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“MALVESTITI, JORGE LUIS C/ ARGAÑARAZ, MARIO NORBERTO

Y OTRO S/ DAÑOS Y PERJUICIOS” (expte n° 53721/18) (Juz. 98)

En Buenos Aires, Capital de la República Argentina, a los


días del mes de mayo de 2024, reunidos en acuerdo los
Sres. Jueces de la Excma. Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, Sala
“F” para conocer en los autos del epígrafe, respecto de las cuestiones
sometidas a su decisión, a fin de determinar si es arreglada a derecho la
sentencia apelada.

Practicado el sorteo correspondiente resultó el siguiente orden


de votación: Sres. Jueces de Cámara Dra. SCOLARICI. Dr. RAMOS FEIJÓO.
La vocalía N° 18 no interviene por hallarse vacante.
A la cuestión propuesta, la Dra. Gabriela M. Scolarici dijo:

I. La sentencia de grado dictada con fecha 25 de septiembre de


2023, hizo lugar a la demanda interpuesta por Jorge Luis Malvestiti,
condenando a Mario Norberto Argañaraz a abonar al actor la suma de pesos
siete millones setecientos veinte mil ochocientos setenta y dos ($7.720.872),
con más los intereses –conforme a lo dispuesto en el considerando XI)-, y las
costas del juicio (art. 68 del C.P.C.C.N). Asimismo, hizo extensiva la condena
a “Seguros Bernardino Rivadavia Cooperativa Limitada”, en los términos del
seguro contratado.

II. Contra el decisorio apela la parte actora, quien fundó su


recurso mediante la presentación obrante a fs. 327/336, y la demandada y la
citada en garantía apelaron a f. 305, cuyo memorial de agravios se encuentra
agregado a fs. 323/325.

Corrido el pertinente traslado de ley, la actora respondió los


agravios esgrimidos a fs. 348/352, y el demandado y aseguradora contestaron
a fs. 338/346.

Se dictó el llamamiento de autos, providencia que se encuentra


firme, quedando de esta manera los presentes en estado de dictar sentencia.

Fecha de firma: 09/05/2024


Firmado por: GABRIELA MARIEL SCOLARICI, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: CLAUDIO RAMOS FEIJOO, JUEZ DE CAMARA

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III. Motiva el inicio de las presentes actuaciones la acción
incoada en virtud de los daños y perjuicios sufridos por el actor en el accidente
de tránsito ocurrido el día 04 de mayo de 2018, siendo las 10:45 hs
aproximadamente.

Relató el accionante que en la fecha señalada se encontraba


circulando a bordo de su vehículo marca Chevrolet modelo Corsa Classic –
dominio HCS 398-, por la calle Loyola de esta ciudad, y al atravesar la
intersección con la arteria Darwin, resultó imprevistamente embestido en el
lateral delantero izquierdo de su automóvil, por la parte frontal del rodado –
tipo taxi- conducido por el demandado marca Peugeot modelo 408 –dominio
LVK 557-.

IV. Agravios

Se agravia la parte actora por estimar exiguos importes fijados en


concepto de “daño psicofísico”, “gastos de farmacia, asistencia médica y
traslados”, y “daño moral”. Asimismo, recurre el rechazo formulado por el
sentenciante de grado respecto del rubro “desvalorización del rodado”.

Por otro lado, cuestiona la tasa de interés dispuesta por el


magistrado del 8% anual y señala que una tasa adecuada para estos casos sería
la que surja de aplicar dos veces la tasa activa, desde la fecha del hecho y
hasta el efectivo pago.

Finalmente, se queja de la falta de actualización del límite de


cobertura denunciado a la fecha de pago, y agrega que la cobertura
asegurativa se extiende a los intereses debidos por mora en el pago del
siniestro, sin hallarse alcanzados por esa limitación, pues en caso de ser
omitidos, se habilitaría una alternativa que otorga al asegurador la facultad de
resistir el cumplimiento de su prestación en su exclusivo beneficio financiero.
En este sentido, señala además que la misma dirección letrada de la
demandada ha representado a la aseguradora por tanto la pretensión deducida
en torno a la limitación de cobertura trasunta intereses contrapuestos, por lo
que la compañía resultaría responsable en exceso de la suma asegurada.

Por su parte, la demandada y aseguradora recurren la


indemnización fijada por “incapacidad sobreviniente” por considerar que el
importe otorgado resulta excesivo, teniendo en consideración los porcentajes

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de incapacidad pericialmente estimados, los que a su entender, no guardan
relación de causalidad con el siniestro de marras.

Asimismo, se agravian por estimar excesivo el importe fijado


para resarcir la partida “daño moral”.

V. Adelanto que seguiré a la recurrente en las alegaciones que


sean conducentes para decidir este conflicto (conf. CSJN Fallos: 258:304,
entre otros) pues recuerdo que como todas las pruebas no tienen el mismo
peso, me apoyaré en las que resulten apropiadas para resolver el caso (conf.
CSJN, Fallos:274:113) las que produzcan mayor convicción en concordancia
con los demás elementos de mérito de la causa. Se considerarán, entonces, los
hechos “jurídicamente relevantes” (Aragoneses Alonso, Pedro, Proceso y
Derecho Procesal); o “singularmente trascendentes” (Calamandrei, Piero, La
génesis lógica de la sentencia civil).

VII. Rubros Indemnizatorios.

No encontrándose en autos discutido el hecho en sí, ni la


responsabilidad en el mismo, procederé al análisis de los planteos introducidos
por las quejosas en torno a las partidas resarcitorias.

a)Incapacidad psicofísica sobreviniente

El Sr. Juez de grado fijó el importe de pesos cuatro millones


quinientos mil ($4.500.00) para resarcir el presente rubro. La parte actora
solicita el incremento de dicho ítem resarcitorio. La demandada y citada en
garantía recurren el importe fijado por la presente partida, solicitando su
disminución.

La protección a la integridad de las personas y el derecho a


la reparación integral se encuentra respaldada en tratados internacionales que
integran el sistema constitucional en función del art. 75 inc. 22 de la
Constitución Nacional, entre las cuales podemos citar al art. 21 p. 2 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, al expresar que ninguna
persona puede ser privada de sus bienes excepto mediante el pago de
indemnización justa. Asimismo, el art. 5 del mismo cuerpo normativo, de
jerarquía constitucional, ampara el derecho a la integridad personal al expresar
que toda persona tiene derecho a que se respete su integridad, física, psíquica
y moral (Bidart Campos, “Manual de la Constitución Reformada” t° II, pág.
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110, Ed. Ediar) En este contexto convencional, el derecho al resarcimiento y a
la reparación del daño también se encuentra incluido entre los derechos
implícitos (art. 33 CN) especialmente si se tiene en cuenta que otras normas
como el art. 17 y el 41 CN refieren casos específicos (C.N.Civ., Sala L,
15/10/2009, “L., S. y otro c. Hospital Británico y otro s/daños y perjuicios”, E.
D. 09/02/2010, Nº 12.439, Ídem , Sala “J”, 10/8/2010 Expte. Nº 69.941/2005
“Gutiérrez, Luis Alfredo y otro c/ Luciani, Daniela Cyntia y otros s/ daños y
perjuicios”).

Estos principios fueron receptados en el nuevo ordenamiento


sobre la base de la doctrina y jurisprudencia ya elaboradas y teniendo en mira,
precisamente, la incorporación de las normas de rango constitucional y
convencional.

Así, el art. 1737 da una definición genérica y abarcativa del


concepto de daño: hay daño cuando se lesiona un derecho o un interés no
reprobado por el ordenamiento jurídico, que tenga por objeto la persona, el
patrimonio, o un derecho de incidencia colectiva.

En particular, el art. 1738 determina que la indemnización


comprende la pérdida o disminución del patrimonio de la víctima, el lucro
cesante en el beneficio económico esperado de acuerdo a la probabilidad
objetiva de su obtención y la pérdida de chances. Incluye especialmente las
consecuencias de la violación de los derechos personalísimos de la víctima, de
su integridad personal, su salud psicofísica, sus afecciones espirituales
legítimas y las que resultan de la interferencia en su proyecto de vida.

Específicamente en relación con el principio de resarcimiento


integral, el art. 1740 Cod. Civ. y Com. establece que la reparación del daño
debe ser plena, restituyendo la situación del damnificado al estado anterior al
hecho dañoso, sea por el pago en dinero o en especie.

La incapacidad sobreviniente está representada por las


secuelas o disminución física o psíquica que queda luego de completado el
período de recuperación o restablecimiento; produciéndose entonces para la
misma un quebranto patrimonial indirecto, derivado de las limitaciones que
presenta al reanudar sus actividades habituales y al establecerse su
imposibilidad -total o parcial- de asumirlas y cumplirlas adecuadamente. La
incapacidad económica -o laborativa- sobreviniente se refiere a una merma de
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aptitudes que sufre el individuo para obtener lucros futuros, sea en las tareas
que habitualmente suele desempeñar o en otras, es decir, una chance frustrada
de percepción de ganancias..." (Trigo Represas, Félix A. - López Mesa,
Marcelo J.; "Tratado de la responsabilidad civil", La Ley, Bs. As., 2006, vol.
"Cuantificación del Daño", p. 231 y ss.).

Tal el criterio de nuestra Corte Suprema, que ha sostenido que


cuando la víctima resulta disminuida en sus aptitudes físicas o psíquicas en
forma permanente, esta incapacidad debe ser objeto de reparación, al margen
de lo que pueda corresponder por el menoscabo de la actividad productiva y
por el daño moral, pues la integridad física tiene por sí misma un valor
indemnizable y su lesión comprende, además de aquella actividad económica,
diversos aspectos de la personalidad que hacen al ámbito doméstico, cultural o
social con la consiguiente frustración del desarrollo pleno de la vida (C.S.J.N.
Fallos: 308:1109; 312:2412; 315:2834; 318:1715; Ídem., 08/04/2008,
“Arostegui Pablo Martín c. Peluso y Compañía”, L. L. 2008- C, 247).

En relación al daño psíquico no constituye un daño


autónomo, sino un aspecto a considerar dentro del rubro incapacidad
sobreviniente, pues configura una disminución de aptitudes con repercusión en
el patrimonio y la vida de relación del damnificado (Conf. CNCiv. Sala “J”,
19/4/2021 Expte N° 52884/2014, “Sassi, Noel Humberto c/ Club Atlético
River Plate y otros s/ Daños y Perjuicios”; Ídem, 30/8/2021, Expte N°
91711/2017 “Bravo Rubén Ariel c/Viruel Cristian Fabián y otro s/ daños y
perjuicios”; Ídem id, 25/10/2021, Expte N° 14701/2016 “Latorre Yapo Erik
Ernesto c/ Mosconi Elisabet Josefina s/ daños y perjuicios”; entre otros).

Atento que, en síntesis, la incapacidad indemnizable es


tributaria de la cronicidad, en tanto que el sufrimiento psíquico normal (no
incapacitante), que no ha ocasionado un desmedro de las aptitudes mentales
previas, si es detectado e informado por el perito, es uno de los elementos que
el juez podrá incluir en el ámbito del daño moral (Conf. CNCiv., Sala “J”,
19/4/2021, Expte N° 58884/2014, “Sassi, Noel Humberto c/ Club Atlético
River Plate y otros s/ Daños y Perjuicios”; Idem, 3/5/2021 Expte N°
89109/2013, “Cardozo Hilda Nélida c/ Ferrovías S.A.C. s/ Daños y
Perjuicios”; ídem id, 3/9/2021, Expte N° 2215/2010 “González Sebastián
Eduardo c/ Dodds Hernán Darío s/ daños y Perjuicios”; entre muchos otros).

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Cabe recordar que Nuestro Máximo Tribunal ha señalado
que, aunque los porcentajes de incapacidad estimados por los peritos médicos
constituyen un elemento importante a considerar, no conforman una pauta
estricta que el juzgador deba seguir inevitablemente, ya que no sólo cabe
justipreciar el aspecto laboral sino también las demás consecuencias que
afectan a la víctima. (C.S.J.N., Fallos: 310:1826; Ídem., 11/06/2003,
“Cebollero, Antonio Rafael y otros c/ Córdoba, Provincia de”, Fallos:
326:1910).

Es decir que, para establecer el quantum de la


indemnización por incapacidad sobreviniente, debe considerarse la incidencia
del hecho dañoso, cualquiera sea su naturaleza, en relación con todos los
aspectos de la personalidad de la víctima, tanto en lo laboral como en lo
social, en lo psíquico como en lo físico.

A los fines de establecer el monto que debe resarcirse por este


concepto, deben tenerse en cuenta las condiciones personales de la víctima, así
como las familiares y socio-económicas, sin que el grado de incapacidad
comprobado científicamente por el perito médico traduzca, matemáticamente,
una cierta cuantía indemnizatoria. Sólo constituye un parámetro de
aproximación económica que debe ser conjugado con las múltiples
circunstancias vitales que contribuyen a definir razonablemente el monto de la
reparación (Conf. Sala “J”, 1/3/2021 Expte N° 14845/15 “Albornoz Hernán
Carlos c/ Transportes Lope de Vega SA s/Daños y Perjuicios”; Idem,
20/4/2021, Expte N° 15470/2016 “Ale Pezo Aurelia Concepción/ Sosa Pablo
y otros s/ daños y Perjuicios”; Ídem id, 13/8/2021, Expte. N° 70.112/2018,
“Quiroga Mendiri, María Lidia c/ Luchetti, Liliana Mónica y otros s/ Daños y
Perjuicios”; entre otros).

En el mismo sentido, he sostenido que deben ponderarse las


limitaciones que el damnificado padece en su desempeño laboral y social,
teniendo en cuenta circunstancias particulares como su edad, condiciones
socio-económicas, actividad laboral anterior, incidencia real de las lesiones en
su actividad actual, etc. Por ende, lo que realmente resulta de vital importancia
es el modo en que las secuelas afectan a la víctima para desarrollar los
diversos actos de la vida cotidiana, considerando tanto la faz laboral como la
vida de relación del individuo, ya que la “indemnización en sede civil tiende a

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la integralidad" (SCJM. 9/8/2010, “Leiva Rubén Darío en J° 81.963/31.663
Leiva Rubén D. C/ Monte-Negro Martínez Miguel Ángel P/ D. y P. S/ INC.").

De las constancias de atención médica expedidas por el


Hospital de Agudos Carlos Durand (obrantes a f. 3 de las actuaciones en
soporte físico) surge que el actor fue atendido por el servicio de guardia de
traumatología en fecha 04/05/18, donde se le encomendó la realización de
sendos estudios radiográficos y allí se le diagnosticó “traumatismo leve y
otros”.

En lo que respecta al informe pericial médico, la Dra.


Carolina Lorena Pereyra luego de evaluar al actor y analizar los estudios
complementarios requeridos en autos, informó: “[…] Columna cervical: Se
palpan contracturas musculares paravertebrales; Columna dorso lumbar: Se
palpan contracturas musculares paravertebrales; Fuerza del Hallux: levemente
disminuida del lado izquierdo; Fuerza contra resistencia en la flexión plantar
del hallux disminuida del lado izquierdo. Dificultad para realizar marcha en
puntas de pie, no presenta dificultad para la marcha con talones. Rodilla
izquierda: Dolor en interlinea interna y posterior. Resto del examen sin otras
alteraciones objetivas, en relación con el presente siniestro denunciado”.

Asimismo, señaló que el actor presenta como secuelas del


accidente: Síndrome meniscal no operado con signos objetivos y estudios que
certifiquen el diagnostico que le genera una incapacidad del 8 %; Cervicalgia
con contractura muscular dolorosa persistente, pérdida de la lordosis en las
radiografías, reducción del rango de movilidad de la columna y
electromiograma alterado que le genera una incapacidad del 6 %; y y una
lumbociatalgia con contractura muscular dolorosa persistente, pérdida de la
lordosis, reducción del rango de movilidad de la columna y electromiograma
alterado, hernia discal con alteraciones leves, que representa una incapacidad
del 10%.

Sentado ello, estableció en lo que respecta a la vinculación


desde el punto de vista médico legal, que hay relación causa –efecto respecto a
la relación vincular accidente, y determinó una incapacidad física del 22,17 %
calculada mediante el método de capacidad restante, según Baremo de Altube
y Rinaldi para el fuero civil.

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Asimismo señaló que el actor “[...] debe continuar atención
médica con médico especialista de rodilla para evaluar una posible artroscopia
de rodilla izquierda. A nivel de la columna lumbosacra empezaría con
tratamiento de kinesiología 3 veces por semana 2 meses y evaluación posterior
con especialista de columna para seguimiento y ver evolución luego del
tratamiento […]”.

En lo atinente a la faz psíquica, la Lic. Rocío Gabriela Báez


dio cuenta de: “[…] en las técnicas de exploración psicológica […] se
observan dificultades para implementar las defensas instrumentales y
resguardarse del impacto afectivo que tienen las situaciones emocionales
complejas en su psiquismo, observando sentimientos de inadecuación,
tendencia al retraimiento, y una sobreadaptación que obstruye la posibilidad
de elaborar los hechos. Las verbalizaciones del sujeto concuerdan con las
manifestaciones en las técnicas de evaluación donde se ve una gran
preocupación por su situación laboral actual dado que no puede cumplir con
sus funciones de un modo satisfactorio como lo venía realizando hasta el
momento de los hechos, esto como consecuencia le trae una tensión con su
medio laboral el cual es vivido como una amenaza a su estructura yoica,
poniendo en funcionamiento mecanismos de aislamiento; ello resulta
particularmente relevante teniendo en cuenta la edad del actor. Asimismo, se
observan indicadores en relación al impacto en su nivel de funcionalidad
generando en él una limitación a nivel laboral y social, entendiendo este
último como la calidad de los vínculos con su entorno laboral los cuales son
de gran valor para el peritado, esto no es solo observable en su relato sino que
también se desprende de la integración de los resultados de las técnicas
proyectivas”.

A modo de conclusión, informó: “presenta indicadores de trauma


compatibles con la figura de daño psíquico. Según el Baremo para daño
neurológico y psíquico de Castex & Silva , el cuadro descrito se corresponde
con desarrollos reactivos en grado leve, estableciendo un porcentaje de
incapacidad del 5%”.

En virtud de ello sugirió la realización de un tratamiento


psicoterapéutico para elaborar los hechos y evitar el posible agravamiento del

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cuadro, por lo que deberá asistir a sesiones de psicoterapia con una asiduidad
mínima de una vez por semana, por el término de tres meses.

Cabe destacar que en materia de procesos de daños y perjuicios,


la prueba pericial resulta de particular trascendencia en lo que se refiere a la
existencia y entidad de las lesiones por las que se reclama, el informe del
experto, no es una mera apreciación sobre la materia del litigio sino un análisis
razonado con bases científicas y conocimientos técnicos.

Sentado ello, considero que los informes periciales de autos se


encuentran debidamente fundados con el correspondiente asidero científico, lo
que se ve reforzado con las constancias de atención médica proporcionadas
por el Hospital de Agudos Carlos Durand (ver f. 3 papel), Clínica Devoto
Traumatología Integral (fs. 4/5 papel), y las contestaciones de oficio de las
instituciones señaladas (f. 95 y f. 101), donde se deja constancia de la atención
médica recibida por el actor, la realización de los estudios radiológicos
solicitados, y la posterior atención recibida a tenor de las lesiones padecidas.
Por lo tanto, y ante la ausencia de otros elementos probatorios en orden a lo
estatuido por los artículos 386 y 477 del Código Procesal, no cabe sino aceptar
sus conclusiones.

La circunstancia de que el dictamen no tenga carácter de prueba


legal no importa que quien juzga pueda apartarse arbitrariamente de la opinión
fundada del idóneo, por lo que la desestimación de las conclusiones a las que
arribara ha de ser razonable y motivada, siendo imprescindible contar con
elementos de juicio que permitan concluir fehacientemente en el error o
inadecuado uso que el experto hubiera hecho de sus conocimientos científicos,
de los que por su profesión o título habilitante ha de suponérselo dotado.
(Conf. C. N. Civ., Sala “J”, 06/07/2010, Expte. 93261/2007, “Godoy Muñoz,
Pedro c/ Villegas, Víctor Hugo y otros s/ daños y perjuicios”; Idem.,
23/6/2010, Expte. Nº 59.366/2004 “Berdier, Tristán Marcelo c/ Snitovsky,
Luis y otro s/ daños y perjuicios”; Idem. Id., Expte N° 30165/2007, “Ybalo
Oscar Rolando c/ La Primera de Grand Bourg S.A. Línea 440 s/ Daños y
Perjuicios”; Id id, 16/12/2020, Expte N° 24788/2018 "Costilla Ramón
Honorario y otro c/ Ruiz Sebastián s/ daños y perjuicios”; Id id, 10/3/2021
Expte N°14.142/2018, “Aquino Saldivia Adriana Andrea c/ Gómez Ariel
Alberto y otro s/ daños y perjuicios”; entre otros muchos).

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Nuestro Máximo Tribunal ha señalado que, aunque los
porcentajes de incapacidad estimados por los peritos médicos constituyen un
elemento importante a considerar, no conforman una pauta estricta que el
juzgador deba seguir inevitablemente, ya que no sólo cabe justipreciar el
aspecto laboral sino también las demás consecuencias que afectan a la víctima.
(C.S.J.N., Fallos: 310:1826; Ídem., 11/06/2003, “Cebollero, Antonio Rafael y
otros c/ Córdoba, Provincia de”, Fallos: 326:1910).

Es decir que, para establecer el quantum de la indemnización por


incapacidad sobreviniente, debe considerarse la incidencia del hecho dañoso,
cualquiera sea su naturaleza, en relación con todos los aspectos de la
personalidad de la víctima, tanto en lo laboral como en lo social, en lo
psíquico como en lo físico.

A los fines de establecer el monto que debe resarcirse por este


concepto, deben tenerse en cuenta las condiciones personales de la víctima, así
como las familiares y socio-económicas, sin que el grado de incapacidad
comprobado científicamente por el perito médico, traduzca, matemáticamente,
una cierta cuantía indemnizatoria. Sólo constituye un parámetro de
aproximación económica que debe ser conjugado con las múltiples
circunstancias vitales que contribuyen a definir razonablemente el monto de la
reparación.

Por ende, lo que realmente resulta de vital importancia es el


modo en que las secuelas afectan a la víctima para desarrollar los diversos
actos de la vida cotidiana, considerando tanto la faz laboral como la vida de
relación del individuo, ya que la “indemnización en sede civil tiende a la
integralidad" (SCJM. 9/8/2010, “Leiva Rubén Darío en J° 81.963/31.663
Leiva Rubén D. C/ Monte-Negro Martínez Miguel Ángel P/ D. y P. S/ INC.").

Es pertinente recordar, tal como lo sostuviera mi distinguido


colega de la Sala “J”, el Dr. Maximiliano L. Caia en su voto como vocal
preopinante en autos “C., C. I. y otro c/ B., M. C. y otros s/Daños y
perjuicios”, el derecho que tiene toda persona a una reparación integral de los
daños sufridos. Este principio basal del sistema de reparación civil encuentra
su fundamento en la Constitución Nacional y está expresamente reconocido
por el plexo convencional incorporado al artículo 75, inciso 22, de la Ley
Fundamental (conf. artículos I de la Declaración Americana de los Derechos y
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Deberes del Hombre; 3° de la Declaración Universal de Derechos Humanos;
4°, Buenos Aires, 2 de Septiembre de 2021 - 2 - 5° y 21 del Pacto de San José
de Costa Rica y 6° del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos).

Es la violación del deber de no dañar a otro lo que genera la


obligación de reparar el menoscabo causado, noción que comprende todo
perjuicio susceptible de apreciación pecuniaria que afecte en forma cierta a
otro en su persona, en su patrimonio y/o en sus derechos o facultades (conf.
Fallos: 340:1038 “Ontiveros” y sus citas). Dicha reparación integral no se
logra si el resarcimiento que se admite como modo de reparar los daños
ocasionados se concreta en valores económicos insignificantes en relación con
la entidad del daño que pretende resarcirse (conf. Fallos: 314:729,
considerando 4°; 316:1949, considerando 4°, y 340:1038; entre otros).

En esa línea de razonamiento, la Corte Suprema en el marco de


una demanda laboral por daños deducida con sustento en las normas del
Código Civil ha enfatizado que “resulta inconcebible que una indemnización
civil que debe ser integral, ni siquiera alcance a las prestaciones mínimas que
el sistema especial de reparación de los accidentes laborales asegura a todo
trabajador con independencia de su nivel de ingreso salarial” (conf. Fallos:
340:1038 “Ontiveros”), así como también ha admitido que, más allá de que -
como norma- no quepa en supuestos como los examinados recurrir a criterios
matemáticos ni aplicar las fórmulas utilizadas por la ley de accidentes de
trabajo, estos últimos pueden constituir una pauta genérica de referencia que
no debe ser desatendida por quienes tienen a su cargo la tarea de cuantificar
los daños (conf. arg. Fallos: 327:2722 y 331:570).

La consideración de criterios objetivos para determinar la suma


indemnizatoria en cada caso no importa desconocer la facultad propia de los
magistrados de adecuar el monto de la reparación a las circunstancias y
condiciones personales del damnificado habida cuenta el margen de
valoración de que aquellos gozan en la materia (artículo 165 del Código
Procesal Civil y Comercial de la Nación), sino recurrir a pautas meramente
orientadoras que permitan arribar a una solución que concilie de la mejor
manera posible los intereses en juego y evite –o cuando menos minimice-
valoraciones sumamente dispares respecto de un mismo daño sin motivos

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razonables y/o de entidad que lo justifiquen. Ello máxime cuando, como en el
caso, la ponderación cuestionada por insuficiente atañe al daño material.

En función de las consideraciones señaladas, ponderadas a la luz


del prisma del derecho a una reparación integral, el cimero Tribunal entiende
que resulta ineludible que, al tiempo de determinar el monto indemnizatorio
por incapacidad sobreviniente y valor vida, los magistrados intervinientes
tengan en cuenta como pauta orientadora las sumas indemnizatorias que
establece el régimen de reparación de riesgos del trabajo para esos mismos
rubros, lo que coadyuvará a arribar a una decisión que -más allá de las
particularidades propias de cada régimen indemnizatorio- no desatienda la
necesaria armonía que debe regir en el ordenamiento jurídico cuando no se
evidencian razones de entidad para un proceder diferente. Ello, pues no resulta
razonable que -como se advierte en el caso- a un trabajador en relación de
dependencia se le otorgue protección mayor que a cualquier otro habitante
cuando lo que se intenta resarcir de manera integral es el mismo concepto.
Esta diferenciación, sin otro fundamento más que la condición señalada,
conduce a vulnerar el derecho de igualdad ante la ley previsto por el artículo
16 de la Constitución Nacional. Recurso de hecho deducido por la parte actora
en la causa (conf. CSJN. “Grippo, Guillermo Oscar; Claudia P. Acuña y otros
c/ Campos, Enrique Oscar y otros s/ daños y perjuicios (acc. trán. c/ les. o
muerte)”, del 2/9/2021; Conf CNCiv. Sala “J”, 24/9/2021, Exp. N°
23.710/2010, “Casanovas, César Ignacio y otro c/ Bravo, Mercedes Carmen y
otros s/ Daños y perjuicios”; Ídem, 19/10/2021, Expte N° 95.490/2017
“Tula, Germán Andrés y otro c/ Gorordo, Jorge Sebastián y otro s/ daños y
perjuicios” Ídem id, 25/10/2021, Expte N° 14701/2016 “Latorre Yapo Erik
Ernesto c/ Mosconi Elisabet Josefina s/ daños y perjuicios”; Id id,
28/12/2021, Expte. Nro. 45597/2014 “Montone Miguel Ángel y otro c/ Monte
Grande SA Empresa SA/ daños y perjuicios”).

El porcentaje de incapacidad laboral no es una pauta


determinante que el juzgador deba inevitablemente seguir para mensurar y
resarcir el daño a la integridad psicofísica, cuando se demanda de acuerdo con
el derecho civil. Como lo destaca el juez Lorenzetti en su voto (considerando
catorce), si bien el porcentaje de incapacidad laboral es una pauta genérica de
referencia, el juzgador debe también valorar las consecuencias que afecten a la
víctima, tanto desde el punto de vista individual como desde el social, lo que
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le confiere a dicha tarea un marco de valoración más amplio (Fallos:
308:1109; 312:2412; 322:2658; 326:847; 327:2722 y 329:4944). Ello es
consecuencia, asimismo, de las diferencias que existen entre el régimen
indemnizatorio civil y el sistema especial de reparación de los accidentes
laborales (doctrina de Fallos: 305:2244 y 330:1751, disidencia del juez
Lorenzetti, considerando octavo; ver también voto del juez Rosenkrantz en
fallo citado).

Con ese alcance, cabe utilizar como criterio para cuantificar el


daño causado el de reconocer un capital, de tal modo que sus rentas cubran la
disminución de la aptitud del damnificado para realizar actividades
productivas o económicamente valorables, y que se agote al término del plazo
en que razonablemente pudo continuar realizando tales actividades (cfr. art.
1746 del Código Civil y Comercial de la Nación; CNCiv. Sala B
“Leguizamón, Elsa Isabel c/ Cima, Daniel s / daños y perjuicios” del 14-4-
2016, entre muchos otros).

Al ser ello así, tomando como pauta orientadora las


disposiciones establecidas para compensar las incapacidades permanentes de
los trabajadores de conformidad con lo informado por el “Ministerio de
Trabajo, Empleo y Seguridad Social – Superintendencia de Riesgos del
Trabajo en https://www.argentina.gob.ar/srt/art/pagos-art/incapacidad-
laboralpermanente-50; lo normado por la leyes 24.557 y 26.773, ponderando
la entidad de las lesiones padecidas por el actor, sus secuelas, los porcentajes
de incapacidad estimados pericialmente, la edad (25 años) al momento del
hecho, y el salario mínimo vital y móvil establecido conforme Resolución
11/2021 del “Ministerio de Trabajo, Empleado y Seguridad Social”
(B.O.27/9/2021), entiendo prudente proponer al Acuerdo fijar en concepto de
“incapacidad psicofísica sobreviniente” la suma de pesos dos millones
quinientos mil ($2.500.000) (art. 165 del CPCCN).

b) Gastos de asistencia médica, farmacia, traslados

El sentenciante cuantificó el presente ítem resarcitorio en la suma


de pesos ocho mil ($8000). Recurre la parte actora por considerarlo
insuficiente.

Para que proceda la reparación de este tipo de daños no es


necesaria la existencia de prueba fehaciente, sino que en atención a la entidad
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Firmado por: GABRIELA MARIEL SCOLARICI, JUEZ DE CAMARA
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de las lesiones se puede presumir su extensión, mas ante la falta de prueba
acabada, la estimación debe hacerse con suma cautela, máxime cuando la
víctima recurrió a los servicios de instituciones públicas, como ocurre en la
especie, sin olvidarnos igualmente que ninguna obra social ni institución
pública cubre por completo estos gastos (Conf. CNCiv, Sala “J” 20/4/2021
Expte N° 15470/2016 “Ale Pezo Aurelia Concepción c/ Sosa, Pablo y otros s/
daños y perjuicios”).

En relación a ello también se expidió nuestro Máximo Tribunal,


“Atento a la necesidad de salvaguardar el principio de la reparación integral
del daño causado, debe integrar el resarcimiento, aunque no hayan sido
materia de prueba, los gastos médicos y de farmacia que guarden razonable
proporción con la naturaleza de las lesiones sufridas por el actor” (C.S.J.N.
Fallos 288:139).

Sin perjuicio de ello, la presunción es susceptible de rebatirse por


prueba en contrario, la que deberá producir quien alega la improcedencia del
reclamo (si el recurrente es el demandado) o pretende una suma superior a la
fijada por el sentenciante en uso de las facultades que le otorga el art.165 del
Cód. Procesal, cuando se trata del accionante (Conf. C. N. Civ. Sala “J”,
21/8/2020 Expte N° 75.122/2014 “Alustiza, Eduardo Luis c/ Marquez,
Guillermo Nicolás s/ daños y perjuicios”; Ídem, 14/9/2020, Expte N°
48.250/201 “ Garanton, Alberto Daniel c/ González, Jorge Alberto y otros s/
daños y perjuicios”; ídem id, 14/1272021,Expte N° 59625/2017 "Díaz, Sergio
German c/Malet, Eduardo Ariel y otross/daños y perjuicios”; entre otros
muchos).

En virtud de ello, en ausencia de prueba idónea que acredite este


rubro, dentro del marco de los presentes actuados, considerando la entidad de
las lesiones sufridas por el reclamante con motivo del accidente de marras,
propongo al Acuerdo confirmar el importe otorgado en la instancia de grado.

c) Consecuencias no Patrimoniales.

Recurre la parte actora el importe fijado por el sentenciante de


grado en pesos tres millones ($3.000.000) para indemnizar el rubro “daño
moral”, actualmente denominado consecuencias no patrimoniales -
contempladas en el art. 1741 del Código Civil y Comercial- las que se

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Firmado por: GABRIELA MARIEL SCOLARICI, JUEZ DE CAMARA
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producen cuando existe una consecuencia lesiva de naturaleza espiritual. La
demandada y citada en garantía solicitan su reducción.

Desde una concepción sistémica -en donde la Constitución


constituye el vértice o núcleo- el Derecho tutela intereses trascendentes de la
persona, además de los estrictamente patrimoniales. (Tobías, José W, “Hacia
un replanteo del concepto (o el contenido) del daño moral” L. L. 1993-E, 1227
- Responsabilidad Civil Doctrinas Esenciales Tomo III, 33).

Este instituto se aplica cuando se lesionan los sentimientos o


afecciones legítimas de una persona que se traducen en un concreto perjuicio
ocasionado por un evento dañoso. Dicho en otros términos, cuando se perturba
de una manera u otra la tranquilidad y el ritmo normal de vida del
damnificado, sea en el ámbito privado, o en el desempeño de sus actividades
comerciales.

Con atinado criterio se ha expresado que el daño patrimonial


afecta lo que el sujeto tiene, en cambio, el daño moral lesiona lo que el sujeto
“es” (Matilde Zavala de González, “Resarcimiento de Daños”, Presupuestos y
Funciones del Derecho de Daños, t. 4, págs. 103, 1143 y “El concepto de daño
moral”, JA del 6-2-85; C. N. Civ., Sala “J”, 1/10/2020 Expte N° 15.489/2016
“Acosta, Luis César c/ Alvarenga García, Jorge Antonio y otros s/ daños y
perjuicios”; Idem 3/2/2021 Expte. 21515/2014, “Benítez, Emanuel Hernán c/
Consultores Asociados Ecotranns (Línea 136, interno 216) y otro s/daños y
perjuicios”; Ídem id 20/12/2021, Expte N° 11570/2017 “Duarte, Franco María
Sandra c/ Línea 71 SA s/Daños y Perjuicios”; entre muchos otros)

Por lo demás, es dable señalar, que la procedencia y


determinación de este daño no está vinculada a la existencia o entidad de los
perjuicios materiales, pues media interdependencia entre tales rubros, que
tienen su propia configuración (conf. Llambías, Jorge J., “Tratado de Derecho
Civil, Obligaciones, Tº I, p. 13, ed. AbeledoPerrot; CSJN., 06/10/2009,
“Arisnabarreta, Rubén J. c/ E. N. (Min. de Educación y Justicia de la Nación)
s/ juicios de conocimiento”; Ídem., 07/11/2006, “Bianchi, Isabel del Carmen
Pereyra de c/ Buenos Aires, Provincia de y Camino del Atlántico S.A. y/o
quien pueda resultar dueño y/o guardián de los animales causantes del
accidente s/ daños y perjuicios”, Fallos 329:4944; Id., 24/08/2006, “Ferrari de
Grand, Teresa Hortensia Mercedes y otros c/ Entre Ríos, Provincia de y otros
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s/ daños y perjuicios”, Fallos 329: 3403; Id., 06/03/2007, ORI, “Mosca, Hugo
Arnaldo c/ Buenos Aires, Provincia de (Policía Bonaerense) y otros s/ daños y
perjuicios”, Fallos 330: 563, entre muchos otros).

Asimismo, el art. 1741 del CCyCN in fine establece que “el


monto de la indemnización debe fijarse ponderando las satisfacciones
sustitutivas y compensatorias que pueden procurar las sumas reconocidas”
delimitando la actividad jurisdiccional y acentuando sus funciones
reparatorias.

En otras palabras, el monto del resarcimiento debe permitir


procurarse un placer que compense o sustituya el displacer sufrido, criterio
que jurisprudencialmente se viene aplicando de manera inveterada por
nuestros tribunales.

En cuanto a su valuación, cabe recordar lo señalado por la Corte


Suprema de Justicia de la Nación en el sentido que: El dolor humano es
apreciable y la tarea del juez es realizar la justicia humana; no se trata de una
especulación ilícita con los sentimientos sino de darle a la víctima la
posibilidad de procurar satisfacciones equivalentes a lo que ha perdido.

Señaló nuestro Máximo Tribunal que "Aun cuando el dinero sea


un factor muy inadecuado de reparación, puede procurar algunas
satisfacciones de orden moral, susceptibles, en cierto grado, de reemplazar en
el patrimonio moral el valor que del mismo ha desaparecido. Se trata de
compensar, en la medida posible, un daño consumado. El dinero es un medio
de obtener satisfacción goces y distracciones para restablecer el equilibrio en
los bienes extrapatrimoniales. El dinero no cumple una función valorativa
exacta, el dolor no puede medirse o tasarse, sino que se trata solamente de dar
algunos medios de satisfacción, lo cual no es igual a la equivalencia.

Empero, la dificultad en calcular los dolores no impide


apreciarlos en su intensidad y grado, por lo que cabe sostener que es posible
justipreciar la satisfacción que procede para resarcir dentro de lo
humanamente posible, las angustias, inquietudes, miedos, padecimientos y
tristeza propios de la situación vivida" (CSJN, 12/4/2011, "Baeza, Silvia
Ofelia c/ Provincia de Buenos Aires y otros", RCyS, noviembre de 2011, p.
261, con nota de Jorge Mario Galdós; CNCiv, Sala A 17/7/2014 “. R. M. B. c/

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Banco Supervielle S.A. s/ daños y perjuicios” del voto del Dr. Sebastián
Picasso; cita: MJ-JU-M-88578-AR | MJJ88578 | MJJ88578).

El criterio fijado por la actual legislación de fondo, impone que


la cuantía indemnizatoria debe fijarse conforme dicha pauta orientadora.

En virtud de ello, tomando en consideración la entidad de las


lesiones padecidas por el actor como consecuencia del accidente de marras, las
secuelas informadas en autos, y demás consideraciones personales antes
referidas, es que propongo al Acuerdo reducir el importe fijado en concepto de
“consecuencias no patrimoniales” a pesos un millón doscientos cincuenta mil
($1.250.000) (art. 165 del CPCCN).

d) Desvalorización del rodado

Se agravia el actor del rechazo de la partida en cuestión.

En principio, la sola existencia de daños en un vehículo no


justifica por sí la viabilidad de esta indemnización. El referido daño debe
acreditarse y no ser meramente conjetural o hipotético, entendiendo que el
medio idóneo para establecer el porcentaje en que se deprecia el automotor, es
la opinión científica y técnica del experto, quien determina la eventual
subsistencia de las secuelas y su incidencia en el precio de venta en el
mercado automotriz.

He sostenido que para que proceda la indemnización por este


concepto, es preciso que el perito haya examinado el rodado y comparado el
estado en que quedó con el que tenía antes del choque, constatándose si
presenta secuelas de daños estructurales y, por ende, no subsanables a través
de una buena reparación (Conf. C.N.Civ., sala “J”, Expte Nº 79.921/99
“Méndez, Jorge Antonio c/ Peralta, Eduardo Agustín y otros s/ daños y
perjuicios”; Ídem, id., 17/11/2009, Expte Nº 13.042/00, “Villanustre, Hugo
Guillermo c/ Empresa de Transportes Los Andes SAC y otros s/ daños y
perjuicios”; ídem id, 12/4/2013, Expte Nº 89218/2007 “Spir Berta Elena c/
Andrada Walter Guillermo y otros s/daños y perjuicios”; ídem id, 11/9/2014,
Expte. N° 72835/2010 “Gómez Orlando Francisco y otro c/ Blanco Adolfo
Enrique y otros s/ daños y perjuicios”; ídem id, 18/8/2020, Expte N°
41.538/2018, “Alderuccio Nicolás Rodolfo c/ Transporte Ideal San Justo SA y
otros s/ Daños y Perjuicios”; Id id, 14/6/2021, Expte N°39809/2018, “Tornese

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Ernesto Nicolás c/ Transportes Santa Fe SACI y otros s/ daños y Perjuicios”;
entre muchos otros).

La desvalorización se asienta en la idea de la existencia de un


demérito ponderable al momento de tentar su venta y como este aspecto no
puede evaluarse en base a presunciones, es necesario que emerja de prueba
adecuada y acabada la existencia de ese daño futuro. A su vez, son
circunstancias a ponderar para la fijación de la desvalorización del rodado, su
tamaño, modelo, antigüedad, y que se siga fabricando o no en el país, amén de
que su precio real, que varía conforme con la ley de la oferta y la demanda,
depende en gran medida de su estado general de conservación y del
kilometraje recorrido. Es principio general que la prueba del daño incumbe al
damnificado que pretende hacer valer la responsabilidad del deudor y por
tanto, él debe aportar la demostración del hecho constitutivo del derecho cuyo
reconocimiento pretende (Alsina H., Tratado Teórico Práctico de Derecho
Procesal Civil y Comercial, Buenos Aires, 1942, T. II, p. 192; LLambias J.J.,
Tratado de Derecho Civil, Obligaciones, T. I, 310). Cabe señalar que aun en la
hipótesis que pudiera presumirse un detrimento del valor venal, tal reducción
de precio debió ser acreditada con un cotejo entre el precio efectivo de venta y
un informe sobre el precio de mercado de un vehículo similar no siniestrado
extremo, que no se verificó en autos. (Conf CNCiv, Sala J, 22/10/2021 Expte
N° 14701/2016 “Latorre Yapo Erik Ernesto c/ Mosconi Elisabet Josefina s/
daños y perjuicios”).

El perito ingeniero informó: “leído en el expediente digital que el


actor ha vendido su automóvil […] Al no haberse podido inspeccionar el
vehículo de la parte actora, la jurisprudencia técnica jurídica recomienda no
asignar desvalorización”. Seguidamente, ante el pedido de explicaciones de la
parte actora en torno a que el experto se expida sobre el presente rubro
indemnizatorio y su merituación pericial, el experto respondió:
“Concretamente lo que motiva una desvalorización es la inspección del
vehículo reparado, no el impacto que ha recibido. Al no haberse presentado el
vehículo a inspección es imposible visualizar la calidad de la reparación
efectuada y las marcas que quedaron en el automóvil […]”.

Fecha de firma: 09/05/2024


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En función de lo expuesto y las consideraciones señaladas,
corresponde confirmar el pronunciamiento en cuanto desestimó el reclamo en
estudio.

VIII. Intereses

El Sr. Juez de primera instancia dispuso: “las indemnizaciones


que se concedan se liquidarán desde el momento en que se produjo el
accidente -04 de mayo de 2018-, de allí que la reparación se tornó de
exigibilidad inmediata, y hasta la fecha de esta sentencia, tales accesorios se
calcularán a la tasa del 8% anual, como tasa pura que entiendo resulta
suficientemente compensatoria, y a partir de entonces según la activa
promedio que publica el Banco de la Nación Argentina […]”.

El actor solicita que se aplique la doble tasa activa del Banco de


la Nación Argentina, desde la fecha del hecho y hasta el efectivo pago.

La indemnización resulta un equivalente del daño sufrido y el


interés compensa la demora en su reparación al no haber el responsable
cumplido inmediatamente con su obligación de resarcir.

Se trata entonces de una estimación “actual” que el juez de grado


ha tenido en cuenta para sopesar la variación patrimonial de la prestación
debida, considerando para ello que estamos ante una indemnización de daños
que, lejos de resultar una obligación “dineraria” en la que se adeuda un
quantum y resulta insensible a la variación del poder adquisitivo, importa una
verdadera obligación “de valor” en la que se debe un quid y, por tanto, sí
admite o reconoce las alteraciones sufridas por el poder adquisitivo (Casiello,
Juan, Méndez Sierra, Eduardo, “Deudas de dinero y deudas de valor.
Situación actual”, LL 28/08/03, pág. 1).

Sabido es que la fijación judicial de intereses para las deudas en


mora procura resarcir al acreedor por la demora en percibir su crédito y
castigar al incumplidor, quien se apartó de los términos de la obligación
asumida en origen, ya que el orden jurídico requiere, como pauta general de
conducta, que toda persona cumpla con las obligaciones que legítimamente
asume o le impone la ley.

Ahora bien, conforme la jurisprudencia y doctrina mayoritaria


imperante en el fuero la tasa que corresponde aplicar desde el inicio de la
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mora y hasta el efectivo pago del capital de condena, es la tasa activa cartera
general (préstamos) nominal anual vencida a treinta días del Banco de la
Nación Argentina siguiendo la doctrina del fallo plenario del fuero in re,
“Samudio de Martínez, L. c/ Transportes Doscientos Setenta SA, salvo que su
aplicación, en el período transcurrido hasta el dictado de dicha sentencia,
pueda implicar como un efecto no querido, un resultado contrario y
objetivamente injusto, produciendo una alteración del significado económico
del capital de condena que configure un enriquecimiento indebido (conf.
CNCiv., Sala “J”, expte. Nº 69.941/2005 “Gutiérrez, Luis Alfredo y otroc/
Luciani, Daniela Cyntia y otros s/ daños y perjuicios”, del 10/8/2010, entre
otros muchos).

En consecuencia, deberá aplicarse la referida tasa activa en los


casos en que la misma no genera o configura un “enriquecimiento indebido”
único supuesto fáctico que justificaría apartarse del principio general (conf.
C.N.Civ., Sala “J”, 15/04/2010, Expte. 114.354/2003 “Rendon, Juan Carlos c/
Mazzoconi, Laura Edith”; ídem 24/2/2017 Expte N° 51917/2009 “Suárez
Adriana Soledad y otro s/ Flecha Manuel Edmundo y otros s/ Daños y
Perjuicios”.

A mi juicio, no obran en la causa constancias que acrediten que,


con la aplicación de la tasa activa desde el día del hecho, se configuraría el
mentado "enriquecimiento indebido"; como tampoco existen elementos que
siquiera lo hagan presumir, si así fuera e importara una situación excepcional
que se apartara de la regla general referida la misma debe ser probada en
forma clara por el deudor en el ámbito del proceso (conf. art. 377 del
CPCCN), circunstancia que no se verifica en los presentes.

En cuanto a lo peticionado por la parte actora en torno a que


una tasa adecuada para estos casos, sería la que surja de aplicar dos veces la
tasa activa, cabe reiterar, además de los fundamentos ya expuestos, que ello no
se halla previsto en el art. 768 del Código Civil y Comercial de la Nación, y
que, por otra parte, el art. 303 (t.o. ley 27500) del CPCCN, impide apartarse
del fallo plenario precedentemente citado -a cuyos fundamentos remito en
homenaje a la brevedad-, por lo que considero que corresponde su
desestimación (Conf. CNCiv, Sala “J”, 2/9/2020, Exp. Nº 55866/2.013,
“Braga Graciela Dora c/ Centro de Enfermedades Respiratorias Infantiles

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(CERI) s/ daños y perjuicios”; id. id. 9/10/2020 Expte N° 10681/2014,
“Quijano Baigorria Cristina Matías c/ Caicoya Alfredo Luis Alfredo Luis y
otro s/ Daños y Perjuicios”; id id, 20/10/2020 Expte N° 62707/2017 “Torrilla
Elías Karen Anabel c/ Ferro Ariel Darío s/ daños y perjuicios”; Ídem id,
16/12/2020, Expte N° 24788/2018 "Costilla Ramón Honorario y otro c/ Ruiz
Sebastián s/ daños y perjuicios”; Id id, 18/3/2021, Expte N° 38337/2016
“Tuya Gabriel Humberto y otros c/ Tevez German Antonio s/ Daños y
Perjuicios”; Id id, 20/4/2021, Expte N° 15470/2016 “Ale Pezo Aurelia
Concepción c/ Sosa, Pablo y otros s/ daños y perjuicios”; id 19/5/2021
ExpteN° 78831/2015, “Chávez Diego Rubén c/ Aguirre Raúl Oscar s/ daños y
perjuicios”; id. Id., 30/11/2021 Expte. 2529/2018 “Zamacona, Gabriel Alfredo
c/ Navoni Godoy, Edgar Francisco y otro s/ daños y perjuicios”; entre otros).

Con respecto al daño material, corresponde –atento el límite del


recurso- confirmar lo decidido en la instancia de grado hasta el dictamen
pericial, oportunidad en que se ha producido la cristalización del quid, no el
reconocimiento de un quantum y a partir de allí y hasta el efectivo pago, se
aplicará la tasa activa cartera general (préstamos) nominal anual vencida a
treinta días del Banco de la Nación Argentina (Conf. CNCiv. Sala J, “Expte.
Nº 35.305/2014, 22/4/2021, “ Rebolledo Jeldres, Carlos Alberto c/Transportes
Lope de Vega S.A.C.I. y otro s/ Ds. y Ps; Ídem 4/6/2021, Expte N° 1865/17
“Recoleta Town S.A. y otro c/ Campagnoli Fernando Alejandro y otro s/ daños
y perjuicios”; ídem 3/9/2021 Expte Nº 2.215/2010 “González Sebastián
Eduardo c/ Dodds Hernán Darío s/ daños y perjuicios”; Id id, 25/10/2021,
Expte N° 91578/2016 “B, I E y otros c/ G, M E y otro s/ daños y Perjuicios”;
entre otros muchos)

Consecuentemente, propongo que se modifique este aspecto del


pronunciamiento apelado, con el alcance señalado ut supra.
IX) Límite de cobertura

En lo que respecta al agravio esgrimido por la parte actora en


torno a la falta de actualización del límite de cobertura denunciado, por
resultar prematuro expedirse en este estadío procesal, difiérase su tratamiento
para la etapa de ejecución de sentencia.

Fecha de firma: 09/05/2024


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X. Conclusión

A tenor de las consideraciones vertidas en el presente voto


propongo al acuerdo: I. Se modifique la sentencia, fijando por “incapacidad
psicofísica sobreviniente” la cantidad de pesos dos millones quinientos mil
($2.500.000); y por “consecuencias no patrimoniales” el importe de pesos un
millón doscientos cincuenta mil ($1.250.000). Asimismo propongo que se
modifique el pronunciamiento en lo atinente a la tasa de interés, de
conformidad con lo dispuesto en el apartado VIII). Por último, propongo que
se difiera el tratamiento de la cuestión atinente a la actualización del límite de
cobertura, para la etapa de ejecución de sentencia.

II. Se confirme la sentencia en todo lo demás que decide y fue


motivo de apelación y agravios, con imposición de costas de alzada a la parte
demandada y a la citada en garantía vencidas en la cuestión principal sometida
a juzgamiento (art. 68 del Código Procesal).

Por razones análogas a las aducidas por la vocal preopinante el


Dr. RAMOS FEIJÓO votó en el mismo sentido a la cuestión propuesta. Con
lo que terminó el acto.

16. Gabriela M. Scolarici

17. Claudio Ramos Feijóo

///nos Aires, mayo de 2024.


AUTOS Y VISTOS:
Por lo que resulta de la votación que instruye el acuerdo que
antecede: I. Se modifica la sentencia, fijando por “incapacidad psicofísica
sobreviniente” la cantidad de pesos dos millones quinientos mil
($2.500.000); y por “consecuencias no patrimoniales” el importe de pesos un
millón doscientos cincuenta mil ($1.250.000). Asimismo se modifica el
pronunciamiento en lo atinente a la tasa de interés, de conformidad con lo
Fecha de firma: 09/05/2024
Firmado por: GABRIELA MARIEL SCOLARICI, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: CLAUDIO RAMOS FEIJOO, JUEZ DE CAMARA

#32398797#411030702#20240508121238064
dispuesto en el apartado VIII). Por último, se difiere el tratamiento de la
cuestión atinente a la actualización del límite de cobertura, para la etapa de
ejecución de sentencia.

II. Se confirma la sentencia en todo lo demás que decide y fue


motivo de apelación y agravios, con imposición de costas de alzada a la parte
demandada y a la citada en garantía. . Se deja constancia de que la vocalía N°
18 se encuentra vacante. Notifíquese y pasen los autos a estudio por
honorarios.

Fecha de firma: 09/05/2024


Firmado por: GABRIELA MARIEL SCOLARICI, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: CLAUDIO RAMOS FEIJOO, JUEZ DE CAMARA

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