Borrador Trabajo Final de Movimientos
Borrador Trabajo Final de Movimientos
Borrador Trabajo Final de Movimientos
2023
Bertaina, Valentino (C3)
Profesor Carlos Gazzera
Introducción
Hace unos días, comencé una charla con un trabajador de la Facultad previo al comienzo de
mi ayudantía en la materia ¨Teorías sociológicas II¨. La charla trataba de Rodolfo Walsh y
sus libros de no ficción, a los cuales, yo les guardo mucho aprecio. Entonces surge un
planteamiento de mi parte al trabajador que estaba concentrado en la manipulación de ciertos
artilugios, el cual fue más o menos así:
- ¿Qué libro te gustó más de Rodolfo Walsh? - y de forma casi inconsciente le hago
elegir entre dos opciones- Operación Masacre o ¿Quién mató a Rosendo?.
A lo que él me contesta:
En ese momento yo no sabia que pensar debido a que en mi interior decía, -¿Quién mató a
Rosendo? también es no ficción-. Debido a lo sorprendido que me dejo su respuesta opte por
no decir nada y dejar que continuara:
Después de esa charla me puse a reflexionar sobre lo que me había dicho aquel lector, y no
pude dejar de pensar que también la gran obra de Rodolfo Walsh (Operación Masacre) está
plagada de conjeturas y, obviamente, de investigación. Por lo tanto, me propongo en este
breve ensayo hablar sobre lo que significó y lo que significa el género ¨no ficción¨ en la
Argentina y, también, me propongo hablar sobre cómo la ¨ficción¨ está totalmente conectada
con la realidad. Esto último debido a que después de esa charla, me pregunte: ¨¿Porque la
ficción es vista como algo propio del imaginario subjetivo del autor?¨.
Intentaré acercarme a mostrar que la no ficción está plagada de ficciones y que la ficción está
plagada de realidad, y que una producción cultural (como lo es un libro) es indisociable de su
contexto. Obviamente no tengo ninguna pretensión de agotar el tema, solo de acercarme.
¨Podríamos decir que el libro es un vector, un vehículo de los significados, de los sentidos. La
construcción de un mundo intelectual y moral.¨ (Jose Emilio Burucua)
Utilizo esta cita para dar comienzo al desarrollo de este ensayo ya que, como he dicho en la
introducción, un libro es indisociable de su contexto, y el libro en sí, no solo es una
producción cultural sino también, un medio por el cual se comunican muchas cosas, a saber,
contexto sociocultural, formas de cotidianeidad, una lengua en particular, prácticas, etc.
Además, el libro como tal, es un formato que surge no de la nada, surge por una necesidad
imperiosa de expandir el conocimiento hacia otras capas sociales que no sean solo la nobleza.
El libro se empieza a comercializar (siendo la primera mercancía del capitalismo) a mediados
del siglo XV, y se vendía a las Universidades, que es cuando esta mercancía consigue público
a quien venderle. Todo ello genera un gran impacto a nivel social, debido a que la
distribución del conocimiento por parte de la burguesía letrada, género resistencia desde la
nobleza porque esto debilitaba su estructura de sustento, la cual era el poder de la posesión
del conocimiento sustentado por una capa social amplia de sujetos ̈ignorantes ̈.
Es decir, vemos como el libro fue un formato para distribuir significados que generaron
incomodidad en ciertos contextos históricos, debido a que como bien dice Jose Emilio
Burucua ¨(...) en los cambios de soporte hay cambios en las condiciones de lectura¨. El libro
como cosa en sí, en su momento de surgimiento fue un aparato que jugaba por fuera de las
leyes del sistema y, que a lo largo de la historia, lo ha hecho de diferentes formas.
Entonces se puede decir que el libro, como el diario y las revistas, no solo han tenido
influencia sobre la persona que lo lee o lo posee, sino que ha generado movimientos en las
placas tectónicas de ciertos contextos históricos; esto porque los formatos de distribución del
conocimiento son un orden de la materialidad que están en contacto constante con lo que
sucede en la realidad vivencial, en el mundo de la vida. El diario, los libros, etc., han
generado lugares y clubes de conversación, como lo han sido los bares y hasta asociaciones
clandestinas de las que nunca se ha conocido su existencia. Es tanto el poder que tiene un
simple libro, que hasta los que no saben leer se han enterado de lo que ellos contenían.
Y con lo anteriormente mencionado, vamos a hablar de un hecho que surgió en la Francia
gobernada por Luis XV, el cual fue llamado, ¨El Caso de los catorce¨.
Estos catorce, en su gran mayoría, tenían un dominio total de la palabra escrita, pero como
ese medio era retenido por las autoridades de la monarquía, decidieron realizar producciones
que se expresaran de forma oral para que tuvieran una mayor distribución en la sociedad
francesa. El recurso mnemotécnico más eficaz era la música, entonces estos poemas podían
ser escuchados con el ritmo de músicas populares, todo ello para poder distribuir ¨dichos¨
contra el rey.
Este proceso puede ser relacionado con la obra clásica de Ray Bradbury, Fahrenheit 451,
donde los bomberos de esa sociedad distópica estadounidense queman los libros con el
objetivo de que no se distribuya la palabra escrita para no poder pensar en realidades
distintas. Pero hay una asociación de personas que han memorizado dichas producciones y las
distribuyen de forma clandestina por la sociedad.
O sea que en una obra del genero ficcion se esta hablando de una realidad histórica, que en el
contexto en el que se escribe Fahrenheit (1953) todavía era utilizada como metodo de
licuefacción del pensamiento, por ejemplo en la Unión Soviética y que, anteriormente, se
utilizó en la alemania nazi con los libros del psicoanálisis, etc.
Entonces podemos hablar del género ficción como algo que es una realidad decorada de
metáforas, pero con el objetivo de no hacer tan evidente aquello de lo que se está hablando.
Aquí radica una cuestión que tiene que ver más con el pensamiento humano, como
indisociable de las vivencias y con el libro como portador de aquello que se está viviendo,
mostrando la inseparabilidad de la obra con su contexto de producción, esto último, si se
quiere tener una interpretación más precisa de la misma.
¨Es que uno llega a creer en las novelas policiales que ha leído o escrito, y piensa que una
historia así, con un muerto que habla, se la van a pelear en las redacciones….¨ (Prólogo a la
tercera edición de Operación Masacre)
Leer con la inocencia que se muestra en este pequeño fragmento uno de los autores más
importantes de la historia de la Argentina, es realmente conmovedor, pero es una inocencia
utilizada de forma deliberada y que se la puede encontrar en muchas de sus obras, todas ellas
escritas de maneras muy humanas.
Pero nos está hablando de un contexto, de una historia dentro de la historia. Su obra magna,
Operación masacre, fue escrita en un contexto dictatorial, y denunciaba el fusilamiento de un
grupo de hombres acribillados en un basural de Jose Leon Suarez. Este libro, antes artículos,
las famosas ¨notas de mayoría¨ publicadas periódicamente: Yo también fui fusilado (15 de
enero); Habla la mujer del fusilado (29 de enero); La verdad sobre los fusilados (19 de
febrero); y ¿Fue una operación clandestina la masacre de Suarez? (26 de marzo). Estos
artículos fueron tratados por Walsh en el periodico Revolución Nacional durante 1957.
Ahora bien, ¿por qué operación masacre termina transformándose en un libro? Como el
mismo Wash explicó en su prólogo, su obra no era recibida para ser editada, esto sucedía por
el contexto que se estaba viviendo, como ya dijimos antes, plena dictadura luego del gobierno
democratico de Peron. Entonces estamos hablando de que este marco histórico, no sólo
determina lo que se escribe sino, también, de qué forma se va a distribuir para que logre
alcance. El autor en el prólogo cuenta que ambulaba por ¨suburbios cada vez más remotos del
periodismo, hasta que al fin recalo en un sótano de Leandro Alem donde se hace una hojita
gremial, y encuentro un hombre que se anima. Temblando y sudando, porque él tampoco es
un héroe de película, sino simplemente un hombre que se anima, y eso es más que un hombre
de película. Y la historia sale, es un tremolar de hojitas amarillas en los kioscos, sale sin
firma, mal diagramada, con los títulos cambiados, pero sale. La miro con cariño mientras se
esfuma en diez millares de manos anónimas.¨ (Prólogo a la tercera edición de Operación
Masacre; Rodolfo Walsh).
Que la obra se haya vendido en un kiosko, sin título y con todas las características que él
describe, muestra que el objetivo de la misma era ser distribuida, era que llegara esa
información, era denunciar ese caso injusto, clandestino y traumático.
Como antes se ha mencionado, el formato libro siempre fue una estrategia de lucha contra el
status quo, simbolizó siempre el ̈conocimiento ̈, y no solo eso, simbolizó la distribución del
mismo. Pero podemos ver que en Operación Masacre, ¿Quién mató a Rosendo? y en El caso
Satanowsky, se decide el formato libro, pero lo que realmente sorprende es la forma de
escritura, algo que no se había hecho antes: escribir un relato periodístico con herramientas
propias de la literatura. Parece que el contexto obligaba a que se produjera esto, y el destino
eligió a la pluma correcta, ya que no había nadie mejor que un autor de policiales para
disfrazar una denuncia de un suceso clandestino llevado a cabo por participantes directos de
la dictadura haciendo que este parezca eso, un policial. Pasamos a un momento histórico en
que ya no solo el formato libro va contra lo estatuido, pues a esto se le suma la estética
elegida por el autor para ser difundido, de alguna forma, ¨camuflado¨. Y aquí, relacionándolo
con la ficción, el caso de Ray Bradbury con su escritura tan metafórica, también ¨camufla¨ su
obra para ciertos ojos, es decir, selecciona a su público, y quien no entienda su obra no podrá
entender a qué refiere.
¿Qué diferencia al género ¨no ficción¨ del género ¨ficción¨? Para responder esto, recurriré a
una cita: ¨Mientras el periodismo reproduce y sistematiza una realidad, la narrativa de ficción
si acaso parte de ella, la refleja, pero nunca la reproduce. Pero la novedad que introduce
Walsh en esta mezcla de atributos de la ficción y el periodismo es que la realiza desde una
actitud más consciente que inspirada, más conceptual que natural o espontánea ....¨ (Rodolfo
Walsh o la literatura desde el periodismo; por Leandro Padwa Fuentes).
Conclusión
Podemos concluir que lo realizado por Walsh es una investigación casi que Plutarqueana, es
decir, no solo escribió un libro, también escribió historia, y no solo historia, escribió historia
contemporánea a él mismo. Pero lo más importante de esta historia, como todas las historias,
es la creencia en las mismas: como creemos en Alejandro Magno, también creemos en ¨el
fusilado que vive¨, y ahí reside el pacto más grande entre la humanidad y los libros, la tensión
de la conciencia en tipografías que se continúan sucesivamente.
Para finalizar hablaremos de ¨Operación en cine¨. Desde, sobre todo, los setentas, el mayor
medio de difusión es el cine, y Operacion Masacre también fue distribuida por ese medio,
también de forma clandestina porque, tal como la obra original, es en contexto dictatorial. En
1971 Jorge Celdron decidió filmarla. Se exhibió centenares de veces en barrios y villas de
CABA e interior sin que una sola copia cayera en manos de la policía. Se estima que más de
cien mil compañeros la habían visto antes del 25 de mayo de 1973.
Esta búsqueda de difusión se realizó con las intenciones más genuinas de mostrar lo que
sucedía, y eso lo demuestra la forma en la que se produjo la cinta. Deberíamos preguntarnos
qué sucede en el contexto actual de mercado, donde la producción desenfrenada y su tan
siamés compañera, la publicidad, solo buscan el consumo vacuo, sin saber los sentidos
originarios, se vuelve fetichista, hasta banal. ¨Cuando un grupo adquiere una editorial lo
primero que se apresura a declarar es que respetara su proyecto cultural, sin embargo, por lo
general poco duran los editores originarios y rápidamente se los reemplaza por técnicos
financieros, contadores o expertos en marketing que buscan una rentabilidad mayor y más
acelerada ̈ (La otra de Jano. Una mirada crítica sobre el libro y la edición; Jose Luis de
Diego). Quizás en la actualidad se deberá recurrir a una escritura más asemejada a la de
Bradbury, una escritura que no sea simple de entender, que lleve un esfuerzo cognitivo, que
no banalice la realidad, que lleve el incentivo de que el público lector quiera llegar a ese
conocimiento, eso iría por una lógica distinta a la del mercado, en donde todo es consumible
sin esfuerzo, sin sentido, con el único objetivo del entretenimiento y con una carga valorativa
reducida a lo monetario, sin un aprecio artístico, ni cultural, ni genuino. Entonces hacer una
llamada al aburrimiento, tan mal visto por la actualidad consumista, es una llamada a
encontrar la diversión en el intento de comprender la realidad que nos rodea; no solo
entretenerse sin criticarla ni venerarla, solo no imaginar una distinta.
Bibliografía
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