Pincheira-Ulbrich Et Al. (2008) Aves Rapaces de Chile
Pincheira-Ulbrich Et Al. (2008) Aves Rapaces de Chile
Pincheira-Ulbrich Et Al. (2008) Aves Rapaces de Chile
1
Laboratorio de Planificación Territorial, Escuela de Ciencias Ambientales, Facultad de Recursos Naturales,
Universidad Católica de Temuco. Casilla 15-D, Temuco, Chile. [email protected]
2
Instituto de Historia Natural y Ecología. Chiapas, México. Dirección actual: Departamento de Vida Silvestre,
Subsecretaria de Medio Ambiente, Gobierno de Chiapas. 3ª Poniente Norte N° 148, Centro C.P. 29000,
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, México.
3
Programa de Magister en Ciencias, Escuela de Postgrado, Universidad de Los Lagos. Casilla 933, Osorno, Chile.
4
Laboratorio de Ecología, Depto. de Ciencias Básicas y Programa IBAM, Universidad de Los Lagos.
Casilla 933, Osorno, Chile.
En Chile se encuentran presentes 34 especies pleta (Rau y Jaksic 2004). Cumplen un impor-
de aves rapaces (7.4% de las aves chilenas), 27 tante rol ecológico al regular poblaciones de
del orden Falconiformes (rapaces diurnas) y distintas especies, desde artrópodos pequeños
7 de Strigiformes (rapaces nocturnas); se ob- hasta vertebrados, incluyendo peces, anfibios,
servan regularmente 28 especies y las otras reptiles, aves, pero especialmente mamíferos
son visitantes ocasionales (Pavez 2004, Torres- (Schlatter 2004). Algunas especies se adaptan
Mura 2004). Las aves rapaces son predadores a hábitats modificados por el ser humano,
de alto nivel trófico y, con frecuencia, especies siendo habitantes de áreas urbanas y de culti-
clave cuya ausencia causa la disminución en vos (Pavez 2004). En las zonas agrícolas, las
la riqueza de especies de la comunidad com- rapaces regulan especies de roedores perju-
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diciales para los cultivos, graneros o acopios rapaces de Chile a través de la metodología
de cosechas. También regulan especies que estandarizada de Reca et al. (1994) y compa-
transmiten enfermedades al ganado y al ser rar los resultados con los actuales estados de
humano (Muñoz-Pedreros 2004). conservación propuestos para las aves rapa-
Actualmente, las principales amenazas que ces de Chile. Adicionalmente, se proponen las
pueden afectar la distribución y la abundan- categorías de conservación según lo indica la
cia de las aves rapaces son la pérdida de técnica, utilizando las denominaciones de
hábitat, la disminución de fuentes de ali- Grigera y Úbeda (2000).
mento, los pesticidas y la caza (Tala e Iriarte
2004). Sin embargo, el estado de conservación M ÉTODOS
de estas aves es conocido únicamente para
nueve especies en Chile (Glade 1988). Reca et Para cuantificar el estado de conservación de
al. (1994) diseñaron una técnica basada en cri- las aves rapaces de Chile se aplicó la técnica
terios explícitos y cuantitativos que permite de Reca et al. (1994), usando el índice SUMIN.
cuantificar el estado de conservación de espe- Este índice considera con igual ponderación
cies de todas las clases de vertebrados 12 variables que representan factores de im-
tetrápodos, incluyendo las de distribución portancia para la sobrevivencia o la necesidad
oceánica (Úbeda y Grigera 1995). Esta técnica de conservación de las especies (Tabla 1). Los
ha sido aplicada para evaluar el estado de con- valores de cada variable pueden variar entre
servación de distintos grupos de especies de un mínimo de 0 y un máximo de 3–5, depen-
Argentina: los tetrápodos del Parque Nacional diendo de la importancia que se le asigne a
Nahuel Huapi (Úbeda et al. 1994a, 1994b, cada variable (Reca et al. 1994). El valor del
Grigera et al. 1996), los tetrápodos de la región índice para cada especie se obtiene al sumar
patagónica (Úbeda y Grigera 1995), los mamí- los valores asignados a cada variable, pudien-
feros de todo el país (Reca et al. 1996), los rep- do tomar valores entre 0–30 (de acuerdo a la
tiles y mamíferos del Parque Ischigualasto estructura del trabajo original de Reca et al.
(Acosta y Murúa 1998, 1999) y la totalidad de 1994). Los valores más altos de SUMIN indi-
la herpetofauna de Argentina (Lavilla et al. can una situación más adversa y una mayor
2000). También fue aplicado en Uruguay para necesidad de conservación para una especie.
evaluar las especies de anfibios y de algunos Para adecuarlo a las aves rapaces de Chile,
grupos de reptiles (Morales Fagundes y las variables que conforman el índice fueron
Carreira Vidal 2000, Maneyro y Langone 2001, modificadas considerando aspectos relevan-
Carreira Vidal 2004) y en Chile para los anfi- tes de la biología de estas aves. Las variables
bios (Díaz-Páez y Ortiz 2003). El índice de de singularidad taxonómica, singularidad y
prioridades de conservación (SUMIN), desa- efecto de la actividad humana se adaptaron a
rrollado por Reca et al. (1994), permite la pon- las modificaciones propuestas por Lavilla et
deración de variables con datos cuantitativos al. (2000). La distribución continental, la dis-
estimativos que son fácilmente disponibles tribución nacional, la amplitud en el uso del
para casi todas las especies en la mayoría de hábitat y la abundancia local fueron las mis-
los países latinoamericanos, aspecto que le mas que en el trabajo original de Reca et al.
confiere una alta aplicabilidad (Grigera y (1994). El tamaño corporal fue establecido
Úbeda 2000, Díaz-Páez et al. 2004). Puesto que obteniendo el promedio aritmético de los va-
se basa en una sumatoria, permite agregar o lores de tamaño corporal (longitud) de hem-
modificar variables para situaciones particu- bras y machos de cada especie expresado en
lares, tal como lo hicieron Bello y Úbeda (1998) centímetros. El potencial reproductivo fue
en su evaluación del estado de conservación establecido mediante el cálculo del promedio
de los peces de agua dulce en Argentina y aritmético del número de huevos por postura,
Úbeda y Grigera (1995) para mamíferos mari- usando el valor promedio para todas las espe-
nos y aves marinas. Además, ha sido utilizado cies, que varió entre 1–6 con un promedio de
para complementar el análisis de los proble- 3. La abundancia se basó en las descripciones
mas de conservación de los ciervos nativos de de Pavez (2004). Aunque no tiene valor legal
Argentina (Dellafiore y Maceira 1998). en Chile, el grado de protección de las espe-
El presente trabajo pretende evaluar el cies se fundamentó en la protección político-
estado de conservación de las especies de aves administrativa a nivel nacional establecida en
2008 AVES RAPACES DE CHILE 7
Tabla 1. Cuantificación de las variables utilizadas en el análisis del índice SUMIN aplicado a 30 especies
de aves rapaces de Chile: distribución geográfica continental (DICON), distribución geográfica nacional
(DINAC), amplitud en el uso del hábitat (AUHA), amplitud en el uso del espacio vertical (AUEVE),
tamaño corporal (TAM), potencial reproductivo (POTRE), amplitud trófica (AMTRO), abundancia
(ABUND), singularidad taxonómica (SINTA), singularidad (SING), efecto de la actividad humana (ACEXT)
y grado de protección (PROT).
Glade (1988), publicación que fundamenta la La nomenclatura de las aves rapaces actual-
ley de caza N° 19473 de 1996 y su reglamento mente reconocidas para Chile fue tomada de
DS N° 53 de 2003. A nivel internacional se con- Torres-Mura (2004). La clasificación y asigna-
sideró el listado de CITES (2005). En la tabla 1 ción de valores a las variables se basó princi-
se describen los criterios para la cuantificación palmente en la información en Pavez (2004),
de cada una de las variables. donde se consignan 34 especies. No obstante,
8 PINCHEIRA-ULBRICH ET AL. Hornero 23(1)
AM T RO
A BU N D
SU M IN
AU E VE
D ICO N
D IN A C
P OT RE
AC EX T
A H UA
SIN TA
PRO T
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T AM
Familia / Especie
Cathartidae
Vultur gryphus 2 1 1 0 2 2 1 0 2 1 0 0 12
Cathartes aura 0 0 0 0 1 2 1 0 2 0 0 2 8
Coragyps atratus 0 0 0 0 1 2 1 0 2 0 0 2 8
Accipitridae
Accipiter chilensis 3 2 2 2 0 0 2 1 2 0 2 0 16
Buteo albigula 2 2 2 2 0 2 0 1 0 0 4 0 15
Buteo ventralis 2 2 1 1 1 1 0 2 0 0 4 0 14
Buteo exsul 3 5 1 0 1 Ii 0 0 0 1 0 2 13
Circus buffoni 2 3 1 0 1 Ii 0 2 1 0 0 1 11
Buteo poecilochrous 2 3 1 0 1 2 0 0 0 0 0 0 9
Elanus leucurus 0 1 1 1 0 1 2 0 2 0 0 1 9
Geranoaetus melanoleucus 1 0 1 1 1 2 0 0 2 0 0 1 9
Parabuteo unicinctus 0 0 1 0 1 1 0 0 2 0 2 1 8
Circus cinereus 2 1 1 0 0 1 0 0 1 0 0 1 7
Buteo polyosoma 1 0 0 0 1 2 0 0 0 0 0 1 5
Pandionidae
Pandion haliaetus 1 1 1 0 1 1 2 1 3 0 0 0 11
Falconidae
Phalcoboenus australis 3 4 1 0 1 2 0 1 1 0 0 1 14
Phalcoboenus albogularis 3 2 1 0 1 2 0 1 1 0 0 1 12
Caracara plancus 0 0 0 1 1 2 0 1 2 0 2 1 10
Phalcoboenus megalopterus 2 2 1 0 1 2 0 0 1 0 0 1 10
Falco femoralis 0 0 1 0 0 2 0 1 1 0 0 1 6
Milvago chimango 1 0 0 1 0 1 0 0 2 0 0 1 6
Falco peregrinus 0 0 0 0 0 0 2 1 1 0 0 0 4
Falco sparverius 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 1 2
Tytonidae
Tyto alba 0 0 0 1 0 0 2 0 3 0 0 1 7
Strigidae
Strix rufipes 3 2 2 2 0 2 0 1 2 0 4 0 18
Bubo magellanicus 2 0 1 2 0 2 0 0 2 0 0 1 10
Glaucidium peruanum 3 4 1 0 0 0 0 1 1 0 0 1 10
Glaucidium nanum 3 0 1 0 0 0 0 0 1 0 0 1 6
Athene cunicularia 1 0 1 0 0 0 0 0 2 0 0 1 5
Asio flammeus 1 0 1 0 0 0 0 0 2 0 0 0 4
Ii: Información insuficiente.
este trabajo (Tablas 1 y 2; ver e.g., Circus peregrinus y Asio flammeus). En general, las es-
cinereus, Buteo polyosoma y Asio flammeus), am- pecies con los valores más altos del índice
bas evaluaciones son complementarias. Por su SUMIN están representadas en el listado de
parte, la lista de Glade (1988) incluye 9 de las Glade (1988); a medida que decrece el valor
30 especies incluidas en este estudio (Tabla 3); las especies desaparecen de este listado. No
2 de ellas fueron clasificadas como vulnera- obstante, estas especies no categorizadas por
bles (Vultur gryphus y Pandion haliaetus), 3 como Glade (1988) fueron clasificadas principal-
raras (Accipiter chilensis, Buteo albigula y Buteo mente en la categoría no prioritaria y en la de
ventralis) y 4 como insuficientemente conoci- atención especial (Tabla 3). En cuanto a los lis-
das (Strix rufipes, Buteo poecilochrous, Falco tados de CITES (2005), se incluyen 2 especies
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Tabla 3. Categoría de conservación según el valor del índice SUMIN y en las clasificaciones de Jaksic y
Jiménez (1986), Glade (1988) y CITES (2005) de 30 especies de aves rapaces de Chile.
en el apéndice I (Vultur gryphus y Falco ños poblacionales de especies tales como Strix
peregrinus), 25 en el apéndice II y las otras 3 rufipes, Buteo albigula, Buteo ventralis y Accipiter
no están incluidas (Buteo exsul, Coragyps atratus chilensis (Pavez 2004, Trejo et al. 2006). Accipiter
y Cathartes aura) (Tabla 3). chilensis es clasificada como especialista de
bosque puesto que depende estrictamente de
D ISCUSIÓN este hábitat para nidificar (Trejo et al. 2006).
Esta especie se encuentra muy disminuida por
Las aves rapaces de Chile se distribuyen en la destrucción del bosque esclerófilo y, en
hábitats diversos, desde el nivel del mar hasta general, del bosque nativo maduro (Pavez
la alta cordillera de los Andes y desde ambien- 2004), y fue descripta como rara para toda su
tes fuertemente modificados hasta los escasa- área de distribución (Jaksic y Jiménez 1986,
mente perturbados. La destrucción del bosque Jaksic et al. 2001, 2002, Pavez 2004); por ello
nativo maduro por causas humanas o natu- forma parte del grupo de especies con priori-
rales puede afectar negativamente los tama- dad máxima de conservación. En este mismo
2008 AVES RAPACES DE CHILE 11
grupo, Strix rufipes es la especie que presentó Con todo, es necesario mencionar que Strix
la mayor prioridad de conservación, debido a rufipes, Vultur gryphus y Accipiter chilensis pre-
la destrucción del bosque nativo de antiguo sentaron una alta prioridad de conservación,
crecimiento (Jaksic y Jiménez 1986, Martínez coincidiendo con los resultados obtenidos por
y Jaksic 1996, Jaksic et al. 2001, Ippi y Rozzi Jaksic y Jiménez (1986) aún después de más
2004). No obstante, hay registros de Strix de dos décadas de realizado su estudio. Falco
rufipes nidificando en el suelo en plantacio- sparverius y Asio flammeus fueron las especies
nes exóticas, lo que podría indicar que la que presentaron los valores más bajos del ín-
especie no es tan dependiente de los bosques dice SUMIN, fundamentalmente debido a su
de antiguo crecimiento como se creía previa- amplia distribución nacional y continental, su
mente (Estades et al. 1998). La especie que amplio potencial reproductivo y amplitud
probablemente merece mayor atención es trófica y su notable abundancia (Pavez 2004).
Buteo exsul, que es endémica y con una distri- Sin embargo, se ha indicado que Asio flammeus
bución muy restringida (Isla Alejandro puede encontrase en un estado de disminu-
Selkirk), y que no se encuentra categorizada ción de sus poblaciones por la disminución de
en Glade (1988) ni listada en los apéndices de su hábitat (Jaksic y Jiménez 1986, Jaksic et al.
CITES (2005) porque no había sido reconoci- 2001).
da como especie legítima (J Jiménez, com. Buteo ventralis es calificada por Glade (1988)
pers.). Phalcoboenus albogularis fue clasificada como una especie rara y con una población
en el grupo de prioridad máxima de conser- poco numerosa. Su distribución está asociada
vación debido a que posee una población muy al bosque nativo (Jaksic et al. 2002, Trejo et al.
poco numerosa. Sin embargo, no existen fac- 2006), el cual ha sido alterado, fragmentado y
tores de riesgo que estén causando una destruido (Pavez 2004). No obstante, también
merma en su población (Pavez 2004). es posible encontrarla en hábitat abiertos aso-
Contrariamente al efecto negativo que pro- ciada a fragmentos de bosque, aunque se
duce la destrucción del hábitat sobre algunas desconoce si la fragmentación beneficia o no
especies, otras como Milvago chimango y Falco a la especie (Figueroa et al. 2000). En este sen-
sparverius se benefician con las actividades tido, Jaksic y Jiménez (1986) mencionan que
humanas, presentando una alta capacidad de se ha beneficiado de las actividades humanas
adaptación a las perturbaciones de su hábitat en gran parte de su distribución. En este es-
y manteniendo poblaciones estables o en cre- tudio se siguiere clasificarla en el grupo de
cimiento (Jaksic y Jiménez 1986, Jaksic et al. máxima prioridad, ya que se desconoce infor-
2001, Figueroa Rojas y Corales Stappung mación importante de su dieta y ecología. La
2004). Una situación similar ocurre con Tyto población de Circus buffoni ha sido considera-
alba, especie que, al menos en el sur de Chile, da como rara por Jaksic y Jiménez (1986) y
es común en los campos de cultivo y pasto- escasa por Pavez (2004), probablemente por
reo, puesto que se mantienen árboles viejos tratarse de una distribución periférica (J
(principalmente de Laurelia sempervirens y Jiménez, com. pers.). Por ello, se propone clasi-
Nothofagus obliqua) con oquedades que las le- ficarla en la categoría de atención especial. Asi-
chuzas pueden usar para nidificar (Rau 2008). mismo, en esta última categoría se propone
Las actividades humanas también benefician incluir a Glaucidium peruanum, que es una es-
a Cathartes aura y Coragyps atratus, que no se pecie no amenazada con distribución perifé-
encuentran incluidas en Glade (1988) ni en los rica (J Jiménez, com. pers.), con una población
apéndices de CITES (2005) y se mantienen estable, pero poco común y con escasos
estables a nivel nacional en Chile con una po- hábitats favorables (Pavez 2004). Pandion
blación numerosa y fácil de observar (Pavez haliaetus, aunque parece responder positiva-
2004). No obstante, Jaksic y Jiménez (1986) mente a la alteración de su hábitat (Jaksic y
estiman que Coragyps atratus es una especie Jiménez 1986, Pavez 2004), presenta una
que debe ser considerada amenazada en gran población poco numerosa y estable, por lo que
parte del país, al igual que Buteo polyosoma, merece ser tratada con atención especial. La
teniendo en cuenta la disminución de sus caza es otro factor que puede afectar la
poblaciones. De acuerdo a los resultados ob- sobrevivencia de una especie, tal como ocu-
tenidos en este estudio, estas especies no ten- rre con Parabuteo unicinctus, ave muy perse-
drían por ahora prioridad de conservación. guida por los agricultores. No obstante, su
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