Programa Los Elementos
Programa Los Elementos
Programa Los Elementos
Los elementos
D E P Ó S I TO L EG A L : M - 436 86 - 201 6 . I M P R I M E : I M P R O I TA L I A , S. L . M A D R I D
9/5 El cuarteto como testamento
Obras de F. J. Haydn, B. Britten y D. Shostakóvich, por el
Cuarteto Danel
23/4 El poeta
Obras de A. von Webern, F. Nietzsche, R. Wagner, R. Strauss,
C. Orff y P. Hindemith, por Annika Gerhards, soprano
y Pauliina Tukiainen, piano
Temporada
2017-2018
Entrada gratuita. Se puede reservar por internet. Los conciertos de miércoles se pueden escuchar en directo
por Radio Clásica (RNE). Los conciertos de miércoles y domingos se pueden ver en directo a través de
www.march.es /directo. Los conciertos de los sábados se pueden escuchar en diferido por Catalunya Música
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Música de Antonio de Literes
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Coprodución de la
Fundación Juan March y el
Teatro de la Zarzuela
4 5
Guido Reni, La Aurora, 1614 (fragmento), fresco en el Palacio Pallavicini-Rospigliosi de Roma
ÍNDICE
Presentación
5
Ficha artística
10
Argumento
12
Libreto
16
Antonio de Literes: cronología
30
Una ópera barroca para el siglo xxi
por Tomás Muñoz y Aarón Zapico
34
Poesía y música en Los elementos
por Andrea Bombi
42
Literes y las artes escénicas del cambio dinástico
por Ignacio López Alemany
54
Biografías
62
8
REPARTO
LOS
Tierra Olalla Alemán, soprano
ELEMENTOS
Aire Eugenia Boix, soprano
Agua Aurora Peña, soprano
Fuego Marifé Nogales, mezzosoprano
Aurora Soledad Cardoso, soprano
Tiempo Lucía Martín-Cartón, soprano
Sol Rafael Rivero, bailarín
Dirección musical y clave
Aarón Zapico Orquesta barroca Forma Antiqva
Dirección de escena Clave y dirección Aarón Zapico
Tomás Muñoz
Flauta de pico Tamar Lalo
Violines Daniel Pinteño y Pablo Prieto
Viola da gamba Alejandro Marías
Tiorba Daniel Zapico
EQUIPO ARTÍSTICO Guitarra barroca Pablo Zapico
10 11
ARGUMENTO
A
pesar del rótulo que encabeza la única fuente conser-
vada de esta obra (“ópera armónica al estilo italiano”),
Argumento resulta difícil encuadrar Los elementos dentro del
marco del dramma per musica italiano. La ausencia de
una acción dramática como tal, junto con el carácter
alegórico del libreto, aproximan esta obra a formas como la cantata
escénica, el madrigale rappresentativo, la loa con música o, incluso, el
auto sacramental.
12 13
LA NOCHE
1. Coplas: Frondosa apacible estancia
2. Dúo y Recitado: Moradores de estas playas
3. A 4: Y así le festejen
4. Dúo y A 6: Pues reverentes aves le gorjean
5. Recitado: Y al rápido son de mi aliento
6. Arieta: Olmo apacible
7. Recitado: Mas si fuese la planta fugitiva
8. Arieta: Fuego encendido
9. Dúo y Recitado: Y pues soy el Agua
10. Recitado: El Aire soy, que aliento la armonía
11. Arieta: Surge halagüeña la esfera dorada
12. Recitado: No podrá, que en mis senos intrincados
13. Arieta: De flores vestida
14. A 4: Y en tan triste confusión
15. Arieta: Ay, Amor, ay, Amor
16. Tonada: Sienta, sienta la Tierra
17. Recitado: Mas en la oscura Noche
18. Arieta: Sedienta de influjos al Sol ha bebido
19. A 3: Iras fatales fulminan
14 15
LIBRETO
LOS ELEMENTOS
ÓPERA ARMÓNICA AL ESTILO ITALIANO
PERSONAJES
Tierra, soprano
Aire, soprano
Agua, soprano
Fuego, mezzosoprano
Aurora, soprano
Tiempo, soprano
16 17
Ópera armónica al estilo Dúo
TIERRA, AIRE 5. Recitado 8. Arieta
italiano a los años de la
Y su luz celebren
Ex,MA S,RA Duquesa de Medina con cláusulas tiernas AGUA FUEGO
los dulces sonidos 15 Y al rápido sonido de mi aliento Fuego encendido
de las Torres, mi Señora
y suaves cadencias, despertarán las flores apacibles sea el diamante,
las flores tributen susurrando con blando movimiento de luz cambiante 65
el ámbar que albergan, los ramos y los troncos insensibles, 40 rico y lucido.
los ramos se agiten, la venida del Sol vaticinando, Haga brillante
que el aura se acerca, 20 unos con rudo estilo y otros cantando. su ardor flamante
lo que es florido.
LA NOCHE los prados se rían,
las hojas se muevan.
6. Arieta
Recitado 9. Dúo y Recitado
1. Coplas
TIERRA, AIRE AGUA
Y el rústico rumor de tanta lira, Olmo apacible, AGUA
AIRE
bastardo vegetable armonioso, que en voz perceptible Y pues soy el Agua, 70
Frondosa apacible estancia,
verde esperanza florida, matizado boscaje, vulgo hermoso, 25 el susto mitiga. 45
de cuanto ocupa el orbe el Aire gira. FUEGO
blando hospedaje del alba, Del pálido horror
Y pues soy el Fuego,
vistoso catre del día. de la Noche severa
las sombras opacas
3. A 4 A dúo
TIERRA que su centro envía
AGUA, FUEGO
Pomposo fértil albergue 5 al salir el Sol 50
CORO … la espuma salada
de bruta esmeralda rica, en la luz se enciendan
Y así le festejen, fatigue los remos,
noble pensil donde el aura que su ardor abriga. porque la ardiente fragua
celebren y sirvan
risueño aljófar destila. con tiernos arrullos reprima en los cristales su arrogancia. 75
y suaves caricias. 30
7. Recitado Recitado
2. Dúo y Recitado AGUA, FUEGO
FUEGO Y aunque no haya materia combustible
4. Dúo y A 6
TIERRA Mas si fuese la planta fugitiva, donde esgrima mis iras irritadas,
Moradores de estas playas, Dúo siempre verde y esquiva, fatigando las ondas mis volcanes,
AIRE y TIERRA la adorada de Apolo, 55 los piélagos undosos serán llamas.
AIRE Pues reverentes aves le gorjean para que hallase solo
Huéspedes de estas riberas, 10 cuando rendidos pájaros le trinan. quien humilde dedique reverente, A dúo
de esmeraldas unidas Y al oír el estruendo 80
TIERRA CORO con sus hojas tejidas, de voces contrapuestas y encontradas,
… alerta, aplaudid el día, La Tierra con flores, su culto diferente, 60 fuego, agua, que el Fuego se anega,
el Fuego que anima, sin que así se equivoque lo rendido, agua, fuego, que el Agua se abrasa.
AIRE el Viento gorjeos, 35 pues cuanto fuere aplauso Las Furias sedientas
… despertad, que el alba llega. el Agua la risa. [le es debido. incendios exhalan 85
18 19
si el Agua despide los Astros que en su ausencia sostituyen, la respiración, no [ha] de servir su adorno lisonjero.2
sus olas rizadas, faltándoles la luz a tantas flores qué dulce, qué suave
y hidrópico el Fuego que otro cielo adornaban sus colores, el eco veloz 135 Estribillo
que nunca se sacia, en la Noche confusa y tenebrosa, del Aire formado Y pues que nada sirve, 160
sus raudales bebe 90 el suave olor, fragancia deliciosa, 115 me vuelve la voz, y faltando la luz todo fallece,
pero no se apaga. el campo no saluda haciendo armonía a desmayar sus rayos
aunque el céfiro blando le sacuda. la repetición. trepiden sus influjos, pues que mueren.
10. Recitado
13. Arieta 16. Tonada 17. Recitado
AIRE
El Aire soy, que aliento la armonía TIERRA TIEMPO FUEGO
que condensaron los vapores fríos De flores vestida Mas en la oscura Noche
y, vagando los páramos umbríos, la Tierra aterida Copla el Mongibelo3 oculto desabroche 165
todo a mis respiraciones se desvía, 95 con ceño erizado, 120 Sienta, sienta la Tierra 140 las hipócritas llamas rigurosas
los negros arreboles sin el día que el cierzo entumece, cuando el Sol obscurece sus reflejos, que, volando a su acento belicosas,
de sombras van llenando los vacíos, marchita e impide, siendo funestos lutos las sombras cuando en su esfera vagan,
pero el espacio con los soplos míos por más que el Favonio1 con que viste el hemisferio. una vez encendidas no se apagan.
las nieblas va dejando que tenía, risueño y templado Y pues mi ardiente hoguera 170
pues cuando el Sol de mi aromas les mueva, su aliento 125 Estribillo en los cuatro elementos reverbera,
[región se aleja, 100 en las hojas se mira ya helado. Y pues que nada sirve, hasta que Apolo4 luminoso venga,
a sostituir benévolo me deja. y faltando la luz todo fallece, 145 la presidencia de las luces tenga.
a desmayar sus rayos
14. A 4 trepiden sus influjos, pues que mueren.
11. Arieta 2. La letra de esta tercera copla originalmente
CORO Copla era “de q. servira su adorno lisonjero”. Como se
AIRE Y en tan triste confusión Llore, llore el ocaso, trata de un verso de 12 sílabas y no de 11 sílabas,
y cuando ya se apaguen sus incendios, como debiera ser, el copista corrigió posterior-
Surque halagüeña la esfera dorada las ya repetidas voces mente el texto. Tachó el “q” y puso delante un
del aura suave los dulces orgullos. con destemplados suspiros las exequias le cante 150 “de” (o quizá un “le”, porque no se lee bien).
Y luego que ocupe su hermosa morada, al Sol le lloren la ausencia. 130 la fúnebre región de que va huyendo. También está tachada la letra “a” de la pala-
descanse y sosiegue con blandos bra “servirá”. Queda, por tanto, “no de servir
su adorno lisonjero”. Para que esta frase tenga
[arrullos.105 Estribillo
sentido y siga manteniendo once sílabas, hemos
15. Arieta Y pues que nada sirve, supuesto que hay que leer: “no [ha] de servir su
y faltando la luz todo fallece, adorno lisonjero”. Sería posible otra lectura si
12. Recitado a desmayar sus rayos ignorásemos la tachadura de la vocal “a” de la
AURORA palabra “servirá” y leyésemos “le” en lugar de
Ay, Amor, ay, Amor, trepiden sus influjos, “de”. Entonces la lectura sería: “no le servirá su
TIERRA qué tierna se escucha [pues que mueren. 155 adorno lisonjero”.
No podrá, que en mis senos intrincados 3. El Mongibelo es el monte donde se encuentra
estarán los incendios embozados, Copla el Etna, conocido volcán siciliano.
y mis incultas breñas Gima, gima y suspire,
1. Favonio: viento del oeste, el más suave de todos 4. Apolo luminoso: se refiere a Febo (“el bri-
abultarán las sombras con sus peñas, los vientos, que corresponde al Céfiro de la mito- y sus deliquios vaya padeciendo, llante”) o Sol, una deidad que ya en la época del
y pues soy la Tierra a quien influyen 110 logía griega. que si la luz se apaga, imperio romano estaba identificada con Apolo.
20 21
18. Arieta 22. Recitado 25. Recitado
COMIENZO DEL
FUEGO AMANECER TIERRA AIRE
Sedienta de influjos al Sol ha bebido Y pues la luz del día que amanece Y pues ya se desvían los vapores
mi altiva arrogancia ardores las ásperas escarchas enternece 225 que en la funesta Noche se animaron
[flamantes.175 y de varios matices y colores y en sus densas tinieblas se cuajaron
Y entre las sombras, el Fuego esparcido, 20. Recitado se registra el adorno de las flores para escándalo torpe de las flores, 255
los rayos hermosos de luces brillantes. que, en las verdes alfombras esparcidas, convirtiendo en aplausos los horrores,
TIEMPO pareciendo pintadas, son nacidas, alegres los jilgueros que callaron
Y aunque intente la fatiga, las aves, que su nobl e arquitectura 230 con destreza los picos entonaron
19. A 3 albergan en la triste Noche obscura, sus enfáticas cláusulas de amores,
ilusión, horror o miedo,
con tan confusos rumores 200 al mirar a la Aurora y a soplos de la luz que el Aire envía 260
AIRE, TIERRA y AGUA cada cual con su pico la enamora, hicieron con su aliento la armonía,
Iras fatales fulminan interrumpir mi sosiego,
ni el audaz altivo orgullo pues le rinden las flores y las aves porque mis voces imitando vayan
los contrarios elementos, fragancias dulces y armonías suaves. 235 los metros que tan dulcemente
mas tan iguales se embisten 180 de furiosos elementos
podrá entibiar mi arrogancia ensayan.
que conciertan el estruendo,
lidian dentro del compás ni entorpecer mi denuedo, 205
23. Arieta
donde suenan contrapuestos, que, exempto a las impresiones
26. Arieta
duro golpe los sonidos, y a sus influjos adversos,
TIERRA
dulce ruido con los ecos. 185 reservado el Tiempo dura
Rompa la Tierra AIRE
Y el Fuego tenaz sin que nadie acabe al Tiempo. la cárcel de esmeralda entumecida En brazos del Alba
que gime voraz, Y pues que ya en el Oriente 210 que las flores encierra, surcaba la esfera 265
la Tierra pesada preludios de luz advierto, y su fragancia unida el dulce jilguero,
ya cruje irritada, vuestras furias olvidando, derrame en la campaña, 240 en el discreto idioma
el mar proceloso 190 vayan mis voces diciendo: y cuando el Sol la baña que canta cromáticos
que va caudaloso
le cante agradecida. forma su blando concento
y el triste acento
de triste bemol, 270
del Aire violento 21. Arieta que halaga y suspende
los torpes movimientos destemplados
24. A 4 con violines su ruido halagüeño.
volviendo va en bemoles y trinados, 195 TIEMPO
acordando las iras en el Viento, Risueña el Aurora CORO
porque sirva su enojo de instrumento. del Sol precursora 215 Y sus acordes fragancias 27. Recitado
su luz vaticina, le tribute agradecida
borrando a la Noche la Tierra vistosas flores 245 AGUA
los negros celajes y el rocío tierna risa, Deidades que en el monte bipartido
del vasto vapor porque compitan, le prestáis armonía al dios de Apolo,
que teme su ruina, 220 porque celebren, porque sirva desde hoy de fijo polo 275
mirando que Apolo porque anhelen al día premiando vuestro canto con su oído,
por ella el ardor los floridos aromas, 250 ya que suenan los plectros acordados,
de sus rayos fulmina. las escarchas marchitas. vuestra atención os pido,
22 23
y de mi voz llamados, Estribillo del alba es amante
esta vez os convido 280 Quedito, silencio, pues ya la enriquece, 320 31. A 4
porque obsequiosas le mandéis que se oye apacible y cuando amanece
[a Clío volver el acento. 300 las luces que envía CORO
que mi acento corrija con perlas que cría Y pues Tierra, Agua y Aire 355
y a mi cítara suave la dirija.5 Copla sus rayos guarnece. son sus trofeos,
De vosotras lo fío, Del blando halago del aura con el Fuego se aviven
que así podré alentarme 285 al rumor acorde vuelve, TIERRA sus lucimientos.
y en aplauso tan alto dedicarme. siendo bostezo fragante Aqueste hemisferio 325
la seña de que amanece. y duro obelisco
que sirve de aprisco 32. Recitado
28. Arieta - A 4 Estribillo a tanto viviente
Quedito, silencio, 305 si busca, si siente AIRE
Arieta que se oye apacible el hermoso farol, 330 Flores, aves, fuentes, ríos,
AGUA volver el acento. el bello arrebol oíd los acentos míos. 360
Suenen los clarines, del alba le borre
toquen instrumentos, Copla la sombra que corre TIERRA
y en cláusulas tiernas Del aliento la armonía huyendo del Sol. Prados, riscos, montes, selvas,
y suaves acentos 290 apacible flores mueve escuchad mis ardientes finezas.
envíen sus ecos y del contacto las luces 310 AIRE
los dulces violines. acordes suenan y alegres. Mi esfera recibe 335 AIRE
el plumado velamen, Aves que el Aire giráis,
CORO que vuela al examen ¿por qué no trináis?
Estribillo
Suenen los clarines. del centro que vive,
Quedito, silencio,
que se oye apacible en donde percibe TIERRA
volver el acento. del alba divina 340 Fuentes que el prado corréis, 365
29. Tonada la luz peregrina ¿por qué os suspendéis?
y Apolo brillante
AURORA
LA LLEGADA DEL SOL la llama volante
de rayos fulmina. 33. Dúo
Copla
Dormida fatiga,
30. Coplas FUEGO AIRE y TIERRA
despierta a mis ecos, 295
La tímida hoguera 345 Y a la luz que madruga,
que el torpe letargo
AGUA y llama medrosa ¿por qué no cantáis,
del alba va huyendo.
El moble6 diamante315 al frío quejosa, si en cuna de plata
de espuma rizada, al yelo severa, al Sol le mecéis? 370
del yelo erizada si ya reverbera
en campo volante, y la luz que arde 350
del Sol es alarde, 34. Recitado
5. Clío es la musa de la poesía heroica, de ahí que padezca desmayos
el Agua pida que esta musa corrija su acento y
dirija su “cítara suave”, puesto que se dispone a 6. Moble: significa “móvil”; se aplica al agua, y tema sus rayos AIRE
cantar una arieta bélica. que es un diamante que se mueve. pues luce cobarde. Mas ya se escucha el estruendo
24 25
del carro del Sol, que aguijan AGUA CORO
golpes de luz con que Apolo Fuente canora, 400 Alfombra de flores
las sombras apaga, risueña y parlera, tribute la Tierra,
los rayos aviva. 375 que corre ligera de varios matices,
al prado que adora, de luces y estrellas. 435
TIERRA si ya le enamora
Y dejándose ver de la atalaya, quien quiere en rigor, 405 AURORA
empinado penacho y cumbre altiva, si logra corriendo Si voces respiran
la hieren veloces los triunfos de Amor. mis suaves alientos,
sus rayos primero, de los elementos
porque es la primera 380 CORO las sombras retiran
que su ardor registra. y alegres se miran 440
Poniendo las aguas
vistiendo el color
en claros espejos
mis rayos brillantes
a vista de todos 410
35. A 4 con luz superior.
sus altos trofeos.
CORO CORO
FUEGO Y llena de influjos
Y así el canto de las aves
Puro elemento la luz peregrina 445
y el aroma de las flores
de todos temido, del alba que nace
con armonías suaves,
voraz, encendido celebre su día.
con apacibles olores, 385
y siempre sediento, 415
ofrezcan sus voces graves
¿por qué tan sangriento TIEMPO
y tributen sus colores.
está tu furor, Los siglos ha unido
si sabes quemar que el Tiempo divide
36. Coplas y halagar con tu ardor? la dicha que mide 450
lo que ha conseguido,
AIRE CORO si lo ha merecido,
Esfera copiosa Con luces e incendios 420 culparle es error,
de luz peregrina, el Fuego publique que el mérito grande
en donde se afina 390 que ilustra, que brilla, es el premio mayor. 455
suave, armoniosa, que anima, que vive.
CORO
con voz deliciosa
TIERRA Instantes abracen
de aquel ruiseñor,
Selvas vestidas los siglos enteros
que siempre que canta
de varios colores, 425 en que aplausos logren
preserva el horror. 395
en donde las flores sus merecimientos. 459
CORO se ven esparcidas,
Y con dulces picos si sois advertidas,
sus triunfos alegren, verted vuestro olor,
y al día en que nace pues ya esa fragancia 430
le den parabienes. os da el esplendor.
26 27
28 29
ANTONIO DE 1673 Nace en Artá (Mallorca), el 18 de junio. Es el quinto hijo de Antonio
de Literes y Catalina Carrión, agricultores.
LITERES: 1686 Recibe la primera tonsura clerical en Palma de Mallorca (17 de sep-
tiembre). Posteriormente ingresa en el Colegio de Niños Cantorcicos
30 31
1706 El maestro de la Real Capilla, Sebastián Durón, se exilia en Francia 1719 Se estrena en la catedral de Lisboa su Oratorio en la fiesta del glorioso,
por razones políticas (había apoyado al bando austracista durante la invicto mártir San Vicente (22 de enero), sobre texto del canónigo lis-
Guerra de Sucesión). Literes ejerce como maestro de capilla interino boeta Julião Maciel. La noche anterior se había interpretado un ciclo
hasta la muerte de Durón en 1716. de villancicos también compuestos por Literes.
1707 Se estrena la obra teatral con música Todo lo vence el amor (17 de sep- 1723 Se estrena en el Teatro del Príncipe la obra teatral con música Celos
tiembre), con texto de Antonio Zamora, para celebrar el nacimiento no guardan respeto (28 de noviembre), sobre texto de Antonio Zamo-
del futuro Luis I, hijo de Felipe V y María Luisa. ra (la partitura y el libreto se han perdido). En Lisboa se representa
Júpiter y Semele (24 de agosto).
1708 En el Real Alcázar se estrena la comedia con música Decio y Eraclea
(1 de septiembre), sobre texto del conde de las Torres (la partitura y 1724 Felipe V abdica en su hijo, Luis I (10 de enero). El joven monarca
el libreto se han perdido). En el Coliseo del Buen Retiro se estrena la fallece meses más tarde (31 de agosto) y Felipe V se ve forzado a re-
zarzuela Acis y Galatea (18 de diciembre) para conmemorar el ani- cuperar la corona (6 de septiembre).
versario del nacimiento de Felipe V. La obra pasa luego a los teatros
1726 Benito Jerónimo Feijoo publica Teatro crítico universal, en el que
públicos y se convierte en uno de los mayores éxitos de Literes.
hace un gran elogio de Literes. Francisco de Corominas, músico de
1709 Las Cortes juran a Luis I como príncipe de Asturias. Para celebrarlo, se la universidad de Salamanca, publica su Aposento anti-crítico, donde
estrena en el Coliseo del Buen Retiro la zarzuela Con música y por amor, igualmente lo elogia. Ambos textos sientan la base de su posterior
sobre libreto de José de Cañizares en coautoría con Juan de Navas. reputación.
1710 Se representa Júpiter y Dánae en el Coliseo del Buen Retiro (6 de 1729 El príncipe de Asturias, futuro Fernando VI, contrae matrimonio en
enero) y la cantada de tema navideño Ha del rústico (también conoci- Badajoz con María Bárbara de Braganza. Con ella llega Domenico
da como Ah del rústico o Ah del rústico pastor). En esta obra se fusio- Scarlatti, quien permanece en España hasta su muerte en 1757. De
nan elementos del villancico hispano, la cantata italiana y la música 1729 a 1733 la corte se instala en Sevilla. Entre los músicos que for-
de danza francesa. man parte de la comitiva regia figura José de Literes, hijo de Antonio.
Manuela Sánchez de Aguiar, primera mujer de Literes, hace testa-
1731 Júpiter y Semele se representa en Barcelona, contribuyendo a la fama
mento. Tras su muerte, el compositor contrae segundas nupcias con
de Literes fuera del entorno madrileño.
Luisa Benita Montalvo. De este matrimonio nace Antonio de Literes
Montalvo, que llegará a ser compositor y organista de la Real Capilla. 1734 La noche del 24 de diciembre un incendio destruye el Real Alcázar.
Las llamas también hacen desaparecer el archivo musical. Los com-
1711 Se estrena en el Teatro del Príncipe, dependiente del Concejo Muni-
positores Antonio de Literes, Francesco Corselli y José de Torres son
cipal, la zarzuela Antes difunta que ajena (22 de julio). La música se
los encargados de renovar y componer el repertorio musical de la
ha perdido.
institución.
1713 Se estrena en el Teatro de la Cruz, dependiente del Concejo Munici-
1738 Farinelli llega a España, donde vivirá hasta 1760.
pal, la zarzuela Hasta lo insensible adora (16 de mayo), con libreto de
José de Cañizares. 1746 El 8 abril hace testamento. Entre otros objetos deja una guitarra va-
El Tratado de Utrecht pone fin a la Guerra de Sucesión Española. lorada en 30 reales y un violín de Cremona atribuido a Stradivari va-
lorado en 540 reales. Este instrumento sería heredado por su hija
1715 Literes aparece como primer violón en los libros de cuentas de la
María de la Concepción.
Capilla Real.
Muere Felipe V (9 de julio) y es sucedido por su hijo Fernando VI.
1718 Se estrena en el Teatro de la Cruz la zarzuela El estrago en la fineza o
1747 Muere en su domicilio de la calle Jacometrezo de Madrid (18 de enero).
Júpiter y Semele (9 de mayo), con texto de José de Cañizares.
32 33
UNA ÓPERA Una alegoría ecológica
BARROCA Tomás Muñoz
PARA EL
Director de escena
SIGLO XXI
L
os elementos es una obra compuesta alrededor de 1705
por Antonio de Literes para celebrar el aniversario de
María Ana Sinforosa Núñez de Guzmán y Vélez de Gue-
vara, duquesa de Medina de las Torres, esposa del duque
de Medina Sidonia.
Tomás Muñoz y Aarón Zapico Nos encontramos en plena Guerra de la Sucesión Española, aun-
que el triunfo de Felipe V, del que los duques han sido firmes parti-
darios, parece bastante seguro. La victoria del primer rey borbón ini-
cia un periodo de cambios en todos los órdenes de la vida española, y
también en la música, que se transformará por la influencia del estilo
italiano en la nueva corte.
Los elementos sintetiza los rasgos característicos de este estilo de
transición a medio camino entre la tradición hispana y la modernidad
italiana. El encabezamiento original de la partitura, donde tan solo
aparece escrito “Opera Armonica al Estilo Ytaliano…”, atestigua este
deseo de abrazar la modernidad, aunque se ha señalado que la ausen-
cia de acción dramática y el carácter alegórico aproximan Los elemen-
tos al auto sacramental más que a la “ópera” en sentido estricto.
El título Los elementos también resulta equívoco. Se trata de un
añadido escrito con posterioridad por una mano ajena a la composi-
ción que describe el indudable protagonismo de los cuatro elementos:
Agua, Tierra, Aire y Fuego. Sin embargo, el tema central de la obra el
advenimiento del Sol; de hecho, la obra se divide en tres partes: la no-
che, el comienzo del amanecer y la llegada del Sol. Durante la noche,
el mundo lamenta la ausencia del Sol y los cuatro elementos pelean
entre sí para presentarse como sustitutos de su poder. En la segunda
parte, a petición del Tiempo, Aurora elimina la oscuridad de la noche
y el mundo pide que se celebre la llegada del día. La última parte es un
gran festejo donde todos −los cuatro elementos, Aurora y Tiempo− ce-
lebran la venida del Sol.
Me gustaría ahora que volvamos al estreno de Los elementos en el
salón aristocrático de los duques de Medina Sidonia. Desconocemos
34 35
Fuego Tierra Aire Agua Fuego Tierra Aire Agua
36 37
Todo es cuestión de tiempo. Y hacia el Tiempo se vuelven todas
las miradas. El Tiempo adopta entonces el papel de maestro de cere- Excusatio non petita…
monias de la función y decide revertir la situación: a una orden suya,
la orquesta inicia una música del siglo xviii que trae el recuerdo ideal Licencias y obligaciones del
de un mundo clásico. Los elementos, ayudados por Aurora, reviven
de tal manera que, al acabar el prólogo, han recuperado su salud y su
antiguo esplendor.
intérprete moderno
Y comienza la ópera. El Tiempo vuelve a hacer girar la plataforma Aarón Zapico
circular del Mundo donde los elementos interpretarán una vez más Director musical
su papel. Vuelven a girar las galaxias, retornan la armonía y el caos,
los amores y desavenencias de los elementos, las fuerzas creativas y
destructoras, los ciclos naturales, la noche tenebrosa que precede al
E
día. Descubrimos que la noche es una noche de la naturaleza exterior
e interior, llena de sombras y desfallecimientos. Cuando la Aurora des-
empolva su viejo vestido y se viste delante del público para poder in- l cursor que parpadea insistente en una pantalla vacía,
terpretar su papel y descorrer el velo de la oscuridad, trae la esperanza la página enrollada e incólume en la máquina de escri-
y recuperamos la confianza. Y finalmente aparece el Sol, encarnado en bir, el autor inactivo. Flota en el ambiente una actitud
un bailarín que brilla como el oro y que invita a bailar a los elementos que roza lo desesperado. El cine nos ha acostumbrado
mientras la sala se inunda con su luz. Y así, festejando con alegría el bien al llamado síndrome de la hoja en blanco. Al pánico
restablecimiento del orden natural, se pone el broche final a la ópera. a comenzar algo, a esa parálisis psicológica inherente al principio del
¿Estamos aún a tiempo? proceso creativo. Queremos que esa hoja en blanco, comienzo de casi
todo viaje artístico, sea un contenedor de las mejores ideas.
Con la “música antigua” nos pasa algo parecido a sus intérpretes.
No nos encontramos una página en blanco, pero casi. Con un poco de
suerte, y dependiendo del autor, tendremos el compás, la tonalidad,
algún número en el bajo y puede que casi todas las notas. Poco más.
El caso que aquí nos ocupa, con un Antonio de Literes (1673-1747)
activo en la más esplendorosa época del barroco, pertenece a la par-
te más desasosegante. La ausencia de instrucciones en cuanto a la
instrumentación o el tempo e indicaciones expresivas en su “ópera
armónica al estilo italiano” es total. Una hoja en blanco.
Podemos argüir en defensa del compositor ante tan sonoras au-
sencias que se trata de una copia elegante y pulcra de la música para
uso conmemorativo y no práctico. Puede ser. Pero no es una rara avis
Aurora entre las partituras de sus contemporáneos. La información más o
menos esencial que suele faltar o no estar presente a primer golpe
Tiempo de vista en la música de este periodo es una constante con la que hay
que convivir porque no tiene solución. No alcanzaremos la verdad
absoluta y no tiene sentido perseguirla. Nunca podremos ser el pa-
38 39
sado. ¿Qué herramienta podremos utilizar para intentar, al menos, que pregona el título. Se han completado cifras; añadido, suprimido,
aproximarnos? El intérprete. acortado, alargado y desplazado acordes en recitativos y arias en fun-
¿Es Los elementos, entonces, una partitura incompleta? En cierta ción del texto al que acompañan. La palabra y el bajo continuo son
manera, sí. ¿Es necesario que el intérprete tome decisiones, se invo- los cimientos firmes de nuestra interpretación.
lucre en la creación de esta obra? Definitivamente, sí. Podemos obe- Más arriba, en los instrumentos ornamentales del conjunto, una
decer el texto musical hasta la extenuación, tocar lo que está escrito y flauta de pico ejerce de colorido comodín junto a los dos violines de
creer que así satisfacemos el deseo último del compositor. Podemos rigor. Entre ellos, ora se intercambian los papeles, ora se doblan y
limitarnos a recrear y será eso: una mera limitación. Los composito- juguetean en imaginados duelos con las voces. El papel de estos otros
res de esta época, Literes incluido, descansan en la formación de los cantores sin texto se ha aumentado exponencialmente, otra vez ese
músicos y llaman con insistencia a la imaginación y a la fantasía. Al estilo italiano, y su discurso está plagado de nuevas ligaduras, pun-
canto y a la danza. A pasiones ya vividas y a afectos por experimentar. tillos, articulaciones y acentos. Obedientes siervos del fundamento.
Los códigos han cambiado pero la naturaleza de nuestras emocio- Preludios que anuncian elementos, chaconas que bailan al son
nes es la misma que antaño. Es por ello necesario el concurso del del Tiempo y una Aurora desperezada al ritmo de una danza pasto-
intérprete, moderno traductor de dichas emociones a través de una ril. Repeticiones añadidas, cambios de texto en pro de un jaleo final
interpretación históricamente informada. A través de la inagotable e incluso alguna frase suelta declamada. Licencias y más licencias.
curiosidad y de la implacable cuestión, que han permitido una peren- Todas ellas sentidas, analizadas y estudiadas. Obligaciones con gusto
ne evolución en la historia de la interpretación musical. Desde, por adquiridas.
ejemplo, Arthur Bedford, que en 1711 ya ponía en duda el exasperan- Estos añadidos, este esculpido de la forma realza la figura del
te tempo con el que se cantaban las obras antiguas, o Mendelssohn, compositor y otorga más identidad si cabe a la praxis de la época.
que en 1845 insistía hasta la saciedad en la necesidad de una edición Más respeto a la figura del músico en el barroco: formado, imaginati-
urtext de las obras de Händel, sin añadidos en forma de marcas de vo, apasionado y comprometido.
expresión. Este interés que trasciende el papel ha provocado, y si-
gue provocando, una maravillosa revolución y un exhaustivo conoci- La tierra con flores
miento del pasado que asegura el futuro del acto de interpretar. Del el fuego que anima,
acto de crear. el viento gorjeos,
El aspecto más consistente y común en toda la música del pe- el agua la risa.
riodo barroco es el bajo continuo. Esa línea grave, tocada por uno o
más instrumentos y la mayoría de las veces desarrollada con acordes
sobre la que se sustenta toda la estructura musical. Es el fundamento
de cualquier interpretación y más, si cabe, en una obra con un texto,
donde es necesario dibujar con más insistencia las palabras, el men-
saje. No es casualidad que sea el aspecto más mimado, trabajado y
perfilado en esta versión. Cada elemento lleva asociado un instru-
mento del continuo que lo hace reconocible a lo largo de la obra, que
ayuda a su comprensión e identificación: Tierra es la tiorba, Agua
es la viola da gamba, Aire es la guitarra y Fuego es el clave. Además,
la Aurora es la flauta de pico (instrumento pastoril por excelencia)
y el Tiempo forma solemne pareja con Arcangelo Corelli, maestro
perpetuo a lo largo de los siglos y sazonador de ese estilo italiano
40 41
La discorde concordia
... ma questo di cui parlo,
spettacolo, si mira con la mente
ov’entra per gli orecchi e non per gli occhi
U
LOS ELEMENTOS n razonamiento sobre la “ópera armónica al estilo
italiano” que modernamente llamamos Los elemen-
tos debe empezar, pienso yo, por algunas considera-
ciones acerca del libreto –por así llamarlo, porque el
texto literario solo se conoce a través de la partitura–.
Andrea Bombi La precedencia a la letra corresponde a la más que probable priori-
Universitat de València dad cronológica: dentro de la espesa niebla que oculta las circunstan-
cias en que nació esta fascinante obra (en los primeros años del siglo
xviii), podemos asumir casi con seguridad que, para su trabajo, el
compositor recibió un texto escrito previamente. A partir de este su-
puesto, podemos interrogarnos acerca de cómo el desconocido poeta
se enfrentó a la tarea de preparar los materiales para un espectáculo
que declara desde su portada la voluntad de embocar caminos nove-
dosos y aún poco familiares para el público hispano.
Como primera aproximación al tema, podemos acudir a una re-
flexión poco conocida, bastante alejada en el tiempo de la producción
de Los elementos, pero que resulta útil para comprender el horizonte
de expectativas en el que se define la novedad de esta “ópera armóni-
ca” y del “estilo italiano”. En 1738, el cronista valenciano fray Tomás
Güell (¿1670?-1742), al copiar un libreto de ópera, informa a sus lec-
tores sobre las diferencias entre comedia española (del Siglo de Oro)
y ópera. En las comedias, siguiendo la actuación de los intérpretes,
según Güell, “los presentes […] pueden de pronto formar juicio del
ingenio e inventiva del poeta” y también de “los pasos que ejecutan”.
Las óperas, al contrario “son de música y muy poco se representa y
también ejecutan mutaciones de teatro y tramoyas”; finalmente, las
“personas de gusto” reciben (o se hacen con) un libreto, de modo que
“cuando empiezan la cantata, leen y entienden el concepto y lo que
se canta”. En la comedia, el poeta también se exhibe ante el público
a través de la acción dramática; en la ópera, el prevalecer del código
1. “Quid velit et possit rerum concordia discors”, Horacio, Epístolas, I, xii, v. 19. Traducción de
Javier Burgos, Madrid, León Amarita, 1823, vol. 4. musical impide esta comunicación mediada.
42 43
La poesía En brazos del alba
surcaba la esfera
Aunque no es imposible que hubiese libretos en la representación el dulce jilguero,
de Los elementos, se ha visto que ninguna fuente de este tipo ha lle- en el discreto idioma
gado hasta nosotros. Más allá de este detalle, en la medida en que que canta cromáticos
refleja el original, el texto que se recaba de la partitura desde luego forma su blando concento
nos desvela a un escritor que modula su discurso en las frecuencias de triste bemol,
de la comedia declamada, más que de la ópera cantada. Es decir, este que halaga y suspende
texto es de los que le solicitan al público un juicio sobre el ingenio y su ruido halagüeño.
la inventiva de su autor. El cual, además de emplear un léxico en todo
momento autorizado por los autores auriseculares, se vale de recur- Pero mi disconformidad para con el trabajo del autor del libreto, sin
sos como la variación de metro y rima en función del desarrollo del embargo, es irrelevante, porque este texto farragoso y sobrecargado
texto, caracteriza a sus personajes alegóricos con elementos simbóli- inspira una música siempre atractiva y por momentos sobrecogedo-
cos de consolidada tradición –flores para la Tierra, aves para el Aire, ra. Según un manido tópico, los compositores solventes saben con-
espuma para el Agua, por ejemplo– y, sobre todo, despliega una retó- cebir partituras superlativas luchando contra pésimos libretos, pero
rica muy generosa en figuras de distribución (paralelismo, quiasmo, esta idea resulta, en realidad, aún menos convincente que la poesía
hipérbaton), de pensamiento (oxímoron, antítesis) y especialmente de Los elementos. Parece, en cambio, mucho más productivo pregun-
de tropos (metáforas, sinécdoques). tarse acerca de las cualidades musicales de esta poesía, e indagar so-
Personalmente, el resultado me convence poco. La poesía de Los bre qué le dio al músico para alimentar su fantasía creativa. La res-
elementos –insisto: tal y como nos la transmite la partitura– tiene puesta a esta pregunta puede adelantarse en una constatación: Los
pretensiones, pero la versificación a menudo es tosca –¿cómo cualifi- elementos se describe mejor como un gran fresco o una de esas telas
car versos como el v. 26, “de cuanto ocupa el orbe el aire gira”, o el v. de grandes dimensiones con batallas o paisajes, donde la vastedad
147, “trepiden sus influjos pues que mueren”?– y oscura: su significa- de la visión de conjunto es obtenida combinando una variedad de
do global se entiende, pero, ¿cómo parafrasear un recitado como este detalles que aluden a una historia. Es verdad que música y poesía se
del Fuego (vv. 53-62)? desarrollan en el tiempo y que no le permiten al oyente una “visión
de conjunto”. Pero en sede poética el compositor sí puede tenerla, al
Mas si fuese la planta fugitiva, menos en forma de intuición, y puede recuperarse en sede crítica.
siempre verde y esquiva,
la adorada de Apolo
para que hallase solo Argumento y dramaturgia
quien humilde dedique reverente,
de esmeraldas unidas El contenido de la ópera es bien conocido: al acercarse del alba, los
con sus hojas tejidas, conatos de los cuatro elementos –Aire, Tierra, Agua y Fuego– para
su culto diferente, celebrar convenientemente la llegada del Sol degeneran en contien-
sin que así se equivoque lo rendido, da de prioridades y conflicto de competencias. Solo con el paulatino
pues cuanto fuere aplauso le es debido. manifestarse del astro –propiciado por el Tiempo después del lamen-
to de la Aurora– la riña trasciende a encomio colectivo y conclusivo.
¿O esta muy irregular arieta del Aire (vv. 264-272)? Más en detalle, en la historia podrían reconocerse los momentos evi-
denciados en el esquema: una fase introductoria (vv. 1-36) de invita-
44 45
ción a la celebración; seis secuencias de recitativo y arieta (hay va- Armonía Transición Caos
riantes en la tercera y la sexta) concluidas por otros tantos números
de conjunto, que articulan en diferentes contiendas o competencias Sol presagiado
los encuentros y desencuentros de los personajes; una sección final, Tierra
—————————
Aire
que escenifica la vuelta de la concordia. Se identifica así un recorrido •4 •6
de ida y vuelta desde la (auspiciada) armonía inicial al caos de la par- (Introducción)
te central, jalonado por las relaciones de los personajes citados con
otro silencioso −e invisible, durante gran parte de la obra−, pero de Sol ausente
1.
inigualada influencia: el Sol. Agua (R-A)
Desde el punto de vista del estilo musical, esta arquitectura al- —————————
Fuego (R-A)
terna momentos de evidente influjo italiano con otras asentadas en •2
la tradición de la música teatral hispana: por un lado, las secuencias 2.
de recitado-arieta en las que los personajes exponen sus razones y, Aire (R-A)
—————————
Tierra (R-A)
por el otro, los números de conjunto y las canciones estróficas que •4
escenifican tanto las fases de concorde regocijo como las de con-
tienda y conflicto. En lo relativo a las formas italianas, se observa Sol llorado
aquí una peculiar forma de recepción –destinada a consolidarse 3.
Aurora (A) y Tiempo (Tono)
en el teatro hispano– del estilo recitativo: este no se emplea para —————————
Fuego (R-A)
construir una acción a través del diálogo dramático, sino como in- •3
troducción a la arieta que le sigue, de forma que cada una de ellas es
complementaria a su recitativo, del cual precisa el significado. Solo Sol vislumbrado
indirectamente, pues, las arietas sirven para la expresión musical de 4.
Tiempo (R-A)
los sentimientos construidos en la acción, o sea, la función que, con —————————
Tierra (R-A)
cierta aproximación, se le reconoce en el teatro musical italiano. El •4
resultado es que los lances resultan más bien de la yuxtaposición 5.
de unos monólogos de contenido esencialmente descriptivo –con- Aire (R-A)
—————————
cretamente: la situación de cada uno de los elementos en relación Agua (R-A)
•4
con la presencia/ausencia del Sol–. De hecho, podría decirse que lo
único que realmente acontece en Los elementos es que surge el Sol, 6.
Aurora (Tono)
que con su aparición –presagiada, ansiada, anunciada y finalmente —————————
Elementos (Coplas)
contemplada– restablece un orden roto en la inquietante y pavorosa •4
oscuridad de la noche.
Sol contemplado
Tierra
—————————
Aire
(Introducción)
Todos (Coplas)
46 47
Alegoría y poética
El relato es seguramente alegórico, pero el desconocimiento del con-
texto impide identificar con plena certeza el referente –¿dinástico (la
propia duquesa de Medina las Torres a quien se dedica la obra)?, ¿po-
lítico (Felipe V, sostenido por la familia de la duquesa)?–. Sea como
fuere, subyace a este argumento el concepto filosófico de la concordia
discors –según la formulación del poeta latino Horacio– de los ele-
mentos. Es decir, la idea según la cual todo devenir en el universo
resulta de su encontrarse y combinarse armónicamente, no obstante
sus naturalezas opuestas e incluso incompatibles. Y es precisamente
la idea de armonía lo que connota musicalmente este concepto, algo
que el poeta aprovecha distribuyendo generosamente referencias so-
noras y musicales, desde la alusión al murmullo de la brisa entre las
ramas, hasta la intrusión de verdaderos conceptos técnicos, como en
los vv. 194-195: “los torpes movimientos destemplados / volviendo va
en bemoles y trinados”. Versos, por cierto, que proceden de un coro
que precisamente describe la concordia aludida (vv. 178-185):
48 49
versificación es polimétrica, con diversas agrupaciones estróficas y Primera competencia (el Agua y el Fuego). Una nueva interven-
esquemas de rimas (por ejemplo, los vv. 371-387); las partes solistas ción parece añadir solo una voz más al concierto de la naturaleza:
incluyen formas estróficas de tradición hispana (cuartetas, principal- en diálogo con una vihuela de arco, el Agua evoca la voz de un olmo
mente, cf. vv. 301-314, pero también otros tipos, incluyendo las déci- acariciado por la brisa, casi meciéndose en sosegadas figuraciones
mas) y otras de inspiración italiana (endecasílabos y heptasílabos or- con puntillo, ciertamente muy alejadas del susto de la noche. Pero la
ganizados de distintas formas y, solo en una ocasión, octosílabos, vv. armonía se trueca en disonancia con la réplica del Fuego, dispuesto a
198-213) para los recitados, y principalmente versos de arte menor, reivindicar su preeminencia en el saludo al Sol. Su ardor se reverbera
sobre todo hexasílabos, para las arietas (por ejemplo, vv. 214-223). en los dos violines que se persiguen en el retornelo para dejarle al
Sea en lo formal, sea en lo temático, el libreto le proporciona a Li- solista una melodía reducida a la esencia: las palabras del Fuego res-
teres una partitura implícita que el mallorquín asume como un plan plandecen en la noche con claridad y dureza adamantina, precipitan-
de trabajo. Y en su actuación responde con solvencia a las exigen- do una confrontación inevitable. Que está construida, literariamente,
cias, tanto del estilo español –puntual ilustración musical del texto, por antífrasis y oxímoron y, musicalmente, por un estilo concitado
preferencia por la escritura contrapuntística, ritmos de baile en la impulsado por la obstinación de una implacable máquina canónica:
sección conclusiva–, como del italiano –recitados expresivos, arias Fuego y Agua se persiguen y chocan sin descanso, pero también sin
formalmente intachables (todas con da capo), plena integración de resultado.
los instrumentos en la estructura formal, orquestación diversa como
recurso para la variación y, sobre todo, uso de la coloratura como re- Segunda competencia (el Aire y la Tierra). Casi como si nada, tras
curso compositivo y expresivo–. De forma que la concordia de letra tan estruendoso y encarnizado combate, el Aire se insinúa en la con-
y música efectivamente compone un cuadro coherente e interesante, tienda: él es quien sustituye al Sol en su ausencia, él quien despeja las
en el cual una buena interpretación, desde luego, puede indicar un brumas de la noche, abriendo el camino del disco solar. Y realmente
recorrido que lo ofrezca de forma convincente al oyente contempo- el mote inicial de la bellísima arieta “Surque halagüeña” –una me-
ráneo. lodía que se abre paso como luz entre brumas– crea una atmósfera
de ensueño, que se vuelve melancólica en la segunda parte, por las
oscilaciones modales ligadas al oxímoron del hemistiquio “los dulces
La historia orgullos”. La transparencia, sin embargo, no es suficiente: por mucho
que sople la brisa, la Tierra añora el calor del Sol, sus flores siguen
Introducción. En la oscuridad de la noche, el Aire y la Tierra se al- presas de la escarcha y ella retendrá la luz del Sol con sus peñas y en-
ternan en dos coplas evocando un frondoso paisaje de montañas bos- tre lo tupido de los bosques. Los tres violines al unísono que abren la
cosas e incultas, donde el murmullo de la brisa entre las plantas es arieta “De flores vestida” dan voz a su enojo, para después dividirse,
presagio de la llegada del Sol, que la naturaleza se prepara a saludar. pintando su helor con figuras entrecortadas que acompañan el canto,
Aire y Tierra prosiguen repartiéndose versos y, finalmente, se unen y llegan a contagiarlo al concluir la segunda parte.
en un dúo donde los protagonistas del próximo tributo –flores, fron-
das, prados, hojas– acaban fundiéndose con la brisa en un raudal de Lamento y elegía (la Aurora y el Tiempo). En las tinieblas noctur-
melismas: la riqueza del invisible paisaje es una promesa en el derro- nas un presagio de alegría y concordia se ha convertido, pues, en des-
che vocal de las solistas. Después de un recitado a dos, el orgánico concierto, y de ello se toma nota en el coro a cuatro “En tan triste
varía: cuatro voces, nuevamente dos –dejando escuchar los deseados confusión”. El lúgubre proceder de los violines, entre semitonos sin-
trinos y gorjeos de las aves– y finalmente seis, que se persiguen casi copados y falsas relaciones, da el tono general, el fondo para las ca-
con urgencia en un canon que precipita la introducción hacia su ri- ligrafías de las voces que suspiran, lloran y, en clausura, se ausentan.
sueño final. Casi un colofón del desencuentro, que preludia a la arieta de la Auro-
50 51
ra, la celebrada “Ay, amor”: aquí, el tetracordio descendente, emble- pa la cárcel o, quizás, los movimientos de quien pretende liberarse
ma del lamento, sustenta el sentido de una melodía que, a su vez, ex- de sus lazos. Tras un breve cuatro que orienta la competencia hacia
plora un descenso de sexta, y que reaparece, invertida, en la segunda la celebración, el Aire contempla en su seno –en lugar de la “esfera
parte, donde se entretiene –“haciendo armonía / la repetición”– con dorada”– a un “dulce jilguero”: los trinos medidos que se le asocian
cinco “¡ay!” proyectados en diferentes alturas. El cuadro fúnebre se no caen excesivamente lejos de algunos cantos reales de este pájaro,
completa con tres cuartetas en Sol menor –casi tres endechas–, con pero son los cromatismos y las semicadencias de la segunda parte a
las que el Tiempo invita a la naturaleza a sentir, llorar, gemir y sus- caracterizar con más fuerza esta sugestiva arieta. Mudando en to-
pirar la ausencia del Sol –y de nuevo la melodía va hundiéndose en ques de clarines el susurro del olmo, le corresponde al Agua concluir
el desconsuelo–; y con un estribillo en el cual, junto con los destellos este reencuentro y, amplificada a cuatro voces al final, la exhortación
del Sol, la vida misma va desvaneciéndose en descensos cromáticos, al instrumento heráldico es ya un anuncio de la Aurora.
en disonancias y en la semicadencia conclusiva. El brillo de los clarines apenas despereza a la Aurora, que en el
tono “Dormida fatiga” –sobre todo en el estribillo “quedito silencio /
Tercera competencia: el Fuego y los demás. En este corazón tene- que se oye apacible / volver el aliento”– ruega por silencio para que
broso de la obra, vuelve a escucharse la voz arrogante del Fuego, que puedan apreciarse los indicios del despertar del día: la brisa mecien-
se proclama único entre los cuatro elementos capaz de dar lumbre, do las flores que desprenden sus aromas exige sosiego y concentra-
digno sustituto del Sol. Y de nuevo su discurso se desgrana en una ción. Pero dura poco. La llegada del alba anima a los cuatro conten-
melodía imperiosa de tonos concitados que se truecan en inconte- dientes, que sellan su armisticio con cuatro décimas entonadas sobre
nibles melismas sobre la palabra “ardor”, oportunamente reflejados un incoercible bajo passeggiato modulante –“moble”, como el “dia-
en las “luces brillantes” de la segunda parte… Vuelve a cobrar vida mante” del primer verso–: se trata de describir los efectos sobre cada
el artilugio bélico del contrapunto con el que el Agua, el Aire y la uno de la luz solar, y las Aguas corren, la Tierra resplandece, el Aire
Tierra dan voz canónica a una contienda convertida en torbellino de se puebla de aves y el Fuego se empequeñece frente al astro mayor.
palabras e imágenes musicales que puntualmente sustancian iras, Es la rendición del más obstinado, refrendada en el cuatro conclusi-
embestidas, estruendo, golpes, eco y, por supuesto, “los torpes movi- vo, que breve y festivamente ofrece los elementos como “trofeos” del
mientos destemplados” –voces desfasadas y disonancias– que llevan nuevo día.
a “bemoles y trinados” –armonías de Sol bemol y Do bemol, trinos
medidos en todas las voces–. Acordes celebren. La armonía se ha restablecido, y el Aire y la Tie-
rra se reparten papeles para interpelar a la naturaleza incitándola al
En son de paz. Pero la discordia concors de los elementos solamente encomio en términos muy parecidos a los del exordio. Pero con más
es ruido para los oídos del Tiempo inacabable, quien procede imper- razón porque ahora el Sol ya resplandece en el horizonte. Es el mo-
térrito hasta atisbar los primeros rayos de luz. Su indiferencia para mento conclusivo del homenaje: el Aire, el Agua, el Fuego, la Tierra,
con la contienda se musicaliza en una serie de frases icásticas que la Aurora y el Tiempo ofrecen cada uno, en seis coplas a solo en el
nítidamente advierten del aproximarse de la Aurora, mensajera de más aquilatado estilo español, su particular tributo, cuya contribu-
Apolo, mientras los arpegios del violón van midiendo el transcurso ción al conjunto es aclarada en el estribillo a seis que comenta cada
de la arieta “Risueña el Aurora”. Es casi una epifanía, que le cambia el copla y que concluye la obra.
signo a los discursos de los contendientes. En orden inverso respecto
a sus primeras intervenciones, la Tierra, el Aire y el Agua retoman la
palabra. La primera, en la arieta “Rompa la tierra”, alude al deshielo
de la escarcha con dos gestos que simbolizan la transición de fase:
el precipitado descenso inicial es ruptura, los semitonos en sínco-
52 53
“Que el mérito grande
L
as artes escénicas de los años que siguen al cambio di-
nástico de 1700 se encuentran en la crítica actual como
LITERES Y LAS ARTES barroco y el neoclasicismo. Lo habitual es que los primeros años del
siglo xviii ocupen las últimas páginas de los capítulos dedicados a
ESCÉNICAS DEL
nuestro Siglo de Oro en un epígrafe que suele situarse bajo membre-
tes como los de posbarroco, tardobarroco, barroco tardío o alguna
CAMBIO DINÁSTICO
denominación similar. En cualquier caso, siempre tras una etiqueta
que, de forma poco sutil, establece una asociación entre el inicio del
siglo y la agonía del barroco, al que parece venir a enterrar. Así pues,
el espectador actual, cuando se acerca a la producción cultural de
los comienzos del siglo xviii, suele hacerlo con cierta sospecha de
asistir los resultados de una autopsia cultural. Y, sin embargo, podría
Ignacio López Alemany igualmente argumentarse que el inicio del setecientos constituye el
University of North Carolina, Greensboro despertar de la primera crisis de la conciencia española y nos mues-
tra los primeros balbuceos de la naciente Modernidad.
En lo que se refiere específicamente al teatro, es bien conocido
que los autores más representados en los teatros públicos eran aún
aquellos de la centuria anterior y, principalmente, Calderón. No obs-
tante, en el teatro palaciego, la balanza está menos descompensada
debido a la costumbre de celebrar los cumpleaños de los miembros
de la familia real, nacimientos y otros sucesos especialmente felices
con obras nuevas de los autores más relevantes del momento, mu-
chos de los cuales experimentan con las nuevas tendencias artísti-
cas que llegan de Italia. Asimismo, también tenemos suficiente do-
cumentación para afirmar que tanto en el Salón Dorado del Alcázar
madrileño como en los palacios reales de la periferia de la capital
abundaban las representaciones francesas e italianas. En los palacios
de la nobleza cortesana –como no podía ser de otra manera– el gusto
artístico de sus señores se alineó con el de los reyes. Más aún, si cabe,
en los años de la Guerra de Sucesión (1700-1714).
Durante su estancia en Italia en 1702, Felipe V se aficionó al tea-
tro con música, y especialmente al de los bufones de la commedia
dell’arte, a los que contrató a su vuelta a España. Meses después de
su llegada a Madrid, la compañía de actores italianos representaría
en el coliseo del Buen Retiro la alegoría cómica de Il Pomo d’Oro
para festejar el santo de la reina y también del rey francés, Luis XIV,
54 55
Filippo Pallota, Aclamación del rey nuestro señor don Phelipe V
por la coronada villa de Madrid el día XXIV de noviembre de
MDCC. Museo de Historia de Madrid, 09.638
quien, al fin y al cabo, era abuelo del nuevo monarca español. Los taba de estos pasatiempos en sus propias habitaciones de palacio, a
comediantes italianos disfrutaron inmediatamente de un notable donde comenzó a acudir a menudo la compañía italiana para hacer
éxito de público, por lo que pronto se instalaron de forma perma- comedias simples, también referidas como “particulares”.
nente en la capital en una casa de la calle de Alcalá que les cedió el Debido a los enormes costes económicos de la Guerra de Suce-
marqués de Villamagna. sión y los problemas de la corona para pagar a los músicos de la Ca-
No obstante, los continuos avatares de la Guerra de Sucesión, las pilla Real, el nuevo rey, Felipe V, aprobó de forma excepcional que
hambrunas y constantes ausencias del monarca en el campo de ba- sus músicos pudieran trabajar para casas de la alta nobleza. Entre
talla o en viajes a los que le acompañaba gran parte de la nobleza, los miembros de dicha clase social, José María Tellez-Girón y Bena-
hacían muy difícil mantener el espíritu festivo necesario para la or- vides (1685-1733), VII duque de Osuna, fue uno de los más grandes
ganización de grandes espectáculos en el Retiro, con lo que, durante mecenas del teatro y la música de su tiempo, contando incluso con
esos años, fueron muy limitadas las ocasiones en que se abrieran las un teatro particular en su palacio madrileño de Monteleón, y con una
puertas del coliseo para la representación de nuevas producciones. A capilla musical que podría rivalizar con la del rey, pues contaba con
pesar de ello, la reina María Luisa de Saboya (1688-1714) aún disfru- músicos de la talla de Antonio de Literes, José de Nebra o Manuel
56 57
Francesco Juvara, Fachada principal del proyecto
para el Palacio Real nuevo de Madrid (c. 1735).
Biblioteca Nacional de España, DIB/14/53/1
Pradell. El propio Sebastián Durón también trabajaría para la alta mer día de la duquesa: “Y llena de influjos / la luz peregrina / del alba
nobleza madrileña por lo menos en dos ocasiones, componiendo la que nace / celebre su día” (vv. 444-447).
Selva encantada de amor para el conde de Oñate y La guerra de los Los cuatro elementos eran fundamentales en la concepción del
gigantes para el conde de Salvatierra en 1702. mundo medieval por su fácil adaptación al primer capítulo del Géne-
Dentro de este contexto político, artístico, económico y nobiliar sis. El establecimiento del equilibrio –o armonía– entre ellos podía
es donde podemos comprender mejor la importancia de la composi- identificarse con la acción de un dios creador que podía fácilmen-
ción y representación de la “ópera ármónica al estilo italiano” –más te representarse de forma metafórica a través de acontecimientos
conocida simplemente como Los elementos– de Antonio de Literes, cósmicos como el amanecer y, por asociación, con el nacimiento de
con motivo de la celebración del cumpleaños de la III duquesa de príncipes, héroes o, como en este caso, de altos representantes de la
Medina de las Torres y Sanlúcar, cuyo nombre completo era doña nobleza. En la obra de Literes, los cuatro elementos se enfrentan bru-
María Ana Sinforosa Núñez Felípez de Guzmán y Vélez de Gueva- talmente mientras dura noche (el caos): “Iras fatales fulminan / los
ra (1683-1723). Probablemente, su esposo, don Juan Claros Pérez de contrarios elementos, / mas tan iguales se embisten / que concier-
Guzmán el Bueno (1642-1713), XI duque de Medina Sidonia, encarga- tan el estruendo” (vv. 178-181). Sin embargo, la llegada del alba trae
ría la pieza de Los elementos al músico mallorquín con posterioridad el deseado orden y devuelve a la Tierra “el adorno de las flores” (v.
a la representación La guerra y la paz de los elementos que la compa- 225), al Aire las aves que, “cada cual con su pico la enamora” (v. 233)
ñía italiana de los Trufaldines hizo el 20 de septiembre de 1703 como y al Agua, “las luces que envía / con perlas que cría” (vv. 322-323).
parte de los festejos por el cumpleaños de la reina y a los que tanto Mientras tanto, el Fuego, antes envalentonado en su lucha contra los
él, en calidad de Caballerizo mayor de Su Majestad, como su esposa restantes elementos clamando su supremacía arrasadora, ahora se ha
habrían acudido. convertido en una “tímida hoguera… medrosa … quejosa” (vv. 345-
La temática del caos y oscuridad creados por el enfrentamiento 347) y, en las coplas finales, anuncia un cambio en su naturaleza be-
de los elementos (aire, agua, fuego y tierra) y su armonización final licosa para contribuir a esta nueva armonía: “¿por qué tan sangriento
por parte de una acción divina que preludia la creación del hombre / está tu furor, / si sabes quemar / y halagar con tu ardor?” (vv. 416-
aparece por primera vez en las Metamorfosis de Ovidio y supone, por 419). La obra concluye con una serie de coplas en las que tras los dis-
tanto, un asunto especialmente apropiado para la celebración de na- tintos elementos (Aire, Agua, Fuego y Tierra), intervienen también
cimientos que, en la obra de Literes, simboliza el amanecer del pri- la Aurora y el Tiempo en una celebración apoteósica de la llegada y
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triunfo del Sol. En la última de estas coplas se invita –a coro– al pú-
blico asistente a participar con sus aplausos en esta alegría que reina
finalmente sobre el cosmos: “Instantes abracen / los siglos enteros /
en que aplausos logren / sus merecimientos” (vv. 456-459).
El análisis del libreto de Los elementos no suele ser muy generoso
con la habilidad versificadora de su autor y la estructura dramática,
un tanto encorsetada, del texto literario. La falta de acción dramática
lo aleja de la ópera en sentido estricto y lo sitúa en un espacio difu-
so calificado como “operístico”, próximo a la cantata y al oratorio.
De igual manera, la propia circularidad del argumento −en el que la
tensión noche-día únicamente podrá resolverse de forma temporal,
pues habrá de repetirse día tras día sin aparente solución de conti-
nuidad− lo acerca a otras formas escénicas como las del auto sacra-
mental calderoniano. Por ejemplo, al auto de La vida es sueño (no la
comedia), donde también encontramos poderosas escenas del con-
flicto de los elementos antes de la creación y la armonía cósmica que
precede a la creación del hombre. Las circunstancias y la temática
de la composición de Literes también asemejan a esta composición a
Arquitectura efímera para entrada real (c. 1700). algunas loas “con música” de tipo mitológico que eran habituales en
Madrid, Biblioteca Nacional, DIB/18/1/8449 el coliseo del Buen Retiro para celebrar los aniversarios de los miem-
bros de la familia real. En fin, esta “ópera armónica al estilo italiano”
es, desde luego, magnífico eslabón en la cadena que conecta la tradi-
ción escénica española con los primeros pasos hacia la Modernidad
del teatro con música español. Un período en el que, junto con los
recitativos y arias da capo, aún encontramos elementos tradicionales
como la estructura estribillo-copla típica de la música teatral del ba-
rroco español. En definitiva, la importancia de esta composición en
el gozne entre el Barroco y la Modernidad, junto con sus importan-
tes hallazgos artísticos, hace irrelevantes sus posibles imperfeccio-
nes pues, como sentencia el personaje de Tiempo en su intervención
final, “culparle es error / que el mérito grande / es el premio mayor”
(vv. 453-455).
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BIOGRAFÍAS AARÓN ZAPICO
Dirección musical y clave
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TOMÁS MUÑOZ OLALLA ALEMÁN
Dirección de escena Soprano (Tierra)
Recibe su primera formación artística en el estudio de Nacida en Murcia, inicia sus estudios musicales a los
su padre, pintor y coleccionista. Se licencia en Bellas diez años en el coro infantil del Orfeón Fernández Ca-
Artes y en Geografía e Historia y es doctor en Bellas ballero, donde recibe sus primeras clases de solfeo y
Artes con premio extraordinario por la Universidad de piano. Más tarde cursa estudios de grado medio de
Complutense de Madrid. Estudia escenografía con canto en el Conservatorio Manuel Massotti Littel de
Carlos Citrinovsky y dirección y puesta en escena de Murcia y en el Conservatorio Teresa Berganza de Ma-
ópera con Simón Suárez. Ha sido becario de artes es- drid. Posteriormente estudia canto histórico y canto
cénicas en la Academia de España en Roma. clásico y contemporáneo en la ESMUC.
Ha trabajado como escenógrafo e iluminador en Se traslada a Bélgica, donde entra en contacto con
más de cuarenta montajes de teatro, danza, zarzuela la escena musical y colabora con grupos como B’Rock,
y ópera estrenados en los principales escenarios es- bajo la dirección de Skip Sempé, Capilla Flamenca y
pañoles ClubMediéval, entre otros. Entre 2011 y 2013 formó
En 2000 codirige su primera obra: Los amores de parte del espectáculo de danza contemporánea Cesena.
Anatol, de Schnitzler, que estrena en el Círculo de Be- Ha colaborado con la Orquesta Barroca Catalana,
llas Artes de Madrid. Desde entonces, ha dirigido las Laberintos Ingeniosos (Xavier Díaz), Forma Antiqva
óperas Pierrot Lunaire de Schönberg (Teatro Gayarre (Aarón Zapico), La Tempestad (Silvia Márquez), Ca-
de Pamplona), Vanitas de Sciarrino (Teatro de la Maes- merata Iberia (Juan Carlos de Mulder), Consort de
tranza de Sevilla), Trouble in Tahiti de Bernstein (Tea- violas da gamba de la Universidad de Salamanca, Or-
tro Real de Madrid), El rapto en el serrallo de Mozart questa Barroca de la Universidad de Salamanca (Pe-
(Teatro Gayarre), La Favorita de Donizzeti (Teatro dro Gandía) y Música Temprana (Adrián Rodríguez
Campoamor de Oviedo), Bonhomet y el cisne de Pérez van der Spoel). Desde 2005 es miembro de Los Mú-
Maseda (Teatro de la Abadía de Madrid), El casamien- sicos de su Alteza, conjunto dirigido por Luis Antonio
to de Músorgski (Teatro Real), Don Pasquale de Doni- González Marín. En 2008 establece un dúo con el lau-
zetti (Teatro Real), Così fan tutte de Mozart (Auditorio dista Jan Van Outryve.
Baluarte de Pamplona), Cendrillon de Pauline Viardot Como solista ha actuado en los más importantes
(Fundación Juan March), Fantochines de Conrado del festivales de Europa y América Latina. Ha realizado
Campo y el programa doble El pelele y Mavra de Julio grabaciones para la radio clásica belga Klara, RNE y
Gómez e Igor Stravinsky (ambas coproducciones de France3. También ha realizado grabaciones discográ-
la Fundación Juan March y el Teatro de la Zarzuela). ficas para los sellos Música Antigua Aranjuez, Arsis,
Ha realizado diversas exposiciones de pintura, in- Verso, Enchiriadis, Glossa y Alpha.
dividuales y colectivas. Es profesor titular en la Uni- Entre sus futuros compromisos está la grabación
versidad Europea de Madrid y ha impartido clase en de Socrate de Erik Satie con el pianista Guy Vandrom-
distintos másteres de artes escénicas. me. También prepara La Pasión según San Mateo de
Johann Sebastian Bach en el Auditorio Nacional.
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EUGENIA BOIX AURORA PEÑA
Soprano (Aire) Soprano (Agua)
Natural de Monzón, obtuvo el premio extraordinario Nacida en Valencia (1990), ha recibido el tercer pre-
fin de carrera en el Conservatorio Superior de Música mio y el premio del público en el Concours Interna-
de Castilla y León (Salamanca). Ha realizado un pos- tional de Chant Baroque de Froville (Francia, 2015),
grado de canto en la ESMUC y un máster de Lied en y obtuvo el premio Talento Joven Comunidad Valen-
el Conservatorio Superior de Bruselas. En 2007 ganó ciana (2016).
el primer premio premio en las Becas Montserrat Ca- Estudió en el Conservatorio Superior de Música
ballé–Bernabé Martí, y en 2012 fue semifinalista en el de Valencia con Patricia Llorens y en la ESMUC con
Concurso Operalia que organiza Plácido Domingo. Lambert Climent. Ha sido alumna de Miriam Allan
Ha cantado bajo la dirección de Federico Mª Sar- (Les Arts Florissants) y Pilar Moral, y también ha reci-
delli, Carlos Mena, Mónica Huggett, Albert Recasens, bido clases de Ana Luisa Chova, Miguel Zanetti, Gui-
Eduardo López Banzo, Aisslinn Nosky, Alejandro Po- llemette Laurens, Sophie Daneman, Isabel Rey, David
sada, Miquel Ortega, Gennadi Rozhdéstvenski, Lionel Menéndez, Robert Expert, José Hernández-Pastor,
Bringuier, Guillermo García Calvo, Lars Ulrik Mor- Cristina Miatello y Elisa Franzetti.
tensen, Víctor Pablo Pérez, Kazushi Ono y sir Neville Tras debutar en el Teatro Real con Dido & Aeneas
Marriner, entre otros. dirigida por Aarón Zapico, ha participado en las pro-
Ha interpretado papeles en Dido & Aeneas y The ducciones de Dido & Aeneas y Didon de Desmarest bajo
Fairy Queen de Purcell, Il Viaggio a Reims de Rossi- la dirección de Paul Agnew, Carmen de Bizet, Esther
ni, Carmen de Bizet, Die Zauberflöte de Mozart y Das de Lidarti, Alceste de Lully, La Sonnambula de Bellini,
Rheingold de Wagner. También ha intervenido en nu- Orlando de Händel, L’occasione fa il ladro de Rossini y
merosos oratorios y ha ofrecido recitales con piano, Hänsel und Gretel de Humperdinck, entre otras.
cuerda pulsada, orquesta y grupos de música antigua En concierto ha participado en obras como Car-
en Europa y América. mina Burana de Orff, Delirio amoroso de Händel, el
Ha realizado grabaciones para radios españolas, Réquiem de Mozart, Jauchzet Gott de Bach y La Col-
portuguesas, austriacas, británicas y para Medici.tv. pa, il Pentimento, la Grazia de Scarlatti. También ha
Su discografía incluye los Responsorios de tinieblas de intervenido en ciclos en Eslovenia, España, Francia,
Victoria con Musica Ficta, Amor aumenta el valor de Portugal y Suiza. Además, ha participado en la graba-
Nebra con Los Músicos de Su Alteza, Canto del alma ción de Cabanilles, la música d’un temps y Cabanilles:
de Galán, Missa Scala aretina de Valls, Música para el Complete vocal music (Brilliant Classics).
Rey Planeta de Hidalgo y Música para dos dinastías de Licenciada en Filología Inglesa, ha recibido varios
Durón con La Grande Chapelle, Crudo amor, dúos de premios literarios y ha visto publicadas dos de sus re-
Agostino Steffani junto a Carlos Mena y Forma Anti- copilaciones poéticas: Diari de migdia y Tiempo de lu-
qva, y Principles to learn to play the cello de Supriani, ciérnagas.
junto a Guillermo Turina y Tomoko Matsuoka.
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MARIFÉ NOGALES SOLEDAD CARDOSO
Mezzosoprano (Fuego) Soprano (Aurora)
Nacida en Andoain, estudió en Musikene. Ha trabaja- Fue discípula de Alfredo Kraus y Teresa Berganza en
do bajo la batuta de directores como Jesús López Co- la Escuela Superior de Música Reina Sofía.
bos, Miquel Ortega, Friedrich Haider, Alberto Zedda, Se ha presentado en escenarios como el Teatro
Lutz Köhler, Eduardo López Banzo y José Ramón Real y el Teatro de la Zarzuela de Madrid, el Teatro
Encinar, entre otros, y con directores de escena como Campoamor de Oviedo, el Teatro de la Maestranza de
Emilio Sagi o Joan Font. Sevilla, el Auditorio Nacional, el Festival Mozart de La
Algunas de sus interpretaciones más destacadas Coruña, el Palau de la Música y el Palau de les Arts de
incluyen Le nozze di Figaro, Giulio Cesare, L´italiana Valencia, el Théâtre des Champs-Elysées y la Cité de
en Algeri y La forza del destino (ABAO), Il viaggio a la Musique de París, el Barbican Center de Londres, la
Reims y Mirentxu (Teatro Arriaga de Bilbao y Teatro Alte Oper de Fráncfort, la Ópera de Burdeos, el Festi-
São Carlos de Lisboa), Macbeth e Il trovatore (Teatro val de Ambronay, el Centro Cultural Belém y la Fun-
Campoamor de Oviedo), Bernarda Alba (festivales de dación Gulbenkian de Lisboa, la Concertgebouw de
Peralada y Santander), L’italiana in Algieri, Macbeth y Brujas y el Philia Hall de Tokio.
La Traviata (Teatro Real de Madrid), L’isola disabita- Ha cantado en Le nozze di Figaro, Die Zauber-
ta (Teatro Arriaga, Teatro de la Maestranza de Sevilla flöte, Così fan tutte, Celos aun del aire matan, L’enfant
y Teatros del Canal de Madrid), Carmen (Baluarte, et les sortilèges, Orfeo et Euridice, La Bohème, L’elisir
Valladolid, Teatro de la Zarzuela y Mahón), Parsifal d’amore, El pequeño deshollinador, Peter Grimes, Or-
(Santiago de Compostela), El gato montés (Teatro de feo, La finta Giardiniera, L’italiana in Algeri, Il casa-
la Zarzuela de Madrid, Teatro Campoamor, Teatro mento y Cendrillon, entre otras.
de la Maestranza y Teatro São Carlos, Die Zauberflöte Fue seleccionada por William Christie para in-
(El Escorial y Quincena Musical de San Sebastián), tegrar Le Jardin des Voix y realizar una gira europea
Thaïs (Teatro de la Maestranza), El Diablo en el poder con Les Arts Florissants, junto a quienes también
(Teatro de la Zarzuela), Luisa Fernanda y La Dolorosa ha cantado L’incoronazione di Poppea en la Ópera de
(Teatro Victoria Eugenia de San Sebastián). Sus últi- Lyon. Ha colaborado con Il Seminario Musicale, La
mas actuaciones incluyen Manon Lescaut e Il barbie- Cappella de’ Turchini, Anima Eterna, El Concierto
re di Siviglia en ABAO, Thaïs en versión concierto en Español, La Real Cámara, Orphenica Lyra, Forma An-
el Gran Teatre del Liceu y Madama Butterfly y Dead tiqva, Al Ayre Español, Los Músicos de Su Alteza, Mú-
Man Wlaking en el Teatro Real. Próximos compro- sica Temprana, Musica Ficta y La Grande Chapelle,
misos incluyen Adriana Lecouvreur en el Teatro de la entre otras.
Maestranza y Thaïs en el Teatro Real. Entre sus grabaciones destacan Júpiter y Semele
de Literes, Iphigenia en Tracia y Amor aumenta el va-
lor, ambas de Nebra, Gli amori d’Apollo e di Dafne de
Cavalli y La Esfera de Apolo de Orejón y Aparicio.
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LUCÍA MARTÍN-CARTÓN RAFAEL RIVERO
Soprano (Tiempo) Bailarín (Sol)
Nacida en Valladolid, donde estudia violín y canto, ob- Nació en Matanzas (Cuba) y estudió ballet en la Es-
tuvo el Título Superior de Canto en el Conservatorio cuela Vocacional de Arte de su ciudad natal y en la
de Valencia. Es máster en Interpretación de la músi- Escuela Nacional de Arte de La Habana. Entre 1991
ca antigua por la ESMUC (Barcelona), y en 2015 ganó y 1995 fue bailarín principal en el Ballet Nacional
el primer premio del Concurso Renata Tebaldi en la de Cuba dirigido por Alicia Alonso, en la Compañía
modalidad de repertorio de música antigua y barroca. Nacional de Danza dirigida por Nacho Duato (1999-
Formó parte de Le Jardin des Voix 2015, proyecto 2007) y en el Ballet Real de Flandes (1998). También
de Les Arts Florissants dirigido por William Christie ha sido bailarín principal en la Ópera de Zúrich (1995-
y Paul Agnew. Además ha trabajado con directores 1997) y bailarín invitado en el Joven Ballet de Francia
como Savall, Alarcón, Encinar, Rousset o Pluhar, y con (1995). Ha trabajado como actor invitado en las series
directores de escena como Tambascio, Carsen, Dane- Aída, Síndrome de Ulises, Bevilacqua y El porvenir es
man o Montagna. largo. Entre 2009 y 2012 ha sido artista invitado (ac-
Ha actuado en numerosas salas de Europa, Esta- tor-bailarín y asistente en movimiento escénico) de
dos Unidos, Asia y Australia, como La Philharmonie la Ópera de Núremberg, donde ha colaborado en los
(París), el Château de Versailles, la Ópera de Sydney, montajes Don Juan, Sueño de la razón y Romeo y Ju-
el Suntory Hall (Tokio), el Lincoln Center (Nueva lieta. Además, ha colaborado en las obras Medea (di-
York), el Teatro de la Zarzuela (Madrid), la Concert- rigida por Tomaž Pandur), Alas (dirigida por Tomaž
gebouw (Ámsterdam), el Auditorio Chaikovski (Mos- Pandur y Nacho Duato), Cruzar la raya (dirigida por
cú), L’Auditori (Barcelona), el Auditorio Manuel de Carlos García Ruiz) y Antígona (dirigida por Carlos
Falla (Granada) y el Teatro Calderón (Valladolid). García Ruiz). Fue el responsable del movimiento es-
Colabora habitualmente con Les Arts Florissants, la cénico de Cendrillon de Pauline Viardot (Fundación
Cappella Mediterranea, Le Concert des Nations, Les Juan March, 2014) y del movimiento escénico y la
Talens Lyriques y L’Arpeggiata. manipulación de títeres en Fantochines de Conrado
Ha participado en óperas como Die Zauberflöte y del Campo (Fundación Juan March-Teatro de la Zar-
Don Giovanni de Mozart, Orfeo et Euridice de Gluck, zuela, 2015), así como del movimiento escénico y baile
Venus & Adonis de Blow, La guerra de los gigantes o El de El pelele y Mavra de Julio Gómez e Igor Stravinsky
imposible mayor en amor, le vence Amor de Durón, en- (Fundación Juan March-Teatro de la Zarzuela, 2016).
tre otras. También ha participado en la interpretación Durante 2017 colaboró como bailarín con Sara Lorés
del Réquiem y Exsultate, Jubilate de Mozart, Mesías y el Dúo Moreno Gistáin en el ciclo “Música danzan-
de Händel, diversas cantatas y el Magnificat de Bach y te” de la Fundación Juan March, e interpretó distin-
Carmina Burana de Orff, entre otros. tos papeles en el montaje Mozart y Salieri de Nikolái
Ha realizado grabaciones para Brilliant, AliaVox Rimski-Kórsakov (Fundación Juan March-Teatro de
y Ricercar, y grabaciones en directo para RNE, Radio la Zarzuela).
France y Catalunya Música.
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GABRIELA SALAVERRI
Diseño de vestuario
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FER LÁZARO MARIO DOMÍNGUEZ
Diseño de iluminación Videomapping
Nacido en Soria, estudia en la Universidad de Vallado- Nace en Jaén en 1987. Es realizador audiovisual li-
lid, donde muerde el anzuelo del teatro y colabora con cenciado en comunicación audiovisual por la Uni-
diversos grupos de teatro universitario como actor, versidad Complutense de Madrid, donde ha realiza-
iluminador y director. Tras graduarse en realización do un posgrado en edición, posproducción y nuevas
de audiovisuales y espectáculos comienza a trabajar tecnologías.
como técnico de iluminación y vídeo en música, teatro Comienza su experiencia laboral en Unidad Edi-
y danza. torial, en el departamento audiovisual de los periódi-
Entre otros trabajos, ha sido coordinador técnico cos El Mundo, Marca y Orbyt, entre otros. Desde 2011
de la Sala Cuarta Pared de Madrid, ha realizado giras trabaja en el Departamento Multimedia de la Funda-
internacionales con compañías como Marta Carras- ción Juan March, donde se encarga de la realización
co y Els Joglars y ha realizado diseños de ilumina- audiovisual de eventos en directo (conciertos, confe-
ción para compañías como Mery Dörp, La trasera o rencias y teatro), además de realizar retransmisiones
Els Joglars, entre otras. Desde 2013 colabora con la en directo por streaming, así como la edición y pos-
Fundación Juan March y firma diseños de ilumina- producción de videos para su publicación.
ción de numerosos espectáculos como Liszt drama- Desde enero de 2018 pasa a formar parte de la
turgo, Strauss dramaturgo (bajo la dirección de Paco empresa Scope Producciones como coordinador mul-
Azorín), recitales para jóvenes y las coproducciones timedia y técnico, además de responsable de la pro-
con el Teatro de la Zarzuela El pelele y Mavra (bajo ducción audiovisual de la Fundación Juan March.
la dirección de Tomás Muñoz), Trilogía de Tonadillas Como realizador audiovisual destaca su trabajo
de Blas de Laserna (bajo la dirección de Pablo Viar) en producciones de la Fundación Juan March como
y, más recientemente, Le cinesi (bajo la dirección de Manfred (2018), La romería de los cornudos (2018), Ri-
Bárbara Lluch) y Mozart y Salieri (bajo la dirección de chard Strauss, dramaturgo (2016), y de esta institución
Rita Cosentino). en coproducción con el Teatro de la Zarzuela: Mozart
y Salieri (2017), Le cinesi (2017), El pelele y Mavra
(2016), Trilogía de tonadillas de Blas de Laserna (2016)
y Los dos ciegos y Une éducation manquée (2015).
Ha desarrollado trabajos de videomapping artísti-
co para eventos y producciones teatrales con conte-
nidos multimedia a medida, mediante la combinación
técnica de softwares de diseño gráfico, edición y pos-
producción de video, así como diferentes sistemas de
proyección de vídeo y reproductores multimedia di-
señados para escenografías de teatro, ópera y música
en directo.
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TEATRO MUSICAL DE CÁMARA [5] El pelele. Tonadilla a solo*
Música de Julio Gómez y libreto de Cipriano de Rivas Cherif
EN LA FUNDACIÓN JUAN MARCH
Mavra · Ópera bufa en un acto
Música de Igor Stravinsky y libreto de Borís Kojnó
[1] Cendrillon. Opereta de salón
Música y libreto de Pauline Viardot Director musical Roberto Balistreri
Director de escena Tomás Muñoz
Director musical Aurelio Viribay
Director de escena Tomás Muñoz 3, 6, 9 y 10 de abril de 2016
Coproducción con el Teatro de la Zarzuela
12, 14 y 15 de febrero de 2014
[6] Le cinesi. Ópera de salón
[2] Fantochines. Ópera de cámara* Música de Manuel García y libreto de Pietro Metastasio
Música de Conrado del Campo y libreto de Tomás Borrás
Director musical Rubén Fernández Aguirre
Director musical José Antonio Montaño Directora de escena Bárbara Lluch
Director de escena Tomás Muñoz
9, 11, 14 y 15 de enero de 2017
11, 13, 14 y 15 de marzo de 2015 Coproducción con el Teatro de la Zarzuela
Coproducción con el Teatro de la Zarzuela
[7] Mozart y Salieri. Ópera lírica en un acto
[3] Los dos ciegos. Entremés lírico-dramático Música de Nikolái Rimski-Kórsakov y libreto del compositor, basado
Música de Francisco Asenjo Barbieri y libreto de Antonio Romero en la obra homónima de Aleksandr Pushkin
Une éducation manquée · Opereta en un acto Director musical Borja Mariño
Música de Emmanuel Chabrier y libreto de Eugène Leterrier Directora de escena Rita Cosentino
y Albert Vanloo
22, 23, 26 y 29 de abril de 2017
Director musical Rubén Fernández Aguirre Coproducción con el Teatro de la Zarzuela
Director de escena Pablo Viar
6, 8, 9 y 10 de mayo de 2015 [8] La romería de los cornudos. Ballet en un acto*
Coproducción con el Teatro de la Zarzuela Música de Gustavo Pittaluga y argumento de Federico García Lorca y
Cipriano de Rivas Cherif
[4] Trilogía de Tonadillas. Tonadillas a solo y a tres de Blas de Laserna Director artístico y coreografía Antonio Najarro
La España antigua · Tonadilla a solo* Director de escena y guión David Picazo
El sochantre y su hija · Tonadilla a tres*
La España moderna · Tonadilla a solo* 10, 13 y 14 de enero de 2018
Participan:
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La Fundación Juan March es una institución familiar y patrimonial creada en
1955 por el financiero Juan March Ordinas con la misión de fomentar la cultura en
España sin otro compromiso que la calidad de su oferta y el beneficio de la comu-
nidad a la que sirve. A lo largo de los años, las cambiantes necesidades sociales han
inspirado, dentro de una misma identidad institucional, dos diferentes modelos de
actuación. Fue durante dos décadas una fundación de becas. En la actualidad, es
una fundación operativa con programas propios, mayoritariamente a largo plazo y
siempre de acceso gratuito, diseñados para difundir confianza en los principios del
humanismo en un tiempo de incertidumbre y oportunidades incrementadas por la
aceleración del progreso tecnológico.
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PRÓXIMOS CICLOS DE CONCIERTOS
Los elementos
D E P Ó S I TO L EG A L : M - 436 86 - 201 6 . I M P R I M E : I M P R O I TA L I A , S. L . M A D R I D
9/5 El cuarteto como testamento
Obras de F. J. Haydn, B. Britten y D. Shostakóvich, por el
Cuarteto Danel
23/4 El poeta
Obras de A. von Webern, F. Nietzsche, R. Wagner, R. Strauss,
C. Orff y P. Hindemith, por Annika Gerhards, soprano
y Pauliina Tukiainen, piano
Temporada
2017-2018
Entrada gratuita. Se puede reservar por internet. Los conciertos de miércoles se pueden escuchar en directo
por Radio Clásica (RNE). Los conciertos de miércoles y domingos se pueden ver en directo a través de
www.march.es /directo. Los conciertos de los sábados se pueden escuchar en diferido por Catalunya Música