Este documento discute las ideas de William Burroughs sobre el arte y la política. Burroughs creía que el lenguaje es un virus que controla a la humanidad, pero que el arte puede usarse para combatir este virus. Desarrolló la técnica del "cut-up", cortar y reorganizar textos, para generar nuevos significados y debilitar el control del lenguaje. Su objetivo era liberar la mente de las limitaciones del tiempo y la linealidad a través de técnicas como el pensamiento en imágenes y la superposición.
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Este documento discute las ideas de William Burroughs sobre el arte y la política. Burroughs creía que el lenguaje es un virus que controla a la humanidad, pero que el arte puede usarse para combatir este virus. Desarrolló la técnica del "cut-up", cortar y reorganizar textos, para generar nuevos significados y debilitar el control del lenguaje. Su objetivo era liberar la mente de las limitaciones del tiempo y la linealidad a través de técnicas como el pensamiento en imágenes y la superposición.
Descripción original:
Texto de William Burroughs de La revolución electrónica
Este documento discute las ideas de William Burroughs sobre el arte y la política. Burroughs creía que el lenguaje es un virus que controla a la humanidad, pero que el arte puede usarse para combatir este virus. Desarrolló la técnica del "cut-up", cortar y reorganizar textos, para generar nuevos significados y debilitar el control del lenguaje. Su objetivo era liberar la mente de las limitaciones del tiempo y la linealidad a través de técnicas como el pensamiento en imágenes y la superposición.
Este documento discute las ideas de William Burroughs sobre el arte y la política. Burroughs creía que el lenguaje es un virus que controla a la humanidad, pero que el arte puede usarse para combatir este virus. Desarrolló la técnica del "cut-up", cortar y reorganizar textos, para generar nuevos significados y debilitar el control del lenguaje. Su objetivo era liberar la mente de las limitaciones del tiempo y la linealidad a través de técnicas como el pensamiento en imágenes y la superposición.
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POR UN ARTE IMPURO
Qu es una literatura poltica? Puede
el arte ponerse al servicio de una causa, sin perder su condicin de tal? Son antagnicos lo esttico y lo poltico? Joyce ofrece una respuesta inequvoca en su Retrato del artista adolescente: Los sentimientos excitados por un arte impuro son cinticos, deseo y repulsin. El deseo nos incita a la posesin, a movernos hacia algo; la repulsin nos incita al abandono, a apartarnos de algo. Las artes que sugieren esos sentimientos, pornogrficas o didcticas, no son, por tanto, artes puras. La emocin esttica es por consiguiente esttica. El espritu queda paralizado por encima de todo deseo, de toda repulsin. Entre las artes didcticas se incluye, por supuesto, al arte poltico: Stephen Dedalus, el hroe de Joyce, est reaccionando contra las palabras que uno de sus amigos, adalid de la causa revolucionaria, haba pronunciado un rato antes: Irlanda primero, Stevie. Despus bien puedes ser poeta o mstico, si quieres. Caracterstica de la inteligencia insidiosa de Stephen es la ecuacin entre didctico y pornogrfico: es igualmente impura cualquier obra que nos incita a salimos de ella e ir hacia el mundo, a pasar a la accin, se trate de masturbarse o hacer la revolucin. Cuestiones como stas, y otras parecidas, lo tenan a William Burroughs bien sin cuidado. Por qu, entonces, traerlas a cuento en este prlogo? En parte, por el efecto de contraste: apenas hayamos avanzado un poco, ayudarn a recordarnos de qu maneras tan distintas puede ser poltico el arte. En parte, para trazar continuidades: La revolucin electrnica no es otra cosa, finalmente, que un manual de instrucciones para guerrilleros urbanos, una versin tecno de La guerra de guerrillas de Ernesto Guevara. En parte, tambin, para delimitar mejor fronteras temporales: si La guerra de guerrillas resulta, ledo desde nuestro presente, un texto nostlgico, que mira menos al futuro que al pasado (una suerte de pastoril armada, digamos), su contraparte burroughsiana se revela, hoy, como un texto proftico, en el cual la instruccin de utilizar la tecnologa en contra de sus detentadores, toscamente esbozada en 1970 a travs de la figura de un ejrcito de jvenes invisibles ocultando grabadores bajo sus sacos, se cumple cabalmente en la actualidad, cuando jvenes anlogos, dotados de instrumentos mucho ms sofisticados, vuelven sus computadoras y telfonos celulares contra los poderes del Estado; ayer noms en China, hoy en Irn y maana en cualquier parte. Hay pocas preguntas que le interesen menos a Burroughs que las demasiado transitadas Qu es la literatura? o Qu es el arte?. El de Burroughs no es un pensamiento que busque establecer lmites, sino derrumbarlos; no se trata de buscar diferencias, sino continuidades: como cuando sugiere que la publicidad, en su trabajo sobre la interrelacin entre palabra e imagen, va por delante de las artes (entre otras cosas, porque se ha liberado de pruritos estticos); o cuando hace suyo el lema de su amigo pintor Brion Gysin, la literatura est atrasada cincuenta aos en relacin a las artes plsticas, o cuando propone, en The Third Mind, un nuevo paradigma o nueva alianza como luego hara Ilya Prigogine en su libro del mismo ttulo entre ciencia y arte: Creo que el arte y la ciencia tendern a fundirse ms y ms. Los cientficos estn estudiando el proceso creativo, y creo que la divisin entre arte y ciencia se derrumbar y que los cientficos se volvern ms creativos y los escritores ms cientficos. Burroughs comparti con sus compatriotas-compaeros de ruta de los 50 y 60 el ideal a veces algo vago, por demasiado vasto, de la liberacin, entendido no como liberacin nacional (ellos eran el imperio, al fin y al cabo), sino personal, o a veces grupal (mujeres, negros, homosexuales): la lucha era contra el sistema (denominacin omniabarcadora, pero no por ello menos real, que incluye al Estado, al aparato educativo, a los medios masivos y al mercado). Novelas como El almuerzo desnudo y Nova Express proponen la metfora de la adiccin como figura de toda forma de control: en ellas entendemos que vivimos en un mundo de adictos, donde los poderes del Estado y el mercado nos dominan mediante la adiccin a las drogas, al dinero, al poder, al consumo, al sexo, y a la palabra. Pero si lo que queremos es liberarnos, cmo liberarnos de sta ltima la palabra que, segn parece y nos vienen diciendo desde hace milenios, es lo que constituye al ser humano en cuanto tal, lo que nos diferencia, pongamos el caso, de los animales? La primera parte de este libro, Retroalimentacin de Watergate al jardn del Edn, nos ofrece una primera respuesta: no es la palabra en s, sino la escritura, lo que nos separa de ellos. Porque como Burroughs explica en La revolucin electrnica y tambin en otros textos, el lenguaje es un virus que en tanto tal no ha sido creado por el hombre, sino que lo ha invadido y vive en l como un parsito; y es un virus y no una bacteria u otro organismo porque es algo no viviente que al introducirse en un ser vivo usurpa las caractersticas de la vida; puede reproducir sus cadenas informativas dentro del organismo y luego infectar a otros (mediante un proceso que los lingistas llaman adquisicin del lenguaje) y puede, incluso, matar. Pero para darle a este descubrimiento todo su valor poltico hay que destacar que no se trata de una metfora ni mucho menos de una comparacin: es una verdad literal. Burroughs no dice que el lenguaje es como un virus sino que el lenguaje es un virus altamente especializado, porque no slo no es humano, ni siquiera es terrestre: El lenguaje es un virus del espacio exterior. En el momento de su formulacin, la teora de Burroughs pudo parecer delirante, fruto de una mente quemada por veinte aos de adiccin, o lo que constituye una forma ms insidiosa de descrdito deliciosamente imaginativa, potica. Pocos aos ms tarde, la aparicin de los virus de las computadoras que son sin ninguna duda virus de lenguaje probara empricamente la exactitud de sus predicciones. El descubrimiento de Burroughs permite tambin resolver la aparente contradiccin de un escritor que dice estar contra la palabra: Borren la palabra para siempre. Se puede combatir a la palabra con palabras? No hay otra manera, nos explicar: la tarea del escritor es trabajar el lenguaje como inoculacin, como vacuna; la palabra literaria fortifica el organismo contra las formas ms insidiosas del mal; las palabras de los polticos, de los militares, de los comunicadores sociales, de los mdicos, los psiquiatras Al igual que en el yoga, en el Zen y en la obra de algunos autores como Beckett, la bsqueda de Burroughs es la bsqueda del silencio, es decir, de manera muy simple, los estados no verbales de la mente, la ausencia de palabras en la conciencia: el estado de silencio equivale a la cura del virus del lenguaje que, a la manera de la cura de los virus no verbales, no se alcanza expulsndolo del organismo sino volvindolo inocuo; quien la alcanza puede luego coexistir con el invasor sin ser dominado, manejado, dicho por l. Slo quien ha alcanzado el estado de silencio puede ser dueo de su lenguaje. Entre la redaccin-ensamblaje de El almuerzo desnudo y Nova Express tiene lugar un hecho capital en la vida de Burroughs: conoce al artista plstico Brion Gysin y juntos desarrollan y empiezan a aplicar la tcnica del recorte o cut-up, que consiste en cortar al medio, o en tiras, o en cuatro, a textos propios o de otros (otros que pueden ir de James Joyce a la revista Time) y volver a pegarlos en forma aleatoria, para generar nuevos textos y nuevos sentidos. Burroughs utilizar este procedimiento en El almuerzo desnudo, en muchos captulos de Nova Express y en las otras dos novelas de lo que se conoce como su tetraloga: La mquina blanda y El tquet que explot. El cutup proporciona otro modo de controlar o atenuar al virus del lenguaje, y permite aprender a pensar directamente en imgenes, o en bloques o racimos (clusters) asociativos de palabra e imagen. Este modo de pensar, sugiere Burroughs, es natural a las culturas de escritura jeroglfica, en las cuales la escritura remite directamente al objeto, sin mediacin del sonido; nosotros podramos obtener resultados anlogos pensando en bloques asociativos, y el entrenamiento lo proveen, nuevamente, los cut-ups grficos y sonoros, y los scrapbooks que combinan palabra e imagen. Una de las cosas que desaparece junto con el pensamiento verbal es la sujecin a la sucesin temporal: el habla y la lectura son obligadamente secuenciales, mientras que la experiencia y la percepcin visual pueden alojar diversos grados de simultaneidad. Como Burroughs le explica a Tamara Kamenszain en la entrevista que se incluye en este volumen: Yo trat de introducir a travs del cut-up el montaje en literatura. Creo que est mucho ms cerca de reflejar los hechos concretos de la percepcin humana que la mera linealidad. Por ejemplo, si usted sale a la calle, qu ve? Ve autos, trozos de gente, ve sus propios pensamientos, todo mezclado y sin linealidad alguna. Quien se libera del tiempo, se libera de la muerte; sardnico enemigo de toda forma de religin institucional u organizada, Burroughs no renuncia al ms all: lo nico que exige es la posibilidad de alcanzarlo aqu y ahora. Apelando al tan popular DIY (Do It Yourself) de la tradicin anglosajona, Burroughs propone al cut-up y a otros ejercicios anlogos como modos de dejar atrs el tiempo y a quien a l nos ata, el cuerpo: Quin os encierra atemorizados en el tiempo? En el cuerpo? En la mierda? pregunta en Nova Express. Voy a decroslo: la palabra. Lo fundamental de estos ejercicios es la posibilidad de un cambio o toma de conciencia. Pero no es que la toma de conciencia lleve a la accin; la toma de conciencia es accin, consiste en una serie de acciones llevadas a cabo con diarios, revistas, tijeras, pegamento, grabadores y otros gadgets: de ah su instruccin en La generacin invisible, el texto hermano de La revolucin electrnica: Scatelo de la cabeza y mtelo en las mquinas deja de discutir deja de quejarte deja de hablar que las mquinas discutan se quejen y hablen un grabador es una seccin externalizada del sistema nervioso humano llegars a saber ms sobre el sistema nervioso y a controlar mejor tus reacciones mediante el uso del grabador que permaneciendo sentado durante veinte aos en la postura del loto o perdiendo el tiempo en el divn analtico. La accin poltica de Burroughs se dirige as no contra algn sistema de control en particular (por eso no puede tomar partido) sino contra todos, o ms bien, contra lo comn a todo sistema de control: la manipulacin del pensamiento mediante el uso de la palabra y la imagen. Sus posturas al respecto resultan a veces contradictorias: por ejemplo, por momentos sugiere que pensar en jeroglficos nos libera de la sujecin al lenguaje; pero en otros denuncia a la escritura jeroglfica maya, dominada por los sacerdotes, como el ms rgido sistema de control ejercido jams en cualquier sociedad humana. Lo que hay aqu, empero, no es contradiccin sino especificidad: la escritura fontica domina la civilizacin occidental, y si los jeroglficos pueden ayudar a liberarnos, que se jodan los mayas. Esta ambivalencia apunta a otra ms radical: quin utilizar estas tcnicas? Hay momentos en La revolucin electrnica en que no estamos muy seguros de si estamos leyendo un manual para jvenes revolucionarios o para agentes de la CIA, una serie de instrucciones para resistir al poder o para ejercerlo. Esta indeterminacin es, por supuesto, inherente al gnero: La guerra de guerrillas instruy a la CIA en cmo combatir al Che Guevara; todo manual para revolucionarios corre el riesgo de convertirse en un manual para contrarrevolucionarios; o en las palabras ms grficas de Burroughs: Me pregunto si alguien a excepcin de agentes de la CIA ley este artculo o pens en poner estas tcnicas en funcionamiento. Se puede hablar de tres momentos polticos en la obra de Burroughs: el diagnstico, que comienza con sus tres primeras novelas Yonqui, Queer y Cartas del yag y alcanza su momento clmine en El almuerzo desnudo, tiene por objeto rasgar el velo, sacarnos la venda de los ojos, ayudarnos a ver lo que hay en la punta de los tenedores, atravesar la pelcula de la realidad y entrar en la sala de proyeccin. Es lo que corresponde al momento dialctico de Scrates, o al momento crtico del marxismo: purgar las opiniones y creencias errneas que obstaculizan el camino a la visin clara. En trminos de gnero literario, lo que predomina es la stira, gnero poltico si los hay: Burroughs puede considerarse, junto con Swift, el gran escritor satrico de la lengua inglesa, y en ambos es la stira poltica, ms que la moral o la de costumbres, la que domina. Ya diagnosticada la enfermedad, el segundo momento es el del tratamiento, que comienza en Nova Express y contina en textos como La revolucin electrnica: una vez en la sala de proyeccin, podemos hacer nuestras propias pelculas, crear es decir, transformar, es decir, conocer nuestra realidad. Este segundo momento es el momento netamente cintico, propiamente impuro, netamente destructivo: el objetivo declarado es sembrar el caos. La palabra que ms se repite en estas instrucciones es riot (disturbio, motn espontneo), y a esta altura ya debera queda claro por qu la politizacin burroughsiana del arte no puede encuadrarse dentro de ninguna idea de compromiso o cosa parecida. No existe partido, ni plataforma poltica, ni ONG, ni causa social capaz de acomodar o canalizar las situaciones desencadenadas por algunos de los mtodos propuestos en La revolucin electrnica: Imaginemos, por ejemplo, un virus sexual. Enardece tanto los centros sexuales del cerebro posterior que el husped se vuelve loco por el sexo y todos los dems pensamientos son borrados. Parques llenos de gente desnuda, frentica, cagando, meando, eyaculando y gritando. De manera que el virus puede ser maligno, eliminar todas las regulaciones y producir finalmente agotamiento, convulsiones y muerte. El tercer momento es aquel en el que Burroughs cede a la tentacin de aportar una solucin, un despus para la sociedad desmantelada por sus guerrilleros informticos: el momento utpico. Como en el siglo XX toda visin del futuro se da inevitablemente como distopa, Burroughs se vio obligado a situar sus utopas en el pasado, y sus ltimas obras pertenecen al gnero de las utopas de las oportunidades perdidas: histricas en Ciudades de la noche roja, donde el autor nos presenta las colonias anarcogay de los piratas caribeos del siglo XVIII, y en el western El lugar de los caminos muertos; ultraterrenas en Las tierras de Occidente, versin burroughsiana del Libro egipcio de los muertos; y biolgico-evolutivas en El fantasma accidental donde la oportunidad perdida la representan los lmures de Madagascar, primates inteligentes, pacficos y dados a la colaboracin; su extincin, lejos de ser una consecuencia fortuita del progreso, se presenta en la novela como un plan para quitarle al hombre el modelo que los irascibles, violentos y competitivos monos africanos no pudieron proveer, el de una civilizacin que no tuviera en el hongo de Hiroshima su mximo florecimiento. Por todo lo dicho, el marco ms adecuado para hablar de William Burroughs quizs sea, ms que el de la literatura, el de las artes plsticas, en el sentido casi ilimitado que ste ha tomado en los ltimos cien aos, abarcando manifestaciones propiamente pictricas y esculturales pero tambin teatrales, cinematogrficas, sonoras, escritas, conceptuales y hasta inmateriales. Se trata, despus de todo, de un artista que adems de cuentos y novelas ha realizado collages (sobre todo combinando palabra e imagen, muchos en colaboracin con Brion Gysin), obras en colaboracin con Robert Rauschenberg y Keith Haring y, en forma individual, piezas que combinan diversas tcnicas aleatorias, como la de disparar escopetas sobre planchas de madera terciada (su primera exposicin fue en la Galera Tony Shafrazi, en 1987; lo mejor de su obra visual puede verse en Ports of Entry: William S. Burroughs and The Arts, el catlogo de la exposicin realizada en Los Angeles County Museum of Art en 1996). Tambin colabor en las pelculas que Anthony Balch realiz en los 60 y actu en otras como Chappaqua, de Conrad Rooks y Robert Frank, y en Drugstore Cowboy de Gus van Sant. Particip en performances junto a John Giorno y Laurie Anderson, y ha colaborado con msicos como Kurt Cobain, Tom Waits, Robert Wilson y los grupos Cabaret Voltaire, Material, Ministry y The Disposable Heroes of Hiphoprisy el punto ms alto de esta conjuncin, y un testimonio de lo mucho que le debe la cultura del rock, y en sentido ms amplio, la musical, fue la Convencin Nova celebrada en su honor en 1978, donde figuras como John Cage, Philip Glass, Patti Smith, Laurie Anderson y Frank Zappa se congregaron para rendirle los debidos honores. Las artes plsticas son, tambin, mucho menos quisquillosas a la hora de ponerle lmites a la accin poltica: bajo rtulos como los de intervencin o sealamiento, marchas y disturbios callejeros, denuncias pblicas de criminales varios, repartos de alimentos o kits de supervivencia, programas de ayuda para indigentes, se presentan como hechos artsticos y a nadie se le mueve un pelo. Las artes plsticas son impuras en el ms puro sentido de la palabra; y estn siempre a la bsqueda de sus lmites para dinamitarlos: basta que un crtico o artista diga eso no es arte para que cientos de ellos se lancen a cruzar la nueva frontera. Las mltiples actividades de Burroughs, ms que construir una obra, constituyen una serie de intervenciones en el campo de la cultura y de la sociedad en general; y si la literatura fuera menos celosa de los lmites que la dividen de las otras artes, y supiera reconocer a sus hroes no en los que la preservan sino en los que la hacen explotar, hace rato hubiera reconocido en Burroughs a su Duchamp. Pero el arte de Burroughs es impuro de manera an ms radical. No slo quiere borrar, o cruzar, las fronteras entre las artes, o entre arte y vida; tambin quiere salvar la distancia entre la palabra-representacin y la palabraaccin: Pueden las cintas sexuales codificadas, focalizadas en las reacciones del sujeto y en las ondas cerebrales, producir un orgasmo espontneo? [] Pueden las cintas con risas, con estornudos, con hipo, con tos, producir risas, estornudos, hipo y tos? [] En qu medida una enfermedad fsica puede ser inducida por cintas codificadas? [] Hemos considerado la posibilidad de que un virus pueda ser activado e incluso creado por pequesimas unidades de imagen y sonido [] Est quizs diciendo que stas son palabras mgicas? Hechizos, de hecho?. En el principio era la palabra comienza el texto de Burroughs. La palabra divina es eminentemente creadora: Y Dios dijo: hgase la luz. Y la luz se hizo. Burroughs parece reclamar los mismos poderes para la palabra humana. La palabra potica nunca se ha resignado a la prdida de este poder mgico que alguna vez fue suyo. Lo que equivale a decir que la palabra potica es, en su raz, cintica. Y ste podra ser su vnculo ms profundo con la palabra poltica. La utopa ltima de la palabra poltica se vera realizada en una revolucin cuya historia posterior comenzara con las siguientes palabras: Y entonces Burroughs (o Marx, si prefieren) dijo: hgase la revolucin. Y la revolucin se hizo. CARLOS GAMERRO