Esping Andersen Los Tres Mundos PDF

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POLITICA Y SOCIEDAD

11

LOS TRES MUNDOS

DEL F:STADO

DEL BIENESTAR

G0STA ESPING-ANDERSEN

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EDICIONS ALFONS EL MAGNAN1M


INSTITUCI6 VALENCIANA D'ESTUDIS I INVESTIGACI6

~ ~~~~c~t~~!6JC'Y~DLEE~l~~~~A
1993

"

LAS TRES ECONOMIAS POLITICAS


DEL ESTADO DEL BIENESTAR*

EL LEGADO DE LA ECONOMiA POLlTICA CLA~ICA

La mayoria de los debates sobre el Est.ado del bienestar han est.ado


guiados por dos cuestiones. Prirnera: <~Disminuira la relevancia de las
clases sociales con la ampliation de la ciudadania social? En otras pa
labras, ipuede el Estado del bienestar transforrnar fundamental men
te la sociedad capitalista? Segunda: iCuales son las fuerzas causales
que hay detras del desarrollo del Estado de bienestar?
Estas preguntas no son nuevas; de hecho, ya fueron formuladas
por los economistas del siglo XIX den anos antes de que existiera un
Estado del bienestar propiarncnte dicho. Los economistas clasicos
-de tendencia liberal, conservadora, 0 marxistu-i- estaban preocupa
dos por l a r e l ac io n existente entre capitalismo y bienestar.
Ciertamente dieron diferentes respuestas (y norrnativas con frecuen
cia), pero sus anal isis convergian en la relacion existente entre el
mercado (y la propiedad) y el Estado (dernucracia).
EI neoliberalismo conternporaneo es en buena medida un eco de la
economia politica liberal clasica. Para Adam Smith, el mercado era eI
medio por excelencia para la abolicion de las clases, la desigualdad y
el privilegio. Aparte de un minima necesario, In intervencion del Es

>to Eete capitulo es una adaptacion de un articulo aparecrdo anteriormente en Canadian


Review o(Socio[opyand Anthropology, Vo!. 26:2 (1989), con el titulo de "Las tres econo
mias pcliticua del Estado del biencstar'.

26

(:t \;-':'1'. \

I,(JSTHE.'; ~1I:\1'(1.'i IlEL EST..\]H, llH BI~..\'L"i'I,\H

1':~I'I:\( ;~:\~ I I1"HS1'::\

tudu solo sl'f\'lria p;lra ;lhngar (.) prorr-s igualatorio de-l intt'ITamhio
competitivo y crearia moriopol ios. proteccionismo c ineficucin: c!

Estado sostiene las clases. cl mercado pucde anulur potcnfialmente


la sociedad de clases t Smith, 1961, II, esp. pp. 232-61.'
Los economistas liberales pocas veces estaban de acuerdo cuando
se trataba de defi'nder una politica concreta. Nassau Senior y mas
tarde los liberales de Manchester destacaron el elemcnto laissez-fui
re de Smith, rechazundo cualquier forma du proteccion social que es
tuviera Iucra del circuito monetario. A su vez, J.S. Mill y "los libera
les reforrnados" abogaron por una limitada rcgulaci6n politica. Sin
embargo, todos estaban de acuerdo en 4.W.' c1 camino haciu la igual
dad y la prosperidad debia ser preparado con el maximo de Iibertad
de mercado y el minimo de interferencia estatal.
Su adopcion entusia " tlpi capitalismo de mercado puedc parecer
ahora i IlJ usti ficndn. Pl'ro no llt-i x-mox 01 vi dar que In renli dud de In que
hablaban era la de un Estado 'lUC upoyaba privilcgios absolutistas, cl
proteccionismo mercantilista y una eorrupcion ~t~neraliznda, Lo que
ellos atacaban era un s isterna de gobierno quo re pri mia sus ideates
tanto de libertad como de iniciutiva privudu. Por 10 tanto, In suya era
una teor ia revolucionn ria y, dt-sde 1'~LI lH'l'spectiva, podernos com
prender por que algunas voces se puedc interprctar a Adam Smith co
mo a Karl Marx.'

La dernocracia se tj-nnsfcrmn ell cl talon de Aquiles para muchos

liberah-s. En tanto que el capitalismo estuvo configurudc por un mun

do de pequcncs propietarios, In prnpiedud e-n Sl misma tendrfa poco

que temer de la democracia, Pero con In industrializacion surgieron

las masas proletarias, para Ias que la democracia era un medio de re

ducir 10:-; privilegios de In propiodud. Los libcrulos j r-rnian con razon cl

sufrajno universal, pot-que pvt'ntualml'ntt-' podi~l politizar In lucha por

la distribucion. al:t'rar el nH'I"('adn.'" alinH'ntal' iTlPficacia~, Muehos Ii

hcrale~ llegaron a pensar que Ia democracia mmrpUrl<l 0 destl'uirfa el

mercado.

I Se clla a menudo a Adam Smith. pero cn.~i llunca ,.e Ie lel', Un exunwl1 m;is profundo

de l;US l'scnlos rlvt'1u un h~[ld() de Olatintl'ion y una sprip lie reservtls que re;;t.ring-en

suslancialm~ntl' un entusiaslnu l'Xl'{'sivo pur las venlaja...: IIl'l capit.ulismo,

; En La l'Ilflj('ZCl de las NIll'w/ll'.~ (\Hot. II, p. :l:Hj), Srllllh hacI' 1,1 sit.{uil'1l1t' cC1l11ent..1rio

acerce dt' los Est.iJdos que apoyan el privllegio y 101 s('guridad de los prof1t't.arios: "el go

bierno civil, hast.a hom imililuido para 10 seKuriliad de la propiedad, l'll realidnd e8lii

instituido para la dl,r(n...:a dt, los ricus \'onlra II> ,"IlJl<'," dt, I:i dl' :L(pll,lIl1S qlll' lJl'm'1l

albruna proplednd COlli ra los que nu t.iem~lI IlIng:una cn nbsuJuto",

27

Tanto los economistns conservndurcs como 10:-> mnrxistns cntcndic


ron esta contradiccidn, peru propusieron , por supuesto, soluciones
opuestas. La critica conservndora m.is cohcrente dcllaissez-faire pro
vino de la escucla hist6rica alornana, especial mente de Friedrich List,
Adolph Wagner y Gustav Schmoller. Se negaron a creer que el simple
circuito monetario del mercado fuera la un ica 0 Ia mejor garantia de
la eficacia economica. Su ideal era la perpetuacion del patriarcado y
del absolutisrno como la mejor proteccion social, politica y legal posi
ble para un capitalismo sin lucha de c1ases.
Una destacada escuela conservadora prornovio el "Estado del bie
nestar monarquico", que garantizarfa el bienestar social, la armonia
de las c1ases, I" leal tad y la productividad. En este modelo, un siste,
rna de produccion eficaz no surge de la competencia, sino de Ia disci.
pliii3.-Un estado autoritario seria con mucho superior a) caos de los
mercados para tratar de lograr la armorna entre el Estado, la comuni
dad y el individuo.:'
La economfa polftica conservadora surgio como reaccion a la revo
lucien francesa y a la Comuna de Paris. Eradcclaradarriefiteiiacioha
lista y antirrevolucionaria y pretendia detener c) irnpulso democrati
co. Temia la nivelacion social y favorecia una sociedad que conservara
al mismo tiernpo la jerarquia y las clases. La clase, el rango y el sta
tus eran algo natural y dado; sin embargo, los conflictos de clase no 10
eran. Si se permitia la participacion democnitica de las masas y se
deja ban disolver los limites de la autoridad y del status, el resultado
seria eJ colapso del orden social.
La econornia politica rnarxista 110 solo aborrecia los cfectos atom j.,
zadores del mercado, sino que tarnbien atacaba la pretension liberal

" E81.a t.mdici6n l':-; pnidieamt'lltt' d('1'il'onocida para los let t.on'l'I anglo,;ajolles pill' :\1{' 'le
ha t.raducido muy pow 01 mgk~, Un ll'x\o (']nv(' 4Ut' inf1u) () Illu('ho ('11 d dehate puhill'll
y mas tarde en la 1l'g:isl;ll"ion social rUl' Unit' uhl'r die Sfl,'IU/I' Pm!:!!' (11'172), d(' Adolph
Wag-ner, Para un;! panoramica d(' ('f;l:'l 1radi('ioll d(' ('Cllll"mla politic;\ t'n ingll's, n'a1'i('
Schumpel('r \ 19:,4 J, ,Il Robrl' l(,.j,} How,'r : 19 J7)
Dentm d(~ III tradicitln cat.nJic;\ lo~ . . C',,[O...: ,lInrl,:unl nt.a[l',"; S:lO las do,'i ('nn('hc.:<l~ papa
les, Rawn NO/'arum (1 loin 1) y Quadr(ltw.~lfn() An '/0 11~n 1, L:'l prinei p,11 Ii nalid:ld dl' la
economfa social cuwJica es una organiwclOn social en 1<1 que una ramilia ruerle "e inle
gra en corporacioneR interclnsisl.ali, ayudada por e1 Estadl! ('n terminos del pnndpio de
subsidi~ridnd. Pant u~a discusitjn rl:'l'ieI1t~, vea~er 1~~~li11. .,
,
AI 19ual que 10'; hb('rales, los ec{JnOflllst.a:; conserva1:ft,n's tamblCn lll'm'n liUS reso
nancias contemporaneas, aunque son sustancialmente menos numerosas, Un relmrgi
mient.o tu\'o 1uKar con el conc.:ept.o fascist.a del Estado corporat.ivo IStandisch) de
Oltmar Spann en Alemania. El principio de suh:sidiaridad guiu t.odavfn gran parte de b
11 JX.llitica demoaat.acri:-;liana nlemana (veURl' Hicht.er, 191'17 J,

28

\;, ):,TA rSI'I:\{; -,.\~ 11I':I\~~:,\

de que 10,., mr-rcados g;.lralltizan la iguaJdad. PUt~Hto que 101 acurnula


ci6n de capital niega la propiedad a la gente, COInO indica Dobb
(1946), el resultado final sera la cada vez mas profunda division de
clases. Y como esta genera agudos conflictos, e] Estado liberal so vera
forzado a desprenderse de sus ideales de Iibertad y neutralidad y aca
bani defendiendo a las c1ases propietarias, Para el marxismo, este es
el fundamento de la dominacion de clase.
.
La cuestion central, no solo para el marxisrno sino para todo el de~
bate contemporaneo sobre el Estado del bienestar, es si, y bajo que i
condiciones, pueden ser anuladas por la democracia parlamentaria I'
las divisiones de clase y las desigualdades sociales producidas por el
capitalismo.
-J
Temiendo que Ia dernocrucia pudiera producir el socialisrno, los li
berales estaban poco prodispuestos a que esta se extendiera. Los so
cialistas, por e] contrario, suspechahan que el parlarnenta rismo seria
poco mas que un caparazon vacio o, como sugir-io Lenin, un rnero "lu
gar para habladurias" (Jessop. 19H2l. Esta linea de analisis, que re
percutio en gran parte del marxismo conternporaneo, produjo la ere
encia de que Ius reforrnas sociales eran poco mas que un clique en un
orden capitalista que bacia agua constantemente. Por definicion, ta
les reformas no pod ian ser una respuesta al deseo de ernancipacion de
las clases trabajadoras.'
Tuvo que producirse una mayor ampiiacion de los derechos politi
cos antes de que los socialistas pudieran aceptar incondicionalmente
un analisis mas optimista del parlamentarismo. Las contribuciones
te6ricas mas sofisticadas provinieron de los marxistas austro-alema
neg tales como Adler: Bauer y Eduard Heimann. Segun Heimann
(1929), eH posible que las reformas conservadoras estuvieran mot.iva
das por poco Ollis que un dcseo de contcner la movilizacion de los tra
bajadores. Peru una vez introducidus, se vuelven contradirtorias: ell

Los plinciplll('~ l'xponl'nll'l' de psII' an:'disis son III \'l,wlleln al('ll1lll111 dl' la "t1l'rivaci6n
del g:,ltado" (Muller y Neus~ul.4, 197;1); Oni> (1972); O'Connor (HI73l; eough (HJ79); Y
tambien la oora de Poulanlzlll' U~J7:3J, Como indicun Skocpnl y Amenta (1986) tm l'U ex
celente revision, el ellfo4ue esta lejos de :,It:lr unidimensiollul. Asi, OfTe, O'Connor y
Gough identifican tam bien 18 funcion de las reformas sociales como concesioncs a las
demtlndas dp las mn~as y l'Omo pot<'ncialmcnte cuntradictoriaa.
Hist6ricamente, In opol'\il'i6n t'OdllJistil II las refonu3s pnrlnmt'lltllriuH el'luvo menos
motivada por 1a ttloria que por la realidad. August Bebel, eJ gran Iider de ill social demo
cncia alcmana, rechazo 18 legislaci6n social pionera de Bil'marck no porque no estu
viera a favor de la prateccion social, sino pur los descarados y divisoriOR motivos antiso
cialistas que habia detnis de lat' refon> '~d,' HI' I~\;,n:k,

U1STIW:-;'MI'Nlk.lS IWI. 1<:'T,\IlIlIlCI.IlW\I'ST:\1{

29

equHihrio del puder de IUK daHe~ se altern profundnrnente cuando los

Itrabajadores disfrutan de derechos sociales, ya que el salario social

Idisminuye Ia

'.

dependencia de los obreros respecto del mercado y los


lempreaarios y entonces se convierte en un recurso potencial de po
[,ger. Para Heimann, la pohtica social introduce un elernento ajeno a la
econorma pohtica.gapitalista. Es un caballo de Troya que puede pene
trar en la frontera entre capitalismo y socialisrl}o. Esta posicion inte
, lectual ha gozado de un resurgirniento en el marxisrno reciente IOffe,
1985; Bowles y Gintis, 1986).
EI modelo socialdernocrata, como se ha seiialado mas arriba, no
abandono necesariamcnte la idea ortodoxa de que, en el fonda, la
igualdad fundamental requiere una socializacion de la economia. Sin
embargo, la experiencia historica pronto dernostro que la socializacion
era una meta que no podia ser perseguida de modo realista a traves ,
del parlamentarismo.'
La aceptaci6n par parte de la socialdemocracia del reformismo
parlamentario cornosuestrategia principal para la igualdad y el so
cialisrno se establecio bajo _9...Q..J!!"emisas. La primera era que los tra
hajadores neccsitan recursos sociales, sanidad y educacion para parti
cipar de hecho como ciudadanos socialistas. La segunda premisa era
que Ia polftica social no solo es cmancipatoria sino tambien ung con
dicion previa para la eficacia econornica r Myrdal y Myrdal, 1936J.
Siguiendo a Marx, en este razonamiento el valor estrategico de IRS po
liticas de bienestar social reside en que ayudan a promover la marcha
hacia adelante de las fuerzas productivas en el capitalismo. Pero el
encanto de la estrategia socialdernocrata residia en que la politica so
cial tarnbien redundarta en una movilizacion de fuerzas. Al erradicar
la pobreza, 01 desempleo y la com pIeta dependencia salarial, el Estado
del bienestar incrementa las capacidades politicas y disrninuye las di
visiones sociales que son obstaculos para la uuidad poittica entre los
trabajadores.

, Estn constatllcion pravino de dOH tipos de expt'rien('las, lIna, tipilicllda por el Hocialil'
mo sueco en los anOH 20, fue ('I dcscubrimiento de qUl' ni siquierll 1a lJaile de la c1a~e
obrera mostraba mucho entusiasmo por la socializacion. De hecho, cuando los socialis
las suecos constituyt>ron una comision especial para prepamr 108 planes para 1a sociali
zacion, despu{'s til' diez unos de inv{'stigacion c!Jnduyenm quI' sed" casi impusible lie.
varla a la pnictica, Una I.4egunda daMe de expericncia, tipllicada por lol' socialistas no
ruegos y el gooiemo del frente popular de Blum en 1936. fue el descubrimiento de que
las propuestB.s radicales podian ser sabutcadas facilmentc por la capllcidad de los capi.
taliSln& para retirar las inveraioneM y para exportar su capital al extranjero.

30

LOS THP.S MU!'J[)O:-l !lEL ESTA[JO DEL !JlL\E~T:\1<

(;<lS1'A ESI'ING-ANIJEltSl<:N

lasl

EI mndelo sociuldemocruta, pues, tienc In paternidad de una de


hipotesis dominantes en el debate contemporaneo sobrc el Estado del
bienestar: la movilizacion parlamentaria de las clases sociales es un i
medio para la realizacion de los ideales socialistas de igualdad, justi- I
cia, libertad y solidaridad.
J
LA ECONUMiA PULlTICA DEL ES1'A1l0 DEL

Bl~;NI>S1'AR

LOs pioneros de la economia politica definieron las bases analiticas


de gran parte del actual conocimiento intelectual. Aislaron las varia
bles basicas de clase, estado, mercado y dernocracia y formula ron las
proposiciones fundamentales sabre ciudadarna y clase, eficiencia e
igualdad, capitalismo y socialismo. La ciencia social conternporanea
se distingue de Ia economia politica clasica en dOB frentes cientifica
mente claves. Primero, se define a si misma como una ciencia positiva
y rechaza la prescripcion normativa (Robbins, 1976). Segundo, los
economistas clasicos tuvieron poco interes por la variabilidad hist6ri
ea: consideraban que sus esfuerzos se dirigian hacia un sistema de le
yes uuiversales. Aunque la economia politica contsmporanea todavia
se empena a veCCH en creel en vcrdades absolutas, el metoda cornpa
rativo e historico que sostiene hoy casi toda la buena economia politi
ca revela variacion y permeabilidad.
A pesar de estes diferencias, el conocimiento intelectual mas rel
ciente tiene como punto central de mira la relacion que existe entre,
economia y Estado definida por los economistas del siglo XIX. Y, dado'
el enorme crecimiento del Estado del bienestar, es comprensible que
este se haya transforrnado en un gran banco de pruebas para teertas
enfrentadas de econornia pohtica.
Revisaremos mas adelante las contribuciones de la investigaci6n
comparativa sobre el desarrollo de los Estados del bienestar en parses
capitalistas avanzados. Se argumentara que la mayorfa del debate
academico ha estadc mal dirigido, principalmente porque se separ6
de sus fundament os teoricos. Por 10 tanto, debernos recuperar tanto la
metodologia como los conceptos de la economia politica con el fin de'
estudiar adecuadamente el Estado del bienestar, Esto constituira el
pun to central de la seccion final del presente capitulo.
En las explicaciones sobre los Estados del bienestar han dominado
dos formas tipos de perspectiva; una acentua cstructuraH y sistemas
globales y la otra, instituciones y actores.

31

La perspectiva esteueturulista/sistemica
Lt!....~a yHtructuralista 0 sistcrnica trata de aprehender en su to
talidad la logica del desarrollo.-Es-el sistema el que "quiere" y, por
tanto, lo que ocurre se interpceta facilrnente como un requisite funcio
nal para la reproduccion de la sociedad y de la economia. Debido a
que su atencion se ceJ.1_t_~ en las leyes del movimiento de los sistemas,
esta perspectiva se inclina por acentuar las similitudes entre las na
ciones en lugar de sus diferencias, siendo la industrializaciorr 0 el ca
pitalismo subredeterminantes de las variaciones culturales 0 de las
diferencias en las relaciones de poder.
Una variante empieza con una teo ria de la sociedad industrial y
sostiene que la industrializacion ha~e"ala- VCI': necesaria y posible la
politica social: necesaria porquo los modes preindustriules de repro
duccion social, tales como la familia, la iglesia, noblesse oblige, y la;;a=.-:
lidaridad gremial son destruidas por las fuerzas que forman parte de
In rnodernizacion, tales como la movilidad social, la urbanizacion, el
individualismo y la dependencia del mercado. Lo esencial del caso es
que el mercado no es un sustituto adecuado porque abastece solo a los
que son capaces 'deactuar en cl. De aqui que I" "tuncion del bienestar
social" sea adecuada para el Estado nacion,
El Estado del bienestar se ha hecho posible tam bien por el surgi
miento de la moderna burocracia como una forma de organizacion ra
cional, universalista y eficaz. Es un medio para gestionar los bienes
colectivos, pero tarnbien un centro de poder por sf mismo y, por tan-
to, se vera inducido a promover su propio crecimiento. Este tipo de--razonamiento ha inspirado la as; lIamada perspectiva de la "logica
del industrialismo", segun la cual el Estado del bienestar surge cuan
do la economia industrial moderna destruye las inst.ituciones socia
les tradicionales (Flora y Alber, 1981; Pryor, 1969'. Pero la tesis tie
ne dificultades a la hora de explicar por que la politica social del go
bierno :.;610 aparecio rmcuenta y u veces ineluso cien anos dcspues
de que la comunidad tradicional fuera efectivamente destrui da. La
respuesta basica He inspira en la Ley de Wagner de 1883 (Wagner,
1962) y en Alfred Marshall (1920), segun los cualcs es necesario un
cierto nivel de desarrollo econ6mico, y pOI' tanto de excedente, para
permitir la desviaci6n de recurSOH escasos de HU usa productivo (in
versi6n) hacia el bienestar social (Wilensky y Lebeaux, 19581. En es
te sentido, esta perspectiva sil\ue-los pasos de los viejos liberales. La
redistribuci<in social pone en peligro la eficiencia y solo a partir de
j

32

COSTA ESPI:":G-A..'-:OERSEl':

un cierto nivel econ6mico se evitara la suma negativa en el trade-off


(Okun, 1975).
El nuevo mar-xismo cstructuralista es sorprendentemente parale10. Abandonando la clasica teoria de sus antecesores fuertemente cen

trada en la accion, su punta de partida analitico es que el Estado del

bienestar es un producto inevitable del modo de produccion capitalis

ta. La acurnulacion de capital crea contradicciones que hacen ioevil.

table Ja reforma social (O'Connor, 1973). En esta tradicion del mar-.\

xismo, al igual que en su equivalente "logica del industrialismo", el i

Estado del bienestar practicarnente no necesita ser promovido por ac- .

tores politicos, bien sean sindicatos, partidos socialistas, asociaciones!

humanilarias a reformadores ilustrados. La cuesti6n es que el Estado '

como tal esta situado de tal forma que las necesidudes colectivas del '.

capital son satisfr-chas en cualquier caso. Las prernisas de la teoria

descansan en dos supuestos cruclules: prirnoro, que e! poder t-s r-struc- I

tural y segundo, que el Estado es "relativarnente" autonorno de las di- ,

rectricesdeclase IPoulantzas, 197.1; Block, 1977; para una evaluacio,J,

critica reciente de toda esta bibliografia, vease Therborn, 1986a; y

Skocpol y Amenta, 1986).

La perspective de la "logica del capitalismo" sugierc cuestiones di

ficiles. Si, como argumenta Przeworski (980), el consenso de la clase

trabsjadora se logra en base a la hegernoma material, esto es, por su

bordinacion voluntaria al sistema, es dificil comprender por que hasta

un 40 par ciento del producto nacional debe ser asignado a las activi

dades de legitimaci6n de un Estado del bienestar. Un segundo proble

ma es derivar actividades del Estado a partir de un analisis del "mo

do de produccion". Quiza In Europa del Este no llega a ser socialista,

pero tarnpoco es capitalista. Sin embargo, tarnbien alii encontramos

"Estados del bienestar", i.Sera porque In acumulacion tiene requisitos

funcionalos can independencia de como proceda? (Skocpol y Amenta,

1986; Bell, 1978),

La perspectiv8 institucional

Lo8 economistas chislcos dejaron claro por que las instituciones de


mocraticas deberian inOuir en el desarrollo del Estado del bienestar.

Los liberales temian que una democracia plena pudiera poner en peli

gro los mercados e iniciar el socialismo. Baja su punta de vista, 18 li

bertad necesitaba una defensa de los mercados contra fa intrusion po

litica. En 1a practica, esto f1~ 10 q\lt' (01 F:~1 :Fio rip] ''1io~"wzfaire pretendia

_11e~VBLa_cabo~"(Qjll,,-~ste_divo,:cio--"n tre pnl iii ca y,--"ec:cc:oc:nc:oc:mc:ic:a'-C:lo~qc:u:.:e

LOS TRES'MUSDOS DEL ESTADO DEL SIE,ESTAR

33

alirnento gran parte del ana lisis institucionalista. La perspectiva insti


tucional, cuyo mejor representante fue Polanyi 0944', aunque, tam
bien estaba representada par diversos exponentes antidemocraticos de
la escuela historiea, insiste en que cualquier intento de aislar la econQ:\
mia de las instituciones sociales y politicas, destruiria la sociedad hu- !
mana. La economfa debe estar incrustada en comunidades sociales paJ
ra que sobreviva. Por eso, Polanyi ve la pohtica social como una pre- .
condici6n necesnria para la reintegraci6n de 1.1 economia social.
Una van ante reciente e interesante de la teorta de la alineaci6n
institucional es el razonamiento de que los Estados del bienestar apa
recen mas facilmente en las economias pequerias y abiertas que son
especialmente vulnerables a los mercados internacionales. Tal como
muestran Katzenstein (1985)y Cameron (1978), existe una mayor in
clinacion a regular 108 conflietos de distribuci6n entre clases a traves
del Jrohierno y ci(' Ja concertaciou de interosos cuundo tanto ompresa
rios como trabajadores estan sornetidos a fuerz as que escapan a) con
trol nacional,
EI impacto de la dernocracia sobre los Estados del bienestar se ha
discutido siempre desde J.S. Mill y Alexis de Tocqueville. EI razona
mien to se expresa trpicarnente sin refe rencia a uingun agente 0 cla
se social en concreto; es en este sentido en el que es institucional. En
su formulacion clasica, la tesis era sirnplemente que las mayorias fa
voreceran la distribuci6n social para compensar la debilidad 0 los
riesgos del mercado. Si los asalariados estan dispuestos a pedir un sa
lario social, igualmente los capitalistas (0 los ugricultoresj creon con
veniente pedir proteccion en forma de aranceles, monopoJios 0 subsi
dies. La dernocracia es una institucion que no puede resistirse a las
demandas de In mayoria.
La tesis de la dernocracia tiene much as variantes en sus formula
ciones rnodernas. Una identilica las eta pas de la formaci6n de la na
cion en las cuales la ampliaci6n a la plena ciudadania debe incluir
tambien los derechos sociales (Marshall, 1950; Bendix, 1964; Rokkan,
1970). Una segunda variante, desarrollada por la leoria pluralista y
por la teoria de la elecci6n publica (public-chn;ce), arg-umenta que la
democracia alilllcnt<lrri una intensa competici(Jn dl' los partidos politi.
cos alrededor del votante media, 10 cual, a su vel, alimentara un gas
to publico creciente. Tufte (978), por cjemplo, tiostiene que las mayo
res expansiones de la intervencion publica se producen en periodos
electorates, como una manera de movilizar a los votantes.
Esta perspectiva se enfrenta can considerables problemas empiri
I"()-~ --=:::.-O::-:""=-"---,-"",:",:"-,---"-",<:":-~""'."'"-,,,,,,,,,,,'[lt~I'l''-'''=-''''~~~~~
(~lcnl"~nl ~ Arn,,:,nt?, !986). Cuando sostienp que los Estados del
--=-::-::-

34

(~O::;T ..\ t:~rl~G-A~nEH.sE~

bienestar se desarrollan can mayor probabilidad cuanto mas extendi


estan los derechos dernocraticos, la tesis se enfrenta con la singu-".
laridad historica de que las primeras y principales iniciativas en di '
reccion aJ Estado del bienestar tuvieron lugar antes de 1a democracia,
y estuvieron profundamente mativadas par el deseo de detener su rea
Iizacion. Tal fue sin duda el caso de Francia can Napoleon III, el de
Alemania can Bismarck y el de Austria can Von Taaffe. A la inversa, ,t
el desarrullu del Estado del bienestar sc retruso mas alii donde la de- i
mocracia llcgo pronto, como en 108 Estados Unidus, Australia y Suiza..
Esta aparente contradiccion se puede explicar, pero solo hacienda re
ferencia a las clases sociales y a la estructura social: las naciones con,
una dernocracia temprana eran predominantemente agrarias y csta
ban dominadas par pequerios propietarios que utilizaban sus dere
chos de voto para reducir Jus impuestos, no para subirlos (Dich, 197311
Pur el contrario, las clases dirigentcs de regimenes autoritarios esta-'
ban mejor situadas para imponer elevados impuestos a gentes poco
predispuestas para e110.
dOB

LOS TRES Ml'\lDOS DEL t:STADO DEL RlE:-iESTAR

LA CLASE SOCIAL COMO AGENn: POLiTICO

Hemos senalado que la defensa de la tesis de la movilizacion de las


clases proviene de la economia politica socialdemocrata. Difiere de los
analisis estructuralista e institucional pOT su enfasis en las clases so
ciales como los qgentes principales Lie cambio y par su argumento de
que el balance de poder de las clases deterrnina los resultados de la
distribucion. EI destacar la movilizacion activa de las clases no niega
necesariarnente la importancia del poder estructural a hegernonicp
(Korpi, 19R3J. Pero conlleva la idea de que, en principia, los parla
mentes son inatitucionos eficaccs para t.rasladar el poder movilizado
a las politicas y reforrnas desundas. Conseeucntcrnente, la politica
parlamentaria .es susceptible de restar Vi] lor al poder hegernonico y
puede utilizarse para servir [I intereses que son antagonicos con el ca
pital. Adernas, I" teoria de la movilizacion de las clases asume que los
Estadus del biencstar hacen ulgo mas que aliviar simplementc los
males momentaneos del sistema: un Estado del bienestur "socinlde
mocrata' transferira, por derecho propio, irnportantes recursos de po
der a los asalariados, reforzando asi al movimiento obrero. Como ori
ginalmente sostuvo Heimann (1929), 108 derechos socialus hacen re
troceder las fronteras del poder capitalista.
La cuesti6n de por que el Estado del bienestar es un recurso de
pader en 51 mismo es vital para la ulJ1ic<\hiiidad dl' la lcoria. La res

35

puesta es que en el mercado los asalariados est.an intrfnsecamente


atomizados y estratificados, se yen obligados a cornpetir, estan inse
guros y dependen de decisiones y fuerzas fuera de su control. Esto li
mita su capacidad para la solidaridad y la movilizacion colectivas,
Los derechos sociales, la seguridad de los ingresos, la igualdad y la
erradicacion de la pobreza que un Estado del bienestar universal is
ta persigue, son las precondiciones necesarias para la fuerza y la
unidad que dernanda el poder colectivo de movilizacion (Esping-An
dersen, 19R5a).
EI problema mas dificil para esta tesis es especificar las condicio
nes para la movilizacion del poder. EI poder depende de los recursos
que em an an de los resultados electorales y de la negociaci6n colecti
va. A su vez, la movilizacion del poder depende de los niveles de orga
nizacion de los sindicatos, de la proporcion de votos y de los escanos
parlamentarios y cart.eras ministeriales que detentan los partidos
obreros 0 de izquierda. Pero el poder de un ngunte no puede estar in
dicado simplemente par sus propios recursos; dependera de los recur
sos de, las fuerzas contendientes, de la duracion historica de su rnovi
lizacion y de pautas de alianzas de poder.
Se pueden hacer algunas objeciones validas a la tesis de la movili
zacion de las clases; en especial hay tres que son fundamentales. Una
es que la sede de la toma de decisiones y del poder puede trasladarse
desde los parlarnentos a las instituciones neocorporativistas de inter
mediation de intereses (Shonfield, 1965; Schmitter y Lembruch,
1979). Una segunda cntica es que la capacidad de los partidos de los
trabajadores para intluir en el desarrollo del Estado del bienestar es
ta circunscrita por la estructura del poder de los partidos de dere
chas. Castles 0978; 1982) ha senalado que el grada de unidad entre
los partidos conservadores es mas importante que el poder activado
de la izquierda. Otros autores han subrayado el hecho de que los par
tidos con denorninacion ideologica Igeneralmente social-catolicos) en
paises tales como Holanda, Italia y Alemania movilizan a amplios
sectores de las clases ohreras y promueven prograrnas de bienestar
que no difieron drasticarnente de sus compctidores socialistas (Sch
midt, 19R2; Wilensky, 19R1J. La tesis de la movilizacion de las clases
ha sido criticada, y con razon, por su suecocentrisrno, es decir, por su
lendencia a definir excesivamente el proceso de movilizacion del po
der en base a la poco cornun experiencia sueca (Shalev, 1984).
Estas objecioncs hacen alusi('m a una falul'in b.l-sica en los supues
los de la teoria aterca de la formacion de cla"es: no podemos asumir
que el socialisma es la base natural para la movilizacion de los asala

36

(;\):-\"1'1\

1.(ISTlWS :\!t::\lltlS I lEI. ~SL\I)(J IIEI. 1l11.\~SI'M~

l-:SI'I;';(;-:\~In:I{SI<~

riados. De heche, las condiciones bajo las cuales los trabajadores se


hacen socialistas tod avia no e stan debidamente documentadas.
Historicamente, las bases organizativas naturales de la movilizacion
obrera eran comunidades precapitalistas, sobre todo los gremios, peru
tambien la Iglesia. la etnia 0 la lengua. Una referencia facil a la falsa
conciencia no explicara por que los trabajadores holandeses, italianos
o americanos contimian movilizandose alrededor de principios no so
cialistas. EI dominic del socialismo en la clase trabajadora sueca es
un rompecabezas tan grande como 10 es el dominio del confesionalis
mo en la holandesa,
La tercera objecion, y quiza la mas fundamental, tiene que ver con
la vision lineal del poder en este modelo. Es problernatico sostener
que un incremento numerico de los votes, de la sindicalizacion, 0 de
los escanos, redundara en mas Estado del bienestar. Prime ro, para
los partidos socialistas, aSI como para otros partidos, el umbral magi
co del "50 por ciento" p., ..a las mayorias parlamentarias parece practi
carnente insuperable i Przeworski. HIR5J. Segundo, si los partidos so
cialistas representan a las clases trabajadoras en el sentido tradicio
naI, esta claro que nunca tendran exito en gil proyecto. En muy pocos
casas la clase obrera tradicional ha sido numericamertte mayoritaria
y su papel se estn haciendo rapidamente marginal.'
Probablernente, la forma mas prometedora de resolver el problema
combinado de la linealidad y del caracter minoritario de 1" c1ase obre
fa se encuentra en las recientes aplicaciones de la tesis pionera de
Barrington Moore sobre la coalicion de clases para la transformacion
del Estado moderno (Weir y Sckocpol, 1985; Gourevitch, 1986; Esping
Andersen, 1985a; Esping-Andr-rsen y Friedland. 1982). Asi, los ortge
nes del cornpromiso keynesiano con el pleno empleo y de la construe
ci6n socialdernocrata del Estado del bicnestar se atribuyen a In capaci
dad delos rnovimientos de una clase obrera mas 0 menos fuerte para
Jorjar una alianza politica con las organizaciones de los agricultores;
adernas, se puede argumentar que la perrnanencia de la social demo
cracia en el poder ha Ilegado a de pender de la formaci6n de una coali
ci6n entre la nueva clase obrera y los trabajadores no manuales.

Obviamt'nte, e~Lo no es un problt'ma R610 para hip()Lesis pariamenLnri1.l bat'udu en la


clase; f"1 marxismo e.;tructuralista.se enfrenLa can el mismo problema de~~p~~s
caracten8Llca,:; de las nuevas cla8f"8 mem..'ls. Si Lal especificacion no consi(.,'Ue d~mosLrar
que consliluye uno nueva c1ase obrera, omha.~ varianLps de In Ll'oria marx isLa se en
frentan con problemas senos {aunque no idenllCOSJ.

:J7

EI enfoque de la coalicion de clases tiene virtudes adicionales. Dos


paises como Austria y Suecia pueden tener puntuaciones sirnilares en
variables relativas a la rnovilizacion de Ia clase obrera y. sin embargo,
tener resultados de politica altnmente desiguales. Esto se puede ex
plicar por las diferencias en la historia de la forrnacion de la coalicion
en los dos paises: la consecucion de la hegcmonia socialdernocrata
sueca provicne de su capacidad de forjar la famosa alianza "roja-ver
de" con los agricultores; Ia desventaja comparntiva de los socialistas
austriacos se debe al status de "gueto" que se les asigno en virtud de
la captacion de las c1ases rurali-s pOT una coalicion conservadora (Es
ping-Andersen y Korpi. 19R4J.
En resumen, tenernos que pcnsar en terrninos de relaciones socia
les, no solo en categorias sociales. Mientras las explicaciones estructu
rales funcionaJistas ide ntifica n resultados convergentes de los
Estados del bienestar y los paradigmas de movilizaci6n de clases yen
grandes diferencias, peru distribuidas linealmente, un modelo interac
tivo, como el del enfoque de la coalicion, dirige la atencion hacia dis
tintos regimenes del Estado del bienestar.
lQUE ES EL ESTADO DEL B1ENESTAR"

Cada paradigma teorico debe definir de alguna forma el Estado


del bienestar, lComo sabernos cuando y si un Estado del bienestar
responde funcionalmente a las necesidades del industriahsmo 0 a la
reproducci6n y legitimacion capitalist.a? Y i,c6mo identificamos un
Estado del bienestar que corresponda a las demandas que pueda te
ner una clase obrera movilizada? No podemos sorneter a prueba argu
mentos opuestos a rnenos que exista una concepcion com partida, co
rmin, del fenorneno que se trata de explicar.
Un notable atributo de toda la literatura es su falta de auteritico
interes por el Estado del bienestar como tal. Los estudios sobre el
Estado del bienestar han estado motivados por inquietudes teoricas
acerca de otros fenomenos, tales como el podcr, la industrializacion 0
las contradicciones capitalistas; generalmente. el Estado del bienes
tar ha recibido escasa atl'llcitln conccptu,d por si mismo. Si los
Estados del bicnestar son distintm:i, i.en que :-;e diferencian? Por otra
parte. lcuando existe de verdad un Estado del hienestar? Esto vuelve
a dirigir nuestra atenci6n a la pregunta original: lque es el Estado
del bienestar?
Una definicion normal de manual es que eL Estado del bienestar im
plica una responsabilidad estatal para asegurar unos minimos basieos

38

(a);-;T ..\ '":Sl'ISl;p.'\ ...... I>Vl\~F:'\

de proteceion social para sus ciudadanos. Tal definicion evita el prohle


rna de si las pohticas sociales son emancipatorias 0 no, de si ayudan a
legitimar el sistema 0 no; de si contradicen 0 auxilian a los procesos del
mercado: por otra parte, i,que se quiere decir en realidad con In nocion
de "basicos"? GNu serta mas apropiado cxign- un Estado del bienestar
que satisfaga algo mas que nucst.ras necesidades basicas 0 minimas de
proteccion social?
La primera generacion de estudios comparatives ernpezo con este ti
po
conceptualizacion. Asumian, sin mucha reflexion, que e) nivel
de gasto social refleja adecuadamente el compromise del Estado con el
sistema de bienestar. La intencion teorica no era en realidad lIegar a
una cornprcnsion del Estado del bienestar, sino mas bien someter a
prueba la validez de modelos teoricos opuestos en el marco de la econo
rrua pohticn. Al ordenar los parses en relacion con el grado de urb~iza
cion. pi nivel de crecimiento econ6mico y la proporcion de personas rna
yores en In cstructura demorrrafica. sc creta que las caracteristicas esen
dales de la modcrnizucion industrial estaban consideradas dehidamen
teo Por otra parte. las teorias basadas en el poder cornparaban los paises
segun la Iuerzn de sus partidos de izquierda 0 segun la capacidad de
movilizucion de sus elusos nbreras.
Los resultados de la primeru generacion de comparativistas son difl
ciles de evaluur, purque no hay nuda convinccnu- para ninguna teoria
en particular. El escaso numero de parses para establecer compuracio
nes restring cstadisticamonte ol nurru-ro do variahlcs que so pucde exa
minar al mismo liempo. Asi. wando Cutri~ht (965) 0 Wilensky 11975)
encul'ntran qlit' el nivel e('on6miC'o, con sus corn'latoH dt-'mowaficos y
burocnl.ticos. cxplirall J.,rran parte dl' las vari:ll.:iOJH'S dl'l Estudo tip) hie
nestar en los "palses ricos", no incluyen mcdidas relcvantes de la movi
lizaci6n de Ja clnsc ohrpra 0 d('! g-rHdo dl' ap('rtura dt In l'COllomla. Sus
conclusiones a favor del enfoque de una "16gica del industrialismo" son,
por 10 tanto, dudosas. Y wando HewitII1977), Stephens 11979), Korpi
(1983), Myles (1984a) y Esping-Andersen (1985hl descubren una clara
evidencia a favor de la tesis de la movilizacion de In clase obrera 0 cuan
do Schmidt (19B2; 1983) enl'ucntra apoyo para un ruzonamiento neoeor
porativista y Cameron (19781 para uno de apertura economica. 10 hacen
sin un amilisis compJeto de posibJes expJicaciones alternativas. 7

/.(J;-i T!<'t:s

ae

7 ESLa bibliografia
ha sido rellisada con gran delalJe p<)r vanO/oi HuWres. Vease, por
ejemplo, Wilensky PI ol. (}985). p<lra ('lIlllu;Ll"iOlli'S ('xce!pnlps .Y mas crilicas, vense
Uusitalo (1984), Shalell (19~al y Skocpol y Alllcnlll t J9Hlil.

\.

.\H:\[lO;- jl~:L ~::-;T:\IH.) 1)~L j:H:\F~r.\1t

:J9

La mayor-in de estes estudins pretender. cxplicar el Estado del bie


nestar: sin emhargo, su enfoque centrado en el gusto puedc ser erro
neo. Los gastos son epifenornenicos a Ja sust.antividad teor-ica de los
Estados del bienestar. Adsmas, la perspectiva lineal ctasificatoria
(mas 0 rnenos poder, dernocracia 0 gasto) contradice el concepto soeio
logico de que el poder, la democracia 0 el bienestar son fenomenos
que se encuentran relacionados y est.ructurudos. AI clasificnr los
Estados del hienestar segun el gasto, asumirnos que todo el gasto se
considera por igual. Pero algunos Estados del bienestar, por ejemplo
eI austriaco, gastan una gran cantidad en subsidies para funcionarios
privilegiados. Esto no es ]0 que normalmente considerarfarnos un
comp romiso con In solidaridad YJ~<:iudadaniu s--W:iaL Otros gastan
desproporcionadamente en asistencia social can comprobacion previa
del derecho a recibirla. Pocos analistas contemporannos estarian de
acuerdo en que una tradicion reforrnadu de ayuda u los pobros puede
ser consi de rada Como un compromiso del Estado del bienestar.
Algunos paises.invierten cantidades enormes en proteccion fiscal 1m
forma de desgravaciones para los planes privados de pensiones de los
que se beneficia principalrnento la clast:' media. Pero estas deduccio
nes en los irnpuestos no aparecen en las cuentas de gastos-.En Gran
Bretana, el gasto social total ha crecido durante el periodo Thatcher,
aunque ello se debe principalmento al increrm-nto del desempleo. EI
escaso gasto en algunos programas puede signil1{~ar un Estado del
hienestar comprometido mas soriumonto con "I pleno empleo,
Therborn (1983) est,; en 10 cierto wando sostiene que debemos
partir de un-concepto de la estructura del Estado. i,Cmiles san los cri
terios con los que deherlamos juzg-ar si. y l'U<llldo, un Estado e:-:i un
Estado del hienestar'! Hay trcs enfoques sohn' esta cuestl6n. La pro
puesta de Therhorn es C'mpezar con la tran:-;f{]rmarion historica de
las activid...utc_s q~l Estadu. En un auttmticu Estado del Olenestar, por
10 menos la mayoria de las actividades rutinarias de cada dia deben
estar dedicadas a atender Jas neccsidades del bienestar social de sus
hogares. Este criterio tiene ronspcuencias nl' largo alcance. Si medi
mos simplemcnte la actividad rutinaria en t(~rminos de gastos y de
personal, el resultado es que ningtin Estado puede ser considerado un
verdedero Estado del bienestar hasta la decada de los 70 y algunos de
los que nosotros clasificamos normalmentc como Estados del hienes
tar no pueden ser calificados como tales porque la mayoria de sus ac
tividades rutinarias ataiien a Ja defen:sa, a lu Icy y el orden, a la ad
ministracion y a otras actividades similares (Therborn. 1983). Los
cientificos socifles han aceptado dema.siado nipidamente la autopro

40

la'::,T:\

l.OS

r:~PING:\~I)EHSr:N

clarnacion de Estado del bienestar de algunos paises. T'ambien han


concluido con demasiada rapidez que si se han introducido los progra
mas sociales estandar, ha nacido el Estado del bienestar.
r El segundo enfoque conceptual procede de la diferenciacion clasica
!de Richard Titmuss (1958) entre Estados del bienestar residuales e
: in~tucionales. En los prirneros, el Estado asume la responsabilidad
solo cuando falla la familia 0 el mercado; procura limitar sus obliga
cionesa los grupos sociales marginales y necesitados. EI segundo mo
. ~elO "Be dirige a toda la poblacion, es universalista y abarca un com
romiso institucionalizado de protecci6n social. En principio, exten
dera los compromisos de bienestar social a todas las areas de distri
~ucion que son esenciales para el bienestar de la sociedad.
EI enfoque de Titrnuss ha inspirado una variedad de nuevos desa
rrollos en la investigacion comparativa del Estado del bienestar
(Myles, 1984a; Korp~, 1980; Esping-Andersen y Korpi, 1984; 1986;
. Esping-Andersen. 1985h: 1987bl. Se trata de un enfoque que fuerza a
1108 investigadores a trasludarse desde la caja negra de los gastos al
: contenido de los Estados del bienestar: programas especificos frente a
! program as universules. condiciones para SCT benoficiario. calidad de
\ los subsidies y de- los servicios. ~'. quiza 10 mas importante, hast.a que
pun to "I ernplco y In vida labora] estan siendo integrados en la .;!m
pliacion por el Estado de los derechos de ciudadania. EI paso a las ti
\
IpoTogias del Estado del bienestar hace que las clasificaciones lineales
Isimples sean dificiles de sostener. Conceptualmente, estamos cornpa
tando tipos de Estados que son categorialrm-nte diferentes
.
EI tercer enfoquc consiste en seleccionar teoricamente los criterios
co"ilfos cuales se juzgan los tipos de Estados del bienestar. Esto se
puede hacer midiendo los Estados del bienestar reales en relacion a
un modelo abstracto y clasificando consecut'lI(pmente los programas
concretos 0 la totalidad de los Estados del bienestar (Day 1978;
Myles, 1984a). Pero este enfoque es ahistorico y no capta necesaria
mente los ideales 0 los proyectos que los actores historicos pretendian
realizar en sus esfuerzos por lograr el Estado del bienestar. Si nues:!
tro objetivo es poncr a prueba teorias causales que implican actores, ~
deberiamos empezar por las exigencias que fueron real mente promo-I
vidas por aquellos actores que considerarnos criticos en la historia
del desarrollo del Estado del bienestar. Es dificil imaginar que aI-I
guien se esforzara por ampliar el gasto per se.

TI{r:~n..IUNnos

DEL r:STAI>l.l DEL

lm:,\j~:ST:\H

41

UNA REESPECIFICACION DEL ESTADO DEL BIENESTAR

Pocas personas pod ran discrepar de la p ropos ici on de T.H.


Marshall ( 1950) de que la ciudadania social constituye la idea centra]
de un Estado del bienestar. Pero hay que dar un mayor contenido a
este concepto; sobre todo, debe irnplicar la conccsion de los derechos
~ociales. Si se da a los derechos sociales el status legal y practice de.
los derechos de propiedad, si son inviolables, si se conceden en base
a la ciudadama y no al comportamiento real, supondran una desrner
cantilizacion del status de los individuos con relacion al mercado.
Pero el concepto de ciudadanin social implica tarnbien la estratifica
cion social: el status de alguien como ciudadano cornpetira 0 incluso
reernplazara a su posicion de clase.
EI Estado del bienestar no puede ser entendido solo en terrninos de
, los derechos que concede. Tambion debernos tener en cuenta como las
~ actividades del Estado cstan cnt.relazadas cn 1<1 provision social con-
; las del mercado y el papal de la familia. Estos son los tres principios
j fundamentalos a los que hay que dar un mayor contenido notes de
~acer ninguna especificacion teorica sobre el Estado del bienestar.

Derechos y desmercanttltzaeion
En las sociedades precapitalistas, pocos tr.rbajadores eran estric
tamente mercancias, en el senti do de que su supervivencia dependia
de la venta de su fuerza de trabajo. AI transforinarse los mercados en
universales y hcgemonicos, es cuando el bieru-star de los individuos
viene a depender enteramente del circuito monetario. EI despojar a
la sociedad de las capas institucionales que garantizahan la reproduc
cion social fuera del contrato laboral, significo la conversion de los in
dividuos en mercanctas, su mercantilizacion. A su vez, Ia introduccion
de los modernos derechos sociales implica una perdida del status de
mera mercancia. La desmercantilizacion se produce cuando se presta
un servicio como un asunto de derecho y cuando una persona puede
ganarse la vida sin de pender del mercado,
La mera presencia de la asistencia 0 seguridad social puede que no
produzca necesariamente una desrnercantilizacion irnportante si es
tas no liberan sustancialmente a las personas de su dependencia del
mercado. La ayuda a los pobres con cornprobacion de medios de vida,
posiblernente ofrecera una red de seguridad en ultima instancia. Pero
si los subsidios son bajos y estan asociados a un estigrna social, el Si8

>

4~

lal:-iTA

LOS TBE~ ~1!'~lll)S Dn ~:ST:\P() ])~:L 1IIE\FST,\I{

E:-iI'I:"\l:-A:"\,n:W';~:;\

tema de ayuda empujara a purticipar en el rncrcudo a todos rnenos a


los mas desesperados. Precisamente ese fue el proposito de las leyes
para pobres del siglo XIX en la mayoria de los parses. De un modo pa
recido, la mayoria de los primeros programas de seguridad social fue
ron dcliberadarnente proyectados para maxi mizar In partieipacion en
el mercado laboral (Ogus, 19791.
No hay nuda de que In desmercantilizacion ha sido un asunto tre
mendamente discutido en el desarrollo del Estado del bienestar; para
el mundo del trabajo, ha sido sivrnpre prioritaria. Cnando los trabaja
gores dependen por completo del mercado, es diftcil que se movilicen
para ucciones sohdarias. Puesto que sus rccursos reflejan las desi
gualdadcs del mercado, aparecen las divisiones entre los que estan
dentro y los que estan fuera, haciendo diftcil la formacion de movi
mientos obreros. La desrnerca ntj lizacion refuerza al obrero y debilita
Ia autoridad absoluta de los ernpresarios. Justamente por esta razon
es por 10 que los empresarios-se han opuesto siempre ala desrnercan
tilizacion,
Los derochos de desmercantilizaci6n Be han desarrollado de dife=-':
rentes form as en los Estados del bieriestar contemporaneos. En los i,
Estados del bienostar en donde predomina la asistencia social, los de- ;
rechos no estan tan vinculados al comportamiento Iaboral como a una I
necesidad manifiesta. Sin embargo, la cornprobacion de las necesida- !
des y los tipicos subsidios escasos sirven para reducir el efecto des
mercantilizador. Por eso, en los paises en donde este modelo es el do- ,
minante (principalrnente en los paises anglosajones), el resultado es :
"realmente el fortalecimiento del mercado, puesto que todos excepto
aquellos que fracasan en el rnercado seran animados a contratar pla- \
nes privados de proteccion social.
:-;'
Un S"KUndo modelo dominante d"fi"nrl" la ",guridad social "statal
obligatoria con derechos reconocidos bastaute grnndcs. Pero, de nuevo, '
esto puede que no asegure automaticarnente una desmercantilizaci6n
sustancial, puesto que esto depende en gran medida de las normas,
que regulan los subsidies y los que tienen derecho a ellos. Alernania
fue la pionera en la seguridad social, pern se puede decir que durante
la mayor parte del siglo apenas ha aportado nada en la linea de la
desrnercantilizacion a traves de sus programas sociales. Los subsidios
han dependido casi total mente de las aportaciones y, por 10 tanto,llel
t ra bajOy del empleo, En otras palabras, no es la mera presencia de un I
derecho social, sino las reglas correspondientes ),Jas precondiciones,!
las que dictan hasta que punto los oro!!ramas rlcl bienestar social I
[ ofrecen autenticas alternativ:1s a la dcpl'ndl~lll'ia del mercado.

4:1

-,

EI tercer modelo dominante de bienestar social, esto es, "I tipo '
Beveridge de subsidio a los ciudadanos, puede .iparecer a primera vis
ta como el mas desrnercantilizador. Ofrece un subsidio basico e igual
para todos, independientemente de sus actividadesv aportaciones y
rcndimiento previo. En efecto, puede ser un sistema mas solidario,
pero no necesariamente desmercantilizador, dado que raras veces ta
les esquema" han sido capaces de ofreeer subsidies de tal nivel que
provean a los beneficiaries de una alternativa real a) trabajo.
.....
En la practica, los Estados del bienestar desmercantilizadores son
de fechas muy recientes. Una definicion minima debe irnplicar que los
ciudadanos pueden decidir libremente y sin una potencial perdida del
ernpleo, de los ingresos 0 de la seguridad social, dejar de trabajar
cuando 10 consideren necesario. Teniendo en cuenta esta definicion,
podrtamos, por ejernplo, exigir un seguro de enfermedad que garanti
zara a las personas unos subsidies equivalentes ul salario normal y
el derecho a la baja laboral con un minimo informe medico y por el
tiempo que la persona estimara ,necesario. Mcrece la pena resnltar
que estas condiciones son las que norrnalmcnto disfrutan los funcio
narios, profesores de universidad y los trabajadores no manuales de
mayor nivel. Habria que exigir algo similar para las pensiones, permi-_
sos por maternidad, perrnisos por estudios y seguros de desempleo.
Algunos parses se han acercado a estos niveles de desrnercantiliza-"
cion, pero s610 hace poco y en muchos casos con importantes excepcio
nes. En casi todos los paises, a finales de la decada de los afios 60 y
comienzos de la de los 70, los subsidies se elevaron hasta igualar casi
los salarios normales. Peru en muchos parses. en caso de enfermedad
se requiere todavia, por ejcmplo, un certificado medico puntual; en
otros, el reconocirniento del derecho dcpende de largos periodos de es
pera de hasta dOH scrnanas y adcrnas. en algunos, la duracion del de
recho es muy corta. Como se vera en el capitulo 2, los Estados del bie
nestar escandinavos tienden a ser los mas desmercantilizadores y los
anglosajones los menos.
EL ESTAIJO ImL IlIENESTAR COMO liN SISTEMA DE r:STltATIFICACJ(JN

J ,
t

A pesar de Ia importancia que se confiere a la relacion existente


entre ciudadania y clase social tanto en la economia clasica como en
la obra pionera de T.H. Marshall, esta ha sido descuidada tanto teo
rica como empiricamente. Por 10 general, 0 bien se ha asumido el pro
blema (se ha dado por sentado que el Estado del bienestar crea una
sociedad mas iguaJitaria) 0 se ha ahordado estrictamente en terminos

44

\..;\..l'-':T:\

~:~I'IS(i:\;";I)EH:-;~::--':

de distribucion de ingresos 0 en terminoa de si la educacion fomenta


la movilidad social ascendente. Una cuestion que pareee todavia mas
basica es que clase de sistema de estratificacion es cl que promueve 18
politica social. El Estado del bienestar no es solo un mecanisme que
interviene en Ia estructura de la desigualdad y posiblemente la corri
ge, es un sistema de estratificucion en sf mismo, es una fucrza activa
en el ordenamiento de las relaciones sociales,
-
- . Podemos identificar facilrnente los sistemas alternativos de estra
tificacion insertados en los Estados del bienestar de una forma com
parativa e historica. La tradicional ayuda a los pobres y su variantel
contemporanea, la ayuda social para los que se comprueba que no tie
nen medics, Iueaisenada evidentemente con propositos de estratifi-I
cacion. AI castigar y estigmatizar a los destinatarios, se fomenta la ~
dualidad social, 10 que ha constituido un importante blanco de los,
ataques'Bel movimiento de los trabajadores.
.J
El modelo de seguridad social fomenlado por los reformistas con
servadores tales como Bismarck y Von Taffe explicitamente era tam
bien una forma de politica de clases. De heche, pretendia alcanzar
dos resultados simultaneos en terminos de estratificacion. EI primero
consistia en consolidar las divisiones entre los asalariados legislando
distintos program as para los diferentes grupos de clast' y status, ca
da uno de los cuales tenia un unico y claro grupo de derechos y privi
legios que habia sido disenado para subrayar la posicion social conve
niente para la vida de una persona. EI segundo objetivo era vincular
directamente la lealtad del individuo a la monarquia 0 a la autoridad
central del Estado. Ese fue el rnovil de Bismarck wando prornovio un
suplemento directo del Estado para el subsidio de jubilacion. Este mo
delo corporativista estatal fue seguido sohre todo en parses como
Alemania, Austria, ItaJia y Francia y condujo ron freeuencia a un Ia
berinto de fondos de scguros para grupos de status especificos.
EI establecimiento de provisiones para el bienestar social que favo
redan espccialmente a los funcionarios (Beamten) fue de especial im
portancia en esta tradicion corporativista. Por una parte, esta era
una manera de premiar la fidelidad al Estado y, por otra, era una for
ma de que se distinguiera el status social cxtraordinariamente eleva
do de este !rr.l!R.o. EI modelo corporativista de Ia diferenciacion de sta
tus surge principalmente de la antigua tradici6n grernial. Los auto
cratas neoabsolutistas tales como Bismarck vieron en esta tradicion
un medio para combatir a un movimiento obrero cada vez mas fuerte.
El movimiento obrero era tan host il nl modele corporativista como
al de ayuda a los pobres, en ambos casos por razones obvias. Sin em-

l.0S ruts

~lLNIl()S

IlU.

~:ST:\\)o 1l~:L

HlEV:-;T.\H

45

bargo, las alternativas adoptadas por los trabajadores al principio no


fueron menos problematicas desde el punto de vista de la unidad de
los trabajadores como una clase solidaria. Do manera practicarnente
general, el modele seguido al principio por los truhajadores era el de
mutuaJidades autonomas 0 planes equivalentes de proteccion social
fraternal patrocinados por sindicatos 0 partidos politicos. Esto no es
sorprendente; obviarnente, los trabajadores desconfiaban de las refor
mas patrocinadas por un Estado que les era hostil y veian sus propias
organizaciones no solo como bases de movilizacion de clase, sino tam
bien como embriones de un mundo alternative de solidaridad y de
justicia, como un microcosmos del refugio socialista que habia de He
gar. Sin embargo, estas sociedades microsocialistas se transformaron
con frecuencia en problernaticos guetos dasistas que, mas que unir,
dividian a los obreros. EI ingreso en estas sociedades se restringia ti
picamente a los estratos mas fucrtcs de la clase ohrcra y los mas debi
les -que eran los que mas proteccion nccesitnban-s- 10 mas probable
es que fueran excluidos. En resumen, el modelo de las sociedades fra
ternales frustro el objetivo de la movilizacion de la clase obrera.
La "propuesta de gueto'' socialista fue un obstaculo adicional cuan
do los partidos socialistas se encontraron ellos mismos forman do go
biernos y-ieniendo que aprobar las reforrnas sociales que habian pedi
do durante lanto tiempo. Su modelo de bienestar social tenia que ser
reformulado como un bienestar social para "el pueblo" por razones po
liticas de forrnacion de coaliciones y de una solidaridad mas ampli~
De ahi que los socialistas llegaran a defender el principio del univer
saJismo; inspirandose en los liberales, su prograrna se diseno de una
manera caracterrstica siguiendo el modele de Beveridge de financia
cion de unos ingresos generales junto con cl dernocratico impuesto
proporcional.
EI sistema universalista promueve la igualdad de status como una
alternativa a la ayuda a IOH que sc comprueha que no tienen medios y
a la seguridad social corporativista. Todos los ciudadanos estan dota
dos de derechos similares, con independencia de su clase 0 de su posi
. cion en el mercado. En este sentido, el sistema pretende cultivar la
solidaridad por encirna de las clases, una solidaridad para toda la na
Cion. Pero la solidaridad del universalista impuesto proporcional su
pone UDa estructura de clases historicarnente peculiar, en Ia que la
inrnensa mayoria de Ia poblacion es considerada como "gente senci
lla", para la cual un modesto, aunque igualilari~sidio puede ser
considerado suficiente. Donde esto ya no vale, como ocurre con la ere
ciente prosperi dad de la c1ase obrera y el desarrollo de las nuevas c1a

46

t;\J,sTA

~;SP(Nt;-ANln:I{Sl':N

ses medias, el uni versalisrno del irnpuesto proporcional promueveun

ualism~i!:1~o!!1!!.~~.a_~~~_te~~Qgrque-niS-per8oniispuait:.~.~~sse di'fi

..8en a los seguros privados y a la negociacion de beneficios adicionales


para-'comple'meiitarla-modesta igualdad de 10 que vienen a conside
rar niveles habituales de proteccion social. Donde se desarrolla este
proceso (como en Canada 0 en Gran Bretana), el resultado es que el
rnaravilloso espiritu igualitario se transforma en un dualisrno similar
al de la asistencia social publica: los pobres confian en el Estado y el
resto en el mercado.

No s610 el modelo universalista, sino de hecho todos los modelos de


Estado de bienestar historicos se han enfrentado con el dilema de los
cambios en Is estructura de clase. Pero Ia respuesta a la prosperidad
y a1 creclmlentO de la c1ase media ha sido variada, como tarnbicn 10
ha sido el resultado en terrninos de estratificacion social. En un senti:-I
do, la tradicion corporativista de seguros estaba mejor dotada para
dirigir las nuevas i elevadas expectativas del Estado del bienestar,
puesto que el sistema que exisua pod ria ser rnejorado tecnicarnente
con bastante facilidad para distribuir subsidies mas adecuados. La.J
reforma de las pensiones de juhi lucion de Adenaucr de 1957 en
Alemania fue pionera a este respecto, Su declarado proposito era res
tablecer las diferencias de status que habian sido mermadas por la
incapacidad del antiguo sistema de seguros para proporcionar unos
subsidios adaptados a las expectativas, Esto se hizo simplemente pa J
sando de subsidies graduados segun aportaciones a subsidies 1,~~ua
dos segun ingresos.isin alterar el marco de 1a diferenciacion del sta
social.
En naciones ~m asistencia social l) con un sistema universalista ti
~'y~.ridge, la opcion era quien podia satisfacer de forma adecuada
las aspiruciones dt' la dnsp nu-din, si c-l merrudo () l Estado. De esta
eleccion politica ~~_~Ki~ron do~ modelos alternatives. lJ.D9~racteristi
co de Gran Bretana y de la mayor partr- del mund9 aoglosaj6n, era
. .conservar un universalismo estatal esencialmente moderado y perrni
til' ue el mercado imperara en los estratos soclaJes en expans16n que
pedian un sistema e ienes ar socIa superior, Debido al poder pom;::
co de tales grupos, el dualismo que aparece no es simplemente entre el
Estado y el mercado, sino tarnbien entre formas de transferencia de
bienestar; en estos parses, uno de los componentes del gasto publico
que ha crecjdo mBs rapjdamente.son.w. jiubSidios para los asi llama:_
dos planes de bie~~ar_ soiales "privados", Y el cCecto politico caracte
!,!sbco es el desl:aste_del apoyo de la cbse media para 10 que es cad a
vez menDs un Ristema de transfercncia univcrsaJista del sector publico.

tus-

l.OS

TIH~

Mn;lIt1S PEL J':STt\l)o IH:I. HII,\I','-,"l ,\1{

47

Pero otra alternativa ha sido buscar una smtesis de universalismo


y de adecuacirm fuera del mercado, Este camino se ha seguido en pai
ses en los que, por obligacion 0 por legislacion, el Estado incorpora a
las nuevas clases medias dentro de un lujoso segundo nivel, univer
salmenjeinclusivo, con una disposicion de seguros relacionada con
losingresos por encirna del igualitario impuesto proporcional. Suecia
y Noruega son dos ejemplos destacados. Esta solucion reintroduce la (' IJ
desigualdad de prestaciones al ;:arantizar subsidies adaptados a las ~/
expectativas, poro, efectivamente, bloquea al mercado. POl' eso tiene
exito en mantener el universalismo y tambien, por consiguiente, el
grado de consenso politico que se necesrta para preservar un apoyo
amplio y solidario para los elovados impue .tos que tal modelo del
Estado del bienestar dernanda.
Los I!.ECIMENEH DEL ESTADO DEL BIENESTAH

Cuando estudiarnos las variaciones internacionales en los dere


chos sociales y en la estratificacion del bienestar, encontrarnos orde
namientos cuaIitativaOle
'ferentes entre Estado, mercado y fami
ia. Por tanto, las variaciones que eneontrarnos ~n el Estado del bie

nestar no se distribuyen linealmente, sino que se agrupan segun los

tipos de regimen,

En un grupo, eneontramos el Estado del bienestar "liberal", en el


que predominan la ayuda a lo;qlle se compruehn que no henen me
dios, las transferencias universules rnodcstus 0 los planes modestos
de seguros sociales. Los subsidies favorecen principalmente a una
clienteia con ingresox bajos, gcnl'ralllH.'nh d(' clnse obrera, depen
dientes del Estado. En este rnodelo, el progreso de la reforrna social
ha sido circunscrito rigurosurnente por normal" tradicionales y libe
rales de lu etica del trabajo; uqui los hrnites de la prnteccion social
igualan a lu propension marginal a optar poria ayuda social en vez
del trabajo. POl' consiguiente, las reglas para estes derechos son cs
trictas y a menudo estrin asociadas a un estigma; los subsidies. por 10
general, son modestos. A su vez, el Estado estimula cl mercado, bien
pasivarnente -garantizando s610 un minimo- 0 activamente -dan
do subsidios a planes privados de proteccion social.
La consecuencia es que estc tipo de regimen minimiza los efedos
de desmercantilizacion, limita con efeetividad el alcance de los dere
chos sociales y construye un orden de estratificaci()11 que cs una mez
cla de una relativa igualdad de pobreza entre los beneficiarios de la

protection -si)l:j-al. de un hlenestar ~ial para mayorias diferenciado

4H

49

(;~ )STA I':SI'I Nl ;-I'N I H-:HSI':N

1.llS Tkr~ M\INDtIS llEL ESTA[)() nEL I\\E\~:ST:\H

por el mercado y un dualisrno politico de clase entre los dos. Los ejern
plos arquetipicos de este modelo son Estados Unidos, Cannda y Aus
tralia.
Un segundo t ipo de regimen agrupa a naciones Como Austria,
Francia, Alemania e !talia. En este caso, el legado his tor-icc corpo
rativista estatal fue elevado para atender a la nueva estructura
"postindustrial" de clases. En estos Estados del bienestar conserva
dores y fuertemente "corporativistas", la obsesion liberal por la efi
cacia del mcrcado y lu rnercantilizacion no rue nunea importante y.
como tal, Ia concasion de derechos saciales apenas ha sido un tema
seriamente contestado. La que predominaba era la conservacion de
las diferencias de status; por 10 tanto, los dereehos fueron vincula
dos a la clase y al status social. Este corporat ivismo fue subsurnido
bajo una estructura estatal perfectamente preparada para despla
zar al mercado Como proveedor del bienestar social; de aqui que los
seguros particulares y los beneficios adicionales en cl empleo juga
ran de hecho un papel marginal. Por otro lado, el enfasis del Estado
en elevar las diforcncias de status significa que su impacto redistri
butivo es insignificnnt.
Pero, en gpneral, los regiruenes corporativistas estan tarnbien con
formados por In Iglesia y, por eso, estrin fuertemente cornproruetidos
con la conservacion de la familia tradicional. La seguridad social sue.
Ie excluir a las rnujeres que no trabajan y los subsidios familiares es
tirnulan la maternidad. Los centres de dia y otros servicios de ayuda
familiar similares estan cluramente subdesarrollados; el principio de
la "subsidiaridad" sirve para destacar que el Estado intervendra sola
mente cuando se acabe la capacidad de la familia para atender a sus
rniernbros.
El tercero, y sin duda el rnris rcducido, cs cl grupo de reglmenet
compuesto por aquellos paises en los que el principio del universalis
rna y la desmercantilizacion de los derechos sociales se han extendido
tambien a las nuevas clases medias. Podemos llamarlo el tipo de regi
men "socialdernocrata", puesto que en estos paises la socialdernocra
cia fue sin dudu In fuerza doruinante irnpulsora de In reforma social.
Mas que tolerar un dualismo entre Estado y rnercado, entre la clase
obrera y la clase media, los socialdemocratas buscaban un Estado del
bienestar que promoviera una igualdad en los estandares mas eleva
dos, no una igualdad en las necesidades minimas como se buscaba en
otros sitios. Esto implicaba, en primer lugar, que los servicios y pres
taciones se elevaran hasta unos niveles equiparables incluso con los
gustos mas particularizados de la nueva dase media; y en segundo

lugar, que la igualdad se proporcionaria garantizando a los obreros la


cornpleta participacion en la cali dad de los derechos disfrutados por
los mas pudientes.
Esta formula se traduce en una mezcla de elevada desmercantili
zacion y de programas universalistas que, sin embargo. se adaptan a
expectativas diferenciadas. Asi, los trabajadores rnanuales llegan a
disfrutar de unos derechos identicos a los de los ernpleados y funcio
narios; todos los estratos estan incluidos en un sistema de seguro uni
versal, si bien los subsidios se graduan de acuerdo con los ingresos
habituales. Este modelo fuerza al mercado y, consecuentemente,
construye una solidaridad fundamentalmente universal a favor del
Estado del bienestar. Todos tienen subsidios, todos son dependientes
y, probablemente, todos se senti ran obligados a pagar.
La pohtica de ernancipacion del regimen socialdernocrata se dirige
tanto al mercado como a la familia tradicional. En contraste con el
modelo subsidiario-corporatista, el principio es no esperar hasta que
se agote la capacidad de ayuda de la familia, sino socializar priorita
riamente los costes de la familia. EI ideal no es maximizar la depen
dencia del individuo respecto de la familia, sino las capacidades para
la independencia individual. En este sentido, el modelo es una fusion
peculiar de liheralismo y socialismo, El resultado es un Estado del
bienestar que suministra las prestaciones directamente a los nirios y
se responsabiliza directamente del cuidado de los ninos, de los mayo
res y de los necesitados, Asf pues, se compromete con una pesada car
ga de servicios sociales, no solo para atender a las necesidades de la
familia, sino tarnbien para permitir que las mujeres puedan elegir el
trabajo en lugar del hogar.
Quiza la carateristica mas sobresaliente del regimen socialdemocra
ta sea la fusion de bienestar social y trahajo. Esta sencillamente obli
gado a garantizar al mismo tiempo el pleno empleo y a depender ente
ramente de su lagro. Por una parte, el derecho al trabajo tiene una ca
tegoria igual al derecho de proteccion de los ingresos, Por otra parte,
los enonnes costes del mantenimiento de un sistema de bienestar so
cial solidario, universalista y dusmc-rcantilizador significan que debe
minimizar los problemas sociales y maximizar los ingresos por sala
rios. Obviarnente, como mejor se hace esto es con e) mayor nurnero de
gente trabajando y el menor nurnero posible de personas viviendo de
transferencias sociales.
Ninguno de los dos tipos de regimen alternativos defienden el pie.
no empleo como una parte integral de su compromiso con el bienestar
social. Por supuesto, en la tradicion conservadora se desanima a las

50

I.l)~ Tlu:~\Il:S[)o:-; lJFL F.'iTAIJO

(:OS'1':\ tSI'INt;-ANIlEHSr:--<

51

e.str~ct~ras de e'!'!lici"n do? .Ia clase I'0litica y_cl legado historico de la \

mujeres a que trabajen; en el ideal liberal, las cuestiones sobre el ge


nero irnportan menus que la pureza del mercado.
En los siguientes capitulos mostrarernos que los Estados del bie
nestar se agrupan, peru hay que reconocer que no existe un solo caso
puro. Los paises escandinavos pueden ser predominantemente social
democratas, pero no estan libres de elementos Iiberales cruciales.
Tampoco los regimenes liberales son tipos puros, EI sistema de segu
ridad social americano es redistributivo, ubligatorio y esta lejos de ser
actuarial. Al menus en su primera formulacion, el New Deal era tan
socialdernocrata como 10 era la socialdemocracia escandinava coeta
nea. Y los regimenes europeos conservadores han incorporado tanto
impulsos liberales como socialdemocratas. A traves de las decadas, se
han transformado en menus corporativistas y menus autoritarios.

r No obstante la falta de pureza, si nuestros criterios esenciales pa

ra definir los Estados del bienestar tienen que ver con la calidad de

, los dererhos sociales, la estratificacion social y la relacion existente

entre el Estado, el mercado y la familia, obviamcnte el mundo esta


!..ompuesto por distintos gTUPOS de rcgfrru-ncs. Comparando los Esta
dos del bienestar segun oscalas de mas 0 menos 0, ('11 reahdod. de me
jor 0 peor, obtendrernos resultados suruurneute erroneos.

LAs CAUSAS DE LOS RECiMENES DEL ESTADO

un. MIES"~;.""!.\H

DEL IlIENESTAR

Si los Estados del bienestar se agrupan en tres tipos de regimen


distintos, nos encontramos ante una tarea sustancialmentc mas com
pleja de identificar las causas de las diferencias de los Estados del
bienestar. lQue explican la industrializacion, el crecimiento economi-=
co, el capitalismo 0 la fuerza politica de la clase obrera en cuanto a los
tipos de regimenes? Una primer2 respuesta superficial serra: muy pcf
co. Los parses que hemos estudiudo son todos ellos mas 0 rnenos pare- "~
cidoscoll-respecto---a-[odas las variables unteriores excepto en 10 que
--se'refiere~ a Ia variable de la movilizacion de la clase obrera. Y encon
tramos movimiefifos yparlidos detrabajadores muy podcrosos en ca- .
da uno de los tres grupos.
J
Una teoria de los desarrollos de los Estados del hienestar debe re
considerar c1aramente sus supuestos causales si quiere explicar sus
agrupamientos. Se debe abandonar la esperanza de encontrar una
unica fuerza causal; la tarea consiste mas bien en identiflcar los efec
tos interactivos sohresalientes. Basandonos en los argumentus prece
dentes, tres [act!',res d~~t,>~ri,!n seri'!'l'ErtaJltesen ~.~eciaLla natura']
~ 2eza_d"!~_m~~~lizac~on de las clases (sobretodo de la clase obrera), _Ia~
~

institucionalizacion del reglmlm.


'--- - "-- .~" -- .~J
Como hemos senalado, no hay en absoluto ninguna razon convin
cente para creer que los obreros forjaran una identidad socialista de
clase de forma automatica y natural; tampoco es verosimil que su mo
vilizacion se parezca a la sueca en particular. La formacion historica
real de los colectivos de la clase obrera sera diferente, como tarnbien
10 seran sus aspiracio~ldeoT~~ay capacidades politicas. Aparecen
diferencias fundamentales tanto en el desarrollo del sindicalismo co
mo en el de lo~ partidos politicos. LosSindicatos 10 pueden ser de una
rama de actividad 0 pueden perseguir objetivos mas universales, pue
den ser seculares 0 confesionales y pueden ser ideologicos 0 tener un
cariz estrictamente profesional. Sean 10 que fueren, afectaran de una
forma decisiva a las demandas pohticas, a la cohesion de clase y al al
cance de la accion del partido de los trabajadores. Esta claro que una
tesis sobre la movilizacion de In clase obrera debe fijarse en la estrue
tura de los sindicatos.
: La estructura de los sindicatos puede 0 no reflejarse en la forma
cion de un partido de los tnlblliadOl'l's, Pcro, ~.biljO que condiciones ca
be esperar ciertos rcsul tadoa dvi sistema de bicru-star a partir de
configuraciones especificas de las partidos? Hay muchos facto res que
inciden para hacer virtual mente imposible el suponer que un partido
obrero 0 de izquierda sera capaz de estructurar un Estado del bie
nestar actuando en solitario. Dejando aparte las divisiones confesio
nales y otras, s610 bajo circunstancias historicas extraordinarias un
partido obrero podra encabezar el solo una mayorta parlamentaria
durante el suficiente tiempo como para imponer su voluntad. Hemos
serialado que la clase obrera tradicional casi nunca ha constituido
una mayoria electoral. De nqu i se deduce que una teoria de la movili
zacion de clases debe mirar mas alia de los principales partidos de iz
quierda. Es un hecho historico que la construccion del Estado del bie:
nestar ha--aep.,ndido de la formaclOn de coaliclOncs politicas. La es
Iruetura de las -coaliCionesaeClascesfiliiCliorri~'1S "-~vagueJOs re
cursos de pode~_~e cualquier clase por si f!:lisma.
. - La aparicion de coaliciones-dc 'Clasea1ter"naiivas esta determinada
en parte por la fornmcton de las dases. En las pnmeras fases de la in
dustnahzacion las clases rurales normalmente constituian el sector
mas numeroso del electorado. Si los socialdemocratas querian una
mayo ria politica, se veian forzados a buscar aliados cn elias. Una de
las muchas paradojas de la historia es gue I!,s clases rurales fueron
decisivas para el futuro del socia~~~ Dande la economia rural esta

!l:.!

<a1S'!'" !':S!'INI:-ANI)l';IlSEN

1.1 IS TIWS MnNJ)( IS Ill';!, ":S'I'AIJ(j r)~;L 1l!~:.""ESTAH

. a dorninada por una agricultura familiar, de pequeno tnrnano o in


tensiva ('II capital, el potencial para una ulinnzn c-ru mayor que dondc
oe apoyaba en una abundante mano de obra barata. Y donde los agri
alto res estaban articulados politicamente y bien organizados (como
<n Escandinavia), la capacidad para negociar pactos politicos era
.enormernente superior.
EI papel de los agricultores en la forrnacion de coaliciones y por
{ .nto en el desarrollo del Estado del bienestar esta claro. En los pai
ses nordicos, se ohtuvieron las condiciones necesarias para una am
,'/ia alianza roja-verde para lograr un Estado del bienestar con pleno
npleo a carnbio de precios agrarios subvencionados. Esto fue espe
-ialmente cierto en Noruega y Suecia, donde la agricultura era muy
precaria y dependia de la ayuda del Estado. En los Estados Vnidos, el
ew Deal fue establecido con una coalicion similar (fraguada por el
nartido Democrata), pero con la diferencia importante de que el sur,
con su abundante mano de obra, obstruyo un verdadero sistema de
- .guridad social universalista y se opuso a nuevas mejoras del Estado
-I bienestar. Por el contrario, la economia rural de la Europa conti
"'ental fue muy refractaria a las coaliciones rojas y verdes. A menudo,
\.0ffiO ocurria en Alemania e Italia, gran parte de la agricultura re
lena mucha mano de obra; por eso los sindicatos y los partidos de
:-1uierdas eran vistos como una amenaza. Adernas, las fuerzas con
servadoras del continente consiguieron incorporar a los agricultores
,-~ntro a alianzas "reaccicnarias", ayudando a consolidar el aisla
iento politico de los trabajadores.
Hasta despues de la Segunda Guerra Mundial, la hegerno nia poli
c.ca era en su mayor parte una cuestion de politica de las clasos ruraL Por 10 tanto, In runstruccion de los ";:-;tados del hienes ta r r-n uste
r'riodo estuvo dictudu I'0r aquella fuerza que cuptara a los agriculto
res. La ausencia de una alianza roja-verde no significa necesa riarnen
,. que las reformas del Estado del bir-nestur 110 fuernn posibles. En
, -nbio, si que fue determinante en la seleccion de la fuerza politica
one fue dominante en su diseno. Gran Bretana es una excepcion a ('s
k. regia general, porque la relevancia poUtica tie Ius clases r urulcs se
, 'siono antes del cambio de siglo. En este sentido, la logica de las co
r l~ciones en Gran Bretana mostro en una fecha temprana el dilema
con el 4ue se enfrentaron mas tarde otros paises, a saber, que (1 es
t. ito cada vez mas importante de los empleados constituye el eje I'ara
I . mayonas politicas~consolidacion
_<!~ los Estados del bienestarl
d~spues de la Segunda Guerra""MUndial llego a d~rpnder fUlldamen
-tulmente ae- hisalianzaspoliticas de las nuevas cla,,'s medias. Para I
-- -_ .. __.

la soeialdemocraciu, el dcsufio fur sinu-tiznr las dcmnndas de ln clase


obrera y de los cmpleados sin s.u-nficar l,l compromise con la solida
ridad.
Puesto que, hist6ricamente, Ius nuevas clases medias han disfruta
do de una PQSic.i.oll~"'!'tiv~rnentepri.v!Iggfud" en el '!'ei~do, tambien
han tenido exito en satisfacer sus dernandas de hienestar social al
JIlargen del 'I<;sta"dia: como loduncwnarios. por -mediade un privile
giado sistema publico de bienestar social. Tradicionalmente su seguri
dad en el puesto de trabajo~_sido tal, que el pleno empleo ha sido un
asunto secundario. Finalmente, cualquier program a para igualar
drasticarnente los ingresos choca, sin duda, con gran hostilida:de;;tre
la clientela de la c1ase media. Por estas razones, resultaria que el ere
cimiento de las nuevas clases medias abortaria el_Jl!oyecto soC;;;;W;;.
mocrata y reforzaria una fOrmula liberal de Estad-o del bienestar
~. Las tendencias politicas de las nuevas dase;;;edias han sido real
mente decisivas para la consolidacion del Estado del bienestar. Su pa
pel al conformar los tres regiment'S del Estado del bienestar descritos .
anteriormente es cluro, El rnodelo escandinavo ~~_~pyabac_asi ef!t~
ramente en la capacidad de-riisoclaTdemocracia para incorporarlas
de-ntfo de un nuevo-iip(;delE-;t"';-(i;;-deli)ienestar: ";.10-qi!e,-proporcio':
.. 'i)'alia prestaclones.idal'~~aas ~I?:S_~~tosi:'elq;~:ct!'~;~;s de las clases
medias, pero que, sin embargo, conservaba el universalisrno de los de
.JiCOIiQi;. Verdadcramente, al extencterse los servllios soclales y el em
pleo publico, el Estado del bienestar participaba directamente en la
creaci6n de una clase media instrumentu lmente identificada can fa
socialdernocracia.
Por el contrario, IOH paises anglosajones conservaron el modelo rew
sidual del Est;."IO d(.,1 hienestar preeisa..m ente IJonl'le las nuevas ~Iases medias no fueron atraidas por el Estado en detrimento del rnerca
do. En terminG" aecl:ise,-Iaconsecucncia -e8-;;( dualismQ:" EI Estado
del bleIlesta.'nUendepnnclpalmeiiTi'" Ta-CTase obrera Y'''los pobres;
los seguros privados y las prestaciones ligadas al tipo de ocupacion fa
vorecen a las clases medias. Dada la importancia electoral de estas
tilti I]1asL-!-s ba.~~~. ~_~~_l!)~9__q~U:L.~~_~~~~~-~-~~ I~".: ~ ~ofes arnptiacrones
delas actividades.df'J Estado del bjen~~tar.
-----------.-----
El tercer n'/,<imen del Estado del bienestar, el de la Europa conti
nental, tambien ha sido model ado por las nuevas c1ases medias, peru
de forma distinta. EI motivo es historico. Desarrollados por fuerzas
politicas conservadoras, estos regimenes institucionalizaron la leal tad
de la calse media al mantenimiento de programas de seguridad social
separados por ocupaciones, asi como tambien, en tiltimo tennino, a

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aquellas fuerzas politicas que los estahlccieron. La gran rcforrna de


las pensiones de Adcnaucr de 19G7 rue disenadu cxphcitumente para
atraer Is lealtad de la clase media.

CONCLUSION
Hemos presontado uqui una alternativa a una teorta simple del de
sarrollo del Estado del bienestar basada en la movilizacion de clase.
Dicha 1llternativa esta motivada por la necesidad analitica de pasar
de un modelo lineal a uno interactivo en relacion tanto a los Estados
del bienestar como a sus causas. Si estudiamos los Estados del bie
nestar, debemos fijar un conjunto de criterios que definan su papel en
la sociedad. Naturalmente, este papel no es el gastar 0 gravar con im
puestos, como tam poco 10 es necesariamente el crear igualdad. Hemos
preseotado un marco para comparar los Estados del bienestar que to
rna en consideraci6n los principios por los que voluntariamente se han
unido y esforzado los acto res historicos, Cuando centramos nuestra
atenci6n en los principios que estan fijados en los Estados del bienes
tar, descubrimos distintos grupos de rejnmenes, no meras variaciones
de "mas" 0 "rnenos" alrededor de un comun denominador.
Las fuerzas historicas que hay detras de las diferenci as de regi
men son interactivas, En primer lugar, irnplican el modelo de la for
maci6n politica de la clase obrcra y, en segundo lugar, la formaci6n de
una coalicion politica en la transicion de una economia rural a una
sociedad de clases medias. La cuestion de la formacion de la coalicion
politica es decisiva. En tercer lugar, las reformas anteriores han con
tribuido de manera decisiva a la institucionalizacion de las preferen
cias de clase y del comportamiento politico. En los regimenes corpora
tivistas, la sq.,TUridud sociul jerurquizada seguTl las diferencias do sta
.us reforznba la leal tad do las clasps nu-dias a un tipo peculiar de
I Estado del bi('nesta~ En los rcgimenes Iibcrales. las clasos medias
II llegaron a estar institucionalmente unidas al mercado/ Y en Escandi
t .iavia, la suerte de Ia socialdemocracia en las pasadas decadas estuvo
estrechameote ligada al establecimiento de un Estado del bienestar
de clases medias que beneficia tanto a su clientela tradicional de cla
se obrera como a los nuevos cstratos de empleados.i Los socialdemo
.ratas escandinavos fueron cap aces de conseguir esto, en parte, por
1ue el mercado privado de prestaciones sociales estaba relativapjante
subdesarrollado y, en parte, porque fueron capaces de construir un
I 3stado del bienestar con rasgos de suficiente calidad como para satis
ca cer los deseos de un publico mas exigente. Esto ex plica tarnbien el

p
I

1\1:' l'lt~:~'~Il';";\l\l~ IWI F~T\lI\\ IWI l\W\l'.-;nli

~;"~I':\ FS1'I;":l;-:\:'\llFt{S~::'\

:)!)

coste cxtruordinnriumente elovado de los Est.ados de! bienestar cscan

dinavos.

Pero una teo ria que intenta explicar el crecimiento del Estado del

bir-nestar dcheria tambicn ser capax de com prcnder su reduccion 0

decadencia. Generalmente He cree que los movi mientus de retroceso

del Estado del bienestar, las revucltas contra los impuest.os y la in

version de tcndcncias se inician cuando las cargas de los gastos socia

les se vuelven demasiado pesadas. Paradojicamente, 10 contrario es lo

cierto. Los sentimientos en contra deLE.s.tadQde.L.bi.e=tar eo Is pa

sada decaaageneralmente han sido mas de biles dOI)ge_IQlL~s1Ps..de

--ayuda socIal eran mas grandes ~1ce~er;~~P~r ~i~~?_


"'-~-~~0~de~':.et!.9;;'i~o_- de] ~Estad;;' d"rb;en"~tar no~~p~!'<l"Q __ 9.~
, los gastos...!110 de) caracter de clase del Estado del bienestar. Los Es
tados del bien-';;t~r-de-Ias clases medias: bien seansoci3Jderriocratas

y.

(COIIIO 'eii--memanl~ ). torjan


lealtades de cluses medias. Por el contrario, los Estados del bieoesfar
residuales, Iiberales, que se encuentran en Estado~ U:ni~os~ Canada
y, cada vez mas, en Gran Bretana, dependen de las lealtades de un
-"strato social. !lU-",-~icamente debil y coh1'recuencia -po!fticafnenfe-fc-siduaJ. En este senti do, las coalieiones de clase en las que se basaban
los tresti'pos<leregh~len de Estado del b~"n"st arexl?lic~~ no solo su
~voluci6n pasada, sino tambiensus perspectivas fuluras.

(como en EscandlnaVmJ 0 CUi pOi ath istas

2
,
LA DESMERCANTILIZACION
EN LA POLITICA SOCIAL

Las fuentes principales de la politica social moderna radican en el


proceso por el que tanto las necesidades hu;nanas como la fuerza de
trabajo sc transformaron enmercancias, determinando que nuestr~
lenestar empezara a depender de nuestra relacion con el circuito
onetario. Esto no quiere decir que I" politica social fuera desconoci
--da antes del avance del capitalisrno moderno, sino que su naturaleza
y su organizacion se transformaron. La prevision social de tipo tradi
cional se dirigia a un mundo que no estaba mercantilizado cornpleta
mente. Asf, en 10 Edad Media 10 que decidia 10 capacidad de una per
sona para sobrevivir no era e l contrato laboral, sino la familia, la
Iglesia 0 el senor.
La plenitud del capitalismo comport el dehilitarniento de la pro
teccion social "promercantilizada". Cuando la satisfaccion de las nece
sidades humunas lleg6 a implicar la adquisici6n de mercancias, el pro
blema del poder adquisitivo y de la distribucion de los ingresos se eon
virtio en alga importante. Sin embargo, cuando la fuerza de trabajo se
transformo tarnbien en una rnercancia, se puso en juego el derecho de
la gente para sobrevivir fuera del mercado. Est.o es 10 que constituye el
asunto mas conllictivo de la politica social. EI problema de la mercan
tilizaci6n constituye el centro del analisis de Marx sobre el desarrollo
de las clases en el proceso de acumulacion: la transformaci6n de pro
ductores independientes en asalariados sin propiedades. Para Marx,
la mercantilizaci6n de la fuerza de trabajo implicaba alienaci6n.
La forma de rnercantilizacion del trabajo ha constituido una preo
cupacion principal en la moderna filosofia, ideologia y teo ria social.

58

l;U~TA ESI'I;';:(;-A;';:J)l':H~r:;";

Los Iiberales clasicos del laissez-faire se opusieron a Im'l alternativus


ai puro flujo monetario porque perturbnrian e incluso i rupcdirran el
sagrado equilibrio de la oferta y la demanda. Ellos sostcuum, al igual
que sus seguidores coutempnraneos. quo un snlnrio social minlnto no
erradicarfa lu pobrczn. xinu que en renlidnd contribuiria a su pcrpe
tuacion, A su vez, el rnarxisrno era siemprc ambivalente, sosteniendo
unas veces que el genuino bienest.ar hunumo S(J)o podrtu tener Jugal'
con la cornpl eta abolicion del trabajo asulariado y otras, creyendo que
18 mejora social casiomu-ia un carnbio decisive. .Este ultimo punta de
vista no PTa una mera invenci6n de los socialdernocratas relormistas,
sino que fue expresado en el Manifiesto Comunista y en los analisis
de Marx sobrr- las Lcyes de Fabricas inglr-sas. La opinion de T.H.
Marshall ( 1950) consistra en que los derechos de la ciudadama social
resolvian csencialmonte (,1 problema de In rnorcantilizucion y que, por
10 tanto, ayudab.m a disrninuir las difercncias de clase. Finalrnente,
el ronservadurismo trnd iriunn l Sf;' oPUSO rotundnmento al principio de
mcrcantilizar a las personas porquc pondrl;\ PH pl'Jigro In autoridad y
la integracion social; los conservadores temiun que eso fuera un golpe
fatal para la perpr-tuacion del untiguo orden.
En La gran tronrtorrnucion, Polanyi (1914) idcntifica una contra
dicci6n fundamental en la trayr-i-toria del capitalismo del lciesez-foire
en e] ~entido de mercuntilizar completnment e In fuerza de trabajo.
Mientras el sistema solo puede desarrollarse par la rnercantilizucion
del trabnjo, al hacerlo tarnbien esta scmbrando su propia destrucion:
si la fuerza de trabajo no es m.is que una mercancfa, probablcmente
se destruini.
Haciendo rcfcrcncin :1 Gnm RretnilH, Polilllyi so:.;tcnin que el sis
I tema preindustrial de se~uridad de ingr~sos n'presentado por la Ley
de Spt'(>nhamland impidi{) la trnnsfornwci6n d(' 1<1 f'u("'za dp trabajo
en un"l. pllrn mcrcancia. PlIPslo qUt' el sistema renlmentc garnntizabn
un salario social. eso mitigaba In extrema nccesidad que habrfa forza
do a los traLajadores que no posefan tiprras a irse a vivir a nuevas
ciudades industriales. Por eso, hasta que fue reemplazado por las
nuevas t<'yes para pobres cn IH34, Spepnhamland fue unn traha para
el capitalisll10 britrinico.
Aunque puede que no aparecieran como tales, las nuevas leyes""'pa
ra pobres constitufan una politica soclal ac~~~~.di~~fi~9~. para que ~
empleo asalariado y ell1~ mo~!an~}uer~ el ej"....de_!!,:_existencia de
-una persona. EJ blenestar social, si no la supervlvencia, llegaron a de
pender de la ~oluntad de alguien para alonilar I~ rllprza de trabajn de
alguien. Se pupd~ decir que la L"y de Spl'cllhamland se identificaba

LOS T!t'ES Ml~Nl)Os DEL E~TADO DEL llIE:\ESTAI\

59

con los principios anteriores a la marcantilizacion. porque formaba par


te de las garantins tradicionnles de la sociedad reudal. Las leyes para
pobres dellgissez-Cnire 81 IJJjn~iPio" par!,cj~IU!l1. ~a~o_eld..U:JllQ. il~.p"si
Viaa~namental; sin embargo, detras de esta rachada debernos
reconocer Ia mano firme de un~l~!.f~i~~l_ ~<...><;!~I._!I~l!y.~jh~~lJada p~!~e8.
~_?~a h!,gemonja del mercado en la distribucion del bienestar so
cial. Sin ningun recurso frente a la propiedad y sin ningun Estado al
que poder apelar para satisfacer las necesidades humanas, el mercado
se convierte en una prision para el trabajador, dentro de la cual es obli
gatorio comportarse como una mercancia para poder sobrevivir.
La mercantilizaci6n tanto de las necesidades como de las personas
puede fortalecer la maquina de la acurnulacion capitalista, pero debi
lita al propio trabajador. EI dogma de la libertad aparece justificado
dentro del mercado: el trabajador puede escoger libremente entre
combinaciones alternativas de servicios, empleos, patronos y tiempo
libre. Peru Marx y Polanyi y recicntement" Lindblom (1977) tienen
razon al argumentnr que se trata de libertad dentro de una prision,
por 10 que es ficticia. Los trabajadores no son mcrcancias como otras,
porque dcben sobrevivir y reproducirse, tanto enos misrnos como la
sociedad en la que viven. Es posible retirar las lavadoras del rnercado
hasta que se Ilegue a un acuerdo sobre su precio. pero no es posible
que un trabajador se retire del mercado durante mucho tiempo sin re
currir a medias alternativos de subsistencia.
La pohtica de mercantilizar a los trabajadures estaba destinada a
producir 10 contra rio. Como mercancias las personas son prisioneras
de fuerzas quP escapan a su control; la mercancia se destruye facil
mente por contingencias Hociales menores ('0010 la enfermedad a par
acontecimientos a gran escala como el cicio econ6mico. Si los trabaja
dores se comportan realmentl' como mercandu:-l discretas, competinin
par definlcion y, cuanto mas fuerte sea la compclicion, mas barato se
ra el precio. En tanto que mercancfas, los trabajadorcs pueden ser fa
cilmente sustituibles, despedidoB y dispersados. k desmercantiliza
ciOn PS, por 19_!antO.L--~'!...QrQ~.~socon-.!!11.11~ip)es rakes; como sos!:..uvo
Polanyi,.cs necC:-iaria para Ia superviv~ncia -dei-;i"Stema.Es tambien
. ~na -precondici6~
consegui-r unn{veCiolerabieaeoteriestarYde
seguridad individual. Por ultimo, los trabajadores son inca paces de
una acdon colectiva sin la dcsmercantilizaci6n y, por 10 tanto, es el
elemento principal de la unidad y de la solidaridad que se necesita
para el desarrollo delmovimiento lab oral.
La variabilidad de la evolucion del Estado del bienestar refieja las
f(>spuestas qu(' se presentan a las presiones para la desmercantiliza

par:a-

'10

la)ST:\

ws Tln;S t\n:i-";!l()S IJEJ, ~;:iTr"!lO lIf!. fHL\TSTAj(

t':S~'IN(;~r\NllEIISEN

cion. Para entender cHle C(IlICCplo,


-d(~-srn~!:~antiliz-;ci6;))no dtJleria
ionfundirse con la erradicaci6n total del trabajo como mercancia: no
es un problema de todo 0 nada. 1'1 concepto s~. refiere mas bien al gr,a::
I do en el que los individ\l'.'!LQ 1& famili'!s pu~den mn ntener un nive.!
Ie vida socialmente aceptablejndependientemente de sU parlicipa
I '16n en el mercado. En la historia de la politica social, los conflictos
I, han gJrado principahii"ente-';';"lorno a que grado de irununidad de'
..nettado Se~)5)ble:..-es decir, los recursos, 13 extension v la cali
~ !ad de- Josderechos sociales. C;;andoenraoajo se aproxima:;" la libre
i!leccidn mas qUe a 1ft necesldad, la desmercanulizacion puede llcgar a -'
18 desproletarrzacion.
EI status de mercancia del trabajo es 10 que yacia en el tendo de los
iebates y conflictos sobre la "('upst.it>n social" del .sigJo XIX 0, comd se
denorniuo comunmcnte en Alemunia, lu Arbeiterfrage. POl' supucsto,
10 es probable que el puro status de rnercancia del trabajador haya
-xistido realmente. lnclu-.o e-n I;] cumbre ocllaissez-j{lit"e persistian reo
siduos nrecapit.alistas del comunalismo .y ornergioron n unvos meca
uisrnos de proteccron. Sin embargo, con fines analiticos es provechoso
ratar >1 caso puro del laissez-fcure come un t i po ideal en el que pue
ian ideritifica rse mas cluramente las principales desviaciones. Puesto
que en ('1 siglo XiX cl conservadurismo tradicional, manteniendo nor
lias precapitalistas, constituy6 la mayor fuerzn contra la mercantili
'acion y puesto que esto influyo de manera significativa en cl desu
-rollo de la po Utica social, deberfarnos empeaar nuestra discusion co
l-rectamente ('nn ellegado de la "premercantj Iizaci6n".

'A PRI::MF.Rf:ANTILlZACl0N \' Er. LH;AIlO DEI. [:ONSERVADl!R!SMO

,
No St~ deherif.l ('onfundir Ia sociedad precapitalista ('on la ausencia
le la forma mercancia. La agricultura feudal producfa regularmente
r:ultivos comerciales y IllS cludades medit'vi.t1es estahan totaJmcnte
JCupadas en la producci6n y en el intercambio de mercancins. La eco
omla seilOriaJ 0 uhsolutista neccsitaha Ull Histema de impucstos
'ue, a su vel., exigi,l. !a venta de mcrcancias. Era Ji.)rma mcrcancJa del
rrabaj(l 10 que estaba sin de:;arrollar.
No se lrataba de que los produclores precapitalislas, 10' campesi
os, los siervos 0 los oficiales confiaran mucho en el bienestar socinl
('on independencia de Sll rcndimiento en el trabajlJ. No S(' pooian te
der muchas exigencias para subsistir independientemente del traba
); sin embargo. la forma mrrcanda (':-,l aha ;lllscntl'. pn pJ sentido de
'ue la mayoria de la gente no depend!a enteramente de un tipo de in

61

g-TeHO salarial para su suucrvivcnciu Las ecollollilas domest.icus ernn


con [recuencia autosuficientes. la servidumbrc feudal tambien asu
mia un grade de reciprocidad y ayuda paternu l por parte del senor, el
productor urbano era general mente miembro de un gremio 0 asocia
cion obhgatoria y la persona necesitada, ncrmnlmente, podia dirigirse
a la Iglesia, Por 10 tanto, en contraste con la desnuda logica de 1.
mercantilizacion del capitalismo, la mayoria podia confiar en las nor
mas que prevnlecian y en las organizaciones comunales para subsis
tiro Y en cornparacion con la ayuda a los pobres del Inissez-faire, la
ayuda social "precapitalista" era gene rosa y benigna.
Un distintivo de In idcologia conservudora es su punto de vista de

que Ia mercantilizacionaew-STrlchvlduos es moralmente degradante,

sociaTii1ent'CC(Jrruptora, atomizadoray ~-li~a. Los individuos no

han nacido para cornpetir 0 luchar, sino para ....ubnrdlnar su propio in


teres a una autoridad reconocida y a las [nst.itucionea irnperan tes .
,;Como ha tratado en lu practica el eunservadurismo 01 problema de la
mercantilizucivn" Se puedcn di:;tinguir var-ies modelos: cl primero es
sustancialmente feudal, el segundo es corpornlivil::ita y el tereero es

estatista.
Los ideales feudales son Iuerterneute iJIlt<li:onistas con el pstatus
de mercancia; 10s melT"ldcs no .mport.m y cl l. rabajo asalari ado es so
lo marginalment.c import.ante para el'hienestar humane. Una historia
cvcrdadera r ilustru bien est.a logica: una lipinl rornpania americana
del ramo textil decidio empezar a producir en Haiti hacia 1970, atrai
da por Ia perspectlva de unos costos salariales extraordinariamcnte
bajos. Cuandu so lermin6 la planla, los direcl,ores de la empresa, lo
dos americanos, decidjeron atraer a los mejort-'s trabajadores de la is
b! ofrecicndoles un salario m,ls alto marginaJmentc. Por supuesto, el
dia de la upertura los desempleados Ilegarof} por millare.s para ofre
cer sus servicios y la direcci6n no tuvo ningun problema en elegir una
mano de obru selt.'cta. Pero despues de solo upos pOCOR mCHes lu pla n
la cerro. iPor que'? La razon fue que la direccion americana simple
mente deHconoda la existencia dt.' convenciOlws de tipo feudal, en el
aspecto social, scgun las cualcs, por ejl~mplo, cuanoo la cusa de In ma
dre del trabajador se incendiaba, el jere (en Haiti los trabajadores Ie
lIaman Papa) tenia la obligaci6n de reconstruirla 0 euando un nino
necesitaba asistencia medica (J se casaba un hermano, de nuevo el
Papa tenia 1a obligacion de ayudarlt~s. Obviamente, los americanos se
equivocaron cuando aceptaron el salario de mercado como un salario
real. Donde los trabajadores estan autenticamente mercantilizados,
el empresario no es ningun Papa.

6:!

~;Ir,.)~T.-\ [~PI~G-.\..."nEK~~~:.s

No deberiamos descartar el patcrnnlismo feudal de Haiti Como si


fuera una reliquia de nuestro pasado lejano, EI favoritismo y el clien
telismo son las versiones rnodernas del mismo fenomeno y han te'lido
mucha influencia en domina- el brutal mundo de la mercant.ilizncion.
En los Estados Unidos, la maquina urbana 51? transformo en el meca
nisrno a traves del cual lOR inmigrantes de otras etnias pod ian combi
nar el trabajo asalariado y la proteccion social; en Italia, la Democra
cia Cristiana de la postguerra debe gran parte de SU poder al cliente
lismo -del bienestar socio'. :-"h!'r todo a la distribucion de empleos y
pensiones de invalidez. Son tod.tvta mas relevantes los iniciales pla
nes patronalos de heneficios coruplernontm-ins nrofesionales que apa
-ecieron en Europa y en Estados Unidos. Generalmente or-an discre
cion ales .Y otorgaban beneficios sobre todo <l los ernpleados predilectos,
En Estados Unidos. la Am~'r!c'~'''' ~;xpre.s~ Company (entonces una em
presa nuviera r fue la pionera, peru .\.1 ('n la etapa de la postguerra, es
t,e estilo de generosidad paternal y clientclistu paso a sor un rasgo ca
racterfstico de las ernpresas privadas (Weaver, 1982).
Las corporacionos 0 grcmios son una s('l~lIllda variants de las me
Iidas precapitahstas y premercantilizndn-nc Aparecieron en las ciu
dades entre los artesanos y miemhros de Ull oficio como un media de
cerrar filas y de monopolizar el ingreso, la afiliaeion, los precios y la
}roduccion. Los grernios y las usociaciones fraternas combinaron tam
~ien el salario y el bieuestar social. ocupando-- de los rnicrnbros inca
nacitados, de las viudas y de los huerfanos. Sus miernbros no eran
.nercancias ni estaban en el mercado, sino que se definian por su sta
'us corporativo. De una manera significativa, los gremios incluian a
maestros y ofIciRles y aceptaron d rango y la jerarqufa, pero no la cla
de. Cuando He abolicron los gremios, muchn,s vecet.-; s(' trall~f(}rmaron
n mutualidades. En Alemania, las mutualidades y las posteriores le
"es del seguro social incorporaron gran parte del eHpiritu feudal, co
mo se veia en sus ideas sobre la obligatoriedad de ser socio para cier
~os grupos y en el principio de autoadministracion corporativista
Neumann y Schapter, 1982).
EI modelo corporativo fue una de las primeras y mao frecuentes
.'espuestas a la mercantilizaci6n, Penetro c1aramente en las incipien
es asociaciones fraternas de Ia dase trabajadora, ofreciendo un mun
~o de servicios y de proteccion reservado para sus miembros. No es
sorprendente que estas asociaciones estuvieran dirigidas 80bre todo
artesanos privilegiados.
Pero el modelo corporativo fue fav0r(>r;r,n rrincipalment(1 por los
circulos gobernan les conservadores de la Europa continental. Ellos 10

loll:' TH~:~ ~\l"S\h):-; P~:L E'-:'T.\llU 11FI mr:-,r.:'l'\f':'

63

percibieron como una forma de apoyar a lu socicdud trudicional ante


el desarrollo de la economia capitalista, como un medio de integrar a]
individuo dentro de una entidad organica, protegido de la individuah
zacion y de la competitividad del mercado y apart.ado de la logica de
la oposicion de clase. La proteccion social corporativista lleg6 a ser el
dogma de la Iglesia catolica y fue energicamvnte apoyada en las dos
enciclicas sohre la cuestion social. Rerum Novarum (1891) y Quadra
gesimo Anno (1931) (Messner, 1964). EI elemento corporativista era
especialmente destacado en la ultima y estabu de acuerdo con la ideo
logta fascista del memento. En Alemania, como en Italia, ol fascismo
no deseaba en particular alirnentar una mano de obra de mercancias
atomizadas, pero queria reinstaurar el principio del merito moral; por
esc, su politica social era ahiertamente favorable a ~arantizar una se
rie de derechos sociales. Sin embargo, estes dcrechos estaban condi
cionados a la leal tad y moralidad correspondientes que formaban par
te del nuevo hombre fuscis tu t Rirnlingcr , 19R7; Guillebaud, 1941;
Preusser, 1982).
La buena disposicion del conservaduri~mo para garantizar dere
chos sociales, aunque condicionados a la moral, a la lealtad 0 a la con
vencidn , es tam bien evidente en la tradicion estnt.ista, cuyos ejemplos
historicos mas dofinidos fueron tal vez los rcgimenes de Alernania ba
jo Bismarck y de Austria bajo Von Taaffe. Como en el casu del corpo
rativismo, los motives de [undo cran la inteurucion social, la conserva
cion de la autoridad y la hatalla contra el socia lismo, Tarnbien conta
ban una oposicion al individualismo y al libcralismo igualmente fuer
teo Guiada intelectualmente por academicoo como GUHtav Schmoller y
Adolph Wagner y por doctrinas catolicas como las del obispo Kette
ler, de 1a tradici6n eHtatista ::;urg-io cl princlpio del "socialismo monar
qui co", un modelo absolutista de compromiso paternalista y autorita
rio para la proteccion social de sus subditos,
EI conservadurismo estatista via en los derechos sociales la solu
cion para Ia "cuestion social", Cuando Bismarck y Von Taaffe promo
vieron el segura social moderno, de hccho estaban siguiendo ia inicia
tiva de Napoleon III en Francia. Pero Bismarck queria ir mas lejos,
incluso contcmplo Icgislar el derccho (1 In ohli~aci6n, si se quiere) al
empleo como parte integrante de su visi6n mas amplia de los
Soldaten der Arneit: trabajadores como soldados dentro de una econo
mia que fundonase como el ejercito (Preller, 1949; 1970; Briggs,
1961). En la decada de los treinta, los nazis empezaron realmente a
poner en practica el anti~o concepto de Bismarck del trabajo milita
rizado por medio dpi reclutamiento del trabajo, de una politica en con

"4

\.():-' HU:S Ml'7\\Xl:, DEL E~TADO

la~~T.\ E,'WI~\;-ANtWH:-'Et"

.ra de la ocupacion de las mujeres y de la obligatoriedad de pertenecer


I hipercorporativista Frente del Trabajo de Robert Ley (Rirnlinger,
1987). En la politica social conservadora, la separacion entre derechos
j obligaciones es a menudo muy difusa.
Nuestra prolongnda excursion pOI' los fundamentos de los derechos
'lociales era necesaria, porque, en realidad, son Ius origenes de la poli
tics social moderna. En casi todos los paises, bien sea en Escandina
ia, en Gran Bretaiin 0 en el cont inente europeo, la tradicion censer
"adonr fue la que dio lug.ir <l Ill. prirneros ataques sisternaticos y pre
meditados a 1<1 rnorcnnt.iliv.uron \1,,1 trabajo, Los motives no son muy
..Jifit:ilcs de dcseubr-ir. En primer lugar. psta;:; fncrzas conservadoras
emian. con bastante razon, que el avance del liberulismo. de In demo
. . racia y del capitulismo pudicra destruir las instituciones sobre las
que se basaban su pader y sus privilegios. EI trabajo como mercancia
laramente haria pedazox los ;-,i:,ll'lll.1." f('ud;llC'H y absolutistas de con
'rol Iaboral.
En segundo lugar, el status prumercantilizador de los trabajadores
era un modelo ya disponible y que estaba tarnhien presente en el apo
'eo del loissez-fuire; era una respuesta que llego naturalmente y que
...odia reivindicar una fuerto dosis de lcgitirnidad. Puede que los gre
mios se hubieran abolido, pero subsist.ieron como mutualidades: la
mpresa capitalista (al igual que el Estado) ofrecta una lista de bene
"icios sociales fuera del contrato de trabajo: el paternalismo no era. al
~o que parecia contradictorio con el espiritu ernpresariul. Como indico
Jchumpeter (1970) de forma tan elocuente, el orden capitalista fun
iono porqne estaba dirigido y organizado pOI' estratos protectores de
una epoca anterior. La politica social de Ia "prernercantilizncion" fue,
per as! decirlo, uno dr
"arbotantos que prvvinieron el colapso del
apitalismo" (Schum peter, 1970, p. 139). Fuo tarnbien una de las pie
~rag nngulnrcs de (0 que hoy ~l' cOl1si(kra pi Est;lrlO d(~1 bicnpslar mo
derno.
1

oA RJ;SPl I~:STA LIBERAL A LOS lJILEMAS DE LA

M~:HCANTILIZACI()N

El trRbajo como mprcancia pura y sin mezcla que se asocia con el

,issez-f<lire, probablemente no ha existido nunca en la vida real ni,


..:Ie hecho, en ningura tcorla seria del laissez-jain', Tc6ricos como
Adam Smith 0 Nassau Senior no defendian una economia en la que el
"':stado niega cualquier forma de protecci6n social, pero esto no impli
3. que el problema se reduzca a un fant~cm:1 hi::Uirico. Algunos mC'r
"'ados de trabajo se parecen al casu puro. como se demuestra en las

nn. nn::-':F:;T.\H

65

subastas callejeras de trabajo que tienen lugar en Texas. Y en la teo


ria respetable, el Estado debia ser absolutamente minimalista y solo
se deberia acudir a el en situaciones de verdadera crisis humana.
La formula pura de mercantilizacion fue consagrada pOI' los vulga
rizadores del laissez-taire, como Smiley 0 Martineau. Desde la pers
pectiva del hienestar social su razonamienlo era doble; en primer [u
gar, sostenian que un minirno social garantizndu causarta pobreza y
desempleo en lugar de erradicarlos; este razonurniento ha encontrado
una nueva vitalidad en el neoliberalismo reciente. En segundo lugar,
para ellos la I'roteccion social causaba corrupcion moral, de"pilfarro,
ociosidad y embriaguez. La moral del liberalismo y la del conservadu
risrno estaban c1aramente en desacuerdo.
supuesto_gcneral en el
que el
patorioj ~.-eLrnejQr soporte...lKlsibl p para Ja~hrh'iTI~~enYDQmjswo Y
pnra )a labo~dad. 8i no hay lnterfercncim;, sus mecanismos autorreguladores aseguraran que todo el que quiera trabajar tenga un
empleo y, pOI' consiguiente, podra asegurar su propio bienestar. La vi
da privada puede estar forjada con peligros, inseguridad Y dificulta
des y, en principio, no es improhable que aparezcan la pobreza 0 el
desamparo, pero esto no seria por culpa del sistema, sino solamente
a consecuencia de una falta individual de prevision y de ahorro.
Este modelo esquematico de la "buena sociedad" liberal contiene

una cantidad de obvios y bien conocidos puntos debiles. Asume que,

en realidad, todos los individuos son capaces de participar en el mer

cado, algo que por supuesto no es asi. Los viejos, los enfermos, los cie

gos y los lisiados estan obligados a depender de la familia, 10 que, a su

vez, limita la capacidad de la familia para ofrecer al mercado su tra


bajo. El ahorrar para futuras catastrofes sociales puede que no sea

posible cuando los salaries se acercan al minimo para la superviven


cia y casi nadie puede protcgC'rst' contra una crisis prolongada.
En todos estos casos, el dogma liberal se ve forzado a recurrir a
.las~nstituCi('!'~~Jll'ecapj'talislaRd,:-~~u~~_-"oeinr. C~ffl'J}"_X,,milia la
Iglesia la comunidad. Y al hacerlo se contradice a si mismo, porque
es as institucion~pueden seguir el juego' qel mgrcado 51 estan ..
-cargadas de responsamlldades .:'i.(~lare. - - '
--.
E;!Jiberali~-".-IeconQcioen el principio del bien publico una raz~n
fundamental para 1a intervenci6n social. Los barcos mercantes enca
-Hanan Sin los i8i'~almenteT;'pDhlacion moriria sin acciones en
pro de la salubridad publica. Fue debido a la fuerza de las circunstan
cias principal mente, pOI' 10 que el liberalismo acepto la necesidad de,
los derecl10s sociales. Como descubrieron los ingleses en la Guerra de

~!

libe~alismo._es

'II!

merca~_~~~!.!I_a~ci. 1';;;'
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l;l'~T.\ E~I'I:\'I..;~:\:'\Dr:k:-:r::-;

h_ BOers, es dificil mantener un imperio sin lin ejercito de soldados


s: '08 e instruidos. Del rnismo modo, la actuucion de una ciase truba
jartora inglesa rnenesterosa )' desvalida parecia compararse desfavoru
b.....mente, en terrninos de eficiencia, con los nuevos ricos industriales
c 10 AJemania. <Como, pues, abordo el Iiberalisrno los dilernas de la
rr-srcantilizacion IaboraJ?
.. ~- ---- .. -"--'--'"
.
u

- Elliberalism~Wnh6 .l!2.iLcesRl!estas aceptables. Una fue trasla


d
una versi6n mowficada del principio del "menor derecho" ~~J1l
a" 'igua ley 'p~!.a los pobres a uu m.irco de asistencia social para los
"-quesecoolprueba Que noJi~!l('n 11l((~ios:_Pg esta forma, se eyitaba-1~.
e),... e nsi6n de uuos derechos sociules inrundicionaies y la generosidad
d gobierno se limitaba a 1m; verdaderarnente ru-o-sitndos y !1U in~_~_
,,)-'8 a lo~ trahajadorps it t'!:icoger fa proLeccionsocial en lugar del tra
buJ.2; Un sistema de comprobacion r,:n-l, los que no tienen medias es,
d alguna forma, una mnnera dl' ;l:->pgllrar.se que los ingresos que no
p: 'vienen up} rnercado so rescrvan para aquellos que de todos modus
sun incapaccs de part.icipar PI1 el mercado. EI cuncepto dt' Titmuss
(~_ 74) de ESlado del bicncstnr residual 0 mariC~a(lr<!.li!de ~tar
e' ctlITYlente est"y~o!,i"daJd~TPara;rrgmaj;beraU~ q~~jjl1C...1i
o"'lgaclOn pUb"ca empieza solo donde falla cI mercado: laJ.Qglc.<!.JkJi!
fn~rCaJittltzaclOn tiene primad.i.

. . 11 moder~asistencia social oncontro su camino principulment.e


d vtro de la politica social anglosajona de predominio mas liberal y
de Ia primera politica social escandinava, Ya en este siglo y algunas
v, .es inclus despues de la Segunda Guerra Mundial, a mcnudo esta
b condicionado a un comportamiento estrictamente "mercantiliza
do" (y a veces tarnbien moral). F.n Dinamarcu, pur ejemplo, la pension
PQ,{8 los que Sf! comprobaba que no ternan rnedios, se denegaba a las
p ,onas qu~ no babian podido d"volver al ~;stado la ayuda para po
b.. . "s que habian recibido antpriormente. En Nueva 'I 1;mda, la asis
tencia social s(' oenei{aba a pprsona:-; de conducta matrimonial "amo
rt ,como por ejemplo los divorciadus.
'.. . a misma filosofia inspira eJ segundo enfoque. Induso In forma
ITJciS pur~ del ltbt>raJismo nuncn sc opuso a las institucion(~s bt'n('ficas
o al seguro en .'it. Lo que importa es que la bencficcncia 0 cualquicr
o 1 dase de segura tenga una base voluntaria y que, ndemas, los sc
g'-os logicamente scan contraetualeH y actuarialel:'i. Puesto que no
eXIste tal COS.:1 como una com ida gratis, los dl'rechos y los subsidios
d. ,en rencjar las cuolas pagadas. Una vez que el liberalismo lJego a
8
ptar el principio del sindicalismo. fue perfect.'! n'l'nt" r';lpaz de ex
tpYlder la idea del spguro individual a las prestaciones so(;wl(';.: ncgo

67

ciadas colectivamente. En realidnd, esto ultimo I1pg6 a inspirar toda


la idea del capitalisrno de bir-nestar que tanto cntusiasmo 31 libera
Iismo americana de entreguerras (Brandes. 19761. La idea era que
los Estados Unidos pudieran prescindir del sabor "socialista" de una
seguridad social cstatal promoviendo planes de prevision a nive! de
empresa.
Obviamente, 10 que prefiere elliberalismo es el seguro organizado
de forma privada en el mercado. Pero como hu senulado Ogus (\979),
/ la idea de la seguridad social publica no era tan dificil de reconciliar
con la logica del trabajo-mercancia como suponia la ideologia purisla.)
La seguridad social tiene, como su pariente del sector privado, escalas
de derechos y subsidies en funcion del tipo de empleo, el rendirniento
y las cuotas pagadas; deberia par tanto reforz.ar "I incentive al trabajo
y a la productividad)Aunque esta construida sobre una base actua
rial, conserva el pUro vinculo de intercambio del bienestar social. Y
como ha sostenido Graebner (1980), las pensiones por jubilacion llega
ron incluso C1 ser consideradas po r Ia comunidad empresa rial como
una forma de hucer el mercado laboral mas flexible: con las pensio
nes, los ernpresarios podrian - 3 expensas de otl'OS- librarse mas fa
cilmente de los trabajadores lll.i8 viejos y menus p~icientps. l ncluso la
idea de una seguridad social obligatoria pod ria Her acomodada al dog
ma liberal, porquc si unos grupos fueran a tener cobertura y otros no,
el resullado seria una competencia desleal. Claramente fue esto y no
los ideales de solidaridad social 10que motive el seguro de desernpleo
obligalorio universal en los Estadcs Unidos. La lendencia en el libera
lismc a favorecer soluciones universales una vez que la seguridad so
cial se vuelve includible no es, por tanto, casual.
En resumen, la adaptaci6n de la proteccion social por parte de! Ii
beralismo, en In practica es mucho mas elastica de 10 que normal men
te se piensa, prccisamente porquc bajo ciertas condiciones permite re
forzar verdaderamenle el status de mercancia del trabajr> sin "feetus
sociales negativos.
LA DESMERCANTILIZACION COMO I'Ol.iTICA /lEI. SOCIALISMO

EI socialismo como teoria, ideologia 0 estralegia politica surgi6 en


gran parte como respuesta a la mercantilizaci6n capitalista de la
fuerza del trabajo. Para el socialismo, la mercantilizacion del lrabajo
es un elemento integral en el proceso de aHenaci6n y de clase; cs la
condici6n por la que los obreros pierden el control de su trabajo a
cambio de unos saJarios; la connici6n por la cual sc afirma su depen

r"

(;0S'I'A 1':SI'/N(,-ANIH:Il."iliN

, .icia del mercado y, por 10 tanto, tarnhien es la clave del control del
, vpresario: ademas es una causa de la division de la elusc y un ohs
tAculo para la unidad colectiva. Simplemente par definicion, las mer
t......n cias compiten y, cuanta mas fuerte es la cornpeticion, mas harata
el precio. Por 10 tanto, es natural que el deseo Ul' desmcrcant.iliza
r:-)n de los trabajadores se t ransforrnura en cl principio que guiase la
politica del movimiento obrero. Tanto el bienestar social de los traha
lores como el poder de la organizacion, dependen de la reduccion de
I
esclavrtud del individuo dr-n: ,.: 1 flujo rnonetatio.
Se ha pintndo a menudo ln It'ofl;1 :-i()('ialista clasica como defensora
l.. la supresion cmuplet a de Ji.! 16git.:;! do l trabajo como mcrcancia.
. ituraimento. esto es cierto en tl'rminos dr- ohj(tlv(j final, peru no 10
f'~ en relacion al anal isis practice. En El Cupital. Marx elogiuba las
Leyes de Fabricas britanicas. porqur- ""'1tribuian a disminuir 10'1 impo
.icia de los obreros. En El "falltl'l's!/! t 'omu nista, el capitulo final
.,.- "Jpone una serif' de reform.is socialcs do mcjora que aume ntarian
los recursos de los trabajadores y rc-forznrinn su posicion frr-nte 0'11
ercado. Y tnnto Karl Kautsky eo III 0 Rosa Luxemburgo promovieron
~ivamente <.'1 salario social. Por 10 general, tanto las teorias refor
rnistas como las revolucionarias ost.tban de acucrdo sobre la necesi
uad y la conveniencia de luchar por el derecho a un ingreso social in
pendiente del salario del trabajo. La que dividia principal mente a
sectores roforrnista y revolucionario del socialismo era el problema
ne la estrategia.
Las politicas incipienu-s sobre la desmerca nti lizncidn tenian un
rcano parentesco con la tradicion corporativista conservadora. Esto
1"1 es ninguna sorpretla, puestll que- los primcros movimientos obreros
~,,; forma ron en g-ran parte alredt'uor de resl.rictivos sindicatos prof'c
lnales, mut.ualidaric!i ,v, a veces, algtin part ido politico. Po)" supues
~ el pun to debi1 de estos programas eran sus modt.'stos sub~idio~ y
su limitado alcance entre los miembros mas vulnf>rablcs de la clase
~ ,rera. Fue el desorganizado "proletariado dt> los suburbios" 10 que
puso 13 mayor amenaza para In unidad de los trabajadores. Estos
pt)reros eran los que n('('esitaban respaldo, peru las asociaciones para
t-i bienestar social microsocinli:;tas ten ian difirultades para cOlleclar
n elias. As; se desarrollo el debate sabre el apoyo a la ampli arion de
1 'i derechos sodaIt's f'n el Estado burgues.
Este fue el dilema que refreno fuertemente Is capacidad de actua
jn de los socialistas. Hasta despues de 1a Primera Guerra Mundial,
casi todas los paises el Estado estaba cont l'nlnrJo nor fuerzas COtl
.....rvadora:; 0 liherales y los socialistas vClan poca:-i altl'I'n;1t;\as a opoi ..

"';

LOS THE~ Ml':-.;IHlS 1l~;1.

~:ST;\IJ()

IJEI.I1IE\I'.."';T,\1(

ml

nerse a 10 que ellns percibian como una pacificacion social adversa.


Ciertamentc csta fue lu respucstu dominantc en la sociuldemocracia
alemana hasta bien entrado el siglo xx: sin embargo, el cisma entre
socialistas y conservadores no era necesariarnente tan profundo en Ia
cuesti6n de los derechns sociales. Estc fue camprendido de forma gra
dual por irnportantes figurus socialistas como Branting en Suecia y
Heiman y Kaleck i en Alemania y encajo con facilidad en el paradigma
que estaba surgiendo de la "revolucion lcnta" adoptado por la social
democracia austriaca y alernana.
Entonces, ostos socialistas reconciliaron el refor-mis mo conserva
dor con los objetivos socialistas. Para Lederer y Marshack (19261, dos
destacados socialdcmocratas alcrnanes, la protuccion del trabajador
promovia la causa del trabajo pnrque inevitablemcnte rcstringiria el
alcance del control de los ernpresarios. Para Eduard Heiman (19291,
uno de los principales teoricos e-ntre sus contcrnporaneos , la politica
social tenia dos caras como .Jano: puede muy bien ser un media para
sostener y para salvar el sistema capitalista, pero al misma tiempo es
tam bien un cuerpo extra no susceptible de entorpecer ol dominio del
capital. Equipado can esta cluse de analisis, el socialisrno podia defen
der tarnbien la estrategia brradual frente a In vision mas apocaliptica
presentada en el dogma cornunista revolucionario. Mientras este ulti
mo sostema que las raices de la revolucion se usientan en la crisis y
en el coiapso, los reforrnistas comprendieron que la miseria humana
que produce Is crisis no haria sino debilitar el proyecto socialista. Par
10 tanto, se via un aumento gradual del alcance y de la calidad de Jos
derechos sociales como una condicion previa para una lucha mas am
plia y no simplemente como "I fruto del exito final. Finalmente, par
medio de esta reformulaci6n cstratcgica el socialismo accpto el Estado
del bienest,lr como el centro de un proyecto a largo pJazo, En e~te sen~
tido, la sociulucmocracia lIega a Sl'r sinonimo ue Ja defcnsa y promo
cion del Estado del hienestar.
Seria compietamente err6nco creer que los socialistas tenian un
proyecto de desmerrantilizacion; incluso los ilustres sOl'ialistas suecos
lluctuaban ent.n varias politil'as, muchas de las cualt's objetivamente
ten ian una base socialista poco tirme. EI motivo de la confusi6n era
doble; uno de estas motivos estaba relacionarlo con la interpretacion
del nexo "capucidad-neccsidaucs" tan importante en cl marxismo c1a~
sico. Si la mejora social estaba en funcion de la necesidad, los socialis
tas podfan facilmente encontrarse elias mismas operando con el pa
t.ron mas amplio de la comprobacion de media, de vida y de los nive
les de subsidio adaptados a las condiciones de vida de los pobres. En

-I)

l;lI:-:'I'A F-"l'l;';l:-.\:'\IIEI"'sF;";

.uchos casos, como PO Australia y en Dinarnurca. el modulo de axis


-ncia social fue adoptado pur los rnovimientos ohn'ros por tales ruoti
vos. Quiz! lus socialistas se esforzaran por mcjorar los subsidies y por
..unimizar el estigma social, pcro vie run clarnmente cual era cl tipo
~ sistema asistencial mas igualitario: ayudar n los verdaderarnente
. . ecesitados.
Otro motivo de confusion cstaba relucionado con 1..1 clientela para
. desrnercantilizacion. Hasta la Segunda Guerra Mundial, los parti
'')8 lahoristas eran muy "obreristns", considerandose defensores de
ra clase obrera industrial. En estns condiciones, era natural adoptar
_.. stemas d exclusividad dr- clasp. Ahora bien, al encarninarse los so
'alistas nucia una imugr-n IW1:-; amplia do nb.u-cnr :.1 "toda la gt'ntc
-nodesta". politicarnente estaban ohligados a enfocar los derechos en
,,~rminos de proteccion universal. Esto. como sc discutira en e l capitu
3, fue In rillZ de la solid.uidad universalist.i l'll la pohtica social so
'alista.
Lo que caracterizu a casi todu In primera l~poca do ln pohtica social
. .x-ialist.a es eJ concepto de unos drrechos sociales hasicos 0 minimos:
idea era estahlcr-cr Iuortos dcrr-chos, peril con unos niveles de sub
-idios basu.nte modestos y limitndos por 10 J'('gular a las areas centra
,eS de las necesidades hurnanas t pensioncs de jubilat-ion. seguros de
-cidents, subsidies dr- dosernpleo y enfcrmednd t. ~('guramentp que
~~ restricciones fi nanricras desernpcnaron su pape l, pero la modera
cion d(' su propucsta puede ser vista tamhicn t-onto el reflejo d(~ c6mo
.;!finieron el problema los primero.o:: socialistas: vieron la cuesti6n en
~rminos ohreristas, en terminos de proporcionar un nivel basico par
rlebajo del cual no se dpjaria que estllviera nadie. Dc herho, hasta In
uecada de los aijos Hl~O y 1960, los programas sociales de los partidos
~ lo~ trabajadorcs pran casi lI11ivprsalnwnt.., d(' alc.:uwe .v ('ali<1ad
,edia, aunque el criterio que se S('bruia para ll'l}er derccho era muy
generoso. 1 objetivo era evitar Ia pohft:>za, no l'mancipar a los obreros
" su dependencia del ll1erc~do. EI hncerlo hahria requerido una re
-.rmulacion profunda de la politica socinl incluyendo dos cambins ba
o;::icos: primero, ia ampliacion de los dercchos m!i~ alia de la estrccha
danja de lu nccesidad absoluta y, segundo, uumentar los subsidios
:ista igualar los ingresos normales y los niveles de vida medios del
~q,is. En relacion con el primero, 10 que importuba sobre todo era la
Introduccion de una variedad de pJanes que permitfan que los empJe
jos fueran pagados mientras desempeflaban otras ac~ividades dis
'ntas del trabajo, como cuidado de los hijos. responsahili~arJes fami
liares, curso~ de formacion, actividaueh orgallizallvas P indu::m (leiu.

I P."'; Tm:s',\tt!;-';lllIS \I! t,

~:ST\\H1IJt:\,

1\lt'\t'.";["\I(

71

Tail's progrumns. en e! fondo, son ve rdndernmen te desmercant.iiiza


dorcs. Con resperto nl :'wg'ulldo, cl problema cruci.tl l'ra que el status
de beneficiario de la proteccion social no deberia suponcr un descenso
en el nive! de vida, incluso despuos d(' un tiempo prolongndo.
En resumen, 10 csencial de la desmercuutilizucion en d parndigrna

socialista es la emancipacion de In dependencia del mercado. La cali


dad y la configuracion de los derechos socinles, no su simple existen
cia, es 10 que perrnite identificar un enfoque socialista dotado de espe

cificidad. En contraste con los modelos conservadores, la dependencia


de la familia, de la moralidad 0 de la autoridad no es un sustituto pa
ra la dependencia del rnercado; In idea es mas bien la de la indepen
dencia d(') individuo. Y. en contraste con el lihorulismo. cl proposito
del socialismo eli maximizar e inst.itucionaliznr los derechos. Donde se
aspire a un purud igrnu socinlista complr-tnmcuto desnrrollado, en
principio ac deberra facilitar una desproleturiz.uion dcl status de tra

bajador: In relncion existente entre el trabajador y el trabajo crnpeza


ni a acercarsc <1 In que han disfrutado d ura ntc docadas e incluso si
glos algunos estrutos privilegiados (como los funcionarios l.
Los ES'l'ADOS DEL BlEN~;SrAI(
Y LA IlESMERCANTILIZACI(}N EN EI. MUNDO REAL

Las varinciones en el potencial desmcrcantilizadur de la~itas


sociales deberian ser empfricamente identificahlcs a traves del tiem

poyoe los paises. Este potencial no puede ser5aptado claramenle so


lo I'0r los niveles de gasto social.~ Sino que requiere un analisis de las
nonnas y criterios inherentes a los progra~reales del btenest<1L..5.!l:..
ciaL La cuestion es c6mo se perfilan adecuadamente las dimensiones

"fundamentales.
Un gruQO de dimensiones afectun a las norrnus qllc riven el acceso ~~
de l;;soersonas a los subsidios: las norm--
restricciones scnre los dercchos. Puedc considerarse que un progra

Tha contiene un potencial desmcrcantilizador mayor, si cl acceso es

facil y si se g-arnntizan los dercehos a un nivel de vida adecuado sin

tener en cuenta los empleos que se han tenido anteriormente, el ren

dimiento, la romp! ubacfdil de las necesidade!-i 0 las cotizaciones. La

otra cara de fa moneda de fa entrada" eo ra-:"iiTiaa-:-s,ros-prog'falnas

s610 proporcionan subsidios de duracion limitnda, su capacidad para

la desmercantilizaci6n se reduce claramente.

Un segundo grupo de dimensiones tiene que ver conJa reposici6n ~~


" de ingrcsos, porque si los niveles de subsidios eaen sustanclalmente

'12

(;{)STA

E~I'INl;-ANllEHSEN

I.OS

IT debajo de los ingresos medias 0 del nivel de vida que se considera


edecuado y aceptable en la sociedad, el resultado mas probable es
"..te se !leve al trabajador otra vez al trabajo 10 antes posible. Por 10
.nto habrernos de considerar los niveles de la reposicion de ingre

"'8.

'(Q

En tercer lugar, el alcance de los derechos que se proporcionan e~ ~.


" la mayor irnportancia. Casi todos los parses capitalistas avanzados
conocen alguna forma de derecho social a la proteccion contra los
riesgos sociales basicos: opsemplpo, invalidez, enfermedad y vejez. Un
. . aso extremadamente a\ an/.;ldo - 1'1:l el pago de un salario social a
.5 ciudadanos sin tener en cuent.. c! motive. La idea de un salario
"'rantizado de hecho para los ciudadanos se ha discutido en Escan
umavia y Bulanda y, con aspiraciones rna .... modestus, el cuso de la
~ .opuesta americana del irnpuestn Ilf'galivo suhre In rcnta se ace rca a
-te esqucrn.i.
~ ondiciones

para los derechos

Los derechos sociales casi nunca son incondicionales. Para percibir


ros subsidius, los dem.mdunu-s u l menos t cndrrin quo satisfacer In
ndicion de estar enfermos, ser viejos 0 cstar desompleudos, Sin em
, vrgo, adernas de la mera presencia de un problema, las condiciones
suelen estar ligudas al tipo de conveuio con la seguridad social.
En general, se pueden distinguir tres clases de convpoios cada
10 con su peculiar efecto sobre ladesmercantilizacion. Un tipo de
Q1stema, historicamenta el mas fuerte en los paises anglosajones, ba
ad 108 derechos en una necesidad perentoria y demostrable. La tradi
)n de la asistencia social, con su origen en la tradicion de las leyes
-- vra los pobres, esta caracterizuda por la comprohaci6n de 108 medics
ae vida y de los ingresos quo SP tipnen, con dili.'T'l'lltl's grudos dl' ri
b.Jr; [email protected] !!.O amplian propiamente los derechos a los ciuda
_ :oos. Los principales ejemplos de esta tracrrc-ion-son los primeros
"liill'es de pensiones de Escandinavia, el sistema britanico de las pres
t.dciones suplemcntarias, pi sistema americano 58I y practicamente
do e) sistema de protecci6n social australiano. Cada puis tiene al
'10 tipo de asistencia soCial con comprobacian de medios de vida 0 al
uun sistemn de uyudu a los pobres. Lo que mus cuenta en este tipo de
....dtemas son las restricciones de las comprobaciones de los mt'dios de
'ia y de los
y la generosidad de Jos subsidios.
Un segundo tipo de sistema prolonga los derechos en base al rendi
IJliento en el trabajo. Esta varianle tieDl> su.:-. ongl'lH'::-i Cll la trudiciol1

in67esos

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11l1'::W~ 1",\1;

7~J

de seguros que ,se desarrollo de forma m ..is const.a nte primero en


Alemania y luego en todo el contiuente europco. Aqui los derecbos es
tan cIaramente condicionados a una mezcla de vinculos con el merca
do laboral y de aport.aciones Iinuncieras y, generalmente, han estado
sujetos a la logica del actuarialismo; es decir, la idea de que el indivi
duo liene un derecho personal de_!,aturaleza contractual. EI grado en
que este bpo de regimen ofrece oportunidades para la desmercantili
zaci6n depende en gran medida de husta que punto relaja el principio
actuarial, de cuanto habra tenido que trabajar 0 aport.ar una persona
para tener los requisites y de cuan estricta es la relaci6n existente en
tre el rendimiento anterior y los subsidies.
EI tercer tipo de sistema surge del principio de Beveridge de los
derechos universales de los ciududanos, independientemente del gra
do de necesidad el alcance del rendimiento en el trabajo. EI ser be
neficiario depcnde, pn cambio, dt- ser ciududano o de ser resident on
el pais desde hace mucho tiernpo. Invariablemunte, estos tipos de programas se basan en el principio del subsidio de tasa fija. En princi
pic, esta propucsta de "bienestar social ae11-)uphJ(?-'tiene un fuerte po
tencial desmercantilizador, aunque obviarnente condicionado por Ia
g-encrosidad de los subsidies. EI sistema de bienostar social del pueblo
ha dominado en los paises escandinavos y ha aide un principio anti
guo en la tradicion socialista de la politica social. Aunque nunca se
lie vc a cabo, ha constituido un perenne ideal en la socialdemocracia
alemana.
Hasta cierto punto, los tres tipos de sistemas rcflejan la bien cono
cida clasificacion de Titmuss de los Estados del bienestar: el residual,
el institucional y el "remunerative" 0 del "rendiiniento industrial" (in
dustrial-achievement) (Titmuss, 19581. Sin embargo, en realidad no
hay paises unidimensionales en el sentido de que sean un caso puro.
En Jos paises anglosajones como Australia, CUllill{:', y EstadoH Unidos,
el sistema aSlstencial puede ser dominante, pero se complementa con
programas alternalivos. En Estados Onidos, el sistema de seguridad
social esta dentro de Ia categoria del seguro social; Canada liene una
mezcla de pension popular y subsidios basudas en el segura social e
incluso Australia se esta aproximando ~.J1 principio de la pension po
pular. En Jos palses europeO!:i continenlales, rlonde la tradicion de se
guro social es mas fuerte, hu surg-ido una gran variedad de altcrnati
vas a traves de los anos: en Haha, la pensi6n social; en Francia los
"fondos de solidaridad". Y, final mente, casi todos los paises domina
dog por el sistema de bienestar social para el pueblo han desarrollado
sistemas relacionados con los ingresos y con el trabajo para com ple

l;\I:-iT,\ !':SI'[Nt;-:\:'>Jln:1\:-irr..:

75

I.tI~ Tlir~ ~ll'~IJ\l~ IlFl. EST.\IlO \lEI. Iq~:\l:~r\l;

...entar los subsidies g('neralm(~nt(' modcstos que couccdcn los sistc


8M universuk-s de runtn unicu. En rusunu-n. todos los pai~es pre-sen
.. n hoy un sistema mixto.
A pesar de la cornplejidad que osto implica, r-s pnsiblo d is.tinuuir
npiricamentc In cupucidud vuriublc lIl' los Estados dl'1 hionc-st.u: pa
l desrnercant.ilizar. Prescntaremos aqui las puntuaciones combina
"as de la desmercanti Iizaci6n para los trl'S pf(wranws de hicn('~~~~J
...vcial mas importantes: pensiones, subsidies por onferrnednd y pqr
... asempTpo. Las punLuacuil'li,-..-";j'sulllpn- UI-l:l---=~eric d~e variables que
.iw~trai)1a facilidud con LI (JUl' 1111.1 pl'rSOlla dr- tipo rru-dio pur-de dt-ci
uir permunecer fueru del rucrcudo: pri rru-ro. las limitaciones de las
.mdiciono-, para sr-r bent-Iivnnio. tales como In ('xpt,.iI'Jlria lnbornl.
, 'S cuotas pagadas
las cornprobaciones de medius ell..' vida; seg-undo,
la fuerza de los desincvntivr ;~. ~" 'l'T'ltps (clllno pI numoro de dins pa
. d cobrar pI subsidioi .Y lu dur.u-um lil.l,ill1;1 til' los durcchos: v, terce
l, Ia medidu en que 10:-1 subsidies Sl' uccrc.m a ln-. 111.""I('s de iJlJ.,'Tesos
<ormales esperados. Los resultados glob;llt's d(' [a dl':;nwIT'lIltiliza
~16n estuu pondcrados por e l porrent aje de ,~ohl;H'i')n rclovnnu- prote
.Ida pur ul progruma do 1<1 :-wgllridad scu-url. Esto rcflcju la prohahili
lad de que una persona dada lPllh,l dcrcchou n-cihir unn irunsferen
cia. Un prograrna pued muy bien ofrecer subsidies lujosos y condicio
.es liberulcs, peru si se aplica solarnr-nte a lin Jll'qulno nunu-ro de he
eficiarios. ohvianu-nt tundra una capacidad limit.ada para desrner

-I
TABLA 2.1 tIrado de dr-smcrcuntilizucron en la~ pr-n..;iolll':"i
subeidios de cufcrmodud y !'wglll"O U(' descmplr-o. WHO
.1"1"1..",,,,,

10:"1,",,, d.'d

dl'

juhilncion.

11'~'lnl,I,"

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H.l
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6.;1
1.9
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51

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11.1
4.0

9.4
7.1
H.R

1.2
7.2
1.1
\.9

._--

-ant.ilixsu-.

La tahla 2.1 presenta los indices de desmercant.ilizacion para las


8 demorrncins industriales mas avanzndus un rolnt-ion a las pr-nsio
-es por jubi l.ictdn. Sc han 111 ;lizado r-inr-o v.u-iuhh-s para construir el
indice de pensiones: 11 pe-nsion nuni mu cornu purruntnjr- de los ingre
.os de un trabajudor rnodio ltasn lip r<,posicion neta de implil'stosl pa
R una sola pl'I"SOna; 2) tw:,a (net:l) dl' repOSil'lllIl dl' la PPI\Sil)1l Illl'dia
"ara una sola persona; ;1) IHlml'ro de allos n'qlH'rido...; de tontrihucil)n
para tpncr dl'recho;..I,) la parte dpl total dl' los f(llidus II' pcn~ione~ pa
,ada por las personas. Las puntuaciones de estas cuatro variables se
uman y entonces Sl' pondcran pOI' f) cl pOITl'lltajl' rlP personns por en

Cuanlo mas alta ('8 la puntuacicn, mayor cs cl prado de desmcrcantili

zucion. Para (,1 procodimicnto rh- puntuacion. vr-r ['1 upendice de cstc en

pitulo.

"Progr:lI11:l nn ,'xistl'ntt' y POI" tnnto puntuudo u.

FI,~..,,"I~:

IJ,,,,,.,, ",.d:,t'h ,/,1 S,..;l/l

cima de la edad de Jubilaci6n que estan recibiendo real mente una "en
.Ji6n (ta~;a de cobertural. Para los suhsidios de enfermcdan .y d(~~em
,leo el procedimiento es casi identico con las siguientes excepciones:
'i.qui solo se incluye la taRa neta de reposieion de> los subsidios me
dias, He omite la parte de finunciaci6n individu<ll y :-ie induyen los
latos del numero de dias que hay que esnpr:lr llHril rt.'eihir 10:-' ~lIhsi
iios y el nunlCro de I-lemana~ de duration del suL~idio. ParH los t res

programas, hemas puntuada doblemente los subsidias, parque para la


decisif)Jl de trnhaj()/protecci6n social de rU<llquipl" persona el nivel de
ingresos c~perado sera absolutamente decisivo.

Para preven;' cualquier malentendido, d"be quedar c1aru que se


ha tratado de medir el potencial de desmercantilizaci6n de un progra
rna y no sus cualidades generaJe:;; se representa aquf eJ niveJ de inde
pendencia del mercado para un trabajador medio. De este modo, es
posibJe que un pai~ considerado normalmente poseedor de un sistema

de pensiones de primera rlase (como Alemanial puntue baja. De he

(;('STA 1:.'W1N(;-ANIWHSI';N

77

LOS 'l'ln:s MlIr\IH I.... I WI. EST/\])( J [WI. HIF\ESTI\1l

en este CR."tO Alr-mania puntuu hajo porquc rcquiurc largfls perto


18 de pago de cuotus y unn gran cuntidud tip uportncion Iinallrit'ra
: -dividual y porque sus subsidies de jubilncion Son rclutivarnente mo
uestos. Australia y Nuevn Zelandn puntuun oxtrenuulumente hajo
.nto en enfermedad como en descrnpleo, porque ofrecen xubsrd ios S()
",.10.

. con cornprobacion de medics de vida.


En la tabla 2.1 vern os que los tres progrumas difieren consideru
uJemente en su grado de potencial desrnercantilizador. De forma in
rriable. cl seguro de dl',,",pmpll'o esta asociudu con los efedos mas ele
9.dos de desinclnti'i.ll'IlJll. 1.1 tahl.i 2.1 tambien indica que hay una
variacion considcruhh- entre 10;-, I~:-;tadm; rip) bir-nestar avanzados res
. ecto a la desmercantilizacion. Algunos paitit's puntuun bujo constan
'mente en todos los programas, miontras quo utros tienen una gran
capacidad desmercantili zudora t'11 L\ldo::- : 's indicadores de la tabla,
~ or eso nos enfrt-ritamos a una situaciou ell L, que los sistemas nacio
lies de proteccion social pareccn content'!' "<l:-;g-o~ sistematicos. Los
-aises nordicos, en particular. son regularrnente desmercnnt.ilizado
i es, rnientras que los paises anglosujones tir-nden a serlo menos. Esto
.s precisament e 10 que se podrui esperar en terminus de nuestra tipo
',gia de regimenes de Estados del bionestar.
La idea de que los Estados del bienestar He ordenan en distintos
orupos se hace mas evidente cuundo examinamos la tabla 2.2. Se preanta aqui la puntuacion total cornbinada de la desmercantiJizaci6n
""ara los tres prograrnas en los ruismos 1H paises. Bas.indonos de for
.na aproxirnada en como se agrupan los parses alrededor del valor
.iedio, podernos distinguir tres grupos de PtlIS('S: los paises angtosajo
'f:S "nuevos" se concentran en la parte mas bajn de nuestro Indice: los
Daises esrandinavos. en 1<\ parte super-ior. Entre los dos ext.rcmos se
.ncuentr.m los parses europeos cont.ineutah-s. ulguno de los cua les
sobre todo B~I!(icR y Holandn) estrin cerra dr-l j-rnpo noruego.
Aunque ln tabla 2.2 ruuestrn \Ina r.uu idad dt' C.1SOS dudosos, la
agrupacion permanece fuerte. Los grupos reunsn a los paises que ya
priori se esperaba que parecieran simi lares en relacion a nur-st.ros
-rgumento sobre los regimenes del Estado del bienestar. Se podria
anticipar un nivel de desmercantilizaei6n muy bajo en los parses con
.ina historia dominadn por el liberalismo; nos parece que este es el
rimer grupo. En el grupo de una alta desmercantilizaci6n se encuen
'.ran los Estados del bienestar dominados por la socialdemocracia, tal
L:omo era de esperar. Par ultimo, los paises europeos continentales
,on su fuerte inOuencia cat6lica y estatist,q tlPnrk'n a ocupar e} grupo
:ntermedio ---{Jfrecen un minimo conslderabl(' dl' derechos fuera del

TABLA ~.:l Ordouuciou th' los I';stadol'l del


dcsmervaut.iliaacion combinadn. 19RO

blt'IIt':-,I;lr

e-n relecicn con III

Ilt~ ..l1"d"." d,' I" d"~""""IlI'I,II~_,U""I,

Para el
,

Australia
Estados Unido!-;
NuevaZelanda
Canada
Jrlanda
Reine Unido

17.]
22.0
23.3
23.4

ll..f:llia
.lupon
Francie
Alemania
Finlandia
Suizn

24.1
27.1
27.f.i
27,7
29.2
29.8

Austria
Belgica
Holnnda
Dinamnrca
Noruegu
S~cin

31.1
32.4
32.4
38.1
3~L:I
39.1

Mcdin
Dcsviacion upicn

27.2
7.7

pro,edlm.en~o-dC

1:3.0
1:~.8

I
I

:ntuaclO: vease-el apendice de estc capitulo

"" ,." I"",,, d,' dol., d,' 'SID


--

--

----

----

.----

----

mercado, pero enfatizando el control social en mayor medida que en


el caso de la socialdemocraci a.
lComo explicarnos las diferencias en las capacidades desrnercanti
lizadoras de los Estados del bienestar en los diversos pafses? Como ya
se ha argumentado, una simple explicacion en terrninos de desarrollo
economico 0 de la capacidad movilizadora de la clase obrera no sera
suficiente. Como examinaremos mas delenidamente en el capitulo 5,
el nivel de desarrollo economico se relaciona negalivamente con la
d-esme-rcantihzacI6n y no tiene capacidad explicativa~---------Como se vera mas tarde, el grado de poder de la izquierda liene
una influencia positiva y bastante fuerte sabre la desmercantilizaci6n,
expftcando un 40 por ciento de la vanania::Sin'"mbargo, e1 residuo no

, I, " "

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78

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79

.plicado es grande y tiene que ser desvclado para cntendor com ple
"q,mente como y par que han evolucionado hasta cl punto que 10 han
uecho las variaciones de los Estados del bienestar. Este asunto sera
atado en el capitulo 5; por el momento sera suficiente decir qu~i
"(plicaciOo He encgotrar<i en )8 intg~fci6n entre las variables del po- ,
ner politico y el legado hist6ric?_de 10;-pafSes, Los rcsuliad'Z,';-d-';-una 1
...esmercanhhzaCIOn relativamente alta enconlrados en los parses eu
ipeos continentales no son unicarnente el producto de una moviliza
-ion politica de izquierda, sino Lambten de una larga tradi.!.Q.!} de J:~ __ .
.ormisrno conservador y catolico. Por e) contra no, los resultados de
. ~l-a "desmerrantiHi,t-ri{lll .:11111.111" ,,!(' haja, oncontrados en paise con
',ovimientos obreros comparutivuuu-ntc podcrosos como A\.!stralia y
l,j ueva Zelanda, pueden encontrar una explicaci6n en el legado de un
- ~Deralismo institucionalizadodomin"nl~h~t6ricamente~-- -_.
La utilidad de unos aJ,fl"upamicntos de los Estados del bicnestar
ron una rnuj or funduuu-utucion hi-torica cs evidente cuando cxami
.amos r(1I110 Ius dist intos paisc-s sc ugrupnron en las primoras l'P04
IS, sobre lodo antes de la IIcgada de la influencia de los partidos la
'<oristas 0 de izquiorda, ell la ll'gi,slariol1 dt' lu pohl ira social. En l' .... te
sentido podernos mantener constanto pI cfecto de In "socialdernocra
.a", Tanto en 1930 como en 1950, el grupo de desmercantilizaci6n ba
, . comprendia la mayoria de los paises incluidos en 1980: Canada,
-;stados Unidos, Nueva Zelanda y (en 19(0) Australia, Tambien in
clufa a Italiu y Japan, ambos paises bajo un prolongado dominio fus
.sta, y Finlandia, EI aumento de la desmercantilizacion en Finlandia
~espues dt' Ia guerra pucde ser nmsiderado como un ('[ISO di' innuen
cia socialdctn6uata, no siendo asi cl de los otros dos palses. A 8U
~z, cl grupo cscandinavo d( alta d(':-;m(~rcantilizaeil'm dl' 19HO, no se
ncontraba anll':::> de IHGO; de IlUPVO, es un ca:-;o a f:lvur de In influen
ria del poder dt' Ia soci31demorraria en Ia poslguerra. Sin f;'m bargo, es
.085 significativlI In ronsistpntp posici6n hi:-;t6rira d.. n'ginH'lH's cuto
cos conservadores 0 estatistas de la Europa contin(..'I1tal cumo los de
'\lemania, Austria y Francia; todos tienen consistentemente una pun
,uaci6n media 0 alta en la decada de 1930, en HJ50 y en 1980, Sob,'e
sta base, podemos apuntar las siguientcs hip6teflis orientativas que
~ desarrollar6n mas ampIiamente en capitulos posteriores.
L Los paises con un amplio legado histarico de reformismo cat6lico
j/o conservador es probable que desarrollen en rechas tempranas una
ohtica social con un aceptable grado de desmercantilizaci6n. Sin em~
'>argo, sus Estados del bienestar circunscriben la relajac.i6n de los
vinculos del m(,-fcado con podero::;os mecani~lllt)s de lOlLl roJ :--:ocial, ta

TIWS

les como uun oxpcriencia dcmost.rudn d(' un fucrte vinculo con cl em


plco 0 de Iuertes obliguciorn-s Iamiliares. La mayor desmercantiliza,
cion que e ncon tr-arnos en purses tales como Austria, Belgica y
Holanda despucs de 1950. probahlenu-ntr puc-de SCI' atribuida a la
ruerte posicion politica de los movimientos obreros socialdcmocratas.
2, Los paises con un fucrte leg-ado liberal s<' bifurcaran dcpendien
do de lu estructurucion del podcr politico. Dondc la socialdemocracia
alcanza el dominic politico, como en Dinarnarca, Noruega y Suecia, se
rornpera el rnolde liberal y xeru sustituido por un regimen de Estado
del bienestar socialdernocratn altamentc desmcrcantilizador. Por otra
parte, donde el luborism no pucdu rcordcnur lu cconorrua del pais y
mantener BU hcgernonia, el resultado ser.i una buju 0, por 10 menos,
moderada desmercantilizacion. Esto se ejernplifica con Gran Bretana
en un extremo y con Canada y los Estados Unidos en el otro. Los 10
g-ros del Partido Laborista britanico se manifiest.an por el hecho de
que Gran Hretana puntuo en 10 m;:1S ulto del grupo de desmercu ntjli
zacion en 19[)O: In ciudadun ia social u ni vursa listn de! modulo de
Reveridge que se introdujo de spucs d la g'uerra COIOCD a Gran
Bret ann COH10 el pais con l a mayor p u nt uaci o n i n t e rnucio n al .
Ciertamente, eJ sistema no staba acabado en los anos 80, perc no
consigui6 ir udelante. Lo reulizado por el lahorismo en el podcr en el
periodo de la posguerra rue demasiado debil y discontinuo-,,-0IlllLllara
igualar los logros de Escandinavia. A su vcz , Estados Unido0
Canada son los casos 'puros' de hcgemonfu liberal. practicamente in
controvertidos por las alternativas paradigmLiticas del socialismo t\ a
('se n~pf;'et(). del rerormislIlo conscrvador.
AI'I':NI)I(:~;

P]{OI'EIIIMIEN"I'1l1ll': l'l!~TlrA('ION
I',\RA Lo:-; INllj('!o:S IW IJESMI-;IH'AN'rII.lZA('ION

Pen~iOIlCH

Ln desmcrcantili1.aci(ln pn IrlS lWIlHion{'s pOI" juhilm:ilin se ha mcdido en


d(' la <Ic1ici(ln d(' Ius p]pmcntos siguif'nlps: 11 pP!l:-;i(m minima dcju
hilacion para un ohrero manual pst:indal' quP g;lfH' un :-;alario medio. Aqui la
lasa de reposicion (como en cualquier otra part.('l e:-; la ratio entrp los subsi4
dins y los ingresos de trahajador normal en csP al'}o, considerundo a ambo:-i
nctos de impuestos; 2) pension estrindar para un ohn'ro medio, calculada co
mo en el ca:-;o anterior; :J) pcriodo de contrihu(j6n, medido como numero de
aiios de aportacioncs (0 de empleo) que se nece.sitan para tener derecho a una
pensilin est;\ndar; 4) pnrtieipacilin individual en la linanciaci6n de la pensi6n.
t('nnino~

I;OS'I'A I::-:I'INI ;-I\NIII';W"WN

l.. bese a lc.J-. valnrr-a de: l:Hlo,", cuu tro inrlieudorr- puru IfJH IH paiHf~s, hnrnox
d 10 una puntuncron de 1 puru una desmercantrlizucton baju, 2 IJura unu me
dia y 3 para una alta deamercunt.ilizaciou. La clesificacion en las tres puntuu
c..Ies se ha hecho en base a la desviacion tfpica de 1;1 media, corregida en
u '18 pecos ca sos por su valor extreme. Por ultimo, las puntuaciunes han sido
ponderadas por el porcentaje de pohlacion trelevante r bencficiaria del progra
r (para peneicnes, la taaa de cobortura). Donde las punsiones se bosun en la
cr-nprobacidn de bienes, como en Australia. hemos puntuado 0 para el perio
d", de contribuci6n y hemos dado el valor de 0.5 para Ia pohlaci6n beneliciaria.
r a puntuacion 'ncgnuva: rcfluja el heche de que los programas de ecmpro
be cion de medius ponen muchas ('ol'l'h-iones a la hora de reconocer derechos.
J-.:a tener en cuenta la singular import.aur-ia de 1a taaa de reposici6n para la
c ' -cion de la gt>nll' entre pruteccion 0 trahaju, homo.. . dado lin peso ext.ru a
estes variables (m ult.iplicadas por cI factor 2),

EL ESTADO DEL BIENESTAR

COMO SISTEMA DE ESTRATIFICACION

F"b8idios moneturtos para cnft'rl1ltd.lcf y desempfeo


En los prcgramas de enfermednd y dps('In,,)(,(, homos modido la dosrnercan
tt'<zacion en tot-minos de 1\ tnsus (nctas) de rt-pusu-iun lIl' slibsidillS para un
tr obajador .ncdio durante las prirueras 26 somnnas do onfermedad 0 dcsem
l :J; 2) numero de semnnus de cmph-o que so roquicrc antes de tener dere
rho; 3) numero de dtas que hay que espcrar para que st:' paguc el subsidio: 4)
l .....mero de semanas que se puede mantener el substdio. Como en el caso de
J pensiones, he-nos dado las puntuaciones de 1, 2 6 3 en hasc a la desviacicn
tfnica para desarrollar un indice resumen de desmercantilizucion. A su vez,
t.....e indice ha side ponder-ado per ln pohlacion (relcvunnu beneficiuriu como
, porcenteje de la fuerzn de trnbnjo. Los pmgrnmas de romprnbacion de me
dios se han tratado como en el caso de las pensiones. Al ig-l1al que en las pen
l
nes, las Iasas de reposicion han sido multiplicadus por (,j factor 2.

EI Estado del bicnestar puede proporeionar servicios y seguridad de

ingresos, pero tarnbien es, y siempre 10 ha side, un sistema de estrati

ficacion social. Los Estados del bienestar son insti.t..u.ciones clave en [a \

estructurac~o_~.~~ I~s c1ases y ~c! orden SOCj;I.-='.LOR.~Jasgo~de organiza

CIOn del Estado deI bienestar ayudan a determinar la articulacion de


Ia solidaridad social, las divisio~es de clase y-Ia--ciiferenciacion del sta
t u s . - _ _ - .-Suele reconocerse generatmente, aunque pur desgracia muchas ve

ces de manera limitada y sin especificar , que el Estado del bienestar

es un agente de estratificacidn; este es un aspecto que ha quedado

muy descuidado tanto te6rica como ernpiricamcnte. En el nivel teorico

han dominado dos puntos de vista: uno, cornun a gran parte del neo

marxismo, argumenta de forma caracterfstica que incluso el Estado

-del b,enestar avanzado simplemente reproduce Iy quizas incluso ali- ../.


mental la sociedad de c1ases existente (Offe, 1972; O'Connor, 1973; I r '
Muller y Neussuss, 1973). De cste modo, el razonamiento de D'COnnor (;',
es que la l'0hhca de proteccion social ro or' .i!....!.Il.Jegitimidad y la ~
tranguiildad.
socia
monopolista. En el eS-,'('."'::'/
.I
n
- reguerida-" por eI capitaliHmo
... _--~-~
tudio de Piven y Cloward (1m 1), la voluntad del gobicrno para pro.
porcionar ayuda a los pobres de pen de menos de la extrema necesidad
que de las amenazas a la estabilidlld Sl;~ial p,;;"ihliEIH.

El segundo punto de vista sigue los pasos de~.H. Ma.I:sl)al.l y hasta

cierto punto los de sus predece~mres, como Heimann. Este punto de

vista percibe las reformas del bienestar social como una gran contri

hucion a la perdida de reIevancia de la clasp ILipset, 1960; Crosland,

8~

l;~ )ST,\

J.tlS TlO':S Ml'NI)t)S ]lFL E:-iTr\!l() HE! Illl:\F,'..:Tli1

I<SI'[N( ;-"NI}EI{~I':~

l' '17; Parkin. 1979), El razonamiento consiste en que el biencstar so


cial elimina las causae principalcs de la Iuchn de clases, incur-porn a
h. clase obrcra y ~t:mocratiza el acces?-'popular <-II Estado; 0, como di
e. Parkin, t ransforma __!?J (00(11(1.0 d.e clases en una competicj()11 de

st'ltus.

--------

------- ,': --

".

'-';";f:~.'l.l

oes<Ie ('1 punto de vista emprrico, los estudios se han 'centrudo tasi
clusivaruente ;~n la redistribrrmQa(,i(H~- irigr~)Por supuosto que
e' oroblema no es si la desigualdad global de ingrcsos ha disminuido
-hecho clararnente indiscutihle->, sino hastn que punta el ncxo de
i... pu-..'sto!Vgast.os nt" E:-.tnd" .h-! Illl'IIt':4ar dc-sc-mpenn un papel decisi
, Como hn rnost rudo Krnu s l I~'r\ll, los problc ruas ernpiricos y mcto
d")ogicos para responder a tal pregunta son uruvc-s. cuando no probi
b.civos, y tanto los resultados do la:- investiguciones longitudinalps co
l ) las transversales cont.i nu.m sir-ndo poco rmis que espccuiativos;
f~, embargo, Ia lIlil,vorfa d~ Ins ("/!r,l~"
Il('gan a conclusiones hastan
te parecidus. Cl~ilndo sc cstudiu de lurtuu t rnnsvcrsal. encnntr.uuos
i, .a tremcnda varr~ciriTi-nacionnJ;;;- lu capacidud igu~~fat;;~ia..d~1
_~ t:a::CkJJi.Lh't.'f1eSIar~-En algunos pnfses como Ah-muniu y Francia, el
ef~cto redjsL~ibutjvo-del Estado dol hicnestnr es bastante Insi,gnifiZan:---,
~.t:~~!~_t'll'~)jl(rariO~-en Escnndiuuvru su d<'-'l't() l'~ {'(ll\::idcrable (Sawyer.
76; Hewil;'1977; Stephens, 1979; Cameron. L9H7; ()'lIigh~n" 19H5;
Pingen, 1987; Ringen y Uusita!o, 1990).
Estos estudios se han interesado rnenos por el impacto del Estado
l

, -I bienestar como tal que por las teorias del puder y de la igualdad.
r r 10 tanto, el par que las estrueturas del Estado del bienestar tie
nen diferentes consecuencl_~-mslnDuTIVas;l1aq-ueaaaopn'-su mayor
~, ... rfesmexplicar.~YCuando se an<dizael Estado del hjpnestar, como
el estudio de Camt'ron, se h~ identifica de una forma vaga como ni
""les de ga!:'to social. Los estudios d() ()'Highr-lns y de Ring-en son de los
}.lvcos en los que los resultados d{' la dislriouci('lIl ('SUIIi relacionados
JS directamcnte Can los componentes program . lticm; de los Estados
? .)

~
...,f

bienestar.

C~Bndo l'.l ~~~~tJ~n ()s_e~"t~d_~~~~\ 1?.!.1_g~!~5ilT~~t1m(!J~.t~~__ ~~.~~.nte ~u


~~)~_~ ..Dos._las t;:9.!!cJusi~m~.~_J(~fl:.de!!,~ :-;~r muy diferentes. Alguno~_e~:

jios concluyt'n qlH' In capacidad rt'di,lribllliva d('1 ~:stado cI,,1 bie-'


------P;;starna a-um-eri-taac) s61o"Hgerarrienlc, a pesar de su extraordiniirio
-c,eCimierito ISilwye;::'-L9H2; K"nneth Hansen, L~IH7). R",;;lILta que el
'-, :peraer ';;;tema de jmpuestos ha sido sustituido_di:j~.rma_gr~rl!.131
. "'r las transferencias sociales como un arma imp~lrtante para In r~
o)~iribuci6n. Esta tendenclli~iOen-tpen loHEstados del IJicncslnr
,---"candinavos (E~ping-Anderscn, 19Hfl::t: Kcnncl1. iLtIIS('Il, 19B7l. Las

83

razones de este carnbio son bastante claras: en la medida en que los


Est~dpii del bicnestar sc J~a~~n_!!1.il~ 1Q'~!..l!dt'~J s~s necesidades finan
cler5'.~_~_1!..t~les._q'u~n~c~~~an irnponer clevad(!s~mpuestos,incluso a
los hogares can unos ing-resos rnodesto-s~~Gi)mo consecuencia de ello.
!_a.LQ.f.idencia rcdistributiva net<!...~~_~.9_~ EsJa1.o,s del bienestar cmpieza
'a depen_d~~-principalmgD~~,'!J~,!a_~~~~uct~~I,~~i(i~ d~ sus transferencias
sociajes. Puradojicamente, una explicacion es que el Estado del bie
nestar extenso pierde por est.a razon su capacidad redistribut.iva a

traves de los impuestos. Y respecto a las transferencias, el impulso


igualitario puede estar bloyuead~-porIapro1}abilidad de que las cla
ies medias se_. beneficien de una forma desproporcionada (Le Grand,

19HZ). EI sesgo favorable a la clnse media es algo que puede variar


entre los diferentes purses. peru par ahura cnrccornos de una eviden

cia comparativa. 1<:1 impacto direct de las estructurus del Estado del
bicnestar sobrc la igualdud es uu problema quo examinaremos can
111<.15

detalk- nuix adclantc.

En lugar de centrarse en In distribucion dr- los ingresos globales,


algunos estudios comparatives recientes han cmpczndo a rcplantear
se la cuesti6n de forma mas provechosa. EI Luxembourg Income
Study, que presenta los unicos datos vcrdadcrnrue nte comparatives
sabre distribucion de ingresos a nive! micro, on producido una serie

de analisis sobro la capacidad de los Estados del bienestar pam rcdu


cir 0 elirninar la pobreza entre grupos sociales clave. Hedstrom y
Ringen (19851 y Smeeding, Torrey y Rein (19881 han encontrado dife
rencias sorprendentes entre distintos paLses: el porcentnje de perso
nas mayores que viven en la pobreza va desde el 29 par cicnto en el
Reino Unido y el 24 por clenlo en Estados Unidos, al II pOl' dento en
Alemania y menos dell por ciento en Succia. Se hun encontrado dis
crepancias similarcs can respecto a las familias con hijos. Ya que las
personas mayores y las familias con hijos dependcn de una forma es
pecial de ing-resos par transferencia, estos estudios pueden identilicar
directarnente el impacto sobre la estratificaci6n de los distintos siste
mas de bienestar social.
Una ~egunda desviaci6n innovadora del cnroque hahitual hasado
pn In distrihuc16Il de los ingrcsos son los estudios sohre el "nivel de vi
da", limitados hnsta ahora a los palses esc<lndin<lvos. La idea que se
dl'sarrolla en elias es que h.ui.i.a.grcsos por SI ~l,~i~,.!~~propOITiollan una
base demasiado estrecha.J1.'!Ii'--.!!eseribir la. estnlJ;l.t.!!a de o~rfumda

.des y la de.sliiU-aTdaa;e;;,~_Juga~:-;;;-;;;;;pliaeIconceplo de ~~o-s

~~ra incluir

salud, vivienda,
labo'ral. ~~ucac.i6n~-efic-a-cia,,-soc~ \
politica y otr(~ componentes vitales para la rep!~~UCClOn hu~~~:....

vraa

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ta'~TA

"'SI'INl;i\Nll!':HSVN

Las encuestas nacionales acosturnhran a medir la distribucion de lOR


recursos entre In poblacion, Cornenzudos en Sueciu en 1968 y mas
tarde en Dinamarca y en Noruega, los estudios se hun repetido en los
ultimos anos, hacieudo posiblc obser var los carnbios habidos a 10 largo
del tiempo en la distribucion de los recursos, Los datos SUl~COS y dane

ses ofrecen los fundamentos mas interesantes para evaluar los efcctos
distributivos del Estado del bienestar , porque han cncuestado a las
misrnas personas durante muohos nnos y porque los c studios nhurcan
un larg-o periodo de crcciente desempleo y de estancamiento econorni
co. La que muostran e-tos datos es que a pesar de que las condiciones
economicas han empeorndo tsobre lodo en Dinumarca), las condiciones
de vida han mejorado en general, la csrascz severn de recursos ha dig
rninuido y continua la tendcncia hncia una m.ivor igualdad (Erikson y
Aaberg, 1984; Hansen, 19HRI. Por 10 tanto eS evidente que, al menus
en Escandinnvia, el Estndo del bicnestar cs un podcroso oponente ill
impulse no iguulitario dr- la econouna.
En cualquier case, la pobreza y la dist.r ibucidn de los ingresos
constituven solo un aspcelfJ ruunque import.ante) de Ia cst.ratificacion
del Estado del bienostar. Aun disminuyendo Ius desigualdadcs en el
nivel de vida, !-if' puede dar c! C,I."O de qnr- porsistan las divisionr-s fun
damentale.s de clast' o de status. Lo qUl' interosu aqui no son tanto los
i ngresos, sino COmo difieren los Jl~"~ ~.!1 f~est:ruet~raci6n de la clu
dadarua social.
,---- --.- _._-, --._._- '--.-.-

~ae-~s entonces 10 quo constituye lu principal dimension de la es

tratificacion del Est.ado del biencstar? Aparte de su papel puramente

de distribucion de los ingreHos, el Estad" del bienestar eon forma la

.!]ase y el st~tus de muchas man~~.::: EI slste.!!1a educabvo t:~..J:!Il...saso

obvio 4ue cslri muy estudi~1do; en c] no :-;610 quedan afectadas las posi

bilidadps dt' movilidad de los individuos, sino que tambien se trans~

forman la~ eslruduras dl' clas' COlllO Ull lodo. Como se VPI";\ en la

Parte II de' este libro. .t~_-'tr.~~_i.~l~!!~~ q.....h>~ ~yrvirim; .:~)Ci']).~SI sobre

todo para l_a_s mujl'r('~, es dpcisiva para Ia est.rudura de empl_e~) de un

pais. Llegado f.step-ll-nto,lin;iiafl>mo~-nue~4ra;1i(~nt'16n aT lml;-ncto so

i;i:;'ia estralificacion de Ia actividad trndicional y todavin dominanl'

del Estado de bienc~tar: In garanlia de los in~nlsos.


Lord Beveridge y T.H. Marshall convenciel'oll al mundo del po,tu
judo peculiar y esencialmcnte etnoccntrico de que (>1 universnlismo es
el rasgo distintivo de un Estado del bicnl'star avallzildo. EI ulli\'l\I'Sa
lismo implicilo en las reformas britanicas de la postguerrd rue 10 que
inspir6 1a teona de la importancia decrecientc de las clases. Sin em
bargo, no hay necesidad de villj,l!" nlllrl,IJ )J.,. ,I '~"~ruhrir 1',lSgOS orga-

l.o~"'TltES ~!l':'\Il():'

IlEI. EST,\J)u IWI.

fliE\E~T\I{

115

nizat.ivos de la scguridad social cornplctamentr- diforentes. En alg-unos


pufses Ia cohertura punde ser bastnntc complctu: sin embargo, desde
las pensiones al subsidio pOT" enfermedad. pI sistema estri construido
sobre una rniriuda de planes difcruntes segull el tipo de ocupacion, ex
pucitamente disenadus para reconocer y manlener las antiguas dife
renciacioncs de status. En algunos puiscs, a 10::' grupos sociales clave
fie lcs da un status privilegi ado. por ejernplo a los funcionarios. Ade
mas, en otros, la seguridad social esta orvanizada para al irnent.ar el
individualisrno y la confianza en uno mismo mas que la solidaridad
colectiva. Y todavia en otros, 108 prograrnas sociales van dirigidos pri
meramentc a los vcrdadornrncntc neccaitndos. cultivando asi un dua
lismo entre los pobres lq.!t' dvpt.ndcn del bu-ncst.ar social) y las clases
medias (que so aseguran principalrnente en 1..'1 mercado).
En otras paiabras, los Estados del bienestar pueden ser igualrnen
tc amplios 0 completos, pen> pueaen tener erectos totalmente dd'cren
~f'iljre Itt ('~~(~Iijr~l Ho(';:~I:--l~l'~ue~(:liliTv~'lr la jerurquia y l sta
tus, otro :TOS~d.~.?l~i~m_~...Y_lJJ!i~~t:'ce_J2.l. e) u~(YE-rs<!liHrrio;encaaa-ca~o"'He
producini un tejido propio eh' soliduridud soc;al. po~remos identificar
tres modelos o tipos ideales de cstratificucion y de solidaridad que son
eompnrablcs COil 10:-; t.ipos de reguru-rres que ~l' han idcntificado con
respecto a I u dosmercantilizacion.
LA ESTRATIFICAI:J()N ~Al;A 1'(JIJTICA~AI-:l:()NSEI!VAIJ~
F/.._ / f'

""',1

Como hemos visto, el con:,ervarluris'ITlO\tr'adicional incluye unn va


riedad de modelos divergentes del orden Hocial ideal. Lo que les une a
todos eHos. como en el caso de los derech~~-~oclales, es una aversion
hacia Ja nivelacion social Y e1 anlagonismo de dase provocadt> por el
capitaJismo. ~~~_ndo a favor de una jerarquia estrjeta, del corporati
vismo 0 la familia, el tema unificador es 4uc Ins relaciones tradiciona
les de statlJS deben ser con~ervadas para obtcncr la inlcgraci6n so
cial.
EI conservadurismo paternalisla autoritario ha sido importante his
toricament<' en el desarrollo de IaH estmcturas del Estado del bienestar.
De acucrdo con sus orlgelws en la socicdad feudal y en los regimcnes
monarquicos absolutistas de Europa y de Husia, los principioti rcctores
!'iOn In jerarquin, la nuwridad y la Hubordinaci6n directa del mdlvlduo (0
de la famil'~l) <11 palriarca 0 ~lado. Estos concppt<ls (JrganizatJVOS,
inspirlldos en la teona del Estado dl' Hegel, I'ucron apoyados can entu
siasmo por academicos rdormadores socialcs y polilicos del siglo XIX,
sohre todo en paises como Alemania y AUHtria (Bower, 19471. La idea

86

(;~lSTA E.sPI;';l~-:\.'\lH:HSE;';

de Adolph Wagner de una Staatsunrtschoftliche Oehonomie consistia


en que el Estado deberra guiar y organizar diroctarnente toda la ucti
vidad economica. EI concepto de Bismarck de los Soldaten der Arbeit
rue tornado de los militares y Ia idea consist.ia en organizar a los
obrercs de una empresa (como soldados de infanteria I bajo la uutori
dad directa de] director (e! cnpitan I, quicn a su vcz serta responsuble
ante el Estado lei gcnornl) IGuilk-baud, 19411.
Cuando Bismarck prornovio sus prirneros planes de spguridad so
cial. tuv que luui rsc- ('11 do:-: I' "1111'S; por LIlia purtc contra los libern
les, que prefovian las sol urtonvs 'ld mcrcado y. por otro, contrn los
const-rvador.-s. que prOmO\l:1I1 c-l 11",,11'10 dt> los grr-mios 0 fu miliar-ista.
Bismarck deseaha la primucia dL'1 estutrxmn: n! instst.ir en la financia
cion din-eta .y en lu distribucion de los subsidies por el Est.ado. In in
tenci6n de Bismarck era oncndr-n.n- <1 los trubujadorcs diroctarnento a
la autoridnd paternal de La monarqum. Ill,is que a los fondos segun
ccupuciou 0 al circu ito rnoru-t.u-io. Vvrdudc-nmu-ntv. su proyecto cstu
vo aeriumcntc en peligr y la ll'glslarioll de Bismarck de 1H9l sobrc
pension-s conservo s610 una Ir-accion de lu gl'nt~rosidad del Estndo que
e) habia buscado IRimlingcr, 1~71 I, En realidad, el sistema de pensio
nes posterior. como la mavoria de lOR progrumas sociales guillerrni
nos, pueden ser calificados como estatistas con algunas concesiones al
liberalisrno cactuanalismo) y al corporativismo conservador (planes
obligatorios diferenciados ocupacionalrncntcl.
EI pau-malismo estatista ha dejado una fuerte huella en dos :ireas
de la politica social; una es la tradicion de algunos paises, como
Austria. Alemania y Francia, de dotal' a los funcionarios de unas
prestaciones de bienestar social ex~dinariamente~erosas. Xl
motivo de esto-puede ~iP~;miaroquizas p"l g~-;a;tfzar unaverda
dera lealtad y subordinacion. alllH.Jue exish> tambil'n la cvidencia de
que esos rehtimenes deseaban deliberadanll'ntf~ moloear la pstructura
de ('lases con su,s iniriativas 0(' politica social. Korka (19Hll ha mos
trado c(imu la pohtica de pensione:-> ,sirvitl para crear en la Alemania
imperial unas clase:s especiales, los funcionarios (Bca'!!:!.~(:fl_t;tJos e.!!1....:.
plendos asalariados del sectorriv~l(J() rp'I{J(1lb(,((j'II-;;,~-1. En Austria se
siguierun-po1iGCas-pa;:;'Il'las(Otr~ba, 19H1) 10:1 resultado fue una ba
rrera identificable de status entre los fUIll'ionarios del Estado y sus
subditos y entre los obreros y las "posiciones" sociales mas elevadas.
Podemos reconOL'er aqui una estrecha afinidao entre el estatismo y el
legado dt'l cor~orativismo,
EI sl'gundo legado importante del paternalismo se encuent.ra en la
evolucion _~e la asjstpocja so~=-L':.!..1. Como r('conOCL'Jl Illuchos dutores. la

r.()~

'rk.ES

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~:ST'\/)(J

llt:l, 11Ii'::\ESTAI{

R7

p-yuda a los pobrcs prn mucho mas human a y gcnerosa bajo los rcgi
mcncs nristocrrit.icos. como (1 de Di sruol i en Gran BretaiJa, el de
Bismarck en Alernania y e l de Estrup en Dinnrnarca, que bujo los re~
hrimenes liberules <Briggs,19Bl; Rimlinger, 1971; Evans, 1978; Viby
Morgenscn, 1~73). La prontitud de los couservadores para gurant.izar
la ayuda social que era similar a su prnpvn .s idn para n mplinr las ~a
rnntias busicus de protcccion de los sulariu.. . , rue inspirtlda por ('I anti.=
guo pl"incipio de noblesse oblige.
EI COri);)r,d.ivismo'Fl'aS"i(J()SIc.~mpn una gTilll alterunt iva conserve
dora ul estntisrno. Surgil) d(' la trudicion dr- los cstnmentos, grcmios,
monopolies y corporacionos que orgnrrizab.m la vida social y econo
mica en la oconomia de In ciudud medieval. Aunquc los ~rcmi(Js fue
ron dcsrnnntelados en los siulos XVIII y \1\, In base fundnmental de
sus pt-incipios se incorporo <I las idoologins del asocincionismo y del
mutualism c()rporativo~'~1 cnrpnrutivismo r-voluciono con virt.iendo
so en una import.ante respuostu couscrvudora a la frugmcntucion so
cial y a la i nd ividunlizucion pruducidn pur 10.-; nu-rcados y por! in
dustria. Fue un terna ccntrnl cn los analisis dt' Durkheim sabre como
cornhati r In anomia; surgio cornu una piedra angular de la pohtiru so
cial catolica y papal y encontro su mayor expresion en la ideologia
fascista}
Los rinci ios unificadores del cor 0
. i 'OlO son una fraternidad \
basa a en la identidad de status, en la afiliaci6n obligatoria y exclusi
va, en el n~tuahsmo y en el monopolto de In representacl6n. Trasla
dado a1 capitalismo moderno, el corporuh~~r;~' construyo alrede
dol' de agrupaciones prolesiollales que buscaban reforzar las diferen
cias de estatus reconocidas tradicionalmcnte y las utiJizahan como un
nexo organizativo para la sociedad y la l'conomin. Estando construi
das muchas veces siguienc10 cl modelo de los antiguos gyemios, tales
entidades corporativas Como las mutualidadeH y las hermandades
surgicron cntn' los obrcros rn,lS privill'giados, como los fontaneros 0
los carpinteros. En otros casos, d biencstar social corporativo se esta
blcci6 con la participaei6n del Estado, como oCllnia a menudo entre
los mineros y los marineros. Cuando se <lCdln, (,1 ritmo de In l(gisla
cion soci:d en la ultima parte d('\ siglo XIX, l.ambien In hizo rnuchas ve
Ces la prolilcraci6n del corporativismo.
Bien sea pOl' eJ reconocimlento estatal dp ciertos privilegios de sta
tus 0 bien porque los grupo.. . organizados :,;{' Ill'garon a integrarsC! en
una legislacion mal-; inclusiva de status. In eil'lto es que surgio la tra
dicion de configurar numeroslsimos plane.~ de seguridad social dife
renriado,s por el Ht,ltus, cada uno con sus propias reglas, finanzas y

"8

\;\ \~ r:\

F~I>1

\l; -vx I )FH~F:'\

-structura de subsidios y adaptado cada uno para puder mostrar la re


lativa posicion de status de sus beneficiaries. lJe aqui que 11.1 pension
para obreros de Bismarck no Sf> pudiera nu-zclur con In de los rnineros
.u tampoco con la politica social para los fuucionurios 0 para los em
nleados (Kocku, 1981). En Austria, el principio corporativo rue llevado
alga mas lejos con eJ reconocimiento oficiul de que los noun-ios disfru
taban de un privilegio de status que tenia que ser reforzado con su
propio plan de pensiones. Una evolucion parecida tuvo lugar en la le
'Jislacifil) francesa snbre ppn<-:lonl's despues de la Segunda Guerra
Mundial. cuando varies 12.!"1l!JI':- lit- usalariados r'cuadros": reivindica
on con exito su particulurul.ui dt\ :.;1 .uus en la proteccion social. Peru
probablemente, el laberinto de pensiones de It.ilia pod ria reclamar el
liderazgo corporative internacional con sus mas de 120 fondos de pen
siones diferenciados ocupacional men to IF austo, 1978).
El cor pcrut ivisrn o se afianz6 fuertemente en los pa ise s de la
Europa continental .v no es diff('il nveriguar el motivo. En primer lu
gar, eran paises que se hubian industrializudo tardiarnente y en los
que se conservaron hastn bast.ante tarde las clasicas tradiciones de
los gremios. Por eso, durante la etupa en que se estaba formando la
proteccion social ya exi. L::I ., . ''lodclo viable para el desarrollo pro
gramatico, En segundo lugar, y en parte como consecuencia de lo pri
mero, la fuerza de la distincion del status, de la jerarquia y del privi
legio habia sido extraordinaria. Y en tercer lugar, en estos parses la
Iglesia Catolica tuvo exito al desernpenar un papel instrumental en la
reforma social. A finales del siglo XIX la enciclica papal Rerum Noval' rum defendia una cornbinacion de estatismo '! corporativisrno; en la
11 enciclica de 1931, Quadrcgesimo Anno. el elernento corporativista es
todavia mas fuerte. / ///, :j, I I , '
.' '" (
Para la Iglesia Catolica el corporativisrno era una respuesta natu
ral a .su preocupaci6n por preservar In familia tradicional, a su blis
queda de alternativus vio.bles tanto al ~ocialismo como al capitalismo
y a su convencimiento sobre Ia pt)sibilidnd de tlrganizar unas relacio
nes annoniosas entre las cbses sociales. EI corporutivismo se conju
gaba facilmente con el principio "subsidiario" del Catolicismo, es de
cir, la idea de que los niveles mas altos y mas amplios de };, colectivi
dad solo deberian intervenir cuando la capacidad de la fam.ilia para
su propia proteccion no fuern posible. La solidaridad colectiva de un
gremio, una cofradia 0 de una mutualidad c1aramente estaba mas
cerca de la unidad familiar y, por 10 tanto, estaban mas capacitados
para atender a sus necesidades que 10 que pudiera estar el mas remo
to Estado central (Messner, 1962; Richter. 1%', J.

\.il~ rl<t:~ ~1l ':\[lll:-; lIEr E~T\ll\lllF\ ltlf\E.";T\I{

H9

EI corporutivisrno se tru nsformo vn la idl'olog-ia cnsi oficicl de los


regiment's r.iscistas de Europa entre las dccndas de los anos 1920 y
1930, no tanto por In suhsidiariedad sino por crcur nlter nativns a las
organizuciones de clase ampli.unonte (,,'itahlt'cidas que erun rna...; sus
ceptibles de dejarse influir por el control politico central (Guillcbaud,
1941; Rimlingcr, 1987).
LA ;;STRATIFICACI6N f;N LA I'OLiTICA SOCIAL LIBERAL

Los fines del liberalisrno se pueden cntender mejor como oposicion


a los vestigios de la estratificacion conservadora. El liberalismo via
las condiciones para la emancipncion individual, para la libertad, pa
ra la igualdad de oportunidades y para la sana competitividad en la
abolicion de los estamentos, de los gremios, de los monopolios y del
absolutismo rnonarquico central. Sin lugar a dudas, tanto el Estado
reglamentista como el pcgajm;o manto del corporativismo eran trabas
para el libre mercado, para Ia iniciativa privada y para el espiritu
crnpresarial.
La resistencia del liberalismo hacia un Est.ado activo se ha in
terpretado a menudo como pasividadcon respecto a la politica so
cial; esto es un mito, como mostro lPolanyi r194'!}.:>Suprimiendo la
ayuda 0 promoviendo Ia eliminaciorideIos sistemas tradicionales
de proteccion social y no poniendo nada en su lugar excepto el mer
cado, el Estado liberal clasico trataba de conceder aJ cjrcujto mooe
~io un papel hegernonico .e_~--2l"ill!nj~_aXio'Lde.huida--B_Q~
,economlca; el soporte del dogma liberal consistfa en que el Estado
no tenia una a utentica raz6n para alterar los resultados estrat.iflca. '!.
dares producidos en el mercado.'Tales-resultndo:) cran justos por- _"
-r: que ref1ejaban el esfuerzo, la motivacion, la habilidad y la confian-/./,'
za en uno mi801o. /
'I
En el pensamiento liberal clrisico figuran como principios destaca~
dos el universalismo y la iguaJdad, dispuestos '"l. materiali7.arse si se
impide a los poderes organizados interferir en los "mecanismos de
compensaci6n" automaticos del mercado; por esQ., 13 politic3: social rpi
nimalista del laissez-faire sintonizaba can sus idcales. La poIitica so
cial era equiparadacon resurt.ad-os no desei;bfc~ -d~-estratificaci6n: el
paternalismo y el elitismo, la dependencill del Estado, la perpetua
cion del pauperismo. Sin Estado y sin monopo!ios (como los sindicatos
de los tmbajadores) no habria clases, solo habria una red de indivi
duos actuando libremente, tal vez atomizados, pero iguales ante la
ley, ante el contrato y ante el f1ujo monetario.

tJ!(."

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J

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t;()ST,\ FS1'1\"1:-:\'IWI1~1<""

Los ideales universahst.us del liberalismo sc contradectan con eI


lualismo y cl cHtigma social que ~n la pnictica prornoviun. Si el mer
<ado habia quedado libre para ""tratilicar a sus purtici puntcs si
guiendo el flujo monetario, (.) ~stado lib~~~,_\~_ ~~t<thl('cio~"~Ij.~_ hnccr

rente a los f~ del ~nercad~~.~~~:"?YlJda para po'"

,tr"or.l.Ur~lIia

es todavlielrnejor libro acercu de como ayurio


una sociedad de dos naciones en Gran Bretunn.

alismo a crear

'::f '1lenie punihva y estig~~dora. Probnblemente .".vbi de I?isrue!!J

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La numillaci6n 50C1 ..11 de Ia ayuda para pohre::; permane ci6 cuando


el Iiberniismo fue pr~.sionado para cambiar hacia~ asistcncia __sociul;
moderna de cQmprobacion de ingresos.--urnarllarca iluatru bien (') mo
Jelo del du-.~smo inadvc-rti~ro. EI antiguCl plan asist.enrial para uncia
nos que !;C intrcdujo en 1891 era poco rrnis que UI; si st.c-mn moderniza
do de subsidio para los pobres, Cuando fue transformado de facto en
una pension universal para los ciudadanos despucs do la Sngunda
Guerra Mundial, rnuchos pensionistas de clase n-udiu renunciaron no
obstantea ~US derechos de l}('nsi('nl dc-lndu (\ SII ('stigmn j rad icional de
pobreza y dr-pcndenciu.
Sin embargo, el subsidio J'oll_una comprohaci6 n de los medius de
vida est aha destin~do ~ s'er e) eh~"~~;)t;) l'('~id~:~j'd~-lQU;)_liticu so('-iaI
liberal. Lo-esencial debfa ser-cl~e-g~;i~di-vi-~i~~~c'l~ne;c~~lo con
contratos tirmes, voluntarios y actuariales. ~~n e;;t~ marco l J.!.~re~ul
tados de la politica social" ihTUaJarian las conHcrupncias del men'ado:
l'os que hayan ~do _~h(~~atlY~_('fTlP!..l!cIedorCH-(:maepepdTcr~,se-

ran recompensados,
Sin emnargo, en la rf'alidad hii-li6rica, cI modclo dp\ scguro de vida
individual funcion6 Illa) y ('as; lllJlH..:<l cOIl;-;igllio control.tl' las Iwc('sida
des de seguridad social de 1<1 gPlltP como \0 habian hecho las ~wl udo
nt':; alt(.'rn.ativ<'l:4 dl'{ ml'ITado y/o del Esl-adu. Como sc argulOcntuni
con mas detalle en pI capItulo 4. la pl'oteccicln ~ocial privada de mcr
cado podna cn'cer solo si y cuundo el-RsEld() -vinler<l-;'~-:sU aY_lId"~l. La
respu~~ia lilJl~ri'iTln~is--r(;alhd<l~pt)rtunl.o, Villi> <1 incurpOl';;" lIiW r-ncz
. claoe-nilmest,;- ~;;cia-l c,.u!lL~lista_e.'l"'ll]lel:c~doy de segu ridadsllcial
en eJ s('cie~r publico. EI principio d(' qu(' un I1l1ninw de coledivi:-llllo te
'-iila~quc-incz('lclr;e'('on el individualismo surgi() Pll la era dt'l "lllOvi
mlentu de la ret'orma" Iibcrnl hacia el camllio de siglo,
Genpralmenie. en Gran llrctaj)3 sc asocia cl movirniento de lu rt~
forma liberal con Lloyd George, pero tUVll SlI contrapartida por todo el
mundo occidentnl. Sus origcncs son multif;.lc('Ucos; en (;ran Bretatla,
los pstudios de Rowniree .y Booth rr.velaron ];) pxlpnnioa pohre1.a, en
fermedan y mi::;eria entre la clast' olin'l"d ur[);lll't. L;I gllt'ITH np InFo

ru.r

91

I:"" I' vnu Ill':1 Ili I'\! -, I \1,

B(ien'i desculu-ici que In condicion 0<' los combnt.iontes britrinicos era


tc-rj-ihlcmc ntr. pohr(' rBc-r-t-, I~Jljf-); 1;\'(l1)s. J97K; A . .,hllJrd, 19H(), p. til!,
Un catalizndor mas genend rut' la Jiberaci{JI) ell' las t'laHes tranajado
i'n~ 1 In com..!.'!_:nsi6n de qU(> s~ (':-;tabn th~':"::'~I-_~~'~_I.lIillldo un nup\,o tI ()
d(' eapitalisru, un (,i" <1<, <'('ollomi;) cunst ruidu <Iln~de or dl~ gran
dC~laciones-, Organiza~ione-!;~-[Jll'r()-t'ra-l'17I~'c.~flpital huma no y una
divi~"ion"dc tJ:-clhiljo mas intrincacltl--Y cOmJ)"kja; en r-esumen. un or
den economicn en cl que el progreso, la eficiencia y los baneficios ya
no podian proccder s610 dt, exprimir In ultinl<l g'ota de sudor del tra
bajador . Por e so. no es sorprcnde ntc que algunus do las prin('iQ!.g;;
inic iativas .ero\'!nicran de 1<!:i..(.;llCpoWfe liht.Xa'.'i...(Vi~i-~~-tei~-.. 197:2),
"drTam.(.;n (IS('lwln cientifica gercncial () dt- f'(,f'orrnistas libcrulc-s co
mo Alhio n ~.qii.ll;Tf .y William .Ia nies
e-n Est.ados Unidus. personas que
.
rornbinaron un fir-me cornprorniso a favor <11'1 mercado con la creen
cia de 4UP su nlvncion requvrfn rnnvorvs ;'(lspOlbahilidades sor-iu
Ip~,

f'o r m i s!.ils e:--.lah'ln diSpUt,:-::l.o:-, ;1 apovur una mayor


dosis de cok-cuvisrno con c-l reconocimicnto del problema de las exter
nalidades, la nr-cesjdnd de' bicnes publirus y su politic':l (k uyuda para
fa auto:-;uliti(,llt:ia,;EI liburnlis mo roforrnistn no cstaba dispuesto a
abrir vias de (::?capc del mercado, sino s610 a dar illgu!:lt!.~pas~~para
rt~~ir su~_bputolngiaSJsocialcsl':_p~l~_<laj~st~~~~1 iIlOiv~u_~li~_!1lO a _!.'!
\)
nueva reaJi-:t':laacqu~_Ja_s-oc~!:da~ .!~taf~31~!g~mzasg cn colec~vi9~ 6
~ La polltic:\ H()cI..il wnH;ol,uw pur los lil)('rah~s rpflda cstn nueva __
/(Jglca, La a'yWI'-l-~lT"tVAlitosU"tlPitcl;jc1('hiH ~~cr -promovTda jW~(/::::--~ .
'---...-,c ~--
h' .
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Via <Ie l'Vedurnci n d" las masns y npoynda porJ,,-;~dad de oportu- ,
mandesl . . n ide; de 1m, b('llplirio:-; adit'ionalt'1-.; profi'~ionale~ 0 (h1 capi- co'i
~ del bicnestw' SOd'll. r('l1ejaha la ~('('P!,~IY_~<!~_ dp que la':il~ego7p(e~ /
t'i'lcionc.s s;llarial('H s{' alcanzahan dt' unal, fOrrntl colptliXilJ.V In espe-:
nmza t' que los programUH de bicnestar ~rral necc!;arios pudieran _StJe.-"
ineorporarHe n estn e.sfcr.<:l_ Y la ~eguridad slJ('ial se transform6 gra
dual mente {'lJ l1n<lVpol(t_i~'a ~('('p~i1hl~': ~~I) la IIH'dida (>11 4U(' St' qued() At.. l<:
pl'incipallllentp (
) untana y aduarial .Y no illt('l'firi() COli los Illccn- r::
tivo~ de trahajo y (' CflIllP('.1 1\'1( Ole. AlHW :->1'1-),11;1 (}gll~ (1~J7n).los li- ;')",
ht'1".alcs .'iC soq)J'('ndii11l lilllcfws v('cps cuando d('srul>rinn que la ~.;('gu- i ' ;
,'idad social ('Iu:arnaha un 1lI0nll'1I1 d( iu('alt':-; liht>rn]ps: los prilH'ipio.s
{
de un conirato individual, sub:-.idios vinculadlls a Ull ('sfu('rzo pasado,
indepcndencia.Y conformidud ('on cI mercado. En realidad, ('I Estado ,- .. ~.
pudia ~{'r cOllsiderado COTno otro Lipo de SOP0l'l.c d(' seguros. Los derc
rhm; sociales de In ciudadania en (.J liherali:mlO rtformisLa esb.n he
dws Cl Iii nwoid;l <1('1 mpl'cw!o.
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92

(;O~T:\ ESP':-':(;A~J)ERSEN

LOS TRES MC!\J)()S UEL ~;STAll(1 IlI'L BIE:\E~T,\R

Mientras estes eran los ideales que se favorecian, en la practica el


reforrnismo liberal a menudo permitia desviaciones importantes.
Lloyd George introdujo en 1908 las pensiones de jubilacion no contri
butivas y pOT 10 tanto no aetuariales. Lo que quiza motive esta incohe
rente iniciativa, como sugirieron Koir Hardy y C'I Partido Lahorista
lndependiente, fue el desco imperiosn de fornontar In division entre las
capas mas bajas y mas altas de In. clnse obrorn: sin embargo, los nive
les de subsidies se rnantuvieron al minimo con el fin de fornentar la
cont~atari(ln privada rnav. : "7-.; Pelling, 1961; Gilbert. 1966). Una
historui hast ante pan'rid<t ."l' rl'vclo con In Ley de In Seguridad Social
de Estados Unidos, Aunque iniciulnu-nte :-;t' ntr-nia estrictamente al ac
tuariahsmo, pronto se volvid redistr-ibutivu de una forma sigruficativa
y fue obligntoriu lu ufiliacion a t-Hu. pcrn, <II igual que las ponsiones
briuinicas. --n Est.ados Unid. ln "';1'L';.pj(bd social no habia sido pensa
da para excluir cl mr-rrnd dr- 1,1"'; J-l1'Il:-;ioIIl'S privadus y pi individualis
mo. Por 10 tanto. los subsidies y las cuotas se fijaron 3 unos nivcles
bastante hajos v el deseo g('ncral era quo c} ~Jslt'm;l r\l('ra In mas de
acuerdn posible con e! rnercado I Dert.hick, 1979: Quadagnn, 1988).
Resumiendo: en el fondo el ideal de estratificacion del liheralismo
obviamente es el individualismo competitive que supuestamente cul
tiva el rnercado. Sin embargo, el liberalismo ha tenido grandes difi
cultades al aplicar este concepto en la politics estatal. Su entusiasrno
por la propuesta de la cornprobacion de medios de vida, que plantea
como objetivo la ayuda gubernarnental solarnente para los vcrdadera
mente pobres, es intrmsecarnente lcgica, pero crea un result ado no
previsto de estigma social y dualismo. Sus propuestas alternativas co
mo el segura privado y las mejoras sociales nt'gocl<ldaH ligadaH al tipo
de ocupacion, por una parte, y la seguridad "ocial. por ntra. son igual
mente logicas en terminol" de los principios libernJt>s de independen
cia, justicia, actuarialismo y libertad de eJecci6n, aunque cstas solu
ciones tambien tienden a g( nerar un dualismo de clase peculiar, EI
bienestar social privado negociado 0 l'olltratado 16gicftmtmte reprodu
cira las desigualdades del mercado. y evidentemente prevalecera
print.:ipahncnte entre los ('stratol'! filaS privilpg-iadol'! de 1a clnse trnba
jadora; ciertamentl' no cubrira las necesidades dc biencstHI' social de
los trabajadores en una situacion mas preearia. A su vez, el plan de
seguridad social liberal, si se atiene a SUs prineipios, reproducira
tambien el perfil de estratificaci6n del mercado y promovera la pro
tecci6n privada para los ma~ afortunados.
Si combinamos entonceR las tres propuestas l-i!-wr:llps, PI resultado
ma~ probable sera ulla mezl'!a curiosa de la proJ-lia rpl'!ponsabilidad

individual y de dualismos: un grupo en 10 mas bajo que confia ante to


do en la ayuda estigmatizadora; otro grupo cn cl medio integrado pre
dominanternente por clientcs de los s('guros sociales: y, finalrnente,
un b'TUPO privilegiado que es capaz de obtener su principal proteccion
social del mercado. En realidarl, este es nuis 0 monos el perfil de es
tratificacion que caracterizu al sistema de proteccion social de Esta
dos Unidos y, en menor ~ rado. al de Gran Brctana (Esping-Andersen,
Rein y Rainwater, 1988).

LA ESTRA'I'JI."ICACJ(JN EN

9.3

LA POLJTlCA SOCIAL SOCIALlSTA

AI igual que con el conservadunsmo y con el liberalismo, el refer

misrno socinlistu siernpro ....t persiguio teniendo en mente diferentes

resultados de estratificucion. Para los movimientos obreros, 10 que im

portaba eru la const.ruccicin de Ja solidarid.u].

.-. Los socialistas sejtan ~llfr~nlados~-~mpre a la cuestion de como

construir una unidad que pudiera evolucinnar hacia una,.JBovilizacioD

.colectiva a _1~_:H~._e!~Los rnarxistas vulgares describen con frecuen

cia el proolema como una lucha contra la socicdad de clasos, burgucsa.

Esto es completamente erroueo; los socialist as ternan que luchar con

tra multiples alternativas historicas, algunas de las cuales estaban

muy bien representadas dentro de sus propias filas. Por una parte, te

nian que combatir cl corporativismo exclusivista de la Iimitada solida

ridad de Status que impregnaba al primer sina;,'-alismo y a las ner-=

mandades. Y ternan que atacar el PatenuIi~,!,~_ de los patronos y de

los Estl!dos. un paternalismo que disirai~ ias lealtades del trabajador

y -cultivaba las divisiones. Pofl1ltIm();tE;nlu-quelUctlarcontrae1"TIii-=


puls~."!-omizado':.."ind~lista del merca'!o.
.
Como muestran muchos escritos sociahstas de la primera epoca. un /_
obstaculo serio para el colectivismo tue
consecucncia dualizadora delcK
desempleo cr6nico. El "proletariado de suburbio", como 10 definio
KautSkY(1971);;n 1891, era considerado universalmente una gran
amenaza; desmoralizado. desarraigado, desorganizado y sin recursos)
era vulnerable a la demagogia reaccionaria. cra dificil de organizar,
probablcnH'nte trahajaha pOl' un salario nwnor y sabotcaba Ius hUL'Jgas.
Ya fue un tema importante en el Congl'eso dl' 1867 de Lauoanne de la
Primera Internacional; en aqueJla ocasion, los delegados expresaron su
confianza On la capacidad de ]01$ movjmientos cooperativistas para me
jnrar el talante moral y la condidon econ6mica dellumpenproletariado.
Un sf-'gundo e importantf~ obstaculo residf a en las divisiones socia
l('!" in~titucionalizadas por las primeras rel'or11las liberales y conserva

I"

9~

jI

l;l bT..\

E~PI:"(

;.,\:\ 1)1-:1\:-'1'::\

doras. Los sistemas de la autizua Icy para pobres crun el mayor cne
migo, porque meticron una cunu en el prolctnr-iadoy porquc los desti
natarios no estaban t'llli.lncipado:;( La nholicion dl' In comprob.u-ion do
medios de vida y de las reuins d~mcnor dl'J'cc!to u-nian, pur tanto,
una prioridad politica-destacaa<9De "l.i -nils-rna forma se opusieron al
biencstar social put.ct-nulixtn pat.rocinndo por los pnt.ronos pur sus
consecuencias corporat.ivist as y part.icularistas y ntacurnn l,l Sl'~uro
estataJ para trabajadores por const.ituir un pucifismo social, divisorio
y apto'pura institul'ion:lli'/..
l('sigualdadl..'s.
Naturnlrnr-nte. los socialism- .mron los polurros inherentes al re
formi smo <1(, lns cia,,,;\,;, dinglllh':-;. I" ,'(I mur-bus \'pees:-,p vir-ron Iucrte
mente presionados para 4Ul' tormulurau \'t'rdadtra:-. al tornut ivus. 1':1
germen de su pvnsumicnto St' asicntn en 1;\:-: !>l'ilTlcras edtiells de In
mejora sociul burgues.i. A ;\LtI'X y Engcb lp,s inquictuba la pusibilidud
de 4U(' 1,\.., n-furmn-, :-.m.'lalpilt'ifistas n-n-asnran cI socialismo: temor
que es comprt-nsihk- a lu luz del (';.,:pilcito roconucirnir-nto de Napoleon
III, de Von Tuatfo y de Bismarck de que ern eso ox.utarnenu- 10 que
huscaban. Pe ro ni siquiern Marx s(' at uvo por rnmplot a esc punto de
vista: en sus anal isis do las L(,.\,(':, de- Fahrica:-: hritanicas (] 954-6, cap.
10l, :\larx concluyo que lus j'('forlll<ls llurgul',..;as son sig-niticativas y
que al rnismo ticmpo realzar.m la posicioll dl' los obn'l'os. Las Liltimas
paginas dr'l ,:Uani/i"I!,"':lo CO/lluni...la pidpn H'fi)rmas que apl'nas difie
ren dellihernIJ ..,mn pO~Il'rior,
Los ~<lcialislas lPnwn qlH' inventar IIlli\ pnlitipa social que dipra
satisfacei6n a In nCI'l'sidad j'('al de In ;lyud~\ ;'ocCa-l-v qtH' al mismo
tiempo ayudara .1 Ill'gar al pod!'!' :d llIo~'im~~ ~oc;i1li~la. La l'ues
liun giro alrpdl'do(' dt' prillcipios (Jpues1.()~ cil' solidaridad. EI ('orporati
vismo )' las tll'rm:lIldades prall un mo(hlo pn'dllllliJlalltt~. sohn' lodo
cnlre l()~ g-rupos dp h'ahilJ,ldol'cs l'ualifil'ildos y til' artl'~allO:-i. 1'1'1'0 era
un modelo pl'ohlpnwtiro si ('I ol~il'ti\,{l ('ra cOllstrllir lIna illilplin uni
dad dl' r1ast'.\" Jllljol'ar a ItlS "pl'oll'l<ll'ios ilt :-,uhllrhi(J".
Una sl'gunda propul'sla rue rlejar la CUl'S! iOIl social l'1l Illanos de
lo~ sindj('at.os y ganar conCC:iiOllCS a tl'avl'S dt la Iwgociari()l1 colectiva,
pcro COil l'sto se asumiu un pmh'r dp Ill'goci:u:it>n fUl'l'te .v e:'itable y el
l'econocimiento d(' l~,,,~ patro!los; tamhil~n Sl' COlTi,1 ('\ riesgo dt' repro
ducir las desigualdade~ del Tnl'ITado laboral 0 rIt' l"avorecel' principal
menle a la arislocracia obrcrn. Era una estralpgia qut' no pal'pcla que
iba a producir una amplia solidaridad; sin I'lllbargo, se lransf()T1no P11
la principal propuesla en dos lipos de sociedades. En Australia lIeg!) a
prrdominar, porque 1m; sinditatos eslahan pn lln" "flsicil'Jn df' ne~o
ciacion inusualmenle f~lVoralJle. En Estados Uilldo~. ~u illlportancia

UlS TRES :;W;":/l(1;i [lEI. EST:\110

1)~:1. 1l1~:.\E:-;T.\R

95

ha tenido mas que ver con la falta de un aliado politico plausible y con
un Estado en el que no cabia confiur.
Los prirm-ros movirniern os socinlistas frecuontomento se volvian
hacin una tcrccra altcrnativa. In "est.rntcuiu de gueto" microsocialista.
segun la cual el movimiento en sf rnismo se transforrnuba en e1 sum i
nistrador del bienestar social do los trubajadorc-s. I~slt' era un camino
utract.ivo, sohrc todo dondo los socialistas se r-ncontraban marginados
del poder d,j Estado. Dernostro que los dirigentes podian responder de
una forma constructive a Ius necesidades acuciantes de los trabajado
res. Naturalmente, su atraccion consistia tam bien en que el refugio
microsocialista podia promover In organizncion. pi crecimienlo de la
afiliacion, oducucion socialista, y pod in prosentar al movimiento como
un atract.ivo portavoz para la~ nocesidndes de 10:-- t.rnbujadorcs. EI rni
crosocialismo era una lonna de prescntar u n ojemplo przictico de la
buena socicdad que ibn a venir, a lu vez que evidenciuha mas clara
mente la cruc-ldad y la brutalidnd de la sociodad hurguesa circundante.
~I microsocialismo fue scuuido con energia y con algun exito en los
pr imeros dins del socialismo. Los movirnientns a menudo const.ruyo
ron imperio organizntivos con insta lacinnos recreativas, clubes de
ajedrez, grupos de teatro, musica, organizaciones de Roy Scouts, clu
bes deportivos e incluso empresas produdivns lnk's como empresas de
construccion y cooperativas.
EI problema del modelo de gueto est,; en su proria propuesta. es de
cir, en construir una solidaridad y poder de c1ase poria movilizaci6n a
traves de la afiliacion. PUl'sto que 10 finallciahan los propios obreros.
('ra vuln(~rahll' a las crisis econt)mirHS prolollgadas y a los costosos con
nictos industriales. Pero el microsocialismo estaba cargado tam bien
dl'l dualismo de los que eran miemhros y de los que no 10 eran; la divi
si6n estaha, 1'01110 siempre, entf'(' los trnhajador('s privilpgiado,s y los
grupos con un status m,ls pl'ccario. Bnlonc('s. si los socialistas desea
han unn tllll pU~~~~~L~l.iJ~l,'_'y..IlJJll'frrj~!sJ?ar:i;,nH~ntaria;'-~'itaban
ubligados a adoptar una idea de solidaridad verdadcrnmcf.lte
'Ih~a, u; u-~(v~'-rs~~i~~;-qw~aYl;~;rma-umll'cilr 10 que cn realidad era
na c1aseofii:z.-ra considenlhlemcntc dllrrenci<l.iliLili1:ltmentada.
EI prmCII)io d(' un univprsnlismo nmplio y popular ('mcrgi6 al mis
fllU ticmpo que la extensi6n y con."iolidafi<lll dl' los derel'hos demoeniti
cos. En esto fueron pioneros 10.. . escandinavDs. como se manifesto en la
retorica pro-hil'nestnr social del "hogar dt'l puehlo" de Per Alhin
Hanssoll a finales de los ailos 1920. En realidad, ya se habia hecho ex
plicito en las propuestas sohre penslones de los soeialistas daneses en
!:l dceada dr' IRRO y en la polilica social de Branting en Sueeia en las

umvcrsa:

'\(;

;\.l:-;T.\ r:Sl'INl; .:\!'II

Llt:B.~I::-'::

"rimer"" decadas del siglo (Elmer. 1960; Rasmussen. 1933). Despues


Ie la Primera Guerra Mundial, Otto Bauer auspiciaha la idea de una
(~afiza entre obrero~ CaDlpesInoS"'fn Austria por medio de una am
plia cobertura en la politica del bienestar social t Bauer. 19191. En al
,,'Unos sistemas altamente corporut.ivistus C0l110 d alemu n, o! nust.riu
'0 y el italiano, los socialistas 0 cornunistas han luchado siempre por
el universalisrno con invocaciones a la Volksl'l'rs;cherunu y a la unifi
~aZlOne.

La coi ncidenciu del universalismo y de la dcrnocracia no puede de


cirse que sea accidental. EI parlamentarismo abrio a los socialistas
nuevas perspectivas reforrnistas, perc tarnbien les impuso la necesi
lad de movilizar a una fi rmc rnayoria ('I('doral que casi con seguri
'lad no podrra alcanaar la estrategia del gueto, EI problema de la rna
yoria se acentuaba donde la clase trabajudorn era probable que per
maneciera como una rninoria electoral.
Este era el horizonte que prosento Bornstein en IH98 en S1I clasico
Las premise del socialismo .v las larras til' La sociaidenurcracia
.Bernstein. 1961) y que empezaron a reconocer los socialistas electo
-almente en los anos siguientes, Pod Ian responder 0 bien aceptando a
un status de oposicion minoritaria a bien podian establecer alianzas
politicas mas amplias, En el ultimo caso so necesitaba una politica de
. m iversalismo interdasista.
La opcion de la alinnzn fue 10 que inspire el pensarniento de Bauer
y, evidenternente, el concepto oscandinavc de bicnestar social. la idea
del "hogar del pueblo". En los anos de entreguerras, las clases rurales
fueron el eje de una umplia uliun v. a popular .Y los snciulistas trataron
de movilizur a las clases agrurias can difcrr-nt.e exito, Donde (.\ modclo
socialista de gueto era debil como en Escandinavia, su capacidad pura
hacer incursiones en la cst.ructura social rural era mucho mayor.
Donde el socialismo estaba concputrado en enclaves urbanos de clase
ohrera como '1 "Herlin n~io" y 1a "Viena r~p'. crn m~ls prohahle que la
ideologia y la retorica retuvicran su tradicionul sabor revolucionario y
ahreriHta, mientras quC' en un lug-ar rurAl Icjano seria menus probable
qUL' se reribiera una rpspw'sta fovorabl<'.
EI cambia hacia:J'I,_uTli~ersalis~_opopular no era lIna simple bus
queda instrumental de la maximizaci(Jn del volo. L(lgicanwnh.~
.
~ndia a 18 estructur~ ~(lcial prec;iom.i.naI~~e y a Ia pro pia comprensi()n
de sahdaridad de los socialistas. La estructura social estaba domina
da por masas de "gente humilde" ruml y urbana. La solidaridad no
tiene que ser obrensta, puesto que muchos otros gTUpOS son victimas
de fuerza~ que escapan a su control y se cnfn'ntall can b pohreza y

111:- !"liE:- ;-.\1' .'llh l:, IWI

~'~T;\II\

I I)~ I Iii I :-'1 ..; ]'.\1;

Hi

can los riesgos sociales basicos. Por consiguiente, e) universalismo se


cOl1~lrtio en....'lE...!'inc!E!~..!~!!_e<:ta!..orqu_eigualab!' ~I.stalus. los sUDsi
,dias_.\' las. respon~abilida~es df losciudadanos ,Y porquea~~do a co~s
YlljL~Q.aJicion~s:_p_QH!i~~s.:...
/~ '/1"t~l/r (,-1.,.. (~"'~1:;(': ~ci',.,.
Peru cl uuiversulismo ocusiounhuento cutro en conflicto con objeti- "'f>
vas rivales del propio movimiento obrero. En muchos casos, los movi
rnientos obreras encontraron en los fondos de bienesllU:.lllll:.ial finan
cia~_c.9~yoladosPO~.9~.,:!.!la gran [ll~!1te d~p~der tanto econo
mica como organizativo. EI renunciar a esto en nornbre de la solidari
dad universal no siempre era visto favorablemente. En Alemania. los
sindicatos mantenian celasamente e] control de los fondas para enfer
medad; inclueo los movirniout.os de los tr abajadoros daneses y suecos,
vanguardia del universalismo, no hubieran aceptado una perdida del
control de sus fondos para ei seguro de riexerupjeo.
-(Australia y Nueva Zelanda const ituyon dos casos en los que los
movimientos de los trabajadores, a pesar de ser poderosos, nunca se
adhirieron plenamenle al ideal uni versa hstaz En estos parses, los
obreros mantenian la preferencia tradicionalmente difundida de los
~ub~idi~~ obje(lva-blcs--de cornprobacion de ingres~~ p~.~q-~~ ~~!-d~
que "ran mas redisti-ib";;tivas. Pero '"a-rece ser que la razon principal
fue la relevante posicion negociadora de la que habian disfrutado los
sindicatos durante decadas, Par eso, como comenta Castles (986), las
demandas drJa protecGi..On-s_ac!!,1 de los trabajadares podian ser aten- _
'didas igual 0 l11ej~.orJ,!vfa de iaanegUcia:cioiie~"~il!ariales -- - -
""La -adhesion de los sociaiistas al universalisma se puso a prueba t.,
con el avarice de la modernizacion social y ('structuraIL..En una econo- :\
mia avanzada lu "gente huruilde' desnpnrere y CH rccmplazada par ~
empleados de oficina asalariadot:i y por unos obreros mas prosperos \....
/que no se contentaran con un subsidio hasieo de tipo fijo. Par 10 tanto, ~

a men as que la seguridad social pueda ser mejarada. es probable que ~

se origine un exodo masivo hacia JOR planes privados del mercado, "

canduciendo u nuevas d"sig'ualdades. Asi pues. para preservar la soli- ,

daridad de un Estado del bienestar universalista, los socialistas se


vicron obligados u iguaJar las pn-staciont,'>j sw'i(ll(s ('on Jos estrindares
de la c1ase media.
\
Los socialdemocratas suecos fueron los primeros en trazRr un ca- .~.
mino para un univcn>alismo de tipo "clase JIwdia", La f6rmuJa consis
tio en combinar los derechos universales can unos subsidios eJevados
graduados segun los ing'resas, equiparando los subsidios y prestacio- ;\
nes del Estado del bienestar a las expectativas de la clase media. ,\,\
Para el trabajadar media como titular de la ciudadania social. el re-

t:

\_~:

l;~ l~

'ti

L\

F~\'L'\l;-.\:'\\lFl\~t<\

sultado fue una experiencia de movilidad ascendcntc. Para c! Est.ado


lei bienestnr, cl resultado fue In consolidacion de una amplia mayoria
-sopular afet-rnda a su defeusa. EI univursa lismo dl' In "c!as(' mcdiu'
ha proteuido al Estndo del bionvstnr contra sentimiontns rcnct.ivns.
'JIMlCNSIUNlCS COMI'AHATIVAS

UE LA ESTH.\TJFIAllllN IlEL ESTAIlO DEL BIEm:STAJ(

Aunquc todos los E;.;t:~ 1 .--I,.! bienestar inciden en el proceso de es


+.ratifir;}rion social. 10 u.u'c-u dr- tormas diferentes. Lo!'3 legados histcri
cos de los principios ron:->l'l'\'ad{iJ"t':-i. Iil.crnles y socialistas llogaron a
.nst.ituciunalizar-sc durante su urimc ra forutuciuu y sc- pcrpr-tuuron
1urante m.is de un siglo. EI resultado hn sido nil agrupamiento de re
grmencs surprcndentenu-nto pnra!lo al que doscubrimos en los anali
sis subre
desmorctuniliznciou.
Para identificar Jo:-; agrupamlt'nlos de Est.ados del biencstnr, debe
mos descubrir cuales son las dimensiones mas destacadns de la estra
t.ificacion. Como mejor sc idcntific.i el modclo rorporativista cs por la
medida en que 1<1 soguridnd social esta diferenr-inda y segrnentadn en
distintos progrnmus busndos en 1<1 ocupar-ion y el status. En este caso
cabria ospcrar tambien arnplius vuriacioues entre la parte inferior y la
superior en cuanto a subsidies. Para identificar el estatismo. el cnfo
que mas sencillo es identificar lo~ relativos privjlegios otorgados a los
funcionario::>. En cambin. id('ntificariamoR los principios libprales en
terminus de un bienes(ar de tipo rt'sidual. :-lollrp t.odn pi rasgu sohresa
Henle de la comprobaci6n de medios de vida, en terminos de la rp!'3pon
subilidad linancit-ra r(,lativi.l OlOfl!;lda al as('l!urado individual .y en
terminos del peso relativo del bipnestar social voluntario del sector
privado, Y para cilptar los idt'a!t,s sucinlistils, li\ Illt'dida n,)pvnnte cs
claramente eI g-rado de uni\'l'rsalismo. 1';1 l't'gillH'1l soei:dista dphprl<-\
mostrar el nivel mas hajo de difen~ncias dt' subsidio~.
EI que existan gl'upo.s dC' regimenes c1aramentp definidos depenoe
entunce.s de h"lsta qui' punto los rnsgos del regimpn espel'ifico e~t{m
presentes s(i!u l'n un tipo. Para dar 1111 Pjl'rnplo, no cabria ('speraI' que'
un sistplIla dc tipo conservador (roil grandcs dosis de cOl'pllralivismo
ylo pnvIi('giu~ para Ius funcionariosJ contuviera tam bien rasgos lihe
rales (tal como un gran me rca do privado) 0 rasgos socialistas (como el
univer!;;,di,smo;. P(:ro aunque el mundo real de los Estados del bienes
tar prohahlemente Illuestre forma:-; hibridus, nuest ra tarC'<l eonsistC'
en ver hasta que pllnlo hay una covari:~cj6n sllfiricpll' par.'l qllp apa
rezcan los di!'3Lntos grupO!'3 de regfn1l'nes.

"1

\ (1."'; TltI,':-; \tl \110:-; tWI 1:"';T\ll() IIFI 1:11 \\ "';T\li

~J9

En la tabla 3.1 pt'exen t.amos datos sohrc caracl('rbticas de 10;'; pro


gramas tipicos rk- cadu reginH'n. Rcprcsentundo a los prmcipios con
~w"l'ado,.('s de cstratificucion, ln tabla ruucstr.i pri meru cl grado de Hl~
grcgncion de stnt.us 0 do curpo rutivi srno, nu-dido como el numcro de
IprincipaJ(,,'-iJ planes d(' pen:-;iflll('.'i dil(~r('nriadlls ocupncionulmcuto: S('
gundo, prescnta el grado de "estutntismo" me-dido como g<Jsto en pen
siones de los eruplcudos del g()hil!rno como porcentajt-' del Productn
Interior Bruto.
La Tabla 3.1 muestra tarnbien t.res vnrinblt-s dissnadas para iden
t ificar las curnctcu-ist.icns clave dellihera!i"'//(J; pri met-a , ol peso relat i ,
\'0 de los subsidies de bicnestur social con coruprobucion de medics de
vida, medido on terrninos de porcentuje dol gaslo social publicu total
rexcluyend los subeidios para cm pleudos de-l gobio rno): sezundn. lu
impcrtanciu (1<,1 sector privadn ell las pons.ones. mcdida por In parti
cipacion del sector privndo ('11 o l g'asto totn l d(' pvnxionc. y en sn ni
dad, medidos C(HlW la purticipucion tiel scdo, p rtvu do en (., g;Jsto total
en sanidad.
Por ultimo, la tabla 3.1 incluvc dos caructurixt.icas asociadas muy
claramente a 10K regtmcnes suciaii.'iias, cs decir cl grudo de universa.
lisrno del programa (medido como porcentuji- medio de poblacion de
16 a 64 alios de edad con derecho al subsidio de cufermedad, desern
pleo y jubilacion) y grade de iguuldad en la cstr-uctura del subsidio.
En el ultimo caso, nuestra medicion es un promedio de los tres pro~
gram as ya mcncinnadm:; en t(~rmin()s de In rntio entn' el nivel hasico
de subsidlO:-i y el suhsidio m;,iximo legal que S('{l pO.:-iiblc. Clanlmcnle
cabria esperar que los rebrlmenl':-; de inspirueiiln socinli~ta acentua~en
In iguuldad en }OS ~ubsidios, nTi~ntras que en los r~glmene;.; con:-;erva~
dores las dpsigualdndes fueran mayo res.
Empe;7,(lndo con J~lS canlctcristicus conserv,ldoras, deSCllbrimo."i una
distrihuci('lll de paises b.. lsicanH'ntp hlmodal ('on l'('spPeto tanto <II cor
por(;)tivismo como al estati~mo; pOI' otr(;) parte, In coincidencia entre las
dos caraeterislicas es hastante !;cnalada. Un grupo de paises puntua
muy alto en ambas: Austria, Helgica. Francia. Alemania e haha. can
1a posibh' indusi(m de Finlandia. Ml'rpce la PPIl:l resalt.ar que e~te es
pi mismo grupo quP antes idcnt i1iC<lIllOS como {,I 4ue cae en la tradici()n
conservadora de ia desmcrcantilizaci{)n.
En cuanto a las caracteristicas liberales, el modelo esta considera
bJemente horroso. La variable de la ayuda a los pobres agrupa a los
paises en tres grupos, uno que puntua muy alto (Canada, Francia y
Estados l~njdos), otro con niveles medios y un tefccro cn eJ que la
:l."uda a los pnhres es verdadel'amente marginallios palses n6rdicosl.

100

(;0STA ESI'I N(;-AN DEI{SI';N

IH" T1n::-; \lI"\[)O:-; DEI. E:-;T,\lltl IlI:I. 1\IV\F.'r.\H

pr-nsionr-s. (1.01'; progrumu-, de uyuda con comprubacion dr- ingresos. co

TABLA. 3,1 Grado de r-orporativisrno, ('statis/Jlo, romprobucron de me


dios de vida. influenciu del mercudo. universalisrno e igualdad de subsi.
d.os en IR Estados del bienestar. 1980

mo 10:' subs.dios peru dvsr-mph-o y t.'oli'rml'd,.d de Ausu-aua y ,\"U(.,.H


Zelauda. st.' han puntuado () porque ninguno 'Ifrpct.' dcrechos uruversules
para los subsidios.:
/1"IJ/III'dio ell' IMI/(Jldllll
.~lIhsidj(J.~ DJ1~"I'l'Il('jil IIwdw pntf'(' III!'! suhsi

dillS social!'!'; maximo y h:isin~ para onfermodud. dcsern pleo v pens.ones

{ha.":IlJOl en SUhSldios nvu, .una Vl'I. descout.!s los illlplll':-.tU:J,I. 1,1IS di.

Iercncius de 10" subsidies ('sltin busadas t.'11 :'1 r.. uu entre cl aubsidrc )010

ciul bustco garantizndc y (,j svbsidio mllximo kg-al que es posible en cl

sistema.

"Sin datos disponibles.

"I'

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Curl'

Aust rahu
Austria
Belgica
Canada

Dmamurcu
Fi.nlandia
Francia

Ale-mania
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Italia
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ell' pluries de jubiluc-ion pubh .

cos difercnciudus oru p.u-ioo.ilnu-n te. SI' han iuchudc "olp lo.... plunr-s

prmcipulca.

" ,"':st(Jtl,~m" Medido o.mo ]tl~ l~a~[oH I'll pl'Il:;III'lI'S tit' los "11lpll'ado."I drl

gotucrno como '"; dvl }JIB.

Avudu a los pobre 1'011 (,O/llPI"o!1lI1'ill/1 dl' IIIl'1/ios dl' ,',dll (como 'ii tip!
pl."to :;1'('1.11 ptihlrco fof;tl) I,it,; l'slinlll('j",w,~ til' los g,l,.;tll.'" "11 ayl1da;l IdS

pobrtg l'xi"iuyl'n los suhsidlOS Itt.' los pJ.llll'''' I1llrm:IIl''' til' wmprohaClOlI
Illgn'~Ol> (talI's cornu ayuda~ par~ In vi .... ll'nda en est.'Hndinavi<:!, uyu
dn purfl d dl,twrnpko PI) Al~nlanlU 0 llymln pltl':! In .... 1'jP'l. dl'Kt'mplt'o v
l'nlt'rnwdud en Auslrnliu y NUl'VlI Zthllula I. ("lmWIIl' l't'l'lInlar qUI' ......
ddicd lrazar la front..era enlr(' t'SU.l8 dos lipOf; d(' obJItivos. NUl'slrns 1':,.
timacioneR At.' ba"an en esle caso en unn apreclOwi6n individual d" como
opcru el sistema en rada pai:J,
"Pensiones privadas (como o/r dellolal de pt.'nsiOI1l's).
r.astu de fa SQJ1idod prj,'ada leoma '1" {hI 1,0/,111.

, Promedi(J de IIniversalism(J. Promedio para l'llfcrmedad, de ....elllplt.'o y

dt:"

L__

101

..J

Por el contrario, la variable pension privada distinguo c1aramente en


tre un grupo con una prepoderancia de pcnsiunes privadas y otro en el
que apenas existen, La variable del sector privudo de la sanidad. como
la ayuda a Ius pobres, difercncia tres grupos. En este caso, se puede
notar el verdadero grade de "privatizacion" en paises como Austria y
Alemania, algo que atestigua la ambigucdad de la orgnnizacion del
bienestar social privado. En estos dos paises, el cuidadu "privado" de
la salud refleja la trndicion de la influcnciu de la Iglesia cpor ejemplo,
Caritas) mas que una desenfrunadn influencia empresarial privada.
Pero eon todo, hay un grupo que sistematicamento puntua alto en
nuestras cnracterfsticas del liheralismo: K'itados Unidos .Y Canada y
tarnbien, ligeramcnte con menos claridad, Australia y Suiza.
Con.s idcr-nndo finalmonto nuostras poudoraciones del regimen 80
cialista, vcmos que el univorsalismo es cl principio que reina en los
Estados del bicnestar socialdcm<icratas de Escandinavia; .Y 10 es de
una forma aproximada y hasta cicrto punto en unos Pl)(~OS rcgimenes
liberales como Canada y Suiza. En el otro extrema se encuentra un
numcro de l'a~()!-: liberales domle los dprpchos soci.1]es esUln inusua)
mente subdesarrolladoH tEstados Unidos, Australia y Nueva Zelan
da). Los paises europcos contin{~ntn)es qm'. por 10 demas, tienden a
puntuar alto en cl conservadurismo estan aqui en el mediu, re~ultado
este escas.1nlf'nle sorprend(>nte, dado que la importanci<l que se da en
elias a In afiliacion obligatol'ia en funl'i6n de la posicion Iaboral nece
sariamente conduce a una situacion en la que la mayoria de la fuerza
de trabajo gc,za de rnhprtura de seguru. La nlPdida del diferencial de

I.l)~

l;~)STA ESI'I:'\l;.\~t)E1{~E:'\

102

subsidio dcberra, en principio, facilitar una clara dist.incion entre los


-asos "sociu list.as" y los "conscrvadores". En el primer caso, c l enfusis
en la igunldad eieberia producir diferencinles m ..is bajos: en el segundo
caso, el prmcipio del mautcnirniento del status y de la jerarquia debe
-ia dar como resultado unas clurus desigualdades. Para i ntcrpretar
correctamente csta vnr'iuble deberiamos dejar a un lado Australia .Y
Nueva Zelunda por u n ruoincnto. Ya que sus sistemas se basun en
.ma tradit-ion de asistencin social de tasa fija , los subsidies seran vi r
tualment c iguillt's por ei('fi,,;(,j,',n POI' 10 dr-mris, la tr-ndc-ncia cs en
gran puru- como cabrrn l~;-'\h'r;ll'. hiS dornocrucias socinles oscandina
. . as PSU!II i-ntr la~ mns i,~'ll;,lIl:J,.i;\.", nunquc In tabla cs monos cnpaz
de distinguir Ins sistt'll\i.\s corporutivistas (qlll' muost run grundos difc
rcnciales : y sus contrupnrt idas liborulos tquc- mur-st run tnmhicu dife
renciales cxtrernosl.
Uu pr-inu-r inu-nt o para irkntifir.u- hnstu qU( puuto oxixtcu grupos
de rcginu-ru-s Sl' l'j('mplitien t-n hi 1l1:1l riz. dl' ];J 1'\I1'l'vl:\l'i(il1 de- ordc-n ('('
1'0 presen tndu en lu tablu :t2. Obviarnonu-. pnvn quv oxistun los rcgi
menes tienr- que cxistir una cstrocha rr-l.uiun c-nl.n- 1:ls car;l(~terist icns
determi n adns que supucstnrncntc- identifir.m !I I'I~gil\lell; y, ('11 cam
bio, e~tos eieben t'star negatl\allH'nt.e corn~lm:ionados. () no correlacio
nados con las caracteristicas de los reginll'lles alternativos. Lm; corre
laciones de 1a tabla 3.2 senalan la clasp d(' agrupaci()n dt' rpgimenes
que habiamos anticipado. Las ('aracteristlc<\s conservadora.s (corpora
tivismo y estatismo) estan correlacionadas positivaml'nte (0.55) y es-

TABLA ;I.'~ !\blnz \It' \'url'{'!Hl'iIllW:-- hi";lnahlt's dl' ditlll'll:-.lOllt''-; tit ('~lr;llll"1CHCiotl pllrOl IH r:stO\d(1~ de] hH'rWSwr
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tan negativamcnte relacionadas 0 no rehuinnudus tanto COil las cu


rnctcrfsticas del regimen liberal t ayudu a Ius pubres. priv.uixucion r
como con In variable del universnlismo socialistn. Exi . . t e una corrcla
cion po.. . itiva entre los difercnciules de subsidies que indica que 10:-' I'C
gimencs conservadorcs ticndcn a re pe t ir Iils dl..'sigualdadL's en c l
ESlado del bienestar.
EI grupo del regimen liberal cs iguulnn-utc evidc-nte. La ayuda a
los pobres est.a muy rclacionuda con las pensiones privadas y con la
sanidud (1'=0.49 y 0.60 respcctivamentc l y L.1S des ult.imas estrin tam
bien corrclurionudas positivarneutc. Los gr<ll1des dilcrenciales de sub
sidio estrin Jl)L1~' lig,Hlos a lu-, vuriuhk-s del rl'gilllPn libc-rnl. POl' 10 tan
to, podernos concluir que las muyores desigunldade en los subsidies
d('1 hicnustn r socinl surgen tanto de los siStl mu s jer.irquicos como do
la adhesion nl mercudo. La espc-cificidnd dl n*imcn' liberal cs cvi
dentc en cuunto que todns ..us l'<tsgtlS ('st.ll1 ru-eativurncntc correlucio
Iltldo:, y 110 c-ort'vlat-iunudus tunl.o COil las (,;tt':lcknst i('(lS couscrvndo
r:JS como con lus soci.dist.as,
Finalmc-nu-, {,I rl~ginwn slH'ialistii (s m.is difn-il de concn-tur. pOI'
quo las dos v.uiublos que 10 cum ponc n, cl univcrsalismo y los suhsi
dios igualitarios, no estrin fuertemcnte corrclncionadas. Algunos pai
8es (como Canad.i y Suiza) que, pOI' otra parte, son muy liberal(s tien
den a acercarse tambien aluniversalismo.v otro:.; paist-'s libcrale~ (co
mo Australia) cuyos sistema.::; ,:-;on principalnwlltc dl' In clase dr' sub:.;i
dio minimo de tasa fija, tienell escasas dif('rcllcias de subsidio. Sin
emhargo, la caracteristica del univenmlismo :-iC sostienc pOl' si rnisrn.l,
diferenciandose (pOl' no estar correlncionada) tallto de las nlriabll's
de los regimenes conservadore,.., como de los liberales. Sin embargo. l'S
lIna sorpresa que no encontrcmos una aSl)riacit')J1 m,is ruertp l'nlre
igualitarismo y universalismo.
AI lhrual que en el capitulo 2, csto:-; datos S(' IHIPdpn desarro]Jar ('n
indices resumidoH para idcntificar de una fill'ma 111<IS clarn y sint{~tica
los grupos de pafsC's significativos, AI igunl qUl' antes, haremos esto
(aproximadaml'ntcl sobre III hase de la media y <1(' la d('sviaci6n tipica
en Ia disll'ihuci<in de cada una de las vari"h',-,. Ell Ia labia :l.:J pre
Sl'lltamos ('I n'Sllmell d(' 10,-'; n';..;ult.ados acullllllados para el "conSl'rV(l
durismo", ('I "Iibl'ralismo" y ('I "suciaJisrlw". ('OII\O s(' ('xplira en l,1
Apendice 1, cuanto miis alta es la puntuation, mayor es el grado de
conservadurismo, lilwralismo y sodalismo, l'('SIH'etivamentp. H('nlOs
dividido la labia en ~rupo, allo. medio y hajo.
De la tabla :l.a no podemos l..'onc1uir otra ('osa l'xccpto que 10:-> gru
po:-> existen, Los paisps que puntuan alto ('n llUl'stro indice de conSer

104

LoS TlIE:'i

t;t)~TA 1':;-;I>ll'\l;~A~nEI{S"'~

TABLA 3.3 Agrupumiento lIl' Estados del bicnr-star s(gun dimcnsionr-s


de- fP.nmt'n conscrvador. Jilwr:lJ yo socialist.a rvntn- pan>ntl'sis Ins pun
tuunoncs del mdicc ncumulndi

~1l'~IlP",;

Ill-[ F."'J':\j){l PH HIt\I.")'\I'

IO!i

I':5wdos del bicnustar simplemente como "mas" () "menus" igualita


rios, Descubrimos. en cambro. Jogicas de estratificucion social cornple
tarnente difercntcs inscrtadas e-n In construcrion del Estad dl'i bie
nestar. En (~~t(' sr-ntido. podernos bablur do regiment's como 10 hici
11\08 con respecto ala dcsmorcuutilizucion.
Podcrnos udemus empezu r a ve r que la ugrupacion de J() desmur
cantilizacion y de la estratificacion cs muy pnrccidu. Si recurdamos la
evidencia prescntuda en cl capitulo 2, hay una clara coincidencia en
tre la alta desrnercantilizacion y el gran universalisrno en los Estados
del bienestar escandinavos de inf'lucncia sociuidc-moc-ata. Iguulmente
existe una clara coincidencia entre una buja dcsmercantilizncion y
una fuerte confianzu individualist.a en los paisl's a nglosajoues. Por ul
timo, lOR purses europeos continentales se agrupan estrechamente en
terminus de scr corporativistns .Y estatistas y tumbien de ser modes
tamente desrncrcantilizadnres.
En el capitulo 4 finalizarcrnos nuestra espi-cificacion de los grupos
de regirnenvs de Estados del bienestur anulizundo como surgio lu
frontera entre el Estado y el mercado en la~ pcnsiuncs. que constitu
yon el programa mas import.ante del Estado drl bienestar. Queda
claro que la mezcla de 10 publico y 10 privado dcscrnpena un papel irn
portante en conforrnar tanto Ia desmercantil izncion como la estratifi
cacirin. Lo que queremos explorar mas en profundidad es la estructu
racion global de 1a politica social 0, mas especificamente, de las pen
siones en In economia politica.
APENf)lCE
Pll()C~:f)JMn:NTo liE l'IJ)'\'['lJAl:ION !'AHA LOS

vadurisrno t lt alia, Alemuniu, Austria, Francia y Belgicu) todos pun


t.uan bajo o, como mucho, pu nl un n medic on nucstros indices de libe
ralisrno y socialisrno, A su vez, los paises caractcrizados por un fuerte
hbernlismc (Aust rnha, Canada. ,Jupon, ,"-)LJjZCl y Eslados Unidos i pun
tuan bajo o media en el conservadurismo y socialisrno. Por ultimo, el
Krupo sociulista incluye los pai~es oscandinavos y Holandn. los cuales
puntuan bajo (0 media) en los ot ros dos grupos de rcgjmcncs.
En otras pal abras, si estamof; dispuestos u accptur que los E8tados
del bienestar desem pefmll un papcl importallte en la estruduraci6n
de la estratificaci6n social y que hemos captado Ius curaeterislicas de
la estratificaci6n que importan de una f()rma Rignificativa en In cxpe
riencia reul y percibida de III gl'llle suhre Jus (k-.... igualdad('s, Ht.'It-US y
diferenclas de clase, encontnlmos qUt' es en-ulleo el comparar los

INJ>Jn:s Ill-: 1'.'STHAnFW'\l'/O,\'

Al igual que en el capitulo z, hemus dcsur-rollado mdicea basudoa en la


distribucion dl' los pulses ctredcdor de la mediuy dl' In vurnu-ion t.ipicu de Ins
variables indi viduules. Las cnructcr-isticus del I'cJ.{irnl'n conscrvudor se han
ceptadc per medic de las variables del corporutivismo y del cstatismo: las ca
racterfst.icas del rChrimen libcrul a Lrnvcs de I axistr-ncia social y de In impor
Lancia relative de las pensiones y de' ln sunidad nrivadn: las cnrnctertsticas

cit'! dg-inwn :->oci:diHta han sido captadns pl'il\("ir~:dlll('Jltl' pur mediu del rrrado
de univcrsnlismo. La variable fmul. la dif('I'l'IWi;1 ell' slJhsidili. sc supurw que
punLua bajo en los rl'g-Imenl's socialislas.
Para cOllstl"ui .. elindicl' dtd wrporaLivisJtlo Sl' ha pUlllua<lo 0 a los paises
que tengan dOH () mpnos pro~ramas indcpcndicntt's de Pensiunes, d"er<~ncja
dos oCllpacionalmcntc: a los pahw~ entre dos y cinco (inclusive) se les ha dado
unll puntuaci(ln d(' 2; y a IOH pai::;('s COli 11I,1S de dill'll prog-r,IIlJas difen~llclados
ocupacionalmente. se les ha dado UllLl puntuucion d{~ 4.

'06

(;l\~-;'.\ F:-;P\~(;-\:\~ll-:l{~E\

La variable esratism rcfloju lu medidu en 4UC <!l Iuncionuriudo e:-; utendi


con privilegios especiales de hiencstur social, Y sc mide en fu ncion de gus
los de pension para-funcionarios como porcentnje del PlB. Donde el porccntu
~~ results mellor (0 igu al a) l , homos dado un tndice de pu ntuucion de 0; don
"ie el porrvntaje ost.ri entre l 1 Y PI z.L, h<.'ITHlS punt undo ron 1111 2 y donck- el
porcentaje subrepasu el 2.2, humos dado una puntuacidn de 4.
El Indtce para In importanciu roluti va de la usistcncin social se hasa en
-iatus sobrc Ios ga:ilos de 10:0; subsidios <lL' lotnproh~lt'i6n rOil nwdil>s de vida ('0
rna porceutaje de los gastos totales de las transforencins sociules. La labor de
lefinir exnctamente cual es cl limite entre cl claaico tipo de subsidies con
comprobacion de medics de vida y las trn nsfcrencias mas modernns depen
.Iientes de los ingt-csos cs muy dificil. Hctnos dccidido cunsiderar- 10::> Estudos
ld bieru-stur til' Austrnliu y NIIPV:l Zolunda COIllIl lip rumproburiou dt in1,,'Tl'
sos fundamental mente; por couaiguientc, estos pmscs puntuur.iu bustuut ba
JO. De igu al forma hemos excluido las dcsgravcctoncs por vivienda en Escan
-linuvin. En ot.rus pululu'us, III vuriahh- ,;{' hn rnnst.ruido para truta r dt incluir
cl gusto del programa par" 10 quo c-s nutont iC;lIIH'lltt' ilsi:.;lt'lH"ia 1'iori:d run
.omprcbacion de medics de vida en 1:1 higit'a t rudu-iuuul de la ayudn n los po
'ires. Por 10 tanto incluyo prngrarnas tales como AFDC en Estudos Unidos,
Sozialhi/(e en los parses alcmunex, H(K:ialhjw'/p un los paisl's nordicos, etc.
Gr-an Hretnna pln ntca un prohlcma especial por lu forma en que tanto los
subsidies con comprobacion de medics de vida C(H\iO 10:; de comprobucion do
[as ingresos. sf' han consolidudo allt bajo el encabezamienlo genE'ral de "subsi
-:lias suplementarios". Con fines comparativoR, hemos e1egido (conservadora
mente) e...,timar eJ porcentaje de Gran Brelmla igual a 1. La eon.struccil)n del
indice en {'stu \'minble sigue Ia IOgica adoptada unteriormente: si Ia ratio de
gasto en a~istencia social relativo al total de los flag-os transferido.s ('s m~.'Ilor
a1 3 pOl' cif'nto, damos una puntuaci6n de 0; del :~ a1 8 por cicnlo, damns una
puntuaci6n de 2; m:1s del A por ci('nto, s(' da una puntuacion de 4.
EI indict' para el porc<.'ntaje f(lativo de los gastos de pensioncs privadas
sabre el total d(l gastos de p('nsiones se desarfl)'la de la siguiente fonna: si el
porcentnjl' ('S menor del JO por ci('nto. S(' IE' del una puntuHci{m ill pnis dp 0; :'Ii
el porcentuje est.a l'ntn' (,I 10 'Y t,1 If) por dt'nto, la plIlltuacitin l'S dt'~; y s; ('I
porcentaje es mayor del 16 pOl' ciento, Ie damos aJ pai~ una puntuacicin de 4.
Para el porcentaje relativo d(~ gastos de In sanidad privada, damos una
puntuaci6n de 0 a los paises don de es me'nor del 10 pOl' ciento; del 10 al 20
pOl' ciento, puntumnos ('on un 2;.Y ~i e" mayor que cl 2] por cicntn. pI pais rc
cibe una puntum:ion de 4.
La variable del univ('rsalismo mide el porct>ntajc de pobl;.lcil)ll rt.'!PVi.Hlte
(poblaeion act.iva de edades comprcndidas entre los 16 y los 61) arlOS) que tie
ne cobert.ura can sus respectivos pr<Jgramas. Un g-rado naju de ulliYer:;ali~mo
se define como menDs que (0 ibrual all el 60 por eiento de In poblHci6n que es
beneficiariu y puntua ihrual a 0; dond(' la cobert.ura est.a ~ntre el 6] Y el 85 por
ciento, damos una puntuaci6n de 2 y dondc la cobcrtura sobrcpns3 el 86 por
ciento. d3mo~ una punt.uacion de 4. Not.ese qUl' los prog-ramas hasados en la
10

1.1>"" Tk~:S':\lr~LHi' m;l. ES'rAIlO DEI. BW\E,..;r.\j{

107

comprubacion de ingresos. tales como Ius .'iubsidi<Js de dc'seruplec y enferme


dad de Australia y Nueva Zelanda, han sido puntuados iguul a 0; esto es de
bido a que este tipo de programas no garantizan unos derecbos universales
autornaticarnanto
Per ultimo, nucstrn variublo dili.nneinl de subsrdios {'sUi basad a t'll 10
que un t.rubujador medic normal redbird como subsidio medii) y cl maximo
subsidio est.ipulado en Ins reglas del sistema, Si lOR suhsidios medics Son me
nores a! 55 por cicnto de los sub... idi(ls ruuximos, darnos ul sistema una pun
tuacion de 0 (reflejandn diferencias muy altas ); si estrin entre el 55 y el 80 por
ciento, Be da al sistema una puntuacion de 2 y si est.an par encima del 80 por
ciento, se du al sistema una punt.uaci6n de 4.

i
r

EL ESTADO Y EL MERCADO EN LA FORMACION


DE LOS SISTEMAS DE PENSIONES

INTRODUCCL(lN

Ni el Estado ni el mercado estaban predestinados para ser el centro


de la provision del bienestar social, aunque todos los textos sobre po
Iitica social trataran de convencernos de 10 contrario. Por 10 general,
los aociologos equiparan la distribucion del bienestar social con la po
Iitica social del gobierno. EI dogma liberal y la teo ria economica con
ternporanea quieren hacernos creer que el Estado es una creacion ar
tificial y que el mercado, si no se interfiere en el, es la unica institu
cion verdaderamente capaz de satisfacer las diferentes necesidades
de proteccion social. Esto puede que sea valido para los coches, peru
desde luego no 10 es para la seguridad social.
En todos los paises avanzados se encuentra una mezcla de provi
sion publica y privada para el bienestar social y es en la existencia de
esta relacion donde descubriremos algunas de las propiedades estruc
turales mas importantes de los Estados del bienestar. En este capitulo
se buscara Is relaci6n existente para las pensiones, que son, con mu
cho, el capitulo mas importante en el conjunto de las transferencias
sociales. Descubriremos que los Estados crearon los mercados y que
los mercados crearon los Estados. En cuanto a las pensiones, al menos
se necesitaba la aplicacion del poder del Estado para construir y ali
mentar un mercado privado que fuera viable. A su vez, el papel del
Estado para proporcionar pensiones ha sido conformado de manera
decisiva por la naturaleza y por los Iimites de los mercados. EI Estado
y el mercado 0, si se prefiere, el poder politico y el f1ujo monetario, se

tal~TA E~l'INl;-':\."Hlr:Il~r:N

10

nan influido continuamente para producir la peculiar mezc1a de provi


ion social que va a definir los sistemas de los Estados del bienestar,
Si un analisis de las pensiones parece que es algo limitado y poco
imaginative. hay que toner presente dos circunstancins: prirnera , las
"ensiones representan actual mente mas del 10 por ciento del I'LU de
auchos parses: segunda, las pensiones constituyen un vinculo central
entre el trabajo y el tiempo Jibre, entre los ingresos percibidos y la re
distribucion, entre el individuaJismo y la solidaridad, entre el flujo mo
ietario los derechos sociales; por 10 tanto, las pensiones ayudan a di
'ucidar un grupo de principios del capitalismo perennernente conflicti

vas.
'..OS SISTEMAS DE ESTAUO DEL BIENESTAR
EN EL NEXO UE ESTAllO 'i MERCADO

Como ya se discutio en los capitulos 1 y 2, el concepto de los regt


-nenes del Estado del bienestar denota los ordenes institucionales,
reglas y acuerdos que guian y conforman orientaciones divergentes
en 10 relativo a la pohtica social, la evolucion de los gastos, las defini
eiones de los problemas e incluso la estructura de la respuesta y la
demanda de los ciudadanos y de los usuarios del bienestar social. La
existencia de regimenes polfticos refleja la circunstaneia de que la
polftica a corto plazo, las reformas, los debates y la toma de decisio
nes tienen lugar dentro de unos marcos de institucionalizaci6n histo
ricos que difieren de forma cualitativa entre los paises. Los Iimites de
los derechos y de las demandas que estan ligados a la ciudadania so
cial constituyen un ejpmplo de tales parametres institucionales que
son, desde un punto do vista historico, relativamente estables. Asi
pues. 18 extension de lns nl'cl'siriadl'~ hurnunas a las que HC ICR da 10
categoria de derecho social es un problema central de definicion con
respecto a la idontificacion de los regimenes de Estados del bienestar.
En el esquema de Titmuss, un Estado del bienestar "institucional", en
contraste con el Estado "marginalista", es aquel que no reconoce hmi
tes predeterrninados para los derechos sociales (Titrnuss, 1974; Korpi,
1980).
Asi pues, un elemento importante para la identilicacion de los re
gimenes de los Estados del bienestar estara relaeionado con la combi
naci6n de derechos saciales suministrados ptiblicamente y por la lni
ciativa privada. En otras palabras, los regimenes se pueden comparar
con respecto a las necesidades humanas esenciales que pueden ser so
metidas a la responsabilidad privada en contraste con la publica.

U l:-' mE"';'.\1I \!IU.... IJLL F:q',\i}P llFI H1I'\ I "1'\1,

III

La division de la proteccion sccial entre 10 publico y 10 privadu pro


porciona el contexte estructural de la desmcrcunt.il izacion, de los dere
chos sociales y del nexo de estratilicaei6n de los sistemas del Estado
del bienestar, Es curioso que el bienestar social privado deba Her ann.
lizado para poder identificar el Estado del hi('Ill'slar Y. Como irernos
descubriendo, 10 contrario es igualmente cierto. Pero, ademas de su re
levancia para los intentos de cla-oficacion, el papel de la provision pri
vada es una precondicion aualitica para cualquier cornprobacion seria
de las teorfas causales del crecirniento del Estado del bienestar, preci
samente porque la provision publica esta entremezclada con la provi
sion privada de una forma tan estrecha (Rein y Rainwater, 1986).
LA COMBINACION PlJBLICA-PRIVAUA DE LA PROVISION SOCIAL

EN LAS DEMOCllACIAS CAPITALISTAS AVANZAIlAS

Cualquier estudio sobre la combinucion de 10 publico y 10 privado


se enfrenta a enorrnes obstaculos. Uno es la escasez de datos lidedig
nos, sobre todo los retrospectivos: otro es la dilicultad de dcfinir exac
tamente que es 10 que debe ria ser consider-ado privado u publico.
La cuestion de la definicion debe ser resuelta a la luz de nuestras
inquietudes te6ricas. Nuestro primer argumento para distinguir los
sistemas tiene que ver con la presencia de leyes, puesto que esta es Ia
unica manera significativa de diferenciar los derechos sociales ric 1a
diversidad de convenios contractuales. Esto implica que debernos in
cluir en la categoria de 'publicas' a las pensiones que: a) estan legisla
das y administradas directamente por el Estado 0 b) existe una clara
y explfcita ordenacion del gobierno para que el sector privado propor
eione un tipo dado de pension. Como corrsecucncin de esto, considera
rornos como pnblicas las pen s iouus u ltcr nut.ivus industr-iales de
Finlandia, Gran Bretaiia y Holanua; pero dada la ausencia de un de
creto gubernamental explicito en Suiza (hasta 1982), alii las pensio
nes del mercado laboral deben ser c1asilicadas como privadas. EI rnis
rno razonamiento se aplica a las "pensiones do empresa' holandesas.
Francia es cl (micn caso amhiguo: exi}-;te la ord('naci6n. pero no e~Ui
formalmente legalizada. Ya que 10 esencial de la practica francesa es
equivalente a la situacion que prcvalece en lu:-; ca:-;os verdaderamente
legislados, hemns prefcrido tratar las pensione:-; ocupacionalcs francc
sas como "publicas". EI ano en el que se promulgc'l eI mandato guber
narnental definl' el cnmhio de In privado a 10 puhlico.
Una segunda categoria que debe ser tratada aparte es la de las
pensiones de los funcionarios del gobierno. Reflejan el pape! del go

112

G0STA ESPING-ANDERSEN

biemo COmo empresario y, por 10 tanto, son ocupacionales por natura


leza; a pesar de que son financiadas y pagadas con los presupuestos
gubernarnentales, tienen poco que ver con los derocbos sociales legis
lades, pero mucho que ver con Ia demarcacion de un status particular;
reflejan Ia herencia del estatisrno y del privilegio corporativo.
Quedan dos casos de pensiones "puramente" privadas: los planes
de pensiunes ocupacionales y las anualidades individuates. Es irnpor
tanteel mantener separudos estos dos tipos debido ala difercnte logi
ca que siguen. En un sentido cstricto, es dificil considerar que los pla
nes ocupacionales estan conforrnados simplemente por el mercado; a
menudo reflejan el paternalismo del ernpresario (en forma de pension
gratuita tradicional); a veces son el result.ado de un seguro colectivo
ten forma de planes colectivos i y, en este sentido, son unos oquivalen
tes en el sector privado del seguro social corporativista; con frecuencia
son el n-sultndn de una ncgociacion colectiva en el mercado laboral y,
por 10 tanto, constituyen una forma de salnrio diferido. Hoy en diu, el
primer tipo es n-lutivamonte marginal (excepto en .Iapon) y, por 10
tanto, podernos contcrnplar las pensroues privadus ocupacio nales
csencialmente como una forma de seguro colectivo 0 de sindicalismo.
Por ultimo, la categoria del soguro individual, como los planes de se
guro de vida, refleja la tradicion de la independencia individual den
tro de In estructura de la contratacion cornpetitiva.
Como se ha visto, el problema empirico es enorme debido a que, ge
neralmente, la informacion estadist.ica sobre los planes privados es
exigua e irregular. Normalmente hay una informacion fehaciente so
bre los planes de seguro de vida, sobre los planes ocupacionales obli
gatorios y sobre las pensiones garantizadas 0 consorciadas del merca
do de trabajo, La mayor Iimitacion de datos se refiere a las pensiones
no garantizadas de "tipo gratuito". No podemos evitar el infraestimar
el alcance de la provision privada de algunos paises, sobre todo de
Jap6n. Por otra parte, es casi imposible reunir datos historicos, 10
que lirnita nuestra investigucion a1 presente. Hay alguna informacion
disponible sobre dos paises, Austria e !talia. aunque es bien conocido
que sus planes privados son real mente margina1es; por 10 tanto, los
puntuaremos igual que el mas bajo de Ia muestra (se facilita un calcu
10 aproximado para Italia por los gastos que se conocen de las pensio
nes privadas de 19701.
En la siguiente vision de conjunto empirica, prcsentamos dOB indi
ces diferentes: primero, cl gasto total por categoria del programa; se
gundo, las fuentes de ingrcsos en los hogan's de personas mayores.
Con r"<pecto al primero, se han preferido los datos sobre los ~astos a

LOS TRES \fLTKDo.." DEL ESTAJ)O DEL HIE\E:'T:\H

113

los datos de cobertura 0 financieros, porque reflejan la situacion eco


nornica actualizada: los datos financieros, cuando cstan garantizados
a largo plazo, reflejan un posible escenario futuro. Y el problema de
los datos de cobertura es que una amplia cohertura no implica nece
sariamente que. las pensiones privadas descrnpenen un pape! impor
tante, en Suecia, por ejemplo, hay una cohertura pnicticamente uni
versal de los planes privados o~upacionales, pero los subsidios que se
pagan son sumamente marginalos.
Con respecto a las fuentes de ingreso en los hogares de personas
mayores, tenemos datos de encuestas de varios parses que nos permi
ten estimar 10 importancia relativa de las pensiones publicas y priva
das, asi como la de los ingresos de trabajo y ahorro individual dentro
del total de los ingresos en los hogares de personas mayores. Esto nos
da tam bien la posibilidad de exarninar la irnportancia continua del
trabajo y nos permite comparar los datos basados en los gastos con
datos sobre Fuentes de ingresos, como una mancru de comprobar In
fiabilidad de lOR datos, Los problemas de definicion y de las fuentes
de datos para los gastos de penaiones :-Ie tratan con detalle en e l
apendice de cst.e capitulo.
LA PROVISION

m: PENStONES DEL E.~TADO y DEL M~;((CADO

Se puede seguir In evolucion de los gastos de los planes ocupacio


nales desde los aries 50 en algunos paises. La Tabla 4.1 presenta las
estimaciones del gasto de pensionos ocupacionales de 12 paises como
porcentaje del PIE entre 1950 y 1980. La tabla ilustra dos fenoma
nos importantes a los que volverernos mas adelante. En primer lu
gar, muestra que los planes ocupacionalc-, privados (coneolidados)
descmpenaron un papel relativamente marginal hasta hace muy po
co. En 1950 las pensiones privadas (igual que las publicas) absorbi
an una proporcion pequena de los recursos nacionales. En segundo
lugar, la tabla refleja las diferentes tendencias entre las naciones.
En algunos paises, sobre todo en Australia, Suiza y Estados Unidos,
los planes privados han aumentado mucho. Un crecimiento conside
rable tuvo lu~ar tamhien en Dinamarca, Canada y Holanda. Lo con
trario ocurri6 en Finlandia, Suecia y Gran Bretana, donde, por su
puesto, las }pgislaciones u ordenamientos guhernamentales margi
naron al sector privado. La distrihucion bimodal de las pensiones
privadas entre los paises Se mantiene cuando examinamos mas dete
nidamente en la tahla 4.2 la intcrrupci6n dp los gasto."; de pensiones
alrededor d~ 1980.

_.4

GOS'!'A ESI'\N(;-A.\lDEHSEN

-----_ _--- -..

-------

l.ll:-; Tln;:-; Mt'!Io'1)O,"; lWI E..,TA[X) [lEL B1E\F~r.\li

II!'}

----.
-t

TABLA -1.1 Estimacioncs del alcancc de las pl'llsionl'K ocupacionules


pnvudns. como c,; del PIB, desde 1950

1',,0

]!:I6(1

---

Australia

o. I

C8f18da

0.13

0_5

0.2

0.2
0.7
0.1

Dinamarca
Finlandia

Francia
Alemania
Holanda
Suecia
SUllU

Reine LJ nido
Estado Unidos
~'I'U.rt

llellunr"

0.3
04
02.\
0.14

0.7
0.34

I.!

1.2
0.34

.'"itli'I.md .. d

--

0.09
0.4

ltalia

I!.JHO

1!J70

074

----

1.3
0.6
0_65
0.1
0.3
0_5

Australia
Austria
Belgica
Canada
Dinamarca
Finlandia
Francia
Alemania
Irlanda

0.8
0.5
1-4
10
1.4

Italia
Jap6n
Holanda
Nueva Zelande"
Noruega
Suecia
SUiZIl
Reino Unido'
Estados Unidos

G t-;~l-lInll !\"d,r~.m, 19l'1K ...../Il{,- 'Old MarJ"" I" th, F"r",,,t,,,,, "rS""'Il/."i"("llnl"

Four"p""" Umvetsu.y 1'19t1lu!.<' Worklll~ l'apNH, Florl''''''l. h"li"

Esta tabla muestra la importancia relativa de la seguridad so


-ial, de los ernpleados del gobierno y de las pensiones privadas
ocupacionales e individuales como un porcentaje del PIB en 18 pa
ises. La variacion entre los paises es considerable para las cuatro
categorras: las pensiones de la segurrdad social varian desde un
minimo pur encima del 2 pOT cicnto en Japan hasta un maximo de
casi eJ 10 por ciento en Suecia: las ponsiones purn los ernpleados
del gobierno oscilan desde menos de un 1 por cienlo en Australiu y
en Canada hasta un maximo de casi un 4 por ciento en Austria; los
planes ocupacionales priva dos son insignificantes en Austria e
Italia peru muy amplios en Suiza y en Estados Unidos; las anuali
dades individuales (que pueden incluir algunos planes cnlectivos
tambien) desempeiian un papel importante en Canada, Dinamarca
y Alemania, pero son secundarias en F'i nl andi a , Italia y Gran
Bretaiia.
Se puede presentar una descripcion mas clara de la cornbinacion
relativa de pensiones, si presentamos la ratio de cada una de las cua
tro categorras con respecto al total (publico y pr ivado) del gasto de
pensiones, Como se muestra en la Tabla 4.3. Hay que seiialar que he-

TABLA 4.2 Gesto en planes de pem;iones del sector publico y privado y


anualidades individuales de Reg-urn de vida, como ',ii del Pill, 1980,

SU"';ll
._----------}---

3.8
8_65
5.6
2.9
6.1

6.2
A3
8.3
3.4
6.15
2.15

6.9

s.i
7.1
9.7
7.3
Ii.'!

50

~;mpl"lId"K (kUl'a""lI1ul,.~
de l Goh ....ron
Pnvado-,

--_.

0.7
3.A
3.0
0.2
I.I
2.45
3_1
2.2
2.2
2.2
0.9
1.8
075
09
1.0

"iIII"'"''

Irldl,"\dunl.,~

1.3
~

0.4
0.6
0.65
0.1
0.3
0.5
0.11.
0.45

--

0.6
0.3
0.3
1.3
0.8
02
0.6
0.8
05
0.1
0.45
0.45
0.0
0.55
0.15
0.6

o.ss

0_8'
0.35
0.1
0.5
1.4

2.0
1.5

1.0

(1.1

1.4

0.3

Sistema basicamente no existente.


b No hay datos sobre gastos para fondos industriales'. Esto ha sido esti
mado en buee a las ratios de contribucicncs.
Datos de 1982.

d Datos pertenecientes a 1977.

Datos de 1979. Las peneionea del mereado de trabnjo K(' han asignado
al sector privado al fino.lizar cl rr-gtmen contractual, excopto en cl casu
de los aubsidios de 108empleados publicns.
t'lIlo:NH; G fo:"P'IlIlAndl'rl<l'll. IflHH ,"'r"". '''u/ MU~Jtl'lln 0,, FIII/I''''p"I. "r .0.;""1111 '''''''.lrlfY
H,'.,,,~. """"""" ""'""';1, 1'''1,'"u' W,,,k,,,, 1'"".". ",,,''',,,,''. ""I",

--------------_._--

-------

mos establecido aqui el gasto de pensiones ocupacionales de Austria e


ltalia igual al 0.1 por cien del PIB.
La tabla 4.3 muestra que los paises se agrupan mucho. Los niveles
bajos de seguridad social en la cornbinacion global van acompaiiados de
grandes porcentajes de provision del sector privado, pero esto es casi
una tautologia; los parses son sorprendentemente bimodales con respec
to a su enfaeis en las pensiones de los empleados puhlicos En un grupo,

COSTA

116
~----_.--_.

LOS l'RE~ r-.1l'~DnS Dr.!. F.STAOu DEL B1E\E~TAR

f,SPIN(~-A."lDEH.S!';N

----------- --_._--.

---.

TABLA 4.3 Combinacion de pensionee public y pr-ivadas, 19801'0rna 17,- del gaeto total en pensrones l

.,
I

I
l'I"~lone.

PM~

.._----

I
I

Australia
Austria
Belgica
Canada
Dinamarca
Finlendia
Francia
Alemanin
Irlando
hllhH
Lrpcn
lIolanda
Nueva Zclnnda
Norucgn
Suecia
Suiza

Reina Unido
Estedos Unidoe

L.

JOIlC,lll

l'~n~I"""~

"mpl p"bIL~"H

J'...nlli"n~~
IKupllclUnaleH

Am.."J.<ladPH
md,v,duul"K

--------------- _.- --
59.4
67.8
60.2
58.0
70.5
69.3
67.5
70.4
54.8
716
54.4
69.4
87.9
82.0
85.5
71.1
67.3
60.9

10.9
29.8
32.3
4.0
12.7
27.4
25.2
18.6
a5.5
26.0
22.8
IIU

8.2
lOA

H.R
9.:1
21.1

18.:J

20.3
0.8
4.3
120
7.5
l.l
2.4
4.2
1.6
1.2
11.4
R.O
a.R
1.2
4.4
13.7
10.5
17.1

~'l't'sn: I,. R'I'LnIl:AndeTH,n.19,lolM Sluff """ Morlref II' //,r "',,:/fInIWIl


R"S'm.a !o;Urup"IUl VnlVtlTH,ly In~~l!ul.t-' Wllrkmto: !'HpN., Floro-neu., ILlIhtl.

rJ/ S,>c,al

9.4
23
3.3
26.0
9.2
22
4.9
6.8
8.1
1.2
11.4
4.5
0.1
1;.'1

1.3
5.9
1.\
3.7
Sr"(,nly

su tamaiio es enorrne: Austria. Belgica, Finlandia, Francia, lrlanda,


ltalia y Japon. Por supuesto, esto es el grupo de paises que antes habia
mos identificado como marcadarnente estatistas y corporativistas. Par
el contrario, tanto entre .. uestros grupos de Estados del bienestar libe
rales como entre los socialdem6cratas, el gasto de pensiones de funcio
narios es bajo (Australia, Canada, Dinarnarca, Nueva Zelanda, Norue
go, Suecia y Suizal, La que en primer lugar distingue al ultimo grupo
es la posicion relativa de la provision de la seguridad social en contras
te con la del sector privado. Australia, Canada y Estados Unidos SOn
ejemplos de Una seguridad social modesta y de unos firmes cornpromi
sos privados, mientras que Noruega y Suecia (y posiblemente tam bien
Dinamarca) son un ejemplo de 10 contrario, Par 10 tanto, es posible ha
cer una clasificacion preliminar de "los regimenes de pt:'nsioncs":

117

1. Sistemas de seguros corporativistas dominados por el Estado,


en los que el status es un elcmento clave para la estructura del pro
grama de In pension. En este regimen, el mcrcado privudo general
mente es marginal y la seguridad social tiende a estar ocupacional
mente muy segregada sobre todo con respecto a los rnarcados privile
gios de los funcionarios: Austria, Belgica, Francia, Alemania, Italia y
Japan, con la posible inclusion de Finlandia.
2. Sistemas residualistas, en los que tiende a prevalecer el merca
do a expensas de la seguridad social a del privilegio de los funciona
rios 0 ambos: Australia, Canada. Suiza y Estados Unidos.
3. Sistemas universalistas dominados por el Estado, en los que la
extension de los derechos sociales de la poblacion dejan fuera tanto el
privilegio de status como los mercados: Nueva Zelanda, Noruega,
Suecia, can la posible inclusion de Dinamarca y Holanda.
Esta clasificacion nos deja realmente con solo un caso mixto, Gran
Bretaiia. En Gran Bretana, la pension estatal basica de cuota fija no
se complement6 nunea adecuadamente con un plan relaeionado COn
unos ingresos secundarios del sector publico; al rnismo tiempo, el
principio de optar por no tomar parte ha conducido a que las pensio
nes privadas crecieran alga. Pero la evolucion no ha sido suficiente
mente fuerte en ningun caso como para detcrminar un modelo global
de sistema.
Una clase de agrupacion similar debe surgir de los datos sobre las
fuentes de ingresos entre 10, hogares de personas mayores. Por 10
tanto, el trabajo, la inversion y los ingresos de pensiones privadas de
berian desempeiiar un papel rclativamente mayor en el conjunto de
los ingresos combinados de los hogares dentro de los sistemas resi
dualistas.
Esto se confrrma en 10 Tabla 4.4 con un as pocas excepciones, Por
desgracia, los datos no nos permiten distinguir entre las pensiones de
los funcionarios y Jas de la seguridad social general. Los ingresos por
trabajo son importantes en los parses donde cabria esperarlo: Canada
y Estados Unidos, pero tarnbisn en Dinamarca, Irlanda y Gran Bre
tana. En cuanto a Dinamarca y Gran Bretana, la razon esta clara y
es que el sistema de seguridad social ofrece solo rnodestas pensiones
de tasa fija y que una pension cornplementaria 0 no existe 0 es dema
siado reciente como para proporcionar un ingreso de pension suficien
teo En cuanto a Irlanda, en principio el motivo tendria que ver con la
importancia prolongada del trabajo rural por cuenta propia; sin em
bargo, ya que la tabla se refiere a los hogares, el ingreso por trabajo
puede, en gran medida, referirse a los ingresos de las esposas,

J.U5 TIU;S :-,1L:NDo" !lEI. f:STA[)O l1f:L 0JE:\l->:T:\R

GOSTA ESPI~GA..'\,lDF.RS~:~

l1Et
--_. - -

-_._--,

-----~--- - ~ - - - -

La diferencia entre rendimiento del capital y pensiones privadas


de la tabla 4.4 corresponde ala relacion entre la independencia indio
vidual y la negociacion colectiva. En osto scntido, el in dividualisrno

TABLA. 4.4 Fuentes de ingresos en hogarescun cabezas de familia de 65

aparece particularmante pronunciado en Canada, Nueva Zelanda y


Estados Unidos y un poco rnenos en Noruega, Suecia y Finlandia.
Para aJguno:-i de estes parses tencmos tamhicn datos de estudios so
bre los ingre.sos pOT hogar para los prirneros arios sesenta. Esto nos
permite lncalizar los cambios estructurali-s iruportantes de Dinamar
ca, Canada, Gran Bretana y Estados Unidos, Las tendencias princi
pales son una disminucion en la importancia del trabajo, sobre todo
en Dinamarca y en Canada, eJ aurnento de la seguridad social y tam
bien un aumento del papel de los ingresos por inversion, sobre todo
en Dinamarca y Canada (OECD, 1977; (Ioodrnan, 19R6J.
La correspondencia sstadistica entre nuestros dos tipos de indica
dores es bastante grande. Est" basada en una submuestra de diez pai

enos 0 mas
Inl(....." ..

de- (rahll,/'"

1"I.<ro...,<

lUCile"en
I'rllPll'<l"d

Tran"f'"l"',a..
,k Iii ""'j(undu<!
s,oe",I"

I','n"'(lll
pnvad"

't dt'Ill\l:rr;<)~ tuttl"'1 I"~ hotl:llro'~


---"

Canada (19801
Dinamarca 11977)
Ftnlandia 11980)
Alcmuma (1978)
l rlanda (1980)
Nueva Zelanda (1980)
Noruega (19A':.:!)
Sueciu (19~0)
Reine Unido\1980)
Estarlos Urudos (1980)

.--

1[3

27.0
27.7
15.3
11.9
49.1
13.9
20.4

22.6
11.1
7.1
11.6
18.9
7.2

0.3
3.9
12.3
4.4
0.8-

II.!

H.H
Y.1

s.s

15.4

5.5

23."
26.8

:-\9

10.4

37.0
469
773
68.5
34.7
;;9.4
71.5
78.1"

see para la que hay datos dispcniblos de los ingrcsos por hogar, la co

54.6
37.3

rrelacion de orden cero entre el porcentaje de pensiones privadas en


los ingresos pOT hagar y los gastos de pensiones ocupacionales como
un porcentajc del total es +0.602. De manera similar) la correl.acion

Se h" ormtido de la tabla la categoria de otras fuentos de ingreaos 'sin


especrficar', pOT eso las cifras no suman necesariamente el 100 por
cien. Para Canada, Alemania. Suede, Reina Unido y Estados Unidos
los datos se refteren a hogares con cabezas de familia entre 65 Y 74
DnUS de edad. Se advierte que para Noruegu y Dinemarca, dondc la
edad de jubilacion es a los 67 ados, log daulS se refieren a cabezas de
familia de mas de 67 ancs. Los datos daneses son una media pondera
da de hogares de varon soltero, mujer soltera y rnalrimonios, calculada
de las (centes que se indican a continuucicn.
Los ingresos de trabejo incluyen los Ingresos del trebajo por euenta

entre los dos indicadores del porcentaje de la seguridad social es


+0.683. Tanto los porcentajes de ingresos de trabajo como los de las
pcneiones privadas de los ingresos por hogar estan negativamente co

rrelscionados con la variable de la seguridad social (-0.694 y -0.636


respectivarnente).
La evidencia sugiere una buena correspondencia empirica entre

varies de nuestros indicadores de la combinacion de 10 publico y 10 pri


vado en las pensiones, Esto irnplica tambien que la relevancia de un
"enfoque segunregimenes" para la comparacion de los Estados del

propia .

. Pensiones de 18 seguridad social y otros ingresoe par transferencia del


sector publico para IS:i personas mayores. incluyendo his penaiones de

los funcionarios.
, Las cirras de las pensiones privudas noruegas incluyen las pensiones
de los funcionarios dentro de las estadtsticas de ingresos par hogar.
Sabemoe par la contebihded neciona! que Ia ratio entre las pansiones
de funcionarios y las pensiones oeupacionales privadas ee 9: 1 y, en con
sscuencia, se han ajustado aslgnacdo el90 per cienlo a las 'trunsferen
cias de Is seguridad social'.
~ Eslo Lambien inc!uye las pensiones ocupaeionalcs privadas qUi.' no se
lJuedcn e!llimar de forma separada.
t'l t:,"n:.~ !'tln. CRnl\d,l. SU~"'llI, H.m" I lr....h> 'J t;~l.>.d'''' lJlllLjl>~, I", oul.<," I'TlK,.,h'1 d,1 "rel"""

bienestar entre los paises puede ser fructifera. La agrupacion en torno'


a nuestras dimensiones basicas es suficientemente clara en los indica
dores simples y se eleva cuando acurnularnos diferentes indicadores.
Dejamos ahara a un lado el resumen cuantitativo de la actual com
binacion de Jas pensiones y vamos a la cuestion de como evoluciona

ron historic"mente las difercntes estructuras publicas y privadas.

d~ lJ~. Para Um.marea. d~ H.OI.en } G

/l.IWl'Il, lA' A<'Id.... 1...1'l'1,//JtW>r 1.'/77 It ."1"."/1,,,,....(.,


::>1,'1. l!:Illl. pp.2tiJIT), Para F",la"d",. dOl cor.e"p<>nden~lIl d,recta con I... Oflcllm u"lliral de
f:.lad;~tlca de f"1nland,a Para Idando. de J Blaekw~lI. (,,("(1,""1f the Elder(v l~ IrelQn d
!Dublin NCA. 1984, Ulbla 121'1 de tomunicad6n direcu' ron Dr M. M,cqultl'. OCIlE. l'uri~
n
PW"a. Nueva z"ll1IIda. de Ne"l 7A'aland Hounhold Surl"ry 19IJUI!UJI lwel!llll{t.lUl l)cpal1,.Omc
t.o de E.llIdi~IlCII, 1983, Ulhla 10). Para Norllega. df' r""re"'tut(Jfllfl'''' 1982 (Oslo Su.lullk
Sf,nnlralb'lrll. 1985, p.fi8). ParD Aleman"" "'I<ul<>~ d~ E'~.Q"''''''~~ ",,,d V..rbrllurh SIl('hproM
}978 IWlflhllden Stal"l,schn Bundeallmt. 1983 p.:JOlll

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..

119

llRiGt:NI;S lIlSl'01{ICUS Dt: LAS E~TRVCTVJ{AS j IE I'ENSIUNES

I
(

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No deberiamos aplicar al sigla XIX e) significado conceptual que tie

nen hoy en dia las pensiones y las jubilaciones. La jubilacion fue un fe


nomeno marginal hasta la Segunda Guerra Mundial (Graebner, 1980;
.\Iyles, 1984a). Ni la politica publica ni la opci6n privada asumian que

120

t;O~T . \ ES1'lSl;-;\:,,\l)~:I{SES

una persona normal mente Sf> retirara de In vida de trabajo activa a


una cierta edad determinada y que, en adelanto, disfrutara de la ve
jez como urra etapa de ocio. Por supuesto, habia personas que cobra
ban una pension, pero eso casi nunca significaba que sustituyera a los
ingresos 0 a los ahorros, S610 cn fechas recientes se ha asegurado un
nivel de ingresos de retiro a una mayoria de personas mayorcs que
les garantiza contra la dependencia, la pobreza 0 la obligacion de tra
bajar.
Lis pensiones de la seguridad social surgieron al final del siglo XIX
y se extendieron rapidarnente durante las decadas de entreguerras,
pero hasta despues de la Segunda Guerra Mundial casi nunca consti
tuyeron un medio institucionalizado de jubilaci6n (Perrin, 1969). Sin
embargo, esto no implica que el mundo de las pensiones fuera alguna
vez un dominio predominantemente privado para ser luego acaparado
par el Estado. En realidad, desde sus origenes hasta el prescnte, las
pensiones han aumentado continuamente a traves de una intrincada
combinaci6n de 10 publico y de 10 privado y el Estado ha sido instru
mental en el desarrollo de ambas esferas.
En el siglo XIX, la garantia de los ingresos para las personas ma
yores era una cuestion de proteccion contra la deteriorada capacidad
de trabajo a contra la perdida de la persona que mantenia a la fami
lia. Adernas del trabajo (la norma), las principales fuentes para la
proteccion de ingresos de las personas mayores se encontraban en el
cuidado de la familia, el ahorro 0 la heneficencia dentro del sector pri
vado y Ia ayuda a los pobres dent ro del sector publico. Cuando surgie
ron los planes actuales de pensiones, el Estado estaba en el centro de
la escena; al desernpenar el papel de empresario. el Est.ado muchas
veces fue el pionero de Ia idea de las pensiones ocupacionaJes. El go
bierno britanico introdujo las pensiones para funcionnrios yu en IH84;
ironicainente, en este mismo ano la nueva Ley para Pobres establecio
el principio del derecho rninimo, EI ayuntamiento de Nueva York em
pez6 a proporcionar pensiones para sus empleados en 1857. La poltti
ca de i mpuestos desempeno un papel critico en cl aumento de los pla
nes de pensiouos del sector privado; la regulaci6n Kuhernamcntal de
las primeras hermandades nsf como las reg-las concernientes a la
exenci6n fiscal de los pagos de las pensiones ha conformado directa
mente Ia estructura del desarrollo de las pensiones privadas. Y, por
ultimo, el estimulo indirecto del Estado ha sido enorme; la ausencia
de pensiones legisladas, la cobertura insuficiente. los subsidies esca
sos 0 las condiciones restrictivas de los requisites suger irtan uutoma
ticamente las alternativas privadas.

LO~

Tla:;.; ~Il'\lll):-' llU.I::-'l'.\[)lllH:1. l\!l'\["nl;

121

En cualquier discusion sobre In historia de las pensiones Sf> dehen


tener en cuenta las condiciones estructurulcs rudicalmente distintas
que prevalecian durante cl primer capitalismo industrial. Dcbido a la
estructura de la clase y a las condiciones demograficas. las necesida
des objetivas han cambiado continuamente.
La mayor parte de la poblacion del siglo XIX era rural y el trabajo
por cuenta propia seguin siendo importante; asi en 1870 el porcentaje
total de empleo en la agricultura normalmente sobrepasaba el 50 por
ciento (65 por ciento en Austria, 52 por ciento en Dinamarca, 50 por
ciento en Alemania y Estados Unidos, peru solo 23 por ciento en Gran
Bretafia). La mercantilizaci6n relativamente marginal del trabajo que
esto implica significa que la dependencia de ingresos salariales 0 de
seguros en las personas mayores seria algo secundario.
A pesar de la estructura del empleo, las condiciones dernograficas
predominantes hnbrian ntenuado las demandus masivas de las pen
siones para jubiludos, Hacin Itl20 lu esperanza de vida al nacer nor
mal mente estaba por debajo de los 40 anos; en 1900 todavta estaba
por debajo de los 50 anos (en comparacion con las sociedades actuales
con una esperanza de vida de mas de 70 afios ), Para tener en cuenta
las altas tasas de mortalidad infantil, debemos sen alar que la espe
ranza de vida a la edad de 20 anos al final del siglo apenas sobrepasa
ba los 60 arios: 60 afios en Austria, 61 anos en Francia, 62 afios en
Estados Unidos y 66 anos en Suecia (Departamento de Estadistica de
las Naciones Unidas, 1949). En otras palabras, era poco usual que al
guien sobrepasara la edad de 65 anos; por supuesto, esto conforrna de
manera directa el perfil de edad. La ratio de poblacion de 65 anos a
mas estaba alrededor de 1870 entre el 3 y el 5 por ciento (comparado
con e111-15 par ciento a mediados de 1970) (Maddison, 19t12).
La necesidad de pensiones para jubilados en las sociedades indus
triales del siglo XIX quizas era modesta, peru desde luego no era ine
xistente. Con la consolidacion del status de mercancia del trabajo sur
gio el peligro de que la incapacidad para trabajar comprornetiera la
supervivencia. Las viudas, los incapacitados y los viejos solian ser las
victirnas mas frecuentes de la extrema pobreza. Von Balluseck 0983,
p. 219) senala que una gran mayoria de las personas que recibian li
mosna en Berlin en 1867 eran viudas 0 tenfan mas de 60 a nos. Pero
una enorme 0 probable necesidad de proteccion apenas se correspon
dia con una capacidad sostenida para asegurar que se pudiera satisfa
cer tal proteccion.
Durante el siglo XIX, la proteccion de los ingresos para las personas
mayores se articulo de varias maneras. Primero, la mayoria de la gen

1')0}

l;"'~T.\ ~:~l'l;":l;:\;":llEI{~F;":

te continuaba trabajando. norma que estaba gcneralizada bien entra


do eJ siglo xx. Hall (197H, p.HO) informa que casi el 70 por ciento de los
hombres arnericanos de mas de 65 anos trabajuba durnnte los anos
1890; Guillemard 119801 presenta cifras similares para Francia. De
heche. los prirneros planes de scguridad social 0 planes de los patro
nos no estaban disenados para sustituir los ingresos del t.rabujo. sino
mas bien para cornpensar la disminucion de la capacidad de trabajo
(Myles, 1984). Los patronos ofrecian muchas veces a su personal mas
viejo y menos productivo unos empleos protegidos, practica esta que,
dicho sea de paso, todavia esta muy extendida.
La familia era el segundo medio importante para uscgu rarse el sus
tento durante la vejez. La irnportancia de la familia era doble: prime
ro, los medics de produccicn se transrnitian de forma traditional a Ia
generacion mas joven, por eso existia la creencia de que los viejos vivi
rian de los "dividendos": y, segundo, la familia ern la proveedora de
una funcion gcrwral dt,\ bu-m-star social. Un eatudiu de IH'2H de Nueva
York mostro que rna, de la mitad de las personas mayores dependian
de la ayuda de la familia y de los amigos (Weaver, 1982, p, 42).
La tercera via era la beneficeneia, organizada en muchos paises
predominantemente por la Iglesia. EI estudio de Nueva York citado
anteriormcnte mostraba que eI 3.5 por ciento de las personas mayores
dependia unicarnente de la bcneficencia, peru esto desvirt ua su verda
dero significado; todavia en 1927 en Estados Unidos, el total de los
pagos privados de heneficencia era seis veces mayor que e) gusto total
publico de ayuda social (Weaver, 1982, p. 201.
La ayuda publica a los pobres constituia la cuarta via. Como se ha
dicho anteriormente, estc era practicarnente el unico programa gu
bernanwntal para c l mantenimicnto de los ingresos, por 10 menos
hasta el final del siglo, Como mostraba el ejernplo aleman, las listas
de ayuda a menudo se influbun con antiguos t rabajadores que no teni
an ni trabajo ni recursos. Incluso en 1954 habfn I mill6n de ancianos
britanicos que dependian de la asistencia social (Brown y Small,
1985, p. 1361. Sin embargo, donde la adhesion politica al Iibera/ismo
mas rigido era estricta, la ayuda a los pobres no era un hccho espe
cialmente segura. En Estados Unidos habia muchos estados que se
negaban a garantizar la ayuda en meta-lieo a los necesitados <Weaver,
1982); en Gran Bretana, el regimen de los asilos aseguraba que todos
excepto los mas desesperados se irian a cualquier otro sitic.
La quinta y sexta via, es decir los planes de jubilacion privados 0
estatales, predominan hoy en dia, pero en el siglo XIX eran completa
mente secundarios. EI primer segura de pension de Bismarck data de

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1889 Y la mayoria de los paises no pudieron lanzar pensiones publicas


para los trabajndores hasta bien entrado el sil-;lo xx. Esto no significa
que el Estado est.uv ieru completamente iunctivo: en roalidnd los
Estados fueron los pioneros del principio de pvnsiones ocupacionales
(para sus propios funcionarios) y muchas vecex las ordenaron segun
Ins ocupaciones de alto riesgo 0 de mayor priori dad, como las de los
marineros 0 los miner-us. Pero, evidenternente. este tipo de planes de
jaron de proteger a aquellos ciudadanos con la mayor necesidad po
tencial, como la creciente mayoria de trabajadores asalariados sin
propiedades. Las pensiones de los excombatientes alguna que otra vez
Iueron algo importantes, sobre todo en Estados Unidos. Skocpol y
Ikenberry (1983) sostienen que la sorprendente falta de presion popu
lar para la legislacion sobre pensiones en Estados Unidos fue debida
al pago considerablemente irregular de las pensiones de la Guerra
Civil.
EI seguro del sector privado no rue capaz de sustit uir los vacios de
jados por lu familia, la beneficencia y el Estado. Nuestros predeceso
res del siglo XIX normalmente se cnfrentaban ados opciones de pen
siones en el sector privado; la prirnera y la mas importante eran las
herrnandades y sociedades sirnilares. Generalrnente eran organiza
ciones econornicas para diferentes grupos sociales que se definian 0
bien par la ocupacion 0 por el sindicato: rnuchas veces provenian de
los antigucs gremios y en algunos paises su alcunce era importantc.
Gilbert (1966) ha caleulado que alrededor del 50 por ciento de los tra
bajadores varones de Gran Bretana en 1880 pertenecia a herrnanda
des; en Estados Unidcs alredcdor de 1890 h abra 3.7 millones de
miembros, que es equivalente al 5 por ciento de la fuerza de trabajo
t Weaver, 19H2, p. 46). Ashford 119H6, p, 151) seriala que las rnutuali
dudes franccsas contaban con 2 millones de sor-ios en 1902. Por otra
parte, Ins hermandades estaban irnplicadas solo de una forma margi
na) en desembolsos parn pensiones d(~ perS()n~lS mayores; sus activida
des se centraban en la protecci(in por enfermedad, desempleo, gastos
de defunci6n y supervivencia. Ademris, se afiliaban a estas sociedades
los que estahan en una mejor posicion, las seceiones cualificadas de la
c1ilse obrcra, es decir, aquellos que eran capaccs de pagar las cotiza
ciones semanales requeridas. Como consecuencia de esto, su capaci
dad de asegurar ingresos dc pcnsiones a las pl'rsonas mayores era
muy escasa. Esto ocurrio en Estados Unidos durante la decada de los
anos 1920; mientras la afiliacion habia aumentado a mas de 5 millo
nes, el numero total de beneficiarios en 1928 era solo de 11.000
(Weaver, 1982).

124

la '~TA

~;SI'IN'G-A:'\llW I{SI';N

La fuente alternativa a la proteccion de pensiones del sector priva


do eran los planes de los ernpresarios. Habia algunas industria que
establecieron rnuy pronto planes privados de pcnsiones, sabre todo los
ferrocarriles. la rnineria y los marineros. Por otra parte, estes prime
ros precursores de la pension industrial erun patrocinndos muchas
veces par los gobiernos. Adernas, en eJ siglo XIX unas cuantas corupa
fiias privadus empezaron a establecer pensiones de la ernpresa. Se
trataba casi exclusivamente de grandes corporaciones de vanguardia,
como la American Express, ATT, Carnegie Steel y Kodak en Estados
Unidos; Krupp, Siemens y Hoechst en Alemnnia; y Cadbury, Lever y
Rowntree en Gran Bretana. Sin embargo, estos planes, que en princi
pia iban dirigidos al personal asalariado, eran paternalistas y gratui
tos. Los subsidios eran discracionales y muchas veces estaban supedi
tados a un servicio leal durante toda la vida y eran econornicamente
precarios: par 10 tanto, en vez de ir precedidos de uncs principios de
derechos contr actuales, so pagaban de los ingresos corrientes de la
cornparua. De ste modo, Ins perspectivas de pension de una persona
estaban mtirnamente relncionndas con los altibajos cconornicos de Ia
cornpania.
LA EV()J,UCION HISTORICA DE LA COMBINAC)()N
DE 1.0 PlJHLICO Y 1.0 PRIVADO

El mercado de pensiones del siglo XIX era evidentemente residual y


estaba sin desarrollar. La primera apuricion del seguro de pension
del Estado no podria, por consiguiente. tenor ningun gran efedo ex
cluyente: de hecho, el mercado privado del siglo XIX no hubia descu
bierto rungun hueco para las pcnsiones.
Pnradojicarnonte. las pcnsiones puhlicus y privadas suruieron y
crecieron a Ia par. Lo que fue siendo cxcluido de manera gradual fue
ron las hsrencias de la proteccion social precapitalista como la familia
y la beneficencia, junto con la ayuda a los pobres y la' hermandades.
La estructura causal de la evolucion de las pensiones descansa en
una combinaci6n dc variables sociol6gicns (demografia y cmplco) y de
una transformacion politica. La estructura dcmognifica empezQ a
cambiar drasticamente alrededor del final del siglo, sobre todo con
respecto a la estructura de la familia y a la esperanza de vida. En las
primeras tres decadas del siglo, la esperanza de vida de los varones al
ana de edad se incremento diez anos en Ia mayoria de los paises, par
10 que crecio la ratio'de ciudadanos de 65 0 mas anos (Oficina
Estadistica de las Naciones Unidas, 1949). T",nhi,'n "11 ,'sta ,'poe a el

!.O:-' TlIES :'o.!l'\lln,"; PEL E:'r..1,])() IlU I;IF\E:'T.\H

[25

cambio del trabajo por cuenta propia al trabajo asalariado y de la


ugricultura a In industria fue especialment brusco. En algunos pai
sea, como en Ale mania y Estados Unidos. el poreentaje de empleo
agricola desrendio del :;0 por ciento en 1H70, hasta alrededor del 33
por ciento en 1910. Por io tantr-. III Ia farnilm r.i la explotacinn agraria
podian ofrecer mucha protection para la vojez entre los trabajadores
medias del nuevo orden socia]. Y, rnientras tanto, Ia necesidad conti
nuaba en aumento.
Turnbien era una epoca en la que el significado del trabajo y del
empleo habra cambiado, desde los talleres artesanales y pequerias
manufacturas a la moderna produccion de masas y desde el esfuerzo
por la intensidad del trabajo hasta una creciente preocupacion por
maximizar la productividad. La Era del Progreso en Estados Unidos y
su equivalente en Europa introdujo ideas sobre Ia direccion cientifica
y el uso eficiente de la fuerza de trubajo; por oso lIego tamhien el de
sea de los empresarios de deshacerse de los trubajadores de edad
avanzada (Myles, 19H4a; Grucbnor, 19HO).
Cuando obviamente credo In necesidad de pensiones, tarnbion lo
hizo la capacidad colectiva de los ciudadanos para exiairlas. En el cur
so del siglo XIX e incluso en el XVIII hubo innumcrables propuestas y
prograrnas para planes de pensiones tanto publicos como privados. Ya
en 1697 Daniel Defoe propuso una "oficina de pensiones"; Thomas
Paine sugirio que las pensiones fueran uno de los derechos basJCOS del
hombre y, de heche, procedi6 a preseritar una Jegislaci6n bastante ac
tual en Ia Camara de los Cornunes: tanto In Francia revolucionar-ia co
mo la napoleonica debatieron la proteccion para las personas mayo res
fAlher, 19R2, pp. 32-:3; Ashford, 1986), pero todos estos planes se que
daron en nada porque no habra voluntad politica y prohablemente so
10 existia una umida presiou popular; sin (Imbargo, al final del siglo
cnrnbiaron las condiciones hajo las euales In voluntad politica encon
tro su expresi6n. Dentro del mercado de trabajo, surgieron las asocia
ciones sindicales y, poco a poco, las asociaciones industriales y de tra
bajadores de ambito nacional. Por 10 general, su reconocimiento legal
se esLableri6 durante los ultimos anos del siglo XIX y su crecimiento
fue explosivo en caSl tados los siLios. EI sufragio universal se difundi6
alrededor de la Primera Guerra Mundial permitiendo la representa
cion y alguna influencia politica a los crecientes partidos de los traba
jadores; en otras patabras, la "cuestion social" se hizo politica.
En este contexto hisLorico Hurgi6 la moderna combinaciun de la
protecci6n privada y ptibJica para Ia vejez. Ell e) sector privado el mo
vimiento constaba de dos sistemas brisicos, IIno era el se~uro (de vida)

126

l;\.'~T.\ r~PI:\G-.\.."[)nt:';F:-'

individual, y el ot ro eran las pensiones de tipo colectivo ocupacionales


o industriales. Dentro del sector publico surgieron primero las pensio
nes para funcionarios .v mucho mas tarde las pensione.s de Ia seguri

dad SOCial.
La pr-imer-a legislacion social siguic des vias; una bsisica. general~
mente una tasa fija minima que tenia sus raices en la tradicion de la
eeisteneia social (por ejomplo, Dinamarca y Australia); In otra, eran
planes de seguro actuariales que estaban basados en las cotizaciones
individuales y en una trayectoria laboral demostrada. En poe as pala
bras, el elemento de ahorro salto desde las sociedades de mutualistas
a la compaiiia de seguros moderna y la pension gratuita de! empresa
rio se fue transformando paulatinamente en un beneficia cornplemen
tario negociado colectivamente; la ayuda gubernamental a los pobres
se transformo en la seguridad social.
Las primeras iniciativas en el campo de las pensiones tanto publi
cas como privadas estuvieron rnotivadas muchas veces por el deseo de
debilitar los movimientos obreros. Los empleadores del sector privado
instituyeron las pensiones como una manera de dividir a los emplea
dos y de glorificar a los ernpresarios (Myles, 19B4a; Graebner, 1980;
King, 1978; Jackson, 1977). Los ernpleadores utilizaron las pensiones
para auinentar las distincioncs de status y jerarqufa entre la mana de
obra, favoreciendo al personal asalariado de oficina 0 desarrollando
planes clara mente diferenciados, En parte porque el motivo era ganar
la lealtad de los obreros y en parte porque las iniciativas cultivaban
las divisiones, por 10 general los sindicatos eran lipicamente antagoni
cos. Sin embargo, algunos sindicatos profesionales que cran rest.ricti
vas; muchas veces favorccicron los plane'S exclusivistas de bcneficios
adicionales.
De igual manera, la prirnera legislacion estatal sohrc pensiones
fue cmprendida de ntanera caraclcrisllca como una forma de dctt.>ner
el crecimiento del movimiento obrero y de reconducir la leal tad de los
obreros hada el orden existente (Rimlinger, 19711. Esta era la razon
fundamental que habia detTaS de las primeras reform as alemanas,
dane~ms y austriacas; tambien fue esto 10 que gui6 la cnciclica papal
de 1891 Rerum Novarum. Casi nunca fueron los trabajadores 108 que
iniciaron el desarrollo de las primeras pensiones.
Dada la relativa impotencia de los movimientos obrcros ante el
ESlado 0 el mercado, se concentraron naturalmente en desarrollar sus
propios sistemas de protecci6n social y a finales de siglo fue cuando es
tos empezaron a disfrutar de un nipido ritmo de crecimiento. Como ya
se ha indiciildo, los sindicatos americanos aumentaron de 3.7 millones

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5.3 milloncs de miembros entre IH90 y

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continunron aumen tan,

do hasta la Gran Depresion que fue cuando tuvieron graves difirulta


des financieras Y gradualmenu- ce-dicron u-rrcnc (rente a las cornpuut
privadas de seguros, los planes do los vmpresurios Y las pensiones
publicas (W('avcr, 19H:l, pp. tHiJrl. He duln-rm teller present que pro
oablemente s610 una cuarta part" de los a/iliados a los planes de los
sindicatos ternan una cobertum de pensionos (\Veavcr, 1982. p. 48) Y
que. cn realidad, muy pocos erun benefici.uius La situacion era bas
tanto parecida en Gran Bretana, donde la afiliacion a los sindicatos
aument6 a S.5 rnillones en 1938 (Brown y Small, 1985), cifra que es
igual al 24 por ciento de la fuerza de trahajo britanica de aquel periodo.
Desde el punta de vista de los movimientos obreros, se descubri6
que la estrategia de la hermandad no era nada buena; como ya se ha
dicho, corria e) riesgo de segmental' a la clase obrera excluyendo a sus
elementos mas dehil es; adernas tenia propcnHion a las dificultades fi
nancieras debido al dcsempleo "ccurrente, a los costosns movimienlos
huelguistus y a los ciclos t'conomicos. Weavl'r l1982) sostieno que la
decadencia de los sindicatos en Estados Unidos so debio en primer lu
gar ala incapacidad para hacor frcnto a la Deprosion.
La irystilucionalizacion de las pensionos publicus y privadas coinci
dio con las primeras Meadas del siglo xx. La pohtica publica fue deci
siva fomenlando la expansion del mercado. En primer Iugar, los go
biernos empezaron a disponer en serio planes ocupacionales para sus
cmpJea~os tanto a nivel central como local. En Gran Bretuna, por
cjemplo\ todos los gobiernos locales habian establecido pensioncs para
los profesores ya en 1898; en 1937 csto fue extendido a todos los em
pleados municipaleR <Brown y Small, 1985 I. En ~;HtadoR Unidos se
produjo un rapido crecimiunto tunto de pen."iont's para emple<-tdo."\ fe
derales como para los cmpleacioR dc la administracion estatal y local.

~;n 1928 la coocrtura total d., cmplead"R publ;('oH era de ceren de 1

millon 0 all'cdedor del 25 pOl' cicnto dcl total IKing, 1978, p, 2lJlJ;

Weaver, 1982, pA8!. En ese nlismo ano, las pen~iones de los excomba
ticntcs era todavia la mayor fuente de los ing-resos por pensiones, pro
porcionando subsidios a casi .~OO.OOO personas 0 cerca del 85 por cien
to de todos los beneliciarios d(~ l<~slados Unidos (Weaver, 19H2, pA8).
Esta fue tam bien una epoca en la que los sctvicios publico!; Como los
transportes, (II gas y la electricidad fueron nHejonalizados; como con
secuencia de csto, crecio Ja afiliacion a los planes para los empleados
del gobierno. En Estados Unidos, el I(obierno f"deral lIego induso a
hacerse cargo de 1m; ferrocarriles, llevando ala nacionalizaci6n de sus
planes de pensiones industriales en 1935.
as

.28

COSTA

r:SP1NL;-A."ll)EnSr:~

EI impacto directo de los planes ocupacionales del gobierno sobre


el crecimiento del sector privado fue doble. Eran importantes porque
. lanteaban la cuestion, estimulando las demandas de una igual pro
'eccion entre los otros grupos de empleados; tarnbien ayudaron a re
rorzar las compaiHas de seguros como instituciones clave en el futuro
..:recimiento de la proteccion de las pensiones riel sector privado en
"uncion de los planes individuales, colectivos 0 industriales. En resu
men, los planes para los empleados del gobierno ayudaron a construir
d mercado privado.
EI gobierno influyo tarnbien a traves de su politica fiscal y regula
-iora: sobre todo en el periodo de entreguerras los gobiernos introduje
ron la idea de utilizar la tributacion para ayudar a que la empresa
,>rivada se introdujera en el campo de la proteccion social. EI procedi
-niento tipico consistio en ofrecer deducciones en los impuestos por co
tizaciones de s"guros (como hizo la Ley de Finanzas de 1921 en Gran
8retalib., La Ley Trihutnrin de 1922 y 1924 "11 Ilinamnrca y III Loy
Tributaria de 1926 en Estados Unidos). A su vez, cuando los gobier
nos garantizaron unos privilegios fiscales, tarnbien estaban mot.iva
dos tanto para regular los planes del sector privado como para asegu
rar que fueran economicamente solidos, responsables y que cumplie
ran los derechos contractuales. De esta forma, los gobiernos \Iegaron
a reforzar mas la importancia de las comparuas de seguros; junto can
esto, ayudaron a remodelar la naturaleza de las pensiones de los em
presarios, desalen tando el principio tradicional de gratuidad discre
cional y estimulando el aumento de planes de heneficios complemen
tarios regulares. negociados y contractuales.
Los planes \egislados de seguros sociales dejaron un amplio espa
cia para las pensiones privadas bien par su propio diseiio 0 par su ca
rencia. Donde la legislacion fue lenta en aparecer como en Estados
Unidos, el incentive era obvio y. donde no 10 fue, al principio el sector
privado era con frecuencia antagonista al tarrier un efecto excluyente,
Cuando, por ejemplo, A1emania legislo pensiones para empleados asa
lariados en 1911, las companias de seguros se opusieron rotundamen
te (Janz, 1961, p. 149l.
Sin embargo, el efecto de la legislacion de pensiones sobre el creci
miento de las pensiones privadas no esta bien detinido. Las reformas
de la seguridad social que se introdujeron antes de la Segunda
Guerra Mundial ofrecian unos subsidios muy escasos Y una cohertura
incompleta y, alii donde se adoptaba el modelo de seguro, los requisi
tos de cotizacion implicaban que csenciulrnr-nte solo las futuras gene
raciones tendrian la oportunidad del subsidio. Por eso en Gran Bre

LOSTHE,S

~n')1;[)OS

DEL ESTAJ)O DEl, lln::\EST.\H

129

tana la ley de 1908 solo suministraba subsidies por cornprobacion de


medios de vida a los ciudadanos mayores de 70 anos; In pension con
tributiva posterior a 1925 suponia el haber cot.izndo durante 40 anos
y, en cualquier caso, estaba diseriada para proporcionar s610 un mini
mo que debia ser complementado con ingresos alternativos. El seguro
de pension de los trabajadores alernanes fue creado como un subsidio
de invalidez para aquellos trabajadores can alguna incapacidad fisica
para trabajar; iba dirigido a trabnjadores de m.is de 70 anos e iba pre
cedido de 35 anos de cotizacion. Como senala Myles (1984a), aquellos
ale manes que recibian un subsidio probablemente no pod ian vivir de
"I. Suecia presentaba un panorama similar. EI seguro de pension pa
ra la vejez se legislo en 1913, pero durante muchas decadas casi nun
ca proporciono ningun subsidio. Asi pues, en los tres casos el papel de
la seguridad social para asegurar los ingresos por pensiones se quedo
como mucho en marginal, pero el mercado privado de pensiones no
nyudo gran cosu a lIenar el notorio vacio cxistcnto.
Por 10 general, la legislacion gubernamentnl sohre pensiones ante
rior a la Segunda Guerra Mundial estaba en la linea del actuarialis
mo estricto y de la proteccion minima para no estorbar al me rcado y
no desanimar la oferta de trabajo; se suponia que se deb ian conseguir
los complementos necesarios para la pension cn el mercado privado.
En Estados Unidos, el espiritu minimizador era inusualrnente extre
ma, pero el mismo principio basi co se aplicaba ta mbien a la practica
europea. "EI Capitalismo del bienestar social" era un lema que repre
sentaba bien la definicion de la responsabilidnd del gobierno para la
epoca como un todo.
La cornbinacion de pensiones que se desarrollo durante las prime
ras decadas del siglo XX refleja cl modelo capitalista de hienestar so
cial. Inciuye un conjunto de desarrollos que sal van la distancia entre
las estructuras en gran medida procapitalistas del siglo XIX y el asen
tamiento de los Estados del bienestar en el periodo posterior a la Se
gunda Guerra Mundial. Ciertamente, la necesidad objetiva de pensio
nes se habia impuesto y el poder de los asalnriados para hacer de
mandas efectivas era una realidad ineludible que iba en aumento; la
nueva productividad de la industria reducia el valor de los trabajado
res de edad avanzada; los Estados habian dado pasos decisivos para
animar e incluso para crear un mercado para las pensiones; la seguri
dad social se habia puesto en movimiento, pcro no se Ie permitia que
dominara.
Los planes privados de jubilaciones crecieron a un ritmo respetable
durante las primeras decadas del siglo XX, pero mas irnportante que

1;3\\

W:' TRE:, ~tl'\ll\l:-; !lFl. F>TA!l\lIH'i.

l;l'ST.-\ E:-:l'IV;-A:"llr:I{:,FS

su crecimiento fue su t ransforrnacion. Camhiaron de gratificaciones


discrecionales a convenios contractuales, de planes no corisnlidados a
planes consulidudos y consorciados, y dc~de nu-nder a reducidos CH
tratos del personal de nivel superior, sc extendieron paulatin<lmente
a los trabajadores manuales. Dentro de este proceso tuvo lugar tam
bien la transforrnacion del tradicional ahorro para la vejez. Las her
mandades (0 la hucha familiar) dieron lugar a los pluries de seguros
de vida de las modernas cornpanias de seguros, y un poco mas lenta
mente, los ahorros que conformaban In explotacion agraria familiar
dieron lugar ala propiedad de la vivienda urbana.
Se esperaba que el capitalismo del bienestar social permitiria a la
moderna ernprcsa capitalista convert i rse en un sustit.uto del poco
agradable'trasfando comunistizante de la seguridad social; se dirigia
al nuevo mundo de la Era del Progreso, de la empresa moderna que
iba apareciendo, de la organizacion cientifica y de una elevada sensi
bilidad hacia las buenas relaciones laborales.
En Estados Unidos, tanto las ernpresas como industrias enteras
ernpeznron a sstablecer planes de jubilacion consolidados y consor
eiados. cada vez mas en colaboracion con las cornpanias de scguros,
Hacia 1930 la industria de seguros tenia un total de 83 rnillones de
pclizas (incluyendo los planes individuales, colectivos y de ernpresa)
y estaba pagando unos subsidios que ascendian a 2.000 rnillones de
dolares (mas que las instituciones beneficas, los planes p ublicos para
empleados y todos los disperses planes estatales) (Weaver, 1982, p.
42). Esta cantidad asombrosa incluia principal mente otros riesgos
distintos de las pensiones. P('fO fue en ul campo de las pe nsiones don
de tuvo lugar el aumento mas rapido de la industria de los seguros
de vida. En 1915 los planes colectivos (contratadas casi exclusiva
mente J.lOT ernpresas industrialos individuulcs i n'pn>,st'nblhan cl 1
por cie nto de sus negocios: la cifra era el 15 por ciento en 1935
(Weaver, 1982, p. 47).
Las pensiones industriales cuyos destinatarios cran los trahajado
res manuale~ crecieron a un ritmo rapido en 1920. Hacia 192R habian
~obTt)pasudo lqs planc~ dl' los sindicatos abarrandn a cuatro veres
mas de trabajadores y creciendo diez veces el total de sus activos des
de 1920 a 1929; el numero de planes aument,i desde 15 en 1900 a 440
en 1929 (Weaver, 1982, p. 47 m. Pero las altas tasas de crecimiento
partian de una base pr6xima a cera y el capitalismo del bienestar so
cial se qued6 en poeo mas que un articulo de fe debida a la Depresi6n.
La cobertura total en visperas de la Depresi6n era de 4 millones de p6
lizas (incluyendo los ferrocar,;lesl 0 el 7.5 por ciento de la fuerza de

,qF\r.~;\I;

1;\1

trabajo. Contanda todo tipa de seguros de pension. la cobertura totali


zaba un 14 por ciento (Weaver. 1982. p. 48) Y la proporcion de cobertu
ra disirnula cl heche de quo la probnhilidad ell' percibir rcalmcnte una
pension era sumarnente baja. La Ialta de trnnsforibilidnd, los requisi
Los de unos servicios prolongados y otras contingencias significaban
que, en la practica, solo una minoria de quiz as un 10 por ciento de los
que tenian cobertura disfrutnban realrnente de los subsidies (Latimcr,
1932) y cuanda 10 hacian, por 10 general los subsidies eran demasiado
escasos para vivir de elIos; segun los precios de 1927, la pension tenia
un promedio de 45 dolares al mes (en 1980 seria igual a 200 dolares al
rnes).

EI capitalismo del bienestar social americnno fue un fracaso y, so


bre todo, ni siquiera se adapto al mercado; en general, tenia u n ambi
to corporativista con distintos privilegios que se otorgaban a una di
versidad de grupos de status y de escalafones de la industria privada;
los requisitos de llevar rnucho tiempo trabajando y la falta de transfe
ribilidad se tradujeron en una servidumbre corporativa. EI trasfondo
corporativista no era simplemente el resultado de una estrategia ge
rencial, sino que tarnbien era el resultado de una primera negociacion
colectiva: el sindicalismo antes de la Segunda Guerra Mundial estaba
dominado en gran parte por sindicatos exclusives de obreros especiali
zados y de oficios.
La historia americana era mas 0 menus parecida a la de oLros lu
gares, incluso a la de los parses que tenian pensiones legisladas para
la vejez. Es cierto que en Alemania, las leyes de 1889 y 1922 proba
blemente obstaculizaron el crecimiento de las pensiones del sector
privado, pero,no de una forma absoluta; tanto los tradicionales fondos
de provision no consolidados (Unterstuteungshrissen} como los planes
dr- las empresus han permancido como una parte estuble de la combi
nacion de pensioncs. En 19~3 los pagos por seguros de vida ascendie
ron al 0.6 por ciento del PIB; esto se plied" comparar con el 1.9 por
cienta d" Estados Unidos en Hl29. En 19:J:1 "I ~asta de Alemania de
los planes privados de jubilacilin igual6 al 0.2 por ciento del PIB, 10
que Sf' compara con In cifra d( Estados Unidos ufl 0.:1 pn 1940
(Skolnick, 1976; Munnell, 1982; Statistisches Bundesamt 1972, p.
217). En Alemania, los planes del sector privado crecieron continua
mente por 10 que se refiere a la cobertura, pero pcrmanecieron margi
nales en euanto al tamano del subsidio.
En Gran Bretana, los planes privados ocupacianales tambien au
menta ron rapidamente a pesar de la legislaci6n de la seguridad so
ciaL La afiliacion a los planes ocupacionales ascendio desde cerca de 1

"l~

(al~T:\

1'::-;I'[:'\l(;-:\!'llll-:li:->I'::-.l

..illon en 1908 a 2.6 millones en 1936 Icorrespondiendo a planes de


npleados publico cercu de la mitad). La cohertura de la fuerza de
'rabajo es comparable con la de Estados Unidos, es decir, de un 10 a
un 12 por ciento. Un rasgo peculiar del modelo bri tzinico era su de
mdencia de las cotizuciones tanto de los ernpresurios como de los
-npleados y, tarnbien, el que las cotizaciones y los subsidies para los
obreros manuales eran de tipo fijo. En 1936 la pension semanal nor
..almente era de unos 20 chelines (alrededor del 25 al 30 por ciento
.el salario normal de un obrero). La pension de la seguridad social
~ra de unos 10 chelines por semana (Brown y Small, 1985). La combi
uacion de pensiones que se ofrecia en Gran Bretaila constit.uia, pues,
n capi t al ismo del bienestar social ligeramente superior al de
"'stados Unidos.
Los planes privados de jubilaciones que surgieron en la decada de
)s anos 1920 fueron sorprendentemente resistentes al impacto de la
"'''epresi()n: las victirnas fueron esencialmentc las sociedades sindica
'es. En realidad, en Alemania y en Estados Unidos, los dos paises que
.ueron afectados mas seriamente, los planes del sector privado man
rvieron su momenta de crecirniento. En primer lugar, cada vez esta
'<an mas reasegurados y consolidados; tarnbien ten ian todavia un ses
go a favor de los empleados de oficina, cuyo riesgo de desempleo era
.r ucho menor; ademas estaban respaldados por la politica fiscal gu
ernamental y, alguna que otra vez, por operaciones directas de apo
vo del gobierno.
:EESTRUCTURAC10N EN LA ETAPA POSTERIOR A LA GUERRA

La esperanza de que un Estado minimalista y un mercado boyante


e complcmentarian uno al otro en la armonia del capitalismo y del
ienestar social se frustro, incluso antes de que la Dopresion la des
r.ruyera completamente. Esto era algo de 10 que eran muy conscientes
.as personas rnayores en Estados Uriidos. Hacia 1940 (cuando la
leguridad Social acababa de empezar) la protecci6n total estimada de
~)enSiOneH (incluyendo todo tipo de pages de las pcnsiones publiens y
orivadas) era el 33.5 por ciento de la poblacion de 65 anos 0 mas de
"dad. Los planes privados daban subsidio s610 a un 1.8 por ciento de
as personas de edad avanzada y la seguridad social 10 hacia a un 1.2
DOr ciento. EI 23 por ciento de las personas mayores contaba con una
ayuda para la vejez (OAA) y otro 4 por ciento recibia subsidies para
.xcombatientes (estirnacion de la Oficina Censal, 1976; seccion H).
lJn poco menos de la mitad de la poblaci6n masculina de 65 anos 0

LlJ~ THE~ ~ll'~llll:-; HH F:->'I',\])o [lEI. IlIF~F.";I'.\I\

13:1

mas seguta trabajando en esa epocu. pero la falta de proteccion era,


en definitiva, cnormo. La mayo ria ohviamente no podia obtener subsi
dios del mereado y tendriamos que concluir diciendo que probable
mente un tercio tenia que procurnrse In ayuda de In fnmihn. de insti
tuciones bcneficns 0 quiza de alguna ayuda local para los pohres,
En otros muchos parses, no habia cobertura suficicnte ni del mer
cado ni dol Estado. La Tabla 4.5.muestra la tasa de cobertura de la
poblacion de mas de 65 anos en 10 relativo a pensiones de la seguri
dad social y pensiones de empleados del gobierno en 1939. Solamente
en algunos paises. una mayoria de personas de edad avanzada re
cibian una pension; algunos, como Francia, todavia no habia introdu-

TAHLA -1.,1) (I(' de' pcblucion de 6!i 1lTl0S 0 mas 4\11' recilx- una pension de'
la segun dad aociul y pension Ilpla tdespues de impuostos j como (/; del
aalar-in medic de un trabajudor. en divcrsos puises. nn9
Poblncron de fi" 0 +
quc rt,.ibc flCn~lon

- - _ ..

-. ... _

Australia
Austria
Belgtca
Canada
Dinamarca
Francia
Alemania

54

TlI~a

d,. np(}~,,;n d, p'II"ion".~


d'"pU{'H d, lmpu"sloH
,Ii <I,.] ~alarlO net.,,)

19

:15

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24
6\

14
17
22

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Italin
Holandu
Noruegu
Sueciu
Suiaa
Reine Unido
Estados ll nidns

,1)2
5:1

Media

41l

79
5
67
5

19
Hi
I:I
H

10

1:1
21
1;).5

Las pensiones incluyen las de la seguridad social y las de los cmpleudos


del gobierno, perc excluyen la ayuda publica La tasa de reposicion des
puea de impueetoa se refiere al PUJ{O medio de pension de jubilnci6n co
mo porcentnjc del sulurio mcdio de un trubajudor manual.
fo"I'ENTt;: llut".~

archive :-iHIB.

---.J

134

(;()ST:\ ESP[~(;-A~[lEI{SE;\,

cido la seguridad social. La tabla muestra tam bien que el total de la


pension media era demasiado pequeno como unica fuente de ingresos
para la vejez. No hay datos practicarnente para este periodo sobre la
cobertura de las pensiones privadas. En el caso de Suiza, que sc apro
xima a America en cuanto a la cobertura extremadamcnte baja de la
seguridad social, se sabe que en 1940 habia solo unas 29.000 anualida
des pagadas por las cornpanias de seguros (Statist.isches Bundesamt,
1982, p. 3351. En Dinamarca, que aparece en ln Tabla 4.4 estando un
pocopor encima de la media, In cobertura de las pensiones privadas
inmediatamente de spu es de la guerra estaba por debnjo de las
100.000 personas WECO, 1977). En Gran Bretaria habra solo 200.000
beneficiarios de pensiones ocupacionales, la mitad de los cuales perte
necian al sector publico (Brown y Small, 19H5, p. 131.
La Segunda Guerra Mundial fue un momento decisivo para el desa
rrollo de las pensiones. Hubia exigido y crendo un nivel de solidaridad
nacional que catapulto a los movimientos de los trabajadores hasta el
centro de la torna de decisiones pohticas; los estrietos con troles de
precios y salaries durante la guerra bajo unas condiciones de plene
empleo absolute empujaron a los ernpresarios a ofrecer atractivos be
neficios complementarios Y. a los sindicatos, a exigirlos, La guerra 0
interrurupio los sistemas de seguridad social (como en Alemania) 0 es
tablecio la estructura para una promesa de Ull hienestar social poste
rior a la guerra; tam bien habia exigi do un gasto publico y unos nive
les de impuestos altisimos, que, incluso cuando se normalizaron pos
teriormentc, ayudaron a constituir u n nivel estuble de tolcrancia fis
cal popular durante las decadas de la postguerra.
1..0:i anos 1940 fueron una epoca de crecimiento para las pensiones
privadas pur las razones cxpuestas anteriormcnte y, ta mbien, porque
la seguridad social se habia quedado insuficiente. En Estados Unidos
el movimiento fue especialmcnte dramatico; alii solo una minoria po
dia contar con los cheques de In seguridad social en un futuro previsi
ble e. incluso con las provisiones '<a todo riesgo" de 1939 y anos poste
riores, los subsidios cran en cualquier caso demasiado bajos (par ter
mino medio 25 d,i1arcs al Illes en 1939). Finalmente, las reformas la
borales del New Deal habian permitido la al'aricion del sindiealismo
de masas y la gul'rra dio lugar al pleno empleo. Bajo las condiciones
de controles de precios y salarios, el periodo fue preparado para un
aumento de los beneficios complementarios (que estaball cxentos de
los controles) (Ball, 197H; Myles, 19H4a; Graebner, 1980).
EI aumento de las pensiones privadas fue espectacular en muchos
casos. En Gran Bretana la afiliaeion a los planes del sector privado cre-

I.l).'i TRES

'Ir:\J)O~

[lEI. E:-TAl1l) PEl. l;lr".,)-":-:r.\,H

135

cio desde 1.6 millones en 1936 a 3.1 millones en 1953 Iy 5.5 millones en
1960). En contrasts con esta postura de la ctupa posterior a la guerra,
el Congreso de los Sindicatos (TUCl empezo a unimar en serio a sus
afiliados sindicalos a que uegociarun las pensiunes. En Estados Unidos,
Ius anos de lu h'Uerra sometieron a unos 2.!> millones de trabajadores
adicionales a la cobertura de los planes privados r King. 197H, p. 200 J Y
esc ritmo siguio durante los anos 1950 y afios posteriores. Los gastos
do subsidies de pensiones privadas numonturon un 68 por cicnto desde
1945 a 1950 y un 364 por eiento desde 1950 a 1960 (Munnell, 1982, ta
bla 8.4J. En realidad, a 10 largo de casi toda lu epoca posterior a la gue
rra, pero sobre todo a finales de los anos 60 y a principios de los anos
70, los gastos de pensiones privadas crecieron casi tan deprisa COmo la
seguridad social. El nuevo fenomeno de las pensiones industriales ne
gociadas se propago por casi todos los paises capitalistas avanzados
tconstituyendo las pocus excepciones Austria. Ale-mania e Italia); en
Francia, tomo la forma de un labcrinto de planes complementarios que
sc incorporaron mas tarde a los sistemas ARRCO y AGIRC; en
Holanda surgieron planes industriales y de ernpresas: los primeros, con
cl tiempo, estuvieron sujetos a mandata gubernamental; Fi nlandia y
Suecia nacionnlizaron igualmente las pensiones complementarias.
La guerra tarnhien altere la forma institucional de las pensiones
pnr 10 menos en dos direccio nes dec iaivn s. Pri me rc. como senala
Munnell (19H2J, las pensiones privadas se eonvirtieron en un objetc
clave de la estrategia de negociacion de los sindicatos, en un medio de
aplazar las ganancias salar-ialos actualcs por unas prornesus futuras.
Segundo, con la entrada institucional de los sindicatos I en Est.ados
Unidos, si!!uiendo la di sposicion de 1948 del Consejo Nacional de
Rclacionas Laborales), la tradicional pension gratuita se debilito en
fnvor de los planes contractuales de jubilacicn negociados colectiva
mente (Rein, 19H2). En este sentido, los sindicatos ayudaron a acele
rar la defunci6n de los restos del sistl'ma preeapitalista y a poner en
su lugar el mercado del contrato colectivo.
La oleada de pensiones ocupacianales de In postguerra no fue sola
mente un subprodueto de la guerra y del poder de los sindicatos; des
de el principia fue alimentada por una varicdad de iniciativas h'Uoer
namentales. EI papel del Estado en el capitalismo de la postguerra
quizas haya sido mas fuerte que nunca; primero y ante todD, sus deci
siones con res peeto a la seguridad social han tenido unos efectos pro
fundos. Surgieron dos tipos basicos de pensiones estatales; el primero
era la pension universal fija, que normalmente sobrepasaba en un
poco a la pension minima. Los subsidios era iguaJes pero bajos y se

1~i6

1..;\ '~'L\ r~l'l:\l;~.-\:"\l1rH:-;E:\

suponia que serian complementados ron pcnsiones privadas. Esto


quedo explicito en el Libro Blanco britrinico de 1~44 y en lu reforrna

danesa de 1956 v, naturalmente, fue adoptado tarnbien por los siste


mas australiano, nuruego y sueco.

EI segundo tipo, que estaba basado en la pension de Ia seguridad


social, determin6 los subsidies en base a las cotizaciones, aferrado a
la idea del actuariulisrno y sentando como premisa el cumplirniento

del trubajo para poder tener derecho. Con este acuerdo, muchos tra
bajadores se quedaron fuera (como las rnujeres y los trabajadores

temporales) y la fecha de vencimiento de este sistema estaba muchas


veces demasiado lejana para que muchos trabajadores pudieran pa
gar por anticipado una pensi6n satisfactoria; consecue ntemente, esto
tarnbien ayud6 a estimular el mercado privado. Esta era claramente
la situaci6n en Holnnda y cn Estados Unidos, Por consiguiente, en

cualquier caso la politica publica habia dejado un am plio campo para


las pensiones privadas complementarias.
La politica imposit.iva ha sido una segunda precoridicion funda
mental para el crecimiento de las pensiones privadas, Muchos paises,
cuando no la mayoria. prnmulgaron una legislacion fiscal posterior a
la guerra que mejoro mucho cl status de cxcncion fiscal de las cotiza
ciones de las pensiones privadas y algunas veces tarnbien garantizaba
unas deducciones especiales a los beneficiaries. Asi, por medio de la
tributaci6n los gobiernos ayudaron en gran manera a financiar el
mercado de las pensiones privadas. Hoy en din, las desgravaciones
fiscales relacionadas con las pensiones privadas, como porcentaje del

PIB, son alrededor dell por ciento en poises como Australia, Dina
marca y Estados Unidos y alrededor del 0.7 por ciento en Gran Bre
tana (GECD, 1984a; Vestero-Jensen, 1984). As; pues, las pensiones
privadas pueden ser una forma dp salarios difcridos, pero en realidad
son tambien un os impuestos difcridos. Lo:-; altos tipos impositivos
marginales que se impusieron a los ciudadanos despues de la guerra,
desde luego se sumaron al atractivo de Ins pensiones ocupacionnles
como beneficios complementarios.
Uno de los cf(~ct()."i tributarim, mns importantt's, aunqup poct) tenido

en cuenta, tiene que ver COli In propiedad de la vivienda. En ],;stados


Unidos y entre las personas de mayor edad, el ser propietano de una vi
vienda es sin duda una fuente vital de "ingresos". Hoy en dia casi el 75
por dento de las parejas mayores poseen su propia casal de las cuales el
80 pur cienw estea libre de hipoteca. Esw significa que el 60 por ciento
de los hogares disfrutan de hecho de un ingreso suplementano de qui
zas un 15 a un 20 pur cienw (Ball, 1978, p. 92 y los calculos del autor).

1(1:-0 l"I{I-," 'Il \Ih l ' PI'( F:'I'\Il\lllff !::I \I'>n~;

1:17

Con J:1S eOI)L'('.s iones fis('alt'~ ,...;p imrt-nu-u t n 1<1 l'l'gulari6n 1!1lllPrna~
dl'l I1It'ITado
PPIl:-IO!l('S,
~1'll;\l;jfl BJ'O\\'Il
! 19H5l la poht icn sociu l hr iUllic;l fur- {'lab(l:'ad~1 pur los [uncionnrios

dl' Hucicnd.i ,-.;iguiendo los J'Pqlllsilos de I:t L(,.\' di- Finanzus d( lD47

n cl sentid de- que los pl;!r1C's de pensiolll's lueran consolidndos y

m v n t

de-

L ' o m o

S m . i l

aprobados por separado. Los gobiernos ahrieron y cerraron los merca

dos de fot-rnus dccisivus: ell muchos cases rcalmento pi Est ndo tumo

In iniciativa para crcar nuuvos mercados pnrn los ahorros de pensio

nes, como fuc- el caso de los "Contrutos Indice" d Dinumarca v de las

cuentas de juhilucion amet-icunus del American Keogh e IRS. Cuando

en 1972 los gohiernos aleman y umericuno creuron 1a legislaci6n para

regular las pcnsionos ocupucionalos exigiendu garunuas a los emple

ados, sc creyo que csto perjudicarra seriurnento las perspectivas de

1I1l crecimient.o posterior, pero estn creencin no cstuvo just.ificada en

ningun cuso.

Cuundo los gobicmos cmpezaron a hucur obligatorias las pensio


IIPf; privadus. tnmhicn ayudaron a crear nu-n-ado, como ocurrio en

(iran Bretnnn, Ilolanda y Suiz Idespucs de 1~H2J; y en eJ casu de


Francia S(' podia hablar de cuasi obligntorins Por supuesto, el resul
tado ha sido un mayor aunn-nto de 1<1 provision de las pcnsione-s ocu
pacionalcs complementarias. 1-;n otros paiscs se torno la decision de
iegislar las pcnsiones complementarias (Noruega , Suecia, Finlundia y
Dinamarca i. Pero es extrernadarncnte dificil determinar si esto ulti
mo implica pxclusi60 y si 10 prillwro signifi<.:a la t'xp;msi6n de los mer
rados. 1 sistpma coercilivo, obviulllente, imponc un tipo colectivo de
ohligatoripdad a la empresa prjvada que no t-'S muy diferente de una
legislaci6n. Donde 1a nacionalizaci6n implica In coosolidaci6n y la ad
ministraci6n de Jas instituciones gubernamclltales, como ocurri6 en
NonlPga y Supcia, pi Illcrcado (':,l:l iOl'4u1v(J('ampnte marginalizado;
d(Jnde 11.1 nilcionalizaci()!l penllitp la geHlil)ll del sedor privado, como
l'!l Finlandia. PI rpsultado (Os nmbjguo.
A la luz de nuestra sinopsis hisll')rj("a, la (;o:lsiderable variacilJO
pntre los pals('s ('0 la combioaci<in d(' 10 pllblico y 10 privado aparecc
ria Sit'IH{O 111):1 f'lIllri(m d(' dos tipns PI1 la ill!('I"\(Ill'il'1I1 cit,] Estado:
prinH'ro, I" tradici()ll dl' los gohierllo,s de ganilltizar un ,st<ltus privi
Ipgindo a sus cmplcados y runcionarios; segundo, 1a decision del go
hiprno de kgiHlar (U ordenar din'damentc) la pension C'omplementa
ria que prricticnmente en tod.. s parte,s estabn cl'('ci('ndo en el merca
do prj vado.

138

C\bT.\

E:::'I'I>:t~-:\~IlER~l':S

CONCLL'SION

En nuestra revision de 10 es t r uct urnc ion de las ponsiones, el


Estado ha sido el principal vinculo entre los inputs y los resultados.
Hemos visto que }O:i sistcrnus con tendencies de mcrcado. como en
Estados Unidos, fueron posibles gracias anna politica gubernumental
activa y directa; el privilcgio del status es, por supuesto, una herencia
de) corporativismo y del estatismo autoritario y eJ modelo universalis
ta de ciudadania social cs. sin duda, el unico posible donde el Estado
excluye tanto a los rnercados como al corporutivisrno. Por tanto, el
Estado esta situado en cI centro de nuestra definicion de 10:-; tipos de
regimen.
Nuest ra revision ha moetrndo tambien que los ~~stndmo) del bienes
tar deben Her identificados no solnmcnte por 10 que haccu, por 10 que
gastan 0 per 10 que han lCI,7}HI<1do, sino tnmbien con rcspoctc a como in
teractuan con el mercado y con los convenios privados alternatives.
Desde la perspectiva del pensionista csto sent bast ante obvio; una per
sona juhilada conocer.i como sc ha acordado su pension de jubilacion.
Cuando existe una combinacion. es monos clara desde e! punto de vis
ta de los gobiernos. Una amplia y quiza decisiva esfera de la implica
cion del Estado esta uculta tras los muros del impuesto sobre In renta;
s610 unos pocos parses tienen una idea precisa de curintas pensiones
privadas estan subvencionad as por medio de las desgr-avnciones lisca
les.
En cualquier casu, la logica de cualquier sistema de bienestar so
cial puede aclararse s610 cuando exarniuamos la interaccion de la pro
vision puhlica y privada. E:-; In intcruccion 10 quo define In cst.ructura
distributiva global, la relucion entre los dc-rcchus tioc;alt,,s y los contra
tos privados, las desigualdades de clase. genera a status y, en el ana
lisis final. 10 que define los reg-imenes del ~;stado del bicncstar.
Si consideramos tanto )a provision privadu como Ja publica, Hega
n'mo~ a unas evaluaciones completamcntp distintns sobrt' ('\ "cHfuer
zo del bient'star social" de lo~ palset>. E~t() ('~ importuntc para Ia com
probacion de la teoria. Si una persona se adhiere a una teo ria de cre
cimiento economico, a una teoria demognHica 0 a una teari<l de 111 mo
vili~acion de la c1ase obrera, su argumentacion no se deberia analizar
solamente en base al esfuerzo del bi~nestar social del Hector publico.
En algunos paises, el nivel de los resultados de las pensiones en el
sector publico puede ser bastante modesto, pero puC'de Her al mismo
tiempo considerablE" en el sector pl'ivado. ,si tencmo~ una teoria que

Lt1S Tm;S ~lr:-in(l:-; DEL E,ST:\]lU [lEI, lllE\,E:;TAH

139

sostiene que el desarrollo econornico 0 la estructura demogrilfica de


termina los gastos de las pensiones, parecerra una equivocacion no
exarninar lOR dpsembol~os de las pensiones dpi sector tanto publico
como privudo.

En general, si nuestra prcocupaci6n es explicar las diferencias del


Estado del bjcne~tar, cs obvio que la mte rnccinn publica y privada de
be cstar incluidn en nucstra cspecificnci(jn y que constiluyc uno de
los objetos a explicar. Con estos interrogantcs pasamos al capitulo 5.
Encontraremos que las hipotesis convencionales sobrc los Estados del
bienestar deben ser reconsidf'radas seriamente una vez que empece
mos a especilicar mas detalJadamente las propiedades institucionales
de los Estados del bienestar y una vez que hnyarnos examinado la
provision publica y privadn jUlltas.
AI'ENIJlcr;
EXPI,H'II{ 'IONES Y "'lJ~;NTEH Ilf; DATos 1)1-:1. ('III'JTIII,( I .1

En "pensicnes" estrin inclufdas las pensionos de jubilncidn y de invaJidez


tcxcept.uando las pensionos de accidente Jaborall. Cuando los pagos {.fJobaJes
por juhilacirin const.ituyon un rasgu caracterfst.ico (g'cneralmentc solo en los
planes privado ocupacionales 0 planes individcales r se han incluido. Hay
que destacar, sin embargo. que los datosjaponeses excluyen los pagos de tipo
suma glohal hechos directamente por los empresarios.
Los datos de las pensiones de 18 seguridad social y de las penaionas de los

cmpleados publicos estrin sncndos de la Organizacif)n Internacional del Tr-a

bajo (OIT), The Cost o(Social Security. 1980 tGinebra; OIT, 1983). Para Nue

va Zelanda, de OIT, The Cost Of Social Security, 1.477 (Ginebra: Ol'I', 1979).

Para Est.ados Unidos , de Statistical Abstract of the United Stall'.,>, 19H1

I Washington , DC: Government Printing Office, HJH~).


IAlS da;o.... dr- los planes ocupanonai<'s p rivndusy 11' las anu<llid:Hll~s de s(>
gurus de vida individuulcs estrin sucadox de las Iucntus gulwrnumcntales de
los pnlses incluido.'i en cllos. Sc puede !Jbtener un rt'~umen nuis tletallado de
todas estas t'uentes en Esping-And('rsl'n Statl' and Marhet in the forma!ion
of ."~(Jcial SN:urity Schemes, European University Institute Working Papers,
No. R7/2RIIFJorencia, 19R7).

5
.
.
REGIMENES DE DISTRIBUCION
EN LA ESTRUCTURA DE PODER

<Por que la protcccion social depende mas del mercado en unos paises
que en otros? i.Por que el universalisrno es tan importante en los pai
ses nordicos y el corporativismo 10 es en la Europa continental? iPor
que algunos Estados definen minuiciosamente las responsabilidades
de su politica social, mientras que otros yen el derecho al empleo co
mo una obligacion minima y oficialmente se vinculan a compromisos
que desbordarian la imaginacion de cualquier liberal del siglo XIX (0
socialista, por 10 que a csto concierne)? Y por ultimo, ipor que los pal
ses cristalizan en agruparnientos de regimenes bien diferenciados?
EI cometido de este capitulo es identificar que fuerzas impulsan
cl desarrollo del Estado del bienestar. Durante la prolongada centro
versia sabre este asunto, las teorias funcionalistas de modernizacion
general mente se han opuesto a las teorias del puder. EI problema es
teoricamente importante porque destaca las divisiones paradigmati
cas en las ciencias sociales. Las teorias que se centran en el poder se
apoyan en una determinada vision ace rca del nexo entre la politica y
la sociedad. En primer lugar, asurnen que el gobierno no es un arbitro
neutral ni tam poco es intrmsccamente responsuhle de las necesidades
sociales que aparccen; sus acciones son dictadas pur el ejercicio del
puder. Pur lu tanto, el balance del poder en una sociedad es decisive
para saber cornu sera un Estadu del bienestar. La opinion contraria
sostiene que los Estados del bienestar surgen practicamerite bajo
cualquier condicion de poder. EI punto de partida, siguiendo la econo
mia marshalliana (Marshall, 19201, es que la redistribucion solo pue
de tener lugar con un cierto nivel de desarrollo econornico; pero la

1~~

lal~r.\ E:'-:I'I~(;-.\~J)EH:-;l-:~

[,(l:-; THE"; :o.1l":\lhlS 111':1. E.'1T\llllllll 1\11-"\1'.--1'\1,

fuente real del crecirniento de la politica social se encuentra en la in


dustrializacion, cn la urhanizaci6n y en cl cambio dernogr.ifico. Todo
esto establece unas nuevas necesidades sot-iales urgcntes que no pue
den ser afrontadas facilmente por In familia trudicionnl ni por la co
munidad ni por el mercudo.
Es dificil situar el debate, en cierto modo porque nos enfrcntamos
ados estilos de investigacion c1aramente divcrgentes. EI enfoque his
torico, como el de Rimlinger 0970, Ashford (986), Gilbert (1966),
Weir, Orloff y Skocpol (988) y la coleccion de estudios de los paises
europeos de Flora (1986) es rico en detalles, pero por 10 general escaso
en comparaciones nacionales. La investigacion cuantitativa, general
mente transversal y correlacional, ha llegado a reprcse ntar la princi
pal alternativa. Cutright (967) y Wilensky (975) representan a la
pr imera generacion de r-ste cnfoque, en el que los gastmi sociales cons
tituian la variahle principal y los analisis transversales de rnuchos
parses la principal motodologia. Durante la decada pasuda ha surgido
una segunda generaeion que ha aplicado o hien tecnicas rruis sofisti
cadas (como los anahsis de series ternpora les asociados) (Hicks, 1988;
Griffin. O'Connell y McCammon, 198!!; Pampel y Williamson, 1988) 0
especificaciones mas elaboradas de las diferencias destacadas entre
Estados del bienestar (Korpi, 1980; Myles, 1984a; Esping-Andersen,
1985h) 0 ambas (Korpi, 1987; 1988).
~
Si toda esta invest.igacion no consigue llegar a una conclusion
inequivoca, no sera por falta de esfuerzo, sino mas bien debido a in
cornpatibilidades rnetodologicas. Confrontar una historiografia deta"
lIada con una tabla de coeficientes de regresion es anaHtieamcnte
dificil; la primera proporciona una descr ipcion detallada de como
miles de acontecimientos nfectaron a la forrnacion de In politica so
cial: In segunda procuru ahorrar cxplicncionc-s y roduco In rculidud a
un minirno de variables. Con Ia primera es diffcil generalizar mas,
alia de un caso particular; con la segunda no tenemos historia.
EI enfoque correlacional dominante esta afectado, por anadidura,
por un desnjuste frecuentc entre la intenci()n teorica y la practicn de
la invt.'stigacion. En primer lugar, en In mayoria S(' utilizan unien
mente los datos sobre los gastos como un sustituto de la "estatalidad
del bienestar social". Un poco antes ya hemos argumentado por que
los gastos presentan una imagen limitada y posiblemente equivocada
de las diferencias de los Estados del hienestar; si 10 que nos importa
es la fuerza de los derechos sociales, la igualdad, el universalismo y la
division institucional entre el mercado y la politica, los niveles del
gasto social pueden encubrir mas de 10 que revelan.

ll:l

En segundo lugar, el enfoque eor'rclacinnul estandur rnantiene un


supuesto de linealidad cuest.ionable: que los Estudos del hicuestu r de
los parses se pueden cornparar en ter minos de "mas" 0 "menos" rgasto,
redistribucion 0 10 que sea). No podemos cxclui r el heche de que algu
nus dimensiones de los EHtados del bieru-stnr son compnrablos lineal
mente, pero rnuchas de las que nos parece que son destacadas, clara
mente no 10 son. De aquf que, con respecto a la estratificacion, a la
cornbinacion de 10 publico y de 10 privado y a la fuerza de los derechos
sociales, errcontremos que hay agruparnientos y tipos de regimen. EI
problema de la mayoria de los estudios de la variedad correlacional es
que examinan sus hipotesis sin detenerse a especificar la naturaleza
del dificil asunto que se va a tratar; el Estado del hienestar queda ca
si siernpre subteorizado.
La subteorizacion del Estado del bienestar es comprensible a la
vista del hecho de que rnuchos autores estun monos interesados en el
Estado del hienestar que en la validez de sus teortas explicativas del
poder, de la modernizucion 0 de 1'1 induxtriul iznrinn; los Estados del
bienestar, eon frecuencia, son poco mas que otro vehiculo para con
trastar teorias. Sin embargo, el problema de la subteorizaci6n apare
ce tarnbien en las variables oxplicativas. Tomernos el papel del poder.
La explicacion en terminos de poder de los Est.ados del bienestar nor
malmente supone que Ia movilizacion de la clase obrera es la fuerza
impulsora que hay detras de la reforma social. Por 10 tanto, los parses
con unas clases obreras fuertcrnonto movilizadas y unificadas deberi
an producir unos Est.ados del biencstar mas avanzados, Sin embargo,
salvo raras exccpciones (como Korpi, 1983, WilenRky, 1981 0 Castles,
1981) apenus se ha prestado uinguna atom-ion a si es el sindicalismo
() los partidos (y que clase de purtidos: 10 que importa 0 que lapse de
ticrnpo cuho csperur ruzonnhlcrnentc pant que- ('I poder dc l rnovi
micnto obrcro sc traduzca ell resultados susLanLivos; la estruetura
ci6n del poder es ignorada generalmente,
Inc1uso una reOexion superficial pone de maTlifiesto el ultimo pun
to. Tomemos el periodo que condujo a la crisis de los anos 30. Las di
fprencins t'11 cuanto a poder fuantifirahll' dp In clasp ohrera (sindicali
zacion, votos de partidos de izquierdas) entre, pongamos, Gran
Bretana, Alemania, Austria, Suecia y Dinamarca no eran tan gran
des; pero las diferencias en la estructura de poder dentro de la cual
estaban ohligados a luchar los trabajadores, fueron decisivas para to
do cl progreso de la civilizaci6n occidental. 'l'olllemos ahora la etapa
de Ia postguerra; casi todos los estudios puntuan casi identicamente a
Austria, Suecia y Norupga acercn del poder de la clase obrera. pero la

1-1-1

l:~l:-,r\ 1":-'I'I~I;-:\~tHI'~V.\

capacidad de la socialdt-rnocracia para utilizar recut-sus de podr-r "simi


lares" en estos tres paises fue sornctida a dist.intns J'estrjcl'ion(~:-.. Lu S08
cialdemocracia escundinava se beneficiuba do una derc-chu cronica
mente dividida, pero no ocurria asi con In socialdemocrncia aust riaca
(Esping-Anderson y Korpi, 1984; Castles, 19781. ;,Quizas esto produzca
unas diferencias decisivas en el Est.ado del bienestar?
iC6mo formular, entonces, proposiciones teoricarnente satisfacto
rias sobre las causas de las va riaciones del Estado del hieru-stnr? La
tarea' debe empezar con un nuevo examen sobre ia manera de formu
lar nuestras prcguntas. Cuando forrnulamos una hipotcsi snhre cl
impacto de la movilizacion de la clase obrcrn, en primer' lugar debe
mos identificar las caracter-isticas del Eslado del bicnestar que ten
gan alguna relacion identificable con los intereses y las demandas de
la clase obrera, Bajo este aspecto, los niveles del gasto social son epi
fenomenicos, puesto que los trabajadores prohahlc-mento nuncn pedi
rian nuis gusto como tal, Es ncccsario l:lfllhit;n c-spccificar mus dcta
lladamcnte como un nivel 0.<,1(10 del poder de 1<1 clasc obrora PS proba
ble que produzca resultados poln.ico-sociulr-s re-lcva ntus. Nntural
mente, esto debe incluir consideruciones accrca del s istr-ma parlu
menta rio, de las divisiones dentro de los movirnientos obrcros .y de lu
relacion existente entre diversas fuerzas politicas en la sociedad. Si
queremos hacer buena sociologia, es necesario que consideremos el
poder como un tipo de relaci6n, no como tina l'osa.
LA ~O('IALD~:~()CI{ATIZACI()NnEL CAI'ITAI.I~M()

La teona de la moviliznci6n de la clas(' obrel'a debe empczar, por


eonsiguiente, con una especificaci6n de los ohjetivos. en concreto, para
euyo logro a traves de la lut:ha descan 0 pueden movilizarsp los traba
jadorf's. Pm;teriormente. se d('he proporcionar una evidt'IWi<l de que
exisle un lipo de relacion entre el pod"r de In clase trabajadorn y 10"
resultados en terminos de Estado del bienestar que corre..sponden a
tales deseos identifICables,
En este tipo de cometido nos f'ncontramos inmediatamente con
una paradoja: los primeros pasos hacia el Estado del bienestal' fueron
dados casi siempre pOl' las antiguas clases dirigentes, fueran aut6cra
tas conservadores 0 liberales burgueses, las cuales deberian ser consi
deradas como los verdaderos arquileclo" d" los fundamentos del
Estado del bieneslar moderno,
La mayoria de los hi.storiadores nos diran que los ref<Hmadores
conservadores estaban motivados pOl' unas inquietudes que estaban

!(l;-;I~~I':"tl.'\ll(hIWI

~.";I'\I)()I)).i

1:11\1:'1"\1,

I' :;

hastantr: ulcjndas de lns dcma ndas de los trubajadores. Bi smurck con


sidero ul ."'o.!lOl,'''{aal como una recr-tu (Olltr" (1 s(J(:iaJi.""imo.Y como un
medio dv galla,. nue-vas Jt'altadt,s dl,1 prok-uniudn pnrn la nu toc-rucin

guiilcrmina (1{imlinger, Hl71l. Gonc-rulnu-nro lns c!<.lses obrcrus ClH1:;


tituian los objetos mag que los sujetos de una prirnern polrtica social;
en algunos casos, el rcfornusmo d(' las r1ases dirigentes preccdio in
cluso al nacimiento del movirnjento obrero: csto fue el caso de Suecia.
POl' lu tanto, cuando tcorizamos sobre cl p: IJW I de 1<.1 movilizacion
de la clasc ohreru. debcruos recordar que nut'stros Estados del bioncs
tar se const.ruyoron en oposicion tanto nl movi 111 it'll to ohrero como al
sociulismo, osto es cvidcnte ell l1 discno 0(' Iils primcras politicus del
hienestar social. El modelo corpora tivista d Alcrnania y Austria, pOI'
ejernplo, se proyecto para fragmentar y dividir 10 que se manifestaha
como una emergente amenazn colcctivista. Efectivamente, estes pai
ses estaban situ ados entre los primcrus del mundo en cuanto a gastos
dp bicnestar social. t.mt ante-s CO/110 despu('s dr-l nuz ismu, pcro hajo
unus condiciones enfruntndas clnrurm-nto a los sindicatos .v a la politi
CIt del partido xorinldurnocrutn.
Una confirmacion de lu teo ria de los Est.udus del hir-nextar a partir
d( la movilizacion de lu clasc obrera no pU(~d(', pOl' 10 tanto, empczar
pOl' e1 princifJio, ni fJueuc sUfJoller que los lralJajadorcs a su expresi6n
('olectiva tiencn un modelo histlJril'nmente fijo de la politiea social iue
al. i,Nos deja esto incapac(~s para una especificHl'i6n? No. porque cs
posible identificar adecuadam<'ntc las curactpristicas relevant(~:':i de la
tesis de la nlOvilizaci6n de In ChlSC obrera d('sde un l'ntt'llCiimil'nto de
la~ Ilecesidadps urgPlllps qllP ~urgt'lI dt' los Ir:l!l;ljador('s. tal1to como
inuividuOH ('(mIO cnlertividau politica.
Det-idc la per.... pectiva del individuo, est.l ebro que el status inspg-u
1'0 de los asalariados Ies conducini a exigir ~(~guriuad en los ingresos,
ayuda social .Y una mayor inllluilidad frente a fuprzas que escapan n
:;u control; e~tando cautivos dl' las fuerza:; dl'l mercado. los trabajado
rcs serian irracionalps . . i no buscaran cierto grado de "desmerruntili
zaci6n".
Sin embargo, los derechos sociales se pllPdpll garnntizar de mu
rhas maneras y es aqul dond(' debelllos cOllsidl'l'iu Lamhit'll las exi
gencias de 101 acci()n colectiva. Los trabajadores sc han organizado de
Illuchas formas y han desarroJiado una varil'dad de modelo~ de politi.
en social. La comuniuad trndicional de los gn![l\ios 0 arte:;anos 10 IlUls
probable es que de lugar a hermandadcs y esquemas de proteccion so
cial de tipo ocupacional muy rcstriclivo:;. Los movimipnto,..; ohreros
nistianos, y sobre todo los caVJlicos, natural mente se esfuerzan pOl'

146

GO:-'T.-\

E~PI:"G-A~n[HSE~

conseguir un modelo familiar en donde el eorporativismo y la Iglesia


tengan mas importancia que una arnplia solidaridad de clase. La teo
ria dominante de In movilizncicn de la clasp obrera, sin embargo, tic
ne como premisa el modele laborista. socialista 0 socialdernocrnta de
la accion coleetiva, un modcJo que estuvo lejos de ser dominante has
ta bien entrado el siglo xx.
Hay ciertos principios de politica social, aunquc pocos, qlH' son co
muncs.practicarncnte a todas las clases de movirnientos obreros. Uno
es evidentemente la desmercant.iliz acion, el alejamiento del azote del
rnercado: sin esto In accion colectiva diffcilmentc seria posible como
tal. Los trabajadores necesitan un dominio basico de rocursos para
evitar actual' como esquiroles 11 ofrecer precios mas bajos que sus com
paneros y para ser miembros efectivos y serios en una comunidad soli
daria. Los primeros organizadores de los trabajadores no necesitaron
a Karl Kautsky ni a Rosa Luxernburgo para que les dijeran que el
lumpenproletariado constituia un enorme peligro para el colcctivismo,
Un ~cg-undo principio ('H que In politica social ayuda a definir los lf
mites relevantes de la identidad colectiva, porque consti tuye un ele
mento vital para el sustento de los trabajadores. Por eso, la manera
de organizar los planes de proteccion lIega a deli near las identidades
sociales, el status de las comunidades y las solidaridades. Preeisa
mente por estas razones fue por 10 que los emergentes partidos de
mesas de la clase obrera se opusieron a los limitados planes ocupacio
nales, al corporat.ivismo, a los privilegios diferenciadores de status y,
en carnbio, se esforzaron por conseguir una seguridad social amplia,
igualitaria y universalista.
Por 10 tanto, es erroneo suponer que los obreros 0 los movimie ntos
de la clase obrera llegaran de forma natural 0 inevitable a un modelo
mnnifiesto dol Estado de hienestar. NOH sumimos en un mundo de fa
lacias :-Ii definimos quo nuestro actor n-levnnto ('~ (I hi on "lu clase
obrera" rcomo haee Therborn, 1978) 0 "la movilizaei6n de la clase
obrera" (como haec casi todo el mundo),
E" BU lugar, una teoria viable de "la movilizucion de la clase obre
ra" dcb(' definir a su actor en tt'rminos dp un tipo e!"pecinl d(' forma
cion de clase politica. De esta forma, nuestra tart'rl analitica ('~ m:.is
manejable debido a la clara convergencia haria los movimiento~ de
masas de asalariados que caracleriza la etapa de Ja postguerra. Bien
sea bajo la insignia de la soeialdemoeraeia, del eomunismo 0 del labo
rismo, casi todos los movimientos obreros parlamentarios convergen
respecto a sus principios de politica social y a sus disenos para las re
formas del Estado del bienestar.

LO~ THE::' )Ic,no:-, DEL E:'T.-\Ill,) DEL llIr:\E:-;T:\1\

147

Esencialmente, la convergeucia se produce- en torno a 10 que Be po


dia lIamar el modelo socialdernocrata. En In practica, cualquier parti
do de izquierdas que conternple h, llegada al podcr por medic de rna
yorias pa rlarnent ar-ias, dificilmente puede ovitnr cmbarcarse en 10
que antes homos identificado como cl modelo de regimen socialdemo
crata, EI ideal de una solidaridad y un universalismo definidos nacio
nalmente es quiz.is el ejomplo 'tn,;s claro, En ronlidad, el poder de los
partidos de izquierda depende de su capacidad para erradiear la dife
rencia de status y los dualisrnos que surgen cuando grandes grupos se
adhieren a Ia provision del mercado y para minimizar la estigmatiza
cion del grupo. EI Estado del bienestar universalista, del plene em
pleo, como los de Escandinavia, en la practica se ha transforrnado in
ternacionalrnente en el referente de los partidos de los trabajadores.
Ya sabemos que diversas fuerzas historicas han desernperiado una
parte decisiva en la formaci on de los Estados del bienestar; casi con
certeza es por esto por 10 que difieren, uunquo St' ngrupen como 10 ha
cen. La clave de In cxplirncion de del regimen curopco continental es,
desde luego, el poder extraordinario de la Iglesia, de la aristoeraeia y
de un Estado autoritario durante el primer capitalismo europeo; por
el contra rio, la debilidad del absolutismo y el dominio de la burguesia
inspirada en ellaissez-faire en los parses anglosajones tienen mucho
que vel' con eJ regimen "liberal". En ambos cusos la politica social
nunca fue neutral, sino que formaba parte de una carnpa na mas am
plia para debilitar 0 absorber el impulso socialista y para asegurar
una institucionalizacion duradera de unos principios de organizacion
social polilieamente preferibles.
Teniendo esto presente es justifieable el examinar la tesis de la
movilizacion de la clase obrera en terrninos de un proceso de socialde
mocratizacion del Estado del bienc-star. Nos refcrimos a la capacidnd
de sustituir las caracterrsticas dominantcs de un regimen, bien con
servador 0 hien liberal, por un Estado del bienestar am plio, universa
lista, "desmercantilizador" y de pleno ernpleo.
Expresado de esta manera, eata justificado un cierto grado de ana
lisis lineal, l)('ro 8610 hasta cierto pun to. EsL.i claro que las variat'io
nCB internacionales en el desarrollo del Estado del biencstar no sp
pueden atribuir soJamente n los distintos nivp!ps del poder d(' movili
zucion, sino que deben ser comprendidas <'11 tt'rminos de la estruetu
raeion del poder. Dentro del eontexto del parlamentarismo moderno,
csto implica dos condiciones en particular: los modelos de formacion
de coaliciones poJiticas y la estructuraci6n de los movimientos obre
ros, especial mente el tipo de relacion existente entre sindicatos y

, 18

{;\.)~T.-\ E~I'I~(;- ..\:'\DE/{S~:":

]n.-:.T1UY\W\'lll\:-;j,;,'j

. .irtidos. Debtmos estar atenios subre todo a las formas en que la rno
"lizaci6n Lasada en la denominacion politica hn filtrado lu s dcman
r1as de la clase trabajadora ell la politica y la forma en que 1m; parti
...US catolicos y cristianos han influido en In posicion de los part.idos
.cialistas y obreros. Ell purses como Holandn, Itu lia , Alemania y
llelgica, los partidos cr-istiunodemocratas de la utupu de la postguerra
alcanzaron precrninencia , en parte. por till exito plectoral entre los
ahajadores; al ser capaces de gobernar a largo plazo tumbien han si
. ) decisivos en la interpretacion de las necesidades de politica social
rte Los trabajadores,
\ MEDIC]ON llE LA INFLUENCIA DEL POllER

Dado que el poder proporciona una variedad de expresiones y resi


~ en todos los niveles de la suciedud. debemos ch-g'ir entre una di

u-aidu d de perspectivas. Podernus, pur cjcmplo, identificur cl pa


riarcado tanto PH lu l~lI11ilia .Y on 1<1 cmprcsa nu-rcnnt.il como en c l
.....stado 0 podernos seguir la indicucion de lu bibliogrufur del "nr-ocor
iratisrno' y ver el maximo nivl de intermedincion orgunizadn de in
f<~reses como la forma clave de In articulacion del podcr. Sin embargo,
llU parece que sea opt.imo ni 10 uno ni 10 otro, si nuestro principal in
res es e] sistema de bienestar social. Las organizaciones de presion
las burocradas pueden tener una gran influencia en la t'onfigura
r-ion de la poUtica soci(\l; con todo, es el poder pnrlamentario y el eje
... utivo 10que constituye el centro de Hnalisis m.is ohvio. dirccto y visi
I.e y es en este nivel dp articulacioll del poder en cl que nos vamos a
l

~'mtrar.

Nuestro estudio se Iimita a las 18 dcmocracias capitali:-:;tas e in


..lstriuliz.uius nl,t,s dpsnrrolhHias. Nl'cpsitalllos as('gul'arnoH dp (Iue
~tamus e~tudlulldo sistemas politico~, CCOIlOllllas y pstructu ''us socia
tes que son com parables. Por consiguiente, tratamos no una muestra,
. . Ino un universo de pai::;es comparables, ,de modo que no se puede ge
~ralizar ninguna conclusion fuera de este grupo bastante unico de
"conomias politicas.
Los modelos que CX<:1minamo.s pre::;ent~rall medidas que ticllen al
..in alcance en las diferellcias de estructuraci6n. En primer lugar,
uestra variable de la movilizacion de la clasc obrera consiste l'n ulla
media ponderada del reparto de escanos leg;slativos y de cartcras mi
.u:3teriales de los partido::; de izquierdasllaboristas, para los pcriodos
" 1918-33, 1918-49, 0 1949-80. Designamos a 1a variable "!{eparto
'-'onderado de carteras" (RPC). Como indican muchos e::;tudios, los sin
8

~'''['\]l(l]lFl nll:\l""\I~

11 (I

dicatos pueden tarnbien influir <en la politica. PPI'O nqui han sido orni
tidos en g-ran parte, en prime-r lugar. porque 1<1 Iucrxa de 10:-1 <indica
tos es sustituible empiricarnent c pur In fuerzn del partid t la corrcln
cion es O.R16l y, en segundo lugar, pOr411l' nue-st r cr-nt ro do nn.i lisis
n-ul esta en pi parlanH'l1tarismo.
Muchos estudios presentan forrnas dudosns de rnedir el poder: pnr
ejernplo, es corriente medir lu fuerza do los purtidos en rolnciou ;11 rc
parto de votos; peru esto es discutiblc, puesto quo Ins reglas clectoru
les rnuchas veces no asignun los escunos de forma proporcionnl a los
votos. La misrno ocurre con los estudios que rniden e! pader de los
partidos durante periodos de tiempo breves, algo que se ex pone al
efecto "Blum": un partido de izquierdas Jlega al poder solo para ser
derrotado unos cuantos anos mas tarde, teniendo poca 0 ninguna in
fluencia duradora.
l ntroducirnos tarnhicn variab/(s que rcflcjnn ('I pupcl de lu rnovili
zacion catolica y cristinnodomocrata. En cuanlo a los analisis corres
pondientes a los aflos ilnl('ril)1"pS a ]!)!>(), nll!'slr;1 nu-dida (~S simple
mente el porcentaje de catrilicos en un pais. Husta mas tarde no sur
gi6 el fenorneno de los partidos de masns crixti.modernocratas. pero 1(1
especificacion doponde dol supucsto d que, dnude ('I eatolicismo es
fuerte, los ideales dominantes de justicia social probablernonte Sf' con
tcmplan con la vision del mundo que ticne 1<1 Igll'si:1 -en erecto, In
variable intenta captar In presencia general de las oortrinas cat61ieas
en la polftica socinl. P:Ull 1m; an.ilisis dt' In et.a".. ('llnlt'mporanP;l llsa
mos la propnl'cion de e.'icanos Icgislativos detl'llt;I({OS po,. los pal'tidos
catolicos durant" "I periodo d" I946-RO. En I"l'alidad. no hay mucha
diferencia al ('Il'gir uno II otro: 1;1 corn'I;)('icIll dC' orden cpro (~nl n' In
primera medida y la se/-:unda es II.H4H,
Es evid('lltp quP nt'eesitnJllos idpntificar ('I illlp:H'to hisll'lt'ico clt1
ncoabsoluti':illlo y del c~tatismo autoritario. Para c()nden~ar la com
pJejidad de tales experiencias hiHtoricas en aIgo que sea razonable
mente mensurable, hemos identificado dos rasgos basicos: 1) la fuerza
y la duracion del dominio absolutista; 2) las d('moras ('n el estableci
miento de In oPIllocr<lcia politic(1 ph'na. Nm'."tr:l nH'nida d(' 10 ant('rio!'
proviene de la clasificacion de Rokkan (1970, (,"p. :\1, y c1" como reslIl
tado tres grupos: 1) fuerte y duradero. 2) 'lhso!utismo dt'hi! .Y :{l no
hay absolutismo, Las puntuaciones que se dan ('on esta clasificaci()n
han sido ponderndas a su vez por el ano en el qut' rup institucionaliza
do el ~ufragio universal pleno (parn hombrps y TlIujPf'('sl.
En cada modelo controlamos las dos causas tc6ricas del desarrollo
del Estado del bienestar que no esten basada.< ('n el poder, y que sean

1St)

l;\'~L\ E~Pt~C-.\~LJFH~FS

mas influyentes y convincentes. La primera e~ el desnrrollo econorni


co, que He pucde argumcntar que tiene un cfecto, hien purque n i la ta
sa del crccirniento econ6mico perruite In l"cdistrihuci6n de los n-cursos
o h) el nive! del progreso econornico resume la maduraci6n industrial
y la modernizacilin social globales. En cl primer caso, nuestra medida
es la tasa media anual del crecimiento real del Pill, 196U-HU (periodo
en el que los Estados del bienestar social modernos crccieron y madu
raron realmente l: en el ultimo caso, uucstra mcdida es el PIB per ca
pita. En segundo lugar, incluimos el porcentaje de personas mayores
(de mas de 65 afios) en la poblacion como la variable demografica re
lacionada mas obviamente con la politica social (generalmene las pen
siones representan una parte principal de las transferencias sociales).
EI desarrollo economico y la presion dernografica general mente
fueron identificadas como las explicaciones principales de las causas
del Estado del bicnestur en los cstudios de la "primera geIlt'raci6n"
(Cutright, 1965; Wilensky, 1975; 1987). Adernas, Wilensky (1975;
1987) defiende una teoria del incremento de la hurocracia que presu
pone que, una vez instalada una burocracia, tendra interes y poder
para promocionar su propia arnpliacion. En realidad, los aconteci
mientos deci!'ivos en la historia de la politica social han sido atribui
dos directamente a las acci.. .l''; do las burocracius del Estado del bie
nestar (Derthick, 1979; Skocpol, 1987; Weir, OrlotT y Skoepol, 1988).
En un estudio cuantitativo y comparativo como el prcsente, la in
fluencia de la burocracia es muy dificil de identificar de una forma
mensurable -cl razonamiento prescntado, en la mayoria de los ca
sas, est.a muy ligado a la intervencion critica de las personalidades
historicas claves. Ademas, si 10 que va a SCI' explicado se refiere a to
dos los Estados del bienestar, es dificil construir una variable buro
cracia con significado, dado que algunos programas sociales aparecen
durante periodas de ticmpo bastante arnplios. En los unrilisis que si
guen a conti nuacion identificaremos el efecto de la hurocracia sola
mente en las pensiones; de esta forma, la burocracia es reconocible co
mo potencial mente influyente de una forma mas inmediata.
LA M~;[)lCl(jN DE LOS I(E(;lM~:NES DE ESTAD() DEL Im;N~;STAI(

Seria obvio decir ahora que el presentc estudio concede solo una
validez limitada a las medidas de los gastos totalcs en In invm.:;tiga
cion sobre el Estado del bienestar. Hemos argumentado a favor de los
rasgos estructurales e institucionales y es en cstos en los que se cen
trani nuestro analisis. Las siguientes comprobaciones de las caUS8S

LP~

"I'm:;.; :'I!l':-';ll\):, DEl. r.:'T..\II() lll-'l hll V"I".\[{

151

del progreso del Estado de hicnestar se desarrollnn en cuatro fases


distintas, En primer lugar, prosentarnos unn serio limitada do anali
sis de las medidus glohuk-s <1t1 Est.ado dr-l bu-ncstnr: los gastos rip ln
seguridad social como un porcentaje del PlB (durante 1933, 195U y
Hl77) y ol total de los r;astos de pensiones del sect.o r privado y publico.
En estos dos casos, es muy probable que aparczcu In importancia cau
sal de las variables demogrrificas y economicus.
En la segunda fase unahticn , nuest.ru utencion se centra en las
pensiones, sobre todo en la estructuraci6n de la provision de las pen
siones. La decision de centrarnos especialmente en las pensiones, se
basa por una parte, en el hecho de que constituyen, con mucho, el
elemento mas importante de las actividades del Estado del bienestar
y, por otra parte, en el deseo de pasar desde un nivel altamente agre
gado y abstracto de la especifiacion del Estado del bienestar a un ni
vel en el que sc pueden idcntificar rnojor Ins caracteristicus institu
cion ales. En cuanto a las pcnsiones, nucstros anal isis distinguiran
entre 10 que nosotros argumentamos que constituyerr las diferencias
criticas entre los diferentes regimenes. Por 10 tanto, exarninaremos el
grado de corporativismo del programa (ruimero de planes de jubila
cion individuales que estrin definidos por el status), la tendencia es
tatista (gastos de pensiones de funcionurios como porce ntaje del
PIB), la irnportancia relntiva de las pensiom-s dcl sector privado (g-as
tos de pension invidual y ocupacional como porcent.aje del gasto total
de pensiones) y 10 que puede llamarse la tendencia de la seguridad
social (la proporcion del gusto total de penxioncs que no son ni priva
das ni de funcionarios l.
En la tcrcera fase, examinaremos los rasgos generales, estructura
les e institucionales de los Estados del hieru-st.ir , de nuevo con la in
tenci6n de aislar las caracteristicas claves de los regirnenes conserva
dores, Iibcrak-s y socialistas dr-l Estado del bir-nestar. Nos centrare
mos aqui en las siguientes variables: el significado rclativo de los obje
tivos y las comprobaciones de medios de vida, es decir, el residualismo
del Estado del bierrestar (gasto en asistencia social con comprobaci6n
de mcdios de vida como porcentaje del total d(' las transferencias so
ciales), In desigualdad en las estl'ucturas dPi :-,uhsidio, 11.1 desmercanti
Iizacion (todo tal eomo se ha medido en los capitulos 2 y 3) Y eI papel
del Estado del bienestar para garantizar el pleno empleo (media ajus
tada del desempleo, 196U-HU, y crecimiento del desempleo en cl st'etor
publico, 1970-HO).
Por ultimo, en la cuarta etapa volveremos a la explicacion de los
regimenes detEstado del bienestar identifieados en el capitulo 3, es

152

l:\\";~\ ~ ....:-'!\.;-\\l\:-~>~'\

decir. los tres modelos principale- de r:sLad()s del bienextnr como sis
temas de cstratificacion social.
DISE;';O ~IEnJI)()J,()(;I('O

La mayoria de las tcorms sobre los Esrados del bienest.ar plantcan


razonarnientos dinarnicos e historicos, pero casi siempro se coutrns
tan simplernente con datos tru nsvei-snl es. En esto rudicn cl mayor
obstaculo para proporcionar una confirrnacion crnpirica adccuada. EI
uso de disenos transversales para proponer hipotcsis diruirnicas pre
supone hipotesis fuertementc cornpromet idns. Hasirnmonte. se s nsti
tuyen diforencias entre los paises en cualquior memento en cl tir-rnpo
pOI' dife ronc'ins n 10 largo de-l tinmpo. Para il u....l rnr cstc- punt.o, succdo
en los ostudios romp.u-at ivos quo Suecia pu nt uu 10 nuis ok-vndo on
cualquir-r nt.rihu to dol I':stado til'l hicm-stur (gasl.os. iuunkind , gPIH'ro
sidad, vtc.L Cuundo hncomos invcstijmcion t.rnnsvcrsnl. ('st:l[llOS usu
miendo impltc.tnmeutc qUI' ot ros patsos ~l' m-orcnrfnn a los niveles
suecos si tuvior.m proportionalmentt- Ill:i:-- nu-ibutos c;l\Isalps que
aquellos con los que nfortunadumcnto ('s1<i dotadn Succiu (xoeinlde
ruocracia, sindicatos lur-rtc-s. m-ocorporut.ismo. dosnr-rollo ccondmico ()
gente rnayorr.
Dado que un pais como Sueriu siompre sen! un lider del hicncstar
social en cualquicr estudio sobre pi irnpucto dol poder, los disc-nos
transversales son especinlrncnte propcnsos a la lulucia del suococcn
trismo I) "socinldemocrntisrno'' idcntificado por Shuiov (lmt~l. Un cs
tudio transvc-rsul cont raru SlI :lIt'llcitill PH la variilllza pxplirilda pOl'
cualquier variable causal dada (como pi poder). Aunque ocurrc a I1W
nudo que las teorfas S(~ f'lIrrnulan de tal manpra qUll ('S eI grado de
asociacion (el coeficiente B pendiente de \<1 regresi(in I 10 que con.sti
tuye el dato estadistil'o de interes: pOl' ejemplo. qucremos snlwr en
que medidH pI incremento del poder de los partidos de izqllierdas pro
duce un aumento de la igualdad social.
Debido a In escaRez de datos, los estudios adecuados de serie~ tem
pOl"ales ~on pocos Y Hparecen distanciados. Y ~i elt'gimos pstudinr las
pocas variables para las qU<' pXlstpn sprips Imgas. IllUrhHS V('('('S CHe
mos en el prohlema de una fuerte autoconeJa<'i6n -Ia m~;or explica
cion del gnsto de un ano e:-; (,1 del ano anterior. Sin emhargo, en hase;)
algunos estudios basados en ~eries temporalps quI' ('st,ln disponiblcH
actualmente, sabemos que much os supucstos de los estudio.s trans
versales deben ser revisados. Griflin, O'Connell y McCammon (1989)
muestran, pOI' ejemplo. que In cOlTPlaci(ln ('ntre cl control social demo-

UJ:, fH.El" m'\llll:, PEL E:'T.\Dp (JEL Bll- \r.'r\)\

153

crata y el dcspmpleo es ~O.544 en un cort o transversal. pero solo un


insignificante -0.1.10 en una serie temporal.
En este estudio est.amos condenados a confin r principulrncntc PH
los analisis trunsversales, Para cuxi todus IlUl'str<lS variables 0 bien
es irnposible construir series ternporales adecuadas, 0 los datos estan
sesgados tan fuertemente que la identificacion estadistica se haee im
posible. En otras palabras, las conclusionss de naturaleza dinarnica
tend ran que ser considerablemente cautas.
EL ESTADO DEI. B1ENESTAR EN CONJUNTo

EI salario social
Como hernos indicado, el gasto de la seguridad social como un por
centaje del 1'111 hn sido el indicudor dc' ln di nn-naidn del stado del
bienestar usa do con mas frecuencia. Heneja de una forma poco elabo
rada el salario social total, es dtv-ir, la parte do los recursos de un pais
que se distribuye de acuerdo ton unos eriterios ....ocialcs y no est.ricta
mente de mercado. Siguiendo 10 eseneial de nuestro razonamiento, no
hay razon para creer que los cnmprom isos de gasto como talos deberi
an estar relacionados con el poder de los partido de izquierdas. Un
salario social ampJio podrfa suruir ig ualruen te con regimenes nutori
tarios 0 con eI catolicisrno. De hecho, si la movilizucion de Ins fuerzas
de la izquierda influys en los gastos sociales, eso se produjo en una
etapa relativamente tardfa en cl desarrollo de los EstadoH dp} bienps
tar. La participaei6n de la izquierda en gabinetes ministeriales. y no
digamos la asunclon del poder en solitario, fup maq...rinal y e:--poradil:tl
antes de Ia epOCH de la postguerra.
EI tamaflO de los Estados del bienestar contemponineos no se
puede predecir a partir de su dimension antes dp la Segunda Guerra
Mundial. En efecto, Ia correlacion de orden eero entre los gastos so
ciales (como un porcentaje del PIB) durante 1933 y 1977 es lIegativa
(-0.120); sin embargo, durante 1950 y 1977 la relacion existenle es
eonsiderablenH'nte m,l~ fuerte (0.617). Si el tama!w de los Estildo:-;
del bienestar de anos pasados fucra un ruertl' predictor del tamano
de los de hoy, evidentemente quedaria poco por explicar aparte de 10
que en su momento causara HU variaci6n. Sin ('01bargo, illgo ha ocu
rrido entre la decHda de los anos 1930 y IH actualidad que ha altera
do esencialmente la distribucion de los paises por 10 que se reflere a
los gastos sociales.

154

(a)STA

ES\'I:\'(;-A!\l)Ef{SF~

EI heeho de que el salario social haya aumentado en todos los pai


ses no es muy sorprendente; nuestra preocupacion es explicar que cs
10 que ha ocurrido pura que He hayan producido las diferr-ncins COIl~
ternporaneas entre los purses. Hoy en diu los Estndos del bienestur di
fieren mas en relaci6n a su tamano de 10 que 10 hicieron antcriormen
te, por eso la desviacion tipica de la media ha crecido del ~.7 en 19:3:;
(con una media = 4.6 por eien del PIB) y el ~.6 en 1950 (con una me
dia = 7.2 por ciento), al 6.0 (con una media = 18.3 por ciento del PIB)
en 1977.
Si desagregamos el panorama historico, vernos rnejor por que las
clasificaciones actuales de los paises tienen poca correspondencia con
la situacion anterior. En 1933 los lideres del salario social eran Ale
mania, Gran Bretana y Austria; los rezagados eran Finlandia, Holan
da e Italia, que hoy estan entre los lideres. Y Estados Unidos se clasi
ficaba en el medic, a pesar de no haber implantado por entonces prac
ticamente ninguna legislacion sabre seguridad social. La clasificacion
de los unos 30 refleja una comhinacion de prograrnas sociales casi
eomplet.amente diferente de la que existe hoy. Predominubu la ayuda
a los pobres con cornprobacion de medius, los subsidies para furrciona
rios y, sobre todo en Estndos Unidos. las pensiones para excombatien
tes con un toque de proteccionisrno. Peru antes de que vol vamos a las
diferencias estructuraJes de los Estados del bieneatar, varnos a exa
minar la validcz de algunas explicacioncs importnntes sohre ul sala
rio social.
En la tabla 5.1 presentarnos los resultados de la regresion bivaria
ble del impacto de las variables econoruicus, dcrnograficas y pnliticas
sobre el salario social (gastos de seguridad social ~GSS- como un
porcentaje del PIB) para los afios 1933, 19;'0 Y 1977.
Quizas, el result.ado mas importante que se desprende de I" tabla
5.1 es que ninguna de las variables explicntivas cs iruportante hasta
que llegamos a la etapa de la postguerra. Durante 19:;:3 y 1\)50, la
mayoria de las variables que normal mente se consideran influyentes
en el desarrollo del Estado de bienestar son irrelevantes. Por supues
to, era de esperar la falta del efecto del poder de la izquierda (!{PC1,
peru la ausencia de un efecto del catulicismo y del absolutismo en
1933 y de nuevo en 1950 contradice nuestras expectativus. Como he
rnos comentado anter-ior-mente, en buena medida se debe atribuir a
estas dos fuerzas historicas el primer establecirniento de los planes
del Estado del bienestar.
Hay dos variables importantes que surgen al conside rar la dist.in
ta distribucicn del gasto del bienestar social: una es el porcentaje de

LOS T1U::-; ~Il':'\![)ll~

uu. E:-'t:\[)U

DEL IIIr:W~T.\1i

1;15

TARLA [i. I Af1:ilisis transversal IOLSI del >;ala!"w . . ocin! e-n 193:1. jq!io y
1977

II

Variubledependionu
aSs/PIB (19331
PIB per capita (1933>
7(, personas mayures (1933)

IU'

0.078
0.178

RPC 11918-831
0.287
Partido catolico
0.122
Absolut.ismo
0.070
Variable dependiente
GSS/PIB (1950)
PIB per capita (1950)
-0.106
(!r personas rnayorns (19!)01 O.61:J

O.H92

O.:3:lb

9.b1

(3.10)"

RPC, 1928-491
O.~51
Purf.ido catohco
O.~ti:L
I\bsoluti.'if11O
0289
Variable dcpcndient.e
aSs/Pill (19771
PlH per capita (1977)
0.088
If( personas mayores 0977 I fl. 7'27

HPC IIH[iO-76l
Partido catclico (1946- 760
Absolutismo

O.[j[iH
0.251
0.270

l.H:!:l
(,1 ~:l)

O,49H

17.89

fJ.~:llj

0.2b8

72:1

R cundrndo ujustado.
b Coeficu-nto t. entre purentesis.
~'IJ~,Nn, (lnl"~,, dr- d"l,,~

d,' SSIIl

personas mayo res en la poblacion (~Yr, de personas mayores) que es sig


nificativo tanto en 1950 como en 1977; la otrn es la movilizaci6n del
poder de la izquierda (RPCI, que lIega user importunte en 1977.
En otras palabras, las fuerzas pohticas inf1uyen en los cornprorni
sos de gastos solo en la etapa de la postguerra; esto es ta mbien 10
que cabria esperar, Solo despues de la Segundo Guerra Mundial fue
cuando todos los parses estableeieron la democraeia plena y cuando
los partidos socialistas y de la clase obrera tuvieron una verdadera
posibilidad de detentar, 0 al rnenos com partir, el poder gubernamen

156

t,"STA ESI'Ir>:(;-ANI)EltS!':r\

tal. Es evidente que las xplicaciones sabre "el crecimiento econorni


co" no son adecuadas; el PIB no explica en niugun ano el rcsultado
del gasto social, pero la fuerza de la variable porcentaje de personas
mayores sugiere que una teorta funcionalista-demograficu ticue cier
ta validez.
Durante 1950 y 1977, la variable porcentaje de personas rnuyores
es la mas fuerte, explicando respectivarnente el 34 y el 50 por ciento
de la varianza de los gastos sociales. Durante 1977 la variable repar
to pcnderado de carteras explica cerca del 27 por ciento de la varian
ZB. Por 10 tanto, durante la etapa de In postguerra nos enfrentamos a
Ia clasica yuxtaposicion de una teoria basada en el poder y una teorta
funcionalista-dernografica. Para hacer una cstirnacion de su fuerza
relativa, las dos variables se han introducido simultaneumente en un
modelo simple multivar-iuhle OLS:
CSS.,PIR (19771 = -~.H{-jO C + O.O:-)H
(t.'UA~1

}{!'('

It=O.:I~1

+ 1.;,96',

Ill'r:-;ona~ runyoros (H'2=flA771

lL=:l.721

Cuando se controla [a variable pohlucion de personas rnayoros, el


poder do la ivquierdn pierde su fucrza explicativa: la estructura de
mografica, como rnuestran tarnbien Wilensky (1975) y Pampel y Wi
lliamson (1985), es la explicacion mas poderosa de las variaciones del
gasto social entre los parses.
E!:ltc es un resultado que es bastante consistente can el argumento
propuesto en este libra: no hay ningun argumento tcoricarnente con
vincente de par que los niveles del gasto social como tales deberian
re/lejar las aspiraciones de los trabajadores y los logros de los parti
dos obreros. La ausencia de un efecto "catolico" 0 "absolutista" es mas
sorprendente, sabre todo para los prirneros unos. Por supucsto que
despues de la Segunda Guerra Mundial tanto las fuerzas socialdemo
cratas como las cristianodernocratas ampliaron a! mismo tiempo eJ
gasto del bienestar social -qUiZ3 los socialistas 10 hicieron un poco
mas- y s610 esto puede explicar la ausencia de un efecto indepon
diente del "catolicismo" despues de 1950. Pero en 1933 .v de nuevo en
1950 los efectos del catolicismo y del absolut.isrno deh,'rian haher
aparecido mas claramente. Si esto contradice nuestras expectativas,
no anula nuestro argumento. El problema crucial no son los gastos
totales, sino la estructuraci6n del Estado del bienestar. Cuando vaya
mas a los amilisis de las diferencias estructurales es cuando se podra
comprobar real mente nuestro argumento referente a las fuerzas poli
ticas.

LOl'i TltL'i"

~1l':\lh):-:

tlEl

E~T:\il()

1l1-'l.1;[F\T:'l'\li

Vi7

Pensiones
Hay muchas ruzones por las que deberiumr, decidirnos a dasngro
g:ar el salario social en sus partes cnmponuntr-x Hay algunos compo
nentes en el conjunto de las medidas del Estadu del bienestar que son
mas decisivos que otros para el bienestar social de la clase obrera, y
los factores demograficos (como e! envejecimientol no estan relaciuna
dos par igual can todos los programas sociales. Se comprueba mejur el
impacto relativo del poder y de las variables dernograficas y econorni
cas centrandose estrictamente en las pcnsiones,
Myles (l984a) y Pampel y Williamson (198;') representan hasta
ahara los enfoques mas sofisticados en esta linea. Las fonnas en que
los dos trabajos miden las pensiones, dificren considerablemente.
Myles se centra principal mente en las cualidados de los planes dejubi
lacion y encucntra que In variable poder de la izquierda ofrece una ex
plic acio n decisiva de las dif'erencias entre naciones. Pampel y
Williamson se conccntran en 10..., gastos en pcnsiouos y encucntran que
la estructura demografica eli la explicacion mris poderusa (las personas
mayores constituyen un potcnte hloquo ('!('t:tond 1. Sin crubargo, esta
clase de enfoque esta sesgada imphcitarnenu-. Tomar solo los gustos
del Estado del bienestar en pensiones, como hacen Parnpel y William
son, significa que se esta estudiando unicamente una parte de todo el
universo de las pensiones ---el sector publico. Implicitamente, esto sig
nifica que se esta estudiando la estructuraciun dt' las pensiones.
Parece obvio que un test adecuado del impacto del envejecimiento
de la poblacion, debe incluir todo tipo de gastos de pcnxiones. publicas
y privadas. De esta manera no nos referimos a In cstructuracion, sino
a la asignacion de los recursos macrncconrimicos. Y de esta forma rna
ximizamos la probabilidad de que fuerzas econornicas y dernograficas
sobredeterminen las variables politicas. En resumen, es mas probable
que lIeguemos a un razonamiento de convergencia, si estudiamos el
gasto en pensiones en relacion a los gastos del sector tanto privadu
como publico. Por el contrario. scria mas prohahle descuhrir una in
fluencia significativa de las variables pohtic.rs si estudiamos las dife
rencias estructurales en los convenios de pensiones.
La tabla 5.2 resume nuestros resultados con respectu al gasto total
en pensiones. La variable dependiente incluye el gasto en cuatro tipos
de programas: planes privados individuales, pensiones colectivas oeu
pacionales. pensiones de funcionarios y pensiones de Ia scguridad so
cial. Para esta variable solo tenemos datos de 19RO.

158

G\l~TA

r------

-----

l-:.sP1NG.o\...\ltll-:H,Sr::-.:

-- ------

LlJ:' T}{~:~

..- - - - - - - - . _ " . _ - - _ . _ - - - - - - -

J{:.!"

t'

0.052
-<)557

-<).23
1-2.69)"

0.267

7.21

mayores ( 1980)

0.791

0.602

26.69

RPC (194676)

0.423

5.170
15.17l
0.072
(1.87\

0128

3.49

Partido cntolico
Absolutiemo

0.329
0.217

lh

personae

H cuadrado ajustado.
.' coeficiemc t entre purentesis.

F\ I NT~ .rd'II\,.' de

IL-....

d,..t,,~

lid -"SIB

n!f\T~T:\H

159

1980 es mas probable que sea grande wando el erecimiento economi.


co haya sido flojo. i,C6mo podemos interpretar mejor este resultado
aparentemente parad6jico?
En primer lugar, debemos tener presente que el gasto en pensio
nes esta calculado en relacion al PIB. POI' 10 tanto, si el PIB crece len
tamente y el porcentaje de las personas mayores aumenta rapida
mente al mismo tiempo, 10 mas-probable es que las pensiones aumen
ten mas deprisa que el PIB. Dicho de otra forma, las presiones demo
grMicas persisten independientemente de las condiciones economicas.
Esta hip6tesis esta tratada en cl siguiente modelo OLS:

-PIB per capita (1980)


Crecimiento
1lcl PIB 1960-80

nu. r.:'TAI)l,) Dr:l.

.OJ

TABLA 5.2 Ana,hsia transversal (OLS) del gasto total de penaiones pu


blicas y pri vadas (como ~ del PIB), 1980

Vllnoble independtente

~ll':-';\)l)~

Total de pensioncs = 1.580C + 0.679 (% personas mayoreal - 0.010 (crecimiento del PIBl
It = 0.61)
It = 4.14\
tt = -1.58)

-~-~

Como hernos anticipado, el envejecimiento de la poblaci6n es la


fuerza impulsora que hay detras del gasto total en pensiones, un re
sultado que apareceria como bastante logico, wando no casi tautologi
co. Sin embargo, la dificultad surge cuando tratamos de interpretar el
significado de la proporci6n de las personas mayores. Puede ser anali
zado en terminos de una teoria funcionalista, segun la cual las necesi
dades se satisfacen cuando surgen 0, alternativamente, en terrninos
de las presiones politicas que los votantes de edad avanzada ejercen
sabre el sistema politico.
La interpretacion funcionalista seria mas plausible si a) las varia
bles politicas fueran completamente irrelevantes, y b) las variables
econ6micas fueran causalmente importantes. En cuanto a 10 primero,
la tabla 5.2 indica que ninguna de nuestras variables sobre poder po
litico intluye de forma significative en el gasto en pensiones. En cuan
to a 10 ultimo, descubrirnos sorprendentemente que el nivel econ6mico
(PIB per capita! es completamente insignificante, mientras que la ta
sa de crecimiento econ6mico de la postguerra esta relacionada con el
gasto en pensiones de una forma significativa pero negativamente.
Esto significa que el tarnano del total del gasto en pensiones para

Este modclo explica eJ 64 pOI' ciento de la varianza (F = 15.84) y,


puesto que el crecimiento del plB pierde su significado, confirrna la
importancia causal singular de la variable dernognifica .
Pero, como hemos sostenido anteriorrnente. no es probable que el
irnpacto crucial de las variables pohticas surja en modelos de resulta
dos agregados del bienestar social, sino mas lJien ruanda examinamos
las tendencias estructurales. Procederemos ahara a ese examen. En
primer lugar, empezaremos con una serie de analisis de los tres tipos
de configuraci6n de pensiones que reflejan nuestros regimenes de los
Estados del bienestar. EI regimen "liberal" se mide poria parte de las
pensiones del sector privado relativa al total. Para el regimen "con
servador" analizaremos tanto el grado de estatismo, medido en gastos
de pensiones para los funcionarios como un porcentaje del PIB, como
el grado de corporativismo en los programas, medido (como en el capi
tulo 3) como cl mirnero de planes publicos de jubilacion que diferen
cien el status. POI' ultimo, se identifica el regimen "socialdemocrata"
en relaci6n con gastos legislados de pensiones de la seguridad social
como un porcentaje del total.

Los REGiMENES DE LAS PF:N~lON,;s


La tendencia "liberal" del mereado
POl' motives de solidaridad, unidad y desmorcantllizacion es de es
perar que los partidos politicos de izquierda trataran de sustituir las
pensiones del sector privado pOI' unos derechos sociales legislados. Asf
pues, anticipariarnos un efecto fuerte y negative del RPC sobre las

160

1.0:-

ta1S'['A E:-;PIKl;ANllEKS!':!'J

pensiones del sector privado en el total de lu cornbinacion de pensio


nes. Por razones sirnilares de desmercantilizaci6n y tam bien por su
prefereneia por el status y por la jerarqufa, cabria esperar efectos pa
recidos para los partidos catolicos y para los parses con fuertes tradi
ciones de Estados absolutistas y autoritarios.
Las pcnsiones privadus se dividen en dos grupos distintos: contra
tos individuales de pensiones (generalrnente del tipo de seguro de vi
da) y (de manera caractertstica) planes ocupacionales negociados co
leetivamente. Los dos pueden reflejar [acilmente logicas diferentes.
Micntras el primero se une estrechamente al estricto individualismo
del mercado, el ultimo pucde por sf misrno incrcmentarse clan de los
trabajadores esten muy organizados -sabre todo cn condiciones clan
de el sindicalismo es fuerte mientras el poder de los part.idos obrcros
es debil. En otras palabras, las pensiones ocupacionales pueden cons
tituir una estrategia alternativa a la via pnrlamcntaria para los tra
bajadores organizados. Por 10 tanto cxuminarcmos de manera sepa
rada la fuerza de los sindicatos, En la tabla 5.3, la variable depen
diente es el gasto combinado en pensiones del sector privado (indivi
duales y colectivas i como un porcentaje del gasto total en pensiones
en la econornia durante) 980 n, de penaiones del mercado).
Los resultados de la tabla 5.3 son consistentes con nuestro razo
namiento te6rico general; aunque ninguna de las variables alcanza
un significado estadistico real, los signos, como era de esperar, son
todos negatives. EI papel del sindicalismo se ha analiza do por sepa
rado s610 para las pensiones ocupacionales como una parte del to
tal. EI coeficiente de regresi6n es negativo e insignificante, con B =
-0.179; t = 1.48. Mereee 10 pena reeordar que el sindicalismo y el
RPC estan alta mente intercorrelacionados ty por tanto son sustitui
hies} pero, sin embargo, este resultado indica que los planes ocupacio
nales privados no constituyen una altt-rnnt iva principal nl movimicn
to obreru.
La Tabla 5.3 muestra que la tendencia del mercado en las pensio
nes esta asociada principal mente a dos variables: esta relacionada po
sitivamente con el PIB per capita (aunque no con el creeimiento del
PIB) y esta fuertemente y negativamente rclacionuda con la estructu
ra de edad de la poblacion. Mientras la variable nivel econornico es di
fieil de interpretar, el efecto fuertemente negativo de la variable por
centajs de las personas mayores apunta hacia un apendice interesan
te a nuestros prirneros resultados. Ahora aparece que In teoria del
"empuje" (push) dernografico no se refiere a todas las clases de pensio
nes por igual --que las personas mayores. en algun sentido, no son

TH.~:S ~IL';-':lK):;

isi

DEL EST.-\J)O !lEI 1I1E;-.;r:-"lAl\

TABLA 5.3 Anahsis transversal (OLS) de la tcndencra del mcrcado en


las pensroncs, 1980

Va'-Iabl, ,"d'"l"'udl('uu.,

--

_ ..

---- - - - - - - - - -

PIB per capita

O.~OH

Crecimiento del PIB


% personas mayores

0.262
-0.530

RPC (1946-80)

-OAI2

Partido cutolico

--OAOG

Absolutisrno

--(>.:I4H

"

Jet'

3.330
12.:16)"

0.212

5.5H

-2209
1-250)
-0.290
1-1.811
-0.229
1-1.77)

0.236

6.26

0118

3.27

0.112

:U4

La vurmblv dvpcndicnte son las pcnsiunes pri vudns tindividuules y


ocupacionalcs) ccmn % del gusto total en pensioncs publicus y privadas

combinadas en 1980.
R cuadrudo ajustedo
h Coeficicnte l entre parentesis
___ ~Nn 111th,..." nl' dlllu~ dt' S~lI\

____JI

neutrales en la forma en que su influencia es ejercida sobre el gasto


en pensiones. Los coeficientes sugieren que las personas mayores al
bergan una preferencia negativa por las pensiones privadas del mer
cado.
Estas reflcxiones requieren dos modclos adicionales de comproba
ci6n. En primer lugar, necesitamos establecer si el efecto (negativo)
de las personas rnayores se manticne cuando se controla cl PIB per
capita. En segundo lugar, si es correcto que las personas mayores ten
gan preferencias negativas para las pensiories privadas, esto posible
mente influiria en el papel de los partidos de izquierdas.
Examinaremo~ en primer Jugar el efecto explicative de las personas
mayores controlando el PIB:
% pens. del mercadc = 12.150 C + 3,615 (PIB per capital -2.3RI ('7 personas mayorcs)
(t

= 0.96)

(l = 3.301

It=3.42)

Con un R cuadrado (ajustado) de 0.528 (F = 10.49), esta claro que


la regresi6n aditiva, incluyendo tanto el porcentaje de las personas

162

~aJ~T.-\ ~>l'l~l;-.-\:\ ll~:j{:-:'F

!.us na:~

rnayores como fa variable PIB, se cornporta mucho rnejor que cual


quiera de los rnodelos bivariablcs anteriorc-s. Ademas, a mhas varia
bles permaneccn significativus cstarhsucamentc. Sin embargo, IIlWS
tro segundo modelo indica que no hay 't.ransmisiou' simple do las pre
ferenrias de pensiones de las personas muvurc.s en los (d",ttos dt, los
partidos de izquierdas:

\1lS[)ll~

DEI. r:sr.-\ll(l

uu. IIp'-.;r:-:T:\H

TABI.A :';.4 Analis!s trnnvrrsnl OLS I dol pn vd('~' If!

II

Van"I,I,- l'UI'"I",,.t"!lU'

% personas mayorcs

0.458

16:1

l'~l atixtu.

191'11)

,..

JCC'"

o.is:

0.160

4.24

0.:197

1221

0.241

6.39

(2.06)"

'e pensioncs del nu-n-ado =

~l8.R60

C -O.076IHPCl -UJlO

ft=2.76J

(t=-o.:n)

(I;'

pcrsonas mayores t

(1=--1.5,';)

La vurianza explicadu en este modele en reulidad es nWIlO!" C20 per


ciento) que en el modelo bivariable can solo el porcentaje de las perso
nas mayores, En otr as palabras, no especifica Ia relacion existente
entre la estructuru de edad y los sesgos de las pensiones privadas.
La falta de un impacto nl'gativo mas fuerto del poder del partido
de la izquierda sobre las pens-iones privadns provoca una preocupa
cion teorica. La falta de un efecto puede que tenga que ver can la for
ma esencialrnente bimodal en la que estrin distribuidos los parses en
In variable pensiones privadas: en un grupo la ratio de las pensiones
privadas es muy alta (Estados Unidos, Canada, Suiza y Australia),
mientr as que, en otro, el coeficiente es muy bajo. Tenemos, pues, aqui
un caso claro donde el enfoque lineal es de utilidad limitada.

La tendencia estatalista en la provision de pensiones


La tendencia estatista ya fue definida antes como una propension
a garantizar unos privilegios especi ales para los funcionnr ios. En
nuestra argumentation, cl estat.ismo esta asociudo al modele conser
vador de los Estados del bicncstar y, por consiguiente. cnbrta esperar
que el catolicisrno y cl absolut ismo estuvicr.m rclnrionn dcs fucrte y
positivamente con un os niveles elevados de estat.ismo. POl' el contra
rio, siguiendo nuestra teoria de la sociuldemocratizncion, el poder de
movilizacion de los partidos de izquierdas (RPC) deberia influir en el
estatismo en sentido negativo. Es diftcil vel' como la est.ructura de
edad 0 p{ desarrollo economico podriun inlluir en un trato especial pa
ra los funcionarios del Estado. En la tabla 5.4 la variable dependicnte
esta definida como los gastos en pensiones de los empleados del go
bierno como un porcentaje del PlB (en 1980). Como era de espcrar,
las variables dernograficas y econornicas son de poca 0 nula importan
cia para el estatismo. De acuerdo con nuestra hipotesis, Ia relacion
existente con el poder de los partidos de izquierdas es negativa, pero

-0_:IH5
-0.060
0,/;67

PlB per capita


RPC /1946-80)
Partido cutolicu

0.0:37
(:l.:)HJ

0.534

Abeolutismo

0.198
(2.53)

R cuadrado ajustado.
b Cocficicnte t entre parcntesis.
"'1'~.Nn'

Ilrdll~" d,' dn',,~

,i,j :-:'SI1l
I

------

_I

lambien es completamente insignificante. Puesto que tanto los sindi


catos como los partidos de izquierdas general mente atacan los privile
gios de status especiales, podernos interpretar csto en el sentido que
los partidos laboristas en el gobierno por 10 general han sido incapa
ces 0 no han estado dispuestos a disrninuir las ventajas de los funcio
narros.
La Tabla 5.4 muestra, en camhio, unos efectos bastante profundos
tanto de 10 fuerza del partido catolico como de los legados fuertemen
te absolutistas. Esto es prccisamente 10 qUI' cahria esperar. La si
guiente pregunta es l.qUf> ocurre cuando se introducen al mismo tiem
po en el modulo el catolicismo y cl absolutismo' Una posihilidad teori
ca es que una variable domine a las otras; una sogunda posibilidad es
que ambas se surnen independientemente par-a una explicacion total.
En el siguiente modelo, comprobamos los sum ados del absolutisrno y
del catolicismo:
Estatismo ';;; O.599C + 0.014 (Partido catolicot + 0.117 t Absolut.ismo r
(t=J.76) (t=2_R4)

(t=l.H:tl

EI modele aditivo combinado explica el 54 por ciento de la varian


za (F:8.65) y, por 10 tanto, es superior a cualquicra de los dos mode
los bivariables de la Tabla 5.4. Sin embargo, cuando se introducen

1M

lJ'\.':-:.\

l.p:,

E:':):~l~-.\~~)r:!-L"';'r.::'\

juntos, es evidente que 1a variable partido catolico domina ala varia


ole absolutismo; esta ultima ha perdido esencialmcnte su significado.
Esto confirrna. en terminos generales, nuestru esperuda correspou
dencia entre las caracteristicas del regimen conservador de bienostnr y
su expresion politica. Estu clase de correspondencia sera confirmada
in la siguiente seccion sobre el programa corporativista en pensioncs.

1 corporativismo en las pensiones de la seguridad social

rRE~ ~Il":-;D():,

165

nu, E:'T.-\lX.l DH llli- \E;-;r.-\f\

TABLA 5,5 Analisis trnnsvcrsnl \01.S) dl' h\ cstrnuficuciun social


corporutivistu cn lns pcnsioues. I ~li'\(l

"

\'"n .. bl, Lrld,p"ndll'rLtl

RPC (191G-HOI

-~o

Partido cutolicc

H."

.__.

17R

0.46:l

OJ)H!)

O.16G

4;JH

0.H43

92.04

12.09!'"

Como hernos argumentado repetidamente, el enfasis en las dife


rencias de status y en el corporativismo ha sido rnuy fuerte en cl cato
icismo y en las politicas de los Estados autoritarios. Sin embargo, no
ieberiamos olvidar que e) corporativismo ocupacional se extendio
tambien en muchos de los primeros movimientos obreros,
La teonu de la socialdcmocratizacion nos lIevaria a espernr que los
)artidos laboristas trubajaruui uctivamenu- para nnular In dilorcncin
1e status. Por el contrario, la fuerza del partido catolico y cl legado
del absolutismo debe rtnn afectar positivamentu al corpor ativismo.
Aparte de la probable oposicion de los partidos de dcrecha y catolicos,
arnbien se opondrian a los esfuerzos de un partido laborista por la
descorporativizacion los intereses institucionalizados atrincherados
en la conservacion de la segregacion de status y del privilegio. Por 10
anto, deberiamos esperar un efecto negativo, aunque no muy fuerte,
tel RPC en el corporativisrno.
No hay ninguna raz6n teorica genuine por la que la estruetura de
.dad 0 el desarrollo econ6mico debieran influir en el corporativismo
'e los programas. En la Tabla 5.5 presentamos analisis del corporati
vismo en los prugramas de pensiones, definidos y medidos igual que
en el capitulo 3: numero de prograrnas de pensiones individuales del
ector publico definidos ocupacionalmcnte. Los resultados de la Tabla
~.5 son exactarnente como predij irnos. Los part idos de izquierdas
lRPC) tienen un efecto negativo aunque insignificante sobre el corpo
ativismo, rnientras que el cfedo del catolicismo y, ante todo, del ab
olutismo t>~ enorrne. En reulidud, el poder uxplirntivo solo del ahsol u
tjsmo (el ~4 por riento de la varianzu : P"" sorpn-ndcnto. AI igual quo
antes, nefesitamos examinar la relation causal relativa que existe en
'e el llbsolutismo y el catolici~mo en un modt'lo multivariahh' aditi
'Of):

Corporatlvlsmo

::=

1.072 +0.014 (Partido cutOlicoJ + 1.054 Ahsnlutismn

(t=

-1.85)

(t=I.l)lj)

(t.=H.H71

O.~23

Absolutismo

1.124

. R cundrudo ujuatndo .

Coeflcicnte t entre parentcsis.

FtE~Tf.

:IIThIV<> <J,.

dal"~

dd !-iSlIl.

El modelo confirma que el absolutismo constituye la vordadcra va


riable decisiva. La vurianza cxplicada en este modelo aumcnta solo
de forma marginal, si se com para el modelo bivariahle con el absolu
tismo (86 por ciento; F~52.68) y la variable partido catolico pasa a ser
insignificante.

La tendencia de la seguridad social en las pensiones


Una tendencia de la seguridad social en la cornbinacion de pensio
nes deberia estar asociada muy estrechamente can la "socialdernocra
tizaci6n" del Est.ado del bienestar. Midiendo las pensiones de la segu
ridad social como un porcentaje del total (privadas, publicas y de fun
cionarios), una puntuaci6n alta obviarnente sig-nificani tarnbien una
exclusion de los planes privados, aunque no necesariumente del esta
tismo 0 del corporativisrno,
La teorra de la "burocracia" resulta mas apropiada con respecto a
las pensiones de la seguridad social. El razonarniento, como 10 propu
so Wilensky (IH7f), S(> bnsa <'11 (,1 supui-stn dt' que una Vl'1. cst.ihleci
das, las burocrucias acumularun poderes indopcndientes y cr-ixtrrlizn
ran en unos ln1.ereses organizarionales egoistas para su propia perpe
tuaci6n Y fTl('imil'nto. Por 10 tanto. de acut'tdo con la Ity d" Parkin
son, anticipariamo8 que, cuanto mas antigutl es el sistema (medido
como cl ano en que se fundal, mas grande Helia a ser. En la Tabla 5.6
examinamos las variables economicas, demograficas y burocraticas

166

(aJST.\

l.ll:'

E:;I'I."It;A:'\[)EHSE~

V.lrlt\b\t' ""Iq.""U,,,nh
----

~--

l{'~"

PIB per capita


Rurocraeia
RPC , 1946-80 I

0.443

LII. ~;STRUCTUI{II.CION Il~: LOS ESTII.DOS DEL lllio:NI:STII.H

0.050
-0.078
0.706

I.8l'2
( 1.98)"

0.146

390

0.488

0.168

1~.~)1

(3.99)

Partido cat.6lico
Absolutismo

lti7

Nuestras predicciones se mantienen respecto a la influencia de las


variables pohticas: en realidad. la unica fuerza identificadora que hay
detras de las tcndcncias de In spguridad sociul ('~ In de los part.idos la
buristas PH ul poder.

.--- _.

Il_ personas mayo res

111<1 Ill] \1'."1 \I.

Tendencia OP lu s.socia l "" 63.750 C -to.S08r RPC) -0.1.'1.11 r.; personas rnavorcs i
(\=;).541
It::::l.It2l
It,,, -H.IH5l

-,

--

~.:-ll\I)()

La irnportuncia del partido de iz.quierdas '2>\.' ccnfirma. udernas ,


cuando controlamos In variable porcentaje de personas ruavores. En
eI modele multivari ablc OLS ColW' prcsenunnus a conunuucidn. In va
riable porcentaje de personas mayores pierde signiticaci6n corupleta
mente, confirmando <lsi iu firmr-z de la cxplic.rcion d('] RPC. La vn
rianza total explicada c" el 43 poreiento (F=7.'>O'. 10 que es inferior "I
modelo simple bivariahle del R~C y de la tendcncia M la seguridad
social.

sabre la variacion internacional en las tendencias de la seguridad so


cial.
Por Ia Tabla 5.6 se ve clarurncnte que ni la burocracia ni cI desa
rrollo econornico influyen en las tendencies de la seguridad social. Se
deberia toner en cuenta que el argumento de Wilensky para el cfccto
de la burocratizacion fue comprobado en base a los gastos de la segu
ridad social como un porcentaje del P1B, no en buse a nuestra varia
ble tendencia estructural. Sin embargo, si en su lugar cornprobamos
la tests junto a las pensiones de la seguridad social como un porcenta
je del PIB para 1980 entre los 18 paises incluidos en nuestroestudio,
cI efecto de la burocracia permanece nulo.
El envejecimiento de la poblacion tiene un efecto pequefro pero in
significante en las tendencias de 1a seguridad social. Esto es un poco
sorprendente si recordamos el cfecto negativo que tenia en las tenden
.ias de las ponsiones privadns. Rospecto a este punto, ofrocimos la hi
ootesis de que las personas rnayores eran un grupo de presion politica
a favor de la legislacion mas que de la dependencia del mercado. La
ariable RPC sola, explica el 47 por ciento de la varianza. Esto es con
'istente con nuestra idea de que los partidos Iaboristas trabajaran con
energia para dar solidez a los derechos de los ciudadanos y para dismi
.iuir la dependencia de la provision privada.

TABLA 5.6 Analilils transvorsnl lOtS) de In tenrh-ncin de In scguridcd


social e-n la cornhinacion <11' peusrones , 19H()

rHE.'!i~lL.\I)ll~ l>~::

Habiendo examinado los mecanisrnos causales que hay detras de


los Estados del bicnestar en re lacion a su tamano y de las pensiones
en relacion a sus tendencias estructurales, procederemos ahora a las
cxplicaciones de las diferencias estructurales en lo~ Estados del bie
nestar de una forma mas ~eneral. En est.a scccidn nos conccnt rare
mos en tres curacterfsticas que han sido centrales todas ellus en la
historia de la politica social de 10:-; movimientu obreros. En primer lu
gar examinaremos In irnportancia relativa de 1<.1 ayuda a los pobres
con comprobacicn de medius de vida, rasgo este que {'S especialrnente
caracteristicn del regimen residua' y liberal rip! Estado del bienestar
y al que se han opuesto siernpro de forma ('[l(~l'gica los trabajadorcs.
Por eso, el poder de la izquierda debe ria ayudnr a mar-ginar la ayuda
a los pobres. Posteriormente analizaremos Ia desmercantilizacion y el
comportamiento del pleno empleo, puestc que ambos representan Jas
piedras augulares del Estado del bienestar "socialdemocrata".

La importancia de la comprobaci6n de los medio" d" vida

-0.164
-0.150

A 1a antigua tradici6n de la ayuda a los pobres se opusieron los


movimientos de los trabajadon's, porque comhatian por unos dere
chos "solidos" para los ciudadwlos y porque In comprobacion de me
dios de vida tendia a estigmatizar y a dividir socialmente a la pobla

R cuudrndo ajustado.
~ Coeficienlc t entre parenl<>sis.
t'l:CN"n. un'hum d" ,wlu. lid sS/n
~

.J

168

GO~1'A r~SPIN{'-ANDEH.s~:N

[.(1:-; THE~ ~1l'\IlO~

cion. Entre los 18 paises estudiados, la tradicion de 1a ayuda a los


pobres ha sido eliminada casi totalmente en los paises nordicos do
rninados por la socialdemocracia; es todavia bastante importante en
paises como Estados Unidos y Canada y esta presente de forma mo
derada en los parses de Ia Europa continental. La relativa import.an
cia de los subsidios de asistencia con cornprobacion de medios de vida
en el total de los gastos de la seguridad social constituye una medida
muy apropiada de la estructuracion del Estado del bienestar porque
destaca los principios expresados en la politica social liberal tradicio
nal.
En la Tabla 5.7 presentamos el analisis de las tendencias de la
ayuda a los pobres en base a datos de 1977. Claramente s610 hay dos
variables de alguna importancia estadistica: el PIB per capita, que
sorprendentemente esta relacionado con la ayuda a los pobres de
una forma positiva y significativa y el RPC que, como ya predijimos,
tiene un efecto fuerte y negative. La fuerza del partido catolico y del
absolutismo. asi como cl porccntaje de las personas rnayorcs, son in
significantes (aunque los signos apuntan hacia 1a direcci6n espera

nEL

I-:~T,\])O

IWI l\lF\F.'l'.\t\

ltm

pita permanecen tan poderosos como siernpre: conjuntamente , las dos


variables explican ahora cl 72 por ciento de /a varianza (F = 22.381.
Ayudn

11 los

pobros

00:

fUJ2:lC ---0.221 l HPC

(too:

-LXii) It=-4.97l

1+

1.1';10(PIB pr-r capu.r I


ll;-;1.40l

EI fuerte efecto lineal, aditivo del PIB per capita sobre la tenden
cia de la ayuda a los pobres; se interpretu mejor como espurio: los
mismos paises que puntuan mas alto en el PIB per capita (Estados
Unidos y Canada) tambien puntuan 10 mas alto en la ayuda a los po
bres. De hecho, esta conclusion esta confirmada por una inspeccion de
los valores residuales. Lo que es important" es que el modelo confir
rna nuestro urgumento sobre la centralidad del poder de los partidos
de izquierdas para la "socialdemocratizacion''. EI RPC es claramente
decisive para restringir la orientacion favorable a lu ccmprobacion de
medios de vida en los Estados del hienestar.

La desmercantdlizacion en el Estado del bienestar

da),

A la luz del fuerte poder explicativo del PIB per capita, debe ria
mos introducirlo como una variable de control con el RPC. En el rno
delo que se presenta a continuacion, tanto el RPC como el PIB per ca

r-

TABLA 5.7 Anali!(is trnns versnl (OLSI d.. In uyudn II los pobros ron
comprobacion de medics de vida en el Estudo del bieneatar, 1977

Varuthle md"l."ndlt'nl.c

ttl"

--------PIB per capita


personas mayores
RPC 11946801

0.580

I.R60
12.R51"

0.295

R.12

-0.224

O.3H!)

II.S:I

~.3RO

-0.652

\-:3.441

Partido CBt61iCO
Abaol utiemo

0.118
-{).063

R cuadrado ajustado
- Coeficiente t entre parenteais.
t'U&NTEeehrvc de dal.olldel 8SlM

Nuestra medida de la dcsrnercant.ilizacion se deriva del in dice


compuesto desarrollado en el capitulo 2. La variable trata de medir el
grado de capacidad de los programas sociales para liberar a los traba
jadores de las restricciones del flujo monetario.
Evidentemente, cabrta esperar que el poder politico de la izquier
da tuviera un efecto fuerte y positive sobn- /a desrnercantilizacion; si
no es asi, gran parte de todo nuestro marco teorico se viene abajo. EI
cfecto del RPC deberta permunecer fuerte tumbien cuando se est.a
controlando el desarrollo econornico. Esto cs importante, porque la
meta de la desmercantilizacion debe ria pcrscguirsc incluso bajo con
diciones rnacroeconomicas udversas.
Nuestra interpretacion de la politica conservadora nos lleva a es
perar que su influencia sabre ia desmercantilizaci6n sea ligeramente
mas positiva que negativa. Evidentemenlc, la oposicion mas fuerte
deberia provenir del liberalismo, para el que dosgraciadamcnte no te
nemos ninguna medida que no sea arnbigua: como alternativa, en [a
Tabla 5.8 incluimos la ayuda a los pobres como un sustituto del libe
ralismo,
La Tabla 5.8 muestra que solo dos explicaciones son significativas
en una relacion bivariablc: el RPC, tal como esperabarnos, esta rela
cion ado de una forma fucrte y significative eon la desmercantilizacion
----xplica el 43 por ciento de la varianza; el porcentaje de la gente ma

LOS'[RS

C0~TA [SPI~G-A...""DER.-';~:~

170

TABLA 5.8 Analisis transversal (OLS) de In desmercantilizacron en el


Eetado del bienestar, 1980

"

Ylolriable mdependrente

PIB per capita


Il' personas mayorea

-0.026
0.672

K2"

----~---

2.173

0.417

13.18

0.430.

13.81

0.118

3.27

(3.63)b

RPC
Partido cat61ico
Absolutismo
Ayuda a 108 pobres

0.681
0.161
0.284
-0.412

0.371
(3.721

-0.654
(-1.811

H cuadrado ajuatudo.
b Coeficiente t entre parenteeie.

~1:l1~lJUS

DEL tSTADO ut. BIE:\ST:\.R

171

Evidentemente, el porcentaje de las personas mayores no solo se


transmite por medio del RPC (la correlacion de orden cero entre los
dos es 0.663, 10 que puede ayudar a explicar el pobre comportamiento
de las dos variables en el rnodelo), pero tarnpoco se explica de una for
ma mejor la desmercantilizacion por medio del efecto aditivo de las
dos variables.
A pesar de todo, nuestros resultados prestan un soporte sustancial
a la teoria subyacente de que la desmercantilizacion es un objetivo irn
portante, cuando no central, que esta detras del proceso del poder de
rnovilizacion de la clase obrera. La falta de cualquier influencia de las
variables econornicas sugiere que la tesis del "industrialisrno" tiene po
ca validez. Por otra parte, puesto que evidentemente hay que tener en
cuenta las fuerzas dernograficas, no podernos descartar por completo el
punto de vista funcional de la evolucion del Estado del bienestar.
EI comportamiento del pleno empleo

F'uENTW urchrvo -I, dutos d,1 ':SIR

yor en la poblacion tiene un impacto casi igualmente fuerte. La varia


ble PIB es completamente insignificante y no cambia absolutamente
nada cuando se la introduce junto con la variable RPC.
La ayuda a los pobres como sustituto del poder politico liberal, co
mo penaabamos, esta correlacionada negativamente con la desrner
cantilizacion, pero no alcanza significacion. Por 10 tarito, la com pro
bacion mas apropiada es si el fuerte comportamiento de la variable
porcentaje de personas mayores se debe al hecho de que tiene un po
der explicativo independiente () si su l'fl'eto esta mediatizado por el
RPC.
EI modelo que viene a continuacion sugiere que 10 primero es 10
cierto, puesto que ambas variables retienen (en igual grado) su res
pectivo status frente a la desmercantilizacion; sin embargo, arnbas
pierden considerablemente en relacion a la significacion estadistica.
La varianza total explicada en este modelo es 49 por ciento (F=9.18),
es decir, apenas mas que cualquiera de los dos modelos bivariables
con el RPC y el porcentaje de las personas mayores respectivamente.
Desmercantilizaci6n = 7.898C + 0.229 <RPC) + 1.275 (% personas rnayorea)
(t = 0.921 (t = 1.81)
(t = 1.711

EI pie no empleo no es solo un bien que beneficia a los propios asa


lariados. La opinion de Kalecki (943) de que el pIeno empleo sosteni
do inclinaria de forma significativa la balanza del poder a favor de las
clases trabajadoras, probablemente seria com partida por todos los
movimientos obreros. Su fuerza proviene sustancialmente de un mer
cado de trabajo tenso.
En muchos parses, el cornprorniso publico con el pleno empleo fue
proclamado e incluso se introdujo en la constitucion, con posteriori
dad a la Segunda Guerra Mundia!. Sin embargo, el compromiso se ga
rantizo de forma irregular y se aplico de forma aun mas irregular. Ha
variado desde una garantia constitucional, como en Noruega, hasta
una estrategia general anticiclica keynesiana, como en Alemania en
tre 1967 y HJ74, y a un papel gubernarneutal practicarnente pasivo,
como en Dinamarca hasta 1958, en Alemania antes de 1967 y en
Estados Unidos a 10 largo de la mayor parte de la epoca de la postgue
rra.
Douglas Hibbs (977) ha rnostrado que el poder politico de la iz
qnierda favorece el plene empleo por encima de la estabilidad de los
precios, EI defecto de su por otra parte sofisticado estudio es que los
datos cubren un numero limitado de parses y s610 durante las decadas
de crecimiento. La tarea del mantenimiento del pleno empleo despues
de 1973 es probable que requiera verdaderamente una mayor movili
zacion del poder. Las politicas activas de empleo deben ser financia
das y requieren una solidaridad financiera entre los empleados.

1';'2

GOST..)"

ESPI~G-.o\.."DER.'E~

Muchos paises respondieron al desempleo posterior a 1973 con


-rogramas que estaban disenados para reducir la oferta de manu de
obra, incluyendo la jubilacion anticipada, el regreso de trabajadores
extranjeros y animando a las mujeres a que volvieran a quedarse en
asa ocupandose de la familia. Obviamente, esta es una version rnu
-ho mas suave de Ia obligacion del compromiso del pleno empleo y tie
ne poco que ver con niveles maxirnos de ocupaci6n.
Los siguientes analisis tratan de controlar las diferencias de la
-ferta de trabajo en los distintos parses. La medida es la tasa media
de desempleo a largo plazo (de acuerdo con la definicion estandariza
.ra de la OCDE), ponderada por el nivel de participacion de la fuerza
Ie trabajo. Los paises con unas tasas de participacion bajas son asi
"castigados", mientras que los paises que han producido una expan
sion son "recompensados". De esta manera, el in dice capta no s610 el
lesempleo, sino tambien el comportamiento en relacion a la creacion
'ie puestos de trabajo.
Evidentementc, en el un.ilisis del cornportamiento del plene em
"leo la variable economica relevante es la tasa media del creeimiento
'eal del PIB. Puesto que nuestro razonamiento sostiene que un
Estado del bienestar residual es mucho menos probable que este com
prometido con el pleno empleo, introducimos en los modelos la varia
rle ayuda a los pobres; vease Tabla 5.9.
Ej que el poder de la izquierda sea una precondicion importante
parael pleno empleo se desprende claramente de la Tabla 5.9. EI
,lPC ex plica casi el 27 por ciento de la varianza. Una relacion simi
lar, pero menos significativa, surge cuando correlacionarnos el des
empleo (1978-83) con el RPC la currelucion de orden cero es -O.:J84.
La tabla tarnbien revela que las tasas del crecimiento econornico no
.ienen influencia en el comportamiento del plcno empleo, sea cual
fuere. Esto anade evidencia al argumento de que el comportamien
to del pleno empleo es, con mucho, una cuestion de volun tad politi
.;a.
La hipotesis "politica" gana un apoyo adicional con el efecto nega
tivo signifieativo que la ayuda a los pobres y la fuerza del partido ca
tolico tienen sobre el comportamiento del plene empleo. En el primer
caso, el papel de la ayuda a los pobres (como un sustituto del libera
lismo 0 como bienestar social residualistai se esperaba que fuera ne
gativo, porque un distintivo de la ideologia del laissez-faire es evitar
interferencias en el mercado de trabajo.
En el ultimo caso, el efecto negativo se puede decir que refleja un
rasgo distintivo de Ia politica social del catolicisrno: una buena volun-

173

LOSTRES ~U~DO~ DEL ESTADO DEL Hn::\f:STAR

---l
TABLA 5.9 Analisis transversal [OLSI del comport.auuento del plena
empleo, 1959-1983

VlIrIIlhlt mdependienu-

RPC

0.160
0.557

Partido catolico

-0.448

Crecimiento del PlB

Absolutismo
Ayuda a los pobres

0.014
-0.492
1-2.26)

"

R:.!

5.880
12.68)"
-3.806
1-2.00)

0.267

7.18

0.150

4.01

-15.137

0195

5.11

EI indice de pleno empleo = nivel de desempleo medic 19597R mas el ni


vel de desempleo medio 197R-R3, multiplicado J)(lr f'1 ratio de inactives en
18 poblacion de 15 D 64 81105 de edad. Observes qur- el indico eata inver
tido de manera que un signo positive indica un buen comportamiento,
R cuadrudo ajuatado.
b Coeficiente t entre perentesis.
FlJ.;NTF.: archive de dlll.o8 del ssm

tad para subvencionar el bienestar de la familia, peru no para garan


tizar el empleo.
Para identificar el poder explicativo del RPC en relacion a las fuer
zas pohticas rivales, homos puesto dos modelos distintos: uno en el
que controlamos la variable ayuda a los pobres: y un segundo en el
que controlamos la fuerza del partido catolico.
Pleno empleo = -293.015 C = 4.337 (RPC) - 6.909 (ayuda a los pobres)

It = -3.351
It = 1.48)
(t= -0.81)

Este modelo solo explica el 25 por ciento de la varianza (F=3.84) y,


aunque reduce el significado del RPC y elimina la inOuencia de la ayu
da a los pobres, se puede descartar. EI modelo se comporta mas pobre
mente que la regresion bivariable con solo el RPC. En el segundo rno
delo (mas abajo), el efecto combinado del calolicismo y el RPC aporta
una explicacion mas contundente. La varianza explicada aumenta has
ta un 40 por ciento (F=6.64) y el efecto negativo de los partidos catoli
cos domina claramente al efecto positivo del RPC en el pleno empleo.

174

uis Tf(ES fo.ll:~IlIl:'

GO~TA E~PIN<.;-ANnEHSEN

Plena empleo = -253.100 C + 3.6Hl (RPCJ - 1.860 (partido catolicor


It = -4.14)
It = 1.64}
It= -2.13}

Podemos interpretar en el sentido de que, en conjunto, la moviliza


cion del poder de la izquierda es menos efectiva para mantener el ple
no empleo cuando compite con un fuerte partido cat6lico/cristianode
mocrata.

Los eompromisos del pleno empleo


EI mantenimiento del pIeno empleo, como sugicre el bajo porcentaje
de la varianza explicada, obviamente depende de una variedad de fac
tores, tanto dentro como fuera del control de los partidos de izquierdas.
La vulnerabilidad internacional de un pais puede ser tan grande que
una gran conrnocion (como la de los afios 1970) puede producir un os ni
veles de desempleo masivo que ni siquiera los mejores esfuerzos logra
ran corregir. No obstante, los partidos de izquierdas pueden aportar
sus mejores esfuerzos y es eso 10 que vamos a considerar ahora.
En una economia de mercado, los gobiernos de izquierda recurren
a una serie de politicas con las que contrarrestar los ciclos economicos
y el desempleo. Entre las mas importantes estan las politicas activas
de fuerza de trabajo (reciclaje profesional, movilidad laboral y empleo
protegido) y el crecimiento del empleo del sector publico.
No es facil evaluar el efecto de la movilizacion del poder de la iz
quierda sabre los prograrnas activos de desarrollo de la mano de obra.
Utilizando los gastos en tales programas (excluyendo, por supuesto, el
gasto en subsidios de desempleo), debemos limitar nuestro analisis a
15 paises. Hernos hecho la rogresion de los gastos del programa activo
de mana de obra como un porcentaje del PIB para 1975 sobre el RPC
y el resultado indica un fuerte efecto significativo: la corralacion de
orden cero es 0.695 y el RPC ex plica el 44 por ciento de la varianza.
Volviendo al empIeo publico como una estrategia alternativa, he
mos calculado la tasa media de crecimiento del empleo publico desde
1970 a 1980 para los 18 paises. EI analis is que se presenta en la
Tabla 5.10 indica que la capacidad de los paises para incrementar el
empleo publico no es una funcion ni de la riqueza (PIB per capita), ni
del crecimiento del PIB, sino casi unicamente del poder de moviliza
ci6n de la izquierda (RPC).
En resumen, parece que nos enfrentamos a un escenario en el que
el poder de la izquierda ha sido apto para desarrollar politicas para

[l~:L

EST:\lKl

nu.

17;')

I:lESESl'.\H.

--l
TABLA. 5.10 Analisis transversal fOLSJ del crecimir-nco del empleo pu
blico (promedioa anuales, 1970-1980)

"

VUrluhlc mdependsentc

PIB per capita


Crecimiento del PIB
RPC

'-0.152
-0.259
0.748

Partido cat61ico
Absolutismo

--om8

0.109
14.51l"

R:t

0.532

20.33

-0.009

R cuadrudo ejustado.
b Coeficiente t entre parentesis.
FUr.NT~:

archlvo de datos del 881B

estimular el crecimiento del empleo y alejar el desempleo, pero ha si


do mucho menos capaz de asegurar realmente el pleno empleo a largo
plazo. La cuesti6n que se presenta es, pues, si las variaciones del
comportamiento del pleno empleo pueden explicarse por las politicas
de mercado de trabajo de los partidos de izquierdas. Para examinar
esta cuestion presentamos seguidamente un modelo de regresion adi
tiva con el RPC y la tasa del crecimiento del em pIeo publico, desde
1970 a 1980.
Pleno empleo

-330.011 C + 8.360 (RPC) + 22.618 (crecimiento del empleo publico)


It;: -6.76) (t == 2.53)
(t = l.OO)

EI modelo explica el 27 por ciento de la varianza CF=4.09), pero


muestra que la politica de aumento del empleo publico no tiene efecto
independiente en el comportamiento del empleo,

LA EXPLICACION DE

LOS REGtMENES DEL ESTADO DEL BIENESTAR

Hemos Ilegado ahora al punto en el que podemos comprobar el


impacto de las variables politicas sobre las dimensiones de la estrati
ficacion de los diferentes regimenes del Estado del bienestar que se
identificaron en el capitulo 3.

1:6

\;\ \:-T \

ur.-; T1U:~

r~l'l:"t;-.-\:-': [lU;;'~::"

EI regimen eonservador del Estado del biencstar


En el capitulo 3 el regime .. conservador fue iden tificado como
aquel en el que destacaban particularrnente la orgunizacion corpora
tivista y el estatisrno. Habiamos argumentado que la fuerza del parti
do catolico y una historia de fuerte absolutisrno y de un concepto de
Estado autoritario eran sus principales vectores, micntrns que el po
der de la izquierda tend ria un efecto negalivo. En un estudio sobre
las dimensiones de la estratificacion de los Estados del bienestar, pa
rece que no existe ninguna razon pOT Ia que las variables econnmicas
y dernograficas deberian desernpenar algun papel, por 10 que han sido
ornitidas en nuestros analisis. La variable dependiente de la Tabla
5.11 es el indice de los atributns conservadores de estratificacion que
se desarrollaron en el capitulo 3.
Puesto que las caracterfsticas del regimen conservador que esta
mos examinando estaban considerahlemente institucionalizudas en
una primera epoca (generalmente con esfuerzos para debilitar al rno
vimiento obrero), tarnbien se habrfan introducido como elementos es
tructurales de la sociedad con poderosos intereses preocupados por su
conservacion, Por 10 tanto, no es sorprendente que el efecto del RPC,
aunque es negativo como habfamos anticipado, 'sea pequeno e insigni
ficante. Podemos interpretar esto en el sentido de que los partidos de

-.

-- ---

------

---- .. -

----

del Estudc del bioncstar conservndor. 1980

RPC

-0.149
O.fiOH

Purudo cutolico

0.705

Absolutismo

R cuadradc ajustado.
Coeficiente t entre parenteais.

nEI. E:-iTA!)(1 11FI

I\lE\~SL\1I

177

izquierdas han sido incuparos de alterar de un modo fundamental el


corporativismo y el estat.ismo que heredan cuando alcanzan cl poder.
Esto, al mcnos, es consistente con los analisis previos (Esping-Ander
sen y Korpi, 1984).
Sin embargo, los atributos de la estratificacion conservadora estan
muy relacionados tanto con -la fuerza del partido catolicc como con el
absolutismo, Esto es exactamente 10 que hubria predicho nuestra teoria
de conjunto. Empero, no hay razon para creer que estas dos fuerzas po
Iiticas sean intercambiables; es cierto que los partidos catolicos fuertes
tienden a estar presentee en pafses con una prolongada herencia fuer
ternente autoritaria y/o absolutista, pero esto no es del todo cierto; el
absolutismo era muy debil en Irlanda y en Holanda.
Un examen mas atento de la relativa influencia de las dos varia
bles est'; justificado, porque sus principios de politica social divergian
hasta un cierto punto, Mientras que la politica social "absolutista-au
toritaria" acentuaba la posicion central del Estado, el principio subsi
diario del catolicismo ha insistido siempre en que las organizaciones
privadas (principalmente la Iglesia) se destaquen en los servicios so
ciales. Haciendo un esfuerzo por aislar la importancia relativa de los
dos, presentarnos dos modelos, uno en el que la fuerza del partido ca
tolico y del absolutismo se han introducido sirnultaneamente y otro
en el que comprobamos el efecto de interaccion entre los dos.
Regimen conservador = -0.069C + 0.071 (partido catolico: + 0_670 (absclutismot
It: -0.07) It: 2.26)
I t : 319)

TABLA 1).11 Analisis transversal IOLS) del regimen de eet.rntiflcncion

V"rvwl, mdep-ndu-nrr-

~H'\DO:-i

Il

H2'

f-'

0.111

o.:J:n

!I.Il0

CUI7)"
0.859
13.98)

0.456

15.81

EI modelo aditivo explica el 57 por ciento de la varianza (F = 12.47)


y, por 10 tanto, es superior a cualquiera de los modelos bivariables de la
Tabla 5.11. Tanto el catolicismo como el absolutismo aparecen signifi
cativos y ambos aportan su contribucion independientemente del otro.
La adicion de un terrnino de interaccion (absolutismo x fuerza del par
tido catolico) debilita el significado de las variables, no anade nada al
poder explicative del modelo y, en cualquier caso, no se puede demos
trar la intluencia interactiva de los dos. La considerable disminucion en
el signifiado se puede atribuir en parte a la "sobrecarga" del modelo. AI
comprobar el modelo de regresion con tres variables independientes en
una muestra de s610 18, el terrnino de error Ilega a ser muy grande.

}'I't:l'ln;'

._---

,,~hiH> de dlllo~

del S:",1B

Reg. conserv. = 0.426 C + 0.035 tp. catclico) + 0.475 (abscl.) + 0.005 (p. cat6lico x ah801.J
It: 0.40)
1'= 0.771
(t: 1.741
(t: 1.1])

d8

(j~STA.

ESI'I-SU-.,,"-"1DEH.'"it:r-.:

En resumen, concluimos con que nuestra mejor estimacion unica


de los regimenes conservadores es la intluencia combinada aditiva del
~..toJicismo y del absolutismo.

I
I

TABLA 5.12 Analisia transversal (OLS) del regimen de estratificacion


del Eatado del bienestar liberal, 1980

,;'1 regimen liberal


Vanable mdependlent.e

En relacion a la eatratificacion, identificamos el liberalismo con la


. -iportancia conferida a la comprobacion de medios de vida y con la
nependencia del mercado privado. Como se ha indicado, no podemos
~.sarrollsr una medida directa de las fuerzas politicas dellaissez-{ai
liberal y el uso de la variable ayuda a los pobres como un sustituto,
""roo en los analisis anteriores, esta excluido obviamente, porque en
era como una parte de la definicion de la variable dependiente.
Como consecuencia de esto, nuestro test del regimen del Estado
',I bienestar social liberal puede hacer poco mas que comprobar la
validez de la hipotesis de la "socialdemocratizacion", cs decir, el grado
'-' el que la movilizacion del poder de la izquierda tiene como resulta
, una reduccion de los atributos del Estado del bienestar liberal.
La Tabla 5.12 indica que solo dos variables desernpenan un papel
nnportarite al explicar el grade de estratificacion liberal: el RPC y el
:B per capita (19801. Mientras cabna esperar que el RPC tuviera un
. recto fuerte y negative sobre elliberalismo, el efecto positive del PIB
ner capita probablemente va a ser considerado espurio: como ya se ha
,.dicado, el regimen liberal es mas probable que se encuentre en los
uses mas ricos (por ejemplo, Estados Unidos, Canada y Australia).
EI efecto negativo de la movilizacion de la izquierda (RPCl es mu
\.dO mas poderoso que en el caso de la estratificaci6n conservadora de
.iestro analisis. Contra el liberalisrno, el RPC explica el 52 por ciento
~, la varianza, indicsndo que el poder de movilizacion de la izquierda
es potencialmente mucho mas efectivo para erradicar elementos de
.otratificacion liberales que conservadores. De nuevo, esto es 10 que
bria esperar. Los paises "absolutistas" generalmente introdujeron
Jq politica social mucho antes que los liberales; como consecuencia de
~dto, es probable que los principios conservadores se institucionalicen
_ una forma mas poderosa y se inmunicen contra el cambio. Por el
, ntrario, los paises "liberates" fueron mas tardios e hicieron unas re
tormas sociales mas debiles y, muchas veces, dejaron un gran vacio de
_5islacion social cuando los partidos laboristas surgieron como fuer
s poderosas. Por eso, en tales casos la izquierda habria terudo sus
Ioncialmente mayor capacidad de accion para alinear la evolucion del
...stado del bienestar con sus principios particulares.

179

LOS TRES MUNIJOS DI:!:L ESTADO ()~L BIl::NESTAH

PIB per capita

<1.524

1.326

.
,'

,.

0.230

6.07

0.517

19.16

(2.46)1'

RPC

---<l.738

Partido catolico
Absolutismo

---<l.200
(-4.38)

0.100

0.000

R cuadrado ajustado.
b Coeficiente t entre parentesis.

Ptn:NTE: .l!orehlVo de daW8 del ssm.

En el modelo que presentarnos a continuacion, la influencia nega


tiva del RPC tarnbien sigue siendo decisiva cuando controlamos la va
riable PlB. EI modelo ex plica el 78 por ciento de la varianza (F =
31.41), y por 10 tanto, es superior a cualquiera de los dos tests bivaria
bles de la Tabla 5.12.
Regimen liberal = -2.304C - 0.198 (RPCI + 1 295 (PIB/capital
(I = 0.901 (I = --6.44) (I = 4.52)

Por consiguiente, podemos ofrecer dos conclusiones: que la expli


cacion mas convincente de los "regimenes" liberales es el impacto ne
gstivo del PlB y que la combinacion del RPC y el PlB per capita es el
mejor modelo, pero es dificil de interpretar bajo el punto de vista de la
ambiguedad teorica del PlB per capita.
EI regimen socialists
Para el regimen socialista, el universalismo y la igualdad son los
principios impulsores de la solidaridad del Estado del bienestar.
Evidentemente, nuestra hip6tesis es que el grado de "socialisrno" de
pende de la fuerza de rnovilizacion del partido de izquierdas (RPCj y
que el absolutismo y el catolicismo son sus "enemigos" naturales.

LOS,[,I{~S.'llNIJ()S

COSTA ESI'INl.;-ANlJEH:SEr-.i

180

Esto es tarnbien 10 que sugiere la Tabla 5.1:3. EI RPC cs la variable


mas importante, y explica mas del 45 por ciento de la varianza. EI po
der del absolutismo y del partido cat61ico son insignificantes, pero
muestran los signos negatives esperados. Por 10 tanto, la conclusion
mas sencilla es que el poder de los partidos de izquierdas es una pre
condici6n para el desarrollo del regimen socialista,

~TAIILA 5~~nahS"

tr:nsverSnl(OLSI del regimen de eatrut.ificacicn


del Eetado de breneatar socialista. 1980

VlInabl( lndep'nd,('nl.,

,
0.0:16
0.698

p[8 per capita

RPC

0.115

R2"

0.455

15.22

(3.901"

Partido catclico
Absolutismo

-0.384
-0.359

R cuadrado ejuetado.
b Coeficiente t entre parentesis.

"'n~t Ilrd'llVD

-------

de dill". dr-l '"\$!B


------

CONCLUSI6N

AJ avanzar por las diversas etapas de nuestro analisis, hemos tra


tado de identificar el impacto de las variables politicas sobre las ca
racteristicas de] Estado de] bienestar. Los resultados permiten man
tener c6modamente nuestro argumento te6rico subyacente; hasta este
punto, se pueden resumir de la siguiente forma,
En primer lugar, cuando examinamos los rasgos no estructurales
de la politica social, la influencia de la politica y del poder permanece
marginal, mientras que las variables econ6micas y, sobre todo, las de
mograficas desempeiian un papel primordial. Esto es consistente con
el argumento de que la provisi6n social (y/o privada) surgira a la par
que el desarrollo econ6mico y el envejecimiento de la poblaci6n. Esto
sugiere tambien que el gasto social por si mismo no estuvo nunca en
el centro del conflicto politico crucial.

01-:1. EST:\llU 1)~.1 lllE\ESI'.\H

181

En segundo lugar, cuando empezamos a identificar las diferencias


estructurales en los Estados del bienestar es cuando las relaciones del
poder politico adquieren capacidad explicativa. Hemos encontrado
que este es el caso de los sistemas de jubilacion y tam bien el de otros
rasgos mas generales del Estado del bienestur, tales como el nivel de
desmercantilizaci6n, el compromiso con el pleno empleo y el residua
lismo. Respecto de estas cuestiones entra en juego la interacci6n del
poder de movilizaci6n de la clase obrera, 01 catolicismo y la tradici6n
estatista. Los analisis deja"! pocas dudas respecto a que el poder de
los partidos de izquierdas es decisive para la desmercantilizacion, pa
ra los esfuerzos en favor del pie no empleo y para la democratizaci6n
social general. Tarnbien es evidente que los partidos cat61icos y un le
gado hist6rico de estatalismo autoritario influyen en las tendencias
corporativistas y estatistas.
En tercer lugar, hemos podido identificar una correspnndencia
bastante clara entre los regimenes del Estado del bienestar y las fuer
zas politicas, Los principios conservadores rip estratificaci6n estan ex
plicados de manera decisiva por la presencia de la fuerza de los parti
dos cat61icos y por la historia del absolutismo; la estratificacion socia
lista depcndc a su vez de una sociuldcrnocruciu fuerte. Y finalmente .
los movimientos obreros fuertes aparecen como una buena garantia
contra la estratificaci6n del Estado del bienestar liberal.
La escasez de datos y las restr-icciones metodol6gicas han limitado,
no obstante, el grado en que nuestros analisis podrian seguir las pres
cripciones de nuestra teoria. Nuestra capacidad para considerar el
impacto del poder en terrninos relacionales se ha limitado a los anali
sis del impacto combinado de la izquierda y del poder cat6lico y del
"absolutismo" como un reflejo de la bistoria de la construcci6n del
Estado en cada pais.
Lo que los modelos lineales no pueden lograr es 10 que al final debe
ser contestado, es decir, i.es el poder politico una variable hist6rica
decisiva 0 solarnente espuria? Cuando identificamos la influencia sin
gular de la movilizaci6n de la clase obrera (RPC) sobre, digamos, la
desmercantilizacion 0 el universalisrno, ;,hasta que punto los partidos
socialistas son unas fuerzas mediadoras? ;,Hay inlluencias bistoricas
alternativas que predeterminen un resultado especial de Estado del
bienestar? Las respuestas a este tipo de preguntas deben esperar a
nuevos progresos en IQs analisis estadisticos del desarrollo del Estado
del bienestar.

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