Robo A Mano Armada en Centro Comercial. Caso Fortuito
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...a pesar de las numerosas precauciones tomadas por las demandadas el hecho de violencia
que analizamos en el presente caso no estuvo en condiciones razonables de ser evitado; de lo que
se sigue que en la especie se presenta una clara situacin de irresistibilidad (art. 514 del Cd.
Civ.). En tal inteligencia, bien se decidi que no puede extenderse la responsabilidad a la
demandada cuando ocurren hechos delictivos organizados y llevados a cabo en banda
fuertemente armada; sobre todo cuando no se advierte qu precaucin adicional pudo
razonablemente exigirse que la empresa tomase para evitar el crimen (CNCiv, Sala L, 26/12/12,
Garrido c/ Disco S.A. s/ ds y ps).
...nada cabe reprocharle a las accionadas por su desempeo en el caso. De ah que, sin
hesitacin, han logrado fracturar el nexo de causalidad en virtud de lo fortuito de lo ocurrido y,
por ello, corresponde tener por acreditado un eximente a su deber de responder.
no hay duda que fue el propio accionar del pretensor lo que origin la lesin que sufriera;
quizs porque, como seala el juez de grado, `se sinti con fe para abortar el atraco () sin
perjuicio que el obrar diligente de las emplazadas tornan como ya dije irresistible, y por tanto
inimputable, el evento acaecido; es tambin la conducta del pretensor (art. 1111 Cd. Civil) la
que coadyuva a descartar por completo la responsabilidad que se enrostra a las demandadas.
Citar: elDial.com - AA8087
Publicado el 01/08/2013
Buenos Aires, Capital de la Repblica Argentina, a los das del mes de Mayo de dos mil trece,
reunidos en Acuerdo los Seores Jueces de la Excma. Cmara Nacional de Apelaciones en lo
Civil, Sala B, para conocer en los recursos interpuestos en los autos caratulados "Peralta, Fabian
Alejandro c/ Jumbo Retail Argentina SA y otro s/ Daos y Perjuicios" respecto de la sentencia de
fs. 502/511 el Tribunal estableci la siguiente cuestin a resolver:
Es ajustada a derecho la sentencia apelada?
Practicado el sorteo result que la votacin deba efectuarse en el siguiente orden Seores Jueces
Doctores: MAURICIO LUIS MIZRAHI.- CLAUDIO RAMOS FEIJOO.- OMAR LUIS DIAZ
SOLIMINE.-
A la cuestin planteada el Dr. Mizrahi, dijo:
I. Antecedentes
La sentencia de primera instancia, obrante a fs. 502/511, resolvi hacer lugar a la accin
promovida por Fabin Alejandro Peralta y, en consecuencia, conden a Jumbo Retail Argentina
S.A. y Cencosud S.A. al pago de una suma de dinero, con ms sus intereses y costas.
Asimismo, el a quo dispuso extender la condena a "La Meridional Cia. Argentina de Seguros
S.A.", de conformidad con lo dispuesto en el art. 118 de la ley 17.418.
Destcase que la presente litis tuvo su origen en la demanda que luce agregada a fs. 67/75. En
esa oportunidad, el accionante relat que con fecha 12 de enero de 2010 se encontraba junto a su
familia realizando un cambio de producto en el hipermercado Jumbo de la localidad de San
Martn, cuando se produjo un asalto en el local;; y que, luego de forcejear con un delincuente
armado, recibi un disparo en la cabeza, lo que le produjo los diversos daos y perjuicios que
reclama en estos actuados.
II. Los agravios
Contra el referido pronunciamiento se alzaron nicamente las codemandadas y su aseguradora,
quienes expresaron agravios en forma conjunta a fs. 540/2. La parte actora contest dicha
presentacin a fs. 543/544.
Las condenadas cuestionan la atribucin de responsabilidad efectuada en la anterior instancia,
pues entienden que el nexo causal de atribucin de responsabilidad entre el dao sufrido por el
actor y el deber de seguridad de aqullas no se encuentra presente en los hechos. Asimismo, y en
forma subsidiaria, cuestionan los montos atribuidos por el sentenciante de grado en concepto de
"lucro cesante" y "prdida de chance".
III. Cuestiones a dilucidar. Lmites en su anlisis
El thema decidendum de esta Alzada qued circunscripto a determinar: a)) la atribucin de
responsabilidad por el hecho acaecido, b) de corresponder, la procedencia y cuanta de las
partidas indemnizatorias que fueran materia de agravio.
Razones de orden metodolgico imponen dar tratamiento, en primer lugar, a la cuestin relativa a
la atribucin de responsabilidad.
Es menester efectuar una advertencia preliminar: en el estudio y anlisis de los agravios he de
seguir el rumbo de la Corte Federal y de la buena doctrina interpretativa. En efecto, claro est
que los jueces no () estn obligados a analizar todas y cada una de las argumentaciones de las
partes, sino tan slo aqullas que sean conducentes y posean relevancia para decidir el caso (ver
CSJN, "Fallos": 258:304; 262:222; 265:301; 272:225; Fassi Yaez, "Cdigo I,Procesal Civil y
Comercial de la Nacin, Comentado, Anotado y Concordado", T pg. 825; Fenocchieto Arazi.
"Cdigo Procesal Civil y Comercial de la Nacin. Comentado y Anotado", T 1, pg. 620).
Asimismo, en sentido anlogo, tampoco es obligacin del juzgador ponderar todas las pruebas
agregadas, sino nicamente las que estime apropiadas para resolver el conflicto (art. 386, in fine,
del ritual; CSJN, "Fallos": 274:113; 280:3201; 144:611).
Es en este marco, pues, que ahondaremos en la cuestin de fondo del caso sub examine.
IV. La atribucin de responsabilidad de las demandadas
IV.a. La obligacin de seguridad
En el fallo en recurso, el juez que me antecede entendi que la pretensin impetrada por el actor
se encontraba amparada bajo el paraguas normativo de la obligacin tcita de seguridad
correspondiente al vnculo que una a Fabin Peralta con las sociedades demandadas, dado que
interpret que se trataba de una relacin de consumo en los trminos del art. 5 de la ley 24.240.
As, en virtud de este factor de atribucin de responsabilidad objetivo, decret que las encartadas
deban responder por los daos y perjuicios que sufriera el pretensor mientras se encontraba en el
establecimiento referido.
Anticipo desde ya que coincido con el encuadre jurdico que se ha otorgado al caso en la
instancia de grado. En efecto, en el particular y an cuando el actor no haba efectuado compra
alguna ese aciago da en el supermercado, al hallarse aqul al momento de sufrir el dao
dentro de las instalaciones que las demandadas explotan comercialmente, debe ser catalogado
como "consumidor" en virtud del juego armnico de los arts. 5 y 6 de la ley 24.240 y sus
normas modificatorias y complementarias. Ello conlleva para Jumbo y Cencosud un deber de
seguridad para con su persona, en coincidencia con el deber de buena fe en las relaciones
contractuales (art. 1198, primera parte, del Cd. Civil). Bien caracteriz este tipo de supuestos
Ada Kemelmajer de Carlucci al decir que el art. 5 de la ley 24.240 cuando dispone que "Las
cosas y servicios deben ser suministrados o prestados en forma tal que, utilizados en condiciones
previsibles o normales de uso, no presenten peligro alguno para la salud o integridad fsica de los
consumidores o usuarios", se refiere especficamente a los servicios brindados y a los productos
enajenados, pero es tambin una pauta general, aplicable por analoga, relativa a la seguridad que
deben prestar las cosas a travs de las cuales la relacin de consumo se establece. En tal virtud,
con acierto se sentenci que el "deber de seguridad" consagrado en dicha norma como as
tambin en el Artculo 42 de la Constitucin Nacional- es de cumplimiento primordial para un
supermercado en lo que hace a las instalaciones que utiliza para el desarrollo de su negocio.
Cabe aclarar que esa seguridad debe estar garantizada no slo para el que efectu una compra en
el local comercial sino tambin para todo aquel que circule por sus instalaciones, porque la
existencia de una relacin de consumo no queda subsumida a la celebracin de un contrato, sino
que es ms que eso (SCMendoza, Sala I, 26/07/2002, "Bloise de Tucchi, Cristina Y. c/
Supermercado Makro S.A.", LLGran Cuyo2002, 726 (AR/JUR/505/2002)).
En el mismo sentido se expres la doctrina, la que seal que el texto constitucional adopta esta
expresin (relacin de consumo) para "referirse, con una visin ms amplia, a todas las
circunstancias que rodean o se refieren o constituyen un antecedente o son una consecuencia de
la actividad encaminada a satisfacer la demanda de bienes y servicios para destino final de
consumidores y usuarios" (Farina, Juan M., "Relacin de consumo (a propsito del art. 42 de la
Constitucin Nacional)", JA 1995-I, p. 886 y ss). Y es este enfoque amplio el que adopt la Corte
Federal, al establecer que "...Cabe considerar tambin el derecho a la seguridad previsto en el art.
42 de la Constitucin Nacional, que se refiere a la relacin de consumo, que abarca no slo a los
contratos, sino a los actos unilaterales como la oferta a sujetos indeterminados, que es
precisamente el caso que se presenta en autos. De tal modo, la seguridad debe ser garantizada en
el periodo precontractual y en las situaciones de riesgo creadas por los comportamientos
unilaterales, respecto de sujetos no contratantes. Cada norma debe ser interpretada conforme a su
poca, y en este sentido, cuando ocurre un evento daoso en un espectculo masivo, en un
aeropuerto, o en un supermercado, ser difcil discriminar entre quienes compraron y quienes no
lo hicieron, o entre quienes estaban adentro del lugar, en la entrada, o en los pasos previos. Por
esta razn es que el deber de indemnidad abarca toda la relacin de consumo, incluyendo hechos
jurdicos, actos unilaterales, o bilaterales. Que no cabe interpretar que la proteccin de seguridad
prevista en el art. 42 de la Constitucin Nacional- tenga un propsito meramente declarativo,
sino que, por el contrario, es correcta la hermenutica orientada hacia el goce directo y efectivo
por parte de sus titulares..." (CSJN, 6/3/2007, "Mosca, Hugo Arnaldo c. Provincia de Buenos
Aires (Polica Bonaerense) y otros s/daos y perjuicios", considerando 7mo, M.802.XXXV).
En consecuencia, debido a esta "relacin de consumo" entre quien se halla en las instalaciones de
un supermercado y la empresa que lo explota comercialmente, se deriva un deber accesorio de
seguridad, que configura un factor objetivo de atribucin de responsabilidad por los daos all
sufridos. As las cosas, para repeler la accin intentada en su contra, la empresa deber acreditar
algn eximente que la libere de responsabilidad; concretamente, un quiebre en el nexo de
causalidad necesario para la existencia de una obligacin de responder. Ello debe ser de la
manera referida pues resulta inconcebible que la obligacin de seguridad opere de modo
absoluto, obstando la acreditacin de eximentes. Tngase presente que el factor objetivo de
atribucin solo provoca un desplazamiento de la carga de la prueba; a tal punto que, con su
vigencia, acontece una presuncin de responsabilidad del comprometido por ese deber, pero de
ningn modo impide desvirtuarla colectando en la causa los elementos idneos a tal fin.
Ahora bien, a los efectos de acreditar la ruptura del nexo causal, las demandadas han ensayado
en la especie dos argumentos: en primer lugar, que el hecho delictivo acaecido el da de marras
constituy, por su irresistibilidad, el casus normado por el art. 514 del Cdigo Civil; y, en
segunda instancia, que el accionar del pretensor incidi causalmente en el lamentable resultado;
esto es, que el disparo que Fabin Peralta sufri sobre su humanidad se debi a su exclusiva
negligencia al actuar (art. 1111 Cd. Civ.).
Formulado el encuadre jurdico de la cuestin, pasar a analizar las probanzas arrimadas a la
causa, a los efectos de establecer si se ha producido alguno de estos dos supuestos.
IV.b. El alegado caso fortuito
La emplazada alega que en el particular habra operado el eximente establecido en el art. 514 del
Cd. Civil. Preliminarmente, debo sealar que ms all de la negativa genrica formulada en
los respectivos respondes con las constancias de la causa penal n 15-00-001110 trada ad
effectum videndi et probandi para estos actuados tengo por acreditado que el 12 de enero de
2010 se produjo un intento de robo a mano armada en el complejo "San Martn Factory" (sito en
la interseccin de las arterias San Lorenzo e Industria de la localidad de Villa Ballester); ms
precisamente, en los hipermercados Jumbo e Easy all localizados.
Corresponde analizar, entonces, si realmente los acontecimientos referidos constituyen el casus
del art. 514 del Cdigo Civil. Recordemos que caso fortuito es todo acontecimiento que no ha
podido preverse o que, previsto, no ha podido evitarse. Sus notas esenciales son, pues, la
imprevisibilidad e inevitablilidad; siendo imprevisible el hecho que supera la aptitud normal de
previsin que es dable exigir al deudor, en funcin de sus condiciones personales y la naturaleza
de la obligacin, e inevitable el hecho de que, sin culpa del deudor, ste haya sido impotente para
impedirlo (conf. Borda, Guillermo A. "Tratado de Derecho Civil. Obligaciones, Tomo I, n107 y
sigtes; Llambas, Jorge Joaqun "Tratado de Derecho Civil. Obligaciones, t. i y sigtes.). Por eso,
con agudeza se destac que "caso fortuito y culpabilidad son trminos tcnicamente antinmicos:
si el dao ha sido provocado por la culpa del deudor, no hay caso fortuito, y si obedece al caso
fortuito, no existe culpa" (ver Alterini, Atilio Anbal, "Caso fortuito", en Alterini-Lpez Cabana,
"Temas de responsabilidad civil", captulo V, p. 82, Facultad de Derecho y Ciencias Sociales,
UBA, ediciones Ciudad Argentina). Vale decir, que toda la configuracin de los requisitos del
caso fortuito est impregnada por un hecho negativo y bsico: la ausencia de culpa; y as est
receptado por el art. 513 del Cdigo Civil, norma que no exime de la obligacin de los daos y
perjuicios, a pesar del caso fortuito, cuando "ste hubiere ocurrido por su culpa" (la del deudor)
(ver, esta Sala, "Gomez, Pedro Rogelio c/ Albo Asip S.A. s/ daos y perjuicios", del 06/05/2010,
Expte. Libre. N 526.804).
A los fines de dilucidar la cuestin, la informacin aportada por las actuaciones criminales se
revela vital. Es que all obran agregados una serie de testimonios recabados el da de los hechos,
as como probanzas documentales, que me permiten aprehender qu fue lo que aconteci en el
complejo comercial, y en qu circunstancias result herido Fabin Peralta.
Efectivamente, se desprende de las mencionadas constancias que en el asalto intervinieron al
menos cuatro delincuentes (quizs cinco), todos armados con pistolas 9mm., que atacaron en
forma casi simultnea ambos hipermercados, recurriendo a una toma de rehenes para el ingreso a
los tesoros de dichas sucursales. El saldo del ilcito fue, as, de 4 heridos de bala (entre ellos, el
aqu reclamante y uno de los malvivientes). Un claro indicio de la gravedad del incidente es que
la calificacin otorgada por el magistrado interviniente fue la de tentativa de robo agravada por el
empleo de arma de fuego en concurso con abuso de armas, lesiones leves y resistencia a la
autoridad.
A la luz de lo expuesto, la pregunta a formular es si el accionar de los delincuentes configur un
actuar imprevisible y/o inevitable; lo que tambin importa interrogarse si ha mediado en las
encartadas negligencia o falta de previsin, situacin que de haber acontecido descartaran
por completo los eximentes articulados. Al respecto, podr con razn argirse que la ocurrencia
de un asaltos a mano armada es en la actualidad previsible, ya que nos encontramos transitando,
lamentablemente, una poca en la cual es cada vez ms habitual sufrir la incursin de la
delincuencia en los distintos espacios en los que transcurre nuestra vida cotidiana. Empero, se
ver que aunque partamos de la previsibilidad del evento la cuestin no queda resuelta,
debido a que habr que desentraar si medi o no en el caso la irresistibilidad; y ello porque en
caso afirmativo se tratara de un supuesto de inevitabilidad amparado por el art. 514 del
Cdigo Civil.
En aras de dilucidar el referido punto, no puede soslayarse lo decidido por la Corte Suprema de
Justicia de la Nacin. Represe que en una causa que se trataba de robo con armas sostuvo que
"la fuerza irresistible que resulta de la portacin de armas de los malhechores hace impensable
cualquier hiptesis de resistencia en el interior de un inmueble y lleva a admitir que se configur
un hecho inevitable con las caractersticas a que se refiere el art. 514 del Cd. Civ. para la
configuracin del caso fortuito". Asimismo para eximir de responsabilidad a la demandada
indic que la exigencia de proporcionar un espacio apropiado y seguro "no puede ser llevada a
trminos irrazonables ni corresponde imponer comportamientos que trasciendan el grado de
previsin normal en la actividad en que se trata" (CSJN, "Finardi, Alberto c/ DOdorico
Propiedades S.R.L.", 11/02/2003). En el mismo sentido, el robo ha sido calificado por la
jurisprudencia en forma reiterada como un supuesto del art. 514 en los casos en que "es a
mano armada o en banda, es decir, cuando importa una fuerza irresistible" (CNCiv, Sala A,
07/09/2000, "Sugue, Andrea Patricia c/ Supermercado El Sirio de Carlos Hassan s/ds y ps"). Es
que el hecho inevitable es el cual, sin culpa del deudor y enclavado en circunstancia que le sea
propia, haya sido impotente para impedirlo (ED 90-302 ). La doctrina tambin concuerda en que
el robo con armas excluye la responsabilidad cuando su fuerza ha sido irresistible (Borda,
Guillermo A. "Tratado de Derecho Civil. Obligaciones", Tomo I, pg 122. En la misma
orientacin, ver Mayo, Jorge A. en "Cdigo Civil, comentado anotado y concordado", bajo la
direccin de Belluscio y coordinacin de Zannoni, Tomo II, comentario art. 514, pg 667).
Se observar, en consecuencia, que la caracterstica determinante para establecer la eximicin de
la responsabilidad de las aqu emplazadas es si el accionar delictivo se configur como una
fuerza irresistible, con el efecto de imposibilitar que se evite el resultado daoso, tanto para el
actor como para los restantes involucrados. Es importante recordar lo ya sealado respecto de las
caractersticas de la empresa criminal: al menos cuatro delincuentes armados con pistolas 9mm,
que se dirigieron en forma simultnea al sector de "control de cajas" de las sucursales de Jumbo e
Easy y, a travs de la amenaza a las empleadas de tesorera de las empresas, ingresaron a los
tesoros de cada uno de los hipermercados (ver f 1-36 de la causa penal).
Por supuesto, como antes se refiri, no es indiferente para la solucin del pleito la conducta
observada por las accionadas para prevenir la comisin de delitos. Sobre el tema, entiendo
probado que dos empresas de seguridad privada operaban en el lugar: el hipermercado Jumbo era
vigilado por personal de la empresa Servin S.A., mientras que en el predio correspondiente a
Easy operaba la firma Hunter S.A. (ver f 1/6 de la causa penal). De hecho, se desprende de las
deposiciones efectuadas en el marco de la investigacin, que al menos cuatro vigiladores
tomaron intervencin directa en los hechos, tanto en su deteccin como en su contencin (los
Sres. Robles, Torres, Ferreyra y vila, conforme declaraciones de f 1/6).
No debe olvidarse que estas empresas de seguridad privada son reguladas por la ley provincial
nro. 12.297, la que en su art. 41 in fine determina que aquellos que se dediquen a la vigilancia y
proteccin de bienes "slo podrn portar armas en aquellos predios privados que no tengan libre
acceso al pblico". La inteligencia de la norma radica en evitar que, por la proteccin de bienes
materiales, se produzca una posibilidad de dao para el pblico en general.
La ley, por lo tanto, trata de impedir que la disuasin del robo de bienes sea armada, para as
minimizar potenciales daos en la vida o integridad fsica de las personas, como se podra tal vez
generar si se dispone una guardia armada que enfrente a delincuentes armados. As, la ley indica
que los agentes privados de seguridad podrn utilizar "todos aquellos medios y mecanismos que
sean razonablemente adecuados a la finalidad perseguida y siempre que no impliquen molestias
serias o puedan producir riesgos a terceros o pongan en peligro la seguridad pblica" (artculo 15
de la Ley 12297 y su reglamentacin, conforme al decreto 1897/2002).
A su vez, como si lo sealado fuera poco, debe destacarse que tambin surge de las probanzas
obrantes en la causa penal que, sumados al personal de seguridad privada mencionado, cumplan
funciones en el lugar oficiales de la Polica Bonaerense como "adicionales". Se trata, en efecto,
del sargento Diego Martinelli y del subteniente Csar Blanco. Precisamente, ste ltimo
uniformado fue el que result herido en el hecho al detener el curso lesivo en ejecucin: represe
que se tirote con uno de los delincuentes, que pudo ser finalmente detenido. Otro dato
probatorio ms, a mayor abundamiento, es la declaracin efectuada por Vctor Hugo Brito, quien
se encontraba comprando en el complejo de San Martn cuando aconteci el robo. A tenor de su
deposicin "una voz masculina daba rdenes" para que todos se tiraran al piso y que luego de or
detonaciones de arma de fuego "se hicieron presentes muchos policas quienes no dejaban que
nadie se pare" (ver f 7 de la causa penal). Por otro lado, estos dichos son confirmados por la
descripcin de los hechos efectuada al primer folio de las actuaciones policiales por el sargento
Martinelli, el que seal que se hicieron presentes en el lugar rpidamente dos mviles policiales
(el nro 13.037 y el 11.785) cada uno de ellos con tres efectivos a bordo y, luego, el comisario
zonal (ver folio 3 de la causa penal).
De lo precedentemente relacionado, se concluye que a pesar de las numerosas precauciones
tomadas por las demandadas el hecho de violencia que analizamos en el presente caso no
estuvo en condiciones razonables de ser evitado; de lo que se sigue que en la especie se presenta
una clara situacin de irresistibilidad (art. 514 del Cd. Civ.). En tal inteligencia, bien se decidi
que "no puede extenderse la responsabilidad a la demandada cuando ocurren hechos delictivos
organizados y llevados a cabo en banda fuertemente armada"; sobre todo cuando no se advierte
qu precaucin adicional pudo razonablemente exigirse que la empresa tomase para evitar el
crimen (CNCiv, Sala L, 26/12/12, "Garrido c/ Disco S.A. s/ ds y ps"). Recordemos tambin que
la obligacin de seguridad en cabeza de las emplazadas no puede significar el traslado de
obligaciones propias y reservadas al Estado (CNCiv, Sala K, 09/05/2005, "Sabha, Yanina c/
Deheza S.A. s/ ds y ps"); por lo que desde esa perspectivaninguna otra medida atinada
pudieron haber tomado las emplazadas a los fines de evitar la actuacin de los delincuentes.
En definitiva, nada cabe reprocharle a las accionadas por su desempeo en el caso. De ah que,
sin hesitacin, han logrado fracturar el nexo de causalidad en virtud de lo fortuito de lo ocurrido
y, por ello, corresponde tener por acreditado un eximente a su deber de responder. Volviendo a la
Corte Federal, recordemos que sta ha interpretado con reiteracin que el caso fortuito se
configura cuando el hecho excede el comportamiento debido por el prestador, que debe proteger
las expectativas razonables que se crean en la otra parte (CSJN, 22/04/2008, "Ledesma, Mara
Leonor c. Metrovas S.A.", Fallos, 331:819). Por lo dems, y esto es bueno destacarlo, el
pretensor ni siquiera ha alegado que la accionada hubiera debido adoptar algn tipo de medida
adicional a las reseadas para evitar la concrecin de los hechos daosos producidos, lo que por
s resulta muy significativo.
Por lo reseado, la defensa articulada por las demandadas ha de prosperar. Es que, vale la pena
reiterarlo, no es dable exigirle al supermercado una garanta absoluta de indemnidad a favor de
sus clientes; lo cual sera un despropsito, dado que aquel no cumple funciones estatales (ver
CNCiv, Sala M, 21/11/2005, "Mans, Cecilia Noem c/ Supermercados Norte S.A. y otro s/ds y
ps").
IV.b. La conducta de la vctima
An cuando la existencia de una fractura en el nexo de causalidad en virtud del casus del art. 514
del Cdigo Civil como ha ocurrido en estos actuados me permitira no tratar el restante
agravio de las condenadas, me referir no obstante, tambin a mayor abundamiento, al
argumento esgrimido por Jumbo e Easy de que el actor ha sido causa de su propio infortunio,
configurando un claro caso de "culpa de la vctima" (art. 1111 Cd. Civ.). Veamos.
En su demanda, el actor Fabin Alejandro Peralta relata que el da sealado se encontraba en el
sector "control de cajas" del mencionado hipermercado Jumbo cuando "fuimos sorprendidos (la
empleada que me atenda y el suscripto) por un ladrn armado que apuntndome directamente a
la cabeza le solicitaba a gritos a la empleada que le abriera la puerta de una bveda que se
encontraba a mi derechael ladrn me apuntaba directo a la cabeza con un arma que tena en su
mano izquierda" (fs. 67 de las actuaciones)
Ahora bien, debo destacar que este relato se encuentra contradicho por el contenido de la causa
penal. En efecto, el mismo da de acaecimiento del hecho daoso testific ante las autoridades
policiales Juan Jos vila, empleado de la empresa de seguridad Hunter, contratada por el
supermercado Jumbo a los efectos de custodiar sus instalaciones. Esta persona realiz un
detallado relato de los hechos; e inform que "se dirige al control de caja del Jumbo donde los
dos sujetos que pasan corriendo toman de rehn a una cajera ponindole un arma en la cabeza
intentando ingresar al control de caja Jumbo siendo que en ese momento haba un cliente
realizando un reclamo quien al ver la situacin reacciona tomando a uno de los sujetos
forcejeando" (folio 8 vta causa penal). Tambin obra agregada la deposicin de Natalia Griselda
Eliantonio, empleada de Jumbo, la que narra que se encontraba en el sector de "control de cajas"
de dicho hipermercado cuando observa "dos personas de sexo masculino que pasaron corriendo
cuando es sorprendida por la espalda por alguien que la toma del cuello y les grita a sus
compaeras "abrime la puerta" siendo que una de ellas lo hace, momento en el cual la declarante
es liberada y se refugia en el primer piso, para luego escuchar detonaciones" (f 27 de las
actuaciones represivas). Asimismo, refiere la testigo que se encontraban con ella Nora Guiovino,
Patricia Ros y Telma Banegas y que habra sido una de ellas la que abri la puerta al
delincuente.
Acerca de lo descripto, no puede soslayarse la importancia capital que debe otorgarse a las
deposiciones cercanas al momento del evento daoso (en la especie, instantes despus de
acaecido el siniestro y al da siguiente), en tanto se las puede considerar, en principio, como el
fiel reflejo de lo verosmilmente ocurrido. Se ha dicho, en este sentido, que las primeras
declaraciones vertidas ante la autoridad policial deben tener especial consideracin en tanto son
inmediatas al hecho, y -por ende- resultan espontneas y no desviadas por la reflexin o por los
consejos de los letrados (conf. CNCiv, Sala J, in re "Gandini, Mximo c/ De Nardis, Luis s/
daos y perjuicios", del 23/11/1999). No encuentro entonces razones para dudar de la veracidad
de los testimonios mencionados, que echan por tierra la versin de la demanda de que fue Fabin
Peralta quien habra sido directamente amenazado con el arma de fuego.
Con relacin a la causa del proceder del actor, ste explica en el escrito liminar que actu "sin
pensarlo, atento a la gravedad de la situacin, y pensando en el grave peligro al que estaban
expuestos mis hijos menores y mi esposa que se encontraban a escasos metros mos tom al
sujeto del puo y comenc a forcejear con l" (ver fs. 67). Ms all de poder comprender la
reaccin en una persona comn, no hay duda que fue el propio accionar del pretensor lo que
origin la lesin que sufriera; quizs porque, como seala el juez de grado, "se sinti con fe" para
abortar el atraco (ver prrafo 4 de la sentencia de primera instancia a fs. 506 vta.). Sin embargo,
no debe soslayarse que el accionante revesta la calidad de miembro de las fuerzas de seguridad
(en el caso, de la Polica de Seguridad Aeroportuaria); condicin que, por la experiencia
adquirida, tal vez su proceder deba ser otro. Quiero decir, que el actor en su calidad de oficial
de las fuerzas de seguridadpoda haber previsto que enfrentarse desarmado ante una banda de
delincuentes armados (al menos dos asaltantes las portaban) y con total control de la situacin
por parte de ellos, poda acarrear consecuencias disvaliosas; y no solo para l, sino incluso para
su propia familia y dems terceros (ver art. 902, Cd. Civil). Conforme al referido encuadre,
pues, se ver que, sin perjuicio que el obrar diligente de las emplazadas tornan como ya dije
irresistible, y por tanto inimputable, el evento acaecido; es tambin la conducta del pretensor (art.
1111 Cd. Civil) la que coadyuva a descartar por completo la responsabilidad que se enrostra a
las demandadas.
En suma, ante la ausencia de reproche a las encartadas, se acogern sus agravios;; lo que
conlleva al rechazo de la demanda, con las erogaciones causdicas a cargo del vencido. As lo
propondr a mis colegas.
V. Conclusin
A tenor de las consideraciones fcticas y jurdicas desplegadas a lo largo del presente voto,
propongo al Acuerdo revocar la sentencia de grado, y, en consecuencia, rechazar la demanda
impetrada. Las costas de ambas instancias se impondrn al actor vencido en el juicio.
Los Dres. Ramos Feijo y Daz Solimine, por anlogas razones a las aducidas por el Dr. Mizrahi,
votaron en el mismo sentido a la cuestin propuesta.
Con lo que termin el acto:
Fdo.: Mauricio Luis Mizrahi.- Claudio Ramos Feijoo -. Omar Luis Diaz Solimine
Buenos Aires, Mayo de 2013.-
Y VISTOS: Por lo que resulta de la votacin que instruye el Acuerdo que antecede, se resuelve:
revocar la sentencia de grado, y, en consecuencia, rechazar la demanda impetrada. Las costas de
ambas instancias se impondrn al actor vencido en el juicio.
Notifquese y devulvase.
Fdo.: Mauricio Luis Mizrahi.- Claudio Ramos Feijoo - Omar Luis Diaz Solimine
Publicado el 01/08/2013