La Fundación de La Colonia Tovar

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La experiencia colonizadora de Codazzi: La Colonia Tovar

En 1840, entre las diferentes diligencias llevadas a cabo por el Ejecutivo,


tras promulgar la nueva Ley de Inmigración, el ministro de Relaciones
Exteriores escribió a Agustín Codazzi, quien entonces se encontraba en
París gestionando la impresión de su Atlas, solicitándole información en
torno a los lugares más adecuados para el establecimiento de proyectos
colonizadores. Aunque a la distancia, Codazzi no poseía suficientes datos
para proporcionar información, se interesó en el proyecto y este a su vez
llegó a oídos del impresor Alexander Benitz. Este hombre, nacido en
Baden, Alemania, pensó en las amplias posibilidades de conseguir en su
región de origen un importante contingente de emigrantes, ya que en
aquella zona la presión para desplazarse aumentaba cada día por diferentes
razones: en primer lugar, el peligro que representaban los continuos
enfrentamientos bélicos con Francia en aquella zona fronteriza; en segundo
lugar, un acelerado proceso de crecimiento poblacional generado tras la
conclusión de las guerras napoleónicas, y, finalmente, una severa crisis
económica generada tras una racha de malas cosechas al iniciarse aquella
década.

Las huellas dejadas por Agustín


Codazzi son amplias: desde su
participación en campañas
militares, la sistematización de
los datos geográficos de
Venezuela, hasta la creación de la
Colonia Tovar. Dibujo de
Carmelo Fernández, 1843.
Fundación John Boulton.

Alexander Benitz. AA, BNV.


En agosto del año siguiente Codazzi y Benitz llegaron a Venezuela y se
dedicaron a localizar los lugares más adecuados para sus planes. Después
de cuatro incursiones en las montañas que median entre el lago de Valencia
y la costa caribeña, junto con Ramón Díaz, seleccionaron un terreno puesto
a su disposición por Manuel Felipe Tovar, en la zona intermedia ubicada
entre las poblaciones de Puerto Maya y La Victoria.

Manuel Felipe Tovar fue uno de los principales


promotores de la inmigración alemana a
mediados del siglo XIX. En 1852 donó
oficialmente los terrenos donde se asentaría la
Colonia Tovar. Óleo de Martín Tovar y Tovar,
1874. MPPRE.

En noviembre de aquel año el Ejecutivo autorizó la empresa asignándole un


empréstito inicial de 15.000 pesos, el cual, según la propia resolución,
podía extenderse hasta 60.000. Además se estableció un conjunto de
obligaciones, entre las que se encontraban:

a. Traer entre 60 y 80 familias en un lapso de 18 meses.

b. Asegurarse de introducir solo familias «honradas, laboriosas, y en el


goce de perfecta salud».

c. Procurar elegir parejas que tuvieran «el menor número posible de hijos
pequeños, prefiriendo en general aquellas que tengan mayor número de
miembros capaces de trabajar».

d. Mantener en la colonia un médico y un capellán.

e. Traer artesanos, «especialmente albañiles, carpinteros, herreros, tejeros y


caleros, zapateros y sastres».
f. Preparar, antes de la llegada del contingente inmigrante, las barracas
necesarias para el alojamiento de dichas familias.

g. Elaborar y presentar al Gobierno «un plano de la planta que dé al pueblo


con una escala para su mensura».

h. Presentar cada seis meses «una noticia del estado de la Colonia y una
razón de los nacidos, muertos y casados».

Igualmente resulta interesante reparar en el modelo de contrato que fue


firmado entre los promotores de la empresa y los colonos alemanes antes
de embarcarse. En este se planteaba específicamente que cada familia
colonizadora recibiría un libro en el que se apuntarían los gastos causados
por ella, los cuales debían ser restituidos al empresario en un lapso de cinco
años. Además, entre otros detalles, se mencionaba:

a. La carga por pasajes a «... razón de f. 150 persona de 13 años para arriba;
mitad de 12 para abajo y gratis los niños de pechos».

b. Los gastos de desembarco en las costas de Venezuela y los de transporte


de efectos personales correrían por cuenta de cada colono.

c. Llegados al lugar de la Colonia se daría a cada familia «... una barraca


para alojarse, de 12 varas de frente y 14 de fondo y el doble más de terreno
desmontado para servirle de corral o jardín, que será de su propiedad».

d. El jefe de la Colonia les suministraría a todas las familias víveres durante


el viaje y hasta que sus tierras les produjeran.

e. Cada familia recibiría los siguientes animales domésticos: una vaca con
su becerro, un burro, un perro y una cría de gallinas, cuyo valor sería
abonado al jefe de la Colonia.

f. Cada persona de 13 años para arriba, recibiría «... tres fanegas de cien
varas cada lado y de 12 para abajo una y media, todas cubiertas de bosques;
no comprendidos los niños de pechos, y en un solo pedazo por familia».

En enero de 1843, se reunió el grupo de colonos en el puerto de Le Havre y


partieron rumbo a Venezuela a bordo del buque Clemence. Existen ciertas
inconsistencias con respecto a la cifra exacta de viajeros que arribó a
Venezuela. Varios textos, siguiendo seguramente la obra de Conrad Koch,
señalan la partida de 392 pasajeros y la muerte de 14 de ellos en el viaje a
causa de una epidemia de viruelas; sin embargo, de acuerdo con Walter50
el 11 de enero de 1843 «día en el que, según indicaba el contrato, los
colonos debían estar prestos para su salida» solo se reunieron en el puerto
358 personas. Igualmente, en la Gaceta de Venezuela de 3 de abril de 1843,
se indica el arribo de 374 inmigrantes.

En todo caso, después de una ardua travesía oceánica y de estar fondeados


frente a las costas venezolanas por más de veinte días a causa de la
epidemia, el 28 de marzo desembarcó el grupo de colonos en el puerto de
Choroní, desde donde emprendieron camino hacia los terrenos designados.

El desarrollo inicial de la colonia puede ser apreciado desde dos ópticas


diferentes: un aparente progreso y florecimiento económico frente a una
álgida crisis social y política.

Durante los primeros años se desarrolló una importante actividad en la


construcción del poblado, fabricándose viviendas, la escuela, la iglesia, el
cementerio y algunos caminos. Se iniciaba el impulso a la producción
artesanal con la construcción de molinos de agua, la creación de un
aserradero y una alfarería, además de una pequeña cervecería. Los primeros
productos agrícolas comenzaron a dar señales de un futuro muy promisorio,
tal y como se señalaba en el Zeitschrift von der Kolonie Tovar (Boletín de
la Colonia Tovar), que comenzó a imprimir Benitz:

El trigo en estas alturas debe cosecharse a los cuatro meses, tiene ahora
mucho más de tres pies de elevación y está con grandes espigas y otro
empezando a espigar. Dentro de dos años se sabrá si la viña da uva para
hacer vino, y si fuera el ensayo favorable, ¿para qué plantar café?, ¿para
qué plantar café si durante estos dos años prospera el trigo como hasta
ahora y da cosechas abundantes? El vino, la harina de trigo y la cerveza
serían entonces las principales producciones que explotarían los colonos,
que junto con sus papas y hortalizas abastecerían los valles de Aragua y
enriquecerían los mercados de Caracas.

Sin embargo, esta aparente prosperidad contrasta con el surgimiento de


importantes conflictos entre los promotores de la empresa y una buena
parte del grupo de colonos. Los principales descontentos dentro del grupo
inmigrante se iniciaron cuando Codazzi, quien había sido nombrado como
Jefe de Policía y Juez de Paz de Tovar, asumió la responsabilidad de
disolver el primer Consejo de la comunidad en julio de 1843; también ante
la actitud asumida por este cuando, con el fin de controlar a la comunidad,
decidió que los hombres fueran vigilados por soldados durante las tareas
del campo. Además se generó una discusión en torno a las condiciones de
propiedad de la tierra, pues la legislación no era clara al tratarse estos
terrenos privados cedidos a la Colonia y no baldíos del Estado. Otra causa
de descontento fue el monopolio establecido rápidamente por Benitz a
partir de la fundación de la Compañía Hermanos Benitz, la cual controlaba
buena parte del tráfico comercial en la vía que conducía hacia La Victoria.

Detalle del centro del poblado en el plano topográfico levantado por Alexander Benitz
en 1852.

1 Iglesia católica. El plano de la Colonia Tovar, elaborado por


2 Casa Codazzi. Agustín Codazzi e impreso por Alexander
Benitz, es considerado el primer mapa de una
3 Casa Benitz.
parte del territorio de Venezuela impreso en el
4 Casa y Jardín Botánico Moritz. país. Leopoldo Jahn Montauban. La Colonia
5 Fábrica de Cerveza. Tovar y su gente. Caracas: Cromotip, 1990.
6 Molino Alfarería y Aserradero.
Finalmente, tras cinco años en el lugar, los colonos planteaban que el costo
que habían pagado por su pasaje era una suma muy superior a la
desembolsada originalmente por Codazzi.

Ante esta situación se generaron varios intentos de evasión que, aunque


inicialmente fueron contenidos duramente, terminaron por obligar a
Codazzi a permitir la libertad de aquellos colonos que estuvieran libres de
deudas. El despoblamiento fue tan rápido, que en 1846; Alexander Benitz
presentaba un padrón de la Colonia, en el que apenas se contaban 173
personas; sin embargo, el grupo que se quedó fue complementado por el
arribo en los años siguientes de otros pequeños contingentes.

En palabras de Codazzi, citadas en su biografía escrita por Albert


Schumacher, este planteaba como algo indispensable que «antes de la
venida de los extranjeros necesitamos hacernos cuerdos, reforzar nuestras
instituciones y especialmente construir caminos». Paradójicamente, es muy
posible que la ausencia de estos elementos, representados en el aislamiento
relativo en que quedó la colonia durante los siguientes cien años, sean los
que hayan permitido su supervivencia.

Huellas de la inmigración en Venezuela. Juan Carlos Rey González.


Páginas 50 a 57.
Caracas: Fundación Empresas Polar.
ISBN: 978-980-379-296-1 296

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