Biografía Del Célebre Lemery

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l1

,^ n.K
IVERSIDAD COM LUTENSE
BIOGRAFA DEL CLEBRE LEMERY.
DISCURSO

LEIDO

LA UNIVERSIDAD CENTRAL

POR FX LICENCIADO EN FARMACIA

D. EZEQUIEL GONZALEZ Y REGUERA,

en el acto solemne

RECIBIR LA INVESTIDURA DE DOCTOR

EN LA MISMA FACULTAD.

MADRID:
IMPRENTA X>E3 JOS M. DUCAZOAL,
PLAzmu si uim u, 6.
BSxcnio. Xltnio. Seor.

A la manera que cada nacion tiene su historia , en la que se


consignan los hechos gloriosos que la enaltecen y los hroes que
han contribuido estender los lmites de su territorio, as tam
bien cada ciencia tiene la suya y concede, los que la han ido
enriqueciendo con nuevos descubrimientos , con nuevas aplica
ciones, un lugar distinguido en sus pginas que hace sus nom
bres inmortales.
La Farmacia, de igual suerte que las dems ciencias, tiene
su historia propia ms menos brillante, segun la poca en que
la consideremos; tiene sus hroes, cuyos imperecederos nom
bres han pasado y pasarn travs de las edades para gloria
del suelo que les vi nacer y orgullo de la profesion que con
tanto afan se dedicaron; tiene sus conquistas, las cuales, sin
llevar en pos de s los trastornos y desgracias que las alcanza
das por medio de las armas, producen, no dudar, resultados
ms positivos y duraderos.
Esta ciencia, que con justicia pudiera considerrsela casi tan
antigua como el mundo, pues que el hombre enfermo al que
6
rerse aplicar una sustancia que aliviase sus dolencias, tuvo pre
cision de empezar por una operacion farmacutica, la recolec
cion, se limit por muchos siglos solo los productos naturales
y ms particularmente los que procedian del reino vegetal; el
no haber progresado ms es debido, unas veces hallarse radi
cados los conocimientos en determinadas familias, y otras las
circunstancias especiales de la poca; as es que para que la
Farmacia emprendiese el verdadero camino que debiera , y ob
tuviese los grandes recursos con que hoy contamos, fu preciso
que en pos de locas pretensiones y ridiculas creencias apare
ciese un hombre cual Paracelso, que con ms jactancia y osada
que slidos conocimientos , arrojase la semilla que tan sazonados
frutos habia de suministrar en su dia , por ms que l en sus
limitadsimos conocimientos no comprendiese todo el bien que
acababa de sembrar. Su discpulo Liba vio, el ms aventajado
de los numerosos que tuvo, sigue la senda trazada por su maestro;
pero dotado de conocimientos ms profundos, la vez que de
un espritu de moderacion independencia , sabe tomar lo bueno
de los autores antiguos y contemporneos al mismo tiempo que
refuta los errores en que ha incurrido su maestro , y de este modo
consigue colocar la ciencia espagrica en el verdadero camino
que debia recorrer para llegar ser el poderoso auxiliar de Ins
ciencias mdicas.
En el siglo xvi, que es al que nos referimos en nuestras an
teriores lneas, los establecimientos farmacuticos eran todava
en corto nmero y se limitaban preparar los medicamentos
oficinales que no exigian grandes conocimientos en qumica, re
curriendo Italia , y con especialidad Florencia y Ferrara,
por los compuestos magistrales; pero merced la cruda guerra
que los paracelsistas hicieron al espritu rutinario de los mdicos,
que se oponian toda innovacion , y la inrcia de los botica
rios que no trataban de aprender la preparacion de los remedios
nuevos , los espresados paracelsistas logran fijar la atencion de
eslos y variar en cierto modo sus condiciones.
N'o contribuyeron mnos al progreso de la Farmacia por lo
que hace relacion con la Qumica , aun cuando ellos no se pro
pusieran este objeto , el modesto Jorge Agrcola y el metodista
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Bernardo Palissy , jefe el primero de la qumica metalrgica y
representante el segundo de la qumica tcnica.
El siglo xvii contina dignamente la obra comenzada en
el anterior. Galileo, Francisco Bacon , Descartes, Boyle, se co
locan la cabeza de la nueva direccion impresa al pensamiento
del hombre. Es proclamado el mtodo esperimental y las cien
cias cesan de apoyarse en la autoridad tradicional y la especu
lacion. Por lo que a nosotros toca, encontramos en el siglo de
que venimos ocupndonos eminencias cientficas y hechos de la
ms alta importancia. En primera lnea nos hallamos con Juan
Bautista Van-Helmoncio , el que, aparte de otros trabajos im
portantes , tiene la inmortal gloria de revelar cientficamente la
existencia de los cuerpos invisibles, impalpables, hasta enton
ces vagamente entrevistos, los que d el nombre de grases; de
suerte que debe considerrsele como el precursor de la qumica
neumtica. Roberto Boyle, quien Boerhaave llama el adorno
de su siglo, es otra gran figura, cuyas prendas tanto cientficas
como morales le enaltecern siempre: sus obras son un monumen
to precioso en las que el hombre de ciencia hallar en todo tiempo
mucho que admirar. Guiado constantemente por el mtodo espe
rimental, es conducido la resolucion de los ms difciles pro
blemas: su discurso preliminar, la teora de los elementos, las
esperiencias qumico-fisiolgicas sobre la respiracion , la destila
cion de la madera, el trabajo sobre las aguas minerales y tantos
otros, son ms que suficiente testimonio para colocar Boyle al
nivel de los primeros sbios.
Aun cuando no de la talla de la eminencia cientfica que
acabo de referir; sin embargo, no dejaron de contribuir con sus
trabajos al progreso de la ciencia otros muchos, tales comoGIau-
bero , Kunckel , Becher, Silvio, Tachenio , Hoffman, y tantos
ms que sera prolijo enumerar, quienes ocupndose de los pro
ductos pertenecientes los tres reinos de la naturaleza, logran
fijar la atencion sobre los empleados en medicina , y. obtienen un
gran nmero de observaciones mdico-qumicas.
En este siglo tienen origen las sociedades sbias , aconteci
miento de la mas alta importancia en la historia de las ciencias,
y como consecuencia de ellas principian publicarse peridicos
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cientficos, medios ambos favor de los cuales los conocimientos
se generalizan , y concluyen los secretos misteriosos de que tanto
se habia abusado en los siglos precedentes.
Con estos elementos la Farmacia no podia permanecer impa
sible : 'ordenanzas y decretos especiales regularizan el noble
ejercicio de esta profesion , y a contar desde este momento , la
vemos dar seales de vida propia : los farmacuticos redactan
ya, en unicn con los qumicos y los medicos, sus cdigos y far
macopeas, que habian de servir de norma las prescripciones
de los medicamentos, y se emancipan de la medicina que hasta
entonces la habia tenido subyugada.
En medio de este movimiento cientfico aparece una gran
figura farmacutica , dolo por mucho tiempo de su clase , cuya
fecunda fuente van beber todos los que, sedientos de ciencia,
quieren ponerse al nivel de los conocimientos qumicos y farma
cuticos de su poca: esta gran figura es la del clebre Lemery,
con cuya biografa me permitireis ocupe vuestra atencion.
Cuando los hombres no solamente han dejado de existir, si
que tampoco se reconoce alguno de sus prximos descendientes,
en este caso cuanto de ellos se diga no puede ser guiado, ni
por la torpe adulacion, ni por la miserable envidia; el exmen que
se haga , tanto de su vida como de sus obras, tiene por necesi
dad que llevar el sello de verdad que debe conducir siempre
todo el que trate de ocuparse de un asunto histrico cual
quiera. Dos siglos nos separan de Lemery ; cuanto de l digamos,
ya sea tomado de los escritores modernos, ya por lo que arrojan
de s sus obras, ha de ser espuesto y comentado con la ms se
vera imparcialidad.
Naci Nicols Lemery en Ruan, capital del departamento
del Sena inferior (Francia), el 17 de Noviembre de 1645. A nada
nos conducir el tratar de averiguar la ms menos elevada
alcurnia de sus padres, y la ms mnos noble prosapia de sus
mayores; debindole estudiar nosotros por sus actos y por sus
obras, estos nicamente debemos interrogar para que nos di
gan hasta qu punto rayaba la nobleza de tan ilustre varon; sin
embargo, por la relacion que pueda tener despues con su vida,
debemos decir que su padre, Julian Lemery, fu Procurador
en el parlamento de Normanda y profesaba la religion reforma
da, en la que educ su hijo, lo cual contribuy causar
este mil disgustos, entorpecindole la brillante marcha seguida
en el largo perodo de su vida , como hemos de ver en la narra
cion que de ella hagamos. Esta humilde condicion del padre, y
el haber muerto cuando el jven Lemery contaba solo doce aos,
fueron causa para que este no pudiese recibir la brillante educa
cion que tan claro talento reclamaba; fu , pues, bastante des
cuidada, y como ciertas nociones se adquieren de preferencia en
la primera edad , quiz debamos buscar aqu la causa de lo poco
versado que se hallaba en los conocimientos de los antiguos.
Mostr desde jven grande aficion al estudio de la natura
leza , y considerando que la profesion farmacutica sera la que
mejor le condugcse al logro de su intento, entr en casa de
M. Bourdot, boticario pariente suyo, cuyo lado permaneci
bastantes aos: all fu donde empez el estudio de las ciencias
naturales, donde adquiri el hbito del trabajo y donde se fami
liariz con las operaciones farmacuticas; pero reducido crculo
era este para un hombre que habia de abarcar todos los ramos de
la Farmacia; asi fu que no hallando en su maestro conocimientos
bastante estensos, quiso buscarlos en la fuente. Pas, pues,
Pars en 1666 y fu ponerse de pensionista en casa del sucesor
del clebre Le-Fcvre , el farmacutico aleman Cristbal Glascr,
profesor de qumica en el jardin del Rey.
En aquel tiempo era este demostrador, como se le llamaba en
tonces, un hombre muy hbil, si bien inferior su antecesor,
porque no siendo un observador de gran penetracion y teoras
como este, sino un puro manipulador, un hombre de recetas
como le llama Dumas, jams pudo elevarse generalidades y ob
tener de sus continuos trabajos todo el fruto que de ellos poda
y debia esperar. Sin embargo de esto la memoria de Glaser se
ha perpetuado merced al descubrimiento de una sal que ha
unido su nombre, esta es la sal pocresta, que no es otra cosa
que sulfato de potasa impuro, y tambien por haber sido el pri
mero en preparar la piedra infernal del mismo modo que se
efecta hoy ; pero Glaser crea en las transformaciones de la al
quimia y le acompaaba el carcter misterioso y desconfiado tan
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comun en los filsofos hermticos. No era posible con esto que
Lemery , quien animaba un amor ardiente por la verdad , estu
viese satisfecho con la enseanza que pudiera darle un maestro
tan oscuro ; asi fu que, no hallndole claro y metdico para
poder sacar fruto de sus esplicaciones, le abandon al cabo de
dos meses y se puso viajar.
En todos tiempos han sido muy convenientes al hombre de
ciencia estos viajes: desde las remotas edades de los egipcios y
de los griegos ya lo vemos puesto en ejecucion : antes de que los
grandes hombres de la amigedad llegasen establecerse en su
patria , recorrian las escuelas de los pases que les eran conoci
dos , y despues de iniciados en sus secretos y de saber sus teoras,
su criterio les hacia elegir aquello que conceptuaban mas til y
sobre ello fijaban las bases de su filosofa.
Guiado por estas ideas nuestro jven march Mompeller,
ciudad en donde la sazon haba una escuela de medicina de
gran reputacion, tanto por la antigedad de su fundacion, como
por las notabilidades cientficas que de ella habian salido : all per
maneci tres aos como pensionista en casa del distinguido boti
cario M. Verchart, durante los cuales estudi con grande apro
vechamiento la Medicina, la Historia natural y la Farmacia, dn
dose ya conocer en este tiempo como profesor de qumica por
haberle confiado su maestro el laboratorio y permitido dar leccio
nes algunos jvenes, cuyo nmero fu aumentando de dia en
dia por la novedad y forma bajo la cual presentaba esta cien
cia: recorri despues varias ciudades de Francia y volvi Pa~
rs en 1672 provisto de un rico caudal de conocimientos prc
ticos.
Su llegada la corte no podia ser en mejores circunstancias
para lucir su claro talento y su vasta erudicion. A ejemplo de
la Academia del Cimento creada en Toscana el ao de 1631 , y
de la Sociedad Real de Londres establecida en 1652, acababa de
fundarse haca seis aos la Real Academia de Ciencias de Pars,
y sus individuos, ocupados en el progreso de los conocimientos
fsicos, acogieron Lemery con el mayor entusiasmo, le pres
taron un laboratorio hicieron su presentacion al gran Cond,
hombre muy ilustrado y de mucha vala en la corte, logrando
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que este le dispensara las mayores deferencias y le exigiese al
gunas lecciones de qumica.
Con tan buena acogida el jven Lemery se recibi de farma
cutico, fij su residencia en la calle de Galande y abri un curso
pblico de qumica. Aqu empieza el perodo mas brillante de
Lemery: cuanto pudiramos decir sera plido y desanimado
ante la brillante descripcion que de l hace uno de los hombres
mas ilustres de nuestra poca. El profesor Dumas en sus leccio
nes sobre la Filosofa qumica se espresa en los trminos que voy
referir:
Trasportaos , dice , la calle de Galande : seguid la bulliciosa
multitud de estudiantes que all se precipitan; no os inquieteis
ni por las doradas carrozas que conducen los seores y los
prncipes, ni por las sillas de manos que trasportan ilustres
damas. Abrios paso y proseguid. Encontrareis un patio, en su
fondo una puerta baja , en seguida una escalera , descended por
ella y os encontrareis en un stano iluminado por la rojiza luz
de los hornillos ; pero con su ayuda pronto distinguireis los
utensilios de qumica de su tiempo y vereis la multitud so-
lcita y atenta escuchar las lecciones de un jven, que lo
sumo cuenta treinta aos.
Este jven, sobre el que se hallan fijas todas las miradas ,
cuyas palabras todos los oidos prestan una viva atencion , voso-
tros lo adivinais : es una revolucion personificada : es Nicols
Lemery.
Por qu este gran concurso y esta actividad? Porque pro
fundos conocimientos sabe unir el arte de esponerlos de una ma-
nera sencilla, accesible todos, ilustrar sus lecciones con
esperimentos brillantes , precisos y sorprendentes. Porque aban-
donando el lenguaje enigmtico y encubierto de sus predece-
sores procede hablar de qumica en francs; destierra toda figu-
ra y profesa una qumica sbia y reservada, que posee todo lo
que ella promete, que no promete mas que lo que puede poseer.
Por lo que se desprende de tan bella pintura, no puede
darse ovacion mas completa ; pero todo lo merece el hombre
que ha sabido arrancar la ciencia las regiones de la mentira
y del error, hacindola positiva y fecunda.
<2
Esa multitud estudiosa, que acabamos de ver rodeando
tan popular maestro , no es solamente francesa; de otras na
ciones han acudido tambien escuchar sus sbias lecciones,
atraidos por la gran fama y brillante reputacion que en tan poco
tiempo ha sabido adquirirse: la Escocia soto, mand cuarenta
jvenes Pars esclusivamente este objeto.
En ningun tiempo se ha visto hombre alguno con mayor po
pularidad: despues de haber llenado su casa de discpulos, con
cluy por ocupar csi toda la calle de Calande para alojar los
que todava se presentaban. Y cmo no habia de ser as, cuando,
como acabamos de ver, ha trasformado completamente la qu
mica de su tiempo ponindola al alcance de todas las inteli
gencias, y ha dado la explicacion de los fenmenos, fundando
sus teoras en la observacion y la esperiencia , empleando en
todo un lenguaje claro y preciso? Por otra parte Lemery , bas
tante sagaz , comprendi muy bien su situacion y supo aprove
charse de ella, para lo cual se propuso hablar cada uno en
el lenguaje que mas le halagaba , lo que no contribuy menos
hacerle en poco tiempo popular. Vrnosle, pues, ofreciendo
las damas un cosmtico para blanquear y suavizar el culis; los
estudiantes una multitud de buenos procedimientos de qumica
prctica , y para los hombres graves les tiene reservada una qu
mica que puede llamarse nueva.
En 1675 se resolvi publicar sus trabajos qumicos bajo el
nombre de Curso de qumica, cuya obra mereci tan unnime
aprobacion y obtuvo un xito tan extraordinario, que cada ao
daba luz una nueva edicion, sin contar los muchos ejemplares
que furtivamente se imprimieron. La boga de este libro cundi por
todos los pueblos civilizados, los cuales se apresuraron verterlo
cada cual su respectivo idioma, por manera que hallamos tra
ducciones de l en espaol, en ingls, en latin , en aleman, en
italiano (1) y quizs alguno mas de que no tenemos noticias. Desde

(<) Curso Chymico del Doctor Nicols Lemery. En el cual se ensea el modo de
hacer las operaciones, etc. Traducido del idioma francs en el castellano y aadido
por D. Flix Palacios, Socio de la regia sociedad Mdko-Chymica de Sevilla y botica
rio de esta corte. Madrid, 4703.=ACourse of chymistrycontainingan easy method etc.
London1G"i7, 1684, 4693 y 1720 en 8..=*Cursus chymicus, etc. yersus i. C. Re-
13
este momento el autor fu llamado el gran Lemery: su gloria habia
llegado al mayor grado posible de esplendor; su xito igualaba
todo lo que la imaginacion puede presentar de mas brillante:
halagado , con uno de los establecimientos farmacuticos mas
hermosos, premiado en sus afanes, parecia que nada tenia ya
que ambicionar. Pero, oh suerte fatal! Despues de diez aos
de tan magnca carrera, es detenido en medio de ella por las tur
bulencias religiosas que asaltaron su patria el ao de 1681.
Dejamos dicho mas atrs que nuestro Lemery tuvo la desgra
cia deser educado por su padre en las creencias protestantes que
l profesaba, y esto fu causa ocasional para cerrar su laborato
rio, venderle todos sus aparalos y recogerle su diploma de far
macutico.
Sabida esta persecucion por el Elector de Brandeburgo, di
choso de poder recoger en sus estados un sbio tan distinguido,
solcito se apresur enviar Mr. de Sparheim, discpulo que
habia sido de Lemery , para que le ofreciese bajo las mejores
condiciones ir ocupar una ctedra de qumica en Berlin creada
espresamente para l. Pero Lemery rehus tan generoso ofreci
miento; amaba demasiado la patria que le vi nacer y no queria
renunciar ella , siquiera fuese costa de algun sacrificio,;
por otra parte , ilusionado con los lauros que habia sabido
conquistarse, crey que sus trabajos y sus glorias serian
bastante motivo para que le respetaran y tuviesen con j
alguna tolerancia. Por desgracia era esta muy mala poca para
conseguir indulgencia por tan horrendo delito : la exageracion
de las creencias religiosas habia llegado su colmo, y no se
veia otra cosa que el protestante , sin tener en cuenta para nada
los mritos cientficos.
No pudiendo, pues, conjurar tan furiosa tormenta, se vi pre
cisado abandonar su pas en 1683 y buscar refugio en Ingla
terra. Aqu ya nada tenia que temer: sus creencias religiosas
eran las del jefe del Estado , y su fama le habia precedido de tal
modo que Lemery se hallaba en Lndres, pudiramos decir, mi
mado y objeto de las mayores distinciones. Present Crlos II
becque; Ginebra, 4 681 n 42.=Der voll-kommere chyraistr , 1698.=Corso di chymi-
ca , tradotto dal trncese, etc. Venecia, 4763 en 8."
la 5." edicion de su obra , y este Monarca le recibi con el mayor
agrado, obteniendo despues constantes pruebas de estimacion.
Pero ya lo hemos dicho; amante de su patria y de su familia,
todo lo sacrificaba anle objetos tan queridos ; as fu que inme
diatamente que las pasiones se amortiguaron algun tanto y crey
que nadie le inquietaria , volvi Francia , no ya para dedicarse
la enseanza y al ejercicio de la Farmacia , pues le estaba
privado por sus ideas religiosas, sino para ocuparse en otra
profesion afine con ella y de la que se prometia tan brillante
resultado como de la primera. Se recibi, pues, de Doctor en
Medicina en la Universidad de Caen , y fu ejercerla Pars.
Dos aos llevaba desempeando libremente el arte de curar,
cuando por renovacion del edicto de Nantes, es sumergido de
nuevo en las mayores desgracias. Privado de su estado, despo
jado de su fortuna , obligado ocultarse , asediado , en fin , por
todas partes, no sabe qu partido tomar. Los continuos trabajos
incesantes estudios que Lemery se habia consagrado desde
sus mas tiernos aos , no le habian permitido fijar su atencion
en los asuntos religiosos, y esto hacia que se hallra poco ver
sado en ellos, habiendo admitido las creencias de su padre como
un legado hereditario; pero una vez que sus parit-ntes , sus
amigos y algunos de sus discpulos se encargaron de instruirle
en los principios de la verdadera religion , les fu muy fcil
conseguir que abjurase el protestantismo; as lo verific pn 1686,
entrando con su familia en el seno de la religion catlica.
Concluido el motivo de persecucion parecia que ya nada te
nia que temer: en este concepto volvi ejercer la Medicina,
el profesorado, y quiso unir tambien el comercio de la farmacia;
para ello tenia necesidad de carlas-palenlcs del Rey , que se las
concedi sin dificultad alguna ; pero la facultad de Medicina y
los maestros boticarios se opusieron su registro en el parla
mento tribunal supremo en donde debia constar empadronado.
Este proceso podia reducir Lemery i la indigencia, por cuya
razon sus buenos amigos intercedieron eficazmente con sus ad
versarios, hicieron ver el inmenso perjuicio que se iba a causar
este hombre tan laborioso, y el borron que se echarian sobre
s mismos en el caso de interrumpir la carrera al que habia sido
45
proclamado como una notabilidad y constituia una de las glorias
de la Francia. Ante estas consideraciones desistieron de su pro
psito, y contar desde este momento, ya no le qued otra cosa
Lcmery que recorrer una serie no interrumpida de lauros y
de satisfacciones.
I-a Academia de Ciencias le recibi miembro asociado el 4
de Febrero de 1699 , y pensionista el S8 de Noviembre del mis
mo ao, despues de la muerte de Bourdelin. Tal honor fu cor
respondido por el nuevo Acadmico redoblando su trabajo y
presentando ante lan respetable Corporacion multitud de obser
vaciones y Memorias sobre diversos asuntos, las cuales fueron
apareciendo en los volmenes publicados por la misma Academia,
de los que volver ocuparme mas adelante.
Nicols Lemery tuvo dos hijos que llegaron ser sus colegas
en la Academia, y siguieron las huellas de su padre , si bien con
menos originalidad y trabajo. Muri este de un ataque de apo-
plega fulminante el 19 de Junio de 1715, el mismo ao que
Luis XIV, Fenelon y Malebranche.
Por lo que llevamos referido se comprender que la pasion
favorita de este sbio infatigable fu siempre el trabajo; pero
decir verdad este trabajo fu recompensado, pues pocos podrn
contar como l con un aplauso tan universal y un xito tan sa
tisfactorio , llegando ser el nombre de Lemery as en su ptria
como fuera de ella, tanto mientras vivi, como despues que dej
de existir , respetado y querido como un dolo que representa
todos los adelantos de una poca en movimiento cientfico. Vea
mos ahora sus obras, y examinemos si es no justo el juicio
crtico que se lia hecho de lan distinguido farmacutico.
Diversos son los escritos debidos su pluma , de ellos cuatro
de la mayor importancia, comprendiendo los tres primeros toda
la estension de los conocimientos farmacuticos; los restantes,
aun cuando no tan interesantes, son sin embargo, por mas de
un concepto, dignos de llamar la atencion del hombre que quiere
seguir paso paso la marcha progresiva de la ciencia. Los
cuatro primeros son: el Curso de qumica, que ya hemos dicho
se public por primera vez en Pars el ao de 1675, en 8.;
la Farmacopea universal y el Tratado universal de drogas simples,
16
impresos sucesivamente en Par3 los aos de 1697 y 1698, ambos
en 8., y el Tratado del antimonio , dado luz en la misma ca
pital el ao de 1707 en 12. Los otros trabajos, publicados por
la Academia, son de diversas ndoles; de estos, unos son verda
deras Memorias en las que trata con alguna estension puntos
importantes de la ciencia ; otros son narraciones mas menos
sucintas sobre diferentes asuntos tiles y curiosos, de los que
me ocupar mas adelante siguiendo el rden de su aparicion.
De todas estas publicaciones la que mas fama le di, y la
que debe Lemery su gran renombre, es indudablemente al Cur
so de qumica , si bien sus obras posteriores contribuyeron sos
tenrsele; por esta razon ser en aquel en que nos detengamos
algo ms , aunque sometindonos siempre los estrechos lmites
que permiten esta clase de discursos.
No es preciso molestarse para buscar el objeto que el autor
se propuso al escribir tan importante libro, porque l mismo nos
lo dice en la portada, y es saber: el de ensear el modo de
hacer las operaciones mas usuales en la medicina por un m-
todo fcil , con reflexiones sobre cada operacion , para la ins-
truccion de los que se quieran aplicar esta ciencia. A pesar
de esto no solo lia servido de guia mdicos y farmacuticos;
sino tambien los qumicos, muchos de los cuales se han formado
en su escuela , lo cual ha contribuido que se hagan da esta
obra tantas ediciones como hemos dejado dicho , mereciendo en
tre estas especial mencion, por ser la mejor de todas, la que pu
blic M. Baron en 1756 en 4., revisada, corregida y aumentada
con un gran nmero de notas.
El xito tan prodigioso de este libro seesplica perfectamente,
recordando lo que dejamos espuesto mas arriba y lo que el
autor consigna en el prlogo. La mayor parte de los autores,
dice, que han escrito de qumica lo han hecho con tanta oscu-
ridad que parece pusieron su conato en que no les entendiesen,
y lograron su intento; mientras que yo procuro hacerme inte
ligible y evitar las esplicaciones oscuras de que se han valido
otros que han escrito antes. (1)

(<) Lemery traducido por Palacios. Prlogo.


a
Pocos hechos nuevos hallamos en el Curso de qumica, y
esto ya nos lo d entender el mismo Lemery al decir: No afecto
el ser particular en mis operaciones, porque se hallarn mu
chos que han escrito del mismo modo, y no faltar quien las
reforme ; pero se conocer que pongo las maneras de obrar
las mas claras, que hasta este tiempo se han dado. () A pesar
de tanta modestia no se puede negar que ha puesto en circula
cion una multitud de procedimientos y ha dado conocer la
composicion y preparacion de productos enteramente nuevos; y
es preciso convenir que si bien Lemery le sucedi lo que mas
tarde al eminente farmacutico sueco Schele, que no supieron
elevarse por las regiones de la especulacion para fundar sus
teoras sobre ideas propias, conformes con la multitud de espe-
riencias que uno y otro hicieran; en cambio lo que se refiere -1
hechos y encadenamiento de esperiencias, es verdaderamente
admirable lo que ambos verificaron y nadie tienen que ceder
la primaca. As vemos estas dos celebridades asombrar mien
tras permanecen encerrados en los hechos que han observado y
en las consecuencias prximas que de ellas se desprenden; pero
desde el momento en que quieren remontarse teorizar , des
cienden notablemente y vienen descansar sobre las de sus pre
decesores. Lemery se apoya en las teoras de Le-Febre, como
Schele en las de StahI.
Conociendo Lemery sus dotes le hace sin duda espresarse en
estos trminos: Las bellas imaginaciones de otros filsofos, en
cuanto sus principios fsicos, elevan su espritu en grandes
ideas; pero no prueban cosa alguna demostrativamente. Y como
Ia qumica es una ciencia de demostracion, no recibe por fun
damento mas que aquello que encuentra palpable y demos
trativo. (2) Tales palabras hubieran sido el prodromo de toda
una revolucion si Bernardo Palissy y Francisco Bacon no hubie
sen proclamado antes que l la soberana del mtodo esperimen-
tal. Esto no obstante, encontramos que Lemery no es siempre fiel
dicho mtodo esperimental , como observamos entre otras en

(1) Lemery trad. por Palacios. Prl.


(2) Obra citada pgina 4.
18
la esposicion de su teora sobre los punios del cido penetran
do los poros del lcali.
Ocupndose de los principios de la qumica comienza hablando
del espritu universal, el cual , dice , es siempre el primer prin
cipio de los mixtos; pero hallndole un poco metafsico, juzga
mejor establecer los sensibles, que son: el agua, el espritu, el
aceite , la sal y la tierra (1). Estos principios son los mismos que
admite Le-Fevre; solo que este qumico es ms esplcito respec
to del Espirita universal, concepcion, si no creada, desenvuelta
al menos por l ; y aun cuando no le lleg ver jams ni se
daba cuenta exacta de sus propiedades, por el papel que le hace
desempear, se v que no es otro que el que realmente perte
nece al oxgeno, siendo este espritu quien produce todos los
efectos observados en los animales , en los vegetales y en los
minerales. As, por ejemplo, el aire en el acto de la respiracion
no se limita refrescar el pulmon , sino que por medio del es
pritu universal se ejerce una verdadera reaccion sobre la san
gre, la que sutiliza y volatiliza todo lo suprfluo : de l nece
sitan las plantas para ejercer sus funciones, y l debe el nitro
las propiedades que le caracterizan.
Pero Lemery , como querindose descartar ya de los cuatro
elementos de Aristteles, si bien la realizacion de esta gloria
pertenece al clebre Stahl, tiene buen cuidado de establecer que
el nombre de principio no se debe tomar en su riguroso signifi
cado, porque las sustancias llamadas principios, dejan de serlo
desde el momento que podemos pasar ms adelante en la divi-
sion de los cuerpos (2).
El autor admite en los vegetales tres especies de sales: una
esencial , que se estrae del zumo abandonado la cristalizacion;
otra fija, que se separa despues de la incineracion , y otra voltil,
que es la que fcilmente se sublima cuando se calienta; por
manera, dice, que la sal cida es la verdadera sal que haba
en la planta , porque los medios que se emplean para sacarla,
son naturales incapaces de mudar su naturaleza; mas no

(4) Obra citada, pg. 2.


(2) Obra citada , pg. 4.
49
npuede decirse lo propio de las otras dos sales , porque es nece-
sario valerse de la violencia del fuego , y los efectos que pro-
duce tienen grande apariencia de haber sido transmutados (1).
Como se v , distingue perfectamente la escelencia de la va h
meda en comparacion de la seca para la obtencion de los pro
ductos mas naturales de las plantas , al mismo tiempo que com
prende que la sal lcali de las cenizas es el resultado de la
destruccion de la sal acida mediante la incineracion. El nombre de
sal, que hasta su tiempo se habia usado con demasiada latitud
comprendiendo algunos cidos y lcalis, le consigue fijar dando
la verdadera acepcion de esta voz. Llama sal salada la mezcla
de cido y de lcali, mas bien un lcali lleno de cido, que
es lo que se denomina sal por los qumicos modernos.
Sabido es que durante un largo perodo el fuego ha sido con
siderado como un agente universal , sin el cual nada se hacia,
mientras que con l todo era posible inclusa la trasmutacion de
los metales; pero esto no debe estraarnos en aquella poca,
toda vez que en nuestros dias hemos visto hasta cierto puni
una cosa anloga en el papel exagerado que se ha querido
hacer desempear la electricidad. Dominado todava nuestro
qumico por algunas de aquellas ideas, y atribuyendo al fuego
importantes propiedades, se detiene describir con la mayor
minuciosidad los hornos , vasijas y todo cuanto es necesario para
conducir bien el fuego y manejar con discrecion los diferentes
grados de calor, en lo cual prueba lo muy acostumbrado que
se hallaba trabajar por la va seca , principal medio entonces
de analizar las sustancias orgnicas.
La obra de que nos venimos ocupando est dividida en tres
partes: en la primera comprende el autor la qumica mineral,
en la segunda la vegetal y en la tercera la animal : cada una
de ellas, y con especialidad la primera, nos trae multitud de
descripciones y procedimientos en los que sera por dems pro
lijo seguir al autor ; solo s diremos que en todos ellos se descu
bre la claridad y buen mtodo que le caracterizan , y que las

(4) Obra citada, pg. 43.


20
otas que siguen cada operacion, que l titula reflexiones,
son observaciones sumamente tiles y curiosas.
Lemery, del mismo modo que otros qumicos, demostr el
aumento de peso del estao y del plomo por la calcinacion ; pero
de igual suerte que ellos, dejados llevar por las ideas reinantes,
atribuyen pesantez al fuego y suponen que la fijacion de los
corpsculos de este, son los que ocasionan el aumento de
aquellos.
Las tintas simpticas llaman bastante su atencion , y segn
lo que nos da entender, no es porque ofrezcan utilidad alguna;
sino porque teniendo algo de maravilloso, y escitando un vivo
inters en el pblico , desea que todos se convenzan de que no
hay necesidad de recurrir la simpata y antipata , que son
trminos generales que no esplican nada, y s solamente sen
cillas reacciones qumicas. Con este motivo entra manifestar la
accion de los sulfuras sobre las sales de bismuto y de plomo, del
mismo modo que pudiera hacerse hoy , por mas que la tecnolo
ga de entonces difiera mucho de la actual.
Su Qumica Orgnica se reduce poco ms que destilaciones
hmedas y secas, que por los conocimientos del dia podemos
desde luego comprender la clase de productos que obtendra;
pero no puede negarse que aqu , lo mismo que en todo lo de
ms, se est viendo la habilidad y ojo prctico que desde sus
primeros aos demostr en toda clase de operaciones.
Sus teoras acerca del origen y nutricion de las plantas son
bastante exactas. Todas, dice, nacen de sus simientes; se
nutren principalmente por la raiz, cuyos poros estan dispuestos
para recibir el zumo de la tierra, el cual impelido y exaltado
por el calor del sol , se distribuye en las fibras de la planta,
que le sirven de venas y arterias (1).
Reconoce perfectamente que las plantas , aunque nutridas
por un mismo zumo , tienen virtudes bien diferentes , porque la
disposicion de sus partes es diversa y es la que determina por
consecuencia , diferentes especies de fermentaciones y elabora
ciones dentro de sus partes insensibles. Igualmente conoci la

(4) Obra cit. , pg. 307.


21
necesidad del sol y de la parte mas sutil del aire para el desar
rollo de las plantas, con lo que parece dar entender qne tenia
conocimiento de la composicion del aire , la presuma al mnos;
y hace aseguramos ms en esta dea lo que refiere respecto del
nogal , en derredor de cuyo rbol, dice , no puede criarse nin
guna yerba , porque siendo tan alto, sus ramas tan cstensas, las
hojas grandes y oleosas producen mucha sombra , de manera
que, ni el sol ni el espritu del aire, pueden penetrar hasta las
pequeas plantas para hacerlas crecer.
La qumica animal, que es bastante corta, casi se reduce
trabajos y consideraciones sobre el fsforo. Este cuerpo, que,
aunque descubierto simultneamente por Brand en Alemania y
por Boyle en Inglaterra, fu dado conocer en Francia por su
compaero de Academia Mr. Homberg, que lo aprendi de su
maestro Boyle, no podia menos por sus singulares propiedades
de llamar vivamente la atencion de Lemery: as fu en efecto que
con la mayor constancia se puso practicar diferentes operacio
nes sobre diversas sustancias, y los resultados de ellas obtenidos
le hacen emitir la idea de que se podria hallar el fsforo en
una infinidad de otras cosas donde no lo parecia de pronto (1).
Probablemente al espresarse as se referira los resultados que
habia obtenido destilando el crneo y el cerebro humanos, de
cuyo aceite empireumtico componia, con el espritu de vino y
la tintura de pio, el famoso elixir antiepilptico, conocido bajo
el nombre de golas de Inglaterra.
Lemery termina su libro con la enumeracion delos medica
mentos descritos en el cuerpo de la obra, sus virtudes y dsis
que pueden administrarse; pero hombre muy prudente y preca
vido en todo, hace antes una advertencia muy importante y es:
que de estos remedios y sus dsis no ha de servirse sin precau
cion; porque como hay una infinidad de diferencias en los tem-
peramentos no se pueden establecer reglas generales.
Luego que Lemery se hubo hallado en pleno goce de todos sus
derechos de ciudadano, y por benevolencia de sus compaeros
los farmacuticos, en libertad de ejercer simultneamente la me
dicina y la farmacia; como en agradecimiento de tan singular fa-
(4) Obra cit. pag. 464,
22
vor comenz trabajar con asiduidad en la obra que doce aos
despues habia de publicarse para honra suya y gran provecho
do la clase. La Farmacopea universal y el Diccionario universal de
drogas simples aparecieron, como queda dicho anteriormente, en
los aos de 1697 y 1698. Estas dos obras , que en realidad no es
sino una sola, componen un curso general de farmacia: ambas
obtuvieron la brillante acojida que era de esperar en las produc
ciones del autor del Curso qumico, y estas fueron las que le
abrieron las puertas de la Academia de ciencias.
La Farmacopea universal , fruto maduro de un hombre hbil,
instruido, reflexivo y en condiciones por su cualidad de mdico
de poder comprobar sus frmulas , es una grande obra, que por
ser la primera que se habia escrito con el carcter de universal,
fu acojida con avidez por mdicos y farmacuticos. Gran trabajo
debi costarle la recopilacion de todas las descripciones antiguas
y modernas que la sazon estaban en uso tanto en Francia como
en los dems pases de Europa; pero su laboriosidad y constancia
le hacen vencer todas las dificultades y le permiten realizar su
proyecto de la manera mas perfecta que entonces podia hacerse:
l examina , compara , ensaya en sus enfermos y rectifica las fr
mulas: su larga esperiencia le permite determinar de un modo
preciso las dsis de los ingredientes y los medios de hacer la
preparacion mas perfecta, indica las mezclas incompatibles que
pueden dar lugar reacciones qumicas entre los cuerpos com
ponentes; en fin, simplifica los compuestos polifrmacos y desecha
cuanto es suprfluo.
Hombre probo y amante del decoro de su profesion.se detie
ne en el prefacio dar saludables consejos encaminados corre
gir los muchos abusos que entonces debia haber; conocia la
grande importancia de la farmacia , y esto le hace decir : es la
mano derecha del mdico, la cual dirije segun su prudencia, y
sin ella quedara corto en las curaciones que emprende: co
nocia tambien los defectos de que adoleca la clase, y por eso se
esfuerza en hacer comprender los muchos perjuicios que pueden
causarse la humanidad cuando por descuido, por ignorancia
mala f el farmacutico no cumple con los sagrados deberes que
le estn confiados.
23
La obra se halla dividida en cinco partes, de las cuales solo
cuatro son las comprendidas en la Farmacopea, constituyendo la
quinta el Diccionario de drogas. Cada una de estas divisiones se
subdivide su vez en captulos con el objeto de simplificar mas
y establecer un buen mtodo en toda la obra. Siguiendo el mis
mo rden que en el Curso qumico, cada operacin acompaan
unas reflexiones que sirven para aclarar y facilitar en gran ma
nera el modo de conseguir siempre el mejor resultado.
El Diccionario universal de drogas simples , parte quinta del an
terior, es uno de los trabajos mas completos que se han publica
do sobre la materia, y como en esto no ha podido haber gran
modificacion por consecuencia de los adelantos qumicos y bot
nicos modernos, de ah es que aun en el dia sea buscada y teni
da en grande estima.
En la poca en que Lemery public el Diccionario de drogas,
su discpulo, y mas tarde compaero de academia, el ilustre
Tournefort, ya habia publicado importantes trabajos botnicos, los
cuales, as como los recientes descubrimientos de sustancias trai
das de frica y Amrica, le auxiliaron poderosamente en la rea
lizacion de su libro. Fruto este de detenidos estudios y maduras
reflexiones , resume en l de la manera mas satisfactoria cuanto
se habia escrito por sus predecesores, aprovechndose de las nar
raciones de los viajeros y de todo lo importante que los trabajos
de los naturalistas habia producido en la historia de las sustan
cias medicinales. El autor siempre claro, nunca difuso, bastante
escptico emplea la exactitud y buena f que pocas veces se ha
llan en libros de esta clase. Desde su aparicion un gran nmero
de sustancias han sido eliminadas del catlogo do los agentes
medicinales: el comercio de droguera ha variado de curso y de
objeto: las mismas drogas, traidas de apartadas comarcas, han
sufrido modificaciones en su naturaleza y en sus caractres apa
rentes.
En el prefacio de la obra encarece mucho el autor la gran
necesidad de conocer bien las drogas y distinguir sus carac
teres, fin de que el farmacutico no se vea espuesto ser
engaado por los comerciantes de mala f, que se dedican so
fisticar los productos; habla despues de los principios contenidos
en los animales, de sus virtudes medicinales, del origen de los
vegetales, de cmo se nutren y crecen, de las diferencias
entre gomas y resinas, etc. ; entrando en materia empieza
por la Abelicia (pseudo santalum creticumC. B.J sigue el Abies,
despues el Abrotanoides etc. etc. , componiendo el todo un
tomo en 4. de 1015 pginas, que al final tiene veinticinco
lminas.
El Tratado del antimonio , ltima obra de Lemery, es la colec
cion de las memorias que habia leido sobre este asunto la
Academia de ciencias desde 1700 1707, en que apareci.
Esta obra del mayor inters, que aun hoy dia se consulta cuando
es preciso ocuparse de este metal , nos manifiesta un observa
dor de una habilidad consumada : la reunion de hechos desta
cados que all se encuentran atestiguan un nmero prodigioso
de csperiencias hechas por una mano segura, y cuya descrip
cion escrita en el laboratorio, lleva el sello de realidad y senci
llez tan nuevo entonces en la qumica.
Las preparaciones de que el antimonio formaba parte en el
libro de Lemery son mucho mas numerosas que las que con
tienen hoy nuestros tratados de qumica, por haber sido despre
ciadas algunas de aquellas que no consistan mas que en los di
versos procedimientos, y otras por juzgarlas intiles ineficaces.
Pocas son las que despues se han descubierto , entre las cuales
se halla el Kermes , cuyo compuesto era confundido con el
azufre dorado de antimonio.
Despues de las cuatro importantes obras de que acabamos
de hacernos cargo, es llegado el momento de ocuparnos de las
Memorias que nuestro ilustre qumico ley en la Academia y de
todos los dems trabajos de que di cuenta, y que diseminados en
los volmenes publicados por ella, se hallan todos desde el ao
de 1700 al de 4712.
Una de las memorias que mas han llamado la atencion por
la manera de presentarse y la apariencia de verdad con que se
hallaba revestida, es la que se refiere la Esplicacion fsica y
qumica de los fuegos subterrneos, de los temblores de tierra , de los
huracanes , de los relmpagos y del trueno. Esta Memoria , leida el
21 de Abril del ao de 1700, es la reproduccion, aunque con
as
mas copia de datos , de lo que habia dejado espuesto en el Curso
qumico al ocuparse de las preparaciones marciales.
l veia que haciendo reaccionar juntos limaduras de hierro
y flor de azufre amasados con agua, se producia un fuerte calor,
el cual iba acompaado de llamas y desprendimiento de vapores
por hendiduras hechas en la masa, cuando las cantidades de
mezcla eran de treinta cuarenta libras.' Esta mezcla con sus
fenmenos, que ha recibido el nombre del volcan artificial de Le~
mery , es el punto de partida para la esplieacion de tan curiosa
teora. En el centro de la tierra, dice, existe azufre y hierro;
el mar suministra el agua para hacerse la mezcla, y el aire, ne
cesario tambien esla grande operacion, penetra por las hen
diduras y conducios que siempre hay en el terreno: una vez re
unidos estos cuatro agentes se verifica una fermentacion acompa
ada de calor y desprendimiento de vapores, I03 cuales unas
veces salen inflamados y otras no ; unas veces esto se efecta por
grandes aberturas y otras no encuentra salida : en el primer
caso tenemos los volcanes, en el segundo levantan las masas
que se les oponen y producen esas grandes conmociones y Iras-
tornos que cambian veces la superficie entera de una comarca:
comprueba esto diciendo que en el Vesubio y en el Etna se en
cuentra bastante azufre y abundancia de materias ferruginosas
semejante la que se separa del hierro en las forjas. Cuando los
vapores sulfreos que hemos visto producirse en la anterior reac
cion , salen muy enrarecidos por pequeas aberturas, en este
caso lo hace con tanta violencia que echan por tierra cuanto en
cuentra delante, y de aqu el origen de los huracanes. Pero si
estos vientos sulfreos se elevan con gran violencia las nubes
y all son batidos y comprimidos fuertemente , adquieren un
movimiento bastante grande para inflamarse y formar el re
lmpago que al hendir las nubes lanzndose con gran vio
lencia, produce ese furioso movimiento que causa el ruido del
trueno.
Tambien hace depender de estos fuegos subterrneos el calor
natural de las aguas termales, las cuales supone , que al pasar
por encima al travs de estas tierras encendidas , se calientan
y llevan consigo el azufre ms rarefacto, cuyo azufre en muchos
*
26
casos se deposita bajo la forma pulverulenta al llegar la super
ficie de la tierra.
Todas estas explicaciones van acompaadas de ejemplos prc
ticos , que si bien hoy por razon de los grandes adelantos que
se han hecho en la qumica y mcteicologa no son admisibles,
en cambio en aquella poca era tenida esta teora por muy in
geniosa y probable , lo cual la verdad no debe sorprender
nos, porque en tiempos no lejanos hemos visto un clebre qu
mico querer esplicar estos mismos fenmenos por la descompo
sicion de las bases alcalinas potasio y sodio con los cloru
ros, haciendo intervenir de un modo muy directo las aguas
del mar.
En este mismo ao de 1700 llam la atencion de sus com
paeros sobre una curacion que acababa de obtener en. una
joven de 20 aos, la cual, despues de haber estado privada de
la voz por espacio de ao y medio , consigui recobrarla be
neficio de las yerbas vulnerarias tomadas en forma de t.
Entonces di conocer tambien las observaciones qumicas
de las aguas de una fuente de Clermou, que tenian la propiedad
de formar petrificaciones. La descripcion que hace de estas aguas
es tan clara , y pesar del lenguaje propio de aquel tiempo,
se ven tan perfectamente espuestos los caractres, propiedades
y componentes que no deja la menor duda de que aquellas
aguas son de las que hoy llamamos bi-carbonatado-clcicas.
En el ao siguiente, 1701, da cuenta la Academia del
anlisis que habia practicado en otras aguas, anlisis que llam
notablemente la atencion por la diferencia que se observaba
entre ella y la que habia practicado otro qumico poco tiempo
hacia , y las consecuencias que daban origen en uno otro
caso. Mr. Clos habia analizado las aguas de Passy y las hall de
muy mala calidad por la escasa cantidad Je sal vitrilica y de
partculas de hierro , la vez que contenia mucha materia ye
sosa. Sospechando Lemery que esta composicion sera acciden
tal, pasado algun tiempo del anterior, practic un escrupuloso
anlisis de dichas aguas, y las hall, en efecto, de composicion
muy distinta que Mr. Clos. No son yesosas, dice, ni al gusto ni
por las esperiencias qumicas , y eu este concepto pueden servir
27
para todos los uso? ordinarios. La causa de esta variacion la hace
consistir, en que cuando Mr. Clos reconoci las aguas de Passy,
Lacia muy poco que se hablan removido las yeseras de sus in
mediaciones, que mezclndose con las aguas pudieron alterarlas
por cierto tiempo. En cuanto los reactivos que Lemery emple
en el anlisis de estas aguas, solo podemos hablar de las tintu
ras de tornasol y de agallas , porque de las otras esperiencias
qumicas, que debieron ser numerosas, solanos dice que sera
ms til hacer que referir; pero por todo lo dems que de ellas
nos dice, se comprende fcilmente, que dichas aguas eran
acdulo-ferruginosas.
El anlisis del borax fu objeto de estudio para nuestro aca
dmico, y dado conocer sus compaeros el ao de 4703. Sus
trabajos estuvieron casi reducidos tratamientos por el fuego,
por cuyos medios, no pudiendo llegar obtener cido alguno,
deduce por conclusion que el borax est compuesto de una sal
salada, que es la dominante, de una sal urinosa lcali, que no
esl unido cido alguno para formar sal salada, y de un poco
de sustancia oleosa bituminosa.
En el ao de 1704 ocupa la atencion de la Academia con cu
riosos fenmenos observados en su prctica mdica, mereciendo
entre ellos especial mencion el que se refiere un clculo de una
pulgada de dimetro y pulgada y media de largo, hallado en el
intestino de una mujer, que como es natural obstruia exactamen
te el paso y hacia refluir las materias fecales: respecto la for
macion de este clculo dice ; que no pudindose formar en el in
testino, ha tenido necesariamente que verificarse en la vejiga de
la hiel; pero como no es posible que salga de estas dimensiones,
es de creer que ha salido mucho mas pequeo y se ha ido en
grandeciendo despues.
El dia 7 de febrero de 1705 leia Lemery su Memoria sobre el
alcanfor , la cual llevaba por objeto dar conocer este producto
medicinal, el cual hasta entonces habia sido monopolizado por
el comercio holands hasta el punto de ser muy raro en Francia
el alcanfor natural de origen , y no conocerse mas que bajo la
forma de panes que aquellos le daban. En esta Memoria describe
con bastante detencion el origen del alcanfor, sus caracteres,
38
modo de recolectarse, diferencias que existen entre el de China
y el de Borneo, dando la preferencia a este ltimo, usos mdicos
industriales, etc. Entra despues en las esperiencias para de
terminar su composicion, y como es de suponer, empieza por
servirse de la accion del fuego: este primer ensayo le da co
nocer ya el mtodo de purificacion empleado por los holandeses,
que cuidaban mucho de ocultarle; pero desde este momento se
hizo pblico y ces. por consiguiente el esclusivismo. Pasa luego
al uso de los disolventes y entre ellos figura el cido ntrico, con
el que obtiene un producto que l llama aceite de alcanfor, el
cual es de suponer fuese nuestro cido canfrico. Termina su
Memoria diciendo que por las esperiencias practicadas se deduce
que el alcanfor es una resina, cuyos principios son un aceite y
una sal voltil , pero tan ntimamente unidos que no nos es po
sible conseguir su desunion.
En el mismo ao de la presentacion de la anterior Memoria,
hizo saber el fenmeno que le habia sido comunicado por
Mr Delifle, Maestro Boticario de Angers, sobre los vinosde An-
jou recolectados en el ao anterior: dichos vinos habian adqui
rido un olor cuerno quemado los quince dias un mes des
pues de hecha la vendimia, cuyo olor no hizo sino aumentar con
el tiempo pesar de haberlos trasegado.
Tambien hizo entonces la descripcion de una sal tomada en
el Vesubio, la cual llama sal amoniaco natural, pero despues
de varios ensayos bien practicados, concluye diciendo que su
sal del Vesubio no es mas que una sal fsil semejante la que
el mar ha disuelto, pero sublimada en lo alto de la montaa por
los fuegos subterrneos.
Igualmente describe en este ao los anlisis de las aguas mi
nerales de Vezelay (Borgoa) y las de Carensac (Bajo-Houergne),
en cada uno de los cuales se ve al hombre prctico, cuyo ojo
acostumbrado esta clase de trabajos descubre desde luego los
menores detalles.
El dia 10 de Julio de 1706 , di cuenta del trabajo que habia
hecho sobre la miel y su anlisis qumico. En esta Memoria trata
bastante detalladamente de loque es este producto, sus diferen
tes suertes, poca de recoleccion, modo de estraerla y puntos
29
distintos de procedencia. Las localidades de Francia son natural
mente lasque ocupan su atencion y dice ser la mejor de todas, la
miel que se recolecta en un pueblo llamado Gorbiere situado
tres leguas de Narbona, y de aqu que se la de este nombre. Se
opone a la creencia all dominante, de que la abundancia de ro
meros por aquellas inmediaciones sea la causa de la buena cali
dad , y la funda en que habiendo permanecido por espacio de
un ao en el Langnedoc, en el que perecieron la mayor parte de
dichas labiadas causa de las grandes heladas de aquel invier
no, la miel recojida en la primavera no cedi por eso en calidad
la de los aos anteriores. Con este motivo se detiene a hablar
de las causas que influyen en las diferentes cualidades de las
mieles, hacindolas consistir principalmente en la buena mala
manera de trabajarla los obreros, lo cual le obliga entrar en
descripciones de los distintos mtodos puestos en uso en los dife
rentes puntos de produccion. Trata luego de los diversos usos
que la miel ha tenido as domsticos como medicinales, y termina
su trabajo con el anlisis de las distintas suertes de miel.
Estos anlisis estn principalmente fundados en la accion que
el fuego diferentes temperaturas ejerce sobre dichas mieles.
El resultado en todas fu idntico, si bien el primer producto
recogido de la miel virgen de Narbona, al que denomina roco
de miel y le supone las propiedades de disminuir la secrecion de
la leche, escitar la orina y ayudar la respiracion, es mas suave,
de olor mas aromtico y de color mas claro que el obtenido con
las otras dos suertes. En lo que hall notable diferencia fu en
el residuo carbonoso, pues de 32 onzas obtuvo 7 onzas y 6 drac-
mas de carbon en la miel virgen de Narvona, 8 onzas y 2 drac-
mas en la segunda clase sea la sacada por ligera espresion , y
la ltima clase dej 9 onzas, al mismo tiempo que en el capitel
recogi 2 dracmas de cera amarilla. Estos carbones reunidos los
puso calcinar por espacio de seis horas y vi que se en
cendia como el carbon ordinario , pero sin reducirse ce
nizas; pes despues de frio y se hall con que no habia
disminuido mas que 40 onzas en 56 que puso, permanecien
do el carbon negro con gusto un poco salado. Los cidos ha
cian efervescencia y lixiviado dio una sal lcali de sabor acre
30
y picante , que enturbiaba la disolucion de sublimado. Puesto
sobre un papel polvo grosero de este carbon observ que muchas
de sus partculas eran atraidas por un cuchillo imantado, y como
durante toda la operacion no se habia servido de otros aparatos
que de vidrio y de tierra, deduce de aqu muy juiciosamente
que la miel contiene hierro. Esto le da motivo para esponer las
dos teoras por medio- de las cuales esplicaban entonces la exis
tencia del hierro en las cenizas: segun la primera el hierro, al
estado de disolucion ha sido absorbido por las raices y llevado
todas las partos de la planta : segun la segunda, la accion del
fuego convierte una parte de las cenizas en hierro. Ninguna de
las dos teoras le satisface a Lcmery, lo cual le hace sospechar el
que existan en la naturaleza otras varias sustancias que como el
hierro puedan ser atraidas por el imn.
Como de los productos qqe obtuvo de la miel no hay ninguno
que conserve su gusto ni aun aproximadamente, dice con este
motivo, que el sabor, as como todas las propiedades de los mis
tos, depende de cierta uniende los principios: lo dulce, segun
l, procede de una mezcla ntima de un cido con azufre un
aceite que lo templa y lo corrige, y para probar su aserto cita el
azcar de Saturno, compuesto de plomo , metal inspido muy
sulfuroso, disnelto por un cido.
En esle mismo ao hizo conocer un fenmeno bastante estrao
en verdad: habia comprado en una droguera glbano, saga-
peno, betun judico y opoponaco que coloc en sacos, si bien
juntos el sagapeno y el opoponaco, y cuando fu hacer uso de
estas drogas qued sorprendido del fuerte olor almizcle que se
habia desarrollado en ellas escepcion del betun de Judea.
Entonces fu cuando examin las aguas minerales del jardin
de Mr. Billet, en el arrabal de San Martn (Pars), en cuyas
aguas nos dice que encontr una sal nitrosa, mezclada con una
tierra enteramente arcillosa sulfurosa.
Otra de las Memorias notables de Lemery, dada conocer
el dia i2 de febrero de 1707, es la de La orina de vaca, sus
efectos en medicina y su anlisis qumico : en ella se dan esta
secrecion, usada hacia algun tiempo por los alemanes, impor
tantes virtudes , y esto fu motivo para tratar esta materia con
u
bastante estension. Empieza diciendo que en general la orina os
un lquido seroso con seales de sal voltil y de aceite, cuya3
sustancias activas le dan muchas virtudes y le hacen muy propio
para diversas enfermedades. Examina despues la orina de dis
tintos animales , y d la preferencia como mejor la de vaca,
por ser este un animal muy hmedo , bastante melanclico y pa
cfico; y como la orina participa de su temperamento, la en
cuentra menos acre que las otras. Entra luego en el estudio de
las circunstancias que deben concurrir en las vacas cuya orina
ha de emplearse, y prefiere la que procede de las que se han
criado libremente , porque segun ha observado , las que se crian
de este modo dan una orina poco acre; no as la de las apacen
tadas en terreno limitado , y aun menos la de las criadas dentro
de poblaciones , cuya acritud y fuerza son tales que enardecen
sobremanera los que la beben. Las enfermedades para que
usaba este medicamento eran la ictericia , los reumatismos, la
gota, la hidropesa , los vapores , la citica y el asma ; de ello
trae diferentes ejemplos relativos personas de distintos sexos
y condiciones , que ser cierto como las refiere , no debiera ha
berse proscripto tan til como barato medicamento, por mas que
tenga algo de repugnante. Su anlisis est reducido la desti
lacion del lquido y calcinacion del producto seco , siguiendo
una marcha idntica la empleada con la miel , sin que nos diga
nada de notable no ser el que tratadas las ltimas cenizas
grises la accion del cuchillo imantado no se adhirieron l,
cuya esperiencia llevaba ya hecha con el misino resultado en el
ltimo producto de otras sustancias animales , tales como el cuer
no de ciervo, el marfil , el crneo humano, etc.
En el mismo ao se ocupa del hidromel vinoso, lquido resul
tante de la fermentacion, en condiciones convenientes, de su
hidromel, sea disolucin acuosa de miel : con este producto,
dice , puede conseguirse un lquido que se asemeja perfecta
mente al vino de Espaa. Ocupndose despues de sus cuali
dades y caracteres, manifiesta que de 6 libras de hidromel
vinoso obtuvo por las vas ordinarias 32 onzas de aguardiente,
y de estas 10 de un espritu semejante al de vino, observa
asimismo que con el tiempo se agriaba el hidromel vinoso,
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y el lquido resultante recibia entonces el nombre de vinagre
filosfico.
Dos trabajos de poca entidad dio conocer Lemery el ao
de 1708 : es el primero referente algunas observaciones sobre
la cera; loes el segundo al anlisis del man. De aquella nos
dice que por lo que ha observado no es mas que una mezcla de
dos lquidos, un flegma que tiene en disolucion un cido y un
aceite. Del man se ocupa con alguna mas estension , aunque no
mucha; compara este producto con la miel y el azcar, de los
que dice difiere poco, tanto por sus caracteres fsicos como por
sus caracteres qumicos: como ellos tiene un sabor dulce, como
ellos se quema despidiendo un olor anlogo al del pan tostado,
como ellos es susceptible de sufrir la fermentacion y obtener un
lquido vinoso, de cuyo lquido puede estraerse aguardiente, y
si se deja por algun tiempo, vinagre , y por ltimo en el anlisis
por va seca da resultados idnticos los conseguidos con la miel,
incluso la presencia del hierro. En esta Memoria nos habla de
un producto, que por los caractres que le asigna, no-es otro
seguramente que nuestra manila : la obtuvo dejando el lquido
resultante de la estraecion del espritu alcohol de man en un
sitio caliente por espacio de ao y medio, al cabo de este tiempo
se encontr una parle liquida de sabor grio y otra slida que
se habia depositado en el fondo de la vasija; este producto sli
do, que es el que suponemos la manita, le describe del modo
siguiente: una sal esencial del man, blanca, dura, quebradiza,
formada de agujas, de un gusto cido mezclado con un poco de
dulce y es un poco purgante tomada la dosis de una dracma.
El 13 de febrero de 1709 present ante sus colegas la nota
ble Memoria Reflexiones y esperiencias acerca del sublimado corro
sivo. Trata de probar en ella que el vitriolo empleado hasta en
tonces en la preparacion de este compuesto mercurial , no es
indispensable , pudindose obtener , como l lo ha conseguido,
por la sola accion de la sl marina sobre el mercurio, sin que
sus caractres se diferencien de los que rene el obtenido por el
procedimiento antiguo. La misma cristalizacion, la misma solu
bilidad en el espritu de vino y en el agua, el mismo precipitado
amarillo rogizo con el agua de cal, y blanco con el amoniaco, la
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misma facilidad para obtener el mercurio dulce, todo, en fin, le
hace comprender que no difiere en nada el sublimado obtenido
por uno otro mtodo.
Como Lemery desconocia las leyes de la afinidad crey que
del mismo modo que habia conseguido sublimado corrosivo con
sal marina y mercurio, le obtendria igualmente con mercurio y
vitriolo; pero pronto se convenci que no era posible con estas
dos solas sustancias , y tratando de dar esplicacion esto dice,
que los cidos del vitriolo por su gran cantidad y su finura se
unen tan fcil y prontamente con una cantidad de mercurio tal
que forma una masa unida y pesada que no se puede elevar.
En igual ao que la anterior Memoria se ocup del anlisis
de los cloportes, insectos reconocidos por Lemery como vivparos.
Este anlisis difiere poco de los que hemos hablado mas atrs,
hechos en sustancias animales: aqu tambien demostr la exis
tencia del hierro.
El ltimo trabajo de Lemery que registramos en los volme
nes publicados por la Academia de ciencias de Pars es en el
ao de 1712 , y se refiere observaciones sobre el olor desen
vuelto durante la precipitacion del oro, disuelto en el agua rgia,
por el espritu de sal amoniaco y por el aceite de trtaro. Habia
disuelto en un matraz nuevo , oro fino en tres tantos de agua
regia ordinaria y aadi espritu voltil de sal amoniaco y algu
nas gotas de aceite de trtaro con objeto de hacer precipitar
aquel metal ; pero cul no fu su asombro al observar que en la
considerable fermentacion producida se exhalaban humos que
tenian un fuerte olor romero , el cual permaneci hasta que el
oro fu precipitado y no se debilit sino cuando el lquido arroj
pocos humos. Este fenmeno le sorprendi sobremanera, porque
si bien habia observado en muchas ocasiones que el alcanfor, la
canforata , la melisa y otras materias voltiles daban olor ro
mero, era, por el contrario, la primera vez que lo veia en una
sal urinosa tal como la sal amoniaco.
Hemos terminado con la esposicion sucinta y breve de los
diversos trabajos publicados por nuestro clebre Lemery, los
cuales prueban suficientemente su laboriosidad , su celo , su en
tusiasmo por la ciencia que con tanto ardor abrazara ; rstanos
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ahora nicamente examinar la influencia que estos tuvieron en
el progreso de la ciencia. Al aparecer en escena nuestro ilustre
farmacutico hemos dejado comprender en la narracion que lle
vamos hecha, que la farmacia marchaba medio oscuras en el
laberinto de tan opuestas ideas como dominaban en el campo m
dico; por una parte los secuaces de la escuela antigua con sus
electuarios, confecciones, antdotos y dems compuestos polifr-
macos, restos de la farmacia rabe, no querian desprenderse de
e.-e cmulo de preparaciones monstruosas, comprendidas en lo
que hasta nuestros diasse ha estado llamando Farmacia galnica,
pesar de hallarse muy distante de lo que ense y practic el
inmortal mdico de Prgamo; por otra los partidarios de las
nuevas ideas condenando ese frrago de sustancias, no emplea
ban mas que preparaciones minerales, pretendiendo dirigir el
arte de los medicamentos por una va nueva, la cual dan el
nombre de Farmacia qumica. Tenian contra s los primeros esa
porcion de sustancias intiles y esos compuestos complicados en
los que hadan entrar cuerpos de opuestas propiedades con el
supuesto objeto de que cada uno obrara segun sus propiedades
particulares; al paso que los segundos tenian de malo las formas
misteriosas y mgicas con que revestian cuanto salia de sus ma
nos. Tal estado no podia continuar si la ciencia habia de dar al
gun paso , y h aqu el papel que le estaba destinado nuestro
Lemery , saber hermanar los verdaderos descubrimientos hechos
por los que se habian dedicado la ciencia hermtica , con lo
que encerraba de bueno la farmacia antigua; para conseguirlo
era preciso empezar por despojar la alquimia de toda su es
coria, reemplazar su lenguage figurado y enigmtico por otro
claro y sencillo, metodizar su estudio y ponerlo al alcance de
todos; la vez que se necesitaba en la farmacia galnica elimi
nar tantas sustancias como habia puestas en uso, inertes unas,
nocivas otras y simplificar los compuestos de que hacian parte.
Pero nuestro hombre con un trabajo constante de cuarenta
aos , tuvo la gran gloria de realizar tan importante reforma , y
este es el principal ttulo que le hace acreedor al renombre y
la estimacion en que se le tiene. Su palabra fcil y correcta y el
mtodo esperimental de que se sirve, le permiten dar sus lee
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ciones todo el atractivo y buen gusto necesarios para llamar so
bre s la atencion y hacerse en poco tiempo popular. Ya le he
mos visto convertido en el hombre de la moda, cuyo laborato
rio, modesto por de ms, iban escuchar sus lecciones lo mismo
el jven que el anciano, el artesano que el prncipe, el ignorante
que el sbio y hasta las seoras , y all donde no alcanza su pa
labra , medio el mas propsito para conseguir renombre en po
co tiempo , sus obras se encargan de dar conocer tan raras do
tes. Una vez colocado esta altura , fcil le era ya hacer oir su
voz en todas partes y dar direccion al pensamiento hasta enton
ces estraviado. El verifica una feliz revolucion en la qumica, la
desembaraza de los errores y estravos de los alquimistas y la
hace descansar sobre los fundamentos de toda ciencia verdadera,
la observacion, la esperiencia y el raciocinio. Colocada ya en
el buen camino, los numerosos discpulos educados en su escuela
se encargan de hacer fructificar esta semilla, y de conquista en
conquista se ve marchar la qumica hasta llegar al estado en
que la hallamos hoy. Esto por lo que respecta esclusivamente
la qumica; en cuanto la farmacia vemos que Lemery, despus
de haberla sacado de la rutina , la hace descansar sobre bases
racionales, simplifica sus principios, perfecciona sus procedi
mientos, aclara su marcha, pone de manifiesto su importancia y
la libra para siempre de la tutela en que la tienen los mdicos.
Desde entonces la ciencia farmacutica , cesando de buscar en la
medicina un apoyo que tan caro se le habia hecho pagar, va
demandarle la qumica, la fsica, la historia natural y con
quista una independencia que la permite obrar por s, contribu
yendo con todas sus fuerzas al progreso de las nobles ciencias
que la han acojido.
Lemery consagrado toda su vida observaciones prcticas
de laboratorio , jams quiso elevarse concepciones tericas y
trabajos de erudicion ; as es que se detiene poco en las espli-
caciones que no caen bajo los sentidos y rara vez se remonta
los conocimientos anteriores sobre los asuntos de que trata. Quiz
Homberg sea el nico qumico quien cita en sus escritos con
cierta complacencia. Dotado de un carcter dulce y apacible
cuando se ve en la precision de contestar los ataques dirigidos
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contra sus opiniones, lo hace siempre con cierta reserva y sin
nombrar jams sus adversarios. Si refiere alguna asercion ge
neralmente admitida, pero que juzga poco fundada, es siempre
con la restriccion de un espritu sano, juicioso, que no concede
nada la autoridad de otros sino despues de su propio y escru
puloso exmen. Cuando sus opiniones personales descansan ni
camente sobre congeturas , no las espone sino con cierto gnero
de desconfianza y escepticismo, que es el carcter del verda
dero saber; porque en ciertas materias, la duda es un primer
paso hcia la verdad, y nada prueba mejor la sinceridad del
sabio que conclusiones un poco tmidas, aun en aquellos asuntos
que ms ha profundizado.
Las costumbres privadas de Lemery eran las de un hombre
de estudio y un hombre de bien. Sus relaciones ntimas estaban
reducidas su familia, sus enfermos y un pequeo nmero
de amigos entre los que contaba Regis , Duelos, Tournefort,
Du-Verney, Homberg y Antonio de Jussieu. Sus correspondencias
cientficas casi no se estendian mas all que de su laboratorio
la Academia. Parece que no conoci, ni aun de oidas, Boer-
haave y Stahl, qumicos y profesores como l , contemporneos
y mulos suyos, ni al mismo Becher, quehabia precedido estos
dos , ya fuese porque sus propios trabajos le absorbieran en
teramente, ya causa de la lentitud y dificultades que entor
pecian entonces las comunicaciones cientficas.
Para terminar este discurso debemos decir, que si la Francia
puede estar orgullosa de sus glorias y de sus sbios , segura
mente que Nicols Lemery le corresponde ocupar un lugar pre
ferente entre estos. Pero siendo nuestro hroe uno de aquellos
de quien hablamos al principio , que fuerza de constante labo
riosidad han enriquecido la ciencia con importantes conquistas,
y no perteneciendo la ciencia al patrimonio esclusivo de nacion
alguna , sino por el contrario, al mundo sbio, aquella que prin
cipalmente se dedic es quien corresponde recibir el lauro.
A la Farmacia, pues, pertenecen todas las glorias de tan ilustre
sabio , y en las pginas de su historia se destacar siempre como
una figura de primer rden la del inmortal autor del Curso
qumico.H dicho.
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