Fourier
Fourier
Fourier
SERIES Y TRANSFORMADAS
DE FOURIER
Javier Duoandikoetxea
UNAN-Managua, 2003
Presentación
Esta teorı́a ha sido una fuente de nuevas ideas para los analis-
tas durante los dos últimos siglos y probablemente lo será en los
próximos años. Muchas nociones y resultados básicos de la teorı́a
de funciones han sido obtenidos por los matemáticos trabajando
sobre series trigonométricas. Es concebible pensar que estos des-
cubrimientos podı́an haber sido realizados en contextos diferentes,
pero de hecho nacieron en conexión con la teorı́a de las series trigo-
nométricas. No fue accidental que la noción de función aceptada
ahora generalmente fuera formulada en la celebrada memoria de
Dirichlet (1837) que trata de la convergencia de la serie de Fourier,
o que la definición de integral de Riemann en su forma general
apareciese en el Habilitationsschrift de Riemann sobre series tri-
gonométricas, o que la teorı́a de conjuntos, uno de los desarrollos
más importantes de las matemáticas del siglo XIX, fuera creada
por Cantor en su intento de resolver el problema de los conjuntos
de unicidad para series trigonométricas. En épocas más recientes,
la integral de Lebesgue se desarrolló en estrecha conexión con la
teorı́a de series de Fourier y la teorı́a de funciones generalizadas
(distribuciones) con la de las integrales de Fourier.
i
ii Presentación
Presentación i
iii
iv Índice
§2.8. Problemas 21
Bibliografı́a 169
La serie de Fourier
(cos x + i sin x)k = cos kx + i sin kx. Se desarrolla el término de la izquierda por el binomio de
Newton y se igualan las partes real e imaginaria.
1
2 1. La serie de Fourier
para cualquier N . Esta desigualdad ofrece una cota superior para las sumas
parciales de una serie de términos positivos por lo que podemos deducir el
siguiente resultado.
1.8. Problemas
1.1 Calcular los coeficientes de Fourier de las funciones periódicas de periodo
2π que siguen. Indicar en qué casos el criterio de Weierstrass (teorema A.18
del apéndice A) permite asegurar la convergencia uniforme de las series que
resultan:
(i) f (x) = x2 en (−π, π);
(ii) f (x) = x2 en (0, 2π);
(iii) f (x) = | sin x| en (−π, π);
(iv) f (x) = eax en (−π, π) con a 6= 0;
(v) f (x) = cos ax en (−π, π) con a no entero;
(vi) f (x) = sin ax en (−π, π) con a no entero;
(vii) f (x) = (π − x) sin x en (−π, π);
(
0 si x ∈ (−π, 0),
(viii) f (x) =
x si x ∈ (0, π);
8 1. La serie de Fourier
(
−e−x si x ∈ (−π, 0),
(ix) f (x) =
ex si x ∈ (0, π).
¯ ¯
¯ πx ¯¯
1.2 Escribir la serie de Fourier de la función periódica f (x) = ¯¯cos .
` ¯
1.3 Obtener los coeficientes de Fourier de la función
si x ∈ (−π, δ),
0
fδ (x) = 1/δ si x ∈ (−δ, δ),
0 si x ∈ (δ, π),
y calcular limδ→0 an (fδ ) y limδ→0 bn (fδ ).
1.4 Escribir la serie de Fourier de senos de la función f (x) = cos x en (0, π).
1.5 Escribir la serie de Fourier de cosenos de la función
(
1 si x ∈ (0, h),
f (x) =
0 si x ∈ (h, π).
1.6 Escribir la serie de Fourier de senos y la de cosenos de la función
si x ∈ (0, π/3),
π/3
f (x) = 0 si x ∈ (π/3, 2π/3),
−π/3 si x ∈ (2π/3, π).
siguiendo los mismos pasos que en la sección 1.4, ahora con pN poli-
nomio trigonométrico complejo.
Capı́tulo 2
Convergencia puntual
de la serie de Fourier
11
12 2. Convergencia puntual de la serie de Fourier
llegamos a
sin(N + 1/2)t
(2.2) DN (t) = .
2 sin t/2
que claramente tiende a cero cuando λ tiende a infinito. Los mismo ocurre
con la otra integral.
De aquı́ se deduce que el resultado es cierto para cualquier función es-
calonada. Si f es integrable1 , dado ² > 0, existe g² escalonada tal que
Z
|f − g² | < ²/2.
Haciendo
¯Z π
¯ Z π
¯Z π
¯
¯ ¯ ¯ ¯
¯ f (t) sin λt dt¯¯ ≤ |f (t) − g² (t)| dt + ¯¯ g² (t) sin λt dt¯¯
¯
−π −π −π
resulta que si λ es suficientemente grande, el término de la izquierda se hace
menor que ².
1 Recuérdese que si f no es acotada pedimos a la integral impropia que converja absolutamente
por lo que la aproximación por funciones escalonadas vale igualmente (apéndice B).
14 2. Convergencia puntual de la serie de Fourier
Teorema 2.4. Sea f una función integrable en (−π, π) que tiene derivadas
laterales en el punto x0 en el sentido mencionado. Entonces, la serie de
Fourier de f converge en x0 a (f (x0 +) + f (x0 −))/2.
2 Obsérvese que habitualmente en los libros de Cálculo se habla de derivadas laterales cuando
la función es continua en el punto, cosa que no exigimos aquı́.
16 2. Convergencia puntual de la serie de Fourier
k−1
X
= µ1 H(a) + (µj+1 − µj )H(aj ) + (g(b) − µk )H(b) .
j=1
Demostración. Se tiene
Z π Z π
1 1 Φ(t)
SN f (x0 ) − ` = Φ(t)DN (t) dt = sin(N + 1/2)t dt .
π 0 π 0 2 sin t/2
La función
Φ(t) Φ(t) t
=
2 sin t/2 t 2 sin t/2
es integrable en (0, δ) porque el primer factor lo es por hipótesis y el segundo
es una función continua. Como claramente es también integrable en (δ, π),
el lema de Riemann-Lebesgue termina la prueba.
como aquellas funciones f para las que existe C > 0 tal que
k
X
(2.8) |f (tj ) − f (tj−1 )| ≤ C,
j=1
el intervalo (−π, π). Fuera de él habrı́a que considerar las extensiones pe-
riódicas de la funciones de la izquierda, que vendrán dadas por una expresión
analı́tica distinta.
µ ¶
4 sin 3x sin 5x
(2.9) sgn x = sin x + + + ···
π 3 5
µ ¶
sin 2x sin 3x
(2.10) x = 2 sin x − + − ···
2 3
µ ¶
π2 cos 2x cos 3x
(2.11) x2 = − 4 cos x − + − ···
3 22 32
µ ¶
π 4 cos 3x cos 5x
(2.12) |x| = − cos x + + + ···
2 π 32 52
µ ¶
2 4 cos 2x cos 4x cos 6x
(2.13) | sin x| = − + + + ···
π π 1·3 3·5 5·7
à ∞
!
2a sin aπ 1 X (−1)k
(2.14) cos ax = + cos kx (a no entero) .
π 2a2 k=1 a2 − k 2
2.8. Problemas
2.1 Estudiar si las funciones del problema 1.1 del capı́tulo anterior satisfacen los
criterios de convergencia que hemos visto en éste.
22 2. Convergencia puntual de la serie de Fourier
2.2 Probar que si f es una función monótona a trozos y acotada en [−π, π], sus
coeficientes de Fourier satisfacen
C
|ak |, |bk | ≤
k
para alguna constante C. (Se puede utilizar el segundo teorema del valor
medio para integrales.)
2.3 Comprobar que la función |x|α sin 1/|x| no es de variación acotada en ningún
entorno de cero.
2.4 Calcular la serie de Fourier de la función f (x) = Ax2 + Bx definida para
x ∈ (0, 2π) y utilizarla (junto con los teoremas de convergencia convenientes)
para calcular las sumas de las series siguientes:
∞
X ∞
X ∞
X
sin kx cos kx 1
, , (cos kx − kπ sin kx) .
k=1
k k=1
k2 k=1
k2
2.5 Se define la función
¯ ¯
¯
¯ x ¯¯
f (x) = − log ¯2 sin ¯
2
para −π < x < π, que es una función par y no acotada.
1. Probar que f es integrable.
2. Calcular los coeficientes de Fourier de f . Sugerencia: puede ser útil
comprobar que la integral
Z π
x
Ik = cot sin kx dx
0 2
no depende de k (para k ≥ 1) calculando Ik − Ik−1 .
3. Explicar razonadamente si la serie obtenida converge y cuál es su
suma en cada punto.
2.6 En (2.1) y (2.2) hemos escrito el núcleo de Dirichlet de dos maneras. Multi-
plicar cada una de ellas por t, integrar en (0, π) y pasar al lı́mite cuando N
P
tiende a infinito para conseguir la suma de ∞ j=0 (2j + 1)
−2 (que ya hemos
Convergencia uniforme
de la serie de Fourier
∞
X
(3.1) (|ak | + |bk |).
k=1
Por otra parte, como una sucesión de funciones continuas que converge uni-
formemente tiene como lı́mite una función continua (teorema A.15), sólo
podemos esperar convergencia uniforme de series de Fourier hacia funcio-
nes continuas. Un primer resultado sencillo, pero que podemos aplicar en
muchos de nuestros ejemplos, es el que sigue.
Teorema 3.1. Sea f una función continua en [−π, π] cuya derivada existe
excepto en un número finito de puntos y es continua a trozos y acotada.
Entonces, la serie de Fourier de f converge uniformemente en [−π, π].
23
24 3. Convergencia uniforme de la serie de Fourier
de donde se deduce (3.2) porque el último término tiende a cero (es el resto
de una serie convergente por la desigualdad de Bessel) y
∞
X Z ∞
1 1 1
≤ dx ≤ .
k=N +1
k2 N +1 x2 N
uniformemente en x.
y podemos aplicar a cada una de las integrales que quedan el segundo teo-
rema del valor medio para integrales. (Como g es monótona a trozos quizá
haya que dividir alguna integral en trozos más pequeños. El número de tro-
zos está acotado por una constante absoluta.) Se obtiene una cota CM2 /λ
y como |mj | ≤ M1 queda
CM1 M2 J
|II| ≤ .
λ
Tomando λ suficientemente grande |II| se hace menor que ²/2 independien-
temente de x.
Teorema 3.3. Si f es una función nula en un intervalo [a, b] ⊂ [−π, π], la
serie de Fourier de f converge a cero uniformemente en [a + δ, b − δ] para
δ > 0.
Demostración. La representación
Z
1 sin(N + 1/2)t
SN f (x) = f (x − t) dt
π |t|≥δ 2 sin t/2
es válida si x ∈ [a + δ, b − δ]. Si definimos g(t) = χ|t|≥δ (t)(sin t/2)−1 , el lema
anterior se aplica y se deduce que limN →∞ SN f (x) = 0 uniformemente en
[a + δ, b − δ].
Teorema 3.4. Sea f continua, con derivada continua a trozos y acotada
en un intervalo [a, b] ⊂ [−π, π]. Entonces la serie de Fourier de f converge
a f uniformemente en [a + δ, b − δ] para δ > 0.
En efecto, basta definir una función g que coincida con f en [a, b] y que
cumpla las condiciones del teorema 3.1 en [−π, π]. Esto siempre es posible,
por ejemplo, utilizando funciones afines fuera del intervalo [a, b]. Se aplica
el teorema 3.3 a f − g.
Teorema 3.6. Sea f integrable en (−π, π), continua en I = [a, b] y tal que
ω(δ)/δ es integrable en (0, η) para algún η > 0, donde ω(δ) es el módulo de
continuidad de f en I. Entonces, la serie de Fourier converge uniforme-
mente a f en [a + ², b − ²], para ² > 0.
3.4. Problemas
3.1 Completar los detalles de la estimación (3.3) haciendo las hipótesis que allı́
se indican sobre la función.
3.2 Series de Fourier absolutamente convergentes.
Consideraremos funciones con valores complejos y series de Fourier en
forma compleja como en el problema 1.10. La serie de Fourier de f se escribe
∞
X
ck eikt
k=−∞
y los coeficientes vienen dados por (1.12).
Sea A el conjunto de funciones continuas en [−π, π] cuya serie de Fourier
converge absolutamente, es decir,
∞
X
|ck | < ∞.
k=−∞
Llamaremos a esta cantidad kf kA .
1. La hipótesis de convergencia absoluta implica la convergencia unifor-
me de la serie de Fourier; asegurarse de que la suma tiene que coincidir
con f .
2. Probar como en el teorema 3.1 que si f es continua y derivable a
trozos con f 0 en L2 , se tiene f ∈ A y dar una cota para kf kA .
3. Probar que si f y g están en A, también su producto f g está en A y
se cumple
kf gkA ≤ kf kA kgkA .
Capı́tulo 4
Series de Fourier de
funciones continuas
Teorema 4.1. Existe una función continua cuya serie de Fourier diverge
en un punto.
Demostración. Sea {cn } una sucesión que tiende a cero y {νn } una suce-
sión creciente de enteros impares. Definimos
an = ν0 ν1 ν2 . . . νn ,
29
30 4. Series de Fourier de funciones continuas
y si j = k,
Z Z
sin2 ak t/2 1 1 cos ak t
ck dt = ck log νk − ck dt.
Ik t 2 2 Ik t
Como la última integral está acotada (integrar por partes), deducimos de
(4.1) que
k−1
X
1
πSNk f (0) ≥ ck log νk − cj log νj + rk ,
2 j=1
y como se tiene
n
X 1
= log n + rn0
j=1
j
con rn0 acotada (ver problema A.5 en el apéndice A), se obtiene (4.2).
P20
Figura 4.1. Gráfica de la función n=1
2−n cos 3n t en el intervalo
(−π/3, π/3) (un periodo) y detalle del intervalo (π/9, 2π/9).
entonces,
¯ ¯
¯ cos ak x − cos ak x ¯ ak
¯ k 0¯
¯ ¯ ≥ .
¯ bk (xk − x0 ) ¯ 3πbk
Por otra parte, se tiene
(4.3) | cos an xk − cos an x0 | ≤ an |xk − x0 |
pasando la diferencia de cosenos a producto de senos y utilizando después
que | sin t| ≤ |t|; de esta cota deducimos
¯ ¯
1 ¯k−1 n n
¯ X cos a xk − cos a x0 ¯ X µ a ¶n
¯ k−1 ak
¯ ¯ ≤ ≤ .
xk − x0 ¯
n=0
bn ¯
n=0
b bk−1 (a − b)
Finalmente,
¯ ¯
¯ ∞ ¯ ∞
1 ¯ X cos an xk − cos an x0 ¯ k X 2ak
¯ ¯≤ a 2
= .
xk − x0 ¯ bn ¯ π bn πbk (b − 1)
¯n=k+1 ¯ n=k+1
Integración y
derivación de series de
Fourier
35
36 5. Integración y derivación de series de Fourier
1 Sisuponemos que f es continua a trozos en lugar del criterio de Dirichlet se puede razonar
con el teorema 2.3.
5.1. Integración término a término de series de Fourier 37
5.3. Problemas
5.1 Comprobar que de la serie de Fourier de sgn x se obtiene la de |x|, por
integración término a término. Ambas están calculadas en (2.9) y (2.12),
respectivamente.
5.2 Integrando la serie de Fourier de f (x) = x en (−π, π) demostrar que para
−π ≤ x ≤ π, se tiene
π2 ¡ cos x cos 2x cos 3x ¢
x2 = −4 2
− 2
+ 2
− ···
3 1 2 3
y, a partir de ésta, demostrar que para −π ≤ x ≤ π,
¡ sin x sin 2x sin 3x ¢
x(π − x)(π + x) = 12 3
− 3
+ 3
− ··· ,
1 2 3
con convergencia uniforme en ambos casos.
5.3 Utilizar el criterio de Dirichlet del problema A.16 para probar que la serie
trigonométrica (5.7) es uniformemente convergente en cualquier intervalo de
la forma [δ, π −δ] para 0 < δ < π/2 y, por tanto, define una función continua
en (0, π).
Capı́tulo 6
Fenómeno de Gibbs
-π
π
-1
41
42 6. Fenómeno de Gibbs
-π
π
-1
1.15
1.15
1
6.2. Problemas
6.1 Calcular el valor aproximado de la integral que aparece en (6.2) utilizando
la serie de Taylor de sin x. Queda una serie alternada de término general
decreciente y se puede estimar el error como se indica en la sección A.2.4.
6.2 Estudiar el fenómeno de Gibbs para la función representada en la figura 6.5.
Capı́tulo 7
Sumabilidad de series
de Fourier
s1 + s2 + · · · + sN
σN = ,
N
45
46 7. Sumabilidad de series de Fourier
Usando la expresión (2.4) para las sumas parciales se puede escribir una
análoga para σN f (x):
Z π
1
(7.3) σN f (x) = FN (t)[f (x + t) + f (x − t)] dt .
π 0
Este teorema fue muy importante en su tiempo ya que restituı́a a las se-
ries de Fourier una propiedad que el resultado negativo de du Bois-Reymond
sobre la convergencia de la serie para funciones continuas parecı́a haber ce-
rrado, la de recuperar los valores de una función continua en todos sus
puntos (además con convergencia uniforme como veremos en la sección 7.3).
A cambio, exigı́a cambiar el procedimiento de asignar a la serie un valor
suma. Veamos la prueba.
48 7. Sumabilidad de series de Fourier
Dado ², se puede escoger δ de modo que el primer sumando sea menor que ²/2
por la definición de f (x−) y con este δ fijado, para todo N suficientemente
grande el segundo sumando también es menor que ²/2 por la propiedad 3
de FN . Se razona igualmente con f (x + t) − f (x+) .
Puesto que sus promedios de sumas parciales son los mismos y el lı́mite
de éstos es único, las dos funciones son la misma. Conviene echar una ojeada
a los resultados de los capı́tulos anteriores para asegurarse de que no habı́a
ninguno que permitiese asegurar el resultado de este corolario.
7.6. Problemas
7.1 La igualdad de Plancherel permite calcular la suma de series numéricas.
Aplicarla a los desarrollos (2.10) y (2.11) de la sección 2.7 y obtener las
sumas
∞ ∞
X 1 π2 X 1 π4
= y = .
k=1
k2 6 k=1
k4 90
7.2 Escribir la igualdad de Plancherel para la función
(
1 para |x| < α,
f (x) =
0 para α < |x| < π.
Calcular las sumas de las series
∞ ∞
X sin2 kα X cos2 kα
y .
k=1
k2 k=1
k2
7.3 Completar la prueba del teorema 7.2.
Resolución de algunas
ecuaciones en
derivadas parciales
57
58 8. Resolución de algunas ecuaciones en derivadas parciales
Para que esta serie se anule para todo x necesitamos que sus coeficientes
sean nulos
00
bk (t) + k 2 bk (t) = 0 para todo k .
Esta solución satisface la ecuación (8.1) y las condiciones (8.2). Para que
cumpla (8.3) necesitamos escoger los coeficientes Ak y Bk . Sustituyendo
8.2. La difusión del calor 59
de modo que Ak y kBk son los coeficientes del desarrollo de Fourier en senos
de f y g, respectivamente, es decir,
Z π Z π
2 2
Ak = f (x) sin kx dx , Bk = g(x) sin kx dx .
π −π πk −π
Podemos intentar resolver esta ecuación del calor como hemos hecho en
la sección anterior. Para ello, para cada t fijo tenemos una función de x en
[0, π] de la que escribimos su serie de Fourier de senos
∞
X
(8.7) u(x, t) = bk (t) sin kx .
k=1
8.3. Problemas
8.1 Completar los detalles de la resolución de la ecuación del calor (8.6) por
medio de series de Fourier siguiendo los pasos indicados. Comprobar que
la derivación término a término de la solución obtenida está justificada en
0 < x < π, t > 0, y que se cumple la ecuación.
8.2 Considerar el problema de la ecuación del calor, como en (8.6), pero ahora
con condiciones de contorno sobre la derivada (tipo Neumann), es decir,
∂u ∂ 2 u
− 2 = 0,
∂t ∂x
∂u ∂u
(0, t) = (π, t) = 0,
∂x ∂x
u(x, 0) = f (x).
Encontrar la solución escribiendo u(x, t) para cada t fijo como una serie
trigonométrica de cosenos.
8.3 Se considera el problema siguiente para la ecuación del potencial en el
rectángulo [0, a] × [0, b]:
2
∂ u ∂2u
2 +
∂x 2
= 0,
∂y
u(0, y) = u(a, y) = 0,
u(x, 0) = f (x); u(x, b) = g(x).
Para cada y fijo se escribe u(x, y) en serie de senos en el intervalo (0, a) y se
continúa como en los otros casos. Completar los cálculos.
8.4 Buscamos funciones armónicas (es decir, de laplaciano nulo) en el cı́rculo
unidad del plano conociendo su valor en la circunferencia. Escribiremos la
solución en coordenadas polares de modo que buscamos u(r, θ) para 0 ≤
8.3. Problemas 61
Otras aplicaciones de
las series de Fourier
63
64 9. Otras aplicaciones de las series de Fourier
que está basada en las series de Fourier (y la fórmula de Green del análisis
de varias variables).
Supongamos que la curva tiene longitud 2π y se parametriza como
(x(t), y(t)), 0 ≤ t ≤ 2π, en función de la longitud de arco, es decir, la
longitud del trozo de curva entre (x(0), y(0)) y (x(t), y(t)) es t, para todo t.
Usando la expresión para la longitud de arco, esto equivale a
Z tq
(9.1) x0 (s)2 + y 0 (s)2 ds = t,
0
que sólo es igualdad para circunferencias. Esta desigualdad tiene una lectura
inversa: de todas las figuras de igual área, el cı́rculo es la que tiene menor
perı́metro.
Se suele presentar el problema isoperimétrico como un problema clásico relacio-
nado con la leyenda de la fundación de Cartago. Se cuenta que la reina Dido huyó
de Tiro, expulsada por su hermano el rey, para establecerse en el norte de África.
Allı́ consiguió comprar “el terreno que pudiese abarcar en una piel de toro”. Dido
cortó en finas tiras la piel del toro, las ató y rodeó con ellas una porción de terreno;
el problema isoperimétrico propone estudiar la forma tenı́a que tener ese terreno
para que el área encerrada fuera máxima. Las primeras soluciones rigurosas del
problema aparecieron en el siglo XIX: hacia 1840, J. Steiner probó por argumentos
geométricos que si existı́a una figura que diese el área máxima tenı́a que ser un
cı́rculo (no probó la existencia del máximo). La primera prueba analı́tica, del estilo
de la que acabamos de ver, se debe a A. Hurwitz (1902).
Una variante del problema dice que el terreno elegido por la reina Dido tenı́a el
mar a un lado, de modo que lo que hay que determinar es la figura de área máxima
entre las que están encerradas por una curva de longitud fija dada cuyos extremos
se apoyan en una recta. Se deja como ejercicio.
9.4. Problemas
9.1 Probar (9.2) para f (t) = e2πint .
9.2 ¿Qué ocurre en el corolario 9.4 si γ es racional?
9.3 Estudiar la variante del problema isoperimétrico en el que la figura cuya
área hay que maximizar está rodeada por una curva de longitud fija con los
extremos apoyados en una recta.
Capı́tulo 10
Sistemas ortogonales
de funciones
Ejemplos.
1. Sea E = Rn o Cn y sean x = (x1 , . . . , xn ) e y = (y1 , . . . , yn ) elementos
de E. El producto escalar habitual en E se define
n
X
hx, yi = xj yj ,
j=1
67
68 10. Sistemas ortogonales de funciones
Si en un espacio vectorial
p E tenemos definido un producto escalar y para
cada x ponemos kxk = hx, xi, obtenemos una norma (problema 10.3). En
adelante, cuando hablemos de una norma será siempre la definida por el
producto escalar.
Ejemplos.
1. La base canónica de Rn o Cn formada por (1, 0, . . . , 0),
(0, 1, . . . , 0), . . . , (0, 0, . . . , 1) es un sistema ortonormal.
2. Las sucesiones (1, 0, 0, . . . ), (0, 1, 0, . . . ), (0, 0, 1, . . . ), . . . forman un sis-
tema ortogonal en `2 (R) o `2 (C).
3. Las funciones trigonométricas {1, cos x, cos 2x, . . . , sin x, sin 2x, . . . }
forman un sistema ortogonal en C[−π, π]. No es ortonormal pero se
√
convierte fácilmente en ortonormal dividiendo
√ cada función por π,
excepto la primera que se divide por 2π.
4. Se considera la función r0 (t) = −1 si t ∈ [0, 1/2) y r0 (t) = 1 si
t ∈ [1/2, 1) que se extiende a todo R por periodicidad (con periodo
1). Se define para cada entero positivo j la función rj (t) = r0 (2j t).
El sistema {rj : j ∈ N} es ortogonal en L2 [0, 1] (no en C([0, 1] porque
las funciones no son continuas).
Teorema 10.2 (Teorema de Pitágoras). Sea {ϕj , j = 1, . . . , N } un sistema
ortonormal y {αj , j = 1, . . . , N } un conjunto de escalares. Entonces,
° °2
°N ° N
°X ° X
°
° αj ϕ j
° =
° |αj |2 .
°j=1 ° j=1
Demostración.
N
X N
X N
X N
X
(10.2) hx − cj ϕj , x − cj ϕj i = hx, xi − 2Re cj hx, ϕj i + |cj |2
j=1 j=1 j=1 j=1
P∞ 2
(ii) kxk = j=1 |hx, ϕj i| ;
(iii) si hx, ϕj i = 0 para todo j, entonces x = 0.
De (10.3) se deduce (ii) del teorema 10.4 haciendo x = y. De (i) del teorema
y la desigualdad de Cauchy-Schwarz se deduce (10.3) porque
N
X N
X
lim hx − hx, ϕj iϕj , y − hy, ϕj iϕj i = 0 .
N →∞
j=1 j=1
72 10. Sistemas ortogonales de funciones
1 1 1
1 1 1 1
sistema se cumple
Z 1
f hk,j = 0,
0
entonces f es idénticamente nula. En el problema 10.11 se indican los de-
talles. Una vez visto esto, toda función de L2 (0, 1) se puede representar
como
∞ 2X
−1 k
X
(10.4) f (t) = c0 + ck,j hk,j (t),
k=0 j=0
donde la convergencia es en L2 .
La base de Haar fue introducida por Alfred Haar en 1910. Después de muchos
años ha vuelto a la actualidad porque la moderna teorı́a de ondı́culas (wavelets) la
ha incorporado como uno de sus ejemplos caracterı́sticos. A diferencia del sistema
trigonométrico de las series de Fourier, las funciones de la base de Haar están
localizadas; ası́, si una función es nula en un intervalo I, todos los coeficientes ck,j
del desarrollo (10.4) que corresponden a funciones hk,j soportadas en I son nulos.
Por otra parte, todas las funciones de la base se obtienen por traslación y dilatación
de h0,0 ; en efecto, hk,j (t) = h0,0 (2k t − j). El defecto de las funciones del sistema
es que no son continuas y para el análisis en ondı́culas, la construcción de bases en
las que la función de partida tenga cierta regularidad es importante.
10.5. Problemas
10.1 Comprobar que los ejemplos de la sección 10.1 definen productos escalares.
(No hay que olvidar comprobar que las expresiones tienen sentido.)
10.2 Probar que la desigualdad de Cauchy-Schwarz es una igualdad si y sólo si x
e y son linealmente dependientes.
74 10. Sistemas ortogonales de funciones
p
10.3 Comprobar que si en E tenemos definido un producto escalar, kxk = hx, xi
define una norma. (La desigualdad de Cauchy-Schwarz será útil para probar
la desigualdad triangular.)
10.4 Sea {ϕ1 , . . . , ϕN } un sistema ortonormal en un espacio de Hilbert E y EN
el espacio vectorial engendrado por los elementos del sistema. Probar que
el elemento de EN más próximo (en la norma de E) a un elemento x de E
es el que tiene como coeficientes los coeficientes de Fourier de x.
10.5 Supongamos que limn→∞ xn = x en un espacio de Hilbert E. Probar las
afirmaciones siguientes:
(i) limn→∞ hxn , yi = hx, yi para todo y de E.
(ii) limn→∞ kxn k = kxk.
Probar que el recı́proco es cierto, es decir, que (i) y (ii) implican que xn tiende
a x. Dar contraejemplos que muestren que una sola de las condiciones no es
suficiente para asegurar el recı́proco.
10.6 Si limn→∞ xn = x y limn→∞ yn = y en un espacio de Hilbert, probar que
lim hxn , yn i = hx, yi.
n→∞
10.7 Escribir la forma que toma (10.3) cuando se aplica al sistema trigonométrico
en forma real.
10.8 La completitud del sistema trigonométrico complejo {einx , n ∈ Z} se puede
deducir del real. Escribir las igualdades de Plancherel en términos de la
norma y el producto escalar en este caso. Adaptar el sistema trigonométrico
a funciones periódicas de periodo 2l y escribir las igualdades de Plancherel
correspondientes.
10.9 Ortonormalización de Gram-Schmidt.
Un conjunto finito o numerable {xn } de elementos linealmente indepen-
dientes de un espacio vectorial con producto escalar se puede ortonormali-
zar. Para ello se define e1 = x1 /kxk1 y por recurrencia, si se han construido
e1 , . . . , en−1 , se define
Pn−1
xn − j=1 hxn , ej iej
en = Pn−1 .
kxn − j=1 hxn , ej iej k
Comprobar que efectivamente se construye un sistema ortonormal. Compro-
bar también que el subespacio engendrado por los vectores {e1 , e2 , . . . , eN }
coincide con el engendrado por {x1 , x2 , . . . , xN } para cada N .
10.5. Problemas 75
Transformada de
Fourier en L1
Llamando ξn = n/2l y
Z l
h(ξ) = f (t) e−2πiξt dt,
−l
(11.1) se escribe
∞
X
(ξn − ξn−1 )h(ξn ) e2πiξn x
n=−∞
77
78 11. Transformada de Fourier en L1
Demostración. 1. Se escribe
Z ∞
|fˆ(ξ + h) − fˆ(ξ)| ≤ |f (x)| |e−2πixh − 1| dx .
−∞
El integrando tiende puntualmente a cero con h y está acotado por 2|f (x)|
que es integrable, luego la integral tiende a cero por el teorema de la con-
vergencia dominada. La uniformidad se deduce porque la cota no depende
de ξ.
2. Como f es integrable, existen sucesiones {an } y {bn } que tienden res-
pectivamente a −∞ y +∞, tales que limn→∞ f (an ) = limn→∞ f (bn ) = 0.
Integrando por partes se tiene
Z bn
f 0 (x)e−2πixξ dx
an
Z bn
−2πibn ξ −2πian ξ
= f (bn )e − f (an )e + 2πiξ f (x)e−2πixξ dx.
an
X∞
= cn (ξ − a)n
n=0
con
(2πA)n
|cn | ≤ kf k1 .
n!
Tenemos ası́ una serie de potencias que converge en todo R.
Si fˆ se anula en un intervalo abierto, fˆ(n) (a) = 0 para cualquier a del
intervalo; al ser fˆ analı́tica, tiene que ser idénticamente nula.
1 Recordemos que una función es de soporte compacto si se anula fuera de un intervalo cerrado.
11.1. Transformada de Fourier 81
-1 1 -1 1
1 1
-1.5 1.5 -2 2
2
Ejemplo 11.3. Sea f (x) = e−πx . Derivando, f 0 (x) = −2πxf (x) y utili-
zando las propiedades analı́ticas 2 y 3 deducimos que
2πiξ fˆ(ξ) = −ifˆ0 (ξ) .
Tenemos ası́ que fˆ satisface una ecuación diferencial lineal de primer orden,
que se resuelve fácilmente por separación de variables y da fˆ(ξ) = Ce−πξ .
2
0.5 -0.5
-3 3
2
Figura 11.3. Gráficas de e−9πx y su transformada de Fourier.
82 11. Transformada de Fourier en L1
podemos aplicar el teorema B.17 para deducir que el término entre paréntesis
tiende a cero para cada y y acotarlo por 2kf k1 para aplicar el teorema de
la convergencia dominada y deducir que el lı́mite es 0. Ahora el teorema
B.16 asegura que hay una sucesión de valores de t para la que el término de
la izquierda de (11.5) converge a f en casi todo punto. Con esta sucesión
terminamos la demostración.
El término de la derecha de (11.4) define una función continua por la pro-
piedad 1 de la proposición 11.2.
Demostración.
Z ∞ Z ∞
(f ∗ g)ˆ(ξ) = f (x − y) g(y) dy e−2πixξ dx
−∞ −∞
Z∞ µZ ∞ ¶
−2πiyξ −2πi(x−y)ξ
= g(y) e f (x − y) e dx dy
−∞ −∞
Z∞ µZ ∞ ¶
= g(y)e−2πiyξ f (x)e−2πixξ dx dy = fˆ(ξ)ĝ(ξ) .
−∞ −∞
donde
1 t
(11.11) Pt (x) = ,
π t2 + x2
que se llama núcleo de Poisson.
11.5. Resultados de sumabilidad 87
y
Z Z Z
lim FR (y) dy = lim Pt (y) dy = lim Wt (y) dy = 0.
R→∞ |y|>δ t→0+ |y|>δ t→0+ |y|>δ
1
σR f (x)− [f (x+) + f (x−)]
2 Z
∞
= FR (y) [f (x + y) + f (x − y) − (f (x+) + f (x−))] dy.
0
Dado ² > 0 elegimos δ de modo que |f (x+y)+f (x−y)−(f (x+)+f (x−))| <
²/2 cuando 0 < y ≤ δ; esto junto con las propiedades 1 y 2 del núcleo de
Fejér da
Z δ ²
FR (y) |f (x + y) + f (x − y) − (f (x+) + f (x−))| dy < .
0 2
Por otra parte,
Z ∞
FR (y) |f (x + y) + f (x − y) − (f (x+) + f (x−))| dy
δ
Z ∞
≤ sup FR (y)kf k1 + |(f (x+) + f (x−)| FR (y) dy;
|y|>δ δ
Demostración. Se tiene
Z ∞
¯Z ∞
¯
¯ ¯
kσR f − f k1 = ¯ FR (y)(f (x − y) − f (x)) dy ¯¯ dx
¯
−∞ −∞
Z∞ µZ ∞ ¶
y
≤ F1 (y) |f (x − ) − f (x)| dx dy.
−∞ −∞ R
(Hemos hecho un cambio de variable en la integral en y antes de pasar a la
última desigualdad.) Se termina con el teorema de la convergencia dominada
y la continuidad de la integral como en la prueba del teorema 11.4.
11.8. Problemas
11.1 Probar las propiedades algebraicas de la transformada de Fourier.
2
11.2 Dos maneras de calcular la integral en (0, ∞) de e−πx .
(a) Multiplicando la integral por sı́ misma se tiene una integral en el pla-
no, que se puede escribir como integral doble utilizando el teorema
de Fubini. Pasando a coordenadas polares esta integral sale directa-
mente.
90 11. Transformada de Fourier en L1
2 2
(b) Aplicar el teorema de Fubini a la función f (x, y) = ye−(x +1)y en
(0, ∞) × (0, ∞). En un sentido la integral se calcula directamente, en
el otro conduce a la que buscamos.
11.3 Dos métodos más para calcular la transformada de Fourier de la función
2
f (x) = e−πx del ejemplo 11.3. Completar los detalles.
(a) Utilizando el desarrollo en serie de Taylor de la exponencial se tiene
Z Z ∞
∞
−πx2 −2πixξ
∞
−πx2
X (−2πixξ)n
fˆ(ξ) = e e dx = e dx
−∞ −∞ n=0
n!
y se puede integrar término a término. Las integrales para n impar
son nulas porque el integrando es impar; para n par se pueden obtener
por recurrencia.
(b) Completando un cuadrado se puede escribir
Z ∞
2 2
fˆ(ξ) = e−πξ e−π(x+iξ) dx
−∞
con n y m enteros.
11.13 Probar la fórmula de inversión para la transformada de Fourier del ejemplo
11.1 directamente, utilizando la integral de sin x/x calculada en el problema
2.7.
11.14 La clase de Schwartz. Las propiedades analı́ticas 2 y 3 de la transformada
de Fourier sugieren definir el siguiente espacio de funciones que llamamos
espacio o clase de (Laurent) Schwartz:
S(R) = {f ∈ C ∞ (R) : sup |t|m |f (j) (t)| = cmj < ∞ para todo m, j ∈ N}.
t∈R
11.16 Usando el teorema de inversión para la función e−x χ(0,∞) (x) deducir que
Z ∞ t sin xt + cos xt 0
si x < 0,
dt = π/2 si x = 0,
0 1 + t2
πe−x si x > 0.
1
11.17 Encontrar f integrable tal que f ∗ f (x) = .
a2 + x2
11.18 Probar que la ecuación f = f ∗ f no tiene ninguna solución no nula en L1 .
11.19 Núcleos de sumabilidad.
Igual que en el caso de series (problema 7.6) se pueden definir núcleos de
sumabilidad en las integrales de Fourier, que incluyen a los núcleos de Fejér,
Poisson y Gauss. Sea Kt una familia de funciones en R en la que t es un
parámetro discreto o continuo. Diremos que es un núcleo de sumabilidad si
se cumple:
1. Kt (x) ≥ 0 para todo x.
Z ∞
2. Kt (x) dx = 1 para todo t.
−∞
R
3. limt→t0 sup|x|>δ Kt (x) = 0 y limt→t0 |x|>δ Kt (x) dx = 0 para todo
δ > 0.
(Aquı́ t0 puede ser finito o infinito.) Los teoremas que hemos probado para
los núcleos particulares se pueden repetir para Kt ∗ f .
Capı́tulo 12
Transformada de
Fourier en L2
93
94 12. Transformada de Fourier en L2
2
Ahora, fijado R > 0 podemos encontrar t < t0 tal que e−πtξ ≥ 1/2 cuando
|ξ| < R; entonces
Z R Z ∞
|fˆ(ξ)|2 dξ ≤ 4 |f (x)|2 dx
−R −∞
Como se tiene
à !
fˆ(ξ + h) − fˆ(ξ) e−2πixh − 1 b
= f (x) (ξ),
h h
existe el lı́mite en L2 del miembro de la izquierda si existe el de su antitrans-
formada (la expresión entre paréntesis de la derecha). Pero
Z ¯ Ã !¯2
¯∞ e−2πixh − 1 ¯
¯ ¯
lim ¯f (x) + 2πix ¯ dx = 0
h→0 −∞ ¯ h ¯
12.6. Problemas
12.1 A partir del ejemplo 11.1 y del núcleo de Fejér deducir que
Z ∞ µ ¶2 Z ∞ µ ¶3 Z ∞ µ ¶4
sin πx sin πx 3π sin πx π
dx = 1, dx = , dx = .
−∞ πx −∞ πx 8 −∞ πx 3
12.2 Utilizar (12.5) para evaluar las integrales
Z ∞ Z ∞
dx sin πax
2 2 2 2
y 2 2
dx.
−∞ (x + a )(x + b ) −∞ x(x + b )
12.3 Probar las afirmaciones (i) y (ii) de la prueba del teorema 12.4.
12.4 La función x/(x2 + a2 ) está en L2 pero no es integrable. Determinar justi-
ficadamente su transformada de Fourier a partir de la de 1/(x2 + a2 ).
12.5 Completar los detalles de la definición de Wiener de la transformada de
Fourier en L2 .
1. Probar (12.6) y (12.7).
2. Escribir la relación de recurrencia para ĥn y comprobar que es la
misma que la de (−i)n hn .
3. Probar (12.8) y deducir la ortogonalidad de los hn .
4. Probar que si hf, hn i = 0 para todo n, f es idénticamente nula. Pro-
bar primero que la hipótesis equivale a
Z ∞ 2
f (x)e−πx xn dx = 0
−∞
12.6. Problemas 101
Aplicaciones de la
transformada de
Fourier
2
La igualdad sólo se produce si f (x) = ekx , k < 0.
103
104 13. Aplicaciones de la transformada de Fourier
d
Teniendo en cuenta que |f (x)|2 = 2Re [f (x)f 0 (x)], podemos acotar infe-
dx
riormente el último término por
Z ¯ ¯
1 ¯¯ ∞ d 2
¯2
x |f (x)| dx¯ ,
¯
16π 2 −∞ dx ¯
Si f cumple las hipótesis del teorema, también las cumple la función g(x) =
f (x + x0 ) e2πixξ0 ; escribiendo la desigualdad para g y trasladando la variable
llegamos a
µZ ∞ ¶ µZ ∞ ¶
1
2 2
(x − x0 ) |f (x)| dx (ξ − ξ0 ) |fˆ(ξ)|2 dξ ≥
2
||f ||42 .
−∞ −∞ 16π 2
y, en particular,
∞
X ∞
X
f (k) = fˆ(k),
k=−∞ k=−∞
puntos del conjunto y 0 fuera de él. Para evitar confusiones los probabilistas acostumbran a llamar
función indicatriz a esta última.
13.5. Probabilidad: función caracterı́stica y teorema central del lı́mite 107
como igualdad en L2 , y
Z ∞ ¯ µ ¶¯
∞ 1 X
2
¯
¯f k ¯¯2
(13.10) |f (x)| dx = .
−∞ A k=−∞ ¯ A ¯
P∞
Si además la serie k=−∞ |f (k/A)| es convergente, la igualdad (13.9) es
puntual.
Teorema 13.5. Sea f una función de L2 (R) tal que fˆ(ξ) = 0 si |ξ| ≥ A/2.
Sea B > A y ϕ una función que se anula fuera de [−B/2, B/2] y vale 1 en
[−A/2, A/2]; denotemos por Φ la función cuya transformada de Fourier es
ϕ. Entonces
∞ µ ¶ µ ¶
1 X k k
f (x) = f Φ x− ,
B k=−∞ B B
P∞
como igualdad en L2 , y como igualdad puntual si la serie k=−∞ |f (k/B)|
es convergente.
son menores o iguales que 1, pero no pueden ser ambos iguales a 1. Hay un principio
de indeterminación que indica que cuanto más cerca de 1 esté uno de ellos, más
13.7. Funciones continuas sin derivada 111
13.8. Problemas
13.1 Comprobar que la ecuación del calor conserva la cantidad total de calor, es
decir, la integral de u(x, t) en −∞ < x < ∞ es constante en t.
13.2 Dos cuestiones referidas a la ecuación de Schrödinger.
1. Comprobar que se cumple (13.5).
R∞ 2
2. Comprobar que −∞ |u(x, t)| dx no depende de t.
13.8. Problemas 113
Transformadas de
Fourier discreta y
rápida
Pero en las aplicaciones nos encontramos con el problema de que las fun-
ciones de que se dispone no vienen dadas por expresiones analı́ticas sino
por colecciones de datos (evaluaciones en determinados puntos) y, por otra
parte, las integrales que se necesitan también deben calcularse por procedi-
mientos de aproximación. Todo ello ha hecho que en la práctica los objetos
matemáticos con los que hemos trabajado en los capı́tulos anteriores vengan
sustituidos por la llamada transformada discreta de Fourier en la que las
operaciones involucradas son sumas y multiplicaciones.
115
116 14. Transformadas de Fourier discreta y rápida
1 NX
−1
1 NX
−1
(14.4) f [k] = fˆ[j] ω −jk = fˆ[j] e2πijk/N ,
N j=0 N j=0
14.1.3. Convolución.
La convolución de dos funciones f y g definidas en {0, 1, . . . , N −1} se define
como
N
X −1
(f ∗ g)[k] = f [l] g[k − l],
l=0
La prueba es la siguiente:
N −1
ÃN −1 ! N −1 N −1
X X X X
(f ∗ g)ˆ[k] = f [l] g[j − l] ω jk = f [l] g[j − l] ω lk ω (j−l)k .
j=0 l=0 j=0 l=0
14.2. Transformada de Fourier rápida 119
En efecto,
N
X −1 N
X −1 N
X −1
fˆ[k] = f [j] ω jk ,
k=0 k=0 j=0
El caso general con N par funciona del mismo modo, sólo la notación resulta
más complicada. Escribiendo el vector columna de f con los términos que
corresponden a variable par delante de los de variable impar y reordenando
adecuadamente las columnas de la matriz A(ω) de (14.3) tenemos
fˆ[0]
f [0]
ˆ
f [1] f [2]
...
...
fˆ[ N − 1]
2
= R(ω) f [N − 2] ,
fˆ[ N ] f [1]
2
f [3]
fˆ[ N + 1]
2
...
...
f [N − 1]
fˆ[N − 1]
donde la matriz R(ω) viene dada por
1 1 ... 1 1 1 ... 1
1
ω2 ... ω N −2 ω ω3 ... ω N −1
. . ..... ........... ............... . . . . . . . . . . . .
N 2 N N
(N −1) N
1 ω N −2 . . . ω ( 2 −1) ω 2 −1 ω 3( 2 −1) ... ω 2 2
R(ω) =
1
.
1 ... 1 −1 −1 ... −1
1 ω2 ... ω N −2 −ω −ω 3 ... −ω N −1
. . ..... ........... ............... . . . . . . . . . . . .
N 2 N N N N
1 ω N −2 . . . ω ( 2 −1) −ω 2 −1 −ω 3( 2 −1) . . . −ω ( 2 −1) 2
14.3. Nota histórica 121
esta única idea, que es matemática pura” (en Wavelet transforms versus Fourier
transforms, Bull. Amer. Math. Soc. 28 (1993), 288-305).
En realidad, Cooley y Tukey redescubrieron un método que ya habı́a sido utilizado
antes pero no se habı́a extendido. Su uso se remonta a Gauss quien evaluó sumas
trigonométricas por este procedimiento en 1805 (antes incluso de la primera me-
moria de Fourier, que es de 1807) para determinar la órbita del recién descubierto
asteroide Ceres; este trabajo de Gauss no fue publicado en vida de su autor. Las
referencias a algoritmos de reducción de tiempo de cálculo en el siglo XX son más
numerosas. En 1903 Runge desarrolló un algoritmo para un número de términos
que era potencia de 2 (luego extendido a potencias de 3); apareció publicado en
libros de Runge y König (1923) y Stumpff (1937). En 1942, Danielson y Lanczos
publicaron un artı́culo en el Journal of the Franklin Institute en el que explicaban
la reducción a la mitad de términos, como hemos mostrado aquı́, y su uso en crista-
lografı́a; indicaban que con esas mejoras el tiempo de cálculo era “10 minutos para
8 coeficientes, 25 minutos para 16, 60 para 32 y 140 para 64”. Conocido como era
en ciertos medios, algunos recibieron con sorpresa la popularización del algoritmo
después del artı́culo de Cooley y Tukey.
El éxito del algoritmo de Cooley y Tukey –que no se limitaba a potencias de 2, único
caso que hemos visto en el texto– pudo ser debido a su aparición en el momento
oportuno: las aplicaciones potenciales eran mucho mayores y la velocidad de cálculo
de los ordenadores aumentaba más aún su utilidad. De hecho, inmediatamente
empezaron a aparecer variantes con intención de mejorar sus posibilidades y se
han publicado numerosos libros sobre su uso en distintos contextos industriales
y cientı́ficos. Con la rapidez de cálculo actual un ordenador normal calcula una
transformada de 106 valores en unos pocos segundos; compárese con la estimación
de Danielson y Lanczos: toda la ventaja actual está en la máquina.
Para un estudio histórico de la transformada de Fourier rápida se puede consultar
el artı́culo Gauss and the history of the fast Fourier transform de M. T. Heideman,
D. H. Johnson y C. S. Burrus (Archive for History of Exact Sciences, 34 (1985),
265-277); sobre los distintos algoritmos actuales véase Fast Fourier Transform: A
tutorial review and a state of the art (Signal Processing 19 (1990), 259-299).
14.4. Problemas
14.1 Probar que si f es real (toma valores reales) su transformada de Fourier
satisface fˆ[k] = fˆ[−k]. Probar que si además f es par, fˆ es real y par.
(Que f sea par se entiende sobre su extensión periódica, lo que equivale a
f [j] = f [N − j].)
14.2 Calcular la transformada discreta de Fourier de (1, 1, 1, 1) y de (1, −i, −1, i)
como elementos de C4 .
14.3 Sea N = 8 y f definida por f [0] = f [1] = 1 y f [j] = 0 para j = 2, 3, . . . , 7.
Calcular fˆ.
14.4 Aplicar la transformada rápida de Fourier al caso N = 8 y mostrar cómo se
obtiene a partir de cuatro transformadas discretas de Fourier en C2 .
14.4. Problemas 123
14.5 Escribir los números del 0 al 7 en base 2 y ordenarlos como requiere el cálculo
del problema anterior. Hacer lo mismo para N = 16.
14.6 Utilizar el resultado del problema 14.4 para calcular la transformada de
Fourier discreta de la función f [j] = 1 si j = 1, . . . , 5, f [6] = 6, f [7] = 7.
Apéndice A
Sucesiones y series
numéricas y de
funciones
125
126 A. Sucesiones y series numéricas y de funciones
sumabilidad, que permiten asignar sumas a ciertas series divergentes y son importantes en la
teorı́a de las series de Fourier (capı́tulo 7).
A.2. Series numéricas 129
Para probar este resultado hay que sustituir los términos desde a2k +1 hasta
a2k+1 −1 por a2k o por a2k+1 , según los queramos hacer más grandes o más
pequeños.
P
La prueba consiste simplemente en ver que si |an | satisface la condición
P P
de Cauchy, también la satisface an . Si la serie |an | converge, se suele
P
decir que la serie an es absolutamente convergente. Con este concepto, el
enunciado anterior se puede leer ası́: Toda serie absolutamente convergente
P
es convergente. El recı́proco no es cierto, como muestra la serie (−1)n /n
P P
(sabemos que 1/n diverge, para la convergencia de (−1)n /n se puede
utilizar el criterio de Leibniz que sigue). Cuando una serie es convergente
pero no absolutamente convergente, se dice que es condicionalmente conver-
gente.
Este resultado sugiere que para empezar a estudiar una serie de términos
positivos y negativos se empiece estudiando la serie formada por sus valo-
res absolutos y, en caso de que esta converja, también convergerá la serie
original.
Aunque cuando la serie de valores absolutos diverge, el resultado anterior no
da información sobre la original, a veces se tiene información indirecta. Por
ejemplo, si hemos visto que el término general de la de valores absolutos no
tiende a cero, tampoco tenderá a cero el término general de la serie dada y
ésta tiene que ser divergente.
Esta formulación tiene la ventaja de que el lı́mite se calcula para una sucesión
numérica. Por supuesto, se necesita conocer la función f , pero ésta no puede
ser otra que el lı́mite puntual de la sucesión {fn }.
La convergencia uniforme tiene una interpretación geométrica que conviene
conocer. Basta observar que la condición |fn (x)−f (x)| < ² para todo x ∈ D
equivale a decir que f (x) − ² < fn (x) < f (x) + ² para todo x ∈ D, o sea,
la gráfica de la función fn no puede estar a distancia superior a ² de la
gráfica de f en cada punto. Como esto debe ocurrir siempre que n ≥ N0 , la
sucesión {fn } converge uniformemente a f en D si a partir de un lugar (N0 )
en la sucesión las gráficas de las funciones están contenidas en un “tubo” de
anchura ² a cada lado de la gráfica de f .
Las figuras representan las sucesiones de funciones fn (x) = min{xn , 1} en
[0,2] y gn (x) = nx/(1 + n2 x2 ) en [−1, 1]. No hay convergencia uniforme en
esos intervalos. Sin embargo, hay que entender que la convergencia uniforme
depende del conjunto sobre el que se mire y ası́, hay convergencia uniforme
en algunos dominios (por ejemplo, [0, 1/2] para fn y [1/2, 1] para gn ).
Si escribimos
(A.3) |f (x) − f (a)| ≤ |f (x) − fn (x)| + |fn (x) − fn (a)| + |fn (a) − f (a)|,
por la convergencia uniforme podemos hacer |fn (x) − f (x)| tan pequeño
como queramos para todo x ∈ D eligiendo n suficientemente grande. Fijado
este valor de n, la continuidad en a de la función fn permite hacer pequeño
|fn (x) − fn (a)| cuando x está cerca de a.
A.3. Sucesiones de funciones 133
Si supiésemos que f es integrable (lo que ocurre, por ejemplo, cuando las fn
son continuas, según el teorema anterior) la prueba serı́a tan sencilla como
observar que
¯Z Z b ¯
¯ b ¯
¯ ¯
¯ fn (t) dt − f (t) dt¯ ≤ (b − a) sup |fn (t) − f (t)| .
¯ a a ¯ a≤t≤b
P
En efecto, si la serie Mn converge, satisface la condición de Cauchy y
la desigualdad implica que también la satisface la sucesión de funciones,
uniformemente en x ∈ D, además. (La condición de Cauchy se refiere a las
sumas parciales, por supuesto.)
A.5. Problemas
A.1 Probar la proposición A.1. ¿Qué se puede decir en el segundo caso si lim an <
lim cn ? ¿Cómo se adapta al caso de lı́mites infinitos?
A.2 (i) Si limn→∞ an = ` y f es continua en `, probar que limn→∞ f (an ) =
f (`).
(ii) Si f no es continua en `, probar que existe una sucesión {an } que
converge a ` tal que limn→∞ f (an ) 6= f (`).
A.3 Probar el corolario A.6. Cuando el lı́mite es 0 ó ∞ el resultado sólo vale en
parte, ¿cómo hay que modificarlo?
A.4 Probar que si limn→∞ an = `, entonces
a1 + · · · + an
lim = `.
n→∞ n
Este resultado es el que origina el método de sumabilidad de Fejér, del
capı́tulo 7. Comprobar con la sucesión an = (−1)n que el lı́mite de los
promedios puede existir para sucesiones no convergentes.
A.5 Probar que la sucesión que define la constante de Euler en (A.4) es conver-
gente. Este resultado indica cuál es el tamaño de las sumas parciales de la
P
serie armónica 1/n. Sugerencia: usar la integral de y = 1/x entre 1 y n
y sus sumas superior e inferior.
138 A. Sucesiones y series numéricas y de funciones
P P
A.6 Probar que si an es absolutamente convergente, las series an sin nx y
P
an cos nx son convergentes para todo x y definen funciones continuas.
P
Probar que son derivables si nan es absolutamente convergente.
A.7 Fórmula de Wallis. R π/2
Se considera la integral In = 0 sinn x dx.
1. Probar que nIn = (n − 1)In−2 y obtener a partir de esa fórmula:
24 2n π13 2n − 1
I2n+1 = ··· y I2n = ··· .
35 2n + 1 224 2n
2. De la desigualdad sin2n+1 x ≤ sin2n x ≤ sin2n−1 x para 0 ≤ x ≤ π/2
se deduce la correspondiente a las integrales: I2n+1 ≤ I2n ≤ I2n−1 .
I2n
3. Calcular limn→∞ a partir de esta desigualdad.
I2n−1
Se obtiene ası́ la fórmula
π 2 · 2 · 4 · 4 · 6 · 6 · 8 · 8...
=
2 1 · 3 · 3 · 5 · 5 · 7 · 7 · 9...
que se llama producto de Wallis y es la primera expresión conocida de π
como lı́mite de números racionales. Apareció en la Arithmetica infinitorum
de John Wallis en 1656.
La primera manera en que Fourier dedujo los coeficientes de la serie que lleva
su nombre no utilizaba la ortogonalidad como hacemos en el capı́tulo 1, sino un
argumento con sistemas lineales infinitos que concluı́a en una expresión cuyo valor
reconocı́a por la fórmula de Wallis.
A.8 La prueba de que e es irracional se puede hacer como sigue. Supongamos
que e = p/q donde p y q son enteros. Entonces,
q à ! ∞
p X 1 p X 1
0 = q!(e − ) = q! − + q! .
q k=0
k! q k=q+1
k!
Como el primer sumando del término de la derecha es un número entero,
también el segundo sumando debe serlo. Probar que
∞
X q! 1 1 1
0< < + 2
+ + ··· < 1
k=q+1
k! q + 1 (q + 1) (q + 1)3
y llegar ası́ a una contradicción.
A.9 Probar que si la sucesión {fn } tiende uniformemente a f en el intervalo (a, b)
y las funciones fn son continuas en [a, b], las sucesiones {fn (a)} y {fn (b)}
son convergentes (y, por tanto, {fn } converge uniformemente en [a, b]).
A.10 Estudiar la convergencia puntual y uniforme de las sucesiones de funciones:
1 − x2n
(a) en R; (b) x2 e−nx en [0, ∞); (c) n2 x2 e−nx en [0, ∞).
1 + x2n
A.5. Problemas 139
P
A.11 La serie geométrica ∞ n
n=0 (−x) converge uniformemente para |x| ≤ r si
r < 1. Por tanto, se puede integrar término a término para obtener la serie
de Taylor de log(1 + x), que será válida en |x| < 1.
Se puede obtener la serie de Taylor de log(1 + x) sin necesidad de conocer
resultados de series de potencias ni de integrabilidad término a término.
Para ello, utilizaremos la suma de n términos de una progresión geométrica,
1 tn+1
1 − t + t2 − t3 · · · + (−1)n tn = + (−1)n ,
1+t 1+t
e integraremos entre 0 y x todos los sumandos de esta igualdad. Para el
último sumando, en lugar de buscar una integración explı́cita, escribiremos
una cota minorando el denominador. Conseguiremos ası́ la serie de log(1+x)
y quedará probada su validez en (−1, 1].
A.12 Adaptar el proceso anterior para obtener la serie de arctan x.
A.13 Probar que la serie
∞
X (−1)n x
√ cos
n=1
n n
converge uniformemente en [−π/4, π/4].
A.14 Fórmula de sumación por partes de Abel. Sean {ak } y {bk } dos sucesiones
P
y An = nk=1 ak (ponemos A0 = 0). Probar la fórmula
n
X n−1
X
ak bk = Ak (bk − bk+1 ) + An bn − Am−1 bm .
k=m k=m
Sugerencia: Escribir ak = Ak − Ak−1 en el primer miembro y reorganizar la
suma.
P P
A.15 Probar que si ak = s, la función S(r) = rk ak está bien definida para
0 ≤ r ≤ 1 y se tiene limr→1− S(r) = s. Es decir, S es una función continua
en [0, 1]. Sugerencia: Utilizar la fórmula del problema anterior.
Comprobar con la sucesión ak = (−1)k que puede existir el lı́mite de S(r)
P
sin que la serie ak sea convergente.
En este teorema de Abel se basa el método de sumabilidad de Abel-Poisson
del capı́tulo 7.
A.16 Probar el siguiente test de Dirichlet para la convergencia uniforme. Sean
{fk } y {gk } sucesiones de funciones en D tales que:
Pn
(i) existe una constante M tal que | k=1 fk (x)| ≤ M para cada n y todo
x ∈ D;
(ii) gk+1 (x) ≤ gk (x) para cada k y todo x ∈ D;
(iii) gk tiende a 0 uniformemente en D.
140 A. Sucesiones y series numéricas y de funciones
P∞
Entonces la serie k=1 fk gk converge uniformemente en D.
Sugerencia: Probar que se cumple la condición de Cauchy uniforme; utilizar
para ello la fórmula de sumación de Abel.
A.17 Utilizar el test de Dirichlet del problema anterior para probar que la serie
∞
X 1
cos kx
k=1
k
converge uniformemente en el intervalo [δ, π − δ] para 0 < δ < π/2. Deducir
que la suma de la serie es continua en (0, π).
En el problema 5.3 se pide probar un resultado análogo para otra serie.
Apéndice B
Integral de Riemann e
integral de Lebesgue
n
X n
X
U (f, P ) = Mj (tj − tj−1 ) , L(f, P ) = mj (tj − tj−1 ) .
j=1 j=1
141
142 B. Integral de Riemann e integral de Lebesgue
Si, por ejemplo, estamos en la situación en que el único punto en que f tiende
a infinito es a, podemos elegir g(x) = f (x) en [a + δ, b] con δ adecuado y
g(x) = 0 en el resto.
B.1.4.2. Integral impropia en un intervalo no acotado. Si f es una función
acotada e integrable en [a, R] para todo R > a se define la integral (impropia)
de f en [a, ∞) como
Z ∞ Z R
f = lim f,
a R→∞ a
cuando este lı́mite existe. Una definición semejante vale para la integral en
(−∞, b]. Para definir la integral en todo R se divide en dos partes (−∞, a]
y [a, ∞), se pide que cada integral impropia exista y se suman.
B.1. Integral de Riemann 145
Igual que en el caso anterior se puede dar una condición de tipo Cauchy,
resultados de comparación para funciones positivas e introducir el concepto
de integral absolutamente convergente. El resultado de aproximación por
funciones integrables se puede enunciar ası́ (lo hacemos en toda la recta):
Proposición B.6. Si la integral impropia de f en R es convergente, dado
² > 0 existe M > 0 y una función g que se anula fuera de [−M, M ] y es
integrable en ese intervalo, tal que
¯Z ∞
¯
¯ ¯
¯ (f − g)¯¯ < ².
¯
−∞
Si la integral converge absolutamente, el valor absoluto se puede poner dentro
de la integral.
Agrupar valores poco diferentes de f (x) quiere decir sustituir f (x) por a
siempre que a ≤ f (x) < a + h. Esto requerirá sustituir las funciones es-
calonadas de la integral de Riemann por otras en las que los “escalones”
pueden ser conjuntos arbitrarios y habrá que asignar a estos conjuntos una
“longitud”, que llamaremos medida del conjunto.
Describiremos la integral en R, aunque la teorı́a en Rn es la misma cam-
biando al principio los intervalos por bolas o por cubos.
1 Éstees el camino utilizado por Lebesgue, pero actualmente también hay otras presentaciones
de la teorı́a, que no utilizan el concepto de medida interior.
B.2. Integral de Lebesgue 147
Los conjuntos abiertos y los cerrados son medibles y las propiedades anterio-
res permiten deducir que otros muchos conjuntos también lo son. Se puede
demostrar que hay conjuntos no medibles, pero los medibles son suficientes
para las necesidades que nos aparezcan.
Propiedades. 1. La medida de un intervalo es su longitud.
2. Monotonı́a: si A ⊂ B y son medibles, entonces m(A) ≤ m(B).
3. Aditividad numerable: si {An } es una sucesión de conjuntos medibles
P
disjuntos dos a dos, m(∪n An ) = n m(An ).
4. Invarianza por traslación: si A es medible, x ∈ R y A + x = {y + x :
y ∈ A}, entonces m(A + x) = m(A).
5. Si A es medible y ² > 0, existen un abierto V y un compacto K tales
que K ⊂ A ⊂ V y m(V \ A) < ² y m(A \ K) < ².
El resultado es válido para una sucesión decreciente (fn (x) ≥ fn+1 (x)) si
suponemos que f1 es integrable; basta aplicar el teorema a gn = f1 − fn .
Una consecuencia inmediata del teorema de convergencia monótona es que
si las funciones fn son medibles y positivas se tiene
Z X XZ
lim fn = fn ,
E n→∞ n n E
También se cumple (B.3) siempre que f sea no negativa; en ese caso, todos
los términos pueden ser +∞.
B.2. Integral de Lebesgue 151
También se define el espacio L∞ (E), pero por otro camino. Una función
medible definida en E está en L∞ (E) si existe M tal que |f (x)| ≤ M para
casi todo x de E. El mı́nimo de los posibles valores M en la desigualdad
anterior es la norma de f en L∞ . También es un espacio de Banach.
152 B. Integral de Riemann e integral de Lebesgue
B.3. Problemas
B.1 El segundo teorema del valor medio para integrales que aparece en B.1.3
tiene la siguiente variante, que se prueba por integración por partes: si h
es monótona y tiene derivada continua en [a, b] y f es integrable en [a, b],
existe c ∈ (a, b) tal que
Z b Z c Z b
f (t)h(t) dt = h(a) f (t) dt + h(b) f (t) dt.
a a c
B.2 Probar que si una función es integrable en (a + δ, b) para todo δ > 0 y está
acotada en un entorno de a, es integrable en (a, b).
B.3 Probar que una función monótona y acotada en un intervalo [a, b] es inte-
grable Riemann.
B.4 Probar que la integral impropia de sin t/t existe en (0, ∞), pero que la
función no es integrable (es decir, la integral de | sin t/t| es ∞). Observación:
Sólo se pide probar que la integral impropia existe, lo que es más fácil
que determinar su valor exacto, cosa que hacemos en el problema 2.7, por
ejemplo.
B.5 Demostrar que si f es integrable con respecto a la medida de Lebesgue en
R se tienen los resultados siguientes:
Z
1. lim |f (x)| dx = 0.
N →∞ {x:|x|>N }
2. Para todo ² > 0 existe una función escalonada e tal que
Z
|f (x) − e(x)| dx < ².
R
(Aproximar las funciones simples por escalonadas.)
B.3. Problemas 153
Algunas notas
históricas y galerı́a de
personajes
C.1. Fourier
En diciembre de 1807 Fourier presentó a la Academia de Ciencias de Parı́s
un manuscrito titulado Théorie de la propagation de la chaleur dans les so-
lides. Los miembros de la Academia encargados de juzgarlo no emitieron
un informe y expresaron sus dudas sobre el trabajo1 . Pero el tema era su-
ficientemente interesante para que la Academia propusiese como tema del
gran premio de 1812, “dar la teorı́a matemática de las leyes de propagación
del calor y comparar los resultados de esta teorı́a con los de experiencias
exactas”. Fourier mejoró su manuscrito anterior y presentó al concurso uno
nuevo titulado Théorie du mouvement de la chaleur dans les corps solides.
Ganó el premio2 , pero los académicos añadieron a sus elogios ciertas reser-
vas, indicando que “deja algo que desear, sea en cuanto a la generalidad, sea
incluso del lado del rigor”. Ninguna de las memorias fue publicada en esos
años, pero Fourier culminó su trabajo con un libro titulado Théorie analy-
tique de la chaleur y publicado en 1822, que el fı́sico Arnold Sommerfeld
1 Riemann escribió que “esta afirmación [la de que una función arbitraria se puede representar
en serie trigonométrica] resultó tan inesperada para el viejo Lagrange, que se opuso a ella de la
forma más decidida”.
2 Hay que valorar más el trabajo de Fourier por sı́ mismo que por haber ganado el premio.
La otra memoria que se presentó no tenı́a ecuaciones ni términos cientı́ficos y, en cambio, contenı́a
frases como: “El fuego ha recibido su principio del autor de todas las cosas y se propaga como
todo lo que existe en la naturaleza según el orden inmutable del creador”.
155
156 C. Algunas notas históricas y galerı́a de personajes
de Clairaut de 1757, pero Fourier los dedujo directamente y los situó como claves para escribir la
serie trigonométrica.
C.2. Los precursores 157
se escribe en la forma
u(x, t) = ϕ(x + αt) + ψ(x − αt).
A continuación impone la condición de que los extremos de la cuerda en
x = 0 y x = l estén fijos y deduce que
u(x, t) = ϕ(αt + x) − ϕ(αt − x) y ϕ(x) = ϕ(2l + x).
En 1748, Euler publicó una memoria en la que indicó que el movimiento
queda completamente determinado si se conocen la posición y la velocidad
iniciales (u y su derivada respecto a t en t = 0) y mostró cómo determinar
ϕ en este caso. D’Alembert protestó en un trabajo de 1750 alegando que
esto presupondrı́a que u se puede expresar analı́ticamente en t y x.
Sin que Euler hubiera respondido a d’Alembert apareció en 1753 un trata-
miento del tema completamente distinto, debido a Daniel Bernoulli. Taylor
habı́a observado ya en 1715 que las funciones sin nπx/l cos nπαt/l con n
entero son soluciones de la ecuación y se anulan en x = 0 y x = l, lo que
explica que una cuerda, además de su tono fundamental, puede dar también
el tono fundamental de las cuerdas de longitud 1/2, 1/3, 1/4,. . . de la ori-
ginal. Esto llevó a Bernoulli a considerar que la cuerda podı́a vibrar según
la expresión
X nπx nπα
u(x, t) = an sin cos (t − βn ),
n l l
y como todas las modificaciones observadas del fenómeno se podı́an explicar
partiendo de esta ecuación, consideró que daba la solución general.
El trabajo siguiente al de Bernoulli en las Memorias de la Academia de
Ciencias de Berlı́n era de Euler, quien aseguraba frente a d’Alembert que la
función ϕ puede ser completamente arbitraria entre −l y l y señalaba que la
solución de Bernoulli era general si y sólo si cualquier curva arbitraria entre
0 y l podı́a ser representada por una serie trigonométrica. Dice Riemann:
“en aquel tiempo nadie puso en duda que todas las transformaciones que
pueden efectuarse sobre una expresión analı́tica –ya sea finita o infinita–
son válidas para cualesquiera valores de las magnitudes indeterminadas, o
cuando menos sólo son inaplicables en casos sumamente especiales. De ahı́
que pareciera imposible representar mediante la expresión anterior una curva
algebraica, o, en general, una curva no periódica dada analı́ticamente, y, por
ello, Euler creyó tener que decidir la cuestión en contra de Bernoulli”.
Lagrange, joven aún, entró en escena en 1759. Estudió las vibraciones de
un hilo sin masa al que se coloca una cantidad finita de masas de igual
magnitud equidistribuidas y vio cómo variaban las vibraciones al tender el
número de masas a infinito; tras largas manipulaciones analı́ticas decidió
que la solución de Euler era correcta, pero (citando de nuevo a Riemann)
C.2. Los precursores 159
“la transición de lo finito a lo infinito dejaba, sin embargo, mucho que de-
sear, de modo que d’Alembert pudo continuar vindicando para su solución
la gloria de máxima generalidad, en un escrito que situó al frente de sus
Opuscules mathématiques”. Y termina sus comentarios sobre esta parte de
la historia diciendo que “en lo tocante a la solución de Bernoulli, los tres
coincidieron en no considerarla general; mas si bien d’Alembert, para poder
declarar la solución de Bernoulli menos general que la suya propia, hubo
de afirmar que una función periódica dada analı́ticamente no siempre puede
ser representada mendiante una serie trigonométrica, Lagrange creyó poder
demostrar esa posibilidad”.
En el fondo de la discusión de estos personajes estaba la poca claridad de los
conceptos de función, continuidad, dominio de definición, etc. La influencia
de la teorı́a de las series trigonométricas en la clarificación de estos conceptos
fue determinante.
después de fisiologı́a (1743) y finalmen- análisis correcto del flujo de agua por
te de fı́sica (1750); enseñó hasta 1776 y un agujero de un recipiente e incluso dio
murió en Basilea en 1782. las leyes básicas de una teorı́a cinética
Conocido como fı́sico más que como de gases, completadas mucho más tar-
matemático, sus trabajos son verdade- de. Ganó 10 premios de la Academia de
ra matemática aplicada ya que aplicó Ciencias de Parı́s, con trabajos de astro-
métodos matemáticos al estudio de la hi- nomı́a y navegación. Produjo un impor-
drodinámica, la elasticidad y la teorı́a tante trabajo en teorı́a de probabilidades
de oscilaciones. Su libro Hydrodynami- en la que introdujo el uso del cálculo in-
ca, publicado en 1738, contiene el primer tegral.
C.3. Dirichlet
Una vez planteado el problema de la representación de funciones por series
trigonométricas, los intentos de probar la convergencia de la serie de Fourier
aparecieron inmediatamente. Poisson y Cauchy publicaron sendas pruebas
incorrectas. Fue Dirichlet quien en 1829 inauguró una nueva época ya que
publicó el primer resultado correcto de convergencia: si una función acotada
tiene un número finito de discontinuidades y un número finito de máximos
y mı́nimos, su serie de Fourier converge en cada punto a la semisuma de
los lı́mites laterales. El artı́culo de Dirichlet comienza indicando las razones
por las que la prueba de Cauchy no era válida.
Dirichlet tuvo el acierto de buscar condiciones suficientes y no plantearse el
problema en más generalidad de la que podı́a tratar. Su prueba era estricta-
mente rigurosa y, aunque he elegido para el texto una versión posterior, que
utiliza el segundo teorema del valor medio, la demostración original se sigue
sin gran dificultad. En ella introdujo Dirichlet la representación integral de
la suma parcial a través del núcleo que hoy llamamos con su nombre. La
continuidad a trozos de las funciones no se usa en realidad en ningún lugar
de la prueba, pero Dirichlet la incorpora porque las integrales que dan los
coeficientes de Fourier están bien definidas para esas funciones por el método
introducido por Cauchy (publicado en 1823). Al final de su artı́culo sugirió
una condición más amplia de integrabilidad y mostró las dificultades para
extenderla a “todas” las funciones:
C.4. Riemann
Continuador de la obra de Dirichlet, Riemann presentó en 1855 su trabajo
de habilitación titulado Sobre la desarrollabilidad de una función en serie
trigonométrica que, sin duda, es uno de los varios con que su autor me-
rece pasar a la historia de las matemáticas. No fue publicado hasta 1867,
un año después de su muerte. En el trabajo se distinguen tres partes: co-
mienza con un repaso histórico, sigue con la generalización de la integral
de Cauchy y finalmente se ocupa de las propiedades de las sumas de series
trigonométricas.
C.4. Riemann 163
José Ferreirós y publicado por el Consejo Superior de Investigaciones Cientı́ficas (Madrid, 2000).
7 Hoy sabemos que si una serie trigonométrica converge a una función integrable es la serie
de Fourier de ésta, pero también que hay series trigonométricas que convergen a funciones no
integrables.
164 C. Algunas notas históricas y galerı́a de personajes
C.6. La sumabilidad
La solución al problema de representación de funciones continuas creado
por du Bois-Reymond vino de cambiar la manera de sumar la serie. En
1900, Fejér publicó un trabajo en el que mostraba que la función continua
se recupera siempre si antes de pasar al lı́mite se toman los promedios de
las sumas parciales (capı́tulo 7). A la vez, el resultado de Fejér vino a
mostrar que otros resultados sobre series de Fourier eran en realidad métodos
de sumabilidad, modos de asignar a una serie divergente un valor suma
adecuado. El que aparece en la sección 7.2 es una adaptación del método
con el que Poisson pretendió en 1820 probar la convergencia de las series de
Fourier. De hecho, al final de su artı́culo, Fejér indica que a partir de su
teorema “se puede dar una teorı́a general y nueva de la integral de Poisson”
(que no veı́a como sumabilidad sino como solución del problema de Dirichlet
para funciones armónicas en un cı́rculo, como en el problema 8.4). Puesto
que Frobenius habı́a probado que
∞
X s1 + s2 + · · · + sn
lim rn an = lim
r→1−
n=1
N →∞ n
siempre que el segundo miembro exista (sn son las sumas parciales de la
P
serie an ), esta aplicación pudo ser la causa del interés de Fejér en el tema;
en su artı́culo, sin embargo, da la mayor importancia al resultado para series
de Fourier y la mención a la integral de Poisson queda reducida a la frase
anterior.
Lipót Fejér nació en Pécs (Hungrı́a) más brillantes de principios del siglo XX
en 1880 y cambió su nombre (Leopold y consiguieron crear en su paı́s una es-
Weiss) hacia 1900 a la forma húngara cuela que dio como fruto grandes ma-
por la que le conocemos. Publicó su im- temáticos, analistas sobre todo. Las gue-
portante resultado sobre la sumabilidad rras y los problemas polı́ticos que afec-
de las series de Fourier por el método de taron al paı́s y a Europa hicieron emi-
Cesàro en 1900, siendo aún estudiante. grar a muchos de ellos. Después de
Estudió en Budapest y Berlı́n y enseñó la segunda guerra mundial sólo Fejér y
la mayor parte de su vida en la Uni- Riesz, los más veteranos, permanecieron
versidad de Budapest. Fejér y Frygies en Hungrı́a. Murió en Budapest en 1959.
Riesz eran los dos matemáticos húngaros
C.8. La convergencia en Lp
Limitándonos al caso de las series de Fourier clásicas, es decir, al sistema tri-
gonométrico que hemos estudiado en el curso, los nuevos marcos funcionales
dieron lugar a dos problemas destacados para funciones f de Lp :
1. ¿Es cierto que limN →∞ kSN f − f kp = 0?
2. ¿Es cierto que limN →∞ SN f coincide con f en casi todo punto?
El análisis funcional permite ver que la primera pregunta se reduce a probar
la desigualdad
kSN f kp ≤ Cp kf kp ,
donde la constante Cp puede depender de p, pero no debe depender de f ni de
N . Aparte del caso p = ∞ que, por ser convergencia uniforme, ya sabemos
que tiene respuesta negativa, el caso p = 1 se excluye por un argumento
similar al de la sección 4.2. Fue Marcel Riesz (el hermano menor de Frigyes
Riesz) quien en 1923 respondió afirmativamente a la primera pregunta para
1 < p < ∞.
En cuanto a la segunda, en 1923 A. Kolmogorov demostró que existe una
función integrable cuya serie de Fourier diverge en casi todo punto y poco
después, en 1926, fue capaz de llevar la divergencia a todo punto. La res-
puesta para p = 1 es pues falsa. Lusin conjeturó en 1915 que la respuesta
para p = 2 era afirmativa y este problema duró 50 años, hasta que en 1965
L. Carleson probó la conjetura de Lusin8 . De este teorema de Carleson se
deduce que la serie de Fourier de una función continua converge en casi todo
punto a la función y no tenemos actualmente ningún método de demostra-
ción que no siga este camino. En 1967, R. Hunt mostró que el resultado de
Carleson era válido para todo p > 1.
8 Durante estos 50 años la conjetura pasó por fases de duda sobre su veracidad; Carleson
relata que Zygmund estaba convencido de que era falsa y que él mismo estuvo trabajando muchos
años en la búsqueda de un contraejemplo antes de conseguir probar el teorema.
Bibliografı́a
169
170 Bibliografı́a
seno cardinal, 80
serie absolutamente convergente, 130
serie alternada, 130
serie condicionalmente convergente, 130
serie de Fourier, 3
serie de Fourier compleja, 6, 9
serie de Fourier de cosenos, 6
serie de Fourier de senos, 6
serie de potencias, 135
serie de Taylor, 136
serie de términos positivos, 128
serie geométrica, 129
serie trigonométrica, 1
sistema ortogonal, 69
sistema ortonormal, 69
sistema ortonormal completo, 71
sucesión convergente, 125
sucesión de Cauchy, 126
sucesión divergente, 125
suma de Riemann, 142
sumabilidad Abel-Poisson, 49, 86
sumabilidad Cesàro, 45, 86
sumabilidad de series de Fourier, 45
sumabilidad de transformadas de Fourier,
86