Desnudo Con Naranjas
Desnudo Con Naranjas
Desnudo Con Naranjas
La película nos cuenta esa historia de amor que surge entre Margarita, “la mudita” y “el Indio”,
quienes en la soledad y la desgracia se encuentran. “Los ojos después de ver tanta cosa fea, pierden
la costumbre de ver lo bonito, pierden la maña”. Tanto Margarita como el indio, trasmiten la
emoción del descubrimiento de un paraíso en el infierno.
En plena guerra federal un soldado indio y una joven blanca lo abandonan todo para poder amarse.
El amor entre un indio y una blanca es algo que se paga caro en los tiempos salvajes de la
Venezuela del siglo XIX. En el sangriento siglo XIX lleno de guerras, supersticiones y brujerías dos
seres conducidos por el amor, deciden romper las leyes sociales de la Venezuela de aquellos
tiempos.
Margarita, es una mujer rubia perteneciente a la clase social dominante, que será seducida por los
misterios y belleza de un joven soldado indio. Movidos por la pasión y el fuego de ese amor que los
envuelve, ambos deciden abandonarlo todo, para amarse libremente.
Una película que demuestra que en medio de la guerra federal se refleja la grandeza del amor,
humanidad y lucha de sus personajes, dispuestos a buscar la felicidad.
La película nos lleva a apreciar el componente africano que corre por nuestras venas, en el toque de
tambores, tan intensamente como el indígena, y el español, de aquí partimos que somos producto de
un mestizaje; que no sólo se refleja en nuestro fenotipo, va más allá, hacia el lenguaje, la música, la
comida y la religión. Venezuela es considerada un país católico y que a lo largo de la historia se han
entremezclado ritos prehispánicos y africanos con una religión impuesta por la colonización.
En “Desnudo con Naranjas” parte de lo sagrado se ve cuando el Indio adquiere la Virgen Azul, pero
por circunstancias del destino queda sumido en el contexto afro-venezolano, representado por el
bilongo, el cual sobrevive a través del tiempo, mientras que la pintura es extraviada, hecho que nos
llevaría a la reflexión, porque si bien el catolicismo de la época era más rígido, ¿por qué el indio y
la aristócrata no depositaron su fe en la pintura religiosa? La respuesta estaría en esa búsqueda de
soluciones a los problemas inmediatos, que la religión no parece satisfacer de manera rápida, pero
que lo mágico-religioso, la divinidad al estar en contacto directo con el individuo, pasa a formar
parte de este.
Margarita ya enamorada del indio, se hace del bilongo para salvar el alma de este cuando cae en
manos del ejército liberal y le dan muerte. El conjuro ha pasado a pertenecerle, pagando un precio
tan ínfimo, que ya no hay razón para venderlo. Por amor se condena eternamente al infierno, pero es
el Bachiller quien viene a redimirla, ella se lo vende por una sonrisa, advirtiéndole que ya no le
sería posible venderlo, el bachiller se ríe y le afirma, que a él no le va a pasar nada porque él no cree
en esas cosas, el pacto quedaría deshecho.
El amor, las tristezas, y el miedo a lo desconocido puede frenarnos a conseguir el verdadero amor,
pero por amor es que estamos hoy en día aquí, por amor existimos, por amor, en esa época se dieron
las mezclas de culturas, de ideologías, de música, la mezcla de varias razas, es lo que hoy nos hace
caracterizarnos como venezolanos, y es el amor el que al final termina uniendo cualquier creencia y
desencadenando así el sacrificio por el amor puro y sincero.
Angela Peñaranda
CI: 16033627