Ser o No Ser Bilinge PDF
Ser o No Ser Bilinge PDF
Ser o No Ser Bilinge PDF
funproeib Andes
Calle Nstor Morales N 947, entre Aniceto Arce y Ramn Rivero
Edificio Jade, 2 piso.
Telfonos: (591 - 4) 4530037-77940510
Fax: (591 - 4) 4530038
Pgina web: fundacion.proeibandes.org
Correo electrnico: [email protected]
Cochabamba, Bolivia
Produccin
Plural editores
Av. Ecuador 2337 esq. Calle Rosendo Gutirrez
Telfono 2411018 / Casilla Postal 5097 / La Paz-Bolivia
email: [email protected] / www.plural.bo
Impreso en Bolivia
ndice
Prlogo
Luis Enrique Lpez............................................................................. 7
Introduccin
Inge Sichra............................................................................................ 13
Ruth Cataln
Si no lo hago yo, quin lo har?................................................................ 61
Juan Reyes
Experiencias de revitalizacin de las lenguas mixteca y zapoteca
con Yahir Zuriel Reyes Ojeda..................................................................... 109
Elizabeth Uscamayta
El amor, factor cultural y lingstico........................................................... 191
Marcia Mandepora
Nuestra lengua vive y vivir si la hablamos siempre................................... 227
Yapa de la editora
Ni una lengua menos, ni un monolinge ms................................... 361
Prlogo
La fuerza del cambio que viene desde adentro
Inge Sichra
Cochabamba, febrero 2016
PRIMERA PARTE
La lengua en primera
instancia
I
empezando desde la cuna
Introduccin
Este fue el criterio que yo tuve desde siempre para lograr que mis
hijos fueran quechuas. Recuerdo que de pequea, cuando venda
grano de cebada en la Plaza de Papas con mi abuela, los hijos de
los que nos provean este grano hablaban tan natural y dulcemente
el quechua y con una voz tan delgada y hermosa, que deseaba tanto
algn da escuchar de esa forma a mis hijos. En verdad, sent una
necesidad desde entonces. Creo que de la misma forma que ahora
admiran a mis hijos, yo lo haca con esos nios. Desde ese entonces,
recuerdo que pens en hacer que mis hijos hablasen quechua. Claro
que entonces no tena en mente las adversidades ni las experiencias
tan extraordinarias que vivira.
Otra de las experiencias que me motiv fuertemente en este
proyecto fue la escuela, donde con extraeza y dolor viv que mis
vecinas negaban hablar nuestra lengua quechua. Esto sucedi, por
ejemplo, cuando la profesora, en tercero bsico, nos pidi que le-
vantsemos la mano las que hablbamos quechua, empero fui la ni-
ca que lo hizo y me qued desconcertada, porque el resto de mis
compaeras haba ocultado nuestra lengua.
Similar experiencia viv en la Universidad Mayor de San Si-
mn, donde estudi la carrera de Licenciatura en Lingstica Aplicada
a la Enseanza de Lenguas, cuando mis compaeras que eran de pro-
vincias como Punata, Cliza, Vinto, entre otras, fingan no hablar el
quechua. Yo realmente no entenda por qu lo hacan, ya que para m,
no tena sentido hacerlo, y ms bien lo que yo haca al evidenciar esta
vergenza lingstica era hablar mucho ms en quechua. Recuerdo que
hasta a los docentes de quechua les haca avergonzar cuando en los
pasillos les hablaba en quechua, porque no me respondan en esta
lengua sino en castellano. Empero, yo no desista de hablar quechua
con ellos, puesto que, a pesar de que ellos me respondan en castella-
no, yo segua usando el quechua. De ah que me empezaron a llamar
como la quechuista, incluso tenan mi nmero de referencia en la
Direccin de Carrera, por si haba algn trabajo referido al quechua.
Estas experiencias de negacin de lo nuestro me llevaron a re-
forzar cada vez ms mis deseos de hacer que mis hijos tuviesen una
identidad quechua muy fuerte, tan fuerte como para que ellos pudiesen
Viviendo junto con nuestra lengua 27
Con todos los temores que relato lneas arriba rondndome la cabe-
za pero, a la vez, con toda la fortaleza de querer hacerlo, inici mi
tarea cuando Ricardo tena como cuatro o cinco meses. En ese en-
tonces, vivamos solo los tres: Edwin, mi esposo, Ricardo y yo. Ape-
nas haba iniciado la maestra en eib, que tanto haba esperado. Sin
embargo, esto me demandaba muchsimo tiempo, y con ello aumen-
t mi preocupacin de transmitir mi lengua a Ricardo, puesto que,
al pasar los meses, fue muy difcil seguir llevndolo conmigo a clases.
De manera que tuve que dejarlo con mi cuada y mi hermano;
Viviendo junto con nuestra lengua 29
Para que un nio adquiera una lengua con xito, saba que se necesi-
taba exponerlo a esa lengua la mayor cantidad de tiempo posible y que
para apoyar este proceso, deban usarse otras estrategias como expre-
siones, movimientos, acciones, entre otras, pero todo ello siempre de
manera vivencial, es decir, mientras uno vive cotidianamente.
Viviendo junto con nuestra lengua 31
1 Variedad del quechua conocido con este nombre debido a los prstamos del
castellano.
32 Ser o no ser bilinge?
sino que tambin haca los que no la vestamos pero que s segua-
mos hablando el quechua.
Esa actitud que asumi la pediatra de permitirse el derecho de
tratar de interferir en el futuro de mi hijo realmente me molest de
sobre manera porque llegu a concebir que actitudes como sa ha-
ban sido las causantes de generar la ruptura en la transmisin inter-
generacional del quechua. Pero, a la vez, conclu que eso a m no me
pasara ya que ya no haba posibilidad de interferir en la bilingiza-
cin de Ricardo, luego de las dificultades tan grandes que haba lo-
grado superar. Sin embargo, me prepar muy bien para la siguiente
consulta mdica, pues realmente cre que sera igual o peor que la
anterior oportunidad.
Paradjicamente, la prxima consulta me sorprend tanto del
cambio radical que mostr la pediatra, que a diferencia de la ltima
vez, me fui feliz y casi sin poder creerlo, pues en esta ocasin la pe-
diatra, al escucharnos hablar en quechua nuevamente, puso de ejem-
plo a Ricardo ante sus practicantes para tratar de hacerles avergon-
zar porque ellos no hablaban quechua, y vindoles a los ojos les dijo
lo siguiente: este chiquito habla mejor el quechua que todos uste-
des. Y me pidi que le hiciera hablar a Ricardo para probarlo. Lue-
go ella misma durante la consulta le habl en quechua, y afirm que
ella tambin hara lo mismo con su nieta. No s si aquel da estuvo
de mejor humor o habr pensado mejor las cosas, pero llena de feli-
cidad no me cansaba de contarlo a los que poda, porque me pareci
un cambio muy positivo.
exclusivo del quechua en el hogar y sobre todo con los nios, le ha-
ca el seguimiento muy de cerca y con un odo muy agudo. Y le re-
cordaba continuamente, explcita e implcitamente, que no se olvi-
dara de que la lengua comn entre ella y Arlet deba ser el quechua.
De esa manera, logr que mi madre tambin usara el quechua exclu-
sivamente con mi sobrina; quien tambin pronto empez a com-
prender el quechua. Sin embargo, ella, a diferencia de Ricardo, no
hablaba en quechua sino en castellano.
En ese entonces, cre que mi madre ya haba avanzado bastan-
te y que, como Ricardo, ella posteriormente hablara en quechua,
aunque tena mis dudas; por lo que siempre la apoyaba con motiva-
ciones constantes y ejemplos de estrategias que haba usado con Ri-
cardo para que hablase pronto. Sin embargo, al parecer todos los
esfuerzos no fueron suficientes porque, a pesar de que Arlet entien-
de plenamente el quechua, ella responde en castellano, empero yo
no desisto ni me resigno hasta lograr que hable. Sigo insistiendo y
pensando en otras estrategias efectivas que resulten en su caso por-
que, de lo contrario yo no estar tranquila conmigo misma.
Una de las estrategias que uso con Arlet, y que tambin le ped
que aplicase a mi madre, es que, por ejemplo, si Arlet necesita o
quiere algo, ella tiene que hacer el intento de pedirlo en quechua, as
como ve que lo hacen mis hijos. Es decir, que ella tiene que sentir la
necesidad de usar el quechua; pude verificar que con mi madre, ella
no la tiene. Aunque Arlet responda en castellano, mi madre satisface
todos sus deseos y necesidades sin que el quechua sea una prioridad
para ello. Por tanto, el quechua no es una necesidad en su vivencia,
al contrario de mis hijos, con quienes el quechua es sinnimo de
cotidianeidad conmigo. Esta estrategia funciona, pero para que ten-
ga mayor xito, es necesario que se la aplique durante todo el da y
todos los das hasta que ya no haya necesidad de hacerlo, es decir,
hasta que hable en quechua plenamente.
Otro de los nios que tambin consider deba beneficiarse
con la transmisin del quechua es mi sobrino Rafael. Por dos razo-
nes fundamentalmente: la primera, que tambin deba tener co-
nexin con sus races; y la segunda, para que mis hijos tuviesen sus
pares cercanos de convivencia en quechua. Para m fue y sigue sien-
do prioridad desarrollar las condiciones necesarias para que mis hi-
jos y otros nios quechua hablantes puedan sentirse normales por
Viviendo junto con nuestra lengua 47
Ya son seis aos desde que inici mi tarea de hacer que mis hijos ha-
blaran el quechua, y desde entonces hay una serie de lugares y contex-
tos en los que nos hicimos realmente famosos por vivir exclusiva-
mente en quechua. Al parecer, rompimos el esquema preestablecido
para nios y mams en y para los contextos urbanos. Tanto que, si
bien muchas personas se resistan a satisfacer sus curiosidades de por
qu nosotros hablbamos en quechua en esos contextos tan domina-
dos por el uso del castellano, otras personas al enterarse y conocernos
en persona, ms all de interpelarnos con sus miradas y cuestionantes,
como comnmente lo hacan, haban empezado a replicar esta expe-
riencia en el interior de sus hogares, con sus propios hijos.
Esta es la experiencia de algunas mams, que con xito van
logrando que sus hijas e hijos tambin puedan disfrutar del derecho
lingstico y cultural de estar conectados con sus familiares, as
como con sus semejantes quechuas.
Considero que si nuestros hijos no hablan quechua es porque
nosotros no lo quisimos, sea deliberadamente o no, el asunto es que
nosotras y nosotros somos los directos responsables de transmitir
nuestras lenguas, porque son justamente eso, nuestras, por tanto,
nosotras y nosotros debemos heredarlas a nuestros hijos. Si bien las
condiciones para su concrecin todava no son las ms adecuadas
por la marcada subordinacin del de nuestras lenguas respecto al
castellano, tambin debemos considerar que por lo menos en un
nivel legal y simblico se ha avanzado bastante para que nuestras
lenguas puedan ser desarrolladas. Ms bien, el hecho de sacarlas de
su escondite generara las condiciones ms ptimas para que otros al
escuchar y presenciar su uso pudiesen tambin animarse y luchar
con nosotros por la vitalidad de nuestras lenguas.
Es as como veo que sucedi con Ruth Cataln, por ejemplo,
una de mis colegas docentes de la Universidad Mayor de San Simn,
Viviendo junto con nuestra lengua 49
R.:Imarayku qallariqanki?
E.:Astawanpis uqa chaypi mana tukurisqanichu: wawasniy qhi-
chwata parlanankutaqa i. Ari uqapi: uqa yachachinay tiyan, uqa
parlanay tiyan. uqa kallpachanay tiyan qhichwata i. Chaypiraq
tukurisqani, manataq wasiypiqa. Sunquy aysakun chayman kay
proeib Andesman jamusqaymanta. Chaypi awirinchik qhawarin-
chik. Chantapis juk masiy kapuwarqa Marisela. Pay tapuwan
wawasniyki qhichwata parlankuchu ispa iwan. Mana ispa ini.
Chanta pay Cmo no van a saber quechua tus hijas. De m, por
ejemplo, mi hija sabe mi lengua. Yo pienso que los paps tenemos
que polinizar la lengua ispa iwaq. Waaay chaymanta tukurini.
Chaymanta yapakamun lecturas. Apayku revitalizacin lingstica.
Chantapis astawan chay revitalizacin lingstica isqataqa yachay
wasillapi tukurinchik. Chay uqapaq juk laqasu jina karqa. Jinapi-
taq qampis chayman chamullarqankitaq experienciaykita rikuni.
Wawaykita riqsini. Chayman Marciatapis rikullanitaq. Ednawan
tinkullarqanitaq paypis illawarqataq. Chaymanta qhawarikusqay-
manta mana allintachu ruwachkarqani. Mana saqichkarqanichu ri-
mayniyta wawasniyman. Ima nachkanitaq. Me parece uqa wak
52 Ser o no ser bilinge?
Cuando Ricardo tena como dos aitos, ya mucha gente estaba en-
terada de que l hablaba quechua. Entre esa gente estaba Inge Si-
chra, docente de la Maestra en eib del proeib Andes, quien tam-
bin fue mi docente cuando pas por la maestra durante los aos
2009-2011. Un da me llam a la casa y me sorprendi con su soli-
citud para que preparase una charla sobre la transmisin del que-
chua a mi hijo. Y fue durante esa conversacin en la que ella me dijo:
Ven y mustrales que es posible transmitir una lengua indgena
como lengua materna en contextos urbanos, porque ellos me estn
diciendo que no se puede y t eres un ejemplo de que ellos estn
equivocados.
Entonces, elabor un material donde plasm mi experiencia
con las motivaciones, frustraciones, estrategias, logros y aprendiza-
jes de transmisin intergeneracional del quechua. Y me fui dando
cuenta que en verdad haba hecho poltica lingstica por y para el
quechua y que para ello haba planificado y replanificando una y
otra vez durante el proceso, porque no haba un camino recorrido
que pudiese seguir sin ningn esfuerzo. Al contrario, haba que
construir un nuevo camino visible y slido porque haba necesidad
de que otros pudiesen verlo y sentirlo para que pudiesen seguirlo.
Cuando Inge me invit a dar la charla para los maestrantes de
la 7ma versin de la maestra en eib del proeib Andes, supe que po-
dramos convencer a otras personas a unirse a nuestra causa, bilingi-
zar a nuestros hijos y mostrarnos y mostrar a nuestros hijos en lugar
de camuflarnos lingsticamente. Por eso trat de sistematizar mis
experiencias de la mejor manera posible, tratando de registrar ejem-
plos de ese proceso para enriquecerlo. En ese intento, fui registrando
el habla de Ricardo de manera digital, en ocasiones de maneraescrita.
54 Ser o no ser bilinge?
que sufra Ricardo, fue que le permiti romper con ese temor de que
las personas lo escucharan.
Estos sucesos me permiten llegar a la conclusin de que dos
hermanitos quechuas son ms fuertes que uno, como tres o cuatro o
cinco o diez son ms fuertes que dos. Con esto quiero animar a otras
mams y paps a que les hablen en sus lenguas a sus hijos en sus
propias lenguas para luchar por el desarrollo y fortalecimiento de
identidad de nuestros hijos y as dejar de seguir perdindolos.
Lecciones aprendidas
Nuevos desafos
Sugerencias
aos y medio, y hoy, con mucha alegra, puedo asegurar que es una
nia bilinge, sabe castellano y quechua. Agarradas de la mano
estamosjuntas aprendiendo y viviendo el quechua con mi hija, un
proceso que a veces presenta problemas pero sobre todo, muchas
satisfacciones.
Yo quechua Y qu de mi hija?
afirma que ese tiempo que pas con su abuelita permiti que el que-
chua se quedase grabado en su vida, ya que cuando volvi a Cocha-
bamba a estudiar a la universidad, el quechua tambin retorn a su
vida. Fueron todas estas experiencias las que me animaron a tomar
la gran decisin de hablarle en quechua a mi hija. Si ellos pudieron
Por qu yo no?, con esas ideas me desafiaba yo misma.
El paso de las palabras a las oraciones fue rpido, pas casi sin darme
cuenta; de repente, un da la estaba escuchando decir oraciones comple-
tas y complejas. As, por ejemplo, una de esas noches que pasbamos
por el parque que a ella le gustaba mucho, dijo, muy convencida que la
puerta del parque estaba cerrada: Wisqasqa kasan punku, mama; la
puerta est cerrada a lo que yo le contest afirmando que lo que deca
era cierto: Ar wawy, wiskasqa kasan punku s, mi nia, la puerta
est cerrada. Entonces, ella nuevamente me deca que no haban nios
porque se haban ido a dormir, ya que era de noche. Mana kanchu
wawas i? Puuchkanku, tutaa. Yo nuevamente confirm lo que de-
ca: Ar, waway, tutaa, chayrayku puuchkanku.
Si no lo hago yo, quin lo har? 71
poda permitir que mi hija se olvidara con tanta facilidad aquello que
me haba costado ensearle, as que prcticamente la forc a retornar
al quechua, aunque para eso tuve que coartar su libertad y en cierta
medida su creatividad.
Al principio, no la escuchaba cuando ella me hablaba en caste-
llano, me haca a la que no entenda. Mana entiendeykichu le deca.
Si me peda hacer algo o salir a la calle en castellano, no la escuchaba,
pero si me lo peda en quechua, s la escuchaba. Recuerdo que me
deca: Mam, quiero ir al parque Mam, quiero agua Mira aquel
perro. Y yo, sin escucharle, me haca a la que no la entenda. Ella
despus de insistir un buen rato y al darse cuenta que no la entenda,
cambiaba de lengua y enojada me deca: Parqueman riyta munani,
mam Yakuta munani, mam Qhawariy chay allqu.
Despus me di cuenta que no era suficiente con decirle que no
le entenda, ya que ella insista demasiado en hablar el castellano,
por lo que decid que deba corregirle, es decir que deba indicarle
explcitamente cmo hablarme. Le deca: As, de esta manera
dime: Mama, parqueman riyta munani! Mam, quiero ir al parque
Yakuta munani niway Quiero agua, dime, Qhawariy allqu niway
Mira el perro, dime. En ocasiones simplemente le deca Nuqajina
parlay, es decir, que le peda que hable como yo. Recin cuando ella
me hablaba en quechua, yo, con mucho cario, le responda en que-
chua, hacindole sentir que me gustaba que hablase as, en quechua.
Incluso en las situaciones en las que ella mezclaba el quechua
con el castellano, yo le correga la palabra especfica que haba mez-
clado. As, por ejemplo, cuando me deca: Chay perro mikhusan?
(Ese perro est comiendo). Yo inmediatamente le deca alqu pe-
rro. Entonces, ella rpidamente reconociendo que la palabra que le
estaba corrigiendo era perro volva a formular la oracin: Chay
allqu mikhusan Ese perro est comiendo. As me lanc a corregir-
le gran parte de su lenguaje en quechua.
Esta etapa fue una de las ms difciles, senta que estaba lidian-
do con un verdadero enemigo. Por lo mismo pienso que si no le hu-
biera corregido como lo hice, casi forzndola a volver al quechua, mi
hija solo hubiera llegado al nivel de comprensin de la lengua que-
chua, es decir, que hubiera comprendido, pero no hubiera hablado.
Y aunque en algn momento de debilidad, resignacin y des-
nimo, pens que el hecho de que mi hija por lo menos comprendiera
74 Ser o no ser bilinge?
Desde que comenc con esta nueva etapa en mi vida junto a mi hija,
me di cuenta que el espacio familiar no era suficiente para practicar
y desarrollar la lengua quechua con ella. Es as que, esperando en-
contrar hablantes quechuas en la ciudad, bamos de paseo a los mer-
cados de la Av. Repblica y de la Av. Barrientos.
En estos mercados, mientras realizbamos las compras, aprove-
chbamos para practicar el quechua, intentando pasar el mayor tiem-
po posible con la vendedora, hacindole una y otra pregunta en que-
chua, todo ello para que mi hija escuche que tambin otros hablan
como yo. En ocasiones, las vendedoras me respondan en quechua
pero en otras se afanaban por hablarme en castellano. Recuerdo que,
en una ocasin, al comprar pan, la vendedora nos hablaba en quechua
y mi hija tambin le habl en quechua, le dijo tantata munani quie-
ro pan, la vendedora muy sonriente le respondi Kay tantayki,
wawita aqu est tu pan, hijita le dijo, y ella sonriente agarr el pan
que la vendedora le estaba dando.
En estos mercados tambin nos ponamos a comprar videos
musicales en quechua, veamos que en muchos puestos exponan
canciones folclricas y autctonas, entre ellas pudimos observar cue-
cas, wayos, tinkus y otros ritmos musicales, pero lamentablemente
muy pocos de esos videos estn grabados en quechua. An as, los
pocos videos musicales que pudimos encontrar nos sirven para escu-
char, cantar y bailar al mismo tiempo que practicar el quechua.
Si no lo hago yo, quin lo har? 79
Debo admitir que uno de los factores que mayor trascendencia tuvo
en el proceso de aprendizaje del quechua de mi hija fue el tiempo
casi completo que paso con ella. Es a partir de una conviccin y de-
cisin personal y familiar que decidimos, mi esposo y yo, dedicarles
el mayor tiempo posible a nuestros hijos, sobre todo en la primera
etapa de sus vidas.
Es por ello que, desde que naci mi hija Carla Andrea, trabajo
solamente por horas como docente en la universidad, y si se da la
oportunidad de trabajar con consultoras, las coordino va internet.
Por su parte, tambin mi esposo ha decidido reducir el tiempo de
trabajo para estar ms tiempo con nuestros hijos. Es este tiempo con
ellos que yo aprovecho para hablar y, ms que eso, para vivir en que-
chua con mis hijos. Pienso que este fue un factor decisivo para que
mi hija tuviera los logros que hoy tiene.
El apoyo de mi esposo
Si bien, desde que comenc con este gran desafo, fui yo la principal
responsable de ejecutar la propuesta que me haba planteado, debo
reconocer que tambin hubo otros factores y, sobre todo, actores
que me coadyuvaron en esta travesa. Se trata de mi esposo, quien,
Si no lo hago yo, quin lo har? 83
aunque no con la misma fuerza y conviccin que yo, estaba ah, jun-
to a m. l tambin es hablante del quechua, pero lo pone en prcti-
ca solo en situaciones de real necesidad, es decir, en espacios fami-
liares o de trabajo, cuando se encuentra con hablantes y parientes
quechuas. En su vida cotidiana, incluyndome yo en ella, se desen-
vuelve generalmente en castellano, incluso debo aclarar que durante
todo el tiempo que dur nuestro enamoramiento y noviazgo nunca
nos hablamos en quechua, por lo que mi decisin de hablarle en
quechua a mi hija primero lo desconcert, despus la acept y ahora
est de acuerdo con que yo contine con esa tarea.
En la primera etapa de desconcierto que sufri mi esposo, va-
rios eran los comentarios y las preguntas que me haca, textualmen-
te me deca: Yo no estoy en contra de que le ensees el quechua a
la beba, pero no ser que le va a confundir? Y cuando entre a la
escuela, los chiquitos no se burlaran de ella? Y si no aprende bien
el castellano? y Por qu siempre le quieres ensear el quechua?
Entonces, yo, con el nimo de convencerle, recurra a su histo-
ria familiar y a la cotidianidad de su trabajo dicindole lo siguiente:
Tu mam era quechua, gran parte de su vida les hablaba en quechua,
eso no ha impedido que ustedes (refirindome a l y sus hermanos)
hablen bien el castellano. Tu pap es quien les ha enseado. Enton-
ces, si ustedes han aprendido, tambin nuestra hija va a aprender,
adems, ahora que trabajas, y que tus hermanos trabajan, necesitan el
quechua para hablar con las personas que hablan quechua. Nuestra
hija tambin es parte de esta sociedad y en algn momento de su vida
va a necesitar hablar con la gente en quechua, y si nosotros no le
enseamos va a ser difcil que aprenda en un instituto.
Con esas palabras le persuada y, en cierta medida, lo conven-
c. l no se opuso a que yo le hablara en quechua a mi hija, pero l
decidi privilegiar el castellano con ella, no pude impedrselo, ni
obligarle a emplear el quechua como forma exclusiva de comunica-
cin con mi hija, pues tambin era su hija y como tal, tena todo el
derecho a decidir en qu lengua comunicarse con su hija.
Comprend que l era un adulto, y que tena su propia historia
de vida, sus propias convicciones y su propia profesin, por lo mis-
mo, no haba vivido los mismos procesos que yo, nunca haba estado
en cursos donde le hablaran y reflexionaran sobre la identidad
cultural,la interculturalidad, y menos sobre la revitalizacin
84 Ser o no ser bilinge?
Desafos pendientes
Mis aprendizajes
Basta con hablarle, ella ya me capta. Ruth junto a su hija Carla Andrea
No me dejar ganar con el castellano,
mi hijo aprender quechua
Rossmery Alejo Ruiz
Quechua, Cochabamba, Bolivia
Origen y migracin
Mis estudios
As tom la decisin
Obstculos
Logros
Efecto en mi hijo
Efecto en m
Efecto en su padre
hablarcon mi hijo y ver que l hace lo que le digo, sin hacer gestos, se
queda callado y no dice nada. Pero, cuando mi compadre vino a la casa
y me escucha hablarle en quechua a mi hijo, le pregunta a mi esposo:
Entiende quechua? Y l le responde S, su mam le habla solo en
quechua. En la casa de mis suegros, cuando mi suegra le dice a alguien
que sabe quechua, de inmediato l interviene y les dice que sabe todo.
Ahora, despus de ver y no creer al principio, l dice que ha sido quien
me ha animado primero a que tome esta decisin.
Mi pareja, si bien me anim, luego dud, ahora al verle a mi
hijo, tambin se queda muy sorprendido. Ahora l le habla en que-
chua y mi hijo le responde mana no, ar s, jaku vamos,
khhuru gusano. Tambin, cuando preguntan sus amigos De
verdad sabe quechua? l responde que s.
Estoy muy feliz, ya que veo el fruto de mi esfuerzo y enfren-
tarme al castellano ha valido la pena. Pese al tiempo que dispona
para estar con mi hijo, lo poco que tena se convirti en mucho,
porque trabaj el doble y me dediqu a ello con mucho amor.
Desafos
Lecciones aprendidas
Para empezar, estoy registrado como Juan Reyes Ruiz, pero me gus-
ta que me llamen por mi nombre, Xwa, como me llaman en zapote-
co los abuelos de la comunidad. Pocos son los que me llaman por el
nombre que me gusta. En mi casa y en la comunidad slo me dicen
Juan, pocos son los ancianos de la comunidad que me dicen Xwa.
Aunque cuando estaba pequeo no me gustaba este nombre, ahora
deseo que me llamen as, algunos de mis amigos del facebook ya me
estn empezando a llamar de esta manera, incluso aqu en Bolivia.
Porque Xwa es un nombre zapoteco para llamar a los Juanes. Me
nombraron Juan en honor a mi abuelo paterno, a l tambin le co-
nocan como Xwa. Nac en la comunidad de Las Cuevas, Santo Do-
mingo de Morelos, Pochutla, Oaxaca. Soy hablante de la lengua
zapoteca de la sierra sur costa.
Nac y crec en una familia monolinge zapoteca, mi pap, mi
mam y mis dems hermanos hablan el zapoteco, yo, por lo tanto,
aprend a hablar mi xkz n, dst. Yo ocupaba el sptimo lugar de
mi familia ahora ocupo el sexto, ya que uno de mis diez hermanos se
nos ha adelantado en el camino.
Desde miy n recin nacido nzn l nchng1 mis padres me
hablaron en zapoteco, mi madre por su parte en todo momento y
en donde quiera que iba me llevaba cargando en su espalda con
reboso y en todo el tiempo me hablaba en dst, ella me ha contado
que mis abuelos me arrullaban en sus brazos, cantndome en dst.
Mi mam por su parte, haca lo mismo, me arrullaba y me cantaba
hermanas, no le creeran, por eso tengo que estar ah para eso. Ahora
las cosas ya han cambiado, mis otros hermanos ya entienden mejor el
espaol y ellos son los que le ayudan. Aunque mi mam dice que ya
entiende dos que tres palabras que ha aprendido de los aos noventa
para ac con las influencias de muchas personas que llegan a la comu-
nidad, entre ellos, mdicos, trabajadores del seguro popular, vendedo-
res forneos, las plticas que recibe en la casa de salud, etc.
Ahora ya no insisten tanto con eso de btodis g ds xtil yj,
aunque estn con el nuevo pendiente de aprender tan solo a escribir
su nombre y hacer sus firmas.
Actualmente, ya mis padres no insisten tanto porque he logra-
do incidir en ellos, en que el dst es importante por lo que a conti-
nuacin describir. Pero antes de ello, veo necesario anotar que
ahora encuentro la resistencia en mi hermana y posiblemente en los
dems, solo que no me lo dicen. No lo pensaba de una de mis her-
manas, porque con todos en la familia hablamos el zapoteco, pero
cierto da cuando nos fue a visitar en la casa, al escucharme hablar
con mi hijo en zapoteco y a mi sobrina, no s qu le pas pero dijo:
Tu pap y tu to ni parece ser maestro, porque todo el tiempo les
habla en zapoteco en vez de hablarles en espaol. Esto me cay
como agua caliente, pero me detuve en darle toda la explicacin,
slo le dije ch mas ntak ds xtil ndyak l y piensas que vale ms
el espaol?. Ya no me respondi y sigui con su quehacer.
animales y objetos tanto del contexto mediato como del contexto in-
mediato para que aprenda las tres lenguas al mismo tiempo, pero la
que ms funciona es la estrategia de inmersin con los abuelos, esa es
nuestra principal estrategia y es la que a continuacin se detalla.
Desde que naci Yahir Zuriel, siempre le hemos hablado en
las tres lenguas y cabe decir que no es por planificacin sino es por-
que queremos que el nio sea trilinge o, cuatrilinge, si se puede;
adems lo hacemos por necesidad y tambin para evitar problemas
en nuestra relacin. Cuando estamos juntos su mam y l, y no te-
nemos problema alguno, le hablamos en las tres lenguas: en espaol,
en mixteco y en zapoteco de manera indistinta. Por ratitos, le habla-
mos en espaol, por ratitos le hablamos en zapoteco y por ratitos en
mixteco, esto lo hacemos cuando no tenemos problemas, cada quien
le habla en su lengua y lo hacemos en todo momento, ya sea en la
casa, en la calle, en la suburban, en las oficinas, en el restaurant,
durante el trayecto del camino, en los juegos, en el patio, en la co-
mida, en las fiestas, etc. Pero sucede que cuando tenemos algn pro-
blema o alguna discusin, por acuerdo de ambos, le hablamos solo
en espaol, esto para que ambos entendamos lo que le estamos di-
ciendo al nio, as evitamos tener ms discusiones, evitamos mani-
pular al nio a hacer o pensar algo a nuestra manera hablndole en
nuestra lengua. Aunque no es el momento exclusivo para hablarle en
espaol.
Porque muchas otras veces, lo que hago y lo que hace su
mam, es aprendernos algunas palabras de nuestras lenguas y ense-
guida le enseamos a nuestro hijo hablndole en las tres lenguas.
Por ejemplo, cuando estoy paseando en el patio de mi casa y nos
encontramos frente a un perro y el nio lo tengo sentado en mis
brazos, le pregunto en espaol, sealando al animal: Qu animal
es ese? l me responde: perro, enseguida le digo en zapoteco
mbak, mbak y luego en mixteco tin. A veces, Yahir lo repite
automticamente, otras veces le tengo que insistir para que lo haga
y lo hace las veces que sea necesario, naturalmente, sin ningn pro-
psito de memorizacin o sensatez de enfado por parte del nio;
pero luego hago la misma pregunta en zapoteco: Ch m jwan
n? Ch my? Qu animal es ese? Qu animal es? Yahir me
responde: mbak. Y para que Yahir no se le olvide el nombre del
mbak, lo que hago es bajarlo de mis brazos y hago que l le pegue al
126 Ser o no ser bilinge?
Pap: (tocando el fruto) Jwan reya ndel bd, bdy este se llama
pltano, es pltano.
Yahir: Bdy es pltano.
Pap: a, bdy pay s, es pltano papi. T bd Quieres comer
pltano?
Yahir: A .
Pap: Tata bd yey pay, naba ndyn y z tn bd ngy w to-
dava est verde papi, al rato que estemos en casa de doy
pltano maduro.
Yahir: (se re).
Pap: (avanzando con otras plantas) Jwan reya ndel la, lay gus
este se llama hoja, hoja di.
Yahir: (sin ninguna dificultad) La
Pap: La, la, la.
Yahir: La, la, la.
Pap: (tocando la hoja) Ch l jwan reya? Cmo se llama ste?
Yahir: (no tarda mucho y dice) La.
Pap: La reya nak kolor nay wi, kolor nayy esta hoja es color
verde mira, es color verde.
Yahir: Nayy, nayy.
mixteco y, por lo tanto, las pone a gran volumen en la casa para que
escuchen tambin Yahir y toda la familia. La mam empieza a vocalizar
y cantar, de paso le sigo yo pero me cuesta mucho trabajo y Yahir se
pone a bailar y de repente le ensea a cantar en mixteco. Como a Yahir
le gusta mucho escuchar melodas musicales, aprovechamos tambin
estos recursos para fortalecer la identidad mixteca en l desde peque-
o, pero siendo el modelo sus padres, es decir, nosotros, porque noso-
tros somos el ejemplo de nuestro hijo y l es como esponja, va apren-
diendo todo lo que nosotros o los grandes le vamos enseando.
Podemos decir que el mixteco ha sido la lengua abuelerna de
Yahir, aunque tambin habla muy bien el espaol, ya que en la casa
vive una ta que le habla en espaol. A Elvira, como se llama su ta, le
encargamos que le hable en espaol, ya que tambin consideramos
que Yahir, aparte de aprender a valorar primero sus lenguas materna
y paterna, las lenguas de sus races, debe aprender tambin el espaol
para desenvolverse sin ningn problema en todos los contextos.
En la casa, su ta le ensea el espaol como puede. Juega con
l, lo baa, a veces le da de comer, lo saca a pasear, lo lleva a la es-
cuela, lo viste y en todo este tiempo, le habla en espaol. Aunque
cabe decir que, por ratos, su ta se aburre de tanto hablarle en espa-
ol y prefiere hablarle en mixteco. Por eso es que Yahir sabe tanto el
mixteco como el espaol pero tambin el zapoteco.
Como Yahir se est criando con sus abuelos maternos, vive un
proceso muy natural de inmersin. Le platican, lo regaan, lo diri-
gen, lo guan, lo educan en mixteco. Pero algo muy importante, el
nio en ningn momento est solo, todo el tiempo vive situaciones
intensas. Por ejemplo, a tan corta edad acompaa a su ta a pastear
las ovejas, comienza a vociferar a las ovejas para que avancen, las va
imitando y, por tanto, tambin les platica, les da de tomar agua, in-
tenta ponerles comida, etc. y es tambin ah donde su ta o su abue-
la lo van educando y le van diciendo las precauciones que debe tener
con las ovejas. Cuando est son su ta, lo hace combinando las dos
lenguas, cuando est con sus abuelos, solo lo hacen en mixteco.
Finalmente, en ocasiones, cuando Yahir se encuentra con noso-
tros, hacemos que nos hable en espaol para que ambos entendamoslo
que l dice. Claro, a veces no se distingue ni hay momentos especficos
en que decidimos hablarle en espaol o en una de las lenguas, eso pasa
espontneamente, su mam cuando sabe que no estoy cerca o no me
Experiencias de revitalizacin de las lenguas mixteca y zapoteca 131
Logros y desafos
Mi lengua materna
dimos roles para cada uno en cuanto al uso de la lengua, cosa que mi
hija tena que saber las dos lenguas desde la casa.
Los roles se distribuyeron de la forma siguiente:
a. Mi esposa era quien la hablaba todo el tiempo en awajn.
Hablaba como si dialogara con ella, le haca rer, cuando balbuceaba,
igual segua hablndole. Cuando ya empez a pronunciar palabras,
siempre le enseaba los nombres de todo sin exageracin, por ejem-
plo, perro nunca le deca wauwau, gato nunca le deca miau, etc..
b. Yo, era la persona que tena que hablarle en castellano des-
de el da de su nacimiento y mientras vivamos en la comunidad de
Ebrn, que era un contexto monolinge awajn. Adems, no slo
era hablarle, sino buscar lecturas de relatos, fabulas, leyendas, can-
ciones y videos. Todo el tiempo le hablaba como si fuera adulta y
estuviera conversando con ella. Por ejemplo, le deca: Mi beb, hoy
da te contar una leyenda o una fbula, segn el texto que le haba
seleccionado, y lea; otro da, le haca escuchar msicas variadas.
Todo eso cada vez que tena tiempo libre, no era todos los das.
Mientras viva en la comunidad de Ebrn, igual segu habln-
dole en castellano, pude notar que s me entenda, cumpla rdenes
que le haca, pero me contestaba en awajn. Todo porque vivamos
en un contexto monolinge awajn. Mientras su mam y los parien-
tes que me visitaban y los que le cargaban le hablaban en awajn, yo
incluso buscaba nios para que le hagan jugar hablando en awajn
hasta que cumpli los 4 aos de edad. Todo eso para que se perfec-
cione bien en su lengua indgena como lengua materna.
Un da me acompa en el aula donde yo trabajaba e hizo
amistad con mis alumnos, era clase de lengua castellano y todo tena
que desarrollar en esa lengua. Mi hija result siendo quien traduca
al awajn para que los estudiantes entendieran. Eso me llen de ale-
gra porque pude notar que mi hija ya entenda, a la vez, preocupa-
cin porque no poda hablar conmigo.
Cumpli los 4 aos edad, estaba ya en edad escolar, igual tena que
conversar con mi esposa para hacerle entender que mi hija ya estaba en
edad escolar y era necesario llevarle y hacerle estudiar en un contexto
castellano. Esa propuesta fue muy complicada porque se trataba de
alejarse, yo por cuestin de trabajo, permaneca en la comunidady mi
Me dije: mi hija tiene que aprender las dos lenguas 141
Las fortalezas
Mi hogar
Los abuelos
La comunidad
La escuela
La escuela de Nivel Inicial fue una aliada que ayud mucho para que
mi hija perfeccionara bien el castellano, aun siendo su segunda len-
gua. Fue as, porque permiti que mi hija entendiera y usara el cas-
tellano relacionndose con sus compaeros de estudio y con su pro-
fesora que era monolinge hispanohablante. Esa relacin a travs
del juego y canciones le ha permitido ir perfeccionando el uso ade-
cuado del castellano como su segunda lengua.
Desde su primera clase, mi hija hizo amistad de manera inse-
parable con una nia monolinge hispanohablante y todo el tiempo
cuando andaban juntitas, hablaban en castellano. Su amiga, en algu-
nas ocasiones, le correga la pronunciacin de algunas palabras que
pronunciaba mal y le deca que repitiera como ella pronunciaba. Esa
buena accin de su amiga ayud a que mi hija siguiera perfeccionan-
do y aumentara su vocabulario en el castellano.
Por otra parte, la profesora monolinge en castellano fue otra
persona que me ayud mucho, porque su clase era toda en castella-
no, sacaba a sus estudiantes a la calle para que saluden a las personas
mayores haciendo uso del castellano, adems, les haca jugar entre
sus compaeros, etc.
Fui consciente de no usar traducciones bajo ningn criterio,
por ms desesperante que sea. Si dialogaba con mi hija, utilizaba la
lengua con que empezbamos, o sea, si empezaba con awajn, se-
guamos dialogando solamente en awajn y si empezbamos en cas-
tellano, todo era en castellano. Esa actitud ayud a que mi hija pro-
nunciara bien y formulara bien la oracin en castellano y en awajn.
No fue fcil hacer entender a mi esposa sobre la decisin que
yo tomaba, lo peor era que tenamos que separarnos por cuestin de
das por motivo de estudios de mi hija cuando cumpli sus 4 aos.
Es por eso que mi esposa y mi hija tenan que vivir en la provincia de
146 Ser o no ser bilinge?
Los logros
Mi hija Shaag, en sus primeros das de clases, era la nia que sala
tarde de la escuela. Mi esposa, quien la iba a traer todos los das, un da
se quej ante m, diciendo que mi hija le haca esperar mucho al lado
de la puerta porque no sala rpido; preocupado me di tiempo y fui a
preguntar a qu se deba que mi hija saliera tarde. La gran sorpresa
fue que la profesora me dijo de manera asombrosa que mi hija era
muy amigable y ayudaba a muchos nios que no comprendan las
explicaciones para hacer algunos trabajos que ella daba en castellano.
Como la nia entenda muy bien el castellano, poda explicar en
awajn a sus compaeros, que luego salan entendiendo lo que ella les
Me dije: mi hija tiene que aprender las dos lenguas 149
haba dicho. Por eso, ella demoraba mucho en sus trabajos y termin
diciendo: Le digo que no se preocupe, pero ella siempre termina
apoyndome. Por eso, ella es bien querida por sus amigos y amigas
monolinges castellanohablantes y hablantes de awajn, porque ella
no tiene dificultades en cuanto al manejo de ambas lenguas awajn y
castellano. La institucin educativa Inicial de Juan Velasco Alvarado
donde estudiaba mi hija tena muchos nios de la comunidad mono-
linges en awajn, pocos nios bilinges y muy pocos monolinges
castellano hablantes. Su profesora era monolinge en castellano.
Lecciones aprendidas
Por tal motivo, las tres hijas heredamos la lengua quechua como nues-
tra lengua materna, desde que tuvimos uso de razn.
Durante el tiempo de mi niez, hablar quechua siempre fue
motivo de discriminacin, tanto en la escuela como en la zona donde
viva; sin embargo, por ser la lengua en la que me comunicaba con mi
madre, hablaba quechua en todo espacio y momento. En ese sentido,
la lengua quechua y la cultura siempre estuvieron vivas en m. La for-
ma en la que se viva en el ayllu de mis padres, tambin la vivamos en
mi hogar en Cochababa. No quiero animarme a decir que lo cultural
era quechua, porque mis padres son aymaras quechuizados. Esto
quiere decir que esos ayllus siempre fueron aimaras, y en tiempos pos-
teriores, los quechuas los conquistaron. As que seguremente lo cultu-
ral estaba centrado en lo quechumara2 o lo aymachua;3 solo s que mi
madre nos alimentaba lingstica y culturalmente en la nica forma
en la que poda hacerlo: hablando quechua y siendo quechua.
A mis doce aos lo recuerdo tan bien! me nace el gusto y la
pasin por aprender lenguas extranjeras en el colegio, pues era la pri-
mera vez que tuve las materias de ingls y francs. As que desde en-
tonces tom la decisin de estudiar lenguas cuando terminase el cole-
gio, pero ojo, lenguas extranjeras, y sobre todo el ingls. Por ese
tiempo tambin, con franqueza y tristeza quiero decir que el quechua
no era la lengua que estaba en mis planes de enseanza de lenguas.
Ahora, pienso y me pregunto si habra sentido lo mismo, si en el co-
legio me hubiesen enseado la lengua quechua. Simplemente, s que
para m se estaban abriendo nuevas puertas que no esperaba.
Algunas estrategias
Imayanalla wawity?
Muchariway!
Mamy!
Taty!
158 Ser o no ser bilinge?
Jamuy!
Jaku!
Mikhukuna!
Utqhay!
Uyariway!
Puriy!
Mikhuy!
Apamuy!
Qhaway!
Qayakama wawity!
Puukapuna!
Quriway!
De esa manera, algunas veces, mis hijas crean frases que yo no les
he enseado, pero siempre terminan siendo muy ocurrentes. Algunas
veces cuando una de ellas cometa algn error en la pronunciacin o en
el orden de palabras, la otra inmediatamente le correga diciendo:
Nuestros desafos
Lecciones aprendidas
Cintia de 17 aos con traje tpico de San Lucas Nor Cinti Chuquisaca
alberga a nios de comunidades rurales y cuyo fin tiene que ver con la
atencin nutricional y el aprestamiento pedaggico. All pude observar
dos interesantes extremos: por un lado, nios que al tener contacto
diario con sus similares adquieren con naturalidad un bilingismo adi-
tivo, activo y productivo de una de las lenguas que no saban. Por otro
lado, nios bilinges que perdan sta su condicin y se hacan mono-
linges en castellano producto de la decisin de sus padres y sobre
todo de sus cuidadores. En el fondo, producto de la mentalidad digl-
sica y la experiencia lingstica escolar castellanizante que tuvieron los
adultos, aspecto que va en detrimento de la lengua indgena.
Con estos hallazgos en la tesis, empec a tener mejor compren-
sin de mis lecturas, especialmente las referidas a las polticas de des-
plazamiento, negacin e invisibilizacin y, polticas de planificacin
lingstica relacionadas con la revitalizacin y desarrollo de nuestras
lenguas indgenas en espacios de asimetra lingstica en el contexto
nacional e internacional. A partir de ello, me nacieron inquietudes e
imaginarios respecto a la revitalizacin y promocin de la lengua que-
chua que he intentado reflejar en mi posterior desempeo laboral.
En mi primer trabajo en la Universidad Pedaggica, hoy Escue-
la Superior de Formacin de Maestros, la mayora de los jvenes, hijos
de padres bilinges, sufran o mostraban frustracin en su aprendizaje
formal porque no saban hablar esta lengua aun siendo quechuas. Esto
sucede todava y quizs hasta con mayor intensidad. Este aspecto hizo
que trabajara con fuerza polticas de sensibilizacin tratando de ge-
nerar mayor apego y empoderamiento con nuestra identidad quechua
a travs del aprendizaje formal de la lengua. La apuesta era hablar
nuestra lengua con orgullo para lo que tuve que munirme de una serie
de medios efectivos de aprendizaje de la lengua. Algo que todava me
llama la atencin es el hecho que las seoritas y jvenes digan tan re-
currentemente y hasta tan nostlgicamente: Mis padres hablan pero a
m nunca me ensearon, nunca me transmitieron.
Partiendo de la nocin de que el hablante tiene no solo la l-
tima sino la primera palabra y que no hay poltica lingstica ms
efectiva que la transmisin, me surgieron siempre inquietudes res-
pecto a mi papel de revitalizacin dentro de mi propio entorno:
Hasta cundo ser coherente con mi discurso? Mis hijos pasarn
sufrimientos o frustraciones en las aulas y fuera de ellas igual
que mis estudiantes incluso habiendo tenido madres y/o padres
Ser o no ser bilinge: Una cuestin de decisin en el hogar 171
Las estrategias?
Los resultados?
Las dificultades?
Desafos actuales
pens que podra ser muy til para mis propsitos pedir el apoyo de
una cuidadora monolinge quechua.
Con mucha suerte, pude encontrarme, por entonces, con una
joven monolinge quechua, a quien le manifest mi necesidad y deseos
respecto al idioma, a lo que ella me respondi de la siguiente manera:
De la intencin a la concrecin
Prejuicios
Amaru: Mami, mi amigo ha dicho que slo los cholos hablan que-
chua, dice que no quiere aprender a hablar, es mejor apren-
der ingls.
El amor, factor cultural y lingstico 201
Entorno sociolingstico
He podido ver casos de muchos nios y nias que han logrado ad-
quirir lenguas diversas por inmersin, lo cual podra ser tambin
una buena estrategia para el mejor aprendizaje del quechua por par-
te de mis hijos. Habra una necesidad prioritaria de usar la lengua
quechua en interacciones funcionales, en situaciones comunicativas
reales; se concretizara la frase: la necesidad obliga.
Las maestras del aimara:
la abuela y bisabuela de Malena
M. Brenda Atahuichi Torrez
Aimara, Cochabamba, Bolivia
Malena, mi wawa
Abuelita maestra
5 El pitu es la harina que se hace de un cereal que puede ser de quinua, cebada o
amaranto.
214 Ser o no ser bilinge?
eso, mis paps me dijeron una vez que Malena aprendera a hablar
ms rpido en aimara que yo.
Entend que es un proceso largo el que Malena adquiera la
lengua, por eso no quise enviarla a una guardera porque perdera el
contacto con mi mam y abuelita y con la lengua. Hubo momentos
en que me preocupe porque no escuchaba a Malena usar palabras en
aimara y le manifestaba a mi mam esa preocupacin. Ella sabia-
mente me deca: No te preocupes, ella ya entiende y ya va a empe-
zar a hablar. Ella si poda evaluar a Malena en su avance, yo me
estaba adelantando, ahora que escribo este artculo me doy cuenta
que hubo un gran avance en la adquisicin del aimara en Malena
porque ella entiende muchas frases y est empezando a usar palabras
en aimara en la estructura del castellano y a decir frases cortas.
Esto me alegra y tambin me sorprende porque en algunos
casos son palabras que yo no uso pero que es parte del vocabulario
de mi abuelita o de mis paps. Las primeras palabras que ella us en
la estructura del castellano fueron: chhaqhatau, wishkhu, jinchu,
tikha, phaxsi y qulqi. Relatar en que situacin las dijo:
Por otro lado, entre las frases y preguntas que mi mam sea-
la que Malena entiende son:
La fiesta de Xinara
Un entorno ms favorable
Forjando identidades
III
Con la lengua, la cultura
Introduccin
las y los abuelos, los tos y las tas, los primos y las primas y toda la
comunidad en su conjunto, inspirada por la historia colectiva del
pueblo guaran y su proyecto de vida.
En estas pocas pginas, procuro resumir una experiencia de
vida que tuve junto con mi primognito hijo Gabriel Tomi Aemoti
Miranda, en una ciudad intermedia del chaco boliviano, Camiri.
Esta ciudad que en otros tiempos fue la capital petrolera de Bolivia
dej profundos rastros de exclusin y racismo, fiel a los usos y cos-
tumbres de un modo de vida que vivan los privilegiados y usufruc-
teros del oro negro. Tal caracterizacin fue confirmada por sus pro-
pias autoridades: en una ocasin (ao 1999), el Subprefecto de la
Provincia Cordillera se expres de la siguiente manera: Hace 10
aos era muy difcil encontrar por las calles personas que hablen la
lengua guaran. Aadiendo de aqu en 10 aos ser muy difcil
encontrar por las calles de Camiri personas que no hablen la lengua
guaran. Evidentemente, dicha proyeccin poltica es plausible,
pero que solamente se concreta cuando se toma una decisin de
hablar, hablar y hablar la lengua indgena. Solo esa decisin tiene
fuerza y es capaz de superar todas las fuerzas como la tecnologa, los
medios de comunicacin masiva y las prcticas de la vida urbana,
que por sus condiciones cosmopolitas son letales cuando nuestras
lenguas indgenas son dbiles.
Esta breve experiencia me demuestra que con una estrategia
de orden holstica, las generaciones del futuro pueden vivir en con-
texto urbano sin perder su lengua, su familia y su comunidad. Pero,
para lograrlo, se requiere sembrar la semilla desde muy temprana
edad, de lo contrario, tambin tendremos lamentaciones solo por no
tomar las decisiones oportunas que definen el rumbo cultural de
nuestros hijos e hijas, nietos y nietas.
Un poco de mi recorrido
bien. Dejemos que el castellano lo aprenda con los que saben bien el
castellano, de lo contrario, ninguna de las dos lenguas aprender y
hablar bien. Entonces les ped que le hablen en una lengua que ellos
manejan, hablan bien y esa lengua es el guaran, y que de cualquier
forma aprendera con facilidad el castellano porque vivimos en un
lugar donde solamente se habla castellano, tendr amigos, compaeros
del colegio, en las calles, en la televisin y en la radio escuchar y
aprender el castellano. Estos acuerdos tuvieron buenos resultados,
ya que desde su nacimiento hasta la actualidad el Aemoti ya cum-
pli 9 aos la comunicacin con el Aemoti es solamente en guaran.
Como mam guaran sent una gran felicidad cuando el Ae-
moti pronunci sus primeras palabras pero en guaran. No le ha-
blen en castellano, su mam no quiere, se va a enojar es la consigna
que maneja mi mam y mis hermanas para los visitantes guaran que
llegan a la casa y tienen la tentacin de hablarle en castellano. De
esta forma, tambin nos apoyan hablndole en guaran. As el Ae-
moti se da cuenta que no solamente nosotros hablamos el guaran.
Gracias a esta advertencia permanente de mi mam y mis hermanas,
hemos logrado nuestro objetivo.
Tengo que valorar el apoyo de las profesoras, porque las veces que con-
vers con ellas sobre la situacin de mi hijo, siempre mostraron predis-
posicin para apoyarle, y algunas me decan: gracias al Aemoti estoy
aprendiendo algunas palabras de guaran, quisiera hablar como l.
Una de las profesoras comparti conmigo la estrategia que
utiliza para que el nio entrara en confianza con sus compaeros y
que sus compaeros tambin se den cuenta de que l es guaran y
habla guaran. Segn la profesora, el primer da de clases lo hace
pasar al frente y lo presenta a sus compaeros, comenzando por su
nombre, que tiene un nombre en guaran, que es guaran, habla gua-
ran, tambin habla castellano y adems aprender el ingls, enton-
ces hablar tres idiomas y ustedes hablarn dos idiomas, entonces
tendrn que aprender guaran para igualar al Aemoti. De esta ma-
nera, sus compaeros tienen motivacin para aprender el guaran,
les cuentan a sus padres sobre el Aemoti y les piden que quieren
aprender el guaran como l.
240 Ser o no ser bilinge?
Siempre que nos ven hablando a los dos, o si lo ven hablar guaran al
Aemoti, la mayora de las personas se sorprenden y hacen comentarios
positivos. As, cuando vamos a mi comunidad le dicen: mir, ese
chiquitoestudia en Camiri, vive en Camiri y habla guaran no? En la
Nuestra lengua vive y vivir si la hablamos siempre 243
Introduccin
Yo, mam, soy de un ayllu quechua del Norte de Potos, al igual que
todos de mi ayllu me cri lactando la lengua quechua de mi mam,
por lo menos eso dice mi mam. En mi familia, desde que recuerdo
hasta la actualidad, siempre nos comunicamos en quechua. Salvo
con mi mam, la comunicacin fue y es en quechua y castellano,
pero quiz ms en quechua. Debo advertir que estoy refirindome al
castellano popular, no al castellano estndar.
Los vnculos con los familiares, los vecinos y parientes siem-
pre fueron en quechua; incluso en las actividades que participamos
en la comunidad, la comunicacin se suele hacer en quechua.
Mi paso por la escuela rural no signific olvido, menos erosin
del quechua porque los profesores explicaban los contenidos en que-
chua, aunque en los cuadernos escribamos en castellano, tambin la
comunicacin en la interaccin con los y las compaeras era en que-
chua. El castellano escolar casi siempre fue un problema para m, en el
sentido de que era muy tcnico y en los contenidos subyaca una cultura
desconocida. A pesar de ello, el castellano popular que hablaba y enten-
da me ayud, de alguna manera, a comprender algunas pocas cosas.
Lo interesante del uso del quechua en la escuela del pueblo de
San Pedro de Buena Vista de Norte de Potos (escuela - colegio Fe y
Alegra de convenio) fue cuando aprend a escribir el quechua en la
materia de quechua, en segundo intermedio (7mo. ao de escolaridad).
Realmente es la mejor experiencia de aprendizaje de esa poca, porque
la asimilacin de las normas de la escritura del quechua fue sencilla.
Estas normas estaban referidas a la diferenciacin de palabras por la
existencia de los fonemas simples, aspirados y explosivos;por lo tanto,
254 Ser o no ser bilinge?
Dificultades en la transmisin
Desafos
Ccatqueito, Ccatqueito
no te pongas ese poncho,
ese poncho no es de Ccatcca,
ese poncho es de Ocongate (bis)
comprendan las dos culturas. Sentimos haber logrado que sean bi-
linges, lo que les ha facilitado en muchos aspectos. Son ms com-
prensivos en muchas situaciones de la vida cotidiana; de acuerdo a lo
que ellos han manifestado, el saber quechua les ha permitido apren-
der sin mayor dificultad el ingls como tercera lengua, ya que tam-
bin muestran una fluida comunicacin esta lengua; muchas veces
ambos conversan y hacen planes indistintamente en quechua, en
espaol o ingls. Esto nos hace sentir como padres enormemente
feliz y satisfechos, aunque sabemos que tenemos que seguir alimen-
tando en el camino y aportar para que cuando ellos tengan descen-
dencia, no se olviden de sus races ni del compromiso y la responsa-
bilidad que tienen con su cultura.
Particularmente yo me siento muy feliz, ya que ellos al apren-
der tambin el ingls no se sentirn frustrados como yo cuando via-
j a Inglaterra. All todos me conversaban en ingls y yo no poda
responder ni comprenda casi nada, no poda conversar ni pregun-
tar. Como dicen en mi tierra, era una opa (discapacitada) en ese
mundo. En mis adentros tambin pienso cmo se sentirn tambin
los estudiantes cuando los y las docentes les hablamos solo en caste-
llano cuando sabemos que no hablan todava el castellano. Me ima-
gino que se sentirn tan angustiados como yo cuando no entenda el
ingls. El hecho de que hablemos nuestra lengua quechua no quiere
decir que no podamos aprender el castellano y si es posible, otras
lenguas tambin. Por eso deseamos garantizar la transmisin de mi
lengua y mi cultura en ellos y pensamos seguir orientndoles para
que en el futuro ellos no descuiden la transmisin de la cultura y
lengua quechua a sus hijos el momento que formen y tengan familia,
ya que por el momento an son estudiantes.
Tambin anhelo mucho que mis hijos provoquen el amor por
la lengua y por la cultura en las dems personas, sobre todo en los de
su generacin, ya que este grupo es el que est dejando de lado nues-
tro idioma justificando que el quechua ya no sirve para nada, pen-
sando que es innecesario aprenderlo porque no aparece en ningn
juego virtual como el dota, juego que apasiona a muchos jvenes.
Sus intereses van por las cosas modernas ms que por lo ancestral.
Mi hijo mayor est trabajando algo en eso, en los grupos con los que
se rene siempre habla el quechua, comenta sobre toda su experien-
cia vivida y compartida en Machacca y s que a muchos les interesa.
Nuestra cultura y lengua quechua desde las entraas de mam 291
Las estrategias
Nuestras fortalezas
Duranteel tiempo que vivimos con esta familia, siempre haba ocasin
para hablar sobre el quechua, mis hijos siempre estaban dispuestos a
ensear algunas palabras que les interesaba saber a esta familia.
Nuestras dificultades
As estamos ahora
Desafos actuales
Lecciones aprendidas
De la cultura a la lengua
Hiplito Peralta Ccama
Quechua, Cusco, Per
Unos hilos de rayo salan con vigor desde el apu (montaa) Pachatu-
san, la deidad que sostiene el mundo. Mi abuelo con su sombrero
apretando su pecho, muy reverente, se detuvo y se puso de rodillas
mirando la ciudad del Cusco desde el abra a donde llegamos cami-
nando casi 3 horas desde Wankarki, nuestro pueblo de origen. Con
mucha solemnidad dijo una oracin que repetamos cada vez que
llegbamos a ese mismo lugar y haca que yo tambin la repitiese,
aunque me recomendaba no lo digas igual que yo, di lo que te sale
de tu corazn, tal y cual le diras a tu madre mirndole a los ojos.
Qusqu Mama Qhapaq usta, chakiypi huchaykunaq qatikamus-
qantaya pampachaypuway chuya sunqu kusi sunqulla sunquykiman
haykuymunaypaqCusco gran madre, que las faltas que me han
304 Ser o no ser bilinge?
Espacios aliados
Pero hubo otros espacios que permitieron que mis hijos consoliden
su identidad. Uno de ellos fue haberlos tenido junto a nosotros en
Cochabamba, Bolivia, cuando estuvimos estudiando en el proeib
Andes, donde con frecuencia se quedaban en clases con nosotros
sobre todo cuando venan invitados y escuchaban hablar el quechua,
practicar su cultura local, sus costumbres, como los viernes de quwa
(especie de ofrenda con incienso que se prende los primeros viernes
del mes) donde solamos participar con mis hijos, que les permita
constatar que aun siendo otro pas, tenamos similitudes culturales,
es decir, no estbamos solos, que hay mucha gente practicando y
aorando lo mismo que nosotros, el fortalecimiento y reconoci-
miento de nuestra cultura.
La visita a Potos para asistir al sepelio de una compaera de
la primera promocin de la maestra tambin nos marc la vida, a
mis hijos y tambin a m, yo siempre pens que la vida dura era la de
los campesinos por todo lo que se tiene que hacer para sobrevivir en
zonas donde uno tiene que estar a merced de la voluntad de las llu-
314 Ser o no ser bilinge?
vias, del trabajo duro en las chacras. Pero cuando conversamos con
uno de los seores mineros en la entrada de un socavn, nos comen-
t que tena que caminar casi medio da para llegar hasta donde to-
dava haba veta de estao. Mis hijos repararon que este minero no
tena ms que una linterna, un poco de coca y aguardiente. El mani-
fest que se iba a quedar casi medio da dentro de la mina sin sol y
con una ventilacin reducida, para trabajar atentando contra su sa-
lud para sacar un poco de estao vender al menudeo y con ese poco
dinero comprar vveres y volver a la mina, todos sentimos una ansie-
dad e impotencia por ver esta realidad nos sentirnos invlidos para
hacer algo por revertir esta dramtica situacin.
En Sucre y Tarija, nuestros hijos seguan viviendo las manifes-
taciones culturales que siento fortalecieron su pertenencia, su iden-
tidad, especialmente en el Departamento de La Paz, donde la pre-
sencia de tantas culturas originarias terminaron por hacerles
entender la belleza de la diversidad. En Siwar cal hondamente este
sentimiento, tanto as que mi hijo mayor soaba con ser parte de un
grupo de sikuris (instrumentos de viento andinos), deseo que realiz
al formar parte de la tropa de sikuris del grupo Willkamayu. Apenas
pudo, tambin se integr al grupo de Los Italaques, una comparsa
que tiene la peculiaridad de tocar zampoas fabricadas de hojalata.
No s ni cmo, pero l particip en este grupo en una fiesta muy
conocida en la ciudad de la Paz en poca de carnavales.
Otros espacios que fortalecieron su identidad fueron haber-
nos acompaado en nuestros trabajos de campo, por ejemplo, en
Paqchapata Lux, donde nos incorporamos a una familia con hijos
casi de la misma edad que los nuestros. Ah compartimos las labores
cotidianas propias de una comunidad indgena, ir por agua, pastar a
los cabras y ovejas, ordear a las cabras, hacer queso, salir a cazar,
comer guisado de pichones, escuchar sus historias, compartir nues-
tras costumbres, contarnos la vivencia de nuestros pueblos alimen-
taba nuestras identidades, nuestro orgullo.
En este lugar, comenzaron a afianzar ms su quechua y en-
tender que el quechua es muy comn a nuestras culturas, tena una
forma de hablar que difiere solo en algunas palabras. Siwar y Fer-
nando tomaban conciencia de las variaciones dialectales del que-
chua, eso les haca entender lo interesante de las lenguas, a nosotros
nos gust utilizar algunas palabras como wawity, nosotros diramos
De la cultura a la lengua 315
porque es uno de los pocos nietos que conversa con ella en quechua,
la nica lengua de mi madre, lo mismo sucede con su abuela materna.
En estas conversaciones, l ha logrado trasmitirles el respeto y el
cario que les debe y ha recibido el afecto de sus abuelas como tam-
bin muchos relatos e informacin que le han servido mucho como
estudiante y en su propia vida.
En su vida de estudiante, l habla en quechua y cuenta cosas
de la comunidad en la universidad donde est terminado arte. Mu-
chos quieren ser como Siwar, ha logrado que la gente que lo rodea,
sus compaeros, no tengan vergenza de su cultura ni su lengua.
Veo que Siwar y los jvenes que piensan como l son la masa crtica
que podra vertebrar una nueva forma de vida en los jvenes sin
sentir vergenza de sus races.El se est formando en la Escuela de
bellas artes y la mayora de la temtica que plantea es el aspecto
cultural. Siento que ser una masa en esta era crtica que permitir
que muchos jvenes y personas asuman su identidad y su idioma con
el orgullo que corresponde.
Un da, como tena que suceder en la vida, Siwar me present
a su enamorada. No me sorprendi porque ahora por las redes so-
ciales uno puede ver a muchas personas y recibir tanta informacin
que ellos mismos se encargan de registrar, as que yo ya tuve infor-
macin por anticipado. Ya tena las caractersticas de su enamorada,
me pareci que era diametralmente opuesta a mi hijo. Le advert a
Siwar sobre la controversia que ella provocara en su relacin, ya
que no pareca interesarle nuestra cultura por sus patrones occiden-
tales bien marcados. Mi parecer era que esa relacin no iba a funcio-
nar por lo dismil de sus percepciones. El me dijo que la iba a criar,
un concepto tan arraigado, la cultura de la crianza. Pas un tiempo,
ahora puedo comprobar que los dos se complementan. Es ms,
Illary, como se llama su novia, canta junto a Siwar canciones en que-
chua, sobre todo Sirinitay, que da cuenta del encuentro de romance
por encima de las murmuraciones de las personas y sin el conoci-
miento de los padres.
Con respecto a los jvenes de su generacin, veo que trabaja
con las personas de su entorno haciendo que amen la cultura, la
lengua, ya mediante grupos musicales como Los Sikuri, el grupo
Tankar. Ahora, de manera ms autnoma e individual, viene pro-
moviendo estos aspectos que permitirn un fortalecimiento de nues-
326 Ser o no ser bilinge?
Desafos actuales
Despus de todo este proceso, los desafos actuales que tenemos em-
piezan por consolidar en nuestro primognito el orgullo por su cul-
tura y su lengua, lo cual le permitir hacer lo mismo con su descen-
dencia. Una manera de lograrlo, como l mismo lo ha planteado, es
que retorne a la comunidad donde ha pasado su infancia, mejore el
cdigo del quechua, su pronunciacin y su fluidez. Tambin senti-
mos que no hay suficientes personas que se dedican al estudio de la
lengua quechua, as que podra ser un buen candidato para ello.
Con respecto a Fernando, por diferentes razones no me
acompa como s lo hizo Siwar. Lo que pas con Fernando es que
l no tuvo la misma oportunidad, ms al contrario, una profesora
que influy negativamente en l. A mi hijo Fernando le hemos lo-
grado crear la necesidad de consolidar el aprendizaje de su lengua,
los desafos que nos proponemos son que podamos provocar la masa
crtica que pueda retar a muchas personas a trabajar por nuestra
lengua y nuestra cultura desde sus familias.
De la cultura a la lengua 327
Lecciones aprendidas
Como una situacin extra del trabajo siento que debemos pregun-
tarnos tambin cmo sera la revitalizacin del idioma en parejas
donde ninguno de ellos habla el quechua, por eso me permito hacer
algunos apuntes.
En mi regin cada vez siento que hay ms inters por apren-
der a hablar el quechua, algunos de mi generacin que no tuvieron
las mismas oportunidades que algunos que s tuvimos la trasmisin
de nuestra cultura y lengua por parte de nuestro padres ahora recla-
man a sus padres por haberles negado hablar el quechua. Sin querer
hacer defensa de los padres que negaron la lengua a sus hijos, consi-
dero que era como una respuesta a una poca donde el solo hecho de
tener un rasgo indgena, una ropa originaria o, peor an, si uno ha-
blaba el quechua, era discriminado. Por querer que sus hijos ya no
sufran, solo les ensearon el castellano. De este caso hay muchos,
De la cultura a la lengua 329
1 Nota del autor: Trmino para persona no mapuche. En este contexto, chileni-
zacin
334 Ser o no ser bilinge?
En el colegio
del mbito rural al urbano (a los 12 aos) para m fue muy fuerte. Sin
embargo, mi adaptacin fue relativamente rpida. Durante estos
aos de escolarizacin, senta que, mientras ms avanzaba hacia los
cursos superiores, ms me alejaba de los conocimientos e idioma
que haba aprendido durante mi primera infancia. Aqu, en la ciudad
todo el sistema funcionaba en castellano y cualquiera que hablara un
castellano mapuchizado6 era objeto de burla por los dems compa-
eros de la ciudad. Esas experiencias obligaban a hablar bien el cas-
tellano para no ser centro de burlas y recibir sobrenombres.
La primera parte de estos relatos abarca desde la dcada de los
70 hasta la dcada de los 90, tiempo en el cual no haban en el pas
polticas de revitalizacin lingstica ni cultural. En esta poca, los
jvenes estudiantes estbamos sometidos a un proceso educativo
monocultural y castellanizante que invisibilizaba los valores y sabe-
res del pueblo Mapuche y de todos los pueblos originarios del pas.
Eran los tiempos en los que se ocultaba la historia real de nuestro
pueblo en su relacin con el Estado chileno.
Durante mi etapa de adolecente, me encontraba en educacin
media en un liceo tcnico profesional en contexto urbano y senta
que la discriminacin hacia lo mapuche de parte de los compaeros
winkas (no mapuches) era muy fuerte; muchas veces, estos eran
crueles con los compaeros mapuches que no lograban defenderse
de los sobrenombresy otras formas vejatorias que actualmente se
conocen como bullying.
Recuerdo esta etapa como momentos muy complejos, llenos
de conflictos internos; era una poca en la cual senta un desapego
con el mapuzugun y trataba de pasar desapercibido entre mis com-
paeros. La estrategia de aceptacin entre mis pares fue destacar en
el mbito deportivo, jugando futbol y representando al curso en las
competencias internas y externas; as como tambin representando
al curso en diferentes actividades artsticas a travs de representacio-
nes humorsticas, lo cual me suba la autoestima y ganaba el respeto
de parte de mis pares. Al mismo tiempo, me surgan interrogantes y
ganas de saber ms acerca de nuestra historia y tener ms herra-
mientas para enfrentar la discriminacin.
En la universidad
A nivel comunal
La celebracin de Wexipantu
8 Me refiero a la Ley 2568 de 1979 que divide y subdivide las tierras mapuche.
Nuevos sentidos de resistencia: Cmo responder al awinkamiento amenazante? 345
Encuentros de paln
9 Paln es el deporte mapuche que se juega en una cancha rectangular; cada equi-
po lo conforman 11 o ms palifes (jugadores) que utilizan wios o chuecas para
golpear el pali (pelota).
346 Ser o no ser bilinge?
El lkantun
Oralidad y escritura
Segunda parte
Las fortalezas
Los obstculos
Algunos resultados
Desafos actuales
Lecciones aprendidas
En contexto urbano
En contexto rural
Contexto escolar
A la accin
Qu hago yo aqu?
Inge Sichra