Resumen Pineau

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Resumen Pineau

Derechos naturales: de todos los hombres a la libertad, la propiedad, la seguridad, y la


resistencia a la opresin. Estos derechos son considerados naturales porque pertenecen
al hombre por nacimiento, por lo que la sociedad y el Estado debe reconocerlos sin
ninguna restriccin. Se refieren especialmente a proteger a los individuos frente a los
poderes absolutos. Por lo que eran ms permisos que atribuciones. Por eso, muchas
veces aparecen enunciados como libertades. En nuestro pas, esto se cristaliz en la
redaccin de artculos Constitucionales. - y otras leyes que le dan amparo legal y judicial
contra potenciales abusos. En el caso educativo, esto se manifiesta en el derecho en tanto
autorizacin- de todas a aprender, independientemente de que ste se efectivice o no.

Derechos Sociales: derecho a la libertad de asociacin, a las condiciones de trabajo, al


salario digno, al sistema de salud, a la vivienda. Etc. que, en el caso de nuestro pas, estn
plasmados mayoritariamente en el artculo 14 bis de la Constitucin Nacional y en la las
leyes que de l se derivan. En esta nueva posicin, la sociedad y el Estado deben
abandonar su funcin de simples protectores que limita su accionar a permitir que los
sujetos hagan uso de los derechos, para volverse los garantes efectivos de su ejercicio. O
sea, no slo deben reconocerlos, sino tambin protegerlos, ampararlos y velar por su
cumplimiento. Para el caso educativo esto implic ciertas medidas como el
establecimiento de la obligatoriedad y la gratuidad escolar, la comprensin del Estado
docente como su nico garante, y la asignacin de recursos pblicos humanos y materiales
para satisfacer tal fin.

Derechos difusos: porque sus sujetos beneficiarios no son claramente identificables:


puede ser la humanidad toda o un colectivo determinado. Estos derechos se refieren a los
bienes comunes como el agua, el aire, la tierra, o a la defensa de derechos colectivos, a
temticas ms abstractas como la autodeterminacin de los pueblos, la paz, etc. En
educacin, esto se vincula, por ejemplo, al derecho a la educacin multicultural, a la
enseanza en lengua nativa, y a la educacin ambiental.

Como se ve, a lo largo del tiempo la concepcin de la educacin como un derecho pas
de un simple permiso individual a una compleja red de garantas y facultades sociales y
colectivas que asociadas a la creacin de mundos ms justos.
o Hace pocas dcadas, ser argentino se vinculaba al ejercicio de tres derechos
considerados bsicos e incuestionables: trabajo, representacin poltica, y escuela. Esto no
implica que en el pasado esto estaba garantizado para todos, sino que se haba constitudo
un imaginario en el que estaba presente la aspiracin y posibilidad de lograrlo. Ese fue el
patrn con el que se constituyeron las identidades de numerosas generaciones de
argentinos. Pero el modelo de ajuste econmico, privatizacin y desregulacin iniciado por
la Dictadura, y puesto en plena vigencia en la dcada del 90 con su corolario en la
arrolladora crisis del 2001, dieron lugar al empobrecimiento de amplios sectores de la
poblacin y a una creciente polarizacin social que implic la prdida de los viejos
soportes colectivos. En este nuevo contexto, los individuos que antes actuaban, pensaban y
sentan en el marco de estructuras sociales y normas -como las familias, los sindicatos, los
partidos polticos, etc- que les otorgaban identidades, seguridades y obligaciones, y sobre
todo le garantizaban sus derechos, ahora tienen que hacerlo en la incertidumbre del
capitalismo flexible, caracterizado por la prdida de las certezas tradicionales y de las
viejas redes de contencin. Podemos decir, que ha cado el modelo de sociedad integrada
por la accin poltica de un Estado capaz de articular inclusivamente al conjunto de la
poblacin y garantizar el ejercicio de derechos. El individuo aparece fragilizado por falta
de recursos materiales y protecciones colectivas que en ciertos sectores se transforma
directamente en desafiliacin o exclusin social.

o El adolescente excluido es culpabilizado por su exclusin, como si fuera producto de su


decisin personal y no una consecuencia del modelo social. As el problema son los
pobres y no la pobreza, los desocupados y no la desocupacin, los delincuentes y
no la delincuencia. Los derechos se esfuman como bien social para volverse una
propiedad personal limitada a pocos, y se impone un imaginario social que considera que
los derechos ms individuales como la propiedad y la seguridad- son prioritarios a
derechos colectivos como la educacin y la salud.

o Se genera entonces un crculo vicioso: se culpabiliza a las familias, considerndolas


causantes de los problemas escolares, y a la vez se las responsabiliza de la bsqueda de su
solucin. Las familias carenciadas de recursos muchas veces al lmite de la
sobrevivencia- son quienes deben conseguir per se los recursos para resolver la situacin.
Este crculo vicioso habilita discursos y prcticas cargados de imposibilidad o impotencia
que se acompaan con sentimientos de angustia y desesperanza por parte de padres o
sustitutos, alumnos o docentes.
o Hay una redefinicin actual de la juventud como el lapso que media entre la madurez
fsica y la madurez social en la que se goza homogneamente de la moratoria social. Hoy,
esto se encuentra muy diversificado entre los distintos grupos sociales. Por ejemplo, los
sectores populares ingresan no slo muy tempranamente al mundo del trabajo respecto a
otros sectores sociales, sino que lo hacen en forma inestable y precaria. Tambin es
frecuente comenzar a tener hijos muy cercanamente al desarrollo sexual, abandonar
temporal o totalmente el hogar de crianza, tener que responsabilizarse por la propia
supervivencia, enfrentar conflictos legales y penales, etc. La moratoria social como marca
pretendidamente abarcativa de toda la juventud enfrenta nuevos desafos. Por ejemplo,
muchos jvenes de clases populares tienen abundante tiempo libre como producto de la
falta de propuestas integradoras. Pero ese tiempo libre no puede confundirse con el que
surge de la moratoria social de la que gozan otros sectores sociales, que propone un
tiempo libre socialmente legitimado, una etapa de la vida en que se postergan las
demandas externas, un estado de gracia durante el cual la sociedad no exige totalmente.

o Hoy se es a la vez alumna y madre, alumno y trabajador, alumno y persona en conflicto


penal. Esto ha llevado a la creacin de alumnos ms complejos, con distintas necesidades y
particularidades que no responden al modelo esperado por la institucin educativa, a la
vez que le generan una cantidad de nuevas demandas.

o La escuela fue histricamente una maquinaria que combin prcticas autoritarias la


imposicin- con democrticas los derechos-, en un equilibro muy inestable que impona
derechos an sin el acuerdo de los sujetos involucrados.

o Hoy, esta situacin de imposicin de derechos, -por la que nios y adolescentes son
convertidos en alumnos-, convive con la sustraccin de derechos que los convierte en
menores judicializados o en adultos tempranos. Esto los quita del lugar de alumno,
supuestamente asociado a la infancia y la adolescencia normal, y les priva de los
derechos que dicha situacin debera garantizarles.

o Por todo esto, uno de los principales desafos que actualmente enfrentamos los
educadores es aportar a la restitucin de los derechos que han sido sustrados a vastos
sectores de la sociedad en especial nios y jvenes- en a su vez supere el viejo dispositivo
de la imposicin homogeneizante. Para eso debemos ser capaces de generar propuestas
educativas que les permitan construir nuevos soportes y anclajes, debemos lograr
habilitarles la posibilidad de acceso a nuevos lugares en lo social, lo cultural y lo poltico,
propiciando la conexin (y muchas veces, la reconexin) con los entramados sociales que
les garantice el ejercicio pleno de sus derechos.

o Poner el foco en comprender a la educacin como derecho implica tener como punto de
partida la comprensin del otro como sujeto de derechos. El otro - alumno no es un
sujeto incompleto, un futuro peligro social o un portador de intereses, sino alguien que
posee ciertos derechos, con derecho a ejercerlos, ampliarlos, y sumar nuevos.
Entendemos, entonces, que la funcin de la educacin es brindar herramientas,
experiencias, saberes, estrategias, etc. para llevarlo a cabo. S, como dice Hanna Arendt
(1974), las sociedades democrticas son aquellas que garantizan a sus miembros el
derecho a tener derechos, la educacin debe ser entendida como un derecho que da
derechos.

o Recuperar los derechos de los sujetos nos lleva a revisar algunas posiciones
pedaggicas vigentes que ponen el centro en los intereses de los sujetos como el garante
de construccin de mejores sociedades.

o Muchas veces la pedagoga centrada en los intereses cree que la mejor educacin es
aquella que les ensea los alumnos lo que ellos de antemano- quieren aprender. A
nuestro entender, estas posiciones son mezquinas porque se corren de la funcin de
abrir el mundo a las nuevas generaciones que implica todo acto educativo, y que por tal
dificultan el ejercicio de ciertos derechos.

o El inters debe ser, en el mejor de los casos, el punto de llegada y no el punto de partida
de nuestra tarea; la idea no es hallar sino generar intereses.

o Es necesario mirar de otro modo el punto de partida de los alumnos y el propio y


confiar en que la educacin abrir posibilidades an no conocidas. Significa dejar de tener
una mirada que estigmatiza a la pobreza para pasar a otra que habilita enigmas para un
futuro. Es una apuesta a que, frente a situaciones de desigualdad, pobreza y exclusin, los
docentes recuperemos la posibilidad de desligar a nuestros alumnos de la profeca del
fracaso futuro con la que llegan y de re-situarlos en un lugar de la posibilidad, confiando
en que ellos pueden aprender, que van a hacerlo y que nosotros vamos a poder ensearles.

o Recuperar la confianza que nos lleva a correr a los sujetos de la situacin de riesgo en
que son estigmatizados, para instalarlos en el horizonte de igualdad y sorpresa. Para eso,
es necesario enriquecer la propuesta pedaggica, no slo mediante la incorporacin de
determinados contenidos, sino tambin apelando a diversidad de materiales y elementos
que tengan la capacidad de generar otros conocimientos, problemticas, posibilidades e
interrogantes.

o Confianza, amparo y cuidado son trminos los educadores debemos tratar


conjuntamente.

o Dar amparo tiene que ver con instalar una red de significaciones ante una realidad
inexplicable que proteja, resguarde y posibilite el acceso a la sociedad y la cultura, que
brinde a los sujetos las herramientas necesarias para que pueda incorporar e incorporarse
en ellas an en las situaciones ms extremas y penosas. No tiene que ver con engaar, sino
cono ayudar a establecer una distancia necesaria con los hechos que permita aproximarse
a ellos sin sentirse arrasado por ellos.

o Las perspectivas que histricamente lo definieron como una inclusin homogeneizante


que suprima las diferencias culturales, as como tambin aquellas que hoy la entienden
como mero acceso y permanencia de los nios y nias sin ofrecer una propuesta
pedaggica rica en oportunidades. Al analizar estos temas no fue posible dejar de
considerar las dolorosas huellas del empobrecimiento y polarizacin social que han
afectado a la Argentina en los ltimos treinta aos. En este marco, se busc dar cuenta de
las transformaciones de la educacin, no slo en trminos de sus problemticas sino
tambin de la percepcin social acerca sus fines y posibilidades.

o Nos propusimos enlazar la nocin de derecho a la educacin con trminos como


amparo, cuidado y enigma. Ahora, queremos sumar uno ms: la generosidad. Educar
debe ser, ante todo, un acto de dar. Pero no dar como el cumplimento de una ley moral o
como una forma de sentirnos buenos, sino dar como una apuesta a los otros, como un
acto de confianza. En funcin de esto, queremos cerrar esta material dndoles un escrito
que espera invitar tanto a la reflexin como al reconocimiento del trabajo cotidiano que
estamos convocados a realizar.

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