Modelo de Toulmin
Modelo de Toulmin
Modelo de Toulmin
ARGUMENTO 1
La historia del pensamiento ha tomado un giro que habra sido difcil de predecir. En la cspide
del tecnicismo que sobrevino a mediados de siglo se auguraba un nuevo milenio en el que
primara la concepcin cientfica de la realidad, en desmedro de los conceptos religiosos y, sobre
todo, a expensas de la paulatina erradicacin del pensamiento mgico. Freud afirmaba en una de
sus obras tardas, Neue Folge der Vorlesungen zur Einfhrung in die Psychoanalyse (1993):
"Nuestra mejor esperanza para el futuro consiste en que el intelecto -el espritu cientfico, la
razn- establezca con el tiempo una dictadura sobre la mente humana." Sin embargo, los hechos
demuestran que el denominado posmodernismo trajo consigo un renacer de la espiritualidad y
un revivir de la magia, en todas sus manifestaciones. El trmino 'magia' se utiliza aqu para
referirse a la supuesta influencia de fuerzas msticas impersonales cuya comprensin est ms
all de la razn y de las teoras cientficas- sobre acontecimientos humanos y naturales. En
sentido amplio, el pensamiento mgico incluye animismo, brujera, adivinacin, supersticin,
todos ellos muy en boga en la sociedad contempornea.
ARGUMENTO 2
ARGUMENTO 3
Lo triste de la lectura que se realiza por motivos profesionales es que slo raras veces se revive
el placer de leer que se sinti en la juventud, cuando los libros eran un deleite hazlittiano. La
manera en que leemos hoy depende en parte de nuestra distancia interior o exterior de las
universidades, donde la lectura apenas se ensea como placer, en cualquiera de los sentidos
profundos de la esttica del placer. Abrirse a una confrontacin directa con Shakespeare en sus
momentos ms contundentes, por ejemplo en El rey Lear, nunca es un placer fcil, ni en la
juventud ni en la vejez, y, sin embargo, no leer El rey Lear plenamente (es decir, sin expectativas
ideolgicas) es ser objeto de fraude cognoscitivo y esttico. La niez pasada en gran medida
mirando la televisin se proyecta en una adolescencia frente al ordenador, y la universidad
recibe a un estudiante difcilmente capaz de acoger la sugerencia de que debemos soportar
tanto el haber nacido como el tener que morir; es decir, de madurar. La lectura resulta incapaz
de fortalecer su personalidad, que, por consiguiente, no madura. Esta situacin slo se puede
solucionar recurriendo a alguna versin del elitismo y, por buenas o malas razones, en nuestra
poca esto es inaceptable. Todava hay en todas partes, aun en las universidades, quienes
practican la lectura personal, jvenes y viejos. Si existe en nuestra poca una funcin de la
crtica, ser la de dirigirse a esos lectores que leen por s mismos y no por unos intereses que,
supuestamente, trascienden la propia personalidad.
1 Los argumentos presentados en los numerales seis (6) al diez (10) han sido tomados de
trabajos presentados por estudiantes del espacio de CEPLEC 2, (UNIVERSIDAD UNIMINUTO) y son
reproducidos aqu con fines didcticos y pedaggicos con el consentimiento previo de los
autores.