Sartre
Sartre
Sartre
IV. SARTRE
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Historia de la filosofía contemporánea
cidar «el sentido del ser» en cuanto tal y en general. Su ontología se refugia vidad
en lo que Heidegger denominaba el plano de las «ontologías regionales»: ser ei
describe tres regiones del ser: el ser en sí, el ser para sí y el ser para otro. Pe
no pt
o biei
1. El ser en sí. en est
de Di
La clave de L'Étre et le néant se encuentra en la novela titulada creaci
La Nausee. En efecto, para Sartre, la náusea es la experiencia filosó- quiere
fica fundamental. Consiste en percibir la existencia bruta de las co- rior a
sas, su contingencia radical, su absurdidad, su facticidad, es decir, como
su presencia como puro hecho incomprensible e inexplicable. «Y des- Fií
pués tuve esta iluminación. Me cortó el aliento. Antes de estos car es
últimos tiempos no había comprendido nunca lo que significa exis- deriva
tir... He hecho la experiencia de lo absoluto: lo absoluto o lo ab- modo
surdo... Este momento fue extraordinario. Estaba ahí, inmóvil y rige el
helado, sumergido en un éxtasis horrible...» Y siguen diez páginas continj
(p. 165-178), meditación de un existencialista sobre la existencia de El ser
la raíz de un árbol, que son una obra maestra dentro del género en ten
asqueroso. Si desarrollamos en conceptos esta experiencia, obtene- gicos c
mos lo siguiente. «D,
El ser experimentado de este modo, el ser de las cosas, es de- ceno, i
nominado «en sí», pero no en el sentido kantiano del término, bien, e
sino en sentido hegeliano: es el objeto. Su descripción puede lle- En
varse a cabo rápidamente. Un solo rasgo positivo se encuentra en para e
él, a saber, la identidad consigo mismo: el ser en sí es lo que es. como s
Por medio de imágenes podrá decirse que es lleno, macizo. Los del mi
demás caracteres son negativos. hecho,
El ser en sí no es consciente, pues la conciencia es una especie «la fac
de desdoblamiento, una descompresión por la cual el ser se coloca Eli
a cierta distancia de sí mismo. El ser en sí es «opaco para sí mismo ¿Cuál <
porque, está lleno de sí mismo». No es ni activo ni pasivo, porque forma <
estas nociones sólo tienen sentido para el hombre: la actividad es hombre
la disposición de los medios en vista de un fin, y esto es lo propio mente,
de una conciencia; la pasividad es la resistencia que encuentran el muñí
nuestros proyectos. El ser en sí carece de movimiento, de devenir he veni
o de temporalidad. Pues estas nociones implican una cierta negati- es una
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Conclusión.
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