Inmunoglobulinas
Inmunoglobulinas
Inmunoglobulinas
Hay dos tipos de cadenas ligeras diferentes: tipo kappa (κ) y lambda(λ) que poseen unos
200 aminoácidos cada una y se unen a las pesadas por un puente disulfuro intercatenario
(entre cadenas). En cada molécula de inmunoglobulina las dos cadenas ligeras que la
forman son del mismo tipo, o bien κ o bien λ (Figura: Fragmentos Igs).
Cadenas pesadas
Están formadas por unos 400 aminoácidos y están unidas entre sí por puentes disulfuro
intercatenarios, que pueden ser distintos en número dependiendo del tipo de
inmunoglobulina. Esta zona, donde se encuentran los puentes intercatenarios, es muy
flexible y constituye lo que se denomina zona bisagra, que es por donde se deforman estas
moléculas cuando se unen al antígeno.
Parte variable y constante de las cadenas ligeras y pesadas
Las cadenas ligeras poseen dos partes: una corresponde al extremo carboxílico que es
constante (CL) y otra que ubicada al extremo amínico, que es muy variable (VL). También
las cadenas pesadas poseen una parte variable (VH) y otra constante (CH). Por las partes
variables, tanto de las cadenas ligeras como de las pesadas, es por donde se produce la
unión al antígeno.
La parte constante de estas cadenas es diferente según la clase de inmunoglobulina que
consideremos. Así, estas cadenas pueden ser de tipo: γ, α, μ, δ y ε, que definen a su vez las
cinco clases de inmunoglobulinas: IgG, IgA, IgM, IgD e IgE respectivamente. (Figura:
Cadenas Igs).
Características de las distintas clases de Inmunoglobulinas
Las cadenas pesadas son las responsables de las propiedades biológicas, tales como la capa-
cidad de unirse entre sí, fijar complemento, fijar la pieza de secreción y unirse a macrófagos,
a neutrófilos o a células NK. Incluso entre moléculas de una misma clase existen
diferencias en función de la subclase a la que pertenezcan.(Tabla: Características Igs).
Dominios moleculares en las cadenas ligeras y pesadas
Tanto las cadenas pesadas como las ligeras poseen grupos de aminoácidos unidos por
puentes disulfuro intracatenarios (entre elementos de una misma cadena), conocidos como
dominios. La cadena L tiene dos dominios, uno corresponde a la región variable (VL) y otro
a la constante (CL).
La cadena H tiene un dominio en la región variable (VH) y tres o cuatro en la constante,
dependiendo de la clase de inmunoglobulina que consideremos (3 en la IgG, IgA e IgD y 4
en las IgM e IgE).
Regiones hipervariables
Las zonas variables, tanto de la cadena L como H, poseen a su vez unas regiones de mayor
grado de variabilidad. Son tres pequeños segmentos muy variables, por lo que se les conoce
como regiones hipervariables, cuya importancia radica en que conforman el centro activo
de las Igs, que es por donde se produce el reconocimiento y unión al antígeno.
Cada una de estas regiones hipervariables se compone de 17 a 20 aminoácidos, de tal
manera que pequeños cambios suponen una enorme fuente de variabilidad de posibilidades
de unión al antígeno sin cambiar el resto de la molécula (Figura: IgG).
Moléculas adicionales a la estructura básica
En las inmunoglobulinas, además de las cuatro cadenas polipeptídicas básicas, existe un
componente glucídico (que representa aproximadamente el 10% de la molécula), y
ciertas inmunoglobulinas contienen una glicoproteína adicional conocida como cadena J.
La cadena J se une, mediante puentes disulfuro, al extremo Fc tanto de la IgA como de
la IgM haciendo posible la formación de complejos diméricos o pentaméricos,
respectivamente.
Estructura espacial de las Inmunoglobulinas
Las inmunoglobulinas pueden estar constituidas por unidades básicas simples, como es el
caso de la IgG, IgD e IgE; en forma de dímeros (dos unidades básicas unidas), como es el
caso de la IgA, o incluso formadas por hasta cinco estructuras básicas unidas por sus
extremos Fc como es el caso de la IgM (Figura: Pentámero IgM).
Las cadenas pesadas y ligeras están plegadas sobre sí mismas, en forma de hoja plegada β,
gracias a sus dominios (Figura: Dominios Igs).
Subclases de Inmunoglobulinas
Se sabe que no todas las inmunoglobulinas de una misma clase tienen idéntica estructura,
sino que dentro de cada isotipo se pueden establecer subtipos considerando la secuencia de
aminoácidos de la región constante de las cadenas H y el diferente número y situación de
los puentes disulfuro intercatenarios establecidos entre las cadenas pesadas, es decir, que
dentro de una misma inmunoglobulina, se pueden encontrar diferentes tipos atendiendo a
la secuencia de aminoácidos de la región constante de cadenas pesadas y a la situación y
número de los puentes disulfuro que se establecen entre estas cadenas pesadas. Así, la IgG
humana se divide en cuatro subclases (IgG1, IgG2, IgG3 e IgG4) y la IgA (IgA1 e IgA2).
Alotipos de Igs
Si se inmuniza un animal con inmunoglobulinas de otro animal de la misma especie, se
pueden obtener antisueros que van dirigidos contra ciertas regiones constantes de las
inmunoglobulinas que son distintas entre ambos animales.
Esto se debe a la presencia de alotipos, definidos por pequeños cambios en las zonas
constantes de las cadenas pesadas y ligeras que hacen que las Igs de unos individuos a otros
de la misma especie sean diferentes. En humanos se han descrito tres tipos de alotipos.
Idiotipos de Igs
Se entiende por idiotipo el conjunto de determinantes antigénicos situados en las regiones
variables de las cadenas ligeras y pesadas de un determinado anticuerpo. Esta zona es
precisamente por donde se produce su acoplamiento al antígeno que indujo su formación.
Es pues una zona de estructura complementaria al antígeno y que a su vez puede actuar,
cuando se van formando como antígeno, induciendo nuevos anticuerpos en el
individuo (Figura: Idiotipos).
Los idiotipos, según la Teoría de Jerner, parecen tener importancia en la regulación del
sistema inmune. Frente a los idiotipos de las Igs más recientemente secretadas en un
individuo, se formarían anticuerpos por el mismo individuo que al unirse a los mismos
formarían una red de anticuerpos. Todo ello en cascada, de tal manera que la acción final
contribuiría a la regulación del proceso de síntesis de nuevas anticuerpos.
Distribución de las Inmunoglobulinas
Las inmunoglobulinas se encuentran distribuidas
por todo el organismo. Las cantidades relativas de
cada una de las clases de inmunoglobulinas en los
diferentes compartimentos son muy diferentes. En
el torrente sanguíneo predomina la IgG mientras
que en las secreciones (saliva, lágrimas, secreción
bronquial, líquido cefalorraquídeo y mucosas)
predomina la IgA. Los niveles de
inmunoglobulinas séricas fluctúan ampliamente
en función del estado nutricional,edad,
enfermedades, infecciones y otras muchas
situaciones.
Se producen cambios en los niveles de inmunoglobulinas en sangre desde el nacimiento
hasta los 8 o 10 años, momento en el que se estabilizan. Así, los niveles sanguíneos de IgG
son muy altos en el feto y en las primeras semanas de vida extrauterina, aunque el feto no
la sintetiza. Esto se debe a que esta inmunoglobulina es la única que pasa de la madre al
feto a través de la placenta (Figura: Niveles séricos).
Durante la lactancia, descienden los niveles de IgG, ya que ésta procedía de la madre y el
niño todavía carece de la capacidad de sintetizarla. También en la edad fetal se sintetizan
pequeñas cantidades de IgM (Figura: Niveles séricos).
Superfamilia de las Inmunoglobulinas
Existe un gran número de moléculas que poseen una estructura organizada en dominios,
equivalente a la que poseen las Igs. A estas sustancias se les conoce como miembros de
la familia de las inmunoglobulinas. Entre las diferentes moléculas de esta superfamilia, se
encuentran, además de las propias inmunoglobulinas.
1. Muchos de los componentes moleculares que conforman los receptores de los linfocitos
T y B.
2. Las moléculas de histocompatibilidad.
3. Muchas de las moléculas de adhesión celular.
4. Ciertas moléculas involucradas en la circulación y tráfico de los leucocitos.
Función de las Inmunoglobulinas
La función esencial de las inmunoglobulinas
es la de unirse a antígenos. De esta manera las
inmunoglobulinas a) pueden colaborar en la
destrucción de los mismos cuando las
inmunoglobulinas se encuentran de forma
soluble o b) puede actuar como receptoras de
señales antigénicas cuando se encuentran
formando parte de los receptores de los
linfocitos B.
Unión antígeno-anticuerpo
La unión del antígeno (Ag) con el anticuerpo (Ac) es semejante a la que se establece entre
una enzima y su substrato. Estas interacciones se deben a enlaces no covalentes (enlaces de
hidrógeno, interacciones electrostáticas, de Van der Waals e hidrófobas). La unión entre el
Ag y el Ac es específica, de tal manera que un Ac se unirá preferentemente con gran avidez
a un solo antígeno. En algunos casos la inmunoglobulina podrá unirse a antígenos con
epítopos muy similares, aunque en este caso la afinidad de la unión es mucho menor. Los
anticuerpos se unen al antígeno por lugares determinados conocidos como epítopos. Los
procesos moleculares y celulares implicados en cada mecanismo de defensa desarrollado
por el sistema inmune, son fundamentales para la salud y por ende para la supervivencia
del individuo. En ausencia de un sistema inmune eficaz y competente, muchos
microorganismos pueden producir diversas infecciones que en la mayoría de los casos
pueden resultar mortales. Cuando el individuo, a pesar de poseer un sistema inmune
eficiente, desarrolla cuadros clínicos asociados a infecciones, generalmente es debido a
que necesita tiempo para construir una respuesta fuerte contra los microorganismos
invasores, lo que favorece que estos patógenos tomen ventaja sobre todo durante la
infancia o la vejez, épocas en las que el individuo es más vulnerable inmunológicamente.
Epítopos y parátopos
Los epítopos de un antígeno pueden estar formados por aminoácidos consecutivos de la
proteína (epítopos lineales) o por zonas de confluencia (epítopos conformacionales) de
varias cadenas (Figura: Tipos de epítopos).
Las inmunoglobulinas se unen a los epítopos de los antígenos por sus sitios activos,
constituidos como se ha indicado anteriormente, por los segmentos variables de las cadenas
pesadas y ligeras, donde intervienen principalmente las regiones hipervariables. Esta zona
de unión de una inmunoglobulina al epítopo de un antígeno se conoce con el nombre
de parátopo.
Fuerzas de unión Ag-Ac
INMUNOGLOBULINA G
Es una protema plasmática, la más abundante y principal clase de anticuerpos del plasma
sanguíneo; representa el 80% del total de las inmunoglobulinas séricas, se encuentra en
los fluidos internos del cuerpo como ser: la sangre, líquido cefalorraquídeo y líquido
peritoneal.
Estructura de la Inmunoglobulina G
Estructura de la Inmunoglobulina A
INMUNOGLOBULINA D
Es una protema plasmática que representa menos del 1% del total de las inmunoglobulinas
séricas, junto con la IgM, sirve como receptor antigénico, se encuentra en la superficie de
la membrana de los linfocitos B para activar su crecimiento y facilitar el inicio de las
respuestas de aparición de anticuerpos.1-6
Estructura de la Inmunoglobulina D
INMUNOGLOBULINA E
Estructura de la Inmunoglobulina E
INMUNOGLOBULINA M
Estructura de la Inmunoglobulina M
Anticuerpos monoclonales
Cuando un antígeno induce la producción de anticuerpos se forman una gran variabilidad
de éstos frente a cada uno de los diferentes epítopos del antígeno. Por ello decimos que
estos anticuerpos sonpoliclonales debido a que son muchos y muy
diversos clones linfocitarios los que se activan y diferencian (Figura: Producción
AcMo). Este fenómeno es de gran utilidad biológica ya que ofrecen una amplia barrera
de protección del organismo.
Sin embargo, los antisueros así obtenidos, ofrecen serias dificultades para su uso en el
laboratorio. Esto se debe a la gran heterogeneidad estructural y funcional que poseen. Este
problema se ha solucionado desde que Georges Kholer y Cesar Milstein consiguieron la
producción de anticuerpos monoespecíficos, conocidos como anticuerpos
monoclonales (AcMo) (Figura: Cesar Milstein).
Con ello se abrió un amplio campo en Biología y Medicina puesto que estos anticuerpos
son de gran utilidad debido a la capacidad de reconocer a tan solo uno de los epítopos de
un antígeno. Veamos cómo se producen y después su utilidad.
Fundamentos de la producción de AcMo
El método seguido para la producción de estos anticuerpos consiste en la unión (fusión)
de una célula B productora de anticuerpos, con una célula de gran capacidad de
crecimiento (células tumoral de mieloma). Con ello se forma un híbrido (hibridoma) que
posee la información genética necesaria para la síntesis del anticuerpo deseado, que le
aporta la célula B, y una activa capacidad de síntesis proteica y de multiplicarse que le
aporta las células del mieloma(Figura: Síntesis AcMo).
De esta manera, se pueden producir innumerables tipos de hibridomas de acuerdo con el
tipo de anticuerpo que interese. Al ser cada uno de los anticuerpos así producidos
homogéneos, ofrecen patrones de reacción degran especificidad con los antígenos
utilizados en la inmunización.
De esta manera se pudieron desarrollar cultivos continuos de hibridomas que segregaban
un anticuerpo monoclonal de especificidad predefinida. Una vez seleccionado el clon de
hibridoma adecuado, éste puede conservarse largo tiempo congelado. En cualquier
momento el clon puede hacerse crecer para la producción de anticuerpos por inyección
a ratones o siembra en cultivo. Cuando el clon se inyecta se hace intraperitonealmente
con lo que genera una ascitis extraordinariamente rica en anticuerpos, que son fácilmente
purificables. Cuando el clon se ha cultivado in vitro el anticuerpo se recolecta a partir del
sobrenadante del cultivo.
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