Maestro Eckhart
Maestro Eckhart
Maestro Eckhart
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Residencia Erfurt
Nacionalidad alemana
Educación
Información profesional
Ocupación Teólogo
Quaestiones Parisiensis(Preguntas
Obras notables
Parisinas)
Expositio Libri
Sapientiae(Comentario al Libro de
Siracides)
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Índice
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1Vida
o 1.1Inquisición y condena
2Obra
o 2.1Obra en latín
2.1.1Opus tripartitum
2.1.2Quaestiones parisienses
2.1.3Sermones
o 2.2Obra en alemán
2.2.1Tratados
2.2.2Sermones
2.2.3Granum sinapis
3Ideas
o 3.1Dios
o 3.2Origen del mundo
o 3.3El desapego
o 3.4El nacimiento del Verbo
4Condena y rehabilitación
5Influencia y repercusión
6Bibliografía
o 6.1Edición crítica de su obra latina
o 6.2Edición crítica de su obra en alemán
o 6.3Traducciones al español
o 6.4Sobre Eckhart
7Notas
8Enlaces externos
Vida[editar]
Antigua iglesia y monasterio de los dominicos en Erfurt. Luego de la Reforma se convirtió en templo
protestante.
Se tienen poquísimas noticias acerca de su vida antes de 1290.2 Hasta la década del 2000
se creía que había nacido en Hockheim, cerca de Gotha, pero estudios posteriores
parecen demostrar que más bien nació en Tambach.3 Parece también probado que su
nombre era Eckhart (no su apellido) y que nunca tuvo el nombre Juan como se pensó
durante mucho tiempo.4 Entró muy joven a la Orden de Predicadores en Erfurt. Se cree
que luego se trasladó al studium generale de Colonia donde se familiarizó con los escritos
del Pseudo Dionisio y los comentarios de san Alberto Magno.5 Obtuvo el grado de bachiller
en teología en la Universidad de París durante el bienio 1292-1293.6 De ese período data,
como para cualquier estudiante que quisiera obtener el título de lector sententiarum, un
comentario suyo a las Sentencias de Pedro Lombardo.
Fue elegido prior7 en Erfurt, y vicario provincial de Turingia en 1294. En 1300 se convirtió
en profesor de teología en la Universidad de París, allí debatió contra las ideas de Duns
Scoto y de Gonzalo de Balboa. En 1303, tras obtener el título de magister sacrae
theologiae, fue expulsado del reino por Felipe el Hermoso, probablemente por haberse
negado a promover un concilio contra Bonifacio VIII.8
Los religiosos de la nueva provincia de Sajonia lo eligieron provincial en 1304, cargo que
ocupó hasta 1311. Ese período lo dedicó a visitar los conventos de la Orden moviéndose
por toda la extensa provincia. De esos años es la única carta que se conserva de Eckhart:
se trata de un escrito del 11 de septiembre de 1305 dirigido al senado de la ciudad
de Gotinga donde les asegura que los dominicos no ampliarán la extensión de sus
posesiones en la zona. En 1310, la provincia de Teutonia lo eligió su provincial, pero
el capítulo general de Nápoles del año 1311 rechazó el nombramiento. Ese año volvió a
París para seguir enseñando y comentando la Biblia.9 Solo Tomás de Aquino había
ejercido dos veces como magister en París, cosa que da cuenta de la fama de la que
gozaba Eckhart entre sus correligionarios.10 Desde 1314 se le confió la atención de la
rama femenina de la Orden como vicario general. Allí se familiarizó con las corrientes de
misticismo que se habían desarrollado en Alemania por aquel entonces11 y se dedicó
intensamente a la predicación. En 1314 fue como director del studium generale a
Estrasburgo y desde 1324 del studium de Colonia.
Inquisición y condena[editar]
Documento manuscrito en latín que corresponde al Codex 33, folio 57v. Contiene parte de la opinión
de Eckhart sobre la acusación de que fue objeto. Archivo y Biblioteca Municipal de la
Ciencia, Soest, Renania del Norte-Westfalia, Alemania.
Las actas de la primera audiencia de Eckhart ante la comisión arzobispal con dos
intervenciones del maestro y su respuesta sobre las primeras 49 proposiciones.
La lista, en latín, de las 49 proposiciones.
La lista, siempre en latín, de las otras 59 proposiciones con las respuestas del mismo
Eckhart a cada una de ellas.
Un texto redactado por Eckhart donde acusa a los denunciantes.19
En 1935 se publicó la respectiva compilación sobre el proceso llevado a cabo en
Aviñón.20 La lectura reposada de estos textos muestra, como ya subrayó Ruh,21 que la
condena no era tanto a su labor como teólogo, sino como predicador en lengua vernácula,
es decir, al supuesto peligro que predicaciones de un nivel teológico y filosófico tan
elevado representaba en las mentes, quizás poco preparadas, de sus oyentes.22 Esto
explica también que la condena se haya hecho pública y efectiva solo en la arquidiócesis
de Colonia.
Obra[editar]
Eckhart de Hochheim fue uno de los más influyentes teólogos del Medievo, pese a la fama
de heterodoxia de sus obras, en las cuales la influencia neoplatónica es tangible.
Se conservan obras de Eckhart escritas en latín23 y en alemán, aunque
ningún autógrafo.24 Hasta los trabajos de investigación de Henri Denifle en 1880 se
conocían solamente algunas obras con sermones y tratados menores, y menciones al
resto de su obra incluso en autores como Nicolás de Cusa. Denifle descubrió sus obras de
más calado como el Opus tripartitum y la Collatio in libros Sententiarum. Su hallazgo dio
lugar a un renacimiento del interés por Eckhart, del cual se habían conservado hasta el
momento solo sermones escritos en lengua vernácula —de elevada y peculiar retórica— y
los comentarios de otros autores.
Las obras en latín son de carácter especulativo y destinadas a la enseñanza. Se cuentan
entre ellas el Tratado sobre la oración dominical, los Comentarios a los libros de las
Sentencias25 y las Quaestiones parisienses. A estos hay que añadir 58 sermones y
fragmentos dispersos en obras de otros autores que lo citan.
Su obra en alemán contribuyó a formular una lengua propia para tratar temas filosóficos o
teológicos, cosa que le granjeó el título de «creador de la prosa alemana».26 Sin embargo,
aunque su intención era poder llegar con ello también a las personas de menor educación
o formación, los escritos en lengua vulgar se prestaban con mayor facilidad a ser
malinterpretados. Sus obras en alemán son en general tratados y sermones.
En cuanto a sus fuentes, además de las propias de un maestro de teología –es decir la
Biblia— emplea con soltura los comentarios de las obras de Aristóteles realizados por sus
correligionarios Alberto Magno y Tomás de Aquino. También usa textos de Aristóteles,
aunque su adhesión a la filosofía aristotélica fue tema de debate.27 El mundo neoplatónico
del Liber de causis, queda temperado y «bautizado», si cabe hablar así, por autores
como Agustín de Hipona y Pseudo Dionisio, que Eckhart también emplea y conoce.
También cita a menudo a Boecio.
Obra en latín[editar]
Opus tripartitum[editar]
El Opus tripartitum es una especie de «Suma de teología» concebida -como su mismo
nombre indica- en tres partes: (1) el Opus propositionum, dedicado a las proposiciones que
serían examinadas por el teólogo; (2) el Opus quaestionum, en forma de quaestio para
resolver los problemas ocasionales que surgían de la primera; y (3) el Opus expositionum,
destinado a un comentario de todos los libros de la Biblia. La formulación de este esquema
era notoriamente novedoso en un ambiente académico donde se privilegiaba la forma de
la quaestio.28 Desgraciadamente, de todo ese trabajo —si es que se llegó a completar—
solo se conservan el prólogo de la obra, por el que sabemos su plan general, y algunos
comentarios pertenecientes a la tercera parte: dos comentarios al libro del Génesis, y otros
al del Éxodo, al libro del Eclesiástico, al de la Sabiduría, y al evangelio de Juan.
Según el plan de la obra y un ejemplo de desarrollo que introdujo el mismo Eckhart,
el Opus propositionum debía mostrar la identidad del ser con Dios, siguiendo el modelo de
la Institutio theologica de Proclo. El programa incluía un esquema de 14 tratados con más
de mil proposiciones en total. Y, como recuerda el mismo Eckhart, dado que conocer algo
es al mismo tiempo conocer su contrario, los temas de las proposiciones se presentan en
parejas: caridad y pecado, ser y esencia, etc.29
El Opus quaestionum en cambio, debía seguir el esquema de la Summa theologiae de
Tomás de Aquino, aunque menos exhaustivo dado que el plan era tratar más bien, como
se ha dicho anteriormente, unas problemáticas que surgían de la parte expositiva-
propositiva.
En cuanto al Opus expositionum, siempre según el mismo Eckhart, su modelo fue el
comentario de san Agustín a los primeros libros de la Biblia, así como su obra 83
cuestiones diversas y el A Orosio. La idea era recorrer los textos presentando tanto la
interpretación literal como la anagógica o moral. Aquí introduciría, a modo de Opus
sermonum, los textos de algunos sermones que ya había preparado y pronunciado en latín
para maestros y estudiantes.
Entre sus comentarios bíblicos, son famosos sus cambios de perspectiva en relación con
algunos pasajes del evangelio. Por ejemplo, al comentar el texto del evangelio de san Juan
donde se menciona que Pedro y Juan habían corrido juntos al sepulcro, pero que Juan
habiendo llegado primero no se atrevió a entrar hasta que llegó Pedro quien entró primero
al sepulcro (Juan 20:3-10), Eckhart —contrariamente a toda la tradición exegética— indica
que Pedro simboliza el entendimiento y Juan la voluntad y que, dado que sin conocimiento
no hay amor, es el conocimiento quien debe entrar primero para que se dé el amor de la
voluntad.30 En el pasaje referido a Marta y María (Lucas 10:38-42), el comentario de
Eckhart no solo contradice la exégesis tradicional sino también la literalidad del texto
evangélico cuando comenta que en realidad la mejor opción corresponde a Marta quien
unió el aspecto contemplativo al activo en su actuar.31
Quaestiones parisienses[editar]
Se trata de cinco quaestiones que siguen el modelo propio de las universidades del tiempo
para discutir temas controvertidos. Tres de ellas del primer período en que Eckhart fue
maestro de la Universidad de París (es decir, los años 1302-1303). Las otras dos —hay
que decir que se ha dudado de la atribución— del segundo período, 1311-1314. En ellas
se aleja de la doctrina tomista enseñada por entonces, especialmente en el punto de la
primacía del pensar sobre el ser en Dios.32 Hay ideas y argumentos del pensamiento de
Eckhart que solo se encuentran en estas quaestiones.33
Los temas de las cuestiones son los siguientes:
Ideas[editar]
Como miembro de la Orden de los Predicadores, las doctrinas de Eckhart se apoyaron en
la base teológica proporcionada por Tomás de Aquino; sin embargo, el componente
neoplatónico que había introducido el Aquinate en una ontología
fundamentalmente aristotélica ―por ejemplo a través de la doctrina de la participación―
adopta en Eckhart un carácter mucho más marcado, aproximándose a las tesis que siglos
antes había sostenido Juan Escoto Erígena. Es quizás lo más propio de su propuesta de
mística especulativa: por un lado, la profunda unión de teología, filosofía y mística
propiamente dicha en una sola reflexión.54 Por otro, la casi total ausencia de confidencia o
de indicaciones que hagan pensar directamente en una experiencia personal de unión con
Dios.55
La teoría mística de Eckhart toma varios temas de la espiritualidad patrística como la unión
con Dios e incluso la divinización del alma, la separación del mundo, etc., pero haciéndolos
partir de reflexiones de naturaleza teológico-filosófica. Por ello, su particular forma de
presentar la mística ha sido llamada «mística especulativa»56 o, a partir de los ambientes
donde nace y se desarrolla, «mística renana».57 Se encuentran en ella influencias del
tomismo que recibió en Colonia, de su experiencia como director de religiosas dominicas y
el neoplatonismo, que siempre estuvo presente en su pensamiento teológico.
Dios[editar]
La característica principal de la teología de Eckhart es la fertilidad de Dios, de cuya
sobreabundancia de amor procede el Hijo o Verbo; esta sobreabundancia, que es origen
también de la creación del mundo, está estrechamente ligada al clásico concepto
neoplatónico de emanación, aunque en la teología de Eckhart la creación del mundo es
claramente un acto de voluntad divino y no una consecuencia necesaria de su esencia.
Eckhart replica también la distinción de Eriúgena entre natura naturans y natura
naturatapara distinguir la divinidad única de Dios (su ser absoluto e incualificado) de su
expresión en la Trinidad, en la que aquella se realiza y manifiesta. Este proceso ―descrito
en sus obras más juveniles como las Quaestiones parisienses― al que califica en una
ocasión de "autorrevelación" de la Trinidad, interesaría profundamente a los idealistas, en
especial a Hegel, que vería en él una prefiguración de sus propias doctrinas.
En el Opus tripartitum, Eckhart abandona la teoría de la prioridad del conocer sobre el ser,
asumiendo plenamente incluso la identificación de Dios con el Ser y llegando a afirmar,
con Tomás de Aquino, que el mismo conocer sin el ser es nada. Sin embargo, hasta ahí
llega el paralelismo de pensamiento entre el Aquinate y Meister Eckhart, aun cuando haya
sido intentado un acercamiento mayor entre los dos autores por parte de teólogos del siglo
XX.58
Asume además la teología apofática que solo permite hablar de Dios en negativo: es decir,
esa forma de expresarse de los nombres divinos no nos dicen qué es Dios, sino más bien
qué no es. Emplea la expresión Gott para referirse al Dios cristiano (Trinidad) y la
expresión Gottheit para hablar de la esencia divina, aun cuando este límite o distinción de
expresión, según el pensamiento de Eckhart, se debe a nuestro modo limitado de pensar.
Origen del mundo[editar]
Varias expresiones de Eckhart podrían hacer pensar que sostenía la eternidad del mundo:
No se puede admitir que Dios esta ahí, esperando no se sabe qué ser que tendría que venir a crear
el mundo. En el mismo instante en que Dios existió, y generó al Hijo, Dios coeterno y coesencial en
todas las cosas creó también el mundo.
Segundo comentario al Génesis
Esta teoría sobre las ideas en la mente de Dios, le lleva también a afirmar que aunque el
Creador trasciende todo, de alguna manera es inmanente a todo, como se ha visto antes,
pero también que el mal no tiene ningún grado de sustancialidad: el demonio es nada, en
cuanto mal, y los pecadores, por tanto, tampoco son nada. Esta teoría también le sirve
para mostrar la diferencia radical de la criatura con respecto a Dios, pero también su
semejanza.
El desapego[editar]
La vía propuesta por Eckhart es, como en buena parte de la mística, la de una divinización.
Si Dios es pura simplicidad, el hombre debe intentar llegar o volver lo más cerca de ella,
despojándose de todo lo que no sea Él mismo. A este proceso de simplificación Eckhart lo
llama "desapego", que no implica desentenderse completamente del mundo, sino tenerlo o
intentar tenerlo como Dios mismo lo tiene, tener el punto de vista divino ―si cabe hablar
así― sobre todo lo que no es Él, y desprenderse de cualquier voluntad propia:
Toda la perfección del hombre consiste en alejarse y en despojarse de la criatura; en comportarse
uniformemente en y hacia todas las cosas, no ser abatido por las adversidades, no exaltarse en la
fortuna, no alegrarse o temer o gozar de una cosa más que de otra… También si esto parece arduo
y difícil, en cambio es absolutamente leve y necesario; leve sobre todo porque cuando se ha
gustado del espíritu, se pierde el sabor de toda carne. De hecho, el inconmensurable gusto de Dios
anula todo lo demás. Secundariamente porque, en efecto, para quien ama de verdad, todas las
cosas son un puro nada fuera de Dios, en cuanto fuera del ser.
Sermón 6
La parte del alma donde se da este conocimiento tiene varios nombres en la mística
especulativa de Eckhart: «fondo del alma», «ápice de la mente», «sindéresis» o «castillo
del alma».59 En la medida en que se vacía, Dios la llena de sí mismo y ese es el sentido de
la «divinización» a través del desapego o abandono. El hombre desapegado será el
hombre noble,60 que por ello siente un gozo profundo y experimenta la verdadera nada de
todo. Todo esto no lo descubre el intelecto natural, por llamarlo así, sino aquel separado
(el intelecto que no tiene nada que ver con las cosas, según la expresión
de Anaxágoras que Eckhart emplea a menudo) y activo que en realidad se identifica con la
gracia.
El nacimiento del Verbo[editar]
Eckhart entiende la unión con Dios por parte del alma, como una unión de intención que se
dirige a Dios. Desecha como imposible la idea de un pensar continuo en Dios, queda la vía
de poseerlo en su esencia, cosa que explica por medio de imágenes:
De la misma manera, quien tiene una gran sed puede hacer distintas cosas y tener pensamientos
diversos sobre el beber, pero independientemente de lo que haga, o con quién esté,
independientemente de su intención, su pensamiento o su ocupación, la imagen de la bebida no lo
abandona durante el tiempo que dure su sed; y mientras más sed tenga, más intensa es la imagen
de la bebida, más presente, continua, interior.
Instrucciones espirituales 6
Esta presencia del Verbo en el alma, será ―al menos por la forma en que probablemente
la explicó― uno de los puntos que causaron acusaciones de herejía, pues se pensó que
afirmaba que hay en alma «algo increado» e incluso «increable». Él mismo se defenderá
de esta acusación intentando aclarar lo que quería expresar:
Nunca he afirmado que haya en el alma algo que sea increado o increable, porque entonces el alma
estaría compuesta de [algo] creado e increado; más bien he enseñado y escrito todo lo contrario.
Declaración pública del 13 de febrero de 1327
Condena y rehabilitación[editar]
La obra de Eckhart fue ya controvertida entre sus contemporáneos. Y ha dado pie a juicios
de todo tipo sobre su precedencia e influencia en varios movimientos y escuelas, desde el
idealismo y el protestantismo, hasta «begardos y beguinos»64 Se le ha exaltado como «el
más iluminado de los teólogos del Medioevo»65 o «patriarca de una filosofía
específicamente alemana».66
Como se ha mencionado anteriormente, en 1329 Juan XXII condenó algunas
proposiciones que se decían contenidas en la obra de Meister Eckhart. La bula In agro
dominicosubraya especialmente algunos puntos, como por ejemplo, la teoría sobre la
eternidad del mundo, que habría sido creado al mismo tiempo que la generación del
Hijo,67 la no necesidad o incluso la desviación que implica pedir cosas a Dios, la
«transubstanciación» del creyente en Dios, que implica que todo lo dicho sobre Cristo en
las Escrituras se puede aplicar al hombre divinizado de esa manera.
Desde el capítulo general de la Orden de Predicadores del año 1980 se comenzaron
diversas iniciativas con el fin de lograr la rehabilitación del Maestro Eckhart. En 1992, el
entonces prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Joseph Ratzinger, recibió
una solicitud por parte de los Dominicos para que dicho órgano levantara la condena
contra Meister Eckhart. El veredicto que recibió Timothy Radcliffe, entonces Maestro
General de los Predicadores, consistió en tres proposiciones fundamentales:
Influencia y repercusión[editar]
La condena papal de 1328 impidió que los escritos de Eckhart se popularizaran en los
ambientes universitarios, pero no que fuera leído y que haya efectivamente influenciado en
autores de la mística renana, de la devotio moderna (a través de Gerardo Groote que
aunque prohíbe a los suyos la lectura de Eckhart, lo reelabora para sus fines). También es
retomado y hasta defendido por algunos compañeros de su orden como Juan
Taulero y Enrique Susón. El primero llegará a decir: «Él hablaba desde el punto de vista de
la eternidad, y vosotros lo habéis entendido según el tiempo».69
A inicios del siglo XV, Nicolás de Cusa mantuvo una polémica con Johannes Wenck,
precisamente porque este último lo acusaba de ser un discípulo de Eckhart. Nicolás
respondió con el tratado Apología de la docta ignorancia donde acepta la crítica, pero
indicando que así como los teólogos de Aviñón no habían comprendido la teología del
maestro parisino, de la misma manera personas como Wenck no eran capaces de seguir
la sutilidad de la teología del Cusano.
Lutero, que de joven manifestó su gusto por las obras de Eckhart, cambió de opinión
debido al desarrollo de su teología sobre la reparación vicaria de Jesucristo, que es
totalmente contraria a la vía eckhartiana. Sin embargo, esto no impidió que varios autores
reformados asumieran la teología de Eckhart. Así por ejemplo: Caspar Schwenckfeld von
Ossig, Sebastian Franck, Valentin Weigel y Jakob Böhme.70 También es evidente su
influencia en autores como Angelus Silesius, donde incluso influye en su conversión al
catolicismo.
Por medio de estos autores el pensamiento de Eckhart llega a la mística española del siglo
XVI en escritores como Juan de la Cruz71 y la espiritualidad francesa que desembocará en
el quietismo.
Hay que esperar al siglo XIX y al curioso connubio de romanticismo alemán con
el idealismo para un redescubrimiento de los escritos de Eckhart, por medio de filósofos
como Franz von Baader. Así llegó a influir en los filósofos más eminentes del
idealismo: Fichte, Friedrich Schelling y Hegel.72 Schopenhauer reconoció en diversas
ocasiones la influencia de Eckhart en su pensamiento: «Estos son mis compañeros
espirituales: Eckhart y Taulero»73
Sin embargo, no fue sino hasta el descubrimiento de la obra latina de Eckhart en 1886 que
se dio un pleno conocimiento de su obra, lo que permitió mostrar cuánto había sido
malinterpretado y llevado a las aguas del idealismo y de las filosofías modernas. Los
estudios de Denifle sobre esta parte de la obra de Eckhart muestran más bien a un
maestro que se muestra ante todo como un escolástico, con gusto por las filosofías nuevas
y por las expresiones arriesgadas o equívocas.74
El siglo XX vio primero nuevas ediciones de sus obras, no ya con la preocupación de fijar
el texto, sino de divulgarlo. En 1903 la edición de una antología de escritos de Eckhart,
realizada por Hermann Büttner, tuvo un gran éxito, aun cuando lo presenta como un
heterodoxo católico y un espíritu libre que supo oponer una «religión verdadera» a la
eclesiástica.75 Esto propició una explosión de estudios sobre Eckhart y su utilización
incluso por parte de la ideología nazi a manos de Rosenberg: el desapego y la nobleza de
espíritu, según este ideólogo y criminal, eran los valores del germanismo. Era considerado
el «apóstol de los alemanes» y sus escritos, la «Biblia germana».76 Incluso se llegó a
pensar en la creación de una iglesia nacional germana, la Ekkehartmensch.77 Tras
la Segunda Guerra Mundial el interés por Eckhart se trasladó al ámbito filosófico, sobre
todo cuando Heidegger afirmó que mientras meditaba en el ser, leyó frecuentemente los
escritos del maestro dominico.78
Bibliografía[editar]
Edición crítica de su obra latina[editar]
Hubo un trabajo realizado por Franz Pfeiffer en 1857, pero que se mostró luego
insuficiente e incompleto, aun cuando fue reeditado en 1962.79
Se dio también un proyecto por parte del Instituto Histórico de la Orden de Predicadores,
pero que quedó inconcluso desde 1936. El plan original preveía 17 fascículos, pero llegó a
publicar solo tres:
KONRAD W EISS (ed.), Lateinische Werke, vol 1: Prologi in Opus tripartitum en Opus
propositionum, in Opus expositionum. Expositio Libri Genesis; Liber parabolarum
Genesis.
KONRAD W EISS - JOSEF KOCH - HERIBERT FISCHER (ed.), Lateinische Werke, vol.
2: Expositio libri Exodi; Sermones et lectiones super Ecclesiastici, cap. 24, 23-
31; Expositio libri Sapientiae; Expositio Cant. 1, 6.
KARL CHRIST - BRUNO DECKER - JOSEF KOCH - HERIBERT FISCHER - ALBERT
ZIMMERMANN (ed.), Lateinische Werke, vol. 3: Expositio sancti Evangelii secundum
Johannem.
ERNST BENZ - BRUNO DECKER - JOSEF KOCH (ed.), Lateinische Werke, vol. 4: Sermones
latini.
JOSEF KOCH - BERNHARD GEYER - ERICH SEEBERG (ed.), Lateinische Werke, vol.
5: Collatio in Libros Sententiarum; Quaestiones parisienses; Sermo die b. Augustini
Parisius habitus; Sermo paschalis a. 1294 Parisius habitus; Acta et regesta vitam
magistri Echardi illustrantia; Processus contra magistrum Echardum.
Edición crítica de su obra en alemán[editar]
Comprende también cinco volúmenes, cuatro de ellos dedicados a los sermones y uno a
los tratados. La editorial es la misma:
Notas[editar]
1. Volver arriba↑ Cf. De Libera 1998:177.
2. Volver arriba↑ «Non esiste alcuna notizia su Eckhart che risalga antecedentemente al suo
trentesimo di vita», K. Ruh, Meister Eckhart. Teologo, predicatore, mistico, Brescia 1989,
24.
3. Volver arriba↑ Cf. Vega-Esquerra 2008:12.
4. Volver arriba↑ Cf. Vannini 2002:11.
5. Volver arriba↑ Se piensa que estudió en Colonia por la mención: «Alberto decía a
menudo», que se encuentra en el sermón de Pascua predicado por Eckhart en 1294. Si lo
conoció personalmente, solo pudo ser gracias a una estancia en Colonia. Cf. Vannini
2002:11.
6. Volver arriba↑ Cf. Vannini 1989:27.
7. Volver arriba↑ Prior, en la terminología de la Orden de predicadores, corresponde al
superior de un convento.
8. Volver arriba↑ Mondin 1996:512; Vilanova 1987:958.
9. Volver arriba↑ Cf. Vilanova 1987:958.
10. Volver arriba↑ Cf. Vannini 2002:13-14.
11. Volver arriba↑ Véanse autores como Margarita Porete, Hadewijch de Amberes y Matilde de
Magdeburgo.
12. Volver arriba↑ Cf. Vannini 2002:16-17.
13. Volver arriba↑ Cf. Vannini 2002:18.
14. Volver arriba↑ Cf. Mondin 1996:522.
15. Volver arriba↑ Cf. Vilanova 1987:959.
16. Volver arriba↑ Cf. H. Denifle, Meister Eckheharts lateneische Schriften und die
Grundanschauung seiner Lehre, en Archiv für Literatur - und Kirchengeschichte des
Mittelalters 2 (1886), 637-639.
17. Volver arriba↑ Existe otra carta de Juan XXII del 30 de abril de 1328 al arzobispo de
Colonia donde ya se da a entender que Eckhart ha muerto. Cf. De Libera 1998:176.
18. Volver arriba↑ Cf. G. Théry (ed.), Edition critique des pièces relatives au procès d'Eckhart
contenues dans le manuscrit 33b de la Bibliothèque de Soest, en Archives d'histoire
doctrinale et littéraire du Moyen Age 1 (1926/1927), 129-268.
19. Volver arriba↑ Cf. L. Sturlese, Eckhart, l'inquisizione di Colonia e la memoria difensiva
conservata nel codice Soest 33, en Giornale critico de la filosofia italiana 82.1 (2001), 62-
89.
20. Volver arriba↑ Cf. F. Pelster, Ein Gutachen aus dem Eckhart-Prozess in Avignon,
en Beiträge zur Geschichte der Philosophie und Theologie des Mittelalters 35 (1935).
21. Volver arriba↑ Cf. Ruh 1989:268.
22. Volver arriba↑ Cf. Barzaghi 2002:9.
23. Volver arriba↑ Cf. Magistri Eckardi opera latina, auspiciis Instituti S. Sabinae, Leipzig 1936.
24. Volver arriba↑ Cf. Meister Eckhart. Die deutschen und lateinischen Werke, Stuttgart-Berlin
1936.
25. Volver arriba↑ Para poder dar clases de teología se requería un comentario de esta obra.
De ahí que el segundo de los comentarios atribuidos a Eckhart sea de dudosa autenticidad.
Cf. Vilanova 1987:959.
26. Volver arriba↑ Cf. Mondin 1996:514.
27. Volver arriba↑ Cf. B. Welte, Meister Eckhart als Aristoteliker, en Philosophisches
Jahrbuch 69 (1961), 64-74.
28. Volver arriba↑ Cf. Mondin 1996:514.
29. Volver arriba↑ Cf. Ancelet-Hustache 1992:50.
30. Volver arriba↑ Cf. Weber 1996:730.
31. Volver arriba↑ Cf. Weber 1996:733.
32. Volver arriba↑ Cf. Vannini 2002:52.
33. Volver arriba↑ Cf. Capelletti 1962:5.
34. Volver arriba↑ Cf. Capelletti 1962:6.
35. Volver arriba↑ Cf. Capelletti 1962:12.
36. Volver arriba↑ Cf. Capelletti 1962:13.
37. Volver arriba↑ Cf. Capelletti 1962:16.
38. Volver arriba↑ Cf. Capelletti 1962:18.
39. Volver arriba↑ Cf. Geyer 1931:30.
40. Volver arriba↑ Cf. Biblioteca Apostolica Vaticana, Ms. lat. 1086; Geyer 1931:33-34.
41. Volver arriba↑ Cf. Ingeborg Degenhardt, Studies zum Wandel des Eckhartbildes, Leiden
1967, 175ss.
42. Volver arriba↑ Cf. Vannini 1989:6.
43. Volver arriba↑ Existía ya uno elaborado por Alain de Lille, llamado Distinctiones dictionum
theologicarum, pero no estaba ya al día con respecto a la terminología y conceptos
introducidos por la progresiva inclusión de textos de Aristóteles en las universidades. Cf.
Vannini 1989:8.
44. Volver arriba↑ Cf. Artes praedicandi. Contribution à l'histoire de la rhétorique au moyen âge,
Paris-Ottawa 1936.
45. Volver arriba↑ Cf. Vannini 1989:8.
46. Volver arriba↑ Cf. Sermón 51 donde gira alrededor del Ecce (trad. «He aquí») del Ecce dies
veniunt (Jr. 23, 5).
47. Volver arriba↑ Cf. T. Kaeppeli, Praedicator monoculus: sermons parisiens de la fin du XIIIe
siècle, en Archivum Fratrum Praedicatorum 17, (1957), 120-167.
48. Volver arriba↑ Cf. Ancelet-Hustache 1992:87.
49. Volver arriba↑ Cf. Ruh 1989:43.
50. Volver arriba↑ Cf. Vannini 2002:53.
51. Volver arriba↑ Cf. G. Steer, Zur Authentizität der deutschen Predigten Meister Eckharts,
en Eckhartus Theutonicus, p. 127-168.
52. Volver arriba↑ Cf. Vannini 2002:55.
53. Volver arriba↑ Cf. Vega Esquerra 2008:140.
54. Volver arriba↑ Cf. Vannini 2002:28.
55. Volver arriba↑ Cf. Ancelet-Hustache 1992:69.
56. Volver arriba↑ Cf. F. Brunner, «Maître Eckhart et le mysticisme spéculatif» en Revue de
théologie et de philosophie (1970), 1-11.
57. Volver arriba↑ Cf. Vilanova 1987:961.
58. Volver arriba↑ Cf. O. Karrer, Das göttliche in der Seele bei Meister Eckhart, Würzburg 1928;
sobre lo fallido del intento de acercamiento, véase: K. Ruh, Meister Eckhart. Teologo,
predicatore, mistico, Brescia 1989, 126.
59. Volver arriba↑ Cf. Barzaghi 2002:16.
60. Volver arriba↑ Cf. Vannini 1989:10.
61. Volver arriba↑ Cf. A. Forest – F. Van Steenberghen – M. De Gandillac, Il movimento
dottrinale nei secoli IX-XIV, en A. Fliche – V. Martin, Storia della Chiesa, vol. XIII, 533.
62. Volver arriba↑ Cf. Mondin 1996:521.
63. Volver arriba↑ Cf. Sermón alemán Surrexit autem Saulus.
64. Volver arriba↑ Cf. Johann Lorenz von Mosheim, Commentario sui begardi e le beghine,
1790.
65. Volver arriba↑ Cf. Franz von Baader.
66. Volver arriba↑ Cf. Karl Rosenkranz.
67. Volver arriba↑ Hay que saber que por entonces se dio una controversia bastante fuerte
sobre la eternidad del mundo.
68. Volver arriba↑ Cf. Georg Steer, «Der Aufbruch Meister Eckharts ins 21. Jahrhundert»,
en Theologische Revue 106 (2010), col. 89-100.
69. Volver arriba↑ Cf. Sermón Clarifica me, pater charitate, citado en Ruh 1989:13.
70. Volver arriba↑ Cf. Vannini 2002:68.
71. Volver arriba↑ Cf. J. Orcibal, Le rôle de l'intellect possible chez Jean de la Croix. Ses
sources scolastiques et nordiques, en La mystique rhénane, Paris 1963, 235-279.
72. Volver arriba↑ Cf. E. Benz, Les sources mystiques de la philosophie romantique allemande,
Paris 1968.
73. Volver arriba↑ E. Griesebach, Shopenhauer. Geschichte seines Lebens, Berlin 1897, p.
246.
74. Volver arriba↑ La crítica de Denifle a los protestantes que habían hecho suyo y
tergiversado, según su opinión, el pensamiento de Eckhart es contundente: «hablan de la
doctrina eclesiástica como los ciegos de colores, y aprenden la escolástica leyendo a los
místicos alemanes y por eso hablan continuamente de oposición entre mística y
catolicismo», H. Denifle, Die deutschen Mystiker des XIV. Jarhunderts. Beitrag zur Deutung
ihrer Lehre, Friburgo 1951, p. 228.
75. Volver arriba↑ Cf. Vannini 2002:72.
76. Volver arriba↑ Cf. Vannini 2002:73.
77. Volver arriba↑ Cf. H. Schwarz, Ekkehart der Deutsche, Berlín 1935.
78. Volver arriba↑ Cf. R. Schürmann, Maître Eckhart ou la joie errante, Indiana 1978 y G.
Penzo, Meister Eckhart. Una mistica della ragione, Padua 1992.
79. Volver arriba↑ Cf. Deutsche Mystiker des XIV Jahrunderts y Predigten, Traktate; reedición a
cargo de Aalen.
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Las obras principales de Eckhart son Opus tertium (que dejó inconclusa) y Quaestiones
parisienses. El éxito posterior de sus escritos es enorme en el pensamiento alemán
teológico, filosófico o esotérico de los siglos XVIII, XIX, XX, y en la actualidad.
INSTRUCCIONES ESPIRITUALES
2.- Las gentes no deberían pensar tanto en lo que hacen, deberían pensar en lo
que son... No pienses que la santidad se funda en los actos. La santidad debe
fundarse en el ser porque no son las obras las que nos santifican sino más bien
nosotros debemos santificar las obras.
3.- La razón que hace que la naturaleza y el fondo del hombre sean altamente
buenos y que vuelve buenas las obras de los hombres, es que el espíritu del
hombre esté totalmente volcado hacia Dios.
4.- El hombre no debe espantarse por nada mientras su voluntad sea buena, ni
afligirse cuando no puede manifestarla por las obras.
5.- Dios desea que en todas las cosas renunciemos a nuestra voluntad.
6.- Hay en esta vida dos maneras de ser iluminado en lo que concierne a la vida
eterna. Una proviene del anuncio que Dios ha hecho al hombre por una
iluminación particular... El otro modo es... cuando el hombre, por el amor y la
intimidad que tiene con Dios, confía tan totalmente y está tan seguro de Él que no
puede dudar y adquiere una tal certidumbre porque lo ama sin distinción en todas
las criaturas indistintamente.
7.- Si encuentras que tu camino más directo no pasa por numerosas obras
exteriores, grandes trabajos o privaciones – lo que no tiene tanta importancia, a
menos que el hombre se vea impulsado a ello por Dios y tenga la fuerza de hacerlo
convenientemente sin que su ser interior quede alterado – si por tanto tu no
encuentras nada de esto en ti, estate en paz y no le des tanta importancia.
Puerta de Meister Eckhart en la iglesia de Erfurt
El camino te conduce
a un maravilloso desierto,
a lo ancho y largo,
sin límite se extiende.
El desierto no tiene
ni lugar ni tiempo,
de su modo tan sólo él sabe.
Campana " La Gloriosa " en la catedral de Erfurt ( clicar )
DEL DESAPEGO
Yo alabo más al desprendimiento que al amor, y es por esta razón: lo que el amor
tiene de mejor, es que me obliga a amar a Dios, mientras que el desapego obliga
a Dios a quererme. Es mucho más noble obligar a Dios a venir a mí, que obligarme
a ir hacia Dios, porque Dios puede más íntimamente penetrar y unirse a mí que yo
pueda unirme a Dios.
Yo alabo el desapego más que la humildad y he aquí porqué: la humildad puede
existir sin el desprendimiento mientras que el perfecto desprendimiento no puede
existir sin la perfecta humildad, porque la perfecta humildad tiende a una
anulación de nosotros mismos.
Alabo el desapego más que toda misericordia, porque la misericordia consiste en
que el hombre sale de sí mismo para ir hacia las miserias de su prójimo y su
corazón se turba. El desapego está exento, permanece en sí mismo y no se deja
turbar por nada. Porque siempre que algo puede turbar al hombre, no es como
debe ser.
Un dicho del hombre sabio esta expresado así: "Cuando todas las cosas
reposaban en un profundo silencio, descendió hacia mí desde lo alto, una palabra
secreta". ¿Dónde pronuncia Dios Padre esta palabra?. Es preciso que esto ocurra
en lo más puro que haya en el alma, en lo mas notable y en lo más fino. Por lo
tanto es preciso que el alma en la que el nacimiento ha de producirse se mantenga
perfectamente pura y viva con una perfecta nobleza, que esté completamente
unificada y completamente interior, que no vagabundee afuera, por los cinco
sentidos, en la diversidad de las criaturas, sino que esté por completo en el
interior y unificada en lo más puro que posee; ése es su sitio.