¡No Toquen Nuestro Maíz PDF
¡No Toquen Nuestro Maíz PDF
¡No Toquen Nuestro Maíz PDF
ISBN: 978-607-7957-69-0
9 786077 957690
No toquen nuestro maz! (el sistema agroalimentario industrial devasta y los pueblos
en Mxico resisten) es una coedicin entre GRAIN y Editorial Itaca.
Edicin: GRAIN
Portada: mural en las inmediaciones comunales del Distrito Federal, 2012. Foto:
Prometeo Lucero
Los dibujos de Rini Templeton nos ayudaron con su mirada a puntualizar algunos
pasajes del libro. Se pueden consultar sus archivos en riniart.org. Aunque Rini
Templeton ya no est entre nosotros, su mirada permanece y nos acompaa y
ensea, pues nos hace entender cuestiones de la comunidad y de las luchas de
resistencia.
Los textos firmados son responsabilidad de los autores, los que no, de los editores.
No mantenemos ningn derecho reservado. Pueden citar el material aqu
contenido, pues pensamos que recircular ideas depende de la circulacin de los
materiales que las contienen, pero mucho les agradeceremos que citen la fuente.
En cuanto a las fotos, les pedimos que contacten directamente a los fotgrafos si
tienen inters en alguna de stas.
ISBN: 978-607-7957-69-0
El sistema agroalimentario industrial devasta
y los pueblos en Mxico resisten
Prlogo
L
os aos se acumulan y el maz transgnico sigue siendo un fantasma que
no logra las metas ambicionadas por las empresas. La lucha de resistencia
de las comunidades indgenas y campesinas, de los agricultores medianos,
de las organizaciones sociales, ambientalistas, barriales, estudiantiles, de
derechos humanos, de la sociedad civil y el paciente trabajo de organizaciones
de investigacin e informacin con un sentido de justicia como corazn de sus
actividades, sigue en pie y no cejar ante el embate contra la vida campesina y
contra los cuidadores de la tierra.
Este libro intenta documentar la historia reciente de esa lucha, incluido el papel
jugado por el Tribunal Permanente de los Pueblos (TPP), que acept venir a Mxico
a impulsar la apertura de espacios de dilogo y sistematizacin de infinidad de
colectivos que no haban sido tomados en cuenta por el Estado o que haban
recibido una respuesta violenta ante sus reclamos, por parte del gobierno o de
grupos privados de todo tipo.
Desde octubre de 2012 a la fecha, en todo el periodo de algidez por la inminente
aprobacin de permisos para la siembra comercial de maz transgnico que de
emprenderse inundar en avalancha el pas el pueblo mexicano levant sigue
levantando la voz contra la posibilidad de que el maz se contamine y se desfigure
para siempre en su centro de origen. Crece tambin la certeza de que existen
personas dentro de las estructuras de investigacin y gestin gubernamental de
la tecnologa y la proteccin a la biodiversidad que, de un modo corrupto, siguen
promoviendo la naturalizacin de esas aberraciones de una tecno-ciencia de
dudosas intenciones.
No toquen nuestro maz! narra tambin el trabajo de sistematizacin que
emprendieron diversas comunidades de varias regiones del pas con tal de
enhebrar agravios con ataques, sntomas con efectos, responsabilidad con luces de
entendimiento. sta es su historia.
La primera parte se dedica a la resistencia creciente entre 2012 y ahora. La
segunda parte ilumina la sistematizacin procedente de diversos rincones. La
tercera ofrece el cotejo, el espejo, de los jurados del Tribunal Permanente de los
Pueblos que, viniendo desde fuera o de dentro del pas, contribuyeron a refirmar la
mirada del pueblo mexicano.
7
La resistencia
La resistencia contra la invasin transgnica contina impidiendo hasta el
momento que se concrete la contaminacin del maz que inundara el pas de
aprobarse los permisos de siembra comercial de maz GM.
Hasta ahora, la movilizacin masiva, nacional e internacional, y la intervencin
de una suspensin jurdica, mantienen en vilo los permisos mencionados.
En el camino, ha ido creciendo la visin integral que la Red en Defensa del
Maz impuls desde su nacimiento: slo se puede defender el maz si se sigue
sembrando, si se defiende la vida plena de las comunidades que lo han cuidado, si
se defienden los territorios desde donde los pueblos, comunidades y agricultores
particulares y colectivos siguen impulsando cuidados y reciprocidades con el
entorno y entre s.
Tal visin pugna por amarrar los nudos y tender los puentes necesarios: el
ataque contra la subsistencia y contra las capacidades creativas de vastos segmentos
de la poblacin es intencional; es el intento por fabricar las necesidades econmicas
que fomenten dependencias y controles, por quebrar la defensa de los territorios,
por erradicar el pensamiento estratgico y el sentido prctico de los pueblos
originarios y campesinos. No podemos permitir este ataque.
Alarma!
GRAIN
C
on una intensidad inusitada Amrica Latina est sufriendo un avance de
las corporaciones del agronegocio que recuerda a la primera embestida en
el marco de la Revolucin Verde en los aos 60 o al primer desembarco
de los transgnicos en los 90. De punta a punta del continente americano, y con
diferentes matices, la invasin de transgnicos amenaza la posibilidad del cultivo
de la tierra y de la alimentacin para millones de campesinos, pueblos originarios
y consumidores. La lista abarca a casi la totalidad de los pases y por mencionar
nicamente los casos emergentes podemos empezar nuestro recorrido desde el Sur
con el golpe parlamentario en Paraguay que tuvo como uno de sus ejes la intencin
de lograr la autorizacin del maz transgnico que el gobierno de facto ya intenta
instrumentar. En Argentina, Monsanto quiere montar la planta ms grande de
Amrica Latina para procesar maz transgnico y existe la intencin de modificar
la Ley de Semillas para adecuarla a las necesidades de dicha empresa. En la regin
andina nos inquietan los intentos de quebrar la prohibicin de los transgnicos
en Bolivia y Ecuador con argumentos insostenibles. En Costa Rica hay una pugna
entre el gobierno y la sociedad civil que rechaza el maz transgnico.
No es casual que en casi todos los casos sea el maz, nuestro maz, el principal objeto
de estas agresiones. Y no es casual tampoco, que Mxico est siendo el punto focal de
una de las ms brutales agresiones.
12
La resistencia
13
No toquen nuestro maz!
ban el acto del gobierno mexicano por el cual pona fin a la moratoria al maz trans-
gnico que estaba en efecto desde fines de 1998 y principios de 1999, y que preparaba
el terreno para la siembra comercial que hoy est a punto de aprobarse.
En esa carta, junto con la Red en Defensa del Maz, un espacio de confluencia de ms
de mil comunidades de 22 estados de la repblica mexicana, los firmantes insistan:
14
La resistencia
Todo Mxico es centro de origen del maz, es ms, toda Mesoamrica y sus ve-
cindades (que van desde el sur de Estados Unidos hasta el norte de Amrica del Sur)
son el territorio que consideramos como centro de origen. Porque adems el maz
nunca ha sido solito. Siempre est en una profunda relacin con los pueblos. Hay una
comunidad entre las comunidades humanas y la comunidad del maz con otros cul-
tivos, plantas y animales con los que ha convivido por milenios. Los criterios guber-
namentales que requieren de hallazgos arqueolgicos de rastros de maz para calificar
como una zona como centro de origen son insuficientes y sesgados. Si los expertos no
encuentran nada dicen que no hay, sin tomar en cuenta la memoria histrica y la
presencia viva del maz en todas las regiones de Mxico.9
15
No toquen nuestro maz!
Por todo lo anterior, y ante la perspectiva de que el saliente gobierno quiere de-
jar como legado la imposicin de la siembra de maz transgnico en nuestro pas, a
travs de un proceso de desregulacin que ha ignorado toda la evidencia cientfica
de riesgo, as como las peticiones de la sociedad civil nacional e internacional, les
pedimos se adhieran a la siguiente Declaracin y Llamado a la Accin que sern pro-
movidos ante instancias nacionales e internacionales desde la Unin de Cientficos
Comprometidos con la Sociedad12
Fue desde entonces una alerta roja mundial agrcola y de biodiversidad porque
la irremediable contaminacin con transgnicos de ese enorme centro de origen
de la planta maravillosa, uno de los cuatro cultivos cruciales para la humanidad,
implica la devastacin ms brutal de las estrategias de supervivencia de la huma-
nidad de que se tiene noticia y de la subsistencia, la seguridad y la soberana
alimentaria real de las poblaciones urbanas y rurales. Nunca antes se ha erosionado
en tal escala de magnitud, extensin y volumen el acervo gentico de un cultivo en
su centro de origen, ni se ha atentado tan directa y masivamente contra la vida de
una poblacin que consume (como bien documenta Ana de Ita del Centro de Es-
tudios para el Cambio en el Campo Mexicano-Ceccam) 115 kilos de maz anuales
por persona en promedio.13
16
La resistencia
Es muy sintomtico que sea Sinaloa uno de los estados que son el objetivo de
estas siembras transgnicas porque de manera ms o menos abrupta el maz de Si-
naloa, que durante aos se distribua en las ciudades, fue reemplazado por impor-
taciones que el gobierno mexicano le autoriz este ao a varias comercializadoras,
entre ellas sobre todo a Cargill y Archer Daniels Midland (que decidieron dejar
de comprarle a los agricultores mexicanos de Sinaloa, y privilegiaron cosechas de
Sudfrica y Estados Unidos), poniendo en grave riesgo a los productores mexica-
nos de maz comercial y comprometiendo la seguridad alimentaria de la poblacin
mexicana. Esto se habra evitado si el Estado hubiera apoyado a los productores
para que su precio fuera mejor que el que le ofrecen en Sudfrica a las comerciali-
zadoras, pero la Secretara de Agricultura, que confunde la seguridad alimentaria
y la poltica agrcola con oportunidades de negocios, argumenta que no tiene re-
cursos para apoyar a los productores a establecer algn esquema de pignoracin
que evite la cada del precio del mercado, garantice la venta de la cosecha nacional
y constituya una reserva tcnica, por el contrario sostiene que apoyar a los agricul-
tores nacionales implicara prdidas. Olvida que una funcin del Estado es regular
los mercados de productos bsicos y garantizar la produccin nacional. 16
Pero las contradicciones se suman. Al mismo tiempo que existe este favoritismo
para las comercializadoras en menoscabo de la produccin nacional, y que se pre-
tende sembrar tal extensin de hectreas con OGM, un informe de la Comisin
Econmica para Amrica Latina y el Caribe (Cepal), la Organizacin de Naciones
Unidas para la Agricultura y la Alimentacin (FAO, por sus siglas en ingls) y el Ins-
tituto Interamericano de Cooperacin para la Agricultura (IICA), afirma que ao
con ao se destinan menos hectreas a la produccin de maz, siendo Mxico uno
17
No toquen nuestro maz!
Por qu una avalancha? Hay que recordar que durante doce aos desde
2001 el gobierno no slo no detuvo la contaminacin sino que le rest impor-
tancia y en los hechos la permiti. La muy posible inundacin con transgnicos
en las comunidades del centro y sur del pas no ocurri porque las comunidades
pudieron mal que bien frenar la entrada del maz transgnico a sus territorios me-
diante una moratoria de facto asumida naturalmente y sin declaraciones vistosas
pero con una decisin y una certeza inquebrantable, que sigue vigente. Eso impidi
que cundiera la contaminacin transgnica en Mxico durante todos estos once
aos como s ha ocurrido en otros pases. El trabajo insistente y carioso de
la Red en Defensa del Maz (como dijimos ms de mil comunidades en unos 22
entidades federativas del pas) fue un freno real. Pero la gente de las comunidades
18
La resistencia
campesinas del pas tienen la claridad suficiente para saber que una avalancha de
esta magnitud terminar irremediablemente contaminando siembras ni siquiera
tan vecinas de los enormes campos sembrados con OGM, y se introducir a la ali-
mentacin de la poblacin mexicana sin freno alguno.
Como afirma el cartel que circula ya para apoyar la resistencia en los barrios de
muchas ciudades:
Hace ms de once aos, desde que se descubri contaminacin de maz transgnico, cien-
tos de comunidades y organizaciones campesinas, muchas de ellas indgenas, han estado
luchando contra el maz transgnico, creando conciencia entre sus habitantes, afinando
sus estrategias de intercambio de semillas, observando ms de cerca sus milpas, haciendo
estatutos comunitarios que prohiben la entrada de maces transgnicos, rechazando las
semillas de los programas de gobierno. Han comprendido que la lucha no es slo por una
comida, o por una planta, o por una parcela; han comprendido que es la lucha que va de
la semilla a los territorios y la posibilidad de libertad material y poltica. 20
Durante esos aos el gobierno mexicano implement, paso a paso, leyes, regla-
mentos y polticas pblicas que sin duda promovieron el ingreso de los organismos
genticamente modificados. Primero inund los espacios campesinos indgenas
con maz importado (con un alto porcentaje de maz transgnico revuelto e in-
distinguible) a travs de las 23 mil tiendas campesinas de la empresa paraestatal
Diconsa lo que implant focos de contaminacin en zonas que no lograron ex-
19
No toquen nuestro maz!
pandirse de una manera generalizada. Entre las organizaciones y los estudiosos del
proceso, hay la certeza de que esta contaminacin fue y es una estrategia consciente
de las empresas y los funcionarios tcnicos y polticos del gobierno mexicano.21
Despus, desde las instancias del gobierno se promovi la idea de que los mexi-
canos tendran que aprender a coexistir con los organismos genticamente y que
no pasara nada. En este contexto, el congreso mexicano en pleno (diputados y
senadores por igual) aprob la Ley de Bioseguridad y Organismos Genticamente
Modificados (LBOGM) y varias leyes colaterales, como la Ley Federal de Produc-
cin, Certificacin y Comercio de Semillas, los reglamentos de ambas leyes y una
batera completa que configura un verdadero blindaje para obstruir la justicia.
En tercer lugar, el gobierno le apost a la confusin. A ella contribuy el regla-
mento de la LBOGM en lo tocante al llamado Rgimen Especial de Proteccin al
Maz, que prcticamente desapareci y dej as una incertidumbre legal que existe
an en torno a si en Mxico existen centros de origen del maz y sitios donde
no hay tales centros, o si todo el pas es centro de origen como lo han venido
insistiendo muchsimas organizaciones, comunidades, colectivos, investigadores y
gente de buena voluntad.
Que todo Mxico y ms sea el centro de origen del maz para el mundo era y es
uno de los fundamentos de la moratoria de facto que funcion de 1997 a 2009. Y
es algo que la Red en Defensa del Maz seguir reivindicando.
Aprovechando la confusin, se instalaron siembras experimentales y piloto en
el norte del pas de un modo clandestino. Frente a ello, el gobierno mexicano no
reaccion de acuerdo a lo que la ley mandataba en ese momento, sino que, por el
contrario, decret la ruptura de la moratoria, lo que ocurri el 6 de marzo de 2009.
Con la ruptura de la moratoria se instaur un nuevo paso: de ah en adelante,
las dependencias encargadas comenzaron a otorgar permisos de siembra experi-
mental y siembras piloto en el norte del pas con la ley por delante. En paralelo,
el gobierno ha venido realizando preparativos para emprender monitoreos a las
comunidades en busca de semillas no certificadas, semillas pirata, lo cual es uno
de los signos ms alarmantes de cmo la biodiversidad en manos campesinas e
indgenas est siendo criminalizada bajo la excusa de protegerla.
De aqu en adelante, el discurso cambi. El gobierno emprendi una estrate-
gia doble: por un lado la promocin de leyes estatales que dicen defender el maz
criollo de la contaminacin mediante el registro, la certificacin y la fiscalizacin
de las semillas, los productores y el proceso agrcola. Por el otro, la delimitacin
de supuestos centros de origen nicos en el territorio nacional, abriendo as el
espacio para que en el resto del pas exista una enorme extensin para promover
agricultura industrial y transgnicos.
Ambas estrategias apuntan a lavar la imagen de las polticas estatales e insisten
en que son para cuidar del patrimonio gentico del pas, la multiculturalidad de
los pueblos originarios y la diversidad de los maces, cuando en realidad preparan
la erradicacin de todo aquello que, en lo tocante a la agricultura, no est sometido
a los controles establecidos por las normas, reglamentos, leyes y reformas constitu-
cionales de un Estado mexicano muy imbricado con grandes corporaciones.
20
La resistencia
Hace doce aos que las comunidades que siembran maz en sistemas complejos
como la milpa insisten en que para defender el maz hay que sembrarlo; que para
defender la libertad de las semillas hay que seguirlas custodiando e intercambian-
do; que la autonoma ms primera es sembrar los propios alimentos, y que partien-
do de ah es posible emprender la defensa integral del territorio.
Las empresas buscan quebrar la produccin independiente de alimentos. Para lo-
grarlo deben quebrar relacin de la gente con sus fuentes de subsistencia, y por eso
buscan quebrar la idea de la comunidad, la defensa territorial, la autonoma de los
pueblos. El acaparamiento de la tierra y el agua es el paso primordial para despus
cambiar el uso del suelo, inundar de monocultivos, promover programas autorita-
rios de intensificacin de cultivos con mecanizacin y paquetes de agrotxicos, lo
que expulsa a la poblacin a las ciudades o a los proyectos agroindustriales para inva-
dir en busca de minerales y biodiversidad, predando el bosque o especulando con la
compra-venta de bonos de aire en las bolsas internacionales de valores.
Ahora, buscando apoderarse de toda la cadena alimentaria (desde el acapara-
miento de la tierra a los canales de comercializacin de los supermercados), han
decidido imponer los OGM. Lo grave es que no slo est en juego la agricultura sino
la subsistencia misma de la gente. El ataque se ensaa tambin en quienes, sin pro-
ducir sus alimentos, son dependientes absolutos de las polticas gubernamentales
y empresariales que decidieron correr el riesgo de agudizar al extremo la salud de
toda la poblacin urbana en Mxico tan slo por establecer su control total sobre
las fuentes de produccin, la produccin misma y su procesamiento y distribucin.
Una autorizacin de la siembra comercial de maz transgnico con distribucin
destinada a las ciudades es el momento ms lgido de este proceso y terminar con
el debate posible por la va autoritaria: una avalancha de escala masiva que necesita
ser frenada totalmente.22
21
No toquen nuestro maz!
22
La resistencia
23
Resistencia vs OGM en Mxico
GRAIN
E
n el documento anterior (Alarma: Avalancha transgnica en Mxico),1
resumimos las circunstancias que llevaron a la emergencia que hoy viven
Mxico y varios pases de Amrica Latina. Con diferentes grados de avance, la
andanada transgnica y las leyes de semillas y propiedad intelectual que fortalecen
el control de las empresas sobre la agricultura atraviesan todo el continente y, por
desgracia, encuentran eco en organismos internacionales como la FAO o el CIMMYT, y
en fundaciones de asistencia al desarrollo como la Fundacin Bill y Melinda Gates.
Hoy Mxico sigue ante el riesgo inminente de que con permisos de siembra
comercial, o sin permisos, se inunde con maz transgnico las grandes ciudades; se
profundice la imposicin de sistemas autoritarios de intensificacin de cultivos y se
terminen contaminando, en su centro de origen, las variedades de maz nativo
uno de los cuatro cultivos ms importantes en la historia de la humanidad.
24
La resistencia
25
No toquen nuestro maz!
Las tres estrategias centrales de la RDM en estos aos han sido mantener a raya
los transgnicos con la decisin comunitaria, regional, nacional de no dejar
pasar semillas ajenas ni de la asistencia gubernamental; defender la vida completa
de los pueblos que se preocupan por cuidar el maz (lo que implica que las comu-
nidades reivindiquen activamente sus territorios y autogobiernos, y asumir un pla-
zo perpetuo en donde la lucha no termina jams, ocurra lo que ocurra). Haciendo
eco de lo anterior la RDM remachaba:
Saludamos a todas las comunidades y organizaciones que desde el nivel local y regio-
nal han logrado establecer acuerdos, estatutos o reglamentos como un freno real a
la entrada de los transgnicos a sus lugares y enclaves mediante una actitud de aten-
cin, alerta y cuidado desechando o frenando todas las semillas extraas, las semillas
hbridas o ajenas que los programas de gobierno o las empresas quieren imponerle a
las comunidades a cambio de otros programas o proyectos.
Esa moratoria real se ha mantenido estos once aos y Mxico sigue siendo un
pas donde todava no nos vencen los transgnicos. Por eso es importante, ante
una emergencia tan grave como la que vivimos, redoblar esfuerzos, atencin, cui-
dados, para mantener y reforzar las semillas nativas y los canales de confianza que
hacen posible su intercambio seguro y la diversidad que es su corazn, al tiempo
de desterrar toda semilla ajena, sobre todo si son semillas que nos promueve el
gobierno y las empresas.
Por supuesto, ahora ya no slo es un problema de siembra atenta, cultivo cuida-
doso o intercambio de semillas por los canales de confianza. Ahora tambin debemos
prestar atencin a la procedencia de todo el maz que consumamos, sabedores de que
hay ahora infinidad de productos que lo contienen. Debemos redoblar la atencin
para desechar los productos procesados que contienen algn ingrediente basado en
maz industrial, pues seguramente ser transgnico.
26
La resistencia
que el gobierno federal considere los intereses de los campesinos y la mayora de los
productores mexicanos por encima del poder de las empresas transnacionales.10
27
No toquen nuestro maz!
28
La resistencia
29
No toquen nuestro maz!
30
La resistencia
31
No toquen nuestro maz!
32
La resistencia
sinergias entre todos quienes luchan contra el hambre, para que puedan dirigir de
mejor manera esos esfuerzos seal Graziano da Silva. El director general acept
la invitacin del presidente para visitar Mxico en el futuro cercano, diciendo que
la FAO apoya de manera total los objetivos de la Cruzada.28
No es la primera vez que FAO respalda las polticas agrcolas y alimentarias de
Mxico. En marzo de 2010, al ao justo de que el gobierno del presidente Felipe
Caldern rompiera la moratoria al maz transgnico que estuvo en efecto desde
1999, la FAO celebr en Guadalajara, junto con el Banco Mundial y el CGIAR una
reunin con el objetivo de promover la biotecnologa como factible solucin a
los problemas del hambre en el mundo, segn sus fines declarados, y por ende
promover los cultivos transgnicos. Los documentos de FAO, preparatorios para la
reunin, argumentan que la coexistencia entre transgnicos y cultivos tradicio-
nales no implica riesgos, que es excesivo el prurito de organizaciones, comunidades
y cientficos que exageran y polarizan el debate de los OGM.29-30
33
No toquen nuestro maz!
de alto rendimiento equipadas para tolerar las vicisitudes del cambio climtico.
Combinando los ltimos adelantos en ciencia agrcola y prcticas de cultivo con
tecnologa digital, los esfuerzos innovadores de Mxico permitirn que los campe-
sinos ms pobres siembren y vendan ms.32 Entrevistados, Carlos Slim y Bill Gates
explicaron los montos que gastaron en remodelar las instalaciones del CIMMYT.33
Recordemos que el CIMMYT estuvo en el centro de lo que hace 50 aos se cono-
ci en el mundo como Revolucin Verde. Y en el boletn de la Fundacin Gates se
precisa el sentido de su gesto: Hace cincuenta aos, el liderazgo de Mxico alivi
el hambre y la pobreza de cientos de millones de personas en Amrica Latina y Asia
[...] El mundo cuenta con Mxico para que contine guiando el camino en investi-
gacin agrcola y prcticas sustentables de cultivo para garantizar la seguridad ali-
mentaria mundial. Entretanto, la comunidad global debe hacer su parte y alinearse
en torno a una nueva serie de objetivos, incluida la productividad agrcola, con
resultados medibles que mejoren las vidas de la gente ms pobre.34
Los reporteros de The Guardian, entrevistaron a Thomas Lumpkin, director del
CIMMYT, y nos informan: Se afirma que la remodelacin de las instalaciones bus-
ca incrementar la capacidad del centro en lo tocante a investigacin transgnica.
Aunque Lumpkin insisti en que los transgnicos se mantendran como una parte
menor del programa en Mxico, llegando tal vez a 10% en los prximos cinco aos,
el funcionario arguye que puede resultar crtica esta investigacin en los sitios don-
de sea insuficiente la manipulacin de la diversidad natural. Lumpkin afirma que
cuando son las instituciones no lucrativas como el CIMMYT las que proporcionan
los OGM, puede evitarse la inequidad rural diseminando una tecnologa por ahora
limitada, en gran medida, al mundo desarrollado. El CIMMYT ya trabaja en cultivos
GM experimentales de maz en Kenya, y otros muchos pases africanos, utilizando
rasgos, probados y evaluados que las compaas multinacionales proporcionaron
gratis mediante acuerdos especiales. Lumpkin dijo que compaas como Monsan-
to estn deseosas de hacer esto cuando sus variedades producidas y diseadas para
el mercado no resultan significativas comercialmente. En Mxico, la investigacin
con OGM se limita al trigo, pero las nuevas instalaciones abren la posibilidad de
expandir esto a investigaciones ms controvertidas como el maz.35
En particular, la Fundacin Bill y Melinda Gates desde diciembre de 2012 apro-
b el apoyo directo a una investigacin conducida por Luis Herrera Estrella, di-
rector del Laboratorio Nacional de Genmica para la Biodiversidad del Centro
de Investigaciones y Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politcnico Na-
cional (una entidad pblica mexicana) y Damar Lpez Arredondo, directora de
investigacin de StelaGenomics36 empresa de la que Herrera Estrella es tambin
presidente de su Consejo Consultivo Cientfico.
Los cientficos Luis Herrera Estrella y Damar Lpez Arredondo, apoyados por
la Fundacin Bill y Melinda Gates, realizan un proyecto de investigacin para llevar
maz transgnico a frica con el fin de que en cuatro meses se tengan identificadas
las principales malezas nocivas a combatir y en seis meses evaluar las primeras
lneas transgnicas de maz, tanto de biomasa como de produccin de semillas,
para mejorar los cultivos en Kenya.37 En un reportaje de diciembre de 2012, se
34
La resistencia
informaba que la investigacin recibira 100 mil dlares en una primera etapa y si
los resultados son positivos, se podr presentar la solicitud para recibir un apoyo
mucho mayor de un milln de dlares. El trabajo est encabezado por la doctora
Damar Lpez Arredondo, directora de investigacin de StelaGenomics y del pro-
pio cientfico mexicano [Herrera Estrella].38-39
Un sabor amargo dejan estos nuevos proyectos millonarios puesto que la Revo-
lucin Verde signific un recrudecimiento en la guerra contra la subsistencia que
impuso programas de intensificacin de cultivos y semillas de laboratorio, ero-
sion e hizo drogadictos los suelos, y agudiz la expulsin campesina por la no
rentabilidad de sus quehaceres. La propia Fundacin Gates ya tiene tiempo pro-
mocionando en frica su versin nueva de la Revolucin Verde y el torbellino de
resistencia crece conforme la imposicin de qu, cmo y dnde cultivar se vuelve
intolerable.
Tanto en frica, como en Mxico, se difunde y se propalan cruzadas contra el
hambre mientras, como afirmara Ivan Illich y nos recuerda Jean Robert, la era
moderna es una guerra sin tregua que desde hace cinco siglos se lleva a cabo para
destruir las condiciones del entorno de la subsistencia y remplazarlas por mercan-
cas producidas en el marco del nuevo Estado-nacin. A lo largo de esta guerra,
las culturas populares y sus reas de subsistencia los territorios fueron de-
vastados en todos los niveles. En la complejidad de las acciones gubernamentales
que privilegian los intereses corporativos, las comunidades resultan arrancadas
de sus fuentes de subsistencia (sus territorios, su biodiversidad, sus recursos),
son despojadas de sus estrategias de subsistencia (sus saberes independientes para
producir alimentos), o se les prohibe, impide o disuade de utilizarlas, con lo que
terminan expulsados, engrosando el ejrcito de obreros precarizados, propensos a
estas cruzadas contra el hambre.40
35
No toquen nuestro maz!
1. En el periodo reciente que vive Mxico, la movilizacin logr visibilizar, para la
opinin pblica, el grave problema de la contaminacin transgnica en el centro
de origen del maz. Logr poner en el debate, nacional e internacional, la crucial
importancia del alimento principal del pueblo mexicano y de muchos pueblos
en el mundo.
2. Logr convocar un amplio rango de respuestas de oposicin ante los OGM y ante
el supuesto imperio de la autoridad de funcionarios gubernamentales y cient-
ficos de orden privado y pblico. Estos opositores son cientficos y acadmicos
comprometidos con la sociedad, estudiantes, promotores de derechos humanos,
de activismo barrial, pastoral y de salud, movimientos sociales reformistas y
contestatarios, movimientos de afectados ambientales, y organizaciones cam-
pesinas e indgenas (de las productivistas a las comunitarias), hasta llegar a las
personas ms comunes que, cargadas de historias, se reconocen en una lucha que
reivindica races de identidad, seguridad y soberana alimentarias, insumisin y
soberana nacional.
3. Para fines de 2013 quedaron suspendidos los permisos de siembra comercial que
tanto revuelo causaron. En ese ao se realizaron nuevos intentos por reactivar, en lo
legal y lo administrativo, la solicitud de los mismos ante las instancias que afirman
regularlos.42 Hay que recalcar que desde octubre de 2012 y durante todo 2013 los
36
La resistencia
37
No toquen nuestro maz!
38
La resistencia
39
No toquen nuestro maz!
40
La resistencia
24 Ya se anuncia la proxima visita del seor GRAIN, Casifop, publicado por Editorial taca
Graziano Da Silva, director general de la FAO con apoyo de CS-Fund, enero de 2012, p. 241-
a Mxico por invitacin del presidente, para 242. FAO International Technical Conference,
profundizar en esta campaa. Ver http:// Guadalajara, Mxico, 1-4 de marzo 2010, docu-
noticias.prodigy.msn.com/acelern-a-la- mento ABDC10/9 [Issues-Recommendations]:
cruzada-contra-el-hambre Agricultural Biotechnologies for Food Security
25 R osa Santana, Admite Sagarpa que Mxico and Sustainable Development: Options for
importa soya y maz transgnicos. Proceso, developing Countries and Priorities for Action
5 de abril, 2013. http://www.proceso.com. by the International Community, enero de 2010.
mx/?p=338193 30 FAO International Technical Conference, Gua-
26 Ver http://cruzadacontraelhambre.gob.mx/ dalajara, Mxico, 1-4 de marzo 2010, docu-
27 Ver, Emmanuel Gonzalez ortega, El hambre mento ABDC10/9 [Issues-Recommendations]:
como botn de las corporaciones, http://pagi- Agricultural Biotechnologies for Food Secu-
na3.mx/al-grano/8717-el-hambre-como-botin- rity and Sustainable Development: Options
politico-y-de-beneficios-corporativos.html for developing Countries and Priorities for
28 L a accin coordinada es clave en la Cruzada Action by the International Community,
contra el Hambre de Mxico. FAO News, www. enero de 2010.
fao.org/news/story/es/item/172650/icode/ 31 Manuel Milz, La Revolucin Verde en Ruan-
29 Ver En Mxico la humanidad camina en el filo da: un programa autoritario de intensificacin
de la navaja, en El maz no es una cosa: es un agrcola al servicio de la agroindustria, Bio-
centro de origen, Colectivo por la Autonoma,
diversidad, sustento y culturas nm. 68, abril
41
No toquen nuestro maz!
42
Maz, soberana alimentaria
y autonoma
GRAIN
H
ace ms de dos aos, se abri en Mxico un proceso solicitando la presen-
cia del Tribunal Permanente de los Pueblos, un tribunal tico de concien-
cia, continuacin directa del Tribunal Russell que puso los ojos del mundo
en los crmenes de guerra en Vietnam y despus en la violencia represiva de los
regmenes dictatoriales en Amrica del Sur en la dcada de los setenta.1
Quienes promovieron la presencia del Tribunal Permanente de los Pueblos
(TPP) en Mxico estn convencidos de que ante la impermeabilidad de las es-
tructuras, el enmaraamiento jurdico y la fabricacin expresa de leyes que obs-
truyen la consecucin de la justicia rasgos sistemticos y estructurales que
perciben en todo el aparato de los tres poderes del Estado, es necesaria la
intervencin de un tribunal que aunque no sea vinculante abra la posibilidad
de que la poblacin mexicana sistematice sus agravios, presente un diagnstico
organizado de las violaciones a sus derechos y del panorama de ataques que
viven cotidiana y permanentemente, y los presente ante personas que con auto-
ridad moral pueden cotejar la pertinencia, la veracidad y la trascendencia de lo
sistematizado.2
Ya en la Petitoria inicial diversas organizaciones sociales de Mxico recono-
cieron en el TPP un referente tico incuestionable, con una trayectoria intacha-
ble y una autoridad moral labrada en sus aos de existencia. En esta espesura
legal que nos encontramos, es para nosotros urgente hallar un referente as, que
incluso vaya ms all de la institucionalidad internacional y sea en verdad inde-
pendiente, lo que le permite documentar de forma vasta, abierta (y sin embargo
rigurosa) todo tipo de agravios. Tal y como ya ha ocurrido en otros lugares del
mundo, a Mxico le abre un plano internacional que permitir ponerle nombre
propio tanto a las vctimas como a quienes se benefician de la actual situacin.
Con ello resultar posible romper el cerco informativo que las actividades de
cabildeo gubernamental en el extranjero y los medios de comunicacin globales
han creado en torno de la descomposicin nacional. El TPP ofrece una forma
nica con la cual los diferentes afectados de mltiples violaciones de sus dere-
chos pueden emprender procesos de visibilidad y la apertura de espacios para
43
No toquen nuestro maz!
44
La resistencia
L a primera pregunta que se hicieron los promoventes de este eje temtico se hizo
en el cuerpo de la Petitoria inicial ya mencionada. Tal pregunta sigue siendo
muy pertinente para quienes nos acercamos al proceso intentando entender:
45
No toquen nuestro maz!
46
La resistencia
D esde el principio del proceso del TPP, la sociedad mexicana rural y urbana
consider crucial idear su acusacin general con visin integral y panormica
de lo que significa este ataque a la agricultura y la produccin independiente de
alimentos en Mxico. Las investigaciones y estudios de varias fuentes y la multitud
de casos presentados, el trabajo de doce aos de la Red en Defensa del Maz, fueron
documentando esta visin integral pero no comprendamos an la fuerza con
que eso iba a ser planteado en diferentes espacios.8
La documentacin presentada a partir de casos individuales (de grupos y co-
munidades) nos hizo pensar en un agravio central, formulado con precisin en la
47
No toquen nuestro maz!
preaudiencia celebrada en San Isidro, Jalisco a fines de junio de 2013; agravio que
retom la acusacin general y despus el dictamen final de la audiencia general
de noviembre de 2013: que el Estado mexicano y las corporaciones, buscan acti-
vamente impedir que la gente resuelva por medios propios algo tan fundamental
como su propia subsistencia, es decir su propia produccin de alimentos, reivindi-
cando sus espacios y tiempos propios con la dignidad de un horizonte de justicia
plena. En San Isidro se plante as:
Que las empresas directamente beneficiadas por actos de gobierno de los Estados,
por sus polticas pblicas, sus reformas constitucionales y sus legislaciones apalan-
cadas con tratados de libre comercio y cooperacin (y sus normas, estndares y re-
glamentaciones), han destruido las condiciones para que la gente gestione su entorno
material y subjetivo; para que resuelva la subsistencia mediante sus propios medios
individuales y colectivos, con creatividad e ingenio propio [...] Esto acarrea una frag-
mentacin comunitaria, la erosin de las relaciones; la invasin, la devastacin, el
despojo y el acaparamiento de los territorios, la expulsin de personas y su sumisin
extrema en trabajos esclavizantes e indignos.9
Para el pleno de organizaciones que promovi este proceso ante el TPP fue im-
portante intentar un resumen que diera cuenta de esta concatenacin, decimos
integral u holstica, de los acontecimientos y estructuraciones que disparan ese flu-
jo de devastacin econmico-social, poltico, cultural y ambiental e histrica. Ese
resumen (cinco tesis relacionadas) se present en forma sucinta en la instalacin
del captulo Mxico del TPP, en octubre de 2011.10 En cada grupo de argumentos
de cada una de las cinco razones del maz se pueden detallar los metabolismos
imbricados que juntos, pensamos, dan cuenta de la totalidad de lo que ocurre.
Primera tesis
48
La resistencia
Entre todos los acuerdos comerciales internacionales, los compromisos para la agri-
cultura establecidos en el TLCAN entre Mxico y Estados Unidos son los ms radica-
les, pues incluyen la liberalizacin de todo el comercio agrcola y agroalimentario en
un plazo mximo de catorce aos: 1994-2008.
El TLCAN es el primer Tratado que asocia como iguales a dos pases desarrollados
y a uno subdesarrollado. El sector agrcola de Mxico presenta grandes asimetras
econmicas, tecnolgicas, de factores de produccin y de polticas agrcolas y recur-
sos de apoyo a la agricultura, frente a sus homlogos de Estados Unidos y Canad.
La negociacin del captulo agrcola se dio en contra de los intereses nacionales,
de la soberana alimentaria, de los campesinos que son la gran mayora de los pro-
ductores del pas y nicamente a favor de las empresas transnacionales, algunos agri-
cultores empresariales y un reducido nmero de cultivos de exportacin. El TLCAN
atenta contra la agricultura campesina, que no tiene posibilidades de competir en el
mercado abierto [...]
La ganadera ejidal y de pequeos ganaderos casi ha desaparecido a merced de
la competencia con la produccin de Estados Unidos. Las principales corporaciones
de ganadera industrial en Estados Unidos Smithfield, Pilgrims Pride, Tyson, han
49
No toquen nuestro maz!
Esta visin coincide con la de Vctor Quintana que insiste en que La crisis de
la produccin nacional de maz sobrevino como resultado de las polticas de ajuste
estructural iniciadas en 1982 y que llegaron a un punto culminante en 1994 con
la entrada en vigor del TLCAN. Tan slo de 2010 al 2011, la compra de maz a los
Estados Unidos se increment en un 48.7%.15
Segunda tesis
50
La resistencia
industrial, algo que vena ocurriendo desde finales de la Segunda Guerra Mundial
y desmantel la agricultura nacional en todos los rdenes.
Hay investigadores que, en este intento, ven un empeo autntico pero fallido
en aras de aliviar el hambre del mundo, aumentando la eficacia, los volmenes y los
rendimientos. Pero existe una crtica generalizada que considera la Revolucin Verde
como un esfuerzo concreto por subordinar la agricultura a los paquetes tecnolgi-
cos de las empresas, erradicar la produccin independiente de alimentos, erosionar
las semillas propias, nativas, ancestrales y su intercambio, sustituyendo stas con se-
millas mejoradas, hbridas, de laboratorio y sentar las bases para el modelo agrcola
modernizante y sus polticas asociadas, promovidas por corporaciones, gobiernos y
organismos internacionales. Las empresas insistieron en promover el uso intensivo
de agrotxicos plaguicidas y fertilizantes, que implicaron una intensificacin de
los cultivos buscando promover un modelo industrial de producir alimentos y la
erosin de las posibilidades de la agricultura mexicana. Esto tuvo como resultado
el acaparar tierras, cambiar el uso del suelo, y promover a las corporaciones, despla-
zando de la competencia al campesinado tradicional. Curiosamente, fue Mxico la
punta de lanza de este ataque que comenz aqu con la complicidad de fundaciones
internacionales y la formacin del Centro Internacional de Mejoramiento de Maz
y el Trigo (CIMMYT), posteriormente miembro del Grupo Consultivo Internacional
de Investigaciones Agrcolas (CGIAR).17 La sentencia emitida por los jurados de la
audiencia final del maz retom el punto y ahondaba diciendo:
51
No toquen nuestro maz!
Mxico haba iniciado una liberalizacin unilateral del sector agropecuario desde
1989, como parte de un ambicioso programa de modernizacin del campo, inscrito
en un proyecto general de cambio estructural. La apertura comercial, el retiro del
Estado de la mayora de las actividades econmicas, la reduccin de los subsidios,
la privatizacin de la mayora de las empresas estatales, fueron los objetivos que
orientaron la poltica agrcola. El Tratado de Libre Comercio de Amrica del Norte
(TLCAN) institucionaliz el modelo econmico neoliberal y pretendi darle un carc-
ter definitivo e irreversible. Es decir, el TLCAN garantiz que las drsticas reformas
estructurales impulsadas en la agricultura se mantuvieran. El TLCAN fue el candado
que cerr la puerta e impidi dar marcha atrs a las reformas. Separar el efecto de las
reformas de los efectos del Tratado es prcticamente imposible.23
De acuerdo a Ceccam, para los aos ochenta, el Estado mexicano avanz en las
reformas estructurales que los organismos internacionales le exigieron. Se profun-
diz el desmantelamiento de los programas de proteccin rural,24 y aade Vctor
Quintana:
52
La resistencia
53
No toquen nuestro maz!
* Dejar fuera de la ley los sistemas locales, campesinos e indgenas de uso, inter-
cambio, produccin y mejoramiento de variedades locales.
* Permitir que el sector empresarial incluidas las transnacionales, definan
polticas nacionales sobre semillas, investigacin y agricultura.
* Crear un sistema de certificacin y fiscalizacin que ser controlado por em-
presas privadas y asociaciones internacionales de semilleros.
* Obligar a comunidades campesinas y pueblos indgenas a aceptar normas fi-
jadas por las transnacionales semilleras y la fiscalizacin por parte de orga-
nismos privados si desean seguir intercambiando semillas de manera legal.
* Postergar, minimizar o eliminar cualquier preocupacin por la conservacin
de la diversidad agrcola.26
54
La resistencia
Con el pronstico de una menor produccin, los agricultores [de Sinaloa] espe-
raban vender su cosecha en cerca de cinco mil pesos por tonelada. Sin embargo, el
mercado de maz est concentrado en un puado de compradores trasnacionales que
actan a manera de crteles y han decidido no comprar el grano de Sinaloa, pues
con la aprobacin y apoyo del gobierno han importado maz blanco de Sudfrica
y de Estados Unidos. Desde 2008, con el sector agropecuario totalmente abierto a
las importaciones de Estados Unidos, Mxico compr medio milln de toneladas
de maz blanco, adems de las ms de siete millones de toneladas de amarillo. Desde
2011, el gobierno mexicano decidi permitir a las trasnacionales abastecerse de maz
blanco sudafricano, sin poner ningn requisito o impuesto a su importacin, a pesar
de que Mxico no tiene acuerdo de libre comercio con este pas. Se importaron en
ese ao casi un milln de toneladas de Sudfrica y ms de medio milln de toneladas
de Estados Unidos.
Durante los tres primeros meses de 2012 las transnacionales han importado 255
mil toneladas de maz blanco de Sudfrica y otras 255 mil provenientes de Estados
Unidos, por las que pagaron en promedio alrededor de 4 mil 900 pesos por tonelada
(371 dlares). Se sabe que vienen en camino varios miles de toneladas ms, de ah que
Cargill y Archer Daniels Midland (ADM), quienes compran alrededor de 1.5 millones
de toneladas en el estado y otras empresas, que compran otro tanto, se nieguen a
comprar el maz de Sinaloa. Estos monopolios que despus de la retirada de los apa-
ratos de regulacin del Estado, la nica alternativa de compra de la cosecha para los
productores, argumentan que el mercado est invertido y no es redituable comprar
ahora, cuando en meses posteriores los precios internacionales bajarn.
La Secretara de Agricultura, que confunde la seguridad alimentaria y la poltica
agrcola con oportunidades de negocios, argumenta que no tiene recursos para apo-
yar a los productores a establecer algn esquema de pignoracin que evite la cada del
precio del mercado, garantice la venta de la cosecha nacional y constituya una reserva
tcnica, por el contrario sostiene que apoyar a los agricultores nacionales implicara
prdidas. Olvida que una funcin del Estado es regular los mercados de productos
bsicos y garantizar la produccin nacional.33
55
No toquen nuestro maz!
los tratados de libre comercio son un instrumento fundamental para ello. [...] Sin
embargo, el potencial de la crisis alimentaria para aumentar las ganancias de las me-
gaempresas dominantes en el mercado de alimentos es tan brutalmente grande (en
2007 las tres mayores empresas comercializadoras de grano en el mundo duplicaron
sus ganancias, que alcanzaron ms de 5 mil 200 millones de dlares), que no ha per-
mitido que se escuchen razones ticas o de simple gobernabilidad. 34
Tercera tesis
Q ue hay una invasin transgnica legal, promovida por el Estado y las empre-
sas que comenz en 2001 y que inevitablemente contaminar a las 62 razas y
miles de variedades que existen en Mxico como un control gentico que suponen
que el campesinado no podr quitarse de encima. Es un grillete gentico que impide
la plena transformacin de las semillas y que cuenta con un cdigo de barras para
reafirmar los derechos de propiedad asociados. Mediante este grillete gentico se
busca que la actividad agrcola dependa de las industrias semilleras y de insumos,
porque tales corporaciones de semillas, como hemos visto, acaparan tambin la
produccin y el mercado de agrotxicos. En este ataque, la invasin transgnica es
un paso, el ms letal hasta ahora. Dice un documento de GRAIN:
56
La resistencia
[...] Todos los cultivos transgnicos, sin excepcin, estn patentados o sujetos a al-
guna otra forma de propiedad intelectual. Quien los use se ver obligado a comprar
semillas ao tras ao. Y no slo eso; adems se ver obligado, mediante un contrato
que deber firmar al momento de comprar la semilla, a comprar un conjunto de agro-
qumicos, producidos, la mayora de ellos, por las mismas empresas semilleras. Hoy,
la mayora de quienes cultivan transgnicos se ve obligada a utilizar glifosato, pero
ya hay otros transgnicos que obligarn a quienes los cultiven a comprar y utilizar,
adems, otros productos qumicos.
Entonces, los transgnicos son un instrumento diseado y utilizado para expan-
dir el mercado de las semillas y el mercado de los agroqumicos. Estamos hablando
de muchsimo dinero. Actualmente el mercado de las semillas es de unos 20 mil mi-
llones de dlares anuales y las empresas quieren llegar a al menos 40 mil millones
para el ao 2020, y seguir creciendo despus de eso. El mercado de los agroqumicos
es an ms grande, tres o cuatro veces eso. No debemos olvidar que si las empresas
quieren vender todos los aos 20 mil millones de dlares adicionales slo en semi-
llas, significa que alguien deber pagarles ese dinero. En los planes empresariales, ese
alguien incluye a campesinos e indgenas.
[...] Con los transgnicos los agricultores y campesinos se vern obligados a firmar
contratos donde se comprometen a cultivar de la manera en que la empresa lo de-
termine. La empresa determinar fecha de siembra, dosis de semilla, distancias entre
surcos, labores de cultivos, qu agroqumicos usar, cundo y en qu dosis, etctera.
De acuerdo a las leyes de propiedad intelectual, las empresas incluso tienen la
posibilidad de fijar a quin se le va a vender el producto. La capacidad de decidir
cmo cultivar, cundo cultivar, qu cultivar, cmo cuidar el suelo o el agua al cultivar,
57
No toquen nuestro maz!
cmo combatir las plagas o enfermedades, y las muchas otras capacidades necesarias
para ser un buen cultivador van a quedar eliminadas por contrato. A eso se le suma
que ser delito guardar o intercambiar semilla y que aumentarn los costos por la
obligacin de comprar esas mismas semillas y otros insumos. Veremos entonces la
imposicin de contratos que nos dirn que no podemos ser cultivadores libres, que
debemos despreciar los saberes propios y someternos al conocimiento y marcos tc-
nicos de las empresas; que es un delito cuidar e intercambiar semillas como los
pueblos del mundo lo han hecho desde que hay agricultura, y que es necesario
obligar a campesinos y pueblos indgenas a endeudarse.
Para las empresas el camino est claro: o logran obligar a los campesinos e indge-
nas del mundo a pagarles, o los expulsan de la tierra para que los reemplacen grandes
empresarios que s pagarn.35
58
La resistencia
Cuarta tesis
Mxico vive uno de los momentos crticos ms dramticos de su historia. Los poderes
de arriba quieren imponer al pas una transformacin an ms radical que la que
elimin a los campesinos europeos. [...] Pero, contrariamente a lo que pas en Eu-
ropa, las fuerzas de abajo resisten y lo hacen organizadamente, como se demuestra
con la totalidad de las denuncias y testimonios que se presentan.
[...] Los dictaminadores de esta preaudiencia del TPP quisiramos lanzar una
advertencia: si Mxico pierde la guerra contra la subsistencia, los campesinos des-
campesinizados se agregaran a una masa desposeda vulnerable a toda suerte de
manipulaciones y cautiva de quienes les otorgara los medios de una miserable su-
pervivencia.38
Esta visin fue retomada por la sentencia emitida por los jurados en la audien-
cia final de este proceso, en noviembre de 2013. Dijeron los jurados:
59
No toquen nuestro maz!
La agresin que sufren hoy los pueblos, comunidades rurales y habitantes de los
barrios de Mxico se repite en el mundo entero. No es casualidad, ni es al azar: es par-
te de un ataque sistemtico, pensado, diseado y desplegado de manera planificada y
coordinada. [...] El objetivo de los ataques es el despojo total, quitar a los pueblos sus
saberes, sus formas de construir una mirada, un sentido y un saber propio, sus for-
mas de convivencia y, por supuesto, sus medios de subsistencia. Ello con el objetivo
de convertirnos en individuos aislados, sin lazos sociales, sin arraigo a un territorio,
a la tierra o a un barrio, dependientes al momento de alimentarnos y trabajar, para
as dejarnos sin ms alternativa que convertirnos en mano de obra sumisa, barata y
desechable. 42
[...]La devastacin de la vida de los pueblos de la regin Huasteca [de agricultura mil-
pera, constituida milenariamente por comunidades nahuas, tepehuas, otomes, pa-
60
La resistencia
Quinta tesis
61
No toquen nuestro maz!
para defender nuestro derecho de vivir como pueblos de maz, siendo que dicha
ley nos impide esa defensa.45 Es posible hacer extensiva su queja contra la enorme
batera de leyes con que el Estado y las empresas beneficiarias de sus polticas, in-
tentan restringir las posibilidades de defensa de la gente.
Efectivamente, qu clase de instrumento son los tratados de libre comercio. El
propio doctor Guillermo Bonfil Batalla (en el ltimo artculo escrito por antes de
morir) afirm que el dilema era, sobre todo, quines tomaran las decisiones y qu
tanto se imponan modelos que no corresponden con la posibilidad de realizar un
futuro propio (consecuente con nuestra historia, con nuestra realidad, plural, con
los mltiples grmenes de futuro que viven en las diversas culturas mexicanas) al
mismo tiempo que emparejamos el terreno [artificialmente] para que [supuesta-
mente] sea el mismo en el que juegan Canad y Estados Unidos.46
Siendo solamente un instrumento de las polticas estructurales establecidas por el
Consenso de Washington, es decir, el candado que cerr la posibilidad de combatir
estas reformas, el TLCAN sirvi de modelo para muchos otros tratados y acuerdos.
Muchos acuerdos se caracterizan por su amplitud y su carcter abierto y en curso,
que obliga a los pases firmantes a ampliar peridicamente lo acordado y a empren-
der en los aos por venir un nmero indefinido de reformas jurdicas, administrati-
vas, econmicas y sociales cuyo fin es otorgar condiciones cada vez ms favorables a
las inversiones de las empresas [...]; constituyen verdaderas reformas legales paulati-
nas que sern definidas a nivel ministerial, lejos del seguimiento que puedan hacer
los parlamentos o la opinin pblica de cada pas.47 El poder y la obligacin de dise-
ar los cambios futuros y ponerlos en prctica quedan en manos de los gobiernos de
turno, sin la posibilidad de negarse o ejercer un control o participacin efectiva por
parte de los parlamentos o de los movimientos sociales. Se renuncia en los hechos a
ejercer la soberana nacional o garantizar la participacin social.48
Se han ido transformando en manuales de operacin, de ordenamiento, norma-
tividad y reglamentacin que buscan incidir en la legalidad de los Estados alteran-
do varios rdenes cruciales de la vida econmica y tcnica. Acuerdos, que pueden
llamarse de cooperacin o comercio o culturales o de transferencia tecnolgica. En
el caso de las actividades agropecuarias, de pesca, pastoreo y produccin rural de
alimentos, establecen una serie de normas, criterios, requisitos, estndares, procedi-
mientos, programas, proyectos y asignacin de presupuestos, incluida la gestin de
vastos segmentos de la actividad gubernamental como lo es la gestin y administra-
cin del agua, la sanidad alimentaria, las normas de calidad y sobre todo la compe-
tencia de los tribunales para dirimir asuntos cruciales, que implican que la norma-
tividad que prevalece es la derivada de acuerdos comerciales o de cooperacin, en
detrimento de la legalidad nacional y de los derechos de la poblacin.49
Algunos documentos ya alertaban de la intencin de los cambios diciendo: No
sorprende entonces que Amrica Latina sea blanco privilegiado de los intentos por
lograr acuerdos comerciales. Con stos se busca completar los procesos privati-
zadores, terminar con cualquier restriccin a la propiedad y la actividad [...] en la
regin, conseguir pleno acceso a los recursos naturales y dar garantas que podrn
operar con claras ventajas sobre las empresas nacionales. Todo ello blindado contra
62
La resistencia
cualquier cambio poltico que los pueblos de la regin puedan impulsar a futuro.50
Este conjunto de leyes, disposiciones, normas y reglamentos en lugar de proteger a
la poblacin le cierra las puertas jurdicas para que no pueda emprender por cana-
les legales el camino de la justicia.
Su funcin, denunciada recurrentemente en todo el proceso del captulo Mxi-
co del Tribunal Permanente de los Pueblos es instrumentar el desvo de poder, 51
es decir la utilizacin expresa de las leyes, y del poder del Estado, para obstruir la
justicia, mientras se privilegia a las corporaciones en la promocin de sus intereses.
En la acusacin general presentada por las organizaciones mexicanas, se an-
otaba: Paradjicamente, dicha desregulacin condujo al desarrollo de una regu-
lacin excesiva encaminada a restringir los derechos de la poblacin afectada por
estas transformaciones y a contener cualquier posibilidad de protesta social. Es
posible demostrar que la firma de todos los tratados y acuerdos de libre comercio
y cooperacin desencaden y desencadena en Mxico una nueva actual visin es-
tratgica que conduce no slo hacia la desregulacin/sobreregulacin jurdica, al
desmantelamiento institucional, sino que es el instrumento ms acabado de la des-
viacin de poder, a partir de dinmicas integrales (econmicas, polticas, sociales,
ambientales, militares, jurdicas). Las actuales devastaciones agrcola, alimentaria,
comunitaria, social, laboral y ambiental que se observan en el pas son el resul-
tado estructural de las diversas polticas de desregulacin y restriccin desmedida
acordadas, que los tratados de libre comercio instrumentan.52 En la preaudiencia
de Tepoztln, Morelos, se hizo una alusin directa a ese manejo de las leyes que
promueve la criminalizacin y la represin de los movimientos:
63
No toquen nuestro maz!
El fallo del Tribunal enfatiz que los agravios presentados por organizaciones
y comunidades mexicanas respondan a una dinmica que tiene sus races en el
modelo actual de regulacin neoliberal de las relaciones econmicas internacio-
nales, gobernado por mecanismos muchas veces opacos y ajenos al control de los
ciudadanos y que responde solamente a la lgica del beneficio monetario, sin tener
en cuenta los intereses y los derechos de las personas y comunidades.57
64
La resistencia
Es decir, los jurados consideraron que los tratados de libre comercio funcionan
como instrumentos de administracin y operatividad que refirman la vigencia de
las polticas estructurales en favor de las corporaciones y en detrimento de la po-
blacin. La sentencia del Tribunal en la audiencia final, agrup en 4 series todos
los agravios:
1 En Mxico, hay una ruptura del mbito comn ms fuerte que es el territorio.
El Estado mexicano y las corporaciones siguen buscando, intensamente, des-
truir la relacin de las comunidades con ese territorio, base fundamental de la sub-
sistencia, la reproduccin social y la continuidad civilizatoria de un pueblo.60 Para
ello estableci legislaciones que despojaron a la tierra de su carcter inalienable,
inembargable e imprescriptible.61 Se trataba de erradicar la propiedad comunal y
ejidal, la propiedad colectiva de la tierra, la llamada propiedad social, fragmentan-
do su tenencia.
En Mxico, con la Revolucin, se mantenan las comunidades y ejidos como
forma de posesin y custodia colectiva, social, de la tierra en asociacin con el
agua y los recursos, lo que configuraba la idea de los territorios. La contrarre-
forma del artculo 27 permiti y promovi el confinamiento de esos mbitos
comunes, es decir la privatizacin de la tierra, su escisin del agua y los recursos,
y abri la posibilidad de su renta, venta y enajenacin mediante los contratos con
corporaciones e individuos. Con la individualizacin y certificacin y registro
de la tierra, se otorg certeza jurdica a las corporaciones para acaparar tierras
65
No toquen nuestro maz!
66
La resistencia
67
No toquen nuestro maz!
68
La resistencia
expulsin, a las ciudades o a donde estn los centros agroindustriales, afecta tam-
bin las condiciones y en que trabajan esos expulsados fragilizados lo que provo-
ca el trfico de personas para la mano de obra barata como jornaleros y obreros.
Crecen las urbes por las poblaciones descastadas y precarizadas que arriban, lo
que recrudece las exigencias urbanas sobre el campo, y se exacerba el crculo
vicioso entre ambos.
69
No toquen nuestro maz!
que se invocan para marginar los alimentos producidos por la libre, privilegiando
a los producidos bajo el control de las corporaciones, aunque en la prctica sean
estos alimentos mucho ms nocivos que los populares.75
14 Como todo lo anterior implica una violencia extrema contra mltiples pro-
cesos histricos de larga duracin y de pertinencia crucial para comunida-
des y pueblos, las corporaciones responsables y los gobiernos cmplices promue-
ven una dislocacin de las decisiones, donde stas se toman lejos y en momentos
que no son pertinentes a las circunstancias afectadas, y las toman gentes ajenas a la
circunstancia puntual. se es ya un desvo de poder poltico preciso.76 Pero como
esto no es suficiente, crecen las amenazas, las coerciones, los encarcelamientos,
las desapariciones y los asesinatos de lderes comunitarios, de gente de organiza-
ciones civiles campesinos e indgenas a manos de grupos paramilitares y sicarios
promovidos por las empresas mineras, forestales, de infraestructura y otros para
lograr el miedo y desaparicin de la oposicin a sus proyectos de infraestructura
o inversin.
[...] El extractivismo es una pieza fundamental de esta etapa del modelo neocolo-
nial como mecanismo de saqueo de los bienes comunes y de la identidad cultural y
configura una verdadera guerra sostenida con tecnologas complejas de alto impacto
y difcil reversin que usan nuestros territorios como campos experimentales... El
negocio globalizado de alimentos agota recursos no renovables por cuenta y necesi-
dad de un modelo depredador que necesita el control de toda la cadena para ejercer
hegemona y asegurar la rentabilidad.78
La misma sentencia del TPP estableca que los agravios que sufren las comunidades
se estn ejerciendo mediante diversas formas de violencia sistemtica, cuyo fin pa-
rece ser infundir terror general y profundo, creando un ambiente de caos y provocando
confusin y zozobra continua. El TPP cree que el terror impide la denuncia total de los
ataques a los pueblos mexicanos por parte de quienes son sus vctimas, por lo que este
Tribunal se compromete a continuar recabando los antecedentes necesarios para deve-
lar y denunciar en toda su profundidad el horror que alcanz a atisbar.79
70
La resistencia
71
No toquen nuestro maz!
nente de los Pueblos-Captulo Mxico, Ciudad para el Tribunal Permanente de los Pueblos,
de Mxico, 19 de noviembre, 2013 febrero de 2012.
7 Ibdem. 15 Vctor Quintana: TLC: Violencia contra las
8 Ver preaudiencia de Tepoztln, Colisin campo- agriculturas campesinas e indgenas, indito,
ciudad, 24 de noviembre de 2012; preaudiencia documento especial para el Tribunal Perma-
de San Luis Beltrn, Oaxaca, La contaminacin nente de los Pueblos, abril, 2012.
transgnica expresa encontrada en el maz na- 16 Grupo ETC, El carro delante del caballo, los
tivo mexicano, abril de 2013; preaudiencia de crteles de la agricultura trastornan el mundo,
San Isidro, Jalisco, Territorialidad, subsistencia y septiembre 2013 http://www.etcgroup.org/es/
vida digna, 28-30 de junio de 2013; preaudien- content/el-carro-delante-del-caballo-los-cr-
cia de Man, Yucatn, Polticas de exterminio de teles-de-la-agricultura-trastornan-el-mundo
del pueblo maya, 10 de noviembre 2013; preau- 17 Ver Los devastadores efectos de una guerra
diencia Cultivos transgnicos, el caso de Mxico sostenida contra la subsistencia de los pue-
con nfasis en el maz, Mxico DF, 12 de no- blos, op.cit.
viembre, 2013; Ver audiencia complementaria 18 Tribunal Permanente de los Pueblos, Dicta-
de Acatepec, Hidalgo, Devastacin de la vida men sobre Violencia contra el Maz, la Sobe-
comunitaria, noviembre 2013. rana Alimentaria y la Autonoma de los Pue-
9 Territorialidad, subsistencia y vida digna, do- blos, op.cit.
cumento de contexto general de las denuncias 19 Dos ejemplos contundentes son la Ley de Bio-
ante el Tribunal Permanente de los Pueblos, San seguridad de Organismos Genticamente Modi-
Isidro, Jalisco, 27 de junio, 2013. ficados, o Ley Monsanto y la Ley Federal de
10 L as razones del maz: cinco tesis sobre la violen- Produccin, Certificacin y Comercio de Semi-
cia contra la soberana alimentaria y la autono- llas. Ver tambin GRAIN, Leyes para acabar
ma, texto presentado Ciudad Universitaria, en con la produccin independiente de alimen-
la instalacin del Tribunal Permanente de los tos, en GRAIN, El gran robo de los alimentos,
Pueblos en Mxico, octubre de 2011. ver www. editorial Icaria, 2012. Ver adems la Reforma
tppmexico.org a la Ley Federal de Variedades Vegetales. Ver la
11 V er Los devastadores efectos de una guerra revisin que realiz GRAIN de esta leycontra
sostenida contra la subsistencia de los pue- la cual existe ya una carta de protesta Alto
blos, op.cit. a la embestida privatizadora sobre las semi-
12 Ramn Vera Herrera, Antes tierra y libertad, llas, que est circulando en las redes sociales,
hoy territorio y autonoma, Ojarasca 112, ver www.biodiversidadla.org/content/view/
agosto de 2006. Ver tambin Tenencia de la full/70743
tierra y derechos agrarios. pdf, diciembre 2003. 20 Ver Los devastadores efectos de una guerra
http://www.sagarpa.gob.mx/sdr/evets/sm_jo- sostenida contra la subsistencia de los pue-
venes/pdfs/1_eirr_sra.pdf. Ver como un ejem- blos, op.cit.
plo entre tantos documentos que han criticado 21 Ibdem.
esta reforma, http://www.maderasdelpueblo. 22 Ibdem.
org.mx/archivos/pdf/contrareforma27.pdf. 23 Ana de Ita, Catorce aos de TLCAN y la crisis
Ver tambin el libro de Luis Hernndez Na- de la tortilla de maz. Ecoportal.net, 11 de di-
varro, Autonoma y nuevos sujetos rurales en el ciembre, 2007.
desarrollo rural, siglo XXI, 1992. 24 Segn la primera evaluacin del USDA (De-
13 Las investigaciones del Centro de Estudios para partamento de Agricultura de Estados Unidos,
el Cambio en el Campo Mexicano (Ceccam) segn sus siglas en ingls), uno de los princi-
durante ms de 15 aos, son la fuente de estas pales logros del Tratado fue impedir a Mxico
conclusiones. Ver www.ceccam.org.mx la tentacin de recurrir a polticas proteccio-
14 Ana de Ita: Efectos del libre comercio en la nistas durante la crisis de 1995, ver Ana de Ita,
soberana alimentaria, el maz y la autonoma, Catorce aos de TLCAN y la crisis de la tortilla
documento indito, preparado especialmente de maz, op.cit.
72
La resistencia
25 Vctor Quintana: TLC: Violencia contra las siguen especulando con el hambre, enero de
agriculturas campesinas e indgenas, op.cit. 2009, www.grain.org
26 Camila Montecinos (GRAIN), Anlisis de la 35 Cinco desmentidos para rechazar transgni-
propuesta de ley de semillas de Mxico, 2007, cos. Conferencia de GRAIN en la audiencia Los
documento indito. Transgnicos nos Roban el Futuro, Guadalaja-
27 Hay estudios que sealan que el incremento ra, Jalisco, febrero de 2010, en El maz no es una
de obesidad y sobrepeso en Mxico 12 por cosa, es un centro de origen, Colectivo por la Au-
ciento entre 2000 y 2006 coincide con la tonoma, GRAIN, Casifop, Itaca, Mxico, 2012.
aplicacin del Tratado de Libre Comercio de 36 Dictamen que presentan Camila Montecinos,
Amrica del Norte. Durante ese lapso se in- Joel Aquino y Gustavo Esteva en la Preaudien-
crement en el pas el consumo de productos cia nacional: Contaminacin transgnica del
procesados, bebidas gaseosas y otros alimentos maz nativo, San Luis Beltrn, Oaxaca, Oaxaca,
con altos niveles de grasa y azcar, mientras 27 de abril, 2013. www.tppmexico.org
cada vez ms empresas estadounidenses au- 37 Silvia Rodrguez Cervantes, Elizabeth Bravo, Ju-
mentaron su presencia en toda la gama de pro- lio Muoz, Carlos Vicente, Dictamen de la Pre-
duccin y procesamiento. Ver David Brooks, audiencia Cultivos transgnicos, el caso de Mxi-
Obesidad, un regalo del TLCAN a Mxico, La co con nfasis en el maz, 14 de noviembre, 2013.
Jornada, 6 de abril, 2012, http://www.jornada. 38 Fernanda Vallejo, Dora Lucy Arias, Jean Ro-
unam.mx/2012/04/06/sociedad/036n1soc bert, Alfredo Zepeda, Dictamen sobre Territo-
28 Tomando los datos publicados por FAO en rialidad, subsistencia y vida digna, San isidro,
2005, hay una tasa anual de deforestacin de San Gabriel, 30 de junio, 2013.
263 mil 400 hectreas entre 2000 y 2005, lo que 39 Tribunal Permanente de los Pueblos, Dicta-
representara 1 milln 562 mil 400 hectreas men sobre Violencia contra el Maz, la Sobe-
en seis aos. http://cerodeforestacion.blogs- rana Alimentaria y la Autonoma de los Pue-
pot.mx/2010/03/deforestacion-en-mexico- blos, tercera audiencia temtica en el marco
dimensiones.html del proceso de Libre Comercio, Violencia y
29 Diario Reforma,16 de octubre de 2002. Derechos de los Pueblos en Mxico (2011-
30 V ctor Quintana, op. cit. 2014), Ciudad de Mxico, 19-21 de noviembre,
31 Vctor Surez e Ivn Polanco: Saldos de la 2013. ver www.tppmexico.org
poltica agropecuaria panista, La Jornada del 40 Ibdem.
Campo, 18 de agosto de 2009. 41 Ernestina Lpez Bac, Sara Lpez, Sylvia Mar-
32 Ana de Ita, La seguridad alimentaria como cos, Gloria Muoz, Andrs Carrasco, Ral
negocio, La Jornada, 28 de abril 2012. Lugo, Luis Macas y Carlos Vicente, Dictamen
33 I bidem. de la preaudiencia de Polticas de exterminio
34 GRAIN; Flujo de alimentos y TLC, octubre de contra el Pueblo Maya, Tan U XuUlsaj K-
2008, www.grain.org. De hecho, de acuerdo a Kuxtal, Man, Yucatn, 10 de noviembre, 2013.
otro documento de GRAIN, Cargill, la comer- 42 Camila Montecinos, Jean Robert y Carlos Vi-
cializadora de granos ms grande del mundo, cente, Dictamen presentado en la Preaudiencia:
report un incremento de sus ganancias de Colisin Campo-Ciudad, Tepoztln, Morelos,
cerca del 70 por ciento con respecto a 2007 dentro del proceso abierto en Mxico por el
un 157 por ciento de aumento en los be- Tribunal Permanente de los Pueblos, 23 de no-
neficios desde 2006. Los beneficios para ADM, viembre, 2012. www.tppmexico.org
la segunda comercializadora ms grande de 43 Dictamen de la audiencia complementaria, De-
granos, declinaron ligeramente en 2008, en vastacin de la vida comunitaria, por los progra-
parte debido a su gran volumen de inversio- mas de gobierno, presentado por Concepcin
nes en el mercado en baja de etanol de los Hernndez, Mauricio Gonzlez, Jos Guadalupe
EUA, pero an as las ganancias de la empre- Marroqun y Abad Cruz, 28 de noviembre, 2013.
sa fueron un 41 por ciento mayores que las 44 Ver GRAIN, Cuidar el suelo, 18 de octu-
registradas en 2006. Ver Las corporaciones bre, 2009, http://www.grain.org/article/en-
73
No toquen nuestro maz!
tries/1236; Alimentos y cambio climtico: ocurre una regresin democrtica, una con-
el eslabn olvidado, 28 de septiembre, 2011, dicin estructural de desviacin de poder,
http://www.grain.org/es/article/entries/4364 de uso faccioso del derecho, que la Comisin
45 Comunicado de la Red en Defensa del Maz, 17 Interamericana de Derechos Humanos defini
de marzo de 2011 . en el caso del general Gallardo: La Comisin
46 Ver Guillermo Bonfil Batalla, Implicaciones considera que ha existido una actitud anmala
culturales del Tratado de Libre Comercio, M- por parte del Estado mexicano que configu-
xico Indgena Nueva poca, nmero 24, lti- ra una desviacin de poder. La desviacin de
mo, septiembre de 1991. poder es un abuso de mandato, un abuso de
47 Ver GRAIN, Firmar la renuncia a la soberana derecho. Un acto administrativo puede estar
nacional?, junio de 2008. Ver tambin, Docu- afectado de ilegalidad si su autor ha usado de
mentos de anlisis de GRAIN, La enfermedad sus poderes para un fin distinto de aquel en
del momento: trataditis aguditis, mitos y con- vista del cual le han sido conferidos (Informe
secuencias de los tratados de libre comercio nmero 43/96, caso 11.430). Consideramos
con Estados Unidos, mayo de 2004, www. que es una prctica constante lo sealado por
grain.org. la CIDH como la utilizacin de los poderes del
48 Ibdem. Estado para perseguir y afectar las garantas de
49 Ver Los devastadores efectos de una guerra los pueblos. Sostenemos que la desviacin de
sostenida contra la subsistencia de los pue- poder define la trayectoria de denegacin de
blos, op.cit. El caso de Metalclad, una empresa justicia sistemtica que se vive en el pas.
estadounidense que enfrent la resistencia de 52 Los devastadores efectos de una guerra sos-
la gente de del municipio de Guadalczar en tenida contra la subsistencia de los pueblos,
San Luis Potos ante la instalacin de un ba- op.cit.
surero de desechos txicos, nos debe alertar 53 Camila Montecinos, Jean Robert y Carlos Vi-
de los efectos suplantadores de los tratados. cente, Dictamen presentado en la Preaudiencia:
Apelando a las clusulas del TLCAN, Metalclad, Colisin Campo-Ciudad, op.cit.
una empresa, se igual con el gobierno mexi- 54 Los devastadores efectos de una guerra soste-
cano en su carcter de personalidad jurdica y nida contra la subsistencia de los pueblos, op.cit.
pudo demandarlo por todo lo que no gan y 55 Coneval, Informe de Evaluacin de la Poltica
pudo haber ganado, y pese a la resistencia y a Social 2011.
las acciones incluso gubernamentales en favor 56 Tribunal Permanente de los Pueblos, Dic-
de la resistencia, la empresa le gan el juicio al tamen sobre Violencia contra el Maz, la
gobierno y sent un precedente muy peligroso. Soberana Alimentaria y la Autonoma de los
Ver, por ejemplo: Fernando Bejarano, El con- Pueblos, op.cit.
flicto del basurero txico de Metalclad en Gua- 57 Ibdem
dalczar, SLP, en Enfrentando la globalizacin. 58 Ibidem.
Respuestas de la sociedad civil mexicana a la 59 Ver estos puntos precisos en Los devastadores
integracin econmica de Mxico, 2003. Aho- efectos de una guerra sostenida contra la sub-
ra tenemos el uso de la misma clusula como sistencia de los pueblos, op.cit.
amenaza de Monsanto contra el gobierno de 60 Ver Matar la agricultura? en El maz no es
Campeche y de ste contra los mayas en 2013. una cosa, es un centro de origen, Colectivo por
50 Firmar la renuncia a la soberana nacional?, la Autonoma, GRAIN, Casifop, Itaca, Mxico
op.cit. Ver tambin La enfermedad del mo- 2012.
mento: trataditis aguditis, mitos y consecuen- 61 Ramn Vera Herrera, Antes tierra y libertad,
cias de los tratados de libre comercio con Esta- hoy territorio y autonoma, Ojarasca 112,
dos Unidos, op.cit. agosto de 2006. Ver tambin Tenencia de la
51 Citado por la abogada Magda Gmez, en tierra y derechos agrarios. pdf, diciembre 2003.
Existe en Mxico el desvo de poder?, La Jor- http://www.sagarpa.gob.mx/sdr/evets/sm_jo-
nada, 25 de octubre de 2011: En nuestro pas venes/pdfs/1_eirr_sra.pdf
74
La resistencia
62 Protegidos por ley agraria, por la nueva ley de Los Transgnicos nos Roban el Futuro, Gua-
asociaciones pblico privadas y por otras le- dalajara, Jalisco, febrero de 2010, en El maz no
yes, que en los hechos dan certeza jurdica a es una cosa, es un centro de origen, op.cit. Los
las empresas en su inversin privada. Tenencia pasos ms detallados se encuentran en: Ver-
de la tierra y derechos agrarios. pdf, diciembre nica Villa (Grupo ETC) y Ramn Vera Herrera
2003. http://www.sagarpa.gob.mx/sdr/evets/ (GRAIN), Diez aos de la Red en Defensa del
sm_jovenes/pdfs/1_eirr_sra.pdf. Maz y por la autonoma de los pueblos, Des-
63 Ver Petitoria formal al Tribunal Permanente informmonos, ver www.desinformemonos.
de los Pueblos, Fundacin Lelio Basso, Roma, org
Italia, encaminada a instaurar un Captulo 71 Andrs Barreda, La catstrofe del agua en
Mxico donde podamos ventilar los nexos entre Mxico slo la explican las polticas del TLC,
Libre comercio, guerra sucia y derechos de los Ojarasca 178, febrero de 2012.
pueblos, op.cit. Ver tambin: Ramn Vera 72 Cuntos recuentos innombrables de la migra-
Herrera, El Estado mexicano no reconoce los cin. Baste El sptimo hombre, de John Berger,
derechos de los pueblos indios, Ojarasca 178, para dar cuenta del carcter de planificacin
febrero de 2011. que tiene la migracin para quienes necesitan
64 Ana de Ita, La seguridad alimentaria como de la mano de obra precarizada y frgil como
negocio, La Jornada, 28 de abril 2012. Ver fuente de lucro y margen de ganancia. (Ver la
tambin GRAIN; Flujo de alimentos y TLC, edicin de Sur+, Oaxaca, Mxico, 2011.
octubre de 2008, y Las corporaciones siguen 73 Ver www.wrm.org
especulando con el hambre, enero de 2009, 74 Ver Los devastadores efectos de una guerra
www.grain.org. sostenida contra la subsistencia de los pue-
65 Grupo ETC, El carro delante del caballo, los blos, op.cit.
crteles de la agricultura trastornan el mundo, 75 Ver, Sanidad alimentaria para quin, en GRA-
septiembre 2013 http://www.etcgroup.org/es/ IN, El gran robo de los alimentos, op.cit.
content/el-carro-delante-del-caballo-los-cr- 76 GRAIN, Sanidad alimentaria para quien, en El
teles-de-la-agricultura-trastornan-el-mundo; gran robo de los alimentos, op.cit. Ver tambin
ver tambin Permanent Peoples Tribunal en ese mismo libro, Cuidar el suelo, y Veinte
Verdict against the Big six Agroquemical aos en que las agroindustrias han devastado
Companies: Syngenta, Bayer, Monsanto, Dow, los sistemas alimentarios.
Dupont, Basf , Bangalore, India, diciembre 77 Grupo ETC: Quin nos alimentar: la cadena
2011, http://www.gloobal.net/iepala/gloobal/ industrial de produccin de alimentos o las re-
fichas/ficha.php?id=17107 des campesinas? , 2013, http://www.etcgroup.
66 GRAIN, El gran robo de los alimentos, op.cit. org/es/content/quin-nos-alimentar
67 Ver http://eleconomista.com.mx/indus- 78 Ernestina Lpez Bac, Sara Lpez, Sylvia Mar-
trias/2013/10/24/, ver tambin GRAIN, Las cos, Gloria Muoz, Andrs Carrasco, Ral
corporaciones siguen especulando con el ham- Lugo, Luis Macas y Carlos Vicente, Dictamen
bre, op.cit. y Leyes para acabar con la produc- de la preaudiencia de Polticas de exterminio
cin independiente de alimentos, op.cit. contra el Pueblo Maya, op.cit.
68 Ver nota 65. 79 Tribunal Permanente de los Pueblos, Dic-
69 Ver Alianza Biodiversidad, Red por una Am- tamen sobre Violencia contra el Maz, la
rica Libre de Transgnicos, Campaa Mundial Soberana Alimentaria y la Autonoma de los
de la Semilla de Va Campesina, Declaracin Pueblos, op.cit.
de Yvapuruvu, ver www.biodiversidadla.org y 80 Ver Guillermo Bonfil Batalla, Implicaciones
el texto en este mismo libro. Camila Monteci- culturales del Tratado de Libre Comercio, M-
nos (GRAIN), Anlisis de la propuesta de ley de xico Indgena Nueva poca, nmero 24, lti-
semillas de Mxico, 2007, documento indito. mo, septiembre de 1991.
70 Cinco desmentidos para rechazar transg-
nicos. Conferencia de GRAIN en la audiencia
75
El mosaico
B
1
uscamos argumentar cmo es que las empresas directamente beneficiadas
por actos de gobierno de los Estados, por sus polticas pblicas, sus refor-
mas constitucionales y sus legislaciones apalancandas con tratados de libre
comercio y cooperacin (y sus normas, estndares y reglamentaciones), han des-
truido las condiciones para que la gente gestione su entorno material y subjetivo;
para que resuelva la subsistencia mediante sus propios medios individuales y co-
lectivos, con creatividad e ingenio propio.
Decimos que esto acarrea una fragmentacin comunitaria, la erosin de las re-
laciones; la invasin, la devastacin, el despojo y el acaparamiento de los territo-
rios, la expulsin de personas y su sumisin extrema en trabajos esclavizantes e
indignos.
Esta destruccin comunitaria y territorial empeora diario. Y quienes pagamos
las consecuencias somos quienes histricamente hemos cuidado nuestros lugares.
Unos cuantos lucran con el desastre.
Mientras ms nos afectan, menos podemos cuidar nuestro lugar.
Las capas de deterioro se suman hasta que nuestros territorios se ven reducidos a
esqueletos informes y se convierten en barriadas inhspitas de ciudades que crecen.
Los procesos industriales que nos enajenan, violentan la escala de los procesos
naturales y sociales interviniendo los entornos de lo ms fsico y ambiental
como la deforestacin, la perforacin, la extraccin, la manipulacin del suelo y el
agua, hasta los mbitos ms vitales e ntimos de los individuos, incluida la mani-
pulacin de chantajearnos con programas que nos destruyen aunque siempre nos
insistan que son las soluciones nicas a los problemas que nos aquejan.
Para mostrar el contexto lo ms completo posible, hemos abierto y flexibilizado
nuestras definiciones: desde lo ms ntimo como el cuerpo de las madres y sus
hijos, pasando por el ejercicio del espacio pblico compartido como la movili-
dad en las urbes, hasta el corazn tangible de comunidades y pueblos en sus espa-
cios vitales donde las claves son la tierra, el agua, el bosque, las semillas, los saberes
y el mismo lenguaje.
Toda esta destruccin hace imposible resolver por medios propios el sustento
y cuidado de la vida individual y colectiva y su transformacin hacia un futuro
abierto, justo y digno.
79
No toquen nuestro maz!
ste es el agravio principal: reclamamos que las condiciones impuestas entre el Esta-
do y las corporaciones nos impiden resolver por nosotros mismos lo que nos atae
fundamentalmente: nuestro sustento, y todo lo que nos da sentido personal y comn.
Nos impiden defender eso que reivindicamos como territorio: el entorno vital para
80
El mosaico
Preaudiencia Territorialidad, Subsistencia y Vida Digna, en San Isidro, Jalisco, junio, 2013
recrear y transformar nuestra existencia: ese espacio al que le damos pleno significado
con nuestros saberes compartidos. Sin esos saberes, como dicen bien los viejos de las
comunidades, los territorios no seran sino sitios, seran paisaje noms.
El ataque entonces es que nos quieren impedir la relacin con nuestra historia
de entendimiento cercano con un espacio, con nuestras tierras, con el agua, con
el bosque, con nuestras semillas, con nuestros modos de nacer y parir y cuidar el
nacimiento, con nuestras formas de cultivo, con nuestros modos de curacin, con
nuestro entendimiento de la alimentacin, con nuestras formas de trasladarnos y
convivir en comunidad.
Es un ataque integral contra nuestras relaciones y nuestra vida entera. Debera ser
tipificado como un delito de lesa humanidad, pues el despojo no es slo total en un
momento determinado, sino acumulativo en tiempo, y en ocasiones es, incluso, irre-
versible. Es un delito que crece en la historia propia de los pueblos y las regiones. No
hablamos de actos aislados, ni azarosos. Son acciones sistemticas, perpetradas con co-
nocimiento previo, y en los que median la corrupcin, el trfico de influencias, la omi-
sin y el desvo de poder: que el Estado privilegie los intereses corporativos mientras
obstruye los canales legales por los que la gente podra buscar y tal vez lograr la justicia.
Hay mucha gente a la que se le ha impuesto una devastacin extrema. El crculo
vicioso de su condicin es rotundo. Fragilizar en extremo a la gente la hunde en la
escasez y la necesidad. A muchos no parece quedarles otra que aceptar las condiciones
de trabajo, vivienda y explotacin que las empresas imponen. La relacin creativa entre
la gente y su territorio que implica cuidados detallados para producir los alimen-
tos se trastoca en trabajo asalariado en condiciones de sumisin semi-esclavizada
81
No toquen nuestro maz!
para conseguir dinero con el cual comprar alimento para tener fuerzas suficientes para
mantener su trabajo y ganar dinero para conseguir comida, y as al infinito.
Otros ms pueden terminar trabajando una tierra rentada, que antes tal vez era
suya. Tal vez en realidad lo que la gente pide en renta es su posibilidad de trabajar.
Dejar de producir los propios alimentos, dejar de gestionar con medios propios
nuestro entorno de subsistencia, ha ocasionado a lo largo de la historia catstrofes
tremendas en todas aquellas poblaciones que no han podido impedirlo. La guerra
contra la subsistencia impone dependencia, ignorancia y olvido, sumisin, frag-
mentacin, encono, privatizacin y desarraigo.
Dependencia porque para que el sojuzgamiento sea eficaz, requiere grados de preca-
riedad y fragilidad nunca antes vistos. Hoy incluso toda la actividad de las empre-
sas semeja un nuevo feudalismo (con la agricultura por contrato, los paquetes tec-
nolgicos y las semillas de patente). Todo est preparado para promover el imperio
de las corporaciones erradicando la agricultura independiente.
82
El mosaico
Desarraigo, porque las corporaciones requieren que haya personas fuera de los lmites
naturales de su entorno y su casa: gente fuera de su hogar, es decir, de su territorio.
No importa si se les expulsa o simplemente se les extrema al punto de irse para en-
grosar el ejrcito de obreros precarizados. Esto recrudece las condiciones generales
del empleo, el salario y la justicia laboral en su regin. Se recrudecen las condiciones
de la ciudad o el poblado al que migra. Se extrema la urbanizacin salvaje.
E xpulsar a la gente de sus territorios logra que stos se queden vacos; que la
gente ya no est en el lugar donde naci para que no haya vnculos, para que
la historia tambin se fragmente. Que el futuro sea un adnde sea (el ser obreros
en algn lugar), que ya no seamos la gente que desde su propio centro cuid el
mundo mediante todo lo que era la agricultura, la ganadera, la caza, la pesca, la
recoleccin. Lo que quieren es que nos quitemos de los lugares que, casualmente,
son los ms ricos en recursos y biodiversidad, justamente porque las comunidades
los han cuidado por milenios.
Dejar vacos los territorios permite la invasin de los mismos con proyectos
de minera, petrleo, agrocombustibles, presas, carreteras, casas, ciudades, fbri-
cas, enclaves tursticos, tiraderos de basura y desechos txicos, Los dejan vacos
y nosotros no tendremos ya nada qu ver. Desde fuera seremos unos ms y que
83
No toquen nuestro maz!
no seremos quien reivindique el lugar dnde naci. Les molesta muchsimo que
haya comunidades campesinas y comunidades indgenas que desde milenios rei-
vindican su propia manera. Entonces, nos escinden, nos separan, nos arrancan del
centro, de todo lo que siempre supimos que es importante. Nos roban las maneras
de cuidar y les cambian el sentido.
Un ltimo agravio que se desprende de los anteriores es que si la gente se ve
impedida de producir sus alimentos, si la gente es forzada a la dependencia, si la
gente tiene que ganar dinero para comprar la comida, entonces las corporaciones
nos podrn imponer todo el tramado de la vida: alimentos, formas de relacin, re-
articulacin del espacio, de vivienda, de trnsito y circulacin, y formas de sujecin
e imposicin inaceptables. Nadie podr ser libre si no controla, en alguna medida,
la forma de producir los alimentos y distribuirlos. 2
84
Voces vs agravios
(la sistematizacin colectiva contra el despojo y el olvido)
85
No toquen nuestro maz!
de poder, ejercido a travs del abuso de mandato por parte de los que supues-
tamente fungen como nuestros representantes populares, en conjuncin con una
instrumentalizacin del sistema jurdico nacional (leyes, reglamentos, normas) y
las instituciones (dependencias, organismos pblicos, planes y programas), que
benefician intereses particulares contrarios y perjudiciales al inters general.
Este delito se ha cometido y consumado por el Estado mexicano a travs de
actos ilegales, corrupcin, distorsin y destruccin de derechos (regularizacin
normativa de la privatizacin de bienes pblicos como el agua, el aire, la tierra y
otros recursos naturales, criminalizacin de pueblos por el uso de sus territorios,
etctera), reconocimiento e impulso de privilegios hacia sectores privados (otor-
gamiento desmedido, irregular y cnico de autorizaciones, concesiones y permisos
para el cambio de uso de suelo, para el aprovechamiento de agua, para la utilizacin
de espacios pblicos por corporaciones y empresas privadas, entre otros), adecua-
cin a modo de leyes, normas e instituciones (reforma a los artculos 27 y 123
constitucionales con las correspondientes adecuaciones de las leyes en la materia,
contravencin deliberada entre planes de desarrollo urbano y programas de orde-
namiento ecolgico, creacin de espacios privilegiados dentro de las ciudades que
excluyen a las poblaciones originarias o desposedas), y un bloqueo sistemtico,
permanente y continuado de acceso a la justicia para el pueblo mexicano.
La colisin actual entre el campo y la ciudad, contrario a los discursos he-
gemnicos del poder neoliberal, no es natural sino producto del capitalismo y sus
necesidades. Se ha destruido y despojado a nuestros pueblos y comunidades de
sus territorios, sus formas legtimas de convivencia y vivencia, as como de su ms
mnima dignidad.
En las zonas de produccin campesina tradicional ha cambiado el carcter
del empleo predominando el empleo no agrcola (ms del 50%) e instalndose lo
que algunos autores y movimientos sociales califican como pluriactividad o multi-
funcionalidad del campesinado.
La prdida de empleo rural o la disminucin del ingreso provoca oleadas de
migracin sea hacia las ciudades o, ms all, hacia la frontera norte. El costo de
la vida ms alto en las ciudades contribuye a que muchos campesinos desarrollen
estrategias mixtas: trabajo de algn miembro de la familia en la ciudad y activida-
des agropecuarias que proporcionan el maz sustento de la subsistencia y algunos
productos para la venta como leche, verduras, tortillas en el mercado informal.
Algunos habitantes de la ciudad empiezan a ver en las zonas rurales sitio de des-
canso u oportunidades de negocio inmobiliario para fraccionamientos campestres.
Esto significa cambios en el uso del suelo y por consecuencia prdida de zonas de
produccin agropecuaria e incluso, a veces, de bosques. El consumo alimentario
queda desconectado y descontextuado del entorno rural inmediato y la poblacin
urbana se alimenta cada vez ms de productos provenientes de regiones distantes
con un costo ambiental y energtico adicional por el transporte implcito en su
transportacin a los puntos de consumo.
La falta de inversiones en el campo para valorizar la produccin agropecuaria
y crear fuentes de empleo ha llevado a las familias campesinas de estas zonas co-
86
El mosaico
El pueblo de San Antonio Ebul, Campeche, fue arrasado por cerca de cien
civiles al servicio del empresario Eduardo Escalante, que actuaron como grupo
parapoliciaco y entraron violentamente a la comunidad alrededor de las seis de la
maana del 13 de agosto de 2009, resguardados por cerca de cien elementos de la
Polica Estatal Preventiva de Campeche y apoyados por tres tractores y camionetas
de la empresa.
Varias personas de Ebul recibieron golpes, seis resultaron lesionadas, dos fue-
ron detenidas (y liberadas esa misma tarde, sin cargos). Todas las viviendas de la
poblacin fueron destruidas y algunas, adems, fueron quemadas; todos los rbo-
les frutales fueron tumbados y los pobladores perdieron tambin a sus animales,
sea por el paso de los tractores o porque los civiles que ingresaron violentamente
se los robaron, adems de robarse otras pertenencias recogidas entre las viviendas
destruidas.
Todos esos ilcitos se cometieron ante la presencia de los elementos de la Polica
Estatal Preventiva, encabezados por el Comandante Samuel Salgado, que omitie-
ron cumplir su obligacin de proteger la integridad fsica y patrimonial de los po-
bladores de Ebul y protegieron a los agresores.
A su entrada a la poblacin los parapolicas atacaron el campamento que los
ebuleos mantenamos en prevencin de cualquier intento de desalojo ya que en
2007 tambin ingresaron al pueblo, sin orden ni aviso previo, tractores acompa-
ados de policas estatales que destruyeron una parte de la iglesia, de la escuela y
ms de 20 casas. El 26 de mayo de 2009 sufrimos otro intento de desalojo con vio-
87
No toquen nuestro maz!
lencia, tambin sin orden legal ni aviso previo. Tractores acompaados de polica
estatal destruyeron 6 casas y hubo golpeados. Durante esa nueva agresin fueron
arrestados y trasladados a la Procuradura General de Justicia del Estado (PGJE) 7
pobladores, 4 de los cuales fueron liberados al da siguiente. A tres de ellos, Fran-
cisco Villalobos Balam, David Daz Lzaro y Manuel Lpez Rodrguez, que fueron
acusados de privacin ilegal de la libertad, se les dict auto de formal prisin y
lograron su libertad bajo fianza algunas semanas despus. Ambos hechos perma-
necen impunes.
Los agresores golpearon a quienes se encontraban en el campamento e ingre-
saron a la poblacin destruyendo todo a su paso y agrediendo a la poblacin. Los
elementos parapoliciacos llegaron como empleados de Gilberto Farfn Talango
(alias el Potoco), quien fue director de seguridad pblica y actualmente tiene una
empresa de seguridad privada, contratada por el seor Eduardo Escalante para la
ejecucin de este operativo.
La mayor parte de la poblacin, ante las agresiones recibidas, se alej del lugar.
Los parapolicas cerraron el acceso al poblado. La Polica Estatal Preventiva detu-
vo, al llegar a San Antonio Ebul, a don Arnulfo Ramrez y a su hijo Marcos Ram-
rez. A ambos los mantuvieron retenidos en la poblacin y, cerca del medioda, los
trasladaron a bordo de la camioneta 113 al edificio de la Polica Estatal Preventiva
(PEP) donde los liberaron cerca de las cinco de la tarde, sin cargos y, por lo tanto,
sin fianza. San Antonio Ebul, Campeche VS Mxico, preaudiencia Polticas de Ex-
terminio contra el Pueblo Maya, Man, Yucatn, noviembre, 2013.
88
El mosaico
Preaudiencia Contaminacin del Maz Nativo, San Luis Beltrn, Oaxaca, abril, 2013
89
No toquen nuestro maz!
90
El mosaico
91
No toquen nuestro maz!
Presentacin de casos del Estado de Mxico en la audiencia final del maz, noviembre, 2013
92
El mosaico
93
No toquen nuestro maz!
94
El mosaico
95
No toquen nuestro maz!
cin del agua, contaminacin de los manantiales, etctera), pero una regin del
territorio es de particular importancia pues sobre esa zona se proyecta el trazo
de una pretendida carretera de cuota llamada Arco Sur. Esta regin comprende
los parajes de Los Resumideros, La Calavera y La Campana que estn dentro del
territorio ejidal y son parte desde 2006 de un rea Natural Protegida con categora
de Reserva Ecolgica Comunitaria de San Nicols Totolapan, y colindan con el
Parque Ecolgico de la Ciudad de Mxico que se encuentra en el paraje conocido
como Los Trementineros, en el territorio de las comunidades de San Miguel y San-
to Toms Ajusco y la comunidad de San Andrs Totoltepec.
96
El mosaico
treras y Tlalpan, y los partidos polticos del PRD y del PRI, se lleva acabo el despojo
del agua, pues ante la necesidad, los habitantes de estos asentamientos, llegan a los
manantiales y ojos de agua y han conectado decenas de mangueras para allegarse
del lquido. Y aqu aparte del despojo se dan dos problemas ms, pues algunos
acaparan el agua, la almacenan y se ponen a venderla, o sea la privatizan, y el otro
problema es que contaminan los manantiales y ojos de agua, con sus mangueras,
con basura y con su intervencin directa en el lugar.
Tambin el agua es un botn poltico en tiempos electorales y deja grandes ga-
nancias a las autoridades delegacionales corruptas y a algunos malos ejidatarios
que han hecho convenios con TV Azteca y Televisa para abastecer sus instalacio-
nes en el Ajusco. Lo ms grave es que se han hecho convenios fraudulentos y con
engaos entre las autoridades ejidales, el sistema de agua de la ciudad de Mxico
y otras delegaciones, para que se lleven el agua a Tlalpan, Coyoacn y Miguel Hi-
dalgo, en un tubo de 20 centmetros de dimetro, cuando hacia al pueblo hay un
tubo de slo 6 centmetros de dimetro para abastecer a los habitantes del pueblo
y colonias aledaas.
La destruccin de la vida campesina comenz cuando se reform el artculo 27
constitucional en 1992, que dio por terminado el reparto agrario y abri la puerta
a la venta de la propiedad social de la tierra, que est en ejidos y comunidades; esta
venta de la tierra se oper a partir de los programas Procede y Procecom, que son
programas para dar certificados a nivel individual y poder vender, motivando el
acaparamiento de la tierra principalmente por empresas transnacionales, adems
de ser requisito para poder acceder a proyectos productivos para el campo.
En el Distrito Federal, desde que entraron los supuestos gobiernos de izquierda,
las polticas pblicas buscaron estar acordes con el Tratado de Libre Comercio y
motivaron la modernizacin y la trasformacin de la agricultura, promoviendo
la instalacin de invernaderos y la produccin de hortalizas, principalmente de
jitomate, y la individualizacin para implementar proyectos. Las autoridades des-
pilfarraron mucho dinero apoyando stos, que muchas veces no se realizaron y
slo fortalecieron los cacicazgos locales y el clientelismo de los partidos polticos.
La corrupcin y el clientelismo en por lo menos las ltimas cinco administra-
ciones de las delegaciones polticas de Magdalena Contreras y Tlalpan, provoc un
proceso intenso en el cambio de uso de suelo en varios parajes, donde se produca
maz, frijol, calabaza, haba, nopal y rboles frutales principalmente, formndose
nuevas colonias populares con acceso a algunos servicios sociales, a partir de su
lealtad a determinada corriente o partido poltico, desconociendo tambin el terri-
torio ejidal, que est dividido entre las dos delegaciones.
Un ejemplo concreto ocurre en el paraje Teclamila del ejido de San Nicols
Totolapan, que a finales de la dcada de los noventa tena alrededor de 40 parce-
las y ahora slo quedamos tres, sembrando principalmente maz, aunque tam-
bin frijol, calabaza y haba; el cambio de uso del suelo avalado por las adminis-
traciones delegacionales convirti todo en casas, calles y un conjunto de grandes
departamentos, edificados por la ex delegada en Tlalpan, Susana Zavaleta. Estas
parcelas siempre han sido tierras de temporal que estn casi en la ribera del ro
97
No toquen nuestro maz!
(ahora de aguas negras), llamado Eslava, que es la divisin poltica entre las de-
legaciones todos estamos del lado de Tlalpan.
Slo podra ser posible acceder a un proyecto productivo con el estatus de agri-
cultura urbana, pues no nos reconocen como parte del territorio ejidal, ni por la
delegacin Tlalpan, ni por las instituciones del gobierno del Distrito Federal y me-
nos las instituciones federales, y el aceptar este estatus de agricultura urbana nos
pone en riesgo de expropiacin, para dotar de servicios urbanos a la zona. No te-
nemos acceso a los servicios que tienen los dems habitantes, pues ahora nosotros
somos irregulares por seguir trabajando la tierra y no hacer los trmites para el
cambio de uso del suelo.
El desconocimiento del territorio ejidal y su desintegracin se intensific a fi-
nales de 2011 con la ley de Participacin Ciudadana en el DF que desconoci unos
diez pueblos originarios y sus derechos (uno de ellos nuestro pueblo al que se le
dio el estatus de colonia).
La destruccin de nuestra vida campesina se viene dando por las reformas cons-
titucionales, las polticas pblicas federales y locales, la invasin, destruccin y des-
conocimiento del territorio. Por omisin de las autoridades no podemos acceder al
tipo de apoyos que requerimos para nuestra labor con la tierra. Principalmente por
cambio de uso del suelo, avalado por la corrupcin y el clientelismo que ejercen
las administraciones delegacionales. As en esta situacin podemos contar unos
10 parajes o ms, del territorio ejidal. Destruccin del territorio, de la vida campe-
sina y el tejido comunitario de un pueblo originario en el Distrito Federal, el caso de
San Nicols Totolapan, Preaudiencias Colisin Campo-Ciudad, Tepoztln, Morelos,
noviembre de 2012, y Territorialidad, Subsistencia y Vida Digna, San Isidro, Jalisco,
junio, 2013.
98
El mosaico
99
No toquen nuestro maz!
100
El mosaico
101
No toquen nuestro maz!
102
El mosaico
Presentacin de casos de Palos Altos, Jalisco, en la audiencia final del maz, noviembre, 2013
103
No toquen nuestro maz!
104
El mosaico
La respuesta que podemos dar los hombres y las mujeres oaxaqueos, la esta-
mos dando en el campo sembrando nuestros maces. Luchamos contra un siste-
ma que quiere acabar con el campo oaxaqueo y mexicano, utilizando programas
y polticas gubernamentales como el nuevo programa dirigido a pequeos produc-
tores dentro del marco de la Cruzada en contra el Hambre, que esta obligndonos
a usar semillas hbridas y agroqumicos.
Estamos resistiendo un modelo de desarrollo que nos han impuesto y que no es
acorde a nuestros pueblos, enfrentamos la migracin forzada de hombres y muje-
res que esta dejando a nuestras familias fracturadas, a nuestras comunidades vacas
y por consecuencia un campo abandonado.
Defendemos nuestros territorios a travs de mecanismos propios como las
asambleas, los estatutos comunales, donde algunas comunidades han decidido y
escrito que no se permitir la siembra de maces transgnicos ni de ningn otro
tipo en sus territorios, porque estn conscientes de que perder el maz nativo, ali-
mento de nuestros pueblos, es perder la autonoma.
Estamos usando tcnicas tradicionales y agroecolgicas de siembra que no da-
an al suelo, al agua, al ambiente en el que vivimos, trabajamos en la recuperacin
de cultivos y formas de trabajo tradicional de nuestras regiones. Estamos resca-
tando nuestras lenguas, vestimentas, implementando estrategias para la educacin
desde y para los pueblos.
Buscamos fortalecer nuestras culturas y tradiciones, mismas que estn estre-
chamente vinculadas con la tierra. Fomentamos la elaboracin de comidas locales
a travs de ferias y en los foros estamos reflexionando sobre todos los problemas
que el neoliberalismo ha impuesto al campo y a los campesinos. En otras pala-
bras, seguimos fortaleciendo la comunalidad, es decir, los tequios, las asambleas,
los cargos, las fiestas, la justicia comunitaria, las formas de organizacin locales,
el trueque y las formas de ayuda mutua como la gozona, la mano vuelta, la gueza
entre otras. sta es la forma de vida de nuestros pueblos. Gabriela Linares Sosa,
Sierra Norte, Contaminacin de las variedades campesinas con maz transgnico.
Historia y agravios, preaudiencia Contaminacin Transgnica del Maz Nativo, San
Luis Beltrn, Oaxaca, abril, 2013.
105
No toquen nuestro maz!
Las empresas que producen los maces transgnicos tienen ya muchos aos
metidas en nuestra comunidad, desde que nacimos conocemos sus marcas, ve-
mos sus logotipos insistentes al andar por nuestras caminos. Prometen beneficios
que no llegan y al contrario, conforme analizamos ms nuestra situacin, nos da-
mos cuenta de que nos afectan de diversos modos.
Slo quienes venden fertilizantes y agroqumicos se benefician por su uso; una
ola pasajera de mucha produccin ms mucha presin engaosa de los gobiernos
fueron convenciendo a nuestros abuelos, padres y madres de que se era el nico
modo posible de sembrar para poder dar vida. Ahora sabemos que eso es una gran
mentira que nosotros como jvenes estamos pagando muy caro; pues es casi im-
pensable tener una vida digna en nuestro campo.
Nuestro pensamiento es as: si en estos ltimos 20 aos esas empresas con sus
maces mal llamados mejorados, nos han destruido el sueo de una vida digna,
qu nos espera con el maz transgnico que ellos mismos producen con su ambi-
cin desmedida?
Oficialmente todava no se siembra maz transgnico en nuestra tierra. Sin em-
bargo desconfiamos de esta versin, y como todava no tenemos pruebas contun-
dentes de la contaminacin, queremos denunciar lo que ya de por s vivimos:
Control del mercado para favorecer a pocas personas. Todava no entendemos
bien las formas de comercio del maz, de lo que s podemos dar testimonio es que
a nuestros padres les condicionan la compra del maz para que usen los productos
de ciertas empresas. No comprendemos por qu teniendo tanto maz a nuestro
alrededor estn trayendo maz transgnico de otros pases (Sudfrica y Estados
Unidos); lo cual hace que baje el costo del grano que se produce en Palos Altos.
Publicidad ofensiva, engaosa y contaminacin visual. Al ir por los caminos y
carreteras de nuestra regin podemos ver un sinnmero de nombres de maces h-
bridos y de agrotxicos. Usan imgenes falsas y sin contexto para vender productos
que slo funcionan en condiciones ideales que en nuestra comunidad no existen.
Cansa nuestros ojos tanta publicidad, nos molesta que eso sea lo normal [...]
La firma del TLC ha afectado a la agricultura, al socavar la soberana alimen-
taria, al mercantilizar los alimentos y las semillas. Escuchamos constantemente a
nuestros padres y otros adultos decir que la siembra ya no es negocio. Nuestros
sistema social y econmico, est basado histricamente en la agricultura, ms re-
cientemente en el comercio. Las instancias gubernamentales han intervenido en
los sistemas productivos de nuestros abuelos y abuelas, y nuestros padres y madres,
leyes, reglamentos internos, disposiciones municipales y otras estrategias se han
usado para orillar a nuestras familias a sembrar con los paquetes tecnolgicos
que el mismo gobierno promueve. Por cmo estn acomodadas las cosas resulta
cierta la sentencia de las y los mayores: sembrar no es negocio para ellos, a pesar
de que actualmente produzcan mucho ms de lo que producan hace tres o cuatro
dcadas. En cambio hay personas (dedicadas a la venta de fertilizantes, agrotxicos
y semillas) que bajo la vista del gobierno municipal, son ms ricas ahora que hace
una o dos dcadas, mientras que quienes siembran y producen mucho estn cada
vez ms endeudados. El funcionamiento de la cadena productiva esta tan vicia-
106
El mosaico
107
No toquen nuestro maz!
108
El mosaico
su familia, alimentar a sus pollos, a sus marranos durante todo el ao. Adems ellos
cosechaban de la parcela el frijol, la papa, haba, chcharo y una variedad de quelites.
Yo aprend alimentarme como se alimentaban mis antepasados y sigo aprove-
chando con mi familia los productos de la regin.
Cuando un maz estaba tirado en el suelo mi pap me deca que si lo pisamos,
la semilla se siente triste, llora; cuando le daba maz a mis gallinas y le daba mucho
y sobraba, tena que recoger el maz porque no se debera quedar tirado, porque el
maz me deca mi pap tiene vida.
Actualmente, sigo sembrando mi maz azul, amarillo, coloradito, blanco, pinto,
y eninicua yuku que es muy resistente al fro. Me siento contento al tener esta va-
riedad de maces en mi casa.
Yo cultivo estas semillas con mi esposa y mis hijos. Acostumbramos hacer guet-
za con los de la comunidad, es decir, nos ayudamos de 5 a 8 personas en el trabajo,
8 personas vamos al trabajo de un compaero, otro da vamos las ocho personas a
otro terreno, otro da las ocho personas van a mi terreno hasta terminar el trabajo
de las ocho personas, as nos ayudamos ms en el trabajo y no pagamos mozos.
Llevo once aos en que mis cultivos son 100% orgnicos, esto me alegra el corazn,
s que me da salud y tengo seguridad que cuando los como, me estn alimentando.
Vengo ante ustedes a denunciar sobre la contaminacin del maz transgnico
que no estoy de acuerdo porque est afectando al campo mexicano, incluso a mi
parcela, est afectando a mi maz nativo, no slo en mi parcela sino tambin a otras
comunidades, no estoy de acuerdo con ese grano que el gobierno da esa entrada
a nuestro pas, porque es una enfermedad para el pueblo mexicano. Testimonio de
Celestino Rodrguez en la preaudiencia Contaminacin del Maz Nativo, San Luis
Beltrn, Oaxaca, abril, 2013.
109
No toquen nuestro maz!
paada y saludable. Cuando se acelera este proceso se alteran los tiempos biolgi-
cos y psicolgicos. Lo cual no beneficia ni ayuda a la labor del parto.
Consideramos que los avances tecnolgicos, cientficos y servicios mdicos ac-
tuales se han apoderado del cuerpo de la mujer hacindonos creer que no podemos
parir solas (sin medicacin o intervencin externa). Nos quitan la seguridad en
nosotras mismas, nos han infundido el miedo.
Resulta irnico que la mujer es quien pare y el patriarcado histrico no nos
permite elegir cmo hacerlo.
En contraparte las mujeres que decidimos hacerlos de una manera natural, es
decir, sin introducir sustancias qumicas a nuestro cuerpo ni al de nuestros bebs,
las que decidimos tener a nuestros bebs en casa, somos vistas como madres irres-
ponsables y as pues se criminaliza el parir en casa o fuera de una institucin mdica.
Esta denuncia por un parto humanizado y respetado pretende evitar que nos
mediquen innecesariamente tanto a nosotras como a nuestras hijas e hijos. Sobre
todo a ellos que generalmente es antes de nacer, queremos que los y las bebs sean
concientes de este acontecimiento tan importante como es el nacer ya que es el
primer logro que tenemos como seres humanos.
Solicitamos evitar la prctica de la episiotoma innecesaria y por rutina, soli-
citamos eliminar los comentarios ofensivos por parte del personal mdico tales
como: ahh pero bien que te gustaba a la hora de hacerlo, si ms gritas ms rato
te dejamos afuera.
Solicitamos que se reduzca el nmero de cesreas innecesarias que en la actua-
lidad se quiere imponer como nico modo de nacimiento (por seguro). Est com-
probado cientficamente que el modo en que venimos a este mundo y la primer
hora de vida son fundamentalmente importantes par nuestro futuro. Exigimos
respeto por ese momento tan sagrado como es el nacer y el parir con amor. Caso
por un parto humanizado presentado por la Red Latinoamericana y del Caribe por
la Humanizacin del Parto y el Nacimiento en Jalisco, Preaudiencia Territorialidad,
Subsistencia y Vida Digna, San Isidro, Jalisco, junio, 2013.
110
El mosaico
Consideramos que hay una grave distorsin en Mxico del sistema de semi-
llas, pues existe una excesiva concentracin en pocas empresas privadas, que ejer-
cen un control del comercio de semillas mejoradas, un control de la circulacin y
abastecimiento de todas las semillas (criollas y mejoradas), con el apoyo oficial a
las empresas privadas.
En cambio se promovi el desmantelamiento de organizaciones e instituciones
que apoyaban a la agricultura campesina como la Productora Nacional de Semillas
(Pronase), con lo cual se favoreci la produccin privada de semillas hbridas, y el
establecimiento de programas como kilo x kilo que sustituyeron las semillas nati-
vas por toda clase de semillas hbridas. A lo largo de varias reestructuraciones entre
1996 y 2000, se impusieron limitaciones a Pronase para que no pudiese competir
y se logr que dejara de operar en 2001. Ya en el ao 2000 se utilizaba en 33% de
superficie semilla mejorada.
La ley de Semillas de 2007 y su reglamento son terribles porque contemplan
sanciones punitivas por intercambio libre de semillas (50-75 mil dlares), se privi-
legia a las grandes empresas y al Servicio Nacional de Inspeccin y Certificacin de
111
No toquen nuestro maz!
Presentando casos de la pennsula de Yucatn en la audiencia final del maz, noviembre, 2013
Semillas como aliado. Las sanciones son a peticin de las corporaciones mientras
que no se promueve la prevencin de los daos de estas corporaciones para el cam-
po mexicano. En sntesis, la ley de Semillas fortalece a las corporaciones.
Por ejemplo, en su articulo 33, se afirma que para que cualquier semilla de ori-
gen nacional o extranjero pueda ser comercializada o puesta en circulacin, deber
llevar en el envase una etiqueta a la vista que incluya los siguientes datos informa-
tivos: nombre del cultivo, gnero y especie vegetal, identificacin de la categora de
semilla, de conformidad con lo dispuesto en esta ley; cuando aplique, el porcentaje
de germinacin, el contenido de semillas de otras variedades y especies as como el
de impurezas o materia inerte (inciso V); en su caso, la mencin y descripcin del
tratamiento qumico que se le haya aplicado a la semilla, debiendo en este supues-
to, estar teida para advertir sobre su improcedencia para efectos de alimentacin
humana y animal (inciso VI); nombre o razn social del productor o responsable de
la semilla y su domicilio (inciso VII); y nmero de lote que permita dar seguimien-
to o rastreo al origen y calidad de la misma (inciso VIII).
En el horizonte est el intento de aprobacin de la nueva Ley Federal de Varie-
dades Vegetales. La UCCS, organizaciones campesinas, de derechos humanos y am-
bientales, la sociedad civil, ciudadanos libres de conflicto de intereses, explicaron
que la nueva LFVV, es traicin al campo mexicano y el efecto fue que el 26 de abril
de 2012, la Comisin de Agricultura (Comit Especial) decidi bajar del pleno y
orden del da la propuesta, suspender la LFVV y promover un debate amplio en el
sector de semillas, investigacin y productores afectados en Mxico ( lo cual est
pendiente an).
112
El mosaico
113
No toquen nuestro maz!
valor integral de la vida que contienen esas selvas, reconocemos que dependemos
de ellas para mantenernos como pueblos. Ahora las polticas ambientales del go-
bierno le ponen un valor econmico. Esta poltica despierta el apetito voraz de los
empresarios que mueven sus recursos econmicos y polticos para despojar a las
comunidades de sus territorios, para entrar en el negocio de la venta de bonos de
carbono, como sucede en el ejido de Hopelchn, donde el prestanombre de polti-
cos y empresarios Alfonso Pereira transgrede las leyes y las estructuras internas de
las comunidades para manipular asambleas y apoderarse de casi 100 mil hectreas
de territorio. En este mismo sentido para poder acceder a prstamos del Banco
Mundial, el Estado mexicano desprecia la decisin de varias comunidades y expro-
pia una gran parte del territorio y lo convierte en un rea Natural Protegida. Con
este territorio en su poder accede a prstamos millonarios del Banco Mundial. Las
polticas ambientales del Estado mexicano agreden las estructuras internas de las
comunidades mayas, desmantelan las estructuras organizativas, por lo tanto aten-
tan contra esta parte de la cultura.
Las polticas econmicas que impulsa el Estado mexicano y que se encargan de
llevar a cabo los gobiernos estatales y municipales para beneficiar a empresarios lo-
cales y empresas extranjeras impactan a las comunidades, pues estn enmarcadas en
el sistema capitalista imperante que expulsa a los que somos indgenas eliminando
todas las posibilidades de sobrevivir de los pueblos. Se presentan los casos de despojo
del ejido de Chablekal que se benefici a empresarios yucatecos para crear un Coun-
try Club exclusivo de personas adineradas pero en perjuicio de toda una comunidad.
Se presenta el caso del Dragn Mart en Cancn que profundiza la situacin de po-
breza en la zona maya de Quintana Roo y la situacin del desmantelamiento de las
comunidades introduciendo expectativas falsas de un desarrollo econmico, ya que
la mayora de los jvenes son animados a convertirse en empleados esclavizados de
esta zona comercial. Para facilitar este proceso se eliminan todas las posibilidades de
que los jvenes puedan acceder a una educacin justa y adecuada, as como insertan
el desprecio de los jvenes hacia su propia cultura y a los medios de vida que los
pueblos mantienen.
En cuanto a las polticas agrcolas del gobierno federal, ejecutados por los go-
biernos de los estados de la pennsula de Yucatn, se ha evidenciado en los ltimos
20 aos que los programas estn enfocados en impulsar la agricultura de monocul-
tivos extensivos destinada a servir para las grandes empresas de industrializacin.
Para ello le han abierto las puertas a grandes transnacionales como Monsanto que
venden paquetes tecnolgicos que incluyen semillas mejoradas con sus respectivos
fertilizantes, herbicidas y plaguicidas. Con esta poltica se ha desplazado de mane-
ra agresiva la agricultura tradicional maya, eliminando a propsito la diversidad
de semillas locales. En las zonas donde se puede realizar la mecanizacin de las
tierras, se provoc la eliminacin de las formaciones naturales de la tierra y los
cauces y filtraciones naturales del agua, provocando la inundacin de las comuni-
dades mayas de varias partes de la pennsula. Bajo el pretexto de cubrir necesidades
alimentarias, el Estado mexicano ha otorgado a la empresa Monsanto gran parte
del territorio peninsular en permisos para la siembra de soya transgnica.
114
El mosaico
115
No toquen nuestro maz!
116
El mosaico
117
No toquen nuestro maz!
origen volcnico. Caso de la resistencia social del pueblo de Santa Cruz de las Flores,
Tlajomulco de Ziga, preaudiencia Territorialidad, Subsistencia y Vida Digna, San
Isidro, Jalisco, junio, 2013
118
El mosaico
Comisin Agraria Mixta (que era la autoridad responsable de realizar los censos
y verificacin de las parcelas de los ejidos de los estados), y dems autoridades
agrarias. En dichas actas de asamblea se puede observar que los empleados de la
Comisin Agraria Mixta sealaban haber constatado que las parcelas de los ejida-
tarios sujetos al procedimiento de privacin, se encontraban desavecindados de
los respectivos ejidos, lo cual era completamente falso. En el caso de la localidad
de Chablekal, stos desavecindados resultaban ser ms de 40 ejidatarios, pero
nunca eran realizadas tales actas de notificacin que respaldaran tal hecho, lo que
en resulta ser una clara violacin a las garantas individuales de los sujetos agrarios.
Lo ms curioso es que dichas visitas las realizaban de tres a cuatro horas, llevando a
cabo tambin una asamblea para la recepcin de los documentos de los ejidatarios
para corroborar los datos de las personas que supuestamente eran ejidatarios, lo
cual humanamente es imposible.
La citada Ley Federal de la Reforma Agraria sealaba que los sujetos de la pri-
vacin de derechos deberan ser notificados personalmente, y en caso de desave-
cindad debera levantarse acta circunstanciada manifestando tal hecho, ante cua-
tro ejidatarios, lo cual nunca pas. En muchas ocasiones, ejidatarios que fueron
privados de sus derechos agrarios, por desavecindad, posteriormente en asambleas
seran reconocidos nuevamente, repitiendo dicho circulo vicioso, ya que si ante-
riormente se encontraban desavecindados es extrao que posteriormente fueran
reconocidos nuevamente, por los antecedentes ya mencionados. Ejido Chablekal,
Yucatn VS Mxico, Preaudiencia, Polticas de Exterminio contra el Pueblo Maya,
Man, Yucatn, noviembre, 2013.
119
No toquen nuestro maz!
120
El mosaico
121
No toquen nuestro maz!
Los agravios que resentimos son los siguientes: Un proceso creciente de urba-
nizacin salvaje, que se caracteriza entre otras cosas, pero particularmente, por
una relacin campo-ciudad extremadamente desequilibrada y perversa, que tom
como base la subvencin de los procesos de urbanizacin e industrializacin a tra-
vs del pago de energa barata, de la transferencia de servicios ambientales rurales
al gran metabolismo urbano y del pago de salarios muy bajos en la ciudad a costa
del pago de alimentos del campo por debajo de su valor.
En sintona con el abandono del campo, al que ya no se le reconoce gran va-
lor productivo, salvo si se trata de grandes empresas e inversionistas, las ciudades
crecen comindose literalmente su territorio rural. A la vez que la ciudad se pre-
senta como una oportunidad y un mercado, representa tambin la negacin de la
posibilidad de mantener una vida rural, sobre todo cuando no existen polticas
de fomento a la produccin agropecuaria y que los alimentos son trados de otras
regiones o pases.
Este proceso se puede ver claramente ejemplificado por los diversos casos pre-
sentado, entre ellos el de los 13 pueblos de Morelos, por Tetelpa y su defensa del
122
El mosaico
123
No toquen nuestro maz!
Los agravios cometidos contra los pueblos por proyectos carreteros ha sido un
elemento alarmante dentro de los casos documentados, y han dado cabal cuenta
de lo antes expuesto. Es el caso de Tetlama donde hay un proyecto por ponerse en
marcha; la situacin en Tepoztln y la resistencia a la ampliacin de la autopista; la
resistencia en el Distrito Federal a la construccin de la Superva Poniente; el caso
de Libramiento Norte en Puebla y Tlaxcala donde el Frente de Pueblos en Defensa
de la Tierra y el Agua en la Regin de la Malinche ha logrado frenar el proyecto pero
no su cancelacin definitiva, y tambin el caso de las comunidades otomes del valle
de Lerma, en el estado de Mxico, que luchan contra la autopista Toluca-Naucalpan.
La crisis ambiental por basura en Mxico ha alcanzado niveles alarmantes, que
rebasan por mucho la capacidad del territorio para regenerarse por los daos ge-
nerados por la misma, tanto a los suelos, como al agua y el aire. El traslado de
residuos de las grandes urbes al campo es una constante y resultado de leyes y po-
lticas permisivas, adems de un alto grado de corrupcin de autoridades federales
y locales que reciben por ello cuantiosas ganancias.
Las polticas urbanas que buscan ciudades libres de basura resuelven su pro-
blemtica trasladando los residuos a lugares alejados de la misma, generalmente lo-
calidades rurales o agrarias que reciben toneladas de basura diariamente. La basura
que se traslada y deposita en espacios rurales y agrarios son indiscriminadamente
mezclados, generando as una letal composicin de residuos slidos, urbanos y peli-
grosos, que generan graves problemas de contaminacin y salud en las poblaciones.
Lo anterior se ha visto claramente expuesto por los basureros a cielo abierto
en Tetlama y Alpuyeca donde la comunidad logr el cierre del basurero, pero el
124
El mosaico
125
No toquen nuestro maz!
126
Nosotros cuando no hay maz
nos encuentra la tristeza
o la muerte
N
osotros estamos ac en este da donde estoy quitando mi maz, porque lo
estoy echando en este cuarto donde l est, donde nadie lo pueda pisar,
donde nadie le pueda hacer dao, porque este maz lo valoramos mucho,
lo valoro mucho yo y lo valoran todos lo que estamos aqu, porque han dicho que
este maz es la vida y la salvacin.
Nosotros que estamos en esta tierra, sin el maz no viviramos, sin el maz no
andaramos. Este maz yo s creo que est entre nosotros, est vivo, se hace nia
se hace nio, se hace como nosotros, se ve como nosotros, porque esta planta
cuando no crece es porque tambin espera el agua, quiere agua, no puede crecer
para dar alimento, no puede crecer slo con fro. Tambin espera el sol como
nosotros.
Dicen que este maicito lleg como una persona y por eso se hace nia se hace
nio, porque ste, este maz amarillo decimos que es como nuestra carne, nosotros
como indgenas somos amarillos, es nuestra piel, y este maz morado es nuestro
cabello o nuestra pestaa, as es como nosotros nos comparamos con este maz
morado, y con este blanco. Este maz es nuestro hueso, porque nosotros tenemos
huesos blancos. Y este maz rojo es como nuestro cuerpo, como nuestra sangre que
nos da fuerza, y tiene cabello, y por eso nosotros, como indgenas, en esta comuni-
dad Oxeloco, lo valoramos y lo queremos.
Nosotros cuando no hay maz nos encuentra la tristeza o la muerte, pero cuan-
do hay maz tenemos mucha alegra, nos remos mucho y sentimos que estamos
bien, estamos contentos, y no nos falta nada. Pero cuando no hay maz hay mucha
enfermedad, hay muchos problemas, y por eso nosotros queremos nuestro maz,
porque l es de aqu, l no viene de otro lugar, viene de lo que Dios nos dio con su
trabajo, lo que Dios nos entreg para estar vivos, para vivir, y por eso lo valoramos
mucho, lo queremos mucho.
127
No toquen nuestro maz!
an lo tenemos, an sigue aqu, es de aqu porque aqu nos lo entreg Dios. Este
maz no viene de otro lugar, el maz est aqu y aqu nos lo dio Dios para que
estemos vivos.
Por eso cuando trabajamos en nuestras milpas, antes de que vayamos a sembrar,
le agradecemos a Diosito, le hablamos al maz, y le decimos: yo voy a ir a la milpa
a dejarte, a regarte, pero t no te enojes, yo voy a estar contigo, te ir a ver, te voy a
cuidar, tu crecers, yo te voy a cortar, y si t me das vida y me cuidas toda la vida,
contigo estar. As le decimos al maicito.
Y por eso lo trabajamos, lo cuidamos bien, porque sabemos que l es nuestra
vida, nos salva de la muerte, sin el maz nosotros no podemos existir. Este maz
nosotros debemos de cuidarlo.
N osotros le agradecemos a Dios habernos dado la vida a travs del maz. Para
nosotros nuestra vida es el Chicomexchitl, por eso lo valoramos. Lo recor-
damos dndole una flor, prendindole una vela; le ofrendamos con copal y por eso
sabemos que no nos va a dejar, que est con nosotros, porque tiene vida, porque
nos da vida, y el maz es la salvacin.
Este maz no es como el que ahora los ricos nos ofrecen para sembrar, se no
es un buen maz porque trae enfermedad, provoca enfermedades. Nuestro maz
no es as, nuestro maz nos cura y nos ayuda mucho. Nos ha salvado mucho, por
eso estamos con l, porque l nos da salud y por eso lo queremos y lo valoramos,
siempre vamos a estar con l y ninguna persona o ningn rico nos lo va a robar.
Lo cuidaremos y lo valoraremos para tenerlo siempre, porque l es la salvacin, es
con lo que nosotros estamos vivos, porque nosotros no estamos acostumbrados a
comer pan o a comer una tortilla de la ciudad para poder vivir. Nosotros estamos
vivos gracias a nuestro maz.
128
El mosaico
129
No toquen nuestro maz!
quedar solo, no puede vivir solo. Y por eso nosotros queremos nuestra plantita,
queremos nuestro maicito. Aunque dejamos la semilla durante un ao no se pica,
no le pasa nada, vive como nosotros.
Y por eso ahorita ustedes pueden ver que hay cuatro tipos de maz, que son
como nosotros. El maz tiene vida, puede ver, nos rene, y tambin tiene una casa
donde se sienta, tiene una casa que nosotros le damos, tiene una casa donde lo
echamos: aqu se sienta, aqu se duerme, aqu vive, y por eso nosotros como hijos
de Dios, recordamos a Dios y recordamos a Chicomexchitl semilla, a Chicomex-
chitl maz como el que tenemos en esta comunidad de Oxeloco, y por eso hasta
ahora seguimos logrando maz. Lo hemos procurado, lo hemos cuidado, porque
queremos que est con nosotros. Si no lo cuidamos se hace un gran enojo, nos
puede llegar la muerte, nos pueden llegar los problemas. Con este maz vivimos y
todos los das lo cuidaremos porque no es cualquier cosa, vale mucho para noso-
tros, tiene mucha vida este maicito, nos trae mucha salvacin.
L
a vida campesina rural, es un compendio de libertad, autonoma, soberana y
alegra. Hasta hace unos 30 aos atrs, en nuestra regin todava era comn
cultivar maz, cacahuate, calabaza, chile, frijol. Era comn ver a familias en-
teras sembrando su tierra, el padre con el arado de tiro haciendo surcos, las y los
hijos sembrando y la madre incorporndose con el bastimento. Los campos tenan
diversidad de cultivos y de zacates, de frutos tambin en el contorno de la parcela.
Los tiempos de fiesta, trabajo y descanso eran marcados por el temporal de lluvias,
la siembra era un motor que generaba esperanza, ilusiones, la cosecha conllevaba
una fiesta, una comunin entre la gente y su tierra.
130
El mosaico
La mayora de los alimentos que llegaban al plato provenan del campo, produci-
dos de manera sana y respetuosa. Las familias adems tenan su ganado en el traspa-
tio, gallinas, conejos, chivos, una vaca y par de caballos para el tiro y cerdos. La casa
era tambin un banco de semillas, donde se seleccionaban las mejores y se guardaban
para el ao entrante. Haba tiempos para ir a hacer recoleccin de frutos silvestres
tanto a la parcela como a la loma, parotas, guajes, mezquites, tunas, nopales, guam-
chiles, aguilotes, pitayas, gusimas, ciruelas entre otros, eran los alimentos que las
plantas nativas nos daban. Por supuesto, era ms sana la vida y ms libre.
Ya en la actualidad, la cosa ha cambiado. Las lgicas se han invertido o han
querido invertirlas. La agricultura pas a verse como negocio y la diversidad pro-
ductiva se convirti en monocultivo. Se difundi por todos lados el anhelo de la
produccin mxima para generar mayores ganancias econmicas y la vida campe-
sina comenz a cambiar.
En la regin se implant la visin productivista del campo, acompaada de
fertilizantes qumicos, venenos como herbicidas, fungicidas, plaguicidas y ma-
quinaria agrcola. Los programas y polticas gubernamentales ahora estn di-
seados para extender la agricultura de monocultivo, con semillas hbridas,
pesticidas que apuntan a satisfacer las demandas de la industria y no la de los
campesinos y sus familias.
As, tenemos ahora que en la zona hay un monocultivo de caa con alrededor
de 20 mil hectreas, un desierto verde, que no produce comida, sino azcar (que
produce diabetes) y ha venido devastando el campo en estos ltimos 20 aos. Dnde
la caa es establecida, se eliminan los cercos vivos, se tumban todos los rboles para
que sembrar hasta el lindero. Para su cosecha dicen que es necesario quemarla. Los
tcnicos del ingenio Melchor Ocampo, que es el que transforma la caa en azcar y
realiza los contratos con los productores (que ya no campesinos), son un instrumen-
to de venta de pesticidas. Ellos recomiendan dosis, etiquetas, formas de trabajar y
tiempos para mover la tierra. Los campesinos ya no deciden sobre su propia tierra.
Donde la caa es establecida el suelo comienza a morir. La temperatura al que-
mar la caa llega alcanzar hasta 300 grados centgrados, matando con ello a todos
los insectos y microorganismos que son los que se encargan de descomponer la
materia orgnica, darle fertilidad y porosidad al suelo. Adems de la brutal com-
pactacin del suelo que ocasiona el uso de maquinaria pesada como los camiones
que entran por la caa, los tractores cada vez ms grandes, y las maquinas que
suben la caa a los camiones.
Donde la caa es establecida no crece nada ms. Cualquier otra planta es rocia-
da con herbicidas. El suelo, el subsuelo y los mantos freticos se contaminan por la
abusiva aplicacin de pesticidas txicos como el furadn y un sinfn de qumicos y
fertilizantes que agreden tanto a la vida como a la economa campesina.
El aire se contamina con dioxinas y toneladas de ceniza que cada zafra arroja
al aire y que han repercutido en cada vez ms enfermedades en la poblacin de El
Grullo, el Limn y Autln.
Ante esto, las autoridades estimulan y celebran al monocultivo de caa, consi-
derndolo como el motor de la economa regional. A pesar de que en cada zafra
131
No toquen nuestro maz!
132
El mosaico
133
Sierra Rarmuri
Guillermo Palma*
E
l pueblo rarmuri geogrficamente est situado en el norte de Mxico, en el
estado de Chihuahua. Nuestro espacio de vida est marcado con profundas
barrancas, estrechos valles, con escasos terrenos propicios para la agricultura
y como en otras regiones indgenas la principal cosecha es el maz que nos da la
fuerza para vivir en este lugar as es como hemos aprendido a estar de manera
austera en nuestro territorio. El maz se cosecha slo una vez al ao y para todo el
ao. Este maz no es slo un producto de la tierra que nos alimenta, es un bien que
nos fue dado para que lo cuidemos siendo lo que somos. Si dejamos las enseanzas
de los antiguos el maz slo lo vamos a ver como algo que nos da beneficios eco-
nmicos, slo como una mercanca que se puede vender, dejando a un lado todo
lo que est alrededor de la vida comunitaria que a su vez hace posible la siembra
de las semillas nativas. Es importante decir que hablar slo del maz deja a un lado
todo lo dems que nos da identidad a los pueblos indgenas, como la fiesta, el tra-
bajo comunitario, los sistemas normativos, toda nuestra cosmovisin y sin duda
para que todo esto sea posible es importante el maz, todo lo que se da en la milpa
y el tejido social que genera. Por lo anterior las culturas indgenas necesitamos del
maz y el maz necesita de nosotros para poder vivir. As como la relacin que hay
con el creador, nosotros le damos fuerza ofrecindole nuestras cosechas y l nos
manda el agua en una relacin cclica.
A lo largo de la historia que podemos contar podemos ver que la invasin a las
comunidades indgenas no ha disminuido, al contrario va en aumento; slo han
cambiado las formas: cambi la espada por la despensa, por programas como Pro-
campo, Piso Firme, y otros. As es como vamos siendo dominados poco a poco sin
darnos cuenta de la entrada de una cultura que nos oprime, que nos impone sus
leyes, sus costumbres, sus proyectos, su educacin, la explotacin de los recursos
naturales, la necesidad del dinero, el individualismo en contra de lo comunitario.
Ante todo esto las prcticas de las comunidades indgenas se van modificando y
acomodndose a las nuevas maneras de ser rarmuri pero con esto tambin se estn
dejando a un lado y con el tiempo olvidando las enseanzas de los viejos. Toda esta
sabidura se transmite cada vez menos de manera tradicional a las nuevas genera-
ciones porque crecen con otras necesidades y aprenden a rechazar lo que es verda-
deramente el ser rarmuri como nos ensearon los antiguos. No estamos en contra
del bienestar, slo que queremos seguir estado bien de acuerdo a lo que nos hace ser
134
El mosaico
135
No toquen nuestro maz!
pensamiento, sin preocuparse de que con esto se est atentando contra la conservacin
de los recursos naturales que con tanto respeto hemos sabido cuidar.
Tambin desde hace tiempo estn llegando proyectos gubernamentales a las co-
munidades indgenas para el desarrollo e integracin a la economa nacional de es-
tos pueblos. Slo por mencionar un caso, el turismo y sus diferentes modalidades,
cuando menos nos damos cuenta ya tenemos un telefrico sobre el cielo de la co-
munidad de Bakajpare. En estos proyectos tursticos se le quiere dar oportunidad
al rarmuri de que participe presentando danzas, haciendo folklore de nuestros
ritos, de nuestras ceremonias sagradas, mercantilizando nuestra tradicin, pros-
tituyendo y degradando nuestra cultura. El turismo invade los lugares que ances-
tralmente han sido protegidos a nuestra manera. Con la llegada de esta forma de
hacer economa a nuestro territorio se ha generado la contaminacin de los ros,
el despojo de tierras y por lo tanto la migracin de las familias afectadas. Estos
proyectos han servido para fraccionar la fortaleza de las comunidades indgenas
porque los elementos culturales comunitarios se han debilitado precisamente por
intervencin externa y por lo tanto estos proyectos daan a nuestro cultura, nos
hacen dependientes de los apoyos y hacen que nos olvidemos de nuestro quehacer
y nuestra funcin en nuestro territorio. Estos proyectos van generando corrupcin
y abandono al interior de la cultura porque no todos tienen acceso a la participa-
cin en la elaboracin ni en la ejecucin de los proyectos.
El rarmuri ha tenido que aprender dentro de sus posibilidades a luchar en
contra de estas imposiciones, pero una de las dificultades es que el lenguaje en que
estn hechas las leyes raramente lo podemos entender. En este caso la defensa del
territorio con las leyes mestizas va lenta, con respuestas tardas a lo que nos afecta,
al contrario de lo que hace el mestizo que en este tema tiene respuestas mucho ms
rpidas porque las leyes estn hechas en su lengua, en su lgica, en sus tiempos, de
acuerdo a las necesidades del que tiene el poder.
Existe la posibilidad de que el rarmuri tome en sus manos el derecho que las
leyes internacionales le otorgan para defender su territorio, pero slo unos cuantos
rarmuri estn instruidos para entenderlas y en este proceso de aprendizaje se tuvo
que sufrir un proceso de aculturacin fuerte, por lo tanto muchas veces el lder
indgena letrado ve intil la defensa del territorio y la sabidura ancestral porque
siente que est defendiendo a un mundo indgena en el atraso, que no avanza, que
no se quiere desarrollar, y este lder ve en lo comunitario y el pasado slo como un
ideal de vida, no teniendo respeto a lo que los antepasados nos ensearon cuando
optaron por tener una vida sencilla y austera en medio del bosque y de la montaa,
aprovechando con responsabilidad lo que el creador nos encarg.
136
El mosaico
Comunidades mayas
apcolas vs Mxico
137
No toquen nuestro maz!
A
partir del ao 2011, el Ejecutivo Federal, a travs de la Secretara de Agri-
cultura, Ganadera, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentacin (en adelante
la Sagarpa) y con el aval de la Secretara de Medio Ambiente y Recursos
Naturales (Semarnat) ha otorgado a grandes empresas transnacionales que fabri-
can y venden semillas transgnicas, (encabezadas por Monsanto Comercial SA de
CV), permisos para la siembra de soya genticamente modificada en diversas regio-
nes del pas, siendo la pennsula de Yucatn (Campeche, Quintana Roo y Yucatn),
una de las zonas ms afectadas.
El ltimo permiso otorgado por el Gobierno Federal para la siembra de esta le-
guminosa, fue el 06 de junio de 2012, autorizndose la siembra de 253 mil (doscien-
tas cincuenta y tres mil) hectreas (evento MON-04032-6, en respuesta a la solicitud
007/2012), para la liberacin al ambiente en fase comercial de soya (Glycine max L.) ge-
nticamente modificada solucin Faena, destinada a sembrarse en cinco polgonos que
se ubican en la Pennsula de Yucatn, Chiapas y la Planicie Huasteca, acto que afecta a
los municipios de Champotn, Hecelchakn, Hopelchn, Tenabo, Calkin, Escrcega,
Carmen y Palizada en el estado de Campeche; Othn Pompeyo Blanco, Jos Mara
Morelos y Felipe Carrillo Puerto en el estado de Quintana Roo; Santa Elena, Ticul,
Oxkutzcab, Tekax, Tzucacab, Peto y Tizimn en el estado de Yucatn; Aldama, Alta-
mira, El Mante, Gonzlez, Xicotncatl y Tampico en el estado de Tamaulipas; bano,
Tamuhn y San Vicente Tancuayalab, en el estado de San Luis Potos; Pnuco en el esta-
do de Veracruz y Acacoyagua, Acapetahua, Cacahuatn, Escuintla, Frontera Hidalgo,
Huehuetn, Huixtla, Mazatn, Metapa, Suchiapa, Suchiate, Tapachula, Tuxtla Chico,
Tuxtla Gutirrez, Tuzantn, Villa Comaltitln y Villa Flores en el estado de Chiapas.
Estos permisos para la siembra de soya genticamente modificada (GM), se en-
marcan en una poltica gubernamental de privatizacin de los recursos naturales y
afectan, fundamentalmente, a integrantes de pueblos originarios. En el caso de la
pennsula de Yucatn, el principal afectado es el pueblo maya.
Los permisos se han otorgado de manera sistemtica desde hace varios aos.
No obstante sta es la primera vez que se otorga un permiso en fase comercial. El
antecedente inmediato fue la autorizacin que otorg la Sagarpa, a travs de su
Direccin General de Inocuidad Agroalimentaria, Acucola y Pesquera y la Direc-
cin de Regulacin Fitosanitaria, en fecha 17 de junio de 2011, para la liberacin al
ambiente en programa piloto de soya genticamente modificada en 30 mil (treinta
mil) hectreas ubicadas en distintos municipios de los estados de Campeche, Yu-
catn y Quintana Roo.
La siembra y liberacin de soya GM implica riesgos desde distintas perspectivas,
pues implica afectaciones econmicas, ambientales, sociales, laborales y culturales.
La apicultura y la agricultura son prcticas culturales ancestrales que se pon-
dran en serio riesgo en caso de consumarse la siembra a gran escala de produc-
tos transgnicos, lo que tendra un impacto sobre derechos sociales, econmicos y
culturales de esos pueblos, afectaran su identidad social y cultural, sus costumbres
y tradiciones, sus bienes su trabajo, su cultura y su entorno medio ambiental. Mer-
maran sus condiciones de vida y trabajo, creencias, instituciones y bienestar espi-
ritual y a las tierras que ocupan o utilizan de alguna manera, afectando, tambin, su
138
El mosaico
139
No toquen nuestro maz!
140
El mosaico
141
No toquen nuestro maz!
142
El mosaico
***
Al cierre de la edicin de este libro recibimos este comunicado de la Comunidad
de Pack-Chen, la Comunidad de Cancabchen, el Colectivo Apcola de los Chenes,
el Colectivo MA OGM, Indignacin AC, Educe SC de RL
E
n una resolucin histrica, el Juzgado Segundo de Distrito del estado de
Campeche otorg un amparo a las comunidades mayas de Pac-chen y Can-
cabchen, pertenecientes al municipio de Holpechn, Campeche, en contra
del permiso otorgado por la Secretara de Agricultura, Ganadera, Desarrollo Ru-
ral, Pesca y Alimentacin (Sagarpa) con el aval de la Secretara de Medio Ambiente
y Recursos Naturales (Semarnat) para la siembra de soya genticamente modifica-
da en el estado de Campeche.
El da 06 de junio de 2012, la Sagarpa, con el aval de la Semarnat, otorg un
permiso para la liberacin al ambiente en fase comercial de soya genticamente
modificada (evento MON-04-032-6) tolerante al herbicida glifosato a favor de la
empresa Monsanto Comercial, Sociedad Annima de Capital Variable, por tiempo
indefinido, para la siembra de 253, 000 hectreas en siete estados de la repblica,
incluyendo los municipios de Champotn, Hecelchakn, Hopelchn, Tenabo, Cal-
kin, Escrcega, Carmen y Palizada en el estado de Campeche.
Ante estos hechos, autoridades mayas de Pac-Chen y Cancabchen, as como
diversas asociaciones de apicultores del estado de Campeche presentaron sendos
amparos en contra de dicho permiso (Juicios 753/2012 y 762/2012, respectivamen-
te). Los argumentos centrales fueron: a) que la Semarnat y la Sagarpa no efectuaron
una consulta libre, previa e informada, a favor del pueblo maya en trminos del
Convenio 169 de la OIT, b) que la siembra de soya transgnica afectaba una prctica
histrica tradicional de dicho pueblo, como lo es la apicultura; c) que exista una
violacin al derecho a un medioambiente sano, por el uso excesivo de herbicidas y
la deforestacin que esta prctica implica.
El da 07 de marzo, despus de casi dos aos de litigio, el Juzgado Segundo
de Distrito notific la resolucin favorable del amparo 753/2012. Los argumentos
fundamentales del Juez Segundo de Distrito para otorgar el amparo fueron:
143
No toquen nuestro maz!
A pesar de que la demanda fue presentada slo por dos comunidades del munici-
pio de Holpechn, el Juez, al delimitar el alcance de la sentencia y en una interpreta-
cin avanzada de los artculos 1 y 2 de la Constitucin, determin que los efectos de
la misma aplicaban a todos los municipios afectados por el permiso, con lo cual
el permiso queda cancelado en todo el estado de Campeche. En consecuencia, la
Sagarpa tiene la obligacin de garantizar que no se sembrar soya transgnica
en el estado. Si la Sagarpa pretende reactivar dicho permiso en la entidad, tendr
que cumplir con dos requisitos indispensables: a) un nuevo dictamen de impacto
ambiental que considere las opiniones de Conabio, Conanp e INE; b) un proceso de
consulta, libre, previa e informada, a todas las comunidades mayas asentadas en los
municipios afectados con el permiso, de conformidad con los ms altos estndares de
proteccin en materia de derechos humanos y derechos de los pueblos originarios.
La sentencia en cuestin reivindica el derecho del pueblo maya a ser consultado
y a decidir sobre los proyectos que se aplican en sus comunidades y su territorio.
Resalta la obligacin, omitida por dcadas, de considerar sus necesidades y eviden-
cia que tanto las autoridades federales como las del propio estado de Campeche,
han implementado polticas pblicas que benefician a unos cuantos y afectan al
grueso de la poblacin, principalmente indgena de la pennsula de Yucatn.
De igual manera, esta resolucin tambin representa una oportunidad en la
bsqueda de opciones que sean compatibles con el medioambiente y las prcticas
culturales de la regin. La poltica de monocultivos, ha quedado evidenciado, re-
sulta nociva, no slo para el medioambiente, sino para la economa de la mayora
de las y los habitantes de la pennsula, afectando prcticas tan importantes como
la apicultura.
Esto es para el bien de todas la comunidades mayas, ya que el gobierno no
puede negar la voz de una cultura milenaria. Esperamos que as como con esta
144
El mosaico
El gobierno no cuida
nuestra semilla
B
uenos das ciudadanos autoridades, presentes en este lugar y a todos
los dems ciudadanos. Me llamo Claudio Ramrez Pascual, vengo de la
comunidad de San Felipe Cieneguilla, Municipio de San Sebastin Ro
Hondo, Distrito de Miahuatln estado de Oaxaca, soy zapoteco y campesino de
66 aos de edad, vivo con mi esposa y mis hijos. Vengo a exponer la contamina-
cin de mi semilla nativa porque se encontr en mi parcela llamada Llano del
Manzanal una milpa contaminada, en el ao 2005. Junto con el ingeniero Jos
fuimos a recoger muestras de la hojas de las milpas que estaban deformes en las
parcelas, las cuales fueron llevadas al laboratorio, despus de un tiempo, la Orga-
nizacin Regional de Agricultores Biolgicos (ORAB), nos dijo que los resultados
fueron que una milpa de mi parcela estaba contaminada con un maz resistente
a herbicida.
145
No toquen nuestro maz!
Yo tengo maz criollo nativo desde mis abuelos. Mis paps me dejaron y me
ensearon a cultivar este maz, por eso yo lo sigo sembrando y cuidando que no
se contamine con el maz transgnico porque es una herencia que me dejaron mis
antepasados y lo sigo sembrando con mis hijos, mis nietos y esa herencia nunca se
acaba, porque mi maz es Sagrado, as como nuestra Madre Tierra es Sagrada. Yo
y mis compaeros de mi comunidad sembramos maz con abono orgnico y no es
justo que lo contaminen porque adems lo sembramos junto con la calabaza, frijol,
habas, papas y chcharos y con los ritos y costumbres que nos ensearon nuestros
abuelos, nuestros antepasados de cuidar nuestra tierra porque es nuestra madre y
no la contaminamos con insecticidas porque eso mata a la tierra, contamina los
quelites, las verduras, mata a los insectos, contamina el agua para tomar, todo lo
que nuestra madre tierra nos da.
El gobierno no cuida nuestra semilla porque al contrario a nuestras comunida-
des llegan programas de maz que dice que es mejorado, pero nos engaa porque
no es cierto, es maz contaminado y no lo vemos bueno porque mata nuestra se-
milla nativa.
Me siento triste por ver mi maz contaminado al igual que el de mis compae-
ros de la comunidad que siembran maz nativo. El maz es nuestra vida, nuestra
sangre, es sagrado. Por el maz vivimos y es la base principal de nuestro hogar.
Adems, con el maz le damos de comer a nuestros animales: guajolotes, gallinas,
para comer carne y huevos sanos, como nuestro maz nativo.
Por eso vengo a exigirle al gobierno federal y estatal que no permita la siembra
de maz transgnico que no llegue a nuestro estado y a nuestro pas porque nos
trae mucha contaminacin y enfermedades y eso significa nuestra muerte como
hombres y mujeres de maz.
Exijo al gobierno respete nuestra comida natural de maz, frijol calabaza, habas
y otras verduras naturales que tenemos en nuestro campo, porque quiero que mis
hijos y nietos y las dems generaciones tengan salud.
Gracias a todos ustedes por escucharnos.
Testimonio presentado en la preaudiencia Contaminacin del Maz Nativo, San
Luis Beltrn, Oaxaca, abril, 2013.
146
La agroindustria y sus instalaciones
Los encantos de
El Petacal
1
A mediados del 2013 conocimos las comunidades de San Isidro y de La Puer-
ta de El Petacal, ubicadas al sur de Jalisco en los municipios colindantes de
San Gabriel y Tolimn respectivamente.
Disfrutamos de la amable hospitalidad de la gente de San Isidro y de Alista a
propsito del acompaamiento que realizamos en los trabajos de visibilizacin y
denuncia que pueblos y comunidades de afectados, as como vctimas en general
de la violencia estructural que azota al pas, han desarrollado en el marco de las
actividades del Captulo Mxico del Tribunal Permanente de los Pueblos.
Durante la preaudiencia, organizada por el eje temtico Violencia contra el Maz,
la Soberana Alimentaria y la Autonoma, intitulada Territorialidad, Subsistencia y
Vida Digna, se presentaron casos y testimonios que evidenciaron los mecanismos
que le han servido a las empresas privadas, en contubernio con instituciones gu-
bernamentales y algunas universidades pblicas y privadas, para atentar contra el
territorio y los medios de subsistencia, pilares de la resistencia y la defensa popular
de la vida digna1
La embestida del capitalismo neoliberal no slo ha promovido procesos muy
amplios de destruccin y acaparamiento de las riquezas naturales y de la riqueza
social de mundo, sino que tambin impulsa un proceso generalizado de despojo de
la dignidad humana y destruccin de subjetividades, opaca el horizonte histrico
de las colectividades y ha puesto en suspenso la posibilidad misma de una vida
digna para todos los pueblos del mundo.
El comit dictaminador constat los mltiples agravios y afectaciones
brutales que empresas y distintas instancias y rganos de gobierno del Estado
mexicano han permitido y desplegado en contra del inters pblico, de las con-
diciones y la calidad de vida de la poblacin, de sus formas de convivencia y
de sus medios de subsistencia, a travs de diversos mecanismos institucionales
y de hecho.2
147
No toquen nuestro maz!
148
El mosaico
149
No toquen nuestro maz!
150
El mosaico
Los cultivos en su mayora carecan de proteccin por mallas o algn otro ele-
mento. Algunas mallas estaban desgarradas y slo unas cuantas estaban tapadas, lo
cual viola la NOM-056-FITO-1995, en la que se establece que se debe contar con el
permiso de liberacin para el uso de un producto manipulado fuera de los lmites
de un confinamiento fsico normal de un recinto cerrado, laboratorio, invernadero,
fermentador o cualquier otra estructura cerrada. Este permiso de liberacin exclu-
ye expresamente la venta comercial y debe contar con mecanismos de destruccin
de los sembrados que se realicen.
El cementerio biotecnolgico claramente refleja la negligencia con la que acta la
empresa en lo relativo a la destruccin de los sembrados y sus productos, violando
las normas y favoreciendo la diseminacin de las semillas de los productos con los
que se encuentra experimentando.
Este lugar transgrede normas de salubridad, pues constituye un relleno sanitario
de facto que desemboca en sitio contaminado6, con agentes infecciosos al aire libre.
Lo anterior vulnera objetivos expresos de la Ley General para la Prevencin y Ges-
tin Integral de los Residuos: prevenir la contaminacin de sitios, mismos que en
el caso son manejados de forma insegura y ambientalmente inadecuada, as como
la NOM-056-FITO-1995 y la NOM-083-SEMARNAT-2003, sobre especificaciones de
proteccin ambiental para la seleccin del sitio, diseo, construccin, operacin,
monitoreo, clausura y obras complementarias de un sitio de disposicin final de
residuos slidos urbanos y de manejo especial, que establece la obligacin de las
empresas que solicitan un permiso de liberacin de tomar las medidas necesarias
para evitar la contaminacin y diseminacin de los productos agrcolas que estn
manejando. Adems, el cementerio biotecnolgico genera plagas que repercuten en
la salud de la poblacin y en la de los animales regncolas.
Existe un segundo cementerio biotecnolgico al que no pudimos acceder por
estar cercado. Sin embargo, vecinos de El Petacal nos contaron que los residuos
son lanzados al ro indiscriminadamente, situacin que de igual manera menos-
caba los objetivos de la ley de residuos, pues se trata de residuos incompatibles,
agentes infecciosos, residuos peligrosos y residuos de manejo especial. Monsanto
es responsable solidario en la remediacin de los sitios contaminados, as como en
la reparacin de los daos causados por afectaciones a la salud, todo ello segn lo
dispuesto por la propia ley de residuos. Por supuesto que en este caso tambin se
vulneran normas expresas sobre medidas de seguridad y de control, en especial las
relacionadas con inspeccin y monitoreo.
En la estacin final de cultivo es visible una lona con logotipos de Monsanto y el
Comit Estatal de Sanidad Vegetal de Jalisco (Cesavejal) que menciona lo siguien-
te: Esta empresa se encuentra en proceso de certificacin en sistemas de reduccin
de riesgos de contaminacin en la produccin primaria de alimentos de origen
agrcola establecidos por el Senasica. Con referencia a esto, se observa la falta de
inspeccin y monitoreo de este procedimiento de reduccin de contaminacin por
parte de las dependencias responsables. Adems de que la sanidad e inocuidad ve-
getal son prcticamente nulas, ya que los focos de plagas creados contaminan la re-
gin y la Cesavejal es la encargada, precisamente, de vigilar la reduccin de plagas.
151
No toquen nuestro maz!
Existen roedores, aves e insectos que excavan para llegar a los desechos y ali-
mentarse. Cuando salen, adems de que se reproducen con las afectaciones ori-
ginadas por la alimentacin transgnica, llevan consigo semillas que diseminan
por la regin contaminando otras propiedades, cultivos, animales, biodiversidad
etctera. No existe ninguna medida de seguridad que impida esto, no existe ino-
cuidad y claramente se viola la idea misma de bioseguridad ya que en todo caso
no se previenen, reducen ni evitan los posibles riesgos para la salud, al ambiente y
la diversidad biolgica.
4 Una gran hacienda fue erigida por Nutrilite (marcada como E-1). En una de
sus paredes se cit un pasaje de la Biblia, como si las actividades de su rancho
fueran actos de Dios, comentan al pasar nuestros anfitriones. No es suficiente con
atacar al sujeto en su corporalidad y en todo lo que deviene con su ser comunitario;
se hace necesario vulnerar sus creencias y utilizar su fe en su contra.
El pasaje est mal citado, pues su ubicacin correcta es Isaas 41:18-19 del An-
tiguo Testamento.
5 Con su llegada, Nutrilite y Monsanto han disuelto la historia local del Cerro
Encantado. El diablo guardin de la puerta del Petacal ha sido sustituido por
el afamado rancho orgnico de Nutrilite y los viveros de innovacin biotecnolgica
de Monsanto. La comunidad que alguna vez fue la antesala del Cerro Encantado, y
que lo es an ahora en el recuerdo de quienes se niegan a renunciar a su memoria
152
El mosaico
histrica e identidad cultural, se enfrentan con la cruda realidad del cerro embru-
jado, inaccesible y aislado. La comunidad confronta los nuevos demonios que le
recitan pasajes bblicos en el mismo movimiento con el que desvanecen la solidez
de sus leyendas, tradiciones y vnculos ancestrales.
Los habitantes de El Petacal y de otras comunidades vecinas son ilegales en su
propio cerro, al que miran detrs de mallas metlicas resguardadas por la amenaza
puesta ah por las propias autoridades mexicanas: Unidad de Manejo Ambiental
El Edn. Se prohbe el ingreso, la cacera y la tala de rboles. Son delitos federa-
les. Atravesar la puerta de El Petacal se ha vuelto un privilegio vedado para las
mayoras en nombre del desarrollo social, el empleo, el cuidado del ambiente y el
resguardo de la biodiversidad. Lo curioso es que el Estado mexicano haya elegido
como garantes de ello a empresas como Nutrilite y Monsanto, en vez de mirar pri-
mero las necesidades reales de las comunidades aledaas al Cerro Encantado y de
respetar y apoyar su autonoma y sus procesos autogestionarios.
Logramos constatar que desde El Petacal se visualizan los Bioparques en los
que poco tiempo antes fueron encontradas 275 personas laborando en condiciones
de esclavitud.7
6 En octubre de 2012, tras dcadas de lucha, los ejidatarios de San Isidro lograron
recuperar 280 hectreas de la hacienda El Petacal, las cuales les haban sido
otorgadas por resolucin presidencial de Lzaro Crdenas desde 1939. se re-
8
153
No toquen nuestro maz!
154
Constataciones
Colisin Campo-Ciudad
H
emos escuchado con atencin los casos expuestos en la preaudiencia del
Tribunal Permanente de los Pueblos que se llev a cabo en la plaza pblica
de Tepoztln, Morelos, el da 23 de noviembre de 2012. Los testimonios y
deposiciones fueron dibujando un cuadro de agravios y agresiones graves y arteras
contra pueblos y comunidades urbanas y rurales, hasta un punto en que podemos
hablar de intencin y accin criminal.
Desafortunadamente, lo que escuchamos no constituy novedad ni sorpresa.
Desde el primer testimonio, fue como escuchar historias repetidas, versiones co-
rregidas de casos de atropellos y agresin que hemos conocido en nuestras tierras
o de las que sabemos que ocurren alrededor del mundo.
Las agresiones que sufren hoy los pueblos, comunidades rurales y habitantes de
los barrios de Mxico se repiten en el mundo entero. No son casualidad, ni son al
azar: son parte de un ataque sistemtico, pensado, diseado y desplegado de ma-
Guardianas de la tradicin nhuatl en Acatepec, Hidalgo, noviembre, 2013
nera planificada y coordinada. Son elementos tan diversos como las concesiones
y las invasiones para megaproyectos, infraestructura o desarrollo inmobiliario, las
expulsiones y desplazamientos forzados, la creacin de villorios rurales o urbanos
donde a la gente se le encierra y hacina (lo que aqu han identificado como urba-
nizacin salvaje), el desvo de las aguas para uso industrial, minero o suntuario, el
tolerar la contaminacin extrema para no disminuir las mega-ganancias de gran-
des empresas, el ingreso forzado de los cultivos transgnicos, la destruccin de los
servicios de salud pblica y la criminalizacin de los sistemas de salud propios, y
muchos otros que podramos mencionar. De todo ello escuchamos en la preau-
diencia y de todo ello escuchamos alrededor del mundo.
El objetivo de los ataques es el despojo total, quitar a los pueblos sus saberes,
sus formas de construir una mirada, un sentido y un saber propio, sus formas de
convivencia y, por supuesto, sus medios de subsistencia. Ello con el objetivo de
convertirnos en individuos aislados, sin lazos sociales, sin arraigo a un territorio, a
la tierra o a un barrio, dependientes al momento de alimentarnos y trabajar, para
as dejarnos sin ms alternativa que convertirnos en mano de obra sumisa, barata
y desechable.
159
No toquen nuestro maz!
Los mecanismos para toda esta agresin tambin se repiten en el mundo ente-
ro. Gobiernos, organismos internacionales y grandes capitales estn actuando de
manera concertada. En lo inmediato vemos una violacin desvergonzada de las
normas, leyes y declaraciones de intencin que pudieran de alguna manera favore-
cer a los sectores populares del campo o la ciudad, acompaado del uso de lenguaje
engaoso, declaraciones vacas que nunca se cumplen o simplemente mentiras.
A ello se le va sumando, de manera creciente, la modificacin y la creacin de
nuevas leyes que favorecen sin pudor los intereses de las grandes empresas y ca-
pitales, mientras reprimen y sujetan al resto de la poblacin y especialmente a los
sectores populares. Y como los pueblos siempre parecen arreglrselas para evadir
aquello que les impida vivir dignamente, tambin se experimenta en todas partes
un proceso de criminalizacin y represin apoyado por la calumnia, el montaje, la
desinformacin y la corrupcin. La criminalizacin de las luchas sociales se repite
en casi todos los casos expuestos y marca uno de los ejes de la respuesta del Estado
frente a los pueblos siendo innumerables las vctimas asesinadas sin que haya
habido justicia, como ocurre en casi todos los casos (como en el de Miguel ngel
Prez Cazales de Santa Catarina, o Marcos Olmedo de Tepoztln).
160
Constataciones
As como Mxico fue la puerta de entrada de los Tratados de Libre Comercio y to-
das las formas de devastacin asociadas a stos, hoy puede convertirse en la punta de
lanza de los transgnicos en el centro de origen de los cultivos que alimentan a la hu-
manidad o en el campo de prueba de los efectos de extremar los agravios y agresiones.
Un aspecto que nos preocupa profundamente es el avance de la violencia como
mecanismo central y el impacto que ha tenido en las formas de convivencia, de or-
ganizacin y de resistencia. Ello ha provocado niveles de indignacin, frustracin
y sensacin de situaciones sin salida que podran provocar estallidos violentos.
Creemos que la violencia institucionalizada busca tales estallidos como una forma
de justificar mayores niveles de agresin y represin.
En los testimonios y deposiciones pudimos tambin escuchar de un esfuerzo
permanente por parte de las organizaciones por desmantelar la violencia y mante-
ner y aumentar los niveles de resistencia y lucha no violenta.
Creemos que hoy es ms importante que nunca profundizar la reflexin colectiva
sobre diversos mecanismos que les permitan protegerse unos a otros mientras se
desarrollen y desplieguen mecanismos sociales de desmantelamiento de la violencia.
Los pueblos de Mxico, como pocos pueblos del mundo, cuentan an con me-
canismos fundamentales y poderosos para lograrlo, como son las asambleas en
distintas instancias y su riqueza y diversidad cultural.
161
No toquen nuestro maz!
***
D urante toda la jornada hemos podido compartir la presentacin de 34 casos
provenientes de Morelos, la regin del Distrito Federal y otras regiones del
162
Constataciones
pas. Sabemos adems que estos casos compartidos son solamente una muestra de
los cientos de casos que se presentan a lo largo y lo ancho de todo el pas.
Los casos compartidos, que se hayan sistematizados en diferentes grados, han
tenido muchos ejes en comn, que de alguna manera tratamos de organizar en el
presente dictamen sin pretender ms que buscar sus coincidencias en las proble-
mticas enfrentadas. Los siguientes ejes no pretenden limitar sino crear puentes
que faciliten la comprensin y la articulacin:
163
No toquen nuestro maz!
Los casos vinculados al agua son el de Cuautla donde se lucha contra una gaso-
linera que amenaza contaminar los manantiales de la zona; el de Atlapulco donde
la comunidad lucha por el reconocimiento de su aporte al cuidado del agua que
abastece a una parte de la ciudad de Mxico; el caso de la Presa Endh, en Hidalgo
donde se resiste a la gravsima contaminacin de la presa por el vertido de residuos
industriales y domiciliarios provenientes del DF y toda la zona metropolitana, que
ha destruido toda la vida del espejo de agua; las luchas de Ro Atoyac en Puebla-
Tlaxcala donde las industrias se han ido apropiando del agua al mismo tiempo que
contaminan el ro con sus vertidos.
164
Constataciones
Los casos de invasin de tierras como el caso de El Texcal, Morelos en una zona
de reserva ecolgica, el de Tultitln, en el Estado de Mxico, el de San Isidro, Jalisco
donde desde hace ochenta aos la comunidad lucha por su tierra.
***
L as presentaciones nos han conmovido profundamente y hemos sentido y com-
partido el dolor, la esperanza, la desazn, la voluntad, el espritu de lucha y el
compromiso de un pueblo que no se resigna y que comprende que cada una de las
luchas locales est enlazada con las otras a partir de una problemtica comn que
recorre todo el pas y cuyas conexiones se expusieron con claridad en esta preau-
diencia y tambin a partir de la posibilidad de tejer colectivamente la resistencia.
Para los dictaminadores ha sido claro el avance de un modelo de urbanizacin
salvaje que escapa a todo tipo de control social y que de la mano del desvo de po-
der del Estado mexicano est al servicio de grandes grupos corporativos, muchos
de los cuales se nombraron aqu de manera explcita y repetitiva: Grupo Carso,
OHL, Monsanto, Abengoa, Amway, Wal-Mart. Este desvo de poder acta por vas
legales crendose mecanismos, que sin consultar a las comunidades, permiten
el desvo de poder y junto con la corrupcin, hechos fraudulentos y la violencia
se imponen a las comunidades. Tambin se expuso con claridad en muchos de
los casos que el Tratado de Libre Comercio fue un facilitador de estos procesos de
apropiacin y violencia sobre las comunidades.
Las instituciones y organismos pblicos que deberan ocuparse de las regulacio-
nes y resolver conflictos son cmplices y ejecutores del desvo de poder (siendo el
caso de la Comisin Estatal de Agua y Medio Ambiente del estado de Morelos
CEAMA uno de los ms elocuentes), por lo que sin duda el nico camino posible
165
No toquen nuestro maz!
166
Constataciones
Recomendaciones
167
No toquen nuestro maz!
* Camila Montecinos y Carlos Vicente pertenecen a la organizacin internacional GRAIN. Jean Robert
es arquitecto y filsofo.
168
Dictamen de la preaudiencia
Contaminacin Transgnica
del Maz Nativo
A
pesar de todo lo que han hecho sucesivos gobiernos para desmantelar la
Constitucin Poltica de Mxico, el pacto social y poltico y el proyecto
de nacin que mexicanas y mexicanos definieron hace casi 100 aos sigue
siendo su Carta Magna: un documento que es an fuente de derecho y de unin
para ellas y ellos.
El artculo 39 de la Constitucin establece que la soberana nacional pertenece
esencial y originariamente al pueblo de Mxico. Pertenece a todos y cada uno de
quienes vinieron a presentar aqu sus casos y a rendir sus testimonios. No son re-
presentantes de mexicanos y mexicanas. Son pueblo mexicano. Son los titulares de
la soberana nacional.
Desde esa condicin han acudido a esta preaudiencia a denunciar la violacin
sistemtica de la soberana de la que son titulares por parte de quienes la propia
Constitucin designa como garantes de esa soberana.
Hemos escuchado atentamente los casos y testimonios, slidamente sustenta-
dos, que demuestran este hecho de extrema gravedad: buena parte del territorio
mexicano al que se refiere la soberana un territorio que por miles de aos han
cuidado y protegido los pobladores originarios mediante tradiciones de responsa-
bilidad que continan los actuales titulares de la soberana, ha sido entregado a
intereses privados y entidades extranjeras.
Adems del derecho a la cultura, los pueblos indgenas cuentan con el derecho
de propiedad sobre los territorios que han ocupado tradicionalmente. El gobierno
se ha comportado como propietario de esos territorios, asumiendo dominio sobre
ellos. Esta postura pudo tener sentido en el marco del proyecto nacionalista que
eman de la Revolucin Mexicana. Represent una posicin digna frente al capital
extranjero para defender la soberana nacional. Sin embargo, en vista de que el
gobierno mexicano se ha apartado explcitamente del proyecto contenido en la
Constitucin de 1917, tal postura carece ya de sustento. El gobierno, por ejemplo,
est transfiriendo el dominio del subsuelo, por medio de concesiones, a empresas
transnacionales, en demrito de la propiedad y posesin indgena sobre sus terri-
169
No toquen nuestro maz!
torios. Queda claro que para los pueblos indgenas ya no basta con ser propietarios
de la superficie de sus tierras y territorios. La siembra de maz transgnico y la
minera afectan la vida misma tanto de indgenas como de no indgenas.
T odo esto implica una desviacin de poder, que podemos demostrar con las
pruebas que se nos han allegado. Se ha desviado mediante nuevas leyes y a
travs de polticas y programas. Los poderes constituidos han empleado sus fa-
cultades para desmantelar las leyes y disposiciones que protegen la soberana y el
territorio, lo mismo que los derechos de los campesinos, a fin de acomodarlas a los
intereses de corporaciones privadas y entidades extranjeras. Las polticas y progra-
mas que han aplicado estn claramente en contra de los intereses campesinos y a
favor de las mismas corporaciones.
Esta preaudiencia se concentra en el maz. Hemos escuchado numerosas expre-
siones de lo que significa para el pueblo mexicano. He aqu algunas de ellas, que
reproducimos textualmente:
sa es la experiencia del maz. Esto es lo que se han negado a ver los gobiernos,
en su afn perverso de reducirlo a una cosa, una mercanca, un objeto ms que se
compra y se vende en el mercado y que puede ofrecerse al mejor postor.
Se nos dijo ayer, en uno de los casos presentados: Denunciamos el cinismo, la irres-
ponsabilidad y perversidad con la que las instituciones gubernamentales han tratado
el problema. Los hombres y mujeres oaxaqueos estamos sembrando nuestros maces
an en contra de un sistema que quiere acabar con el campo oaxaqueo y mexicano.
170
Constataciones
Vandana Shiva, Josefina Santiago y Octavio Rosas Landa en la preaudiencia en San Luis Beltrn, Oaxaca, abril, 2013
Uno de los crmenes ms serios que han cometido los gobiernos mexicanos es
el crimen de empearse en eliminar a los campesinos, destruyendo de esa manera
una sabidura milenaria que es la base histrica y cultural de la nacin.
Desde hace sesenta aos esta obsesin parece perseguir a todos los gobernantes.
Varios de ellos han llegado a decir que Mxico nunca podr ser un pas moderno
mientras ms de la tercera parte de la poblacin viva en el campo; repetan, una y
otra vez, que deba imitarse el modelo de Estados Unidos, en que slo 2.5% de la
poblacin laboral produca alimentos para el mundo. Varios secretarios de agri-
cultura declararon pblicamente que su obligacin era deshacerse de millones de
campesinos. Y se disearon polticas y programas con ese propsito. Varios ejem-
plos de esa mentalidad criminal se mencionaron en la preaudiencia.
* Los campesinos lucharon para tener pequeas tiendas Conasupo en sus comu-
nidades, administradas por ellos mismos, para poder acceder a bajo precio a
productos de primera necesidad que no pueden producir. Desde hace muchos
aos, la red de tiendas de Diconsa, 23 mil establecimientos en 93% de los mu-
nicipios del pas, se usa con un propsito perverso. Con el pretexto de abatir el
precio de los alimentos, se ha dedicado a desalentar la produccin local de maz
y a crear el riesgo de la contaminacin transgnica.
171
No toquen nuestro maz!
* Uno tras otro se fueron eliminando todos los instrumentos pblicos de apoyo al
campo creados en funcin de los compromisos de la revolucin. Es cierto que
se haban corrompido y que tenan carcter clientelar. Pero representaban una
derrama econmica para los campesinos, que se acostumbraron a depender de
ella. ste fue uno de sus efectos ms negativos, que se padeci inmensamente
cuando se cancelaron.
172
Constataciones
173
No toquen nuestro maz!
174
Constataciones
luego se cree. Todava entre el 30 y 40% del maz que se produce en Mxico alimen-
ta directamente a las propias familias y la comunidad. Y ya sumado, un 50% del
maz mexicano proviene de produccin campesina en pequeo.
En esta preaudiencia se nos hicieron llegar, con los testimonios, documentos en los
que se demuestra, con slido fundamento cientfico, que existe un enorme potencial pro-
ductivo por el que podra recuperarse en pocos aos la autosuficiencia nacional de maz.
175
No toquen nuestro maz!
176
Constataciones
177
No toquen nuestro maz!
178
Constataciones
minacin de los pueblos sobre sus bienes naturales, el respeto a los derechos
indgenas y campesinos, la conservacin de la biodiversidad y el principio de
soberana alimentaria.
* Establecer legalmente que ningn ser vivo, ni en su totalidad ni en sus compo-
nentes, pueda ser reclamado por derechos de propiedad intelectual ni sujeto
a convenios de bioprospeccin.
Es obvio que ante los riesgos tan evidentes no basta con hacerle recomendacio-
nes al Estado: estas recomendaciones son, al mismo tiempo, asuntos pendientes
que la sociedad civil mexicana e internacional tendra tambin que asumir como
luchas urgentes que tienen que estar en el centro de sus reivindicaciones.
179
No toquen nuestro maz!
180
Constataciones
181
No toquen nuestro maz!
182
Constataciones
* Camila Montecinos (Chile) pertenece a la organizacin internacional GRAIN. Joel Aquino es una
autoridad de las comunidades zapotecas de la Sierra Norte de Oaxaca y de su comunidad natal,
Yallag. Gustavo Esteva es como l mismo se define intelectual desprofesionalizado. Su trabajo con
las comunidades se vincula mediante uno de su proyectos ms visibles La Universidad de la Tierra
(Unitierra).
183
Dictamen de la preaudiencia
Territorialidad,
subsistencia y vida digna1
Introduccin
E
l Tribunal Permanente de los Pueblos como instancia tica internacional,
examina las denuncias sobre agresiones y agravios injustificados a los pue-
blos, las causas de esas violaciones, y contribuye a que los hallazgos no
queden invisibles o en el olvido, apoyando con su ejercicio, a denunciar a los
responsables.
De ah que centre su atencin en las violaciones flagrantes y sistemticas de
derechos que hayan sido perpetradas por los Estados, por organizaciones privadas
u otros grupos de poder.
Como se ha documentado en todas sus actuaciones y juicios, el Tribunal Per-
manente de los Pueblos nace y justifica su legitimidad e importancia en la dram-
tica constatacin de profundos sufrimientos y agravios, en la vida de las personas y
de los pueblos, en la fractura permanente entre los principios y las garantas invio-
lables del Derecho internacional de los derechos humanos y las realidades insopor-
tables en las que se encuentran sumidos millones de seres en el mundo.
Durante dos das de sesiones, este comit dictaminador de la Preaudiencia so-
bre Territorialidad, Subsistencia y Vida Digna del Captulo Mxico del Tribunal
Permanente de los Pueblos, recogi y atestigu las denuncias y testimonios de las
siguientes comunidades:
184
Constataciones
del agua del lago de Chapala, devastando las fuentes de subsistencia de los pueblos
de la rivera, a favor de la ciudad de Guadalajara y contaminando el agua del lago.
5. Santa Cruz de las Flores, municipio de Tlajomulco de Ziga, Jalisco, que de-
nuncian la urbanizacin excesiva del poblado, contaminacin y sobre-explotacin
del agua y sus consecuencias, as como la presin que han recibido distintos pobla-
dores para la desocupacin y cambio de uso de sus tierras.
6. San Juan Yolotepec, municipio de Sumpango, en el Estado de Mxico, que de-
nuncia la Contaminacin del agua y a los cultivos en la Unidad de riego para el
desarrollo rural plan de Xalpilla Zumpango Zitlatepec, Estado de Mxico.
Amenazas y presin a la comunidad para desocupar sus tierras.
7. San Sebastin Teponahuaxtln, comunidad wixrika, en los municipios de
Mezquitic y Bolaos en Jalisco que denuncia el despojo y deterioro del territo-
rio ancestral: por programas de servicios ambientales hidrolgicos, construccin
de carreteras para corredores industriales, concesiones de agua, de minas para el
establecimiento de proyectos de extraccin minera, maderera, desmantelamiento
de la asamblea y organizacin comunitaria y el no reconocimiento de los derechos
colectivos de la comunidad. Simulacin de acuerdos en favor de la comunidad por
parte del Estado, la cooptacin de las autoridades y los ataques al maz nativo por
programas de gobierno como Promaf.
8. Ojo de Agua Grande, municipio de Amatln de los Reyes, Veracruz. En defensa
del ro Atoyac, que exige frenar la contaminacin y los proyectos que amenazan
la extincin del Ro Atoyac y la vida humana y natural de la cuenca. Por intereses
de saqueo y contaminacin masiva del agua, deforestacin y megaproyectos hidro-
lgicos a lo largo de todo el ro Atoyac, disminuyendo su caudal a menos del 50 %.
9. Tepoztln, Morelos. Frentes Unidos en Defensa de Tepoztln, que denuncian el
proyecto carretero y urbanizacin salvaje a travs de la ampliacin y moderni-
zacin de la autopista La Pera-Cuautla, devastando la bioregin del Tezcal, el
Parque Nacional el Tepozteco, el corredor biolgico Ajusco-Chichinautzin en favor
de las empresas concesionarias de la construccin y uso de la autopista, as como
la criminalizacin de quienes protestan en su contra.
10. San Nicols Totolapan en la delegacin Magdalena Contreras en el Distrito
Federal, que denuncia la destruccin del medio ambiente, el territorio, despojo y
desplazamiento, por la construccin de vas carreteras en el Distrito Federal, as
como la negativa expresa de las autoridades de intervenir y la negacin por parte
de las autoridades de su condicin de pueblo originario.
11. El Ejido La Cinega, municipio de El Limn, Jalisco, que denuncia el desmante-
lamiento de la asamblea ejidal a travs del programa Procede, erosin de las tierras
por empresas tequileras, prdida de biodiversidad (guamchil, huaje), introduccin
de paquetes tecnolgicos con agrotxicos y semillas transgnicas, la explotacin de
los pueblos y los atentados contra la soberana alimentaria. La defensa de las semi-
llas, la vida campesina y la agricultura como forma de vida, libre de agrotxicos.
12. San Francisco Xochicuautla, comunidad otom, municipio de Lerma, en el Es-
tado de Mxico. Frente de Pueblos Indgenas en Defensa de la Madre Tierra,
que denuncian los mecanismos represivos, de corrupcin y cooptacin de autori-
185
No toquen nuestro maz!
186
Constataciones
187
No toquen nuestro maz!
188
Constataciones
Son generalmente las reas en las que prevalecen reglas de tenencia de las tierras
ms complejas que la propiedad privada, por ejemplo lo que implica literalmente
una toma de posesin corporal.
En cambio, para las comunidades campesinas e indgenas el territorio no es
objeto de mapeos, es sentido y medido por el paso humano. Para distinguir este
territorio sentido podramos reivindicar la vieja palabra terruo. En el territorio-
terruo, de la experiencia sentida y concreta el tiempo no se separa del espacio,
es al mismo tiempo historia y geografa. El territorio sentido no es el depsito de
recursos extrables, el agua no es separable de una matriz de tierra, de aire y de
agua, de un clima como dicen los japoneses que quieren traducir la palabra fu-do.
Comprendido como terruo sensible e histrico, el territorio puede ser el lugar
de la reconciliacin del tiempo y del espacio y un remedio contra su reduccin
extraccionista a elementos aprovechables por la economa de la escasez.
Constataciones
189
No toquen nuestro maz!
* Con menos del 30% de la tierra agrcola los campesinos producen cerca de un
60% de los alimentos mundiales.
* Tomando la leche como ejemplo, en Paquistn el 96% y en la India un 85% de la
produccin de leche est en manos de la gente; en Colombia 83%.
* En Mxico entre un 32% y un 38% de la produccin de maz es de subsistencia y
un poco ms 50% de la produccin nacional es de origen campesino, tal y como
lo documentaron las Comunidades del Petacal, La Cinega y el Grupo de Estu-
dios Ambientales (GEA). La mayora de los productores de maz (92 %), posee
predios entre cero y cinco hectreas y aportan el 56.4% de la produccin total.
190
Constataciones
191
No toquen nuestro maz!
192
Constataciones
Tan transversales y complementarias son estas tcticas para el agravio, que los
24 casos presentados, dan cuenta del uso intencionado y sistemtico de todos o
buena parte de estos mecanismos,
193
No toquen nuestro maz!
194
Constataciones
195
No toquen nuestro maz!
terminadora de la vida misma de las gentes y del territorio y por tanto un genocidio.
El abandono del Estado est en realidad produciendo la crisis de lo comuni-
tario. Los modos de vida colectivos se desprestigian en las escuelas y en los me-
dios de comunicacin, como modos de vida arcaicos y sin futuro. Las juventudes
campesinas son, as, escolarizadas, para mostrarles que el supuesto mejor camino
es salir a la ciudad a abrirse paso en la vida por su esfuerzo individual, como un
escape de sus comunidades desprovistas de apoyo para tejer en colectivo una vida
digna. El testimonio de los jvenes de Palos Altos y de las comunidades wixaritari
y rarmuri manifiestan hasta que punto el modelo econmico depredador de la
vida comn los ha empujado a los callejones de la frustracin. El Colectivo por
el Parto Humanizado revel como el derecho ntimo del cuerpo arropado comu-
nitariamente est amenazado de expropiacin por instituciones deshumanizadas.
196
Constataciones
197
No toquen nuestro maz!
198
Constataciones
Un claro ejemplo de esta situacin fue expuesta por el Grupo de Estudios Am-
bientales, quienes en su narracin evidenciaron que el cumplimiento de los instru-
mentos jurdicos e institucionales derivados de los compromisos internacionales
del Estado mexicano es una promesa inalcanzable para las comunidades y perso-
nas en resistencia, quienes se enfrentan a una negacin sistemtica de acceso a la
justicia y a los instrumentos jurdicos estatales y convencionales, que adems de
que no les son benficos para la resolucin de sus problemas, s les afecta en sus
procesos cuando las formalidades burocrticas no son cumplidas.
Por otro lado, se ha evidenciado durante la preaudiencia que las leyes y polticas
gubernamentales incumplen sistemticamente estas obligaciones contradas, ya
que se niega el alcance y sentido de los convenios y tratados internacionales, inclu-
so en sus principios fundamentales como es el principio de precaucin consagrado
en la Declaracin de Ro y en el Convenio de Cartagena, mismo que es negado
por la Ley de Bioseguridad que regula los pasos de implementacin de los cultivos
genticamente modificados, a la vez que simula la existencia de medios jurdicos
para combatir la avalancha transgnica.
El incumplimiento de las reglas del juego que el mismo Estado se ha autoim-
puesto al contraer las obligaciones derivadas de los instrumentos internaciona-
les, socava su propia legitimidad, debilita el contenido de los derechos humanos
redundando en su constante violacin y desmantela el Estado de derecho,
permitiendo la consolidacin de un modelo de crecimiento que lleva consigo la
devastacin ambiental, la ruptura de los ciclos metablicos naturales, la biopira-
tera y la erosin de la agrobiodiversidad, lo que acelera el proceso de descampe-
sinizacin y aniquila a las comunidades indgenas, destruyendo el tejido social,
sus saberes, tradiciones.
Los casos relativos a la contradiccin del Estado en el cumplimiento de sus re-
soluciones, fueron expuestos ampliamente, siendo representativos el caso de La
Loma de Santa Mara en la ciudad de Morelia en el que contaban con un decreto
de rea natural protegida que fue modificado a favor de las empresas inmobilia-
rias, o el caso la comunidad de San Isidro donde hubo una resolucin presidencial
no cumplida y donde el Tribunal Superior Agrario instaur de oficio un proceso
fraudulento sealando que son las mismas comunidades las que renunciaban a sus
tierras. Adems lo sucedido en San Nicols Totolapan en el df donde se les elimin
de la lista de pueblos originarios cambiando arbitrariamente su rgimen comunal
a urbano, y catalogaron a la comunidad de colonia.
Una constante por parte del Estado mexicano es la autorizacin de cambios de
uso de suelo para el desarrollo de complejos inmobiliarios, comerciales o indus-
triales, lo que ha redundado en un forma sistemtica de desplazamiento forzado
de las comunidades, a pesar de la vocacin original del territorio; por ejemplo,
el caso de Tlajomulco donde el cambio de uso de suelo ha transformado comu-
nidades campesinas en zonas industriales, alterando profundamente las formas
de vida y destruyendo progresivamente el tejido social; el caso de Xochicuautla
donde se ha autorizado el cambio de uso de suelo para la construccin de una
carretera.
199
No toquen nuestro maz!
200
Constataciones
Los riesgos sobre la vida, la integridad personal y la libertad de las personas y los
tejidos sociales de los que hacen parte, deberan ser objeto de especial proteccin
por parte del Estado mexicano, a travs del respeto, la prevencin y la garanta de
justicia. No obstante se evidenci que lejos estn las comunidades y sus miembros
de gozar de respuestas institucionales y de justicia a sus reclamos sociales. Con
respecto a las amenazas tampoco se han activado mecanismos que eviten la con-
crecin de los riesgos en ellas contenidos.
Varios casos de criminalizacin o judicializacin arbitraria se denunciaron
como flagrantes violaciones al mandato constitucional contenido en su artculo
18 que indica: Slo por delito que merezca pena privativa de libertad, habr lugar
a prisin preventiva.
Conclusiones
201
No toquen nuestro maz!
b. La resistencia. La voluntad de vivir con las formas probadas del tejido colectivo
y comunitario est siendo asediada por otro modo impuesto arbitrariamente. La
palabra de los pueblos en esta preaudiencia manifiesta claramente la certeza de que
la comunalidad acrisolada por siglos no es un problema como pretende el poder
que intenta destruirla, sino la solucin.
Del conjunto de los testimonios y casos que nutrieron la preaudiencia concluimos
que el catlogo de agresiones hacia los pueblos est siempre atravesado por una co-
202
Constataciones
rriente de resistencia, con toda la dignidad cultivada en los modos colectivos de vivir.
Esta resistencia, comn a todos los procesos de lucha de estos pueblos por su
derecho, contra la represin y los intentos de desaparecerlos, es en realidad la que
mantiene los tejidos de la sociedad. La costumbre de resistir es la que mantiene a
los emigrantes vinculados a sus comunidades. La terquedad en la cohesin colec-
tiva es la que mantiene a comunidades como San Isidro en pie para reclamar su
territorio. La resistencia de las comunidades indgenas la que marca las cuentas
largas de los aos, porque la experiencia de resistir de los pueblos wixrika y los
rarmuri sin perder la identidad, va ms all de los quinientos aos.
Ninguna de las comunidades que presentaron los agravios por la desviacin
de los poderes del Estado en contra de los pueblos colectivos anunci el fin de su
lucha. La palabra colectiva ms bien revel que la agresin y los intentos de exter-
minio no logran apagar la alegra ni la decisin de renunciar a los derechos por
tanto tiempo reclamados y negados.
203
No toquen nuestro maz!
Responsables
Instituciones del Estado. El Estado mexicano en sus diversos niveles e instancias, que
con su accin u omisin sistemticos, contribuye al socavamiento de la democra-
cia, la justicia y los pactos de convivencia social.
204
Constataciones
Instamos
205
No toquen nuestro maz!
206
Dictamen de la preaudiencia
Polticas de exterminio
contra el pueblo maya
Tan U XuUlsaj K-Kuxtal
Ernestina Lpez Bac, Sara Lpez, Sylvia Marcos, Gloria Muoz, Andrs Ca-
rrasco, Ral Lugo, Luis Macas, Carlos Vicente*
C
onmovidos por las dimensiones que ha cobrado el despojo en todo el territorio
de la pennsula de Yucatn y el impacto que est teniendo sobre el pueblo maya
y al mismo tiempo admirados por su resistencia y espritu sostenidos durante
521 aos, emitimos este Dictamen en solidaridad y compromiso con sus luchas.
Los ocho casos y los diez testimonios presentados dan cuenta y son una mues-
tra, apenas, de un proceso mucho ms amplio de acaparamiento de tierras y bienes
comunes, de destruccin socioambiental y territorial y de aniquilamiento de los
tejidos sociales que forma parte de un plan orquestado para el desplazamiento y
vaciamiento de los territorios.
El desplazamiento de sus tierras de las comunidades de San Antonio Ebul,
Campeche; de los ejidatarios de Hopelchn, Campeche; de Chablekal, Yucatn; de
Bacalar, Quintana Roo; de Ich Ek y de los campesinos y campesinas que habitan X-
kix; da testimonio de un proceso brutal que utilizando la violencia, la corrupcin,
la complicidad de funcionarios pblicos con los intereses privados y la negacin de
los derechos de los pueblos est llevando a situaciones sin salida.
Tambin compartimos la resistencia a la instalacin del megaproyecto comer-
cial Dragon Mart en Quintana Roo, que impulsado por el mismo gobierno estatal
da cuenta de distintas violaciones de derechos humanos y un panorama futuro de
devastacin ambiental.
La lucha de las comunidades apcolas mayas de la Pennsula de Yucatn resis-
tiendo la implantacin sin consulta de monocultivos de soya transgnica resistente
al glifosato, que amenaza contaminar y destruir su produccin ancestral, dio prue-
ba de la importancia de la organizacin y la articulacin en los caminos de lucha.
La resistencia contra la invasin con semillas transgnicas se visibiliza en experiencias
concretas, tal como la del Comit de Defensa de Semillas, que est conformado por diez
comunidades del sur de Yucatn, que llevan ms de diez aos asegurando el rescate de
la semilla para slo depender de lo suyo, nica manera de seguir viviendo como mayas.
La movilidad humana en la regin peninsular est marcada por la migracin
207
No toquen nuestro maz!
centroamericana, que tambin es poblacin maya, que se dirige a los Estados Uni-
dos. Todos sus derechos son violentados, en todo su recorrido, por el crimen orga-
nizado aliado a las instituciones de gobierno. Por otra parte se encuentran los flu-
jos migratorios internos de personas que son expulsadas de Yucatn y Campeche
hacia los grandes centros tursticos de la Riviera Maya, donde el pueblo indgena
trabaja en la construccin, en los servicios o es vctima de la explotacin sexual.
Esta zona es el paraso de los tratantes de personas. Toda esta violencia tiene su
reflejo en la permanente amenaza y persecucin de los migrantes y sus defensores.
La participacin de las mujeres no fue meramente estratgica, sino tambin ins-
crita en su identidad. Defensoras genuinas de la naturaleza, ellas mostraron cmo
su presencia en estos espacios polticos y su participacin protagnica potencia la
causa de los pueblos indgenas al enriquecerla con la impronta de su gnero. Tam-
bin compartieron sus luchas contra el sistema patriarcal y de violencia dominante
y encarnado en las instituciones pblicas.
Todos los casos presentados son formas de resistencia alimentadas y construi-
das sobre la revitalizacin de su cultura y ste es un campo rico en formas creativas
de resistencia a la explotacin, el despojo y la depredacin del planeta. Esta revita-
lizacin se contrapone con los sistemas educativos y de salud oficiales que tambin
son parte del sistema de opresin y genocidio que opera en la actualidad.
E n todos los casos funciona una alianza entre gobierno y empresas privadas.
Algunos casos, como el despojo contra el ejido de Chablekal, desnudan la pos-
tracin de las autoridades frente a los poderes econmicos: para permitir y alentar
un desarrollo inmobiliario de lujo, el gobierno implement mecanismos legales
facilitadores (Procede) por los cuales pudo comprar las tierras a los campesinos y
venderlas en condiciones extremadamente favorables a empresas.
El proceso de despojo tambin pasa por un mecanismo de destruccin del tejido
comunitario de los pueblos indgenas. No se trata solamente de la ausencia de meca-
nismos de consultas que respondan a los estndares del convenio 169 de la OIT. Lo
que se busca es fomentar la divisin comunitaria y la cooptacin de los lderes.
Constatamos que se impone la desregulacin ambiental, sin que medie la interven-
cin eficaz de ninguna de las autoridades involucradas: Conafor, RAN, tribunales agra-
rios, etctera. A veces cmplice y otras protagonista, es casi imposible encontrar una
208
Constataciones
lnea que divida los intereses del Estado y de los empresarios nacionales o extranjeros
que desean el territorio. El despojo se concreta a partir de que el propio Estado, garante
del modelo poltico y econmico dominante niega la existencia de los pueblos indios y
despliega una poltica encaminada a su desaparicin por exterminio planificado.
La venta de tierras es promovida por instituciones de gobierno que funcionan
como intermediarios en beneficio de los inversionistas, mientras se promueven
proyectos que dividen a las comunidades, rompen el tejido comunitario e indivi-
dualizan las decisiones de los ejidatarios, como en Ich Ek, en la Biosfera de Calak-
mul. Este caso es especialmente grave por sus contradicciones ya que la expropia-
cin se realiz en nombre de la creacin de una Reserva de la Biosfera.
Se ignora el derecho a la consulta, y se imponen polticas pblicas para condi-
cionar el uso de suelo de los ejidos, violentando las relaciones comunitarias y su
vinculacin con la Madre Tierra.
Los tribunales y autoridades agrarias retrasan las resolucin de los juicios de tal
manera que las comunidades terminan cansndose y abandonando los procesos;
en contraste, las resoluciones en favor de los empresarios que promueven proyectos
encuentran soluciones inmediatas, como en el caso de Dragon Mart, en Cancn.
209
No toquen nuestro maz!
Por eso el extractivismo es una pieza fundamental de esta etapa del modelo neocolonial. Esa
neocolonialidad es una construccin poltica adoptada para Latinoamrica como
mecanismo de saqueo de los bienes comunes y de la identidad cultural y configu-
ra una verdadera guerra sostenida con tecnologas complejas de alto impacto y
difcil reversin que usan nuestros territorios como campos experimentales. Son
construcciones polticasejecutadas por factores de poder poltico-econmicos que
habilitan la penetracin soberana y disponen el diseo estratgico de la sociedad.
Impacto ambiental de los agrotxicos sobre el suelo, la flora y la fauna. Ante la de-
mostracin cada vez ms inquietante de los efectos nocivos ligados indisoluble-
mente al paquete tecnolgico transgnico, se agregan los efectos indeseados sobre
la salud de la poblacin, y ms recientemente, las limitaciones de la seguridad bio-
lgica implcitas en el propio procedimiento tecnolgico.
Asoma una sombra aun ms ominosa: el potencial agravamiento de la situacin
en los pases productores con la llegada al mercado de las nuevas semillas, donde se
apilan modificaciones genticas que suman nuevos tipos de herbicidas para compen-
sar el progresivo fracaso de los transgnicos por resistencia de las malezas y descenso
del rendimiento por agotamiento de los suelos entre otros. Estas tensiones modelan
210
Constataciones
un mercado internacional cuyos rumbos futuros son inciertos, pero al mismo tiempo
reclaman un urgente y postergado debate sobre la autonoma en los pases perifricos.
El pueblo originario maya asentado en la pennsula de Yucatn pertenece a una cultura de sabidu-
ras, valores y principios milenarios, que contribuye a un proceso de construccin comuni-
taria ofreciendo un legado histrico que la humanidad conoce.
Desde la concepcin del mundo maya el mundo material es uno de los compo-
nentes de la Madre Naturaleza y para que se convierta en la plenitud o la vida es
necesario que se complemente con el mundo de lo espiritual. Es decir que la vida
para el mundo maya es una construccin permanente en interrelacin entre todos
los elementos vitales, la comunidad humana y la comunidad natural. Por lo tanto
la naturaleza desde la concepcin maya es un sujeto actuante y no un objeto como
lo considera el mundo occidental.
Desde esta lgica tierra y territorio constituyen un espacio vital de la Madre
Naturaleza con derechos, al igual que los seres humanos. La tierra y territorio para
el pueblo maya es la madre generadora de vida de todas las existencias. En esta
cosmovisin la tierra no se vende ni se compra.
Tierra y territorios son la base fundamental de la identidad de los pueblos originarios donde
se construye y se reconstruye la vida y el sentido comunitario; es el espacio donde
se articula lo espiritual y lo material, donde se cultivan de los valores. La tierra es
la casa comn donde caben todos y todas, donde se comparte y se alimenta la me-
moria histrica de los pueblos, tejiendo en armona el presente con el pasado para
transformar el futuro.
Recomendaciones
211
No toquen nuestro maz!
* Ernestina Lpez Bac es teloga maya cakchikel, tal de Derechos Humanos, Indignacin AC de
originaria de San Martn Xilotepeque, Chimal- la Escuela de Agricultura Ecolgica U Yits
tenango, Guatemala. Sara Lpez Gonzlez es de- Kaan para campesinos y campesinas mayas y
fensora de derechos humanos que ha sufrido en- del Albergue Oasis de San Juan de Dios, para
carcelamiento injusto por defender a su comu- personas con VIH/SIDA. Luis Macas, es dirigen-
nidad de Candelaria, Campeche. Sylvia Marcos te indgena, poltico e intelectual ecuatoriano de
tiene post-doctorado en Psicologa y Sociologa nacionalidad kichwa. Es uno de los fundadores
de las Religiones de la Universidad de Harvard, de la Confederacin de Nacionalidades Indge-
es activista en cuestiones de gnero y feminismo nas del Ecuador (Conaie) en 1986 y tuvo un rol
y acompaante de las luchas de las mujeres in- protagnico en el desarrollo del Primer levanta-
dgenas en todo el continente. Gloria Muoz es miento indgena pacfico en junio de 1990, que
fundadora de la revista electrnica Desinform- tuvo repercusiones a nivel nacional y signific la
monos, colaboradora de La Jornada, periodista emergencia del movimiento indgena como un
de larga trayectoria y parte del equipo editorial representativo actor dentro del quehacer social y
de Ojarasca. Andrs Carrasco, argentino, es poltico del Ecuador. Carlos Vicente es parte del
jefe del Laboratorio de embriologa molecular equipo de la organizacin internacional GRAIN
de la Facultad de Medicina de Buenos Aires. que se dedica a la produccin de informacin y
Mantiene una crtica fundamentada contra los anlisis para las comunidades que defienden sus
organismos genticamente modificados. Ral sistemas alimentarios propios y su autogobierno
Lugo Rodrguez es sacerdote catlico miembro y autonoma en defensa de sus territorios.
fundador de la Organizacin No Gubernamen-
212
Dictamen de la preaudiencia cientfica
D
urante dos das hemos escuchado la presentacin de 23 testimonios que,
desde diversos abordajes, miradas, investigaciones, experiencias y anlisis
han dejado en claro que el maz es la columna vertebral, el corazn y el
alma que estructura los vnculos, la subsistencia, la cultura, la identidad y el futuro
del pueblo mexicano. Y tambin que este patrimonio sigue vivo y latiendo en cada
comunidad, en cada tortilla, en cada receta culinaria, en cada ceremonia y en cada
milpa a lo largo de todo el territorio.
Al mismo tiempo hemos podido confirmar que el maz y su cultura son un pa-
trimonio que el pueblo mexicano ha legado a toda la humanidad con generosidad
y que es responsabilidad de ella su cuidado, defensa y proteccin. Es muy claro, por
ejemplo, que vencer la resistencia en Mxico es clave para imponer los transgnicos
en el resto de Mesoamrica.
Pero tambin, cada una de las exposiciones que escuchamos nos hicieron mas
concientes de las amenazas que hoy nos hacen poner de pie para gritar al mundo
que el maz se encuentra jaqueado por un cmulo de intereses que, actuando de
manera coordinada y bajo la profundizacin de un capitalismo, inmerso en la
ms grave crisis de su historia, est echando mano a todas las estrategias posibles,
desde la imposicin poltica hasta la corrupcin ms descarada, para apropiar-
se, mercantilizar y finalmente destruir a los pueblos del maz. Compartimos a
continuacin una sntesis de las violaciones, as como tambin las estrategias y
propuestas que desde todos los mbitos han surgido como respuesta, resistencia
y alternativa.
213
No toquen nuestro maz!
214
Constataciones
215
No toquen nuestro maz!
216
Constataciones
217
No toquen nuestro maz!
qumicos txicos pueden constituir graves amenazas para los derechos humanos (E/
CN.4/2006/42 del 20 de febrero de 2006).
Con estos antecedentes podemos decir que el paquete tecnolgico asociado a
los cultivos transgnicos existentes, viola el derecho al nivel ms alto posible de salud
fsica y mental, incluyendo el derecho a un medio ambiente seguro.
Tambin viola el artculo 11 del Protocolo de San Salvador que establece que
toda persona tienen derecho a vivir en un medio ambiente sano.
Los estudios del doctor Rubn Lpez Revilla demuestran que la toxina transg-
nica Cry1Ac (presente en algunos maces transgnicos) es inmungenica; se une
al epitelio intestinal y lo hiperpolariza y potencia la antigenicidad de protenas,
polisacridos lisados amibianos; es decir, es alergnica.
Por otro lado, los alimentos transgnicos contienen residuos muy altos de plaguicidas.
Con estos antecedentes se puede concluir que la adopcin de maz Bt en M-
xico pone en riesgo la alimentacin de los mexicanos, violando el artculo 12 del
Protocolo de San Salvador sobre el derecho que tiene toda persona a una nutricin
adecuada que le asegure la posibilidad de gozar del ms alto nivel de desarrollo fsico,
emocional e intelectual.
218
Constataciones
219
No toquen nuestro maz!
220
Constataciones
221
No toquen nuestro maz!
222
Constataciones
223
No toquen nuestro maz!
224
Constataciones
Peticiones y recomendaciones
225
No toquen nuestro maz!
6. Instrumentar polticas de defensa de las culturas, el cultivo y los pueblos del maz
es una necesidad para enfrentar las amenazas ya expresadas.
7. Denunciar ampliamente los casos de corrupcin y deshonestidad por parte de
los cientficos defensores del maz transgnico ms all de los mbitos cientfi-
cos; para que la sociedad pueda tener conocimiento y la justicia pueda operar,
como no puede ser de otra manera, tambin en estos mbitos.
8. Aplicar sin restricciones el Principio de Precaucin en todas las regulaciones,
polticas y decisiones gubernamentales.
9. Incorporar la soberana alimentaria como asunto primordial para la nacin.
10. Revertir la tendencia del apoyo a un modelo agroalimentario industrial por el
apoyo a las agriculturas indgenas, campesinas y agroecolgicas capaces no slo
de sostener la vida y la economa en los ejidos y comunidades, sino tambin de
revivir los mercados regionales y nacional con el pequeo y mediano comercio.
11. Apoyar la investigacin cientfica nacional y recuperar y fortalecer las institu-
ciones pblicas que promueva la soberana alimentaria y la defensa del maz
nativo.
12. Fortalecer una educacin pblica independiente de todo inters corporativo
que permita el ejercicio de las garantas constitucionales de libertad de ctedra,
libertad de investigacin, as como la autonoma de pensamiento especialmente
en las universidades y centros de educacin superior.
13. Reconocer los derechos de los pueblos agricultores (indgenas y no indgenas)
a seguir cultivando e intercambiando libremente sus semillas nativas o criollas,
tanto en las leyes como en las polticas pblicas que de ellas deriven.
* La doctora Silvia Rodrguez Cervantes, mexicana Julio Muoz Rubio es bilogo, maestro en ciencias
residente en Costa Rica, ha investigado desde de la Universidad nacional Autnoma de Mxico
hace muchos aos el despojo de la riqueza bio- y doctor en Filosofa por la Universidad de Bar-
lgica a manos de las transnacionales mediante celona. Est enfocado a la filosofa de la ciencia y
paulatinos y ms restrictivos esquemas de pro- es un activo crtico del tipo de tcnica disfrazada
piedad intelectual. Es fundadora de la red de de ciencia que promueve los trasngnicos. Carlos
Coordinacin en Biodiversidad de Costa Rica Vicente es profundo conocedor de la farmacologa
y activista contra los OGM y los tratados de libre de los pueblos, integrante del equipo de la orga-
comercio. Elizabeth Bravo es doctora en biologa nizacin internacional GRAIN, organizacin dedi-
y presidenta de Accin Ecolgica, una de las or- cada a respaldar a las comunidades locales en su
ganizaciones con ms arraigo en las comunidades control sobre sus sistemas alimentarios propios, y
indgenas y campesinas de Ecuador, y fundadora la defensa de su territorio.
de la Red por una Amrica Libre de Transgnicos.
226
Dictamen de la preaudiencia
227
No toquen nuestro maz!
les da la autonoma de decidir sus formas propias de cuidarse, curarse y nacer, por lo
tanto el ejercicio de una medicina propia, que incluye a las mdicas y mdicos tradi-
cionales, es un derecho fundamental que pertenece a las propias comunidades como
lo establece la declaracin de la ONU sobre los derechos indgenas:
Artculo 24. Los pueblos indgenas tienen derecho a sus propias medicinas tradi-
cionales y a mantener sus prcticas de salud, incluida la conservacin de sus plantas
medicinales, animales y minerales de inters vital. Las personas indgenas tambin
tienen derecho de acceso, sin discriminacin alguna, a todos los servicios sociales y
de salud. Las personas indgenas tienen derecho a disfrutar por igual del nivel ms
alto posible de salud fsica y mental. Los Estados tomarn las medidas que sean nece-
sarias para lograr progresivamente la plena realizacin de este derecho.
Denunciamos:
1. La violacin al derecho a la salud, al negarles el servicio o condicionarlo a la
aceptacin de programas gubernamentales o privados.
2. La violacin a los derechos humanos de las mujeres, hombres y nios al imponerles,
mediante engaos y amenazas, mtodos de control natal, al no expedir las constan-
cias de nacimiento para su registro civil a quienes nacen con parteras tradicionales y
al negarles el ingreso a la escuela por no contar con sus actas de nacimiento.
3. La violacin del derecho a la igualdad al ser discriminadas o discriminados por las
instituciones de salud y por las prestadoras y prestadores de servicio a causa de
su condicin tnica, de su lengua, de su gnero y de su estatus socioeconmico.
4. La violacin del derecho a la informacin sobre programas y uso de mtodos de
control natal desde su propia cultura y cosmovisin. La carencia de informacin
veraz y accesible pone en riesgo la salud y la vida de las mujeres.
5. La violacin a la cultura de los pueblos al no reconocer en ellos sus propios sis-
temas de salud tradicional; as como a la imposicin de polticas, programas y
servicios de salud que no toman en cuenta el entorno cultural de los pueblos.
Demandamos:
1. Que el ejercicio de la partera tradicional sea reconocido como una institucin
propia de los pueblos dentro de un marco legal a la par de otras instituciones de
salud gubernamental.
2. Que la elaboracin y aplicacin de polticas, programas y servicios de salud impul-
sadas por los gobiernos se realice junto con los pueblos beneficiarios. Demanda-
mos que el elemento cultural sea el eje fundamental en su ejecucin.
3. Que la secretara de Salud y las jurisdicciones correspondientes sancionen a los
y a las servidoras de salud que violan los principios de atencin a la poblacin.
228
Constataciones
2. Resistencia a la minera
229
No toquen nuestro maz!
Denunciamos:
1. Las violaciones al derecho a la salud de los habitantes de las comunidades afecta-
das por las detonaciones, por la contaminacin del aire y de los ros.
2. La violacin del derecho de los habitantes afectados a participar en las decisiones rela-
cionadas con los asuntos pblicos. Las autoridades municipales han actuado sin to-
mar en cuenta el dao ni la decisin de los habitantes de las comunidades afectadas.
3. La omisin de las instancias federales obligadas a intervenir para frenar los abu-
sos. En lugar de actuar para garantizar el bienestar de los pueblos afectados han
mostrado su complicidad y su pasividad frente a los agravios.
4. Que el Estado mexicano es responsable por propiciar la existencia de conflictos
relacionados con la extraccin minera.
Demandamos:
1. La clausura inmediata de las minas que operan en la regin.
2. La reparacin del dao mediante indemnizaciones justas, reparacin de vivien-
das, de carreteras, indemnizaciones de acuerdo con las leyes laborales, refores-
230
Constataciones
tacin de zonas destruidas, rastreo de mantos para asegurar que no falte agua y
limpieza de ros y arroyos.
3. Que las instancias gubernamentales implementen proyectos que beneficien a las
comunidades as como planes para la incorporacin laboral de quienes actual-
mente trabajan en las minas.
L os bosques y selvas, cuidados durante innumerables aos por quienes nos an-
tecedieron han estado en constante riesgo a causa de su explotacin principal-
mente con fines industriales: para la obtencin de papel y de madera. Aunque la
tala se encuentra regulada, esta misma regulacin resulta perjudicial para el am-
biente a causa de la sustitucin de especies y a causa de su orientacin exclusiva-
mente comercial. A esto se agrega la existencia de tala clandestina que termina
tambin en los mismos circuitos comerciales de la madera obtenida legalmente.
En el estado de Hidalgo, Zacacuautla y Singuilucan constituyen una muestra de
la devastacin ocasionada al mismo tiempo por la accin y por la pasividad de las
autoridades. Por un lado stas permiten la devastacin al ofrecer facilidades para
la operacin de grupos que disminuyen el bosque al otorgarles la propiedad y los
permisos necesarios para su operacin. Por otro lado persiguen judicialmente a
quienes defienden los bosques y mantienen en la impunidad las agresiones y ame-
nazas dirigidos contra estas personas o comunidades.
En Zacacuautla se ha permitido que con documentos falsos una familia se apropie
de una extensin de 55 hectreas cuya funcin es la recarga de los mantos que alimen-
tan al manantial de donde la poblacin obtiene agua potable. A pesar del riesgo que
esto implica para que los habitantes de Zacacuautla vivan dignamente las autoridades
federales Semarnat y Profepa no han intervenido y las autoridades municipales
simulan que actan pero no han tomado acciones para la proteccin del bosque.
Esta pasividad contrasta con la existencia de averiguaciones previas que han
sido iniciadas y empleadas para detener a quienes se oponen a la tala en la zona.
Los pobladores que han ejercido su derecho a vivir dignamente y a defender sus
fuentes de agua han sido encarcelados, uno de ellos, incluso, fue asesinado y el
crimen no ha sido esclarecido por las autoridades del estado.
En Singuilucan se observa tambin el mismo patrn de actuacin de los grupos
de taladores y la pasividad de las autoridades del estado de Hidalgo, incluyendo a
la Universidad Autnoma del estado. En este caso la devastacin del bosque (hasta
hoy han sido arrasadas 600 hectreas) pone en riesgo a ms de 16 mil habitantes
de 14 comunidades. En el lugar se observa tambin que quienes se dedican a la
tala han recibido facilidades para apropiarse de bosques que no les pertenecen. Sin
embargo, a pesar de las irregularidades siguen actuando y amenazan la existencia
de 4 mil 400 hectreas ms de bosque.
En contraste, quienes se oponen a la tala han sido criminalizados. Los integran-
tes de la asociacin civil han sido privados de la libertad, ha habido intentos de
231
No toquen nuestro maz!
cooptacin y se les ha amenazado al mismo tiempo que pesan sobre ellos procesos
judiciales que tienen la intencin de debilitar la resistencia.
Denunciamos:
1. La complicidad entre taladores y funcionarios gubernamentales. Con esta alian-
za se favorece la actividad legal e ilegal que pone en riesgo a los pueblos.
2. El empleo faccioso del sistema judicial para intentar debilitar la resistencia de
quienes se oponen a la devastacin y defienden la vida al defender sus bosques
y el agua.
Demandamos:
1. Que se realicen las acciones necesarias para detener la tala clandestina y modificar
el marco legal que permite la tala a pesar de las afectaciones que sta ocasiona a las
comunidades y pueblos que mantienen una relacin vital con los bosques.
2. Que las autoridades del sistema de justicia dejen de emplear sus recursos para
hostigar a las comunidades que se oponen a la tala en cualquiera de sus modali-
dades y que, al contrario, empleen sus recursos para hacer justicia y sancionar a
los responsables de causar afectaciones a los bienes de los pueblos y para escla-
recer los crmenes perpetrados contra quienes defienden los bosques.
3. Que las comunidades y pueblos tengan la capacidad para determinar las zo-
nas indispensables para preservar su modo de vida y sus bienes. Que ejerzan
el derecho a disponer su cuidado y su aprovechamiento para garantizar su vida
presente y su futuro.
232
Constataciones
nes defienden su derecho de posesin sobre los bienes comunales, se les encarcela,
se les detiene arbitrariamente, se les tortura, se acta favoreciendo la impunidad
de los grupos locales con fuertes intereses econmicos ante los crmenes que han
cometido para mantener el control de las tierras.
Los otomes y campesinos pobres de los bienes comunales de Amaxac han ex-
perimentado el despojo y han luchado contra ste desde 1892. Estos aos de lucha
han permitido observar que no se trata de un problema con caciques particula-
res sino de una poltica del Estado mexicano para favorecer el despojo. Al mis-
mo tiempo que los programas gubernamentales obligan a la privatizacin de las
tierras, las autoridades han obstaculizado la restitucin de los bienes comunales.
Denunciamos:
1. El Estado mexicano es responsable de esta situacin al dificultar el acceso a las
instancias que deben atender los problemas relacionados con la tierra.
2. La complicidad de las autoridades con los grupos econmicos interesados en
apropiarse de las tierras para obtener ganancias a partir de la devastacin. 3.
Esto se comprueba por las facilidades otorgadas a los grupos de ingenieros que
realizan operaciones para ubicar y medir las parcelas.
4. La violacin del derecho de los pueblos al territorio y a los bienes que tradicio-
nalmente han ocupado. Al propiciar esta fragmentacin y la privatizacin el
Estado mexicano atenta contra la vida digna que los pueblos construyen.
Demandamos:
1. Que cese el hostigamiento contra los pueblos y la presin sobre estos. Que los
programas gubernamentales no sean condicionados a la realizacin de cambios
en la posesin comunal de la tierra.
2. Que los pueblos y comunidades tengan la capacidad para determinar todo lo
relacionado con su territorio as como una participacin directa en el diseo de
las polticas orientadas a favorecer el modo de vida decidido por ellos mismos.
3. Que sean respetados y reconocidos los modos de vida y de organizacin propios
de los pueblos, as como sus instituciones y sistemas normativos a fin de que
ejerzan plenamente su derecho a la libre determinacin.
233
No toquen nuestro maz!
Denunciamos:
1. Al gobierno mexicano por violentar el derecho a la consulta previa, libre e in-
formada en todas las comunidades del estado de Veracruz, Hidalgo y Puebla en
donde se ha implementado el proyecto AIATG.
2. Al gobierno de Mxico, y a quien resulte responsable, de la violacin al derecho
a un medio ambiente sano que garantice el pleno desarrollo de sus pobladores,
lo cual es puesto en vilo por mtodos de extraccin como el fracking, as como
por los continuos derrames que la operacin de pozos impone, tal como sucede
en el municipio de Venustiano Carranza, en el estado de Puebla.
3. La violacin a la autodeterminacin de los pueblos, garantizada por el Convenio
169 de la OIT y la Carta de Derechos Universales de los Pueblos Originarios,
violentada por la intervencin unilateral de empresas transnacionales en ejidos
y comunidades indgenas de Veracruz, Hidalgo y Puebla.
4. La expoliacin y exclusin de los pobladores de estos territorios frente a los
beneficios de este proyecto, violentando su derecho a la salud y a una vida dig-
na. Las condiciones de marginacin y pobreza del grueso de comunidades en
Huautla, Hidalgo, y Chicontepec, Veracruz, lo testimonian.
5. La negacin y desconocimiento que las autoridades hacen con respecto al vn-
culo cultural que los pueblos originarios de la Huasteca tienen con la tierra y
el agua, cuya relacin tutelar est regida por el derecho consuetudinario, lo que
impone respeto y cuidado de los mismos, manifiesto en rituales tradicionales
(xochitlali) para Chicomexochitl y Apanchanej.
Demandamos:
1. La restauracin del medio ambiente alterado e indemnizacin justa a los po-
bladores y comunidades afectadas por la operacin de este proyecto petrolero.
2. El cese inmediato del proyecto que pone en riesgo la vida de sta y muchas gene-
raciones por venir en la regin Huasteca.
234
Constataciones
consentimiento libre, previo e informado de los pueblos. Sin embargo estos dere-
chos son negados en la prctica mediante leyes, programas de gobierno y polticas
que imposibilitan que se ejerzan efectivamente los derechos en materia de salud,
alimentacin y determinacin sobre el territorio.
Los casos presentados y los testimonios sobre los agravios al maz son una prue-
ba contundente de cmo son negados los derechos a la consulta sobre el tipo de
programa que se quiere o a la autodeterminacin de lo que se quiere sembrar en su
territorio. Se niega con ello el derecho a la conservacin del medio ambiente y de la
capacidad productiva de sus tierras, territorio y recursos naturales.
El Estado atenta contra estos derechos al promover la introduccin de semillas
hbridas a las comunidades, cuya entrada significa un grave riesgo de flujo gentico
(o contaminacin transgnica) hacia las semillas de maz nativo, lo cual causara su
contaminacin con genes patentados que tendran consecuencias en la integridad
del maz con efectos inesperados en su desarrollo y reproduccin.
En otras regiones ya se ha dado la contaminacin de variedades nativas, despla-
zamiento de las semillas ancestrales y aumento de agroqumicos. Si esta situacin
se extendiera sobre la Huasteca, el dao al maz y al pueblo sera muy severo, sobre
todo considerando el testimonio siguiente: Nuestro maz es la herencia ms pre-
ciada, del maz recibimos el alimento, la vida y hacemos la fiesta. El maz es sagrado,
est vivo y tiene corazn.
Por lo anterior este tribunal determina lo siguiente.
Denunciamos:
1. Al Estado mexicano y a las empresas Monsanto, Syngenta, Dow y Bayer por
atentar contra la integridad del maz y la milpa mediante la introduccin de
semillas hbridas, las cuales han sido rechazadas de manera total y absoluta por
los pueblos de la Huasteca.
2. Al Estado mexicano por fomentar y llevar a las comunidades productos agro-
txicos que son nocivos para el ambiente y tienen un efecto daino en la salud
de las personas, entre ellos los herbicidas, y que reportan ganancias a las empre-
sas transnacionales..
3. El efecto nocivo de los programas que promueven la entrada de agroqumicos, entre
los cuales estn el PESA y Proyectos Productivos, ambos impulsados por Sagarpa.
Demandamos:
1. Que se ponga un alto a la introduccin de estos agroqumicos pues con ellos no
se puede cultivar la milpa y obtener la gran diversidad de alimentos que son el
sustento vital de las familias.
2. Que el Estado mexicano reconozca que las semillas nativas son una construccin
colectiva por lo que ellas no deben adjudicarse a ningn particular.
3. Que se considere, sin engao, a los transgnicos como un experimento sobre
cuyos efectos no se tiene certeza, por lo que stos no deben ser sembrados ni co-
mercializados, es decir, se debe aplicar el principio precautorio para evitar que
los pueblos formen parte de un experimento que los pondra en grave riesgo.
235
No toquen nuestro maz!
Denunciamos:
1. Que estos pueblos han sido vctimas de denegacin de justicia penal, agraria y
social. Toda la represin se origin en el reclamo de devolucin de tierras usur-
padas que los pueblos haban usufructuado antes de que los despojaran ganade-
ros de la regin. Aunque hubo dotaciones y restituciones de tierras en Hidalgo y
tambin en Veracruz, no hubo justicia para los que lucharon por la tierra.
2. El dao ocasionado por la prdida de sus familiares. sta caus y todava causa
sufrimiento. Algunos de los muertos antes de serlo fueron cruelmente torturados.
3. La amenaza que ahora constituye para los denunciantes el impulso dado a pro-
gramas agrarios de carcter privatizador de las tierras. El Procede, el Fanar y el
Cosomer, materializan las polticas estatales dirigidas a privatizar la tierra y a
quitarles toda la autoridad a los ncleos agrarios sobre sus recursos, a destruir
de plano la fuerza comunitaria, a fin de que los pueblos, sin poder alguno, ter-
minen por ser invadidos de nueva cuenta, ahora por empresas nacionales o
transnacionales que pretendan apoderarse de los recursos naturales.
236
Constataciones
Demandamos:
1. Que se reconozca la responsabilidad del Estado mexicano por no haber hecho
justicia en los casos de crmenes que prescribieron.
2. Que se realicen los procesos necesarios para garantizar a los pueblos y a los
familiares de las vctimas el acceso a la justicia en los casos de crmenes que
an no han prescrito. Urge una intervencin que permita el esclarecimiento y
la sancin.
3. Que el Estado mexicano, en todos los casos, indemnice a los familiares de las
vctimas e investigue todos los casos que los denunciantes anexen a partir de la
documentacin que seguirn realizando.
Notas: 2C
oncepcin Hernndez es abogada, compro-
1 Aunque esta sesin del Tribunal Permanente de metida con los derechos humanos, ha trabaja-
los Pueblos se llev a cabo despus de que se do en la Huasteca y la Sierra Norte de Veracruz
celebr la audiencia final sobre Violencia, So- por ms de treinta aos, colaborando con di-
berana Alimentaria y Autonoma de los Pue- ferentes comunidades y Centros de Derechos
blos, la gente de la regin insisti en llamarla Humanos. Mauricio Gonzlez es psiclogo,
preaudiencia, aunque para efectos reales sea etnologo y profesor de la Escuela Nacional
una post-audiencia o audiencia complemen- de Antropologia e Historia. Est dedicado a
taria. Sus resultados, que por razn natural no investigar la regin Huasteca y est compro-
fueron incluidos en la sesin mencionada, pe- metido con las luchas indgenas y campesinas.
sarn para la audiencia final que se celebrar en Jos Guadalupe Marroqun, es sacerdote jesuita
noviembre de 2014. No obstante, la situamos en y es director del Centro de Derechos Huma-
este libro antes del dictamen final para permitir nos Agustn Pro Jurez. Abad Cruz es parte del
que la ltima palabra sea la del dictamen final equipo del Centro Nacional de Apoyo a Co-
emitido el 21 de noviembre de 2013. N del E. munidades Indgenas (Cenami).
237
Libre Comercio, Violencia, Impunidad
y Derechos de los Pueblos en Mxico (2011-2014)1
Tercera audiencia temtica
1. Introduccin
E
l Tribunal Permanente de los Pueblos (TPP) es un organismo internacional no
gubernamental que se establece en el ao 1979, como institucin que tiene
como misin especfica la de transformar en permanente la funcin que haba
sido la de los Tribunales Russell sobre Vietnam (1966-1967) y sobre las dictaduras
de Amrica Latina (1974-1976): garantizar un espacio de visibilidad, de toma de
palabra, de juicio a las violaciones masivas de los derechos humanos, individuales
y colectivos, y a los derechos de los pueblos, que no encuentran respuestas institu-
cionales a nivel nacional o internacional. An despus de la institucin de la Corte
Penal Internacional, que ha excluido de su competencia los crmenes econmicos,
para muchas y quizs la mayora de las acciones que se producen o coinciden con la
violacin de los derechos de vida de poblaciones, no existe la posibilidade formular
juicios que tengan efectividad concreta. Es el caso especfico de todo el mbito que se
refiere a los crmenes de races y mecanismos econmicos, que a lo largo de los lti-
mos veinte aos se han transformado visiblemente en una de las causas principales y
ms dramticas de las violaciones de los derechos humanos y de los pueblos.
La necesidad y la urgencia de una funcin promotora en este campo ha sido
percibida y expresada por una vasta red de organizaciones sociales, comunidades
y pueblos de Mxico, que apelaron al Tribunal Permanente de los Pueblos con el
fin de encontrar un espacio de denuncia, visibilidad y anlisis de las violaciones
y agravios que sufren por la imposicin de polticas econmicas responsables de
mecanismos masivos de negacin y exclusin.
238
Constataciones
239
No toquen nuestro maz!
El contexto internacional
240
Constataciones
241
No toquen nuestro maz!
242
Constataciones
243
No toquen nuestro maz!
El contexto nacional
L a ruptura del pacto con los campesinos heredado de la Revolucin. Poco despus
de fundar el partido que en sucesivas encarnaciones gobern el pas los siguien-
tes 70 aos, el general Calles pretendi en 1929 clausurar el reparto agrario que era
un compromiso de la Revolucin de 1910 pero apenas haba empezado. Quiso,
explcitamente, ponerle una fecha prxima de terminacin: antes de 1930. La reac-
cin que esto provoc en campesinos e indgenas que todava tenan las armas en
244
Constataciones
245
No toquen nuestro maz!
su modo de vida contra todo tipo de adversidades, hace que hoy existan en Mxico
ms campesinos que nunca, pero slo representan la tercera parte de la poblacin.
Es cierto que en la gran ciudad de Mxico una de cada tres personas naci cam-
pesina y otra es hija de campesinos, pero Mxico se define en la actualidad por
su condicin urbana, industrial y de servicios y los campesinos, los indgenas y
el sector agropecuario tiene poco peso en la estructura de la economa, en la vida
poltica y en la jerarqua social.
246
Constataciones
247
No toquen nuestro maz!
Entre 1985 y 1999 el maz perdi el 64% de su valor y el frijol, el 46%, sin que esto signi-
ficara de ninguna manera un abaratamiento de la comida para los consumidores, pues
entre 1994 y 2002 la canasta bsica se increment en un 257 %. En ese mismo periodo,
Mxico pas a ser un pas oficialmente mal nutrido. El Journal of Occupational and
Environmental Health (Revista de Salud Ocupacional y Ambiental), seala que el incre-
mento de obesidad y sobrepeso en Mxico 12 por ciento entre 2000 y 2006 coin-
cide con la aplicacin del Tratado de Libre Comercio de Amrica del Norte. Durante ese
lapso se increment en el pas el consumo de productos procesados, bebidas gaseosas
y otros alimentos con altos niveles de grasa y azcar, mientras cada vez ms empresas
estadounidenses aumentaron su presencia en toda la gama de produccin y procesa-
miento, as como en restaurantes y en la venta de comida con la cual transformaron el
ambiente de alimento y con ello provocaron un incremento en las tasas de obesidad.
Para 2002, la clasificacin de pobreza alimentaria afecta a ms de la mitad de todas
las familias dedicadas a actividades campesinas.
En octubre de 2011 el Consejo Nacional de Evaluacin de la Poltica de Desarro-
llo Social del gobierno mexicano declar que el 55.7% de la poblacin, es decir, 63
millones de personas, padece inseguridad alimentaria; de stos, 28 millones padecen
pobreza por hambre y de ellos 20 millones viven en reas rurales.
El maz define la historia del continente. Sin exageracin, puede decirse que
define tambin el futuro humano.
248
Constataciones
Pat Mooney, jurado en la audiencia final del maz, y su traductor, Arsenio Lpez Navarro
E l maz y los transgnicos. El maz es uno de los cultivos en que el uso de varie-
dades genticamente modificadas representa ya una alta proporcin del total.
Su rpida expansin se ha llevado a cabo a travs del cabildeo empresarial inten-
so, prcticas claramente ilegales como el ingreso mediante contrabando y un alto
grado de complicidad por parte de organismos internacionales y de autoridades
estatales y acadmicas. Sin embargo, esta expansin tambin se ha encontrado con
una resistencia creciente por parte de organizaciones sociales, tanto rurales como
urbanas, destacndose la oposicin cada vez ms firme de organizaciones campe-
sinas y de pueblos indgenas.
La gente se opone a las semillas transgnicas porque antepone una diversidad de
argumentos que van ms all de una simple cuestin tecnolgica y argumentan la
defensa de sus culturas, sus modos de vida, y tambin los derechos econmicos, so-
ciales, culturales y ambientales de toda la poblacin, que son derechos individuales
249
No toquen nuestro maz!
250
Constataciones
3. Hechos denunciados
251
No toquen nuestro maz!
tamen impide recoger en estas breves lneas la totalidad de los testimonios, docu-
mentos tcnicos y en general, hechos presentados ante la audiencia. No obstante lo
cual la mentada prueba documental, pericial y testimonial ha sido valorada en su
integridad y forma parte del corpus que ser elevado al Tribunal de la Sesin final
del TPP, que se llevar a cabo el ao prximo.
Sentado ello, corresponde efectuar una resea de los hechos e ideas puestos a
consideracin de este Tribunal. En tal virtud, la acusacin general presentada por
el conjunto de organizaciones y pueblos promotores de la audiencia, describi el
significado, las causas y consecuencias del brutal ataque al maz del que est siendo
objeto el pueblo mexicano, partiendo de la base de que el maz es un entramado
de relaciones de profunda significacin cultural e histrica, tributario de una la-
bor creativa continuada durante milenios. Por ello, la imposicin de un modelo
agroindustrial intensivo del que los transgnicos son uno de los instrumentos
ms extremos por parte del Estado mexicano y corporaciones del agronegocio,
como Monsanto, Syngenta, Dow, BASF o Cargill, no slo constituye un ataque a una
cultura, sino tambin una verdadera guerra contra la subsistencia, impulsada me-
diante la fabricacin de leyes que impiden la defensa de la agricultura campesina
y la produccin independiente y que configuran un desvo de poder tal como fue
definido por la CIDH en el caso Gallardo.
Este desvo de poder del Estado mexicano abre enorme margen de maniobra a
las corporaciones e impresas transnacionales, que sustituyeron a los terratenientes
en el devenir histrico, y propicia el apoderamiento de toda la cadena alimentaria,
con la consecuente destruccin de la vida comunitaria, y el arrancamiento entre
la gente y su territorio, en el entendimiento de que, a nivel mundial, el 70% de la
comida del pueblo es producida por la poblacin campesina e indgena atacada.
En este marco, el TLCAN proporcion los instrumentos y estndares para llevar a
cabo el desvo de poder, en tanto implement el desmantelamiento jurdico de las
leyes que promovan derechos colectivos, y bienes comunes, amarr las reformas
estructurales de los aos 80 otorgndole certeza jurdica y perdurabilidad al despo-
jo, y en esa dinmica, recrudeci la guerra contra el campesinado.
En esa lnea de anlisis, la generalizada poltica contra el campesinado, la agri-
cultura campesina, las semillas nativas y la imposicin de programas autoritarios
de intensificacin de cultivos se revelan como una verdadera guerra de extermi-
nio, al socavar las fuentes y medios de subsistencia, acaparar la tierra y despojar a
los pueblos de sus territorios, con sus bosques, aguas y biodiversidad y semillas a
los pueblos. Los cultivos que se impulsan desde el gobierno implican la imposicin
de la tecnologa transgnica, con mltiples consecuencias nefastas. En efecto, en
trminos de la acusacin, el control transgnico es en s mismo un grillete biol-
gico sobre las semillas, porque les impide cambiar y evolucionar. La alimentacin
transgnica es un experimento con seres humanos, que alcanzara dimensiones
nunca jams vistas si tal produccin fuera del 100%, como se pretende en el futuro.
Tras estas consideraciones genricas vertidas en la acusacin general, se presentaron
diversos casos de anlisis, cuya resea sumaria, ser el objeto de las siguientes lneas.
252
Constataciones
253
No toquen nuestro maz!
254
Constataciones
255
No toquen nuestro maz!
256
Constataciones
257
No toquen nuestro maz!
4. Agravios
258
Constataciones
El Tribunal recibi pruebas claras de que el tipo de ciencia que impulsan las
empresas fabricantes y comercializadoras de OGM es una ciencia anacrnica y con
un valor de verdad cada vez ms cuestionable y cuestionado entre y desde amplios
sectores de la propia comunidad cientfica. El mecanismo de transmisin de ca-
racteres hereditarios no puede ceirse a la concepcin de un flujo simple y unidi-
reccional de informacin que va de los cidos nucleicos a las protenas; tampoco
puede ser considerado como mecanismo universal, pues existen otras direcciones
de transmisin de informacin y an otros mecanismos de herencia no-gentica.
Los sistemas vivos y ecolgicos son de una gran complejidad que es ignorada in-
tencionalmente por la biotecnologa y las empresas como Monsanto, Syngenta o
Dupont, as como por las comunidades cientficas a su servicio. La insercin de
transgenes en organismos vivos dispara una serie de efectos mltiples, que no pue-
den ser limitados a los esperados por la biotecnologa y sus relaciones simples de
causa-efecto; son por tanto experimentos con resultados impredecibles e imposi-
bles de controlar en el uso agrcola.
Un segundo elemento que indica responsabilidad criminal es que el maz
transgnico haya sido introducido en territorios indgenas y campesinos de ma-
nera clandestina por instituciones pblicas o con su complicidad. Las evidencias
presentadas por cientficos muestran contaminacin del maz nativo con OGM
comerciales en todo el territorio de Mxico. Las pruebas presentadas por agri-
cultores de las regiones de Oaxaca sealan que se han encontrado parcelas con
hasta del 70 a 80% de plantas nativas malformadas debido a la contaminacin.
Varios casos y testimonios indican que la contaminacin del maz mexicano no
se ha extendido ms porque son muchas las comunidades campesinas que estn
haciendo un esfuerzo permanente para detenerla. Sin embargo, de no tomarse
de manera inmediata todas las medidas necesarias para detener la contamina-
cin transgnica, su aumento a lo largo de aos, dcadas y an siglos puede
crear una naturaleza diseada en laboratorios que provocar incertidumbre y
dao, har difcil o imposible cultivar de manera exitosa y se convertir en una
herramienta ms de devastacin. Esto ocurrir en comunidades y ecosistemas
circunvecinos o muy alejados de los centros de cultivo y experimentacin, como
se observa en el caso de la contaminacin del maz y al algodn en Mxico. Todo
con efectos irreversibles.
La introduccin clandestina e intencional de semillas transgnicas forma parte
de un modelo que apela a todos los mecanismos para forzar al agricultor a aban-
donar sus prcticas tradicionales y ponerlo en indefensin y violacin de sus dere-
chos, y constituyen un acto de violencia intencional inaceptable.
Segundo agravio: intento sistemtico de destruir los territorios, que son la integra-
lidad que acoge la vida espiritual y concreta de los pueblos, mediante procesos de
fragmentacin, desagregacin, reduccin, privatizacin, explotacin y contamina-
cin, en realidad, mediante el despojo. Se nos ha mostrado cmo se impide que
los pueblos y comunidades permanezcan en sus territorios y sigan cuidndolos y
subsistiendo de lo que ellos entregan, a travs de la fuerza fsica, legal y simblica,
259
No toquen nuestro maz!
260
Constataciones
261
No toquen nuestro maz!
5. Fallo
262
Constataciones
6. Recomendaciones
263
No toquen nuestro maz!
264
Constataciones
265
No toquen nuestro maz!
9. Mxico debe modificar de manera radical sus polticas respecto de los pueblos
indgenas para ajustarlas a los compromisos asumidos al ratificar el Convenio
nm. 169 de la OIT. Mxico debe reconocer, preferentemente en el plano cons-
titucional, segn los Acuerdos de San Andrs, y respetar, como ya dijera el TPP
en su Dictamen de Ciudad Jurez, los derechos de los pueblos indgenas, en
particular los derechos a su autonoma poltica, a la propiedad de sus tierras y
a ser consultados, de manera previa, libre e informada, en relacin con los pro-
yectos que puedan afectarlos directamente. Los pueblos indgenas en Mxico
constituyen un grupo de la poblacin especialmente vulnerable a las polticas
econmicas denunciadas y sus derechos merecen una especial proteccin. Para
ello el Estado mexicano debera reconocer en la Constitucin a los pueblos ori-
ginarios o indgenas como sujetos de derecho pblico y no como sujetos de
inters pblico como est ahora en el artculo 2 Constitucional.
10. Mxico debe renunciar a las polticas agrarias, agrcolas y comerciales que han
causado la crisis del campo mexicano y provocado la migracin de millones de
campesinos de sta. En particular, debe orientar sus polticas al fortalecimiento
de la economa campesina, los pequeos productores y las comunidades indge-
nas, a la autosuficiencia nacional en la produccin de alimentos bsicos, basada
en la diversidad y las propias culturas y a la reafirmacin de la soberana alimen-
taria, como parte de una estrategia adecuada para afrontar las consecuencias del
cambio climtico.
11. Mxico debe en forma urgente aplicar los mecanismos necesarios para retirarse
del Tratado de Libre Comercio de Amrica del Norte, a la luz de los mltiples
impactos negativos que le ha causado.
12. Mxico debe garantizar en relacin con el medio ambiente, los derechos de ac-
ceso a la informacin, de participacin en la adopcin de decisiones y de acceso
a la justicia, y, en particular, debe difundir de manera permanente y amplia, la
informacin relativa a los riesgos del consumo y la contaminacin de productos
transgnicos.
13. Igualmente el Estado mexicano, en todos sus componentes, debe proteger los
derechos humanos de sus habitantes y en consecuencia, abstenerse de promover
la violencia e investigar y castigar a los responsables de los actos de violencia o
las amenazas contra personas y comunidades que acompaan a las polticas de
imposicin del modelo econmico contra la agricultura mexicana que se ha
descrito en este dictamen.
266
Constataciones
267
No toquen nuestro maz!
los campesinos y agricultores y la soberana editado por el TMC Asser Instituut, La Haya, Pa-
alimentaria mundial. Pensador canadiense con ses Bajos, desde 1988. Es director del Centro de
una trayectoria de ms de cuatro dcadas de Estudios de Derecho Ambiental de Tarragona
trabajo con la sociedad civil internacional con (CEDAT), desde diciembre de 2007 y director de
especial atencin en la agricultura, la alimen- la Revista catalana de derecho ambiental desde
tacin y la economa. En 1977 fue cofundador 2009. Es miembro de la Junta de Gobierno del
de la organizacin que actualmente se llama Instituto cataln internacional por la paz (ICIP).
Grupo de accin sobre Erosin, Tecnologa y
268
Reflejos
Ana de Ita2
E
l campo mexicano ha cambiado sustancialmente durante los pasados 20
aos y el Tratado de Libre Comercio de Amrica del Norte (TLCAN) ha sido
pieza clave. Uno de los efectos ms evidentes es la concentracin e integra-
cin regional de la produccin y los mercados en favor de firmas transnacionales.
El gobierno mexicano elimin las empresas estatales de regulacin que operaban
en el sector agropecuario. El vaco que dej el Estado fue aprovechado por trans-
nacionales subsidiarias de firmas estadunidenses, muchas de las cuales se vincu-
laron a partir de fusiones o compra de acciones con las empresas mexicanas ms
fuertes. Sin regulaciones estatales ni proteccin, muchos de los pequeos produc-
tores comerciales y de las unidades campesinas de produccin sucumbieron frente
a la competencia con las exportaciones que inundaron el mercado domstico. Los
grandes productores empresariales, mejor dotados de tierra, riego, insumos, crdi-
to, e incluso beneficiarios del grueso de los subsidios, aprovecharon las ventajas de
la apertura para absorber una mayor porcin del mercado interno.
Para Mxico, la produccin de maz fue la piedra de toque en la negociacin del
tratado. El maz es el cultivo ms importante en cuanto volumen de produccin,
superficie sembrada y nmero de productores, adems de ser el alimento bsico de
toda la poblacin, pero no tiene ventajas comparativas frente a la produccin de
Estados Unidos y Canad. En 1991 existan 3 millones 100 mil productores de maz
y, desde el enfoque de los diseadores de las polticas, la actividad de 85 por ciento
de ellos, con predios menores a cinco hectreas, no sera competitiva; 4 millones
700 mil hectreas deberan ser reconvertidas a otro cultivo y se dejaran de produ-
cir 7 millones 100 mil toneladas de maz en esa superficie. La pequea produccin
campesina de maz deba desaparecer, a pesar de que aportaba ms de la mitad de
la produccin nacional, aunque destinaba la mitad de ella para autoconsumo.
Sin el consenso de la sociedad civil, el gobierno mexicano acord la liberali-
zacin del maz en el tratado y argument haber conseguido una proteccin ex-
traordinaria por 15 aos con aranceles altos y cuotas de importacin reducidas.
Pero a partir de 1996, el gobierno mexicano realiz dumping contra los produc-
tores nacionales de maz al eliminar unilateralmente la proteccin acordada, para
favorecer a las comercializadoras transnacionales como Cargill, Archer Daniels
Midland, Corn Products International, Arancia, Maseca, Minsa, quienes controlan
actualmente el mercado mexicano de maz. La reduccin unilateral de los aranceles
274
La resistencia
tambin fue una concesin a los productores de ganado vacuno, porcino y pollo
crecientemente integrados con sus contrapartes de Estados Unidos que utili-
zan el maz como insumo para la fabricacin de alimentos balanceados y piensos.
A pesar de las intenciones gubernamentales, la produccin de maz no slo se
ha mantenido, sino se ha duplicado entre 1989 y 2012 a partir del aumento de los
rendimientos, al sobrepasar los 22 millones de toneladas, en una superficie sem-
brada relativamente constante de ms de 7 millones de hectreas. Sin embargo, s
ha ocurrido una mayor polarizacin de los productores maiceros. Los productores
de riego, que producen con un paquete tecnolgico similar al de Estados Unidos,
con semillas comerciales, fertilizantes y plaguicidas qumicos, y maquinaria agrco-
la para el cultivo de grandes extensiones, aportan actualmente ms de 42 por ciento
de la produccin de maz, cuando a finales de los 80 nicamente aportaban 25 por
ciento. El volumen de produccin de maz en riego ha aumentado dos y media
veces, aunque se concentra en slo 40 mil unidades de produccin. En contraste,
la gran mayora de unidades de produccin de temporal, alrededor de 2 millones
600 mil, han perdido importancia a pesar de que aportan todava 57 por ciento de
la produccin y aumentaron su volumen en 50 por ciento, durante estos ms de
20 aos.
Las importaciones de maz crecieron exponencialmente, alentadas por el go-
bierno mexicano desde 1996 y actualmente absorben 30 por ciento del consumo
nacional de maz. El grueso de las importaciones son de maz amarillo destinado a
la alimentacin de ganado. En 1995 la crisis econmica en la ganadera mexicana
provoc la destruccin de gran nmero de explotaciones y la concentracin del
sector en grandes productores modernizados, integrados horizontal y verticalmen-
te, y vinculados a las principales corporaciones productoras en Estados Unidos.
El gobierno mexicano elimin unilateralmente los aranceles que protegan a los
productores nacionales de maz para dotar al sector pecuario de maz amarillo
importado y barato para que pudiera competir con las importaciones de carne.
Las importaciones de maz sin arancel causaron la cada de los precios del maz en
el mercado interno y llevaron a la ruina a miles de productores. Mientras, las cor-
poraciones pecuarias instaladas en el pas, como Smithfield lder mundial en la
produccin de puercos y responsable de la fiebre porcina H1N1, Tyson, Pilgrims
Pride y Cargill en la de pollos, as como IBP y Tyson en la de res aprove-
chan las ventajas de la falta de regulaciones ambientales y establecen explotaciones
intensivas en el pas para lanzarse a los mercados asiticos, adems de absorber el
crecimiento del consumo interno.
Los maiceros mexicanos, primer eslabn de la cadena, son los perdedores netos
del TLCAN, pero tambin la nica posibilidad de soberana alimentaria.
Notas:
1 Tomado de La Jornada, 31 de diciembre de 2013
2 Directora del Centro de Estudios para el Cambio en el Campo Mexicano (Ceccam)
275
Solicitudes de siembra de Maz
genticamente modificado en
Mxico (2012-2013)
P
resentamos un breve informe, donde esperamos los datos hablen por
s solos, de los permisos de siembra experimental, piloto y comercial en
Mxico.
Como vemos, en 2012 se solicit y se aprob la siembra experimental y piloto
en algunos estados. Ninguna siembra comercial fue autorizada. A partir de octubre
de 2012, todos los permisos solicitados quedaron pendientes.
En 2013, pese a que se solicitaron ms permisos, experimentales, piloto y
comerciales, ya no fue aprobado ningn permiso. Tampoco denegados, quedaron
suspendidos, por la enorme movilizacin social que fren la posibilidad. Al
momento de la suspensin lograda por una accin legal emprendida a fines de
2013, se reforz esa no aprobacin y as sigue hasta el momento. Esperamos que se
pueda profundizar la suspensin hasta convertirla en una prohibicin total.
Nmero de solicitudes
Ao de Superficie Superficie
Estatus Experimental Piloto Comercial Total
Recepcin Solicitada (Ha) Permitida
Con permiso
de liberacin 14 19 0 33 3,932.930 3,151.9268
Resolucin
2012
negativa 0 3 0 3 12.000
Anlisis y
dictaminacin 12 8 6 26 2495,111.737
Totales 26 30 6 62 2499,056.668 3,151.9268
Con permiso
de liberacin 0 0 0 0 0 0
Resolucin
2013
negativa 0 0 0 0 0
Anlisis y
dictaminacin 25 23 13 61 5221,486.849
Totales 25 23 13 61 5,221,486.849 0
7,720,543.520 3,151.9268
276
Reflejos
277
No toquen nuestro maz!
Mayo y octubre son los meses, de 2012, en el que hubo mayor nmero de solicitudes,
pero septiembre es el mes en el que se solicit sembrar en una mayor cantidad de
hectreas: 2494,940.6
En 2012, las 4 empresas que solicitaron sembrar sus semillas de maz transgnico
en territorio mexicano son: Dow Agrosciences, Dupont Pioneer, Monsanto
y Syngenta, de las cuales Dupont Pioneer es la que present mayor nmero de
solicitudes, pero Monsanto fue la empresa que solicit sembrar en una mayor
cantidad de hectreas 1403,894.1 y tambin fue a Monsanto a la que se le permiti
sembrar en ms hectteas.
278
Reflejos
Los estados en los que se solicit sembrar maz transgnico son: Chihuahua,
Coahuila, Durango, Zacatecas, Nayarit, Sinaloa, Sonora y Tamaulipas. Los estados
que puntean son Sinaloa con 22 solicitudes en una superficie de 1401,226.1
hectreas y Tamaulipas con 14 solicitudes en una superficie de 1094,898.8, siendo
este estado en el que se permiti sembrar la mayor superficie.
Chihuahua 5 1,139.2880 0
Chihuahua, Coahuila 1 4.0000 0
Chihuahua, Coahuila y
5 1,177.8300
Durango 760.3200
Chihuahua,
Coahuila,Durango y
Zacatecas 1 11.7600 0
Coahuila 1 0.0544 0
Coahuila y Durango 1 4.0000 0
Nayarit 6 2.5200 2.5200
Sinaloa 22 1401,226.1000 790.3980
Sonora 6 592.3400 591.9900
Tamaulipas 14 1094,898.8000 1,006.6988
Nm. Superficie
Fase
solicitudes Solicitada (Ha)
Experimental 25 306.0971
Piloto 23 1273.8300
Comercial 13 5219,906.9220
Total 61 5221,486.8490
279
No toquen nuestro maz!
Enero 8 568.5700
Marzo 8 440,046.3280
Abril 11 98.2600
Mayo 7 763.6400
Junio 1 1.1008
Julio 6 1260,429.5580
Agosto 12 2179,727.3720
Septiembre 6 1339,846.0200
Octubre 1 2
Diciembre 1 4
Total 61 5221,486.8490
280
Reflejos
Nm. Superficie
Promovente
solicitudes Solicitada (Ha)
Syngenta 16 287.4880
Total 61 5221,486.8490
Los estados en los que se solicit sembrar maz transgnico son: Baja California
Sur, Chihuahua, Sonora, Sinaloa, Coahuila, Durango y Tamaulipas. Sinaloa es el
estado con mayor nmero de solicitudes, el 33% de las solicitudes son para sembrar
en ese estado ms las solicitudes que se han hecho junto con Sonora.
Nm. Superficie
Estado
solicitudes Solicitada (Ha)
1E
n algunos lugares las empresas solicitaron en AMBIENTE DE ORGANISMOS GENTICAMENTE
281
Otro ao contra el maz transgnico1
Silvia Ribeiro2
P
or ms de un ao, la movilizacin popular ha logrado detener la liberacin
a gran escala de maz transgnico en Mxico. El movimiento lleva ms
de una dcada, con organizaciones campesinas, ambientalistas, artistas,
intelectuales, pero en 2013 se ampli y afirm frente a la amenaza de liberacin
comercial. Recordemos algunos hitos de este camino.
Desde 2009 el gobierno concedi 196 permisos de siembra experimentales y
piloto. A partir de septiembre 2012 se acumularon 70 nuevas solicitudes de Mon-
santo, Syngenta, Dow y Pioneer para sembrar maz transgnico, 14 de las cuales
pretenden siembra comercial en casi 6 millones de hectreas. Ninguna ha sido
aprobada desde entonces, como resultado de muchas y diversas estrategias.
Ante la amenaza de que el maz transgnico entrara masivamente en la alimen-
tacin diaria de las grandes ciudades, el Movimiento Urbano Popular (MUP) se
sum activamente a la movilizacin, organizando con la Red en Defensa del Maz
talleres de informacin y foros pblicos en varios puntos de la ciudad, incluyendo
comedores populares. Adems, fueron parte importante de la protesta frente a ofi-
cinas de Sagarpa en diciembre 2012, exigiendo que se frenara el maz transgnico.
En esa ocasin, campesinas mazahuas elaboraron y compartieron tortillas de maz
campesino a quienes participaron. Das antes, la octava Asamblea Nacional Afecta-
dos Ambientales (ANAA), reunida en plenario en Michoacn lanz un llamado de
alerta y movilizacin a toda la poblacin contra el maz transgnico.
Los jvenes, principalmente Yo Soy 132 Ambiental y Jvenes ante la Emergencia
Nacional han sido motores de muchas actividades pblicas y en centros universi-
tarios. Destaca la conferencia Maz transgnico en Mxico, en febrero 2013 en la
Facultad de Ciencias, con una asistencia que rebas uno de sus mayores audito-
rios. Se convoc a las autoridades a debatir en pblico, pero no asistieron, como
siempre. Los jvenes tambin fueron protagonistas de una manifestacin frente al
Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos para llamar la
atencin sobre la violacin de derechos que constituye el maz transgnico, y pos-
teriormente junto a otras organizaciones, de las protestas y carta que se entregaron
al director general de la FAO en su visita oficial a Mxico.
En noviembre 2012, las organizaciones internacionales Va Campesina, GRAIN
y ETC dirigieron a la FAO y al Convenio de Diversidad Biolgica de Naciones Uni-
das (CDB) una carta abierta sealando el peligro de contaminacin transgnica del
centro de origen mundial del maz. El CDB envi una carta al respecto al gobierno
282
Reflejos
283
No toquen nuestro maz!
Notas:
1 Una versin preliminar de este texto apareci en La Jornada, 11 de enero de 2014 http://www.jornada.
unam.mx/2014/01/11/opinion/019a1eco
2 Investigadora del Grupo ETC
284
Reflejos
Jean Robert
285
No toquen nuestro maz!
286
Reflejos
287
No toquen nuestro maz!
El desvo de produccin. Viendo las cosas otra vez a ras de tierra, ms analti-
camente quizs, podemos aadir que la modernidad es tambin la poca donde
la mayora de la gente ya no trabaja en el campo ni construye su casa ni hace sus
muebles, sino que tiene un empleo en la industria o en la burocracia con el que
gana un sueldo que le permite comprar lo que ya no sabe hacer. Y lo que no sabe
hacer es casi todo: la gente que tiene un empleo ya no produce comida, ni cons-
truye su casa, ni cra animales, ni elabora sus instrumentos de trabajo y ha perdido
288
Reflejos
289
No toquen nuestro maz!
El trabajo enajenado entre el urbanismo razonable y las grandes obras intiles y des-
tructoras. En todas las grandes ciudades se hacen proyectos de vialidad. Los cami-
nos, las banquetas, las calles bien trazadas son el fruto del trabajo de los cavadores,
albailes, ingenieros etctera, a quienes, gracias al sueldo, estas obras ofrecen una
manera de llenar la canasta de su familia. Dentro de ciertos lmites, son tiles, aun
si su utilidad no resulta de las intenciones de los trabajadores, reorganizados como
piezas de una gigantesca mquina.17 Pero, en las grandes ciudades, muchas obras
rebasan lmites de tamao y de costo ms all de los cuales se vuelven ms nocivas
que tiles.
Por ejemplo, en la ciudad de Mxico, se construyeron segundos pisos de pago en
muchos ejes viales. Esos segundos pisos introducen una nueva discriminacin. Los
automovilistas demasiado pobres para pagar la cuota tienen que circular a vuelta
de rueda por las vas de abajo, casi constantemente congestionadas; en cambio,
como las vas de arriba cuestan, tienen pocos usuarios y son rpidas. Reflexio-
290
Reflejos
nemos sobre este ejemplo. Los automovilistas de abajo pagan los segundos pisos
con sus impuestos, como los de arriba. Pero este gasto sirve para crear privilegios
para los de arriba.
Transferencias netas de privilegios de los pobres hacia los ricos. A la creacin de pri-
vilegios para los ricos con el trabajo enajenado y los impuestos de los ms pobres,
Ivn Illich le llamaba transferencia de privilegio.18 En el ejemplo de los segundos
pisos de la vialidad en la ciudad de Mxico, el desvo de produccin de los cons-
tructores, que no tienen otra intencin que la de obtener el sustento de su familia,
es trabajo enajenado, porque una vez realizada la obra, no va tener utilidad ni sen-
tido para ellos y va contribuir a imponerles transportes obligatorios ms largos.
Esas horas suplementarias de transporte compulsivo se agregan ahora al trabajo
muerto enajenado al que se enfrenta el trabajador vivo. Ms all de ciertos lmites,
las grandes obras viales destruyen la amenidad de los barrios, por ejemplo cuando
el segundo piso pasa a la altura de los dormitorios de los habitantes.
A principio del ao pasado, la revista electrnica Desinformmonos inici una
campaa contra la Grandes Obras Intiles e Impuestas. Despus de documentar ca-
sos europeos, como el proyecto del Aeropuerto de Notre-Dame-des-Landes, cerca
de Nantes en Francia y el de tren de alta velocidad de Lyon, Francia a Turn, Italia,
document varios proyectos mexicanos como las mineras canadienses en territo-
rio sagrado wixrika y el acueducto Independencia en Sonora que afecta al pueblo
yaqui y a parte de las ciudades vecinas. Los trabajadores que construyen estas obras
no quieren ni la destruccin ecolgica ni los gastos pblicos que ocasionan. Como
son tambin ciudadanos y contribuyentes, deberan poder decidir lo que se va ha-
cer con los resultados de su trabajo, si va a servir a su comunidad, si no va a daar
a otras comunidades, si no va a ser demasiado caro; pero no pueden.
Hace unos cuarenta aos, una revista alemana de izquierda19 empez a arengar
a los trabajadores sindicalizados a debatir sobre las finalidades del trabajo y no slo
a exigir una mayor porcin del pastel econmico, o, para retomar el lenguaje de
sta poca, a tratar de reapropiarse la plusvala de su trabajo. Ya que el desvo de
produccin exige la renuncia del trabajador a decidir la finalidad de su trabajo, el
291
No toquen nuestro maz!
L a modernidad segn los historiadores del tiempo presente.21 No hay que satanizar
las palabras modernizar o modernizacin. Es posible que, en un barrio popu-
lar de la capital, una joven le diga a un hombre mayor que debera adaptarse a los
tiempos modernos para decirle que debera corregir sus prejuicios, sus costumbres
machistas, por ejemplo. Pero eso es un uso laxo de una palabra que, para los histo-
riadores del tiempo presente, tiene un sentido crtico preciso. Incluso el crtico de la
modernidad que escribe estas lneas tuvo sus entusiasmos por el movimiento moder-
no en las artes plsticas a principios del siglo XX. Fue slo tarde en mi vida que me di
cuenta de la complicidad entre las formas laxas y las formas duras de la modernidad:
la modernidad es interesante, pero no hay modernidad inocente.
292
Reflejos
La prueba por el trabajo fantasma. Para distinguir entre estos usos laxos, en los que
moderno significa algo parecido a racional o prctico, o innovador, o retador, y
el sentido crtico de los historiadores del tiempo presente, quisiera proponer un
test, un criterio: es el concepto de trabajo fantasma.
Antes de definir este concepto, quisiera explicar por qu puede permitir la dis-
tincin entre la modernidad (en el sentido laxo de bsqueda de lo racional o de
lo prctico) y el concepto crtico de modernidad de los historiadores del tiempo
presente. Pero, aun en el sentido laxo, lo prctico se vuelve con frecuencia imprc-
tico y lo racional irracional, lo que ha conducido un conocido autor a escribir un
ensayo titulado Rational Irrationality.22
La modernidad, en el sentido de los historiadores del tiempo presente, viene siem-
pre e inevitablemente acompaada por un incremento de la racionalidad irracional.
La modernidad y la racionalidad irracional son tan ntimamente entretejidas que no
se pueden distinguir. Un ejemplo de esta irracionalidad racional es una forma espec-
ficamente moderna de actividad obligatoria que el trabajo asalariado vuelve necesa-
ria pero que no puede ser asalariada. Esta actividad es la condicin, necesariamente
no asalariada, del trabajo asalariado. Ivn Illich propuso llamar trabajo fantasma a
esta sombra fantasmagrica y no asalariada del trabajo asalariado23.
La modernidad es la poca donde el trabajo asalariado pretende sustituir y de
hecho desvaloriza y finalmente destruye poco a poco toda forma de trabajo de
subsistencia o mejor dicho, de actividad de subsistencia. Toda la legislacin (y no
slo laboral), contribuye a esta deslegitimacin y destruccin, y por supuesto, toda
la economa tambin.
Ahora bien, una sociedad donde todo producto fuera el resultado del trabajo
asalariado es una imposibilidad. Tal sociedad sera la realizacin de la utopa neo-
liberal que podemos resumir as:
Segn los economistas, hay crisis cuando no se cumplen esas reglas. Para que
se cumplan, nada tiene que obstaculizar la expansin del Mercado; ninguna fuente
de ingreso que no venga de ventas de mercancas o de servicios en el Mercado
debe autorizarse, y toda interferencia o intervencin poltica tendiente a ajustar
los precios a condiciones de mercado cambiantes debera en principio ser proscri-
ta24. Reunidas estas condiciones (creen los economistas de obediencia liberal), el
mercado se autorregular, es decir que no necesitar ninguna forma de regulacin
exterior (poltica, cultural o moral). Se trata de una utopa o distopa (utopa
negativa) generadora de catstrofes.
En la realidad, el trabajo asalariado no puede sustituir todas las formas de acti-
vidad productiva no asalariadas, pero las puede degradar y desvalorizar. Por ejem-
plo, aunque el agro-negocio, el sistema alimentario industrial, quiere hace creer
que abastece la mayora de las demandas de alimentos del mundo, gran parte de
293
No toquen nuestro maz!
Contando con 20 a 30% de la tierra agrcola, los campesinos producen por lo menos
60% de los alimentos mundiales, y hay datos que afirman que cerca del 70% de los
alimentos si contamos el cultivo, la caza, la pesca, la recoleccin, los animales de tras-
patio, el pastoreo y la ganadera, que contribuyen a la alimentacin local o regional
de subsistencia, independiente de las industrias.25 Un ejemplo es el rubro de la leche,
que en muchos pases est todava en manos de la gente. En Bangladesh es el 95%, en
Colombia el 83%, en India el 85%, en Kenia el 86%, por citar slo los pases donde
el porcentaje de leche popular es ms alto. En Mxico mismo es el 41% el que est
fuera de la industria.26
Hablando de Mxico, segn los censos oficiales, el 37% de la produccin de maz
es de subsistencia y si sumamos lo que los campesinos contribuyen al mercado po-
dramos decir que 50% de la produccin nacional de ms de 20 millones de toneladas
de maz anuales es de origen campesino..27
294
Reflejos
295
No toquen nuestro maz!
y de sus capacidades concretas haca los lugares donde estos poderes podrn ser
vendidos como una fuerza de trabajo, es decir una mercanca. En este caso, es la
transformacin, durante el desplazamiento a la fbrica o la oficina, de potencias
fsicas concretas en una abstraccin: el valor del trabajo. Las ideas grotescas que
surgen de esta transformacin engendran un mundo en el que relaciones entre
personas aparecen como relaciones entre cosas, un mundo donde las decisiones se
toman sin concertacin.
Les rentas en los edificios de la ciudad son cada vez ms altas, la gasolina y la
electricidad ms caras, lo que ayuda a llenar las arcas del gobierno. Esta caresta
tiene un efecto sobre la composicin social de los barrios cntricos de la ciudad:
llega un momento en que los ms pobres ya no pueden pagar los impuestos predia-
les o la renta de sus departamentos. Son prcticamente expulsados de los barrios
donde muchos de ellos nacieron. Buscan condiciones ms baratas en los barrios
exteriores, frecuentemente en lo que se llama despectivamente barrios miseria,
ciudades perdidas o barriadas. Son deportados internos cuya situacin menos
la prdida de su nacionalidad refleja la de los refugiados arrojados de su pas.
Es obvio que provocar la miseria de los expulsados de su barrio no era parte de
las intenciones de los trabajadores que construyeron los ejes viales y sus segundos
pisos o las autopistas haca el aeropuerto, o las renovaciones de barrios cntricos,
pero esta miseria es el efecto objetivo que la racionalidad capitalista confiere a su
trabajo. Es decir, estos trabajadores, que son tambin ciudadanos, no se reconocen
moralmente en los frutos de su trabajo. Si se pusieran a reflexionar, podran decir
eso no es lo que quisimos. En realidad, muy pocos de ellos lo piensan y an me-
nos lo dicen. No tienen tiempo. El ritmo de la vida urbana les impone desplazarse
cada da de su domicilio a su lugar de trabajo o ir a aprovisionarse en centros co-
merciales cada vez ms concentradores. Los cansancios del trabajo fantasma diario
aplastan la capacidad de protestar, de resistir y finalmente de pensar de los traba-
jadores asalariados.
La colonizacin del imaginario II. Su mutismo tiene an otra razn que su ago-
tamiento. Han sido entrenados a obedecer y el estado de aturdimiento al que les
reduce el trabajo fantasma refuerza este entrenamiento. Por otra parte, su imagi-
nacin ha sido contaminada por el sueo loco de los de arriba. Las ideas sobre
el futuro que no existe son imaginaciones. Tambin se dice que constituyen
un imaginario. Los de arriba no slo imponen su cultura material a los de abajo.
Tambin pretenden cambiarles sus maneras de ver el mundo y sus creencias. Esta
otra forma de dominacin es la colonizacin del imaginario de los de abajo por los
sueos de los de arriba.
Muchos pobres que se dejaron colonizar el imaginario creen los cuentos de los
ricos y de los medios, que son sus cmplices, sobre la economa, por ejemplo. Se
van con la finta de que el crecimiento de los indicadores econmicos, como el PIB,
es bueno para la canasta, es decir para su economa domstica. No se dan cuenta
de que el crecimiento econmico les hace cada vez ms dependientes del merca-
do y de un Estado que se ha vuelto siervo del Mercado. Les quita sus habilidades
296
Reflejos
297
No toquen nuestro maz!
298
Reflejos
No es en las naciones estriles y brbaras que hay ms miseria, sino en las ms prs-
peras y civilizadas35.
En esta poca, algunos economistas crean que, como el agua en un filtro de caf,
la abundancia de los ricos iba a percolar a travs de la sociedad hasta llegar a los po-
bres. Otro ingls, Jeremy Bentham, que fue el primero en administrar casas-refugios
de pobres como si fueran prisiones y a ganar dinero con ellas, no crea en la teora
de la percolacin de la riqueza. Proclam que la tarea del gobierno no consista en
aliviar la miseria, sino en incrementar las necesidades de los pobres para volver ms
eficiente la sancin del hambre. Explic que la sancin del hambre, que es el miedo a
caer en la indigencia, ensea la obediencia a los pobres. Urgi a los ricos a reconocer
que, en el estado de prosperidad ms elevado, la gran masa de los ciudadanos tendr
probablemente pocos recursos fuera del trabajo diario y estar siempre al borde de la
indigencia. Por tanto, explic, la verdadera dificultad no es socorrer a los hambrien-
tos, sino limitar la impetuosidad de la benevolencia de los ricos.
El filsofo irlands Edmund Burke, autor de una teora de lo sublime, abund
en este sentido, pues, slo la amenaza de la miseria y del hambre permite a los
hombres que su condicin destina a los trabajos serviles aguerrirse a los peligros
de las guerras y la intemperie de los mares:
Fuera de los apuros de la pobreza, qu podra obligar a las clases inferiores del pue-
blo a enfrentar todos los horrores que les esperan en los ocanos impetuosos y los
campos de batalla?36
Por si acaso aun no lo entendieran, el filsofo de lo sublime recalca que todas las
veleidades de socorrer a los pobres provienen de principios absurdos que profesan
cumplir lo que, por la misma constitucin del mundo, es impracticable:
Cuando afectamos tener piedad por esa gente que debe trabajar si no el mundo no
podra subsistir estamos jugando con la condicin humana.37
299
No toquen nuestro maz!
N
o es fcil contestar su pregunta en la Escuelita: Y ustedes, se sienten
libres? No, las condiciones que nosotros de las ciudades padecemos
no son condiciones liberadoras. La libertad que podemos gozar es la
libertad interior de los filsofos o es parecida a todas las ganancias y ventajas
comparativas que podemos obtener en la selva de asfalto y concreto. Son ganan-
cias de competencia, en el registro, no de lo bueno, sino de lo mejor que otro:
no nos sentimos libres, pero podemos sentirnos ms libres que el vecino, porque
tenemos ms tiempo para ventilar nuestros dramas sentimentales o dinero para
imitar a los hroes mediticos que actan en nuestro lugar.
Como a principios de la era industrial, todos los que vivimos del producto
desviado de nuestro trabajo sentimos la presin de una coercin fundamental.
Quizs, para muchos, la amenaza ya no sea directamente el hambre, aunque lo
vuelva a ser para nmeros crecientes de gente. La coercin que nos empuja a ca-
llarnos, a sufrir los desplazamientos sin sentido hacia trabajos vueltos escasos o
hacia las oficinas de asistencia a los desempleados, es la amenaza de desempleo o
de suspensin de la asistencia, muerte social para muchos, preludio de evicciones,
defenestraciones provocadas, prdidas de dignidad insoportables.
No es la primera vez que los campesinos levantan su voz y se levantan. Ustedes
lo hacen en un momento histrico nico: la prdida de credibilidad de lo que se
disfrazaba de progreso-desarrollo-modernizacin y sueo de enriquecimiento de
todos y aparece ahora en su cruda realidad: una guerra de arriba contra la subsis-
tencia de la gente de abajo. Sin ms adornos.
300
Reflejos
301
No toquen nuestro maz!
cin, la religin, la poltica o la economa, las mujeres y de los hombre. La cultura mate-
esfera cuya emergencia por desempotramiento rial es el conjunto de saberes, percepciones y
fuera de una trama comn es el hilo conductor procedimientos y relaciones de gnero que, en
de todo el libro. una cultura dada, aseguran el equilibrio de la
11 Ivn Illich, El trabajo fantasma, Obras reunidas sociedad con el mundo material.
II, op. cit., p. 89: La guerra contra la subsis- 13 Jean-Pierre Dupuy, Pour un catastrophisme
tencia: los historiadores han elegido la travesa clair. Quand limpossible est certain, Paris :
de Coln como hito del paso de la Edad Media Seuil, 2002, p. 32. Hacer un rodeo para circular
a los Tiempos Modernos, iniciativa cmoda ms rpidamente, abstenerse de consumir hoy
para los sucesivos editores de manuales. Pero para invertir y consumir ms maana, bajar
el mundo de Ptolomeo no se volvi el mun- para prepararse a subir ms alto son dtours,
do de Mercator en un ao, y el mundo de lo desvos de intenciones. Renunciar a los actos
vernculo no se convirti de la noche a la ma- mltiples y concretos de la subsistencia en fa-
ana. [] La transformacin de la visin del vor de los gestos estandardizados de la produc-
mundo que engendr nuestra dependencia en cin industrial es un desvo de produccin. En
relacin con los bienes y servicios tom cinco la base del desvo de produccin, siempre hay
siglos. Esta transformacin la gran trans- una lgica de maximizacin. El que se desva de
formacin de Polanyi es el resultado de una su modo de produccin de subsistencia puede
guerra de cinco siglos contra la subsistencia. esperar obtener ms de lo que, ahora, cuenta
12 Ivan Illich, Hommage dIvan Illich Jacques para l. Lo ms frecuente es que este desvo sea
Ellul (1993), La perte des sens, Paris : Fayard, el resultado de una coercin cuyo estilo moder-
2004, p. 154-155. En su homenaje al filsofo no examinaremos al fin de este ensayo. En otro
de la tcnica Jacques Ellul en ocasin del fes- texto, Detour and Sacrifice, Lee Hoinacki
tejo de sus 80 aos en Burdeos, Illich menciona y Carl Mitcham, comp., the Challenges of Ivan
dos preguntas profundamente abrumadoras Illich, Nueva York: State University of New York,
respecto al carcter de extrema extraeza his- 2002, p. 190, Dupuy es ms explcito: Los se-
trica de la modernidad: La primera es la im- res humanos se caracterizan por su capacidad
posibilidad de comparar la tcnica moderna y de desviarse del camino ms directo para mejor
sus terribles consecuencias con la cultura ma- alcanzar sus fines Pueden abstenerse tem-
terial de otra sociedad, cual sea. La segunda, poralmente de consumir e invertir pueden
es la necesidad de ver que esta extravagancia rechazar une buena oportunidad en favor de
histrica es la culminacin de una subversin otra mejor ms tarde. Segn Dupuy, en la so-
del Evangelio por su mutacin en esta ideolo- ciedad industrial, el desvo de produccin, ori-
ga fundamental llamada cristianismo. Segn ginalmente un medio, se ha vuelto un fin.
Illich, un adagio latino condensa el carcter de 14 ...que por supuesto no eran economistas pro-
extraeza de la modernidad: corruptio optimi fesionales, sino moralistas como Adn Smith,
quae est pessima, la corrupcin de lo mejor filsofos como Edmund Burke, o, en un caso,
[que es] lo peor. La cultura material: en tiem- el de Jeremy Bentham, reformador del sistema
pos premodernos, en cada pueblo, prctica- penitenciario.
mente en cada valle, la subsistencia se apoyaba 15 Ludolf Kuchenbuch, Grundkurs ltere Ges-
en una cultura material. Lo que se entiende chichte: Arbeit im vorindustriellen Europa [El
aqu por cultura no es ni la erudicin, ni la trabajo en la Europa preindustrial], Hagen:
capacidad de apreciar las formas elitistas del Fernuniversitt, 1989, volmenes 4117 ss. El
arte (msica clsica, pintura, poesa, literatura) concepto de trabajo es una concrecin his-
sino un entramado popular de conocimientos, trica de ninguna manera preestablecida. La
de saberes, de formas de percibir constituyen- asociacin de esta palabra con actividades
do una forma de ver el mundo o una cosmovi- productivas es relativamente reciente: se do-
sin y un peculiar entramado entre los espa- cumenta a partir de la existencia de grandes
cios y los tiempos de los gneros, es decir de minas en la poca de Georg Bauer que latiniz
302
Reflejos
303
No toquen nuestro maz!
lo que Mumford llamaba la megamquina es rial crtica, 1992 [The Moral Economy of the
superficial. Se supuso mucho tiempo que la English Crowd in the Eighteenth Century, in
organizacin de hombres en la gigantesca A. Randall y A. Charlesworth, Moral Economy
mquina capaz de construir las pirmides de and Popular Protest: Crowds, Conflicts and
Egipto requiri un poder centralizado preexis- Authority, New York: St. Martins Press, 2000].
tente capaz de ejercer una coercin totalitaria. 21 Los historiadores alemanes llaman Zeitgeschi-
La egiptologa reciente parece invertir la pro- chte (historia del tiempo) a la aplicacin de los
posicin: sera la organizacin que permiti la instrumentos y mtodos de la historia al estudio
construccin de las pirmides lo que origin de la poca contempornea, es decir una poca
los poderes del Estado faranico ulterior. Esta abierta y que se modifica en el curso del tiempo.
hiptesis es incompatible con la idea de la sola En Francia, esta historia se llama simplemente
coercin. En el origen de la megamquina histoire contemporaine, pero obedece a objetivos
habra habido cierto entusiasmo popular. Por ligeramente diferentes. La Zeitgeschichte naci
lo menos, la masa de los constructores no esta- despus de la Segunda Guerra Mundial como
ba constituida de esclavos. . un esfuerzo para digerir un pasado eminente-
18 Ivn Illich, Energa y equidad, Obras reunidas mente incmodo. Desde el inicio fue marcada
I, Mxico: Fondo de Cultura Econmica, 2006. por una autocrtica que puede desembocar en
19 Technologie und Politik, editada por la editorial una crtica radical de la modernidad.
Rowohlt, en Reinbeck bei Hamburg, primer 22 John Cassidy, Rational Irrationality. The real
nmero febrero 1975, fundada por el historia- reason that capitalism is so crash-prone, The
dor y poltico Freimut Duve, despus de una New Yorker, Nueva York, octubre 5, 2009.
estancia en el Cidoc de Cuernavaca. 23 Ivn Illich, El trabajo fantasma, Obras reuni-
20 Edward P. Thompson, autor de The Making of das II, Mxico: Fondo de Cultura Econmica,
the English Working Class, Nueva York: Ran- 2008, p.41-177
dom House, 1966, compara las luchas sociales 24 En esas condiciones, los mercados reales segui-
de mediados del siglo XVIII los enfrentamien- ran aproximadamente el comportamiento del
tos entre campesinos y los enviados del rey que Mercado ideal que los economistas han ideado
venan a vaciar sus graneros para alimentar a en sus frmulas: el mercado autorregulado que
los soldados con las luchas obreras, un siglo no requerira ninguna intervencin exterior.
ms tarde. En el siglo XVIII, grupos de mujeres Recomiendan a los polticos que slo tomen las
y hombres, frecuentemente vestidos de muje- medidas que refuerzan el carcter autorregula-
res emboscaban a los convoyes del rey carga- do del Mercado. Al poder cumplirse las condi-
dos de trigo debidamente pagado, transferan ciones de este experimento utpico, el Mercado
las cargas a sus propios vehculos y volvan a aparecera como la nica fuerza efectiva de la
colocar el trigo en los graneros de los pueblos. economa y ya no habra economas informales,
Lo que defendan estos campesinos no era su no registradas o, como dice Teodor Shanin, ex-
economa en el sentido moderno, sino lo que polares. Tal Mercado autorregulado no exigira
Thompson llama su economa moral, funda- nada menos que la separacin de la sociedad en
da en la subsistencia y en el derecho de cada una esfera econmica y una esfera poltica de-
pueblo a defenderla. En cambio, en las luchas pendiente de ella a travs de la correa de trans-
sociales de mediados del siglo XIX, hombres y misin del concepto de mercanca cuyas leyes
casi slo hombres defienden su participacin podran as regir la poltica como rigen la eco-
en la redistribucin de los valores generados noma. Sobre el mercado autorregulado, ver Karl
por el trabajo abstracto, para entonces, si no Polanyi, La gran transformacin, op. cit. Sobre
exclusivamente, s mayoritariamente masculi- las economas que sobrevivan en margen de los
no. Escribi tambin un articulo fundamental polos mercado libre y socialismo de Estado
titulado La economa moral de la multitud en el mundo bipolar previo a la cada del muro
en Inglaterra, cuarto captulo de EP Thomp- as como en el mundo consecutivo, ver Teodor
son, Costumbres en comn, Barcelona: Edito- Shanin, Expolary economics: A Political Eco-
304
Reflejos
nomy of Margins. Agenda for the Study of Mo- vas en la produccin del maz, estrategias para
des of Non-Incorporation as Parallel Forms of ordenar el mercado del maz, agosto de 2005.
Social Economy, Journal of Historical Sociology, http://www.cmdrs.gob.mx/prev/sesiones/2005/
1988, Vol. 1, N.1. pres_oct_ord/sistpro_maiz.pdf
25 V er Grupo ETC, Quin nos alimentar: La 28 Jean Robert, Le Temps quon nous vole. Contre
cadena industrial de produccin de alimen- la socit chronophage, Paris : Le Seuil, 1980
tos o las redes campesinas de subsistencia?, demuestra la falsedad de este aforismo.
www.etcgroup/es. Ver tambin GRAIN, Leyes 29 Claudia von Werlhof, Hacia una fantasmizacin
para acabar con la agricultura independiente, del trabajo femenino?, conferencia pronuncia-
http://www.grain.org/article/entries/4109. Ver da en encuentro El humanismo radical de Ivn
tambin Las razones del maz: Cinco tesis so- Illich, Cuernavaca, diciembre 2012, Tamoanchan
bre la violencia contra la soberana alimentaria 2, Cuernavaca: CIDHEM, primavera 2013.
y la autonoma, documento presentado el 21 30 Karl Marx, Capital, A Critique of Political Eco-
de octubre de 2011 por la Audiencia: Violencia nomy, New York: The Modern Library (Random
contra el Maz, la Soberana Alimentaria y la House), 1906 (1873), p.62: Marx compara la dife-
Autonoma, en la sesin de instalacin del Ca- rencia entre la concretud del valor de uso de una
ptulo Mxico del Tribunal Permanente de los mesa, simplemente aqu,parada en sus cuatro
Pueblos. www.tppmexico.org pies y su valor de cambio: como mercanca y en
26 GRAIN, El gran robo de la leche, Tabla 1, en relacin con las otras mercancas, est parada
GRAIN, El gran robo de los alimentos: Cmo las sobre su cabeza y de su cerebro de madera sur-
corporaciones controlan los alimentos, acapa- gen ideas grotescas, mucho ms maravillosas que
ran la tierra y destruyen el clima, p.30. todo lo que dicen las mesas giratorias de los espi-
27 L
a cifra vara un poco de acuerdo a varias fuen- ritistas. Comentario en: Jean Robert, El anli-
tes, pero en trminos generales se mantiene. Ver sis del fetichismo de las mercancas, aportacin
Secretara de Fomento a los Agronegocios de la primordial de Karl Marx, ms. Intervencin en el
Secretaria de Agricultura, Ganadera, Desarro- CIDECI de San Cristbal, 2 de enero 2011.
llo Rural, Pesca y Alimentacin (Sagarpa) Pers- 31 Serge Gruzinski, La colonizacin de lo imagina-
pectivas de largo plazo para sector agropecuario rio, Mxico: Fondo de Cultura Econmica, 1991.
de Mxico 2011-2020. http://www.sagarpa.gob. 32 Edmundo OGorman, La invencin de Amrica,
mx/agronegocios/Estudios/Paginas/estudios. Mxico: Fondo de Cultura Econmica, 1958.
aspx Ver tambin Productividad y competitivi- 33 En conversaciones, Ivn Illich caracteriza-
dad de granos en Mxico: anlisis de los merca- ba como tolerancia teraputica te tolero
dos nacionales de productos agrcolas bsicos, mientras te sometes a mi programa de evan-
del Grupo Consultor de Mercados Agrcolas, gelizacin-alfabetizacin-modernizacin la
abril de 2011, www.gcma.com.mx. Un dato in- actitud de los misioneros y colonizadores-
directo de la importancia de la subsistencia se desarrolladores.
trasluce en las medidas de rendimiento que apa- 34 Ivan Illich, El gnero vernculo, Obras reuni-
recen bajas para Mxico, porque Es importante das II, Mxico: Fondo de Cultura Econmica,
precisar que la estadstica oficial considera para 2008, p. 189, nota 5: Decimos que una socie-
el clculo del rendimiento, la suma del prome- dad se ha occidentalizado cuando sus insti-
dio en rendimientos de las unidades de produc- tuciones son reestructuradas en previsin del
cin que generan excedentes para el mercado y mercado, es decir de la produccin de mercan-
las de autoconsumo. Esto es responsable de que cas para satisfacer las necesidades bsicas.
el rendimiento nacional aparezca como bajo. 35 John MFarlane, Enquiries concerning the Poor, 1782.
Ver documento del Comit Nacional Sistema- 36 Edmund Burke, Thoughts and Details on Scar-
Producto Maz (CNSPM), el Consejo Nacional city, 1795.
De Productores de Maz, AC (Conaprom), y 37 Ibid.
del Consejo Regulador de la Cadena Maz Tor- 38 Joseph Townsend, Dissertation on the Poor
tilla SA de CV (CRMCMT), Logros y perspecti- Laws, 1784.
305
Declaracin de Yvapuruvu
L as semillas son obra y parte de la historia de los pueblos. Ellas fueron criadas
mediante el trabajo, la creatividad, la experimentacin y el cuidado colectivo.
A su vez, ellas fueron criando a los pueblos, permitiendo sus formas especficas de
alimentacin, de cultivar, de compartir y de desarrollar sus visiones de mundo.
Estn, por lo tanto, ntimamente ligadas a normas comunitarias, responsabilida-
des, obligaciones y derechos. Las semillas nos imponen responsabilidades que son
incluso anteriores a nuestro derecho a utilizarlas.
Las semillas son la base fundamental del sustento. Si hoy podemos nutrirnos de
la agricultura en el mundo entero, gozar de los sabores y formas de alimentacin,
sustentarnos y sustentar a la humanidad, es porque los pueblos las han cuidado,
llevado consigo y permitido su circulacin. Esa base del sustento y de la existencia
est hoy bajo ataque. El objetivo de este ataque es acabar con la agricultura cam-
pesina e indgena y especialmente con la produccin independiente de alimentos,
intentando cerrarle el futuro a la soberana alimentaria, para convertirnos en una
poblacin sin territorio, que slo puede ser mano de obra barata y dependiente. Es
un ataque que se despliega de diversas formas y mediante mecanismos mltiples.
Necesitamos enfrentar la agresin de manera integral.
Al centro ms visible del ataque a las semillas y todo lo que ellas significan est la
propiedad intelectual, cuya forma ms comn son hoy las llamadas leyes de dere-
chos de obtentor o leyes UPOV, pero que tambin incluye las leyes de certificacin,
los registros de variedades y las leyes de comercializacin. Son leyes y reglamentos
que legalizan el abuso y el despojo.
Especficamente:
Son leyes que impiden que las semillas caminen con la gente, congelan su trans-
formacin y adaptacin a los diversos territorios y las condenan a morir.
306
Reflejos
307
No toquen nuestro maz!
308
Reflejos
para evitar que el maz criollo siga siendo contaminado con maz transgnico. Al
mismo tiempo reconocemos los aos de campaa y lucha contra UPOV en Costa
Rica desde 1999, especialmente durante los aos de resistencia contra el TLC con
Estados Unidos (2004-2008).
Repudiamos las tentativas del congreso brasileo de autorizar el empleo de las
tecnologas genticas de restriccin de uso (GURTs), conocidas como tecnologas
Terminator, por presentar riesgos para la biodiversidad y la soberana alimentaria
y por la violacin que implica a los derechos de los pueblos indgenas y campesi-
nos. De hacerlo, Brasil estara violando unilateralmente un acuerdo internacional
de Naciones Unidas y abriendo as las puertas para que otros pases sean tambin
presionados para liberar esta tecnologa.
Impactados y conmovidos por la realidad de Paraguay, donde el agronegocio ha
demostrado su capacidad de destruccin y dominacin, nos solidarizamos con la lu-
cha y la resistencia del pueblo paraguayo y nos comprometemos a seguir acompaan-
do su camino y a llevar sus voces y su ejemplo a cada rincn de nuestros territorios.
Hoy damos nuestra lucha en un entorno que ha sido despolitizado desde los
mbitos del poder, que ha impuesto el desprecio por lo rural, campesino o ind-
gena, que ha ignorado los saberes y aportes de los pueblos y comunidades rurales,
mientras nos presenta el gran capital, la globalizacin y al agronegocio como nicas
alternativas. Por lo mismo, incluso muchas de las soluciones que se proponen nos
invisibilizan y destruyen o ignoran el vnculo indisoluble e irreemplazable entre
pueblos, comunidades y semillas: la nica base real de toda posibilidad efectiva de
protegerlas y garantizar su futuro. No podemos permitir que se olvide que el cui-
dado de las semillas es una de las estrategias ms antiguas de la humanidad, sin la
cual el futuro queda en entredicho. Las semillas son patrimonio de los pueblos; nos
hemos criado mutuamente y no son entes que flotan en el vaco social. Las semillas
no son cosas, ni mercancas, ni programas de computacin. No pueden circular
sin el cuidado y resguardo de pueblos y comunidades, no son un recurso abierto al
primero que acceda a ellas. En otras palabras, las semillas no pueden ser libres en
abstracto. Su libertad slo es posible gracias a los pueblos y comunidades que las
defienden y mantienen para cuidarlas y gozar de los bienes que nos brindan.
309
Agradecimientos
311
No toquen nuestro maz!
Gianni Tognoni, Salvador Torres, Nora Tzec, Madhavi Tello, Rini Templeton,
Philippe Texier, Antonio Turrent, Heber Uc, Pedro Uc B, Aitor Urkiola, Fernan-
da Vallejo, Sol Vallejo, Luis Martn Vzquez, Venustiano Vzquez Navarrete, Elas
Velazco Lpez, Germn Vlez, Rene Vellv, Monseor Ral Vera Lpez, Mateo
Vera Villa, Carlos Vicente, Luca Vicente, Nicols Villa, Vernica Villa, Miguel n-
gel Villa de la Riva, Alfredo Zepeda, Jeanne Zoundjihkpon
312
ndice
Prlogo 7
La resistencia 9
Alarma!:
Avalancha transgnica en Mxico 11
Resistencia vs OGM en Mxico
Que no toquen nuestro maz 24
Maz, soberana alimentaria, autonoma 43
El mosaico 77
Territorialidad, subsistencia y vida digna
(Colectivo por la Autonoma, Grupo ETC, GRAIN) 79
Voces vs agravios
(la sistematizacin colectiva contra el despojo y el olvido:
diversas comunidades y colectivos que presentaron agravios
ante el Tribunal Permanente de los Pueblos) 85
Nosotros cuando no hay maz nos encuentra la tristeza o la muerte
(Virgilio Hernndez Vera, de Oxeloco, Hidalgo) 127
La violencia contra la vida campesina en la regin
(Rodolfo Gonzlez Figueroa, de La Cinega, El Limn, Jalisco) 130
Los urgentes procesos para reactivar la conciencia
(Guillermo Palma, Sierra Rarmuri de Chihuahua) 134
Pennsula de Yucatn
Comunidades mayas apcolas vs el Estado mexicano 137
El gobierno no cuida nuestra semilla
(Claudio Ramrez Pascual, comunidad zapoteca de San Felipe
Cieneguilla, San Sebastin Ro Hondo, Miahuatln, Oaxaca) 145
La agroindustria y sus instalaciones
Los encantos de El Petacal
(Carla Sofa Loyo, Hugo Hernndez y Raymundo Espinoza) 147
313
No toquen nuestro maz!
Constataciones 157
Tepoztln, Morelos: dictamen de la preaudiencia
Colisin campo-ciudad
Camila Montecinos, Jean Robert, Carlos A. Vicente 159
San Luis Beltrn Oaxaca: dictamen de la preaudiencia
Contaminacin transgnica del maz nativo
(Camila Montecinos, Joel Aquino y Gustavo Esteva) 169
San Isidro, Jalisco: dictamen de la preaudiencia
Territorialidad, subsistencia y vida digna
(Fernanda Vallejo, Dora Lucy Arias, Jean Robert, Alfredo Zepeda) 184
Man, Yucatn: dictamen de la preaudiencia
Polticas de exterminio contra el pueblo maya
Tan U Xu Ulsaj K-Kustal
(Ernestina Lpez Bac, Sara Lpez, Sylvia Marcos, Gloria Muoz, Andrs
Carrasco, Ral Lugo, Luis Macas, Carlos A. Vicente) 207
Ciudad Universitaria, Distrito Federal: dictamen de la preaudiencia
Cultivos transgnicos: el caso de Mxico con nfasis en el maz
(Silvia Rodrguez, Elizabeth Bravo, Julio Muoz Rubio, Carlos A. Vicente) 213
Acatepec, Hidalgo: dictamen de la preaudiencia
Devastacin de la vida comunitaria
(Concepcin Hernndez, Mauricio Gonzlez,
Jos Guadalupe Marroqun, Abad Cruz) 227
Ciudad de Mxico: dictamen de la tercera audiencia temtica
Violencia contra el maz, la soberana alimentaria y la autonoma de los pueblos
(Philipe Texier, Andrs Carrasco, Gustavo Esteva, Marcelo Ferreira, Luis Macas, Pat
Mooney, Camila Montecinos, Jean Robert, Antoni Pigrau Sol) 238
Reflejos 273
El maz mexicano veinte aos despus
Ana de Ita 274
Solicitudes de siembra de maz genticamente modificado
en Mxico (2012-2013)
Colectivo por la Autonoma, Grupo ETC y GRAIN 276
Otro ao contra el maz transgnico
Silvia Ribeiro 282
Por un sentido comn controversial
Jean Robert 285
Declaracin de Yvapuruvu
Alianza Biodiversidad, Red por una Amrica Libre de Transgnicos
y Campaa Mundial de la Semilla Va Campesina 306
314
No toquen nuestro maz! (el sistema agroali-
mentario industrial devasta y los pueblos en
Mxico resisten) termin de imprimirse en
mayo de 2014
en los talleres de XXXXXXXXXXXXXXXX
ISBN: 978-607-7957-69-0
9 786077 957690