Unidad
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Introducción
Propósito
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2.1. ¿Qué son las falacias?
A este tipo de argumentos se les conoce como falacias y nuestra labor en este
momento es aprender a identificarlos y analizarlos, a fin de que no caigas en
engaños de otros y, algo muy importante, no construyas tus propios argumentos
de esta manera.
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No es conveniente que en nuestras conversaciones, lejos de ofrecer argumentos
válidos, usemos silogismos engañosos para convencer con razones que no son
suficientes a nuestro interlocutor. Debes recordar que tu interlocutor merece que
hagas el esfuerzo de convencerlo con buenas razones, por respeto a él, y a ti
mismo, que te des el tiempo de estructurar pensamientos válidos, sin manipuleo
de ningún tipo.
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Una forma muy clara para identificar esta falacia es preguntándonos lo siguiente,
por ejemplo: ¿por qué razón se descalifica lo que afirma Susana? En este caso, la
razón descansa en descalificar a la persona y no en refutar su opinión o en
investigar las razones por las cuales hace una afirmación.
“El ratón de los dientes sí existe, pero si no crees en él, nunca más te traerá las
monedas que tan felizmente usas para comprar dulces”.
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Falacia de apelación a la ignorancia
Esta falacia consiste en afirmar que, como nadie ha demostrado la verdad de una
conclusión, entonces la conclusión es falsa. Pero también se puede argumentar lo
contrario, es decir que, como nadie ha demostrado que la conclusión es falsa,
entonces es verdadera. Pero ¿por qué este es un error? Suena muy lógico que, si
no se ha demostrado la verdad de algo se debe a que es falso, y viceversa, ¿no
es así?
Como puedes ver, del hecho de que alguien ignore cierta información o no cuente
en el momento con las pruebas necesarias, no se sigue entonces que,
necesariamente, Juan tiene la razón. Lo único que se demuestra es que Helena
ignora cierta información respecto al tema de la relación entre el uso de los
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celulares y el cáncer, o, bien, no cuenta en ese momento con la información que
sería concluyente para demostrar el daño que provocan a la salud, pero eso no
significa que Juan tenga la razón.
Se puede usar el mismo argumento, tanto para afirmar la falsedad como la verdad
de la conclusión, por ello es un argumento falaz; es decir, que en sentido estricto,
el argumento no constituye una prueba contundente a favor o en contra de
ninguna de ambas conclusiones, sólo es una prueba de la ignorancia del
interlocutor, ya que la verdad o falsedad de la conclusión dependerá de la
evidencia que se ofrezca para apoyarla y refutarla, y no de la carencia de pruebas.
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Amanda: He notado que Rita es una mala persona.
Carolina: ¿Por qué lo dices?
Amanda: Porque me parece que no puede ser una buena persona.
En este ejemplo, Carolina afirma como razón de lo que afirma, lo mismo que ya
había mencionado; es decir quiere convencer a Amanda a partir de una razón
exactamente igual que la que había dado como conclusión, sólo que cambia el
término de mala a buena persona, pero ese cambio de término no significa que
sea una razón pertinente o bien una premisa que apoye la conclusión, ya que sólo
la repite.
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Falacia de apelación a la autoridad
Esta falacia sucede cuando afirmamos que algo es verdadero porque alguien que
admiramos o bien que respetamos por sus logros, lo dijo. Transferimos las
cualidades de la persona a lo que está afirmando, apelamos a la autoridad de
alguien reconocido para afirmar la verdad de una conclusión.
Autoridad de la mayoría.
Autoridad de la tradición.
En este ejemplo, podemos ver que Leticia apela a la fama como comentarista que
tiene Juan Rodríguez para dar por cierto su argumento.
O bien:
“Laura: Mañana te casas, es tu boda. ¿Ya tienes todo? Claudia: Me falta la prenda
vieja. Todas las novias se casan con una prenda vieja y yo también debo casarme
así.”
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Aquí se explica la necesidad de la “prenda vieja” apelando a que siempre se ha
hecho de este modo. Es decir, se apela a la tradición para fundamentar la
conclusión.
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2.3 Detectando falacias en la comunicación cotidiana
A veces repetimos ideas aprendidas, por ejemplo la idea que de que a los niños se
les debe corregir para que no se hagan delincuentes y por esa razón es necesario
pegarles de vez en cuando para que aprendan. Este razonamiento es falso, se
trata de la falacia de autoridad colectiva o ad populum, pero lo repetimos porque
así se nos dijo y así se nos educó. Estas falacias se apoyan en la tradición y se
encuentran internalizadas, de tal suerte que para desprendernos de ellas es
necesario hacer un esfuerzo para observar su estructura y razonar sobre su
validez.
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2.4 Estrategias para combatir las falacias
Ahora bien, ¿cómo podemos combatir las falacias? Para combatir las falacias, es
necesario que adquiramos el hábito de identificarlas, se necesita practicar
constantemente para entender en qué consiste su error y poder refutarlas.
Las siguientes son acciones que se recomienda hacer para no ser engañados o
engañar a nuestro interlocutor con argumentos falaces.
Pedir razones que apoyan las conclusiones que se afirman y evaluar si son
o no, un apoyo suficiente.
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Actividad de aprendizaje (Se desarrolla en plataforma)
Conclusión
En esta unidad aprendimos que cuando nos comunicamos con una persona, en
ocasiones, nuestro interlocutor o nosotros mismos empleamos argumentos falsos
o que no están bien estructurados y se convierten en falacias. También
aprendimos a detectar y clasificar los diferentes tipos de falacias que se
encuentran en anuncios comerciales y en la vida cotidiana.
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Referencias
De contenido
Libros
De consulta
Libros
Sitios de internet
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Recuperado abril 05 de 2011 de:
http://enciclopedia.us.es/index.php/Falacia
De imágenes
Unidad 2
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6. Representación de una falacia. Recuperado de:
http://depsicologia.com/wp-
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