David Collier

EL NUEVO AUTORITARISMO EN AMRICA LATINA

Pese a que se ha entendido que el surgimiento de los

regmenes autoritarios se relaciona con los problemas
del desarrollo econmico a partir del ".modelo burocr-
tico-autoritario", algunos elementos de este modelo
han producido entre los estudiosos ciertas ideas para
explicarlo. En virtud de ello, un grupo de economis-
tas, politlogos y socilogos se reuni con objeto de
r::
evaluar lo adecuado del modelo y sugerir indicaciones ~
para darle una nueva formulacin. Este volumen es :g
el resultado de discusiones celebradas a lo largo de J
un periodo de tres aos, y representa un avance im- ~
portante en la crtica y el refinamiento de ideas acer- ~
o
ca del desarrollo poltico. ~
En este libro se analizan las cuestiones planteadas ~
por el reciente surgimiento del autoritarismo en la ~
Amrica Latina, el autoritarismo burocrtico y las po- ~
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sibles pautas futuras del cambio institucional. &

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FONDO DE CULTURA ECONMICA

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 EL NUEVO
AUTORITARISMO EN
AMRICA LATINA
Compilador
DAVID COLLIER

Colaboradores
FERNANDO HENRIQUE CARDOSO 1
DAVID CoLLIER 1 Juuo CoTLER 1
ALBERT o. HIRSCHMAN 1 ROBERT R.
KAUFMAN 1 }AMES R. KURTH 1
GuiLLERMo O'DoNNELL 1 Jost SERRA

Traduccin de
RAFAEL LASSALETA

D
FONDO DE CULTURA ECONMICA
MXICO
Primera edicin en ingls, 1979
Primera edicin en espaol, 1985

AGRADECIMIENTOS

Las investigaciones presentadas en este libro han sido patrocinadas

por la Comisin Mixta de Estudios sobre Amrica Latina del Ameri-
can Council of Learned Societies y el Social Science Research Coun-
cil. Estos trabajos forman parte del Programa de Planeamiento de
Investigaciones de la Comisin Mixta, que cuenta con las ayudas de la
Fundacin Ford y la Fundacin Tinker, a las cuales queremos dejar
patente nuestro reconocimiento. Adems de redactar los captulos de
este volumen, los participantes en el proyecto hicieron significativas
aportaciones al planear y realizar nuestro trabajo en colaboracin.
Albert Hirschman, en particular, ha jugado un importante papel, tan-
to por su apoyo desde la presidencia de la Comisin Mixta como por
sus valiosas sugerencias para solventar los problemas de compilacin
y edicin del presente volumen. Louis Wolf Goodman, en su calidad
de consejero adjunto del Social Science Research Council, facilit
enormemente los aspectos administrativos del proyecto. Tanto l co-
mo Alfred Stepan, miembro de la Comisin Mixta, han desempeado
un papel importante en la configuracin del contenido intelectual de
nuestros esfuerzos. Las traducciones del espaol y el portugus las
hicieron Richard C. Miller y David Collier, y Miller desempe hbil-
mente las funciones de auxiliar de investigacin para el proyecto.
Finalmente, Philippe Schmitter y Abraham Lowenthal proporciona-
ron valiosos consejos y estmulo durante la fase de planeamiento del
Patrocinado por The ]oint Committee on Latin American Studies del Social proyecto.
Science Research Council y el American Council of Learned Societies

Ttulo original:
The New Authoritarianism in Latin America
1979, Princeton University Press, Princeton
ISBN 0-7606-5

D. R. 1985, FONDO DE CULTURA ECONMICA, S. A. DE C. V.

Av. de la Universidad, 975; 03100 Mxico, D. F.

ISBN g68-16-2107-7
7
Impreso en Mxico
 INTRODUCCION

En 1964 se produjo un golpe militar en Brasil. Dos aos ms tarde,

tambin los militares argentinos tomaban el poder. Se inauguraba con
esos golpes un periodo de gobiernos militares en tanto que institu-
cin, durante el cual las fuerzas armadas buscaron promover un cam-
bio industrial acelerado basado en una nueva e ingente inversin
extranjera. Eliminaron, o controlaron drsticamente, todo tipo de
elecciones; introdujeron importantes restricciones sindicales; y adop-
taron programas de austeridad econmica que imponan controles
salariales sobre el "sector popular" urbano. Tales programas de auste-
ridad fueron generalmente interpretados como parte importante del
esfuerzo por crear un clima de inversin que se presuma atractivo
para los inversores extranjeros. Dado que, con frecuencia, el sector
popular se haba opuesto vigorosamente a dichos programas de auste-
ridad, sobre todo por canales tales como las organizaciones sindicales
y las elecciones, el control de esas formas de expresin poltica pare-
ci una parte esencial del esfuerzo de so~tener las nuevas polticas
econmicas y de lograr el nuevo crecimiento econmico.
La reaparicin del poder militar en esos dos importantes pases,
industrialmente avanzados, que contienen aproximadamente el 65 %
la poblacin de Amrica Latina y alcanzan entre ambos aproximada-
mente el 75% de la produccin industrial de la zona,1 se produjo en un
contexto de erosin de las esperanzas que haban surgido en las dos
primeras dcadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial, segn las
cuales aparecera en Amrica Latina una mayor igualdad econmica y
social y una forma poltica ms democrtica 2 Puso ta.mbin en cues-

1
Calculado por los datos presentados por. James W. Wilkie, ed., Statistical Abstraer
of Latin America, Volumen 17 (Centro Latinoamericano, University of California at Los
Angeles, 1976) y Robert R. Kaufman, "Mexico and Latin American Authoritarianism" en
Jos Luis Reyna y Richard Weinert, eds.,Authoritarianism in Mexico (Philadelphia; Instltu-
te for the Study ofHuman lssues, 1977).
2
. Encontramos un anlisis excelente de estas expectativas en Robert A. Packenham,
Liberal America and the Third World (Princeton, Princeton University Press, 1973).

9
10 INTRODUCCION INTRODUCCION 11

tin la hiptesis de la teora de la modernizacin, que estableca que Los acontecimientos producidos en Amrica Latina en la dcada
una industrializacin ms avanzada est asociada con la aparicin de de los 70 han acrecentado la importancia de entender el autoritaris-
la democracia y la igualdad 3 ; y estimul una nueva valoracin funda- mo burocrtico. Este tipo de gobierno militar ha persistido en Brasil
mental de esta relacin dentro del contexto de Amrica Latina4 En y reapareci en Argentina en 1976. En el ao 1973, en otras dos
lugar de la confirmacin de aquella primera formulacin, surgi una naciones de Amrica Latina econmicamente avanzadas, Chile y Uru-
nueva serie de 1hiptesis que sugeran que, en las naciones tardamen- guay, tambin caan regmenes bien fundamentados institucional-
te desarrolladas, los niveles ms avanzados de industrializacin pue- mente, siendo reemplazados por sistemas burocrtico autoritarios. En
den coincidir con el colapso de la democracia y con un incremento Argentina, Chile y Uruguay, tanto el nivel de violencia empleado en
de la desigualdad. la supresin de los partidos polticos, sindicatos y protestas laborales
En el curso de la mencionada revaloracin comenz a utilizarse como la reduccin de los ingresos reales del sector popular llegaron
un nuevo trmino. Argentina y Brasil eran gobernadas por los milita- ms lejos de lo experimentado en Brasil y Argentina en sus perodos
res en cuanto que institucin, ms que por gobernantes militares iniciales de autoritarismo burocrtico, de la dcada de los 60. Tam-
individuales. Adems, los militares parecan adoptar una aproxima- bin en Brasil, aproximadamente a partir de 1969, el grado de repre-
cin burocrtica y tecnocrtica a la poltica (en oposicin a la aproxi- sin se ha hecho notablemente ms intenso. Estos nuevos aconteci-
macin ms "poltica", segn la cual el modo de actuar viene confor- mientos han hecho necesario avanzar ms en el replanteamiento de la
mado por las demandas econmicas y polticas de los diferentes sec- relacin entre modernizacin industrial y cambio poltico, que haba
tores de la sociedad expresados en diferentes canales, como eleccio- empezado una dcada antes. El objetivo de este libro es contribuir al
nes, legislaturas, partidos polticos y sindicatos). Este modo de apro- replanteamiento y nueva valoracin de esa r,elacin.
ximarse a la poltica llev a los estudiosos a unir el adjetivo "burocr- Aparte de la importancia que comprensiblemente tiene para los
tico" al trmino "autoritario", denominando as "burocrtico autori- estudiosos preocupados por Amrica Latina el intento de explicar el
tarios" a dichos sistemas5 Esta etiqueta se ha convertido en un impor- autoritarismo burocrtico, tambin es significativa la investigacin
tante aadido a las tipologas de los regmenes polticos nacionales6 sobre ese tema por su contribucin a la crtica de la teora de la
modernizacin. Varias de las ms importantes lneas de argumenta-
cin de los estudiosos dedicados a la teora de la modernizacin -por
3
En la extensa literatura que trata de los diferentes aspectos de esta relacin, hay ejemplo la hipottica relacin entre democracia y modernizacin in-
tres estudiosinictalesdecisivos: Seymour Martn Lipset, "Sorne Social Requisites of Demo- dustrial- han sido gravemente puestas en cuestin desde hace tiem-
cracy: Economic Developrr.ent and Political Legitimacy", American Political Science Re- . po 7 El debate prosigue, sin embargo, con respecto a cmo se pueden
view, 53 (marzo 1959), pp. 69-105; James S. Coleman, "Conclusion: The Political Systems
of the Developing Areas", en Gabriel A. A1mond y James S. Co1eman, eds., The Politics of
the Developing Areas (Princeton, Princeton University Press, 1960); y Phillips Cutright,
"National Political Development: Measurement and Analysis", American Sociological Re-
view, 27 (abril, 1963), pp. 253-64. dentro del marco de referencia de un amplio anlisis tipolgico de los regmenes polticos es
4
Tres de las afirmaciones ms importantes que reflejan esta revalorizacin y que son el de Juan J. Linz, "Totalitarian and Authoritarian Regimes", en Fred Greenstein y Nelson
accesibles al lector en lengua inglesa son: Fernando Henrique Cardoso y Enzo Faletto, Polsby, eds., Handbook of Political Science, Volumen 3 (Reading, Mass., Addison-Wesley,
Dependency and Development in Latin America (Berkeley y Los Angeles, University of 1975).
7
California Press, 1978), originalmente publicado en castellano, en 1969; Philipe C. Schmit- Son ejemplos importantes de la crtica de la teora de la modernizacin los de
ter, Interest Conflict and Political Change in Brazil (Stanford, Stanford University Press, Samuel P. Huntine:ton. "Political Develooment and Political Decay", World Politics, XVII,
1971); y Guillermo O'Donnell, Modernization and Bureaucratic-Authoritarianism: Studies in Nm. 3 (abril, 1965), pp. 386-346; Reinhard Bendix, "Tradition and Modernity Reconsi-
South American Politics (lnstitute of International Studies, University ofCalifornia, Berke- dered", Comparative Studies in Society and History, 9 (abril, 1967), pp. 292-346; Joseph K
ley; Politics of Modernization Series Nm. 9, 1973). Gusfield, "Tradition and Modernity: Misplaced Polarities in the Study of Social Change",
5 American Journa/ of Sociology, 72 (enero, 1967), pp .. 351-62; C. S. Whitaker, "A
Ejemplos importantes del uso inicial de este trmino se pueden encontrar en O'Don- Dysrhytmic Process of Political Change", World Po/itics, 19 (enero, 1967), pp. 190-217;
nell, Modernization and Bureaucratic-Authoritarianism y Fernando Henrique Cardoso, Lloyd l. Rudolph y Susan Hoeber Rudolph, The Modernity of Tradition: Political Deve/op-
"Associated Dependent Development: Theoretical and Practica! Implications", en Alfred ment in India (Chicago, University of Chicago Press, 1967); Packenham, Liberal America
Stepan, ed., Authoritarian Brazil: Origins, Policies, and Future (New Haven: Yale University and the Third World; y Dean C. Tipps, "Modernization Theory and the Comparative Study
Press, 1973). of Societies: A Critical Perspective", Comparative Studies in Society and History, 15 (mar-
6
Un importante estudio reciente que discute el concepto de autoritarismo burocrtico zo, 1973), pp. 199-226.
 12 INTRODUCCION
INTRODUCCION 13
lograr razonablemente hiptesis tiles y apropiadas acerca de la in-
teraccin entre las esferas poltica, econmica y social en el curso de La investigacin sobre Amrica Latina ha significado tambin
la modernizacin industrial. Existe tambin un debate sobre las hip- un aporte terico para el desarrollo de nuevas hiptesis acerca del
tesis especficas que caracterizan adecuadamente la mencionada in- cambio poltico en este escenario concreto .. Tales hiptesis sugieren
teraccin. el motivo de que las interacciones entre los modelos de cambio eco-
La investigacin sobre Amrica Latina ha contribuido a ambas nmico, social y poltico que se han producido en este contexto de
partes del debate. Con respecto a la primera cuestin, se ha criticado desarrollo capitalista, tardo y dependiente, en lugar de conducir de
la supuesta universalidad de las primeras concepciones sobre el cam- modo coherente a la democracia parecen estar vinculadas, en algunos
bio poltico, sealndose la necesidad de desarrollar hiptesis concre- casos al menos, con la aparicin del autoritarismo burocrtico. Tales
tas para el anlisis de los contextos histricos y culturales diferentes~ hiptesis, a las que nos referiremos, por conveniencia, como "mode-
Tales crticas no reflejan una desviacin antiterica, sino ms bien lo" burocrtico autoritario, constituyen la preocupacin central de
una preocupacin por la especificacin, en trminos de variables te- este libro; y son revisadas detalladamente en el captulo l.
ricamente relevantes 9 , de las caractersticas del contexto particular Las hiptesis sobre la aparicin del autoritarismo burocrtico
que se est analizando. Para los investigadores ocupados en la Amrica atrajeron considerable atencin entre los estudiosos 12 ,y ello fu as
Latina contempornea, una de las caractersticas ms sobresalientes no slo porque parecan proporcionar una explicacin sugestiva a
es la industrializacin relativamente tarda de esa zona en compara- una importante serie de acontecimientos polticos contemporneos,
cin con la industrializacin de la mayor parte de los pases del sino tambin porque representaban una nueva especificacin de los
Atlntico Norte. Se ha argumentado que esa situacin ha dado lugar modelos de cambio poltico que haban presentado anteriormente los
a una serie de problemas econmicos, sociales y polticos concretos. 10 tericos de la modernizacin. En el contexto de la dcada de los aos
Una caracterstica relacionada con la anterior es la dependencia eco- 70, cuando el impulso central de la investigacin poltica sobre el
nmica de la zona de Amrica Latina, que implica un grave someti- Tercer Mundo haba pasado de la preocupacin por el anlisis de la
miento al capital y tecnologa extranjeros con el fin de promover la democratizacin y "occidentalizacin" a un inters por las difciles
industrializacin. Una tercera caracterstica es que esa dependencia cuestiones de economa poltica a que se enfrentaban esas socieda-
externa ha consistido, en gran medida en el sometimiento a naciones des, la nueva especificacin de ese modelo constituy una bien recibi-
Y empresas que actan en el sistema econmico capitalista internacio- da adicin a la investigacin.
nal11. Aunque dichas hiptesis fueron una importante contribucin
con respecto al entendimiento del autoritarismo burocrtico, se ha
8
producido una sensacin creciente de insatisfaccin ante algunos de
Estas cuestiones son tratados en O'Donnell, Modernization and BureaucraticAutho los elementos de este modelo b~rocrtico autoritario. Es incuestiona-
ritaria.ni~r;t captulo 1; Philippe C. Schmitter, "Paths to Political Development in Latin ble que el modelo plantea cuesflones importantes y adopta una apro-
Am~~Ica , en D?uglas A. Chalmers, el., Changing Latin America: New Interpretations of Jts
Polztzc~ and. Soczety Nue~a York, Academy ofPolitical Science, Columbia University, 1972); ximacin valiosa a la explicacin del cambio poltico en el contexto
Y Glaclo Dillon Soare.s, T~e .New Industrialjzation and the Brazilian Political System", en del desarrollo capitalista dependiente y tardo. Sin embargo, incluso
James Petras Y Maunce Zeitlm, eds., Latin America: Reform or Revo/ution? (Greenwich, en la primera fase de evolucin de esa corriente, en la que los anlisis
Conn: Fawcett World Library, 1968).
9E . se centraban en Brasil y Argentina, los estudiosos comenzaron a plan-
ste tratamiento corresponde al que se recomienda en Adam Przeworski y Henry
Teune, The Logic of Comparative Social Inquiry (Nueva York John Wiley and Company tear cuestiones referentes al grado en que el autoritarismo burocrti-
1970). ' ' co, evidentemente un fenmeno nuevo en relacin con los modelos
. . I.O V~ase A!bert O. !f~~chman, "The Political Economy of lmport-substituting Indus-
i~~~~atlOn m Latm Amenca , Quarterly Journal of Economics, 82, 1 (febrero, 1968), pp.
tes", Latin American Research Review, 12, 3 (1977), pp. 7-24. Otra valiosa y reciente
Il Una declaracin inicial importante que pone de relieve los aspectos del anlisis de
discusin de esta perspectiva es la de Richard R. Fagen, "Studying Latin American Politics:
dependencia que aqu nos. interesan se encuentra en Cardoso y Faletto, Dependency and Sorne Implications of a Dependencia Approach", Latin American Research Review, 12, 2
Development. Para una reciente advertencia de Cardoso con respecto al mal uso del anlisis (1977), pp. 3-27.
de la dependencia, vase su "The Consumption of Dependency Theory in the United Sta-
12 Vase la nota 6 del captulo 1, p. 27.
 14 INTRODUCCION
INTRODUCCION 15
polticos de los aos 50 y principios de los 60, representaba de hecho gobierno militar. En Colombia y Vene~uela persi~ten los ~obiern~s
una "restauracin" de un tipo de autoritarismo que haba existido ya competitivos. El gobierno militar expenmentado en el Peru desputes
en. los aos 30 y 40. Cuestionaron, asimismo, los argumentos econ- de 1968 -tanto en su fase inicial, reformista, como en la segunda,
micos empleadoS~ en la explicacin de su aparicin 13 ms conservadora- es tambin distinto del dominio militar en. el
Con el inicio de la segunda mitad de los aos 70 -en el contex- sur. El investigador preocupado por la hiptesis de que en Amnca
to del intento de entender el autoritarismo burocrtico en Chile y Latina hay una asociacin inherente entre industrializacin avanzada
Uruguay, adems de Brasil y Argentina- se extendi aun ms la y autoritarismo burocrtico tena que extender el anlisis a pases en
insatisfaccin de los investigadores ante este modelo 14. El modelo los que no haba aparecido esta forma de autoritarismo, es decir a
P?ltico-econmico que seguan aquellos gobiernos autoritarios pare- otros pases aparte de Argentina, Brasil, Chile y Uruguay. Era esen-
Cia cada vez menos coherente de lo que se pens inicialmente. Los cial lograr una comprensin ms amplia que incluyera tambin a los
?Uatro pases mencionados no se hallaban en niveles comparables de otros pases relativamente avanzados en los que, por lo menos hasta
Industrializacin, y las hiptesis iniciales, antes apuntadas, sobre el entonces, no haba aparecido el autoritarismo burocrtico. Con esa
papel de los problemas de la industrializacin. en la aparicin del comparacin ms amplia, tanto de la experiencia de los cuatro casos
autoritarismo burocrtico, fueron examinadas cada vez ms crtica- mencionados como la de otros pases, se podra deducir un nuevo
mente. Tampoco resultaba claro que el crecimiento de la desigualdad entendimiento 16 Aunque en los estudios del autoritarismo en Amri-
fuera realmente un prerrequisito econmico para el xito de las polti- ca Latina han empezado a aparecer algunos elementos de esa compa-
cas de desarrollo adoptadas por esos gobiernos. Creci la sensacin de racin ms amplia 17 , an no se ha empleado sta en una revaloracin
que era necesario poner mayor nfasis en las explicaciones Polticas sistemtica de las explicaciones del autoritarismo burocrtico.
de esos programas econmicos y del surgimiento del autoritarismo.
Por ejemplo, pareca que la estructura del sistema de partidos y la En 1975 el "Joint Committee on Latn American Studies of
fuerza poltica del sector popular eran factores determinantes del the American' Council of Learned Societies and the Social Science
grado en que emerga en cada pas el conflicto de clases polarizado. Research Council" estableci un grupo de trabajo con el fin de con-
En algunos pases, la polarizacin ideolgica que se haba producido solidar y sistematizar las mencionadas insatisfacciones y crticas18 El
ante.s de la aparicin del autoritarismo burocrtico no poda explicar-
se simplemente come una consecuencia de la interrelacin de las amplios, con Argentina, Brasil y Mxco en el nivel superior; los cinco pases restantes .del
fuerzas econmicas. grupo de ocho tratado ms abajo, en un nivel intermedio; y los pases restantes en un mvel
Finalmente, al menos hasta la fecha, el autoritarismo burocrti- considerablemente inferior. Para un debate sobre las clasificaciones de la modernizacin
socioeoonmica en Amrica del Sur, vase O'Donnell, Modernization and Bureaucratic
co no ha aparecido en todos los pases industrialmente ms avanza- Authoritarmism, captulo l. Datos complementarios sobre estos agrupamientos de pases se
dos de Amrica Latina 15 En Mxico encontramos una forma ms extrajeron de las dos fuentes citadas en la nota l.
suave de autoritarismo, basada en un partido poltico en lugar de un 16
La utilizacin de esta comparacin ms amplia para afinar los debates sobre. la
aparicin del autoritarismo burocrtico refleja el uso del "mtodo comparativo constante"
por el que abogan Barney Glaser y Anselm Strauss en The Discovery o[Urounde Theory:
13 Strategies [or Qualitative Research (Chicago, Aldine Publishing Company, 1967).
Thomas E. Skidmore, "Politics and Economic Policy-Making in Authoritarian Bra-
17
zil, 1937-71"; Philippe C. Schmitter, "The 'Portugalization' of Brazil? ";Albert Fishlow Vase Thomas Skidmore, "The Politics of Economic Stabilization in Post-War
"Sornes Ret:Jections on Post-1964 Brazilian Economic Policy"; y Samuel A. Morely y Gor: Latin America", en James M. Malloy, ed.,Authoritarianim and CorporatiiJI1l in LatinAme
don W. Sm1th, "The Effect of Changes in the Distribution of Income of Labor Foreign rica (Pittsburgh, University of Pittsburgh Press, 1977); Kaufman, "Mexico and Latin Ameri-
Inves~ent, ~d Growth in Brazil", todos ellos en Stepan, ed., Authoritarian Bra;il. Vase can Authoritarianism"; y "Corporatism, Clientelism, and Partisan Conflict: A Study of
~amb1~ Ma;to S. Br?de,~ohn, "Sobre 'Mrn:emizacin y Autoritarismo' y el estancamiento Seven Countries", en Malloy, ed., Authoritarianim; David Collier, Squatters aild Oligarchs:
inflacctonarto argentmo , Desarrollo Economico 13 51 (octubre a diciembre 1973) pp Authoritarian Rule and Policy Change in Pero (Baltimore, The Johns Hopkins University
591-605. ' ' ' ' . Press, 1976); David Collier y Ruth B. Collier, "Who Does What, to Whom, and How:
14
. . . En ste Y ~n el siguente prrafo se resumen las cuestiones planteadas en los debates Toward a Comparative Analysis of Latin American Corporatism", en Malloy, ed., Authorita-
m1c1ales entre los mrembros del grupo de trabajo que se describe ms abijo. rianism; Alfred Stepan, The State and Society: Pero in Comparative Perspective (Princeton,
15 Princeton University Press, 1978), captulos 3 y 4; y Juan J. Linz y Alfred Stepan, eds., The
En trminos del nivel global de la produccin industrial, variable puesta de relieve Breakdown o[ Democratics Regimes (Baltimore, The Johns Hopkins University Press, 1978).
por autores como O'Donnell, los pases latinoamericanos podran situarse en tres grupos 18
Un informe inicial sobre las actividades de este grupo se encuentra en David
 INTRODUCCION 17
16 INTRODUCCION
menes burocrtico-autoritarios y el tipo de estado con el que estn
objetivo del grupo de trabajo, coordinado por David Collier y Julio asociados, en el sentido neomarxista del estado como el sistema ms
Cotler, es ampliar el debate sobre la naturaleza y causas del autorita- amplio de "dominacin" poltica y econmica, que en el contexto de
rismo burocrtico al reunir las perspectivas, a menudo en contraste, Amrica Latina se caracteriza como "dependiente" y "capitalista".
de los estudiosos de ambos hemisferios, as como las de diferentes Argumenta que la relacin entre rgimen y estado es ms compleja y
disciplinas acadmicas. El grupo de trabajo inclua a cientficos, pol- manifiesta mayor variedad de la que implica el modelo burocrtico
ticos, socilogos y economistas de Per, Argentina, Brasil y Estados autoritario. No es posible analizar adecuadamente las diferencias y
Unidos, todos los cuales haban contribuido previamente a este rea similitudes entre casos tan importantes como los de Brasil, Mxico
de investigacin; y todos ellos consideraban que las insatisfacciones y y Venezuela contemporneos, a los que considera estados capita-
crticas podan servir de punto de partida til para lograr un entendi- listas dependientes, a menos que se distinga cuidadosamente entre
miento ms completo del autoritarismo de Amrica Latina. Los rgimen y estado. Analiza tambin Cardoso las instituciones pol-
miembros del grupo se reunieron informalmente varias veces en 1975 ticas del autoritarismo burocrtico, llamando la atencin sobre la diver-
y 1976, y celebraron una reunin formal de dos das a principios de sidad de rasgos y contradicciones internas de esos sistemas. Con el fin
1977, en la que presentaron los documentos preliminares. Todos esos de situar en una perspectiva ms clara la experiencia de los pases del
textos han sido sustancialmente revisados sobre la base de un amplio Cono Sur indica una serie de contrastes, as como de similitudes, con
intercambio de comentarios y crticas (tanto en el encuentro formal ' .
respecto al autoritarismo no militar de Mxico, el reciente gobierno
.
como en la posterior y extensa correspondencia entre algunos de los militar reformista de Per y el rgimen democrtico de Venezuela.
autores). Los ensayos publicados en este volumen son el resultado de
ese esfuerzo de colaboracin. La Parte Segunda plantea el problema de explicar el surgimiento
del autoritarismo burocrtico. En el primer captulo de esta seccin,
En la Parte Primera de este volumen se proporciona una pers-
el economista Albert O. Hirschman advierte a los investigadores que
pectiva general de los anlisis de la ciencia social planteados por la
no enfaticen las explicaciones econmicas de los fenmenos polticos
reciente aparicin del autoritarismo en estos pases avanzados de
hasta el punto de desechar las explicaciones polticas. Situando su
Amrica Latina. El captulo de David Collier revisa los argumentos anlisis dentro de la ms amplia tradicin del pensamiento social
bsicos contenidos en el modelo burocrtico autoritario y plantea referente a las consecuencias polticas de la industrializacin, exami-
algunas cuestiones crticas iniciales. Dado que otros captulos enfati- na crticamente varias explicaciones econmicas del surgimiento del
zan particularmente la forma en que esos argumentos se cristalizaron autoritarismo, encontrndolas inadecuadas a todas. Argumenta
en la obra de Guillermo O'Donnell, dicha formulacin recibe la aten- Hirschman que las diferentes fases de industrializacin tienen impor-
cin central en el captulo de Collier 19
tantes. consecuencias para la poltica, en parte, por las expectativas
El captulo de Fernando Henrique Cardoso abre luego la discusin que crean en las mentes de quienes hacen la poltica con respecto a la
sobre el autoritarismo burocrtico al proponer una clarificacin con- probabilidad del crecimiento econmico sostenido. Parece ser que la
ceptual importante. Se opone al uso de este trmino como caracteri- relativa facilidad con que se produjo en Amrica Latina la expansin
zacin global del sistema poltico, costumbre seguida en la formula- inicial de la produccin de bienes de consumo gener esperanzas
cin inicial del modelo burocrtico autoritario. Pone de relieve la poco realistas acerca de las oportunidades de crecimiento, y de refor-
necesidad de distinguir entre las caractersticas centrales de los reg- ma econmica por tanto, lo que a su vez tuvo que ver con la secuen-
cia de acontecimientos que condujeron al autoritarismo burocrtico.
Hirschman ampla luego su anlisis del papel de las ideas en la confor-
Collier, "Industrialization and Authoritarianism in Latin America", Social Science Research
Council Items, vol. 31/32, nm. 4/1 (marzo, 1978), pp. 5-13. macin del cambio poltico y propone un nuevo modo de enfrentarse
19 a la explicacin del surgimiento del autoritarismo. Analiza la manera
Como introduccin adicional a la materia temtica de este libro, los lectores que
no estn familiarizados con la poltica contempornea en Brasil, Argentina, Chile y Uruguay en que interaccionan las ideas y la accin poltica en la evolucin
encontrarn de utilidad consultar los breves esbozos sobre la historia poltica reciente de empresarial y reformista en la sociedad. Esta perspectiva, enfocada en
esos cuatro pases que forman parte del amplio anlisis que hace Robert Kaufman sobre las las diferencias de lo que podra llamarse "la cultura poltica del
explicaciones del autoritarismo en la Parte Segunda de este volumen (vanse las pp. 174 y
SS.).
18 INTRODUCCION
INTRODUCCION 19
capitalismo" , fue la utilizada para suminis~rar una_ explicacin pa:-
20

cial del contraste entre la reciente experiencia plur~hsta de ~oloT?bta desarrollo diferentes que se podran adoptar con el fin de promover
y Venezuela y la experiencia autoritaria de Argentma, Brasil, Chile Y el crecimiento econmico en esas sociedades. Tales estrategias son,
Uruguay. . . adems de la de profundizacin de la industrializacin, las alternati-
Jos Srra dedica su captulo a analizar crticamente tres htpote- vas de promocin de bienes de consumo duraderos, exportacin in-
sis sobre la relacin entre desarrollo econmico y el surgimiento del au- dustrial, exportacin de productos primarios y la expansin del mer-
toritarismo burocrtico. Se centran estas hiptesis en la "s~breexpl~ta cado interno en cuanto a bienes de consumo. Dentro de este marco
cin" de la clase trabajadora, el intento de lograr una profundiza- de referencia modificado, Kaufman piensa que la transicin entre las
cin" de la produccin industrial y la idea de que esta forma de diferentes fases de industrializacin ha reducido la gama de polticas
autoritarismo promueve un determinado tipo de "racionalidad" eco- alternativas abiertas a las sociedades latinoamericanas, de tal modo
nmica que contribuye al crecimiento. Dedicando la mayor p~rte de que ha contribuido a la aparicin del autoritarismo burocrtico. En-
su atencin a Brasil, pero atendiendo tambin a los casos chileno Y cuentra as un importante acuerdo entre el argumento subyacente
mxicano descubre Serra que las evidencias disponibles no apoyan contenido en el modelo burocrtico autoritario y la experiencia de
esas hiptesis. Su atento anlisis del caso brasileo es de particular esos cinco pases.
importancia para este volumen, pues la especial_conjuncin que_se ~a Julio Cotler, en el captulo final de la Parte Segunda, se centra
en ese pas de crisis poltica y econmica, segmdas de ~n autontan~ en la necesidad de explorar con mayor sistematizacin en qu manera
mo duro de una poltica econmica regresiva y del xito en el creci- la experiencia de desarrollo en Argentina, Brasil, Chile y Uruguay
miento ~conmico ha hecho de Brasil, en un sentido, el "caso para- difiere de Ia de otros pases de Amrica Latina. Cotler establece la
digmtico" del modelo burocrtico autoritario. Otros pases, por el distincin entre los pases del "Cono Sur", en los que el crecimiento
contrario representan aproximaciones parciales al modelo. En Ar- orientado a la exportacin de principios de este siglo era controlado
gentina 1~ coherencia del dominio autoritario ha sido, limit~da; en nacionalmente en una medida importante, y las sociedades de "encla-
Chile y Uruguay, por la pequea escala de sus economia~, la Idea de ve" en las que el crecimiento orientado a la exportacin se produjo
profundizacin en la industrializacin p~ede considerarse melevant~; primordialmente en enclaves aislados de la actividad econmica, que
y en Mxico hay un modelo bastante d1fere?~e, ba~a?o e,~ un auton- eran controlados directamente por empresas extranjeras. Centrando
tarismo civil que no fue el resultado de las cns1s pohticas desencade- su atencin en el contraste entre los pases del Cono Sur por una
nantes" experimentadas en los otros casos, y que se fund~menta en parte y Mxico y Per por la otra, afirma que durante la mayor parte
una coalicin poltica muy diferente. Por tanto, al no confirmar estas de este siglo los casos de enclave han seguido un modelo de cambio
hiptesis en el caso que, presumiblemente, est ms cer~ano.~ mod~ poltico muy diferente. Sin embargo, en la dcada presente observa
lo de autoritarismo burocrtico, Serra hace una contnbuc10n parti- una importante desviacin en ese esquema, lo que le lleva a especular
cularmente til al debate, ms amplio, sobre las explicaciones del acerca de. la posibilidad de que esos esquemas alternativos puedan
auge del autoritarismo. . converger ahora.
. El captulo de Robert Kaufman proporcion_a una re~isi~n deta- La seccin final del volumen se pregunta por la direccin pro-
llada de la adecuacin entre el modelo burocrtico autontano Y_ las bable del futuro cambio en el autoritarismo burocrtico, as como
experiencias recientes de Brasil, Argentina, Chile, Uruguay Y Mxico. por las direcciones apropiadas de la futura investigacin. Guillermo
Tras presentar una amplia crtica de la hiptesis de "profu?dizacin" O'Donnell, en el primer captulo, da un paso importante para el
que es paralela a las de Hirschman y Serra, Kaufman ampha el ~ode desarrollo de una teora poltica de la dinmica del dominio autorita-
lo para incluir un anlisis de las implicaciones -p~a la evoluc~n de rio, al explorar las dificultades polticas genricas inherentes al autori-
las coaliciones y regmenes polticos- de las cmco estrategias de tarismo burocrtico. Argumenta que la sociedad poltica se mantiene
convencionalmente cohesionada merced a dos fuerzas subyacentes,
dominacin y consenso, y que el autoritarismo burocrtico implica un
20
Este trmino fue propuesto por Walter De~n Bumham ;n _la conespondenca que
nfasis en la dominacin con la exclusin prctica del consenso. Ello
sostuvo con Albert O. Hirschman con respecto al capltulo de este ultimo. se debe, en parte, al gran nfasis que ponen esos gobiernos en el
mantenimiento de unas condiciones econmicas y polticas que resul-
20 INTRODUCCION INTRODUCCION 21

ten atractivas a los inversores extranjeros y a las agencias internacio- Kurth su captulo mostrando cmo los esquemas surgidos de su
nales de prstamos. Se estimula as el desprecio de los sfmbolos tradi- anlisis de Europa pueden sugerir nuevas percepciones acerca de algu-
cionales utilizados frecuentemente para generar consenso interno, co- nos de los pases latinoamericanos considerados en otros captulos
mo nacionalismo econmico y patriotismo, ambos particularmente de este volumen. De este modo, el anlisis de Kurth ejemplifica algu-
relevantes para el sector popular. Adems, el intento de destruccin nas de las mejoras tericas que pueden derivarse de la aplicacin a
de los partidos polticos y organizaciones sindicales, que haban servi- otras regiones de los argumentos sobre el autoritarismo de Amrica
do previamente como intermediarios para la relacin entre el estado Latina. Deja bien claro, sin embargo, que no es posible confiar en una
y la sociedad, socava otro canal fundamental por el que se consegua extensin mecnica de tales argumentaciones. Lo esencial es ms bien
convencionalmente el consenso. O'Donnell observa que el rechazo especificar con sumo cuidado una serie de caractersticas tericamen-
del consenso en favor de la dominacin conlleva tensiones y contradic- te relevantes en cada contexto que se analiza, con el fin de aplicar de
ciones graves, sugiriendo que en ltima instancia dichas tensiones se un modo apropiado la teora a ese contexto.
podran resolver slo mediante la creacin de una nueva frmula El captulo final, de David Collier, sintetiza las cuestiones plan-
poltica que permitiera alguna forma de democratizacin. teadas en el volumen y seala las prioridades de las futuras investiga-
El captulo de James Kurth ampla el examen al explorar la ciones. Collier pone de relieve cinco cuestiones. En primer lugar, que
relacin entre los problemas de la industrializacin enfatizados en el algunos trminos, como el de autoritarismo burocrtico, son utilizados
modelo burocrtico autoritario y los intereses de la investigacin de modo distinto por los diferentes autores, dando lugar a una clasifi-
sobre industrializacin y cambio poltico en Europa. Sita en pri- cacin inconsistente de los casos. Cmo se puede tratar este proble-
mer lugar la argumentacin sobre la industrializacin de Amrica ma de descripcin? En segundo lugar, hay un considerable desacuer-
Latina dentro del marco de referencia, ms amplio, de la investiga- do entre los autores con respecto a la importancia relativa de factores
cin sobre las fases de industrializacin que resulta de la obra de como el econmico, poltico, ideolgico y otros en la contribucin al
Alexander Gerschenkron 21 Dicha corriente argumenta que los es- alza del autoritarismo Cmo se pueden aclarar estas explicaciones
quemas de cambio econmico, social y polticoque acompaan a la alternativas? En tercer lugar, varios autores intentaron extender el
industrializacin no son los mismos en todos los pases, sino que argumento burocrtico autoritario a otras naciones de Amrica Latina
difieren de modo importante, y predecible en cierto grado, segn que como punto de partida de cara a la modificacin de la argumenta-
la industrializacin se produzca "temprana o tardamente" en rela- cin, con el fin de dar cuenta de la no aparicin del autoritarismo bu-
cin con los primeros casos histricos de industrializacin en Europa rocrtico en algunos pases, y tambin para proporcionar una mejor
Occidental. A continuacin analiza Kurth la poltica de industrializa- explicacin de los casos en los que ha aparecido. Como un primer
cin de varios pases europeos, utilizando para ello un tratamiento paso para la consolidacin de las intuiciones derivadas de esta exten-
que combina los argumentos sobre el tiempo en que ocurri la indus- sin de la argumentacin, Collier presenta una versin preliminar y
trializacin con el enfoque del modelo burocrtico autoritario, que unificada del debate que trata de ilustrar de qu modo es posible
enfatiza diferentes sectores de la industria (por ejemplo bienes de empezar a integrar las explicaciones politcas y econmicas en un
consumo versus bienes intermedios y de capital). Afirma que anali- anlisis que incluya a ocho pases latinoamericanos. En cuarto
zando simultneamente las diferencias entre los procesos de indus- lugar, revisa las explicaciones que se haban adelantado para dar
trializacin "tempranos", "tardos" y "postardos" (Europa occiden- cuenta de los diferentes esquemas de cambio una vez establecido el
tal, oriental y meridional, respectivamente) y las diferencias entre los gobierno autoritario, explorando la posibilidad de que, en ltima
distintos sectores de la industria, se pueden descubrir sorprendentes instancia, dichas explicaciones pudieran integrarse a un modelo incor-
regularidades en la politca de industrializacin europea. Concluye porado que pudiera ayudar a entender los esquemas a largo plazo de
cambio nacional poltico en Amrica Latina. Finalmente, sugiere que
extendiendo la argumentacin a otras zonas del mundo se pueden
21
Alexander Gerschenkron, Eco~omic Backwardness in His.torical Perspective (Cam- obtener ganancias intelectuales similares, sealando particularmente
bridge, Mass., Harvard University Press, 1962); y "The Typology of Industrial Development para ello de qu modo el captulo de Kurth sirve como ejemplo de la
as a Tool of Analysis", en Gerschenkron, ed., Continuity in History and Other Essays
(Cambridge, Mass., Harvard University Press, 1968). forma en que debera realizarse esa extensin.
22 INTRODUCCION

Collier pone tambin de relieve un tema de primordial impor-

tancia que subyace en todo el volumen. Aparte de la contribucin a
la teora de la ciencia social, los esfuerzos por entender el autoritaris- PARTE PRIMERA
mo burocrtico tienen implicaciones prcticas. Los colaboradores en
este volumen comparten la creencia de que la importanCia de analizar EL NUEVO AUTORITARISMO EN AMERICA LATINA
el autoritarismo burocrtico deriva en parte de la posibilidad de que
un entendimiento ms completo de los problemas econmicos, socia-
les y polticos que dieron lugar al autoritarismo pueda contribuir al
descubrimiento de soluciones mejores a esos mismos problemas. As
se contribuira al esfuerzo por poner fin a la actual era de autoritaris-
mo severo en Amrica Latina.

David Collier
 l. VISION GENERAL DEL MODELO
BUROCRATICO AUTORITARIO

por David Collier*

El predominio de gobiernos autoritarios y militares en los pases

econmicamente ms avanzados de la Amrica Latina contempor-
nea, plantea un desafo analtico de primordial importancia al estu-
dioso de la poltica latinoamericana, as como a los que se ocupan
del tema, ms amplio, del entendimiento del cambio poltico. Las
antiguas hiptesis, de los textos interesados en el desarrollo, que
sugeran una relacin positiva entre democracia y modernizacin so-
cioeconmica, difcilmente podran servirnos de gua para entender
este nuevo autoritarismo 1 Cmo explicarlo entonces?
Una parte sustancial de los textos trata de plantearse esta cues-
tin. Una de las principales lneas de anlisis se ha centrado en las
tensiones sociales, econmicas y polticas que en dcadas recientes ha
generado el tipo concreto de modernizacin dependiente y capitalista
que ha experimentado Amrica Latina. Se considera que tales tensio-
nes contribuyen a una reorientacin fundamental de las polticas
nacionales. Ms concretamente, se considera que las tensiones men-
cionadas han conducido al colapso del antiguo esquema de poltica
"populista", en la cual el "sector popular" era un actor significativo
participante en la coalicin poltica nacional dominante de varios
pases. adems de ser un importante beneficiario de la poltica pbli-

* Me ayudaron a revisar este captulo y el captulo IX de este volwnen las tiles

sugerencis de Ruth Berins Collier, Guillermo O'Donnell, Albert O. Hirschman, Benjamn
Most, Louis Goodman, Abraham Lowenthal, Philippe Schmitter, Alfred Stepan, Robert
Kaufman, Alfred Diamant, Jean Robinson, Lila Milutin, Robert Packenham, Peter Evans,
Peter Cleaves y Richard Stryker. Algunas partes de este caritulo, as como una primera
versin de algunas partes del captulo IX, aparecieron previamente en World Politics (1978).
Estos captulos forman parte de un estudio ms amplio sobre el cambio poltico en Latino-
amrica que ha sido apoyado por la National Science Foundation Grant, Nm. SOC75
19990, el Social Science Research Council y por la Tinker Foundation.
1
Para las citas de estos textos y las crticas de estas hiptesis, vanse las notas 3 y 7
de la Introduccin.

25
 EL MODELO BUROCRA TICO-AUTORIT ARIO 27
26 DAVID COLLIER
en las investigaciones de Fernando Henrique Cardoso y Enzo Faletto,
ca. Pero al anterior esquema "populista" le ha seguido un periodo de Octavio Ianni, Luciano Martins, Philippe Schmitter, Albert Hirsch~
poltica "postpopulista" caracterizado por la aparicin de gobiernos man, Alfred Stepan, Thomas Skidmore, Helio Jaguaribe, Juan de
represivos autoritarios que tratan de resolver aquellas tensiones elimi- Imaz, Marcos Kap~an, Celso Furtado, Cndido Mendes, Torcuato di
nando la participacin del sector popular en la arena poltica nacio- Tella y otros4 , O'Donnell trat de poner ms de relieve la red de
nal y forzando un movimiento regresivo de las rentas de este sector2 argumentos desarrollados por dichos autores, con respecto a las con-
As, los niveles ms avanzados de industrializacin se consideran vin- secuencias que para el cambio poltico nacional ha tenido la indus-
culados con un alejamiento de la poltica democrtica y competitiva trializacin capitalista dependiente, con sus cambios en la estructura
y con un incremento de la desigualdad, lo que es completamente social. Trat deliberadamente de enfatizar el impacto de los factores
opuesto al esquema que sugeran las hiptesis de la literatura anterior econmicos y sociales sobre la poltica, como medio de clarificar
sobre el tema. algunas cuestiones conceptuales y empricas bsicas que surgen en el
Una de las formulaciones ms importantes de esta argumenta- estudio de las sociedades latinoamericanas. Su finalidad era la de
cin "populista/postpopulista" se encuentra en la obra de Guillermo proveer un mejor "mapa conceptual" de la realidad social, para que
O'DonnelP, cientfico poltico argentino. Basndose explcitamente pudiera servir como punto de partida de la investigacin futura, que
considerar tambin el impacto de los factores polticos sobre el
cambio econmico y social, as como las interacciones entre todas
2
Una pequea muestra de la literatura en la que han aparecido varias formas de esta estas dimensiones5
argumentacin podra incluir a Fernando Henrique Cardoso y Enzo Faletto, Dependencia y
Desarrollo en Amrica Latina (Mxico, Siglo Veintiuno Editores S.A., 1969); Fernando
La formulacin que hace O'Donnell del argumento populis-
Henrique Cardoso, Ideologas de la burguesa industrial en las sociedades dependientes ta/postpopulista ha recibido una atencin considerable en el trabajo
(Argentina y Brasil) (Mxico, Siglo Veintiuno Editores, S.A., 1971); y "Associated Depen- de otros estudiosos, estimulando numerosos esfuerzos por elaborar,
dent Development: Theoretical and Practica! lmplications", en Alfred Stepan, ed.,Authori-
tarian Brazil: Origins, Policies, and Future (New Haven, Yale University Press, 1973); Octavio
afinar y criticar su argumentacin 6 Se ha convertido en un impor-
Ianni, Crisis in Brazil (Nueva York, Columbia University Press, 1970) y A formafao do
estado populista na America Latina (Ro de Janeiro, Editora Civiliza~ao Brasileira, 1975);
Alfred Stepan, The Military in Politics: Changing Pattems in Brazil (Princeton, Princeton 4
University Press, 1971); y The State and Society: Peru in Comparative Perspective (Prince- Vanse las referencias enModernization, captulo 2, especialmente la nota 2.
ton, Princeton University Press, 1978), captulo 3; Helio Jaguaribe, Economic and Political 5 Modernization, p. 113. Las innovaciones de O'Donnell con respecto a esta literatura
Development: A Theoretical Approach anda Brazilian Case Study (Cambridge, Mass., Har- ms amplia incluyen: su presentacin de un anlisis poitic~ muy detalla~~ Y ela~orad~en:
vard University Press, 1968); y Political Development: A General Theory anda Latin Ameri- te conceptualizado; su intento de organizar la :Ugumentac10n en proposic~~nes sistematic~s,
ca Case Study (Nueva York, Harper and Row, 1973); Thomas Skidmore, Politics in Brazil, su intento de pasar a una mayor frugalidad t~~rica dedican?o gran atenci~n a_-~m pe_queno
/930-1964: An Experiment in Democracy (Nueva York: Oxford University Press, 1967); y grupo de variables crticas; y su elaborada cntica de la teona de la modermzaciOnexistente
Jos Luis de Imaz, Los Que Mandan (Albany, State University ofNew York Press, 1964). y el tratamiento detallado de cmo los tipos de anlisis comparativos que se emplean
3
Vase Modernization and Bureaucratic-Authoritarianism: Studies in South Ameri- comnmente en las pruebas de la teora de la modernizacin deben ser modific~dos p_ara
can Politics (Institute of International Studies, University of California, Berkeley, Politics tratar, de un modo que sea significativo, las nuevas perspectivas que surgen de la mvestga-
of Modernization Series nm. 9, 1973); publicado tambin en espaol como Modernizacin cin sobre Latinoamrica.
y Autoritarismo (Buenos Aires, Ediciones Paidos, 1972); "Reflexiones sobre las tendencias 6 Para ejemplos de investigacin que tratan las cuestiones planteadas por O'Do~nell,
generales de cambio en el Estado burocrtico-autoritario" (inicialmente presentado en la vase Mario S. Brodershon "Sobre 'Modernizacin y Autoritarismo' y el estancamiento
"Conferencia sobre Historia y Ciencia Social", Universidad de Campinas, Brasil, 1975, y inflacionario argentino". Desarrollo Econmico 13, nm. 51 (octubre-diciembre, 19?3),
publicado como Documento CEDES/G.E. CLACSO/nm. 1, Centro de Estudios de Estado pp. 591-605; Juan J. Linz, "Totalitarian and Authoritarian Regirnes':, _en Fred Greenste~ Y
y Sociedad, Buenos Aires, 1975, y como Procesos Polticos Latinoamericanos, nm. 3, Nelson Polsby, eds., Handbook of Political Science Vol. 3, M~cro Polmcal Th~o.ry (ReadiD:g,
Universidad Catlica del Per, Lima, 1975. Se ha publicado en ingls una versin revisada Mass. Addison-Wesley Press 1975); Robert R. Kaufman, 'Notes on Defimtion, Genesis,
como "Reflections on the Patterns of Change in the Bureaucratio-Authoritarian State", and Consolidation ofBureau~ratio-Authoritarian Regirnes" (manuscrito sin publicar, Depart-
Latin American Research Review, XIII, nm. 1 (1978), pp. 3-38); "Estado y alianzas en la ment of Political Science Douglas College, 1975) y "Mexico and Latin American Authorita-
Argentina, 1956-1976", Desarrollo Econmico, XVI (enero-marzo de 1977), pp. 523-54; y rianism", en Jos Luis R~yna y Richard S. Weinert, eds.,Authoritarianism in Mexico (Phila-
"Corporatism and the Question of the S tate", en James M. Malloy, ed., Authoritarianism delphia, Institute for the Study of Human Issues, 1977), pp. 1?3-~32; Su.san Kaufman
and Corporatism in Latin America (Pittsburgh, University of Pittsburgh Press, 1977), pp. Purcell, The Mexican Proflt-Sharing Decision: Politics in an ;tuthorlta"!a.n Reg1me ~Ber~eley
47-88. Vase tambin su "Modernizacin y golpes militares: Teora, comparacin y el caso y Los Angeles University of California Press, 1975), capitulo 1; William C. Smith, The
Argentino", Desarrollo Econmico, XIII (octubre a diciembre de 1972), pp. 519-66 (publi- Armed Forces :md the Authoritarian-Bureaucratic State in Argentina" (documento presenta-
cado en ingls en Abraham F. Lowenthal, ed.,Armies and Politics in LatinAmerica, Nueva do en el Inter-University Seminar on the Armed Forces and Society, Tempe, Arizona,
York, Holmes & Meier Publishers, In c., 1976).
28 DAVID COLLIER EL MODELO BUROCRATICO-AUTORITARIO 29
tante punto de referencia en los anlisis de la economa poltica del (incluyendo la libertad de competencia electoral, la libertad de las
autoritarismo latinoamericano, y ha servido explcitamente como asociaciones de inters y el nivel de represin); la composicin de
punto de partida o "lnea .de base" de la mayor parte de los captulos clase y sectorial de la coalicin poltica dominante; y determinadas
de este libro. polticas pblicas cruciales (particularmente en cuanto que se refie-
Por la importancia que tiene el anlisis de O'Donnell para el ran a la distribucin de los recursos entre las diferentes clases sociales
resto del libro, y porque sus anlisis se encuentran esparcidos en y sectores de la economa). Combina as la preocupacin por la
varios artculos y libros que han aparecido durante un periodo de estructura poltica con el inters por quin gobierna y quin se bene-
varios aos, me ha parecido apropiado presentar aqu una breve ficia. Una distincin central, derivada de estas tres dimensiones, es si
sntesis de su argumentacin 7 Como resultar evidente en los captu- al sistema es "incorporador" o "excluyente", en el sentido de que
los siguientes, el anlisis de O'Donnell no es una interpretacin uni- "busque a propsito la activacin del sector popular, permitindole
versalmente aceptada de la poltica latinoamericana. Se resume alguna voz en la poltica nacional" o excluya deliberadamente a un
aqu con el mismo espritu con que l lo present originalmente: sector popular anteriormente activo de la arena poltica nacional8
como un marco de referencia conceptual y como una serie de hipte- O'Donnell identifica ciertas "constelaciones" 9 recurrentes en las
sis que tratan de estimular el debate entre los estudiosos del tema. que los diferentes modelos de rgimen, coalicin y poltica han apa-
recido en Amrica Latina io. Tomando como base estas constelacio-
nes, describe tres tipos de sistemas polticos que l ve como represen-
TIPOS DE SISTEMAS POLITICOS tantes de una secuencia histrica ii.

El modo en que O'Donnell describe los diferentes tipos de siste- l. Oligrquico i 2 La competencia poltica tiene un alcance limitado.
mas polticos es similar, en muchos aspectos, al empleado en la litera- La lite del sector. exportador de productos primarios (basada en
tura populista/postpopulista ms general. Se centra en tres dimensio- productos minerales y agrcolas) domina el estado y orienta la polti-
nes distintas, como son: la estructura del rgimen poltico nacional ca pblica alrededor de sus necesidades. Estos sistemas no son incor-

1976); Kenneth P. Erickson y Patrick V. Peppe, "Dependent Capitalist Development, U.S.

8
Foreign Policy, and Repression of the Working Class in Chile and Brazil", Latn American Modernization, pp. 53 y 55.
Perspectives, 111, nm. 1 (invierno de 1976), pp. 19-44; David Collier, "Timing of Economic 9
Ibid., p. 68.
Growth and Regime Characteristics in Latn America", Comparative Politics, VII, nm. 3
(abril, 1975), pp. 331-59; y Squatters and Oligarchs: Authoritarian Rulznd Policy Change i 0 Aunque en Modernization O'Donnell limita explcitamente el anlisis a los pases
in Peru (Baltimore, The Johns Hopkins University Press, 1976); James M. Malloy, ed., suramericanos (pp. VIII a IX), en "Reflexiones" aade Mxico al anlisis (pp. 44-53),
Authoritarianisrn in Latin American (Pittsburgh, University of Pittsburgh Press, 1977), pp. ampliando su marco de referencia a Amrica Latina. Secundando el nfasis de ese estudio
3-19; David Collier y Ruth B. Collier, "Who Does What, to Whom, and How: Toward a ms reciente, el presente debate trata su marco de referencia a Amrica Latina en lugar de a
Comparative Analysis of Latn American Corporatism", en Malloy, ed., Authoritarianism, Sudamrica.
pp; 489-512; Silvio Duncan Baretta y Helen E. Douglass, "Authoritarianism and Corpora- 11 Modernization captulo 2. Al sugerir que estas diferentes constelaciones de rgi-
tism in Latin America: A Review Essay", en Malloy, ed., Authoritarianism, pp. 513-24; y men, coalicin y poltic~ representan distintos tip~s de "sister:nas po}tico.s", estoy s~uiendo
Alfred Stepan, The State and Society: Peru in Comparative Perpective (Princeton, Prince- el uso que de ello hace O'Donnell enModernizatzon. En escntos mas recientes ha dicho que
ton University Press, 1978), captulo III. Por lo menos cuatro tesis doctorales se estn esas constelaciones representan tipos diferentes de "estados" (vase el captulo VII Y el
elaborando actualmente en las universidades de Stanford, Yale e Indiana centradas en los Glosario). Como dicho uso puede no resultar familiar a muchos lectores de los Estados
elementos principales de la argumentacin de O'Donnell Un ejemplo de la aplicacin de esta Unidos, me pareci ms simple mantener el uso primitivo en el presente captulo introducto-
perspectiva a la poltica del Este asitico se puede encontrar en Sungjoo Han, "Power, rio.
Dependency, and Representation in South Korea" (texto presentado en la reunin anual de
1977 de la American Political Science Association, Washington, D.C.). i 2 En Modemization, O'Donnell se refiere a stos corno sistemas "tradicionales" (pp.
7 112 y 114). Sin embargo, este uso podra llevar a la conclusin incorrecta de que su anlisis
Debe ponerse de relieve que O'Donnell mismo ha introducido muchas aclaraciones
en la argumentacin. En el grado en que ha sido posible, esas aclaraciones han sido incorpo- est orientado segn la distincin entre tradicin y modernidad, ampliamente criticada. He
sustituido la expresin sistema "oligrquico", que corresponde al uso habitual de los estu-
radas a la sntesis que hemos presentado aqu, evitando as un debate intil sobre cuestiones
diosos de Amrica Latina, que se refieren a ste como al perodo del estado "oligrquico",
que ya estaban resueltas. Sus numerosas sugerencias para la mejora de esta anlisis quedan
reconocidas y agradecidas~ as como al uso de O'Donnell en "Corporatism", en donde se refiere a l como al perodo de
"dominacin oligrquica" (p. 66).
 EL MODELO BUROCRATICO-AUTORITARIO 31
30 DAVID COLLIER
CAMBIO ECONOMICO Y SOCIAL
paradores ni excluyentes, porque el sector popular aun no ha estado
polticamente activado 13 . O'Donnell intenta explicar las transiciones de un sistema a otro
2. Populista. Aunque hay considerables variaciones en el grado de especialmente al autoritarismo burocrtico, explorando la dinmica d~
competitividad y democracia de estos sistemas, son claramente "in- este ltimo. Razona que estas transformaciones polticas derivan de
corporadores". Estn basados en una coalicin multiclasista de inte- las tensiones polticas y sociales producidas porJa industrializacin y
reses urbanos e industriales, que incluye a la lite industrial y al por los cambios en la estructura social a nivel tanto de lite como de
sector popular urbano. El nacionalismo econmico es un rasgo co- masa. Estos cambios socioeconmicos los considera vinculados con el
mn de esos sistemas. El estado promueve la fase inicial de la indus- crecimiento absoluto del sector moderno, en lugar de con el tamao
trializacin, orientndola hacia los bienes de consumo; y lo hace as de la _economa nacional en trminos de per capita, que era el factor
directamente, por medio del apoyo a la industria nacional, e indirec- enfatizado en numerosos estudios comparativos anteriores 18 . Alcen-
tamente, al estimular la expansin del mercado nacional de bienes de trar la atencin en e! tamao absoluto, se sita a los pases grandes
consumo aumentando los ingresos del sector popular14 . O'Donnell con bajos niveles de renta, como Brasil y Mxico, entre los pases
presta particular atencin a los dos ejemplos ms discutidos de popu- altamente modernizados de Amrica Latina, proporcionando as una
lismo: los gobiernos de Vargas en Brasil (1930 a 1945 y 1950 a nueva perspectiva desde la que explicar su evolucin poltica.
1954) y de Pern en Argentina (1946 a 1955). O'Donnell dedica particular atencin a la interrelacin dialctica
entre los tres aspectos cruciales de la modernizcin socioeconmica,
3. Burocrtico autoritario. Estos sistemas son "excluyentes" y tienen que son: (l) la industrializacin, particularmente la transicin inicial
un nfasis no democrtico. Los actores principales de la coalicin a la produccin de bienes de consumo y la subsiguiente "profundiza-
dominante son los tecncratas de alto nivel -militares y civiles, de cin" de la industrializacin, que incluye la pr:oduccin de bienes
dentro y de fuera del estado- que colaboran en estrecha asocia- intermedios y de capitaP 9 ; (2) un incremento de la activacin polti-
cin con el capital extranjero. Esta nueva lite elimina la competen- ca del sector popular 20 ; (3) el crecimiento de los roles "ocupaciona-
cia electoral y controla severamente la participacin poltica del sec- les tecnocrticos" en las burocracias privadas y pblicas 21
tor popular. La poltica pblica se centra fundamentalmente en la
promocin de la industrializacin avanzada. Los casos de autoritaris- l. Industrializacin. Sugiere O'Donnell que las diferentes fases de
mo burocrtico considerados por O'Donnell son el periodo posterior industrializacin estn vinculadas en, parte con el cambio poltico por
a 1964 en Brasil, el periodo de 1966 a 1970 y posterior a 197 6 en el hecho de que alteran las coyunturas crticas econmicas de los
Argentina, el posterior a 1973 en Chile y Uruguay y el Mxico con- diferentes grupos de clase. La transicin a la fase inicial de la indus-
temporneo15. Ejemplos importantes de otras zonas incluyen el pe- trial~zacin, que implica la produccin de bien's de consumo, est
riodo ltimo de Franco en Espaa y los sistemas autoritarios que asociada con la transicin de un sistema oligrquico a uno populista.
surgieron en varios pases de Europa oriental entre las dos guerras Las empresas de propiedad nacional, que gozando a menudo de un
mundiales 16 . O'Donnell pone de relieve que el autoritarismo burocr- alto nivel de protecciones arancelarias y otras formas de subsidios
tico no se debe confundir con el fascismo alemn e italiano, a los que estatales, .comienzan a producir. para un.
mercado local ya existente '
considera como una configuracin poltica diferente que surge en un que previamente se abasteca de bienes de importacin. Como la
contexto social y econmico distinto 17 .

. 18 Mo_d~~nizati~n, PP. 16 y ss. Tres estu~i~s bien conocidos que estn dentro de la
13 Modemization, pp. 112 y 114. pn~era trad!Cion de requiSitos de la democracia , que utilizan los indicadores per capita,
14 /bid., p. 57. se Citan en la nota l.
19 "' d
15 !bid., Captulos 2 y 3; "Reflexiones", p. 6; y "Estado y alianzas", p. 1. . .
mO ermzatlon, pp. 37 y ss., Y capitulo
' 2.
20
16 Modernization, pp. 92-93, y "Reflexiones", p. 51. /bid. , pp. 74 y. SS.
21.
17 "Reflexiones", p. 50. /bid., pp. 79 y SS.
 DAVID COLLIER
EL MODELO BUROCRATICO-AUTORITARIO 33
32
produccin industrial puede expandirse rpidamente, mientras trata requieren empresas grandes, ms eficaces y altamente capitalizadas,
de satisfacer a este mercado recientemente protegido, es frecuente que con frecuencia estn afiliadas a las empresas multinacionales. La
referirse a esta fase de la industrializacin como la fase "fcil de susti- preocupacin por atraer a este tipo de inversin extranjera estimula
tucin de importaciones". La proteccin arancelaria y los subsidios la adopcin de polticas econmicas ortodoxas, con el fin de enfren-
estatales reducen la presin para que la produccin sea competitiva tarse a la crisis econnica y crear condiciones de estabilidad econ-
internacionalmente, y la flexibilidad de que gozan las lites econmicas mica a largo plazo que permitan satisfacer los requerimientos, a me-
y polticas con respecto a la poltica de salarios y otros beneficios de nudo exigentes, impuestos por las empresas multinacionales y las
los trabajadores, puede ser as considerablemente grande. Esta flexi- agencias internacionales de crditos 23
bilidad combinada con el inters, por parte de los industriales, de
expandir los ingresos de la clase trabajadora con el fin de ampliar el 2. Activacin del sector popular. El incremento de la activacin pol-
mercado nacional de bienes de consumo, puede crear la oportunidad tica del sector popular, resultado de su creciente importancia econ-
de una coalicin populista "incorporadora". Los trabajadores reciben mica y numrica, complement la .orientacin de la coalicin populis-
importantes beneficios materiales, y apoyo a los sindicatos en cuanto ta y se vio estimulada de hecho por la poltica pblica apoyada por esa
que organizaciones, a cambio de su apoyo poltico, reforzando as la coalicin. Sin embargo, con el final de la primera fase de industriali-
posicin de los industriales en relacin con la lite exportadora pre- zacin y el paso a polticas econmicas ortodoxas, es de esperar que
viamente dominante. Partiendo del examen inicial del surgimiento el creciente podero del sector popular desafe a la nueva poltica.
del populismo en Argentina y Brasil, O'Donnell generaliza sus descu- Como resultado de ello, se produce un vaco entre demandas y reali-
brimientos, haciendo notar que en el nivel intermedio de moderniza- zaciones, la extensin de las huelgas, el estancamiento del sistema de
cin industrial en Amrica Latina existe una tendencia mayor hacia partidos y graves crisis polticas y econmicas 24 En algunos casos el
sistemas polticos competitivos ms abiertos 22 . sector popular es lo bastante fuerte para producir un retorno tempo-
Segn O'Donnell, el autoritarismo burocrtico deriva de una ral a la poltica del primer perodo populista, con lo que las polticas
compleja serie de reacciones a los problemas que surgen cuando se ha de desarrollo populista y ortodoxo se siguen unas a otras en rpida
completado ya la fase se sustitucin de importaciones de bienes de sucesin mientras contina la crisis econmica.
consumo. Cuando el mercado nacional de productos manufacturados
simples est satisfecho, las oportunidades para la expansin industrial 3. Roles Tecnocrticos. Los altos niveles de diferenciacin social que
se limitan considerablemente. Adems, aunque la fase inicial de in- acompaan a la industrializacin condujeron tambin a una amplia-
dustrializacin pudo reducir la dependencia de bienes de consumo cin del papel de los tecncratas en la sociedad, tanto en el sector
importados, es muy alto el costo de la importacin de bienes inter- privado como en las burocracias civiles y militares del sector pblico.
medios y equipo de capital necesarios para la produccin de bienes Los tecncratas tienen un bajo nivel de tolerancia hacia las conti-
de consumo, con lo que se producen o incrementan los dficits de la nuas crh.is polticas y econmicas, y los altos niveles de politizacin
balanza de pagos, las deudas externas y la inflacin. Estos problemas del sector popular los perciben cmo un obstculo al crecimiento
conducen a una situacin econmica de "suma cero" que mina el carc- econmico. Entre los militares, esta nueva (lrientacin tecnocrtica se
ter multiclasista de la anterior coalicin. Las lites que hacen la pol- refleja en lo que otro autor ha denominado "nuevo profesionalismo",
tica suelen tratar de pasar a una poltica de desarrollo "ortodoxa" dirigido a la intervencin militar activa en la vida poltica, econmica
ms austera, que quite nfasis a la distribucin al sector popular. Ven y social25 El aumento de la comunicacin entre los tecncratas mili-
una solucin a largo plazo en la "integracin vertical" o "profundi-
zacin" de la industrializacin por medio de la fabricacin nacional
23
de bienes intermedios y de capital. Sin embargo, los niveles de tecno- Modernization, p. 62, y "Refl,exiones", passim.
24
loga, experiencia empresarial y de capital necesarios en esta fase Modernization, pp. 70 y ss.
25
/bid., 154 y ss., y Alfred Stepan, "'Fhe New Professionalism of Intemal Warfare
and Military Role Expansion", pp. 46 a 63 en Stepan, ed., Authoritarian Brazil: Origin,
22 Policies, and Future (New Haven: Yale University Press, 1973).
/bid., pp. 113-14.
 34 DAVID COLLIER EL MODELO BUROCRATICO-AUTORITARIO 35
tares y civiles, y la creciente frustracin de ambos ante las condicio- . El autoritarismo burocrtico vara con el tiempo y los pases. Una
nes polticas y econmicas existentes, estimula el surgimiento de una importante fuente de estas variaciones son las tensiones internas pro-
"coalicin golpista" que, en ltima instancia, establece un sistema ducidas en el esfuerzo por crear condiciones polticas y econmicas
"burocrtico-autoritario" represivo con el objetivo d~ poner fin a la cond;t~e~tes a una renovacin de la inversin extranjera. Los grupos
crisis poltica y econmica. Esta compleja serie de interacciones entre que miCialmente apoyaron el golpe, que incluyen a los empresarios
industrializacin, activacin del sector popular y la extensin de los nacionales y a elementos de las clases medias, sufren las consecuen-
roles tecnocrticos se resume esquemticamente en la figura l. cias de la poltica econmica ortodoxa y de la procupacin por orien-
tar la expansin industrial alrededor de las inversiones extranjeras y
estatales. Esa preocupacin conduce a una "desnacionalizacin" de la
FIGURA 1, coalicin que apoya el estado, pues la principal "clase" econmica
Element.os seleccionados del argumento de que sostiene al estado es el capital extranjero. No parece fcil el
O'Donnell concernientes al surgimiento sostenimiento de esa desnacionalizacin durante un perodo de tiem-
del autoritarismo burocrtico po prolongado. Por la potente presin interna, surge finalmente una
transformacin del "do" coalicional, el estado y el capital extranje-
ro, en un "tro", en el que los empresarios nacionales vuelven a jugar
Preocupacin por la promocin
de a industrializacin avanzada un papel ms amplio 27
Problemas econmicos/
del final de la fase
Preo~pacin por atraer
al capital t=x tranjero
. El modo en que se produce esa transicin, sugiere O'Donnel, es
crucial para el xito de estos sistemas en sus propios trminos, como
inicial de industriali- \ Autoritarismo
zacin ~ p .t. '\ ~ . Orh:ntacin intervencionista burocrtico . se ve en. el ~ontraste .entre la experiencia brasileia posterior a 1964 y
o~t~~~=conomrca
1 ; tecnocrtica de los militares t
Crece la acti<idad . \ ~ ~~oalicin golpista la expenenc1a argentma posterior a 1966. En donde las crisis previas
del sector popular -....__. .
----......, La b~ch~ entre demandas
~ Continuacin
~ " de la crisis . - 1 al golpe son muy intensas y la nueva coalicin tecnocrtica las perci-
Incremento d la
importancia ~e. los
i re~h.zact~~~s conduce a __. t!cOnmica Y fluctuaciones
a cnsls po ttu.~-a en poltica econmica
R -~ d 1
t~:b':~:C.ase os be como una amenaza importante al orden establecido como sucedi
roles tecnocratrcQil civiles en Brasil, la nueva coalicin est ms cohesionada y ~s ms capaz de
mantener el control poltico frente a esas presiones Hltemas. El incre-
mento del papel de los empresarios nacionales acaba producindose
pero slo cuando la garanta de estabilidad econmica y poltica ~
corto plazo ha asegurado grandes inyecciones de capital extranjero.
SURGIMIENTO Y EVOLUCION En cambio, en la Argentina de los aios 60 la crisis previa al
DEL AUTORITARISMO BUROCRATICO golpe fue menos grave que en Brasil, y por ello ms limitada la
perce~cin de la amenaza. En consecuencia, la cohesin de la lite
despues del golpe no fue suficiente para resistir ala presin del sector
Afirma O'Donell que estas crisis han jugado un papel central en popu~ar y de otros g~pos sociales. El resultado fue un colapso del
el surgimiento del autoritarismo burocrtico en la mayor parte de los auton~ansmo burocratlco, un resurgimiento de una coalicin tipo
pases avanzados de Amrica Latina: Brasil en 1964, Argentina en P.opuhsta de grupos desafectos, una renovada crisis econmica y pol-
1966 y 1976, y Chile y Uruguay en 1973. Identifica, adems, una tica Y el fracaso en atraer la inversin extranjera a largo plazo y en
trayectoria alternativa de cambio, ejemplificada por Mxico, que lle- mantener el ctecimiento 28 El caso de Chile sugiere que niveles de
va a un modelo poltico contemporneo que tiene muchos rasgos en
comn con estos casos sudamericanos En Mxico, el final de la fase
inicial de industrializacin se produjo en el contexto de un control
26
autoritario firmemente establecido, por lo que la transicin a una Modernization, p. 95, nota 77, y "Reflexiones", pp. 36 y ss.
industrializacin ms avanzada fue acompaada de una mayor conti- 27 "Reflextones
. " , pp. 31 y ss.
mddad de lasinstituciones polticas 26 ... demzzatzon,
2s mo . . pp. 99-103, y "Reflexiones", pp. 36 y ss.
 DAVID COLLIER 37
36 EL MODELO BUROCRATICO,.AUTORITARIO

crisis previos al golpe, incluso ms altos que los experim~ntados .e!l en esa zona. En un nivel ms especfico, el marco de reterencta se
Brasil pueden empeorar la .probabilidad de xito. En Chile :la. cmsis centra en una serie de temas decisivos para el estudio de esa interac-
fue t~n intensa, tan grave la desorganizacin econmica, Y tan VI~len cin: los problemas econmicos y sociales que se plantean en dife-
ta la represin posterior al golpe, que durante un perodo sustancml el rentes momentos del proceso de industralizacin; las crisis econmi-
gobierno tuvo dificultades para atraer el capital extranjero a pesar cas y polticas que resultan de esos problemas; las reacciones de las
incluso de la extrema ortodoxia econmica. diferentes lites ante esas crisis y el grado de "percepcin de la ame-
Por lo que respecta a los otros pases latinoamericanos que pue- naza" por parte de esas lites; la aparicin, en el contexto de esas
dan enfrentarse a las crisis d.e la industrializacin avanzada, O'Don- crisis, de nuevos tipos de gobierno autoritario y nuevas formas de
nell exige precaucin antes de suponer que se reproducirn los mode- intervencin militar; las notables variedades en los modos en que ha
los anteriores 29 En primer lugar, dentro de America Latina, el con- evolucionado este nuevo autoritarismo; y los diferentes impactos de
texto de la modernizacin para los modernizadores tardos puede ser las polticas econmicas y sociales adoptadas por esos gobiernos.
diferente. En segundo lugar, pueden existir recursos econmicos o La primera serie de preguntas concierne a la caracterizacin del .
polticos especiales, como los ingresos petroleros en Venezu.ela o los autoritarismo en s. Cuales son los modos ms tiles de conceptuali-
modelos peculiares de competencia de. partidos ,e!l Colombia: Estos zar las semejanzas y diferencias entre las experiencias autoritarias de
factores pueden evitar las transformaciOnes pobtlcas producidas en esos pases? Cules son los modos alternativos de emplear tilmen-
los primeros pases que lograron la industrializacin avanzada. En te conceptos tales como el de autoritarismo burocrtico, tanto en el
tercer lugar, mediante una accin poltica resuelta, los lderes P~~den anlisis del autoritarismo contemporneo y en la exploracin de los
encontrar soluciones polticas alternativas a los problemas Y cns1s de contrastes, as como las posibles reas de semejanza, como en rela-
la industrializacin avanzada. O'Donnell sugiere as que en Amrica cin con los modelos anteriores de autoritarismo?
Latina no .existe una simple "afinidad" entre industrializacin avanza-
da y autoritarismo burocrtico, sino, tomando prestada una frase de Este libro se propone examinar, modificar y elaborar los con-
Weber, una "afinidad electiva" 30 ceptos e hiptesis que se han desarrollado dentro de este amplio
marco de referencia,. Con el fin de anticipar las cuestiones planteadas
en esos captulos, es apropiado proporcionar aqu una visin general
CO:!'"CLUSION
resumida de los prinCipales planteamientos tratados.
En segundo lugar, sobre la base de un cuerpo de nuevos estudios
Esta lnea de argumentacin, a la que nos referimos, por conve- de casos que va en aumento y de ms anlisis de las evidencias previa-
. tienda como "modelo" 31 burocrtico autoritario, proporciona el mente disponibles, qu progresos se pueden hacer en el mejoramien-
marco 'de referencia analtico alrededor del cual se organizan los to de la explicacin del nuevo autoritarismo? Es coherente con
otros captulos. En un nivel relativamente gene~al, este marco .d~ estas evidencias el argumento original referente a los vnculos entre el
referencia se centra en la interaccin entre determmados rasgos d.eclSl- surgimiento del autoritarismo y las tensiones producidas por las
vos de la poltica nacional en Amrica Latina -part~cularment~ la transiciones. entre las diferentes fases de industralizacin, el aumento
naturaleza de la coalicin dominante, el rgimen poltico, Y la onen- de los roles tecnocrticos, as como el intento de lograr una profun-
tacin de clase y sectorial de la poltica pblica- y las tensiones dizacin industrial? Podra proporcionar una explicacin ms com-
sociales y polticas que han surgido en el curso de la industrializacin pleta una forma "reespecificada" del modelo? Qu impacto tuvie-
ron las diferencias importantes entre los pases en la estructura del
sistema de partidos y la fuerza poltica del sector popular? Y las
29 Modernization, pp. 110-11. polticas pblicas de perodos anteriores, conformaron modelos de
30 !bid., pp. VUI y 196. industrializacin que hayan incrementado o aliviado las crisis experi-
31 Este trmino se utiliza aqu en el sentido informal y no matemtico de un argu-
mentadas en perodos ms recientes? En la formacin de estos acon-
mento organizado alrededor de una serie interrelacionada de hiptesis o declaraciones tecimientos, jugaron un papel independiente las ideologas e ideas
explicatorias. polticas?
38 DAVID COLLIER

En tercer lugar, la extensin de los anlisis a los pases de Am-

rica Latina en los que no se ha producido el autoritarismo burocrtico,
podr proporcionar
1
nuevas hiptesis sobre los casos en que s se
produjo, adems de servir para avanzar en el entendimiento de aque-
llos? Es posible incorporar ms sistemticamente en el modelo los 11. SOBRE LA CARACTERIZACION DE LOS REGIMENES
casos modelo de los regmenes formahnente democrticos, como Ve- AUTORITARIOS EN AMERICA LATINA
nezuela y Colombia, y de los gobiernos militares reformistas, como el por Fernando Henrique Cardoso
que apareci en Per en 1968? Puede Mxico incorporarse ms
plenamente al modelo? En Amrica Latina, en estos ltimos aos, se ha acentuado una
Una cuarta serie de preguntas es la siguiente: Cmo evoluciona tendencia al autoritarismo. En s mismo, el autoritarismo no es,
el autoritarismo burocrtico una vez que se ha establecido? Aunque claro esta, un fenomeno nuevo. Durante largo tiempo, el caudillismo*
resulta apropiado caracterizar de autoritarios a estos sistemas, es y el militarismo han sido rasgos dominantes de la vida poltica en esa
esencial reconocer que a menudo se enfrentan a graves problemas de zona, en la que la democracia ha sido ms una planta extica que el
autoridad y legitimidad. Cules son las implicaciones de estos pro- resultado esperado de una tendencia a largo plazo. Sin embargo, el
blemas en la dinmica de cambio bajo un gobierno autoritario? Qu militarismo y el caudillismo tradicionales eran el producto de una
consecuencias tienen para el grado de xito experimentado por estos sociedad en la que predominaba la hacienda y la economa de expor-
gobiernos en la promocin del crecimiento econmico? Cules son tacin mineral o agraria. Lo que, en cambio, nos sorprende hoy es el
las perspectivas de una reaparicin final de los regmines competiti- resurgimiento del autoritarismo en sociedades que, en trminos gene-
vos en Amrica Latina? Si se produce ese resurgimiento, cmo se rales, podran describirse como en un proceso de "modernizacin".
relacionaran con las preocupaciones de los estudios de este libro las Qu conclusin podemos sacar del hecho de que, simultnea-
prioridades de investigacin que plantearan? mente, toda una zona se est volviendo ms modernizada y ms
Finalmente, pueden extenderse con utilidad a otras zonas del autoritaria polticamente? ;,Acaso la teora de la modernizacin no
mundo los elementos del modelo burocrtico autoritario, producien- postulaba un proceso de democratizacin, discontinuo pero global,
do tales extensiones del anlisis mejoras en el modelo tal como se estimulado por la extensin de las actitudes y valores democrticos e
aplica a Amrica Latina? igualitarios en todas las esferas de la actividad social? Hay una clara
Estas son las preguntas a las que se enfrenta este libro. contradiccin entre las consecuencias polticas del crecimiento eco-
nmico que postulaba esa teora y el curso real de la historia poltica,
marcado por los golpes militares y el florecimiento de los regmenes
autoritarios.
Puesto que la teora de la modernizacin nos es de poca ayuda
para explicar este nuevo autoritarismo, cmo vamos a explicarlo?
Hay otra aproximacin al tema, la histrica. No debemos olvidar que
en la historia de Amrica Latina el respeto a los derechos polticos, e
incluso la existencia subjetiva de esa nocin, y a las normas formales
de participacin poltica ha sido ms una ideologa para el uso y
disfrute de las oligarquas dominantes que una prctica comn. Sin
embargo, el reconocimiento de una historia de poder arbitrario no
sirve como explicacin del autoritarismo contemporneo.
* En espaol en el original (N. del T.)

39
40 FERNANDO,HENRIQUE CARDOSO CARACTERIZACION DE LOS REGIMENES AUTORITARIOS 41
Otra posibilidad de explicacin, y para la justificacin moral en das de magia y terror de Lpez Rega, para luego ser reemplazados
algunas personas, se centra en las necesidades especficas de los por generales que, aunque deseosos de exorcizar a los magos de la
gobernantes y el estado. Pero incluso las personas ms dispuestas a corte de Isabelita, no se han arredrado de utilizar los potros de tortu-
aceptar como normas morales los hechos de la vida, y a creer que la ra y las mazmorras contra la amenaza de subversin del orden exis-
poltica de los prncipes exige el ejercicio de la violencia, tienen tente.
dificultades para reconocer en la tortura y el rapto medios legtimos Pero el Cono Sur de Amrica no tiene el dudoso privilegio del
en defensa del orden establecido. Si' sus dudas no surgen de una monopolio de los regmenes militares. Aunque en otras partes de
saludable reaccin humana ante tales prcticas, saben, al menos, que Amrica Latina la influencia de los militares y su eficacia burocrtica
la obediencia sin consentimiento es un dbil cimiento para un orden quizs no sea tan grande como en el sur del continente, hace mucho
poltico estable y duradero. tiempo que en Paraguay hay un rgimen militar en el poder, y tam-
Hay otros que, no sintiendo inclinacin a justificar el nuevo bin est el autoproclamado gobierno militar revolucionario peruano
autoritarismo, recurren a otros tratamientos para ex,plicarlo. No obs- que subi al poder en 1968, aunque en este ltimo la tortura ha sido
tante, tampoco se enfrentan a una tarea sencilla. Una breve hojeada a escasa o nula. Adems, los militares controlan Ecuador, Bolivia,
la ya amplia bibliografa sobre el autoritarismo en Amrica Latina Panam, Honduras y El Salvador. Y aunque el gobierno de Guatema-
deja perplejo al lector. El estado es definido con toda una gama de la ha convocado elecciones, no es posible caracterizarlo de otro
adjetivos, como "dependiente", "burocrtico", "corporativo", "fas- modo que de rgimen militar. Si lo hiciramos de otro modo, ello
cista", "bonapartista", "militarista", "estado policial", etc. No hace significara que el rgimen brasileo (siempre ambivalente al tratar
falta decir que esta proliferacin de adjetivos no puede ser el sustitu- del difcil problema de la legitimacin) dejara de ser un rgimen
to de una explicacin coherente. militar a pesar de controlar toda eleccin.
A la luz de este estado terico, debo suplicar clemencia. Si el Aunque hay regmenes militares. en el poder en casi toda Amri-
carcter del autoritarismo dominante en Amrica Latina no ha sido ca Latina, es esencial hacer distinciones entre ellos. En la clasificacin
an definido con precisin, sera presuntuoso por mi parte salir de situaciones tan diversas, debemos evitar la confusin entre el
ahora con una detallada teora del autoritarismo. No puedo hacer caudillismo del viejo militarismo latinoamericano (como en el caso
ms que sugerir, y de una manera muy esquemtica, algunos de los de Paraguay) o el caudillismo de base familiar (como en el caso de
problemas subrayados por los autores que se han dedicado al tema, y Nicaragua), y el control ms institucional de poder por el cuerpo de
adelantar, quizs, algunas ideas extradas de mi experiencia directa de oficiales como totalidad que existe en algunos otros pases.
alguna de las situaciones autoritarias. Examinar, por tanto, algunas Con el fin de hacer distinciones ms efectivas, los cientficos
cuestiones concernientes al autoritarismo contemporneo en Amrica sociales 'que trataron de caracterizar el nuevo militarismo de Amrica
Latina, sin sugerir que hacindolo habr agotado el tema o siquiera del Sur aadieron otro adjetivo: "burocrtico". Se ha argumentado
habr tocado los puntos centrales. que el rasgo caracterstico de los tipos de regmenes implantados en
Amrica Latina en aos ms recientes ha sido precisamente el hecho
de que no es un solo general o coronel que, como los caudillos del
AUTORITARISMO BUROCRATICO siglo X IX, impone rdenes personales por decretos. Ms bien es la
institucin militar la que, como tal, asume el poder en orden a res-
Si miramos al Chile posterior a la cada de Allende, al Uruguay tructurar la sociedad y el estado.
de Bordaberry y de tiempos ms recientes, o al Brasilcontemporneo, No debemos subestimar la importancia de este contraste. El
que ha experimentado ya una dcada y media de gobierno militar, no rgimen burocrtico autoritario es diferente de las viejas formas de
debemos sorprendernos de que algunos cientficos sociales hayan dominacin del caudillo, ya fuera civil o militar. En la Amrica Lati-
proclamado la existencia de una forma de rgimen nueva y homo- na contempornea ha surgido un fenmeno nuevo. Las fuerzas arma-
gnea; un rgimen militar y autoritario. La tentacin de hacerlo as se das no toman el poder como en el pasado, para mantener en l a un
ve adems reforzada por la historia reciente de Argentina, que ha dictador (como Vargas o Pern) , sino ms bien para reorganizar la
visto tanto la resurreccin de Pern y su muerte, junto con los breves nacin de acuerdo con la ideologa de "seguridad nacional" de la
42 FERNANDO HENRIQUE CARDOSO CARACTERIZACION DE LOS REGIMENES AUTORITARIOS 43

doctrina militar moderna. En contraste con las formas tradicionales cer vnculos corporativos entre ellos, tratando de formar una base
de dominio militar en Amrica Latina, el militarismo contemporneo poltica para la dominacin. Las vinculaciones entre el rgimen buro-
resalta por el hecho ya mencionado del gobierno de la institucin crtico autoritario y la sociedad civil se logran ms bien mediante la
militar en cuanto, que organizacin. Este fenmeno no era posible en cooptacin de individuos e intereses privados en el sistema. Bajo estas
el pasado, dado el menor desarrollo de la estructura profesional de las circunstancias es poco probable que se materialicen grupos estables
fuerzas armadas y el poder mucho mayor de las oligarquas civiles, de presin, o que emerja una red de vnculos realmente corporativa
que para ejercer su dominio slo necesitaban intervenciones militares entre la sociedad y el estado.
ocasionales. Con respecto a la ideologa, en los regmenes fascistas tpicos
La preocupacin inicial de los autores que han intentado carac- se observa la creencia en una superioridad nacional, basada en la exal-
terizar el nuevo autoritarismo en Amrica Latina, ha sido la de distin- tacin de las virtudes de la raza y el destino de la nacin. Este
guirlo no slo de los regmenes autoritarios del pasado, sino tambin "cemento ideolgico" estaba de acuerdo con una orientacin a la
del corporativismo y del fascismo europeos. Respecto a este segundo expansin econmica y territorial. Los regmenes autoritarios la-
contraste, las diferencias son ms sutiles. En primer lugar, el autorita- tinoamericanos, dada su dependencia econmica, no podan ambi-
rismo de Amrica Latina es diferente de las formas tpicas de fascis- cionar ese nacionalismo. En su lugar, las ideologas oficiales favore-
mo en cuanto que aspira, por encima de todo, a producir apata en cen una mentalidad conservadora y jerrquica cuya visin de la gran-
las masas. Tienen miedo de la movilizacin de seguidores, incluso deur se ha limitado al refuerzo del aparato del estado. De ah que las
aunque pudieran ser reclutados de los estratos medios de la sociedad, afirmaciones ideolgicas hechas en Amrica Latina difieran de las que
en lugar de los inferiores. En consecuencia, prescinden de los partidos predominaban en el fascismo clsico europeo.
polticos en cuanto que organizaciones vinculantes del estado y la Apata y falta de movilizacin; una mentalidad estatista y jerr-
sociedad civil. El ejrcito, en cuanto que garante del orden autorita- quica, en lugar de una ideologa nacionalista ms amplia; estado, pero
rio, prefiere una relacin "tcnica" y de apoyo entre el estado y los no partido; s a la jerarqua y no a la representacin ... todos estos
grupos sociales, en lugar de una relacin basada en la alianza con elementos forman parte de los particulares instrumentos ideolgicos
grupos sociales amplios, Por tanto, el autoritarismo burocrtico diver- y organizativos del autoritarismo militar contemporneo en Amrica
ge no slo del modelo democrtico, con vnculos entre los represen- Latina. Parece ser, por tanto, que la caracterizacin de las formas
tantes y los electores, sino tambin del fascismo italiano o alemn, en emergentes de dominacin poltica en Amrica Latina como burocr-
el que era esencial la movilizacin del partido y el uso de sus miem- tico-autoritarias tienen algo nuevo que ofrecer a la tipologa de los
bros extremistas en cuanto que fuerzarepresiva. Tampoco se aproxi- regmenes polticos en general.
ma plenamente a la forma del corporativismo espaol, pues, a pesar Al pensar en este nuevo tipo de rgimen, debemos tener en
de las declaraciones de Ongana o Pinochet en favor de tal modelo, cuenta sus diferencias y semejanzas con otros regmenes de Amrica
en la esfera de la sociedad civil deja sobrevivir a las organizaciones Latina que, aun teniendo rr~uchas caractersticas burocrtico-autorita-
representativas de las clases liberal-capitalistas sin vnculos orgnicos rias, no son militares. Algunos autores han ampliado el trmino de
con el estado. El estad<? tiende a excluir del proceso de toma de autoritarismo burocrtico ms all de los casos de regmenes estricta-
decisiones a las organizaciones de clase (aunque no a los intereses de mente militares, incluyendo a pases como Mxico. Pero si todos esos
clase), manteniendo una estructura jerrquica rgida que es controla- regmenes son burocrtico-autoritarios, cul es el valor de tal con-
da burocrticamente por varias agencias nacionales de seguridad y cepto? Si dicho trmino cubre una gama tan amplia de regmenes,
por los jefes de las fuerzas armadas. Como en el pasado, se establecen desde la junta chilena (o para el caso cualquier junta militar), pasan-
vnculos corporativos dentro de los sindicatos (entre trabajadores y do por Per, Panam, Ecuador y llegando hasta Mxico, cul es el
empresa), y entre stos y el estado, y en donde estos vnculos eran contenido analtico de ese concepto? Su grado de abstraccin es
histricamente dbiles, como. en el caso d.e Chile, los regmenes mili- demasiado grande en tal caso.
tares los estimulan. Pero el estado no adopta una forma corporativa. Tiendo a pensar que la nocin de autoritarismo burocrtico no
No trata de estimular la organizacin de clase, de promover una debe utilizarse en un sentido tan amplio. La limitara a las situaciones
doctrina de armona orgnica entre los grllpos sociales, o de estable- en que se produjo una intervencin militar como reaccin contra
44 FERNANDO HENRIQUECARDOSO
CARACTERIZACION DE LOS REGIM:ENES A:UTORIT ARIOS 45

movimientos izquierdistas, y a los.casos en que la poltica destinada a ricanos. Frecuentemente se argumenta que los regmenes burocrti-
servir para li:i reorganizacin del estado y la economa, de modoque co-autol1itarios producen reglamentaciones de exclusin poltica en
sirvieran al continuo avance del desarrollo industrial capitalista, fue bene:Dicio del sector privado de la economa. Se entiende que los
llevada a cabo por regmenes militares, como en la Argentina y Brasil. intereses econmicos predominantes que apoyan a esos regmenes
El motivo de esta aplicacin restringida del concepto no es un capri- favorecen la aceleracin de la acumulacin de capital por medio del
cho analtico, sino ms bien la ne.cesidad de subrayar el hecho decisi- control de la fuerza de trabajo; medida sta que parece un importan-
vo de la militarizacin del estado. Resulta esencial la diferenciacin te concomitante del xito del desarrollo capitalista. Pero, a este res-
entre los regmenes autoritarios decididamente militares de otros pecto, son evidentes las semejanzas entre el Mxico del PRI y el
que, como el mexicano, aunque no totalmente desprovistos de rasgos Brasil de los decretos institucionales impuestos por el ejrcito. En
burocrtico-autoritarios, poseen un modo de control indudablemen- ambos casos la poltica apunta a la consecucin de un rpido desarro-
te civil. Cmo conceptualizaremos estas diferencias obvias entre M- llo capitalista, mientras los gobiernos creen que, a la larga, el empeo-
xico y los regmenes militares del Cono Sur? ramiento continuo de la desigualdad de ingresos y la dependencia no
afectan al destino histrico de sus respectivas naciones. Utilizando
estos criterios, hasta pases democrticos como Venezuela y Costa
Rica tienen ese tipo de estado capitalista. En estos dos pases hay,
asimismo, una exclusin socioeconfuica de la mayora. Existen mode-
ESTADO Y REGIMEN POLITICO
los similares de acumulacin econmica (control de salarios, esque-
mas de distribucin de las rentas) e incluso polticas similares favora-
Para clarificar la caracterizacin de la poltica autoritaria con- bles a las empresas multinacionales. As, el estado, visto como pacto
tempornea, es esencial distinguir entre dos conceptos, el de estado y bsico para la dominacin, es un estado capitalista comparable en
el de rgimen poltico. Por "rgimen" me refiero a las normas forma- todos esos pases.
les que vinculan a las principales instituciones polticas (al legislativo Una importante deficiencia de los debates sobre el autoritarismo
con el ejecutivo, al ejecutivo con la judicatura, y al sistema de parti- es que no han sido centrados adecuadamente sobre esta distincin
dos con todos ellos), adems de a la cuestin de la naturaleza poltica entre estado y rgimen poltico. Una forma idntica de estado -capi-
de los vnculos entre los ciudadanos y los gobernantes (democrtica, talista y dependiente en el caso de Amrica Latina- puede coexistir
oligrquica, totalitaria o la que sea). con una vadedad de regmenes polticos: autoritario, fascista, coq>o-
La conceptualizacin del estado es un asunto complejo, pero rativista e incluso democrtico. Una lnea de razonamiento econmico
existe un cierto grado de acuerdo en cuanto a que, en su ms alto busca una relacin causal de uno a. uno entre estado y rgimen.
nivel de abstraccin, la nocin de estado se refiere a la alianza bsica Presupone que para cada "fase" de la acumulacin hay un tipo
el "pacto de dominacin" bsico, que existe entre las clases sociales~ apropiado de rgimen. Sin embargo, la misma dificultad histrica que
las fracciones de las clases dominantes y las normas que garantizan su produce este razonamiento en el caso de los pases capitalistas madu-
dominio sobre los estratos subordinados. Cuando Marx y Engels se ros (es decir, la ausencia de fascismo en los pases anglosajones, que
referan al estado como al "comit para la ejecucin de los intereses hicieron las contribuciones ms sustanciales al primer desarrollo del
comunes de toda la burguesa", lo caracterizaron en ese nivel de capitalismo), la encontramos tambin en su aplicacin a Amrica
abstraccin: el estado capitalista es la "expresin" del modo capita- Latina. El crecimiento de Brasil con Kubitschek y el actual flore.ci-
lista de dominacin de clase. Para evitar la metafsica, esta "expre- miento de Venezuela son casos claros de estados capitalistas depen-
sin" deba ser concebida en trminos organizativos; es decir, las dientes que han mantenido regmenes democrticos.
clases dominantes deben realizar un esfuerzo continuo de articula- No obstante, aunque es mejor descartar la idea de un determi-
cin de sus objetivos diversos y ocasionalmente contradictorios por nismo simple econmico de la poltica, podemos explorar el :grado de
medio de las burocracias e instituciones estatales. ~compatibilidad" entre diferentes formas de estado capitalista depe:n-
La necesidad de distinguir en este sentido entre rgimen y esta- ;diente y diferentes tipos de rgimen. :Por ejemplo, cule.s, son Jas
do deviene claramente evidente si comparamos a los pases latinoame- .condiciones en las que un rgimen democrtico puede coexistir con
46 , FERNANDO HENRIQUE CARDOSO CARACTERIZACION DE LOS REGIMENES AUTORITARIOS 47

una dominacin de clase basada en una forma de acumulacin econ- j~dica~ura es controlada en la prctica, si no en la teora, por el
mica que imponga una desigualdad creciente entre esas clases socia- ejecutivo.
les? No se encuentran las races de las crisis de las tres democracias No obstante, los procedimientos no democrticos de seleccin
del Cono Sur (Argentina, Chile y Uruguay) en la contradiccin entre del presidente y la expansin burocrtica de la administracin central
. l
un sistema de amplia participacin y representacin poltica de las quedan sometidas en estos regmenes a un sistema de contrapeso. Por
masas y la necesidad de acumulacin y de control de la fuerza de una pa~t~, la rac~on~lidad forn:tal exige el reforzamiento de un cuerpo
trabajo? Dudo que alguien pueda responder afirmativamente a esta burocratico de ~ecmcos, especialmente en el campo econmico; y por
pregunta, y mucho ms que pueda generalizar una respuesta afirmati- otra, estos regimenes expresan la voluntad poltica de las fuerzas
va a toda Amrica Latina. Como ya seal, los logros econmicos de armadas como institucin. De este modo, el ejecutivo depende de la
la Venezuela contempornea y del Brasil durante el periodo Kibits- burocracia tecnocrtica y del nico partido real, las fuerzas armadas.
chek, entre otros, recuerdan que la historia es ms caprichosa de lo La institucionalizacin de los mecanismos destinados a solucio-
que po'dra parecer a aquellos que rpidamente proclaman que la nar los conflictos entre el ejecutivo y la tecnoburocracia es relativa-
dictadura militar es inevitable para abrir el camino a la "fase actual" n:tente simple. Es ms compleja, en cambio, la relacin entre el ejecu-
del desarrollo capitalista. Adems, es difcil creer que slo hubiera tivo Y su ~ase real,_lo.s ~i-litares. Podra pensarse que en estos regme-
motivaciones econmicas tras la movilizacin de los militares y la n~s no existe la distmcion entre el ejecutivo y las fuerzas armadas.
derecha poltica contra el gobierno de Allende o la administracin Sm embargo, en ,cuanto los sistemas militar burocrticos devienen
posperonista. Por todo ello, tenemos necesidad de una nueva inter- estables, las fuerzas armadas, como tales, no determinan ni llevan a
pretacin y de un anlisis ms cuidadoso por lo que se refiere al cabo la poltica del estado. Los militares tienen el poder de veto a las
estudio de la relacin entre un estado capitalista dependiente y las "grandes decisiones" -siendo la ms importante de todas ellas el
diferentes formas de rgimen poltico. Hasta la fecha, en su mayor control de la sucesin poltica-, pero no se ven necesariamente im-
parte el vaco creado por la. falta de investigacin de esta relacin se plicados en la toma de decisiones referentes a la economa u otras
ha visto rellenado por interpretaciones muy polmicas, y general- cuestiones importantes. Es por esto por lo que surgen problemas con
mente insensibles a la variedad de la experiencia histrica. re~pecto al funcionamiento de estos regmenes, que llevan a enfrenta-
Llegados a este punto, creo que resultar obvio que me parece ~I~nto~ entre e.l ejecutivo. y las fuerzas armadas. Una vez que los
muy til utilizar el trmino autoritarismo burocrtico para referirme C1Vlles mdependientes empiezan a jugar un papel, por pequeo que
no a la forma del estado como tal, sino al tipo de rgimen poltico. La sea, en el proceso de toma de decisiones, el ejecutivo se convierte en
relacin entre ambos est lejos de resultar clara y, dado que es ste el centro de tales decisiones y resultan inevitables los enfrentamien-
un tema complejo y bastante controvertido, sera ms prudente avan- tos con los militares de la "lnea dura".
zar modestamente por el nada ambicioso camino de la descripcin . El. xito del rgimen depende en parte del tipo adoptado de
poltica de las instituciones de los regmenes burocrtico-autoritarios. delegacin de la autoridad militar al ejecutivo. Ha habido casos en los
que las juntas y presidentes militares eran directamente responsables
ante el cuerpo d~ oficiales. Cuando el presidente es un general, son
pocas las alternativas con respecto a la duracin de su mandato. Estas
LAS INSTITUCIONES DEL AUTORITARISMO van .desde las s~tuaciones, normalmente transitorias, en las que el
pr~s1deJ?!e es el jefe de las fuerzas armadas, por un extremo, hasta la
Casi por definicin, los regmenes burocrtico-autoritarios orga- preten~10n de una. ~egitimidad presidencial definida por normas no
nizan las relaciones de poder en favOJ; del ejecutivo. Lo que sobresa- ~xclus1vamente militares por el otro. En el caso brasileo hay un
le en tales regmenes es el reforzamiento del ejecutivo y sus capacida- mteJ?to de conservar en parte .la tradicin electoral presidencial: el
des tcnicas (de su "racionalidad" formal). El reforzamiento del eje- presidente es un general nominado por el mando supremo de las
cutivo implica un incremento de la centralizacin que mina la tradi- fuerzas armadas, pero ratificado por el congreso. Recibe un mandato
cin federal en donde exista previamente. Tambin implica la elimi- para ~n nmero limitado de aos. En otros casos queda abierta la
cuestlon del plazo presidencial, lo que provoca crisis en el alto mando
nacin, o drstica reduccin, del papel de la legislatura. Adems, la
 FERNANDO HENRIQUE CARDOSO 49
48 CARACTERIZACION DE LOS REGIMENES AUTORITARIOS

con respecto a los lmites del mandato y el curso de la sucesin: En toma de decisiones, proceso de seleccin que se ir extendiento hasta
Brasil la sucesin es un acontecimiento traumtico, pero las fac- incluir a las fuerzas sociales ms poderosas, e incluso a sectores de las
cione~ militares rivales tienen tiempo y esperanzas en su horizonte, clases bajas. Pero nunca suscribirn la idea de representacin. No se
dada la limitacin temporal del mandato del general-presidente. Qui- estimula la idea de delegacin de autoridad desde abajo. Por el con-
zs se deba a este factor el que se hayan evitado las crisis militares trario, la decisin de quin ser llamado a colaborar, y durante cun-
previas a la terminacin de los plazos presidenciales, a pesar del he- to tiempo, se toma en el pice rle la pirmide de poder.
cho de que, hasta la fecha, los presidentes militares del Brasil no hayan Como es natural los grupos de inters de la sociedad civil inten-
conseguido nunca que alguno de sus candidatos hayan sido nomina- tarn penetrar en los crculos de toma de decisiones. Una vez que lo
dos como sucesores. hayan conseguido, tratarn de promover sus propios interes~s. Sin
La apariencia de un presidencialismo fuerte, casi dictatorial, embargo, no estn legitimados como representantes de sus propios
oculta a veces el control efectivo que ejerce la institucin militar constituyentes. Quienes deciden la participacin de una y otra perso-
sobre los que estn en el gobierno, ya sean stos civiles o milita~es. na son los burcratas o las personas que controlan las altas posiciones
Existe, sin embargo, una gran tensin producida por el enfrentamien- en el aparato estatal. Las personas seleccionadas pueden hablar oca-
to entre el reforzamiento del ejecutivo y su control por parte de las sionalmente en nombre de otras personas o grupos, pero no son una
fuerzas armadas. En los regmenes controlados por instituciones mili- delegacin como tal. De ah que nunca sean reconocidos formalmen-
tares menos profesionales, y por ello menos capaces de aceptar los te como "representantes" o delegados. Gracias a este mecanismo, los
mandatos de la jerarqua, como en los casos de Bolivia y Ecuador, es funcionarios civiles pueden "difuminar" cualquier presin slo con
constante la amenaza de nuevos enfrentamientos. Pero la tensin impartir las oportunidades de participacin segn sus propios medios
extrema entre las fuerzas armadas y la presidencia tambin se ha selectivos. En otra~ palabras, en los regmenes burocrtico-autorita-
producido en Argentina; mientras que en Uruguay, las crisis entre el rios, la representacin de los grupos o facciones -los partidos polti-
alto mando y Bordaberry ejemplifican la falta de institucionalizacin cos- no est legitimada per se. El inters que los grupos sociales
de tales regmenes. Aunque de un modo ms discreto, en Brasil el consiguen articular en los regmenes autoritarios ha de definirse en el
poder del alto mando se ha opuesto a veces al poder presidencial. interior de la maquinaria del estado, mientras que los partidos polti-
Paradjicamente, el refuerzo del ejecutivo, combinado con su falta de cos de los sistemas democrticos tienden a estar enraizados en la
base institucional, sigue siendo un rasgo caracterstico del autoritaris- sociedad civil. El mecanismo de cooptacin permite a los intereses
mo burocrtico en su forma militar. Hay una irtiportante diferencia privados establecer sus races dentro del estado, pero slo mediante
entre tal forma de gobierno y el tipo de autoritarismo civil predomi- comits o grupos de consejo especiales controlados por los funciona-
nante en Mxico, en donde el presidente tiene quizs ms poder que rios del estado (civiles o militares). Estos pueden convertirse poste-
ningn general-presidente de un gobierno militar de los pases del riotmente en los lderes de organizaciones semipolticas a las que he
Cono Sur. descrito en otro lugar como "anillos" o racimos burocrticos, que
Otra importante dimensin de los regmenes autoritarios es la constituyen los vnculos entre los intereses de la sociedad civil y el
cuestin de los partidos polticos. La ideologa (o mentalidad) oficial estado, implicando el pacto entre los intereses privados y estatales.
acenta el carcter no partidista de los gobiernos militares, as como Aunque se puedan asemejar a la forma clsica del grupo de presin,
el objetivo de poner fin tanto a la "poltica", en cuanto que expre- estos anillos burocrticos no implican una presin autntica y aut-
sin de las ideologas en conflicto, como a la existencia de partidos, noma, sino que ms bien forman parte del aparato mismo del estado
que socavan la "unanimidad nacional" deseada por los gobiernos y normalml' ntc se encuentran bajo el liderazgo formal de un fun-
militares. Y sin embargo, es evidente que, en la prctica, reaparece la cionario del l'stado.
actividad de las facciones polticas. La relacin entre el estado y los No podemos aplicar esta caracterizacin a todos los regmenes
grupos de inters de la sociedad civil se basa ms en los criterios Y autoritarios, y ni siquiera a todas las fases de un mismo rgimen. El
mecanismos de la cooptacin que en los mecanismos de la representa- grado de liquidacin de los partidos y mecanismos representativos
cin. Dicho de otro modo, quienes controlan el aparato del estado depende del grado de desconfianza que esas instituciones inspiraban
seleccionan a varias personas para que participen en el sistema de en las clases dominantes, y especialmente en la institucin militar,
 CARACTERIZACION DE LOS REGIMENES AUTORITARIOS 51
FERNANDO HENRIQUE CARDOSO
50
forma ordenada y predecible, conjuntamente con otros rasgos impor-
durante la fase previa al ascenso del autoritarismo. El populismo, al tantes de los regmenes autoritarios.
igual que la democracia, permita la existencia de partidos de izquier-
da, y tambin las alianzas entre stos y las fuerzas reformistas. En el EL FUNCIONAMIENTO DEL AUTORITARISMO
clima de a guerra fra de los aos 50, la revolucin cubana de 1958 Y
la extensin de los movimientos guerrilleros de los aos siguientes Parece evidente que la presencia o ausencia de un sistema de
gener un desafo poltico a nivel local e internacional. Fu la reac- partidos abrir caminos alternativos a los regmenes autoritarios. Al
cin contra la posibilidad del socialismo la que culmin en el actual menos indicar un grado diferente de autonoma relativa en las orga-
"termidor" de Amrica Latina. Las fuerzas armadas adaptaron y nizaciones polticas controladas por las clases sociales. No existen,
adoptaron las doctrinas francoamericanas de guerra interna y se ocu- que yo sepa, estudios concernientes al modo en que han sobrevivido
paron crecientemente de la represin interna. Tambin se ocuparon los partidos polticos preexistentes bajo los regmenes militares auto-
de la necesidad de llevar a cabo una poltica que promoviera el creci- ritarios. En el caso del Per, si sobrevive alguna forma de partido es la
miento econmico acelerado, con el fin de pasar rpidamente por Ja del APRA, cuyo programa e ideologa fueron adoptados en parte por
fase inicial del "despegue" econmico en la que, segn las estrategias el gobierno posterior a 1968 en un intento, aparentemente logrado,
contrarrevolucionarias inspiradas por los escritos de W. W. Rostow, de los militares de neutralizar este partido. Para asegurarse el xito,
existe una probabilidad mucho mayor de que se produzca la revolu- los militares aadieron a su movimiento un tinte de nacionalismo y
cin social. reformismo, e intentaron incluso ciertas formas de movilizacin pol-
El tiempo de implantacin de los regmenes autoritarios con- tica por medio del Sistema Nacional de Apoyo a la Movilizacin
temporaneos, as como el grado de sus logros econmi~os Y poltico~, Social. Sin embargo, ~ebido a las dificultades inherentes que tienen
ha variado mucho entre los diferentes pases. En Brasil, el estableci- los regmenes militares para desarrollar cualquer forma de moviliza-
miento gradual de un orden militar burocrtico acarre con l la cin popular, dichos intentos se han diluido actualmente. El militaris-
herencia de un sistema multipartidista. Un segundo golpe, en 1965, mo predominante en Chile, tras haber destruido las organizaciones
cre el actual sistema bipartidista. En Chile y Uruguay el autoritaris- izquierdistas, pas a desmantelar las otras alternativas polticas de la
mo burocrtico emergi con una fuerza ms devastadora que en Ar- sociedad civil, los demcratas cristianos; pero es probable, dada la
gentina, desarrollando una orientacin enfticamente an~i?ar~idista. tradicin social y poltica chilena, que esos partidos estn slo hiber-
No fu una coincidencia que, antes de la llegada del m1htar1smo a nados y reaparezcan finalmente casi intactos. Lo mismo pudo decirse
esos pases, un gran nmero d~ pa~tidos de iz~uierda.,d.esde los r.ev?- de la Argentina de Ongana y Lanusse, y en el estado de cuasi guerra
lucionarios violentos a los partldanos del cammo pac1flco al sociahs- civil evidente en la Argentina de hoy, se ha producido una retirada de
mo, hubieran llegado a ser una poderosa amenaza al orden esta,ble- la vida poltica hacia una sociedad prepoltica: una vez ms, "el
cido. Para las clases dominantes y las fuerzas armadas de esos pa1ses, hombre es un lobo para el hombre". Sin embargo, aunque es difcil
la "democracia representativa" suena casi tan aterradora como abrir imaginar en estas circunstancias cmo se podrn reconstituir los par-
la puerta al diablo, metfora sta bastante apropiada, dado ~u.e los tidos polticos, no creo que las organizaciones sindicales ni los parti-
militares se ven a s mismos como defensores de los valores cnst1anos dos polticos del sector popular y las clases medias (previamente
y occidentales frente a la amenaza mundial del comunismo. semiorganizadas bajo el peronismo y el radicalismo) hayan sido erra-
dicadas. No me sorprendera que, en un futuro no lejano, las fuerzas
Para desilusin de los coleccionistas de etiquetas claras y expli- armadas argentinas tuvieran que enfrentarse a unas demandas polti-
caciones monocausales, las caractersticas del ms puro autoritarismo cas demasiado grandes para los estrechos cauces del militarismo.
burocrtico no siempre las encontramos en los regmenes polticos y En el anlisis del autoritarismo de Amrica Latina, el contraste
econmicos ms reaccionarios. Por ejemplo, desde un punto de vista entre Brasil y Mxico parece ser uno de los ms interesantes. Puede
formal, el llamado "modelo peruano" de tendencias reformistas po- decirse que en esos pases la sociedad civil est bastante dbilmente
see algunas similitudes con los pases del sur gobernados por el organizada en comparacin con las sociedades civiles de los pases del
autoritarismo militar. Sera un error, por tanto, pensar que las carac- Cono Sur. La tradicin de estado fuerte ms un control poltico
tersticas formales que he estado describiendo aparecern siempre, de
52 FERNANDO HENRIQUE CARDOSO
CARACTERIZACION DE LOS REGIMENES AUTORITARIOS 53
elitista (en el caso de Brasil) y de una jerarqua burocrtica (en el
caso de Mxico) aumenta las probabilidades de xito de esos regme- sociedad civil frente al gobierno autoritario? Uno de ellos es, clara-
nes autoritarios, a pesar de las diferencias que existen en ellos en mente, la presencia o ausencia de un sistema de partidos preexistente.
cuanto a forma y contenido. Sin embargo, hemos visto recientemente Otros pueden ser el grado de control efectivo que ejercen los regme-
en Brasil que uno de los dos partidos creados por el rgimen militar nes autoritarios sobre la vida cotidiana (y sobre los medios de comu-
para cumplir el papel formal de oposicin se ha convertido realmente nicacin, as como sobre las reacciones de la gente a ese control). Por
en un partido de oposicin efectivo. En las elecciones generales de ejemplo, el autoritarismo militar peruano es marcadamente diferente
noviembre de 1974, la oposicin gan diecisis de los veintin esca- a este respecto de los regmenes de Argentina y Uruguay: Per no ha
os del senado. En los meses siguientes, el fuerte impacto resultante g~stionado un sis_tema de terror dentro de la sociedad. Aunque es
dio la irnica impresin de que este rgimen militar haba hecho una cierto que en Peru hay un control estatal de la prensa la formacin
contribucin bastante original a las formas modernas de autoritaris- d~ l.a opinin pblica no se enfrenta a los obstculos qu~ son caracte-
mo al crear un sistema de partidos basado casi exclusivamente en la nstlcos en Uruguay, por no mencionar a Chile, o en Brasil durante las
oposicin. Es cierto que el sistema poltico dominante reaccion fases ms represivas del rgimen.
pronto, utilizando todas las herramientas disponibles para negar a la En Amrica Latina, la ciencia poltica ha avanzado poco en el
oposicin cualquier posibilidad de conseguir el poder por medio del estudio de la capacidad de control de los regmenes autoritarios
sistema electoral. En cualquier caso, lo significativo es que los objeti- q~izs por c.ausa de una cierta repugnancia a tener que investigar lo~
vos de los militares no se han cumplido plenamente en absoluto. En diferentes tipos de tumor maligno que se considera que son estas
la sociedad civil existe conciencia de la ilegitimidad del rgimen, y la formas de autoritarismo. Esta capacidad de control vara, por mlti-
conviccin de que, ms pronto o ms tarde, habrn de reconstituirse ples factores, en los diferentes regmenes autoritarios. El primero de
las organizaciones polticas de la sociedad. esos factores viene dado por las circunstancias en que llegaron al
Mxico, rgimen civil, proporciona un ejemplo de gran estabili- poder. En algunos casos, los militares deshicieron el orden constitu-
dad; estabilidad que est muy relacionada con los orgenes del rgi- cional mediante un bao de sangre. En otros casos, un pronuncia-
men mexicano que naci de una revolucin que incorpor parcialmen- miento radiado bast para deponer al anterior presidente. En segun-
te a la vida nacional a amplios sectores de la sociedad, estableciendo un do lugar, hay que considerar el grado de debilidad o fuerza de una
sistema poltico ms abierto a las presiones y sugerencias de los de sociedad civil para explicar la capacidad del rgimen de controlarla.
abajo, aunque siga siendo controlado desde arriba. Por otra parte, la Obviamente, al rgimen le resulta ms difcil tratar con grupos socia-
lite burocrtica mexicana tiene una capacidad de control de los les autnomos, y por tanto potencialmente ms desafiantes, (Chile)
asuntos econmicos y sociales que le asegura una cierta hegemona que mantenerse en el poder en una sociedad en la que la poltica es
dentro de la sociedad. Un amplio sistema de negociacin de los intere- exclusiva de una burocracia elitista (Brasil). En tercer lugar estn los
ses econmicos, junto con una eficaz gestin econmica y financiera factores tcnicos que amplan o estrechan la capacidad de ~ontrol de
desde Crdenas, convirti al estado mexicano en un eficaz instrumen- esos regmenes. Debemos tener en cuenta que no estamos analizando
to de dominacin y control poltico. El resultado lgico fue el de casos que se asemejen a la Alemania nazi, que poda llevar a cabo y
consenso sin democracia, a pesar de la utilizacin continuada de los mantener formas de control mucho ms completas. El autoritarismo
instrumentos de represin para sofocar cualquier amenaza al orden de Amri~a Latina es an "subdesarrollado": puede matar y torturar,
poltico o social. Los aspectos represivos de la poltica mexicana han pero no ejerce un control completo sobre la vida cotidiana. El estado
quedado diluidos merced al bien conocido mecanismo de la coopta- es lo bastante fuerte para concentrar su atencin y aparato represivo
cin de la oposicin practicada por el estado, y a una tolerancia ante en los llamados grupos subversivos, pero no es eficaz en el control de
las violaciones de los lmites entre inters privado y pblico. En las universidades, por ejemplo, ni de la burocracia misma. Sera im-
consecuencia, es un tipo de rgimen no militar e "incluyente", que prudente, sin embargo, subestimar los recientes avances hechos en
ha logrado una capacidad mayor de duracin al dar races sociales a este campo, aunque la falta de un partido que controle y denuncie a
un sistema autoritario. los ene~~gos del. rgimen dificulta bastante este control. Hasta hoy,
Cules son los factores que afectan al grado de autonoma de la la repres10n ha s1do una labor que compete ms bien a la polica que
a los polticos.
 CARACTERIZACION DE LOS REGIMENES AUTORITARIOS 55
54 FERNANDO HENRIQUE CARDOSO
poltica dirigida a la transformacin de los regmenes autoritarios
Creemos que hay que decir algo ms sobre el funcionamiento de puede variar en cada coyuntura particular.
los regmenes autoritarios. Los que no estn basados en un partido
poltico (y de nuevo en este aspecto la situacin mexicana, basada en
Y, FINALMENTE, LAS BASES SOCIOECONOMICAS
un partido eficaz, no se corresponde con los regmenes burocrtico
autoritarios puros), son a veces demasiado dbiles para enfrentarse a En este punto debemos dirigir la atencin a otra difcil cuestin
sociedades complejas. Adems, sera incorrecto suponer que el apara- terica de la ciencia social: la relacin entre estructura y coyuntura.
to del estado opera como totalidad unificada en los regmenes autori- Prefiero evitar las declaraciones tericas que difcilmente escaparan
tarios de Amrica Latina. La ausencia de un partido, que pueda a la pedantera, por lo que me gustara plantear simplemente dos o
cohesionar al sistema, y de una ideologa verdaderamente totalitaria, tres cuestiones b~icas que han surgido en recientes debates sobre
impide a los sostenedores de la tecnoburocracia comprometerse con regmenes autoritarios.
la ideologa militar del grandeur del estado. En esos regmenes se Tras ms de una dcada de autoritarismo militar en muchos
produce, por el contrario, un considerable grado de privatizacin del pases del continente, y varias dcadas de autoritarismo civil en algu-
aparato del estado. Existe ms coherencia del rgimen a un nivel nos otros, la mayor parte de las antiguas interpretaciones de sus
superior, en los discursos ideolgicos de los ministros y generales, que bases sociales han sido suplantadas por la historia. La tradicin de un
en la conducta rutinaria de los funcionarios del estado. Con mucha militarismo concebido como la mano armada de los propietarios de la
frecuencia, estos ltimos controlan partes del aparato del estado casi tierra y latifundistas, qued desplazada en parte por la poltica eco-
con independencia del gobierno, persiguiendo objetivos personales de nmica conscientemente orientada a la industrializacin de los reg-
naturaleza econmica o burocrtica. ~enes burocrtico-autoritarios. En ocasiones, esa poltica ha daado
mcluso los intereses agrarios; y casi siempre los regmenes militares
Estos rasgos hacen que el funcionamiento de los regmenes bu-
han preferido recibir el apoyo de los que actan en el campo como
rocrtico-autoritarios sea menos consecuente de lo que parece a pri-
hombres de negocios que mantener una estrecha amistad con los
mera vista. Casi siempre estn presentes factores potencialmente de- latifundistas.
sestabilizadores, que disminuyen la capacidad gubernamental de ab-
sorber las presiones. Ello provoca una utilizacin continua de la re- Lo que no est tan claro es qu grupos se han visto favorecidos
presin, con toda la desmoralizacin y alienacin que produce el uso por la poltica de industrializacin de estos gobiernos militares. A
extensivo de la violencia, aunque se lleve a cabo en nombre de la quines han dirigido su poltica y en dnde han buscado apoyo? Los
seguridad nacional contra sus enemigos internos ocultos. Cuando esos efectos inmediatos de la poltica de estabilizacin monetaria llevada a
cabo por los militares nada ms tomar el poder (normalmente des-
regmenes se enfrentan a situaciones en que los verdaderos grupos pus de un periodo de crisis poltica, inflacin e incertidumbre eco-
"subversivos" son escasos, la reiteracin de los mismos argumentos nmica) demuestran claramente qu grupos sociales no han sido to-
sobre las amenazas a la seguridad nacional resultan cada vez menos mados en cuenta: los trabajadores y asalariados en general, as como
convincentes a los empresarios y grupos dominantes que apoyan a los las personas que viven de rentas fijas. Sin embargo, una vez controla-
regmenes, por lo que la oposicin de estos grupos puede aumentar das las dos variables econmicas crtica~ -inflacin y formacin de
en una medida apreciable. capital- , es difcil argumentar que los regmenes burocrtico-autori-
As, son muchas las fuerzas que tienden a socavar a estos reg- tarios hayan adpotado una poltica de distribucin de salarios o ren-
menes, incluyendo los factores de erosin antes mencionados, la posi- tas significativamente diferente de la llevada a cabo por los regmenes
bilidad de una reaccin poltica contra} el autoritarismo, ms los democrticos latinoamericanos. Por otra parte, el militarismo gober-
cambios en el grado actual de censura y represin. A veces, se produ- nante en PerJ, que es evidente que no adopt una poltica socialista,
cen variaciones en la efectividad de la represin con los cambios de al menos nv puede ser considerado como un sostenedor deliberado
gobierno dentro del mismo rgimen poltico, y aun dentro de un perio- de la tendencia a la "concentracin de ingresos". Parece ser que, a
do del mismo gobierno. Es evidente que la forma del rgimen no este r;spect~, cuenta ms el carcter del estado que el del rgimen,
dependo slo del estado de nimo de quienes estn en el poder; aun- ademas del mvel de desarrollo de la economa y, sobre todo, la fuerza
que ste es importante. Las posibilidades de que tenga xito la accin
 FERNANDO HENRIQUE CARDOSO
56 CARACTERIZACION DE LOS REGIMENES AUTORITARIOS 57
de las presiones sociales ejercidas desde abajo. Precisamente' para con- que no puede ser otra cosa que una red social de personas, existe de
trolar esas presiones, facilitando as la acmulac;ij}: del capital, el propio derecho y posee intereses propios. Las respuestas a la segunda
autoritarismo burocrtico se vuelve represivo y deprime el nivel de cuestin son ms complejas. No es correcto deducir del carcter for-
vida de los trabajadores y las masas~ Las alianzas entre el gran capital mal de los regmenes autoritarios el tipo de poltica de crecimiento
y el estado son implcitas, pero existen incluso en situaciones como econmico que seguirn. La aceptacin de tal interpretacin implica-
las del Per, en donde los grupos dominantes intentan ser considera- ra, precisamente, el error opuesto al que se produce cuando se igno-
dos como los defensores del pueblo. Las consecuencias de un pacto ra el hecho de que el estado es el principal beneficiario del autoritaris-
implcito son las mismas, claro est, que si tuviera un carcter expl- mo burocrtico. Ello implicara que el estado y su burocracia son los
cito: al fin y al cabo, el autoritarismo burocrtico no se puso en prcti- nicos actores histricos reales. El hecho es que, incluso en situacio-
ca para asegurar el bienestar de la gente. Aunque las encuestas socio- nes autoritarias, el estado est vinculado de diversos modos con las
lgicas han puesto de relieve un bajo nivel de conciencia poltica en clases sociales y sus intereses.
los estratos inferiores, hay una cosa que la gente sabe: este tipo de Otra importante variacin en la orientacin econmica de estos
rgimen no se corresponde con el modelo poltico de sus sueos. regmenes es el relativo nfasis en la promocin de las empresas del
Siempre que es posible, las masas hacen saber su disentimiento al sector pblico frente al sector privado. El Chile de hoy (bajo la
rgimen: votando contra l, con revueltas o simplemente mantenin- influencia directa de la llamada "escuela de Chicago") est haciendo
dose apartadas de l. considerables esfuerzos por socavar el sector estatal de la economa.
Tambin es difcil identificar a los beneficiarios del autoritaris- Los dirigentes chilenos estn intentando establecer un tipo peculiar
mo simplemente mirando la poltica industrial y de desarrollo del de economa "liberal", en el sentido de que el estado redistribuye la
rgimen. Las hiptesis iniciales ponan de relieve la afinidad entre riqueza a los grupos de intereses privados que controla econmica-
autoritarismo y grandes negocios, y que yo sepa no hay ninguna mente el rgimen. En el extremo opuesto, los generales peruanos
evidencia para rechazarlas. Sin embargo, no deberamos hacer una reforzaron la organizacin estatal e incrementaron la capacidad de
interpretacin mecanicista de estas vinculaciones, argumentando, por tomar decisiones de stas. Esta construccin del estado se produjo
ejemplo, que slo un rgimen militar puede tener xito en el ~stable anteriormente en otros muchos pases, bajo el control poltico de los
cimiento de la produccin de bienes de capital y en la asuncin del empresarios y grupos de profesionales, pero en Per fue necesaria una
control de la tecnologa moderna en un pas en desarrollo. La polti- intervencin militar para reforzar al estado. Posteriormente, desde
ca ec .mmica llevada a cabo en Venezuela, Mxico, Argentina Y Bra- una posicin de mayor fuerza, el rgimen militar intent renegociar
sil r, muy similar, pero sus regmenes polticos son claramente distin- los trminos de la dependencia. Los generales brasileos, inicialmente
to . De nuevo nos encontramos que tras una hiptesis subyace una enamorados de una ideologa econmica orientada a los intereses
e mfusin entre rgimen poltico y tipo de estado. privalos y deseosos de ampliar las relaciones con el capital extranje-
Hechas estas reservas, y dando por supuesto que todos los esta- ro, al final han ampliado la esfera de la produccin estatal e incluso
dos capitalistas deben facilitar y garantizar el proceso de acumulacin han tenido enfrentamientos con el gobierno americano por la cues-
de capital, las preguntas apropiadas con respecto a este problema son tin de la tecnologa nuclear. Por tanto, parece imposible identificar
probablemente las siguientes: qu grupos han obtenido ventajas del una tendencia nica entre formas de regmenes autoritarios y una
actual autoritarismo? Qu centros de acumulacin de capital se serie de intereses econmicos homogneos.
beneficiaron del gobierno autoritario: el sector de la empresa privada Obviamente, la gama de alternativas tiene algunos lmites. Aun-
local, el sector privado del estado o las empresas multinacionales? Ha que existen importantes diferencias entre unos casos y otros, el carc-
hecho falto algn tiempo para que sea obvia la respuesta aceptable: el ter fundamental de este tipo de estado autoritario es sin embargo
autoritarismo burocrtico es polticamente provechoso para los bur- capitalista. Similarmente, las decisiones tomadas por las burocracias
cratas civiles y militares que dominan los despachos del estado. La estatales se producen dentro de lmites bien definidos. Hasta ahora
dificultad de llegar a esta perogrullada procede de un anlisis terico no han intentado "cambiar de modelo". Es decir, se mantienen las
que ve al estado slo como la expresin de intereses de clase, sin riormas generales del sistema capitalista local y mundial de produc-
reconocer que dicha expresin requiere una organizacin que, puesto cin. Sin embargo, sera incorrecto reemplazar el clich de que los
58 FERNANDO HENRIQUE CARDOSO
CARACTERIZACION DE LOS REGIMENES AUTORITARIOS 59
militares son los guardaespaldas de los terratenientes por el de que
ahora forman una milicia destinada a proteger los intereses de las d~pe.ndencia. deriva de la forma autoritaria militar de estos regmenes.
empresas multinacionales. Los regmenes autoritarios tratan de aco- SI bi~n ~s cierto que P.~sibilitan nuevos acuerdos con las empresas
modarse alentomo internacional, aprovechndose de las ocasionales multmaciOnales, paradOJICamente estimulan tambin las aspiraciones
fisuras del sistema econmico mundial. Hacen tratos con las empresas a una mayor autonoma entre los militares y entre los ejecuti~os de
multinacionales que en algunos casos implican la renegociacin de los las empresas estatales. Adems, los escasos pases que an estn go-
trminos de dependencia en unos lmites estrechos; aunque en otros bernados por democracias representativas en Amrica Latina difcil-
casos, como el de Chile, se Hmiten a aceptar los intereses privados mente pu.eden presentarse como prueba del argumento de que la
locales, y eventualmente los internacionales, como si correspondiesen democracia preserva a un pas de la penetracin extranjera.
a las necesidades de la nacin y el pueblo. Pero como norma, a un
nivel ideolgico y a veces a un nivel prctico tratan de reforzar no a ALGUNAS CONCLUSIONES INCONCLUYENTES
la nacin sino al estado, al menos, si no por otros motivos, para
proteger sus propios intereses en cuanto que burocracia. Me temo que esta incursin breve en tan complejas materias
En el espacio disponible no es posible desarrollar con detalle las puede haber provocado no slo dudas -lo que no sera una mala
implicaciones de esta formulacin. Sin embargo, merece la pena po- c?nsecuencia-: sino ms perplejidades y ambigedades que clarifica-
ner de relieve que si en los ltimos aos ha habido un rasgo significa- CIOnes. Empece tratando de poner de relieve la utilidad de la nocin
tivo en la conducta de las burocracias pblicas civiles y militares, ha de aut~ritarismo _b_urocrtico para describir, aunque no para explicar,
sido el papel que han jugado en la creacin de una base econmica las realidades pohticas contemporneas. No obstante temo haber con-
para su propio poder. Las empresas estatales se estn expandiendo en tribuido a extender la creencia de que los factores de diferenciacin
la mayor parte de los pases; y el autoritarismo burocrtico ha sido un entre los regmenes latinoamericanos son tan profundos que la no-
importante factor en esta tendencia. No me estoy refiriendo a la cin amplia de autoritarismo burocrtico es casi intil. Adems no he
formacin del modo de produccin ideal de "capitalismo de estado", con_s~guido ide.nti.ficar un ynculo entre regmenes latinoameric~nos y
sino al uso de las empresas del estado para facilitar el desarrollo poli ticas economicas particulares en relacin de uno a uno. Es cierto
capitalista y reforzar la posicin de los que estn en el poder. Sin que algunos regmenes militares han reforzado los sistemas econmi-
embargo, no es probable la tendencia hacia las ideologas y prcticas cos basados en empresas multinacionales as como en las estatales
nacionalistas y antiimperialistas. Antes al contrario, en aos recientes q.ue ~ambin controlan. Pero tambin es dierto que las empresas mul~
las aventuras conjuntas entre las empresas estatales y las multinacio- tmac10nales lograron sobrevivir y expandirse con sistemas democrti-
nales se han visto muy estimuladas. co_s (por no hablar de sus logros en las sociedades autoritarias civiles)
En los trminos de la composicin del estado, el resultado inme- mientras que se vieron debilitadas, por ejemplo, con el gobierno mili~
diato de este proceso ha sido la creacin de estratos burocrticos tarde Per.
dotados de capacidad empresarial. En ocasiones los altos ejecutivos Pudiera ser que el estado de inconclusin de mi argumentacin
de las empresas estatales tienen enfrentamientos con un gobierno que sob~e la relacin entre poltica y economa sea el reflejo de una
ha de hacer frente a los intereses y presiones procedentes de los ansiedad que mis inclinaciones intelectuales impiden expresar ms
diferentes grupos sociales; y en ocasiones los gobiernos tienen que claramente. Y sin embargo, no creo que busquemos en vano cuando
reforzar una poltica que no se conforma a los intereses expansionis- tratamos de encontrar secuencias y coherencia en la historia, siempre
tas de las empresas estatales. Surge as un estrato social que se ha que te?gamos en m~nte .que no existe mayor irracionalidad que la
creado dentro del estado pero que sin embargo, paradjicamente, c~eencia de q~e la histona puede set plenamente entendida por me-
consigue cierto grado de poder independiente y finalmente puede diO de la raciOnalidad fonnal. El carcter del estado -es decir la
llegar, en determinadas circunstancias, a enfrentarse con el estado. estructura de la dominacin de clase y el sistema econmico e~ el
Con esta argumentacin no se intenta minimizar el significado que descansa esa estructura- impone algunos lmites a la fonna del
del crecimiento de los vnculos entre las economas latinoamericanas rgimen poltico. Por ejemplo, las caractersticas burocrticas de es-
y el sistema productivo internacional. Pero es difcil creer que la tos ~e~fmenes autori~arios (civiles o militares) no pueden impedir la
apanc10n de la funcin empresarial que sobre ellos impone la econo-
 CARACTERIZACION DE LOS REG 1M ENES AUTORITARIOS 61
FERNANDO HENRIQUE CARDOSO
60
que han de pagar por esta "ayuda" depende del grado de desintegra-
ma capitalista. Pese a todo esto, es vano el esfuerzo de con~iderar los cin poltica previa a la intervencin militar, as como de la capaci-
acontecimientos polticos slo desde el estrecho punto de vista de los dad de control de las fuerzas armadas sobre los grupos revoluciona-
factores econmicos. . . . ., rios.
Es una simpleza imaginar que un proceso de md~stna 1IzaciOn Las fases iniciales del rgimen militar son gravemente represivas
capitalista dependiente slo puede llevarse a cab? ~ediante el a_uto- sobre todo cuando las fuerzaspolticas de izquierdas eran fuertes y
ritarismo. Como demuestran los recientes acontecimientos e? Chile Y estaban bien enraizadas en la sociedad. En esta fase inicial es en la
Uruguay, una junta militar puede que ni siquiera abra camm?~ nue- que sobresale el componente fascista del militarismo. En cambio, el
vos al crecimiento econmico. Por otra parte, sea cual sea el regimen, papel empresarial de estos gobiernos evoluciona gradualmente. Los
y debido a la creciente internacionalizacin de 1~ produccin, ~as intentos de solucionar los problemas econmicos y sociales a los que
clases dominantes se ven forzadas a tratar con los mtereses extranje- estn enfrentados esos pases, as como la aparicin de alianzas entre
ros y a reorganizar el sistema interno de explotacin econmic~ con las empresas privadas miltinacionales y nacionales y las empresas del
el fin de poder hacer frente a las nuevas realidades. Ello exig~ el estado, van confiriendo progresivamente a los regmenes autoritarios
establecimiento de un sistema econmico basado en empresas pnva- sus rasgos empresariales peculiares. La represin no deja de ser un
das y estatales, y requiere una poltica estatal que promu.eva la ex- componente significativo de la vida poltica, pero se hacen intentos
pansin capitalista. La valoracin que hace~ la~ clases domi~antes de de justificar al rgimen en nombre de un rpido proceso de acumula-
lo que significa para ellas un rgimen autontano, que estara en rel~ cin. En el proceso de creacin y proyeccin de la imagen del rgi-
cin con el apoyo que le presten, depender ante todo de la capaci- men, y en su aceptacin por parte de las clases dominantes, las altas
dad efectiva del rgimen de imponer una poltica de desarrollo. P:- tasas de crecimiento son tan importantes como la represin. El orden
este respecto son semejantes los sistemas polticos brasileo Y mexi- social con progreso econmico es el eslgan utilizado para esconder
cano. Hasta el momento, ambos han logrado reorganizar la so~iedad cualquier pregunta que plantee: "progreso para quin? "
para que pueda sta enfrentarse con las formas ms complejas de Quizs deban decirse unas palabras finales acerca de los logros
crecimiento capitalista. Para conseguirlo, han establecid~ formas rela- de los regmenes autoritarios y de su capacidad de imponer una
tivamente estables de control del trabajo y han expandido las buro- conformidad poltica en la sociedad. Se dice comnmente que estos
cracias estatales y las empresas pblicas, senta~do as un~ base para regmenes son "fuertes". Si lo que se entiende por fuerza es la capaci-
los peculiares vnculos, ya descritos, entre los mtereses pnv~dos. ~ ~! dad de violencia, entonces es tautolgicamente cierto. Pero de ello
estado. As el estado en cuanto que "pacto para la dommacwn no se deduce necesariamente que los regmenes autoritarios sean
muestra ras~os similares en ambos pases. Sera errneo, sin embargo, capac'es de resistir por s solos a cualquier desafo poltico. El ejem-
no tomar en consideracin las diferencias polticas entre ambos re- plo ms espectacular de esa incapacidad fue el "cordob~o", que
gmenes; la forma militar del sistema brasileo representa un contra,st.e puso fin al intento de Ongana de construir un orden autoritario
decisivo frente a la estructura de partidos en que se presenta el regi- estable. Adems de sus "conflictos internos", los regmenes autorita-
men mexicano. rios no son capaces de evitar los elementos de incertidumbre que
Variaciones menos marcadas, pero todava importantes, pode- invaden toda la vida poltica. Las actuales dificultades del autoritaris-
mos encontrar entre los regmenes militares de diferentes pases. Ta- mo brasileo ejemplifican todo esto. De ah que en la explicaciones
les variaciones son, ante todo, el resultado de las diferenci~s en el del cambio sea necesario tomar en consideracin los niveles diferen-
desarrollo de la lucha de clases. En general, el actual penodo de tes de anlisis. El primero se refiere a la interrelacin entre las posibi-
gobierno militar es una respuesta a la crisis que p.rovocaron en el lidades estructurales de accin y la conducta real de los dirigentes y
estado los movimientos polticos y las luchas sociales antes de la grupos sociales, pues posibilidades estructurales y conducta real no
toma del poder por los militares. En varios pases latinoam~?cano~, coinciden necesariamente. El segundo se refiere al hecho de que los
las clases dominantes han sido incapaces de controlar la pres10n poh- resultados reales de la accin poltica no coinciden necesariamente
tica de los trabajadores y los sectores radicalizados de las clases me- con los resultados deseados. Por ejemplo, en ocasiones los golpes
dias. En tales circunstancias, las clases dominantes no pueden mant~ militares se llevan a cabo con el fin de preservar la empresa privada,
ner su poder sin la intervencin y el apoyo militar abiertos. El precio
62 FERNANDO HENRIQUE CARDOSO

pero, finalmente, dan lugar a gobiernos que, a pesar de s mismos,

expanden la empresa estatal, creando contradicciones inesperadas.
PARTE SEGUNDA
Por tanto, es mejor reconocer con franqueza el carcter ambi-
guo de las situaciones histricas que proclamar la nostalgia de unas
explicaciones lgicas y coherentes, que ignoraran los aspectos con- EXPLICACION DEL SURGIMIENTO
tradictorios e inesperados de la vida poltica real, reforzando as la DEL AUTORITARISMO BUROCRATICO
imagen de que los regmenes militares autoritarios se enfrentarn
probablemente CO!l xito a cualquier nueva exigencia.
Las ambigedades de la poltica dejan abierto el camino a. la.
esperanza. A veces abren caminos favorables al cambio generando
fuerzas dentro de un orden establecido que socavan finalmente al
gobierno autoritario. El funcionamiento mismo de los regmenes
autoritarios y la consecucin de los objetivos econmicos propuestos
crean nuevos desafos a los militares, y por ello nuevas formas de
oposicin. Los militares no son capaces necesariamente de superar
esas dificultades. En gran medida, la probabilidad del cambio puede
depender de la capacidad poltica de los grupos de oposicin de
proponer alternativas creativas de poder que, frente a esos desafos
ofrezcan soluciones diferentes y mejores.
 III. EL PASO AL AUTORITARISMO EN AMERICA LA TINA
Y LA BUSQUEDA DE SUS DETERMINANTES ECONOMICOS

por Albert O. Hirschman *

INTRODUCCION: LAS ESPERANZAS DEL SIGLO XVIII

Y LAS REALIDADES DEL SIGLO XX

El "desarrollo econmico de las reas subdesarrolladas" aparec10 a

finales de los aos cuarenta y primeros de los cincuenta como un
campo de estudio nuevo y especialmente atractivo. La tarea era
verdaderamente formidable, pero dos acontecimientos concurrentes
daban esperanza a la promesa de enfrentarse a ella con xito. Los
avances tericos en la economa del crecimiento, junto con varias
nuevas intuiciones acerca de la naturaleza especfica de las economas
subdesarrolladas, provey a los economistas, o eso se crey al menos,
de las herramientas que necesitaban para dar consejos eficaces a los
gobiernos que deseasen encaminar a sus pases por el sendero de la
rpida expansin econmica. En segundo lugar, el xito del Plan
Marshall en Europa Occidental pareca confirmar la posibilidad de
una rpida transformacin econmica de las economas no socialis-
tas, siempre que estuvieran presentes dos condiciones: (1) que canti-
dades apropiadas de ayuda extranjera suplementaran la formacin de
capital nacional y (2) que una beneficiosa planificacin "indicativa"
suplementara a las seales del mercado, para asegurar que los recursos
de capital disponibles se invirtieran productivamente.
Por diversas razones, veinticinco aos ms tarde aquel optimis-
mo ha desaparecido en gran parte. El crecimiento, aunque importan-

*Reconocimientos: Walter Dean Burnham, Bruce Cumings, Marcelo Diamand, Carlos

Daz-Alejandro, Jorge Domnguez, Clifford Geertz, Peter Gourevitch, Sarah Hirschman,
James Kurth, Paul Streeten; y muy especialmente a David Collier, Jos Serra y Judith
Tendler.

65
 LA BUSQUEDA DE LOS DETERMINANTES ECONOMICOS 67
ALBERT O. HIRSCHMAN
66
pondran fin a los abusos de poder y las exacciones injustas: en
te en modo alguno ha superado la divisin del mundo en el "norte" suma, al despotismo. Dicho positivamente: una floreciente economa
ri~o y el "sur" subdesarrollado. Adems, en el sur mismo los frutos d~ mercado constituira la base de un orden poltico en el que queda-
del crecimiento se han repartido con mayor desigualdad de la que se nao a~egurados los derechos y libertades humanos. O, como lo expre-
esperaba. Y an hay otra razn para el desencanto, a menudo desco- saba Tocqu~ville e~~gramticamente; "~xiste un estrecho vnculo y
nocida: va aumentando la creencia de que el esfuerzo por lograr el
u~a,, ~ecesana relac10n entre es!as dos cosas: la libertad y la indus-
crecimiento tenga xito o no, conlleve unos efectos polticos calami- tna . La esperanzadora doctrma del ayer y la consternadora reali-
tosos en la' esfera poltica, que pueden ir desde las prdida de las dad de hoy no podran hallarse ms alejadas, y la sentencia de Toc-
libertades democrticas a manos de regmenes autoritarios Y represi- queville resultara ms aplicable a la experiencia latinoamericana de
vos hasta la completa violacin de los derechos humanos elementales. hoy si dijera: "Existe un estrecho vnculo y una necesaria relacin
Muchos economistas, cmodamente instalados en su disciplina en entre estas dos cosas: la tortura y la industria". Este contraste entre
expansin continua, se despreocuparon de la posibilidad de tales 1
cone- l_as. dos afirmaciones, o entre esperanzas y realidad, nos puede servir
xiones entre los acontecimientos polticos y econmicos Otros utllmente como punto de partida para nuestra discusin.
dieron salida a su consternacin por los acontecimienton polticos
En primer lugar, debe observarse que el contraste no se refiere
fijndose en los puntos dbiles de la gestin econmica de los reg-
menes que no les gustaban, como un supuesto "estancamiento estruc- tanto a las esperanzas europeas y las decepciones latinoamericanas.
tural" o una distribucin de los ingresos regresiva. Slo unos pocos se Y no slo porque hubo muchas decepciones en Europa, sino tambin
porque esperanzas similares a las expresadas por los pensadores euro-
sintieron tan preocupados por el curso de los acontecimientos ,qu~
peos del siglo XVII al inicio del XIX pueden encontrarse en Amrica
trataron ansiosamente de averiguar si haba sido el desarrollo economi-
Latina a finales del siglo XIX y principios del XX. La idea de que una
co el que haba forjado el desastre poltico, pero se e~contrar?n co~
que carecan de las herramientas conceptuales necesanas para mvestl- economa en expansin e industrializacin disciplinara los excesos
de los polticos que apasionadamente buscan el poder aparece en una
gar el problema. . . . obra clsic~ s~bre la historia econmica de Colombia, en la que se
Mi propia reaccin fue la de retirarme al estudio de la. histona;y
ms especficamente al de la historia de las ideas. C~mo mis conte~ hacen los. siguientes comentarios sobre el periodo de consolidacin
porneos haban iluminado tan escasamente las relaciOnes entre. creci- poltica Y expansin econmica subsiguiente a la terminacin de la
miento econmico y desastre poltico, decid habitar por un tiempo guerra civil de los mil das, en 1902: "El fundamento ltimo de esta
entre los filsofos y economistas polticos de los siglos XVII Y XVIII, poltica [de proteccin industrial] no era verdaderamente o principal-
m~nte econmico. El estmulo (fomento) dado a las empresas indus-
para averiguar lo que decan sobre las probables consecuencias pol-
ticas de la expansin econmica que estaba teniendo lugar entonces tnales era un elemento, y muy importante, en el cambio de direccin
qu~ Reye.s y su grupo queran impartir a la vida social y poltica del
ante sus ojos. De esta retirada al p,asado result mi libro The Passions
pais. Lo Importante era encontrar un modo de reducir la intensidad
and the Interests; Political Arguments for Capitalism be/ore Its Tri-
de la lucha poltica cuerpo a cuerpo, que haba llegado a ser insopor-
umph (Princeton, 1977). La idea ms sorprendente, casi extrafi~, con
table,_ de asegurar que la poltica no absorbiera toda la energa y
que me encontr -y cuya intrincada genealoga ~astreo en el h?ro-
atencin de la nacin ... Se inverta la frmula de los radicales: no era
fue la especulacin en el sentido de que la expansin del comercio, la
ya . qu~ la libertad traera el progreso; al contrario, se esperaba y
industria y la economa de mercado servira, por varias razones Y
su poma que el progreso nos traera la libertad" 3
mediante diversos mecanismos, para refrenar las .. pasiones" de los
soberanos ' conduciendo as a un gobierno menos arbitrario
humano. El crecimiento econmico conllevara restncc10nes que
.. Y ms . 2
C~n esta formulacin sinttica, en realidad Tocqueville hablaba mucho de la doctri-
na pre~Offil~ante, .pero ~uego pasaba a criticarla. Vase Passions and Interests, pp. 122-24.
Luis Ospma Vasquez, Industria y proteccin en Colombia, 181()..1930 (Medelln:
1 Se debe hacer una excepcin, la de John Sheahan, cuyo serio documento, "Market- E.S.F., 1955), pp. 326-27. El autor sigue diciendo que el desarrollo industrial con sus
Oriented Economic Policies and Political Repression in Latn America", que aparecer fav,orables consecuencias polticas de "orden y libertad", se esperaba tambin que'hiciera al
prximamente en Economic Development and Cultural Change, lleg a mi atencin cuando ~al~ menos vulnerable a los ataques contra su soberana territorial y poltica, lo cual,
logcamente, era un asunto de gran preocupacin para Colombia tras la prdida de Panam.
este captulo iba a imprimirse.
68 ALBERT O. HIRSCHMAN LA BUSQUEDA DE LOS DETERMINANTES ECONOMICOS 69

La idea de que una economa en expansin y su insercin en el tando la participacin, en suma, aplastando todo lo que pudiera ser
mercado mundial servira para refrenar las pasiones polticas la expre- considerado por algn rey-economista como una amenaza al funcio-
sa con fuerza otro autor colombiano, refirindose no slo al creci- namiento propio del "delicado reloj" 6
miento industrial sino tambin al incremento de la produccin de Las principales explicaciones "econmicas" de los gobiernos
una exportacin ~rimordial como la del caf: "[En la era anterior al autoritarios de Amrica Latina de hoy van por esa lnea. Se dice que
caf, los que hacen la poltica] son lricos y romnticos porque .~o la economa y su crecimiento tienen ciertas exigencias intrnsecas,
son capaces de dar una posibilidad a un producto cuya producc1on que a veces son descaradamente ignoradas por los gobernantes y los
est aumentando constantemente. Es la poca de la niez y el juego. gobernados, o por ambos. Cuando sucede as, resulta probable el
El caf traer madurez y seriedad. No permitir a los colombianos cambio del rgimen, y en fechas recientes ese cambio ha ido en la
seguir jugando con la economa nacional. Desaparecer el absolutis- direccin de un gobierno ms autoritario 7
mo econmico y amanecer la poca de la moderacin y sobriedad ... Estas explicaciones -que enseguida sern examinadas con ma-
El caf es incompatible con la anarqua" 4 yor detalle- ponen el nfasis en las caractersticas estructurales de la
Resulta particularmente interesante el que la participacin de economa y en las condiciones para su crecimiento continuo, que son
Colombia en la economa mundial por medio del mercado del caf complejas e impertivas. Estas son las exigencias que han de ser defe-
fuera considerada positivamente, como un modo de imponer una ridas: las deferenda. Los problemas surgen del enfrentamiento entre
muy necesaria disciplina sobre la poltica nacional y sobre lo~ que esas deferenda y los que se supone que deberan hacer la cesin,
hacan la poltica, en lugar de como una amenaza a la autonom1a del pero que a veces se rehusan a obrar de acuerdo con las disciplinas del
pas y como una manifestacin de su "dependencia". . "delicado reloj". As, la diferente propensin a deferir de los que
Desde luego que la historia ha decepcionado en gran med1da las hacen la poltica podra ser un importante elemento de la historia
esperanzas expresadas en tan elocuentes pginas. E.n ~i .libro he trat~ que estamos tratando de entender. Los polticos latinoamericanos
do de explicar algunas de las razones por las que 1dent1cas expectati- han mostrado en ocasiones una baja propensin a hacer la cesin.
vas optimistas de figuras del siglo XVIII, como Montesquieu y Sir Hay veces en que parecen gozar violando los lmites ms elementales
James Steuart, tampoco se han cumplido en los pases industrializa- del sistema econmico. La mejor expresin de est actitud es el
dos avanzados 5 Basndome en algunos de los crticos de sus ideas, conocido consejo que le dio Pern en 1953 a Carlos Ibez, entonces
como Adam Ferguson y Tocqueville, demostr que esas mismas ca- presidente de Chile:
ractersticas de la "economa moderna" que se supona constituan "Mi querido amigo:
un baluarte contra el "despotismo", desde una perspectiva slo lige- Dle al pueblo, especialmente a los trabajadores, todo lo que sea
ramente diferente podan justificar algo muy cercano a la aborrecida posible. Cuando parezca que ya les est dando demasiado, dles ms.
forma de gobierno. Pues la principal intuicin y afirmacin de Mon- Todos tratarn de asustarle con el espectro del colapso econmico.
tesquieu y de Steuart, as como de los autores colombiano~ citados, Pero todo eso es mentira. No hay nada ms elstico que la economa,
era que una economa ms compleja es un delicado mecams~o con a la que todos temen tanto porque no la entienden." 8
exigencias propias que no debe descomponerse. Para MontesqUleU (o Una negativa similar a creer en la existencia del "delicado reloj",
Nieto Arteta), esa descomposcin slo puede causarla el gobierno o
su cabeza el caprichoso soberano. Pero el argumento se cruza de
varios modos citndome a m mismo, "si es cierto que la economa 6
P. 124. La metfora del reloj fue utilizada repetidamente por Sir James Steuart en
debe ser def~rida, entonces no slo hay que refrenar las acci~n~s su anlisis de la economa moderna en expansin.
imprudentes del prncipe, sino tambin reprimir las del pueblo, hm1- 7
Se sabe que se han producido cambios de rgimen en la direccin opues~ y a
menudo se han explicado de modo similar; importantes ejemplos son las cadas de Peron en
1955 y de Rojas Pinilla en 1957.
4 Luis Eduardo Nieto Arteta El caf en la sociedad colombiana (Bogot: Breviarios 8
de orientacin colombiana, 1958),' pp. 34-35. Este ensayo, publicado pstumamente, fue Citado de Alejandro Magnet, Nuestros vecinos argentinos (Santiago de Chile, 1956),
p. 14, por Fredrick B. Pike, "Freedom or Reform in Latin America", OccasionalPaper,
escrito en 1947. Graduate Center for South American Studies, Vanderbilt University, Nashville, Tennessee,
5 Passions and lnterests, pp. 117-28. agosto de 1963, p. 3.
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70 ALBERT O. HIRSCHMAN LA BUSQUEDA DE LOS DETERMINANTES ECONOMICOS

y una impaciencia semejante con cualquiera de sus limitaciones, re- el empleo, sino que tambin reducira la dependencia, "transfiriendo
sultaron evidentes en las polticas monetarias y econmicas, de peor los centros de decisin" desde el extranjero, y dando as unamayor
consideracin y destino, de las ltimas dcadas en varios pases lati- autonoma a los hacedores de la poltica. Adems, aunque el desarro-
noamericanos. Despus de todo, quizs no se trata de que la econo- llo hatia afuera*-:-desarrollo basado en la exportacin de productos
ma plantea en determinados momentos unos problemas particular- primarios- haba tenido lugar bajo la gida dellaissez-faire, esa fase,
mente difciles a los que deciden la poltica. Ms bien es que los junto con la ideologa que la haba presidido, se consideraba que
hacedores de la poltica son proclives, de vez en cuando, a comprobar haba llegado a un ignominioso final. Por contraste, se supona que la
la "elasticidad" de la economa con enorme temeridad, y deciden nueva fase de industrializacin requera mucha gua e intervencin
revolverse contra esas limitaciones en las que sir James Steuart Y por parte de un estado activo. As, el "estadista" -por utilizar el
Nieto Arteta haban puesto la esperanza de acabar con el despotismo trmino de Sir James Steuart- no slo esperaba hacerse ms podero-
y el mal gobierno* (trmino castellano cuya significacin puede ser so, sino que al utilizar su poder hasta el fondo se senta justificado
desde mala gestin hasta desgobierno). por la ideologa ahora predominante. Finalmente, los inesperados y
Sir James Steuart nos da realmente una pista del motivo de que tempranos xitos de la fase "fcil", de la industrializacin sus ti tutora
tal rebelin pueda casi anticiparse. Observa la contradiccin entre el de importaciones, pudo llevar a una sobrestimacin de la "elastici-
poder creciente que es de esperar que acumule al soberano cuando la dad" de la economa. Esta fue la hiptesis que adelant en un texto
economa se expanda y el simultneo incremento de las limitaciones anterior: " .. .la 'eufrica' fase de la sustitucin de importaciones se
en el use de ese poder, originndose las limitaciones precisamente en acompa de vistosas polticas pblicas que sobrestimaban la toleran-
la creciente vulnerabilidad de la economa: es decir, en la ausencia de cia de la economa en diversas aventuras, ya fuera la redistribucin de
esa elasticidad que afirmaba Pern. Sir James Steuart dice que el las rentas mediante fat, la construccin de un nuevo capital u otras
estadista al verse enfrentado a tan desconcertante situacin, "mira a extravagancias (... ). Podra conjeturarse que en sus diferentes modos
su alred;dor con asombro", pero llega a la conclusin de que al final de actuacin, Pern, Kubitschek, Rojas Pinilla y Prez Jimnez pue-
se someter a las inesperadas e irritantes limitaciones, porque "se den ser considerados como vctimas del engao de la invulnerabilidad
encuentra tan atado por las leyes de su poltica econmica que toda econmica, engao que se vio fomentado por los sorprendentes xi-
9
transgresin de ellas le mete en nuevas dificultades" Obviamente, tos del principio y por la rpida penetracin de la industria en un
Sir James Steuart no estaba prediciendo al moderno soberano o hace- entorno supuestamente hostil" 10
dor de la poltica de Amrica Latina que, al encontrarse. con esa Este punto de vista puede relacionarse con un texto de Guiller-
contradiccin, habra de negarse a verse "atado por las leyes de su mo O'Donnell sobre los fenmenos econmicos subyacentes en el
poltica econmica" y a negarse al temor ante la perspectiva de "nue- surgimiento del autoritarismo en Amrica Latina 11 Este texto, cuya
vas dificultades". tesis principal se discutir en la siguiente seccin, da gran importancia
Puede parecer que el poner el acento en la naturaleza del factor a la imposibilidad de pronosticar decisiones polticas en Amrica
poltica, en lugar de ponerlo en la naturaleza de los problemas a que Latina antes del establecimiento de los regmenes autoritarios, consi-
se han de afrontar, es una interpretacin personalista, y por tanto derndola como un obstculo importante para la acumulacin y la
bastante pasada de moda. Pero se le puede dar fcilmente un sabor
cientfico social ms moderno. La recurrente ilusin de los factores
polticos con respecto a la "elasticidad" o invulnerabilidad de la * En castellano en el original.
economa se podra poner en relacin con algunas caractersticas de 10
"The Political Economy of Import-Substituting lndustrialization in Latin Ameri-
la industrializacin "postarda" en Amrica Latina. En primer lugar, ca", Quarterly Journal of Economics, 82 (febrero de 1968), reimpreso en mi A Bias for
se esperaba que la industrializacin no slo aumentara los ingresos Y Hope: Essays on Development and Latin America (New Haven: Yale University Press,
1971), p. 100.
11
Guillermo O'Donnell, "Reflexiones sobre las tendencias generales de cambio en el
* En castellano en el original. El parntesis es del autor. Estado burocrtico-autoritario", CEDES documento nm. 1; Buenos Aires, agosto de 1975
9 Para referencias y un tratamiento ms extenso, vase Passions and Interests, pp. (mimeo). Una versin inglesa, algo diferente, se public en The Latin American Research
81-87. Review 13, nm. 1 (1978), pp. 3-38.
72 ALBERT O. HIRSCHMAN LA BUSQUEDA DE LOS DETERMINANTES ECONOMICOS 73

planificacin de inversiones a largo plazo. O'Donnell conecta la fase ello es el documento de Guillermo O'Donnell que acabamos de men-
"superior" de la industrializacin, eil la que han de producirse las cionar. Su tesis principal es que la aparicin de regmenes autoritarios
inversiones intermedias y los bienes de capital, con una mayor posibi- en los pases ms grandes de Amrica Latina a partir de los aos 60 se
lidad de pronstico. Es obvio que es necesaria alguna posibilidad de debe en gran parte, aunque indirectamente, a las dificultades de "pro-
pronstico en cualquier tipo de pases en desarrollo en el que una fundizacin", capaces de obstruir el proceso de industrializacin.La
gran parte de las decisiones sobre ahorro, inversin y produccin las "profundizacin" se define como la puesta en su lugar, mediante
toman los agentes econmicos privados. Por tanto, en el grado en que vinculaciones atrasadas, de las industrias de inversiones intermedias y
O'Donnell identifica la carencia de una capacidad de pronstico bienes de capital, una vez que estn establecidas las industrias de
mnima de la poltica econmica como un importante factor del "ltima fase" que producen los bienes de consumo o de demanda
retraso en el desarrollo y del establecimiento de regmenes autorita- final 12 Escrita en 1974-1975 y presentada ante pblicos varios en
rios, nos invita a descubrir las razones de esa carencia; y eso es lo que 1975, esta tesis consigui dominar el debate durante un breve espacio
he intentado hacer aqu, aunque desde una perspectiva bastante dife- de tiempo. Naturalmente, la tesis de O'Donnell tena bien preparado
rente. el terreno intelectual gracias a que la nocin de "agotamiento de la
Quiz puedo decir ahora que mi absorcin en el pensamiento de sustitucin de importaciones" era una frase ms o menos corriente
los siglos XVII y XVIII no era un intento de escapar totalmente de en las discusiones econmicas desde haca diez aos 13 Slo faltaba
una realidad desagradable. Esa expedicin al pasado ideolgico ha dar un paso para relacionar las supuestas dificultades de la industriali~
producido al menos una contribucin al entendimiento del giro de zacin mediante sustitucin de importaciones (ISI) en Amrica Lati-
Latinoamrica hacia el autoritarismo. Me ha permitido poner nfasis na con el alza, en varios pases, de los regmenes autoritarios. Los
en la escasa propensin de quienes deciden la poltica en Amrica huesos desnudos de la idea se pueden encontrar por todas partes, sin
Latina a ceder ante las limitaciones econmicas normales. Esto con- muchas explicaciones y como si no necesitaran ninguna 14 Pero la
trasta con las explicaciones ms comunes, que han hecho hincapi en formulacin de O'Donnell, que poda preverse en sus trabajos ante-
las tareas econmicas inusualmente difciles a que se enfrentaron. No riores 15 , result particularmente rica, oportuna y persuasiva.
deseo sugerir que todas estas ltimas explicaciones son errneas. De Dado que he participado en el debate sobre el proceso de indus-
hecho, la mayor parte de este ensayo la ocupar una discusin que trializacin, tengo, como es natural, algunas opiniones sobre la tesis
sigue las lneas de las explicaciones tradicionales. Pero al final volver de O'Donnell 16 Esas opiniones son ambivalentes. Y lo que es peor,
brevemente a la argumentacin que acabo de presentar. me doy cuenta ahora de que mis propios escritos han sido ambiguos.
12
Utilizar "profundizacin" en este captulo tal como .lo haca O'Donnell. Los
economistas deben notar que el sentido de la "profundizacin" de O'Donnell es distinto del
de la "profundizacin de capital", que se refiere a una expansin de la produccin lograda
l. ARGUMENTOS ECONOMICOS: EXIGENCIAS ESPECIFICAS en conjuncin con un incremento en la relacin capital-trabajo, en contraste con la "amplia-
DE LA INDUSTRIALIZACION EN TANTO QUE DETERMINANTES cin de capital", que logra tal expansin sin apretar la intensidad del capital.
DEL AUTORITARISMO 13
Es decir, al menos desde el bien conocido artculo de Mara da Concei~tiio Tavares
en "Rise and Decline of Import Substitution in Brazil", Economic Bulletin for Latin Ameri-
ca, 9 (marzo de 1964, pp. 1-65).
La coyuntura de "profundizacin" de O'Donnell 14
Un buen ejemplo es el anlisis que hace Celso Lafer sobre el sistema poltico
brasileo, en el que "el agotamiento del modelo de sustitucin de importaciones" se cita en
Un siglo despus de Marx, la proposicin general de que el varias ocasiones para explicar la crisis de la "repblica populista" y la instalacin de un
cambio poltico importante se puede explicar mejor por factores nuevo rgimen poltico. Vase Lafer, O sistema poltico brasileiro (Sao Paulo, Perspectiva,
econmicos no resulta ni particularmente nuevo ni totalmente con- 1975), pp. 69 y 76.
15
vincente. Sin embargo, aun se puede generar una considerable agita- Ya en su Modernizacin y autoritarismo (Buenos Aires, Paids, 1972), pp. 170 y
ss., O'Donnell puso en relacin las dificultades de lograr la integracin vertical y de estable-
cin intelectual -y muy legtimamente- cuando se prueba, o se cer las "industrias bsicas" con la tendencia al autoritarismo.
supone, que un giro especfico de la marea poltica tiene su origen en 16
O'Donnell se refiere generosamente a mi obra al inicio de su' investigacin "Refle-
\!TI rasgo preciso del terreno econmico subyacente. Buen ejemplo de xiones", p. 11. Mi artculo "The Political Economy", construido sobre los Captulos 6 y 7
74 ALBERT O. HIRSCHMAN LA BUSQUEDA DE LOS DETERMINANTES ECONOMICOS 75

Por una parte, el propsito central de mi artculo de 1968 ~-ra tecnologa extranjera por medio de empresas multinacionales, hayan
cuestionar la nocin de "agotamiento" de la ISI. Es una reaccwn sido experimentadas como problemas reales antes del fracasado in-
crtica inmediata a una tesis que atribuye la mayor parte de los tento de 1966 (Ongana) de implantar un rgimen autoritario 18 Unas
resultados polticos del momento a un fenmeno econmico sobre correspondencias similares resultan difciles de establecer en otros
cuya misma existencia trat de plantear algunas dudas. , lugares.
Y sin embargo, mientras argumentaba que la ISI no tema_ q.ue Parece problemtico, por tanto, el intento de O'Donnell de ex-
detenerse necesariamente de un modo estrepitoso en toda Amenca plicar los acontecimientos polticos basndose en fenmenos econ-
Latina en ausencia de un cambio estructural profundo, tambin sea- micos. Su tesis debe ser descartada o reformulada. Personalmente
laba lo siguiente: (a) que la industrializacin en Amrica Latina era abogara por la segunda solucin: la investigacin de O'Donnell debe
un asunto ms secuencial y ms "ceido a las fases" de lo que lo ampliarse en lugar de abandonarse. Todo el mundo sabe que factores
haba sido en los primeros industrializadores; (b) que hay ~iertas puramente polticos, y en particular las reacciones a la revolucin
resistencias a la dinmica de la vinculacin hacia atrs, es decu a la cubana -el "gran miedo" de los grupos gobernantes latinoameri-
"profundizacin" (as como diversos modos de superarlas); Y (e) que canos, la extensin de la tctica de guerrillas por parte de la izquierda
existe lo que se llama una "fase particularmente fcil o exu~era~te de y la determinacin de los Estados Unidos de impedir una "segunda
sustitucin de importaciones, cuando el proceso de fabncacwn se Cuba:'- han contribuido poderosamente al establecimiento de re-
basa enteramente en maquinaria y materiales importados, mientras la gmenes autoritarios en un pas tras otro de Amrica Latina, desde
importacin del artculo es detenida por controles firmes Y efica- 1959. Sin embargo, eUema de la bsqueda de un desarrollo econmi-
ces" 17 . co ha sido tan dominante durante los treinta ltimos aos en Amri-
Conjuntamente, estas observaciones pueden prestar apoyo a la ca Latina, que la existencia de una conexin sistemtica en el curso
idea de que, despus de todo, la profund.izacin ~e la es!ructura de esa bsqueda entre, por una parte, sus xitos y fracasos, y por la
industrial en la direccin de los insumos mtermedws Y bienes de otra, una tendencia poltica predominante, tiene un atractivo intelec-
capital representaba algn umbral decisivo. tual inherente. Y precisamente en ese atractivo hay que buscar el
He puesto al descubierto las razones ntimas por las que pueda motivo de la amplia aceptacin de la tesis de O'Donnell. Tratar
gustarme o disgustarme la tesis de O'D<;mnell. Pe~o .es evidente que n_o ahora de algunos modos alternativos de establecer esa conexin.
se trata de si la tesis se conforma a las Ideas y opmwnes que yo habla Pero veamos primero un punto metodolgico. Para establecer la
expresado previamente, sino de si es verdadera o falsa; o, ms m.odes- conexin de unos acontecimientos enigmticos -por ejemplo el cam-
tamente, de si es una generalizacin sostenible teniendo en considera- bio de rgimen en una direccin autoritaria en diversos pases- con
cin los hechos histricos que tenemos ante nosotros. ., algn factor causal subyacente, como por ejemplo la dificultad para
Robert Kaufman y Jos Serra intentan responder a esta cuest10n la "profundizacin" de la estructura productiva, no basta con demos-
crucial en otras partes de este libro. En sus trabajos plantean sus trar que sta precedi sistemticamente a los cambios de rgimen. Es
dudas acerca de los fundamentos empricos de la tesis de O'Donnell necesario demostrar una conexin plausible y significativa entre las
con respecto a pases decisivos, como Brasil y Chile. Slo en Argenti- dos series de acontecimientos. En el caso ahora planteado, esa necesi-
na es plausible que las dificultades de profundizacin de la estructu~a dad es particularmente poderosa porque, como resultado del pensa-
industrial, y la necesidad de llevarla a cabo trayendo una compleJa miento marxista de nuestro tiempo, el atractivo de las causas econ-
micas de los los fenmenos no econmicos tiene una excesiva aura de

de The Strategy of Economic Development (New ,Haven, Yal~ Univer~ity Press, 19~~; Nueva
York, Norton, 1978) y los conceptos de vinculacion ~acia a tras y h~c~~. adelante~~ mt~odu 18
En los Captulos 14 y 15 de su bien conocid~ libro, La economa argentina
cidos. Se encuentran nuevos pensamientos en un reCiente texto m!? A General~ed Lmka- (Mxico-Buenos Aires, Fondo de Cultura Econmica), publicado por primera vez en 1963,
ge Approach to Development, with Special Reference to Staples , en Economzc ~evelop Aldo Ferrer se refiri a la "falta de integracin" de la industria argentina como uno de los
ment and Cultural Change, 1977, Suplemento (Essays in Honor of Bert F. Hosehtz), pp. obstculos mayores para una satisfactoria experiencia de crecimiento en el pas. El significa-
67-98. do de la "integracin industrial" de Ferrer es muy similar al de la "profundizacin" de
17
Bias, p. 99. O'Donnell.
76 ALBERT O. HIRSCHMAN LA BUSQUEDA DE LOS DETERMINANTES ECONOMICOS 77
plausibilidad a priori. O'Donnell tiene una conciencia clara de estos. La transicin a una poltica econmica ms ortodoxa
asuntos: no vincula directamente el establecimiento de los regmenes
autoritarios con el "gotamiento" de la ISI, tal como se hace en las Exist~ u~a ser~a alternativa para ejercer de candidata al papel
presentaciones ms "vulgares". En lugar de ello, pone como vnculo que ha. atnbmdo O Donnell a la profundizacin. Es la necesidad de
intermedio de la cadena causal la carencia y necesidad de una posibi- una sene de polticas econmicas ms ortodoxas, despus de haber
lidad de pronstico que ya hemos mencionado. Adems, en un punto llevado a cabo la ISI durante algn tiempo, mediante la bien conoci-
intenta demostrar que su causa se convirti en un motivo real para da pero poco ortodoxa combinacin de inflacin, sobrevaloracin de
los actores, al afirmar que los diversos golpes militares procedieron la m~neda, fuertes ~ontroles cuantitativos de la importacin y algu-
(a) de la comprensin de que las perturbaciones poltcas y sociales na~ fma~zas extranJeras, tanto en forma de ayuda como de capital
que haban de ser reprimidas estaban causadas en parte por las recu- P.nvado , . Com? se ha sealado ~menudo, esta combinacin de pol-
rrentes crisis inflaccionarias y de balanza de pagos; y (b) de la con- ticas tema la VIrtud de conseguir una transferencia de rentas de los
ciencia "de que esas crisis derivaban a su vez de la falta de una integra- exportado~~s tradicionales de productos primarios al sector industrial
cin vertical de las estructuras industriales nacionales 19 .El hecho de e!l expanswn; Y de hacerlo indirectamente, incluso tortuosamente,
que tales afirmaciones procedan de la pluma de O'Donnell demuestra sm cargar realmente a los exportadores. Desde el punto de vista del
que senta, acertadamente, la necesidad de probar su tesis con algo est~do, la c?mbinacin funcion mejor y por ms tiempo en algunos
ms que con el simple establecimiento de la existencia de una secuen- paises. (Brasil) que en otros (Argentina), debido en gran parte a que la
cia temporal, que condujera desde su pretendida causa a la instala- capacidad de los exportadores tradicionales de defenderse cambiando
cin de los regmenes autoritarios. a actividades no penalizadas vara mucho de un pas a otro tenan
Ahora bien, la proposicin (a) es correcta: las altas tasas de mu~ha ms capacidad los criadores de ganado de Argentina 'que los
inflacin y las crisis recurrentes de la balanza de pagos son amplia- cultivadores de caf de Brasil y Colombia, por el hecho simple de que
mente aceptadas como sntomas y como propulsoras de la desintegra- e~ ganado puede ser sacrificado, a diferencia de los cafetales invir-
cin sociopoltica; quizs los hacedores de la poltica y de los golpes tiendo las ganancias de su venta en actividades no penaliz~das 2 ~
rastrearon estos males incluso ms atrs, pero si lo hicieron as no P~ro, al final, este modo particular de promocin de la industrializa-
pudieron atribuirlos a la falta de un proceso de profundizacin, que Cin result problemtico en todas partes debido a la vacilacin en
ni siquiera exista como problema en muchos de los pases en cues- una Y otra de las condiciones esenciales para el funcionamiento del
tin. modelo.: la exportacin tradicional perdi terreno (como acabamos
Este es un buen punto de partida para el mencionado esfuerzo de. decir, en unos casos antes y en otros despus) result difcil
por ampliar la investigacin de O'Donnell. Si la tsis de la profundiza- mantener la inflacin dentro de unos lmites razonabies los recursos
cin no puede sostenerse, hay algo, en la esfera del desarrollo eco- que. originalmente se haban dedicado a la industrializ~cin fueron
nmico, que pueda ocupar su lugar? Cules son, si existen, los r~?nentados a otras actividades (por ejemplo, en Brasil a la construc-
problemas econmicos, y las ideologas con los que tales problemas cwn); Y, en parte como resultado de todos estos hechos los suminis-
fueron interpretados, que han sido la causa, directa o indirecta, de tradores del capital y la ayuda extranjeros se pusieron ne~iosos.
que esos pases estuvieran "maduros" para la instalacin de regme-
nes autoritarios? Planteando la cuestin de esta forma, nos estamos :.o En la literat~r~, ing~~.sa, a menudo las dos fases se han etiquetado respectivamente
preguntando acerca de los problemas econmicos como tales, y sobre como outward-lookmg e mward-looking" (literalmente "mirando hacia afuera" y "mi-
rando ~acia ade~,tro"). Esta !e~~inologa por el juicio de valor positivo que implica "miran-
el modo en que han afectado a la conciencia de los diversos grupos do. hacta afuera, fr~nte al !UICIO de valor negativo de la fase "mirando hacia adentro"
sociales y polticos. Tratar a continuacin estos dos asuntos. (notese que el termmo e.span.ol, desar:pllo hacia adentro, tiene una connotacin positiva,
pue~ en lug~ ~e .a~tarquta e mtrovers10n evoca la imagen de apertura del mercado interior
naciOnal). M1s JUICios de valor sobre esas dos fases resultarn evidentes en las pginas siguien-
tes . ~ero, a parte.de este h~cho, '_'outward-looking" slo se refiere a un aspecto de las nuevas
pohttcas, es ~ecrr l~s t3f'ifas, tipos de cambios, etc., sin considerar las nuevas polticas
fiscales Y de tipo de mteres, que pueden ser igual de importantes.
19
"Reflexiones", p. 16. 2Iv o 1
ease las, pp. 1-12, para una elaboracin de esta cuestin.
78 ALBERT O. HIRSC'HMAN LA BUSQUEDA DE LOS DETERMINANTES ECONOMICOS 79
La reduccin de la industrializacin, que se produjo en los diver- Como resultado de los cambios y oportunidades, lleg a ser
sos pases en distintos momentos de las dcadas de los 50 y 60, se realmente prometedor prescindir del deteriorado modelo original pa-
debi en mayor medida a esas dificultades que a un "agotamiento" ra la promocin de la ISI. Ello significaba el establecimiento y mante-
de la ISI; es decir, que se debi a alguna barrera intrnseca a una nimiento de una tasa de intercambio no sobrevaluada, combinado
mayor expansin industrial. Lo que sucedi fue que la ISI fue llevada con una mayor dependencia de los impuestos directos sobre los gas-
adelante bajo un modelo institucional que en un tiempo represent tos pblicos, con precios realistas para los servicios pblicos y con
una brillante invencin social para rodear los obstculos estructura- mercados de capital, en lugar de confiar en las finanzas inflacionarias
les, como la dificultad de gravar directamente a los exportadores de y en los beneficios de las operaciones extranjeras de intercambio.
productos primarios o la debilidad de la burguesa nacional. Como Esta transicin a una poltica ms ortodoxa y orientada al mer-
suele suceder, el invento result ms brillante cuando era menos cado -a partir de ahora utilizar slo ocasionalmente el trmino
consciente o estaba menos planificado -es decir, en sus primeras "transicin"- no resultaba en absoluto fcil de conseguir, debido al
fases-, y perdi eficacia al poco tiempo de que los que hacen la gran nmero de intereses implicados en los antiguos convenios. Tanto
poltica comprendieran lo que haba estado sucediendo. Como en los en Amrica La tina como en otros lugares, en algunos casos la transi-
mitos que demuestran los peligros de arrebatar sus secretos a los Cin se produce de un modo discontinuo, combinando la devaluacin
dioses, los que tenan el poder de ,decidir abusaron de su conocimien- con el rpido desmantelamiento de ciertos controles de divisas as
to recin descubierto, aplicando en exceso la frmula mgica que tan c~mo por la promulgacin, durante un breve espacio de tiempd, de
hermosos dividendos haba producido en un principio 22 . diversas reformas en los campos de los impuestos, los precios de los
Por otra parte, mientras el modo institucional original para la servicios pblicos y los mercados de capital. A causa de estas caracte-
promocin de la ISI perda eficacia, surgan algunas oportunidades rsticas de la transicin -la oposicin a ella desde diversos centros de
nuevas como resultado de la intervencin en la industrializacin, aun- poder Y la posible necesidad de decisiones discontinuas-, parece ser
que con frecuencia no fueron percibidas durante un considerable un excelente candidato para ocupar el lugar de la "profundicacin"
espacio de tiempo. Con la economa mundial en rpida expansin, en cuanto que problema econmico subyacente que condujo a la
aparecieron posibilidades de exportacin para algunos de los produc- instalacin de regmenes autoritarios.
tos nuevos (as como para los productos primarios no tradicionales), Pero antes de considerar esta hiptesis, es interesante examinar
pero permanecieron ocultas por causa de la tasa de intercambio so- cmo difiere de la coyuntura de O'Donnell. En Reflexiones... habla
brevalorada, segn la cual los precios nacionales no parecan competi- repetidamente de la necesidad de exportaciones de productos como
tivos.23 En segundo lugar, las inversiones industriales podan finan- si tales exportaciones formaran parte de la "profundizacin~' (por
ciarse cada vez ms con los beneficios obtenidos por las nuevas indus- ejemplo en la pgina 17). Pero esto no puede ser legtimo, al menos sin
trias, con lo que se poda prescindir de las transferencias intersecto- muchas ms explicaciones. El paso a las exportaciones de manufactu-
riales que haban servido originalmente a ese propsito. Finalmente, ras significa ante todo que algunas industrias existentes consigan nue-
sobre todo en los pases ms grandes, la industrializacin y la expan- vas salidas para sus productos: representa una ampliacin ms que
cin del mercado domstico sent la base econmica para la amplia- una profundizacin. Y, como demuestra Serra, esta ampliacin tuvo
cin de las tasas por rentas y para que el estado y las instituciones lugar en Brasil despus del advenimiento del autoritarismo; y se pro-
estatales se hicieran con un incipiente mercado de capital. dujo junto con un aumento del coeficiente de importacin de varios
productos industriales bsicos; es decir, precisamente lo opuesto a
profundizacin. Finalmente la transicin de que estoy hablando im-
~lica otras polticas ms aparte de la promocin de la exportacin; y
22 Vase, por ejemplo, "The Goldfish", en Russian Fairy Tales, recogido por A. estas -reforma de los impuestos y del mercado de capitales, entre
Afanasiev (Nueva York, Pantheon, 1973), pp. 528-32.
23 otras- tampoco tienen mucha relacin con la profundizacin.
Marcelo Diamand y Daniel Schydlowsky han llamado la atencin sobre esta situa-
cin. Vase Diamand, Doctrinas econmicas, desarrollo e independencia (Buenos Aires,
Sin embargo, desde un punto de vista puede argumentarse que
Paidos, 1973). Captulos 10 y 11; Schydlowsky, "Latin American Trade Policies in the la profundizacin y la exportacin de productos manufacturados es-
Seventies: A prospective Appraisal", Quarterly Journal of Economics, 86 (mayo de 1972). tn estrechamente relacionadas: una tasa de cambio sobrevalorada no
80 ALBERT O. HIRSCHMAN
LA BUSQUEDA DE LOS DETERMINANTES ECONOMICOS
81
slo penaliza la exportacin de productos manufact~ra~?s, sino ta'?-
bin la vinculacin hacia atrs o proceso de prof~nd1z~c10.n: La razon Pero otras influencias, aparentemente menos doctrinarias actua-
es simple. La sobrevaloracin de la moneda nacional s1gmflca que las ban en la misma direccin. De mediados a finales de los aos' 60 las
importaCiones que deja pasar la maquinaria de .controll~evan un p~e polticas que haban servido para promover la ISI fueron critic~das
cio de etiqueta atractivamente bajo. C~mo l~,s unportac10nes d.e .bie- con detalle por un grupo de economistas procedentes ante todo de
nes de capital tienen prioridad en la as1gnac10n de las escasas d1v1sas, los p~ses. desarrollados, y que contaban con el influy~nte apoyd de
el bajo costo nacional de la maquinaria importada ~uede ~ctuar como orgamzacwnes tales como la Brookings Institution el Banco Mundial
freno a la fabricacin nacional de bienes de capital, al Igual que 1~ Y la Organization for Economic Cooperation and Development. 24 El
sobrevaloracin desanima a la exportacin. Por tanto, el estableci- principal concepto tcnico desarrollado en esos informes, acompaa-
miento de una tasa de cambio realista puede ser i~portante. para el do de una gran efusin de artculos en los peridicos profesionales,
desarrollo, a su debido tiempo, de una industria naciOnal .d~ ,bienes de fue el de "tasa de proteccin efectiva", que difiere sustancialmente
capital. Pero esto es un efecto no buscado de la trans1c1on (y con de la tasa nominal definida por las tasas de aduana. 25 Relacionando la
frecuencia muy postergado). tasa con el valor aadido en lugar de con el valor total del artculo
Los problemas econmicos, y el giro decisivo re~ultant~, de ,la protegido, la tasa efectiva expresa la proteccin real concedida por la
poltica econmica que aqu hemos subrayado, se d1ferenc1an a~n tasa de aduana al productor local; es decir, el grado en que los costos
ms de la profundizacin cuando tenemos en cuenta la~ m.atenas de su fabricacin de producto pueden exceder a los niveles competiti-
ideolgicas. Como mencionamos antes, los problemas econom1cos de vos mundiales. Dadas las fases tpicas de industrializacin en los pa-
los que ms conscientes eran los "hacedores de la poltica Y ?~ l~s ses desarrollados, en donde la sustitucin de la importacin de los
golpes" eran primero la inflacin, y en segundo lugar el deseqm~1~no bienes de consumo se produjo mucho antes de la de bienes interme-
de la balanza de pagos, especialmente cuando las reservas de d1;1~as dios Y de capital, que eran importados y pagaban tasas bajas, en esos
amenazaban con agotarse. Los responsables del cambio en la po~1tlca pases las tasas efectivas de proteccin para los bienes de consumo
latinoamericana en la direccin autoritaria, parcialmente baJo el eran a menudo un mltiplo de la ya alta tasa nominal.
impacto de estas dos crisis gemelas, tenan algunas nociones so~re los Ante todo hay dos modos de rebajar la tasa efectiva: uno de
ello:> es redcir drsticamente las tasas nominales de los bienes de
problemas polticos y econmicos responsables de la emergencia. Pe-
consumo producidos nacionalmente; el otro es incrementar las tasas
ro, por lo que yo s, la falt~ de profundiz~c!n slo jug un papel de la maquinaria y de los insumos intermedios; en tanto en cuanto
menor, si acaso, en tales nociOnes; salvo qmzas, nuevamente, en Ar- est?s bien.es no .son producidos localmente, pero son necesarios para
gentina. . . d' r la mdustna naciOnal, carecen de tasa o pagan tasas bajas. El incre-
La inflacin se atribuy ante todo a la mcompetenc1a, pro. 1ga 1-
dad e incapacidad de resistir las presiones popular~s de los gob1ern~s
anteriores al golpe. Pero tambin actu la creencia en fa~tor~s mas
profundos y "estructurales". En todos los regmenes autontano~, las 24
Vase Harry G. Johnson, Economic Po/icies Toward Less Deve/oped Countries
altas posiciones decisorias econmicas fueron ocupadas en pn~er Washington, D.C., Brookings, 1967). Este libro fue escrito como anlisis crtico de la
lugar por un cierto tipo de persona, la que profesaba mayor confian- >rimera conferencia de la UNCTAD, de 1964. La OECD patrocin un gran proyecto de
za en las fuerzas del mercado y denunciaba, propo~indose.corregir, nvestigacin internacional sobre polticas de industrializacin y comercio que cubra a
Jrasil, India, Mxico Pakistn, Filipinas y Taiwan. El principal resultado del proyecto fue
algunas de las graves distorsiones en cuanto a preciOs rel.~tlvos, que m libro, Industry and Trade in Sorne Developing Co4ntries, de Jan Little, Tibor Scitovsky y
eran el legado usual de la inflacin, sobre todo en relacwn ~o? las .taurice Scott (publicado para la OECD por la Oxford University Press en 1970). Este
tasas de cambio, de inters y de ~tilidad pbli~a. La i~flueJ?~la !~~o nforme general era con frecuencia ms crtico de la ISI que los estudios nacionales en los
ue se s~pona que estaba basado. Esto resulta particularmente evidente si se le compara con
lgica de esos polticos supoma una ,reacc10n .antlplamflcaclO~, 1 estudio de Joel Bergsman, Brazil: Industrialization and Trade Policies (OECD-Oxford
anti-ISI y anti-ECLA. El componente mas abso~utlsta de este m~vl Jniversity Press, 1970). Otro estudio a gran escala, patrocinado por el Banco Mundial y el
miento fue un grupo de economistas latinoamencanos que se hab1an nter-American Development Bank, es el de Bela Balassa y colaboradores, The Structure of
'rotection in Developing Countries (Baltimore, The John Hopkins University Press, 1971).
graduado en la Universidad de Chicag.o, en cuyo departam.ento de eco- 25
nmicas dominaba una estricta doctrma del neo-lazssez-fazre. El clculo real de las tasas efectivas requera estadsticas de input-output que a
~ediados de los 60 comenzaban a estar disponibles para varios pases en desarrollo.
82 ALBERT O. HIRSCHMAN LA BUSQUEDA DE LOS DETERMINANTES ECONOMICOS 83
mento de esas tasas es una consecuencia inevitable en cuanto est en Co~ombia sea el ejemplo ms claro. En este pas se han tomado una
marcha la produccin nacional de esos elementos. Por tanto, la pro- sene de medidas tpicas de la transicin. En un principio los subsidios
fundizacin de la estructura industrial es otro modo de reducir las a la ex~ortacin, Y. posteriormente unas pequeas devaluaciones han
tasas de proteccin efectiva. No es tan directo como la simple reduc- promovido con exito nuevas exportaciones agrcolas e industriales se
cin de las tasas nominales. Sin embargo, cabe esperar que por lo menos ha reducido el nivel medio de exportacin; las tasas de inters se han
algunas de las numerosas publicaciones sobre el tema le presten el~v~do sustanc~almente, de modo que el volumen de las tasas de
atencin. Pero salvo un importante primer artculo en el que se credito ya no tiene lugar con tasas de inters real negativo; y se ha
estableca ese hecho,26 no se puede encontrar ms sugerencias en ese llevado a cabo una reforma sustancial de los impuestos sobre la renta.
sentido y todo el peso de la crtica de la ISI va en un solo sentido: si Todo_ es~o se_ p:odujo sin el previo establecimiento de un rgimen
se quiere reducir las ineficacias asignativas (incluyendo horrores tales autor~tano. Similarmente, en el Chile anterior a Allende en los aos
como el "valor aadido negativo") resultantes de los altos niveles de 60 b_aJO la administracin Frei, aparecieron las polticas d~ transicin,
proteccin efectiva, hay que reducir las tasas nominales. Con este parti~ular~ente ~on respecto al establecimiento de unos tipos de
consejo poltico unilateral, los textos sobre proteccin eficaz revela- c~mbio mas reahs_t~s por ~edio de pequeas devaluaciones y subsi-
ron su desviacin anti-industrializacin. Tambin resulta evidente el dio~ a la ex~ortac10n. Brasil es, evidentemente, el pas cuya historia
hecho de que la profundizacin no formaba parte del clima ideolgi- reciente meJor se adecua a la hiptesis de que la transicin la debe
co que prepar el terreno para las polticas de transicin: hubiera llevar ~ efecto un rgimen autoritario. Pero parece ser que ello se
sido lgico que los analistas de la proteccin efectiva hubieran reco- debe solo al he~~o de que el autoritarismo se estableci all muy
mendado, al menos ocasionalmente, la profundizacin de la estructu- pronto. Las pohttcas que se piensa que se establecieron en Brasil
ra industrial; pero no lo hicieron as, pues tal recomendacin no se como consec~encia del cambio de rgimen que tuvo lugar en 1964,
adecuaba a sus intenciones y premisas ideolgicas. Esos textos ataca- f~eron ~~stenormente adoptadas en otros pases bajo diversos auspi-
ban claramente a la industrializacin; y no porque se considerara que CIOs pohttcos.
se haba logrado muy poco, sino porque se pensaba que se haba
llegado demasiado lejos. La aceleracin del crecimiento industrial mediante el incremento
Cabe preguntarse entonces si se puede afirmar que el surgimien- de la desigualdad de la renta 27
to de regmenes autoritarios en Amrica Latina estuvo vinculado con
Me referir brevemente a una tercera conexin posible entre
la necesidad de llevar a cabo, en una determinada fase, la transicin a
desarrollo econmico y establecimiento de regmenes autoritarios.
una serie de polticas econmicas ms ortodoxas. A primera vista,
Est~ argumento es el resultado de la conjugacin de una serie de
esta explica~.:in parece estar ~.n lnea con algunos de los hechos
escntos, debidos principalmente a autores brasileos. 28 Del modo
observados ' con las declaraciunes e ideologas de los que tomaron
~s su~in_to posible, sta es la tesis: cuando los pases en proceso de
las decision~s polticas. De hecho, los gobiernos autoritarios que han u:dustnahzacin, con la distribucin de rentas tpica de Amrica La-
llegado al poder han adoptado a menudo la nueva serie de polticas
tma, pasan a la fase del nfasis en la fabricacin nasional de automvi-
con considerable fanfarria, adhirindose a ellas con l'Xtraordinaria les Y otros bie_nes ~~ consum_o duraderos, es posible que su poltica se
obstinacin incluso cuando han estado lejos de tener xito. De este mueva en la drrecc10n represiva y autoritaria.
modo se ha creado la impresin de que le corresponde a un gobierno La idea de que los esquemas sectoriales de crecimiento tienen
autoritario el llevar a cabo la transicin. Sin embargo, examinando la alg~na relacin con la naturaleza del rgimen poltico no es nueva en
cuestin ms de cerca, surgen considerables dudas sobre este punto. r,eahdad. La_ siguiente afirmacin, por ejemplo, parece bastante fami-
Es un hecho que en varios casos la transicin se ha logrado o se liar Y plausible: un gobierno que desea poner todos sus recursos de
est logrando sin la presencia de un gobierno autoritario. Quizs
27
Et b '
s a su seccwn se ha aadido corno respuesta a una sugerencia de Jos Serra.
26 28
.. d .~gu~as. parte.s de la argumentacin se deben al libro de Celso Furtado, Anlise do
Vase Max Corden, "The Structure of a Tariff Systern and the Effective Protection
Rate", Journal of Political Economy, 14 Gunio de 1966), p. 229. mo elo braszlezro (R10 de Janeiro, Civiliza~ao brasileira, 1972).
 LA BUSQUEDA DE LOS DETERMINANTES ECONOMICOS 85
84 ALBERT O. HIRSCHMAN
Hay algo curioso en estas proposiciones. Pero hay que aadir de
inversin en armamento y bienes de capital para la industria pesada inmediato dos observaciones crticas:
debe reducir el consumo, y probablemente ser ms represivo que un l. Ninguno de los regmenes autoritarios de Amrica Latina se
gobierno que deja que una parte del crecimiento econmico tome la estableci con el fin de lograr la estrategia de crecimiento que acaba-
forma de un incremento del consumo. Este tipo de razonamiento se mos de subrayar. Como en el caso de la profundizacin, la idea de ese
ha utilizado con frecuencia para explicar el mantenimiento de la tipo de estrategia no fu nunca un motivo real para los generales y
poltica autoritaria en la Unin Sovitica; y en una ocasin muchos polticos que marcaron el comienzo de esos regmenes.
analistas vincularon las perspectivas de liberalizacin poltica en ese 2. Como en el caso de la transicin a una poltica ms ortodoxa,
pas con los cambios en poltica econmica que favoreceran la ex- los florecimientos, grandes o pequeos, de las industrias del autom-
pansin, por mucho tiempo retrasada, de las industrias de bienes de vil y de los bienes de consumo duraderos tuvieron lugar en varios
consumo. Los acontecimientos no han confirmado precisamente esas pases de Amrica Latina en los ltimos veinte aos, tanto antes
coyunturas, pues ahora se producen ms bienes de consumo en la como despus del establecimiento de regmenes autoritarios, as co-
Unin Sovitica, mientras que no se observa que est menguando la mo en su total ausencia.
naturaleza autoritaria del rgimen sovitico. Como resultado de ello, Sin embargo, el argumento que acabamos de presentar tiene su
ltimamente no se han odo muchas argumentaciones en esta lnea. lado convincente, pues describe bastante bien lo que ha sucedido
Para Amrica Latina; ha propuesto una interesante variante de durante unos aos en Brasil, el pas con un florecimiento ms espec-
la idea. Ya no es la compresin del consumo agregado, que debe dar tacular en esas industrias. Desde mediados de los 60 hasta 1973, la
lugar a una expansin del sector de bienes de capital, el responsable poltica econmica brasilea ha canalizado ingentes cantidades de
de la poltica represiva y autoritaria. El acento se pone ms bien en la crdito al consumo para compras de automviles y bienes de consu-
desigual expansin del consumo; desigual con respecto a los tipos de mo duraderos a cualquiera que afirmara ser un cliente serio, ha am-
artculos y a las categoras de consumidores. pliado los diferenciales de salarios y sueldos y ha mantenido los
La argumentacin es la siguiente. En una fase del desarr~ll? salarios en el extremo ms bajo de la escala, por lo menos hasta 1974.
industrial tipo occidental, el modo ms sencillo de promover el rapi- Es probable que esta poltica no se hubiera llevado adelante de modo
do crecimiento es por medio de la expansin de las industrias del tan coherente sin un gobierno "fuerte".
automvil y de los bienes de consumo duraderos, que posteriormen- Por tanto, lo que tenemos aqu no es una explicacin econmi-
te se ver ayudada por el florecimiento en la construccin de casas de ca del autoritarismo, sino una explicacin poltica de un giro en el
rentas medias y altas, que puede constituir una buena contribucin al desarrollo econmico brasileo: la existencia previa de un gobierno
crecimiento global. En cuanto que est primordialmente orientada a~ autoritario facilit la formacin de una poltica econmica poderosa-
mercado nacional, este tipo de expansin slo puede tener lugar_ SI mente orientada a la expansin de una categora especial de consu-
existe un bloque adecuado de receptores de rentas medias y supeno- mo. Se podra decir mucho ms sobre las consecuencias econmicas
res que quiera sostener, con nuevas compras, el florecimiento _de y poltico-econmicas de los regmenes autoritarios, pero no es se el
bienes de consumo duraderos (y casas). Como slo las personas mejor tema del presente ensayo, que trata de sus determinantes econmicos.
situadas estn en posicin de adquirir los automviles, casas o aparta-
mentos y muchos de los bienes de consumo duraderos, el incremento
en la renta que se produce con la expansin econmica se debe
canalizar hacia ellos. Los sectores ms pobres se encuentran desespe- 2. ENF ASIS EN LA IDEOLOGIA: UNA SOBREDOSIS DE
ranzadamente lejos de ser los consumidores de las industrias en ex- PROBLEMAS PROPUESTOS?
pansin, y "desperdiciarn" cualquier incremento ?e salarios en arr~z
y judas; por tanto se debe evitar que crezcan sus I?g.resos, tant,o J?as
cuanto que de estos ltimos elementos hay un sum1mstro no elastl~? Habiendo encontrado fallos en la conjetura de "profundiza-
Pero con el fin de conseguir ese tipo de perfil de consumo (tamb~en cin" de O'Donnell, as como en las dos hiptesis alternativas, vuel-
designado como desarroUo excluyente y concentrador) son necesa- vo con las manos vacas de la expedicin de la seccin anterior? No
rios el autoritarismo y la represin poltica.
 ALBERT O. HIRSCHMAN LA BUSQlJEDA DE LOS DETERMINANTES ECONOMICOS 87
86
lo creo as. Con la base de esa expedicin, resulta posible suger~ que incremente a veces con independencia de lo que sucede realmente en
la relacin entre problemas econmicos sin resolver Y cambio de la economa y la sociedad. Ese incremento autnomo en la proposi-
rgimen es de una naturaleza algo diferente. La b.squeda .de. una cin de problemas y soluciones podra tener, evidentemente, impor-
nica dificultad econmica estructural especfica baJO el surgimiento tantes consecuencias polticas, y argumentar ahora, como anttesis de
del autoritarismo en Amrica Latina me parece poco prometedora. la seccin precedente, que un fenmeno de este tipo fu evidente
Pero es obvia una relacin entre el surgimiento de los regmenes durante las pasadas dcadas en Amrica Latina.
autoritarios y la conciencia generalizada de que. el pas se enfrent_a a Hace unos aos vea un considerable valor en la escuela estruc-
graves problemas econmicos (que pueden ser diferentes d: un pa1s ~ turalista de Amrica Latina y en su bsqueda de los problemas "pro-
otro) sin ser capaz de solucionarlos 29 Cuanto mayor y mas extendi- fundos" -como ciertas condiciones de posesin de la tierra-, que se
do est el sentimiento de incapacidad para solucionar los problemas consideraban subyacentes a los problemas de superficie de la infla-
mayor ser la propensin a realizar el cambio de rgimen? ~s cot?~ la cin y el desequilibrio de la balanza de pagos. Mi argumentacin era
disposicin de los grupos ms grandes a aceptarlo ~ qmzas recibirlo que el problema de superficie acta como un reflector y ayuda a la
bien. Y cuanto mayor sea el nmero de problemas sm res~lver, reales deteccin temprana de males sociales que, si no se tuvieran en cuenta
o supuestos, en el momento del establecimiento de un gobier~o auto- durante mucho tiempo, podran ser mucho ms difciles de curar.
ritario, mayor ser la tentacin y justificacin de. ese gobierno de Desde el punto de vista del presente ensayo, sin embargo, parece que
instalarse en el poder durante un largo perodo de tiempo, Y mayores la estrategia estructuralista de solucin de los problemas puede ser
sern sus posibilidades de legitimarse, siempre que sea capaz de solu- exagerada, y que probablemente lo ha sido: en dcadas recientes, las
cionar algunos de esos problemas o mejorar la situacin. Plantea.ndo sociedades latinoamericanas han estado sometidas a un barrage
el asunto de este modo general, se pueden salvar partes de las diVer- artillero, incesante y sin precedentes, de proposicin de reformas
sas hiptesis que habamos examinado. La conciencia de .los proble- estructurales. Es como si la inflacin del nivel de precios hubiera
mas de la profundizacin, como por ejemplo en Arge.ntl~a, Y de la producido en el campo ideolgico una inflacin en la generacin de
transicin como en Brasil, bien pudieron haber contnbmdo en am- "remedios fundamentales". Cuando las polticas as propuestas estn
bos pase; al cambio de rgimen en una direcci~n autoritaria,. e i~clu mucho ms all de la capacidad de una sociedad, se genera fcilmente
so ms a la determinacin de los nuevos reg1menes autontar10s a un sentimiento de frustracin.
permanecer en el poder y a su p~ten.~ial para .la legitimacin. Pero Tratamos aqu del equivalente del fermento, .;:,'{citacin y creati-
con tal formulacin nuestra invest1gac10n camb1a de naturaleza, pues vidad que han sido la caracterstica ms notable de la escena intelec-
la atencin ya no se centra tanto en los problemas ocultos que habr tual latinoamericana durante los ltimos treinta aos. Fue durante
de detectar el ojo penetrante de algn cientfico social cot?o en las ese perodo cuando la ciencia social latinoamericana obtuvo un am-
tareas que son propuestas ruidosa y abiertamente a la sociedad por plio reconocimiento a su vitalidad, aunque sin llegar a alcanzar los
influyentes portavoces de dentro o de fuera. triunfos cosechados por su literatura contempornea. Constantemen-
Esto me lleva en una nueva direccin. A menudo se da por te se generaban nuevas ideas, que a menudo se convertan en temas
supuesta la existencia de una proporcionalidad estricta entre los ~ro dominantes en las discusiones internacionales. La sobresaliente con-
blemas que experimenta una sociedad y los q~e le proponen a esta tribucin de los estudiosos latinoamericanos al anlisis de los proble-
sus intelectuales, polticos y otras personas mfluyente~. Per~ esta mas de los pases ms pobres fue reconocida, por ejemplo, con la no-
suposicin puede cuestionarse. Es conceb.i~le que la art1culac1~n de minacin de Raul Prebish como primer secretario de la Conferencia
los problemas y la elaboracin de proposiciones para su soluc10n se de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD).
Pero hFy una contrapartida a estas consecuciones, que slo pue-
de percibirse ahora en retrospectiva, de naturaleza algo similar a la de
29 El proceso por el que una parte del estado. de cosas y~ene ~ s~r defin~da c,omo u~ otros periodos de fermento intelectual, desde la Ilustracin francesa
problema que debera ser solucionado o mejorado por la poh_tlca. publi~a se d1s~ute en m1 al extraordinario florecimiento cultural de Viena en el cambio del
Journeys Toward Progress: Studies of Economic Pol~cy-Makmg m Latzn Amerzca (Nueva
York, Twentieth Century Fund, 1963, y The Norton L1brary, 1973}, pp. 229-38.
siglo XIX al XX. Esa contrapartida fue la frustracin resultante del
88 ALBERT O. HIRSCHMAN LA BUSQUEDA DE LOS DETERMINANTES ECONOMICOS 89

ensanchamiento del vaco entre la realidad de las sociedades latinoa- economas latinoamericanas. Se seal, con bastante verosimilitud,
mericanas y las tareas que se les proponan. que los pases de Amrica Latina no podran lograr un desarrollo
Cuando miramos retrospectivamente la secuencia de esas tareas, industrial eficaz y completo en situacin de aislamiento, por causa de
da la impresin de que fueron propuestas en orden creciente de la limitada escala de los mercados y las economas. Se iniciaron enor-
dificultad. La tarea proclamada pocos aos despus de la segunda mes negociaciones intergubernamentales, establecindose burocracias
guerra mundial fu la de la industrializacin, cuando los esfuerzos en y maquinarias internacionales. Los que llevaron a cabo los acuerdos
esa direccin estaban ya en progreso. Como una actividad continua, no se sintieron satisfechos con el objetivo de una unin aduanera,
la industrializacin fue una empresa que estaba claramente al alcance pues pensaron que, a causa de las diferencias entre Amrica Latina y
de las sociedades latinoamericanas. Pero esta tarea, relativamente Europa Occidental, resultaba imperativo intentar la difcil tarea de
sencilla, se vio pronto complementada, en los aos 50, con la peti- distribuir las industrias de los diversos pases sobre una base comple-
cin de planificacin; esta idea proceda no slo de l ECLA, sino mentaria. Diez o quince aos despus, los diversos esfuerzos realiza-
que fue poderosamente respaldada por los fondos de emprstitos dos -el Mercado Comn Centroamericano, la Asociacin Latinoame-
desde centros tan intachables del "establishment" como los del Banco ricana de Libre Comercio y el Pacto Andino- tuvieron resultados
Mundial. Se supona que la planificacin para el desarrollo econmi- muy desiguales, pero todos ellos quedaron muy por debajo de sus
co fijara los objetivos para la economa global y para el crecimiento metas originales.
equilibrado de sus diversos sectores, e indicara el modo en que se Hablando en trminos imprecisos, las tareas de industrializacin,
podran lograr esos objetivos mediante una inversin coordinada en planificacin e integracin se pueden considerar comparativamente
nombre de los sectores pblico y privado. Esta tarea era ms comple- como "no antagnicas". Como objetivos polticos, no amenazan ex-
ja e iba en contra de muchas estructuras institucionales de los gobier- plcitamente a ninguna clase o sector importante de la sociedad, y
nos y sociedades latinoamericanas 30 En numerosos pases se realiza- pueden presentarse como de inters a largo plazo para todos. Pero
ron debidamente intentos de establecer agencias de planificacin y de obteniendo progresos cada vez ms escasos en estas tareas sucesiva-
elaborar documentos para la planificacin, pero el grado en que tales mente proclamadas, Amrica Latina fu convocada por sus intelec-
esfuerzos tuvo alguna relacin con el curso de la accin gubernamen- tuales entre mediados y finales de los 60 a dar la batalla en el terreno
tal y del desarrollo econmico fu muy variable entre unos pases y de tareas antagnicas que implicaban un tipo de dificultad muy dife-
otros, y fluctu aun ms de un periodo a otro, incluso dentro de rente: se proclam ampliamente, en una escalada final, que Amrica
pases en donde tuvo un impacto. Aunque resulte extrao, las agen- Latina deba solucionar sus problemas redistribuyendo nacionalmen-
cias le planificacin que se haban establecido para impartir una te la riqueza y los ingresos, y superando la "dependencia", es decir,
estr bilidad mayor a la accin gubernamental en el campo econmico, reordenando sus relaciones econmicas internacionales en un proceso
se vieron ellas mismas sometidas a una considerable inestabilidad, con las potencias importantes, y especialmente con los Estados Uni-
p 1sando de febriles estados de actividad y verdadera influencia a una dos, que no poda dejar de ser conflictivo. No resulta sorprendente
somnolencia e impotencia casi totales. Finalmente se logr una cierta que la respuesta a esta ltima llamada de atencin, ms cargada de
consolidacin de las nuevas estructuras burocrticas; pero sus consecu- exigencias, no fuera masiva.
ciones fueron realmente modestas en comparacin con las ambiciosas Podemos recurrir otra vez a un viejo mito, en esta ocasin para
nociones que haban inspirado su creacin. ilustrar lo singular que fu realmente el proceso. Todos estamos fami-
La siguiente tarea proclamada, a principios de los 60, fue una liarizados con la historia del pretendiente a la mano de la hija del rey,
empresa aun ms ambiciosa: la integracin econmica de las diversas al que se le pide que responda a preguntas cada vez ms difciles o
realice tareas de creciente complejidad para concederle el codiciado
premio. En estas historias, las cuestiones ms sencillas deben solucio-
narse antes de pasar a las ms difciles. En cambio, en Amrica Latina
30
En relacin con esto, vanse los documentos enviados a una conferencia organizada se presentaban contnuamente tareas nuevas y de creciente dificultad
por el Instituto Latinoamericano para la Planificacin Econmica y Social (ILPES) y la
Sociedad de Estudios Colombianos de Bogot, 10-12 de junid de 1976, sobre los aspectos al estado y la sociedad hubieran o no resuelto con xito la tarea
polticos de la planificacin econmica en Amrica Latina (por publicar). anterior. Y ciertamente parece que cuanto menos satisfactoriamente
90 ALBERT O. HIRSCHMAN
LA BUSQUEDA DE LOS DETERMINANTES ECONOMJCOS 91
haba sido tratada una tarea anterior, mayor era la dificultad del salto de esa autoridad, el proceso que en la esfera de la ciencia y la tecno-
a la tarea siguiente, y antes se planteaba ste. loga se conoce como secuencia prolongada desde el invento a la
Este extrao proceso de escalada ideolgica bien pudo haber innovacin, tarda un tiempo notablemente reducido en Amrica La-
contribuido a esa generalizada sensacin de hallarse en una situacin tina en el campo de las ideas econmicas, sociales y polticas. Como
desesperada, que es una de las condiciones previas al cambio radical el pensamiento social se convierte rpidarriente en intento de cons-
de rgimen. En el pasado reciente, algunos pases estuvieron ms truccin social, el precio que a menudo se paga por la influencia de
expuestos que otros a esa sensacin. De entre los ms grandes, proba- los intelectuales es una alta incidencia de experimentos fallidos.
blemente Colombia y Venezuela fueron los menos afectados por el Mi segunda advertencia se refiere al paso que hay que dar a las
clima ideolgico que acabo de describir. En Colombia hay una tradi- observaciones precedentes. Al poner de relieve el desarrollo de la
cin de aislamiento intelectual de las corrientes ideolgicas externas, esfera ideolgica, no estoy afirmando que se deben sustituir las expli-
y una conviccin de que los problemas del pas podrn ser tratados caciones del giro al autoritarismo que estn centradas en algn punto
por miembros inteligentes y educados en el pas pertenecientes a la de la poltica o estructura econmica. De hecho, me parece probable
lite poltica. Con su riqueza petrolera, es evidente que Venezuela era que tras la notable actividad intelectual de las ltimas dcadas se
un caso especial; y las ideas elaboradas en pases (y por ciudadanos esconden "verdaderos" factores polticos y econmicos que deberan
de esos pases) sometidos permanentemente a las presiones de la rodearse de un anlisis ms general. En la siguiente y ltima seccin
inflacin y la balanza de pagos se perciban ah como sospechosas? 1 de este ensayo realizo un intento en esa direccin.
Resulta interesante el hecho de que sean tambin esos dos pases los
que han demostrado mayor resistencia a la marea autoritaria.
He expresado con alguna desgana los pensamientos de las pgi-
nas anteriores, aunque slo sea porque pueden molestar a algunos de 3. UN MARCO DE REFERENCIA MAS GENERAL: LAS FUNCIONES
mis mejores amigos. Sin embargo, cuando una serie de acontecimien- EMPRESARIAL Y DE REFORMA Y SU INTERACCION
tos desastrosos golpea al cuerpo poltico, se deben examinar las res-
ponsabilidades de todos, intelectuales incluidos. Una vez realizada esa Las siguientes notas son exploratorias y fragmentarias. Tratan
tarea, he de aadir enseguida algunas advertencias. Para empezar, no de sugerir lo prometedor del marco de referencia conceptual propues-
es fcil decir qu conclusiones polticas se pueden extraer como con- to.
secuencia, si es que se pueden extraer algunas. Obviamente, sera una Para no tener que sacarlo todo ex nihilo, comenzar con la
estupidez desear que el floreciente pensamiento social de las recientes observacin, que ahora resultar casi obvia, de que el crecimiento
dcadas en Amrica Latina no se hubiera producido por su posible crea desequilibrios y desigualdades. Y es as en muchas dimensiones:
contribucin a un clima ideolgico de frustracin que, a su vez, en The Strategy of Economic Development haba enfatizado los des-
podra tener alguna responsabilidad ante ciertos acontecimientos po- equilibrios sectoriales y geogrficos, pero las crecientes desigualdades
lticos deplorables. En otras palabras, sera absurdo sacar la conclu- sociales y de renta constituyen una parte importante de este cuadro.
sin de que -los intelectuales deberan dejar de ser intelectuales y Con el tiempo surgirn presiones que tiendan a corregir esos desequi-
evitar el analizar los problemas de esos pases. S cabra sugerir, sin librios, tanto porque la continuacin del crecimiento requiere esa
embargo, que deberan ser ms conscientes de su responsabilidad, correccin en algn punto como porque los desequilibrios mismos
que es mayor cuanto mayor sea su autoridad en esos pases. A causa conllevan tensiones sociales y polticas, protesta y accin. Esta for-
mulacin conduce inmediatamente a la definicin de las dos tareas o
31
En relacin con esto, quizs sea significativo que el grupo de economistas de la funciones principales que se deben realizar en el curso del proceso de
ECLA que se reuni alrededor de Ral Prebisch y elabor en los aos 50 las diversas crecimiento; y lleva tambin, como resultar pronto evidente, a una
doctrinas de la ECLA no incluya a ningn colombiano o venezolano de estatura. Para valoracin de los modos tpicos en que el proceso como totalidad
algunas observaciones acerca del comparativo aislamiento de Colombia con respecto a las
corrientes de la ciencia social en Amrica Latina, vase Francisco Leal Buitrago, "Desarrollo, puede producir problemas econmicos y polticos.
subdesarrollo y ciencias sociales", en F. Leal Buitrago y otros, El ogro en el desarrollo La primera de esas dos tareas es la funcin del desequilibrio, o la
colombiano (Bogot, Punta de Lanza, 1977), pp. 27-28.
funcin empresarial o, como la llama James O'Connc r en The Fiscal
92 ALBERT O. HIRSCHMAN LA BUSQUEDA DE LOS DETERMINANTES ECONOMICOS 93
32
Crisis of the Sta te , la funcin de acumulacin. Puede ser ejecutada Desde un punto de vista algo olmpico, es fcil entender que la
por la empresa nacional privada, por el capital extranjero, por el funcin de reforma tiene que jugar un papel esencial, que consiste en
estado o por una combinacin de los elementos anteriores. En algn posibilitar el sostenimiento del crecimiento despus de la ofensiva
momento posterior a que esta funcin se haya puesto en marcha, poderosa, pero desequilibradora, de los empresarios. Esto lo corrobo-
habr intentos de puesta al da por parte de los sectores y regiones ran los ejemplos histricos famosos de experiencias de reforma com-
retrasados, de reformas sociales que mejoren la riqueza y la posicin parativamente logradas, como el Reform Act de 1832 en Inglaterra,
de los grupos que haban sido descartados o exprimidos, as como de el New De al en los Estados U nidos y los logros de Lzaro Crdenas
una redistribucin en general de la riqueza y las rentas. Esta es la en Mxico. Pero estos ejemplos tambin ilustran que, con la posible
funcin "equilibradora", distributiva o reformadora Al igual que la excepcin de los desequilibrios sectoriales, 35 de ordinario los que
funcin empresarial, puede ser llevada a cabo por diferentes actores; estn realizando la funcin empresarial no slo son inconscientes de
es decir, por las partes interesadas a travs de la accin colectiva o la emergente necesidad de una accin complementaria, sino que a
por el estado ("la reforma desde arriba"). 33 menudo se oponen poderosamente a que se realice funcin reforma-
La eficacia con que estas dos funciones se realicen y coordinen dora alguna. Dicha funcin, ya se lleve a cabo desde arriba o desde
ser decisiva de cara a los resultados econmicos y polticos del abajo, tiene sus propios ejecutantes o protagonistas, pero su aparicin
proceso de crecimiento. Sin duda alguna, varios de los problemas que en escena en el momento adecuado y con la fuerza apropiada no est
pueden surgir es posible rastrearlos hasta las caractersticas de las dos coordinada de un modo fiable con la funcin empresarial y su ejecu-
funciones tomadas aisladamente 34 . Pero en la formulacin presente cin. La realidad es que, aunque la realizacin de ambas funciones
trato de llamar la atencin sobre la interaccin entre ellas, aspecto (en una secuencia apropiada) pueda ser "objetivamente" esencial pa-
que quizs es ms decisivo. ra el proceso de crecimiento, con frecuencia sus protagonistas son
adversarios decididos, y quizs deban serlo hasta cierto punto para
32
lograr sus propsitos respectivos.
Nueva York, St. Martin's Press, 1973. Para mi definicin de las funciones desequili- Tratar ahora de describir algunas caractersticas de las funcio-
bradoras y equilibradoras, vase la seccin "The Two Functions of Government", en The
Strategy of Economic Development, pp. 202-05. nes empresarial y reformadora en Amrica Latina, y de su interrela-
33
El trmino fimcin de legitimacin, utilizado por O'Connor, parece innecesaria cin, en comparacin con la de los pases industriales avanzados. Ms
mente restrictivo, pues slo se refiere a las realizaciones de esta funcin llevadas a cabo por adelante discutiremos algunas importantes diferencias entre los pases
el estado. Adems, el trmino induce a error: implica en parte al objetivo al que apuntan los latinoamericanos.
actores cuando se comprometen en una actividad reformadora; sin embargo, con mucha
frecuencia, nada podra estar mslejos de las mentes de stos que el buscar la "legitimacin" Veamos en primer lugar la fuerza de la funcin empresarial. Nos
del estado, aun cuando tal sea el resultado. Aadir ahora una breve nota sobre mi propia encontramos aqu en un terreno bastante familiar. Esa fuerza depen-
terminologa: eleg fUncin empresarial en lugar de funcin acumulativa porque, al hablar de de del tirn de las oportunidades de inversiones provechosas y del
quienes la realizan, el trmino empresarios resulta menos desagradable que el de acumulado-
res (o capitalistas), especialmente en un contexto de desarrollo. En cuanto al trmino empuje de las fuerzas ideolgicas. Para los europeos recin llegados,
funcin de reforma, lo eleg con preferencia al de distributiva (o redistributiva) porque ste el poderoso mpetu de la ideologa, con sus prstamos de diversas
ltinio trmino, como el de funcin de legitimacin de O'Connors, implica que slo el
estado puede realizarla Tampoco el trmino funcin de reforma me resulta totalmente
satisfactorio, pues no parece incluir las poltica~ o acciones correctoras pensadas para ayudar do Livro 1964) y "The Industrial Elite", en S. M. Lipset y A. Solari, Elites in Latin America
a un sector econmico atrasado a ponerse al nivel de los otros en el proceso de crecimiento. (Nueva York, Oxford University Press, 1967), pp. 94-116. Para estudlns de casos de la
No obstante, un trmino ms incluyente, como el de funcin "correctora", hubiera sido funcin de reforma (aisladamente), vase miJourneys Toward Progress.
demasiado inspido. Por otra parte, el trmino fUncin de reforma tiene la ventaja de que 35
nos podemos referir a sus realizadores simplemente como "reformadores". No obstante, la Los desequilibrios sectoriales atraen la atencin de los empresarios por la aparicin
utilizacin de este trmino en el texto no implica el que esas personas sean "r,formistas" en de escaseces y alzas relativas de precios; y, si el mercado de capital funciona apropiadamen-
el sentido de que tengan prevista alguna idea de revolucin; para m incluye a cualquiera te, la manifestacin de ese tipo de desequilibrios es el principio de su curacion, con la
decidido a corregir los desequilibrios y desigualdades que hayan surgido en el curso del participacin en esa curacin de los empresarios responsables del desequilibrio. Con respecto
crecimiento, no importa cuales sean las consecuencias; en otras palabras, pueden ser !lmpre- al desequilibrio regional, la correccin es menos inmediata y predecible y mucho ms polti-
sarios, agencias estatales, reformistas, traficantes de reformas o revolucionarios. ca A falta de fuertes incentivos patrocinados por el estado, es poco probable que en este
34
caso el desequilibrio sea redirigido por los que lo causaron. Lo que se ha dicho del desequili-
Con respecto a la funcin empresarial (aisladamente), vase Fernando Henrique brio regional se aplica aun ms a las desigualdades sociales o de rentas que surgen o se
Cardoso, Empresario industrial e desenvolvimiento economico (Sao Paulo, Difusao Europia amplan en el curso del crecimiento.
94 ALBERT Q. HIRSCHMAN LA BUSQUE DA DE LOS DETERMINANTES ECONOMICOS 95

fuentes, como el saintsimonismo en Francia y el..marxismo en la tivos de desarrollo e industrializacin fueron denunciados ahora, y el
Rusia de finales del siglo XX, ha sido memorablemente descrito por tnnino desarrollismo*, que antes era una insignia de honor y progre-
Alexander Gerschenkron. 36 Adems, el esfuerzo por constituir indus- so, de un modo extrao pero efectivo se haba convertido en un
trias con las que proceder luego a la conquista de posiciones principa- trmino de oprobio 37 Sin duda se pueden encontrar varios motivos
les en los mercados mundiales fue a menudo abogado, considerado y para esa inversin; uno de ellos, y particularmente importante, fue
sentido como parte de la competicin por el poder nacional; del probablemente el liderazgo asumido por el capital extranjero en el
mismo modo que el deseo de recuperar esas posiciones tras una de- curso del proceso de industrializacin. En cualquier caso, este tipo de
rrota militar ha tenido el aspecto de cruzada nacional. Aunque la inversin no tiene contrapartida en Europa o Norteamrica -al me-
prdida de las provincias septentrionales por Mxico y de Panam por nos durante las primeras fases de industrializacin-, en donde el
Colombia han tenido un similar impacto de "concentracin de la apoyo a la funcin empresarial estuvo lejos de evaporarse al aparecer
mente" en esos dos pases, las fuerzas ideolgicas que impulsaron la la funcin de reforma. Aqu las dos funciones tenan distintos consti-
industrializacin en Amrica Latina no fueron tan poderosas. Final- tuyentes ideolgicos. En su mayor parte, como ha sucedido ms
mente, como resultado de la gran depresin y luego de la segunda recientemente con un cierto tipo de keynesianismo, se daba un apo-
guerra mundial, surgi en Amrica Latina una considerable infelici- yo sumultneo a ambas.
dad y una bsqueda de su papel econmico en el mundo. Despus de En Amrica Latina, la mutacin ideolgica que acabamos de
la guerra, estos afanes culminaron en el manifiesto de Prebisch de discutir -la retirada del apoyo intelectual de una funcin y el cambio
1949 y su llamada a la industrializacin. Las posteriores peticiones de a la otra- result particularmente evidente en Chile, Argentina y Bra-
planificacin e integracin se pueden considerar (con alguna cualifi- sil. En estos pases, grupos sociales poderosamente atrincherados que-
cacin) como impulsos ideolgicos adicionales en pro del desarrollo daron sin ni siquiera una hoja de parra ideolgica, posicin que resul-
industrial. En Brasil, en los aos 50, Kubitschek y algunos de sus ta incmoda y quizs precaria. De este modo es posible dar cuenta de
aliados ideolgicos, polticos e institucionales fueron la punta de la disposicin de esos grupos a utilizar la fuerza, que les sirvi, por as
lanza de un intento de modelar una ideologa nacional para el desa- decirlo, para compensar el apoyo ideolgico perdido. Pues como se-
rrollo y la industrializacin que se puso en marcha con determinacin al hace tiempo Rousseau en su Ensayo sobre el Origen de las
y tuvo xito temporalmente.
Llegamos ahora a otra peculiaridad de la secuencia latinoame-
ricana: el impulso en pro de la industrializacin de despus de la * En espaol en el original.
37
guerra dur aproximadamente una dcada y fu seguido de una fase La misma inversin puede observarse con respecto a la industrializacin, la cual,
tras un breve periodo de alabanzas, se rode de trminos que transmitan la idea de despre-
ideolgica muy diferente, en la que predominaron las peticiones de cio o problema inminente. Una serie de metforas extravagantes, con connotaciones despec-
redistribucin. Lo ms curioso es que esas peticiones venan esencial- tivas o pesimistas, comenz a utilizarse. Una y otra vez, se supona que la industrializacin
mente de los mismos centros que haban hecho anteriormente la haba llegado a un "impasse", a un "callejn sin salida", incluso a un "callejn sin salida
vigorosa afirmacin de la funcin empresarial. Esos centros estaban cromado", y se deca que sufra de "agotamiento" y "estrangulamiento externo" (trmino
utilizado rutinariamente para las dificultades de balanza de pagos que suelen acompaar a un
convencidos de que el desarrollo exiga ahora una redistribucin, en gran esfuerzo industrial). Tom incluso ei trmino "industrializacin por sustitucin de im-
lugar de proseguir con la acumulacin en las lneas tradicionales. portaciones", que ahora est consagrado y que casi parece libre de valoracin. Evidentemen-
Las fuerzas ideolgicas que estaban detrs de la funcin empre- te, todas las industrializaciones, con la nica excepcin de la de Inglaterra, fueron una
sustitucin de las importaciones en algn grado. Por qu, entonces, se eligi ese trmino
sarial eran ms dbiles en Amrica Latina que en Europa. Pero desde para caracterizar la industrializacin latinoamericana? Quizs porque, sutilmente, degrada
el punto de vista de los resultados polticos, quizs sea ms importan- ese esfuerzo? Una sustitucin o Ersatz, como todos sabemos, no es nunca tan buena como
te que en Amrica Latina las voces intelectuales ms importantes que el objeto real. Adems, el trmino industrializacin por sustitucin de importaciones
implica una ausencia total de ajuste creativo y solucin de problema, lo que es muy errneo
en otro tiempo haban salido en apoyo de la funcin empresarial, se en el caso de la mayora de las industrias recin establecidas, con independencia de lo que
unan poco despus tras la bandera de la reforma. Los antig;uos obje- produzcan.
Es de notar que las crticas a la ISI de dentro de Amrica Latina y de la izquierda se
produjeron al mismo tiempo que la crtica de la "industrializacin del desarrollo hacia
36
Economic Backwardness in Hi~torical Perspective (Cambridge, Mass., Harvard Uni- adentro", que se origin primordialmente en los pases desarrollados, como ya dijimos antes
versity Press, 1962), pp. 22-26. (pp. 31-32).
 LA BUSQUEDA DE LOS DETERMINANTES ECONOMICOS 97
96 ALBERT O. HIRSCHMAN
mente la nocin de hegemona de Gramsci. 40 Afirmaba ste que,
lenguas, la fuerza es un sustituto de la "elocuencia" y la "persua- hasta el momento en que surge una contraideologa efectiva, la ideolo-
sin". 38 ga de las clases dominantes penetra y conforma la visin del mundo
Varias cosas se pueden decir de las diferencias tpicas entre los de todas las otras clases y grupos sociales, incluso de los ms explota-
pases latinoamericanos con respecto a nuestras dos funciones y su dos; y ah, ms que en la fuerza bruta, reside la esencia de los conve-
interrelacin. Es evidente, por ejemplo, aparece en fechas muy distin- nios polticos y sociales estables. Cuando gobiernan los capitalistas, la
tas y con retrasos muy diversos despus del surgimiento de la funcin hegemona se reflejar probablemente en el hecho de que todas las
empresarial. clases sociales apoyarn el crecimiento capitalista, aunque ese creci-
Obviamente, un modo de empezar a dar cuenta de estas diferen- miento p~eda favorecer a unas clases, grupos y regiones ms que a
cias es ver quines son los propietarios de los recursos y actividades otros. Por qu sucede as? Para Gramsci, la hegemona era una
econmicas, qu.e llevan sobre sus hombros la funcin empresarial. Si intuicin de gran importancia para la poltica revolucionaria. Pero la
el propietario es extranjero, cabe esperar que el apoyo ideolgico a la trata ms bien como un axioma y, a diferencia de Maquiavelo con
funcin empresarial sea particularmente dbil, y las peticiones de respecto al estado, no nos habla mucho de los procesos por los que la
reforma y redistribucin se escucharn antes y con mayor fuerza que hegemona se establece, se mantiene o se pierde 41 .
en el caso de que la propiedad del sector econmico dinmico estu- En un artculo mo, "The Changing Tolerance for Income
viera en manos nacionales. En Chile, por ejemplo, la posesin extran- Inequality in the Course of Economic Development",42 intento ver,
jera de las minas de nitratos (y posteriormente de cobre) fu el desde una posicin ventajosa, algunos de esos procesos. Deca all
motivo de las tempranas peticiones por parte de los grupos de la clase que durante una primera fase de desarrollo econmico rpido, inclu-
media de que se impusieran contribuciones a los inversores extranje- so los que se quedan detrs se sienten estimulados y tienden a apoyar
ros y de un fortalecimiento del aparato del estado. 39 Por otra parte, durante un tiempo al orden existente, por la esperanza de que segura-
en Uruguay, en donde importantes componentes del sector econ- mente les llegar su turno; y esta tolerancia a la desigualdad durar
mico dinmico (tierra, ganado vacuno, ovejas) estaban en manos de ms cuando los que se quedan detrs son capaces de "empatizar" con
miembros de la nacin, se produjo un intento de redistribucin aun los que progresan social y econmicamente. As, la tolerancia ser
ms temprano y determinado como consecuencia del desarrollo eco- comparativamente de corta vida, surgiendo pronto la tendencia de
nmico orientado a la exportacin. En Venezuela, en donde la explo- reforma, en las sociedades en las que el progreso econmico se limita
tacin de los recursos del petrleo estaba en manos extranjeras, las a un grupo particular que es percibido por el resto como distinto y
demandas que surgieron, quizs por la moderacin de las pocas cerrado. Este argumento puede dar cuenta de la temprana aparicin
posteriores a la Segunda Guerra Mundial, se orientaban menos a la de la funcin de reforma en Chile y Uruguay, pues el grupo de
redistribucin que a que el estado mismo tomara en sus manos y grandes terratenientes de Uruguay que prosper durante el periodo
promoviera la funcin empresarial que complementara a la de los de crecimiento orientado a la exportacin era tan ajeno a la emergen-
extranjeros o rivalizara con ellos. Es necesario, por tanto, buscar te clase media urbana como los dueos extranjeros de las minas de
criterios adicionales si queremos entender la cronologa de las ten- Chile.
dencias de reforma en relacin con las actividades empresariales. En
un intento de valorar el motivo de que pueda darse un apoyo ideol- 40
gico prolongado a la funcin empresarial en una sociedad, viene a la Una revisin de las esparcidas notas y observaciones de Gramsci sobre este tema se
encuentra en Thomas R. Bates, "Gramsci and the Theory of Hegemony", Journal of the
History of Ideas, 36 (1975), pp. 351-66; vase tambin Pery Anderson, "The Antinomies of
Antonio Gramsci", New Left Review, Nmero 100 (noviembre 1976 a enero de 1977), pp.
38 5-80.
"Antiguamente, cuando la persuasin ocupaba el lugar de la fuerza pblica, la
elocuencia era necesaria. Qu bueno sera que hoy la fuerza pblica fuera sustituida por la 41
Como Maquiavelo mismo defmi en una famosa carta a Francesco Vettori, del10
persuasin! " (captulo 20). Rousseau vea a la fuerza obligando a salir a la elocuencia. Pero de diciembre de 1513, el Prncipe es un intento de dar cuenta de "cmo se adquieren (los
tambin es posible que la desaparicin de la elocuencia (esto es, del apoyo ideolgico) estados), cmo se mantienen y cmo se pierden".
contribuya a producir la fuerza. Este notable pasaje me lo hizo notar Bento Prado, Jr. Vase 42
su "O Discurso do Sculo e aCrtica de Rousseau", en Almanaque, 1 (1976), p. 12. Quarterly Journal o[ Economics, 87, nm. 4 (noviembre de 1973), pp. 543-66
39 (con un apndice matemtico de Michael Rothschild).
Vanse los diversos escritos de Anbal Pinto, por ejemplo sus Tres ensayos sobre
Chile y Amrica Latina (Buenos Aires, Solar, 1971), pp. 67 y ss.
98 ALBERT O. HIRSCHMAN LA BUSQUEDA DE LOS DETERMINANTES ECONOMICOS 99
Deca tambin que una experiencia histrica compartida -como nos: puesto que no es probable que ningn pas lo consiga en el
una guerra, revolucin o el logro de importantes reformas- puede ~omento adecuado, no parece que en el curso del desarrollo capita-
actuar sobre la sociedad como poderosa influencia homogenizadora, lista haya escapatoria al autoritarismo. Se deben considerar factores
por lo que despus de esos acontecimientos el escenario est dispues- adicionales.
to para un desarrollo muy desigual y una prolongada tolerancia, in- Los candidatos obvios son las identidades de los port[!dores de
cluso, y quizs sobre todo, en los pases en los que la eliminacin o las dos funciones. Como se dijo al principio de esta seccin ambas
reduccin de las desigualdades fue uno de los principales objetivos de funciones, la empresarial y la de reforma, son esenciales para ~1 xito
la revolucin o la reforma. Cuando la igualdad queda proclamada del ~esarrollo ~ajo los auspicios capitalistas, incluso desde el punto
como la esencia de la nacionalidad, y se pretende que las barreras y d.e vista de los mtereses a largo plazo de este proceso. Pero, al mismo
divisiones sociales estn superadas, la vuelta a la desigualdad pasar tiempo, no es probable que los reformadores aparezcan como los
mucho tiempo sin ser reconocida, o ser tolerada durante mucho "pequeos ayudantes" de los grupos empresariales. Cuando entran en
tiempo una vez reconocida. El Mxico posterior a Crdenas es un e~cena pueden estar llenos de invectivas contra los otros, que volve-
ejemplo: bajo la cubierta de los logros de la revolucin, el desarrollo ran entonces a los cumplidos. La ruptura de las formas pluralistas
se llev a cabo de un modo muy desigual, pero la estabilidad poltica pue~e. estar relacionada entonces con el grado y naturaleza de la
permanci hasta la sublevacin de los estudiantes en 1968. hostlhdad entre los protagonistas de las dos funciones.
Un punto que no tocaba en el artculo es que la tolerancia Es!o me lo sugiri lo que es casi doctrina sobre la poltica
puede ser mayor cuando el crecimiento es rpido que cuando es c.olom~Ia?a: que la estabilidad poltica y el mantenimiento del plura-
lento. Esto puede parecer una afirmacin sorprendente, pues, nor- lismo limitado en ese pas ha dependido de que algunos elementos de
malmente, cuanto ms rpido es el crecimiento mayores son las la lite duradera ("oligarqua") del pas han podido adaptarse al
desigualdades que surgen. Pero con el crecimiento rpido, el cambio papel de :eformadores mientras otros seguan impulsando su funcin
econmico y la transformacin fsica concomitante del pas y sus empresanal. A veces se gener considerable hostilidad entre los dos
ciudades resultan ms evidentes, por lo que la esperanza o posibilidad grupos, Y hubo algunos accidentes graves, como la violencia* de finales
de mejora se comunica a los diversos grupos e individuos. Es perfecta- de los 40 Y de los aos 50 y la dictadura de Rojas Pinilla
mente concebible que este efecto de comunicacin del crecimiento (1953-1957). Sin embargo, es notable la flexibilidad de las formas
rpido pueda superar al efecto desnivelador, lo que produce el para- pluralistas durante los crticos aos 30 o en la actual ola de autorita-
djico resultado de que el pas en donde la desigualdad se ha amplia- rismo, Y quizs tenga algo que ver con la capacidad de la lite de
do ms es en realidad el menos sometido a presiones de reforma. asegurar una realizacin mnima de las dos funciones dividindose en
Sera interesante analizar la historia reciente de Brasil y Argentina a dos grupos. La comunicacin entre ambos grupos ha sido tensa con
la luz de esta proposicin. frecuencia, pero nunca se ha cortado, en parte por las relaciones
La aparicin temprana o tarda de las presiones nformadoras en personales Y en parte porque, al cabo de un tiempo, fue obvio que los
relacin con la de las fuerzas empresariales es un tema de considera- ref~rma~ores, cualquiera que fuese su fraseologa, no eran revolucio-
ble inters intrnsew. Resulta tentador establecer una relacin entre nanos, smo que actuaban en favor de los mejores intereses de sus
esa situacin y la ruptura de regmenes pluralistas segn las siguientes hermanos.
lneas: cuando la reforma aparece "demasiado pronto", paraliza a las . . En Venezuela; las dos funciones se realizan de un modo muy
fuerzas empresariales ("mata la gallina de los huevos de oro"), lo que diferente, pero el resultado ha sido similar al menos durante los
conducir al descontento y el estancamiento, as como el intento de ltimos veinte aos. Aqu es el estado y su bu~ocracia en lugar de un
asegurar el proceso de acumulacin y crecimiento por medio de un grupo "priv~do" que ~omine a la economa y al estad~, quien realiza
rgimen autoritario. Cuando la reforma aparece "demasiado tarde", ambas funciOnes .. Debido a la riqueza del estado, basada en el petr-
las presiones en su favor, reprimidas durante largo tiempo, explotarn leo, los mayores 1mpulsos para el descubrimiento de nuevas activida-
con violencia: y en consecuencia es de esperar una configuracin des econmicas se originaron en l. v a l Pertenecen los esfuerzos
poltica idntica a menos que triunfe una revolucin (posiblemente
con su propio sello autoritario). Pero este resultado nos hace detener- * En espaol en el original
 ALBERT O. HIRSCHMAN LA BUSQUEDA DE LOS DETERMINANTES ECONOMICOS 101
lOO
por mejorar servicios sociales, como la salud-~ la_ educ~cin, lo: inten- "reforma desde abajo"), las reformas impuestas desde arriba resultan
tos de reforma agraria y de un mayor eqmhbno regional, asi como a menudo irrealistas, fciles de mutilar -y, en ocasiones, no especial-
empresas reformadoras similares. Por tanto, en este c~so era. poco mente tiles para los beneficiarios a quienes estaban dirigidas. Como
probable que las actividades de una parte de la burocracia paraliZaran resultado, nos podemos encontrar con lo peor de los dos mundos: el
las de la otroa. Result relativamente fcil de establecer un modus enervamiento de los empresarios combinado con la ausencia de avan-
vivendi con el sector privado, ya que, evidentemente, el estado era un ces reales para los grupos desfavorecidos en cuyo nombre se han
compaero importante prcticamente en cualquier actividad econ- introducido las reformas.
mica de envergadura. Parece resultar til la consideracin del proceso de desarrollo en
Todo lo anterior se refiere a los dos regmenes pluralistas impor- Amrica Latina como el desplegamiento secuencial de las funciones
tantes supervivientes en Amrica Latina. Pero qu se puede decir de empresarial y de reforma. El cambiante apoyo ideolgico a las dos
funciones, su tiempo de realizacin en relacin la una con la otra, y
los otros?
Hay una distincin antigua, pero aun til, entre reforma "desde la identidad de grupo de los reformadores en relacin con la de los
arriba" y "desde abajo". El prototipo de "reforma desde arriba" ha empresarios son tres temas que han producido algn entendimiento
sido la institucin por Bismark en la Alemania de la dcada de 1880 de la interaccin entre poltica y desarrollo econmico, aunque es
de diversos planes de seguridad social. Como resultado, 'proba~lemen evidente que estamos aun muy lejos de una teora unificada. Un
te de esta experiencia histrica paradigmtica, se ha establecido con factor positivo que se puede afirmar de la aproximacin que hemos
fi;meza la idea de que la reforma desde arriba estabiliza el orden descrito aqu es que une los factores "estructurales" e "ideolgicos"
poltico, al menos temporalmente, y previene la confusin social Y de un modo que no existe en los intentos de explicacin que se han
poltica que se producira si las reformas se hubier~n.lo~rad_o por la considerado anteriormente en este ensayo.
accin decidida de los trabajadores u otros grupos relVlndicativos. El marco de referencia conceptual aqu sugerido tambin podra
A la luz de la experiencia de Amrica Latina, es preciso revisar utilizarse para contactar con algunas de las proposiciones anteriores
completamente esta nocin 43 . Por causa de la debilidad de los ~indi- . de este ensayo. Por ejemplo, pudiera ser que fuera este "impasse" o
catos y organizaciones de masas similares, la reforma desde arnba (a desencuentro*-trmino extraordinariamente vlido acuado en Ar-
menudo combinada con movilizacin desde arriba) ha sido aqu ms gentina- entre las lites empresariales y de reforma, el que acta
la norma que la excepcin, pero en muchos casos el resultado ha sido como irresistible invitacin a los intelectuales para que den a conocer
la inestabilidad y, finalmente, la desintegracin poltica, seguida del sus proposiciones y soluciones. Ese desencuentro puede ser responsa-
autoritarismo. Un motivo de esto podra encontrarse en el hecho de ble del fermento intelectual de recientes dcadas, que fue el tema de
que, en ocasiones, los grupos de mentalidad -~ef?rmis~a qu~ se hacen la Seccin II.
con el estado no mantienen la menor relac10n de slillpatla con las Desde nuestra nueva posicin ventajosa, tambin es posible lo-
lites tradicionales tanto nacionales como extranjeras, que llevan a grar un mejor entendimiento de la introduccin a este texto en
cabo la funcin e~presarial, y que al mismo tiempo estn determina- donde hablamos extensamente de las polticas que sobrestim~ la
das a no entregar nada si pueden evitarlo. Por tanto, las reformas "elasticidad" de la economa. Podemos pensar ahora que el grado en
intentadas en esas condiciones no son concebidas por las lites refor- que estas polticas son realizadas por los reformadores puede no estar
mistas con la idea de que el sistema funcione mejor, ni tampoco son enraizado en una errnea percepcin, sino proceder de incompatibili-
aceptadas por las lites empresariales con el_ espritu ~e "dar al?o para dades bsicas de puntos de vista y valores con las otras lites. Desde
no perderlo todo". Adems, al no haber sido obtemdas mediante la esta perspectiva, esas polticas son menos caprichosas y ms inteligi-
confrontacin directa entre clases opuestas (como sera el caso de la bles.

43 En realidad, lo nico que hay que hacer es demostrar que en Amrica Latina la
reforma desde arriba no produce estabilidad ni siquiera a corto pl~o; a largo plazo _tampoco
1a produjo en Alemania, como han demostrado, ~u~erosos estu~IOs que han relaciOnado el * En espaol en el original
advenimiento del nacional socialismo con la pohtlca m tema de B1smarck.
102 ALBERT O. HIRSCHMAN LA BUSQUEDA DE LOS DETERMINANTES ECONOMICOS 103
PALABRAS FINALES , De_ ello se deduce que cuanto ms completamente y de modo
mas van~do _Podamos dar cuenta del establecimiento de los regme-
Este captulo ha sido, en parte, una visin general crtica de las nes autontanos en Amrica Latina, antes romperemos con ellos.
posibilidades de aproximacin al entendimiento del cambio autorita-
rio en Amrica Latina. Adems de las interpretaciones puramente
econmicas, se han presentado otras que ponen de relieve la ideolo-
ga, la poltica, la cultura e incluso la personalidad. Al final, se ha
esbozado un marco de referencia ms general que incorpora las fuer-
zas econmicas, polticas, sociales e ideolgicas. Creo que cada uno
de los intentos de explicacin es una contribucin al entendimiento
del desagradable fenmeno que estamos estudiando.
Dos tipos de crticas se pueden hacer a la manera en que he
procedido: en primer lugar, que he abordado el tema desde varios
lados, que he sido demasiado eclctico; en segundo lugar, que la
proporcionar un nmero tran grande de explicaciones he contribuido
a que el autoritarismo en Amrica Latina aparezca como inevitable, y
quizs como justificado.
Las primeras crticas no me molestan realmente: prefiero ser
eclctico que reduccionista, y es difcil precisar cual es la mitad de
oro entre esos dos supuestos vicios. Pero las segundas crticas son
algo ms serio. Por fortuna son errneas, gracias a un teorema funda-
mental sobre el mundo social que se puede formular del modo si-
guiente: cuando un fenmeno social ha sido plenamente explicado
por una variedad de tratamientos convergentes y es por tanto enten-
dido en su mayesttica inevitabilidad y, quizs, incluso permanencia,
ste se desvanece. La existencia de esta ley bsica se me ocurri hace
treinta aos en una conferencia sobre Francia, en la que todas las
razones del retraso econmico e industrial de Francia se sustanciaron
y establecieron convincentemente, pero en el preciso momento en
que el pas estaba estableciendo su notable modernizacin y recupe-
racin econmica de posguerra. 44 Se pueden dar otros muchos ejem-
plos del funcionamiento del teorema. A los lectores les corresponde
pensar el por qu las cosas funcionan de ese modo; en el caso de que
encuentren la prueba de mi turbador teorema, pueden animarse por
el hecho de que Hegel expres el mismo pensamiento, pero menos
paradjicamente y con una ms grande hermosura, cuando escribi:
"la lechuza de Minerva slo extiende sus alas con la llegada del
crepsculo".

44
Para las actas de la conferencia, vase Edward M. Earle, ad., Modern France (Prin-
ceton, Princeton University Press, 1951).
 TRES TESIS ERRONEAS 105

con respecto al capital monopolista internacional. Sin embargo, des-

de esa perspectiva no se explica el motivo de que, hasta la fecha, no
haya habido regmenes burocrtico-autoritarios en pases en los que
ha tenido lugar una internacionalizacin de la produccin, como es el
IV. TRES TESIS ERRONEAS CON RESPECTO A LA RELACION caso de Colombia y Venezuela. Tan limitada perspectiva analtica no
ENTRE INDUSTRIALIZACION Y REGIMENES AUTORITARIOS permite tampoco un estudio adecuado de las diferencias, a menudo
importantes, entre los regmenes burocrtico-autoritarios que han
por Jos S erra* aparecido hasta el momento. Dificulta, adems, la percepcin de nue-
vos esquemas de cambio poltico y social y, como sugiere Cardoso,
INTRODUCCION el descubrimiento de las " ... contradicciones y tensiones que, por la
fuerza misma de su existencia, pueden transformar el atropello social
Son numerosos los analistas que argumentan que los regmenes buro- en una fuerza organizada capaz de expresar el punto de vista de los
crtico-autoritarios que han aparecido en los pases ms industriali- que estn social y polticamente oprimidos".1
zados de Amrica del Sur, as como en Mxico, constituyen la confi- En determinados casos, esta aproximacin simplifica la realidad
guracin poltica que el sistema capitalista de dominacin tiende a hasta el punto de transformar los procesos socioeconmicos en un
asumir en la periferia de Amrica Latina en la era de la "internaciona- continuum libre de contradicciones internas. Alternativamente, redu-
lizacin de la produccin"; o, como diran otros, en el periodo si- ce las contradicciones existentes a las que se dan entre las clases
guiente a la terminacin de la fase "fcil" de sustitucin de la impor- dominantes de cada pas (subordinadas al capitalismo internacional)
tacin. Algunos autores, trabados en una estructura analtica lineal, y las masas dominadas.
han llegado a postular una relacin causal, ms o menos directa y Puede encontrarse un ejemplo tpico de esta perspectiva en un
necesaria, entre tal forma de rgimen y dichas condiciones econmi- artculo en el que James Petras analiza lo que l llama "la muerte del
cas. Dentro de ese sistema analtico, se supone que esos regmenes capitalismo democrtico" y el "experimento de un nuevo totalitaris-
surgen como resultado de la lgica implacable del subdesarrollo y la mo" en Amrica Latina. Afirma que la aparicin de un tipo homog-
dependencia que caracterizan a la economa de la zona. neo de rgimen represivo es una tendencia irreversible, que es un
Al escribir este captulo, mi punto de partida es el resultado de requerimiento del capitalismo norteamericano, y est garantizado por
la inquietud que me produce ese tipo de aproximacin. El problema las fuerzas armadas, las cuales, segn sugiere este autor, representan
no est en la falta de correlacin entre este tipo de rgimen y un el verdadero "partido poltico de las empresas multinacionales". 2
determinado esquema de desarrollo econmico, que se ha etiquetado Segn Petras, esa homogenizacin entre otras cosas implica "la trans-
como socialmente "perverso" y est integrado de un modo en extre- ferencia de las empresas pblicas al sector privado" como un conco-
mo dependiente en el sistema capitalista internacional. El problema mitante natural del "modelo de economa de mercado basado en el
es que dicha aproximacin emplea, en ocasiones, un esquema analti- estmulo del capital extranjero, el alza de los precios y la contencin
co que es reminiscente del del Comintern de los afios 30. As como des- de los salarios, que es llevado a cabo por esos regmenes". 3 Implica
de aquella perspectiva se consideraba al fascismo europeo como el resul- tambin un proceso de "proletarizacin", que se produce "por medio
tado de la dominacin del capital financiero, se postula ahora que el de la dislocacin de los trabajadores de cuello blanco" y "la reduc-
rgimen burocrtico-autoritario es el resultado de una dependencia cin general del nivel de vida", que lleva a una disminucin de "las

* Me hallo en deuda con David Collier, Paulo Renato C. Souza, y especialmente con
Albert Hirschman, por sus tiles comentarios y sugerencias. Escrib este artculo en el otoo 1
Fernando Henrique Cardoso,Autoritarismo e democratiza(:O (Ro de Janeiro, Edi
de 1977, como miembro visitante del "Institute for Advanced Study", Princeton. Expreso tora Paz e Terra, 1975), p. 27.
mi gratitud por el apoyo parcial del "Social Science Research Council". 2
James F. Petras, "L'Amerique Latine, banc d'essai d'un nouveau totalitarisme", L~
Monde Diploma tique (~bril de 1977), p. 4.
104 3
/bid., p. 4.
106 JOSE S ERRA TRES TESIS ERRONEAS
107

diferencias entre los distintos estratos sociales"~ Y como consecuen- breves a otros pases de Amrica Latina al tratar de la hiptesis
cia, los "efectos combinados de la poltica econmica y la represin segunda. Con respecto a la primera, a la que me referir brevemente,
social eliminan los estratos intermedios, que son los que tradicional- el argumento se presenta con tal nivel de generalidad que se podra
mente haban realizado la funcin de mediacin en los conflictos extender fcilmente a todas las economas ms industrializadas de
sociales" .5 Amrica Latina. Al concentrarme en el anlisis de un solo caso, Bra-
Si se adopta este tipo de perspectiva, resulta difcil incluso em- sil, evito el riesgo de las generalizaciones abusivas y de un nivel de
pezar a entender los medios de reproduccin, la dinmica interna y la abstraccin excesivamente alto. La eleccin de este caso particular
probable direccin futura del cambio en un rgimen como el del me parece especialmente apropiada, teniendo en cuenta el hecho de
Brasil, en el que las empresas bajo tutelaje pblico han proseguido que el rgimen burocrtico-autoritario brasileo es quizs (o al menos
con el modelo de expansin iniciado antes de 1964, y cuya evolu- lo ha sido) el caso "paradigmtico" del autoritarismo burocrtico. El
cin, en palabras de Florestan Fernandes, ha tenido como su "princi- caso brasileo carece de las ambigedades del rgimen mexicano, y
pal caracterstica ... la rpida diferenciacin y el enorme crecimiento est caracterizado por una longevidad suficiente y un periodo signifi-
de las clases medias a escala nacional".6 An resultara peor utilizar cativo de "estabilidad", a lo que hay que aadir que es el que ms
este tipo de perspectiva como base para el desarrollo de proposiciones xito econmico ha obtenido en los trminos de su tasa de crecimien-
para la accin poltica por parte de las clases dominadas. to econmico. Con la excepcin de Mxico, es el nico de estos
En este captulo explorar algunas de las complejidades de la regmenes que ha logrado un crecimiento rpido.
relacin entre economa y poltica, centrndome principalmente en
los anlisis econmicos que subyacen en determinadas explicaciones l. "SUPEREXPLOTAR O PERECER"?
7

del autoritarismo burocrtico. Estoy convencido de que los problemas

de estas interpretaciones no se deben totalmente a las dificultades, La teora de la mperexplotacin es en extremo ambiciosa, pues
realmente enormes, de captar dialcticamente las conexiones entre afirma constituir una especie de piedra filosofal para la comprensin
los procesos polticos y econmicos. Creo que, en parte, estos proble- de las leyes que gobiernan el capitalismo dependiente y que explican
mas derivan tambin de determinados errores de los anlisis econmi- la existencia de los regmenes autoritarios que existen actualmente en
cos mismos. algunos pases de Amrica Latina. Si seguimos el razonamiento de
Examinar crticamente tres hiptesis que se refieren a la rela- uno de los principales formuladores de esta teora, Rui M. Marini, la
cin entre el desarrollo econmico y la aparicin de los regmenes "superexplotacin" de la clase trabajadora aparece como una condi-
burocrtico-autoritarios. La primera de ellas, en su intento de expli- cin necesaria del desarrollo capitalista en Amrica Latina. 8 En este
car la existencia de esos regmenes, pone de relieve la inevitabilidad contexto, el autoritarismo es un instrumento esencial para la garanta
de la "superexplotacin" de la clase trabajadora. La hiptesis segun- de la acumulacin capitalista; es decir, es un medio de impedir que la
da postula una "afinidad electiva" entre la aparicin de esos regme- clase trabajadora ponga en peligro o frustre, por medio de sus organi-
nes y la profundizacin del capitalismo industrial en las economas zaciones y protestas, la realizacin de la superexplotacin.
ms diversificadas de Amrica Latina. La tercera hiptesis ve al auto- Pero cul es el motivo de la necesidad de la superexplotacin?
ritarismo "moderno" como una especie de encarnacin de la raciona-
7
lidad econmica, que se supone necesaria para el desarrollo del capi- Esta seccin se basa sobre todo en un artculo, que escrib junto con Fernando
talismo en la zona. Henrique Cardoso, titulado "As desventuras da dialctica da dependencia" (Princeton, Insti-
tute for Advanced Study, fotocopiado, 1978).
Me limitar ante todo al caso del Brasil, haciendo referencias 8
Rui M. Marini, Dialctica de la dependencia (Ciudad de Mxico, Nueva Era, 1973),
pp. 92-93. De acuerdo con Marini, la "superexplotacin" no significa simplemente una alta
tasa de explotacin (es decir, una alta tasa de plusvala). Implica algo ms. Significa una
4 "mayor explotacin de la fuerza fsica del trabajador, en contraste con la explotacin
/bid.' p. 4.
resultante del incremento de su productividad. Esto se refleja normalmente en el hecho de
S /bid., p. 4. que la fuerza de trabajo se paga por debajo de su valor real". Probablemente, "remunerando
6
Florestan Fernandes,A revolu;io burguesa no Brasil (Ro de Janeiro, Zahar, 1975), menos del valor real de la fuerza de trabaj". Para Marini significa "salarios inferiores al
p. 363. costo de reproduccin de la fuerza de trabajo". (Marini, Dialctica) pp. 92-93.
108 JOSE SERRA TRES TESIS ERRONEAS 109

En el anlisis del caso brasileo, Marini, en un libro publicado en (b) La otra variante es un poco ms complicada. Afirma que
1969, argumentaba que la tasa de plusvala extrada del pas por el las mercancas industriales que no consumen los trabajadores son
capital extranjero obliga a la burguesa a contener los salarios de los bienes de consumo duraderos que representan, a su vez, el sector ms
trabajadores para asegurarse su parte del producto econmico. 9 dinmico de la economa en los trminos de su tasa de innovacin
Otra respuesta, dada por Marini en un libro posterior, intentaba tecnolgica. 12 Sin embargo, esa innovacin, al no aadirse a la plusva-
ser ms global y elaborada, aunque sin excluir la explicacin inicial. la, no perm'ite incrementar sus beneficios a los empresarios de este
Su punto de partida era un anlisis econmico marxista verdadera- sector. Por tanto slo les queda la alternativa de hacerlo "incrementa-
mente elemental, que de hecho es vlido en un cierto nivel de do el valor total de la produccin" ,13 Marini concluye as:"La difu-
abstraccin. 10 Segn este anlisis, dentro del sistema de cualquier sin del progreso tcnico en la economa dependiente ... coincidir ...
nivel dado de salarios reales y en cualquier extensin dada de la con una mayor explotacin del trabajador, precisamente porque la
semana de trabajo, la tasa de plusvala slo se puede incrementar acumulacin sigue dependiendo ms del incremento del valor total, Y
abaratando los bienes salariales consumidos por los trabajadores. To- por tanto la plusvala, que de la tasa de plusvala". 14
mando esta conclusin como premisa, Marini identifica dos variantes Por otra parte, los problemas implicados en la comercializacin
en ese mismo estudio: de los bienes de consumo duraderos (debidos al hecho de que son
(a) La primera argumenta que como la produccin industrial producidos por sectores industriales que absorben el progreso tcnico
de Amrica Latina est "dedicada primordialmente a la produccin de en una tasa mayor y cuyos productos no son bienes salariales) refuer-
mercancas que raramente se convierten en elementos del consumo za la necesidad de la superexplotacin, dado que tales problemas slo
popular, el nivel salarial de los trabajadores no es un factor importan- se pueden evitar transfiriendo el poder de compra de los trabajadores
te en la evolucin de la industria latinoamericana. Esto es cierto en a los grupos de renta superior. Dada esta necesidad, sufrir la produc-
dos sentidos. En primer lugar, como no son un elemento esencial en cin de bienes salariales, pus la reduccin de la capacidad de consu-
el consumo individual del trabajador, el valor de las mercancas ma- mo de los trabajadores lleva a una tasa lenta (o incluso al estanca-
nufacturadas no determina el valor de la fuerza de trabajo que las miento) del crecimiento de la demanda de esos bienes. En consecuen-
produce. Por tanto, una reduccin en el costo de las mercancas cia, perder estmulo " ... cualquier posibilidad de atraer la innovacin
manufacturadas no afectar a la tasa de plusvala. Ello hace que sea tecnolgica al sector de produccin destinado a satisfacer las necesi-
innecesario que el industrial se preocupe de incrementar la producti- dades del consumo popular" 15 .
vidad de los trabajadores, haciendo caer el costo por unidad de pro- Marini extrae de ese anlisis importantes implicaciones polticas.
duccin para disminuir el costo del trabajo. Inversamente, implica la Como ya indicamos, el autoritarismo es tratado como una condicin
bsqueda de modos de incrementar el valor del producto mediante fundamental para el desarrollo del capitalismo en Amrica Latina, en
una mayor explotacin, intensiva y extensiva, del trabajador, as co- cuanto que es indispensable como garanta de la superexplotacin,
mo la reduccin de su salario por debajo de su nivel normal" (el sub- sin la que el sistema se estancara, o incluso podra no sobrevivir.
rayado es mo) 11 Adems, frente al problema de la comercializacin de los productos
industriales que surgen en esta situacin, los pases ms industrializa-
9 dos de la zona se vern impulsados a una expansin "subimperialis-
Rui M. Marini, Subdesarrollo y revolucin (Ciudad de Mxico, Siglo Veintiuno
Editores, 1969), p. 89. Vase tambin Andr Gunder Frank, "Latinoamrica: Subdesarrollo ta"16.
capitalista o revolucin socialista", Pensamiento Crtico 13 (febrero 1968), p. 28. Otra causa
de la superexplotacin, discutida tambin por Marini, es el problema de la comercializacin
de los productos manufacturados que deriva de los bajos salarios de los trabajadores. Ello
obliga a la industria nacional a buscar mercados exteriores, lo que a su vez exige reducir los 12
/bid., p. 72.
costos del trabajo con el fin de incrementar la competitividad de estas exportaciones. Marini 13
ve en esta necesidad de competir en el mercado externo el punto de partida del fenmeno /bid., p. 72.
del "subimperialismo". 14
/bid., p. 72.
10 15
Marini, Dialctica, implica, por ejemplo, la suposicin de que no existe el problema /bid., p. 73.
de la transformacin del valor en precios. 16 vase la nota 8. Para un anlisis que refuta esta tesis, vase Serra y Cardoso, "As
11
Marini, Dialctica, p. 64. desventuras".
110 JOSE SERRA TRES TESIS ERRONEAS 111

Antes de examinar crticamente el razonamiento que hay detrs CUADRO l. Salarios reales 1
de este argumento, hara notar que dos de sus premisas son correctas (1960= 100)
para el caso brasileo, aunque no son originales de Marini. En primer
lugar, es cierto que el rgimen autoritario inaugur- una poltica de
Indice de salarios Salario mnimo,
severa contencin salarial, 17 cuyos efectos pueden verse en el cuadro de 18 sindicatos ciudad de Ro de Janeiro
l. En segundo lugar, de acuerdo con la CEAL y los economistas
estructuralistas: (a) el sector de bienes de consumo duradero fue 1957 98 2 114
realmente uno de los dos lderes principales del crecimiento indus- 1958 103 3 99
trial en la era de posguerra, especialmente desde mediados de los aos 1959 944 113
50 (para el caso de Brasil vase el cuadro 4 ), y (b) existe una signifi- 1960 100 100
cativa disparidad entre el nivel de renta requerido por el modelo de 1961 105 115
consumo necesario para sostener la produccin de esos bienes y la 1962 105 96
renta per capita de las economas de Amrica Latina, al menos en 1963 107 89
comparacin con las econmias capitalistas desarrolladas. 1964 103 89
As pues, dnde aparecen las primeras grietas en la "teora" de 1965 98 82
1966 92 76
la superexplotacin? Desde mi punto de vista, el origen de sus erro- 1967 89 73
res fundamentales est en los problemas que mencion en la intro- 1968 92 74
duccin, que implican la incapacidad de esta aproximacin para cap- 1969 94 71
tar el carcter contradictorio de todos los procesos socioeconmicos 1970 95 70
y la tendencia a exagerar determinadas tendencias que aparecen en 1971 98 69
ciertas fases de este proceso, elevndolas a la categora de "leyes" 1972 102 71
frreas y rgidas. Tratar de demostrar ahora de qu modo afectaron 1973 98 68
esas deficiencias al anlisis de Marini. 1974 1074 69
Desde el principio debe ponerse de relieve un defecto terico en 1
Deflacionado por el ndice del coste de la vida de Ro de Janeiro.
2
Basado en 8 sindicatos.
3 Basado en 10 sindicatos.
4 Basado en 15 sindicatos.
17
Esta poltica consisti, por una parte, en terminar con la libertad de los sindicatos
y reducir la seguridad del trabajo. Por la otra, consisti en la fijacin de los salarios por el Fuente: E. Bacha y L. Taylor, "Brazilian Income Distribution in the 1960's: Facts,
gobierno, incluyendo los salarios del sector privado, en base a una frmula de ndice. En la models, Results, and the Controversy" (Cambridge, Mass., 1977, mimeografiado). Sus datos
prctica, por causa del primer factor y de la manipulacin de muchos de los coeficientes de estn tomados del Departamento lntersidicial de Estatsticas e Estudios Socio-Economicos,
la frmula, entre 1964 y 1968 los salarios de los trabajadores declinaron en trminos Dez anos de poltica salarial (Sao Paulo: Estudios Socio-Economicos 3 [agosto de 1975]).
absolutos, para despus empezar a subir lenta e irregularmente, pero siempre en una tasa Para 1973 se ha hecho una correccin teniendo en cuenta los datos nuevos sobre el coste de
inferior a la del incremento de su productividad. En el sector industrial la productividad se la vida en Ro de Janeiro en ese ao.
elev un 75 /0 entre 1959 y 1970, y aproximadamente en la misma proporcin entre 1964
y 1974. En este ltimo perodo, el producto nacional bruto per cpita aument casi en dos uno de los elementos ms importantes de entre los numerosos de que
tercios. (Estas cifras deben contrastarse con los datos del cuadro l.) Irnicamente, uno de consta su anlisis. Marini parece ignorar el hecho de que, para la
los creadores de la poltica de salarios del rgimen autoritario brasileo, Mario H. Simonsen, acumulacin capitalista, la cuestin principal es la tasa de beneficio,
afirm que la frmula para el reajuste de los salarios " ... establece un criterio objetivo para
las negociaciones colectivas de los salarios, resolviendo matemticamente lo que en muchos no la plusvala. La primera depende de la ltima, desde luego, pero
pases se resuelve con huelgas y presiones polticas". Vase Mario Henrique Simonsen, no de un modo exclusivo, pues la tasa de beneficio es tambin una
"Brasil e suas perspectivas economicas", Brasilia, Ministerio de Fazenda, fotocopiado, 1976. funcin de la relacin productividad-capital, lo que significa que el
El gobierno del General Geisel (1974-1979) corrigi algunas de las distorsiones ms extremas
provocadas por la aplicacin de la frmula, con el objetivo de garantizar reajustes ms altos beneficio puede crecer sin un crecimiento simultneo de la tasa de
de los salarios. Sin embargo, el efecto prctico de esta poltica sobre el nivel de salarios plusvala.18 En consecuencia, el estancamiento de la tasa de plusvala
reales termin siendo contrarrestado por la aceleracin de la inflacin (que no fue debida,
debe sealarse, al incremento reciente de los niveles salariales). 18
Algebraicamente, r= ex (1- n), siendo r la tasa de beneficios, ex la relacin producti-
112 JOSE SERRA TRES TESIS ERRONEAS 113

no significa necesariamente el estancamiento del capitalism?; Y el industrial y, aunque Marini lo considerara contraproductivo, de
incremento en la duracin de la jornada laboral o la reducc10n del hecho aument en un porcentaje an mayor en los bienes de consu-
nmero de trabajadores no son los nicos medios de lograr el desarro- mo duraderos? 1
llo capitalista. 19 Es evidente que en determi~ad?s contextos, dentr? 3. En el mismo periodo hubo un incremento del 4.4 % en la
de ese desarrollo, la reduccin pueda parecer m~Ispensable. Pero den- duracin de 'la semana laboral del sector industrial, factor que por s
var, de esa base, una ley inexorable con el dilema de que hay que solo no puede explicar ms que una pequea parte del incremento
elegir entre superexplotar o perecer, es un paso enorme ~ue lleva obtenido en la tasa de explotacin? 2
implcitos errores tericos y empricos. Enumeraremos aqUI algunos 4. Es errneo suponer, como hace Marini, que los productos
de ellos: . industriales no forman parte del consumo de masas. Un estudio de
1. Dado que el sector industrial ha sido el ms dinmico dentro los modelos de consumo de la clase trabajadora en Sao Paulo puso de
de toda la economa, y puesto que dentro de dicho sector el subsec- manifiesto que, en 1969-1970, casi el 32 % de los gastos de las
tor ms dinmico ha sido el de bienes de consumo duraderos, es familias cuyos ingresos eran menores a 3.1 veces el salario mnimo
razonable suponer que las innovaciones que ahorran capital que se estaban destinados a bienes y servicios distintos de la alimentacin y
produjeron en este sector son de particualr importancia, como, tam- el abrigo, siendo de 13.6 el porcentaje de esos gastos destinado a ropa
bin lo es el impacto del crecimiento rpido y de las economias de y aparatos domsticos. En las familias cuyos ingresos estaban entre
escala sobre la relacin productividad-capital. Y as parece haber su- 3.1 y 6.2 veces el salario mnimo, esos porcentajes eran 37 y 15.5
cedido en Brasil. Pero si se reconoce que la relacin productivida~-ca respectivamente 23 Debe tenerse en cuenta, adems, que muchos ali-
pital calculada sobre la base de los precios corrientes no es la misma mentos estn procesados industrialmente, y que aquellos que no lo
que cuando se calcula sobre la base del valor, es interesante observ~ estn siguen necesitando insumas industriales en su produccin,
que para la produccin de bienes de co~sumo dur~d~ro~ . est~ coefi- transporte y comercializacin.
ciente, medido en precios corrientes, se mcremen to sigmfic~tlvam~n 5. Aunque se ha producido la contencin salarial, no es necesa-
te entre 19 59 y 1970: aproximadamente el 12 0 fo en las mdustnas riamente el caso de que "todas las posibilidades de atraccin de la
elctricas y de transporte; 0 habiendo jugado un im~o.rtante papel en inversin" estuvieran cerradas al sector productor de bienes salariales,
el mantenimiento o incremento de las tasas de beneficio. circunstancia sta que habra impedido al sector industrial incremen-
2. Llegar a la conclusin de que los industriales no es~aban tar su tasa de plusvala por medio de la reduccin de costos del
interesados por el incremento de la productividad del trab.ajador, trabajo, completando as el crculo vicioso de la superexplotacin.
basndose para ello en la errnea suposicin de que los trabajadores Entre 1959 y 1970, la productividad en los sectores de bienes sala-
no consumen bienes manufacturados (o bienes de consumo durade- riales (textil, ropa y calzado, alimentacin, bebidas, tabaco) aument
ros), no representa simplemente un error terico. En Brasil, Entre en un 46%, el stock de capital casi en un 90% , y el producto real
1959 y 1970, la productividad aument en un 75 ofo en el sector en un 80% (sin ponderar todas las medias). Adems, durante el
ciclo de expansin ms reciente, debido al crecimiento del empleo
vidad-capital y n la proporcin del producto representada por los salarios, que vara inversa-
mente a la tasa de plusvala.
19Esto no se debe slo a la posibilidad de red}lccin del. C?sto (en. valor real} del 21
capital fijado y a su efecto consiguiente sobre.~ rel~~ion producttvtdadc~pttal. ~1 abarata- Bonelli, "Growth and Technological Change", Apndice. En la industria del auto-
miento (en valor real} de los bienes de p~oduccton utiliz~dos en la pr~uccton de btenes par~ mvil, el producto por trabajador se increment casi en un 50 /0 entre 1966 y 1972. Vase
los asalariados pudo causar una reduccion del valor untdad de estos btenes, a~entando ast E. Suplicy, "A poltica salarial e o ndice de pre~;os" (Brasilia, Comiss1io de Economa do
la tasa de plusvala (suponiendo que la "depreciacin" de valor se traduzca stempre en una Senado, 1977}.
reduccin en los precios del mercado}. 22
Esto supone que las horas extras no se aadan al costo de los empresarios indus-
20 Regs Bonelli, "Growth and Technological Change _in B~azilian Manufacturing !n- triales, puesto que eran contrarrestadas por una .reduccin en el salario por hora de los
dustries during the Sixties" (tesis doctoral, University ofCalifomta, Berkeley, 1975}, Apen- trabajadores.
dice. Este porcentaje subestima el incremento, pues m~chos de estos sectores pr.o~u~n 23
Departamento lntersindical de Estadsticas e Estudos Socio-Econmicos (DIES-
tambin bienes de capital, cuya ejecucin durante esta decada fue mucho menos dmarmca SE}, Famlia Assalariada: Padrao e Custo de Vida (Sao Paulo: EstudiosSodo-Economicos 2,
que la de bienes de consumo duraderos. Janeiro, 1974}.
114 JOSE SERRA
TRES TESIS ERRONEAS 115
(entre 1966-1967 y 1972-1973 el incremento de la fuerza de trabajo
dedicada a la manufacturacin fu de un 9% anual) Y el al~a de las En lugar de cerrar esta seccin del captulo tratando de ofrecer
tasas de salarios, 24 as como al incremento de las exportacl~?es_, 1~ una interpretacin alternativa de la evolucin de los salarios de los
produccin de los bienes de consumo no duraderos se expan?lo rapl- trabajadores y de la forma de la estructura productiva, intentar
damente (casi un 12.3% entre 1969 y 1973)25 , lo que.~os mduce a sugerir algunas otras cuestiones que deberamos considerar con res-
suponer que inversin y productividad se elevaron tamb1en a~~ paso pecto a este tema. No creo que la contencin salarial, en las propor-
acelerado. No hubo, por tanto, ni una "conge~acin" te~nol?g1ca en ciones en que se produjo, derivara de una lgica frrea del "capitalis-
el sector de bienes salariales ni un estancamiento en termmos del mo dependiente". Asimismo, la represin poltica que se produjo, y
crecimiento de la productividad en este sector. . . que bloque efectivamente la posibilidad de organizacin y protesta
Cabra argumentar que, en cualquier caso, las act1~1dades pro- del sector popular, no se llev a efecto slo por la necesidad de
ductoras de bienes-salariales estuvieron siempre por debaJ? de l~_me imponer esa supuesta lgica. Concedo, dada la configuracin de fuer-
dia en el sector industrial con respecto al crecimiento, la mvers10n Y zas que tomaron el poder en 1964, que hubiera lmites "estructura-
la productividad. Esto es cierto, pero no resulta sorprendente, dado les" a las posibles soluciones de la crisis econmica de 1963-1964.
el papel secundario de estos sectores dentro del proceso d~ acumula- Pero creo que fu el carcter reaccionario de esas fuerzas, y la consi-
cin capitalista (cuya expansin depende, en gran med1da, de las derable debilidad de los sindicatos y otras organizaciones del sector
decisiones sobre inversin), la elasticidad de la demanda de la_ ;enta popular, lo que llev a exprimir los salarios y a las polticas econmi-
(dado el modelo presente de distribucin de sta) Y la contenc10n de cas "antisociales" de largo alcance. Y una vez que la economa esta-
salarios que se ha producido. Al mismo tiempo encontramos un efec- ba en vas de recuperacin, con esos bajos niveles de salarios ya
to de sustitucin pues el consumo de algunos bienes de consumo no "programados" en los planes de acumulacin capitalista, 27 result
duraderos ha sid~ reemplazado por el consumo de bienes duraderos, mucho ms difcil cambiar la poltica previamente adoptada, espe-
incluso entre los sectores de renta ms baja. Esto s~ debe al efecto de cialmente por medio de cambios iniciados desde arriba. Incluso entre
la publicidad, al relativo abaratamiento de los b1enes_ ?e consum? 1968 y 1973, en medio del "milagro" y con la inflacin prcticamen-
duraderos en relacin con los no duraderos y a las fac1hdades credl- te estabilizada y el PNB creciendo anualmente en una tasa de doble
ticias?6 Evidentemente, todo esto limit la modernizacin_ de la pro- dgito, se mantuvo la poltica oficial de severa restriccin salarial.
duccin de bienes salariales; sin embargo, como hemos v1sto, no la Cualquier mejora en la posicin de los asalariados dependi de las
impidi totalmente. "fuerzas del mercado", sin ser nunca un objetivo de la poltica del
gobierno. Al contrario, la poltica gubernamental sigui siendo res-
trictiva, tanto a nivel particular en su enfrentamiento a las actividades
24 Esto se debi a la aceleracin de la demanda, puesto que contin~ la supre_si~ de sindicales como frente a las protestas sociales ms generales, que
los derechos sindicales, junto con la p0Itica conocida como "arrocho salanal" (estru]amen continuaron siendo reprimidas tanto o ms que antes.
to de los salarios).
No niego que en una economa subdesarrollada, un esquema de
5 Los datos para el periodo 1959-1970 estn tomados de los Censos Ind~striais, Y
2

sacados de los diversos cuadros del artculo de Bonelli, "Gr~wth and Technolo~!~al. ~han crecimiento que ponga el nfasis en los bienes de consumo duraderos
ge" Los datos sobre empleo fueron obtenidos de los Boletms do SEPT _do Mzmsteno do tender a restringir las posibilidades de redistribucin directa o indi-
Trabalho. En el cuadro 4 se presenta la tasa de crecimiento del sector de bienes de consumo recta de la renta (en este caso por medio de los "gastos sociales" del
no duraderos.
estado), ni que contribuir a una mayor concentracin de la renta.
26 Para los datos de este proceso de sustitucin en los aos 60, vase el estudio cita,d_o
antes sobre los modelos de consumo de la clase trabajadora en Sao Paulo (DIESSE, Famzlza Sin embargo, considerando el caso de Brasil, no hay razn para supo-
assalariada). Como indica este estudio, dicha sustit_!lcin tuvo lugar .a pesar de que 1~ renta ner que, simplemente por su capacidad de cambiar las curvas de
real media de estas familias en 1969-1970 era mas o menos la m1sma que en 1~5 C~n demanda y de crear un nuevo financiamiento para el consumo, el
respecto a los precios relativos, entre 1969 (l?s seis primeros meses) Y 1?76, el precio med~o
de los bienes de consumo duraderos se elevo con un factor de 3.4 m1entras que el. prec1o
medio de los bienes de consumo no duraderos se elev con un factor de 5.~ (Conu'!tura
Econmica, octubre de 1977). Es evidente que la diferencia en precios relatiVos constituye 27
un fenmeno recurrente: limita la demanda de bienes de consumo, no dur~der.os, lo qu~ a su Un ejemplo de este fenmeno fue la oportunidad creada por la contencin de
vez limita el crecimiento de este sector y por tanto su modernizacion (en termmos relativos). salarios para facilitar el que las actividades productivas absorbieran los mayores costos
fmancieros derivados de la reorganizacin y desarrollo del sector financiero a partir de 1964.
 TRES TESIS ERRONEAS 117
JOSE SERRA
116
zona, tras varias dcadas de crecimiento, haba sufrido un grado exce-
sector de bienes de consumo tuviera que crecer en una tasa anual del sivo de diversificacin "horizontal"; es decir, una diversificacin ex-
20%. Me parece que, en gran parte, el crecimien~o de este sector cesiva en la produccin de bienes de consumo terminados. Ello se
respondi tambin a la concentracin de la renta denvada ?~ factore.s debi al hecho de que la distribucin altamente regresiva de la renta,
"exgenos", como la represin de los sindica~os Y 1~ ~ebihda~ ~ol~ que no se haba visto reducida de un modo significativo por la indus-
tica del sector popular. Es decir, en gran medida denvo de la dm~~ trializacin, gener un esquema de demanda de bienes de consumo
ca de la lucha de clases y de las caractersticas de los procesos poh 11- inusualmente diversificado para la renta media predominante. Ello
cos durante los aos inmediatamente anteriores al golpe de 1964, que influy, a su vez, en el esquema de sustitucin de la importacin, lo
promovieron en los militares y las clases dominantes la idea de la
28
que fu causa de que se evitaran o retrasaran las inversiones orienta-
existencia de una amenaza extrema al orden establecido. Y no das a la "profundizacin" de la produccin industrial; es decir, la
haba razn para suponer que la supervivencia o restauracin ?e _l,as produccin de bienes intermedios y de capital? 9 Esto condujo tam-
libertades polticas, incluyendo las relativas al poder de negociacw~ bin a: (a) una mayor demanda de tecnologa moderna y a la concen-
de los sindicatos sea necesariamente un impedimento para la supervi- tracin de recursos para producir esos bienes; (b) una menor inclina-
viencia del siste~a por causa de la lgica implacable de determina_das cin .de los empresarios a correr el riesgo de expandir la produccin
"leyes" que gobiernan al "capitalismo d~pe.ndiente"; le~:s que, mien- en esa direccin, 30 ya que podan importar esos bienes a precios ms
tras permaneciera el sistema, no nos deJanan otra opc10n que la de favorables, con mejor calidad y una financiacin ms favorable (en el
vivir bajo un rgimen burocrtico-autoritario. ., caso de la maquinaria y el equipo); y (e) al carcter "cerrado" de la
Espero que las observaciones presentadas en esta secc10n hagan industrializacin en relacin con los mercados de exportacin; es
dudar de los rasgos ms simplistas y deterministas de la "ley" de la decir, la despreocupacin por la exportacin de los productos indus-
superexplotacin. Espero que se posibilite as un a~lisis men~s '_'eco- triales. Resultan evidentes las implicaciones de los rasgos que acaba-
nomicista" de la contencin de salarios y del estilo de creclffiiento mos de mencionar: (a) agravamiento de los problemas arancelarios y
que se ha producido en aos recientes. Ms que, re:isar el anlisis a la de barreras de mercado para numerosos productos; (b) un esquema
luz de los problemas que se han anotado, trate slffiplemente d~ de- de importaciones fragmentado y rgido; y (e) una gran parte de las
mostrar la necesidad de dicha revisin. He tratado .d~. advertir ~~ "vinculaciones hacia atrs" del crecimiento de la produccin interna
contra de los modelos explicativos -de los que el anahsis de Manm fueron canalizadas hacia el extranjero. Puede decirse, de pasada, que
sirvi de ejemplo- que, como todas las construcciones ~conomi estas dificultades fueron el centro de las teoras ms importantes
cistas tratan de lograr el grado de integracin y coherencia de una sobre el estancamiento surgidas a mediados de los 60, ms que los
elega~te construccin geomtrica, cuando en realidad se basan en problemas de incrementar las exportaciones en una tasa lo bastante
dudosas suposiciones metafsicas. alta, o los problemas derivados de la alta relacin capital-trabajo
implcita en los esquemas de inversin predominantes (que se supone
conduciran a una reduccin del nivel de empleo, hasta el punto de
2.. SUSTITUCION DE IMPORTACIONES Y "PROFUNDIZACION" causar un declinamiento de la relacin productividad-capital).

De acuerdo con el anlisis de la industrializacin en Amrica

Latina que fue predominante a principios _de los aos 60, en el
que est implicado particularmente el tr.aba]o _de la CELA Y de los 29
Por ejemplo, a principios de los aos 60, la industria chilena, en los trminos de
estructuralistas, el sector fabril de los paises mas desarrollados de la una clasificacin de dos dgitos de los tipos de produccin industrial, estaba ms diversifi-
cada que las de seis pases desarrollados. Vase Jos Serra, "Economic Policy and Structural
Change in Chile, 1970-1973" (tesis doctoral, Department of Economics, Cornell University,
28 p l" de la un portan ca de esta amenaza para la aparicin de los regme-
ara un an lSIS , . ' G ill lthaca, Nueva York, 1976), captulo l.
nes burocrtico autoritarios, de modo ms general en Amen~a Latma, vease u 7r_mo 30
Q'Donnell, "Reflexiones sobre las tendencias generales de camb1o en el Est~do ~ur~cra~lco "The Political Economy of Import Substituting Industrialization in Latin Ameri-
autoritario" (Documento CEDES/G.E. CLACSO/Nm. 1, Centro de Estud~os e sta o .Y ca", captulo III, en Albert Hirschman, A Bias for Hope (New Haven, Yale University Press,
Sociedad, Buenos Aires, 1975), pp. 7-8. Tambin fue publicado en lengua mglesa en Latm 1970).
American Research Review, 13, 1 (primavera de 1978), pp. 3-38.
118 JOSE SERRA TRES TESIS ERRONEAS 119

La hiptesis de la profundizacin mas inflacionarios, y cuando stos contribuan a una crisis sociopol-
tica creciente, el paso siguiente en el proceso de desarrollo tena que
De este sistema analtico es del que parece sacar Guillermo tener un objetivo central: la produccin nacional de aquellos bienes
O'Donnell la idea de una afinidad electiva entre los reg~m~nes buro- (insumas industriales, bienes de capital y en ltima instancia tecnolo-
crtico-autoritarios y la necesidad? para el_ de~~rr?po caplt~hst~, d~, los ga) cuyas importaciones se haban incrementado demasiado veloz-
pases de la zona, de la "in tegrac10n vertical o yrofundiZaclOn . ?e mente" 36 [El subrayado es mo.]
sus sectores industriales en la direccin de los bienes _de producc10_n "Esto aliviara de dos modos los problemas del sector externo.
con un alto coeficiente capital-trabajo y grandes necesidades tecnolo- Por una parte, la aparicin de una nueva fase de sustitucin de im-
gicas. Esta pareca ser la alternativa al estancam~ento causado por la portaciones (tras las tempranas y prematuras declaraciones de que
inadecuada integracin vertic~l. del sector ~-du~~~Ia~_3
1
, , este proceso se haba "agotado") eliminara la necesidad de importar
En un intento de identificar la relac10n mtima Y sistema_tic~ elementos que representaron una gran parte de las deudas. Por otra
entre el rgimen burocrtico-autoritario y el desarrollo del capitalis- parte, al crear una estructura industrial ms "madura" se abriran
mo en Amrica Latina,32 O'Donnell empieza por afirmar que los posiblidades a nuevas exportaciones industriales que tenan un gran
regmenes burocrtico-autoritarios: " ... co:responden a una fase. ?e valor aadido" 37 [El subrayado es mo.]
importantes transformaciones en los mecan_1smos de la acumulac10n " ... dadas las condiciones del mercado internacional, que no per-
de capital en esas sociedades, transformac10nes que son, a. su _vez, mitan tener confianza con respecto a las consecuencias de no haber
parte de un proceso de 'profundizacion' de una fo~a de c~~Itahsmo logrado incrementar significativamente la produccin domstica de
que, aunque perifrico y dependiente, se caract~riZa tambien por la insumas intermedios y bienes de capital; dados los trminos en que se
industrializacin extensiva" 33 [El subrayado es mio.] . . puede disponer de la tecnologa e inversiones extranjeras; y dado el
Este proceso de profundizacin no impl~~a "cualquier cambio hecho de que resultaba poltica e ideolgicamente imposible que las
en una economa capitalista, sino la consecucwn de un grado supe- clases y sectores que haban consolidado su dominio por medio del
rior de integracin vertical de la estructura productiv~, en e_str~cha B-A consideraran una va no capitalista al desarrollo: la profundiza-
asociacin con el capital internacional, de las econom1as ~apltal~stas cin apareca como la nica direccin posible. Tambin pareca pol-
que ya se han caracterizado por la industrializacin extensiva Y diver- ticamente indispensable, pues las constantes dificultades de la balan-
sificada ..." 34 [El subrayado es mo.] . za de pagos y la deficiente integracin vertical de l3 inrlustria haban
O'Donnell afirma que la profundizacin era necesarza para la contribuido, sin duda alguna, a las crisis econmk~1s que haban nu-
supervivencia misma del capitalismo por causa del problema de los trido las "amenazantes" sacudidas polticas y sociale:; que trataba de
estrangulamientos externos. 35 Dice as O'Donnell: . . . eliminar la implantacin del B-A" 38 [El subrayado es mo.]
"Cuando los estrangulamientos externos que limitaban el creci- Este ltimo prrafo aade una nueva idea: que los actores del
miento de la economa nacional... eran exacerbados por agudos proble- crculo interno de poder del rgimen autoritario (y por tanto al
menos una gran parte de los que lo respaldan) consideraban la nece-
sidad, supuestamente imperativa, de profundizar como la tarea cen-
31 O'Donnell, "Reflexiones". tral de la poltica econmica. Esto se hace explcito ms adelante:
32 " el
alza, el impacto social y la dinmica (de la forma mode_rna d_e dominacin "Los lderes que en la primera fase del B-A estn situados en las ms
poltica autoritaria que representa el BA) no se puede entend~; o expli~ sm ex~lorar su altas posiciones de poder institucional... perciben y aprueban clara-
relacin ntima y sistemtica con la extru;t~ra y tran~f?nnac10n de un tipo P~~Icular de mente estas mismas prioridades: el nfasis en la profundizacin, el
capitalismo que tiene una serie de caractenstlcas especificas que se deben Identificar apro-
piadamente." O'Donnell, "Reflexiones", p. 4.
papel indisper sable del capital internacional para lograrla y la necesi-
33
!bid.' p. 6.
34 Jbid., pp. 48-49. 36
O'Donnell, "Reflexiones", p. 15.
35 Evidentemente y con buenos motivos, dio por supuesto que la naturaleza de las 37
fuerzas polticas y sociaes que promovieron el rgimen autoritario excluan los intentos de Jhid., p. 15.
38
soluciones "nacionalistas-redistribu tivas". /hid.. , pp. 15-16.
120 JOSE SERRA TRES TESIS ERRONEAS 121

dad de crear las condiciones para atraer esta inversion" 39 [El subraya- "En suma, tal situacin [la del periodo anterior al B-A] era in-
do es mo.] compatible con las necesidades objetivas de estabilidad y predictibili-
Es importante anotar que la profundizacin, de acuerdo con dad social de cualquier economa compleja." 42
O'Donnell, hubiera sido sobre todo de la responsabilidad de las em- "El autoritarismo burocrtico implica un intento de poner al
presas estatales y multinacionales, en parte por las dos razones -(a) y estado 'en forma' , de desarrollar su capacidad de controlar y proce-
(b )- indicadas en el primer prrafo de esta seccin. La profundiza- sar la informacin, as como de seleccionar y ejecutar medidas que
cin necesitara: (a) "grandes organizaciones capaces financieramen- sirvan para reducir rpidamente las fluctuaciones socioeconmicas
te, y en otros aspectos, de esperar los largos periodos requeridos para que precedieron a su aparicin, y proporcionar la infraestructura
la maduracin de sus inversiones"; (b) un "complejo proceso de mo- necesaria para las inversiones futuras en profundizacin. Implica tam-
dificacin de la fabricacin de productos industriales terminados", bin la necesidad de desarrollar la capacidad de negociar los trminos
debido al hecho de que los insumos y el equipo empleados en la en que se producirn las nuevas afluencias de capital internacional" 43
fabricacin de esos productos sern suministrados por las nuevas in- [El subrayado es mo.]
dustrias creadas por la profundizacin; y (e), en el grado en que se Por otra parte, O'Donnell sugiere que los elaboradores de la
intenta vincular la profundizacin con la "expansin de las exporta- poltica del autoritarismo burocrtico realmente perseguan la profun-
ciones industriales, era necesario garantizar la estabilidad en algunos dizacin como objetivo fundamental, y quizs tambin (aunque esto
de los mecanismos institucionales que haban variado de un modo no est claro en el texto) que hubo avances ms o menos significa-
ms errtico en el periodo previo -sobre todo los sistemas de pro- tivos en la direccin de la profundizacin dependiendo de los
mocin y los tipos de cambio-. Todo ello requerira un alto grado de pases. 44
certeza del futuro concerniente a los factores decisivos para la deter- Como conclusin, O'Donnell resume su argumento del modo
minacin de los resultados finales de las decisiones sobre inver- siguiente: " ... dada (a) la crisis anterior de este tipo de capitalismo y
siones". 40 (b) su tendencia resultante a generar amenazadores procesos de acti-
El prrafo anterior parece sugerir algunas de las razones de vismo popular y suponiendo (e) la derrota de las alternativas no
O'Donnell para postular la "afinidad electiva" entre los regmenes capitalistas, podemos, con algo ms de confianza, arriesgar la conclu-
burocrtico-autoritarios y la profundizacin: (a) la necesidad de sin de que (d) los cambios econmicos que tendern a producirse se
incrementar la tasa de mvers10n {Y por tanto de congelar o reducir el harn en la direccin de la profundizacin, que a su vez (e) estar
consP m o popular); (b) la necesidad de lograr estabilidad institucional asociada con la aparicin y expansin del B-A, y (f) en la primera fase
poli .ica con el fin de garantizar la presencia de las empresas multina- del B-A encontramos una aproximacin a la poltica econmica orien-
ci< .1ales, el grado de certeza en el futuro necesario para el tipo de tada al reconocimiento y aprobacin de la necesidad objetiva de
ir versin requerido, y el crecimiento de las exportaciones industria- conseguir una profundizacin de estas economas capitalistas"45
::s. Esto resulta evidente cuando el autor afirma: [El subrayado es mo.]
"Es obvio que las perturbaciones polticas y econmicas ante- Podra aadirse, finalmente, que del anlisis de O'Donnell pare-
riores alB-A no podan garantizar esa certeza. [En] los aos anteriores ce fluir la lgica que apoya la siguiente afirmacin: "[En Mexico] la
alB-A [era] claramente imposible garantizar la continuidad de la pol- profundizacin avanz tanto o ms que en Brasil, habiendo empeza-
tica pblica y controlar las fluctuaciones econmicas subyacentes. do. antes y habiendo continuado de modo ms ininterrumpido",46
Un estado golpeado por las sacudidas de la sociedad civil no poda
iniciar un programa de profundizacin, no poda atraer el capital
internacional que la hubiera hecho posible" 41 [El subrayado es mo.] 42
/bid., p. 7.
43
/bid., p. 21.
39 44
/bid., p. 28. /bid.' pp. 27-28.
40 45
/bid., pp. 16-18. /bid., p. 29.
41 46
/bid., p. 18. /bid.' p. 47.
 TRES TESIS ERRONEAS 123
122 JOSE SERRA

d) La profundizacin no constituy el ncl~o de la ,poltica ec?-

Esto era de esperar, pues Mxico haba tenido un rgimen burocrti- nmica ni el motor del crecimiento en las dos pruneras fases econo-
co-autoritario desde haca algn tiempo. Un ensayo inspirado en el micas" del rgimen (el periodo de estabilizacin,_ de 1964 a. 1~?7, Y
trabajo de O'Donnell ha afirmado esto al sugerir que en Mxico "la el periodo de recuperacin de 1967 a 1971); solo se pers1gU1o, en
temprana consolidacin de los controles corporativistas autoritarios grado limitado, en la tercera fase (el periodo de crec~iento. rpid.o,
explican en gran medida el por qu ...los nuevos desafos de la acumu- entre 1971 y 1974 ); y se convirti en una preocupac10n prunord1al
lacin del capital se resolvieron con ms xito y tranquilidad".47 slo en la cuarta fase (que implic el declin~iento en la tasa. de
crecimiento que se inici en 1974), tras unos d1ez aos de autont~
rismo. Las dificultades que caracterizaron la entrada de la. ~co~om1a
Enjuiciamiento de la hiptesis en la cuarta fase se debieron principalmente a los desequil1bnos del
crecimiento temprano, que derivaban del relativo atraso de la produc-
El estudio de O'Donnell es, sin duda alguna, uno de los ms cin de bienes intermedios y de capital, y que fueron causa de ?ese-
valiosos intentos de interpretar, dentro de los lmites de un ensayo, la quilibrios en el proceso de integracin ':ertic~l, los cuales produJeron
aparicin de estos regmenes autoritarios en los pases ms industria- un extendido impacto sobre la econom1a (veanse los cua?ros 2 Y ~).
lizados de Amrica Latina. Sin embargo, basndome en un anlisis de La realidad es que el rgimen no m~str? ninguna or!entac.In esp~c1al
las experiencias brasilea, chilena, uruguaya y mexicana, no conside- hacia la profundizacin. Al contrano, mcluso podna dec1rse, estuan-
ro que la profundizacin sea una de las "relaciones ntimas" entre los do un poco los trminos, que: (a) durante la dcada, en lugar de
regmenes burocrtico-autoritarios, por una parte, y la estructura y profundizacin, la economa estaba "desprofu?diz.~da", al. menos en
transformacin del capitalismo en esos pases por la otra. Adems, trminos relativos; (b) el inters por la profund1Zaci.on Y ~1 mtento ~e
pienso que sobre la base de esta hiptesis es difcil entender la forma- lograrla no aparecieron al principio del rgimen, smo d1ez a~o~ mas
cin, la dinmica y las contradicciones de estos regmenes. tarde, como resultado de los mismos problemas y contrad1Ccl0n~s
Por lo tanto, en el caso de Brasil: generados al continuar con la estrategia d.e desarrollo que ~e habla
a) El proceso de profundizacin avanz considerablemente du- adoptado inicialmente; (e) los intentos recientes de consegu~ la. pro-
rante los aos 50 -especialmente en la segunda mitad de la dcada- fundizacin estn entre los principales factores que han contnbUido a
y a principios de los 60. Fue activamente promovido por las adminis- la reciente "desestabilizacin" del rgimen. Tratar de elaborar ahora
traciones de los regmenes previos al B-A, que podran considerarse los anteriores puntos.
claramente democrticos.
b) La prosecucin de la profundizacin, tal como la describe
O'Donnell, no fue el problema crucial al que se enfrent el capitalis- Sustitucin de importaciones
mo brasileo en los aos inmediatamente anteriores a la instalacin
del rgimen burocrtico-autoritario; en los parmetros polticos que Merece la pena observar como punto de p~rti~a que,. en un
devinieron predominantes, una nueva fase de la profundizacin no intento de establecer puntos comunes entre los pa1ses mdustnalmen-
pareca necesaria para la supervivencia del capitalismo. te ms avanzados de Amrica Latina, muchos analistas han atri-
e) La preocupacin por la profundizacin no era un asunto de buido los problemas de la economa brasilea del principio d~ los
particular importancia para los promotores del rgimen autoritario aos 60 a las dificultades con que se encontr durante el camb1o de
ni para los actores que aparecieron entre ellos para ocupar las posicio- la llamada "fase fcil" de la industrializacin por sustitucin de im-
nes de poder. Esto sigue siendo cierto aunque no se tenga en cuenta portaciones (ISI) a la fase "difcil". 48 En realidad, en los aos 50, y
la inevitable preocupacin en la primera fase del rgimen autoritario
por la inflacin y la concentracin resultante del esfuerzo en las
polticas de estabilizacin. 48 Este no es el caso de O'Donnell en su artculo "Reflexiones", como demues~an ~~s
comentarios de la p. 13, aunque pudo haber subestimado el alcance ~e la pro.fundJZacto?
47
Robert. F. Kaufman, "Mexico and Latn American Authoritarianism", en Jos que se haba conseguido ya en 1964. En un trabajo anterior resulta mas, clara d1cha sube~t
Luis Reyna y Richard S. Weinert, eds., Authoritarianism in Mexico (Filadelfia, Institute for macin, por ejemplo cuando O'Donnell afirma que: "Lo que sucedio en las econom1as
the Study of Human Issues, 1977), p. 195.
124 JOSE SERRA
TRES TESIS ERRONEAS 125
CUADRO 3. Inflacin anual de Brasil
(porcentajes) especialmente entre 19 56 y 1961, se haba completado una parte
sustancial de la ISI ms "difcil", y los problemas que surgieron
Incremento Incremento derivaron ms de la dificultad de "digerir" los resultados de esa ISI
Ao de precio 1 Ao de precio 1 que de las limitaciones en cuanto a su alcance. Naturalmente, esto no
significaba que el pas hubiera conseguido alguna forma de casi auto-
1962 54.8 1970 18.2 suficiencia en la fabricacin de bienes de productor. Un ciclo de la
1963 78.0 1971 17.3 ISI se haba completado, en el cual se expandi rpidamente la pro-
1964 87.8 1972 17.4 duccin de bienes intermedios, y particularmente de los duraderos y
1965 55.4 1973 10.5
de capital (vanse los cuadros 4 y 5). Durante este periodo se instala-
1966 38.6 1974 31.5
1967 28.8 1975 32.7
ron industrias de automviles, construccin naval, bienes elctricos
1968 27.8 1976 41.3 pesados y otras industrias de bienes de capital. Las industrias bsicas,
1969 20.3 como las de la metalurgia, petrleo metales no ferrosos, celulosa y
papel, y qumicas se extendieron considerablemente. Como puede
1 verse en los cuadros 7 y 8 y en las figuras 1 y 2, la parte de las
Deflactor implcito del Producto Nacional Bruto.
Fuente: Datos proporcionados por el Centro de Contas Nacionais da Funda~ao Getu- importaciones en el suministro total de productos industriales cay
Iio Vargas. drsticamente hasta principios de los afios 60. No hay duda de que,
aun considerando las tensiones y contradicciones que acompafiaron a
este proceso, sera una exageracin decir que "este sistema de capita-
lismo actu escasamente en trminos de profundizacin". Por el con-
CUADRO 2. Crecimiento del Producto Nacional Bruto brasilefio, trario, dentro del contexto histrico en que estaba situado, el rgi-
Perodos seleccionados men preautoriario promovi con una eficacia razonable las "grandes
(porcentajes) y complejas inversiones implicadas en la profundizacin". Y eso se
produjo, adems, a pesar del prolongado estancamiento de las expor-
taciones que, en dlares corrientes, creci slo un 0.85% por afio
Perodo Crecimiento medio anual entre 1947 y 1948 y en 1961-1962, mientras las importaciones cre-
can en un 1.6% y el producto nacional bruto se elevaba una media
1947-1961 7.1
de un 7% anual en trminos reales. Fue un rasgo notable de lo que
1947-1952 7.0 podra llamarse industrializacin introvertida tarda.
1952-1956 5.6
1956-1961 8.3 Me he referido antes a la terminacin de un ciclo de la ISI, y
considero apropiado elaborar ese punto, como indicacin ms clara
1961-1974 _LQ_ tanto de las limitaciones de la hiptesis de O'Donnell como de las
1961-1967 3.7 concepciones errneas que persisten en torno a la naturaleza de la
1967-1974 10.0 ISI.
1974-1977 Creo que si se acepta la idea de que en determinados periodos
1975 5.6 en Amrica Latina la dinmica del crecimiento industrial deriva del
1976 1 9.2
1977 2 5.0
1
Datos provisionales.
argentina y brasilea vino a ser conocido como el 'agotamiento' de las fases 'fciles' de la
2 De la prensa del gobierno. industrializacin; es decir, el imal del periodo de crecimiento industrial extensivo y horizon-
tal basado en la sustitucin de las importaciones de los bienes de consumo terminados".
Fuente: Datos proporcionados por el Centro de Contas Nacionais de Funda~iio Getu- Vase Guillermo O'Donnell, Modemization and Bureaucratic-Authoritariansim: Studies in
lio Vargas. South American Politics (lnstitute of International Studies, University of California, Berke-
ley, Politics ofModemization Series nm. 9, 1973), p. 60.
 TRES TESIS ERRONEAS 127
126 JOSESERRA
proceso de sustitucin de la importacin, es razonable hablar del
CUADRO 4. Tasas de crecimiento real anual de la fabricacin de
productos por los principales grupos utilizadores
agotamiento de ese proceso en un periodo especfico (que, claro est,
vara de un pas a otro), siempre que al menos se hagan dos cualifica-
ciones.
Bienes Bienes de consumo En primer lugar, la idea de agotamiento se refiere a un ciclo
Bienes de capital intermedios Duraderos No duraderos especfico de la ISI. Es decir, la ISI no se agota para siempre, sino
que llega a una cierta fase, que puede ser diferente en cada pas, ms
1949-1955 1 10.8 10.5 18.4 6.7 all de la cual es difcil que contine su papel de estmulo principal
1956-1959 1 21.9 9.7 16.2 5.5 del crecimiento industrial, por lo menos hasta que la expansin del
1959-1965 2 9.4 5.4 8.4 5.1 mercado interno y los cambios en la balanza de pagos la lleven de
1966-1969 2 7.1 10.2 2 i.O 7.8 nuevo a asumir este papel. En realidad no hay razn para descartar la
1969-1973 2 22.5 15.5 22.0 12.3 idea de que, habiendo encontrado unas "fuentes de expansin" alter-
19742 13.6 6.7 17.3 5.2
nativas (el estmulo de la demanda y la posibilidad de obtener venta-
1975 2 5.9 4.1 3.1 2.4
1976 3 8.5 jas de ellas por medio de inversiones provechosas) y finalmente, resol-
viendo los problemas de las restricciones externas despus de un
Fuentes: 1 M. C. Tavares, De substitufo de importafoes ao capitalismo financiero perodo de crecimiento, la economa pudiera sufrir nuevos ciclos de
(Ro de Janeiro, Zahar, 1972). sustitucin; 49 esto es, periodos en los que estas restricciones se con-
2 Regis Bonelli y Pedro S. Malan, "Os limites do possvel: Notas sobre balan~o de
pagamentos e indstria nos anos 70", Pesquisa e Planejamento Econmico 6, Nm. 2 vierten en el estmulo principal para el crecimiento.
(1976).
3 natos proporcionados por el Instituto Brasileiro de Geografa e Estatstica.
Desde esta perspectiva, el error de muchos estructuralistas est
no en llamar la atencin sobre el declinar de la ISI, sino ms bien en
suponer que ese declinar implica un estancamiento inevitable del
sector industrial (y de la economa), y que por tanto el mercado
nacional no se expandir -o lo har muy lentamente- a no ser que
CUADRO 5. Tasas medias anuales de crecimiento de industrias de procesado se realicen "reformas estructurales" de naturaleza redistributiva. so
seleccionadas durante los tres perodos Merece la pena anotar, de pasada, que no estaban solos en ese "pesi-
mismo". Otros analistas no estructuralistas, por ejemplo, aceptaron la
Industria 1957-1962 1962-1967 1967-1972
tesis de que el declinar de la ISI se acompaara de estancamiento
industrial, siendo la nica diferencia el que argumentaron que el
Minerales no metlicos 5.9% 0.5% 13.9% estancamiento le seguira una fase en la que la exportacin de bienes
Metalurgia 15.6 6.2 12.5 manufacturados sera una fuerza dinmica de crecimiento.
Mecnica 16.5 1.4 20.5
Materiales elctricos 27.0 8.1 15.4
Materiales de transporte 27.0 0.0 19.3
Papel y cartn 9.1 49
6.3 7.1 Como indicamos antes, esta posibilidad reapareci en Brasil despus de 1974. La
Caucho 15.0 6.2 13.7 ::reencia en el fm de la ISI estaba tan extendida que un artculo del peridico World
Qumicas 16.7 6.0. . 15.2 'Jevelopment (VoL 5, Nm. 1 y 2, enero-febrero de 1977) dedicado a Amrica Latina se
titulaba "Latn America in the Post Import Substitution Era".
Textiles 8.8 -5.0 6.3
Artculos alimenticios 7.5 so La lgica de este esbozo de reformas, en trminos relativamente simplificados,
1.8 8.7 ;era la siguiente: la redistribucin de la renta estimulara la demanda de bienes de consumo
Bebidas 4.1 0.9 7.9 10 duraderos, beneficiando as las reas de produccin que (supuestamente) tiene una ms
Tabaco 6.6 -1.0 5.5 lita relacin productividad-capital; por otra parte, el aumento de tamao del mercado de
Total 11.9 2.7 12.1 lstos bienes creara indirectamente una demanda de bienes de produccin suficiente pata
tacer provechosa una nueva sustitucin de la importacin en este rea, o para conseguir una
Fuente: Instituto do Planejamento Economico e Social do Ministerio de Planejamen- lscala ms eficaz de produccin de bienes de produccin que se estuvieran fabricando ya
to. Crescimento Industrial no Brasil (Ro de Janeiro, Relatoriode Pesquisa Nm. 26, 1974) tacionalmente.
128 JOSE SERRA JOSF SERRA 129
CUADRO 6. Importaciones de bienes de capital: Tal es el caso, por ejemplo, de Sir Arthur Lewis, quien afirmaba
Tasas de crecimiento real anual con respecto a la industrializacin de los pases tropicales:
( cruzeiros de 1970) " ... a finales de los aos 60, los que haban empezado pronto la
sustitucin de las importaciones estaban llegando a sus lmites, con
1966-1969 20.5
lo que la industrializacin comenz a descender. .. Si el 70% de la
1969-1973 23.0 fuerza de trabajo se compone de granjeros de baja productividad, con
1974 47.5 slo una pequea plusvala, el mercado de manufacturas nacionales
1975 5.0 est estrictamente limitado. Conforme se aproximan a los lmites, el
1976 -17.4 paso de la industrializacin slo se puede mantener exportando man
facturas. Y eso es lo que sucedi". 51
Fuentes: Para 19661975, Regis Bonelli y Pedro S. MaJan, "Os limites do possvel: La segunda cualificacin est relacionada con el hecho de que,
Notas sobre balan~ o de pagameritos e indstria nos anos 70", Pesquisa e P/anejamento al hablar del agotamiento de la ISI, los autores estructuralistas pensa-
Econmico 6, Nm. 2 (1976), Banco Central.
ban, en mi opinin con alguna justificacin, que el declinar de la ISI
como estmulo principal del crecimiento industrial se produjo por-
que, pese a la masa de elementos importados que podan ser sustitui-
dos, el mercado nacional no permiti hacerlo provechosamente.
Estas observaciones sugieren la existencia de un doble error bajo
las hiptesis de O'Donnell. En primer lugar, est la idea de que la ISI
CUADRO 7. Parte de las importaciones en el suministro total puede y debe continuar siendo la fuerza dinmica tras el crecimiento
de acuerdo con el uso de los bienes manufacturados industrial rpido (siempre que se lleven a cabo las modificaciones
poltico-institucionales asociadas con la aparicin de los regmenes
burocrtico-autoritarios.) Pero la crtica ms elaborada del supuesto
Bienes de Bienes de agotamiento de la ISI la hizo Hirschman, 52 y fue una de las que
consumo consumo Bienes Bienes de O'Donnell tuvo explcitamente en cuenta al elaborar sus hiptesis.
Aos duraderos no duraderos intermedios capital
Esa crtica se centraba sobre todo alrededor de la idea de que, dados
los problemas del mercado y el pequeo tamao de las fbricas (a lo
1949 64.5% 3.7 /o 25.9% 63.7%
1955 10.0 2.2 17.9 43.2 que Hirschman trat de quitar relieve), as como la situacin de
1962 2.4 1.1 8.9 12.9
1965 1.6 1.2 6.3 8.2 51
W.A. Lewis, "The Evolution of the International Economic Order" (Princeton,
19651 14.5 Janeway Lectures, fotocopiado, 1977), p. 22. De un modo similar, Grunwald afirma: "Hay
1967 22.3 dos amplias estrategias de industrializacin que conducen a las naciones hacia la madurez
1970 24.5 econmi~~- Una ,de ellas es el desarrollo del trabajo de manufDcturas intensivar. para la
1974 28.4 exportac10n a paises avanzados. La otra estrategia es la industrializacin por sustitucin de
importaciones". Vase Joseph Grunwald, "Sorne Reflections on Latn American lndustriali-
1 zation Policy", Journal of Political Economy, Vol. 78, nm. 4 (agosto de 1970), p. 848.
Las cifras para 1949-1965 estn basadas en los ndices de precios y volmen fsico Con respecto a la cita de Lewis, debe observarse que la lgica de su razonamiento no
de 1956. Las cifras para 1965-1974 estn basadas en los ndices de precios y vo!men fsico parece depender del porcentaje de la poblacin comprometida en el agricultura, puesto que
de 1970. Puede observarse que 1965 es un ao atpiCo por cuanto que la importacin de en esta economa "dual", dado el nivel de la renta per cpita, al tamao del mercado sera
bienes de capital disminuy drsticamente debido a una gran reduccin. en la tasa de inver- una f~ncin ~el nmero absoluto de habitantes urbanos. Por otra parte, no sucedi as. En
sin. Amenca Latma hubo un crecimiento significativo de la industria y del mercado nacional
Fuentes: Para 1949-1965, Instituto de Planejamento Economico e Social do Minis- incluso durante el perodo en que la ISI dej de ser el factor dinmico (e incluso uno de
terio do Planejamento, Diagnstico da Industrializas:io Brasileira (Ro de Janeiro, 1968). ello~) en ;1_ crecimiento de la economa. La exportacin de manufacturas, aunque haba
Para 1965-1974, R. Bonelli y P. S. MaJan, "Os limites do possvel: Notas sobre Balan~o de crecido rap1damente, no bastaba para explicar la tasa de crecimiento industrial (vase el
pagamentos e indstria nos anos 70", Pesquisa e Planejamento Econmico 6, Nm. 2 cuadro 8 para el caso del Brasil).
( 1976).
Albert O. Hirschman, "The Politic~l Economy".
52
130 TRES TESIS ERRONEAS 131

intercambio con el extranjero, se dispona de los medios (por ejem-

plo, superar la resistencia de los empresarios a la profundizacin) que
habran posibilitado la continuacin de la sustitucin de importacio-
nes. Pero no trat de discutir el problema de si la ISI poda seguir
siendo, o no, la fuente principal de estmulo del crecimiento indus-
trial, y bajo qu circunstancias poda ser as.
En segundo lugar, con referencia al caso brasileo, es innegable
que, como indiqu antes, O'Donnell subestim el grado de avance de
la industrializacin a principios de los aos sesenta, cuando el nivel
que se haba obtenido ya de sustitucin de las importaciones sugera
la posibilidad de un nuevo ciclo de expansin apoyado principalmen-
te por el crecimiento de la demanda interior. De hecho, en los aos
1950, especialmente en la segunda mitad de la dcada, en Brasilia
industrializacin haba dado un paso significativo hacia actividades
ms avanzadas -en trminos de concentracin, densidad de capital y
tecnologa-, incluyendo la fabricacin de bienes de produccin.
En esa misma lnea conviene anotar la idea de Hirschman, tam-
bin tenida en cuenta por O'Donnell, de que la industrializacin en
Amrica Latina (que est experimentando lo que l llama industriali-
zacin "tarda-tarda") tuvo un carcter "muy secuencial" y de "fa-
ses rgidas" en comparacin con los industrializadores "tardos" ana-
lizados por Gerschenkron (Alemania, Italia, Rusia). Les falt "algu-
,..,.. nas de las caractersticas esenciales del gran estmulo de Gerschen-

--
/
~
'
' /"' kron". Sin embargo, en el caso del Brasil, este contraste poda consi-
/""
' /"" C":l
o
derarse vlido slo hasta principios de los aos 50.53 Hirschman reco-
= '
/""
/""
"'
;:
' ("' "o;:S 53
Hirschman, "The Political Economy", pp. 93-95. Desde una perspectiva "revisio-
r..:
1 ... "!j ~ista" de la CEAL, podra argumentarse que, aunque formalmente ha habido un proceso
' ".,) "'"':.
: o".,) 1 <' 1celerado de la sustitucin de la importacin durante esta dcada, que se vio reflejada en la
.::;;.:
;:.. 1 "'' ; totable reduccin de los coeficientes de importacin como parte del suministro total de los
oe: mmerosos bienes de produccin y bienes de consumo duraderos (y ello a pesar del acelera-
..
t"'
l "'o:l !V lo incremento del suministro), la expansin industrial que tuvo lugar podra no explicarse

"" ........
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,lo por los estmulos proporcionados por las restricciones externas y el favorable mercado
1acional, dado que las ili.versiones del estado y los MNC en estas reas se produjo antes de la

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~ ntroduccin de esos estmulos. Por otra parte, la instalacin de un sector significativo de
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;:.. Jienes de produccin signific que el movimiento cclico de la economa respondi, ms que
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:n las dcadas anteriores, a un factor mucho ms endgeno.
Todo ello explicara la mayor similaridad del caso brasileo con el modelo peuado
10r Gerschenkron para los industrializadores tardos, y apoyara el argumento de que ya en
Js 50 la principal fuente dinmica de crecimiento no era la ISI, tal como se crea convencio-
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~ ... 10
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o ...
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.almente. En los otros pases de Amrica Latina, tambin apareci, sin embargo, ese mayor
rado de autonoma, tal como lo seala un autor: "En Brasil. (ms que en Argentina,
'enezuela, Chile y otros pases) el gobierno estaba ansioso por promover la mxima integra-
in vertical; es decir, por promover tanto las industrias de bienes de consumo f'males como
JS sectores de bienes de capital e intermedios". Vase Werner Baer, "Import Substitution
nd Industrialization in Latin America: Experiences and Interpretations", Latin American
'
'esearch Review, Vol. 7, nm. 1 (primavera 1972), p. 98.
 TRES TESIS ERRONEAS 133
JOSE SERRA
132
En primer lugar, ningn pensador, ni ortodoxo ni heterodoxo crea
noce esto cuando observa que: " ... al menos una experiencia en qu~ la soluci?n a la escasez del intercambio con el exterior fuera r~ducir
Amrica Latina, la del Brasil durante los afios 50, se acerc mucho al las tmp<:rtacwnes (el coeficiente brasilefio de importaciones a primeros
cuadro trazado por Gerschenkron (para los industrializadores tar- de los _anos 60 era extremadamente bajo, de un 5% en 1964 ). Tampoco
dos)".54 se creta que con una nueva fase de la ISI se conseguira esta reduccin.
En segundo lugar, n~ hay nada ms ajeno a la perspectiva ortodoxa que
el pr~ocuparse por las consecuencias de no lograr incrementar signi-
Profundizacin y pensamiento econmico ortodoxo ficativamente la produccin local de bienes de capital intermedios"
q~e :esulta de "las condiciones del comercio internacional" y "lo~
Aunque la profundizacin no fuera el problema central o decisi- termt?os ~,n !0s que se puede d~sponer de la tecnologa e inversiones
vo del desarrollo (por no decir para la supervivencia) del capitalismo 5
ex~~no~e~ . ~n t~r~er lugar; stmplemente no era cierto que resulta-
en Brasil, lo consideraban as los promotores, idelogos, beneficia- ra po~ttica e tdeologt~~mente imposible que las clases y sectores que
rios y actores del rgimen? No lo creo, y ms bien fue al contrario. co~soltdaron su domt~to por medio del estado del B-A exploraran
Examinemos, por ejemplo, el Plan de Accin Econmica del gobier- sename~te las alternativas [a la profundizacin]". 57 En cuarto lugar
no de Castelo Branco o los libros escritos por los idelogos econmi- la soluctn a los estrangulamientos externos que defendieron siempr~
cos ms representativos de las fuerzas que tomaron el poder en 1964 los pensadores ortodoxos consista, en orden de importancia en au-
-Eugenio Gudin y Mario Simonsen-55 cuya orientacin estaba clara- ~e~tar las exp~rtacio_nes (incluyendo los productos primario; no tra-
mente inspir11da por aquellos que, como dice Hirschman en su captu- d_tcton~e~! en mcentivos para la inversin extranjera directa y en la
lo del presente volumen, "atacaron la industrializacin no porque se [.manctact?n ~;:t~rna. Resulta interesante observar de pasada que la
hubiera logrado muy poco, sino porque se haba llevado demasiado profundtzacton lograda antes de 1964, que fue considerada excesi-
lejos". v~ ,?or los pensadores ortodoxos por no haber promovido la "efica-
No se puede deducir lgicamente una ideologa de profundiza- Cia , fue_ vtsta como una de las restricciones a la expansin de las
cin partiendo del pensamiento de los economistas identificados con exp?rtactones porque se supona que reduca la competitividad inter-
el rgimen, quienes bsicamente se adheran al pensamiento econmi- nacional de los productos internacionales o ignoraba la idea de que el
co "ortodoxo". Por ejemplo, podemos tomar la relacin que postula ~ercado extranjero es "una va de doble direccin". En palabras de
O'Donnell entre los estrangulamientos externos y la necesidad de s~~onsen: "el crecimiento desordenado de los ndices de nacionaliza-
profundizacin. No hay nada ms alejado del pensamiento ortodoxo cton (es~~ es, de la profundizacin) fue la causa de que a menudo se
que la idea de que la profundizacin sera el modo de aliviar el desperdtctasen, en lugar de ahorrarse, las divisas". 58
equilibrio de la balanza de pagos, y ello al menos por cuatro razones.

Quizs fue en Chile en donde lleg ms lejos esta inversin autnoma (en relacin con 56
. .0'Do.nne11, "R
, .ef1ex10nes
" , p. 16. SI esta duda existi realmente, y si la profundiza-
el pequeo tamao de su economa) no slo antes sino tambin despus del agotamiento de
~~n dhu~Ier~ sido el un~co ~.scape, los pen~adores ortodoxos incluso se podran haber consi-
la fase "fcil" de la ISI. En este caso se produjo principalmente bajo el gobierno demcrata
d r~ 0 an~I~~pendentistas . ~sto sena Cierto en la medida en que se aceptase la deimicin
cristiano. El xito de esta experiencia, al menos a corto plazo, fue muy modesto, en parte
e ardo~? una economia d~pendiente ... es una economa en la que el proceso de
por el pequeo tamao del mercado nacional y por la decisin de realizar simultneamente
a~umulaCion no s~. desarrolla auto~?mamente. Por causa de la ausencia de un sector de
grandes inversiones en el sector de bienes de consumo duraderos (incluyendo la produccin
bienes ~e producc10n -o de su debilidad-, cualquier iniciativa para aumentar la produccin
de automviles), bienes de produccin, industrias de exportacin, reforma agraria y servicios
del capital deb~ proceder de las econ_?mas ';'~trales", (es decir de los pases desarrollados).
sociales "redistributivos". Fernando Hennque. Cardo.s~, O modelo !'olztzco brasileiro (Sao Paulo, Difel, 1972), p. 43.
54 Hirschman, "The Political Economy", p. 95. Esta observacin sugiere que valdra Desde esta_P~rspectlva el regimen bur?cratico autoritario, caso de buscar la profundizacin y
la pena examinar crticamente un argumento incluido en varios estudios. La literatura sobre de ~ner .exito, dentr~ de ciertos limites podra llegar, en el menor de los casos, a un
el populismo ha puesto de relieve la afinidad entre el tipo de rgimen y el carcter supuesta- debilitamiento de los vmculos de esa dependencia.
mente tranquilo y de fases bien delimitadas de la industrializacin. Sin embargo, si esto 57 O'Donnell, "Reflexiones", p. 16.
fuera cierto, en el caso brasileo el populismo no hubiera llegado ms lejos de 1945.
55 Eugenio Gudin, Anlisis de problemas brasileiros (Ro de Janeiro, Agir, 1965); y
58 Sirnonsen, Brasil 2001, p. 290.
Mario Henrique Simonsen, Brasil2001 (Ro de Janeiro, APEC, 1969).
134 JOSE SERRA
TRES TESIS ERRONEAS 135
La crisis y la recuperacin del crecimiento
cambio en la distribucin de la renta y en la elasticidad de renta de la
Sobre la base de estas consideraciones, resulta claro, desde mi demanda de los diferentes grupos. En cuarto lugar, la produccin de
punto de vista, que a principios de los aos 60 la profundizacin no bienes de consumo no duraderos, desde largo tiempo muy dependien-
constituye necesariamente una alternativa que estimule el crecimien- te del incremento de la demanda debido al crecimiento de la pobla-
to econmico. Desarrollar ahora en pocas palabras esta cuestin, cin, no mostr un gran dinamismo, en parte por el lento crecimien-
analizando brevemente la crisis de 1962 a 1964, las alternativas pol- to del empleo y por la creciente inflacin que desde 1959 haba
ticas que aparecieron y la trayectoria posteriormente seguida. erosionado el poder de compra de las masas asalariadas. En quinto
La contraccin del crecimiento industrial y de la economa en lugar, el sector de bienes de capital tendi a mostrarse muy resentido
general se haba iniciado claramente en 1962, y se mantuvo hasta por los subsiguientes desincentives a la inversin que resultaron de
1967 (vanse los cuadros 2, 4 y 5). Entre 1964 y 1967, esa contrac- esas condiciones. A su vez, el sector pblico encontr enormes difi-
cin fue reforzada por la poltica de estabilizacin, por lo que la cultades para ampliar e incluso mantener su nivel de inversin, a
cuestin del mayor inters subyace en la razn del declinamiento caus~ de los problemas de financiacin, que hacan difcil compensar
inicial. 59 la dificultad del componente inducido de la inversin mediante el
Una explicacin plausible de este declinamiento se centra en dos incremento del componente autnomo.61 Finalmente, la vacilacin
series de circunstancias. La primera hace referencia a un fenmeno de las instituciones internacionales de financiacin y la situacin de
cclico. Los primeros aos de la dcada de los sesenta vieron una tasa la balanz~ de pagos (con la pesada carga de la deuda externa y el
de declinamiento del crecimiento que era el resultado de la interac- estancamiento de las exportaciones) imposibilit la resolucin del
cin de varios factores. En primer lugar, la ola de ingentes inversiones problema mediante la ayuda del sector externo. 62
que haba comenzado en 1957 alcanzaba su reflujo, y los poderosos Pero esta desaceleracin del crecimiento no hubiera conducido
efectos de enlace que cre, y que a su vez tenan un poderoso impac- necesariamente a la crisis si no hubiera coincidido con otra serie de
to sobre la inversin, empleo y consumo, empezaron a perder su circunstancias que se relacionaron con aquella: la inestabilidad polti-
intensidad. En segundo lugar, muchos de los "nuevos" sectores de ca Y el fracaso en el control de la inflacin. 63 Estas condiciones au-
bienes de produccin y bienes de consumo duraderos se haban ex- mentaron los frenos a la inversin privada y extranjera particular 64
tendido en exceso por causa de los incentivos a la inversin propor- especialmente tras las medidas que apuntaron a controlar los envos
cionados por el estado, por las expectativas creadas por el periodo de de bene~icio.s al e~tranj.ero. Por otra parte, el gobierno, sin congelar
rpida expansin y/ o por los problemas de la escala mnima de pro- los salanos, mtento aphcar en 1963 un programa estabilizador redu-
duccin en relacin con el tamao del mercado.60 En tercer lugar, los ciendo la inversin pblica y el crdito privado, con lo que la econo-
productores de bienes de consumo duraderos haban saturado el mer- ma entr en una fase de crisis abierta. La naturaleza contribuy
cado, que previamente haba sido suministrado por las importaciones
y se haba ampliado por los efectos multiplicadores del incremento 61
Hasta 1962 este ltimo componente creci significativamente, consiguiendo con
global de la inversin. As, la subsiguiente expansin de los bienes de ello esta compensacin.
consumo duraderos pas a depender de la disminucin de los precios 62
Para algunos autores, el factor que redujo decisivamente el crecimiento fueron los
y del suministro de financiacin a los consumidores, as como del obstculos externos. Vase, por ejemplo, Nathaniel H. Leff, "lmport Constraints and Deve-
lopment: Causes of the Recent Decline of Brazilian Growth", The Review of Economics and
Statistics, VoL 49, nm. 4 (noviembre de 1967), pp. 494-501. Para una crtica convincente
de este artculo, consultar Joel Bergsman y Samuel Morley, "lmport Constraints and Deve-
59
Encontramos una interpretacin similar en M. C. Tavares, "Acumula~ao de capital lopment: Causes of the Recent Decline of Brazilian Economic Growth. A Comment" The
e industrializa~'o no Brasil" (Ro de Janeiro, Facultade de Economa e Administra~ao da Review o[ Economics and Statistics, VoL 51, nm. 1 (febrero de 1969), pp. 101-04. '
UFRJ, fotocopia, 1975). 63
Resulta evidente que no es una coincidencia el que estos dos fenmenos se produ-

6
Con respecto a los bienes de capital, los estudios de la CEAL indicaban que la jeran en conjuncin con el declinar del crecimiento, pero sobre esta base sera arriesgado
considerarlos slo como variables dependientes o, en el otro extremo como variables inde-
capacidad improductiva en los sectores de la metalurgia y equipamiento de capital ya haba
ascendido en 1960. En un grado menor, pero aun significativo, tambin hubo una subutiliza- pendientes. '
cin del sector de equipo elctrico pesado. 64
Aproximadamente un tercio de la produccin industrial se basaba en la inversin
extranjera. Vase Bonelli, "Growth and Technological Change", Apndice.
136 JOSE SERRA TRES TESIS ERRONEAS 137
tambin a la crisis, pues la sequa en el centro sur del Brasil produjo y la posibilidad de beneficiarse de significativos incrementos en la
el racionamiento de la energa elctrica,lo cual, unido a la extensin relacin productividad-capital por medio de la utilizacin de econo-
de las heladas, fue causa de una cada de la produccin agrcola. . mas y economas de escala en general, as como por sus potentes
Dadas las consecuencias polticas de la crisis, de qu medios efectos de enlace en relacin con la economa urbana. Debido a estos
alternativos se dispona para restablecer el crecimiento econmico? factores, el sector de bienes de consumo duraderos se encontraba en
Un medio de salir de la crisis que, evidentemente, se excluy fue urta posicin excelente para asegurar la financiacin para la adquisi-
cualquier intento de llevar a cabo una redistribucin de la renta o cin de sus productos, tanto por el alcance de los recursos disponi-
cualquier otra medida que, segn crean algunos, pudiera inyectar bles como por el poderoso estmulo a la economa que resultara de
mayor dinamismo a las industrias de consumo ligero. Tambin se su expansin, factor ste que siempre fue muy persuasivo para las
podra haber intentado un renovado e intensivo proceso de profundi- autoridades responsables de la poltica de crditos.
zacin, pero ello habra implicado no slo una forma de discrimina- Por otra parte, las grandes empresas del sector de bienes de
cin contra el sector de bienes de consumo duraderos -una de las consumo duraderos tenan una capacidad excepcional para influir en
dos fuentes dinmicas de crecimiento en la dcada tmterior-, sino la demanda interna en su propio beneficio. Esto derivaba del tipo de
tambin el declinar de la renta a corto plazo, debido a los problemas bienes producidos, de la disponibilidad de extensos recursos para la
arancelarios y de maduracin de las inversiones. Se hab~a ~nco_ntra publicidad, y de su afiliacin a empresas multinacionales, que les
do tambin con una poderosa resistencia externa de las mst1tuc10nes garantizaban un flujo constante de innovaciones derivadas de la inver-
financieras y de las multinacionales.65 Debe entenderse que esto no sin en investigacin y del desarrollo de las compaas maternas.
significaba que no hubiera necesidad de nuevas inversiones en la pro- La "nueva" fase requera una profunda reorganizacin de los
fundizacin, que podran haber eliminado algunos estrangulamien- sistemas de financiacin pblicos, privados y externos, que se halla-
tos, permitiendo as el uso de la capacidad productiva instalada en los ban en desorden desde finales de los aos 50. Esta reorganizacin
aos anteriores, o que no hubiera lugar para nuevas reas de expan- implicaba cambios institucionales (como legislacin sobre impuestos,
sin de la produccin de bienes intermedios y bienes de capital, por la deuda pblica, la poltica de financiacin, el capital extranjero y el
ejemplo en la petroqumica.66 Pero parece ser que, dados los parme- comercio exterior), as como a las polticas concernientes a la distri-
tros polticos que se hicieron preq.ominantes y la creencia de los bucin de la renta, tanto a nivel individual como por sectores. En los
detentadores del poder en la necesidad de abrir e internacionalizar la primeros aos se haba hecho mucho en esta direccin, como puede
economa, as como el enorme potencial para la acumulacin que verse por el alza sustancial de los ingresos pblicos, el rpido creci-
exista ya en el sector de bienes de consumo duraderos, era razonable miento de la deuda pblica (dirigida en un principio a financiar el
suponer que los bienes de consumo duraderos podan empezar a dficit y luego a "absorber" la liquidez), la organizacin de un sistema
jugar un papel central en la siguiente fase del crecimiento (o seguir efectivo de crdito al consumo y de financiacin de la construccin,
jugndolo). la relajacin de las regulaciones del capital extranjero, la progresiva
Este potencial para la acumulacin derivaba de una variedad de liberalizacin de las restricciones a la importacin, y la introduccin
fuentes: el volumen de la capacidad productiva ya instalada en el de una amplia serie de incentivos a la exportacin, as como la violen-
sector de bienes de consumo duraderos; su grado de monopolizacin; ta contencin de los salarios de los trabajadores de cuello blanco y
cuello azul menos especializados.
La trayectoria del crecimiento posterior a 1964 es bien cono-
65 Las instituciones financieras resistieron gracias a las poljticas proteccionistas Y cida. Entre los factores fundamentales de la recuperacin econmica
"autrquicas" que implicaba ese programa; las multinacionales resistieron por su deseo de estaba el resurgimiento de la produccin de los bienes de consumo
seguir suministrando a sus filiales desde el extranjero. duraderos y de la industria de la construccin, que se produjo prin-
66 Debe ponerse de manifiesto, como se observ ~~ un estudio ~ealizad.o en esa roca,
que "el hecho de que se haya visto perturbada la expanston del sector mdustrtal pro~oco ~a
cipalmente por el establecimiento de un sistema de financiamiento
serie de desequilibrios (tales como) la insuficiencia de la capacidad instalada en la mdustr1a que tena su centro en el Banco Nacional de la Construccin, 67 y algo
de bienes intermedios: metalurgia y qumica bsica, caucho, papel, etc." Vase M. C. Tava-
res, De Substitu~o de Importa~es ao Capitalismo Financeiro (Ro de Janeiro, Zahar, 67
La mayor parte de los recursos de este banco proceden de un fondo basado en un
1972), p. 165.
138 JOSE SERRA TRES TESIS ERRONEAS 139

ms tarde del sector de bienes de capital (estimulado inicialmente por equipo, concediendo incentivos fiscales slo para la compra de
el resurgimiento de la inversin pblica) y de las exportaciones no bienes de capital importados. Como muestran los cuadros 4 y 6,
tradicionales. Con respecto al suministro, la capacidad impro- entre 1966 y 1969 las importaciones de bienes de capital crecieron
ductiva68 y el existente "potencial para la expansin" desempearon un 20.5 % anual, mientras la produccin nacional slo se elevaba
un papel decisivo, as como el incremento de la capacidad de im- un 7.1 Ofo . As, una gran parte de los poderosos efectos acelerado-
portacin.69 As, mientras el producto industrial aumentaba ms de res que derivaban de las altas tasas de inversin y del decrecimiento
un 75% entre 1967 y 1972, el stock de capital lo haca slo en un en los mrgenes de la capacidad improductiva fue canalizada fuera
45% entre 1966 y 1971, y entre 1966 y 1972 la cuota de importa- del pas. Aparte del desperdicio de una parte de la capacidad de
cin del suministro industrial creci de un 1O a un 15 ofo entre 1966 a~umulacin ya instal~da, ello produjo el efecto de limitar la expan-
y 1972. swn del sector de bienes de capital y de incrementar su relativo
Qu sucedi con la profundizacin en los primeros aos de atraso tecnolgico7
recuperacin econmica? Es evidente que no tuvo un papel decisivo Con respecto a los insumos intermedios, el problema estaba ante
ni en la poltica econmica ni en la evolucin de la economa. No tod~ en el hech? de que, al contrario de lo que suponen algunos
hay duda de que la inversin industrial se elev en trminos absolu- analistas, el gobierno posterior a 1964, no parece haber asumido
tos, pero la tasa de inversiones de este sector en 1970 fue aun ms realmente de modo muy adecuado un "papel de planificacin ms
baja que en 1962; adems, la tasa de inversin global apenas aument persuas~vo", pues las inversiones en este sector -que son las ms
(vanse los cuadros 1O y 11 ). El nivel de la inversin pblica (en complejas Y las que requieren mayor planificacin y largos periodos
petrleo, energa y comunicaciones) se elev tambin considerable- de maduracin-, descendieron marcadamente por debajo de los tr-
mente, y se iniciaron grandes proyectos -por ejemplo en el rea de la minos relativos. As, por ejemplo, a principios de los aos 70 la
petroqumica-, promovidos principalmente por las empresas estata- eco~oma tena que importar acero, aluminio y fertilizantes, y sufri
les y multinacionales. Pero estas iniciativas no jugaron un papel pre- crecientemente de la escasez de una amplia gama de insumos bsicos.
dominante como fuente de crecimiento. Con respecto al acero, debe mencionarse el bien documentado error
Por otra parte, es esencial tener en mente que la recuperacin d~ pr~?ramacin que cometi el ministerio de Planificacin bajo la
entre 1967 y 1970 no estimularon una expansin comparable en el drreccwn de Roberto Campos. Implic una grave subestimacin de la
sector nacional de bienes de capital, y esto no se debi principal- capacidad instalada de este sector, lo que creo problemas que persistie-
mente a la capaciad de ocio o a la falta de apoyo en este sector. El ron muchos aos. Esto representa uno de los mejores ejemplos de
hecho es que, en respuesta a la presin de las fuentes externas de falta d; . talento ~sp~cial, por parte de los tecncratas del rgimen
financiamiento, y a las ventajas asociadas con ello, y debido a las burocratlco-autontano, para la promocin de la profundizacin.
preferencias de las empresas multinacionales y al deseo de maximi- En 1971, reconociendo las dificultades que resultaran del retra-
zar las tasas de crecimiento a corto plazo, la poltica econmica so de!, s~ctor d.e bienes de produccin, entre otras medidas el gobierno
comenz a discriminar a las industrias que producan maquinaria y ofrecw mcentlvos a la compra de bienes de capital producidos nacio-
nalmente Y adems inici o aceler diversos programas de inversin
~n insumos bsicos. Pero se hizo as con el objetivo de estimular un
impuesto que equivale al ocho por ciento de los salarios y que es controlado por las
empresas. Los depsitos se hacen en nombre de los empleados, quienes tienen derecho a mcremento de la tasa de inversin que ayudara a mantener la especta-
retirarlos en el caso de que sean despedidos del trabajo. cular expansin de la produccin de bienes de consumo duraderos la
68 Un indicador de los mrgenes existentes de la capacidad improductiva viene dado construccin de casas de lujo y las inversiones pblicas con ello r~la
por el hecho de que en 1965 los niveles de produccin de once de los dieciocho sectores cionadas, por no mencionar los proyectos que se iniciaron en relacin
manufactureros del Brasil, que representaban ms de los dos tercios del valor industrial
aadido (en precios de 1955), estaban por debajo de los niveles de 1962, Este clculo se 70
raliz sobre la base de los datos proporcionados por el Instituto do PlaneJamento Economi- Evidentemente, el sector de bienes de produccin no pudo expandirse ms rpida-
co e Social do Ministerio do Planejamento (IPEA), Diagnstico da lndustrilizario Brasileira mente desp~s de 1967 sin inhibir, en alguna medida al menos, la expansin acelerada del
(Ro de Janeiro, 1968), p. 218. Y ello a pesar del hecho de que la capacidad productiva de ~ct~r d! b1enes. de ~onsumo. Aun~u~ otras ~osas permaneceran igual, esta inhibicin
estos sectores sigui expandindose, aunque en una tasa decreciente. 1mplicar1a un estilo diferente de creClffilento: mas lento y desde luego ms orientado hacia
69 Esto se debe al crecimiento de las exportaciones y la profundizacin. ' '
a la deuda externa.
 140 JOSE SERRA
TRES TESIS ERRONEAS 141
CUADRO 8. Produccin industrial, importaciones y exportaciones
industriales y la parte de importaciones en el CUADRO 10. Exportaciones brasileas
suministro total, 1965-197 5 (en millones de dlares estadounidenses; cambio del porcentaje anual)
(millones de cruceiros de 1970)

PRODUCTOS PRODUCTOS
PRIMARIOS MANUFACTURADOS TOTAL
Parte de las Valor Cambio Valor Cambio Valor Cambio
Produccin Exportacin Importacin Suministro importaciones
industrial industrial industrial total en suministro tot. 1964 1,340.5 89.3 1,429.8
Ao (a) (b} (e) (d)-(a}-(b )+(e) (c}/(d)% 1965 1,466.5 9.4 129.0 44.5 1,595.5 11.6
1966 1,598.6 9.0 142.5 10.5 1,741.4 9.1
1965 57,366 1,105 4,130 60,391 6.8 1967 1,490.2 -6.8 163.8 1,654.0 -5.0
14.9
1966 64,456 982 5,721 69,195 8.3 1968 1,706.3 14.5 175.0 6.8 1,881.3 13.7
1967 65,552 1,303 6,430 70,729 9.2 1969 2,066.5 21.1 244.7 39.8 2,311.2 22.9
1968 76,630 1,363 8,819 84,086 10.5 1970 2,373.2 14.8 365.7 49.4 2,738.9 18.5
1969 84,600 1,774 9,424 92,250 10.2 1971 2,381.0 0.3 522.9 43.0 2,903.9 6.0
1970 95,513 2,459 11,869 104,923 1972
11.3 3,160.9 32.8 830.3 58.8 3,991.2 37.4
1971 109,076 2,790 15,631 121,917 1973
12.8 4,864.8 53.9 1,334.4 60.7 6,199.2 55.3
1972 128,927 3,887 19,109 144,149 1974
13.3 5,804.5 19.3 2,146.7 60.9 7,951.2 28.3
1973 149,298 4,023 22,812 168,087 1975 6,165.1
13.6 6.2 2,504.8 16.7 8,669.9 9.0
1974 160,645 4,046 32,304 188,903 1976
17.1 7,579.8 22.9 2,550.6 1.8 10,130.4 16.8
1975 166,589 4,484 28,822 190,927 15.1 Fuente: Datos proporcionados por la Secretaria do Planejarnento.
Fuente: R:egi~ B~nelly Y Pedr?, S. MaJan, "Os lmites do Possvel: Notas sobre balan~o
de pagarnentos e mdustna nos anos 70 ,PesquisaePlanejamentoEconomico 6, Nm. 2 (1976).

CUADRO 9. Indices de comercio exterior y trminos comerciales

con las triunfales extravagancias del gobierno de los Medici (por
(1970 = 100) ejemplo, estadios de ftbol, la autopista transamaznica y el puente
sobre el ro Niteroi). De este modo, se hizo necesario un rpido
TERMINOS
incremento del coeficiente de importaciones, lo que a su vez se vio
EXPORTACIONES IMPORTACIONES COMERCIALES
reforzado no slo por mayores incentivos a las exportaciones, sino
Global PetrL crudo Petrl. tambin por un mayor incremento en la deuda externa, lo que fue
Aos Pr. Qua. Pr. Qua. Pr. una elocuente demostracin de la confianza ciega del sector externo
Qua. Tot. Ex el.
en el rgimen, el cual no se haba visto sacudido por las perturbacio-
1966 87 78 95 60 95
1967 87
72 92 91 nes mayores de la economa internacional, que en aquel momento
74 97 65 106 67 90 91
1968 86 85
resultaban ya evidentes. Por tanto, el intento de profundizacin se
100 80 104 79 86 85
1969 88 97 98
inici sin detener la expansin horizontal. Como ya he escrito en
83 98 84 90 89
1970 lOO lOO lOO 100
otro lugar, "al tender un puente en el vaco entre la demanda y la
lOO 100 lOO lOO
1971 96 106 104 122 126 118
produccin nacional de bienes intermedios y de capital por medio de
92 94
1972 109 135 111 148 138 145 98 98
las importaciones, al mismo tiempo que se intenta incrementar la
1973 150 155 139 179 173 203 108 108
produccin nacional de esos bienes se podra evitar, posiblemente, la
1974 189 158 214 242 576 207 entrada del ciclo de la ISI en su fase de declinamiento, o al menos se
88 105
1975 196 165 217 222 582 217 ayudara a evitar algunos de los problemas de esa fase." 71
90 96
1976 226 162 220 218 617 248 103 111
Fuente: Datos proporcionados por el Banco Central. 71
Jos Serra, "El milagro econmico brasileo: realidad o mito? ", Revista Latino-
americana de Ciencias Sociales, Vol 1, nm. 3 (1972), p. 38.
 TRES TESIS ERRONEAS 143
142 JOSESERRA
compatibilidad sectorial y regional de los proyectos, as como el
CUADRO 11. Fonnacin de capital fijo bruto en Brasil objetivo de vincular la poltica industrial con los objetivos globales de
(como un porcentaje del PNB) la poltica econmica. Al no afectar a la orientacin de las inversio-
nes, no sirve como rgano de la poltica econmica, privando de
eficacia a los instrumentos de la poltica que administra. El relativo
1955 18.4 retraso de la industria nacional de bienes de capital (especialmente
1956 20.2 hasta el ao 1970) y la escasez de bienes intermedios son, simplemen-
1957 21.9 te, dos ejemplos de los efectos a que contribuy esta 'falta de polti-
1958 23,3
1959 23.8 ca'." 72
Por ejemplo, en 1973, a pesar del programa de profundizacin
1960 22.8 iniciado por el gobierno Medici, no menos del 50% de los proyec-
1961 22.4
1962 22.1 tos aprobados por el CDI se referan a bienes de consumo. Un ejem-
1963 20.5 plo extremo del desperdicio y la irracionalidad que caracterizaron la
1964 19.8 orientacin del gobierno durante ese periodo, y que pone en cuestin
1965 16.1 nuevamente la reputacin del rgimen de haber promovido con xito
1966 17.6 la profundizacin, fue la decisin de permitir al gobierno estatal de
1967 17.6 Minas Gerais la promocin de la instalacin en ese estado de una
1968 19.. 8 fbrica de automviles Fiat. Ello implic una movilizacin extraor-
1969 19.8 dinaria, y hasta ese momento probablemente sin igual, de incentivos,
1970 21.0 estmulos y exenciones de impuestos, que redujeron al mnimo la
1971 22.0 contribucin total de la empresa italiana. La fbrica propuesta iba a
1972 24.4
1973 26.5 construirse con un costo de seis millones de dlares en un momento
1974 28.5 en que el pas tena no menos de siete empresas de automviles. Por
1975 25.3 los problemas de la demanda y los del suministro de insumas (que
eran ya claramente perceptibles), era pura fantasa la creencia de que
N Fuente: Para 1955 a 1974, Regis Bonelly y Pedro s. MaJan, "Os limites do p ' 1. la produccin de automviles podra continuar con su tasa de un
atas sobre balan~o de pagamentos e indstri " . osslve .
Economico 6 Nm. 2 ( ) Para . ~ n~s anos 70 Pesqu1sa e Planejamento 20 /0 de crecimiento anual.
cados. ' 1976 1975 miS e cu os basados en datos oficiales no publi-
Las dificultades para llevar a cabo la estrategia adoptada al prin-
cipio de esta dcada resultaron plenamente evidentes en 1974, cuan-
d d ~i~ e~bargo, antes incluso de que resultara evidente la precarie- do se dispar la inflacin y los problemas de la balanza de pagos
d a_ b e Pan, el programa de profundizacin del gobierno Medici alcanzaron un punto crtico (vanse los cuadros 3 y 13), produciendo
eJa, a n;tu~ho que desear, al menos en trminos de eficacia Como un periodo de dificultades econmicas. La poltica de profundizacin
d~c1a cnpti~a_me~te un documento de la IPEA (una agencia ~ertene exigi pronto un mayor incremento en la tasa de inversin. Ese incre-
~Ierie al mm1steno de Planificacin) haciendo referencia al Consejo mento se dio de hecho (vase el cuadro ll) y produjo un notable
~ esarrollo _Indu~!rial (CDI), que era entonces el instrumento rin- efecto acelerador de las industrias nacionales de bienes de capital e
Cipal !?ara la e~ecuc10n de la poltica industrial: P insumas intermedios (vanse los cuadros 4 y 6). Adems, este efecto
En real~d~d, el CDI no ha cumplido los objetivos que se haba se vio reforzado por el hecho de que la profundizacin fue realizada
propuesto. Limltandose a resumir los proyectos que se ro onen simultneamente con el programa en curso de ingentes obras pblicas
P~?cede a otorgar concesiones indiscriminadamente. ConPla ~xce ~ (como las que hemos referido antes), con una rpida expansin de la
Cion te al~unos sectores cuyo mercado es controlado directamen~e
por e gobierno, el C~I aprueba prcticamente todos los proyectos
produccin de bienes de consumo duraderos, y con un florecimiento
IPEA, Crescimento industrial no Brasil (Ro de Janeiro, Relatorio de Pesquisa,
qu~ s~ :e
presentan, -~norando problemas de mercado, prioridades
72
nm. 26, 1974), p. 207.
sec ona es, la absorciOn de tecnologa, los costes Y eficacia, Y la
 TRES TESIS ERRONEAS 145
144 JOSE SERRA

CUADRO 12. Renta e inversin fijas en las industrias de procesado

de la construccin de casas de lujo, debidamente sancionado por la
1962-1972 poltica del gobierno y estimulada por las eufricas expectativas del
(en miles de millones de cruce iros de 1969) sector privado. Estas expectativas jugaron, adems, un importante
papel independiente en el alza de la tasa de inversin, que se refleja
en una tendencia a la sobreacumulacin -incluyendo los stocks de
Ao Inversin Renta bienes intermedios-, que se vio tambin reforzada por la especula-
( t) (IJ (Yt) lt.J /Yt (<>/o) cin estimulada por las incertidumbres del sector externo. 73
En este contexto, como las importaciones de petrleo (y las
1962 3.11 17.69
18
importaciones globales) comenzaron a crecer vertiginosamente des-
1963 2.64 17.64
pus de 1967, y particularmente despus de 1970 (vanse los cuadros
1964 2.41 18.53 14
1965 2.46 17.66 14 8 y 9), la cuadriplicacin del precio del petrleo vino a representar de
1966 2.89 19.84 12 hecho un coup de grace, precipitando una crisis de la balanza de
1967 2.77 20.18 14 pagos.
1968 2.32 23.59 12 El anterior programa de desarrollo ya haba generado una pre-
1969 3.85 26.05 13 sin inflacionaria antes de la "crisis" del petrleo, ocasionando el
1970 4.81 28.77 13 sobrecalentamiento de la economa y el incremento de l.os precios
1971 6.01 31.67 15 internacionales que se haba iniciado al final de la dcada anterior. 74
1972 7.51 35.77 17 Esta presin era visible en 1973 y slo pudo ser mitigada con la
Fuente: Instituto de Planejamento Econmico e Social do Ministerio de Planejamen- reaplicacin de los controles de precios, la sobreevaluacin del cru-
to, Crescimento Industrial no Brasil (Ro de J aneiro, Relatorio de Pesquisa Nm. 26, 1974 ). ceiro (cuyo precio en relacin con el del dlar no se vio alterado en
todo el ao) y una dudosa manipulacin de los ndices oficales de
precios (de la que se retractaron ms adelante), que empez a subir
vertiginosamente en .1974, ao en el que la tasa de inflacin subi
una vez y media la de 1973 (vase el cuadro 3), proporcin que
estaba muy por encima de la que habran producido por s solos los
CUADRO 13. Dficit de la balanza de pagos brasilea incrementos en el precio del petrleo.
(en cuenta corriente) Por otra parte, este programa de desarrollo slo haba sido via-
ble por causa de un enorme endeudamiento externo, el cual fue
necesario a pesar del pronunciado crecimiento de las exportaciones.
Como porcentaje de la Como porcentaje del En 1973, el dficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos
formacin total de capital Producto Nacional Bruto
haba sido equivalente a ms de un 2 % del PNB y casi el 8 % del
1.0 nivel de formacin de capital bruto en la economa. En 1974, con la
1967 5.0
1968 6.1 1.3 nueva subida de los precios del petrleo y el fuerte incremento de las
1969 2.8 0.7 importaciones de los bienes de produccin, estos porcentajes se eleva-
1970 5.4 1.3 ron respectivamente casi en un 8 y un 21 /o, creando una situacin
1971 9.9 2.5 que no poda sostenerse (vase el cuadro 13 ).
1972 9.5 2.4
7.7 2.1 73
1973 De acuerdo con las cuentas nacionales recientemente publicadas (Conjuntura Eco-
1974 21.1 6.7 nmica, julio de 1977), el incremento de estos stocks en la economa en 1973 y 1974. fue en
1975* 21.2 5.4 trminos reales del 95.4 y el 91.3 respectivamente, siendo el nivel alcanzado en cada ao
aproximadamente del 4 y el 7 por ciento del PNB.
Datos provisionales. 74 'Estas presiones se debieron tanto al incremento de los precios de las importaciones
Fuente: Calculado de las "Contas Nacionais", Conjuntura Econmica. julio de 1977. come al alza de los precios de las exportaciones brasileas.
 TRES TESIS ERRONEAS 147
146
Dentro de este contexto, el nuevo gobierno, que se haba insta-
lado en 1974, trat de embarcarse en un programa de profundizacin
que podra considerarse ms "clsico", es decir, basado en una reduc-
cin del coeficiente de importacin en un modo ms convencional-
mente asociado con la fase "difcil" de la ISI. 75 Importantes sectores
del gobierno salieron en apoyo de esta estrategia, que se consideraba
ahora como necesaria y que fue llevada a cabo con el propsito
explcito de desviar la fuente dinmica del crecimiento desde los
bienes de consumo duraderos a los bienes de produccin. El progra-
ma de sustitucin de las importaciones, centrado en los bienes de
capital e insumos bsicos, se acompa tambin de un vasto progra-
ma energtico y por el intento de expandir considerablemente la
produccin de exportaciones de productos primarios (celulosa, hie-
rro, aluminio e incluso acero) por medio de grandes inversiones en la
forma de arriesgadas empresas comunes del estado, las multinaciona-
les y, en menor grado, el capital privado nacional. Tambin se intent
poner fin al crecimiento exponencial de la produccin de bienes de
consumo duraderos, especialmente de automviles. Por el lado del
suministro, se eliminaron los incentivos del CDI a este sector de la
produccin, y por lo que respecta a la demanda se redujeron los
lmites de tiempo mximo en los crditos a consumidores.
Debe observarse que la ejecucin de este programa de profundi-
zacin, que fue llevado a cabo en Brasil por el rgimen autoritario, no
se caracteriz por una racionalidad o imaginacin particulares que
resultasen originales o superiores a las que se pusieron de manifiesto
durante el ciclo de profundizacin previo, llevado a cabo antes de la
llegada del rgimen burocrtico-autoritario. Ese segundo programa
debilit, de hecho, la estructura del rgimen B-A; y estirando un poco
los trminos podra llegar a decirse que tal rgimen mostr una cierta
desafinidad con la profundizacin. Y ello es as porque la profundiza-
cin, bajo las condiciones en que haba tenido lugar, hubiera requeri-
do de hecho el abandono de asunciones que eran fundamentales para
la estabilidad del rgimen durante su perodo ms autoritario (el go-
bierno Medici). Por una parte, haban limitado en gran medida la
expansin del consumo. Por otra, esto haba tenido lugar en el con-

75
Durante el ao1974, en medio de las repetidas declaraciones de que en el contexto
d,e la crisis mundial la economa brasilea representaba una "isla de tranquilidad", los
responsables de la poltica econmica no crean que fuera necesario reducir el coeficiente de
importacin. No se estableci ningn tipo de control efectivo sobre las importaciones, lo
que en parte fue causa del incremento del 35 /0 en las importaciones con respecto a 1973.
Slo a principios del segundo semestre de 1975 se dieron pasos ms decisivos en esta
direccin.
 JOSESERRA TRES TESIS ERRONEAS 149
148
texto de una reduccin del crecimiento de la demanda, lo que dismi- portaciones y profundizacin, pero en una tasa y un grado insufi-
nuye en gran medida la probabilidad de xito.. Este factor, junto con cientes para representar una "apertura" de la economa. As, aumen-
la creciente inflacin y el importante cambio en los modelos de t significativamente el papel de los bienes importados como propor-
inversin, reduce la predictibilidad de la poltica econmica ~ aumen- cin del suministro total de la mayora de los bienes de produccin.
ta considerablemente el conflicto de interese.s ent~e los di.fere~tes Es bien cierto que si se emplea una clasificacin muy desagregada de
sectores de la burguesa, incluyendo a sus fracciOnes mternaciOnahza- las actividades industriales se encontrara una reduccin sustancial de
das, o directamente internacionales, y a los directi~os ~e las empre.sas los coeficientes de importacin de muchas de ellas. Pero en ningn
estatales. Adems, resultaba importante -en los termmos de sus lffi- caso podra tal reduccin, con el alcance con que se produjo, servir
p licaciones dada la debilidad ideolgica del rgimen- el hecho de para refutar la existencia de un modelo mayor de aumento de la
'
que no siempre era posible encontrar alg':n~ parte. " cu1pable" a 1a dependencia e incluso de "aprofundizacin", entendido en trminos
que responsabilizar de los problemas econom1cos:. D1chos problemas relativos y dinmicos.
surgieron y empeoraron, a pesar de que se cumplieron todas las _con- La reflexin sobre lo que ha ocurrido en la economa brasilea,
diciones que los idelogos de la derecha cons1de_raban necesa~as Y en relacin con ,el ensayo de O'Donnell, sugerira que si el rgimen
suficientes para el crecimiento econmico sostemdo: 1~ ause~c1a de burocrtico-autoritario consigue ciertamente (a) la estabilidad que
un movimiento laboral organizado y efectivo, de elecciOnes hbres Y desean las multinacionales, (b) un "certificado de buena conducta"
directas, as como de cualquier rastro de tendencias populistas na~io de los centros internacionales de financiacin, y (e) la expansin de
nales (es decir, nacionalistas y distributivas) en el cora~n de~ gobier- las exportaciones, y teniendo en cuenta la exclusin de las masas
no la absoluta garanta y todo tipo de estmulos e ll_lCentlvo~ a la trabajadoras (que conduce a una concentracin de la renta, en trmi-
Ua~ada comunidad empresarial, tanto nacional como mternac10nal; nos tanto funcionales como personales), la tendencia con respecto a
y los repetidos y efectivos "votos de confianza" a la buena salud del la profundizacin es la opuesta a la sugerida por O'Donnell. Por una
capitalismo brasileo. 76 , parte, diversos factores, como son la relajacin de los controles de
Volviendo a las hiptesis de O'Donnell, me gustarla poner de cambio de divisas, la creciente importancia de las subsidiarias de las
manifiesto, tal como indican los cuadros 6 y 7 y las figuras 1 Y 2, que multinacionales y la aceleracin de la tecnologa y la obsolescencia
durante la fase de crecimiento observada entre 1966 Y 1967 Y entre del producto, tienden a facilitar y a "forzar" mayores importaciones
1973 y 1974, la economa aument considerablementt; s';l grado ~e de bienes de capital, insumos intermedios y tecnologa. 78 Por la otra,
"dependencia estructural" en relacin con la econo~1a ~?terna~10- esos mismos factores contribuyen a las altas tasas de crecimiento, la
nal. 77 Durante esos periodos hubo, ciertamente, sust1tuc10n de liD- concentracin de las rentas y la diversificacin de los recursos sustan-
ciales para financiar el consumo "moderno" y sus actividades de
apoyo, lo que acenta nuevamente las disparidades en el crecimiento
sectorial y, en consecuencia, la necesidad de importaciones que las
76 No pretendo sugerir una simple relacin causal entre las dic~ltades econmicas Y
la apertura poltica, aunque ambas cosas ocurrieron con el gobierno GeiSeL En ~!ros contex- compensen. En este contexto, tiende a incrementarse agudamente la
tos han tenido una correlacin negativa. Debe recordarse que el proyecto ,de des~ompn: elasticidad de las importaciones en relacin con el PNB, 79 y ello no
sin" de Geisel fue concebido antes de que la ec,onoma entra~e en es~ penod? d~ m~~tabl
lidad, y que la descompresin se produjo despues de que hubiera hab1do una liqwdac1on de
los grupos polticos de oposicin, tanto los que estaban armadios como los que no lo comercial-. la DIFERENCIA hubiera sido igual a menos del30foen 1952-1963, y cercano al
estaban. 12/0 en 1964-1974. Vase Edmar Bacha, "Issues and Evidence on Recent Brazilian Econo-
77 Con respecto a esta mayor dependencia estructural, e~ apropiado mencionar los mic Growth", World Development, VoL 5, Nm. 1 y 2 (enero y febrero de 1977), p.p.
resultados de un anlisis de la regresin entre la balanza comercial anual c?mo una propor- 47-68.
r:
cin de las exportaciones (BAL) y la diferencia entre' el producto potenc~ el producto 78
Esto tambin es cierto por lo que se refiere a los gastos en turismo y a las importa-
real (DIFERENCIA) en el perodo de 1952 a 1974. El producto po~ncial tiene una tasa
anual de crecimiento del 700 que fue uniforme durante todo elpenodo: De acuerdo con ciones de bienes de consumo innecesarios, causados en gran parte por esta relajacin de los
este anlisis, para que la econ~ma ?peras~ con ."plena: capacidad. ~s decrr con una ~IFE controles de cambio de divisas.
RENCIA de cero el dficit comercial hubiera s1do equwalente alll 1ode las exportaCiones 79 Es interesante observar que, por trmirlo medio, la elasticidad de las importaciones
durante el perodo de 1952 a 1963 y al 450fo~e las exportaci?nes en~ _19~4 Y 1:974. Para en relacin con el PNB se elev del O. 3 2 %en el periodo 1954-1962 al 1. 90f0 en el perodo
que BAL fuera igual a cero -es decir, con el fm de conseguu un equilibno en la balanza 1965-1973. En el ltimo perodo, la media de Amrica Latina, Brasil incluido, fue del1.3.
150 JOSESERRA TRES TESIS ERRONEAS 151

puede deberse a los requerimientos de la profundizacin qUe estaba ma argentina. Los uadros 14, 15 v 16 refleian este hecho. En
teniendo lugar antes del proceso y que, por tanto, terminara no realidad, a pesar de que su rgimen burocrtico-autoritario est bien
slo deteniendo el crecimiento de la elasticidad, sino tambin establecido, de acuerdo con los datos de esos cuadros, Mxico ha
reducindola. progresado menos que el Brasil anterior a 1964.
b) No hay duda de que el rgimen mexicano fue siempre ms
"eficaz" en su papel de arbitrio social interno ni de que, con respecto
Chile y Mxico a la poltica econmica y a la intervencin directa en la economa
fue e~ ms innovador en Amrica Latina en los aos 30 y 40. S~
Qu se puede decir de la relacin entre profundizacin y reg- capacidad para controlar los mecanismos sociales que generan la in-
menes burocrtico-autoritarios en otros pases de Amrica Latina? ~acin Y la te~prana organizacin (dentro de Amrica Latina) de un
Me referir brevemente ahora a los casos de Chile y Mxico. Por lo sistema centralizado que sirviera de intermedio a la financiacin, que
que respecta al primero, parece extraordinariamente difcil observar no tuvo paralelo en la zona, le permiti sumultneamente garantizar
cualquier intento de profundizacin por parte del rgimen militar la relativa estabilidad de precios, 80 tambin nica entre las economas
incluso al nivel retrico, por no hablar del prctico. ms diversificadas de Amrica Latina, y orientar la asignacin de
Es cierto, por otra parte, que la economa chilena se considera- recursos de un modo que apoyara ms el crecimiento sostenido.
ba como un locus classicus por lo que respecta a los males de la . Pero esto no significaba que Mxico pusiera un nfasis especial
expansin horizontal excesiva. Cuestiono, sin embargo, la nocin de en la ta~ea de la profundizacin. Es importante observar que, a partir
que en los aos 60 la profundizacin, en el sentido que le da O'Don- de mediados de los 50, el estado mexicano comenz a reducir su
nell, fuera concebida como absolutamente indispensable por la dere- papel de "motor del crecimiento" (tendencia que slo se reinvertira
cha poltica, o que fuera la nica solucin para el capitalismo o a par~ir de mediados de los 60 y nuevamente en los aos 70), 8 1
incluso, quizs, una solucin viable. De hecho, el rgimen militar dio re~uciendo su papel en el suministro de economas externas al capital
la impresin de querer llevar a cabo una reduccin de la expansin pnvado Y en la regulacin del sistema financiero. Este cambio se
horizontal por medio no de un mayor grado de integracin de la produjo precisamente cuando la profundizacin se convirti en el
produccin nacional (o incluso regional), sino ms bien mediante la orden del da pata el desarrollo industrial en los pases ms grandes
eliminacin de algunas actividades productivas y con una apertura de Amrica Latina, y cuando el rgimen mexicano .;;e estaba volvien-
mayor de la economa. d? "ms~' autoritario. Uno de los indicadores de la ~enor importan-
El examen del caso mexicano, que tiene una economa relativa- cia relativa del estado es, por ejemplo, el nivel de lor impuestos en
mente industrializada, adems de ser probablemente el rgimen buro- relacin con el PNB. En 1970 fue slo del 8.8 %, en contraste con
crtico-autoritario ms antiguo y estable de Amrica Latina, podra el 14.3 /o de media en Amrica Latina y el 20.6% en Brasi1.82 Por
considerarse tambin como prueba relevante de la hiptesis de lo que concierne a la inversin pblica, la brasilea representa aproxi-
O'Donnell. De hecho, desde el periodo previo a la industrializacin, madamente los tres quintos de la inversin totl, mientras en el caso
el estado mexicano no ha estado "reido" con la sociedad civil. Esta mexicano la proporcin es slo de dos quintas partes, que es inferior
razn podra haber servido de base para la argumentacin de que el al nivel del Brasil antes de 1964.
estado mexicano habra sido capaz de garantizar la estabilidad social
Y la predictibilidad del futuro, aspectos ambos necesarios para asegu- 80
L as res tncc10nes
' ' l im1ta
mas ' d as sobre el sector externo resultaron tambin decisivas
rar la entrada de capital extranjero y para llevar a cabo la profundiza- para asegurar esta es ~abilidad de precios.
cin de tal modo que "este capitalismo" pudiera cumplir con mayor
. 81 Sobre est_l tet_Tia, ver. lo~. datos compilados por E. V. K. Fitzgerald, "The S tate and
eficacia "la funcin esencial de transformar la acumulacin en inver- Capital Accumulauon m Mex1co , (documento presentado ante la Society for Latn Ameri-
sin productiva". can Studies at York, abril, 1977).
Sin embargo: 82
Estos dat~s f~eron o~tenidos de la Comisin Econmica para Amrica Latina
a) En Mxico la profundizacin no ha avanzado ms que en (CEA~). Las co~tnbuc10nes al sistema de seguridad social no son incluidas como impuestos,
Y las cifras supenores estaban calculadas segn los precios de 1970.
Brasil, ni siquiera tanto; e incluso no ha alcanzado a la sufrida econo-
152 JOSESERRA
TRES TESIS ERRONEAS 153
CUADRO 14. Las importaciones como porcentaje CUADRO 15. Estructura productiva del sector manufacturero
de la demanda interna, 1970 (porcentajes)

Argentina Brasil Mxico 1969 1971

A B e A B e
Maquinaria no elctrica 25 40 80
Maquinaria elctrica 18 16 32 Argentina 44.5 26.8 28.7 33.9 31.9 34.2
Metal-mecnica 12 12 31 Brasil 41.2 29.4 29.4 30.3 32.7 37.0
Mxico 53.7 35.5 10.8 47.6 38.4 14;0
Fuente: datos proporcionados por la Comisin Econmica para Amrica Latina. Colombia 63.4 27.2 9.4 58.8 29.1 /

12.1
Chile 61.2 29.1 9.7 57.8 33.2 9.0
Per 63.6 28.7 7.7 60.3 28.0 11.7
Venezuela 63.5 29.4 7.1 49.9 40.6 9.6
En mi opinin hemos de abandonar dos ideas con respecto a las Amrica Latina 56.5 26.1 14.4 50.8 30.0 19.2
diferencias entre Mxico y Brasil en sus realizaciones en el rea de la
profundizacin. En primer lugar, que la relativamente sana capacidad Notas:
de la economa mexicana para la importacin durante los aos 50 y A. Principalmente las industrias que producen bienes de consumo corriente: alimen-
principios de los 60, aos decisivos, permiti el mantenimiento de tos, bebidas, tela, ropas, zapatos, muebles, ediciones, gneros diversos.
B. Principalmente las industrias que producen bienes intermedios: qumicas, petrleo
una economa abierta al mismo tiempo que haba altas tasas de creci- Y subproductos del carbn, minerales no metlicos, metalurgia bsica.
miento. En segundo lugar, que Mxico tena menos espacio para . C. Principalmente las industrias que producen bienes de consumo duraderos y de
maniobrar en relacin con los centros externos de toma de decisio- cap1tal: procesados de metales, maquinaria elctrica, materiales de transporte. /
Fuente: Comisin Econmica para Amrica Latina, El proceso de industrializacin en
nes, por causa de una menor "diversificacin" de sus relaciones de Amrica Latina en los primeros aos del segundo decenio para el desarrollo (Santiago
dependencia. As, ms de las tres cuartas partes de las ganancias 1971). '
mexicanas por exportacin procedieron de los Estados Unidos, por-
centaje que en 1968 era todava de dos terceras partes. Proporciones
simil?.res se mantienen con respecto al origen de las importaciones.
Re Jita interesante la observacin de que, por otra parte, estos dos
far..wres eran esenciales para la mayor estabilidad del rgimen (salvo
f<tl"a la formacin del rgimen en el caso del segundo factor). El xito
1el sector externo en la contribucin al control de la inflacin y la CUADRO 16. Parte de las industrias de maquinaria y
proximidad y "amenaza" de los Estados Unidos se pueden considerar de manufacturacin del metal en la generacin
como factores contribuyentes esenciales para la cohesin social, pues- de produccin industrial
to que dieron lugar a la formacin de un sentimiento .nacionalista (porcentajes)
poderoso que tuvo importantes implicaciones ideolgicas y polticas.
Por tanto, del mismo modo que no existe una vinculacin nece-
1960- 1965-
saria entre profundizacin y rgimen burocrtico-autoritario, desde
1969 1969 1970 1971 1972 1973 1974
mi punto de vista tampoco hay vinculacin entre la existencia en
Mxico de un rgimen burocrtico-autoritario ms antiguo y estable, Argentina 33 33.9 35.9 37.3 39.7 41.9 42.0
con una capacidad mayor para el mantenimiento de la cohesin so Brasil 31.5 31.4 32.2 34.3 35.1 35.7 36.6
cial interna, y el mayor o menor grado de fortalecimiento del estado Mxico 18.5 19.8 20.4 19.7 20.0 20.9 22.7
como "motor del crecimiento", o por lo menos como" motor de la
profundizacin". Fuente: datos suministrados por la Comisin Econmica para Amrica Latina.
 JOSESERRA
154 TRES TESIS ERRONEAS 155
Y que t~bin ha sido puesta: de manifiesto por eruditos interesados
por Brasil: "Cules han sido las consecuciones del rgimen militar
3. EL REGIMEN AUTORITARIO Y LA RACIONALIDAD ECONOMICA
desde 1964? Es un hecho cierto que en gran medida han considerado
~a mayor centralizacin del gobierno. La toma de decisiones es ms
efic~, .los recurso,s s~ asignan con mayor racionalidad, y las metas del
En la seccin anterior, dentro del marco de referencia del anli- crecimiento economico no son ya subvertidas por el torbellino de los
sis de la hiptesis de profundizacin, resum algunos de los rasgos procesos polticos civiles. Lo que sobresale como consecucin positi-
principales de la evolucin de la economa brasilea desde mediados va del rgimen es su resultado econmico." 8 5
de los aos 50, y especialmente de la que se inici en 1964. Todo ello Pero, con un examen ms atento, en qu consiste realmente
constituir ahora la base para la discusin de otro tipo de relacin, la ese talento par~ la direccin de la economa? Los argumentos pare-
existente entre rgimen burocrtico-autoritario y crecimiento econ- cen ser los siguientes:
mico -implicando en este caso un vncqlo causal directo que ha sido
ampliamente discutido en referencia al Brasil-. Este argumento no l. El autoritarismo dificulta la erupcin de las aspiraciones so-
slo lo han presentado los idelogos del rgimen, sino tambin aque- ciales "prematuras" producidas por el efecto publicitario que acom-
llos que, a pesar de oponerse totalmente a la supresin de la democra- pafta al desarrollo de los medios de comunicacin y a la competicin
cia, la represin y las consecuencias sociales que se han producido electoral de los regmenes democrticos. Estos fenmenos conducen
por el crecimiento econmico, alaban sin embargo las supuestas virtu- a. polticas d~stributivas que son incompatibles con las tasas de inver-
des del autoritarismo como agente promotor del desarrollo. Sion neces~nas para el crecimiento rpido; o llevan a la inflacin, con
Esta posicin se refleja en los escritos de dos autores que, al sus efectos mterruptores de la actividad econmica. 8 6
analizar la aparicin de nuevos regmenes militares en Amrica Lati- ~ La "tranq~ilidad" social y poltica garantizada por la mano
na, argumentan que: " ... en Amrica Latina los militares funcionan de h1e~o del rgm~n resulta esencial para la atraccin de capital
como un pivote, garantizando la autonoma del estado y creando las extranjero y para satisfacer a las instituciones financieras internacio-
mismas condiciones de poder estatal de las potencias industriales ms nales, as como para la realizacin de proyectos inversores a gran
antiguas. Los militares crean las condiciones para el crecimiento, aun- escala, que necesitan de un alto grado de predecibilidad del futuro
que a veces el precio sea extraordinariamente duro en trminos de- con respecto a la economa.
mocrticos y parlamentarios." 83 3. El rgimen autoritario no slo permite un aumento de la
En el caso del Brasil, una de las causas de este supuesto talento formacin de capital al proporcionar los recursos y los incentivos de
del autoritarismo para el estmulo de la economa parece estar en la
relacin entre este tipo de rgimen y un tipo de "pragmatismo" y
"racionalidad" en el proceso de elaboracin de la poltica econmica,
relacin que es ensalzada por los que elaboran la poltica brasilea,
84
..
85
:m
, R"1ord R oett, " A Pretonan
Army in Politics: The Changing Role of the Brazilian
Military , en R1ordan Rostt, ed., BraziJ in the Sixties (Nashville Vanderbilt uruvers1t p
1972), p. 49. Y ress,
86s
~onsen. airrma: "La organiz~cin de las aspiraciones de la sociedad en un ro ra-
83 Irving Louis Horowitz y Ellen K. Trimberger, "State Power and Military Nationa-
m~de aCCion factible e~ el gran desafio de los funcionarios gubernamentales del ~u!do
:m::o, Y por desgra~~ es necesario decir que muchos de ellos no han sido capaces de
lism in Latn America", Comparative Politics, Vol. 8, Nm. 2 (enero de 1976), p. 233. esa tarea. Tamb1en es un hecho desgraciado, pero cierto, que el sufra 0 universal
84 As, tras decir que "la Revolucin de Marzo de 1964 abri una nueva fase en la recompensa frecuentemente a los candidatos que prometen dividir los recurs~s en parte
Historia Econmica del Brasil" (letras maysculas en el original), Simonsen resalta que el ~rs~S:m; e~. mayor que la totalidad. Ello conduce a un nfasis excesivo en las poltica!
primer aspecto de esta nueva fase implicaba " .. .la identificacin del desarrollo econmico . ecun . u tvas '1 cudyasdconsecuencias son la inflacin rpida, deuda externa, el fracaso del
como objetivo nacional primordial, dentro de una situacin poltica estable que contribuy cr 1en o y e esor en social."
Mario Henrique Simonsen "Pref " d M Mill Filh
;::iro~lo:h
1 ~dicin,a~74 ~ontin~a~futo!eJ~c~~~!~Te:~~!o~:
a la continuacin de los avances econmicos iniciales y permiti que las decisiones econmi-
cas se formulasen sobre la base de criterios tcnicos, libres de las presiones electorales". Editores, tercc:ra ): p. 2. A
Mario H. Simonsen y Roberto Campos, A nova economia brasileira (Ro de Janeiro, Livraria se P e e mundo con~ua luchando con estos problemas, Brasil se ha mantenido
Jos Olimpio Editora, 1974), pp. 1-2. ibid., p. 2. desde la RevoluCion de 1964, como una isla de raCIonalidad" V'ease s1monsen,
parado,
 JOSESERRA TRES TESIS ERRONEAS 157
156
Figura 4. Vaco real en el PNB brasileo, 1947-1977 ejecucin de la economa con respecto al crecimiento global balanza
(Basado en el ndice de 1939 =lOO; escala semi-log.) de pagos, inflacin, tasa de inversin y asignacin de los rec~rsos La
ejecucin de las cuatro ltimas variables no es un fin en s mis~o
pero s es un indicador relevante de las posibilidades de crecimient
sostenido. Examinemos ahora estas cinco variables.
PNB
1
800 Crecimiento
70
1
600 PNB POTENCIAL
. La tasa de crecimiento del PNB entre 1968 y 1974 fue muy
I
500 VIgorosa: aprox~adamente un 1O% anual (vase el cuadro 2). Sin
l embargo, es til examinar este dinamismo dentro de un horizonte
400
temporal ms amplio. As, de 1962 a 1967 (periodo que incluye
l cuatro aos ~e rgi~en militar),la tasa fue slo de un 3.7%anual,
lo ~ue perr~ute conJeturar que el crecimiento rpido subsiguiente
'"1
200
pudi~ra _ser mtell?re~~do c~mo parte de una notable mejora del ciclo
economico que sigUlO a seis aos de crecimiento global limitado del
PNB, con estancamiento real en trminos de per capita. Durante esos
aos.se pens q_ue se haban creado mrgenes considerables de capaci-
dad 1mproduct1va y de potencial para la acumulacin, que contribu-
yeron a la fuerte expansin subsiguiente (al menos en la primera fase,
100--~----~------~----~-----L----~----~~
hasta _197Q-1971 ). Desde esta perspectiva, la ejecucin econmica en
1962 1967 1972 1977 el penodo de 1968 a 1974 simplemente devolvi a la economa a su
1947 1952 1957
nivel general de crecimiento de la era de posguerra, que es aproxima-
d_amente de un 7 % anual, corno se puede ver en el cuadro 2 y en la
f~g~ra 4. Entre 194 7 y 1961, periodo en el que el pas tuvo un
Fuentes: Para 1947-1975, E. Bacha, "Issues and Evidence on Recent Brazilian Econo- regimen razonablemente democrtico (especialmente entre 1956 y
mic Growth", World Development 5, Nmeros 1 y 2 (1977). Para 1976 a 1977, basado en 1961_), la tasa de crecimiento del PNB fue de un 7 % anual, media
mis propios clculos. que Iguala a la del periodo de 1961 a 1974. Tras este ltimo ao tal
c~mo. mu~stra la figu!a 4 la tasa de crecimiento del PNB cay ; un
mvel mfenor a la media de la poca de posguerra.
la demanda para las inversiones necesarias, sino que adems asigna los Creo que estos hechos por lo menos subrayan el carcter acrti-
recursos con mayor eficacia y contribuye a un crecimiento ms equi- co de las afirmaciones del siguiente tipo:
librado. Esto es as porque, al abrigo de la inestabilidad inherente a la "El acuerdo poltico (que surgi del golpe de 1964) signific un
democracia en un pas de baja renta per capita, facilita la cuidadosa abandono de la democracia poltica... y la imposicin directa del
planificacin por parte de los tecncratas del estado, "desapasiona- mando militar con el fin de lograr un incremento del producto nacio-
dos y pragmticos". Restablece el saludable funcionamiento del siste- nal bruto. En una fase anterior de poltica democrtica Brasil mostr
ma de precios y reemplaza los mecanismos de financiacin inflaciona- . .. '
u~ . creclffiiento menor del sector econmico ... Despus de que los
rios por un eficaz sistema de mediacin de la financiacin, mihtares hubieran tomado el poder, el producto nacional bruto se
Cmo se puede determinar, en trminos prcticos, esta racio- elev anualmente en un 11 o 12 /0 y se estanc en el ltimo nivel de
nalidad superior? De acuerdo con los criterios establecidos por la 1974. Por tanto, vemos que el gobierno militar, con su imposicin de
ortodoxia econmica, el mtodo bsico consistira en considerar la
158 JOSE SERRA TRES TESIS ERRONEAS 159
un factor coercitivo sobre todas las clases sociales... inici un despe- Por otra parte, era un rgimen autoritario una condicin nece-
gue econmico de un modo muy semejante a ~quel ~o? ~1 que Euro- saria para la adopcin de esa poltica de exportacin? Thomas
pa consigui ganancias econmicas con un gobierno CIVIl. [El subra- Skidmore parece sugerir una respuesta afirmativa:
yadoesmo.]87 ., , "Antes de 1964, Brasil haba fracasado visiblemente en la ex-
Por lo que respecta a la balanza de pagos, la evoluc10n ~as pansin de las exportaciones, creando as un grave 'embotellamiento
notable es, con certeza, la alta tasa de crecimiento de la e~portac1n, de las importaciones'. Cabe preguntarse si un gobierno elegido hubie-
tanto en valor como en cantidad, especialmente despues de 1968 ra llevado a cabo una poltica tan vigorosa de promocin de la expor-
(vase el cuadro 17). Tambin ha habido un~ signi~icativa diversifi- tacin ... Cabe dudar razonablemente de que ellos fCampos y Bulhes]
cacin de las exportaciones, en la que en partlcu~ar JUe~a~ un papel hubieran vendido esa poltica [de promocin de la exportacin] a un
mayor los productos industriales. Se ha produc1do, as1m1smo, una gobierno elegido en 1964, cuando la animosidad contra el sector
diversificacin entre los productos no industriales, hasta, el punto ~e exportador era todava grande entre los polticos que permanecan
que el caf ha perdido la posicin prominente que ocupo hasta pnn- bajo la influencia de las tesis de la CEAL." 89
cipios de los afias 60. .
La brillante ejecucin de las exportac10nes se toma, con fre-
cuencia, como uno de los triunfos principales para justificar los m~ri CUADRO 17. Crecimiento anual de las exportaciones
tos de los gobiernos autoritarios, en contraste con los de los gobier- y reservas internacionales
nos democrticamente elegidos, pues, como indicamos antes, tras la (porcentajes)
guerra y hasta mediados de la dcada pasada, las ~xportaciones per-
manecieron prcticamente estancadas. Hasta que punto se puede EXPORTACIONES MUNDIALES EXPORTACIONES BRASIL RESERVAS
atribuir al rgimen esos xitos? ., . TOTALES
Es innegable que la serie de incentivos a la exportac10n maugu- Valor Quantum Valor Quantum (SDRs)
rada en 1964, y desarrollada ante todo a partir de 1968, que in~lu~
la poltica de minidevaluaciones iniciada en agosto de ese a~o, Jugo 1952/53-
un importante papel en ese xito. Pero no debemos sobrestimar las 1958/59 1.5 1.8 -2.6 3.6 1.6
condiciones extremadamente favorables de la demanda externa du-
1958/59-
rante ese periodo. Tenemos que recordar que entre 1952-1953 Y 1966/67 5.6 4.7 3.8 3.2 3.2
1958-1959 la tasa mundial de exportaciones creci slo en un 1.8 /o
anual en comparacin con el crecimiento del 10.3% del perodo 1966/67-
1966~1967 a 1972-1973. Es evidente que quienes elaboraron la pol- 1972/73 16.5 10.3 20.0 12.4 12.5
tica econmica supieron obtener ventaja de esta situacin cambiante,
pero, como sefiala cuidadosamente Albert ~ishlow: "Las pol~ticas de Fuente: Datos bsicos del International Financia/ Statistics, 1977, Suplemento (mayo).
explotacin del mercado externo son reactivas a l~s percep~10nes de
la demanda generalizada y no se pueden suponer mdepend1entes de
ella" .88

87 Horowitz y Trimberger, "S tate Power", P 35. expansivo de la dcada de los 50 y primeros aos de los 60. Dlirante este perodo, el
dinamismo de la demanda interna, la limitada demanda externa y el estado incipiente de
88 Albert Fisholow, "Development Policy: Sorne Lessons fron the Past". Documento desarrollo del sector industrial, que slo recientemente haba empezado a ser ms diversifica-
presentado en el Annual Meeting de la American Economic Asso~ation, Nueva York: ~977 do, imposibilitaron el logro de un crecimiento dinmico en la exportacin de productos
Interesa sealar, con respecto a las exportaciones indus~iales, que JUnto ~,on las cond1c1ones manufacturados.
favorables de la demanda externa y el estmulo de la pohtica de exportac1on gube~arn_ental, 8
~ Thomas Skidmore, "Politics and Economic Policy Making in Authoritarian Brazil,
no hay duda de que el factor decisivo fue el previo desarrollo d:, la base prod~ctiva m~us 1937-1971", en Alfred Stepan, ed., Authoritarian Brazil: Origins, Policies, and Future (New
trial, incluyendo el desarrollo de infraestructura que le acompano, que se logro en el Clclo Haven: Yale University Press, 1973), pp. 24-25.
160 JOSE SERRA TRES TESIS ERRONEAS 161
Aparte de esta hiptesis extravagante, que postula la supuesta cin no hubiera podido ser llevada a cabo por gobiernos ms demo-
influencia de la CEAU 0 como vnculo entre la promocin de la crticos, que tambin podran haber respondido a las condiciones
exportacin y el rgimen autoritario, podran sugerirse otros vncu- favorables de la demanda externa, adems de a las condiciones favo-
los. Uno de ellos es la hiptesis presentada por Marini, de que "los rables del suministro interno, tal como sucedi en Colombia y Chile
salarios bajos aumentan la competitividad de las exportaciones"; o en los aos 60. 93
que existe una necesidad de "estabilidad poltica que garantice la Otro aspecto notable de la evolucin de la balanza de pagos, es
estabilidad de la poltica de cambio, el estmulo de las exportaciones decir el mayor incremento de la deuda externa, fue tambin, en
y la predecibilidad del futuro que requieren las inversiones en las parte, un resultado del estado de la economa mundial en los aos 60
industrias de exportacin", hiptesis sta que pone de relieve Robert Y 70, que se caracteriz por una notable expansin del crdito inter-
Kaufman en el captulo V de este volumen. Tales hiptesis, que son nacional. Entre 1966-1967 y 1972-1973, las reservas internacionales
ms relevantes para la exportacin industrial, resultan ms razonables crecieron en una tasa media del 12.5 % anual, en comparacin con
que la de Skidmore, pero no me parecen convincentes. Con respecto el slo 1.6 % del periodo 1952-1953 a 1958-1959. La conjuncin
a los salarios, sera difcil demostrar que su contencin en el periodo del crecimiento de la exportacin y de esta financiacin externa
posterior a 1964 explica el crecimiento de las exportaciones manu- permiti (e indujo) que las importaciones crecieran aun ms rpida-
facturadas en un grado significativo, especialmente en comparacin mente, como indican los cuadros 8 y 9. Y slo a principios de 1974,
con la importancia de los incentivos del gobierno a la exportacin.91 cuando el dficit de cuentas corrientes alcanz una proporcin crti-
Por lo que respecta a las otras hiptesis, es apropiado recordar ca del PNB (vase el cuadro 13), result evidente que no sera posible
que, por una parte, la exportacin de bienes manufacturados implic romper un equilibrio entre los pagos en rpido crecimiento de los
principalmente el envo al extranjero de parte del producto de indus- bienes y servicios externos, por una parte, y los recibos de las expor-
trias que primariamente estaban orientadas al mercado nacional. No taciones y flujos de capitales por la otra.
hubo inversiones separadas y a gran escala que hubieran apuntado La experiencia brasilea en este rea apunta, ciertamente, a una
primariamente al desarrollo de la produccin para la exportacin. Por interesante paradoja que podra, mutatis mutandis extenderse a otros
otra parte, est todava por demostrar que las garantas de predecibi- pases de Amrica Latina con economas ms diversificadas. Esta
lidad del futuro -y la necesidad conexa de estabilidad poltica reque- experiencia parece sugerir que el modelo de crecimiento nacional
rida para la inversin en exportaciones- sea superior a la necesaria tiende a reajustarse como respuesta a las posibilidades de apertura
para las inversiones dirigidas al mercado nacional. 92 Finalmente, es externa d.e la economa, puesto que la elasticidad de la demanda de
difcil creer que una poltica coherente de promocin de la exporta- las importaciones aumenta rpidamente cuando se incrementan estas
oportunidades de la exportacin, hasta que vuelve de nuevo el pro-
blema del desequilibrio externo.
90 El pesimismo de la CEAL con respecto a las exportaciones se puede rastrear hasta Nunca se pondr de relieve en grado suficiente la recurrencia de
los aos 50, cuando se basaba en una percepcin, no del todo incorrecta, de las condiciones este problema a pesar del crecimiento pronunciado de las exportacio-
del mercado internacional, as como en la necesidad inicial de promover vigorosamente la
industrializacin. Por lo que respecta a este ltimo aspecto, como dice el secretario de la nes (y a pesar de la generosa financiacin externa), el cual, en la tasa
CEAL en referencia a la dcada de los 50: "fEl) inters (por la exportacin de bienes en que tuvo lugar, hubiera sido ms que suficiente para evitar este
manufacturados) estaba fuera del marco de referencia historico y objetivo en el que se desequilibrio si hubieran sido correctas las primeras diagnosis estruc-
planteaba el problema. Lo que realmente estaba en cuestin era el propsito mismo de fa
industrializacin". Vase F. Iglesias, "Situacin y perspectivas de la economa latinoameri- turales y ortodoxas de la economa brasilea. 94
cana en 1975", Revista CEPAL (primer semestre, 1976), p. 87.
91 En el caso de ciertos productos, la combinacin de incentivos fiscales, de crditos 93
En Colombia, entre 1960 y 1970, las exportaciones no tradicionales crecieron
y de divisas redujo los precios de exportacin ms de un 50 /0 en relacin con los precios desde un octavo a un tercio del total de las exportaciones.
nacionales. 94
Junto con el desequilibrio, habra aumentado la dependencia externa, al menos si
92 Puede decirse, de pasada, que las inversiones en exportacin son siempre ms
se acepta la defmicin de Simonsen, cuando escribi como ministro de Fazenda: " ...la
inciertas, puesto que dependen de la demanda externa; factor exgeno que est fuera del verdadera medida de la dependencia externa de un pas la da el volumen de las importacio-
control de la poltica econmica interna. Pero esto no tiene nada que ver con la cuestin. que nes esenciales para el funcionamiento de la actividad econmica y para el mantenimiento de
estamos tratando, un nivel adecuado de inversin. Puede afirmarse que el modelo de desarrollo industrial
162 JOSE SERRA TRES TESIS ERRONEAS 163
Inflacin la presin de las demandas que result del sobrecalentamiento del
sector privado en la cima del ciclo de expansin, y que fue estimu-
En este frente el xito fue ms modesto de lo que usualmente se lado nuevamente por una fuerte expansin del crdito al sector pri-
cree. Es cierto que el incremento anual de los precios se redujo desde vado.
ms del 80% en 1963 a un nivel cercano al 20 % tras 1968 (vase
el cuadro 3). Pero este nivel sigue siendo demasiado alto para que se
pueda decir que la inflacin se ha "estabilizado" realmente, incluso Tasa de inversin
aunque se tenga en cuenta el hecho de que han desaparecido dos
factores que la economa ortodoxa seala siempre como causas prin- ~ pri.~era vista, una d~ las caractersticas ms sorprendentes de
cipales del alza de precios: el dficit gubernamental y la presin la realiza.cwn ~~ la economia a partir de 1964 fue el hecho de que la
sindical. 95 t?sa. de mv~rswn, tras el declinar de 1965, y el alza de los aos
El hecho de que la inflacin se hubiera reducido a una cuarta SigUientes, solo en 1972 sobrepas los niveles alcanzados en el pero-
parte de su nivel original reflej la capacidad del rgimen para com- do 1958-1963. Los datos de la industria revelan que en 1971 la
primir los ingresos de los asalariados y las clases populares en general, tasa de inversin era an inferior a la de 1962 (vanse los cuadros 11 y
pero el mantenimiento de la tasa de inflacin en estos niveles relativa- 12).
mente altos revela la dificultad con que se encuentra el rgimen para Si son correctos los clculos de estas tendencias 98 es necesario
encontrar otros medios de resolver los conflictos distributivos hori- ~odificar la idea de que el rgimen autoritario tena ~n talento espe-
zontales: entre los diferentes sectores de la burguesa y entre la bur- cial para promover la acumulacin productiva (como si fuera una
guesa y el sector pblico. Por otra parte, esto ilustra muy bien el especie de estalinismo de la derecha), dado que esa acumulacin se
hecho de que el autoritarismo no es necesariamente un sustituto elev por encima de los niveles mximos obtenidos en los afios 50
ptimo de los regmenes ms democrticos por lo que respecta a la slo en los tres ltimos aos del ciclo expansivo de 1968-1974 y
eliminacin de la inflacin. 96 aun estQ se debi, en gran medida, al dficit extremadamente alto' de
Ciertamente, los tecncratas, supuestamente pragmticos y ra- la balanza de pagos por cuenta corriente (vase el cuadro 13).
cionales, a los que los regmenes burocrtico-autoritarios dieron el Por otra parte, el logro de esta tasa de inversin pone en cues-
control de la poltica econmica, quienes no tuvieron que enfrentarse tin .la hiptesis de que la concentracin de la renta (personal o
con competicin alguna en la esfera poltica ni con la oposicin de funciOnal) entre 1960 y 1970 o la contencin crtica de los salarios
los sindicatos, no representan necesariamente una garanta segura de los trabajadores representaran realmente un precio que hubieran
contra la inflacin, y puede mostrar incluso una conducta objetiva de pagar los sectores populares para poder permitir a la sociedad la
similar a la de las autoridades econmicas de un rgimen democrtico inversin de una proporcin mayor de sus recursos. Al contrario, los
ordinario. Esto viene ejemplificado por la aceleracin del incremento sectores populares parecen haber proporcionado los recursos para las
de precios que se inici en 1973,97 bajo la influencia del aumento de clases ms acomodadas de la sociedad, en parte para su consumo y en
parte para que pudieran financiar la compra de bienes de consumo
seguido hasta 1973 aument la dependencia externa del Brasil". Vase la Gazeta Mercantz1, duraderos por parte de los sectores mejor pagados de las clases media
9-ll de julio, 1977, p. 6. y trabajadora.
95
Vase Jos Serra, "El milagro econmico brasileo".
96 Vase Albert O. Hirschman, "The Social and Political Matrix of lnflation: Elabora- en ~973 (e~ Ro de J.aneiro) fue inicialmente, del 12.3 %, y se utiliz como base para
reali~ar los aJu.stes salariales, as1 como para el clculo del incremento del ndice general de
tions of the Latin American Experience" (Princeton, The lnstitute for Advanced Study,
~reCios. Postenorme~te, .durante el gobierno d~ Geisel, se reconoci que el incremento haba
fotocopia, 1978). La afirmacin anterior me parece plausble siempre que el rgimen autorita-
Sido del 22.5 %. El md1ce DIEESE para la Ciudad de Slio Paulo reflej un incremento aun
rio logre de hecho altas tasas de crecimiento, como en el caso de Brasil. mayor (26.5 Ofo).
97
!-os ~atos sobre la formaci?n de capital en Brasil son de cuestionable fiabilidad
Debe reiterarse que en 1973 (y en cierta medida en 197l)los tecncratas mismos 98
aplicaron una medida anti-inflacionaria que difcilmente puede considerarse ortodoxa: sub-
estimaron el alza en el coste de la vida basando sus clculos en precios oficiales en lugar de (par~ la. discu~Ion de este problema vease Wilson Suzigan y otros, Crescimento industrial no
en los precios del mercado. De hecho, la cifra oficial para el incremento del coste de la vida Braszl: mcen~vos e desempenho recente. Ro de Janeiro, IPEA/INPES, 1974). Por tanto
estas conclusiOnes deben considerarse con cuidado.
 TRES TESIS ERRONEAS 165
164 JOSE SERRA

Asignacin de recursos para reducir la relacin capital-productividad (es decir, el alza de la

relacin) " ... contribuy sin duda a un brillante crecimiento econmi-
No hay evidencias de que la asignacin de los recursos en el co en la dcada de los 50, pero ninguno de ellos pudo establecer una
periodo posterior a 1964, o particula~ente d~spus de 19.~8, fuera poltica de desarrollo estable y a largo plazo".101 Qu nos dice
ms eficaz, por ejemplo, que la del ciclo previo de expans10n, en el Simonsen del periodo comprendido entre 1968 y 1974?
periodo 1956-1961. Los que dicen lo contrario sue!en.basarse en .l,a " .. .la industria del automvil y el sector de bienes de consumo
idea de que la poltica econmica del rgimen autor~tano restablec~o duraderos crecieron en general en unas tasas extremadamente altas
un sistema de precios ms libre, y que la introduccin de. corr~cciO con las que no armonizaron las industrias metalrgicas ni la produc-'
nes en el sistema monetario neutraliz en buena parte las distorsiOnes cin de insumes bsicos y bienes de capital. Ponindonos en la pers-
generadas por la inflacin. Sin embargo, aun si admitimos que am??s pectiva de ese periodo, no hay razn para criticar ese modelo de
fenmenos pudieran haber ocurrido, es difcil llegar a .la concl~s10n desarrollo. El crecimiento de la industria de bienes terminados re-
de que la asignacin de recursos "mejor" realmente, si la considera- quiere menos inversiones y produce resultados ms rpidos, en trmi-
mos desde un punto de vista dinmico y macroeconmico. Como nos del incremento del producto real, que la expansin de las indus-
vimos antes el modelo predominante de inversiones y crecimiento
99
trias bs.icas." 102
tendi a g~nerar desequilibrio externo, aceler la infl~cin Y cre Es decir, hubo amplios recursos para un. modelo de inversiones
desequilibrios entre los tres principales macro~ectores (bienes de pro- que tambi.n "explot" altas relaciones de productividad-capital, pe-
ducin bienes de consumo no duraderos y bienes de consumo dura- ro al precio del retraso en las industrias de bienes de produccin, de
deros),' forzando as a los elaboradores de la poltica econmic~ del la generacin del desequilibrio externo y de la aceleracin de la infla-
rgimen a recurrir a los procedimientos que en el pasado hubiera,n cin. Difcilmente se puede considerar a esto "una poltica de desa-
ofendido a los economistas ortodoxos (volveremos a este tema mas rrollo estable a largo plazo".
adelante). . . . .
Resulta claramente evidente, por las reflexwnes mdividuales de
los economistas ortodoxos, el que la eficacia de la asignacin de Las vicisitudes de la poltica econmica
recursos en 1956-1961 no fue significativamente inferior a la del
periodo posterior a 1964. Por ejemplo, en referencia a las dist~rsio Siempre es fascinante observar en estas citas de qu modo los
nes que han acompaado al crecimiento de la economa. despues de pensadores ortodoxos se centran tan crticamente en las "artificiali-
1950 Simonsen en un libro publicado en 1969, menciOna que la dades" de la trayectoria econmica anterior a 1964, mientras que en
disto;sin "estr~cturalmente ms importante" que result del desa- sus anlisis del desarrollo posterior a 1964 empiezan a ver esas artifi-
rrollo sostenido fue la "explotacin artificial de la relacin capital- cialidades -mediante una benevolente sociologa del conocimiento-
productividad" .100 Tal explotacin se habra conseguido J?Or. me?,io como lgicas y razonables. Parecen afirmar que sus polticas deben
de un modelo de inversiones que no tuvo en cuenta la capltalizaciOn estar ms all de toda censura, principalmente porque el factor res-
de la agricultura y los servicios sociales, as como por el abus? de los. ponsable de las dificultades econmicas que emergieron a partir de
subsidios de cambio de divisas para las importaciones de eqmpo. Por 1964 fue la mala suerte, no el tipo de crecimiento que tuvo lugar:
tanto, argumenta Simonsen, los mecanismos "artificiales" utilizados "Como no era posible anticipar que el precio del petrleo se
cuadruplicara a finales de 1973, pareca natural acelerar el desarrollo
econmico por el camino ms sencillo, dejando la parte ms difcil
para la poca en la que el pas ya hubiera alcanzado un nivel razona-
99 Este crecimiento incluy, como ya indicamos en la seccin ru;tterior, gr:mdes
inversiones en obras pblicas innecesarias (muy semejantes ~ l~s de lo~ ~ob1ernos ~aclOnal
populistas criticadas por la derecha), por no I?encionar la perd1da de. diVIsas por la lffiporta-
cin de productos innecesarios que competlan con. productos n.~c10nales, los gastos por 101 /bid., p. 61.
turismo y los pagos de intereses resultantes de la exceSiva acumulaClon de reservas.
102Mar1o. H. slffionsen, conferenCia
. en la Escola Superior de Guerra, 9-11 de julio de
100 Simonsen, Brazil 2001, p. 60. 1977. .
 TRES TESIS ERRONEAS 167
166 JOSE SERRA
Finalmente, merece la pena poner de relieve que la experiencia
ble de renta per cpita. La desgraciada coincidencia fue que la crisis de la economa brasilea desde 1974 ilustra de modo magnfico c-
del petrleo se produjera precisamente en el momento en que estba- mo los cambios de las condiciones objetivas fuerzan a los responsa-
mos alcanzando el punto mas , alto de depen denc1a . t ernac10na.
. m . 1 "1 03
bles de la poltica econmica a adoptar nuevas medidas que en un
Un argumento que es predecible que hagan los elaboradores de pasado reciente hubieran horrorizado a los economistas ortodoxos:
la poltica de la regin es el de echar la "culpa" a los riesgos de la los impuestos negativos sobre actividades consideradas estratgicas
economa internacional. Para ellos, los florecimientos econmicos se para la sustitucin de importaciones, los depsitos compulsivos para
explican siempre por las virtudes de los elaboradores de la polti~a, Y las importaciones, los reajustes ms lentos de las tasas de utilidad
los fracasos econmicos por la mala suerte. Esto es comprensible, pblica, y los controles de precios para los bienes de consumo bsi-
pero no persuasivo, pues fue precisamente el fenmeno de la "in-pro- cos. Del mismo modo se repiten los dilemas caractersticos del pasa-
fundizacin" -es decir, el desequilibrio sectorial que acompa al do (aunque tambin hay tipos nuevos), como en el caso de la dificul-
ciclo expansivo de 1968-1974- el punto de partida de las perturba- tad de devaluar nuevamente el cruceiro (que se consideraba sobreva-
ciones que empezaron a afectar a la economa a principios de 1974. luado) por los altos niveles de deuda en moneda extranjera por parte
Los primeros sntomas de estas perturbaciones eran ya visibles antes de las empresas; o la necesidad de detener o reducir considerablemen-
de la crisis del petrleo, como la escasez de trabajo y de materias te los grandes proyectos de inversin en el sector de exportacin de
primas bsicas y la aceleracin de la inflacin. La crisis del petrleo productos primarios, por causa de la desercin de los compaferos
fue un factor agravante, ms que una causa, de los problemas produ- extranjeros, desanimados por las escasas perspectivas de evolucin de
cidos. En realidad, las polticas econmicas que acompafaron al ciclo la economa internacional. Encontramos errores de importancia en la
1968-1974 basadas en una confianza ilimitada en que la economa planificacin y ejecucin de estos y otros proyectos, incluyendo los
internaciodal sostendra casi indefinidamente su rpida expansin, proyectos de infraestructura, como ejemplifican los problemas que
fueron vctimas de un problema similar al que Albert Hirschman surgen en la ejecucin del proyecto de ferrocarril.
llam la "ilusin de las divisas" .104 El intento de atribuir la principal
responsabilidad del declinar del ciclo de expansin al sector externo
equivale al intento de culpar a la realidad de no haberse comportado CONCLUSION
de acuerdo con los requerimientos de una ilusin. 105
Conviene poner de relieve que no estamos interesados en hacer
juicios de valor sobre la aparicin de obstculos y desequilibrios en el
103Jbid progreso de la economa que, al final, son simplemente inherentes al
104 Albert O. Hirschman, The Strategy of Economic Development (New Haven, Yale desarrollo capitalista.106 Basta con hacer notar que, en primer lugar,
University Press, 1958). Segn Hirschman: "El consumidor de productos importados reao- el rgimen burocrtico-autoritario en modo alguno cre las condicio-
ciona inmediatamente ante un incremento de sus necesidades haciendo ms pedidos, Y el
importador las transmite al extranjero con alegre abandono, no entendiendo que la limita-
nes para informar a sus "planificadores estatales", hasta el punto de
cin de suministros real implica la capacidad del pas de ganar divisas adicionales por medio permitirles racionalizar sus metas, por no mencionar hasta el punto
de las exportaciones. Esta limitacin de suministros nunca es percibida de antemano, Y por de permitirles controlar el curso de los acontecimientos mediante la
tanto debe llegar a los operadores econmicos nacionales a travs del alza en el precio de las
divisas o mediante los controles de divisas resultantes de la excesiva demanda de moneda
ignorancia o la superacin del caracter cclico y contradictorio del
extranjera." Hirschman, Strategy, p. 168. Es evidente que esta p~rCI_lpc~n se produjo m1;1c~o desarrollo capitalista. En segundo lugar, problemas como el de la
ms tarde de lo que hubiera sido de desear, puesto que, como md1que en la nota 75, solo a inflacin acelerada, cuellos de botella externos y el hecho de que los
mediados del ao 75 se estableci por primera vez algn control sobre las importaciones.
105 Debe tenerse en cuenta que se haban sobrestin1ado las consecuencias adversas de
ciclos de expansin lleguen a su lmite pueden producirse tambin en
los cambios en la economa internacional. Por ejemplo, en el perodo siguiente a la "crisis"
ausencia de procesos electorales competitivos efectivos y de cualquier
del petrleo, los trminos del ndice comercial del Brasil no empeoraron tanto como se suele 10
suponer. El ndice para 1975-1976 fue prcticamente el mismo que para el perodo de 1970 ~ y estos tropiezos y desequilibrios pueden producir, en una secuencia dialctica, el
a 1972 (vase el cuadro 9). No sera correcto tomar el ao 1973 como base, pues fue un resultado fmal de incrementar (como as ha sucedido realmente) las posibilidades de una
ao excepcionalmente bueno para los precios de exportacin brasileos. Tampoco sera reorientacin fundamental en la esfera econmica, e incluso la aparicin de un sistema
precisa la comparacin con el ao 1974, en que no se produjeron las reacciones esperadas de poltico ms democrtico.
los otros precios internacionales al precio del petrleo.
168 JOSE SERRA

posibilidad de organizacin y protesta del sector p.opula~. En terc~r

lugar, en la experiencia brasilea de posguerra, baJO regimenes mas
democrticos hubo crecimiento econmico dinmico e importantes
transformaci~nes de la estructura productiva. En cuarto lugar, el rpi- V. CAMBIO INDUSTRIAL Y GOBIERNO AUTORITARIO EN
do crecimiento entre 1968 y 197 4 no fue el resultado de alguna AME RICA LATINA: UN ANALISIS CONCRETO DEL MODELO
habilidad superior del rgimen autoritario para la acumulacin ~~pita BUROCRA TICO-AUTORIT ARIO
lista sino ms bien de la particular combinacin de unas condiciones
favo'rables de la economa nacional y de las condiciones de comercio por Robert R. Kaufman *
y capital del mercado mundial. En quinto lugar, no parece qu,e.la
ejecucin de algunas de las medidas ms fundam~ntales de la J?Ohtlca Por qu muchos de los pases industrialmente avanzados de Amrica
econmica -como la promocin de las exportaciOnes- necesitara de del Sur estn regidos por gobiernos que expresan poderosos compro-
un rgimen autoritario. Finalmente, tampoco parece q~e ~1 es~i_lo de misos con el desarrollo econmico, al tiempo que pisotean los dere-
crecimiento observado (por ejemplo con respecto a la distnbuciOn de chos humanos? Hasta qu punto se pueden entender tilmente esos
la renta) fuera inevitable por razones tcnico-naturale~..En realid~? gobiernos en los trminos de las contradicciones caractersticas de la
no hay evidencias convincentes de que diferentes condiciones pohtl- industrializacin retrasada y dependiente? Este captulo trata esas
cas, que respondan a la dinmica muy dif~rent~, de la ~ucha d~ clases, cuestiones mediante un anlisis comparativo de Brasil desde 1964, de
no hubieran sido compatibles con una direcciOn satlsfactona de la Chile y Uruguay desde 1973, y de Argentina entre 1966 y 1970:
economa. cuatro casos de lo que se ha llamado gobierno burocrtico-autoritario
(B-A). 1 El Mxico "autoritario", aunque menos represivo que sus
correspondientes de Amrica del Sur, se considerar en determinados
casos para ampliar la comparacin. Me centrar principalmente en los
problemas sociales y econmicos, a los que estos gobiernos parecen
ser una respuesta. Evidentemente, sta es slo una perspectiva desde
la que se pueden considerar los orgenes de esos gobiernos, pero es
una perspectiva esencial, tanto para un entendimiento completo de
estos casos como en los trminos de una serie ms amplia de argu-
mentos tericos que son del inters de este libro.
Resulta claro que el militarismo es un fenmeno comn en
Amrica Latina. Sin embargo, los gobiernos sudamericanos a que
nos hemos referido antes han empleado los instrumentos pblicos de
vigilancia, represin y tortura con una eficacia e implacabilidad inu-
suales. Han empobrecido o suspendido los procesos electorales y le-

* La investigacin realizada para este ensayo fue apoyada por el Center for Interna-
tional Affairs, Harvard University, y por las concesiones del Social Science Research Coun-
cil. Thomas Barnat me proporcion una ayuda de extrema utilidad. Quisiera tambin expre-
sar mi agradecimiento por sus valiosas sugerencias a David Collier, Eric Davis, James Kurth,
Guillermo A. O'Donnell, Jos Serra y Alfred Ste pan.
1 Guillermo O'Donnell, Modernization and BureaucraticAuthoritarianism (Berkeley,
Institute of International Studies, University of California, 1973).

169
170 ROBERT R. KAUFMAN CAMBIO INDUSTRIAL Y GOBIERNO AUTORITARIO 171
gislativos, han purgado y desmovilizado el movimiento laboral, y han que en la esf~r~ del d~sarrollo se enfrentan los gobiernos contempor-
controlado cuidadosamente las actividades de los medios de comuni- ~eos de _Amen~a Latma no es la transformacin de economas agra-
cacin y las universidades. Entre sus vctimas se incluyen tanto los nas pre-mdustnales. En el momento en que estos gobiernos aparecie-
guerrilleros y polticos de izquierdas como los moderados e incluso ~o!l. en esc~na, ?aca y_a ~ari~~ dcadas ,que se haba dado el impulso
derechistas. Quizs algunas dictaduras tradicionalistas, como por miCial hacia la md~st_n~hzaciOn. Ademas, en cualquier caso, la polti-
ejemplo las de Duvalier, Trujillo o Stroessner, hayan alcanzado ese ca de aquella fase micial de la transformacin industrial parece ms
rcord de represin sistemtica; pero esos hombres gobernaron sobre cercana. a las experiencias britnica o francesa que a las de Japn 0
sociedades mucho menos modernizadas, ejerciendo el poder y obte- Ale~ama. En_ gran par~e, la industrializacin de Chile y Uruguay se
niendo riquezas en su beneficio personal y en el de sus familias. Los h_abia _producido baJO sistemas constitucionales relativamente institu-
gobiernos de que nos ocupamos muestran una retrica y una inten- ciOnahzado,s ~ue, tras la Segunda Guerra Mundial, haban extendido el
cin que es impersonal y modernizante. Su mandato "arbitrario" acceso pohhco ~ segmentos cada vez ms amplios de la poblacin.
sobre trabajadores, polticos, estudiantes e intelectuales se acompaa Incluso ~n Br~sil y Argentina, en donde el constitucionalismo no
de intentos de establecer relaciones pragmticas y predecibles con el est~ba ?,Ien atnnc~erado, muchos han considerado las polticas "po-
sector privado empresarial, particularmente con los negocios interna- pulista~ _de los anos 40 y 50 como evidencia de una tendencia hacia
cionales, y de racionalizar y hacer avanzar a la econonoma como el domm1o _de ~a c~ase ~edia y a unos modelos cada vez ms abiertos,
totalidad. Esta combinacin de represin y "racionalidad" es la que aunque no mshtuciOnahzados, de participacin poltica.
autoriza la exploracin emprica y la explicacin terica. ~eguramente, slo los observadores ms optimistas e ingenuos
En un sentido, no es difcil entender el motivo de que emergie- sup~s1eron que esas tendencias culminaran necesariamente en demo-
ran estas formas de autoritarismo en unas sociedades relativamente cracias e,stables de masas. Incluso en Chile y Uruguay eran evidentes
avanzadas. Todo gobierno que trate de desmovilizar y controlar esas los ob~!_aculo~ a ese desa~r?llo para todo aquel que se preocupara de
sociedades durante largos periodos de tiempo debe emplear dosis escudrm,ar baJo la_ superficie: la industrializacin extendi, e incluso
bastante grandes de coercin. Tambin es ms probable que esos exacerb?, las t~ns10nes de clases que estaban ya presentes en la socie-
gobiernos posean los necesarios recursos tecnolgicos y burocrticos. dad premdustnal; y las comunicaciones de masas del siglo XX genera-
Sin embargo, el anlisis ms atento revela algunos rompecabezas te- ron ~nas esperanzas que constituan un desafo continuo para la
ricos con respecto al motivo de que esos regmenes de Amrica Lati- capaCidad productiva y distributiva de las economas sudamerica-
na emergieran dnde y cundo lo hicieron; rompecabezas que intri- nas. Pero a pesar de esos problemas, aquellas sociedades industria-
gan particularmente a los que estn interesados por descubrir las liza~,tes pa~e.can marcadas por una creciente competicin y partici-
conexiones sistemticas que existen entre el cambio poltico y la paciOn ~ohhca, proceso que a su vez pareca incrementar los costos
socioeconoma. ~ reduc1~ las probabilidades de las opciones autoritarias de desarrollo.
La modernizacin autoritaria, por ejemplo, se ha considerado a "Por qu~, entonces, los gobiernos contemporneos de Brasil, Argen-
menudo como un fenmeno asociado con las primeras fases de la tma, Chile Y Uruguay, aparentemente tan comprometidos con el de-
industrializacin. 2 Los principales modelos derechistas son las auto- sarrollo, deseaban pagar esos costos? Y cules fueron los efectos?
cracias alemana y japonesa del siglo XIX, que transformaron unas Algun?~ autores -:-entre ellos Fernando Henrique Cardoso, Enza
sociedades agrarias atrasadas en productores de acero, ferrocarriles, Faletto, Ph1hppe Schmitter y Albert Hirschman- han sugerido que se
productos qumicos y de ingeniera gracias a una movilizacin, hecha pue?~n encontra~ a~gunas respuestas importantes en los problemas
con determinacin, del capital industrial y a una estricta organizacin poh hcos Y econom1cos de la acumulacin de capital inherentes al
3
de las demandas populares sociales y polticas. Pero el desafo al proceso de _industrializacin atrasada y dependiente.4 En este captu-
2 Barrington Moore, Jr., Social Origins of Dictatorship and Democracy (Boston, lo explorare algunos de los fundamentos empricos y tericos de una
Beacon, 1966). A. F. K. Organski, The Stages of Political Development (Nueva York, Alfred
A. Knopf, 1965), especialmente las pp. 122-58. 4
3 Alexander Gerschenkron, Economic Backwardness in Historical Perspective (Cam L . F~~ando Henfi:que Cardoso Y Enzo Faletto, Dependencia y desarrollo en Amrica
atma (Mexco, D.F., Sglo Veintiuno Editores, 1970); Albert O. Hirschman "The Political
bridge, Mass., Harvard Unive~sity Press, 1962). Economy of Import-Substituting htdustrialization in LatiI America", en Albert o. Hirsch-
 CAMBIO INDUSTRIAL Y GOBIERNO AUTORITARIO 173
ROBERT R. KAUFMAN
172
importante sntesis y extensin de esos ,argument?s: ~a tesis de contexto histrico dio lugar a una burguesa industrial nacional tec-
Guillermo O'Donnell, segn la cual esos reg1menes estan vmculad~s a nolgicamente imitativa y polticamente dbil, actualmente incapaz
una fase "avanzada" de la industrializacin de sustitucin de la Im- de dirigir la "necesaria" transicin a las industrias de bienes de pro-
portacin (ISI), en la que se han "agotado" las oportunida.~es de duccin o a la exportacin de productos manufacturados. De modo
inversin a pequea escala y se percibe que la nueva ex~ans10n de- similar, algunos de los factores ideolgicos, psicolgicos y poltico-
pender de una inversin a gran escala, a menudo extranjera, en las institucionales que enriquecen y completan los elaborados anlisis
industrias de bienes de produccin. Al sobreimponerse a las tenden- neomarxistas del autoritarismo burocrtico se harn notar cuando
cias nacionalistas, populistas y participativas de las primeras fases. de resulten relevantes, pero se deja tambin a otro tiempo y lugar el
la ISI, ms "fciles", los esfuerzos de promocin de este nuevo ~1po tratamiento completo de estas materias.6 En lugar de todo ello, en
de inversin exacerban los conflictos, que no pueden ser contem~o.s e~te captulo se valorarn las contribuciones explicativas que propor-
por los gobiernos popularmente elegidos y los. ~egmenes co~~~tltl ciOna la descripcin y anlisis de los dilemas socioeconmicos con-
vos. El incremento de las necesidades de estab1hdad y predec1b1hdad temporneos a que se enfrentan los regmenes B-A. Ms especfica-
a largo plazo, as como las presiones a favor de la austeridad fiscal Y mente, el captulo se divide en tres partes, cada una de las cuales
la disciplina laboral, implican unas iniciativas polticas Y u~os ca~ trata una cuestin de primera importancia derivada de la proposicin
bios estructurales que amenazan los intereses de la burgues1a naciO- general segn la cual el gobierno B-A est "asociado", siendo al mis-
nal de los consumidores de cuello blanco y de los trabajadores de mo tiempo una condicin necesaria de ello, con la transicin de las
m;no azul, que haban constituido las bases de las _coaliciones fases "fciles" de la ISI a las formas ms difciles del desarrollo
"nacional-populistas". O'Donnell argumenta que los reg1mel!es ~-A industrial.
emergen de la crisis socioeconmica generada por esa parahzac10n, Parte l. Cul es el carcter de los cuatro gobiernos militares
tratando de resolver por la fuerza las contradicciones que no podan que surgieron en el cono sudamericano durante la dcada de los 60 y
resolverse con la negociacin. Estos regmenes, lejos de ser tradicio- los 70? La primera seccin analiza, en unos trminos relativamente
nales y conservadores, en algunos aspectos resultan dinmicos Y ade- concretos y procesuales, los cambios polticos y las polticas econ-
lantados, en el sentido de que su raison d'etre implica una restructu- micas que encontramos en estos gobiernos.
racin fundamental de la economa industrial y de su relacin con los Parte II. Las crisis que condujeron a la formacin de estos go-
otros sectores econmicos nacionales y con el orden econmico in- biernos, pueden rastrearse sistemticamente en el pasado hasta un
ternacional. 5 umbral especfico en el que la inversin industrial ligera deja de ser
Me propongo examinar este argumento concentrndome en al- una base viable para la expansin econmica? Aunque los casos de
gunos componentes limitados, aunque crticos, de una cadena mucho A~rica del Sur siguen constituyendo el eje central del anlisis, aqu
ms elaborada de razonamiento poltico-econmico. No tratar direc- se mtroducen datos pertenecientes a Mxico para obtener una pers-
tamente, por ejemplo, los complejos argumentos histricos que retro- pectiva comparativa adicional.
traen la ISI de la primera mitad de siglo a esquemas anteriores de Parte III. Qu tipos de cambios econmicos se produjeron tras
dependencia neocolonial, as como a las limitaciones nacionales con- la aparicin de estos gobiernos, y hasta qu punto se pueden atribuir
currentes. Un vstago particularmente importante de este anlisis, a la poltica misma de esos gobiernos en lugar de al cambio de las
que se trata aqu en gran parte como una suposicin, es que este 6
En cuanto a intentos excelentes de construir esos factores dentro de un marco de
referencia explicativo, vase: Alfred Stepan, "The New Profesionalism of Internal Warfare
man, Bias for Hope (New Haven, Yale University Press, 1971), pp. 85-123; Philippe C. and Military Role Expansion", en Alfred Stepan, ed., Authoritariari Brazil, Origins, Policies,
Schmitter, "Paths to Political Development in Latin Ame rica", en Douglas A. Chalmers, ed., and,Future ~ew Have_n ~Londres, Y~e University,Press, 1973), pp. 47-69; y David Collier,
Changing Latn America (Nueva York, Academy ofPolitical Science, 1972), pp. 83-108. cap1tulos pnmero y ultimo de este libro. Tambien he procurado tratar estos factores en
5 O'Donnell trata ms directamente de la evolucin y .carcter de los reg~menes B-A "Corpora_tism, Clientelism, and Partisan Conflict", en Molloy, ed., Authoritarianism and
en "Reflexiones sobre las tendencias generales de cambio en el Estado burocrtico-autorita- Corporatzsm, pp. 109-49; Transitions to Stable Authoritarian-Corporate Regimes: The Chi-
rio", Centro de Estudios de Estado y Sociedad(Buenos Aires, Argentina, 1975). V~e le.an Case? (Sag~ Compara~ve Politics Series, Series 01-060, Vol. 5, 1976); y "Authoritaria-
tambin "Corporatism and the Question of the State", en James M. Malloy, ed.,Authonta- rus?l and Industnal Change m Mexico, Argentina, and Brazil", en Jos Luis Reyna y Richard
rianism and Corporatism in Latin America (Pittsburgh, University of Pittsburgh Press, Wemert, eds., Authoritarianism in Mexico (Filadelfia, Institute for the Study of Human
Issues, 1977).
1977), pp. 4 7-89, y Modernization.
174 ROBERT R. KAUFMAN CAMBIO INDUSTRIAL Y GOBIERNO AUTORITARIO 175

condiciones internacionales o a las oscilaciones "n~turales" de ~o~ reces10n que, en cada caso, acompaaron a la toma de poder. En la
ciclos comerciales? Prestar atencin especial a dos !1pos de cambio. segunda seccin se revisan algunos de los rasgos estructurales e insti-
la aceleracin del crecimiento en las industrias de ?,lenes de _pro~u~~ tucionales que, con ms frecuencia, se asocian con el gobierno B-A,
cin (una indicacin de lo que llama O'Donnellla prof~ndiZ~CIOn as como algunas de las importantes diferencias entre los cuatro casos
de la industrializacin); y el crecimiento de las exportaczones m?us- especficos.
triales, fenmeno al que otros autores han vinculado con los regime- Brasil. El tema central que domina una gran parte del anlisis
nes autoritarios derechistas. histrico de este caso -el ms duradero y de mayor "xito" de los
He de admitir que para ello vuelvo a recorrer muchos d~ _l~s nuevos regmenes B-A- es la provisionalidad e incertidumbre con
caminos tomados ya por O'Donnell, Cardoso Y otros, cuyos, ~n~hs1s que el nuevo gobierno militar busc a tientas la frmula poltico-eco-
generales derivan primordialmente de un examen de lo~ an~lSls del nmica por la que es ahora tan famoso.8 Es cierto que muchos de los
Cono Sur de Amrica. Sin embargo, esos argumentos cnstahzaron a participantes en el golpe de 1964 se comprometieron con un periodo
finales de la dcada de los 60 y principios de la de los 70, en un indefinido de gobierno, rechazando el papel "moderador" que ha-
tiempo en el que el mando B-A de Brasil y A;rgentina se ~ncont~aba ban jugado previamente los militares. Pero los contornos precisos del
aun en una primera fase, y antes de que hubieran aparecido regime- nuevo rgimen evolucionaron gradualmente y han cambiado conti-
nes autoritarios en Uruguay y Chile. 7 Adems, ~uchos aspecto~ de nuamente desde entonces, como resultado de una sucesin de elec-
sus anlisis an en evolucin, siguen siendo ambiguos, y sometidos ciones experimentales "ad hoc" realizadas por los "arquitectos" del
por tanto 'a diferentes interpretaciones y mali~terpre~acione~. La nuevo orden. Desde la perspectiva aventajada de mediados de la dca-
cuestin planteada y los casos aqu examinados siguen siendo_ vm~,u da de los 70, dichas elecciones parecen agruparse formando varias
los decisivos en la evolucin de modelos tericos con aphcac10n fases, cada una de las cuales representa cambios importantes en las
potencialmente ms general. En la medida en que las respuestas a las polticas econmicas y caractersticas estructurales del rgimen mis-
preguntas planteadas sugieran esquemas comunes, podre~os tener mo.
ms confianza en que stos y otros autores nos han encammado por La fase inicial (1964-1967) se caracteriz por una evidente in-
tiles direcciones tericas y empricas. teraccin entre un estricto programa de estabilizacin que trataba
primordialmente de controlar la inflacin, y una serie de decisiones
que ampliaban y elaboraban los controles autoritarios. Casi inmedia-
PARTE l. UNA VISION GENERAL DEL GOBIERNO B-A tamente, los tecncratas de la nueva administracin de Castelo Bran-
co congelaron los salarios, redujeron radicalmente los gastos del go-
bierno y restringieron el crdito al sector privado. Simultneamente,
Los regmenes B-A el gobierno suprimi las organizaciones laborales y a los partidarios
del rgimen depuesto de Goulart, prohibiendo las huelgas y deteniendo
Empezaremos centrndonos en los propios gobiernos B-A d~ o exilando a los funcionarios de la administracin anterior. El descon-
Sudamrica. Como evolucionaron, tras su llegada al poder? sus poh- tento continuo por el programa de estabilizacin dio impulso a supre-
ticas econmicas bases de apoyo y mtodos de control social? En la siones cada vez ms amplias dirigidas a elementos ms extensos, y
primera parte d~ esta seccin se prese~~an esbozos en ~iniatura de obviamente menos "subversivos", de la poltica brasilea. Un punto
cada gobierno, llevando a cabo la relac10n contra el telon d~ ~ondo decisivo se produjo tras las elecciones a gobernador de octubre de
de las crisis de la amenaza poltica, inflacin, escasez de d1v1sas Y
8
Vanse especialmente los artculos en Alfred Stepan, ed., Authoritarian Brazil,
7 Fernando Henrique Cardoso y Enzo Faletto, Dependencia y Desarrollo en Amrica Origins, Policies, and Future (New Haven y Londres, Yale University Press, 1973). Para una
Latina (Mxico, Siglo XXI, 1970); Helio Jaguaribe, Political Developme~t: A General Theo- til revisin de la realizacin y poltica econmica de Brasil, vase Wilson Suzigan y otros,
ry anda Latin American Case Study (Nueva York, Evanston, San Fran~1so, Lo~dres, Harper Crescimento Industrial no Brasil, Incentivos e Desempenho Recente (Rio de Janeiro,
& Row Publishers, 1973); Rodolfo Stavenhagen, "The Futur~ of Latn ~enea: B~tween IPEA/INPES, 1974). Tambin, Ronald M. Schneider, The Political System of Brazil, Emer-
Underdevelopment and Revolution", Latin American Perspectzves, Vol. 1, num. 1, pnmave- gence of a "Modernizing" Authoritarian Regime, 1964-1970 (Nueva York, Columbia Uni-
ra de 1974, pp. 124-49). versity Press, 1971).
176 ROBERT R. KAUFMAN CAMBIO INDUSTRIAL Y GOBIERNO AUTORITARIO 177

1965, en la que los compaeros del antiguo presidente Juscelino de consumo duraderos por parte de la clase media superior y en la
Kubitschek obtuvieron victorias en Minas Gerais y Guanabara, dos de atraccin de la inversin directa, los crditos a la importacin y la
los ms grandes estados brasileos. Bajo la presin de la "lnea dura" cartera de prstamos del extranjero. No obstante, Delfim abandon
militar, el gobierno respondi con el Segundo Decreto Institucional, el anterior compromiso de lograr la absoluta estabilidad de precios en
que aboli los partidos existentes, estableci el sistema de elecciones favor de incrementos predecibles anuales de precios de aproximada-
presidenciales indirectas y ampli la autoridad del presidente para mente un 20%. Se liberaliz la fluencia del crdito al sector priva-
que pudiera despedir a funcionarios electos y suspender derechos do y las tasas de divisas y salarios mnimos fueron "indexadas" con el
polticos. Este decreto marc con bastante claridad los principales fin de despolitizar estas cuestiones explosivas y para sujetar los costo
perfiles poltico-institucionales del nuevo orden poltico. Aunque la laborales. 11 Al mismo tiempo, Delfim aceler los primeros intentos
administracin de Castelo Branco se hallaba relativamente limitada de estimular y diversificar las exportaciones por medio de subsidios y
con el ejercicio de su poder, concediendo una considerable libertad de la liberalizacin del comercio. Y hacia 1970, la poltica del gobier-
para el debate pblico en la prensa, al final de su mandato actu para no se dirigi ms directamente al estrimlo de las industrias de bienes
suprimir a los ms importantes lderes polticos de todas las partes de produccin, tras lo cual result evidente que la demanda nacional
del espectro ideolgico. De este modo se lanz Brasil por su trayecto- de productos tales como el acero y la petroqumica dejaban muy
ria autoritaria. 9 atrs los clculos previos y las metas de produccin. Las comisiones
Sin embargo, los aspectos econmicos del "milagro" brasileo combinadas privadas y pblicas encargadas de vigilar la inversin en
tomaron forma ms lentamente. Si bien los defensores de Castelo estas reas se reorganizaron y reforzaron, aprobndose una variedad
conceden a su administracin el mrito de haber reducido las expec- de proyectos en gran escala que anteriormente languidecan en las
tativas inflacionarias y de haber instituido importantes cambios en mesas. 12
los sistemas fiscales y financieros, la poltica econmica de este pri- Debe observarse que esta poltica coincidi con unas condicio-
mer periodo no tuvo un xito notable ni siquiera en sus propios nes internacionales extremadamente favorables: una importante ex-
trminos. Las medidas de austeridad haban producido una reduccin pansin del comercio mundial y la prctica explosin de los fondos
aguda (y quizs innecesaria) de los niveles de vida de las clases traba- de eurodlares disponibles para la inversin en los pases del tercer
jadoras, con slo una moderada disminucin de la tasa de inflacin. mundo. Por tanto, es imposible determinar con certeza en qu medi-
Aunque durante este periodo la ayuda pblica externa en Brasil fue da la recuperacin econmica es realmente atribuible a la estrategia
fluida, los prestamistas e inversores privados respondieron lentamente de Delfim. Sin embargo, el evidente impacto de su ministerio consti-
a los incentivos liberales ofrecidos por el gobierno de Castelo, mien- tuy una explosin rpida y sostenida de la expansin econmica. En
tras que la recesin que haba atenazado al sudeste industrial mostra- los siete aos de ascendencia de Delfim, la economa brasilea creci
ba pocos signos de abatirse. La economa brasilea no empez a en una tasa anual de aproximadamente el 10%, guiada primero por
mostrar signos espectaculares de recuperacin hasta la segunda fase una aguda recuperacin de las ndustrias de bienes de consumo dura-
de la "revolucin" brasilea, asociada con la ascendencia de Delfim deros y luego, hacia 1970, tambin por una rpida expansin del
Neto como ministro de Finanzas (1967-1974). 10 sector de bienes de capital. 13
El tratamiento de Delfim fue algo menos ortodoxo que el de sus Aunque Delfim haba sido designado por un presidente Costa e
predecesores, aunque apenas ms favorable a los objetivos del rgi- Silva, que haba llegado a ese puesto prometiendo la liber~lizacin
men en cuanto a las clases inferiores. Como bajo el gobierno de P?ltica, esta segunda fase del rgimen B-A estuvo marcada primor-
Castelo, la estrategia global de la recuperacin econmica sigui cen- dialmente por el grave endurecimiento y extensin del aparato repre-
trada primordialmente en el fortalecimiento de la demanda de bienes si~o. ~a explosin de huelgas salvajes, la extensin del terrorismo y la
diversidad de actos de protesta pacfica proporcionaron a las faccio-
9
ThomasE. Skidmore, "Politics and Economic Policy Making in Authoritarian Bra-
11 /bid.
zil, 1937-71", en Stepan, ed.,Authoritarian Brazil, pp. 3-47.
12
10
Albert Fishlow, "Sorne Reflections on Post-1964 Brazilian Economic Policy", en y o tr os, eresczmento
suzgan Industrial, pp. 50-7 3.
13
Stepan, ed., Authoritarian Brazil, pp. 69-119. /bid., pp. 111-49.
178 ROBERT R. KAUFMAN CAMBIO INDUSTRIAL Y GOBIERNO AUTORITARIO 179
nes militares de lnea dura el pretexto para tomar la ofensiva. En la represin anterior. No obstante, por la oposicin de la lnea dura y
diciembre de 1968 ' la administracin Costa suspendi el Congreso Y la vacilacin del gobierno, este proceso no lleg tan lejos como algu-
dict el famoso Quinto Decreto Institucional, que conceda al presi-
. nos haban esperado. Aunque se concedi una mayor libertad para
dente poderes ilimitados para proteger la "seguridad nacional". La las crticas al gobierno, las detenciones y censura intermitentes si-
consiguiente ola represiva -arrestos, despidos, vigilancia policial Y guieron generando una atmsfera de inseguridad poltica. Una victo-
censura estricta- no decay durante los tres primeros aos de la ria, polticamente embarazosa, del partido de oposicin, MDB, en las
administracin Medici (1969-1974), que lleg a ser particualrmente elecciones al congreso de 1974, in1puls al gobierno a prohibir el
famosa por la utilizacin de la tortura con los opositores, reales ? debate pblico en las elecciones municipales de 1976. No haba indi-
supuestos. En 1971, con la resistencia clandestina totalmente demoh- cios, por otra parte, de que los militares estuvieran dispuestos a aban-
da y con los moderados intimidados, se reinstaur el Congreso Y la donar su control sobre las elecciones presidenciales, a relajar el que
situacin se "normaliz" gradualmente. No obstante, por lo menos ejercan sobre las actividades sindicales o a renunciar a los poderes
hasta 197 4 la polica brasilea de seguridad sigui siendo el brazo especiales que les concedan los decretos institucionales de las admi-
ms poderoso del gobierno, dedicada a controlar todas las institucio- nistraciones precedentes. 15
nes importantes de la sociedad civil y a sofocar en la prctica toda Dentro de este marco algo ms relajado, pero aun autoritario,
crtica pblica seria. hubo tambin considerables incertidumbres y debates acerca de las
Finalmente un tercer aspecto del periodo de 1967-1974 fue la direcciones econmicas y sociales que tomara Brasil en la segunda
cristalizacin dei sistema de alianza, que ha sido puesto de relieve por mitad de los aos 70. En 1974-1975, con la crisis energtica, el
O'Donnell y Cardoso como un rasgo caracterstico del gobierno buro- aumento del volumen y el precio de otras importaciones, y el peso
crtico autoritario "maduro" .14 En el pice de la estructura guberna- creciente de la deuda externa, se haba reducido la expansin econ-
mental, este sistema descansaba en los intereses complementarios de mica general del pas, producindose sustanciales incrementos de la
los tecncratas civiles (como Delfim) y los oficiales de lnea dura, inflacin nacional. En el contexto de estas dificultades, algunas de las
interesados respectivamente por el "desarrollo" y por la "seguridad directrices iniciadas durante la fase Delfim fueron cuestionadas o
nacional". En un nivel de anlisis ms fundamental, encontramos la alteradas. Por ejemplo, los abogados de la poltica de liberalizacin
estrecha relacin de funcionamiento entre los funcionarios del go- del mercado y las inversiones quedaron a la defensiva ante los parti-
bierno los directores e inversores extranjeros y algunas empresas darios de una nueva ronda, ms intensa, de sustitucin de las impor-
nacion'ales que se beneficiaban de las ayudas estatales Y las disposicio- taciones que re_dujera la creciente deuda externa de Brasil. Algunos
nes sobre fondos sociales; en suma, el "tro" dominante const_ituido funcionarios del gobierno presionaron tambin para la revisin de la
por el estado, los capitalistas extranjeros y la burguesa nacional poltica salarial, a fin de reforzar el poder de compra de los trabaja-
dores de los sectores ms modernizados de la economa. Y a pesar de
"asociada" con los anteriores. que continu la retrica sobre las virtudes de la economa de libre
Sin embargo, en 1974, con la subida de Ernesto Geisel a. la
presidencia, parece que Brasil se embarc en una tercera fase poltica empresa, las empresas estatales asumieron una posicin dominante en
y econmica, que implicaba modificaciones potencialme~te ~~or las ramas industriales ms importantes, lo que provoc fuertes protes-
tantes en la poltica econmica y en los fundamentos soc1opohhcos tas de los sectores privados nacionales y extranjeros, amenazando el
del rgimen. En el nivel "poltico", Geisel prometi una "descom- equilibrio mismo del "tro" dominante.
Por tanto, en 1977 prcticamente todos los aspectos de la eco-
presin": reduccin de la censura de prensa, relajacin de los contro-
noma poltica de Brasil -sus estructuras institucionales, directrices e
les policiales y restauracin de un grado limitado de competicin
incluso las coaliciones de clase que le servan de apoyo- haban sido
entre los partidos "oficiales", ARENA y MDB. En 1976, con esta
sometidos a un anlisis y debate crticos. Seguramente, pocos cam-
poltica se eliminaron al menos algunos de los aspectos ms duros de
15
Cuando este ensayo estaba redactado, la administracin Geisel se comprometi en
14 O'Donnell, "Reflexiones"; Fernando Henrique Cardoso, "Associated-Dependent nuevas supresiones, suspendiendo temporalmente el congreso y revisando las leyes electora-
Development: Theoretical and Practical Implications", en Stepan, ed.,Authoritarian Brazil, les con el fin de eliminar cualquier posibilidad de victoria del MDB en elecciones estatales
pp. 142-79. locales o del congreso. '
180 ROBERT R. KAUFMAN CAMBIO INDUSTRIAL Y GOBIERNO AUTORITARIO 181
bias abruptos parecieron inminentes, pero la direccin global de la monetaria o crdito al sector privado. En parte por esta razn, y en
evolucin futura del sistema resultaba menos clara que nunca desde parte como resultado del florecimiento econmico internacional de
el golpe de 1964. . finales de los 60, el nuevo gobierno argentino no tuvo que esperar
Argentina. El gobierno Ongana (1966-1970), como .el de Brasil, tanto como el brasileo para la recuperacin econmica general. A
tom el poder con vagos comprom~~os de pu~gar a la ~oc~:dad argen- finales de 1967, aproximadamente al mismo tiempo que el milagro
tina, polticamente dividida, de su demagogia po~uhsta , d~ poner econmico brasileo estaba apareciendo en el horizonte, en Argenti-
fin a la inflacin y de aprovechar el amplio potencial product1~0 que na las tasas de inflacin haban cado sustancialmente y la inversin
se pensaba que tena la economa argentina. Las nuevas .~utondades extranjera regresaba en cantidades crecientes. Estos hechos, unidos a
anunciaron inmediatamente que, en inters de la revoluc10n, las elec- la sustancial inversin del gobierno en la construccin y a una recupe-
ciones se pospondran y los partidos se prohibira~ indefin~~amente; racin parcial de las exportaciones agrcolas, iniciaron un proceso
pronto siguieron la prohibicin de las huelgas, la mtervenc10n de los uniforme de expansin econmica que se mantuvo hasta 1970.
sindicatos claves y una dura purga de los disidentes dentro de las Adems, el gobierno argentino logr estos objetivos con un tac-
universidades. Adems, unas semanas despus del golpe.' A.lvaro to ms ligero que los brasileos. Como en Brasil, los trabajadores de
Alsogaray, smbolo en Argentina de la ortodoxia econ~mca m ter- las industrias ligeras tradicionales y los empresarios nacionales peque-
nacional fue designado embajador ante los Estados Umdos, como os y medianos sufrieron considerablemente por el programa de esta-
signo d;l nuevo compromiso del gobierno d~ imponer _un programa bilizacin: por ejemplo, a pesar de la prosperidad general, las quie-
estabilizador y atraer nuevas corrientes de capital e~tranjero. bras de negocios comerciales se doblaron entre 1966 y 1970. 17 Sin
Con la designacin, en enero de 1967, de Kn~g.~r V asen~ como embargo, en general los niveles de vida de la clase trabajadora no
ministro de Economa, esa estrategia general se deflmo aun mas espe- cayeron tanto como lo haban hecho en Brasil con la administracin
cficamente. El gobierno impuso una congelacin sal~rial a. largo pla- de Castelo Branco, o como lo haran posteriormente en Uruguay y
zo disminuy las deudas por importaciones, aumento los nnpuestos Chile; y en el intento de Ongana de desmovilizar y controlar a la
y 'redujo el dficit fiscal, y decret "de una vez por todas': una sociedad no figuran tan prominentemente la tortura y el arresto masi-
devaluacin del peso de un 40 %. Estas medidas, aunq.~e tem~~ el vos. 18
propsito inmediato de reducir la inflacin, estaban tamb1en explicita- Otra posible diferencia entre Brasil y Argentina es el nfasis
mente indicadas para sentar las bases para la realizaci~~ de lo.s tre.s relativo que puso la ltima en la "profundizacin", aunque a este
objetivos ms importantes del desanollo: ( 1) la expa~s1on Y diversi- respecto las evidencias son menos claras. De hecho, tanto los argenti-
ficacin de las exportaciones; (2) el desarrollo de la mfraestructur~ nos como los brasileos eligieron con frecuencia suministrar las nece-
econmica (particularmente en los ferrocarriles~ _elect~icid~d Y servi- sidades de capital y equipo por medio de importaciones, en lugar de
cios portuarios, en donde el gobierno prometlo raclOna~I_Zar y dar mediante el estmulo de la produccin local, confiando en la promo-
mayor eficacia a las empresas pblicas);.Y (3) l.a promoc10n de una cin de las exportaciones y en los crditos externos para obtener las
inversin masiva del sector privado en la mdustna pesada, sobre todo divisas necesarias. Sin embargo, da la impresin de que las industrias
6
con la ayuda del capital multinacionaP_ ., locales de bienes de capital pudieron recibir un estmulo mayor en la
Aunque el gobierno de Ongama se h':lnd10 en 197.0, ~esulta Argentina. Parece que el concepto de profundizacin apareca con
evidente que los perfiles amplios de su. expenmento a~ton~ano er~n ms frecuencia en la retrica de los funcionarios argentinos, y las
paralelos a la experiencia brasilea. Sm embargo, van~s. ~1ferenc1~s regulaciones gubernamentales ofrecan incentivos fiscales a las empre-
entre los dos casos resultan relevantes para nuestro anahs1s. En pn-
mer lugar, a diferencia del programa de estabiliz~~in de ~as~elo 17
Datos de laReview o[ the River Plate (30 de abril de 1973), p. 604.
Branco; el de Ongana no incluy una fuerte reducc10n de la hqmdez 18
Vase Richard D. Mallon, en colaboracin con Juan V. Sourrouille, Economic
Policy-Making in a Conflict Society: The Argentine Case (Cambridge, Mass., Harvard Univer-
sity Press, 1975), p. 30; United Nations, Economic Survey for Latin America, 1969, p. 109;
16 Para declaraciones de poltica ecmmica ms importantes, vase e~ discurso de
Guillermo O'Donnell, "Estado y Alianzas en la Argentina, 1956-1976" (Centro de Estudios
Ongana a la nacin, Review ofthe River Plate (12 de agosto, 1967), p. 215; Kneger Vasena, de Estado y Sociedad, Buenos Aires, Argentina, octubre de 1976), Grafico nm. III, Series
Review of the River Plate ((11 de octubre de 1?67), pp. 19-20. Mensuales de Salarios Industriales Seleccionados, 1956-1976.
182 ROBERT R. KAUFMAN CAMBIO INDUSTRIAL Y GOBIERNO AUTORITARIO 183
sas que c~mpraran material argentino. 19 Por otra parte, parece que llo del presidente. Aunque en los tres aos siguientes sigui habiendo
los argentmos tuvieron un poco ms de xito en su resistencia a las presidentes militares, esos acontecimientos pusieron realmente fin al
presio?es en favor de las importaciones de equipo y capital:. en Brasil, primer experimento burocrtico autoritario en Argentina. Los gobier-
por ejemplo, entre 1966 y 1970, las herramientas de maquinaria nos que siguieron al de Ongana abandonaron la estricta poltica
producidas nacionalmente cayeron de un 64 % del consumo total a salarial de Krieger, adpotaron una lnea algo ms dura hacia el capital
slo un 33% ; en Argentina los porcentajes fueron del 79 y el extranjero (aunque todava flexible) y relajaron el control de los
55% .2 Finalmente, el gobierno argentino dio la impresin de es- sindicatos. Tras la ola de huelgas, actividades guerrilleras y presiones
forzarse ms por controlar la exportacin de las ganancias procuran- inflacionarias, la administracin Lanusse de 1972-1973 accedi final-
do dirigir las divisas recibidas a la inversin nacional. Por ejemplo, la mente a transferir el poder al movimiento peronista.
?ran devaluacin que mencionamos antes se acompa de grandes Chile. Mientras que el gobierno Ongana haba tomado el poder
unpuestos a las ganancias inesperadas, medida que produjo una consi- como respuesta a una amenaza relativamente ligera, la crisis de 1973
derable oposicin entre los exportadores de productos agrcolas. 2 1 que precipit el poder B-A en Chile fue el resultado de un desafo sin
Los factores que parecen haber pesado ms en la cada del precedentes a las lites dominantes del pas. La escalada del conflicto
gobierno de Ongana fueron ms polticos y sociales que de carcter de clases nacional, las presiones internacionales sobre el gobierno de
estrictamente econmico. Los que se citan con ms frecuencia son: Allende y las divisiones dentro de la coalicin misma de Unidad
(a) la divisin entre los militares argentinos mismos; (b) el relativo Popular fueron los factores que contribuyeron a un grado extraordi-
poder de las fuerzas sociales afectadas negativamente por las directri- nario de polarizacin social y de caos econmico que imprimi una
ces de la poltica de Ongana: especialmente las lites agrcolas los huella decisiva en el curso subsiguiente de la poltica chilena. Por una
. . '
empresanos naciOnales y los sindicatos; y (e) la ausencia, a mediados parte, el miedo de la clase media a las fuerzas revolucionarias que se
de los aos 60, de movimientos de masas amenazadores y "anticapi- desat durante el gobierno de Allende fue muy importante para la
talistas", que hubieran podido neutralizar la oposicin de las dos consolidacin del poder poltico del nuevo rgimen militar. En 1976
P.ri~eras fuentes. O'Donnell concede particular importancia a la opo- no existan prcticamente indicios visibles de divisin militar interna,
Slclon de los empresarios nacionales y las facciones militares naciona- y slo se oan dbiles protestas de los sectores de trabajadores de
listas, que se quejaron durante todo el periodo de Ongana de la cuello blanco y empresarios nacionales, quienes sufran considerable-
penetracin de las empresas multinacionales. Sugiere que el miedo a mente la severa poltica anti-inflacionaria del nuevo gobierno. Al
los sindicatos peronistas no deterior esa oposicin; pues a pesar de mismo tiempo, la determinacin de los militares c.; desenraizar las
la hostilidad con que las lites argentinas consideraban a esos sindica- bases profundamente asentadas de los poderosos pat tidos de izquier-
tos, stos no afirmaban ser una grave amenaza al orden social estable- da chilenos les llev a la creacin de unos mecanismos de coercin
cido, ni fueron percibidos como tales. 22 que sobrepasaron, incluso, a los de Brasil a finales de los 60 y princi-
En este contexto, el famoso "cordobazo" de junio de 1969 dio pios de los 70. Junto con Uruguay y la Argentina posterior a 1976,
el coup de grace a un gobierno que, aunque en la superficie era que tambin se enfrentaba a bien organizadas "amenazas desde aba-
poderoso Y tena xito, sufra ya de considerables tensiones internas. jo", el gobierno militar de Chile ha sido sin duda uno de los ms
Al cabo de unas semanas de confrontacin entre trabajadores estu- represivos de los regmenes B-A de Amrica del Sur. 23
diantes Y policas, Krieger Vasena dimiti; aproximadamente ~n ao Como en los otros casos de B-A, la junta chilena llam a varios
ms tarde, Ongana mismo era expulsado de la presidencia por milita- tecncratas respetados internacionalmente (por ejemplo a Jorge
res que no queran pagar el precio poltico de la estrategia de desarro-
23 Vase Kaufman, Transitions to Stable Authoritarian-Corporate Regimes; tambin
19
Review of the River Plate (22 de julio de 1967), p. 63. Michael H. Fleet, "r..:hile's Democratic Road to Socialism", Westem Political Quarterly, Vol.
20 26, nm. 4, dicien; ore de 1973, pp. 766-86; Stanley Plastrik, "A First Word on the Chilean
Review ofthe River Plate (31 de octubre de 1972), p. 656. Tragedy", Dissent Vol. 21, nm. 1 (invierno de 1974), pp. 711; Paul M. Sewwzy, "Chile,
21 The Question of Powers", Monthly Review, VoL 25, nm. 7 (diciembre de 1973); Paul
Vase Mallon y otros, Economic Policy-Making in a Conjlict Society p. 32
O'Donnell, "Estado y alianzas en la Argentina", pp. 26-27. ' ' Sigmund, "Seeing Allende through the Myths", World View, Vol. 17, nm. 4 (abril de
22 1974), pp. 1621.
0'Donnell, "Reflexiones", pp. 7-10.
184 ROBERT R. KAUFMAN CAMBIO INDUSTRIAL Y GOBIERNO AUTORITARIO 185
Cauas) para que estructuraran una poltica que redujera la inflacin y tambin a otros muchos aspectos de la conducta de la Junta. La
librara al sistema econmico de las "irracionalidades" fundamentales diversificacin de las exportaciones se consider fundamental para el
que se haban acumulado bajo las anteriores administraciones civiles. despegue de .la larga dependencia chilena con respecto al proteccio-
Sin embargo, el grado en que los chilenos abrazaron los dogmas de la n~s~?,l,indus~~ial y .las exportac~one~ de .~inerales, una tarea "dura y
ortodoxia econmica conservadora fue tambin inusual incluso para dificil que requiere talento, 1magmac10n y perseverancia". Un fun-
los regmenes B-A. Hasta el gobierno de Castelo Branco, por ejemplo, cionario adverta que no era un camino para los "blandos e ine-
se haba resistido a la aplicacin plena del "tratamiento de shock" ficaces", sino para los "hombres y mujeres dedicados", deseosos de
que pedan los portavoces del FMI. Sin embargo los chilenos impor- "prepararse sin tregua y sin reposo para una larga e intensa lucha en
taron prcticamente sin reservas las estrictas doctrinas monetarista y pro de la conquista de los mercados ultramarinos. Con la victoria
del laissez-faire inspiradas por Milton Friedman, convencido de que progresar la soberana de Chile".
las medidas excepcionales resultaban esenciales para el control de la En los tres o cuatro primeros afios de gobierno militar, el impac-
desesperada inflacin y la crisis de la balanza de pagos, as como para to de esta poltica result, en el mejor de los casos, ineficaz, y contra-
recuperar la confianza de los prestamistas e inversores internaciona- producente en el peor. A pesar del tratamiento de shock aplicado a la
les. Ms catlica que el Papa, la Junta desmantel totalmente los economa chilena, la inflacin se redujo lentamente, y en 1976 se
controles de precios, importaciones y distribucin que se haban ins- mantuvo en una tasa anual del 175% . Al mismo tiempo, un gran
talado en las administraciones anteriores; congel los salarios; y res- nm~ro. de empresas chilenas fueron llevadas a la bancarrota por las
tringi severamente el crdito. Tambin se desmantel en gran parte ~estncc10nes del crdito y la drstica liberalizacin de la poltica
el sector de "empresas estatales". Entre 1973 y 1977, ms de tres- lillportadora; y adems, como indica la figura 3 la fluencia de la
cientas empresas nacionalizadas por el gobierno de Allende fueron . '
mversin exterior directa permaneci en niveles insignificantes. En
devueltas a sus antiguos propietarios; otras doscientas empresas esta- 1975 esta poltica se combin con un fuerte descenso de la economa
tales, muchas de las cuales se haban originado en el sector pblico, mundial, produciendo una de las peores recesiones de la historia de
fueron vendidas a manos privadas. 24 Finalmente, la determinacin Chile, con la reduccin de casi un 13 % del PNB. A pesar del modes-
de la junta de atraer el capital extranjero se reflej en su rechazo a to incremento del PNB del 3.5% en 1976, el producto per capitade
adherirse a las restricciones del Pacto Andino sobre multinacionales, ese afio slo fue ligeramente superior al alcanzado en 1963. En el
y en 1976 por la retirada del gobierno chileno del Pacto Andino perodo posterior a 1973, el desempleo se ha calculado, conservado-
mismo. ramente, en un 15 %; y a pesar de las bonificaciones y subvenciones
La estrategia de recuperacin a largo plazo del gobierno se cen- familiares, pensadas para mitigar el efecto del programa de estabiliza-
tr ante todo en la expansin y diversificacin de las exportaciones; cin, los salarios chilenos han cado a niveles desconocidos en tiem-
e trategia que, dado el tamafio relativamente pequefio de la econo- pos recientes. 26
na chilena, era ms conveniente que la de profundizacin. Para Por otra parte, hubo algunos signos dispersos de mejora de la
promover las ventas de cobre, la Junta negoci un acuerdo con las ec?noma. ~hilena, que en 1977 empezaron a dar alguna base al opti-
compafias mineras americanas expropiadas, a cambio de promesas de mismo oficial. Tras el golpe se increment la venta de exportaciones
ayuda en la comercializacin y de nuevas inversiones en la industria manufacturadas y tJ.:adicionales, y si bien los acreedores europeos se
refinera del cobre. El compromiso ante la promocin de las exporta- negaron en 1975 a refinanciar la gran deuda externa de Chile los
ciones no tradicionales se reflej, entre otras cosas, en la formacin b~ncos priva~os americanos y el Banco Mundial empezaron a prdpor-
de una nueva agencia, PROCHILE, encargada del desarrollo de mer- ClOnar a mediados de los afios 70 crditos y ayuda financiera sustan-
cados extranjeros para los vinos, frutas, zapatos, textiles, productos
~ase."Las Exportaciones: Visin al Da'' y la declaracin de Jorge Fontaine,
25
de cuero y papel chilenos. Hay que anotar que estos ltimos esfuer- .
zos fueron arropados por una retrica de militancia que caracteriz secretario ejecutiVo de PROCHILE; El Mercurio, domingo 22 de febrero de 1976, p. 25.
26
Datos sobre PNB y la inflacin tomados de CEPAL "Chile" Separata del Estudio
24 Eco~mic? de ~mrica Latina, 1976 (E/CEPAL/1026/Add: 1), pp. '299 y 301; sobre los
CEPAL, Comisin Econmica para Amrica Latina, Chile, Separata del Estudio salarios, vease Ricardo Lagos y Osear A. Rufatt, "Military Govemement and Real Wages in
Econmico de Amrica Latina, 19 76 (E/CEPAL/1 026/ Add. 1), p. 305. Chile", Latin American Research Review, VoL X, nm. 2 (verano de 1975), pp. 139-47.
186 ROBERT R. KAUFMAN CAMBIO INDUSTRIAL Y GOBIERNO AUTORITARIO 187

ciales. Chile tena un excedente de la balanza de pagos~ la tasa de universitario que, incluso para los niveles de Amrica Latina, segua
inflacin se haba reducido aproximadamente a un 60 % ; Y la eco- dominado por las profesiones "tradicionales". En este contexto, el
noma prosigui la modesta recuperacin iniciada e~ 1_976. No resul- nuevo gc>bierno emple una gran parte de sus primeros dieciocho
tan muy claras las implicaciones .de estos acontec~uen~o~ a corto meses en intentar "eliminar la corrupcin", el mnimo denominador
plazo. Es evidente que no proporcionan u.na evidencia suftctente para comn entre las dispares facciones civil-militar. Durante ms de un
las afirmaciones del gobierno en el senttdo de que la ec?n~ma se ao, esas autoridades no pudieron ponerse de acuerdo para tener un
diriga hacia un "despegue" en lo~ ~os 80. Sin e~bargo, mdtc.a~ un ministro de Economa permanente; por lo que el puesto fue ocupado
grado de "normalizacin" y el tmcto de un penodo de actlvtdad sobre una base de actuacin por una serie de individuos.
econmica menos catico y difcil. Sin embargo, la designacin de Vegh Villegas en setiembre de
Uruguay. El rgimen uruguayo se hizo con el poder ms gradual- 1974 cambi significativamente la situacin, sealando la ascenden-
mente que los otros, pues la presente forma de gobierno ~ilitar fu~ cia de la faccin militar "internacionalista" y poniendo la poltita
evolucionando por fases a partir de las operaciones de segundad reah- uruguaya ms en lnea con los otros regmenes B-A. Cambi, por
zadas contra los tupamaros a finales de los aos 60. Conforme los ejemplo, la ley de inversin, con el fin de garantizar a los posibles
militares realizaban sus operaciones, aumentaban gradualmente su inversores extranjeros el derecho a repatriar todas las ganancias y
control sobre reas sucesivamente ms mplias del gobierno Y.la so- comprometer oficialmente al Banco Central en el suministro de los
ciedad, presionando a las autoridades civiles para que ~eahzara? necesarios fondos de divisas. Otras directrices recorren de modo simi-
acciones ms duras y represivas. En enero de 1973 fueron mtervem- lar los caminos ortodoxos, aunque con algunas diferencias de nfasis
das las universidades en marzo de 1973 se estableci un nuevo Con- y tcticas. El plan de estabilizacin de Vegh, por ejemplo, inclua una
sejo de Seguridad N~cional militar, con el fin de coordinar la poltic~ congelacin tanto de precios como de salarios, lo que significaba una
del gobierno; en junio, a insistencia de los militares, un decreto p~est desviacin del tratamiento de shock, ms duro, impuesto por los
dencial clausur el Congreso e impuso la censura de prensa. Y a fma- chilenos. Similarmente, el requerimiento de un gran depsito de caj'a
les de ao una nueva y dura legislacin laboral haba disciplinado al (35 %) libre de intereses contrapes parcialmente la liberalizacin
movimiento sindical antes poderoso e independiente. Con estas me- de la poltica de importacin. Las agencias gubernamentales relevan-
didas el estado pas a ser dominado por la alianza, algo insegura, tes fueron estimuladas para que ayudaran a los exportadores a desa-
entre' los oficiales militares y los intereses civiles agrarios, representa- rrollar polticas de ventas ms agresivas; pero aunque las exportacio-
27
dos hasta 1976 por el presidente Bordaberry. , nes manufacturadas recibieron una atencin considerable, el nfasis
Desde una perspectiva comparativa, uno de los aspectos ~~s se puso ante todo en los productos agrarios, lo que era un reflejo del
significativos del nuevo y represivo gobierno uruguayo fue que, tm- peso de los tradicionales intereses rurales en el gobierno uruguayo. 28
cialmente se mostr menos capaz de llegar a una estrategia claramen- Debemos observar que estas iniciativas polticas no dejaron de
te definid'a de recuperacin y estabilizacin econmica. J?ent~o de la ser contestadas. A diferencia delos chilenos, por ejemplo, Vegh no
institucin militar haba grandes divisiones entre los nactonahstas de fue capaz de mantener el compromiso de reducir los dficits fiscales
la lnea dura co~o Gregorio Alvarez, y los generales ms orientados pasando al sector privado las empresas pblicas ineficaces; movimien-
hacia lo int:rnacional, representados por Esteban Cri~ti. Ad.ems, la to ste que fue impedido, evidentemente, por la oposicin anticipada
administracin civil de Bordaberry estaba formada pnmordtalmente de los empleados pblicos y sus simpatizantes en el establecimiento
por polticos-ganaderos; los tecncratas conservadores no jugaban, militar. A mediados de 1975, slo el servicio de autobuses municipa-
en cuanto que grupo, un papel significativo. En realidad, muy pocos les se haba separado del control estatal. Tambin la orientacin
de esos tecncratas se podan encontrar entre las pequeas empresas internacionalista de Vegh se mantuvo bajo presin. En 1975, por
que constituan el sector industrial del Uruguay, o en un sistema ejemplo, la junta de jefes de estado mayor puso en circulacin un
memorndum que pona objeciones a la "indebida" influencia que

2 7 Vanse los nmeros sucesivos de Latn America (enero a julio de 1973). 28 Review of the River Plate (30 de mayo de 1975), p. 753.
 188 ROBERT R. KAUFMAN CAMBIO INDUSTRIAL Y GOBIERNO AUTORITARIO 189

haba adquirido el FMI en la elaboracin de la poltica econmica, lo bin que puede operar libremente y con beneficio ... es decir, en una
que oblig a Vegh a amenazar con la dimisin. Finalmente, el desa- economa estable con una moneda estable". 29
lojo de Bordaberry de la presidencia en 1976 fue una evidencia adi- . En general, podemos concluir que, aunque los registros econ-
cional de la divisin interna, a pesar de que, en este caso, las cuestio- micos gen;~ales puedan haber resultado estimulantes para las autori-
nes de poltica econmica jugaron un papel menor. No obstante, a dade.s poht~c~s uruguayas, la recuperacin global, como en Chile, fue
pesar de estos indicios de tensin, los rasgos ms importantes de la parcial Y fragil en el mejor de los casos. A pesar de la recuperacin la
estrategia de Vegh siguieron de relieve a mediados de los aos 70, con ~cono.~a uruguaya sigui teniendo un lento crecimiento. Y cod la
pocos indicios de que fueran a ser desechados. Aunque quizs las mflacwn Y las dificultades de la balanza de pagos apenas controladas
divisiones internas se acercaron ms a la superficie que en otros casos hasta las modestas ganancias registradas entre 1973 y 1976 resultara~
del B-A, con el tiempo la orlen tacin "tecnocrtica" del gobierno vulnerables a las rpidas y devastadoras inversiones. 30
pareci segura.
Revisemos brevemente, para acabar, la actuacin econmica glo- Comparacin de los regmenes B-A
bal de Uruguay entre 1973 y 1976. Como en el caso chileno, los En el siguiente anlisis comparativo, he aplicado la etiqueta de
resultados estn bastante entremezclados, si bien los gobernantes uru- "burocrtico-auto.ritarios" a lo~ regmenes antes descritos y he asig-
guayos parecen haber tenido ms xito que los chilenos en la rapidez nado. fechas ~~ecisas a su apancin y desaparicin. Aunque tal abs-
con que se dirigieron hacia algunos de sus objetivos principales. En t:acci?? anahtica ~ueda resultar til, es evidente, sin embargo, que
cada uno de los cuatro afios transcurridos entre 1973 y 1976, la simplifica una realidad que es ms fluida y compleja. Indudable-
economa uruguaya registr tasas positivas de crecimiento, espoleado mente, los golpes militares B-A produjeron cambios espectaculares en
principalmente por un sustancial incremento del volumen de las ex- las :s~ructuras P?lticas de cada pas: en el alcance de la participacin
portaciones agrarias y manufacturadas. Por primera vez, en ms de pohtica, en los tipos de intereses representados en los procesos polti-
dos dcadas, Uruguay haba experimentado cuatro aos consecutivos cos Y en el modo en que se ejerci esa influencia. Resulta claro, no
de expansin econmica. Sin embargo, como en la mayor parte del obstante, que el nuevo gobierno no termin completamente los deba-
resto de los casos (la Argentina de Ongana es una excepcin parcial), tes en curso sobre poltica econmica, ni los conflictos de intereses
se deterioraron los niveles de vida de la mayora de la poblacin; por ~ue ~~byacen a ese proceso. Ciertamente, las nuevas "reglas del
ejemplo, en 197 6 los salarios reales disminuyeron en un 6% . Por JUeg~ , pensadas para contener y restructurar esos debates, fueron
otra parte, la tasa media de. crecimiento anual uruguayo, de un 2 % , contmuamente puestas a prueba y, en ocasiones, revisadas.
segua siendo comparativamente muy baja; muy por debajo de las Por encima de todo, los precedentes esbozos en miniatura, de-
tasas de expansin experimentadas bajo el gobierno de Ongana en ben vol~ernos cautelosos en extremo frente a las suposiciones de que
Argentina o en el Brasil posterior a 1967. Una mirada a la inflacin y las pol~Icas o caract~rsticas estructurales de uno de los casos puedan
a la inversin extranjera presenta la misma mezcla de resultados. Tras generalizarse .n.ecesariamente a los otros pases. En realidad, algunos
la subida de precios de 1974 disminuy sustancialmente la tasa de aspectos decisivos de la poltica pblica han variado ampliamente
inflacin. Sin. embargo, la inflacin del 40 /0 experimentada en entre. _ca~a ~~so ~ con el tiempo. En Brasil, por ejemplo, el estado
1976 indicaba que la estabilizacin de precios se hallaba aun muy amplio significativamente su papel empresarial; en Chile la Junta
lejos de ser un hecho cumplido. Similarmente, aunque la modesta desm~ntel .en su mayora el gran aparato estatal, que se 'haba ex-
recuperacin de Uruguay se vio ayudada por la importante afluencia pandido uniformemente desde los aos 40. Los cuatro gobiernos
1 de crditos y prstamos extranjeros no compensatorios (que pasaron prestaron a!gun~ .ate~~in a los objetivos de desarrollo a largo plazo,
de slo 5 millones de dlares en 1973 a 130 en 197 5 ), la situacin de como la diversificacwn de las exportaciones o la inversin en las
la balanza de pagos sigui siendo precaria y, como en Chile, los
esfuerzos por atraer la inversin extranjera directa fracas casi total- 29
_J~id., P: 753. Los datos del prrafo anterior proceden de la Comisin Econmica
mente. "El capital privado", deca un periodista, "se muestra recelo- para Amenca Latma, "Uruguay", Separata del Estudio Econmico de Amrica Latina 1976
so, y sin duda Uruguay habr de demostrar primero no slo que el (E/CEPAL/1026/Add. 2). '
30
capital extranjero no corre el riesgo de nacionalizaciones, sino taro- Latn America (15 de agosto de 1975), p. 249.
 ROBERT R. KAUFMAN CAMBIO INDUSTRIAL Y GOBIERNO AUTORITARIO 191
190
industrias de bienes de produccin. Es comprensible~ si? e~b~r~o, ms general? A pesar de sus diferencias, cada uno de los gobiernos
que la estabilizacin econmica recibiera la superior pnondad Imctal; antes descritos parece haber combinado (con toda seguridad en gra-
y en 1976, los gobiernos de Chile y Uruguay seguan la lucha sobre dos diversos) por lo menos tres rasgos importantes. Vistos en conjun-
todo con este tipo de problema. Finalmente, se debe tener e~ cuenta to, estos rasgos parecen ofrecer a su vez un marco de referencia para
que hubo una gran variacin en el tiempo y entre esas< nac~ones en una generalizacin que no violenta en exceso las realidades de con-
cuanto a los tipos de proyectos de desarrollo puestos, de reli~v~ por texto de los casos individuales.
cada rgimen. En Argentina, el gobierno de Ongama enfatizo los l. Una severa restriccin de la "protesta pblica". 31 Todos los
objetivos de profundizacin poco .despus del. golpe de 1966. ~~ gobiernos cambiaron las reglas del juego predominantes de un modo
cambio en Brasil la industria de bienes de capital no se promov10 claramente autoritario. Los funcionarios del gobierno no toleraron
seriam;nte hasta la dcada de los 70, mucho despus del inicio de los un serio desafo pblico a su incumbencia o medidas bsicas; la com-
esfuerzos prioritarios por estimular el sector exi~tente ~e bienes, de peticin electoral y las libertades civiles fueron gravemente reducidas.
consumo duraderos y por diversificar las exportaciones. hn los paises Este es un rasgo evidente del gobierno B-A, pero sin embargo
ms pequefios, Chile y Uruguay, la profundizacin no ~oda ser una resulta importante para la distincin entre los cuatro casos. Por ejem-
poltica realista. En ellos la promocin de ~~s expor~aciones e~a un.a plo, incluso con las medidas de descompresin de Geisel, la poltica
orden del da ms exclusiva, aunque tambien con diferentes enfasis brasilefia de mediados de los afios 70 difiri considerablemente de la
en cuanto a la importancia relativa de los productos "tradicionales" Y poltica ms abierta de la era anterior a 1964. Los generales de alto
"no tradicionales". . nivel y sus aliados civiles siguieron controlando la presidencia, que
No menos importantes fueron las diferencias en.el contemdo de resultaba invulnerable al desafo electoral directo. Las crticas pbli-
clase de esos regmenes. Aunque todos buscaron VIgor?samente .la cas al rgimen fueron cuidadosamente aisladas de las masas potencia-
inversin extranjera directa, slo dos regmenes (Argentma Y Brastl) les de apoyo en los sindicatos y universidades. Los que disentan,
tuvieron respuestas positivas sustanciales. Slo los brasilefios l~gr~ron aunque ms libres que a finales de los afios 60, aun seguan intimida-
consolidar un "tro dominante" de funcionarios estatales, capitahstas dos por detenCiones arbitrarias y una vigilancia continua. Y si el
extranjeros y empresarios nacionales "aso~iados~'; .Y aun a~, esta gobierno brasilefio relativamente relajado de mediados de los 70 se
coalicin slo dur sin ambigedades un penodo hmltado de ti~mpo. puede considerar aun como autoritario, la poltica se aplica a fortiori
En Uruguay, las lites agrcolas apoyaron poderosamente al go~Ierno, a los otros casos. 32
pero fueron prcticamente excluidas del poder en la Argentma de 2. La utilizacin del aparato estatal para despolitizar a las orga-
Ongana. En todos los casos sufrieron considerablemente los ~mpre nizaciones laborales. A pesar de las variaciones en las bases de su
sarios nacionales, los trabajadores de cuello blanco y los trabaJadores apoyo de clase, todos los gobiernos se centraron en las organizaciones
organizados.. Sin embargo, incluso hubo alguna variacin en la fortu- laborales en cuanto que objetivo primario de la represin, utilizando,
na de estos sectores: a los trabajadores no les fue mal del todo con para su penetracin y control del movimiento sindical, diversas medi-
Ongana, y quizs obtuvieron algunas ventajas en Brasil en los afios das, como la vigilancia, detenciones y leyes cooptativas y "corporativis-
70. Por otra parte, las prdidas econmicas de estos grupos parecen tas" para el mundo del trabajo. En todos los casos las huelgas estaban
derivar ms directamente de los programas de estabilizacin patroci- estrictamente prohibidas y los lderes sindicales considerados como
nados por el gobierno (como los de Uruguay, Chile y Castelo Branco) amenazadores por el gobierno fueron purgados.
que de los cambios estructurales producidos por la incorporacin de
las multinacionales a la coalicin dominante. 31 Robert A. Dahl, Polyarchy, Participation and Opposition (New Haven y Londres,
Es innecesario decir, finalmente, que las diferencias de estos Yale University Press, 1971), pp. 20-21.
cuatro regmenes son muy marcadas por lo que se refiere a su xito 32 Segn este criterio Mxico puede ser considerado como autoritario, especialmente
econmico y estabilidad poltica globales. si nos centramos en la ausencia de una poltica electoral autnticamente competitiva. Por
Cul es, entonces, la base de comp~racin entre los. ~uatro otra parte, a pesar de los casos episdicos de represin y estados de sitio, probablemente
Venezuela y Colombia no pueden ser colocados dentro de esta categora. Los gobiernos de
casos? Poseen un nmero de caracter~st~~as co~u.nes suft~Ien!e,~ ambos perodos toleraron la competicin abierta y vigorosa para los cargos pblicos impor-
para garantizar el situarlos en una categona burocratlca autontana tantes.
 ROBERT R. KAUFMAN CAMBIO INDUSTRIAL Y GOBIERNO AUTORITARIO 193
192
En conjuncin con las restricciones ms generali~ad~s de la pro- Por otra parte, nuestros regmenes B-A contemporneos son
testa pblica, esta utilizacin sistemtica de~ poder pu?lzco debe en- claramente diferentes de los episodios autoritarios ms comnmente
tenderse como una caracterstica definitona del gobterno B-~. ~a citados en cUanto que ejemplos arquetpicos de gobierno populista
ausencia de este rasgo, incluso en el contexto general del auto:ttans- incluyente. Hasta finales de la dcada: de los 40, Pern ofreci activa-
mo poltico, significara que nos encont~a.ramos ante _otro tipo de mente un apoyo espontneo al trabajo. El ministerio de Trabajo
rgimen. Por ejemplo, las dictaduras tradtctonales menc10nada~ en la argentino se puso abiertamente del lado de trabajadores en huelga;
introduccin penetraron menos directa y extensament.e en la v~da de estimul la formacin de nuevos sindicatos; y deleg en grado consi-
las clases inferiores, confiando ante todo en los .mec~m~mos pnvados derable en los lderes sindicales el control y la expansin del sistema
de control social. Adems, fueron con frecuencia obJetivos del po~er de bienestar. Hasta la expulsin de V elasco, las medidas del gobierno
estatal los miembros de la oligarqua y de la comunidad empresanal, militar del Per en relacin con los trabajadores son tambin fcil-
as como los trabajadores; unos y otros fueron vctimas de la extor- mente distinguibles de las de los otros casos de Amrica del Sur. Las
sin sistemtica, el terror y la expropiadn. , . huelgas aumentaron en los aos posteriores al golpe militar de 1968,
Por desgracia resulta difcil a veces utilizar ~sta car~~tenstlca y los sindicatos mejor organizados obtuvieron para sus miembros
para distinguir el gobierno B-A de los llamados regit;te~es mclu~en sustanciales y nuevos beneficios. 34 Es cierto que, a diferencia del de
tes", que emplean medios similares de control pubhco para fmes Pern, el gobierno de Velasco no estimul la militancia sindical, y
supuestamente diferentes. Por ejemplo, a pesar de su fama de pop~ que estableci controles corporativistas con el fin de desactivarla.
lismo, el Estado Novo de Vargas (1937-1945) muestra unos paraleh~ Sin embargo, en marcado contraste con nuestros casos de estudio
mos muy importantes con el Brasil posteri~r a 1964. ~on t.oda segur~ toler la continuacin del liderazgo de sus rivales del APRA en la~
dad, aqul recurri a los smbolos popuhstas Y nac10nahstas P?r ~-1 plantaciones costeras de azcar y en otros sindicatos de importancia
empleados en los primeros aos de la d.cada de lo~ 30, Y stgmo en los que el APRA haba adquirido ya una fuerza considerable. Las
aprovechando la fama de los sistemas de bienestar soctal puesto.s e~ asociaciones profesionales siguieron fuertemente influidas por Accin
marcha en anteriores administraciones de V arg!ls. Ello le proporct~no Popular, as como por el APRA. Y en las minas se le permiti al Par-
una base de legitimacin que difiri significativamente de los gobier- tido Comunista el control de una gran parte del movimiento de tra-
nos de las dcadas de los 60 y 70, ms explcitamente "excluyentes". bajadores.35
Sin embargo, como hace notar Thomas Skidmore, el Estad~ Novo .s~ 3. Un estilo "tecnocrtico'' de la poltica. A pesar de las diferen-
haba formado esencialmente como reaccin a una previa movili- cias en los objetivos especficos, todos los gobiernos que estamos
zacin popular y en defensa de las clases adineradas. Su ministerio estudiando compartieron tambin un estilo comn, que deriva ante
de Trabajo al igual que en fecha posterior a 1964, emple una todo de la imagen que se hacen de s mismos como defensores prag-
legislacin ~orporativista para purgar y controlar los sindicatos exis- mticos y racionalizadores de los modos "capitalistas" de moderniza-
tentes as como para quitar estmulo a la formacin de otros nuevos. cin econmica. Posiblemente no es necesario, para que un rgimen
Las tcnicas de vigilancia e incluso la tortura, actualmente familiares, adopte este estilo, que exista una gran "masa crtica" de papeles
33 tecnocrticos; ni tampoco es probable que los ocupantes de esos
fueron empleadas tambin en aquella primera poca. En el mismo
sentido el rgimen peronista de los aos 50, Mxico desde los aos papeles apoyen necesariamente a los regmenes derechistas. Lo que s
40 y P~r desde mediados de los 70, se asemejan significativament~ ~ parece un aspecto importante de este estilo es el hecho de que los
los regmenes B-A contemporneos por sus esfuerzos por la despohtl- individuos experimentados en la direccin de organizaciones comple-
zacin y desmovilizacin de las organizacio~es ~~borales. Por t~nto: jas -los tecncratas- ocupen posiciones estratgicas en los procesos
esta caracterstica no es n.:a de la modermzacton avanzada, m esta de poltica econmica. Desde sus puestos aventajados en los ministe-
tan estrechamente vinculada a ella como se implica a veces. 34 Vase Richard Webb, "Government Policy and the Distribution of In come in Peru,
1963-1973", en Abraham F. Lowenthal, ed., The Peruvian Experiment, Continuity and
33 Skidmore, "Politics and Economic Policy Making in Authoritari~ . Br~_ll Change under Military Rule (Princeton, Princeton University Press, 1975), pp. 79-128.
1937-71", esp. pp. 39-43. Skidmore sugiere que aunque "cerraron la ~pa de la partic1pac1on 35 Me encuentro en deuda con Alfred Stepan por haber clarificado
.
popular...el Estado Novo fue ms rpido y completo en la represion que los reg1menes este punto.
Comunicacin personal, febrero de 1977.
posteriores a 1964" (p. 39).
194 ROBERT R. KAUFMAN CAMBIO INDUSTRIAL Y GOBIERNO AUTORITARIO 195
ros econmicos o financieros, hombres como Krieger Vasena, Delfim pas. En todos los casos, los golpes B-A se produjeron en el contexto
Neto, Jorge Cauas y Vegh Vi'llegas fueron algo ms que los arquitec- de aceleracin de los precios y cada de las tasas de crecimiento
tos principales de la poltica econmica: fueron los agentes intelec- econmico. En todos los pases de los que disponemos de datos
tuales entre sus gobiernos y el capital internacional, y los smbolos de relevantes (Argentina, Brasil y Chile), las cifras revelan tambin una
la determinacin del gobierno de racionalizar su dominancia en tr- ~ada de la afluencia de la inversin extranjera directa. Igualmente
minos de objetivos econmicos. ~po~tantes en c~anto que componentes de la crisis, aunque no estn
Vista en una perspectiva ms amplia, la aproximacin de esos mclmdos en las c1fras, fueron los desafos polticos que acompaaron
hombres y de los regmenes que les dieron el poder puede entenderse a estas tendencias econmicas: el miedo que produjeron los gobier-
en trminos muy distintos de los aspectos religiosos, interiorizadores, nos de Allende y Goulart en Chile y Brasil; el corrosivo desafo de los
anticapitalistas y tradicionalistas que predominaron en Espaa y Por- tupamaros uruguayos; y la amenaza menos grave, pero aun significati-
tugal hasta los aos 60. En su lugar, la cooperacin con el mundo de va, planteada por las ganancias electorales de los peronistas en la
los negocios internacional, la ms plena integracin en la economa Argentina.
mundial y la voluntad estrictamente secular de adoptar los dogmas Otr? de. los aspectos del anlisis de O'Donnell viene apoyado
predominantes de la ortodoxia econmica internacional conformaron por la d1s~us1n precedente: la utilizacin de la represin por parte
una serie de parmetros intelectuales, diferentes pero no por ello d~ los gobiernos que surgieron en esas situaciones guarda una relacin
menos vinculados ideolgicamente, dentro de los cuales los tecncra- d1recta con la gravedad de la crisis misma. La versin ms suave de
tas pudieran proceder "pragmticamente" de acuerdo con las necesi- gobierno B-A que examinamos anteriormente era la de la Argentina
dades de la estabilizacin y la expansin. Su estilo no impeda nece- de Ongana, que se enfrentaba a un desafo peronista relativamente
sariamente la experimentacin, el debate o incluso algunos gestos en modera~o y a presiones inflacionarias relativamente ligeras; las for-
pro de la independencia nacional y el bienestar social. Sin embargo, ~as mas duras las encontramos en Chile y Uruguay, en donde el
la estabilizacin y el crecimiento eran las consideraciones primordia- s1stema capitalista pareca literalmente al borde de la desintegracin.
les, que se encontraban por encima de cualquier otra y dignas, prcti- Desde un punto de vista econmico estrictamente "tcnico", como
camente, de cualquier costo social y poltico. La realizacin "tcnica- nos hace notar Albert Fishlow con respecto al caso brasileo 36 la
mente racional" de estos dos objetivos gemelos, ms que el deseo rgida ortodoxia y la represin con que esos regmenes se enfre~tan a
inherente de las estructuras polticas autoritarias o algunos otros ob- tales problemas pudo haber sido innecesariamente dura e incluso
jetivos sociales, constituy a su vez la base primordial de los esfuer- contraproducente. Sin embargo, desde la perspectiva inmediata de los
zos en pro de la legitimacin y justificacin del mandato B-A. iniciadores del rgimen B-A, que se perciban a s mismos como
sitiados, la combinacin de crisis econmica y amenaza poltica pare-
ca dejar poco espacio a la eleccin.
2. LOS ORIGENES DE LOS REGIMENES B-A: . En un nivel de anlisis ms "bsico", O'Donnell, Fernando Hen-
EL ESCENARIO DEL DESARROLLO nque Cardoso y otros han sugerido que estas crisis y las elecciones
B-A pueden situarse dentro de un "espacio-problema" socioeconmi-
Guillermo O'Donnell ha tratado la aparicin de estas coaliciones co I?uch~ ms amplio, que apareca tpicamente en el punto en que
autoritarias y represivas del mundo del trabajo en varios niveles nter- las m~ers10nes en mdustrias ligeras (las textiles constituyen el princi-
dependientes de explicacin. En el sentido ms directo, los regmenes pal ejemplo .que vamos a utilizar ms adelante) disminuan su papel
B-A pueden ser entendidos como las respuestas ante la crisis sociopo- de motor pnncipal de la expansin manufacturera. 37 El final de esta
Itica de una lite dispuesta a "solucionar los problemas"; la crisis fase ~icial de la industrializacin se asoci, discutiblemente, con los
viene sealada particularmente por un grave deterioro econmico c~~~10s en las estructuras industriales y de clase y con las nuevas
marcado por inflacin y recesin, unido todo ello a la percepcin de dlVlSlones Y cuestiones, todo lo cual disminua las oportunidades que
una "amenaza" revolucionaria que vena desde abajo. Las figuras 1 a
36
4 documentan por lo menos uno de los aspectos de la crisis, pues F'shl
1 ow, "S ome Reflectlons
on Post-1964 Brazilian Economic Policy".
muestran un esquema de sorprendente regularidad entre uno y otro 37
0'Donne11,Modernization, pp. 53-78; 132-48.
196
197

Figura l. Argentina
Figura 2. Brasil
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NOTAS DE LAS FIGURAS 1-4 !l!l ()0 61 fi2 fj~ 64 (;!) (i(i 67 68 69 70 71 72
1
Cifras de inflacin: Raymond F. Mikesell, "Inflation in Latn America", en Charles
T. Nisbet, ed., Latin America, Problems in Economic Development (Nueva York y Londres, 3
Free Press and Collier-MacMillan, 1969), p. 146; U.N. Economic Comission for Latn Ame- . P.JV_.B. anual: U.N. Economic Comission for Latn America, Economic Survey of
rica, Economic Survey of Latin America, aos sucesivos. Latm Amercal
4
1964, pp. 62-72 y aos sucesivos
.
2
Inversin industrial directa de lo~ EEUU; afluencia neta de capital privado estadou- Manufacturas anuales: U.N. Economic Comission for Latn America, Economic
nidense: U.S. Department ofCommerce, Survey ofCurrent Business, varios aos. Survey of Latin America, varios aos.
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Figura 3. Chile

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Figura 4. Uruguay

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200 ROBERT R. KAUFMAN CAMBIO INDUSTRIAL Y GOBIERNO AUTORITARIO 201
tena la lite de acomodar al sistema las reivindicaciones polticas Y ca, se produce dentro de una serie de lmites predecibles que impli-
econmicas populistas. Afirma O'Donnell que, para los tecncratas Y can un incremento en el "costo de la tolerancia"? Mientras estas
militares nacionales que hacen de actores, as como para la burguesa preguntas no reciban una respuesta afirmativa, de nada sirve dar pri-
internacional, en este punto se incrementaron "los costos de la tole- maca terica a ninguno de los modos particulares de cambios so-
rancia", y se crearon incentivos amplios para el mantenii?iento o cioindustrial "retrasado" o "dependiente".
establecimiento de las medidas "excluyentes" que produJeron los
regmenes B-A. 38 Las fases industriales iniciales y el populismo
En esta seccin nos centraremos en algunas de las principales
caractersticas de este nuevo "espacio-problema", todava vagamente Como punto de partida, supongamos que, a pesar de las enor-
definido, tal como emergi en los cuatro casos de Amrica del Sur Y mes diferencias en cuanto a tamao y recursos, estos cinco pases
en Mxico, un pas que, aproximadamente al mismo tiempo, alcan~ fueron comparables en el carcter y cronologa de las primeras fases
una fase comparable de industrializacin. Los vnculos entre popuhs- de industrializacin. En primer lugar, parece ser que en todos los
mo y la fase inicial de la industrializacin constituirn nuestro primer casos tuvieron gran peso los estmulos externos comunes: al impulsar
tema de anlisis, esencialmente como un modo de preparar el escena- a las empresas manufactureras existentes, a los comerciantes de im-
rio para los anlisis posteriores. En la segunda parte trataremos algu- portaciones y a algunos segmentos de la oligarqua nacional de expor-
nos de los conflictos tpicos relacionados con las nuevas opciones que taciones a expandir las fbricas existentes y a establecer muchas nue-
parecan incluidas en la "agenda de desarrollo" al final de esta fase vas pequeas empresas, todas las cuales producan ante todo para el
inicial. Examinar algunas de las principales variaciones en cuanto al mercado nacional protegido. 40 Es bien conocido el papel catalizador
modo en que estos problemas fueron tratados en los cinco pases que jug en este proceso la depresin de los aos 30. La drstica
industriales "avanzados" antes del advenimiento del rgimen B-A. contraccin de las importaciones industriales, unida a la aparicin de
La aparicin y carcter especficos de esta forma genrica de medidas protectoras y de estmulo adoptadas por los gobiernos na-
gobierno no se pueden explicar directamente slo en los trminos de cionales, crearon nuevas e importantes oportunidades para los que
este amplio anlisis. Un modelo predictivo ms plenamente elaborado producan en el pas (tanto si eran nacionales como extranjeros), de
habra de tener en cuenta muchas "variables que intervienen" adicio- modo que pudieran ampliar la capacidad productiva por medio de la
nalmente; no slo la cronologa y el carcter de las "crisis impul- compra a los pases avanzados de equipo subutilizado u obsoleto. La
soras", que al fin y al cabo eran posibles dentro de una variedad de Segunda Guerra Mundial estimul indirectamente una extensin de
escenarios de desarrollo, sino tambin factores tales como las caracte- este proceso. Despus de 1945, con la demanda nacional reprimida y
rsticas y percepciones de los dirigentes militares y polticos, las va- la acumulacin de reservas de divisas, hubo oportunidades e incenti-
riaciones en los equilibrios entre los intereses contendientes, as co- vos adicionales para el incremento de la inversin destinada a la
mo el modo en que esos intereses eran definidos en trminos fabricacin.
concretos. 39 Sin embargo, slo tiene sentido considerarlos como va- Un segundo rasgo compartido de esta fase inicial fue el impor-
riables que intervienen en tanto en cuanto podamos definir con al- tante papel asumido por las ramas industriales ligeras, como las texti-
guna claridad los nuevos parmetros y limitaciones que se supone les, en la expansin global del sector manufacturero. Con toda seguri-
surgen del cambio de estructuras industriales y de clases. Es posible dad, la manufacturacin no se limit al "toque final" de las indus-
identificar esquemas estructurales comunes subyacentes a la variacin trias de consumo. En los aos 30 y 40, la mayor parte de nuestros
poltica econmica entre los pases de Amrica del Sur y Mxico? La pases haban empezado a producir maquinaria simple, equipo y su-
interaccin entre poltica, estructura poltica y realizacin econmi- ministros; y al.menos en uno de los casos (Brasil), tambin tuvo un
38
_ V,~ase Albert O. Hirs_chman, "The Political-Economy of Import Substituting Indus-
O'Donnell, Modemization, p. 90. 40
. .
39 Vase el tratamiento que da David Collier a estos factores en el captulo IX de este tnalization , en Charles T. N1sbet, ed., Latin America: Problems in Economic Deve/opment
libro. Para otra perspectiva de gran importancia: Alfred Stepan, The State and Society: Peru (Nueva York, The Free Press; Londres, Collier MacMillan, Limited, 1969), pp. 237-67; Celso
in Comparative Perspective (Princeton, Princeton University Press, 1978). Tambien,Kauf- Furtado, Economic Development of Latin America (Cambridge Cambridge University Press
man, Transition to Stab/e Authoritarian-Corporate Regimes: The Chi/ean Case? 1970). ' '
 ROBERT R. KAUFMAN CAMBIO INDUSTRIAL Y GOBIERNO AUTORITARIO 203
202 . d t .
. ., , blica en gran escala en la m us na su consumo textil; eran los primeros pases de Amrica Latina en
papel importante la mversiOn pu
. b go en la mayor par e
t de las ramas industriales lograrlo. 45 Hay que tener en cuenta que este punto se haba alcanza-
S
del acero. m em ar. '. ms r ido las barreras para entrar eran do en el contexto de unas condiciones muy similares del mercado
ms grandes y de crecu~uento t ~iales para las empresas privadas interna<i:ional. Las barreras proteccionistas estrecharon los mercados
bajas Y haba oportumdades s'!s an de capi'tal Y tecnologa relati- europeo y estadounidense para el ganado y el trigo de Uruguay y
- . eran unos msumos .
pequenas, que requ . . , el pas ms industrialmente mte- Argentina a finales de los aos 40; y los beneficios de las exportacio-
1 l
vamente limitados. En Bras~ qtzas textil dio cuenta de ms de un nes "tradicionales" de Chile, Brasil y Mxico empezaron a decaer
grado de Amrica de~ Sur, so o a ~am~. urante los aos 40, y hasta gravemente como consecuencia de la guerra de Corea. Estas dificulta-
20% del valor aadi~O -~n ~a fabnca~~~ ~ndustrial ms grande.41 En des, unidas al rpido agotamiento de las reservas de divisas en tiem-
finales de la dcada ~Igmo si_endo 11~ r nte documentado un modelo pos de la guerra, magnificaron la importancia de las instituciones
todos los otros paises esta amp ame crediticias internacionales y del sector privado en el enfrentamiento a
42
similar. d d los cinco pases estas fases indus- las persistentes dificultades de la balanza de pagos. Otro componente
Finalmente, en ca a ~no e misma dcada. A finales de los importante del nuevo entorno internacional fue, claro est, el creci-
triales inici~les pare~en t~r:.lm~ ::~aalcanzado el punto en el que los miento competitivo de los oligopolios multinacionales -fabricantes
40, Argentma, Brasil y , 1 e a_ . r lama or parte de la demanda tanto de bienes de consumo duraderos como de bienes de produc-
productores locales pod~an su~mistf.a os Jruguay y Mxico alean- cin-, que trataban de defender o ampliar los mercados internacio-
existente de productos mdusdtnlales _:gerso' 43 Los datos de coeficien- nales por medio de la inversin directa.
d'ados e os anos
zaron ese punto-~ me 1 . A za otros44 sugieren que, para Estos cambios en las oportunidades de inversin nacionales y de
tes de importaciOn reumdos por / h ~'mite til En ese momento, los modelos del mercado mundial comprenden las dimensiones eco-
propsitos generales, 1950 eJ u~a ~e :p:oximad~ente el 90 % de nmicas del espacio-problema comn al que se enfrentaban los pases
los cinco pases estaban pro ucien o industriales avanzados de Amrica Latina. Debe resultar ya evidente,
. D lopment in Brazil (Homewood, por supuesto, que el declinar de las oportunidades de inversin en la
41 Wemer Baer, Industrialization and Economzc eve industria ligera era slo una de esas dimensiones, y que en absoluto
lliinois, Richard D. Trwin. Tnc.. 1965). o. 76. ' ' . signific un golpe fatal para las perspectivas de nueva expansin eco-
nsultadas para cada pals, veanse-
42 Entre las diversas obras e~ . . 'on and Trade Policies (Londres, Nueva nmica. No obstante, el final de esta fase industrial parece exigir
Brasil: Joel Bergsm~, Br~zzl'p Indu~~~~_agelso Furtado, Diagnosis of the Brazilian medidas que puedan ajustarse a los nuevos requerimientos nacionales
York, Toronto, Oxford Umverst~ .r~ss, f Caliornia Press, 1965).
Crisis (Berkeley y Los Ang~les, Unn:ersljYdo tr" lization and Trade Policies since 1940 (Lo!i- e internacionales: la aceleracin de la inversin en las ramas industria-
Mxico: Timothy Kmg, Mexzco, n_ us _za Press 1970) Sandord A. Mosk, Industrial les ms complejas de la economa local y/o nuevas medidas comercia-
dres Nueva York, Toronto, Oxford Umver~lty Univ~rsity ofCalifomiaPress, 1950);Clark les que pudieran enfrentarse de modo ms directo a los estrangula-
Rev~lution in Mexico (Berkeley y LosTw~g~ -~~ Century Structure and Growth (New Haven
W. Reynolds, The Mexic~n Economy, zntle . mientos externos de posguerra. Sin embargo, antes de discutir de
y Londres, Yale Universlty Press, 1970). d E t g"as de industrializacin para la Argentz- manera ms completa estas nuevas posibilidades del desarrollo, se
. Argentina: Mario S. Broderso~n, e ., str~ ~ z 1 F Daz Alejandro, Essays on the hace necesario examinar un segundo componente sociopoltico de
na (Buenos Aires, Editorial del ~stRltUt\J9~~~w ~:~:n ; Londres, y ale University Press,
Economic History of the Argentzne epu zc este nuevo espacio-problema; especficamente, las medidas y presio-
1970). . in Transition (Nueva York, The MacMill:m nes populistas que haban coincidido parcialmente con las fases ini-
Chile: P.T. Ellsworth, ~ile,An conoe7~erodo 1950-1963 (Instituto de Economl~, ciales del cambio industrial y, en diversos grados, desbordaron a la
Company, 1945); ~a Econ~za ~~ ~~~ e~Chile"' en A. Pepelasis Y otros, eds., Economzc
Universidad de Chile, 1963), DaVl . N y k Harper y Row 1961); Markos Mama- nueva.
Development, Analysis and Case SEtudzes ( ut~va Cl~~e~n Economy (Homewood, Illinois, Ri- El "populismo", ampliamente entendido, estaba enraizado en el
lakis y Clark Winton Reynolds, ssays on e descontento de tres grupos sociales separados y a menudo antagonis-
chard D. Irwin, Inc., 1965). t Asplctos de la industrializacin en el Uruguay
Uruguay: Israel Wonsewer y . o r~s, - tas. El ms antiguo de ellos, y polticamente el ms importante, era el
(Montevideo, Publicaciones de la Unwersldad, 1959).
43vase intra ala las obras antes citadas. .. 45 En 1950, en cambio, Colombia y Per importaban el 20f de su consumo textil;
' ' l z Amrica Latina:/ntegraczon eco- 0
44 Juan Ayza, Gerard Fi~et Y N(;~~~~ ;;~o ~e' cultura, Mxico, D.F., 1976). Bolivia y Ecuador estaban cerca del 40% ; en Venezuela la cifra era superior al 70 '1o-
nmica y sustitucin de importaczones
 CAMBIO INDUSTRIAL Y GOBIERNO AUTORITARIO 205
ROBERT R. KAUFMAN
204 servadores" y "progresistas" se comprometieron igualmente en medi-
de los trabajadores de cuello blanco: funci~narios, ~rofesiona~es, das inflacionarias de crdito y fiscales, con la esperanza de que los
administradores y trabajadores de servicios, qmenes habla~ apareci~~ productores y los consumidores nacionales compartan el mismo in-
ori inalmente como prolongacin del sector exportador. n un pnn ters por el mantenimiento del poder de compra nacional. Se erigie-
f
ci 0 los grupos de esta categora presionaron por au~entar su acce- ron barreras proteccionistas alrededor de las ramas de la industria
s> al' sistema poltico, utilizando al estado para garantizar las oportu- ligera, al tiempo que se estimul la importacin de suministros y
nidades de consumo y movilidad que aseguraran su e~ta~us frent~ a equipos de la industria pesada. Las medidas sobre precios y comer-
las clases inferiores. El segundo grupo estaba ~onstltmdo por, o.s cios (nuevamente con la excepcin de Mxico) tendieron tambin a
trabajadores de cuello azul de las minas, ferrocarnles, p~e~tos Y fabn- colocar una pesada carga sobre los productores de bienes agrcolas de
cas, interesados principalmente en asegurar e~ reconoc~Iento d~ los exportacin, mientras las autoridades polticas trataron de desviar los
sindicatos y la proteccin colectiva en !flatena~ de trabaJo, segut;Idad productos alimenticios o las divisas extranjeras para satisfacer las
social, salarios y condiciones de trabaJO. 46 Fm.almente; despues de necesidades inmediatas del mercado nacional.
1929 algunas fracciones de las clases empresanales l?c~les empeza- En cada uno de los pases que estamos examinando, estas pre-
ron, ~on gran ambigedad, a identificarse con los movim~ent~,s popu- siones y medidas polticas constituyeron un importante componente
listas poniendo el nfasis en el proteccionismo y la su_s~Itucion de la del contexto poltico en el que gan impulso inicialmente el creci-
impo~tacin. Desde la Primera Guerra Mu.ndial, los poh ticos que ape-_ miento manufacturero. La coincidencia histrica de estos fenmenos,
laban a diversas combinaciones de estos mtereses ~m~ezaron a ?~sa modelo que es coherente con el anlisis general de O'Donnell, prepa-
fiar el dominio poltico (aunque no el papel eco~om~co) de las ehtes ra a su vez la escena para los dilemas subsiguientes, que contribuye-
exportadoras de agro, uniendo a sus diversos partldanos alrededor de ron al surgimiento de los regmenes B-A, en este punto es necesario
.
vagas apelaciones nacwnahstas. y an t'IO ligarqm
, cas y de promesas gene- introducir una advertencia importante: aunque las presiones populis-
rales de reforma social. En determinados momentos de sus carre~as, tas y la sustitucin de la importacin coincidieran en los aos 30 y
lderes como Alessandri, Irigoyen, Battle, Crd~na~, Vargas~ Agume 40, no fueron tan causalmente interdependientes como han deducido
Cerda tuvieron un papel prominente en esos episodios popuh~ta~. O'Donnell y otros autores. Ambos procesos debieron tanto a unas
En ausencia de un liderazgo burgus agresivo, esto~ m?v~~entos estructuras econmicas y polticas preindustriales comunes como se
se concentraron en la reforma de los mecanismos de distnbucwn, en debieron el uno al otro; y la poca firmeza de la "adecuacin funcio-
lugar de alterar las estructuras de produccin. Ciertamen~e, ante.s de nal" directa entre ellos permiti proceder inicialmente a la industria-
1929 los trabajadores de cuello blanco y los mismos m.~ustnale.s lizacin bajo una gran variedad de circunstancias sociqpolticas con-
identificaban su bienestar primordialmente con la expanswn conti- cretas. Aunque queda fuera del objetivo de este libro e1 anlisis deta-
nuada de la economa de exportacin. Por otra parte, c~n la excep- llado de estas argumentaciones, resulta necesaria una breve elabora-
cin de Mxico, nunca hubo un desafo serio a la pr~p1edad de las cin de estos puntos si queremos entender plenamente de qu modo
lites tradicionales ni a su control de los sectores agrano Y de expor- se enfrent cada uno de los pases a los conflictos que surgieron al
tacin; y este hecho permiti ~ est~s lite_s .tolerar, ya qu~ ~o dar 1~ final de las fases iniciales de industrializacin.
bienvenida, a las ocasionales v1ctonas pohtl~as ~e las ~~a!ICiones ~o Volviendo primero a las fuentes del populismo, debe haber que-
pulistas. Sin embargo, la gran depresin no solo mte~sifico las presi~ dado ya razonablemente claro que el impulso de esas presiones proce-
nes a favor de reformas distributivas, sino que por pnmera v.ez contn- da inicialmente de los centros urbanos y/o de los enclaves extrac-
buy a extender la desilusin ante el modelo exporta~o~, VI~~ulando tores relacionados con el comercio exterior. Sin duda alguna la indus-
las cuestiones de distribucin a los modelos d~ in~ustnah~acwn .~ntes trializacin contribuy a una expansin del sector popular, especial-
descritos. Ante la amenaza del colapso economico, gobiernos con- mente por lo que se refiere a sus componentes de cuello azul. No
obstante, incluso los movimientos de trabajadores estaban significa-
tivamente conformados a la economa mundial por los modelos
46 oroximacin excelente a las bases sociales de los movimientos pop~lis- preindustriales de integracin: por ejemplo, los trabajadores portua-
tas vase P:rr:d~~~tc"s. Weaver, The Industrialization of South America (Nueva York, Unzon rios de Argentina, los mineros del cobre y los nitratos de Chile y los
Pr~ss, de prxima publicacin).
206 ROBERT R. KAUFMAN CAMBIO INDUSTRIAL Y GOBIERNO AUTORITARIO 207
trabajadores del petrleo y los ferrocarriles mexicanos ocuparo~ un pocos casos. Debe ponerse de manifiesto que esos regmenes propor-
lugar prominente en las presiones populistas de sus pases respectivos. cionaron al menos un marco de referencia viable para el crecimiento
Ms aun que la industrializacin misma, la forma de dependen- del sector manufacturero. Los rcords de industrializacin del Frente
cia preindustrial nos ayuda a explicar los diferentes resultados polti- Popular chileno o de la administracin peronista de los aos 40 no
cos de esas presiones populistas. 47 Por ejemplo, Julio Co~ler rastre~ fueron peores, por ejemplo, que los de sus predecesores ms conser-
el carcter poderosamente rural-revolucionario del popuhsmo mexi- vadores, a pesar de que la poltica de Pern con respecto al sector
cano hasta la predominancia de los enclaves agrarios y mi~eros ex- exportador se ha considerado generalmente como innecesariamente
tranjeros en la economa del siglo XIX. Las presiones explosivas con- dura y contraproducente. Aunque los empresarios nacionales apoya-
tra esos enclaves contribuyeron a su vez en los aos 30 a la temprana ron en ocasiones esas disposiciones o se beneficiaron de ellas, sin
contencin del populismo dentro del marco de las instituciones embargo no las necesitaban. Al fin y al cabo, despus de la depresin
autoritarias. 48 Similarmente, el xito de la amortiguacin corporati- los procesos de industrializacin de Argentina y Chile se iniciaron
vista de las presiones de la clase trabajadora en el industrializado bajo la gida de regmenes poderosamente influenciados por las pro-
suroeste brasileo slo se puede entender en el contexto de las gran- pias oligarquas agroexportadoras. 50 Y en el Mxico posterior a Cr-
des economas del azcar, deprimidas y "patriarcales", de los estad.os denas y el Estado Novo brasileo, el sector manufacturero se expan-
del noreste. Finalmente, no fue accidental el hecho de que las presio- di con gobiernos que, al igual que los regmenes B-A contempor-
nes populistas urbanas fueran ms poderosas y duraderas en Argenti- neos, pusieron graves restricciones a las actividades polticas de los
na, Uruguay y Chile, en donde el control nacional de los sectores sectores populares.
agrarios relativamente prsperos y comercializados del siglo XIX g~ El rasgo distintivo de esta temprana fase de la industrializacin,
ner las sociedades preindustriales ms uniformemente moderm- la cualidad que ms la diferencia de las fases subsiguientes, estrib en
zadas.49 En suma, a pesar de unos niveles y modelos de industriali- haber sido un proceso relativamente "espontneo". Dadas otras cir-
zacin comparables, el populismo actu dentro de esos pas,es con cunstancias histricas e internacionales, no requiri la hegemona de
grados diferentes de fuerza y xito, en el contexto de regimenes una determinada coalicin de clases, ni de una serie especfica de
polticos tanto abiertos como cerrados. disposiciones polticoinstitucionales.
Pero inversamente, lo que resulta aun ms importante para nues- Las "otras circunstancias" que explican ms plausiblemente la
tos propsitos, la industrializacin de los aos 30 y 40 no parece industrializacin en esos pases fueron las economas exportadoras,
haber dependido estrechamente de los gobiernos que toleraron o las cuales, por diversas razones (un gran nmero de vinculaciones
estimularon activamente la organizacin y participacin poltica de hacia atrs, el control nacional de los sectores econmicos claves,
los sectores populares. En efecto, durante este periodo las coaliciones etc.), haban estimulado en los aos 30 la aparicin de unas socieda-
abiertamente "nacionalistas y populistas" llegaron al poder con rela- des preindustriales comparativamente modernizadas. 51 A pesar de las
tiva infrecuencia: el rgimen de Crdenas en los aos 30 Y el Frente importantes diferencias entre cada uno de ellos, en los aos 30 todos
Popular y los gobiernos peronistas de los aos 40 estn entre esos esos pases haban desarrollado relativamente extensos mercados na-
4 7 Las instituciones polticas preindustriales resultan tambin decisivas para el anli-
cionales, cualificaciones empresariales y alguna industria local; y, en
sis. Muchos de los rasgos esenciales de los rdenes constitucionales institucionalizados, por 50
En el caso de Argentina, Daz-Alejandro hace notar que las fases del crecimiento .
ejemplo, existan ya a principios de siglo. industrial "son cortadas por los regmenes polticos", habindose iniciado la primera fase
48 Julio Cotler, "State and Regime: Comparative Notes on the Southem Cone and (~~25/29-194~/50) con gobiernos conservadores, y habiendo sido llevada adelante por el
the Enclave Societies", ("Estado y rgimen: Notas comparativas sobre el Cono Sur Y las regunen peromsta. Essays on the Economic History of the Argentine Republic p. 229. En
sociedades de enclave"), captulo VI de este libro. Cotler sigue aqu a Cardoso Y Faletto, Chile, la produccin industrial creci en una tasa media del 5.6 0 cor: Alessandri
Dependencia y Desa"ol/o. (1934-1939), Y un 4. 7 0 ~0 con el Frente Popular (1940-1942). Ellsworth Chile: An Economy
49 El control extranjero del gran enclave chileno del cobre distingue a este pas de Ar- in Transition, p. 162. '
gentina y Uruguay, y ayuda a explicar sobre todo la orientacin explc~~arnente,:narxista.del 51
Vase Williarn P. Glade, The Latin American Economies (Nueva York, American
movimiento laboral chileno. Sin embargo, a pesar de estos rasgos de enclave , en el sglo Book, .1969). A.qu ~i interpretacin se diferencia de la de Andre Gunder Frank, quien pone
diecinueve una base agrcola relativamente prspera y comercializada, junto con un sector de relieve el azslamzento frente a los paiSes industriales desarrollados como fuente de la
de. la "pequea minera" nacionalmente controlado, sirvieron de apoyo a niveles muy altos industrializacin. Vase Frank, Lumpenbourgeoisie: Lumpendevelopment, Dependence
de modernizacin preindustrial. aass, and Politics in Latin America (Nueva York, Monthly Review Press, 1972). '
208 ROBERT R. KAUFMAN CAMBIO INDUSTRIAL Y GOBIERNO AUTORITARIO 209
este contexto, los gobiernos, los empresarios nacionales y algunas rela~iyamente s~n i?~ident~s. notables, ni graves problemas de estag-
fracciones de la oligarqua exportadora pudieron responder con rela- flaclOn o ~~lanzacwn pohtlca. En cambio, estos fenmenos fueron
tiva rapidez a las oportunidades que proporcionaron la depresin y la rasgos famihares de los paisajes chileno y argentino tanto antes como
guerra. Por razones que ya hemos sugerido, no result particular- despus de la guerra. El significado del punto de transicin de los
mente costoso a los gobiernos -cualquiera que fuese su orientacin aos 50 no est tanto en que produjo dificultades econmicas o
poltica global- comprometerse con medidas proteccionistas y de ~oltcas que inherentemente resultaban incapaces de tratamiento
estmulo. Con esos incentivos, los empresarios privados pudieron smo, en que marc el fin de un periodo en el que esas dificultarle~
trasladarse rpidamente a los mercados establecidos, con inversiones podian. s~r t~~tadas (o evitadas) mediante modelos de inversin y
limitadas que fueron rpidamente amortizadas y no resultaban dema- comer~Iahzacwn que no exacerbaran seriamente los antagonismos
siado vulnerables a las cambiantes condiciones polticas. Este tipo de sectonales o de clase. Los problemas de las eras de posguerra fueron
industrializacin se pudo llevar a cabo con regmenes que fueran de carcter ms socioeconmico que puramente econmico.
abiertos o cerrados, de base popular o represivos, estables o relativa- La multidimensionalidad de estos dilemas se reconoce con bas-
mente inestables. Sin embargo, cuando termin la fase inicial, pare- t~ te. clarid~~ en el anlisis que hace O'Donnell de la profundizacin,
cieron estrecharse los parmetros polticos de la expansin industrial sm bien quiZas no tanto en su formulacin anterior sobre la relacin
continuada. En la dcada de los 50 y en la de los 60, las variaciones ~n.t~e !~ ISI Y el gobierno. bur~crtico-autoritario. En el trabajo
en la estructura del estado comenzaron a producir ms de una dife- Imc~al parece conceder pnmacia a la saturacin de los mercados
rencia econmica: especialmente la capacidad que .tena el estado de nacwnales: el "agotamiento" de las posibilidades de la ISI y la conse-
aislar la toma de decisiones econmicas con respecto a las presiones cuente aparicin del "pretorianismo masivo" y los golpes B-A. En su
populistas antes descritas. trabajo posterior 53 enfatiza ms el conflicto complejo e intensificado
entre los partidarios de la profundizacin -una integracin vertical
de la economa industrial- y las fuerzas sociales que haban acumula-
El final de la fase industria/ligera: do fuerza en las dcadas anteriores. Sugiere que, para las lites milita-
medidas alternativas de desarrollo r~s .Y tecnocrticas, la necesi~a~ de profundizacin pareca derivar
Podemos tratar ahora directamente de las opciones y conflictos logicamente de las escaseces cromcas de bienes de produccin impor-
del desarrollo a que se enfrentaron en la poca de posguerra los tados Y de la oportunidad creciente de atraer a esas reas la inversin
pases industrialmente avanzados de Amrica Latina. La lista de es- extranjera directa. Sin embargo, este objetivo implicaba medidas
tancamientos puramente econmicos derivados de la fase temprana "ortodoxas" Y cambios estructurales que amenazaban a los intereses
es bien conocida. Con algunas variaciones, por lo general esta lista ha populistas; Y esta espiral del choque de intereses aumentaba, a su vez
incluido: una estructura industrial de alto costo, incapaz de competir los "costos de la tolerancia" de las lites interesadas en la promoci~
con efectividad en los mercados mundiales; un sector agroexportador d.el desarrollo dentro de un marco de referencia capitalista. En la
subcapital,izado o ineficaz; unos mecanismos inadecuados para la mo- figura 5 se traza un diagrama de esos temas.
vilizacin de los recursos pblicos y privados. Tambin est general- Sin embargo, aunque la elaboracin que hace O'Donnell de los
mente aceptado que stos, a su vez, fueron las fuentes subyacentes de dil~mas sociopolticos de la "profundizacin" es una mejora signifi-
la recurrente escasez de divisas extranjeras, de la escasez de importa- ~atlva co?. res~,ecto a l~s explicaciones ms simples y puramente
ciones de equipos necesarios, de las presiones inflacionarias, de la economicistas del gobierno B-A, su argumentacin es aun demasia-
capacidad industrial improductiva, del desempleo y del subempleo. do estrecha. Podemos obtener una extensin ms amplia y compleja
Las crisis inmediatas que dieron lugar a los golpes B-Ase pueden pero potencialmente ms til, de esa argumentacin si consideramo~
rastrear hasta esos estancamientos. No obstante las conexiones son
O'.J?onnell, Modemiz~tio~. Sin embargo, tambin en este libro sugiere O'Donnellla
52
complejas e indirectas; pues esas crisis ni fueron los productos nicos
de esta fase de industrializacin ni la siguieron inevitablemente como argumentac10n que desarrollara mas plenamente en "Reflexiones", vanse especialmente las
pp. 60-70.
su consecuencia. Ciertamente, Mxico y Brasil sobrevivieron en la 53
O'Donnell, "Reflexiones".
dcada de los 50, al declinar de las oportunidades de la ISI "fcil",
 CAMBIO INDUSTRIAL Y GOBIERNO AUTORITARIO 211
210
las implicaciones coalicionales de algunas otras estrategias de desarro-
llo de posguerra. Dichas estrategias, que se resumen en la figura 6 (al
igual que en la figura 5), las revisamos de modo esquemtico ms
adelante. Al igual que la profundizacin, cada una de ellas fue llevada
a cabo por lo menos en algunos de los pases industrialmente avanza-
dos de Amrica Latina, y cada una implic tambin conflictos poten-
cialmente significativos con algunos de los ms tpicos modelos de
escisin relacionados concretamente con estas opciones.
l. Profundizacin. De aqu en adelante utilizar este concepto para
referirme primordialmente a la inversin en gran escala en ramas de
"bienes de produccin" como la petroqumica y el acero, as como el
equipo y la maquinaria pesada. Estas ramas -especialmente las dos
primeras- fueron puestas de relieve en gran medida por los regme-
1
1
1
1
~
* -----::"......., nes B-A y por algunos de sus predecesores; adems, su expansin
.... pareci generar la controversia ms observable dentro del sector in-
::.
' i'l
"'...,g dustrial. En Argentina, Brasil y Mxico, la inversin multinacional
propuesta o real en esas ramas durante las dcadas de los 50 y los 60
~
atrajo la oposicin ms directa de los productores nacionales ms
pequeos de esas mismas ramas industriales y de los polticos, inte-
lectuales y militares nacionalistas, quienes teman perder el control
de las reas estratgicas de la economa industrial. La creacin o
expansin de empresas estatales encontraba oposicin, por otra par-
te, en otra fuente: los productores menores, que generalmente prefe-
ran comprar importaciones ms baratas y de mayor confianza. De
modo menos directo, la expansin de los sectores dinmicos de bie-
nes de produccin constituy tambin un desafo a la relativa in-
fluencia poltica y econmica de los trabajadores y empresarios de las
ramas industriales ms "tradicionales". Finalmente, quizs fueran
ms importantes las amplias luchas defensivas generadas por los pla-
nes de estabilizacin, a los que tanto las autoridades gubernamentales
como el mundo de los negocios internacionales perciban como con-
diciones necesarias para ese tipo de inversin.
O'Donnell afirma que la propia incertidumbre generada por esas
presiones estaba en desacuerdo con los intereses mismos de los inver-
sores en gran escala; esos actores ponan un nfasis especial en la
estabilidad y predecibilidad de las "reglas del juego"; en la capacidad
de realizar proyectos a largo plazo sobre los precios y los tipos de
cambio, las medidas importadoras, las condiciones nacionales de co-
mercializacin y las relaciones con otros compradores nacionales y
con los sindicatos industriales. 54 Tanto antes como despus de la
54
/bid., pp. 11-21.
 Figura 6

Estrategia Global
y Medidas Intereses fuertemente Intereses Intereses fuertemente
Caractersticas favorecidos Oscilantes amenazados

Profundizacin Multinacionales- bienes Prestamistas Elites Productores

Estabilizacin de produccin externos exportadoras locales
Devaluacin competidores
Consumidores de las Trabajadores Multinacionales- Trabajadores y
clases media y alta cualificados bienes de consumo direccin de las
duraderos industrias
tradicionales

Promocin de los Bienes

de Consumo Duraderos
Estabilizacin- Multinacionales-bienes Prestamistas Elites Consumidores de
necesaria para obtener de consumo duraderos externos exportadoras renta baja
crditos a la Consumidores de las Trabajadores Suministradores Consumidores de
importacin clases media y alta cualificados nacionales de cuello blanco
componentes

Promocin de la Exportacin
de Productos Primarios
Devaluacin Elites exportadoras Prestamistas Multinacionales
Estabilizacin Consumidores de
externos
cuello blanco
Consumidores de las Trabajo urbano
clases media y alta
Empresas nacionales

Promocin de la Exportacin
Industrial
Devaluacin Productores de Elites Subempleo y Empresas
Estabilizacin productos manufactu- Consumidores de
Exportacin exportadoras trabajadores nacionales de
rados exportables: cuello blanco
Subvenciones desorganizados bienes de Empresas tradicionales
multinacionales y Prestamistas
nacionales produccin y multinacionales
externos
nacionalmente orientadas
Trabajadores organizados

Expansin del Mercado

Nacional
Reforma de los impuestos Trabajadores
Reforma agraria organizados La mayor Consumidores de
Empresas de bienes parte de las cuello blanco
de consumo multinacionales Trabajadores organizados
Prestamistas Elites exportadoras
externos
 ROBERT R. KAUFMAN CAMBIO INDUSTRIAL Y GOBIERNO AUTORITARIO 215
214
institucin de un gobierno B-A, la incertidumbre ante esas cl!estio~es relativamente grandes de estas ramas magnificaron, finalmente, la
era causa del retraso 0 abandono de diversos proyectos de mverswn importancia de los acreedores internacionales para la economa na-
importantes planificados por las autoridades gubernamentales Y las cional. Quizs m~ incluso que los propios inversores directos, esos
55 acreedores haban puesto a su vez un nfasis especial en la "respetabi-
empresas multinacionales.
lidad" y confianza ante el crdito de los gobiernos nacionales.
2 Inversin en bienes de consumo duraderos: el reforzamzento de !?s
~ercados de las clases media y alta. La industria ?e.
la automoc~on 3. Exportaciones de productos primarios. Con el declinar de las opor-
fue la ms tpica beneficiaria de esta opcin estrategt~~- En los ano,~ tunidades de la manufactura ligera y la persistencia de la escasez
50 esta rama se expandi espectacularmente en los tres grandes crnica de divisas extranjeras, en la posguerra se produjeron tambin
pases (Argentina, Brasil y Mxico); ms recientemente,.fue un ~cm poderosas presiones para reemplazar los modos de crecimiento indus-
ponente central de los modelos de crecimiento del Brasil postenor a . trial "orientados hacia el interior" por un tratamiento ms favorable
del sector exportador de productos primarios. Esta estrategia, en
1964. ' h 'd
Los productores multinacionales de estas ~re~s an .asum~, o combinacin con otras, se llev a cabo en Argentina en los aos 50 y
tpicamente una considerable cantidad de las inictattvas ~e mverswn despus de 1976, en Brasil en los ltimos aos de la dcada de los 40,
y comercializacin; y en un mercado de consumo pro~egtd~, pueden y en el Chile y Uruguay contemporneos. Su premisa, derivada de la
haber tenido tambin una tolerancia algo mayor a las mcertldumbr~s teora econmica clsica, no careca de razones: a largo plazo, los
de precios y costos, especialmente e~_los pases _ms grandeS. S~
56
intereses de los exportadores, fabricantes y consumidores nacionales
embargo, la expansin de la automocwn en los .an?_s 50 Y 60 prod.UJO eran complementarios en lugar de conflictivos. Se afirmaba que el
escisiones y dificultades que requirieron la medtac10n d~ las auton~a nfasis en la ventaja comparativa internacional de las exportaciones
des gubernamentales. El conflicto ms co~n se produJ~- en relac10n tradicionales maximizara la capacidad de importar bienes de produc-
con el suministro de componentes. Las mtsmas compantas de auto- cin que no pudieran ser fabricados tan eficazmente dentro de la
mocin preferan generalmente los componentes importados a los economa nacional, y aliviara los estancamientos externos que per-
producidos nacionalmente, y a los. s~ministradore~ multinacional~s en turban al sector industrial nacional.
lugar de a los nacionales. Los sumtmstradores n~cwn~_Ies Y sus abados Esta estrategia era ms sensata de lo que han sugerido algunos
polticos nacionalistas han presionado en la ~rre~c10n opuesta, ~o~ crticos de CEAL, y bien podra haber producido un proceso ms
bastante xito pero con un costo probable en termmos de produc~!Vl dinmico de expansin industrial si se hubiera llevado a cabo cohe-
dad y precios. 57 El estmulo de los mercados de las clases medta Y rentemente en los ltimos cuarenta aos. 58 No obsr'tnt~, los partida-
alta tambin tuvo, claro est, un gran impacto sobre los modelos d~ rios de las exportaciones de productos primarios han tPndido a subes-
empleo y distribucin de la renta;. especialm~_nte en el cas.o del Bras~l timar las dificultades planteadas por las grandes fluctuaciones en 'os
posterior a 1964, en donde el gobterno ~?nf10 en las ~edtdas regresi- precios de las mercancas, as como por las barreras comerciales esta-
vas de renta para estimular la recuperacwn y expanston las. ra~_as ?e dounidenses y europeas. Aun dejando de lado esas objeciones, en la
de bienes de consumo duraderos. Las necesidades de lffiportacton era de posguerra haba pocas posibilidades de coordinar la industriali-
zacin y la promocin de la exportacin sin generar poderosos anta-
S s De los conflictos sobre estas cuestiones se inform regularmen.te en publicaci?~es gonismos polticos. Como hemos visto, la depresin haba sacudido
tales como The Economic Unit Intelligence Report, Review_ of the Rz~er Plate, Y ~zsao. la fe en los modelos de exportacin, lo que en los aos 40 se vio
Sobre las industrias argentinas petroqumicas y del acero, veanse, por eJ~m!'lo, Revzew of
the River Plate, 22 de noviembre de 1967, p. 249; sobre las pen;oqutmtcas Y el acero. reforzado por las argumentaciones de la CEAL con respecto al decli-
brasileos vanse Viso: 12 de octubre de 1967, pp. 26-30; 9 de novtembre ~e 1967, p. 29, nar secular en los trminos comerciales de los productos primarios.
21 de no~embre de 1967, pp. 77-86. Economic Unit Intelligence Report, num. 1, 1972, p.
14.
56 Felix, "Technological Dualism in Late Industrializers".
58
Vase Nathaniel H. Leff, "Export Stagnation and Autarkic Development in Bra-
57 Jack Baranson, Automotive Industries in Developing Countrfes (Baltimor~, The
zil", en Charles T. Nisbet, ed., Latin America: Problems in Economic Development (Nueva
Johns Hopkins Press, 1969). Vase tambin el discurso de Douglas B. Kttte~an, prestdente
York, The Free Press; Londres, Collier-MacMillan, Ltd, 1969); Daz-Alejandro, The Econo-
de la Ford Motor Argentina, S.A., Review of the River Plate, 22 de septtembre, 1966, p. mic History of the Argentine Republic, pp. 254-76.
481.
216 ROBERT R. KAUFMAN
CAMBIO INDUSTRIAL Y GOBIERNO AUTORITARIO 217
En los a.os 50, el intento de volver a poner el nfasis en las exporta
comercia~es norteamericanas, esos esfuerzos hubieran podido dar sus
ciones tradicionales trajo una serie de medidas -devaluacin, estabili-
zacin y simplificacin de las estructuras de tipo de cambios-, que fruto~. Sm embargo, debe tenerse en cuenta que al menos en un caso
reinvirti unas medidas gubernamentales profundamente enraizadas y (Brasil) los productores textiles iniciaron proposiciones de este tipo
fue causa de importantes transferencias de renta a corto plazo de los ~urante los afios 40, pero fueron rechazadas por las autoridades pol-
intereses industriales y de los consumidores urbanos: En los sistemas ticas, que concedan superior prioridad a la satisfaccin de las necesi-
dades del mercado nacional. 60
competitivos y polticamente abiertos de los a.os 50, por tanto, los
esfuerzos en pro de la promocin de la exportacin (particularmente Por otr~ ~~rte, en la dcada de los 70 pareca aun menos proba-
las medidas devaluatorias) fueron rpidamente anuladas por las pre b~e una coahc10n exportadora "neopopulista". Haban pasado tres
siones urbanas en pro de incrementos compensados de los precios y decadas desde que s~ p~rdieran l?s mercados de la poca blica y tras
los salarios. las, barreras protecciOm~tas h~bian proliferado empresas "margina-
les .de.,alto costo: ~a SI.t~acion se complicaba, adems, con la dife-
4. Promocin de la exportacin industrial. Durante los ltimos a.os ren~IaciOn Y especiahzaciOn internacional de las filiales de las multi-
de la dcada de los 60, esta estrategia haba atrado considerable naciOnales~ que ~ransferan productos a travs de las fronteras nacio-
atencin en cuanto que medio de reducir la vulnerabilidad externa y nales. David ~~hx ha sugerido que la inversin.multinacional adscrita
de expandir las oportunidades de crecimiento del sector industrial. a la exporta~I~>n puede :esultar especialmente sensible a las incerti-
La experiencia concreta con la promocin de la exportacin indus dumbres pohticas; especialmente cuando la inversin implica grandes
trial es aun relativamente nueva, y sus implicaciones plticas resul- desem~olsos d~ capital que finalmente se podra convertir en rehn
tan poco claras. Sin embargo, de las varias opciones aqu considera d~ las ~rregu!andades de precios y fluctuaciones de divisas 61 A un
das es sta probablemente la que implica un nmero ms amplio de mvel aun ~as general, cualquier tipo de exportaciones manufactu-
coaliciones y escisiones potenciales, dado que en gran parte depende rada~ reqUie!e probablemente medidas que resultan una amenaza pa-
de los tipos de productos exportados y de si se venden en mercados ra d~v~rsos mtereses populi~tas nacionales: cargas de devaluacin y
mundiales o regionales. s~bs~d10s sobre .los consumidores urbanos; necesidades de disciplina
Resulta concebible, por ejemplo, que una base nueva y econ- smdic~l, Y trabaJO a bajo costo; liberalizacin de las medidas de im-
micamente viable para una gran parte del "sector popular" pudiera P.ortaci~n? Y expectativas estables con respecto a los niveles de pre-
ser generada por un impulso exportador que se concentrase en 'tas CIOS Y ~~~Isas: en resumen, muchos de los requisitos de predecibilidad
rama, manufactureras "tradicionales": textiles, productos de la piel y Y es~abll~?ad que O'Donnell sugiri que eran necesarios para la pro-
ot.rr s bienes de consumo simples que requieren insumos tecnolgicos fundizacwn.
y ae capital relativamente bajos. El carcter de trabajo intensivo de 5. Redistribucin de la renta y expansin del mercado nacional. En
f ;tas industrias proporciona a los pases de Amrica Latina ventajas los a.os. 60, alg~no~ ec~nomistas y polticos reformistas alegaron que
.:ompetitivas en los mercados internacionales, adems de aliviar los las ll_ledid~s redistnbutiVas que ampliaban el mercado nacional pro-
continuos problemas de desempleo y subempleo nacionales. Cierta- P?rcwnanan un nuevo mpetu al crecimiento manufacturero espe-
mente, se ha sugerido que pases como la Argentina y el Brasil hubie- Cialment~ en los bienes de consumo no duraderos y en algunos' secto-
ran podido evitar muchas de las subsiguientes dificultades poltico- res de bienes de consumo duraderos de bajo precio. Esta estrategia
econmicas si, tras la Segunda Guerra Mundial, se hubieran compro- era un componente de las medidas generales de varias administracio-
metido en impulsos concertados para proseguir con las exportaciones nes en otr?s aspectos muy diferentes: las de Frei y Allende en Chile
textiles de la poca de la guerra por medio de iniciativas diplomticas Y las de Campora y Pern en Argentina. Tpicamente, sin embargo, 1~
y promocionales vigorosas. 59 A pesar de las desfavorables medidas
60
59 Stanley J. Stein, The Brazilian Cotton Manufacture; Textile Enterprise in an
Esta cuestin me ha sido sugerida en una conversacin privada por James Kurth, Underv:~ope~ Area, 18501950 (Cambridge, Mass., Harvard University Press, 1957).
Swarthmore College (otoo de 1976). Vase tambin los comentarios sobre esta cuestin de
Albert O. Hirschman, "The Political-Economy of Import Substituting Industrialization in F:!ix "!echnological Dualism in Late Industrializers"; Albert Hirschman hace la
Latin America", especialmente las pp. 259-65. ::~entaClon mas general en "The Political-Economy of Import Substituting Industrializa-
218 ROBERT R. KAUFMAN CAMBIO INDUSTRIAL Y GOBIERNO AUTORITARIO 219

opcin se encontr con limitaciones polticas y econmicas particu- otras opciones de posguerra. Por tanto, los gobiernos que intentaron
larmente graves. Por una parte, implicaba reformas fiscales y agrarias realizar esas estrategias estaban amenazados continuamente por la
que eran antagonistas no slo de las lites tradicionales, sino tambin grave erosin del apoyo popular: una amenaza que reduca sustan-
de una gran parte de la clase media urbana. Adems, llevaba a suposi- cialmente su espacio para maniobrar dentro del marco de referencia
ciones nada realistas con respecto a las capacidades de inversin de la de un marco poltico abierto y participativo.
burguesa nacional y del propio estado. Ms adelante se tratarn con El problema de controlar las presiones inflacionarias -a las que
mayor extensin otras limitaciones importantes de esta estrategia. Albert Hirschman llam en una ocasin una forma de guerra civil
Cules eran las implicaciones polticas de estas cinco estrategias pacfica 62- era al mismo tiempo un sntoma y una causa de estas
de desarrollo? Consideradas desde una perspectiva, la lista esquem- circunstancias cambiantes. Ningn gobierno popularmente elegido (y
tica que presentamos anteriormente sugiere cierto grado de flexibili- slo unos cuantos regmenes autoritarios) poda imponer los sacrifi-
dad en los que tomaban las decisiones en la posguerra. Con toda cios necesarios para contener esas presiones 63 Durante las fases ini-
seguridad, algunas opciones eran mutuamente excluyentes: por ejem- ciales de industrializacin, sin embargo, las rpidas alzas de precios
plo, la promocin de bienes de consumo (2) y la redistribucin de la no parecieron deteriorar el proceso de expansin industrial, y bien
renta (5). Pero las otras podan vincularse en una gran variedad de pudieran haberle servido de ayuda. De cualquier modo, durante los
combinaciones interdependientes que invitaban al apoyo de sectores aos 30 y 40 el crecimiento industrial se llev a cabo en un contexto
muy distintos. Adems, algunos de los conflictos ms poderosos rela- inflacionario en Argentina, Chile, Brasil y Mxico. No obstante, en
cionados con estas opciones se produjeron con respecto a las medidas los aos 50 se consideraba generalmente que los niveles de precios
a "corto plazo" que, al cabo de algunos aos, podran haber llevado predecibles (y por tanto una poltica de resistencia a las demandas
a una situacin de "pastel en expansin" de la que se podran haber populistas) eran prrrequisitos de las nuevas formas de expansin,
beneficiado muchos sectores sociales. Ninguna de estas estrategias bien de las ramas industriales "pesadas" o de los nuevos mercados. La
"requera", en un sentido estricto y directo, los regmenes B-A muy nica excepcin aparente a esto fue Brasil durante los aos 50; en
represivos que acabaron apareciendo en Amrica del Sur. donde, a pesar. de la inestabilidad de precios, el tamao del mercado
Sin embargo, como he sugerido ya en la seccin anterior, los y el rgido control de la fuerza de trabajo estimul un crecimiento
que tomaban las decisiones econmicas estaban operando dentro de industrial continuado. Sin embargo, en los otros pases de Amrica
una serie de limitaciones que diferan significativamente del de las del Sur, ms abiertos, la inflacin y la expansin industrial parecan
fases anteriores del cambio industrial. Como dijimos antes, esas fases fluctuar en direcciones opuestas; casi inmediatamente en el caso de
tempranas se pudieron producir en condiciones no hegemnicas, sin Uruguay y Chile, y con un intervalo de un ao en Argentina (vanse
confrontaciones graves entre las fuerzas sociales contendientes e in- las figuras 1, 3 y 4 ).
cluso bajo condiciones bastante amplias de incertidumbre poltica. Adems, aparte del problema especfico de la estabilizacin de
Las reformas "populistas", al acomodar algunas de las reivindicacio- precios, parece razonable decir que cuatro de las cinco estrategias de
nes contendientes de los trabajadores de. cuello azul y cuello blanco, la lista anterior eran de carcter predominantemente "conservador".
eran concomitantes factibles, si bien no necesarios, de este proceso. Las lites internacionales de negocios, la oligarqua exportadora o la
Por otra parte, cada una de las estrategias de posguerra implic unas clase media superior recibieron la mayor parte de los beneficios inme-
medidas que (cualquiera que fuesen sus beneficios potenciales a largo diatos de las primeras cuatro opciones. Los trabajadores de las indus-
plazo) planteaban amenazas importantes y concretas a los intereses trias "tradicionales", los pobres urbanos o rurales, o los consumido-
inmediatos de algunos segmentos, al menos, de las antiguas coalicio- res urbanos en general, soportaban las cargas ms inmediatas y los
nes populistas. Debe observarse que esto era cierto incluso por lo que riesgos ms serios a largo plazo. Con toda seguridad se pueden conce-
se refiere a las opciones de redistribucin de la renta (5), debido a 62 Albert O. Hirschman, Joumeys Toward Progress (Nueva York, The Twentieth
que los trabajadores de cuello blanco, as como muchos de cuello Century Fund, 1963), p. 221.
azul sindicados, y tambin las lites tradicionales, podan ser reque~i 63
Vase Thomas E. Skidmore, "The Politics of Economic Stabilization in Postwar
dos a soportar gran parte de la carga de las reformas fiscal y agraria Latn America", en James Malloy, ed., Authoritarianism and Corporatism in Latin America
acompaantes. A fortiori, el argumento se aplicaba tambin a las (Pittsburgh, University ofPittsburgh Press, 1977), pp. 149-91.
220 ROBERT R. KAUFMAN CAMBIO INDUSTRIAL Y GOBIERNO AUTORITARIO 221
bir versiones moderadas y extremas de cada estrategia: ve~sio~es q~e riesgo crediticio, incluso para los sectores relativamente moderados
suavizaran los costos a "corto plazo" y aseguraran una d1s~nbuc10n de la comunidad financiera internacional que pudieran simpatizar con
relativamente equitativa de las ganancias "a largo plazo". Sm_ e~bar los esfuerzos reformistas. En resumen, las opciones de expansin de
go, en el mundo de la poltica real (especialmente en uno tan mc1erto mercado eran las que ms necesidad tenan del apoyo externo soste-
y conflictivo), la prosecucin de intereses a corto plazo no era nunca nido, y las que contaban con menos probabilidades de recibirlo.
inusul ni irracional. Los gobiernos que estaban tratando de llevar a Anteriormente mencionamos a tres gobiernos -los de Fre y
cabo estas opciones tenan, as, ms probabilidades de atraer el apo- Allende en Chile y el de Cmpora-Pern en Argentina- por sus inten-
yo ms vigoroso de los sectores sociales ms conservadores Y de tos de incorporar opciones de expansin de mercado a sus programas
penalizar a los ms vulnerables. ., globales. De ellos, slo la versin comparativamente moderada de
Finalmente, la redistribucin de la renta Y la expans10n ~el Fre fue capaz de jugar con esas presiones en conflicto aunque slo
mercado, la opcin "neopopulista", era probabl~me~~e la elecc10n fuera durante un breve perodo de tiempo. Entre 1965 y 1967, se
menos viable en la posguerra, debido a una combmac1on de razones pudo estimular un perodo de tres aos de expansin industrial con
polticas y econmicas. Por un lado una gran part~ _del apoyo~ ~sta la combinacin de una serie de factores, como la redistribucin de la
estrategia haba de movilizarse entre la masa pohtlcame~te debil Y renta y la tierra, los ingresos por la subida del cobre, la enorme ayuda
socialmente heterognea de los pobres del campo Y_la c1u~a~; Los de la Alianza para el Progreso y alguna inversin extranjera directa.
nicos beneficiarios inmediatos entre los sectore~ sociales ~a~ esta- Sin embargo, en 1968 los precios reanudaron su espiral hacia arriba,
blecidos" fueron los productores de bienes termmados trad1c1ona~~s, con lo cual la economa redujo nuevamente su paso. Aguijoneados
as como algunas multinacionales capaces de ajustar su producc10n por la inflacin y los nuevos impuestos, muchos de los seguidores de
para satisfacer las necesidades de un mercado de las masas de renta 'Clase media de Fre se pasaron al Partido Nacionalista, de derechas.
baja. Como observamos anteriormente, por otr~ ~arte era de esperar Esa defeccin no fue compensada por ganancias entre los sectores de
una oposicin considerable de los elementos pohtlcamente poderosos renta baja, que a mediados de la legislatura de Fre empezaron tam-
de la sociedad nacional, que inclua a menudo a algunos de los t~aba bin a perder terreno ante la inflacin. La inversin extranjera en la
jadores de cuello blanco y a sindicatos que haban formado el nucleo manufacturacin cay tambin agudamente despus de 1968, eviden-
de los antiguos movimientos populistas. . . temente como respuesta al crecimiento del conflicto nacional y a la
Adems, la adquisicin de suministros y equ1po~ Importados proximidad de las elecciones presidenciales de 1970. En 1970, Rada-
planteaba problemas especialmente graves a 1~~ estrat~g1as de expan- miro Tomic, el candidato de una batida coalicin Demcrata Cristia-
sin del mercado; ms inclUso que la promoc10n de bienes d_e consu- na, consigui un pobre tercer puesto, detrs de Allende y Jorge Ales-
mo duraderos, que descansaba tambin en gran pa~te en es~s Importa- sandri, el candidato derechista; y lo que en 1964 haba parecido un
ciones. Era probable que ambos tipos de estrategia produjeran ~ntes principio prometedor, termin en desilusin y derrota. Los xitos del
o despus dificultades de balanza de pagos. Sin embargo, las opciOnes gobierno victorioso de Allende y el del rgimen de Cmpora-Pern en
de expansin de mercado tenan probabilidad de enfrentarse a pro- Argentina fueron aun ms breves, y sus aplastamientos ms desastro-
blemas ms serios para superar ese obstculo. Una de las razo~es era sos. En ausencia de ayuda externa y de inversin directa, los breves
que el sector exportador tradicional, ms que los pobres, te~1a ms arranques de expa~sin industrial llegaron a su fin, una vez que la
probabilidades de ser el blanco de los gobiernos ,compr_?m~tld~s en capacidad fabril existente haba sido plenamente utilizada. Los pro-
una redistribucin progresista de la renta. Ademas, las mstltuc~ones cesos concomitantes y reforzadores de la polarizacin poltica y la
crediticias internacionales -que en ocasiones aliviaban las pres10ne.s inflacin nacional condujeron finalmente a los golpes B-A.
de la balanza de pagos de los gobiernos favoreciendo a los consumi-
dores de renta alta- era menos probable que lo hicieran as en el caso
de reg~enes que tratasen de expandir el mer_cado. Las in~ertidum LAS NUEVAS FASES DE LA INDUSTRIALIZACION
Y EL PAPEL CRECIENTE DEL ESTADO
bres polticas relacionadas con las reformas fiscal Y ag~~: con la
sindicalizacin y la movilizacin popular y con la opos1c1on de los Consideremos desde una perspectiva nacional ms global la argu-
oponentes conservadores nacionales, hacan de esos regmenes un mentacin sobre estas limitaciones cambiantes. El anlisis anterior y
222 ROBERT R. KAUFMAN CAMBIO INDUSTRIAL Y GOBIERNO AUTORITARIO 223
las comparaciones que haremos ms adelante indican la considerable parece causar una diferencia global sustancial en la realizacin econ-
verosimilitud de las siguientes proposiciones: (1) en cada pas, el final mica total. Las experiencias "reformistas" de Costa Rica, Honduras y
de la fase inicial de la industrializacin ligera (alrededor de Venezuela no les impidieron conseguir tasas de crecimiento compara-
1950-1955) marc un umbral en el que el compromiso entre las bles a las de las sociedades ms coherentes con las polticas "convencio-
presiones populistas y la expansin industrial se hizo ms inmediato nales". Las tasas de inflacin de los pases "reformistas" fueron en ge-
y grave; y (2) cuanto ms poderosas eran estas presiones en un tiem- neral incluso inferiores a las de los ms "conservadores". Slo en Boli-
po o pas dados, ms severas eran las dificultades econmicas. Parece via y Guatemala -naciones que estaban entonces en proceso de pertur-
tener sentido una nueva proposicin como corolario de las otras dos: baciones revolucionarias y contrarrevolucionarias- se dan indicacio-
(3) que las nuevas fases de la expansin industrial dependan sustan- nes de dificultades econmicas excepcionalmente graves.
cialmente de la capacidad de las lites polticas de llevar a cabo Frente a este teln de fondo comparativo, resultan sorprenden-
estrategias econmicas conservadoras y/o de idear estructuras estata- tes los contrastes que encontramos en los pases ms "avanzados"
les que permitieran aislarlas de las presiones de los polticos competi- situados a la derecha del cuadro. Sugieren que, con altos niveles de
tivos. Como veremos, el aislamiento no debi adoptar las formas ex- modernizacin industrial, las medidas y estructuras polticas pesan
tremas del B-A salvo en las situaciones de crisis y amenaza extraordi- mucho en los resultados econmicos. En Mxico y en Brasil, que
narias. Tampoco las formas extremas o moderadas de aislamiento entraron en la dcada de los 50 con grados relativamente altos de
poltico eran condiciones suficientes de la expansin en una escena control estatal sobre las presiones populistas, el PNB y las manufactu-
industrialmente avanzada. En gran parte sigui dependiendo de las ras siguieron creciendo en tasas muy altas durante toda la dcada. En
irregularidades de las condiciones internacionales y de las fuerzas Argentina, Chile y Uruguay, pases en los que las presiones populistas
econmicas nacionales "autnomas". Sin embargo, el rasgo principal eran extremadamente poderosas, las tasas de crecimiento se encuen-
de la nueva fase industrial pareca ser el que el estado -particular- tran entre las ms bajas del continente, comparables slo a Bolivia y
mente un estado restrictivo y conservador- jugaba un papel ms Guatemala entre los pases menos modernizados.
decisivo en la mediacin entre la poltica nacional y las condiciones Un examen ms atento de los "perfiles de rendimiento" previos
econmicas. al B-A de cada uno de estos cinco pases sugiere una conclusin
En el cuadro 1 se presenta una instantnea representativa de similar. En cada uno de ellos, la evitacin de las crisis econmicas de
algunos de los modelos polticos y econmicos coherentes con estos estagflacin pareca estar relacionada con alguna combinacin de ca-
argumentos. Las columnas de la izquierda del cuadro se refieren a los ractersticas polticas e institucionales que ms tarde uniran los reg-
pases que, a principios de los aos 50, se hallaban aun en una fase menes B-A: restricciones de la protesta pblica; control de las organi-
relativamente temprana de modernizacin industrial. En contraste zaciones de trabajadores; y la adopcin y mantenimiento de las revi-
con Mxico y los pases del Cono Sur, las empresas de base nacional siones tecnocrticas e internacionalmente orientadas de las polticas
de este grupo de pases aun no haban sido capaces de enfrentarse populistas anteriores.
totalmente a la demanda nacional de productos textiles u otros pro-
ductos industriales ligeros. Las comparaciones entre los miembros de Mxico (crecimiento alto, baja inflacin: sin crisis). El Mxico "revo-
este grupo "menos avanzado" de pases apoyan en general las argu- lucionario" fue el nico de los cinco pases industrialmente avanza-
mentaciones relativas a la "espontaneidad" de la fase inicial de la dos que entr en la dcada de los 50 con las presiones populistas ms
industrializacin; pues si aceptamos la validez de las clasificaciones de o menos completamente controladas. Aunque el gobierno promovi
rgimen y poltica de Charles Anderson64 , entonces la "poltica" no vigorosamente la agricultura comercial durante la fase temprana de
industrializacin, las orientaciones de la poltica populista "tpica"
predominaron hasta mediados de la dcada: la proteccin de los
64
Charles W. Anderson, Politics and Economic Change in Latin America, The Gover pequeos productores, la facilidad dada a las importaciones de bienes
ning of New Nations (Princeton, Toronto, Londres, Melboume: D. Van Nostrand Company, de capital y las medidas fiscales y monetarias inflacionarias. No obs-
Inc., 1967), p. 314. Anderson encuentra diferencias en los aspectos ms independientes de
realizacin: estructura fiscal, infraestructura, servicios sociales, inversiones gubernamentales, tante, el PRI, oficial, dominaba en la escena electoral; las organizacio-
etc. Vanse las pp. 310-63. nes de trabajadores est'aban fuertemente controladas; y, en general,
 CUADRO 1.
Ejecucin Poltica y Econmica, por Niveles de Desarrollo Industrial
----------
1* Paises posteriores al umbral**
Pasej
- -- Inflacin
Credm ien to Inflacin -\Crecimiento Crecimiento
Crecimiento Anual de Industrial Anual
Industrial .!::! Anual .!:;!
Anual
Anual de .!:;! ~ PNB (1950-
PNB ~ Anual '";j
11) r195 o- 11)
( 1945- (1955- 3
Tip o de poltica/ (1945-
11)
( 1955- ~ 3 ~ Paises 196oF
1958)
~ 2
1958) 1960t
rgimen 1960l 1960) --- ----
- ------------ -~-

--
Civil/ 6.2 8.1 8
\kxico
Convencional 1 Brasil 10.3 17
2 5.7
Ecuador 6.1 5.6

Civil/Militar/ 6.4
Convencional 5.4 5.6
Colombia 4.2 6.1 9
6.1 8
Per 4.3
Militar/
Convencional 8
Nicaragua 6.8 3.9
El Salvador 5.8 6.6 5

Incremento de
la alternativa
de convencional
y reforma
Honduras 4.1 5.7 3
Costa Rica 6.8 7.7 3

Alternativa Argentina :!.1 3.7 22

radical de Chile 3.3 3.2 38
convencion<Il/ Uruguay 2.1 1.0 10
reforma 4.7 4.6 17.0
Venezuela 8.3 7.7 1
Guatemala 3.3 6.2 2
Bolivia 1.1 -4.3 76
---L....-- L-.----
Fuentes:
1
Charles W. Anderson, Politics and Economic Change in Latin America (Princeton. New Jersey, D. Van Nostrand Company, lnc . 1967).
pp. 314-315.
2 Naciones Unidas, Economic Survey for Latin America, 1965, p. 308.
3
Raymond F. Mikesell, "Inflation in Latn America", en Charles T. Nisbet, ed., Latin Ame rica, Problems in Economic Deve/opment (Nueva
York, The Free Press; Londres, Collier-MacMillan Limited, 1969), p. 145.
4
Naciones Unidas, The Economic Deve/opment of Latin America in 1he Post-War Period, 1964, pp. 87, 95, 103, 115.
*Hacia 1950 los productores nacionales suministraban menos del 90 0 de la demanda textil.
**Hacia 1950 los productores nacionales suministraban ms del90 / 0 de la demanda textil.
226 ROBERT R. KAUFMAN CAMBIO INDUSTRIAL y GOBIERNO AUTORITARIO 227
las autoridades polticas se encontraban en buena posicin para resis- miento de la crisis, vinculada con t t f .
tir a la oposicin nacional ante los tipos de opciones conservadores fase, permiti al sistema mexicano an. a recuencm ~ final de esta
que describimos anteriormente. transiciones polticas traumtica s~gmr durante los an?s50 y 60 sin
De hecho, entre el final de la fase de industrializacin ligera y de represia6'. s m aumentos sustanciales del nivel
mediados de los aos 70 se pusieron en accin diversas combinacio-
nes de esas estrategias. En 1954 Mxico fue el nico de los cinco
pases que respondi con xito a las graves presiones inflacionarias y
de la balanza de pagos con devaluacin y medidas de austeridad
CUADR02. Nmero de filiales establecidas de EE UU y E
destinadas a revigorizar las exportaciones agrcolas y el control de . uropa
precios. A pesar de la oposicin de los sectores nacionalistas del PRI
y de los productores nacionales, representados por la CNIT, el gobier- Argentina
no mexicano abri tambin ampliamente la puerta en aquellas fechas a Brasil Mxico Chile
los inversores extranjeros. Como indica el cuadro 2, las hhales llega- 1948 4 6 4 o
ron a Mxico en mayor cantidad que a cualquiera de los otros tres 1949 2 4 1 1
pases, produciendo tanto bienes de consumo duraderos para un mer- 1950 3 5
1951 5 1
cado de clase media como, en menor grado, bienes de produccin. 1 14
1952 5 o
Debe observarse, finalmente, que Mxico empez a exportar bienes 4 15 12
industriales mucho antes que los dems pases. En 1960, los produc- 1953 2 1
8 11 o
tos manufacturados (en su mayor parte transbordados desde la plata- 1954 7 14
1955 6 1
forma fronteriza de los Estados Unidos) constituan casi una cuarta 7 13 14
1956 11 18
o
parte de las ventas por exportacin mexicanas, frente a slo un 4 y 7 o
1957
un 2 por ciento de Argentina y Brasil respectivamente 65 . Las tasas 1958
7 23 25 1
13 17 22
altas de expansin inqustrial prosiguieron, con algunas variaciones 1959 2
18 16 27
cclicas, en los aos 50, 60 y hasta 1975 en el contexto de una 1960 13 3
inflacin comparativamente pequea. 11 15 3
1961 22 9
La proximidad de Mxico con respecto al mercado estadouni- 1962 29 2
20 14 14
dense, el comercio turstico y, ms recientemente, sus sustanciales 1963 8 7
7 17 2
reservas petrolferas explican algunos de estos xitos econmicos re- 1964 13 4
1965 25 6
lativos, pero no todos. Como ya he relatado con ms detalle en otro 9 20 30 2
lugar 66 , la comparacin con las economas de Argentina y Brasil, 1966 7 21 34 4
1967 18 17
similarmente bien situadas pero polticamente distintas, indican que 29 6
los factores polticos antes esbozados jugaron un papel importante. Total 189 256 332 42
La institucionalizacin de los controles autoritarios en los aos 30 y Fuente: Harvard Business School Multinational . . ..
40 permitieron posteriormente a las autoridades de Mxico llevar a emond Vernon. Los datos han sido propo . d Enterpnses ProJect, dmgido por Ray
rcwna os y organ d
cabo una serie de cambios adicionales de poltica ortodoxa para ajus- en ter for International Affairs Harvard U .
' "t
mvers1 y. Iza os por Lars H. Thunell, del.
tarse al final de la fase industrial ligera. La capacidad de amortigua-

65 Calculado en la United Nations Handbook of International Trade Statistics, diver-

sos aos.
66 Robert R. Kaufman, "Authoritarianism and Industrial Change in Mexico, Argenti-
67
Debe observarse ue in .
na, and Brazil", en Jos Luis Reyna y Richard S. Weinert, eds., The Sta te and Society in de los aos 70 parecen Jire~tamveernsamteerenlte, .las gdraves dificultades econmicas de mediados
' . actona as con el resurgnn t d .
Mexico (Filadelfia, Institute for the Study ofSocial and Humanitarian Issues, 1977). pol ttlcas bajo la administracin "reformista" de Echevarra. ten o e las prestones
228 ROBERT R. KAUFMAN CAMBIO INDUSTRIAL Y GOBIERNO AUTORITARIO 229
Brasil (crecimiento elevado, inflacin moderada: crisis aplazada). les, maquinaria y qumicas, las tasas de crecimiento de Brasil en esas
Brasil entr en los aos 50 con umr estructura poltica que comparta reas son sustancialmente superiores 68
tantas similaridades con Mxico como con sus vecinos ms abiertos Y Muchas de las limitaciones de este xito inicial parecieron deri-
populistas del sur. El legado del Estado Novo fue un estado fuerte Y var directamente del proceso electoral relativamente abierto de Bra-
centralizado que sigui ejerciendo un dominio severo sobre las orga- sil.
. Las autoridades brasileas, a diferencia de las mexicanas, mantu-
nizaciones laborales y que asumi un papel tutelar frente a una bur- vieron muchas de las medidas fiscales expansionistas caractersticas
guesa nacional relativamente dbil. No obstante, la competitividad de los aos 30 y 40, y no quisieron o no pudieron invertir las medi-
del sistema electoral brasileo entre 1945 y 1964 proporcion una das comerciales, que favorecan a los consumidores urbanos a expen-
mayor influencia a las fuerzas sociales populistas de la que exista en sas de los exportadores. Finalmente, adems, la competicin electoral
Mxico, situacin que impuso importantes limitaciones sobre algu?os t~vo influencias "corrosivas" en niveles ms fundamentales, permi-
aspectos de la toma de decisiones polticas brasilea. Esta combma- tiendo que los polticos populistas desafiaran el control del estado
cin de factores explica en gran parte las caractersticas "mixtas" de sobre las organizaciones de trabajadores y llevaran a Goulart a la
la realizacin econmica brasilea hasta 1964: una vigorosa expan- presidencia en 1961. El efecto acumulativo de estos factores fue
sin industrial durante la dcada de los 50 en un contexto moderada- haciendo surgir la inflacin; una reduccin en la confianza de los
mente inflacionario, seguida "tardamente" de una crisis econmica inversores directos y los acreedores externos; recesin, y un desafo
y una polarizacin poltica graves, que termin en la imposicin de creciente desde abajo 69
un gobierno B-A.
La promocin de bienes de consumo duraderos y, en segundo Argentina, Chile, Uruguay (crecimiento bajo, alta inflacin: estanca-
lugar, la profundizacin fueron evidentemente los principales moto- miento prolongado y crisis severa). Aunque de tamao y potencial
res del crecimiento brasileo durante ese periodo. A pesar de sus econmico muy diferentes, estos pases se parecan entre s en la
retricas nacionalistas y de las polticas fiscales poco ortodoxas, las relativa potencia de sus fuerzas sociales populistas y en la gravedad de
administraciones de Vargas y Kubitschek persiguieron esos objetivos la.s dificulta~es econmicas a las que se enfrentaron desde princi-
con considerable determinacin. Las comisiones mixtas pblicas Y pios de la decada de los 50. Argentina entr en este perodo con el
privadas que establecieron tenan la finalidad de coordinar la inver- rgimen autoritario populista de Pern intentando reinvertir la direc-
sin en varias ramas de bienes de produccin y bienes de consumo cin: estabilizacin, castigo severo a las organizaciones laborales y
duraderos. Con un apoyo poltico de alto nivel, esas comisiones pu- esfuerzo~ por atraer la inversin extranjera fueron las principales l-
dieron pasar por encima de la oposicin nacionalista Y pactar nego- neas pohtlcas entre 1951 y 1955. Estas medidas tuvieron algun xito
cios a largo plazo relativamente duraderos con empresas extranjeras. ~ corto ~lazo; pero redujeron tambin el apoyo a Pern de los traba-
Durante casi todo el perodo de la administracin Vargas, Y nueva- Jad~res sm acallar completamente las sospechas de los negocios inter-
mente en el perodo de Kubitschek, el ministerio de Trabajo sigui naclOnales, de la oligarqua exportadora ni de los militares conserva-
poniendo obstculos a un movimiento de trabajadores independien~e. dore~. El rgimen se desintegr en 1955; la siguiente dcada fue
Las huelgas se redujeron a un mnimo y se permiti que los salanos se.g~Ida por una serie de gobiernos civiles y militares polticamente
fueran por detrs de la productividad. Esta combinacin de rasgos deb!le~, nmguno de los cu~les fue capaz de contener los antagonismos
polticos, as como el gran tamao del mercado brasileo, atrajeron~ pretonanos entre las cornentes nacional-populistas peronistas los in-
las filiales extranjeras durante toda la dcada de los 50, lo que permi- ~ersores internacionales, los exportadores agrarios y las faccio~es mi-
ti una transicin relativamente tranquila de la inversin industrial litares en conflicto. Chile y Uruguay heredaron de las dcadas ante-
ligera a la pesada. En la vecina Argentina -pas con atractivos de 68
Entre 1950 y 1960, la produccin petroqumica brasilea aument casi un 6ooo,
mercado comparables pero con un clima poltico menos hospitala- mie~tr~s en Arge!lthl:a el ~~rement~ ~f!l del 88 OJo, Entre 1955 y 1960, la producci~
rio- la entrada de la inversin extranjera fue ms desigual, produ- brasile~a de m3;qumana metlica se triplico y la produccin de automocin se septuplic. En
cindose el impulso mayor alrededor de 1960, con el gobierno de Argentina, los mcrementos respectivos fueron del 76 y el120/0 Calculado de los datos de
la CEAL reunidos por Guillermo O'Donnell.
Frondizi (vase el cuadro 2). Aunque Argentina experiment en los 69
aos 50 un considerable crecimiento en la produccin de automvi- Vase Skidmore,Politics in Brazil, 1930-1964.
230 ROBERT R. KAUFMAN CAMBIO INDUSTRIAL Y GOBIERNO AUTORITARIO 231
riores unos sistemas ms institucionalizados y enormemente competi- gran aceleracin en inversiones pesadas se produjo slo a principios
tivos; sistemas stos que de muchos modos exponan a los que toma- de los 60, ms de una dcada despus del declinar de las textiles y
ban las decisiones a mayores presiones populistas todava. otras ramas industriales ligeras. .
Resulta significativo que incluso dentro de estos sistemas abier- Uruguay, falto de tamafio de mercado o ventajas polticas, per-
tos, la realizacin econmica pareciera correlacionarse inversamente maneci casi totalmente "pegado" al final de la fase inicial. Las cifras
con el flujo y reflujo de esas presiones. Hasta los afios 70, las ms medias del cuadro 1 tienden a disfrazar este hecho y a enmascarar los
graves dificultades de posguerra de Chile se produjeron con el rgi- mutables intercambios entre la poltica abierta y la expansin indus-
men de Carlos lbfiez (1952-1958), de "estilo peronista", cuando la trial. Entre 1950 y 1955, el sector manufacturero (en el que, como
altsima inflacin y la extensin de las revueltas en Santiago forzaron en otras partes, despuntaban los textiles y el procesado de alimentos)
la imposicin de un estado de sitio y un abrupto giro del gobierno creci vigorosamente en una tasa anual de casi el 7%. Despus de
hacia la derecha 70 La realizacin econmica mejor con Alessandri y 1955 la economa uruguaya se estanc, y durante los diez afl.os si-
Frei (1958-1970); recuperacin que se vio ayudada a mediados de los guientes el sector industrial creci en una tasa anual media de slo el
60 por el aumento de las ganancias por el cobre. Sin embargo, los 1 %. Los niveles de precios, que haban sido muy estables a princi-
precios nacionales tendieron a subir, y la manufactura se hundi pios de los 50, empezaron tambin a fluctuar ampliamente a partir de
repentinamente hacia la poca de la eleccin presidencial, cuando 1958, y en 1967la inflacin alcanz la cima del 136%.
cada una de las coaliciones gubernamentales se enfrentaba a una En Chile la realizacin econmica parece estar entre la de Uru-
creciente tensin interna y a la oposicin externa (vase la figura 3). guay Y Argentina; de nuevo una funcin de los recursos naturales y el
El peor perodo econmico argentino fue el de los afios 1958-1959, tamafio del mercado. Como ya observamos, el crecimiento econmi-
cuando Frondizi estaba buscando el apoyo electoral del movimiento c~ global chileno volvi a recuperarse en los afios 60; y en esa misma
peronista; y en 1962-1963, poco despus de perder el poder. Los decada Chile empez a montar automviles y a atraer algunas inver-
mejores afios fueron durante las fases ms ortodoxas del primer go- siones nuevas a varias ramas de la industria qumica. Sin embargo,
bierno peronista y su predecesor inmediato; y en 1960-1961, cuando como en los otros dos sistemas abiertos, los polticos chilenos no
Frondizi volvi la espalda a los peronistas, congel los salarios y abri fueron capaces de llegar a una frmula poltico-econmica que per-
la puerta al capital extranjero 71 Incluso en Uruguay, prcticamente mitiera una expansin econmica sostenida. De hecho una buena
estancado desde mediados de los 50, una breve recuperacin econ- ~arte de la historia poltica chilena en la poca de posguerra fue
mica se correlacion con la abolicin del ejecutivo colegiado y la Interpretada por los actuales gobernantes militares como una serie de
imposicin de un programa de austeridad de emergencia (vanse las "experimentos" fracasados en la bsqueda de esa frmula. El popu-
figuras 1 y 4 ). lismo sin reconstituir de Ibfiez fue abandonado a finales de los 50
Quizs aun ms importante que esas fluctuaciones a corto plazo incluso por los intelectuales y lderes polticos que lo haban apoya-
fue el contraste entre la realizacin global de estas medidas y la de los do originalmente. La aproximacin moderadamente conservadora.de
sistemas mexicano y brasilefio, ms cerrados y restrictivos. Argentina Alessandri careca del apoyo electoral suficiente. La frmula refor-
-el pas ms comparable en trminos de tamafio y potencial econ- mista moderada de Frei, caracterizada en parte por la estrategia de
mico- fue ms all de la fase industrial ligera en los afios 50, con expansin del mercado, fracas por las razones ya aludidas antes
grandes esfuerzos en la inversin en bienes de consumo duraderos y debilitando al centro poltico y contribuyendo a la eleccin de Allen~
algn crecimiento en las ramas de bienes de produccin. Sin embar- de. En otras palabras, en la poca de Allende, si no antes, la mayor
go, como ya observamos previamente, los movimientos en esas direc- parte de las "herramientas" disponibles para enfrentarse al inmovilis-
ciones fueron ms desiguales y errticos que en Brasil y Mxico. La mo poltico-econmico dentro de un contexto constitucional abierto
eran percibidas como "agotadas". Correcta o errneamente, el go-
70
Hirschrnan, Joumeys Toward Progress, pp. 210-20.
bierno autoritario represivo que reemplaz a Allende apareca como
71 la nica eleccin "racional" que quedaba.
Mallon y otros, Economic Policy-Making in a Conjlict Society. El crecimiento del
PNB fue extraordinariamente alto en 1964 y 1965; pero en realidad era la consecuencia de Es muy discutible, desde luego, esta lgica autojustificante, no
la recuperacin de la grave recesin de 1962-1963. slo en su aplicacin a Chile, sino tambin a otros gobiernos B-A. Por
 ROBERT R. KAUFMAN CAMBIO INDUSTRIAL Y GOBIERNO AUTORITARIO 233
232
una parte, los factores polticos explicaban slo una parte de Io.s polarizacin mayor y una versin mucho ms severa de gobierno B-A
xitos o fracasos econmicos antes descritos. En gran parte, la reali- en los aos 1966-1970. El hecho de que surgiera el rgimen bastante
zacin econmica estaba condicionada por factores nacionales e in- moderado de Ongana nos sirve de recordatorio de que el curso de las
ternacionales sobre los que los dirigentes polticos no podan ejercer cosas no est determinado con tanta claridad. El xito, estabilidad y
un control. Adems, est lejos de resultar claro que los gobiernos B-A grado de represin de los regmenes B-A sern conformados en parte
que han surgido puedan mejorar sustancialmente la realizacin de sus por factores y elecciones que no derivan necesariamente de un modo
predecesores. Sin embargo, incluso para los tecncratas y oficiales directo de los amplios modelos institucionales econmicos o polti-
militares que no estaban directamente vinculados con los intereses de cos. Sin embargo, en general parece plausible que, dentro del contex-
clases contendientes ' los modelos poltico-econmicos de los cinco to de desarrollo antes esbozado, probablemente las contradicciones
.
pases parecan apoyar la opinin de que los costos ~e la_ tolerancia. a sociales se acumulan con mayor intensidad en los sistemas competiti-
las presiones populistas haban aumentado; perspectiva esta que,. sm vos; y que cuanto ms profundas son las contradicciones, ms duras
duda, creci y se hizo ms fuerte entre los ejecutivos de las multma- son las respuestas autoritarias. La secuencia de acontecimientos que
cionales y las lites nacionales durante los aos 50 y 60. En algunos sigui al colapso del rgimen de Ongana est relacionada con este
aspectos es indiferente si estas opiniones eran valoraci?nes pre~isas de punto ms amplio: el resurgimiento de las presiones populistas y el
realidades causales, percepciones errneas de correlaciOnes accidenta- colapso subsiguiente de la economa Argentina trajeron una nueva
les o profecas que tienden a cumplirse por el hecho mismo de haber ronda de rgimen B-A, mucho ms duro, que volviera a poner al pas
sido planteadas: en los aos 60 estaban suficientemente enraizadas en "en lnea" con los otros pases del Cono Sur, en otros tiempos abier-
una base experiencia} y se haban convertido en "supuestos dados" de tos73.
la escena poltica y social. No es sorprendente, por tanto, que donde
el populismo ya haba sido parcial o totalmente suprimido hubiera
fuertes frenos a la relajacin de los controles polticos. Y en donde 3. LAS CONSECUENCIAS ECONOMICAS DE LOS REGIMENES B-A:
las fuerzas sociales populistas se haban fortalecido, la experiencia de UN ANALISIS DE LOS "CASOS DE EXITO"
estancamiento y crisis fue causa de poderosos incentivos para el esta-
blecimiento de regmenes que pudieran desenraizar a esas fuerzas del
cuerpo poltico.
Me veo tentado a concluir esta seccin con una proposicin Hasta qu punto han conseguido los regmenes B-A resolver las
final que da la vuelta a un argumento central en los textos "conven- contradicciones en las que nacieron? El colapso del gobierno de
cionales" sobre el desarrollo 72 Los regmenes B-A ms represivos Ongana en la Argentina, as como la continuacin de los problemas
parecen tener ms probabilidades de emerger en los pases en los que econmicos en Chile y Uruguay, son una indicacin segura de que la
los sistemas competitivos haban enraizado con fuerza en las primeras represin poltica no es garanta de xito econmico. Por otra parte,
fases del proceso de industrializacin. Al fin y al cabo, fue en Uru- se ha afirmado que, dadas unas condiciones econmicas y polticas
guay y Chile (los pases que tuvieron los primeros y ms instituciona- favorables, los regmenes B-A pueden ser el instrumento que convier-
lizados sistemas competitivos) en dond'e las amenazas, crisis y regme- ta en "virtuosos" los crculos viciosos del desarrollo. En relacin con
nes B-A resultantes fueron ms severos. En comparacin con estos, esto se ha puesto el nfasis en dos importantes proyectos de desarro-
los casos de Mxico y, ya desde nuestra perspectiva, Brasil parecen llo -posiblemente las ms nuevas y fundamentales de las opciones
ms suaves. No obstante, la experiencia de Argentina en los aos 60 antes tratadas-. Ya dijimos que O'Donnell pone de relieve la funcin
no se adecua muy bien a este esquema . Dado el poder histrico de potencial de los regmenes B-A de acortar los conflictos relacionados
las fuerzas sociales populistas en ese pas, hubiera sido de esperar una
73 Esta argumentacin ha sido esbozada con ms detalle en Kaufman, "Authoritaria-
72 Cf. Dahl, Polyarchy; Richard A. Pride, Origins of Democracy: A CrossNation~l nism and Industrial Change in Mexico, Argentina, and Brazil" y "Notes on tite Definition
Study of Mobilization, Party Systems, and Democratic Stability, Sage Profesional Papers m Genesis and Consolidation of Bureaucratic-Authoritarian Regimes", manuscrito sin publicar:
Comparative Politics (Beverly Hills: Sage Publications, 1970). 12 de marzo de 1975.
234 ROBERT R. KAUFMAN
CAMBIO INDUSTRIAL Y GOBIERNO AUTORITARIO 235
con la profundizacin 74 Por otra parte, Felix ha afinnado que el
impulso a las exportaciones de manufacturas se ha "producido inva- fiaron al alza Y la cada de esos regmenes. Se aceleraron realmente
riablemente bajo la gida de regmenes autoritarios y derechistas, esos procesos con los regmenes B-A? Se aceleraron en Argentina
antiigualitarios y fervientemente comprometidos con la promocin entre 1970 ~ 197.5, tras el colapso del gobierno de Ongana? Las
de la inversin nacional y extranjera, con incentivos extras a la inver- r~spuestas ~flr~ativas apoyaran la asercin de que las medidas pol-
sin destinada a la exportacin". Sugiere que las medidas polticas de ticas autontanas fonnan parte integral de estos modelos econmi-
estos regmenes "son una parte integral de las econmicas de este cos particulares. Aftadiran tambin credibilidad a los argumentos de
modelo .. .''75 carcter ms general que relacionan el gobierno B-A con los proble-
Ambos autores sugieren que Brasil es uno de los principales mas ms amplios de la "industrializacin avanzada" en Amrica Latina.
"casos de xito", y que el acelern ms breve de la expansin en la
Argentina de Ongana se puede considerar como una posible indica-
cin de una tendencia similar, aunque abortada. Todos los regmenes La profundizacin bajo el mando B-A en Brasil y Argentina
incluyeron entre sus objetivos la profundizacin y la diversificacin
de las exportaciones, y todos evidenciaron algn movimiento en esas ~~ una economa nacional razonablemente grande es una pre-
direcciones. Aunque el tamafto del mercado, las iniciativas de las co~dicin de la profundizacin, Brasil y Argentina eran los nicos
multinacionales y las condiciones del mercado mundial daban cuenta pai~e~ ~vanzad~s ~e Amrica del Sur en los que esta opcin era una
en parte, indudablemente, de ese movimiento, es posible que las posib~hdad, autentica. Los parmetros de tamafto ponan este objeti-
seguridades de predecibilidad y estabilidad de esos regmenes fueran vo mas ~lla d~l alcance de los gobiernos de Uruguay y Chile, aunque
condiciones necesarias para ambos proyectos. los func10nanos B-A de este ltimo pas repitieron ocasionalmente la
Sin embargo, con el examen ms atento de ambos casos surgen retrica ?e sus vecinos ms grandes. Por otra parte, Brasil y Argentina
algunas dudas con respecto a esa prposicin. Cada uno de los gobier- era~ paises grandes, con razonables aspiraciones a una hegemona
nos, as como los de Uruguay y Chile, estaba atenazado por muchas regional. Las autoridades B-A de estas naciones, como algunos de sus
de las tensiones e incertidumbres que acosaron a sus predecesores, y predecesores, consideraban que el desarrollo de la industria de bienes
ninguno se movi con una determinacin unilateral hacia un objetivo de ?roduccin era un rasgo realista y esencial de estas aspiraciones
de desarrollo (mico y decisivo. Adems, al menos hasta finales de los nac10n~les. Depende en gran parte de la perspectiva adoptada el que
60, una gran parte del "milagro" brasilefto era atribuible a una mayor se consid~~e que la realidad ha annonizado, o no, con esa retrica. En
utilizacin de la capacidad existente de bienes de consumo durade- comp~rac;on c?n las administraciones anteriores, con estos gobiernos
ros. Y ambos pases, como ya he sugerido, se beneficiaron enorme- se registro algun progr~s? en esta direccin. Al mismo tiempo, este
mente de la prosperidad internacional de la era del Vietnam. Esta- progreso no parece suficiente para satisfacer las necesidades de una
mos tratando realmente, por tanto, de gobiernos parcialmente res- economa en rpido crecimiento. Ms adelante consideramos con de-
ponsables de haber dado nuevos e importantes impulsos al desarro- talle cada una de estas perspectivas.
llo? Hasta qu punto el cambio que se produjo puede ser atribuible En primer lugar, el mando B-A en Argentina y Brasil coincidi
realmente a las estructuras y medidas polticas de esos gobiernos, y con una reanudacin y aceleracin de la tendencia hacia una indus-
hasta qu punto el cambio se habra producido de cualquier modo trializacin en gran escala, que se haba iniciado en los aftos 50, pero
como consecuencia de las fuerzas de inversin y comercializacin se haba estancado a principios de la siguiente dcada. Esto se puede
autnomas y externas? ~er con mayor claridad en el caso de la inversin extranjera, la cual,
Aunque no podemos dar aqu una respuesta concreta a esas JUnto con el propio estado, era la fuente ms importante de tecnolo-
preguntas, puede ser de utilidad el examen de los cambios en la ga Y capital de la industria pesada. Al menos tres fuentes de datos
profundizacin y en las exportaciones de manufacturas que acompa- revelan el mismo esquema de movimiento hacia arriba de la inversin
extranjera en unos aftos tras los golpes B-A: el examen de la Harvard
74
O'Donnell, "Reflexiones". Busi~ess School sobre las nuevas filiales extranjeras; la compilacin
75
Felix, "Techonological Dualism in Late Industrializers", p. 226. de O ~onnell so?re el valor en dlares de todas las entradas de capital
extranJero; y mi propia compilacin sobre el valor en dlares de la
236 ROBERT R. KAUFMAN CAMBIO INDUSTRIAL Y GOBIERNO AUTORITARIO 237
76
inversin estadounidense en equipo y fbricas industriales En Bra- haba crecido a ms del 30% de la inversin en activo fijo bruta,
sil, el tipo de inversin que he mencionado en ltimo lugar despeg mientras que la de la automocin haba descendido a aproximada-
literalmente despus de 1967-1968, sobrepasando los niveles alcanza- mente el 12% 8 ?
dos con Kubitschek y distancindose mucho de la Argentina poste- Los datos de la Harvard Business School sobre Argentina, aun-
rior a la cada del gobierno de Ongana en 1970. que incompletos, sugieren una situacin similar. Entre 1959 y 1961,
Los datos de produccin de ambos pases muestran un modelo ms de una cuarta parte (el 26% ) de las nuevas filiales extranjeras se
similar de recuperacin y aceleracin, concentrndose primordial- dedicaba a las ramas de automocin, mientras el 21 % se dedicaba a
mente en el sector de bienes de produccin. Tras ir rezagada con la produccin qumica. Entre 1966-1967, la parte de la automocin
respecto a otras ramas industriales durante gran parte de los aos 60, haba declinado a slo un 8 % , mientras las industrias qumicas ha-
la industria brasilea de bienes de captal reemplaz a los bienes de ban crecido hasta el 28% . No se dispone de los datos sobre inver-
consumo duraderos en cuanto a fuente principal del crecimiento in- sin estadounidense para los aos 1968-1970. No obstante, la infor-
dustrial a principios de la dcada de los 70. De 1969 a 1972 (la fase macin sobre las veintitrs filiales europeas establecidas en aquellos
ms represiva del rgimen B-A brasileo) el sector de bienes de capi- aos indica una desviacin aun ms fundamental. Casi la mitad
tal se extendi en una tasa anual (19.3 /0 ) que casi doblaba el incre- (48 /o) de esas filiales se dedicaba a la industria qumica, mientras
mento del 10% anual de la totalidad de la industria". Desde 1967 a slo una estaba en la automocin 81 En resumen, el nuevo paso ade-
1970, las industrias qumicas, de metales bsicos y de maquinaria de lante de la industrializacin en ambos pases no fue una simple acele-
la Argentina tuvieron unas tasas medias de crecimiento del 1O% o racin de las anteriores tendencias, sino que en cierto grado signific
ms, lo que estaba por encima de las tasas del 6 al 7 % conseguidas en un cambio decisivo de carcter y direccin.
la primera mitad de la dcada de los 60, y eran sustancialmente ms Con todo, la evidencia sobre la integracin vertical de la estruc-
altas que los incrementos globales de la produccin manufacturera 78 tura industrial debe verse aun desde otro ngulo, el cual sugiere la
La tesis de profundizacin se ve apoyada tambin por las com- necesidad de una cuidadosa cualificacin de la tesis de la profundiza-
paraciones entre los florecimientos industriales de finales de los 60 y cin. Aunque la inversin en bienes de produccin creci sustancial-
los que se produjeron con Kubitschek y Frondizi. Aunque cada acele- mente sobre los niveles pasados, el crecimiento en este rea iba por
rn de la industrializacin inclua tanto bienes de produccin como detrs de las necesidades nacionales globales. Los coeficientes brasile-
bienes de consumo duraderos, la mayora de los textos que estudian os de importacin se elevaron agudamente en prcticamente todas
el caso ponen un nfasis poderoso en el hecho de que, a finales de los las ramas importantes de bienes de produccin en los aos siguientes
60, el predominio se haba desviado hacia las ramas industriales ms a los golpes B-A, y Argentina sigui un modelo comparable aunque
"bsicas" 79 algo menos pronunciado 82 Adems, en ambos pases se elevaron
Algunas referencias breves a los datos del resumen bastarn co- agudamente los dficits de cuentas corrientes, alcanzando en
mo ilustracin de este punto. Entre 1955 y 1960, la automocin era 1970-1971 niveles de aproximadamente 500 millones de dlares. En
responsable de casi el 17 %de toda la inversin en activo fijo bruta Brasil, las importaciones de maquinaria, derivados del petrleo y fer-
en la manufactura de Brasil, cifra que slo es ligeramente inferior a tilizantes se doblaron entre 1968 y 1973 8 3 ; y en 1972. mucho antes
las de la qumica, metales bsicos y maquinaria combinadas (18 % ).
En 1970, en cambio, la parte combinada de las ltimas tres ramas 8
Calculado de los datos de Suzigan y otros, Crescimento Industrial no Brasil, p.
121.
81
76 Harvard Busines School Multinational Enterprises Project, dirigido por Raymond Harvard Business School Multinational Enterprise Project, dirigido por Raymond
Vernon. Estos datos han sido reorganizados y proporcionados por Lars H. Thunell, Center Vernon. Las proporciones de la inversin europea y estadounidense en automocin y qumi-
for International Affairs Harvard University. O'Donnell, "Reflexiones"; datos de Kaufman, cas han sido similares en los aos anteriores.
del departamente de Co~erico de E.E.U.U., Survey o[Current Busines, varios aos. 82
Ayza y otros, Amrica Latina: Integracin econmica y sustitucin de importacio-
77 Suzigan y otros, Crescimento Industrial no Brasil, p. 117. nes; Wilson Suzigan y otros., Crescimento industrial no Brasil (Ro de Janeiro: IPEA/INPES,
78 Calculado de datos de la CEAL, proporcionados por Guillermo O'Donnell.
1974), p. 140; Jos Serra, captulo IV de este volumen.
83
79
Datos presentados por Fernando Henrique Cardoso, "Estadizacio e autoritarismo
Vase la Nota 41. esclarecido: Tendencias e limites", documento sin publicar, Sao Paulo, 1975, p. 3.
238 ROBERT R. KAUFMAN CAMBIO INDUSTRIAL Y GOBIERNO AUTORITARIO 239
de que la crisis del petrleo golpeara al Tercer Mundo, el dficit de la Finalmente, debe observarse que O'Donnell no sugera que las
cuenta corriente brasilea haba alcanzado 1.400 millones de dla- medidas de profundizacin B-A resolveran de hecho los problemas
res84. de endeudamiento y dependencia, sino ms bien que esas dificultades
Los crditos a corto y medio plazo y los prstamos externos en seran transplantadas a una nueva escena estructural.
cartera eran los mecanismos principales para cubrir esos dficits Y Sin embargo, el concepto de profundizacin no debe oscurecer
financiar las crecientes necesidades de importacin. Entre finales de el hecho de que el compromiso de los gobiernos B-A con el desarrollo
los aos 50 y 1971, la financiacin externa haba doblado su parte de de un sector industrial verticalmente integrado fue parcial en la ma-
las entradas totales de capital extranjero, al tiempo que la inversin yora de los casos; a menudo se dejaba de lado en favor de otros
directa se reduca en la misma proporcin 85 . A pesar de los enormes objetivos ms "convencionales", como el estmulo a la importacin
dficits por cuenta corriente, esta entrada de crditos permiti unos de los suministros necesarios para la expansin de las empresas pbli-
excedentes bastante grandes de la balanza de pagos a finales de los 60 cas y privadas existentes. Debe quedar bien claro que la expansin de
y principios de los 70, en parte como resultado de la confianza que el la industria pesada que se produjo en Argentina y Brasil no implic,
nuevo rgimen inspiraba entre los acreedores internacionales. Sin em- en un sentido absoluto, espectaculares "avances" en la reduccin de
bargo, se debe poner de relieve que lo que actu como sostn princi- la vulnerabilidad de esos pases frente al entorno econmico externo.
pal del florecimiento econmico fue la disponibilidad de crditos a la
importacin en la misma medida que la expansin de la capacidad
industrial. En 1976, la deuda externa brasilea se calculaba en casi La promocin de las exportaciones industriales ________ _
30.000 millones de dlares, siendo una de las ms altas del mundo 86 .
A buen seguro que hay que ser muy precavidos para sacar de- Cualquiera que fuese el compromiso de los gobernantes B-A con
ducciones de tal informacin. Por ejemplo, las alzas en los coeficien- la expansin de una base de bienes de produccin, su objetivo pri-
tes de importacin antes anotados son en parte el resultado de la mordial no era una economa industrial independiente, sino una ms
recuperacin de las drsticas restricciones a la importacin que impu- abierta, en la que la financiacin de las continuas necesidades de
sieron los gobiernos argentino y brasileo como secuela de las crisis importacin fuera satisfecha por una mayor flexibilidad y diversidad
previas de la balanza de pagos de principios de los 60. En cierta en el sector exportador. Como ya hemos visto, la promocin y diver-
medida, por tanto, estos incrementos reflejan la vueltllc a unos niveles sificacin de la exportacin no impiden el crecimiento de los dficits
ms "naturales" de entradas de importaciones, que eran coherentes comerciales ni los aumentos de los niveles de la deuda externa. Ms
con las necesidades globales de una economa creciente. Debe poner- que el de la profundizacin, este objetivo constituy probablemente
se de relieve, adems, que a finales de los 60 o principios de los 70 los el aspecto ms nuevo y general de las estrategias B-A de desarrollo. El
gobiernos de Argentina y Brasil instituyeron medidas destinadas a objetivo no era una estructura industrial ms autrquica, sino una
proteger al sector nacional de bienes de produccin frente a la que resultara ms competitiva internacionalmente, que redujera la
competicin externa. Y, como ya hemos visto, aument la capacidad vulnerabilidad externa y dejara aseguradas las necesidades de equipo
de esas industrias. Por tanto, a pesar de la evidencia de crecientes y capital tanto por una mayor capacidad exportadora como por me-
dificultades externas -que, despus de todo, al menos parcialmente dio de un incremento de la capacidad nacional. Albert Fishlow,
eran el resultado de factores exgenos, como la crisis del petrleo-, David Felix y otros han identificado ya este rasgo como uno de los
bien pudiera afirmarse que haba aumentado la capacidad "neta" de centrales del modelo brasileo87 . Evidentemente, tena aun ms sen-
Brasil de enfrentarse a tales problemas. tido en los pases con pequeos mercados nacionales, como Uruguay
84 Datos de las cuentas corrientes de la CEAL, Economic Survey for Latn America,
1973, pp. 20-21.
85 Calculado segn los datos del Central Bank, tal corno se inform en elEconc;Jmic 87 Felix, "Technological Dualisrn in Late lndustrializers"; Albert Fishlow, "Foreign
Unit Inte/ligence Report-Brazil, mayo de 1961 y aos subsiguientes. Trade Regirnes and Econornic Developrnent, Brazil". Preparado corno un documento de
86 New York Times, 28 de marzo, 1977, p. 43.
fondo para la reunin del 8 de abril de 1975 del Survey Discussion Group on lnternational
Aspects of Brazil's Developrnent, Council on Foreign Relations.
240 ROBERT R. KAUFMAN
CAMBIO INDUSTRIAL Y GOBIERNO AUTORITARIO 241
y Chile. Y, como dijimos en la primera seccin, todos los regmenes
B-A que estamos tratando parecieron perseguir este objetivo mediante dad de las exportaciones uruguayas en 1976 88. Estos tres aos de
una gran variedad de instrumentos polticos: devaluacin, subsidios y avances en la exportacin no significan necesariamente una tendencia
descuentos a los productos exportados, el establecimiento de nuevas a largo plazo; est lejos de resultar claro que Chile o Uruguay sean
agencias burocrticas o la reorganizacin de las existentes, con el fin capaces de mantener el impulso exportador que era evidente a media-
de ayudar a los exportadores a abrir nuevos mercados. dos de los 70. Sin embargo, los datos disponibles sobre los dos pases
Los datos presentados en el cuadro 3 sugieren que con el adveni- B-A ~s pequeos al menos no son incoherentes con las hiptesis
miento de los gobiernos B-A se asocia un avance importante en las que vmculan la diversificacin de la exportacin con los regmenes
B-A.
exportaciones industriales. Durante la segunda mitad de los aos 60,
la exportacin de manufacturas en Argentina y Brasil aument sus- Finalmente, una desglobalizacin de los datos sobre exportacin
tancialmente con respecto a los niveles anteriores, tanto en propor- d~ manufacturas sugiere algunos caminos interesantes para la explora-
cin con las exportaciones totales de cada pas como en proporcin CIn de esta vinculacin. Como era de esperar, en los pases ms
con la totalidad de las exportaciones industriales de Amrica Latina. pequeos la masa principal de las nuevas exportaciones fue generada
Aunque Brasil es el pas en el que este fenmeno se ha identificado por ~as industrias ligeras o por el procesado de los recursos naturales,
ms comnmente con un rgimen B-A, se debe observar que la diver- relativamente ~bundantes. En Uruguay, slo las textiles y los produc-
sificacin de las exportaciones fue aun ms espectacular en la t~s de cuero dieron cuenta del 86% del crecimiento de las exporta-
Argentina de Ongana. En la primera mitad de los aos 60, apenas c~~nes de manufacturas en 1973-1974; en Chile, casi el80%proce-
crecieron en Argentina las exportaciones de manufacturas; en 1970 dw de los productos de papel derivados de las tierras boscosas del
aumentaron casi en un 170 Ofo con respecto a los niveles de 1965. sur. Posi~lemente los dos tipos de productos ofrecan una ventaja
En el Mxico autoritario parece darse un esquema similar. Aunque c?mpa_ratlva como resultado del bajo costo del trabajo o de las mate-
las tasas de crecimiento de las exportaciones industriales mexicanas nas pnmas 89
van rezagadas con respecto a los dos pases de Amrica del Sur, las . _Esas industrias "tradicionales" tuvieron tambin un papel signi-
exportaciones mexicanas estaban ya muy diversificadas a principios f~catlvo en los pases ms grandes. Los alimentos procesados, por
de los aos 60 y an lo fueron ms en el curso de esa dcada. ejemplo, fueron particularmente importantes en Argentina en Brasil
Un tipo similar de aceleracin parece seguir tambin a los golpes lo fueron los textiles, los productos de piel y los muebles. E'n conjun-
B-A de Chile y Uruguay. Las exportaciones industriales de Chile to, l~s sectores manufactureros "tradicionales" dieron cuenta de
aumentaron en una media anual de casi un 111 % en los tres aos apro~Imadamente el 50 % del crecimiento de las exportaciones in-
siguientes al golpe; y la parte de productos industriales de las ventas dustnales en estos dos pases en los ltimos aos de la dcada de los
totales por exportacin pasaron en Chile del 6.1% de 1971 al 60. Hay que recordar, no obstante, que los productos industriales
15.8/oen 1976 (vase el cuadro 4). En Uruguay, las exportaciones ms complejos tambin fueron responsables del florecimiento de la
de manufacturas aumentaron casi un 50% en 1974, tras haber au- expo~tacin de es~os pases. El sector "metal-mecnica" -categora
mentado en una media del 15% en el perodo de 1969 a 1973. Los que mcluye a equipos de automocin y otros tipos de maquinaria-
datos sobre exportaciones uruguayas de manufacturas son incomple- fue ~esponsable de aproximadamente el 30 /0 del crecimiento en Ar-
tos a partir de 1974, pero las evidencias disponibles sugieren que la gentma, Y de ms del 40 % en Brasil 90 Mallon al examinar el caso
tendencia contina. La proporcin del ganado -el producto de ex- argen~ino, sugiere que este crecimiento puede s~r consecuencia de la
portacin "tradicional" del Uruguay- pas de las tres cuartas partes ventaja en cuanto a especializacin laboral y recursos tecnolgicos
de las exportaciones totales en 1973 a menos de la mitad en 1976.
Aunque los productos agrcolas siguieron constituyendo la masa prin-
.
88
Dat?s _de la Co~~sin Econmica para Amrica Latina, Uruguay, Separata del
cipal de las nuevas ventas de exportacin, el valor de los alimentos Estudio Econom1co de Amenca Latina, 1976 (E/CEPAL/1026/Add. 2), pp. 830-33.
procesados, los bienes de piel manufacturados y las exportaciones 89
Fue~t~: Com~sin Econmica para Amrica Latina, Las exportaciones de manufac-
textiles se haban elevado en 1976 a un valor de 93 millones de turas _en Amerz~a Latma: Informaciones estadsticas y algunas consideraciones generales
dlares, lo <lue representaba aproximadamente un 17% de la totali- (Santiago de Chile: E/CEPAL/L. 128, 22 de enero de 1976), pp. 73 y 79.
90
!bid., pp. 69 y 71.
 242 ROBERT R. KAUFMAN CAMBIO INDUSTRIAL Y GOBIERNO AUTORITARIO 243
que poseen los pases ms grandes dentro de los mercados latinoame-
CUADRO 3. Exportaciones de Manufacturas en Argentina, Brasil y Mxico
ricanos91. Sin embargo, se puede centrar una explicacin complemen-
taria ms directamente en el aumento de la divisin del trabajo den-
Cambio Porcentual Cambio Porcentual Las Manufacturas Las Manufacturas tro de los sistemas de produccin de las multinacionales. Por ejem-
Anual en las Expor- Anual en las Expor- comoo/ode como O/ode plo, una alta proporcin del comercio de automocin dentro de
taciones de taciones de todas las todas las Amrica Latina implica el transbordamiento de componentes entre
.Manufacturas Manufacturas Exportaciones Exportaciones
(1960-1965) (1966-1970) (1965) (1972) las filiales. Tambin es posible que Argentina y Brasil se estuvieran
incorporando a la prctica de las multinacionales de "transferir" las
Argentina 10.0 169.0 6.0 23.0 porciones de trabajo intensivo de sus procesos de produccin a pases
Brasil 68.0 80.0 8.0 20.0 del Tercer Mundo y reexportar el producto a los Estados Unidos o
Mxico 31.7 50.3 21.0 41.0 Europa.
Resto de Como dijimos en una seccin precedente, todo esto sugiere unas
Amrica Latina 74.0 66.0 posibilidades de alianza y conflicto intraindustrial bastante ms com-
Fuentes: Calculado a partir de los datos de: Comisin Econmica para Amrica Latina,
plejas de las que se pueden deducir de la tesis de profundizacin. Esta
Las exportaciones de manufacturas en Amrica Latina: Informaciones estadsticas y algunas ltima sugiere que los gobiernos B-A han buscado ante todo resolver
consideraciones generales (Santiago de Chile, E/CEPAL/L. 128, 22 de enero de 1976), pp. los conflictos entre las industrias bsicas dominadas por el extranjero
69, 71, 73, 75, 79. y la burguesa nacional, ms dbil, en las ramas tradicionales. El
modelo de exportacin implica escisiones que cortan la lnea, divi-
diendo a las empresas de la industria pesada y ligera orientadas inter-
nacionalmente con respecto a las empresas ms ampliamente relacio-
nadas con el mercado nacional. Mientras que la profundizacin impli-
CUADRO 4. Exportaciones de Manufacturas en Chile y Uruguay
ca un compromiso con una base industrial ms diversificada e inde-
pendiente, el modelo de exportacin tiene tendencia a una estructura
industrial ms especializada e internacionalmente competitiva: un
Cambio Porcentual Las Manufacturas proceso de "coordinacin" que amenaza a los productores de muchas
Anual en las Expor Cambio Porcentual como porcentaie ramas. De hecho, tanto en Brasil como en Argentina hubo debates
taciones de en las Exportaciones. de Todas las entre los partidarios de la profundizacin y los de la diversificacin
Manufacturas 1 de Manufacturas2 Exportacionei de exportaciones; y tales debates se pueden intensificar como conse-
(19691973) 1974 1975 1976 1971 1973 1976 cuencia de las dificultades externas a que se enfrentan actualmente
esos pases 92 .
Chile 14.0 225.3 85.8 21.7 6.1 3.6 15.8 Se necesitan nuevas investigaciones para entender lo que esto
Uruguay 15.0 47.0 * * * * * implica en cuanto a los orgenes y consecuencias de los gobiernos
Todos los otros
pases de Amrica
B-A. No obstante, nada de lo que hemos tratado hasta ahora propor-
Latina excepto ciona razones a priori que rechacen la proposicin de que el autorita-
Argentina, rismo puede facilitar la diversificacin de exportaciones. En los im-
Brasil, Mxico 27.0 36.0 * * * * * pulsos exportadores, al igual que en la profundizacin, probablemen-
te seguirn siendo grandes las divisiones entre las poderosas empresas
No se dispone de datos. extranjeras y las dbiles firmas nacionales; la predecibilidad poltica
1 Fuente: Calculado de los datos de: Comisin Econmica para Amrica Latina, Las
exportaciones de manufacturas en Amrica Latina: Informaciones estad(sticas y algunas
consideraciones generales (Santiago de Chile, EfCEPALfL. 128, 22 de enero de 1976), pp.
69, 71, 73, 75, 79.
91 Mallen y otros,Decision Making in a Conflict Society, pp. 82-85.
2 Fuente: oatos sobre Chile de la Comisin Econmica para Amrica Latina, Chile, 92 Por ejemplo, Review of the RiverPlate, 21 de septiembre de 1968, pp. 417-25.
Separata del Estudio Econmico de Amrica Latina, 1976 (E/CEPAL/1026/Add. 1), 9. 334.
 CAMBIO INDUSTRIAL Y GOBIERNO AUTORITARIO 245
244 ROBERT R. KAUFMAN
la dcada de los 70 podran ser comparables con esos cambios decisi-
puede ser aun ms importante; y son aun mayores las demandas de vos anteriores. La Argentina de Ongana parece moverse en direccio-
disciplina sindical y bajo costo del trabajo. De todos modos, en los nes similares.
casos que hemos examinado la apertura internacional de unas eco~o
Profundizacin y exportaciones industriales en ausencia
mas industriales, antes cerradas y protegidas, parece haber temdo
"correlacin" con la institucin de rdenes polticos ms cerrados Y de un rgimen B-A: Argentina, 1970-1976
represivos. En Argentina, entre 1970 y 1976, una sucesin de administra-
Bastan estas "correlaciones" para garantizar la conclusin ms ciones militares y peronistas intent remediar algunos de los desequi-
gener~l de que los gobiernos B-A estuvieron relacionados con los librios sociales y polticos que se haban acumulado en el gobierno de
cambios econmicos "ms importantes"? Nuevamente hemos de Ongana, sin abandonar necesariamente sus objetivos prioritarios con
subrayar los lmites de los cambios en la profundizacin y la diversifi- respecto al desarrollo de las exportaciones industriales y los bienes de
cacin de exportaciones, incluso en los casos de rgimen B-A de ms produccin. Para nuestros propsitos, los esfuerzos de esas adminis-
xito. Los dos tipos de cambio se acompaaron de medidas Y proce- traciones se producen en un tiempo y lugar particularmente tiles,
sos econmicos ms convencionales: confianza en los prstamos ex- pues nos proporcionan una oportunidad nica para distinguir el im-
ternos, expansin de los bienes de consumo duraderos, etc. Y ningu- pacto B-A sobre la economa con respecto al de otros factores que
no de ellos implic reducciones cualitativas en cuanto a la dependen- posiblemente contribuyeron a los cambios antes descritos. Por una
cia externa. parte, podemos comparar las realizaciones de las administraciones
En Brasil y Argentina, si no tambin en Uruguay y Chile, d~ntro posteriores alB-A con las del mismo Ongana: dos tipos de regmenes
de este marco de referencia de continuacin de la dependencia, el actuando dentro de parmetros nacionales idnticos. Al mismo tiem-
advenimiento del rgimen B-A parece coincidir con importantes cam- po, puesto que la reapertura de la poltica argentina se produjo simul-
bios econmicos. Como ya he sugerido, el ms nuevo y general de tneamente con una de las fases ms represivas del autoritarismo
stos fue el movimiento hacia la diversificacin de exportaciones, brasileo, la comparacin entre naciones nos permite "dejar cons-
proceso que, al menos potencialmente, estaba tambin al alcance de tancia" de algunas de las fuerzas internacionales que operaron simul-
los gobiernos B-A tanto de los pases pequeos como de los grandes. tneamente en cada pas.
En los pases ms grandes se produjo tambin una aceleracin del A pesar de la publicidad sobre actividades guerrilleras y del
crecimiento de la industria pesada, aunque no se llevara a cabo con catastrfico ao final de Isabel Pern, la poltica argentina de princi-
algunas de las connotaciones ms espectaculares de la profundiza- pios de los 70 pareca contener algunas promesas. Las administracio-
cin. A estos cambios hemos de aadir la mencin de algunos otros nes de Levingston y Lanusse adoptaron medidas ms relajadas con
que, a pesar de no haber sido tratados antes, tiene~ relev~ncia para la respecto a los trabajadores, y ms favorables para la burguesa nacio-
argumentacin general: el crecimiento del comerciO agncola en Bra- nal. No obstante, tanto ellos como sus seguidores peronistas conti-
sil, por ejemplo, o la expansin y concentracin de la banca indus- nuaron revelando un poderoso compromiso retrico ante las exporta-
trial en Argentina y Brasil. ciones industriales; y todos buscaron para el capital extranjero un
El que estos cambios, tanto separados como en combinacin, se papel que, aunque reducido, segua siendo importante y provechoso.
caractericen como "fundamentales" o insignificantes depender en El tema principal de esta era fue el de conciliacin de clases ms que
gran parte tanto de los propsitos tericos del observador como del el del conflicto; tema ste expresado ms explicitamente por el pacto
anlisis emprico en s. Es evidente que no son de carcter ms revo- social peronista de 1973, basado en la suposicin de que las mutuas
lucionario que los que se haban producido en dcadas anteriores: el limitaciones por parte de trabajadores y capitalistas conducira a una
alejamiento del crecimiento orientado a la exportacin durante la era situacin de suma expansin de la que los dos lados saldran ganan-
de la depresin o el declinar de las oportunidades de la industria do 9 ~ Adems, en general, la economa argentina pareca ir relativa-
ligera en los aos 50. Sin embargo, esas fechas anteriores parecen
tiles para la designacin de los cambios decisivos de la historia pol- 93
Vase Robert L. Ayres, "The 'Social Pact' as Anti-Inflationary Policy: The Argen-
tico-econmica de Amrica Latina. La combinacin de cambios eco- tine Experience since 1973", World Politics, Vol. 28, julio de 1976, nm. 4, pp. 473-502.
nmicos en Brasil en los ltimos aos de la dcada de los 60 Y en
 CAMBIO INDUSTRIAL Y GOBIERNO AUTORITARIO 247
246 ROBERT R. KAUFMAN
e~tranjera. El resultado es nuevamente conocido: una fuerte reduc-
mente bien hasta 1974. A pesar del crecimiento de la inflacin y de Clon de la .cantidad de inversin extranjera que entra en el pas" 96
las huelgas, durante esos aos el PNB aument en una tasa media del ~stas ~uest10~e~ s~ plant~an aun ms claramente en las palabras de un
4.4 %, y el sector manufacturero creca en una tasa anual de un fmanc1ero bntamco, reimpresas en la revista a mediados de 1972
7 Ofo .94 Merece la pena citarlas con alguna extensin: 97
No deseo, claro est, subestimar las dificultades que acompaa- "No hace mucho tiempo, en la City no se pensaba en Brasil
ron a este proceso, y aun menos la prctica desintegracin sociopol- pero ahora se habla continuamente del florecimiento econmico d~
tica a que haba llegado Argentina en 1975-76. La cuestin es que ese pas. Se ~: considera como el pas latinoamericano del futuro ...
Ongana no fue reemplazado por una demagogia catica ni por un Per~ la ~~est10n a la que nunca se ha respondido satisfactoriamente
nacional-populismo sin reconstituir, sino por una serie de administra- es s1. el ex1to econmico continuar cuando el gobierno tecnocrtico
ciones militares y civiles que, en la superficie, parecan esforzarse por brasde~? relaje su rgido control sobre el pas y permita a toda la
encontrar una alternativa razonable al modelo B-A. poblacwn tomar parte en la marcha del estado"
En este contexto, las tendencias anteriores a la profundizacin "Por ?tra parte, hace no mucho tiempo Ar~entina era considera-
parecen detenerse abruptamente. Las cifras desglobalizadas de varias da en, la Clt~ como un pas adecuado para la inversin, pero ahora se
ramas manufactureras, presentadas en el cuadro 5, indican lo sensi- lo e.sta considerando como un ejemplo de pas aquejado por pertur-
bles que eran estos sectores a los cambios que se producan en la bacwnes econmicas y polticas. Actualmente Argentina est sufrien-
arena poltica argentina. Slo la rama de maquinarias sigui bien en do .de un~ balanza de pagos adversa, una inflacin del SO% , un
los aos 70. Las ramas qumicas y de metales bsicos, lderes en los antlgu? d1ctad~r que v~:e en ~~drid y hace todo lo que puede por
ltimos aos de la dcada de los 60, quedaron muy por detrs del destrmr cualquier solucwn pohtlca y un presidente que desesperada-
sector manufacturero como totalidad en el periodo entre 1970 y mente trata de encontrar una respuesta a lo que parece insoluble".
1973, precisamente en los mismos aos en que la industria brasilea Excede .a mi ~ropsito el examinar con detalle el modo en que
de bienes de capital estaba alcanzando tasas medias de crecimiento de esas pe~c~pc1ones mteractuaron con la poltica gubernamental para
casi un 20% . Mientras la inversin extranjera a Brasil sigui crecien- p~oducrr el colapso poltico-econmico final a mediados de los 70.
do rpidamente despus de 1970, disminuy agudamente en Argenti- Sm ~mbargo, la discusin precedente basta para subrayar la impor-
na (vase las figuras 1 y 2 y el cuadro 2). tan~~~ que ~aban los grandes inversores a la predecibilidad de la
Las pginas de la Review of the River Plate, una revista argenti- poh~1ca nac.wnal.. Indica tambin un nivel relativam~nte bajo de tole-
na de negocios de orientacin internacional, nos proporcionan una rancla a l~s mcer~1dumbres relacionadas con los intentes de Argentina
til percepcin del modo en que interpretaban este declinar los inver- de ne~oc1ar un Sistema poltico ms integrado y consensual. Las com-
sores mismos. Los comentarios de los dirigentes comerciales, editoria- ~aracwnes de este perodo con el de Ongana y los gobiernos brasile-
les y artculos ponan de relieve una creciente "falta de confianza" nos,. por otra par~e, par~cen garantizar la deduccin de que estos
relacionada con la relajacin de los controles polticos establecidos gobiernos B-A se d1ferenc1aron por proporcionar lo que los inversores
por Ongana. A principios de 1970, una editorial del River Plate se en gra~ escala consideraban como un clima inversor apropiado. En
quejaba "del .estado de desilusin que aflija a muchas personas del ausencia de controles autoritarios fuertes y derechistas (pero mucho
mundo de los negocios", lamentndose de que haban desaparecido antes de que Pern o las guerrillas se hubieran convertido en amena-
las "grandes esperanzas que haban predominado en los primeros zas cre~les), ni siq~iera lo~ sucesores militares de Ongana, relativa-
meses de 1969" 95 Al ao siguiente, antes de la polarizacin de me- mente. respetables , pod1an proporcionar esas seguridades. Y en
diados de los aos 70, E. M. Margan, presidente de la American ausencia de ta 1 ~s seguridades, ni el tamao del mercado argentino, ni
Chamber of Commerce, observaba lo siguiente: "los cambios en las
reglas del juego tuvieron lugar en varias reas relativas a la inversin
96
. E. M. Morgan, discurso ante la American Chamber of Commerce Review o{ the
RJVer Plate, 13 de julio de 1971, p. 38. '
97
94 Calculado de la Economic Survey for Latin America, varios aos. Earl Cowley, Speech to the British House of Lords Review of the River Plate 29
de febrero de 1972, p. 250. ' '
95 Review ofthe RiverPlate, 10 de enero de 1970, p. 16.
248 ROBERT R. KAUFMAN CAMBIO INDUSTRIAL Y GOBIERNO AUTORITARIO 249
los beneficios que se podan obtener en una economa en expansin CUADRO 5. El Crecimiento de las Industrias de Bienes
general ni la dinmica de la competicin multinacional eran suficien- de Produccin en Argentina
tes para impedir una reduccin de las tasas de inversin extranjera o
de la produccin industrial pesada.
En contraste con las ramas industriales bsicas de la economa, 1967 1968 1969 1970 1971 1972 1973
las exportaciones de manufacturas no revelaron una vulnerabilidad
Qumicas -1.7 23.2 10.9 13.3 7.8 3.7 2.5
tan extrema a las vicisitudes de la poltica nacional. Por el contrario, Metales, exclui-
la tendencia a la diversificacin de la exportacin se aceler aun ms 0.7 25.6
da maquinaria 16.6 11.3
rpidamente a primeros de la dcada de los 70 en comparacin con el Metales bsicos 14.4 10.1 5.5 0.4
perodo de mediados de los 60; lo que es un reflejo, entre otras cosas, Equipo y maqui-
de la expansin de las oportunidades ofrecidas por el mercado comn naria metlica 4.5 9.6 15.1 14.1
latinoamericano y la inflacin internacional de precios de 1973-1974. Papel y celulosa 8.5 4.7 -0.7 -1.1
Como ha sealado Albert Hirschman con relacin a Colombia 98 , por Sector manu-
tanto los gobiernos B-A no parecen ser esenciales para el xito del facturero 0.0 7.9 7.3 6.0 7.1 7.2 6.8
impulso de la diversificacin de la exportacin. Una gran parte de Fuente: U.N. Economic Survey for Latin America, varios aos.
esta expansin se hubiera podido producir de cualquier modo, inclu-
so sin la dura imposicin de los controles autoritarios.
Sin embargo, el examen ms atento de la Argentina posterior a
1970 sugiere que el rgimen B-A contribuy parcialmente a ese pro-
ceso, al menos dentro de los casos que estamos examinando. Aunque CUADR06. Valor de las Exportaciones Manufacturadas
los dirigentes polticos y de los negocios siguieron expresando des- (en millones de dlares)
pus de 1970 una satisfaccin general por las exportaciones argenti-
nas, las quejas por la sobrevaluacin de la moneda y la inquietud
laboral empezaron a aparecer de modo familiar en la prensa argentina 1969 1970 1971 1972 1973 1974 1975
de aquella poca. Se inform, por ejemplo, de que una larga huelga en
Argentina 387 420 442 588 978 1400 1000
la plmta acerera Acindar haba sido la causante de que las exporta-
Brasil 426 580 729 1055 1672 2534 2900
cior es de acero laminado se hubieran reducido en un tercio en Mxico 368 444 510 731 1200 1620 n.a.
19't0 99 Adems, en 1971-1972, mientras Argentina estaba aun bajo
\' .1 gobierno militar, la expansin de las exportaciones manufactura- Fuente: Calculado a partir de los datos de la Comisin Econmica para Amrica Latina,
las qued bastante retrasada con respecto a Brasil y Mxico, pases Las exportaciones de manufacturas en Amrica Latina: Informaciones estadsticas y algunas
consideraciones generales (Santiago de Chile, EJCEPAL/L. 128, 22 de enero de 1976), p. 63.
que en esos mismos aos doblaron sus ventas.
El cuadro 6 presenta un cuadro comparativo aun ms amplio de
la exportacin en los aos 1969-1975, que indica claramente que el
impulso argentino no fue tan impresionante como pareci a primera vista. Aunque los tres pases iniciaron la dcada con ventas por ex-
portacin aproximadamente iguales, en 1974 Argentina se haba que-
dado muy atrs. Las ventas por exportacin de manufacturas en
98 Brasil en 1974 (2.500 millones de dlares) eran casi un 70 % superio-
Albert O. Hirschman, "The Turn to Authoritarianism in Latin America and the
Search for its Economic Determinants", en este volumen. ("El cambio al autoritarismo en res a las de la Argentina. Entre 1970 y 1974, las exportaciones argen-
Amrica Latina y la bsqueda de sus determinantes econmicos").
99
tinas a los mercados competitivos de Europa y Amrica crecieron en
Review ofthe River Plate, 11 de noviembre de 1970, p. 806. Tambin los nmeros
subsiguientes: 13 de octubre de 1970, p. 577; 31 de marzo de 1971, p. 545; 30 de abril de una tasa media del 30% , frente al 49% de Mxico y el 40% de
1971, p. 607; 21 de mayo de 1971, p. 726; 10 de agosto de 1971, pp. 211-12; 20 de febrero Brasil. Debe observarse que estas cifras no incorporan los resultados
de 1973, pp. 224; 30 de septiembre de 1974, p. 473; 31 de octubre de 1974, p. 619. de la desastrosa cada poltica y econmica de 1975. Si se tiene en
250 ROBERT R. KAUFMAN
CAMBIO INDUSTRIAL Y GOBIERNO AUTORITARIO 251
cuenta ese afio las diferencias son aun ms espectaculares. Las expor- nell, he examinado la proposicin de que estos problemas de transi-
'
taciones industriales ' .
argentinas cayeron durante ese afio en termmos cin proporcionan una til explicacin de "primer orden" sobr~ la
absolutos, mientras que las de Brasil siguieron creciendo hasta un tendencia contempornea a los regmenes B-A, por lo que constitu-
nivel casi tres veces superior al de su competidor de Amrica del Sur. yen un buen punto de partida para un anlisis comparativo de sus
El 19% de tasa de crecimiento anual de Argentina para todo el pe- similitudes y diferencias.
rodo 1970-1975 era slo la mitad del conseguido en el Brasil autori- Esta proposicin se vio muy favorecida por .la repentina, ~asi
tario. concurrente, "erupcin" del autoritarismo derechista en Ar?entm?,
Estas consideraciones no deben oscurecer el hecho de que esta- Brasil Chile y Uruguay, que se encuentran ahora entre los paises mas
mos tratando de diferencias en las tasas de expansin, que incluso en desa..;ollados de Amrica Latina y fueron los primeros en iniciar el
Argentina fueron considerables. Sin embargo, el ensanchamiento del proceso de modernizacin industrial. Quin hubiera pensado al prin-
vaco en las exportaciones que sigui a la relajacin de los controles cipio de los sesenta que pases tan diferentes, con tan diversas expe-
autoritarios en la Argentina fue una evidencia adicional de la existen- riencias de constitucionalismo, militarismo y niveles de institucionali-
cia de una conexin sistemtica entre esos cambios econmicos y un zacin poltica, hubieran "convergido" tan dramticamente en la d-
rgimen B-A.
cada siguiente? A buen seguro esas primeras experiencias no resultan
irrelevantes para la comprensin de los actuales rdenes autoritarios,
particularmente por lo que se refiere a sus variaciones ~n xit~ econ-
mico y estabilidad. Parecen existir razones para exammar el unpacto
4. RESUMEN Y CONCLUSIONES
de estas variables dentro del marco de referencia de las caractersticas
socioeconmicas que compartieron los pases de Amrica del Sur.
Este estudio es consecuencia de un inters general por las impli-
Esta es una de las razones importantes de que se haya prestado una
caciones polticas de lo que se ha llamado en ocasiones "desarrollo
atencin tan amplia y favorable a las "osadas hiptesis" de O'Don-
dependiente retrasado". Esta fea etiqueta (que he procurado utilizar
nell, as como a la aproximacin general de las q~e derivan 100 La
escasamente en este ensayo), se refiere ms ampliamente a los proce-
significacin primordial de la obra de O'Donnell VIen~ dada p_or ~1
sos de modernizacin experimentados en el siglo XX por socieda- hecho de que fue uno de los primeros intentos de explicar en termi-
des muy estratificadas que anteriormente haban estado especializa- nos sistemticos y tericos una aparente conxin entre rgimen B-A e
das en la exportacin de productos primarios, y que segan vincula- industrializacin avanzada en Amrica Latina. Resulta aun ms con-
das por muchos aspectos a una economa mundial dominada ya por vincente por haber sido elaborada antes de los golpes de 1973 .en
las potencias industriales avanzadas. En muchos de los pases de Chile y Uruguay y de la reaparicin de un rgimen B-A en Argentma
Amrica Latina, particularmente en los que iniciaron la industrializa- en 1976.
cin en los ai'os 20 y 30, estas condiciones histricas internacionales Irnicamente, sin embargo, el dramatismo con que los aconteci-
parecen haberse planteado en los siguientes modelos estructur.ales mientos recientes de Amrica del Sur parecen haber "confirmado"
interrelacionados: (1) una extensin inicial de las "industrias ligeras", esos argumentos es tambin una buena razn para examinarlos ms
que producan de cara a un mercado nacional protegido; (2) una crticamente. En un campo de estudio que no deja de estar bastante
burguesa nacional polticamente dbil, que a diferencia de la del sometido a las modas, las proposiciones tericamente plausibles, as
siglo XIX, no se senta impulsada a dirigir la bsqueda de nuevos reforzadas, se popularizan muy pronto, pero las cuidadosas cualifica-
mercados o tecnologas; (3) la aparicin de presiones "popu- ciones que sostuvieron originalmente la argumentacin se van per-
listas" distributivas y polticas en una fase relativamente temprana de diendo gradualmente. Resulta preocupante, por ejemplo, que el co:'l-
este proceso de industrializacin; y (4) la confianza en los bienes de cepto de autoritarismo burocrtico pueda soltarse de sus amarras his-
capital y tecnologa importados, financiados mediante crditos exter-
nos o exportacin de mercancas. Me he centrado en los problemas
de transicin de los pases que han logrado dentro de este contexto
lOO Vase Hirschman, "El cambio al autoritarismo y la bsqueda de sus determinan-
niveles de industrializacin relativamente altos. Siguiendo a O'Don- tes econmicos", en este volumen.
252 ROBERT R. KAUFMAN
CAMBIO INDUSTRIAL Y GOBIERNO AUTORITARIO 253
tricas y empricas, aplicndose indiscriminadamente a una amplia
gama de casos. Las hiptesis provisionales pueden tambin formar proposiciones especficas que hallamos en los escritos sobre el B-A no
parte prematuramente de los "datos" del anlisis, traspasando la esfe- encuentran apoyo en el anlisis comparativo. Entre las crticas ya
ra de la atencin crtica sostenida. Por otra parte, conforme son sugeridas estn las siguientes:
"redescubiertas" y observadas las discrepancias inevitables entre teo- l. No parece necesaria una gran "masa crtica" de tecncratas
ra y realidad, existe el peligro alternativo de la desilusin intelectual para la formacin de los regmenes B-A. El gobierno uruguayo, por
y el rechazo prematuro de todo el anlisis. inestable que fuera en el desarrollo de su poltica econmica, logr
En la estrategia de investigacin reflejada en las pginas anterio- adquirir una "orientacin tecnocrtica" sin una gran masa de tecn-
res subyacen estas preocupaciones. Fue mi intencin la de permane- cratas nacionales de donde extraerla.
cer relativamente cercano a los datos, construyendo una sntesis que 2. No parece existir una relacin uniforme entre tipos de rgi-
proporcionara alguna perspectiva comparativa a los que desean aco- men y fases de industrializacin, segn la cual en las fases iniciales
~eter casos de estudio suramericanos con ms detalle y, al mismo hay regmenes populistas y en las finales gobiernos B-A. En general,
tiempo, un anclaje emprico ms firme a los que desean extender la las presiones populistas coinciden en parte con las primeras fases de
lnea general de anlisis ms all de la zona de Amrica del Sur. Por la industrializacin, y resultan extremadamente importantes para el
tanto, los gobiernos B-A especficos de Argentina, Brasil, Chile y entendimiento de las tendencias autoritarias en las fases ms avanza-
Uruguay constituyeron los ejes de la discusin. Alrededor de ellos, das. Sin embargo, estas presiones se produjeron dentro de muchos
trat entonces de hacer un examen relativamente concreto de los tipos diferentes de orden poltico, incluyendo algunos muy represi-
cambios econmicos y polticos que precedieron y siguieron a los vos.
golpes B-A. Al mantener las presuposiciones holsticas de la aproxi- 3. En general, los regmenes B-A no llegaron al poder para lograr
macin terica general al tema101 , he tratado de encerrar este anlisis el objetivo de la profundizacin. En realidad, ha habido poco consen-
de "lo previo y lo posterior" en las complejidades orgnicas de los so entre estos regmenes con respecto a una estrategia especfica de
casos individuales. Dicho de otro modo, no existi una expectativa desarrollo, y los compromisos a corto plazo por la estabilizacin
"mecanicista" de que los factores "econmicos" produciran, en to- anularon usualmente la preocupacin inicial. Por otra parte, la repre-
das las cir~unstancia.s, los ~ismos "resultados" polticos o, peor an, sin ms severa parece vinculada ms directamente con la estabiliza-
que los pa1ses exammados 1ban a marchar en fila hacia un resultado cin que con los antagonismos a largo plazo generados por los cam-
buroc.rtico autoritario predeterminado. Se supuso, sin embargo, que bios de la estructura industrial.
la vahdez del argumento global descansaba en la capacidad de identi- 4. La formacin y supervivencia a corto plazo de los regmenes
fica! al menos algunos modelos de cambio comunes: se esperaba que B-A no dependieron de la iniciativa o el apoyo de la inversin extran-
las mteracciones recprocas entre "poltica" y "economa" variaran jera directa: las multinacionales. Lo que es seguro es que los funcio-
dentro de lmites predecibles, y que, a su vez, esa variacin contribui- narios B-A buscaron activamente ese apoyo y dieron forma al rgi-
ra sistemticamente a una comprensin de la razn de que el gobier- men de modo que pudieran atraerlo. Hay algunas evidencias, adems,
no B-A apareci dnde y cundo lo hizo. de que las instituciones internacionales de prstamps -bancos priva-
Como prcticamente todos los anlisis de un fenmeno comple- dos, el FMI, etc.- proporcionaron fondos, adems de estmulo ideo-
jo, los "descubrimientos" aqu presentados estn sometidos a dife- lgico, a las aproximaciones econmicas "ortodoxas" de estos reg-
rentes interpretaciones. En algunos casos he hecho notar los puntos menes. Pero la "alianza doble" entre las multinacionales y los funcio-
en los que la tenaz idiosincrasia de los pases individuales los hace narios B-A slo se consum plenamente en Brasil y Argentina.
salirse de los lmites de la argumentacin general; el lector podr Sin embargo, aun descartando estas proposiciones especficas,
encontrar otros casos. Resulta de cualquier modo evidente que varias muchos de los temas que subyacen en el ncleo del anlisis de
O'Donnell parecen mantenerse razonablemente bien. Nuestro estudio
101 indica, al menos de un modo preliminar, que los importantes y nue-
Raymond D. Duvall, "Dependence and Dependencia Theory : Notes toward vos problemas sociales, los estancamientos del desarrollo y las cues-
Precision of Concept and Argument", preparado para la inclusin en una edicin especial de
lnternational Organization 32, nm. 1 (invierno de 1978), editado por James A. Caporaso. tiones polticas parecen relacionarse con los niveles superiores de
industrializacin, creando "espacios-problema" en los pases desarro-
254 ROBERT R. KAUFMAN CAMBIO INDUSTRIAL Y GOBIERNO AUTORITARIO 255
liados de Amrica Latina que eran "significativamente diferentes de resultan esenciales unos estudios ms en profundidad de los estados
los que existieron antes de su expansin industrial horizontal y de americanos menos industrializados.
aquellos existentes en los niveles inferiores de modernizacin en Hay que hacer ahora una segunda advertencia: incluso aunque
otros pases suramericanos" 102 Ms aun que en el pasado, las nuevas se pudiera demostrar de modo concluyente que la gama de eleccin
aceleraciones del crecimiento industrial parecen depender de iniciati- poltica se ha reducido con el desarrollo industrial, nada indica que
vas polticas coordinadas que ponen el nfasis en la estabilizacin, la los regmenes manifiestamente represivos B-A son las nicas alterna-
confianza de la burguesa internacional industrial y financiera, as tivas, o incluso las ms viables, a los sistemas competitivos amplios y
como la cooperacin de los segmentos ms "internacionalizados" de abiertos. Puede sernos aqu de utilidad la distincin que hace Cardo-
las oligarquas nacionales exportadoras y financieras. Esto, a su vez, so entre "el estado" y "los regmenes". Aplica el primer trmino a la
parece implicar un estrechamiento de las elecciones coalicionales y amplia red de funciones y procesos que definen la conexin entre
las alternativas institucionales de que disponen las lites polticas y esferas de poder "pblicas" y "privadas", mientras el ltimo se refie-
econmicas: por una parte, una evidente disminucin de la viabilidad re ms estrechamente a las instituciones y procedimientos especficos
de las estructuras estatales liberales y/o "dbiles" que toleraban el que rigen el modo en que lo pblico se toma y sostiene 10 ~ Por
pluralismo poltico y la amplia competicin electoral; por la otra, implicacin, sugiere que las alianzas, estructuras de recompensa, pol-
una creciente necesidad de un estado "fuerte", menos penetrado por ticas econmicas y modelos de influencia poltica tpicos de los reg-
las fuerzas en conflicto de la sociedad civil, sobre todo sus compo- menes B-A se pueden mantener a travs de diferentes medios institu-
nentes populistas. cionales de control, posiblemente ms benignos. Una gran parte del
Partiendo del amplio modelo de evidencias antes presentados, se material aqu presentado implica la utilidad de algunas de esas distin-
puede construir un caso relativamente convincente de esta argumen- ciones conceptuales, a pesar de que la de Cardoso no fuera empleada
tacin. Incluso antes de la llegada del rgimen B-A, en los pases explcitamente en el presente anlisis. En Mxico, por ejemplo, las
avanzados haba una gran diferencia en la ejecucin econmica de los autoridades pblicas contuvieron las presiones populistas ante todo
regmenes polticos ms abiertos y ms restrictivos; circunstancia que mediante la manipulacin de los mitos legitimadores y las esctructu-
pareca menos pronunciada en estos pases antes de 1950, y en los ras "corporativistas", manteniendo algunas libertades civiles y al me-
pases menos industrializados de Amrica Latina en la era de posgue- nos una parte del aparato simblico de la democracia liberal. La
rra. Adems, aunque no se produjo un "xito" econmico global experiencia de Brasil en los aos 50, as como quizs las de Colombia
despus de cada golpe B-A, los principios de estos gobiernos parecen y Per en los 60 y 70, sugieren tambin que las estructuras estatales
relacionados con varios "proyectos" econmicos nuevos e importan- "fuertes" se pueden aislar por un tiempo de las fuerzas contendientes
tes; de modo ms general el intento de abrir la economa industrial y de la sociedad civil sin tener que confiar en un gobierno militar
de expandir y diversificar las exportaciones. Sin embargo, debe po- directo, ni en la coercin de los trabajadores, la manipulacin de los
nerse de relieve nuevamente que las variaciones de realizacin econ- miedos de las clases medias ni en las cuestionables afirmaciones de
mica son tambin parcialmente atribuibles a diversos factores "no-po- ,"racionalidad econmica".
lticos": tamafio del pas, fuerzas autnomas del mercado, recursos Una cuestin crucial sugerida por esos acuerdos concierne a las
naturales, ventaja geogrfica, etc. No es probable que exista un modo condiciones en las que son alternativas factibles al rgimen B-A.
concreto de separar estos factores de las explicaciones ms poltica- Puede seguir el gobierno autoritario de Mxico recurriendo con
mente orientadas. No obstante, se puede contribuir tilmente a ello efectividad a las instituciones y recursos simblicos derivados de la
con el estudio de casos histricos ms detallados, que examine por
una parte las fluctuaciones longitudinales del crecimiento industrial,
y por otra los cambios de poltica, rgimen y presin inflacionaria. Si 103
Fernando Henrique Cardoso, "On the Characterization of Authoritarian Regimes
el argumento general es correcto, cabe esperar que con el tiempo esos in Latn America", en este volumen ("Sobre la caracterizacin de los regmenes autoritarios
factores se correlacionen ms estrechamente. Para tales comparaciones en Amrica Latina"). En algunos aspectos, la distincin de Cardoso es paralela a la que hace
David Easton entre "sistema poltico" y "regmenes". A Systems Analysis of Poltica/ Life
102
O'Donnell, Modernization, p. 78. (Nueva York, Londres, Sidney, John Wiley and Sons Inc., 1965), especialmente las pp.
190-212.
256 ROBERT R. KAUFMAN CAMBIO INDUSTRIAL YGOBIERNO AUTORITARIO 257
revolucin? Los "caminos que no se tomaron" en uaa fase temprana Una seg~?da .hiptesis se refiere no a la cronologa y probabili-
de la industrializacin en Argentina, Chile y Uruguay, impiden aho- dad de la cnsts, smo al modo en que los cambios en la escena del
ra la evolucin de regmenes menos coercitivos, y sin embargo via- d~s~rrollo pueden conformar respuestas de las lites ante esos aconte-
bles? Estas cuestiones no slo resultan significativas para los pases Cimientos. Las perturbaciones econmicas que sufrieron casi todos
aqu tratados, sino tambin para los otros pases latinoamericanos y los pases de Amrica Latina en los aos 20 y 30 fueron tan graves,
del "Tercer Mundo" que estn empezando el proceso de industrializa- por lo. menos, como las contemporneas. Adems, en algunos casos
cin. Las respuestas sistemticas, si es que existen, fluirn no slo de (por ejem~lo en Chile despus de la Primera Guerra Mundial y nueva-
un conocimiento de la estructura socioeconmica, sino tambin de mente. a. fma~es de los aos 30), estos episodios implicaron tambin
una valoracin de las oportunidades cambiantes proporcionadas por un actlVlsmo !~portante y muy amenazador de los trabajadores urba-
las tradiciones e instituciones polticas, las ideologas predominantes nos. La represtn y la exclusin fue una respuesta a esos desafos.
y las elecciones y percepciones de los dirigentes polticos individuales. ~ero al ~en.o~ durante algn tiempo las lites aceptaron unas conce-
En relacin con esto, el presente estudio puede iluminar algn swne~ ~~~bobeas y materiales destinadas a ampliar la base y expandir
otro rasgo importante de la argumentacin de O'Donnell: el papel de la legttlmtdad del sistema poltico. En los estados industriales desa-
las situaciones de crisis sociopolticas como estmulo de la formacin rr?llados contemporneos suramericanos parecen predominar ms y
de los regmenes B-A. Es concebible, por supuesto, que esos regme- mas las respuestas "excluyentes". Ello se debe en parte al hecho de
nes puedan simplemente evolucionar, cuando gobernantes autorita- que las ~menazas desde abajo afectan ahora a un nmero mayor de
rios, tradicionales o populistas, traten de apropiarse de las amenazas esas ~octedades. En parte, se puede tambin buscar la razn en el
revolucionarias o de embarcarse en nuevos proyectos econmicos. c~~bto~ _antes detallado, de las oportunidades de inversin y comer-
Pern en los 50 y el Per en 1970, por ejemplo, parecan moverse en ctahza~wn; tale~ cambios parecan elevar el precio econmico de las
esa direccin. Los rdenes polticos de Amrica del Sur que hemos conceswnes soctales y en situaciones de crisis hacan de la represin,
examinado resultan caractersticos por el alcance de sus orientaciones en lugar de la reforma, la alternativa ms viable a la revolucin
antipopulistas y en contra de los trabajadores, as como por su con- ~o ~s eviden.te que fuera realmente una percepcin vda. La
fianza en la "racionalidad tecnocrtica" como base de su legitima- expenen~ta argentma entre 1966 y 1976 sugiere que quizs lo fuera.
cin. Incluso dentro de los "espacio-problema" de los pases indus- En cambto, en otros casos, es discutible que incluso en situaciones
triales avanzados, esas orientaciones slo parecen comprensibles co- extre~as de crisis los regmenes B-A no fueran "objetivamente" ne-
mo respuestas a crisis econmicas y polticas bastante graves. Pero cesanos104. En Brasi~, por ejemplo, los funcionarios civiles y militares
puesto que un gran nmero de sociedades latinoamericanas han sido conservadores que dteron forma a este tipo de rgimen exageraron el
siempre vulnerables a esas crisis, parece necesario especificar un poco pod~r .real ?.e
las fuerzas izquierdistas que actuaron con la depuesta
ms el modo en que el anlisis de esas "crisis desencadenadoras" se admt~I~tract~n Goulart. Cabe preguntarse lo que hubiera sucedido si
podran incorporar con utilidad a la discusin de mayor amplitud estas ehte.s st~plemente hubieran esperado a que esas fuerzas se ago-
sobre el cambio industrial que hemos presentado antes. El anlisis taran ~ SI mtsmas Y a que Goulart fuera reemplazado por medio de
anterior sugiere dos proposiciones. ~ecamsmos constitucionales "normales". Como la economa interna-
En primer lugar, como ya he indicado, la probabilidad de la Cional se expandi a finales de los 60, no es inconcebible que la
crisis, y por tanto de los regmenes B-A, puede ser predecible por los
trminos de los tipos de "elecciones" institucionales y alineamientos 104
Sobre .este punto II_~e he beneficiado considerablemente de las conversaciones con
coalicionales que se desarrollan en las primeras fases de un proceso J~es Kurth, qu1e~ .ha sugend? .qu~ l?s sistemas capitalistas de la Europa meridional po-
"retrasado" de industrializacin. Si bien los estancamientos relacio- dn:rn haber. sobrevtv1do a las cnsis SigUientes a la primera guerra mundial sin que los autori-
nados con el final de las oportunidades de la ISI "fcil" no produje- tarios tomaran el poder. "Poltica! Parallelisms in Southem Europe since 1815", pronuncia-
do en la Conference on Southern Europe, Columbia University, Nueva York 21-23 de
ron automticamente las crisis econmicas y polticas, los pases con marzo de 1977. ~a~ Importantes ~iferencias, claro est, entre los casos de Amri~a Latina y
una historia de apertura poltica y/o una poltica competitiva pare- d~ la Europa m,endional. En esta ultima, una gran clase de propietarios campesinos propor-
cen particularmente vulnerables cuando alcanzan altos niveles de mo- Cionaron un nucleo de apoyo potencial a los regmenes conservadores no fascistas Sin
embargo, vale la pena explorar las analogas.
dernizacin industrial.
258 ROBERT R. KAUFMAN

estabilizacin poltica y la recuperacin econmica pudieran haberse

producido en condiciones polticas menos restrictivas.
Sin embargo, no resulta sorprendente que los arquitectos tecno-
crticos y militares de los regmenes B-A decidieran actuar en lugar
de esperar, tomando el poder con la determinacin de err~dic~r las VI. ESTADO Y REGIMEN: NOTAS COMPARATIVAS SOBRE EL
fuentes de la tormenta. En una situacin polarizada, no era 1rrac1onal CONO SUR Y LAS SOCIEDADES DE "ENCLAVE"
para ellos aislar a los trabajadores y buscar, entre el resto de fuerzas
sociales nacionales e internacionales, los aliados que apoyaran los por Julio Cotler*
intentos de estabilizacin y los "proyectos" viables de desarrollo. Es
imposible, y en muchos casos irrelevante, determinar si los esfuerzos La aparicin de regmenes polticos caracterizados por algunos como
por promocionar las exportaciones, los bienes de consumo dur~deros bu_rocrtico autoritarios -y por otros como fascistas- en los pases
o los bienes de produccin fueron las causas o las consecuencias d~l m~s desarrollados de Amrica Latina, ha planteado de nuevo en tr-
deseo de obtener el apoyo del capital internacional. Y no es necesario mmos escuetos el problema de las alternativas polticas de la regin
demostrar que estos objetivos estaban ya en la mesa ~e trabajo ~uan en su proceso de transformacin socioeconmica. El debate se suele
do los funcionarios del B-A tomaron el poder con el fm de aprec1ar el centrar en posiciones extremas. Por una parte, muchos analistas afir-
papel central que haban ocupado en el proceso de gobierno autorita- man que la represin sistemtica del sector popular por parte del
rio. En el contexto de desarrollo antes descrito esos objetivos eran
~stado es una. condicin necesaria para el mantenimiento del capita-
plausibles, y el apoyo internacional result~ba esenci~l. Hay, por tan- lismo dependiente. Por otra parte, otros analistas se centran en los
to, una lgica en el modo en que esas p1ezas se umeron cuand? se
buscaba una frmula poltica y econmica aceptable. No nos dejare-
fact~r~s s~ciales, econmicos y polticos que contribuyeron a la su-
pervlVlencia de los sistemas liberales democrticos en esas sociedades.
mos engaar, seguramente, por la retrica que con frecuencia sigui a
esa bsqueda: que los objetivos econmicos seleccionados eran esen- En su contribucin a este libro, el anlisis que hace Cardoso de
estos. pases avanzados sugiere, en contraste con las dos posiciones
ciales para el cumplimiento del "destino nacional" y que slo se
antenores, que no existe una correlacin necesaria entre el carcter
podan conseguir en el contexto de un gobierno autoritario duradero.
de ~~as,~ del estado y el rgimen p~ltico. El mismo "pacto de domi-
Sin embargo, descartar el ncleo de realidades econmicas y podero-
nacwn su~~acente puede ser realizado por medio de distintos reg-
sos intereses socio-polticos que subyace en esta retrica sera igno- menes pohticos, como en el contraste entre la Argentina, Mxico y
rar una base esencial para el entendimiento del modo en que se Venezuela de hoy. Pero es evidente que aunque no haya una relacin
formaron estos regmenes y de la manera en que actuaron. causal necesaria entre estado y rgimen en esos pases, esta relacin
t~mpoco se produce por azar. Es conformada por la evolucin hist-
nca concreta de la articulacin de los intereses de las diferentes clases
de cada sociedad, as como por los intentos de las diferentes clases de
generalizar sus propio intereses a la sociedad ms amplia .
. ~~tos anli~is de la relacin entre el carcter del estado y la
~panc1~n .de reg1menes polticos burocrtico-autoritarios en los pases
mdustnalmente desarrollados de Amrica Latina se aplican a veces a
las sociedades latinoamericanas que no han alcanzado esa "fase de
desarrollo", con la esperanza de que acabarn alcanzndolo. Esta

* Quisiera agradecer a David Collier sus sustantivas sugerencias y la ayuda editorial en

la preparacin de este libro.

259
260 JULIO COTLER
EL CONO SUR Y LAS SOCIEDADES DE "ENCLAVE" 261
extensin de la argumentacin corresponde a la idea de Marx de que ECONOMIAS "NACIONALMENTE" CONTROLADAS
la experiencia de los pases ms desarrollados sugiere el futuro de los
que lo son menos. En consecuencia con esto, la trgica experiencia En el caso de las economas "nacionalmente" controladas a que
histrica de los casos "clsicos" del Cono Sur puede predecir el desti- antes nos hemos referido, la oligarqua exportadora, por su produc-
no que espera a los otros pases de Amrica Latina. cin directamente organizada y controlada, fue capaz de establecer
No obstante, la tentacin de deducir' el futuro de Amrica Lati- su hegemona relativa sobre los segmentos restantes de la clase domi-
na a partir de la historia del Cono Sur conlleva el riesgo de no nante y sobre el sector popular. Esta hegemona form la base para la
considerar las diferencias cruciales en el tipo de desarrollo que han construccin de un estado nacional que se convirti en punto central
experimentado los otros pases de la regin; diferencias que han sido de referencia en el desarrollo de una identidad nacional que a su vez
causantes de los modelos distintos de cambio poltico. As, podra sirvi de refuerzo a esa hegemona. ' '
decirse lo que afirma una cancin peruana: "toda repeticin es una Aunque esta oligarqua exportadora estaba formada en cierto
ofensa y toda supresin es un olvido". sentido por. su papel de intermediaria ante el capital extranjero, su
En la obra de Cardoso y Faletto encontramos un til punto de papel orgamzador y dirigente de la pwduccin econmica y de la
partida para el anlisis de los distintos modelos de desarrollo fuera vida poltica le dieron un grado significativo de autonoma en rela-
del Cono Sur1 Afirman stos que uno de los factores decisivos en la cin con el capital internacional. Esto se reflej en su capacidad de
formacin poltica de las sociedades latinoamericanas fue el papel retener una proporcin significativa de sus ganancias, ampliando as
que jugaron la burguesa nacional y el capital extranjero cuando la el alcance de su actividad econmica capitalista y subordinando defini-
regin asumi su funcin en cuanto que parte de la "periferia" en el tivamente al sector precapitalista, con el que se encontraba estrecha-
sistema capitalista internacional. Los autores mencionados identifi- mente relacionada.
can dos variantes bsicas en ese papel. En Argentina, Chile, Brasil y Esta situacin permiti a la fraccin burguesa de la clase domi-
Uruguay, la burguesa nacional jug un papel poltico dirigente en el nante la expansin del mercado nacional y el desarrollo "espont-
proceso de integracin nacional y tambin en el proceso por medio neo" de un proceso inicial de industrializacin de sustitucin de las
del cual la economa y la sociedad se integraron de una manera importaci~nes, bsicamente de los bienes salariales. En contraste con
subordinada en el sistema internacional. En cambio, en muchos otros lo que haba sucedido en las economas capitalistas ms desarrolladas
pases el papel jugado por el capital extranjero, ante todo por medio de Europa y Amrica, esta industrializacin no signific la integra-
de la inversin en los "enclaves" exportadores y en relacin directa cin vertical de la economa, que hubiera vinculado la produccin de
con los latifundios "precapitalistas", bloque la integracin nacio- bienes de capital -la fuerza dinmica decisiva en las economas mo-
nal. Los ejemplos ms extremos de este modelo son las "repblicas dernas- con la produccin de bienes de consumo.
bananeras" de Amrica Central, pero sin alcanzar esos extremos, en- Sin embargo, el creciente predominio en estos pases del modo
contramos tambin el modelo en los Andes centrales, en Venezuela Y capitalista de produccin y el crecimiento de la sustitucin de las
en Mxico. importaciones condujo a una mayor diferenciacin social. Esto llev
Este captulo trata de explorar nuevamente las implicaciones a su vez, a finales del ltimo siglo, a una serie de ataques a la estruc-
polticas de esta distincin en cuanto que punto de partida para la tura poltica oligrquica conforme el sector popular y la clase media
valoracin de la relevancia que los anlisis del autoritarismo burocr- lucharon por ampliar sus derechos sociales y polticos. El estado
tico de los pases desarrollados tienen para las otras sociedades lati- oligrquico crey necesario responder por segmentos a esas demandas
noamericanas que han seguido el modelo de desarrollo de enclave. y poner en marcha unas medidas que beneficiaron a los sectores
urbanos de dichas clases. As, los diferentes gobiernos "radicales" del
Cono Sur promovieron el gasto pblico, que ampli la distribucin
1
de los recursos sociales a las clases medias, y posteriormente a los
Fernando Henrique Cardoso y Enzo Faletto, Dependencia y desarrollo en Amrica trabajadores. Esto, a su vez, dio un nuevo mpetu a las demandas
Latina (Ciudad de Mxico, Siglo Veintiuno Editores, 1969). Publicado tambin como De-
pendency and Development in Latin America (Berkeley y Los Angeles, University of Cali- urbanas y al desarrollo industrial al que nos hemos referido. La incor-
fornia Press, 1978). poracin de estos sectores sociales al proceso poltico ensanch la
 JULIO COTLER EL CONO SUR Y LAS SOCIEDADES DE "ENCLAVE" 263
262
coalicin que apoyaba al estado, aumentando su autonoma en rela- - interrumpiendo el modelo "democrtico" de desarrollo poltico que
cin con las clases dominantes tradicionales. De este modo, los pases haban mostrado esos pases.
del Cono Sur parecan repetir la experiencia de Norteamrica y Euro- En Brasil, la crisis exportadora produjo la cada poltica de los
terratenientes y el surgimiento del ejrcito como agente de cohesin
pa Occidental.
La crisis de los aos 30, que aument el desempleo y redujo los estatal. Este primer tipo de "estado militar" apoy el desarrollo del
salarios reales, produjo en todos estos pases una intensificacin de sector industrial y promovi el control poltico de las masas urbanas
los conflictos de los sectores populares y de clase media, pues estos populares, al tiempo que negaba la participacin poltica de las masas
grupos trataron de por lo menos recuperar sus antiguos niveles de campesinas, que seguan dominadas aun por los terratenientes preca-
bienestar, producindose as un largo perodo de crisis en el si~tema pitalistas. Posteriormente, el perodo de la Segunda Guerra Mundial
de dominacin oligrquica. Dentro de este contexto, la burgues1a Y el produjo incrementos en los precios y el volumen de las exportacio-
estado se enfrentaban a un problema doble: la necesidad de reactivar nes, limitaciones a las importaciones industriales y una congelacin
la acumulacin de capital y de controlar la participacin poltica salarial "con el fin de promover los esfuerzos de los aliados". Estos
popular (que no estaba ni polticamente centralizada ni encerrada en acontecimientos aumentaron en gran medida la acumulacin capita-
un movimiento autnomo). La alternativa adoptada fue la de adoptar lista del sector industrial y produjeron el crecimiento numrico de las
una poltica keynesiana avant la lettre. De este modo, mediante dife- clases medias y trabajadores urbanos. Sin embargo, estos grupos si-
rentes tipos de medidas, estos pases entraron aun ms plenamente en guieron teniendo un papel econmico y poltico restringido en la
el proceso de industrializacin por sustitucin de importaciones que sociedad.
fue promovida, en parte, desde el aparato del estado. La reiniciacin del conflicto de clases llev a la eliminacin de
En Chile, los conflictos sociales, que hahan comenzado a apare- esta contradiccin y a la aparicin de una configuracin poltica de la
cer a principos de siglo, se expresaron en gran medida a travs de que result el desplazamiento total de la coalicin oligrquica impe-
canales institucionales, estableciendo as la legitimidad de la represen- rialista. Tambin produjo la modificacin del carcter del estado, que
tacin parlamentaria y de la relativa subordinacin del ejrcito al pas a ser un representante de los intereses "nacionales" encarnados
poder civil del estado. El estado se alej lentamente de su forma en una burguesa nacional en asociacin con la clase media y la clase
oligrquica, deviniendo cada vez ms representativo de una amplia trabajadora. El triunfo de la coalicin nacional dio por resultado lo
gama de intereses polticos. Como resultado de la crisis poltica que que Pern -o ms tarde, en Per, los propagandistas de la "Revolu-
se desarroll en los aos 30 se consolid el modelo poltico, lo que se cin Peruana"- hubiera llamado una "segunda independencia", que
debi en gran parte a la formacin del Frente Popular. De este produjo la formacin del estado populista, pero sin hacer ningn
modo, se produjo simultneamente en Chile un grado significativo de intento, sin embargo, por atacar la estructura agraria existente.
democratizacin poltica del estado (pero del que no participaban los Mientras en Uruguay y en Chile el populismo se haba desarro-
campesinos), la aparicin de una funcin estatal que apoyaba directa- llado por el camino de la representacin liberal-democrtica, en Bra-
mente la industrializacin del pas al favorecer la acumulacin de sil y Argentina el estado organiz a las clases populares de un modo
cor~orativista, subordinndolas al control del gobierno y, por ende, a
captal dentro de la fraccin urbana de la burguesa a expensas del
sector agrario, y una poltica de distribucin a los se<;:tores medios de los mtereses del desarrollo capitalista nacional.
las ciudades. De este modo sigui Chil'e el modelo tpico de populis- A pesar de las diferencias existentes entre los regmenes polti-
cos de estos pases, el carcter de clase del estado populista era
mo.
En Argentina y Uruguay, la crisis de los aos 30 produjo la relativamente similar. Promovi simultneamente una poltica de
erosin de la democratizacin poltica que se haba producido ya en acumulacin capitalista en la industria -incluyendo al sector
ellos. Se establecieron dictaduras que, aunque impidieron el retorno a pblico- Y de distribucin a los estratos popular y medio de las
la actividad poltica popular, hicieron progresar el desarrollo indus- ciudades que se bas en los recursos extrados de los sectores agrcola
trial y aumentaron el empleo en las industrias. La fuerza econmica y Y minero exportadores. De este modo, el estado asumi el papel de
poltica de la burguesa, en combinacin con la articulacin poltica padrino y rbitro de un nuevo pacto de dominacin.
relativamente dbil de los sectores populares, produjo ese resultado, Sin embargo, hubo problemas inherentes al modelo de creci-
264 JULIO COTLER EL CONO SUR Y LAS SOCIEDADES DE "ENCLAVE" 265
miento que se produjo durante el perodo populista. La sustitucin trataron de perpetuar la situacin existente. Apareci as una situa-
de las importaciones requera un incremento de la importacin de cin que, en trminos de Gramsci, implicaba un callejn sn salida
bienes de capital e intermedios que, en su coincidencia con la falta de hegemnico. Esa situacin sin salida termin cuando la burguesa,
dinamismo en el sector exportador, fueron causa de una creciente con el apoyo abierto del capital y los gobiernos extranjeros -que
prdida de reservas internacionales y un sustancial aumento de la entretanto haban pasado a controlar reas importantes de la indus-
deuda externa. Dado el alto nivel de proteccin tarifaria que se haba tria, el comercio y las finanzas- moviliz el apoyo de la clase media
extendido a las industrias nacionales, la naturaleza oligoplica del y resolvi la crisis mediante un golpe militar.
comercio internacional, y las tarifas proteccionistas de los pases ca- En el "lmite" exterior de este modelo de desarrollo es donde se
pitalistas desarrollados, estas sociedades de Amrica Latina no po- vuelven evidentes las diferencias entre los distintos tipos de desarrollo
dan resolver este "estancamiento" mediante la exportacin de bie- capitalista, como en el contraste entre los estados del "ncleo" capi-
nes manufacturados. Adems, este modelo regresivo de distribucin talista europeo y estos pases de Amrica Latina de desarrollo "tar-
de la renta pudo limitar el tamao del mercado nacional, con el do". En estos ltimos casos, esta movilizacin de las "clases peligro-
resultado de que la industrializacin respondi a las demandas de los sas" expuso el carcter de clase del estado, forzndolo a revelar su
sectores de poblacin con superiores niveles de renta. naturaleza coercitiva y su incapacidad de absorber las presiones popu-
Los resultados de estas contradicciones son bien conocidos: pro- lares al modo europeo o estadounidense, incorporndolas con xito
blemas con la balanza de pagos y comercial, dficits fiscales, impre- en la ms amplia orientacin de clase del estado. En lugar de ello, la
sin de moneda sin respaldo y, finalmente, una inflacin desbocada clase dominante derrot a las fuerzas populares con el apoyo de las
que devast a estos pases en los aos 50 y 60. En cierto sentido, tal clases medias, incorporando eficazmente a stas en un proyecto de
como seala Hirschman, esta inflacin sirvi como alternativa a la expansin capitalista nacional. La movilizacin poltica de las clases
guerra civil, facilitando el mantenimiento del equilibrio entre las cla- populares en los pases ms desarrollados de Amrica Latina produjo,
ses sociales. Sin embargo, el conflicto de clases que surgi alrededor por tanto, una crisis orgnica del sistema de dominacin que oblig al
de la cuestin de la inflacin acab por desenmascarar el carcter estado a abandonar su papel ambiguo como rbitro del conflicto de
bsico del "pacto de dominacin", dificultando crecientemente la clases y a poner de manifiesto su naturaleza coercitiva y dependiente.
armonizacin alrededor del estado de los diferentes intereses de Las fuerzas armadas eliminaron las institucione~ representativas
clase. En Chile y Uruguay, en donde las organizaciones polticas de de las que la clase dominante haba perdido el conol. Simultnea-
las diferentes clases sociales se enfrentaban entre s dentro del parla- mente ampliaron la esfera de influencia militar hasta el punto de
mento, el estado poda canalizar los conflictos desde el interior de la "militarizar" el aparato estatal, de modo que pudiera participar acti-
estructura institucional existente. En cambio, en Argentina y en Bra- vamente en la lucha social y derrotar a su enemigo de clase: el sector
sil las organizaciones representativas formales del sector popular esta- popular. La militarizacin del estado signific la eliminacin de las
ban subordinadas al estado. Ello contribuy a la existencia de un tipo protecciones de las libertades civiles que se haban conseguido con
diferente de movilizacin del sector popular, a la creciente autono- largas y difciles luchas sociales, permitiendo al estado militar llevar a
ma de este sector con respecto al estado y, finalmente, a una con- cabo una operacin de apariencia blica que, por su brutalidad siste-
frontacin con el estado y con su poltica de conciliacin de clases. mtica, resalta como acontecimiento indicador en la historia de la
As, en Argentina, la "exclusin" poltica de estas clases estaba en la regin. La militarizacin del estado se llev tambin a cabo con la
"agenda" del estado a principios de la segunda mitad de la dcada de intencin de asegurar la subordinacin de las clases populares una vez
los 50, y en Brasil desde finales de la misma dcada, cuando comenz que hubieran sido derrotadas en la lucha social. Se hizo as con la
a desintegrarse el estado populista. finalidad de reconstituir y expandir el modo de produccin depen-
Pero en todos los casos los partidos polticos del sector popular diente-capitalista. En este nuevo contexto, los militares consideraron
fueron incorporados de hecho al sistema de legitimacin que apoy que la proteccin de esta forma de capitalismo era esencial para los
la orientacin bsica de clase del estado; y no intentaron presentar intereses de seguridad nacional de los militares en cuanto que institu-
una alternativa poltica anticapitalista. Estos partidos, que para en- cin.
tonces haban aumentado significativamente en su fuerza poltica, Esta versin abreviada y simplificada del desarrollo de los pases
266 JULIO COTLER EL CONO SUR Y LAS SOCIEDADES DE "ENCLAVE" 267
avanzados de Amrica Latina carece, evidentemente, de numerosos te el capital para los enclaves, sino que se beneficiaban tambin,
detalles importantes. Slo quera servir de punto de comparacin con indirectamente, de la participacin de sus trabajadores en estos mo-
aquellos pases que no siguieron este modelo "clsico" de los pases dos de produccin precapitalistas.
del Cono Sur. Como el propsito de los enclaves era el de extraer productos
primarios, que no resultaban caros en relacin con los que pudieran
obtenerse de otros modos en el mercado nacional de la metrpolis,
LAS SOCIEDADES DE "ENCLAVE" no estimulaban el desarrollo industrial del pas deL enclave, sino que
lo organizaban como productor monocultivador de productos prima-
Las sociedades que se incorporaron a la periferia del sistema rios. As, no slo las plantaciones y las minas estaban en manos del
econmico internacional mediante la implicacin directa del capital capital extranjero, sino tambin todo el sistema de transporte, tanto
extranjero en la produccin de productos primarios destinados a la interno como internacional, que haba sido pensado y elaborado se-
exportacin experimentaron un modelo diferente de evolucin que gn sus intereses; las instituciones financieras, a travs de las cuales se
pasamos ahora a examinar. En estos casos, el capital extranjero pene- transferan los fondos necesarios para sus operaciones nacionales e
tr -literalmente- una estructura social y econmica precapitalista internacionales; y la comercializacin no slo de las exportaciones,
sin alterarla significativamente. Es un hecho que el capital extranjero sino tambin de las importaciones, en las que los enclaves se vetan
se aline con los representantes ms visibles del modo precapitalista implicados en las ventas al por mayor y en las de detalle. De este
de produccin: los grandes terratenientes y la burguesa comercial. modo el enclave se vinculaba con numerosas facetas de la vida econ-
Surgi as la alianza "feudal-imperialista", que fue percibida por di- mica y social, crendose estrechos vnculos con la burguesa nacional
versos autores de ese perodo. y con los terratenientes tradicionales.
Ello llev a Haya de la Torre a observar, parafraseando a Lenin, En estas condiciones, el carcter de los sectores dominantes de
que mientras que el imperialismo constituye la fase final del capitalis- la sociedad nacional vena a tomar forma por la presencia de los
mo en los pases avanzados, corresponde a la primera fase del capita- enclaves. Se convertan en una clase cliente en relacin con esas
lismo en los de desarrollo tardo. Esta simbiosis fue la que llev a empresas, as como con los gobiernos de los respectivos pases de
numerosos analistas de las primeras dcadas del siglo a caracterizar de origen de las empresas extranjeras. Trataban de obtener los favores de
"duales" a estas sociedades, pues implicaban a un sector capitalista esos actores externo;; con el fin de vincularse a las actividades deriva-
"moderno" orientado a la empresa extranjera y a un sector precapita- das de los enclaves.
lista "tradicional", controlado por los terratenientes y las clases co- El estado, que estaba en las manos de diferentes fracciones de la
merciales nacionales. clase propietaria de la tierra, las cuales competan entre s por obte-
El capitalismo de enclave se vincul por diversos medios con las ner los favores de los enclaves, serva a los intereses econmicos que
estructuras econmicas precapitalistas. El sector precapitalista pro- eran dominantes en esa situacin. Dentro de la compleja evolucin
porcion los enclaves con trabajadores cuyos salarios eran bajos en histrica de estos pases, se produjeron en el interior de la clase
relacin con los de la metrpolis, debido en parte a que, por el dominante algunos conflictos de clase importantes. Pero para nuestro
mantenimiento de una estructura preindustrial, sus posibilidades al- presente objetivo basta con tener en cuenta que la tendencia domi-
ternativas de empleo eran muy limitadas. Otro factor que contribua nante era la subordinacin completa de los terratenientes locales a los
al bajo costo de mantenimiento de la fuerza de trabajo vena dado intereses de las empresas y gobiernos extranjeros.
por el hecho de que los trabajadores reciban parte de su salario en La justificacin ideolgica de esta subordinacin total de los
forma de alimentos. En muchos casos, los enclaves mantenan sus terratenientes locales y sus representantes polticos a los enclaves
propias granjas y campos en los que, sobre la base de los modos de derivaba de la idea de que estos "pases" no podan confiar pata su
produccin precapitalistas, producan los alimentos que se vendan desarrollo en sus propios recursos. Como los enclaves creaban recur-
ms tarde mediante el sistema local de comercializacin. De este sos para la capitalizacin de los terratenientes y comerciantes, el
modo, no slo extraan plusvala del trabajo de sus empleados, la estado -al apoyar a los enclaves- estaba ayudando a crear oportuni-
cual era devuelta a los pases de los que haba procedido originalmen- dades, que anteriormente no existan, para el desarrollo nacional. No
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EL CONO SUR Y LAS SOCIEDADES DE "ENCLAVE" 269

pareca existir ms alternativa real que la de satisfacer todas las con- segmentos de clase media compuestos por pequeos y medianos te-
diciones requeridas por el capital extranjero y la de mantener el rratenientes, comerciantes y artesanos.
sistema de explotacin precapitalista que posibilitara a los exportado- Por otra parte, la demanda de alimentos creada por la proletari-
res una ventaja comparativa en los mercados internacionales. Slo de zacin de los trabajadores de los enclaves llevaba a los terratenientes
este modo entraran en estos pases el capital extranjero y la tecnolo- a exigir un nivel superior de renta a sus trabajadores dependientes.
ga que lo acompaaba, posibilitando as la consecucin de estabili- Tambin les haca controlar con mayor cuidado los canales para la
dad poltica y desarrollo econmico. comercializacin de los productos agrcolas con el fin de maximizar
Aunque este argumento se repeta interminablemente en todos su control del mercado recin expandido, impidiendo as a los cam-
los casos, no impeda que los dirigentes intelectuales de la clase domi- pesinos vender directamente a ese nuevo mercado.
nante percibieran el hecho de que ello colocaba al pas en una situa- Esta recomposicin de la estructura de clases fue causa de una
cin casi colonial. Sin embargo, su "realismo" les haca percibir que extensin de los movimientos de protesta en los que campesinos,
no haba otra alternativa que la anarqua poltica y las guerras entre trabajadores y miembros de las clases medias se unieron e identifica-
caudillos locales que haban experimentado antes de la penetracin ron como enemigo comn a la coalicin que se haba formado alrede-
capitalista. dor del capital extranjero. Adems, en los pases en los que la masa
De este modo, en contraste con lo que haba sucedido en el de poblacin se diferenciaba tnica y racialmente de esta coalicin
Cono Sur, la clase "dominante nacional" tena slo un margen muy dominante, las protestas adoptaban claras connotaciones indigenistas,
estrecho de autonoma econmica y poltica frente aL capital y los mesinicas y nativistas.
gobiernos extranjeros. Ello derivaba de su incapacidad para acumular En los pases organizados alrededor de los enclaves, esta movili-
capital, salvo de un modo muy limitado y en actividades que estaban zacin popular condujo a los campesinos, al naciente proletariado y a
estrechamente vinculadas con los enclaves y subordinadas a stos. las clases medias a movimientos polticos que eran simultneamente
La extensin y profundizacin del mercado nacional era tambin antioligrquicos y antiimperialistas. Es decir, estos movimientos esta-
extremadamente limitada, incluso en el nivel ms simple de sustitu- ban dispuestos a destruir, por medio de la intervencin directa de las
cin de importaciones. Por todas estas razones, la estructura seorial masas, las bases del poder precapitalista y las del capital extranjero.
precapitalista de la sociedad en la que se encontraba inmersa la ma- Ello implicaba una serie de acciones, c_omo la eliminacin de la ha-
yor parte de la poblacin se perpetuaba en estas sociedades semicolo- cienda seorial, la nacionalizacin de las empresas extranjeras y la
niales. promocin de un proceso de democratizacin poltico y social, que
En estas condiciones, la clase polticamente dominante, que era proporcionaran la base para la formacin de una sociedad y un
la representante directa de los intereses combinados del capital ex- estado nacionales. Por tanto, estos movimientos eran de naturaleza
tranjero y sus "compaeros menores", los terratenientes y comer- revolucionaria y tenan una orientacin nacionalista y popular. Esos
ciantes, no consegua establecer la hege.mona y crear una identidad movimientos nacional-populistas y nacional-revolucionarios adopta-
nacional. Las clases dominantes no podan conseguir una identifica- ron posiciones coincidentes con las del socialismo. Como estos movi-
cin de las masas explotadas con las instituciones polticas nacionales mientos apuntaban a la eliminacin no slo de las bases de domina-
Y obtener su lealtad, sobre todo en los pases en que esas masas cin precapitalista sino tambin del capital extranjero, que constitu-
estaban formadas por indios. ye el ncleo del capitalismo en esos pases, asumieron una postura
Asimismo, la naturaleza de la estructura social imposibilitaba la anticapitalista.
construccin de un estado nacional del tipo que haba surgido en el No es una coincidencia, por tanto, que Mxico, Guatemala, Pa-
Cono Sur. Por una parte, la naturaleza capitalista del enclave condu- nam, Per y Bolivia hayan experimentado movimientos nacionales
ca a un proceso de dislocacin de la poblacin trabajadora desde sus populistas. Ni es tampoco una coincidencia que Mxico y Per hayan
medios tradicionales de produccin a las plantaciones y las minas dado la versin ideolgicamente ms pura de este tipo de movimiento
apartndolos por tanto de sus formas tradicionales de relacin social poltico, ni que los escritos polticos de Haya de la Torre y Marite-
Y cultural. Igualmente, el desarrollo capitalista era causa de la elimi- gui sigan teniendo una gran importancia para la comprensin de estas
nacin de algunos sectores tradicionales de poder, as como de los sociedades.
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SOCIEDADES DE ENCLAVE E IDEOLOGIA POLITICA: slo mediante la consecucin del socialismo podran llevarse a cabo
HA Y A Y MARIATEGUI con xito las reformas democrtico burguesas que necesitaban el Per
y Amrica Latina. Slo de esta forma se podra lograr eficazmente la
En un primer momento del desarrollo de la movilizacin nacio- nacionalizacin de la sociedad mediante un movimiento de masas de
nal popular en Per durante los a.os 20, Haya de la Torre, en un base popular.
libro que se ha convertido en clsico de la literatura poltica de Maritegui bas su anlisis en la premisa de que la naturaleza de
Amrica Latina, proclam la necesidad de crear un movimiento pol- la dominacin extranjera era el resultado de la estrecha vinculacin
tico nacional y popular basado en campesinos y trabajadores y dirigi- entre el imperialismo capitalista y el "feudalismo" nacional. De ah
do por la clase media 2 Este movimiento destruira el "feudalismo" y que la eliminacin de uno de esos elementos implicara necesariamen-
eliminara la dominacin del capital extranjero mediante la forma- te' la eliminacin del otro. Adems, el carcter imperialista de la
cin de un estado antiimperialista similar al que estaba emergiendo dominacin capitalista imposibilitaba en estos pases el desarrollo
de la revolucin mexicana. Este estado, dirigido por la clase media, capitalista autnomo. Por otra parte, aunque las clases medias tenan
creara un sector capitalista estatal que dominara la economa y una posicin poltica algo marginal, en realidad compartan con los
promovera el desarrollo de la burguesa. Sin embargo, controlara terratenientes y el capital extranjero una fuerte oposicin a la apari-
tambin a esa burguesa para poder mantener su carcter nacional y cin de cualquier forma efectiva de demanda popular. Ello se debi
nacionalista. en parte a las pronunciadas diferencias tnicas y sociales existentes
No obstante, ese estado protegera al mismo tiempo los intere- entre stos y las masas populares. Llegaba as a la conclusin, en una
ses de los campesinos y trabajadores, transformndose as en una argumentacin que ha sido confirmada por la historia, de que el
estructura poltica en la que la clase media sostendra el poder y desarrollo del capitalismo significaba de hecho el desarrollo de la
tratara de representar a las otras clases sociales, controlndolas y dominacin semicolonial de Per e lndoamrica.
organizndolas al mismo tiempo mediante mecanismos corporati- No hay mejor modo de confirmar este anlisis de Maritegui y
vistas. de refutar el anlisis nacional populista de Haya de la Torre que
Pero, de acuerdo con la argumentacin de Haya, por la pobreza examinar la experiencia histrica actual de Mxico y Per.
y debilidad de las sociedades de Amrica Latina -que eran conse-
cuencia de la explotacin colonial, primero por Espaa y luego por
Inglaterra y los Estados Unidos-, estos pases tenan que encontrar MEXICO
un modo de obtener de los pases imperialistas capital y tecnologa
en unos trminos que fueran coherentes con los "intereses naciona- La revolucin liberal que se produjo en Mxico a mediados del
les". Slo un estado basado en el apoyo nacional-popular podra siglo diecinueve produjo la apropiacin y venta de la tierra de la
negociar con eficacia frente al capital imperialista. Slo de este modo iglesia, lo que fue causa del surgimiento de un nuevo proceso de
se podran armonizar los intereses de la nacin y los del capital formacin de haciendas. Debido a la aparicin de los Estados Unidos
extranjero. De este modo el pas conseguira un crecimiento econ- como potencia capitalista de primer orden, estas haciendas se vincula-
mico y los capitalistas extranjeros podran adquirir los productos ron pronto con el desarrollo capitalista de ese pas, al mismo tiempo
primarios necesarios para su desarrollo industrial. que las haciendas mantenan intactas, y en muchos casos reforzadas,
Maritegui, escribiendo desde una posicin socialista, estaba de las formas precapitalistas de relaciones sociales.
acuerdo con Haya en la necesidad de formar una amplia coalicin A finales de siglo, el capital estadouniden~e penetr eficazmente
multiclasista 3 Pero, a diferencia de Haya, Maritegui mantena que en la sociedad mexicana, formando poderosos enclaves agrcolas y
mineros que tenan estrechas vinculaciones con los terratenientes y
2 comerciantes mexicanos. La gran dislocacin producida por los encla-
Vctor Ral Haya de la Torre, El antiimperialismo y el Apra (Lima, Editorial
Amanta, 1972), cuarta edicin.
3
Jos Carlos Maritegui, 7 ensayos de interpretacin de la realidad peruana (Lima; on Peruvian Reality (Austin, University ofTexasPress, 1971). Vase tambin su Ideologa y
Editorial Amanta, 1965), sexta edicin. Publicado en ingls como Seven Interpretive Essays poltica (Lima, Editorial Amanta, 1972), sexta edicin.
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ves estimul el desarrollo de un incipiente mercado interno y, con l, plan poltico para el Per. En Mxico se le denomin "desarrollo
de unos cuantos centros industriales que, por las razones antes men- estabilizador".
cionadas, se vieron pronto bloqueados en su desarrollo. . El control efectivo del sector popular, junto con la retencin de
Estos procesos destructivos que dieron. n~eva form_a. a la soc~e las formas precaptalistas de produccin (con la excepcin de las
dad mexicana produjeron un poderoso mov1m1en.to poht.Ico qu~ m- condiciones cercanas a la esclavitud, que haban sido eliminadas) y
clua a la burguesa naciente, la clase media, trabajadores m?ustnales s s6sid'os saafes, facfit6 fas grandes ganancias de los capitalistas
y campesinos, tanto los que haban sido privad?s de sus tierras p~r extranjeros, que reinvertan parte de sus ganancias dentro de Mxico.
las haciendas como los que haban sido sometidos a nuevas Y. mas De este modo se extendi el capital extranjero fuera del enclave,
intensas prcticas de explotacin que bordeaban con la esc!avitud. contribuyendo as al desarrollo industrial dentro del pas. Este acon-
Mediante ese movimiento, todos esos grupos trataron de mejorar su tecimiento estimul a su vez la aparicin de una burguesa nacional
posicin dentro del orden social. . que estaba subordinada tanto al estado como a las empresas extranje-
Por medio de la accin directa de las masas campesmas, la ras. Junto con el capital privado extranjero y nacional, el sector
revolucin mexicana erradic el sistema de haciendas existente Y los estatal de la economa asumi un papel importante que tena como
enclaves estadounidenses. Pero el estado "antiimperialista", que re- objetivo subvencionar y, al mismo tiempo, "contrarrestar" el capital
presentaba los intereses de las "clases nacionales", se dio cuenta rpi- privado. Pero, como en los casos del Cono Sur, el proceso de indus-
damente de que tena que establecer mecanismos de conciliacin de trializacin afect primordialmente a los bienes de consumo termina-
clases para poder controlar la nueva situacin poltica. Es decir, las dos. Como resultado de ello, Mxico se vio atrapado en un modelo
clases medias dominantes necesitaban "interrumpir" el proceso revo- cada vez ms desfavorable de repatriacin de los beneficios de los
lucionario e institucionalizar la participacin de los diferentes secto- inversores extranjeros, una gran dependencia con respecto a las im-
res, especialmente de las clases populares. Plutarco Elas Ca~le_s, al portaciones de bienes intermedios y de capital, as como de deuda
final de la dcada de los 20, cre los fundamentos corporatlVlstas externa, con un modelo concomitante de distribucin regresiva de la
del estado mexicano al establecer una organizacin de partido que renta.
uniera a los diferentes sectores de la sociedad, por medio de un tipo Sin embargo, el pas experiment una expansin econmica sin
de representacin funcional, y sirviera como intermediario entre es- paralelo que signific casi treinta aos de crecimiento sostenido. Pero
tos sectores y el aparato del estado. El partido trat de definir los por el carcter capitalista dependiente de este desarrollo, Mxico no
lmites permisibles de la actividad poltica de cada uno de estos ha solucionado en realidad los problemas econmicos y sociales plan-
sectores de un modo que resultara coherente con los intereses genera- teados por la Revolucin Mexicana. Se observa as un relativo creci-
les del estado y la nacin que a su vez estaban definidos por las miento de la pobreza en amplios sectores de las clases populares,
clases medias. Este acuerdo permiti el desarrollo del capitalismo de concentradas en las ciudades ms importantes y constituidas en po-
estado y, bajo su tutela, el de la burguesa nacional, la cual, sin blacin "marginal" o, por decirlo en los trminos clsicos, de una
embargo, estaba institucionalmente incluida y se hallaba privada de poblacin estructuralmente desempleada. Se haba cumplido la pre-
capacidad de expresin poltica autnoma. . . diccin de Maritegui con respecto al destino que aguardaba a Mxi-
Habiendo conseguido interrumpir el proceso revoluc10nano Y co como resultado de haber elegido una estrategia neocapitalista de
establecer estas estructuras corporativistas, el estado mexicano inici desarrollo.
el proceso de consolidacin del capitalismo mexicano y de "negocia- El control corporativo eficaz que ejerce el estado por medio del
cin de la inversin" con el capital extranjero durante el perodo PRI sobre las masas populares se basa en su capacidad de establecer
decisivo de la Segunda Guerra Mundial. A partir de ese momento se vnculos polticos clientelistas por medio de sus "caciques" polticos
cre un "clima" de inversin favorable al capital extranjero, con las y sindicales. Por causa de la rpida expansin econmica, tanto el
correspondientes oportunidades para el intercambio sin lmites de estado como la burguesa fueron capaces de incorporar parcialmente
moneda y la repatriacin de los beneficios, entendiendo que as se a las clases populares de una manera "segmentara", mientras el apa-
facilitara el desarrollo industrial del pas. Apareci as el "antiimpe- rato del estado-partido-sindicato trataba de mantener el control sobre
rialismo constructivo" al que haba aludido Haya de la Torre en su la poblacin, inhibiendo as toda posibilidad de desarrollo autnomo.
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Sobre la base de estos instrumentos polticos, el estado ~ su ficacin con el "pueblo", atacando el imperialismo y a los "ricos".
partido han creado una imagen de gran efectividad, de gran capacida? Con respecto a la poltica econmica, el gasto pblico destinado a
de neutralizar la oposicin, lo que ha aumentado a su vez su capaci- ayudar a segmentos de los sectores popular y medio inferior se am-
dad de control poltico de la poblacin. De este mod? el ~stado se h~ pli considerablemente, al mismo tiempo que se utilizaban los recur-
identificado estrechamente con los smbolos del naciOn.ahsm.o? m~~I sos pblicos para expandir el capitalismo de estado, con el objetivo
lizando con efectividad sus recursos para reforzar esta Identificacioh de "nacionalizar" en ltima instancia la economa. Entre tanto, el
del estado con la nacin. Bajo estas condiciones, q~ien. ata~ue ~! gobierno prosigui con la costumbre, firmemente establecida, de sub-
estado 0 a su partido puede ser acusado de conducta an~mac10nal vencionar a la burguesa nacional y extranjera.
y de estar coaligado con los intereses olig~:quicos y extranjeros a que Estas medidas, as como la inflacin y el estancamiento conti-
se haba opuesto originalmente la revoluc10n. _ nuo de los Estados Unidos, llev a una crisis por la contradiccin
Sin embargo en varias ocasiones, desde los anos 40 las clases entre acumulacin y distribucin. Despus de ms de treinta aos de
populares han su~erado el control ,a ~ue les haba sometido el estado, estabilidad, Mxico comenz a sufrir el problema econmico de los
demostrando que con simple retonca no se pueden comp~nsar. l~s otros pases de Amrica Latina: dificultades en la balanza de pagos,
graves limitaciones de clase de este "nacionalismo r__evolu~l.?na~IO : dficits fiscales e inflacin, lo que, unido a la retrica nacionalista,
Estas erupciones, que amenazaban con minar el ~rd~n pohhco ms.tl- llev a una grave reduccin de la inversin extranjera. Todo esto
tucional fueron sistemtica y violentamente repnmidas. Se produ~o, produjo una crisis profunda, tan profunda que a finales de 1976 se
al mism~ tiempo, una intensificacin del us~ d~stributivo Y cooptivo enfrent ,a la situacin sin precedentes de experimentar una especta-
de las medidas proteccionistas y un endurecimiento ~e l~~ controles cular fuga de depsitos bancarios, una amenaza explcita de golpe y
corporativistas, que dieron como result~d.o la neutral~aciOn ,?e est~ una devaluacin de la moneda de casi un 100%.
protesta. La alternancia pendular en Mexico entre gobiernos esta?I- Actualmente la situacin es totalmente distinta de la de 1940.
lizadores" y "nacionalistas", a la que se hace~ frecuentes referencias Una burguesa nacional poderosa, intimamente vinculada a la inver-
en la literatura sobre el tema, se produce precisamente como respues- sin extranjera y salida dentro del marco protector del nacionalismo
ta a los episodios de la movilizacin popular. , . , revolucionario, juega un papel poltico que va implicando un grado
La intensificacin de estas presiones en la ultima de~ada condu- creciente de autonoma frente al estado. La inversin de capital p-
jo a la explosin de 1968, que fue urt.a .:tara a?vert~ncia d~ ql!e el blico coincide parcialmente con el capital privado -nacional y ex-
rgimen poltico deba adoptar una posicion. nac~o?ah~~a, revltahz~n tranjero- hasta el punto de que puede ignorar la retrica nacionalista
do su poltica e ideologa reformista. La diversificaciOn consegmd~ y reformista.
en treinta a.os de capitalismo y la poltica de "desarrollo ~~mpar~! Al mismo tiempo, sin embargo, los trabajadores de los sectores
do", que sera la frmula sustituta del "de~arrollo estab~hza~or , productivos ms dinmicos, pertenecientes a organizaciones laborales
provoc finalmente una crisis en el sistema existente de naciOnahsmo vinculadas con la estructura vertical del PRI, estn aumentando sus
revolucionario. . demandas de mantenimiento o mejora de su nivel de renta. Esta
Inicialmente a partir de 1970 el ejecutivo trat de democratiZar presin de los trabajadores obliga a los dirigentes laborales cooptados
el rgimen polti~o, desmantelando l~s me~anismos clav~ que ante- a presentar esas demandas al estado, legitimando con ello el' papel
riormente haban posibilitado el funciOnamiento de .un sistema que crucial que juegan esos dirigentes dentro del sistema de dominacin.
haba estado cuidadosamente controlado desde la cima del aparato Sin embargo, tales demandas entran en conflicto con los intereses de
estatal. La oposicin de la organiza~in pa~tido-~~ta?~ Y de la bur- la burguesa nacional y extranjera, que trata de establecer un progra-
guesa, tanto "nacional" como extranjera, evidenciO rapidam~nte que ma de "estabilizacin" econmica con el objetivo de mejorar su posi-
ese esfuerzo estaba destinado al fracaso. Lo que permanecia era la cin econmica a expensas de la renta de los trabajadores.
retrica y las medidas tpicas del populismo. ., Este aumento de las contradicciones dentro del sistema puede
Con respecto a esta retrica, el gobierno se comprometio nueva- sobrepasar la capacidad del PRI y el gobierno de equilibrar y arbitrar
mente en un discurso nacionalista impreso sobre el nuevo mol.de d~l los intereses en conflicto del capital y el trabajo. As, el estado tiende
"tercermundismo", que tena como finalidad el refuerzo de su Identl- hoy a perder su capacidad de disciplina y control de estos sectores de
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~rodu~_tiva Y social del pas. Posteriormente, en 1870, el gobierno
la sociedad, que van ganando autonoma con respecto al estado. mcurno en una deuda exorbitante en la construccin del ferrocarril
Dadas estas condiciones, puede parecer que Mxico est evolucionan- co~ _la esperanza de que aumentaran as las oportunidades a la expor~
do gradualmente hacia un rgimen burocrtico-autoritario viniendo a tac10n de productos primarios y a la integracin territorial del pas.
parecerse a los regmenes de este tipo de Amrica del Sur. Sin embar- El fracaso de este proyecto, el declinamiento de la produccin de
go, no ha tenido que moverse hacia este tipo de sistema por medio de guano Y la crisis financiera europea llevaron al pas a la bancarrota.
un rgimen de "seguridad nacional" basado en una dictadura militar, Este ciclo de desastres se complet con la derrota de Per por Chile
pues puede confiar aun en el PRI. en la guerra del Pacfico ( 18 79-1883 ).
Pero bajo estas nuevas condiciones ha aparecido una contradic- , A finales de siglo se haba reiniciado un nuevo ciclo de d.esarro-
cin que tendr dficil solucin y puede empujar a M,xico en esa llo de carcter crecientemente capitalista, pero fue dominadorpida-
direccin. La hegemona del estado en relacin con las diferentes mente por el capital extranjero, debido en parte a la ausencia de
clases sociales se basa en el legado de la revolucin y en el papel que capital nacional. El capital extranjero empez a dominar en las reas
se supone que juega en defensa de los intereses "nacionales" y "po- ~s importantes de produccin, penetrando en la agricultura, mine-
pulares". La amplitud de la represin poltica y econmica requerida na, transporte, banca y comercio internacional, creando as una tpi-
para una poltica de estabilizacin minar la coalicin que apoya al ca economa exportadora de enclave. Los enclaves a su vez estable-
estado, provocando una divisin entre el estado y la sociedad, con el cieron vnculos con los grandes terratenientes y ia burgue'sa local
consiguiente desmantelamiento del aparato poltico creado como con la finalidad de maximizar sus ganancias y beneficiarse de las
consecuencia de la Revolucin Mexicana. La precariedad poltica de relaciones polticas que proporcionaba este grupo.
la dominacin de clase ser entonces plenamente evidente, siendo Aunque durante las dos primeras dcadas de este siglo existi
precisa la reorganizacin total del rgimen, con todas las consecuen- una situacin de tensin permanente entre los enclaves extranjeros y
cias crticas que ello podra conllevar. algunos de los sectores afectados de la clase dominante nacional en
1920 la situacin se haba resuelto en favor de un modelo de desa~ro
llo dependiente en gran medida del capital extranjero. Para entonces
PERU el gobiern? empez a _representar directamente los intereses del capi-
tal extranJe_ro, subord_mando a stos a los grandes terratenientes y a
Hacia finales del siglo diecinueve, Per segua gobernado por los comerciantes naciOnales. Para este papel, el gobierno goz del
gamonales y caudillos que estaban vinculados a los intereses divergen- apoyo poltico y econmico de las empresas de enclave en el interior
tes de los diferentes grupos comerciales y terratenientes regionales, del pas, as como del gobierno de los Estados Unidos. Una de las
que dominaban a su vez sobre la poblacin india. En este sentido, el manifes~a~~ones de ~ste apoyo fue la creciente entrada de prstamos
sistema social y poltico era de carcter nacional. Ningn sector de la que rec~biO_,el gobierno con el fin de llevar a cabo el proceso de
clase dominante era capaz de formar un estado nacional y proporcio- modermzaciOn que estaba realizando el capital extranjero y de pro-
nar una identidad nacional a la sociedad peruana. mover la integracin territorial y nacional del pas.
Adems, el pas haba quedado seriamente "descapitalizado", a . En el contexto de estos cambios, se produjo una reorganizacin
pesar de haber gozado de cuarenta aos de rentas relativamente altas ~mportante de la estructura peruana de clases, la cual tuvo un gran
derivadas de las exportaciones de guano. Tal descapitalizacin se de- 1mpacto en el desarrollo futuro del pas. En el norte, los enclaves del
bi, fundamentalmente, al hecho de que esas rentas haban produ- azcar minaron a la vieja aristocracia terrateniente, absorbieron mu-
cido primordialmente el enriquecimiento de la burguesa comercial, chas propiedades pequeas y medianas y convirtieron a muchos agri-
que no encontraron mejor oportunidad para la inversin que dedicar- cultores que tenan las tierras en arriendo y a miembros de las comu-
la al comercio de importacin y a hacer prstamos al gobierno; que se nidades, indias en_ un proletariado rural, desplazando, adems, a la
hallaba en un estado de endeudamiento permanente. Las rentas p- burguesia comercial y la clase artesana. En las montaas centrales en
blicas, a su vez, se dedicaban a sojuzgar las rebeliones de los caudillos la zona del enclave minero, se logr un alto grado de concentra~in
y sus partidarios, deseosos de tomar el control de las lucrativas ganan- de la produccin por medio de la compra de cientos de propiedades
cias del guano. Por eso no se logr la transformacin de la estructura
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EL CONO SUR Y LAS SOCIEDADES DE "ENCLAVE"

de tamao medio. Se establecieron tambin grandes granjas que pro-

porcionaran tierra de pasto para la produccin de lana, siguiendo el En 1950, como resultado de una importante transformacin del
sistema internacional, se inici en Per un nuevo ciclo de inversin
modelo de la parte sur del pas. extranjera. Signific la inversin en recursos naturales y en el desarro-
Sin embargo, al mismo tiempo, los terratenientes que no haban llo industrial. Se aadi a esto la expansin de los programas de gasto
sido desplazados por la expansin del enclave se encontraban ahora pblico, que se destinaron a los centros urbanos en un esfuerzo por
en una posicin mejor para vender los bienes agrcolas producidos neutralizar las demandas polticas del sector popular. Ello fue causa
por los campesinos en sus haciendas y por las comunidades indias, de la acentuacin de las diferencias entre el campo y la ciudad y
dado el incremento de la demanda de alimentos estimulado por el contribuy a acrecentar la migracin a la ciudad, lo que produjo
desarrollo de los enclaves y por la resultante dislocacin de los traba- cambios fundamentales en la estructura de clase del Per. Estos acon-
jadores de sus medios de produccin. De este modo, como anotamos tecimientos cumplieron la prediccin que hizo Haya en los aos 20 de
antes, los enclaves pudieron reducir considerablemente sus costos de que la expansin de la inversin extranjera acabara con el "feudalis-
produccin. mo" y promovera as la modernizacin del pas.
Todo ello dio lugar a un movimiento de protesta que fue dirigi-
En 1956, el sector exportador de la burguesa -con el fin de
do por Maritegui y Haya de la Torre. La crisis econmica de 1930
conseguir la representacin directa de sus intereses dentro del esta-
desencaden las fuerzas populares que se haban creado, llevando a la
do- se opuso a la "reeleccin" del presidente Odra, quien haba
formacin de los primeros partidos con base de masas con una orien-
llegado al poder con el golpe de 1948. En este punto, con el fin de
tacin nacional y popular y un poderoso componente indgena. Estos
partidos trataron de alterar las bases sociales y las medidas fundamen- legitimar su poder mediante canales "democrticos", tuvo que dar al
tales del estado. Pero como en Mxico, y en contraste con el Cono APRA una oportunidad de compartir el poder. La lite exportadora
Sur, la limitada autonoma poltico-econmica de los propietarios estableci una alianza informal con el APRA, formndose as la base
nacionales y del estado con respecto al capital extranjero les impidi coalicional para la presidencia de Manuel Prado, que empez en
absorber y canalizar estas aspiraciones populares. Adems, la posibili- 1956. Esta alianza dio fin al perodo de represin del APRA, conce-
dad de que los indios pudieran participar como ciudadanos en la vida dindole la oportunidad de iniciar desde dentro del gobierno una
poltica del pas resultaba inaceptable para la gente decente*, propor- serie de medidas que satisfacieran a corto plazo las necesidades del
cionando ms razones para el bloqueo de cualquier apertura impor- sector popular urbano. Esta aproximacin gradual y nada radical
tante del sistema poltico. En estas condiciones se produjo una vio- evit un giro abrupto de poltica que las lites temhn pudiera contri-
lenta confrontacin entre las principales clases de la sociedad: entre buir al desarrollo del "comunismo internacional"; :) que pudiera lle-
el ejrcito (dado que la coalicin previamente dominante era incapaz var a una vuelta a la primera represin contra el APRA.
de controlar la situacin poltica) y el partido APRA, que ocup el La alianza del APRA con la lite, que fue muy criticada por los
papel de representacin del sector popular. El resultado fue la derro- grupos del sector popular y la nueva clase media que haban surgido
ta total del APRA y la supresin de este partido durante ms de una en el contexto de la urbanizacin y el cambio social continuos, cre
dcada. un vaco poltico que esos grupos deseaban llenar. De nuevo los
En 1945, debido a un cambio en la atmsfera poltica que se eslganes nacional-populistas de los aos 30 se convirtieron en una
produjo como resultado de la derrota militar de Alemania y la reno- parte central de la retrica poltica del pas. Se lleva~an a ca?o
vacin de la movilizacin popular, el pas experiment un breve pe- "cambios estructurales" que crearan una verdadera sociedad naciO-
rodo de democracia que interrumpi los quince aos de persecucin nal y la haran independiente de la dominacin "externa".
que haban sufrido el APRA y las organizaciones populares. Las ma- Apareci al mismo tiempo en Per una ola de movimientos
sas populares exigieron de nuevo sus derechos, pero, como en 1930, campesinos e !le continuara hasta los aos 60. El objetivo de estos
la clase dominante no poda concederlos, y este breve perodo demo- movimientos inclua la devolucin a los campesinos de las tierras que
crtico se cerr con un nuevo golpe militar en 1948. les haban quitado las haciendas y la eliminacin de las formas preca-
pitalistas de control del trabajo agrcola, que para aquel tiempo eran
* En castellano en el original (N. del T.). ya claramente un anacronismo. El movimiento laboral fue alcanzan-
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do gradualmente una posicin autnoma que era independiente del de gasto pblico orientado a extender el patrocinio poltico a dife-
control de la APRA. Asimismo, dentro del ejrcito y la iglesia, que rentes partes del sector popular como un sustituto de las reformas
haban sido los pilares del sistema oligrqui~o, surgi una nueva ideo- sociales. Este sustancial incremento (inadecuadamente financiado)
loga del desarrollo que pona de relieve la necesidad de llevar a cabo del gasto pblico coincidi con la concesin de importantes exencio-
en Per cambios estructurales fundamentales como medio de evitar nes fiscales al desarrollo industrial. Sin embargo, desde 1965 el flore-
los conflictos sociales que pudieran acabar dividiendo a la sociedad cimiento exportador que haba servido de apoyo a ese gasto pblico
nacional. se interrumpi, y las exportaciones comenzaron a menguar. Se aa-
As, a principios de los aos 60 haba prcticamente un acuerdo di as una crisis econmica a los problemas polticos que se haban
unnime en que el pas necesitaba llevar a cabo reformas estructura- estado conformando. Se produjeron, adems, una serie de escndalos
les de un carcter nacional popular. En 1963, tras un breve experi- pblicos que implicaron a altos funcionarios gubernamentales y a sus
mento con el primer gobierno militar institucional de las fuerzas familias. En esta situacin se hizo necesario devaluar la moneda y
armadas que apareci en Amrica Latina -que haba llegado al poder llevar a cabo un paquete de medidas estabilizadoras que se supona se
en 1962 con el fin de bloquear la eleccin de Haya a la presidencia-, acompaaran de nuevas e ingentes inversiones en la minera que
Fernando Belande Teny subi al poder con el apoyo de los nuevos ayudaran a aliviar los problemas econmicos del pas.
partidos reformistas que haban aparecido en los aos 50, as como En este contexto, otro escndalo en relacin con las dudosas
con el de la iglesia y las fuerzas armadas. negociaciones entre el gobierno peruano y la Internacional Petroleum
En esta~oyuntura, pareca que finalmente se iba a llevar a cabo Company -una filial de la Standard Oil y smbolo de la dominacin
en Per un programa de reformas significativo. Pero la reforma se vio extranjera- destruy completamente la legitimidad del gobierno. Es-
bloqueada por dos factores decisivos. En primer lugar, aunque el to puso finalmente de manifiesto las tendencias intervencionistas que
sector latifundista de la coalicin dominante haba perdido una gran se haban estado desarrollando en el ejrcito y condujo al golpe
parte de su fuerza poltica, segua gozando de una importancia polti- militar del 3 de octubre de 1968 y a la inauguracin de la "revolu-
ca desproporcionada debida a la exclusin de los analfabetos -es cin peruana".
decir, los campesinos indios de las reas de los latifundios- de los La falta de articulacin poltica de la sociedad y el alto grado de
derechos de ciudadana y voto y a la sobrerepresentacin resultante desarrollo organizativo del ejrcito permiti al gobierno revoluciona-
de los latifundistas en la legislatura nacional. En este contexto, el rio de las fuerzas armadas una considerable autonoma con respecto a
APR;\ entr en una alianza conservadora con el movimiento poltico los diferentes sectores y clases de la sociedad peruana, facilitando a
conc ..1cido por el general Odra, el mismo general que haba persegui- los militares el intento de transformacin fundamental de la socie-
do Implacablemente al partido tras el golpe militar de 1948. Esta dad, de acuerdo con su propio diseo, de cara a la construccin de un
al'.mza bloque todas las medidas reformistas propuestas en las cma- estado-nacin. Este gobierno desarroll desde el principio un amplio
r' ,s legislativas en medio de la sacudida poltica de los 60, que incluy programa de reformas bsicas, logrando en pocos aos la eliminacin
:a toma de tierras por parte de los campesinos en las montaas y la del sistema de haciendas -uno de los ms importantes componentes
gran formacin de nuevos asentamientos de colonos usurpadores, la precapitalistas de esa sociedad-, la eliminacin de la oligarqua ex-
creciente autonoma de las organizaciones laborales con respecto al portadora y la nacionalizacin de la mayor parte de los enclaves
control del APRA, el crecimiento de la militancia estudiantil y, final- agromineros, lo que produjo un importante crecimiento del sector
mente, en 1965, un movimiento de guerrillas que, a los ojos de los pblico.
observadores militares, amenazaba con minar el orden social. La con- Pero como el gobierno estaba intentando realizar un programa
tradiccin entre este estado de perturbacin poltica y el fracaso de cuya responsabilidad resida en las fuerzas armadas, todas estas medi-
la reforma convenci definitivamente a los dirigentes militares de que das se llevaron a cabo de un modo estrechamente administrativo y
el sistema "democrtico representativo" no era capaz de satisfacer las tecnocrtico que trat de impedir cualquier papel a la movilizacin
necesidades fundamentales del pas. popular. Precisamente por el carcter tecnocrtico de las reformas y
Durante el perodo Belande, tanto la coalicin gobernante co- el intento de imponer controles corporativistas, el movimiento popu-
mo la oposicin, dirigida por el APRA, haban apoyado un modelo lar, que haba estado creciendo durante los aos 60, no pudo ser
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contenido dentro del marco de las directrices gubernamentales, que disminuy el volumen y el precio de las exportaciones, y la creciente
trataban de organizar la sociedad de acuerdo con el molde del inefec- deuda externa empez pronto a dar cuenta de casi el 45 /0 del valor
tivo estado militar. Este problema no lo solucion ni siquiera la total de las exportaciones. En 1975, el dficit fiscal y los graves
cooptacin de un gran nmero de intelectuales y profesionales desilu- problemas de balanza de pagos amenazaron la posicin monetaria
sionados por la poltica de la dcada de los 60, ni el amplio uso que internacional del Per.
hizo el gobierno de la retrica nacionalista y anticapitalista del Tercer A mediados de 1975, las fuerzas armadas tuvieron que reorien-
Mundo. tar la poltica econmica, pasando gradualmente a una poltica de
Como el estado no fue capaz de organizar a la poblacin al estabilizacin que se encontr con una decisiva movilizacin popular,
modo corporativista, trat de romper la autonoma de las organiza- acelerando as la aparicin de una grave escisin entre el estado y la
ciones populares incorporndolas a sus propias organizaciones labora- sociedad.
les. Los grupos de trabajadores existentes se resistieron tenazmente a En 1977 la intensificacin de la crisis econmica impuls al
ese intento. El resultado final fue la derrota poltica del gobierno en gobierno a negociar un programa de medidas estabilizadoras con el
su intento de controlar la participacin popular, intento que form Fondo Monetario Internacional como precondicin para la renegocia-
parte del esfuerzo por transformar la sociedad. cin de las deudas de Per con la comunidad bancaria privada inter-
La burguesa industrial, aunque goz de numerosos beneficios y nacional. Como era de esperar, el FMI exigi la fiel conformidad con
del apoyo directo del estado en la formacin de capital, tampoco se su doctrina clsica, a lo que se resisti el gobierno, conocedor de las
senta muy deseosa de seguir las directrices gubernamentales, que consecuencias sociales y polticas que resultaran. Pero el gobierno
limitaban en gran medida su autonoma y la expresin poltica de sus tuvo que rendirse pronto. Sin embargo, ni siquiera este arreglo con-
intereses, lo que dificultaba que se pudiera defender contra las medi- tent a la burguesa, que quera la eliminacin del sector estatal de la
das gubernamentales desfavorables. economa y la apertura definitiva al "libre" movimiento de capitales,
Estas dos reas del fracaso poltico -los trabajadores y la bur- especialmente del capital extranjero.
guesa- ilustran claramente el dilema genrico del gobierno militar
enfrentado a todo el espectro de clases e intereses sectoriales de la La huelga general nacional del 19 de julio de 1977, que repre-
nacin. Aunque trat de beneficiar a una amplia gama de grupos y de senta un mojn en la historia peruana, la represin del movimiento
vincularlos al estado en una estrategia corporativista de conciliacin laboral que sigui a la huelga; y las dos huelgas generales subsiguien-
de clases, por distintas razones sus esfuerzos fueron rechazados pnc- tes de 1977-1978, dirigidas por el movimiento de trabajadores y
ticamente por todas las clases sociales. apoyadas por un amplio espectro de diferentes grupos sociales, pusie-
En ltima instancia, el gobierno militar fracas tambin en la ron de manifiesto el aislamiento del estado militar con respecto a la
esfera internacional. A pesar de la retrica nacionalista y tercermun- sociedad. En estas condiciones la junta militar convoc una Asamblea
dista del gobierno, el capital extranjero fue compensado realmente Constitucional para 1978 y ofreci la "transferencia" del gobierno,
por las expropiaciones -de hecho fue compensado en exceso-. Esto pero no del poder, a los civiles en 1980, sentando las bases para la
se produjo en una medida importante con la mediacin del gobierno eliminacin final de los militares del poder.
de los Estados Unidos, que quiso impedir la "cubanizacin" o "chile- Con esta convocatoria a la participacin civil reemergieron los
nizacin" del Per. El inters por impedir ese resultado llev tambin antiguos partidos polticos y, junto con ellos, nuevos partidos de la
a los Estados Unidos a apoyar al gobierno militar en sus esfuerzos por izquierda revolucionaria que exigieron la democratizacin poltica
obtener nuevos prstamos exteriores para financiar su programa de del pas y un paquete de medidas econmicas redistributivas.
desarrollo econmico, que a su vez caus un gran incremento del Por tanto, a principios de 1978 la situacin poltica implicaba
nivel de importaciones. Adems, a principio de 1974, el gobierno una contradiccin flagrante entre el intento de adoptar medidas esta-
militar inici compras masivas de armamento en respuesta a la per- bilizadoras de las exigidas por el FMI y las demandas de los sectores
cepcin del peligro inminente de guerra con Chile tras la subida al populares organizados. Hay una amplia gama de resultados posibles,
poder del gobierno de Pinochet. pero lo que tiene ms probabilidades es el establecimiento de una
Con el inicio de la recesin mundial de primeros de los 70, nueva dictadura militar que "ponga las cosas en orden" antes de que
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EL CONO SUR Y LAS SOCIEDADES DE "ENCLAVE" 285
las demandas populares produzcan una confrontacin poltica abierta
con el estado y la burguesa. y sociedad ms completas de las experimentadas en ese pas. En
Estos acontecimientos han incrementado la tensin dentro del ambos casos, estos acontecimientos parecen indicar la posibilidad de
ejrcito, pues el objetivo original del gobierno militar era, tal como un importante grado de convergencia con los pases del sur.
decan los eslganes, el logro de la unificacin nacional mediante una Est fuera del objetivo de este libro el proporcionar una respues-
alianza del "pueblo y las fuerzas armadas". La aplicacin de las medi- ta definitiva a la cuestin de si esa convergencia se producir o no.
das econmicas requeridas por el FMI representa la desaparicin final Pero podemos concluir simplemente con la proposicin de una agen-
de las esperanzas que llevaron a los militares a su fase "revoluciona- da de prioridades de trabajo sugeridas por la posibilidad de esa con-
ria". Para descartar todo lo que se ha intentado y lo que se ha vergencia. En el anlisis del anterior perodo histrico de estas dos
conseguido hace falta no slo eliminar completamente la posibilidad series de pases, era decisiva la naturaleza muy diferente de las expe-
de integracin nacional, sino tambin el aislamiento de los militares riencias populistas. En los pases con enclaves, la cuestin de integra-
con respecto a la sociedad ... y eso en el centenario de la guerra del cin nacional a la que se enfrentaban los lderes populistas era en
Pacfico. varios modos mucho ms profunda, y requera enfrentarse tanto con
unos sectores precapitalistas de la economa proporcionalmente mu-
cho ms amplios como a un grado mucho mayor de diversidad tnica
CONCLUSION y cultural que resultaba de la presencia de grandes poblaciones ind-
genas. Los recursos simblicos y modelos de movilizacin que surgie-
Qu se puede deducir de este anlisis? La comparacin bsica ron en estos contextos parecen, pues, distintos en aspectos importan-
en que se ha centrado este captulo implica una serie de diferencias tes.
entre los pases del Cono Sur y Brasil, por una parte, y Mxico y Per En diversos momentos del anlisis anterior se puso de manifies-
por la otra. Tomando como punto de partida el contraste entre los to que estos sistemas de dominacin estn siempre centralmente inte-
pases en los que el perodo de crecimiento de la exportacin que se resados por el problema de la proteccin de la acumulacin capitalis-
inici en el ltimo siglo estaban, en un grado significativamente, ta, y que su capacidad para lograrlo sin la utilizacin de la represin
"controlados nacionalmente", en oposicin a los que estaban centra- abierta depende de la habilidad y recursos que puedan aportar a la
dos en enclaves dominados por el extranjero, identificamos una serie tarea de equilibrar las presiones existentes en favor de la redistribu-
de contrastes en el impacto del crecimiento de las exportaciones, la cin y en favor de la acumulacin. En ltima instancia, hemos. de
naturaleza del sistema de dominacin que apoyaba ese crecimiento y tratar de descubrir si estas habilidades y recursos son realmente dife-
los tipos de movimientos populistas que aparecieron posteriormente rentes, de una manera fundamental, en Per y Mxico en contraste
en esos pases. con los pases del Sur. Para ello sern necesarias nuevas y extensas
Sin embargo, el anlisis de los acontecimientos peruanos y mexi- investigaciones sobre la experiencia pasada de estos pases con. _el
canos ms recientes plantea graves cuestiones con respecto a si estas populismo, as como el "control" continuado de su futura evoluc10n
dos series de pases estn siguiendo realmente trayectorias de desarro- poltica.
llo diferentes. A mediados de los aos 70, Per y Mxico no slo
experimentaron un grave giro a la derecha en poltica econmica,
sino que parecan dirigirse a una represin flagrante que poda pare-
cerse cada vez ms a la experimentada en el Cono Sur. Sugerimos
antes que el rasgo especial del sistema mexicano que lo haba hecho
tan diferente -el papel del PRI en la ejecucin y legitimacin del
sistema de dominacin- puede estar siendo socavado. Asimismo, los
enrgicos esfuerzos del gobierno militar peruano por conseguir la
integracin nacional y una conciliacin de los intereses de clase han
sido reventados y han producido una de las separaciones entre estado
 PARTE TERCERA
EVOLUCION FUTURA DEL AUTORITARISMO Y
DIRECTRICES PARA LA NUEVA INVESTIGACION
 VII. LAS TENSIONES EN EL ESTADO BUROCRATICO
AUTORITARIO Y LA CUESTION DE LA DEMOCRACIA
por Guillermo
'
O'Donnell*
.

La realidad es compulsiva. En 1974 escrib un ensayo centrado en la

experiencia de los estados burocrtico-autoritarios (BA) existentes en
aquel tiempo; estaba convencido de su inminente reaparicin en Ar-
gentina1 . En aquel ensayo trat de las condiciones que contribuyen a
la aparicin de los estados BA, pero mi inters giraba ya en torno a la
dinmica generada por las tensiones internas del BA y por su impacto
en la sociedad. Ahora, a finales de 1978, con un Brasil que hace
precavidos pero significativos movimientos hacia la democracia pol-
tica, con un Chile y un Uruguay sometidos a sistemas de dominacin
que no parecen enfrentarse a un grave desafo, y con una Argentina
que est sufriendo la primera fase de la implantacin del BA, me
gustara reconsiderar la interrelacin entre las tensiones internas del
BA y,su impacto sobre la sociedad.
En contraste con mi ensayo anterior, tan slo examinar aqu la
primera fase de la evolucin del estado BA, y dentro de ella los
efectos de los factores que previamente haban quedado insuficiente-
mente analizados: esto es, los factores estrictamente polticos, en
particular el problema de la democracia. En un nivel superficial, el
hecho de que se haya planteado la posibilidad de una vuelta a la
democracia puede parecer atribuible, en principio, a una "mala con-
ciencia" por parte de los lderes del BA o a presiones externas. Sin
embargo, en un nivel ms fundamental, argumentar que la naturale-
za de este estado acarrea cuestiones profundas y permanentes. Man-
tendr que el hecho mismo de que se haya planteado la cuestin de la

* En memoria de Kalman Silvert, a quien admir.

1
Inicialmente presentado ante la "Conferencia de Historia y Ciencia Social", Univer-
sidad de Campinas, Brasil, 1975, y publicado como "Reflexiones sobre las tendencias gene-
rales de cambio en el Estado burocrtico-autoritario" (Documento CEDES/G. E.
CLACSO/Nm. 1, Centro de Estudios de Estado y Sociedad, Buenos Aires, 1975). Se
public tambin en lengua inglesa como "Reflections on the Patterns of Change in the
Bureaucratic-Authoritarian State", Latin American Research Review Vol. 13, nm. 1 (in-
vierno de 1978), pp. 3-38.

289
 LAS TENSIONES EN EL ESTADO BUROCRATICO-AUTORITARIO 291
GUILLERMO O'DONNELL
290
El ~sta~o ~poya Y organiza estas relaciones de dominacin por medio
democracia (con independencia de que se la califique de "orgnica", de m~!Itucwnes que suelen gozar de un monopolio de los medios de
"responsable" o incluso "autoritaria") es una ind.icacin de las ~en coer~10n dentro de un territorio definido, y que generalmente se
sienes fundamentales existentes dentro de este sistema de domma- considera que tienen un derecho legtimo a garantizar el sistema de
cin, as como frente a los sectores sociales q.ue excluye_el BA. dominacin social. Como tal, el estado debera ser entendido desde
Este tema es importante, puesto que SI nos centraramos e~ los dentro de la sociedad civil, aunque en su forma objetiva e institucio-
rasgos superficiales del estado BA podramos llegar a conclusiones nal parezca estar, y as lo proclame, por encima de la sociedad.
errneas. Las instituciones del BA suelen aparecer com.o una fue~za El q~e aqu nos interesa es un tipo de estado capitalista. Como
monoltica e impositiva cuya retrica alaba la racionah?~d s~penor tal, mantiene Y estructura la dominacin de clase en el sentido de
que se debe imponer a la ricin para. _salvarla d~ sus. cnsis mas pro- que esta dominacin est enraizada principalmente 'en una estructura
fundas Estas instituciones dan tambien la apanencia de cambio Y de cl~se que, a su v~z, tiene ~u ~undamento en la operacin y repro-
adapta~in por la evaluacin "imparcial" y "tcnica" del grogreso duccion de las relaciOnes capltahstas de produccin. Estas relaciones
que se est haciendo en la imponente tarea de ~alvar la ~acion. Pero de p~oduccin son el "corazn de la sociedad civil", dentro de la cual
detrs de esta fachada, el estado BA est sometido a tenstones -c.on- cons~deramos ~1 estado como el aspecto estrictamente poltico de las
tradicciones dilemas y peligros- 2 , que son reflejo de la extraordma- relaci~nes sociales de dominacin. Desde esta perspectiva el estado
ria dificultad de consolidar un sistema de dominacin que no p~ede es, pnmer~ Y ante todo, una relacin de dominacin que articula de
ocultar ni el hecho de que se basa en la coercin ni el de que qu.Ienes modo. desigual l~s componentes de la sociedad civil, apoyando y
le apoyan ms decisivamente representan un espectro de 1~ sociedad or~a.n~ando el sistema existente de dominacin social. Lo que da
mucho ms estrecho que la nacin entera, a la que el BA afirma estar eficacia a es~e apoy.o son determinadas manifestaciones objetivas del
sirviendo. Su dominacin es particularmente severa porque, por la
e.sta?~: sus mstitucwnes y la ley. Sin embargo, las consecuencias y el
naturaleza misma de su fundacin, este estado entraa, para su pro-
sigmflcado autnticos de stas slo se pueden entender como mani-
pia legitimacin, un rechazo anticipado de la base. El B~ surge de
festaciones objetivas de determinados aspectos del sistema de domi~
una abrumadora derrota poltica del sector popular y sus abados, q_u~
nacin de la sociedad.
fue impuesta al precio extremo de imposibilitar que el .BA se legiti-
Quisiera poner de manifiesto dos temas interrelacionados con
me. Este alto costo sugiere lo mucho que estaba en JUego en los
respecto al estado: en primer lugar, su realidad analtica en cuanto
conflictos que precedieron a la implantacin del BA. Desde est~ pers-
que aspecto poltico de determinadas relaciones sociales de domina-
pectiva debemos considerar un tema, como el de la democracia, que cin, Y en segundo lugar su objetivacin concreta como una serie de
podra parecer surrealista. Sin embargo, antes de tratarlo habremos instituciones y normas legales. Teniendo en mente la interrelacin
de considerar algunas cuestiones ms generales. entre estos dos rostros del estado -el analtico y el concreto-, pode-
mos ver la falsedad de la afirmacin de que las instituciones del
CONCERNIENTE AL ESTADO estado encierran una racionalidad que es distinta a la de la sociedad
El estado es, fundamentalmente, una relacin social de, domina- civil Y superior a ella, y en consecuencia la falsedad de negar el papel
cin' o dicho con ms precisin ' un aspecto -y como tal solo com- fundamental del estado en la articulacin de la sociedad civil de un
., 3 modo desigual (o, ms precisamente, contradictorio).
prensible analticamente- de las relaciones sociales de dommacion
Adems, la aparente separacin de las instituciones del estado
2 Un argumento similar es presentado por Philippe C. Schmitter, "Liberation by
con respecto a la sociedad civil promueve la aparicin de diversas
Golpe: Retrospective Thoughts on the Demise of Authoritarian Rule in Portugal", Armed vinculaciones o "mediaciones" entre la opacidad y fraccionalizacin
Forces and Society, Vol. 2, nm. 1 (noviembre de 1975}, pp. 5-33. de,,o que. es "p~ivado" -es decir, la sociedad civil- y el papel "pbli-
3 Este anlisis representa una revisin de la concepci!l del estado q~~ estaba implc~ co Y umversahsta (para la poblacin que est dentro de sus fronte-
ta en mi ensayo "Reflexiones". Considero ahora que esta prunera co~cep;1on estab~ excesi- ras) con el que las instituciones estatales suelen presentarse a s mis-
vamente centrada en los rasgos institucionales del estado. Por desgracm, sol~ pu??o m~odu
cir aqu brevemente los elementos ms indispensables de esta ~onceptualiz~,c10n rev1sada. mas ante la concie~cia ordinaria. Carezco aqu de espacio para desa-
Para un anlisis ms completo, vase mis" Apuntes para una teona del ~stado (Documento rrollar el razonamiento que subyace a esta conclusin, pero usual-
CEDES/G. E. CLACSO/Nm. 9, Centro de Estudios de Estado y Soc1edad, B.A. 1977).
 LAS TENSIONES EN EL ESTADO BUROCRATICO-AUTORITARIO 293
292 GUILLERMO O'DONNELL
pueblo y lo popular implican un "nosotros" que es portador de las
mente el estado es tambin el foco organizativo del consenso dentro demandas de justicia sustantiva, que son la base de las obligaciones
de la sociedad, del que extrae la base para su propia legitimacin. del estado hacia los segmentos menos favorecidos de la poblacin;
Para lograr el consenso, estas instituciones deben aparecer .como el Normalmente, en un estado capitalista el sujeto del estado es el
estado, como agentes de un inters general de una .com~m?ad -la ciudadano, quien tiene el. derecho, que no le es sistemticamente
nacin- que trasciende a la reproduccin de 1~ ~ida. dmn~ e~ la denegado, a presentar reivindicaciones de justicia sustantiva ante las
sociedad civil. La reificacin del estado en sus obJetivaciOnes ~nst~t,u apropiadas instituciones del estado. Claro est que ese derecho se
cionales oscurece su funcin subyacente de garante de la dommac10n halla en realidad limitado por las desigualdades sistemticas que sur-
dentro de la sociedad; sin embargo -puesto que se implica ~ue el gen de la subyacente estructura de clases de la sociedad, as como de
estado y sociedad parecen estar separados- tiende a generar diversas otras formas de desigualdad social. Sin embargo, este derecho es
mediaciones entre ellos, por medio de las cuales se pueda crea~, el parcialmente real, y la creencia en su existencia es normalmente un
consenso. El estado, en ltima instancia. est basado en la coercion, elemento importante del consenso, y no entraa un desafo ni a la
pero suele estar basado tambin en el consenso, que al mismo tiempo dominacin ejercida en la sociedad ni a la funcin del estado como
cerca y oculta la coercin. , ., . agente o representante del inters general de la nacin.
La principal mediacin a la qul' antes aludi ~s la naci~n. Entie~: La eficacia de esta idea de la nacin, junto con la de ciudadana
do por nacin las identidades colectivas que deh~en. un nosotr~s y lo popular, permite aparecer a las instituciones estatales como agen-
que se compone, por una parte, de una red de s?hdan~a?es sobreim- tes que logran y protegen un inters general; es decir, el inters
puestas a la diversidad y antagonismo de la sociedad Civtl, Y por otra general de un "nosotros" que est por encima del faccionalismo y los
parte del reconocimiento de una colectividad distinta al "ell?s': que antagonismos de la sociedad civil. Adems, el efectivo funcionamien-
constituyen las otras naciones. La nacin se expresa ~or med1? de un to -como una realidad institucional y en los trminos de la acepta-
denso simbolismo representado por la bandera y el hlillno nac10na~es, cin subjetiva de una gran parte de los actores sociales relevantes- de
as como por una historia oficial que mitifica un pasado compartido las ideas de ciudadana y' lo popular suele proporcionar una base de
y cohesivo y ensalza un nosotros" colectivo que debera prevalecer consenso para el ejercicio del poder, y en ltima instancia de la
sobre las escisiones de la sociedad civil (no slo las que hay entre las coercin, por parte de las instituciones del estado. Ello es as porque
clases sociales). la base del poder del estado debe parecer residir fuera del estado
Hay otras dos mediaciones polticas fundamentales. Una ,e~ la mismo. El estado slo puede ser legitimado si parece residir en refe-
ciudadana en el doble sentido de: 1) igualdad abstracta que - basica- rentes externos a cuyo inters general se supone que sirven las institu-
mente por 'medio del sufragio universal y el corre~p?n~ien~~ rgimen ciones estatales. Normalmente estos referentes externos son la na-
de democracia poltica- es el fundamento de la reivmdicaclOn de que cin, conjuntamente con la ciudadana y el pueblo, que representa la
el poder ejercido mediante las instituciones estatales por parte de lo.s interseccin de un "nosotros" abstractamente igual (esto es, la ciuda-
ocupantes de las funciones gubernamentales se basa en el ~onsenti dana) y un "nosotros" que es concretamente desigual (que implica
miento de los ciudadanos; y 2) el derecho a poder recurrrr. a una el tutelaje sobre la parte menos favorecida de la sociedad, es decir el
proteccin jurdicamente regulada frente a los actos arb.itr~;lOs por pueblo). De estos referentes suelen emerger identidades colectivas
parte de las instituciones del estado. La segunda mediacion es el que estn por encima de las divisiones de clase que puedan surgir de
pueblo o lo popular 4 Esta mediacin se bas~ en un "nosotros" que la sociedad civil. Como el estado aparece separado de la sociedad y
no deriva ni de la idea de ciudadana compartida, que abstractamente objetivado en sus instituciones, stas no puede legitimar por s mis-
implica derechos iguales, ni de la idea de nacin, que implica dere- mas el poder que ejercen salvo por medio de referentes colectivos a
chos concretos que se aplican igualmente a todos los que pertenecen cuyos intereses generales afirman servir. Cada uno de estos referentes
a ella, con independencia de su posicin dentro de la sociedad. El colectivos media en la relacin entre el estado y la sociedad, transfor-
mando su realidad subyacente; de ah su funcin en la consecucin
4
Nota del traductor a lengua inglesa: Estos dos, trminos no se traducen porque los del consenso y, por tanto, en la legitimacin del poder ejercido por
vocablos ms equivalentes en lengua inglesa, "people" y "popular", tienen significados las instituciones del estado.
diferentes. El significado que le da O'Donnell est indicado en el texto anterior.
294 GUILLERMO O'DONNELL LAS TENSIONES EN EL ESTADO BUROCRATICO-AUTORITARIO 295

Por otra parte, merced a esas mediaciones, el sujeto social, en 3. Este proceso contribuy a la cada del sistema de dominacin
cuanto que miembro de una sociedad, se eleva por encima de su vida oligrquica y a su reemplazo por un sistema de dominacin burguesa
privada. Identificndose con los smbolos de la nacin, ejerciendo los apoyada por la expansin del sistema institucional del estado, que
derechos de ciudadana, y eventualmente realizando demandas de abri el camino a la supremaca del capital transnacional en la estruc-
justicia sustantiva como parte del pueblo, el sujeto social trasciende tura productiva urbana.
su vida y se reconoce como parte de un "nosotros" que, desde otras 4. En los perodos precedentes a la instalacin del BA, el gran
perspectiva, es el referente evocado por las instituciones estatales. De avance de la transnacionalizacin de la estructura productiva fue cau-
ah que esas instituciones no aparezcan usualmente como los organi- sa de una alteracin fundamental en la naturaleza de la sociedad civil
zadores y garantes de la dominacin social, sino ms bien como en relacin con el alcance territorial de la autoridad ejercida por el
agentes de los intereses generales expresados por esas mediaciones. estado. Es decir, muchos de los centros principales de decisin econ-
Este hecho tiende a dar como resultado un consenso que expresa la mica de la sociedad, los criterios y destino finales para la distribucin
creencia de que lo que las instituciones del estado hacen y dejan de del capital generado en el mercado local, as como muchos aspectos
hacer -aunque se produzca una desviacin sistemtica por el sistema de las relaciones sociales (no slo econmicas), se extendan ms all
subyacente de dominacin social- es consecuencia de los derechos de la capacidad de control del estado dentro de su autoridad territo-
derivados de ser un ciudadano, as como un miembro de la nacin y rial. Esta "denacionalizacin" se aada a la que se haba producido
lo popular. Esta tensin entre la realidad subyacente del estado como antes en relacin con la exportacin de productos primarios, y ahora
garante y organizador de la dominacin social, por una parte, y por llegaba a afectar a los componentes ms dinmicos de la estructura
otra como agente de un inters general que, aunque parcializado y productiva y de clase urbana 5 Ya he tratado en otro lugar otros
limitado, no es ficticio, es caracterstica de cualquier estado. Esa factores que entraron en juf;!go antes de la implantacin del estado
tensin es la clave del anlisis terico del estado. No podemos inten- BA, como los diferentes nivles de "amenaza", la interaccin entre el
tar aqu ese anlisis. No obstante, al examinar algunas caractersticas modelo de crecimiento econmico que sigui a la transnacionaliza-
del estado BA podremos ver, en un contexto en el que se pierden de cin de la estructura productiva urbana y la creciente activacin
vista en gran parte las mediaciones antes mencionadas, su importan- poltica popular, y la gravedad de la crisis que la precedi 6
cia vital al facilitar algo que es fundamental para cualquier sistema de Podemos delinear ahora, como punto de partida para el anlisis
dominacin social y poltica: enmascarar la realidad de dominacin y de la dinmica contradictoria que se puso en movimiento con la
aparecer como la expresin de un inters general que rodea a aqulla. implantacin del estado BA, los rasgos ms importantes de ste.
Antes de volver al tema principal de este captulo, debo presen-
tar otras observaciones indispensables para entender tanto la situa-
cin anterior a la instalacin del BA como su impacto subsiguiente
EL ESTADO BUROCRATICO AUTORITARIO
sobre la sociedad.
l. En Amrica Latina, la formacin de la nacin debe mucho El BA es un tipo de estado autoritario cuyasprincipales caracte-
ms a la mediacin de lo popular que a la de ciudadana. Se produje-
rsticas son:
ra o no por medio de los llamados "populismos", la activacin l. Es, primero y ante todo, garante y organizador de la domina-
poltica de los sectores populares previamente marginales surgi me- cin ejercida a travs de una estructura de clase subordinada a las
diante relaciones polticas en las que eran tratados mucho ms como fracciones superiores de una burguesa muy oligopolizada y transna-
un pueblo, como un portador de demandas de justicia sustantiva, que
como ciudadanos.
2. Este mismo proceso de constitucin de la nacin implic la
postulacin de un "nosotros", cuyos componentes ms visibles eran 5 La contribucin ms iluminada sobre este tema y otros afines sigue siendo la de
el papel del capital transnacional en la exportacin de productos Fernando Henrique Cardoso y Enzo Faletto en Dependencia y desarrollo en Amrica Latina
primarios y las clases nacionales dominantes que estaban ms estre- (Ciudad de Mxico, Siglo Veintiuno Editores, 1969).
chamente vinculadas al capital transnacional. 6 Vase de nuevo "Reflexiones" y las referencias citadas en el artculo.
296 GUILLERMO O'DONNELL LAS TENSIONES EN EL ESTADO BUROCRATICO-AUTORITARIO 297
cionalizada. Dicho de otro modo, la base social principal del estado una nacin enferma -como se expresaba en la retrica derivada de la
BA es la alta burguesa. gravedad de la crisis que precedi a su implantacin- cuyo inters
2. En trminos institucionales, se compone de organizaciones en general debe ser invocado; sin embargo, a causa de la profundidad de
las que tienen un peso decisivo los especialistas en la coercin, as la crisis, el BA no puede afirmar ser el representante de esa nacin
como aqullos cuyo objetivo es lograr la "normalizacin" de la eco- enferma, que se ve como contaminada por mltiples enemigos inter-
noma 7 El papel especial llevado a cabo por estos dos grupos repre- nos. Por tanto, el BA se basa en la supresin de las dos mediaciones
senta la expresin institucional de la identificacin, por parte de sus fundamentales: la ciudadana y lo popular. Puede evocar de un modo
propios actores, de las dos grandes tareas que se compromete a reali- ambiguo la otra mediacin -la nacin-, pero slo como un "proyec-
zar el estado BA: la restauracin del "orden" en la sociedad por to" (no como una realidad actual) que se propone llevar a cabo
medio de la desactivacin poltica del sector popular, por una parte, mediante drsticas medidas qujrrgicas.
y la normalizacin de la economa por la otra. 5. El BA es tambin un sistema de exclusin econmica del
3. Es un sistema de exclusin poltica de un sector popular sector popular, en tanto en cuanto que promueve un modelo de
previamente activo, que es sometido a controles estrictos con la fina- acumulacin de capital muy desviado hacia el beneficio de las gran-
lidad de eliminar su funcin activa en la arena poltica nacional. Esta des unidades oligoplicas del capital privado y algunas instituciones
exclusin poltica se logra destruyendo o captando los recursos que estatales. Se incrementan, por tanto, agudamente las desigualdades
apoyaban esa actividad (especialmente los que posean las organiza- preexistentes en la distribucin de los recursos sociales.
ciones y movimientos polticos de clase). Adems, esta exclusin 6. Promueve un crecimiento de la transnacionalizacin de la
viene guiada por la determinacin a imponer un tipo particular de estructura productiva, del que resulta una nueva desnacionalizacin
"orden" en la sociedad y de garantizar su viabilidad en el futuro. Este de la sociedad en los trminos del grado en que est de hecho conte-
orden se ve como una condicin necesaria para la consolidacin de la nida dentro del alcance de la autoridad territorial que el estado afir-
dominacin social que garantiza el BA y, tras conseguir la normaliza- ma ejercer.
cin de la economa, para reiniciar un modelo muy transnacionaliza- 7. Por medio de sus instituciones se esfuerza pot "despolitizar"
do de crecimiento econmico caracterizado por una distribucin des- las cuestiones sociales enfrentndose a ellas en los trminos de crite-
viada de los recursos. rios de racionalidad tcnica supuestamente neutrales y objetivos. Esta
4. Esta exclusin implica la supresin de la ciudadana en el despolitizacin complementa a la prohibicin de invocar cuestiones
doble sentido antes definido. Esta supresin incluye, en particular, la de justicia sustantiva en cuanto se relacionen con lo popular (y, por
liquidacin de las instituciones de democracia poltica. Implica tam- supuesto, la clase), pues se supone que ello introduce "irracionalida-
bin una negacin de lo popular: prohibe (reforzando la prohibicin des" y demandas "prematuras" que interfieren en la restauracin del
con la coercin) cualquier apelacin a la poblacin como pueblo y, orden y la normalizacin de la economa.
desde luego, como clase. La supresin de los papeles institucionales y 8. En la primera fase que estamos considerando aqu, el rgimen
canales de acceso al gobierno caractersticos de la democracia polti- poltico del estado BA -que es claramente identificable aunque aun
ca se orienta, en gran medida, a la eliminacin de los papeles y no est formalizado- significa el cierre de los canales democrticos
organizaciones (entre ellos los partidos polticos) que han servido de acceso al gobierno. De modo ms general, significa el cierre de los
como canal para las peticiones de justicia sustantiva, que se conside- canales de acceso de la representacin popular y los intereses de
ran incompatibles con la restauracin del orden y con la normaliza- clase. Tal acceso queda limitado a los que se encuentran en el pice
cin de la economa. Adems, el BA aparece como colocado frente a de las grandes organizaciones (tanto pblicas como privadas), espe-
cialmente las fuerzas armadas y las grandes empresas oligoplicas.
Las caractersticas que acabo de enumerar nos permiten distin-
7
Utilizo esta frase para referirme a las tareas llevadas a cabo por los tecncratas guir el estado BA de otros estados autoritarios, adems de identificar
civiles a cargo del aparato econmico del BA, cuyo objetivo es la estabilizacin de determi- los rasgos que comparten los diversos casos de BA. Estos rasgos
nadas variables cruciales (como la tasa de inflacin y la balanza de pagos) de modo que se
obtenga la confianza de los intereses capitalistas ms importantes; sobre todo, en la primera interaccionan, a su vez, con otros rasgos del BA que difieren de un
fase del BA, del capital financiero transnacional. caso a otro. Estas semejanzas y diferencias constituyen el terreno en
298 GUILLERMO O'DONNFLL LAS TENSIONES EN EL ESTADO BUROCRATICO-AUTORITARIO 299

el que nos colocaremos en la prxima seccin, que explora algunas de referente ha sido reducido a un "nosotros" mucho menos global que
las tensiones bsicas del BA. en el pasado; slo pueden pertenecer a ella los que se adecuen a su
diseo de la nacin futura, socialmente armonioso y tecnocrtico.
Por otra parte, el BA, como todos los estados, afirma ser un
AMBIGUEDADES EN EL SISTEMA DE DOMINACION estado nacional. Carente del referente de nacin como idea universal-
mente global que encierra a toda la poblacin, la retrica de las
Qu hay detrs de la impresionante fachada de poder del esta- instituciones del BA debe "estatalizar" el significado de la nacin; y
do BA? En qu modo la retrica de sus instituciones, dirigida a una ello al mismo tiempo que, en relacin con la normalizacin de la
nacin enferma que el estado est determinado a salvar en contra de economa, esa misma retrica defiende una intensa privatizacin. Esa
su voluntad, es un signo de las incertidumbres y debilidades inheren- estatalizacin de la idea de la nacin significa que su inters general
tes a este estado? Espero que el anterior anlisis del estado nos se debe identificar con el xito de las instituciones del estado que
ayude a explorar una realidad que es ms compleja de lo que sugieren tratan de establecer un orden particular en la sociedad y normalizar
estas apariencias. la economa. Como resultado de ello, las instituciones estatales ya no
Fundamentalmente, el BA es un tipo de estado que encierra parecen jugar el papel por el que usualmente se legitiman, el de servir
tendencias muy contradictorias. Por una parte, el BA significa una a un inters superior y externo a s mismas: es decir, los intereses de
nueva desnacionalizacin de la sociedad civil que se produjo primero la nacin como comunidad que encieq"a a la totalidad de la pobla-
como consecuencia de la urgente bsqueda de capital transnacional, cin, o por lo menos a la mayor parte de ella. Bien al contrario,
lo que es un requisito para la normalizacin de la economa, y que se cuando las instituciones del estado intentan redefinir la nacin en
debi despus a la necesidad de mantener un_"clima favorable de trminos de exclusin y de enfermedad nacional, el poder que ejer-
inversin" con el fin de sostener la entrada de capital. Al mismo cen no tiene ya una base externa de legitimacin y tiene que aparecer
tiempo, el BA implica una contraccin drstica de la nacin, la supre- como fundamento de s mismo. En otras palabras, la dominacin
sin de la ciudadana y la prohibicin de apelaciones al pueblo y a la queda al desnudo y diluye sus mediaciones consensuales; se manifies-
clase social como base de demandas de justicia sustantiva. Esta con- ta en la forma de coercin fsica y econmica abierta. Adems, la
traccin deriva de la derrota del sector popular y sus aliados; de la supresin de la ciudadana, junto con la prohibicin de invocar lo
reaccin estimulada por la amenaza que la activacin poltica de este popular, no slo diluye sino que elimina radicalmente las otras me-
sector pareca plantear para la supervivencia de los parmetros bsi- diaciones legitimadoras entre el estado y la sociedad.
cos de la sociedad cap~talista; y una vez implantado el BA, del objeti- Por qu se aceptan estos costos, que en ltima instancia signifi-
vo de imponer un "orden" social particular basado en la exclusin can la previa renunciacin no slo de la base de legitimacin del
poltica y econmica del sector popular. estado, sino tambin de la posibilidad de que el sistema de domina-
Tal exclusin aparece como una condicin necesaria para la cin que el BA apoya y organiza pueda alcanzar alguna vez la hege-
curacin del cuerpo de la nacin, un organismo con partes infectadas mona? Para responder a esta cuestin debemos entender que la
en el que, por su propio bien, es necesaria la ciruga de la eliminacin implantacin del BA es el resultado de una reaccin atemorizada ante
del sector popular y sus aliados. Esta exclusin implica una redefini- lo que se percibe como una amenaza grave a la supervivencia de los
cin del alcance de la nacin, a la que no pueden pertenecer los parmetros capitalistas bsicos de la sociedad. La amplia red de soli.:
agentes que promovieron esta enfermedad ni las partes que han que- daridades de la nacin se ha visto sacudida por una multitud de
dado infectadas. Ellos son el enemigo dentro del cuerpo de la na- conflictos. En la sociedad civil han aparecido antagonismos agudos,
cin 8 , el "no nosotros" de la nueva nacin que ha de ser construida lo que significa la aparicin del "egoismo sectorial" y del amenazante
por las instituciones del BA. Cuando los dirigentes de estas institu- simbolismo de las identificaciones de clase. Como resultado de ello,
ciones hablan de la nacin, por la lgica misma de su discurso el los dirigentes del BA no pueden considerarse, ni son, los representan-
tes de esta nacin en lucha ni de los antagonismos de la sociedad
8 Esta imagen orgnica se ve reforzada, claro est, por las doctrinas de la "seguridad civiL Por contraste, su misin es la de transformar la sociedad profun-
nacional". damente de tal modo que, en algn futuro distante, el "nosotros" de
300 GUILLERMO O'DONNELL LAS TENSIONES EN EL ESTADO BUROCRATICO-AUTORITARIO 301

la nacin est sostenido por la utopa de la integracin social. Ya he tiempo (a pesar de los esfuerzos que se hacen por refrescar sus memo-
sugerido que la repetida imagen orgnica del cuerpo enfermo, que rias) y con la conciencia de los costos impuestos a muchos de ellos
aun no comprende que la ciruga radical es en su propio y mejor inters, por la continuacin del BA. . . .
es tambin la negacin radical del papel del estado como representan- En realidad, la ciruga que las altas mst1tuc10nes del estado BA
te de la nacin (y la sociedad). A su vez, la supresin de lo popular y intentan realizar sobre la nacin inflinge altos costos a mu~hos d_e .l?s
la ciudadana, junto con la eliminacin de. las instituciones de la que apoyaron la implantacin del BA. Desde_lue~o que la ~pos1c1on
democracia poltica, son el torniquete que impide la extensin del del "orden" castiga gravemente a las orgamzac10nes pohhcas Y de
veneno, dando tiempo a la curacin. En consecuencia, el BA no tiene clase que sirvieron como canales de la actividad poltica ~~1 .~ector
otra opcin que abandonar los referentes usuales de legitimacin y popular. La exclusin econmica de este sector y la pro~tbtcton de
presentarse en su lugar como la base de su poder. Abandona as las plantear cuestiones de justicia susta~tiva alreded?r de los stmbolos de
mediaciones que parcial, pero efectivamente, transforman la vida pri- pueblo y clase evidencian que, con mdependenctade lo que el estado
vada de la sociedad civil en la existencia compartida de las identida- BA proclame que es la nacin, sta no incluy~ al s~~tor P?Pular.
des colectivas a travs de las cuales los actores sociales se reconocen Aquellos que eran hasta haca poco una pr~~encta ~?httca act1~a ~on
como miembros de la nacin, como ciudadanos, en ltima instancia separados de su propia nacin por la e~clus10n pohtl~a Y ec?nomtca.
como parte del pueblo, y como incluidos en un estado al que normal- Por otra parte, los intentos de normahzar la e~onom1a medtante una
mente conceden el derecho a gobernar y coercionar. estrecha alianza con la,,alta burguesa (en la pnmera fase del BA, por
Las instituciones del estado BA intentan llenar el vaco as crea- encima del capital financiero nacional y transnacional) resultan de
do mediante un uso intensivo de los smbolos marciales y patriticos grave dureza para una buena parte de los sectores med.ios Y para las
de la nacin. Pero, para no ser simplemente una retrica grandilo- fracciones ms dbiles (y ms indiscutiblemente nac10nales) d~ la
cuente, estos smbolos deben estar anclados en algunos de los refe- burguesa. Como resultado de ello, en el perodo inici~l del_BA hene
rentes antes mencionados~ Los dirigentes del BA intentan recrear lugar una rpida contraccin de la alianza que apoyo su tmplanta-
mediaciones con la sociedad invitando a la "participacin"; pero co- cin. Los apoyos que se retiran de la alianza entran en el "~onsenso
mo el estado reniega de su papel de representante de la nacin y se tcito" dedicndose a una desilusionada defensa de sus mtereses
eliminan las ideas de pueblo y ciudadana, esa participacin slo especflcos desde los intersticios de las instituciones estatales. Depen-
puede implicar una observacin aprobadora y pasiva de las tareas que diendo del menor y mayor grado de amenaza previa, los que r~tiran
llevan a cabo las instituciones del estado. su apoyo por causa de las medidas de normalizacin econmtca se
En estas condiciones, lo mejor que cabe esperar es un "consenso combinarn, o no, con los sectores excluidos, particip,ando ~~ caso
tcito"; es decir, despolitizacin, apata y la retirada a una existencia afirmativo, como en Argentina en 1969, en un desafto de~1Slvo al
diaria completamente privatizada. Y miedo. El miedo de los perdedo- estado BA 9. En los casos de un alto nivel de amenaza prevta, estos
res y de los opositores al BA, que resulta de su efectiva capacidad de sectores no se retiran, pero refuerzan el silencio y la opacidad de la
coercin. Y el miedo de los ganadores, que se enfrentan al sociedad civil.
espectro de vuelta a la situacin que precedi a la implantacin del La retirada de esos partidarios inicales subraya el hecho de que
BA. Tambin est el miedo de los que llevan a cabo la coercin fsica la base principal de apoyo social (y en ese _momento prcti~amente la
a cualquier "solucin poltica" que pudiera conducir a ese retorno; nica) del BA es la alta burguesa; es decrr, las altas fra~ctones de la
este ltimo miedo parece llevarles a veces a un camino de coercin burguesa local y el capital transnacional. Ella e~, ost~,nstblemente, la
que no conoce lmites. principal beneficiaria econmica de la nueva sltuacton ~ el compo-
El consenso tcito es un fundamento demasiado dbil para sos- nente ms transnacionalizado, y por tanto menos nac10nal, de la
tener al estado. El miedo, junto con la alta burguesa y los sectores sociedad. A la luz de la exClusin econmica y poltica del sector
"modernos" de la clase media ms unidos a ella, son los apoyos
sociales ms importantes del estado BA, Pero el miedo difcilmente
sirve como mediacin adecuada entre el estado y la sociedad. Ade- 9 Este y otros agumentos a los que me referir en las pginas siguientes se presentan
ms, el miedo de los ganadores tiende a disminuir con el paso del con mayor detalle en "Reflexiones".
 302 GUILLERMO O'DONNELL LAS TENSIONES EN EL ESTADO BUROCRATICO-AUTORITARIO 303
pop~lar, los ?~uros econmicos que sufre una importante porcin de. papel crucial que debe jugar el capital privado, especialmente la alta
la a~an.za ongma~, la contraccin de la nacin y la supresin de las burguesa, para que permanezca el BA. Ello genera ambigedades y
~ed1acwnes ~e cmda~ana y ~ueblo, al estado BA sigue ante todo tensiones, que consideraremos ms adelante, tanto dentro del estado
s~endo sostemd~, y a.si se ve abiertamente, por las fracciones oligop- como con su principal base social.
hcas. Y tran~na~IOn~hzadas de la burguesa, acompaadas, dentro de A otro nivel, el sistema institucional del BA refleja las priorida-
su SI.stema mst1tucwnal, por las fuerzas armadas y los tecncratas des que establecen sus propios actores. Las instituciones dedicadas al
q~e. m ten tan la no.rmalizacin de la economa. Estas fracciones olig~ uso de la coercin ocupan el pice de este sistema en virtud de haber
polleas Y .t~an.snacwnales no resultan muy tiles en cuanto que refe- sido las que pusieron fin a la crisis que precedi al BA, y porque
rente.s legi~Imiadores del estado, pues son la anttesis de lo popular y siguen estando encargadas de imponer el orden y, lo que no es menos
del simbolismo de la nacin definida como un "nosotros" que resalta importante, de garantizar la eficacia futura de ese orden. Al mismo
en cont~aste con. ~l. "ellos" de otras naciones. Por otra parte, la tiempo, la tarea de normalizacin de la economa es asignada a tecn-
hurgues~ ~ocal dificdmente proporciona tampoco al estado un refe- cratas civiles estrechamente identificados con la alta burguesa y con
r~nte le~Itimador adecuado. Las medidas econmiyas del BA tienen las instituciones financieras transnacionales. Los tecncratas creen en
diverso Impacto en las diferentes actividades econmicas debilitan la racionalidad de la ortodoxia econmica, saben cmo aplicarla y
aun ms a la ya dbil burguesa local, colocando a una pordin de ella son de la confianza de los elementos locales y transnacionales de la
entre los que forman parte del "consenso tcito", sin permitir a esta alta burguesa. Las medidas e instituciones de la primera fase del BA
clase que ~cupe una posicin apropiada para cumplir la funcin de se organizan alrededor de estos dos intereses. Las dos grandes tareas
clase dommante con unos intereses que las instituciones del estado de imposicin de orden (con su agente organizativo, las fuerzas arma-
P~edan argumentar que equivalen a los intereses generales de la na- das) y de normalizacin de la economa (con su base social en la alta
Cion. burguesa, y sus agentes en los tecncratas que la dirigen) son inserta-
das institucionalmente en el estado BA. En consecuencia, el BA no
Por tanto, el BA es la negacin de las mediaciones legitimadoras
del ~st~do usuales: la nacin se contrae, el pueblo y la ciudadana son tiene ms remedio que aparecer como una conjuncin transparente
de coercin y dominacin econmica.
suprim!d?s, Y el estado no puede sostenerse mediante el potencial
hegemomco de u~a clase dominante incuestionablemente nacional. Estas prioridades reflejan algo fundamental que ya he menciona-
Como consecuencia, queda al descubierto la base en ltima instancia do, pero que espero que ahora podamos entender mejor. La implan-
?el estado: la ~oercin. Adems, resulta evidente que el BA otorga tacin del BA es un intento de salvar una sociedad cuya continuidad
mmensas ~entaJas a las fracciones de la burguesa ms oligoplicas y como sistema capitalista se percibi como amenazada. Dada la magni-
menos nac~on~~es. Fraca~a, por tanto, el intento de saturar los medios tud de esta amenaza, ese objetivo slo se puede alcanzar, por una
de comumcacwn con s1mbolos de la nacin, pues cae en el abismo parte, imponiendo severamente el orden, y por otra parte obedecien-
creado ~?r la nueva .desnacionalizacin de la sociedad civil y por la do cuidadosamente las reglas de la ortodoxia, lo que es necesario para
contraccwn de la nacin. tener el apoyo del capital transnacional y de las fracciones ms din-
micas y econmicamente poderosas de estas sociedades. Estas medi-
Frente a estos dilemas puede haber una escapatoria en el hecho das, junto con la supresin de las mediaciones y la exposicin resul-
de ~ue el estado ~e. convierta, y no slo en su retrica sino en la tante del sistema de dominacin subyacente, son el gran home-
rea~dad de sus actividades, en el centro institucional de un proyecto naje que se rinde a la reproduccin de la sociedad en tanto que
~ac1c:nal de desarrollo que se pueda invocar como representante del capitalista. Frente a la alternativa planteada por la profundidad de la
mteres gen~~al supremo. Es decir, las propias instituciones del estado crisis que precedi al BA y a la amenaza que la acompaaba, el
se con.vertman en ~1 centro econmico y social de ese proyecto, estado es primero y ante todo un estado capitalista, ms que un
aparec1e~d~ ~omo lideres del "desarrollo" y ocupando el lugar de la estado nacional, popular o de los ciudadanos. No obstante, la puesta
burgues1a dmgente ausente. Este camino conducira al capitalismo de en prctica de esas medidas entraa el inmenso riesgo de implantar
estado. No obstante, esta alternativa entra en conflicto con el alto un estado que es incapaz de convertirse en el fundamento de su
grado de transnacionalizacin de la estructura productiva y con el propia legitimidad. El estado ha de confiar, en cambio, en el consen-
304 GUILLERMO O'DONNELL LAS TENSIONES EN EL ESTADO BUROCRA:TICOAUTORITARIO 305
so tcito, la coerc10n., el miedo y el apoyo de las fracciones menos ser "excesivo" o ir en contra de la misin de homogtmizacin de la
nacionales de su sociedad. totalidad de la nacin 10
No puede haber consenso si no se oculta la conexin entre Cmo es posible que unos actores sociales con tan diferentes
coercin y dominacin econmica. Y en el BA sucede lo opuesto. orientaciones y valores se puedan unir comoactores principales den-
Adems, en el BA la proximidad de la coercin y la dominacin tro de las instituciones del BA? La respuesta es que al haber sido
econmica yuxtapone a dos actores sociales, las fuerzas armadas y la suprimidas las mediaciones legitimadoras -'Y; desde luego; pendiente
alta burguesa, que usualmente estn separadas, a un nivel poltico, siempre el problema de mantener la desactivacin del sector popular
por las mediaciones antes mencionadas, y a un nivel institucional del y la prohibicin de invocar al pueblo y la clase-, la dominacin
estado por otras instituciones de la burocracia civil y la representa econmica y la coercin tienden a volverse transparentemente cerca-
cin democrtica. Es decir, la base social del BA en la alta burguesa, nas y a apoyarse mutuamente. Sobre todo despus de que muchos de
su apoyo ostensible al BA, y su "cabeza de puente" en el sistema los partidarios originales del BA se han retirado al "consenso tcito"
institucional del estado en forma de tecncratas econmicos se inter- (adems de haber excluido inicialmente al sector popular), la alta
seccionan de modo directo y visible con las fuerzas armadas. La alta burguesa necesita de la coercin como garanta del "orden" social
burguesa y los tecncratas tienen una poderosa orientacin transna- presente y futuro, sin el cual no puede ni reiniciar la acumulacin en
cional, tanto en sus creencias como en su conducta econmica. Para su propio beneficio hi poner su confianza en el futuro de la econo-
ellos, los lmites polticos de la nacin son, bsicamente, una limita- ma 11 Por otra parte, sin este apoyo y la confianza: resultante, un
cin intil al movimiento de los factores de produccin, a la libre estado BA cuyas alianzas se han estrechado hasta ese punto no puede
circulacin del capital y a las consideraciones de eficacia a un nivel ni siquiera intentar la normalizacin econmica y se derrumbar
transnacional. Interfieren tambin con los esfuerzos por reintegrar pronto.
estas economas en el mercado mundial despus de las crisis previas al En el estado BA, la dominacin econmica y la coercin son
BA. Todos estos objetivos chocan con lo que estos actores perciben mutuamente indispensables, como lo son sus agentes sociales. Pero
como la estrechez de la nacin y del "nacionalismo". Por otra parte, esta Indispensabilidad mutua no impide qu la alianza foijada de este
estos actores son los miembros ms plena y dinmicamente capitalis- modo est marcada pot numerosas tensiones en ambos lados. Tmpo:.
tas de estas sociedades. Por tanto, estn motivados sin vergenza co inpide la aparicin de un deseo de reconstituir un sistema de
alguna por el beneficio, la fuerza impulsora que hay tras la acumu"la- dominacin que vuelva a: separar a: estos dos componentes interponien-
cin del capital y que es sancionada por una ideologa que afirma do las mediaciones que faltan ahora. Eri las secciones siguientes reci-
que, a la larga, la maximizacin del beneficio ser conducente al bir nuestra atencin este punto, que es fundamental pata entender
bienestar general. la dinmica del BA.
Dentro del BA es un problema que el otro actor central de su
sistema institucional, las fuerzas armadas, tienda a ser la ms naciona-
lista y menos capitalista de las instituciones del estado. Con su senti- 10
Tras examinar de cerca las orientaciones de las fuerzas a:imadas en los pases en
do de misin, los valores marciales con que socializan a sus miembros que ha surgido el BA; estoy convencido de que sta es .una. generalizacin vlida. Sin
y sus doctrinas de seguridad nacional, que presuponen la existencia embargo, tal generalizacin no impide la posibilidad de que en algunos casos el escaln
supeJ;ior de las. fuerzas .armadas pueda estar controlado por grupos ms favorablemente
de una nacin caracterizada por un alto grado de homogeneidad en dispuestos a las orientaciones de la alta burguesa. 'Esta mayor afmidad mitigara sin duda los
las orientaciones y acciones de todos los civiles, las fuerzas armadas problemaS que analizo ms abajo; pero no los eliminara, pues pareceJndicar que el control
son la institucin del estado ms predispuesta a definir la nacin que sobre las fuerzas .armadas ejercen esos lderes militares. sera ms precario. El caso ms
importan~ de esa congruencia entre las actitudes de los dirigentes militare,s de alto nivel y la
como lo que no es extranjero, y a definir la conducta apropiada alta burguesa y los funcionarios del equipo econmico del es'tado BA es 'el de Castelo
como lo que es inspirado por una visin introvertida y exclusivista de Branco .y su grupo en Brasil; de 1964 a 1967. Otro caso es el de La.il.usse en Argentina, de
la nacin. Adems, el motivo del beneficio les parece de segunda 19:71 a 197.3. Sin embargo, en este caso lo que se .intentaba no era la consolidacin del BA,
sino ms bien la negociacin de la.s, condiciones para su liquidacin.
importancia, en el mejor de los casos, y srdido en comparacin con
los grandes intereses e ideales que derivan de sus propias orientacio-
11
En mis "Reflexiones~ trato .estos puntos, incluido el.de Ja importancia de .la
garanta dequese mantengan en el futuro elorden y la racionalidad en la direccin de la
nes. El beneficio puede ser necesario, pero en cualquier caso no debe economa (desde la perspectiva de la alta burguesa).
 LAS TENSIONES EN EL ESTADO BUROCRATICO-AUTORITARIO 307
GUILLERMO O'DONNELL
306 caces (incluyendo en esto a las empresas estatales). Se hace referencia
TENSIONES EN LA ALIANZA explcita a estas medidas en los acuerdos con los que se adquiere la
financiacin transnacional, no slo con el Fondo Monetario Interna-
La mutua indispensabilidad de la alta bur~uesa Y l~s fuerzas cional, sino tambin con otros prestamistas. Adems, los tecncratas
armadas es la clave para descubrir las disonancias Y tens10~es q~e del BA las prclaman como artculo central en sus profesiones de fe
surgen entre ellas. El objetivo de construccin de una nac10n_ mas ortodoxa, la desviacin con respecto a estos criterios, y otros afines,
homognea es incoherente con la desnacion~liza~in de la socied~d minara la confianza interna e internacional, sin la cual la normaliza-
civil promovida por los actores ms transnacionalizados de es~, socie- cin es imposible. De ah que en el perodo inicial del BAse bloquee
dad y con la orientacin de stos a un modelo de acumulac~on del la desviacin hacia el capitalismo de estado 12
capital que no puede permanecer limitado al mercado lo~a.l, m en_ los El hecho de que esta alternativa resulte imposible es origi:m de
trminos de sus criterios principales para la toma de declSlon~~ m en gran preocupacin en el ncleo de las fuerzas armadas, muchos de
los trminos de los beneficiarios principales de esa acumulac10n. La cuyos miembros expresan su disgusto por el nfasis en la transnacio-
abierta alianza del pinculo del aparato del esta~o e~~ los elementos nalizacin de la economa que entraa la alianza con la alta burgue-
menos nacionales de la nacin se produce en conjuncion ~on la_exclu- sa. Para otros miembros de las fuerzas armadas, especialmente para
sin del sector popular y la retirada del apoyo de porc10ne~ Impor- los que tienen altos puestos dentro del gobierno, es evidente que,
tantes, e inequvocamente nacionales, de los. sectores ~~dios Y la "por el momento", la viabilidad del BA y la esperanza de restaura-
burguesa, que haban apoyado activame_nte la Implan.tanciOn del BA. cin de la cohesin nacional dependen de la economa ortodoxa y de
Cmo se pueden resolver las tensiOnes que surJan ent:e la c?_n- una estrecha alianza con la alta burguesa. No obstante, la ambivalen-
cepcin que de la nacin tienen las fuerzas armadas, la onent~c10n cia que subyace en la aceptacin de esta frmula es una espada de
transnacional de sus principales aliados en el estado BA, Y_el carac!e.r Damocles que pende sobre la consolidacin de la dominacin bur-
nacional no slo del sector popular sino tambin de los ahad~s ongi- guesa.
nales que sufrieron posteriormente el impacto d~ l~s medidas de El perodo de 1967 a 1970 en Argentina es un ejemplo de
normalizacin? Una posibilidad estara en la amphacwn del a~ar~to poltica de normalizacin con un estado BA en el que estas tensiones
del estado que podra expandir en gran medida su papel economtco se manifestaron con gran fuerza, introduciendo un importante ele-
directo, idcluido su papel en la produccin econmica. Es de s~poner mento de incertidumbre en un contexto en el que, de hecho, esas
que este papel del estado servira de. contrapeso a 1~ expans10n ~e~
capital privado en gran escala (especialmente el capital transnac10
nal), y permitira al aparato del estad? ~iarse _con la burgues~ locaL
12
Sin embargo, la importancia relativa del aparato del estado sigue siendo sustancial-
mente mayor de lo que quisieran los tecncratas ortodoxos, y sigue aumentando la capaci-
sta, aunque hemos admitido que es debil, posiblemente podna re~u dad de control del estado. El crecimiento. del papel del estado implica en parte el aumento
perar su dinamismo bajo la tutela del aparato del estado_. Este cammo hipertrpico de las instituciones ms directamente relacionadas con la coercin y de los
implicara un modelo de desarrollo nacionalmente onentado, en_ el dems mecanismos institucionales diseados para garantizar la exclusin del sector popular.
Implica. tambin una importante expansin de las instituciones estatales responsables de las
que el actor econmico principal sera u~ apa~ato estatal productivo medidas de normalizacin. Estas instituciones ampliadas se suelen sobreimponer sobre las
que servira de vanguardia a la burguesia naci~mal. No .o?stante, es agencias estatales ms tradicionales. Al mismo tiempo, los intentos de aumentar la eficacia
bastante improbable que este camino se recornera_ con e~Ito_, por lo de las empresas que siguen siendo controladas por el estado tienen una interesante conse-
menos en la fase inicial del estado BA. La ortodoxia ec~no~1ca debe cuencia a medio plazo: la "racionalizacin administrativa" que se realiza en esas empresas, la
eliminacin de los subsidios del tesoro central, as como el mayor incremento en los precios
ser observada cuidadosamente en el perodo de normahzacion ..sobre relativos (que, tpicamente, haban estado retenidos como un medio de atraer al sector
todo si la crisis previa al BA ha sido particularm~nte ~~uda. lf;~a de popular durante el perodo que precede al BA) ayuda a estas empresas a convertirse en
centros importantes de la acumulacin de capital. Esta tendencia los convierte en una
las medidas prohibidas en este contexto es la contmua~10n del mt_e~ semilla de capitalismo de estado (que no existi en el perodo anterior y es un resultado
vencionismo estatal", especialmente por lo que se refiere a las acti~I paradjico de la aproximacin ortodoxa que trat de reducir su papel), y permite ms
dades productivas o comerciales. U~o de, lo~ dogmas de 1~ ~r~od_?.~ta, adelante que se sostenga una importante "estatalizacin". A este respecto el ejemplo ms
por el contrario, consiste en re~ucrr drastlcam_e~te el defiCit hs~.:a~. claro es el de Brasil, pero fueron similares los resultados de la poltica econmica en Argenti-
na en 1967-1970. En Chile, a pesar de la orga de "privatizaciones", en un importante sector
volver a unas actividades potencialmente beneficiosas del secto: pr~ de empresas estatales puede estar sucediendo el mismo fenmeno.
vado y eliminar los subsidios a los consumidores y productores mef1-
 LAS TENSIONES EN EL E~TADO BUROCRATICO-AUTORITATIO 309
308 GUILLERMOO'DONNELL

niedids haban tenido un buen &rado. d xito. Y a finales de 1967, 1qi.I:~9cin Q\le s.acudi i:pevitable.mente la renovada confianza de la
como .un alterhativaalasrnedidasque se sibn llevando a cabo, se ;tlta burgues~ ..A .S!J .vez, este grvpo,. ade,mas de lanzar advertencias
cons~d~f<iton otras proposiciones segn las. cuales el estado adoptara
con.tra e~te inesperll;do reavivamien.to de las ten<iel1ci~s est;talis~a~ y
un papel ms activ(), estirillaia ~1 .desarrollo de deterrninadasfrc- naclp!lahst.as,_ ti;a,t d,e estimul~r el ree:mplaz;o de los. dir~g~nt~s guber-
na!Pel_ltales~ mcluyendo al p,re.sidentt! Ongana, por grupos mlitares
ciones de la burguesa local, impOndra restricCiones significativas al
capital transnacional y reincotporaia a la arena poltica a unos sindi- mas, smtomzados c.on sus ori~ntac,iones e inter~ses. De ste modo los
catos pteviamerite domesticados y "d'esproniiados". Esta alternativa in~er,eses polticos de, fa alta burg\leSa erosionaron aun ms la C~he
tuvo un apoyo importante .eri las fuerzas arn'lads, generando en la si(>ri inter:na del BA,lo cua1, unido a las grande.s expl~siones sociales
d.e1:9.(;)9-1970, precipit su cada16 ..
alta burguesa la grave preocupacin d que' aqullas adoptaran ese
camino. La burguesa vea eil est alternativa: precisamente las conse- . . En contraste, el Chil.e. posterior a 1973y la Argentina posterior
cuenCias que tuvo luego: el firi.al de todo intento de normalizar la a.. 1976.. demuestran q.te. si la crisis previa. alBA es significativamente
economa, una rpida: desaparicin del capit~l y una renovacin de la lll~s intensa Y el ,nivel cl.e. amenaza-as c,omo el corresp()n<ente
crisis que la imp1ariici6n . del BA haba tratado de eliminar~ Dos mwdo de .los ganadores y perdedores- es superior, se hace ms difcil
factores parecen se'r de' particular importancia ri la determinacin de la.reducc~n de .la tasa' de inf)acin a niveles mnimamen~ acepta-
la velocidad con que emerge como alternativa este camino estatalista bles, p.ermite la contin.uacin de las actividades especulativas tpicas
y nacionalista, junto Ort la subsiguiente reotierttacin de las alianzas ciel.perodo anterior, <lisminuye la capacidadde inversin del estado,
polticas, que inclua la bsqued d algn' apoyo en el sector popu- Y. prolonga. y profundiza la recesin provocada por las medidas de
lar. Uno de esos factores est relacionado con los diferentes niveles normalizacim. Como rsu~tado de ello, las medidas econmicas orto-
de :Ullenaza que precedieron al BA 13 . El otro hace referencia a la doxas deben seguirse c:uida<losa.rnente, a pesar del hecho de que en
cuestin de lo rpido y lo decisivo del xito de las medidas econmi- 4na medida significativa ~on estas :rpedjdas las que producen esas
cas iniciales del estado BA. Cuanto mayor fuera el grado con que ello ~onsecuencias. A su vez, ~stl:l 11-ecesidad significa que a pesar de las
se produjera, ms probabilidades tena de plantearse aritesla alterna- mnum~rables expre~iones de desacuerclo, la alternatiy nac;ionalista. y
tiva esta:talista y mayor era: su i:rri.pacto sobre l:s fuerzas armadas 14 estatahsta antes delmeada no pareca realmente pqsible, Como rest11-
En Argentina, el nivel de ainenia y crisis eonmica era inferior al tado. de ello, se dispone. de ms tiempo para la apljcacin de medidas
o~todoxas Y para pr()seguir, de .una fo.rma abierta y casi exclusiva, la
de otros casos de ]:JA, y el programa de estabilizacin que se inici en
marzo de 1967 ya haba logrado algunos xitos significativos en alianza con la alta burguesa.
1968-19691 s. Sintiero.n la tentacin, por tanto, de abandonar las Dicho .brevemente, cuanto menor.era el nivel de. crisis y amena-
medidas ortodoxas.y volver a. unas medidas anteriores que significa- za pre~a~,. ,mayor era la. pro.babilidad de conseguir rpiQ.allleJ)te la
ban el apoyo del estado a fracciones nacionales y ms dbiles de la normahza~:aon y. restaurar el crecirnie.nto econmico. }>ero, por otra
burguesa, as como una moderada redistribucin de la renta en bene~ ~arte, el xito en la .recuperacin del crecimiento. a,u,men tar, dentro
ficio del sector popular .. Estas opciones slo parecan razonables si se mcluso de las fuerzas armadas, la tentacin de abandonar las medidas
ignoraban los verdaderos parmetros de la situacin, sin embargo este econmicas ortodoxas en un punto que es "prematuro" desde la
hecho nO impidi el r'alineamiento de las fuerzas polticas en una perspectiva de la alta. burguesa y de los tecncratas que controlan el
aparato ~con?mico del .. BA. As,, con un nivel ihfe~:ior de crisis y
amenaza previas, se consigue .ms fcil y rpidamente la confianza de
13 la burguesa, pero al mismo tiempo esta confianza permanece someti-
. , Ya h~ tratado es:te tema. en "Reflexiones", y en inters de la brevedad slo lo
c1tare. ~a a un. g~a.do mayor de !ncertid,tJ:mbre. Jnversaiile~te, el nivel supe-
.
14
Para una argume~tacirt s~ilar desde un punto de Vistams generlil, vase Alfnid nor_d~ cn~Is y amenaza previas disminuye la .probabilidad de lograr
~tepan, The Sta te and Soczety: Peru m Cotnparative Prspec tive (Pticeton Princeton' Univer.i un .exito (mcluso desde el punto de vista de los dirigentes del BA y
srty Press, 1978); ' '
. . .~ s En paiticlar,, la ~~a de iri~acin era baja. el dficit fiscal se haba reducido . . .
16 E . :, .
n m1 .pr~xnno _h'bro, sobre !a experiencia burocrtico-autoritaria en Argentina
sustanc1alfliente, se habla aliviado el deficit de la balanza .de pagos y la economa haba desde 1996 a 1973 proporc1onare un anlisis detlillado de estos procesos.
alcanzado una tasa de crecimiento regpetable.
 LAS TENSIONES EN EL ESTADO BUROCRATICO-AUTORIT ARIO 311
310 GUILLERMO O'DONNELL
de las fracciones de la burguesa nacional, sin que ello socavase, sin
sus aliados) en la normalizacin de la economa, pero por esa misma embargo, la alianza con la alta burguesa 18 . Este cambio coincidi
razn, mayor es la certidumbre por parte de la alta burguesa de que con el perodo de mayor represin. Sirvi para demostrar lo que no
las medidas econmicas ortodoxas se mantendrn. pudo hacer el BA de Argentina, y especialmente el "Cordobazo" de
La perpetuacin (aliviada en algunos aspectos y agravada en 1969: que el estado segua siendo, a pesar de las tensio.nes internas. ?e
otros) de la crisis econmica que precede al BA es la mejor garanta la alianza y las fuerzas armadas, un poder capaz de aphcar la coerc10n
de que sus vnculos con la alta burguesa se mantendrn a pesar de las necesaria para aplastar la reaparicin de movimientos que tratasen de
tensiones de que hablamos antes. Pero esta crisis continuada significa, apelar a los sectores excluidos como pueblo o como clase. Esta reno-
entre otras cosas, que continuarn las altas tasas de inflacin y que, vacin de la garanta coercitiva del BA confirm la confianza de la
por causa de la ausencia del crecimiento econmico y de la drstica alta burguesa y se acompa de cambios en la poltica econmica Y
reduccin en el consumo popular prescrita porla ortodoxia econmi- por la gran ola de inversiones del capital transnacional que provoc el
ca, existe una sustancial y desusada capacidad instalada parala pro- "milagro brasileo". En ese momento se hizo posible perseguir sirtml-
duccin. Como resultado de ello, la alta burguesa acumula capital en taneamente dos metas, lo que hubiera resultado imposible en el inicio
mayor grado por medio de la especulacin financiera, en la que tiene del BA: la combinacin, por una parte, de rpidos avances en la
numerosas ventajas sobre los otros sectores, que por la produccin y transnacionalizacin de la estructura productiva gracias al crecimien-
la inversin, que se supone proporcionan la base para el crecimiento to de la importancia del papel jugado por el capital transnacional
econmico renovado. Esta especulacin acenta, a su vez, la crisis industrial y financiero, y por otra parte la expansin de las activida-
econmica. En los casos de Chile y Uruguay, dicha situacin se ha des productivas del estado. Sin embargo, cada uno de estos procesos
prolongado de un modo pattico durante varios aos despus de la impone lmites al otro. El movimiento hacia la transnacionalizacin
implantacin del BA, sin que se produzca ningn desafo grave a la queda limitado por una expansin de las actividades estatales que en
continuacin de las medidas polticas ortodoxas. Este resultado, per- los ltimos aos ha generado muchas protestas contra la "estataliza-
verso incluso para los dirigentes y seguidores del BA, puede ser enten- cin" de la economa brasilea. Por otra parte, dicha estatalizacin
dido desde la perspectiva presentada en este captulo. El caso de la no poda ir ms all de incursiones parciales en las reas de acumula-
Argentina contempornea, tras ms de dos aos de un BA implanta- cin de capital que la alta burguesa -transnacional y nacional-
do como reaccin a una crisis y una amenaza mucho ms profundas afirma como suyas, sin socavar con ello el clima de "confianza en los
que las de 1966, ha mostrado hasta ahora las mismas caractersti- negocios" tan duramente ganado, precipitando a" una crisis cuya
cas 17. gravedad potencial asusta a todas las partes implicdas. Ambas partes
El caso del Brasil es el nico que, tras cuatro aos de ortodoxia, ven el precipicio que define el lmite de sus algo ruidc. sos debates. En
experiment a partir de 1968 un resurgimiento importante del creci- consecuencia, en medio de esos debates, la alta burguesa procura
miento econmico que incluy una vigorosa expansin del papel del reiterar su apoyo a un estado cuya expansin desea limitar, pero no
estado en la produccin econmica y una vuelta a la ayuda a algunas impedir. Al mismo tiempo, las autoridades brasileas cuidan de reite-
rar que aceptan y entienden las normas de un juego basado en el
mantenimiento de la confianza de la alta burguesa. Entre tanto, la
17 Eta
, s .. cons1'd_erac1,~n.
"' tend'
na que mcorporarse al concepto de "profundizacin" que celebracin del "milagro" brasileo, con su evocacin de la "grande-
present en Reflex10nes , JUnto con los argumentos sobre este concepto presentados por za nacional" y del triunfal cumplimiento de los objetivos del BA, ha
otros autores. en este volumen. En tanto en cuanto persista una situacin como la descrita la facilitado sin duda la perpetuacin de este sistema de dominacin.
profundizacin es imposible, sobre todo por la continuacin de esta conducta especulativa
por part~ de l?s princip~les ~c!ores econmicos y por la existencia de un importante grado Sin embargo, como han demostrado las elecciones de aos recientes,
de capaCldad mstalada sm utilizar. Pero en tanto que persisten esas condiciones la orienta-
cin de las medidas econmicas (centradas principalmente en el sector primario 'y que en el
grad_o e~, que trat~ con la -~du_stria se oponen a cualquier esfuerzo por realiz~ el tipo de 18 Este ltimo punto representa un contraste crucial con el caso argentino, en el que
sustituClon de la nnportac1on nnplicado por la profundizacin) es en mayor medida el
un modelo de poltica econmica ms nacionalista y orientado hacia el estado fue adoptado
resul~d? de una crisis que d~ja poco espac}o a la divergencia con respecto a la ortodoxia
econom1ca. Pero esta tendenCla no se seguira necesariamente a largo plazo al menos en los a fmales de 1970, en un momento en el que el BA estaba cayendo y la alta burguesa haba
casos en . que el crecimiento econmico no est excesivamente limitado por un pequeo perdido toda confianza en las perspectivas futuras de estabilidad.
mercado mtemo.
312 GUILLERMOO'DONNELL LAS TENSIONES EN EL ESTADO BUROCRATICO-AUTORITARIO 313

entre otras cosas, ni siquiera esta combinacin de xito econmico y sociedades, esta parte de la burguesa es tambin, visiblemente, el
propaganda poltica ha sido suficiente para obtener un consenso ms elemento menos nacional de esa sociedad; y {5) las organizaciones
o menos slido. Asimismo, queda socavada nuevamente la evocacin especializadas en la: coercin adquieren una gran importanciadentro
de este "milagro" c0mo una legitimacindel estado y de los crecien- del sistema institucional del estado, aunque los valores y la conducta
tes Y elevados costos sociales que impone; pues es imposible sostener de estas organizaciones no estn en consonancia con los de la base
el "milagro" ao tras ao. El riesgo a que se enfrentan los aliados del social principal de ese estado: es decir, la alta burguesa.
BA brasileo no es slo el de las intolerables transgresiones de las
normas del juego, normas que constituyen la base de 'la alianza con la El caracter subptimo de este tipo de dominacin poltica se
alta b_urguesa; tambin est el riesgo de la posibilidad, muy real, de manifiesta en las fragilidades que derivan del hundimiento dl refern-
la activa reaparicin de una oposicin autntica. . te legitiman te de la nacin, la supresin de lasmediaciones de ciuda-
El caso del BA brasileo es nico en telacin con otros por dana y lo popular, la exclusin poltica y econ>mica del sector
haber durado tanto y por el mayor grado de su xito en sus propios popular, y el miedo a las reacciones que puedan estar creciendo bajo
trminos. No obstante, como ya anotamos antes; no ha sido capaz de la superficie silenciosa de la, sociedad como resultado de los grandes
escapar a los miedos y dilemas de: los otros casos de BA: ser un tipo costos derivados de la imposicin del orden y la normalizacin. Por
de dominacin poltica que no est velada por una red de mediacio- otra parte, estas fragilidades se revelan tambin en el abandono del
nes y que, por tanto, est en acoso permanente por el espectro de apoyo a la alianza de una parte imp.ortante de los sectores medios, as
una nega~in explosiva. Tomando este dilema como punto de parti- . como de las fracciones ms dbiles y claramente nacionalistas de la
da, reumremos ahora lo que se ha dicho en esta seccin y en las burguesa, la. que tiene una da.ble ca.nsecuencia: en primer lugar, ese
anteriores y discutiremos algunas de las cuestiones fundamentales .abandono no le permite al est(ldO la obtencin del apoyoquequei-a
implicadas enlaproblmatique poltica subyacente delBA. conseguir; en segundo lugar, estimula los esfuerzos de estos actores,
que se dividen en una miriada de grupos diferentes, en pro de discre-
tas demandas a las instituciones del estado para minimizar el costo
LA NOSTALGIA DE LA:S MEDIACIONES O LACUESTION DE que sobre ellos impone la normalizacin econmica. Otro faCtor con-
LA DEMOCRACIA19 tribuyente a la fragilidad del BA, y que aumenta adems los proble-
mas de legitimacin, es el notorio apoyo a este estado de la alta
Las observaciones de la seccin precedente sugieren que el BA burguesa y su visible presencia en el aparato econmiCo del BA.
es Un;-_ forma subptima de dominacin burguesa. El BA es compren- Otro elemento de esta fragilidad deriva. de la interacCin entre el
sible como alternativa slo frente al abismo: de la a:menaza -tanto en amplio papel de la alta burguesa en el aparato del estado y los
el asado como potencialmente en el' futuro~ de la eliminacin de movimientos defensivos de las fracciones ms dbiles de lbrguesa.
le, parmetros capitalistas de la sociedad. He presentado las razones Estas fracCiones descubren que los principales dirigentes de la polti-
r ~ esta conClusin, pero es apropiado resumir aqulas principales: ca econmica son sordos a sus :demandas, mientrasque tras institu-
0) el BA reduce o suprime las mediaciones sobre cuya base se esta- ciones del estado atienden sus quejas; sobre todo las fuerzas armadas,
blece normalmente el consenso; (2) pone al descubierto .lo que es la precisamente por las disonanCias antes anotadas frente a la base social
realidad subyacente, y normalmente no exclusiva, del estado: es de- predominante y las orientaCiones econmicas del BA.
cir, la coercin; (3) revela tambin el hecho de que la alta burguesa Aunque el estado BA se caracterJza por numerosas fragilidades,
es la principal base social de ste estado -y en la fase inicial de en. su retrica mayesttica y marcial se presenta como un poder
normalizacin econmica, prcticamente la nica base-; {4) como monoltico guiado por una racionalidad superior que est constru-
consecuencia del contexto histrico en que han evolucionado estas yendo .su propia grandeza, lo que a su vez har posible la futura
epifana. de una nacin cohesionada. Pero lo que se ha dicho hasta
19
No hay ninguna discusin completa de este tema:si no se mencionan las contribu- ahora nos permite entender el motivo de que las instituciones del BA
ciones fundamentales de FemandoHenrique Cardoso. Vase especialmente suAutoritarismo sean tan vulnerables a la erosin interna que resulta de los intentos de
e DemocratiZafaO (Rio de Janeiro, Paz e Terra, 1975). las clases dominantes(tcticas ofensivas en el caso de la alta burguesa
 314 GUILLERMO O'DONNELL
LAS TENSIONES EN EL ESTADO BUROCRATICO-AUTORIT ARIO 31 5
y defensivas en el de los sectores medios y otras facciones burguesas)
para satisfacer sus demandas al estado. Por causa de la supresin de la los cuales la cumbre del aparato del estado sigue celebrando sus
peticin pblica e institucionalizada de demandas a travs de la cual propias realizaciones.
se puedan airear los intereses, y cuya presentacin pueda ser justifica- Pero el principal misterio es el silencio de los que han sido
~a con referencias plausibles a un inters nacional general, dichos excluidos. La implantacin del BA es una derrota terrible para el
mtentos se convierten en un asalto al estado extremadamente frag- sector popular. Si queda alguna duda a este respecto, es rpidamente
mentado y de estrecha base. Este asalto es causa de un esfuerzo despejada por las medidas destinadas a establecer el orden y conse-
continuo de algunos tecncratas y miembros de las fuerzas armadas guir la normalizacin econmica. Al silencio y opacidad de la socie-
por coordinar el sistema institucional del estado, creando nuevas enti- dad civil se le aade la supresin de las mediaciones, dejando al
dades dotadas de la capacidad decisoria de que se han visto privadas estado sin los referentes legitimadores de la nacin, el pueblo y la
las agencias, demasiado colonizadas para realizar esas tareas. Ese es ciudadana. Sin embargo, esta dominacin, como todas las otras,
tambin el motivo del fracaso de este trabajo de Ssifo, que es el trata de legitimarse por unos medios distintos al apoyo dbil, e inevi-
tener que subir sin mediaciones la montaa de la base social de un tablemente a corto plazo, que proporciona el miedo y la perspectiva
estado. Como resultado, el mismo estado, que aparece ante los secto- de eventuales "milagros" econmicos.
res excluidos como un muro monoltico, es muy poroso para sus Pero cmo pueden crearse las mediaciones que resuelvan "las
aliados. Pero para completar este esbozo de la complejidad de la dificultades derivadas de la soledad del poder"? 20 U na solucin con-
situacin, habremos de decir que el pice de la jerarqua del BA sigue sistira, desde luego, en reinventar el sistema poltico mexicano, con
estando ocupado por las fuerzas armadas, que de mltiples modos su partido dominante, el PRI, que proporciona estas mediaciones al
expresan sus disonancias con la alianza que sostiene a ese mismo mismo tiempo que eficazmente ayuda a prevenir los desafos popula-
estado. res. No obstante, el PRI slo puede ser una aspiracin nostlgica,
~1 silencio de los que son excluidos, los esfuerzos defensivos pues su origen es precisamente el opuesto al que ha habido en los
encubiertos de los sectores que han dejado de apoyar al BA as como casos que aqu nos ocupan: en lugar de la reaccin de la burguesa
la frac~ional~acin de la alta burguesa en su intento de optimizar las aterrorizada que implant el estado BA, una revolucin popular. Otra
ganancias discretas, generan una situacin muy especial: la de un posibilidad sera la de una estructuracin corporativista de la socie-
est~do que d~sde la cumbre de sus instituciones proclama en voz alta dad. Pero para que el corporativismo ocupe realmente el lugar de las
la 1mportanc1a de la tarea que est realizando y anuncia un futuro de mediaciones perdidas, tendra que incorporar de un modo subordina-
g~andeza, pero que sin embargo no recibe siquiera el eco de su voz. El do a toda la sociedad, en lugar de restringirse simplemente a una
discurso se. ~ierd~ en el silencio de los sectores exCluidos y vctimas forma de control estatal de los trabajadores. Y se es, precisamente, el
de la coerc10n, as! co_mo _en las tcticas subrepticias que emplean para resultado que la alta burguesa no puede aceptar. Con buenas razo-
penetrar en las mst1tuc10nes del BA quienes originalmente haban nes, no ponen objeciones a la reimposicin de duros controles sobre
a~oyado s~ implantacin. Que tal discurso sea simplemente un mo- el sector popular, pero por qu iba la alta burguesa, un apoyo
nologo sugiere a los gobernantes la profundidad del misterio de lo indispensable del BA, a ser incorporada en un estado que la subordi-
que est sucediendo realmente detrs del silencio de la sociedad civil na? Por esta razn la ideologa corporativista, apesar de su impor-
Este misterio se aade a la dificultad de imponer lmites al acceso d~ tante influencia sobre muchos de los actores del BA, representa una
la burguesa al aparato del estado, as como la de permitirse libertad utopa tan arcaica como inalcanzable. El corporativismo, en la forma
para tomar decisiones y medidas a travs de las cuales el estado pueda de un frreo control sobre los sindicatos, puede servir para consolidar
aumentar s~ autonoma en el trato con sus aliados. Los asaltos opacos una victoria de clase, pero no como un medio de reemplazar las
de ~sto,s abados, que no estn mediados por canales formales que les mediaciones entre el estado y la sociedad suprimidas por el BA21
o~hganan. a presentar sus demandas en los trminos de unos intereses
~as _amplios. y generales, corroen la unidad, eficacia y racionalidad
tecmca con_t,muamente proclamadas por el estado, as como la vigi- 2

Frase utilizada por el teniente general Videla, citada en el Cronista Comercial, 27
lante atenc10n a los intereses nacionales supremos, con referencia a de abril de 1977, p. l.
21
He tratado este tema en mi artculo "Sobre el 'corporativismo' y la cuestin del
 LAS TENSIONES EN EL ESTADO BUR'OCRATICO-AUTORITARIO 317
316 GUILLERMO O'DONNELL

Si no resultaposible alguna versin delPRI, si el corporativismo tos de las organizaciones y movimientospoltico_s _del sectorP?~ular,
no puede reemplazar las mediaciones ausentes, y si J~s exhortac~ones ' mo los controles sobre las formas permlSlbles de retorwa Y
as1 co . . . t't les
del estado .a la "participac,i,n" rebotan, en .el silencio d,e la sociedad, d ISCUrSos p 0 r parte de los que ocupasen las p.os1.cio.nes
. . lhS I uciona
d f'l f 1
lo nico que permanece es la aspiracin. a lo mismo que eJ BA ha que reabrira la democracia; ~a:bsqu~d_a d:~ esta pte ra' 1 oso a. s~
denegado radicalmente: .la demo~racia . .El uso de este trnlino por expresara ,en los diversos adJetivos cahflcahvos que su~len acompa
parte de los que estn en la cumbre de las instituciones del estado y ar a la palabra: "democracia". . . . . .. . .
de la alta burguesa sera)nexplicable si no reconociram.os que ~se Aunque la alternativa de la democracia: puede parecer en pnn~I"
uso refleja el problema fundamental de un estdo sin me.diaciones, y pio impracticable, es de utilidad la consider~cin de al~u~as cues~IO~
por tanto de un sistema de domfnacin desnuda. Si se restaurara. la nes segn las cuales la ausencia de democracia es aun ~as Impract~ca
democracia poltica, reaparecera al menos. la mediacipn de la ciuda- ble a medio plazo. Cunto tiempo puede durar unypo de domma-
dana. En co.psecuenci.,. existira de nuevo la posibilid,ad de que .mu- cin basado en un consertso tan menguado y que esta tan al desnudo,
chos miembros de la. sociedad se .consideraran a. s mismos co.mo especialmente en su aspecto coercitivo? Po~ cu~nto tiempo_ puede
participantes en una forma abstracta, .y pudiern. s~r tratados. como sostenerse ei aparato de un estado frente al silencio Yla opacidad de.
tales, pero sin necesidad de una iguald,ad s~nificatiya; sin .contar con la sociedad civil? Cuntas espaas de Franco y portugales de Sala-
lajmplicacin de la restauracin de algunas garantas legales bsicas zar pueden existir? Cmo pueden ~v~tar los d~rigentes de ese.est~?o
individuales..:Oe este mod.o, la ba~e del poder d.el estadose podra la bsqueda: de soluciones que permitieran al sistema de dor.nmacmn
atribuir a esta fuente ex.ter.ior al estado; una condicin ;que no es que es el BA, y a la dominacin socialque lo a~oya y orgamza, creer
.suficiente para su.legitimacin, pero que sin embargo es necesaria. La en la psibidad de extenderse en un futur_o_ distante y establecer su
restauracin de ~a democracia poltica pern:tita tambi~n la resolu- hegemona? Estas preguntas sealan la debilidad de un estado q~~ se
cin de .otro problema q\le surge de la falta de. mediaciones y de .la considera como un poder impresiortante, y que de hecho es p_erci~Ido
militarizacin del estado: el de la sucesin presidencial. Desde la en gran manera como tal. El terror de este e_Stado frente. al sdenc~o Y
perspectiva de la alta burguesa, la solucin de este problema tendra el vaco de la sociedad civil, sus abortados m ten tos de mt.roducrr e,l
la ventaja de reducir el peso institucional de .las fuerzas armad, as, de corporativismo y su nostalgia de la democracia son expreswnes obh-
poder amort~uar sus vnculos con stas. medinte grupos Ciyiles que cuas pero cruciales de las dificultades a q_u~ se ~?frenta una forma de
tendran la .cai?acida.d de.tomar medidas con respecto.a cuestiones n.o poder que carece de mediaciones y de l~g1t~ac10n. ..
econmicas, de dar un mayor <!.Cceso al gobjemo a civiles con una Pero cmo realizar la democratlzacwn? Los dmgentes saben
orientacin ms consonante con la deJa alta burguesa y, en ltima que ctalquier movimiento en esta direccin pu~de a~rit una_ caja de
instancia; de reducir .la visibilidad de .la coercin con la que el estado Pandora de reactivacin poltica popular, ademas de mvocaciones en
apoya su dominacin econmica22 ,. " trminos de pueblo y finalmente de clase, lo que podr~a produci~ una
Pero qu tipo de democracia? Tendra que ser una democracia renovacin de la crisis que precedi al BA. Y p~ra la ~-hanza domman-
que consiguiera e milagro de ser to.do e.so y mantener, al mismo te eSte resultado sera mucho peor que la contmuacmn de una foTI?a
tiempo, la exclusin del sec:tor popular. En particular, tendda que de dominacirt sin mediaciones ni legitimacin, a pesar de las tensio-
sostener la sup.JCesin de las invocacio.nes en t.rminos de.p1,1,eblo y de nes y fragilidades de que hemos hablado ante~ .. Adems,, ~i el BA
clase. Esa sui?resin presupone el mantenimiento d,e controles estre- emergi originalmente como respuesta a un actlvism? pohhco ame-
nazador, y si el silencio que se ha impuest_o ~ la soc1~dad n_o. ?culta
Estado" O)ocumento CEDES/G. E. CLACSO Nm. 2, Centro de Estudios de Estado y
los graves costos de la normalizacin economica y la tmposicio? del
Sociedad, Buenos. .Aires, 1976). .Tambin fue publicado .en lengua .inglesa, en Junes ,M. orden no es razonable suponer que esa amenaza reaparecen a en
Malloy, ed., Authoritarianilnn and Corporatitnn in Latin America (Pittsburgh, University of forin; a~n ms grave en cuanto se abriera incluso parcial~ente el
Pittsburgh Press, 1977).
22
dique de exclusin que se haba construido? P~r _este miedo, _la
El inters por estos objetivos es otro de los motivos de que el sistema poltico aspitcin a restaurar al menos algunas de las medmcmnes de ,la ciu-
mexicano y el:PRl sean un; modelo tan atractivo (aunque inalcanzable) pues, proporcionan
todas las ventajas sin siquiera plantear, por lo que se refiere a la sucesin presid,encial;las dadana y la democracia .es siniultnea:tnente la esperanza Y el terror
incertidu~bres de una eleccin verdaderamente comp.~titiva. de este sistema de dominacin.
 318 GUILLERMO O'DONNELL
LAS TENSIONES EN EL ESTADO BUROCRATICO-AUTORITARIO 319
La pieqra filosofal sera una fonna de democracia cuidadosa~
mente limitada, en el sentido de que estuvieran prohibidas las invoca-
al BA derech~s humanos, nact d
onalismo econmico y demandas de
ciones en los tnninos de pueblo o clase, pero que al mismo tiempo n sistema de dominacin que
no fuera una farsa incapaz de proporcionar las mediaciones y, en justicia sustantiva. El gr~n payt~r e ~an inseguro es el miedo de que
ltima instancia, una legitimacin que pudiera transformarse en hege- simultneamente es tan .tmpo~l tvo ~ clara a pesar de su silencio,
mona. La cuestin del modo de conseguir esta fonna de democracia los opositores, cuya extstencta es t~e~es en una gran explosin q~e
plantea un enigma que pone a prueba la ingeniosidad de los "ingenie- galvanicen a su alrededor. estas c~~~;~l sistema de dominacin soctal
ros sociales" que ofrecen su experiencia para realizar una tarea que destruya no slo el BA, smo ta~ El "Cordobazo" y los acon-
on el smbolo de esta postbth a , Y. ~o
.t h ayudado a tmponer. . . . .d d
equivale a la cuadratura del crculo. Sin embargo, el objetivo que que este s1s ema a . .
tratan de conseguir los actores ms ilustrados de este sistema de tecirnientos que le stgmeron s d . t ntos de restablecer una naclOn
dominacin es, sin lugar a dudas, este tipo de democracia. En los slo en Argentina. L~s fracasa ?s m ed la prolongacin del amena-
casos de un alto nivel de amenaza y crisis previas, como en Chile, la cohesionada Y armomo~amente. l~tegr~ ~~toriedad de la dominacin
alternativa democrtica no fue propuesta desde dentro del aparato zador silencio de la soctedad ctv~, ~ inseguridad de este sistema de
del estado, sino que fue introducida por miembros de la alianza que apoya el. BA, s~n las bas;.s ~e~ hacerlo ms peligroso y coerc-
inicial del BA que posterionnente retiraron su apoyo: la iglesia y la dominacin; msegundad _que ten , el sistema institucional del BA
tivo Esta coercin desvta aun mas das lo que hace aun ms
Democracia Cristiana. En el caso de un grado inferior de amenaza
previa, como en Argentina en 1966, la cuestin de la democracia fue dando un papel mayor a las .fuerzas:~~: ex;ctamente lo opuesto a
planteada casi desde el principio como un objetivo hacia el que el BA profundo el sile?ci~ de la so~:da~d~! legitimidad. Sin embargo, se
debera progresar como una alternativa a las inclinaciones corporati- lo que sucedena Sl se logra . g eclipsndose a veces, pero reemer-
vistas del grupo militar gobernante. En la Argentina de 1976, como giendomencionando
sigue la ?~moc~~~tal como proposicin de uno u otro
luego en la retonca o tcta o 1 t do BA
consecuencia tanto de la "leccin" extrada de su experiencia ante- h el poder en e es a slo porque
rior como de las tensiones subyacentes de que nos ocupamos en este de los grupos que luc an por . importante no
captulo, el objetivo de restauracin de la democracia se ha mencio- La cuestin de la de.;noc~ac~ast:s sistema de dominacin, sino
nado desde el principio, aunque los objetivos que han <.le ser supera- contiene el taln de. Aqm es d ~ , . que puede ser el elemento
dos para alcanzar esa meta parecen ser hoy ms difciles de lo que lo tambin porque contiene una mal~;~a or restablecer una sociedad
fueron en 1966. En Uruguay sigue plantendose el tema, acompaa- unificador
q en el esfuerzo a l~gto p n d~s valores fundamentales. La
do de las curiosas contorsiones que tratan de preservar una imagen de ue est
., ms ded acuerdocia con e ermt.
no es eqmva a 1ente a las otras grandes cues-
gobierno civil en la fonna de un presidente como figura decorativa y cuest10n de la emocra t 1 BA como resultado de sus
tiones, ya mencwna d as, que p1an ea . . ,e de una fonna hmltada . . de
completamente subordinado a las fuerzas annadas. En Brasil, durante . pacto La propos1c1on .,
el perodo de Castelo Branco, hubo un intento de mantener algunas medtdas y su rm . , ltima instancia sin la naclOn, no es 1a
de las instituciones de la democracia poltica. La dinmica autoritaria democracia, si~ el pueblo, Y e~ u t . nfante sino la expresin de su
de la situacin llev las cosas en una direccin diferente a la que concesin gracwsa de un po. er m~ n , ue es mencionada la de-
haba sido prevista en este perodo inicial, pero sin embargo perma- debilidad intrnseca. La ambt~ale~ct:t~ocio~al del estado BA como
necieron algunos elementos: el parlamento, los dos partidos oficiales mocracia tanto desde .la cum rel ms.t do evidente a transgredir los
y las elecciones peridicas a posiciones no ejecutivas. Sin embargo, la por sus principales abados, y ~ mte e riesgo la continuacin del
experiencia de las elecciones ha hecho evidente la dinmica potencial- plmites ms all de lo~ cu~~es sena ~~e~:a:u propia negacin contras-
mente subversiva que se pone en movimiento en cuanto se plantea la roceso de democrattzac10n, no g d"das del BA La anttesis
tante como hac~n ~s o ~o d limitada propuesta por las msti~u-
1 t s impactos y me 1 . .
alternativa de la democracia, con independencia de lo surrealista que
pueda parecer esa alternativa cuando es hecha por un estado BA. de la democracta dtstorslOna a Y t tartsmo poltico y soctal
A r porqu ser e1 au or1
La desnudez de la dominacin BA y de la alianza que la apoya, ciones del B no lene .d t realidad de este estado. Como
as como el carcter bien visible de sus consecuencias sociales negati- en que consiste la verdadera y evt en ~ incluso la mera mencin del
vas, generan las grandes cuestiones planteadas por los que se oponen resultado, la cuestin de la d~moc~a~~a~liscurso poltico, por lo que
trmino,
puede serperman~ce
exproptadasudsp~ndt~~~mino
an o a significados que superan a las
 LAS TENSIONES EN EL ESTADO BUROCRATICO-AUTORITARIO 321
320 GUILLERMO O'DONNELL

limitaciones y cualificaciones con las que tratan de controlarla las senta de hecho una oposicin suprimida. Ni es simp(emente una vana
nicas voces pblicas que se escuchan en el perodo iniciaLdel BA. bsqueda de mediaciones por parte de los que estn en la cumbre de
' La posibilidad de democracia puede representar un invitacin las instituciones del BA, quienes por una parte saben que sin dichas
al oportunismo para los que desean utilizrl para entrar en un juego mediaciones no pueden seguir siendo dominantes, y por otra son
predeterminado. Esta posibilidad Pllede provocar. tambin la imbecili- conscientes de que al intentar restaurar las mediaciones pueden reavi-
dad de rechazar sin ms la democracia slo porque se ha iniciado var tambin los viejos fantasmas que intentaron destruir, con tanto
desde arriba y porque se estn esforzando por ponerle lmites. Pero riesgo y tan alto costo, con la implantacin del BA. En ese punto, las
lo que puede suceder, si los poderes del futuro no son los nicos que fisuras abiertas por la ausencia de mediaciones desde el momento
han aprendido algo de la tragedia del Cono Sur, es el descubrimiento mismo de la implantacin del BA representan una gran oportunidad.
de un propsito y estilo de poltica que no estn limitados a un La respuesta a esa oportunidad depender en gran medida, en cuanto
cuidadoso clculo de los lmites que puede alcanzar en cada momen- a los trminos del alcance de la democratizacin potencial que impli-
to. Sera, ms fundamentalmente, una lucha por la apropiacin y ca, de aqullos que en la fase de implantacin del BA fueron exclui-
redefinicin del significado de la democracia, con el fin de impregnar- dos tan radicalmente. Pero por toda una serie de razones, este futuro
se de los significados que le dan los que estn excluidos del BA y para aun por trazar est fuera del alcance del anlisis presente.
constituir, junto con ellos, la base de un sistema alternativo de domi~
nacin.
Hay circunstancias en las que la discusin de algunos temas
puede parecer una nostalgia intiL Pero el hecho de que sean emplea
das algunas palabras, como la de democracia, no se puede atribuir a la
idiosincrasia, a las tctica.s de acomodacin a la situacin internacio-
nal ni a la falsa conciencia. La evidente contradiccin en:tre la mera
mencin de la democracia y la realidad de la vida diaria es mucho
ms que eso. Esta contradiccin es clave para el entendimiento de la
debilidad y las profundas tensiones del presente sistema de domina-
cin. Tambin es una indicacin de la inmensa importancia de lo que
permanece implcito tras la apariencia superficial de estas sociedades:
la importancia de los que estn excluidos y forzados al silencio
.
qmenes, por una parte, son el foco de cualquier esperanza de conse-'
guir la legitimidad perO', por otra parte, son una caja de Pandora que
no hay que tratar de forzar. Esta presencia implcita de los que estn
excluidos y en silencio es la fuente de la dinmica y tensiones del BA
en un grado no menor que el4ue se produce en los grandes escena-
rios de este tipo de estado.
Posteriormente, tras el primer perodo del BA, el de la implanta-
cin, en el que se ha centrado este captulo, los diques de la exclu-
sin comienzan a agrietarse, los efectos del miedo empiezan' a diluir-
se, Y se escuchan de nuevo algunas de las voces que haban estado
sile~ciadas. M~ o menos oblicuamente, pero con un significado que
nadie puede dejar de entender, empiezan a resonar, y no slo en toda
la sociedad, sino tambin dentro del aparato mismo del estado. Estos
cambios no slo implican el final del silencio impuesto a los derrota-
dos, ni los mil modos de demostrar que el "consenso tcito" repre-
 UNA PERSPECTIVA LUROPLA 323
aplicndolos a otras zonas del mundo. Y por muchos motivos la zona
que puede servir con mayor utilidad de prueba y comparacin es
Europa. Alexander Gerschenkron elabor en relacin con Europa, y
con las diferencias entre sus diversos pases, una de las primeras
VIII. CAMBIO INDUSTRIAL Y CAMBIO POLITICO: teoras sobre el tiempo de la industrializacin. Esta teora fue luego
UNA PERSPECTIVA EUROPEA enmendada y extendida a Amrica Latina por Albert Hirschman y
Philippe Schmi tter 1 Veremos que el desarrollo retrasado de algunas
por James R. Kurth partes de Europa, especialmente de la Europa Meridional o Latina,
tiene mucho en comn con el desarrollo retrasado en Amrica Lati-
na. Adems, la mayor parte de los pases europeos han pasado ya por
todas y cada una de las fases de industrializacin que han analizado
los latinoamericanistas. Por tanto, Europa proporciona una rica serie
l. EXPLICACIONES INDUSTRIALES DE LOS RESULTADOS POLITICOS: de experiencias histricas con las que poner a prueba, y quizs refi-
UNA PRUEBA EUROPEA DE LAS TEORIAS LATINOAMERICANAS nar, las hiptesis sobre las relaciones entre cambio industrial y cam-
bio poltico, incluyendo el modelo de autoritarismo burocrtico de
El estudio de la poltica latinoamericana en la ltima dcada ha Guillermo O'Donnell.
puesto un gran nfasis en las conexiones entre el proceso de indus- Este captulo es un intento de apicar, de "poner a prueba",
trializacin y el proceso de cambio poltico. Se ha prestado particular estas hiptesis sobre industrializacin y poltica en el escenario euro-
atencin a dos aspectos del proceso de industrializacin y a sus con- peo. Primero consideramos en l la cuestin de las consecuencias
secuencias polticas. En primer lugar se ha centrado la atencin en el polticas de las diferencias en el tiempo de la industrializacin, exa-
tiempo de la industrializacin en los pases de Amrica Latina en minando en particular las ideas de Gerschenkron. Llegamos a la con-
relacin con la industrializacin en otros pases. Amrica Latina es clusin de que, en s misma, la variable del tiempo de la industrializa-
un rea retrasada en cuanto al desarrollo, habiendo realizado la indus- cin produce unas explicaciones bastante amorfas e indirectas. La
trializacin despus que los Estados Unidos y la mayor parte de los discusin se centra luego en la cuestin de las consecuencias polticas
pases europeos, y algunos analistas han considerado que esa condi- de las fases de la industrializacin y, en particular, extiende a la arena
cin econmica est vinculada, aunque indirectamente, con determi- europea algunas de las ideas de O'Donnell. Se argumentar que la
nados fenmenos polticos, como en el caso del autoritarismo buro- variable de las fases industriales es realmente til e iluminadora para
crtico. La atencin se ha centrado, en segundo lugar, en lastases de construir explicaciones de la historia poltica europea. Y dado que la
la industrializacin; es decir, las sucesivas fases de produccin de los fase de bienes de consumo y la de bienes de capital tienen cada una
bienes de consumo no duraderos, bienes intermedios y de capital y un impacto poltico diferente en los industrializadores tardos en
bienes de consumo duraderos. Amrica Latina es una zona en la que relacin con los tempranos, resulta de especial utilidad la combina-
varios pases han hecho recientemente la transicin de la fase de cin de las variables de tiempo y fase. El captulo concluye con una
bienes de consumo a la de bienes de capital, o desde sta a la de seccin que extrae algunas comparaciones explcitas entre el desarro-
bienes de consumo duraderos, y tambin a este respecto algunos llo poltico de Europa y el de Amrica Latina.
analistas han identificado vinculaciones con importantes resultados
polticos, incluido el autoritarismo burocrtico. 1
Los otros ensayos de este libro han examinado crticamente Alexander Gerschenkron, Economic Backeardness in Historical Perspective (Cam-
bridge, Harvard University Press, 1962; Alberto O. Hirschman, "The Poltica! Economy of
modelos e hiptesis que relacionan el tiempo y las fases de la indus- Import-Substituting Industrualization in Latn America", The Quarterly Journal o[ Econo
trializacin con los resultados polticos en Amrica Latina. Pero la mies 82, nm. 1 (febrero de 1968), pp. 2-32, reeditado en su A Bias for Hope: Essays on
validez y vitalidad de estos modelos tambin se puede comprobar Development in Latin America (New Haven, Yale University Press, 1971); Philippe C.
Schmitter, "Patbs to Poltica! Development in Latn America", en Douglas A. Chalmers, ed.,
Changing Latin America:New Interpretations of its Politics and Sociology (Nueva York, The
322 Academy of Poltica! Science, Columbia University, 1972), pp. 83-105.
 UNA PERSPECTIVA EUROPEA 325
324 JAMES K. KURTH

Por tanto nos centraremos en las explicaciones industriales de tendencia ms poderosa hacia una mayor escala de planta y empresa
los resultados polticos. El factor industrial no es, desde luego, el y una mayor disposicin a entrar en compactos monopolistas de
nico que ha contribuido a la formacin de los resultados que trata- diversos grados de intensidad. Finalmente, cuanto ms atrasado es un
remos. El surgimiento del estado liberal en el siglo XIX, el estableci- pas, ms probabilidades hay de que su industrializacin se realice
miento de regmenes autoritarios en gran parte de Europa en los aos bajo una direccin organizada; dependiendo del grado de subdesarro-
20 y 30 y la estabilidad de los sistemas democrticos durante 30 aos llo, la sede de dicha direccin podr encontrarse en los bancos de
despus de la Segunda Guerra Mundial fueron el producto de muchos inversin, en esos bancos actuando bajo la gida del estado o en
factores, y los historiadores han desarrollado una rica serie de inter- controles burocrticos. As considerada, la historia industrial de Eu-
pretaciones complejas y concurrentes. No afirmamos que el factor ropa no aparece como una serie de meras repeticiones de la "primera"
industrial pueda proporcionar por s solo una explicacin y compren- industrializacin, sino como un sistema metdico de desviaciones
sin completas de estos resultados. Nuestra investigacin se centrar graduadas con respecto a esa industrializacin."
particularmente en ocasiones en la importancia decisiva de las institu- En un momento posterior aadi otras proposiciones, entre
ciones polticas previas a la industrializacin y de las elecciones he- ellas: "Cuanto ms subdesarrollada es la economa de un pas, mayor
chas por los actores polticos; es decir, en las variables polticas de era la tensin sobre los bienes de produccin y bienes de consu-
fondo y en las variables de intervencin poltica. Sin embargo, el mo ... [Y] ms pesada era la presin sobre los niveles de consumo de la
factor industrial tiene consistencia en el tiempo y es un factor comr poblacin" 2
en muchos pases, lo que le permite asumir una posicin especialmen- El anlisis que hace Gerschenkron de Italia es especialmente
te prominente entre las variables explicativas. irtteresante para los analistas del desarrollo de Amrica Latina. Afir-
ma que Italia se adecua en general a su modelo de desarrollo retrasa-
do, incluyendo los compactos monopolistas entre los productores
industriales, la direccin organizada desde los bancos de inversin y
2. EL TIEMPO DE LA lNDUSTRIALIZACION EN EUROPA Y
la ayuda sustancial del gobierno por medio de subsidios y aranceles.
AMERICA LA TINA
Pero encontr tambin que Italia se apartaba del modelo en el hecho
de que el "gran acelern" fue menos vigoroso, el papel de los bienes
de con~~mo (especialmente los textiles) fue ms pronunciado, y la
Industrializadores tempranos y tardos protecc10n arancelaria ms retardada en sus efectos, todo ello en
relacin con los otros pases industrializadores tardos.
Los estudiosos de la historia econmica europea han discutido
desde hace tiempo acerca de las diferencias entre los pases que reali- Industfializadores tardos y postardos
zaron pronto la industrializacin (que empez en Gran Bretaa y
prosigui en Francia) y los pases que la realizaron ms tarde (como Estas variaciones italianas sobre el tema de la industrializacin
Alemania e Italia). Uno de los anlisis ms importantes sobre el tiem- tarda sugera la existencia de otro modelo de desarrollo tardo. Y de
po de la industrializacin es el de Alexander Gerschenkron. Gers- hecho; en su bien conocido artculo sobre industrializacin por susti-
chenkron hizo una lista de los pases ms importantes de Europa en tucin de la importacin, Albert Hirschman consideraba otro grupo
un continuum definido en los trminos de su subdesarrollo desde de pases, a los que designaba como "industrializadores postardos"
med~ados del siglo diecinueve. El pas ms avanzado era Inglaterra, refirindose en particular a los pases de Amrica Latina. Deca Hirs~
segmdo, por este orden, de Francia, Alemania, Austria, Italia y Rusia. chman que algunas de las proposiciones de Gerschenkron sobre los
Gerschenkron dice luego: pases de industrializacin tarda se adecuan en realidad a los de
"La principal proposicin que podemos hacer con respecto a los industrializacin postarda:
pases as graduados es que, cuanto ms retrasado es el desarrollo
industrial de un pas, ms explosivo fue el gran acelern de su indus- 2
Gerschenkron, op. cit., pp. 44, 354.
trializacin. Adems. el alto grado de subdesarrollo se asoci con una
326 JAMES K. KURTH UNA PERSPECTIVA EUROPEA 327

" ... casi lo mismo se puede decir de los postardos. Su industriali- liberales y trabajadores, una vez que desarrollaron un incentivo lo
zacin se inici con fbricas relativamente pequeas que daban los suficientemente fuerte para hacerlo. Pero las conexiones explicativas
'ltimos toques' a una serie de productos importados, concentrada son bastante imprecisas, y en cualquier caso en Alemania y Austria
en bienes de consumo ms que de produccin, y a menudo especfi- llevaban ya muchos aos de gobierno autoritario cuando emprendie-
camente diseada para mejorar unos niveles de consumo de poblacio- ron la industrializacin.
nes que se haban visto privadas casi repentinamente, como resultado Tambin se puede ver una diferencia poltica entre los pases
de una guerra o de crisis de la balanza de pagos, de bienes de consu- industrializadores tempranos y tardos, por una parte, y con los pos-
mo de importacin a los que estaban acostumbradas ... En consecuen- tardos por otra. Como observa Hirschman, en contraste con las lites
cia, la industrializacin postarda muestra muy poco del aliento inspi- industriales de los pases tempranos y tardos, las de los pases pos-
rado, aunque convulsivo, que haba sido caracterstico de los indus- tardos carecan de prestigio y aliento; eran ms una burguesa cola-
trializadores tardos, como Alemania, Rusia y Japn." 3 boradora que una "conquistadora" 4 Los industriales britnicos y
En suma, los industrializadores postardos de Hirschman pare- franceses produjeron primero bienes de consumo para mercados ex-
cen distinguirse de los tardos de Gerschenkron, de un modo similar a tranjeros (textiles), luego bienes de capital para mercados extranjeros
como la Italia de Gerschenkron se distingua de los otros industriali- (ferrocarriles, locomocin, buques mercantes y maquinaria), y final-
zadores tardos. Italia y los otros pases de la Europa Latina, Espaa mente bienes de capital para la defensa nacional (buques de guerra).
y Portugal, parecen adecuarse al modelo postardo caracterstico de Los industriales alemanes hicieron lo mismo, con mucho ms nfasis
Amrica Latina. No debemos olvidar, sin embargo, que tanto en los en las categoras segunda y tercera. En estos tres pases, el papel vital
tardos como en los postardos ha habido compactos monopolistas de los industriales en las divisas y la defensa nacional les proporcion
entre los productores industriales, una direccin organizada por los un alto prestigio. Y los logros pioneros de los britnicos y el "gran
bancos de inversin y una ayuda sustancial del gobierno por medio acelern" de los franceses y alemanes les dio un gran impulso. Pero
de subsidios y aranceles. durante muchos aos, los industriales de Amrica y Europa latinas
produjeron ante todo bienes de consumo en un mercado protegido.
Podemos explicar las diferentes tendencias de cambio poltico Y estuvieron ms implicados en aadir los "ltimos toques" que en
en los trminos de estos tres modelos de industrializacin: temprana, un "gran acelern". Carentes de ideologa, identidad y vocacin in-
tarda y postarda? El propio Gerschenkron argumentaba que los dustriales distintivas, las lites industriales del mundo latino acepta-
diversos rasgos econmicos que identific en los industrializadores ron mejor que las de Gran Bretaa, Francia y Alemania seguir el
tardos les condujeron a establecer o reforzar gobiernos autoritarios, liderazgo poltico de las lites agrcolas y fundir los intereses econ-
con el fin de movilizar capital y reprimir los salarios y el consumo, micos y los partidos polticos de ambas lites. Como resultado, en la
aunque era algo vago con respecto al proceso por el que se poda Europa latina del siglo XIX se produjo un marchitamiento de los
producir ese cambio poltico. Es cierto que, en comparacin con los partidos y la competicin poltica que tenan como base los conflic-
pases de industrializacin temprana (Gran Bretaa y Francia), tanto tos entre los sectores urbano y agrario. En su lugar surgi un sistema
en los industrializadores tardos (Alemania y Austria) como en los poltico de patrn cliente, basado en facciones orquestadas por un
postardos (Italia, Espaa, Portugal y gran parte de Amrica Latina) lder poderoso mediante el uso del patronazgo y los beneficios, fen-
los bancos de inversin y carteles industriales formaron centros de meno conocido en Italia como transformismo y en Espaa como el
poder econmico reducidos en nmero, grandes en cuanto al tamao turno 5 Y cuando los movimientos radicales o el torbellino econmi-
y coordinados en sus operaciones. Podra decirse que esta concentra-
cin de los intereses econmicos y esta coordinacin de las operacio-
nes econmicas permitieron a las lites industriales y financieras el 4
El concepto de burguesa conquistadora est desarrollado en el libro de Charles
establecimiento de gobiernos autoritarios frente a la oposicin de los Moraz, The Triumpho[the Middle Classes (Garden City, N. Y., Anchor Books, 1968) (publi-
cado por primera vez en Francia con el ttulo de Les Bourgeois Conquerants).
5
Sobre la poltica italiana de este perodo, vase Arthur James Whyte, The Evolution
of Modern ltaly (Nueva York, W. W. Norton, 1965); y Dennis Mack Smith, Italy: A Modern
3
Hirschman, A Bias for Hope, p. 95. History, edicin revisada (Ann Arbor, University of Michigan Press, 1969). Sobre la poltica
328 JAMES K. KURTH UNA PERSPECTIVA EUROPEA 329

co amenaz en los aos 20 a las lites industriales y agrcolas de segundas y terceras. As, en cuanto a la proporcin entre empresa
Europa, las de Europa Latina pudieron llegar ms fcilmente a un industrial estatal con respecto a la empresa industrial total, Italia ha
acuerdo para el establecimiento de un rgimen "corporativista" o ocupado el ms alto lugar en la Europa no comunista. Los industriali-
autoritario, como en la Italia de Mussolini en 1922, en la Espaa de zadores tardos actuales, como Espaa, Portugal, Brasil y Argentina,
Primo de Rivera en 1923 y en el Portugal de Salazar .en 19286 En han. tenido proporciones comparab1emente altas en cuanto a la indus-
contraste, algunas lites industriales de Alemania y Austria (en parti- tria estatal y superiores que las de Italia en cuanto a la industria
cular las de las industrias qumicas, elctricas y textiles) se opusieron multinacional.
en los aos 20 al establecimiento de un gobierno autoritario, y slo La combinacin de un gran sector industrial estatal y de una
se vieron incentivados a apoyarlos tras el impacto de la gran depre- larga prctica poltica patrimonial, ambos fenmenos caractersticos
sin a principios de la dcada de los 30 7 . de Europa Latina 9 , puso enormes recursos para el patronazgo en
Cuando la era de industrializacin de un pas -su "gran acele- manos de un partido dominante (los demcratas cristianos en Italia)
rn", si lo han tenido- queda en el pasado, las diferencias polticas o de un gobierno autoritario (el de Franco en Espaa y el de Salazar
entre los tres tipos de industrializacin empiezan a disminuir. Sera en Portugal). Ello facilit al gobierno su perpetuacin (y neg recur-
difcil rastrear las diferencias en la poltica de Gran Bretaa, Francia sos a una oposicin). Por ello fue ms duradero de lo que lo hubiera
Y Alemania Occidental despus de la Segunda Guerra Mundial unas sido en otras condiciones el gobierno de los demcratas cristianos en
diferencias entre industrializacin temprana y tarda. Sin embargo, Italia y al de los autoritarios corpor.ativistas en Espaa y Portugal.
algunos rasgos de los industrializadores tardos actuales siguieron te- Inversamente, la presencia de un gran sector industrial multinacional
niendo un impacto poltico en los treinta aos posterires a la Segun- impone algunos lmites a las prcticas patrimoniales (puesto que la
da Guerra Mundial. Como observ Gerschenkron, los industrializa- empresa multinacional tiene el recurso final de irse a otro lugar). La
dores tardos han confiado especialmente en la participacin estatal llegada en gran escala de empresas multinacionales a Espaa y Portu-
por lo que respecta a su proceso de industrializacin. Y como han gal a fines de los 60 y principios de los 70 pudo ayudar a producir el
observado otros, los industrializadores tardos actuales han confiado final de esos regmenes autoritarios.
para ello en las empresas fabricantes multinacionales. Sucedi que la El tiempo o cronologa de la industrializacin puede ayudar,
era de la industrializacin postarda correspondi en gran parte con por tanto, a obtener algunas proposiciones sobre los resultados polti-
la era de la masiva inversin extranjera -lo que Raymond Vemon ha cos en Europa. En general, sin embargo, las conexiones son bastante
analizado como la fase de inversin extranjera del ciclo de produc- vagas e indirectas. Se pueden discernir conexiones ms sustanciales
to- 8 de las grandes empresas americanas, especialmente las empresas entre industrializacin y poltica si, teniendo en mente el tiempo en
del automvil. De las tres fuentes de empresarios y capital -empresas cuanto que variable de fondo, centramos la atencin en las fases de la
nacionales privadas, empresas estatales y empresas multinacionales-, industrializacin.
los industrializadores postardos han dependido sobre todo de las

espaola, vase Gerald Brenan, The Spanish Labyrinth: An Account of the Social and
Political Background of the Civil War (Cambridge, Cambridge University Press, 1950); y
John C?nnelly Ullman, !he Tragic Week: A Study of Anticlericalism in Spain, 1875-1912 9
(Cambndge, Harvard Umversity Press, 1968). Sobre el patrimonialismo en Europa Latina y Amrica Latina, vase Richard M.
6 Morse, "The Heritage of Latin America", en Louis Hartz, ed. The Founding of New Socie-
El corporativismo en Europa es estudiado por Philippe C. Schmitter, "Still the ties (Nueva Y01':, Harcourt, Brace y World, 1964), p. 157; y Howard J. Wiarda, "Toward a
Centuzy of Corporatism? ", The Review of Politics 36, nm. 1 (enero de 1974), pp. 85-121. Framework fot the Study of Poltica! Change in the Iberic-Latin Tradition: The Corporative
7 Model", World Politics 25, nm. 2 (enero de 1973), pp. 206-35. Sobre el patrimonialismo en
El cambio de estas lites industriales de la Alemania de Weimar es estudiado exten-
samente po_r David Abraham, Inter-Class Conflict and the Formation of the Ruling Class general, vase Max Weber, The Theory of Social and Economic Organization, editado por
Co'!sen~s m La_te Weimar Germany (disertacin electoral ante el Department of History, Ta~cott Parson~ (Nueva. York, The Free Press, 1964), especialmente las pginas 341-58;
Umvers1ty ofCh1cago, en diciembre de 1977). Reinhard BendiX, Max Weber: An Intellectual Portrait (Garden City, N. Y., Anchor Books,
8 1962), especialmente las pginas 329-84; y Guenther Roth, "Personal Rulership Patrimonia-
Raymond Vemon, Sovereignity at Bay: The Multinational Spread of U. S. Enterpri- lism, and Empire-Building in the New States", World Politics 20, nm. 2 (ene~o de 1968),
ses (Nueva York, Basic Book, 1971). pp. 194-206.
330 JAMES K. KURTH UNA PERSPECTIVA EUROPEA 331

3. LAS FASES DE LA INDUSTRIALIZACION EN EUROPA Y El establecimiento del estado liberal

AME RICA LA TINA
E~ 1815, tras las guerras napolenicas y bajo la gida de la
Los analistas de las economas de Amrica Latina han centrado Restauracin, el sistema poltico de la mayor parte de los pases
su atencin con frecuencia en las diferentes fases de l. ;ndustrializa- europeos era la monarqua absolutista. Las excepciones ms impor-
cin. Una formulacin comn ha sido la de distinguir tres fases: tantes eran Gran Bretaa y los Pases Bajos (que entonces incluan a
produccin de bienes de consumo no duraderos, de bienes interme- Blgica); las naciones martimas de los lados opuestos del Mar del
dios y de capital, y de bienes de consumo duraderos. Similarmente, Norte haban sido desde haca tiempo las principales potencias co-
los analistas de la poltica de Amrica Latina han identificado con merciales de Europa y, en relacin con ello, haban tenido sistemas
frecuencia diferentes perodos en el desarrollo poltico de un pas. A polticos en los que el poder dominante descansaba en un parlamento
este respecto ha sido comn la distincin entre perodos de gobierno compuesto por aristcratas terratenientes y patricios urbanos, y en
oligrquico o autoritario tradicional, de populismo o nacional popu- los que haba una sustancial libertad de prensa y de religin: lo que
lismo, y regmenes burocrtico-autoritarios. Era natural, por tanto acabara denominndose monarqua constitucional y libertades civi-
que algunos analistas trataran de encontrar conexiones entre las fases les10.
industriales y los regmenes polticos. En particular, como atestiguan En 1875, tres generaciones ms tarde y unos cuantos aos des-
otros ensayos de este volumen, se ha afirmado que e~isten importan- pus de la guerra franco-prusiana, el cuadro era bastante diferente. El
tes interconexiones entre la fase de industrializacin de bienes de sistema poltico de la monarqua constitucional, que inclua un parla-
consumo y el paso del gobierno autoritario tradicional u oligrquico mento fuerte y libertades civiles sustanciales, se haba extendido des-
a la poltica populista, y entre la fase de bienes de capital (o la de su reducto del Mar del Norte, hacia el norte hasta Dinamarca (que
combinacin de la fase de bienes de capital con la de bienes de entonces inclua Islandia) y Suecia (que inclua a Noruega), hacia el
consumo duraderos) y el colapso de la poltica populista y el estabie- sur hasta Portugal, Espaa, Italia e incluso Grecia, y al este hasta
cimiento de un rgimen burocrtico-autoritario. Alemania y Austria-Hungra (aunque aqu el parlamento estaba clara-
Veremos que el desarrollo industrial europeo se ha caracterizado mente subordinado al monarca y sus ministros). Francia se haba
por fases similares a las de bienes de consumo, bienes de capital y convertido en una repblica parlamentaria, al igual que Suiza. Esta
bienes de consumo duraderos. Y el desarrollo poltico europeo de los distribucin particular de los sistemas polticos, con la adicin de
ltimos ciento cincuenta aos se puede dividir tambin en una serie expansiones en el sufragio, proseguira en esencia hasta la Primera
de perodos que son, sin embargo, algo diferentes de los de Amrica Guerra Mundial.
Latina. En particular, en un nmero de pases europeos ha habido Qu es lo que puede explicar esta extensin del sistema de
tres grandes transiciones polticas: el paso desde las monarquas abso- monarqua constitucional, parlamentos fuertes y libertades civiles, es
lutas (autoritarismo tradicional) al estado liberal y los sistemas parla- decir el "estado liberal", entre 1815 y 1875, as como las variaciones
mentarios en el siglo XIX; la ruptura de los sistemas parlamentarios y entre un pas y otro en cuanto a la fuerza de las instituciones libera-
el establecimiento de nuevos regmenes autoritarios en una gran parte les y en la cronologa de su establecimiento?
de Europa en los aos 20 y 30; y el surgimiento de democracias En parte la respuesta la encontramos estudiando la estructura
estables despus de la Segunda Guerra Mundial. Aunque resulta evi- econmica y polticapreindustrial. Algunos analistas se han centrado
dente que las causas de estas tres grandes transiciones polticas han en el poder de la aristocracia terrateniente y en la continuidad de la
sido numerosas y complejas, puede ser de utilidad el examen del monarqua tradicional en cuanto que principales variables explicati-
posible papel que han podido jugar en ellas las sucesivas fases de
industrializacin. Veremos que la fuerza de la conexin entre cambio 10 En 1815, se supona que la monarqua borbnica restaurada en Francia gobernara
poltico y fases industriales ha variado considerablemente con el por cdula real. Pero los resultados no fueron en grado suficiente una monarqua constitu-
tiempo y entre los diversos pases. cional con libertades civiles sustanciales. Para un estudio de Europa durante la Revolucin
Francesa y la Restauracin, vase E. J. Hobsbawm, The Age of Revolution: Europe
1789-1848 (Londres, Weindenfeld and Nicolson, 1962).
332 JAMES K. KURTH
333
UNA PERSPECTIVA EUROPEA
vas. Las instituciones liberales fueron ms poderosas en aquellos pa-
ses en los que, en un tiempo u otro antes del inicio del siglo XIX , la les no nos informa mucho acerca de las diferencias en cuanto a
vieja aristocracia de la tierra haba sido derrotada en guerra civil con cr~nologa del establecimiento de las instituciones liberales. Para ex-
lo que haba disminuido su poder poltico y , en relacin con ello, en plicar estas variaciones en el tiempo, ser de utilidad analizar otro
donde haba quedado desplazada la antigua dinasta absolutista (co~ factor, el proceso de industrializacin en su primera fase, la de la
mo en Gran Bretaa con la guerra civil de la dcada de 1640 y con la produccin de bienes de consumo no duraderos.
Gloriosa Revolucin de 168 9, en Francia con la revolucin de 178 9,
y en Blgica -entonces Pases Bajos austriacos- con la revolucin de La fase de los bienes de consumo y la poltica liberal
1789) 11 Las instituciones liberales fueron menos poderosas en los
pases en los que slo se haba producido .la mitad del proceso, en El proceso de industrializacin ha empezado en casi todos los
donde las guerras napolenicas haban desplazado, aunque fuera tem- pases con la creacin de industrias productoras de bienes de consu-
poralmente, a la vieja dinasta absolutista, pero sin que hubiera dismi- mo simples, en particular textiles, calzados y utensilios domsticos.
nuido significativamente la antigua aristocracia terrateniente (como De stas, la industria textil ha sido con mucho la mayor y ms
en Italia, Espaa, Portugal y en los nuevos estados de Amrica Lati- importante, tanto que normalmente ha asumido en esa fase un papel
na). (En Amrica Latina la excepcin significativa fue Brasil, a donde hegemnico.
se exil la monarqua portuguesa durante las guerras napolenicas y La creacin de industrias productoras de bienes de consumo ha
en donde la dinasta sigui gobernando incluso despus de que Brasil requerido la movilizacin de cantidades relativamente modestas de
se independizara de Portugal.) En estos pases, el desplazamiento de capital; es decir, modestas en relacin con la cantidad de capital ya
la vieja monarqua contribuy a la ausencia de una autoridad poltica disponible en el pas como resultado de las empresas preindustriales,
"institucionalizada" y condujo a un largo perodo de golpes milita- y modestas tambin en relacin con la cantidad de capital que se ha
res, insurreciones populares y guerras civiles. En la Europa Latina, necesitado para la creacin de industrias posteriores, como las del
esta era de "pretorianismo" dur medio siglo, desde los 1820 a los acero, ferrocarriles, qumicas y de automviles. En consecuencia, las
187<Y 2 E incluso despus de los 1870, la continuacin del poder de industrias de bienes de consumo de Europa (y tambin las de los
la vieja aristocracia terrateniente impidi el pleno desarrollo de las Estados U nidos y los pases ms avanzados de Amrica Latina) fue-
instituciones liberales. Finalmente, dichas instituciones fueron ms ron creadas en su mayor parte por empresas familares, creciendo las
dbiles en aquellos pases que eran al mismo tiempo las grandes industrias gracias a la reinversin de las ganancias. En contraste con
potencias orientales y las tierras de la "segunda servidumbre", en las las industrias posteriores, la acumulacin de capital para la industria-
guerras napolenicas ni disminuyeron el poder de la vieja aristocracia lizacin de bienes de consumo pudo llevarse a cabo, en gran parte, sin
terrateniente ni abolieron a la antigua monarqua legitimada (Prusia, dependencia del financiamiento de bancos, del estado ni de inverso-
Austria y Rusia). En estos pases, la alianza entre el trono y los feu- res extranjeros 13
dos no slo no se rompi, sino que se fortaleci realmente despus de La falta de dependencia con respecto al estado es probablemen-
1815 por el mutuo inters de la aristocracia y la monarqua de impe-
dir cualquier situacin semejante a la de la nueva revolucin francesa.
El poder de la clase agraria unido a la institucionalizacin poltica 13 Hobsbawm, op. cit., captulo II; tambin los estudios de pas en Carla M. Cipolla,
dinstica impidi tanto el liberalismo como el pretorianismo. ed. The Emergence of Industrial Societies (Londres, Collins, Fortana Books, 1973). Las
Sin embargo, esta explicacin, basada en factores preindustria- es~dsticas sobre el crecimiento de la industria textil en Europa pueden encontrarse en B.
R. Mitchell, European Historical Statistics, 1750-1970 (Nueva York, Columbia University
Press, 1976), pp. 427-36; y en Cipolla, op. cit., pp. 780-88. Estadsticas men~s detalladas,
11 pero conjuntas para Europa y Amrica Latina, las encontramos en W. S. Woytinsky Y E. S.
Este es un aspecto del anlisis global de Barrington Moore, Jr., en su Social Origins Woytinsky, World Population and Prr;<fuction: Trends and Outloo.k (Nu~v~ Y~;k, The
of Dictatorship and Democracy: Lord and Peasant in the Making of the Modern World Twentieth Century Fund, 1953). Dos utiles relatos globales sobre la mdustr1alizac10n euro-
(Boston, Beacon Press, 1966).
12
pea, desde perspectivas contrastantes, son los de David S. Landes, The Unbound Prome-
El concepto de "pretorianismo" pertenece a Samuel P. Huntington, Political Order theus: Technological Change and Industrial Development in Western Europe from 175~ t~
in Changing Societies (New Haven, Yale University Press, 1968). the Present (Cambridge, Cambridge University Press, 1969); y el de Tom Kemp, Industrzall-
zation in Nineteenth Century Europe (Londres, Longman, 1969).
 UNA PERSPECTIVA EUROPEA 335
334 JAMES K. KURTH

te de gran importancia. La acumulacin de capital para la industriali- dad electiva" entre ese rgimen y las industrias de bienes de consu-
zacin de bienes de consumo se pudo realizar en gran parte sin la mo. La teora poltica de los fabricantes fue resumida por Thomas
intervencin del estado, salvo en lo que se refiere a la eliminacin de Macaulay en 1830:
barreras y creacin de un mercado libre dentro de los lmites nacio- "Nuestros gobernantes promovern mejor el p~ogreso ~e la na-
nales (por ejemplo los aranceles internos) y a la ereccin de aranceles cin limitndose estrictamente a sus deberes legitunos, dejando al
externos con el fin de proteger una "industria recin nacida". Cierta- capital que siga su camino ms lucrativo, a las mercancas encontrar
mente, en Europa, en la primera mitad del siglo XIX , los fabricantes su precio justo, a la industria y la inteligencia su recom~ensa natural,
de bienes de consumo se opusieron a muchas de las actividades tradi- a la pereza y la estupidez el castigo natural, mantemendo la paz,
cionales del estado. Estos fabricantes no queran el estado dinsti- defendiendo la propiedad, disminuyendo el precio de la ley, Y obser-
co-autoritario del pasado, y no necesitaban el estado autoritario-tec- vando una economa estricta en todos los departamentos del estado.
, 1 t "16
nocrtico del futuro. No queran los aranceles internos, los impuestos Dejemos que el gobierno haga eso, y el pueb 1o h ara e res o.
al consumo ni las tediosas regulaciones de las monarquas absolutis- Esta tendencia liberal de las industrias de bienes de consumo no
tas, que impedan a los fabricantes vender sus mercancas en un dio como resultado un estado liberal en todas las partes de Europa.
mercado del tamafio de la nacin. Y tampoco queran los monopo- Tambin actuaban otros factores que producan considerables dife-
lios de los gremios locales ni los sistemas de asistencia social, que rencias entre un pas y otro. En Europa podemos distinguir tres
tambin les impedan obtener la fuerza de trabajo de un mercado de grandes tendencias de poltica liberal. Las llamaremos la occidental,
tamafio nacionaP 4 Para eliminar sistemticamente esos impedimen- oriental y meridional (o latina).
tos, sin embargo, necesitaban una representacin institucionalizada La tendencia occidental. La conexin entre industrializacin de bie-
en el centro de poder de la nacin; para obtener esa representacin nes de consumo e instituciones liberales resulta ms evidente en el
institucionalizada necesitaban la "supremaca del parlamento", ideal- primer industrializador, Gran Bretafia, que a principios del siglo XIX
mente dentro del "estado liberal". Pero los fabricantes de bienes de era simultneamente "el taller del mundo", "la madre de los parla:
mentos" y el centro del "liberalismo de Manchest~r" ~l~o e.s,ta
17
consumo tampoco necesitaban la ayuda del estado para movilizar
grandes cantidades de capital de inversin; y tampoco requeran su que, como hemos hecho notar, incluso antes de la ~ndustnaliz~c.Ion
ayuda para desmovilizar a numerosos trabajadores socialistas, servi- Gran Bretafia era bien conocida como una de las sociedades poh t~cas
cios stos que ms tarde realizaran diversos gobiernos autoritarios, ms libres. Otros grupos sociales, como la pequefa aristocracia rural
como el de Napolen 111 en Francia, Bismark en Alemania, Mussolini independiente, los protestantes disidentes y los J?e:ca~eres Y banque-
en Italia, Primo de Rivera y Franco en Espafia, y Salazar en Portugal. ros tenan sus propias razones para apoyar las lunltacwnes del poder
El estado liberal, con supremaca parlamentaria y sufragio para del' estado. Pero fueron los fabricantes los que tuvieron el programa Y
18
los propietarios, pareca ser la solucin de los problemas de las indus- la visin liberales ms coherentes y globales
trias de bienes de consumo. El estado liberal aboli las barreras tradi- Las industrias de bienes de consumo produjeron tambin un
cionales al comercio, la supremaca parlamentaria significaba que es- importante impacto poltico en la segunda ~la de industria~iz.adores,
taran representados en el centro de poder nacional, y el sufragio es decir Francia, Blgica y Suiza, que experunentaro~ un rapid,o cre-
para los propietarios significara que slo ellos y las lites tradiciona- cimiento de esas industrias en los afios 1820. Estos paises carecian de
les estaran representados 15 Por tanto, parece haber existido, en la
frase familiar de Max Weber (y de Goethe antes que l), una "afini-
16 Citado en Artz, op. cit., pp. 85-86.
17 E. J. Hobsbawm, Industry and Empire: The Making of Modem Society, Vol 1/,
14
Frederick B. Artz, Reaction and Revolution, 1814-1832 (Nueva York, Harperand 1759 to the Present Day (Nueva York, Pantheon, 1968), captulos III-IV; Langer, op. cit.,
Row, 1963), captulo IV; William L. Langer, Political and Social Upheaval, 1832.1852 captulos II-III.
(Nueva York, Harper and Row, 1969), captulos 1-III; Karl Polany~ The Great Transforma- 18 Sobre el dinamismo del "Credo Liberal" en Gran Bretaa, vase Po1anyi, op. cit.,
tion: The Political and Economic Origins of Our Time (Boston, Beacon Press, 1957), Parte captulo XII. Tambin Charles P. Kindleberger, "The ~ise of Fr~e T~ade in West~m Europe,
Segunda; Hobsbawm, op. cit., captulo II. 1820-1875", en su Economic Response: Comparatzve Studzes m Trade, Fmance, and
15 Growth (Cambridge, Harvard University Press, 1978), pp. 39-65.
Langer, op. cit., captulos III-IV, VI; Hobsbawm, op. cit., captulo VI.
336 JAMES K. KUR1H
UNA PERSPECTIVA EUROPEA 337

uno o varios de los grupos sociales preindustriales que apoyaron di- El modelo oriental. El impacto poltico de las industrias de bienes de
versos aspectos de la poltica liberal de Gran Bretaa, y en ellos el consumo fue muy diferente sobre la siguiente o tercera ola de pases
movimiento liberal fue aun ms dependiente de los nuevos fabrican- industrializadores, Prusia y Austria, que slo experimentaron un rpi-
tes que en el caso britnico. Los fabricantes fueron una fuerza impor- do incremento de esas industrias en los aos 1840-1850. Aqu, como
tante en las revoluciones de 1830 en estos tres pases (como lo fue- ya dijimos, las guerras napolenicas no haban desplazado ni a la vieja
ron en Gran Bretaa en 1830-1832 en el conflicto semejante del aristocracia terrateniente ni a su aliado, la monarqua absolutista. En
"Great Reform Bill"), y fueron tambin una fuerza importante en el consecuencia, las industrias de bienes de consumo crecieron en un
establecimiento y apoyo de los sucesivos regmenes liberales: lamo- espacio poltico relativamente cerrado, limitadas y contenidas por
narqua orleanista en Francia (la "monarqua burguesa" o monarchie una clase alta agraria bien enraizada y por las instituciones polticas
censitaire), la monarqua nueva y similar en la ya independiente Bl- dejadas por el reaccionario "sistema Metternich" 20
gica, Y los nuevos regmenes en los cantones ms industrializados de Una de las consecuencias fue que la industrializacin de bienes
Suiza. En s mismo, el desplazamiento de la monarqua borbnica en de consumo en el este (1840-1850) se produjo con algo de retraso en
Francia Y de la holandesa en Blgica hubiera podido conducir a un relacin con lo.,que poda haber sucedido y con lo que sucedi de
mero pretorianismo poltico. Uno de los factores que parece haber hecho en el oeste (1820-1830, antes incluso en Gran Bretaa). Y sin
contribuido a un cierto grado de estabilidad poltica en Francia y embargo, algunos grupos sociales del este, en especial los estudiantes,
Blgica tras las finas revoluciones de 1830 fue la aparicin de una profesores y abogados, importaron las ideas liberales del oeste duran-
clase social nueva, coherente y confiada, compuesta por los fabrican- te las guerras napolenicas y la restauracin. El resultado fue que se
tes y financieros 19 abri un vaco entre liberalismo e industrializacin. En el este, en el
Ya hemos dicho que, antes de la industrializacin, en Gran Bre- perodo de 181 O a 1830, el liberalismo fue un movimiento sin mucha
taa, Francia y Blgica la vieja monarqua absolutista haba sido base social, al que William Langer ha llamado el "liberalismo de los
desplazada y haba disminuido el.poder de la aristocracia terratenien- intelectuales", frente al liberalismo de los fabricantes 21 En este pun-
te. Con ello las industrias de bienes de consumo pudieron crecer en to el liberalismo iba por delante de la industrializacin.
un espacio poltico relativamente abierto, al menos en comparacin Una segunda consecuencia, posterior, fue que cuando se produ-
con los pases del este y del sur, y de este modo les fue ms fcil a las jo la industrializacin de los bienes de consumo los fabricantes no
industrias la consecucin de sus objetivos polticos. eran lo bastante fuertes frente a las clases altas agrarias para imponer
Adems, estas industrias, y especialmente las textiles, fueron su visin poltica sobre el resto de la sociedad. De los 1840 a los
relativamente competitivas en el mercado internacional en el caso de 1860 se dio el punto lgido de los movimientos liberales en la historia
los industrializadores tempranos. Esto resulta evidentemente cierto de las monarquas Hohenzollern y Habsburgo, pero tales movimien-
para Gran Bretaa, pero incluso Francia, Blgica y Suiza tuvieron tos no lograron nunca el poder que consiguieron en el oeste. En ese
xito en los mercados textiles internacionales selectos. Ello_signific punto prosegua el vaco entre liberalismo e industrializacin, pero
que los fabricantes textiles de esos pases no tuvieron conflicto entre reinvertido: la industrializacin iba por delante del liberalismo.
las partes econmicas y polticas del liberalismo, entre el libre merca- Ciertamente, entre 1820 y los 1860 las economas polticas de
do Y las libertades civiles. De nuevo gracias a esta situacin le fue ms Gran Bretaa y Prusia eran casi imgenes especulares la una de la
fcil a la industria textil el desarrollo de una visin coherente, y a otra. Los textiles britnicos eran competitivos en el mercado interna-
continuacin el desarrollo de lo que podemos llamar, en el sentido de cional, pero no los cereales. Inversamente, el cereal prusiano era com-
Gramsci, de una hegemona ideolgica. petitivo en el mercado internacional, pero no sus textiles. Por eso los

20
19
La industrializacin en Austria y Prusia es tratada por Knut Borchandt, "The
La industrializacin en Francia, Blgica y Suiza es tratada por Alan S. Milward y S. Industrial Revolution in the Habsburg Monarchy, 1750-1914", ambos en Cipolla, op. cit.,
B. Saul, The Economic Development of Continental Europe, 1780-1870 (Totowa, New pp. 76-156, 228-76: y por Milward y Saul, op. cit., captulo VI.
Jersey, Rowman and Littlefield, 1973), captulos IV-V, VII. La poltica de estos pases es 21
Langer, op. cit., captulo IV.
tratado por Langer, op. cit., captulos III-IV, y Artz, op. cit., captulos VIII, IX.
 338 JAMES K. KURTH UNA PERSPECTIVA EUROPEA 339
industriales textiles britnicos favorecan el libre comercio y las insti- Amrica Latina. Y en ambas zonas la liberalizacin super a la indus-
tuciones liberales, pero no los productores de cereales, los fabricantes trializacin durante medio siglo despus del final de las guerras napo-
textiles prusianos favorecan las instituciones liberales, pero no el lenicas. Sin embargo, la ausencia de una clase social nueva y cohe-
libre comercio, y los productores de cereales prusianos favorecin el sionada, de una antigua clase agraria cohesionada y de la vieja monar-
libre comercio, pero no las instituciones liberales. El hecho de que los qua legitimada se combin de tal modo que en la Europa Latina y
fabricantes textiles britnicos pudieran imponer el libre comercio gran parte de la Amrica Latina este medio siglo fue un perodo en el
sobre los productores de cereales de su pas (con la abolicin de las que ningn grupo social pudo ejercer la autoridad poltica; un pero-
leyes del maz en 1846) reforz elpoder social de los liberales polti- do de pretorianismo.
cos. Inversamente, el hecho de que los "junkers" exportadores de Cuando se produjo la industrializacin de los bienes de consu-
grano pudieran imponer el libre comercio sobre los fabricantes texti- mo, los fabricantes pudieron alcanzar casi la coigualdad con las clases
les de su pas (la poltica de bajo arancel del "Zollverein") reforz el altas agrarias. Y ello llev finalmente a la estabilidad poltica y a un
poder social de los conservadores polticos. En Gran Bretaa, el libe- tipo especial de estado liberal. A mediados de la dcada de 18 70, los
ralismo econmico reforzaba el liberalismo poltico; en Prusia, el tres pases de Europa Latina haban entrado en una era de relativa
liberalismo econmico socavaba el liberalismo poltico. calma poltica que habra de durar en lo esencial casi hasta las vspe-
ras de la Primera Guerra Mundial.Haban quedado atrs los golpes
El modelo meridional. Desde la perspectiva del analista de la poltica militares, las revoluciones populares y las guerras civiles de la fase
de Amrica Latina, el modelo ms interesante es el meridional. El anterior, y el cambio poltico tuvo lugar dentro de un sistema polti-
impacto poltico de las industrias de bienes de consumo tambin fue co cuyos rasgos formales fueron la monarqua constitucional, las
muy distinto en la siguiente o cuarta ola de industrializadores, en mayoras parlamentarias, las elecciones frecuentes y las libertades
Italia, Espaa y Portugal. En ellos la industrializacin de bienes de civiles. Sin embargo, en la prctica estos sistemas eran bastante ms
consumo iba una generacin retrasada detrs de la Alemania y Aus- complejos.
tria, dos generaciones detrs de Francia, Blgica y Suiza, y ms de La poltica italiana desde 1876 a 1914 se ha llamado la era del
tres generaciones detrs de Gran Bretaa. Por tanto, los pases de la transformismo; fue un perodo en el que primeros ministros duros y
Europa Latina constituyen el primer caso grave de industrializacin flexibles, y en ocasiones el mismo rey, "transformaban" a los diputa-
retrasada o dependiente22 dos de la oposicin en partidarios del gobierno, gracias al uso amplio
Pero como el este, el sur import tambin las ideas liberales del pero sutil del patronazgo poltico, los contratos gubernamentales y
oeste durante las guerras napolenicas y la restauracin. El primer las recompensas personales. El resultado fue la eliminacin de las
uso del trmino "liberal" para un grupo poltico se produjo en Espa- diferencias entre la derecha y la izquierda, los dos partidos herederos
a en 1810, en las Cortes Constituyentes de Cdiz. Sin embargo, a de los liberales del Risorgimiento, y la institucionalizacin de un
diferencia del este, la base social del liberalismo en el sur inclua proceso poltico desprovisto de cuestiones polticas, un caso tempra-
tambin a militares y funcionarios burcratas, sobre todo porque las no del "ocaso de las ideologas" 23 Un proceso similar caracteriz la
viejas monarquas legitimadas haban sido desplazadas en la cumbre poltica de Espaa y Portugal. En Espaa, con la restauracin de
de las organizaciones militar y burocrtica. Con tal base social, el 1875, los dirigentes de los partidos Conservador y Liberal alcanzaron
liberalismo del sur fue ms poderoso que el del este, cuya base social un acuerdo con el tumo, "mediante el que dos partidos polticos se
se limitaba a los intelectuales, pero ms dbil que en el liberalismo sucedan automticamente en el poder por un mecanismo de eleccio-
occidental, cuya base social inclua a los fabricantes. Por tanto, el nes artificiales" 24 Este acuerdo se combinaba con la costumbre de
liberalismo del sur, tal como lo hemos descrito, parece haber sido hacer ofertas a los diputados flexibles de los partidos ms pequeos y
comn en el tiempo no slo en la Europa Latina sino tambin en
22
La industrializacin en Italia y Espaa es tratada por Luciano Catagna, "The 23
Industrial Revolution in Italy 1830-1914" y por Jordi Nadal, "The Failure of the Industrial Whyte, op. cit.; Smith, op. cit.
Revolution in Spain 1830-1914", ambos en Cipolla, op. cit., pp. 279-325, 532-620. 24
Ullman, op. cit., p. 10.
 340 JAMES K. KURTH UNA PERSPECTIVA EUROPEA 341

r~~i~~les, lo que se c~noci con el nombre de "poltica de atrac- ciqnes liberales, que incluan parlamentos fuertes, elecciones contes-
cwn . En Portugal, a fmes de la dcada de 1870, un arreglo similar tadas y libertades civiles sustanciales~ Las excepciones eran Alemania
entre los partidos Regenerador y Progresista estaba bastante bien y Austria-Hungra, en donde los parlamentos no eran capaces de
institucionalizado y fue conocido con el nombre de "rotatismo". En controlar al monarca y sus ministros, aunque sin embargo existan
Espaa Y Portugal, al igual que en Italia, en ocasiones el Rey tena un elecciones contestadas y libertades civiles, y desde luego Rusia, en
papel central, y a veces autoritario. Los resultados fueron similares a donde prcticamente no existan instituciones liberales. Y en 1919,
los del transformismo italiano. tras la derrota de las potencias centrales, la cada de sus dinastas y la
Cules fueron las condiciones que dieron lugar a los sistemas creacin en Europa Oriental de lo que podra llamarse la segunda ola
?el. transformismo en la Europa Latina y su relativa estabilidad en el de nuevos estados (la primera se haba producido cien aos antes en
~ltimo cuarto, del sigl~ XIX? En primer lugar, el antiguo programa Amrica Latina), el triunfo de las institudiones liberales en la propia
liberal se ~ab1a comphdo en gran parte, y la clase poltica se haba Europa (es decir, sin Rusia) pareci prcticamente completado. Sin
homoge.neiZado en gran medida. Con la confiscacin y redistribucin embargo en 1939, en vsperas de la segunda guerra mundial, casi
de las tierras comunales y eclesistjcas, se fusionaron los intereses de todos los pases de la Europa Central, Oriental y Meridional estaban
los ~ntig~os terr~tenientes y de los nuevos, los oficiales militares y gobernados por regmenes autoritarios. La esfera del estado liberal se
fun~Ionanos burocratas. Adems, los nuevos fabricantes que estaban haba reducido aproximadamente a la que haba sido un siglo antes
surg1~~do en :s?s pases tenan un inters positivo en una mayor (es decir, Gran Bretaa, Francia, Pases Bajos y Suiza, el rea de
estab1hdad pohtica, de modo que pudieran hacer mejor sus negocios. nuestro modelo occidental de industrializacin de bienes de consu-
Fueron llevados tambin a los sistemas del transformismo mediante mo), ms los pases septentrionales o escandinavos. Cmo y por qu
aranceles tan.to p~a los productos industriales como para los agrco- se produjo este cambio poltico masivo al autoritarismo?
las, u~ matnmomo del pao y el trigo comparable al "matrimonio La Gran recesin del estado liberal se inici en Italia en 1922
Ja~l hierro Y. el centeno" de ese mismo perodo en la Alemaniade con la subida al poder de Mussolini y los fascistas. Poco despus se
~Iskmark. Fmal~ente, los radicales (socialistas, anarquistas y sindica- establecan regmenes autoritarios en otros pases de la Europa Lati-
listas) que. desafiaban a los sistemas existentes eran excluidos en gran na, en Espaa en 1923 y en Portugal en 1926. Pareca que la diferen-
parte mediante la restriccin del sufragio a los obreros industriales. ciacin del modelo meridional prosegua, aunque en una nueva for-
. En algunos otros pases, sistemas polticos similares al transfor- ma.
mzsmo parece~ ~aber surgido de condiciones econmicas similares. Sin embargo, aproximadamente al mismo tiempo, se establecie-
Al~unas descnpcwnes de la monarqua orleanista de Francia se ase- ron regmenes autoritarios en varios pases de las fronteras orientales
meJ~n 2~astante a nuestra descripcin del transformismo en la Europa de Europa, y el advenimiento de la gran depresin produjo nuevas
Latma . Y por lo que respecta a su nivel de desarrollo econmico presiones a favor del autoritarismo. En 1930 el gobierno Brning de
en p~rti.cular a su ~rado de industrializacin, la Francia de 1830-1840 Alemania comenz a gobernar por decreto, pues no poda tener una
era Slillllar a Itaha y Espaa en 1870-1890 En B '1 1 A mayora en el Reichstag. El sistema resultante era curiosamente simi-
R 'bl' d 8 ras1, a ntlgua
. epu ~ca . e. 1 84 a 1930 fue un sistema poltico similar el perodo lar al del viejo Segundo Imperio alemn; es decir, un parlamento
mdustnal Slillllar fue el de 1890-1910. ' ineficaz pero elecciones con candidatos opuestos y libertades civiles.
Pero en 1933 llegaron al poder Hitler y los nazis, e impusieron un
sistema totalitario. De modo similar, en 1933 el gobierno Dollfuss, de
El establecimiento de nuevos regmenes autoritarios Austria, disolvi el parlamento, suspendi las elecciones y prohibi las
reuniones, en parte para contener a los nazis austriacos. Los nazis
En 1914, ~n vsperas de la primera guerra mundial, la mayor asesinaron a Dollfuss en 1934, pero el gobierno Schuschnigg estable-
parte de los Paises de Europa estaban gobernados mediante institu- ci un estado "corporativista", cuyas prcticas eran bastante seme-
jantes a las de la monarqua de los Habsburgo veinte aos antes. Este
25 experimento corporativista lleg a su fin cuando la Alemania nazi se
Por ejemplo, Langer, op. cit., captulo 111.
anexion Austria en 1938. Con los nazis alemanes y austriacos, conti-
 343
UNA PERSPECTIVA EUROPEA
342 JAMES K. KURTII
., f de saturacin Argumentaremos que
nu tambin la diferenciacin del modelo oriental, pero en una for- do su fase de creaciOn Y 1a ase . d la industria del acero en
ma particularmente perversa. en Europa las mayores consecuencias. e la fase de creacin
Qu es lo que puede explicar la extensin de los regmenes
autoritarios tras 1922? Por qu unos pases sucumbieron ms pron-
~e~a1~~~d~~~r~, ~~~~t~~:~ ::p~;~~~J~~~~:S~ ~a~inoamericano, sino
to al gobierno autoritario, otros ms tarde, y otros no lo hicieron? en la fase de saturacin.
A primera vista, el impacto de los tres grandes acontecimientos
internacionales, la Primera Guerra Mundial, la revolucin rusa con el
"gran miedo" que produjo en Europa, y finalmente la gran depre- La fase de bienes de capital Y la poltica autoritaria
sin, podra parecer una explicacin suficiente. Sin embargo dicha
La fase de creacin de la industria del acero. ~a creaci?~ de un~
interpretacin es problemtica. La primera oleada de regmenes auto-
ritarios, de los aos 20, se produjo unos aos despus de que la
amenaza de las fuerzas radicales hubiera alcanzado la cima y hubiera
industria nacional del hierro y el acero y su cons~mtdor de~~~:~e:n
si lo XIX, el ferrocarril, requera la mo~ilizacto~, de can ~ .
:e
remitido. Adems, la guerra y la revolucin no explican que Alema- c:pital mucho mayores de las que necesito la ~reaciOn de las ~d~stn:;
nia y Austria se pasaran al autoritarismo en los aos 20, a pesar de de bienes de consumo. Viene a la memona la argume~ acton. .
que ambas naciones fueran derrotadas en la guerra y ~unque Bavaria O'Donnell de que en Amrica Latina el final de la fase de m~ustna~t-
(y Hungria) hubiera sido gobernada brevemente por los comunistas ., de bienes de consumo y la transicin a la fase de btenes e
en 1919. La gran depresin puede explicar el motivo de que Alema- ~:~~~~1 est en relacin con graves desequilibrios ~e la b;lanza./~
nia y Austria pasaran al autoritarismo en los aos 30. Pero no puede a os con la necesidad de movilizar grandes canttdad~s. e capt a '
explicar el hecho de que los pases del oeste y el norte de Europa no fo g u/pudo estimular a las lites econmicas y tecnocratlcas a a~op
sucumbieran nunca a los regmenes autoritarios (al menos hasta que tarla solucin del rgimen burocrtico-autoritario, como ~n Bra stl en
les fuera impuesto por las ocupaciones nazis en 1940). . n 196627 Pero como veremos mas ade1ante,
1964 y en Argen t ma e ' f d
Antes, al analizar el cambio desde la monarqua absoluta al en Europa la evidencia real de la conexin causal_ en~re la, ase e
estado liberal, nos centramos en el papel poltico de las industrias de creacin de la industria del acero y la poltica autontana esta bastan-
bienes de consumo, especialmente la industria textil. Al analizar el te entremezclada. . T -
cambio del estado liberal al rgimen autoritario, puede tener alguna .De qu magnitud eran las grandes cantldade.o qu~ s~ ~OVllZ;
utilidad el centrarnos en el papel poltico de las industrias de bienes ron e~ Europa para el acero y los ferrocarriles? H':'bo vartaciOnes e
de capital, especialmente la industria del acero. Como demuestran los un as a otro, pero varios pases europeos p~dtero? hacer~e con
otros ensayos de este libro, el papel de las industrias de bienes de melos que resultaran inalcanzables para los paises l~tm?~e~t~an~!
capital en el paso a los regmenes autoritarios es decisivo para el cuando comenzaron a movilizar capital para sus proptas m us nas
estudio de la poltica de Amrica Latina. De acuerdo con ello, exami- bienes de capital. . d 1 "lizacin
naremos el papel de estas industrias en el desarrollo poltico europeo. En Gra~ Br.etaa,. primer pas indust~iahza o~, a movl
. Varios pases europeos llevaron a cabo su fase de industrializa- de capital para esta fase se pro~ujo lsin_ ningun c_~mb~~l e:~t:~t~c~:r:~
cin de bienes de capital durante el siglo XIX. Pero en la Europa de las instituciones financieras m en a mterve~cton . . 1
ese siglo, a diferencia de Amrica Latina en el siglo XX, la industriali- mente la movilizacin de capital para la mdustna del ~erro y.~
zaCin de bienes de capital estaba dominada por la industrializacin acero ~ara los ferrocarriles britnicos se obtuvo con l~ ml~a facill-
del acero y la construccin de ferrocarriles 26 . De acuerdo con ello, d d raduaci6n que en el caso de las industrias ~~ bt~~es e con.su-
analizaremos con alguna extensin la industria del acero, consideran- r:o. ~:ro en ]ran Bretaa la facilidad de la movlltzacton de capttal

26 Una til relacin global del crecimiento y el impacto de las industrias europeas de 27 Guillermo. A. O'D.o~nell, ~ofem~:~~::r ~;:::~~~~A;:~:~a~:z~=~;~f
los ferrocarriles y del hierro y el acero es la que hace Hobsbawm, The Age of Capital, dies in South Amencan Polztzcs (Ber e.ey.. . , 9 1973)
1848-1875 (Nueva York, Charles Scribner's Sons, 1975). California, Berkeley; Polities of ModemlZa tion Senes num. ' .
 344 JAMES K. KURTH UNA PERSPECTIVA EUROPEA 345

para esta nueva fase fue en parte una consecuencia del gran xito La Tercera Repblica que reemplaz al Segundo Imperio tras su
anterior de las textiles britnicas en los mercados internacionales, que derrota en la guerra de 1870, no era un rgimen autoritario. Pero en
gener grandes beneficios y cantidades de capital para nuevas empre- la dcada de 1880 organiz y apoy, mediante el plan Freycinet, otra
sas. En Gran Bretaia, en los 1840-1860, en la poca del rpido creci- importante expansin de la industria del acero y los ferrocarriles
miento del hierro, el acero y los ferrocarriles, se exportaba anualmen- franceses 31 Ello hace dudar del argumento segn el cual la industria-
te el 50-70% de la produccin textil britnica, y el 40-50% de las lizacin del acero y los ferrocarriles estuvo relacionada en Francia
ganancias por exportacin provenan de la industria textil 28 con el establecimiento de un rgimen autoritario. Por otra parte, al
En Francia, el modo de movilizacin de capital para las indus- igual que en Gran Bretaa en la primera mitad del siglo XIX, tambin
trias del hierro y el acero y para los ferrocarriles fue algo diferente. en Francia en la dcada de 1880 la exportacin de textiles proporcio-
Tras un lento crecimiento de la industria del acero y los ferrocarriles n en parte el capital necesario para financiar la expansin del acero
antes de 1848, Francia experiment un crecimiento rpido en esos y los ferrocarriles 32 En Gran Bretaa, la financiacin de la expansin
sectores e las dcadas de 1850 y 1860. Se ha dicho repetidamente se haba visto facilitada por el dominio que tena en los mercados
que ese crecimiento rpido requiri nuevas instituciones financieras, internacionales por sus mercancas de algodn de bajo precio; en
tales como bancos de inversin {por ejemplo, el Crdit Mobilier de Francia, la financiacin de la expansin se vio facilitada por su domi-
los hermanos Periere); a su vez, estos nuevos bancos de inversin nio del mercado internacional de alta calidad, especialmente las mer-
necesitaron, se dice, el apoyo de un estado fuerte {por ejemplo el cancas de lana y seda. La vocacin especial de Francia por los pro-
Segundo Imperio de Napolen 111, 1852-1870) que rompiera el poder ductos de calidad en la ltima fase de la era preindustrial fue lo que
de los bancos tradicionales 29 Puede afirmarse, ciertamente, que la facilit su transicin a la segunda fase de la revolucin industrial; Y le
Francia del Segundo Imperio fue el primer caso de rgimen autorita- result ms sencillo sin las supuestas capacidades de movilizacin de
rio-tecnocrtico comprometido en un proyecto industrial. Ayud a la capital de un rgimen autoritario.
"profundizacin" de la industrializacin francesa, y lo hizo as bajo Las cuestiones que plantean los casos de Alemania y Austria son
una ideologa de "desarrollismo", es decir el saintsimonismo o positi- algo diferentes, pues desde sus orgenes hasta 1918 estos pases estuvie-
vismo (cuyo lema, "Orden y Progreso", tuvo un significado especial ron gobernados en gran parte por regmenes autoritarios. De ah que la
para los brasileos de entonces igual que para los de hoy). cuestin principal concierna a la forma y grado de autoritarismo. El
Sin embargo, a finales de la dcada de 1860 muchos industriales rpido crecimiento de la industria del acero y los ferrocarriles de Ale-
francef'.es del hierro y el acero creyeron que el gobierno de Napolen mania se produjo en las dcadas 1860-1870. Como el Segundo Imperio
111 h .ba dejado de apoyar el crecimiento industrial, y que ms bien francs (1852-1870), el Segundo Imperio alemn (1871-1918), con su
ah0~a lo reprima. Como hizo Luis Felipe antes que l, Luis Napo- Ley Antisocialista ( 18 79-1890), parece asemejarse ms a los regmenes
lef 11 obtuvo al principio el poder mediante una alianza con los indus- autoritarios tecnocrticos ms recientes. El autoritarismo aument
, t1 .ales en contra de los banqueros, y luego lo mantuvo mediante una tras lo que se ha venido a llamar la "segunda fundacin del segundo.
Uianza con los banqueros frente a los industriales. En consecuencia, imperio", en 18 79, cuando los industriales del acero y los "junkers"
muchos de stos buscaban alguna frmula alternativa poltica en agrarios acordaron una poltica de altos aranceles mutuamente bene-
vsperas de la guerra franco-prusiana 30 ficiosa el famoso "matrimonio del hierro y el centeno". Pero no
parece' existir una relacin clara entre el autorit~rism_o prusiano de 1~
dcada de 1860 (y posteriormente en la Alemama umda) y las necesi-
28
Hobsbawm, Industry and Empire, captulos VI-VII. dades de movilizacin de capital de la industria del acero Y los ferro-
29
Vase, por ejemplo, Gerschenkron, op. cit.; Rondo E. Cameron, France and the carriles de Alemania durante su fase de creacin. Tampoco el creci-
Economic Development of Europe, 1800-1914, Conquests ofPeace and Seeds of'War (Prin-
ceton, Princeton University Press, 1961), captulo IV; Guy, P. Palmade, French Capitalism
in the Nineteenth Century, traducido al ingls por Graeme M. Holmes (Newton Abbot,
31
Devon, David and Charles, 1972). !bid., captulos 111-IV.
30 32 William Woodruff, "The Emegence of an Intemational Economy, 1700-1914", en
Sandford Elwit, The Making of the Third Republic: Class and Politics in France,
1868-1884 (Baton Rouge, Lousiana State University Press, 1975), introduccin y captulo l. Cipolla, op. cit., pp. 673-74.
346 JAMES K. KURTH UNA PERSPECTIVA EUROPEA 347

miento rpido de las nuevas industrias qumicas y elctricas a: finales des dificultades de la balanza de pagos (a pesar de que eran exporta-
del siglo parece que produjeran ms autoritarismo 33 dores de productos agrcolas) en cuanto trataron de pasar de la fase
En Gran Breta'a, Francia y Alemania, la industria del hierro y de industrializacin de bienes de consumo a la de bienes de capital.
el acero y los ferrocarriles se desarrollaron conjuntamente, como una Una segunda razn por la que estos pases de desarrollo tardo tuvie-
especie de "complejo acero-rail". Pero en Italia, Espaa y Portugal ran dificultades deriv del hecho de que la industrializacin de bienes
este nexo se vio roto, al igual que en Amrica Latina. Los ferrocarri- de capital significaba ya industrializacin multisectoriaJ o de "fases
les ms importantes de Europa Latina se construyeron con rales y apretadas", que inclua no slo el acero y los ferrocarriles, sino tam-
material rodante importados de Gran Breta'a y Francia, y se finan- bin las qumicas, electricidad y construccin naval. La conjuncin
ciaron con capitales prestados por los bancos de inversin britnicos de (1) la necesidad de movilizar grandes cantidades de capital y (2)
y franceses 34 Por tanto hubo una expansin del ferrocarril sin indus- dficits graves de balanza de pagos fueron la causa de devaluaciones
trializacin del acero. Como la movilizacin de capital para los ferro- errticas, y la grave inflacin hizo que las lites econmicas, burocr-
carriles de Europa Latina procedi de inversores extranjeros en lugar ticas y tecnocrticas influyeran en favor de un rgimen autoritario.
de venir del gobierno nacional, es decir del exterior en lugar del En contraste con un sistema democrtico, un rgimen autoritario
interior, no se hizo necesaria ninguna reorganizacin espectacular del tena ms capacidad de destruir a los sindicatos, reprimir los salarios
estado. No es sorprendente, por tanto, que la construccin de ferro- y la demanda de consumo, exprimiendo as a la clase obrera para
carriles en Italia, Espafia y Portugal de mediados y finales del siglo obtener el capital con el que financiar los nuevos sectores de bienes
XIX pudiera coexistir con la conservacin de sus instituciones libera- de capital. Sin embargo en Espaa, la fase de industrializacin de
les y sistemas de transformismo. bienes de capital no se produjo realmente hasta los afios 50, mucho
Sin embargo, entre los afios 1900 y 1910, Italia construy una despus del rgimen autoritario de Primo de Rivera (1923-1930) y
sustancial industria del acero. (Espaa no lo hara hasta despus de la veinte afios despus de la revuelta militar de 1936 con la que empez
Segunda Guerra Mundial.) Pero como en Gran Breta'a y en Francia en la guerra civil espafiola y que llev al poder al rgimen de Franco. Y
tiempos anteriores, en Italia la movilizacin de capital se debi en en Brasil y Argentina, como dicen Albert Hirschman y Robert Kauf-
parte a la exportacin de textiles. En el caso de Italia, fue un domi- man en sus captulos de este libro, la conexin entre la formacin de
nio relativamente temporal del mercado internacional con sus pro- una coalicin de austeridad y el advenimiento de un rgimen autori-
ductos de seda de alta calidad. Constituy otro caso en el que la tario es de hecho compleja e indirecta.
transicin a la segunda etapa de la revolucin industrial se facilit
con los logros de la ltima etapa de la era preindustrial. Otra fuente La fase de saturacin de la industria del acero. El impacto ms
importante de divisas la constituy el envio del gran nmero de pronunciado de la industria del acero sobre el cambio poltico se
emigrantes italianos de esos aos 3 ~ produjo no en la fase de creacin de la industria, sino en la fase de
Los industriales del acero tardos, como Espafia, Brasil y Argen- estancamiento; es decir, cuando esta industria lleg a la saturacin en
tina, carecan de capacidad para dominar el mercado internacional su mercado nacional. Sucedi por primera vez cuando se hubo com-
con un producto industrial particular. En consecuencia tuvieron gran- pletado en esencia la construccin de los ferrocarriles nacionales,
como en Gran Bretafia en la dcada de 1870 y en Francia y Alemania
33
Un anlisis til y detalla<lo de estas relaciones entre economa y poltica en la
en la de 1880. A primeros de la dcada de 18 70, en Gran Bretaa los
Alemania de Bismark lo hace Fritz Stern, Gold and /ron: Bismark, Bleichroder, and the ferrocarriles haban absorbido normalmente entre el 50 y el 60 %de
Building of the German Empire (Nueva York, Alfred A. Knopk, 1977); la industrializacin la produccin de acero 36 La primera respuesta de las industrias brit-
alemana de fmales del siglo XIX es tratada tambin por Gustav Stolper, Karl Hiiuser y Knuth
Borchardt, The German Economy, 1870 to the Present, traducida al ingls por Toni Stolper
nicas del acero y de los bancos con ellas asociadas fue la de continuar
(Nueva York, Harcourt, Brace, and World, 1967). simplemente la actividad en otro lugar es decir, llevaron la construc-
34 Cameron, op. cit.; W. O. Henderson, Britain and Industrial Europe: 1750-1870:
Studies in British Injluence on the Industrial Revolution in Western Europe, tercera edicin
(Londres, Leicester University Press, 1972). 36
Duncan Burn, The Economic History of Steelmaking, 1867-1939: A Study in
35
Cafagna, op. cit., pp. 289-90, 302-25. competition (Cambridge, Cambridge University Press, 1961), captulo 11.
348 JAMES K. KURTH
UNA PERSPECTIV1\. EUROPEA

cin y financiacin de los ferrocarriles desde Europa hasta las "regio- La industria del acero italiana se construy en gran parteert~r;,~, ..
nes de reciente asentamiento" (como los Estados Unidos Canad 1900 y 191 O. Dependi de las garantas y contratos estatales aun nrs>
Australia y Argentina) y a las regiones de los lmites de Europ~ que las industrias del acero precedentes. Casi inmediatamente, se
(como Turqua y Egipto). Sin embargo, en alguna de estas ltimas convirti en una fuerza importante para una vigorosa poltica exte-
region~s, la incapacidad de los gobiernos dbiles y corruptos para
rior para conseguir concesiones de ferrocarriles en los Balcanes (espe-
cumplir con sus pagos fue causa de que en las dcadas de 1870 y cialmente en Montenegro y Albania) y en el Imperio Otomano, y en
1880 Gran Breta.a se viera impulsada a la intervencin e incluso la una fuerza para una gran reconstruccin de la marina italiana En
39

anexin. Se iniciaron as los primeros pasos hacia el "nuevo imperia- los ltimos aos antes de la primera guerra mundial, hubo una espe-
li~mo". Franc,ia y Alemania iniciaron tambin nuevas polticas colo- cie de guerra de los ferrocarriles entre Italia y Austria-Hungra en los
males en la decada de 1880, que se hicieron aun ms activas en las de Balcanes. Fue esta rivalidad la que gradualmente separ Italia de su
1_8~0. Cl,~ro est que los factores que contribuyeron al "nuevo impe-
cooperacin con Alemania y Austria-Hungra en la Triple Alianza, y
nal~smo fueron muchos, y los historiadores han dado muchas expli-
fue esta bsqueda de nuevos territorios coloniales en el este la que
cacl.?~es, como clculo _estratgico, actividades burocrticas y estados
llev a Italia a la guerra del lado de la Triple Entente de Gran Breta-
de ammo populares. Sm embargo, el factor industrial y financiero
a, Francia y Rusia en 1915.
parece haber sido especiahnente coherente y comn 37 Poco despus de la primera guerra mundial, las industrias euro-
Posteriormente, conforme la construccin de ferrocarriles en peas del acero se enfrentaban de nuevo a su viejo problema: cmo
estas n~evas regiones se a~ro~~m a la saturacin, Gran Bretaa y se mantendran en el negocio cuando llegara a su fin inevitable el
Alemama pasaron ~,la fabncac10n de buques comerciales y, finalmen-
perodo de reconstruccin de posguerra?
~e, a 1~ construcc10n de buques de guerra. Las necesidades de la
Los britnicos, en su mayor parte, decidieron seguir ms o me-
mdustna del acero britnica y alemana fueron un factor que impuls
nos igual. Retuvieron el imperio ultramarino despus de la guerra
la carrera naval anglo-alemana de 1894 a 1914, que enseguida tom>
para as poder seguir construyendo ferrocarriles para cruzar sus colo-
por s sola una dinmica recproca 38
nias, barcos comerciales para servirlas y barcos de guerra para defen-
derlas 39 Mantuvieron as las tres respuestas de la primera era de satu-
37
Div~rso_s aspectos del imperialismo son analizados por Roger Owen y Bob Sutclif- racin. Sin embargo, iniciaron tambin la transicin a un nuevo sec-
fe,, e_d~., Studtes m the _Theory of Jmperialism (Londres, Longman, 1972). Una crtica de los tor industrial lder. Habiendo pasado una gran parte de su primera
anlisis ~ue ponen ~1 enfasis en los factores econmicos la proporciona D. K. Fieldhouse,
Econor:ucs and_ Em_p~r~ _(lthaca, Nueva Yo;k, Cornell University Press, 1971). A este perodo industrializacin en las textiles, y habiendo obtenido grandes ganan-
posten?r a la fmalizac10n de la construccion de ferrocarriles en la Europa Occidental se le ha cias con el comercio y la inversin exteriores, los britnicos tenan,
denomma~o a menudo la Gran Depresin de 1873-1896. Las conexiones entre el final de la en mayor medida que otros pases europeos, una economa orientada
construcc1on de fe~rocarriles y el principio de la Gran Depresin se analizan en Hobsbawm
lndustry a~d Emp_~re,! en W. W. Rostow, British Economy in the 19th Century (Cambrid: al consumidor y una alta renta per capita. En consecuencia, en 1920
ge, Cambnd~~ UmverSity Press, 1948). Un excelente anlisis comparativo de la poltica de la posean la segunda gran industria del automvil del mundo (despus
Gran J?epreson es el d~ Peter Alexis Gourevitch, "International Trade, Domestic Coalitions de los americanos), que experiment un crecimiento lento pero uni-
~d _Liberty_: Comparatw: Responses to the Crisis of 1873-1896", The Journal of Jnter-Dis:
ctplmary HIStory, 8 (otono de 1977), pp. 281-313. Un anlisis clsico anterior es el de Hans forme durante dicha dcada.
Rosenberg, "Political and Social Consequences of the Great Depression of 1873-1896 in Los franceses siguieron el modelo britnico, aunque a escala ms
Central Europe", Economic History Review, 13(1943), pp. 58-73. reducida. Antes de la guerra, su imperio, sus ganancias por exporta-
38
He tratado con ms detalle la relacin entre las industrias britnicas y alemanas del ciones textiles y sus ganacias por inversiones en el extranjero ocupa-
acero Y la can:era ~aval angloale~~a en mi "The Political Consequences od the Product
':Yc!e: lndustnal H1story and Politlcal Outcomes", Internacional Organization 33, nm. 1 ban el segundo lugar despus de Gran Bretaa. Tras la guerra tambin
(mVIerno ~e 1979), pp. 1-34. El tema tambin es tratado por Arthur J. M;arder, The Anato- ellos utilizaron la capacidad de su industria del acero en ms ferroca-
my of Bnttsh Sea Power: A History of British Naval Policy in the Pre-Dreadnought Era rriles coloniales, barcos comerciales y de guerra, as como en una
1880-1905 (Nueva York, Alfred A. Knopf, 1940), captulo II; V. R. Berghalm, Germany
anf. the Approach ~[ War in 1914 (Nueva York, St. Martin's Press, 1973); y el anlisis
clas~co de la _obt~nc10n na~al alemana, Eckart Kehr, Battleship Building and Party Politics
(Ch1cago, Unwemty of Ch1cago Press, 1975). (El libro de Kehr se public originalmente en 39 R. A. Webster, Industrial Imperialism in Jtaly, 1908-1915 (Berkeley University of
1930 en lengua alemana).
California Press, 1975). '
 UNA PERSPECTIVA EUROPEA 351
350 JAMES K. KURTH

pequea industria automovilstica que sin embargo era la tercera ms qutmtca tena un poderoso inters en el libre comercio o por lo
importante del mundo. menos en unas condiciones que estimularan las exportaciones. Lo
Los alemanes, que haban perdido la guerra y que segua sien- mismo se poda decir de la industria elctrica alemana, que era la
do un pas sin un sector poderoso de bienes de consumo, en 1920 no ms grande y avanzada de la industria elctrica europea. Y como los
tenan ni imperio ultramarino ni industria del automvil. Por tanto, a ms grandes y mejores mercados para los productos qumicos y elc-
la industria alemana del acero slo parecan quedarle dos caminos tricos eran las otras economas industriales desarrolladas, estas dos
factibles, los cuales se reforzaban mutuamente. Uno de ellos era la industrias estaban vitalmente interesadas por las buenas relaciones
renovacin de la industria armamentista. El otro lo constituan las con la Europa Occidental. Ello les llev a apoyar a los partidos polti-
exportaciones de productos de acero a los mercados de Europa cos que, a su vez, apoyaban el "cumplimiento" del Tratado de Versa-
Oriental y, en relacin con ello, la obtencin del control de las cre- Hes y la conclusin del Tratado de Locarno de 1925 entre Alemania
cientes y competitivas industrias del acero de Austria, Checoslova- y sus vecinos occidentales. Inversamente, en la dcada de los aos
quia y Polonia. Durante toda la dcada de los aos 20 la industria del veinte eran indiferentes con respecto a la Europa Oriental (y no hubo
acero apoy a los partidos polticos que apoyaban a su vez el rearme, nunca un "Locarno oriental"). El vehculo poltico favorito de las
la revisin del Tratado de Versalles, las barreras arancelarias frente a industrias qumicas y elctricas era el Partido del Pueblo Alemn,
la Europa occidental, el dominio alemn sobre la Europa Oriental y dirigido por Gustav Stresemann 42
las medidas autoritarias y la represin salarial en el interior. Su veh- Adems de su inters por el libre comercio, las industrias qumi-
culo poltico favorito fue el Partido Nacional del Pueblo, dirigido por cas y elctricas estaban interesadas tambin en la promocin del
Alfred Hugenberg, que abogaba por la abolicin de la Repblica de consumo de masas, y en el apoyo, por tanto, del bienestar social y la
Weinar 40 Al apoyo de la industria del acero se uni el de los "jun- democracia poltica. l. G. Farbe, estimulado por el amplio consenso
kers" agrarios, haciendo del Partido Nacional del Pueblo una renova- en los aos 20 entre los expertos, en el sentido de que los suminis-
cin del viejo matrimonio del hierro y el centeno. Los "junkers", tros mundiales de petr6leo se agotaran pronto, emple la mayor
imbuidos de las viejas tradiciones militares y amenazados por las parte de sus nuevas inversiones de capital en la construccin de enor-
importaciones de grano barato de Polonia, tenan sus propias razones mes plantas destinadas a producir gasolina a partir de carbn median-
para el rearme, la revisin de Versalles, el dominio de la Europa te un proceso llamado hidrogenacin 43 Adquiri as un gran inters
Oriental, el autoritarismo y la represin salarial. por el desarrollo de una gran industria alemana del automvil. Simi-
Sin embargo, en la dcada de 1920, la escena econmica alema- larmente, la industria elctrica alemana, productora de bienes de con-
na inclua otras dos grandes industrias del sector de bienes interme- sumo duraderos y de equipamiento elctrico municipal, tena tam-
dios y de capital, la qumica y la elctrica, que tenan una tendencia bin un poderoso inters en el bienestar social y los servicios munici-
poltica muy diferente. La industria qumica alemana era la ms pales. Estos rasgos llevaron a las industrias a apoyar las coaliciones
avanzada del mundo y la mayor de Europa. (Su empresa lder, l. G. parlamentarias que incluyeran al Partido Social Democrtico. En su-
Farben, era la mayor empresa qumica del mundo y la mayor empre- ma, la Repblica de Weimar, con su poltica exterior de "cumpli-
sa de cualquier tipo en Europa) 41 Ello significaba que la industria miento" y la poltica interior de bienestar social, se basaba en una
coalicin de la fuerza de trabajo y las industrias qumicas y elctricas
40
La poltica de la industria alemana del acero en los aos 20 es tratada por Gerald en oposicin a la coalicin del hierro y el centeno 44
D. Feldman,. /ron and Steel in the German Injlation, 1916-1923 (Princeton, Princeton Sin embargo, el sistema de Weimar era un equilibrio inestable.
University Press, 1977); Charles S. Maier, Recasting Bourgeois Europe: Stabilization in
France, Germany and Ita/y in the Decade After World War 1 (Princeton, Princeton Universi-
ty Press, 1977); y David Abraham, Inter-Class Conjlict and the Formation of Ruling Class
Consensus in Late Weimar Germany (disertacin doctoral ante el Departrnent of History, 42 Las tendencias polticas de las industrias qumicas y elctricas alemanas durante
University ofChicago, diciembre de 1977). . los: aos 20 son tratadas por Maier, op. cit., y Abraham, op. cit.
41
Sobre l. G. Farben vase Frank A. Howard, Buna Rubber: The Birth of an 43
Howard, op. cit.; Borkin; op. cit., captulo II.
lndustry (Nueva York, D. Van Nostrand, 1947); y Joseph Borkin, The Crime and Punish-
44 Abraham, op. cit., presenta una demostracin completa y elaborada de esta argu-
ment of l. G. Farben (Nueva York, The Free Press; 1978), una historia industrial informati
va y perceptiva, que v ms lejos de las connotaciones de su ttulo. mentacin.
352 JAMES K. KURTH UNA PERSPECTIVA EUROPEA 353
Su principal lder, Streseman, muri en octubre de 1929. Al mismo ciero entregndolo al Partido Nacional Socialista de Hitler 46 Este
tiempo, se hunda el mercado de valores de Nueva York marcando el apoyo de la industria fue un factor ms de la serie de circunstancias
principio de la gran depresin. Las respuestas americanas a la crisis que llevaron a los nazis al poder en 1933 47
econmica tuvieron momentneas consecuencias para Alemania. Los La experiencia alemana haba tenido una prueba anterior y ms
aranceles Smooth-Hawley de 1930, llevaron a la ereccin de barreras simple en Italia. De todas las industrias europeas del acero anteriores
arancelarias en otros pases, dando un grave golpe a las medidas de a la Primera Guerra Mundial, la italiana haba sido la ms reciente y la
mercado libre de las industrias qumicas y elctricas alemanas. Ade- menos competitiva, el caso tpico ideal de industrializacin retrasada
ms, el agotamiento de los prstamos americanos a Alemania rompi y protegida. En relacin con ello, haba sido la industria del acero
un eslabn decisivo en la cadena econmica internacional que haba ms dependiente de los contratos de armamento. Por tanto era espe-
contribuido a la prosperidad alemana en los afios 20 (prstamos ame- cialmente vulnerable a los perodos de paz, sobre todo con un tratado
ricanos en Alemania - reparaciones alemanas a Gran Bretaa y de paz como el de Versalles que no conceda a Italia territouos sustan-
Francia - importaciones britnicas y francesas de Alemania). ciales en los que pudiera poner nuevos ferrocarriles. La primera de-
Estos dos acontecimientos significaron que la opcin del mercado presin econmica de posguerra golpe a Italia en 1921 con especial
libre, la Westpolitik, de las industrias qumicas y elctricas se volvi dureza. De acuerdo con ello, los industriales del acero apoyaron los
de repente menos viable. Y al mismo tiempo significaron que la movimientos populares que pedan la r~visin de la "paz mutilada" y
opcin de comercio coercitivo, la Ostpolitik, de la industria del acero la anexin de nuevos territorios. El movimiento ms importante, el
se hiciera de pronto ms atractiva. Finalmente, la grave cada en de los fascistas, consigui el poder en 1922 48 Pero los deseos italia-
1930-1931 de los precios mundiales del petrleo, inducida por la nos de expansin territorial habran de esperar ms de una dcada,
depresin, as como la apertura de los grandes campos petrolferos hasta que la gran depresin produjera una constelacin de las grandes
del este de Texas, fue la causa de que l. G. Farben, con sus enormes potencias que fuera ms favorable a los objetivos italianos.
inversiones en plantas de hidrogenacin, se viera repentinamente De este modo, las industrias del acero de Italia y Alemania
amenazado por las masivas importaciones del petrleo americano ba- fueron uno de los factores que explican la fuerza de los partidos Nazi
rato, de un modo muy semejante a como los "junkers" agrarios se Y Fascista y la cronologa d,e su llegada al poder. Resultara satisfac-
haban visto amenazados por las importaciones de grano americano torio, por tanto, que pudiramos acusar a la industria del acero de
barato sesenta aos antes. Para l. G. Farben, la nica solucin al otros pases, o en general a las industrias de bienes de capital, de
problema tejano era un gobierno alemn que fuera lo bastante fuerte crmenes autoritarios o totalitarios similares en la era de entreguerras.
y deseara garantizar un mercado a su gasolina extrada del carbn
erigiendo barreras arancelarias, garantizando subsidios, comprando la
gasolina y legitimando los grandes gastos con una ideologa de la 46
Abraham, op. cit.; Borkin, op. cit., captulo III. Sobre el papel industrial en las
autarqua econmica y la preparacin militar; es decir, la misma elecciones de 1932, vase tambin Allan Bullock, Hitler: A Study in Tyranny, edicin
ideologa promovida por los industriales del acero y los productores revisada (Nueva York, Harper and Row, 1964), captulo IV. Anlisis generales de las relacio-
de cereales4 5 nes entre la industria y los nazis son los de Arthur Schweitzer, Big Bussines in the Third
Reich (Bloomington, Indiana, Indiana University Press, 1964); y Franz Neumann, Behe-
Juntos, estos nuevos acontecimientos del mercado mundial lle- moth: The Structure and Process of National Socialism (Nueva York, Oxford University
varon durante el ao 1932 a las industrias qumicas y elctricas desde Press, 1942). (Trad. esp.: Behemoth. Pensamiento y accin en el nacional-socialismo, Fondo
la oposicin a la cooperacin poltica con la industria del acero y los de Cultura Econmica, Mxico, 1943).
47
productores de cereales. Y como el Partido Nacional del Pueblo, Interpretaciones importantes que ponen el nfasis en factores diferentes al indus-
trial son los de Karl Dietrich Bracher, The German Dictatorship: The Origins, Structure, and
dirigido por Hugenberg, demostr que no era lo bastante popular Effects of National Socialism, traducido al ingls por Jean Steinberg (Nueva York, Praeger,
para ganar las diversas elecciones de aquel ao, primero la industria 1970); Ralf Dahrendorf, Society and Democracy in Germany (Garden City, Nueva York,
del acero y luego la qumica y la elctrica cambiaron su apoyo finan- Doubleday Anchor, 1969); y Ernst Nolte, Three Faces of Fascism: Action Franfaise, Italian
Fascism, National Socialism, traducido a lengua inglesa por Leila Vennewitz (Nueva York,
Hotl, Rinehart, and Winston, 1966).
48
45 Roland Sarte, Fascism and the Industrial Leadership in /taly, 1919-/940 (Berke-
Borkin, op. cit., captulo Ill. ley, University of California Press, 1971).
 354 JAMES K.KURTH UNA PERSPECTIVA EUROPEA 355

Pero el hecho es que no haba una industria del acero importante en factores industriales? Por analoga con nuestro mtodo anterior, ten-
Espaa, Portugal ni en los diversos pequeos pases de la Europa dramos que examinar el impacto poltico de las industrias de bienes
Oriental que sucumbieron al autoritarismo. (Irnicamente, de entre de consumo duraderos en Europa, especialmente la industria automo-
los pequeos pases de la Europa Oriental, la nica industria del vilstica. Europa no lleg realmente a su "era industrial del auto" 50
acero sustancial era la de Checoslovaquia, que fue una democracia hasta bastante despus de la posguerra. En 1935, Gran Bretaa
liberal estable desde sus orgenes en 1918 hasta su ocupacin por slo tena un automvil por cada 20 personas, Francia uno por cada
Alemania en 1938-1939). La mayor parte de esos pequeos pases de 35, Alemania uno por cada 100, e Italia uno por cada 200. (En
~ la Europa Oriental empezaban en esos aos su fase de industrializa- contraste, en 1935 en los Estados Unidos haba ya un automvil por
. cin de bienes de consumo. En particular la industrializacin de la cada S personas, cifra que los pases europeos no alcanzaran hasta la
Europa del sudeste en 1920-1930 fue bastante semejante a la de la dcada de los 60.) 51
Europa Latina en 18 70. Por ello se podran haber predicho nuevos
casos de sistemas de transformismo. Y de hecho ste fue el tipo de La fase de los bienes de consumo duraderos y la poi tica democrtica
sistema en Grecia en 1926-1936 y en Rumana y Hungra durante la
mayor parte de esos aos. Sin embargo, estos sistemas polticos que- Cmo se movilizaron en Europa, despus de la Segunda Guerra
daban rpidamente deshechos por cualquiera de las diversas amena- Mundial, las grandes cantidades de capital necesarias para la industria-
zas, como un pequeo Partido Comunista en Grecia, la Guardia de lizacin de bienes de consumo duraderos? Un mtodo, anlogo al
Hierro en Rumana, o la presin diplomtica alemana en Hungra, empleado unas dcadas antes por Gran Bretaa, Francia e Italia para
siendo reemplazados a finales de los aos 30 por regmenes autorita- la movilizacin de capital para el acero y los ferrocarriles, consisti
rios49. en la exportacin de productos manufacturados desarrollados en una
fase anterior; es decir, el "crecimiento conducido por la exporta-
El surgimiento de/as democracias estables cin". En este caso un factor importante fue no slo la alta calidad
de los productos, sino tambin los bajos salarios de los trabajadores
A finales de la Segunda Guerra Mundial, el ejrcito americano, europeos, en relacin con los de los Estados Unidos, durante las dos
cumpliendo el papel de una "burguesa conquistadora", ayud a una dcadas posteriores a la terminacin de la guerra. No hizo falta nin-
restauracin liberal democrtica en prcticamente todas las zonas de gn rgimen autoritario para reprimir los salarios. Las bajas expectati-
Europa que ocup. En un nivel, por tanto, poco hay que explicar del vas de pertenencia a los sindicatos, derivadas de la carencia en la
restablecimiento de sistemas democrticos en la Europa de 1945. La segunda guerra, y las divisiones polticas con respecto a la organiza-
causa es evidente. cin sindical en Francia e Italia, como resultado del anticomunismo
Sin embargo, en otro nivel se plantean algunas cuestiones. La de la guerra fra, fueron durante muchos aos el equivalente funcio-
estabilidad de algunos de esos sistemas democrticos durante 30 aos nal de la represin salarial. El papel llevado a cabo en algunos pases
despus de la Segunda Guerra Mundial contrasta mucho con su inesta- de Amrica Latina por sus propios ejrcitos mediante un gobierno
bilidad despus de la primera. Esto es especialmente as, evidente- autoritario fue realizado en Europa por el fantasma del ejrcito alemn
mente, en los casos de Alemania, Austria e Italia, pero tambin es y el espectro del ejrcito ruso.
cierto incluso en el de Francia. Un segundo mtodo, anlogo a la anterior movilizacin para los
Se puede explicar en parte este contraste poltico a partir de
50
La frase es de Emma Rothschild, Paradise Lost: The Decline of the Auto-Industrial
49 Estadsticas comparativas sobre la industrializacin en los pases de la Europa Age (Nueva York, Random House, 1973).
Latina y del sudeste se pueden encontrar en Mitchell, op. cit. Las tendencias polticas en 51
W. W. Rostow, Politics and the Stages of Growth (Cambridge, Cambridge Universi-
Europa del Este en dicho perodo son tratadas por Hans Rogger y Eugen Weber, eds., The ty Press, 1971), pp. 227-29. Un anlisis sistemtico de la industria europea del automvil
European Right: A Historical Pro file (Berkeley, University of California Press, 1965); y en antes de la segunda guerra mundial, as como de otras industrias, es el de Ingvar Svennilson,
Hugh Seton-Watson, Eastern Europe Between the Wars, 1918-1941, tercera edicin, revisada Growth and Stagnation in the European Economy (Ginebra, United Nations Economic
(Nueva York, Harper and Row, 1973). Commision for Europe, 1954).
 356 JAMES K. KURTH UNA PERSPECTlV A EUROPEA 357

ferrocarriles en Italia, Espaa y Portugal, consisti en la importacin los industriales de bienes de consumo no deseaban un cambio impor-
de dinero extranjero. Hasta mediados de la dcada de los 50, signific tante en los sistemas polticos democrticos tal como existan a fina-
la a~uda del gobierno americano (es decir, el plan Marshall), y desde les de los aos 40 en vsperas de esta fase. Sin embargo, el gran
mediados de los 50 a mediados de los 70 signific la inversin directa tamao de este sector sugiere que pudo haber tenido algn impacto
americana en la industria europea del automvil. Ya a finales de los poltico sustancial cuando pas de la movilizacin de capital a la
~os 4?, la General Motors y la Ford posean una gran parte de la plena produccin.
mdustna europea, y en los aos 50 la industria americana del auto- El contexto bsico de la poltica europea tras la Segunda Guerra
mvil e~tr en una fase de inversin exterior a gran escala en el ciclo Mundial se haba formado con la extensa revulsin ante el fascismo,
Pr?ductivo. Las empresas americanas del automvil llevaron a cabo la reduccin de los estados europeos a un papel subordinado dentro
pnmero grandes inversiones de manufacturacin en Gran Bretaa del sistema internacional, el miedo a la Unin Sovitica y la depen-
Alemania Occidental y luego en Francia (Chrysler). Normalmente' dencia militar con respecto a los Estados Unidos. En s mismos, estos
c~ando ~n pas de ms de 20 millones de habitantes ha alcanzado u~ rasgos pudieron producir democracias estables impidiendo a los parti-
cierto mvel de desarrollo econmico (aproximadamente un PNB de dos fascistas o comunistas alcanzar una fuerza suficiente para tomar
unos 1.000$ per capita en dlares de 1965) ha desarrollado un el poder o provocar en un pas un torbellino poltico o la guerra civil.
mercado de bienes de consumo duraderos lo b~stante grande y prs- Sin embargo, como veremos ms adelante, los rasgos de la fase de
pero para atraer la inversin directa a gran escala en la manufactura- bienes de consumo duraderos trabajaban tambin en la misma direc-
cin ~or parte de las empresas americanas del automvil. Y como los cin, apoyando y reforzando las tendencias a la democracia estable.
trabaJadores europeos eran relativamente autolimitados en sus de- Gran Bretaa, Alemania Occidental, Francia e Italia entraron en
mandas. salariales, la continuacin de la entrada de la inversin direc- la fase de bienes de consumo duraderos, "la era industrial del auto",
ta amencana no necesit de las medidas represivas hacia los trabaja- en los aos 50. El florecimiento de la produccin de bienes de consu-
dores por p~rte. de un rgimen autoritario. Claro est que los reg- mo duraderos, especialmente de automviles, en estos pases durante
menes au.tor~t~nos y l~s m~~idas represivas hacia los trabajadores los aos 50 y 60 fue el ncleo en ese tiempo de su crecimiento y
tampoco mhibieron la mverswn extranjera directa en Europa como prosperidad general. Como han observado muchos analistas polticos,
demostraron las multinacionales del automvil cuando re;lizaron este crecimiento y prosperidad econmica general contribuyeron a la
gran~es inversiones en manufacturacin en Espaa cuando este pas legitimacin de los sistemas democrticos liberales europeos, a la
cruzo el umbral de los 1.000 dlares a finales de los 60. desradicalizacin de la clase obrera europea y a la desmarxistiza-
. Aunque~ las industrias del automvil de Gran Bretaa, Alemania cin, a finales de los 50, de los programas de los partidos socialistas
Occide~tal, ~;anc~a, y fina~ente Espaa, se construyeron en parte britnico y alemn, que tenan muchos votantes entre la clase traba-
con la mverswn directa amencana, la industria del automvil italiana jadora 53 . El alza repentina de los bienes de consumo duraderos con-
fue independiente de ella. La empresa dominante en Italia la Fiat se tribuy tambin a la desradicalizacin de la clase obrera europea al
haba diferenciado desde haca tiempo de las otras emp;esas eu~o inducir un cambio desde las actividades de grupo dentro de las orga-
peas del automvil en que era un conglomerado gigante y provechoso nizaciones de la clase trabajadora a las' actividades individuales o
que produca locomotoras, aviones, maquinaria y automviles. Otros familiares centradas en el automvil, la televisin, etc.
productores italianOs de automviles eran financiados o dependan
del gobierno.
Relations in Western Europe (Cambridge, Harvard University Press, 1974); Andrew Shon-
~n general; en Europa, la movilizacin de capital para la cons- field, Modern Capitalism: The Changing Balance of Public and Priva te Power (Nueva York,
truc.cwn ?e las mdustrias de bienes de consumo duraderos pudo pro- Oxford University Press, 1969); Sima Lieberman, The Growth of European Mixed Econo-
ducrrse sm una intervencin radical del estado 5 2 En consecuencia, mics, 1945-1970 (Nueva York, John Wiley and Sons, 1977); y M. M. Postan,An Economic
History of Western Europe, 1945-1964 (Londres, Methuen, 1967). El volumen editado por
Vernon incluye un anlisis global de la industria del automvil realizado por Louis T. Wells
(pp. 229-54).
52 L ra . 53
as re ClOnes entre las diferentes industrias y el estado en Europa desde los aos En Gran Bretaa y Alemania Occidental, la ausencia de partidos comunistas fuer-
40 a los 60 son tratadas en Raymond Vernon, ed., Big Bussines and the State: Changing tes contribuy tambin a la desmarxificacin de los partidos socialistas.
 358 JAMl:S K. KURTH UNA PERSPECTIVA EUROPEA 359
. Son muchos los factores que impidieron un reavivamiento del de los ltimos aos en Europa son numerosas, pero la saturacin del
fasci~mo. ~n Europa, d~spus de la Segunda Guerra Mundial, y ya he- mercado del automvil en Gran Bretaa, Francia, Alemania Occiden-
mos Indicado los mas Importantes: la experiencia histrica del fascis- tal e Italia sugiere que no hay mucha base para una recuperacin
~o Y la nueva situacin internacional de Europa. Pero la fase de sostenida a menos que los gobiernos se comprometan en una struk-
bienes de consumo duraderos contribuy tambin a producir los mis- turpolitik, es decir, la creacin consciente de nuevos sectores indus-
~os resul.tad~s .. L? disminuci~ del radicalismo de la clase trabajado- triales punta y la consiguiente refundicin de la estructura industrial
ra europea ei.Immo ~no de los mcentivos importantes de las personas nacional. Un seguidor de la teora de ciclo de productos de Raymond
de clase media a umrse a los movimientos de masas de derechas y de Vernon predecira que los europeos adoptaran como sus sectores
las personas de la clase alta a dotar de fondos a estos movimientos nuevos (o renovados) a las mismas industrias que fueron los nuevos
con la. desradicalizacin de la clase trabajadora se haca irinecesari~ sectores americanos hace una dcada o una generacin; es decir,
cualqmer rad~calizacin en contra de las clases media y alta, mientras aerospacial, computadores, telecomunicaciones y energa nuclear.
que, en los ~no~ 20 y 30 haba existido la situacin opuesta, lo que Ello explicara la intensidad del impulso exportador francs en aero-
~ab1a contnbu1~o .al alza del fascismo en Italia y Alemania y de un espacial y del impulso exportador francs y alemn en energa nu-
Important~ movi.miento fascista en Francia 54 Adems, en los aos clear desde 197 5.
50-60 las I~dustn~s de bienes de capital podan servir sus productos a Las industrias automovilsticas relativamente nuevas de Espaa
l~s nuevas m~u?tnas ~e bienes de consumo duraderos, y sus aceros a y Portugal (que ocupan actualmente ios puestos octavo y noveno
l~s .de automoviles, mientras que en los aos 20 y 30 sus opciones se entre las industrias del automvil del mundo), sern probablemente
~Imita?a~ a los ferrocarriles coloniales y armas militares; es decir, el del inters de los estudiosos de Amrica Latina. Se han desarrollado
nnpenahsmo y el militarismo. Por tanto, el alza de I~s bienes de de un modo bastante distinto a las industrias del automvil de Gran
cons~~o duraderos elimin algunas de las fuentes de la base de masas Bretaa, Francia, Alemania Occidental e Italia.
Y de elite de las medidas fascistas en el interior y el exterior. En primer lugar, en. Gran Bretaa, Francia y Alemania Occiden-
, . El crecimien.to de la industria del automvil fue especialmente tal, la presencia multinacional en la produccin automovilstica ha
rap1do Y. pronun~Iado en los pases de Alemania e Italia, que haban sido en gran medida americana (y en Italia no ha existido produccin
~ertenec1do al EJe. No es sorprendente que las tendencias polticas multinacional). En Espaa y en Brasil, en cambio, encontramos mul-
h~erales con respect? al mundo de los negocios en estos pases en los tinacionales con domicilios en diversos pases europeos y en el Japn,
anos .. 50 Y 60, el ti~o de tendencias naturales de un capitalismo al igual que en los Estados Unidos. Ello se debe a que en los aos 60
confiad~ co_mprometido en un gran florecimiento, se asemejaran a las empresas como la Leyland, Renault, Volkswagen, Fiat y Toyota en-
tendencias liberales con respecto a los negocios en los Estados Unidos traron en la fase de inversin extranjera directa de sus propios ciclos
e~. los aos 2~,, la. poca d.el primer gran florecimiento de la produc- de productos.
CIO~ automovihstica amencana 55 Los partidos de la clase obrera no En segundo lugar, Espaa y Brasil han sido las primeras socieda-
tuvieron la menor participacin en los gobiernos de Alemania e Italia des que han llevado a cabo la produccin y consumo masivos de
durante los aos 50 y principios de los 60. automviles dentro de un sistema autoritario. No obstante, las conse-
. . Pero a principi.os de l?s 70, en Gran Bretaa, Francia, Alemania cuencias polticas de esta coexistencia de la era industrial del auto
~ccidental Y Francia el numero de automviles haba alcanzado el con un rgimen autoritario han sido diferentes en los dos pases.
n~~el de uno por. ca?~ 3 4 personas, semejante al punto de satura- En Espaa, las empresas multinacionales del automvil fueron
Cion. Ello contnbmna al estancamiento y recesin econmica de una de las fuerzas que empujaron a los gobiernos que hubo tras la
1974-1978. Es evidente que las causas de los problemas econmicos muerte de Franco en 1975 a la liberalizacin, e incluso la democrati-
zacin, del sistema poltico. La razn principal estribaba en que los
54
Nolte, op. cit.
automviles producidos en Espaa seran muy competitivos en el
55 Mercado Comn Europeo si Espaa se converta en miembro. En el
, ~obre la ?oltica alemana e italiana con respecto a Jos negocios durante este momento presente el costo de los automviles podra ser tan efectivo
penodo, vease especialmente Vernon, Big Bussiness and the State, y Shonfield, op. cit.
como en la Italia de principios de los 60, pues la Espaa de hoy est
360 JAMES K. KURTH UNA PERSPECTIVA EUROPEA 361

en una posicin salarial semejante a la de la Italia de entonces. Pero el al igual que en el pasado, existir un espacio amplio para el juego de
Mercado Comn no admitira a Espaa como miembro hasta que, las actividades y la eleccin poltica.
segn una resolucin de 1975 de una de sus instituciones principales,
"la libertad y la democracia se hayan establecido". (Pero dados los CONTRASTES ENTRE LAS TENDENCIAS DE EUROPA Y
intereses de los campesinos franceses e italianos, puede ser que no sea AMERICA LA TINA
admitida ni siquiera ahora.) En Brasil, como veremos en la siguiente
seccin, las condiciones de fondo han sido diferentes, y el impacto de Resulta evidente que el imp::~cio de nuestras tres fases de indus-
las empresas multinacionales del automvil ha tendio consecuencias trializacin -bienes de consumo no duraderos, bienes de capital, y
mucho menos benignas. bienes de consumo duraderos- ha sido muy diferente en Amrica
Latina y en Europa.
Uno de los factores que contribuyen a esa diferenciacin es,
Resumen de las tendencias europeas nuevamente, la estructura econmica industrial. En un tiempo, varios
pases europeos han sido exportadores competitivos de mercancas
En un resumen del impacto poltico de las fases industriales en agrcolas bsicas; un ejemplo bien conocido fue Prusia en la primera
Europa, resulta evidente que la tendencia general de las dos industrias mitad del siglo XIX. Pero despus de la dcada de 1870, los pases
de consumo, bienes 'duraderos y no duraderos, se ha desarrollado en del Nuevo Mundo se convirtieron en los exportadores ms competiti-
la direccin de una poltica ms democratica y liberal. Pero en la fase vos de esas mercancas, y los productores cerealistas europeos se
de bienes de consumo no duraderos, a menudo esta tendencia ha sido extinguieron (como en Gran Bretaa) o se pasarOn del mercado libre
contenida y limitada en sus consecuencias polticas por las institucio- a la proteccin arancelaria (como en Alemania, Italia y Espaa). En
nes polticas y grupos sociales pre-existentes. Y en la fase de bienes Amrica Latina, ello dio como resultado el que los exportadores
de consumo duraderos se ha producido algo semejante a lo opuesto: agrcolas amasaran una gran fortuna, adquirieran cierto grado de he-
haba ya tantos otros factores que se dirigan al asentamiento de gemona poltica sobre sus pases e impusieran las tendencias del
democracias estables que las industrias de bienes de consumo durade- mercado libre.
ros parecan redundantes, siendo la del automovil algo semejante a Privada de la proteccin a una industria recin nacida, la fase de
una rueda de repuesto. industrializacin de bienes de consumo, incluida la del textil, se retra-
Inversamente, entre las industrias de bienes de capital ha existi- s en Amrica Latina ms an de lo que lo haba hecho en la Europa
do en ocasiones una tendencia a una poltica ms autoritaria. Pero en Latina. Una excepcin importante fue la de Brasil, que realiz su
la fase de creacin de las industrias, esta tendencia se ha visto a industrializacin textil (y estableci tambin un sistema poltico tipo
menudo limitada en sus efectos por la disponibilidad de fuentes de transformismo) aproximadamente al r,nismo tiempo que Espaa (en
movilizacin del capital diferentes al estado. Y en la fase de satura- la dcada de 1890). Sin embargo, en otros pases de Amrica
cin, con gran frecuencia la tendencia ha sido desviada a actividades Latina la industrializacin no empez realmente hasta la Primera
coloniales o militares (una especie de exportacin del autoritarismo), Guerra Mundial. Ello signific que el crecimiento de una clase traba-
las cuales no planteaban inmediata o necesariamente un autoritaris- jadora industrial tuviera lugar despus de que Europa hubiera experi-
mo en e1 interior. O en ocasiones se ha desviado en la direccin mentado las consecuencias polticas de una clase trabajadora militan-
opuesta, una poltica ms liberal, cuando las industrias de bienes de te organizada desde abajo. La respuesta poltica de algunas lites de
capital han visto la oportunidad de producir para el mercado de Amrica Latina a la conjuncin del crecimiento de una clase trabaja-
consumo mismo, como sucedi con las industrias qumicas y elctri- dora local y su interpretacin de la experiencia europea fue, preferen-
cas en la Alemania de Weimar y como ha sucedido ms recientemente temente, la organizacin y cooptacin de la clase trabajadora desde
en el caso de la mayor parte de las industrias europeas. arriba; es decir, el "populismo". Probablemente la tendencia populis-
En conjunto, estas observaciones revelan que el impacto polti- ta resultaba tan adecuada a la fase de industrializacin de bienes de
co de las fases industriales en Europa ha sido, para bien o para mal, consumo como lo haba sido la tendencia liberal a una fase similar en
ms configurativo que determinante. Y ello sugiere que en el futuro, Europa. Durante un tiempo, ciertamente, las tendencias populistas se
362 JAMES K. KURTH UNA PERSPECTIVA EUROPEA 363
tradujeron en ms altos salarios y beneficios en cuanto al bienestar, Y y por la derrota en el continente europeo. En el momento en que
por tanto en un mayor consumo nacional de los bh;mes de consumo Amrica Latina pudo importar "legtimamente" el fascismo de Euro-
del que hubiera existido en el caso de un estado estrictamente liberal. - pa (1920-1930), se hallaba an en su fase de industria~izacin de
Pero esas mismas medidas populistas tambin dificultaban ms la bienes de consumo. El resultado de ello fue que en ocasiOnes hubo
movilizacin de capital para la inversin en la siguiente fase de indus- movimientos y lderes polticos con un cierto estilo y contenido
trializacin, o de bienes de capital. fascista, pero con tendencias sociales ms proclives a los trabajadores
Cuando despus de la Segunda Guerra Mundial se desarrollaron que en Europa, por ejemplo Vargas y Pern. Inversamente, e~ el
en Amrica Latina las industrias de bienes de capital, crecieron en un momento en que Amrica Latina se haba desarrollado hasta el mvel
contexto que era tambin diferente del de sus equivalentes europeos "apropiado" de industrializacin del acero (los aos 1960 y 1970),
primeros. Para las industrias europeas del acero, el mercado ms natu- ya no era legtimo importar de Europa los smbolos fascistas, ni
ral haba sido el de los ferrocarriles. Pero para las industrias del acero desarrollarlos en la nacin. Otra razn de la ausencia de movimientos
de Amrica Latina despus de la Segunda Guerra Mundial no exista fascistas de masas en Amrica Latina estriba en que las empresas
ese mercado. Los ferrocarriles de Amrica Latina, y del resto del multinacionales estadounidenses pueden no poder operar cmoda-
mundo, estaban ya construidos; y en su mayor parte construidos con mente con ellos dentro de un pas. En comparacin con los gobiernos
el acero europeo. Un segundo mercado de las industrias europeas del autoritarios contemporneos de Amrica Latina, un rgimen autorita-
acero haba sido el de las armas militares, especialmente los buques rio basado en un movimiento fascista de masas sera ms impredeci-
de guerra. Pero este mercado tampoco era relevante para las indus- ble y tendra mayor tendencia a la intrusin, rasgos que no son
trias del acero de Amrica Latina. Dada la hegemona estratgica de especialmente atractivos para unas empresas multinacionales que son
los Estados Unidos en el hemisferio occidental, hubiera sido muy grandes organizaciones burocrticas que buscan la estabilidad, y que
difcil para Brasil o Argentina comprometerse, antes de la Segunda al mismo tiempo son extensas organizacione~ internacionales que
guerra mundial, en una construccin militar y una poltic.a ext~rior buscan maximizar sus beneficios mediante actividades secretas, como
agresiva al estilo europeo; pero despus de la guerra era ya Imposible. los precios transferidos.
Dada la irrelevancia de estos dos mercados tradicionales del ace- Las empresas multinacionales pueden operar fcilmente en
ro las industrias de este tipo de Amrica Latina fueron especialmente pases cuyos gobiernos autoritarios actan sin un movimiento de
de~endientes del tercer mercado tradicional: los automviles. Una masas. Y, a su vez, esos gobiernos se pueden beneficiar de la presen-
expansin de la industria del automvil facilit una expansin .de las cia de las empresas. Resulta especialmente interesante el caso de las
industrias del acero. Por tanto, en Amrica Latina, las fases de Indus- empresas multinacionales del automvil en Brasil.
trializacin del acero y los automviles, y de inodo ms general las Las empresas multinacionales del automvil empezaron a manu-
fases de bienes de capital y de bienes de consumo duraderos, han facturar operaciones en Brasil en los aos 50, y durante el perodo de
tendido a converger y agruparse. Como consecuencia de ello, el salto Kubitschek la industria brasilea del automvil experiment un con-
desde la industrializacin de bienes de consumo a la fase siguiente, o siderable crecimiento. Sin embargo, a principios de la dcada de los
siguientes, ha sido una empresa mayor y. ms difcil en Amrica 60, durante el perodo del gobierno Goulart, ms p~pulista y radical,
Latina que en Europa. Adems, dada la estructura del mercado auto- hubo una aceleracin rpida de la inflacin y un mcremento de la
movilstico mundial tras la Segunda Guerra Mundial, la formacin de inquietud laboral. Durante los dos ltimos aos del gobierno Goulart,
industrias automovilsticas nacionales en Amrica Latina durante la declin agudamente la inversin extranjera en la manufacturacin
dcada de los 60 ha significado, inevitablemente, la dependencia con brasilea. Entre las lites econmicas, burocrticas y tecnocrticas de
respecto a las empresas multinacionales del automvil. Brasil resultaba un argumento plausible el de que un rgimen autori-
Mientras que las industrias europeas del acero. h~ban esta~ o tario era una condicin necesaria para la renovacin de la entrada de
relacionadas en determinados momentos con los movimientos fascis- la inversin extranjera, y una condicin a fortiori para la expansin
tas de masas no ha habido tales movimientos en Amrica Latina de esa entrada, que era necesario que prosiguiese para avanzar hacia
durante su fa~e de industrializacin del acero. Un motivo de ello fue la nueva fase de industrializacin. Y, de hecho, en los aos posterio-
que el fascismo estaba ya totalmente desacreditado por sus crmenes res al golpe militar de 1964, la inversin europea y estadounidense se
364 JAMES K. KURTH UNA PERSPECTIVA EUROPEA 365
verti sobre Brasil; la produccin de la industria automovilstica ~e viles. Desde luego que, incluso sin la industria multinacional del auto-
dobl entre 1964 y, 1970, y volvi a doblarse entre 1970 y 1974. Sm mvil, probablemente habra habido un golpe militar en Brasil en
embargo, la inversin extranjera en la industria brasilea del autom- 1964, y un rgimen autoritario. Pero la estabilidad del rgimen auto-
vil era algo anmala. Mientras el PNB per cpita de otros pases ritario puede haberse visto incrementada por el xito del crecimiento
huspedes se encontraba por encima de los 1.000$ cuando las em- en la industria automovilstica.
presas multinacionales del automvil hicieron sus grandes inversines Cul es, por tanto, la prediccin de nuestro an_li~is de la polti-
en la manufacturacin, en 1966 en Brasil el PNB per cpita era slo ca de industrializacin con respecto al futuro poh tlco de Europa
de 340$. Ello contribua a que el mercado automovilstico fuera Latina y Amrica Latina? Una posibilidad es que los pases latinos
bastante dbil, a pesar de la gran poblacin de Brasil. Esta inversin no sean capaces de inventar nuevos productos industriales, sino que
exterior "prematura" en la industria brasilea del automvil fue in- slo puedan manufacturar los productos previamente inventados por
ducida, claramnte, por la estabilidad poltica, la represin de los otros, que continen siendo dependientes del capital ext~anjero Y
sindicatos y los bajos salarios impuestos por el rgimen autoritario estn profundamente endeudados con los bancos internacionales, y
establecido tras el golpe de 1964. en consecuencia que prosigan las presiones para el establecimiento y
Dado que Brasil tena, y sigue teniendo, un PNB per cpita muy mantenimiento de regmenes autoritarios y represivos con los trabaja-
inferior al de otros grandes productores del automvil, se ha elabora- dores.
do la hiptesis de que el gran incremento del consumo de automvi- Pero se puede hacer una prediccin muy diferente a la luz de la
les en este pas requera una forma especial de redistribucin de la tendencia de una difusin internacional resultante del ciclo de pro-
renta; es decir, la redistribucin a las clases medias desde las clases ductos y la inversin extranjera, y a la luz de los mercados mundiales
inferiores. Ello se consigui con medidas gubernamentales que repri- para determinados bienes, en particular de los bienes de consumo
man los salarios reales de las clases trabajadoras, reducan los progra- duraderos. Pues a principios de los aos 80, el propio retraso econ-
mas de bienestar y sald pblica, aumentaban los salarios reales de las mico de Espaa y Brasil en las nuevas industrias de la ltima genera-
clases medias y proporcionaban crditos gubernamentales para la cin (computadoras, telecomunicaciones, aerospacial) puede hacer
compra de automviles56 Estas medidas, necesarias para una era in- que sean los productores de costo ms eficaz en el mercado mundial
dustrial del auto prematura, podan ser impuestas mucho ms fcil- en las industrias que eran nuevas hace dos generaciones (automviles
mente por un gobierno autoritario que por uno democrtico liberal. y aparatos). En un futuro prximo, para los Estados Unidos y la
Los clculos del rgimen brasileo fueron sugeridos en 1974 por su Europa Occidental, Espaa y Brasil podran ser los mejores negocios
ministro de Finanzas, Mario Henrique Simonsen: de bienes de consumo duraderos, del mismo modo que lo fueron
"Una transferencia de la renta del 20% ms rico al 80% ms Italia y Japn en los aos 60. Los gobiernos espaol y brasileo
pobre incrementara, probablemente, la demanda de alimentos, pero tendrn un aliado natural e influyente en las empresas multinacio-
reducira la de automviles. El resultado de una redistribucin repen- nales y los bancos internacionales, cuyos intereses estn en las bajas
tina consistira meramente en la generacin de inflacin en el sector barreras arancelarias para sus mercancas en los Estados Unidos y
productor de alimentos y exceso de capacidad en la industria del Europa Occidental. Y el crecimiento "guiado por la exportacin" de
coche." 57 Espaa y Brasil podra proporcionar, como lo hizo en la Europa
Cuando los militares trataron de legitimar su gobierno, el prin- Occidental en los aos 1950-1960, la base econmica para una polti-
cipal argumento fue el xito de la industrializacin brasilea y el gran ca ms liberal. .
incremento del consumo de bienes duraderos, especialmente autom- Cul de estas dos predicciones se realizar en los prximos
aos?<. La economa no proporciona por s sola la respuesta, pues da
56
Edmar L. Bacha, "Issues and Evidence of Recent Brazilian Economic Growth" dos soluciones opuestas; el mundo latino se encuentra de nuevo en
(Cambridge, Harvard Institute for Intemational Development, Development Discussion Pa- una de esas coyunturas histricas en las que "la poltica tiene la
pers, 1976). palabra". Y es un momento en el que las polticas econmicas inter-
57
Citado en Normal Ga11, "The Rise of Brazil'', Commentary 63, nm; 1 (enero de nacionales de las viejas democracias liberales de Occidente pueden,
1977), pp. 49-50. de nuevo, marcar la diferencia.
 SINTESIS Y PRIORIDADES PARA LA INVESTIGACION FUTURA 367

des para la investigacin futura. Centraremos el anlisis, pues, en esas

cinco preguntas.

IX. EL MODELO BUROCRATICO AUTORITARIO: EL CONCEPTO DE AUTORITARISMO BUROCRATICO

SINTESIS Y PRIORIDADES PARA
LA INVESTIGACION FUTURA El esfuerzo original de O'Donnell por dibujar un diagrama de la
compleja"constelacin" de los rasgos que l consideraba como carac-
t~rst~cas definitorias del autoritarismo burocrtico represent un va-
por David Collier
hoso mtento de encontrar tendencias dentro de la complejidad de la
poltica de Amrica Latina. Su aporte consisti en llamar explcita-
mente la atencin sobre las importantes vinculaciones entre las cues-
tiones de rgimen, coalicin y polticas pblicas centrndose en una
~1 objetivo de este libro ha sido mejorar la comprensin del autorita-
serie de argumentos sobre la ocurrencia de ca~bios simultneos e
nsmo en Amrica Latina y su relacin con los problemas del desarro- interrelacionados en esas tres dimensiones en el contexto del alza
l~o econmico. Los autores se han aproximado a este problema anal-
reciente del autoritarismo en Amrica Latina. La formulacin que
tico ?e.~tro dl marco de referencia de lo que en el captulo 1 se hizo O'Donnell de este concepto sirvi de valiosa seal que contribu-
descnb10 como el modelo burocrtico-autoritario, centrndose en las y a orientar la investigacin posterior sobre el autoritarismo en
cuestiones genricas y los temas especficos importantes que consti- Amrica Latina 1
tuyen los componentes principales de este modelo .. Dentro de esta Desde la presentacin de esa formulacin inicial, se han pro-
serie compartida de intereses analticos, han tratado de evaluar refi- puesto ~lgunas modificaciones tiles de ese concepto, varias de ellas
nar? modificar o rechazar cuando lo han juzgado oportuno, y ~ons en este hbro, que producen una notable diversidad en el modo en que
trurr, a la vez, los conceptos e hiptesis que se han desarrollado en ~~ ha utilizado el trmino autoritarismo burocrtico. Dada la comple-
conjuncin con este modelo. Jidad .del fenmeno poltico estudiado, no resulta sorprendente que
Las cinco series de preguntas planteadas al final del primer cap-
sucediera ~al cosa. Dentro de unos lmites razonables, parece asimis-
tulo nos sirven de base para unir los argumentos desarrollados en
mo. apropiado que los estudiosos individuales adoptaran los usos que
este libro. En primer lugar, cmo han utilizado los autores los con-
mejor se adaptasen a sus intereses analticos, siempre que identifi-
ceptos de autoritarismo burocrtico y populismo ante el difcil pro-
quen claramente el significado dado, lo que creo se ha cumplido en
blema de desarrollar una descripcin "comparativa" significativa del
todos y cada uno de los captulos de este volumen.
autoritarismo de Amrica Latina? En segundo lugar, qu progresos
Sin embargo, si consideramos el efecto global de esta diversidad
se han hecho en la explicacin de la aparicin del autoritarismo
de usos, se puede plantear un problema importante tanto a los "con-
~ontemporneo? En tercer lugar, se puede refinar esta explicacin
s~midores" de e~ta literatura como a los que desean trabajar sistem-
mcorporando al modelo otros pases de Amrica Latina? En cuarto
ticamente a partir de ella. Creo que se ha llevado demasiado lejos la
lugar, qu conocimientos se han obtenido con respecto a la dinmi-
tendencia de utilizar nuevas definiciones del autoritarismo burocrti-
ca del poder autoritario; y a la luz de las tendencias actuales de
co para introducir nuevas ideas y comparaciones en el anlisis de la
cambio, qu direcciones puede tomar con mayor utilidad la futura
poltica contempornea de Amrica Latina. Como resultado de ello,
investigacin sobre la poltica de Amrica Latina? Finalmente, se se han propuesto varias definiciones diferentes. En los diferentes an-
pueden extender los elementos del modelo en su aplicacin a Amri- lisis, Y dependiendo de los aspectos particulares del cambio poltico
ca Latina? que han deseado enfatizar los autores, se ha utilizado el concepto de
Este captulo final est destinado a sintetizar algunas de las
lneas de anlisis presentadas en el libro, y a sugerir algunas priorida-
366 1
Esta expresin me la sugiri Carla Robbins.
 SINTESIS Y PRIORIDADES PARA LA INVESTIGACION FUTURA 369
368 DA VID COLLIER
sistemas que existieron inmediatamente antes de su aparicin. En el
autoritarismo burocrtico de modo alternativo refirindolo a un tipo
anlisis siguiente veremos algunas de las semejanzas y diferencias que
de sistema poltico; a un tipo de rgimen poltico; a un tipo de
resultan ms sobresalientes dentro del marco de referencia del mode-
estado, en el sentido del estado en cuanto que serie de instituciones
lo burocrtico autoritario ms amplio.
concretas; y a un tipo de estado, en el sentido del estado como una
Ya han recibido considerable atencin en este libro los contras-
abstraccin analtica que consiste en las relaciones polticas que sir-
tes multifacticos entre la Argentina, Brasil, Chile, Uruguay y Mxico
ven para mantener las relaciones sociales de dominacin. Los distin-
contemporneos. Por lo que respecta al rgimen, Cardoso ha puesto
tos intereses de los diferentes analistas han producido tambin "listas
particular nfasis en la diferencia fundamental entre autoritarismo
de comprobacin" de las caractersticas definitorias del autoritarismo
militar y de partido, y varios autores, O'Donnell incluido, han puesto
burocrtico bastante diferentes. Finalmente, hay tambin diferencias
de relieve las diferencias de rgimen, coalicin y polticas pblicas
decisivas por lo que respecta a los casos que sn incluidos dentro de
que se relacionan con la participacin del sector agrcola y los benefi-
esta categora. Por ejemplo, algunos analistas, que han puesto el nfa~ cios recibidos por ste; las medidas de industrializacin adopatadas, el
sis en las similitudes entre el Mxico de hoy y otros casos de autorita- grado de nfasis puesto en el fortalecimiento del estado, en lugar de
rismo burocrtico, han incluido a este pas; pero otros han puesto el en su desmantelamiento; la poltica hacia el capital extranjero; y el
nfasis en las diferencias y lo han excluido. El Per posterior a 1968 nivel de represin. Varan as, entre unos casos y otros, muchos de
ha sido tratado por algunos analistas como burocrtico autoritario, y los rasgos que son esenciales al modelo. Tambin deben subrayarse
por otros como populista.
otras diferencias que son importantes para entender la dinmica a
:Cul es el modo ms constructivo de hacer frente a estos pro- largo plazo del autoritarismo burocrtico. En Mxico, el partido Y las
blem~s? Pienso que el concepto de autoritarismo burocrtico debe organizaciones sindicales con importante base en el sector popular
mantenerse como referido genricamente a un rea .de inters, como han jugado un papel decisivo en el apoyo del sistema autoritario
una seal que identifica tilmente la materia o tema compartidos no contemporneo 2 De las muy diferentes relaciones entre el estado y
slo de los anlisis de este volumen, sino tambin de muchos otros las organizaciones del sector popular en Brasil puede decirse razona-
estudios. Sin embargo, este concepto tiene tantas definicionesy ca- blemente que implican un "corporativismo estatal", mientras en Chi-
ractersticas definitorias que no resulta demasiado til. como herra- le y Uruguay significan con mayor claridad una represin pura 3 La
mienta para el anlisis comparativo. A menudo produce ms confusin competencia electoral est gravemente limitada en Brasil y Mxico,
que claridad en los esfuerzos por resaltar las semejanzas y diferencias pero la utilizacin de elecciones en dichos pases refleja un importan-
entre los pases que resultan ms importantes para el entendimiento te contraste en cuanto a la intensidad de las medidas excluyentes en
del autoritarismo contemporneo. comparacin con Chile y Uruguay en la primera fase de su experien-
cia autoritaria. Esta utilizacin de las elecciones indica tambin un
elemento de semejanza entre Mxico . y Brasil y la experiencia de
Desagregacin Conceptual Colombia y Venezuela, pases que no son burocrtico autoritarios y
que recientemente tambin han pasado por perodos de elecciones
Para centrarnos mejor en estas similitudes y diferencias, resulta semicompetitivas 4 Tenemos que hacer frente, por tan~o. a un com-
de utilidad explicitar una aproximacin utilizada implcitamente en plejo panorama de semejanzas y diferencias entre los diversos casos.
varios captulos de este libro: la desagregacin de este concept~ am-
plio centrando la atencin en la interrelacin entre las cuestiOnes
diferentes de rgimen, coalicin y polticas pblicas. Esta 2 Vase Susan Kaufman Pureen, The Mexican Profit-Shariug Decision: Politics in a~
aproximacin facilita las tres comparaciones polticas bsicas que Authoritarian Regime {Berkeley y Los Angeles, University of California Press, 1975), capi-
resultan centrales al anlisis: la comparacin entre los sistemas polti- tulo l.
3 Ruth B. Collier y David Collier, "Inducements versus Constraints: Disagregating
cos de las naciones industrialmente ms desarrolladas de Amrica
'Corporatism"', The American Political Science Review 73, nm. 4 {diciembre de 1979), de
Latina; la amplia comparacin histrica contenida en la hiptesis de pr6xima aparici6n.
que, en realidad, el autoritarismo burocrtico es un tipo nuevo de 4
Para un tratamiento valioso de los casos de Colombia y Venezuela, vase Daniel
autoritarismo; y el contraste entre el autoritarismo burocrtico y los
370 DAVID COLLIER SINTESIS Y PRIORIDADES PARA LA INVESTIGACION FUTURA
371
En el contexto de este panorama de semejanzas y diferencias, En su captulo, Kauf~an seala ~na serie de rasgos del primer gobier-
una aproximacin desagregada ahorra el debate acerca de si un caso no de y~rgas en Brasil que podnan relacionarse con el autoritarismo
particular es "realmente" burocrtico autoritario. Se ha planteado la burocratlco, Y el gobierno militar argentino de 1943 tena tambin
cuestin con respecto a Mxico, y sobre la base de las clasificaciones algunos de esos rasgos.
de casos presentadas en este libro se podra plantear tambin con En lugar de intentar determinar si el autoritarismo burocrtico
respecto al Per. Sin embargo, no creo que estas cuestiones sean e~ ~ealmente algo nuevo, parece ms simple enumerar los rasgos espe-
interesantes dentro del marco de referencia en los que se han dado Ciflcos que son nuevos. Parecen serlo tres rasgos importantes en los
tantas definiciones al autoritarismo burocrtico. Hay semejanzas y que se ha J?~:sto el ~fasis en este libro: (1) el lugar central que ocupa
diferencias importantes, y la importancia relativa de esas semejanzas e~ la c~ahc10n dommante una burguesa muy internacionalizada y
y diferencias no se puede determinar sobre la base de las definiciones, o!~gopohzada;_ (_~) el mando de los militares en cuanto que institu-
sino ms bien sobre la de un anlisis causal interesado en descubrir c~?n, en oposicion al de uno o varios lderes militares; y (3) la rela-
qu factores juegan el papel ms importante en la conformacin de la Cion con el sector agrcola. En algunos casos importantes este sector
evolucin poltica de estas sociedades. no est en la coalicin, y cuando lo est se trata ms 'bien de un
Esta aproximacin desagregada permite tambin una valoracin se~tor ag~o.comercial progresista que de los grupos polticos y sociales
ms adecuada de la medida en que el autoritarismo burocrtico es, ~:s trad~c10nales antes asociados con el sector exportador. La cues-
realmente, algo nuevo. Aunque es incuestionable que este autoritaris- hon de SI estos ~u~vos rasgos conducen a un sndrome ms amplio de
mo representa un cambio importante frente a las tendencias polticas nuevas caractenshcas parece que puede ser mejor tratada sobre la
que haban predominado a finales de los 50 y principios de los 60, base de una demostracin emprica.
los argumentos que presentan estudiosos como ThomasSkidmore y Finalmente, los importantes contrastes en cuanto al modo dife-
Philippe Schmitter evidencian que el grado de diferencia con respecto rente en que los pases entraron en la era actual de autoritarismo
a ciertas formas anteriores de autoritarismo no es en absoluto una tampoco_ atraen la a~encin hasta que se consideran separadamente
cuestin cerradas. En Amrica Latina, en diversos niveles de moder- las ~est10nes de rgimen, coalicin y polticas pblicas. En 1964 en
nizacin industrial, han aparecido gobiernos que, en diversos grados, Brasil Y en 1966 en Argentina, los importantes cambios de rgimen
excluyen un sector popular previamente activo, tienen una poltica ayudaron a llevar al poder a coaliciones polticas de las que numero-
econmica ortodoxa, poseen cierto grado de orientacin tecnocrti- sos eleme~tos ya _h_aban estado en l. Tales coaliciones regresaron a
ca, buscan activamente el capital extranjero y, en cierto grado al unas medidas pohtlcas que ya se haban intentado con anterioridad?.
menos, promueven la aparicin de bienes intermedios y de capital 6

Levine, "The Role of Political Learning in the Restoration and Consolidation ofDemocra- do 311a, fase inicial de industrializacin. Para el tratamiento de este modelo de enclave en
cy: Venezuela since 1958", y Alexander W. Wilde, "The Breakdown of Oligarchical Demo- P~ru,;e~e Pe ter F. Klar~n, Modernization, Dislocation, and Aprismo: Origins of the Peru-
cracy in Colombia", ambos en Juan J. Linz y Alfred Stepan, eds., The Breakdown of vza~ pr~sta Party_ (~ustm, University of Texas Press, 1973). En mi libro Squatters and
Democratic Regimes: Latn America (Baltimore: The Johns Hopkins University Press, 0/z'!arc~s. Authorztarzan Ru_le and Policy Change in Peru (Baltimore: The Johns Hopkins
1978). Umvesity Press, 19?6), ~al!Zo esos ciclos de incorporacin y exclusin. Para el tratamiento
del _papel de las onentaCiones tecnocrticas y el inters por las industrias intermedias y de
s Thomas Skidmore, "Politics and Economic Policy Making in Authoritarian Brazil, capita~ en lo que ?eneralme~te se ha considerado como uno de los principales perodos
1937-71", y Philippe C. Schmitter, "The 'Portugalization' of Brazil? ", ambos en Alfred po~u.list~s en ~rasil -el gobierno de Vargas, de 1930-1945-, vase Thomas Skidmore
Stepan, ed., Authoritarian Brazil: Origins, Policies, and Future (New Haven: Yale University P,Prolztzcs zn Brazzl,, 1930-1964: An Experiment in Democracy (London: Oxford University'
Press, 1973). ess, 1967), capitulo 1.
O'Donz_zell se refi~re_br~vemente ~estos elementos de continuidad enModernization
6 7
Uno de los contextos en que han aparecido antes los gobiernos excluyentes es en
los casos de economas de "enclave" discutidas en el captulo de Cotler y en el texto and !lureaucratzc-Aut~orztananzsm: Studzes in South American Politics (University of Cali-
siguiente. Esos enclaves produjeron un temprano e intenso activismo poltico de las fuerzas fornia, Berkeley, Institute of lnternational Studies, Politics of Modernization Series nm.
laborales organizadas, lo que fue un elemento central en los episodios ms importantes de las 9), ~P ~4-65. Para un examen detallado de esta continuidad con respecto a Argentin~ vas
polticas incorporadoras y coaliciones tipo populista -que a su vez puso en movimiento Be~J~~ Most, "<;:hanging Authoritarian Systems: An Assesment of Their Impact on Publi~
ciclos continuados de incorporacin y exclusin en un momento en el que esos pases se Po~cies m ;\rge.ntina, 1930-19_70" (disertacin doctoral, Departinent of Political Science
encontraban en niveles de industrializacin relativamente bajos- que fue, ciertamente, muy lndi~~ Umversity1 1978), capitulo 111. Algunos observadores argumentan que los militare~
inferior al que hubiera cabido esperar segn la hiptesis de que el populismo estaba vincula- brasilenos no teman en mente un modelo econmico bien definido cuando tomaron el
 DAVID COLLIER
372 SINTESIS Y PRIORIDADES PARA LA INVESTIGACION FUTURA 373
Por contraste una notable caracterstica del Mxico de hoy es su
capacidad par~ realizar un importante cambio a unas medidas eco~ temporneo estuvieron presentes desde el principio en todos esos
micas ms ortodoxas sin un cambio de rgimen, tal como sucedi, regmenes y derivaran de las crisis inmediatas que los llevaron al
despus de diciembre de 1976, con Lpez Portillo. Hirschman pone poder, en algunos casos la aparicin de la tortura puede haber sido
de relieve que la transicin a medidas econ?micas orto?oxas ~e pr?- parte de la reaccin de la derecha poltica a la extensin de la protes-
dujeron en Colombia y en Chile, en el penodo de Fre1, no solo sm ta y el terrorismo urbano que se produjo en muchos pases a finales
cambio de rgimen, sino con regmenes pluralistas. Nos enfrentamos de los afios 60, no slo en Amrica Latina sino tambin en Europa y
as al espectro de diferentes tipos de interaccin entre rgime~ Y los Estados Unidos. Analizando estos diferentes aspectos del cambio
cambio de poltica que cierran el paso a la distincin entre autonta- de rgimen, podemos extraer nuevas hiptesis sobre explicaciones
rismo burocrtico y no burocrtico, pareciendo ms apropiado para alternativas que puedan ampliar la comprensin del autoritarismo
la descripcin de estos cambios de rgimen y poltica un tratamiento contemporneo.
ms "refinado". Dicho tratamiento tambin parece apropiado a la luz As, en trminos de los tres marcos de referencia utilizados para
de las preocupaciones expresadas por Douglas Chalmers y otros estu- la comparacin -entre regmenes autoritarios y competitivos con-
diosos' en el sentido de que tanto en la retrica de la poltica ..
latinoa- temporneos, entre el autoritarismo contemporneo y las eras ante-
mericana como en la investigacin de tal poltica parece existir una riores de autoritarismo, y entre el tipo de autoritarismo que apareci
tendencia a exagerar el grado de cambio poltico que acompaa a los recientemente en cada pas y los modelos polticos que les precedie-
cambios de rgimen importantes 8 Aunque no hay duda de que en ron inmediatamente-, encontramos un espectro ms complejo de
algunas zonas se ha producido un cambio drstico de poltica, esa diferencias y semejanzas. Tanto con el propsito de la descripcin,
preocupacin seala la importancia del anlisis muy cuidadoso del como con el fin de "poner en movimiento" estas semejanzas y dife-
rencias en una explicacin dinmica del cambio poltico, parece ser
cambio poltico 9
Por lo que respecta al orden cronolgico de los diferentes aspec- til la concentracin del anlisis en un nivel desagregado. Este trata-
tos del cambio de rgimen, hay que tener en cuenta que el uso miento no descartara la idea de que es esencial examinar las diferen-
realmente extenso de la tortura no empez en Brasil en 1964 con el tes constelaciones o configuraciones en las que se producen los dife-
inicio del rgimen militar, sino ms bien a finales de los aos 60. De rentes modelos de rgimen, coalicin y poltica pblica. Tiene un
modo similar, la tortura fue menos importante en la Argentina del inters central el anlisis de la interrelacin entre estas dimensiones.
gobierno de Ongana posterior a 1966 que durante el perodo ms Es que esta interrelacin se considera como mucho ms variada de lo
competitivo de 1973 a 1976, y durante el perodo autoritario poste- que sugera la clasificacin original.
rior a 1976. Y, desde luego, ha sido extremadamente importante en
Chile y Uruguay. Una vez hechas estas distinciones, podra llegarse a
la hiptesis de que aunque algunos aspectos del autoritarismo con- Un "supuesto de trabajo" crucial

Si bien esta aproximacin desagregada facilita estas tres compa-

poder en 1964, Sin embargo, las evidencias examinadas por Stepan rto. apoy~ es~ afirma-
raciones fundamentales, hemos de afiadir un elemento adicional deri-
cin. Vase Alfred Stepan, The Military in Politics: Changing Petterns m Brazzl (Prmceton: vado de las discusiones conceptuales del autoritarismo burocrtico
Princeton University Press, 1971), p. 218, nota 6. para reflejar adecuadamente las ideas que subyacen en estos textos. A
8 Douglas A. Chalmers, "The Politicized State in Latin America", en Ja~es ~ Ma- la luz. de los argumentos presentados en este libro por Cardoso, y
lloy, ed., Authoritarianism and Corporatism in Latn A.merica (Pittsburgh,: _Dmver.slty of especialmente por O'Donnell, es importante afiadir a esta aproxima-
Pittsburgh Press, 1977). Para, una revisi?.n exte~sa de la h~era~ura sobre ~enea Latma que
adopta esta argumentacin, vease Most, Changmg Authontanan Systems . cin desagregada las preocupaciones surgidas en el tratamiento que
9 Un programa de investigacin, comparativamente importante, sobre las medidas de hacen ambos del estado y en el argumento de O'Donnell de que el
estabilizacin adoptadas por estos gobiernos autoritarios est siendo lleva~o. a cab~ a~tual autoritarismo burocrtico es un tipo de estado, en el sentido abstrac-
mente por tres de los centros de investigacin de may~r pe_so en la Amenca Latina. ~; to del estado como la serie de relaciones polticas que sirven para
BRAP en Brasil CEDES en Argentina y CIEPLAN en Chile. Sm duda este proyecto arroJara
nueva luz sobre estos modelos de cambio poltico.
mantener las relaciones sociales de dominacin. En el contexto de las
sociedades capitalistas que constituyen el objetivo central de este
 SINTESIS y PRIORIDADES PARA LA INVESTIGACION FUTURA 375
374 DAVID COLLIER
POPULISMO
libro, ello implica el mantenimiento de las relaciones capitalistas de
produccin. . . El concepto de populismo es primordial para el modelo burocr-
Los arg1.1mentos de O'Donnell apuntan a una }~~a muy unporta~- tico autoritario y, directa o indirectamente, juega un importante pa-
te que, personalmente, preferira incorporar al anahsts por otro medto pel en la mayor parte de los captulos de este volumen, particular-
que no sea aadirla a una definicin que es ya extremadamente co~ mente en los de Cotler, Kaufman y Hirschman. Dentro del marco de
pleja y que cambia con frecuencia. En lugar de ello, mantendna referencia del intento de explicar el autoritarismo burocrtico, que es
como "supuesto de trabajo" crucial del analista el ~~e una fu:rz~ el objetivo de este libro, la discusin del populismo tiene dos objeti-
dinmica principal para la formacin del cambio po~ttlco Y ec,o~omt vos primordiales: en primer lugar, la mayor clarificacin de los mo-
co ser la interrelacin entre las diferentes constelaciOnes de regunen, dos en que el autoritarismo burocrtico es nuevo y distintivo al con-
coalicin y poltica por una parte, y por la otra l~s cuestio~es _que trastarlo con un importante y anterior tipo de sistema que es supues-
surgen en el intento de mantener o alterar las relaciOnes captta~tstas tamente muy distinto; y en segundo lugar, la iluminacin de los
de produccin. Esta interaccin implica por lo ~~nos tres relaciones orgenes de la agenda de "problemas sociales sobresalientes y de
causales especficas. En primer lugar, cuando cnsts graves amenazan estrangulamientos del desarrollo" 10 que contribuyeron a la aparicin
las relaciones capitalistas de produccin existentes, ello puede ser del autoritarismo burocrtico.
causa de que los lderes de los grupos dominantes inicien cambios _de Varios autores de este volumen han enfatizado que la experien-
rgimen, coalicin y/o poltica pblicas con el fin de proteg~r- ~ejor cia populista ha sido muy diversa. De ah que, tanto para la explica-
tales relaciones de produccin. En segundo lugar, la apanc10n de cin del contraste descriptivo con el autoritarismo burocrtico como
nuevas relaciones de produccin, por ejemplo las implicadas en la para la determinacin de la importancia de las diferentes experiencias
internacionalizacin de la produccin, pueden generar presiones a populistas en cuanto a la conformacin de los subsiguientes modelos
favor de modificaciones del rgimen, coalicin y/o poltica pblicas de cambio, vuelva a resultar relevante una aproximacin desagregada.
con el fin de mantener o reforzar estas nuevas relaciones econmicas. Tenemos que evitar la suposicin de que el populismo es un
En tercer lugar, con independencia de esas presiones, las ~?~ificacio sistema poltico bien definido y coherente que existe desde el tiempo
nes de rgimen, coalicin y/o poltica pblicas pueden mtc~'?"se con de la desaparicin del sistema oligrquico hasta el inicio del autorita-
el objetivo de cambiar las relaciones capitalistas de producc10n; o de rismo burocrtico. El populismo no implica necesariamente una "am-
eliminarlas en el caso de una revolucin socialista. plia" coalicin sin "fuentes insalvables de conflictc" eP.tre sus miem-
Al mismo tiempo que estas interacciones causales particulares bros 11 ,sino que con gran frecuencia es una coaliciH estrecha, frgil e
son de una importancia extrema, debemos considerar otros muchos inestable. Con frecuencia el sector popular y las lite~ industriales no
factores ' como reconocen claramente todos los autores de este, libro.
, . . estn en la coalicin simultneamente 12 Por lo general los perodos
Una gran variedad de diferentes fuerzas economtcas y no economtcas "incorporadores" son breves, y suelen ser seguidos rpidamente de
afectan a la evolucin del rgimen, coalicin y poltica pblicas.
Asimismo, cualquier crisis dada que amenace las relaciones de ~ro
duccin, o cualquier modificacin en stas, no pr?duce aut,o~ttca 10
mente una serie predeterminada ge transformaciones pohhcas. El Guillermo O'Donnell, Modemization, p. 79.
11
supuesto de trabajo del anlisis simplemente identifica un tipo de /bid.' pp. 56 y 59.
12
interaccin, entre la esfera poltica y la econmica, sobre la que se Eldon Kenworthy, en "Did the 'New Industrialists' Play a Significant Role in the
Formation of Peron's Coalition, 1943-46?" (en Alberto Ciria y otros, New.Perspectives on
pueden desarrollar hiptesis fructferas. . . ., Modern Argentine (Indiana University, Latin American Studies Working Papers, 1972,
En mi opinin, este supuesto de trabajo, en combmacton c~n la 15-28]), plantea . 1portantes cuestiones sobre el papel de los industriales en la coalicin
aproximacin desagregada por la que abogbamos ante~, p~oporc10na peronista original Otro caso relevante es la escisin en el Partido Liberal de Colombia en los
aos 30 y 40 er. oposicin a la "Revolucin en Marcha" populista (vase John D. Martz,
una base til para que el atractivo concepto de autontansmo buro- Colombia: A Contemporary Political Survey (Chape! Hill: University of North Carolina
crtico sirva mejor para el anlisis comparativo. Press, 1962), captulo III, y Robert H. Dix, Colombia: The Political Dimensions o[Change
(New Haven: Y ale University Press, 1967), captulo IV.
376 DAVID COLLIER SINTESIS Y PRIORIDADES PARA LA INVESTIGACION FUTURA 377

perodos excluyentes 13 En algunos casos, la iniciativa para la coali- otros han puesto de relieve, ha sido muy diferente entre los diversos
cin ha procedido de tecncratas militares o civiles que a menudo pases el grado en que tal hecho ha sucedido. En algunos contextos
han sido considerados primordialmente como asociados con el autori- este modelo fue seguido estrechamente, con el consiguiente debilita-
tarismo burocrtico. En algunos casos, como el de Brasil, ha existido miento de las fuentes principales de divisas: el ejemplo ms visible es
un inters por la promocin no slo de la produccin de bienes de el de Argentina. En otros casos, la poltica agraria ha sido muy
consumo, sino tambin de los bienes intermedios y de capital, parti- diferente, implicando reformas agrarias, como en los de Mxico, Ve-
cularmente de aquellos relacionados con la seguridad militar 14 En nezuela, Colombia y Per (en el perodo posterior a 1968). En Mxi-
consumo, sino tambin de los bienes intermedios y de capital, parti- co y Colombia, este diferente modelo de "choque sectorial" ha sido
cularmente de aquellos relacionados con la seguridad militar 14 En seguido de un modelo de crecimiento ms equilibrado 18 Hirschman
muchos casos no. resulta claro que las lites gubernamentales realicen sugiere otra fuente posible de diversidad al poner de relieve que las
un esfuerzo, aun tmido, por extender los beneficios al sector popu- crisis econmicas que surgen hacia el final de.los perodos populistas
lar como un medio de ampliacin del mercado nacional; y en Mxico derivan en gran medida de los grandes incrementos del gasto pblico
la fase inicial de la industrializacin coincidi con una reduccin que se produjeron en esos perodos, y por tanto son el resultado de la
uniforme de los ingresos de los trabajadores 15 Ello no significa que poltica pblica, en lugar de provenir directamente de los problemas
no sean diferentes los casos clasificados como populistas y como subyacentes al tipo de industrializacin experimentada. Por tanto, las
burocrtico autoritarios. Lo que sugiere es que debe ser objeto de importantes diferencias en cuanto a la intensidad de esas crisis econ-
continuos anlisis el grado y la naturaleza de las diferencias. micas podran explicarse en gran medida por factores polticos.
Tambin es notable la diversidad de problemas sociales y cuellos Tambin son importantes las diferencias polticas de la expe-
de botella del desarrollo heredados del populismo. Muchos analistas riencia populista. Por ejemplo, las diferencias en el modo en que se
consideran que el modelo de industrializacin identificado a menudo produce la incorporacin poltica y legal inicial de las fuerzas labora-
con los perodos populistas -que implica el subsidio a la industria les organizadas, transicin sta que coincide con frecuencia con otras
mediante la extraccin de recursos al sector exportador- conduce a transiciones identificadas con el populismo, parecen poner en movi-
graves dificultades econmicas y debilita, en lugar de reforzar, la miento distintos modelos de cambio 19 Por ejemplo, encontramos
economa nacional 16 Como observa Hirschman, a menudo se ha su- importantes diferencias en cuanto al grado en que tal incorporacin
gerido que ese ataque al sector exportador puede tender a "matar la inicial implic por parte de las lites un intento de vincular a las
gallina de los huevos de oro"17 Sin embargo, como Hirschman y fuerzas laborales a un partido o movimiento poltico, en lugar de
tratar. de aislarlas de ellos. Esta variable, junto con la posicin en la
coalicin de las otras clases y grupos sociales, as como el grado de
polarizacin que se produce en conjuncin con el populismo y otros
13
La tendencia a un paso rpido de la incorporacin a la exclusin se ve claramente factores ms, tienen importancia para la determinacin de si del pe-
e los casos de "enclave" antes citados (vase la nota 6).
14
rodo populista emerge un partido poltico integrador, multiclasista y
. Estos temas se presentan con claridad en el anlisis que del primer perodo de adecuadamente institucionalizado; lo que, a su vez, posee importan-
Vargas hace Skidmore, Politics in Brazil, captulo 1, y parecen asimismo ser elementos
cruciales en la orientacin de varios de los oficiales que dieron el golpe de 1943 en Argentina
que llev originalmente a Pern al gobierno (vase Robert Potash, The Army and Politics in 18
Vase Robert R. Kaufman, "Mexico and Latin American Authoritarianism" en
Argentina, 1928-1945, Stanfotd University Press, 1969). Jos Luis Reyna y Richard S. Wienert, eds., Authoritarianism in Mexico (Filadelf1a: Instltu-
15
Para. evid~ncias de la cada de los salarios reales en Mxico en los aos 40, poca te for the Study of Human lssues, 1977). Para un tratamiento del modelo ms equilibrado
comnmente identificada como una primera y decisiva fase de la expansin industrial vase de cre~iento en Colombia, vase Carlos F. Daz-Alejandro, Foreign Trade Regimes and
James, W. Wilkie, The Mexican Revolution: Federal Expenditure and Social Chang~ since Economzc Development: Colombia (New York: National Bureau of Economic Research
1910 (Berkeley y los Angeles: University ofCalifornia Press, 1967), p. 187. 1976).
16 p . ' al d ~ 1a cuestion,
., vease
, 19
~.un~ Vl~on ge.ner Wemer Baer, "lmport-Substitution Vase David Collier y Ruth B. Collier, "Who Does What, to W}lom and How:
and lndustrialization m Latin Amenca: Experiences and Interpretations" Latin American ~ow:ard a Comparative Analysis of Latin American Corporatism", en Malloy, ed.:Authorita-
Research Review, VII (primavera de 1972), pp. 95-122. ' nanzsm and Corporatism; Ruth B, Collier and David Collier, "Inducements versus Cons-
17 trainsts: Dissagregating Corporatism"; y Ruth B. Collier, "Popular Sector incorporation and
Albert O. Hirscllman, A Bias for Hope (New Haven: Yale University Press, 1971), Regime Evolution in Brazil and Mexico" (documento presentado en la Conference on Brazil
p. 12.
 378 DAVID COLLIER
SINTESIS y PRIORIDADES PARA LA INVESTIGACION FUTURA 379
tes implicaciones para la capacidad del control poltico sobre el sec-
tor popular en los perodos posteriores. el populismo pasa por diversas fases que implican a diferentes coalicio-
Otras diferencias polticas afectan a la capacidad de "resolucin nes y a diversas partes del sector pop~lar;X que ~ales fase~ no suelen
. de los conflictos" que aparece, o deja de aparecer, como consecuen- coincidir con el primer perodo de ~ustltuc~on de nni?ort~c10nes. .
cia de los episodios populistas. En Colombia y Venezuela, en donde Si consideramos una gama mas ampha de explicaciOnes del po-
las crisis polticas relacionadas con el populismo se hicieron ms pulismo, obtendremos nuevas percepciones d~ e.stas imp_ortantes va-
intensas en los aos 40, sigui a esa crisis un perodo de gobierno riaciones de la experiencia populista de los distmtos patses; Una ~e
autoritario muy represivo. En consecuencia los principales partidos esas explicaciones, con importantes implicaciones para la ~as ampha
polticos civiles decidieron tmidamente limitar la competicin entre serie de problemas que constituyen el legad~ del popuhsmo, argu-
partidos para evitar la futura polarizacin 20 As, Colombia y Vene- menta que el populismo no se produce necesa~:ament~ _como respues-
zuela entraron en los 60 y los 70 con normas experimentadas para la ta a los recursos de que se dispone por la expansi?~ ~e la tort~
limitacin de la expresin poltica del sector popular dentro de un econmica", que hipotticamente caracteriza a la fa~e Imc~al de susti-
marco de referencia democrtico. Similarmente, en Mxico el popu- tucin de importaciones. El contexto econmi~o m~ediato puede
lismo y la campaa contra la iglesia terminaron sin dejar grandes suponer en parte una expansin de los recursos dispombles d.envados
residuos de polarizacin y antagonismos polticos 21 En cambio, en de los importantes incrementos en el volu.men y/o. los precios _de la
Argentina, el fin de la era peronista se caracteriz por la polarizacin exportacin de productos primarios. El prnner gobierno de Peron en
y el antagonismo poltico extremado 22 Argentina podra ser un ejemplo importa~~e de ell<f 3 .
Es necesario analizar el hipottico vnculo entre la aparicin del Cotler pone de relieve otra explicac10n del popuhsmo que sup~
populismo y la fase inicial de sustitucin de importaciones. Si exami- ne un anlisis no de las fases de la industrializacin, sino de determi-
namos la cronologa de los perodos populistas ms frecuentemente nados modelos de diferenciacin social y activacin poltica del sec-
citados -como los gobiernos de Crdenas y Vargas, el primer gobier- tor popular que han aparecido en algunos pases mucho antes del
no peronista, el "Trienio" de 1945 a 1948 en Venezuela y el perodo inicio de un grado de industrializacin significativo, en ~onte~to.s
de Bustamante en Per- resulta evidente que dicho vnculo es comple- caracterizados por sectores modernos relativamente pequenos e mdi-
jo en el mejor de los casos, y que en ocasiones no existe. En algunos ferenciados. En Per, Chile, Venezuela y Mxico, algunos de los as-
casos, como el de Argentina, el populismo aparece hacia el final de la pectos de la modernizacin del siglo XX que .~an conform~?o la
fase inicial de sustitucin de importaciones, mientras que en otros aparicin del populismo han supuesto la extracc10n o producc10n.d~
contextos aparecen sistemas con numerosos rasgos populistas con el minerales y productos agrcolas en "enclaves" a~sla~os de una activi-
inicio, o incluso mucho antes, de cualquier grado significativo de dad econmica moderna, mecanizada y muy capttahza.da. La c.oncen-
sustitucin de importaciones, particularmente en Venezuela y Per, tracin aislada de trabajadores en esas reas prodUJO una mtensa
pero tambin en Chile. Kaufman traza en su captulo una argumenta- activacin poltica de las fuerzas laborales organi~adas en un momen-
cin paralela. Pone de relieve que la fase inicial de la sustitucin de to en que el proceso de sustitucin de importaciones se encon~raba
importaciones puede coincidir con "presiones populistas", pero que en una fase muy preliminar. Esa activacin fue ~n elemento ~r~or
dial en los ms importantes episodios de las polticas Y la~ coahcio~es
and Mexico, Center for lnter-American Realtions, Nueva York, 1978). Vase tambin Kauf- populistas incorporadoras que han tenido ~na importan~Ia sust.ancial
man, "Mexico and Latin American Authoritarianism", y Marcelo Cavarozzi, "Populismos y
'partidos de clase media': Notas comparativas" (Documento CEDES/G. E. CLACSO/Nm. en la evolucin poltica general de esos paises. En el Peru, part~c~lar
3, Centro de Estudios de Estado y Sociedad, Buenos Aires, 1976). mente, esos perodos incorporadores iniciales pusieron en movtmien-
20
Vase la nota 4. to ciclos continuados de incorporacin y exclusin que han llegado a
21
Un anlisis sugestivo de la solucin del conflicto eclesistico lo presenta Laura N. ser rasgos caractersticos de la poltica nacional24 Por tanto, parece
O'Shaughnessy, "Opposition in an Authoritarian Regime: The Incorporation and Institutio-
nalization of the Mexican National Action Party (PAN)" (disertacin doctoral, Department
Para datos relevantes sobre las tendencias de exportacin e? Argentin~ vase
23
ofPolitical Science, Indiana University, 1976).
22 Carlos Daz-Alejandro, Essays on the Economic History of the Argentme Republzc (New
Un anlisis fascinante de estos antagonismos se presenta en O'Donnell, Modemiza- Haven: Yale University Press, 1970).
tion, captulo IV.
24
Con referencia a Per, vase la nota 6 anterior Y el captulo de Cotler.
 SINTESIS Y PRIORIDADES PARA LA INVESTIGACION FUTURA 381
380 DAVID COLLIER
Pero, al mismo tiempo, se ha avanzado en la comprensin. En
ser que el anlisis del populismo y la incorporacin (as como el de la primer lugar, se han propuesto nuevos modos de pensar el problema
exclusin) ha estado demasiado estrechamente relacionado con el de la explicacin del auge del autoritarismo que facilitarn evitar los
proceso de industrializacin. errores o malas interpretaciones que se haban producido previamen-
Ms que considerar el populismo como una transicin relativa- te en este tipo de textos. En segundo lugar, algunos factores explica-
mente similar por la que pasan todos los pases, creemos que es de tivos, aunque no han sido totalmente desautorizados, al menos han
mayor utilidad verlo como un importante punto de diferenciacin sido colocados en una perspectiva apropiada. En tercer lugar, aunque
entre stos, tanto en cuanto a sus causas como en cuanto a sus se han discutido numerosas explicaciones, existe un ordenamiento l-
consecuencias. Se convierte as en una "variable de fondo" primor- gico entre ellas. Cuando se explicita dicho ordenamiento, la variedad
dial que contribuye a dar forma a las diferencias existentes en la de explicaciones resulta menos confusa.
experiencia subsiguiente de esos pases. Tal como hacamos con el Se pueden hacer progresos considerables imponiendo algn or-
concepto de autoritarismo burocrtico, parece ser mejor realizar la den en las explicaciones alternativas al situarlas en dos grupos. Por
comparacin entre los perodos populistas en un nivel relativamente otra parte, el auge del autoritarismo se produjo en el contexto de
desagregado, considerando separadamente las cuestiones de rgimen, unas crisis polticas y econmicas relativamente graves que, tal como
polticas pblicas y coalicin; y empleando tambin el supuesto de dice O'Donnell en su captulo, amenazaban en grados diversos los
trabajo antes citado. Al mismo tiempo, como con el concepto de parmetros capitalistas de la sociedad. Algunos argumentos suponen
autoritarismo burocrtico, parece ser totalmente apropiado retener el explicaciones generales del motivo de que se produjeran esas crisis.
termino de populismo (o populista) para los perodos en los que el Entre tales argumentos ocupan, desde luego, un lugar primordial los
sector popular juega un papel significativo en la poltica nacional. que tratan de los problemas de la industrializacin latinoamericana y
los cambios del capitalismo internacional relacionados con aqulla.
Otras explicaciones se interesan por las caractersticas de pases parti-
LA EXPLICACION DEL AUGE DEL AUTORITARISMO culares que puedan haber intensificado las crisis o hayan facilitado su
tratamiento sin un cambio drstico de rgimen. Muchas de las expli-
En los captulos de este libro se ha intentado explicar ms ade- caciones de este segundo grupo suponen diferencias entre los casos en
cuadamente el auge reciente del autoritarismo en Amrica Latina. En los que el autoritarismo contemporneo apareci en su forma ms
un sentido los resultados de este esfuerzo han sido frustrantes, pero represiva y la experiencia contrastante de pases como Mxico, Vene-
en otro sentido han resultado muy tiles. La frustracin tiene dos zuela, Colombia y Per. Por conveniencia, nos referiremos a estas
causas. En primer lugar, aunque se ha hecho un considerable esfuerzo explicaciones com0 variables de "antecedentes" 26
por poner a prueba las explicaciones alternativas, no es ste un tema
que se preste demasiado a una desautorizacin d6finitiva de las hip- y "nacionales" dentro de cada pas estrechamente relacionados con las empresas transnacio-
tesis, o a unos fracasos graves en la desautorizacin que refuercen la nales la aparicin de un "nuevo profesionalismo" entre los militares y de nuevas ideologas
mnit~es acerca de la intervencin en poltica; la naturaleza de la primera incorpora?in
verosimilitud de una determinada argumentacin. En segundo lugar, poltica de importantes grupos y clases de la sociedad, como ~or ejemplo el sector popular
se han propuesto muchas explicaciones nuevas. Como las hiptesis urbano y los industriales; las cuestiones, estrechamente relacionadas, del grado en que se
definitivamente rechazadas han sido pocas y se han aadido explica- mitigan los conflictos sociales por la existencia de partidos multiclasistas integradores, y el
grado de control eficaz de la fuerza laboral organizada por parte del estado; la fuerza
ciones potenciales, nos enfrentamos a ms de una docena de factores poltica del sector popular (que puede verse afectada por la naturaleza de esta inc~rpora
explicativos alternativos 25 cin, pero que tambin est conformada por otros factores); la intervencin estadoumdense;
la reaccin revolucionaria y contrarrevolucionaria ante la revolucin cubana; la competencia
25
Un inyen.tario de las explicaciones alternativas del surgimiento del autoritarismo (y militar entre los pases latinoamericanos; las diferencias entre los pases en cuanto a ideolo-
de su ausencia en otros pases) que se tocan en este volumen podra incluir: los problemas ga y cultura polticas; el liderazgo poltico y la presencia (o ausencia) de una deliberada
relacionados con las diferentes fases de industrializacin; el crecimiento de las empresas accin poltica "preventiva" que conduzca a compromisos polticos que ayuden a mitigar las
transnacionales y la internacionalizacin de la produccin; diferencias entre los pases en crisis que tienden a estimular el surgimiento del autoritarismo; y un modelo de "precari~
cuanto a la prosperidad a largo plazo del sector exportador de productos primarios; fluctua- dad" de las instituciones polticas de Amrica La tina que aumenta la probabilidad de que se
ciones a corto plazo en cuanto a la prosperidad de este sector; el alcance de los recursos que produzca un cambio de rgimen en el contexto de crisis.
26
puede extraer el estado con la poltica fiscal sobre este sector; el crecimiento de la im~ortan En cierto sentido, estos dos grupos se pueden sobreponer en determinado grado.
cia poltica de determinados sectores y papeles sociales, como el sector popular, tecnocratas
382 DAVID COLLIER SINTESIS Y PRIORIDADES PARA LA INVESTIGACION FUTURA 383
Explicacin del contexto general de la crisis do estamos examinando los argumentos econmicos sobre este pero-
do de crisis en Amrica Latina, es importante reconocer que en parte
Como varias de las principales explicaciones de estas crisis supo- lo que se implica son las explicaciones polticas de la reaccin de esos
nen factores econmicos, y como ha surgido alguna confusin con pases a los problemas econmicos.
respecto a la importancia relativa de las explicaciones econmicas y Teniendo en mente estas advertencias, podemos revisar ahora
polticas de estos textos, resulta apropiado empezar por una breve los hallazgos presentados en este libro sobre los principales argumen-
revisin de la cuestin. Si bien es cierto que las variables econmicas tos econmicos. Quizs el ms claro de ellos concierna a la hiptesis
juegan un papel importante en las explicaciones del auge del autorita- de que la aparicin del nuevo autoritarismo se produjo en gran medi-
rismo, varios. autores han puesto de relieve que tales factores econ- da como respuesta a los problemas surgidos en conjuncin con la
micos slo pueden entenderse apropiadamente tras el cuidadoso exa- profundizacin de la industrializacin, que supona la integracin
men del modo en que han interactuado con los factores polticos. vertical de la produccin para que incluyera el procesado o fabrica-
Cardoso ha puesto el nfasis en este punto durante muchos aos 27 , y cin nacional de los bienes intermedios y de capital. Hirschman,
le dedica una atencin considerable en este libro. Hirschman tambin Serra y Kaufman encuentran que, salvo en el caso de Argentina, esa
le da una atencin central, tanto en su crtica al argumento del hiptesis tiene poco apoyo. La preocupacin por la profundizacin
incremento de la desigualdad de la renta en Brasil como en las nuevas no estaba en la agenda del debate internacional sobre los problemas
explicaciones que propone sobre el auge del autoritarismo. Tambin de la industrializacin; y refirindose al caso decisivo de Brasil, Serra
otros autores ponen de relieve este tema, especialmente Serra. demuestra que lo que se produjo inicialmente fue en realidad un
Asimismo, la cuestin es esencial para el entendimiento del an- proceso de "desprofundizacin", aunque en los aos 70 apareci un
lisis de O'Donnell. Aunque ste pone el nfasis primordial en los nfasis en la profundizacin. Actualmente, en el Cono Sur, la priori-
factores econmicos, se interesa tambin especialmente por el impac- dd central del desarrollo no parece ser la profundizacin, sino ms
to de los cambios en la estructura social y por los conflictos que bien, entre otras cosas, una "reagrarizacin" de la economa.
surgen entre los actores cuyas funciones se definen tanto en trminos No obstante, debemos hacer observaciones calificadas en rela-
polticos y sociales como econmicos 28 Centra su anlisis del auge cin con ese rechazo de la hiptesis de profundizacin. En primer
del autoritarismo en la interaccin entre el sector popular y los tec- lugar, la profundizacin fue importante en Argentina, y posterior-
ncratas; y el anlisis que realiza en este libro de la dinmica del mente lleg a ser importante en Brasil. En segundo lugar, O'Donnell
autoritarismo lo centra en interacciones tales como las que se produ- pone de relieve que en los casos en que bajo un gobierno autoritario
cen entre el nacionalismo de los militares y el internacionalismo de la prosiguen las tasas altas de inflacin, la acumulacin de capital se
alta burguesa. En consecuencia, los vnculos reales entre las variables producir ms mediante la especulacin financiera que con la inver-
econmicas y los resultados polticos son extremadamente comple- sin en nuevas actividades productivas, inhibiendo por ello la promo-
jos, como se ve fcilmente en la figura 1 del captulo l. El nfasis que cin efectiva de nuevas formas de produccin. Sugiere que cuando
pone en la idea de las "afinidades electivas" reflejaba un inters este problema sea superado puede presentarse un nfasis mayor en la
similar por el papel de los factores polticos. Por tanto, incluso cuan- profundizacin; especialmente en los pases ms grandes. En tercer
lugar, en su anlisis de la Argentina de 1970 a 1976, Kaufman alega
que la reduccin de los controles autoritarios pareci tener un impac-
Por ejemplo, el impacto directo que tienen sobre determinados pases los factores del primer
grupo puede diferir algo (o considerablemente), lo que produce diferencias en los casos que to negativo mucho mayor sobre la nueva inversin en las reas de
he atribuido a los factores del segundo grupo. Sin embargo, esta distincin parece til para produccin relacionadas con la profundizacin, y un impacto mucho
organizar la discusin. menor sobre la inversin en la produccin de bienes manufacturados
27
Vase, por ejemplo, a fe,mando Henrique Cardoso y EllZo Faletto, Dependencia para la exportacin. Ello apoya la hiptesis de que para las inversio-
y desarrollo en Amrica Latina (Ciudad de Mxico, Siglo Veintiuno Editores, 1969), pp.
162-63; y Cardoso, "Associated Dependent Development: Theoretical and Practica! Implica-
nes en la profundizacin tiene una importancia particular el que se
tions", en Alfred Stepan, ed., Authoritarian Brazil, p. 143. proporcionen garantas de estabilidad poltica y econmica a largo
28
Reconozco las tiles conversaciones que respecto a este tema he tenido con Louis plazo.
Goodman y Barbara Geddes. Sin embargo, en todo caso la preocupacin por la profundiza-
 384 DAVID COLLIER SINTESIS Y PRIORIDADES PARA LA INVESTIGACION FUTURA 385
cin era slo un elemento ms dentro de un espectro ms amplio de buir al modelo de medidas econmicas "no ortodoxas" que tan im-
intereses polticos; o de hecho represent una prioridad opuesta a la portante papel tuvieron en las posteriores dificultades econmicas.
que se reflejaba en las medidas econmicas que surgieron inmediata- La combinacin de la disminucin de la expansin industrial despus
mente despus de los golpes militares. de la fase inicial de crecimiento, las demandas cambiantes del capital
Aunque la hiptesis de la profundizacin se debe rechazar en internacional en referencia a un "clima de inversin" apropiado y el
una medida importante, era slo uno de los elementos del argumento legado de las anteriores medidas econmicas favorecieron una impor-
original de O'Donnell sobre los vnculos entre los problemas de la tante presin para un cambio a las medidas econmicas ortodoxas.
sustitucin de importaciones y el cambio poltico (vase la figura 1 Hirschman ve la necesidad de hacer esa transicin planteando nuevas
del captulo 1). Otras evidencias presentadas en este libro son ms demandas al sistema poltico. Sin embargo, como Kaufman y O'Don-
coherentes con otras partes del argumento original. As, tanto Kauf- nell, no cree necesario llevarla a cabo imponiendo unos "requisitos"
man como Hirschman afirman que el perodo ms reciente de creci- absolutos en los trminos de la forma del rgimen poltico, y pone de
miento econmico en Amrica Latina ha sido, en muchos sentidos manifiesto que en dos casos la transicin la han realizado regmenes
importantes, ms difcil que la fase inicial de industrializacin, y que competitivos.
esas nuevas dificultades han tenido importantes consecuencias polti- La explicacin original del autoritarismo burocrtico no estuvo
cas. exclusivamente asociada a la idea de las fases de la industrializacin.
El anlisis de Kaufman sugiere, como mi propia discusin ante- Con respecto al argumento sobre el incremento de la actividad polti-
rior, que la fase inicial de la industrializacin no estuvo coherente- ca del sector popular, en conjuncin con los otros problemas econ-
mente relacionada con el populismo. Partiendo de la perspicaz inves- micos el creciente papel poltico de este sector parece haber sido un
tigacin que haba realizado anteriormente Charles Anderson, Kauf- elemento importante de las crisis que se produjeron y de las reaccio-
man pone de relieve que lo sorprendente de esta primera fase es que nes que surgieron ante ellas. No obstante, tambin parece haber im-
se produjo bajo diferentes condiciones polticas. Falta una asociacin portantes diferencias a largo plazo entre los diversos pases en cuanto
coherente con un tipo particular de sistema poltico. En este sentido, a la fuerza del sector popular; diferencias que pondremos de relieve
la_ fase inicial, o "fcil", de la fase de sustitucin de importaciones ms adelante al tratar las variables de antecedentes.
fue realmente ms sencilla. En cambio, si bien hay ciertamente algu- Con respecto a otro cambio subyacente en la estructura social,
nas variantes importantes entre los tipos de sistema poltico que han la extensin de los papeles tecnocrticos, el anlisis que hace Kauf-
aparecido en los pases industrialmente ms avanzados de Amrica man de Uruguay -en donde encuentra una orientacin poltica tec-
Latina, Kaufman sugiere que debido a los compromisos y tensiones nocrtica en un contexto en el que slo hubo un modesto desarrollo
que se presentan en conjuncin con las medidas alternativas de creci- de los roles ocupacionales tecnocrticos- le llev a un escepticismo
miento econmico relevantes actualmente en esos pases, se. ha pro- sobre la importancia de este factor. Los propios anlisis ms recientes
ducido una reduccin en la gama de condiciones polticas con las que de O'Donnell pueden sugerir una base para reconciliar ese descubri-
puedan prosperar ahora estas economas dependientes y capitalistas. miento referente al Uruguay con el argumento ms amplio. Aunque
Hirschman hace una argumentacin paralela, pero distinta, so- en su tratamiento inicial de los tecncratas pona un nfasis sustan-
bre las fases de la industrializacin, al poner de relieve las consecuen- cial sobre el significado de su creciente importancia numrica, en sus
cias que tuvo la fase inicial de la expansin industrial para la poltica anlisis posteriores pone un nfasis mayor en la idea de que los
pblica y para las actitudes de los dirigentes polticos ante el uso de tecncratas sirven para transmitir las normas de la comunidad finan-
los recursos econmicos. Sugiere que "todos" los lderes polticos ciera y el mundo de los negocios internacional. El caso de Uruguayy
importantes de este perodo "podran ser considerados como vcti- sugiere que esas influencias externas pueden jugar un papel importan-
mas de los engaos de la invulnerabilidad egmmica fomentados por te tanto en la produccin de una orientacin poltica tecnocrtica
los sorprendentes primeros xitos y por la rpida penetracin de la como en el nmero real de tecncratas en un pas determinado.
industria en un entorno supuestamente hostil" 29 Ello pudo contri- La argumentacin sobre el papel de los tecncratas como trans-
misores de las normas externas seala a una serie de factores en .el
29 sistema internacional que requieren una atencin ms sistemtica. En
Vase el captulo de Hirschman en este volumen, p. 71.
386 DAVID COLLIER SINTESIS Y PRIORIDADES PARA LA INVESTIGACION FUTURA 387

el tratamier:to del autoritarismo burocrtico se hace~ re_feren~ias fre- Otro factor externo que han mencionado diversos autores es la
cuentes a factores tales como los cambios en el capltahsmo mt~rna reaccin a la revolucin cubana. En el perodo previo al surgimiento
cional, la revolucin cubana y la intervencin de !os
Estados U n~d-~s, del autoritarismo, en Chile, Brasil y Uruguay movimientos radicales
pero no es evidente que sean condiciones necesanas pa;,a la ap~ncion de signo populista o socialista intentaron orientar hacia la izquierda
del autoritarismo burocrtico, condiciones "de apoyo o de tmpor- el sistema poltico, a fin de gestionar los problemas sociales y econ-
tancia slo marginal. . . . . micos con frmulas muy difentes a las que adoptaron posteriormente
La importancia que ha tenido el papel extenor en la mdustnah- los gobiernos militares. Esos movimientos hacia la izquierda fueron
zacin de Amrica Latina en las dos ltimas dc~da~ puede haber seguidos por fuertes movimientos hacia la derecha y por el surgimien-
tenido lugar en parte como respuesta a los cambios !nternos. en ~a to del autoritarismo. Para explicar esta secuencia de acontecimientos,
industria; es decir, por causa de los niveles de tecnolog~a, _expenencta as como los modelos de cambio seguidos en Argentina 33 , es esencial
empresarial y capital necesarios para mantener el crec~_tento ~e las considerar el efecto demostrativo de la revolucin cubana. Su xito
formas ms avanzadas de produccin industrial. Tambien es cierto, increment sin duda la posibilidad de intentar un movimiento hacia
sin embargo, que el capital internacional estaba ,buscando nuevas la izquierda en esos pases. Similarmente, tanto entre los militares
salidas a las inversiones en el Tercer Mundo en las decadas de lo~ 50 Y como en otros sectores de la sociedad, la preocupacin por impedir
los 60. Como resultado de esta "presin en pro ~e la n~eva mver- una "segunda Cuba" intensific en gran medida la reaccin de la
sin" de carcter externo 30 , en este perodo se dio un tmport~~te derecha poltica de cada uno de los pases en donde se haba intenta-
incremento de la inversin exterior en divers~s pas~s _de ~menea do el movimiento hacia la izquierda. A corto y medio plazo, las
Latina que se hallaban en diferentes niveles de mdustna~IZac_IOn. Fue consecuencias para los pases vecinos de aqullos en los que se ha
tambin el perodo del crecimiento de las empresas multma~~on_ales Y producido alguna de las revoluciones importantes de la historia mo-
de un incremento de la internacionalizacin de !a producc1<~n mdus- derna han sido ms contrarrevolucionarias que revolucionarias. En
trial en Amrica Latina. Desde el comienzo mismo de la ht~ratura consecuencia, el perodo actual de gobiernos militares en Amrica
acerca del populismo y el postpopuli~o, se_ ha~ puesto de rehev~,las Latina podra ser en parte el resultado del desarrollo de las conse-
complejas implicaciones que la internaciOnaliZacion de la pr?duccton, cuencias contrarrevolucionarias de la revolucin cubana.
iniciada desde el exterior, ha tenido par: los model?s naciOnales de Todo esto se produca en un escenario regional en el que una
coalicin y para el colapso del populismo 1 En este libro,_ la ~aturale segunda Cuba era inaceptable tambin para los Estados Unidos. Su
za de los argumentos sobre estas implicaciones queda bien, I!~strada reaccin estimul de diversos modos el movimiento hacia la derecha,
en el captulo de O'Donnell, que ampla esta lnea de anahsis para tanto mediante la intervencin directa, abierta o encubierta, como
obtener una nueva comprensin de los dilemas que sur~en una vez mediante el poderoso apoyo estadounidense a la aparicin de una
que se ha establecido el autoritarismo. O'Donnell considera que ~1 nueva orientacin tecnocrtica e intervencionista dentro de las Fuer-
papel central que ocupa en la coalicin dominante una burguesia zas Armadas de Amrica Latina. En parte, la intervencin estadouni-
muy internacionalizada es un ras~o import~nte que co~parten los dense tuvo un papel importante en el perodo inmediatamente ante-
casos de autoritarismo contemporaneo que el ha t_rat~do, Y cree ~u~ rior a la aparicin del autoritarismo. En un nivel ms amplio, dispo-
ese rasgo es una caracterstica definitoria del autontansmo burocrati- nemos ahora de una documentacin cada vez ms completa sobre el
co32. esfuerzo sostenido durante muchos aos tanto por el gobierno como
por grupos privados de los Estados Unidos para debilitar a la izquier-

3 Cardoso y Faletto, pp. 140-41. da en varios pases de Amrica Latina34 Ello pudo producir un efec-
31 !bid., captulo VI.
32 Debo poner de relieve que, en la medida en que el objetivo del.~-~is es explicar anlisis presente. Sin embargo, este uso vuelve a sealar el problema de la confusin que
el autoritarismo burocrtico, me resulta problemtico incluir en la ~e~m1c1on u~o de_ los puede surgir al proponer diferentes definiciones como respuesta a los intereses particulares
rasgos que es tambin una explicacin importante, puesto que resulta log1camente unpos1bl~ de cada analista.
falsificar la explicacin descubriendo casos de autoritarismo burocrtico en los que no este 33
presente el factor explicativo. Como el captulo de O'Donnell en este h"bro no ~~ocupa de 34
O'Donnell, enModemization, p. 72, se refiere al impacto de Cuba en Argentina.
explicar el auge del autoritarismo burocrtico, este problema no surge en relac10n con su Para un estudio valioso que proporciona til documentacin de la intervencin
388 DAVID COLLIER SINTESIS Y PRIORIDADES PARA LA INVESTIGACION FUTURA 389
to importante sobre la fuerza relativa de la izquierda y la derecha Venezuela se podra encontrar en el modo en que se produjo en esos
polticas en el contexto de las presentes crisis, y tambin por tanto, pases la interrelacin entre las funciones empresarial y de reforma
posiblemente, sobre el resultado de esas crisis. Una prioridad impor- as c~mo su aislamiento del modelo de escalada ideolgica que s~
tante para la consecucin del autoritarismo es la determinacin ms produjo en otros pases en el debate poltico. El modo diferente en
adecuada de la importancia de esta compleja serie de reacciones y que se dio la interrelacin entre esas dos funciones en los pases del
.contrarreacciones internas y externas ante Cuba; as como ante el Cono Sur Y su mayor centralidad para el hipottico modelo de escala-
contexto ms amplio de la guerra fra. Igualmente, aunque es induda- da ideolgica, lo considera como un rasgo importante del contexto
ble que esas reacciones y contrarreacciones se entrelazaron con las P_?ltico, I?s amplio de estos pases, de donde salieron las consecuen-
cuestiones de desarrollo econmico antes tratadas, debe reconocerse Cias pohticas del reciente perodo de crisis. Cotler explora los mode-
que esa reaccin a las fuerzas polticas internacionales bien pudo ser los de ~ambi? ~eguidos en el Cono Sur y en Brasil, oponindolos a los
una condicin necesaria adicional del auge del autoritarismo 35 de Peru Y Mexico. B~sca las COI_Ise.cuencias del carcter del populismo
de t_In modelo antenor de crecimiento de la exportacin, que estaba
Variables de antecedentes na~IOnalmente controlado en mayor medida, como era el caso de los
paises del sur, en oposicin al que estaba organizado en mayor
Otros de los factores explicativos que hemos de tratar son las g~ado alrededor de enclaves exportadores controlados desde el exte-
variables de antecedentes que contribuyen a la comprensin de las nor,. como en Pe~ y Mxico. Estos casos de enclave experimentaron
diferencias ms importantes que se dan entre los diversos pases en ~n tipo de popuhsmo caracterizado por un grado mayor de naciona-
cuanto a la reaccin poltica ante este contexto de crisis ms amplio. hsm~,Y por un comp~mente agrario mucho ms importante. A conti-
Uno de los medios empleados principalmente para centrar esas expli- nuaciOn, Cotler descnbe el colapso del populismo en Per y Mxico
caciones ha sido la exploracin del contraste entre las experiencias de Y especula sobre la posibilidad de que acaben convergiendo con lo~
Argentina, Brasil, Chile y Uruguay y los casos de Mxico, Per, Vene- modelos ms r~~r~sivos de otros pases. As, mientras otros captulos
zuela y Colombia, en los que el autoritarismo contemporneo ha sealan la posibilidad del colapso del autoritarismo en el Cono Sur
aparecido de un modo diferente, ni siquiera se ha presentado. Cotler sugiere que Per y Mxico pueden estar a punto de entrar e~
Varios captulos adoptan esta estrategia de investigacin. Kauf- una fase ms dura del autoritarismo.
man trata de dar cuenta de los diferentes modelos de cambio aa- . Al tratar de las semejanzas y diferencias entre estos pases es
diendo Mxico a la comparacin de Argentina, Brasil, Chile y Uru- mt~resante !a especulacin de si sera posible identificar una pequ~a
guay en su anlisis comparativo de la interrelacin entre- tasas de sene de vanables que pudiera contribuir al entendimiento de todos
crecimiento, tasas de inflacin y la fuerza de las presiones polticas los casos. Un til paso adelante que dara cuenta de las diferencias
populistas. En su anlisis, seala la importancia de una larga tradicin entre. pa~ses en relacin al surgimiento y consolidacin inieial del
de intensas presiones del sector popular en Argentina, Chile y Uru- autontansmo podra conseguirse si nos centrramos en dos. variables
guay como factor de antecedente que parece haber intensificado las ~e antec,edentes que ya han sido tratados en otros captulos de este
crisis en estos tres casos. Hirschman sugiere que parte de la explica- h~ro, ~SI co~o en mi anterior anlisis del populismo: ( 1) las diferen-
cin de la supervivencia de regmenes competitivos en Colombia y Cias primordiales entre pases en cuanto a la disponibilidad de recur-
sos econmicos, que tiene importantes consecuencias para el "vaco
ent:~e. demanda~ Y. realizaciones", rasgo central del perodo de crisis
estadounidense en Chile y Brasil durante varias dcadas, utilizando al mismo tiempo argu- pohtica Y eco??mica anterior a la aparicin del autoritarismo; y (2)
mentos del anlisis de O'Donnell, vase Kenneth P. Erickson y Patrick V. Peppe, "Depen-
dent Capitalist Development, U. S. Foreign Policy, and Repression of the Working Class in la fuerza pohtica del sector popular. Una tercera variable extrada
Chile and Brazil", Latn American Perspectives 3, nm. 1 (invierno de 1976), 19-44. del an~lisis original de O'Donnell, podra aadirse como co~tribucin
35
La importancia de la difusin internacional del terrorismo y la protesta urbana a a _la_ busque~a de los diferentes modelos de cambio seguidos por los
fmales de los 60, antes mencionada, tambin debera examinarse aunque en parte ello dist~~tos paises: ~1 grado de percepcin de la amenaza por parte de
implicara la explicacin de resultados ligeramente diferentes, incluyendo la intensificacin
de la represin en el rgimen autoritario existente en Brasil, un importante episodio de la ~as elites establecidas frente a la crisis y la polarizacin, que se produ-
represin en Mxico, y el colapso del autoritarismo en Argentina. jeron en los aos 60 y 70. En la figura 1 se intenta presentar la
390 DAVID COLLIER
SINTESIS Y PRIORIDADES PARA LA INVESTIGACION FUTURA 391
argumentacin que podra hacerse sobre la base de estas tres var~a
bles. Debe ponerse de relieve que la clasificacin de los casos refleJa- rgimen y poltica. En Venezuela, Colombia y Mxico, la percepcin
dos en esta figura es ms ilustrativa que definitiva; que el argumento moderada o baja de la amenaza ha introducido cambios en la poltica
causal presupuesto resulta incompleto y se halla en la fase de la econmica, el endurecimiento de la represin y el control poltico,
hiptesis; y que el argumento simplemente supone, sin intencin de adems de producir una serie de esfuerzos destinados a sostener al-
guna forma de acuerdo entre los principales partidos polticos (o
explicacin, la existencia de un contexto ms amplio de la crisis antes dentro del PRI, en el caso de Mxico) destinados a limitar la compe-
discutida. Tal argumento podra organizarse dando los siguientes tencia y la polarizacin. Sin embargo, hasta ahora no se ha producido
pasos: en ellos, como ha sucedido en otros pases, golpes militares ni discon-
l. La disponibilidad de los recursos econmicos especiales o tinuidades dramticas del rgimen, coalicin y polticas pblicas.
diversificados y el vaco entre demandas y realizaciones. El papel La Argentina de 1966 es otro caso de percepcin baja a modera-
especial de los ingresos por petrleo en Venezuela, as como el mode- da de la amenaza. En este caso la historia de la crisis poltica y
lo de crecimiento moderadamente equilibrado de Colombia y Mxi- econmica fue lo bastante intensa para que los militares dieran un
co, que es en parte el legado econmico del populismo que experi- golpe e iniciaran un cambio importante de rgimen. El grado inferior
mentaron, parecen haber conducido a vacos ms moderados entre de percepcin inmediata de la amenaza y de cohesin de la lite fue,
demandas y realizaciones. Los otros cuatro pases parecen haberse sin embargo, la causa de que la nueva coalicin careciera de la unidad
beneficiado en un grado considerablemente menor de los recursos suficiente para resistir las presiones extremas de los sectores sociales
diversificados o alternativos, por lo que han tenido vacos muchos desafectos, particularmente del poderoso sector popular. La nueva
ms graves entre demandas y realizaciones. coalicin se desintegr pronto, en parte por causa de esta "desarmo-
2. La fuerza poltica del sector popular y la crisis poltica y na" entre la fuerza del sector popular y la percepcin inmediata de
econmica. La fuerza del sector popul~ 6 , que es en parte un legado la amenaza.
poltico del tipo de populismo experimentado en cada pas, pudo Aunque es evidente que Argentina cambi profundamente des-
tener un impacto decisivo en el hecho de que el vaco entre deman- de mediados de los 60 y en los 70, en un sentido, dentro del marco
das y realizaciones condujera, o no, a una crisis grave. En Venezuela, de referencia del presente anlisis, ha "vuelto al principio" (vase la
Colombia y Brasil la fuerza del sector popular podra clasificarse de figura 1) tras el fracaso del gobierno posterior a 1966. Argentina se
moderada a baja. El nivel resultante de crisis poltica y econmica es enfrent nuevamente al problema de la disponibilidad de recursos, en
ms moderado, y, al menos en parte, las diferencias entre estos casos combinacin con las cuestiones planteadas por tener un sector popu-
podran deberse quizs a las diferencias en recursos econmicos. En lar extremadamente fuerte. Sin embargo, como respuesta a la grave
Argentina, Chile y Uruguay, la combinacin de un sector popular crisis poltica y econmica de mediados de los 70, Argentina sigui
fuerte y de recursos ms limitados llev a una crisis poltica y econ- un modelo ms similar al de Chile y Uruguay. Una percepcin alta de
mica particularmente grave. la amenaza fue seguida por un importante cambio de rgimen y un
3. Percepcin de la amenaza, cambio de rgimen y polticas acercamiento a las medidas econmicas ortodoxas extremas. Aunque
pblicas y supervivencia inicial del sistema. El grado en que los tecn- en los tres casos la coalicin experiment graves tensiones polticas e
cratas, los miembros de la comunidad de negocios y la clase media internas, el alto grado de percepcin de la amenaza ha permitido
perciben la crisis poltica y econmica como una amenaza para el hasta ahora el mantenimiento de los nuevos sistemas.
orden poltico y econmico existente tiene una importancia decisiva . En referencia a la percepcin de la amenaza, Brasil se puede
para la formacin de una nueva coalicin de orientacin tecnocrtica; clasificar aproximadamente como pas intermedio. La trayectoria de
para el grado del subsiguiente cambio de rgimen y poltica; y para el este caso difiere mucho de la del sistema argentino posterior a 1966,
grado de capacidad de la nueva coalicin para sostener el cambio de pues la nueva coalicin dominante se enfrentaba a un sector popular
de fuerza moderada, frente al de fuerza excepcional de la Argentina.
36
El que esta segunda variable vaya situada detrs de los recursos econmicos tanto Por tanto, el nuevo sistema brasileo no slo sobrevivi, sino que en
en el texto como en la iigUra no quiere decir que una sea resultado de la otra. Pueden variar muchos casos, y en sus propios trminos, ha tenido "xito" en mayor
independientemente la una de la otra. o menor grado.
 SINTESIS Y PRIORIDADES PARA LA INVESTIGACION FUTURA 393

Cmo adecuar a Per al anlisis? Aunque los ocho pases men-

Figura l. INTERACCION HIPOTETICA ENTRE RECURSOS ECONOMICOS,
FUERZA DEL SECTOR POPULAR Y PERCEPCION DE LA AMENAZA
cionados en este libro podran considerarse como las naciones indus-
trialmente ms desarrolladas de Amrica Latina, Per es la menos
EMPIEZA AQUI
desarrollada de este grupo. Por diversos motivos, todos importantes,
ALTA
DISPONIBILIDAD DE
RECURSOS ECONOMICOS
,l BAJA Per va histricamente "por detrs" de los otros siete pases en la
DIVERSIFICADOS O
ESPECIALES
~
l cronologa de transformaciones econmicas, sociales y polticas fun-
VACIOMUCHOMENOS _l
damentales. Adems, aunque se reconozca incluso la necesidad de
1DEMANDAS-REAL!
YACIO LIMITADO DE 1 1YACIO GRAVE ENTRE' 1
ZACIONES (VEN)
GRAVE ENTRE DEMAN
DAS-REALIZACIONES
DEMANDAS Y REALI
ZACIONES (ARG, BRA,
separar la idea de populismo y examinar las diferencias entre los
(COL,MEX) CHI, URU)
distintos casos, es incuestionable la existencia de una "agenda" bsica
MODERADA A BA FUERZA p0LJTICA DEL ALTA de reformas relacionadas con aqul. Antes del golpe militar de 1968
1'\. "
1
SECTOR POPULAR /
1 1
LA CRISIS POLITICA
muchas de estas reformas no haban sido realizadas an en Per.
La existencia de este atrayente "espacio para la reforma", en
LA LIMITADA CRISIS CRISIS POLITICA Y LA CRISIS pOLITICA
Y ECO NO MICA GRAVE
p0LITICA Y ECONOMICA
RESULTA DE LA COM
ECONOMICA MAS
LIMITADA (AUNQUE
Y ECONOMICA MODE-
RADA RESULTA DE RESULTA DE LA combinacin con el nivel inferior de desarrollo urbano e industrial,
BINACION DE UN
YACIO LIMITADO Y DE
EPISODICAMENTE
INTENSA) QUE RESUL
LA COMBINACION DE
UN V ACIO GRAVE Y
COMBINACION DE UN
YACIO GRAVE Y DE puede dar cuenta de muchos de los importantes contrastes analizados
UNA FUERZA DEL
SECTOR pOPULAR DE
T A DE LA COMBI-
NACION DEUN
DE UNA FUERZA DEL
SECTOR POPULAR DE
UNA FUERZA DEL
SECTOR POPULAR
con detalle por Cotler, y anotados por Cardoso y O'Donnell, entre el
(ARG, CHI, URU)
MODERADA A BAJA
(VEN)
YACIO MENOS GRAVE
Y DE UNA Fl,IERZA
MODERADA A BAJA
(BRA)
gobierno militar institucional de Per y los que aparecieron en Argen-
DEL SECTOR POPULAR
DE MODERADA A
tina, Brasil, Chile y Uruguay 37 Si bien en Per la historia de desarro-
BAJA (COL, MEX) llo de "enclave", y la tradicin de sindicalismo militante que produ-
jo, pudieron haber conducido a un modelo contemporneo de protes-
MODERADA A BAJA / PERCEPCION Dll L A r ,
ta laboral vigorosa, la intensidad del conflicto en el sistema poltico
AMENAZA
urbano de esta sociedad algo menos industrializada, y relativamente
SIN CAMBIO DE
1
CAMBIO DE REGI CAMBIO DE RE-
! MODERADA
CAMBIO DE REGI- CAMBIO DE REGI
menos urbanizada, fue ms limitada en los aos 60 que en la mayoria
REGIMEN, MOVI-
MIENTO LIMITA
MEN MODERADO
A MINIMO, CON
GIMEN IMPORTAN
TE, MEDIDAS ECO.
MENIMPORTANTE
MEDIDAS ECONO-
MEN IMPORTANTE; de los otros pases considerados en este libro. El conflicto rural fue
MEDIDAS ECONO
DO HACIA MEDI-
DAS ECONOMICAS
TINUACION DE,
O MOVIMIENTO
NOMICAS ORTO
DO XAS (ARG pOS.
MICAS ORTODOXAS MICAS ORTODOXAS intenso, y se ha argumentado que el alto grado de percepcin de la
(BRA) EXTREMAS
ORTODOXAS (VEN) HACIA MEDIDAS
ECONOMICAS
TERIOR A 1966) amenaza frente a este conflicto contribuy a la cohesin inicial del
ORTODOXAS gobierno militar peruano 38 Pero en contraste con las naciones ms
(COL,MEX)

rSISTEMA
1
I!LSISTEMA
1
J 1
EL SISTEMA
desarrolladas del sur, en el Per haba un modo mucho ms sencillo
de tratar ese conflicto, mediante una innovacin poltica que ya
1SOBREVIVE
L SISTEMA 1 SOBREVIVE CAE rLSISTEMA
SOBREVIVE SOBREVIVE
INICIALMENTE PRONTO
INICIALMENTE
(VEN) (COL,MEX) (ARG POS.
INICIALMENTE
(BRA)
INICIALMENTE
EN MAYOR O haba jugado un papel decisivo en el desarrollo de otros casos de
1 TERIORA
1966)
MENOR GRADO
(CHI, URU, ARG enclave, como Mxico y Venezuela: la reforma agraria.
POSTERIOR A
1976) Estos factores ayudan a explicar la posicin reformista que
VUELTA AL'
PRINCIPIO adopt inicialmente el gobierno militar institucional que tom el
poder en el Per en 1968. Estos factores estn relacionados con las
variables puestas de relieve en la figura 1, aunque, evidentemente, van
ms lejos. La integracin plena de estos factores en el anlisis requie-
re un modelo mucho ms amplio que combine las explicaciones del

37
Adems del anlisis que hacen del Per CotleryCardoso en sus captulos de este
volumen, vase O'Donnell, Modemization, pp. 111-12, en donde presenta una valiosa valora-
cin de la relacin del caso peruano con su argumentacin ms amplia.
38
Vase Alfred Stepan, The State and Society: Peru in a Comparative Perspective
(Princeton, Princeton University Press), captulo IV.
394 DAVID COLLIER SINTESIS Y PRIORIDADES PARA LA INVESTIGACION FUTURA 395

populismo y el autoritarismo burocrtico. Sin embargo, Ja construc- LA EVOLUCION DEL AUTORITARISMO

cin de ese modelo es una tarea que queda fuera del alcance de este
captulo. El anlisis del cambio bajo el poder autoritario ha sido una
El reciente giro a la derecha y la adopcin de medidas econmi- preocupacin central desde el inicio de la literatura sobre el nuevo
cas ortodoxas se ha producido en el Per en parte como respuesta a autoritarismo, y en los captulos de este volumen se han dado pasos
los problemas del populismo, que ya han sido puestos de relieve en importantes en la exploracin de este tema. Una de las cuestiones
varios anlisis de este volumen, en particular la subida de la inflacin, decisivas, que aparece principalmente en los anlisis de Cardoso, Se-
los problemas de la balanza de pagos y el gran incremento de la rra y O'Donnell, es que estos gobiernos se caracterizan por graves
deuda externa como consecuencia de las medidas de gasto e inversin contradicciones y tensiones internas, a pesar del empleo de altos
del gobierno militar y del grave deterioro de las rentas por la exporta- niveles de coercin en el trato a la oposicin, de que presumiblemen-
cin de productos primarios. Aunque estas medidas ortodoxas han te acuden a altas instancias de experiencia tcnica para la seleccin de
sido realizadas por un rgimen autoritario militar que estaba ya en el las medidas econmicas, y de que gozan, o pueden gozar en potencia,
poder, no es posible asegurar la coherencia y la estabilidad de dichas de un gran apoyo financiero del capitalismo internacional. Estos go-
medidas y del rgimen. En parte ello podra deberse al hecho de que biernos son, por muchos motivos, frgiles y vulnerables.
a mediados de los aos 70 el gobiern9 militar estaba ya muy desacre- Estas tensiones y contradicciones suponen, en parte, cuestiones
ditado, y en parte a dos factores puestos de manifiesto en la figura 1: econmicas y, como Serra pone de relieve, esos gobiernos autorita-
el importante incremento del volumen y la militancia del sector po- rios pueden ser tan vulnerables a los fracasos y errores importantes de
pular urbano que se ha producido en 1O aos desde que lleg al la poltica econmica como lo son los sistemas ms competitivos. Las
poder el gobierno militar y la percepcin relativamente baja de una tensiones y contradicciones derivan tambin de problemas polticos
amenaza interna en el momento del cambio inicial a las medidas fundamentales. La aplicacin efectiva de las medidas de estabiliza-
econmicas ortodoxas, en 1976. En consecuencia, en 1977-1978 se cin puede reducir en gran medida el tamao de la coalicin que
poda preveer que en el Per, como en la Argentina de fines de la apoy al gobierno, conforme los partidarios iniciales del golpe en
dcada del 60, los militares estuvieran buscando modos de abandonar amplios sectores de la clase media descubren que no se encuentran ya
el poder. entre los beneficiarios principales de esas medidas. El carcter en
Este breve :mlisis del Per sugiere dos de las razones por las que extremo excluyente de tales sistemas socava, o elimina completamen-
resultan instructivos los esfuerzos por extender el modelo a los casos te, las instituciones de representacin y los importantes smbolos
adicionales. En primer lugar, pueden proporcionar intuiciones acerca polticos que en otro caso podran servir para legitimar al estado y
de los casos nuevos. En segundo lugar, pueden estimular al investiga- vincularlo con la sociedad. La desaparicin de la amenaza de "subver-
dor a modificar el modelo original de tal modo que d cuenta ms sin" elimina una de las justificaciones importantes de la represin, la
adecuadamente no slo de los casos nuevos, sino quizs incluso de los cual puede ser necesaria para el mantenimiento del control poltico
casos para los que se haba construido el modelo originalmente. sobre el sector popular. Puede producirse un agudo cont1icto entre la
Tras esta amplia discusin de las explicaciones alternativas del orientacin internacional y la bsqueda de ganancias de los elemen-
surgimiento del autoritarismo y de su ausencia en algunos pases, a tos de la burguesa que se encuentran entre los partidarios ms im-
qu conclusiones podemos llegar con respecto a sus causas? Se ha portantes de la coalicin, y el nacionalismo y la tendencia a la des-
realizado un progreso considerable al afinar varias importantes lneas confianza ante dicha bsqueda de ganancias por parte de importantes
de argumentacin y al obtener un entendimiento ms profundo del elementos de las Fuerzas Armadas. A su vez, muchos tecncratas y
contexto ms amplio en que emergi el autoritarismo. Sin embargo, otros elementos de la alta burguesa se sienten incmodos por su
estos captulos no llegan a conclusiones rigurosas con respecto a las proximidad dentro de la coalicin dominante con los elementos de
condiciones necesarias y suficientes de su aparicin, ni tratan de las Fuerzas Armadas ms estrechamente identificados con la repre-
poner fin al debate sobre cules son, en realidad, esas condiciones. sin.
Por el contrario, nuestra esperanza es haber estimulado el nuevo La tesis del anlisis de O'Donnell es que estas tensiones y con-
examen crtico del autoritarismo contemporneoenAmrica Latina. tradicciones acabarn creando una enorme presin que empujar a
396 DAVID COLLIER SINTESIS Y PRIORIDADES PARA LA INVESTIGACION FUTURA 397
estos sistemas hacia alguna forma de democratizacin o apertura po- nos pases y de que en algunos casos no condujeran al autoritarismo.
ltica, y en la misma direccin sealan las conclusiones de los captu- Por tanto, tiene prioridad el progreso en el entendimiento de la ac-
los de Cardoso y Hirschman, aunque de modo algo diferente. Es tual era de autoritarismo.
posible, claro est, que otros pases sucumban al dominio militar En segundo lugar, el anlisis, dentro del marco de referencia de
represivo. Colombia parece en ocasiones ser un candidato, y el anli- un ciclo de cambio poltico a largo plazo, de las actuales perspectivas
sis de Cotler apunta a la posibilidad de una importante intensifica- de democratizacin, sugiere ciertas comparaciones histricas que pue-
cin de la represin en Per y Mxico. Asimismo, la posibilidad de den contribuir al entendimiento de los futuros modelos de cambio.
guerra en el Cono Sur plantea graves riesgos a quien trate de predecir Por ejemplo, sera un punto de comparacin evidente el del perodo
modelos del cambio futuro; y tal probabilidad podra representar la de autoritarismo de finales de los 40 y principios de los 50 en varios
ltima y pattica respuesta de estos gobiernos ante el problema de pases con el subsiguiente perodo de democratizacin de mediados a
tener que evocar smbolos de identificacin con el estado, como los finales de los 50. Dicha comparacin proporcionara una base para la
del nacionalismo. No obstante, hay razones suficientes para creer que comprobacin del argumento sobre los modelos causales a largo pla-
al menos algunos de los actuales gobiernos autoritarios de Amrica zo, como el sugerido por la hiptesis de que el modo en que se
Latina sern reemplazados en aos venideros por regmenes ms recupera la democracia en un punto del tiempo afecta a la probabili-
competitivos. La experimentacin con diferentes tipos de elecciones dad de un resurgimiento del autoritarismo en un punto subsiguiente,
controladas y con la recuperacin parcial del sistema de partidos ha lo que a su vez puede conformar oportunidades para la democratiza-
jugado ya, o jugar, un importante papel en los intentos de legitimar cin en un punto posterior del tiempo. Para dicho anlisis sera un
el poder autoritario. A largo plazo, esa experimentacin podra con- interesante punto de partida la experiencia de extrema polarizacin
ducir a un intento de encontrar nuevas formas polticas que pudieran de Colombia y Venezuela en los aos 40 y 50; seguida de un poder
llevar en ltima instancia a la recuperacin de alguna forma de demo- militar represivo; seguido a su vez por la recuperacin de un tipo de
cracia. democracia basada en un pacto, formal o informal, entre los partidos
Estos cambios, en la medida en que se produzcan, abrirn nue- polticos destinado a limitar en el futuro la competitividad y la pola-
vas e interesantes lneas de investigacin sobre la poltica en Amrica rizacin. La experiencia parcialmente paralela de Per en este mismo
Latina 39 En un nivel, lo que se pedir sern anlisis detallados e perodo, y la resolucin totalmente diferente de cuestiones similares
intensivos de los intentos de recuperacin, conforme se vayan produ- en Argentina, sera otro punto til de comparacin.
ciendo en los prximos aos. En otro nivel, ser esencial considerar la En tercer lugar, esta perspectiva estimula dar un paso atrs y
posibilidad de que tal recuperacin de la democracia forme parte del plantea la pregunta, ms genrica, de por qu se ha producido ese
ciclo a largo plazo de autoritarismo y democracia dentro de la zona, ciclo. A este nivel, es posible en parte que tengan la misma explica-
por lo que los intentos de entender las perspectivas de democratiza- cin el surgimiento y la caida de los regmenes autoritarios. En este
cin debern relacionarse con la explicacin de este ciclo de cambio a punto parecen tener especial relevancia el anlisis que hace Douglas
largo plazo. Para ello se precisan diferentes lneas de investigacin. Chalmers sobre el "estado politizado" en Amrica Latina, el anlisis
En primer lugar, puesto que el logro de alguna forma de demo- de Charles Anderson sobre la "provisionalidad" de las instituciones
cratizacin en Amrica Latina en la dcada significa en gran medida polticas de Amrica Latina, as como el que realiza Hirschman en
la resolucin de los problemas y tensiones que contribuyeron al re- este libro sobre los problemas de legitimacin que surgen cuando la
ciente surgimiento del autoritarismo, el entendimiento de este prxi- funcin de acumulacin est, en gran medida, en manos extranje-
mo perodo de democratizacin deber constituirse sobre el mejor ras 40 Ofrecen un punto de partida para explorar un modelo de la
entendimiento posible de las causas de las primeras tensiones, as mayor fragilidad de las instituciones polticas que incremente la pro-
como sobre los motivos de que fueran de menor intensidad en algu- babilidad de que en un contexto de crisis se produzca un cambio de
39
Philippe C. Schmitter y Guillermo O'Donnell estn coordinando actualmente una 40
serie de estudios, apoyados por el Latin American Program del Woodrow Wilson Intematio- Chalmers, "The Politized State"; Charles W. Anderson, Politics and Economic
nal Center for Scholars, de Washington, D.C., estudios que ocuparn un papel importante en Change in Latin America: The Goveming of Restless Nations (Princeton, D. Van Nostrand
la direccin de estos temas. Co., 1967); y Hirschman, pp. 90-92 de este libro.
398 DAVID COLLIER SINTESIS Y PRIORIDADES PARA LA INVESTIGACION FUTURA 399

rgimen, bien de democrtico a autoritario y a la inversa. Tal perspec- anlisis -factores polticos nacionales, factores econmicos naciona-
tiva no eclipsara en ningn sentido los tipos de intereses planteados les, relaciones polticas y militares internacionales, y relaciones eco-
en este libro, sino que sera un importante suplemento de ellos. nmicas internacionales-, refleja una perspectiva analtica que mere-
ce ser imitada en la investigacin sobre Amrica Latina. Aunque los
otros autores de este volumen se centran con frecuencia en el impac-
to de las relaciones polticas, militares y econmicas internacionales
LA AMPLIACION DEL ANALISIS A OTRAS REGIONES sobre los modelos de cambio en los pases de Amrica Latina, ningu-
no de ellos intenta un anlisis de la interaccin continua de esos
El captulo de Kurth, que introduce las ideas derivadas del mo- diferentes factores con tantas facetas como el del captulo de Kurth.
delo burocrtico autoritario en un anlisis del desarrollo europeo, Tambin puede resultar fructfera la aplicacin del modelo au-
representa una aproximacin muy diferente que ampla el alcance del toritario burocrtico a otras regiones del Tercer Mundo. Un estudio
anlisis. El intento de extender el anlisis a otras regiones, as como a reciente ha aplicado explcitamente el modelo a Corea del Sur 41 La
otros pases latinoamericanos, puede resultar til para varios objeti- ampliacin del anlisis a una regin como Africa podra proporcionar
vos. Esos intentos proporcionan nuevas explicaciones de los modelos nuevas evidencias que apoyaran el argumento de que el modelo debe-
de cambio industrial y poltico en esas otras regiones. Pueden estimu- ra estar menos unido a las fases de industrializacin y ms orientado
lar el intento de vinculacin de los modelos desarrollados con refe- en relacin con los cambios en el sistema econmico internacional.
rencia a Amrica Latina a otras teoras del cambio industrial y polti- Algunos de los rasgos importantes de la economa poltica de muchos
co. Estimulan a los investigadores a determinar la generalidad de los pases africanos podran representar variaciones dentro de la catego-
modelos encontrados en estos pases, lo que a su vez puede ayudar a ra de "sistemas oligrquicos" descrita en los textos sobre Amrica
los especialistas a identificar de modo ms explcito y genrico las Latina. En general, los pases africanos son preindustriales, estn
caractersticas contextuales responsables de los modelos polticos orientados a la exportacin agrcola y de minerales y tienen niveles
que han aparecido dentro de Amrica Latina. Finalmente, los inten- relativamente bajos de activismo del sector popular. Pero por ser
tos de elaborar el modelo sobre otros pases, segn las tradiciones pases de desarrollo extremadamente "tardo", podran producirse
acadmicas, puede sugerir a los especialistas latinoamericanos nuevas constelaciones de rgimen, coalicin y polticas pblicas nuevas y
aproximaciones para el anlisis de su propia regin. distintivas. Muchos de esos pases parecen estar experimentando
Estas oportunidades de lograr nuevas intuiciones y mejorar la complejos problemas en sus relaciones con el sistema capitalista inter-
teora quedan bien ejemplificadas en el captulo de Kurth. La aproxi- nacional, problemas que tienen importantes rasgos en comn con los
macin al anlisis de la poltica de industrializacin, que extrae en experimentados en los pases ms desarrollados de Amrica Latina.
parte de la investigacin sobre Amrica Latina, proporciona una nueva Muchos de ellos estn experimentando graves problemas de deuda
e interesante perspectiva sobre el cambio poltico en Europa. Su externa, balanza de pagos e inflacin, as como restricciones a la
intento de explorar mejor los vnculos entre el anlisis de los diferen- poltica econmica nacional impuestas por las instituciones interna-
tes sectores de la industria, que es decisivo para el modelo burocrti- cionales de crdito, factores todos que les resultarn familiares a los
co autoritario, y los argumentos desarrollados en la investigacin estudiosos de los pases desarrollados de Amrica Latina. Las exten-
sobre Europa con respecto a la cronologa de la industrializacin, siones de los argumentos a casos como stos podran constituir una
sealan de qu modos puede ampliarse el alcance terico del modelo valiosa oportunidad de explorar la posibilidad de que el penetrante
latinoamericano. El anlisis que hace Kurth de una serie de diferentes impacto del sistema econmico internacional contemporneo pueda
modelos histricos y regionales de industrializacin se centra en las afectar a los pases de Africa relativamente no industrializados y a los
caractersticas de la escena latinoamericana que han contribuido a los pases de Amrica Latina industrialmente ms desarrollados con una
recientes modelos de evolucin poltica nacional en Amrica Latina,
provocndole interesantes especulaciones sobre los modelos futuros 41
Sungjoo Han, "Power, Dependency, and Representation in South Korea" (docu-
de cambio en pases como Brasil. Finalmente, la sensibilidad de mento presentado en la reunin anual de 1977 de la American Political Science Association,
Kurth ante la continua interrelacin de cuatro diferentes niveles de Washington, D.C.).
400 DAVID COLLIER

similaridad mayor de la que cabra esperar partiendo del modelo GLOSARIO

burocrtico autoritario.
Adems de la contribucin de esas extensiones al anlisis de la Los captulos de este libro se han escrito de modo que el significado
teora de la ciencia social, deberan ponerse de manifiesto tambin de los trminos empleados sea evidente por el contexto en la mayor
sus consecuencias prcticas. En varios momentos se ha pu'esto de parte de los casos. Sin embargo, como algunos de los trminos
relieve que la necesidad de analizar el autoritarismo burocrtico deri- pueden resultar poco familiares a algunos lectores, y como hay algu-
va en parte de la posibilidad de que el mejor entendimiento de los nas diferencias de uso entre los autores resulta apropiado presentar
problemas econmicos, sociales y polticos que dieron lugar al autori- aqu las definiciones de algunos de los trminos ms importantes
tarismo pueda contribuir al descubrimiento de soluciones ms huma- empleados en el libro.
nas a esos problemas. Dentro del escenario latinoamericano, en parte
ello significa un esfuerzo por poner fin en algunos pases a la era Agotamiento de (la fase fcil de) la sustitucin de importaciones: Al haberse
actual de autoritarismo duro. Significa tambin una preocupacin por completado la fase inicial de expansin industrial orientada a satisfacer el merca-
estimular un proceso de aprendizaje poltico que permita evitar con do nacional de bienes de consumo previamente. abastecido con productos impor-
mayor facilidad a otros pases -por ejemplo Colombia- estas formas tados. Vanse los anlisis de Hirschman (captulo III, pp. 74 y siguientes) y Serra
de autoritarismo. (captulo V, pp. 123 y ss.).
Los estudiosos y dirigentes polticos de otras regiones del Tercer Autoritarismo: Segn Linz, se puede considerar el autoritarismo como un tipo
Mundo suelen mirar con preocupacin los recientes acontecimientos de rgimen poltico que es distinto tanto de la democracia como del totalitaris-
en los pases meridionales de Amrica del Sur, conscientes de que mo, y que en ciertos aspectos, particularmente con respecto al grado de limita-
podran tener importantes implicaciones para la evolucin futura de cin del pluralismo poltico, es un tipo intermedio. Linz defme los regmenes
sus propias naciones. Esos estudiosos y dirigentes comparten con los autoritarios como "sistemas polticos con un pluralismo limitado y no formal;
autores de este libro la esperanza de que el anlisis del autoritarismo sin una ideologa elaborada que sirva de gua (pero con mentalidades especfi-
burocrtico pueda contribuir a un nuevo proceso de aprendizaje pol- cas); sin movilizacin poltica intensiva o extensiva (salvo en algunos momentos
tico que permita a otros pases evitar con mayor facilidad las formas de su desarrollo); y en donde un lder (u ocasionalmente un pequefio grupo)
de opresin poltica que han aparecido recientemente en Amrica ejerce el poder dentro de lmites formalmente mal definidos, pero en realidad
Latina. muy predecibles." 1
Autoritarismo burocrtico: Como una primera aproximacin, podra considerar- ,
se como un tipo de autoritarismo caracterizado por una aproximacin declarada-
mente tecnocrtica, burocrtica y no personalista a la elaboracin de la poltica
y la solucin de los problemas. Pero aparte de sto, entre los autores de este libro
hay algunas variaciones en el uso del trmino. El uso original de O'Donnell,
basado en un gran nmero de caractersticas defmitorias referidas a cuestiones de
rgimen, coalicin y polticas pblicas, se resumi en el captulo 1, p. 30. Su
definicin ms reciente, ligeramente modificada, se presenta en el captulo VII,
pginas 295-98 Su definicin abarca a la Argentina, Brasil, Chile y Uruguay
contemporneos, adems de la Argentina de 1966 a 1973. Aunque en anteriores

1
Juan J. Linz, "An Authoritarian Regime: Spain", en Erik Allardt e Yrjo Littunen,
eds., Clevages, ldeologies, and Party Systems (Helsinki, Academic Bookstore, 1964 ).

401
402 GLOSARIO GLOSARIO 403
escritos llam la atencin sobre importantes puntos en comn entre estos casos y nacional: un sector excluido es un sector previamente activado polticamente." 2
el Mxico contemporneo, en su anlisis presente no define a Mxico como Lo analiza tambin O'Donnell en el captulo VII, pp. 295-96. Vase tambin
burocrtico autoritario. Incorporacin.
Cardoso (captulo Il, pp. 40-44) aboga por un uso mucho ms restringido
que se refiere slo al tipo de rgimen poltico, y lo limita a los regmenes Fase fcil de sustitucin de importaciones: La rpida expansin de la produccin
caracterizados por un poder militar institucional. Por tanto, excluye explcita- de bienes de consumo que pueda producirse cuando dicha produccin apunte a
mente a Mxico d~ esta categora, pero incluye el Per posterior a 1968. Kauf- la satisfaccin de un mercado nacional ya existente, que se protege ahora con la
man (captulo V, pginas 191-94) utiliza tambin el trmino para referirse al tipo imposicin de aranceles o controles a la importacin y/o con el colapso del
de rgimen poltico, y tampoco incluye a Mxico. Vase tambin el examen que comercio exterior.
de este concepto hace Collier en el captulo IX, pginas 370-74. Gran burguesa: La lite directiva, profesional y propietaria que ejerce el control
Bienes de capital: Maquinaria y equipo utilizado en la produccin industrial.
de la produccin econmica o est estrechamente relacionada con ella.

Bienes intermedios: Insumas utilizados en la produccin industrial, como com- Incorporacin (del sector popular): Deliberado esfuerzo del gobierno por activar
bustible, metales y petroqumicos. el sector popular y concederle alguna voz en la poltica nacional. Incluye tam-
bin los casos en los que el gobierno, sin realizar esfuerzos deliberados por la
Bienes de produccin: Vase bienes de Capital. exclusin o incorporacin, se adapta a los niveles existentes de activacin polti-
Corporativismo: Tal como se utiliza en este volumen (hay otras definiciones ca y a la serie dada de actores polticos. 3 Vase tambin ''Exclusin".
importantes) es un modo de relaciones entre el estado y los grupos de intersque Industrializacin por sustitucin de importaciones: Expansin de la produccin
incluye elementos tales como la estructuracin estatal de la representacin que industrial para abastecer un mercado nacional previamente abastecido con bienes
produce un sistema oficialmente sancionado, asociaciones de inters no competi- importados. Vase tambin la Fase Fcil de Sustitucin de Importaciones.
tivas organizadas en agrupamientos funCionales legalmente prescritos; subsidio
estatal a esas asociaciones; y control directo del estado sobre su liderazgo, pre- Internacionalizacin de la Produccin: Esta transicin, que se asocia con el alza
sentacin de demandas y rgimen interno. de las empresas multinacionales, significa: l. Una creciente vinculacin o fusin
de los factores "locales" y "extranjeros" de la produccin; es decir, inversin,
Estado: Cardoso utiliza este trmino con el significado de "'pacto de dominacin crdito, tecnologa, direccin, etc.; y 2. U na creciente vinculacin o fusin en las
bsico que existe entre las fracciones o clases sociales de las clases dominantes, y relaciones de produccin mediante el aumento de la asociacin, formal e infor-
las normas que garantizan su dominio sobre los estratos subordinados" (captulo mal, de la burguesa nacional e internacional. Este proceso se denomina tambin
11, p. 44 ). O'Donnell emplea una utilizacin similar, pero pone de relieve que el Transnacionalizacin de la produccin.
trmino se debe entender en dos niveles. En un nivel analtico, es el "aspecto Medidas de Estabilizacin: Vase Medidas Econmicas Ortodoxas.
poltico de las relaciones sociales de dominacin" (captulo VII, p. 290). "Sirv.e
de apoyo a estas relaciones de dominacin y las organiza ... " (p. 290). En un nivel Medidas econmicas monetaristas: Vase Medidas Econmicas Ortodoxas.
concreto, consiste en una serie de instituciones y leyes que realizan esta funcin Medidas de normalizacin: Vase Medidas Econmicas Ortodoxas.
(p. 291).
En determinados puntos de otros captulos, se encuentra ocasionalmente Medidas t:cnomicas Ortodoxas: Medidas que ponen el nfasis en los mecanis-
una utilizacin segn la cual el estado consiste en la estructura institucional, los mos del mercado, mediante decisiones tales como la qevaluacin de la moneda,
ocupantes de esa estructura y el cuerpo de leyes que compone el sector pblico. la adopcin de cambios flotantes de divisas, la reduccin arancelaria, la abolicin
Incluye, por tanto, al gobierno (en el sentido de cabeza del estado y del liderazgo de los controles de precios e importaciones e incrementos en los costos de los
poltico inmediato que rodea a la cabeza del estado), a la burocracia pblica, la servicios pblicos de modo que reflejen su costo. Sin embargo, con frecuencia se
legislatura, la judicatura, las empresas pblicas y semipblicas y al sistema legal. introducen estrictos controles salariales al tiempo .que se abolen los otros con-
Vanse tambin el captulo V, pp. 255-56, y el captulo IX, pp. 373-74. troles. Recibe tambin los nombres de Medidas Econmicas Monetaristas Medi-
das de Normalizacin y Medidas.de Estabilizacin. '
Exclusin (del sector popular): "Defmido rechazo gubernamental a satisfacer las
2
demandas polticas de los lderes del sector [popular] ... [y la negacin] a este Guillermo O'Donnell, Modernization and Bureaucratic-Authoritarianism: Studies
sector y sus lderes de acceso a posiciones de poder poltico desde las que in Sou th America Politics (Institute of lnternational Studies, Vniversity of California, Berke-
ley, Politics of Modernization Series Nm. 9, 1973), p. 55.
podran tener influencia directa sobre las decisiones de poltica nacional ... El 3
concepto de 'exclusin' ... presupone una 'presencia' previa en la arena poltica !.oc. cit.
404 GLOSARIO

Populismo: En el anlisis original de O'Donnell, y de modo ms general en la

literatura postpopulista (vase el captulo 1, pp. 25-26), este trmino se utiliza
comnmente en referencia a un tipo de sistema poltico (o estado) caracterizado
por un nmero de rasgos, que incluyen los siguientes: (1) Est basado en una
coalicin multiclasista de intereses urbanos industriales, incluyendo las lites BIBLIOGRAFIA
industriales y el sector popular urbano; (2) Es polticamente "incorporador" con
respecto al sector popular urbano (y en ocasiones del rural); y (3) Promueve la Esta bibliografa proporciona una visin general de la amplia literatu-
fase inicial de industrializacin por sustitucin de importaciones, orientada a los ra de la cual los captulos de este libro constituyen una parte. Incluye
bienes de consumo. El populismo se ve comnmente como el tipo de sistema las fuentes citadas en los captulos individuales y un nmero limitado
poltico que emerge con la desaparicin del anterior sistema oligrquico, y que de referencias adicionales. Las fuentes sobre Amrica Latina se pre-
posteriormente es reemplazado por el autoritarismo burocrtico. Vase el amplio sentan primero bajo siete encabezamientos temticos: autoritarismo,
anlisis del populismo en el captulo de Cotler; del captulo V, pp. 20 1-208; y industrializacin y desarrollo econmico, contexto poltico y econ-
del captulo IX, pp. 375-80.
mico internacional, populismo, los militares, insurgencia y represin,
Productos primarios: Productos derivados de la agricultura, silvicultura o mine- partidos polticos. Se presenta luego, con relacin a Argentina, Brasil,
ra. Contrastan con los del sector secundario (manufactura e industria) y del
Chile, Colombia, Mxico, Per, Uruguay y Venezuela, una serie de
sector terciario (servicios).
fuentes parcialmente coincidentes agrupadas por pases. Finalmente,
Profundizacin de la industrializacin: Expansin de la produccin industrial se incluye una lista de fuentes sobre la industrializacin y desarrollo
ms all de los bienes de consumo, para incluir los bienes intermedios y de europeos, as como sobre las otras fuentes generales citadas en este
capital utilizados en el proceso de produccin. A esto se le denomina tambin la libro. Cada seccin de la bibliografa incluye una lista de referencias
integracin "vertical" de la produccin mediante "vinculaciones hacia atrs" cruzadas a las otras secciones.
desde la produccin de bienes de consumo a la de bienes intermedios y de capital Como la edicin original del libro fu dirigida principalmente a
empleados en la produccin de bienes de consumo. un pblico norteamericano, se pone el nfasis en las fuentes disponi-
Rgimen: La estructura formal e informal de los roles y procesos gubernamenta bles en los Estados Unidos. Cuando un libro se ha publicado tanto en
les. As, el rgimen incluye factores tales como el mtodo de seleccin del lengua espafiola o portuguesa como en la inglesa, se suele citar la
gobierno (eleccin, golpe, proceso de seleccin dentro de la milicia, etc.), meca- versin inglesa. Es innecesario decir que, al cubrir tanto los textos
nismos formales e informales de representacin, as como modos de represin. El generales como las referencias a pases individuales dentro del marco
rgimen se distingue de los ocupantes particulares de los roles gubernamentales, de una bibliografa relativamente breve, fue necesaria la exclusin de
de la coalicin poltica que apoya a esos ocupantes y de las medidas pblicas que muchos estudios excelentes.
adopten (salvo, claro est, las medidas que defmen o transforman el propio
rgimen).
Sistema Poltico: En el captulo 1, siguiendo la utilizacin que hace O'Donnell en
Modemization and Bureaucratic-Authoritarianism (que se refiere a los "sistemas
polticos burocrticos autoritarios"), Collier utiliza este trmino para referirse a
la configuracin global de rgimen, coalicin dominante y polticas pblicas que
caracteriza a un gobierno nacional. Ms recientemente, O'Donnell ha empleado
en su lugar la expresin "estado burocrtico autoritario" (vase Estado).
Tecncratas: Individuos con un alto nivel de formacin acadmica especializada
que sirve como un criterio principal, para ser seleccionados y ocupar funciones
claves de consejo o toma de decisiones dentro de amplias y complejas organiza
ciones, tanto pblicas como privadas.
Transnacionalizacin de la produccin: Vase Internacionalizacin de la Produc- 405
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acumulacin, de capital, 56-57, 91-101, 343, 346, 376, 383; fuerza laboral en,
171, 297, 306; en Brasil, 136-137, 139, 182, 192-193, 229, 248; y partidos pol-
163, 263, 311; profundizacin en, 118; en ticos, 51; populismo en, 30, 32, 35, 171,
Europa, 333; y legitirilacin, 397; en M- 206, 223, 229, 232, 233, 263, 378, 388,
xico, 274; en perodo populista, 264; y ti- 389-390 (vase tambin, Pern, Juan; Pe-
po de rgimen, 55, 168; represin y, 56, ronistas); y represin, 11, 40-41, 52,
285; mediante la especulacin, 310, 383; 183, 195, 232-233, 257, 372; amenaza
y sobreexplotacin, 107-109, 111-112 percibida en, 390-391, fuerzas armadas,
Vase tambin capit;ll; capitalismo 50, 178, 263, 395; y el ejecutivo,46-49,
atlnidad, electiva, 36, 106, 118, 120, 335, 191; O'Donnell sobre, 195, 304, 305,
382 307, 313, 314, 316, 319. Vese tambin
agrcola, sector; 271. Vase tambin bienes militarismo; golpes militares
de consumo; enclaves; terratenientes; re- Arteta, Nieto, 68, 70
forma Asociacin del Libre Comercio de Amrica
Alemania: industrializacin, 324, 326, 327, Latina, 89
347-359; sistema poltico en, 42, 53, austeridad, programas de, 9, 176, 226, 230,
328, 331, 334, 340-342, 345, 350-355, 347. Vase tambin economa
357-359 Austria, industrializacin en, 324, 326,
Alianza para el Progreso, 221 336-337, 349; sistema poltico en, 328,
Alsogaray, Alvaro, 180 331, 336-337, 340, 341, 342, 349, 354
Alvarez, Gregorio, 186 autoritarismo, 13, 191, 399; en Europa,326,
Allende Gossens, Salvador, 183, 184, 195, 328, 329, 330, 334, 340-354, 363. Vase
217, 221, 231 tambin autoritarismo burocrtico; Mxi-
Allessandri, Jorge, 221, 230, 231 co; represin .
Anderson, Charles, 222, 3 84,. 396 autoritarismo burocrtico, descripciones del;
Andino, Pacto, 89, 184 por: Cardoso, 40-44, Collier, 10, 30-36,
amenaza, percibida: por las elites estableci- 367-374; Kaufman, 169-170; O'Do-
das, 195, 389, 390-391 nneU. 30-36, 295-298, 367, 369, 373;
APRA, partido, 51, 193, 278, 279, 280 en el Glosario, 401
ARENA, partido, 178 Ayza, Juan, 202
Argentina, 16-22, 34, 44, 251, 289, 396;
burguesa, 260, 262, 301-302, 308; golpe
(de 1966) en, 9, 35, 3 71; y la Revolucin balanza de pagos, 87, 203, 264; en Argentina
Cubana, 386; y democracia, 46, 263, 318; 238, 247, 346; en Brasil, 133, 135, 143,
economa en, 56, 180-182, 188, 190, 145, 158-161, 258, 346; en Chile 184;
195, 217-221, 223, 228-235, 238, 185-186; profundizacin y, 80, 119,
244-248, 307-310, 346; enfrentamien- 133, 135, 143, 145, 238; en Mxico; 226;
tos entre el ejecutivo y los militares en, 275-276; en Per 283; en Urugay 188
48; exclusin en; 264-265; capital ex- Banco Mundial, 81, 88, 185
tranjero en, 180, 182, 190, 211, Belande Terry, Fernando, 280
228-229, 235, 238, 241, 245, 246-248, Blgica, 326-336

441
 442 INDICE ANALTTICO INDICE ANALITICO 443
beneficio, como motivacin, 111-112, 304, 277, 282, 283; incapacidad transiciona!
395 de, 173, 250;en Uruguay,260,263 CEAL, 88, 110, 117, 159, 215 "Cordobazo", 61, 182, 311, 319
bienes de consumo duraderos, 83-85, ciudadana, 292-295; estado BA y 296, 297, corporativismo, 42-43, 315-316; en Argen-
108-116, 125, 214-215, 217, 322, 330; 299,300,302,313,315,316,318 tina, 263 en Brasil, 192, 205-206, 263,
en Argentina,230; en Brasil,85, 108-114, Calles, Plutarco Elas, 272 clase media, 9, 60, 203, 261-263, 265, 369; en Europa, 32~, 329, 341; en Mxi-
125, 134-137, 147, 177, 190, 214, 228, campesinos, 269-270, 272, 279 269-273, 390, 394; en Brasil, 106, 214; co, 273-275; en Peru, 281
234; en Europa, 354-359; en Mxico, Cmpora, Hctor, 217, 221 en Europa, 358; en Mxico 271-273; en Costa e Silva, Artur da, 182, 188
226 Campos, Roberto, 139 Per,279 Costa Rica, 45, 223
bienes de consumo no duraderos, 117, 241, Caudillismo, 39, 41, 276 clase social,46, 50, 60, 105-116, 259-283, Cotler Julio, 259-291; sobre Per, 263, 269,
251, 267, 322, 330, 361-362; en Argenti- capacidad improductiva: en Brasil,138, 139 291 en Argentina, 181, 190, 260, 263, 27, 276-285, 391; sobre el populismo,
na,200, 202, 216, 230-231, 241; en Bra- capital, 56, 65, 78, 303, 310; en Brasil, 311; 301:._302, 308, estado BA y (por O'Do- 205 262-264, 269-270, 274, 279-280,
sill14, 202, 203, 216, 241, 361, 376; en nnell), 295-297, 298, 301-316, 317, 285: 375, 379, 388; sobre la represin,
en Europa,328, 333, 354-356; en Per, 259, 273-275, 276, 283, 284, 395
Chile, 202, 241; en Europa, 325, 327, 276. Vase tambin acumulacin de capi- 318 386 en Brasil,106, 176, 178, 181,
332-340, 343, 344-345, 346, 353; y dis- tal; capital extranjero; inversin 190: 214: 260, 263, 310-312; enChile, Cristi, Esteban, 186
tribucin de la renta, 217. Vase tambin capital, bienes de, 84, 172, 173, 322, 330, 181, 190, 257, 260, 262, 263, 264; encla- Cuba, 50,75,385,387
fase fcil de la ISI ' 362-363, 370; en Argentina, 181, 230, ves y, 260, 266, 267-271; en Europa,
bienes intermedios,125, 330, 370, 376. Vase 235, 236-239, 347; en Brasil, 125, 135, 331, 332, 336, 337, 338, 339, 358, 361, Chile, 14, 30, 34, 195, 251; burguesa en,
tambin profundizacin de la industriali- 137-141, 177, 190, 235-239, 246, 347, 362; en Mxico, 271, 273, 275, 276; en 260, 262; sistema competitivo en, 11,
zacin Per 263, 276-283; en Uruguay, 181, 229-230; y democracia, 46, 318; econo-
376, en Europa, 327, 342-354; en Mxi-
Bismarck, Otto von, 100, 334 co, 223. Vase tambin profundizacin de 190,' 260, 263, 264. Vase tambin bur- ma en, 11, 57-60, 83, 184-190;
Bolivia, 41, 48, 223, 269 la industrializacin guesa; corporativismo, terratenientes, cla- 217-232 passim, 264, 309, 310, 372; ex-
Bordaberry, Jos Mara, 40, 48, 186, 187 capital extranjero, 30, 34-35, 258, 261, 370, se media; partidos polticos, sector popu- portaciones de, 160, 184-185, :90, 202,
Brasil, 10, 11, 14, 35, 40, 44, 61, 83, 191, 385, 394; en Argentina 180, 182, 190, lar, clase trabajadora 240, 241; capital extranjero en, ';o, 171,
251, 255; burguesa en, 178, 260, 228-229, 235, 245, 246-248; el estado clase trabajadora, 9, 55, 60, 203, 220, 263, 190, 203, 206, 209, 235, 24;; IJartidos
310-312; corporativismo en, 192, BA y el (por O'Donnell), 295, 298, 301, 361-362 en Argentina, 181-190; en polticos en, 49-50, 51, pop :.smo en,
205-206, 263, 369; golpe (1964) en, 9, 304, 307-309, 311, en Brasil, 135, Brasil, ti6, 181, 190; en Chile, 181, 257; 206, 223, 231, 263, 378, J86, 388,
35, 175, 364; y democracia, 46, 289, 160-161, 178, 190, 228, 235, 238, en las sociedades de enclave, 266, 389-390; funcin de la reforma en, 96,
318-319; economa en 31, 56---60, 79, 246-247, 311, 363-365; en Chile, 96, 269-271; en Europa, 358, 359, 97-98; represin en 4, 35, 52, 53, 183,
85, 107-158 passim, 176-190 passim, 97-98, 184-185; para la profundizacin, 361-362 en Mxico, 271, 275-276; en 195, 232-233, 309, 372; guerra con Per,
214-24 7 passim, 310-312, 346, 119-120, 135, 235, 238; y las sociedades Per, 21b; sobreexplotacin ~e, 106, 277, 282; clase trabajadora en, 181, 256
363-365; elecciones en 41, 52,179,229, de enclave, 260, 266-270, 271; funcin 102-116; en Uruguay, 181. Vease tam- decretos institucionales, 45, 176, 178
369; exclusin en, 192, 264-265; expor- empresarial del, 95-98; en Europa,328, bin fuerza de trabajo
taciones de, 158-161, 190, 203, 215, 355-357; en Mxico, 226, 260, 273, 276;
234, 239-243, 244, 248-250; ideologa CNI!,.,226 Deferenda, 69-70
en Per,276-277, 278-279; en Uruguay, coaliciOn, 29, 34, 3,5, 367, ?71-374. Vease D lfi N t Ant0 nio 176-178 179 194
en, 94; industrializacin en, 85-86, tambin burguesia, populismo e un ~ 0 ' ' ' 89, 290
187, 188; en Venezuela, 96, 260. Vase
108-150 passim, 177, 190, 201-246 pa- t{lmbin multinacionales, empresas coercin, 292, 394, por un estado BA, democracia, 45, 50! 167, 171, 2 - . ,
ssim, 328-329, 340, ~43, 346, 359-365, 299 306 311-312 316 319 Vase 395-396; Argentma y la 46, 262, 318, Y
376, 383; Decretos Institucionales en, 39, capitalismo, 106-116, 167, 261, 265-266, b-. ' ' ' el estado BA (por O'Donnell), 296, 300,
176, 178; clase media en, 106, 214;multi- 374, 381; profundizacin necesaria para t?rq zen .represion 316-321, 395; Brasil Y la, 46, 289,
el, 118-122, 132-133; enclave, Collier, David, 9-22, 25-38, 366-397 . Chil la, 4 318 en Europa,
nacionales en, 120, 136, 138, 149, 211, 318 319 6
243, 253, 359, 360, 363-365; partidos
266-270; en Europa 265, 359; imperia- Colombia,, ~04-105, 25~ . 378, 389, 395: 330 354 360
~ ~ ~: la pro~oci6n de expor-
lismo y, 266, 271-272; en Mxico, 271, 396; regunen competitivo en, 15, 388, ., M' . la .las multina'
polticos en,49, 51, 178, 179; populismo ' 67 68 82 83 372 taciOn, 160; eXiCO Y , 275 ,
272, 275; en Per, 276-277; estado y economa en, - - ' ' . al 1 45 59 n Per 278 Uru-
en, 30, 32, 171, 192, 223, 228, 229,
guay Y 46 22 - 230'
44-45, 46, 56-58, 291-295, 302, 376-377, 389; elecciones en,. 369; expor- Clon es; { q~ 262 8 en
263, 386, 389 (vase tambin Vargas, Ge- 303-304, 306 taciones de 160 248 plural1smo en, 99, 1
tulio); tradicin presidencial en, 47, 191; Crdenas, Lzaro, 52, 93, 98, 206, 378. ' 'd' '390 Venezuela, 45-46
represin en, 11, 52, 53, 115, 177"-179, Cardoso, Fernando Henrique, 27, 39-62, am~naza percibi ~en, demcratas cristianos: en Chile, .51, 221, 318;
Council of Industrial Development (CID) en Italia, 329
195, 232, 245, 257, 310-311, 372
Brookings Institution, 81 105, 174, 178, 195, 260, 395; sobre la 14~-143 dependiente, capitalismo, 12, 27, 89, 115,
Brning, Heinrich, 341 coercin, 39-41, 42, 50, 52, 394; sobre com~smo, ~0, 356, 357 . 259; en Mxico, 273; regmenes psil~les
Bustamante y Rivero, Jos Luis, 378
economa, 45, 46, 50, 51, 52, 54-62, ConseJo NaCional de Seguridad en Uruguay, con, 45 , 46 , S?-60, 104-105. Vas tam-
burguesa, 200, 203-204, 254, 260-283,
171-172, 382, 394; y Per,41, 51, 53, . ~86 bin capital extranjero . .. ,
55, 57, 59, 391; distincin del estado/rgi- cc:.,;enso, 291-292, 293, 294, en el estado depresin (dcada de los 30), 94, 201, 204,
371, 395; en Argentina 260, 262, 301,
309; en el estado BA (por O'Donnell)
men, 40, 44-46, 56-58, 59, 254-255, DA,2~?-3.02,3~,305
construccwn, mdustria de la, 84, 13 7
215, 262-263; Europa y la, 328,
_ 3 2
259, 369, 373
295, 296, 301-316, 386; en Brasil,178, Castelo Branco, Humberto, 132, 175, 176, consumo: y renta, 84, 108-109, 113 341 .34 2 5
260, 310-312; en Chile,260, 262; en M- 180-181, 184, 318-319 control, capacidad de, 52-55, 61. Vase tam- desarrollism 9 5 'd
xico, 271, 273, 275, 276; en Per, 276, Cavas, Jorge,183-184, 194 bin represin desarro11o comp.~ o, 274
cooptacin, 43, 49-50, 52, 281-282, 362. desarrollo estabilizador, 273, 274
 IN DICE AN ALITICO 445
444 INDICE ANALITICO
'C ) 91 Hegel, 102
Fiscal Crisis ofthe State (o onnor' hegemona, 97, 261, 265,336
desarrollo hacia afuera, 71 en Argentina, 180, 181, 229, 308; en Bra- Fishlow, Albert, 158, 195,239 Hirschman, Albert o., 27, 388, 395; sobre
descapitalizacin: en Per, 276 sil, 133, 175, 176, 180-181, 190, 251; en Fondo Monetario Internacional (FMI), 307; y economa poltica, 6 5-102, 166,
designacin de recursos: en Brasil, 163-166 Chile, 184-185, 189; en Mxico, 276; en Chile,l84; y Per,283, 284; y Uruguay, 171-172 218 248,264,347,372,376,
desnacionalizacin, 35, 295, 297, 298, 302, Per, 281, 283; en Uruguay, 187, 189,
187. . 6 327 377, 382, 383, 397; sobre industrializa-
306 190. Vase tambin .economa Francia: industrializacin en, 324, 32 ' ' cin, 73-82~ 85, 86, 129-132, 248,_ 323,
despolitizacin, 191-193, 297 estado, 178; capitalista, 45, 46, 56-58, 335-336, 340, 343-348, 349, 354-359; 325-327, 376, 383-385; Y populismo,
Dinamarca, 331 291-295, 303, 304-305, 306; Cardoso sistema poltico en, 331, 334, 335, 336,
distributiva, funcin, 92, 2();4, 274. Vase sobre el, 40, 44-46, 56-58, 59, 255, 340, 354, 358; organizacin sindical en, 375-377; teorema de, 102
tambin redistribucin 259, 369, 373; en la industrializacin eu- Hitler, Adolf, 341,353
Dollfus, Engelbert, 341 ropea, 328, 333-334; O'Donnell sobre el, Fra!~~. Francisco, 30, 334, 34 7, 35'.'. Honduras, 41, 223
289-321,373 franco-prusiana, guerra, 344 Hugenberg, Alfred, 350, 352
, Estado Novo, 192,207, 228 Fre Montalvo, Eduardo, 83, 217, 221, 230, Hungra, 331,341, 349, 354
econom1a, 9, 12, 50, 54-62, 65-1.68, Estados Unidos, 89, 217, 359-362; y Argen- 231, 372
370-377, 382-388, 394; en Argentma, tina, 180; y Brasil, 235-236; y Chile, Frente Popular, 207, 262 Ianni, Octavio, 27
56, 180-182, 188, 190, 195, 217-221, 185; y Cuba 386-387; y Europa, Freycinet, Plan, 345 Ibaez del Campo, Carlos, 69, 230, 231
223, 228, 235, ~38, 244-248, 307-310, 351-352, 354-356, 359; y Mxico, 271, Friedman, Mi ton, 184 ideologa de la seguridad nacional, 42, 54,
346; en Brasil,_ 31, 56-60, 79, ~5, 275; y Per, 277, 282 Frondizi, Arturo, 228, 230, 236 178, 275, 304 '
107-168 pass~m, 176-190 passzm,
o

Europa, 89, 265, 393, 394, 397; y el fascis- Fuerzas ideolgicas, 43,93-97, 101,388 Iglesia: en Chile, 318; en Mex1co, 378; en Pe-
214-247 passzm! 310-312, 346, mo, 30, 42, 43,341,353, 357,358,363 fuerza de trabajo, 9, 191-193, 258, 377, r, 279, 280
363-365; en Chile, 11, 5~-58, 83, exclusin del sector popular, 45, 192, 257, 379; en Argentina, 182, 192-193, 2~9, igualdad, 9-10, 14, 26, 9~, ~7-~,8. Vase
184-190, 217-232 pas~zm, 264, 264-265; Collier sobre la, 29-30,369, 248 en Brasil 192, 228, 363; en Chile, tambin democracia; red1stribuc1on
309-310, 372; en Colombia, 67-68, 370 375 379.:..380 394 395 O'Donnell 257 : en Euro~a, 355; en Mxico, 192, Imaz, Juan de, 27
82-83, 372, 376-377, 389; elasticidad sob;e la,' 191, 296:_299: 301; 312, 313, 276: en Per, 192, 193, 279, 282, 283, imperialismo, 266, 270-272, 348
de la, 69-71, 101; en Europa, 270,326, 317 320 391; en Uruguay, 186. Vase tambin ren- impuestos, 78-79, 218, 219
358, 361; en Mxico, 31, 52, 56, 60, 93, explot;cin de la clase trabajadora, 106, ta, clase trabajadora incorporacin del sector popular, 28-32, 52,
98, 107, 218, 223-227, 273-276, 284, 107-116 Furtado, Celso, 27 375, 377-380
372, 376-377; \O'Donnell sobre la, exportaciones, 71. 77, 78, 173, 207, indios del Per, 276, 278, 280
31-34, 71-76,295-298, 301-311,313, 214-218, 388: de la Argentina 203,215, industria qumica, en Alemania, 350-352
315, 382-383, 385, 394; en Per, 51, 55, 226, 234, 240-241, 244, 245, 248-250, Gamonales, 276 industrializacin, 15, 30-32, 36, 104-168,
51, 59, 280-281, 282-283, 284, 376; de Brasil, 158-161, 190, 203, 215, gasto pblico, 78-79, 261-262, 377 170-171, 194-258, 322-365, 376-381;
392-393; en Uruguay, 11, 60, 96-98, 226, 234, 239-241; de Chile, 160, Geisel, Ernesto, 178, 191 en Argentina, 74-75, 80, 86, 150,
186-190, 219, 223, 229-231, 264, 310; 184-185, 190, 202, 215, 239-241; de Gerschenkron, Alexander, 94, 131-132, 181-182, 190, 200-250 passim, 343,
en Venezuela, 45-46, 56; 90, 96, Colombia 160, 248; y profundizacin, 323-326, 328 346 376 383 en Brasil, 85, 86, 108-150
99-100, 376. Vase tambin capitalismo; 79-80, '117, 152, 243; de Europa, gobierno Ongana, 180-183, 18~, 2_~4, 236, pas~im,' 17'l, 190, 201-24 7 passim,
capital extranjero; industrializacin, in- 343-347, 356, 361; de Mxico, 152, 202, 2 45, 246; y la profu~d!Za~on, 75, 328-329, 340, 343, 346, 359-365, 376,
flacin; estabilizacin 226, 240, 248-250; de Per, 279, 280, 181 _ 183, 188, 234; diversificaci?n de _l,as 383; en Chile, 150, 171, 190, 202, 206,
Ecuador,41,48 282-283; y tipo de rgimen, 167-168, exportaciones con el, 240, 245; mversi_?~ 209, 235, 241; e igualdad, 9, 10, 14, 26;
elasticidaddelaeconoma,69-71, 101 . 233-245; de Uruguay, 187, 188, 190, extranjera y, 247-248; Y partidos polti- en Europa, 324-32?, 335-338, 340,
elecciones, 9, 30, 254, 395; en Argentina, 200, 215, 239, 240, 241 cos, 5 1; represin con el, 195, 232, 233, 343-359, 365; en Mexico, 34, 121, 150,
195; en Brasil, 42, 52, 179, 229, 369; en 152, 202, 207-211, 273, 376; en Uru-
Colombia, 369; en Guatemala, 41; en M- 372militares, 33-35, 61, 265; en Argent"I-
golpes guay, 171,, 190, 203, ~31,_,232, 2?5, 241
xico, 369; en Venezuela, 369 Faletto, Enzo, 27, 171, 260 na, 9 , 35, 371; en Brasil, 9, 35, 175, 364; industrializacion por sust1tuc10n de unport:r
elctrica, industria: en Alemania, 350-352 fascismo, 30.:..31, 43; Europa y el, 30,.42, 43, en Chile, 35; en Per, 278-281 clones (ISI), 73-82, 117, 262; en Brasil,
El Salvador, 41 341,353,357,358,363 Goulart, Joao, 195, 229, 257, 363 123-132, 133, 137,141, 147, 149;ypo-
empresarial, funcin, 59, 91-101, 388, 397 fase fcil de la ISI, 74, 104, 123, 195, 256, Gramsci, Antonio, 97, 265, 336 pulismo, 206, 264; en Ve_nezuela,_ 378.
enclaves, 260, 266-285, 379; en Mxico, 384; y elasticidad, 71; agotamiento de la, Grecia, 331, 353-354 Vase tambin profundizacion de la mdus-
205, 271-273,. 379, 388; en Per, 73, 74-78, 125-132, 172, 208, 209; e Guatemala, 41, 223, 269 trializacin; fase fcil de la ISI
276-281,379, 388,391-393 inversin extranjera, 172, 261; y populis- Gudin, Eugenio, 132 industrias ligeras: Vase bienes de cc:msumo
Ensayo sobre el origen de las lenguas, de Rou- mo, 31, 32, 201-207, 250, 378-379. Guerra Civil de los Mil Das, 6 7 no duraderos; fase fcil de la ISI
sseau, 95,96 . Vase tambin bienes de consumo no du- Guerra del Pacfico, 2 77 inflacin 55 264; en Argentina, 180, 195,
Espaa: industrializacin en, 326-329, 338, raderos 218-'220: 247, 264; en Brasil, 135, 143,
340, 346-347, 353, 356, 359-360, 365; Felix, David, 217, 234, 239 145, 161-162, 176, 179, 219, 264; 363;
sistema poltico en, 30, 194, 328-329, Ferguson, Adam, 68 Harvard Bussines School, 235, 237 en Chile, 184, 185, 186, 219, 221 230,
331, 334, 338-339, 341, 354 Fernandes, Florestn, 106 Haya de la Torre, Ral, 266, 270-272, 278, 264; Hirschman sobre la, 77, 80, 87, 219,
especulacin fmanciera, 310, 383 feudal~ imperialista, alianza, 266 279,280
estabilizacin, 55, 189, 194, 254, 275, 394; FIAT, 356
 INDICE ANALITICO
447
446 INDIC'F ANALITICO
' 272-276 284, 315; en Per, 51, 193,
264; Kaufman sobre la, 176-188 passim, Plan Marshall, 65, 356 nacionalismo, 43, 307-308, 309, 395;,en Me- 279 280' 283 en Uruguay, 50
195, 219-221, 223, 221, 230, 231, 247; Martins, Luciano, 27 xico, 273, 274-275, 388; en Peru, 388 Partido' del Puebl~ Alemn, 351
en Mxico, 219, 226, 274, 275; O'Donnell Marx, Karl, 44, 260 Napolen III, 334, 344 332 336-337, Partido Social Demcrata, 35_1
sobre la, 309-310, 383; en Uruguay, 188, marxismo, 75, 93, 108 napol!Jnicas, guerras, 330, ' Passions and the /nterests (Huschman), 66
219, 231, 264 MU.B, partido, 178, 179 338 Prez Jimnez, Marcos, 71
integracin econmica, 88-89, 94. Vase medil!cipnes, 791--:.2?5; e~t;t~o.)3A y, National Housing Bank, 137 Pern, Isabel, 41, 245
profundizacin de la industrializacin 296-297, 299, 300, 302-306, 312, 318, nazis, 53, 341, 352 Pern Juan, 30, 41, 256, 263, 3 78; y econo-
internacionalizacin de la produccin, 386 320 New Deal, 93 ma, 69, 70, 71, 217, 221, 229, ~7~, 3?J;
International Petroleum Company, 281 Mdici, Emilio Garrastazu, 141, 143, 178 Nicaragua, 41 , _ Y el fascismo, 363; la industna~JZac!On
inversin, 172, 195, 203, 209-215, 217; en Mendes, Cndido, 27 normalizacin de la economta, 296 298 ' con, 206, 378; y la fuerza de trabaJO, 192,
Argentina, 230-231, 238; en Brasil, Mercado Comn Centroamericano, 89 301-303,306-310,313,315 363
138-145, 151-152, 160, 163, 164-166, Mercado Comn Europeo, 359 peronistas 183, 194, 206, 229, 244, 245;
177, 238; en Mxico, 275. Vase tam- Mettemich, sistema, 337
O'Connor, James, 91 Chile ~. 230; durante el perodo de Onga-
bin capital Mxico, 30, 44, 51, 52, 271-276, 368; la O'Donnell, Guillermo, 26-24, 174, 178, na, 182, 195
ISI. Vase industrializacin por sustitucin de burguesa en, 271-274, 275, 276; econo- 194-195 205, 250, 251, 253, 323, 367, Per, 15, 41, 256, 263, 271, 277-285,
importaciones ma en, 3 l. 52, 56, 60, 93, 98, 107, 219, 369, 38, 389, 391; y Argentina, 18,2, 396 397 economa en, 50, 55, 57, 59,
Italia: industrializacin en 324-328, 338, 223-227, 273-276, 284, 372, 376-377; 289, 301-302, 308; sobre la burguesta, 280::: 28 1: 282-283, 284, 391-392; la
340, 345-346, 353, 355, 356-359; siste- proceso electoral en, 369; exportaciones 295, 296, 300-316, 386; sobre la coel'" ISI en, 3 78; fuerza de trabai? en, 1~2.'
ma poltico en, 42, 328, 331, 334, de, 152, 203, 226, 240, 248-250; capital cin, 195, 292, 299,300-301, 304-305, 193 , 279, 280, 283, 391; partidos p~htl
339-341, 353, 354, 357-359; organiza- extranjero en, 226, 260, 273, 275; ideolo- 311, 312, 316, 319, 394; sobre la profun- cos en, 51, 193,279, 280, 283; popuhsmo
cin sindical en, 355 ga en, 94; industrializacin en, 34, 121, dizacin, 31, 3 2-3 3, 72-82, 85, en, 269, 279-284, 368, 378, 379, 388,
150-152, 202, 207-211, 273, 376; fuer- 118-133, 158, 172, 209, 211, 217, 23_3, 393; y represin, 52, 283, 395
Jaguaribe, Helio, 27 za de trabajo en, 192, 275; partidos polti- 235, 245, 383-384; sobre la democracia, Petras, James, 105
Japn, 359 cos en, 14-15,45, 53, 60, 226, 272-276, 289, 290, 296, 300, 316-321, 395; sobre Petrleo, 145, 165-166, 352
judicatura, 47 284, 315; populismo en, 205, 223-226, economa, 31-34, 71-76, 295-298, Pinochet Ugarte, Augusto, 282
"junkers", 338 255, 269, 273, 285, 378, 379, 388, 389; 301-311, 313, 315, 382-383, 385, 394; Plan de Accin Econmica, 132 .
poder presidencial en, 48, 49; represin sobre el estado, 289-320, 373; sobre los planificacin, 65, 88, 89, 94; en Brasil, 132,
en, 52, 232, 273-275, 276, 284, 395; tecncratas, 302, 303, 304, 309, 314, 139, 141, 167
Kaplan, Marcos, 27 amenaza percibida en, 390 385; sobre las tensiones en el estadoBA, pluralismo, 99-100, 254, 372
Kaufman, Robert, 169-258, 371, 384, 385, miedo: en el estado BA, 300- 301 289-320, 395 poltica, 29, 367, 371-374; estado BA Y;
3 8 8; y la industrializacin, 74, 160, militarismo, 9-11,39-44, 52-62, 169-170, Odra, Manuel, 279, 280 296-297, 299, 300, 302, 313; sector.~o
169-267, 347, 378-379, 383, 384; sobre 265-266, 371; Revolucin Cubana y, oligarquas, 29-30, 39, 42, 99, 295, 330; ex- pular y, 9, 51-54, 167; incorporac10n,
el populismo, 171, 192, 203-207, 386; peruano, 15, 41, 53, 57, 280-285, portadoras, 254, 261-262, 281,284 29-32, 52, 370, 375, 377-380; estado Y
218-233, 250, 252, 253, 255, 375 391-392 oligarqua exportadora, 254, 261-262, 281, (por O'Donnell), 290-306: 314, 3~_5,
Keynesianismo, 95, 262 modernizacin, teora de la, 9-10, 11-12, 284 319. Vase tambin clase social; excluswn
Krieger Vasena, Adalbert, 180, 182, 183, 39 Ongana, Juan Carlos, 61, 182, 309 del sector popular; partidos polticos; po-
193 monarquas; en Europa, 330, 331-332, orden: estado BA y, 296-297, 301, 303, pulismo
Kurth, James R., 322-365, 397 336-337, 339, 340 304, 315 poltica liberal: en Eur~pa, 331, 333-341
Montesquieu, Charles Louis, 68 Organizacin para la Cooperacin y el Desa- populismo: en Argentma, 30, 32, 35, 171,
Margan, E.M., 246 rrollo Econmico, 81 207, 223, 229, 232, 233, 263: 378, 388,
Langer, Williarn, 337 389-390, (Vase tambin Peron, J.; pero-
movimientos populistas nacionales, 172, 269,
Lanusse, Alejandro, 51, 183, 245
270, 279-280 nistas); en Brasil, 30, 32, 17_1, 192, 2~?
latifundista. Vase terratenientes 228, 229, 263, 387' 389, ( Vease tamben
multinacionales, empresas (MNCs), 33, 203, Pases Bajos, 331
legislatura, 46, 178, 186 Vargas, Getulio); Cardoso sobre, 50; en
209-215, 218, 386; en Argentina, 182, Panam, 41, 94, 269
legimitacin, 92, 192, 194, 265, 397 Chile, 206, 223, 231, 262, 263, 378, 379,
211, 241, 209-215, 218, 386; en Brasil, Paraguay, 41
Lenin, Vladimir l. 266 participacin: en el estado BA.' 300, 316 386 , 388, 389-390; Collier sobre,.25-26,
Levingston, Roberto M., 245 120, 136, 138, 149, 211, 241, 253,
partidos comunistas: en Grecia, 353-354; en 368, 374-380, 386, 387, 389 -3?0,
Lewis, Arthur, 129 359-360, 363-365; en Chile, 184; en
Europa, 328-329, 355-357, 358-360; Per, 193 393 . en Colombia, 389; Cotler sobre,
Lpez Portillo, Jos, 3 72 Partido Nacional del Pueblo, 350-352 262:__264, 269-270, 275, 279-280, 285,
Lpez Rega, Jos, 41 en Mxico, 211; en Per, 59; y tipo de 370, 388; Kaufman sobre, 171, 192,
rgimen, 45, 57-59; clase trabajadora y, Partido Nacionalista, 221
partidos polticos, d.4, 48-55, 265, 203-208, 218, 233, 250-252, 253, 2?5..
190 375 389 Kurth sobre, 330, 361; enMext-
Macaulay, Thomas, 334-335 Mussolini, Benito, 328, 334, 341 377-378, 395; en Brasil, 50, 52, 178,
Mallon, Richard D., 241 179; en Chile, 50-52, 183; en Europa, co ,205 '223-224, 255, 270,. 274, 285,
Maritegui, Jos Carlos, 269, 270-271, 273, 327, 329, 339, 349-352, 357, 358; en 37'8, 379, 388, 389; nacional, 172,. 269,
278 nacin, 292-295; estado BA y, 297-300, Mxico, 14-15, 45, 53, 60, 226, 27 o, 279-280; O'Donnell sobre 30, 31,
Marini, RuiM., 107-116, 160 302~303,305-307,313,315
 INDlCE ANALITICO 449
448 INDICE ANALITICO

32, 33, 35, 294; en Per, 269 279-284 B cos: sector popular trienio, 3 78
368, 378, 379, 388, 393 e~ Uruguay' rasil, 108, 11 O, 113-114, 115-116 Standar Oil, 281 tupamaros, 186, 195
13
206, 223, 263, 386, 388, J90; en Vene: ~ 160 162, 163, 215, 364-365 e~ Stepan, Alfred, 27
zuela, 378, 379, 390. Vase tambin seo- Chile, 11, 185; Y consumo, 89, 108- io9 Steuart, James, 68, 70, 71
tor popular 113 - 114 11 7; ,en Europa, 355; en Mx~ Strategy of Economic Development (Hirs- Unidad Popular, coalicin, 183
chman), 91 Universidad de Chicago, 80
Portugal: industrializacin en, 326, 328-329, co, 376; en Peru, 55; en Uruguay 11 96
18
338, 345-346, 353; sistema poltico en, ~ Vase tambin redistribucin' ' ' Stresemann, Gustav, 351 Unin Sovitica, 84
United Conference on Trade and Devclop-
~~~ 328, 329, 331, 334, 339, 341 354 represiOn, 39 -40, 50, 55, 61, 66, 169, 170, Struk twpolitik. 359
ment (UNCTAD), 87
positivismo, 344 ' 194 -l95, 232-233, 258, 372; en Brasl~ Suecia, 331
PradoyUgarteche,Manuel,279 11 5 2, 53, 115, 177-179 195 sufragio: en Europa, 334, 340 Uruguay, 14, 30, 34, 40, 251, 289: la burgu~~
Prebisch, Ral, 87-94 232 -233, 257, 372; en Chile 11 J5 52' Suiz~331,335-336 sa en, 260, 263: y democracia, 11, 46,
pretorianismo, 332, 338-339 53 _183, 195, 232, 233, 369,' 37Z; c~n e 229-230, 263, 318: economa en, 11, 60,
presidentes, 46-49, 191, 316 fascismo, 42; contra los trabajadores 115 96-98, 186-190, 219, 223, 229-231,
PRI, 45,223, 273, 275,284 315 19 1, 256-257, 283; en Mxico, 52:232: tasa eficaz de proteccin, .S 1, 82 264, 310; enfrentamientos entre ejecutivo
Primera Guerra Mundial, 34i-342 274 - 2 75, 276, 284, 395; Per y 53 283 tecncratas, 41, 193-194, 370, 375-376, y militares en, 48; exportaciones de, 187,
Primo de Rivera, Miguel, 328, 334 34 7 3
r
9~; el tipo de rgimen, 372-J73: y lo~ 390, 395: en Argentina, 10: en Brasil, 10,
178, 376: en Chile, 183-184;0'Donnell
188, 190, 200, 215, 239, 240, 241: indus-
trializacin en, 171, 190, 202, 231, 232,
PROCHILE, 184 ' objetiVos estabilizadores, 253 274 276
prod?ccin, bienes de. Vase bienes de ca-
3 69
~~ Ur~g uay, 11, 5~, 183, 18~, 195: 232: sobre los, 30-31, 33-34, 195, 302, 303,
304, 307, 309, 314: en Per, 281; Uru-
235, 241: partidos polticos en, 50-51:
populismo en, 206, 223, 263, 386, 388,
p1tal . 372. Vease tambien coercin
profundizacin de la industrializacin 106 capac~~ad de control ' guay y, 186, 253, 385,386 389, 390: represin en, 11, 52, 183, 186,
117, 118-152, 234-235,261, 383-384; rest~urac!On: en_Europa, 330,337,338,339 Tella, Torcuato di, 27 195, 232, 233, 369, 3 72: y los tecncra-
en Argentina, 74-75, 80, 86 , 150 Revzew?ftheRzverPlate,246 termidor, 50 tas, 186, 253, 385-386: los tupamaros
181-182, 190, 211, 234 , 235 _ 239 Re~olu~~n Rusa, 341-342 terratenientes, 55; en Brasil 263; en enclave, en, 186, 194: clase trabajadora en, 181.
244-250, 383; en Brasil 122-150 209, Rojas Pmilla, Gustavo, 71,99 260, 266, 268, 269; en Europa, 331-332,
228, 234, 235-239 38J en Chile' 150, Rostow, W.W., 50 335, 336, 337, 345, 350; en Mxico 262:
190, 235; en Europ~, 344; y las exporta: Rousse~u, Jean Jacques, 95-96 en Per, 276, 277,280 Vargas, Getulio, 205, 363, 371: y la industria-
ciones, 79-80 117 152 243 . M' . Ruman1a, 353-354 textiles, industrias, 195; en Argentina, 20:2, lizacin, 228,378: populismo de, 30, 192
'
121 150-152,209; ' ' 'en exco, Rusia 84 324 341 216; en Brasil, 201, 202, 216, 241, 378; Vegh Villegas, Alejandro, 187-188, 193
O'Donnell sobre la, ' ' ' en Chile, 203; en Europa, 333, 336-338, Velasco Alvarado, Juan, 193
31 32 -33, 72-82, 118-133, 148-150
172 208, 211, 217, 233 235 343, saintsimonismo, 93, 344 343, 344-345, 346; en Mxico, 202; en Venezuela, 99-100, 105,378,389,396: rgi-
Uruguay, 203, 241 men competitivo en, 15, 45, 46, 369, 3 88:
383-.~84; en Uruguay, 190: 235.' Vas; salarios. Vase rentas economa en, 45, 46, 56, 90, 96, 99-100,
tambzen bienes de capital Salazar, Antonio de Oliveira, 328 33 4 376: capital extranjero en, 96, 260: lSl
proteccin arancelaria 325 Schmitter, Philippe, 27, 171, 323', 3 70
Prusia, 336-338, :S45' Tipo de cambio, 78-80, 83 en, 378: populismo en, 378, 379, 389: re-
Schuschnigg, Kurt von,.341
Tomic, Radomiro, 221 forma en, 99-100, 223: amenaza percibi-
pueblo, 292-295; estado BA y, 296 300 Segunda ~uerra Mundia~ 263, 272, 355 da en, 390
301, 302,311, 315,317,318 ' ' S~rra, Jose, 74, 75, 104-168, 382, 383, 394 tortura, 169-170,178,372-373
pueblo, 292-295 estado BA 29 S~monsen, Mario Henrique 132 133 164 transnacionalizacin, 295, 297, 302, 306, Vemon, Raymond, 328, 359
301, 302,311.'315,317,31 6, 300, 364-365 , ' ' ' 307, 311. Vase tambin capital extranje- vertical, integracin. Vase profundizacin de
ro la industrializacin
sindicatos, 191-193; en Agentina 182 229 .
trasformismo, 327, 339-340, 346, Vietnam, era de, 234
en Brasil, 115; en Europa, 356 en'Per' Weber, Max, 36, 334
racionalida,d, 59, 194, 291; del estado BA . 391; en Uruguay, 186. ' ' 353-354
_o
(por_ Donnell), 290, 297, 313 con re- SIStemas competitivos, 32, 172, 216, 232
pre~n,lW ' 256, 385; en Argentina, 372 en Chile u'
redistribucin, 89, 94, 11 5 , 217 _ 221 285 . 229-230; en Colombia, 15,' 388; en Uru:
en Argentina, 217; en Brasil,' 136, guay, 11, 229-230; en Venezuela 15 4
364-365; en Chile, 217; en Uruguay 96: . 46, 388. Vase tambin democracia ' 5 '
en Venezuela, 96 ' ' Sistema Nacional de Apoyo a la Movilizacin
Reform Act, 93 Social, 51
reforma, 50, 92-101, 223, 388; Per y, 51, sistemas parlamentarios: en Europa 330
280, 392-393; y redistribucin, 217 331, 334, 341 ' '
218; en Venezuela, 99-100 223 ' Skidmore, Thomas, 27, 159, 160, 192, 370
rgimen, .371-374 Cardos'o sob re, 44 , Smoot-Hawley Tariff, 352
4 5-46, 56-58, 59, 254-255 259 369
sobreexplotacin Je la clase trabajadora 106
O'Do~!il.e!l sobre, 29, 367. V;se ra:nbi~ 107-116 ' '
autontarsmoburocrtico; democracia socialismo, 50,270-271 374 386
rentas, 45, 55, 78, 267; en Argentina, 217; en
sociedad. Vase clase s~cial; 'partidos polti-
 COLABORADORES

Fernando Henrique Cardoso es director del CEBRAP (Centro Brasileiro de Anli-

sis e Planejamento), en Sao Paulo. Sus numerosas publicaciones incluyen: Depen-
dencia y desarrollo en Amrica Latina (con Enzo Faletto), Poltica e desenvolvi-
miento em sociedades dependentes: ideologias do empresarit.ldo industrial argen-
tino e brasileiro, O modelo poltico brasileiro, Autoritarismo e democratiza~io,
y DemocraCia para mudar.

DaVid Collier es Associate Professor de Ciencias Polticas de la Universidad de

California, Berkeley. Es el autor de Squatters and Oligarchs; Authoritarian Rule
and Policy Change in Peru, y de artculos sobre la cronologa}' secuencia del
. call1bio poltico, sobre el corporativismo, y sobre la relacin entre el estado y el
movimiento sindical en Amijca Latina. ..

Julio Cotler es Investigador Principal del Instituto de Estudios Peruanos, en

Lima, y Profesor en la Pniversidad de San Marcos.:Entre 1974 y 1976 fue
Profesor de la Universidad Autnoma Nacional de Mx1co~ Es el autor de Gases,
.estado y nacin en el Per; es coeditor, con Richard Fagen, de Latn America
. and the. United S tates: The. Changing PoliticalRealities; yha publicado numero-
sos escritos sobre movimientos campesinos, corporativismo, populismo militar,
dominacin intin:na y dependenCia.

Albert O. Hirschlnan es Professor de Ciencia Sociafenel Institute for Advanced

Study de Princetn~ H .enseado en Yale, C<;:>lmba y Harvard, y pas cinco
aos en Colombia ofuo consejero ecoriiric ..Es autor de National Power and
. . t/ze Sttucture~ofForeign irade, Tli.e Strategy of Economic Development, Jour-
lzjls TowardProgress, De'Velopmerit Ptojects Qbserved; E;Xit, Voice, and Loyal-
. ty, A Bias for Hope; Essq.ys cm Developinent arzd ftitin Ainerica, y The Passions
. atid th~ Inierest$.. . . ::. :' :' --.:: .. . . :.._.

Robert R. Ka~fman e~P~ofessor y Chai~an delDep~tantento de Ciencia Pol ti

. ca del Douglass College, Rutgers University. Sus .Publicaciones incluyen The
.: Politics o! ChiieanLtznd Refomi;: Transiiions t Siable Authoritan'an Rule; The
Chilean Case; y "Authoritariai;lisin nd Industrial Change in Mexico, Argentina,
and Brazil".

45i .
452

James R. Kurth es Professor de Ciencia Poltica en el Swarthmore College. Ha

sido miembro visitante del Institute for Advanced Study de Princeton. Sus publi-
caciones han estado centradas en la interrelacin entre el cambio poltico nacio-
nal y el internacional, especialmente con referencia a Europa Latina y a la INDICE GENERAL
poltica exterior de los Estados Unidos. Actualmente est terminando un libro
sobre la relacin entre estructura industrial y cambio poltico en los pases del
Atlntico Norte. Es coeditor de Testing Theories ofEconomic lmperialism.

Guillermo O'Donnell es el fundador y primer director del CEDES (Centro de Agradccim ien tos 7
Estudios de Estado y Sociedad), de Buenos Aires, y actualmente es Senior Re~ Introduccin 9
searcher de dicho organismo. Ha sido profesor visitante de la Universidad de
Michigan y miembro visitante del lnstitute for .Advanced Study, Princeton. Sus
publicaciones incluyen Modernization and Bureaucratic-Authoritarianism: Stu- Parte Primera
dies in South American Politics, y, con Delfina Link, Dependencia y autonoma. EL NUEVO AUTORIT AR}SMO EN AMERIC A LATINA
Recientemente ha terminado un libro sobre el perodo "burocrtico-autori-
tario" en Argentina entre 1966 y 1973. l. Visin general del modelo burocrtico autoritario
David Collier 25
Jos Serra es Profesor de Economa, en la Universidad de Cam>inas. Es autor de
Economic Policy and Income Distribution in Chile, 1970-73, as como de nu- II. Sobre la caracterizacin de los regmenes autoritarios
merosos artculos sobre las economas chilena y brasilea~ en Amrica Latina
Fernando Henrique Cardoso 39

Parte Segunda
EXPLICACION DEL SURGIMIENTO
DEL AUTORITARISMO BUROCRA TICO

111. El paso al autoritarismo en Amrica Latina y la

bsqueda de sus determinantes econmicos
Albert O. Hirschman 65
IV. Tres tesis errneas con respecto a la relacin entre
industrializacin y regmenes autoritarios
Jos Serra 104
Y. Cambio industrial y gobierno autoritario en Amrica
Latina: Un anlisis concreto del modelo burocrtico-
autoritario
Robert R. Kaufman 169
VI. Estado y Rgimen: Notas comparativas sobre el Cono
Sur y las sociedades de "enclave"
Julio Cotler 259 .

453
454

Parte Tercera
EVOLUCION FUTURA DEL AUTORITARISMO Y
DIRECTRICES PARA LA NUEVA INVESTIGACION

VII. Las tensiones en el Estado burocrtico-autoritario y

la cuestin de la democracia
Guillermo O'Donnell 289
VIII. Cambio industrial y cambio poltico: Una perspectiva
europea
James K. Kurth 322
IX. El modelo burocrtico-autoritario: Sntesis y
prioridades para la investigacin futura
David Collier 366
Glosario 401 Se termin la impresin de esta obra
en el mes de octubre de 1985, en
Bibliografa 405 "La Impresora Azteca", S. de R. L.,
Indice analtico 441/ Poniente 140 N'1 681-1, Col. Indus-
/
trial Vallejo, 02300, Mxico, D. F.
Colaboradores /4-SI Se tiraron 5 000 ejemplares