El Masón Ante Sí Mismo
El Masón Ante Sí Mismo
El Masón Ante Sí Mismo
A mi Madre R:. L:. S:. Del R:. E:. A:. A:. MERKABAH 1 N° 27.
El ritual de nuestra orden, define al masón dentro de sus más nobles cualidades,
como un hombre discreto, íntegro y probo; que es igualmente amigo y defensor del
débil que del fuerte; del humilde que del poderoso, y que es un fiel apoyo tanto del
pobre como del rico, con tal de que todos ellos demuestren ser virtuosos, y
partidarios de la razón, de la equidad y de la justicia.
G:.A:.D:. U:. ,en la conciencia. Actualmente todos los masones somos simbólicos,
y esta enseñanza y práctica de nuestros deberes y derechos las conseguimos
levantando a la Verdad el Templo de la Sabiduría, construido en la Logia. (L.Paliza)
Como corolario al respecto para para nosotros los Iniciados, la palabra masón, en
su interpretación material, es el Constructor o Albañil que trabaja a base de Cal y
Canto; que en lo Moral es el que se dedica a practicar la perfección de las
Costumbres Humanas; y que en lo Intelectual, es el que lucha por conseguir la
ilustración, combatiendo. a la ignorancia, al fanatismo y a la superstición que agobia
a los Pueblos.
Por otra parte desde los tiempos más remotos, el masón viene actuando con su
carácter de redentor social, y por la misma es un firme defensor de la Libertad de
Conciencia y del Pensamiento, con lo que siempre ha logrado proclamar la justa
independencia de los Pueblos Oprimidos bajo la planta despótica de sus
explotadores tiranos, si tomamos en consideración todos los antecedentes,
demostraciones y razonamientos Científicos y Filosóficos que definen a la moral en
concordancia con el papel que debe desempeñar y desarrollar el verdadero masón,
llegamos a comprender que, agregado a su indiscutible personalidad, debe reunir
los requisitos y condiciones que se exigen, para que llegue a obtener el honroso
título de hermano, puesto que todas esas formalidades son indispensables, para
que el masón demuestre de una manera serena y consciente, que es digno de ser
admitido como miembro de la fraternidad universal.
Sin embargo, todos los preceptos masónicos, llevan como única finalidad, la de
preparar, la de instruir y la de capacitar a todos los hombres, para que puedan
hacer frente a las vicisitudes' de la vida, y empeñar una lucha decisiva entre la
materia y el espíritu; pues sólo de esa manera, lograremos dominar a la
perversidad de los instintos, sin más esfuerzo, que el de la moderación en todos
nuestros actos.
Por lo tanto, los deberes que nos hemos impuesto, para con nosotros mismos,
serán los que nos distingan y nos caractericen, como verdaderos masones; puesto
que, quien es útil a sí mismo, en forma desinteresada les sirve a los demás; y si
buscamos el bien propio, quiere decir que en esa forma procuraremos toda clase
de beneficios, para todos los que nos rodean; con lo que lograremos desarrollar, la
labor que como obligación social, hemos jurado cumplir.
por otra parte, sabemos que la pureza de las costumbres humanas, la moralidad y
la moderación que se necesitan para iniciar la ejecución de todos nuestros actos,
constituyen otras tantas virtudes, que dignifican el trato social del hombre, que
sabe vivir entre sus semejantes, puesto que; todo ejemplo que se da con cordura,
con prudencia y con discreción, no hace más que demostrar, la esmerada
educación que el individuo ha recibido, desde su más tierna infancia, dentro del
seno del propio hogar, y al margen de los buenos modales que posteriormente, se
adquieren en los planteles educativos; en consecuencia, quien no guarda el
debido recato, ni se tiene el respeto a sí mismo, para llevar a la práctica todos sus
actos, da lugar a que la sociedad, no te tenga las consideraciones a que tiene
derecho, como a toda persona de conducta irreprochable, ni mucho menos
logrará, que se le guarde el debido respeto. las sanas costumbres, aplicadas en el
transcurso de la vida real, son cualidades propias de todo hombre civilizado;
puesto que sus tendencias, se inclinan, de manera consciente y firme, a aceptar
en todos sus puntos, las reglas de la urbanidad, circunstancia que nos obliga a los
masones, a cultivar esos principios, a propagarlos y a practicarlos, entre todos los
seres racionales.
Uno de los principales deberes del masón, consiste que, al tratar de iniciar su
acción social, debe pensar en lo que va a hacer; antes de tomar alguna
determinación, para que después, no haya necesidad de arrepentirse, o de que
tenga que remediarse, las consecuencias que pudieran ocasionar sus actos,
según las circunstancias en, que verifiquen los acontecimientos, por difíciles que
se consideren, puesto que es también una misión propia del masón, la de
ajustarse a sus más amplios y sanos razonamientos, y a la más estricta equidad,
para que podamos asegurar, sin temor a equivocamos, que su conducta y su
criterio, siempre se apoyarán sobre la rectitud que demanda todo acto de justicia.
Así mismo, la virtud en todos sus. aspectos, debe ser una estrella refulgente, de
donde emana la luz que produce la claridad al entendimiento humano, para lograr
establecer el propio gobierno de los hombres, puesto que son facultades que sólo
competen a su fuero interno, aplicar razonablemente, para conseguir colocarse, en
el lugar que justamente le corresponde, dentro del seno de la familia, entre la
sociedad y ante la humanidad, circunstancia por la que toca a nosotros, los
miembros de la fraternidad masónica, dirigir franca y sinceramente los destinos de
quienes por su falta de preparación, se hace necesario tenderles la mano amiga,
que los conducirá por el camino de la felicidad, puesto que eso sólo se consigue,
mediante la acción decisiva de una sociedad incorruptible e incomparable con
cualquiera otra; por sus ejemplos de moralidad, por sus lecciones de civismo y por
sus sabias enseñanzas filosóficas, materias en las que siempre hemos encontrado
innumerables y dignos conocimientos, para lograr aprender, fomentar y aplicar
prácticamente la belleza de tan sublimes principios.
por otra parte aquel masón que, abjura o traiciona a sus propias convicciones,
merece el desprecio de todos los miembros de nuestra orden, y el anatema de sus
semejantes; pues si bien la masonería, nos excluye de todo sufrimiento o de los
castigos materiales o corporales, la sanción para quienes caigan bajo las penas
establecidas en sus leyes o en sus códigos de justicia, arrojarán sobre su
personalidad de hombre intelectual, el justo menosprecio de los componentes de
la gran familia universal, quedando manchado para siempre comprensibles y
prácticos son pues, los deberes que tiene el masón, para conducirse a sí mismo,
para orientar a su hermanos y para dirigir a los extraños; a quienes debe externar
de una manera moderada, prudente y discreta, las sabias enseñanzas que ha
logrado aprender, dentro de las enseñanzas filosóficas, simbólicas y científicas,
propias de nuestra escuela; por lo consiguiente, muchas serán también las
ventajas que se obtengan, al apreciar en todo su valor, su labor social, llevada
hasta la meta de sus obligaciones, puesto que, de sus pensamientos, depende la
pureza de sus palabras; de sus palabras, depende la razón de sus acciones; y de
sus acciones, depende el éxito de todas sus obras, por insignificantes que
parezcan, siempre que sean para bien propio y para beneficio de sus semejantes.
los deberes que el masón tiene para consigo mismo, se concretan a llenar,
prácticamente todas aquellas funciones, que el amor propio, la susceptibilidad o la
delicadeza, en forma razonable y justa; aconsejan a la conciencia del hombre,
para mejor conducirse en sociedad; por cuyo motivo, aquí queda perfectamente
demostrado y aplicado, el innegable aforismo que dice: "no hagas a nadie, lo que
no quieras que hagan contigo", o de otro modo: "no desees a tu prójimo, lo que no
quieras para ti".
Es Cuanto QQ:.HH:.
A:. O:. De Puebla, Pue. Siendo el 26 de Septiembre del 2015 e:.v:. y 5775 A:. L:.
L.Paliza, J. (s.f.). Lo que no debe olvidar un Aprendiz Masón. Biblioteca Masónica Fraternidad.
Terrones Alfonso y García Alonso. (s.f.). Los 33 Temas del Aprendiz Masón. Santacruz, Bolivia.