Estudio de Función y Campo de La Palabra y El Lenguaje en
Estudio de Función y Campo de La Palabra y El Lenguaje en
Estudio de Función y Campo de La Palabra y El Lenguaje en
en psicoanálisis
1953
Estudio de función y campo de la palabra y el lenguaje en psicoanálisis.
Introducción
¿Qué pasaría si les dijeran que existe la máquina del tiempo? ¿Qué pensarían si pudieran volver
a cada momento de su vida, para vivirlo nuevamente? Qué pensarían si siempre, sin importar la
muerte, el dolor, la vergüenza, la impotencia, hubiera un mañana, pudieran vivir un mañana, tener
una chance más.
Cuando se sumerjan en las líneas que leerán a continuación, van a sorprenderse. Estas líneas
encarnecerán en ustedes, porque estas líneas les conciernen: hablan de ustedes, se inspiran en
ustedes, son para ustedes.
No tienen idea del poder de la palabra. Cuando abren la boca no saben dónde van a terminar, y
desde que creen en la verdad nunca serán quien creen que son; por eso hacen bien en escribirse
mensajes de texto y correos electrónicos, en estar en el messenger y en dedicarse notitas
virtuales; así están a salvo, así tiran la piedra y esconden la mano, preservando ese ser
imaginario que dicen yo.
Habremos de sentarnos en círculo. Uno a uno irán leyendo los párrafos que les fueron asignados;
luego esperamos sus intervenciones. Intervenciones, sí, lo digo bien. En el psicoanálisis de lo que
se trata es de intervenciones. No queremos tratados, comentarios, explicaciones; se trata que
abran la boca para decir lo que tengan que decir. No la abren por impulso ni porque se les ocurre,
la abren porque han leído. Y luego está el “viaje” de eso que dijeron, de esa intervención, para
que aterrice donde tenga que aterrizar, para que el Otro que corporizamos los demás acuse
recibo –¡clink! dice la máquina significante. Del otro lado, fuera del trabajo en psicoanálisis, yo
situaría las comparaciones, con lo que no se dirigen a ése que ya suponen por hablar, sino al que
está frente a ustedes, con el que se miden y al cual le piden su amor.
En segundo lugar he de recordarles que cada uno tiene asignados aproximadamente 3 párrafos.
Bueno, ése será también para cada uno el número de intervenciones sobre los otros: sólo podrán
intervenir en 3 párrafos ajenos a los suyos. Esto los invitará al cálculo, al abrigo del silencio,
también a la precipitación del decir. Las únicas intervenciones que no se cuentan son las
preguntas: pueden preguntar cuantas veces quieran, eso es lo que pueden regalarle a cada
compañero de párrafo y a todos nosotros.
Cuadros
Resumen
Lacan coloca en el centro la palabra del paciente. Luego suelta sus principios, los principios de
Lacan: “toda palabra llama una respuesta”; “no hay palabra sin respuesta”. El silencio puede ser
una respuesta… si hay oyente. Éste es el meollo de la función de la palabra en el análisis. El
psicoanalista no puede ignorarlo.
Incidencias, vaivenes, de la palabra vacía del paciente y del analista que experimenta el vacío.
El llamado del sujeto más allá del vacío de su decir “es el llamado a la verdad en su principio”.
Llamado por el vacío propio; por eso seduce al otro, se complace, adentra su narcisismo.
No se trata de introspección, se trata de “asociación libre”. Sólo así se es “obrero calificado” del
psicoanálisis.
Frustración no por el silencio, sino inherente al discurso del sujeto, por la respuesta a su palabra
vacía. De aquí que al paciente jamás hay que “seguirle la corriente”, por hacerlo habrá de
dejarlos. Frustración porque es por el discurso que el sujeto se adentra en la desposesión de ese
ser imaginario de sí mismo que defrauda en él toda certidumbre. Este ego “es frustración en su
esencia”. Ser-otro: reconstruido para otro, construido como otro, siempre hurtado por otro. No hay
respuesta adecuada a este discurso vacío, toda palabra que se comprometa con su equivocación
será tomada como de desprecio.
Pero no hay discurso vacío. El discurso implica siempre la comunicación, la verdad y la fe. “El
psicoanalista sabe mejor que nadie que la cuestión en él es entender a qué “parte” de ese
discurso está confinado el término significativo”. “Es una puntuación afortunada la que da su
sentido al discurso del sujeto”. Por eso la suspensión (el corte) de la sesión desempeña en ese
discurso el papel de escansión: es una intervención que precipita los momentos concluyentes.
Del otro lado, del lado del psicoanálisis que Freud nos legó, no está el estándar sino la libertad de
la intervención del analista y su arte, no el análisis de las resistencias sino la relación simbólica,
no la observación del comportamiento sino la reintegración de las partes mudas del discurso
narcisista del sujeto, no la denuncia sino la asunción de sus intenciones imaginarias, no su
objetivación sino la consumación de sus espejismos.