Mister Juramento. Néstor Caballero.

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MISTER JURAMENTO

Nstor Caballero

MISTER JURAMENTO-OBRA DE NSTOR CABALLERO


Sociedad de Autores y Compositores de Venezuela Sacven.

Para el actor Franklin Virguez, la primera Susanita Ponds

MISTER JURAMENTO-OBRA DE NSTOR CABALLERO


PERSONAJE

Pedro Maldonado o Susanita Ponds

MISTER JURAMENTO-OBRA DE NSTOR CABALLERO


ESCENOGRAFA

Sala de Fiesta. Una Rokola. Un Parabn. Una Mesa con espejo y bombillos al
estilo camerino. Una silla. Un tubo donde cuelgan diferentes trajes para
festejos. Foto Grande de Julio Jaramillo a la que se le ha colocado una cinta
negra en seal de duelo.

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Se escucha msica cantada por Julio Jaramillo. Al terminar se
escucha msica de Show.

Locutor: (OFF) Y directamente desde Miami para este Homenaje al


dolo de multitudes, a nuestro inmortal Mister Juramento, Don
Julio Jaramillo, nos llega ahora la sin par, la inigualable, la
increble, la Voz de Oro de Amrica, Susanita Ponds. Un
aplauso para ella.

SE ESCUCHAN APLAUSOS GRABADOS.


ENTRA PEDRO MALDONADO COMO SUSANITA
PONDS. VISTE DE RIGUROSO LUTO, CON
SOMBRERO Y VELO. PEDRO HACE REVERENCIAS Y
AGRADECE LOS APLAUSOS. LUEGO VA HACIA LA
ROKOLA, PULSA UN BOTN Y CESAN LOS APLAUSOS.
VUELVE AL CENTRO DE LA ESCENA.

PEDRO: Gracias, de verdad, muchas gracias. Me siento muy honrada con


esta invitacin. Julio Jaramillo se hubiese sentido muy contento por el
homenaje que se le rinde. Yo cant a su lado muchas veces. Cant en Caracas,
en Per y en Mjico. Y como yo muchos fueron los artistas que compartieron
el escenario con l. Aunque no lo crean, Julio Jaramillo era un caballero. Qu
como lo conoc se estarn preguntando? Por Fatalidad. Pero no, permtanme
que les explique, no por fatalidad, fatalidad. Sino por la cancin. Fue su
primer cuarenta y cinco. Recuerdan los cuarenta y cinco? Unos disquitos
negros, con un hueco grande en el centro. Eso era un cuarenta y cinco. Pero
era ms, era el lazo de los despechados, de los desesperados, un cuarenta y
cinco era como nosotros, negritos, latinoamericanos, con un hueco maysculo
en el centro del corazn. Un despecho sin un cuarenta y cinco, no era
despecho. Una iba a la rokola, lo colocaba, y para todos era maravilloso el
avance de la ciencia cuando la rokola, solita, escoga el disco, lo llevaba muy
lento, con cuidado, le daba la vuelta y lo hacia sonar. Primero un sonido
ras...ras..ras... despus la guitarra, luego la voz y tras de ella nuestro llanto.
La rokola era la computadora del desamor. Ahora todo ha cambiado. Ustedes
se pueden imaginar a una, despechada frente a un C.D.? Jams. Un disquito
perfecto, plateado, brillante, sin los surcos, pero por sobre todo, con un
huequito nfimo. Es que un C.D. tiene un hueco pequeo, pesimista. El C.D.

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es casi un disimulo de huequito. El Cuarenta y Cinco no, el Cuarenta y Cinco
es un hueco desmesurado, casi un escndalo de agujero. Y as es el despecho,
una escandalera, la nica oportunidad del hombre de ser femenino. S, as
como lo oyen. A quin no le han dicho: los hombres pujan pero no lloran?
Pues los Cuarenta y Cinco nos permitan pujar y llorar por ese hueco
descomunal que es el despecho. Por un hueco morrocotudo que se fue, por un
hueco colosal que no nos hicieron, o por un hueco breve que fue nuestro, pero
que ahora es hueco membrudo y descomunal de otro. El C.D. no es eso, el
C.D. es hueco microscpico, gorgojo, raqutico, deficiente, como diciendo
esto no es hueco, esto es inguita de ahuecamiento, esto es vergenza de hoyo.
El Cuarenta y Cinco te dice: ahora hay boquete para rato! Adems que el
C.D. es tan bonito que provoca hacer un collar y exhibirlo. Nada ms que
comprarlo, deshonra. Tiene el C.D. de Te Odio y te Quiero? O, seor,
vndame el C.D. Odio en la Sangre. No, por favor, jams. Se pierde
machurria, lgrima, compostura y arrechera. Un C.D. es un adorno, un
Cuarenta y Cinco es para golpearse el pecho. Qu les deca? Ah, s, lo de
Fatalidad. Yo trabajaba en el Chez Martini. Un Danci. (RE) Ay, pensarn
ustedes, pero de dnde desencam esa palabra. En los Dancis haba una luz
medio bajita, algunas veces velas, agarradas de mano, show y mucho baile.
Pero qu se bailaba? Guarachas, mambo, hasta fox trop. Imagnense que
ingenuidad de sitio. Un Danci era, comparado con las discotecas de hoy, un
Centro Cvico. Pero para qu les cuento, de seguro hay muchos aqu, de los
llamados de la Tercera Edad, que ms de una vez menearon el esqueleto en
uno. (AL ESPECTADOR) Mira esa de ah, la que disimula. Y mira aquel,
tiene una cara de toro corrido en siete plazas. Pues bien, lo ms escandaloso
eran unas partes llamadas Reservados. El Reservado no era ms que una mesa,
un sof de dos puestos y una cortinita para que los dems no vieran lo que
estaban haciendo, pero que todo el mundo saba. (A UN ESPECTADOR) Aj,
usted que est all, s usted. Qu cree que estaban haciendo? (ESPERA)
Besarse, nada ms eso, besarse. Hasta ah llegaba lo reservado porque
primero, todos te vean entrar. Segundo, la fulana cortinita, transparentaba. Y
tercero, tratar de hacer algo en ese sof era para un especialista en
contorsionismo. Era mnimo, aparte de que la espalda del sofacito, daba con la
espalda del otro sofacito del otro Reservado. Besos, solo besos. (PAUSA
CORTA) Antes un beso era el fin, la meta, la luz al final del tnel. Ahora no,
un beso es slo el comienzo, un beso hasta se salta. Ahora es pantaletita abajo
y manos arriba en la primera cita. (A UNA ESPECTADORA) Dgalo ah,
usted que tiene cara de moderna, de pjara brava. (A OTRO ESPECTADOR)
Es verdad. Antes el cortejo, el caramelito. Antes, te pasaban hechos los locos
varias veces frente a un hotel para ver si caas. Ahora no. Ahora las mujeres ya

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llevan su preservativo en la cartera. (A LAS ESPECTADORAS) Vamos ver:
carteras afuera! Se asustaron? Seguro que ms de un preservativo encuentro.
Ustedes no se han preguntado por qu los preservativos los venden en
nmero de tres? S. Un preservativo no venden. Te venden un paquetito de
tres. Ser por aquello de los Tres Platos que llaman? (A UNA
ESPECTADORA) Mira esa como se re, sinvergonzona. S, todo cambia,
como dice La Iguana, una filsofa amiga ma que era la duea del Bar La
Esquina del Movimiento en Catia. Hasta el preservativo cambia. Ya no son
aquellos con nombre de perro, cmo es qu se llamaban... (AL PBLICO)
Dgame usted... cmo es qu se llamaban aquellos preservativos con nombre
de perro casero... Aj, Sultn. As era que se llamaban. (SILBA COMO
LLAMANDO A UN PERRO ) Sultn... Sultn. (COMO LOCUTORA) El
preservativo Sultn, el mejor amigo del hombre. (NORMAL) Esos s eran
preservativos. Secos, casi speros, redondos, con cara de pocos amigos. Eran
unos preservativos que casi ladraban. Transparentes. Es decir, usted vea lo
que consuma. Ahora no, ahora son de colores. A mi nunca me ha pasado, pero
yo veo un hombre con la cosa azul, rosada o verde olivo, y me muero de la
risa. Y no slo son los colores, tambin los sabores. De pia, mango, parchita,
meln, melocotn, fresa y hasta hay uno nacional con sabor a cambur titiaro.
El Sultn no. El Sultn saba a Sultn y a la hora de la verdad casi a mal de
rabia. Ahora hay unos con campanillas y otros que si usted los toca con el
dedito, suena la msica de Navidad, Navidad, linda Navidad. Ay, pero ya me
perd otra vez. Aj, ya s, hablbamos del Danci y de cmo conoc a Julio
Jaramillo. Esa noche l debutaba en el Todo Pars, otro Danci, ms prestigioso
que el Chez Martini. Lo ms granado de la poltica, de la Higt Society se daba
cita ah. El Todo Pars era la meta de todo artista y de todo conspirador. S, as
es. El Todo Pars era un reducto democrtico. Por un lado los militares, por
otro los espas, por otro los conspiradores y un poquito ms all los
transformistas. Termin mi show en el Chez Martini y vol prcticamente al
Todo Pars a escucharlo y... y a bailar. Pero nada de eso... nada de sexo... nada
de bojotico pegado y una preguntando: mi amor, todo eso es tuyo? O... te
pagaron en monedas y te las metiste todas al bolsillo? No, bailar solamente.
Sentir un hombre que te lleva, que te eleva, que te ordena los pasos, que tu
corazn late al ritmo de l. Que no ests sola. Un baile es eso, no estar sola y
danzar al comps de un estamos juntos. Ay, pero qu fastidio, dirn ustedes, ya
esta loquita se puso pattica. No es patetismo. Bailar es como los patitos. S.
Igual. Bailar es como los patitos que nadan en el estanque... juntos... y de
repente un patito mete la cabeza debajo del agua... para mirar... como para
saber si hay alguien debajo de su cama. Zuas, mete la cabeza debajo del agua
y enseguida el otro patito hace lo mismo. Bailar es eso, saber que si uno mete

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la cabeza debajo de la cama, el otro tambin lo va a hacer. (PAUSA CORTA)
Una vez en el Todo Pars, sentada, tomndome como toda una dama un
Perfecto Amor, se me acerca un catire alto, como de dos metros, que caminaba
medio echn. El hombre que se acerca y yo que me acuerdo que no me haba
colocado bien apretado el tirro que me sostena las toronjas. S, el tirro. Antes
para transformarse, haba que ingenirselas. Un par de toronjas en el sostn,
sostenidas por una diez vueltas de tirro, cuatro pantaletas y adentro papel
toilet, y golpecitos aqu y golpecitos all, para dar forma a las nalgas. De
verdad, ese da estaba esplendorosa. La Iguana me haba prestado un Vestido
de Noche, verde, ceido al cuerpo, el busto de lentejuelas, tacones de patente
de igual color y una boa, felpuda, roja. Pareca una perica, pero Real eso s.
(TRANSICIN. COMO HOMBRE) Est sola? (COMO ELLA) Y afirm
con la cabeza, no vaya ser que la voz no se me atiplara y se rompiera la magia.
El se sent. (COMO HOMBRE) Ya veo que est tomando un Perfecto Amor?
(COMO ELLA) Nueva inclinacin de cabeza con ligera sonrisa. Y no es que
me gusta el Perfecto Amor que siempre me ha parecido como tomar crema de
dientes, sino que te da cierto misterio, cierto cach. Un Perfecto Amor
conserva la distancia, es como que me emborracho pero conservo el aliento
fresco y sin caries. El hombre comenz con su ataque, el tradicional. (COMO
HOMBRE) Mucho gusto Leonel Corts. (NORMAL. COMO ELLA) Y yo,
por aquello de que los corts no quita lo valiente, le extend la mano. Claro,
mano con guante de satn verde hasta el codo. Le dije, lo ms atiplado que
poda: Susana. El dej mi mano agarrada y para despejar dudas le seal mi
cuello y agregu: estoy ronca. El sonro y me llam voz sensual,
aterciopelada, cndida y remat. (COMO HOMBRE) Eres una Mara Flix...
papiaita! (COMO ELLA) Comenz el Show. Una coreografa fabulosa, de
esas Safaris, con cazadores, con indiecitas senos al aire, tambores, cambures,
palmas, sudor y muchos negros. Eso era puro trpico. (COMO HOMBRE)
Le gusta? (COMO ELLA) Yo, leve inclinacin de cabeza y fulgida sonrisa.
(COMO HOMBRE) Que sonrisa tan bella tiene, parece una luna plateada de
plenilunio. (COMO ELLA) Pens: es un poeta, un hombre sensible, cuando se
haya tomado tres o cuatro tragos ms, tal vez exista algn acercamiento. Y as
fue. Despus del show continu con el ataque. (COMO HOMBRE) Eres
casada? (COMO ELLA) Breve negacin con la cabeza. (COMO HOMBRE)
Divorciada? (COMO ELLA) Leve gesto de conformidad parecido a un s.
(COMO HOMBRE) Que tonto ese hombre que te dej! Una mujer como t,
tan delicada, con esa mirada de verde esmeralda que brota del mar y en tus
ojeras se ven las palmeras borrachas de sol. (COMO ELLA) Bueno original,
original no era, pero no se puede esperar un hombre perfecto y menos en el
Todo Pars a las doce de la Noche. Me senta cortejada, respetada. El pas del

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champagne al roncito con hielo y de ah salt al ans purito. Se qued absorto,
mirando alrededor. (COMO HOMBRE) Te confieso algo, Susanita. (COMO
ELLA) Y me agarr el guante. (COMO HOMBRE) Te confieso algo y en esta
confesin pongo mi vida en tus manos. (COMO ELLA) Me dije, nada, me va
a contar lo de su esposa, que no se la lleva bien, que se siente solo, que no la
deja por los nios, lo clsico. (COMO HOMBRE) Pero debo hablarte en voz
baja, es un secreto, es delicadsimo lo que te voy a decir. (COMO ELLA)
Imagin algo como... Susanita, mi gran secreto es que... cmo decrtelo... de
un tiempo para ac me ha dado por mirar... yelo bien, mirar nada ms... por
mirar hombres y... pues soar que me hacen carantoas en la espalda. Pero
nada de eso. (COMO HOMBRE) Soy espa. (COMO ELLA) Leve gesto de
respingo y asombro de mi parte. (COMO HOMBRE) S, espa. Vengo aqu
todas las noches porque se est preparando una conspiracin contra mi
General. (COMO ELLA) Contra su General? Entonces s era de los
nuestros! Tena un General para l solito. El tena su General y alguna que
otra loquita quera quitrselo. Conspiracin para m, era eso. Un poco de
loquitas que deseaban enamorarle a su General. Pero qu significaba yo para
l... un pasatiempo? Me dije, tacto Susanita, tacto, como me recomendaba
siempre La Iguana. Tacto, y el tacto fue lo que me perdi. Lleg el gran
momento. Anunciaron a Julio Jaramillo. Todos se pusieron de pie. Generales,
polticos, travestidos, conspiradores y espas aplaudieron. Cant Devulveme
el corazn. (TARAREA) Despus, la gente core: Arrepentida...
Arrepentida. Arrepentida. Julio Jaramillo comenz a cantar. Leonel
Corts, algo turulato por la ronda de anicitos, se acerc ms a m. Sus ojos,
vidriosos, aguaditos y aguarapados junto a los mos que se cerraron y el Todo
Pars andando y la pregunta. (COMO GALN) Susana, t crees en el amor a
primera vista? (COMO ELLA) Rpidos gestos de s con la cabeza. Me bes.
Era mi primer beso. S. Aunque no lo crean. Me bes y la noche se me llen
de lentejuelas verdes, de canarios, de cohetones de ao nuevo, de mujer soy
y... (CANTA) Arrepentida buscars alivio a tu alma y entre lgrimas
amargas, sola y triste llorars. (NORMAL) Leonel Corts era mo. Me sent
conspiradora, extremista y pone bombas. (FRICA) No joda, que su General
se busque a otro. (APENADSIMA) Ay, perdn, disculpen, se me sali el
macho. So enseguida que Leonel Cortes y Susanita Ponds anunciaban
casita, fidelidad, hijitos adoptados y vida eterna. Un beso, todo lo que puede
hacer un beso. (PAUSA CORTA) En el momento en que Julio Jaramillo
comenz a cantar Fatalidad, l me sac a bailar. Leonel, me refiero, no Julio
Jaramillo. Me confi y Fatalidad fue mi fatalidad. Leonel comenz a
murmurarme en la oreja. (COMO HOMBRE. CON PASIN) Te quiero, me
gustas, princesa. (COMO ELLA) Y de ah pas a... (COMO HOMBRE. CON

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LASCIVIA) Cosa rica, buenota, sabrosonga, no me dejes as. Vmonos,
morronguita, que hay un hotelito enfrente.Ven, vamos, ricura, que mira que no
me aguanto, que tengo la cosa como pata de perro envenenado. (COMO
ELLA) Trat de soltarme y l que mete la mano bajo mi vestido y siente. Y se
detiene. Y palidece. Y se enfra. Y se embronca y me manda un puetazo en
pleno rostro donde saltaron las lentejuelas de mi sueo y el dientito de aqu.
Despus las patadas. El Todo Pars que gira. Fatalidad que no termina de ser
cantada. Vasos y copas que se quiebran y frente a m Julio Jaramillo que le
asesta un botellazo al poco corts de Leonel mientras le dice: a las mujeres ni
con el ptalo de una rosa! Leonel que cae y grita: esa mierda no es una
mujer! Con mucha delicadeza, sin perder mi aire de seorita, porque an lo
era, no vayan a creer. Con mucha delicadeza me toqu los labios... y me
desmay. Es que no puedo ver sangre y menos s es la ma. Me despert en un
auto donde me dieron a oler Cuerno de Ciervo. Era l, Julio Jaramillo en
persona con un corchito apestoso a Cuerno Ciervo frente a mi nariz. (COMO
JARAMILLO) Siempre llevo Cuerno Ciervo. Es lo mejor para quitar una
rasca. (COMO ELLA) Gracias, le dije sin atiplar la voz. Me arregl el escote
que se le haban salido las toronjas. Le di las gracias y me baj del carro.
(COMO JARAMILLO) Adnde vas? (COMO ELLA) A la Esquina del
Movimiento, le respond. (COMO JARAMILLO) Y donde queda ese
Cabaret? (COMO ELLA) Llor, porque ahora mi carrera estaba acabada sin el
diente. (COMO SI HABLARA CON JARAMILLO) Es un barcito, en Catia,
pero arriba es una pensin. Ah vivo con mi amiga... La Iguana. (COMO
JARAMILLO)) Sbete, te llevo. (COMO ELLA) No lo poda creer. El gran
Julio Jaramillo me llevaba a mi casa. Ay, ojal que toditas estn despiertas
porque se van a poner moradas de la envidia. Para evitar que mi cara volviese
a caerse a golpe con un puo, le dije de primera: l tiene razn, no soy mujer.
Jaramillo, tranquilo, sigui manejando. (COMO JARAMILLO) Lo s. No me
importa. Por fuera eres un hombre pero por dentro seguro que eres mujer.
Cada quien vive como quiere. Putas, borrachos, cornudos, maricas y lesbianas,
mal heridos de amor, de ah vengo. Mi mundo es el de los cados. (PAUSA
CORTA. COMO ELLA) Llegamos y como si hubiese vivido toda su vida en
ese Bar de Catia, enseguida estaba rodeado de gente y le pasaron un guitarra y
cant Botecito de Vela. (TARAREA) Despus La Iguana me pregunt que
haba pasado y se lo cont. (COMO LA IGUANA) Pero t eres gafa,
muchacha, no sabes que los militares hablan as. Mi Teniente, mi Capitn, mi
Sargento, de bromita ests viva. (COMO ELLA) Entonces le habl de los
patitos... del baile, los patitos que miran debajo de la cama. Julio Jaramillo,
delante de todos me dijo. (COMO JARAMILLO) Ven, patito, vamos a bailar.
(COMO ELLA) Y bailamos, bailamos mientras l cantaba Fatalidad. Y no me

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sent patito, sino un delfn dando coletazos en el agua. Y desde mi diente
partido, desde mi mujer por dentro, volv a llorar, pero de no de tristeza, sino
de agradecimiento porque l s comprenda, l era del despecho, l era del
jaboncito gastado en un lavamanos de prostbulo, l era del dolor de pobre ron
y ans, pues que l era en fin el cantante de nuestra miseria... el del amor
perdido en los charcos de la noche. (PAUSA) Ahora escuchen Fatalidad.

COLOCA LA CANCIN FATALIDAD CANTADA


POR JULIO JARAMILLO Y BAILA SOLA.

PEDRO: (DA UN TRASPIS Y CASI CAE) Disclpenme. Es que los


transformistas somos como los boxeadores, tenemos que retirarnos a tiempo.
La edad nos pesa. Hay otras a quien no, como a La Iguana. Esa est igualita.
(PAUSA CORTA) La Iguana. Ella es como yo, pero del otro lado. Es decir, a
ella le gusta lo que a mi me gustara ser. S, lo de La Iguana son las mujeres.
La vida no es justa. Yo deb ser mujer y La Iguana hombre. Claro, a La Iguana
le gustan las mujeres pero tiene sus recadas. Esa misma noche me retir a mi
cuarto y me acost a esperar a Jaramillo, pero me dorm. Ella, La Iguana, se
acost con l. (PAUSA CORTA) Ustedes se han imaginado lo que es un
burdel en la maana? La maana comienza a la una de la tarde. Esos son
limones, bicarbonatos, aspirinas, pero sobre todo mucho silencio y soledad. Y
la soledad huele. Todas estn, pero no estn. Cada quien se sienta con su agua
de limn con bicarbonato, sus aspirinas, su caf negro tinto. Se van pintando
las uas. Nadie habla... slo gruidos... suspiros largos... el rimel corrido,
desmelenadas, el cigarrillo desganado en los labios y el licor viejo que tienes
por dentro, que lo respiras. Y te baas, te perfumas, pero siempre se te queda
hondo, como burlndose. La soledad tiene un olor a aguardiente viejo ligado
con pintura de uas. El burdel es nuestro castillo encantado y nosotras somos
Cenicientas sin Hadas Madrinas. Cenicientas que a la una de la tarde nos
vemos ya sin magia. Ay, pero que dramtica me puse. (SEALA A UNA
ESPECTADORA) Mira aquella seora de all, casi llora. Est bien que este
sea un homenaje pstumo pero tampoco as. Cuando un cantante como Julio
Jaramillo se muere, debe ser una fiesta. Se debe llorar pero de envidia, porque
de seguro que ese, en el cielo, debe estar echndose palos y persiguiendo
angelitas. (COMO ANGELITA) Auxilio, auxilio, San Pedro, ah est otra vez
el ngel Jaramillo levantndonos la falda. (PAUSA CORTA) Al da siguiente
salieron los dos muy baados y La Iguana me mira y yo ah, triste, rabiosa,
pero contenida, mirndome la boca sin el dientecito. Jaramillo se acerca, me
palmea el hombro y me dice: en esta vida todo pasa. Sent su solemnidad, su
solidaridad, la profundidad de ese pensamiento. La Iguana, filsofa al fin, al

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lado de l agreg: s, en esta vida todo pasa, hasta la ciruela pasa. Y se
cuajaron de la risa. (RE) Los quise tanto en ese momento. Es que ella me
haca rer porque se inventaba cada cosa. Jaramillo me dijo que tena un amigo
dentista que arreglara mi problema. Fuimos. Claro, me vest de hombre
porque el fulano dentista tena su consultorio nada ms y nada menos que en
el Cementerio y no era cuestin de tentar a la suerte. No hay nada qu hacer,
dijo el dentista. Entonces Jaramillo le propuso: pero hermano, l es un artista,
aydalo, yo te pago con canciones. El dentista se entusiasm y as, mientras
me colocaban un diente de oro, Jaramillo cantaba Interrogacin. (LA
TARAREA) El dentista que se apasiona y le dice que si le canta tres canciones
ms, l me pone otro diente de oro. A m me pareci fascinante para mi carrera
artstica y agregu: para eso que cante ocho y me los pone todos de oro. Trato
hecho y pas desde Amor sin Esperanza a Sacrificio colndose hasta por
Migajas. Desde ese momento sera conocida como Susanita Ponds, la Voz de
Oro de Amrica. (RE) Julio Jaramillo y yo tenamos tanto en comn. Ambos
venamos de un barrio. El pap de l era zapatero y mi pap sastre y yo era un
desastre. Pero, que culpa tena yo si era as desde pequea. Me encantaban las
revistas que tena mi pap donde aparecan hombres con trajes. Me
fascinaban. Haba uno que vesta un traje llamado Prncipe de Gales. Eso era
verlo y suspirar. Y mi pap, ingenuo l, me deca: mijo, cuando tengas
dieciocho aos, te voy a hacer un traje como este que tanto te gusta y despus
te llevo a un burdel, para que te hagas hombre. Me qued en el burdel, pero no
precisamente siendo hombre. Es qu, cual poda ser el destino de una
mariquita del barrio El Guarataro en los aos cincuenta. El burdel o la polica.
Es que antes era terrible, no como ahora que ser maricn es moda y los
hombres escasean. Antes puro padrote, guapetones, tira coazos pues que
llaman. Ay, perdn, disculpen la palabrota. Y los juegos! Que si pelota de
goma, que si trompo, que si troya. Mi pap me echaba a la calle para que fuera
todo un varn, para que aprendiera a defenderme, para que me ejercitara
jugando papagayos, pero yo que va, me iba a dnde una amiguita llamada
Claudia Delgado a recortar muequitas de papel. (A UN ESPECTADOR) Aj,
ah est, mira ese como puso la cara. Bueno, s, mariquita desde chiquito y por
supuesto nada de Papagallos. Es que... bueno yo era as como una
Mamgallos. Las madres me amaban y me dejaban con sus hijas. Ay, Claudia
Delgado, ella me vesta con sus jumpers azules, la blusa blanca de faralaos y
jugaba conmigo como si yo fuera su hermanita. Yo, refulgente, con la boca
pintada de rojo, hasta que un da lleg su pap, que era autobusero y me
descubri. Le dijo a mi pap... y mi pap llor. Me promet que nunca ms lo
iba a hacer llorar y por un tiempo lo intent, quise ser hombre y hasta
noviecita tuve. Carolina, se llamaba la pobre. Al principio todo bien, hasta

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besitos pero en el gran momento nada... nada. Hice el esfuerzo, pero para m
hacer el amor con una mujer, era algo as como luchar contra una almohada.
Una almohada de plumas me refiero. Carolina, preocupada... triste. (EN
SITUACIN. COMO CAROLINA) Pero qu te pasa, Pedrito? (NORMAL.
AL PBLICO) Pedro Maldonado es mi nombre de pila, pero no lo digan
porque pierdo glamour. (EN SITUACIN. COMO PEDRITO) Nada Carolina,
nada. (PAUSA CORTA) Fue todo tan pattico... desnudo, con mi pitimin
chiquito, cado. Yo era la viva imagen de un muequito de Toddy. Lo
recuerdan? Un muchachito desnudo que casi no se le ve el pip. Pues bien, as
era. (COMO CAROLINA) Es qu no te agrado, Pedrito? (PAUSA CORTA)
Me preguntaba, ah, tambin desnuda en el Hotel Macuto. Sus senos
inmensos, redondos, y su cosita ah, ms bien cosota, negra, peluda, como una
mueca pero despeinada, ustedes saben. (PAUSA CORTA) De repente me
puse a rer y ella no entendi y se fue. Pero no me rea de su mueca
despeinada, me rea de m, de esta equivocacin, de esta mujer que soy
castigada en un cuerpo de hombre. Varn no... yo era varona. No pude ms.
Me fui de mi casa. Conoc a La Iguana. Me qued en el burdel. (PAUSA
CORTA) Antes era difcil ser as, ahora no, en esta poca los hombres son
como los telfonos, la mayora no sirven y los que sirven estn ocupados. Pero
es que tambin tiene que ser as, porque Caracas es gay. (A UN
ESPECTADOR) S, seor, no se moleste, pero es verdad. Y cmo no lo va a
ser con ese himno que tiene y que se canta desde chiquito. Ah, no? Fjese,
cmo se puede ser un palo de hombre si usted canta: (CANTA) Yo nac en
esta rivera del Arauca vibrador. (NORMAL) Vi... bra... dor... Es que uno
escucha vibrador y se estremece desde la profundidad, desde los anales de una
misma que llaman. Pero eso no queda ah. Usted se imagina machote y con
voz gruesa cantando. (CANTA) Soy hermano de la espuma, de la garza y de
la rosa. (NORMAL) De la rosa! Uno no dice soy hermano del barro, del
gaviln pollero y del mango de hilacha, por lo menos. No seor, de la rosa. Y
no cansado de rosas, remata. (CANTA) Canto, lloro, sueo, con claveles de
pasin. (NORMAL) Es que la cosa es con clavel y todo. (SIN CANTAR. AL
ESPECTADOR) No se moleste, que el que se pica, es porque aj come. Miren,
con esa cancioncita hay que ser bien macho para no terminar botando plumas.
Adems, he visto machos que a la hora de la verdad tienen su mariquita en el
escaparate. S, as es. Esos son los que se burlan ms. Que si prendemos
empujados, que si botamos la segunda. Aj, pero dejen que se echen unos
traguitos para que ustedes los vean contando chistes sobre locas y con otros
traguitos ms, y hacindose los borrachos, comienzan con aquello de:
bjenme los pantalones que voy a vomitar! Es que no son machos, son
machas. De esos hombres tengo un saco. (PAUSA CORTA) Pues s, el burdel

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o la polica. Pas por los dos. Me gradu. Pero cuando estuve en la polica fue
una crcel poltica. (RE) Pero poltico... eso? Cmo va a ser poltico esa
mariquita? Pues s, fue una crcel poltica. Es verdad. La Esquina del
Movimiento se haba hecho popular, porque todo cantante famoso de los que
conoca Julio Jaramillo, terminaba su farra all. Uno de ellos, Genaro Salinas,
que cantaba una cancin bellsima que deca... (CANTA) Sufro al pensar que
el destino, logr separarnos. (NORMAL) La recuerdan? A l lo llev
Jaramillo y cantaron un mano a mano. Comenzaron a las tres de la tarde y eran
las siete de la maana y ellos ah. Nadie se mova. La gente quieta, muy
callada, como si el cielo los tocara, como si nos volviramos buenos con sus
canciones, como si nuestro dolor fuera el dolor de ellos mil veces. (PAUSA
CORTA) Todo iba mejorando. La gente asista a La Esquina del Movimiento
por montones, porque podran encontrarse que Julio Jaramillo haba llevado a
Daniel Santos o a otro de sus amigos y escucharlos cantar sin pagar un
centavo ms. Con esa clientela comenc a ahorrar para... bueno... para ser
mujer pues. Haba ledo que en los Estados Unidos un hombre se haba
convertido en mujer y yo quera serlo. Cuando lo le me dije, lo hago y de
seguro que algn hombre me podr querer. Todo lo que ganaba, lo meta en el
banco. Empezaba a irme bien. La Iguana, que era buensima para los negocios,
se haba comprado una casita en la Guaira, una sucursal de La Esquina del
Movimiento. La Iguana era una empresaria. An lo es y eso que se meti a
evanglica. As como lo oyen. Un da lleg una tal seora Nataly y empez a
conversar con La Iguana y dale que dale y cuando la vi, estaban agarradas de
mano, con los ojos cerrados y rezando. Ahora los domingos, en la maana, la
Esquina del Movimiento es un templo y todas las putas estn obligadas a ir al
culto. (TRANSICIN. EN SITUACIN) Pero Iguana, cmo es eso, ests o
no ests con Dios. O es burdel o es iglesia. (COMO LA IGUANA) Susanita,
t no entiendes, los tiempos han cambiado. El libre mercado no tiene por qu
pelearse con la religin. Yo soy una evanglica Neoliberal. (NORMAL) As es
ella. Ay, ya me perd otra vez. Es que cuando yo trato de aclarar, oscurezco.
De qu les hablaba? Aj, s, de qu nos iba bien y yo ahorraba. Pero cuando
el pobre lava, llueve. Ya Jaramillo se haba ido. Estaba triunfando por Mjico.
Genaro Salinas se haba quedado en Caracas. Estaba enamorado de una actriz,
que a su vez era novia de un Jefe de Polica del Dictador. Un da lo
encontraron muerto en la calle y para tapar la cosa llegaron hasta la Esquina
del Movimiento. Entraron... y que si conspiradores... y que terroristas... y toma
una patada, toma un planazo y ah estaba l... Leonel Corts y... aunque yo
estaba con camiseta, pantaln de kaki y zapatos de Goma Espuma, me
reconoci. Este es mo! Llover golpes, eso fue. Llova pescozones y no
escampaba. Leonel Corts me pas para un calabozo donde yo no poda ver,

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no s si por lo oscuro o porque tena hinchada la cara de los porrazos que me
haban dado. Leonel Corts dijo: este es maricn, carne fresca, se los regalo!
Y lo que yo so como algo bonito se volvi rancio. Fue un hombre y fue otro
y otro... y ya no supe ms... y la poltica fue para m una noche irrespirable y
un hombre cuajado por el sexo. (PAUSA) Por favor, alguien tiene un
cigarrillo. (FUMA) Tom mis ahorros y me fui a Mjico. Pero me fue bien,
estupendo. Por favor, nada de caras largas. (A UNA ESPECTADORA) Ay,
usted no se le puede decir algo triste porque enseguida tiene dos goterones en
los ojos, igualita a Montilla. Ay, Franklin Delano Montilla, mi primer y gran
amor. (ALEGRE) Aj, fjense como se entusiasman. Ya esta mariquita nos va
hablar de sus andanzas mexicanas. Pues s, lo voy a ser. Franklin Delano,
como lo supondrn, era maracucho. Al principio les confieso me era
indiferente. Adems yo vena de algo tan horroroso que no quera saber de
hombres. En Mjico me ayud muchsimo Jaramillo. El tena pegado
Sombras. (TARAREA QUEDO) Eran colas y ms colas de gente que lo iban
a ver cantar. Intent acercarme, pero que va. Hasta guardaespaldas tena. Ni al
camerino se poda llegar. Necesitaba trabajo. Los ahorros se me haban ido
entre el pasaje y el hotel. Me enfund unos pantalones anchos. Me amarr una
almohada y encima me puse una ruana, con dibujos de amapolas y girasoles.
(TRANSICIN) Dgale a Jaramillo que lo busca su esposa de Ecuador y que
s no me recibe, voy a parir aqu, en pleno pasillo de su camerino. (COMO
ELLA) Corriendo lo buscaron y solt la carcajada al verme. (COMO
JARAMILLO) Carajo, Susanita, tenas que ser t. (COMO ELLA) Me dio
unos pesos y consigui que cantar despus de l, en un Nigt Club llamado
Las Mil y Unas Noches. Mjico, estaba avanzadsimo. Enseguida me afili a
la A.T.P. Asociacin de Travestis Tapatos. Me dieron mi carnet y hasta de da
poda caminar entaconada por la Plaza Jurez. Mjico fue una revolucin para
nosotras. En Las Mil y Una Noche conoc a Franklin Delano Montilla.
Antroplogo, mesonero y comunista. Era como para huir no? Siempre tuvo
deferencias para conmigo. Se acercaba todo caballeroso y me preguntaba qu
iba a beber. Despus que lo supo, me lo serva sin pedrselo. S, Perfecto Amor
pero ahora con conchita de limn y sal. Todo charro. (COMO MONTILLA)
Me dijeron que usted es venezolano tambin. (COMO ELLA. LO CORRIGE)
CORRIGIENDO) Venezolana. (COMO MONTILLA) S... por supuesto...
claro... venezolana. (APAGA EL CIGARRILLO) Me encenda los cigarrillos,
buscaba conversacin y pues... sucedi. A mi lo que me llam la atencin de
l, fue su segundo nombre: Delano. Me dije, por ah debe parpadear y no me
equivoqu. Un da se qued en mi piso. S, porque yo haba alquilado un
departamento y comenzaba a ahorrar para operarme. No era en Estados
Unidos, la cosa era en Suiza. Lo que pasaba era que la Misuko se haba

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operado all y no lo haba dicho por temor a que la superaran. La Misuko, fue
la pionera. Era marica pemona. S, as cmo lo oyen. Un mdico se enamor
de ella y le pag la operacin. Qued igualitica a Patricia Velzquez. La
Misuko tena unos senos como dos picos de cerro y naturales. Naci as,
parece. El Doctor la vio, se enamor y la mand a operar. Pero no era eso de
lo que les estaba hablando era de ... aj... de Mjico. Franklin Delano carg mi
maleta con mi vestuario y afeites desde Las Mil y Una Noche hasta mi
departamento. Por cortesa, le ofrec caf y l me pidi algo ms fuerte.
Record que tena una botella de ron venezolano y l se entusiasm. Cuatro
palos y cada vez que me deca algo, me tocaba. Hablaba y se le aguaban los
ojos. Como hablaba Franklin Delano! Hablaba de la Virgen de Chiquinquir,
que para l era una traslacin del complejo de Edipo, y me tocaba el hombro.
Hablaba de los Huevos Chimbos, que eran su fascinacin, y me tocaba el
muslo. Hablaba del furruco, de su incidencia en la cultura musical del Caribe,
y me tocaba la rodilla. Me dije: ser que quiere guerra? Ah, no, mi amor,
entonces met mano y esper apretando bien la boca no vaya a ser que perdiera
mis dientes de oro... pero nada. Delano hablaba y hablaba, lloraba emocionado
hablando sobre los aztecas y su propensin al picante, y yo meta mano y
meta mano, tratando de sopesar su chirel. Para matarles la curiosidad, l era
as como standard, nada del otro mundo... era como Self Service... recortadito.
Cuando me empez hablar de la nacin guay, la cosa se puso buena y... a la
hora de la verdad... nada. Franklin Delano caa... caa y caa hasta que se
converta en un frijolito saltarn, arrugado, tmido, huidizo. Y se dorma. S,
aunque no lo crean, se dorma. Lo mo era mirarlo dormir. Que pe-na-li-dad!
Al otro da no se hablaba del asunto. Malo no era, Franklin Delano. Cuando
me levantaba tena el desayuno listo... mis atuendos preparados... haba agua
caliente en una olla para que me baara, pero Franklin Delano, nada. No
tocaba el tema. Se iba a trabajar, a comprar sus libros o pasarse horas enteras
en la biblioteca pblica. Me llen la casa de libros gigantes, estrambticos y
polvorientos. Las madrugadas se convirtieron en suplicio, porque yo insista y
Franklin Delano se dejaba agarrar mientras hablaba y hablaba, emocionado,
con goterones salindole de los ojos. Pero al momento de la verdad, nada.
(PAUSA CORTA) Su mam le mandaba todo los meses una caja de huevos
chimbos que Franklin Delano devoraba en una semana. En mi angustia, vea
los huevos chimbos y trataba de explicarme s eran la causa de la cada de
Delano. Observaba los huevos, amarillos, solemnes, coloniales. Los probaba,
me empalagaba, lloraba. Odiaba esos malditos huevos chimbos! Pero a quin
se le ocurrira inventar un postre que se llame huevos chimbos. Porque huevo
suena atractivo, varonil, retador, lo malo es lo chimbo, porque chimbo me
sonaba a cado, a discreto, a pura bulla, a plagatox que marea pero no mata.

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Huevos Chimbos era Delano. El con su Virgen de Chiquinquir y yo con la
Virgen de Guadalupe. Fui y le rec y lleg el milagro. Una madrugada en la
que Delano lea, hablaba y lloraba simultneamente, mientras yo meta mano
y meta y meta, sucedi. Pero no por m, sino por una revista que comenz a
hojear y de repente su excitacin fue creciendo, creciendo. Me molest y quise
ver lo que lea. Pens... Play Boy! Pues no, era nada ms y nada menos que
una Revista National Geografig, donde aparecan los Ttem de la Isla de
Pascua. Eso lo excitaba, lo volva loco de pasin. S, as como lo oyen.
Entonces, cada vez que yo quera su amor, apelaba a la fulana Revista. Fue
intensa, culta, totmica nuestra relacin. Hasta que un da, por uno de esos
ligeros temblores que se dan en Mjico, el ensayo del show se suspendi y
regres al apartamento ms temprano. Ah estaba Delano, llorando, desnudo,
frente a la revista, masturbndose. Me grit que ya no necesitaba de nadie. Me
dijo que los Semidioses se masturbaban. Agreg que el desarrollo de las
culturas se deba a las formas cada vez ms sofisticadas de masturbacin. Que
l las haba probado todas. Desde la masturbacin con concha de mango de los
Clanes de la India, hasta la masturbacin con flexiones de pecho sobre aceite
de coco de las Tribus de Babilonia. Lo ltimo, lo que no soport, fue que con
lgrimas en los ojos, preso de las ms grande felicidad, expuso que haba
descubierto el paso de Semidis a Dios con la masturbacin del yo. Se par a
un ladito del espejo de mi peinadora, como si se escondiera de s mismo. Se
agarr su frijolito y vindose las nalgas mientras pegaba un salto hacia el otro
lado del espejo, vocifer: ese culote! Fue terrible. Le ped que se fuera y lo
hizo. Lo ltimo que supe de l fue que lo llevaron a un hospital, porque en la
Universidad Autnoma de Mjico, en un acto de graduacin, en medio de
todas las autoridades, se le ocurri dar una demostracin prctica de su teora.
En el quinto bautizo, del quinto hijo, de la quinta mujer que haba tenido Julio
Jaramillo en Mjico, le cont m va crucis con Delano. Jaramillo, entre trago
y trago me dijo: menos mal que te quitaste de encima a ese paju! En fin,
para abreviarles el cuento. En Venezuela tumbaron al Dictador y Jaramillo
regres a cantar. Ya era famossimo, mucho ms famoso que antes. El que se
viene y yo al mes que me regreso. Claro, de peso a bolvar, tampoco era
mucho, pero tena algo, algo, ya la operacin para m estaba ms cerca. Llego
a la Esquina del Movimiento con mi maletero, vestida de tehuana, con
zarcillos toltecas y el cabello largo a lo Dolores del Ro. Entro sin tocar y
comienzan los cohetes y las locas corriendo y tirando los colchones en el piso
y me emocion. Que lindo gesto de La Iguana recibirme as con esa
algaraba! Pero que va, no era un recibimiento, no eran cohetes, sino que en
esa poca, Catia era una plomazn todas las noches. (PAUSA CORTA) Era
lindo regresar. Era lindo ser ta. S, ta, porque aquellas noches de trrido

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romance entre La Iguana y Jaramillo, haban dado sus frutos. Era ta de un
varoncito de cinco aos. Julito Manuel, se llama. (PAUSA) No... no era lindo
regresar. Saben... la cuestin no es irse, sino regresar. Porque una se va con la
esperanza de un futuro lindo... de que cuando regreses todo ser perfecto...
mejor. Entonces una regresa creyendo que lo que se qued sigue igual. Y no es
as. Una regresa y todo como que se movi, como que te cambiaron de sitio
los recuerdos... como que te movieron tus alegras un poco ms all. Y aquello
que veas grandote, no era sino chiquito... que te arrinconaron las nostalgias...
que te achicaron lo bonito. La Iguana, para que yo no sufriera, no me haba
escrito que a mi pap se lo haban llevado. Como Leonel no me encontraba, se
llev a mi pap. Se lo llev y nunca regres. Ni siquiera tengo su tumba para
rezarle un padrenuestro. (PAUSA CORTA) Fui hasta mi casa... hasta la
sastrera. Todo estaba revuelto. Me llev sus revistas... una tiza azul con la que
marcaba las telas y... el traje Prncipe de Gales. Me lo haba hecho. Como
siempre, Jaramillo me ayud. El cantaba ahora en Le Garaje. Que sitio tan
exquisito. Ah no haban los muebles tradicionales, sino asientos de carros...
faros de autos en lugar de velitas... a los reservados les pusieron una corneta
para llamar al mesonero y se bailaba en una especie de pista de carreras. Viva
de bote en bote y me invent mi Espectculo de Los Boleros Rancheros de
Susanita. Sala de Mariachi con una pistola de balines, entraba disparando,
gritando uyuyuyi y me lanzaba a cantar Curucucuc paloma. Todo un xito.
Y, como a quien Dios no le da hijos, el diablo le da sobrinos, me encargu de
Julito Manuel. Le planchaba su guardapolvos, lo llevaba hasta la Escuela
Repblica del Ecuador, lo iba a buscar, le tena su almuerzo listo, le ayudaba
con las tareas, le daba su cena, lo acostaba a dormir y me iba para mi Show.
Haca mi trabajo, agarraba un taxi y me regresaba. Vea a Julito Manuel
dormir y... yo era feliz. (PAUSA CORTA) Nada de hombres. Pero nada de
nada. Hasta que un da. (A UN ESPECTADOR) Aj, mira ese, se le pusieron
puyudos los ojos. Pues s. Pero yo no andaba buscando nada. Resulta que
cant como nunca All en el Rancho Grande. (CANTA BREVE) Y como
siempre, ovaciones. Desde la barra, un hombre aplauda ms que cualquiera.
Dejaban de aplaudir y l segua. Ah, por supuesto que me interes por ese
admirador y as, mientras cantaba... (CANTA) De piedra de ser la cama, de
piedra la cabecera. (NORMAL) Me fui acercando, micrfono en mano hacia
la barra. Me deslumbr. Era negro, pero pulido, brillante, como de bano
importado y lo mejor, en su pelo achicharradito un mechn blanco. Y no se fue
por las ramas. Yo cantndole y l, de repente, se agarra aquello y tcuti, se lo
sube un instante. A m casi se me cae el micrfono. Tom un trago y tcuti, se
agarro la cosa y se la subi. Pero todo muy breve, no vayan a creer que se
pegaba ah. No. Era algo sutil, como una contrasea de amor entre l y yo.

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Nuevo tcuti y me dije: de piedra no ha de ser la cama con ese mulato. Al
terminar el Show camin hacia m, me abraz dursimo y me bes. As es, sin
pasar por los tiempos. (COMO HOMBRE) T conoces la Barca de Oro?
(COMO ELLA) Quieres que te la cante? Le contest. Me volvi a abrazar
dursimo y me bes en la boca ms duro todava. Yo estupefacta, atnita,
pasmada, turulata pues. No entenda. Me extendi la mano y se present.
(COMO HOMBRE) Gustavo Snchez. (COMO ELLA) Le extend la ma y
me la tritur de un apretn. (IMITANDO) Puedes llamarme Gustavito, todos
me llaman as en el campo. (COMO ELLA) Ah, me dije. Es campesino.
(COMO GUSTAVO) Estoy sper alegre. Ayer pas a profesional. (COMO
ELLA) Y se agarr abajo, rpido, con la mano derecha y tcuti, se las subi.
(COMO GUSTAVO) Dme un Etiqueta Negra y para la seorita un Perfecto
Amor! Porque seguro t debes tomar Perfecto Amor. (COMO ELLA) Y se
agarr abajo, rpido, con la mano izquierda y tcuti se las subi. (COMO
GUSTAVO) T no eres como las otras cantantes. A ti se te ve la categora por
todas partes. (COMO ELLA.) Y se agarr abajo, rpido, con las dos manos y
tcuti tcuti, se las subi. Fue un tcuti Bis, que llaman en msica. Estaba que
caa abatida por ese gesto que me invitaba, pero prefer hablar para proteger
mi dentadura de oro. (COMO SI HABLARA CON EL.) Mira, Gustavo.
(COMO GUSTAVO. RPIDAMENTE) Dime Gustavito. (COMO ELLA)
Est bien, Gustavito. Yo no soy lo que t ves. T me ves otra, pero soy otro.
Entiendes? (PAUSA CORTA) Gustavito se qued en silencio. Un mutismo
vertical, macizo. Y sin ms, sentado en la barra, sin mirarme, pas su brazo
por mi hombro. Me trajo hasta s y me apretuj, me aplan de ternura mejor
dicho. (COMO GUSTAVO) Lo mo es la pelota. (COMO ELLA) No lo
entenda. La pelota? (COMO SI HABLARA CON GUSTAVO) La... la
pelota? Cmo que la pelota, Gustavito? (COMO GUSTAVO) Pasaron el
noticiero de la pelcula y lo vi. Ah estaba Babe Rut y todo el Stdium se
levantaba para aplaudirlo. Estaba viejo, gordo, cansado, ya se retiraba. Desde
que tena diez aos lo supe. Desde ese momento me he levantado a la cinco de
la maana y he trotado por la calle Bolvar, la nica calle pavimentada de mi
pueblo. De Macanao. S, yo soy de la isla de Margarita. Esa calle Bolvar de
Macanao, desemboca en la playa y yo segua trotando mientras los pescadores
se burlaban: Conejo! Venado! Me gritaban. Despus de trotar, agarraba mi
bate. Mi bate? Un palo, un palo de guayaba que yo mismo haba recortado,
lijado y le haba dado forma de bate. Entonces en la playa, bateaba las conchas
de mejilln, las de pepitona, las piedras, los botutos. Todo lo que se me
atravesaba por delante lo bateaba. A m tambin me iban a aplaudir. A m me
iban a hacer en Macanao una calle pavimentada. Hoy firm como novato en
Los Leones del Caracas. Maana comienzo los entrenamientos. T me gustas

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pero yo amo la pelota. Ya terminaste tu show? Entonces vmonos. Te llevo a
tu casa. (COMO ELLA) Salimos y ah estaba esperando su motocicleta. Se
puso un casquito de cuero, como de piloto y me dijo que me subiera. Ay, me
mont. As como monta a caballo Mara Flix en Doa Brbara. Pues bien,
as, de ladito. Llegu toda despeinada. Me baj. Y Gustavito, sin bajarse de la
moto, me bes, me apretuj, me comprimi con un abrazo y antes de arrancar
me dio una soberana nalgada que me hizo caer los zarcillos. Todo un round de
cario. Encendi la moto, se hizo un nuevo tcuti y se fue. (PAUSA CORTA)
Me enamor. Es que entre el tcuti y esa nalgada, se rob mi corazn. Fue una
nalgada definitiva. Fue un tcuti rotundo para mi vida. (PAUSA CORTA)
Enamorada y preocupada por eso de que amaba la pelota, se lo cont a La
Iguana. Ella, filsofa procaz al fin, me dijo: pero est bien mijita, l con su
pelota y t con su bate. (CANTA) Yo ya me voy, al puerto donde se haya, la
Barca de Oro, que destroz mi canto. Yo ya me voy. (SIN CANTAR) Y
Gustavito me llev en su moto, que para m no era moto sino barca blanca que
ruga, ligera, mientras navegaba por la carretera del Junquito. (CANTA) Yo
ya me voy, slo vengo a despedirme. (SIN CANTAR) Llegamos a un
Hotelito. Entramos a la habitacin. Me bes... se cerraron mis heridas... la
habitacin se alumbr con su cuerpo. Qued muda al pie de su hombra y la
barca ya no era barca, sino velero mariposa cuando con dulzura me acarici la
cara. Me bes en la frente y sent mis lgrimas con sabor a sal marina. Me
inclin sobre l y conmigo se inclinaron todas las maricas del Universo.
(CANTA) Adis mujer, adis para siempre adis. (SIN CANTAR) Era
Diciembre cuando fui de Gustavito. Su dulzura para amarme fue mi Nio
Jess. Bailamos toda la Navidad. Bailamos y bailamos y me sent como un
arbolito de Noche Buena con luces amarillas, verdes, rojas, parpadeantes por
supuesto. (PAUSA) A Julito Manuel lo ense a batear. A La Iguana le deca
suegra, imagnense. La Iguana orgullossima. (COMO LA iGUANA)
Consrvalo, Susanita, ese negro vale una Barca de Oro. (PAUSA CORTA.
COMO ELLA) Y... pues, para conservarlo, para que esa Barca de Oro con
chicharroncitos blancos navegara slo para m, quise complacerlo en todo.
Haba ledo, en una revista llamada Mujer de Hoy, que se deba compartir las
actividades del ser amado para conservarlo. Entonces me puse unos
pantaloncitos cortos, una franela ancha que en homenaje a l deca en letras
doradas: Margarita, y lo acompa a correr en la madrugada. Slo aguant tres
cuadras y pas una semana en cama que no me poda mover. Me dolan desde
los tobillos hasta las cejas. (PAUSA CORTA) El no era exigente con las
comidas, pero s con las bebidas. Al regresar de trotar, tena que tenerle
preparado un bebedizo de jugo de naranja con zanahoria, remolacha, miel,
berro, vino Sansn, tres amarillas de huevo y dos ojos de ganado. S, gua

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ctele. Pero a l le gustaba. Un da le dije que si poda acercarme al stdium y
llevarle su potingue. Fue la nica vez que me alz la voz. (COMO
GUSTAVO) Nunca! No quiero que vayas nunca! (COMO ELLA) Lo acept.
Jaramillo no se sorprendi de nuestra relacin y me dijo. (COMO
JARAMILLO) Es que a todos los beisbolista les gusta que le agarren las
nalgas. T no ves que se saludan dndose agarraditas de culo? (COMO
ELLA) Nunca lo haba visto. Jams me haba interesado por el bisbol hasta el
da en que conoc a Gustavito. (PAUSA CORTA) Gustavito se mud conmigo.
Ya no cant ms. Gustavito corra con todos los gastos. Un fin de semana la
pasbamos con Julito Manuel por los parques, por el zoolgico, y otro fin de
semana el nio se quedaba con su mam, con La Iguana. Gustavito y yo nos
bamos entonces como de Luna de Miel para el Junquito. Haba conseguido el
patito que para siempre iba a asomarse conmigo debajo de la cama.(PAUSA)
Gustavito comenz a salir en los peridicos como el Novato del Ao. Me
pegaba a la radio cuando le tocaba batear. No entenda el juego... nunca lo
entend. Quise hacerlo y me decid ir al stdium. (PAUSA CORTA) La verdad
es que tambin la Vanessa, la Tamoa y la Marlise, me llenaron la cabeza de
cosas. Que si l no quera que yo fuera porque de seguro tena su juj con otra.
Que si en el stdium me estaba jugando quiquiriguiki con la taquillera. Que si
tena otra loquita que le estaba dando vueltas. Me dej arrastrar por los celos.
Entonces, en el Partido Final de la Serie, fui hasta all con mis tres amigas.
(AL ESPECTADOR) S, son amigos, pero ellas por dentro tambin son
mujeres. (PAUSA) Al principio no vi a Gustavito porque estaba metido como
en una cueva que est en pleno stdium. Un agujero a donde se apretujan a
mascar chicle. Pero, permtanme que les describa lo que vi. El famoso partido
lo hacen en un campo de tierra, donde hay unos caminitos que terminan cada
uno en una almohada. Los beisbolistas estn regados por ah... escupiendo.
Cada uno tiene un guante, grande, de esos con dedazos, horrible. En el medio
de ese tierrero, hay otro beisbolista que est montado en un... ay, djenme ver
como es el acento porque si no meto la pata y vuelvo a decir una palabrota.
Aj, est montado en un mon...t... culo. Pues ese que est ah, tiene una
pelotita que la mariposea y la revolotea y la revolotea. Enfrente de l, se para
el otro jugador con el bate y detrs, hay uno con mscara, agachadito, que le
hace morisquetas con la mano al que tiene la pelotita que la mariposea y la
revolotea y la revolotea. Detrs del agachadito morisquetero, hay otro seor
que est de luto y usa un chaleco antibalas pero grande, casi hasta las piernas.
El hombre de la pelotita que la mariposea y la revolotea y la revolotea, se la
lanza dursimo al agachadito morisquetero y el del bate fus, propina un
palazo en el aire. El seor serio, el de luto, grita: La trae Juan! Los que estn
en la cueva comiendo chicle, protestan y empiezan a escupir. El agachadito

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morisquetero devuelve la pelota y Juan no aparece por todo eso. Digo yo, que
como Juan no aparece, el hombre del montculo agarra la pelotita y la
mariposea y la revolotea y la revolotea y la vuelve a lanzar al agachadito
morisquetero y el del bate fus, zumba otro palazo en el aire. El seor serio
que est de luto grita: la trae Jess! Ah, pero ahora se molestan todos y
escupen al mismo tiempo. Hasta el pblico escupe, que asco! Pero el fulano
Jess no aparece por ninguna parte. El agachadito morisquetero devuelve la
pelota, pero esta vez hace un gesto como grosero con los dedos, as, como,
perdonen la expresin, pintndole una paloma al otro que est en el mon... t...
culo. El se pone frico, escupe la pelota, la mariposea y la revolotea y la
revolotea y la lanza al del bate que ahora le pega a la pobre pelotita que se va
y se va y se va hasta que cae lejsimo. Todos los dems corren a agarrar a la
pobre pelotita. El hombre suelta el bate y empieza a correr machacando a las
pacficas almohaditas. Machaca la primera, machaca la segunda, machaca la
tercera almohadita y va corriendo hasta el seor de luto. Pero los que estn
atrs, han agarrado la pelotita y la han lanzado. Y la pelotita viene volando,
volando, volando, casi alcanzando al del bate y cuando este ya ve que la
pelotita est llegando primero que l, pucutn, se lanza de nalgas y rueda hasta
darle una patada a la infortunada almohadita del seor de luto. La gente grita:
con Ron, con ron! Ay, pero yo creo que ni con rnica se le quita ese golpe en
las nalgas a ese hombre. (PAUSA CORTA) Pues bien, al fin sali Gustavito de
la cueva y se acerc a batear. Ay, no aguant y las tres gritamos a la vez. Ole,
Gustavito, Ole! Gustavito volte y ah estbamos nosotras, afocantes porque la
Vanessa se llev su traje blanco plisado, la Tamoa se visti de rumbera, a lo
Carmen Miranda con un sombrero de frutas y flores en la cabeza, la Marlise,
recatadita, un traje de llanera con sombrero pelo guama. Y yo, pues yo, para
no ser menos, me vest con mi traje de Charra. Falda grande, negra, con
arabescos dorados, blusa con motivos precolombinos rojos, chaquetn corto y
sin las pistolas, por supuesto. Gustavito cuando nos vio, se qued de una sola
pieza, paralizado. Despus se anim y se puso a batear. Cada vez que bateaba,
le lanzbamos claveles y gritbamos: ole! Gustavito, porque sabe que no me
gusta la violencia, nunca golpe a la pobre pelotita y la gente comenz a
pitarlo. Entonces me ofusqu y le di un taconazo a un espectador que le grit
ero maricn! Otro espectador me lanz una botella de cerveza, pero me
agach y se la peg a un boy scout. Ah se arm la grande porque eso fue
botellas de aqu para all y la gente corriendo, gritando, salindose del stdium
como podan. A mi prcticamente me arrastraron pero sal sin un rasguo, a
Dios gracias. La Vanessa s, pobrecita, le pasaron como cien personas por
encima porque se enred con los tacones y se cay al suelo. An, la pobre,
camina algo renca. Afuera estaban unas jaulas de la polica y nos llevaron a

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todas. Sal a los tres das y... y cuando regres... ya Gustavito no estaba. Lo
esper... lo esper... Me ech a morir. S. Una puede morir de amor, lo s. No
coma... en un vaso que traen los velones, me preparaba un jugo de esos de
sobrecito, koolaid de frambuesa que era lo nico que me provocaba... y me
tragaba un valium... y me dorma. Jaramillo fue y me cant de todo menos
boleros de despecho. Cant guarachas, cumbias, pasodobles, pero yo no saba
vivir sin mi Gustavo. Tuvieron que llevarse a Julito Manuel que era el que
menos comprenda. La Iguana fue para consolarme, para decirme: hombres
es lo que sobran. Pero... cuando una esta s, eso no reanima, no, es peor, una
quiere a un solo ser, a ese que ya no est y que encuentras en todas partes...
hasta en las sombras de tu cuarto. Y... algunas veces el amor es tan cruel.
Gustavito entr, vestido as, de blanco, con su cachuchita de pelotero tirada
hacia atrs. Se sent al lado de la cama, me tom de la mano y la de l era
tibia, suave, fuerte, su mano acunaba la ma y me dijo, clmate Susanita, todo
pas, estoy aqu y ya no me voy ms. Me bes y me despert. Era un sueo. El
no estaba, pero yo todava senta su beso blando disolverse en mis labios. Y el
dulce fue amargo. Y me tom todo el frasco de valium, para que si Gustavito
regresaba, aunque slo fuera como un sueo, se quedara. Recuerdo que ya me
senta flotar y no apareca Gustavito. Yo flotaba y... y me costaba respirar y...
entend... esto es la muerte. Jaramillo me encontr. Estuve en el hospital y...
no quera salir ms de l. Un da, los que estaban hospitalizados y las
enfermeras, armaron un escndalo viendo la televisin y entonces lo vi. Julio
Jaramillo estaba preso. Ya no pens en Gustavito sino en salir de ah. Y lo
hice. En La Esquina del Movimiento La Iguana me cont que pareca que
Jaramillo, rascado, andaba manejando su carro y se llev a una seora por
delante. Lo haban llevado a la crcel de Tocuyito. Lo visit. Mircoles y
Domingo yo viajaba a Tocuyito para que l sintiera que no estaba solo. Lo
encontr vuelto un palillo. Se le vean hasta los huesitos de las costillas. Flaco
como un silbido. Se estaba muriendo con el encierro y era urgente sacarlo de
ah. El no se quejaba. Lo soportaba sin decirme lo horrible que yo misma saba
que era una crcel. Lo nico que me peda era que le trajera Locin para
despus de afeitarse. Todas las semanas tena que llevarle un frasco de Locin
para despus de afeitarse, de esas verde y que seguramente regaba en su celda
para espantar el olor de la prisin. Jaramillo estaba arruinado, como siempre,
no tena ni un centavo y yo igual. Mis ahorros se haban ido pagando la
clnica. Entonces rif la radio, el televisor, mis trajes, hice colectas, recorr
todos los bares pidiendo colaboraciones para poder pagar el abogado y sacar a
Jaramillo de la crcel. La Iguana, mucho ms prctica que yo, implant el
Polvo Jaramillo. A qu no saben lo que era? Pues que todas las putas, un da
a la semana, tenan que colaborar con el cincuenta por ciento de lo que

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hicieran. Ninguna se quej, todas queran que volviera. La Iguana me dijo:
Susanita, el Polvo Jaramillo es lo que llaman en gerencia, Calidad Total. Por
fin logramos sacarlo y ya afuera, cuando esperbamos en el Terminal de
Pasajeros el autobs que nos traera a Caracas me dijo dos cosas. Una que me
hizo llorar y otra que me hizo rer desde Valencia hasta Catia. Me dijo.
(COMO JARAMILLO) Quieres saber algo, Susanita? Te ganaste un San,
conmigo. Te ganaste que me convirtiera de ahora en adelante en tu pap, en tu
mam, en tu Angel de la Guarda. Es ms, si yo fuera marico ya me hubiera
casado contigo hasta de velo y corona. (PAUSA CORTA. COMO ELLA) Lo
otro que me dijo fue. (COMO JARAMILLO) Mira Susanita, vamos a
tomarnos un roncito mientras llega el autobs, ya estoy hasta las bolas de
tomar Locin para despus de afeitar ligada con malta. (PAUSA) En Caracas,
por lo de la crcel, vetaron a Julio Jaramillo y tuvo que irse. Pas tiempo sin
saber de l. A m tambin me vetaron. Tenan miedo de darme trabajo porque
pensaban que como haba estado en un psiquitrico, tena algo de loca y poda
suicidarme de un momento a otro. Trabaj de ascens
orista. Vestido de hombrecito, por supuesto. Eso era subir y bajar... subir y
bajar. Claro, me daba ms tiempo para estar con Julito Manuel, ayudarlo con
sus tareas. Hasta que un da lleg el telegrama. Vente. Punto. Per te espera.
Punto. Te envo pasaje. Punto. J.Jaramillo. Punto. Y sin punto y seguido
llegu a Per. Jaramillo como siempre, triunfaba. Llegando eso fue cebiche y
pisco. Inmediatamente comenc a trabajar en La Casa Verde, un naigt club
aristocrtico, para la gente bien. Jaramillo me prest para que volviera a
hacerme mis trajes de Mariachi y fui todo un xito. Cuando llegu al
aeropuerto, conoc a Mario Yupanqui. Pero no es lo que ustedes piensan. No,
ni se imaginan. Mario se haba portado muy bien con Jaramillo cuando lleg
al Per. Me dijo Jaramillo que tambin lo haba conocido como maletero en el
aeropuerto, que Mario Yupanki inmediatamente lo ayud a encontrar hotel,
que lo llev a los lugares donde se poda comer ms barato y le mostr los
sitios de moda donde se cantaba y bailaba. Jams, Mario Yupanqui, quiso
aceptar algn dinero por todas las atenciones que le prest, pero cuando me
vio cantar le rog que quera ser mi valet... que quera aprender de m, las
artes del travestismo. S. Mario Yupanqui, era del hatajo de los desventurados,
de los querubines desplomados, de los nuestros. Loca feroz, pues. Era un
cholo cultsimo. Hablaba y escriba a la perfeccin ingls, francs, italiano y
quichua, por supuesto. Cuando se emborrachaba comenzaba a llorar y a decir
que uno de sus antecesores haba sido Tpac Yupanqui, que por su sangre
corra la estirpe de Tpac Amaru. Que todos sus ascendientes era de la nobleza
incaica. Lo cierto era que, segn Jaramillo, a Mario Yupanqui lo haban
abandonado recin nacido. Una familia de la burguesa limea lo sac del

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orfelinato para que sirviera de acompaante y cuidador de sus hijos. Mario fue
enviado a las mismas escuelas que los hijos del dueo, pero en funcin de
sirviente, de cuidador y ah, tan despierto como era, aprendi lo mismo que los
nios. Vivi con esa familia hasta que lo sorprendieron en una posicin algo
incmoda con el chofer de la casa. Un da me cont, rascado de Pisco a ms
no poder, que a l no es que lo haban abandonado, sino que lo dejaron en las
ruinas de MachuPichu para que todo el Per lo adorara como Princesa. Que
ella era una princesa inca en desgracia. Que algn da, vendran los cholos, los
incas y lo coronaran. Desde ese momento lo comenc a llamar la Princesa
Pichu. Era la mar de eficiente. Limpiaba la casa, pagaba la renta, haca los
depsitos en el banco, peinaba mis pelucas, zurca mi ropa. La Princesa Pichu
hubiera sido perfecta a no ser por el licor. Creo que Jaramillo y l se llevaban
tan bien, por la bebida. (COMO JARAMILLO) Hay que ayudar a Mario
Yupanki, a la Princesa Pichu, como t le llamas. Si yo soy el cantante de la
miseria, Pichu es la miseria en pasta. A nosotros nos han amado, a l, ni sus
padres. (NORMAL. COMO ELLA) A veces, beba por semanas enteras y no
se saba de l. Llegaba arrastradito, golpeado, llorando su desgracia incaica.
Es que la Princesa Pichu, de verdad, era muy fea. Era como paldico,
esmirriado, encorvadito al hablar y con calvicie prematura. Nadie lo amaba.
Un da, tarde, casi de madrugada, escucho un escndalo en la sala, unos gritos.
Me pongo mi bata, salgo y me encuentro con un marinero que ms bien
pareca un submarino nuclear. El marinero tena un cuchillo de esos con la
punta curvada y amenazaba con matar a la Princesa Pichu. El marinero que me
ve y se asombra, y yo no se cmo saque mi mejor voz de hombre. (COMO
HOMBRE) Que coo, pasa aqu! (NORMAL. COMO ELLA) Ay, me cans.
Bueno lo cierto es que el marinero se qued tieso, pasmado, y como
excusndose, pero todava con el cuchillo en la mano dijo. (COMO EL
MARINERO) Este marico me quiere pagar con un cheque. (NORMAL.
COMO ELLA) Fui hasta el cuarto, caminando como un machote. Saqu un
dinero que tena y se lo di al marinero. (EN SITUACIN. CON VOZ
GRUESA.) Toma tu dinero y te vas para el carajo. (PAUSA CORTA. COMO
ELLA) Pero que susto. Tuve que tomarme tres tilitos porque me dio una
tembladera en las piernas que no poda detener. (PAUSA CORTA) Por
supuesto que la Princesa Pichu me prometi que nunca mas volvera a meter
hombres a la casa. (EN SITUACIN) Bueno, nunca nunca, no, Pichu. (CON
COMPLICIDAD) Avsame, eso es todo. (NORMAL) Pobrecita, la Princesa
Pichu. Es que era tan fea, que para hacerse amar, tena que pagar. (PAUSA
CORTA) Lo ense a maquillarse, a usar peluca y, a peticin de l, lo prepar
para que pudiese realizar un strip tease. (EN SITUACIN, BAILANDO,
COMO SI ENSEARA A PICHU. SE ESCUCHA MSICA. MIENTRAS

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DA LAS INDICACIONES SE VA DESNUDANDO) As... con el pecho hacia
afuera. (SEALANDO A UN ESPECTADOR) Mira a ese, Princesa Pichu. A
ese le gusta la cosa. Dale un movimiento de teticas, Pichu. (LO HACE) Muy
bien. (SEALANDO A OTRO ESPECTADOR) Ese tiene cara de los que dan
buena propina. Dale un movimiento de caderitas, Pichu! As, muy bien. (A
OTRO ESPECTADOR) Mira a ese, tiene cara de que si, pero de que no. Ese
no se decide. Dale un movimiento de culito, Princesa Pichu! As, muy bien.
(A OTRO ESPECTADOR) Mira, ese. Ese nos reprocha, ese se asquea de
nosotras. Cara seria, culito rochelero. Vamos, Princesa Pichu, movimiento de
culito rpido y lento, rpido y lento, como las batidoras. As, es, triunfamos,
Princesa Pichu, triunfamos! Mira como se ren! Hemos vencido! Se ren, se
divierten, eso esperan de nosotras. Poder burlarse, poder asquearse, sentir que
son mejores y que nosotras somos la basura de la tierra! Arriba el pecho!
Deslumbralos con tu risa prestada!
Encandilalos con tus senos postizos! As es! Que gocen nuestra miseria!
Movamos las teticas, movamos las caderas, a mover ese culo, Princesa Pichu,
hasta que lo noche nos vomite entera! (QUEDA AGOTADO. SOLO CON
ROPA INTERIOR. CESA LA MSICA. GRAN SILENCIO. MIENTRAS SE
COMIENZA A VESTIR CON EL TRAJE PRNCIPE DE GALES) Un da la
Princesa Pichu se fue ms temprano a la Casa Verde para prepararse en su
debut. Estaba emocionadsima. Su gran oportunidad haba llegado. (PAUSA
CORTA) Un... un grupo terrorista hizo volar el local. Cientos de Cholos
asistieron a su sepelio. Era... como ella lo haba dicho... era su coronacin.
Jaramillo cant en su entierro, Me Duele El Corazn. Despus bebimos en
honor a la Princesa Pichu. Jaramillo me dijo, hay que contarlo. Lo que hemos
vivido, hay que contarlo... es que no cabe en una cancin. Un da tenemos que
contarlo. Si no lo hago yo, hazlo t... que sea Nuestro Juramento. (PAUSA
CORTA) El regres a Ecuador y yo a Venezuela. Todo haba cambiado. Los
locales nocturnos, los danci, haban desaparecido. Apenas dos o tres que
trataban de mantenerse con alguno que otro Show. Consegu trabajo como
acomodador de carros en un estacionamiento. Me dijeron que en miami haba
oportunidades y me fu. Pero yo... yo tambin haba cambiado. Todo en m se
haba cado. Las carnes... el corazn... el amor. Fue muy tarde para operarme
y... ya no tena dinero. Miami se cerraba para m y... no quise volver, no quera
regresar derrotada y le escrib a Jaramillo, pero l tambin estaba arruinado, en
Ecuador, con una mano adelante y otra atrs, cantando en cualquier zucucho
por la comida y la bebida, por que lo dejaran pasar la noche ah. Antes de
morir, en uno de esos perdidos bares de carretera, Jaramillo, para ayudarme, le
escribi a un conocido en Miami. Y yo, para tener ms o menos con qu vivir,
comenc a trabajar en un Naigt Club de tercera categora como presentador...

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como animador, pero en la puerta del local. (LO HACE) Adelante, damas y
caballeros. Pasen adelante. Esta noche, la Mitsuko Segunda... la Susanita
Segunda... La exuberante Loly Segunda. (NORMAL) Todo fue de segunda,
nada de primera. Julito Manuel creci. Ahora es odontlogo. Detesta la
bebida. Se cas. Pedro, se llama su primer hijo. Y yo, supe de este homenaje y
sent que era como otra ocasin... que recordara y que sera como cumplir lo
pactado... cumplir con Mister Juramento, Nuestro Juramento. Que recordarlo
hoy, a l, al cantante de nuestras desdichas, al poeta de nuestras miserias, al
trovador de nuestras desventuras, era una segunda oportunidad para todos
aquellos que perdimos, porque amamos. Quisiera por favor que se pusieran de
pie para or a uno, que como nosotros se rompi de amor, sin tener al final de
su vida, un patito con quien mirar debajo de la cama. Por favor, pngase de
pie, pngase de pie. (SE ESCUCHA EL BOLERO NUESTRO
JURAMENTO. SACA A BAILAR A UN HOMBRE DEL PUBLICO)
Bailemos, por favor, bailemos. (OSCURO LENTO SOBRE ELLOS).

QUEDA PROHIBIDA LA REPRODUCCIN TOTAL O


PARCIAL DE ESTA OBRA, AS COMO SU MONTAJE,
SIN EL PERMISO DEL AUTOR, EL CUAL PUEDE
SOLICITARSE A TRAVS DE SUS CORREOS
ELECTRNICOS:
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