: Que, siendo ello así, se tiene que conforme lo establece el
artículo ciento setentitrés de la Constitución Política del Perú, en caso de Delito de
Función, los miembros de las Fuerzas Armadas están sometidos al fuero respectivo y
al Código de Justicia Militar, excluyéndose de estos alcances a los ciudadanos civiles,
salvo en los casos de Terrorismo y Traición a la Patria, que no es del presente caso
tratar; Que, en tal sentido, la norma constitucional, en esencia contiene dos
presupuestos copulativos é interrelacionados de manera indesligable que son los que
van a determinar el sometimiento al fuero privativo, cuales son: a) sujeto activo militar
y b) hecho militar; SETIMO: Que, para los efectos e la concurrencia de ambos
presupuestos, debe tenerse presente que la norma constitucional hace especial
referencia, a la condición de la función que desempeña el sujeto activo y que como
consecuencia de ésta, se produzca un delito tipificado en el Código de Justicia Militar,
lo que quiere decir, que necesariamente dicho sujeto debe estar desarrollando
funciones dentro de los supuestos contenidos en el artículo trescientos veintiuno del
Código de Justicia Militar; OCTAVO; Que, para mayor alcance de tal razonamiento, se
tiene que de acuerdo a la propia naturaleza de los institutos armados, el
establecimiento del fuero privativo además de cumplir los fines coercitivos de carácter
especial en razón de la materia de su competencia, tiene como principal finalidad, la
de resguardar el orden institucional militar propiamente dicho; es decir, cumple la
misión de velar por el control y la disciplina dentro de la institución, cada vez que los
agentes que forman parte de ella con sus actos propios de función directa ó indirecta,
atenten en cualquier grado, contra la estabilidad de dichos componentes
institucionales; NOVENO: Que, en consecuencia, de lo expuesto se llega a determinar
que para someter a una persona al fuero militar, resulta necesaria la ,concurrencia del
hecho vinculante, es decir, el hecho militar atribuido ó que implique además
faltamiento a la majestad de las Fuerzas Armadas, en relación directa al sujeto activo
investigado; DECIMO: Que, en el presente caso, está demostrada la condición de
Oficial en el grado de Capitán del Ejercito Peruano en situación de retiro por parte del
favorecido Gustavo Adolfo Cesti Hurtado, siendo que su participación en los hechos
material de la acción instaurada en el fuero militar, de acuerdo al estudio analítico-
comparativo de los elementos apreciados, son de tipo sustantivo común; en
consecuencia, dada tal condición personal y al tipo sustantivo determinado, se colige
que en todo caso dicho ciudadano no puede ser sometido con mandato de detención a
un proceso privativo dentro del fuero militar; estando a que no reúne los requisitos
constitucionales establecidos por el artículo ciento setentitrés de la Carta Magna para
ser considerado como sujeto activo militar al no haber estado desempeñando labores
ó funciones como militar en cuanto a los hechos que se le atribuyen, no es de
aplicación al presente caso, el Principio de la Extensión del Fuero Militar; DECIMO
PRIMERO: Que, siendo ello así, y resultando ajeno al proceso instaurado en el Fuero
Militar, la Orden de Detención dictada en su contra a que se refiere el Tercer
considerando, implica por lo tanto, una amenaza inminente al Derecho Constitucional
de Libertad del favorecido, debiendo este Colegiado con competencia constitucional
restablecer tal derecho vulnerado; todo ello atendiendo a que la libertad de la persona,
es la suprema expresión de la esencia misma del ser humano, hacia la cual se dirigen
todos los conceptos fundamentales para el logro de la paz social y el imperio del
estado de derecho, conforme lo dispone la Declaración Universal de los Derechos
Humanos; DECIMO SEGUNDO: Que, estando a lo expuesto, la Institución de Hábeas
Corpus, al estar vinculada con la protección de la libertad individual de la persona
humana, a fin de protegerla contra actos coercitivos practicados por cualquier persona
230
ó entidad de cualquier rango ó jerarquía ó competencia y que atentan contra el
derecho de libertad, resulta la vía idónea dada su condición jurídica de garantía
constitucional y trámite inmediato, y por lo tanto aplicable con carácter positivo
presente caso tratado; DECIMO TERCERO: Que, en cuanto a la ejecución de la
garantía constitucional, es preciso disponer el inmediato cese de la orden de detención
dictada contra el favorecido y la que le impide salir libremente de territorio nacional, y
para lo cual es imprescindible ordenar la suspensión de la tramitación del proceso que
se le sigue al accionante ante el Consejo Supremo de Justicia Militar; lo que no impide
su investigación ante el Fuero Civil de acuerdo al ordenamiento sustantivo; por cuyas
consideraciones, REVOCARON la Resolución obrante a fojas sesentiséis a
sesentisiete, su fecha cuatro de Febrero de mil novecientos noventisiete que declara
improcedente la Acción de Hábeas Corpus; y REFORMANDOLA DECLARARON:
FUNDADA la acción de HABEAS CORPUS interpuesta por Gustavo Adolfo Cesti
Hurtado contra el Consejo Supremo de Justicia Militar; y en consecuencia
ORDENARON: se levante de inmediato la Orden de Detención, el impedimento de
salida del territorio de la República, así como la suspensión de la tramitación del
proceso contra el ciudadano Gustavo Adolfo Cesti Hurtado por las razones glosadas
en los considerandos de la presente resolución; MANDARON: Que, consentida y/o
ejecutoriada que sea la presente resolución se publique en el Diario Oficial "El
Peruano" por el término de Ley; y los devolvieron.
SALAS VILLALOBOS, MAC RAE THAYS, CASTILLO V ASQUEZ.
136
VALLE-RIESTRA, Javier, ob. Cit. P. 104-110.
231
debidamente notificado, se hizo efectivo el apercibimiento de ley variando su situación
jurídica por la de DETENCION PROVISIONAL, según auto de fecha diecisiete de
Enero del presente año, dictándose en su contra las órdenes de ubicación, búsqueda y
captura e impedimento de salida del país, de acuerdo a las normas procesales
penales en vigencia; que, el inculpado Capitán CESTI HURTADO se le imputa haber
participado. en la defraudación de UN MILLÓN CINCUENTA MIL DOLARES
AMERICANOS en agravio del Estado-Ejército Peruano, en su calidad de agente de
seguros del Ejército ante la Compañía de Seguros Popular y Porvenir; que, en la fecha
en que se cometieron estos injustos penales, el referido Capitán CESTI HURTADO
prestaba servicios en el Comando Logístico del Ejército como ASESOR Y
CORREDOR DE SEGUROS, según contrato firmado el diez de Noviembre del mil
novecientos noventa y tres; que, para la práctica de la diligencia de recepción de la
declaración instructiva del inculpado debe observarse lo dispuesto en el artículo
quinientos veintidós del Código de Justicia Militar es así que está facultado todo Juez
Militar para decretar DETENCION PROVISIONAL en el caso de que no comparezca al
ser requerido para tal fin; que, en el presente caso se trata de resoluciones judiciales
expedidas dentro de un debido proceso, llevado con arreglo a las disposiciones
procesales normadas por la ley; que, dentro de éste contexto tenemos que al Fuero
Militar se le reconoce la exclusividad de la función jurisdiccional penal militar, conforme
lo estatuye el artículo ciento treinta y nueve, inciso primero, de la Constitución Política,
importando ello, una afirmación categórica de que ningún órgano o funcionario extraño
a éste Fuero, puede arrogarse la función de Juez Militar en sentido estricto, que, los
Magistrados de la Sala Especializada de Derecho Público del Fuero Común, al
disponer que se levante la orden de detención y el impedimento de salida del territorio
de la República, dictadas contra el inculpado Capitán CESTI HURTADO, han asumido
funciones reservadas sólo a los Magistrados Militares, pretendiendo dejar sin efecto
resoluciones que han pasado en autoridad de Cosa Juzgada; que asimismo, el
Colegiado al disponer la suspensión de la tramitación del proceso penal militar contra
el mencionado inculpado Capitán Gustavo Adolfo CESTI HURTADO, por considerar
que no existe presupuesto vinculante con las Fuerzas Armadas que delimiten sus
derechos civiles, se han pronunciado a priori sobre una cuestión de competencia no
deducida en el proceso penal regular que sigue ésta Judicatura, que de haber sido
planteada conforme a ley, correspondería dirimirla a la Corte Suprema de Justicia de
la República, según lo dispone el artículo cuarto, inciso primero, en la Ley Orgánica de
Justicia Militar, por consiguiente, se han atribuido funciones Que no les corresponde
incurriendo de este modo en el delito Contra la Administración Pública en la modalidad
de USURPACIÓN DE FUNCIONES, que tipifica y sanciona el artículo trescientos
sesenta y uno del Código Penal; que, es de rechazo tácito la argumentación del
Colegiado al invocar el artículo ciento setenta y tres de la Constitución Política del
Perú y sostener que el inculpado CESTI HURTADO está excluido de los alcances de
la normatividad del artículo en mención y del Código Privativo, sin considerar que el
referido inculpado no ha perdido su condición de Militar, es más, a la fecha de los
hechos, mantenía una relación laboral como dependiente del Comando Logístico del
Ejército, en calidad de Asesor de Seguros, circunstancias objetivas que permiten
reafirmar su condición de funcionario activo y por tanto sujeto a la jurisdicción Penal
Militar, a tenor de lo preceptuado en los artículos trescientos veintiuno y trescientos
veintidós, in fine, del Código Castrense; que, de las consideraciones glosadas se
advierte que los miembros del colegiado han incurrido también en la comisión de
Prevaricato, previsto en el artículo cuatrocientos dieciocho del Código Penal, al emitir
resolución contraria al texto expreso y claro de la ley; que, el artículo ciento
treintinueve de la Constitución Política del Estado, refiriéndose a los principios y
derechos de la función jurisdiccional, reconoce en su inciso primero la existencia de la
Jurisdicción Militar y el inciso primero la existencia de la Jurisdicción Militar y en el
inciso segundo declara taxativamente: "Que ninguna autoridad puede avocarse a
causas pendientes ante el órgano Jurisdiccional interferir en el ejercicio de sus
232
funciones, tampoco dejar sin efecto resoluciones que han pasado en autoridad de
cosa juzgada, ni cortar procedimientos en trámite, ni modificar sentencias, ni retardar
su ejecución", preservándose así la autonomía de la Justicia Militar, que también se
reconoce en el artículo tercero del Título Preliminar de la Ley Orgánica de Justicia
Militar, norma ésta que es reconocida por la Lex Legem en su artículo ciento
sesentiocho, que textualmente prescribe: "Las leyes y los reglamentos respectivos
determinan la organización, las funciones las especialidades, la preparación y el
empleo; y norman la disciplina de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional; que,
resulta extraño que los Vocales integrantes de la Sala Especializada de Derecho
Público, Doctores Salas Villalobos, Mac Rae Thays y Castillo Vásquez,
sistemáticamente vienen emitiendo resoluciones que denotan tendenciosa intromisión
en los actos jurisdiccionales propios del Fuero Militar y asumiendo atribuciones
jurisdiccionales de competencia de la Corte Suprema de Justicia de la República,
provocan una colisión jurídica entre ambos fueros, al pretender sustraer de la
capacidad persecutoria del Estado al inculpado Capitán CESTI HURTADO, en
detrimento de la disciplina y de la ejemplaridad de las sanciones; que, a mayor
abundamiento, la resolución emitida por la Sala Especializada de Derecho Público, al
declarar fundada la Acción de Hábeas Corpus incoada a favor del mencionado
Capitán, deviene en ilegal, por cuanto la Ley de Hábeas Corpus y Amparo, en su
artículo seis, in fine, expresa claramente que: “NO PROCEDEN LA ACCIONES DE
GARANTIA CONTRA RESOLUCIÓN JUDICIAL EMANADA DE UN
PROCEDIMIENTO REGULAR” que, del mismo modo, el proceder de los integrantes
de la referida Sala Especializada resulta irregular, por constituir una clamorosa
interferencia en los asuntos de exclusiva competencia de los Tribunales Militares, que
al ser autónomos en el ejercicio de sus funciones, no pueden ni deben aceptar
semejante dislate jurídico que pone en grave riesgo, no sólo su autonomía e
independencia, sino, que además, atenta contra su esencia misma, al pretender
menoscabar la función de cautelar la disciplina, el orden y la moralidad dentro de las
Fuerzas Armadas de la Nación; que el caso resuelto por la Sala Especializada se trata
de un asunto susceptible de una evaluación técnica, incompatible con la naturaleza
sumarísima del procedimiento sobre garantía constituciona1, en razón que una
cuestión de competencia sobre que Fuero debe juzgar al inculpado Capitán CESTI
HURTADO, corresponde dilucidarse siguiendo los procedimientos ordinarios, tanto
más que no existe la supuesta violación del derecho constitucional que invoca el
accionante; que, la Acción de Hábeas Corpus y Amparo, de acuerdo a la doctrina que
le inspira, no puede llegar a constituir una supra instancia jurisdiccional capaz de
revisar resoluciones dictadas dentro de un proceso regular o remover procesos
fenecidos; que, la conducta funcional de los nombrados magistrados de la Sala
Especializada de Derecho Público, que en principio se consideró que era
consecuencia tal vez del desconocimiento de la normatividad del Derecho Penal Militar
y del propio Derecho Constitucional, ha resultado deplorable porque en lugar de
garantizar fallos serios y justos, de un lado, y auspiciar la creación de una
jurisprudencia sabia y enriquecedora, de otro, por el contrario, se han orientado ha
servir a intereses subalternos, como en el caso singular del Capitán CESTI
HURTADO, quién utilizando la Acción de Hábeas Corpus, por derechos
constitucionales supuestamente violados pero con el propósito subyacente de obtener
por esta vía, de trámite sumario, modificación de situaciones litigiosas que tienen
sustentación específica para su trámite judicial, ha logrado que los mencionados
Magistrados declaren fundada la Acción, a pesar de ir en contra de expresas
disposiciones constitucionales, como las establecidas en los incisos uno, dos, tres y
trece del artículo ciento treinta y nueve de la Carta Magna; que, los mencionados
Magistrados, en forma tendenciosa vienen transgrediendo consciente y
voluntariamente los criterios jurídicos; jurisprudenciales y doctrinarios que sustentan
las Acciones de Hábeas Corpus y Amparo, con el designio de atentar contra la
autonomía e independencia del Fuero Militar; que, esa actitud se patentiza en el caso
233
del General ROBLES ESPINOZA, en el que habiendo el Supremo Gobierno, el día
cinco de Diciembre de mil novecientos noventiseis, promulgado la Ley número
veintiséis mil seiscientos noventa y nueve, en la que se concede AMNISTIA
GENERAL, la Justicia Militar, respetuosa del ordenamiento jurídico de la nación,
dispuso por Ejecutoria Suprema de fecha siete de Diciembre de mismo año, aplicar el
beneficio de AMNISTIA al mencionado General, ordenándose su excarcelación e
inmediata libertad, así como, el corte de secuela del juicio y el archivamiento definitivo
de la Causa, y no obstante ello, la Sala Especializada de Derecho Público, socapa de
que en las Acciones de Garantía no existe sustracción de la materia y haciendo
aparecer que la detención del General ROBLES ESPINOZA se realizó de modo
arbitrario e inmotivado, por exceso y/o de manera ilegal, sin sustentar su resolución en
elementos fácticos ni de derecho, es más, afirmando en forma temeraria y parcializada
que la detención del referido general ROBLES fue un SECUESTRO, declara fundada
la Acción de Hábeas Corpus, vale decir, la aludida Sala Especializada se pronuncia
sobre hechos que se reputan olvidados, con el claro propósito de mellar la majestad
del Fuero Militar; que, ésta actitud reiterada y mal intencionada de la Sala en mención,
también se evidencia en el Caso del General MAURICIO AGURTO, al haber
declarado FUNDADA la medida cautelar planteada dentro de una Acción de Amparo
por éste Oficial General, ordenando se suspenda la disposición emanada de éste
Supremo Tribunal, sobre pago reparación civil en la Causa que se le siguió en éste
Fuero Militar, por los delitos de INFIDENCIA Y ULTRAJE A LA NACION Y A LAS
FUERZAS ARMADAS, no obstante que éste Supremo Tribunal con anterioridad a la
resolución del Colegiado había dispuesto la supresión del pago de reparación civil y el
archivo definitivo de la causa, conculcando de ésta manera el texto expreso del
Código de Acción de Hábeas Corpus presentada contra el General de División don
Guido Guevara Guerra, por el Abogado José Pablo CASTRO MORA, defensor de
Demetrio Limonier CHAVEZ PEÑAHERRERA, en la Causa que se le siguió por el
delito de Traición a la Patria, el Colegiado revocando y reformando la resolución del
Juez Penal, declara fundada dicha acción de garantía, en un proceso concluido,
pretendiendo desconocer el régimen especial a la que están sometidas las personas
que cumplen sentencia por delito de Traición a la Patria y que precisa la Ley número
veinticinco mil setecientos cuarenta y cuatro, la Resolución Suprema número ciento
catorce guión noventidos y el Reglamento del respectivo penal, dirigiendo la acción
contra el Presidente del Consejo Supremo de Justicia Militar, sabiendo que quién
ejecuta las sentencias no es el Presidente de un Fuero, sino el Juez que conoció
primigeniamente de la Causa, es más, que el condenado DEMETRIO CHAVEZ
PEÑAHERRERA carece de otros procesos penales de acuerdo con la Ley número
veintiséis mil seiscientos noventa y siete, en cuyo artículo primero señala: "Cuando el
agente se encuentre cumpliendo condena efectiva impuesta por el Fuero Privativo
Militar, por delito de terrorismo de Traición a la Patria, con más de veinticinco años de
pena privativa de la libertad, a su vez el infractor tenga otro proceso penal en giro de
igualo de distinta naturaleza que merezca una pena inferior a la aplicada, cualquiera
que sea el estado en que se encuentre, el Organo Jurisdiccional o los sujetos del
proceso, solicitarán copia certificada del fallo ejecutoriado, en mérito de la misma;
dicho Organo Jurisdiccional dictará el sobreseimiento definitivo en la causa pendiente
y ordenará archivarla; que, conforme a ésta premisa no es comprensible que la Sala
Especializada de Derecho Público, afirme que el derecho de defensa del condenado
CHAVEZ PEÑAHERRERA ha sido vulnerado y que disponga a una instancia
Suprema, como es la Presidencia del Consejo Supremo de Justicia Militar, permitir la
entrevista entre el Abogado y su patrocinado, en clamorosa transgresión de las leyes
que regulan sobre la materia; que, de esta forma el fundamento de la resolución que
revoca la sentencia pronunciaba por el Juez del Cuarentiun Juzgado Penal del Lima,
de fecha once de Diciembre de mil novecientos noventa y seis, resulta absurda,
carente de todo sustento, prejuiciosa y apresurada, y lo más grave ha obviado la
aplicación de una Ley de estricto cumplimiento; que, de las mencionadas
234
disposiciones constitucionales y legales, aparece con nitidez inocultable, que la
precitada resolución de la Sala Especializada del Fuero Común, no puede prevalecer
sobre esas normas, y que por incompatibilidad, debe aplicarse la prioridad a la que se
contrae el artículo ciento treinta y ocho de la Constitución Política del Estado; que, de
otro lado, en correspondencia con los considerandos glosados, se establece que la
conducta funcional de los señores Vocales Salas Villalobos, Mac Rae Thays y Castillo
Vásquez, integrantes de la Sala Especializada de Derecho Público de la Corte
Superior de Lima, está orientada a proteger a grandes infractores de la ley penal que
con sus actos han agraviado no sólo al Estado Peruano sino la sociedad misma, tal es
el caso del narcoterrorista “VATICANO”; igualmente, pretenden por la vía indirecta-
Acción de Garantía, sustraer al Capitán Ejército Peruano CESTI HURTADO de la
acción persecutoria del Estado, usurpando funciones de órganos jurisdiccionales
superiores; que, también se desliza de sus sentencias una orientación netamente
política, tendente a satisfacer sus apetitos personales, así como, intereses de ciertos
grupos que, ésta consideración se confirma con la argucia de tomar como pretexto el
uso de la significación marginal de las disposiciones legales con que se sustentan sus
resoluciones, asignándoles un sentido totalmente extraño al que razonablemente les
corresponde, contrario a todo rigor interpretativo, escabulliéndose, de ésta manera los
nombrados magistrados, por el vedado camino de modificar y de naturalizar la norma
jurídica, en una actitud prevaricadora; que, siendo ello así, la conducta funcional de los
mencionados magistrados reviste organismos de control del Poder Judicial y el
Ministerio Público; en consecuencia SE RESUELVE: Declarar INAPLICABLE la
resolución de la Sala Especializada de Derecho Público, de fecha doce de Febrero de
mil novecientos noventa y siete, emitida en el expediente número trescientos treinta y
cinco guión noventa y siete; y, conforme al estado de la presente causa, MANDO:
Reiterar las órdenes de busqueda y captura dictadas contra el inculpado Capitán
Ejército Peruano, en situación de retiro, Gustavo Adolfo CESTI HURTADO; SE
DISPONE: Que la presente resolución sea puesta en conocimiento del Presidente de
la Corte Suprema de Justicia de la República, Organo de Control Interno del Poder
Judicial, Comisión Ejecutiva del Poder Judicial y Fiscal de la Nación, para los fines
legales consiguientes.- TR., REG. Y NOTIFIQUESE.
Exp. N° 335-97
137
VALLE-RIESTRA, Javier, ob. Cit. P. 111-112.
235
del Tribunal Militar no está previsto en la Constitución Política ni en la Ley ni su
articulación no está contemplada como medio impugnatorio por lo que, por
consiguiente no podría ser merituada; Cuarta.- a que, es evidente que dicha
transcripción sólo proceso de Habeas Corpus, pues la finalidad que emana de la
misma no es susceptible de trámite alguno, toda vez que, la resolución judicial recaiga
en el asunto sub-materia dictada por la Sala Especializada de Derecho Público, que es
el Organo Jurisdiccional que ha administrado justicia en nombre de la Nación, tiene
autoridad de cosa juzgada, y, como tal que se aplicable el Principio Constitucional de
la Función Jurisdiccional, que prohibe revivir procesos fenecidos con resolución
ejecutoriada; Quinto.- a que, igualmente, cabe incidir en que está plasmado en nuestro
ordenamiento jurídico, que corresponde al Jefe de Estado hacer cumplir las sentencias
y resoluciones de los Organos Jurisdiccionales, conforme lo enuncian los artículos
ciento diez y ciento dieciocho inciso noveno de la Carta Magna que nos rige: Sexto.- a
que, asimismo y de conformidad con lo establecido en el inciso segundo del artículo
ciento treintinueve de la Constitución Política, concordante con el artículo cuarto de la
Ley Orgánica del Poder Judicial, toda persona y autoridad está obligada a acatar y dar
cumplimiento a las decisiones judiciales, y ninguna autoridad, cualquiera sea su rango
o denominación, fuera de la organización jerárquica del Poder Judicial, puede dejar sin
efecto resoluciones judiciales con autoridad de Cosa Juzgada, ni modificar su
contenido ni retardar su ejecución, bajo responsabilidad; a que, en consecuencia;
DISPUSIERON, el archivo de dicha transcripción, haciendo esta, resolución de
conocimiento del Señor Presidente de la Corte Superior de Justicia de Lima, así como
la de aludida comunicación, con la debida nota de atención.-
VISTOS:
138
VALLE-RIESTRA, Javier, ob. Cit. P. 115-121.
236
SEGUNDO. Principales actuaciones realizadas.- Admitida la queja, a través
de la Oficina de Protección de la Defensoría del Pueblo, se realizaron las acciones
inmediatas previstas en la Ley N° 26520, Ley Orgánica de la Defensoría del Pueblo
constatando la situación de detención del quejoso, así como verificando el estado del
proceso de hábeas corpus presentado a su favor. Asimismo, se solicitó información al
Presidente del Consejo Supremo de Justicia Militar sobre la situación del quejoso Y
sobre las razones de su detención. Finalmente, se contó con el informe elaborado por
el Defensor Especializado en Asuntos Constitucionales.
CONSIDERANDO:
PRIMERO. Alcances y competencia del control defensorial.- El artículo
162° de la Constitución y el artículo 9°, inciso 1) de la Ley N° 26520, Ley Orgánica de
la Defensoría del Pueblo, disponen que corresponde al Defensor del Pueblo defender
los derechos constitucionales y fundamentales de la persona y de la comunidad, así
como supervisar el cumplimiento de los deberes de la administración estatal y la
adecuada prestación de los servicios públicos a la ciudadanía.
237
carece de restricciones para ello. Es más, como se ha indicado, el Defensor
del Pueblo no sólo tiene legitimación en materia de hábeas corpus, sino que
en los procesos que él no ha iniciado puede coadyuvar activamente a la
defensa del perjudicado. De esta manera, a interpretación sobre el ejercicio
del control defensorial está orientada por una óptica destinada a garantizar,
prioritariamente, la protección de los derechos de las personas, sin afectar ni
alterar las competencias constitucionales establecidas de los diversos
órganos e instituciones del Estado.
238
Efectuado el deslinde anterior, resulta esencial reconocer que conforme al
artículo 200° inciso 1) de la Constitución, el hábeas corpus procede contra
cualquier autoridad, funcionario o persona que vulnere o amenace la libertad
individual o los derechos constitucionales conexos. Una adecuada
interpretación de la Constitución no puede permitir la existencia de zonas,
órganos o instituciones exentas del control constitucional a las cuales no les
sea de aplicación los alcances de hábeas corpus. Es más, para la Defensoría
del Pueblo el control constitucional forma parte inseparable de la idea de
Constitución; en consecuencia no resultan admisibles interpretaciones que
restrinjan o desnaturalicen una institución central en todo ordenamiento
democrático como es el proceso de hábeas corpus.
Además, debe precisar que la competencia del juez de hábeas corpus nace de
la propia constitución. En estos casos los magistrados de la Corte Superior actúan
como verdaderos jueces constitucionales y, por tanto, su sentencia no puede ser
desconocida ni “inaplicada” por ninguna otra autoridad, sea civil o militar. De ahí que,
al conocer dicho proceso constitucional no hayan usurpado funciones reservadas a los
jueces militares pues solo han actuado como jueces constitucionales a quienes
compete, sin lugar a dudas, resolver el proceso de hábeas corpus.
239
internacionales aprobados por el Estado peruano que, de acuerdo con la cuarta
disposición final y transitoria de la Constitución, deben ser obligatoriamente
tomados en cuenta para interpretar los derechos que la Constitución reconoce.
Estos instrumentos internacionales garantizan que toda persona cuente con un
recurso efectivo ante los tribunales para la tutela de su derechos, situación que en
el presente caso se viene desconociendo. Así lo dispone el artículo 8° de la
Declaración Universal de los Derechos Humanos, el artículo 2° inciso 3) del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos, y los artículos 7°, párrafo 6) y 25°,
párrafo 1) de la Convención Americana de Derechos Humanos.
SE RESUELVE:
Artículo primero.- RECOMENDAR al Juez Penal ante quien se inició el
proceso de hábeas corpus, al Presidente de la Sala Especializada de Derecho
Público de la Corte Superior de Justicia de Lima, y al Presidente de la Corte
Suprema de la República, que lleven a cabo todas las acciones necesarias para
disponer el inmediato cumplimiento de la sentencia estimatoria de hábeas corpus.
Artículo segundo.- RECOMENDAR al Consejo Supremo de Justicia Militar que
cumpla con la sentencia dictada en el proceso de hábeas corpus por la Sala
Especializada de Derecho Público de la Corte Superior de Justicia de Lima, sin
perjuicio de que las investigaciones continúen ante el órgano judicial competente para
determinar la eventual responsabilidad penal del señor Gustavo Cesti Hurtado.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos (en adelante "la Corte", "la Corte
Interamericana" o "el Tribunal"), integrada por los siguientes jueces(*):
Antonio A. Cancado Trindade, Presidente
Máximo Pacheco Gómez, Vicepresidente
Oliver Jackman, Juez
Alirio Abreu Burelli, Juez
Sergio García Ramírez, Juez y
Carlos Vicente de Roux Rengifo, Juez
(....)
PUNTOS RESOLUTIVOS
Por tanto, LA CORTE,
DECIDE
Por unanimidad:
1. declarar que el Estado peruano violó, en perjuicio del señor Gustavo Adolfo
Cesti Hurtado, los artículos 7, 6 y 25 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, en los términos señalados en los párrafos 123 a 133 de la presente
sentencia, y ordenar que dé cumplimiento a la resolución dictada por la Sala
139
VALLE-RIESTRA, Javier, ob. Cit. P. 136-138.
240
Especializada de Derecho Público de Lima el 12 de febrero de 1997, sobre el recurso
de hábeas corpus interpuesto por el señor Cesti Hurtado.
2. declarar que el Estado peruano violó, en perjuicio del señor Gustavo Adolfo
Cesti Hurtado, el artículo 7.1, 2 y 3 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, en los términos señalados en los párrafos 140 a 143 de la presente
sentencia.
3. declarar que el Estado peruano violó, en perjuicio del señor Gustavo Adolfo
Cesti Hurtado, el artículo 8.1 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos,
en los términos señalados en el párrafo 151 de la presente sentencia.
4. declarar que en este caso no fue probado que el Estado peruano haya violado,
en perjuicio del señor Gustavo Adolfo Cesti Hurtado, el artículo 8.2 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, en los términos señalados en el párrafo 152 de
la presente sentencia;
5. declarar que en este caso no fue probado que el Estado peruano haya
violado, en perjuicio del señor Gustavo Adolfo Cesti Hurtado, el artículo 5.2 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, en los términos señalados en el
párrafo 160 de la presente sentencia;
6. declarar que el Estado peruano violó, en perjuicio del señor Gustavo Adolfo
Cesti Hurtado, los artículos 1.1 y 2 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, en los términos señalados en los párrafos 166 a 170 de la presente
sentencia;
7. declarar que en este caso no fue probado que el Estado peruano haya
violado, en perjuicio del señor Gustavo Adolfo Cesti Hurtado, los artículos 1 y 12 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, en los términos señalados en los
párrafos 177, 178 y 183 de la presente sentencia;
8. declarar que el juicio seguido contra el señor Gustavo Adolfo Cesti Hurtado en
el fuero militar es incompatible con la Convención Americana sobre Derechos
Humanos y ordenar al Estado anular tal proceso, así como todos los efectos que de
él se derivan;
9. declarar que el Estado peruano está obligado a pagar una justa indemnización
al señor Gustavo Adolfo Cesti Hurtado y a resarcirle los gastos en que hubiera
incurrido en las gestiones relacionadas en el presente proceso, y
1.6. COMENTARIO
241
del país, así como suspender la tramitación del proceso seguido ante el
Consejo Supremo de Justicia Militar. Sin embargo, éste último declaró
inaplicable la resolución de la Sala Especializada de Derecho Público, al
considerar que constituía una interferencia en los asuntos de exclusiva
competencia de los Tribunales Militares, hecho que ponía en grave riesgo, no
sólo su autonomía e independencia, sino, que además, atentaba contra su
esencia misma, al pretender menoscabar la función de cautelar la disciplina, el
orden y la moralidad dentro de las Fuerzas Armadas de la Nación. Asimismo,
consideraba que al tratarse de un procedimiento regular, no procedía la acción
de garantía contra la aludida resolución.
242
constitucionales a quienes compete, sin lugar a dudas, resolver el proceso de
hábeas corpus. Por la misma razón, “carece de sustento constitucional
sostener que la Corte Suprema es la instancia que debe determinar cuál es el
órgano jurisdiccional competente, dado que el hábeas corpus sólo puede ser
tramitado ante el Poder Judicial y, cuando la resolución es denegatoria, ante el
Tribunal Constitucional (Informe Defensorial No. 012-97/DP).
140
Tomado de ALVARADO GONZALVEZ, Pepe, Jurisprudencia Militar. Penal-Parte Especial, Lima,
2002, p. 100-110.
243
Peruano en Situación de Retiro Jaime SALINAS SEDÓ y otros, por el delito de
Rebelión Militar y otros; leída la vista del Señor Fiscal General; leído el escrito del
Procurador Público del Ministerio de Defensa y del Ejército; oído los informes orales
sobre hechos, formulados por los sentenciados Generales de División Ejército
Peruano en Situación de Retiro Jaime SALINAS SEDÓ y José Gabriel PASTOR
VIVES, General de Brigada Ejército Peruano en Situación de Retiro Manuel Fernández
OBANDO SALAS; Víctor Ernesto OBANDO SALAS y Luís SORIANO MORGAN;
Coronel Ejército Peruano, en Situación de Disponibilidad José Rosendo CHAVEZ
BEGAZO y Mayor Ejército Peruano en Situación de Retiro César Alberto CACERES
HARO, en uso de las atribuciones concedida por el artículo seiscientos cincuenta del
Código de Justicia Militar; oído al Abogado Defensor de Oficio de este Supremo
Tribunal, oído y leídos los alegatos de los Abogados Defensores de los sentenciados;
CONSIDERANDO: Que, los hechos incriminados a los procesados, Generales de
División Ejército Peruano en Situación de Retiro Jaime SALINAS SEDO y José Gabriel
PASTOR VIVES; General de Brigada Ejército Peruano en Situación de Retiro Manuel
Fernando ABANDO SALAS; Víctor Ernesto OBANDO SALAS y Luís SORIANO
MORGAN; Coroneles Ejército Peruano en Situación de Retiro Jorge Ramón
NOBLECILLA MERINO; César MARTINEZ URIBE RESTREPO y Víctor Elar GRANDA
GUZMAN; Coroneles Ejército Peruano en Situación de Disponibilidad Wilder
SANCHEZ GAMBINI, Jaime GUTIERREZ TOVAR y José MONTERO MENDEZ;
Tenientes Coroneles Ejército Peruano en Situación de Retiro Marko Antonio ZARATE
ROTTA, Arturo MORENO ALCÁNTARA y Enrique AGUIILAR DEL ALCÁZAR,
Tenientes Coroneles en Situación de Disponibilidad, José ROSENDO CHAVEZ
BEGAZO, Luís Antonio RUIZ y URQUIZO, Pedro Manuel TELLO DELGADO, Carlos
GUILLERMO GALDOS CHACON, César Rosendo CISNEROS, Eduardo Percy
SOLANO PIMENTEL; Mayores Ejército Peruano en Situación de Retiro César Alberto
CACERES HARO, Hugo ORMEÑO HUAPAYA y Salvador CARMONA BENASCONI;
Mayor Ejército Peruano en Situación de Disponibilidad Félix Alfonso CASTRO GOMEZ
DE LA TORRE y Capitán Ejército Peruano en Situación de Disponibilidad Federico
Arturo MALAGA RUBIRA, se encuentra debidamente acreditados en autos; que por la
forma de circunstancias como ocurrieron los hechos, revisten gravedad, no sólo por
atentar contra la vida del Señor Presidente de la República Ingeniero Alberto
FUJIMORI FUJIMORI y el Doctor Vladimiro MONTESINOS TORRES, sino también
contra la seguridad del Estado y la tranquilidad Pública; con la de haber sido
ejecutados por Oficiales de alta graduación, que utilizando su jerarquía y prorrogativas,
pretendieron desestabilizar el orden interno del País; Que, el sentenciado Coronel
Ejército Peruano Víctor Elar GRANDA GUZMAN, en los momentos del inicio de la
Rebelión fue a verificar la situación real de las tropas en la Décima Octava División
Blindada del Ejército (Fuerte Rímac), lo que determina una activa participación en los
hechos, agravando su responsabilidad penal; División Blindada cuya jefatura, de haber
tenido éxito a Rebelión Militar habría sido asumido por el General de Brigada Ejército
Peruano en Situación de Retiro Manuel Fernández OBANDO SALAS, quien al
momento de la rebelión se encontraba en la Situación de Actividad, el mismo que para
cumplir este objetivo, lideró, organizó y comprometió a un grupo de Oficiales del
Ejército Peruano; Que, sólo se ha acreditado en autos por parte del sentenciado
Coronel Ejército Peruano en Situación de Disponibilidad Jaime GUTIERREZ TOVAR
una conducta negligente al no dar cuenta a su Comando el compromiso de
participación en el movimiento del que trató de inducirlo su co-sentenciado Coronel
César MARTINEZ URIBE RESTREPO; Que, la Jurisdicción Penal Militar es
competente para conocer el presente caso por cuanto el artículo doscientos ochenta y
244
dos de la constitución establece que los miembros de las Fuerzas Armadas y
Policiales Nacional por delitos de Función están sometidos al Fuero respectivo y al
Código de Justicia Militar; asimismo, en el artículo trescientos veintiuno del acotado
Código Castrense se precisa que son militares para los efectos del citado Código: los
que, de acuerdo con las Leyes Orgánicas de las Fuerzas Armadas y de la Policía
Nacional que rigen al personal de las distintas Armas y Servicios, TIENEN GRADO
MILITAR o prestan Servicio Militar, ya que este atributo es de por vida y sólo puede
ser retirado por sentencia Judicial, conforme lo indica el artículo doscientos ochenta y
cuatro de la Constitución, es decir, el Oficial esté en situación de Actividad,
Disponibilidad o Retiro, sigue teniendo la condición de militar y por tanto sometido al
Fuero respectivo, más aún si en el presente caso los cabecillas de este movimiento y
el resto de Oficiales en su gran mayoría son Oficiales Generales, Superiores y
Subalternos en la Situación de Actividad, quienes utilizaron para sus fines propuestos:
vehículos militares, armamento y munición del Ejército, además que los
acontecimientos se desarrollaron en gran parte en Cuarteles, haciendo participar a
personal de tropa del Servicio Militar Obligatorio; por otra parte el Decreto Legislativo
número setecientos cincuenta y dos, Ley de Situación Militar, al preceptuar en su
artículo doce que: "Los Oficiales en Situación de Actividad y/o Disponibilidad están
sujetos a los alcances del Código de Justicia Militar y al de los Consejos de
Investigación de cada Instituto", esta disposición en el caso concreto de autos, deviene
en inaplicable por contravenir lo dispuesto en el artículo ochenta y siete de la
Constitución sobre la jerarquía de normas jurídicas, debido a que por mandato expreso
de la norma constitucional contenida en el artículo doscientos ochenta y uno determina
la aplicación exclusiva del Código de Justicia Militar, concordado con el párrafo dos del
Título Preliminar de la Ley Orgánica de Justicia Militar que estipula que los Tribunales
Militares están encargados de mantener en dichas Fuerzas, la moralidad el orden y la
disciplina, así como su organización y funcionamiento se rige exclusivamente por las
normas que contiene esta Ley y el Código Privativo Militar, lo que significa que la
modificación o derogatoria de este cuerpo legal debe efectuarse expresamente y no
mediante citas de normas de carácter administrativo como es la Ley de Situación
Militar; Que es un error interpretar para el caso de las Fuerzas Armadas que el delito
de función es sólo aquello cometido en acto de servicio, es decir, desempeñando un
empleo, o considerar que son sólo los delitos contemplados en la Sección Sexta: De lo
Delitos Contra los Deberes de Función y de las Infracciones en el Ejercicio de Mando o
Autoridad; en otra interpretación de los sentenciados éstos pretenden hacer aplicables
las normas del Código Penal Común amparándose en su condición de militares en la
Situación de Retiro; Que el acto de servicio es sólo un aspecto administrativo al que no
puede reducirse el delito de función sino que éste debe ser interpretado teniendo en
consideración la delicada misión asignada a las Fuerzas Armadas, cual es garantizar
la Independencia, Soberanía e Integridad Territorial de la República; así como asumir
el control del orden interno de conformidad con el artículo doscientos treinta y uno,
conforme lo prevé el artículo doscientos sesenta y cinco; más aún si en el presente
caso, los Oficiales en Retiro de hecho han asumido funciones de mando y comando
inherente a su grado, al disponer el empleo de Unidades, material, vehículos,
armamento y munición; Que, en lo que concierne al derecho de insurgencia, es
necesario tener en cuenta que lo preceptuado en el articulo ochenta y dos de la
Constitución, al señalar que": ...EI pueblo tiene derecho de insurgir en defensa del
orden Constitucional", no se refiere a las fuerzas Armadas que conforme al artículo
doscientos setenta y ocho: "...Están subordinadas al poder constitucional", en razón de
que éstas se rigen por sus Leyes y Reglamentos respectivos conforme a lo dispuesto
245
por el artículo doscientos setenta y cuatro de la Constitución, vale decir existe un
régimen especial, en razón de que en ninguna Ley ni Reglamentos Militares se indican
que el Ejército puede insurgir, dado que su organización es eminentemente
jerarquizado y esta subordinado al Poder Constitucional; puesto que dar el derecho de
insurgencia a la Fuerzas Armadas determinaría que una Unidad o gran Unidad podrían
hacer uso de él, con las consecuencias funestas de desatar enfrentamientos internos y
hasta una guerra civil, que llevaría a la destrucción del Estado; en el caso materia de
autos los fines perseguidos por los sentenciados ha sido netamente egoísta y persona
lista, ya que pretendieron apoderarse del poder, conforme aparece en los propios
planes y proyectos de Resoluciones Supremas encontrados a los cabecillas del citado
movimiento en el que se auto designan cargos, entre otros, el General SALINAS
SEDÓ como Comandante General del Ejército, el General de Brigada Manuel
Fernando OBANDO SALAS como Comandante General de la Décima Octava División
Blindada, Rímac, así como el resto de Oficiales Generales se designaban en otros
empleos; Que, en lo que respecta a la Excepción procesal penal de Naturaleza de
Acción deducida, el artículo cuatrocientos quince del Código de Justicia Militar
establece que las UNICAS EXCEPCIONES que se pueden interponer son:
Declinatoria de Jurisdicción, Prescripción, Cosa Juzgada y Amnistía; como puede
apreciarse, en el Derecho Penal Militar Peruano es improcedente admitir la excepción
de Naturaleza de Acción establecida en el Código Procesal Penal Común, y siendo
esto así, no es aplicable lo dispuesto en el artículo setecientos cuarenta y cuatro del
Código de Justicia Militar, que sólo permite aplicar las disposiciones de los Códigos
Comunes en los casos no previstos en él, y se trate exclusivamente de suplir alguna
omisión en sus disposiciones, además, en el aspecto sustantivo dicha excepción de
naturaleza de acción es sólo para el caso de que la conducta denunciado no esté
descrita en forma expresa o inequívoca como delito en la ley penal, que no es el caso
de autos; por otra parte la pena y la reparación civil a imponerse debe guardar relación
con la magnitud de los acontecimientos y los daños causados al Patrimonio Público y
Privado, que debe ser abonado en forma equitativa y proporcional a la responsabilidad
de uno de ellos; con lo expuesto en la Vista del señor Fiscal General, y estando de
acuerdo con lo opinado por el Señor Auditor General del Consejo Supremo de Justicia
Militar; absolviendo el grado y con lo expuesto en el acto de la deliberación;
DECLARARON: INFUNDADA LA EXCEPCIÓN DE NATURALEZA DE ACCIÓN
promovida por el Abogado Defensor del General de División Ejército Peruano en
Situación de Retiro Jaime SALINAS SEDÓ; CONFIRMARON: La sentencia de la Sala
de Guerra del Consejo Supremo de Justicia Militar, de fojas dos mil seiscientos
sesenta y ocho, de fecha dieciocho de febrero de mil novecientos veintitrés, que
DECLARA: INFUNDADA Y SIN LUGAR las tachas e impugnaciones ejercitados por
los Abogados Defensores contra las Pericias Grafotécnias y declaraciones
testimoniales; ABSUELVE: al acusado General de División Ejército Peruano en
Situación de Retiro Luís Felipe PALOMINO RODRIGEZ, del delito de Rebelión Militar
por improbado, y sin lugar a pago de Reparación civil; ABSUELVE, al Teniente
Coronel Ejército Peruano en Situación de Disponibilidad NELSON RITO VILELA
ARANAGA, de los delitos de Rebelión Militar, Insulto al Superior, Negligencia,
Desobediencia, Contra la Administración de Justicia y Tentativa de Homicidio por
improbados, y sin lugar a pago de reparación civil; ABSUELVE: al Teniente Coronel
Ejército Peruano en Situación de Disponibilidad Víctor ROMERO JARRIN, de los
delitos de Rebelión Militar, Insulto al Superior, Negligencia y Tentativa de Homicidio,
por improbados, y sin lugar al pago de Reparación civil; ABSUELVE: al Mayor Ejército
Peruano en Situación de Disponibilidad Guillermo Felipe HERRERA ROSAS, de los
246
delitos de Rebelión Militar, Insulto al Superior, Negligencia, Desobediencia, Contra la
Administración de Justicia y Tentativa de Homicidio por improbados y sin lugar a pago
de Reparación Civil; ABSUELVE: al Mayor Ejército Peruano en Situación de
Disponibilidad Víctor Manuel DE LA OLIVA ITURREGUI, de los delitos de Rebelión
Militar, Insulto al Superior, Negligencia, Desobediencia, Contra la Administración de
Justicia y Tentativa de Homicidio por improbados, y sin lugar al pago de reparación
Civil; ABSUELVE: al Capitán Ejército Peruano en Situación de Disponibilidad Marco
Antonio MANYARI PATIÑO, de los Delitos de Rebelión Militar, Insulto al Superior,
Desobediencia, Negligencia, Contra la Administración de Justicia y Tentativa de
Homicidio por improbados, y sin lugar a pago de reparación Civil; ABSUELVE: al
Capitán Ejército Peruano en Situación de Disponibilidad Germán MARIN CASTRO de
los delitos de Rebelión Militar, Insulto al Superior, Desobediencia, Negligencia, Contra
la Administración de Justicia y Tentativa de Homicidio por improbados, y sin lugar a
pago de Reparación Civil, ABSUELVE: al Teniente Ejército Peruano en Situación de
Disponibilidad Róger Martín PACHARI SAAVEDRA, de los delitos de Rebelión Militar,
Insulto al Superior, Desobediencia, Negligencia, contra la Administración de Justicia y
Tentativa de Homicidio por improbados, y sin lugar a pago de rebelión Civil: DISPONE:
la anulación de los antecedentes Judiciales de estos procesados y el archivamiento de
la causa en cuatro de ellos, una vez que queda consentida o ejecutoriada la sentencia
conforme a Ley; ABSUELVE: al General de División Ejército Peruano en Situación de
Retiro Jaime SALINAS SEDO de los delitos de Insulto al Superior y Contra la
Administración de Justicia por improbados, lo CONDENA: como autor de los delitos de
Rebelión Militar, con la del delito de Posesión Ilegal de Armas y Tentativa de
Homicidio, en agravio del Señor Presidente de la República Ingeniero Alberto
FUJIMORI FUJIMORI y del Doctor Vladimiro MONTESINOS TORRES, a la pena de
OCHO AÑOS DE PRISIÓN, que la seguirá cumpliendo en el Penal Militar señalado
por la Superioridad Militar y que con descuento de la detención que viene sufriendo,
vencerá el catorce de noviembre del año dos mil, fecha que será puesto en libertad;
ABSUELVE: al acusado General de Brigada Ejército Peruano en Situación de Retiro
Luís SORIANO MORGAN, de los delitos de Insulto al Superior y Contra la
Administración de Justicia por improbados; lo CONSIDERA: como autor del delito de
Rebelión Militar con la del delito de Tentativa de Homicidio en agravio del Señor
Presidente de la República Ingeniero Alberto FUJIMORI FUJIMORI y del Doctor
Vladimiro MONTESINOS Torres, a la pena de SIETE AÑOS DE PRISIÓN, que
continuará cumpliendo en el Penal Militar señalado por la Superioridad Militar, que con
descuento de la detención que viene cumpliendo vencerá el diecisiete de noviembre
de mil novecientos noventa y ocho, fecha en que será puesto en libertad, debiendo
abonar en concepto de reparación civil cincuenta mil nuevos soles a favor del Estado-
Ejército Peruano; ABSUELVE: al General de Brigada Ejército Peruano en Situación de
Retiro Manuel Fernando OBANDO SALAS, del delito Contra la Administración de
Justicia; LO CONDENA como autor del delito de rebelión Militar con la de los delitos
de Insulto al Superior, en agravio del General de Ejército Comandante General del
Ejército, y Tentativa de Homicidio, en agravio del Doctor Vladimiro MONTESINOS
TORRES; ABSUELVE: al Coronel Ejército Peruano en Situación de Retiro Jorge
Ramón NOBLECILIA MERINO, de los delitos de Negligencia, Contra la Administración
de Justicia, Tentativa de Homicidio y Desobediencia por improbados; LO CONDENA:
como el autor del delito de Rebelión Militar con la del delito de Insulto al Superior, en
agravio al Señor General de Ejército Comandante General del Ejército, a la pena de
SIETE AÑOS DE PRISIÓN, que la continuará cumpliendo en el Penal Militar indicado
por la Superioridad Militar, y que con descuento de la detención que viene cumpliendo
247
vencerá el veinticuatro de Noviembre de mil novecientos noventa y nueve, fecha en
que será puesto en libertad, y al pago de la suma de diez mil nuevos soles en
concepto de reparación civil a favor del Estado - Ejército Peruano; ABSUELVE; al
Teniente Coronel Ejército Peruano, en Situación de Retiro Enrique AGUILAR DEL
ALCAZAR, de los delitos de Negligencia, Contra La Administración de Justicia,
Desobediencia y Tentativa de Homicidio, por improbados; LO CONDENA: como autor
del delito de Rebelión Militar con la del delito de Insulto al Superior, en agravio del
Señor General de Ejército Comandante General del Ejército, la pena de SIETE AÑOS
DE PRISIÓN, que continuará cumpliendo en el Penal Militar señalado por la
Superioridad Militar, y que con descuento de la detención que viene sufriendo, vencerá
el veinticuatro de Noviembre, fecha en será puesto en libertad, y al pago de la suma
de cuatro mil nuevos soles por concepto de reparación civil, a favor del Estado -
Ejército Peruano; ABSUELVE al Mayor Ejército Peruano en Situación de Retiro César
Alberto CACERES HARO, de los delitos de Negligencia, Desobediencia, Contra la
Administración de Justicia, por improbados; lo CONDENA: como autor del delito de
Rebelión Militar, con la de los delitos de Posesión Ilegal de Armas, Tentativa de
Homicidio, en agravio del Doctor Vladimiro MONTESINOS TORRES e Insulto al
Superior, en agravio del Señor General del Ejército, Comandante General del Ejército,
a la pena de SIETE AÑOS DE PRISIÓN, que continuará cumpliendo en el Penal Militar
señalado por la Superioridad Militar, y que con descuento de la detención que viene
sufriendo, vencerá el veinticuatro de noviembre de mil novecientos noventa y nueve,
fecha que será puesto en libertad, debiendo abonar la suma de cuatro mil nuevos
soles en concepto de reparación civil a favor del Estado Ejército Peruano; ABSUELVE
al Mayor en Situación de Retiro Hugo ORMEÑO HUAPAYA, de los delitos Contra la
Administración de Justicia y Desobediencia por improbados, lo CONDENA: como autor
del delito de Rebelión Militar con la agravante de los delitos de Negligencia, Tentativa
de Homicidio, en agravio del Señor Presidente de la República e Insulto al Superior, en
agravio del Señor General de Ejército Comandante General del Ejército, a la pena de
SIETE AÑOS DE PRISIÓN, que la continuará cumpliendo en el Penal Militar, y que
con descuento de la detención que viene sufriendo, vencerá el veinticuatro de
noviembre de mil novecientos noventa y nueve, fecha en será puesto en libertad,
debiendo abonar en concepto de reparación civil la suma de cuatro mil nuevos soles, a
favor del Estado - Ejército Peruano: ABSUELVE: al Teniente Coronel Ejército en
Situación de Retiro Marko Antonio ZARATE ROTTA, de los delitos de Negligencia,
contra la Administración de Justicia, Desobediencia y Tentativa de Homicidio por
improbados; lo CONDENA: como autor del delito de Rebelión Militar con la. del delito
de Insulto al Superior, en agravio del Señor General del Ejército Comandante General
del Ejército, a la pena de SEIS AÑOS DE PRISIÓN, que la continuará cumpliendo en
el Penal Militar señalado por la Superioridad Militar, y que con descuento de la
detención que viene sufriendo, vencerá el catorce de noviembre de mil novecientos
noventa y ocho, fecha en que será puesto en libertad, debiendo abonar la suma de
cuatro mil nuevos soles en concepto de reparación civil a favor del Estado Ejército
Peruano; ABSUELVE: al Teniente Coronel en Situación de Retiro Arturo MORENO
ALCANTARA, de los delitos de Negligencia, Tentativa de Homicidio por improbados,
LO CONDENA: como autor del delito de Rebelión Militar con la agravante del delito de
Insulto al Superior, en agravio del Señor General de Ejército Comandante General del
Ejército, a la pena de SEIS AÑOS DE PRISIÓN, que lo continuará cumpliendo en el
Penal Militar señalado por la Superioridad Militar, y que con descuento de la detención
que viene sufriendo, vencerá el veinticuatro de noviembre de mil novecientos noventa
y ocho, fecha en que será puesto en libertad y al pago de la suma de cinco mil nuevos
248
soles en concepto de reparación civil a favor del Estado-Ejército Peruano; ABSUELVE:
al acusado Mayor Ejército Peruano en Situación de Retiro Salvador CARMONA
BERNASCONI, de los delitos de Insulto al Superior, Desobediencia, Negligencia,
Contra la Administración de Justicia y Tentativa de Homicidio por improbados, lo
CONDENA: como autor del delito de Rebelión Militar a la pena de CINCO AÑOS DE
PRISIÓN que continuará cumpliendo en el Penal Militar señalado por la Superioridad
Militar, y que con descuento de la detención que viene sufriendo, vencerá el
veinticuatro de noviembre de mil novecientos noventa y siete, fecha en que será
puesto en libertad, y al pago de la suma de tres mil quinientos nuevos soles en
concepto de reparación civil a favor del Estado - Ejército Peruano en Situación de
Retiro Víctor Ernesto OBANDO SALAS, de los delitos de insulto al Superior, Contra la
Administración de Justicia y Tentativa de Homicidio por improbados, lo CONDENA:
como autor del delito de Rebelión Militar a ]a pena de CINCO AÑOS DE PRISIÓN, que
la continuará cumpliendo en el Penal Militar designado por la Superioridad Militar, y
que con descuento de la detención que viene sufriendo, vencerá el diecisiete de
noviembre de mil novecientos noventa y siete, fecha en que será puesto en libertad,
debiendo abonar en concepto de reparación civil la suma de veinte mil nuevos soles, a
favor del Estado Ejército ABSUELVE: al General de División Ejército Peruano en
Situación de Retiro José Gabriel PASTOR VIVES, de los delitos de Insulto al Superior,
Contra la Administración de Justicia y Tentativa de Homicidio por improbados, lo
CONDENA: como autor del delito de Rebelión Militar; ABSUELVE: al Coronel Ejército
Peruano en Situación de Retiro César MARTINEZ URIBE RESTREPO, de los delitos
de Negligencia, Desobediencia, Contra la Administración de Justicia y Tentativa de
Homicidio por improbados, lo CONDENA: como autor del delito de Rebelión Militar con
la agravante del delito de Insulto al Superior, en agravio del Señor General de Ejército
Comandante General del Ejército, a la pena de CUATRO AÑOS DE PRISIÓN, que
continuará cumpliendo en el Penal Militar señalado por la Superioridad Militar, y que
con descuento de la detención que viene sufriendo, vencerá el veinticuatro de
noviembre de mil novecientos noventa y seis, fecha en que será puesto en libertad,
debiendo abonar la suma de ocho mil nuevos soles en concepto de reparación civil a
favor del Estado Ejército Peruano; ABSUELVE: al Coronel Ejército Peruano en
Situación de Retiro Víctor Elar GRANDA GUZMAN, de los delitos de Negligencia,
Desobediencia, Contra la Administración de Justicia y Tentativa de Homicidio, por
improbados, lo CONDENA: como autor del delito de Rebelión Militar con la agravante
del delito de Insulto al Superior en agravio del Señor General de Ejército Comandante
General del Ejército; ABSUELVE: al Capitán Ejército Peruano en Situación de
Disponibilidad Federico Arturo MALAGA RUBIRA, de los delitos de Rebelión Militar,
Contra la Administración de Justicia y Tentativa de Homicidio por improbados, lo
CONDENA: como autor de los delitos de Desobediencia y Negligencia a la pena de
DOS AÑOS DE PRISIÓN EFECTIVA, que la seguirá cumpliendo en el Penal Militar
designado por la Superioridad Militar y que vencerá el dieciocho de Febrero de mil
novecientos noventa y cinco, fecha en que será puesto en libertad, y al pago de la
suma de quinientos nuevos soles en concepto de reparación civil a favor del Estado -
Ejército Peruano; ABSUELVE: al Coronel Ejército Peruano; ABSUELVE: al Coronel
Ejército Peruano en Situación de Disponibilidad José MONTERO MENDEZ, de los
delitos de Negligencia, Desobediencia, Contra la Administración de Justicia y Tentativa
de Homicidio por improbados, lo CONDENA: como autor del delito de Rebelión Militar
con el Agravante del Señor General de Ejército Comandante General del Ejército, a la
pena de CATORCE AÑOS DE PRISIÓN EFECTIVA, que la seguirá cumpliendo en el
Penal Militar señalado por la Superioridad Militar, y que vencerá el dieciocho de Abril
249
de mil novecientos noventa y cuatro, fecha en que será puesto en libertad, y al pago
de la suma de dos mil nuevos soles en concepto de reparación civil, a favor del Estado
Ejército Peruano; ABSUELVE: al Coronel Ejército Peruano en Situación de
Disponibilidad Jaime GUTIERREZ TOVAR, de los delitos de Negligencia, Contra la
Administración de Justicia, Desobediencia y Tentativa de Homicidio por improbados, lo
CONDENA: como autor del delito de Rebelión Militar con la del delito de Insulto al
Superior, en agravio del Señor General del Ejército Comandante General del Ejército;
ABSUELVE: al Teniente Coronel Ejército Peruano en Situación de Disponibilidad
Eduardo Percy SOLANO PIMENTEL, de los delitos de Negligencia, Desobediencia,
Contra la Administración de Justicia y Tentativa de Homicidio por improbados, lo
CONDENA: como autor del delito de Rebelión Militar con la del delito de Insulto al
Superior, en agravio del Señor General Ejército Comandante General del Ejército, a la
pena de OCHO MESES DE PRISIÓN EFECTIVA, que la seguirá cumpliendo en el
Penal Militar designado por la Superioridad Militar, y que vencerá el dieciocho de
octubre de mil novecientos noventa y tres, fecha en que será puesto en libertad,
debiendo abonar en concepto de reparación civil la suma de un mil nuevos soles, a
favor de Estado - Ejército Peruano; ABSUELVE: al Teniente Coronel Ejército Peruano
en Situación de Disponibilidad Pedro Manuel TELLO DELGADO de los delitos de
Negligencia, Desobediencia, Contra la Administración de Justicia y Tentativa de
Homicidio por improbados, lo CONDENA: como autor del delito de Rebelión Militar
como la del delito de Insulto al Superior. en agravio del Señor General de Ejército
Comandante General del Ejército, a la pena de OCHO MESES DE PRISIÓN
EFECTIVA, que seguirá cumpliendo en el Penal Militar designado por la Superioridad
Militar y que vencerá el dieciocho de Octubre de mil novecientos noventa y tres, fecha
en que será puesto en libertad, debiendo abonar en concepto de reparación civil la
suma de un mil nuevos soles a favor del Estado - Ejército Peruano; ABSUELVE: Al
Coronel Ejército Peruano en Situación de Disponibilidad Wilder SANCHEZ GAMBINI,
de los delitos Contra la Administración de Justicia y Desobediencia; lo CONDENA:
como autor del delito de Negligencia. a la pena de UN AÑO DE PRISIÓN EFECTIVA
que seguirá cumpliendo en el Penal Militar designado por la Superioridad Militar y que
vencerá el dieciocho de febrero de mil novecientos noventa y cuatro, fecha en que
será puesto en libertad; ABSUELVE: al Teniente Coronel Ejército Peruano en
Situación de Disponibilidad José Rosendo CHAVEZ BEGAZO, de los delitos de
Rebelión Militar, Insulto al Superior, Desobediencia, Contra la Administración de
Justicia y Tentativa de Homicidio, por improbados, lo CONDENA; como autor del delito
de Negligencia, a la pena de SEIS MESES DE PRISIÓN, cuya ejecución suspendieron
por habérsele concedido el beneficio de la condena condicional, debiendo sujetarse a
las reglas de conducta señaladas en el artículo sesenta y seis del Código de Justicia
Militar y al pago de la suma de quinientos nuevos soles en concepto de reparación civil
a favor del Estado-Ejército Peruano; ABSUELVE: al Teniente Coronel Ejército Peruano
en Situación de Disponibilidad Luís Antonio RUIZ y URQUIZO, de los delitos de
Rebelión Militar, Insulto al Superior, Desobediencia, Contra la Administración de
Justicia y Tentativa de Homicidio por improbados; lo CONDENA: como autor del delito
de Negligencia. a la pena de SEIS MESES DE PRISIÓN, cuya ejecución suspendieron
por habérsele concedido el beneficio de la condena condicional, debiendo sujetarse a
las reglas de conducta que señala el artículo sesenta y seis del Código de Justicia
Militar, con la obligación de abonar la suma de quinientos nuevos soles en concepto
de reparación civil a favor del Estado - Ejército Peruano; ABSUELVE: al Teniente
Coronel Ejército Peruano de Disponibilidad César ROSADO CISNEROS, de los delitos
de Rebelión Militar, Insulto al Superior, Desobediencia, Contra la Administración de
250
Justicia y Tentativa de Homicidio por improbados, lo CONDENA: como autor del delito
de Negligencia a la pena de TRES MESES DE PRISIÓN, cuya ejecución se suspende
por habérsele concedido el beneficio de la condena condicional, sujetándose a las
reglas de conducta del Artículo sesenta y seis del Código de Justicia Militar y sin lugar
a pago de Reparación Civil; ABSUELVE: al Teniente Coronel Ejército Peruano en
Situación de Disponibilidad Carlos Guillermo GALDOS CHACON, de los delitos de
Rebelión Militar, Insulto al Superior, Desobediencia, Contra la Administración de
Justicia y Tentativa de Homicidio por improbados, lo CONDENA: como autor del delito
de Negligencia a la pena de TRES MESES DE PRISIÓN, la misma que se suspende
en su ejecución por habérsele concedido el beneficio de la condena condicional,
debiendo cumplir con las reglas de conducta que establece el Artículo sesenta y seis
del Código Castrense, y sin lugar a pago de Reparación Civil; ABSUELVE; al Mayor
Ejército Peruano en Situación de Disponibilidad Félix Alfonso CASTRO GOMEZ DE LA
TORRE, de los delitos de Rebelión Militar, Insulto al Superior, Desobediencia, Contra
la Administración de Justicia y Tentativa de Homicidio por improbados, lo CONDENA:
como autor del delito de Negligencia, a la pena de TRES MESES DE PRISIÓN, la
misma que se suspende por habérsele concedido el beneficio de la Condena
Condicional, debiendo sujetarse a las reglas de conducta que establece el Artículo
sesenta y seis del Código de Justicia Militar y sin lugar a pago de Reparación Civil,
MANDA: Reiterar las órdenes de captura contra el "reo ausente" Vicealmirante
Armada Peruana en Situación de Retiro, Augusto VARGAS PRADA PERALES, hasta
que sea habido o se presente; DISPONE: al archivamiento definitivo de la Instrucción
abierta Contra los que Resultan Responsables, por los delitos de Rebelión Militar
materia del auto apertorio de Instrucción de fojas siete; la REVOCARON: en cuanto al
monto de Reparación Civil impuesto al sentenciado General de División Ejército
Peruano en Situación de Retiro Jaime SALINAS SEDO, la extensión de la pena y
monto de la Reparación civil a los Procesados General de División Ejército peruano en
Situación de Retiro José Gabriel PASTOR VIVES y General de Brigada Ejército
Peruano en Situación de Retiro Manuel Fernando OBANDO SALAS, el monto de la
Reparación Civil al sentenciado Coronel Ejército Peruano en Situación de
Disponibilidad Wilder SANCHEZ GAMBINI; la extensión de la pena y Reparación Civil
a los procesados Coronel Ejército Peruano en Situación de Retiro Víctor Elar GRANDA
GUZMAN y Coronel Ejército Peruano en Situación de Disponibilidad Jaime
GUTIERREZ TOVAR; MODIFICÁNDOLA: en estos extremos IMPUSIERON al
sentenciado General de División Ejército peruano en Situación de Retiro Jaime
SALINAS SEDO la suma de DOSCIENTOS CINCUENTA MIL NUEVOS SOLES que
debe abonar en concepto de Reparación Civil a favor del Estado Ejército Peruano;
IMPUSIERON: al procesado General de División Ejército Peruano en Situación de
Retiro José Gabriel PASTOR VIVES la pena de TRES AÑOS DE PRISIÓN que
continuará cumpliendo en el Penal Militar indicado por la Superioridad Militar y que con
descuento de la detención que viene sufriendo vencerá el catorce de Noviembre de mil
novecientos noventa y cinco, fecha en que será puesto en libertad, al pago de la suma
de SEIS MIL NUEVOS SOLES en concepto de Reparación Civil a favor del Ejército
Peruano en Situación; IMPUSIERON: al sentenciado General de Brigada Ejército
Peruano en Situación de Retiro Manuel Fernando OBANDO SALAS la pena de OCHO
AÑOS DE PRISIÓN que la seguirá cumpliendo en el Penal Militar señalado por la
Superioridad Militar que con descuento de la detención que viene sufriendo, vencerá el
diecisiete de noviembre del año dos mil, fecha en que será puesto en libertad.
debiendo abonar la suma de SESENTA MIL NUEVOS SOLES, en concepto de
Reparación Civil a favor del Estado Ejército Peruano: IMPUSIERON: al sentenciado
251
Coronel Ejército Peruano en Situación de Disponibilidad Wilder SANCHEZ GANBINI la
suma de UN MIL NUEVOS SOLES en concepto de Reparación Civil a favor del Estado
Ejército Peruano; IMPUSIERON: al procesado Coronel Ejército Peruano en Situación
de Retiro Víctor Elar GRANDA GUZMAN, la pena de TRES AÑOS DE PRISIÓN que
continuará cumpliendo en el Penal Militar designado por la Superioridad Militar y con
descuento de la detención que viene sufriendo vencerá el veinticuatro de noviembre
de mil novecientos noventa y cinco fecha en que será puesto en libertad, debiendo
pagar en concepto de Reparación Civil la suma de TRES MIL NUEVOS SOLES a
favor del Estado - Ejército Peruano; IMPUSIERON: al sentenciado Coronel Ejército
Peruano en Situación de Disponibilidad Jaime GUTIERREZ TOVAR la pena de UN
AÑO DE PRISIÓN que la seguirá cumpliendo en el Penal Militar señalado por la
Superioridad Militar y que vencerá el dieciocho de Febrero de mil novecientos noventa
y cuatro fecha en que será puesto en libertad, debiendo abonar en concepto de
Reparación Civil la suma de UN MIL NUEVOS SOLES a favor de! Estado - Ejército
Peruano; AMPLIÁNDOLA: DECLARARON NULO el auto de fojas treinta y ocho, de
fecha diecisiete de noviembre de mil novecientos noventa y dos, que comprende en la
Instrucción al Coronel de Infantería Ejército Peruano en Situación de Disponibilidad
Javier GUTIERREZ TOVAR, por haberse duplicado el Auto Apertorio de Instrucción
contra el citado acusado; ORDENARON: que los DOS MIL DOSCIENTOS DOLARES
AMERICANOS incautados al General de División Ejército Peruano en Situación de
Retiro Jaime SALINAS SEDO caigan en comiso y pasen a constituir fondos da la
Justicia Militar; asimismo, la mini grabadora marca OLIMPUS, modelo PEAR CORDER
S guión noventa y cinco doce serie sesenta veintiséis noventa y seis y facsímil marca
SHARP guión UX guión ciento cuarenta número setenta once noventa y uno caigan en
comiso y el producto de su remate pasen a constituir fondos de la Justicia Militar; que
los vehículos incautados sean devueltos a sus propietarios y el armamento de
propiedad del Estado se remitan a sus Institutos y los otros a la Dirección de Control
de Servicio de Seguridad, Control de Armas, Municiones y Explosivos de Uso Civil
(DISCAMEC), para los fines de Ley; y los devolvieron.-
2.2. COMENTARIO
252
un gobierno usurpador –de facto-. Asimismo, el art. 307º de la citada Ley
Fundamental, señalaba que: “Esta Constitución no pierde su vigencia ni deja de
observarse por acto de fuerza o cuando fuere derogada por cualquier otro
medio distinto del que ella misma dispone…”.
141
ROJAS VARGAS, Fidel, Jurisprudencia penal comentada (2001-2003), Tomo II, IDEMSA, Lima,
2005, p. 723-726.
253
Residencia del Embajador de Japón, por existir indicios de haberse producido
ejecuciones extrajudiciales de terroristas cuando se encontraban rendidos; también se
comprendió en el proceso penal a Vladimiro Montensinos Torres, Nicolás de Bari
Hermoza Ríos, Roberto Huamán Azcurra y Jesús Zamudio Aliaga, personas ajenas al
grupo o comando encargado de ejecutar el referido plan NIPON, por lo que no se
encuentran comprendidos en el auto apertorio de fecha veintinueve de mayor del año
en curso dictado por la Sala de Guerra del Consejo Supremo de Justicia Militar, que ha
circunscrito la intervención de la Justicia Militar exclusivamente al personal de
Comandos que intervinieron, como elemento profesional y especializado en el
operativo militar; Segundo.- Que, el operativo militar, antes referido, realizado el día
veintidós de abril de mil novencientos noventa y siete, se planificó e ejecutó por orden
del entonces Presidente de la República, Ingeniero Alberto Fujimori Fujimori, Jefe
Supremo de las Fuerzas Armadas, para preservar el orden interno y la seguridad
nacional, gravemente afectados por el ataque armado de un grupo terrorista
organizado y pertrechado como fuerza militar que asaltó la residencia del Embajador
de Japón el día diecisiete de diciembre de mil novecientos noventiséis, lo que dió lugar
a que se decretara el estado de emergencia en diversos distritos del departamento de
Lima, entre ellos el Distrito de San Isidro; cuyo régimen de excepción se prorrogó por
sesenta días, mediante Decreto Supremo número cero veinte guión DE guión
CCFFAA, fecha catorce de abril de mil novecientos noventisiete, asumiendo las
Fuerzas Armadas, en virtud de ello, el control del Orden Interno, lo cual amerita
calificar la intervención de los Comandos Militares como un hecho producido en zona
declarada en estado de emergencia al que por lo tanto debe aplicarse el artículo
décimo de la Ley veinticuatro mil ciento cincuenta, que dispone que los miembros de
las Fuerzas Armadas que prestan servicios en zonas declaradas en estado de
excepción están sujetos a la aplicación del Código de Justicia Militar y que las
infracciones que cometan aquellos en ejercicio de sus funciones tipificadas en dicho
Código, son de competencia del Fuero Privativo Militar, salvo las que no tengan
vinculación con el servicio, como en efecto lo son las personas no comprendidas en el
auto apertorio de instrucción expedido por la Jurisdicción Militar; Tercero.- Que,
habiendo actuado el grupo militar constituido y entrenado para ello, en la operación de
rescate de los rehenes en acatamiento a una orden superior, en un escenario de claro
enfrentamiento militar, caso de haberse producido infracciones o excesos punibles
previstos en el Código de Justicia Militar, durante su intervención, tal eventualidad
debe considerarse como producida en ejercicio de la función, correspondiendo por lo
tanto que sus autores sean sometidos a la jurisdicción del fuero militar con arreglo al
ordenamiento contenido en el Código de Justicia Militar; que por otra parte, constituye
argumento esencial y resulta de estricta aplicación lo dispuesto en el artículo ciento
setentitrés de la Constitución Política del Estado, en cuanto dispone que en el caso de
delito de función los miembros de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional están
sometidos al fuero respectivo y al Código de Justicia Militar y que esta disposición es
aplicable a los civiles en el caso de delitos de Traición a la patria y de Terrorismo;
siendo el caso además, que los hechos punibles materia de la competencia se
encuentran comprendidos en el Código de Justicia Militar como delito de violación del
derecho de gentes, tipificado en el artículo noventa y cuatro del aludido Código;
Cuarto.- Que, lo dispuesto por el artículo trescientos veinticuatro del Código de
Justicia Militar, debe adecuarse a lo que manda el artículo ciento setentitrés de la
Constitución Política del Estado, toda vez que los pretendidos agraviados actuaron
como un grupo armado integrante de la organización terrorista “Túpac Amaru”,
calificada como tal por la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas,
como es de verse a fojas cincuenta y cinco, de allí que resulta impropio considerarlos
como elementos civiles; Quinto.- Que, la determinación de la competencia respecto a
la investigación y juzgamiento de los excesos que se hubieren producido, concluido
que fue el rescate de los rehenes, en los cuales estarían involucrados personal militar,
integrantes del grupo de comandos y personal ajeno a dicho cuerpo, debe efectuarse
254
con estricta ejecución a lo normado por los artículos trescientos cuarentidós y
trescientos cuarentitrés del Código de Justicia Militar, esto es, que cada jurisdicción, la
militar y la civil conozcan en forma independiente el delito que corresponda con arreglo
a la legislación penal pertinente; Sexto.- Que, como fluye de las consideraciones
expuestas, los inculpados integrantes del cuerpo de Comandos, han actuado en una
operación militar en cumplimiento de una orden impartida con arreglo a la
Constitución, por autoridad con capacidad de hacerlo y que las infracciones de
naturaleza delictiva en que hubieren incurrido corresponde sean conocidas por el
Fuero Militar, cosa que no ocurre con los elementos ajenos a dichos comandos,
quienes habrían actuado de ser el caso, como infractores y autores de delitos
comprendidos en la legislación común y que por lo tanto deben permanecer sujetos a
la Jurisdicción del Fuero Común; Sétimo.- Que, respecto a los encausados en el
Fuero Común Vladimiro Montesinos Torres, Nicolás de Bari Hermoza Ríos, Roberto
Huamán Azcurra y Jesús Zamudio Aliafa, personas ajenas al operativo militar
involucrados, en la investigación sobre posibles ajusticiamientos extrajudiciales contra
terroristas rendidos, configurarían un caso de violación a los derechos humanos
tipificado como delito de lesa humanidad, similar a otros casos reabiertos en el Fuero
Común, por lo que sería pertinente la acumulación de procesos cumpliendo con lo
dispuesto por la Ley diez mil ciento veinticuatro, tanto más que todos ellos derivan de
la misma voluntad criminal; por estos fundamentos y de conformidad con el inciso b)
del artículo trescientos sesenta y uno del Código de Justicia Militar; DIRIMIERON la
contienda de competencia submateria de vista a favor del Fuero Militar; en
consecuencia declararon: que la instrucción seguida en el fuero militar continúe en el
referido Fuero, debiendo el Tercer Juzgado Penal Especial de la Corte Superior de
Justicia de Lima (Fuero Común) remitir a la Vocalía de Instrucción del Consejo
Supremo de Justicia Militar, copia certificada de todo lo actuado en la instrucción
seguida en contra de Augusto Jaime Patiño, José Williams Zapata, Luis Alatrista
Rodríguez, Carlos Tello Aliaga, Víctor Robles del Castillo, Víctor Hugo Sánchez
Morales, Raúl Huarcaya Lovon, Walter Becerra Noblecilla, José Alvarado Díaz, Manuel
Paz Ramos, Jorge Félix Díaz, Juan Carlos Moral Rojas, Tomas César Rojas
Villanueva, Jorge Orlando Fernández Robles y Benigno Leonel Cabrera Pino, como lo
dispone el artículo trescientos cuarentidós del Código de Justicia Militar;
ORDENARON asimismo continuar la instrucción respecto de los procesados Vladimiro
Montesinos Torres, Nicolás de Bari Hermoza Ríos, Roberto Huamán Escurra y Jesús
Zamudio Aliaga por el delito comprendido en el auto apertorio de instrucción dictado
por el Tercer Juzgado Penal Especial de la Corte Superior de Justicia de Lima,
debiendo disponer lo pertinente en atención a lo precisado en el sétimo considerando
de esta resolución; y los devolvieron.-
S.S.
CABALA ROSSAND / ESCARZA ESCARZA / HUAMANÍ LLAMAS / VEGA
VEGA / AGUAYO DEL ROSARIO
255
ciento veinticuatro, que señala: “que, la acumulación es facultativa y se ordenará sólo
cuando los procesos estén en el mismo estado y siempre que la acumulación no
redunde en la inútil postergación del juzgamiento de la que ya tuviese mérito suficiente
para ello”, por lo que considero innecesario pronunciarme sobre una acumulación de
procesos por delitos conexos; en consecuencia tampoco comparto con lo pertinente de
la parte resolutiva.
HUAMANÍ LLAMAS
3.2. COMENTARIO
256
Tampoco se trata de encubrir presuntas violaciones de derechos
humanos. Es decir nuestra posición no está a favor de ocultar actos de
ejecuciones extrajudiciales cometidos por las fuerzas del orden contra
elementos civiles, pero en este caso en particular, se configuran elementos de
naturaleza distinta que, en caso de haberse producido infracciones o excesos
punibles durante el operativo, dichos elementos impiden calificar estos actos
como supuestos delitos comunes, sino como propios de ejercicio de la función.
Así, tenemos los siguientes elementos:
4. CASO LA CANTUTA
142
Tomado de ALVARADO GONZALVEZ, Pepe, ob. Cit. P. 211-225.
257
natural de Trujillo, casado, de cuarenticuatro años de edad, ...procesados por los
delitos de Secuestro, Contra la Administración de Justicia, Desaparición Forzada de
Personas, Abuso de Autoridad y Contra la Vida, el Cuerpo y la Salud en la modalidad
de Asesinato; contra el Mayor de Ingeniería Ejército Peruano Santiago. Enrique
MARTIN RIVAS, Peruano, natural dc Trujillo, soltero, de treinticinco años de edad,
procesado por los delitos de Secuestro, Desaparición Forzada de Personas, Abuso de
Autoridad, Contra la Administración de Justicia y contra la Vida, el Cuerpo y la Salud
en la modalidad de Asesinato; contra el Mayor de Ingeniería del Ejército Peruano
Carlos Eliseo. PICHILINGUE GUEVARA, peruano, natural de Huaral, casado, de
treintisiete años de edad, ...procesado por los delitos de Secuestro y Contra la
Administración de Justicia, Desaparición Forzadas de personas, Abuso de Autoridad, y
Contra la Vida, el Cuerpo y la Salud en la modalidad de Asesinato; contra el Teniente
de Infantería del Ejército Peruano Aquilino PORTELLA NUÑEZ, peruano, (REO
AUSENTE), procesado por los delitos de Secuestro, Contra la Administración de
Justicia, Desaparición Forzada de Personas, Abuso de Autoridad y Contra la Vida el
Cuerpo y la Salud en la modalidad de Asesinato; contra el Teniente, hoy Capitán del
Ejército Peruano José Adolfo VELARDE ASTETE, Peruano, natural de Lima,
...procesado por los delitos de Secuestro, Contra la Administración de Justicia,
Desaparición Forzada de personas, Abuso de Autoridad, Contra la Vida, el Cuerpo y la
modalidad de Asesinato y Negligencia; contra el Técnico de Segunda del Ejército
Pedro Guillermo SUPPO SANCHEZ, peruano, natural del Callao, viudo, de
cuarentisiete años de edad, ...procesado por los delitos de Secuestro, Contra la
Administración de Justicia, Desaparición Forzada de personas, Abuso de Autoridad,
Contra la Vida, el Cuerpo y la Salud en la modalidad de Asesinato y Negligencia;
contra el Técnico de Tercera del Ejército Peruano Julio CHUQUI AGUIRRE, peruano,
natural de Tacna. casado, de cuarenticinco años de edad, ...procesado por los delitos
de Secuestro, Contra la Administración de Justicia, Desaparición Forzada de
personas, Abuso de Autoridad, Contra la Vida, el Cuerpo y la Salud en la modalidad de
Asesinato y Negligencia; contra el Técnico de Tercera del Ejército Peruano, Rogelio
CARBAJAL GARCÍA, peruano, natural de Trujillo, de treintinueve años de edad,
...procesado por los delitos de Secuestro, Contra la Administración de Justicia,
Desaparición Forzada de personas, Abuso de Autoridad, Contra la Vida, el Cuerpo y la
Salud en la modalidad de Asesinato y Negligencia; contra el Técnico de Tercera del
Ejército Peruano, Jesús Antonio SOSA SAAVEDRA, peruano, natural de Lambayeque,
casado, de treinticuatro años de edad, ...procesado por los delitos de Secuestro,
Contra la Administración de Justicia, Desaparición Forzada de personas, Abuso de
Autoridad, Contra la Vida, el Cuerpo y la Salud en la modalidad de Asesinato y
Negligencia; todos ellos en agravio del profesor Hugo MUÑOZ SANCHEZ y nueve
estudiantes de la Universidad Nacional de Educación ''Enrique Guzmán y Valle" - La
Cantuta.
PRIMERO: Está probado que en la madrugada del día dieciocho de julio de mil
novecientos noventidós, aproximadamente a las cero una horas, un grupo de personas
portando armas de fuego, vestidas con chompa de color negro de cuello alto, botas de
tipo militar y pasamontaña, movilizándose en vehículos, hizo su ingreso por la puerta
principal al Campus de la Universidad Nacional de Educación "Enrique Guzmán y
Valle" - La Cantuta; así se desprende de...
SEGUNDO: Está probado que desde el año de mil novecientos noventiuno a la fecha
de la comisión de los hechos en la Universidad Nacional de Educación "Enrique
Guzmán y Valle" - La Cantuta, se hallaba acantonada una Base de Acción Cívica del
Ejército con un contingente aproximado de treinta efectivos al mando de un Oficial
Subalterno; como es de verse de ...
TERCERO: Está probado que el día dieciocho de julio de mil novecientos noventidós,
258
la Base de Acción Cívica referida en la cuestión de hecho anterior, se encontraba al
mando del Teniente Ejército Peruano José Adolfo VELARDE ASTETE y como
segundo Jefe el Teniente Ejército Peruano Aquilino PORTELLA NUÑEZ, así consta de
...
CUARTO: Está probado que los elementos armados ingresaron libremente al recinto
universitario sin encontrar obstáculo alguno por parte del personal militar de la Base de
Acción Cívica acantonada en dicho lugar; así aparece de ...
SEPTIMO: Está probado que aproximadamente a la una y treinta horas del día
dieciocho de julio de mil novecientos noventidós los elementos armados detuvieron al
profesor universitario Hugo MUÑOZ SANCHEZ en el interior de su residencia ubicada
en dicha Universidad Nacional de Educación "Enrique Guzmán y Valle"; así aparece...
NOVENO: Está probado que el profesor Hugo MUÑOZ SANCHEZ y los nueve
estudiantes extraídos de sus habitaciones en la Universidad Nacional de Educación
"Enrique Guzmán y Valle", el día dieciocho de julio de mil novecientos noventidós,
fueron victimados por sus captores y enterrados inicialmente en un lugar de Huachipa;
así se aprecia de...
DECIMO: Está probado que a raíz de las denuncias formuladas ante la Fiscalía de la
Nación se constató la existencia de fosas clandestinas, ubicadas en el sector de
Cieneguilla, quebrada de Chavilca, kilómetro catorce y medio de la carretera a
Cieneguilla y, en el sector de Huachipa a la altura del kilómetro uno y medio de la
carretera "Ramiro Prialé"; así aparece de...
DECIMO TERCERO: Está probado que los restos hallados en la fosa número UNO del
Sector Cieneguilla corresponden a dos personas: una de sexo masculino y otra de
sexo femenino con una edad veinte a veinticinco años; así se aprecia de...
259
DECIMO CUARTO: Está probado que los restos hallados en la fosa número DOS del
mismo Sector corresponden a tres personas: dos de sexo masculino de cuarenta a
cuarenticinco años y de veinticinco a treinta años de edad, y otra de sexo femenino de
veinte años a veinticinco años de edad; así aparece....
DECIMO QUINTO: Está probado que los restos humanos hallados en las fosas UNO y
DOS de la quebrada de Chavilca en Cieneguilla, corresponden a las estudiantes
Bertila LOZANO TORRES y Dora OYAGUE FIERRO, quienes contaban con veintidós
años de edad; así como de los estudiantes Richard Armando AMARO CONDOR y
Juan Gabriel MARIÑOS FIGUEROA, quienes contaban con veintiséis y veintinueve
años de edad, respectivamente; y del profesor Hugo MUÑOZ SANCHEZ, de
aproximadamente cuarenticinco años; así consta de ...
DECIMO SEXTO: Está probado que del manojo de llaves hallado en la fosa número
UNO de la Quebrada de Chavilca, una llave abrió el candado del armario que ocupaba
el estudiante Richard Armando AMARO CONDOR en la Universidad Nacional de
Educación "Enrique Guzmán y Valle; otra llave abrió la puerta de ingreso del inmueble
signado con el número mil ciento cincuentiocho del Jirón Italia-La Victoria; y otra
tercera, el Departamento número UNO de dicho inmueble y vivienda del citado
estudiante; así se infiere...
DECIMO SEPTIMO: Está probado que de las llaves encontradas en la fosa número
DOS de la quebrada de Chavilca, una abrió el candado del armario que ocupaba el
estudiante Juan Gabriel MARIÑOS FIGUEROA y otra el candado que aseguraba la
puerta de ingreso del Centro Federado de la Facultad de Electromecánica de la
Universidad Nacional de Educación "Enrique Guzmán y Valle", del que dicho
estudiante era dirigente; así consta de...
DECIMO OCTAVO: Está probado que en uno de los casos, la causa del fallecimiento
fue por herida perforante del cráneo con proyectil de arma de fuego calibre nueve
milímetros; así consta de...
DECIMO NOVENO: Está probado que la data de las muertes se encuentra entre los
nueve y dieciocho meses anteriores a la fecha del hallazgo de los restos humanos en
Cieneguilla; así consta de...
VIGESIMO PRIMERO: Está probado que los restos de prendas de vestir halladas en
las fosas UNO y DOS de la Quebrada de Chavilca, corresponden a los estudiantes
Robert Edgar TEODORO ESPINOZA, Heráclides PABLO MEZA, Richard Armando
AMARO CONDOR y Juan Gabriel MARIÑOS FIGUEROA; así consta de...
260
VIGESIMO QUINTO: Está probado que los restos óseos hallados en el kilómetro uno y
medio de la carretera ''Ramiro Prialé" (fosas de Huachipa), corresponde al entierro
primario ya expresado; así se acredita de...
VIGESIMO SEXTO: Está probado que que parte de los restos humanos enterrados en
el kilómetro uno y medio de la carretera ''Ramiro Prialé", fueron exhumados y
sometidos a incineración, siendo posteriormente enterrados en cajas de cartón en la
Quebrada de Chavilca, kilómetro catorce y medio de la carretera a Cieneguilla; así
aparece de...
VIGESIMO SEPTIMO: Está probado que la causa de la muerte de las personas cuyos
restos fueron encontrados en Cieneguilla y Huachipa fue como consecuencia de
heridas en el cráneo por armas de fuego; así aparece de...
TRIGESIMO PRIMERO: Está probado que con posterioridad a la muerte del profesor y
nueve estudiantes y en fecha no precisada fueron exhumados los cadáveres
enterrados en las fosas ubicadas en el kilómetro uno y medio de la carretera "Ramiro
Prialé" para proceder a su destrucción utilizando material inflamable; así consta...
TRIGESIMO SEGUNDO: Está probado que luego de incinerar los cuerpos, trasladaron
los restos parcialmente calcinados a la quebrada de Chavilca, altura del kilómetro
catorce y medio de la carretera de Cieneguilla, donde procedieron a un nuevo entierro
en cajas de cartón; así se desprende...
TRIGESIMO CUARTO: Está probado que el Comando del Ejército Peruano al tomar
conocimiento de los hechos mencionados a través de denuncias públicas que
implicaban a miembros de la Institución, de inmediato dispuso las investigaciones
administrativas pertinentes, procediendo a formular denuncia penal ante el Fuero
Militar; así se desprende de...
261
TRIGESIMO QUINTO: Está probado que el General de Brigada Juan RIVERO LAZO,
quien se desempeñaba como Director de Inteligencia del Ejército en Julio de mil
novecientos noventidós, no ejerció el debido control cobre sus subordinados; así
aparece de...
TRIGESIMO SEXTO: Está probado que el General de Brigada Juan RIVERO LAZO no
dispuso las investigaciones del caso al tomar conocimiento de los hechos materia del
proceso; así se desprende de...
TRIGESIMO NOVENO: Está probado que el hoy Capitán José Adolfo VELARDE
ASTETE Jefe de la base de Acción Cívica del Ejército acantonada en la Universidad
Nacional de Educación "Enrique Guzmán y Valle" - La Cantuta. no controló al personal
militar de servicio bajo su mando, motivando que personas ajenas a la Base
ingresaran al campus de dicha Universidad; así aparece de....
CUADRAGESIMO: Está probado que el ahora Capitán Ejército Peruano José Adolfo
VELARDE ASTETE, quien se encontraba de servicio y como Jefe de la base de
Acción Cívica acantonada en la Universidad Nacional de Educación "Enrique Guzmán
y Valle" La Cantuta; y el Teniente Aquilino PORTELLA NUÑEZ , segundo jefe de dicha
base, no se percataron del ingreso del personal armado que incursionó, ni del
secuestro del profesor y nueve estudiantes; así aparece de...
CUADRAGESIMO QUINTO: Está probado que los acusados RIVERO LAZO, MARTIN
RIVAS, PORTELLA NUÑEZ, SOSA SAAVEDRA, CARBAJAL GARCIA y SUPPO
SANCHEZ, carecen de antecedentes penales y judiciales en el Fuero Privativo Militar.
262
Y CONSIDERANDO: Que, de lo actuado en la etapa de la instrucción, tanto en la
Vocalía de Instrucción de este Supremo Tribunal y por el Décimo Sexto Juzgado Penal
de Lima del Fuero Común, así como de todo lo debatido en el acto oral de
juzgamiento, se infiere que en la madrugada del día dieciocho de julio de mil
novecientos noventidós, se produjo una incursión en las instalaciones de la
Universidad Nacional de Educación "Enrique Guzmán y Valle" - La Cantuta, por parte
de elementos en número no precisado, que premunidos de armas de fuego y vistiendo
prendas de tipo militar, tales como botas, chompas negras de cuello alto,
pasamontaña, etc., procedieron a dirigirse a los alojamientos, en primer término al de
los varones donde pernoctaban, entre otros, los estudiantes: Richard Armando
AMARO CONDOR, Felipe FLORES CHIPANA, Juan MARIÑOS FIGUEROA,
Heráclides PABLO MEZA, Luis Enrique ORTIZ PEREA, Marcelino ROSALES
CARDENAS, Robert Edgar TEODORO ESPINOZA; seguidamente, a la residencia de
mujeres, donde pernoctaban, entre otras, las estudiantes Bertila LOZANO TORRES y
Dora OYAGUE FIERRO, para luego pasar a la vivienda del profesor Hugo MUÑOZ
SANCHEZ, todos los cuales, en calidad de secuestrados fueron subidos en unos
vehículos y trasladados con dirección a la ciudad de Lima; que, en el trayecto, en un
lugar no precisado, fueron bajados de los vehículos y ultimados con disparos de armas
de fuego y luego enterrados primariamente en dos fosas ubicadas en Huachipa, para
posteriormente en fecha no determinada ser desenterrados y llevados a otro lugar
donde previamente sus restos fueron parcialmente calcinados y enterrados
secundariamente en fosas ubicadas en Cieneguilla, quebrada de Chavilca; que, los
hechos suscintamente relatados no obstante la forma y circunstancias en que se
perpetraron, tuvieron como propósito destruir todo vestigio material que pudieron dejar
los cuerpos del delito a efecto de lograr su impunidad; sin embargo, los
acontecimientos fueron de conocimiento público en virtud a denuncias que se hicieran
ante la Fiscalía de la Nación, órgano autónomo del Estado que en uso de sus
atribuciones dispuso las investigaciones pertinente mediante la designación de un
Fiscal Ad-Hoc, quien a través de las diligencias practicadas en el lugar donde estaban
ubicadas las referidas fosas y contando para ello con la asistencia de personal
especializado, encontró conjuntos de restos óseos fragmentados y calcinados,
además de ciertos vestigios materiales, consistentes en casquillos de bala, ropa,
manojos de llave, etc., los que sometidos a exámenes científicos y diligencias de
constatación y verificación, determinaron que dichos restos correspondían al profesor
Hugo MUÑOZ SANCHEZ y por lo menos a los estudiantes Bertila LOZANO TORRES,
Dora OYAGUE FIERRO, Juan Gabriel MARIÑOS FIGUEROA, Richard Armando
AMARO CONDOR y Luis Enrique ORTIZ PEREA; y que los manojos de llaves
hallados, uno adherido a tejidos y restos calcinados extraídos de una de las fosas de
Cieneguilla y otro en la Morgue central cuando se realizaba la limpieza de una mezcla
de vestigios escondidos en la pretina de un pantalón, permitieron abrir los candados
de los armarios de la residencia de la Cantuta, pertenecientes a los estudiantes
Richard Armando AMARO CONDOR y Juan Gabriel MARIÑOS FIGUEROA, también
el candado que aseguraba el local del centro federado de Estudiantes de la Facultad
de Electromecánica, del cual MARIÑOS FIGUEROA era dirigente; en tanto que, otras
dos llaves abrieron las puertas de calle y entrada del domicilio del estudiante AMARO
CONDOR; que, por la forma y circunstancias en que se perpetraron los hechos, y aún
más, considerando que la precitada Universidad por disposición del Supremo
Gobierno estaba protegida por miembros del Ejército Peruano que conformaban una
Base de Acción Cívica al mando de un Oficial Subalterno y treinta individuos de tropa,
263
nos lleva al convencimiento que los elementos que incursionaron en la madrugada del
día dieciocho de julio de mil novecientos noventidós, en forma libre y por la puerta
principal de acceso a dicha Universidad, tenían que ser miembros del mismo Instituto;
que por las denuncias e investigaciones del caso, han sido sindicados los Mayores del
Ejército Santiago Enrique MARTIN RIVAS y Carlos Eliseos PICHILINGUE GUEVARA,
así como los Sub Oficiales Juan SUPPO SANCHEZ, Julio CHUQUI AGUIRRE,
Eduardo SOSA DAVILA, Hugo CORAL SANCHEZ, Juan SOSA SAAVEDRA y Nelson
Rogelio CARBAJAL GARCIA, quienes si bien es cierto, a través de las etapas del
proceso han negado de manera uniforme ser autores del hecho ilícito, tales negativas
por no tener correspondencia con pruebas plenas que desvirtúen su participación,
tienen que ser evaluados como meros argumentos de defensa frente a la abundante
prueba indiciaria que el Tribunal las ha valorado con adecuada ponderación y que lo
lleva al ánimo y convencimiento de establecer que son los ejecutantes de los hechos
materia de juzgamiento; que, siendo así, debe precisarse que conforme a la doctrina,
no es posible incriminar a los procesados aisladamente de hechos que forman un
conjunto y se complementan, ya que en el caso de autos, la intención dolosa de los
culpables, no fue otra que la de buscar la eliminación física de los agraviados, y para
hacerla se valieron de diversos medios engañosos y de sorpresa que tienen valorarse
en su totalidad; además, debe contemplarse el ánimus o intención con que actuaron
los agentes, considerándose de manera especial los medios que emplearon (armas de
fuego), la dirección e importancia de los órganos afectados (perforación craneana), los
diferentes entierros, calcinamiento de los cuerpos, etc., que están expresados en las
pericias respectivas y diligencias pertinentes practicadas, de cuyo contexto se advierte
a plenitud la voluntad homicida, la cual ha quedado evidenciada porque el día del
evento sin orden superior y de propia iniciativa irrumpieron concertadamente, de
manera repentina a los alojamientos de sus víctimas, cubiertos de los rostros y
vistiendo prendas militares, haciendo uso de la violencia para reducir la voluntad de
defensa de sus víctimas, con extracción de sus lugares de descanso y posterior
traslado para ultimarlos mediante el empleo de armas de fuego, aprovechando la
oscuridad y lo descampado del lugar donde ocurrieron lo hechos, y los agraviados al
estar en inferioridad física y material frente a sus captores no pudieron ofrecer
resistencia; habiéndose, por otra parte, determinado claramente las motivaciones que
tuvieron para cometer el hecho penal, todo lo cual viene a configurar la comisión de los
delitos de Secuestro, Desaparición Forzada de Personas, Abuso de Autoridad y
Homicidio, previstos y penados en los artículos cientos cincuentidós, ciento ocho
incisos uno, dos y tres, del Código Penal, artículo uno de la Ley veinticinco mil
quinientos noventidós, artículos ciento ochenta inciso diez, ciento ochentiuno inciso
uno y ciento ochentiséis del Código de Justicia Militar, respectivamente; de los cuales
resultan responsables en su condición de autores directos los Mayores MARTIN
RIVAS, PICHILINGUE GUEVARA; los Sub Oficiales: SUPPO SANCHEZ, CHUQUI
AGUIRRE, CARBAJAL GARCIA y SOSA SAAVEDRA; no así del delito Contra la
Administración de Justicia que también se imputa a los Oficiales mencionados y el de
Negligencia al personal de Sub Oficiales, en consideración que no se les puede exigir
el cumplimiento de un deber establecido en los artículos trescientos dos inciso cuatro y
doscientos treintiocho del Privativo Castrense, puesto que son autores de otros ilícitos
penales materia de su conducta delictiva, por lo que en este extremo es procedente
absolverlos de dichos infractorios; que, por todo ello, resulta necesario que el hecho se
contemple especialmente en el aspecto de la responsabilidad colectiva o común de
todos sus integrantes, aunque algunos de ellos hayan participado con mero rango de
colaboración, que sería el caso del personal de Sub Oficiales, que procedieron a
264
consecuencia de seducción de sus jefes por razón de influjo conforme a la regla
contenida en el inciso quinto del artículo veinte del Código de Justicia Militar; en tal
consideración es justo especialmente que, siendo desigual la participación que les
cupo en los hechos, alcanza a estos co-acusados, desigual responsabilidad, por lo que
en virtud de lo expuesto, este Tribunal está obligado a determinar de manera
fehaciente los distintos grados de participación criminal dentro de la común empresa
delictiva en el evento dañoso para considerarlos como autores directos pero con
mayor responsabilidad a los Mayores MARTIN RIVAS y PICHILINGUE GUEVARA, por
haber perpetrado la acción delictiva con las circunstancias agravantes previstas en los
incisios ocho, nueve y diez del artículo veintiuno del acotado; que, por otra parte,
teniendo como sustento las propias versiones de los acusados nombrados, así como
de la valoración de las diferentes pruebas obrantes en autos se determina
meridianamente que el Comando del Ejército representado por su Comandante
General, así como personal del Servicio de Inteligencia Nacional, no ordenaron ni
intervinieron en la planificación, elaboración y puesta en ejecución de plan alguno
destinado a incusionar en las instalaciones de la Universidad Nacional de Educación
Enrique Guzmán y Valle-La Cantuta, para la realización de acciones que tuvieron
como resultado el secuestro y eliminación de los agraviados, advirtiéndose que el
proceder de los acusados se produjo por iniciativa propia, esto es, sin que medie
orden superior de ninguna naturaleza, aprovechándose de sus cargos y funciones
inherentes; que, igual situación se presenta para los acusados General de Brigada
Juan RIVERO LAZO y Coronel Federico NAVARRO PEREZ, en ese entonces Director
de Inteligencia del Ejército y Jefe del Frente Interno de la Dirección de Inteligencia del
Ejército, respectivamente, quienes no tuvieron participación en forma directa ni
indirecta como actores intelectuales o materiales en la ejecución del hecho criminal,
por lo que siendo así, no les alcanza responsabilidad penal en la comisión de los
delitos de Abuso de Autoridad, Contra la Administración de Justicia, Secuestro,
Desaparición Forzada de Personas y Contra la Vida el Cuerpo y la Salud en la
modalidad de asesinato, por los cuales son instruidos; sin embargo, teniendo en
cuenta que los autores de hecho criminal, por razón de función dependían directa o
indirectamente de aquéllos, quienes no cumplieron con ejercer el debido control así
como tampoco exigieron el estricto cumplimiento de las obligaciones y de los deberes
de función de sus subordinados que están enmarcados en las leyes y reglamentos
militares, demostrando con tal actitud una negligencia punible y por la gravedad de los
daños ocasionados, deben ser sancionados con la severidad que el caso exige; en tal
virtud, haciendo una correcta calificación de los hechos, estamos frente a la fugura
delictiva de Negligencia que tipifican los Artículos doscientos treintiocho y doscientos
cincuentisiete del Código de Justicia Militar, por lo que en virtud a lo preceptuado en el
artículo seiscientos dieciséis inciso e) del acotado, deberá absolvérseles conforme a
ley; que, de otro lado, también se ha sindicado como participantes en los hechos
acaecidos en la madrugada del día dieciocho de julio de mil novecientos noventidós, a
los Sub Oficiales Eduardo SOSA DAVILA y Hugo CORAL SANCHEZ, contra quienes
también se les abrió instrucción por los delitos materia de juzgamiento, pero es el caso
precisar que a través de la investigación realizada y especialmente por las información
proporcionadas por el Comando de Personal del Ejército, se ha llegado a establecer
que dichos encausados no figuran en los listados de la Institución; por consiguiente, se
trata de personas inciertas o desconocidas; consecuentemente, no tienen la condición
de militares, ya sea en Situación de Actividad, Disponibilidad o Retiro; por lo que en tal
circunstancias, debe de dejarse sin efecto en ese extremo el auto ampliatorio del
apertorio de instrucción que los comprende en el caso sub judice por la comisión de
265
los delitos de Abuso de Autoridad, Contra la Administración de Justicia, Negligencia,
Secuestro, Desaparición Forzada de Personas y Asesinato en agravio del profesor
Hugo MUÑOZ SANCHEZ Y otros, por carecer de objeto emitir pronunciamiento sobre
situación jurídica; que, asimismo, es pertinente precisar que el acusado Coronel
Manuel Leoncio GUZMAN CALDERON, a quien también se le sindicó haber
participado en el secuestro del profesor y alumnos nombrados, toda la prueba
obtenida a través del proceso acredita de modo fehaciente que no ha tenido
participación alguna en los hechos imputados, ya sea directa o indirectamente, así
como tampoco personal militar a su mando, por lo que procede absolverlo de los
demás infractorios indebidamente imputados en su contra; que, respecto a la
responsabilidad atribuida a los Oficiales de la Base de Acción Cívica acantonada en
las instalaciones de la ya citada Universidad, Capitán José Adolfo VELARDE ASTETE
y Teniente Aquilino PORTELLA NUÑEZ, al haber dejado de cumplir por omisión o
descuido los deberes de su cargo, puesto que no exigieron al personal militar bajo su
mando el estricto control en los puestos de vigilancia durante su servicio, dando lugar
al ingreso sin autorización, de elementos militares ajenos a dicha Base, este Tribunal
considera que tal comportamiento configura el delito de Negligencia que sancionan los
dispositivos legales Indicados; por lo que siendo así, en este extremo debe hacerse la
adecuada calificación del hecho delictivo conforme al artículo seiscientos dieciséis
inciso e) del Código de Justicia Militar, siendo procedente absolverlos de los delitos de
Abuso de Autoridad, Contra la Administración de Justicia, Secuestro, Desaparición
Forzada de Personas y Contra la Vida, el Cuerpo y la Salud, en la modalidad de
Asesinato impropiamente tipificados en los apertorios de instrucción; sin embargo,
apareciendo de autos, que el acusado Teniente Aquilino PORTELLA NUÑEZ, no
obstante haber sido emplazado conforme a ley, no ha cumplido con ponerse a derecho
en razón de estar en Abandono de Destino, de conformidad con lo establecido en el
artículo quinientos setentinueve del acotado cuerpo legal, deberá RESERVARSE su
juzgamiento, hasta que se presente o sea habido, debiendo en su oportunidad
reiterarse las correspondientes órdenes de búsqueda y captura en su contra; que,
asimismo, existiendo instrucción abierta contra Los que Resulten Responsables de los
delitos de Abuso de Autoridad, Contra la Administración de Justicia, Negligencia,
Secuestro, Desaparición Forzada de Personas y Contra la Vida, el Cuerpo y la Salud
en la modalidad de Asesinato, y examinados los actuados se llega a establecer que en
los hechos de juzgamiento no existen terceras personas aparte de las ya indicadas,
que resulten responsables penalmente de tales ilícitos, ante esta particularidad,
deberá disponerse el archivamiento definitivo de los actuados en este extremo; y,
finalmente, teniendo en consideración que los hechos materia de sanción revisten
suma gravedad por haber afectado irreversiblemente los derechos humanos de las
personas agraviadas y el prestigio del Ejército Peruano al haberse establecido que el
móvil que llevó a los acusados a cometer estos excesos fue como consecuencia de un
mal entendido cumplimiento del deber, exacerbados negativamente por sus labores
permanentes en el campo Antisubversivo, por lo que el Tribunal considera que la
responsabilidad civil emergente debe ser asumida solidariamente entre los ejecutores
del hecho y el Estado-Ejército Peruano, corno tercero civilmente responsable,
debiendo fijarse una suma considerable que esté en proporción a los daños
ocasionados.
Por estos fundamentos de hecho y de derecho, la Sala de Guerra del Consejo
Supremo de Justicia Militar, administrando justicia a nombre de la Nación y juzgando
con criterio de conciencia que la ley faculta: FALLA: ABSOLVIENDO al General de
Brigada Ejército Peruano Juan RIVERO LAZO de los delitos de Secuestro, Contra la
266
Administración de Justicia, Abuso de Autoridad, Desaparición Forzada de Personas, y
Contra la Vida, el Cuerpo y la Salud en la modalidad de Asesinato, por improbados; al
Coronel de Caballería Ejército Peruano Federico Augusto NAVARRO PEREZ, de los
delitos de Secuestro, Contra la Administración de Justicia, Abuso de Autoridad,
Desaparición Forzada de Personas, y Contra la Vida, el Cuerpo y la Salud en la
modalidad de Asesinato, por improbados; al Coronel de Infantería del Ejército Peruano
Manuel Leoncio GUZMAN CALDERON, de los delitos de Secuestro, Contra la
Administración de Justicia, Abuso de Autoridad, Desaparición Forzada de Personas, y
Contra la Vida, el Cuerpo y la Salud en la modalidad de Asesinato y Negligencia, por
improbados; a los Mayores de Ingeniería del Ejército Peruano Santiago Enrique
MARTIN RIVAS y Carlos Eliseos PICHILINGUE GUEVARA, del delito Contra la
Administración de Justicia, por improbado; al capitán de Infantería Ejército Peruano
José Adolfo VELARDE ASTETE, de los delitos de Secuestro, Contra la Administración
de Justicia, Abuso de Autoridad, Desaparición Forzada de Personas, y Contra la Vida,
el Cuerpo y la Salud en la modalidad de Asesinato, por improbados; a los Sub
Oficiales Ejército Peruano Pedro Guillermo SUPPO SANCHEZ, Julio CHUQUI
AGUIRRE, Nelson Rogelio CARBAJAL GARCIA y Jesús Antonio SOSA SAAVEDRA
del delito de Negligencia, por improbado; CONDENANDO: al General de Brigada
Ejército Peruano Juan RIVERA LAZO, como autor del delito de Negligencia, a la pena
de CINCO AÑOS de PRISIÓN que con descuento de la detención que viene
cumpliendo desde el día dieciséis de diciembre de mil novecientos noventitrés,
vencerá el quince de diciembre de mil novecientos noventiocho, fecha en que será
puesto en libertad; debiendo pagar por concepto de reparación civil la suma de
CINCUENTA MIL Nuevos Soles a favor del Estado-Ejército Peruano; al Coronel de
Caballería Ejército Peruano Federico Augusto NAVARRO PEREZ, como autor del
delito de Negligencia a la pena de CUATRO AÑOS de PRISIÓN que con descuento de
la detención que viene cumpliendo desde el día veintitrés de Diciembre de mil
novecientos noventisiete, fecha en que será puesto en libertad, debiendo pagar por
concepto de reparación civil la suma de CINCUENTA MIL Nuevos Soles a favor del
Estado-Ejército Peruano; al Capitán de Infantería Ejército Peruano José Adolfo
VELARDE ASTETE, como autor del delito de Negligencia a la pena de UN AÑO de
RECLUSIÓN MILITAR que con descuento de la detención que viene cumpliendo
desde el día quince de julio de mil novecientos noventitrés, vencerá el día catorce de
julio de mil novecientos noventicuatro, fecha en que será puesto en libertad, debiendo
pagar por concepto de reparación civil la suma de DIEZ MIL Nuevos Soles a favor del
Estado-Ejército peruano; a los Mayores de Ingeniería, Ejército Peruano Santiago
Enrique MARTIN RIVAS y Carlos Eliseo PICHILINGUE GUEVARA, como autores
de los delitos de Abuso de Autoridad, Secuestro, Desaparición Forzada de Personas, y
Contra la Vida, el Cuerpo y la Salud en la modalidad de Asesinato, en agravio del
profesor Hugo MUÑOZ SANCHEZ, de los estudiantes Richard Armando AMARO
CONDOR, Heráclides PABLO MEZA. Felipe FLORES CHIPANA, Juan MARIÑOS
FIGUEROA, Luis Enrique ORTIZ PEREA. Marcelino ROSALES CARDENAS, Robert
Edgar TEODORO ESPINOZA, Bertila LOZANO TORRES y Dora OYAGUE FIERRO, a
]a pena de VEINTE AÑOS de PRISIÓN, que con el descuento de la detención que
viene cumpliendo desde el veintidós de setiembre de mil novecientos noventitrés y
veintitrés de diciembre de mil novecientos noventitrés, vencerá el veintiuno de
setiembre del año dos mil trece y veintitrés de diciembre del año dos mil trece,
respectivamente; debiendo abonar ambos condenados en forma solidaria con el
Estado Ejército Peruano, la suma de UN MILLÓN QUINIENTOS MIL Nuevos Soles,
por concepto de Reparación Civil a favor de los Herederos Legales de los agraviados;
267
a los Sub Oficiales, Ejército Peruano, Pedro Guillermo SUPPO SANCHEZ, Julio
CHUQUI AGUIRRE, Nelson Rogelio CARBAJAL GARCIA y Jesús Antonio SOSA
SAAVEDRA, como autores de los delitos de Abuso de Autoridad, Secuestro,
Desaparición Forzada de Personas, Contra la Administración de Justicia, y Contra la
Vida, el Cuerpo y la Salud en la modalidad de Asesinato, en agravio del Profesor y
Estudiantes anteriormente nombrados, a la pena de QUINCE AÑOS de PRISIÓN, que
con descuento de la detención que viene cumpliendo desde el día veinte de enero de
mil novecientos noventicuatro, veintitrés de diciembre de mil novecientos noventitrés,
respectivamente, vencerá el diecinueve de enero del año dos mil nueve, el veintidós
de diciembre del año dos mil ocho y el veintidós de diciembre del año dos mil ocho,
respectivamente; fechas en que serán puestos en libertad; debiendo abonar en forma
solidaria con el Estado-Ejército Peruano la suma de DOS MILLONES de Nuevos
Soles, por concepto de Reparación Civil a favor de los herederos legales de los
agraviados; DISPUSIERON: Reservar el juzgamiento del acusado Teniente de
Infantería, Ejército Peruano, Aquilino PORTELLA NUÑEZ, por tener la condición
jurídica de reo ausente, hasta que se presente o sea habido, debiendo reiterar con tal
fin las órdenes de búsqueda y captura en su contra; ORDENARON: DEJAR SIN
EFECTO el auto ampliatorio del apertorio de instrucción de fecha trece de diciembre
de mil novecientos noventitrés, a fojas mil cuatrocientos cincuentitrés, del Tomo tres,
en la parte que comprende a los Sub Oficiales Eduardo SOSA DAVILA y Hugo CORAL
SANCHEZ, por la presunta comisión de los delitos de Abuso de Autoridad,
Desaparición Forzada de Personas, y Contra la Vida, el Cuerpo y la Salud en la
modalidad de Asesinato, todos ellos en agravio del profesor Hugo MUÑOZ SANCHEZ
y nueve estudiantes de la Universidad Nacional de Educación "Enrique Guzmán y
Valle" - La Cantuta; asimismo el ARCHIVAMIENTO DEFINITIVO de la instrucción
abierta Contra los que Resulten Responsables de los delitos materia de Juzgamiento
por haber sido identificados los autores; DISPUSIERON: Que el personal sentenciado
cumpla la condena en el Cuartel "Simón Bolívar" de Pueblo Libre, Lima; y
MANDARON: Que este fallo sea notificado, publicado y ejecutado con arreglo a ley.
4.2. COMENTARIO
268
En el trayecto, en un lugar no precisado, fueron bajados de los vehículos
y ultimados con disparos de armas de fuego y luego enterrados primariamente
en dos fosas ubicadas en Huachipa, para posteriormente en fecha no
determinada ser desenterrados y llevados a otro lugar donde previamente sus
restos fueron parcialmente calcinados y enterrados secundariamente en fosas
ubicadas en Cieneguilla, quebrada de Chavilca. Los hechos relatados tuvieron
como propósito destruir todo vestigio material que pudieron dejar los cuerpos
del delito a efecto de lograr su impunidad. Sin embargo, los acontecimientos
fueron de conocimiento público en virtud a denuncias que se hicieran ante la
Fiscalía de la Nación, y que una vez iniciada las investigaciones con personal
especializado, se logró ubicar las referidas fosas, encontrándose un conjunto
de restos óseos fragmentados y calcinados, además de ciertos vestigios
materiales, consistentes en casquillos de bala, ropa, manojos de llave, etc., los
que sometidos a exámenes científicos y diligencias de constatación y
verificación, determinaron que dichos restos correspondían al profesor Hugo
MUÑOZ SANCHEZ y por lo menos a los estudiantes Bertila LOZANO
TORRES, Dora OYAGUE FIERRO, Juan Gabriel MARIÑOS FIGUEROA,
Richard Armando AMARO CONDOR y Luis Enrique ORTIZ PEREA, entre otros
hechos relevantes para la identificación de los agraviados.
269
Mediante la Ley Nº 26479, el Congreso concedió una amnistía a todos los
integrantes de las fuerzas de seguridad y civiles que fueran objeto de
denuncias, investigaciones, procedimientos o condenas, o que estuvieran
cumpliendo sentencias en prisión, por violaciones de derechos humanos. Las
escasas condenas impuestas a integrantes de las fuerzas de seguridad por
violaciones de derechos humanos fueron dejadas sin efecto inmediatamente.
En consecuencia, se liberó a los ocho hombres recluidos por el caso conocido
como "La Cantuta", algunos de los cuales estaban procesados en el caso
Barrios Altos.
270
que por tanto carecen de efectos jurídicos”, la Sala Plena del CSJM, mediante
Resolución de fecha 16 de octubre del 2001, declaró nula la Ejecutoria
Suprema del 16 de junio de 1994, que resolvió aplicar en este caso el beneficio
de Aministía General a todos los sentenciados.
“(…)
VII - Incompatibilidad de Leyes de Amnistía con la Convención
41. Esta Corte considera que son inadmisibles las disposiciones de amnistía,
las disposiciones de prescripción y el establecimiento de excluyentes de
responsabilidad que pretendan impedir la investigación y sanción de los
responsables de las violaciones graves de los derechos humanos tales como la
tortura, las ejecuciones sumarias, extralegales o arbitrarias y las
desapariciones forzadas, todas ellas prohibidas por contravenir derechos
inderogables reconocidos por el Derecho Internacional de los Derechos
Humanos.
42. La Corte, conforme a lo alegado por la Comisión y no controvertido por el
Estado, considera que las leyes de amnistía adoptadas por el Perú impidieron
que los familiares de las víctimas y las víctimas sobrevivientes en el presente
caso fueran oídas por un juez, conforme a lo señalado en el artículo 8.1 de la
Convención; violaron el derecho a la protección judicial consagrado en el
artículo 25 de la Convención; impidieron la investigación, persecución, captura,
enjuiciamiento y sanción de los responsables de los hechos ocurridos en
Barrios Altos, incumpliendo el artículo 1.1 de la Convención, y obstruyeron el
esclarecimiento de los hechos del caso. Finalmente, la adopción de las leyes
de autoamnistía incompatibles con la Convención incumplió la obligación de
adecuar el derecho interno consagrada en el artículo 2 de la misma.
43. La Corte estima necesario enfatizar que, a la luz de las obligaciones
generales consagradas en los artículos 1.1 y 2 de la Convención Americana,
los Estados Partes tienen el deber de tomar las providencias de toda índole
para que nadie sea sustraído de la protección judicial y del ejercicio del
derecho a un recurso sencillo y eficaz, en los términos de los artículos 8º y 25º
de la Convención. Es por ello que los Estados Partes en la Convención que
adopten leyes que tengan este efecto, como lo son las leyes de autoamnistía,
incurren en una violación de los artículos 8 y 25 en concordancia con los
artículos 1.1 y 2 de la Convención. Las leyes de autoamnistía conducen a la
indefensión de las víctimas y a la perpetuación de la impunidad, por lo que son
manifiestamente incompatibles con la letra y el espíritu de la Convención
Americana. Este tipo de leyes impide la identificación de los individuos
responsables de violaciones a derechos humanos, ya que se obstaculiza la
investigación y el acceso a la justicia e impide a las víctimas y a sus familiares
conocer la verdad y recibir la reparación correspondiente.
44. Como consecuencia de la manifiesta incompatibilidad entre las leyes de
autoamnistía y la Convención Americana sobre Derechos Humanos, las
271
mencionadas leyes carecen de efectos jurídicos y no pueden seguir
representando un obstáculo para la investigación de los hechos que
constituyen este caso ni para la identificación y el castigo de los responsables,
ni puedan tener igual o similar impacto respecto de otros casos de violación de
los derechos consagrados en la Convención Americana acontecidos en el
Perú.
(…)
LA CORTE,
DECIDE:
Por unanimidad,
(…)
272
3. Declarar, conforme a los términos del reconocimiento de responsabilidad
efectuado por el Estado, que éste incumplió los artículos 1.1 y 2 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos como consecuencia de la
promulgación y aplicación de las leyes de amnistía Nº 26479 y Nº 26492 y de la
violación a los artículos de la Convención señalados en el punto resolutivo 2 de
esta Sentencia.
4. Declarar que las leyes de amnistía Nº 26479 y Nº 26492 son incompatibles
con la Convención Americana sobre Derechos Humanos y, en consecuencia,
carecen de efectos jurídicos.
5. Declarar que el Estado del Perú debe investigar los hechos para determinar
las personas responsables de las violaciones de los derechos humanos a los
que se ha hecho referencia en esta Sentencia, así como divulgar públicamente
los resultados de dicha investigación y sancionar a los responsables.
6. Disponer que las reparaciones serán fijadas de común acuerdo por el Estado
demandado, la Comisión Interamericana y las víctimas, sus familiares o sus
representantes legales debidamente acreditados, dentro de un plazo de tres
meses contado a partir de la notificación de la presente Sentencia.
7. Reservarse la facultad de revisar y aprobar el acuerdo señalado en el punto
resolutivo precedente y, en caso de no se llegue a él, continuar el
procedimiento de reparaciones.
Los Jueces Cançado Trindade y García Ramírez hicieron conocer a la Corte
sus Votos Concurrentes, los cuales acompañan esta Sentencia.
Redactada en español e inglés, haciendo fe el texto en español, en San José,
Costa Rica, el 14 de marzo de 2001”.
--------------------------------------
273
transgredieron derechos fundamentales, como la libertad, la vida, la dignidad
humana, entre otros.
5.2. COMENTARIO
143
Tomado de ALVARADO GONZALVEZ, Pepe, Jurisprudencia Militar. Penal-Parte Especial, Lima,
2002, p. 264-267.
274
Militar fue extendida a una persona cuya identidad coincide con la libreta, y/o
fue entregada a una persona que si se inscribió. En realidad, lo que se
cuestiona es que el Auxiliar de Inteligencia Operativo cobró por el trámite
cuando no debía hacerlo, y no era parte de su obligación. Por ello, afirmo que
el supuesto de hecho en todo caso, habría quedado enmarcado dentro de los
delitos contra el Deber y Dignidad de la Función, regulado en el artículo 200º
inciso 1 del C.J.M., que señala: “Exigir dinero, especie, promesa o cualquier
ventaja económica para hacer u omitir algo en violación de sus obligaciones”.
275
argumentos de defensa esgrimidos por el procesado Coronel MORALES, en el
sentido de haber leído las placas por los números asignados a los reclutas y que
posiblemente el enfermero del Centro de Instrucción Divisionario número treinta y uno
de Jauja, encargado de anotar los resultados del exámen en la relación nominal de
reclutas, haya consignado por error como APTO al recluta VELASQUEZ RICRA,
pierden consistencia, por cuanto, la referida relación, que obra en autos de fojas
cuarenta y uno a cuarentitrés, ha sido refrendada y reconocida por él, incurriendo de
esta forma por omisión, o descuido en el cumplimiento de sus deberes de función y
grado en el delito de Negligencia, al no exigir a un subordinado, enfermero del Centro
de Instrucción Divisionario de Jauja, el estricto cumplimiento de sus obligaciones; que,
la conducta típica atribuible al Coronel MORALES se encuentra prevista y penada en
los artículos doscientos treinta y ocho y doscientos cincuentisiete del Código de
Justicia Militar; que, el mencionado procesado no resulta ser autor ni responsable del
delito de Infracción en la Aplicación de la Ley del Servicio Militar, previsto y penado en
los artículos doscientos treinta y cinco y doscientos treintiséis del referido Código
Castrense, impropiamente tipificado en el auto de apertura de instrucción de fojas
cuarentinueve, pues no ha intervenido en el servicio de reclutamiento o en la ejecución
de la Ley del Servicio Militar respecto al recluta Raúl VELASQUEZ RICRA; que, en tal
sentido, en correspondencia con lo previsto en el artículo seiscientos dieciséis, inciso
e. del Código de Justicia Militar, debe ser absuelto del delito de Infracción en la
Aplicación de la Ley del Servicio Militar, por improbado, y condenando por el delito de
Negligencia; que, los acusados Coronel MORALES y Mayor MAGUIÑA, no registran
antecedentes judiciales en el Fuero Militar y de acuerdo con las copias certificadas de
sus Legajos Personales poseen buena conducta y han merecido durante los últimos
cuatro años de su carrera calificaciones de sobresaliente y muy bueno,
respectivamente, circunstancias objetivas que permiten se les imponga una condena
condicional, de acuerdo con lo previsto en el artículo sesentiséis, incisos a. y b. del
Código de Justicia Militar; que los nombres correctos del Coronel MORALES son… y
no…, como erróneamente se ha referido en el auto de apertura de instrucción de fojas
curentinueve (El Coronel fue absuelto del delito Infracción en la aplicación de la Ley
del Servicio Militar, pero fue condenado por Negligencia, a la pena de 60 días de
Reclusión militar condicional; el Mayor fue condenado por el delito de Infracción en la
Aplicación de la Ley de Servicio Militar, a la pena de 60 días de reclusión militar
condicional).
COMENTARIO:
276
infracción en la Aplicación de la Ley del Servicio Militar: “No exceptuar del
servicio militar a quien la ley ampara”.
277
SENTENCIAS DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PERUANO
ASUNTO
ANTECEDENTES
A. De la demanda
(…)
278
3. Según el artículo 138° de la Constitución, la potestad de administrar justicia emana
del pueblo, y se ejerce por el Poder Judicial a través de sus órganos jerárquicos.
Entre los principios que rigen la administración de justicia se encuentran, entre los
que aquí interesa resaltar, los denominados de unidad y exclusividad.
8. De acuerdo con el primero, los jueces que forman parte del Poder Judicial están
dedicados única y exclusivamente a ejercer la juris dictio, esto es, a ejercer
funciones de naturaleza judicial, de modo que el ejercicio de la función que se les
confía a los jueces y magistrados es incompatible con cualquier otra actividad
pública y privada, con la única excepción de la docencia universitaria, y siempre
que ella se ejerza fuera del horario de trabajo judicial, como precisa el artículo 146°
de la Norma Suprema.
279
1. Desde este punto de vista, conviene precisar que de conformidad con lo
establecido en el segundo párrafo del inciso 1) del artículo 139° de la
Constitución, una de esas excepciones al principio de exclusividad y unidad, está
representada por la existencia de la denominada “jurisdicción militar”. Asimismo,
debe advertirse que los principios de unidad y exclusividad judicial tampoco
niegan la existencia de “jurisdicciones especializadas”, como las confiadas al
Tribunal Constitucional o al Jurado Nacional de Elecciones.
5.3. Los alcances funcionales de la jurisdicción ordinaria. Sus relaciones con las
jurisdicciones especializadas
280
2. Como se sabe, la Constitución asigna a la jurisdicción militar la tarea de juzgar a
aquellos militares o policías que, en el ejercicio de sus funciones, hayan cometido
delitos de función. Dicha determinación del ámbito competencial de la jurisdicción
militar, concretamente, está consignada en el artículo 173° de la Norma Suprema,
a tenor del cual:
En ese orden de ideas, no todo ilícito penal cometido por un militar o policía debe
o puede ser juzgado en el seno de la justicia militar, ya que si el ilícito es de
naturaleza común, su juzgamiento corresponderá al Poder Judicial, con
independencia de la condición de militar que pueda tener el sujeto activo.
281
tales (...)” [Germán Bidart Campos, “El status constitucional de las Fuerzas
Armadas en Argentina”, en José Palomino Manchego y José Carlos Remotti,
Jurisdicción militar y Constitución en Iberoamérica, Editorial Grigley, Lima 1997].
8. Tal acto, sea por acción u omisión, debe afectar necesariamente un bien jurídico
“privativo” de la institución a la que pertenece el imputado; es decir, que la
naturaleza del delito de función no depende de las circunstancias de hecho, sino
del carácter de interés institucionalmente vital, que se ve afectado mediante un
acto perpetrado por un efectivo militar o policial en actividad.
Entre las características básicas de los delitos de función se encuentran las siguientes:
A). En primer lugar, se trata de afectaciones sobre bienes jurídicos de las Fuerzas
Armadas o de la Policía Nacional tutelados por el ordenamiento legal, y que se
relacionan con el cumplimiento de los fines constitucionales y legales que se les
encargan. Se trata de una infracción a un bien jurídico propio, particular y relevante
para la existencia organización, operatividad y cumplimiento de los fines de las
instituciones castrenses.
2. Con la infracción del deber militar, el autor haya lesionado un bien jurídico militar
que comprometa las funciones constitucionales y legalmente asignadas a las
Fuerzas Armadas y a la Policía Nacional.
B). En segundo lugar, el sujeto activo del ilícito penal-militar debe ser un militar o
efectivo policial en situación de actividad, o el ilícito debe ser cometido por ese efectivo
cuando se encontraba en situación de actividad. Evidentemente, están excluidos del
282
ámbito de la jurisdicción militar aquellos que se encuentran en situación de retiro, si es
que el propósito es someterlos a un proceso penal-militar por hechos acaecidos con
posterioridad a tal hecho.
C). En tercer lugar que, cometido el ilícito penal que afecta un bien jurídico protegido
por las instituciones castrenses o policiales, este lo haya sido en acto del servicio; es
decir, con ocasión de él.
(…)
Por estos fundamentos, y con la autoridad que la Constitución Política del Perú le
confiere, este Tribunal Constitucional
HA RESUELTO
“El control del orden interno en las zonas de emergencia es asumido por un
Comando Militar que está a cargo de un Oficial de Alto Rango designado por el
Presidente de la República, a propuesta del Comando Conjunto de las Fuerzas
Armadas, quien desempeña las funciones inherentes al cargo que establece la
presente ley en el ámbito de su jurisdicción, de acuerdo con las directivas y
planes de emergencia aprobados por el Presidente de la República”.
283
estado de excepción, quedan sujetos a la aplicación del mencionado Código”
del artículo 10° de la referida Ley N.° 24150. En consecuencia, dicho artículo
10° subsiste con el siguiente texto:
3. EXHORTAR a los poderes públicos para que dicten las disposiciones legales de
naturaleza económica a favor de las Fuerzas Armadas, teniendo en cuenta lo
expuesto en el Fundamento 30 de este sentencia, en aras de asegurar el cabal
cumplimiento de lo establecido en los artículos 137° y 163° de la Constitución.
SS.
ALVA ORLANDINI
BARDELLI LARTIRIGOYEN
REVOREDO MARSANO
GONZALES OJEDA
GARCÍA TOMA
En Lima, a los 9 días del mes de junio de 2004, reunido el Tribunal Constitucional en
sesión de Pleno Jurisdiccional, con asistencia de los magistrados Alva Orlandini,
Presidente; Bardelli Lartirigoyen, Vicepresidente; Revoredo Marsano, Gonzales Ojeda y
García Toma, pronuncia la siguiente sentencia
ASUNTO
284
Justicia Militar; el primer y segundo párrafo del artículo 374°; el cuarto y quinto párrafo
del artículo 375°, y los artículos 269°, 378° y 387° del Decreto Ley N.° 23214, Código
de Justicia Militar; la Primera Disposición Complementaria, Transitoria y Final de la
Ley N.° 27860, del Ministerio de Defensa, en la parte referida al Consejo Supremo de
Justicia Militar; así como el segundo y último párrafo del artículo 6°, los párrafos
primero, segundo y tercero del artículo 7°, el segundo párrafo del artículo 8°, los incisos
1), 6) 14), 15),19) y 20) del artículo 12°, el inciso 2) del artículo 14°, el primer y
segundo párrafo del artículo 22°, el primer y tercer párrafo del artículo 23°, el segundo,
cuarto y quinto párrafo del artículo 31°, el segundo párrafo del artículo 32°, los literales
a), b) y c) del artículo 65°, el segundo párrafo del artículo 75° y los artículos 15°, 38°,
62°, 63°, 65°, 66°, 67°, 69° y 81° de la mencionada Ley Orgánica de la Justicia Militar.
ANTECEDENTES
La demandante sostiene que el primer párrafo del artículo II del Título Preliminar de la
LOJM vulnera el marco constitucional que legitima el recurso al Derecho Penal,
contemplado en los artículos 43°, 44°, 45° y 200° de la Constitución, debido a que
establece que los Tribunales de la Justicia Militar están encargados de mantener, en las
Fuerzas Armadas y en la Policía, la “moralidad”, el “orden” y la “disciplina”,
reprimiéndose el quebrantamiento de ellos en los casos previstos por ley. Agrega que
estas tres categorías, además de ser etéreas y sin un contenido material concreto, no
cuentan con respaldo constitucional, ya sea porque aluden a conductas carentes de
dañosidad social, como el caso de la “moralidad”, o porque no se justifican desde la
exigencias de subsidiariedad y fragmentación, como el caso del “orden” y la
“disciplina”.
Asimismo, refieren que el artículo 269° del CJM contraviene los principios de exclusiva
protección de bienes jurídicos y de dignidad de la persona, así como la cláusula de
igualdad, por reprimir las prácticas homosexuales entre militares, aun cuando éstas se
realicen fuera de un local militar.
285
principio de unidad jurisdiccional puedan ser aplicadas con matices o modulaciones
razonables y justificadas en el ámbito de la justicia castrense, pero que en ningún caso
puede admitirse su desconocimiento o la afectación de su esencia.
El primer párrafo del artículo 23° de la LOJM, por disponer que el nombramiento del
Presidente y Vocales de los Consejos sea realizado por Resolución Suprema refrendada
por el Ministro de Defensa.
El tercer párrafo del artículo 31° y segundo párrafo del artículo 32° de la LOJM, por
establecer que el nombramiento de los Jueces Instructores Permanentes, así como el
número de ellos, dependa del Poder Ejecutivo.
El primer párrafo del artículo 6°; el inciso 15) del artículo 12°; el primer y segundo
párrafo del artículo 22°; y el artículo 31° de la LOJM, por permitir que efectivos en
actividad formen parte del Consejo Supremo de Justicia Militar.
Los artículos 62°, 63° y 65°, por permitir que la incorporación y ascenso en la carrera
judicial se encuentren estrechamente ligados al grado y régimen jurídico militar.
Los artículos 66° y 69° de la LOJM, por establecer que la situación militar o policial de
los miembros del Cuerpo Jurídico Militar sea determinada por la Ley de Situación
Militar de las Fuerzas Armadas y el Estatuto Policial, respectivamente.
Los incisos 14), 19) y 20) del artículo 12° de la LOJM, por autorizar al Consejo
Supremo a ordenar el inicio de instrucción, ejercer potestad disciplinaria e intervenir en
la conformación de los órganos judiciales, respectivamente. De la misma manera, se
vulnera la garantía de la independencia mediante el inciso 2) del artículo 14° de la
LOJM, en la medida que atribuye al presidente del Consejo Supremo la potestad de
designar las salas correspondientes.
286
El primer, segundo y tercer párrafo del artículo 7°, un extremo del artículo 8°, el inciso
2) del artículo 14° y el artículo 22°, por trasladar la lógica de la subordinación castrense
al interior del Consejo Supremo de Justicia Militar, determinando los grados que deben
ostentar los miembros para su conformación, incluso para el caso del Fiscal General y el
Auditor, quienes, aun cuando en estricto no cumplen funciones jurisdiccionales,
también requieren la garantía de la independencia.
El primer párrafo del artículo 6°; el primer y tercer párrafo del artículo 7°; el inciso 15)
del artículo 12°; el primer y segundo párrafo del artículo 22°; y el segundo y cuarto
párrafo del artículo 31° de la LOJM, por admitir que los magistrados que ejercen
funciones jurisdiccionales sean profesionales militares, oficiales de armas “en
actividad” sujetos al poder de mando castrense, al régimen de grados y ascensos
militares, así como legos en derecho.
Los artículos 63° y 65° de la LOJM, en la medida que configuran un sistema en el que
los oficiales del cuerpo jurídico militar, que en principio sólo pueden ejercer funciones
jurisdiccionales, puedan desempeñarse, además, en funciones no jurisdiccionales en los
órganos de justicia castrense.
El inciso 19) del artículo 12° de la LOJM, en tanto atribuye facultades disciplinarias al
Consejo Supremo de Justicia Militar sobre todos los funcionarios y empleados de la
Justicia Militar.
El primer párrafo del artículo 6°; el primer y tercer párrafo del artículo 7°; el inciso 15)
del artículo 12°; el primer y segundo párrafos del artículo 22°; y el segundo y cuarto
párrafos del artículo 31° de la LOJM, porque no garantizan la inamovilidad al admitir
que los magistrados que ejercen funciones jurisdiccionales, sean profesionales militares
en actividad y, por ende, sometidos al poder de mando castrense, así como al régimen
287
de grados y ascensos militares. Al respecto, aducen, además, que “(...) resulta
impensable que un traslado pueda ser condicionado a la voluntad del militar que lo debe
sufrir (...)”.
El primer y tercer párrafo del artículo 23° y el artículo 38° de la LOJM, porque sólo
garantizan la estabilidad en el cargo por dos años, con la posibilidad de que el tiempo
sea menor; así como los artículos 66° y 67° de la LOJM, en la medida que someten a los
magistrados del cuerpo jurídico militar al régimen castrense ordinario, y habilitan el
cambio de colocación de dichos magistrados a propuesta del CSJM.
Por otra parte, alega que el segundo párrafo del artículo 75°, el último párrafo del
artículo 6°, el artículo 22° y los literales a), b) y c) del artículo 65° de la LOJM, que
integran a los fiscales al cuerpo jurídico militar en función del grado militar; así como,
el primer y segundo párrafos del artículo 374°; el cuarto y quinto párrafos del artículo
375°; el artículo 378° y el artículo 387° del Código de Justicia Militar, son
inconstitucionales, por afectar el artículo 158° y el inciso 5) del artículo 159° de la
Constitución, que consagran la autonomía e independencia del Ministerio Público.
Finalmente, refiere que esta configuración de la justicia militar, además de afectar las
garantías esenciales del principio de unidad jurisdiccional, vulnera un conjunto de
derechos fundamentales derivados del principio de igualdad y dignidad de la persona,
así como el derecho de acceder a tribunales o jueces imparciales e independientes, y el
derecho de defensa. En el caso de este último, sostiene que es vulnerado por el artículo
81° de la LOJM, al admitirse que la defensa de un procesado pueda ser ejercida por un
oficial sujeto al poder de mando castrense, sin formación jurídica.
Argumentos de la defensa
288
En relación a la alegada vulneración del principio de igualdad por parte del artículo
269° del Código de Justicia Militar, sostienen que ésta carece de fundamento, toda vez
que la homosexualidad es expresión de una escala de valores que no resulta adecuada a
las exigencias de la vida militar.
289
En cuanto a la denunciada vulneración de la garantía de inamovilidad, refieren que la
demandante propugna una inamovilidad “absoluta”, que resulta inaplicable en virtud de
la estructura de la Fuerza Armada.
Frente a la objeción de que la Justicia Militar no está compuesta por personal letrado,
sostienen que esta afirmación es falsa, toda vez que los jueces, vocales y presidente del
Consejo Supremo de Justicia Militar, son abogados con grado militar y estudios
superiores de especialización por exigencia de la Ley de Ascensos. Asimismo, refieren
que la función jurisdiccional la ejercen de manera exclusiva, no pudiendo desempeñar
ninguna otra misión o encargo particular, tal como dispone el artículo IV del Titulo
Preliminar de la LOJM.
FUNDAMENTOS
290
3. La demandante ha planteado, fundamentalmente, los siguientes argumentos:
c) Que el primer párrafo del artículo II del Título Preliminar de la LOJM vulnera el
marco constitucional que legitima el recurso al Derecho penal, aduciendo que la
“moralidad”, “orden” y “disciplina” no pueden ser la fuente de donde se deriven los
objetos de protección penal.
d) Que el artículo 269° del CJM, que sanciona al militar que practique actos
deshonestos o contra natura con persona del mismo sexo, dentro o fuera del local
militar, vulnera el principio de exclusiva protección de bienes jurídicos, el principio de
dignidad de la persona y la cláusula de igualdad.
4. La doctrina de la separación de poderes, que fue esbozada por John Locke, expuesta
por Carlos de Secondat barón de Montesquieu y la Brede, y complementada en el siglo
XX por Karl Loewenstein, tiene por esencia evitar, entre otras cosas, que quien ejerza
funciones administrativas o legislativas realice la función jurisdiccional, y con ello
desconocer los derechos y las libertades fundamentales.
Al respecto, Montesquieu, en su obra “El Espíritu de las Leyes” sostuvo que: “No hay
libertad si el poder de juzgar no está bien deslindado del poder legislativo y del poder
ejecutivo. Si no está separado del poder legislativo, se podría disponer arbitrariamente
de la libertad y vida de los ciudadanos; como que el juez sería el legislador. Si no está
separado del poder ejecutivo, el juez podría tener la fuerza de un opresor. Todo se
habría perdido si el mismo hombre, la misma corporación de poderes, la misma
asamblea del pueblo ejerciera los tres poderes. El de dictar las leyes; el de ejecutar las
resoluciones judiciales y el de juzgar los delitos o pleitos entre particulares”.
291
6. Como tal, la Constitución de 1993 lo ha acogido como principio fundamental,
consignándolo expresamente en el artículo 43° del Título II: Del Estado y la Nación, al
establecer que el gobierno de la República del Perú “(...) se organiza según el principio
de separación de poderes (...)”.
La función jurisdiccional
10. En esa misma orientación, Daniel Oswaldo Ruiz [El Poder Judicial: En Instituciones
de Derecho Público. Buenos Aires: Ediciones Mocchi, 1997.] plantea que “La función
jurisdiccional consiste en la aplicación de la ley a los efectos de resolver controversia,
litigios o causas [...]”.
11. A la luz de lo expuesto, la función jurisdiccional debe entenderse como aquel fin
primario del Estado consistente en dirimir los conflictos interindividuales. En efecto,
ante el impedimento de hacerse justicia por propia mano (salvo en los casos de legítima
defensa o de derecho de retención), es el Estado el encargado de resolver las
controversias legales que surgen entre los hombres. En dicho contexto, el justiciable
tiene la facultad de recurrir ante el órgano jurisdiccional del Estado para ejecutar una
acción, a lo que corresponde como correlato la jurisdicción, que es, además, un poder–
deber.
292
b) Intervención del Estado mediante el órgano judicial, como tercero imparcial.
15. Este principio está reconocido por el inciso 1 del artículo 139° de la Constitución,
que prescribe que: “No existe ni puede establecerse jurisdicción alguna independiente,
con excepción de lo arbitral y lo militar. No hay proceso judicial por comisión o
delegación”.
17. El principio de unidad permite que la función jurisdiccional sea ejercida por una
entidad “unitaria”, a efectos de asegurar el cumplimiento del principio de igualdad ante
la ley, previsto en el inciso 2 del artículo 2° de la Constitución; y, con ello, que todos los
justiciables se encuentren, en principio y como regla general, sometidos a los mismos
tribunales, sin que se considere constitucional la existencia de fueros especiales o de
privilegio en “razón” de la mera e inadmisible diferenciación de las personas o de
cualquier otra consideración absurda.
293
En la sentencia recaída en el Exp. N.° 017-2003-AI/TC, este Tribunal sostuvo que el
principio de unidad de la función jurisdiccional: “(...) se sustenta en la naturaleza
indivisible de la jurisdicción, como expresión de la soberanía. Según ésta, la plena
justiciabilidad de todas las situaciones jurídicamente relevantes han de estar confiadas a
un único cuerpo de jueces y magistrados, organizados por instancias, e independientes
entre sí, denominado Poder Judicial(...)”.
18. Ahora bien, el principio de unidad no obsta que el legislador pueda establecer, al
interior del Poder Judicial, juzgados especializados; siempre que dichos órganos
intrajurisdiccionales aseguren al justiciable todas las garantías vinculadas al debido
proceso y a la tutela judicial efectiva.
19. En ese orden de ideas, Justicia Viva [Manual del Sistema Peruano de Justicia. Lima:
Instituto de Defensa Legal, Pontificia Universidad Católica del Perú y Jueces para la
Justicia y Democracia, 2003, págs. 22-23] expresa que: “(...) el principio de unidad
jurisdiccional conlleva que todos los jueces han de sujetarse a un estatuto orgánico
único, el que será de tal naturaleza y características que garantice la independencia. En
última instancia, entonces, el principio de unidad jurisdiccional ha de entenderse como
una garantía de la independencia judicial, lo que acarrea los siguientes rasgos comunes a
toda judicatura ordinaria : (i) estatuto personal único, (ii) jueces técnicos (letrados) y de
carrera, (iii) formación de un cuerpo único (el Poder Judicial) y (iv) sujeción a los
órganos de gobierno del Poder Judicial”.
20. Por error de técnica, si bien en el artículo 139° de la Constitución se señala que: “La
potestad de administrar justicia emana del pueblo y se ejerce por el Poder Judicial a
través de sus órganos jerárquicos con arreglo a la Constitución y a las leyes”, en
puridad, como el propio texto fundamental lo reconoce, asistemática, pero
expresamente, existen otras jurisdicciones especiales; a saber: la militar y la arbitral
(inciso 1 del artículo 139°); la de las Comunidades Campesinas y Nativas (artículo
149°); y la Constitucional (artículo 202°).
El principio de exclusividad
21. Este principio está previsto por el inciso 1 del artículo 139° de la Constitución, que
preceptúa que son principios y derechos de la función jurisdiccional la unidad y la
exclusividad de la función jurisdiccional.
23. Justicia Viva [Ob. Cit. pág. 23] acota que el referido principio ostenta un doble
sentido: positivo y negativo.
294
24. Como antes se ha dicho, si bien el mencionado inciso 1 del artículo 139° de la
Constitución ha considerado excepcionalmente a la jurisdicción militar como una
jurisdicción independiente, ello no autoriza a que ésta diseñe y autorice el ejercicio de
sus atribuciones con inobservancia de los principios constitucionales que informan la
actividad de todo órgano que administra justicia, tales como el de independencia e
imparcialidad de la función jurisdiccional, así como el de la garantía de inamovilidad de
los jueces.
La independencia judicial
26. El inciso 2 del artículo 139° de la Constitución consagra este principio en los
siguientes términos: “Ninguna autoridad puede avocarse a causas pendientes ante el
órgano jurisdiccional ni interferir en el ejercicio de sus funciones. Tampoco puede dejar
sin efecto resoluciones que han pasado en autoridad de cosa juzgada, ni cortar
procedimientos en trámites, ni modificar sentencias ni retardar su ejecución”.
27. Como bien afirma Enrique Álvarez Conde [Curso de Derecho Constitucional. Vol.
II. Madrid. Tecnos, 2000, pág 243]: “La consagración de la independencia del Poder
Judicial se entronca históricamente con la propia doctrina de la separación de poderes”.
Añade que dicha proclamación [Ob. Cit pág., 244] (...) “debe ser considerada como un
requisito indispensable para poder hablar de un auténtico Poder Judicial y de un
verdadero Estado de Derecho”. De allí que la independencia se encarame como en el
valor capital de la justicia.
29. El principio de independencia judicial exige que el legislador adopte las medidas
necesarias y oportunas a fin de que el órgano y sus miembros administren justicia con
estricta sujeción al Derecho y a la Constitución, sin que sea posible la injerencia de
extraños [otros poderes públicos o sociales, e incluso órganos del mismo ente judicial] a
la hora de delimitar e interpretar el sector del ordenamiento jurídico que ha de aplicarse
en cada caso.
30. Juan Cano B. [Derecho Constitucional. Volumen II. Obra Colectiva. Madrid:
Tecnos, 1999, pág. 441] lo concibe como la ausencia de vínculos de sujeción o de
295
imposición de directivas políticas por parte del Ejecutivo o el Legislativo, así como la
imposibilidad de intromisión de los órganos intrainstitucionales superiormente
jerárquicos tendientes a orientar o corregir la actuación jurisdiccional del juez
competente de una causa, en tanto no se haya agotado la instancia o se haya presentado
un recurso impugnativo.
a) Como garantía del órgano que administra justicia (independencia orgánica), por
sujeción al respeto al principio de separación de poderes.
b) Como garantía operativa para la actuación del juez (independencia funcional), por
conexión con los principios de reserva y exclusividad de la jurisdicción.
32. Conforme a lo expuesto, ningún órgano estatal está autorizado para funcionar
desvinculado de la Norma Suprema, toda vez que las denominadas “garantías
judiciales”, consagradas tanto en nuestra Norma Fundamental como en la Convención
Americana de Derechos Humanos, no sólo son de aplicación en sede del Poder Judicial,
sino también en cualquier otro ámbito en el que se ejerza, formal o materialmente,
funciones de naturaleza jurisdiccional, como es el caso de los órganos que integran la
jurisdicción militar.
El principio de imparcialidad
296
a) Imparcialidad subjetiva, que atañe a algún tipo de compromiso que el juez pueda
tener con el caso.
297
a) Prohibición de separación de la carrera judicial, salvo proceso sancionatorio y/o
sometimiento a la ratificación judicial.
Con ello, se busca la estabilidad del juez en el cargo y que la carrera judicial esté exenta
de cualquier influencia política, conservando la debida especialidad y conocimiento que
amerita el cargo, finalidad que no podría verificarse con las separaciones o traslados no
justificados ni establecidos en norma alguna, y mucho más cuando provengan de un
órgano distinto, como el Poder Ejecutivo. Por ello no cabe aceptar la existencia de
garantías “temporales” de inamovilidad, pues para preservar la real vigencia de la
independencia judicial, a la cual se vincula, es necesario que se trate de una garantía
permanente.
39. La demandante impugna la constitucionalidad de los artículos 6°, 12° y 31° del
Decreto Ley N.° 23201, Ley Orgánica de Justicia Militar (LOJM), que establecen lo
siguiente:
298
“Artículo 6°.- El Consejo Supremo de Justicia Militar está integrado por diez Oficiales
Generales y Almirantes en situación de actividad, ocho de los cuales son Vocales, tres
de cuyos integrantes deberán ser del Cuerpo Jurídico Militar (...)”.
“Artículo 22°.- En cada una de las zonas judiciales habrá un Consejo de Guerra
compuesto (...) de dos Vocales del grado de Teniente Coronel, Capitán de Fragata o
Comandante FAP en situación de actividad, uno de los cuales deberá ser del Cuerpo
Jurídico Militar (...)”
“Artículo 31°.- (...) Los jueces sustitutos suplirán a los Permanentes en caso de
necesidad del servicio, cargos que serán desempeñados por oficiales del Cuerpo Jurídico
(...) y a falta de éstos, por oficiales de armas de igual grado (...)”.
41. Por su parte, los demandados alegan que la composición mixta de los tribunales
militares se justifica por la necesidad de combinar criterios técnico-militares y
conocimientos jurídicos en el respectivo juzgamiento.
44. Tal criterio, si bien se efectuó a propósito del juzgamiento de civiles, por la
comisión del delito de terrorismo, es también aplicable para el caso del juzgamiento de
los profesionales de las armas, ya que si bien es legítimo que tales instituciones tutelares
de la República puedan instituir instancias de sanción de faltas administrativas
disciplinarias, no lo es si de lo que se trata es del juzgamiento de conductas que
configuran delitos de función.
299
El juzgamiento de tales ilícitos, y la eventualidad de que allí se dicten resoluciones
judiciales que priven temporalmente de la libertad, exige, pues, que éste sea realizado
por jueces sobre los que no exista ninguna duda de sus condiciones de imparcialidad e
independencia, ínsitas a cualquiera que ejerza funciones jurisdiccionales en nombre del
pueblo.
45. Aun en el supuesto de que los jueces militares pretendiesen actuar con
independencia e imparcialidad en el ejercicio de sus funciones jurisdiccionales, es
incuestionable que, objetivamente, la propia estructura de la jurisdicción militar
imposibilita tal actuación, tal como se verá más adelante.
46. Por la misma razón, son inconstitucionales los artículos 62°, 63° y 65° de la LOJM
por vulnerar el principio de independencia judicial, en tanto establecen que la
incorporación y el ascenso en la función jurisdiccional, respecto de los abogados que
integran el Cuerpo Jurídico Militar, se someta al sistema de grados de la jerarquía
militar y policial. Asimismo, son inconstitucionales los artículos 66° y 69° de la LOJM,
que establecen que la situación militar o policial de los miembros del Cuerpo Jurídico
Militar sea determinada por la Ley de Situación Militar de las Fuerzas Armadas y el
Estatuto Policial, y por disponer que el reclutamiento y ascenso de los miembros del
Cuerpo Jurídico Militar se lleve a cabo en cada instituto de conformidad con la
legislación pertinente. Y, por conexión, son inconstitucionales los artículos 38° y 67°
del mismo Código de Justicia Militar.
47. La demandante también cuestiona la constitucionalidad del artículo III del Título
Preliminar y del artículo 15° de la LOJM, cuyos textos son los siguientes:
“Artículo 15°.- Los Consejos de Guerra y los Consejos Superiores de Justicia de las
Fuerzas Policiales son Tribunales Permanentes jerárquicamente subordinados al
Consejo Supremo de Justicia Militar (...)”.
48. Sostiene que estas normas son inconstitucionales porque establecen un sistema de
subordinación entre los órganos de la jurisdicción militar; y porque la referencia a la
autonomía de la justicia militar constituye una mera declaración, teniendo en cuenta la
configuración institucional dispuesta por la LOJM. Por su parte, los demandados niegan
tales argumentos y se limitan a sostener que la justicia militar es autónoma.
300
revisado por un órgano funcionalmente superior, y de esa manera se permita que lo
resuelto por aquél, cuando menos, sea objeto de un doble pronunciamiento
jurisdiccional.
51. La independencia del juez no sólo debe protegerse en relación al Poder Ejecutivo
sino, también, debe garantizarse al interior de la estructura misma de la cual el juez
forma parte, e incluso respecto de los tribunales orgánicamente superiores
(independencia funcional).
52. Por ello, el Tribunal Constitucional considera que tanto el artículo III del Título
Preliminar de la LOJM, en el extremo que establece que la Justicia Militar: “(...) en el
ejercicio de sus funciones sus miembros no dependen de ninguna autoridad
administrativa, sino de los Organismos Judiciales de mayor jerarquía”, como el artículo
15° de la mencionada ley, que establece que los Tribunales Permanentes se encuentran
jerárquicamente subordinados al Consejo Supremo de Justicia Militar, son
inconstitucionales por vulnerar el principio de independencia de la función
jurisdiccional.
53. Asimismo, por idéntica razón, son inconstitucionales las facultades del Consejo
Supremo de Justicia Militar consignadas en el artículo 12° de la LOJM, que a
continuación se mencionan:
a) La revisión de las sentencias de los Consejos en los casos determinados por la Ley
(inciso 1).
c) La orden de apertura de instrucción cuando encuentre mérito para ello (inciso 14).
301
54. De igual modo, son inconstitucionales el artículo 8° y el inciso 2) del artículo 14° de
la LOJM, por establecer, como una atribución del Presidente del Consejo Supremo de
Justicia Militar, la composición de Sala; y los artículos 7° y 22° de la mencionada ley,
por disponer que en la composición de un mismo tribunal militar puedan existir
magistrados con diferente rango militar.
55. De otro lado, la demandante impugna los artículos 23°, 31° y 32° de la LOJM, en
los siguientes extremos:
“Artículo 23°.- (...) El Presidente y los Vocales de los Consejos serán nombrados por
Resolución Suprema refrendada por el Ministro del Sector Pertinente (...).
“Artículo 31°.- (...) El nombramiento de los Jueces Permamentes será hecho por el
Poder ejecutivo, el de los Sustitutos por el Presidente del Consejo (...)”.
“Artículo 32°.- (...) Habrá tantos Jueces Instructores Permanentes en cada Zona Judicial,
cuando lo requieran las necesidades del servicio . Su número será fijado anualmente por
el Poder Ejecutivo a propuesta del Consejo Supremo de Justicia Militar (...)”.
56. Alega que el nombramiento de jueces militares por parte del Poder Ejecutivo
evidencia su dependencia respecto de este último, afectándose el principio de
independencia de la función jurisdiccional.
57. Por su parte, los demandados sostienen que el artículo III del Titulo Preliminar de la
LOJM establece que la justicia militar es autónoma en el ejercicio de sus funciones.
Asimismo, aducen que, siendo el Presidente de la República el Jefe Supremo de las
Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional, es una consecuencia lógica que los
nombramientos de los presidentes y vocales de la Justicia Militar sean expedidos
mediante Resolución Suprema refrendada por el Ministro de Defensa.
58. A juicio del Tribunal Constitucional, no está garantizada la independencia del juez
militar frente al Poder Ejecutivo desde el momento en que éste nombra a quienes
integran los Consejos de Guerra y Consejos Superiores de la Policía Nacional y a los
Jueces Instructores Permanentes, e incluso cuando tiene competencia para disponer el
número de jueces que debe existir de acuerdo a las necesidades del servicio. La
intervención del Poder Ejecutivo, directa o indirectamente, en el nombramiento de los
jueces militares, representa un atentado contra la independencia judicial y la garantía de
imparcialidad.
302
60. En consecuencia, el Tribunal Constitucional estima que los respectivos extremos de
los artículos 23°, 31° y 32° del Decreto Ley N.° 23201, Ley Orgánica de Justicia
Militar, son inconstitucionales por contravenir el principio de independencia de la
función jurisdiccional.
“Artículo 23°.- (...) permanecerán en el cargo no menos de dos años. Las fechas de
cambio de empleo se escalonarán de modo que la renovación del personal de los
Consejos se haga por tercios. Sólo por razón de tal escalonamiento, o por necesidades
urgentes del servicio, el tiempo de permanencia en el cargo podrá ser menor que la
establecida en este artículo”.
Los demandados, por su parte, aducen que la inamovilidad absoluta propugnada por la
Defensoría del Pueblo es inaplicable en el ámbito de la jurisdicción militar, debido a las
funciones que deben cumplir las Fuerzas Armadas.
“Artículo 81°.- (...) Todo enjuiciado ante los Jueces y Tribunales Militares nombrará
libremente a su Defensor, quien será abogado u Oficial. Al que rehusare o no pudiere
hacerlo, la autoridad judicial le nombrará defensor de oficio. En este caso la defensa es
acto del servicio y no podrá excusarse de ella ningún Oficial de graduación inferior a
Coronel o Capitán de Navío, cualquiera que sea el Instituto a que pertenezca, salvo los
casos previstos por Ley”.
303
64. Sostiene que esta norma afecta el derecho de defensa por permitir que un oficial de
armas, sin formación jurídica, lleve a cabo las funciones de defensor de oficio.
Asimismo, alega que equiparar la defensa de oficio a un “acto de servicio”, prohibiendo
que oficiales de determinada graduación puedan excusarse, desnaturaliza
completamente la garantía de la defensa letrada, la misma que debe adecuarse a los
intereses del imputado, y no al cumplimiento de obligaciones de naturaleza militar.
65. Por su parte, los demandados, refieren que la Defensoría del Pueblo no ha tomado
en cuenta que con esta disposición se ha querido respaldar el derecho de defensa de los
procesados, debido a que existen lugares aislados, fronteras, entre otros, donde la
ausencia de abogados es notoria.
67. En la medida que uno de los contenidos constitucionalmente protegidos del derecho
de defensa consiste en la facultad de elegir, o no, a un defensor de su elección (inciso 14
del artículo 139° de la constitución), el Tribunal Constitucional considera que es
inconstitucional que en el impugnado artículo 81° del CJM se haya previsto que la
autoridad judicial pueda nombrar a un defensor para el enjuiciado que se hubiere
rehusado expresamente a contar con uno.
70. Asimismo, es inconstitucional que en dicho artículo 81° se haya previsto que,
cuando se nombre a un militar en situación de actividad como defensor, tal defensa
constituya un “acto de servicio”, y que de ella no pueda excusarse el militar designado.
En primer lugar, debe precisarse que el ejercicio efectivo del derecho de defensa no
puede estar en manos de un individuo que se encuentra sometido a una intensa relación
de sujeción especial con la institución cuyos bienes jurídicos protegidos han sido
transgredidos, y en el que sus miembros se encuentran sometidos también a una intensa
sujeción a los principios de jerarquía y disciplina castrenses.
304
como un “acto de servicio”, cuando se trata de una actividad absolutamente ajena a las
asignadas a las Fuerzas Armadas y a la Policía Nacional.
Por todo ello, el Tribunal considera que es inconstitucional el artículo 81° del CPM.
72. La demandante sostiene que tanto esta norma como todas aquellas contenidas en el
mencionado capítulo, atentan contra la autonomía institucional del Ministerio Público,
reconocida por el artículo 158° de la Constitución, y desconocen la atribución de
titularidad otorgada a dicha institución en el inciso 5) del artículo 159° de la Carta
Magna.
Por su parte, los demandados alegan que si bien el “Ministerio Público” de la Justicia
Militar no está integrado a aquel previsto en el artículo 158° de la Constitución, ello no
implica que su configuración sea inconstitucional, debido a que pertenece a una
jurisdicción independiente.
305
constitucional, por tanto, no pueden ser ejercidas por ningún otro órgano, toda vez que
no existe norma constitucional que habilite un supuesto de excepción.
75. No obstante, el Capítulo III del cuestionado Decreto Ley N.° 23201, Ley Orgánica
de la Justicia Militar, crea y regula el funcionamiento de un organismo denominado
“Ministerio Público”, al que se le asignan funciones tales como promover de oficio o a
petición de parte la “acción de Justicia Militar” para la sanción de “delitos militares”;
ser parte en el proceso penal; integrar los Tribunales con las mismas prerrogativas de
sus demás miembros, pero sin intervenir en sus deliberaciones (artículo 75°); perseguir
que se haga efectiva la reparación civil a favor del Estado y ejercer vigilancia sobre
otros fiscales (artículo 78°, incisos 5 y 7, respectivamente), entre otras.
76. Dado que está constitucionalmente vedado tal proceder, el Tribunal considera que es
inconstitucional el organismo denominado “Ministerio Público” creado por el Decreto
Ley N.° 23201, Ley Orgánica de Justicia Militar, ya que tal contraviene la autonomía
del Ministerio Público consagrada por el artículo 158° y siguientes de la Constitución.
En consecuencia, es inconstitucional, en su integridad, el Capítulo III del Decreto Ley
N.° 23201, así como todo extremo de esta ley y del Decreto Ley N.° 23214, Código de
Justicia Militar, en los casos que prevean la actuación de los “fiscales” de la jurisdicción
militar.
77. Por la misma razón, son inconstitucionales los siguientes dispositivos del Decreto
Ley N.° 23214, Código de Justicia Militar: el segundo párrafo del artículo 374°, por
admitir la posibilidad de que los miembros de las Fuerzas Armadas y Policiales acudan
directamente ante la autoridad judicial respectiva; el artículo 375°, por disponer que si
los fiscales de los juzgados no ejercen la acción penal de hechos puestos en su
conocimiento por los Consejos o el Juez Instructor, estos podrán abrir instrucción,
decisión que deberá ser elevada en consulta al Consejo Supremo de Justicia Militar o al
respectivo Consejo; el artículo 378°, por establecer que el proceso penal puede iniciarse
por orden del Presidente de la República o del Consejo Supremo de Justicia Militar; y el
artículo 387°, por otorgar discrecionalidad a las autoridades judiciales correspondientes
para promover la acción penal ante denuncias realizadas por la prensa.
“Artículo II.- Los tribunales de Justicia Militar están encargados de mantener en dichas
Fuerzas, la moralidad, el orden y la disciplina, reprimiendo su quebrantamiento en los
casos previstos por la Ley. Su constitución y funcionamiento se rigen exclusivamente
por las normas que contiene esta Ley y el Código de Justicia Militar, cuyas
disposiciones sólo serán modificadas por ley expresa y de igual naturaleza”.
79. La Defensoría del Pueblo alega, entre otras cosas, que toda conducta que no cuente
con relevancia o protección constitucional y no resulte socialmente dañosa, no merece
tutela penal en virtud del principio de última ratio del Derecho Penal. Añade que la
“moralidad” no puede ser objeto de tutela penal, pues el referente valorativo del
Derecho Penal debe ser la Constitución. Asimismo, la “disciplina” y el “orden”, en
306
principio, muestran la misma incongruencia, por tratarse de términos con contenido
abstracto, salvo que la afectación de los mismos ponga en peligro o afecte las
capacidades orgánicas y funcionales de las Fuerzas Armadas y Policía Nacional para
cumplir con los fines constitucionalmente asignados.
80. Por su parte, los demandados alegan que la misión especial que les ha sido
encomendada obliga al reconocimiento constitucional de las características sui géneris
de las leyes y reglamentos que regulan las funciones, organización y la disciplina militar
en las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional; y que por ello valores como el honor, la
moral, la disciplina y el orden, son fundamentales para la consecución de los objetivos
institucionales.
81. El Tribunal Constitucional comparte los criterios expuestos por la demandante. Si,
como se ha sostenido, entre “jurisdicción” y “administración” militar no puede existir
una relación de equivalencia, entonces, los fines constitucionales que se han dispuesto
para optimizar los órganos de la justicia militar no pueden ser semejantes a aquellos que
son inherentes a las Fuerzas Armadas.
Un sentido constitucionalmente adecuado para entender los fines que debe cumplir la
jurisdicción militar no puede desvincularse del juzgamiento y eventual sanción de los
denominados delitos de función; es decir, del juzgamiento de aquellas conductas que
lesionan bienes jurídicos propios de las instituciones castrenses.
Por cierto, nada de lo que hasta ahora se ha sostenido impide que, en sede
administrativo-militar, las leyes y reglamentos que regulan el funcionamiento y el status
de los militares puedan establecer procedimientos e instancias que preserven lo que es
propio de la administración militar, es decir, los principios de jerarquía, disciplina,
orden, etc. Como este Tribunal ha sostenido con carácter general en la STC N.° 2051-
2002-AA/TC, cualquiera que sea el régimen jurídico disciplinario que al amparo del
artículo 168° de la Constitución se pueda establecer, éste debe sujetarse a los principios
y derechos fundamentales que reconoce la Constitución.
83. Que los órganos de la jurisdicción militar no puedan tener como fines esenciales e
inmediatos “mantener (...) el orden y la disciplina”, tampoco quiere decir que,
indirectamente, al juzgar y sancionar conductas que pongan en peligro determinados
bienes jurídicos de las instituciones castrenses, no puedan contribuir con el logro de
tales cometidos. En esos casos, tales cometidos no podrán sustentarse en una genérica,
imprecisa y ambigua noción de “disciplina” y “orden” castrense, sino, concretamente,
en consideraciones tales como el juzgamiento y sanción de tipos penales, con
observancia de las exigencias mínimas que impone el principio de legalidad penal-
militar.
84. Mutatis mutandis, las mismas consideraciones son atinentes para el mantenimiento
de la “moralidad” en el seno de los institutos armados.
307
En ese sentido, el Tribunal Constitucional considera que es inconstitucional la fracción
de disposición del artículo II del Título Preliminar del CJM, que establece que: “Los
tribunales de Justicia Militar están encargados de mantener en dichas Fuerzas, la
moralidad, el orden y la disciplina, reprimiendo su quebrantamiento en los casos
previstos por la Ley”.
85. La Defensoría del Pueblo alega que el artículo 269° del Decreto Ley N.° 23214,
Código de Justicia Militar, es inconstitucional por establecer que:
“Artículo 269°. El militar que practicare actos deshonestos o contra natura con persona
del mismo sexo, dentro o fuera del lugar militar, será reprimido con expulsión de los
Institutos Armados si fuese Oficial y con prisión si fuese individuo de tropa.
86. Refiere que mediante esta norma se vulnera el principio de dignidad de la persona y
la cláusula de igualdad, consagradas en el artículo 1° y en el inciso 2) del artículo 2° de
la Constitución, respectivamente. Por su parte, los demandados sostienen que la
homosexualidad es la expresión de una escala de valores que no resulta adecuada a las
exigencias de la vida militar.
87. Este Colegiado considera que el artículo 269° del CJM es inconstitucional por las
razones siguientes:
a). En primer lugar, es inconstitucional el segundo párrafo del artículo 269°, en cuanto
prevé que: “Si se ejerciere violencia, amenaza, abuso de autoridad o cualquier otro
medio de intimidación o coerción para perpetrar el delito [contra la libertad sexual], será
reprimido, además, si fuese oficial, con pena de prisión, aplicándose la pena de
expulsión como accesoria. En los individuos de tropa se tendrá en circunstancia como
atenuante”.
308
militar no existe equiparidad, entonces la calificación y enjuiciamiento de conductas de
esa naturaleza no puede estar confiada a un órgano al cual se ha encargado el
juzgamiento y la sanción de los delitos de función.
c). En tercer lugar, es inconstitucional, por afectar el principio de igualdad, que sólo se
haya previsto como una conducta antijurídica –no importa ahora si en el sentido de
naturaleza disciplinaria o como figura delictiva- la práctica de un acto deshonesto contra
una persona del mismo sexo, y no, por el contrario, con igual razón, la práctica
deshonesta contra una persona de sexo diferente. Si lo antijurídico es la práctica de una
conducta deshonesta, no existe razón objetiva ni base razonable, para que se sancione
sólo las efectuadas entre personas del mismo sexo.
88. El artículo 204° de la Constitución establece que: “La sentencia del Tribunal que
declara la inconstitucionalidad de una norma se publica en el diario oficial. Al día
siguiente de la publicación, dicha norma queda sin efecto. No tiene efecto retroactivo la
sentencia del Tribunal que declara inconstitucional, en todo o en parte, una norma
legal”.
89. Por su parte, la primera parte del artículo 40° de la Ley Orgánica del Tribunal
Constitucional prevé dos excepciones a tal regla, al establecer que: “Las sentencias
declaratorias de inconstitucionalidad no permiten revivir procesos fenecidos en los que
se haya hecho aplicación de las normas declaradas inconstitucionales, salvo en las
materias previstas en el segundo párrafo del artículo 103° (retroactividad benigna en
materia penal) y último párrafo del artículo 74° de la Constitución” [cursivas nuestras].
309
Este Colegiado considera que la excepción consistente en que luego de la declaración de
inconstitucionalidad de una ley se revivan procesos fenecidos si es que versan sobre
materia penal, no limita la posibilidad de que este Tribunal pueda modular los efectos
en el tiempo de su decisión [STC N.° 0010-2002-AI/TC].
91. Asimismo, debe precisarse que están fuera del plazo de vacatio sententiae los
procesos seguidos a militares por delitos contra los derechos humanos y, en general,
todos aquellos que pueden considerarse como de lesa humanidad, toda vez que, por la
materia, estos no son susceptibles de ser juzgados por los tribunales militares, cuya
nueva organización justifica esa vacatio sententiae; y porque, como se ha señalado en la
STC N.° 2488-2002-HC/TC, tienen la naturaleza de imprescriptibles.
92. En ese sentido, el Tribunal Constitucional declara que la presente sentencia no anula
automáticamente los procesos judiciales de aquellos militares que hubiesen sido
condenados por los órganos de la jurisdicción militar. Tampoco se deriva de sus efectos
que dichos sentenciados no puedan ser juzgados nuevamente por los delitos de función.
HA RESUELTO
a) Inconstitucional el artículo II del Título Preliminar del Decreto Ley N.° 23201, Ley
Orgánica de Justicia Militar, en el extremo que dispone que: “Los tribunales de Justicia
Militar están encargados de mantener en dichas Fuerzas, la moralidad, el orden y la
disciplina, reprimiendo su quebrantamiento en los casos previstos por la Ley”.
310
b) Inconstitucional la frase: “y en el ejercicio de sus funciones sus miembros no
dependen de ninguna autoridad administrativa, sino de los Organismos Judiciales de
mayor jerarquía” del artículo III del Título Preliminar del Decreto Ley N.° 23201.
d) Inconstitucionales los artículos 6°, 7° y 8° del Decreto Ley N.° 23201, que regulan la
composición del Consejo Supremo de Justicia Militar.
e) Inconstitucionales los incisos 1), 6), 14), 15), 19) y 20) del artículo 12° del Decreto
Ley N.° 23201, que regulan determinadas atribuciones del Consejo Supremo de Justicia
Militar.
f) Inconstitucionales el inciso 2) del artículo 14°, así como los artículos 15°, 22°, 23° y
31° del Decreto Ley N.° 23201.
g) Inconstitucionales el segundo párrafo del artículo 32° y el artículo 38° del Decreto
Ley N.° 23201.
h) Inconstitucionales los artículos 62°, 63° 65°, 66°, 67° y 69° del Decreto Ley N.°
23201.
j) Inconstitucionales el segundo párrafo del artículo 374°, y los artículos 375°, 378° y
387° del Decreto Ley N°. 23214, Código de Justicia Militar.
Publíquese y notifíquese.
SS.
311
ALVA ORLANDINI
BARDELLI LARTIRIGOYEN
REVOREDO MARSANO
GONZALES OJEDA
GARCÍA TOMA
VISTA
ATENDIENDO A
312
2. Que, asimismo, se solicita aclarar el error de haberse invocado una Ley, la N.°
28297, que a la fecha en que se expidió la S, 9 de junio de 2004, no se encontraba
vigente. Sobre el particular, debe precisarse que, efectivamente, por error se consignó
como fecha en la que se votó la S, el 9 de junio de 2004, y no el 9 de agosto de 2004,
como realmente sucedió, por lo que deberá corregirse el error material en que se ha
incurrido.
3. Que, por otro lado, se pide que se esclarezca si “(...) la nueva organización de
los tribunales militares debe tener rasgos característicos propios respecto a su
organización, atribución y nombramiento de sus integrantes, salvaguardando las
garantías vinculadas al debido proceso”. Al respecto, este Tribunal considera que es
competencia del Congreso de la República delinear, dentro de los márgenes de la
Constitución y, por ende, con pleno respeto de los derechos fundamentales, la nueva
estructura, organización y funcionamiento de la justicia militar, de conformidad con el
artículo 173° de la Constitución.
6. Que, de otro lado, también se solicita a este Tribunal que aclare por qué razón
no se ha exhortado al Poder Legislativo para que viabilice el procedimiento de revisión
de las causas de los condenados por delito de función, que se encuentran actualmente
sufriendo penas privativas o restrictivas de la libertad. Asimismo, se solicita que se
precise si, tratándose de delitos de función, será la propia justicia militar la que se
encargaría del nuevo juzgamiento, “(...) y no la justicia común, ya que el artículo 173°
de la Constitución Política del Estado señala que en caso de delito de función, los
miembros de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional están sometidos al fuero
respectivo y al Código de Justicia Militar”.
313
En lo que se refiere al segundo punto, el Tribunal Constitucional considera que no
es de su competencia establecer si el juzgamiento de los delitos de función, de
acuerdo con la ley futura, deba realizarse por un tribunal militar completamente
desvinculado de la jurisdicción ordinaria. La decisión sobre la intensidad y el
alcance de la vinculación entre la jurisdicción ordinaria y la militar le corresponde al
Congreso.
8. Que, del mismo modo, se solicita se esclarezca el por qué “(...) se considera
inconstitucional el actual nombramiento de quienes administran justicia militar (...), y no
así a las otras entidades que también ejercen jurisdicción y cuyos miembros dependen
del organismo que los nombra, inclusive en el caso de los miembros del Tribunal
Constitucional, cuyos integrantes son nombrados por el Congreso de la República y
que en consecuencia perderían su independencia frente a dicho poder del Estado”. En
ese sentido, se peticiona que se señale si “(...) es que el espíritu de la sentencia (...) es
que los miembros de cualquier organización que administran justicia pierden
independencia e imparcialidad frente a los organismos que los designan”.
Sobre el particular debe precisarse, por un lado, que los magistrados del Tribunal
Constitucional no pertenecen ni dependen, funcional u orgánicamente, de ningún
otro órgano del Estado; y, de otro, que las disposiciones que se declararon
inconstitucionales permitían que el órgano de la jurisdicción militar, pese a que
constitucionalmente requería contar con independencia e imparcialidad, formaban
parte de las Fuerzas Armadas, sus miembros eran militares en situación de
actividad y, especialmente, se encontraban sometidos a los principios de jerarquía,
obediencia y subordinación.
10. Que, igualmente, se solicita que se aclare cómo intervendrán los fiscales militares,
teniendo en consideración que el artículo 64° de la Ley Orgánica del Ministerio Público
los excluye de la organización del referido órgano constitucional. Sobre el particular,
este Tribunal considera necesario enfatizar que el segundo párrafo de dicho artículo
64° de la LOMP es inconstitucional por conexión, porque la Constitución de 1993 no
admite la existencia de un órgano paralelo al Ministerio Público que desarrolle sus
mismas funciones. De modo que, sin perjuicio de subsanarse la omisión en la que se
314
incurrió, entre tanto se dicte la legislación correspondiente, deberá procederse
conforme a lo expuesto por este Tribunal en el Considerando N.° 7 de esta resolución.
11. Que, de otro lado, se pide que se explique las razones por las cuales se declaró
inconstitucional una parte del artículo 81° de la LOJM. El Tribunal Constitucional
considera que no es procedente la solicitud, pues las razones por las cuales se
declaró inconstitucional una fracción del artículo 81° de la LOJM se expusieron
claramente en los Fundamentos N.os 66 y sgtes. de la S. Sin embargo, el Tribunal
Constitucional reitera que se consideró inconstitucional que en el impugnado artículo
81° del CJM se haya previsto que la autoridad judicial pueda nombrar a un defensor
para el enjuiciado, aun cuando éste se hubiere rehusado expresamente a contar con
uno; que el ejercicio de la defensa pueda recaer en militares que se encuentran en
situación de actividad y carentes de formación jurídica; que tal defensa pueda
considerarse un acto de servicio; y que de ella no pueda excusarse el militar
designado.
12. Que, finalmente, se solicita que este Tribunal precise cuáles son los criterios para
determinar que un caso resuelto en el ámbito de la jurisdicción militar sea considerado
como un delito de lesa humanidad o contra los derechos humanos. Al respecto, ha de
recordarse que este Tribunal, en la STC N.° 0017-2003-AI/TC [Fund. Jur. N.° 128 y
sgtes.], estableció la interpretación constitucionalmente adecuada del “delito de
función”, de modo que todo aquello que no esté dentro de tales alcances, entre los
cuales se encuentran determinados casos de delitos de lesa humanidad, deberán ser
puestos a conocimiento del Ministerio Público y del Poder Judicial.
RESUELVE
3. Exhortar al Ministerio Público para que, en el más breve plazo, designe a sus
representantes ante la jurisdicción militar, de acuerdo con el Considerando N.° 7
de esta resolución.
4. Declarar sin lugar los demás extremos de la solicitud de aclaración presentada,
formando esta resolución parte integrante de la STC N.° 0023-2004-AI/TC.
315
5. Se rectifica de oficio la parte final del Fundamento N.° 46 de la sentencia, en el
sentido que se hace referencia al “Código de Justicia Militar”, cuando debe ser a la
“Ley Orgánica de Justicia Militar”
SS.
ALVA ORLANDINI
BARDELLI LARTIRIGOYEN
REVOREDO MARSANO
GONZALES OJEDA
GARCÍA TOMA
316
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
317
Defensoría del Pueblo, Hacia una reforma de la justicia militar en el Perú,
Informe No 6-64, Lima, 2002.
García Belaunde, Domingo, Las Constituciones del Perú. Lima: Edición Oficial
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Olivo, Juan, Constituciones Políticas del Perú. Lima: Imprenta Tomas Aguirre,
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Vejar Vazquez, Octavio, Autonomía del Derecho Militar, México: Editorial Stylo,
1948
320
REFERENCIAS HEMEROGRÀFICAS
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en Argentina”; en Germán Bidart Campos y José Palomino Manchego
(coordinadores), Jurisdicción Militar y Constitución en Iberoamérica, Lima:
Editorial Grijley, 1997
Eto Cruz, Gerardo; Linda Arroyo, César, y Palomino Manchego, José “La
Jurisdicción Militar en el Perú”; en Germán Bidart Campos y José Palomino
Manchego (coordinadores), Jurisdicción Militar y Constitución en Iberoamérica.
Lima: Editorial Grijley, 1997
321
Fernández Segado, Francisco, “La Justicia Militar en la Perspectiva Histórica”;
en Revista Española de Derecho Militar, Madrid, 1990-1991, Nº 56-57
322
REFERENCIAS DE TESIS
323
REFERENCIAS DE JURISPRUDENCIA
324
INDICE
Presentación ................................................................................................3
Capítulo Segundo.........................................................................................23
PARADIGMAS TEÓRICO-CONCEPTUALES DE LA
JURISDICCIÓN MILITAR Y EL DELITO DE FUNCIÓN
2.1. Aspectos conceptuales de la Jurisdicción Militar
2.1.1. Breve reseña histórica de la Jurisdicción Militar
2.1.1.1. La Jurisdicción Militar en la historia de Occidente
2.1.1.2. La Jurisdicción Militar en la historia del Perú
2.1.2. Conceptualización de la Jurisdicción Militar
2.1.3. Principios de la Jurisdicción Militar
325
2.1.3.1. Unidad y exclusividad de la Jurisdicción Militar
2.1.3.2. Prohibición de los Órganos Jurisdiccionales
de excepción
2.1.3.3. Derecho al Juez natural
2.1.4. Presupuestos Jurídicos, Antropológicos
y Empíricos de la Jurisdicción Militar
2.1.5. Justificación de la existencia del fuero militar
2.2. Aspecto Conceptual del Delito de Función
2.2.1. Conceptualización del delito de función
2.2.2. El delito castrense o delito militar
2.2.3. El Delito de Función en el Derecho Constitucional peruano
2.2.3.1. La Constitución de 1979 y el Delito de Función
2.2.3.2. La Constitución de 1993 y el Delito de Función
2.2.4. El delito de traición a la patria y el delito de terrorismo
2.2.5. El otrora Servicio Militar Obligatorio
Capítulo Tercero...........................................................................................77
JURISDICCIÓN MILITAR: COMPETENCIA Y COMPOSICIÓN
DE LOS TRIBUNALES MILITARES
3.1. Competencia de los Tribunales Militares
3.1.1. Nociones generales
3.1.2. El clásico triple fundamento
3.1.2.1. Por razón del delito
3.1.2.2. Por razón del lugar
3.1.2.3. Por razón del estado de guerra
3.1.2.4. De la fórmula tripartita a la fórmula unitaria
3.2. Composición del Tribunal Militar
3.2.1. Nociones generales
3.2.2. La justicia militar en tiempo de paz
3.2.3. La justicia militar en tiempo de guerra
3.2.4. La justicia militar en regímenes de excepción
326
EL DELITO DE FUNCIÓN Y SU NECESARIA REFORMULACIÓN
5.1. El Delito de Función en su Contexto constitucional
5.2. La Seguridad Nacional como Doctrina y el Delito de Función
5.3. Los ciudadanos y el Delito de Función
5.3.1. El caso de los militares en situación de retiro
5.3.2. El caso de los civiles
5.4. El Delito de Función y su necesaria reformulación
5.4.1. La fórmula unitaria del delito de función a la luz de la
jurisprudencia nacional
5.5. Aspectos sustanciales de la justicia militar que deben ser modificados
Capítulo Sexto..............................................................................................179
LA JURISDICCIÓN MILITAR Y EL DELITO DE FUNCIÓN EN EL
DERECHO COMPARADO
6.1. La Jurisdicción Militar en el Derecho Comparado (Modelos)
6.1.1. Modelo Británico
6.1.2. Modelo Italiano
6.1.3. Modelo Francés
6.1.4. Modelo Alemán
Conclusiones..............................................................................................221
Sugerencias ................................................................................................223
Anexo Nº 1 ..................................................................................................226
327
Instrumentos de la Investigación Cuantitativa
1. Entrevista de Opinión Nº 1
2. Entrevista de Opinión Nº 2
Anexo Nº 2 ..................................................................................................230
Jurisprudencias
328
ADDENDA
ADDENDA
1. ASPECTOS GENERALES
1
En cuanto al contenido de la Ley No.28665, y los artículos que son
Policial
- Delitos de lesa humanidad: “En ningún caso podrán ser juzgados por
2
- Motivación de las sentencias: “Toda sentencia deberá contener una
de leyes.
todo lo que no esté previsto en el Libro III Parte Procesal del Código,
Legislativo Nº 957.
(Art. 152).
3
- Principio de presunción de inocencia: 1) Todo militar o policía
sido obtenidos por medios lícitos e incorporados al juicio del modo que
4
garantías a los casos y situaciones no previstos expresamente,
DE INAMOVILIDAD
dispone que la Sala Suprema Penal Militar Policial (que integra la Corte
5
Suprema de Justicia), se encuentre “sujeta” además de la Constitución
República cuente con una Sala Suprema Penal Militar Policial (tal como
principio de igualdad.
6
Por la misma razón:
Policial”.
función jurisdiccional del Poder Judicial, el principio de igualdad, así como las
7
Art. 10.1: “La Sala Suprema Penal Militar Policial está integrada por
cinco (5) Vocales Supremos; tres (3) con formación jurídico militar
Asimismo:
Cuerpo Judicial Penal Militar Policial, y que van a tener incluso los mismos
8
Agrega (F.J.42), que dichos dispositivos “desnaturalizan las atribuciones del
Consejo Nacional de la Magistratura, toda vez que establecen que este solo
exigidos por la Constitución con los postulantes que formen parte del Cuerpo
equivalente”.
realizar un concurso “público” solo con los integrantes del Cuerpo Judicial
Penal Militar Policial, generando una situación que limita las funciones del
9
Por la razón de que: la elección del Presidente de la Sala Suprema Penal
Judicial.
inadmisible que sea esta misma jurisdicción la que vaya a dirimir aquellas
jurisdicción militar para conocer de los delitos de función (...) aspecto que
- Inciso 7, del artículo 9, que establece: “Designar entre los nombrados por
Superior Penal Militar Policial, a los Vocales de cada una de las Salas y
al Vocal Instructor”.
10
Presidentes y Vocales de cada una de las Salas y al Vocal Superior de
Instrucción”.
Ambas disposiciones (inc.7 del Art. 9 y el inc. 5 del Art. 17), son
11
- Los incisos 2 y 3 del mencionado artículo 36, por cuanto otorga a órganos
jurisdiccional.
Art. 36.2: “El Presidente del Consejo Superior Penal Militar Policial
las labores jurisdiccionales de los Vocales que integran las Salas del
Consejos Territoriales”.
El T.C. ha señalado que el inciso 1 del Art. 9 de la Ley 28665, que otorga a la
12
Art. 9: “Compete a la Sala Suprema Penal Militar Policial de la Corte
sea el relativo a la aplicación de la pena de muerte (Norma 1), dado que ésta
el mencionado recurso de casación que pueda conocer esta Sala sea aquel
(F.J. 57), por lo que “el inciso 1 del Art. 9 de la Ley 28665, tendrá vigencia en
13
4. El Consejo Superior Penal Militar Policial y el conocimiento de las
acciones de garantía.
• Acciones de garantía
El T.C. declara inconstitucional el inciso 7 del Art. 15, el mismo que establece
lo siguiente:
Procesal Constitucional”.
14
poderes del Estado o entre órganos constitucionales (proceso competencial),
• Funciones Administrativas
(...)”
Poder Judicial y que el titular de este pliego sea el Presidente del Consejo
15
que “si bien el Legislador, conforme a sus atribuciones constitucionales, ha
optado por crear una Sala Suprema Penal Militar Policial dentro de la Corte
especializada en lo militar
del Consejo Superior, en el extremo que señala que está conformado por
miembros del “Cuerpo Judicial Penal Militar con grado militar o policial de
establece lo siguiente:
Superiores del Cuerpo Judicial Penal Militar Policial con grado militar o
16
policial de General de Brigada o equivalente en situación de actividad,
militar son funcionarios de tales institutos castrenses; y, por otro, porque, por
(F.J. 67).
sea oficial de armas u oficial del cuerpo o servicio jurídico), toda vez que la
(F.J. 68).
17
Por último, el T.C. termina enfatizando que: “si se entiende que la situación
militares que puedan ser procesados, si los jueces que los van a juzgar son
señala lo siguiente:
172 de la Constitución”.
18
El T.C. refiere que dicha disposición vulnera los principios de independencia
denominado Cuerpo Judicial Penal Militar Policial, por vulnerar los principios
19
miembros son designados por una inconstitucional Junta Transitoria y no por
plazo máximo de treinta (30) días naturales para señalar los requisitos,
temporalmente por dos (2) años prorrogables a dos (2) años más a
20
actividad provenientes de los Cuerpos o Servicios Jurídicos de las
81.1 El Cuerpo Judicial Penal Militar Policial está constituido por todos
otorgamiento de despacho
los miembros del Cuerpo Judicial Penal Militar Policial pueden ser
21
Al respecto, el T.C., señala que de las normas antes citadas, “se evidencia
cómo el Cuerpo Judicial Penal Militar Policial, diseñado por la Ley 28665,
78):
Transitoria).
22
- Tercer paso: En un régimen permanente, el Consejo Nacional de la
del Cuerpo Judicial Penal Militar (que no son sino los miembros de los
XII del Título Preliminar de la Ley 28665, por cuanto establecen que el
Cuerpo Judicial Penal Militar Policial está integrado por “Los Oficiales
23
busca proteger o evitar que los jueces puedan ser sometidos a algún tipo de
Policiales.
Militares Policiales.
24
de las Fuerzas Armadas o Policía Nacional y previa solicitud del Poder
Ejecutivo”.
mandato no sólo determina el status jurídico de los jueces, sino que debe
25
trasladarse a un punto geográfico que se encuentre dentro de su
vez una petición por parte del Poder Ejecutivo a la Sala Suprema Penal
realice tal traslado (solicitud que debe ser atendida con la celeridad y
urgencia del caso), ello no autoriza a que disposiciones como las aquí
26
sus funciones, y respecto de su conducta funcional e idoneidad, se
Policial.
- Disposiciones Complementarias
27
Esta facultad no excluye la evaluación permanente que deben
en grado.
En cuanto a este aspecto se refiere, el T.C. señala que los dispositivos antes
unitario, en el que cada uno de sus órganos deben poseer no sólo similares
28
atribuciones constitucionales, ha optado por crear una Sala Suprema Penal
para los miembros de la Sala Suprema Penal Militar Policial, y otro para el
caso de las instancias inferiores de la jurisdicción militar. Así, señala que: “no
los casos, que el artículo 154, inciso 3 de la Constitución establece como una
Supremos, así como a los jueces y fiscales de todas las instancias, por lo
interna), por cuanto establecen que la Sala Suprema Penal Militar Policial es
29
de Control de la Magistratura de la Jurisdicción Especializada en Materia
MILITAR POLICIAL
El T.C. declara inconstitucionales los incisos 1 y 2 del Art. 55, el inciso 2 del
Art. 56, y el inciso 1 del Art. 82º, de la Ley 28665, referente a la creación y
la Magistratura.
30
Artículo 49.- Fiscales Penales Militares Policiales y Ministerio
Público
acredita.
31
55.2 Para ser nombrado Fiscal Supremo Penal Militar Policial se
32
Nacional para conformar el organismo denominado Cuerpo Fiscal Penal
Militar Policial, los mismos que no dependerían de los órganos de gestión del
básicos que con toda razón han sido referidos por el Tribunal Constitucional
(F.J. 103).
dispositivos contenidos en la Ley 28665: inciso 2 del Art. 49, Art. 53, Art.
56.2, inciso 1 del Art. 82, último párrafo del Artículo XII del Título Preliminar, y
actividad, los siguientes dispositivos: inciso 1 del Art. 49, inciso 1 del Art. 55,
inciso 3 del Art. 57, incisos 3 y 4 del Art. 58, inciso 2 del Art. 59, inciso 1 del
Art. 60, inciso 2 del Art. 61, inciso 1 del Art. 62, inciso 2 del Art. 63, inciso 3
33
Por último, el T.C. declara inconstitucional el inciso 4 del Art. 82, por vulnerar
DEL LEGISLADOR
Art. 33, que establece que sólo los miembros del Cuerpo Judicial Penal
solo los miembros del Cuerpo Judicial Penal Militar Policial pueden ser
34
Para la citada evaluación, el T.C. aplica los siguientes pasos:
cual sólo podrán ser nombradas por el CNM como jueces militares las
personas que forman parte del Cuerpo Judicial Penal Militar Policial, dejando
forman parte del aludido Cuerpo Judicial. El T.C. estima que las medidas
intensidad grave.
35
forma, a criterio del T.C., esta medida supera el tercer paso del test de
igualdad.
(solo los miembros del Cuerpo Judicial Penal Militar Policial pueden ser
del fin legítimo, pues de existir una medida alternativa que, siendo
36
consecución del fin que pretende, pues este pudo haber sido conseguido
innecesariamente, en todos los casos, que personas que no formen parte del
Cuerpo Judicial Penal Militar Policial y que puedan tener una óptima
militar” (F.J.162).
37
El Tribunal Constitucional declara inconstitucionales la Segunda Disposición
Consejo Nacional de la Magistratura, toda vez que establecen que esta Junta
(F.J. 165).
Asimismo, el T.C. agrega que: “el hecho de que esta Junta Transitoria se
38
De la misma forma, el T.C. declara inconstitucional la Quinta Disposición
169).
39
• La seguridad jurídica y la necesidad de diferir los efectos de las
sentencias
Sobre esta potestad de diferir los efectos de las decisiones, el T.C. citando a
No.28665
40
En ese sentido, el Tribunal Constitucional considera que la declaración de
A. BREVE INTRODUCCIÓN
En principio, señalar que uno de los aspectos que la tesis propuso, mucho
inconstitucionalidad contra la citada ley, fue por ejemplo, que sea el Consejo
41
Nacional de la Magistratura, previo concurso público, el organismo
Otro de los aspectos que esta tesis sustentó en su debido momento, fue lo
referido a que los tribunales militares debían estar conformados sólo por
reclama con justicia dicha exigencia. En el caso del auditor deberá ser un
deben ser oficiales jurídicos los que integren los tribunales militares, la
Un tercer aspecto que fue sustentado en esta tesis, está relacionado con el
1
Cfr: el Capítulo V, acápite 5.5, “aspectos sustanciales de la justicia militar que deben ser
modificados”, de la presente tesis.
2
Cfr: Anexo 2: Análisis de Casos Jurisprudenciales: acápite: Infracción en la aplicación de la ley
del servicio militar: Casos: 1) Exp. Nº 5297-0029, Sentencia VI-CSJM del 14AGO1997; 2) Exp. N°
120398-014, Sentencia 3JMPL-IIZJE del O8SET1998.
42
Constitucional ha considerado como cuestionable por vulnerar los
43
EL T.C. considera que el hecho de que “los tribunales militares se
44
2) Por ende, se encuentran dentro del servicio militar, lo que los liga al
Poder Ejecutivo.
Constitución.
las leyes ordinarias, de tal forma, que la función jurisdiccional que ejerce el
históricos pasados haya podido ser válido, por lo mismo que el respeto por
45
Consideramos que bajo un Estado Social y Democrático de Derecho, no sólo
tanto frente a las diferentes ramas del poder como, guardadas las
jerárquicos”.
46
Pero, así como la Jurisdicción Militar se encuentra estrechamente vinculado
régimen completo, tanto sustantivo como procesal, que si bien debe respetar
régimen penal ordinario, puede diferenciarse del mismo, cuando así lo exijan
las especiales condiciones para las cuales está previsto, o cuando de tal
normas procesales del Código Penal Militar deban ser idénticas a las del
en sus diferencias en relación con las normas ordinarias, salvo que éstas
3
Sentencia C-1002/05.
4
Sentencia C-1002/05.
47
consiguiente, el sustento de una pretendida desigualdad no podrá basarse
5
Sentencia C-358 de 1997.
6
Sentencia C-171/04.
48
Resulta de gran importancia para los oficiales en actividad que desean
administrativa”7.
49
La eficiencia en la administración de justicia penal militar policial, por parte
sobre la cual debe emitir sus fallos, de juicio sereno, recto en todo sentido.
“Hay que tener en cuenta que una de las razones por las cuales se
Fuerza Pública, es la de que además del criterio jurídico que exigen las
7
Sentencia C-1002/05
8
Sentencia C-473/99.
50
Estas son los criterios que han primado para que el Constituyente
eleva por sobre cualquier persona, sea civil o militar, haciendo que su
autoridad sea respetada por cualquier persona. Esto ocurre con el juez
9
El Congreso, como poder constituyente derivado, modificó el artículo 221° de la Carta y
explícitamente estableció, por medio del Acto Legislativo No 2 de 1995, que los tribunales castrenses
“estarán integrados por miembros de la Fuerza Pública en servicio activo o en retiro”.
10
Sentencia C-171/04
51
En cuanto al hecho de que los ´oficiales en actividad´ que ejercen función
razones:
Magistratura.
sino que además, por la propia especialización que reviste este fuero
bien resulta viable que dichos cargos sean ejercidos por personal de oficiales
formación, lo que amerita un estudio más profundo, por lo que se deja como
52
de la Ley es una situación de personas y no de normas, ya que son en
esencia las mismas disposiciones las que rigen el proceder del Magistrado
MILITAR
al ser considerado por la Ley 28665, como el organismo que agrupe a los
T.C. refiere que las disposiciones de la Ley 28665 que regulan el Cuerpo
Nacional de la Magistratura, toda vez que establecen que este solo podrá
por la Constitución, con quienes formen parte del Cuerpo Fiscal Penal Militar
entidad como el Cuerpo Fiscal Penal Militar Policial” (F.J. 105). Agrega el
T.C. que “limita con ello las funciones del mencionado órgano constitucional
53
militar idónea para desempeñar la función fiscal en materia penal militar no
son miembros del denominado Cuerpo Judicial Penal Militar (F.J. 106).
adecuado hacer referencia que una vez que se obtiene el cargo, dicho
carácter especializado del fuero militar, la misma que por sí, es diferente del
fuero común, y exige por tanto un trato diferenciado, sin que ello implique
Según el test de igualdad que realiza el T.C., conformada por cinco pasos, el
Cuerpo Judicial Penal Militar Policial, estaría superando sólo tres pasos:
54
Paso 1: verificación de la diferenciación legislativa: sólo podrán ser
nombradas por el CNM como jueces militares las personas que forman parte
quienes integran el mencionado cuerpo judicial penal militar, de modo tal que
de la jurisdicción militar)
del fin que pretende, pues este pudo haber sido conseguido mediante otras
derechos fundamentales.
jurisdiccional del fuero militar los oficiales del Cuerpo Jurídico en actividad o
55
requiriéndose no sólo una formación judicial, sino también una formación
que solo se lo puede brindar aquella persona que tiene los conocimientos
actividad o retiro.
Nacional de la Magistratura”.
Esto implica que basta que el oficial forme o haya formado parte del Cuerpo
56
Magistratura, conforme a lo expuesto líneas arriba. Es en esta etapa donde
El T.C. considera que restringir el acceso a los cargos públicos del fuero
militar sólo para aquellos que integran el Cuerpo Judicial Penal Militar
igualdad, al no permitir que cualquier persona, incluido los civiles que tengan
Sin embargo, considero que resulta legítimo introducir en este caso, un trato
fuero militar.
11
Estos argumentos han sido tomados de la Sentencia C-171/04, de la Corte Constitucional de
Colombia.
57
Primero: La identidad de la jurisdicción penal militar y la justicia penal
abiertamente diferenciado.
especial.
58
Armada y la Policía, que constituye fuero especial; y si las condiciones de
resulta más que razonable, legítimo y proporcionado, que se exija que, para
Justicia Penal Militar Policial, en cuanto a los requisitos para acceder a los
jurisdiccional del fuero militar, pues, si así fuera, sería legítimo que la
59
1) La primera, se encuentra vinculado con la expresada por el propio
160).
magistrado.
60
ANEXOS
61
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
PLENO JURISDICCIONAL
0004-2006-PI/TC
SENTENCIA
DEL PLENO JURISDICCIONAL DEL
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
PROCESO DE INCONSTITUCIONALIDAD
Síntesis
Magistrados firmantes:
GARCÍA TOMA
GONZALES OJEDA
ALVA ORLANDINI
BARDELLI LARTIRIGOYEN
VERGARA GOTELLI
LANDA ARROYO
Sumario
I. Asunto
II. Datos generales
III. Antecedentes
1. IV. Materias constitucionalmente relevantes
2. V. Fundamentos
a) Los artículos 139 inciso 1), 141 y 173 de la Constitución y las competencias del Legislador en
la regulación de la jurisdicción especializada en lo militar
b) Análisis de constitucionalidad de las disposiciones que regulan la denominada Sala Suprema
Penal Militar Policial
c) El Consejo Superior Penal Militar Policial, el conocimiento de los procesos constitucionales y
las funciones de naturaleza administrativa
2.7.La igualdad «ante la ley» y sus dos manifestaciones: igualdad «en la ley» e igualdad «en la
aplicación de la ley»
2.9.El test de igualdad. Los pasos a seguir para verificar si una «diferenciación» es válida o si se
constituye en una «discriminación»
§3. El control del Tribunal Constitucional, la legitimidad de las sentencias interpretativas y los
efectos en el tiempo de las sentencias de inconstitucionalidad
3.1. La legitimidad de las sentencias interpretativas
3.2. La seguridad jurídica y la necesidad de diferir los efectos de las sentencias
3.3. La sentencia del Tribunal Constitucional y los efectos de la Ley 28665
VII. Fallo
I. ASUNTO
Demanda de inconstitucionalidad interpuesta por la Fiscal de la Nación contra determinados
extremos de las siguientes disposiciones: artículos I y XII del Título Preliminar, artículos 1, 5, 8, 9,
10.1, 10.2, 14, 15.3, 15.4, 15.5, 16.1, 17.5, 23, 24.2, 28, 31, 36.1, 49.1, 49.2, 53, 54, 55, 56, 80, 81.1,
82.1, Primera, Sexta y Séptima Disposiciones Complementarias, Cuarta y Quinta Disposiciones
Transitorias de la Ley 28665, Ley de Organización, Funciones y Competencia de la Jurisdicción
Especializada en Materia Penal Militar Policial.
Con fecha 24 de enero del 2006, la Fiscal de la Nación solicita que se declare la
inconstitucionalidad de determinados extremos de los artículos de la Ley 28665, de Organización,
Funciones y Competencia de la Jurisdicción Especializada en Materia Penal Militar Policial,
publicada el 7 de enero del 2006 en el diario oficial “El Peruano”, por considerar que vulneran los
principios constitucionales de unidad y exclusividad de la función jurisdiccional, de autonomía
del Ministerio Público, de independencia e imparcialidad, así como el derecho a la igualdad ante
la ley.
Alega que las disposiciones que se mencionan a continuación vulneran el derecho a la
igualdad ante la ley y el mandato de no discriminación, entendido como un derecho subjetivo que
supone la prohibición de ser discriminado por algunas de las causales previstas en el artículo 2.2
de la Constitución o por alguna otra que lesione la dignidad del ser humano:
a) Artículo 10, inciso 2; que dispone que la presidencia de la Sala Suprema Penal Militar
Policial se encuentre a cargo de uno de los tres vocales supremos del Cuerpo Judicial Penal
Militar Policial. Aduce que vulnera el mencionado principio, toda vez que se excluye sin
causa objetiva a los dos vocales supremos de la jurisdicción ordinaria.
b) Cuarta Disposición Transitoria, según la cual los fiscales supremos penales militares
policiales designados por la Junta Transitoria, Calificadora y Designadora se integran a la
Junta de Fiscales Supremos del Ministerio Público. Alega que la presente disposición vulnera
el principio constitucional de igualdad, en tanto que únicamente los mencionados fiscales
supremos penales militares policiales designados “provisionalmente” por la Junta señalada
podrán integrar la Junta de fiscales supremos, excluyendo de esta manera a los Fiscales
Supremos Provisionales nombrados de acuerdo con el Decreto Legislativo 052, Ley Orgánica
del Ministerio Público.
Por otro lado, señala que las disposiciones cuestionadas también vulneran los principios de unidad
y exclusividad de la función jurisdiccional, recogido en el artículo 139, inciso 1), de la Constitución.
Precisa que la "unidad en el caso del Poder Judicial importa que todos los jueces se sujeten a un
estatuto orgánico único, el que será de naturaleza y características que garanticen su independencia".
a. Artículo I del Título Preliminar, el cual prescribe que la Jurisdicción Especial en Materia
Penal Militar se vincula en el vértice de su organización con el Poder Judicial y administra
justicia en nombre del pueblo. Al respecto, refiere que, conceptualmente, la unidad afirma
la propiedad de todo ente, según la cual no puede dividirse ni separarse sin que su esencia
se destruya o altere. En el caso del Poder Judicial, es imprescindible que todos los jueces
se sujeten a un estatuto orgánico único, pues mientras
el Poder Judicial sea un ente orgánico, cohesionado, jerarquizado y con una sola
cabeza directriz, podrá decirse que está en aptitud de ser independiente. Pero si –
como hace la Ley–, se introduce en él un cuerpo extraño, ajeno a su
organización, el principio de unidad desaparece y se abren las puertas para minar
su independencia.
c. Artículos 23 y 28, que otorgan competencia al Consejo Superior Penal Militar Policial
para crear, reducir y trasladar sedes; así como para determinar la demarcación geográfica
de los Consejos Territoriales Penales Militares Policiales y los Juzgados Penales Militares
Policiales. Al respecto, manifiesta que dichas disposiciones vulneran el principio de
unidad y autonomía del Poder Judicial, toda vez que este carece de la citada competencia.
a) Artículo XII del Título Preliminar, el cual dispone que el Cuerpo Fiscal Penal Militar Policial
depende funcionalmente del Fiscal Supremo Penal Militar Policial. Alega que este artículo
vulnera el mencionado principio, toda vez que los Fiscales Penales Militares Policiales
dependen administrativa, funcional y orgánicamente de la Fiscalía Suprema Penal Militar
Policial, quedando fuera del ámbito de control de los órganos de línea del Ministerio Público.
Por otra parte, arguye que los principios de independencia e imparcialidad de la función
jurisdiccional, son vulnerados por las siguientes disposiciones que establecen, entre otras
previsiones, que la función jurisdiccional y la función fiscal puedan ser desempeñadas por
oficiales en situación de actividad:
a) Artículo 16, inciso 1, que establece que el Consejo Superior está conformado por vocales con
grado militar o policial de General de Brigada, o equivalente en situación de actividad.
b) Artículo 24, inciso 2, que dispone que los miembros de cada Sala de los Consejos Territoriales
Penales Militares Policiales tengan grado militar o policial de Coronel, o equivalente en
situación de actividad.
c) Artículo 31, que establece que los Jueces Penales Militares Policiales del Cuerpo Judicial
Penal Militar Policial deban tener grado militar o policial de Teniente Coronel o equivalente
en situación de actividad.
d) Artículo 49, que dispone que los Fiscales Penales Militares Policiales que actúan en la
Jurisdicción Especializada en Materia Penal Militar Policial, son oficiales en situación de
actividad, a excepción de los Fiscales Supremos Penales Militares Policiales, quienes deberán
pasar a la situación de retiro para ejercer dicho cargo.
Finalmente, sostiene que, de acuerdo con las disposiciones precitadas, “aquellos que actúan
en la función fiscal militar policial, mantendrán sus cargos castrenses; por lo tanto, rigen con
respecto a ellos, los principios de obediencia, jerarquía y de autoridad y subordinación; principios,
todos ellos, incompatibles con los postulados de un Estado Constitucional de Derecho”.
Asimismo, indica que la Junta Transitoria, Calificadora y Designadora, creada por la Cuarta
Disposición Transitoria de la ley impugnada, no vulnera el principio de igualdad, porque su vigencia
concluye con la consumación de las funciones que le fueron atribuidas por ley. Señala que la Junta
está presidida por un miembro del Consejo Nacional de la Magistratura y que su creación responde al
criterio de especialidad con que deben contar los postulantes al Ministerio Público. Aclara que el
régimen transitorio era necesario debido a que el cumplimiento de la ley debe ser paulatino y sin
entorpecer las funciones de la jurisdicción ordinaria ni la de los fiscales ordinarios. De otro lado,
argumenta que la mencionada Junta está integrada por tres miembros del CNM, y que la Junta no es
inconstitucional, pues su finalidad es contar con jueces y fiscales inmediatamente para dar
operatividad a la justicia militar.
Con relación a los principios de unidad y autonomía del Poder Judicial, sostiene que no se
ha transgredido la Constitución, dado que el artículo 139, inciso 1, establece que la jurisdicción
militar es excepcional, por lo que su estructura independiente y la vinculación en el vértice de
ambas jurisdicciones (la militar policial y la ordinaria) tienen fundamento constitucional, de
manera que solo al Congreso le compete estructurar la organización de la jurisdicción militar.
Respecto del principio de supremacía de la ley específica, señala que responde a una
técnica de resolución de conflictos entre normas del mismo rango.
Afirma también que la competencia de la Sala Suprema Penal Militar Policial, de designar
entre los miembros del Consejo Nacional de la Magistratura al Presidente del Consejo Superior de
Jurisdicción Especializada en Materia Penal Militar Policial, no contraviene el principio de
independencia jurisdiccional, porque la independencia no se garantiza por la calidad del órgano
que nombra al presidente del consejo, sino por su sujeción a la Constitución y al Estado de
Derecho.
Asegura el demandado que los artículos 23 y 28, que se refieren a la creación, reducción y
desplazamiento de sedes jurisdiccionales en el ámbito nacional, regulan una potestad que
responde a la naturaleza de la especialidad y excepcionalidad de la justicia militar.
Respecto de los miembros de los Cuerpos Judicial y Fiscal Penal Militar Policial, y su
condición de oficiales en actividad, señala que no se afectan la independencia e imparcialidad del
Poder Judicial ni del Ministerio Público, pues la jurisdicción militar es independiente de ambas.
En cuanto a la independencia de la jurisdicción militar, indica que esta tampoco se ve afectada,
pues la ley impugnada prevé que quienes asuman funciones jurisdiccionales y/o fiscales deban
tener formación jurídica y militar policial.
Por otro lado, alega que la Constitución no establece un único sistema de control
disciplinario de los jueces. Añade, que lo dispuesto en el artículo 154, inciso 3, no es óbice para
que a través de la Ley Orgánica del Poder Judicial se establezca un sistema de control
disciplinario distinto del CNM. Así, el demandado llega a la conclusión de que aceptar que sea la
Corte Suprema (jurisdicción ordinaria) la que se encargue del control disciplinario de los jueces
de la jurisdicción militar, sería un atentado contra la independencia y autonomía de esta
jurisdicción, garantizada por la Constitución.
Respecto del principio de autonomía del Ministerio Público, se debe tener en cuenta que,
en el caso de la jurisdicción militar, los fiscales penales militares policiales no representan a toda la
sociedad, como en el caso de la jurisdicción ordinaria, sino que representan a un sector de ella, y
responden a la protección de los bienes jurídicos castrenses. De este modo, la dependencia
administrativa y funcional de los fiscales al Fiscal Supremo Penal Militar Policial obedece al
criterio de especialidad de la jurisdicción militar. Añade que, conforme a los artículos 56 y 53 de la
ley impugnada, no se contraviene lo señalado por el Tribunal Constitucional, cuando sostiene que la
Constitución no permite que otro órgano ejerza las mismas atribuciones que el Ministerio Público,
porque su organización sigue siendo única jerárquicamente, a través de las funciones que asume el
Fiscal de la Nación.
- Con fecha 4 de abril de 2006, la Defensoría del Pueblo puso a consideración del Tribunal
Constitucional el Informe Defensorial 104, denominado “Inconstitucionalidad de la
legislación penal militar policial aprobada por la Ley 28665 y el Decreto Legislativo 961”.
- Finalmente, con fecha 3 de abril de 2006, se recibió el informe escrito del Instituto de Defensa
Legal.
¾ Si la regulación de la Sala Suprema Penal Militar Policial y del Consejo Superior Penal
Militar Policial vulnera los principios de unidad e independencia judicial.
¾ Si la creación de la Fiscalía Penal Militar Policial vulnera la autonomía del Ministerio Público.
¾ Si la participación de “oficiales en actividad” en la jurisdicción especializada en lo militar
vulnera los principios de independencia e imparcialidad judicial.
¾ Si la regulación de un Cuerpo Judicial Penal Militar Policial vulnera los principios de
independencia e imparcialidad judicial.
¾ Si la creación, reducción, supresión o traslado de los órganos de la jurisdicción penal militar
policial, dispuesta por la Ley 28665, vulnera la garantía de inamovilidad.
¾ Si el régimen transitorio contemplado en la Ley 28665 vulnera los principios de la función
jurisdiccional, la autonomía del Ministerio Público y la independencia del Consejo Nacional
de la magistratura.
¾ Si el sistema de control disciplinario “especial” de la Ley N.º 28665 vulnera el principio de
unidad de la función jurisdiccional.
¾ Y, finalmente, si la exigencia de que el Consejo Nacional de la Magistratura solo podrá
nombrar como jueces a los miembros del Cuerpo Judicial Penal Militar, vulnera el derecho a
la igualdad de quienes, no formando parte de este Cuerpo, poseen formación jurídico-militar.
VII. FUNDAMENTOS
§1. La jurisdicción especializada en lo militar y los principios de unidad, exclusividad,
independencia e imparcialidad de la función jurisdiccional
1) En primer lugar, cabe precisar que, hasta en dos pronunciamientos anteriores (Expedientes
0017-2003-AI/TC y 0023-2003-AI/TC), el Tribunal Constitucional, en cuanto Supremo
Intérprete de la Constitución, ha establecido cuáles son los alcances de los principios básicos
que rigen la actividad de los órganos jurisdiccionales, incluidos los que se especializan en la
materia militar, por lo que, atendiendo a las peculiaridades que presentan en este caso las
disposiciones cuestionadas de la nueva ley de organización de la justicia militar, no solo se
hará una remisión a esta doctrina jurisprudencial, sino que se abundará en el análisis de tales
principios.
2) En segundo lugar, es necesario tener en cuenta que ante este Colegiado se viene tramitando
también la demanda de inconstitucionalidad interpuesta por el Colegio de Abogados de Lima
contra diferentes disposiciones de la Ley 28665 (Expediente 0006-2006-PI/TC), razón por la
cual, en el presente caso, se analizarán determinados principios e instituciones relacionados
con las disposiciones cuestionadas por la Fiscal de la Nación, reservando el análisis de otros
principios e instituciones para el momento en que se examinen la disposiciones cuestionadas
por el Colegio de Abogados de Lima.
(...) afecta, de un lado, al status jurídico de los magistrados y, por otro, al orden funcional del
órgano de la jurisdicción ordinaria.
De acuerdo con el primero, los jueces que forman parte del Poder Judicial están dedicados
única y exclusivamente a ejercer la juris dictio, esto es, a ejercer funciones de naturaleza
judicial, de modo que el ejercicio de la función que se les confía a los jueces y magistrados es
incompatible con cualquier otra actividad pública y privada, con la única excepción de la
docencia universitaria, y siempre que ella se ejerza fuera del horario de trabajo judicial, como
precisa el artículo 146° de la Norma Suprema.
De acuerdo con el segundo, sólo el Poder Judicial ejerce la función jurisdiccional del Estado,
sin que algún otro poder público pueda avocarse al ejercicio de dicha función. Así, es el Poder
Judicial, en principio, el único de los órganos estatales a quien se ha confiado la protección
jurisdiccional de las situaciones subjetivas y de los intereses y bienes jurídicamente relevantes,
no pudiéndose establecer ninguna jurisdicción independiente (artículo 139, inciso 1), o que
otros órganos realicen el juzgamiento de materias confiadas a él ya sea por comisión o por
delegación, o por “órganos jurisdiccionales de excepción o comisiones especiales creadas al
efecto, cualquiera que sea su denominación” [incisos 1 y 3, artículo 139° de la
Constitución].155[2][2]
1(1)]
Expediente 0023-2003-AI/TC, FFJJ 16 y 17
2][2]
Expediente 0017-2003-AI/TC, FFJJ 116-117
5) Por tanto, los principios de unidad y exclusividad de la función jurisdiccional constituyen
elementos indispensables en el funcionamiento de todo órgano jurisdiccional, siendo el Poder
Judicial el órgano al que por antonomasia se le ha encargado ejercer dicha función. No
obstante, en reiterados pronunciamientos, entre los que destacan los recaídos en los
mencionados Expedientes 0017-2003-AI/TC y 0023-2003-AI/TC, el Tribunal Constitucional
ha sostenido que, conforme se desprende del artículo 139, inciso 1, de la Constitución, una de
las excepciones a los principios de unidad y exclusividad de la función jurisdiccional está
constituida por la existencia de la denominada “jurisdicción especializada en lo militar”.156[3][3]
Cabe, por tanto, preguntarse:
7) De igual modo, debe descartarse el sentido interpretativo según el cual el artículo 168º de la
Constitución, que establece que “Las leyes y los reglamentos respectivos determinan la
organización, las funciones, las especialidades, la preparación y el empleo; y norman la
disciplina de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional”, posibilitaría que la jurisdicción
militar pudiese contar con un estatuto jurídico desvinculado de los principios que rigen la
función jurisdiccional, toda vez que, como es evidente, la mencionada disposición
constitucional está referida exclusivamente a la «administración» militar y policial, mas no a
la «jurisdicción» especializada en lo militar.
8) Por ello, todo órgano que posea naturaleza jurisdiccional (sea ordinario, constitucional,
electoral, militar y, por extensión, los árbitros) debe respetar, mínimamente, las garantías que
componen los derechos a la tutela jurisdiccional “efectiva” y al debido proceso, entre las que
destacan los derechos al libre acceso a la jurisdicción, de defensa, a la prueba, a la motivación
de las resoluciones judiciales, a la obtención de una resolución fundada en Derecho, a la
pluralidad de instancias, al plazo razonable del proceso, a un juez competente, independiente e
imparcial, a la ejecución de resoluciones judiciales, entre otros derechos fundamentales.
Como este Colegiado ha establecido en anterior oportunidad:
9) En segundo lugar, teniendo en cuenta que el artículo 138 de la Constitución establece que la
potestad de administrar justicia se ejerce por el Poder Judicial, la excepción hecha a favor de la
jurisdicción especializada en lo militar puede ser entendida como una excepción al ejercicio de la
función jurisdiccional por el Poder Judicial, lo que no implica, como ya se ha visto en los
parágrafos precedentes, que la jurisdicción especializada en lo penal militar pierda su naturaleza
“jurisdiccional” y, como tal, se encuentre desvinculada de todos aquellos principios que rigen la
función jurisdiccional. Al respecto, deben tenerse en cuenta dos aspectos de trascendental
importancia. En primer lugar, por tratarse de una excepción en la Norma Fundamental, su
interpretación debe realizarse siempre de modo restrictivo y no extensivo; y, en segundo lugar,
que el Legislador, al organizar la jurisdicción militar, no puede desconocer aquellos principios
constitucionales propios de los órganos que administran justicia.
10) Es necesario precisar que conforme al artículo 139 inciso 1, de la Constitución, el principio de
unidad de la función jurisdiccional implica que el Estado peruano, en conjunto, posee un sistema
jurisdiccional unitario, en el que sus órganos tienen idénticas garantías, así como reglas básicas
de organización y funcionamiento. De ello no se deduce que el Poder Judicial sea el único
encargado de la función jurisdiccional (pues tal función se le ha encargado también al Tribunal
Constitucional, al Jurado Nacional de Elecciones, a la jurisdicción especializada en lo militar y,
por extensión, al arbitraje), sino que no exista ningún órgano jurisdiccional que no posea las
garantías propias de todo órgano jurisdiccional. Como se ha mencionado, la función
jurisdiccional del Estado es una sola y debe ser ejercida con todas las garantías procesales
establecidas por la Constitución.
12) Cosa distinta es distinguir cómo se organiza la función jurisdiccional del Estado. Como se ha
evidenciado, esta función jurisdiccional es ejercida por el Poder Judicial, por el Tribunal
Constitucional, por el Jurado Nacional de Elecciones y por la jurisdicción especializada en lo
militar, entre otros. En el caso de los tres primeros órganos mencionados, el principio de unidad
de la función jurisdiccional implica, a su vez ,que cada uno de estos órganos deba sujetarse a un
estatuto jurídico básico y propio, el que deberá asegurar la unidad funcional del sistema judicial,
así como la independencia judicial y el trato igualitario a los jueces que se encuentren en el
mismo nivel y jerarquía, esto es que no podría considerarse que cada uno de estos órganos
constituye una unidad cuando en su interior existan diferentes estatutos jurídicos para sus
miembros.
158[5][5]
Expediente 06167-2005-HC/TC FJ 8
decida establecer que tales tribunales militares, o alguno de ellos, se encuentren dentro del Poder
Judicial, estos deberán someterse, en su totalidad, al estatuto jurídico único que rige a los
magistrados de éste órgano constitucional.
13) Como es de entender, las atribuciones jurisdiccionales, sea en sede judicial ordinaria, especial o
cuasijurisdiccional administrativa, se encuentran vinculadas al principio jurídico de supremacía
constitucional señalado en el artículo 51 de la Constitución, en sus dos vertientes: Fuerza
normativa positiva, aplicando las normas legales en base a las disposiciones constitucionales; y,
fuerza normativa negativa, inaplicando la norma administrativa y/o legal que sea extraña a la
Constitución. Pero, precisando que la calificación de lo inconstitucional radica en última
instancia en esta sede constitucional concentrada, y que la inaplicación de una norma
inconstitucional se producirá cuando exista jurisprudencia y/o precedentes vinculantes
constitucionales, de conformidad con los artículos VI y VII del Título Preliminar del Código
Procesal Constitucional.
14) Asimismo, cabe recordar, respecto del nivel de vinculación que debe existir entre el Poder
Judicial y la jurisdicción especializada en lo militar, lo que este Colegiado ha sostenido en
anterior oportunidad, en el sentido de que “(...) es competencia del Congreso de la República
delinear, dentro de los márgenes de la Constitución y, por ende, con pleno respeto de los
derechos fundamentales, la nueva estructura, organización y funcionamiento de la justicia
militar, de conformidad con el artículo 173 de la Constitución”. De otro lado, ha precisado que
“(...) no es de su competencia establecer si el juzgamiento de los delitos de función, de acuerdo
con la ley futura, deba realizarse por un tribunal militar completamente desvinculado de la
jurisdicción ordinaria. La decisión sobre la intensidad y el alcance de la vinculación entre la
jurisdicción ordinaria y la militar le corresponde al Congreso”159[6][6].
15) De otro lado, fuertemente vinculado con el principio de unidad se encuentra el mencionado
principio de exclusividad de la función jurisdiccional. En general, conforme al primer y segundo
párrafos del artículo 146 y al artículo 139 inciso 1, de la Constitución, y como se desprende de lo
expuesto en las aludidas sentencias de este Colegiado, este principio posee dos vertientes:
159[6][6]
Expediente 0023-2003-AI/TC, Resolución aclaratoria, FFJJ 3 y 6
b) Exclusividad judicial en su vertiente positiva: se contempla en el artículo 139, inciso 1, de la
Constitución, según el cual sólo el Poder Judicial puede ejercer función jurisdiccional, salvo el
caso de las excepciones ya mencionadas del Tribunal Constitucional, el Jurado Nacional de
Elecciones y la jurisdicción militar, entre otros. En otras palabras, en un Estado Constitucional
de Derecho, ni el Poder Ejecutivo ni el Poder Legislativo pueden arrogarse la función
jurisdiccional, pues, como se ha mencionado, esta actividad le corresponde exclusivamente al
Poder Judicial, al Tribunal Constitucional, al Jurado Nacional de Elecciones y a la jurisdicción
militar, entre otros.
16) Tal como ya se ha mencionado, el principio de unidad de la función jurisdiccional tiene como
una de sus principales funciones garantizar la independencia de los órganos que administran
justicia. Como tal, la independencia judicial se constituye en uno de los principios medulares
de la función jurisdiccional, sin la cual simplemente no se podría sostener la existencia de un
Estado de Justicia.
La independencia judicial debe ser entendida como aquella capacidad autodeterminativa para
proceder a la declaración del derecho, juzgando y haciendo ejecutar lo juzgado, dentro de los
marcos que fijan la Constitución y la Ley. En puridad, se trata de una condición de albedrío
funcional.
El principio de independencia judicial exige que el legislador adopte las medidas necesarias y
oportunas a fin de que el órgano y sus miembros administren justicia con estricta sujeción al
Derecho y a la Constitución, sin que sea posible la injerencia de extraños [otros poderes públicos o
sociales, e incluso órganos del mismo ente judicial] a la hora de delimitar e interpretar el sector del
ordenamiento jurídico que ha de aplicarse en cada caso.
La independencia judicial debe, pues, percibirse como la ausencia de vínculos de sujeción política
(imposición de directivas por parte de los órganos políticos) o de procedencia jerárquica al interior
de la organización judicial, en lo concerniente a la actuación judicial per se, salvo el caso de los
recursos impugnativos, aunque sujetos a las reglas de competencia.
La independencia, como una categoría jurídica abstracta, necesita materializarse de algún modo si
pretende ser operativa. En tal sentido, no basta con que se establezca en un texto normativo que un
órgano determinado es independiente y autónomo en el ejercicio de sus funciones, como el caso
del artículo III del Título Preliminar de la Ley Orgánica de Justicia Militar [“es autónoma y en el
ejercicio de sus funciones sus miembros no dependen de ninguna autoridad administrativa”];
también es importante que la estructura orgánica y funcional de una jurisdicción especializada –
como la militar– posibilite tal actuación.160[7][7]
160[7][7]
Expediente 0023-2003-AI/TC, FFJJ 28, 29, 31 y 33
constitucional, civil, penal, penal militar, laboral, entre otras, no pueden depender de la
voluntad de otros poderes públicos (Poder Ejecutivo o Poder Legislativo, por ejemplo),
partidos políticos, medios de comunicación o particulares en general, sino tan solo de la
Constitución y de la ley que sea acorde con ésta.
En el caso de los poderes públicos, estos se encuentran prohibidos por la Constitución de
ejercer influencias sobre las decisiones judiciales, ya sea estableciendo órganos especiales
que pretendan suplantar a los órganos de gobierno de la organización jurisdiccional, o
creando estatutos jurídicos básicos distintos para los jueces que pertenecen a una misma
institución y se encuentran en similar nivel y jerarquía, entre otros casos.
Ahora bien, la exigencia de que el juzgador, en el ejercicio de la función jurisdiccional, no
admite la influencia de otros poderes o personas, sean públicos o privados, no implica que
el juez goce de una discreción absoluta en cuanto a las decisiones que debe asumir, pues
precisamente el principio de independencia judicial tiene como correlato que el juzgador
solo se encuentre sometido a la Constitución y a la ley expedida conforme a ésta, tal como
se desprende de los artículos 45 y 146 inciso 1), de la Constitución, que establecen lo
siguiente: “El poder del Estado emana del pueblo. Quienes lo ejercen lo hacen con las
limitaciones y responsabilidades que la Constitución y las leyes establecen (...)”; y “El
Estado garantiza a los magistrados judiciales: 1. Su independencia. Sólo están sometidos a
la Constitución y la ley”, respectivamente.
De otro lado, es importante precisar que lo expuesto en los parágrafos precedentes no
implica que la actuación de los jueces, en tanto que autoridades, no pueda ser sometida a
crítica. Ello se desprende de lo establecido en el artículo 139, inciso 20, de la Constitución,
que dispone que toda persona tiene derecho “de formular análisis y críticas de las
resoluciones y sentencias judiciales, con las limitaciones de ley”; y del artículo 2, inciso 4,
del mismo cuerpo normativo, según el cual toda persona tiene derecho a la libertad de
opinión, expresión y difusión del pensamiento. El derecho a la crítica de las resoluciones
judiciales es el derecho de toda persona de examinar y emitir juicios públicamente
respecto de las decisiones que adoptan los jueces en todas las especialidades e instancias.
Sobre la denominada “crítica social”, Luigi Ferrajoli ha sostenido:
Es por esta vía, mucho mejor que a través de las sanciones jurídicas o políticas,
como se ejerce el control popular sobre la justicia, se rompe la separación de la
función judicial, se emancipan los jueces de los vínculos políticos, burocráticos y
corporativos, se deslegitiman los malos magistrados y la mala jurisprudencia, y se
elabora y se da continuamente nuevo fundamento a la deontología judicial.161[8][8]
Tal derecho a la crítica de la resoluciones judiciales también tiene límites, entre los que
destaca, entre otros, que esta no deba servir para orientar o inducir a una determinada
actuación del juez, pues este solo se encuentra vinculado por la Constitución y la ley que
sea conforme a esta.
161[8][8]
FERRAJOLI, Luigi. Derecho y razón. Trotta, Valladolid, 1995, p.602.
En cuanto al primero de los puntos mencionados, cabe mencionar que el principio de
independencia judicial prohíbe que los órganos jurisdiccionales superiores obliguen a los
órganos de instancias inferiores a decidir de una determinada manera, si es que no existe
un medio impugnatorio que de mérito a tal pronunciamiento. De este modo, siempre que
medie un medio impugnatorio las instancias superiores podrán corregir a las inferiores
respecto de cuestiones de hecho o de derecho sometidas a su conocimiento, según sea el
caso.
19. Finalmente, cabe precisar que, en general, “[e]l sometimiento del juez a la ley supone su no
sometimiento a cualquier otra voluntad, incluida la suya propia, en forma de preferencias
personales (lo que más bien podría denominarse imparcialidad). En realidad, la justificación
del juez como tercero imparcial se reconduce a la justificación del juez en cuanto sujeto a la
ley. Todas las garantías del proceso se orientan a que se haga posible la realización de la
voluntad de la ley, eliminando aquellas distancias que pudieran resultar de la falsificación, o
supresión, de los supuestos en los que la aplicación de la ley debía basarse”.162[9][9]
162[9][9]
LOPEZ GUERRA, Luis. El Poder Judicial en el Estado Constitucional, Palestra Editores, Lima, 2001, pp. 45
y 46.
163[10][10]
Expediente 0023-2003-AI/TC, FJ 34.
con que ejerce su función. Esta parcialidad se nutre de valores militares como la jerarquía,
disciplina, obediencia y subordinación, pero especialmente el de unidad”164[11][11].
b) Imparcialidad objetiva. Está referida a la influencia negativa que puede tener en el juez la
estructura del sistema, restándole imparcialidad, es decir, si el sistema no ofrece suficientes
garantías para desterrar cualquier duda razonable.
21. Es importante mencionar que, si bien los principios de independencia e imparcialidad judicial
constituyen componentes esenciales de la función jurisdiccional, estos poseen una doble
configuración, pues también constituyen garantías para las partes procesales.
1.4. El derecho a un juez independiente e imparcial como contenido del derecho a la tutela
jurisdiccional “efectiva”
24. Por ello, cuando se vulneran principios como la independencia o imparcialidad del juzgador,
también se afecta el derecho a un juez independiente e imparcial y consecuentemente, la tutela
164[11][11]
DOIG DÍAZ, Yolanda. “La Justicia Militar a la luz de las garantías de la jurisdicción”. En: La reforma del
Derecho Penal Militar. Anuario de Derecho Penal 2001-2002. PUCP, pp. 57-58.
165[12][12]
Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Caso De Cubber contra Bélgica, del 26 de octubre de 1984.
166[13][13]
Expediente 0023-2003-AI/TC, FJ 34
jurisdiccional "efectiva". En el caso de los miembros de las fuerzas armadas y policiales militares y
policiales, ellos gozan, como todo ciudadano, del derecho a que el Estado les proporcione todas las
garantías que les asegure un proceso debido. En ningún caso, se puede equiparar el ámbito de la
«administración militar» en el que imperan los principios de orden y disciplina, entre otros, con el
ámbito de la «jurisdicción militar», en el que imperan la Constitución –que reconoce, entre otros,
el derecho a la tutela jurisdiccional "efectiva"– y la ley que sea expedida conforme a ella.
Una vez analizados los principios de unidad, exclusividad, independencia e imparcialidad de
la función jurisdiccional, en relación con la jurisdicción especializada en lo militar, toca ahora
examinar la constitucionalidad de las disposiciones cuestionadas.
§2. Control de constitucionalidad de fondo de las disposiciones cuestionadas
A. La regulación de los órganos de la jurisdicción militar, los principios de unidad,
exclusividad, independencia e imparcialidad judicial y la garantía de inamovilidad
2.1. Los principios de unidad e independencia judicial y la regulación de la Sala Suprema
Penal Militar Policial y del Consejo Superior Penal Militar Policial
a) Los artículos 139, inciso 1, 141 y 173, de la Constitución y las competencias del
Legislador en la regulación de la jurisdicción especializada en lo militar
25. Antes de analizar la constitucionalidad de la disposiciones que regulan la creación y
regulación de la Sala Suprema Penal Militar Policial, cabe examinar en conjunto los artículos
141 y 173, de la Constitución, con objeto de determinar su contenido constitucional en lo que
se refiere a la competencia de la jurisdicción especializada en lo militar. Los mencionados
artículos de la Norma Fundamental establecen lo siguiente:
Artículo 141.- Casación
“Corresponde a la Corte Suprema fallar en casación, o en última instancia, cuando la
acción se inicia en una Corte Superior o ante la propia Corte Suprema conforme a
ley. Asimismo, conoce en casación las resoluciones del Fuero Militar, con las
limitaciones que establece el artículo 173.” [énfasis agregado]
26. Ambos artículos, interpretados conjuntamente, establecen que la Corte Suprema de Justicia de
la República conoce de las resoluciones expedidas en dos jurisdicciones: la y militar y la
ordinaria. En cuanto a la jurisdicción ordinaria, la Corte Suprema puede fallar en casación o
en última instancia, y en cuanto a la jurisdicción especializada en lo militar, la Corte Suprema
puede fallar en casación cuando se trate de resoluciones en las que se haya impuesto la pena
de muerte, conforme a las leyes y los tratados de derechos humanos de los que el Perú es
parte.
28. Finalmente, cabe precisar que cuando este Colegiado ha establecido que “La decisión sobre la
intensidad y el alcance de la vinculación entre la jurisdicción ordinaria y la militar le
corresponde al Congreso”167[14][14], no lo ha hecho en el supuesto de si debe existir, o no
vinculación entre el Poder Judicial y la jurisdicción especializada en lo militar, puesto que,
como ya se ha sostenido, queda claro, de una interpretación conjunta de los artículos 139.1,
141 y 173 de la Constitución, que esta vinculación ya existe. Lo que el Tribunal
Constitucional ha destacado, atendiendo a las competencias constitucionales atribuidas del
Congreso de la República, es que este, conforme a su potestad de libre configuración, regule el
nivel de intensidad y alcance de la vinculación entre el Poder Judicial (mediante su Corte
Suprema, por ejemplo) y la jurisdicción especializada en lo militar.
167[14][14]
Expediente N.º 0023-2003-AI/TC, Resolución aclaratoria, FFJJ 3 y 6.
b) Análisis de constitucionalidad de las disposiciones que regulan la denominada Sala
Suprema Penal Militar Policial
29. Seguidamente, corresponde analizar las disposiciones que crean y regulan la Sala Suprema
Penal Militar Policial y verificar si vulneran los principios de unidad y exclusividad de la
función jurisdiccional. Las disposiciones cuestionadas al respecto son las siguientes:
Artículo 8.- Sala Suprema Penal Militar Policial
La Corte Suprema de Justicia de la República cuenta con una Sala Suprema Penal Militar
Policial, sujeta a la Constitución Política, la Ley Orgánica del Poder Judicial y las
disposiciones de la presente Ley, en aplicación del principio de primacía de la norma
específica. [énfasis agregado]
Apreciaciones de la demandante
30. La demandante ha sostenido que “la unidad afirma la propiedad de todo ente, en virtud de lo cual
no puede dividirse ni separarse sin que su esencia se destruya o altere. En el caso del Poder
Judicial, importa que todos los jueces se sujeten a un estatuto orgánico único, el que será de tal
naturaleza y características que garantice su independencia. El principio de unidad y el principio
de independencia no son ajenos entre sí, están íntimamente imbricados; el primero es un
elemento esencial de la independencia judicial. En tanto el Poder Judicial sea un ente orgánico,
cohesionado, jerarquizado y con una sola cabeza directriz, podrá decirse que está en aptitud de
ser independiente. Pero si –como hace la Ley– se introduce en él un cuerpo extraño, ajeno a su
organización, el principio de unidad desaparece y se abren las puertas para minar su
independencia”.
31. El apoderado del Congreso de la República sostiene que la “composición de la Sala Suprema Penal
Militar Policial responde a un factor de especialización con base constitucional en las funciones
que corresponden a las Fuerzas Armadas y a la Policía Nacional del Perú, lo que no quiere decir
que se desconozcan cuestiones de Derecho, si se tienen en cuenta las exigencias y la formación
jurídica de los Vocales del Cuerpo Jurídico Militar Policial” y, además, que “En su condición de
Vocales Supremos, resulta lógico que los Magistrados del Cuerpo Jurídico Militar Policial ya no
sólo puedan, sino que deban intervenir con voz y voto en la Sala Plena de la Corte Suprema en
asuntos de la jurisdicción ordinaria, más aún si se considera que la vinculación entre la
Jurisdicción Militar Policial y el Poder Judicial se produce en instancia”.
32. Sobre el particular, el Tribunal Constitucional comparte los argumentos esgrimidos por la
demandante pues, como ya se ha expuesto, el principio de unidad de la función jurisdiccional
implica también que órganos como el Poder Judicial deban contar con un estatuto jurídico
propio y único, de modo tal que se logre preservar la independencia del juez, así como la
vigencia del principio de igualdad, que en una de sus manifestaciones, implica un trato igual
para los iguales. Las diferencias que pudieran existir entre los jueces dentro de su estatuto
jurídico deberán encontrarse justificadas y ser proporcionales y razonables con el fin que se
pretende, pues de lo contrario tal diferenciación, además de convertirse en una discriminación
prohibida por la Constitución (artículo 2.2), vulneraría el principio de unidad de la función
jurisdiccional (artículo 139 inciso 1).
33. De este modo, si bien no es incompatible con la Constitución el extremo del artículo 8 de la
Ley 28665, en cuanto establece que la Corte Suprema de Justicia de la República cuente con
una Sala Suprema Penal Militar Policial (tal como también lo dispone el artículo 1.1), la
misma que se encuentra sujeta a la Constitución y a la Ley Orgánica del Poder Judicial, sí lo
es el extremo en el cual dispone que la aludida Sala Suprema se encuentre “sujeta” a lo
dispuesto en la Ley 28665, de Organización, Funciones y Competencia de la Jurisdicción
Especializada en Materia Penal Militar Policial, pues vulnera los principios de unidad e
independencia de la función jurisdiccional, además del principio de igualdad.
34. En general, puede afirmarse que el estatuto jurídico básico del Poder Judicial es precisamente
su Ley Orgánica (Texto Unico Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial, aprobado por
Decreto Supremo 017-93-JUS), estatuto jurídico cuya existencia no solo viene exigida por el
principio de unidad de la función jurisdiccional (artículo 139.1, Const.), sino porque así lo
dispone el artículo 106º de la Constitución al establecer que “Mediante leyes orgánicas se
regulan la estructura y el funcionamiento de las entidades del Estado previstas en la
Constitución”, así como el artículo 143, cuando dispone que “El Poder Judicial está integrado
por órganos jurisdiccionales que administran justicia en nombre de la Nación, y por órganos
que ejercen su gobierno y administración. Los órganos jurisdiccionales son: la Corte Suprema
de Justicia y las demás cortes y juzgados que determine su ley orgánica”. [énfasis agregado]
36. Asimismo, por idéntica razón a las expuestas en los parágrafos precedentes es
inconstitucional, en parte, la Cuarta Disposición Modificatoria y Derogatoria de la Ley 28665,
en cuanto modifica el artículo 30 del Texto Único Ordenado de la Ley Orgánica del Poder
Judicial, agregando un segundo párrafo que dispone que “El trabajo jurisdiccional en materia
penal militar policial es realizado a través de la Sala Suprema Penal Militar Policial, cuya
conformación y Presidencia se regulan en la Ley de Organización, Funciones y Competencia
de la Jurisdicción Especializada en Materia Penal Militar Policial”. [énfasis agregado]
37. Como se aprecia, mediante tal disposición se modifica el estatuto orgánico del Poder Judicial,
no con la finalidad de establecer el modo en que debería conformarse una de las Salas Penales
de la Corte Suprema de Justicia o como debería elegirse al presidente de la referida sala, sino
con objeto de establecer que tales aspectos básicos serán regulados en un estatuto jurídico
especial. No se evidencian razones que justifiquen el hecho de que dentro del Poder Judicial,
existan dos estatutos jurídicos distintos en cuanto a su organización básica: uno general, para
regular la conformación de las salas supremas y la elección de los presidentes de las mismas; y
otro especial, para regular la conformación de la Sala Penal Militar Policial y la elección de su
presidente. La única diferencia existente entre una Sala Suprema Penal y una Sala Suprema
Penal Militar es que esta conoce los delitos de la función militar; por lo tanto, en este aspecto
no se justifica la existencia de un régimen especial dentro del Poder Judicial.
39. Por otra parte, cabe destacar, en lo que se refiere a la conformación de la denominada Sala
Suprema Penal Militar Policial, que el cuestionado artículo 10 de la Ley 28665 establece que
los integrantes de esta sala deberán provenir “del Cuerpo Judicial Penal Militar Policial”.
Asimismo, el artículo 12.3 de la referida ley establece que “Para postular al cargo de Vocal
Supremo de la Sala Suprema Penal Militar Policial se requiere, necesariamente, formar parte
del Cuerpo Judicial Penal Militar Policial y ostentar el grado de General de Brigada o
equivalente”; y el artículo 14 de la misma ley dispone que el Vocal Supremo de la Sala
Suprema Penal Militar Policial que proviene del Cuerpo Judicial Penal Militar Policial,
“adquiere la condición de Vocal de la Corte Suprema de Justicia de la República para todos
los efectos”. [énfasis agregado]
40. Al respecto, el Tribunal Constitucional estima que los citados extremos son inconstitucionales
por vulnerar los principios de unidad e independencia de la función jurisdiccional del Poder
Judicial, el principio de igualdad, así como las atribuciones constitucionales del Consejo
Nacional de la Magistratura (CNM), toda vez que, además de encontrarse establecidos en un
estatuto jurídico “especial”, introducen en la Corte Suprema de Justicia de la República una
sala que va a estar compuesta, en parte, por oficiales en retiro nombrados por el CNM,
mediante un concurso “público” realizado sólo con los miembros provenientes de un
organismo como el denominado Cuerpo Judicial Penal Militar Policial, y que van a tener
incluso los mismos derechos que los Vocales de la Corte Suprema, pese a que su designación
es de carácter temporal.
41. No es incompatible con la Constitución que el Legislador establezca que todos los magistrados
titulares de la Corte Suprema de Justicia deban tener los mismos derechos, obligaciones,
prohibiciones, incompatibilidades y responsabilidades, tal como sucede con la Ley Orgánica del
Poder Judicial; por el contrario, ello es necesario para garantizar la unidad e independencia de
esta instancia del Poder Judicial, además de la igualdad en el régimen jurídico de los
magistrados que la integran. Lo que es incompatible con la Constitución es que se establezcan
normas como las contenidas en determinados extremos de los artículos 10, 12.3 y 14 de la Ley
28665, que, vulnerando las atribuciones del CNM, le otorguen tales derechos y obligaciones a
personas que no han sido nombradas conforme a los preceptos de la Norma Fundamental y
cuya designación es de carácter temporal y transitoria.
42. En efecto, los artículos 150 y 154 inciso 1, de la Constitución estipulan que el Consejo
Nacional de la Magistratura “se encarga de la selección y el nombramiento de los jueces y
fiscales”, y de “Nombrar, previo concurso público de méritos y evaluación personal, a los
jueces y fiscales de todos los niveles (...)”. [énfasis agregado] Los cuestionados extremos de
los artículos 10 y 12, desnaturalizan las atribuciones del Consejo Nacional de la Magistratura,
toda vez que establecen que este solo podrá realizar el concurso “publico” de méritos y la
evaluación personal exigidos por la Constitución con los postulantes que formen parte del
Cuerpo Judicial Penal Militar Policial y ostenten el grado de General de Brigada o su
equivalente; es decir, que en el caso de la elección de los integrantes de la Sala Suprema Penal
Militar Policial, el Consejo solo podrá realizar el concurso “público” con los integrantes de
una entidad como el denominado Cuerpo Judicial Penal Militar Policial.
43. No se pone en tela de juicio la necesidad de que los órganos judiciales de la jurisdicción
especializada en lo militar deban contar con profesionales del Derecho especialistas en la
materia penal militar, sino el que se obligue al Consejo Nacional de la Magistratura a realizar
un concurso “público” solo con los integrantes del Cuerpo Judicial Penal Militar Policial,
generando una situación que limita las funciones del mencionado órgano constitucional y,
además, limita desproporcionada e irrazonablemente el ejercicio de derechos fundamentales
(como el de igualdad en el acceso a los cargos públicos o la libertad de trabajo) de quienes,
teniendo una formación jurídico militar idónea para desempeñar la función jurisdiccional en
materia penal militar, no son miembros del denominado Cuerpo Judicial Penal Militar. Es
importante destacar que el Consejo Nacional de la Magistratura es el órgano encargado,
conforme a sus atribuciones constitucionales, de establecer los requisitos y condiciones que
deben reunir quienes postulen a la jurisdicción especializada en lo militar, garantizando,
en todo caso, que se disponga de profesionales que posean una óptima formación jurídico-
militar, sin perjuicio de que, más adelante se examinen con mayor profundidad, las
disposiciones relacionadas con las competencias del Consejo.
44. Asimismo, directamente relacionado con lo expuesto sobre el precitado inciso 1, del artículo
10, también es inconstitucional el inciso 2, del artículo 10, de la Ley 28665, por vulnerar el
principio de unidad de la función jurisdiccional, toda vez que la elección del Presidente de la
Sala Suprema Penal Militar Policial debe realizarse conforme a la Ley Orgánica del Poder
Judicial que es precisamente el órgano constitucional al cual pertenece la mencionada Sala
Suprema Penal Militar Policial.
45. Por otra parte, el Tribunal Constitucional estima que son inconstitucionales un extremo del
inciso 6, y el inciso 7, del artículo 9, así como el inciso 5, del artículo 17 de la Ley 28665.
En cuanto al extremo del inciso 6, que establece que la Sala Suprema Penal Militar
Policial dirime las cuestiones de competencia que se susciten sobre el conocimiento de
los delitos de función, este es inconstitucional porque tal asunto constituye una competencia
material propia de la jurisdicción ordinaria y no de la jurisdicción militar. Si como
lo establecen los artículos I del Título Preliminar, 1, inciso 1 y 8 de la Ley 28665, la
mencionada Sala Suprema forma parte de la jurisdicción militar, entonces es inadmisible
que sea esta misma jurisdicción la que vaya a dirimir aquellas contiendas en las que se
discuta precisamente la competencia de la jurisdicción militar para conocer de los
delitos de función. Determinar la competencia en aquellos casos en los que exista duda
respecto de la jurisdicción que debe conocer un delito de función es una competencia
exclusiva de la jurisdicción ordinaria, que tiene su fundamento en el principio de
imparcialidad judicial, estrechamente vinculado con el principio de independencia judicial
previsto en el artículo 139, inciso 2, de la Constitución.
46. En concordancia con lo expuesto por el Tribunal Constitucional, la Defensoría del Pueblo,
coincidentemente ha sostenido que “la configuración excepcional o restrictiva que hace la
Constitución de la justicia castrense, determina de manera directa que la justicia ordinaria y
sus órganos se conviertan o actúen como jurisdicción atrayente respecto de aquella. De este
modo, ante dudas o conflictos entre ambos, debe prevalecer la justicia ordinaria. En esa
medida, corresponde a los órganos de la justicia ordinaria dirimir los conflictos de jurisdicción
con la Justicia Militar, a efectos de preservar la configuración excepcional que hace la
Constitución de esta especialidad, así como las reglas de competencia generales establecidas
para la justicia ordinaria. Lo contrario, es decir, que los órganos excepcionales diriman los
conflictos de jurisdicción con los órganos ordinarios, supondría desconocer la excepcionalidad
constitucional de la justicia castrense, toda vez que serían sus órganos los que decidirían su
competencia frente a la justicia ordinaria”.168[15][15]
47. En cuanto al inciso 7, del artículo 9 y al inciso 5, del artículo 17, que disponen que la Sala
Suprema Penal Militar Policial es competente para designar, entre los nombrados por el
Consejo Nacional de la Magistratura, al Vocal Presidente del Consejo Superior Penal Militar
Policial, a los Vocales de cada una de las Salas y al Vocal Instructor, ellas son
inconstitucionales por vulnerar el principio de independencia judicial (dimensión interna),
toda vez que la Sala Suprema Penal Militar Policial se encuentra imposibilitada de realizar tal
designación, pues al constituir un órgano de un nivel jurisdiccional superior al mencionado
Consejo y tener el poder de revisar las decisiones jurisdiccionales de este, la realización de
tales actos administrativos (designaciones del Presidente del Consejo Superior Militar Policial
y Vocales de este Consejo) crea un vínculo de dependencia respecto de tales órganos
jurisdiccionales inferiores. Por la misma razón, son inconstitucionales el inciso 1, del artículo
36 de la Ley 28665, y por conexión, los incisos 2 y 3 del mencionado artículo, por cuanto
otorga a órganos jurisdiccionales de nivel superior la competencia para cautelar el
“cumplimiento de las labores jurisdiccionales” de órganos de nivel inferior.
48. Finalmente, en cuanto al inciso 1 del artículo 9 de la Ley 28665, que otorga a la Sala Suprema
Penal Militar Policial el conocimiento del recurso de casación, el Tribunal Constitucional
estima que esta disposición no es inconstitucional siempre y cuando sea interpretada en el
sentido de que el recurso de casación que pueda conocer esta sala no sea el relativo a la
aplicación de la pena de muerte, pues, como ya se ha expuesto, ésta constituye una
competencia “material” de la jurisdicción ordinaria, y no de la jurisdicción militar, debiendo
ser interpretado más bien en el sentido de que el mencionado recurso de casación que pueda
conocer esta sala sea aquel que pueda regular el Legislador como competencia “orgánica” de
la jurisdicción militar.
168[15][15]
Informe Defensorial 104, denominado “Inconstitucionalidad de la legislación penal militar policial aprobada
por la Ley 28665 y el Decreto Legislativo 961”, p. 38.
El inciso 1 del artículo 9 de la Ley 28665 y la necesidad de expedir una sentencia
interpretativa
50. Previamente, este Colegiado debe precisar que en todo precepto legal se debe distinguir entre
los términos “disposición” y “norma”, entendiendo por el primero aquel texto, enunciado
lingüístico o conjunto de palabras que integran el precepto, y, por el segundo el sentido
interpretativo que se pueden deducir de la disposición o de parte de ella.
51. Esta distinción no implica que ambos puedan tener una existencia independiente, pues se
encuentran en una relación de mutua dependencia, no pudiendo existir una norma que no
encuentre su fundamento en una disposición, ni una disposición que, por lo menos, no
albergue una norma.
52. Esta posibilidad de que el Tribunal Constitucional distinga entre “disposición” y “norma”
cuando se trata del proceso de inconstitucionalidad es el presupuesto básico de las
denominadas sentencias interpretativas, cuyo fundamento, tal como lo ha precisado el
Tribunal Constitucional en el Expediente 0010-2002-AI/TC, radica en el principio de
conservación de la ley y en la exigencia de una interpretación conforme a la Constitución, a
fin de no vulnerar el principio básico de supremacía constitucional.
53. Las sentencias interpretativas recaen normalmente sobre disposiciones de las que se pueden
extraer varios sentidos interpretativos, por lo que corresponde al Tribunal Constitucional
analizar la constitucionalidad de todas aquellas normas que se desprenden de la disposición
cuestionada con la finalidad de verificar cuáles se adecuan a la Constitución y cuáles deben
ser expulsadas del ordenamiento jurídico.
54. Conforme a ello, toca ahora analizar los sentidos interpretativos (normas) que posee el inciso
1 del artículo 9 de la Ley 28665 (disposición). La mencionada disposición establece lo
siguiente:
55. Este Colegiado estima que la aludida disposición, que establece una competencia de la Sala
Suprema Penal Militar Policial, posee mínimamente dos sentidos interpretativos:
Norma 1: El recurso de casación que puede conocer esta sala es aquel que procede cuando
se haya aplicado la pena de muerte, ámbito que constituye una competencia “material” de
la jurisdicción ordinaria.
Norma 2: El recurso de casación que puede conocer esta sala es aquel que procede en el
estricto ámbito de la jurisdicción militar y que haya sido regulado por el Legislador como
competencia “orgánica” de esta jurisdicción.
56. Efectuado el análisis de constitucionalidad de estas dos normas (Norma 1 y Norma 2), este
Colegiado estima que la Norma 1 es inconstitucional por vulnerar el extremo final del artículo
173 de la Constitución que establece como competencia material de la jurisdicción ordinaria,
el conocimiento, mediante el recurso de casación, de los casos en los que se haya aplicado la
pena de muerte, por lo que resultaba prohibido para el Legislador otorgar el conocimiento de
estos casos a la jurisdicción militar.
57. No sucede lo mismo con la Norma 2, que este Colegiado estima compatible con la
Constitución, toda vez que, dentro del ámbito propio de la jurisdicción militar, el Legislador,
conforme a sus atribuciones constitucionales, puede establecer como competencia “orgánica”
de la Sala Suprema Penal Militar el conocimiento del recurso de casación en aquellos casos en
que se trate de los delitos de la función militar.
58. Como se observa, en virtud del principio de conservación de la norma, este Colegiado ha
optado por no declarar la inconstitucionalidad del inciso 1 del artículo 9 de la Ley 28665, de
modo tal que esta tendrá vigencia en la medida en que se interprete conforme a la mencionada
Norma 2, mas no cuando se interprete según a la Norma 1.
c) El Consejo Superior Penal Militar Policial, el conocimiento de los procesos
constitucionales y las funciones de naturaleza administrativa
59. Corresponde ahora analizar, en primer lugar, la constitucionalidad del inciso 7 del artículo 15
de la Ley 28865, que establece lo siguiente:
Artículo 15.- Consejo Superior Penal Militar Policial
15.7 Conoce de las acciones de garantía establecidas en el Código Procesal Constitucional.
60. Sobre el particular, el Tribunal Constitucional considera que el artículo 15, inciso 7, de la Ley
28665 es inconstitucional por vulnerar el artículo 173 de la Constitución que, como ya se ha
mencionado, establece el ámbito de competencia material de la jurisdicción especializada en
lo militar. En efecto, la referida disposición constitucional ha establecido que la única materia
que puede conocer la jurisdicción militar se encuentra limitada al conocimiento de los
procesos penales en los que se verifique la comisión de delitos de la función militar, por lo que
el Legislador se encuentra prohibido de otorgar a esta jurisdicción la competencia para
conocer cualquier otro tipo de materias, incluidos, claro está, los procesos constitucionales en
los que se verifica la amenaza o vulneración de derechos fundamentales (procesos de hábeas
corpus, amparo y hábeas data) y el control de las leyes o normas de rango legal (procesos de
inconstitucionalidad de acción popular), o el conflicto entre poderes del Estado o entre
órganos constitucionales (proceso competencial), cuya tramitación ha sido confiada a la
jurisdicción constitucional.
61. De otro lado, corresponde ahora examinar determinadas disposiciones que establecen
competencias administrativas del Consejo Superior Militar Policial. En cuanto al
cuestionamiento del artículo 15, inciso 3, de la Ley 28665, que establece que el Consejo
Superior Penal Militar Policial “Organiza a través de la Gerencia Administrativa, los aspectos
administrativos, presupuestales y económicos financieros, que faciliten la gestión de la
Jurisdicción Especializada en Materia Penal Militar Policial”, este Colegiado estima que no
vulnera los principios de unidad e independencia judicial, toda vez que tales funciones
administrativas son realizadas por la propia organización judicial y no por el Poder Ejecutivo,
además de no resultar desproporcionadas e irrazonables.
62. Por la misma razón, no son inconstitucionales el artículo 15, inciso 4, en cuanto dispone que el
Consejo Superior Penal Militar Policial aprueba la organización territorial de las salas y el
artículo 80, que crea una gerencia administrativa para el ejercicio de determinadas funciones
administrativas atribuidas al mencionado Consejo.
63. No sucede lo mismo en el caso del primer y segundo párrafo de la Primera Disposición
Complementaria de la Ley 28665, que establece que la jurisdicción especializada en materia
penal militar policial constituye pliego presupuestal adscrito al sector Poder Judicial y que el
titular de este pliego es el Presidente del Consejo Superior Penal Militar Policial, por vulnerar
los principios de unidad e independencia de la función jurisdiccional, toda vez que si bien el
Legislador, conforme a sus atribuciones constitucionales, ha optado por crear una Sala
Suprema Penal Militar Policial dentro de la Corte Suprema de Justicia de la República –
independiente del ámbito de competencia del Consejo Superior Militar Policial– entonces esta
Sala Suprema no puede encontrarse supeditada, en materia de presupuesto, a lo que disponga
el mencionado Consejo Superior. Al encontrarse dentro del Poder Judicial, la Sala Suprema
Penal Militar Policial debe encontrarse sometida a las normas básicas establecidas en la Ley
Orgánica del Poder Judicial. Por tanto, el Tribunal Constitucional estima que el primer y
segundo párrafo de la Primera Disposición Complementaria de la Ley 28665 son
inconstitucionales.
64. Así también, la demandante ha sostenido que los principios de independencia e imparcialidad
de la función jurisdiccional también son vulnerados por las siguientes disposiciones, entre
otras:
16.1 El Consejo Superior está conformado por diez (10) Vocales Superiores del Cuerpo
Judicial Penal Militar Policial con grado militar o policial de General de Brigada o equivalente
en situación de actividad, en razón del nivel jurisdiccional que ejercen. (...) [énfasis agregado]
Apreciaciones de la demandante
65. La demandante sostiene que las disposiciones cuestionadas establecen que los miembros del
Cuerpo Judicial Penal Militar Policial se encuentran en situación de actividad mientras ocupan
el cargo de jueces y vocales. Señala que al seguir en situación de actividad los miembros de
las instituciones castrenses respetan principios como los de obediencia, jerarquía y autoridad,
los cuales resultan incompatibles con las disposiciones constitucionales que establecen los
principios de independencia e imparcialidad de la función jurisdiccional.
66. Al respecto, el demandando arguye, en primer lugar, que al ser la jurisdicción especializada en
lo penal militar policial totalmente ajena a la del Poder Judicial, no puede vulnerar los
principios de independencia e imparcialidad. Asimismo, aduce que el Cuerpo Judicial Militar
Policial está conformado por militares y policías en actividad, pero que no son oficiales de
armas, es decir de carrera, sino que se trata de miembros de las instituciones castrenses con
formación jurídica y militar.
68. A lo antes expuesto por este Colegiado, cabe agregar las siguientes consideraciones:
¾ Por ello, si se entiende que la situación de actividad implica que el respectivo oficial se
encuentre dentro del servicio militar y este servicio a su vez se encuentra regulado en la
respectiva normativa de la «administración militar» que forma parte del Poder Ejecutivo,
entonces no existirá independencia ni imparcialidad de la «jurisdicción militar» si los jueces
que pertenecen a esta poseen vínculos de dependencia respecto de un poder del Estado como
es el Poder Ejecutivo. ¿Qué independencia e imparcialidad se podría asegurar a los propios
efectivos militares que puedan ser procesados, si los jueces que los van a juzgar son oficiales
en actividad y, en cuanto tales, pertenecen a la estructura castrense? La respuesta es obvia,
ninguna.
69. Por consiguiente, el Tribunal Constitucional estima que los artículos 16, inciso 1, 24, inciso 2,
31 y la Cuarta Disposición Complementaria de la Ley N.º 28665 son inconstitucionales por
vulnerar los principios de independencia e imparcialidad de la función jurisdiccional.
La Corte estima que la estructura orgánica y composición de los tribunales militares [del
ordenamiento jurídico chileno] supone que, en general, sus integrantes sean militares en
servicio activo; estén subordinados jerárquicamente a los superiores a través de la cadena de
mando; su nombramiento no depende de su competencia profesional e idoneidad para ejercer
las funciones judiciales, no cuenten con garantías suficientes de inamovilidad, y no posean una
formación jurídica exigible para desempeñar el cargo de juez o fiscales. Todo ello conlleva que
dichos tribunales carezcan de independencia e imparcialidad. [énfasis agregado]
Respecto de la necesidad de que un juez o tribunal militar cumpla con las condiciones de
independencia e imparcialidad, es imprescindible recordar lo establecido por la Corte en el
sentido de que es necesario que se garantice dichas condiciones “de cualquier juez [o tribunal]
en un Estado de Derecho. La independencia de cualquier juez supone que se cuente con un
adecuado proceso de nombramiento, con una duración establecida en el cargo, garantías de
inamovilidad y con una garantía contra presiones externas”. En el mismo sentido, se expresan
los Principios Básicos de Naciones Unidas relativos a la Independencia de la
Judicatura”.170[17][17]
71. De otro lado, también es inconstitucional por vulnerar los principios de independencia e
imparcialidad de la función jurisdiccional la siguiente disposición de la Ley 28665: a) artículo
33.2, que establece que “Expedida la resolución de nombramiento y entregado el título oficial
por el Consejo Nacional de la Magistratura, corresponde al Ministerio de Defensa o al
Ministerio del Interior, previa inscripción de la resolución y título oficial en el registro de la
Institución respectiva, expedir la resolución que acredita la obtención del grado militar o
policial, con la entrega del despacho otorgado a nombre de la Nación. En los casos de
ascensos al grado de General de Brigada o equivalente se observa lo dispuesto en el segundo
párrafo del artículo 172 de la Constitución”; pues esta disposición atribuye a los Ministerios
de Defensa e Interior (Poder Ejecutivo) funciones que condicionan el ejercicio de la función
jurisdiccional por parte de los jueces especializados en lo penal militar. En efecto, una vez
nombrados por el Consejo Nacional de la Magistratura, los jueces especializados en lo penal
170[17][17]
Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso Palamara Iribarne vs. Chile, párrafos 155 y 156.
militar no pueden supeditar su labor a que un órgano del Poder Ejecutivo les entregue su
despacho o realice la inscripción de su título en una institución castrense, y más grave aún, en
el caso del último extremo de la disposición cuestionada, la función jurisdiccional no puede
encontrarse condicionada a que el Presidente la República sea quien otorgue los ascensos a los
oficiales (Generales de Brigada) que se vayan a desempeñar en las máximas instancias de la
jurisdicción especializada en lo militar.
En directa relación con lo expuesto en los parágrafos precedentes, toca ahora examinar las
disposiciones que regulan el denominado Cuerpo Judicial Penal Militar Policial, y verificar si
vulneran principios básicos de la función jurisdiccional, tales como los de independencia e
imparcialidad.
72. Por conexión con las disposiciones cuestionadas en el punto anterior, cabe analizar los
siguientes artículos, los cuales regulan el funcionamiento del denominado Cuerpo Judicial
Penal Militar Policial:
74. El segundo, que tales organismos poseen una naturaleza que podría denominarse asociativa,
toda vez que son creados precisamente para agrupar o asociar a un conjunto de personas que
desempeñan una misma profesión o una misma función. En el caso del Cuerpo o Servicio
Jurídico, para asesorar, orientar o coadyuvar, entre otras actividades, en las funciones propias
de la administración castrense. En el caso del Cuerpo Judicial Penal Militar Policial, para
agrupar o asociar a los jueces militares, sin que ello pueda significar la atribución a este
cuerpo de funciones de naturaleza jurisdiccional, pues, como ya se ha mencionado, solo tienen
una naturaleza asociativa. Quienes administran justicia en el ámbito militar son los jueces
militares, y no organismos como el Cuerpo Judicial que sólo los agrupa. Veamos esto con
mayor detenimiento.
75. La existencia de un Cuerpo o Servicio jurídico dentro de las Fuerzas Armadas o la Policía
Nacional del Perú constituye una potestad dejada al libre arbitrio del Legislador, el cual, con
objeto de optimizar el cumplimiento de los fines constitucionales de tales instituciones, puede
establecer al interior de la organización de la «administración militar» un órgano como el
Cuerpo o Servicio Jurídico, compuesto por militares-abogados o policías-abogados y, además,
orientado por valores militares, tales como la obediencia y la subordinación. El
establecimiento de los requisitos para el acceso a este ente administrativo, las funciones
administrativas de sus integrantes, y los beneficios y derechos que les corresponden, entre
otros, constituyen igualmente potestades del Poder Legislativo. Queda claro, entonces, que no
son incompatibles con la Constitución aquellas disposiciones legislativas que, dentro de la
respectiva ley que regule las funciones de las Fuerzas Armadas y Policía Nacional (Poder
Ejecutivo), establezca un órgano administrativo, como lo es el Cuerpo o Servicio Jurídico-
Militar.
76. El problema, a juicio de este Colegiado, no es que exista, o no, dentro de la organización de la
jurisdicción militar un órgano denominado Cuerpo Judicial Penal Militar Policial, que agrupe
a los magistrados de la jurisdicción especializada en lo militar, sino: a) quiénes lo conformen,
y b) qué rol desempeña con relación a la independencia e imparcialidad de la función
jurisdiccional, básicamente en lo que se refiere a la inexistencia dentro de este organismo de
valores militares como los de obediencia y subordinación entre los jueces, los que, como se ha
visto en el punto anterior, son propios de la administración militar, y no de la jurisdicción
militar.
77. En cuanto al punto a, conforme se observa en los ya examinados artículos 16.1, 24.2, y 31 de
la Ley 28665, así como en el mencionado artículo 81 de la misma ley, el Cuerpo Judicial
Penal se compone de oficiales en situación de actividad, lo que implica su vinculación con las
leyes que regulan el funcionamiento de los institutos armados y policiales para incorporar a
los miembros del Cuerpo Judicial Penal Militar Policial, tal como se evidencia, además, de la
Cuarta Disposición Complementaria de la Ley 28665, que establece lo siguiente:
78. En cuanto al punto b, vinculado al anterior, se evidencia cómo el Cuerpo Judicial Penal
Militar Policial, diseñado por la Ley 28665, pretende servir como instrumento para nombrar
como jueces (poder jurisdiccional) a miembros de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional
(poder ejecutivo), mediante un inconstitucional organismo denominado Junta Transitoria,
Calificadora y Designadora. En efecto, hasta en tres pasos se aprecia el modo en que los
oficiales en actividad de los Cuerpos o Servicios Jurídicos de las Fuerzas Armadas y la Policía
Nacional, designados por una Junta Transitoria –y no por el CNM–, van a convertirse en
vocales y jueces “titulares” de la jurisdicción militar. Veamos cómo se estructuran estos pasos:
79. Por tanto, el Tribunal Constitucional estima que la Segunda Disposición Transitoria, el
artículo 81, inciso 1, y el artículo 33, inciso 1, de la Ley 28665, así como el cuarto párrafo del
artículo XII de la misma ley, son inconstitucionales por vulnerar los principios de
independencia e imparcialidad de la función jurisdiccional, además de las atribuciones del
Consejo Nacional de la Magistratura, porque, en conjunto, tienen como finalidad que un
organismo como el Cuerpo Judicial Penal Militar sirva para introducir en el poder
jurisdiccional del Estado a personas designadas por una inconstitucional Junta Transitoria.
80. Por la misma razón, son inconstitucionales determinados extremos del artículo XII del Título
Preliminar de la Ley 28665, por cuanto establecen que el Cuerpo Judicial Penal está integrado
por “Los Oficiales Judiciales en situación militar o policial de actividad que se desempeñan
como Vocales Superiores, Territoriales, Jueces, Relatores y Secretarios de Sala y de Juzgado,
de la Jurisdicción Especializada en Materia Penal Militar Policial”, de la ley cuestionada
[énfasis agregado] así como, por conexión, el inciso 3, del artículo 81.
81. Al respecto, la demandante alega que la garantía de inamovilidad judicial ha sido vulnerada
por los artículos 15, 23 y 28, entre otros, que establecen las siguientes disposiciones:
Apreciaciones de la demandante
82. La demandante aduce que la creación, reducción y supresión de las sedes de los órganos
jurisdiccionales de la jurisdicción militar, así como su ubicación geográfica, ha sido
considerada por la ley cuestionada como competencia exclusiva del Consejo Superior Penal
Militar Policial, lo cual, en su opinión, vulnera el principio de unidad y autonomía del Poder
Judicial, toda vez que no permite a este, la participación en las decisiones sobre tales aspectos,
la cual resulta relevante para una correcta administración de justicia.
83. Al respecto, el demandado arguye que no puede desconocerse el carácter especial que poseen
las instituciones militares y las personas que las conforman, toda vez que estas, cuando se
desempeñan como oficiales en situación de actividad, deben cumplir los deberes que la
Constitución les ha conferido, tales como la preservación de la integridad de la Nación y la
protección de la Seguridad Nacional. Para tales efectos y en razón de la naturaleza de cada
caso, los militares y policías que se encuentren en situación de actividad deben ser enviados a
diversas zonas lejanas, lo cual justifica la creación de Consejos Territoriales no permanentes,
así como la movilización de sus integrantes.
171[18][18]
Expediente 0023-2003-AI/TC FJ 35
delimitándola como jurisdicción especializada y, en algunos casos, restringiéndola a tiempos
de guerra. Las garantías procesales de las que gocen los acusados militares en tiempos de paz
deben ser más favorables o, como mínimo, iguales a aquellas de las que gozan las personas
protegidas por el derecho internacional humanitario en tiempos de guerra”.172[19][19]
86. En consecuencia, teniendo en cuenta el ámbito protegido por esta garantía y que la principal
actividad de la jurisdicción especializada en lo militar se realiza en tiempos de paz, entonces
no se justifica la existencia de disposiciones como las aquí cuestionadas que permitan, en
todos los casos, la reducción, supresión o traslado de las sedes de los órganos jurisdiccionales,
a pedido de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional del Perú (Poder Ejecutivo). Por otra
parte, en lo que se refiere al supuesto contemplado en el artículo 137º, inciso 1), de la
Constitución, no es ajeno a este Colegiado el hecho de que existen determinadas zonas
geográficas del país que han sido declaradas en Estado de Emergencia debido a que sufren
graves perturbaciones de la paz y del orden interno, lo cual evidentemente exige la movilidad
de las respectivas autoridades judiciales militares. Sin embargo, este hecho no justifica la
existencia de disposiciones que permitan que la totalidad de órganos de la jurisdicción militar
puedan ser objeto de traslado, reducción o supresión a petición del Poder Ejecutivo.
87. A efectos de tutelar la independencia e imparcialidad de los jueces militares y evitar que
puedan ser sometidos a algún tipo de presión o interferencia en el ejercicio de la función
jurisdiccional, a ellos se les debe garantizar la inamovilidad en sus cargos. Si bien la
declaratoria de un Estado de Emergencia puede plantear que, excepcionalmente, una autoridad
judicial militar pueda trasladarse a un punto geográfico que se encuentre dentro de su
circunscripción respectiva y que tal declaratoria de emergencia implique a su vez una petición
por parte del Poder Ejecutivo a la Sala Suprema Penal Militar Policial de la Corte Suprema de
Justicia de la República, para que se realice tal traslado (solicitud que debe ser atendida con la
celeridad y urgencia del caso), ello no autoriza a que disposiciones como las aquí cuestionadas
permitan que “todos” los órganos de la jurisdicción militar puedan trasladarse, reducirse o
suprimirse, conforme a los requerimientos de las Fuerzas Armadas o la Policía Nacional.
88. Por tanto, los artículos 15, inciso 5, 23 y 28 de la Ley 28665 son inconstitucionales por
vulnerar la garantía de inamovilidad judicial.
89. La demandante también ha cuestionado los incisos 1 y 2 del artículo 5 de la Ley 28665, que
establece lo siguiente:
172[19][19]
Expediente 0023-2003-AI/TC FFJJ 36 y 37
DISPOSICIONES COMPLEMENTARIAS
SÉTIMA.- Oficina de Control de la Magistratura de la Jurisdicción Especializada en Materia
Penal Militar Policial
La Oficina de Control de la Magistratura de la Jurisdicción Especializada en Materia
Penal Militar Policial es el órgano que tiene por función investigar regularmente la conducta
funcional, la idoneidad y el desempeño de los Magistrados y auxiliares jurisdiccionales de la
Jurisdicción Especializada en Materia Penal Militar Policial.
Esta facultad no excluye la evaluación permanente que deben ejercer los órganos
jurisdiccionales al conocer de los procesos en grado.
La Oficina de Control de la Magistratura de la Jurisdicción Especializada en Materia
Penal Militar Policial es presidida por un Oficial jurídico militar o policial, con experiencia
jurisdiccional, con el grado de General de Brigada o equivalente, en situación militar o policial
de retiro designado por la Sala Suprema Penal Militar Policial. La función es a dedicación
exclusiva (...)
La Oficina de Control de la Magistratura de la Jurisdicción Especializada en Materia
Penal Militar Policial está constituida por una Oficina Central con sede en Lima, cuya
competencia abarca todo el territorio de la República.
La Sala Suprema Penal Militar Policial crea las Oficinas Desconcentradas de Control de
la Magistratura de la Jurisdicción Especializada en Materia Penal Militar Policial y fija sus
integrantes, ámbito de competencia, así como sus facultades de sanción.
Apreciaciones de la demandante
90. La demandante aduce que la ley cuestionada crea una Oficina de Control de la Magistratura
de la Jurisdicción Especializada en Materia Penal Militar Policial, la cual se encarga de hacer
efectivas las responsabilidades funcionales de los vocales, jueces y personal auxiliar de la
jurisdicción especial en materia penal militar policial. Al respecto, sostiene que las respectivas
disposiciones vulneran el principio de autonomía del Poder Judicial, toda vez que la Oficina
de Control de la Magistratura del Poder Judicial es el ente encargado del seguimiento de los
jueces vocales y personal auxiliar del Poder Judicial.
91. Al respecto, el demandando aduce que el control de los jueces no es único y tampoco está
previsto en la Constitución como una potestad exclusiva del Poder Judicial. Alega que la
función de control está a cargo del Consejo Nacional de la Magistratura, lo cual no permite
que el Poder Judicial estructure un sistema disciplinario de control. Asimismo, establece que
en la medida en que el Poder Judicial no controla al Tribunal Constitucional ni al Jurado
Nacional de Elecciones, entonces no podría controlar a la jurisdicción militar, que, por
disposición constitucional es independiente.
92. Sobre el particular, este Colegiado debe reiterar lo expuesto respecto del principio de unidad
de la función jurisdiccional, según el cual el Estado peruano, en conjunto, posee un sistema
jurisdiccional unitario, en el que cada uno de sus órganos deben poseer no sólo similares
garantías y reglas básicas de organización y funcionamiento, sino también un mismo régimen
disciplinario. En ese sentido, si el Legislador, conforme a sus atribuciones constitucionales, ha
optado por crear una Sala Suprema Penal Militar dentro de la Corte Suprema de Justicia de la
República, entonces esta Sala debe someterse al régimen disciplinario existente dentro del
Poder Judicial y no como ha establecido la disposición cuestionada, que permite la
coexistencia de dos regímenes disciplinarios dentro del Poder Judicial; uno para los miembros
de la Sala Suprema Penal Militar Policial, y otro para el resto de órganos jurisdiccionales de
este Poder del Estado. Por tanto, el Tribunal Constitucional estima que los incisos 1 y 2 del
artículo 5, así como la Sétima Disposición Complementaria de la Ley 28665 son
inconstitucionales por crear un régimen disciplinario especial dentro del Poder Judicial para
los miembros de la Sala Suprema Penal Militar Policial, vulnerando el principio de unidad de
la función jurisdiccional.
93. En el caso de las instancias inferiores de la jurisdicción militar, no existe prohibición
constitucional para que el Legislador pueda crear un régimen disciplinario especial, debiendo
tomarse en consideración, en todos los casos, que el artículo 154, inciso 3 de la Constitución
establece como una de las funciones del Consejo Nacional de la Magistratura la aplicación de
la sanción de destitución a los Vocales de la Corte Suprema y Fiscales Supremos, así como a
los jueces y fiscales de todas las instancias, por lo que la regulación del régimen disciplinario
de las instancias de la jurisdicción militar debe asemejarse, en lo posible, al régimen estatuido
para el caso del Poder Judicial.
94. Asimismo, las disposiciones cuestionadas vulneran el principio de independencia judicial
(dimensión interna), por cuanto establecen que la Sala Suprema Penal Militar Policial es
competente para designar a los miembros de las Oficinas Desconcentradas de Control de la
Magistratura de la Jurisdicción Especializada en Materia Penal Militar Policial, toda vez que
la Sala Suprema Penal Militar Policial se encuentra imposibilitada de la realización de tales
actos administrativos (designaciones de los miembros de las Oficinas Desconcentradas de
Control que precisamente son los que controlan a los juzgadores de los Consejos y Juzgados)
pues al constituirse en un órgano de un nivel jurisdiccional superior al Consejo Superior
Militar Policial, a los Consejos Territoriales Penales Militares Policiales y a los Juzgados
Penales Militares Policiales, y, en consecuencia, tener el poder de revisar las decisiones
jurisdiccionales de ellos, crea un vínculo de dependencia respecto de tales órganos
jurisdiccionales inferiores.
95. El demandante ha cuestionado los artículos 55, incisos 1 y 2, 56, inciso 2, y 82º inciso 1, de la
Ley 28665 que establecen lo siguiente:
55.2 Para ser nombrado Fiscal Supremo Penal Militar Policial se requiere tener necesariamente
formación jurídico-militar policial e integrar el Cuerpo Fiscal Penal Militar Policial. [énfasis
agregado]
Apreciaciones de la demandante
96. La demandante ha sostenido que de las disposiciones antes mencionadas se concluye que los
Fiscales Penales Militares Policiales “administrativa, funcional y orgánicamente dependen en
línea directa de la Fiscalía Suprema Penal Militar Policial y no como sucede con los Fiscales
del Ministerio Público, quienes se encuentran directamente bajo la autoridad de los órganos de
línea correspondientes a la función fiscal del Ministerio Público. Así, tenemos que al interior
del Ministerio Público existen dos grupos de Fiscales; unos que están jerárquicamente
sometidos a la autoridad del Fiscal de la Nación, y otros que, a pesar de formar parte de él,
son, efectivamente, ajenos a sus autoridad. (...) No existe real autonomía ahí donde la
autoridad se ejerce parcialmente, sustrayéndose de ella determinados ámbitos, como es en este
caso el denominado Cuerpo Fiscal Militar Policial, que sin embargo, nominalmente forman
parte de él”.
97. El representante del demandado ha sostenido que las diferentes disposiciones de la Ley 28665
no vulneran la autonomía del Ministerio Público, pues “lejos de vulnerar dicha autonomía, ha
dispuesto un diseño de organización de los fiscales penales militares policiales, de modo que
puedan desempeñar sus funciones eficientemente”, y además, que no puede ser incongruente
que los fiscales militares policiales administrativa, económica y orgánicamente dependan en
línea directa de la Fiscalía Suprema Penal Militar Policial, precisamente por el criterio de
especialidad. No se trata de desconocer la autoridad del Fiscal de la Nación, sino de
superponer fines del Estado que la misma Constitución ha instituido al establecer la
independencia de la jurisdicción militar”.
98. Asimismo, aduce que “debe tenerse en cuenta que los miembros de la Fiscalía Suprema Penal
Militar Policial son designados por el Consejo Nacional de la Magistratura, con lo que se
supera el cuestionamiento respecto de su independencia”.
100. Al respecto, cabe precisar, en primer término, que la autonomía, en abstracto, puede
entenderse como “(...) la libertad de determinación consentida a un sujeto, la que se manifiesta
en el poder de darse normas reguladoras de su propia acción, o, más comprensivamente, como
la potestad de proveer a la protección de intereses propios y, por tanto, de gozar y disponer de
los medios173[20][20]
necesarios para obtener una armoniosa y coordinada satisfacción de los propios
intereses”.
100. A su vez, la garantía institucional permite proteger a determinadas instituciones a las
que se considera componentes esenciales del ordenamiento jurídico y cuya
preservación es indispensable para asegurar la efectiva vigencia de los principios
constitucionales. Sobre la garantía institucional el Tribunal Constitucional ha sostenido
que esta aparece como una “(...) fijación constitucional dotada –reconociblemente– de
una eficacia reforzada (...) 174[21][21]
con una función fundamental y propia de ordenación de la
comunidad constituida (...)”.
101. De este modo, teniendo en cuenta lo dispuesto por el artículo 158 de la Constitución, la
garantía institucional de la autonomía del Ministerio Público tiene por finalidad asegurar y
proteger la libertad de actuación de este órgano constitucional, de modo tal que pueda
cumplir eficazmente con las funciones que le ha encomendado la Norma Fundamental,
evitando la dependencia y subordinación respecto de otros órganos, poderes o personas,
sean estas públicas o privadas. Para garantizar esta libertad de actuación es preciso, entre
otras cosas, que el Ministerio Público, en tanto que órgano constitucional autónomo, pueda
contar con un estatuto jurídico básico que regule los derechos, obligaciones,
incompatibilidades y beneficios de los fiscales, entre otros, de manera que se pueda
preservar la imparcialidad en el desempeño de la función fiscal, así como el tratamiento
igualitario a los fiscales que se encuentren en el mismo nivel y jerarquía.
102. En efecto, el estatuto jurídico básico del Ministerio Público es precisamente su Ley
Orgánica (Decreto Legislativo 052), estatuto jurídico que no solo viene exigido por la
garantía institucional de la autonomía del Ministerio Público (artículo 158 Const.), sino
también porque así lo dispone el artículo 106 de la Norma Fundamental al establecer que
“Mediante leyes orgánicas se regulan la estructura y el funcionamiento de las entidades del
Estado previstas en la Constitución”. [énfasis agregado]
103. Por ello, en lo que se refiere a los extremos de las disposiciones cuestionadas, el Tribunal
Constitucional estima que son inconstitucionales por vulnerar la garantía institucional de la
autonomía del Ministerio Público, el principio de igualdad, así como las atribuciones
constitucionales del Consejo Nacional de la Magistratura, toda vez que, además de
encontrarse establecidos en un estatuto jurídico “especial”, introducen en el Ministerio
Público una Fiscalía Penal Militar Policial compuesta de oficiales que provienen de un
organismo como el denominado Cuerpo Fiscal Penal Militar Policial, que no han sido
elegidos conforme a los preceptos de la Norma Fundamental y no dependen de los órganos
de gestión del Ministerio Público, siendo además que estos extremos otorgan un tratamiento
diferenciado a fiscales que se encuentran en el mismo nivel y jerarquía.
105. Como ya se ha mencionado en el caso del Poder Judicial, los artículos 150 y 154, inciso 1,
de la Constitución estipulan que el Consejo Nacional de la Magistratura “se encarga de la
selección y el nombramiento de los jueces y fiscales”, y de “Nombrar, previo concurso
público de méritos y evaluación personal, a los jueces y fiscales de todos los niveles (...)”.
[énfasis agregado] Los cuestionados extremos de los incisos 1, y 2, del artículo 55,
desnaturalizan las atribuciones del Consejo Nacional de la Magistratura, toda vez que
establecen que este solo podrá realizar el concurso “público” de méritos y la evaluación
personal exigidos por la Constitución, con quienes formen parte del Cuerpo Fiscal Penal
Militar Policial; es decir, que el denominado “concurso público” no será precisamente
173[20][20]
MORTATI, Costantino. Istituzioni di diritto pubblico, 9.ª ed., Tomo II, Padova, Cedam, 1976. pp.823.
174[21][21]
Expediente N.º 0005-2004-AI/TC FJ 11.
público, pues se realizará solo con los integrantes de una entidad como el Cuerpo Fiscal
Penal Militar Policial.
106. No se pone en tela de juicio la necesidad de que determinados órganos del Ministerio
Público deban contar con profesionales del Derecho especialistas en la materia penal militar,
sino el que se abligue al Consejo Nacional de la Magistratura a realizar un concurso
“público” sólo con los integrantes de un organismo como el Cuerpo Fiscal Penal Militar
Policial, limitando con ello las funciones del mencionado órgano constitucional y, además,
restringuiendo desproporcionada e irrazonablemente el ejercicio de derechos fundamentales
(como el de igualdad en el acceso a los cargos públicos o la libertad de trabajo) de quienes
teniendo una formación jurídico militar idónea para desempeñar la función fiscal en materia
penal militar no son miembros del denominado Cuerpo Judicial Penal Militar. Es
importante destacar que el Consejo Nacional de la Magistratura es el órgano encargado,
conforme a sus atribuciones constitucionales, de establecer los requisitos y condiciones que
deben reunir quienes postulen a la función fiscal, garantizando, en todo caso, que se cuente
con profesionales que posean una óptima formación jurídico militar. En todo caso, más
adelante se examinará con mayor amplitud las disposiciones relacionadas con las
competencias del Consejo Nacional de la Magistratura.
107. Del mismo modo, son inconstitucionales determinados extremos de los artículos 49. inciso
2, 53, así como los artículos 56.2 y 82, inciso 1, y el último párrafo del artículo XII del
Título Preliminar de la Ley 28665, y, por conexión, el artículo 56, inciso 1, apartado 8, de la
misma ley, por vulnerar la garantía institucional de la autonomía del Ministerio Público,
toda vez que establecen, dentro de este órgano constitucional, una Fiscalía Penal Militar
Policial compuesta, entre otros, de un Fiscal Supremo Penal Militar Policial, el que se
constituye en la autoridad de esta nueva “fiscalía”. En suma, se crea una entidad (la fiscalía
penal militar) al interior del Ministerio Público, que resulta independiente y autónoma
respecto de este órgano constitucional, implantando una organización especial e incluso un
sistema disciplinario especial, lo que no hace sino evidenciar la fractura de la autonomía de
un órgano unitario como lo es el Ministerio Público, respecto del cual la Constitución no ha
establecido excepción alguna para el caso de la especialidad militar como sucede en el caso
del Poder Judicial. Asimismo, el mencionado artículo 56, inciso 2 llega al extremo de
disponer que solo de modo excepcional y temporalmente las funciones del referido Fiscal
Supremo Penal Militar Policial podrán ser asumidas por la Fiscalía de la Nación.
109. Asimismo, el Tribunal Constitucional estima que es inconstitucional el artículo XII del
Título Preliminar de la Ley 28665, por vulnerar la garantía institucional de la autonomía del
Ministerio Público, toda vez que establece que Oficiales Fiscales en situación militar o
policial de retiro puedan desempeñarse “como Fiscal Supremo Penal Militar Policial en la
Junta Suprema de Fiscales del Ministerio Público” [énfasis agregado], posibilitando que
tales funcionarios, seleccionados mediante un sistema de elección incompatible con la
Constitución, puedan participar en el gobierno de un órgano constitucionalmente autónomo
como el Ministerio Público. Simplemente, tal disposición resulta inadmisible en un Estado
Constitucional de Derecho, en el que la Constitución contiene mandatos que deben ser
observados principalmente por los poderes públicos y en el que el Ministerio Público se
configura como una institución autónoma que se encarga, además de la persecución del
delito, de velar por la independencia de los órganos jurisdiccionales y por la recta
administración de justicia.
110. También es inconstitucional el artículo 82, inciso 2, de la Ley 28665, por vulnerar la
garantía institucional del Ministerio Público, toda vez que establece un requisito (poseer el
grado militar o policial de Mayor o equivalente) que supedita el acceso de quienes aspiran a
la función fiscal en la especialidad penal militar.
111. De igual modo, por vulnerar la garantía institucional de la autonomía del Ministerio Público
son inconstitucionales los artículos 49, inciso 1, 55, inciso 1, 57, inciso 3, 58, incisos 3 y 4,
59, inciso 2, 60, inciso 1, 61, inciso 2, 62, inciso 1, 63, inciso 2, y 82, inciso 3, de la Ley
28665, toda vez que establecen que los fiscales penales militares policiales deban ser
oficiales en situación de actividad.
112. Finalmente, el Tribunal Constitucional estima que es inconstitucional el artículo 82, inciso
4, de la cuestionada ley, por vulnerar también la garantía institucional del Ministerio
Público, además de la independencia del Consejo Nacional de la Magistratura. Esta
disposición dispone que “La promoción a un nivel funcional Superior en la Fiscalía Penal
Militar Policial, determina el ascenso en el grado militar o policial, previo cumplimiento de
los requisitos de capacidad psicosomática, aptitud física, y cursos de instrucción
establecidos para cada grado, según la Institución a la que se pertenezca” [énfasis
agregado], condicionando de este modo el nombramiento de los fiscales cuando aspiren a
ocupar un cargo de nivel superior en la función fiscal, al exigir el cumplimiento de
requisitos que deben fijar “las instituciones castrenses” y no, como debe ser, el Consejo
Nacional de la Magistratura, en tanto que órgano constitucional encargado de la selección y
nombramiento de los jueces y fiscales.
113. En general, el concepto de igualdad forma parte del acervo cultural del pensamiento
occidental. El punto de partida del análisis de la igualdad es la clásica fórmula de
Aristóteles, quien sostiene que “Parece que la justicia consiste en igualdad, y así es, pero no
para todos, sino para los iguales; y la desigualdad para ser justa, y lo es, en efecto, pero no
para todos, sino para los desiguales”.175[22][22]
114. Como tal, hoy en día la igualdad expresa una concepción propia del Estado Democrático y
Social de Derecho. En efecto, “En su dimensión liberal, la idea de igualdad conlleva la
prohibición de arbitrio, tanto en el momento de creación de la norma que introduce la
diferencia como en el de su aplicación. La igualdad, desde la perspectiva del principio
democrático, excluye que ciertas minorías o grupos sociales en desventaja puedan quedarse
´aislados y sin voz`. Desde el punto de vista social , la idea de igualdad legitima un derecho
desigual a fin de garantizar a individuos y grupos desventajados una igualdad de
oportunidades”.176[23][23]
175[22][22]
ARISTÓTELES. Política, III 9 1280 a. Introducción, traducción y notas de Manuela García Valdés,
Editorial Gredos, Madrid, 1999, p.174.
176[23][23]
BILBAO UBILLOS, Juan María y otro. El principio constitucional de igualdad en la jurisprudencia
española. En: El principio constitucional de igualdad, Comisión Nacional de Derechos Humanos, México, 2003, p.
106.
115. En suma, el derecho a la igualdad, como el conjunto de derechos consagrados en nuestra
Constitución, encuentra su fundamento último en la dignidad de la persona. Así, cuando el
artículo 1, de la Constitución establece que “La defensa de la persona humana y el respeto
de su dignidad son el fin supremo de la sociedad y del Estado”, está reconociendo una
igualdad esencial de todas las personas, por lo que exige que tanto la sociedad como el
Estado deban tener como principal objetivo la vigencia de la dignidad humana.
116. Antes de examinar la vinculación del Legislador a la igualdad jurídica, conviene analizar la
configuración de la igualdad en la Constitución. Al respecto, cabe mencionar que este
Colegiado ha sostenido en reiteradas oportunidades que la igualdad se configura en nuestra
Norma Fundamental, como principio y como derecho fundamental. De este modo:
(...) la noción de igualdad debe ser percibida en dos planos convergentes. En el primero,
se constituye como un principio rector de la organización y actuación del Estado Social
y Democrático de Derecho. En el segundo, se erige como un derecho fundamental de la
persona.
Como principio implica un postulado o proposición con sentido y proyección normativa
o deontológica que, como tal, constituye parte del núcleo del sistema constitucional de
fundamento democrático. Como derecho fundamental comporta el reconocimiento de la
existencia de una facultad o atribución conformante del patrimonio jurídico de la
persona, derivada de su naturaleza, que consiste en ser tratada igual que los demás en
hechos, situaciones o acontecimiento coincidentes; por ende, deviene en el derecho
subjetivo de obtener un trato igual y de evitar los privilegios y las desigualdades
arbitrarias.
Entonces, la igualdad es un principio-derecho que instala a las personas, situadas en
idéntica condición, en un plano de equivalencia. Ello involucra una conformidad o
identidad por coincidencia de naturaleza, circunstancia, calidad, cantidad o forma, de
modo tal que no se establezcan excepciones o privilegios que excluyan a una persona de
los derechos que se conceden a otra, en paridad sincrónica o por concurrencia de
razones.
Por consiguiente, supone la afirmación a priori y apodíctica de la homologación entre
todos los seres humanos, por la identidad de naturaleza que el derecho estatal se limita a
reconocer y garantizar.
Dicha igualdad implica lo siguiente:
a) La abstención de toda acción legislativa o jurisdiccional tendiente a la diferenciación
arbitraria, injustificable y no razonable, y
b) La existencia de un derecho subjetivo destinado a obtener un trato igual, en función
de hechos, situaciones y relaciones homólogas.177[24][24]
177[24][24]
Expediente 0018-2003-AI/TC
178[25][25]
Expediente 0261-2003-AA/TC. FJ 3.1
118. En tal sentido, el derecho a la igualdad se constituye, prima facie, en aquel derecho que
obliga, tanto a los poderes públicos como a los particulares, a encontrar un actuar paritario
con respecto a las personas que se encuentran en las mismas condiciones o situaciones, así
como a tratar de manera desigual a las personas que estén en situaciones desiguales,
debiendo dicho trato dispar tener un fin legítimo, el mismo que debe ser conseguido
mediante la adopción de la medida más idónea, necesaria y proporcional.
119. Es importante precisar que el derecho a la igualdad ante la ley debe ser interpretado, entre
otras disposiciones, conforme al artículo 14, del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos, que establece que “Todas las personas son iguales ante los tribunales y cortes de
justicia”; y al artículo 24ºde la Convención Americana sobre Derechos Humanos, que
dispone que “Todas las personas son iguales ante la ley. En consecuencia, tienen derecho,
sin discriminación, a igual protección de la ley”.
120. En tanto que principio fundamental, la igualdad, entendida como regla de obligatorio
cumplimiento para el Legislador, entre otros, se encuentra reconocida en los artículos 103 y
2.2. de la Constitución. El primero establece que “Pueden expedirse leyes especiales porque
así lo exige la naturaleza de las cosas, pero no por razón de las diferencias de las personas
(...), y el segundo que “Toda persona tiene derecho: 2. A la igualdad ante la ley (...).
Analizando ambas disposiciones en función del principio de interpretación constitucional de
concordancia práctica se desprende que:
179[26][26]
Expediente 0001-2003-AI/TC FJ 11.
Constitucional ha sostenido que, en función de su carácter relacional, el derecho a la
igualdad:
funciona en la medida [en] que se encuentre conectado con los restantes derechos,
facultades y atribuciones constitucionales y legales (...); precisamente, opera para
asegurar el goce real, efectivo y pleno del plexo de derechos que la Constitución y las
leyes reconocen y garantizan.180[27][27]
Seguidamente conviene distinguir las diferentes manifestaciones que puede adoptar la igualdad
ante la ley.
2.7. La igualdad «ante la ley» y sus dos manifestaciones: igualdad «en la ley» e igualdad «en
la aplicación de la ley»
123. El principio-derecho de igualdad, a su vez, distingue dos manifestaciones relevantes: la
igualdad en la ley y la igualdad en la aplicación de la ley. La primera manifestación
(igualdad en la ley) constituye un límite para el Legislador, en tanto la actividad de legislar
deberá estar encaminada a respetar la igualdad, encontrándose vedado establecer
diferenciaciones basadas en criterios irrazonables y desproporcionados. En otros términos,
el actuar del legislador tiene como límite el principio de igualdad, en tanto que dicho
principio le exige que las relaciones y situaciones jurídicas determinadas que vaya a
determinar deban garantizar un trato igual y sin discriminaciones.
124. Respecto de la segunda manifestación: la igualdad en la aplicación de la ley, si bien esta
segunda manifestación del principio de igualdad no será examinada en el presente caso,
cabe mencionar, de modo referencial, que se configura como límite al actuar de órganos
públicos, tales como los jurisdiccionales y administrativos. Exige que estos órganos, al
momento de aplicar la ley, no deban atribuir una consecuencia jurídica a dos supuestos de
hecho que sean sustancialmente iguales. En otros términos, la ley debe ser aplicada de modo
igual a todos aquellos que estén en la misma situación, sin que el aplicador pueda establecer
diferencia alguna en razón de las personas o de circunstancias que no sean las que se
encuentren presentes en la ley.
180[27][27]
Expediente 0261-2003-AA/TC. FJ 3.1.
181[28][28]
BARNÉS, Javier. El principio de proporcionalidad. Estudio preliminar. Cuadernos de Derecho Público N.º
5, España, 1998, pp. 15 y ss.
Seguidamente, se analizarán los diferentes pasos o niveles que comprenden el test de
igualdad, para lo cual se tendrá en consideración la sentencia expedida por este Colegiado
en el Expediente 00045-2004-PI/TC.
2.9. El test de igualdad. Los pasos a seguir para verificar si una «diferenciación» es válida o
si se constituye en una «discriminación»
129. En este primer nivel, debe analizarse si el supuesto de hecho acusado de discriminación es
igual o diferente al supuesto de hecho que sirve de término de comparación (tertium
comparationis). De resultar igual, la medida legislativa que contiene un tratamiento diferente
deviene en inconstitucional por tratar diferente a dos supuestos de hecho que son similares. De
resultar diferente, entonces debe proseguirse con los siguientes pasos del test de igualdad,
pues el hecho de que se dé un tratamiento legislativo diferente a dos situaciones jurídicas
distintas no implica que tal medida sea constitucional, pues debe aún superar los siguientes
pasos del mencionado test.
130. Sobre el particular, cabe mencionar que el Tribunal Constitucional Federal Alemán, ha
sostenido, en criterio que comparte este Colegiado que “el derecho fundamental a la igualdad
ante la ley es violado cuando un grupo de destinatarios de la norma, por comparación a otros
grupos, es tratado de forma distinta, siempre que entre estos grupos no existan diferencias de
tal clase y de tal peso que permitan justificar la diferencia de trato”.182[29][29] En este primer
paso, el juicio de igualdad se identifica con la necesidad de determinar la semejanza o
diferencia entre las situaciones jurídicas que se comparan.
131. En este punto, cabe preguntarse ¿qué es una situación jurídica? Una situación jurídica es la
relación existente entre un supuesto de hecho (o categoría de persona) y su consecuencia
jurídica (norma que regula a una categoría de persona).183[30][30] Así por ejemplo, P1 y P2
constituyen dos personas y N1 y N2 constituyen dos normas que regulan la actuación de las
mencionadas personas, de modo tal que P1 y N1 forman una situación jurídica y P2 y N2
forman otra situación jurídica. Lo que se exige en el presente juicio es realizar una apreciación
comparativa entre las aludidas personas y las normas que las regulan, es decir, comparar P1N1
(situación jurídica en la que se cuestiona N1) con P2N2 (término de comparación). Como N1
y N2 son diferentes (normas que establecen diferencia de trato), en este juicio se debe
determinar si P1 y P2 son iguales o diferentes. Sin son iguales y se cuestiona N1, entonces N1
es inconstitucional por regular un trato diferente a dos personas (P1 y P2) que son iguales. Si
P1 y P2 son diferentes entonces efectivamente les corresponde una regulación normativa
diferente: N1 y N2, por lo que si se cuestiona N1 ésta ya ha superado el primer paso,
quedando pendiente la evaluación de los siguientes pasos.
182[29][29]
Tribunal Constitucional Federal Alemán, BverfGE (1980)55, 72 (88).
183[30][30]
GIMENEZ GLÜCK, David. Juicio de igualdad y Tribunal Constitucional. Bosch, Madrid, 2004. pp. 58 y 69.
Segundo paso: Determinación del nivel de intensidad de la intervención en la igualdad
132. Como lo ha sostenido este Colegiado, en este paso deben evaluarse los diferentes grados o
intensidades de la medida legislativa que va a intervenir en el principio-derecho de igualdad.
Así:
133. La existencia de una diferente regulación normativa o de un trato distinto deben ser
apreciadas en relación con la finalidad constitucional de la medida legal adoptada sobre una
determinada materia. El establecimiento de una diferenciación jurídica ha de perseguir
siempre un fin constitucional. Si la medida legislativa que establece un trato diferente a
supuestos de hecho diferentes no contiene un fin constitucional, entonces tal medida resulta
inconstitucional. Si contiene un fin constitucional, entonces corresponde avanzar al siguiente
paso.
134. Es conveniente precisar que la verificación de la legitimidad del fin que se persigue con la
diferenciación no forma parte del juicio de proporcionalidad sino que es un requisito que debe
ser examinado de modo previo a tal juicio, resultando indispensable para que éste pueda ser
realizado.185[32][32] No tendría ningún sentido examinar si una medida legislativa resulta
proporcional con el fin que se pretende si previamente no se ha verificado si el mencionado fin
es contrario al sistema de valores de la Constitución.186[33][33]
135. En efecto, el trato dispar realizado por el Legislador debe contener la persecución de un fin
constitucionalmente legítimo, es decir, que no esté prohibido expresa o implícitamente por la
Constitución. Por ello, atendiendo a la presunción de constitucionalidad de la leyes, “toda la
variedad de los fines establecidos por el propio Parlamento y que no entren en disonancia con
la Constitución, adquiere carta de legitimidad constitucional. De esta manera, se logra un
equilibrio entre los principios de supremacía de la Constitución y de máxima eficacia de los
derechos fundamentales, por una parte, y el principio democrático, por otra”187[34][34].
184[31][31]
Expediente N.º 00045-2004-AI/TC FJ 35.
185[32][32]
GIMENEZ GLÜCK, David. Op.cit. p.109.
186[33][33]
BARNÉS, Javier. El principio de proporcionalidad. Estudio preliminar. Cuadernos de Derecho Público N.º
5, España, 1998, pp. 109.
187[34][34]
BERNAL PULIDO, Carlos. El principio de proporcionalidad y los derechos fundamentales, CEPC, Madrid,
2003, pp.693-694.
136. Uno de los problemas que se puede presentar en este paso, es ¿cómo identificar la
finalidad de la diferencia de trato? Al respecto, cabe precisar que la respuesta a tal interrogante
exige una labor interpretativa, la que deberá tomar en consideración las siguientes fuentes: “la
propia Constitución –por ejemplo, en el supuesto de las reservas específicas de regulación de
los derechos fundamentales–; el texto de la ley enjuiciada –mediante una interpretación
teleológica-objetiva de las disposiciones que la componen e incluso de su preámbulo–; y su
exposición de motivos y los trabajos parlamentarios en que constan los debates en que se
fraguó –interpretación teleológica-subjetiva–”.188[35][35]
137. De presentarse un caso que ofrezca dudas en cuanto a la identificación de la legitimidad de
la finalidad del trato legislativo diferenciado, atendiendo a la mencionada presunción de
constitucionalidad de la ley, debe considerarse que la diferenciación contiene, prima facie, un
fin constitucional.
138. Si bien puede identificarse un fin constitucional en la diferenciación efectuada por el
Legislador, ello no implica que la medida adoptada no vulnere el principio-derecho de
igualdad, pues hace falta verificar si resulta proporcional, aspecto que debe verificarse en los
siguientes tres pasos.
Cuarto paso: examen de idoneidad
139. Sobre el particular, el Tribunal Constitucional ha sostenido que “La idoneidad consiste en
la relación de causalidad, de medio a fin, entre el medio adoptado, a través de la intervención
legislativa, y el fin propuesto por el Legislador. Se trata del análisis de una relación medio-
fin”.189[36][36]
140. Este paso exige que la medida legislativa que establece la diferencia de trato deba ser
congruente con el fin legítimo que se trata de proteger. En otras palabras, se evalúa si la
medida legislativa es idónea para conseguir el fin pretendido por el Legislador. Por el
contrario, si se verifica que la medida adoptada por el Legislador no guarda ninguna relación
con el fin que se trata de proteger, esta limitación resultará inconstitucional.
141. El principio de igualdad exige, entre otros requisitos, que exista coherencia entre las
medidas adoptadas y el fin perseguido y, especialmente, que la delimitación concreta del
grupo o categoría así diferenciada se articule en términos adecuados a dicha finalidad.
142. Este paso exige que la medida legislativa que establece un trato diferente para conseguir
una finalidad legítima, deba resultar la menos gravosa para los principios y derechos
afectados. En otros términos, “la limitación ha de ser necesaria para alcanzar el fin en la
medida en que cualquier otra opción supondría una carga mayor sobre el derecho
afectado”.190[37][37]
188[35][35]
BERNAL PULIDO, Carlos. Op.cit. p. 713.
189[36][36]
Expediente 00045-2004-AI/TC FJ 38.
190[37][37]
GIMENEZ GLÜCK, David. Juicio de igualdad y Tribunal Constitucional. Bosch, Madrid, 2004. p.303.
igualdad constituye una variable que ha de compararse con la intensidad o grado de realización
u optimización del fin constitucional.191[38][38] [énfasis agregado]
145. Como ya ha mencionado en el segundo paso, existen determinadas materias que exigen un
juicio de igualdad más riguroso, que se va a plantear de modo especial en la evaluación de
“necesidad” de la medida legislativa cuestionada. Así, por ejemplo, cuando se trate de leyes
que diferencian por motivo de origen, raza, sexo, idioma, religión, opinión, condición
económica (artículo 2, inciso 2, de la Constitución) o cuando se trate de leyes que limiten el
ejercicio de un derecho fundamental, entre otros, el subprincipio de necesidad exige que la
medida adoptada por el Legislador, para ser constitucional, deba ser absolutamente
indispensable para la consecución del fin legítimo, pues de existir una medida alternativa que,
siendo igualmente idónea para conseguir el mencionado fin, influya con menor intensidad en
el respectivo bien constitucional, entonces la medida legislativa cuestionada resultará
inconstitucional.
146. Situación distinta se aprecia respecto de materias que, a diferencia de las antes
mencionadas, exigen un juicio de igualdad flexible cuando se trate de ámbitos en los que la
Constitución ha otorgado al Parlamento una amplia libertad de configuración, por lo que en el
caso de la evaluación de la necesidad de la medida legislativa cuestionada bastaba que esta no
sea manifiesta y evidentemente innecesaria.
191[38][38]
Expediente 00045-2004-AI/TC FJ 36.
192[39][39]
Expediente 0016-2002-AI/TC, FFJJ 11 y 12.
193[40][40]
Expediente 0023-2003-AI/TC, FFJJ 85 ss.
148. En el caso del test de igualdad, este subprincipio exige que, habiéndose determinado
previamente el peso de los bienes jurídicos en pugna, las ventajas que se vayan a obtener con
la medida legislativa que establece una diferenciación deban ser proporcionales con la
intervención en otros bienes constitucionales, es decir, que el trato desigual no “sacrifique”
principios o derechos fundamentales (incluido el principio-derecho de igualdad) que tengan un
mayor peso que el bien constitucional que se quiere satisfacer mediante el aludido trato.
150. De este modo, cuando el resultado del juicio de proporcionalidad indique que el fin
constitucional de la medida legislativa diferenciadora es, por lo menos, “equivalente” a los
bienes constitucionales con los que encuentran en conflicto, entonces se podrá sostener que tal
medida, además de proporcional, resulta razonable.
151. En efecto, como se ha mencionado, más allá de los diferentes significados que ha asumido
la razonabilidad tanto en doctrina como en jurisprudencia comparada, de los que puede dar
muestra la jurisprudencia de este Colegiado, cabe destacar, prima facie, que en el ámbito del
juicio de igualdad una medida que establezca un trato diferente será razonable sólo cuando
haya superado el juicio de proporcionalidad. Por ello, el principio de proporcionalidad se
constituye, a su vez, en un mecanismo (medio) que sirve para llegar a una decisión razonable
(fin), es decir, a una decisión ponderada y equilibrada.
Seguidamente, corresponde examinar las disposiciones cuestionadas conforme al test de
igualdad expuesto en los parágrafos precedentes.
152. Por conexión, este Colegiado estima que debe evaluarse el artículo 33, inciso 1, de la Ley
28665, que establece lo siguiente:
33.1 Previo concurso público de méritos y evaluación personal, solo los miembros del
Cuerpo Judicial Penal Militar Policial pueden ser nombrados por el Consejo Nacional de la
Magistratura, como Vocales o Jueces en cualquiera de las instancias de la Jurisdicción
Especializada en Materia Penal Militar Policial; a excepción de los dos (2) Vocales Supremos
provenientes de la jurisdicción ordinaria, que integran la Sala Suprema Penal Militar Policial.
[énfasis agregado]
153. Sobre el particular, el Tribunal Constitucional estima que, con objeto de verificar si en el
presente caso la disposición cuestionada vulnera el principio-derecho de igualdad, esta debe
ser sometida al aludido test de igualdad.
154. En cuanto al primer paso (verificación de la diferenciación legislativa), cabe mencionar
que la situación jurídica a evaluar se encuentra constituida por una norma de exclusión que se
desprende del artículo 33.1, según la cual no podrán ser nombradas por el Consejo Nacional
de la Magistratura como jueces militares (consecuencia jurídica) las personas que teniendo
formación jurídico-militar, no sean parte del Cuerpo Judicial Penal Militar Policial (supuesto
de hecho).
155. La situación jurídica que funcionará en este caso como término de comparación está
constituida por la norma según la cual pueden ser nombradas por el Consejo Nacional de la
Magistratura (consecuencia jurídica) las personas que formen parte del denominado Cuerpo
Judicial Penal Militar (supuesto de hecho)
156. Por tanto, efectuado el respectivo examen, este Colegiado estima que las medidas
legislativas cuestionadas superan este primer nivel, toda vez que otorgan un tratamiento
diferenciado a dos situaciones de hecho que, a su vez, resultan diferentes.
Que el oficial jurídico militar que está haciendo carrera judicial, se le va a respetar hasta el
término de la carrera. Nadie puede ingresar por la ventana a ocupar unos cargos superiores,
solamente esto se va a dar en caso de que falten oficiales jurídico militares que están en carrera
para ocupar estos puestos.
160. En cuanto al cuarto paso (examen de idoneidad), es necesario mencionar que la medida
legislativa diferenciadora (solo los miembros del Cuerpo Judicial Penal Militar Policial
pueden ser nombrados por el Consejo Nacional de la Magistratura) resulta adecuada para
conseguir el fin que se pretende, como lo es el lograr la mayor eficacia de las decisiones
judiciales que se adopten en la jurisdicción militar.
161. En cuanto al quinto paso (examen de necesidad), cabe mencionar que en el presente caso,
tratándose de una disposición legal que limita el ejercicio del derecho fundamental de
igualdad en el acceso a las funciones públicas, que se deduce del artículo 2º.2 de la
Constitución, interpretado de conformidad con el artículo 25º, apartado c), del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos, así como el derecho fundamental a la libertad
de trabajo, se requiere de un juicio de igualdad estricto, según el cual, como se ha expuesto, se
exige que la medida adoptada por el Legislador, para ser constitucional, deba ser
absolutamente indispensable para la consecución del fin legítimo, pues de existir una medida
alternativa que, siendo igualmente idónea para conseguir el mencionado fin, influya con
menor intensidad en el respectivo bien constitucional, entonces la medida legislativa
cuestionada resultará inconstitucional.
163. En consecuencia, no habiendo superado el quinto paso del test de igualdad, el artículo 33º
inciso 1) de la Ley N.º 28665 resulta inconstitucional por vulnerar el principio-derecho de
igualdad. En efecto, la disposición cuestionada viola el derecho a la igualdad en la ley de
aquellos candidatos que reuniendo las condiciones necesarias para acceder a la función
jurisdiccional en el ámbito penal militar, se ven imposibilitados de hacerlo debido a la
prohibición desproporcionada e irrazonable de la medida legislativa cuestionada.
165. Sobre el particular, el Tribunal Constitucional estima que la Junta Transitoria, Calificadora
y Designadora creada por la Segunda Disposición Transitoria de la Ley N.º 28665, así como la
Cuarta Disposición Transitoria de la misma ley, son inconstitucionales por vulnerar las
atribuciones constitucionales del Consejo Nacional de la Magistratura (CNM). En efecto, los
artículos 150º y 154º inciso 1) de la Constitución establecen que el CNM “se encarga de la
selección y el nombramiento de los jueces y fiscales” y de “Nombrar, previo concurso público
de méritos y evaluación personal, a los jueces y fiscales de todos los niveles (...)”. Las
disposiciones que crean y regulan la cuestionada Junta Transitoria violan tales disposiciones
constitucionales, al arrogarse las atribuciones del Consejo Nacional de la Magistratura, toda
vez que establecen que esta Junta Transitoria, compuesta por 4 oficiales jurídicos, además de 3
representantes designados por el CNM, se encargará del nombramiento de jueces y fiscales.
166. El hecho de que esta Junta Transitoria se encuentre conformada por tres representantes del
CNM no la legitima para “designar” temporalmente a los jueces y fiscales de la especialidad
penal militar. Si la Norma Fundamental ha establecido que los jueces y fiscales deben ser
seleccionados y nombrados por el CNM entonces el Legislador se encuentra prohibido de
crear un organismo como la mencionada Junta Transitoria. La jurisdicción militar forma parte
del Poder Jurisdiccional del Estado y como tal se encuentra vinculada por el conjunto de
disposiciones constitucionales relacionadas con su naturaleza de órgano jurisdiccional, dentro
de las cuales destaca claramente las que regulan el sistema de nombramiento de los jueces
militares. En lo que se refiere al Ministerio Público, si bien la especificidad de la materia penal
militar puede justificar la existencia de Fiscales Penales Militares dentro del mencionado
órgano constitucional, éstos no se encuentran desvinculados de la Norma Fundamental, la que
ha establecido, como ya se ha mencionado, que el ente encargado de nombrar a los fiscales, en
todos los niveles, es el Consejo Nacional de la Magistratura.
167. Asimismo, por vulnerar el principio de unidad de la función jurisdiccional y la garantía
institucional del Ministerio Público es inconstitucional la Quinta Disposición Transitoria de la
Ley N.° 28665, toda vez que someten a órganos del Poder Judicial y el Ministerio Público a
un sistema de control disciplinario incompatible con el estatuto jurídico básico que poseen
ambos órganos constitucionales.
168. Teniendo en cuenta que en el presente caso, al examinar el inciso 1) del artículo 9º de la
Ley 28665, este Colegiado estimó necesario, en ese extremo, acudir a la diferencia entre los
términos disposición y norma y expedir una sentencia interpretativa, corresponde analizar
seguidamente la legitimidad de las sentencias interpretativas.
171. Cada uno de los distintos tipos de sentencias interpretativas e integrativas tiene su
fundamento en las disposiciones de la Norma Fundamental. Al respecto, el Tribunal
Constitucional ha sostenido lo siguiente:
Por otra parte, el Tribunal Constitucional tiene la obligación, de conformidad con el artículo
45º de la Constitución, de actuar de acuerdo con las responsabilidades que ésta exige. Por ello,
advertido el vacío normativo que la declaración de inconstitucionalidad de una norma puede
generar, y la consecuente afectación de los derechos fundamentales que de ella puede derivar,
tiene el deber —en la medida de que los métodos interpretativos o integrativos lo permitan—
de cubrir dicho vacío normativo a través de la integración del ordenamiento pues, según reza el
artículo 139º, iniciso 8, de la Constitución, los jueces no pueden dejar de administrar justicia
por vacío o deficiencia de la ley.
De otro lado, dado que en la generalidad de los casos las sentencias aditivas e integrativas,
buscan reparar la desigualdad derivada de aquello que se ha omitido prescribir en la
disposición sometida a control, el fundamento normativo para declarar la inconstitucionalidad
de la omisión descrita, a efectos de entender incluido en el supuesto normativo de la
disposición al grupo originalmente discriminado, se encuentra en el artículo 2º, iniciso 2, de la
Constitución, que proclama la igualdad ante la ley y proscribe todo tipo de discriminación, en
su artículo 200º in fine, que reconoce el principio de razonabilidad (principio que transita y se
proyecta a la totalidad del ordenamiento jurídico), y en el artículo 51º, que exige la unidad
constitucional del ordenamiento jurídico. [resaltado agregado]
Sin duda, la jurisdicción no puede legislar desde un punto de vista formal; es decir, no tiene la
capacidad de creación jurídica ex novo dentro del marco constitucional, pues dicha
competencia ha sido reservada constitucionalmente al Congreso (artículos 90º y 102º 1) y, en
su caso, al Poder Ejecutivo, a través del dictado de decretos legislativos (artículo 104º) o
decretos de urgencia (artículo 188º, inciso 19). Sin embargo, dado que la sentencia
constitucional conlleva una función interpretativa (concretizadora) de la Constitución y las
leyes, es también fuente de derecho, pues permite definir con carácter vinculante y efectos
194[41][41]
Expediente 0030-2005-PI/TC FJ 50.
generales los alcances normativos de sus disposiciones. Por ello, cuando los artículos 138º,
201º, 202º, inciso 1, y 204º, establecen el control difuso y concentrado de constitucionalidad
de las leyes, no reservan a la jurisdicción constitucional solamente garantizar el respeto por la
Constitución, sino también, en el marco del proceso constitucional, promocionar y proyectar
su postulado normativo (artículos 38º y 45º de la Constitución).
De otro lado, las sentencias exhortativas propiamente dichas, en las que el Tribunal
Constitucional modula los efectos en el tiempo de sus sentencias de manera tal que el
Congreso de la República pueda, por vía legal, adoptar las medidas que eviten las
consecuencias inconstitucionales que puedan derivarse de la expulsión de una ley del
ordenamiento, no sólo tienen sustento constitucional en el artículo 45º, que exige a este
Tribunal medir resposablemente las consecuencias de sus decisiones, sino también en la fuerza
de ley de dichas sentencias, prevista en el tercer párrafo del artículo 103º de la Constitución, y,
en consecuencia, en los distintos efectos temporales que aquellas pueden alcanzar, sobretodo
cuando versan sobre materias específicas, como la tributaria (artículo 74º) y penal (artículo
103º). [resaltado agregado]195[42][42]
172. Sin duda alguna, si el Tribunal Constitucional no procediera de la forma descrita y, por el
contrario, se limitara a declarar la inconstitucionalidad de la norma, sin ningún tipo de
ponderación o fórmula intermedia, como la que ofrecen las referidas sentencias, el resultado
sería manifiestamente inconstitucional y entonces nos encontraríamos en el escenario de un
Tribunal que, con sus resoluciones, fomentaría un verdadero clima de inseguridad jurídica, en
nada favorable al Estado social y democrático de derecho. Sólo hace falta imaginarse cuál
sería la situación que se podría plantear este Tribunal hubiese declarado inconstitucionales,
por ejemplo, las normas que, años atrás, regulaban los procesos seguidos contra el terrorismo
(Exp. N.º 0010-2002-AI/TC) o ante la jurisdicción militar (Exp. N.º 0023-2003-
AI/TC).196[43][43]
173. Sobre los efectos de una sentencia que declara la inconstitucionalidad de la ley, cabe
mencionar que el artículo 204° de la Constitución establece que: “La sentencia del Tribunal
que declara la inconstitucionalidad de una norma se publica en el diario oficial. Al día
siguiente de la publicación, dicha norma queda sin efecto. No tiene efecto retroactivo la
sentencia del Tribunal que declara inconstitucional, en todo o en parte, una norma legal”.
174. Más allá de su distinta valoración, la potestad de los Tribunales o Cortes Constitucionales
de diferir los efectos de sus sentencias de acuerdo a la naturaleza de los casos que son
sometidos a su conocimiento, constituye en la actualidad un elemento de vital importancia en
el Estado Constitucional de Derecho, pues con el objeto de evitar los efectos destructivos que
podría generar la eficacia inmediata de una sentencia que declara la inconstitucionalidad de
una ley, se tiende a aplazar o suspender los efectos de ésta.
175. Ello, sin lugar a duda, no implica una total discrecionalidad o arbitrario accionar por parte
del Tribunal Constitucional, sino todo lo contrario. Como sostiene Zagrebelsky, esta potestad
de diferir los efectos de sus decisiones, “empleada con prudencia y, al mismo tiempo, con
firmeza por parte de la Corte Constitucional, sería una demostración de un poder responsable
y consciente de las consecuencias”. “[E]l orden y la gradualidad en la transformación del
derecho son exigencias de relevancia, no simplemente de hecho, sino constitucional”. Es por
ello que “La Corte no puede desinteresarse de los efectos de los pronunciamientos de
195[42][42]
Expediente N.º 0030-2005-PI/TC. FFJJ 53 a 56.
196[43][43]
Expediente N.º 0030-2005-PI/TC. FJ 57.
inconstitucionalidad, cuando éstos pueden determinar consecuencias que transtornen aquel
orden y aquella gradualidad. En tales casos ella no puede observar pura y simplemente –es
decir, ciegamente– la eliminación la ley inconstitucional, tanto para el pasado como para el
futuro. La ética de la responsabilidad exige esta atención”.197[44][44]
176. Asimismo, Franco Modugno ha sostenido que circunscribir los efectos «naturales» de los
pronunciamientos de inconstitucionalidad por parte del Tribunal Constitucional constituye una
necesidad que deriva de su rol institucional: “eliminar las leyes inconstitucionales del
ordenamiento, pero sin producir situaciones de mayor inconstitucionalidad, sin que los
resultados de su juicio sean todavía más perjudiciales para el ordenamiento. Toda la historia
de las sentencias interpretativas, desestimatorias y estimatorias, de las manipulativas, aditivas
o sustitutivas, está allí para demostrarlo. El horror vacui, el temor a la laguna, a menudo es
justificado por la advertencia que el posterius puede resultar más inconstitucional que el prius.
El temor a la laguna acude por tanto, a valores constitucionales imprescindibles. No obstante,
sin querer renunciar, por otra parte, a la declaración de inconstitucionalidad, un remedio a
veces eficaz, en determinadas circunstancias, puede ser aquel de la limitación de sus efectos
temporales”.198[45][45]
177. Pese a lo expuesto, esta potestad de los Tribunales Constitucionales para diferir en el
tiempo los efectos de sus decisiones de inconstitucionalidad no siempre ha sido bien entendida
por algunos sectores de la doctrina, como tampoco por parte de algunos poderes públicos,
cuando éstos últimos han propugnado la eliminación de esta potestad, desconociendo de este
modo el horror vacui que puede generar, en determinados supuestos, el hecho de que una
sentencia de inconstitucionalidad pueda tener efectos inmediatos. Precisamente, el caso de las
disposiciones cuestionadas de la Ley N.° 28665, de organización, funciones y competencia de
la jurisdicción especializada en materia penal militar policial, constituye un claro de ejemplo
de los efectos destructivos y las lagunas normativas que se generarían si este Tribunal,
desconociendo su responsabilidad constitucional, decidiera que la sentencia de
inconstitucionalidad surta efectos al día siguiente de su publicación en el diario oficial El
Peruano. Veamos por qué.
178. No debe dejarse de lado, la consideración de que la potestad de diferir los efectos de las
decisiones de inconstitucionalidad por parte del Tribunal Constitucional, no implica en modo
alguno suplantar la labor del Poder Legislativo, sino precisamente el reconocimiento de que es
éste el órgano constitucional competente para establecer la regulación respectiva.
179. Como se ha podido observar a lo largo de la presente sentencia, la referida ley, regula las
diferentes funciones y competencias que tienen los órganos de la jurisdicción militar: La Sala
Suprema Penal Militar Policial, el Consejo Superior Militar Policial, los Consejos Territoriales
Penales Militares Policiales y los Juzgados Penales Militares Policiales. En ese sentido, si
como ha sucedido en el caso de autos, el Tribunal Constitucional estima que los órganos
jurisdiccionales de esta jurisdicción, así como las fiscalías penales militares policiales, no
pueden estar compuestos, respectivamente, por jueces y fiscales que a su vez sean oficiales en
actividad –en tanto subordinados al poder castrense– y que una Junta Transitoria no puede
reemplazar al Consejo Nacional de la Magistratura en el nombramiento de los jueces y
197[44][44]
ZAGREBELSKY, Gustavo. Il controllo da parte della Corte Costituzionale degli effetti temporali delle
pronunce d’incostituzionalitá: posibilita e limiti. En: Effetti temporali delle sentenze della Corte Costituzionale anche
con riferimento alle esperienze straniere. Atti del seminario di studi tenuto al palazzo della consulta il 23 a 24
novembre 1988. Giuffré, Milano, 1989. pp.195 y 198.
198[45][45]
MODUGNO, Franco. Consideración sul tema. En: Effetti temporali delle sentenze della Corte Costituzionale
anche con riferimento alle esperienze straniere. Atti del seminario di studi tenuto al palazzo della consulta il 23 a 24
novembre 1988. Giuffré, Milano, 1989. p. 15.
fiscales, entonces, la declaración de inconstitucionalidad de las respectivas disposiciones, de
surtir efectos al día siguiente de su publicación en el diario oficial, ocasionaría las siguientes
consecuencias, entre otras:
- Los órganos de la jurisdicción militar simplemente no podrían funcionar.
- Las fiscalías penales militares policiales no podrían funcionar.
- No existirían órganos legítimos que tramiten los respectivos procesos judiciales de la
jurisdicción militar.
- Los procesados que se encontraran sufriendo detención judicial preventiva deberían ser
puestos inmediatamente en libertad.
- En suma: paralización total del sistema de justicia militar
180. No obstante, atendiendo a la responsabilidad que ha encomendado la Constitución a este
Supremo Tribunal en los artículos 45°, 139º inciso 8, 201º y 202º y a fin de evitar situaciones
de mayor inconstitucionalidad, es necesario diferir los efectos de la presente sentencia.
3.3. La sentencia del Tribunal Constitucional y los efectos de la Ley N.° 28665
181. Cabe destacar que la Única Disposición Final de la Ley N.° 28665, estableció lo siguiente:
185. Cabe precisar que la mencionada vacatio sententiae (6 meses), no implica que se deba
esperar a que transcurra este lapso de tiempo en su totalidad, sino que, atendiendo a sus
atribuciones constitucionales, el Legislador pueda expedir la respectiva regulación incluso
durante los primeros meses de tal período.
186. 186. 186. Finalmente, es necesario tener en cuenta que, tal como lo ha sostenido este
Colegiado en anterior oportunidad, “la organización y funcionamiento de representantes del
Ministerio Público para que ejerzan sus atribuciones en el ámbito de la jurisdicción militar no
requiere inexorablemente del dictado de legislación ad hoc”.199[46][46] En ese sentido, el
Tribunal Constitucional debe declarar que el Ministerio Público puede ejercer las atribuciones
que señala su Ley Orgánica para designar los fiscales con formación especializada que actúen
ante la jurisdicción militar policial.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, en uso de las atribuciones que le confieren la
Constitución Política del Perú y su Ley Orgánica
HA RESUELTO
a) Inconstitucional el extremo del artículo 8º, que establece lo siguiente: “las disposiciones de
la presente Ley, en aplicación del principio de primacía de la norma específica”; quedando
redactado del siguiente modo: “La Corte Suprema de Justicia de la República cuenta con
una Sala Suprema Penal Militar Policial, sujeta a la Constitución Política, la Ley Orgánica
del Poder Judicial”.
199[46][46]
Expediente N.º 0023-2003-AI/TC resolución aclaratoria. FJ 7.
plazo de ciento veinte (120) días calendario, la propuesta de Reglamento de la presente
Ley”.
d) Inconstitucional el extremo del inciso 1) del artículo 10º que establece: “del Cuerpo
Judicial Penal Militar Policial”, quedando redactado del siguiente modo: “La Sala
Suprema Penal Militar Policial está integrada por cinco (5) Vocales Supremos; tres (3) con
formación jurídico militar policial; los mismos que pasan a la situación de retiro en la
fecha de su nombramiento, con el grado militar o policial que ostenten; y dos (2) Vocales
provenientes de la jurisdicción ordinaria”.
e) Inconstitucional el inciso 2) del artículo 10º.
f) Inconstitucional el inciso 3) del artículo 12°.
g) Inconstitucionales los extremos del artículo 14° que establecen lo siguiente: “del Cuerpo
Judicial Penal Militar Policial” y “para todos los efectos”, quedando redactado del
siguiente modo: “Al asumir el cargo de Vocal Supremo de la Sala Suprema Penal Militar
Policial, el magistrado adquiere la condición de Vocal de la Corte Suprema de Justicia de
la República, en concordancia con lo dispuesto en el párrafo 10.1”.
h) Inconstitucionales el extremo del inciso 6) del artículo 9º, que establece lo siguiente “las
cuestiones de competencias, en relación, con los delitos de función, así como”, quedando
redactado del siguiente modo: “Dirimir los conflictos sobre atribuciones que se presenten
entre órganos de esta jurisdicción especializada; en los casos de cuestiones de
competencias corresponde actuar como Vocal ponente a cualquiera de los Vocales
Supremos proveniente de la Jurisdicción Ordinaria”, y los incisos 1), 2) y 3) del artículo
6º.
i) Inconstitucionales el inciso 7) del artículo 9º, el inciso 5) del artículo 17° y los incisos 1),
2) y 3) del artículo 36°.
j) Inconstitucional el inciso 7) del artículo 15°.
k) Inconstitucionales el primer y segundo párrafo de la Primera Disposición Complementaria.
l) Inconstitucional el inciso a) del apartado referido al Cuerpo Judicial Penal Militar Policial
del artículo XII del Título Preliminar en el extremo que establece lo siguiente: “en la Junta
Suprema de Fiscales del Ministerio Público”.
m) Inconstitucionales el inciso b) del apartado referido al Cuerpo Judicial Penal Militar
Policial del artículo XII del Título Preliminar en el extremo que establece lo siguiente:
“Oficiales Judiciales en situación militar o policial de actividad que se desempeñan como”,
quedando redactado del siguiente modo: “Los Vocales Superiores, Territoriales, Jueces,
Relatores y Secretarios de Sala y de Juzgado, de la Jurisdicción Especializada en Materia
Penal Militar Policial”, así como el cuarto párrafo del artículo XII y el inciso 3) del
artículo 81°, este último en los extremos que establece lo siguiente “en situación de
actividad”.
n) Inconstitucional el inciso 1) del artículo 16°, en el extremo que establece lo siguiente: “del
Cuerpo Judicial Penal Militar Policial con grado militar o policial de General de Brigada o
equivalente en situación de actividad, en razón del nivel jurisdiccional que ejercen”,
quedando redactado del siguiente modo: “El Consejo Superior está conformado por diez
(10) Vocales Superiores”.
o) Inconstitucional el inciso 2) del artículo 24°, en el extremo que establece lo siguiente: “con
grado militar o policial de Coronel o equivalente en situación de actividad, en razón del
nivel jurisdiccional que ejercen”, quedando redactado del siguiente modo: “Cada Sala está
conformada por tres (3) Vocales del Cuerpo Judicial Penal Militar Policial; son nombrados
por el Consejo Nacional de la Magistratura, previo concurso público de méritos y
evaluación personal; el que extiende el título oficial que los acredita”.
p) Inconstitucional el artículo 31°, en el extremo que establece lo siguiente: “del Cuerpo
Judicial Penal Militar Policial, con grado militar o policial de Teniente Coronel o
equivalente en situación de actividad, en razón del nivel jurisdiccional que ejercen”,
quedando redactado del siguiente modo: “Los Jueces Penales Militares Policiales son
nombrados por el Consejo Nacional de la Magistratura, previo concurso público de
méritos y evaluación personal; el que extiende el título oficial que los acredita”.
r) Inconstitucionales los incisos 1) y 2) del artículo 33°, el inciso 1) del artículo 81°, el
inciso 5) del artículo 15°, los artículos 23° y 28°, los incisos 1) y 2) del artículo 5°, y la
Sétima Disposición Complementaria.
u) Inconstitucional el inciso 2) del artículo 49° en los extremos que establecen lo siguiente:
“e integran el Cuerpo Fiscal Penal Militar Policial del Ministerio Público”, “a sus órganos
de control; conforme” y “a lo dispuesto en la presente Ley; esto último, en aplicación del
principio de supremacía de la norma específica”, quedando redactado del siguiente modo:
“Son nombrados por el Consejo Nacional de la Magistratura, se encuentran sujetos a la
Constitución y a la Ley Orgánica del Ministerio Público”.
w) Inconstitucionales el inciso 2) del artículo 56°, los incisos 1), 2) y 4) del artículo 82º, así
como el último párrafo del artículo XII del Título Preliminar y el apartado 8 del inciso 1)
del artículo 56°.
y) Inconstitucionales el inciso 3) del artículo 57º, los incisos 3) y 4) del artículo 58º, el inciso
2) del artículo 59º, el inciso 1) del artículo 60º, el inciso 2) del artículo 61º, el inciso 1) del
artículo 62º, el inciso 2) del artículo 63º, y el inciso 3) del artículo 82º, en cuanto
establecen lo siguiente: “en situación de actividad”.
z) Inconstitucional el inciso b) del apartado referido al Cuerpo Fiscal Penal Militar Policial
del artículo XII del Título Preliminar en los extremos que establecen lo siguiente:
“Oficiales” y “en situación militar o policial de actividad”, quedando redactado del
siguiente modo: “Los Fiscales que se desempeñan como Fiscales Superiores, Territoriales,
ante Juzgados, y los adjuntos, que actúan ante las diferentes instancias de la Jurisdicción
Especializada en Materia Penal Militar Policial”.
2. Declarar que el inciso 1) del artículo 9) debe ser interpretado conforme a lo expuesto en los
Fundamentos 54 a 58 de la presente sentencia.
4. Declarar que forma parte del fallo lo expuesto en el Fundamento N.º 2 de la presente sentencia.
6. Disponer, respecto del resto de normas declaradas inconstitucionales, una vacatio sententiae
por un lapso de 6 meses contados a partir de la publicación de la presente sentencia, plazo que
una vez vencido ocasionará que la declaratoria de inconstitucionalidad surta todos sus efectos,
eliminándose del ordenamiento jurídico tales disposiciones legales.
7. Declarar que el Ministerio Público puede ejercer las atribuciones que señala su Ley Orgánica
para designar los fiscales con formación especializada que actúen ante la jurisdicción militar
policial.
Publíquese y notifíquese.
SS.
GARCÍA TOMA
GONZALES OJEDA
ALVA ORLANDINI
BARDELLI LARTIRIGOYEN
VERGARA GOTELLI
LANDA ARROYO