Entrevista A Marcelo Pakman
Entrevista A Marcelo Pakman
Entrevista A Marcelo Pakman
Se me hizo necesario ocuparme del tema como parte de un interés más general y una
fascinación con los fenómenos de discontinuidad de la experiencia que ocurren en la
psicoterapia, también fuera de ella, y que adquieren carácter de eventos a los que he
llamado poéticos. En esos eventos, puntos de inflexión de la experiencia, llega a hacerse
presente lo que hasta entonces fue soslayado o domesticado por los modos de conocer,
ligados a una cierta concepción del poder y a la subjetividad que se consolidó en torno al
concepto de sujeto. Estos tres elementos hacen a lo que podemos llamar la micropolítica de
la vida cotidiana, una concepción de estirpe foucaultiana. Entonces, llego a las imágenes y a
la imaginación a partir tanto de ese interés en las micropolíticas dominantes, que conforman
los guiones que insensiblemente seguimos en la vida cotidiana, como de los eventos
poéticos a través de los cuales tenemos la posibilidad de distanciarnos de esos guiones. Pero
para indagarlas tuve que revisar los modos históricos de pensarlas y desprenderme de la
idea de imaginación como sinónimo de ficción y productora de imágenes. Yo he
comenzado en cambio por las imágenes que nos acompañan, sean mentales, encarnadas en
nuestros sentidos o las que nos rodean, para preguntarme luego sobre sus destinos y sobre el
trabajo que la imaginación hace con las mismas. Para ello fue necesario un cambio de
perspectiva, para llegar a una concepción de las imágenes como un fenómeno central de
nuestra experiencia vital enraizada en la materialidad del mundo.
En todo momento nuestra experiencia está acompañada de imágenes de todo tipo. Con
frecuencia son fugaces y marginales con respecto a nuestra experiencia, que las deja de lado
como impertinentes, por estar dominada por los significados abstractos que hacen de ellas
meras ilustraciones de los mismos. Al mismo tiempo, otras imágenes se privilegian y
se vuelven parte del imaginario social, un cuarto elemento de las micropolíticas dominantes
junto a los saberes, las relaciones de poder y el sujeto que ya mencioné. …Tuve que revisar
los modos históricos de pensarlas y desprenderme de la idea de imaginación como sinónimo
de ficción y productora de imágenes.El trabajo de la imaginación se hace necesario para
sacarlas de esa función de mera ilustración de significados dominantes para que puedan
volverse núcleos de eventos poéticos transformativos y de los procesos que cambian los
límites entre lo real o virtual, percepción o ficción, pensamiento abstracto o experiencia
sensual, idealidad o materialidad.
A lo largo de tu libro vas recorriendo una tensión histórica en relación con el concepto
de realidad, pero no la opones a la imaginación…
No, porque sería nuevamente igualarla con la producción de ficciones. Lo que opongo es la
realidad sensual y material extra lingüística, al mundo de los signos que se llegaron a
identificar con los procesos de significación. Estos últimos se volvieron dominantes con el
llamado “giro lingüístico, en filosofía y las disciplinas sociales, llegando el texto a ser
omnipresente y a empujar a la realidad a una regresión infinita, haciéndola inalcanzable,
trascendente y mitológica. En cambio, en la concepción de las imágenes que desarrollo ellas
son el modo de aparición de una realidad pulsátil, sensual y material. Siempre buscando ser
más de lo que es, destacándose a sí misma como una unidad incompleta en el campo
unidireccional de la historia y abierta al trabajo de la memoria y del testimonio.El trabajo de
la imaginación se hace necesario para que puedan volverse núcleos de eventos poéticos
transformativos y de los procesos que cambian los límites entre lo real o virtual, percepción
o ficción, pensamiento abstracto o experiencia sensual, idealidad o materialidad. Las
imágenes así entendidas, no son meras apariencias de la realidad, productos de una
interioridad mental, ni simulacros posmodernos de realidades, por lo demás elusivas al
punto de la inexistencia. Son la aparición misma de la realidad que se expone y a la que nos
exponemos, conformándonos y excediendo lo que somos en una dimensión de sentido que
no se puede reducir a la del significado y sus interpretaciones, ya que la precede y la
excede.
¿De qué manera lo que la ciencia descubre y establece como verdades, interfiere sobre
el modo singular de lo que viven las personas?
Las dos posturas polares que mencioné, que subyacen al auge de la ciencia empírica en
general y la biología en particular en el campo de la salud mental, por un lado, y al auge del
giro lingüístico radical, por la otra, coinciden en la exclusión de la singularidad de la
experiencia. Ya sea porque lo que prima es la abstracción del patrón en la ciencia o la
abstracción del significado y la interpretación. Los intentos “integradores” son
problemáticos porque no se trata solamente de hacer proyectos de buena voluntad entre
visiones opuestas, ya que son tradiciones en buena medida conflictivas y la polaridad auto
suficiente lleva a callejones sin salida en la conceptualización. …El auge del
construccionismo social en la psicoterapia, sobre todo bajo las formas de las terapias
narrativas y colaborativas, que llegaron con retardo con respecto a los desarrollos del giro
lingüístico en filosofía, son ejemplo del otro tipo de enfoque…Por otro lado, los que buscan
integrar son siempre más especializados en la psicoterapia o en la biología y de algún modo,
la integración se basa en tocar de oído algunos de los polos que buscan integrar. Esto a
veces se trata de descartar como un problema aludiendo a que en la práctica todos hacemos
cosas parecidas, una postura sintomática de los callejones sin salida de las
conceptualizaciones polares de la ciencia y del giro lingüístico.
Cada vez más la ciencia se basa en “evidencias” que localizan en el cerebro el origen
de los padecimientos de las personas. ¿Qué relación encuentras entre este fenómeno, la
filosofía, los seguros de salud, y los profesionales?
Cuanto más habitamos un mundo en que asedian las dificultades sociales, políticas,
ecológicas, los que confían en la ciencia más se niegan a ocuparse de los determinantes
sociales y lingüísticos. Así como los que repiten los mantras de que todo es una
construcción social se detienen allí, eludiendo la responsabilidad de las decisiones y los
eventos que marcan la unidireccionalidad de la verdad histórica. Un concepto al que
erróneamente consideran sinónimo de tiranía del pensamiento único. Con ello dan la
espalda a los fenómenos materiales que enfrentamos y de los que depende nuestro futuro y
son parte de nuestra existencia encarnada. El psicoanálisis nos abrió a los procesos
inconscientes de configuración de lo mental y al papel central del lenguaje, y la terapia
sistémica a los fenómenos relacionales y sociales de las organizaciones humanas.