El ORIGEN ETIMOLÓGICO DE IBERIA
El ORIGEN ETIMOLÓGICO DE IBERIA
El ORIGEN ETIMOLÓGICO DE IBERIA
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https://es.scribd.com/document/355588908/DESCIFRADO-EL-SIGNO-EPIGRAFICO-IBERICO-QUE-
DETERMINA-LA-ABREVIATURA-DE-IBERIA
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Fillogos, juristas, historiadores y pblico en general, no se puede ignorar
la palabra de aquello que determina el origen de tu heredada condicin. Si
el orden bsico de las palabras constituye un indicio fiable de la naturaleza
del idioma, tras la interpretacin de la epigrafa ibrica no queda ms
remedio que apelar a la praxis humana compartida. Las fuentes literarias
clsicas se ponen de acuerdo con las fuentes epigrficas ibricas para
transmitir la realidad histrica con una evidente correspondencia en el
vocabulario ibrico y el topnimo que define, en el ltimo siglo a. C., la
organizacin de una unidad tnica suprarregional.
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para progresar en la interpretacin de la escritura ibrica se hallaba en las
cecas bilinges de la moneda hispnica y fue lo que le permiti la
elaboracin del cuadro de equivalencias fonticas del signario ibrico
publicado en 1948. Desde entonces nadie ha podido interpretar el
significado de la leyenda del corpus numismtico ibrico, ya que ningn
acadmico ha sabido demostrar que la leyenda bilinge tenga el mismo
significado en ibrico que en latn. Y digo muy bien ningn acadmico:
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Con leyenda ibrica la ceca de Duriasu (Tarazona, Zaragoza), bajo jinete
lancero en actitud de lucha, dice as: aSU Duriasu (du i a s u)
gobierna Roma impone, acepta dominio lucha.
Con leyenda latina, bajo un jinete con cetro, Duriaso (du r i a s o) gobierna
Roma impone, acepta dominio otorga.
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Si existe un ro en Espaa que destaque tanto por su longitud (930 km.)
como por su caudal (caudal medio 600 m3/s) ese es sin lugar a dudas el ro
Ebro. Nace en Fontibre cerca de Reinosa (Cantabria) y desemboca en el
Mediterrneo, prximo a Tortosa (Tarragona). Con una longitud total de
910 km y 83.093 km2 de cuenca, atraviesa las actuales comunidades de
Cantabria, Castilla y Len, La Rioja, El Pas Vasco, Navarra, Aragn y
Catalua.
El curso de un ro es siempre digno de admirar. Sin lugar a dudas la visin
del Ebro acrecienta dicha admiracin ya que es el ms imponente de
Espaa. Para analizar su hidronimia, considero necesario indicar que las
fuentes historiogrficas griegas no recogen el nombre actual Ebro, que en
su escritura sera , sino (ber). Ni siquiera los romanos lo
mencionan como Ebro, sino como Hiberus. Como dato relevante, el
segmento o vocalizacin /-bro/ no se registra en la epigrafa ibrica. Por lo
contrario, si segmentamos los signos propiamente ibricos de /iber/ (i ver)
y asignamos el mtodo bero-castellano que pronuncia la abreviatura
verbal determinante, nos estara definiendo lo verdaderamente admirable de
un gran ro: impone ver.
La secuencia del verbo ver Q se pronuncia al menos en 14 ocasiones en
todo el registro epigrfico de las inscripciones ibricas conocidas hasta la
fecha4.
En 3 ocasiones se pronuncia junto a la slaba /da/: Q d (ber da) ver
entrega.
Incluso el verbo /ver/ se halla inscrito en un proyectil de honda hallado en
el Pico de los Ajos IV (Ytova, Valencia) (MLH III, f. 20. 5)5: a R (a ber)
acepta ver.
Indiscutiblemente se lanza o proyecta un mensaje al oponente. Resulta
interesante anunciar algunos sinnimos del verbo ver: advertir,
entrevistarse, recibir, etc.
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Ver http://cathalaunia.org/ibr/ibr
5
MLH: Untermann, J.: Monumenta Linguarum Hispanicarum, Wiesbaden. I Die Mnzlegenden, 1975.
II Die iberischen Inschriften aus Sudfrankreicht, 1980. III Die iberischen Inschriften aus Spanien,
1990. IV Die tartessischen, keltiberischen und lusitanischen Inschriften. Wiesbaden, 1997.
5
Lebes nm. 25, departamento 40; y tinajilla nm. 142, departamento 31.6
6
Aranegui, C. (Ed.); Mart, M A.; Mata, C. y Prez Ballester, J. (1997): Damas y Caballeros en la
Ciudad Ibrica. Madrid.
6
irrefutable de que la etimologa castellana de las lenguas romances no viene
del latn, sino de la lengua ibrica.
El verbo ver tambin se justifica en el documento epigrfico ibrico con
la completa vocalizacin del sinnimo vigila. La slaba I bi no cabe
duda de su conjugacin con el verbo ver, ya que se puede confirmar con
una expresin muy elocuente escrita en una copa tica de figuras rojas de
hacia el 375 a. C. La copa fue hallada en Ensrune (Hraut, Francia) y
conserva parte de su decoracin: un personaje femenino alado que viste
chiton bordado; al pie de un segundo personaje; grecas, damero y palmeta
(Dubosse 2007, n 259)7. La lectura dice: IlX (MLH II. b. 1.13a)8
bigilako. La interpretacin dice claramente vigila, seguido de la slaba
ko, acato. El acatamiento hace referencia a vigilar, velar sobre una
persona o cosa. Sinnimo de acato es tributo. Claramente en esta copa tica
de figuras rojas de siglo IV a. C. se traduce la transcripcin ibrica vigila
tributo. Todo un reto a la inteligencia interpretativa del lenguaje ibrico
desvelado, ya que dicha frase no slo guarda un contexto gramatical y de
vocalizacin, sino que se halla guardando un contexto histrico y
arqueolgico al estar escrito es un objeto de lujo considerado por la
arqueologa convencional como perteneciente a la lite del poder. Slo un
personaje con este rango se le puede exigir la consecuente realizacin de
vigilar el hecho imponible al que la ley vincule en el deber de contribuir
con la carga u obligacin de tributar las prestaciones pecuniarias
obligatorias de una sociedad.
7
Dubosse, C. (2007): Ensrune (Nissan-lez-Ensrune, Hraut). Les cramiques grecques et de type grec
dans leurs contextes (VIe- IVes. av. n..), CNRS, Lattes.
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MLH: Untermann, J.: Monumenta Linguarum Hispanicarum, Wiesbaden. I Die Mnzlegenden, 1975. II
Die iberischen Inschriften aus Sudfrankreicht, 1980. III Die iberischen Inschriften aus Spanien, 1990.
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El trmino de bero no slo define a la persona habitante de Iberia, tendra
la vocal aadida /o/ con el significado de otorga. Otorgar es consentir,
condescender o conceder. Y es aqu donde entra la espiritualidad religiosa
del culto al agua por las grandes culturas de la humanidad, incluida la
religiosidad del bero: (i ber o) impone ver, otorga.
El nombre de ber deriva de la propia Cultura Ibrica desarrollada en la
costa septentrional mediterrnea que desde Valencia llegaba hasta las
proximidades del ro Rdano. Y la desembocadura del Ebro se halla en el
corazn de la vertiente mediterrnea donde se desarroll la Cultura Ibrica.
La lengua ibrica define con precisin el origen etimolgico de nuestra
propia identidad lingstica. El mtodo empleado en que se procede
analticamente, o tiene la virtud de resolver es el bero-castellano. Este
resolutivo demuestra la configuracin del paisaje lingstico ibrico en un
espacio especfico denominado Iberia, que contribuye territorialmente al
origen etimolgico de la propia identidad lingstica castellana.
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Fuente de imagen: http://www2.uned.es/geo-1-historia-antigua-
universal/TARTESSOS_Cuadro_escrituras_lengua_prerromanas.htm