LEYENDAS
LEYENDAS
LEYENDAS
La fmina viuda, realizaba, por decirlos as, una hazaa heroica, pues tena que
vrselas, muchas veces, con riesgos donde poda hasta perder la vida, o por lo
menos su farol, que era su escudo y su alfanje porque en ms de una ocasin
tena que habrselas con los canes de los llanos de taita chabaco, ya que sus
muecas adquiran rasgos caricaturales y jocosos, cuando a veces a la luz de la
luna, la noche era alumbrada por sus amarillentos rayos que dejaba ver el rostro
de la herona viuda, su faz demacrada. Y cuando ella apareci al tablado de sus
andanzas, era una poca de transicin, entre la imaginacin primitiva, esto es,
cuando la lgica no haba empezado a trabajar, y la poca en que ya entraba, o
sea en la investigacin histrica y social, entr tambin la era de investigar y an
crear leyendas propiamente dichas, de carcter histrico-literario. La viuda alegra,
cuya compaa y hasta cierto punto custodia, era el farol que se adelantaba a ella
iluminndole el camino fragoso por el que transitaba, hasta entrar en su aposento,
que decan estaba ubicado en el barrio de el Vado.
EL CHUZALONGO (CUENCA)
Se dice que vive en las montaas; all se encuentran las pisadas es de tamao de
un nio de seis aos, con el cabello largo y sucu; del ombligo le sale un miembro
como un bejuco de Chuinsa.
Para que no aviente el aire de mala suerte del chuzalongo se entra a la montaa,
se rompe una rama y se marca; as no pasa nada.
Cuando esta marcado ya no ataca a nadie, es muy juguetn e inquieto y no hace
nada; pero en cambio tiene un humor malo, despus de un momento da un aire
fuerte y le deja cadver a una persona.
Cuentan los antiguos que unas muchachitas que Vivian cuidando el ganado en el
cerro se han puesto a jugar con el chuza y le encontraron chupndose la sangre
de esas nias. Se han presentado a casa dos suquitos, han salido las chicas, y les
han chupado la sangre y matado.
Cuando se acercaron a una doncella dicen que solo con el aire fuerte les mata
Parece que este sacerdote, que con hbil maniobra, colocaba sobre su solideo
parte del manteo, tan largo como sus deseos sensuales, para atemorizar al
populacho que, tarde de la noche transitaba por los barrios oscuros y solitarios, las
mas de las veces, seguanle los pasos al reverendo, hasta verlo aterrizar en los
amplios
jardines
erticos
de
su
Dulcinea.
Yo no s porque pero asegurbase que de preferencia era el Barrio de San Roque
el lugar de sus idilios. Pero, al fin, como no hay cosa que no se descubra como
deca la comadre Chepita se le identifico plenamente, y, una maana cuando las
campanas taan a maitines, algunos feligreses que concurrieron a la misa de
cinco: El pues, este taita curita ahora si esta con cabeza, mamitica, QU
MUERTE TENDRA?.Y agregaron las beatas, no se si es por celos o de gana:
Dios nos guarde y nos ampare de este SANTO SACERDOTE; y nosotros
tambin agregaremos, lo curioso del caso es que hasta ahora existen curas sin
cabeza: aleluya, aleluya...