La Identidad Nacional Mexicana PDF

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MXICO

FACULTAD DE CIENCIAS POLITICAS Y SOCIALES

LA IDENTIDAD NACIONAL MEXICANA EN EL SIGLO


XXI: LOS IMPACTOS DE LA GLOBALIZACIN
CULTURAL Y SUS NUEVOS DESAFIOS.

T E S I S

QUE PARA OBTENER EL TITULO DE:


LICENCIADO EN RELACIONES INTERNACIONALES

PRESENTA
ENRIQUE CATALAN SALGADO

DIRECTOR DE TESIS: MAESTRO SAMUEL SOSA


FUENTES.

MXICO, D.F.

2008

AGRADECIMIENTOS

A mis padres, por su infinito apoyo en todo sentido.

A mis hermanos Edgar y Edith, por cuidar de m lejos de casa.

A mis tos Andrs y Marcela, y a toda su familia, porque su apoyo y


atenciones fueron fundamentales para realizar con xito mi carrera.

A mi asesor, Maestro Samuel Sosa Fuentes, a quien agradezco


profundamente su confianza y f en mi proyecto, as como su tiempo,
supervisin y valiosos comentarios para llevar a buen termino sta
investigacin.

Ah les va luego un vacile


aunque peguen tres respingos,
de cmo los mexicanos
nos vamos volviendo gringos.
Oscar Chavez. Mexican Curious.

Para contactar al autor, favor de escribir a:

[email protected]
[email protected]

LA IDENTIDAD NACIONAL MEXICANA EN EL SIGLO XXI:


LOS IMPACTOS DE LA GLOBALIZACIN CULTURAL Y SUS NUEVOS
DESAFIOS.
INTRODUCCIN................................................................................................................................ 1
1. GLOBALIZACIN, CAPITALISMO E IDENTIDAD .................................................................. 5
1.1 LA NATURALEZA DEL PROCESO DE LA GLOBALIZACIN ................................................................ 10
1.2 E L PROCESO DE GLOBALIZACIN CULTURAL ................................................................................ 19
1.3 LAS INDUSTRIAS CULTURALES ..................................................................................................... 33
1.4 E L PROCESO DE GLOBALIZACIN Y LAS IDENTIDADES NACIONALES ............................................... 48
1.4.1 Qu es la identidad nacional............................................................................................... 57
1.4.2 Cmo se construye la identidad nacional ............................................................................ 68
1.4.3
Principales referentes identitarios ................................................................................. 73
1.4.4 La identidad nacional se pierde o solamente se transforma?.............................................. 85
1.5 LA TENDENCIA HOM OGENIZANTE . HACIA UNA SOCIEDAD GLOBAL ? ............................................. 90
2. QUINES SOMOS Y POR QU SOMOS AS? ......................................................................... 97
2.1 B REVE RESEA HISTRICA DE LA CONSTRUCCIN DE LAS IDENTIDADES NACIONALES EN N UESTRA
A MRICA ....................................................................................................................................... 100
2.2 A PRECIACIONES RELEVANTES SOBRE LA IDENTIDAD NACIONAL MEXICANA AYER Y HOY:
APROXIMACIN A LAS RAZONES DEL SENTIMIENTO DE INFERIORIDAD , LA NEGACIN DEL SER Y LA
EXTRANJERIZACIN EN LA CONSTRUCCIN DE LA IDENTIDAD NACIONAL MEXICANA Y SU PRESENCIA COM O
CONSTANTE HISTRICA ..................................................................................................................... 106

3. EL IMPACTO GLOBALIZADOR EN LA IDENTIDAD NACIONAL MEXICANA ............... 131


3.1. SER O TO BE : EL IMPACTO GLOBALIZADOR EN NUESTRA LENGUA ................................................ 137
3.1.1 De lengua me como un plato: el espaol en Mxico y el sentir mexicano sobre el idioma. .. 143
3.1.2. Por qu decimos bye en vez de adis? ............................................................................ 153
3.1.3 Autodefensa lingstica: razones y fundamentos ............................................................... 167
3.2 U SOS, COSTUMBRES Y TRADICIONES: DE CMO SANTA C LAUS LE ROBA LA CHAMBA A LOS R EYES
M AGOS, Y OTROS CUENTOS............................................................................................................. 182
3.2.1 Perdida de tradiciones nacionales debido al impacto global.............................................. 185
3.2.2 La comida mexicana, su papel identitario y el nuevo condimento con sabor a globalidad. . 193
3.2.3 La crisis de la artesana mexicana y la agona del artesanado: un baluarte de identidad que
se desvanece en el aire. ............................................................................................................. 205
3.3 SMBOLOS NACIONALES: LOS TEMPLOS, PALACIOS Y TORRES SE DERRUMBAN CON HORRIDO
ESTRUENDO , PERO NADIE RECUERDA A LOS HROES DE LA PATRIA .................................................... 209
3.3.1 Reflexiones en torno a la Bandera, el Escudo y el Himno nacional bajo el impacto global y la
nueva era. ................................................................................................................................. 211
3.3.2 Quin recuerda a los hroes de la patria? Ni Disney ni San Valentn declararon la
Independencia nacional............................................................................................................. 241
3.4. LA RELIGIN: N O ESTOY YO AQU QUE SOY TU MADRE ?. E L GUADALUPANISM O COMO REFERENTE
IDENTITARIO AYER Y HOY . .............................................................................................................. 248
CONCLUSIONES ............................................................................................................................ 256
BIBLIOGRAFA.............................................................................................................................. 265

Introduccin
Cuando Mxico se incorpora a los procesos de un mundo global, lo cual implica no slo
la apertura de nuestros mercados y economa nacional, sino la llegada de valores
culturales e ideolgicos transnacionales que empiezan a predominar sobre los valores,
costumbres e ideologa nacionales, inicia una afectacin cultural, producindose as un
conflicto identitario que deriva cada da en la prdida de nuestra identidad y cultura
nacional.

Este es un problema actual que cobra cada vez ms importancia, ya desde fines del
siglo pasado, cuando la globalizacin irrumpi culturalmente en los pases menos
desarrollados -principalmente con la expansin del American way of life como ideal de
vida- los problemas como transculturacin y aculturacin fueron materia de un gran
debate, investigacin y produccin acadmica, y particularmente, de gran preocupacin
de la sociedad mundial, mas no as de los pases hegemnicos, que promovan entonces
como ahora un mundo homogneo acorde con su ideologa, y por supuesto, con sus
intereses econmicos, financieros y comerciales de potencia.

En este sentido, la presente investigacin se propone demostrar, mediante una


revisin histrica y un anlisis crtico concreto, la siguiente hiptesis general: el proceso
de homogenizacin cultural derivado de la globalizacin, que se manifiesta a nivel
mundial principalmente a travs de las industrias culturales transnacionales, est
modificando y deteriorando intencionalmente los principales elementos constituyentes
de la identidad nacional mexicana y de otros pases en vas de desarrollo, de tal forma
que nuestra sociedad est siendo desarraigada de nuestro pasado histrico comn y
otros vnculos identitarios compartidos para integrarnos en una pretendida sociedad
global, cuyos principios e ideologa no corresponden ni benefician a la nacin mexicana
y a su gran riqueza histrica cultural propia y autnoma, sino que tiene por objetivo
explotarla econmicamente mediante un proceso ideolgico y comercial de las
industrias culturales que produce un control socio-cultural y afecta claramente a la
identidad y cultura mexicana.

La relevancia de la investigacin propuesta, radica en que se parte de una visin


actual sobre el impacto del proceso de la globalizacin planetaria en la identidad

2
nacional mexicana, y porque un anlisis desde la perspectiva de la dimensin cultural de
la Relaciones Internacionales es, sin lugar a dudas, una aportacin importante al revisar
holisticamente los elementos identitarios mexicanos y su situacin actual en la
interaccin del sistema mundial y en la era global.

Hacer un estudio puntual del estado en que se encuentra cada uno de nuestros
principales referentes identitarios y el deterioro que han sufrido ante la dinmica
internacional de la globalizacin cultural, no solamente contribuye a incrementar los
conocimientos que tenemos sobre este proceso de homogeneizacin mundial y la forma
en que Mxico ha reaccionado en ante l, sino que el resultado de la investigacin
permitir a posteriores estudiosos e inclusive a la clase poltica del pas desarrollar
programas y tomar acciones a favor de preservar la identidad nacional mexicana.

Nuestra lengua, nuestro pasado comn, nuestros usos, costumbres y tradiciones,


nuestros smbolos patrios e incluso nuestra religin, son todos elementos que nos
definen como mexicanos, y cada uno de ellos en mayor o menor medida ha sufrido
transformaciones negativas debido al impacto global de los procesos de globalizacin
econmica-financiera.

Por ello, es de gran relevancia entender el complicado proceso de deculturacin,


aculturacin y transculturacin que estamos viviendo de forma que podamos hacerle
frente de forma efectiva y constructiva y salvaguardar de esta forma nuestra identidad
nacional, que es el timn que orienta nuestro camino y existencia en el inmenso mar de
nuestra historia en el mundo, como apunta Heinz Dieterich, la capacidad
latinoamericana y de cada uno de sus pueblos para determinar su propio destino
depende de su identidad, es decir, de la comprensin de las tres dimensiones de nuestro
ser concreto dentro del continuo: pasado-presente-porvenir. La identidad es lo que
confiere al cambio como gua conductor de los parmetros del punto de partida,
mientras que el cambio le permite a esos parmetros su perduracin en el tiempo y el
espacio.1 Debemos luchar por la defensa de la identidad nacional, para que las
generaciones futuras puedan decir junto con nosotros: Mxico vive, somos Mxico.

Heinz Dieterich. Identidad nacional y globalizacin. La tercera va. Crisis en las Ciencias Sociales,
Editorial Nuestro Tiempo. Mxico. 2000 p.152. En otras palabras, este planteamiento de Dieterich
significa que la identidad est evidentemente sujeta a evolucin, pero que esta evolucin se realiza

Debemos salvaguardar la identidad nacional mexicana, que se ha visto desplazada


y destruida por las dinmicas capitalistas del mundo global con el fin de que el EstadoNacin no pierda su fortaleza y tenga capacidad de accin, pero como bien menciona
Abelardo Villegas, no se trata de tomar las armas y luchar contra un invasor, sino de
tomar conciencia, en primer termino, de que hemos perdido control de nuestro proyecto
histrico como nacin. 2

No debe permitirse que en Mxico se pierda la identidad nacional ni cada uno de


sus elementos, ya que no solamente constituyen un importante valuarte cultural, sino
que una identidad nacional arraigada y bien definida, tal como se ha destacado da
fortaleza al Estado-Nacin y contribuye a no ser victimas de la explotacin de aquellos
pases y empresas que ostentan dinero y poder, y que pretenden precisamente
desarraigarnos de nuestra filiacin y ethos nacional para dominarnos. Es nuestro deber
rescatar y reforzar las fronteras culturales de Mxico, nuestro espacio, para impedir la
dominacin ideolgica confrontndola con una bien definida identidad nacional.

La identidad propia nos conduce, la identidad global o la perdida de identidad


nacional, dejar que otros nos conduzcan, y eso es algo que no podemos permitir como
la nacin independiente, libre y soberana que es Mxico.

En este sentido, la presente investigacin se encuentra dividida en tres captulos


que nos ayudarn a comprender el problema planteado.

En el primer capitulo se hace una revisin crtica del proceso de globalizacin, su


naturaleza capitalista y su relacin con la cultura y las identidades nacionales,
igualmente se define a la identidad nacional y sus elementos constituyentes para poder
comprender la forma en que la globalizacin la altera y nos conduce a una pretendida
sociedad global.

En el segundo capitulo, se realiza una aproximacin histrica a la forma en que se


ha constituido la identidad nacional mexicana, para poder determinar de forma objetiva
siempre tomando en cuenta los orgenes, de esta forma, al evolucionar no se pierden las races, ya que la
transformacin tiene base directa en ellas.
2
Abelardo Villegas. El pensamiento Mexicano en el siglo XX. Mxico, FCE. 1993. p. 228.

4
quienes somos los mexicanos y por qu somos as. Esta aproximacin es importante
porque nos permite conocer las tendencias histricas de la identidad nacional mexicana
y su reaccin al medio interno y externo, ayudndonos a comprender la reaccin que se
esperara del pas ante una invasin cultural como la que promueve la globalizacin.

Finalmente, en el capitulo tres hacemos un anlisis crtico concreto de la forma en


que la globalizacin econmica y cultural ha afectado cada uno de los pilares
fundamentales sobre los que descansa la identidad nacional y que nos hacen sentirnos
parte de una misma nacin, para ello realizamos una revisin terica pero tambin
aproximaciones empricas a la problemtica, apoyndonos en cifras estadsticas,
encuestas y muestras de artes plsticas y literarias, para determinar la magnitud en que
la globalizacin ha impactado negativamente cada uno de ellos, demostrar la existencia
de la amenaza a la identidad nacional mexicana y poder evaluar objetivamente su actual
situacin en el mundo globalizado de hoy.

5
Quienes expresan los intereses del capital (tambin a travs de sus organizaciones polticas y
militares) sostienen que la globalidad debe imponerse a las reivindicaciones locales como muestra
concluyente de la modernidad. Tal ha sido histricamente la postura intransigente de Occidente.
Habra surgido as un nuevo imperialismo de la globalidad en nombre del progreso y la modernidad. 3
Vctor Flores Olea

1. Globalizacin, Capitalismo e Identidad


El termino globalizacin, aunque conceptualmente puede aplicarse desde el siglo XVI
con los grandes viajes europeos y los descubrimientos de nuevos mundos, debido a los
cuales se origina un intercambio comercial mundial, ha sido utilizado mayormente
desde hace casi 30 aos para referirse a una inmensa cantidad de dinmicas en el
escenario internacional, y aunque sus orgenes son meramente econmicos, la palabra
globalizacin se usa tambin para referirse a las complejas dinmicas sociales, polticas
y culturales del mundo actual.

Este uso indiscriminado y casi indefinido o totalizante del concepto de


globalizacin, al cual se le atribuyen tambin elementos extraordinarios que la
convierten en la panacea de cualquier proceso o problemtica mundial, nos orilla a
buscar una definicin conceptual que, haciendo una revisin histrica de sus causas
inmediatas y fundamentales as como sus implicaciones en otros mbitos, nos permita
definirla y sustentarla no como un todo absoluto, sino como una construccin terica
que fue diseada en un momento clave para explicar de manera conveniente a la
ideologa neoliberal el nuevo proceso que se manifiesta en el mundo y en el que todo
est interconectado, consolidando as el concepto como discurso y herramienta de
dominacin, usndolo como una verdad incuestionable, natural, lgica y necesaria que
todos deben adoptar y seguir; esta aproximacin conceptual servir para establecer las
relaciones entre el sujeto globalizacin- y el objeto identidad nacional mexicana- de
nuestro caso de estudio as como la relacin no siempre evidente entre globalizacin,
capitalismo e identidad, relaciones trascendentes puesto que solo mediante ellas puede
hacerse patente y comprenderse la forma en que este proceso mundial afecta las culturas
locales y deteriora las identidades nacionales como ocurre en el caso de Mxico. Estas
definiciones son importantes para no caer en el error de usar los vocablos sin un pleno
conocimiento de su contenido, y es que los mismos conceptos si son mal utilizados
3

Vctor Flores Olea. Dialctica aldea local-aldea global. En Mxico en la aldea global. Ral Corral y
Alfredo Rojas Daz-Durn. UAM. 2002. p.107.

6
permiten el engao masivo de los pueblos para su dominacin, el caso del concepto de
globalizacin es particularmente ejemplar porque se ha pretendido usarlo en todos lo
sentidos segn la conveniencia del momento y los actores involucrados para convencer
de sus beneficios a las naciones, aun cuando los verdaderos beneficiados son una
minora muy selecta e identificada
el proceso de asimilacin cultural, del contenido de las categoras que
nombran los nuevos fenmenos, tiene una temporalidad directamente
vinculada al manejo ideolgico y de las necesidades tcnicas y los intereses
particulares de los actores en la interaccin social. () El primer cambio
conceptual en el discurso es en principio nominal, el cambio se menciona a
travs de un neologismo, que en el uso corriente del lenguaje poltico se
vuelve adjetivo, al que no se le da el contenido de una categora analtica. Se
dice lo nuevo, pero en realidad no se le nombra, el discurso poltico-coloquial
es, en la mayora de los casos, hueco y nominal, hasta que el contenido de la
categora con la que se designan los elementos generales y constitutivos del
cambio social, se asienta en el horizonte conceptual del imaginario colectivo.
Este hecho cultural ocurre con bastante frecuencia en la historia, el
reduccionismo nominal que hacen los actores polticos de las categoras
sociales, se reitera hoy con las categoras de la globalidad. Esta, forma parte
del uso corriente de los discursos y aparece como el elemento reiterado para
calificar las condiciones sociales actuales y sobre las cuales los polticos han
perdido el control.4
Con estas bases tericas, es fcil entender por qu en pases como el nuestro
absolutamente todos hablan de la globalizacin e incluso la argumentan en sus plticas
cotidianas pero realmente pocos pueden hacer una construccin terica de sus
caractersticas, estructura y funcionamiento, que realmente ayude a explicar las
problemticas desde una perspectiva global.

La globalizacin y muchos de sus derivados o similares, que en repetidas


ocasiones se usan como sinnimos sin que necesariamente lo sean globalizacin,
globalidad, mundializacin, universalizacin- son de hecho procesos ms indefinidos
que definidos en el imaginario social colectivo, y que se han manejado someramente por
la clase poltica nacional para justificar sus acciones e inacciones, y por la poltica
hegemnica internacional para instaurar una ideologa de cambio que sustentada en la
ignorancia de las implicaciones que engloban esos trminos pueda convencer a los
pases de adoptar polticas nada convenientes a su desarrollo pero altamente redituables
4

Ricardo Pozas Horcacitas. Los nudos del tiempo. La modernidad desbordada. Siglo XXI. UNAM. 2006,
p.93

7
para las potencias, el desconocimiento de conceptos y procesos permite la esclavitud de
individuos y sociedades, el conocimiento es poder, y en consecuencia, la ignorancia de
los dbiles es la fuerza de los poderosos5 . Que el concepto de globalizacin se usa con
desconocimiento y superficialmente, es algo tangible puesto que
la globalidad es actualmente un vocablo irrenunciable que hace aparecer al
poltico como un personaje actualizado y capaz de caracterizar, ante la opinin
publica, que se encuentra en la misma situacin de desconocimiento que l, la
sociedad en la que despliega su actividad de poder y frente a la cual promete
soluciones a los problemas.6

Pasando pues a nuestro estudio y como una aproximacin general, entendemos


que este proceso llamado globalizacin surge con las tecnologas de la informacin que
permiten un flujo incesante e inmediato de transacciones comerciales y financieras as
como una distribucin expedita y masiva de todo tipo de informacin, cohesionando as
al mundo entero mediante una extraordinaria reduccin del tiempo y las distancias, al
grado de concebir al mundo como una aldea global.7 El tema de la globalizacin,
adems, tuvo un impulso importantsimo con la cada del bloque sovitico socialista que
deriv en la internacionalizacin de la economa capitalista y la consecuente apertura de
mercados.

No obstante la definicin y antecedentes dados, es muy importante mencionar que


la globalizacin es un proceso an en debate, su existencia no est en duda, pero no hay
consenso sobre su contenido y condicin especifica, mucho ms en la medida en que se
confronta y compara a la no menos aludida modernidad en que vivimos.
Modernidad y globalizacin constituyen procesos no decantados y an en
debate. () La recurrente presencia de ambas categoras en los discursos de
poder, convertidas en referentes retricos que adjetivan los hechos del mundo,
da prueba de la polivalencia de sus contenidos y de la diversidad de sus usos8

No por nada, los tres lemas del INSOG, el partido nico descrito en la novela 1984 de Orwell, se
sustentan en una tergiversacin radical de los conceptos que podran conducir a la liberacin: La guerra
es la paz; la libertad es la esclavitud; la ignorancia es la fuerza. George Orwell. 1984. Mestas Ediciones.
2004. p. 17
6
Ricardo Pozas Horcacitas. Los nudos del tiempo. La modernidad desbordada. Op. Cit. p.94
7
El trmino aldea global, acuado por Marshall McLuhan, hace referencia a cmo la presencia y
utilizacin de los medios de comunicacin tiene efectos sobre la forma en que los hombres interactan
entre si y conciben el mundo. Es decir, un concepto que evoca la interconectividad humana a escala
global.
8
Ricardo Pozas Horcacitas. Los nudos del tiempo. La modernidad desbordada. Op. Cit. p.7

8
Dentro de esta polivalencia conceptual, actualmente se ha considerado a la
globalizacin como la ultima fase del capitalismo9 , aludindole incluso el sobrenombre
de la postmodernidad y estableciendo engaosamente con la concrecin del proceso
globalizador el llamado fin de la historia10 .

La historia podra terminar, pero ese hecho aun no se concreta, est en proceso, la
amenaza existe, porque dentro de las dinmicas globales se induce y fomenta una
homogenizacin cultural que facilita la expansin econmica mediante la uniformacin
de gustos y estilos de vida, lo que se logra difundiendo e implantando el llamado
american way of life como un ideal indiscutible y absolutamente deseable, se trata de la
verdad totalizadora y etnocentrista de occidente que busca hacer el mundo a su
imagen y semejanza y que utiliza a la globalizacin para alcanzar este objetivo, puesto
que
la integracin al mercado mundial implicaba tambin la subordinacin a una
forma especifica de vida y de produccin. En la formacin social capitalista no
bastan la mera integracin a las cadenas globales de circulacin ni la conquista
militar y la influencia sobre otras culturas; al mismo tiempo se pretende
modificar las formas sociales. La subsuncin real al capital, de la que
hablaba Marx, modifica el trabajo y las relaciones laborales, el tipo de
innovaciones tcnicas, las relaciones polticas de poder y la relacin entre la
poltica y la economa, la cultura, el arte y la esttica, as como, en una medida
muy importante, la naturaleza y la relacin de la sociedad con esta11
No hay duda de que mediante un deterioro cultural e identitario es posible
profundizar y asegurar la dominacin econmica, poltica e ideolgica de los pueblos,
as, es un hecho que la globalizacin originariamente econmica, hoy es la herramienta
que trastorna los aspectos y los valores culturales de las naciones del mundo en favor de
una homogenizacin que beneficie la reproduccin ampliada del capital.

Sin embargo Lenin, en un lejano 1916, desarrollaba el concepto de imperialismo como la fase superior
del capitalismo, hoy en da tericos como James Petras sostienen que globalizacin es en realidad el
nombre clave para llamar al imperialismo. (Cfr. V.I. Lenin. Imperialismo, Fase superior del Capitalismo.
Ensayo popular. y Cfr. James Petras El imperialismo en el siglo XXI. La globalizacin desenmascarada.
Ed. Miguel ngel Porrua. 2002).
10
Francis Fukuyama, sostiene en su ensayo titulado El fin de la historia que la imposicin y triunfo de
la idea occidental termina con la evolucin ideolgica de la humanidad, universalizando la democracia
liberal y eliminando la posibilidad de sistemas y pensamientos alternativos al liberalismo occidental.
11
Noam Chomsky. Los limites de la globalizacin. Ed. Agapea. 2002. P.12

9
"La universalizacin se est perdiendo a causa de la globalizacin12 . La
globalizacin de los intercambios est poniendo fin a la universalizacin de los
valores. Esto marca el triunfo de un pensamiento uniforme sobre uno
universal. Lo que est globalizado, primero y con preferencia es el mercado, el
incremento de intercambios y toda clase de productos, el perpetuo flujo del
dinero. Culturalmente, la globalizacin da pie a una promiscuidad de actitudes
y valores, de hecho como un tipo de pornografa.() Desde la perspectiva del
poder global (al igual que los fundamentalistas en sus creencias como una
ortodoxia religiosa), cualquier forma de diferencia o singularidad es hereja.
Las fuerzas singulares solo tienen la opcin de unirse al sistema global (por
voluntad o a la fuerza) o perecer. La misin de Occidente (o mejor dicho el
occidente idealizado, puesto que hace mucho perdi sus propios valores) es
usar todos los medios posibles para subyugar todas las culturas a el brutal
principio de equivalencia cultural.13
Una crtica correcta debe contemplar el problema desde su causa y no limitarse al
estudio de las consecuencias. Por eso, ya hemos empezado a observar que la
globalizacin es desde sus inicios un proceso creado y dirigido para beneficiar el
comercio de las grandes potencias modificando la cosmovisin de los pueblos con el
apoyo de las industrias culturales de esos pases y las reformas a estructuras identitarias
de carcter trascendente como el sistema educativo nacional-, con la intensin ultima
de construir en el mundo una sociedad global culturalmente unificada, por lo que en
Mxico se presenta la necesidad de fortalecer nuestra identidad ante la potencial
amenaza de su perdida.

12

El filosofo y critico social francs Jean Baudrillard, autor del texto, entiende por universalizacin
aquello relacionado con los derechos humanos, la libertad, la cultura, la democracia, y en fin, con todo
valor humano. Mientras que la globalizacin tiene que ver con la tecnologa, el mercado, el turismo y la
informacin. (Cfr. Jean Baudrillard. The violence of the global. Disponible en lnea en
http://www.ctheory.net/articles.aspx?id=385)
13
Universalization is vanishing because of globalization. The globalization of exchanges puts an end to
the universalization of values. This marks the triumph of a unifor thought over a universal one. What is
globalized is first and foremost the market, the profusion of exchanges and of all sorts of products, the
perpetual flow of money. Culturally, globalization gives way to a promiscuity of signs and values, to a
form of pornography in fact. () From the perspective of global power (as fundamentalist in its beliefs
as any religious ortodoxy), any mode of difference and singularity is heresy. Singular forces only have the
choice of joining the global system (by will or by force) or perishing. The mission of the West (or rather
the former West, since it lost its own values a long time ago) is to use all aviailable means to subjugat e
every culture to the brutal principle of cultural equivalence. Jean Baudrillard. The violence of the global.
Op. Cit.

10

1.1 La naturaleza del proceso de la globalizacin


En una visin general, la globalizacin es entendida como el proceso de
internacionalizacin econmica que busca incrementar el flujo de los capitales y
mercancas apoyada fundamentalmente en el avance tecnolgico. Es importante sealar
que por su naturaleza meramente econmica la globalizacin no es nueva, la
observamos en el periodo post-renacentista con los descubrimientos de nuevos
territorios y el establecimiento de colonias que permitan a las metrpolis explotar los
recursos pero tambin llevar su produccin a otras tierras, as la globalizacin como
proceso econmico cobr nuevo impulso con la revolucin industrial de 1848 que no
solamente permiti incrementar la capacidad de produccin de todos los bienes pasando
de la manufactura a procedimientos industrializados de produccin sino que acort la
dimensin del mundo mediante la serie de avances realizados en las comunicaciones,
como lo fue el barco de vapor y mucho ms el ferrocarril, smbolo del desarrollo de la
poca e incuestionable catalizador del comercio mundial y las comunicaciones en aquel
entonces.

Podramos decir que es en el siglo XX cuando se consolida la globalizacin puesto


que adquiere una nueva dimensin nunca antes vista gracias al desarrollo de las nuevas
tecnologas en las telecomunicaciones y la informtica y al auge del capital financiero,
ya que ambos permiten invertir grandes sumas de capitales de forma virtual sin la
necesidad de estar fsicamente en el lugar, lo que aceler el flujo de las transacciones a
escala mundial.

Por otra parte, si la globalizacin busca desde sus orgenes la internacionalizacin


econmica, es para poder movilizar fuera de los territorios de las potencias mercancas y
capitales. John-Saxe Fernndez explica que la globalizacin en este sentido tuvo su
origen en las crisis de sobreproduccin de Inglaterra y Estados Unidos desde el siglo
XIX, en el que ya se vea la necesidad de ampliar sus reas de comercio exterior debido
a la sobreproduccin en sus economas locales, posteriormente

11
el problema de la sobrecapacidad en el contexto de creciente competitividad
entre principales economas capitalistas se transform rpidamente en uno de
los incentivos centrales para la expansin comercial hemisfrica y global14
Observamos pues, que el fenmeno de la globalizacin surge de esta necesidad de
nuevos mercados para colocar los productos excedentes de las potencias, lo cual le
adhiere al concepto de forma incuestionable una naturaleza econmica capitalista y
liberal, porque era necesaria la apertura de los mercados de ultramar para ubicar estos
excesos productivos, y en consecuencia era indispensable implantar este modelo
econmico como la panacea que permitira el desarrollo del mundo, nada fue ms
favorable para implantar esta ideologa que el derrumbamiento del bloque sovitico,
usado hasta el cansancio en el discurso oficial para demostrar la inviabilidad de un
sistema alternativo y la necesidad de uniformar las economas del mundo a un sistema
de libre mercado, sin embargo en la revisin histrica y contempornea es evidente que
las potencias que se proclaman como los lideres neoliberales son los que ms ejercen un
sistema de proteccionismo e intervensionismo estatal en sus economas, no solamente al
interior de sus territorios, lo que se manifiesta en subsidios y beneficios sociales a su
poblacin, sino al exterior promoviendo normas internacionales y recomendaciones
econmicas que deben ser acatadas por el resto de los pases para beneficio de las
potencias.
La visin hegemnica est dispuesta a tolerar que Estados Unidos infrinja la
soberana de otros Estados, pero insiste en proteger la suya en todos los
aspectos. El gigante americano desea ser el nico agente manipulador de la
situacin."15
Esta dinmica econmica desigual, a todas vistas impuesta y leonina, ha
demostrado a 25 aos de su realizacin que no constituye una va para el desarrollo
global16 , y que las promesas de crecimiento econmico y desarrollo son solamente
validas para quienes lideran el proyecto econmico neoliberal y que logran mantenerse

14

John Saxe-Fernandez. En torno a la globalizacin latinoamericana. En Mxico en la aldea global.


Ral Corral y Alfredo Rojas Daz-Durn. UAM 2002. p. 75
15
George Soros. Globalizacin. Ed. Planeta 2002. p. 197-198.
16
Joseph Stiglitz, premio nbel de economa de 2001 y especialmente importante por haber sido primer
vicepresidente del Banco Mundial, en su obra Malestar en la globalizacin hace una revisin crtica
sobre la globalizacin y las consecuencias inhumanas de las polticas financieras que se imponen
mediante organismos como el FMI, que son los puestos de avanzada creados para trastornar las
economas locales segn los intereses y necesidades del gran capital, lo cual logran mediante cartas de
intensin y recomendaciones econmicas. Tambin Henry Veltmeyer y James Petras en su conocida
obra conjunta El imperialismo en el siglo XXI. La globalizacin desenmascarada, hacen nfasis en que la
llamada globalizacin es en realidad un imperialismo, que no contribuye al desarrollo econmico mundial
sino a la explotacin econmica del mundo por las grandes potencias, como un neocolonialismo.

12
como las principales potencias econmicas gracias a la explotacin comercial
desmedida del resto de los pases del mundo explotacin que es posible gracias a que
se sigue el modelo econmico impuesto y controlado mediante organismos financieros
como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial-, y que deforma nuestro
desarrollo porque importamos esos lineamientos que no se llevan a cabo en los pases
que los crean y difunden, ya que en los pases que se autoproclaman desarrollados17
prevalece el proteccionismo, mismo que se prohbe a los pases a quienes irnicamente
se les llama subdesarrollados cuando es el modelo capitalista neoliberal el que los
mantiene en ese estado para poder continuar con el saqueo econmico que deriva de la
dependencia comercial y los intercambios desiguales.

El capitalismo conlleva una hegemona que se ha expresado en diferentes


formas: es competitivo, monopolista, de Estado tardo, imperialista, salvaje,
etctera. Tambin se interrelaciona en una serie de niveles hegemnicos, como
en lo poltico, lo cultural, militar, econmico. Pero esta arquitectura tan
compleja ha beneficiado como nunca antes a una selecta minora, beneficiando
mediocremente a una clase media que en el centro es mayora y en la periferia
minora; mientras que 200 aos de Modernidad han dejado a los marginados
en niveles parecidos a la Edad Media, pero con televisin. 18
La globalizacin, como se ha empezado a comprobar, es en realidad una
construccin terica elaborada por los dueos del capital mundial para incrementar su
participacin en los mercados y sus ganancias, se quiere hacer creer que se trata de
generar un mercado mundial abierto, pero lo cierto es que la inmensa mayora de las
operaciones comerciales se realiza entre los pases desarrollados o mediante comercio
intrafirmas de las corporaciones transnacionales.

En consecuencia, el proceso de globalizacin influy en las dinmicas polticas y


sociales para adaptar a las sociedades tradicionalmente cerradas en el mbito soberano y
territorial de los Estados-Nacin a este esquema de interrelacin y libre flujo econmico
mundial, as como tambin para promover el consumo masivo e irracional de los
productos superfluos de las grandes empresas comerciales mediante la influencia
17

Utilizamos el termino autoproclamacin, ya que el desarrollo debe partir de las necesidades y


condiciones especificas del sujeto individual o colectivo, y a distintas necesidades distintos desarrollos
aptos para cada uno lo que acadmicamente se ha llamado desarrollo endgeno-. La idea de que unos
pases son subdesarrollados porque no son como las potencias y que todos sus esfuerzos deben
encaminarse a ser como ellos, es una concepcin absurda, etnocntrica e imperialista, ya que el desarrollo
no se basa en la imitacin, sino en la satisfaccin de necesidades encaminadas a la plena felicidad.
18
Alfredo Rojas Daz-Durn. Otro milenio de esperanza. En Mxico en la aldea global. Op.Cit. p. 265

13
ideolgica y la trastocacin de conceptos como desarrollo, bienestar, e incluso la
alteracin misma al interior de las naciones de la idea de status, respeto, cohesin y
solidaridad social de sus habitantes, originando as una autentica disolucin nacional
que se est haciendo mediante la promocin del individualismo (consigna capitalista) en
vez de la conciencia social colectiva y que se ve manifestada en la inmensa apata de la
poblacin por los problemas nacionales-.

Hoy es observable y medible que de las promesas de bienestar social que la


globalizacin ofreca pocas o ninguna se han realizado, puesto que en los pases que se
integraron a la dinmica de la globalizacin no hay las condiciones que el proceso dice
promover: no existe una interdependencia simtrica de las naciones, la naturaleza
compartida de las economas, la mutualidad de intereses, o beneficios compartidos de
sus intercambios, lo cual evidencia el engao masivo que se realiz en los pases
subdesarrollados a travs de esta construccin terica y resalta que en todos ellos se
distinguen rasgos caractersticos de un sistema de dominio imperialista que James
Petras explica como la dominacin y explotacin por los estados imperiales, por las
corporaciones y bancos multinacionales hacia los pases menos desarrollados y hacia las
clases trabajadoras19 .

Es muy evidente, por el contrario, la profundizacin del malestar social a escala


global: los pobres son cada vez ms pobres y los ricos cada vez ms ricos20 , se eliminan
los derechos ms bsicos del hombre en beneficio y a nombre del capital en nuestro
pas, por ejemplo los repetidos intentos de privatizar el sector salud y la educacin
nacional- se incrementan las horas laborales bajo la lgica de la productividad y la
eficiencia pero se trabaja ms ganando menos, y en fin, se manifiesta en todo el

19

James Petras. La globalizacin desenmascarada. El imperialismo del siglo XXI. Mxico. Ed. Porra.
2003. p. 36
20
Desde 1982, ao en que Mxico adopta las polticas neoliberales y con ello se integra en la
globalizacin, y mucho ms especialmente a partir de la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio
en 1994, hemos visto como al interior de nuestras fronteras se agudizan estas contradicciones: el segundo
hombre ms rico del mundo cohabita en un pas con 70 millones de pobres y, por otro lado, el Producto
Interno Bruto de toda la nacin producido por 105 millones de habitantes en un ao, no se asemeja a la
cuarta parte de su fortuna personal. Nuestra clase media se encuentra en proceso de desaparicin porque
cada vez es ms difcil sostener una buena calidad de vida, conseguir un empleo digno y bien remunerado
asi como comprar a precios justos muchas de nuestras tarifas y costos, por ejemplo las comisiones
bancarias y tarifas telefnicas, son de las ms elevadas del planeta, a pesar de que la globalizacin y el
libre mercado prometen abaratar costos debido a la competencia, lo cual viene a demostrar, nuevamente,
que se trata en realidad de un sistema de explotacin-

14
mundo una pauperizacin y explotacin de la clase laboral como nunca antes se haba
visto en la historia,
en vez de arribar al paraso prometido de grandes progresos y beneficios, las
victimas de este macrofraudulento proyecto poltico-econmico (la
globalizacin) ven reproducir, e incluso acentuar, la explotacin y opresin a
la que han sido sometidos sus pueblos desde hace cientos de aos, En vez de
prosperidad e inclusin, a la fecha ms de tres mil millones de personas (la
mitad de la poblacin mundial) se hallan en condicin de pobreza, mil
millones sin educacin, mil millones sin acceso a agua potable y servicios de
salud y algunas ms en la peor de las agonas por inanicin, marginacin y
exclusin social. Y es que la economa, entendida como la pertinente
organizacin de los recursos productivos con arreglo al cubrimiento de las
necesidades materiales y culturales de las personas, es decir, orientada a la
reproduccin de la vida humana, se encuentra secuestrada por la camarilla de
oligarcas financiero-industriales y polticos corruptos que ve en la crematstica
su nico designio21
En suma, la globalizacin resulta ser un proceso de carcter antisocial, lacerante,
opresora, abusiva y totalmente contraria a las funciones histricas que representa el
Estado-Nacin, deteriorando en todo sentido la economa y estructura social de las
naciones modificando los referentes a la soberana y la intervencin del Estado como
regulador econmico, quebrantando su funcin tradicional de garante del beneficio
social. En este sentido, tericos como Jean Baudrillard y tambin movimientos como el
EZLN en Mxico por ejemplo, identifican a la globalizacin como la cuarta guerra
mundial, que es la globalizacin triunfante enfrentada a s misma. Nos hemos
encaminado a travs de las guerras a un orden mundial nico dice Baudrillard- que
hoy a llegado virtualmente a su consumacin. Un orden que se encuentra enfrentado a
las fuerzas antagnicas diseminadas en el corazn mismo de lo mundial, en todas sus
convulsiones actuales. Se trata de la resistencia del mundo ante la globalizacin22 .
S, es la globalizacin contra s misma: individuos que se han percatado de
los males de la globalidad gracias a los bienes de la globalidad, aislacionistas
que se organizan por internet. [] El internacionalismo proletario y el
cosmopolitismo burgus se estn encontrando donde nunca se lo imaginaron:
en una red que democratiza el elitismo23

21

Luis J. lvarez Lozano. Un mundo sin trabajo. Ed. Drada. Segunda Edicin, Marzo 2004. p.7
Cfr. Jean Baudrillard, "El espritu del terrorismo", en la revista Fractal n 24, enero-marzo, 2002, ao
6, volumen VII, pp. 53-70.
23
Dr. Agustn Basave Benitez. un globo de bienestar?. En la revista Nueva visin socialdemcrata.
Nmeros 3 y 4. Enero a Julio de 2006. Fundacin por la social democracia de las Amricas, A.C. p. 54.
22

15
La globalizacin del capital -sostiene el Subcomandante Marcos- destruy las
fronteras nacionales y reacomod el mundo, permitiendo que la lgica del mercado
determine las relaciones internacionales as como las que suceden al interior de los
moribundos Estados-Nacin, esconde detrs de una imagen inocente un sistema de
explotacin, despojo, represin y desprecio, el imperialismo habr cambiado su manera
de guerrear, pero el amo sigue siendo el capital y su emperador vitalicio el capital
financiero.24

En esta cuarta guerra mundial hay un proceso de descomposicin

internacional porque el neoliberalismo, la globalizacin econmica, trata de eliminar a


la mayor parte de la poblacin no productiva, es decir los grupos llamados
minoritarios, que a la hora de hacer las operaciones matemticas nos damos cuenta de
que son la inmensa mayora de la poblacin mundial, encontrndonos as con un
sistema mundial, una globalizacin, que est dispuesto a sacrificar millones de seres
humanos. 25
En el proceso de globalizacin econmica, las naciones del llamado Tercer
Mundo parecen campos de batalla. Todo se encuentra a favor de empresas
multinacionales, los gobiernos promueven una serie de acuerdos comerciales
para fomentar el libre intercambio y, lo peor del caso, en detrimento de sus
economas internas soslayando carencias y desigualdades. Es decir, en estricto
sentido, ceden la soberana del pas en perjuicio de las mayoras y slo con el
amplio beneficio de unos cuantos, homogeneizando los estilos de vida sin
ningn respeto a las diversidades culturales de cada localidad y violentando
sus derechos humanos. 26
Bajo estos argumentos y retomando las ideas de Jean Baudrillard sobre la cuarta
guerra mundial, queda evidenciado que la globalizacin que promete libertad, bienestar,
felicidad y derechos es solamente propaganda, la globalizacin como el colonialismo
est basada en una inmensa violencia, crea ms victimas que beneficiarios incluso
cuando la mayora del mundo que se proclama occidental se beneficia de ella, este
sistema transforma todo en un valor comercial cuantitativo negociable, su pretensin de
liberar a las personas es solamente desregularlas, la eliminacin de todas las reglas, ms
precisamente, la reduccin de todas las normas hacia las leyes del mercado es lo
24

Subcomandante Marcos. Otro mundo ser posible solo sobre el cadver del capitalismo, seala
Marcos. La jornada, poltica, 26 de marzo de 2007.
25
Subcomandante Marcos. Entrevista en la Selva Lacandona con motivo de la conferencia Liberando
los medios de comunicacin organizada por Learning Alliance, Paper Tiger TV, and FAIR en
cooperacin con the Media & Democracy Congress, el 31 de enero y primero de febrero de 1997, en
Nueva York. Puede consultarse el mensaje transcrito en http://www.tmcrew.org/chiapas/e_media1.htm en
ingls, o ver el video original en espaol en http://www.youtube.com/watch?v=aexyZ5eB2_A.
26
Alfredo Rojas Daz-Durn. Otro milenio de esperanza. Op. Cit. p.272

16
opuesto a lo que nombramos libertad. Los valores como la honestidad y la dignidad ya
no cuentan, el hecho de que los valores humanos se promuevan dentro del discurso
global es solo una especie de coartada, un engao, ya que estos derechos pertenecen por
s mismos a una superestructura jurdica y moral, dentro de la globalizacin solo son
propaganda y publicidad. 27

Si la globalizacin fuera de carcter benfico, la iniciativa por pertenecer a un


mundo global sera voluntaria y espontnea, y no habra necesidad del G8 por
apuntalar los regimenes en decadencia como Mxico, y hacer irreversible el capitalismo
al acelerar las reformas econmicas que destruyen la produccin y empobrecen a
millones 28 .

La globalizacin es presentada con frecuencia como una alternativa para el


desarrollo, pero de ser verdad esta afirmacin, sera lgico que a casi 30 aos de su
instauracin como nuevo paradigma internacional observaramos resultados concretos
que respaldaran su postura, y no los resultados opuestos de pobreza, desigualdad,
marginacin y desempleo que existen actualmente y que se han hecho patentes en la
cada vez ms creciente inconformidad social mundial organizada, prueba de ello es el
Foro Social Mundial29 que se declara opositor al neoliberalismo y a cualquier forma de
dominio del mundo por el capital y el imperialismo y que se instituye en abierta
contraposicin del Foro Econmico Mundial en donde polticos y empresarios negocian
ms aperturas de mercados y nuevas polticas neoliberales. Cabe sealar que esta
oposicin a la globalizacin no es solamente de los pobres del mundo ni es simplemente
por el mero hecho de exigir o sin conocimiento de causa,
Las objeciones van desde Chomsky hasta Soros, y lo ms importante: la
gente comn, la ms globalizable, se est inconformando. [] No, no se
trata de turbas de tercermundistas resentidos exigiendo que los beneficios del
progreso alcancen a sus cinturones de miseria. Son miles de manifestantes
estadounidenses, europeos y de muchas partes del mundo que irrumpen en
donde sea con el nico propsito comn de echar a perder la luna de miel de
27

Jean Baudrillard. This is the fourth world war: The Der Spiegel interview with Jean Baudrillard.
International journal of Baudrillard studies. Vol 1 no.1 Enero de 2004. Documento disponible en lnea en
http://www.ubishops.ca/baudrillardstudies/spiegel.htm
28
James Petras. Op. Cit. p.54
29
Un foro realmente significativo en la escena internacional, puesto que a el asisten ms de 2000
sindicatos y Organizaciones No Gubernamentales (ONGS) de hasta 82 pases diferentes, no se permite la
participacin de jefes de Estado y se discuten los problemas del mundo desde las bases.

17
los globalfilos. Personas de diversas clases sociales, generaciones y
filiaciones polticas se unen para expresar su descontento por algo que no
aciertan a articular. Suelen estar presentes sindicatos, organizaciones
ecologistas, estudiantes, defensores de los derechos humanos y hasta
simpatizantes de la derecha radical 30
Es importante destacar que de ser inevitable la globalizacin, no existira ese
enorme aparato

poltico-econmico

e ideolgico,

llamado

Fondo

Monetario

Internacional (FMI) que obliga a los pases a adoptar sus medidas renunciando a su
propia visin de desarrollo, y que es el ejecutor de dichas polticas de dominacin, ya
que mediante cartas de intensin, convenios, sanciones econmicas o en casos extremos
un aislamiento comercial absoluto el caso Cuba y la ley Helms-Burton- se asegura de
que el mundo gire a su conveniencia. Si fuera inevitable el proceso globalizador no
insistiran las potencias en combatir a los gobiernos de izquierda y criticar tan
arduamente la intervencin del Estado, porque segn su lgica sabran que est
destinado a desaparecer, lo cual desde luego no es cierto porque el Estado es necesario,
como afirma el Dr. Jos Mara Prez Gay: el Estado no es superfluo, no hay economa
desarrollada que no cuente con un Estado no grande, sino fuerte, no propietario, sino
regulador.31

Finalmente, de ser cierto el discurso globalizador, no se explica la reiterada


intencin de eliminar la educacin publica y crtica de las naciones, educacin que
permite pensar y generar modelos alternativos de desarrollo, ni se invertiran sumas
extraordinarias de dinero en una avasallante industria cultural que enajena a las masas y
pretende convencerlas de los supuestos beneficios de la globalidad.

Los planteamientos que hemos utilizado en este subtema sin duda contribuyen a
entender que el proceso llamado globalizacin en su dimensin ideolgica es toda una
construccin intelectual compleja, creada para justificar la intervencin y dominio
econmico-poltico de los pases impulsores del capitalismo el G8- ms all de sus
fronteras: desintegra las propias instituciones sociales, modifica la cultura y desmiembra
la identidad social colectiva, elementos de primer orden en cualquier proceso de
liberacin.
30

Dr. Agustn Basave Benitez. un globo de bienestar?. Op. Cit. p. 53


Dr. Jos Mara Prez Gay. Globalidad y multilateralismo. En la revista Nueva visin
socialdemcrata. Nmeros 3 y 4. Enero a Julio de 2006. Fundacin por la social democracia de las
Amricas, A.C. p. 39.
31

18

En trminos de poltica econmica, los que se enganchen a la globalizacin


sern los perdedores. Quienes ms ganarn sern aquellos que se enganchen de
manera creativa, siendo diversos poltica, social y culturalmente. 32
Es en este ltimo punto en donde queremos ampliar el concepto de globalizacin
ms all de su manifestacin exclusivamente econmica para abordar sus implicaciones
socio-culturales.

La globalizacin, como concepto holistico y como evidente consecuencia de su


accin econmica, abarca tambin dinmicas sociales, intercambios culturales, flujos
migratorios y un constante e ininterrumpido flujo de informacin inmediato y global
que no puede ser contenido por nuestras fronteras fsicas y que no reconocen soberana
alguna, propiciando otros fenmenos que son de vital trascendencia en nuestro estudio:
transculturacin, desculturacin y aculturacin, que derivan finalmente en una
globalizacin cultural, como se analiza en el apartado siguiente.

32

Ma. de Lourdes Arizpe. Citada por Mara de la Luz Casas Prez en Identidad nacional y
comunicacin, en La identidad nacional mexicana como problema poltico y cultural. Ral Bejar y
Hctor Rosales, Coordinadores. Ed. Siglo XXI. 1999. p. 148.

19

1.2 El proceso de globalizacin cultural


Anteriormente estudiamos a la globalizacin como un proceso de naturaleza
eminentemente econmica que tuvo como origen la necesidad de expandir los mercados
para colocar la sobreproduccin de los pases industrializados.

Ahora bien, de qu forma puede relacionarse un proceso originariamente


econmico con los aspectos culturales, al grado de influir en ellos para beneficio del
capital?. La respuesta est en el hombre, puesto que por definicin la economa es una
actividad humana cuyo fin es satisfacer las necesidades del hombre, aunque en la
realidad latinoamericana, citando a Ramn Glass Santana

el fin de nuestra economa actual es hacer ricos cada vez ms ricos y pobres
cada vez ms pobres; as pues, nuestra economa no est dirigida hacia el bien
comn, sino hacia el bien particular, implicando as aumento del capital,
desvaloracin del hombre. [] Los hechos demuestran esta situacin, a tal
grado que hacen del hombre una maquinaria de produccin y una productora
de consumo, de tal forma que sus inclinaciones individuales estn
determinadas por la mentalidad de consumo de las masas 33
Aqu es donde encontramos la relacin entre la economa, la cultura y la sociedad,
las dinmicas econmicas no se realizan solas, la mano invisible del mercado no existe,
pero existe la mano invisible de la sociedad identificada por Marx: puesto que el
individuo es el motor de la historia, las actividades econmicas y comerciales se
realizan segn intereses y estos parten de cierto grupo social en el poder.

As, la cultura y la economa se encuentran ntimamente ligadas a la sociedad,


porque ambos parten de esta, en consecuencia los intercambios comerciales pueden con
toda seguridad modificar la cosmovisin, usos y costumbres de los pueblos de la misma
forma en que un cambio dirigido de la cosmovisin puede incrementar o disminuir la
oferta y la demanda. Todo est interconectado, y la intencin ltima de la globalizacin
cultural es, precisamente, uniformar los gustos para incrementar el consumo masivo: la
instauracin del pensamiento nico garantizara un mercado mundial sin competencias,
y lo que es ms, demandado y exigido.
33

Ramn Glass Santana. Esclavo o qu? .Editorial Plaza y Valdez. Universidad Autnoma
Metropolitana. 1990. p.56

20
La cultura no es un ente abstracto fijo e inmutable, ms all de la literatura o las
bellas artes, la cultura es la esencia de la cotidianeidad social que muta con la sociedad
misma para ayudarla a alcanzar un fin, la cultura son los valores, los conocimientos, las
experiencias, las maneras de hacer, constituyndose as en el espritu de las
sociedades.34 Por esta razn no se puede comprender la globalizacin cultural si no se
comprende primero que la globalizacin es tambin una complicada mundializacin de
lo social. Desde esta perspectiva, Octavio Ianni define a la globalizacin como
la intensificacin de las relaciones sociales en escala mundial que ligan
localidades distantes de tal manera que los acontecimientos de cada lugar son
modelados por eventos que ocurren a muchas millas de distancia y
viceversa.35
En efecto, ese fenmeno mundial llamado globalizacin al que otras disciplinas
aluden como novedoso en el escenario internacional, es el mismo que los
internacionalistas hemos analizado desde los orgenes de nuestra disciplina 36 y cuyo
funcionamiento bsico se realiza, precisamente, mediante la internacionalizacin de las
relaciones sociales bsicas, incluso esta definicin de globalizacin como fenmeno
social es muy anterior a la definicin que hemos dado de la globalizacin econmica
neoliberal, porque esta ultima no hubiera sido posible sin el incremento de la interaccin
de las diversas sociedades a escala global.

Si sociedad y cultura van de la mano, es racionalmente lgico que el incremento


de las relaciones sociales a nivel mundial derive necesariamente en una globalizacin de
la cultura, concepto que siguiendo el pensamiento de John Tomlinson, no es otra cosa
que la posibilidad de pases y personas de acceder a los bienes culturales del mundo, es
decir, una internacionalizacin de la cultura.37 Basados en esa primera aproximacin
conceptual, la globalizacin cultural no representara un problema para las culturas e

34

Sobre la naturaleza de la cultura, diversos tericos de relevancia han profundizado el debate, Theodore
Adorno diserta sobre el moderno dualismo entre civilizacin y cultura. La civilizacin suele asociarse
siempre a lo material, cultura es lo espiritual: es la conciencia humana rica en forma y sentido. Vctor
Hell argumenta que la cultura est ntimamente ligada a lo moral, puesto que sin valores morales no
puede subsistir la cultura. Freud por su parte, distingua a la cultura como todo aquello que eleva al
hombre por encima de los animales; la Declaracin Universal de la UNESCO sobre la Diversidad
Cultural, la establece como un elemento holistico, material y espiritual, evolutivo, que adquiere formas
diversas a travs del tiempo y el espacio.
35
Octavio Ianni. Teoras de la globalizacin. Mxico. Ed. Siglo XXI. 1999. p. 163.
36
Puesto que el objeto de estudio de las Relaciones Internacionales es la realidad internacional, es decir el
mbito exgeno de las Ciencias Sociales.
37
John Tomlinson. Globalizacin y Cultura. Mxico. Oxford University Press. 2001.

21
identidades del mundo, por el contrario, permitira un enriquecimiento cultural sin poner
en riesgo los valores culturales locales, pero sucede que la problemtica es ms
profunda.

En el proceso de globalizacin cultural se presenta un intercambio desigual con


igual o mayor intensidad que como sucede en la globalizacin econmica neoliberal, y
bajo esta dinmica de intercambios culturales asimtricos, que se realiza muy en
especifico mediante una abrumadora industria cultural de los Estados Unidos que tiene
por objetivo constituir una cultura global, se producen evidentes manifestaciones de
una tendencia hacia la homogenizacin cultural, misma que amenaza nuestros valores
culturales, no es difcil notar que la globalizacin implica, casi por definicin, el
problema de la diversidad: nunca antes las culturas del mundo tradicionalmente cerradas
y protegidas por la soberana y el territorio de sus Estados, tuvieron que enfrentarse con
esa intensidad a sus iguales del mundo, no es que antes no hubiera contacto e
interaccin cultural porque esta siempre ha existido, pero son las grandes innovaciones
tecnolgicas las que plantean un escenario bien diferente, a partir de las sucesivas
revoluciones industriales y con ms vigor en el siglo XXI, los pases autoproclamados
como desarrollados vierten sistemticamente, por todo el mundo, los elementos de su
propia cultura mediante poderosas industrias culturales, es debido a esto la resistencia
cultural que estn sosteniendo la inmensa mayora de las culturas nacionales del mundo
por la propia supervivencia ante la depredacin de que son victimas, se trata, sin lugar a
dudas, de una autentica lucha de resistencia por defender y afirmar la identidad cultural.

La globalizacin como internacionalizacin de las relaciones sociales atae a las


cosas, las personas, la ideologa y la cultura, porque todo esto es humano y es social, en
consecuencia es ilgico suponer que un proceso que involucre estos aspectos no los
afecte, modifique o altere de alguna forma, especialmente cuando la perturbacin es
sobradamente posible y probable, porque la tradicional proteccin que brindaba el
Estado mediante su ejercicio soberano y el territorio mediante las fronteras, se
desvanece en el mundo globalizado.

El proceso de internacionalizacin cultural no solamente no es equitativo, sino que


esta desigualdad es fomentada, la predominancia y agresividad de una cultura en
especifico en los medios de comunicacin, los intercambios culturales y la relativa

22
facilidad con la que se producen en todo momento y sentido mediante las
telecomunicaciones modernas, originan desde el comienzo una hibridacin cultural, que
es el primer paso para una aculturacin total.

Bajo estos planteamientos, y entendiendo que la homogenizacin cultural no es


inmediata sino que sigue un proceso paulatino que va de una transculturacin a una
aculturacin, ya podemos definir a la globalizacin cultural no como la posibilidad de
acceder a los bienes culturales del mundo, sino como un proceso de estandarizacin de
la cultura.
La globalizacin cultural se define como el proceso de integracin paulatina
de vida social en la construccin de un solo sistema mundial de valores y el
consecuente impacto devastador en las identidades culturales locales,
regionales y nacionales. Es decir, la globalizacin de la vida cultural es la
convergencia integradora de modos de vida, smbolos culturales y modos de
conducta internacionales, en detrimento de las culturas e identidades
nacionales y locales.38
En efecto, son mltiples los autores que aluden a la globalizacin cultural como
una amenaza a la diversidad y un proceso de estandarizacin39 , porque esta realidad es
ms innegable cada da, sucede que la globalizacin cultural es el siguiente paso lgico
en el dominio mundial, si el capitalismo ya se ha expandido poltica y econmicamente,
entonces

los

pueblos

donde

este

sistema

tiene

presencia

son

juzgados

etnocentricamente, a travs de la visin del mundo del conquistador, este etnocentrismo


es el factor que da pie a la posibilidad y bsqueda de la cultura global.

La dependencia cultural es tal vez la ms grave, ya que se extiende no slo a


ciertos grupos, sino a la sociedad en general. A travs de diversos medios de
comunicacin se extiende el mensaje de que los valores imperiales son los
valederos, el idioma imperial es el nico importante y de uso obligatorio para
la comunicacin internacional. La historia del imperio es la triunfadora, la
valiosa, la sabia. Las personas comienzan a or msica, espectculos, etc.,
provenientes de los centros de poder, cambiando incluso vestimentas y valores

38

Samuel Sosa Fuentes. Las dimensiones olvidadas de la globalizacin: Identidad, cultura y


movimientos sociales indgenas. Escenarios futuros sobre la globalizacin y el poder mundial. Un
enfoque interdisciplinario. Vctor Batta Fonseca. Samuel Sosa Fuentes. Coordinadores. UNAM.
39
Ricardo Pozas Horcacitas, Celso Furtado, Nestor Garca Canclini, Edgar Montiel, Vctor Flores Olea,
Luis Villoro, John Saxe-Fernandez, Carlos Monsivais, Ral Corral Quintero, Mara de Lourdes Arizpe,
Heinz Dieterich, Jean Pierre Warnier, Jean Baudrillard, entre otros.

23
cotidianos. El imperio se convierte en un centro nico de informacin y el
acceso a la misma es permitido de acuerdo a sus intereses.40
Merece una reflexin especial el planteamiento de Jean Pierre Warnier en cuanto a
la globalizacin cultural, puesto que su idea alude a la total inexistencia de una
mundializacin de la cultura41 , es interesante observar que l afirma, analiza y
desenmascara la erosin rpida e irreversible de las culturas singulares en el contexto
global y destaca en la mayor parte de su investigacin el peligro que enfrentan las
culturas locales ante las industrias culturales hegemnicas, hablando incluso de un
etnocidio generalizado, pero su pronunciamiento en contra se sostiene en la
fragmentacin cultural y la resistencia. Bsicamente, sostiene que no puede haber una
globalizacin cultural porque las culturas se resisten y producen nuevos elementos
culturales no obstante la hegemona cultural ejercida por los pases industrializados. No
niega que el proyecto homogenizador exista, ni el dao que causa, lo que niega es que
pueda concretarse, y si no hay concrecin no hay mundializacin de la cultura. De esto
se desprende que la diferencia es terminolgica y no ideolgica. En efecto la
globalizacin cultural no est dada, pero est en proceso, Jean Pierre ha querido ver en
el concepto de globalizacin cultural lo que Tomlinson denomin cultura global, hay
que precisar bajo la lnea de anlisis que hemos venido construyendo que la primera es
el proceso y la otra es el resultado que pretenden obtener los hegemones.

Decir que la globalizacin cultural es un imposible porque los pueblos se resisten


es una afirmacin difcilmente sustentable, porque las resistencias pueden atrasar el
proceso, pero no pueden ser eternas, y bajo la lgica de cualquier disputa, tarde o
temprano habrn de obtener una victoria o verse derrotadas. Lo destacable es que la
amenaza existe independientemente del resultado.

Vctor Flores Olea maneja una postura bastante similar a la de Warnier,


aseverando que ante la imposicin de valores y elementos culturales exgenos, se
multiplican las expresiones locales, regionales y nacionales, pero es muy preciso al
especificar que ambas tendencias son posibles y que al menos por el momento, ambas
estn presentes, estableciendo as una neutralidad en su argumento
40

Daniel Flores Mora, Mirta Gonzales Suarez. La identidad y conciencia latinoamericana: la


supervivencia futura. Ed. Plaza y Valdez. Universidad Autnoma de Mxico. 1990. p.59.
41
Cfr. Jean Pierre Warnier. La mundializacin de la cultura. GEDISA Editorial. 2002.

24

la verdad es que la homogeneidad a que tiende (y aspira) la globalidad


coexiste y vive en tensin con la heterogeneidad de lo local y singular.
Vivimos, entonces, en un mundo donde coexisten la estandarizacin y la
diferencia, actuando una sobre la otra y en cierta forma complementndose,
refutndose y transformndose recprocamente. Originndose entonces, a
travs de tal tensin, nuevas dinmicas culturales y formaciones sociales
originales. Esto obliga a considerar no slo las tendencias dominantes, sino la
afirmacin de lo heterogneo; las diferencias resultan ser el ms rico y
productivo aliento de la historia y la sociedad.42
Es importante destacar que este planteamiento nos introduce a una versin distinta
del mismo problema, puesto que si bien se matiza el hecho de que la cultura
hegemnica pueda imponerse sobre las otras y aculturarlas, abre la posibilidad de que
todas las culturas incluyendo la imperial- sean suplantadas por un hibrido global, que
sera el resultado de la tensin e intercambio constante entre todas ellas, y que tenga
diversas especificidades segn el caso, hablamos de las nuevas formaciones sociales
originales, esta situacin no es menos amenazante para las culturas locales ya
existentes, ni resuelve la problemtica, que en esencia es la misma aunque con
caractersticas diversas.

As, ya no tenemos uno sino tres escenarios posibles y probables que amenazan a
las culturas y con ellas las identidades- locales.

a) La aculturacin global en torno a la cultura imperial. Que es el ms manejado


por los tericos, y plantea la uniformacin de los valores culturales del mundo
con el pensamiento nico y la cultura hegemnica occidental. Es decir, una
aculturacin global dirigida por el G8 con Estados Unidos como principal
actor, esta tendencia es comnmente conocida como americanizacin.

b) La cultura global sin origen definido. Que surgira ante el intenso y constante
intercambio cultural de todos los pueblos entre s de forma indeterminada,
afectando incluso al centro de poder que pretenda estandarizar al globo en
base a sus valores, pero que al momento de los intercambios tambin result
modificado, originndose as una especie de melting pot a escala global, en el
que en estricto sentido, todas las diferencias tnicas y culturales globalizadas
42

Vctor Flores Olea. Dialctica aldea local-aldea global. Op. Cit.. p.106

25
se fusionaran creando una nueva y nica identidad cultural producto de esta
sntesis, esta es la cultura global indita que Edgar Montiel identifica como un
magma pluricultural43 , es tambin muy similar a lo que Jos Vasconcelos
denomin la raza csmica y es adems el escenario que Leonardo Da Jandra
denomin la quinta raza, que sera la raza dominante planetaria derivada de un
mestizaje superador44 . Aunque esta cultura global, en caso de darse podra
considerarse democrtica, no es tampoco un escenario deseable considerando
que lleva implcita la muerte de la diversidad y las culturas locales.

c) La prdida de las culturas locales suplantadas por transculturas metamorfas.


Sustentada en el planteamiento de Vctor Flores Olea, la complementacin,
refutacin y transformacin reciproca entre una o varias culturas ya existentes
y hasta cierto punto autenticas, producira un proceso de transculturacin
indefinida, permanente y catica: primero entre las culturas originales, luego
entre los hbridos producto de las primeras transculturaciones, y luego entre las
transculturas de las transculturas de las otras transculturas en diferentes grados
y niveles ya que las posibilidades de combinacin e hibridacin son
prcticamente infinitas, de forma que habra en efecto muchas nuevas
identidades culturales y una enorme fragmentacin, que contravendra
directamente el proyecto homogenizador del imperio, esto explicara por qu
el proceso uniformante dirigido es cada vez ms agresivo, puesto que este
escenario es posible pero no es deseable por los hegemones ya que no
conviene a los intereses del capitalismo, en consecuencia, todo el aparato
ideolgico capitalista de las grandes potencias econmicas neoliberales est
haciendo lo posible por encauzar la tendencia hacia el escenario a), es decir la
americanizacin.

Ahora bien, la pregunta de rigor es si puede demostrarse la existencia de este


peligro, si es posible evidenciar no en la teora, sino en los hechos, que verdaderamente
las culturas del mundo como es la mexicana estn en peligro, y que esta resistencia
universal es el resultado inmediato y directo ante la amenaza global. Demostrar un

43

Edgar Montiel. Hacia una mundializacin humanista. UNESCO. 2004. p.10


Leonardo Da Jandra. La hispanidad, fiesta y rito. Una defensa de la identidad en el contexto global.
Plaza&Janes. Mxico. 2005. p. 164
44

26
hecho empricamente en las ciencias sociales nunca ha sido labor fcil, pero existen
elementos que pueden contribuir a mostrar la existencia de nuestra problemtica.

En cuanto a la globalizacin cultural, el elemento ms frecuente al que se alude


para evidenciarla es la as llamada McDonalizacin del mundo, lo cual significa que los
habitantes de todos los rincones del orbe muestran una tendencia a parecerse cada vez
ms en sus costumbres, preferencias, ideologa, modos de expresin y por supuesto en
los hbitos de consumo, se trata de una cuestin de identificacin con los smbolos,
simbologa creada por las transnacionales y el pensamiento nico para modificar los
imaginarios colectivos locales e integrar todas las sociedades a una ideologa global.

El escritor Carlos Monsivais establece una serie de lineamientos que sigue la


globalizacin para lograr esta desculturacin y aculturacin con fines de establecer la
cultura global, estos lineamientos son como siguen:

Modos de vestir
Estilos de habla y mtodos para la conversacin
Franquicias de cadenas norteamericanas
Transformacin del conocimiento til en manuales de autoayuda
Promociones desenfrenadas de la industria del espectculo
Atractivo ilimitado de irracionalidad
Elevacin de las celebridades al rango de santidad postmoderna.
Uso monoplico del tiempo infantil
Dependencia eternizada en materia de informtica
Construccin sectorial de modos de vida a semejanza de las idealizaciones de
Estados Unidos.45

Efectivamente, todos estos aspectos se observan y sienten en los pases


globalizados, se presenta un fervor por la moda, se tiene que ocupar lo ultimo, lo
novedoso, vestirse de una forma solo porque alguien en la televisin dijo que eso es lo
mejor y adems, por ser moda, todos visten igual, contribuyendo a eliminar las
diferencias y a crear la ilusin de lo distinto en lo idntico-, desde luego que las modas
provienen de y se difunden por los centros de poder 46 , este lineamiento incluye adems
45

Carlos Monsivais. La globalizacin y sus definiciones, Mxico en la aldea global. Op. Cit. p.19-20
La paradoja de la moda, explica H. Spencer citado por Squicciarino- est en el hecho de que todos
pretenden ser similares a los que se consideran superiores y que usan un atuendo diferenciado para
marcar su divisin social de clase- y al mismo tiempo ser diferentes de aquellos que son considerados
inferiores diferencindose de ellos usando los mismos atuendos que utilizan los que se consideran
superiores-. La moda, explica squicciarino, surge en realidad como un sistema de divisin de clases
46

27
elementos subjetivos: se necesita vestir de traje para la formalidad existen en cada
cultura, atuendos locales para los actos de extrema importancia, la imposicin y
asociacin universal del traje sastre para estos efectos, es una muestra tangible del
socabamiento cultural en cuanto a modos de vestir se refiere-47 .

Igualmente, sin importar sus lenguas originarias, lo mismo en China que en Brasil
y Egipto se escucha el mismo okay para afirmar, mezclado entre su lenguaje, la
misma palabrera meditica, y las conversaciones cada vez ms impersonales y
deslocalizadas.

Las franquicias norteamericanas, idnticas, iguales en todas partes, dando la


sensacin de que nunca se sali del lugar, de que todo es lo mismo, y en el caso de las
cadenas alimenticias, incluso eliminan formas ancestrales y con profundos significados
sociales de alimentacin; el cine que transmite o mensajes bien estructurados para
dominio ideolgico Estados Unidos como el salvador del mundo- o pelculas sin
absolutamente ningn mensaje, creadas junto con el aparato televisivo transnacional
para enajenar a las masas bajo el mismo modelo que Sartori denomin como una
transformacin al Homo Videns-, para menguar la infancia a la idolatra de Bob Esponja
y mantener a la poblacin pendiente de los problemas existenciales de los habitantes de
la casa de Big Brother48 mientras el mundo pasa a sus espaldas; el criterio con el que se
elige y promueven actos y acontecimientos irracionales o irrelevantes, o en algunos
sociales, por ello las modas son siempre modas de clase, de la clase ms elevada, y en consecuencia, lo
que se entiende por moda es la imitacin de un modelo dado por la clase considerada superior, la clase en
el poder. Por otra parte, squicciarino basado en los planteamientos del socilogo Wulf. D Hund, afirma
que mediante anlisis histricos del desarrollo de la moda resulta evidente la conexin entre moda y
poder, puesto que en el proceso de formacin de los fenmenos de la moda se refleja la elaboracin de las
formas de dominio. El vestido se considera un smbolo de posicin social, posicin que se mide segn los
canones impuestos por la clase superior. Cfr. Nicola Squicciarino,. El vestido habla: consideraciones
psico-sociolgicas sobre la indumentaria. Segunda Edicin. Ediciones Ctedra S.A. 1986. pp. 151-163.
47
Ante quienes se preguntan cual sera la relevancia de los atuendos y el por qu el vestido local debe ser
defendido ante la agresividad global que uniforma a la moda, cabra decir que las formas de vestir reflejan
el estilo general de vida de cada sociedad asi como sus valores, ideologa, y con frecuencia su historia. El
vestido tiene en si mismo un mensaje y es desde luego una forma de comunicacin no verbal de los
individuos y los pueblos, cada prenda, cuando es autctona, es elaborada no solamente de acuerdo a la
cosmovisin sino al medio en que se vive, de ah su especificidad y diversidad. Ahondaremos ms sobre
la trascendencia del vestido en el capitulo de usos, costumbres y tradiciones.
48
Nos referimos a el programa televisivo conocido como Big Brother y Big Brother VIP , de quien
Televisa, la empresa transmisora, asegura de la forma ms descarada que cambi la forma de ver
televisin en Mxico [] Big Brother, el programa ms polmico, que logr que todos y de todo se
sentaran frente al televisor, obtuvo raitings de ms de 30 puntos. Big Brother es el tema de conversacin
de grandes y chicos sin importar el nivel socioeconmico, lo que lo hizo una excelente opcin para
invertir en televisin. Televisa Marketing. Boletn bimestral julio de 2002. Disponible en lnea en
http://www.esmas.com/televisa/images/upload/JULIO-AGOSTO%20mktg1o.pdf

28
casos ambos como las notas del da a escala internacional: desde un asesinato masivo
impactante mientras ms violento mejor-, la declaracin publica de que el cantante
estrella del momento es homosexual y se le vio con su pareja o el embarazo de Britney
Spears, distraen la atencin publica de millones de personas simultneamente en todo el
mundo, mientras que la poderosa industria decide cuales sern los valores a imponer y
acta, pasando por la identidad de genero -Barbie, las Bratz, Max Steel- y reduciendo
los conceptos de belleza a uno elegido con la ms absoluta arbitrariedad universal que
orilla a la poblacin del mundo a aspirar a ellos -Miss Universo- olvidando los propios
conceptos ancestrales de belleza al interior de las culturas locales49 , ya que se fomenta
globalmente la falsa idea de que una mujer bella tiene que ser alta, delgada y cumplir un
estndar en cuanto a los atributos fsicos.

Ms all de estas observaciones, que podran considerarse subjetivas,


estadsticamente hay datos que pueden probar el deterioro cultural y la necesidad de la
proteccin y la resistencia, la UNESCO ha declarado que cada dos semanas muere un
idioma en el mundo, y que este proceso se ha acelerado por la globalizacin y la presin
de las lenguas dominantes, ms all, el organismo internacional afirma que gran parte
de la riqueza cultural, y especficamente lo que se refiere a las lenguas, est en riesgo de
desaparecer a causa de la globalizacin.50 La ONU, en su informe de Desarrollo
Humano 2004, asevera que tan solo en el ao 2000 se otorgaron 7 000 patentes para el
uso no autorizado de conocimientos tradicionales -piratera cultural- o la apropiacin

49

En relacin a la belleza y la imposicin de estereotipos, Squicciarino refiere que siempre se ha


intentado adaptar el cuerpo al ideal de belleza manifestado por los modelos estticos tpicos de cada
sociedad. Muchas mujeres que hoy desean tener una lnea ligera y gil, antiguamente no habran mostrado
vergenza alguna por su exuberante corpulencia. Posteriormente, hace una revisin de cmo en muchos
pueblos orientales y del norte de frica se encuentra una predileccin por las mujeres corpulentas, y de
cmo en frica Central en algunas comunidades incluso se obligaba a las mujeres a engordar antes e
casarse para estar bellas y listas para el matrimonio. El concepto de belleza es, pues, subjetivo de acuerdo
a la cultura y los valores, pero la globalizacin cultural mediante el bombardeo de estereotipos y a travs
de la sociedad del superconsumo actual, ha hecho creer que la belleza es nica: la que ellos consideran
como tal, lo cual a profundizado no solamente la infelicidad e insatisfaccin de millones de personas con
si mismas, sino que ha profundizado y catalizado enfermedades que antes eran poco frecuentes e incluso
inexistentes, como la anorexia y la bulimia. La globalizacin cultural, bajo estos trminos y en especfico
sobre la concepcin de la belleza, ha derivado en un impulso agresivo contra el propio cuerpo.
Squicciarino concluye con una excelente cita de Jean Baudrillard sobre este grave consecuencia del
impacto globalizador en las ideologas locales, el filosofo francs asevera: El cuerpo, en una total
inversin de los trminos, se convierte en ese objeto amenazador que hay que despertar, llevar a sus
medidas justas y mortificar con fines estticos, con los ojos fijos en las modelos esquelticas y
demacradas del Vogue, en las que se puede descifrar toda la contradictoria agresividad de una sociedad de
la abundancia contra el triunfalismo del propio cuerpo y todas las vehementes negaciones de los propios
principios. Nicola Squicciarino, Op. Cit. pp. 124-128.
50
Atlas de las lenguas en peligro en el mundo. UNESCO, 2002.

29
indebida de plantas medicinales; que Hollywood llega a 2.6 mil millones de personas y
Bollywood a 3.6 mil millones -la mitad de la poblacin mundial-, denunciando que la
hegemona internacional de las pelculas de Estados Unidos es un aspecto importante de
la propagacin global de la cultura de consumo occidental en detrimento de otras
culturas; en cuanto a la televisin, el organismo afirma que de cada 1000 personas 246
tienen este aparato, y que estas personas son una clase media global que sigue el mismo
estilo de consumo y prefieren marcas globales; que se ha identificado una categora
de jvenes globales que habitan un espacio global que se identifica como un
mundo pop- en el cual viven empapados de los mismos videos y msica y constituyen
un mercado gigantesco para bienes de moda tales como zapatillas, camisetas y jeans. 51

Si la globalizacin cultural no representara una amenaza, no existiran documentos


jurdicos internacionales protegiendo el derecho a la cultura y la diversidad, como es el
caso de la Declaracin universal de la UNESCO sobre la diversidad cultural adoptada
en el 2001, en el que se consagran los derechos culturales de la humanidad y, entre otras
cosas, establece en el Articulo 10 que ante los desequilibrios que se producen
actualmente en los flujos e intercambios de bienes culturales a escala mundial, es
necesario reforzar la cooperacin y la solidaridad internacionales destinadas a permitir
que todos los pases, en particular los pases en desarrollo, establezcan industrias
culturales viables y competitivas internacionalmente; y en sus orientaciones principales,
especifica que los Estados miembros deben elaborar polticas y estrategias de
preservacin y valorizacin del patrimonio cultural, en particular del patrimonio oral e
inmaterial y combatir el trafico ilcito de bienes y servicios culturales,52 todo lo cual
manifiesta que se reconoce el peligro que las culturas enfrentan en el escenario
internacional y de ah la necesidad de promover su preservacin.

Tambin la Declaracin Universal de los Derechos Humanos en su Articulo 27,


deja manifiesto el derecho de disfrutar y participar de la cultura propia, y el Pacto
Internacional de Derechos Econmicos, Sociales y Culturales promovido por la

51

ONU. Informe de Desarrollo Humano 2004: La libertad cultural y el mundo diverso de hoy.
Disponible en lnea en http://hdr.undp.org/reports/global/2004/espanol/pdf/hdr04_sp_complete.pdf
52
Declaracin Universal de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural. Adoptada por la 31 sesin de la
conferencia general de la UNESCO. Paris, 2 de noviembre de 2001.

30
Asamblea General de la ONU53 , en su Articulo 15 establece el derecho de todo
ciudadano a participar en la vida cultural y la obligatoriedad del Estado para prever las
medidas que conserven, desarrollen y difundan la ciencia y la cultura, los derechos
consagrados en ambos documentos se violan con fragancia cuando los medios globales
trabajan para crear una cultura de masas estandarizada mediante una masificacin
simblica que incremente el consumo de sus productos, porque finalmente, la
uniformacin cultural no es un mero capricho ni es tampoco un resultado no previsto
del proceso globalizador, por el contrario, la bsqueda de una cultura global es inducida
y planificada porque as conviene a los intereses del gran capital, si se emparejan los
gustos a la creencia y concepcin occidental se incrementan las ventas porque surgen
nuevos mercados, la mera posibilidad de llegar al territorio ya supone la existencia del
nuevo mercado, pero no se puede vender un producto a quien no le interesa, a quien
tiene otras necesidades y otra visin del mundo, entonces la solucin es cambiar esa
visin y asegurar el mercado, no como una posibilidad, sino como un hecho, crear las
nuevas necesidades, generar un fanatismo y una idea de que parecerse a esa cultura
hegemnica es lo mejor, de que consumir sus productos es lo mximo porque nos
aproxima a su modo de vida, por ello

el influjo poltico y econmico de los pases poderosos, traan aunada la


imposicin de una cultura, que sirva de sostn a la ya impuesta situacin
poltica y econmica. [] El cambio cultural es provocado intencionalmente
por una sociedad de consumo, y con esto los patrones culturales de nuestro
continente son invadidos por nuevos implementos culturales que
progresivamente se vienen extendiendo en nuestros pases. 54
Decir que la globalizacin de la cultura es un dao colateral no previsto es un
error, primero porque como ya dijimos la globalizacin cultural es una consecuencia
lgica de todo el proceso, y segundo porque adems de ser lgica, fue planeada desde
origen para contribuir al dominio global.

La estandarizacin resultante obedece tambin a un designio hegemnico, en


nombre del cual el enorme potencial tecnolgico y econmico del

53

Adoptado y abierto a la firma, ratificacin y adhesin por la Asamblea General en su resolucin 2200
A (XXI), de 16 de diciembre de 1966. Entr en vigor el 3 de enero de 1976, de conformidad con el
artculo 27 del mismo. Mxico firm el Pacto en 1981, al 2003, 146 estados formaban parte de este
acuerdo.
54
Ramn Glass Santana. Op. Cit. p. 62

31
imperialismo global tiende a absorber las a las culturas nacionales en una
cultura nica, amorfa, empobrecida y vaca 55
Por qu es tan importante la cultura y la diversidad en un sistema de dominio
global? Aldous Huxley en Mundo Feliz y George Orwell en la novela 1984 dejaron muy
en claro que cuando se logra instaurar el pensamiento nico y la perdida de la
conciencia del ser, se tiene el dominio absoluto de la sociedad, Orwell, mucho ms que
Huxley, ahonda en las virtudes poltico-econmicas de este sistema de dominacin y la
forma en que funciona: la consigna de los antiguos despotismos era No hars esto. La
de los totalitarios era Hars esto, nuestra orden es Eres 56 ,

se trata de una

manipulacin de la realidad, no importa lo que Es sino lo que se hace creer que es, y esa
verdad solo puede ser plenamente aceptada cuando se ha perdido la cosmovisin propia,
la cultura, el pasado, el ser originario por el ser impuesto, engaado.

Por ello la identidad cultural es tan importante, puesto que la propia conciencia de
lo que se s es el principal elemento de la resistencia, es esta conciencia y no otra, la que
permite que en todo el mundo estn surgiendo los movimientos rebeldes de autodefensa,
lo que Edgar Montiel identifica y asocia como rebrotes de xenofobia y racismo, Edgar
Morin lo llama respuesta (reponse) ante la planetarizacin homognea (challenge), y lo
que Vctor Flores Olea y Jean Pierre Warnier simplemente llamaron autoconservacin.
tambin Smith, el personaje principal en 1984, y el salvaje del Mundo Feliz de Huxley,
son capaces de resistir y rebelarse porque tienen conciencia propia esto es conciencia
independiente de la que se impuso en su medio-, qu tenan en comn ambos
personajes que les permiti encontrar su ser, su esencia? ambos tuvieron acceso a
documentos y hechos olvidados del pasado que les revelaron la realidad en
contraposicin a la verdad dominante, y este conocimiento del pasado les dio
conciencia de su lugar en el mundo. Histricamente, las luchas sociales de cualquier
regin se han dado solo cuando se adquiere una conciencia de lo que se es y la situacin
que se vive, pero nunca sin ella, por ende no es de extraar que exista un proyecto de
homogenizacin global que sin duda garantizara un dominio holistico, no hablamos del
tradicional dominio poltico-econmico que hemos visto en el transcurso de la historia,
hablamos tambin de un dominio social, de la eliminacin del descontento y la ilusin

55

Samuel Sosa Fuentes. Las dimensiones olvidadas de la globalizacin: Identidad, cultura y


movimientos sociales indgenas. Op. Cit. p.18
56
George Orwell. 1984. Mestas Ediciones. 2004 p.235

32
de la felicidad mediante la manipulacin de los ideales de vida, bienestar, y los valores
culturales ms diversos hacia una mentalidad comn, uniformada, hueca.

En Nuestra Amrica, la evolucin y consecuencias de la globalizacin cultural son


muy observables, y aunque algunos planteamientos tericos sobre la uniformacin
cultural totalitaria aun pueden ser cuestionables, lo cierto es que la tendencia de los
hechos evidencia la gravedad de la problemtica.
Hasta el momento, la globalizacin se interpreta en Latinoamrica como la
escritura en la pared que anuncia la demolicin de los orgullos y las
pretensiones de las culturas nacionales, la conversin de los nacionalismos en
shows folcloricos o reminiscencias del pueblo, la supresin de las diferencias
nacionales o regionales canjeadas por la uniformidad de tercer orden, el
regreso a la incomunicacin entre los pases.57
Mxico no est exento de este problema, nuestro pas es de hecho el principal
amenazado porque la cercana territorial al centro de poder del que emanan estas
polticas lo hace el primer blanco de estas directrices como lo ha sido siempre, y por
ello tenemos ms responsabilidad y necesidad de fortalecer y preservar la identidad
cultural, generar la unidad poltica que realmente elabore y siga un proyecto de nacin
continuo, y defender as nuestro derecho a la cultura y a ser diversos.

57

Carlos Monsivais. La globalizacin y sus definiciones. Op. Cit. p.19

33

1.3 Las industrias culturales


Existe una tcnica, pragmtica e instrumental, que consiste en adaptar los productos al
gusto de los consumidores de las distintas culturas, la intensin es que los adopten no
solo como parte de sus estilos de vida, sino que los consideren incluso parte de su
cultura con el objetivo ltimo de promover, incrementar y sostener el consumo de los
mismos.

Este instrumento es la industria cultural, el debate sobre ella es amplio puesto que
si bien ha sido utilizada con evidentes fines de dominio y estandarizacin de
preferencias con miras a fomentar el consumismo, tambin podra ser utilizada como un
elemento de liberacin y progreso. Por ello, esta aproximacin conceptual abordar
ambos aspectos para dejar en claro la forma en que este elemento afecta la identidad
nacional de pases como Mxico pero tambin puede beneficiarlos si se genera una
industria cultural nacional que contrarreste los efectos del proyecto homogenizador
global.

La industria cultural, nombre acuado por Theodore Adorno y Max Horkheimer


en 1947 para establecer una diferencia clara con lo que antes se llam cultura de
masas58 , no hubiera sido posible de no ser por los avances tecnolgicos en cuanto a
medios de comunicacin se refiere, en este sentido, si exceptuamos el caso nico de la
prensa, podemos afirmar que las industrias culturales pertenecen al siglo XX.

Los medios de comunicacin masiva, es decir prensa, radio, cine, televisin, y en


las ultimas dcadas el internet y las comunicaciones satelitales son los instrumentos que
permiten enviar mensajes a gran escala, esto es positivo porque en efecto permite el
flujo de la informacin, pero utilizado como instrumento de dominacin tambin

58

cultura de masas es un trmino ambiguo sujeto a interpretaciones erroneas, ya que puede pensarse que
se trata de una cultura surgida de las propias masas y no una cultura impuesta a las masas, -como es la
idea original-, por ello es que surge de la propia iniciativa de Adorno y Horkheimer el termino industria
cultural, que pretende ser ms especifico sobre la intencionalidad. En el transcurso del tiempo, se ha
conocido a la industria cultural con diversos nombres, en 1966 el economista estadounidense F. Machlup
la nombr industria del conocimiento ms pragmtico y global- y posteriormente otro filosofo alemn,
H.M. Enzensberger, le dio el nombre denunciador de Industria de la conciencia. Sin embargo estos
nombres no prosperaron.

34
permite el bombardeo ideolgico que modifica actitudes, valores y formas de vida del
imaginario social colectivo de pueblos y naciones.

Precisamente en la conceptualizacin aparece nuestra primera crtica, misma que


retomamos del pensamiento de Leonardo Acosta59 , y es el hecho de que el propio
nombre medios de comunicacin masiva concepcin estadounidense, al que
actualmente se nombra massmedia en dicho pas y por gran parte de la academia
internacional- es falso en muchos sentidos, la comunicacin es un dialogo, pero estos
medios no admiten respuesta, son unidireccionales, lo que los reduce a simples
transmisores y difusores, y siendo lo que son, la primera pregunta es qu difunden y
quienes pueden utilizarlos para difundir, porque ah est el segundo engao
terminolgico: los medios de comunicacin masivos no son de las masas, en las
sociedades capitalistas difcilmente las masas tienen forma de difundir sus mensajes,
son simples y eternos receptores de la informacin meditica, los medios de
transmisin son de la elite, ya sea nacional o internacional, se trata casi siempre de
grandes empresas privadas, en algunos casos muy especficos, el Estado es el que ejerce
el control absoluto de los medios pases socialistas principalmente- y en muchos otros,
como en el caso mexicano, existe un acuerdo entre ambos60 , aunque esto de cualquier
manera, no cambia la situacin de las masas como receptores pasivos, la presencia del
Estado solo pretende regular el tipo de mensajes que se transmite, y con frecuencia,
tambin los compone a su favor.

Con la descripcin hecha es evidente la existencia de una intencionalidad en el


contenido que se difunde a travs de los medios, y esa es la razn por la que surge la
llamada cultura de masas: el envo masivo de mensajes con una carga ideolgica
concreta constituye un instrumento que crea necesidades y gustos, modifica los deseos
y el pensamiento de los espectadores y permite transformar as, el consumo de la
sociedad en una cultura del consumo propia del capitalismo neoliberal, teniendo por
59

Leonardo Acosta. Medios masivos e ideologa imperialista. Imperialismo y medios masivos de


comunicacin. A. Dorfman, V. Erhart, T. Adorno, A. Matterlat. Ediciones Quinto sol. 1982. p.7
60
El marco jurdico mexicano establece que el Estado es el propietario original del espectro
electromagntico, mismo del que concesiona el uso mediante concurso publico cuando existan
frecuencias disponibles, y las empresas transmisoras se comprometen a salvaguardar el inters nacional
tal como lo estipula la Ley y el Reglamento federal de radio y televisin. Aunque por diversos vacos
jurdicos, estas disposiciones a favor del Estado y su poblacin no se cumplen sino que adems los
medios dominan al poder poltico, como recientemente se ha visto en el pas con el caso de la llamada
Ley Televisa.

35
consecuencia una sociedad que deshumaniza al individuo al grado de que su valor y
estimacin social se miden por su nivel de consumo, en donde poseer lo nuevo es la
aspiracin eterna y enajenante en vez de ver por lo til y lo necesario.

A la cultura de masas se le llam as porque consiste precisamente en crear en las


masas una conciencia especifica, una implantacin ideolgica -que resultara en lo que
Sartori denomin 50 aos ms tarde la sociedad teledirigida61 - y que podemos
caracterizar como una estandarizacin de gustos y necesidades. Esto y no otra cosa es
precisamente lo que se promueve en la cultura global: que todo sea lo mismo en todas
partes y que en todas partes guste lo mismo, es decir, la homogenidad e integracin
total.
Cuando Theodore W. Adorno en su ensayo La industria cultural62 aborda esta
problemtica, es muy directo al afirmar que se trata de un instrumento de dominacin de
una cultura sobre otra para imponer una preferencia de consumo sobre un producto
particular, o visto en trminos financieros, un medio que permite la expansin del
mercado modificando y estandarizando las preferencias de consumo en otros mercados.
Igualmente precisa que las masas no son el sujeto, sino el objeto, porque no son ellas las
que hacen la industria cultural sino las que reciben su impacto y consecuencias.
En efecto, la industria cultural es importante como factor dominante del
espritu, hoy. Querer subestimar su influencia por escepticismo en atencin a
lo que transmite sera una ingenuidad.63
As pues, la inmensa potencialidad de los medios de comunicacin masiva, que
llegan a todas partes incluyendo la intimidad del hogar, permite que dejen de ser
simples transmisores para convertirse en instrumento ideolgico. Cabe mencionar aqu
los postulados de Marshall McLuhan, puesto que en verdad el medio es el mensaje, esto
significa que los medios, por el simple hecho de serlo e independientemente de su
contenido, amplan y modifican la escala de las funciones humanas, luego no es difcil
suponer que si se les anexa un mensaje, como se ha hecho casi desde sus orgenes, el
impacto ser ms evidente y profundo, constituyndose en una autentica amenaza.
61

Cfr. Giovanni Sartori. Homo Videns: la sociedad teledirigida. Editorial Taurus. Quinta reimpresin.
2003.
62
Cfr. Theodore. W. Adorno. La industria cultural. Imperialismo y medios masivos de comunicacin.
A. Dorfman, V. Erhart, T. Adorno, A. Matterlat. Ediciones Quinto sol. 1982.
63
Ibidem. p.73

36

Nuestra respuesta convencional a todos los medios (lo que cuenta es la forma
en que se emplean), es la posicin obtusa del idiota tcnico, ya que el
contenido de un medio es como el jugoso trozo de carne con que el ladrn
distrae al perro guardin de la mente. Los efectos del medio se hacen
poderosos e intensos justamente porque se proporciona otro medio en calidad
de contenido. [] La aceptacin dcil y subliminal del impacto de los
medios ha convertido a estos en crceles sin muros para los usuarios [] cada
uno de los medios es tambin un arma poderosa con la que se puede
coaccionar a otros medios y a otros grupos.64
McLuhan explica el impacto de todos los medios por el hecho de su simple
presencia, alude a ellos como extensiones del hombre y como tales determinan toda la
comprensin de nuestra poca: alteran la manera como pensamos y actuamos, y la
forma en que percibimos el mundo.

Ahora bien, una vez expuestos los planteamientos bsicos del impacto natural de
los medios, podemos abordar la funcin de influencia y dominio de los medios
mediante el mensaje ideolgico que contribuye con la deformacin y deterioro cultural e
identitario en las sociedades nacionales donde las nuevas tecnologas son la expresin
central de un capitalismo llamado sociedad de la informacin y el conocimiento.

De acuerdo con Teodoro W. Adorno, la industria cultural adapta el producto al


gusto de una cultura especifica al grado de considerarlo propio o aadirle elementos
muy propios- generando as una fidelidad, con frecuencia se nombra este fenmeno
como autoctonizacin o criollizacin, en el que bsicamente productos representantes
de la cultura hegemnica como McDonalds o Coca-Cola - mutan y se adaptan a la
cultura local, lo cual pareciera benfico al lograr transformar y adaptar el producto a
su idiosincrasia, cuando en realidad esta naturalizacin es solo el engao que permite
al producto penetrar en la cultura autctona y posicionarse al interior de la misma,
haciendo creer incluso que es un producto nacional, se trata pues del primer paso de la
industria cultural, el segundo y ltimo es socavar el pensamiento originario, la
conciencia colectiva y la identidad de los pueblos desde su propio interior y suplantarlo
por uno conveniente para el capitalismo y la promocin a ultranza del consumismo: La

64

Marshall McLuhan. La comprensin de los medios como las extensiones del hombre. Ed. Diana. 11
reimpresin 1989. p.41,44.

37
industria cultural acosa a las masas, no permitiendo casi evasin e impone sin cesar los
esquemas de su comportamiento 65 .

Tanto la capacidad de la industria cultural para modificar la identidad colectiva de


las masas como la factibilidad de que esa conciencia cultural de grupo sea modificada
ha sido abordada por autores como Ariel Dorfman y Armand Matterlart quienes han
hecho estudios de caso sobre la forma en que los medios de comunicacin masivos han
servido ms como un instrumento de dominacin y colonialismo 66 mediante el cual se
expande por el mundo el pensamiento nico, un estudio mucho ms actual de la forma
en que la industria cultural s puede y de hecho modifica el ser de las culturas nos lo
ofrece Giovanni Sartori en su libro Homo Videns67 en el cual sustenta la tesis de que en
efecto el massmedia est eliminando la conciencia y el pensamiento abstracto de las
sociedades modernas, sucede que ahora el hombre ve imgenes todo el tiempo como
ocurre en el significativo caso de la televisin, pero no cuestiona, no interpreta, no
piensa las imgenes, da por hecho que lo que ve es lo que es, y as se le implanta una
neoverdad ajena a su realidad, misma que el filsofo espaol Subirats llam la verdad
del massmedia.

Precisamente es Subirats el que lleva la problemtica a un nivel superior, ya no es


solamente la manipulacin ideolgica, hoy, literalmente, los medios crean la verdad que
los pueblos deben conocer y creer.
"Su funcin no reside en la manipulacin de la conciencia, sino en la
produccin de realidad. Por ejemplo, antes el dictador censuraba al sindicalista
que hablaba sobre las condiciones de los obreros y la necesidad de hacer una
huelga. Hoy, formalmente todas las sociedades son democrticas y no existen
formal ni jurdicamente mecanismos legales para hacerle callar la boca a este
sujeto que protesta por las condiciones infrahumanas en que est. Pero el
poder tiene otros recursos: el da en que este seor quiere hacer su declaracin,
pone al lado un partido de ftbol. Y, sin duda, la gente mirar el partido. El
poder puede decir entonces: "No, no. No lo hemos censurado. Somos
democrticos. Puede decir lo que quiera. Pero yo tambin puedo ensear
cualquier cosa." se es el cambio. Otro ejemplo: el poder no va a decir que
65

Theodore. W. Adorno. La industria cultural. Op. Cit.. p.78


Como queda patente en su obra conjunta Para leer al Pato Donald. Comunicacin de masa y
Colonialismo. A.Dorfman, A.Matterlart. S.XXI. 1972. En la cual desenmascaran la serie de mensajes
ocultos y subliminales que se proyectaban en las historietas de Walt Disney, razn por la cual se prohibi
en Chile la distribucin y lectura de las caricaturas del imperio en estos aos, ya que eran una herramienta
ideolgica contra el socialismo y la colectividad presentes en ese pas.
67
Giovanni Sartori. Homo Videns: la sociedad teledirigida. Op. Cit.
66

38
han muerto 650 mil humanos en Irak, pero tampoco lo va a negar. Va a decir
que no lo sabe mientras muestra fotografas de los jardines de la zona verde de
Irak, donde estn nios jugando a la pelota tan tranquilamente sobre cspedes
tan bellos como los que hay en Londres. ste es el tipo de configuracin de
realidad que hoy define el diseo de los massmedia audiovisuales 68
Tambin Ricardo Pozas expresa que la concentracin del poder de la informacin
en los massmedia les facilita los elementos necesarios para realizar inconcebibles
campaas de desinformacin, construidas, en principio, sobre un proceso de seleccin
de la informacin conveniente a sus intereses, misma que se jerarquiza con rangos de
importancia nacional e internacional y se repite continuamente en el transcurso del da
hasta volver monotemtica la informacin y crear un estado de opinin. 69

No es difcil concebir que este estado de opinin se concrete en todos los pases
del mundo, sin excepcin y de manera simultanea, considerando las observaciones de
Alfredo Jalife-Rahme sobre el tema, quien hace evidente su preocupacin por las
megafusiones globales de los medios multimedia y nos dice

No es acaso el totalitarismo multimediatico el peor engendro de la


globalizacin financiera? Mediante sus megafusiones en diez grandes
cadenas (en el doble sentido, meditico y esclavizante) y cuatro empresas
publicitarias globales en manos anglosajonas (que hemos denominado la
telecracia), la plutocracia oligoplica acapara y ultra-concentra (para no decir
intoxica e indoctrina) la distribucin , la desinformacin y la censura selectiva
de noticias donde la verdad perdi su sentido ontolgico y teleolgico. Una
leccin ineludible que arroja la globalizacin financiera es que la nueva
liberacin mental de los ciudadanos pasa inevitablemente por la
democratizacin de los consejos de administracin de los multimedia
controlados por la plutocracia oligoplica anglosajona, una de sus principales
armas de disuasin masiva.70
En suma, podemos decir que las visiones de autores como McLuhan, Dorfman,
Matterlart, Sartori, Subirats, Pozas y Jalife-Rahme confluyen en una reflexin general
que Adorno ofrece con severidad sobre la industria cultural, sealando que
La dominacin tcnica progresiva se transforma en un engao de masas, es
decir en un medio de oprimir la conciencia. Impide la formacin de individuos
68

Cfr. El Financiero, cultura. Hoy no existe otra realidad que la de los massmedia: Subirats. 16 de
marzo de 2007.
69
Ricardo Pozas Horcacitas. Op. Cit. p. 103
70
Alfredo Jalife-Rahme. Hacia la desglobalizacin. Jorale Editores. Orfila. Primera Edicin. Mxico
2007. p.85

39
autnomos, independientes, capaces de juzgar y decidir concientemente. []
Si desde lo alto se difama sin razn a las masas como tales, es justamente la
industria cultural la que a menudo las reduce a ese estado de masa que despus
desprecia, y que les impide emanciparse.71
En este contexto, es imposible negar que las industrias culturales modifican la
ideologa. En este sentido, al abordar nuestro objeto de estudio de manera particular, se
sabe que hay una asimetra evidente en el flujo cultural y que en las industrias culturales
predominan los contenidos trivializados y empobrecidos llenos de lugares comunes para
abarcar la mayor cantidad de publico posible, que su poder es inmenso y que la amenaza
est aqu y ahora, pero aun queda por explicar de forma ms especifica y detallada qu
sucede con las identidades culturales y nacionales bajo esta situacin.

La investigadora Mara de la Luz nos dice:


en un mundo globalizado, con redes electromagnticas y estructuras de
informacin que circundan el globo terrqueo, ofreciendo nuevas formas de
vida y de consumo, nuevas opciones de comunicacin-mundo, es muy difcil
que las comunidades culturales defiendan su espacio vital. Las identidades
culturales comunitarias y nacionales, en todo caso, se diluyen en la gran
identidad global.72
En efecto, el papel de los medios de comunicacin en la formacin y preservacin
de las identidades culturales y nacionales es trascendental73 pero las industrias culturales
hegemnicas estn dispuestas a reducir el dominio del espacio cultural local mediante
las trasmisiones transnacionales simultaneas, la importacin intensiva de los bienes
culturales representativos de su cultura y el establecimiento local de programas
pseudonacionales que son en realidad una copia criolla del programa creado en el centro
de poder de las metrpolis de los pases centrales del capitalismo avanzado, todos estos
son factores que contribuyen a deteriorar las identidades locales.

71

Theodore W. Adorno. Op. Cit. P.78


Mara de la Luz Casas Prez. Identidad nacional y medios de comunicacin. En La identidad
nacional mexicana como problema poltico y cultural. Op. Cit. p. 148
73
La comunicacin sirve para conocernos a nosotros mismos, primero porque en gran parte la identidad
se adquiere de forma relacional, la otredad ayuda a definirnos, pero para conocer al otro se requiere
comunicarnos, por otro lado, la identidad se construye mediante el pasado remoto, y la memoria de este
pasado no puede subsistir si no es mediante la comunicacin, el medio de comunicacin es indiferente,
puede ser transmisin oral, escrita, simblica o mediante el uso de cualquier otro cdigo vigente en el
grupo de que se trate, lo importante es que la memoria histrica permanezca, sin esta comunicacin no
puede sobrevivir el pasado, entonces es difcil pensar que pueda concebirse una identidad ante la ausencia
de comunicacin o incluso que puedan sobrevivir identidades consolidadas si se les priva de ella porque
las sucesivas generaciones perderan la memoria histrica que refuerza su identidad-.
72

40
Entre los rasgos distintivos de la globalidad est el surgimiento de lo que
podemos llamar la conciencia sobre la conexin global; actividad intelectual y
valorativa reforzada por los medios de comunicacin electrnica, capaces de
llamar la atencin inmediata de un pblico, hacia acontecimientos ocurridos en
lugares distantes, generando una situacin de pertenencia y creando un nuevo
imaginario colectivo, que ha dado origen a una cultura planetaria de masas,
cuyo rasgo fundamental es la prdida de los referentes fijos y
unidimensionales. Esta nueva cultura planetaria, mediada de manera creciente
por las formas de comunicacin electrnica, ha producido nuevas
sensibilidades y valoraciones fundadas en la aceleracin del tiempo, que ha
resignificado al presente, frente al pasado y el futuro, como la temporalidad
omnipresente: el aqu y el ahora son las coordenadas de la conducta social y
poltica que le dan valor a la actividad intelectual y a la accin colectiva, en
una nueva secularizacin en la que el sentido social ha dejado de formar parte
de un proyecto histrico.74
Con la industria cultural y los avances tecnolgicos, es un hecho que cambi la
forma de comunicarnos, en consecuencia se modific la forma en que entendemos el
pasado y la otredad, porque incluso conceptos como el tiempo y el espacio que
tradicionalmente ayudaban a entender la realidad sufrieron alteraciones culminantes:
hoy podemos hablar de tiempo real y tiempo virtual, de no lugares, de deslocalizacin,
de realidades virtuales, y todos estos son factores que trastocan la forma en que nos
identificamos, vemos y sentimos a nosotros mismos; el tiempo y el espacio
tcnicamente dejaron de existir y las tecnologas nos despojaron de nuestros referentes
territoriales para ponernos frente a el mundo como pretendidos ciudadanos globales.

Podemos establecer entonces, que el impacto de las industrias culturales


hegemnicas es negativo en la identidad nacional de pases en vas de desarrollo como
Mxico, porque los productos culturales que se importan son generalmente contrarios al
modelo cultural que procura promover el Estado a travs del sistema educativo el
modelo que corresponde a la nacin como es y como quiere ser- y porque la enorme
desigualdad de los flujos culturales inhabilita la produccin nacional que no est en
circunstancias de competir bajo esas condiciones tan dismiles.

En una condicin ideal, la industria cultural debera ser el aparato ideolgico de


cualquier Estado; en el caso mexicano la misma Ley de imprenta y en especial la Ley
Federal de Radio y Televisin, bajo el argumento de que el medio de transmisin espectro electromagntico- es propiedad del Estado y usando la figura de la concesin,
74

Ricardo Pozas Horcacitas. Op.cit. p.101

41
abroga al Estado una serie de derechos para regular las transmisiones con fines de
beneficio social, por lo que en su Articulo 5 claramente se lee que
La radio y la televisin, tienen la funcin social de contribuir al
fortalecimiento de la integracin nacional y el mejoramiento de las formas de
convivencia humana. Al efecto, a travs de sus transmisiones, procurarn:
I.- Afirmar el respeto a los principios de la moral social, la dignidad humana y
los vnculos familiares;
II.- Evitar influencias nocivas o perturbadoras al desarrollo armnico de la
niez y la juventud;
III.- Contribuir a elevar el nivel cultural del pueblo y a conservar las
caractersticas nacionales, las costumbres del pas y sus tradiciones, la
propiedad del idioma y a exaltar los valores de la nacionalidad mexicana.
IV.- Fortalecer las convicciones democrticas, la unidad nacional y la amistad
y cooperacin internacionales. 75
Como se observa, la identidad cultural y nacional est contemplada en el marco
jurdico de medios de comunicacin del pas, y en teora estas regulaciones deberan
haber derivado en una industria cultural nacional mexicana, lo cual no ha sido y no se
vislumbra pronto, debido a errores jurdicos76 pero tambin a la subordinacin de los
medios a las dinmicas de los intereses financieros capitalistas, puesto que la publicidad
los mantiene y en consecuencia su contenido no responde a objetivos educativos sino al
lucro comercial. Esta publicidad junto con ciertos programas de receta creados en los
centros de poder son los que envan todo el mensaje que influye e importa en el
deterioro cultural y el cambio ideolgico.
Esto llega por medio de la publicidad que el Estado ni vigila ni sanciona
(como marca la ley), y as constatamos que las personas interesantes, con
clase, que obtienen lo ms preciado (asociado siempre al xito que da el
valor econmico) se caracterizan por sus rasgos extranjeros. Esas personas
jams podran limpiar la apestosa mugre y el cochambre. Eso toca hacerlo a
las mexicanas, las cuales se han caracterizado en unos sexenios por el uso del
lavadero y por dar muestras de oligofrenia al quedar arrobada frente a una
cubeta que lava haciendo chaca-chaca; en otros , aparecen ms sofisticadas
utilizando aparatos electrodomsticos, siendo ayudadas para sacar la mugre
por el Maestro limpio. [] Es importante no dejar de considerar la influencia
75

Ley Federal de Radio y Televisin. Disponible en lnea en


http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/doc/114.doc
76
El artculo citado, invita a los medios a procurar los efectos sealados, pero no dispone la obligacin
de seguir dichos lineamientos, por lo tanto, la observancia es voluntaria y discrecional, no obligatoria.

42
de la televisin, que tiene quiz tanta incidencia (o ms) que la educacin en la
formacin de los estudiantes, que victimas pasivas de ella no pueden reconocer
formas simblicas de su realidad, porque estas les llegan mitificadas (y
permanentemente sustituidas); los adaptan para acostumbrarlos a aceptar
generalidades que se presentan parcializadas y digeridas; los inducen al
maniquesmo, al consumismo, a la parcelacin de conocimientos, a desear el
way of life y, por tanto, a minimizar lo propio; a suponer que hay un grupo
identificado entre quienes se sientan frente a un televisor para obtener una
supuesta respuesta y en donde solo se acrecienta la telaraa de indiferencia, y
en donde solo existe una zona de silencio en que el hombre, inerme, ve y
escucha sin oportunidad de responder, de cuestionar, de disentir, de
reflexionar, ya que del otro lado cambi el tema o entr el anuncio. Es una
enajenacin, que acabar por imponerse, a menos que haya voluntad de
evitarlo 77
La pregunta lgica sera si existe esta voluntad, y parece no haberla por parte del
Estado mexicano. Usando un termino econmico suele argumentarse el concepto de
rentabilidad para excusar la ausencia de una industria cultural, se dice que no hay
presupuesto, que la demanda es inestable y la inversin es de alto riesgo porque las
propiedades intrnsecas de los bienes culturales hacen que carezcan de inters de
consumo repetido, pero esta visin ignora que los beneficios de la identidad nacional y
cultural van ms all de lo econmico, se trata de la supervivencia misma de la nacin.
Por otro lado, no contempla que los beneficios de fortalecer la identidad autctona se
vern reflejados en todos los rubros:
Los gobiernos no deben ver en la cultura una carga para el presupuesto, sino
una inversin imprescindible y, adems, en gran medida rentable; pero sobre
todo un derecho ciudadano de mxima importancia.. [] Las industrias
culturales adecuadamente montadas y conducidas, pueden tener un impacto
muy positivo en el terreno econmico, social y cultural. Este es uno de los
desafos actuales para las polticas culturales.78
De esta forma, vemos que el grave problema es que Mxico no solamente no ha
trabajado en desarrollar sus propias industrias culturales, sino que los medios de
comunicacin existentes en nuestro territorio, y muy en especial el duopolio televisivo
Tv Azteca y Televisa- nicamente buscan el beneficio econmico y no el desarrollo
nacional o el bienestar social comn de todos los mexicanos, como qued confirmado
en la imposicin que realizaron para modificar la Ley Federal de Radio y Televisin a

77

Martha Luz Arredondo. Mexicanidad versus identidad nacional. Ed. Plaza y Valdez. Mxico. 2005.
p.130-131
78
Julio Carranza Valdez. Cultura y desarrollo. Incitaciones para el debate. En Temas no.18-19: 29-38.
julio-diciembre de 1999. La Habana, Cuba. UNESCO. p. 33-34.

43
su conveniencia en el 2006, modificacin que entre otras cosas extiende el periodo de
las concesiones la tendencia internacional es reducirlas-, incrementa su derecho de uso
del espectro electromagntico y reduce significativamente la capacidad de la institucin
pblica para intervenir en los contenidos que transmiten los medios, constituyendo lo
que organizaciones civiles, acadmicos y especialistas denominaron el ms duro golpe a
la soberana del Estado79 .

En este sentido Mxico se est quedando atrs ante el mercado de las


competencias culturales, y esto no solamente significa que eventualmente su cultura se
ver cada vez ms influida y deteriorada por las culturas que se estn proyectando ms
all de sus fronteras, sino que est perdiendo la oportunidad histrica de usar su enorme
diversidad cultural para reactivar la economa y empezar a crecer con base a un
desarrollo endgeno, un desarrollo que s obedece a sus necesidades y que le permita ser
diverso en lo global.
El lugar que ocupa cada pas en ese mercado en plena expansin ser
proporcional al vigor de sus industrias culturales y a la calidad de su
produccin cultural. Esto puede deparar a cada pas, o a cada regin del
mundo, la ocasin de dar a conocer lo ms universal de su cultura que puede
ser lo que tenga sta de ms particular, de ms nacional, de ms
profundamente humano. [] Es preciso hablar de no-dependencia cultural, es
decir, de la capacidad de un pas de limitar las importaciones superfluas y de
garantizar a la vez una produccin nacional competitiva. Hoy en da,
nicamente las industrias culturales prosperas y bien adaptadas permiten a los
pases zanjar semejante problema.80
Por lo anterior, es necesario que el gobierno mexicano brinde cuanto antes todo el
apoyo posible a la creacin de la industria cultural nacional, ya que sta contribuir
entre muchas otras cosas a incrementar el prestigio en el exterior, consagrar la
independencia cultural del pas, modernizar las instituciones culturales as como
promover la calidad de una vida cultural que llegue a ser la de todos, de forma que se
79

Alma Rosa Alva de la Selva, acadmica de la Facultad de Ciencias Polticas y Sociales de la UNAM e
integrante de la Asociacin de Investigadores de la Comunicacin, enumer en su momento algunos de
los riesgos de la ahora aprobada Ley Televisa, tales como cancelar para los prximos aos la posibilidad
de contar con autnticos medios pblicos; condenar a los medios educativos y culturales a la
desaparicin; despojar al Estado mexicano de recursos financieros al no considerarse el pago de los
derechos de los consorcios televisivos para la operacin de servicios como Internet y telefona celular;
acentuar los esquemas de concentracin en manos de los oligopolios, y alejar la posibilidad de una
sociedad de la informacin ms equitativa y democrtica. Cfr. La Jornada politica. La nueva ley de
radio y tv, el ms duro golpe a la soberana del Estado.
80
Agustn Girard. Las industrias culturales: obstculo o nueva oportunidad para el desarrollo cultural?.
En Industrias culturales: el futuro de la cultura en juego. FCE. UNESCO. 1982. p.34

44
evite la deriva natural hacia los juegos de circo, que ilustran el envilecimiento del
pueblo y la decadencia de una nacin 81 .

En este sentido, las aproximaciones a la industria cultural en Latinoamrica


realizadas por Nstor Garca Canclini nos motivan a pensar que aun no es tarde para
iniciar una industria cultural que proyecte con mpetu la cultura e identidad nacional
mexicanas en el exterior al tiempo que las refuerce y salvaguarde al interior de nuestro
territorio.
Los estudios sobre consumo cultural revelan que los pblicos masivos
mantienen una adhesin preferente a las radios y televisoras nacionales, as
como la msica en la propia lengua y aun del propio pas en toda Amrica
Latina. Pero los medios vienen siendo rediseados de acuerdo con los
formatos transnacionales de la informacin y el entretenimiento. Tanto las
clases altas y medias como crecientes franjas populares acceden a la televisin
por cable y a circuitos informticos internacionales. Luego, las polticas a
favor de la identidad nacional, centradas en su conservacin, son
desbordadas82
El momento de actuar es ahora, tenemos la tecnologa y la capacidad tcnica:
Televisa San ngel es la productora nmero uno de telenovelas en el mundo, tambin
es lder mundial en la produccin de programas de entretenimiento, musicales y
comedia, actualmente exporta sus novelas a ms de 100 pases: toda la regin
norteamericana, 16 pases latinoamericanos, 9 caribeos, 34 en Europa, 8 en Medio
Oriente, 18 en frica y 16 de la zona Asia Pacifico. Produce un promedio de 15 novelas
al ao, tiene 16 foros de los cuales 3 son de alta definicin, recientemente adquiri el
sistema Interplay de Avid, un cerebro electrnico considerado el ms avanzado del
mundo y tiene 5 estudios de los cuales al menos uno tiene capacidad de grabar
mariachis y orquestas completas83 , en datos duros, ocupa el lugar 40 entre las
principales empresas de comunicacin mundial, su produccin es de 48 000 horas
anuales en promedio y alcanza al 90% de la poblacin mexicana a travs de cuatro
canales enlazados a 296 estaciones. 84 Bastaran algunas modificaciones a la Ley Federal

81

Agustn Girard. El cometido de los poderes pblicos. En Industrias culturales: el futuro de la cultura
en juego. FCE. UNESCO. 1982. p.298.
82
Nstor Garca Canclini. Ernesto Piedras Feria. Las industrias culturales y el desarrollo de Mxico. Ed.
Siglo XXI. p.24
83
Revista Telemundo. Seccin Detrs de cmaras. Televisa San ngel: lder mundial en la produccin
de Telenovelas. No. 91. 17 de enero de 2007.
84
Nestor Garca Canclini. Ernesto Piedras Feria. Op. Cit. p. 15-16

45
de Radio y Televisin y su reglamento por parte del Estado en beneficio de la nacin,
as como la exigencia del cabal cumplimiento de las disposiciones que se estipulen, para
que esta inmensa capacidad de produccin y transmisin funcione a favor de preservar y
reforzar la identidad nacional y toda nuestra cultura mediante una industria cultural
mexicana que catalice el desarrollo cultural del pas.

Ello es urgente y necesario, toda vez que actualmente, el contenido de la


programacin de nuestras televisoras es culturalmente vaco en su mayor parte existen
raras excepciones de contenido cultural nacional, al que generalmente se otorgan los
peores horarios o se transmiten por canales de alcance limitado o poco frecuentados,
casi como relleno 85 - y son el vehiculo usado para presentar la ideologa extranjera a
travs de la industria cultural hegemnica.

Como muestra de lo anterior, casi la totalidad de la produccin nacional de


nuestras televisoras es de programas receta copiados de otros pases y repetidos en una
supuesta versin nacional hasta el cansancio baste recordar el caso de Betty la fea,
produccin colombiana importada por Televisa, que inmediatamente despus de
terminar se transmitieron sus clones criollos bajo los nombres de La fea ms bella y Mi
gorda bella y que una vez ms se est retransmitiendo en horario estelar de Televisa;
tambin puede ejemplificar perfectamente la problemtica la transmisin por Tv Azteca
de La niera en su versin mexicana, que es en realidad copia fiel del programa
original. El resto de la programacin es totalmente extranjera y predominantemente
hegemnica: pelculas hollywoodenses en la mayor parte, seguidas de series de T.V.
norteamericanas Smallville; C.S.I. la escena del crimen; Lost; Sexo en la ciudad;
Hroes; La ley y el orden; Padre de familia; Prision break; The contender; Esposas
desesperadas; Gray; Almas perdidas; Los Simpsons- y el ciclo se cierra por una
multitud de caricaturas extranjeras que enajenan a la niez mexicana, la distancian de
cualquier concepcin nacional y la hacen admirar y querer ser como los personajes que
se les presentan, que desde luego no tienen nada de idiosincrasia nacional y mucho de
ideologa y valores del centro de poder -Barbie, Las Bratz, Max Steel, Bob Esponja, Los
85

Baste ver la distribucin y horarios de los escasos programas con contenido cultural nacional en las dos
televisoras predominantes del pas, como los programas Mxico Nuevo Siglo (Domingo 23:30 hrs. y
Lunes 24:00 hrs. Canal 2 o Domingo a las 12:00 hrs. por el canal 4, que es de alcance muy limitado);
Favoritas del cine Mexicano primera y segunda funcin (Lunes-Viernes 17:15 y 19:00 hrs. Canal 4);
Matine de Gala (Lunes-Viernes 13:00 hrs. Cine Sensacional (Domingos 18:00 hrs. Galavisin). Lo que
la gente cuenta (Viernes 23:15 hrs. TV.7). Programacin consultada en Mayo de 2007.

46
padrinos mgicos, Pokemon, Los chicos del barrio, Kim Possible, Yughi Oh - aun si no
hubiera una intensin de transmutacin ideolgica que si la hay en muchos programas
de forma evidente- lo que puede asegurarse es que ningn bien cultural -esto incluye
cualquier programa de televisin- puede ser ideolgicamente neutro, porque los bienes
culturales se elaboran segn la cosmovisin de sus creadores, y en consecuencia ejercen
un impacto sobre otras culturas aun si no fueron diseados con esa intensin. El propio
Plaza Ssamo86 , que es el resultado de los trabajos del Childrens Television Workshop
y la UNESCO, al cual se elogia por su relevancia educativa y su notable esfuerzo por la
neutralidad ideolgica, no escapa de ciertos elementos que le otorgan una parcialidad en
dicho sentido.87

Las razones anteriores confirman la apremiante necesidad de un desarrollo cultural


mexicano, de la instauracin de industrias culturales que refuercen y protejan nuestra
identidad y que contrarresten los efectos del massmedia global. En la televisin
mexicana solo existen dos canales culturales propiamente dichos el 11 y el 22- que son
medianamente apoyados por el Estado y que desafortunadamente son los que menos
alcance y presencia tienen a nivel nacional. Un tercer canal, denominado del
Congreso, creado en 2002, podra anexarse a la lista de transmisiones con contenido
que de alguna manera contribuye a la difusin e informacin de las cuestiones
nacionales.

En conclusin, todos los datos anteriores revalidan que el sorprendente alcance


internacional de nuestras televisoras no est sirviendo para promover la imagen de
Mxico ante el mundo ni como punta de lanza para el desarrollo cultural, igualmente,
prueban el escaso inters que el Estado ha prestado hasta ahora ya no digamos en la
industria cultural, sino en la cultura misma. Ausencia de inters que es irrebatible ante el
argumento de que
a escala nacional, no slo no se ha creado una Secretara de la Cultura, pese a
iniciativas en ese sentido, sino que el Consejo Nacional para la Cultura y las
Artes no ha logrado establecer un marco legal de competencias en relacin
86

Programa educativo para nios promovido por la UNESCO a nivel mundial.


por ejemplo, el hecho de que muchas escenas con los tteres son grabadas en Estados Unidos y se
exportan para su traduccin, hace que los escenarios de fondo, artificiales o naturales, no necesariamente
correspondan a la realidad vivencial del nio y su entorno, produciendo desubicacin, el ejemplo clsico
es que las escenas eran demasiado urbanas, asi que los nios rurales y de pases en desarrollo no solo no
se sentan ubicados, sino que esto era un tipo de discriminacin social.
87

47
con los viejos organismos (INAH,INBA, IMCINE) ni construyendo vnculos
ms horizontales con las dems Secretaras de Estado; esto ultimo hace que
muchas decisiones econmicas sobre la cultura se tomen en la Secretara de
Hacienda o como parte de las polticas presupuestarias generales el pas, sin
que CONACULTA pueda hacer valer los aspectos especficamente culturales
en la distribucin de fondos , en los impuestos sobre produccin y
comercializacin de bienes culturales o el financiamiento el cine. 88
No es que estemos pensando a la cultura como la panacea que llevar a Mxico a
ser potencia mundial, pero s podemos afirmar que en la inmensa mayora de los pases
econmicamente prsperos las industrias culturales propias y la proteccin del Estado
en lo referente a los elementos de identidad nacional han jugado un papel decisivo en su
desarrollo econmico, poltico y social.89

Mxico no debe, pues, ignorar estos hechos ni despreciar las industrias culturales
como una oportunidad de desarrollo, puesto que no se trata solamente de la posibilidad
de obtener un beneficio, los dilemas y riesgos analizados en este capitulo hacen ver que
la cuestin es ms profunda y apremiante: se trata de la propia conservacin del pas, de
defender la soberana, la cultura, la identidad nacional mexicana en su ms amplio
sentido, o de cruzarnos de brazos y permitir que las industrias de la cultura hegemnica
nos aculturen e integren al mundo feliz que estn construyendo: la cultura global
estandarizada segn el pensamiento nico del imperio.

88

Nestor Garca Canclini. Ernesto Piedras Feria. Op. Cit. p. 10


Citemos, como una rpida referencia de la afirmacin anterior, al propio Estados Unidos y las
incontables iniciativas de proteccin de su cultura al interior, como la iniciativa english only que
criminaliza el uso de idiomas extranjeros y en especial el espaol, por su relevancia- en centros de
trabajo y espacios pblicos. Citemos tambin el caso tpico de Francia y el impulso de la francofona,
pero vayamos ms lejos y mencionemos su clusula de excepcin cultural que limita el comercio cuando
este afecta directamente algn elemento cultural de trascendencia.
89

48

1.4 El proceso de globalizacin y las identidades nacionales


La globalizacin capitalista neoliberal apoyada en las industrias culturales muestra una
tendencia a alterar y modificar las formas de cultura de los pueblos del mundo hacia una
estandarizacin cultural y, a la vez, generar mercados y consumo culturales, en
consecuencia, las identidades nacionales de pases como Mxico se encuentran
amenazadas ante este proceso homogenizador que se vive actualmente a nivel mundial.

Es conveniente antes de introducirnos al anlisis del problema hacer algunas


aproximaciones conceptuales bsicas, puesto que si bien este subtema trata sobre el
impacto del proceso de la globalizacin en la identidad nacional, no podemos hablar del
deterioro de sta sin tratar tambin el detrimento de la cultura toda vez que la relacin
entre una y otra es ntima. En efecto, mientras que la identidad cultural es especifica de
una comunidad y se construye mediante el contenido simblico de todo acto social
cualquiera que sea su naturaleza econmica, poltica o social-, la identidad nacional
puede abarcar en su interior una multiplicidad de identidades culturales a travs de un
simbolismo general que cree en toda la poblacin un sentido de pertenencia compartido
no obstante las diferencias tnicas o especificas de ciertos grupos. En el caso de Mxico
como nacin pluricultural, su identidad nacional se nutre de todas las identidades
culturales, creando y difundiendo una amalgama simblica para cohesionar la totalidad
mediante un imaginario colectivo compartido en el que los valores culturales que antes
eran especficos de una comunidad pasan a ser de la Nacin toda, creando as un
sentimiento de arraigo y pertenencia aglutinante, de esta forma resulta evidente por qu
un cambio o alteracin cultural entindanse por esto transculturacin y/o aculturacinque perciba la poblacin afectar invariablemente la constitucin y forma de la
identidad nacional.

Con las anteriores precisiones y abordando el tema de estudio, cabe decir que en
las actuales circunstancias del entorno global, nuestro pas est sufriendo una nueva
penetracin cultural que responde ms a intereses neocolonialistas que a las races e
intereses nacionales; como seala Enrique Alducn, el mundo globalizado en lo
econmico y las luchas por los mercados han generado otra realidad ms all del

49
Estado-Nacin y de su identidad90 , esta nueva identificacin global es cada vez ms
perceptible sobre todo en el proceso de su construccin que se pretende consolidar
mediante la insistencia en la universalidad de ciertos valores y principios, que
convenientemente provienen todos de los centros de poder poltico-econmicos,
entindase el G8 con Estados Unidos a la cabeza.

Una de las razones centrales por la que estas potencias se encuentran tan
interesadas en intervenir y moldear las identidades nacionales, no es solo por uniformar
criterios de consumo cultural y establecer una cultura del consumo, sino para extender y
acentuar el sistema de acumulacin y explotacin capitalista, puesto que la ltima
amenaza al esquema imperialista de dominacin total es la conciencia y la cultura de los
pueblos.

Heinz Dieterich, Presidente del Foro por la Emancipacin e Identidad de Amrica


Latina, es quien ms certeramente ha sealado esta problemtica, al afirmar que la
destruccin de la identidad es la condicin indispensable de un sistema estable de
dominacin que permita la explotacin perpetua del sometido; puesto que un pueblo sin
identidad

no puede ver el camino que ha de andar para su liberacin destruir su

identidad significa cegar al dominado y mantenerlo sometido bajo el sistema de


esclavitud que le ha sido impuesto91 , estos fundamentos explican por qu histricamente
el primer paso de la conquista consiste en el despojo de caractersticas que
faciliten el establecimiento de rasgos humanos comunes con el supuesto
enemigo. Una vez logrado este procedimiento, la imposicin de la voluntad
imperial es percibida como vlida y correcta. La primera imposicin violenta,
de tipo militar, es seguida por la obligacin de aceptar un intercambio
econmico injusto, influencia poltica sobre los organismos de toma de
decisiones, y, muy importante, la aceptacin de que la cultura externa es
superior a la del grupo dominado, y por lo tanto, debe ser aceptada como
propia.92
La espada puede vencerse con la espada, pero cuando se elimina el sentimiento de
agresin, cuando se borra el resentimiento del dominado hacia el opresor y se le genera

90

Enrique Alducin. Perspectivas de la identidad nacional en la epoca de la globalizacin. En Raul Bejar


y Hector Rosales. La identidad nacional mexicana como problema politico y cultural. Op. Cit. p. 122
91
Heinz Dieterich. Identidad nacional y globalizacin. La tercera va. Crisis en las Ciencias Sociales,
Editorial Nuestro Tiempo. Mxico. 2000. p.132-153.
92
Daniel Flores Mora, Mirta Gonzales Suarez. La identidad y conciencia latinoamericana: la
supervivencia futura.Op. Cit. p.58

50
una neoidentidad que lo haga aceptar e incluso admirar y aspirar al sistema de valores
de su dominador, podemos hablar de la culminacin mxima de todo sistema de
sometimiento: quebrantar la identidad es erradicar de origen la voluntad de lucha y de
resistencia. Estos planteamientos estn presentes tambin en la conceptualizacin de
Dieterich en que la identidad -conciencia del ser- es el pilar fundamental de toda praxis
humana y que es en ella donde se origina todo proyecto histrico individual o colectivo,
todo lo cual evidencia y concluye que efectivamente
la disolucin definitiva de la solidaridad y la conciencia histrica ltimos
baluartes de los pobres- es la condicin necesaria para la implementacin
definitiva de la utopa del mercado total y el regreso de las mayoras
tercermundistas al estado mental paleoltico de la evolucin, donde la infancia
de la razn condenaba al homo sapiens a una existencia doblemente esclava: la
de las fuerzas objetivas y la de sus proyecciones subjetivistas, no
comprendidas93
Ahora que hemos revelado el por qu, es muy apropiado pasar al cmo, en el cual
la globalizacin econmica neoliberal juega un papel trascendente en el intento de
concretar la utopa.

Primero, hay que ampliar la idea de que las sociedades se destruyen desde dentro
por sus propios defectos y degeneracin de valores, pues aunque esto es cierto, no lo es
menos que tambin un impacto del exterior puede ser determinante en la absorcin y
desplazamiento de los elementos que conforman el ncleo duro de la identidad al
interior de las colectividades, lo cual es posible porque una parte significativa de la
identidad se construye en relacin al medio, el sealamiento de Ortega y Gasset de que
el hombre es y sus circunstancias es tan valido para el sujeto individual como para el
colectivo, cabe pues esperar que todo cambio en el entorno produzca una mutacin en la
identidad94 pero si el medio est siendo manipulado y condicionado esta mutacin no
correspondera al natural proceso de evolucin y adaptacin identitaria sino a una
perdida de la misma, Glass Santana profundiza la importancia de esto y afirma que

93

Heinz Dieterich. El socialismo del Siglo XXI y la democracia participativa. Ediciones de Paradigmas y
Utopias. Primera Edicin. Mxico. 2002. P.66
94
Es una caracterstica intrnseca de toda identidad la mutabilidad entendida en el sentido de adaptacin
al cambio, puesto que si la identidad no evolucionara para adaptarse a las nuevas circunstancias perecera,
pero es importante mencionar que sin importar los cambios la ncleo-historia permanece, siendo esta la
diferencia entre perdida de identidad y evolucin identitaria. Ahondaremos ms sobre la caracterstica de
mutabilidad en el apartado siguiente.

51
es obvio que el hombre pierde su identidad, por las circunstancias y las
condiciones que el medio ambiente le proporciona, cuando ste (el medio
ambiente) est siendo condicionado por intereses particulares que al fin de
cuentas conducen al hombre a una interpretacin formal y no esencial de s 95
De esta forma, las nuevas condiciones del escenario y dinmicas internacionales
que la globalizacin origina tienen este efecto intencional, causal y no casual sobre las
identidades nacionales, creando en el medio las condiciones que obliguen al cambio
impositivo o deriven en la no sobrevivencia del sujeto en estricto apego a la teora
biolgica darwinista de adaptarse o perecer.

Asimismo, al analizar la globalizacin como un proceso con fines de dominio


ideolgico-identitario, deben considerarse elementos que con frecuencia son suprimidos
en los estudios sobre el proceso global, el primero de ellos y uno de los ms relevantes
es que el influjo econmico y poltico de las grandes potencias viene por definicin
acompaado de la imposicin de una cultura, porque todo sistema econmico y
poltico tuvo sus orgenes en un sistema de valores culturales, y el influjo de que
hablamos se demuestra y explica a s mismo por ejemplo en las exigencias de
democracia, libremercado y respeto a los derechos humanos como requisitos para la
interaccin econmico-poltica, mismos que son presentados como beneficios de la
globalizacin y no como imposiciones- por ello cuando Baudrillard asevera que el
proceso de globalizacin es una nueva forma de colonialismo, nos dice que su funcin
real es convertir todo en un valor de intercambio, en el que cada cosa singular y nica
incluyendo las culturas y finalmente los valores no monetarios terminarn siendo
incorporados.96 En otras palabras y concretando,
cuando cambios cualitativos en las tecnologas productivas o las relaciones de
produccin en el Primer Mundo exigen la readecuacin del mundo material e
inmaterial latinoamericano, las nuevas necesidades primermundistas se
convierten en imperativos. Entre tales necesidades se encuentra el reciclaje
de la identidad latinoamericana 97
Si disolver la identidad permite perpetuar la dominacin, su manipulacin a
conveniencia proporciona beneficios ilimitados, de ah que la intensin del proceso
95

Ramon Glass Santana. Esclavoo qu?. Ed. Plaza y Valdez. Universidad Autnoma de Mxico.
Mxico. 1990. p. 76.
96
Jean Baudrillard. This is the fourth world war: The Der Spiegel interview with Jean Baudrillard Op.
Cit.
97
Heinz Dieterich. Identidad nacional y globalizacin. La tercera va.Op. cit. p.148-149.

52
globalizador nunca ha sido eliminar las identidades nacionales como concepto existente
sino vaciar su contenido para dar a los pueblos una nueva carga ideolgica en su
identidad,
la caracterstica ms importante de la cultura planetaria de masas es su
capacidad de homogeneizar las formas de identidad global sin disolver las
culturas nacionales, tnicas y regionales, sino operando racionalmente a travs
de stas, con estrategias de mercadotecnia que absorben las diferencias en los
valores y representaciones que sustentan un estilo de vida preponderantemente
identificado con la americanizacin.98
Como vemos lo que se busca es crear al interior de las naciones una nueva
conciencia del ser que comparta los valores que interesan a las potencias econmicas:
capitalismo a ultranza, individualismo, democracia burguesa dirigida que salvaguarde
los intereses del capital transnacional, consumismo y ausencia de pensamiento crtico
para no cuestionarse su realidad,
el cambio cultural es provocado intencionalmente por una sociedad de
consumo, y con esto los patrones culturales de nuestro continente son
invadidos por nuevos implementos culturales que progresivamente se vienen
extendiendo en nuestros pases. [] Latinoamrica sufre una agresin
constante en todos sus patrones culturales, crendose en nuestros hombres
anti-valores, con los cuales se esta rigiendo nuestra sociedad actual. [] El
sostenimiento de estos anti-valores es planteado por medio de derechos que
no se apoyan en un valor, poniendo lo legal por encima de lo tico, y de esta
manera lo esencial se convierte en formal. Teniendo en cuenta lo que
acabamos de decir, la bsqueda de libertad, de justicia del hombre
latinoamericano pierde el sentido autentico de su valor, y con ello, pierde su
identidad, ya que las influencias lo encaminan a no tomar conciencia del
proceso social en que vive.99
Dentro de este cambio cultural intencionado, podemos ubicar los instrumentos
ms evidentes: industrias culturales; condicionamientos mediante deuda para modificar
leyes nacionales y reformar el Estado; pero un elemento muy cierto y que tambin es
pasado por alto frecuentemente, es que todo objeto sin necesidad de ser arte- tiene
una carga cultural porque es una expresin tangible de la cosmovisin de sus creadores,
as queda develada una segunda intensin que se persigue al fomentar la sociedad de
consumo, que no es ya solamente la de promover el gasto irracional,

sino la de

apuntalar el cambio cultural mediante el consumo mismo, hoy como siempre la cultura
es el producto y compramos cultura, la diferencia con pocas anteriores es que hoy
98
99

Ricardo Pozas Horcacitas. Los nudos del tiempo. La Modernidad desbordada. Op. Cit. p. 104
Ramon Glass Santana. Esclavoo qu?.Op.Cit. p. 62-63, 76.

53
menos que nunca son nuestros productos los que compramos, y que hoy ms que en
cualquier otro momento existe una campaa permanente e intensa que nos orilla a
consumir precisamente esos productos cuya carga y mensaje cultural es distinta, como
deja manifiesto Simon Dalby al afirmar que:
En una era de corporaciones globales, frecuentemente liderada en la esfera
cultural por pelculas, televisin y artculos de consumo estadounidenses, lo
que esta a la venta literalmente es un estilo de vida y con ste modos de
subjetividad que son contrarios a las culturas tradicionales. Ahora lo que se
compra es identidad, y las imgenes de la modernidad son los iconos de la
cultura globalizadora del siglo veinte. 100
Estos elementos con frecuencia minimizados e incluso ignorados en otros anlisis,
son una prueba irrefutable no solamente del impacto negativo de la globalizacin en la
identidad nacional, sino de que esta alteracin no es colateral sino intencional: la
globalizacin es el instrumento para implantar la homogenizacin.

Continuando en nuestro anlisis del cmo se concreta la perdida de la identidad


nacional y se llena con los valores de la identidad transnacional global, hay otro
elemento que es trascendente en la dominacin puesto que concreta el procedimiento, y
es que la globalizacin se asegura de que el Estado no pueda intervenir a favor de la
sociedad que lo erigi como su garante, sobre esta postura Octavio Ianni ha dicho que
las fuerzas sociales, econmicas, polticas, culturales, geopolticas, religiosas
y otras, que operan en escala mundial, desafan al Estado-Nacin, con su
soberana, como el lugar de la hegemona. As, los espacios del proyecto
nacional, sea cual fuere su tonalidad poltica o econmica, se reducen, se
anulan o solamente pueden ser recreados bajo otras condiciones. La
globalizacin crea imposiciones y establece parmetros, anula y abre
horizontes 101
Sumado esto a la forma en que el Banco Mundial y el FMI crean las condiciones
institucionales a partir de las cuales se transfiere la centralidad del Estado nacional a los
organismos internacionales que determinan sus polticas desde el exterior para

100

In an era of global corporations, often led in the cultural sphere by American movies, television and
consumer items , what is for sale literally is a lifestyle and with it modes of subjectivity that are
antithetical to traditional cultures. Identity is now what is purchased, and the images of modernity are the
icons of the globalizing culture of the twentieth century. Simon Dalby. Geopolitics and global security.
Culture, identity and the pogo syndrome. En Gearid Tuathail y Simon Dalby. Rethinking
geopolitics. Ed.London and New York 1998. p. 298
101
Octavio Ianni. Teoras de la globalizacin. s.XXI. Mxico.1999. p.165

54
homogenizar las periferias102 , ya no puede negarse que la globalizacin tiene un severo
impacto en la identidad nacional mexicana y de otros pases que se hallan en similares
condiciones, no solamente en la medida en que modifica su identidad sino tambin en
cuanto impide el desarrollo del proyecto histrico de nacin que el Estado podra
pretender ejercer, dejando como nica alternativa de desarrollo la adopcin de los
esquemas y valores globales que otorgan grandes beneficios a sus promotores pero
estanca el desarrollo de los pases que los adoptan e incluso propician su decadencia,
puesto que la globalizacin se desenmascara como un sistema de explotacin, no de
intercambios equitativos.

Adentrndonos en el estudio especifico de la identidad nacional mexicana,


podemos mencionar otras razones y factores distintos e igualmente trascendentes que
contribuyen a comprender mayormente la perdida de identidad a causa de circunstancias
que la globalizacin genera.

Por ejemplo, partiendo desde el Estado mexicano,

Martha Luz Arredondo

argumenta que la identidad nacional est siendo suplantada por una identidad de
Estado, cuya premisa fundamental es pugnar por el avance econmico, la globalizacin
sociocultural y una actitud cada vez ms enajenada103 , marcando una evidente ruptura
entre el Estado y la Nacin, separacin que indica que el Estado como institucin ha
sido cooptado por los pases dueos del capital transnacional aspirando a ser como ellos
en la reproduccin del capital sin mirar el costo social. Esta ruptura se explica en el
contexto global mediante el desgarramiento identitario que plantea Alducn en el que
dos grandes tendencias debilitan y fracturan el Estado-Nacin: la integracin econmica
en el nivel macro y la creacin de la identidad en el nivel micro, puesto que si bien el
surgimiento de resistencias ante la globalizacin intensifica y cohesiona las identidades
locales, existe una necesidad del Estado de integrarse a bloques regionales para
fortalecer su presencia econmica, produciendo as la separacin104 , por ello el propio
Estado tergiversa la identidad nacional para generar la identidad de bloque requerida y
fomentar la integracin en la Regin, superponiendo esta identidad de Estado que
obedece a una mentalidad burguesa de la clase dominante en el poder- a la identidad

102

Ricardo Pozas Horcacitas. Los nudos del tiempo. La Modernidad desbordada. Op. Cit. p. 107-131
Martha Luz Arredondo. Mexicanidad Versus Identidad Nacional. Op. Cit. p.157
104
Enrique Alducin.Op. Cit. p.124
103

55
nacional que es la que correspondera defender y promover, y al mismo tiempo, la
identidad nacional sigue siendo agredida desde el contexto global, por lo que enfrenta
dos amenazas simultaneas, una interna y la otra internacional.

Para aclarar por qu existe hoy una identidad de Estado y por qu no es lo mismo
que la identidad nacional como cabra suponerse y como s sucede en otros pases, hay
que tomar en cuenta que el tradicional concepto de Estado-Nacin ha colapsado por la
globalizacin, no por las razones que afirman los tericos globalistas de la inviabilidad
del ente supremo, dicha figura es tan viable que aun existe y funciona, pero ya no para
su nacin. El pacto que supone la figura del Estado-Nacin se quebrant porque se han
agredido los lazos que unan a ambos con toda la fuerza que el entorno global permite,
generando as la existencia del Estado y la Nacin como dos entes separados de los
cuales el primero como institucin ha sido comprado por los dueos del capital y hace
cuanto le ordenan para beneficio del exterior atentando incluso contra su propia
poblacin, lo cual explica en nuestro pas gran parte de los altos ndices de pobreza y
marginacin, el abandono social , la inexplicable carga impositiva a la clase media que
es actualmente quien sostiene el pas y la condonacin de todo pago a la burguesa
nacional e internacional y sus empresas, el mito democrtico del que tanta insistencia
hace la globalizacin como panacea es de hecho la punta de lanza de esta ruptura,
porque la democracia formal realmente existente es muy distinta del discurso de que la
soberana radica en el pueblo, como deja de manifiesto Heinz Dieterich al sealar que
los parlamentarios y senadores actualmente no representan a aquellos que les dieron el
mandato, sino que los sustituyen, y que habiendo sido elegidos para servir al pueblo
solo sirven a dos amos: a las elites y a sus propios intereses.105 La imposicin de la
democracia desde una visin estadounidense mediante la globalizacin es as otro
instrumento que desampara a las mayoras en palabras de Baudrillard, las desregula a
nombre de la libertad- para efectos de la dominacin ideolgica.

Esta breve mencin de la democracia ha sido necesaria porque el procedimiento


mediante el cual se elige el sistema de gobierno y gobernantes es quiz el ms
importante de los lazos que unen al Estado y a la Nacin, si el gobierno es popular la
nacin est representada, y entonces existe lo que se llama un Estado fuerte, pero si no

105

Heinz Dieterich. El socialismo del Siglo XXI y la democracia participativa. Op. Cit. p. 54-55.

56
lo fuera no existe otro lazo de cohesin, por lo que es de esperarse que la clase poltica
vea nicamente por sus intereses y abandone a la nacin o incluso contribuya a
explotarla para beneficio de ella misma y de la oligarqua burguesa nacional con todo el
poder que le fue conferido, como parece estar sucediendo en los ltimos sexenios.106 El
sistema democrtico actual, no contribuye, pues, a mantener la cohesin del EstadoNacin sino a distanciar cada vez ms a cada uno como figuras independientes, pero
conservando el Estado su validez jurdica, tiene tambin el poder de usar la
superestructura del aparato para enriquecerse a costa de la nacin que ha abandonado.

Concluyendo, la amenaza de la identidad nacional mexicana es doblemente latente


en el contexto global, porque no se trata solamente del impacto globalizador y su
proyecto homogenizante, sino del propio Estado mexicano que en su intensin de
integrarse a un bloque econmico que salvo la caracterstica geogrfica Amrica del
Norte- no tiene elementos comunes ya no digamos culturales sino incluso econmicos,
no es extraa una iniciativa del propio gobierno de homologar nuestra cultura y
cosmovisin a la de los vecinos del norte con fines integracionistas.

Hagamos eco a las palabras de Victor Flores Olea, y tengamos muy presente la
capacidad de la globalizacin para penetrar y destruir

las tradiciones locales y

regionales, articulando un mundo nico y homogneo. 107 Y si bien es cierto que


esta agresin incrementa los sentimientos de pertenencia fomentando las identidades
ante lo otro opresor , no dejemos de preguntarnos cunto podremos resistir un impacto
global de semejantes magnitudes, sobre todo si no empezamos a actuar ahora en el
fomento y defensa de nuestra identidad nacional.

La situacin de Mxico es especialmente crtica porque la nacin mexicana y su


identidad enfrenta un doble reto para su supervivencia: resistir por s misma la agresin
global y la del Estado y reapropiarse de la figura del Estado para su legtima defensa y
desarrollo en el mundo global.

106

Sobre la importancia de la democracia y su funcin en la identidad y cohesin nacional, Ambrosio


Velasco Gmez ha profundizado en la problemtica en su estudio Qu democracia para qu nacin?.
Reflexiones desde la filosofa poltica. Que puede consultarse en Raul Bejar y Hector Rosales. La
identidad nacional mexicanaOp. Cit.
107
Vctor Flores Olea. Dialctica aldea local-aldea global. Op. Cit. p.111.

57
1.4.1 Qu es la identidad nacional

Para aproximarnos con profundidad al deterioro que ejerce la globalizacin en la


identidad nacional mexicana, es de primera importancia delimitar este concepto en torno
al cual gira nuestra investigacin, ya que solo definiendo con precisin el objeto de
estudio podremos argumentar sobre el impacto que factores externos y aun locales
ejercen en el desarrollo y existencia de la propia identidad.

En el presente estudio se har siempre referencia a la Identidad Nacional como un


ente vivo, interpretacin que tomamos de los estudios de Heinz Dieterich y su
aproximacin a la sociedad humana como un Sistema Dinmico Complejo y a la
identidad como un sistema de realidad virtual.108

Pensar en la identidad nacional como ente vivo significa que est en constante
cambio y evolucin, aunque estos cambios no son inmediatos el proceso evolutivo es
permanente e ininterrumpido, ahora bien, la carencia de una muerte sbita de la
identidad que se desvanece y transforma siempre debido a cambios graduales- con
frecuencia impide apreciar el dao y decadencia al que aludimos en esta investigacin,
Heinz Dieterich hace una observacin muy concisa sobre esta dificultad de la
investigacin y nos dice que
La ausencia de una muerte biolgica de la entidad, que dramatice el
movimiento como condicin sustancial de su ser, no contribuye a desarrollar
una conciencia de su existencia, no contribuye a desarrollar una conciencia de
la constante evolucin y cambio de la sociedad y su posible meta final. En
consecuencia, confusiones opacan con frecuencia la conciencia colectiva de
una nacin e impiden que busque el devenir dentro de sus posibilidades
histricas reales, para caer victima de quimeras enajenantes109
Por lo anterior debemos tener muy presente que cualquier cambio en la identidad,
ya sea positivo o negativo, no es de ninguna manera inmediato sino el resultado de una
evolucin lenta y gradual, pero siempre en proceso, ciertamente puede catalizarse la
transformacin mediante diversas argucias como cambiar las condiciones del entorno o
108

Puede profundizarse en estas observaciones de Dieterich en Identidad nacional y globalizacin. La


tercera va.Op. cit, pero el autor aborda ms detalladamente este tema en su libro El socialismo del Siglo
XXI y la democracia participativa. Op. Cit p.67-78 de donde hemos tomado la mayora de sus ideas sobre
la Sociedad como un Sistema Dinmico Complejo y de la identidad como un Sistema de Realidad Virtual.
109
Heinz Dieterich. Identidad nacional y globalizacin. La tercera va.Op. cit. p. 135

58
bombardeos ideolgico-psicolgicos que obliguen a la reestructuracin, pero aun as es
un proceso que requiere de tiempo para mostrar resultados, la Dra. Mara Dolores Paris
Pombo es especifica sobre este proceso, y nos dice que
El yo colectivo y el yo nacional son el resultado de una construccin lenta;
cada individuo debe ir encontrando su lugar en l y su pertenencia, al
identificarse con ciertas prcticas sociales, culturales o polticas. Cuando la
identidad no puede construirse en la base, a travs de la participacin popular,
se construye en la cpula, a base de la imposicin de mitos y lideres. La
caracterstica de estas identidades vagas y frgiles es la adscripcin del
individuo por medio de la mimesis, la repeticin (el slogan), los ritos, el lder
que da su nombre a la multitud annima convertida en masa. 110
Estos planteamientos dan razn de por qu el deterioro de la identidad nacional
mexicana como el de otras naciones en vas de desarrollo se hace manifiesto hasta casi
30 aos despus de iniciada la globalizacin, cuando ya ha sufrido este proceso gradual
de cambio impuesto desde la cpula internacional, lo cual quedar ms descubierto al
analizar la constitucin de la identidad nacional y sus principales referentes.

En el sentido ms general la identidad nacional puede ser definida como el


sentimiento de pertenencia de un individuo con una nacin. Pero es evidente que este
concepto es demasiado pobre para el tema que nos ocupa, y que para lograr una
definicin rica en contenido debemos de empezar precisando a la nacin que lleva
implcito el concepto de identidad.

Partiendo de varias fuentes, la nacin es caracterizada por una suma de criterios:


territorio, etnia, lengua, religin, tradicin, etc. Se trata de una comunidad claramente
definida por un conjunto de aspectos y rasgos fsicos, culturales, polticos, sociales y
aun psicolgicos e ideolgicos que identifican a sus miembros como pertenecientes a
ella y distintos de otra.111

Sin embargo, elementos comunes como los que hemos enlistado no


necesariamente conllevan a una misma identidad nacional como lo evidencia el caso
latinoamericano, en que a pesar de que compartimos una inmensa cantidad de los
110

Mara Dolores Paris Pombo. Crisis e identidades colectivas en Amrica Latina. UAM. Plaza y valdez.
P. 81
111
Robert McKim, La identidad nacional y el respeto entre las naciones;. Gil Delannoi. La teora de la
nacin y sus ambivalencia;. Alain Reanaut. Lgicas de la nacin; Jhon Crowley , Etnicidad, nacin y
contrato social; Adrian Hastings, La construccin de las nacionalidades.

59
criterios sealados y muchos de ellos principales para la identidad nacional lengua,
religin, la dominacin espaola como pasado compartido- no poseemos por ello una
identidad colectiva latinoamericana ni mucho menos una nacionalidad continental, sino
que cada pas latinoamericano tiene su propio sentimiento nacional y los propios
latinoamericanos suelen marcar diferencias entre unos y otros para exaltar su propia
esencia.

As, observamos que si rasgos fsicos y culturales compartidos son ciertamente


necesarios en el establecimiento de una identidad nacional y en general en la identidad
de cualquier grupo social- es en realidad la voluntad de ser miembro la que cohesiona la
sociedad, los elementos e intereses comunes permiten la identificacin del grupo al
interior entre los miembros del grupo especifico, al mismo tiempo que permiten
establecer las diferencias con otros grupos y reafirmarse en la otredad al marcar sus
limites, en este sentido la creacin de una identidad nacional entre los miembros de
una nacin es el equivalente cultural de dibujar los limites de la nacin112 pero las
sociedades humanas entendidas como un sistema dinmico complejo tienen un
elemento muy peculiar: el propio hombre, cuya capacidad racional posibilita que tenga
objetivos e intereses particulares que no necesariamente van a coincidir con los de la
sociedad a la que pertenece sin importar cuantos otros elementos culturales compartan,
lo cual no solamente otorga a las sociedades humanas un factor de cambio y evolucin
permanente sino que evidencia el hecho de que la viabilidad, coherencia, unin e
inclusive supervivencia de cualquier sociedad humana depende a mediano plazo de la
colaboracin y aceptacin de una mayora considerable de sus miembros, y para ello se
requiere de la voluntad de pertenecer, el querer ser parte de, que har la funcin de
amalgama social aprovechando los intereses y elementos comunes entre los miembros,
eso es una identidad colectiva amplia, que bien puede ser identidad nacional.113

112

The creation of a national identity among the members of a nation is the cultural equivalent of the
drawing of the boundaries of the nation Pye y Verba. citados en Gearid Tuathail and Simon Dalby.
Rethinking Geopolitics. Ed. London and New York. 1998.
113
La Dra. Maria Dolores Paris Pombo considera la existencia de tres identidades colectivas: las
identidades de base o identidades restringidas: comunitarias, familiares, vecinales, de pequeo grupo; las
identidades amplias: de clase, de etnia, de profesin, de gnero o generacionales; y finalmente las
identidades nacionales o supranacionales; en este estudio se equiparan porque ambas identidades, la
amplia y la nacional, tuvieron su origen en la consolidacin de capitalismo industrial y se fundaron sobre
la revocacin de las identidades comunales o locales. Cfr. Mara Dolores Paris Pombo.Op. Cit. p. XXI

60
Lo anterior puede ser ejemplificado claramente en el momento actual del mundo
globalizado, ya que dada la creciente intensidad del fenmeno migratorio mundial as
como los intercambios culturales masivos e instantneos mediante todos los medios de
comunicacin, resulta cada vez ms difcil encontrar un grupo de individuos en un
territorio que permanezcan tnica y culturalmente puros porque el mestizaje y la
transculturacin llevan siglos desarrollndose, y de hecho se han dado desde los
orgenes mismos del hombre-, y este dinamismo global que vivimos actualmente
hubiera ya terminado con la naciones como las concebimos si no estuvieran sustentadas
por algo ms fuerte que simples rasgos y elementos culturales compartidos entre sus
miembros, la transculturacin hoy es innegable, en todo pas hay elementos culturales
de los orgenes ms disimbolos y distantes: puede comerse Sushi con cubiertos
occidentales mientras se observa en nuestro televisor de manufactura estadounidense
un interesante documental sobre las tribus africanas y esto en esencia no afecta la
cohesin social dado a que existe esa voluntad de pertenencia entre los miembros del
propio grupo que no han dejado de identificarse a s mismos, sentimiento que no viene a
ser otra cosa que la identidad misma, as, voluntad y referentes comunes trabajan de
forma indisociable en la concrecin de la identidad y la ausencia o transtorno de uno de
ellos modificar por fuerza el producto: personas que compartan elementos semejantes
pero no tengan voluntad de ser una misma sociedad no lo sern nunca.

Para sustentar y demostrar la explicacin ofrecida hasta ahora podemos pensar en


muchos pases latinoamericanos; en Irlanda del norte e Irlanda del sur e incluso en las
Coreas, todos ellos son naciones que comparten historia y cultura en una amplitud de
sentidos impresionante y muchos de estos elementos son pilares fundamentales de
identificacin social, pero tienen distintas voluntades, diferentes aspiraciones, y no se
reconocen a s mismas como una sola, de la misma forma, la historia parece confirmar
que las naciones surgidas con personas de origen y cultura diferentes tienen que borrar
las diferencias socioculturales y crear para s mismas los elementos que habrn de
integrarlos, es decir una homogenizacin al interior, el mejor ejemplo de esto puede
representarlo Estados Unidos que se forj de migrantes de muchas partes del mundo y
elimin las diferencias socioculturales mediante el melting pot, creando la nueva nacin
sin origen cuya sentencia mxima para crear una neoidentidad cultural uniforme est
expresada en sus billetes de dlar: et pluribus unum (de todos, uno), otros ejemplos
pueden ser Australia, tambin formada de migrantes de muchas partes del mundo, y

61
Canada, siendo esta ultima un buen ejemplo por la situacin de Quebec, que se define a
s misma como nacin e incluso ya es reconocida por la propia Canad con esa
calidad114 .

Los argumentos expuestos revelan que no basta compartir similitudes para dar
origen a la nacin, la voluntad no es solo deseable sino necesaria, y tampoco basta el
deseo de querer ser si no existen los elementos de unin, los pilares de la nacin, el
ncleo duro de la identidad, esto nos da alguna luz del por qu desde el origen de las
naciones en su sentido moderno, surgidas en la Paz de Westfalia, el Estado ha sido
tradicionalmente homogenizante, los mismos planteamientos del contrato social de
Rousseau revelan esta condicin para toda organizacin social al sealar la perdida de
soberana y voluntad individuales a favor del ente superior para garantizar la paz y
seguridad colectiva, pero a su vez el ente superior puede dictar las reglas que todos
debern acatar, es desde ah donde empieza la igualacin, y es ah donde se cierra el
ciclo entre similitudes y voluntad.

Sobre los anteriores planteamientos, el importante terico francs Ernest Gellner,


que abord el nacionalismo y el origen de las naciones desde una visin moderna, nos
establece las que considera dos condiciones definitivas y definitorias de la identidad
nacional:
1.- Dos hombres son de la misma nacin si y slo si comparten la misma
cultura, entendiendo por cultura un sistema de ideas y signos, de asociaciones
y de pautas de conducta y comunicacin.
2.- Dos hombres son de la misma nacin si y slo si se reconocen como
pertenecientes a la misma nacin.
En otras palabras, las naciones hacen al hombre; las naciones son los
constructos de las convicciones, las fidelidades y solidaridades de los
hombres. Una simple categora de individuos (por ejemplo los ocupantes de un
territorio denominado o los hablantes de un lenguaje dado) llegan a ser una
nacin si y cuando los miembros de la categora se reconocen mutua y
firmemente ciertos deberes y derechos en virtud de su comn calidad de
miembros. Es ese reconocimiento del prjimo como individuo de su clase lo

114

Sobre el reconocimiento del gobierno de Canada a Quebec como nacin, este se anunci por el primer
ministro canadiense Stephen Harper despus de ser aprobado en la cmara de comunes con 216 votos a
favor y 16 en contra el 28 noviembre de 2006.

62
que los convierte en nacin, y no los dems atributos comunes, cualesquiera
que puedan ser, que distinguen a esa categora de los no miembros de ella 115
Por estas razones crear el sentimiento de pertenencia es una actividad fundamental
para la supervivencia de la nacin, la identidad colectiva no se da por si misma, sino que
se genera y moldea, histricamente ha sido necesario trabajar por ella y sustentarla. Es
por esta razn que la nacin debe verse como un ente vivo,
El argumento supremo de lo nacional es orgnico: es algo vivo. La nacin es
palpable y duradera porque en ella esta el sentimiento de la existencia 116
La nacin existe porque el grupo decide concebirla, aqu es importante precisar
dos momentos cronolgicos: en un principio es la comunidad quien concibe a la
nacin y no la nacin quien cohesiona a los individuos dentro de ella como comunidad
nacional117 , esta afirmacin no contraviene el planteamiento de Gellner de que las
naciones hacen al hombre, el cual es perfectamente valido en el segundo momento
histrico, cuando la nacin ya est constituida y fuertemente sustentada, cuando el pacto
social ya ha sido aceptado, es cuando la nacin tiene la capacidad de absorber en su
seno a todo nuevo elemento, puesto que las nuevas generaciones nacern ya en la
nacin, adoptarn sus costumbres y creencias como parte de su sistema de aprendizaje y
experiencia de vida, en este momento la nacin hace al hombre en el sentido que alude
Gernell, le absorbe y amolda, lo ensea a amarla en sus escuelas y el nuevo miembro
aprende de sus padres y de la sociedad en general los valores y creencias que se han
adoptado, comnmente llamados socialmente validos. Por ello, es correcto afirmar bajo
el sustento orgnico de lo nacional que las generaciones constituyen sucesivamente a la
nacin.

Lo descrito confirma que es necesaria cierta homogenidad cultural para la


supervivencia de la nacin, puesto que esta no es informe sino que tiene claras
delimitaciones culturales y aun tnicas y fsicas entre sus miembros. Puede ocurrir,
como Gernell lo seala, que en el territorio fsico en donde se ha constituido y asentado

115

Ernest Gellner. Naciones y nacionalismo. Editorial Alianza. Mxico. 1991. p.20


Gil Delannoi. La teora de la nacin y sus ambivalencias. En Gil Delannoi y Pierre-Andr Taguieff
Teoras del nacionalismo. Ediciones Paids. Espaa 1993 P.11
117
De esta afirmacin se concluye que la adherencia a la nacin y el sentido de pertenencia es en el
primer momento histrico un acto de voluntad, ya que la nacin no existe aun, no puede hacer al hombre,
es cuando se concreta su forma y contenido que las nuevas generaciones han de adaptarse a ella,
hacindose a su imagen.
116

63
la nacin no se encuentren todos los miembros que la componen, o puede que si estn
ah, pero que est tambin gente extranjera a esta nacin dentro de su territorio, o
pueden incluso ocurrir ambas situaciones: que en los limites polticos del Estado no
estn todos los nacionales que son y que de los que estn no todos sean nacionales 118 ,
esto sucede actualmente en todas partes del mundo con una intensidad asombrosa los
fenmenos migratorios se dan todo el tiempo, con todos los orgenes y destinos
posibles- y no por ello se han desecho las naciones, y es que tericamente el principio
constituyente de la nacin no se ve afectado por la presencia de individuos extraos a
ella siempre y cuando estos sean menos que los que conforman la nacin misma,
cuando el nmero de extranjeros crece de forma alarmante sin que adopten la identidad
sistema de costumbres y valores- de la nacin huesped, es entonces cuando la nacin
peligra: se producen gettos119 , barrios barrio latino, barrio chino, etc- y otras
formas de asociacin de los no nacionales, dando por resultado un apartheid de facto
que diluye la integracin nacional120 , una amenaza equivalente, mucho ms frecuente
debido a las tecnologas modernas, es cuando proliferan de forma desproporcional
elementos culturales ajenos a la cultura propia.

Puede apreciarse que la identidad nacional es claramente creada para


diferenciarnos de otros como nacin, para delimitar y especificar quienes somos a travs
de un sentimiento de pertenencia comn que nace originalmente de elementos
compartidos fsicos y culturales- entre los individuos que la conforman, y que a su vez
diferenciarnos de otros refuerza nuestro ser; la otredad, la diferencia, en el caso
especifico del nacionalismo ha sido siempre usada con miras de enaltecimiento, el
nacionalismo es estar orgulloso de lo que se es como nacin, un amor a lo propio
positivamente considerado por quien lo posee 121 .
118

Ernest Gellner. Naciones y nacionalismo. Op. Cit. p.20


Entendido como un simulacro de ciudad, habitado por personas que se consideran iguales o afines, en
el cual destaca su escasa relacin con el resto de la ciudad, produciendo disgregacin social.
120
Por estas razones por ejemplo en Estados Unidos la migracin ha alcanzado la categora de asunto de
seguridad nacional, 30 millones de latinos (sin mencionar los millones de habitantes de otros orgenes)
ejerciendo una presin cultural impresionante lo han obligado a adoptar medidas discriminatorias como la
disposicin english only y ha despertado en ciertos sectores de su poblacin un racismo indiscriminado
con movimientos desesperados como el proyecto minuteman que patrulla la frontera por iniciativa
voluntaria y que pretendi en su momento cazar a los migrantes ilegales en la frontera.
121
Sobre el nacionalismo, que es parte de la defensa de esta investigacin, cabra despejar la acusacin
que se le ha hecho de ser causante de guerras y conflictos por enaltecer la diferencia. Es solo en el caso
del nacionalismo extremo que estos conflictos han aflorado porque no solamente enaltece lo propio sino
que desprecia todo lo ajeno, como queda ejemplificado en el caso alemn durante la segunda guerra
mundial y su himno-consigna: Alemania, Alemania sobre todo, sobre todo el mundo. El nacionalismo
119

64

As, el papel de los otros es de primer orden en la creacin de un nosotros porque


la identidad de una persona o una colectividad se genera en franca diferenciacin con
los otros122 e incluso en un sentido de rivalidad, como se ha sealado en mltiples
estudios psicolgicos relativos a la identidad de los individuos- pero tambin en
estudios sociales y polticos de nuestras culturas, como observamos en el planteamiento
de Simon Dalby al decirnos que la construccin de los otros como enemigos
permiti la creacin de una identidad domestica 123

Ahora bien, la identidad nacional puede presentarse de diferentes formas, de las


cuales Robert McKim precisa las siguientes:

Identificacin dbil. La simple conciencia de que se es miembro de la


propia nacin. En nuestro caso de estudio un ejemplo sera que uno se
considera a s mismo mexicano por el simple hecho de que uno piensa que
es mexicano o se toma a s mismo por mexicano.

Identificacin fuerte. Implica ocho dimensiones para poder considerarse


tal:
Lealtad a la nacin. Supone dar apoyo a la aspiracin poltica
nacional, si existe bien definida.
Adornos de la propia cultura. Las formas de vida, costumbres,
tradiciones, indumentaria etc. que son caractersticas de la propia

por si mismo, no debe pues, ser visto con negatividad, ya que el nacionalismo racional no implica que los
valores nacionales se sitan por encima de todos los dems, ni que sean los nicos reales o validos, casi
siempre los miembros de una nacin tienen varias comunidades de lealtad a las que tambin pertenecen y
reconocen.
122
Porque para ser, segn los planteamientos de tericos como Tuathail Gearid, no basta tener
conciencia de s mismo identidad- sino tener un punto de comparacin para sustentar el propio ser, es
decir, la otredad. Alejandro Grimson viene a puntualizar esto cuando habla de la identidad relacional,
aseverando que uno es uno solo en comparacin a otro. (Alejandro Grimson. Fronteras, Naciones e
identidades. La periferia como centro) Tambin Octavio Ianni refuerza este planteamiento cuando seala
que puede ser ilusorio imaginar que la diversidad se sita en el ser en s, en la identidad. (Octavio Ianni.
La era del globalismo)
123
The construction of others as enemies allowed the formulation of the domestic identity Simon
Dalby.Geopolitics and global security. Culture, identity, and the pogo syndrome. En Rethinking
Geopolitics Edited by Gearid Tuathail and Simon Dalby. Ed. London and New York. 1998 p.296.

65
cultura nacional muestran un carcter dominante en la vida propia y
uno los concibe como adornos de la propia nacin.
Brindar apoyo a ciertas creencias. Primordialmente, apoyar la
creencia de que el estilo de vida de la nacin es el mejor estilo de
vida, al menos para esa nacin: como Mxico no hay dos y otros
dichos populares mexicanos ejemplifican el caso junto a un
sinnmero de canciones; as como la creencia de que es importante
que la nacin se desarrolle. Tambin son caractersticas las
creencias sobre el pasado de la nacin, sus hroes y villanos, su
destino y aspiraciones.
Confianza. Se confa en ciertas esperanzas y propsitos de la
nacin, como la de alcanzar su destino y/o florecer: Ahora si va a
ganar la seleccin, Ya estamos recuperando el territorio que nos
robaron, algn da vamos a salir del subdesarrollo.
Compromisos con la nacin. Como el sentirse comprometido a
contribuir en el desarrollo de la nacin para que alcance su destino.
Manifestacin de sentimientos. Como la alegra y el orgullo por
los xitos de la nacin, y el de la vergenza o el de deshonra, por
sus fracasos, as como el de emocin anticipada al imaginar como
puede desarrollarse en el futuro. Un ejemplo sui generis en Mxico
es la seleccin mexicana y los encuentros internacionales de ftbol
como el mundial, en que una cantidad impresionante de personas se
aglutinan en casas, bares, plazas pblicas y en general cualquier
lugar con televisin para apoyar a la seleccin nacional, se ponen
la verde para sentirse identificados al tiempo que se emocionan
por cada gol y en algunos casos lloran las derrotas, tras cada
victoria las expresiones de jubilo se hacen evidentes en una notoria
proporcin

de

la

poblacin

nacional:

los

claxonasos

de

automovilistas, las movilizaciones masivas a lugares simblicos


como el ngel de la independencia, y la algaraba general colectiva

66
o la decepcin por el fracaso nacional, que es tal en cuanto le
adjudican personalidad al pas, ya que el triunfo o derrota no es de
la seleccin sino de Mxico como sujeto colectivo: Gan Mxico,
Perdi Mxico, Mxico pasa a la final, etc.
Autoconcepcin. Uno se define a s mismo como miembro del
grupo de personas que construye la nacin y que comparte las
lealtades, aspiraciones y compromisos, el cual es el grupo que
indicamos al preguntrsenos quien es nuestra gente.
Autoidentificacin. Esta es la idea bsica y permanente de que uno
pertenece a la propia nacin.

Por ultimo, Mckim aclara que estos dos niveles son solamente los extremos de
identificacin entre los cuales hay muchas otras formas intermedias, en las cuales por
ejemplo puede combinarse un fuerte sentimiento de pertenencia a la cultura nacional
con la indiferencia hacia la agenda poltica nacional. 124

En suma, la esencia de la identidad nacional radica en la creacin de un nosotros,


que en trminos polticos viene a ser la nacin. La nacin somos nosotros, y en
consecuencia, la identidad nacional es el conjunto de rasgos y elementos tangibles e
intangibles que nos identifican como miembros de nuestra propia comunidad y nos
hacen reconocernos entre nosotros mismos como parte de ella, lo que nos hace ser o no
ser. Ramn Miz lo puntualiza claramente cuando expresa que
La nacin constituye un hecho social objetivo, esto es, independiente tanto
de las artificiales fronteras del estado como de la eventual conciencia nacional
de sus integrantes, una comunidad que comparte una misma etnicidad
diferenciada frente a otras, articulada a partir de elementos diacrticos varios
(raza, lengua, cultura, tradiciones, mitos y smbolos, etc.) deslindando as
como evidencia indiscutida lo propio de lo ajeno. Esta diferencia objetiva
genera no ya una identidad nacional, sino un sujeto colectivo, homogneo en
su interior y ntidamente diferenciado hacia el exterior125
124

Robert McKim. La identidad nacional y el respeto entre las naciones. En Robert McKim y Jeff
McMahan. La moral del nacionalismo. V.II. Autodeterminacin, intervencin internacional y tolerancia
entre las naciones. Gedisa Editorial. 2003. p.103-104
125
William Safran y Ramn Maz. Identidad y autogobierno en sociedades multiculturales. Ed. Ariel.
Espaa, 2002. p.70

67

De este pensamiento ya se observa de forma eminente que la identidad nacional


lleva por definicin no solamente la comprensin de nuestro ser, sino el necesario
sentido de pertenencia hacia nuestra comunidad 126 , y este sentimiento puede ser
inculcado como de hecho lo es, ya que se adquiere durante las distintas etapas de
crecimiento en la convivencia social de la comunidad y tambin mediante la educacin
nacional que imparte el Estado- pero puede tambin ser voluntario como sucede en
aquellos que se identifican ms con los habitantes de otros pases y culturas que con la
propia-.

La identidad nacional se construye en base a mltiples factores como veremos en


el subtema siguiente, pero es prudente adelantar aqu, para efectos de apuntalar nuestra
conceptualizacin, que la identidad de las naciones se forja en estrecha relacin con la
historia de sus pueblos, emana de ella, es el resultado de ella, como resultado, la
identidad nacional puede ser entendida como la sntesis de la historia de los pueblos
manifestada en la forma y razn de ser de sus miembros: su conciencia histrica.

126

Mltiples filsofos europeos sobre la idea de identidad, como es el caso de Hegel, Scheling, Marx y
Scheler, coinciden en que la esencia de la identidad es la autoconciencia de que el sujeto individual o
colectivo existe, es decir que no basta estar, para ser hay que reconocerse. Puede ampliarse la visin de
estos pensadores en Sandra Cantoral Uriza. Identidad, Cultura y Educacin. Universidad Pedaggica
Nacional. Primera Edicin. Mxico 2005. p. 13-89.

68

1.4.2 Cmo se construye la identidad nacional


En el apartado anterior se ha explicado que la identidad nacional es generada por el
grupo social en base a elementos identitarios comunes y a la voluntad de pertenecer,
ahora se va a profundizar en el proceso de su formacin, para lo cual es menester insistir
en que no hay nada de natural en la identidad nacional, partimos de la idea de que no es
algo que est dado y de que ciertamente cuesta trabajo desarrollar esa identidad
colectiva,
la mayora de los grupos tnicos, religiosos, polticos y nacionales trabajan
duramente para generar un sentido de identidad grupal. Educan a sus hijos para
que tengan una sensacin de lealtad y afinidad. Levantan instituciones para
mantener tanto la cohesin entre los nios como la cohesin entre los
miembros adultos de la comunidad. Desarrollan rituales y smbolos que sirven
para unificar al grupo. Festejan su historia y erigen monumentos a las hazaas
del grupo. Tambin imponen sanciones a aquellos que violan las normas del
grupo, no le prestan el suficiente apoyo o le dan la espalda por completo127
Ahora bien, el sentimiento identitario no solamente es establecido, trabajado y
reforzado mediante la convivencia social, sino que descansa en elementos cotidianos
tales como compartir el nombre, el territorio, la accin de la guerra y la estructura de un
clan dominante 128 , el sentimiento se construye y alimenta constantemente en los
individuos del grupo a travs de una promocin de valores y referencias comunes, desde
lo social, las costumbres y tradiciones, mitos y leyendas, la fiesta y el rito, son los
constructores ms comunes de la identidad nacional, pero sucede que el Estado como
ente superior que busca la cohesin social tambin orienta la construccin de la misma a
travs de difundir una visin oficial de lo que es la nacin y a lo que aspira, por ello
no es accidental que siendo el pasado comn de los pueblos el principal referente
identitario, casi todos los Estados del mundo pongan un singular esfuerzo en promover
y arraigar en sus habitantes la historia patria mediante los textos escolares que por eso
son gratuitos en la educacin bsica, para que todos tengan acceso a la misma
informacin aprobada por el Estado y uniformar as una visin de las cosas- pero
tambin mediante los smbolos patrios que en su significado ms abstracto y profundo,
suelen ser siempre una sntesis de la historia y las caractersticas de sus pueblos-,
127

Stephen Natanson. El nacionalismo y los limites del humanismo global. En Robert McKim y Jeff
McMahan. La moral del nacionalismo. V.I. Origenes, psicologa y dilemas de parcialidad de los
sentimientos nacionales. p. 261
128
Alejandro Grimson. Fronteras, naciones e identidades. La periferia como centro. Ed. Ciccus 1999.

69
tampoco es circunstancial que cuando una nacin sojuzga a otra, sus primeras acciones
son siempre eliminar vestigios del pasado inmediato anterior principalmente estatuas y
monumentos- para eliminar el viejo sentimiento identitario 129 .

Respecto a la educacin nacional, la divulgacin de la historia oficialista as como


su ideologa particular sobre lo que considera conveniente para la nacin son una
herramienta permanente para crear en la conciencia colectiva el sentimiento de
identidad, y quiz la ms importante debido a que se presenta como verdad absoluta e
indiscutible a la juventud en formacin, lo que facilita su asimilacin. Sobre este tema,
Tomke Lask apunta que la enseanza es un elemento esencial en la formacin y en la
reproduccin de las identidades nacionales 130 , pero hay que especificar que lo que as
se fomenta no es la identidad de lo que se es, sino de lo que se pretende que seamos,
constituyendose as la educacin pblica como el ms importante elemento constructor
de una identidad con el Estado que se instaura hegemnicamente, aunque esto no
necesariamente signifique que sea la aspiracin o deseo nacional, a veces el Estado
reproducir la identidad de la nacin, a veces la deconstruir y reconstruir segn su
conveniencia y las polticas sexenales en el caso mexicano.

De esta situacin de manipulacin identitaria que describimos, Martha Luz


Arredondo realiz un anlisis comparativo de los libros de texto de primaria de 19641973, 1993 y 1994-2001131 , encontrando notables diferencias en cuanto a la creacin del
sentimiento identitario, pues si en los primeros se promova un nacionalismo bien
fundamentado en una amplia explicacin histrica, y tambin se hallaba en ellos una
evidente difusin de valores civiles y nacionales del tipo debes amar a tu patria y tu
bandera porque muchos hombres han derramado su sangre por la libertad de que hoy
gozas; en las ultimas ediciones, y especficamente a partir de 1994 cuando Mxico se
integra de lleno a un proyecto neoliberal, empieza a erradicarse de los libros ya no
129

Estas acciones son ms evidentes en tiempos pasados cuando las guerras y expansiones territoriales
eran frecuentes, por ejemplo en la conquista de Mxico en la que las primeras acciones eran siempre
derrumbar los templos e dolos autctonos y poner en su lugar ermitas y cruces para implantar la nueva
religin, el caso ms atroz es observable en el templo mayor, reducido hasta sus cimientos para edificar la
catedral metropolitana. El ejemplo ms reciente de una accin semejante lo tenemos en la invasin
norteamericana al Estado Iraqu, en la cual no solamente se derrumb de forma deshonrosa la estatua de
Sadam Hussein, sino que sus palacios smbolo innegable de poder y gobierno- fueron saqueados y
reducidos a la miseria.
130
Tomke Lask. Construccin de la identidad nacional. En Alejandro Grimson Fronteras, naciones e
identidades. La periferia como centro. Ed. Ciccus 1999 p. 67
131
Martha Luz Arredondo. Mexicanidad Versus Identidad Nacional. Op. Cit. P. 127-171.

70
digamos los valores cvicos, sino la historia nacional como tal, con el objeto de que las
nuevas generaciones carezcan de identidad y no tengan un punto de referencia que les
permita emprender proyectos propios en un contexto neoliberal global.

Por razones como la anterior, donde se presenta una intervencin ideolgica


jerrquica, puede afirmarse que el sentimiento de identidad no siempre es voluntario,
sino que de muchas formas se induce. En toda sociedad puede obligarse a los miembros
a adquirir la identidad mediante castigo y recompensa, ya que hay implcitos una serie
de beneficios de pertenecer al grupo, Stephen Natanson se pregunta por qu se
identifican las personas con una particular nacin? una de las razones es porque otras
personas pueden obligarles a tomarse en serio la identidad nacional. 132 Sucede que la
posibilidad de ser discriminado y carecer del apoyo de la comunidad es una poderosa
razn para actuar a favor del grupo y procurar pertenecer a l, visto bajo estos trminos
tener identidad nacional ya no es cuestin de pertenencia, sino de sobrevivencia del
sujeto dentro de su propio grupo.

Otra forma de construccin identitaria es a travs de los medios de comunicacin


y las industrias culturales cuando las hay- que generan en la colectividad un
sentimiento de pertenencia e identificacin social. En el caso mexicano, desde inicios
del siglo XX se trabaj muy fuerte con las industrias culturales para arraigar la identidad
nacional, puesto que primero se busc identificar a la comunidad con el ser indgena
para que este grupo minoritario y vulnerable fuera socialmente admitido y dejara de ser
despreciado- y esto se hizo a travs del trabajo de los muralistas de la primera mitad del
siglo XX, obra pensada y dirigida por Jos Vasconcelos desde la Secretara de
Educacin Pblica, pero tambin con el cine nacional, en donde las pelculas exaltaban
fervientemente los valores del ser indgena creando as un sentimiento de admiracin y
adherencia al modelo por la poblacin mestiza133 ; posteriormente, el enfoque identitario
se destin a consolidar la idea del mexicano como el mestizo, encarnado en la figura del
charro mexicano y el mariachi que siempre lo acompaa134 , divulgado mediante el cine

132

Stephen Natanson. El nacionalismo y los limites del humanismo global. Op.Cit. p. 261
Hablamos especificamente de peliculas como Redes, La perla, Janitzio y Maria Candelaria.
134
Etapa que corresponde a la llamada poca de oro del cine mexicano, y en la que recordamos toda la
serie de pelculas esterilizadas por Pedro Infante y Jorge Negrete, que corresponden precisamente a este
modelo: Los tres Garca, Los hijos de Mara Morales, el 7 machos.
133

71
nacional desde la dcada de 1940, y por ultimo para representar al ciudadano urbano, se
present la figura de Cantinflas 135 .

En suma, vemos que la identidad nacional nace en el pueblo y sus sedimentos


ancestrales, quien la mantiene viva y la alimenta a travs de su cotidianeidad y su
conciencia de ser, pero que puede ser trastornada desde una visin hegemnica segn
convenga a los intereses del Estado, y por esta misma razn es valido afirmar que la
identidad es cambiante en cada generacin dependiendo de cmo se ha dirigido su
construccin y la correlacin de fuerzas entre Nacin y Estado, porque
el estado ha utilizado la nacin para consolidarse, legitimndose y
reforzndose en nombre de la nacin. La nacin est as al servicio del Estado,
que la controla, y el Estado al servicio de la nacin porque la organiza 136
La nacin existe per se, la identidad nacional tiene que construirse, Gil Delannoi
afirma que la nacin, afortunadamente, es una cultura concreta: el sentimiento de
pertenencia deriva de una solidaridad activa y calurosa137 , habra que agregar a su
pensamiento que tambin puede derivar de una imposicin jerrquica y de la presin
social.

Si nuestros postulados sobre la construccin de las identidades nacionales son


correctos, queda aclarado el por qu la identidad se modifica y evoluciona
permanentemente segn las circunstancias, no solamente por intervencin del Estado, lo
cual hasta cierto punto puede ser valido, sino tambin y bajo el mismo principio por una
intervencin del exterior en la cotidianeidad social, lo cual en esta investigacin no se
cataloga como evolucin sino como detrimento, ya que es de hecho la concrecin
tangible de la perdida de dominio de lo nacional, lo autctono, por lo extranjero.

Plantea Adrian Hastings que la nacionalidad solo puede sobrevivir a travs de un


ejercicio de imaginacin, tanto colectiva como personal, y lo imaginado puede ser poco
permanente 138 , si hemos sostenido que el impacto de la globalizacin en la identidad

135

Martha Luz Arredondo. Mexicanidad Versus Identidad Nacional. Op. Cit. 126-127
. Gil Delannoi. La teora de la nacin y sus ambivalencias. En Gil Delannoi y Pierre-Andr Taguieff
Teoras del nacionalismo. Op. Cit. p.15
137
Gil Delannoi. Idem.
138
Adrian Hastings. La construccin de las nacionalidades. Etnicidad, religin y nacionalismo.
Cambridge University Press. 2000 p.43
136

72
est afectando el imaginario colectivo de la nacin mexicana y otras naciones en vas de
desarrollo para fines de expansin y dominio econmico, podemos dejar esta pregunta
abierta: es el imaginario sociocultural de la nacin mexicana lo bastante fuerte para
resistir el embate cultural global?.

73

1.4.3

Principales referentes identitarios

Hemos mencionado que la identidad nacional se construye en parte mediante elementos


comunes entre los habitantes de la nacin, y aunque estos factores pueden ser
vastsimos ya que se refieren al amplio espectro cultural de la poblacin que aqu se ha
nombrado como cotidianeidad, existen cuatro de ellos que consideramos fundamentales
en nuestra investigacin y que van a constituir, desde nuestra perspectiva, el ncleo
duro de la identidad nacional.

En nuestro anlisis se va a trabajar el concepto de ncleo duro desde el


pensamiento de Leonardo Da Jandra, que a su vez lo toma del historiador Alfredo
Lpez Austin y tras analizarlo concluye que se conforma de los elementos culturales
resistentes al cambio, a la vez que implica
una venturosa articulacin de factores: cosmovisin, tradicin, similitud e
identidad. Sin tradicin no hay cosmovisin y sin similitud de tradiciones no
hay identidad comn. El ncleo duro es, en sntesis, el dinamismo ordenador
de toda cosmovisin, pues slo a partir de los elementos nucleares se genera y
estructura continuamente el resto del acervo tradicional 139
Partiendo de esta definicin cuando nos refiramos al ncleo duro estaremos
hablando especficamente de cuatro elementos nucleares: lengua; usos costumbres y
tradiciones, smbolos patrios y religin, que son los que introducimos brevemente en
este apartado.

Lengua

En los estudios sobre el origen de las naciones, son numerosos los autores que insisten
en la lengua no solo como un referente de identidad, sino como el ms importante factor
para la cohesin social, la identidad colectiva y el surgimiento de los pueblos, entre
ellos destacan autores como Johann Gottlieb Fichte con su Discurso a la nacin
alemana y Johann Gottfried Herder, quien en colaboracin con Juan Jacobo Rousseau
escribieron la obra Sobre el origen del lenguaje, pero tambin podemos mencionar a
tericos de la nacin como Ernest Gellner, Eric Hobsbawn, Alain Renaut, Adrian

139

Leonardo Da Jandra. Hispanidad, fiesta y rito. Op. Cit. 107

74
Hastings, y otros que han abordado la importancia del idioma en la identidad desde
diferentes perspectivas, como George Fletcher, Tomke Lask y Leonardo da Jandra.

Fitche por ejemplo, asevera en su obra citada que la nacin rene a los hombres
cuyo rgano vocal sufre las mismas influencias exteriores y que estos cultivan su
lenguaje a travs de las comunicaciones que no cesan de mantener unos con otros, por
lo que la lengua hace a los hombres ms que los hombres a la lengua y es a travs de
esta fuerza natural del lenguaje como se concibe el proceso de formacin de una
nacin. 140

Por otro lado Adrian Hastings ha sostenido en sus teoras sobre la construccin de
las nacionalidades que
para la creacin de la nacionalidad a partir de una o ms etnias, el factor con
mucho ms importante y ms ampliamente presente es el de una extendida
obra escrita en lengua verncula. [] las identidades tnicas se convierten de
manera natural en naciones o en elementos integrantes de una nacin en el
momento en que su lengua verncula especifica pasa de un uso oral a uno
escrito hasta el limite de ser empleada habitualmente para la produccin de
obras escritas, y especialmente para la traduccin de la Biblia. Desde el
momento en que la lengua verncula de una etnia se convierte en un idioma
con una escritura propia, extensa y viva, parece haber cruzado el Rubicn en la
senda de la nacionalidad. Si no consigue pasar dicho punto y la mayora de
las lenguas vernculas fracasan ante ese obstculo- es muy probable que nunca
se de el paso a la nacionalidad.141
Algunas visiones negaban que existiera un vinculo entre etnia y nacin bajo el
hecho certero de que no todas las etnias se convirtieron en naciones, sin embargo las
aproximaciones de Hastings aclaran mediante el estudio del lenguaje el por qu unas
etnias lograron el cambio y otras no, estableciendo as el vinculo ignorado por otros
historiadores y concretando la relevancia del idioma como el ms trascendente en la
construccin de la nacin, para lo cual, precisa que su relevancia no est en la oralidad
como en la escritura, es el factor escrito el que permite el salto puesto que
la mutabilidad de un idioma puramente oral milita en contra del desarrollo de
una identidad social clara derivada de un uso diferente del idioma local. Pero
una vez que un idioma se escribe, el proceso de cambio se hace ms limitado y
el grado de uniformidad lingstica se mantiene en distancias espaciales y
140
141

Johann Gottlieb Fichte. Discurso a la nacin alemana.


Adrian Hastings. La construccin de las nacionalidades. Op. Cit . 13-25.

75
temporales mucho mayores. De esto se puede derivar una conciencia explicita
de comunidad obtenida a partir de la unidad de que tal vez sea en esencia,
todava, una lengua verncula. El mero hecho de que una lengua verncula sea
escrita por un puado de personas no establece su ascenso de categora. Su
efecto social depender de la medida en que el lenguaje escrito incida sobre el
uso popular y se convierta en una especie de patrn reconocido, en un medio
de comunicacin al que el comn de las personas puede responder. Cuantos
ms escritos con impacto popular produzca una lengua verncula, ms parece
impulsar a sus hablantes desde la categora de etnia a la de nacin. [] Cuanto
ms se escribe en lengua verncula ms estable se hace esta, mayor es su
capacidad de expresar las ideas del momento, mayor nmero de personas se
entendern entre s utilizndola en lugar de otra. Esto comienza a crear, casi
necesariamente, lo que se podra llamar una protonacin y quienes la
emplean comienzan a ver muchas ventajas en reducir ms el uso del idioma
universal en la religin, el gobierno y la educacin. Al mismo tiempo que pone
en entre dicho la hegemona del idioma universal, la lengua verncula escrita
restringe la diversidad y divisibilidad de las lenguas vernculas o los dialectos
puramente orales, aunque tambin puede dejarlos permanecer en el campo
estrictamente domestico.142
Para demostrar la validez de sus afirmaciones, Hastings realiz un amplio estudio
en el que entre otras cosas, adjudica la decadencia del sacro imperio romano germnico,
al hecho de que el idioma latn declin ante la creciente presencia de textos escritos en
francs, ingls, alemn y castellano, y que el gran cambio en la Edad Moderna Europea,
en el cual se originan las naciones, se debe a muchos factores de consideracin siendo
uno de los ms importantes el deseo de la comunidad cristiana de traducir la Biblia o de
producir otros libros adecuados para la devocin popular, lo que de facto signific un
apoyo cristiano al empleo de las lenguas vernculas aunque esta no era la intensin
primaria, as, es natural que una vez que se extendi el uso de la lengua verncula
escrita en textos sacros, esta escritura se usara tambin para las necesidades laicas de los
habitantes, impactando profundamente en la creacin de la nacin. Jonathan Glover
comparte las ideas de Hastings sobre el lenguaje como base nacional, pero tiene el
acierto de puntualizar que naciones como Blgica, Suiza y Canad carecen de una
lengua nica que los unifique, sobre lo cual manifiesta que se trata de desvos del tipo
ideal que contribuyen a generar una intensa actividad de construccin social 143 , sus
reflexiones refuerzan el papel principal del lenguaje, ya que lo que concluye Glover es

142

Adrian Hastings. La construccin de las nacionalidades. Op. Cit. p. 34-36


Jonathan Glover. Naciones, identidad y conflicto. En Robert McKim y Jeff McMahan. La moral del
nacionalismo. V.I. Origenes, psicologa y dilemas de parcialidad de los sentimientos nacionales.Op. Cit.
p. 29-31
143

76
que las naciones carentes de este elemento tienen que trabajar ms para mantener su
cohesin.

Desde otro punto de vista, Alain Renaut y Ernest Gellner coinciden en que con
toda lgica la lengua es el primer elemento de cohesin social que permite identificarse
con una nacin: Renaut asevera que sera incluso antinatural anexar a un nuevo
miembro que no posea un minimun lingistico, y sustentado en las observaciones
lingisticas de Fitche, defiende que una lengua impura y sin espritu entendiendo el
espritu como las races antiguas en el propio pueblo- elaborada con trminos artificiales
y abstractos, no puede cohesionar una nacin: all donde se ha perdido la pureza de la
lengua primitiva, no podra haber una cultura nacional, ni correlativamente una unidad
nacional 144 ; Gellner postula que la existencia de una lengua, por el solo hecho de ser
diferente de cualquier otra, genera una nacin potencial.145

Por ultimo, hay que mencionar que lenguaje y cultura son entes indisociables,
aunque los debates sobre el proceso de pensamiento aun son intensos, el hombre
interpreta el mundo a travs de su lenguaje, porque piensa en un idioma que a su vez
contiene toda una cosmovisin, as, cuando aprende una palabra lo que adquiere es una
visin muy particular de la realidad, una relacin simblica que codifica y enlaza la
realidad con el nombre que se le asigna dentro del grupo que ha admitido ese cdigo,
pero que no por ello es una visin universal ya que no hay una relacin necesaria entre
el smbolo y lo simbolizado salvo el cdigo valido en ese grupo en especifico, y por ello
la afirmacin del escritor y diplomtico kirguistan Chinguiz T. Aitmatov de que cada
lengua es un mundo no puede ser ms adecuada. Aimatov, cuya opinin tiene especial
relevancia porque su pas como republica sovitica unida enfrent la disyuntiva de
adoptar completamente el ruso que era ms desarrollado como idioma dominante o
adoptar un sistema de coexistencia conservando su idioma nacional a pesar de las
dificultades que esto representaba, se expresa as sobre la relevancia del idioma:
sin una lengua propia es difcil concebir el desarrollo de una identidad
nacional. El idioma es el componente esencial de la cultura nacional y un
medio para su desarrollo. Todo idioma constituye un fenmeno nico,
resultado de la creacin genial de un pueblo. [] Nunca dejaremos de
144

Cfr. Alain Renaut. Lgicas de la nacin. En Gil Delannoi y Pierre-Andr Taguieff . Teoras del
nacionalismo. Op. Cit. p.49,53.
145
Cfr. Ernest Gellner. Naciones y nacionalismo. Op. Cit. p. 64-66

77
admirarnos ante el milagro representado por la lengua materna. Solo ella, por
haber sido adquirida en la infancia, puede nutrir el alma de la poesa popular,
despertar en el hombre los sentimientos de orgullo nacional y procurar el
deleite esttico que experimentamos al sentir los significados y las
dimensiones mltiples de las voces de nuestros antepasados.146
Con los elementos revisados hasta ahora se observa la relevancia de la lengua
como el principal referente para asentar una identidad nacional y el lugar preponderante
que ocupa como cohesionate social en los grupos humanos.

Usos, Costumbres y Tradiciones

Si la nacin la forjan los hombres en un primer momento, entonces puede afirmarse que
son las acciones de sus miembros los que le dan su carcter, dejando de ser simples
acciones y convirtindose en asunto y caracterstica nacional, la cotidianeidad social de
los integrantes de la nacin se consagra as como la cultura nacional y junto al lenguaje
dan forma a la esencia de la nacin: sus usos, costumbres y tradiciones.

Sobre Mxico, Martha Luz Arredondo describe lo que en su opinin es el papel de


estos elementos como referentes identitarios de primer orden:
La identidad nacional [] por igual est en las tradiciones y costumbres
propios del ncleo social-familiar, creando una maraa de sutiles identidades
que se entrecruzan con las que son pilares de la mexicanidad. Surgen de
distinta manera y en su momento reproducen circunstancias, anecdotas y
anhelos que de alguna forma dejaron huella en lo familiar o en el entorno
social, y terminan por colectivizarse. Son los juegos y rondas infantiles que
tienen casi tres siglos de permanencia; tal es el caso de, por ejemplo, La
naranja dulce, Doa Blanca, La vivora de la mar o el Juan Pirulero, que al
igual que hoy, fueron los juegos de los nios que vivieron en los inicios del
siglo XVIII. Canciones que desde mediados del siglo XIX ya eran del dominio
popular: La negra, La Malaguea, Los enanos Refranes donde aparecen los
elementos de lo cotidiano para simbolizar la realidad: Al que nace pa`tamal
del cielo le caen las hojas,El que siembra su maz, que se coma su pinole,
Al nopal lo van a ver solo cuando tiene tunas, El que por su gusto es buey,
hasta la coyunta lame.Por igual estn las festividades populares y la comida
regional, pero tambin la hogarea []Estas y muchas tradiciones ms, que
son comunes a todos, se introyectan a travs de la infancia, no dejan de estar
presentes y, revestidas de nostalgia, se asocian subjetivamente con el sentido
de mexicanidad147 .

146

Chinguz. T. Aitmatov. Cada lengua es un mundo. En Diversidad y nuevos medios de


comunicacin. P. 35-36
147
Martha Luz Arredondo. Mexicanidad Versus Identidad Nacional. Op. Cit. p. 108

78
Con lo anterior, se observa que los usos, costumbres y tradiciones de la nacin
realizan la funcin de una inmensa industria cultural, que a fuerza de repetirse de forma
natural y espontnea generacin tras generacin, crean en los miembros de la nacin
una idiosincrasia peculiar apegada a estas acciones, de las que cabe puntualizarse, no
son dirigidas por el Estado como es el caso de la educacin nacional, sino que estos
surgen directamente de la entraa popular manifestando todo ese contenido histricocultural que sustenta la existencia misma de la nacin, por lo que puede decirse que
estas acciones reflejan desde la base social la necesidad objetiva de homogenidad
nacional en el sentido en que Gellner la concibe148 .

Lo sealado es una diferenciacin importante, pues al suceder el encuentro entre la


identidad nacional que el Estado dirige jerrquicamente y la identidad nacional emanada
del pueblo, que a veces pueden ser similares o a veces ser sumamente contrarias, se da
origen a un punto de equilibrio entre ambas que los obliga a coexistir como un ente
nico: el Estado-Nacin, en el que uno se ve ya incapaz de desarrollarse sin el otro, pues
la nacin es la fortaleza del Estado para legitimarlo y garantizar su supervivencia ya
que sin un sentimiento nacional, la fragmentacin poltica y aun social sera una
constante amenaza, posible y probable-, y el Estado se establece como la seguridad de la
nacin porque le ofrece una base administrativa de sus bienes, pero tambin una
estructura de defensa y representacin en el escenario interno e internacional-.

La relevancia de estos referentes identitarios y de la complicidad del Estado y la


Nacin que mencionamos con anterioridad en la conformacin de lo nacional, est
presente en la definicin de Edgar Morin sobre la nacin, en la cual identifica el hecho
de que la nacin es una comunidad de actitudes y una comunidad de reacciones frente
al extranjero que juega el papel de lo otro- pero lo relevante dentro de este concepto es
que para Morin
la comunidad es de carcter cultural/histrico. Es cultural por los valores,
costumbres, ritos, normas, creencias comunes; es histrica por los avatares y
pruebas soportadas en el curso del tiempo Es, segn la expresin de Otto
Bauer, una comunidad de destino. [] Este destino comn es memorizado,
148

La referencia sobre la homogenidad nacional, segn Gellner, es que esta es requisito indispensable
para la existencia de la nacin y el nacionalismo, pero que de ninguna manera es el nacionalismo quien
impone esta homologacin, sino que el origen es una necesidad objetiva e inevitable que se manifiesta en
forma de nacionalismo. 59-60, 67.

79
transmitido de generacin en generacin, por la familia, los cantos, las
msicas, las danzas, las poesas y los libros, y, a continuacin, por la escuela,
que integra el pasado nacional en el espritu de los nios, en el que resucitan
los sufrimientos, los lutos, las victorias, las glorias de la historia nacional, los
martirios y hazaas de sus hroes. As, identificarse con el pasado hace
presente la comunidad de destino.149
Queda manifiesto en las observaciones de Morin que no es poca la influencia de
estos elementos en la construccin de las identidades nacionales, sino que son realmente
un pilar identitario del que difcilmente se puede prescindir para la cohesin social y
supervivencia de la nacin frente a la amenaza externa.

Por otra parte, entre los usos, costumbres y tradiciones, hay que contemplar
elementos a menudo minimizados en su relevancia, como es el vestuario que en la
mayora de los casos tiene un profundo significado tanto del entorno como de la
cosmovisin social, es decir que no solo es elaborado de acuerdo a las caractersticas del
medio ambiente, sino que suele representar jerarquas, roles, estrato social, etc- la
comida, que tiene su muy peculiar significacin e impacto en la idiosincrasia de cada
pueblo, y las fiestas, mitos e historias, que en la mayora de las naciones son la base de
la transmisin oral de conocimiento, sobre los ltimos Simon Dalby insiste en no
ignorarlos como fuente primaria de identidad y expresa que los mitos e historias son
parte de una cultura especifica que sirven para definir la identidad de quienes somos
nosotros o el pueblo en un contexto especifico 150

Para Da Jandra la fiesta y el rito son elementos imprescindibles para la cohesin


social, y nos dice que
Productor y reproductor de tradiciones, regulador y perpetuador del orden
csmico y social, el rito estableca con claridad las diferencias y posibilitaba al
mismo tiempo la visin identitaria que reuna los pueblos bajo los mismos
dioses y las mismas fiestas.151

149

Edgar Morin. El Estado-Nacin. En En Gil Delannoi y Pierre-Andr Taguieff Teoras del


nacionalismo. Op. Cit. p. 454-455
150
Myths and histories are parts of any specific culture that works to definethe identity of who we or
the people are in specific context. Simon Dalby. Geopolitics and global security. Culture, identity and
the pogo syndrome. En Gearid Tuathail y Simon Dalby. Rethinking geopolitics.Op. Cit. p. 296.
151
Leonardo Da Jandra. Hispanidad, fiesta y rito. Op. Cit. p.110

80
Este pensador da tal importancia a la fiesta y el rito que en su propuesta para la
defensa de la identidad en el contexto global asevera que solamente en estos elementos
podremos alcanzar la liberacin y la trascendencia de nuestro ser.

En conclusin, con el anlisis que se ha presentado, la funcin de generador y


perpetuador de la identidad nacional que ejercen los usos, costumbres y tradiciones se
hace manifiesta y explicita, demostrando que su alteracin puede producir afectaciones
profundas en la esencia y futuro de las naciones, as como el hecho de que su perdida o
ausencia como tales es decir, en su carcter de nacionales- desplazadas en una cantidad
significativa por lo extranjero, pueden debilitar o incluso desmoronar la nacin y con
ella al Estado que se legitima en ella.

Smbolos patrios

Los smbolos patrios de toda nacin son aquellos que, tratndose de la nacin como
ente, la representan frente a las dems, y en los que de forma grfica o sonora se
muestra sintetizado en un muy profundo simbolismo el origen y razn de ser de dichas
naciones: la historia patria, la riqueza geogrfica o cultural, la esencia constitutiva o la
mera concepcin simblica de su lugar ante el mundo. Al interior, es decir para los
miembros de la nacin, los smbolos patrios van a representar los esfuerzos sufridos por
sus antepasados para ver concebida la nacin de la que hoy gozan, motivndolos a
seguir luchando e incluso a sacrificarse si es necesario por una patria mejor
exhortacin en algunos casos, como los himnos y juramentos de ciertas republicas entre
las cuales Mxico se incluye, es textual-.

En ambos casos, los smbolos patrios van a verse con motivo de orgullo, ya que
son los emblemas que los identifican con su pas y, debido a la intensa carga
sentimental de que se les dota en la educacin nacional, despierta los ms variados
sentimientos patriticos ante su agresin o su sola presencia.

Su funcin es en gran medida la de rellenar los huecos que pudiera haber en la


identificacin colectiva de la nacin, cimentando de manera inequvoca un lazo de
igualdad y unin: pese a cualquier diferencia tnica, poltica, social, todos se identifican
con la misma Bandera, el mismo Himno, el mismo Escudo; en Mxico por ejemplo,

81
qu puede identificar como iguales a un indgena taraumara, a un defeo cosmopolita,
a un regiomontano, a un poblador ordinario de Oaxaca y a un tojolaval? fuera de los
smbolos patrios, que todos aprendieron a respetar y a identificar por insistencia del
Estado en la educacin nacional, parece difcil hallar otro elemento que los inclinara a
identificarse mutuamente como iguales: algunos hablan idiomas diferentes, por
supuesto sus costumbres, tradiciones y estilos de vida son radicalmente distintos, as los
smbolos patrios son oficialmente un elemento de representatividad con el exterior, pero
en el interior de la nacin su funcin es la de garantizar al menos una referencia de la
que nadie pueda estar excluido, garantizando un lazo seguro de unin que se sobrepone
a cualquier otra diferencia existente, y para lograrlo es que se insiste tanto en darle la
tremenda carga simblica y sentimental que se les adjudica en la mayora de las
naciones.
En efecto, si en algo se esmera el Estado es en dejar bien claro que esos emblemas
son los smbolos indiscutibles de la nacin y que a todos corresponde identificar y
respetar, para ello no bastan simplemente concebir a los smbolos, sino su incesante
reproduccin en lo cotidiano: las ceremonias cvicas escolares, las transmisiones por
radio y televisin, la presencia de ellos en cualquier acto y edificio de carcter oficial,
pero de mucha ms relevancia su presencia en la moneda en curso, lo cual no es una
regla en todas las naciones y pocas pero es una argucia utilizada con mucha frecuencia
para su difusin y reiteracin en muchas de las naciones modernas, puesto que todos
requieren de dinero, no hay un miembro sin excepcin que a travs de ste no
identifique la imagen de aquello que al Estado interesa difundir como lo nacional, ya
sean los smbolos patrios, ya sean hroes, lugares o figuras altamente simblicos de la
nacin.

Todo lo anterior puede analizarse y comprobarse con precisin en el caso


mexicano, en el cual los smbolos patrios los regula y define la Ley sobre el Escudo, la
Bandera y el Himno Nacionales, documento que slo reconoce a estos tres elementos
como los smbolos patrios y establece por ejemplo en el art.22 la obligatoriedad de los
planteles educativos oficiales o particulares de poseer una Bandera Nacional para usarla
en los actos cvicos y afirmar entre los alumnos el respeto que se le debe profesar, de
igual manera, define en el articulo 25 fraccin IV al describir la ceremonia de entrega de
bandera, que sta simboliza la independencia de Mxico, su honor, sus instituciones y la

82
integridad de su territorio; sobre el Himno Nacional establece en el articulo 46 la
prohibicin de cantar el himno de cualquier otra nacin en nuestro territorio salvo
autorizacin expresa del representante diplomtico y la secretara de gobernacin, as
como puntualiza en el articulo 46 la enseanza obligatoria del himno en las primarias y
secundarias del pas; por ultimo, en el articulo 54 exhorta a las autoridades educativas a
tomar las medidas necesarias para profundizar la enseanza sobre la historia y
significacin de los smbolos patrios en todas las instituciones educativas del pas.

En la revisin anterior de la ley que rige los smbolos patrios mexicanos, queda
evidenciada esa insistencia por parte del Estado en que a travs del aparato educativo se
asegure la identificacin y amor por ellos en la poblacin, ese trabajo no es gratuito, los
beneficios que puede reportar a la identidad nacional y la cohesin de los habitantes una
plena identificacin con la simbologa patria son fructferos para la salud de la unidad
nacional.
De ello, Edgar Morin nos dice que
la mitologa matripatriotica suscita una verdadera religin del Estado-Nacin,
que conlleva sus ceremonias de exaltacin, sus objetos sagrados (bandera,
monumento a los muertos), su culto de adoracin a la madre patria, sus cultos
personalizados a los hroes y mrtires. Como toda religin, se alimenta de
amor, el cual es capaz de inspirar el fanatismo y el odio. [] El mito no es la
superestructura de la nacin: es lo que genera la solidaridad y la comunidad;
es el cemento necesario a toda sociedad y, en la sociedad compleja, es el nico
antdoto a la atomizacin individual y al desencadenamiento destructor de los
conflictos.152
En suma, la importancia de estos smbolos radica en que son los nicos que
realmente pueden compartirse y ser asimilados por todos los miembros de la sociedad
nacional, lo cual se logra al representar de forma alegrica y en algunos casos
sumamente abstracta la esencia de la nacin, pero mucho ms por la divulgacin
mediante el aparato del Estado que inculca el fervor y en varios sentidos obliga a
venerarlos, a amarlos y literalmente a luchar por ellos y defenderlos con la vida, creando
artificialmente una identificacin absoluta a base de la repeticin y la insistencia, que
termina por imponerse sobre cualquier otra diferencia creando un fuerte lazo imaginario
colectivo e incluyente. Esto ultimo es particularmente manifiesto en pases que se
152

Edgar Morin. El Estado-Nacin. En En Gil Delannoi y Pierre-Andr Taguieff Teoras del


nacionalismo. Op. Cit. p.456-457

83
presumen nacionalistas, como fue el caso de Mxico durante un amplio periodo del
siglo XX en el cual se hicieron la mayora de las leyes que involucran la identidad
nacional,

este nacionalismo y exaltaciones patrias mexicanas puede verse en los

diferentes himnos y cnticos que se realizan en el sistema educativo mexicano:


En preescolar, el toque de bandera ...Desde nio sabremos
venerarla y tambin por su amor, vivir!. Y en otra estrofa se lee
inundando a travs de su lienzo tricolor inmortal nuestro ser de
fervor y patrio ardor.
En primaria y secundaria el Himno Nacional de todos conocido, y
el Juramento a la Bandera que a la letra dice Bandera de
Mxico!, legado de nuestros hroes, smbolo de la unidad de
nuestros padres y de nuestros hermanos, te prometemos ser siempre
fieles a los principios de libertad y justicia que hacen de nuestra
Patria, la nacin independiente, humana y generosa, a la que
entregamos nuestra existencia..
Es slo hasta la educacin superior que se elimina el acto cvico semanal de los
Honores a la Bandera, porque es el momento en el que ya se ha implantado
perfectamente la asociacin identitaria a fuerza de la repeticin durante las etapas de
crecimiento ms importante, el resultado es, pues, un hombre maduro al que se le ha
inculcado durante todo su desarrollo el amor y la voluntad de sacrificio por los smbolos
de su nacin, aunque en el capitulo correspondiente analizaremos si estos smbolos y su
funcin como ha sido descrita no han perdido vigencia en el nuevo contexto global.

Religin

Para aproximarnos a la religin como pilar identitario, es conveniente revisar la postura


de Hastings, quien ha dedicado una parte considerable de su investigacin sobre las
naciones al aspecto religioso como constructo importante de la nacin no solo en los
casos particulares sino como fuente misma del propio concepto de nacin en su sentido
moderno, este autor nos dice que

La religin es un elemento integral de muchas culturas, de la mayora de las


etnias y de algunos Estados. La Biblia proporcion, para el mundo cristiano al
menos, el modelo original de nacin. Sin ella y sin su interpretacin y
aplicacin cristianas, es discutible que las naciones y el nacionalismo, tal y
como los conocemos, hubieran podido existir. Adems, la religin ha
producido el carcter dominante de algunas naciones con forma de Estados y

84
de algunos nacionalismos. El cristianismo bblico sostiene el mundo cultural y
poltico a partir del cual surgieron los fenmenos de nacionalidad y
nacionalismo en su conjunto, al tiempo que, en buena parte de los casos,
proporcion un ingrediente crucial en la historia particular tanto de las
naciones como de los nacionalismos.153
Para Hastings, la relevancia de la religin en la construccin de la nacionalidad es
que cumple una funcin mitificadora: la religin cualquiera que sea- da a la nacin un
origen divino al tiempo que envuelve en el mito las amenazas posibles.

Es prudente precisar que Hastings no cree que la religin por si misma de origen a
un nacionalismo, sino que hace ciertas observaciones de que en algunos casos es
contraria a un florecimiento nacional, como sucede en el Islam que de acuerdo al autor
no promueve las lenguas vernculas y carece de un modelo nacional similar al que
contiene la biblia cristiana.

En esta investigacin la creencia religiosa como referente identitario tiene una


importancia especifica, puesto que es bien sabido que la religin catlica en general fue
primero un instrumento de dominacin y despus de cohesin social que homolog a su
manera a todas las etnias que previamente habitaban el territorio mexicano, lo cual se
logr mediante el trabajo civilizador de los frailes, pero el guadalupanismo en
particular fue el fenmeno religioso que consagr la identidad nacional mexicana en su
primera expresin dando pie a la independencia poltica del pas ante Espaa, ya sea
porque la virgen fuera una creacin indgena que permiti perpetuar la adoracin a la
Diosa Madre integrando as plenamente la creencia religiosa de toda la poblacin, ya
por el sentido de propiedad y particularidad que despert en la poblacin mexicana y
muy especialmente en los criollos que no tenan identidad definida, propiciando no slo
el auge del guadalupanismo sobre el catolicismo en la mayora nacional salvo los
peninsulares que no tenan razn para identificarse con ella- sino el despertar de una
nacin que por primera vez se sinti absolutamente identificada con un elemento
comn: la guadalupana, que no hizo esto con ninguna otra nacin sino solo con sus
hijos mexicanos, por lo que el acontecimiento independientemente de su veracidadtuvo desde nacimiento la fuerza de un mito fundacional, lo que se ver con mayor
detalle en el curso de la investigacin segn corresponda.
153

Adrian Hastings. La construccin de las nacionalidades. Op. Cit. p. 15

85

1.4.4 La identidad nacional se pierde o solamente se transforma?


Con todos los elementos revisados en los apartados anteriores, tenemos ya un sustento
terico suficiente que nos permita indagar sobre el proceso de cambio de la identidad de
los pueblos.

Vamos a partir del hecho de que la mutabilidad es una caracterstica intrnseca de


la identidad nacional, este elemento significa que aunque la identidad tenga forma
definida sta carece de rigidez, es verstil, y en su carcter de ente vivo va a evolucionar
constantemente, primero tratando de alcanzar sus aspiraciones y segundo limitada o
directamente influenciada por el medio.

Es incuestionable que la identidad nacional se encuentra en permanente cambio,


primero por la evidencia histrica que confirma que las naciones de hoy no son las de
ayer entendiendo esto como la forma en que se autoconciben en distintas pocas, y
segundo y ms importante porque de no evolucionar el sistema caducara ante la nueva
realidad del entorno, para la identidad nacional, el cambio es sinnimo de
sobrevivencia.

Pretender fijar una identidad monoltica, invariable al paso del tiempo,


definida por una esencia de una vez y para siempre, como se sabe, es una
ilusin. Las culturas adquieren vitalidad a travs de prestamos mutuos, de
procesos interculturales en los que convergen fuerzas desde distintos centros.
[] Toda identidad es acumulativa, se sedimenta, cambia y se renueva. Para
la conciencia colectiva importan las tradiciones que permanecen y las
innovaciones que cuentan con arraigo. 154
En la anterior observacin de Edgar Montiel, destaca un hecho que se considera de
primer orden en esta investigacin, y esto es que a pesar del cambio y el
enriquecimiento que puede darse mediante otras culturas, hay elementos que deben
permanecer, estos son las races profundas de la nacin, que definimos como el ncleo
duro y que son la parte medular de nuestro estudio, mientras estos elementos
permanezcan la nacin perdurar y todo cambio se considerar evolucin, en la medida
en que los pilares identitarios se vean modificados entonces puede hablarse de deterioro

154

Edgar Montiel. Hacia una mundializacin humanista. Op. Cit. p. 14

86
y a plantearse la decadencia de la identidad nacional. En los pensamientos de Octavio
Ianni hallamos la reiteracin de estas reflexiones, cuando afirma que
en todos los casos siempre hay un rescate o una recreacin de las matrices
culturales y civilizadoras, de las races de cada pueblo, tribu o nacin. Muchas
veces, estos son los elementos que operan como parmetros, marcos de
referencia a partir de los cuales se da el prstamo, asimilacin o recreacin de
los elementos exteriores. Pero la afirmacin de autonoma, independencia,
identidad, soberana o hegemona generalmente se refuerza en el contrapunto
con el otro.155
En su anterior planteamiento Ianni nos da una segunda razn por la que el nucleo
duro debe prevalecer en una evolucin identitaria: la diferenciacin con el otro, si el
influjo exterior fuera tal que se perdieran los elementos nucleares, no habra forma de
establecer la diferencia con la otredad, esto porque se eliminaran las especificidades
culturales que nos identifican y se producira una aculturacin tacita: lo otro sera
identificado como nuestro traducindose en los hechos como una autoadherencia a la
identidad exterior.

Es relevante citar a Julio Carranza, cuyas observaciones sumadas a las de Montiel


y Ianni, son concluyentes:
La cultura de un pueblo no es esttica: evoluciona constantemente bajo la
influencia de diferentes elementos de carcter tanto internos como externos,
pero a su vez tiene en su base factores constitutivos de presencia permanente
que la definen como es y la distinguen de culturas diferentes. Esa sntesis
expresa las creencias, las aspiraciones, el conocimiento y las maneras de hacer
las cosas de un determinado pueblo.156
Con los antecedentes tericos revisados hasta el momento, la respuesta a nuestra
pregunta inicial revela ya una piedra angular de solucin: el nucleo duro de la identidad
nacional. Todo parece indicar que la reaccin de los elementos nucleares, es decir su
permanencia y resistencia al cambio o su modificacin ante la presencia de una cultura
exterior, es la que va a definir si la identidad nacional se est perdiendo o si slo ha
evolucionado de forma natural. Aqu ya encontramos una primera conclusin, innegable
segn los estudios presentados: ambas cosas, deterioro y evolucin, son factibles.

155
156

Octavio Ianni. La era del globalismo. Op. Cit. p.28


Julio Carranza Valdez. Cultura y Desarrollo. Incitaciones para el debate. Op. Cit.

87
Con esta verdad como base, en adelante lo que se indagar es cmo se produce la
perdida de identidad mediante el socabamiento del ncleo duro y los diferentes
resultados que puede arrojar esta alteracin en los pilares identitarios ms bsicos.

Hemos visto que mientras el vinculo nuclear, es decir el pasado histrico, la


lengua originaria, usos, costumbres y tradiciones, exista, puede hablarse de una
perpetuacin, cuando estos elementos sucumben ante lo extranjero lo que est
sucediendo no es un cambio evolutivo natural que adopte elementos de otras culturas
para enriquecimiento propio, sino una aculturacin de facto.
La aculturacin la entendemos como un proceso por el cual el contacto continuo
entre dos o mas sociedades diferentes genera un cambio cultural, de acuerdo a Pierre
Berard el proceso acontece en varias secuencias,
en primer lugar, la cultura autctona se opone a la conquistadora. Despus,
con la prolongacin del contacto, se empiezan a aceptar unos elementos y se
rechazan otros, pero se siembra el germen de una cultura sincrtica. Es en la
tercera fase cuando se puede hablar de heterocultura; [] cuando el etnotipo o
mentalidad colectiva, que constituye con la lengua uno de los sustratos de la
cultura, es afectado definitivamente por intervenciones exteriores; los
individuos, cortada la memoria, con su sistema social transformado, se
convierten en los agentes operacionales del etnocidio (auto-etnocidio). Se
produce entonces la asimilacin completa, la desaparicin definitiva de la
cultura original, que acepta los valores del otro. [] Consumada la
aculturacin e instalada la heterocultura, puede ya hablarse de etnocidio por
asimilacin. 157
Como vemos la aculturacin es la apropiacin de una cultura por otra,
precisamente desvinculndola de sus races profundas para generar una identificacin
plena con la cultura dominante, en nuestro tema de estudio este concepto no solamente
reitera que una identidad nacional puede ser destruida, sino que aclara el procedimiento
de deterioro identitario, constituyndose as como un elemento comparativo al que
frecuente aludiremos en el anlisis principal, junto con el de transculturacin.

157

Pierre Berard. "Ces cultures qu'on assasine", en La Cause des Peuples, GRECE Labyrinthe, 1982.
Citado por Jos Javier Esparza. El etnocidio contra los pueblos: Mecnica y consecuencias del neocolonialismo
cultural.
2004.
Disponible
en
linea
en
http://www.paginadigital.com.ar/articulos/2004/2004terc/educacion1/e106068-4pl.asp

88
La transculturacin, concepto acuado por el antroplogo cubano Fernando Ortiz
en 1940, es la aportacin latinoamericana al estudio de las fusiones culturales y la
respuesta de las identidades, Ortiz nos dice que
el vocablo transculturacin expresa mejor las diferentes fases del proceso
transitivo de una cultura a otra, porque ste no consiste solamente en adquirir
una distinta cultura, que es lo que en rigor indica la voz angloamericana
aculturation, sino que el proceso implica tambin necesariamente la prdida
o desarraigo de una cultura precedente, lo que pudiera decirse una parcial
desculturacin, y adems, significa la consiguiente creacin de nuevos
fenmenos culturales que pudieran denominarse neoculturacin[ ...] En todo
abrazo de culturas sucede lo que en la cpula gentica de los individuos: la
criatura siempre tiene algo de ambos progenitores, pero tambin siempre es
distinta de cada uno de los dos. En conjunto, el proceso es una
transculturacin, y este vocablo comprende todas las fases de su
parbola.158
De acuerdo a la propia definicin de Ortiz, la diferencia fundamental es que la
aculturacin absorbe e integra una cultura, mientras que la transculturacin lo que
produce es un elemento nuevo, original e independiente de los que le dieron origen.

Aplicando estos conceptos a lo que hemos venido desarrollando, dentro del


proceso de globalizacin la aculturacin sera valida en la visin de una
americanizacin, que supone la imposicin y adopcin del american way of life en todo
el mundo como un ideal; mientras que la transculturacin comparte ms una visin
como la de Jos Vasconcelos y Leonardo Da Jandra, que plantean una raza csmica, un
mestizaje superador, que no corresponde a ninguna de las culturas existentes sino que
es un elemento totalmente nuevo derivado de un mestizaje global que constituir en
palabras de Da Jandra la quinta raza, y que de concretarse no sera diferente a un
gigantesco melting pot de escala global.

En suma, la preservacin o perdida del ncleo duro identitario en el proceso de


cambio es realmente lo que definir cualquier resultado obtenido, ya que este va a ser el
lazo con los orgenes que perpetan el ser y que impiden que la mutacin de la
identidad nacional derive en una neoidentidad o una aculturacin.

158

Fernando Ortiz. Contrapunteo cubano del tabaco y del azcar (Advertencia de sus contrastes
agrarios, econmicos, histricos y sociales, su etnografa y su transculturacin). Ed. CubaEspaa.
Madrid, 1999, p.83

89
Heinz Dieterich establece la necesidad de guardar un equilibrio en el proceso de
cambio para que la identidad nacional evolucione con xito sin ver amenazados los
pilares que la sustentan,
la identidad cual propiedad de un sistema ciberntico tiene que equilibrar dos
funciones tendencialmente contradictorias: a) la conservadora, de defender la
idiosincrasia del sistema frente al entorno; b) la adaptativa, de evolucionar el
sistema conforme a los cambios del medio circundante. Si se autonomiza la
primera, el sistema perece por conservadurismo; si se autonomiza la segunda,
se disuelve en el entorno: sobrevive por adaptacin, pero pierde su identidad
como ente propio: deja de ser sujeto y pierde su razn de ser.159
As, vemos la enorme dificultad que enfrenta la identidad cotidianamente para
mantenerse viva en el nuevo entorno sin perder por ello su esencia. La segunda funcin
que establece Dieterich nos remite a los argumentos que hemos dado sobre la forma en
que la globalizacin est cambiando el entorno y las imposiciones de adaptacin por el
FMI y otros organismos internacionales al servicio del G8, ceder a esas imposiciones
cuando a todas luces vayan en contra de la identidad nacional, significa atentar contra la
propia existencia en el sentido en que este autor lo ha descrito: se sobrevive por
sumisin, pero ya no hay razn para existir porque se ha traicionado la esencia que
motivaba nuestro paso por la historia.

Da Jandra es contundente sobre la destruccin de lo nacional, y determina que


las culturas tienen un corazn, un ncleo identitario donde guardan su alma y
su ltima posibilidad vital antes de sucumbir; mientras ese ncleo siga
latiendo, mientras la voluntad de ser que lo anima siga intacta, las culturas
podrn renacer. Por el contrario, cuando el corazn nucleohistrico de una
cultura es herido de muerte por otra cultura, la desaparicin de la primera es
inevitable. 160
Queda demostrado en este apartado, que las identidades nacionales s pueden
destruirse, esta destruccin se puede dar tanto desde el interior como desde el exterior, y
el elemento definitorio, el ncleo duro de la identidad nacional, es el que define si la
nacin frente al cambio enfrenta un proceso de deterioro o evolucin.

159
160

Heinz Dieterich. Identidad nacional y globalizacin. La tercera va.Op. Cit. p. 164


Leonardo Da Jandra. Hispanidad, fiesta y rito. Op. Cit. p. 71

90

1.5 La tendencia homogenizante. hacia una sociedad global?


Con base a todos los diversos elementos analizados en este capitulo sobre la naturaleza
de la globalizacin, el proceso de globalizacin cultural, el papel de las industrias
culturales, la constitucin de la identidad nacional y sus referentes as como la forma en
que esta evoluciona, puede hacerse un anlisis objetivo y preciso sobre la tendencia
homogenizante de la que se infiere que se est desarrollando una sociedad global
uniforme que atenta contra la diversidad y las identidades nacionales de diversos pases
del mundo, de los cuales Mxico es nuestro caso particular de estudio.

Sobre la tendencia de uniformidad cultural, como se ha expuesto en los temas


anteriores es evidente que sta existe y que se origina principalmente porque los
intercambios culturales, que en esencia son naturales y han estado siempre presentes en
la historia de la humanidad, hoy han dejado de ser equitativos porque los progresos
tecnolgicos, desde la revolucin industrial pero especficamente en el siglo XX con el
desarrollo de la radio, televisin, cine y a escala superior el internet como una red
global, permiten un flujo incesante y masivo de informacin que no puede ser regulado
por las tradicionales barreras fsicas que garantizaban la soberana del Estado, de forma
que la poblacin est permanentemente expuesta a influjos culturales extranjeros.

Esta influencia meditica se torna grave no porque permita acceder a otras


visiones y elementos culturales del mundo, lo cual es natural y deseable para una
evolucin identitaria, pero en cuanto estos desarrollos tecnolgicos se usan como
industrias culturales hegemnicas y jerrquicas por las grandes potencias del mundo es
cuando se observa una intencionalidad de forzar el cambio de identidad de los pases
menos desarrollados para que adopten como modelo los pretendidos valores
occidentales que convienen al G8 para la expansin comercial y el apuntalamiento del
modelo neoliberal en el mundo y su ideologa. Esto queda patente tambin en el hecho
de que la mayora de las naciones de tercer mundo no poseen sus propias industrias
culturales ya no digamos de capacidad internacional sino para difundir al interior de sus
territorios la esencia de lo nacional en contraposicin a lo global, las televisiones
nacionales no solo estn repletas de programas y series extranjeras, sino que el poco
contenido nacional es de facto una copia de un programa receta extranjero que no

91
aporta elementos nacionales y que contribuye a reiterar en el imaginario colectivo social
la importancia de poseer y comportarse como lo otro extranjero.

La desigualdad de los intercambios culturales y la intencionalidad de inducir el


cambio cultural queda manifiesta desde la propia naturaleza de la globalizacin y el
modelo econmico neoliberal que no promueve ni intercambios justos ni libre mercado,
sino economas dirigidas por los centros de poder de la oligarqua mundial el G8 con
Estados Unidos a la cabeza- al resto del mundo mediante cartas de intensin y
condicionalidades de sus organismos econmicos ejecutantes FMI, Banco Mundial- y
algunos otros ONU- diseados para legitimar los pretendidos valores universales
que en realidad son nicamente los valores del autoproclamado occidente
desarrollado, y que bajo el argumento de promover sus ideales como indispensables
para la paz y el desarrollo mundial democracia, derechos humanos, no proliferacin
de armas nucleares, etc.- juzgan otras cosmovisiones vigentes y no menos validas de
otros pases, pero al mismo tiempo que castigan y condenan a la periferia por no seguir
estos principios, permiten que los pases centrales rompan impunemente, a su
conveniencia y de la manera ms obvia cualquiera de sus postulados cuando as
conviene a sus intereses, baste recordar la guerra contra Irak que fue en contra del voto
del Consejo de Seguridad de la ONU161 .

Ahora bien, la parte medular de la transformacin cultural no se da mediante la


imposicin de esos cambios por los organismos oligarcas del poder econmico mundial,
sino que estas exigencias son de hecho para abrir las puertas a una intromisin cultural
directa, por lo que generalmente se exige apertura no solo econmica sino
democrtica,
junto con la expansin de las empresas, corporaciones y conglomerados
transnacionales, articulada con la nueva divisin transnacional del trabajo y la
emergencia de las ciudades globales, se verifica la declinacin del estadonacin, ya que el estado-nacin comienza a ser obligado a compartir o aceptar

161

Estados Unidos impuls la guerra primero bajo el pretexto de supuestas armas nucleares que nunca
existieron en Irak pero que EU siempre ha tenido sin que se le juzgue por ello, y posteriormente bajo el
argumento de instaurar la democracia que no puede ser ms cuestionada en esa situacin- en un pas
con un rgimen tirnico, intervencin no pedida que constituye una violacin directa a la soberana y
libertad de la nacin iraqu que no necesariamente comparte la idea de democracia como lo prueba el
hecho de la aun en pie resistencia civil.

92
decisiones y directrices provenientes de centros de poder regionales y
mundiales. 162
Lo anterior permite la llegada de toda la avanzada cultural que representan
principalmente los contenidos mediticos y en segundo termino pero no menos
importante las franquicias y empresas transnacionales, que en su aparente intensin
meramente comercial se oculta el hecho de presentarlos como iconos de la globalidad y
el progreso: McDonalds, Coca-Cola, Levys, Mix Up, por mencionar solo algunos, que
concretamente establecen una diferencia ficticia entre el desarrollo y el atraso, al tiempo
que promueven la homologacin mediante el imaginario simblico que envuelven para
asegurar el consumo en los nuevos mercados.

Una de las caractersticas que ms se resaltan de los habitantes de cualquier


ciudad del mundo es su tendencia a parecerse cada vez ms en lo que respecta
a sus costumbres, sus gustos, sus ideas y sus hbitos de consumo. Las personas
tienden a identificarse con los mismos smbolos aqu, en Buenos Aires o
Miami. El hombre contemporneo podra ser definido como logofago, es
decir, como un devorador compulsivo de smbolos. Como resultado el
imaginario colectivo de las sociedades se va articulando en funcin a lugares,
estticas, programas de televisin, marcas de productos, lecturas, modos, entre
tantas otras formas simblicas, que responden a un denominador comn. []
La masificacin simblica nace a partir de las industrias culturales, en plena
expansin, de crear mercados globales donde colocar sus productos.163
As pues, queda al descubierto que no solamente los centros de poder intervienen
directamente como promotores del cambio para supuesto beneficio de las naciones, sino
que tambin hacen uso de sus empresas y corporaciones para deteriorar la esencia de lo
nacional y preparar el terreno de una integracin cultural tejiendo la globalizacin desde
arriba, de acuerdo con los intereses comerciales que defienden.

Los escpticos suelen argumentar que es imposible homologar una diversidad tan
grande y plural de identidades y cosmovisiones como la que representa el mundo, pero
con todas las herramientas de las que hacen uso los centros de poder es fcil
comprender que la construccin de una cultura global no es ni utpica ni accidental,
Simon Dalby expresa en sus estudios que

162
163

Octavio Ianni. La era del globalismo. Op.Cit. p. 15


Edgar Montiel. La diversidad cultural en la era de la globalizacin. Op. Cit. p. 11

93
la circulacin global de imgenes y utensilios, frecuentemente de origen
estadounidense, fomentan la formacin de una cultura de consumo global que
est en desarrollo. Tambin fomentan subjetividades que identifican en cierto
grado con los personajes de las pelculas y los aparatos que usan en las series
de televisin que son tan populares en lugares aparentemente inverosmiles. La
cultura global puede ser fcilmente construida como una parte crucial de la
hegemona contempornea global..164
La teora y argumentos expuestos en todo el desarrollo del capitulo, demuestran
que la globalizacin no es un simple proceso histrico natural, sino una forma ideada e
impulsada por los centros de poder para extender su influencia poltico-econmica y
abrirse mercados en el resto del mundo, al que muy intencionalmente se contiene el
progreso con fines de perpetuar el status quo de dominacin.

De acuerdo con Julio Carranza, el impacto de este orden mundial sobre la cultura
y la identidad cultural se manifiesta de la siguiente manera:
1. Impone fuertes limitaciones de recursos para la produccin y conservacin
cultural, sobre todo en los pases subdesarrollados.
2. Genera polarizacin y desigualdad social en el consumo cultural.
3. Produce una fuerte mercantilizacin, en un sentido muy liberal, de la produccin
cultural.
4. Establece la monopolizacin de los medios de comunicacin masiva, que
imponen valores culturales y de consumo del Primer mundo.
5. Impone la monopolizacin de las tecnologas de avanzada.
6. Genera migracin de los talentos intelectuales y artsticos de la periferia al
centro del sistema 165 .
Con los lineamientos que propone Carranza, no es de extraarse que la sociedad
est encaminndose a un sistema global y homogneo de cultura y valores neoliberales
y preponderantemente estadounidenses, puesto que toda la exposicin cultural que
recibe la sociedad se resume a valores jerrquicamente seleccionados y dirigidos al

164

Global circulation of images and commodities, often of American origin, suggests a universal
consumption culture in the making. But it also suggests subjectivities that identify to some degree with
the characters in the movies and the commodities that they use in the television soap operas that are so
popular in apparently unlikely places.Global culture can easily be construed as a crucial part of
contemporary global hegemony. Simon Dalby. Geopolitics and global security. Culture, identity and
the pogo syndrome. Op. Cit. p. 299
165
Julio Carranza Valdez. Cultura y desarrollo. Incitaciones para el debate. Op. Cit.

94
mismo tiempo que las identidades locales se ven imposibilitadas de manifestarse en
esos mismos medios ya sea por falta de recursos econmicos como se ha puntualizado
o bien porque se niega directamente el acceso a ellos como medio de expresin popular.

Recordemos que si las identidades nacionales fueron creadas en un periodo


relativamente reciente para constituir y asentar los Estados-Nacin, y no son
inmutables, nada impide que se siga el mismo procedimiento para concretar una
identidad global borrando paulatinamente los referentes identitarios de las naciones ya
existentes en favor de una cultura global. El referente histrico de cmo se desarroll en
los Estados la identidad nacional es la mejor prueba de que la misma homogenizacin
centralizada puede hacerse a una escala mayor si se tienen los instrumentos y la
capacidad necesarios.

Ahora bien, si la lengua es el ms trascendente pilar identitario, debera


preocuparnos seriamente el auge del ingls y la insistencia de Estados Unidos por
instaurar a este idioma como una lengua franca, cuya difusin ha ido ms all de su
simple conocimiento y uso sino como una autentica avanzada

cultural para la

estandarizacin,
aunque las diferencias lingsticas siguen siendo una barrera para la
expansin de los programas de televisin y de otros productos culturales, el
predominio global del ingls proporciona una infraestructura lingstica
(especialmente en los negocios, la poltica, la administracin, la ciencia, la
educacin y la informtica) tan poderosa como cualquier sistema tecnolgico
para la transmisin de ideas y culturas.166
El planteamiento anterior explica y fundamenta la preocupacin de autores como
George Fletcher y sus Razones para la autodefensa lingstica, ya que si la lengua
afecta al pensamiento obviamente tambin afecta el ncleo de la cultura, y lo que est
sucediendo actualmente en el mundo es muy similar a lo que en uno de sus ejemplos
sobre el impacto lingstico en las identidades nacionales denomin Operacin
babelosa, que resumidamente consiste en orillar de todas las formas posibles a una
cultura a hablar y usar palabras de un idioma que no les corresponde para alterar su

166

David Held and Anthony McGrew. Globalizacion / antiglobalizacion. Ed. Paids Ibrica. Espaa.
2003. p.44

95
identidad, modificar su entendimiento de la realidad y ejercer as un dominio
ideolgico 167 .

En suma, no hay ninguna duda de que existe una tendencia homogenizante, que no
sera de mayor importancia si no se acompaara de instrumentos que debilitan los
pilares de las identidades particulares. Una identidad cultural y nacional bien definida y
arraigada puede enfrentar con xito una amenaza externa como tradicionalmente lo ha
hecho en el transcurso de la historia en el que se han mantenido inclumes a agresiones
del medio, pero el impacto no solamente es ms intenso que nunca, sino que se
acompaa simultneamente de herramientas que intencionalmente socavan las races
para permitir una penetracin cultural profunda, por lo que la amenaza a la identidad es
especialmente cierta y nunca antes vista en otras pocas, Mannuel Castells describe con
puntualidad una de las formas en que se debilita el ncleo duro de la identidad debido
en gran parte a los avances tecnolgicos, y nos dice que
la inclusin de la mayora de las expresiones culturales dentro del sistema de
comunicacin integrado, basado en la produccin y distribucin electrnica
digitalizada y el intercambio de seales, tiene importantes consecuencias para
las formas y procesos sociales. Por una parte, debilita de manera considerable
el poder simblico de los emisores tradicionales externos al sistema, que
transmiten a travs de las costumbres sociales codificadas por la historia:
religin, moralidad, autoridad, valores tradicionales, ideologa poltica. No es
que desaparezcan, pero se debilitan a menos que se recodifiquen en el nuevo
sistema. 168
Corresponde pues a toda la nacin trabajar para reforzar el ncleo duro de su
identidad y delimitar las fronteras culturales de Mxico. La globalizacin no es ms un
proceso de expansin econmica como un sistema de dominacin ideolgico para
consagrar la supremaca absoluta del mercado y el consumo sobre cualquier otro valor,
incluso los ticos y humanos, y esto solo ser posible cuando aculturen a las diversas
naciones del mundo.

167

Cfr. George Fletcher. Razones para la autodefensa lingistica. En Robert McKim y Jeff McMahan.
La moral del nacionalismo. V.II. Autodeterminacin, intervencin internacional y tolerancia entre las
naciones.Op. Cit. En el capitulo sobre el impacto globalizador en nuestra lengua se profundiza
ampliamente sobre los argumentos de Fletcher y otros autores en torno a la lengua como elemento de
dominacin y deculturacin.
168
Manuel Castells. La era de la informacin: economa, sociedad y cultura. V.I. La sociedad red. S.
XXI. 2000. p. 408

96
En este sentido, una definicin muy reveladora de globalizacin nos la ofrece el
Doctor Souza Santos de Boaventura, quien la entiende como
el proceso mediante el cual determinada condicin o entidad local extiende
(impone) su influencia a todo el globo y, al hacerlo, desarrolla la capacidad de
designar como local otra condicin social o entidad rival169
La imposicin de valores culturales hegemnicos en todo el mundo, y el
consecuente deterioro de las identidades locales, se est desarrollando justo ahora; de no
actuar, las estimaciones de varios tericos confluyen en la idea de que una sociedad
global, ya sea en forma de americanizacin, ya sea en forma de magma pluricultural,
habr de concretarse y cuando eso suceda no habr forma de volver atrs porque se
habrn perdido los elementos bsicos y particularsimos de cada cultura que dan origen
a la diversidad.

169

Souza Santos de Boaventura. Por una concepcin multicultural de los derechos humanos. Mxico,
UNAM. Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades. Coordinacin de
Humanidades, 1998.

97
Tomar conciencia del pasado, lejos de ser evasin de los problemas del presente, es atributo
esencialmente humano que lleva a contemplar la realidad con ms amplias perspectivas. En la historia
de Mxico la conquista marca el momento en que se enfrentaron pueblos muy distintos entre s. De ese
encuentro, que para los vencidos fue trauma, se deriv el rostro mestizo que el pas y su cultura
adquirieron a la postre. La conquista dej as huella no suprimible en lo que somos y en lo que
nosotros mismos llevamos.170
Miguel Len-Portilla

2. Quines somos y por qu somos as?


El objetivo de este capitulo es realizar una aproximacin histrica sobre el proceso de
construccin de las identidades en Nuestra Amrica en lo general y de Mxico en lo
particular, para poder comprender la realidad actual de la identidad nacional, ya que
sta, partiendo de nuestro planteamiento sobre la mutabilidad, no puede ser otra que el
resultado de 486 aos de cambios y modificaciones permanentes a partir del momento
de la conquista espaola.

Hablar de la formacin de la identidad nacional mexicana es abordar un mundo de


dimensiones que trasciende por mucho la visin simplista de que en el encuentro del
mundo indgena y el ibrico se form el crisol nacional y naci Mxico, que no era tal
entonces sino el Reino de la Nueva Espaa.

Son demasiados los elementos y factores histricos que han influido en la


construccin de lo nuestro y del carcter del mexicano, por ejemplo, entre los ms
determinantes estn:

Nuestra tercera raz. No podemos ignorar la influencia de la cultura


africana en la conformacin de lo mexicano, particularmente en las
regiones costeras del pas.

Movimiento de independencia. Por diversos motivos poltico-sociales fue


el primer gran paso hacia el reconocimiento y la construccin de lo que
empezara a considerarse como lo propio y a forjar la identidad nacional.

170

Miguel, Len-Portilla. Visin de los vencidos. Relaciones indgenas de la conquista.. Biblioteca del
estudiante universitario. UNAM. Mxico. 1982. p.v.

98

Guerras de intervencin. Sus fastuosos resultados son quiz la piedra


angular que determina la unidad de una nacin en ciernes y en guerras
interinas permanentes, inestable, sin destino ni proyecto.

Revolucin mexicana. Teniendo por fruto un trabajo enftico en la


bsqueda y concrecin de la anhelada identidad nacional, que no pareca
entonces concretada o definida con puntualidad.

Aun hoy, los debates sobre qu es realmente lo mexicano son intensos, debido a la
globalizacin que amenaza las culturas, el estudio sobre las identidades nacionales y
tnicas ha cobrado auge y significancia no solamente entre los acadmicos sino para
muchos gobiernos que han visto en la identidad nacional la fuerza necesaria para
enfrentar con xito el siglo XXI.

En este sentido, en el presente capitulo haremos una rpida y puntual revisin de


los elementos histricos ms significativos en la construccin y evolucin de la
identidad mexicana y de Latinoamrica en general, con el objetivo de comprender con
mayor claridad la problemtica de la identidad nacional en el actual momento global.

Hemos partido de la afirmacin de que la globalizacin afecta a las culturas


locales y con ello a las identidades nacionales, sin embargo a cada cultura le afectar de
forma diversa, ms o menos intensa, con mayor o menor velocidad, segn la forma
histrica en que esta se haya constituido. As, las respuestas ante cualquier amenaza
externa, en este caso el embate del proceso de globalizacin, son diversas de acuerdo a
la singularidad de cada cultura en Nuestra Amrica. Por ejemplo, hay pases que miran
en su interior y en su memoria histrica y buscan enaltecer lo propio, como ha sido de
manera general el caso de Mxico, y hay otros que miran su identidad casi en su
totalidad en el exterior, como es el caso de la Argentina a quien incluso se le identifica
como la Europa de Amrica debido a su particular historia migracional, de gran
influencia en su constitucin nacional.

En suma, a travs del ejercicio de

sntesis que presentamos a continuacin,

esperamos esclarecer los elementos y razones histricas que han determinado el carcter
de lo mexicano y a partir del resultado poder interpretar en los captulos siguientes la

99
forma en que nuestra identidad se ve alterada por el impacto del proceso de
globalizacin cultural.

100

2.1 Breve resea histrica de la construccin de las identidades nacionales


en Nuestra Amrica
Se dice que cuando Cristbal Coln lleg al actual territorio americano se produjo un
encuentro de dos mundos o un choque, aludiendo a la violencia del hecho histrico.
Pero lo cierto es que antes de la llegada del navegante genoves ya se haban producido
tanto en Espaa como en Mesoamrica mltiples procesos de transculturacin entre
diversas culturas locales, razn por la cual resulta mayor la dificultad de estudiar la
identidad latinoamericana, toda vez que los espaoles no eran tnicamente uniformes,
como se observa an hoy en las profundas diferencias culturales y tnicas que existen al
interior de Espaa, casi tan radicales como las que existen en Mxico.

Analicemos, a manera de introduccin general, las transculturaciones vividas por


Espaa y por nuestras naciones originarias antes de este encuentro.

En lo referente a Espaa, Mauricio Gomez Mayorga nos relata brevemente, que


Los espaoles eran cualquier cosa menos una raza pura: iberos y romanos,
y griegos y fenicios y tartesios, y celtas y godos y visigodos, y rabes y moros
que no eran los mismos- se fueron mezclando a lo largo de muchos cientos de
aos hasta constituir la Espaa de los tiempos de la conquista, en la que desde
entonces (y lo mismo ahora) el espaol del norte era diferente del cataln, y el
asturiano del valenciano. Y sin duda en Espaa, aunque sea ms vieja y menor
que Mxico, el mestizaje continua como aqu, por obra de las comunicaciones
y del efecto centrpeto de los polos de desarrollo.171

Por su parte, Ramn Antonio Glass Santana, en su bsqueda antropolgica del


hombre latinoamericano hace la siguiente precisin de los pueblos originarios de
Amrica:
En estas sociedades aborgenes, se plasmaban distintas culturas que
correspondan a varias razas o tribus de indgenas, as pues, en todo el Caribe
estuvieron los mayas-quichs que se mezclaron con los caribes, y stos se
extendieron por otros lugares del continente americano, llegando hasta
Honduras, Guatemala y algunas partes de Mxico. De la misma forma los
toltecas, chichimecas y tribus nahuatlacas, se establecieron en Mxico,
formando una cultura propia cada una de estas razas o tribus. Por otra parte
estaban los incas, que se instalaron en Ecuador, Per, parte en Argentina y
171

Mauricio Gomez Mayorga. Al rescate de Mxico. Edamex. 1982. p. 18-19

101
parte en Chile. Estas razas o tribus son unas de las tantas que hubieron en todo
el continente. [] As pues, a la llegada de los espaoles en 1492, ya exista
todo un componente social, poltico y religioso, que traa consigo una
antropologa propia, cimentada en la organizacin de cada una de las
tribus.172
Como vemos en la postura de estos dos autores, el choque de Europa y Amrica
fue impactante no solamente por el hecho de verse frente a frente dos mundos
absolutamente desconocidos uno del otro, sino porque fue entre dos culturas que
encerraban en s mismas una gran diversidad de sus propios mundos, y si sumamos a
esto que el mestizaje se dio de forma inmediata e indiscriminada, la mayora de las
veces por el espaol que viola a la indgena -representada en la Malinche- originando la
figura altamente simblica de la chingada en la cultura mexicana, y que a los pocos
aos de la conquista se introdujeron en Mxico esclavos africanos con los que tambin
se propici el mestizaje, podemos comprender con mayor claridad la compleja e
inmensa diversidad cultural latinoamericana en contraposicin, por ejemplo, de la
conquista inglesa en el norte de Amrica, en la que desde el principio se impuso la
limitante de no mezclarse entre las razas aborgenes, y lo que es ms, la idea de que
stas deberan ser exterminadas.

El proceso de conquista en toda Nuestra Amrica, fue sin embargo de una


violencia extrema, porque el conquistador no era precisamente la nobleza espaola, sino
el espaol de escasos recursos que se lanzaba a la aventura buscando una oportunidad
de xito que su patria le negaba, y que vino a desquitar en los pueblos sometidos todo lo
que el destino le haba negado.

Durante el periodo colonial, se producen diversas situaciones sociales de


relevancia, como el proceso de mestizaje y el criollismo.

Utilizando el ejemplo de Mxico, que es representativo, durante la colonia la


dinmica poblacional se dio de tal manera que los tres sectores sociales oprimidos, cada
uno a su manera y grado: nativos, criollos, y mestizos creci considerablemente
especialmente en lo que se refiere a los ltimos, mientras la poblacin blanca y europea
que era la fuerza poltica de la colonia, no increment su cifra porcentual relativa con la

172

Ramon Antonio Glass Santana. Esclavo o que?. Op. Cit. p. 33

102
de otros grupos, de esta forma no resulta extrao que se haya formado un cuerpo social
con caractersticas suficientemente propias y fuertes para forjar una protonacin173 , que
en cuanto encuentra la oportunidad exige su independencia para empezar a vivir con
libertad su existencia, como lo observa el psicoanalista mexicano Santiago Ramirez,
La lucha de independencia, excluyendo las circunstancias histricas que en
un momento determinado la hicieron posible, es la necesidad de afirmacin y
rebelda frente al padre174
Es a partir de las luchas de independencia y sus respectivos triunfos cuando
podemos hablar de un complejo proceso de formacin de identidades nacionales en
Nuestra Amrica, pero la mayora de los nacientes pases carecan incluso de un
proyecto nacional, como lo prueba el hecho de que una vez emancipados, suceden una
serie de guerras intestinas entre distintas facciones por apropiarse del poder y junto con
esto el caudillismo, el cual es un elemento comn en la historia latinoamericana.

Ahora bien, una vez independizados, cmo se realiz la construccin de la


identidad nacional en los estados latinoamericanos?, el proceso de cierta forma no fue
menos violento e intolerante que la conquista espaola.

Desde la teora del nacionalismo, existen dos ideas totalmente opuestas de


constituir una nacin: la nacin genio tambin llamada nacin romntica, que tiene su
sustento en races ancestrales y profundas, es decir, es una totalidad inclusiva
perfectamente homognea: la etnia que por evolucin lgica termina constituyndose en
una nacin en el amplio sentido de la palabra, esta es la idea alemana; por el otro lado
tenemos a la nacin contrato, que es la idea que surge de la revolucin francesa, la
Ilustracin y las ideas de Rousseau, en la cual los habitantes de la nacin convienen en
adoptar las reglas que se estipulen para dar vida a la nacin, convirtindose en socios
que viven bajo una ley comn, a diferencia de la nacin romntica que ve en sus
habitantes un alma colectiva, producto de siglos de convivencia y mutuo entendimiento,
de una tradicin remota y de vnculos naturales orgnicos 175 .

173

La protonacin, concepto que retomamos de Adrian Hastings, es como explicamos en el capitulo


anterior una nacin en potencia. Tambien Ernest Gellner las identifica bajo el concepto de nacin
potencial. Vease infra. p. ***
174
Santiago Ramirez. El mexicano. Psicologa de sus motivaciones. Grijalbo. 1977. p. 67-69
175
Cfr. Alain Renaut. Lgicas de la nacin. En Gil Delannoi y Pierre-Andr Taguieff . Teoras del
nacionalismo. Op. Cit.

103

En lo anterior, se observa que la nacin genio obedece a un proceso natural de


transformacin superadora, mientras la nacin contrato es constructivista o artifcial, no
existe por s misma: se construye a partir del contrato social en el que el ciudadano se
adhiere voluntariamente, la nacin misma decide quienes sern considerados los
contratantes que aceptan entregar una parte de su soberana a la voluntad general.

Con estos fundamentos, podemos precisar que las naciones prehispnicas eran
naciones romnticas, basadas en la tradicin y con un fuerte espritu del pueblo o alma
colectiva arraigada, como fue el caso de la nacin mexicana, mixteca, maya y zapoteca
en mesoamrica por citar las ms representativas, que a su vez basaban su tradicin en
culturas ms antiguas que las precedieron, como la olmeca y teotihuacana- o la nacin
inca en el cono sur; la Espaa conquistadora tambin fue una nacin romntica; pero al
momento de la independencia de las pretendidas naciones latinoamericanas stas no
podan sentirse poseedoras de un alma colectiva cuando existan diferencias culturales
abismales en la mayora de sus habitantes, incluso el idioma que es tan importante en la
construccin nacional estaba muy lejos de ser generalizado, no haba pues opcin: la
nacin deba construirse, no exista; el nico elemento en comn que permiti la lucha
colectiva en la mayora de los pases fue la opresin, la desigualdad e injusticia que
sufran cotidianamente, pero una vez liberados de ella, hubo que crear nuevos factores
aglutinantes, vnculos que impidieran la disolucin social y que permitieran a todos
identificarse por igual: el mito nacional, que tiene como primera piedra las gestas
independentistas, por lo cual se identifica a Miguel Hidalgo en Mxico o a Simn
Bolvar en Venezuela con el titulo de padre de la patria, calificativo que refrenda
nuestra afirmacin de que la nacin latinoamericana

empieza a formarse en la

independencia.

Sin embargo, no se ve fuertemente sustentada sino muchos aos despus, cuando


se ha alcanzado una historia comn, y el mito nacional as como otros referentes
histricos o identitarios se han expandido y asentado en la nacin, que en este caso son
contratantes y no un espritu popular, es decir, en Amrica Latina el resultado de la
liberacin Espaola fue un conjunto de Estados formales, no de naciones, por eso se
puede afirmar que en nuestro continente el Estado crea a la nacin y no al contrario
como correspondera a una evolucin poltica natural de los pueblos, luego entonces,

104
estos Estados se apresuran a crear los smbolos patrios y a garantizar la existencia de un
idioma y religin oficiales, generando los elementos que conduzcan al sentimiento de
unidad nacional, que derivar entonces, y solo entonces, a la existencia de la nacin.
En los pases latinoamericanos el proceso fue al revs: primero se tuvieron
los Estados y luego se intent crear las naciones. Las colonias espaolas, al
independizarse de su metrpoli, mantuvieron en lo general la divisin
territorial del Imperio. As, los antiguos virreinatos dieron origen a las nuevas
republicas, cuyos pueblos carecan sin embargo de conciencia nacional; la
ausencia de una cultura propia y homognea, el nfimo nivel educativo y la
incomunicacin de la inmensa mayora de sus habitantes descartaban el
proyecto de unificar el subcontinente y hacan que la idea de nacionalidad
existiese slo en la mente de sus lites. En tales circunstancias, era natural que
los movimientos nacionalistas se caracterizaran, a diferencia del gradualismo,
el integracionismo o el separatismo europeos, por la tentativa de definir el
elemento con que en mayor medida Europa ya contaba: la identidad
nacional 176
Por eso es que en Nuestra Amrica la formacin de lo nacional es culturalmente
violenta despus de que se logra la emancipacin, porque en el proceso de construccin
de los estados nacionales se va a buscar siempre seguir el proyecto de nacin que
propone la elite poltica triunfadora, que no era entonces como tampoco lo es hoy en
muchos pases, representante de toda la esencia nacional sino del grupo en el poder: el
indgena vuelve a ser ignorado, despreciado y marginado, pero cuando se hace evidente
que es una realidad presente, tangible y cotidiana, se pretende incluirlo en el proyecto
nacional desde una perspectiva etnocida que propone arrancarle su idioma y cultura
justificndose como un acto civilizatorio, a fuerza de consolidar una unidad que no
tiene, el Estado se vuelve homogenizante, universalista, agresivo y hostil, promueve el
mestizaje como elemento superador para el indgena y busca tambin por todos los
medios la aculturacin de las poblaciones autctonas al modelo dominante de vida.

Este proceso tan peculiar de construir una nacin a partir de elementos tan
disimbolos, es el que llev al crtico mexicano Francisco Bulnes a afirmar en 1899 que
la primera deficiencia del patriotismo latinoamericano era la ausencia de unidad
nacional. 177 Y es que en Latinoamrica ganar la libertad fue relativamente fcil,
construir la nacin fue el reto, y tan difcil ha sido la cuestin de lo nacional en nuestro

176

Agustin Basave Benitez. Mxico Mestizo. Anlisis del nacionalismo mexicano en torno a la
mestizofilia de Andrs Molina Enriquez. FCE. Mxico. 2002. p.14-15
177
Francisco Bulnes. El triste provenir de los pases latinoamericanos. Editorial Contenido. 1975. p.36

105
continente, que el debate sigue vigente y la construccin de diversas identidades
nacionales, como es la nuestra, aun no puede considerarse concretada.
En suma, los aspectos a los que hemos hecho referencia, comunes y compartidos
en casi toda Nuestra Amrica, van a producir otro fenmeno singular, la llamada patria
grande, a diferencia de las naciones contrato que los estados se esmeraron en forjar y
consolidar, se dio de forma paralela y simultanea la identidad continental
latinoamericana, que a diferencia de cada una de las naciones, se forma en el tenor de
una nacin romntica, porque el territorio continental latinoamericano reuni en lo
general lo que cada uno de los estados no hallaron en lo particular: un pasado
compartido la conquista espaola-, una religin e idioma comn, y una guerra de
liberacin casi simultanea; esto permite como afirma Sergio Bag, fenmenos de
identificacin nicos en nuestro continente, ya que en Amrica una persona monolinge
que solamente hable Espaol, puede desplazarse caminando desde el sur de Washington
hasta la tierra del fuego utilizando un solo idioma, el espaol.178
Jorge Turner profundiza sobre la cuestin de la identidad continental y nos dice
que
Nuestro conjunto geogrfico se dividi en patrias que permitieron la
dualidad: por una parte tenemos un sentimiento de proceder de un pas y hasta
de un mismo pueblo, palpable en los limites geogrficos, en las historias
particulares y hbitos comunes de la vida cotidiana, alimentados por el himno,
el escudo y la bandera, y al mismo tiempo, tenemos la comprensin de que
adems de las entidades nacionales, con diferencias evidentes, igualmente
contamos con una identidad ms amplia; la de ser latinoamericanos.179
El conjunto de similitudes histricas que hemos revisado van a conformar el
carcter del hombre latinoamericano, siendo una de sus caractersticas ms relevantes,
para nuestro estudio, su mestizaje intenso que hace de l una confusin en sus
relaciones socioculturales.180

178

Sergio Bag. La identidad continental. En Segio Bag y Hector Daz Polanco. La identidad
continental. Indigenismo y diversidad cultural. Universidad de la Ciudad de Mxico. Segunda Edicin.
2003. p.23
179
Jurge Turner. Prologo. La cultura es la luz de los ojos de Amrica Latina. En Rossana Cassigoli y
Jorge Turner. Tradicin y emancipacin cultural en Amrica Latina. Siglo XXI. Mxico. 2005.
180
Ramon Antonio Glass Santana. Esclavo o que?. Op. Cit. p. 51

106

2.2 Apreciaciones relevantes sobre la identidad nacional mexicana ayer y


hoy: aproximacin a las razones del sentimiento de inferioridad, la
negacin del ser y la extranjerizacin en la construccin de la identidad
nacional mexicana y su presencia como constante histrica.
El objetivo de este apartado es puntualizar las caractersticas histricas y actuales de
nuestra identidad nacional que sean tiles para nuestro caso de estudio y nos permitan
evaluar con objetividad el impacto de la globalizacin en la identidad nacional
mexicana.

Nosotros partimos de la idea de que por diversas razones histricas la nacin


mexicana es plurietnica y pluricultural, negamos la existencia de un estereotipo del
mexicano que tan afanosamente se ha intentado elaborar con tan pobres resultados,
derivando en lo que Jos del Val parodi como un Frankenstein nativo181 , que por
donde se le busque, no puede representar a la nacin porque ni siquiera con los 150 aos
de esfuerzos por parte del gobierno destinados a una evidente homogenizacin cultural
mediante la mestizofilia, se ha logrado la supuesta igualacin, afortunadamente muchas
de nuestras culturas indgenas perviven y en cada estado de la republica podemos
encontrar una notoria diferencia del carcter del mexicano, segn corresponde a la
geografa e historia de sus lugares originarios e incluso existen fuertes subidentidades
tnicas, sobre todo en el sur-sureste del pas. No existe pues un solo Mxico, sino
muchos Mxicos.

Por lo anterior, no podemos entender a la identidad nacional mexicana como un


estereotipo fijo e inmutable, esta identidad permanece en constante evolucin y en el
caso mexicano no podemos creer en la existencia de un arquetipo identitario porque este
no existe, Mxico no es el indio dormido bajo el nopal, no es tampoco speedy gonzales
como nos pintan los estadounidenses, ni es el charro sombrerudo de nuestro cine de oro,
y que el propio Orozco renunci a pintar ms en sus murales quejndose de que el
ridiculo charro y la insulsa china poblana representen el mexicanismo 182 , pero
tampoco es el defeo cosmopolita o el mestizo clasemediero, como en algunas

181

Jos del Val. El balcn vaco. Nota sobre la identidad nacional a fin de siglo. En Ral Bejar y Hector
Rosales. La identidad nacional mexicana como problema politico y cultural. Op.Cit. p. 338
182
Jos Clemente Orozoco. Citado por Roger Bartra. La Jaula de la Melancolia. Debols!llo. Mxico.
2005. p. 125

107
ocasiones el gobierno pareciera estimularnos a creer. La identidad nacional mexicana no
puede abordarse de esta forma simplista, estereotipando de una u otra forma, nuestro
problema es en verdad complejo, como si no tuviramos rostro o no quisiramos ser.

Como advierte Estela Serret,


El pueblo mexicano de la posrevolucin habra comenzado a aceptarse como
un producto de una herida simblica, de una humillacin genrica, es decir, la
Conquista, y a reconocer que desde entonces somos un Pueblo sin rostro que
ha querido ocultar esta verdad detrs de mscaras ajenas, prestadas, lo cual no
ha hecho sino retrasar el encuentro con nosotros mismos, que pudiera
llevarnos a construir un verdadero rostro propio. [...] Nunca se produjo un
verdadero sincretismo cultural, las figuras clave de esa construccin especular
provienen de una mezcla especial de elementos simblicos tanto europeos
como indgenas 183
En efecto Mxico es un pueblo sin rostro, adicto a las mscaras, nadie como Roger
Bartra es tan directo para desmenuzar la complicada cadena de mitos que se han forjado
acerca de lo nacional y con un bistur patritico disecciona la identidad nacional
narrndonos sus impresiones:
Se trata de un manojo de estereotipos codificados por la intelectualidad, pero
cuyas huellas se reproducen en la sociedad provocando el espejismo de una
cultura popular de masas. Estas imgenes sobre lo mexicano no son un
reflejo de la conciencia popular (suponiendo, cosa que dudo, que dicha
conciencia exista como entidad nica y homognea). [] Las expresiones
ideolgicas del alma nacional son altamente individualizadas, aunque pueden
reducirse a corrientes filosficas y a grupos generacionales; pero sus
expresiones mitolgicas se van acumulando en la sociedad durante un largo
periodo y terminan por constituir una especie de metadiscurso: una intrincada
red de puntos de referencia a los que acuden muchos mexicanos (y algunos
extranjeros) para explicar la identidad nacional. Es el abrevadero comn donde
se sacia la sed de identidad, es el lugar donde provienen los mitos que no slo
dan unidad a la nacin, sino que la hacen diferente a cualquier otra.184
En sus estudios, Bartra concluye que el carcter del mexicano solo es una
entelequia artificial que ha sido promovida por el Estado mexicano como una forma de
dominio, la nica forma posible que permitira lo que el llama una cohesin social de
tipo irracional, y para apuntalar su postura sobre la inexistencia del estereotipo
mexicano, escribe con ruda sinceridad que
183

Estela Serret. Identidad de genero y Nacional en Mxico. En Ral Bejar y Hector Rosales. La
identidad nacional mexicana como problema politico y cultural.Op. Cit. p.260-262
184
Roger Bartra. La Jaula de la Melancolia Op. Cit. p. 16

108

es un problema completamente falso, que slo tiene inters como parte del
proceso de constitucin de la cultura poltica dominante. La idea de que existe
un sujeto nico en la historia nacional el mexicano- es una poderosa ilusin
cohesionadora; su versin estructuralista o funcionalista, que piensa menos en
el mexicano como sujeto y ms en una textura especifica lo mexicanoforma parte igualmente de los procesos de legitimacin poltica del Estado
moderno.185
Las reflexiones de Bartra son acertadas considerando el antecedente histrico
inmediato: en latinoamrica el Estado crea a la nacin, salta a la vista que en un pas
con las magnitudes territoriales y la consecuente diversidad tnica y geogrfica de
Mxico, slo poda cohesionarse su poblacin a travs de un mito amalgamador, la
Colonia lo hizo en 1531 con la presentacin pblica de la virgen de Guadalupe, que es
uno de los primeros y ms trascendentes mitos integradores; y a nadie escapan de vista
los esfuerzos de la postrevolucin por fusionar a la poblacin mediante la mestizofilia
as como mediante el mito mexicano de la propia revolucin el pueblo al poder- y cuyo
mximo esfuerzo de divulgacin se halla en el muralismo de la poca, aunque tambin
en la labor del sistema educativo.

As, no dudamos de la postura de Bartra sobre la manipulacin-construccin de la


identidad nacional por parte del Estado, lo cual es una verdad histrica,

ni de la

construccin del modelo nico con fines de integracin social, estereotipo que no existe
en la realidad concreta, pero que mediante su ilusin ha dado pie a una inusual cohesin
irracional de elementos profundamente disimbolos.

Ahora bien, si los anteriores planteamientos son ciertos, cmo proceder al estudio
de una identidad nacional en plena construccin? cmo medir el impacto de lo global
sobre un hecho que por s mismo no puede considerarse concreto, y que es por s slo
globalizacin aparte- un serio problema poltico y cultural del pas?. Procedamos a
responder ese importante cuestionamiento.

Mxico es una nacin pluricultural con una infinita variedad de esencias, sabores y
matices, pero ninguno de ellos, por ser distinto del otro, es menos mexicano, nuestro ser
nacional se construye en una perpetua tensin entre nuestras propias diferencias, y se

185

Roger Bartra. La Jaula de la Melancolia Op. Cit.p. 20

109
mantiene cohesionado como un ente nico mediante los valores nacionales y las
acciones nacionalistas desde los smbolos patrios hasta la educacin nacional-, es
decir, el mito producido y divulgado por el Estado desde nuestro nacimiento como pas
que no nacin- independiente.

Las diferencias existentes al interior de nuestras fronteras no necesariamente van


en contra de la identidad nacional, porque el sentido de pertenencia existe en la
diferencia 186 , esto es posible casi en su totalidad a dos factores histricos: el mito
desarrollado por el Estado, y la mestizofilia promovida durante 150 aos, que si bien no
se concret, dio por resultado que en Mxico no exista prejuicio racial, aunque si lo
haya de otros tipos.

Ahora bien, para llevar a cabo nuestro estudio de la identidad nacional hemos
considerado las ideas presentadas por Raul Bejar y Hector Rosales, segn los cuales
existen al menos tres fuertes corrientes sobre la forma en que se interpreta actualmente
la identidad nacional mexicana:

Indgena. Lo que caracteriza la identidad de la mayora de los mexicanos en sus


aspectos esenciales es lo indgena. Una identidad que va ms all de los
grupos tnicos que aun perviven, para abarcar ambos grupos sociales.

Occidental. En oposicin a la anterior, afirma el carcter fundamentalmente


occidental de la identidad nacional mexicana. Se sustenta bajo la afirmacin de
que la colonizacin y el periodo republicano occidentalizaron a Mxico, tanto
en el mbito idiomtico como en el de los valores, normas, religin cristiana
(que anula prcticamente toda manifestacin religiosa anterior) y paradigmas
socioeconmicos. Plantea que los elementos indgenas que aun persisten sern
desplazados con la modernizacin.

186

Por dar un ejemplo contemporneo, los indgenas combatientes del EZLN no exigen independencia ni
separarse del pas, exigen autonoma, al mismo tiempo que declaran siempre tambin somos
mexicanos. En el caso de la Mixteca y los Yaqui, ellos actualmente se autodenominan como nacin; el
pasado primero de enero de 2006, la comunidad indgena Triqui de Oaxaca cre el Municipio autnomo
de San Juan Copala, que aglutina 20 comunidades y tres municipios, puntualizando su existencia como
Nacin Triqui, pero en ningn momento esto ha significado su renuncia a la nacin mexicana.

110

Mestiza (o de yuxtaposicin). Sostiene que existe una identidad y una cultura


mexicana propias, con diferentes particularidades en cada regin, las cuales
seran el resultado de una sntesis de distintos elementos culturales provenientes
de las sociedades indgenas, europeas y africanas. El encuentro de estos grupos
habra producido una sntesis cultural mestiza que representara una nueva
sensibilidad y actitud ante el mundo187 .
Con estas consideraciones, nuestro trabajo de investigacin sobre el impacto

globalizador en las identidades se desarrolla concibiendo la identidad nacional mexicana


bajo una visin de ella como mestiza o yuxtapuesta, esto es la identidad propia con sus
respectivas especificidades creada durante casi 500 aos de convivencia entre lo propio
y lo extranjero, pues el mexicano de hoy no es ya el indgena autctono ni el espaol
ibrico, pero tampoco es producto de un mestizaje simple entre ambos sino entre
muchas otras culturas como la africana, la estadounidense y la francesa debido a las
mltiples intervenciones militares, es evidente aun en las comunidades indgenas ms
apartadas la presencia de elementos no originales -principalmente idioma y religin, por
no mencionar la enorme cantidad de artefactos y utensilios que tambin son relevantes-,
existen tambin ejemplos significativos como lo son indgenas con rasgos fsicos
europeos consecuencia de las intervenciones del siglo XIX- que son monolinges de
su idioma indgena y no entienden el espaol; estos elementos demuestran las distintas
intensidades y tipos de mestizaje, transculturacin y aculturacin que se han presentado
en el pas.

Una vez definida la forma en que entendemos la identidad nacional mexicana, es


necesario hacer una rpida revisin histrica de los elementos relevantes que
consideramos de primer orden en el estudio del impacto de la globalizacin en nuestra
cultura.

Esta revisin est enfocada especficamente a explicar mediante nuestra revisin


histrico-cultural por qu el mexicano, ese ser sin rostro, que en el pensamiento de
Octavio Paz en vez de un ser es un no ser para vivir una vida que no es la suya 188 , va a
presentar durante su gestacin en el Mxico independiente y hasta la actualidad una
187

Raul Bejar y Hector Rosales. La identidad nacional mexicana como problema poltico y cultural. Op.
Cit. p.47-52
188
Octavio Paz. El laberinto de la soledad.

111
constante predileccin por lo extranjero, que tiene su origen en los traumas de la
conquista y de la colonia de donde se deriva su propia negacin-. Esta aproximacin es
trascendente porque explicara la facilidad con que la cultura hegemnica
norteamericana irrumpe en nuestra sociedad, develando as nuestra naturaleza como un
blanco fcil de aculturacin ya que al negarnos a nosotros mismos se

facilita la

neocolonizacin en todos los sentidos, haciendo nuestra nacin altamente vulnerable al


impacto globalizador dirigido por las grandes potencias.

En suma, lo que vamos a hacer es aproximarnos tericamente a lo que creemos es


un hecho psicolgico concreto y trascendente que va a ser una constante fragilidad de la
identidad nacional mexicana: el sentimiento de inferioridad o exclusin, que
necesariamente deriva en un desprecio por lo propio. Esta constante va a definir el
devenir de nuestra identidad desde la independencia hasta nuestros das, ayudndonos a
comprender quienes somos lo que sea que seamos en las diferentes regiones del pas- y
por qu somos as, de ah su relevancia y necesario estudio.

112
Aproximacin a las razones del sentimiento de inferioridad, la
negacin del ser y la extranjerizacin en la construccin de la
identidad nacional mexicana y su presencia como constante
histrica.
El sentimiento de inferioridad del mexicano y la consecuente negacin del ser es un
lugar comn en el anlisis de varios autores, como Samuel Ramos, uno de los
investigadores pioneros de la identidad nacional en Mxico, pasando por Agustn
Ramrez, Octavio Paz y Roger Bartra, entre otros. La reiterada identificacin de este
factor con el carcter del mexicano es porque obedece a causas histricas de fcil
identificacin, Samuel Ramos lo clasificaba como una causa comn inconciente de
muchos de nuestros rasgos psicolgicos contradictorios y lo explicaba de la siguiente
forma:
Este sentimiento en el mexicano tiene su origen en una serie de accidentes
histricos que le han ocurrido desde la conquista. Aparece al ponerse los
indgenas conquistados en contacto con los espaoles conquistadores y
continu en la vida social de la colonia donde la desigualdad e injusticia
foment su desarrollo. Pero es a partir de la independencia cuando este
sentimiento acta de una manera sensible en el carcter del mexicano.189
Y es que la conquista en Mxico no fue solamente un proceso violento, sino
sdico en palabras de Agustn Ramrez, ya que se trat de afirmar la superioridad de los
valores espaoles incluso en ocasiones que se atentaba contra toda lgica comn:
La edificacin de la iglesia cristiana, la ubicacin de la ciudad, etc. Fueron
fenmenos de afirmacin sdica mucho ms que de juicio objetivo. Era
necesario barrer con el espritu de la comunidad civil y religiosa del indgena,
por eso cuando se edifica el templo se le coloca sobre el antiguo teocali190
Esta afirmacin es ampliamente comprobable en multitud de hechos, de los cuales
citaremos por su irrefutabilidad la observacin hecha por Tadeo Ortiz de Ayala en su
ensayo La destruccin de una antigua capital imperial, donde a ms de describir el
arrasamiento de la ciudad hasta sus cimientos por parte de los espaoles, es digna de
toda reflexin, hoy da, el carcter ilgico de su procedimiento y sus consecuencias que
actualmente se sufren en la capital del pas. Este autor, puntualiza que los espaoles
despus de tan basta destruccin no solamente no mejoraron la estructura y diseo de la
ciudad, lo cual hubiese justificado el acto vandlico, sino que prefirieron construir la
189

Samuel Ramos. Citado e interpretado por Ral Bjar en El mito del mexicano. Editorial Orientacin.
Mxico. 1971. p. 143
190
Santiago Ramirez. El mexicano. Psicologa de sus motivaciones. Op. Cit. p. .47

113
nueva ciudad sobre los escombros y los cadveres habiendo sitios mejores, ms
habitables y propicios para la construccin a solo una o dos leguas de distancia, y que
adems construyeron las casas ms bajas que las calles y plazas, por lo que se llenaban
de agua y no tenan desaguaderos. Cuando Felipe II mand la orden de establecer la
poblacin en mejor lugar era ya demasiado tarde, haba transcurrido un siglo y las casas
construidas eran palacios que difcilmente iban a abandonarse191 , as, la ciudad se
condenaba a su eterno problema en poca de lluvias como tambin al actual
hundimiento del centro histrico. Baste el ejemplo anterior, para sustentar la afirmacin
de Santiago Ramrez en cuanto al carcter sdico de la conquista, que va a ser la raz
histrica del sentimiento de inferioridad del mexicano, que analizamos a continuacin.

Empezando por la figura del indgena, que es el primero en sufrir las vejaciones
espaolas, encontramos que se destruy su mundo y se minimiz e ignor cualquier
cosa que pudiera darle un valor social, tras la conquista lo que importaba eran los
valores espaoles, el indgena era visto como un ser inferior, su papel social era
mnimo: era el esclavo (encomendado?), el salvaje, se le quit toda posibilidad de vivir
su ser, todo en lo que el crea, de esto Francisco Bulnes nos dice que
La conquista arranc al indio su religin, su territorio, su honor, su hogar, sus
hijos, su libertad, sus bienes, su tradicin, su historia, su inteligencia, su
voluntad, su memoria 192
Despus del indgena, surgen las figuras del mestizo y del criollo, el mestizo, por
lo general hijo de una indgena violada y un padre espaol ausente, va a desarrollar un
desprecio por la mujer, originando el extendido mito mexicano de la chingada y con
ella el machismo, la madre del mestizo va a ser despreciada porque fue un ser
conquistado y vejado que en la idea popular de aquel momento ha traicionado su patria
como lo hizo la malinche, por otro lado el mestizo va a sentirse inferior porque no
pertenece ya al mundo indgena, pero tampoco se le han abierto las puertas al mundo
espaol, se encuentra en el limbo: aspira a ser como su padre porque el representa todo
lo bien visto, lo espaol, el xito, la riqueza, pero salvo raras excepciones es
despreciado por l debido a su origen indgena, as es como nace la popular figura del
hijo de la chingada y toda su carga peyorativa.
191

Tadeo Ortiz de Ayala. Paginas sobre historia y geografa de Mxico. Biblioteca del estudiante.
UNAM. 1996. p. 58-62.
192
Francisco Bulnes. El triste provenir de los pases latinoamericanos. Op. Cit. p. 39

114

El criollo, por su parte, es hijo de padre y madre espaoles, pero como narra
Santiago Ramrez, los compromisos sociales de ambos hacen que bien pronto se acuda
a la madre indgena para cuidar de l, la nana, la Mara, el criollo crece con la indgena
como fuente de seguridad, calor y afecto, su entorno es tambin el nuevo mundo, el
mundo indgena y mestizo, pero se le obliga a admirar lo espaol, la mujer que lo cri
es devaluada culturalmente, la madre espaola en cambio, esa que nunca estuvo con el,
es la que se exalta 193 . Amn de este conflicto de identidad, el ambiente tambin lo
sojuzga, se le impiden privilegios, aunque su padre se enorgullece de l y le procura
todas las atenciones, el hecho de haber nacido en Amrica lo hace inferior ante los ojos
del medio y la supremaca de los peninsulares.

Este sentimiento compartido de opresin entre las clases mayoritarias que ya lo


eran para 1810- permite la identificacin y consecuente unin entre indgenas, mestizos
y criollos para ver realizada la independencia.

Sin embargo, una vez concluida la emancipacin, se rompe el punto de unidad la


opresin comn- y los indgenas vuelven a ser ignorados ante el proyecto de nacin que
enarbolan los sucesivos gobiernos de la elite criolla y mestiza, en este periodo
postindependiente se va a conformar lo que de acuerdo con Raul Bjar parafraseando al
psicoanalista Francisco Gonzales es un Yo esquizoide, con el cual empieza la negacin
de lo nacional en favor de la imitacin de lo externo, refiriendo que en ese momento
el Yo nacional es un Yo esquizoide, porque en sus intentos de buscar una
realidad objetiva, accesible y favorable, en su incapacidad de tolerar la
realidad en su total extensin y de percibir y aceptar los objetos externos en su
total realidad, proyecta sobre ellos ya las partes buenas de sus objetos
introyectados, ya las partes malas, pero raramente proyecta la integridad total.
Esto ha tenido como consecuencia que los creadores de las constituciones de
Mxico hayan considerado nicamente al Yo esquizoide, cuyos resultados han
sido negar al Yo nacional y han descrito lo que quisieran ser, es decir, no ser
mexicanos, sino ser los extranjeros a quienes perciben como ideales. [] El
yo esquizoide en su imposibilidad de establecer contacto genuino y total con
los objetos exteriores, con la realidad, busca siempre en ellos una proyeccin
interna parcial, por lo que deforma la realidad. Necesita estudiarla, la quiere
imitar, la visualiza como demasiado ideal y quiere ser como sus idealizaciones
para evadir su propia realidad, muchas veces insoportable.194
193
194

Santiago Ramirez. El mexicano. Psicologa de sus motivaciones. Op. Cit. p. 51-53


Ral Bejar Navarro. El mito del mexicano. Op. Cit. p.102-103

115

Es en este periodo postindependiente cuando el sentimiento de inferioridad y el


desprecio por lo propio va a asentarse de forma permanente en el imaginario colectivo
del mexicano, y esto se debe fundamentalmente a la enorme cantidad de conflictos
internos e internacionales en los que el pas se va a ver involucrado,
la desvalorizacin de la nacionalidad desarrolla an ms ese complejo de
inferioridad, que aumenta considerablemente durante el siglo XIX. Los
accidentes histricos que lo matizan son las luchas intestinas, el imperio de
Maximiliano y las intervenciones constantes francesa y norteamericana.
Contribuyen a hacer ms anormal la vida del mexicano, las opiniones que de
l tienen los extranjeros que lo presentan como un ser salvaje, sumido
constantemente en el desorden y la barbarie 195
Analicemos histricamente las afirmaciones anteriores. Sucede que una vez
independizados y tras el brevsimo periodo que dur el imperio de Iturbide, Mxico vio
mediante su Yo esquizoide a Estados Unidos como el modelo ideal a seguir, copiando su
sistema de gobierno, constitucin poltica e ideologas, puesto que en las ideas
norteamericanas y francesas se haba justificado de varias formas la rebelin mexicana.
Posteriormente, se presenta la intervencin norteamericana de 1846, cuando
perdemos poco ms de la mitad del territorio nacional, este acontecimiento se vuelve el
parteaguas de la identidad nacional mexicana, primero, porque Estados Unidos adquiere
tras este evento la figura del padre opresor que corresponda a Espaa, y en palabras de
Santiago Ramirez la mutilacin geogrfica del territorio mexicano se vive real y
simblicamente como una castracin 196 , es as que por primera vez despus de la
independencia todos los grupos beligerantes y las clases sociales del pas se cohesionan
nuevamente pues vuelve a existir un sentimiento comn: el odio contra Estados Unidos,
el antiyankismo, que va a ser la piedra angular de la construccin nacional mexicana en
el siglo XIX. Es debido a este acontecimiento, que se comienzan a percibir los esfuerzos
por una verdadera unidad nacional, puesto que el sentimiento antiestadounidense va a
ser una constante en nuestra historia funcionando como poderoso aglutinador e
identificador social.

Vuelve as el sentimiento de ambivalencia hacia el padre, que Santiago Ramrez


va a identificar como tpica en nuestra historia nacional y mediante la cual va a explicar
195
196

Ibidem. p. 143
Santiago Ramirez. El mexicano. Psicologa de sus motivaciones. Op. Cit.p.69

116
la tendencia del mexicano a renegar de lo propio y aspirar a lo extranjero, en este caso, a
Estados Unidos se le odia pero a la vez se le admira por su progreso, de la misma forma
que el mestizo odiaba a su padre Espaol que lo despreciaba, pero aspiraba a ser como
l porque representaba todo lo valioso. Bajo este mismo esquema, Santiago Ramrez
puede explicar tambin de forma coherente nuestro periodo de afrancesamiento cultural
en el siglo XIX:
La pugna existente entre los nacientes imperios anglosajn y francs, hizo
que durante algn tiempo el lugar predominante, sustituto de la vieja Espaa
fuera ocupado por Francia. Las guerras de intervencin, la fracasada intencin
europea de pretender formar un imperio en Mxico hicieron nuevamente, que
los sentimientos de ambivalencia hacia el padre se canalizaran por ese camino.
Surge el afrancesamiento de la sociedad mexicana; se admira la literatura, la
novela, la msica y el gusto francs. Todos los valores telricos son
despreciados, una vez ms se admira lo ajeno para ningunear lo propio. La
enseanza, la educacin y la cultura se planean de acuerdo al esquema francs.
Los partidos conservadores y las instituciones religiosas, siempre aliadas al
punto de vista del conquistador y a la prevalencia de lo importado, son
identificadas en la mentalidad del mexicano.197
Las observaciones de Santiago Ramrez son puntuales en cuanto a la verdad
histrica, es de sobra conocido este periodo de afrancesamiento, el auge de los valses
europeos y la exaltacin por todo lo que a este pas pertenece. Citemos como un
ejemplo de poca, la novela de Fernando Caldern titulada A ninguna de las tres en la
cual el autor (1809-1845) critica el afrancesamiento y otros rasgos de su sociedad, en
esta obra cmica. Don Carlos, que viene a representar el mexicano afrancesado, no
solamente habla con palabras de ese idioma, sino que con toda claridad repudia su
esencia mexicana y se enorgullece de sus preferencias extranjeras, as, uno de sus
dilogos es contundente:
Vaya, si lo he dicho, Juan,
yo no puedo discurrir
por un momento siquiera
sin hablar francs qu diablo!
Es tan bello! yo lo hablo
sin advertir, con cualquiera.
El idioma castellano
es tan helado, tan fro:
diera un brazo, amigo mo,

197

Ibidem. p. 69-71

117
por ser francs o britano. 198
Los ejemplos de la negacin de lo propio van a ser permanentes en nuestra historia
aunque las aspiraciones van a variar segn el momento histrico, por ejemplo durante la
Reforma, el propio Jurez, indgena de nacimiento, se convirti en un vigoroso
promotor de la mestizofilia, y el ministro Lerdo de Tejada aseguraba que para que
Mxico progrese tiene que hablar ingls y convertirse al protestantismo 199

Continuando con la revisin histrica, Agustn Basave sostiene firmemente que


con la Revolucin Mexicana termin esta suerte de malinchismo y fue el hito de la
historia que nos hizo voltear a la introspeccin. De hecho algunos estudiosos como
Santiago Ramrez y Lus Cabrera afirman que el extranjerismo era una de las
principales causas de descontento del pueblo para hacer la rebelin popular, puesto que
no queran abandonar sus races como propona el actual estado de cosas y por eso se
revolucionaron, para evitar el cambio.

Agustn Basave seala que:


El carcter introspectivo de la Revolucin mexicana min poderosamente la
obsesin por buscar modelos extranjeros y acab sepultando la quimera del
Mxico criollo. Ahora solo quedaban en teora dos opciones: un Mxico indio
o un Mxico mestizo. [] El muralismo, la novela de la Revolucin y la
msica nacionalista no fueron ms que el reflejo artstico de ese despertar de la
conciencia colectiva, del sacudirse complejos inhibidores de la autenticidad.
Como antitesis del siglo XIX mexicano, la eclosin revolucionaria dio un
viraje de 180 grados, trasladando la obsesin de la intelectualidad a la
bsqueda de las propias races.200
Desde luego, nadie puede negar que el viraje propiciado por la revolucin fue
sorprendente en el sentido introspectivo, pero algunos investigadores del tema que
coinciden en ese punto, no comparten la idea de que con la revolucin haya quedado
reparado el sentimiento de exclusin e inferioridad201 , adems existen ejemplos de la
poca que ratifican la permanencia de esa negacin de lo propio y la predileccin por lo
extranjero. Andrs Molina en su obra Los grandes problemas nacionales, escrita en
1909, y Manuel Gamio en Forjando Patria, de fecha 1916, se quejan a un grado que
198

Fernando Caldern. A ninguna de las tres. Biblioteca del estudiante Universitario. UNAM. Mxico.
1993. p.25
199
Citado por Leonardo da Jandra. La hispanidad. Fiesta y rito. Op. Cit. p. 144-147
200
Agustin Basave Benitez. Mxico mestizo. Op. Cit. p.14-15
201
Martha Luz Arredondo, Roger Bartra, Santiago Ramirez, entre otros.

118
raya en la agresividad sobre los mexicanos que prefieren lo ajeno y desprecian lo
propio, pero lo relevante de sus comentarios no es la opinin que merece a los autores el
extranjerista, sino que corroboran su existencia, y siendo ambos personas familiarizadas
con los estudios sociales suponemos que debieron basar sus impresiones en una muestra
tangible de un amplio sector social y no en una minora, que de ser tal no hubiese valido
la pena el comentario en sus escritos.

Lo que no podemos dejar de considerar, es que bajo el supuesto de la Revolucin


como un movimiento autnticamente popular cuyo objetivo es negar el cambio,
entonces la tendencia extranjerizante se ubica concretamente en la elite nacional, que
fue contra la que se combati y que es la que critica Andrs Molina Enriquez como
extranjeristas bajo la clasificacin de criollos, creemos que la critica de Gamio fue en
sentido similar.202 En este momento histrico ya se identifican pues dos corrientes
opuestas: la de una elite que desprecia los valores telricos, y la de un pueblo que al
igual que el axolote se niega a cambiar y se revoluciona para mantenerse como es frente
al poder que pretende cambiarlo y que est ampliamente extranjerizado.

Ahora bien, es cierto que los documentos aludidos son demasiado recientes a la
revolucin y que no puede esperarse un cambio tan inmediato en la sociedad, mucho
ms si consideramos que el movimiento muralista y educativo no tiene auge sino hasta
la llegada de Jos Vasconcelos a la Secretara de Educacin publica en 1921, que se
esmera en sobremanera para la creacin de la nueva cultura nacional. Pero Santiago
Ramrez, que es un autor mucho ms moderno, sigue identificando el patrn de
negacin y predileccin por lo extranjero en 1977, cuando escribe su obra clsica sobre
el mexicano y la psicologa de sus motivaciones, y contina su anlisis sobre el
fenmeno de la ambivalencia, que en estos momentos encuentra en Estados Unidos el
centro de atencin, sus observaciones van a ser especialmente significativas porque en
su revisin hace nfasis contundente en la trascendencia de la diferencia social elitepueblo.
202

Para conocimiento e interpretacin del lector, citamos a pie de nota los comentarios de ambos autores,
Andres Molina expresa en el referido documento que Hay imbciles que siendo mexicanos afectan no
usar el idioma nacional, sino algn otro extrao mal aprendido en el extranjero. Abandonan los criollos en
esta capital a los mestizos los teatros en que despunta el florecimiento de nuestra cultura propia, y llenan a
reventar cualquier otro teatro en que una compaa de mrito dudoso, representa en italiano, en francs o
en ingls. Por su parte, Manuel Gamio en el texto aludido va a referirse a extranjeristas ridiculos que
tienen una cultura cismtica, patrimonio de pedantes y de imbeciles.

119

El psicoanalista Santiago Ramrez nos dice que:


La tensin social que existe entre el mexicano y el norteamericano es pantalla
de la primitiva relacin ya descrita del padre con el hijo. [] Conforme las
clases sociales se encuentran en estratos ms elevados, y, por lo tanto, ms
integradas desde el punto de vista de la unidad familiar y de la presencia del
padre, la actitud hacia el norteamericano se matiza por sentimientos de
naturaleza admirativa. Efectivamente, esta admiracin se traduce en la
necesidad que tienen las clases sociales altas: de adquisicin del idioma
extranjero para sus hijos, de la necesidad de usar productos norteamericanos
despreciando los nacionales, de la aceptacin y sumisin total en cuanto a
gustos e intereses al cine norteamericano con total rechazo para las
manifestaciones nativas de igual indole. Las agencias de turismo, los hoteles y
los bares estn prontos a dar informacin y atencin a aquel que use el idioma
ingls; se rechaza al mexicano, por el propio mexicano, cuando no usa corbata
en tanto que se acepta al norteamericano, vestido en slacks en un bar de
categora. En los ambientes intelectuales se desprecian los valores nacionales,
se les ningunea, en tanto no han recibido el padrinazgo estadounidense. 203
Sigue Santiago Ramrez su estudio hacia la clase media, explicando que conforme
disminuye el nivel social, es decir la capacidad de identificacin con el estilo de vida,
las actitudes de admiracin se van a matizar con sentimientos de hostilidad que pueden
tener diferentes manifestaciones, como la burla o la parodia. Y con estas aclaraciones
vuelve al anlisis:
la clase media tiene actitudes en las que la ambivalencia se hace
particularmente notoria. No le resulta accesible la identificacin y adquisicin
de niveles norteamericanos, sin embargo, lucha denodadamente por
alcanzarlos. La pequea empleada se afana en adquirir el vestido
norteamericano o cuando menos el modelo estilo americano (adems se
utiliza la palabra americano para calificar al estadouniense, como si el
mexicano o el chileno no lo fuesen). Tambin es as, como el fabricante de
productos nacionales se empea en poner a los vestidos que fabrica o a las
prendas que manufactura, nombres que se acerquen lo ms posible a los
productos norteamericanos de igual filiacin. Esta necesidad compulsiva llega
en ocasiones a tener matices ridculos, por ejemplo, es frecuente que el
mexicano fume cigarrillos estadounidenses pero falsificados en el pas; aun a
sabiendas de que as es, luce la cajetilla que tiene estampada la marca que le
har aparecer a los ojos del vecino, como poderoso y potente, victima de la
envidia, tal como en el siglo XVI, la posesin de un caballo o un arma de
fuego eran indicadoras de jerarqua y nivel social 204

203
204

Santiago Ramirez. El mexicano. Psicologa de sus motivaciones. Op. Cit.p.93


Santiago Ramirez. Ibidem .p.94-95

120
Por supuesto, algunos de los ejemplos que nos ofrece Santiago Ramrez estn
desfasados, pero quin puede negar la similitud de sus afirmaciones con la realidad que
vivimos actualmente, donde amn de los tenis Nilce y Beebock a los que se pueden
adjudicar otras razones de nombre por parte de la piratera comercial a la que vale
decirlo, el mexicano de bajo poder adquisitivo es muy aficionado-, tenemos ejemplos
ms rotundos como la frecuencia con que vemos fondas que se autodenominan
loncheras, que muchos negocios por modestos que sean van a ostentar nombres en
ingls: Ruby Nails (sic) para el localito de manicure en un barrio de bajo poder
adquisitivo, gym y spa para lugares de actividad fsica y recreacin corporal, o
sexshop que en Mxico se usa casi sin excepcin para las tiendas erticas y de
juguetes sexuales, como si fuera imposible nombrarlas en espaol.

Pie de foto. tenis Nilce que pretenden una obvia similitud con la marca estadounidense Nike.
Fuente: Google.

Hay sin embargo dos ejemplos que son quiz el arquetipo del tema que
estudiamos porque ilustran perfecto el pensamiento de Santiago Ramrez: primero el
Hual Mart (sic) que es una tienda ordinaria de artculos diversos cuya foto circula en
la red debido a su singular razn social, y por otro lado el nombre del dominio
electrnico

en

internet

de

la

secretara

de

turismo

del

Distrito

Federal

www.mexicocity.gob.mx que no puede explicarse siendo una pagina gubernamental


de un pas hispanohablante, qu sentido tiene nombrarla en un idioma extranjero, ajeno
a aquellos a quienes est destinado?, solo es posible hallar una explicacin coherente en
los argumentos que hemos venido hilvanando.

121

Dejemos abiertas estas reflexiones


mientras hacemos un recuento de los
elementos revisados hasta ahora.

Hemos observado que va a existir


una tendencia permanente del mexicano
por renegar de su realidad ya que se
considera a s mismo inferior y va
Pie de foto. Hual Mart, razn social de una
tienda ordinaria en Parral, Chihuahua. Fuente:
Google.

refugiarse en el exterior copiando los


elementos que segn l lo van a

trascender porque son superiores, llevndolo a vivir una mentira que hace las veces de
sedante ante su propia desvalorizacin.

Este patrn fue observado primero por Samuel Ramos como una contradiccin
entre lo que quiere ser y lo que puede hacer, diferencia abismal que lo conduce al
pesimismo, a desconfiar de s mismo y a sentirse siempre inferior porque no puede
alcanzar sus aspiraciones, por lo que el mexicano encuentra una cura refugindose en la
fantasa, inventndose un yo ficticio que va a interpretar en la vida creyndolo real,
enterrando as su sentimiento de inferioridad porque ya no vive siendo quien es, sino
quien se ha inventado. Pero aunque la idea original es de Samuel Ramos, es Santiago
Ramrez el que profundiza en este concepto y encuentra corroborado el patrn en las
diferentes etapas histricas del pas, como hemos visto en el seguimiento de sus
estudios y la analoga de la relacin padre-hijo. De igual forma, descubrimos una
diferencia fundamental entre la elite, que por sus posibilidades econmicas va a tender
mucho a todo elemento cultural extranjero puesto que puede acceder a gozar de ellosy la clase media y baja, que se va a conformar con la imitacin al mismo tiempo que,
ante su imposibilidad econmica, va a recurrir tambin a la burla y la stira del modelo
que odia tanto como admira. Todo esto va a configurar una situacin bien particular de
Mxico: un nacionalismo terico y un malinchismo prctico.
Hasta aqu los estudios de textos clsicos. En la poca contempornea, Martha Luz
Arredondo y Roger Bartra van a continuar la idea del sentimiento de inferioridad y
autonegacin, pero desde perspectivas diversas y con sus respectivas variaciones del

122
modelo original. Por otro lado, Leonardo Da Jandra, no va a compartir la idea de un
mexicano que se autoreprima, e incluso va a cuestionar la obra de Samuel Ramos pero
con especial severidad la de Octavio Paz en lo que se refiere al mito de la chingada,
para acabar proponiendo un mexicano sin traumas hermandado por la virgen de
Guadalupe, que en su visin es identificada como la verdadera madre.205

En lo que sigue, vamos a continuar el anlisis hasta la realidad actual apoyados en


los autores restantes, pero tambin en nuestra propia interpretacin de hechos y datos
concretos para validar o negar el peso de esta circunstancia histrica en nuestra
investigacin del impacto de la globalizacin en la identidad nacional.

Martha Luz Arredondo es quien va a explicar por qu el sentimiento de


inferioridad logr sobrevivir tantos cambios histricos hasta permanecer en el
inconsciente actual del mexicano, y nos dice que esta causa se encuentra en el
pronombre posesivo nos, al referirse a lo que aconteci en el pasado a otros hombres,
es decir, que a fuerza de consolidar la unidad nacional durante las gestas insurgentes, se
hizo hincapi en repetir que los espaoles nos conquistaron, el Estado nacionalista
postrevolucionario no contribuy a cambiar esta idea en el ser colectivo nacional ya
que era un elemento unificador-, y por ello actualmente seguimos afirmando que los
espaoles nos conquistaron, integrndonos al acontecimiento histrico y tomando el
bando de la parte vencida, la perdedora. De este modo, la pequea partcula nos
vence el tiempo y trae al da de hoy los traumas histricos de ayer permitiendo que el
mexicano se reasuma a s mismo inferior y derrotado206 , lo que explicara el por qu el
sentimiento inconciente de sometimiento persiste, el llamado hombre nuevo de la
revolucin que haba resanado su herida histrica se ve desplazado en el imaginario
colectivo, por un hombre que autoasume la forma de sus ancestros, es decir el dolor, la
deshonra y el odio ante la derrota, es aqu donde mejor se entiende la metfora del
axolote diseada por Roger Bartra: el mexicano se niega a evolucionar, a ser, y de la
misma forma que este misterioso animal, encuentra la forma de no metamorfosearse,
reproducindose infinitamente en su estado larvario: su no ser.

205
206

Leonardo Da Jandra. La hispanidad. Fiesta y rito. Op. Cit. p.100,101, 132,133


Martha Luz Arredondo. Mexicanidad versus Identidad Nacional. Op. Cit. p.

123
De qu manera podemos aproximarnos hoy a la veracidad de nuestras
afirmaciones anteriores? El contenido del capitulo 3 aportar interesantes resultados
que, sin duda, van a disipar toda duda sobre esta peculiar caracterstica que hemos
estudiado y que retomaremos en las conclusiones finales. Pero con intensin de
actualizar esta revisin histrica y concluir sobre el estado actual de la identidad
nacional mexicana, vamos a continuar el estudio mediante los datos duros disponibles
sin medro de los que se analizarn con mayor profundidad segn el tema en los
captulos siguientes.

Para esta reflexin propia utilizaremos los resultados obtenidos de un ejercicio de


investigacin realizado conjuntamente por el Centro de Investigacin y Docencia
Econmicas (CIDE) y el Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (COMEXI)
sobre opinin pblica y poltica exterior en Mxico, titulado Visiones Globales 2004.

Esta investigacin sobre poltica exterior, realiz una importante recopilacin de la


opinin pblica del mexicano en general y de los que se catalogaron como lideres
(miembros del COMEXI), sobre temas diversos, entre los cuales es de nuestro inters la
identidad nacional y las influencias culturales del exterior.207
Respecto a la opinin del mexicano sobre las influencias culturales de otros
pases, el documento Visiones globales 2004 nos dice que
A pesar del contacto directo e indirecto de los mexicanos con el resto del
mundo, stos temen que las influencias culturales de otros pases se expandan
por todo el pas. El 51% califica de negativa la difusin de las ideas y
costumbres de otros pases en Mxico y slo el 27% la consider positiva.
Quienes viven en los estados fronterizos del norte se encuentran ms
207

Para conocimiento del lector sobre la metodologa del estudio del COMEXI, el levantamiento de la
encuesta a nivel de la opinin pblica general se realiz del 9 al 19 de julio de 2004, y utiliz una muestra
representativa nacional de 1,500 entrevistas personales representativas de la poblacin mexicana adulta
(18 aos o ms) realizadas en viviendas particulares. El metodo de muestreo fue con arranque aleatorio y
seleccin sistemtica de secciones electorales, la muestra resultante incluy 600 encuestados de 6 estados
del norte, 300 encuestados de 7 estados del sur y sureste y 600 encuestados de los 19 estados restantes
correspondientes a la region central. La encuesta a lderes mexicanos consisti en entrevistas telefnicas a
82 miembros del COMEXI, las cuales se aplicaron del 13 de julio al 12 de agosto de 2004. Si bien la
encuesta de lideres no puede considerarse representativa del conjunto de lites politicas, econmicas y
culturales de Mxico, captura con precisin las precisiones de un grupo importante de lideres,
precisamente aquellos ms interesados, informados y expuestos a la problemtica de la politica exterior
de Mxico y con cierta influencia sobre ella. Para ms informacin sobre el estudio Cfr. Centro de
Investigacin y Docencia Econmicas y Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales. Mxico y el
mundo. Visiones globales 2004. Opinin pblica y politica exterior en Mxico. CIDE. COMEXI. 2004.
Disponible en internet para su consulta en http://www.consejomexicano.org/index.php?est_op

124
divididos: 37% estiman este fenmeno como inadecuado y 39% lo ven como
algo conveniente. 208
As, observamos que los porcentajes son coherentes con la postura manejada hasta
el momento. Preocupa el porcentaje general por su escassima superioridad (1%) a la
media como personas que consideran negativa la influencia cultural de otro pas, y de
las que puede suponerse defienden lo que consideran propio, es decir son nacionalistas,
a la vez que se presenta un 27% que la cree positiva, porcentaje que podemos asociar a
la elite, primero por la variacin de los
resultados con respecto al norte, que en
general es industrializado y rico en
contraste con los estados del sur pobres y
atrasados, en esos resultados del norte del
pas se observa que son menos los que
consideran inadecuado el influjo cultural
y ms quienes lo consideran conveniente
(deseable?): se comprueba pues, que a
mayor nivel econmico ms se va a
presentar una tendencia a preferir lo
extranjero.
A la pregunta Qu se siente usted
ms? (mexicano, identidad de estado,
latinoamericano,

norteamericano

ciudadano del mundo), los resultados van


a contribuir a despejar muchas dudas
sobre la cuestin de la identidad nacional
y a afirmar nuestros postulados hechos en
Fuente: Centro de Investigacin y Docencia
Econmicas y Consejo Mexicano de Asuntos
Internacionales. Mxico y el mundo. Visiones globales
2004. p.17

este apartado.

Los resultados: En los porcentajes

que corresponden al mexicano ordinario (clasificado como nacional) un 64% va a


declarar que se identifica ms como mexicano y un 30% va a definirse con una fuerte
identidad de estado o regional (ver grfica). Lo cual es muy relevante porque evidencia
208

CIDE. COMEXI. Visiones globales 2004. Op. Cit. p. 17

125
que una tercera parte del pas antepone su identidad local a la nacional, una cifra nada
despreciable que confirma la idea de que existen muchos Mxicos y que esta diversidad
ha hecho difcil para el Estado mexicano consolidar una identidad nacional que
pudiramos llamar homognea, en consecuencia estamos ciertos en que no existe un
estereotipo del mexicano porque de haberlo no se presentara esta importante
diferenciacin en lo interno, y en general comprueba que no se ha concretado esa
identidad nacional, que se sustenta y vive gracias a la amalgama cultural artificial
creada por el Estado y derivada en el mito del mexicano.
En el mismo sector nacional, llaman la atencin otros tres porcentajes: el 2% de la
muestra se siente latinoamericano, ninguno se siente norteamericano y 3% se identifican
como ciudadanos del mundo (5% en total con identidades externas). Estos resultados
son reveladores en la medida que corresponden a la clase nacional, de la que suponemos
es de clase media o baja, pero su trascendencia salta a la vista cuando se compara con
los resultados de la elite, que va a estar representada aqu por los lideres del COMEXI:
aunque un 68% se identifica plenamente como mexicano, 1% va a considerarse
latinoamericano, 1% se autodefine norteamericano, y 26% se identifica mucho ms
como ciudadano del mundo que como mexicano.

La diferencia sobre las identidades extranacionales es bastante notoria entre ambos


grupos: de un 5% total en la poblacin ordinaria a un 28% en los lderes, nuevamente
estos

datos

parecen

confirmar

los

argumentos

desarrollados

sobre

la

admiracin/filiacin por lo extranjero en la elite. En efecto las identidades ms amplias


de carcter supranacional no tienen mucha resonancia en el mexicano comn, pero se
vuelven significativas en el caso de los lderes, cuyo promedio casi va a igualar el de
algunas subidentidades regionales, como la de los estados del norte y el centro.

Otros datos arrojados por este ejercicio de observacin en la identidad, evidencian


la tendencia mexicana que hemos venido tratando, en la medida en que se va a admirar
lo extranjero en cuanto simboliza el xito y solamente en la medida en que simboliza el
xito, porque segn demuestran estos datos el mexicano igualmente va a despreciar lo
exterior incluso si existen afinidades culturales cuando no cumpla el requisito de
representar el triunfo econmico. Al respecto citamos ampliamente las observaciones
del documento:

126

Al parecer, los mexicanos tienen sentimientos ms favorables hacia los pases


con niveles altos de xito econmico, respecto de aquellos con los cuales
comparten una misma herencia cultural y desean tener relaciones diplomticas
ms estrechas. En la encuesta se pidi a los entrevistados clasificar sus
sentimientos hacia diversos pases de acuerdo con una escala termomtrica del
1 al 100, donde cero representaba sentimientos muy desfavorables, 100
significaba sentimientos muy favorables, y 50 significaba sentimientos
neutrales. Estados Unidos y Japn encabezaron la lista con clasificaciones
promedio de 68 y una media de 75. Por sorprendente que parezca, es ms
probable encontrar sentimientos favorables entre los mexicanos hacia China
que hacia Brasil, aun cuando el 48% de los mexicanos considera el desarrollo
de China como potencia mundial como una amenaza grave para los intereses
esenciales de Mxico en los prximos 10 aos. Por otro lado, los mexicanos
muestran actitudes relativamente desfavorables hacia Cuba y Guatemala, a
quienes solo siguen Israel e Irak 209
En estos resultados, se observa plenamente la admiracin del mexicano por lo
extranjero en estricta vinculacin con su imagen de xito (ver grafica), en la cual
encuentra su ideal y modelo a seguir y
de los cuales el yo esquizoide va a
retomar todos los elementos posibles
para negar su realidad, la ambivalencia
que hemos manejado en este apartado
queda perfectamente expresada en los
comentarios acerca de China (5to lugar
en el favoritismo del mexicano) por la
que se tienen sentimientos favorables
aun cuando casi la mitad de la muestra
considera su desarrollo como amenaza
directa a los intereses del pas. Esta es la
misma patologa histrica que hemos
analizado: el mestizo admiraba a su
padre aun cuando ste lo vejaba a l y a
su madre, en el siglo XIX se admir a
los Estados Unidos que nos rob el
territorio y a la Francia que intent
conquistarnos.
209

Ibidem. p. 37

Es

muy

importante

Fuente: Centro de Investigacin y Docencia


Econmicas y Consejo Mexicano de Asuntos
Internacionales. Mxico y el mundo. Visiones
globales 2004. p. 37

127
destacar que precisamente las tres naciones que han agredido al pas por diversas
razones -Espaa, Estados Unidos y Francia- van a figurar invariablemente entre los
primeros lugares de sentimientos favorables del mexicano, lo cual reitera la vigencia del
sentimiento de ambivalencia histrica en pleno siglo XXI.
Canalicemos el estudio de estos resultados hacia Estados Unidos: es en verdad
sorprendente considerando nuestra historia nacional y el sentimiento antiyankee que
forj la identidad en el siglo XIX y gran parte del siglo XX, que los sentimientos
generales del mexicano hacia este pas sean tan favorables, en la escala se aprecia un
promedio de 68, pero segn el documento que analizamos el 50% de los mexicanos le
asignaron 75, la evaluacin ms alta recibida, consagrndolo as como el pas con los
sentimientos

ms

favorables.

Estos

resultados van a ser ms apegados a la


realidad histrica que hemos estudiado
cuando

analizamos

los

sentimientos

particulares, que ofrecen un panorama


mucho ms coincidente con nuestro
pasado

nos

permiten

corroborar

algunos planteamientos de forma precisa.


Veamos pues que ante la pregunta
Cul describe mejor sus sentimientos
hacia Estados Unidos? (ver grafica), del
promedio de la muestra el 46% va a
declararse indiferente entre la admiracin
y el desprecio,
desprecia

el 20% asume que lo


el

29%

expresa

un

sentimiento de admiracin.

En cuanto al resentimiento, va a ser


mayor el porcentaje de quienes le
guardan rencor (26%) que quienes lo ven
Fuente: Centro de Investigacin y Docencia
Econmicas y Consejo Mexicano de Asuntos
Internacionales. Mxico y el mundo. Visiones globales
2004. p.40

con fraternidad (20%), un 46% se va a


mostrar indistinto.

128

Finalmente, es notorio que el sentimiento de desconfianza hacia este pas va a ser


el ms difundido en la poblacin: 43%.

Los promedios generales de esta pregunta no sirven para demostrar la


ambivalencia, ya que invariablemente vamos a encontrar dos porcentajes relativamente
equivalentes y contrarios en cada una de las respuestas, lo cual anula la posibilidad de
una comparacin directa ya que no es posible comprobar si las personas que dijeron
admirar a Estados Unidos son las mismas que contestaron estar resentidos o desconfiar.

No obstante, creemos que los sentimientos reiteradamente contrapuestos en dos


porcentajes significativos de la poblacin definen la existencia de dos grupos
trascendentes que se explican, como observaba Santiago Ramrez, en las actitudes de la
clase media y la clase alta con respecto al padre opresor -rol que en estos momentos es
representado por Estados Unidos- y que demuestran numricamente la vigencia de esa
actitud segn el nivel social.
As, considerando que conforme las clases sociales se encuentran en estratos ms
elevados la actitud hacia el norteamericano se matiza por sentimientos de naturaleza
admirativa y de que conforme disminuye el nivel social las actitudes de admiracin se
van a matizar con sentimientos de hostilidad podemos comprobar nuestra hiptesis a
travs de los promedios regionales.

El norte va a presentar invariablemente la opinin ms favorable hacia Estados


Unidos en los tres sentimientos que se estudian: admiracin (38%), fraternidad (27%) y
confianza (38%). Lo que, segn nuestro anlisis, se debe a que el norte es altamente
industrializado y posee una buena calidad de vida, lo que facilita la identificacin y
admiracin.

Por otro lado, el centro y sur-sureste donde predominan las clase media y baja, va
a presentar sin excepcin el liderazgo en cuanto a sentimientos negativos, no va a
predominar el desprecio pero va a ser indiscutible el resentimiento (27%) y la
desconfianza (48%) que estn ms presentes en el centro que en el sur (25% y 44%
respectivamente).

129

Con la interpretacin de los resultados por regiones podemos ver que se cumplen
las observaciones y que los planteamientos expuestos son vigentes actualmente en
cuanto que el norte donde los ingresos y salarios econmicos son altos va a tener una
evidente afinidad, pero en el centro y sur va a ser notoria la ambivalencia: predomina la
admiracin a Estados Unidos por 4 puntos en promedio, pero simultneamente se le
odia y se desconfa de el.

En suma, este breve anlisis estadstico ha demostrado, grosso modo, que existen
fuertes identidades subnacionales que impiden hablar en pleno siglo XXI de un
mexicano estereotipo debido a la diversidad cultural del pas, el estudio estadstico
tambin hizo evidente la tendencia de la elite a poseer una identidad supranacional,
ambas situaciones sub y supra identidades- confirman el planteamiento de Roger
Bartra acerca de nuestra cohesin social irracional que es posible solamente por el
complicado mito de lo nacional que ha creado el Estado para construir lazos de afinidad,
y que mediante una amalgama cultural ha creado un estereotipo socialmente aceptado
sobre lo mexicano.
Los datos sobre los sentimientos positivos por otros pases, revelan que el
mexicano en general va a presentar una predileccin por lo extranjero siempre y cuando
esto represente el xito material y esto se confirma histricamente, como revisamos en
su momento-; tambin es una prueba a escala internacional de que pervive el desprecio
de lo telrico por lo extranjero-exitoso, en lo que se refiere a que se van a tener ms
sentimientos favorables por pases econmicamente poderosos incluso si histricamente
fueron enemigos de la nacin Espaa, Estados Unidos Francia- o aun a pesar de que se
perciban como amenazas potenciales a nuestros intereses inmediatos China-, en
desprecio de pases culturalmente afines Cuba o Brasil-.

En otro sentido, nuestra aproximacin estadstica comprob, que en el siglo XXI,


est plenamente vigente la tendencia de las clases econmicas con alto poder
adquisitivo de presentar mucha predileccin por lo extranjero y tender a una identidad
supranacional como ha sucedido en toda la historia del Mxico independiente, por otra
parte, demuestra que la clase popular conserva integro el sentimiento de ambivalencia
rencor/admiracin, que histricamente ha sido la razn psicolgica por la que el

130
mexicano en general ha desvalorizado lo nacional; si este sentimiento est originando
actualmente un desprecio por lo telrico en la poblacin comn es algo que no podemos
afirmar con los datos revisados en este capitulo, aunque llama la atencin de que apenas
la mitad de la muestra (51%) considere negativa la influencia cultural extranjera y un
27% la califique positiva, lo cual puede ser un indicio. Sin embargo solo podremos
saber si el desprecio por los valores propios autonegacin- est presente en el
mexicano de este nuevo siglo mediante los resultados que se obtengan en el capitulo
siguiente, en el que se revisa a profundidad el impacto de la globalizacin cultural en los
principales referentes de la identidad nacional mexicana y en el que por supuesto se ver
la reaccin de nuestra identidad ante la invasin cultural del exterior.

La necesidad de profundizar en esta caracterstica de autonegacin, parti de que


debemos tenerla muy presente en nuestra investigacin, porque si el mexicano sigue
cubriendo su rostro con mascaras para ocultar su esencia lo cual solo podr averiguarse
en las conclusiones finales-, esto sera

una de las piezas claves para explicar la

magnitud del impacto del proceso de globalizacin en nuestra cultura.

Mxico est intentado ser como quiere ser, pero, hoy ms que nunca, su identidad
est en riesgo: no solamente no terminamos de reconocernos, sino que una invasin
cultural de dimensiones inditas nos golpea diariamente con intensin de cambiar
nuestro rumbo y determinar nuestras aspiraciones.

El problema es que el estado actual de nuestra identidad coloca al pas en una


situacin verdaderamente critica: una identidad nacional fuerte puede resistir cualquier
embate cultural y aun aprovecharlo a su favor, pero cuanto resistir si acaso puede
resistir- una identidad que se autoniega y se refugia en lo que no es, frente a un
imperialismo cultural rampante que le ofrece un nicho perfecto que imitar para
esconderse?.

La globalizacin est aqu, actuemos ahora y hagamos del llamado de Carlos


Alberto Montaner nuestra consigna: no perdamos tambin el siglo XXI. 210

210

Carlos Alberto Montaner. No perdamos tambien el siglo XXI. Plaza & Janes. Mxico. 1997.

131
Con pelculas, libros, obras de teatro, programas de televisin y propaganda, mucha propaganda
encaminada a demostrar las bondades de su sistema, el imperio haba logrado influenciar
profundamente nuestras costumbres, nuestros pensamientos y hasta nuestros principios morales.[]
No me entiendan mal. Yo s que toda sociedad tiene que cambiar. Pero nosotros no estamos
cambiando. Estamos imitando. Estamos imitando con una ciega conviccin que solo puede provenir de
una espantosa falta de seguridad en nosotros mismos. Estamos imitando irracionalmente, como monos
que repiten, sin fin, ademanes que no tienen sentido para ellos. Estamos imitando con asco de
nosotros mismos.
Carlos Flores Vargas211

3. El impacto globalizador en la identidad nacional mexicana


En este capitulo, vamos a estudiar el efecto concreto que ejerce el impacto globalizador
en la identidad nacional mexicana, profundizando en cada uno de los principales
referentes identitarios que hemos detallado como constituyentes del ncleo duro de la
identidad. Con ellos podremos determinar la magnitud del embate en nuestra cultura y
el nivel de riesgo que tenemos en el proceso de globalizacin.

Cabe aclarar que de ninguna manera pretendemos defender en esta investigacin


una postura conservadora o nostlgica sobre lo que es Mxico y lo mexicano ni mucho
menos negamos el cambio social o promovemos el aislacionismo -cuestion que resulta
absurda desde cualquier punto de vista porque ya hemos examinado la natural y siempre
presente mutabilidad de toda sociedad como un organismo complejo y vivo- lo que
estamos defendiendo aqu es el derecho de nuestro pas a vivir su propia identidad y
protegerla ante un escenario internacional cada vez ms globalizado que lo induce a
renunciar a su proyecto histrico e interviene de diversas formas para instaurar una
transformacin cultural violenta y sin historia.

No estamos en contra de que nuestra sociedad evolucione, sabemos que esto es


natural y necesario, pero nos oponemos terminantemente a que se induzca la imitacin
de un pretendido modelo superior -como es de hecho lo que se promueve mediante la
globalizacin-, en menoscabo del desarrollo y la cultura nacional que hemos alcanzando
en casi doscientos aos de nacin independiente.

211

Carlos Flores Vargas. Los cerdos no sudan. (Comedia trgica en cuatro actos). Cuarta edicin
artesanal de autor. Ediciones Patito Feo. Mxico. 2006. p. 71-72

132
Por supuesto, no es malo tomar de la riqueza de otras culturas lo conveniente a
nuestra visin de desarrollo, todas las culturas del mundo se han enriquecido
mutuamente mediante intercambios interculturales de muy diversos tipos, que varan
desde prestamos lingsticos hasta copias idnticas de los modos de produccin o de
sistemas de gobierno, el problema es que hay una diferencia muy grande entre tomar
voluntariamente de otro lo que consideramos til para nosotros mismos, que en vernos
obligados a adoptar los elementos que el otro cree o asegura que nos sirven entre ellos,
las recomendaciones del FMI, por ejemplo- o incluso aquellos que indebidamente se
difunden como smbolos del desarrollo y la modernidad el idioma ingls-.

El profesor de economa de la UNAM Rolando Cordera expresa perfectamente


esta diferencia a nivel internacional con su propuesta de nacionalizar la
globalizacin.212

En efecto una cosa es globalizar la nacin, lo cual han hecho nuestros polticos en
los ltimos 20 aos ufanndose mucho de haber globalizado a Mxico, cuando en los
hechos este proceso nunca consider las necesidades nacionales, siendo de facto un
entreguismo a dinmicas globales depredadoras, que se consum mediante una serie de
reformas al Estado y en muchos sentidos mediante una manipulacin ideolgica de la
nacin recordemos por ejemplo la mentira Salinista de que Mxico era parte del primer
mundo, as como su nuevo nacionalismo-. Y otra cosa muy diferente es nacionalizar
la globalizacin, lo cual Rolando Cordera define como hacer que la globalizacin
trabaje para la nacin y no al revs en beneficio de unos cuantos. Su visin vuelve los
ojos al Estado-Nacin como el agente regulador en el escenario internacional, y toma en
cuenta las particularidades de la nacin para saber qu se toma o qu se deja de la
globalizacin, en contra del pensamiento nico de Washington que cree que todas las
naciones son iguales y que sus polticas deben ser acogidas indistintamente y sin
cuestionamientos en todos los pases del orbe.

Rolando Cordera advierte as la relevancia de nacionalizar la globalizacin:


212

Cfr. La conferencia magistral La globalizacin y el derecho al desarrollo. Facultad de Derecho, 27


de Marzo de 2007. Nota disponible en el Boletn UNAM-DGCS-186 accesible en lnea en
http://www.dgcs.unam.mx/boletin/bdboletin/2007_186.html

133

El desafo es global pero no slo. Saber distinguir entre lo peculiar y lo


general, entre lo nacional y lo mundial, es condicin insalvable para hacer
buena poltica econmica y de desarrollo. Sin el filtro nacional y sin asumir el
peso de su historia particular, siempre cruzada por el contacto con el resto del
mundo, slo quedan las relaciones internacionales de poder, un cuasi gobierno
mundial sin democracia mundial. El reino de la fuerza. Para Mxico y
Amrica Latina, reasumir la dimensin nacional para abordar lo global y no
para exorcizarlo, es lo que se ha puesto en el orden del da. Lo "polticamente
incorrecto" no es montar simulacros cosmopolitas o hacernos la ilusin de que
ya la hicimos porque aqu nos toc, en la parte norte del hemisferio. Esta es la
perspectiva convencional de una polkera que confunde el globo con el mall en
Houston. Lo que urge es recuperar lo nacional para actualizarlo y desde ah
plantearse una nacionalizacin de la globalidad, despus de tantos y costosos
aos en que nos hemos empeado en globalizar a la nacin. 213
En este sentido, lo que esta investigacin propone es el rescate de lo nacional para
poder presentarnos al mundo con la cara en alto y sin el peligro cultural que representa
la pretendida homogenizacin mundial de la cultura occidental. Porque lo que Rolando
Cordera ve en el sentido econmico, otros autores tambin lo identifican en el plano
cultural.

Por ejemplo, ya Manuel Gamio apuntaba a principios de siglo XX la necesidad de


evolucionar, pero jams la de abandonar la esencia nacional:
Grandes movimientos de renovacin social conmueven al mundo; la
transmutacin de valores es intensa y rpida; lo que ayer era todava regla de
oro, hoy es cdigo muerto. Quienes insisten en vivir una existencia pretrita, y
abrigan ideas anacrnicas, han cado y seguirn cayendo, porque tal es la ley
inevitable de la evolucin. Sin embargo, hay ciertos tpicos respecto de los
cuales es imposible ceirse incondicionalmente al criterio ultramoderno, so
pena de fracasar, pudiendose citar como ejemplo de ello el internacionalismo o
abolicin de nacionalidades y de exclusivistas fronteras geogrficas. 214
En el siglo XXI, es Jorge Turner quien defiende la evolucin en contra de la
imposicin violenta de valores culturales que poco o nada tienen que ver con nuestra
sociedad, y nos dice que
La cultura no se ha mantenido esttica en el tiempo, ni en el mundo ni en
Amrica Latina. Con el tiempo varan hasta rasgos culturales bsicos de
distintas regiones, pero no se deben organizar las sociedades violentndolas a

213
214

Rolando Cordera. Nacionalizar la globalizacin. La Jornada, opinion, 7 de julio de 2002.


Manuel Gamio. Antologa. Biblioteca del Estudiante Universitario. UNAM. Mxico. 1993. p.14 -15

134
capricho y contra las previsiones de Jos Mart y de todo lo relativo con las
grandes aspiraciones humanas 215
En suma, defendemos el derecho de la nacin mexicana a seguir su propio camino
en la consolidacin no solamente de su identidad nacional sino de su proyecto histrico,
ese que s toma en cuenta las particularidades de la sociedad mexicana y nuestra propia
idea del desarrollo, que no necesariamente tiene que ser compatible con la visin
impositiva de las potencias, las cuales promueven implacables el abandono social por
parte del Estado y la supremaca mercantilista sobre los valores humanos y culturales.

El problema nacional mexicano en lo que se refiere al no reconocimiento de la


identidad propia, razn por la cual presentamos una alta tendencia a extranjerizarmos,
vuelve muy compleja nuestra situacin identitaria.

El peligro de la aculturacin y sus dimensiones y efectos sobre la identidad


nacional son cada vez ms evidentes, y como seala Roger Bartra, este proceso se ha
dado de tal manera que los mexicanos han sido expulsados de la cultura nacional y han
perdido su identidad sin deplorarla.216

Ello se debe entre otros factores, porque los valores culturales altamente elitistas
que se caracterizan por ser valores de tendencia extranjerizante, modas de todo genero,
giros en el lenguaje, estilos de discusin, etc- as como los valores extranjeros, si no
desaparecen rpidamente pueden y suelen ser integrados a la cultura nacional 217 e
incluso desconocerse su carcter extranjero e invasor.

Esta situacin va a dar por resultado contradicciones terribles y muy dainas para
la identidad nacional como aquella de comprar para festejar el grito de independencia
nacional playeras con un ratn Mickey patrio (ver imgenes), de pensar que superman
est escrito en espaol y la sospecha -por nuestra juventud- de que es un hroe
mexicano o al menos, sino como tal, es de todos modos el hroe de la niez mexicana,
junto con Batman y Robin, el hombre araa, avatares, pokemones y sayayines- o la no
menos equivocada idea de que la Coca-Cola es un producto nacional.

215

Rossana Cassigoli. Jorge Turner. Tradicin y emancipacin cultural de Amrica Latina. Op. Cit. p.14
Roger Bartra. La Jaula de la melancolia. Identidad y metamorfosis del mexicano. Op.Cit. p. 233
217
Ibidem. p.216-217
216

135

Pie de foto. Fotografa de dos diseos de playeras que se ofrecieron a la venta en la ciudad de Mxico en
septiembre de 2007 con motivo de los festejos de la independencia nacional mexicana. 218

Queda demostrado pues, que no es fortuita nuestra preocupacin por el impacto de


la globalizacin en la identidad nacional mexicana, en la que con una velocidad sin
precedente se estn sustituyendo rpidamente muchos elementos nacionales identitarios
fundamentales, se est vaciando el concepto de la nacionalidad y se nos est dejando la
idea de creer que seguimos siendo, se est llevando la identidad nacional a su nivel ms
bsico (esto es la simple creencia de que somos mexicanos), pero en los hechos las
actitudes corresponden cada vez ms a la ansiada identidad cultural global que
promueve el capitalismo neoliberal.

Dejemos como ultima reflexin un pasaje de la obra de Carlos Flores titulada Los
cerdos no sudan, escrita como una crtica al periodo actual de aculturacin mexicana,
que se desarrolla en el escenario de una supuesta invasin de Estados Unidos a nuestro
pas. Aqu uno de los personajes se cuestiona la realidad de ese Mxico invadido:
es que no puede ser! Qu esta pasando? Qu nos est pasando? Yo ya no
puedo ir al mercado, tengo que ir al sper. Y all no puedo almorzar
quesadillas, sino jat dogs. Y si pido una agua de horchata me ofrecen coca
cola, y si trato de comprar un kilo de frijoles me ofrecen bins enlatados. Si
vamos al cine, puros rambos y roquis, etes y caobois. Si queremos ver tele,
puras series violentas, concursitos pendejos y, despus de las doce,
pornografa tres equis. Y luego, ese pinche espot -ya ven? hasta yo me
contagio!-, ese anuncito en todos lados y a cada rato: sea patriota y vaya a
disneylandia. que poca madre!.219
Con esta imagen, pasemos sin ms prembulos a responder la inquietante
pregunta: qu est pasando?, qu nos est pasando?. En cada uno de los apartados
218
219

Fotos de Areli Almendarez Marn, transmitidas en comunicacin personal.


Carlos Flores Vargas. Los cerdos no sudan. (Comedia trgica en cuatro actos). Op.Cit. p.45

136
siguientes analizaremos la informacin que nos aproxime a interpretar la realidad que
vivimos y a observar en hechos concretos la intensidad del embate global cultural del
capitalismo mundial en la identidad nacional mexicana.

137

3.1. Ser o to be: el impacto globalizador en nuestra lengua


El idioma va a ser el primero y ms trascendente de los constructos de la identidad
nacional, hablar el mismo idioma permite identificarse, transmitir ideas pero por sobre
todas las cosas, interpretar el mundo, cualquier cosa que se piense o se diga se va a
hacer en un cdigo que tiene significado para nosotros. Su importancia y trascendencia
fue expuesta en el capitulo 1.4.3 en el que se comprob su centralidad como referente
de la identidad nacional. Ahora es pertinente aludir a manera de introduccin antes del
anlisis de datos duros sobre Mxico, la forma en que el lenguaje evoluciona o se
empobrece, para no tener la equivocada idea de que el simple intercambio de vocablos
entre idiomas es siempre enriquecimiento.

Atendamos primero a la relacin lenguaje-idiosincrasia, a partir de la reflexin de


Lorenzo de Anda y de Anda, quien seala que
La idiosincrasia de cada nacin se integra en el lenguaje. Los complejos y
tendencias de un pueblo se reflejan en su decir. Hay elementos de
identificacin heredados, imitados y transformados, que integran los
cromosomas lingsticos. Contienen antecedentes histricos, la evolucin y
conjugacin de sus lenguas, la influencia de otros grupos tnicos y las
circunstancias que los rodean.220
Dejemos de pensar pues en el lenguaje como una simple herramienta de
comunicacin y empecemos a visualizarlo en toda su magnitud: como un retrato social,
en el idioma est implcito todo cuanto somos y hemos sido, y en ese cdigo est
tambin nuestro mundo, la forma en que se interpreta la realidad.

Tambin el Dr. Miguel Len-Portilla, nos interpreta el significado de la lengua


ms all de un cdigo de comunicacin, y expresa que las lenguas son
''atalayas distintas para ver el mundo, cauces para acercarse a la realidad. En
cierta forma, la lengua condiciona la manera de pensar y, cuando una muere,
parte del mundo nombrable desaparece, y eso es terrible''221
La perdida del lenguaje, en especial cuando no es producto de un deterioro natural
sino inducido, va a ser por estas razones un instrumento de dominacin social muy
220

Lorenzo de Anda y de Anda. El lenguaje inteligente. (La lgica del lenguaje). Editorial Porra.
MXICO 2003. p.39
221
La Jornada, cultura. Dramtica extincin de lenguas en el mundo. Viernes, 18 de febrero de 2005.

138
poderoso, con cada palabra que sustituimos por una ajena a nuestro entorno, perdemos
una parte de nuestro mundo y se nos implanta una neorealidad: la realidad del sistema
dominador, su cosmovisin, y dejamos de ser nosotros para terminar siendo
eventualmente lo que son ellos.

Ahora bien, es sabido que la inmensa mayora de las lenguas del mundo distan
mucho de ser puras, es bien cierto que una forma de evolucionar de los idiomas es
tomando prestamos de otros, haciendo calcos, neologismos y barbarismos, nada tiene
esto de negativo y por el contrario es una forma natural de progreso, pero entendida la
lengua como un bien cultural vamos a apreciar que estos intercambios tienen una razn
de ser y una regulacin natural, misma que hoy se ha forzado como nunca en la historia,
derivando as en una colonizacin, tomemos para apuntalar esta idea los planteamientos
de Enrique Fontanillo e Isabel Riesco, quienes explican que
Es inevitable, y por otra parte muy conveniente, el recproco intercambio que
entre lenguas y culturas se produce. Pero muchas veces la fuerza de la moda
hace que la influencia se convierta en dominio y que el pueblo, lengua, o
cultura objeto de dominio se convierta en colonizado. Encierra, por tanto, esta
aseveracin la posibilidad de que la relacin de dependencia trascienda con
mucho a lo meramente lingstico y as ocurre de hecho, aunque es muy difcil
establecer qu se produjo primero, si la colonizacin militar, la poltica, la
tecnolgica o la lingstica. En cualquier caso, un pueblo debe ser consciente
de ello y conocer de antemano el precio que es capaz de pagar en ese
intercambio. Nosotros diramos que, tratndose de pagar, cuanto menos mejor.
Y tratndose de valores tan apreciados como la lengua y la cultura, el axioma
resulta aun ms defendible. 222
Para asentar las bases de la dominacin y colonizacin cultural mediante el
idioma, volvamos a la parte de la lengua entendida como un bien cultural, si la
observamos de esta forma, encontramos dos factores:
1. Que al tratarse de un bien cultural su produccin es inagotable y permanente,
siendo su nica limitante que expresamente se decida dejar de producirlo o se
induzca a dejar de producirlo ofreciendo un sustituto que sea aceptado para su
reproduccin.
2. Que por ser un bien cultural, est sujeto como cualquier producto a intercambios
ms o menos intensos, y en una interpretacin econmica, como cualquier otro
bien puede ser desplazado del mercado por un producto ms demandado

222

Enrique Fontanillo. M. Isabel. Riesco. Teleperversin de la lengua. Anthropos. Espaa. 1990. p. 163

139
independientemente de sus cualidades, lo que en el lenguaje se llama perdida de
dominio.
De esta forma, si hiciramos la semejanza con una balanza comercial en la cual
analizramos intercambios culturales, el rubro de lenguaje sera deficitario para Mxico,
porque importamos muchsimos vocablos y hemos dejado no solamente de exportar
sino que tambin ha disminuido notoriamente nuestra produccin. En otras palabras, el
idioma extranjero se est posicionando fuertemente en nuestra sociedad derivando en
una prdida de dominio del espaol. El fillogo Juan M. Lope Blanch nos advierte de la
severidad con que est sucediendo este proceso y asevera que
el contacto cultural que mantienen en la actualidad dos lenguas modernas
vivas, como el ingls y el espaol, se resuelve con un inequitativo intercambio
en que el ingls se lleva la palma: el anglicismo en la lengua espaola actual
no es sino una faceta de la influencia que la cultura estadounidense ejerce hoy
en da sobre la casi totalidad del mundo, lo cual se refleja, inevitablemente, en
los usos lingsticos. Radio, televisin, prensa escrita, agencias informativas,
etc., son vehculos poderossimos de la expansin del anglicismo. La
influencia lingstica francesa sobre el espaol de los siglos XVIII y XIX era
juego de nios en comparacin con la del ingls norteamericano en la
actualidad.223
As es, a grandes rasgos, como ocurre la colonizacin y se desarrolla el deterioro
lingstico que veamos con anterioridad. El problema pues, no surge de la convivencia
o de adquirir para nosotros palabras de las que no tenemos equivalente lo cual s es
enriquecimiento y evolucin del idioma-, sino en la sustitucin de vocablos que ya
existen en nuestra lengua, y que por lo tanto no son necesarios y nicamente la vician,
precisamente la clase de palabras que cada vez escuchamos con mayor frecuencia ok,
bye, hall, shopping, mall, call center, lunch, casting, staff, parties, break, etc.-, esto se
va a identificar como deterioro o empobrecimiento, porque hace que nuestras palabras
caigan en desuso en beneficio del idioma extranjero, ocasionando perdida de dominio.
empobrecimiento? claro que si! Se empobrece cada vez que un vocablo cae
en desuso, y nadie puede considerar que es enriquecer el idioma imponerle
anglicismos, galicismos, barbarismos de todo cuo y expresiones directamente
extranjeras en nuestra vida cotidiana, en anuncios, rtulos, medios de
comunicacin masiva, discursos y trabajos literarios. Y la verdad es que se
estn perdiendo muchas palabras. 224

223

Juan M. Lope Blanch. Cuestiones de filologa mexicana. UNAM. Mxico. 2004. p.48-49
Leonor Tejeda. Hablemos correctamente. Lo que siempre quise decir en televisin. Panorama
Editorial. Mxico. 1990. p.17
224

140
Con frecuencia no se considera la invasin de anglicismos con la importancia
debida, esto sucede en general porque se desconoce la verdadera dimensin del idioma,
qu dao pueden hacer un puado de palabras? de verdad estamos perdiendo tanto?,
Alex Grijelmo, presidente de la agencia espaola de noticias EFE, nos da una
aproximacin contundente en su Defensa apasionada del idioma espaol:
Una muestra de cmo ahora la unidad de la lengua se halla mucho ms
indefensa, y de cmo los hablantes ya no deciden su evolucin desde abajo,
viene dado por el hecho de que en apenas medio siglo el ingls ha colocado en
nuestras bocas tantas palabras como el rabe en ocho centurias. 225
Esta dramtica diferencia, va a tener dos razones muy claras explicadas por el
propio Alex Grijelmo, la primera es la desidia y los complejos, esa idea de creer que por
usar aquellas palabras ajenas a la cultura propia se es mejor, y la segunda va a ser
obviamente la serie de instrumentos de que goza la globalizacin para transmitir
instantnea y permanentemente estas palabras a todo el mundo.
Hoy todo parece evolucionar en contra de la expresin eficaz y de lo que
significa. Siempre hubo soflamas ciertamente- sobre los peligros que acechan
al espaol, y generalmente no se cumplieron (en algunos lugares s, como
Filipinas; tal vez dentro de poco Guinea Ecuatorial). Pero nunca como ahora
se ha producido esa mezcla de complejos y de desidia entre nosotros, jams
nuestros comercios haban proclamado tanta palabra extraa para atraer a los
propios, jams la educacin lingstica ha recibido menos atencin. Y, sobre
todo, nunca hasta ahora los fenmenos de deterioro de la lengua haban
contado con el inmenso acelerador de partculas que forman los descomunales
medios de comunicacin y la ya gigantesca red informtica.226
En el mismo sentido se pronuncia Amando de Miguel, cuando puntualiza que el
mal doblaje de las pelculas ha hecho ms por la incorporacin de palabras y
expresiones extranjeras que siglos de literatura.227

Otra razn de la evidente invasin de extranjerismos en nuestra lengua, es la


ruptura del anterior equilibrio de tomar prestadas nicamente las palabras sin
equivalente en nuestro idioma, hoy se copia las palabras por el gusto de hacerlo, porque
errneamente se cree que esto va a simbolizar tener clase o va a proyectar
superioridad, se van a copiar para ocultar un sentimiento de inferioridad ante el

225

Alex Grijelmo. Defensa apasionada del idioma espaol. Santillana Ediciones. Espaa. 1998. p.168
Ibidem. p.29
227
Amando de Miguel. La perversin del lenguaje. Espasa. Calpe. Espaa. 1994. p.173
226

141
poderoso imperio y un inconciente desprecio por los valores culturales propios, Alex
Grijelmo arremete en su obra ampliamente contra esa realidad, localizada
principalmente en la elite nacional,
en efecto, el anglicismo nos llega no tanto como un neologismo necesario,
sino mediante un amaneramiento de las altas capas de la sociedad, reforzado
una vez ms por los medios de comunicacin, los polticos, los economistas.
[] De nuevo el poder de la cpula frente a las decisiones del pueblo. El
poder, deslumbrado a su vez por el mayor poder. La fuerza de los Estados
Unidos y su colonizacin mundial hace sucumbir a quienes admiran la
potencia econmica y cientfica de aquella sociedad. Por eso propalan
palabras extraas que les alivien el complejo de inferioridad de no haberlas
inventado ellos, voces que les acerquen ficticiamente a una cultura que se les
superpone, vocablos que conjuren el maleficio de haber quedado por debajo,
expresiones que puedan equipararlos con quienes hablan el idioma poderoso,
ms poderoso que ellos incluso.228
Antes de concluir, es prudente sealar que el problema de la invasin lingstica
es mucho ms amplia que el mero calco de anglicismos, las malas traducciones en las
pelculas y el indebido uso de palabras extranjeras ha provocado giros lingsticos
inusuales que tampoco tienen razn de ser en nuestro idioma y que mltiples
investigadores han hecho evidentes en sus estudios229 . Sin embargo, para efectos de esta
investigacin nos centraremos en el calco de extranjerismos por ser los que mejor
ejemplifican la problemtica.

No dudamos de la fortaleza del espaol, sabemos que es una lengua que ya ha


alcanzado su estado de madurez y, tal como afirman los fillogos Jos G. Moreno y
Alex Grijelmo, que su vitalidad es suficiente para defenderse sola, sin embargo, no
ignoramos nuestra peculiar tendencia a imitar lo extranjero y la al parecer constante
desidia por crear nuevas palabras en Mxico. Otros autores tambin explican con
amplitud en sus obras que el idioma espaol ha llegado a tal grado de evolucin que
podemos usarlo para nombrar incluso los avances tecnolgicos ms complejos y
actuales sin necesidad de recurrir a extranjerismos, parte del problema va a ser que en la
mayora de los casos no lo estamos haciendo as, nos estamos limitando a imitar
indiscriminadamente en vez de crear, y eso si tiene una fuerte repercusin en nuestra
cultura y la identidad nacional, ya que
228

Alex Grijelmo. Defensa apasionada del idioma espaol. Op. Cit. p.169- 170
Alex Grijelmo, Amando de Miguel, Demetrio Fabregas, Enrique Hamel, Jos G. Moreno, Js Mara
Merino, Leonor Tejeda, Lorenzo de Anda, entre otros.
229

142

un pueblo inteligente debe asimilar creativamente todo lo que viene de fuera


sin perder su identidad y debe resistirse a lo contrario, incluso cuando detrs o
en lugar de las palabras vienen las balas, los caones o los misiles. Pero para
que la inteligencia colectiva se manifieste, es necesario que los dirigentes
sepan captarla y encauzarla. No somos un pueblo primitivo, ni poseemos una
lengua incapaz de expresar todo lo que sea necesario. Si alguien se ocupara de
ello con las mismas energas que se ponen en otros proyectos no menos
loables, nuestra lengua sera por muchos aos espaola en lugar de espanglish
o japaol, que todo puede ocurrir. [] Estimamos que la contaminacin no es
aun excesiva y que se puede lograr que disminuya o, al menos, que no
crezca.230
No obstante la lgica del planteamiento anterior, hemos visto que en la sociedad
mexicana va a ser precisamente la elite la primera en imitar, y tras de ella ya no por
imitar lo extranjero como por imitar a la elite nacional- se va a encontrar el resto de la
poblacin copiando modas y tendencias, no por nada la observacin recurrente de Alex
Grijelmo va a ser que si bien durante siglos la lengua se gener en el pueblo y era este
quien decida los cambios mediante su uso cotidiano, actualmente esta funcin va a
recaer en las elites y especialmente los medios de comunicacin, que mediante su poder
terminan por imponer sus actitudes al pueblo.

Con estos antecedentes pasemos a revisar la situacin de la lengua espaola en


Mxico y la opinin general que de ella se tiene, para poder determinar la fuerza del
impacto de la globalizacin cultural en nuestro idioma, y junto con l, en nuestra
identidad.

230

Enrique Fontanillo. M. Isabel. Riesco. Teleperversin de la lengua. Op. Cit. 163-164.

143

3.1.1 De lengua me como un plato: el espaol en Mxico y el sentir


mexicano sobre el idioma.

Para aproximarnos a la realidad concreta del espaol en nuestro pas, vamos a utilizar y
apoyarnos en la obra antolgica La lengua espaola en Mxico, del actual director de la
Academia Mexicana de la Lengua el fillogo Jos G. Moreno de Alba, por ser uno de
los que ms abundantemente ha tratado el tema desde el punto de vista de la identidad
nacional, trascendiendo el plano meramente terico para interpretar nuestra situacin
mediante una serie de encuestas que van a definir el sentir nacional en torno al idioma,
constituyndose as en una insustituible fuente de datos y opiniones fundamentadas para
nuestras propias interpretaciones.

Con la anterior aclaracin, empecemos por introducir a la lengua espaola que se


habla en Mxico en sus datos generales ms relevantes para el tema de anlisis.

Segn los ltimos estudios disponibles del Instituto Cervantes de Espaa,


correspondientes al anuario de 1999, en el mundo existen 332 610 000 hablantes de
espaol distribuidos en 20 pases donde este idioma es oficial, equivalentes al 5.7% de
la poblacin mundial. 231 De los anteriores, Mxico es el pas hispanohablante ms
poblado con una cantidad de 103 263 388 habitantes de los cuales solo 6 011 202 van a
ser hablantes de lengua indgena de acuerdo a la ultima cifra disponible en el INEGI,
que data de 2005232 . Aun tomando en cuenta esta diferencia y la variacin temporal, la
cifra de mexicanos va a ser casi la tercera parte del numero de hispanohablantes del
mundo, lo que se traduce, como ya adverta Jos G. Moreno en su estudio, en que uno
de cada tres hispanohablantes del mundo es mexicano, razn por la cual Leonardo Da
Jandra consignaba que en Mxico est el presente potenciador de la hispanidad.233 Y
todo esto confiere a Mxico un compromiso colosal en cuanto al futuro del idioma
espaol.
231

Centro Virtual Cervantes. Comparaciones de hablantes de ingls, francs e ingls En el anuario El


espaol
en
el
mundo
1999.
Disponible
en
lnea
en
http://cvc.cervantes.es/obref/anuario/anuario_99/otero/p04.htm. En el tercer congreso internacional de la
lengua espaola, realizado en Rosario en 2004, se manej la cifra de 350 000 000 millones de hablantes,
en el pasado congreso internacional de 2007, realizado en Colombia, hay quienes aludieron a 400 000 000
de hispanohablantes, creemos que esta ultima cifra es exagerada.
232
INEGI. Consultado en lnea en http://www.inegi.gob.mx.
233
Leonardo Da Jandra. La hispanidad fiesta y rito. Op. Cit. p.91

144

Lo anterior marca un fuerte contraste con la realidad jurdica de nuestra lengua, ya


que como seala Jos G. Moreno, en Mxico no tenemos una lengua nacional en
sentido estricto puesto que poseemos una cantidad significativa de grupos tnicos
monolinges- aunque se acepta esta interpretacin por ser la lengua mayoritaria, por
otro lado el espaol tampoco est consignado en Mxico como una lengua oficial,
nuestro pas en efecto, es uno de los ocho pases hispanos cuya constitucin no
menciona el carcter oficial de la lengua espaola.234 Este detalle sorprende si
consideramos que en algunos de los documentos ms importantes de nuestra
independencia se consign siempre al espaol como lengua oficial, tal fue el caso de los
Sentimientos de la nacin (1813) y del Plan de Iguala (1821), pero no se consider
plantearlo en las sucesivas constituciones del pas. As pues, en Mxico tenemos una
lengua nacional pero no una lengua oficial si por ello entendemos la autenticidad que
emana de la autoridad del Estado. El lingista Jos G. Moreno propona como parte de
la solucin que la constitucin mexicana reconociera la trascendencia de las lenguas
indgenas, porque
es claro que mencionar en el texto constitucional como ingredientes
importantes de la cultura mexicana las lenguas indgenas supondra por fuerza
una previa declaracin del espaol como lengua oficial 235
Lo interesante, es que en 2001 el artculo 2 constitucional fue reformado mediante
decreto y precisamente la fraccin IV actualizada va a hacer nfasis en el derecho a
preservar y promover las lenguas indgenas, pero contra las previsiones hechas, la
lengua espaola sigue sin mencionarse como oficial. Este hecho pudiera considerarse
meramente anecdtico, pero si estamos hablando de que deseamos promover una
conciencia sobre la importancia del espaol, no es muy alentador que la propia
constitucin no lo consagre como lengua oficial en su texto.

Hasta aqu terminamos los datos generales de la situacin del espaol en Mxico,
para entrar a estudiar la conciencia del mexicano respecto al idioma.

El fillogo Jos G. Moreno realiz una primera encuesta pidiendo a cien


mexicanos que clasificaran por orden de importancia (del 10 al 5) seis diferentes
234
235

Cfr. Jos G. Moreno. La lengua espaola en Mxico. FCE. Mxico. 2003. p.65
Ibidem. p.66

145
aspectos que se consideran prestigiosos de la lengua espaola, los resultados arrojados
fueron los siguientes:
Cuadro 1. Importancia de la lengua espaola (porcentajes)
La lengua espaola es
Jvenes
Adultos
importante:

Promedio

Por la riqueza de su
vocabulario
Por su literatura
Porque es la lengua oficial de
mas de 20 pases

8.6

8.6

8.6

7.8
7.7

7.8
7.3

7.8
7.5

Porque la hablan mas de 300


millones de personas

7.7

7.3

7.5

Por su larga historia

7.1

7.1

7.1

Por su timbre y musicalidad

5.7

5.6

5.6

Fuente: Jos G. Moreno. La lengua espaola en Mxico.236

Como observamos en el cuadro, el mexicano va a considerar que el espaol es


importante ms que nada por su riqueza lingstica, y esto va a ser significativo para
probar que el sentimiento de ambigedad del mexicano persiste, en cuanto que a pesar
de creer que su idioma es importante por tener un amplio vocabulario, va a hacer
constante uso de las palabras extranjeras, como ya se ver.

En otra aproximacin a la misma muestra, el autor cuestion la importancia de la


lengua en la identidad nacional, los resultados van a ser muy alentadores puesto que un
porcentaje ampliamente mayoritario (84%) va a ver en ella una parte muy significativa
de nuestra identidad, como se observa en el cuadro 2.
Cuadro 2. Lengua espaola e identidad nacional (porcentajes)
De la identidad nacional, la
Jvenes
Adultos
lengua espaola

Promedio

a) es parte importante

76

93

84

b) es parte poco importante

20

12

c) no es parte

Fuente: Jos G. Moreno. La lengua espaola en Mxico. 237


236

Cuadro tomado de Jos G. Moreno. La lengua espaola en Mxico. Op. Cit. p.35. En esta versin
suprimimos los resultados por gnero y por nivel de educacin superior ya que no son trascendentes para
nuestra investigacin, y se han vuelto a calcular los promedios para evitar distorsiones.

146
Segn vemos, la creencia de que el idioma es importante en la identidad nacional
mexicana va a estar mucho ms arraigada en los adultos que en los jvenes con un
notable 17% de diferencia, lo cual puede demostrar que en efecto el impacto global est
deteriorando este pilar identitario, pues son las nuevas generaciones las que van a
disminuir su nivel de conciencia sobre la trascendencia del idioma en la identidad, y
esto puede deberse al hecho de que los jvenes han crecido en un Mxico globalizado y
rodeados de extranjerismos que consideran algo normal; en las encuestas realizadas los
jvenes, reiteradamente, van a resultar menos inclinados a defender el idioma nacional o
darle importancia en relacin a los adultos, lo cual confirma la tendencia.

El siguiente cuadro es especialmente significativo para nuestra investigacin, pues


se pregunt a la muestra si la lengua espaola debe defenderse del abuso de
anglicismos. Los resultados son interesantes.

Cuadro 3. Es la lengua algo que debe defenderse, por ejemplo, del abuso de
anglicismos? (porcentajes)
La lengua espaola en
Jvenes
Adultos
Promedio
Mxico
Es algo que debemos defender
65
70
67
No es algo que deba
24
23
23
defenderse porque se defiende
sola
No es algo que deba
11
7
9
defenderse porque nadie la
est atacando.
Fuente: Jos G. Moreno. La lengua espaola en Mxico. 238

Una incuestionable mayora de 67% respondi que la lengua debe defenderse.


Nuevamente los adultos encabezan el porcentaje de esta afirmacin con un 5% de
diferencia respecto a los jvenes. Ambos grupos van a compartir la idea de que el
idioma se defiende slo, con un porcentaje que oscila entre el 23% y 24%. Va a destacar
en los jvenes la creencia de que nadie lo est agrediendo (11%) en relacin a la opinin
de los adultos (7%). Estos resultados claramente van a demostrar que una parte
237

Cuadro tomado de Jos G. Moreno. La lengua espaola en Mxico. Op. Cit. p.75 En esta versin
suprimimos los resultados por gnero y por nivel de educacin superior ya que no son trascendentes para
nuestra investigacin, y se han vuelto a calcular los promedios para evitar distorsiones. El .5 se ha
eliminado de todos los promedios.
238
Cuadro tomado de Jos G. Moreno. La lengua espaola en Mxico. Op. Cit. p.76 En esta versin
suprimimos los resultados por gnero y por nivel de educacin superior ya que no son trascendentes para
nuestra investigacin, y se han vuelto a calcular los promedios para evitar distorsiones. El .5 se ha
eliminado de todos los promedios.

147
significativa de la poblacin siente una agresin en el idioma. Lo cual se confirma con
otra pregunta, donde se cuestion a la muestra sobre qu opina de una ley que protegiera
en Mxico a la lengua espaola, nuevamente una mayora incuestionable de 74% se
mostr a favor de los cuales el 37% dijo que era necesaria y 37% que era conveniente.

El autor Jos G. Moreno va a atribuir estos resultados a una suerte de publicidad


realizada en las escuelas y por los medios de comunicacin aunque estos ltimos lo
hagan retricamente- sobre la invasin de anglicismos mediante los cuales se crea la
idea de que la lengua est siendo agredida. Nosotros consideramos, adems, que los
resultados son coherentes con la historia del pas y especficamente con la caracterstica
ambigedad del mexicano que se va a caracterizar por ser altamente nacionalista en el
discurso, no as en los hechos.

Otro elemento importante, es el orgullo que siente el mexicano por hablar su


lengua, los resultados a esta pregunta se presentan en el cuadro siguiente.
Cuadro 4. Siente usted orgullo por tener, como lengua materna, la espaola?
(porcentajes)
Jvenes
Adultos
Promedio
Mucho
74
75
74
Algo
11
16
13
Poco
11
5
Nada
4
9
6
Tipo de razones para sentir orgullo por hablar la lengua espaola
Lingsticas
54
35
44
De identidad
20
22
21
Demogrficas
7
7
7
Sin respuesta
19
36
27
Fuente: Jos G. Moreno. La lengua espaola en Mxico. 239

Es muy alto el porcentaje de personas que se van a sentir muy orgullosas de hablar
el espaol (74%) en contraste con el porcentaje bastante bajo de quienes no sienten
ningn orgullo (6%), segn vemos, una aplastante mayora de 94% va a sentir diferentes
grados de orgullo por el idioma. En general, los adultos se van a sentir ms orgullosos
que los jvenes, aunque son ms jvenes los que van a sentir algn tipo de orgullo,
aunque sea poco, en relacin con los adultos.
239

Cuadro tomado de Jos G. Moreno. La lengua espaola en Mxico. Op. Cit. p.79 En esta versin
suprimimos los resultados por gnero y por nivel de educacin superior ya que no son trascendentes para
nuestra investigacin, y se han vuelto a calcular los promedios para evitar distorsiones. El .5 se ha
eliminado de todos los promedios.

148
Como una de las principales razones para sentir orgullo, van a destacar las
lingsticas con un promedio de 44%, habiendo una diferencia muy notoria entre los
jvenes (54%) y los adultos (35%), la segunda respuesta concreta va a ser por motivos
de identidad, con un 22% para los adultos y un 20% en los jvenes. Este resultado
nuevamente prueba que los jvenes sienten menos identificacin y orgullo con el
idioma espaol mexicano que el sector adulto, y concentran su orgullo en razones ms
tcnicas, como puede ser el vocabulario. Las razones para sentir orgullo son
coincidentes con los resultados del cuadro 1 y 2, en los que se expres la creencia de la
importancia del idioma por la riqueza de su vocabulario y su relevancia en la identidad
nacional.

Por otra parte, es conveniente citar aqu, para una mejor interpretacin, las
observaciones de Jos G. Moreno, quien ante el incuestionable orgullo mayoritario,
reflexionaba que puede tratarse de un clich o estereotipo, algo que han aprendido y no
lo que se siente de verdad, el autor justifica esto porque un alto porcentaje de la muestra
(27%) no encontr una razn para explicar su orgullo, lo cual comprueba hasta cierto
punto que el alto ndice de orgullo sea ms bien un lugar comn aprendido y no
producto de una verdadera reflexin.240
Si lo anterior es cierto, y as lo creemos, entonces estamos ante el resultado
tangible del nacionalismo mexicano, que logr implantar una idea ms o menos clara de
lo que debe ser pero no ha consolidado esa identidad que hace que realmente sea.
En el caso del lenguaje, apenas una de cada 5 personas 241 va a encontrar en el
idioma un smbolo de identidad, creemos que este porcentaje es muy bajo y
preocupante, sobre todo cuando estamos expuestos hoy ms que nunca a tantas otras
lenguas.

Precisamente, el idioma va a ser particularmente esclarecedor para demostrar el


deterioro de la identidad nacional y la ambigedad de las presuntas afinidades
nacionales, puesto que si como hemos visto todos los resultados son extremadamente
favorables, es decir, 84% consideraron al lenguaje muy importante en la identidad
240
241

Jos G. Moreno. La lengua espaola en Mxico. Op. Cit. p. 78-79


Ibidem.. Op. Cit. p. 80

149
nacional; 67% dijeron que debe defenderse y 74% declar estar sumamente orgullosos
de la lengua espaola (y en total un 94% manifest cierto nivel de orgullo), Cmo se
explica que al preguntarles qu idioma escogeran en una supuesta reencarnacin,
apenas un 46% escogi el espaol?.

Esta ultima y significativa pregunta va a ser determinante en las interpretaciones,


ya que del 54% restante, 17% escogera ingls; 13% francs; 7% ninguna en especial;
4% alemn; 4% italiano; y el 9% restante se inclin por lenguas tan diversas como
nhuatl, latn, portugus, japons y esperanto.242

Adems de su respuesta, se pidi a los encuestados que la justificaran, as, el


lingista Jos Moreno de Alba describe que los que contestaron ingls, dijeron que por
su utilidad; el francs por su entonacin; elegancia y belleza; el italiano por la
musicalidad; el japons por extico, etc. Pero independientemente de estas
observaciones del autor, quisiramos hacer unos sealamientos que no pasan
desapercibidos y corresponden directamente a cuestiones de identidad nacional.

Primero, las dos lenguas que se eligieron de forma predominante, es decir ingls
(17%) y francs (13%) son aquellas con las que Mxico ha tenido en su historia un
contacto directo y significativo mediante las intervenciones del siglo XIX, lo cual
consideramos que tuvo mucha repercusin en las respuestas, sobre todo atendiendo a la
hiptesis de Santiago Ramrez sobre la ambigedad ampliamente revisada en el capitulo
2, segn la cual, en sntesis, admiramos a estos pases porque nos agredieron, lo que
demostr para el pueblo mexicano- su superioridad y en consecuencia se volvieron de
inmediato smbolo del xito y lo deseable, como lo prueba el hecho de que en nuestra
historia siempre hemos seguido uno u otro modelo, pero no un tercero.

Incluso el orden de los porcentajes es muy revelador, ya que segn nuestra


revisin histrica, despus del porfiriato termina el afrancesamiento mexicano y lo
suplanta la idea de Estados Unidos como el ideal, lo cual es hoy ms vigente que nunca,
pero no se elimina de nuestro imaginario colectivo la idea de la invasin francesa, por lo
que va a ser un constante referente de admiracin por esa cultura, como comprobamos

242

Idem.

150
en el capitulo 2 y cuyos resultados sobre sentimientos favorables hacia otros pases
concuerdan perfectamente con los principales resultados de esta pregunta sobre
preferencia hacia otras lenguas.

Como se observa, de las cuatro principales lenguas que se contestaron, todas son
europeas y todas son las que tradicionalmente se han publicitado y promovido en
nuestra sociedad como las ms importantes, es decir, que sus altos ndices en la
respuesta tiene una inconciente asociacin con el xito y trascendencia al que se les ha
ligado en Mxico, esto puede corroborarse en cierta forma con el hecho de que no est
entre los porcentajes elevados el idioma japons, a pesar de que actualmente Japn es
una potencia econmica, y en especial, ha cobrado mucha vigencia entre la juventud
principalmente por sus caricaturas e historietas, pero su idioma sin embargo no est
asociado con su poder econmico.

En suma, las respuestas principales de esta ultima pregunta tienen una relacin
inmediata con nuestra historia y con la propaganda que se hace de estas lenguas en
Mxico, razn por la cual podemos interpretar su aparicin en los primeros lugares
evidenciando as un desprecio por la lengua materna en un importante 54% de la
muestra, que podemos interpretar como ausencia de identidad con ella.

Puede sumarse a lo anterior el alto porcentaje de ninguna en especial (7%) que


con toda seguridad va a reflejar una nula identidad no slo con la lengua materna sino
con cualquier otra.

Finalmente, revisemos los porcentajes de respeto y estimacin hacia la lengua


espaola en Mxico, sin dejar de mencionar que el realizador de estas encuestas, el
presidente de la Academia de la lengua espaola en Mxico, Jos G. Moreno, las aplic
a una muestra de mexicanos ordinarios sin conocimientos especiales de lingstica, y
que l mismo insiste en que de esta forma los resultados dejan entrever un poco sus
ideas fijas o preconcebidas, lo que han aprendido, lo que han odo decir, lo que repiten
sin bien entenderlo 243 de forma que podemos conocer su conciencia y actitudes, que es

243

Ibidem. p.119,120.

151
precisamente lo que interesa en nuestra investigacin ms all del conocimiento real que
se tiene sobre la lengua.
Con la observacin anterior, veamos como en esta otra pregunta, los resultados
nuevamente van a ser muy favorables para la lengua espaola, como se ve en el
siguiente cuadro.
Cuadro 5. Respeto y estimacin de la lengua espaola. (Porcentajes).
La lengua espaola es un sistema
Jvenes
Adultos
utilsimo de comunicacin
a)pero no necesariamente algo que deba
25
11
respetarse ni estimarse
b)que, adems debe respetarse pero no
16
18
necesariamente estimarse
c)que, adems debe respetarse y
59
71
estimarse

Promedio
18
17
65

Fuente: Jos G. Moreno. La lengua espaola en Mxico.244

De conformidad a los datos anteriores, buena parte de los mexicanos va a tener un


alto aprecio y respeto por el idioma (65%), nuevamente es digno de observarse que el
porcentaje va a ser muy superior en los adultos (71%) que en los jvenes (59%) con una
diferencia de 11 puntos porcentuales, y que son los jvenes quienes menos van a ver la
necesidad de respetar o estimar el idioma (25%) en comparacin a los adultos (11%)
con una diferencia tangible de 14 puntos porcentuales, lo cual refleja con notoriedad que
los jvenes estn menos concientes de la importancia del idioma ms all de su simple
funcin comunicativa, es decir que ignoran todo su trasfondo cultural.

No obstante, el alto promedio de aprecio por el idioma puede llevarnos a


interpretar que por lo menos de forma general, se considera al lenguaje parte de los
smbolos patrios, lo que justificara el alto porcentaje de quienes creen que debe
quererse y respetarse, de esa manera lo explic el propio autor de la encuesta245 , cuya
opinin compartimos puesto que el hecho de que mayoritariamente se crea que la
lengua espaola merece respeto y estimacin nos hace pensar en que existe la
conciencia de su funcin extralingstica, es decir, que ms all de su utilidad se le

244

Cuadro tomado de Jos G. Moreno. La lengua espaola en Mxico. Op. Cit. p.121 En esta versin
suprimimos los resultados por gnero y por nivel de educacin superior ya que no son trascendentes para
nuestra investigacin, y se han vuelto a calcular los promedios para evitar distorsiones. El .5 se ha
eliminado de todos los promedios.
245
Cfr. Jos G. Moreno. La lengua espaola en Mxico. Op. Cit. p. 120

152
reconoce ya como un smbolo de identidad (lo cual confirmaron las preguntas
anteriores), ya como un valuarte de la cultura.

La disparidad entre la opinin de jvenes y adultos, vuelve a confirmar que existe


una tendencia en las nuevas generaciones a sentir menos apego por el lenguaje propio,
si a esto sumamos que en la realidad concreta los extranjerismos van a ser ms notorios
en la forma de expresin de la juventud que en las personas mayores de Mxico, puede
pensarse que el proceso de globalizacin ha tenido un papel fundamental en esta
decadencia o ruptura de la identidad idiomtica de las nuevas generaciones.

En conclusin, este apartado fue una aproximacin a analizar la conciencia


general que el mexicano tiene acerca de su idioma, lo que cree y lo que manifiesta
sentir, sin embargo no dejamos de insistir en las notables diferencias que existen entre el
sector joven y el adulto, las cuales nos inducen a pensar en que existe una tendencia de
deterioro en la lengua y la identidad, que asociamos al proceso de globalizacin
cultural; tambin destacamos mucho la presencia de los sentimientos de inferioridad y
ambivalencia que en este caso se estudiaron y ejemplificaron directamente con el
lenguaje, porque a travs de ellos va a ser posible que el impacto cultural de la
globalizacin mine con tanta facilidad nuestra identidad nacional, y en general van a
contribuir a explicar, en el caso del deterioro lingstico, por qu decimos bye en vez de
adis.

153

3.1.2. Por qu decimos bye en vez de adis?

Hemos manejado hasta ahora la idea de que el mexicano va a tener consigo un


sentimiento inconsciente de inferioridad de si mismo frente al otro extranjero, y que
este sentimiento va a estar acompaado de una ambigedad en sus emociones hacia lo
extranjero-exitoso, especialmente en el caso de Estados Unidos, Francia y Espaa por
tener referentes muy claros e inmediatos con la historia nacional.

En lo que a lenguaje se refiere, Samuel Ramos se aventur a principios del siglo


XX en su obra El perfil del hombre en Mxico a explicar parte de nuestra actitud
mediante el idioma. Actualmente, Lorenzo de Anda y de Anda va a retomar aquellas
primeras observaciones del investigador Ramos para explicar en su obra El lenguaje
inteligente la idiosincrasia lingstica del mexicano, a grandes rasgos, este escritor
evidencia que en nuestro hablar cotidiano queda manifiesto un sentimiento de
inferioridad y una actitud defensiva, como es el caso de nuestro abuso en el pretrito
imperfecto, yo quera, yo vena, en vez de yo quiero y yo vengo, porque esto va a
permitir una oblicuidad defensiva; tambin se tiene mucha proclividad a usar frases
impersonales, as en nuestra cosmovisin las cosas se descomponen pero no las
descomponemos, como cuando tras tirar un jarrn al suelo explicamos al que pregunta
por el suceso que se rompi el jarrn, y si preguntan por qu se rompi se responde
que es porque se cay de la mesa de modo que solo hasta la tercera o cuarta pregunta
se arranca por la fuerza la expresin personal porque lo empuj, Porque lo
avent, etc; o declaramos que se desviel el carro y no que desvielamos el auto
porque no revisamos el aceite 246 , as pues, mediante nuestro peculiar lenguaje
defensivo raramente tenemos la culpa de las cosas, son ellas las que no resisten o
deciden fallar, como en las recurridas frases populares mexicanas ya se rompi esta
madre,ya vali, etc.

Ahora bien, si esto ocurre con las formas de expresin de nuestro propio idioma,
un fenmeno mucho ms significativo ocurre con y mediante los extranjerismos, que
van a ser usados como una negacin de la realidad para amortiguar ese inconciente
sentimiento de inferioridad, pero es en el periodo actual de globalizacin, que al
246

Lorenzo de Anda y de Anda. El lenguaje inteligente. Op. Cit. p. 39-47

154
enfrentarnos con las culturas del mundo como nunca en nuestra historia se va a hacer
verdaderamente evidente nuestra diferencia ante lo otro, por lo que vamos a usar
precisamente los valores extranjeros como una suerte de camuflaje, para mimetizarnos y
negar que somos distintos. El psicoanalista Santiago Ramrez describe puntual y
crticamente esta dinmica:
El mexicano en las ltimas dcadas ha tomado contacto, en condicin de
mayora de edad, con otras culturas, ha tenido que establecer comparaciones y
contrastes, ha tenido que experimentar la sensacin de su ser diferente
enfrente de otras culturas. Esta situacin de diferencia, no del todo distinta al
reconocimiento de nuestros propios rganos, que individualizamos en cuanto
empiezan a ser victimas de la dolencia y el sufrimiento, ha conducido a dos
maneras o formas de elaboracin , tanto en el presente como en el pasado: una,
negar el sentido doloroso de la diferencia, negacin que se ha hecho por dos
caminos distintos, o bien se expresa monda y lirondamente que somos iguales,
para lo cual se provee el sujeto de una miopa peculiar, o bien se niega el
carcter doloroso de la diferencia mimetizndose con las pautas culturales que
nos hicieron conscientes del abismo que media entre nuestras formas de
expresin cultural y la de otros. Esta ultima forma, muy peculiar en la historia
del mexicano, ha tomado diferentes designaciones: afrancesamiento,
pochismo, etc., su motor bsico es la teora del avestruz, negar la realidad
displaciente pero genuina para adaptarse a injertos consoladores y falsos. Otro
procedimiento es aceptar nuestro distingo, con todo lo que de positivo y
negativo implica; aceptarlo es, en cierto sentido, sentirlo como propio, intimar
con l y dominarlo al travs de su estudio y elaboracin. De sobra est decir
que esta forma [] es ms madura y constructiva; implica perdernos el miedo
y la vergenza que secularmente se nos ha puesto encima 247
Como ya lo deja entrever este psicoanalista de lo mexicano y como hemos venido
enfatizando, el mexicano va a optar histricamente por la mimetizacin; en cuanto a
lenguaje se refiere, Alex Grijelmo va a identificar reiteradamente esa actitud en los
hispanohablantes en general y la va a sealar sin rodeos al decir con singular crudeza
que
No podemos tratar tampoco a la lengua inglesa como invasora, porque este
esfuerzo se produce sin un esfuerzo especial por su parte. Se trata de algo
mucho ms pattico: determinados hablantes del espaol desean ser invadidos
porque anida en ellos el desprecio inconciente hacia su propia cultura, no slo
la de su pas sino toda la cultura hispana, a la que consideran inferior y, por
tanto, con la obligacin de rendirse ante el resto del mundo. Y el resto del
mundo es para ellos Norteamrica.248

247
248

Santiago Ramrez. El mexicano. Psicologa de sus motivaciones. Op. Cit. p.32


Alex Grijelmo. Defensa apasionada del idioma espaol. Op. Cit. p. 174

155
Es prudente hacer aqu una observacin sobre el carcter invasor de la lengua
inglesa, mismo que Alex Grijelmo no comparte; la reflexin es que este autor est
viendo al idioma como un ente individual, y en ese sentido s es verdad que no est
haciendo nada en especial para penetrar en nuestra cultura, sin embargo nosotros
sabemos que el lenguaje est invariablemente asociado a una cultura, por lo que la
lengua inglesa en especifico no necesita realizar esfuerzos adicionales para invadirnos
ya que sta viene de la mano con el poder econmico y poltico de los Estados Unidos,
y vindolo as, por supuesto que es invasora, ya que el idioma viene naturalmente
incluido en el esfuerzo permanente y muy intencional que hace el pas vecino del norte
por apuntalar su cultura y valores en el mundo, s, es bien cierto que nuestra sociedad no
contribuye mucho en la defensa del idioma, pero tambin es verdad que la tendencia
homogenizante de la globalizacin tiene una constante presencia en perjuicio de nuestra
cultura. En el caso de la lengua, tambin lo deja claro el fillogo Jos Moreno, que
identifica perfectamente el sentimiento de inferioridad, pero no va a dejar de sealar al
proceso de homologacin mundial dirigido por Estados Unidos como una parte
fundamental de esta problemtica, ya que el observa puntualmente la relacin holstica:
El podero del ingls es una consecuencia de la trada y llevada
globalizacin, y tambin, obviamente, una importante contribucin para su
fortalecimiento. Algunas razones: el crecimiento del comercio internacional,
de las corporaciones multinacionales y de los medios de comunicacin
norteamericanos; la expansin sorprendente de la cultura de los Estados
Unidos (sus canciones, su forma de comer y de vestir, sus deportes, sus
entretenimientos); el crecimiento del estudio de la lengua inglesa en pases no
anglohablantes; el gran nmero de jvenes que, sin tener el ingls como
lengua materna, estudian empero en pases en los cuales es lengua oficial,
etctera. Ante los datos anteriores, cualquiera, no slo un lingista profesional,
podra predecir la inevitable globalizacin total del ingls. No debe olvidarse
empero que las lenguas crecen y decaen con las potencias econmicas,
culturales o religiosas que las sostienen.249
En otro texto de su antologa, seala mucho ms acusador, que
Nada tiene el ingls como lengua que lo haga particularmente adecuado para
la comunicacin internacional y para los negocios; mucho tienen empero los
estadounidenses en poder econmico para imponer su lengua al mundo, como
en su tiempo hicieron los romanos con la suya. Son asuntos de imperio, no de
filologa y lingstica 250

249
250

Jos G. Moreno. La lengua espaola en Mxico. Op. Cit. p. 37


Ibidem. P.71

156
As, vemos que la gravedad de la amenaza a la identidad nacional mediante el
idioma radica en las dos caras de la moneda: es la embestida cultural, en este caso
lingstica, pero es tambin nuestra ausencia de respuesta y de movilizacin para la
defensa, o mejor dicho, nuestra falta de conciencia sobre lo que est pasando. Este
lingista sabe que el menoscabo ms grave es nuestro, quiz no de todos los mexicanos
pues como hemos insistido no podemos generalizar, pero s preponderantemente de la
elite quien ms va a mostrarse proclive a estas actitudes de imitacin, Jos Moreno
promueve una defensa, pero ms que del idioma, una defensa de lo que l llama la
dignidad nacional, y ms que defendernos de la agresin externa, promueve la
construccin de conciencia sobre la importancia de la lengua,
lo que procedera es defenderla no obviamente de los agentes externos, no
del omnipresente imperialismo, que no est sometido a nuestras leyes, sino de
los propios hispanohablantes mexicanos que, en minora evidente, pretenden
suplantar los usos y costumbres de la mayora 251
Con estos planteamientos tenemos una base terica muy clara y precisa de por qu
nuestro pas es especialmente vulnerable al impacto cultural global, y es posible
comprender la facilidad con que decimos bye en vez de adis y varios centenares ms
de anglicismos innecesarios, que son los nicos que preocupan a esta investigacin
puesto que si bien existen extranjerismos necesarios y de obligada inclusin al espaol
para su enriquecimiento, muchos de los ms comunes no corresponden a ese caso,
siendo que en realidad eliminan matices y riquezas de nuestro cdigo comunicativo y
cosmovisin, como es el caso de la muy comn expresin okay para asentir cualquier
cosa, eliminando las variaciones lingsticas y todas las connotaciones de las muchas
formas de decirlo en espaol, siendo que cada una expresa grados diferentes de
aprobacin, mismos de los que la afirmacin extranjera adolece reduciendo as nuestra
visin del mundo: s, est bien, de acuerdo, me parece, adelante, perfecto, etc., y
algunas otras voces mexicansimas producto de diversas circunstancias y episodios en el
acontecer nacional: cincho,hojas petra!, is lombriz, is barniz, ixtle, ostin, segurolas,
Simn, Simona la cacariza, me pasa, me late, va!252 ; lo mismo podra decirse del
actualmente muy ordinario bye al que ya nadie extraa como palabra ajena, y que sin
embargo minimiza un mundo de formas propias del espaol para despedirse que
251

Ibidem. p.68
La mayora de estas voces fueron tomadas del diccionario de mexicanismos del paremilogo Jess
Flores Escalante. Cfr. Jess Flores Escalante. Morralla del cal mexicano. Tercera Edicin. Asociacin
Mexicana de Estudios Fonogrficos. 2006. Algunas otras son apreciaciones personales del cal cotidiano.
252

157
tambin van a expresar cada una algn grado de variedad, intensidad e intencionalidad:
adis, hasta pronto, nos vemos, hasta la vista, estamos en contacto, gusto en saludarte,
ha sido un placer verte, cudate, que te vaya bonito, etc., as podramos continuar,
indefinidamente, revisando cada uno de los miles de extranjerismos innecesarios que sin
ninguna razn pululan en nuestro idioma, pero creemos que estas palabras tan comunes
han ejemplificado bien la problemtica, dejando claro que
esa perdida de conceptos y de sutilezas no supone ninguna evolucin del
idioma como pretenden los defensores del descuido y la dejadez, sino una
regresin. Las palabras del rabe o del griego, o del francs o del ingls, o del
aimara que han entrado realmente en el Diccionario de los hispanohablantes
sirvieron para conceptos nuevos que no definan antes otras voces, o bien se
aceptaron porque las existentes quedaron superadas por ellas. Y adems ese
proceso nunca insistiremos lo suficiente- se produjo con suma lentitud y por
propia decisin de los hablantes, que construyeron as una serie de signos
inequvocos, un vehiculo fundamental para el entendimiento y la riqueza de las
ideas. Pero ahora estamos, de nuevo, ante la influencia empobrecedora que
emana de las malas traducciones de las pelculas y de los teletipos de agencia
en los peridicos. Estos clones carecen de todas las riquezas del mestizaje,
precisamente porque en esencia no se mezclan: se trasladan mimeticamente,
para convertirse en un ente igual siendo distinto, un numero de identidad
repetido para dos personas diferentes. Su efecto, al ritmo con que los medios
de comunicacin de masas imponen hoy en da el vocabulario general, puede
resultar devastador 253
De esta forma, el impacto de la globalizacin resulta catastrfico para nuestro
idioma y en consecuencia para la identidad nacional, pero mucho ms trascendente, para
nuestra comprensin de la realidad y entendimiento del mundo, George Orwell ya saba
cuando escribi 1984 el increble poder de dominacin del lenguaje, por ello la sociedad
del gran hermano se controlaba mediante el doblelenguaje tan vigente hoy en da254 y se
utilizaba la neolengua como un instrumento eficaz para reducir el margen de
pensamiento, pero fuera del genero novelstico y en nuestra propia poca, Sandra
Lorenzano va a puntualizar el trasfondo de las palabras:
Las palabras no son inocentes: tienen historia, tienen filias y fobias, tienen
afinidades, tienen carga simblica, afectiva, ideolgica... En un texto,
253

Alex Grijelmo. Defensa apasionada del idioma espaol. Op. Cit. p. 123
El doblelenguaje consiste en la novela Orwelliana, en negar la realidad mediante las palabras que
inducen a otra interpretacin. Actualmente, el vendedor es ejecutivo de ventas, el anciano es adulto
mayor, la sirvienta o criada es empleada domestica, y el discapacitado tiene capacidades diferentes,
adems los deportistas ya no se drogan, simplemente estn dopados, todo este cambio de palabras,
como explica Amando de Miguel, son el doble lenguaje actual, para negar una realidad que se entiende y
asimila creando una neoverdad que oculte los aspectos desagradables o inconvenientes. Cfr. Amando de
Miguel. La perversin del lenguaje. Op. Cit.
254

158
cualquiera que ste sea, no da lo mismo una palabra que otra, por mucho que
el diccionario nos diga que son sinnimos.[] Las palabras no son inocentes y
por eso el poder, los poderes (''micro", ''macro" y de todo tipo), procuran
controlarlas, cambiarles el sentido, ''limpiarlas" de su carga.255
Con mucha ms razn, si nuestros propios sinnimos son similares mas no
equivalentes, las palabras en otro idioma estn muy lejos de ser una traduccin o un
simple sustituto sin consecuencias.

Por ello es que son objeto de preocupacin la infinidad de palabras que se quieren
pasar por inocentes en nuestros medios
masivos y por los anunciantes mexicanos,
que con tal de destacar y dar la impresin de
ser de mucho mundo van a hacer un uso
irresponsable e indebido de estos lxicos
extranjeros innecesarios, que lejos de ser una
simple palabra, como suele creerse, se van a
emplear con toda la intensin de dominar
Pie de foto. Todos cool y sin pudor, nota
de El Universal, en gran formato, sobre el
desnudo masivo de Spencer Tunick. Cfr. El
universal, cultura 7 de mayo 2007. p. E18

ideolgicamente a los receptores mediante el


engao, ya que el trasfondo, la historia de la
palabra, su cdigo lingstico, es bien

distinto al que tendra en espaol, y tambin porque el receptor puede no entender el


mensaje, pero la palabra extranjera va a proyectar una falsa superioridad del producto o
la persona que las ocupa, lo cual es en general una primera intensin de su uso, aunque
invariablemente el resultado final es una modificacin de la realidad mediante la
alteracin del cdigo que nos ayuda a interpretarla. No es desconocido, por ejemplo, el
adolescente mexicano que canta en perfecto ingls la cancin de moda pero no sabe lo
que dice la letra, as como el anuncio comercial, ya sea folleto, cartel o espectacular,
que muy pocos entienden porque est en ingls, pero que precisamente por eso va a
hacer de lo que anuncia algo muy cotizado.

Si se quiere una dimensin tangible de la problemtica basta consultar los


peridicos como lo hacen los lingistas, incluso en los diarios de altsima cobertura
nacional podemos hallar notas alusivas a gobiernos y presidentes espoteros, la
255

Sandra Lorenzano. La inocencia de las palabras. En La Jornada, cultura, 1 de junio de 2007.

159
presentacin del ranking o el top ten de infinidad de cosas y

con mucha

frecuencia notas de artistas y polticos que aluden a su rating, todo esto sin faltar los
slogans publicitarios de toda ndole escritos parcial o totalmente con palabras
desconocidas para la gran mayora nacional.

Pie de foto. Diferentes notas periodsticas y publicidad con anglicismos. Todas tomadas de los
peridicos Universal y Reforma. Elaboracin propia.

Por otra parte, la televisin, por sus propias caractersticas tecnolgicas de alta
penetracin en el pblico como por las negativas producciones nacionales que no cuidan
del lenguaje, va a ser ms daina al idioma y nuestra cultura, puesto que no conformes
con la difusin y utilizacin de extranjerismos en sus programas, como lo ejemplifica el
extinto programa Otro Rollo en donde el conductor Adal Ramones se encarg de
difundir y arraigar a nivel nacional la palabra looser, ahora adems tenemos
comerciales totalmente en ingls transmitidos en la frecuencia pblica del Estado, como
el de la botana Doritos de la empresa Sabritas titulado wheres the party at?256 . Pero
ms ilustrativo todava tanto por demostrar el exceso de anglicismos en nuestro lenguaje
as como por la irresponsabilidad de su transmisin y difusin en los medios, es el
comercial del polica de transito fresa de la compaa Marinela, el cual transcribimos
aqu porque evidencia plenamente la problemtica, el monologo de este polica es el
siguiente:

256

Puede observarse este comercial que se transmiti en Mxico en 2007 en el sitio de videos
youtube.com en el vinculo http://www.youtube.com/watch?v=dA3rA5_FHBM

160
Hello. Me saca de onda que te pases el red eh, pasarse el stop es lo ms out
que hay, osea, que te pasa brother, que crees que estas en la India o en el rally
de Dakar?, eres daltnico, no vez, te da el sol de frente, que tienes?, ahora,
te quieres lucir el carro que te compr Daddy, hazte tu pista de la sala de tu
casa al comedor, y te consigues un polica que no te alcance, ms fashion
brother. Looser. 257
El ejemplo anterior tiene 84 palabras de las cuales 9 son extranjerismos,
equivalentes al 10.7% del total, cifra nada despreciable si tenemos en cuenta que los
publicistas desde luego no lo escribieron a discrecin sino basados directamente en el
particular modo de hablar de un sector de la poblacin que popularmente se denomina
fresa y que originalmente se caracteriza por tener una posicin econmica relevante,
aunque por imitacin este cal se ha extendido a sectores que no cumplen dicha
caracterstica, y que al hablar as, pretenden que se les considere o asocie con la clase
originaria de alto poder adquisitivo negando su realidad-, de la misma forma que esta
ultima lo hace para que se les asocie con la pretendida cultura superior a la cual admiran
y con la cual se identifican, vemos pues que se trata de una cadena de imitaciones que
hacen notar la permanente negacin del ser.

Volviendo a los contenidos de televisin ya ejemplificados, hay que puntualizar


que estas transmisiones se hacen a nivel nacional en el espectro pblico del Estado a
pesar de que la legislacin mexicana expresamente convoca a evitar expresiones que
corrompan el lenguaje o atenten contra la identidad nacional y nuestros valores
culturales, adems de prohibir explcitamente el uso de cualquier idioma extranjero en
las transmisiones.258

Ahora bien, para corroborar que la globalizacin est impactando negativamente


el espaol en Mxico y medir de cierta forma el dao ocasionado, creemos que resulta
aun ms til para nuestro estudio

la proliferacin de nombres extranjeros en los

negocios del pas, y por ello no nos referimos nicamente a las franquicias
internacionales, de las cuales podra explicarse de forma coherente la afiliacin
lingstica con un idioma extranjero, sino a negocios mexicanos de todos los tamaos y
giros. Las razones por la que consideramos este aspecto ms til con fines de
257

Trascripcin propia. Puede observarse este comercial que se transmiti en Mxico en 2007 en el sitio
de videos youtube.com en el vinculo http://www.youtube.com/watch?v=-JL8d3Ac-mg
258
Cfr. Ley Federal de Radio y televisin. Art. 5 fraccin III; art 63; art.73 y art.75. Disponible para
consulta en lnea en http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/114.pdf

161
aproximacin acadmica, es porque no es fcil saber cuantos extranjerismos usa una
persona al da y esta cifra es adems variable, pero ciertamente s puede conocerse la
cantidad de negocios y productos que tienen nombres extranjeros y sondear la opinin
de las personas al respecto.

Esto es, precisamente, lo que hizo en 1997 el fillogo Jos G. Moreno obteniendo
resultados muy interesantes para medir el grado de penetracin de extranjerismos, el
ejercicio realizado por l consisti en enlistar todos los nombres de diferentes centros
comerciales o reas determinadas del Distrito Federal, obteniendo as una muestra
representativa con un total de 1718 nombres de comercios. 259
El resultado de esta aproximacin fue que 1,002 de los nombres enlistados (58%)
tenan una denominacin extranjera; 119 de ellos (7%) tenan un nombre inventado no
identificable de forma clara con ninguna lengua; y solo 597 establecimientos (35%)
registraron un nombre en idioma espaol.

De los negocios con extranjerismos, 69% de ellos son anglicismos, 18%


italianismos, 9% galicismos, y el 4% restante corresponde a nombres en otras lenguas.

As, en relacin con el total, explica el autor que hay ms tiendas con nombre
ingls (695) que con espaol (597). Los nombres en lengua extranjera (1,002) son casi
el doble que los que tienen idioma nacional (597). La mayor concentracin de nombres
extranjeros se ubic en la zona centro (63%) y la menor en la zona este (44%).

Cabe citar las impresiones del propio lingista Jos Moreno al examinar la lista de
nombres y los resultados, en cuanto en ellas identifica la carencia de identidad con el
idioma y lo propio:
Tengo la impresin de que, en la mayor parte de los casos, se trata de un
inocuo (y hasta legitimo) afn de notoriedad. Estos comerciantes estn
convencidos de que la originalidad del nombre de su negocio repercutir en el
259

Especficamente, la muestra se tom con los nombres de comercios de las siguientes zonas y
comercios: 1)zona norte: Plaza Satlite y Plaza Lindavista; 2) Centro: la calle 20 de noviembre, Plaza
Galeras y Plaza La Rosa; 3) zona sur: Perisur, Plaza Coyoacn y Galeras Coapa; 4) Zona oeste: Centro
Comercial Santa Fe, Centro Comercial Interlomas y pabelln Polanco; 5) zona este: Plaza Oriente y Plaza
Center. Para ms informacin de la metodologa y resultados Cfr. Jos G. Moreno. La lengua espaola en
Mxico. Op. Cit. p. 438-441.

162
volumen de sus ventas. No debe sin embargo ignorarse que tambin en
espaol pueden inventarse designaciones novedosas y llamativas. Creo por
ello que, en el fondo, puede encontrarse tambin cierta manifestacin de un
complejo de inferioridad que no podemos negar: si preferimos, porque son
mejores, los productos extranjeros, se explica tambin que se elijan, para
designar los negocios mexicanos, nombres en ingls, italiano o francs, como
si con ello se metamorfosearan en extranjeros los dueos, la mercanca y los
clientes.260
Como vemos, en el lenguaje se va a manifestar claramente el impacto cultural de
la globalizacin y va a ser un fiel reflejo de la perdida de identidad y la permanente
negacin del ser asimilndose con lo que se ha dado a entender que es el ideal superador
y la mxima aspiracin de realizacin humana: el estilo de vida americano, que va ser
particularmente acogido en un amplio sector de nuestra sociedad por la forma en que
histricamente se configur nuestro inconsciente colectivo nacional y la obvia
proyeccin de Estados Unidos mediante su industria cultural como la sociedad ideal a la
que todos deben aspirar.

En otra aproximacin muy interesante, el autor Jos G. Moreno cuestion una


muestra de 216 jvenes, adultos y ancianos (72 de cada uno) sobre su opinin respecto
al nombre de los centros comerciales, obteniendo los siguientes resultados:
Cuadro 6. Que la mayora de las tiendas de los grandes centros comerciales tengan
nombres extranjeros (porcentajes)
Jvenes
Adultos
Ancianos
Total
Est bien
15
17
7
13
Est mal
57
64
68
63
Indiferente
28
19
25
24
Fuente: Jos G. Moreno. La lengua espaola en Mxico. 261

Lo primero que salta a la vista es que la tendencia en cuanto a edades va a


permanecer inalterable ya que segn revelan los datos la opinin reprobatoria se
incrementa con la edad, es decir, los ancianos van a mostrarse ms crticos y defensores
del idioma que los jvenes con 11 puntos porcentuales de diferencia, lo mismo sucede
con los adultos que presentan 7 puntos porcentuales de diferencia respecto a los
jvenes; estos resultados son todava ms significativos considerando que se obtuvieron
260

Ibidem. Op. Cit. p. 440.


Cuadro tomado de Jos G. Moreno. La lengua espaola en Mxico. Op. Cit. p.107 En esta versin
suprimimos los resultados por gnero y por nivel de educacin superior ya que no son t rascendentes para
nuestra investigacin.
261

163
de una muestra diferente a los ejercicios anteriores, reiterando as que el impacto global
es uno de los factores que ms fuertemente influyen en esta perdida de conciencia e
identidad por el idioma y la cultura que representa.

Ahora bien, es muy claro que una indiscutible mayora manifiesta su desacuerdo
con que los negocios tengan nombres extranjeros. Atendamos aqu a una pregunta
obligada que ya se plantea el realizador de la investigacin citada: cmo nos
explicamos, entonces, que los dueos de estos negocios, contra toda la opinin publica,
sigan empleando cada vez con mayor frecuencia, nombres extranjeros?.

Siguiendo la lgica que plantea el autor, la primera explicacin va a estar en la


poca fiabilidad de los resultados, porque es probable que los encuestados no vertieron
precisamente su opinin sino el lugar comn que han aprendido mediante el
nacionalismo mexicano, es decir, respondieron el deber ser, lo que han escuchado que
sera lo correcto. Esto tampoco va a significar que todos los mexicanos prefieran los
nombres extranjeros, Jos Moreno cree que en realidad son muy pocas las personas a
quienes interesa un tema como este, que tal vez nunca se haban cuestionado algo
semejante y que presumiblemente casi ninguno de ellos ha reflexionado sobre la
cantidad exorbitante de comercios con nombre extranjero. Asegura que esa es la mejor
prueba de que al mexicano comn no le importa un asunto de esta clase, y que por ello
al cuestionrseles responden no lo que pudieran pensar realmente sino lo que han
escuchado siempre, es decir, que hay que defender el idioma.

Citamos las reflexiones del autor porque l va a ser la primera autoridad sobre la
interpretacin de sus ejercicios, pero a ms de esto, los sustentos de sus comentarios van
a ser muy slidos cuando se confrontan los resultados con la realidad concreta, como l
mismo demuestra, ya que los comerciantes siguen poniendo nombres extranjeros a sus
negocios y muchos productos y anuncios de televisin recurren a extranjerismos cada
vez con mayor y notable frecuencia, si el mexicano realmente reprobara esta actitud,
sera un craso error ahuyentar a los clientes imponindoles nombres extranjeros que se
consideraran malinchistas.

Muy por el contrario de esta lgica que nos dictan los resultados de las encuestas,
los nombres de este tipo van en aumento, y slo podemos explicar el fenmeno bajo un

164
esquema de imitacin y por la creencia de que un nombre en ingls va ms de acuerdo
con los centros comerciales primermundistas o de que estas palabras y frases en los
productos simbolizan su superioridad y distincin, esta imitacin va a reiterar, pues, que
permanece la tendencia del sentimiento de inferioridad que ha acompaado al mexicano
desde la colonia y con ms notoriedad a partir de la independencia, lo que nos hace ya
no slo vulnerables al impacto cultural homogenizante de la globalizacin, sino que
determinados sectores sociales van a ser cmplices de el: no solamente no nos
defendemos de la invasin cultural sino que la cpula econmico-poltica parece
desearla.

En relacin al idioma y los comercios Jos Moreno concluye que


parece estar la explicacin del fenmeno en un cierto complejo de
inferioridad tanto de los comerciantes como de, al menos, algunos de los
clientes que se sienten, felices, en otro pas y en otra cultura, no slo por la
exacta replica del enorme y asptico inmueble, sino tambin por los nombres
en lengua extranjera de los cientos de negocios ah establecidos. Vendedores y
compradores, en los climatizados corredores de esos centros, se sienten en
ordenadas nsulas primermundistas, aparentemente ajenas al pas pobre y a la
cultura de la pobreza, naturalmente,- en que estn insertas. 262
Ahora bien, sabemos que los resultados de este ejercicio no pueden extenderse a
toda la Republica Mexicana porque el Distrito Federal es la ciudad ms grande del pas
y es tambin la capital, lo que entre otras cosas la va a volver mucho ms expuesta a la
invasin cultural por ser uno de los principales polos de inversin extranjera,
franquicias y eventos internacionales, razn por la cual va a tender mucho ms al as
llamado cosmopolitismo que una pequea ciudad de Guerrero o un pueblo en la costa de
Veracruz, sin embargo los datos arrojados no dejan de ser ilustrativos en cuanto
expresan la situacin de la punta de lanza mexicana ante la globalizacin, recordando
que si la elite nacional va a sentirse plenamente identificada con lo extranjero por su alta
capacidad econmica, la provincia va a aspirar quiz no tanto a lo extranjero puesto que
su contacto no es tan inmediato, pero s a las modas y tendencias que difunde la capital
mediante los medios de comunicacin masiva y que en esencia van a ser las mismas
porque los medios en Mxico no son democrticos, y en la gran mayora de los casos
solo difunden lo que conviene a la elite y a los anunciantes-. En ningn momento pues,
262

Jos G. Moreno. La lengua espaola en Mxico. Op. Cit. p. 105

165
se rompe la cadena de imitacin y por ello los resultados aqu analizados de diferentes
muestras del D.F. van a repercutir a nivel nacional.

Amn de la imitacin, resulta ya muy claro que muchas empresas y compaas,


plenamente concientes de esta precaria identidad, abusan intencionalmente de las
palabras extranjeras tanto en las etiquetas de sus productos como en sus anuncios
comerciales para fines de impactar positivamente en
el consumo a un pblico deslumbrado por la engaosa
filiacin extranjera con que se les presenta. Y vamos a
encontrar en las etiquetas palabras o frases en ingls,
intercaladas en nuestro idioma espaol, incluso si el
producto est hecho en nuestro pas o si son palabras
elementales para que el cliente entienda lo que est
comprando.

Este

tipo

de

extranjerismos

no

justificables, son los que atentan contra la identidad y


la dignidad nacional, y son los que no debemos
admitir, ya que se les usa indiscriminadamente para
Pie de foto. Nivea deodorant.
For men. Dry Impact. Cuida tu
piel.
24
h.
Controla tu
transpiracin.
Antitranspirante
con extractos minerales. Este
desodorante
comerciado
en
Mxico tiene una etiqueta
obviamente elaborada para el
mercado hispanohablante. Por
qu entonces no anotar en espaol
las palabras Desodorante y
Para hombre? tan elementales
para que el cliente sepa lo que
consume.

nuestra confusin y colonizacin comercial.

En suma, lo que salta a la vista de forma


innegable es que cada da incrementa el numero de
estas palabras en nuestra lengua y cada vez tienen
menos razn de ser porque no estn aportando nada
nuevo como debiera ser la funcin de los prestamos
lingsticos, por el contrario, de acuerdo a la revisin
hecha en este subtema es difcil objetar que se esta

empobreciendo el lenguaje espaol en Mxico porque hay una clara sustitucin de


palabras que estn derivando en una perdida de dominio de nuestro idioma originario
frente al idioma invasor, al que se le est dando preferencia por diversas razones,
algunas por un inconciente e histrico sentimiento de inferioridad que conduce a la
imitacin y la negacin, otras por intereses comerciales de las grandes empresas, otras
por la identificacin de la elite con el extranjero y la reproduccin de este modelo por
las otras clases sociales, y por supuesto, porque el lenguaje ingls, que viene de la mano
con la dominacin poltico econmica de Estados Unidos, pretende instaurarse como la

166
lengua franca del siglo XXI, esto no necesariamente significa que otros idiomas
importantes van a erradicarse, pero si no empezamos a cuidarlo, eventualmente una
parte muy significativa de nuestro lxico ser desplazada y terminaremos hablando no
espaol sino espangls, con todo el empobrecimiento lingstico y perdida de identidad
nacional que eso significa.

Es por eso que debemos trabajar cuanto antes la autodefensa lingstica, para
asegurar la evolucin de nuestro idioma y perpetuar con el nuestra cosmovisin del
mundo, mucho ms por el papel que corresponde a Mxico como el nuevo centro de la
hispanidad en el mundo.

167

3.1.3 Autodefensa lingstica: razones y fundamentos

Los ejemplos histricos de que las lenguas perecen a merced de otras, son contundentes:
en Mxico el espaol desplaz muchas de las 173 lenguas indgenas que existan previa
colonizacin, actualmente solo sobreviven 62 y muchas de ellas en inminente peligro de
extincin; en Filipinas, que fue colonia espaola, la lengua inglesa literalmente arras
con el espaol tras la guerra hispanoamericana de 1898, que ahora es hablado solamente
por un 2% de la poblacin, bast un siglo para desplazar el que haba sido idioma oficial
durante varias centurias; y en el mundo, la UNESCO asegura que cada dos semanas
muere un idioma y que de seguir la tendencia la mitad de las 6 000 lenguas que existen
actualmente no sobrevivirn el siglo XXI.

Todos estos idiomas estn pereciendo por una razn: perdida de dominio y
predominancia de otro idioma en sus comunidades hablantes. Que el espaol sea
actualmente un idioma fuerte y de rebozante salud tomando en cuenta la cantidad de
hispanohablantes- no significa que debemos despreocuparnos, mucho ms cuando
qued evidenciado que realmente estamos enfrentando un proceso de prdida de
dominio en el idioma y una desvinculacin con este importante referente identitario,
situacin que eventualmente puede crecer y conducir a una hecatombe cultural como la
que han enfrentado lenguas y culturas menos afortunadas, incluso al interior de nuestras
fronteras como sucedi con las lenguas indgenas en relacin al espaol.

Podemos atender para profundizar en la realidad de esta problemtica las


reflexiones vertidas por estudiosos de todo el mundo en el III Congreso Internacional de
la Lengua Espaola, realizado en 2004 y cuyo tema de estudio fue precisamente
Identidad lingistica y globalizacin. Consideramos necesario presentar tres selecciones
de diferentes ponencias que plantean el impacto de la globalizacin en el idioma desde
varias perspectivas, para tener una visin holistica de la problemtica que abarque a
grandes rasgos desde el uso y abuso de los extranjerismos y frases hechas, pasando por
la imposicin idiomtica mediante textos cientficos y ausencia de traducciones, para
terminar citando el impacto de las nuevas tecnologas en el idioma, que tambin lo
trastorna de formas intensas y diversas, aunque aqu solo haremos una alusin general,
veamos por primer ejemplo las palabras de Jos Mara Merino, quien plantea que

168
Se puede asegurar que la lengua espaola se encuentra en un momento de
enorme energa y que por ella misma sobrevive. Sin lmites geogrficos
concretos y no amenazada por ningn horizonte de caducidad, sus hablantes
no tenemos otros deberes para con ella que no sean el hablarla lo ms
correctamente que podamos, procurando no corromperla. [] Sin embargo, no
todo pueden ser parabienes. El problema principal con el que nuestra lengua se
enfrenta no procede de la falta de horizontes ni de las peculiaridades locales o
comarcales en cualquier caso, estas son piezas que aaden riqueza al
colorido general sino de otros aspectos. Entre ellos, hay algunos que me
parecen muy relevantes. Por un lado est el empobrecimiento lxico, la
utilizacin de latiguillos e idiotismos, la tendencia a la simplificacin
conceptual excesiva y a la banalizacin. [] Un mundo audiovisual en que
predominan objetivos de entretenimiento superficial y la instigacin de
emociones virtuales instantneas, va reduciendo el abanico lingstico y
creando modas en que la pobreza expresiva, la acuacin de rutinas verbales
inadecuadas y la incorporacin de modismos forneos poco apropiados gozan
de paradjico prestigio.263
Sumado al pensamiento anterior, tambin las palabras de Raimel Enrique Hamel
demuestran una sincera preocupacin por la forma en que la superioridad econmicopoltica de Estados Unidos produce la circunstancia de que una gran mayora de textos
cientficos y otros avances solo estn disponibles en este idioma, lo cual sin duda es un
grave empobrecimiento cultural, pero mucho ms an, lejos de promoverse las
traducciones por parte del Estado para que todos tengan acceso a esta informacin,
parece haber una aceptacin fctica de que el idioma ingls sea la lengua en comn para
ciertos aspectos, observemos pues como
el campo cientfico expresa en forma aguda la tendencia general de la
globalizacin del ingls, aunque en las investigaciones sobre el campo
cientfico rara vez aparece el tema de las lenguas; en el caso de las ciencias
naturales, su hegemona parece haber dado ya el paso hacia un monopolio casi
completo. La rpida difusin de los grandes avances cientficos se ha agilizado
enormemente con la existencia de una lengua compartida de comunicacin
mundial. Por esta razn, muchos cientficos y profesionales, tanto en pases
desarrollados no anglfonos con una larga tradicin cientfica, como tambin
del Tercer Mundo, apoyan decididamente la adopcin del ingls como nica
lengua de la ciencia. [] La reduccin de la diversidad a una sola lengua en la
produccin de modelos, temas y estrategias de investigacin llevara, desde
una perspectiva ecolgica, a un empobrecimiento peligroso del desarrollo
cientfico mismo, especialmente en las ciencias sociales. La imposicin total
del ingls reforzara an ms las asimetras ya existentes, tanto en las
condiciones de acceso a la ciencia internacional como en la produccin y
circulacin de la ciencia y tecnologa propias. Tomando en cuenta el valor de
263

Jos Mara Merino. Una identidad desatada. Ponencia en la segunda mesa redonda del III Congreso
Internacional de la Lengua Espaola. Rosario 2004. Disponible para su consulta en linea en
http://cvc.cervantes.es/obref/congresos/rosario/mesas/merino_j.htm

169
la ciencia como medio de produccin, daara a medio y largo plazo el
desarrollo de la economa misma de los pases que abandonan estos
espacios.264
Finalmente, tomemos por sustento de otro tipo de impacto globalizador en el
idioma los sealamientos que hace Demetrio Fbrega, quien despus de discernir
ampliamente entre la relacin del lenguaje y la tradicin, va a cuestionar algunas
situaciones muy evidentes en nuestra actualidad:
no afecta al desarrollo de la facultad del lenguaje en el nio el hecho de que
pase horas sin cuento frente a la pantalla del televisor o de la computadora
percibindolo todo en imgenes o mezclado con imgenes? No lo afecta
tambin el hecho de que, en tantos pases nuestros, hayan eliminado los cursos
de anlisis gramatical, de dictado, de composicin, de lectura en grupo, de
conversacin, al punto de que, en muchsimos casos, el estudiante en los
ltimos aos de bachillerato o incluso el graduado de universidad no sean
capaces de expresarse con verdadera coherencia ni puedan transcribir en sus
propias palabras ningn texto serio de ms de tres lneas? Ahora bien, cmo
puede haber transmisin de la tradicin cultural en esas circunstancias?
Cmo pueden siquiera sobrevivir las partes ms importantes de esa tradicin
o siquiera las que dotan al individuo de suficiente capacidad de razonar como
para aceptar las convenciones y las limitaciones de una sociedad ordenada? 265
Podemos complementar este ultimo pensamiento, con una rpida mencin de
cmo ciertas tecnologas, tomemos por ejemplo los telfonos celulares, modifican las
formas de expresin y escritura, ya que por diversas razones como pueden ser rapidez y
economa las palabras se cortan, abrevian y se cambian los caracteres a discrecin sin
ninguna norma en especifico y trasgrediendo el lenguaje, esto es comprensible y
justificable cuando se usa en la propia tecnologa ya que por sus limitaciones intrnsecas
(160 caracteres en promedio para un mensaje de texto, tratndose de telfonos celulares)
esta es una forma ingeniosa de economizar y aprovechar al mximo las potencialidades
del aparato, pero se vuelve un problema lingstico cuando indebidamente se trasladan
estas formas irregulares e irreguladas al lenguaje cotidiano fuera de esta tecnologa, y se
usa en todo tipo de textos en los cuales no hay las limitaciones que lo justifican,
generando as otra vertiente de empobrecimiento expresivo y de lxico, que ha
264

Rainer Enrique Hamel. Las cuatro fronteras de la identidad lingstica del espaol: lengua dominante
y dominada, lengua fronteriza y lengua internacional. Ponencia en la primer mesa redonda del III
Congreso Internacional de la Lengua Espaola. Rosario 2004. Disponible para su consulta en linea en
http://cvc.cervantes.es/obref/congresos/rosario/mesas/hamel_r.htm
265
Demetrio Fabregas Desarrollo de la facultad del lenguaje y acceso a la tradicin Ponencia en el panel
Aspectos ideolgicos y sociales de la identidad lingstica. III Congreso Internacional de la Lengua
Espaola.
Rosario
2004.
Disponible
para
su
consulta
en
lnea
en
http://cvc.cervantes.es/obref/congresos/rosario/ponencias/aspectos/fabrega_d.htm

170
levantado preocupacin a nivel internacional y hasta ha propiciado la elaboracin de
diccionarios de lenguaje SMS puesto que son cada vez ms incomprensibles para
quienes no estn insertos en esa dinmica. El problema con este neolenguaje va a ser el
mismo que identificamos con el idioma ingls: no se trata de no usarlo, de no conocerlo,
sino de saber diferenciar uno de otro y ocupar cada uno cuando as corresponda.
Con los antecedentes revisados se demuestra la vigencia de una amenaza real
hacia el idioma espaol y en consecuencia hacia los procesos de identidad que del
idioma se derivan, por ello para plantear la autodefensa lingstica tomamos por base
los postulados de George Fletcher, que sirven de sustento para argumentar a favor de la
validez y necesidad de una autodefensa del idioma en Mxico, es decir:

1. Que la lengua es suficientemente importante como para sostener el derecho


de la accin poltica defensiva
2. Que la autodefensa lingstica no puede ser objeto de una crtica moral que
la equipare a la intolerancia o la xenofobia y
3. que el de autodefensa es el trmino discursivo correcto para describir el
derecho al que aqu se alude.266
El primer punto, relativo a la importancia del lenguaje, ha sido explicado y
sustentado ampliamente durante el transcurso de este subtema, por lo que consideramos
que no requiere de mayores argumentos.

El segundo postulado, en cambio, puede ser bastante polmico si no se aclaran


ciertas ideas concretas sobre el idioma. por qu una defensa lingistica no puede
compararse con intolerancia o xenofobia?. Analicemos este aspecto bajo la perspectiva
de Alex Grijelmo: estamos realizando una defensa, pero jams un ataque.

Es importante advertir que de ninguna manera hemos manejado la idea de que


existan lenguas mejores o peores, sabemos que todos los idiomas son iguales en cuanto
a sistemas de comunicacin se refiere, la diferencia esencial es que cada uno tiene su
propia historia y en consecuencia cada cdigo lingstico contiene la muy particular
cosmovisin de sus pueblos, lo que estamos manejando aqu no es de ninguna manera la
266

George Fletcher. Razones para la autodefensa lingstica. En Robert McKim y Jeff McMahan. La
moral del nacionalismo. V.II. Op. Cit. p. 190

171
superioridad del idioma espaol sobre cualquier otro, sino el legitimo derecho de la
nacin mexicana para defender su patrimonio intangible ante la amenaza que representa
la globalizacin cultural, cuyo impacto, como hemos hecho evidente, es notorio en el
idioma espaol mexicano, ya que actualmente nuestro lenguaje presenta una perdida de
dominio cada vez ms visible frente al ingls, que pretende instaurarse como lengua
hegemnica y preponderante a nivel mundial debido a los intereses comerciales de
Estados Unidos y las potencias aliadas a su proyecto.

Por ello, es que el nombre de autodefensa lingstica es el ms apropiado a esta


propuesta, porque como toda autodefensa no surge por gusto, sino por la inminente
necesidad de amparo y preservacin ante la agresin externa, no puede pues asociarse a
un nacionalismo extremo, ni tampoco juzgrsele de una actitud xenofobica en cuanto
que hemos reconocido y explicado la importancia, ms aun, la necesidad de tomar de
otras lenguas todas aquellas palabras y elementos culturales que contribuyan a nuestro
enriquecimiento, no proponemos cerrar fronteras y aislarnos, pero s defendemos que la
nacin mexicana, como cualquier otra nacin del mundo, tiene derecho a su libre
determinacin y desarrollo desde una visin autnoma, por lo que reprobamos la
embestida cultural de la que estamos siendo victimas junto con todo el tercer mundo,
que somos la mayora, por la oligarqua poltico-financiera internacional y su visin
nica de desarrollo, que no se propone como alternativa, sino que realmente se implanta
por fuerza a travs de sus organismos ejecutores FMI, BM- y tambin mediante su
industria cultural avasallante.

Cabe sealar que no hay que confundir esta propuesta autodefensiva con un
nacionalismo extremo o a la propia amenaza con conocimientos bsicos y muy
deseables para nuestro desarrollo personal y nacional. Por ejemplo, de ninguna manera
consideramos que debiera promoverse un monolingismo y combatir el aprendizaje de
idiomas extranjeros, muy por el contrario tenemos la plena conciencia de que el poseer
una segunda o tercer lengua, o tantas como se desee, es un factor positivo de desarrollo
y una ventaja en trminos de competencia laboral y hasta de comprensin del mundo,
por supuesto que esa no es ninguna amenaza a la identidad nacional, y es incluso
benfico para el idioma materno ya que curiosamente quienes de alguna forma conocen
varias lenguas son los que ms preocupacin muestran por el correcto uso y origen de
las palabras, como ya observaba puntualmente Leonor Tejeda:

172

Los que somos prcticamente, bi o trilinges [] vivimos atemorizados a la


idea de dejarnos llevar por un idioma al hablar o escribir en otro. No as
quienes no dominan por completo ninguno: estas personas viven felices y
contentas y pasan de uno a otro sin deshacerse del todo de las influencias
contra las que deberan luchar, como lo hacemos nosotros.267
Esto entre otras cosas, refleja que el uso de anglicismos obedece al sentimiento de
inferioridad, puesto que quienes de alguna forma dominan y conocen bien las lenguas
extranjeras no necesitan demostrar nada y solo las ocupan cuando es necesario, mientras
que en general quienes las desconocen van a hacer uso frecuente de los extranjerismos
para proyectar la falsa idea de que se conoce el idioma y producir una hipottica
asociacin con el pas de origen de los idiomas cuyas palabras se usan.

Precisamente, ese es el elemento concreto que preocupa a nuestra investigacin,


puesto que hablar en el lenguaje cotidiano con extranjerismos innecesarios tcnicamente
es malhablar dos idiomas, en este caso con preponderancia del espaol y el ingls, y
esto s afecta tanto al idioma como a la identidad del pas, porque se traduce en perdida
de dominio de nuestro lxico, y eventualmente puede conducir a su desaparicin como
ha sucedido en otras lenguas ya ejemplificadas, George Fletcher lo explica as:
si el nmero de hablantes nativos desciende por debajo de una masa crtica, la
omnipresente disponibilidad de una lengua de ms amplio uso y de mayor
valor comercial representa efectivamente una grave amenaza. 268
Nuestro caso, debido a la globalizacin, es bastante peculiar, si atendemos al
numero de hispanohablantes en el mundo o tan solo al de Mxico, podemos asegurar
que el lenguaje es vigoroso y no corre el menor peligro, y en esto coinciden varios
lingistas ya citados, no dudamos del vigor que el espaol tiene actualmente ni de su
incuestionable lugar como una de las primeras lenguas ms habladas del mundo, pero
qu pasa si en vez del numero de hablantes, lo que desciende por debajo de una masa
crtica es el numero de palabras nativas o propias del lenguaje materno?, aunque los
procesos son distintos, entonces se evidencia que la amenaza es vlida y vigente, este
otro procedimiento es el que us el gran hermano en la novela 1984 para el control
ideolgico y social: no disminuy la poblacin del megacontinente que describe Orwell,

267

Leonor Tejeda. Hablemos correctamente. Lo que siempre quise decir en televisin. Op. Cit. p. 63
George Fletcher. Razones para la autodefensa lingstica. En Robert McKim y Jeff McMahan. La
moral del nacionalismo. V.II. Op. Cit. p. 193
268

173
sino el cdigo interpretativo de la realidad, mediante la paulatina sustitucin de palabras
e ideas por neolengua:
Le estamos dando al idioma su forma final, la forma que tendr cuando todo
el mundo slo hable neolengua. Cuando terminemos nuestro trabajo, tendris
que empezar a aprenderlo de nuevo. Creers, que nuestra principal tarea
consiste en inventar nuevas palabras. Nada de eso. Lo que hacemos es destruir
palabras, centenares de palabras cada da. Estamos pelando el idioma para
dejarlo en los huesos. [] No ves que la finalidad de la neolengua es limitar
el alcance del pensamiento, estrechar el radio de accin de la mente?. []
Cada ao habr menos palabras y el radio de accin de la conciencia ser cada
vez ms pequeo.269
La lgica de la neolengua de Orwell puede ser confrontada ampliamente con el
proceso que enfrentamos, verbigracia, al explicar la neolengua se alude, entre varios
ejemplos, a este:
qu sentido tienen esas confusas e intiles palabras excelente, esplendido
y otras por el estilo?. Plusbueno basta para decir lo que es mejor que lo
simplemente bueno y dobleplusbueno sirve perfectamente para remarcar el
grado de bondad.270
En nuestra realidad concreta, pareciera que hay quienes se preguntan qu sentido
tiene decir excelente, esplendido, grandioso, de acuerdo, magnifico, bien, padre,
chido cuando okay basta para expresar nuestro agrado o afirmar la bondad de las cosas,
y cool es un superlativo difundido por nuestros medios y cada vez ms arraigado en la
juventud para expresar que las cosas estn ms all del okay, es decir, estn cool o super
cool. No pretendemos generalizar y estamos concientes que estas expresiones, al menos
actualmente, estn muy localizadas en sectores sociales bien definidos, pero no
olvidemos que la idiosincrasia nacional nos tiene insertos en una cadena de imitaciones
que puede terminar haciendo de lo particular una amplia generalidad nacional, como ya
ha sucedido con varias palabras de este tipo, y con mucha ms razn si los medios
contribuyen a ello tan asiduamente como hemos comprobado que lo hacen.

Aunque no todas las previsiones de Orwell son vigentes actualmente y no


poseemos por ejemplo telepantallas en el sentido que el las proyect, tampoco podemos
negar que el enemigo realmente est en casa: la televisin y en menor medida la radio,
medios masivos de comunicacin que cada vez ms reducen su diversidad mediante la
269
270

George Orwell. 1984. Op. Cit. p. 57-59.


Ibidem. p. 58

174
fusin, creando grandes conglomerados internacionales que difunden en una sola voz y
a un solo tiempo, las 24 horas del da, la ideologa dominante y conveniente a la
oligarqua mundial y nacional, construyendo as lo que el filosofo Eduardo Subirats
llam la realidad del mass media271 , y que concretamente impone paulatinamente el
pensamiento hegemnico y difunde sus conductas y valores.

La amenaza a nuestra cultura, y en este caso especficamente a nuestro idioma, no


est pues de ninguna manera descartada, sino muy vigente, porque nadie puede negar
que la invasin de palabras ociosas es tangible, y que todo indica el crecimiento de su
uso desplazando gradualmente nuestro lxico. Es cierto que la situacin aun no es
grave, pero precisamente por eso es el momento ideal para actuar, antes de que
lleguemos a un punto crtico irreversible.

Hay que insistir en que en ningn momento estamos agrediendo otras lenguas u
otros pases, sino que estamos ejerciendo nuestro derecho a perpetuarnos como nacin
libre y soberana ante lo que es de hecho una colonizacin lingstica. La autodefensa
puede ser muchas cosas, pero es ante todo una doctrina de supervivencia.

La propuesta de una autodefensa lingstica, en especial la que aqu planteamos,


es muy abierta y enriquecedora en vez de ser cerrada y aislacionista, casi la totalidad de
esta propuesta, teniendo por base a los resultados arrojados de nuestra interpretacin de
la identidad nacional y el idioma, consiste en concienciar a nuestra poblacin, en
fortalecer nuestro ncleo duro identitario para romper la negativa tendencia de buscar en
el exterior lo que aqu se tiene y funciona correctamente la sustitucin, importacin e
imitacin siempre ha sido y ser valida cuando lo propio no sirve, es superado en
calidad o no satisface las necesidades requeridas, pero esos postulados no son aplicables
a ningn idioma- , y Mxico no es el primero en plantearse una defensa de la lengua,
hay pases que nos llevan dcadas de ventaja como es el caso de Colombia, donde existe
el decreto 2744 del ao 1980, mediante el cual se restablece la defensa del idioma,
destacan de esta ley por ejemplo, que se proscribe el uso de palabras extranjeras en
casos y documentos especficos como lo son los documentos e instituciones de carcter
oficial y las razones sociales de los negocios y productos nacionales, tambin puntualiza
271

El financiero, cultura, Hoy no existe otra realidad que la de los mass media: Subirats. 16 de marzo
de 2007.

175
que todo anuncio publicado en prensa en otro idioma debe ir acompaado de su
respectiva traduccin, igualmente hace nfasis en la obligacin de los locutores y
conductores de radio y televisin en observar la defensa del idioma. 272

Mxico podra crear su propio decreto y empezar a tomar las medidas


correspondientes para defender el idioma, esta sera una disposicin til, pero ms que
prohibir, creemos que en Mxico se requiere concienciar, cuando el mexicano
comprenda la magnitud de su lenguaje y no sienta ms la necesidad de negar su
identidad y su origen, podemos suponer que una gran cantidad de extranjerismos y otras
imitaciones culturales caern por su propio peso, ya que, insistimos, muchos de ellos
son producto del inconciente sentimiento de inferioridad que se ha configurado
histricamente en nuestra sociedad, por el cual se alude al lenguaje entre otras cosascomo un disfraz que oculte nuestra condicin y esencia, mimetizndose con lo que se ha
hecho creer que tiene superioridad.

La proliferacin de estas palabras ciertamente es promovida desde el exterior


mediante las industrias culturales, el liderazgo cientfico-tecnolgico y econmico, as
como por el mal uso del lenguaje que los comunicadores nacionales realizan para
destacar, pero aun con todos estos factores en contra, el efecto sera mnimo si la
identidad nacional estuviera bien cimentada, sin embargo los resultados obtenidos de
esta investigacin sobre el lenguaje parecen indicar que no es el caso, por lo que
tenemos que trabajar simultneamente en la construccin de la identidad nacional como
en su defensa, la solucin principal, insistimos, consiste en enaltecer la dignidad
nacional, cuando el mexicano se encuentre a s mismo, cuando el orgullo de su identidad
sea ampliamente comprendido, no por el discurso nacionalista siempre presente, sino en
los hechos concretos, cuando acepte lo bueno y lo malo de su pasado histrico y se
comprometa a superar lo que de negativo pueda haber en vez de ocultarlo con una
imitacin superflua de lo que no es, cuando Mxico, como pas ntegramente unido y
plenamente conciente de sus capacidades y aspiraciones pueda decir en un grito s
quien soy, entonces ningn imperialismo, por ms intenso que sea, tendr el menor eco
en nuestra conciencia y en nuestras voces.
272

Cfr. el decreto 2744 de 1980 de la Republica de Colombia,


disponible en lnea en
http://alphalinux.redp.edu.co/secretaria/export/SED/seducativo/juridico/decretos/documentos/decreto_274
4_de_1989.pdf

176
Los pueblos indgenas de Mxico y el mundo ya lo entendieron: exigen su derecho
a ser, su identidad, su lengua, su libre determinacin. En Chile, los Mapuches demandan
jurdicamente al gobierno oficial y al titn de la computacin Microsoft por hacer uso
indebido de su idioma con fines comerciales sin haber consultado a la nacin Mapuche;
en Mxico el indgena ya no agacha la cabeza: se levanta en armas y exige su autonoma
ante el gobierno, establece municipios autnomos -el ms reciente, San Juan Copala, en
2007- y declara su existencia como nacin indgena, enaltecindose de todo lo que s,
de lo que ha sido, y de lo que aspira a ser, aquello por lo cual est luchando y que se
resume en una palabra: identidad.

Mxico, la nacin puricultural, plurietnica, y por qu no decirlo, plurinacional,


debe voltear a ese Mxico profundo, como lo llamara Bonfil Batalla, y seguir el
ejemplo, porque ellos ya se encontraron, ya se saben a s mismos, ya aceptaron su
pasado de negacin y luchan por un futuro mejor y ms justo, ahora corresponde a la
sociedad mestiza, la gran mayora nacional, encontrarse a s misma, saber quien es y lo
que quiere, para que en base a eso nacionalice la globalizacin y deje de ser utilizada a
conveniencia de la oligarqua internacional, para que deje de imitar sin cuestionar, los
modelos y actitudes que la globalizacin le impone, destruyendo las alternativas que
podramos construir desde nosotros, para nosotros y para el mundo.

El caso del lenguaje es muy ejemplar, no solamente hablamos un espaol maduro


producto de siglos de evolucin, sino que tenemos toda la capacidad lingstica para
nombrar cualquier nueva creacin humana, cualquier cosa que ya existe o que pueda
existir, por ello la sencilla pero muy eficaz propuesta del premio nacional de la juventud
indgena Oskar Ukeme, que con motivo del Da Internacional de la Lengua Materna
visit la Facultad de Ciencias Polticas y Sociales, explicando que defender el idioma de
estas palabras extranjeras es tan sencillo como preguntarnos cmo vamos a nombrar
esa cosa? 273 , en su comunidad indgena, estn siguiendo esta dinmica para nombrar en
Wixarita al teclado, al CPU, al monitor, al ratn, mientras muchos mexicanos
hispanohablantes se quedan tan campantes con el mouse, y no solo el de la
computadora, sino con el mximo icono del mundo Disney, al que sin excepcin se le

273

Coloquio Las lenguas indgenas y los medios de comunicacin a cargo de la Comisin para el
Desarrollo de los Pueblos Indgenas. Ponencia de Oskar Ukeme. Auditorio Ricardo Flores Magn.
Facultad de Ciencias Polticas y Sociales. 22 de febrero de 2007.

177
nombra Mickey mouse como si mouse fuese su apellido, en contraposicin, por
ejemplo, con el Pato Donald, al que s traducen correctamente, sobra decir que esta
interesante disparidad entre dos personajes de una misma caricatura, fue inducida por
los medios atendiendo a los intereses comerciales antes que a factores idiomticos.

Demostremos esta verdad con otros ejemplos, nuestras anteriores generaciones


conocieron a Tribilin, hoy los nios solo hablan de Goofy, que es por supuesto el mismo
personaje. Y en lo que a caricaturas se refiere, la mayora de nuestras transmisiones no
traduce ya no digamos las alusiones o calificativos traducibles que en realidad no son
nombres, como en el caso del mouse en Mickey mouse, o de Sailor Moon, o de los
Power Rangers y todos sus poderes y artefactos nombrados en ingls, o en japons si de
anime se trata- sino que con frecuencia se traduce cada vez menos el nombre de la
caricatura, esto puede contraponerse a anteriores doblajes donde incluso se
nacionalizaba el contenido en Don gato, el personaje cucho adopta personalidad
yucateca-.

Hay muchas defensas prcticas para el idioma espaol y la identidad nacional que
no comprometen la libertad de expresin y que pueden resultar muy efectivas y tiles
para protegernos del impacto global y rescatar la dignidad y la identidad nacional.

Una de nuestras principales propuestas por ejemplo, en cuanto a industrias


culturales se refiere, es establecer barreras cualitativas a estas producciones extranjeras,
muy en especial en cine, msica y literatura. Los principales postulados de esta idea son
los siguientes:
1. Que toda pelcula importada en su versin para proyectar en sala, cuente con su
respectiva subtitulacin y su copia doblada totalmente en espaol; las pelculas
en formato DVD deben tener as mismo, la opcin de subtitularlas y escucharlas
en espaol.

2. Que los discos de msica extranjera incluyan junto a la letra de sus canciones en
idioma original, la respectiva traduccin, para que el oyente tenga la certeza y
pleno conocimiento de lo que escucha.

178
3. En cuanto a material escrito, que se incentive la traduccin de todos los
materiales al idioma nacional.
Como vemos, estas tres ideas no versan sobre imponer el uso del espaol a los
nacionales mexicanos, sino sobre ampliar las opciones que sintomticamente se nos han
negado. En el caso del cine cabe preguntarnos por ejemplo por qu debe un mexicano
saber ingls, o por lo menos saber leer en espaol de forma aceptable para poder
disfrutar de una pelcula extranjera?, esto no es solamente un cierto nivel de
discriminacin hacia quienes no saben leer, y que es un amplio sector social en el que
podemos incluir a los nios pequeos. Si no que de muchas formas s ofende dignidad
nacional el hecho de que se nos venda un producto que no se ajusta a nuestras
necesidades culturales. As, obligar a las compaas cinematogrficas a tener
disponibles las dos versiones (ingls y espaol) de toda la cartelera y no solamente de
unas cuantas pelculas generalmente las de ms xito- permite que aquellos que por
razones acadmicas (aprendizaje de idiomas) o artsticas (porque consideren que la voz
original es mejor) puedan acceder a ellas en el idioma original, pero que tambin el
amplio sector que prefiere escucharla en su idioma para no entretenerse leyendo y
centrase en la trama, o aquellos que no saben leer por diversas razones, tengan
realmente la opcin de acceder a estos productos con todo el derecho que les asiste de
ser mexicanos en su pas y de que la pelcula se est proyectando para ellos, creemos
que para los mexicanos, estando en territorio nacional, ver una pelcula por la cual se les
est cobrando les otorga el derecho a exigir orla en su idioma, y a la vez debiera ser
obligacin de las compaas elaborar el respectivo doblaje para el mercado al que se
destina.

Existe otra razn aparte de las citadas por la que ambas versiones son deseables en
vez de proponer que se obligue a transmitir nicamente la versin doblada: amn de que
as se otorga libertad de opcin y se promueve el idioma nacional, se evita al mismo
tiempo la posibilidad de que se editen los contenidos y mensajes polticos en beneficio
del Estado o la oligarqua. Durante la dictadura franquista, por ejemplo, nicamente se
transmitieron pelculas enteramente dobladas, lo que permita cambiar el sentido e
intencionalidad de los mensajes, e incluso realizar amplias sustituciones sin que nadie se
percatara de ello. Tener las dos versiones disponibles se constituye as como el mejor

179
candado para impedir una posible manipulacin ideolgica en los contenidos y adems
garantiza verdaderamente una libertad de opcin y un derecho del que hoy no gozamos.

Como se observa, la autodefensa lingstica planteada est muy lejos de poder


considerarse xenofbica o intolerante, nuestras propuestas de hecho amplan las
opciones constituyndose en verdaderamente democrticas lo que hoy no es una
realidad en cuanto a industrias culturales en Mxico y el resto del mundo-, debido a las
facilidades tecnolgicas existentes, con mucha ms razn este debera ser un requisito
obligado para las versiones flmicas en DVD.

El propio Estado Mexicano puede ejercer esta ley para s mismo al interior de sus
fronteras y financiar el doblaje y subtitulacin de toda pelcula de produccin nacional a
las principales lenguas indgenas del pas en el formato DVD, lo cual reforzara los
lazos de integracin y adems permitira que muchos hispanohablantes mexicanos se
aproximaran a estas lenguas e incluso las aprendieran, exactamente igual que hoy
sucede cuando ocupamos pelculas en idiomas extranjeros como material didctico. Con
la tecnologa actual esto no solamente es posible sino altamente deseable para la
preservacin y promocin cultural, si esto se realizara, Mxico marcara el liderazgo en
la preservacin de las lenguas autctonas, dara cumplimiento a mltiples tratados,
acuerdos y leyes que ha relegado en materia cultural, entre los que podemos citar por su
cabal incumplimiento la ley general de derechos lingsticos de los pueblos indgenas,
que entre otras cosas garantiza el derecho de todo mexicano para hablar sin restricciones
su lengua originaria, garantiza la educacin publica bilinge, garantiza la existencia de
un traductor de lengua indgena en las dependencias pblicas para que sea debidamente
atendido, procura la existencia de literatura indgena en las bibliotecas nacionales, y
plantea difundir en lenguas indgenas nacionales el contenido de documentos de inters
publico.274

El planteamiento que hacemos no es descabellado y s muy conveniente para la


imagen nacional y para el desarrollo de nuestros pueblos, existe adems un antecedente
que no puede pasarse por alto: la pelcula Retorno a Aztlan, un largometraje mexicano
de ficcin que trata ntegramente sobre la cosmogona azteca, fue totalmente grabada en
274

Cfr. Ley general de derechos lingsticos de los pueblos indgenas. Publicada en el Diario Oficial de la
Federacin en marzo de 2003.

180
lengua nahuatl y subtitulada al espaol, ms recientemente la pelcula Erendira (2007)
fue grabada totalmente en purhepecha, si esto fue posible desde 1990, nada impide que
hagamos de esa experiencia una norma para el siglo XXI aadiendo a nuestras
producciones en formato DVD la posibilidad de elegir el audio en nuestras lenguas
originarias y obtengamos el mximo provecho de las nuevas tecnologas para nuestro
desarrollo y preservacin cultural.

Necesariamente las medidas planteadas produciran una mayor conciencia del


idioma que se posee, fomentara tambin la integracin nacional, porque ayudara al
hispanohablante, que es mayora, a entender la realidad y la cosmovisin de ese otro que
tambin es mexicano, y que durante siglos se le ha obligado a hablar espaol para
integrarse socialmente, pero raras veces el hispanohablante mexicano se ha
aproximado a la realidad del idioma indgena, como s ha hecho con los idiomas
extranjeros ya sea por gusto o por necesidad.

Y es que como hemos puntualizado el problema con la lengua no es si hablamos


dos, tres o cinco idiomas, cualquiera que estos sean, sino cuando indebidamente
mezclamos palabras de unos y de otros sin que haya la menor necesidad de hacerlo,
porque es entonces cuando empieza a darse el empobrecimiento, la perdida de dominio
de un idioma en beneficio de otro.

Se concluye de lo anterior, que estamos muy distantes de proponer un


aislacionismo o prohibiciones que podran resultar contraproducentes, tampoco
defendemos una lnea purista y retrograda, estamos a favor de la evolucin del idioma,
de su permanente enriquecimiento, pero una evolucin como corresponde a su natural
desarrollo, que tome palabras que lo enriquezcan, no las que sustituyan su lxico, que
cambien las reglas que sean necesario cambiarse, pero no que indiscriminadamente se le
impongan calcos y expresiones que de ninguna manera lo ayudan a progresar.
Una evolucin, s. Pero una evolucin mediante acuerdos compartidos por el
pueblo en su conjunto, sin orden de poder poltico alguno. Una evolucin con
normas internas, jams nada disperso275

275

Alex Grijelmo. Defensa apasionada del idioma espaol. Op. Cit. p. 42

181
Compartimos la preocupacin de Alex Grijelmo, en el sentido de que ya no es el
pueblo el que est decidiendo su lenguaje, sus cambios y sus evoluciones mediante el
uso cotidiano y los giros populares, ahora son los medios, la elite, la influencia
internacional, quien jerrquicamente difunde e impone las tendencias, los cambios, lo
que conviene decir; y solamente nosotros, mediante la diaria reflexin, mediante el
permanente ejercicio de nuestras voces, mediante el cuestionamiento del por qu se
nombran as las cosas y si es valido o no hacerlo de una o de otra forma, es que
podremos revertir la tendencia y nutrir el lenguaje nacional que nos corresponde, no con
palabras extraas que nos llegan de fuera sin ser necesarias, no con los neologismos que
los medios difunden hasta terminar imponindolos, sino con verdadera conviccin
popular, que es, hasta hoy, la historia de las lenguas del mundo.

182

3.2 Usos, costumbres y tradiciones: de cmo Santa Claus le roba la chamba


a los Reyes Magos, y otros cuentos.
Despus del lenguaje comn, que como se ha visto es uno de los pilares ms
importantes en la construccin y sustento de una identidad nacional, podemos aludir a
los usos, costumbres y tradiciones como otro elemento imprescindible para forjar una
identificacin colectiva entre los miembros de una comunidad, los cuales encuentran un
lazo de unin y solidaridad en la fiesta y el rito en cuanto que todas las costumbres y
tradiciones funcionan como un reproductor cultural que transmite de forma continua y
reiterada las ideas, sentimientos y cosmovisin surgidas desde el seno de la nacin,
perpetundolos indefinidamente.

Por lo anterior, puede afirmarse que los usos, costumbres y tradiciones fungen
como un natural acervo cultural y una memoria colectiva nacional: las danzas, los ritos,
las festividades cvicas y religiosas, la comida, el atuendo, las rondas y juegos, la
cancin popular, los cuentos, leyendas y refranes, son todos ellos elementos que
identifican y cohesionan permanentemente a los miembros de la nacin, generando en
ellos una afectividad integradora y constituyndose as en la primer y ms elemental
forma de hacer historia, por ello la tradicin es historia viva.

Ahora bien, si estos elementos en su carcter de afirmadores y difusores de la


pertenencia a la cultura nacional llegan a desaparecer o son desplazados por elementos
externos, puede entenderse que con ellos desaparezca una parte muy significativa de la
esencia nacional poniendo en peligro la sobrevivencia de la nacin como tal, puesto que
si se extingue la fuente reproductora del mito originario, la nacin se fragmenta y
disuelve parcial y gradualmente.

Segn lo explica Edgar Morin,


El mito no es la superestructura de la nacin: es lo que genera la solidaridad y
la comunidad; es el cemento necesario a toda sociedad y, en la sociedad
compleja, es el nico antidoto a la atomizacin individual y al
desencadenamiento destructor de los conflictos. Y as, en una rotacin
autogeneradora del todo por sus elementos constitutivos y de los elementos

183
constitutivos por el todo, el mito genera lo que lo genera, es decir, el Estadonacin mismo.276
Como vemos, mientras el mito nacional permanezca en la memoria colectiva la
nacin permanece viva, y la forma natural de subsistencia del mismo no es otro que los
usos, costumbres y tradiciones emanados del pueblo; existe tambin una forma artificial
de sobrevivencia del mito que es la que desarrolla el Estado, el cual difunde el mito
nacional mediante la educacin pblica, la historia oficial y los actos y celebraciones
cvicas, todos ellos con el objetivo de consolidar y homogenizar una idea de la nacin
como de crear el vinculo afectivo con ella, estas formas de preservacin del mito
nacional, tanto mediante los usos y costumbres como mediante el aparato del Estado, se
ejemplifican en el caso de Mxico con el anlisis de Jos Antonio Mac Gregor, cuando
dice que
durante la primera mitad del siglo XX, la Identidad Nacional se sustent en
elementos dispersos e inconexos producidos en las diferentes regiones del
pas: huasteca, sotavento, istmo, pennsula yucateca, Jalisco y Michoacn,
entre otras. Ciertos elementos distintivos pasaran por un proceso de seleccin
por medio del cual se estereotiparon rasgos que finalmente recorrieron cada
rincn del pas y el mundo entero, representando la autntica cultura nacional
del Mxico posrevolucionario. As saltaron a la fama mariachis, chinas
poblanas, huapangueros, jarochos y bailarines de ballets folklricos que
hicieron del Son de la Negra, el Querreque y la Bamba autnticos himnos no
ya regionales, sino representativos de la Nacin. A lo popular, se le agregaron
ingredientes imprescindibles de todo proyecto de carcter nacional: la
produccin acadmica proveniente del sector intelectual y crtico que, en los
campos de las artes plsticas (el muralismo mexicano) y la msica (el
nacionalismo) nos leg obras autnticamente gloriosas del arte universal; lo
anterior, sin relegar la trascendencia que en esta historia tuvieron la
dramaturgia, el cine, la literatura, la danza, la gastronoma, los cmics, la
radio, la prensa, la naciente televisin de los aos cincuenta. A partir de esta
ltima, termina todo un proceso de gestacin y crecimiento de La (en singular)
Cultura Nacional e inicia, en los sesenta, la masiva avalancha
transculturizadora (que nos llevara a imitar los rocanroles norteamericanos
traduciendo sus letras al espaol, entre otros fusiles).277
Como puede verse, no escapa a la visin de Mac Gregor el hecho de que ambas
vertientes de conservacin y difusin del mito nacional se presentan simultneamente
apuntalando as el Estado-Nacin, como tambin el sealamiento de que la cultura
276

Edgar Morin. El Estado-nacin. En Gil Delannoi y Pierre-Andr Taguieff. Teoras del nacionalismo.
Op.cit. p. 457
277
Jos Antonio Mac Gregor C. Identidades Globalizadas y patrimonio intangible en Mxico. Documento
Electrnico de la Biblioteca Virtual de CONACULTA. 2001. Disponible en linea en
http://vinculacion.conaculta.gob.mx/capacitacioncultural/b_virtual/art_pdf/1009a.pdf

184
nacional derivada de este arduo y constante proceso de formacin puede modificarse y
aun perderse por la presencia de influencias externas de alto impacto como lo son las
industrias culturales transnacionales, entre otros factores.

Precisamente en este apartado analizaremos la situacin de algunos de nuestros


usos, costumbres y tradiciones, para determinar la magnitud con que el impacto
globalizador cultural neoliberal ha desplazado elementos de este referente identitario e
inducido cambios a la identidad nacional bajo el argumento de la modernidad
civilizadora.

185

3.2.1 Perdida de tradiciones nacionales debido al impacto global

Se conoce que Mxico es un pas pleno de tradiciones y costumbres ancestrales que han
sido su carta de presentacin ante el mundo y el fundamento del nacionalismo mexicano
desde la Revolucin, que precisamente voltea hacia el pasado indgena y las races
profundas para construir una identidad nacional aglutinante que se concretara en la idea
de La gran familia mexicana.

El papel que desempearon y an desempean los usos, costumbres y tradiciones


originarios impulsados por el Estado en el nacionalismo revolucionario para consolidar
nuestra identidad cultural, se evidencia y comprueba actualmente al acercarnos al
imaginario colectivo de los mexicanos, como lo corrobora una encuesta nacional
realizada por la empresa consultora Mitofsky en 2005 con una muestra de 1 000
personas, la cual revela que la cultura, la comida y la propia gente es el primer motivo
de orgullo de los mexicanos y encabezan la lista de resultados sobre las cosas que les
gustara presumir al mundo si pudieran, como se ve en la siguiente grfica.

Fuente: Consulta Mitofsky. 278

278

Cfr. Consulta Mitofsky. Los orgullos de los mexicanos. Encuesta Nacional en Viviendas. Abril de
2005. La muestra fue de 1000 ciudadanos mayores de edad en todo el territorio nacional. Para mayor
informacin de la metodologa consultese el documento.

186
Ahora bien, los alentadores resultados de esta reciente consulta, pueden inducirnos a
pensar que nuestras costumbres y tradiciones gozan de buena salud y vitalidad ya que
nos llenan de orgullo, sin embargo, al igual que sucedi en el caso del idioma, los datos
duros de esta y otras encuestas similares van a revelar que tambin en este referente
identitario se presenta una marcada dualidad en la que el sentimiento no corresponde
necesariamente a los hechos, es decir, la paradoja est en que la poblacin se siente
orgullosa de los usos, costumbres, tradiciones, historia y cultura en general, pero no los
preserva, quedando as como mero folcklor.

La afirmacin anterior y la reiteracin de la paradoja se pueden comprobar en


otra encuesta de Mitofsky realizada en 2003 con una muestra de 400 personas sobre las
celebraciones del mes de mayo, dando por resultado que de las festividades de ese mes,
la fecha del aniversario de la Batalla de Puebla es la menos conocida (65%), seguida del
da del trabajo (85%) quedando en primersimo e indiscutible lugar el da de las
madres, conocido prcticamente por todos los encuestados (97%) 279 .

Como se ve, los dos primeros resultados no corresponden a la historia y cultura


nacionales destacando tambin que son festejos relativamente recientes, puesto que
segn el investigador del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CONACULTA)
Hector Zarauz el da de las madres nace en Estados Unidos en 1905 y empieza a
celebrarse en Mxico hasta 1922280 , mientras que el da del trabajo se instituye en la
Segunda Internacional en Pars en 1889 281 pero no se conmemora en Mxico sino hasta
1923, por lo que no deja de llamar la atencin que la nica conmemoracin
directamente emanada de nuestra historia y tambin muy anterior a las otras dos -puesto
que la Batalla de Puebla ocurre en 1862 con trascendencia indescriptible para la nacin
mexicana- sea precisamente la menos conocida por un pueblo que segn vimos se siente
muy orgulloso de su historia y races.

279

Cfr. Consulta Mitofsky. Celebraciones de Mayo. Encuesta Nacional via telefnica. 2004. La muestra
fue de 400 ciudadanos mayores de edad en todo el territorio nacional. Para mayor informacin de la
metodologa consltese el documento.
280
Agencia EFE. El da de la madre, la fiesta familiar ms querida e importante para Mxico. 10 de
mayo de 2007.
281
Si bien el da del trabajo tiene sus origenes en 1886 con la huelga y asesinato de los martires de
Chicago, no es hasta la Segunda Internacional de Pars de 1889 cuando se establece el primero de mayo
como Dia Internacional del trabajo para rendir homenaje a lo obreros asesinados.

187
En otra encuesta contundente realizada en 2005, Mitofsky pregunt en sus
domicilios a una muestra de 1 000 ciudadanos sobre las conmemoraciones del mes de
febrero, arrojando por resultado que el da 5 de dicho mes, cuando se celebra la
promulgacin de la Carta Magna, es por mucho la menos conocida (66%), lo que se
traduce en que apenas dos de cada cinco mexicanos saben del aniversario del mximo
documento jurdico del pas. Esta diferencia es dramtica en comparacin al 77% de
mexicanos que sabe qu se celebra el 24 de febrero y el contundente 94% que identifica
al 14 de febrero como el da del amor y la amistad. Por otro lado, es grave el hecho de
que no solamente son pocos los mexicanos que conocen el aniversario de la
Constitucin Poltica, sino que son un porcentaje mnimo (15%) los ciudadanos que
ubicaron a Venustiano Carranza como el personaje central en torno a la constitucin 282 ,
lo que termina por comprobar un profundo desconocimiento de los mexicanos hacia la
historia de su pas as como la supremaca de conmemoraciones venidas de fuera y con
menos de un siglo de existencia en nuestro suelo, que se han instaurado en el imaginario
popular colectivo gracias a una ininterrumpida labor mercadolgica mediante radio y
televisin para fomentar el consumismo, mientras que las conmemoraciones nacionales
por lo general carecen de una promocin semejante siendo su principal y casi nico
medio de difusin la Educacin oficial bsica, por lo que cada vez se hayan ms en
decadencia ante la modernidad depredadora.

Precisamente sobre el tema de los usos, costumbres y tradiciones, la cancin


popular mexicana, que como toda lrica es un modo de expresin y manifestacin del
alma de los pueblos, de su sentir y su vivir, presenta canciones que levantan un
profundo lamento por la perdida de nuestras races, constituyndose en un testimonio de
consideracin sobre el caso que analizamos, en especial a partir de 1962 que es cuando
la cancin de protesta y el movimiento folclorista mexicano alcanz su madurez, as
encontramos por dar un primer ejemplo la cancin La maldicin de Malinche (1980s)
de Gabino Palomares, que en su letra describe gran parte de la problemtica hasta el
momento revisada, en voz de este cantautor mexicano

282

Cfr. Consulta Mitofsky. La constitucin mexicana. 5 de febrero, pocos saben qu se celebra. Encuesta
Nacional en viviendas. Enero de 2005. La muestra fue de 1000 ciudadanos mayores de edad en todo el
territorio nacional. Para mayor informacin de la metodologa consultese el documento.

188
[] Se nos qued el maleficio
De brindar al extranjero
Nuestra fe, nuestra cultura,
nuestro pan, nuestro dinero.
Y le seguimos cambiando
Oro por cuentas de vidrio
Y damos nuestra riqueza
Por sus espejos con brillo.
Hoy en pleno siglo XX
Nos siguen llegando rubios
Y les abrimos la casa
Y los llamamos amigos.
Pero si llega cansado
Un indio de andar la sierra,
Lo humillamos y lo vemos
Como extrao por su tierra.
T, hipcrita que te muestras
humilde ante el extranjero,
pero te vuelves soberbio
con tus hermanos del pueblo.
Oh, maldicin de Malinche,
Enfermedad del presente,
Cundo dejars mi tierra,
Cuando hars libre a mi gente?. 283
Como se observa, lo que la obra citada de Palomares nos refleja es que un sector
nacional ya conoca y resenta en esos momentos el problema poltico y cultural que es
estudio de esta tesis, y en esa cancin ya est manifiesta sin lugar a dudas la ausencia
y/o perdida de la identidad nacional mexicana, que el cantautor explic a su manera
mediante el concepto muy popular de malinchismo, no puede negarse que en esa lrica
est perfectamente plasmada la desmedida admiracin del mexicano por lo extranjero al
tiempo que desprecia lo propio.

Ahora bien, para reforzar cmo en la cancin mexicana existe un testimonio


histrico de nuestra problemtica que evidencia su cada vez ms notoria existencia,
citemos otra lrica popular bastante ilustrativa, en donde el trovador Oscar Chvez dej

283

Gabino Palomares. L y M. La maldicin de Malinche. Fragmento. Gran cancionero mexicano.Tomo


1. Sanborns Hermanos. Mxico 2005.

189
patente su queja y disgusto sobre la perdida de nuestros usos y costumbres, cantando en
su irnica obra Mexican curious (1997) lo siguiente:
Ah les va luego un vacile,
Aunque peguen tres respingos
De cmo los mexicanos
Nos vamos volviendo gringos.
Quick Lunch le llaman la fonda,
Al seor le dicen mister,
Y pa pedirte a tu hermana
Te dicen give me your sister.
Est muy bien el turismo
Pero en toda la nacin
Ahora toman Coca-Cola
En vez de tlachicoton [].284
Nuevamente, en esta trova de fines del siglo XX se observa la forma en que el
cantautor describe y lamenta la perdida de nuestros usos y costumbres, empezando por
el idioma, al que usa irnicamente para manifestar la sustitucin de palabras y el
consecuente dao al lenguaje que describimos ampliamente en el apartado 3.1,
continuando con usos especficos como es el caso de la gastronoma, donde es
manifiesta la queja de cmo una bebida industrial imperialista ha sustituido una libacin
milenaria y altamente tradicional de Mxico -el pulque, de nombre nahuatl tlachicoton-,
al que podramos anexar desde luego las tradicionalsimas aguas frescas que durante
siglos acompaaron la comida de los mexicanos y que hoy han sido severamente
desplazadas por los refrescos industriales, en su mayora de patente norteamericana.

As en esta cancin tanto como en la otra, se evidencia la preocupacin ante la


perdida de la identidad nacional, ah est el reclamo nos vamos volviendo gringos-, el
ejemplo y la parodia Quick lunch le llaman la fonda- el lamento sentido Coca-Cola
en vez de Tlachicoton- ah est pues el sentir de un pueblo, y quin negar la verdad de
esta cancin, cuando en muchos colegios mexicanos ya no existen profesoras, sino
Misses, y cuando el pollo con mole sabe mejor con Coca-Cola?.285

284

Oscar Chavez. L y M. Mxican curious. Fragmento. En el album 20 parodias neoliberales. 1997.


Transcripcin propia.
285
Esta frase form parte de la propaganda de la Coca-Cola, que consisti en colocar las letras faltantes
de una frase prediseada en las etiquetas del envase de dos litros del refresco del mismo nombre.

190
Ahora bien, no es fortuito que hagamos uso de la cancin mexicana para explicar
y corroborar la perdida de nuestros usos, costumbres, tradiciones e identidad, ya que
este uso ha sido muy agredido por el impacto cultural globalizante, en especial si
hablamos del pop transnacional que se repite incesantemente en nuestros medios
implantandose en el gusto popular a fuerza de eliminar las opciones monopolizando los
espacios de transmisin. As, explicar lo que se est perdiendo utilizando precisamente
lo que estamos perdiendo contribuye a evidenciar la importancia social y utilidad de
esos elementos como reflejo del sentir social y como instrumentos que perpetan la
comunidad transmitiendo su idiosincrasia.

Analicemos otra lrica nacional, esta vez del cantautor de resistencia Jos Molina,
que tambin deja plasmada una preocupacin por la perdida de identidad nacional que
empezamos a vivir con intensidad en las ultimas tres dcadas, como se ve en esta letra
de la cancin Identidades que dice
Muchacho que estas haciendo
con tu personalidad,
estas perdiendo tu origen
y tu nacionalidad.
Cada da el extranjero
te roba la identidad,
con una falsa cultura
engaa tu realidad.
Te deslumbra el oropel
Del gringo y del japons,
Del ingls, del australiano,
Del alemn y el francs.
Si eres indio no lo niegues,
Orgulloso habras de estar,
Con el pasado glorioso
Del Mexica y del Mayab.
Ya no te gusta el corrido
Y gritas queremos rock,
Y te entregas en los brazos
De tu colonizador.
Hasta desprecias tu idioma
Y lo vas hablando al revs,
Y te sientes extranjero

191
Mal hablando el espangls.
Lo que bebes, lo que vistes
Y hasta lo que has de comer,
Y te vas pintando el pelo
Para gringo parecer.
[]Ya pon los pies en la tierra
Y dejate de volar,
Nuestros abuelos son indios
Y orgulloso habras de estar.
[]Te han deformado la historia
Los vendepatrias de ac
Y el imperio va inyectando
La mentira colonial.
Tienes que identificar
En donde est el criminal
Que te est robando el alma
Y te hunde en la mediocridad.286
Como se lee, el tema central de esta otra cancin no es otro que la perdida de
identidad nacional, haciendo nfasis en las actitudes de desprecio por lo propio que el
autor observaba en la sociedad mexicana de su poca, y que segn se ve son reiterativas
en las otras lricas citadas: desprecio por el lenguaje, por la comida, por la msica por
nuestras costumbres en general y hasta por el aspecto tnico propio, acompaado
invariablemente de una admiracin por lo extranjero y su exaltacin desmedida.

En suma, de lo anterior se concluye que la existencia de estas obras musicales


realizadas por la sensibilidad artstica de diferentes autores en pocas diversas, confirma
el proceso de perdida de identidad que hemos vivido, ya que mediante su cancin y su
voz protestaron y dejaron plasmado el declive de nuestros usos y costumbres, entre los
que podemos incluir la propia cancin mexicana en sus distintas expresiones y gneros.

Ahora

bien,

por

ser

dos

elementos

que

consideramos

especialmente

ejemplificantes para la problemtica que se estudia, vamos a utilizar el caso de la


gastronoma mexicana y el artesanado nacional como objetos de estudio representativos

286

Jos Molina. L y M. Identidades. Fragmento. En el album Identidades. Transcripcin propia

192
de la trascendencia y situacin actual de nuestros usos, costumbres y tradiciones ante la
globalizacin cultural.

193

3.2.2 La comida mexicana, su papel identitario y el nuevo


condimento con sabor a globalidad.

Los hbitos alimenticios de una comunidad pueden entenderse como un reproductor


cultural de importancia inigualable, puesto que la comida, ms all de ser simplemente
algo que se come, tiene un papel realmente significativo en la medida en que el comer
es en primera instancia una necesidad bsica inevitable para la sobrevivencia de
cualquier ser humano -en contraposicin a otros usos y costumbres

que pueden

suprimirse voluntaria o accidentalmente- por lo que su simbolismo es mucho ms


perdurable y de alcance ms inmediato en los miembros de la comunidad, incluso ms
inmediato que el propio lenguaje; ahora bien, para introducir la relacin entre la comida
y la identidad, podemos mencionar que originariamente la dieta de todo sujeto
individual o colectivo est en directa relacin con su medio ambiente inmediato, lo que
crea de facto una vinculacin entre el hombre y su lugar de origen a travs de sus
alimentos, sin olvidar mencionar que adems de esta dieta territorializada, la forma en
que los alimentos se consumen es un rito con una simbologa particular en cada
comunidad que se perpetua de generacin en generacin.

Al respecto, Anne Murcott asevera que para encontrar asociaciones entre la


comida y la identidad nacional, basta ver los apodos usados por una nacin para
ridiculizar a otra o para engrandecerse a si misma 287 , siguiendo este planteamiento
tenemos por caso las asociaciones inmediatas entre el arroz y los pueblos asiticos, el
trigo y los pueblos europeos y por ultimo el maz y los pueblos americanos; siendo ms
especficos, podemos ejemplificar con la estereotipacin de Estados Unidos como una
nacin hamburguesera, de Mxico como el pas de los tacos (lo que se reitera en el
dicho popular sobre la dieta T del mexicano, consistente en tacos, tortas y tamales) ,
o de Japn como la nacin del Sushi; continuando con las ideas de Murcott, no es difcil
hallar denominaciones despectivas en base a la comida, como es el caso de la palabra
beanner (frijolero) usada por algunos estadounidenses para referirse a los mexicanos,

287

Anne Murcott. Food as an expression of identity. The future if the Nation State. Essays on cultural
pluralism and political integration. Compiladores Sveker Gustavson y Leif Lewin. Roudledge y Nerenius
& Santrus publishers. Londres. 1996. p. 50

194
o tambin ttulos usados de forma enaltecedora, como el de algunos pueblos
latinoamericanos que se autodenominan los hombres de maz.

Cul alimento presumira usted de Mxico?

Fuente: Consulta Mitofsky. 288

Puede corroborarse, de forma contundente, el vinculo mencionado entre la comida


y la identidad nacional en nuestro estudio de caso aproximndonos al imaginario
colectivo de los mexicanos: no olvidemos que en el ejercicio de Consulta Mitofsky
realizado en 2005 para conocer los orgullos de los mexicanos, la comida ocup nada
menos que el segundo lugar en los resultados con un nada despreciable 12.3%,
solamente superada por cultura y tradiciones que obtuvo un 17% 289 , lo que prueba que
efectivamente existe una fuerte vinculacin de carcter enaltecedor entre el sentimiento
de mexicanidad y la comida, pero ms all de este primer resultado, se consult a los
1 000 encuestados qu alimento presumiran de Mxico, destacando que el mole con un
23% encabeza la lista de los platillos que ms orgullo causan al mexicano, seguido del
pozole con un 9%, y en general, los resultados revelan un peculiar listado de alimentos a
los que difcilmente se les discutira una vinculacin nacional, como se observa en la
grafica presentada.

288

Cfr. Consulta Mitofsky. Los orgullos de los mexicanos. Op. Cit.


Para ver la grfica completa de los resultados a esta pregunta as como la metodologa de la encuesta,
vease supra capitulo 3.2.1
289

195
En esta aproximacin al pensamiento del mexicano, se deja ver claramente que la
comida ms all de satisfacer una necesidad bsica, tiene valor simblico y expresivo
para los pueblos, tanto para s mismos como para las relaciones entre ellos, por lo que se
concluye que la comida es incuestionablemente una expresin de la identidad.
Anne Murcott profundiza en sus explicaciones de esta forma:
Mientras todos los seres vivos tienen que comer, solo los seres humanos
(hasta donde podemos decir) piensan en lo que significa el acto de comer. []
Alimentarse y reflexionar sobre qu comemos y cmo lo comemos son
elementos de la vida que los humanos comparten, pero lo que vara, y vara
profundamente, es qu comen y cmo interpretan sus alimentos. Ciertamente
los seres humanos son omnivoros y eso los hace relativamente inusuales en el
reino animal, pero eso no significa que toda la gente en todos los lugares come
cualquier cosa y de todo, de hecho no consumen todo lo disponible solo
porque no sea venenoso o porque sea potencialmente nutritivo, los habitos de
consumo son selectivos, y en cuanto que las selecciones solo son parcialmente
explicadas en terminos biolgicos, todo induce a pensar que existe una base
cultural de seleccin. [] Nosotros aprendemos las convenciones culturales
del grupo al que pertenecemos y de esta forma, en la medida en que las
circunstancias ideolgicas y materiales lo permiten, se da forma a las
preferencias por la comida que cada uno percibe individualmente. En el caso
del sabor, literal y metaforicamente, este es culturalmente moldeado y
socialmente controlado. Comer puede ser esencial para la vida y tener una
inevitable naturaleza biolgica, pero simultaneamente la comida tiene una
funcin socio-cultural que es aprendida.290
La cita anterior, sustentada en la capacidad de abstraccin humana, deja en claro
que el acto cotidiano de la alimentacin trasciende de la mera satisfaccin de
necesidades a un complicado simbolismo social que crea asociaciones con el lugar de
origen y con el propio grupo de pertenencia, lo que explica por qu persiste en el siglo
XXI aunque no sin dificultades- la regionalizacin de alimentos incluso hoy que es
tan fcil acceder a comestibles y platillos de cualquier parte del mundo, ya que
290

While all living things have to eat, it is only human beings (as far as we can tell) who ponder on what
it means to eat. [] Eating and reflecting on what and how we eat are facts of life human beings have in
common. But where they vary, and vary markedly, is in what they eat and how they think about it.
Certainly, human beings are omnivores and as such are relatively unusual in the animal kingdom. But that
does not mean all people everywhere eat any and anything. Indeed, they do not eat everything available to
them that is not poisonous and potentially nutritious. They are selective. Since the selections they make
are only partly explicable in biological terms, they must, then, be made on a some cultural basis. [] We
learn the cultural conventions of the group to which we belong and only within that, to the extent that
material and ideological circumstances allow, give expression to individually perceived food preferences.
For taste, literally and metaphorically, is culturally shaped and socially controlled. Eating may be
essential to life and have an inescapably biological nature, but simultaneously food has a socio -cultural
character that is learned. Anne Murcott. Food as an expression of identity. The future if the Nation
State. Essays on cultural pluralism and political integration. Op. Cit. p. 52-53

196
prevalece esta preferencia alimenticia cultural creada por la comunidad con todo el
significado asociativo que encierra no solamente los alimentos, sino el rito alimentario,
es decir, la manera en que estos se consumen y que abarca desde su preparacin hasta la
forma de comerlos. Queda establecido, pues, que la alimentacin es un elemento
fundamental y privilegiado para establecer y perpetuar tanto identidades regionales
como la de naciones y grupos especficos ms pequeos, porque encierra un mensaje y
un significado tan valido y potente como las palabras o las imgenes indicando la
naturaleza y el origen de los agrupamientos sociales y contribuyendo fuertemente a la
cohesin de los mismos y a su diferenciacin respecto a otros grupos.

Lo anterior se corrobora con datos duros en otro ejercicio realizado por Consulta
Mitofsky en 2006 a una muestra nacional de 1 600 ciudadanos mayores de 18 aos en
sus viviendas, cuyos resultados arrojan que el mexicano promedio est fuertemente
vinculado a ciertos platillos que en nuestro caso de estudio, producen la vinculacin
territorial y consagran y perpetan desde el aspecto gastronmico la identidad nacional
mexicana. En esta encuesta se cuestion a los participantes sobre el consumo de 5
platillos de diferentes regiones que se consideran tpicamente mexicanos: la cochinita
pibil de Yucatan, el chilorio de Sinaloa, el mole de Puebla, la carne machaca de la
regin norte del pas y finalmente el pozole de occidente. Los resultados arrojan que
prcticamente todos los mexicanos hemos probado alguna vez en nuestra vida el mole
(99%) y casi todos el pozole (96%) lo que los convierte en los platillos tpicos de
consumo ms generalizado en el pas, la cochinita pibil ha sido probada por tres de cada
cuatro mexicanos (74%), la carne machaca por el 56% y el chilorio sinaloense por
44%291 , sirvan estos resultados para comprobar los planteamientos tericos hechos hasta
el momento y terminar de asentar que la vinculacin entre la comida y la identidad
nacional es realmente existente y que los alimentos tienen una funcin socio-cultural
que la comunidad les otorga volvindose as muy importantes en el proceso de
identificacin colectiva.

Ahora bien, por supuesto que desde el origen de las sociedades y a travs de los
siglos las cocinas regionales se fueron enriqueciendo con elementos culinarios de otras
291

Cfr. Consulta Mitofsky. Consumo de platillos tpicos. Encuesta Nacional en Viviendas. Octubre de
2006. La muestra fue de 1 600 ciudadanos mayores de edad en todo el territorio nacional. Para mayor
informacin de la metodologa consltese el documento.

197
partes del mundo, lo cual se ejemplifica en el comercio de las especias orientales que se
realizaba en la edad media en Europa o ms evidentemente con la diversidad culinaria
que Nuestra Amrica aport al viejo mundo; sin embargo con la actual globalizacin
econmica y la preponderancia de ciertas naciones para influir con su cultura sobre
otras por medios diversos, se presenta el caso de que el natural enriquecimiento
gastronmico en la historia humana se torna en una homogenizacin alimentaria,
conllevando la respectiva perdida de identidad nacional que se establece mediante los
platillos tradicionales y su simbolismo.

Precisamente Mxico, es uno de los pases que a pesar de su rica y milenaria


tradicin gastronmica autctona, considerada como una de las tres ms importantes del
mundo segn datos de la Fundacin Herdez 292 , est enfrentando fuertemente el agresivo
embate cultural globalizador en el aspecto alimentario, lo que dio pie a que nuestra
gastronoma fuera propuesta como patrimonio cultural de la humanidad ante la
UNESCO en septiembre de 2004, aunque sin resultados favorables para nuestro
patrimonio en riesgo.293

Como se observa, el peligro que amenaza nuestra tradicin culinaria es tan vigente
que no ha pasado desapercibido, levantando la preocupacin de acadmicos como el
Profesor investigador de la Universidad de Chapingo David Oseguera, quien hace
preguntas muy pertinentes sobre esta situacin y se cuestiona si
el o los impactos de la globalizacin en la cultura y las identidades locales,
regionales y nacionales, significarn una internacionalizacin de los
comportamientos alimentarios?. En caso de efectuarse, corresponder sta a
la difusin planetaria de los alimentos tpicos de los grandes centros del poder
mundial, como las hamburguesas, las pizzas, la Coca-Cola, el teppan yaki, los
sushis, el sake, etc.? Los promotores de estas nuevas y escasas costumbres
alimenticias sern las grandes multinacionales tipo McDonalds, Kentucky
Fried Chicken, Pizza Hut y otras por el estilo?de verdad transitamos hacia un

292

Cfr. Qu es fundacin Herdez?. Folleto informativo de la Fundacin Herdez, encargada de la Galera


Nuestra Cocina Duque de Herdez y de la Biblioteca de la Gastronomia Mexicana, ambos enfocados a la
investigacin y desarrollo alimentario de Mxico. Seminario 18, Centro Histrico. Ciudad de Mxico.
293
Cfr. La Jornada, Gastronoma. Fallo en contra de la comida mexicana como patrimonio de la
humanidad. Y tambien Cfr. Niega UNESCO estatus a la cocina mexicana. Sabado 26 de noviembre de
2005.

198
nuevo orden mundial donde todos los humanos seremos diferentemente
parecidos o parecidamente diferentes en gustos alimentarios? 294
Nosotros creemos que esta internacionalizacin y homologacin de hbitos
alimenticios existe, principalmente con la promocin del modelo de fast-food que se
expande rpidamente por todo el mundo bajo el esquema de franquicias de conocidas
empresas transnacionales estadounidenses, lo que hablando de comida, ha propiciado
que a la globalizacin se le nombre entre otras muchas formas bajo el apelativo de
McDonalizacin del mundo.

No dudamos que la globalizacin econmica y los intereses tanto de las potencias


centrales como de las grandes corporaciones multinacionales han sido, en todo
momento, el eje sobre el cual se han cambiado los hbitos alimenticios con una marcada
intencionalidad de reproduccin de capital ignorando todo principio cultural, tal como
seala la economista y sociloga Yolanda Trpaga Delfin, cuando explica el cambio de
una alimentacin nacional a una hegemnicamente dirigida, asegurando que
el patrn de consumo alimentario posterior a la II Guerra Mundial estuvo
definido por el mercado interno de las economas, pero desde hace dos dcadas
est cada vez ms determinado por el mercado mundial, dominado por la
lgica de la ganancia de las empresas privadas y por las estrategias de los
pases industrializados para conservar y extender sus hegemonas. Si antes los
patrones alimentarios eran sobre todo nacionales y estaban definidos por los
cultivos domsticos, sus condiciones ambientales y su tecnologa; a partir de la
revolucin verde de la dcada de los 40, se homogeneiz el campo y se
someti a la lgica de los procesos de industrializacin de los alimentos, lo
que a su vez se tradujo en una creciente homologacin de las formas del
consumo masivo.295
En el caso mexicano, podemos ubicar con puntualidad la perdida de la tradicin
gastronmica nacional desde inicios del siglo XX y analizar cmo ha sido este proceso
para sustentar que la globalizacin econmica y cultural que hoy vivimos realmente
ejerce una influencia negativa y devastadora en este importante vinculo socio-cultural y
territorial.

294

David Oseguera Parra. Globalizacin, alimentos e identidades culturales. En Arturo Leon Lpez,
Carlos Gutierrez Ruiz, Et Al. Globalizacin para quin?. Volumen I. Cultura e identidad en el campo
latinoamericano. UAM-Xochimilco. Mxico. 1999. p. 283
295
Yolanda Trapaga Delfin. Sobre el patron alimentario del mexicano actual. En Perfil de La Jornada.
1 de marzo de 2002. Disponible en lnea en http://www.jornada.unam.mx/2002/03/01/per-portada.html

199
Veamos por ejemplo, que segn consta en el Museo de la Cocina Mexicana, en el
siglo XX llegaron a Mxico algunas marcas de refrescos y se empezaron a fabricar
otras. Al principio, cierta bebida de cola no fue muy bien recibida, habiendo incluso
personas que los rechazaban asegurando que saba a medicina. Sin embargo el poder de
la publicidad y la capacidad de penetracin que tuvo la compaa que produca este
refresco, logr que a mediados de siglo fueran no solamente aceptados, sino que al poco
tiempo desplazaron significativamente a las aguas de sabores que nunca faltaban en la
mesa a la hora de comer296 . Hoy en 2008, Mxico es uno de los principales
consumidores de Coca-Cola en el mundo y un mexicano promedio consume litro y
medio de este refresco al da297 , de hecho, datos revelados por esta empresa refresquera
en 2003 aseguran que Mxico tiene el primer lugar del mundo en consumo per capita de
sus productos, entre refrescos, leches de sabores, agua embotellada y bebidas
rehidratantes, destacando que para ese ao el consumo anual per capita era un promedio
de 150 litros de refresco.298

En cuanto a la comida, a principios del siglo XX an tena influencia la comida


francesa, pero despus de la revolucin, segn se explica en el Museo de la Cocina
Mexicana, la influencia de los Estados Unidos implant nuevos hbitos. Los grandes
cambios sucedieron en la primera mitad del siglo y para la dcada de 1950 se haba
logrado el establecimiento de una nueva dieta en el mexicano. Por ejemplo, la
introduccin de alimentos procesados y embasados fue definitiva, y empieza a preferirse
el consumo de pan de trigo en lugar de la tortilla de maz. En esta poca, ya existan
productos industrializados como comida enlatada y congelada, latas y refrescos, y los
alimentos industriales ya se consideraban bsicos aunque todava lo tradicional no
dejaba de estar presente en la cocina mexicana, sin embargo, el proceso de
modernizacin cambi radicalmente las costumbres: para esta poca, la cocina dej de
ser el centro del hogar y la hora de la comida perdi su poder integrador como ritual
diario. Tambin a mitad del siglo XX los puestos de aguas frescas fueron reemplazados
por los de refrescos embotellados y empiezan a aparecer puestos semiambulantes de
madera que vendan hot dogs, hamburguesas y helados de maquina como los de Estados
296

Galera nuestra cocina. Duque de Herdez. Seminario 18. Centro Histrico. Ciudad de Mxico.
Dato obtenido del documental Y t, cuanto cuestas?. Dirigido por Olallo Rubio. Kung Fu Films.
Mxico. 2007.
298
Cfr. La Jornada. Capital. Se mantiene Mxico como el mayor consumidor per capita de Coca-Cola.
Viernes, 5 de marzo de 2004.
297

200
Unidos, hasta que en los 60 se introduce formalmente en Mxico el modelo de comida
rpida norteamericano conocido como fast-food.299

Este modelo alimentario mundial se est introduciendo desde entonces en Mxico


mediante dos vas que puntualiza David Oseguera: en primer lugar, la oferta
gastronmica de la industria restaurantera y en segundo termino con el abastecimiento
de una gama diversificada de productos industriales precocinados que se venden
principalmente en las cadenas de autoservicio pero en algunos casos incluso en
estanquillos y puestos callejeros300 , como podran ejemplificarlo las sopas Maruchan.

Es difcil negar que la intensidad con que se viven hoy los efectos de la
globalizacin econmica y cultural es directamente responsable de la cada vez ms
notoria perdida de nuestra tradicin cultural culinaria y la general homogenizacin de
hbitos alimenticios, pues como asevera la investigadora Yolanda Trpaga
las tendencias del consumo alimentario en Mxico y el mundo, al comenzar
el siglo XXI, obedecen al contexto de la mundializacin, caracterizado por la
rpida y creciente homogenizacin de los patrones de consumo, as como por
una participacin cada vez menos importante de los productos primarios en el
comercio y donde Estados Unidos juega un papel protagnico.[] En Mxico,
el patrn alimentario tiende a homogenizarse con el modelo industrializado
estadounidense, en virtud de su condicin de importador neto de alimentos
cuyo componente nutricional es, por cierto, discutible. Paradjicamente y
dadas las condiciones de salarios bajos, se considera que en Mxico el 65% del
consumo alimentario familiar cotidiano est formado todava por productos en
fresco, y slo 35% corresponde a los industrializados. O sea que, despus de
ms de 50 aos de industria alimentaria en el pas, los bajos ingresos aparecen
como una ventaja neta al conservar una base alimentaria ms pertinente que la
moderna, con un patrn de consumo alimentario tradicional. 301
Tambin en el pasado Foro Social Mundial (FSM) 2008, realizado en esta ciudad
de Mxico, se haca pblica la preocupacin por la perdida de nuestra tradicin
gastronmica ante la globalidad econmica y cultural, al tiempo que, en efecto, se
resaltaba que algunos estratos sociales conservan esta herencia culinaria, de esta forma
se lea en la carpa gastronmica del FSM un texto informativo:

299

Galeria nuestra cocina Duque de Herdez. Seminario 18. Centro Histrico. Ciudad de Mxico.
David Oseguera Parra. Globalizacin, alimentos e identidades culturales. Op. Cit. p. 291
301
Yolanda Trapaga Delfin. Sobre el patron alimentario del mexicano actual. Op. Cit.
300

201
Mxico tiene una tradicin culinaria llena de conocimientos, practicas y
sazones que le son propios y se ha enriquecido a travs del tiempo. Esta
tradicin constituye un rasgo cultural que da identidad a un pueblo y permite a
las comunidades reconocerse a travs de ella. Sin embargo, el desarrollo
agroindustrial y urbano han afectado la supervivencia de las actividades
ligadas a la conservacin de la comida mexicana y tienden a modificar el gusto
de nuestro pueblo. En la ciudad de Mxico podemos observar de una forma
ms evidente, los cambios en los hbitos alimenticios y la proliferacin de
establecimientos de comida rpida de marca transnacional que modifican el
paladar de sus habitantes, a pesar de ello, encontramos tambien a familias,
pueblos originarios barrios y asentamientos indgenas donde se mantiene una
tradicin culinaria que conserva sabores de nuestro pasado prehispnico y
colonial que son un aspecto importante de nuestra gastronoma302 .
Lo que podemos concluir de ambas visiones, es que en efecto en la poblacin
existe una conciencia del proceso que estudiamos sobre los efectos de la globalizacin
en los hbitos alimenticios que nos vinculan con la nacin, destacando que los estratos
sociales mencionados en el texto del FSM y a los que se alude como grupos que
preservan la tradicin culinaria pueblos originarios, barrios y asentamientos indgenasson altamente asociables a la condicin de pobreza que Yolanda Trpaga describe como
una aparente ventaja en la conservacin de la base alimentara, de lo que podemos
concluir la validez de sus planteamientos en cuanto que van a ser las personas con altos
recursos econmicos los que, nueva y significativamente, van a presentar una
predileccin por lo extranjero en menoscabo de lo autctono, fenmeno que tambin
demostr David Oseguera, mediante un estudio de hbitos culturales de CONACULTA
en 1993, donde concluy que
en los niveles alto y medio son mayores la frecuencia del comer pizzas y
hamburguesas, mientras que con las tortas y los tacos ocurre lo contrario, ya
que a menor nivel socioeconmico aumentan sus frecuencias de consumo.
Esto indica que son los sectores de mayores ingresos los que frecuentan ms
los bocadillos de ms claro origen extranjero, mientras que los de menores
recursos consumen ms los de carcter autctono (tacos) o mestizo (tortas).303
En suma, dado que la alimentacin es una necesidad bsica inevitable y no puede
despreciarse voluntariamente como otros pilares identitarios, sea el caso del idioma o la
historia y costumbres, y tomando en consideracin que ms de la mitad de los
mexicanos vive en condiciones de pobreza, podemos pensar que a nivel de la poblacin
nacional la permanencia de la tradicin culinaria est aparentemente garantizada en el
302

Transcripcin de una lamina informativa en la Carpa Gastronomica del Foro Social Mundial Mxico
2008. Realizado del 19 al 26 de enero en la Plaza de la Constitucin.
303
David Oseguera Parra. Globalizacin, alimentos e identidades culturales. Op. Cit. p. 291

202
corto plazo, pues solo es evidente su perdida en las grandes ciudades donde el ingreso
econmico es mayor y por una obvia tendencia del sector social con altos ingresos
econmicos y una reiterada tendencia extranjerizante.

No obstante, amn de que la pobreza no puede considerarse como una solucin,


existen factores externos que no dependen directamente del mexicano y que pueden
romper con esta paradoja defensiva descrita por la investigadora Yolanda Trpaga, y es
que los cambios econmicos tales como la inflacin en productos tan elementales de la
canasta bsica como el maz y el frjol, contribuyen de una forma agresiva a arrebatar de
las manos del mexicano el bastin identitario de la comida nacional, pues se ha llegado
al grado de que incluso la tortilla se ha vuelto inaccesible para la poblacin de escasos
recursos, como sucedi a inicios de 2007, cuando el precio lleg hasta 20 pesos el kilo
en algunos estados de la repblica 304 y, en consecuencia, un alimento milenario y
tradicionalmente popular alcanz precios de articulo suntuoso, sobre todo considerando
que el salario mnimo en Mxico para 2008 oscila entre 49.50 y 52.50 pesos.

El efecto en la alimentacin nacional derivada de estos cambios econmicos, entre


otros factores, se confirma en las declaraciones del Director de Gruma Mxico, Roberto
Gonzles Alcal, quien expres en 2006, que durante los pasados 10 aos se registr
una dramtica disminucin en el consumo de tortilla, pasando de 90-95 a 70 kilogramos
anuales por persona305 .

Profundizando en las explicaciones a esta creciente perdida de nuestra cultura


gastronmica y arte culinario, en un amplio estudio realizado por la investigadora
Nashelly Ocampo, se propone la hiptesis de que los cambios alimenticios que estan
experimentando la mayora de las naciones en desarrollo del mundo son instigados por
los centros de poder para instaurar un Sistema Capitalista de Alimentos, es decir, una
suerte de dieta capitalista que no se propone mejorar la calidad de vida sino cubrir los
requerimientos globales de un proceso de trabajo ms intenso convirtindose en una
herramienta bsica para la explotacin de los pueblos, por lo que desde la visin de esta
autora el cambio del patrn alimenticio se presenta pues, como una necesidad histrica

304

El Universal. Los Estados. Sin control, el precio de la tortilla. 24 de enero de 2007.


La Jornada. Sociedad y justicia. Admite Gruma grave cada en el consumo de tortillas. 24 de marzo
de 2006.
305

203
para el desarrollo del capitalismo306 . Lo cual, no deja de ser significativo y viene a
reforzar contundentemente nuestros planteamientos iniciales de que la globalizacin se
presenta como un proceso instrumentado por las potencias capitalistas centrales para el
dominio ideolgico y cultural de los pueblos que permite su explotacin ilimitada.

Por todo lo anterior, se concluye que la amenaza a la tradicin y cultura culinaria


en Mxico est vigente y se est intensificando, que como en los otros pilares
identitarios, la poblacin de altos ingresos es la que ms muestra una tendencia
extranjerizante, y que en este caso en particular, por razones ms econmicas que
voluntarias,

la comida tradicional mexicana no ha perdido an la lucha contra el

modelo de fast-food del capitalismo norteamericano, prevaleciendo con notoria vitalidad


la diversidad de alimentos regionales y locales aunque con ligeras variaciones en su
modo de preparacin que no necesariamente afectan el vinculo territorial y cultural, por
lo que la alimentacin tradicional mexicana posee elementos suficientes para postularse
como uno de los ms fuertes bastiones de resistencia ante la pretendida subordinacin
de la nacin mexicana a las dinmicas de la globalizacin neoliberal, y de ah se
explican los actuales fenmenos polticos de importante repercusin social como la
liberacin el precio de la tortilla, el creciente abandono del campo por parte del
gobierno y la apertura irresponsable de mercados respecto a productos bsicos de
nuestra alimentacin, acciones polticas como las descritas afectan directamente a la
elaboracin y costos de la comida tradicional y se estn presentando con una intensidad
sin parangn en nuestro pas para desvincularnos de ella y dominarnos, tal como
denunci Pablo Gonzlez Casanova en el pasado Foro Social Mundial
dijo Kissinger alguna vez, de que si quieres conquistar a un pas qutale sus
energticos, [] y si quieres conquistar a un pueblo qutale sus alimentos, y
efectivamente esto es lo que est en marcha y estn previendo el que venga
una crisis y una reaccin del pueblo mexicano, y por eso estn ya armando
toda una campaa ideolgica y legaloide para criminalizar a los pueblos que se
opongan a morirse de hambre tranquilamente, porque saben que no se van a
morir de hambre tranquilamente y entonces se estn preparando.307
306

Nashelly Ocampo Figueroa. La calidad de la alimentacin y su papel en la subordinacin de Mxico


al proceso de globalizacin. En N. Klahn, A. Alvarez, et al. Las nuevas fronteras del Siglo XXI. Demos.
La Jornada ediciones. UNAM. UAM. Chicano/Latino Research Center. Mxico. 2000. p. 298
307
Dr. Pablo Gonzales Casanova. En la ponencia El capitalismo en el siglo XXI: dnde est, a donde
v?. Martes 22 de enero de 2008. 13:00 hrs. Foro Social Mundial Mxico 2008. Zocalo de la ciudad de
Mxico. Puede consultarse parte de esta ponencia en la pagina http://www.fsmmexico.org/videos.html la
cita a la que se hace referencia puede verificarse en el minuto 1:02:30 a 1:03:37 del video El capitalismo
en el siglo XXI: dnde est, a donde v?. Transcripcin propia.

204

Esto explica, con suficientes bases, por qu se est presentando actualmente una
lucha sin cuartel por el campesinado mexicano y una parte considerable de la sociedad
civil, ante el desentendimiento del Estado sobre la soberana alimentaria y la reciente
apertura total a la importacin de granos bsicos del TLCAN, que se est dejando sentir
negativamente en la economa y los hbitos alimenticios de millones de mexicanos,
propiciando la movilizacin de la vanguardia campesina y social sin maz no hay pas
cuyo nombre no podra ser ms acertado en trminos de identidad y del cual Gonzles
Casanova hizo eco en su ponencia, invitando a defender nuestros alimentos y reiterando
que sin maz no hay pas, y sin frjol tampoco308 .

308

Idem. Transcripcin propia tomada directamente en la ponencia.

205

3.2.3 La crisis de la artesana mexicana y la agona del artesanado:


un baluarte de identidad que se desvanece en el aire.

La artesana, como forma de expresin artstica y cultural, es una manifestacin tangible


del alma de los pueblos, de forma similar que en otras artes y labores manuales, la
artesana permite traer al mundo material la cosmovisin y los sentimientos de quien la
elabora, por lo que se vuelve una forma concreta y palpable de contar una historia y
perpetuarla de manera creativa. Por ello, la artesana no solamente es en el sentido
artstico una genuina manifestacin cultural, sino una actividad creativa que nace de lo
profundo de la identidad de los pueblos y evoca sus valores ms significativos, lo que
hace de ella una carta de presentacin, un documento de identidad en el ms extenso
sentido de la palabra: nuestras artesanas tienen formas diversas, pero tambin tienen
fondo y trasfondo histrico, cultural y territorial, tienen historia y mensaje nicos e
irrepetibles que las hacen smbolo inequvoco de identidad con un efecto social
multiplicador, perpetuador y vinculatorio.

Por estas razones, es que realizamos un estudio sobre la artesana para medir el
impacto de la globalizacin cultural en la perdida de usos, costumbres y tradiciones, lo
que se traduce innegablemente en un deterioro de identidad nacional.

En Mxico, el arte popular ha tenido una historia bastante singular que la ha hecho
inmensamente diversa y culturalmente rica, desde nuestros pueblos prehispnicos, fue
un elemento central tanto para la vida cotidiana y los rituales sagrados como para las
economas locales al fungir como valor de cambio en el sistema de trueques, pero su
actual variedad y vinculacin nacional como hoy la percibimos tiene sus orgenes en la
conquista, puesto que la fusin de los dos mundos produjo el arte novohispano,
derivado de la apropiacin nacional de los elementos culturales exgenos en la
produccin artstica local, mismo que evolucion hasta establecerse como un nuevo arte
popular de rasgos autctonos.

Sin embargo, no es sino hasta la Revolucin Mexicana que se voltea a la artesana


como un importante referente nacional en la bsqueda de la ansiada identidad mexicana.

206
En el periodo posrevolucionario, una nueva generacin de artistas, como Jos
Clemente Orozco, Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y Jos Guadalupe
Posadas, empezaron a reconocer en la artesana el interior del alma mexicana,
e influyeron decisivamente sobre ella promoviendo la valoracin de este arte
popular con propuestas de diseo, acciones de preservacin y exposiciones.
Pero fue hasta las dcadas de los 60 y 70 que las comunidades indgenas
dejaron de producir exclusivamente para el autoconsumo y empezaron a
buscar un nuevo destino para sus piezas: los turistas y los habitantes de las
urbes.309
La antroploga Martha Turok, subdirectora de programas sociales de FONART,
advierte que el periodo de auge artesanal iniciado en 1970 culmin en 2001 debido a la
creciente falta de inters del gobierno mexicano de las ultimas dcadas respecto a este
rubro, del que podramos decir que solo se le reconoce en su dimensin folcklorica y se
le utiliza con fines nacionalistas, pero no se le apoya ante las crecientes amenazas a la
tradicin artesanal, como lo prueba el hecho de que ni siquiera existen cifras o
estadsticas sobre la situacin del artesanado en Mxico, evidenciando as la poca
importancia que se le otorga por parte de las instancias oficiales, lo que despierta
preocupacin en expertos como la investigadora Turok, quien declara que
el artesano no forma parte del inters del sector econmico de este pas; se
han negado durante 30 aos a meter la categora artesano en los censos. Lo
que estamos peleando es el espacio y el presupuesto para lo artesanal, que el
poder legislativo y el INEGI lo reconozcan como una actividad econmica; si
no, no le doy ni 20 aos ms de vida a gran parte de la artesana. 310
Las aseveraciones anteriores no son exageradas y se corroboran en las previsiones
de la Unin Nacional de Productores Artesanales Coyolxauhqui de la Confederacin
Nacional Campesina (CNC), organizacin que asevera que debido al rotundo fracaso
del gobierno para impulsar las artesanas, el 100% de los talleres est en riesgo de
desaparecer, y esta cifra implica la existencia de 8 millones de artesanos segn datos del
mismo organismo 311 , que estn abandonando sus oficios sin que se produzca un relevo
generacional.
Concretamente, son tres amenazas significativas que identifica la antroploga
Turok a la tradicin artesanal:
309

Jos Armando Aguilar. Artesanas Mexicanas. En Revista del consumidor. No. 355. Septiembre de
2006. Mxico. p.25.
310
Ibid. p.26
311
CNC. Pirateria incontrolable afecta a ocho millones de artesanos. Comunicado de prensa.
CNC/58/07. 26 de julio de 2007.

207

Relevo generacional. No se est produciendo este relevo, por lo que la


tendencia de aqu a las prximas dos generaciones es una sensible
disminucin en el numero de artesanos.

La invasin de manufactura artesanal. Principalmente proveniente de


China y Sudamrica. En este caso, los productos importados son una
artesana industrializada, de la cual se han analizado sus cualidades y se ha
tecnificado su produccin, haciendo la mayor parte del proceso a base de
maquinaria, o bien hecho a mano pero con un sistema de maquila en
serie, lo que se traduce en una perdida de la genialidad artstica que le
confiere identidad a las piezas, se multiplica la produccin sacrificando la
originalidad del producto y convierten al arte popular y a los artesanos en
obreros.

Las manualidades. Frecuentemente equiparadas con las artesanas, las


manualidades no tienen una tradicin cultural detrs, se trata de materias
primas procesadas para cortar y pegar, en las que de acuerdo a la
antroploga Turok, no se presenta el proceso de transformacin de la
materia que le imprime una parte de la identidad, lo que hace de las
manualidades productos carentes de la vinculacin territorial que s
produce el artesanado 312 .

De las problemticas descritas, la invasin de artesanas industrializadas que


copian ilegalmente nuestro patrimonio cultural y lo desarraigan es la que ms
intensamente est afectando la produccin artesanal nacional y contribuyendo a su
extincin, porque esta produccin pirata a gran escala que inunda nuestros mercados
con copias de nfima calidad altera los precios en el mercado local haciendo incosteable
a nuestros artesanos seguir produciendo y competir contra ese producto masificado que
llega a venderse hasta 50% ms barato que la artesana original realmente hecha a mano
y con alto valor simblico, por lo que
si no le ponemos un hasta aqu a la piratera asitica, nos va a comer ese
mercado desleal, ya que actualmente aretes, pulseras, collares, guayaberas
yucatecas, sarapes, jorongos, chalinas, rebozos y calzado, que antes eran
netamente mexicanos, son copiados por piratas de China, Corea, y la India
para comercializarlos en toda Latinoamrica. 313
Tan solo para darnos una idea de la magnitud econmica de este problema, en
2006, la CNC estim que las prdidas de los artesanos mexicanos por la piratera de
estos productos suman cinco mil millones de pesos al ao y que las ventas de este sector
312

Jos Armando Aguilar. Artesanas Mexicanas. Op. Cit. p. 26,27


Socorro Oropeza Sanchez. Lider de la Union Nacional de Productores Artesanales. CNC. Pirateria
Incontrolable afecta a ocho millones de artesanos. Op. Cit.
313

208
se han reducido entre un 70 y 80 por ciento en los ltimos aos debido al fuerte ingreso
de piratera artesanal. 314 No obstante, la perdida en trminos de cultura e identidad
nacional para Mxico es invaluable y de muchas formas irreversible: al imitar y fabricar
industrialmente con menor calidad estas producciones culturales originales y geniales
que poseen alma y espritu, se les quita la esencia, luego entonces ya no cumplen su
funcin de transmisores culturales en cuanto que se les ha privado del mensaje
sociocultural que su creador les imprime al momento de concebir estas piezas de forma
artesanal.

Lo ms grave es que este es un fenmeno expansivo que se est apropiando de


referentes identitarios tan bsicos que ninguna nacin del mundo debera permitir que la
despojaran de ellos, y lo vemos en el listado que nos ofrece Ciro Ros Lara, el nuevo
dirigente de la Unin Nacional de Productores Artesanales, quien explica que
ya los chinos han hecho lo mismo con la Virgen de Guadalupe y con la
bandera nacional, los cuales desde hace aos comercializan en Mxico durante
las fechas patrias y religiosas, por medio de productos pirateados con la
complacencia de las autoridades que permiten tambin lo mismo con las
artesanas mexicanas. [] Igual ha pasado con el Himno Nacional, el Tequila,
la flor de Noche Buena y otros productos, cuya patente, en el primer caso,
cuenta con un registro en los Estados Unidos, mientras que en los otros la
produccin y mercado en el mundo se encuentre cada vez ms en poder de
empresas extranjeras.315
En suma, a pesar de la escasez de estadsticas oficiales que debemos al desinters
gubernamental por el tambaleante artesanado mexicano, es claro que la globalizacin
econmica y sus principios neoliberales que anteponen la reproduccin ampliada del
capital a cualquier principio cultural de los pueblos est afectando severamente este
rubro identitario de las artesanas puesto que se est desarrollando una incontrolable
piratera de estas piezas de arte con fines de lucro, despojndolas de su tradicional
funcin como divulgadores y perpetuadores de la esencia nacional y reducindolas al
nivel de una simple mercanca cuando en realidad se trata de una compleja expresin de
la cosmovisin de los pueblos.

314

Cfr. La Jornada. Economia. Pierden artesanos 5 mil millones al ao por pirateria. 20 de febrero de
2006.
315
CNC. Amenazan los chinos con aduearse del maguey y nopal mexicano, denuncia la CNC.
Comunicado de prensa. 18 de noviembre de 2007.

209

3.3 Smbolos nacionales: los templos, palacios y torres se derrumban con


horrido estruendo, pero nadie recuerda a los hroes de la patria.
De acuerdo a la definicin de la enciclopedia britnica, los smbolos son elementos de
comunicacin que pueden representar una persona, grupo, objeto, procesos o ideas, lo
que permite expresar a trabes de ellos realidades complejas que son interpretadas por la
comunidad. En el plano cultural, su funcin es muy importante ya que en concreto
los smbolos son instrumentos mediante los cuales las ideas son transmitidas
entre personas que comparten una cultura comn. Cada sociedad est inmersa
en un sistema de smbolos que refleja una lgica cultural especifica, y cada
simbolismo sirve para comunicar informacin entre los miembros de la cultura
de la misma forma que el lenguaje convencional pero de forma ms sutil316
De lo anterior, se puede comprender la funcin socio-cultural que ejercen los
llamados smbolos patrios, que no son caprichosas formas de exaltacin, sino autnticos
baluartes culturales que resumen de forma grfica o sonora la historia de la nacin y
cohesionan a sus miembros mediante una inequvoca identificacin y veneracin hacia
ellos.

Los smbolos patrios en un escenario internacional representan e identifican a una


nacin frente a sus iguales, pero para los nacionales que interpretan su simbolismo,
estos elementos van a significar la razn de ser de la nacin ante el mundo, pues en ellos
se encuentran representadas los elementos ms significativos del ente nacional: races
culturales, hazaas histricas, cosmovisin o inclinacin poltica o religiosa. En este
sentido, la nacin cobra vida en el smbolo, de tal forma que ellos solos pueden darnos
amplia idea del carcter nacional de sus pueblos, su historia y su cultura.

De esto se concluye que el diseo de los smbolos patrios no es accidental ni


responde a gustos particulares, emana directamente de la esencia nacional y la proyecta
en todos los miembros de la comunidad generando as una identidad colectiva que se
sobrepone a todas las diferencias que pudieran existir, esta es la razn por la que los
Estados ponen tanto nfasis en difundir y establecer cabalmente la asociacin con los
316

Symbols are devices by which ideas are transmitted between people sharing a common culture.
Every society has evolved a symbol system that reflects a specific cultural logic; and every symbolism
functions to communicate information between members of the culture in much the same way as, but
more
subtly
than,
conventional
language.
Encyclopedia
Britannica
on
line.
http://www.britannica.com/ebc/article-9380033 Consulta realizada el 16 de febrero de 2008.

210
smbolos patrios en sus poblaciones, porque precisamente estos son el nico pilar
identitario que inequvocamente va a establecer una idea de igualdad y semejanza en su
poblacin a base de una incesante repeticin ritual: desde temprana edad se impone a
los miembros de la nacin ceremonias nacionalistas tales como los honores a la bandera
que tienen por objetivo difundir el amor y el respeto a estos smbolos, en una autentica
religin de Estado-Nacin como la llam Edgar Morin317 que cristaliza la identificacin
nacional en todos los miembros sin importar que tan diversos puedan ser entre ellos.

Los smbolos nacionales ejercen pues un control social imponderable que reafirma
la cohesin de la sociedad al tiempo que manipula el imaginario colectivo y lo orienta
hacia la realizacin de una meta, el lingista Hayakawa en sus explicaciones sobre
lenguaje de control social puntualiza que mediante la repeticin frecuente de los lemas
que no son ms que concisas directrices generales- se busca grabarlos bien en la
memoria para que la gente cumpla sus deberes, por lo que es una forma en que los seres
humanos influyen en el porvenir con sus palabras y controlan mediante ellas la conducta
de los dems, sin dejar de mencionar que los actos rituales tales como ir a misa o
realizar honores a la bandera ejercen un efecto social inmediato ya que con ellos se
incrementa el sentimiento de pertenencia al grupo 318 .

As pues, explicada la relevancia identitaria de los smbolos patrios, podemos


proceder al anlisis particular en el caso mexicano y su situacin actual frente a la
influencia de la globalizacin cultural.

317

Edgar Morin. El Estado-Nacin. En Gil Delannoi y Pierre-Andr Taguieff Teoras del nacionalismo.
Op. Cit. p.456-457
318
S.I. Hayakawa. El lenguaje en el pensamiento y en la accin. Op. Cit. P. 72, 73, 93-101

211

3.3.1 Reflexiones en torno a la Bandera, el Escudo y el Himno


nacional bajo el impacto global y la nueva era.

Cada nacin establece los smbolos y emblemas que tendrn el carcter de


representatividad nacional, en Mxico, la Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno
Nacionales, que data de 1984 y con su ultima reforma realizada en enero de 2008,
establece en su articulo 1 que estos tres elementos son los smbolos patrios de los
Estados Unidos Mexicanos.

Empecemos por estudiar el Escudo Nacional, dado que sus antecedentes se


remontan hasta la poca precolombina, para poder interpretar la magnitud de su
simbolismo y su efecto cohesionante.

De este importante smbolo, podemos iniciar aludiendo una regla que parece
comn de los smbolos nacionales y es el hecho de que elementos antiguos suelen
predominar sobre los modernos, o como hace notar Enrique Florescano la regla es que
lo ms antiguo es lo ms sagrado, lo que explica de varias formas por qu
los mexicanos, despus de tres siglos de dominio espaol, de imposicin de
smbolos extraos y de bsqueda de nuevas seales de identidad, al consumar
la independencia en 1821 recuperaron la antigua insignia azteca y la
impusieron como icono de la bandera y del escudo nacionales. La explicacin
ms plausible de esta decisin es que el emblema indgena era un smbolo
antiguo ornado por el prestigio inconmensurable de la duracin, pues haba
probado que era capaz de resistir los efectos destructivos del paso del tiempo.
El antiguo blasn indgena se haba impuesto al embate de otros smbolos que
en distintos momentos amenazaron con asumir la representacin nacional. 319
Lo que habra que explicar es por qu el emblema azteca sobrevivi estoicamente
tres siglos de imposiciones simblicas y rpidamente se gan la predileccin de la
nacin mexicana, para lo cual debemos remontarnos a la historia precolombina y tomar
en consideracin que siendo el imperio azteca la potencia militar y econmica del
altiplano de Anahuac, el emblema mtico de su fundacin rpidamente desplaz a otros
smbolos de identidad ya que se expanda a los nuevos territorios supeditados al poder
de Tenochtitln con cada nueva conquista o alianza, y siendo el guila y la serpiente el
319

Enrique Florescano. La bandera mexicana. Breve historia de su formacin y simbolismo. Fondo de


Cultura Econmico. Segunda Edicin. Mxico. 2004. p. 157.

212
smbolo ms reconocido del otrora imperio mexica, no pudo pasar desapercibido para la
creciente poblacin mestiza y criolla que no poda identificarse con la metrpoli
espaola al no tener los vnculos territoriales ni culturales y ser adems victimas de
opresin poltica, por lo que voltearon al pasado histrico de la entonces Nueva Espaa
para cimentar su identidad, y fue as que

la difusin del antiguo emblema mexicano lleg a su punto ms alto en el


siglo XVIII. Al comenzar el siglo, diversas regiones y muchas ciudades se
haban transformado fsica y socialmente en ncleos mestizos, y esa poblacin
mezclada, en su bsqueda de identidad, rechaz los smbolos del poder
espaol y tendi a identificarse con los que provenan de la antigua capital
mexica. [] Lo ms significativo de este proceso de afirmacin y sustitucin
de emblemas es que, a la postre, el escudo indgena se torna una insignia no
slo de criollos e indgenas, sino de las autoridades e instituciones virreinales,
quienes ahora la ostentan sin esbozo.320
Como se observa en estas aproximaciones histricas, es en torno al escudo
imperial azteca y la consecuente identificacin con el pasado indgena que se empieza a
gestar una incipiente identidad nacional que busca con obviedad marcar una diferencia
respecto a Espaa y que sin duda contribuira de forma definitiva a la lucha
independentista, ya que como se confirma en mltiples documentos histricos 321 la
independencia de Mxico no se arroga la creacin de una nueva nacin, sino la
liberacin de una antigua nacin que recobraba su soberana usurpada por el imperio
Espaol, lo cual implica el hecho de que criollos y mestizos se autoasumieron como
parte del derrotado imperio mexicano precolombino ignorando su ascendencia espaola
y restituyendo la libertad y soberana a la nacin sojuzgada por 300 aos en la cual se
incluyen, y una de las ms contundentes pruebas de esta vinculacin es que las primeras
medidas tomadas por todos los gobiernos independientes desde el imperio de Iturbide es
sustituir oficialmente todos los emblemas y escudos de armas por el smbolo indgena
del guila y el nopal, con ligeras variaciones a travs de los aos.322

320

Ibidem. p. 73
Por ejemplo el Discurso del Generalsimo Morelos de 1813 declarando la independencia en
Chilpancingo, Guerrero, la Constitucin de Apatzingan de 1815 y el Acta de Independencia de 1821.
322
Cabe aclarar que si bien el Acta de Independencia de 1821 establece la intensin de traer un prncipe
Borbn a gobernar el pas, de acuerdo a las investigaciones de Enrique Florescano y algunas
observaciones de Luis Villoro citadas por l, fueron precisamente los extendidos sentimientos
proindigenistas una de las causas ms importantes que impidieron que este hecho se concretara,
predominando as la corriente ideolgica que realmente pretenda restaurar y perpetuar el antiguo imperio
mexicano. Cfr. Enrique Florescano. La bandera mexicana. Breve historia de su formacin y
simbolismo.Op. Cit p. 129-153.
321

213
Con estos antecedentes, se entiende la dimensin histrica del Escudo Nacional y
su profundo simbolismo que, desde entonces, es reconocido y aceptado por todas las
clases sociales tomando en aquella poca el lugar del segundo emblema nacional
realmente aglutinador solo despus de la virgen de Guadalupe.

Ahora bien, precisamente al verse concluida la independencia y muy ligado con el


desarrollo que venimos sosteniendo del Escudo Nacional,

podemos ubicar el

nacimiento del lbaro patrio, ya que tras firmar el Plan de Iguala en 1821 Iturbide
encomend al Sastre Magdaleno Ocampo la confeccin de la Bandera Trigarante que
es en realidad la nica en la historia del Mxico independiente que no ostenta el
emblema indgena, el lbaro de Iguala fue confeccionado con tres franjas diagonales de
colores blanco, verde y rojo, en ese orden, que simbolizaban el blanco la pureza de la
religin, el verde la libertad, y el rojo la adhesin del grupo espaol a la causa libertaria,
igualmente esta bandera mostraba en cada franja una estrella dorada que simbolizaba
cada una de las tres garantas proclamadas: libertad, religin y fraternidad. Pero muy
pocos meses dur esta insignia ya que por decreto de Iturbide fue sustituida en
noviembre del mismo ao por la bandera del imperio mexicano, la cual ya ostenta el
guila imperial posada sobre un nopal y establece las franjas verticales en vez de
diagonales, cambiando el orden de los colores a verde, blanco y rojo, como permanecen
desde entonces.

De esta forma es que la Bandera y el Escudo Nacional, al verse fusionados,


resumen de tal forma la historia nacional que son un smbolo innegable de identidad con
el que todos se identificaban a la postre y hasta la actualidad, como concreta Enrique
Florescano
lo cierto es que esta bandera tricolor, en cuyo centro figuraba el antiguo
escudo de armas de Tenochtitln, se convirti en el smbolo representativo de
la nacin independiente, y en la imagen visual que en los actos pblicos
identificaba a la patria liberada y expresaba los sentimientos de unidad e
identidad nacionales. Fue el primer emblema cvico, no religioso, que uni a la
antigua insignia indgena de los mexicas con los principios y las banderas
surgidas de la guerra de liberacin nacional 323 .

323

Ibidem. p.154

214
Como se ha observado en el anlisis histrico, la bandera encerraba un simbolismo
tan completo que no poda ser ignorada por ningn sector social o faccin poltica como
un elemento de identificacin en cuanto que abarcaba a todos los grupos y todas las
clases, cumplindose la consigna descrita de que los smbolos patrios son el nico pilar
identitario que puede sobreponerse a todas las diferencias internas y garantizar al menos
un elemento de cohesin entre los habitantes nacionales: el amor y la identificacin con
sus emblemas nacionales.

Ahora bien, como los smbolos abstractos no se traducen a s mismos y este es el


caso de la simbologa nacional, es necesario reproducir en la comunidad esta
significancia, el amor por ellos, su entendimiento, exaltar su relevancia, y para ello es
que se realizan los rituales nacionales que tienen por objetivo concretar y asegurar el
proceso de identificacin entre los ciudadanos y los emblemas nacionales, as adems
de la divulgacin histrica mediante la educacin nacional, se usa este mismo aparato
del Estado para obligar a la poblacin, desde muy joven, a realizar las ceremonias
cvicas que a fuerza de repeticin van a establecer en el imaginario colectivo el amor
por los emblemas y en muchos casos una marcada instruccin de defenderlos a toda
costa, como es el caso del exacerbado nacionalismo mexicano que se planific en el
siglo XX.
Lo anterior se corrobora perfectamente en muchos de nuestros rituales
nacionalistas, tal como el Juramento a la bandera, uno de los primeros que nos
aprendemos, y que a la letra dice
Bandera de Mxico!
Legado de nuestros hroes,
Smbolo de la unidad
de nuestros padres
y de nuestros hermanos,
te prometemos ser siempre fieles
a los principios de libertad y justicia
que hacen de nuestra Patria,
la nacin independiente,
humana y generosa,
a la que entregamos
nuestra existencia.
Como se observa, mediante el juramento se establece en la mentalidad de los
connacionales la idea de la bandera como smbolo de la unidad con proyeccin histrica

215
hacia el pasado nuestros padres- y con vigencia en el presente nuestros hermanos- es
decir una identificacin holstica donde las diferencias no existen porque todos somos
familia la gran familia mexicana- se concreta pues en el imaginario colectivo que la
bandera nos uni ayer y nos une hoy como un ente nico, de igual forma, se proyectan
las virtudes de la nacin que nos hacen verla maternalmente en cuanto que es humana y
generosa forjando lo que Edgar Morin describe como una mitologa matripatriotica- y
exhortndonos a vivir y morir por ella entregndole nuestra existencia. Se trata pues, de
una traduccin del simbolismo de la bandera, para que esta cobre significancia social
por s misma y se genere un sentimiento positivo hacia ella.

Los otros rituales nacionalistas no variararn en la esencia, puesto que su objetivo


es igualmente concretar en la mente nacional el amor por estos smbolos que no son
sino la nacin misma- y la disposicin a amarlos, respetarlos y morir por ellos si es
preciso.

Este es el caso del Toque de bandera que nos arraiga la idea desde temprana edad
de que desde nios sabemos venerarla, y tambin por su amor vivir, pero mucho ms
evidente y difundido es nuestro Himno Nacional, que contrario a la primera imagen
evidentemente blica que proyecta,

es una gran exhortacin a la unidad en la

adversidad, a la fraternidad nacional y al amor a la patria.

Veamos la carga simblica y sentimental del Himno Nacional mexicano para


comprender por qu tuvo una aceptacin tan alta que se identificaran con l todos los
habitantes, la letra de la composicin de Francisco Gonzles Bocanegra, presentada a
concurso en 1853 y reconocida oficialmente como Himno Nacional en 1854, se lee as:
Coro
Mexicanos al grito de guerra
El acero aprestad y el bridn.
Y retiemble en sus centros la tierra
Al sonoro rugir del can.

Por el dedo de Dios se escribi.


Mas si osare un extrao enemigo
profanar con su planta tu suelo,
Piensa oh Patria querida! que el cielo
un soldado en cada hijo te dio.
Estrofa II

Estrofa I
Cia oh Patria! tus sienes de oliva
De la paz el arcngel divino,
Que en el cielo tu eterno destino

En sangrientos combates los viste


Por tu amor palpitando sus senos,
Arrostrar la metralla serenos,
y la muerte o la gloria buscar.

216
Si el recuerdo de antiguas hazaas,
De tus hijos inflama la mente,
Los laureles del triunfo, tu frente,
Volvern inmortales a ornar.

se derrumben con hrrido estruendo,


Y sus ruinas existan diciendo:
De mil hroes la Patria aqu fue.
Estrofa VII

Estrofa III
Como al golpe del rayo la encina
Se derrumba hasta el hondo torrente
La discordia vencida, impotente,
A los pies del arcngel cay.
Ya no ms de tus hijos la sangre
se derrame en contienda de hermanos;
Solo encuentre el acero en tus manos
Quien tu nombre sagrado insult.

Si a la lid contra hueste enemiga


Nos convoca la trompa guerrera,
De Iturbide la sacra bandera,
Mexicanos! valientes seguid.
Y a los fieros bridones les sirvan
Las vencidas enseas de alfombra:
Los laureles del triunfo den sombra
A la frente del Bravo Adalid.
Estrofa VIII

Estrofa IV
Del guerrero inmortal de Zempoala
Te defiende la espada terrible,
Y sostiene su brazo invencible
Tu sagrado pendn tricolor.
l ser del feliz mexicano
en la paz y en la guerra el caudillo,
Porque l supo sus armas de brillo
Circundar en los campos de honor.

Vuelva altivo a los patrios hogares


El guerrero a contar su victoria,
Ostentando las palmas de gloria
Que supiera en la lid conquistar.
Tornarnse sus lauros sangrientos
En guirnaldas de mirtos y rosas,
Que el amor de las hijas y esposas,
Tambin sabe a los bravos premiar.
Estrofa IX

Estrofa V
Guerra, guerra sin tregua al que intente
De la Patria manchar los blasones!
Guerra, guerra! los patrios pendones
en las olas de sangre empapad.
Guerra, guerra! En el monte, en el
valle,
Los caones horrsonos truenen,
Y los ecos sonoros resuenen
Con las voces de Unin! Libertad!
Estrofa VI
Antes, Patria, que inermes tu hijos
bajo el yugo su cuello dobleguen,
Tus campias con sangre se rieguen,
Sobre sangre se estampe su pie.
Y tus templos, palacios y torres

Y el que al golpe de ardiente metralla


De la Patria en las aras sucumba
Obtendr en recompensa una tumba
Donde brille, de gloria la luz.
Y de Iguala la ensea querida
A su espada sangrienta enlazada,
De laurel inmortal coronada,
Formar de su fosa una cruz.
Estrofa X
Patria, Patria! tus hijos te juran
exhalar en tus aras su aliento,
Si el clarn con su blico acento
Los convoca a lidiar con valor.
Para ti las guirnaldas de oliva;
Un recuerdo para ellos de gloria!
Un laurel para ti de victoria;
Un sepulcro para ellos de honor!

Como se observa en el himno se us reiteradamente la figura de la guerra,


perfectamente conocida y vivida por la poblacin mexicana de 1853, debido

217
primeramente a que muchos de ellos eran sobrevivientes de la lucha de independencia,
pero mayormente porque toda la nacin acababa de vivir la invasin norteamericana de
1847 que dio lugar a la resistencia heroica de Churubusco y del Castillo de Chapultepec
y que culmin con la perdida del territorio de Texas, ultraje histrico que de muchas
formas contribuy a unir a la tambaleante nacin mexicana y sus diversas facciones en
un odio comn hacia Estados Unidos, que en ese momento clave de nuestra historia, se
convirti en el otro que integr poblacin bajo el sentimiento de un rencor comn hacia
el invasor.

Ah est el acierto del himno nacional escrito por Gonzles Bocanegra, que al
contrario de lo que pudiera esperarse no se dedica a enaltecer la independencia recin
alcanzada, sino que utiliza ese punto comn del momento, es decir el otro enemigo, la
amenaza externa, el sentimiento real que se est viviendo, para convocar a la unidad y
cimentar as la identidad nacional. Es un himno paradjico que convoca a la paz
alertando prevencin sobre la guerra, que invita a la unidad y cohesin interna para
defendernos de la adversidad exterior que nos oprime.

Lo anterior se reitera en el coro y la primera estrofa, que establecen la figura de la


patria como la madre de los mexicanos un soldado en cada hijo te dio- y al mexicano
la obligacin de morir por ella cuando as se le convoque al grito de guerra el acero
aprestad y el bridn-, igualmente se postula el deseo de estar en paz puesto que se ha
vivido en guerra permanente desde la independencia - Cia oh Patria! tus sienes de
oliva de la paz el arcngel divino- y en este mismo tenor se establece que es la voluntad
y el carcter nacional ser una nacin de paz que en el cielo tu eterno destino por el
dedo de Dios se escribi-. Estas ultimas son alusiones catlicas, el cielo es un lugar de
paz, por lo que al estar ah nuestro eterno destino, se establece que la nacin desea ser
pacifica, y en consecuencia es comprensible esperar que el arcngel de la paz corone la
frente de la patria, reconocindole este carcter. Inmediatamente despus reiterar la
misma idea que condujo a la independencia, es decir el postulado de que ninguna nacin
tiene derecho a sojuzgar a otra, por lo que la alusin a la defensa propia es a partir de
ese momento reiterativa y es el nico motivo que justifica la guerra, lo que nuevamente
confirma el carcter pacifico que se otorga a la nacin en el himno: no agrede jams,
pero se defender si es necesario mas si osare un extrao enemigo profanar con su
planta tu suelo-.

218
La segunda estrofa de acuerdo a nuestra interpretacin es una remembranza
histrica sobre la lucha de independencia recin librada en sangrientos combates los
viste por tu amor palpitando sus senos- en la que se combati con la seguridad y la
conviccin de que era una causa por la que vala la pena morir -arrostrar la metralla
serenos y la muerte o la gloria buscar-. Aprovecha el recuerdo histrico para exaltar el
pasado como un elemento que debemos tener con nosotros para superar las adversidades
que se viven en el presente, solo con sustento en nuestro pasado podemos recuperarnos
de las derrotas y adversidades del momento, en esta estrofa est implcito y muy claro
por los tiempos de conjugacin, que la nacin se asume derrotada, muy probablemente
en alusin a la reciente invasin norteamericana y el robo territorial - Si el recuerdo de
antiguas hazaas, de tus hijos inflama la mente, los laureles del triunfo, tu frente,
volvern inmortales a ornar se reconoce la derrota, pero se augura un triunfo si nos
cohesionamos en derredor de nuestro pasado y nos enaltecemos de l.

La tercera estrofa est totalmente consagrada a un llamado de unidad nacional, en


los primero cuatro versos reconoce que se goza ya de una relativa paz interna, explica
cmo se logr esta ocupando la metfora del rayo que golpea a la encina y la derrumba,
lo que nos habla de un golpe violento e inesperado de consecuencias irreversibles se
derrumba hasta el hondo torrente-, nuevamente se refiere a la perdida del territorio
nacional que uni a la poblacin mexicana hasta entonces inmersa en luchas intestinas e
intentos separatistas por distintas facciones -la discordia vencida, impotente, a los pies
del arcngel cay.-. En los cuatro versos restantes exhorta a mantener la unidad
nacional recin alcanzada que acaba de mencionar -Ya no ms de tus hijos la sangre se
derrame en contienda de hermanos- y corrobora que se refiere a la invasin
norteamericana en cuanto que invita a la cohesin nacional alrededor de un oprobio
compartido ya concretado -solo encuentre el acero en tus manos quien tu nombre
sagrado insult-. Esta estrofa confirma pues, la idea de que el himno promueve a
Mxico como una nacin que desea la paz y que solo recurrir a la violencia para
defenderse, en este caso reitera que fuimos victimas de una ofensa y en base a ella
convoca a la unidad y a la fraternidad interna.

La cuarta estrofa, como es bien conocido, se trata de una loa dedicada al General
Santa Anna guerrero inmortal de zempoala-, que era presidente al momento en que se
escribe el Himno y por cuya iniciativa se haba lanzado la convocatoria, no tiene pues

219
mas que el objetivo de enaltecerlo y ponerlo como ejemplo a seguir ser del feliz
mexicano en la paz y en la guerra el caudillo-.

Por el contrario, se puede observar en la estrofa quinta una nueva invitacin a


resistir cualquier agresin y defendernos, siempre poniendo por delante que se acta en
defensa propia y nunca por inclinacin blica -Guerra, guerra sin tregua al que intente
de la Patria manchar los blasones!- pero al mismo tiempo insistiendo, amenazante, que
no se medirn las consecuencias en la defensa nacional -Guerra, guerra! los patrios
pendones en las olas de sangre empapad-, el segundo cuarteto reafirma la convocatoria
a unirse todos sin importar las diferencias -Guerra, guerra! En el monte, en el valle,
los caones horrsonos truenen- aqu el monte y el valle son representaciones
simblicas naturalmente contrapuestas que al unirse en torno a una accin guerraaluden a la unidad e igualdad, mediante estos opuestos que se igualan en derredor a la
guerra se eliminan simblicamente las diferencias y se crea un todo al que se convoca a
pelear, el sentimiento de que debemos defender la nacin si llega el momento, es
precisamente lo que en el himno nos une o identifica como iguales, por eso la unin y la
libertad se expresan junto con los ecos sonoros, que son consecuencia de la accin y no
la accin misma -Y los ecos sonoros resuenen con las voces de Unin! Libertad!-., en
esta estrofa metafrica la circunstancia del combate nos une, y si triunfamos, nos liberta.

La exaltacin patritica desmedida y el compromiso de llevar la defensa hasta las


ultimas consecuencias son caractersticas de la sexta estrofa, cuyo mensaje en el primer
cuarteto es incuestionable, apuntalando la idea de que es preferible morir peleando a
verse esclavos -antes, Patria, que inermes tu hijos bajo el yugo su cuello dobleguen, tus
campias con sangre se rieguen, sobre sangre se estampe su pie-. El segundo cuarteto
es idntico en el sentido pero alude a los smbolos materiales de la nacin -y tus
templos, palacios y torres se derrumben con hrrido estruendo y sus ruinas existan
diciendo: De mil hroes la Patria aqu fue-.

La sptima estrofa tiene singular relevancia en el tema de smbolos patrios, porque


establece un segundo vinculo de unidad, adems de la necesidad de defensa ante el
agresor que es hasta ahora el punto de cohesin manejado por el himno, y menciona por
primera vez la bandera mexicana invitando a seguirla en el combate, lo que equivale
pues, a luchar por ella, siendo trascendente que de esta forma la proyecta como la

220
imagen de la nacin y la eleva como imagen al rango de lo sagrado -Si a la lid contra
hueste

enemiga

nos

convoca

la

trompa

guerrera,

de

Iturbide

la

sacra

bandera,Mexicanos! valientes seguid- por lo que viene a reforzar con mucha fuerza el
apego que ya se tena hacia este smbolo, el odio y el rencor que siente el pueblo por las
agresiones sufridas, y que se promueve a sentir en el himno ante cualquiera que ofenda
a la patria, se reitera una vez ms en la imagen explicita que describe Gonzles
Bocanegra en los siguientes dos versos -Y a los fieros bridones les sirvan las vencidas
enseas de alfombra - es decir, que no es bastante con vencer, habr que ver humilladas
las banderas enemigas, pisoteadas por los caballos, para encontrar la satisfaccin, lo que
nos lleva a la idea inicial de que la nica razn por la que se invita a luchar es para
vengar un agravio y nunca con otro fin blico cualquiera que este pudiera ser, no es
hasta que las insignias enemigas son literalmente pisoteadas lo que sin duda en aquella
poca se consideraba una terrible ofensa, como aun lo es hoy para ciertas naciones,
Mxico incluida- cuando puede considerarse que se ha triunfado, es solo en ese
momento y nunca antes cuando se menciona la victoria en el himno -los laureles del
triunfo den sombra a la frente del Bravo Adalid-. Se comprueba el hecho de que ver
vengado el insulto es la anhelada recompensa por la que se responde al grito de guerra,
cuando se leen las restantes tres estrofas y se confirma que es un listado de las alegras,
virtudes y honores que se alcanzan al haber combatido fielmente al extrao enemigo
que a la patria insult.

Por ejemplo, la octava estrofa habla de la enorme satisfaccin que debe sentir el
combatiente triunfante, teniendo una historia tan digna de contar a su familia y que
adems se le exhorta a presumir para orgullo de ellos -Vuelva altivo a los patrios
hogares el guerrero a contar su victoria, ostentando las palmas de gloria que supiera
en la lid conquistar-, se promueve la idea de que todos sus sacrificios y gloria alcanzada
se vern volcados en recompensas bellsimas -tornarnse sus lauros sangrientos en
guirnaldas de mirtos y rosas- y algo muy destacable, equipara el amor de la familia, y el
hogar, a la altura de cualquier honor que pudiera otorgar la guerra -que el amor de las
hijas y esposas, tambin sabe a los bravos premiar.- Como se ve se apremia a los
combatientes a regresar prontamente a su casa para estar con su familia, lo que una vez
ms reafirma que lo que se desea es la paz, y que solo se renunci a ella por
autodefensa.

221
En la estrofa novena, se promete a los que no puedan contar sus victorias -y el que
al golpe de ardiente metralla de la Patria en las aras sucumba- el ms patritico y
magnifico sepulcro -obtendr en recompensa una tumba donde brille, de gloria la luzen el que segn describe la estampa descrita por Bocanegra, el crucifijo ser la espada
del guerrero ornamentada por el lbaro de Iguala, que es tambin la bandera de Iturbide
mencionada en otra estrofa, e igualmente coronada por el laurel del triunfo. -Y de Iguala
la ensea querida a su espada sangrienta enlazada, de laurel inmortal coronada,
formar de su fosa una cruz.- De esta forma se insiste en la vinculacin con la bandera
nacional, a la que se hace deseable en la tumba como smbolo de herosmo, y en
consecuencia, se establece la idea de que vale la pena morir por ella.

Finalmente, la dcima estrofa es un resumen de todas las ideas transmitidas en el


himno, empezando por el juramento a luchar por el bien de la patria si as es requerido y
reiterando la imagen maternal de la nacin que hace posible querer dar la vida por ella Patria, Patria! tus hijos te juran exhalar en tus aras su aliento, si el clarn con su
blico acento los convoca a lidiar con valor.- y en seguida enlista las recompensas que
obtiene tanto la patria como los combatientes muertos que defienden los smbolos
nacionales -Para ti las guirnaldas de oliva; un recuerdo para ellos de gloria!, un
laurel para ti de victoria; un sepulcro para ellos de honor!- ahora bien, por qu no
menciona la recompensa para los combatientes vivos?, porque su recompensa es estar
en su hogar con su familia, disfrutando la paz, como siempre se quiso, y que de acuerdo
al desarrollo que hemos hecho del himno nacional, ya puede hacerlo porque la patria ya
ha sido vengada del oprobio.

Con la interpretacin realizada podemos ver que a diferencia de las marchas


militares que existan desde 1821 y que aspiraban al titulo de himnos nacionales como
las escritas por Torrescano y Garmenda- mientras aquellas solo exaltaban la libertad
recin adquirida, e incluso la propuesta hecha por Andrs Davis Bradburn en 1849, a
pesar de que esta ya abordaba la humillacin sufrida por Mxico ante los Estados
Unidos y convocaba igualmente a unirnos en la lucha, es nicamente la composicin de
Francisco Gonzles Bocanegra, realizada hasta 1853, la que realmente captura en sus
estrofas el sentimiento general de la nacin y por ello el pueblo le acoge de forma
incuestionable como su cancin patria. La aclamacin popular por este himno es un
hecho histrico, si bien es verdad que el poema de Bocanegra fue seleccionado por

222
concurso de entre 23 composiciones de reconocidos poetas como Francisco Villalobos,
Felix Ma. Escalante, Granados Maldonado, Rivera Ros, y otros no menos notables 324 ,
no fue la sancin oficial la que lo arraig en el gusto popular como tampoco fue este el
caso de su msica escrita por Jaime Nun, igualmente ganadora mediante concurso
pblico, sino el aplauso popular, ya que al realizarse improcedentemente por iniciativa
de los monopolios teatrales de la poca tres funciones del himno nacional con diferente
msica en el transcurso de un mes, solamente en aquella donde se canta la conjugacin
Bocanegra-Nun el himno fue recibido con grandes y frenticos aplausos que llegaron
hasta el delirio, entre vtores y vivas y ojos lagrimeantes de emocin, lo cual no sucedi
en las funciones donde el himno se cant indebidamente con otras notas, hecho que
atestigua la sancin popular por este canto sobre cualquier otro325 , del que puede
asegurarse la influencia de la msica de Jaime Nun fue contundente para hacerlo entrar
hasta el fondo del alma popular.

El momento de 1854 en que el himno se consagra por aclamacin popular como el


nico y verdadero canto de la nacin es muy trascendente para la identidad nacional, en
cuanto que
La bsqueda de un himno para Mxico significaba encontrar un vnculo que
de modo inmediato uniera a los mexicanos en torno a un valor que los
trascendiera a cada uno, como en el plano religioso y ms all de
particularidades regionales o tnicas lo lograra Tonantzin-Guadalupe. Y no
estaba de ms pues, a diferencia de la simbologa religiosa, sta, nueva y laica,
deba mover a la accin, criticar desde la raz todo quietismo, por tanto, el
sentido fatal de la resignacin. 326
Con este acontecimiento se concretaba la trinidad simblica que identificara a los
mexicanos y los unira en la adversidad y ante las diferencias durante toda su existencia
como nacin independiente, pero mucho ms importante, la interpretacin de Francisco
Gonzales Bocanegra sobre el sentimiento nacional de la poca hizo de su composicin
no una cancin que se dedicara a ensalzar virtudes, sino un verdadero adoctrinamiento

324

J. Cid y Mulet. Genesis e historia del Himno nacional mexicano. 6ta Edicin. Costa-Amic Editores.
Mxico. 1994. p. 74, 83.
325
Ibidem. p. 98-102
326
Francisco Prieto. El Himno Nacional mexicano: seal de identidad compartida que desde el amor
postula la paz. Conferencia dictada en el salon Legisladores e la Rpublica. 7 de septiembre de 2004.
Disponible en linea en
www3.diputados.gob.mx/camara/content/download/3335/18528/file/himno_nacional_mexicano.pdf

223
ideolgico para lograr la paz y la unidad nacionales explotando una veta sentimental
muy reciente que supo identificar y aprovechar con destreza.

Ahora que tenemos los antecedentes de la funcin que histricamente han


desempeado los smbolos patrios, la pregunta prudente es qu funcin representan en
la actualidad?, tienen un nuevo significado?, nos seguimos identificando y
cohesionando en torno a ellos?, siguen vigentes en el siglo XXI o son obsoletos?.

En respuesta a estas preguntas, parece claro que los smbolos patrios no han
perdido presencia popular en cuanto que el ritual de culto permanece, el Estado
mexicano se ha encargado de mantener vigente su asociacin como emblemas
nacionales mediante el ejercicio de las ceremonias cvicas, que son tiles en cuanto que
a manera de rito nos inspira a rendirles respeto y homenaje, pero en trminos de
identidad nacional no puede asegurarse con la misma contundencia que la poblacin de
sta poca entienda su significado y haga de ellos un elemento vinculatorio nacional,
recordemos que una cosa es el smbolo y otra muy diferente la forma en que se
interpreta, para entender los emblemas nacionales y en general cualquier smbolo- no
basta mirarlos y rendirles culto, se necesita un adoctrinamiento social que nos explique
sus significados, esto es muy relevante porque por la forma de interpretarlos es que los
smbolos definen su durabilidad y vigencia, como asegura el profesor del Instituto de
Investigaciones Histricas de la UNAM, Silvestre Villegas Revueltas, al decir que
la nacionalidad y los smbolos patrios pueden ser efmeros si el valor con el
que se les identifica no son verdaderos, y su cercana con los ciudadanos
depender de la cultura que fomente cada gobierno327
Lo anterior viene a confirmar que son dimensiones diferentes rendir culto a un
smbolo que comprenderlo, y nadie puede dudar que en Mxico la poblacin tiene
presentes a los emblemas nacionales en su imaginario colectivo porque en todo el
periodo de nuestra formacin bsica se nos obliga a rendirles homenaje de forma
peridica, pero es cuestionable si esta misma poblacin conoce el significado de estos
emblemas o por el contrario, precisamente por ausencia de este conocimiento las
ultimas generaciones se muestran mucho ms indiferentes ante ellos, cmo podramos
327

Cfr. El Universal. Cultura. Toca al gobierno dar vigencia a los simbolos patrios: investigador. 13 de
septiembre de 2005.

224
probar esta devaloracin simblica?, para evitar caer en interpretaciones subjetivas y
realizar un anlisis vlido y mesurado, no obstante la carencia de estadsticas puede
ayudarnos un anlisis comparativo de cmo se ha vinculado a los smbolos patrios con
la sociedad civil en los ltimos aos, tomando por base el postulado del investigador
Silvestre Villegas:

la durabilidad de los valores patrios depender fundamentalmente de la


relacin entre los ciudadanos y los smbolos y de la manera en que los
gobierno y estados fomenten esta unin 328 .
De acuerdo a lo anterior, lo que haremos es profundizar en cmo se ha dado esta
relacin en las dcadas ms recientes para poder concluir sobre el nivel de vinculacin
actual entre los ciudadanos y los smbolos patrios, citemos para empezar a la profesora
Martha Luz Arredondo quien tras un estudio comparativo del contenido histrico
difundido en los libros de texto gratuito desde 1964 hasta el 2001, y complementando su
anlisis con observaciones sobre el sistema educativo y algunas polticas nacionales,
concluye que
cada da aparece ms clara la intencin del Gobierno por evitar que el
nacionalismo se fomente y una de las formas como se ha logrado es
subliminalmente, anulando la representacin de los smbolos patrios, ya que
no existe congruencia entre las ceremonias semanales que para exaltarlos se
llevan a cabo en el nivel bsico de educacin, y las polticas de radio y
televisin, que a partir de 1984 inician y terminan la programacin con el
Himno Nacional y la imagen de la Bandera, que slo sirven como aviso de que
ya es momento de apagar o de cambiar de canal. 329
Lo que encontramos pues, es la idea de que se ha vaciado el contenido de los
smbolos patrios, lo que permite que estn presentes fsicamente pero ausentes de
significado, o como asevera el maestro Carlos Fregoso Gennis, no estn deteriorados
sino distorsionados en el imaginario colectivo, lo que se ha logrado exaltando su
presencia pero disminuyendo al mximo la difusin de su mensaje y trascendencia
histrica, por lo que los smbolos y su significado no son conocidos de manera plena en
la actualidad330 .
328

Idem.
Martha Luz Arredondo. Mexicanidad versus identidad nacional. Op. Cit. p.129-130.
330
Carlos Fregoso Gennis. Distorsionados, los simbolos patrios. En la Gaceta Universitaria de la
Universidad de Guadalajara. No. 359. 12 de septiembre de 2004. p.24. Disponible en linea en
http://www.comsoc.udg.mx/gaceta/paginas/359/359-24.pdf
329

225
Los hechos concretos parecen corroborar que en efecto, el Estado se ha empeado
en quitar la carga simblica de nuestros emblemas nacionales y de nuestra historia
nacional, casualmente este proceso empieza en la dcada de 1980 cuando inicia el
neoliberalismo en Mxico, sin lugar a dudas como parte de las polticas de Estado para
eliminar la reticencia a las aperturas comerciales que se venan planeando con Estados
Unidos principalmente.

De esta forma, en 1984 el entonces presidente Miguel de la Madrid Hurtado borr


mediante decreto presidencial seis estrofas de nuestro Himno Nacional, haciendo que la
versin oficial y obligatoria sea de cuatro estrofas, hoy, muchos mexicanos ignoran la
versin completa de este canto, que adems, al no ser una simple alabanza patritica
sino una coherente narracin de la historia patria que convoca a la unidad en base a las
desgracias nacionales vividas en aquella poca, tcnicamente no permite su edicin, ya
que es tanto como cercenar la historia nacional y contar una historia a medias, una
historia difusa que al gobierno le importaba difundir para desvanecer el tradicional
sentimiento nacionalista y la aversin que predominaba hacia Estados Unidos,
quedando una versin oficial que la nacin no entiende aunque la repite ritualmente,
porque sin las estrofas retiradas que dan el sustento histrico o planteamiento de por
qu nos unimos como nacin venciendo la discordia ante el enemigo invasor, no se
entiende el nudo tan intenso y ardoroso en el que se nos invita a un combate sin tregua
que levante olas de sangre y empape las banderas, ni queda del todo comprensible el
desenlace que promete un sepulcro de honor, y nada de esto se comprende porque en la
versin editada no queda nunca claro que la nacin guarda un profunda herida por las
humillaciones vividas, herida que nos uni por primera vez como verdaderos hermanos.

Este fue el primer paso en lo que refiere a los smbolos patrios que prepar el
terreno para el libre mercado con un pas del que aun permanece la antipata en un
amplsimo sector nacional, como se comprob en el capitulo 2.3.

A este importante cambio en el Himno, se uni la propagacin ideolgica


realizada por el nuevo cine nacional impulsado entre 1989 y 1994 por Carlos Salinas de
Gortari, donde el Estado termin la tradicional propagacin de los ideales de la
Revolucin mexicana y atenu el sentimiento antinorteamericano difuminando la idea
de la integracin con Estados Unidos mediante diversas pelculas, constituyndose un

226
verdadero complot de Estado para desvincular a los mexicanos de la nacin a travs del
cine e instaurar una neoidentidad pronorteamericana, como comprueba fehacientemente
Sergio de la Mora en su estudio sobre las polticas del cine mexicano en la era del
TLCAN 331 .

El tercer impacto desnacionalizador orquestado por el Estado obedeciendo a


polticas globales de integracin ocurri en 1993 mediante el sistema educativo
nacional, ao en que se cambi el contenido de los libros de historia de texto gratuito
generando una gran polmica nacional ya que el cambio fue totalmente discrecional sin
aclarar nunca el nombre del autor o autores responsables del nuevo contenido ni se
inform quienes integraron la Comisin de Libros de Texto, pero presentando en el
texto cambios incuestionablemente desvinculantes con la historia patria, accin
gubernamental que aparte de tener una directa funcin desnacionalizadora en las nuevas
generaciones, obviamente impact tambin en la forma en que se interpretan y
entienden los smbolos patrios, ya que si en algn lugar se aprende su significado y se
inculca su veneracin es en la educacin bsica, concretamente en las materias de
historia y civismo, por lo que el anlisis de los cambios en el sistema educativo son
pertinentes en este apartado.

Respecto al tema, la investigadora Martha Luz Arredondo compar las


caractersticas cuantitativas, los contenidos y el tipo de redaccin y elementos
pedaggicos utilizados en los libros de texto gratuitos de la materia de historia de tres
pocas significativas para el estudio que tratamos, y que corresponden a la edicin de
1964, a la edicin nica de 1993 y a la 5ta reimpresin de 2000, de cuyo estudio
tomamos el siguiente cuadro comparativo de contenidos:

Cuadro 7. Peso del contenido de los libros de texto gratuitos de la asignatura de


historia en cada muestra estudiada (nmero de paginas).
Tema

1964-1973

1993

1994-2001

Mxico Prehispnico

38

22

32

Descubrimiento de Amrica

Conquista y Colonia

20

10

24

331

Cfr. Sergio de la Mora. Packaging Mexico: The politics of Mexican Film Culture in the NAFTA
era.. En N. Klahn, A. lvarez. Las nuevas Fronteras del siglo XXI. Op. Cit. p. 39-61.

227
Independencia

33

24

16

Siglo XIX hasta 1953

27

12

16

Consolidacin del Estado

37

12

21

Porfiriato

20

12

Revolucin

25

12

18

Mxico Posrevolucionario

20

24

24

TOTAL

227

136

166

Fuente: Martha Luz Arredondo. Mexicanidad vs identidad nacional.

332

Como puede observarse, hay una diferencia realmente significativa en la manera


de presentar y difundir la historia de Mxico a la poblacin a partir de 1993, ao en que
con sospechosa coincidencia se firma el TLCAN y que aunado a los otros
acontecimientos mencionados edicin discrecional del Himno nacional y difusin del
integracionismo en el nuevo cine impulsado por el gobierno- nos hace pensar que el
Estado mexicano efectivamente decidi que el nacionalismo arduamente trabajado
durante el siglo XX empezaba a ser un obstculo para la pretendida integracin
econmica y la celebradsima insercin de Mxico al primer mundo y a la
globalizacin.

Los datos son contundentes: en 1993 se redujo 55.5% en comparacin a 1964, el


texto escrito de la historia de Mxico, pasando de 227 paginas a slo 136, la diferencia
se incrementa todava ms cuando atendemos las observaciones de la investigadora
Martha Luz Arredondo, quien con toda puntualidad aclara que en los textos de 1964 la
historia posrevolucionaria conclua en ese mismo ao, pero en los libros de 1993 dicho
capitulo histrico supone una informacin de los 30 aos siguientes, y an ms, de
acuerdo a sus investigaciones, el apoyo visual usado en el texto de 1993 reduce hasta en

332

Cuadro tomado de Martha Luz Arredondo. Mexicanidad versus identidad nacional. Op. Cit. p.136

228
un 50% el texto por pagina de los libros en comparacin a los de 1964 333 . De esta forma
la brutal reduccin del contenido histrico lo minimiza a un 25% del contenido original
que se vena manejando, sin considerar los 30 aos de historia reciente que se
incluyeron y que disminuyen an ms ese porcentaje al restarle espacio a los dems
contenidos. cmo nos

explicamos pues, una mengua tan radical?, todava ms

importante es preguntarnos cul era la intencionalidad de sta medida?.

Entre las mltiples observaciones comparativas de Martha Luz Arredondo, destaca


que en el texto de 1964 se haca mucho nfasis en promover la cohesin nacional y
busca cristalizar el ideal de sociedad homognea haciendo hincapi en la importancia de
diferentes valores sociales, mientras que en el de 1993 no hay ninguna referencia al
civismo, con lo que en palabras de la investigadora se evita introyectar as la actitud
cvica y la identidad nacional334 esto se refuerza mucho ms en la medida en que en el
texto gratuito manejado a partir de 1993 nunca se nombra al pas como patria, usando
pretendidos sinnimos como pas, territorio, y en ocasiones nacin pero evitando
siempre la palabra patria que por su connotacin parental subliminal generara mayor
apego hacia el pas.

Finalmente, tras comparar y revisar multitud de elementos, la investigadora


concluye que hay una evidente intencionalidad del Estado por desarraigar la identidad
nacional en la poblacin, y que debido a estas acciones jerrquicamente dirigidas hubo
una ruptura generacional tangible en los ciudadanos mexicanos, diferencindose los que
pueden hacer reflexiones criticas en busca de alternativas y del rescate de lo que debe
ser el sentido de la nacin, que fueron los que estudiaron hasta 1973 y que hoy rondan
333
334

Ibidem. p.134.
Ibidem. p. 143

229
los 50 aos, y los que fueron inducidos a una identidad de Estado y que hoy tienen cerca
de 26 aos, cuya principal consigna fue pugnar por el avance econmico y la
globalizacin sociocultural.335 La edicin 1994-2001 que se debi al repudio nacional
por el libro de texto de 1993 y su obvia adecuacin de la historia, no fue muy diferente
en cuanto que, como explica la investigadora Arredondo, a pesar de ser producto de un
certamen nacional, el dictamen aprobatorio fue para el libro cuyos autores eran parte de
la cpula del sistema nacional, es decir, nicamente se reedit el libro con ciertos aires
de legalidad.

Con estos antecedentes, y retomando el planteamiento inicial de que la durabilidad


de los valores patrios depende de la relacin que induce el Estado con ellos y los
ciudadanos, no resulta ya extrao que nuestros smbolos nacionales se encuentren
distorsionados en cuanto a su significado en las nuevas generaciones, en las cuales el
concepto mismo de patria es vago e incluso ausente.

Por otro lado, recientemente tuvimos tambin el cambio discrecional del Escudo
Nacional por el presidente Vicente Fox Quesada, que dio por resultado la popularmente
llamada aguila mocha y que despert una de las mayores controversias del sexenio
foxista. La inconformidad despertada por esta alteracin injustificada, a la que se lleg a
adjudicar una proyeccin personalista en relacin a que el smbolo parece formar una
letra F de Fox o una S de Sahagn estilizada, parece confirmar que los smbolos
nacionales gozan de una connotacin sacra en la poblacin, como confirma el hecho de
que, al terminar el sexenio Foxista, se blinda el Escudo Nacional original mediante

335

Ibidem. p. 153

230
reformas a la ley correspondiente para que no pueda variarse bajo ninguna
circunstancia, mismas que entraron en vigor el 22 de enero de 2008. 336

Tambin es destacable y muy propicio al


anlisis sobre la validez actual de los smbolos
patrios el debate histrico de la Suprema Corte
de Justicia de la Nacin llevado a cabo en
octubre de 2005 en torno al poema La patria
Pie de foto. Versin del Escudo
Nacional utilizada para la imagen
presidencial del sexenio de Vicente
Fox 2000-2006, popularmente llamada
Aguila mocha.

entre mierda del escritor campechano Sergio


Witz Rodriguez, quien fue demandado por una
asociacin civil que se sinti ofendida en su

sentimiento patrio con la obra del escritor, y argumentaron los quejosos que los
smbolos patrios nos dan identidad como mexicanos; si no respetamos eso dnde vamos
a ir a parar. []la libertad (de expresin) deja de tener validez individual cuando daan
a terceros y, en este caso, atenta contra nuestra identidad como mexicanos.. 337

Este acontecimiento fue muy trascendente porque por primera vez los magistrados
del mximo tribunal del pas debatieron sobre los smbolos patrios, para nuestra
investigacin sobre la vigencia de los emblemas nacionales es una rica fuente de
interpretacin tanto la resolucin de los jueces como la publicacin de un poema
semejante, y es que en el escrito de Witz Hernandez se lee

Yo/ me seco el orn en la bandera/ de mi pas,/ ese trapo/ sobre el que se


acuestan/ los perros/ y que nada representa,/ salvo tres colores/ y un guila/
336

Cfr. La Jornada. politica. Para evitar ms aguilas mochas, limitan uso de simbolos patrios. 2 de
marzo de 2007. y Cfr. La Jornada. On line, ultimas noticias. Publica SG reformas para impedir la
alteracin del Escudo Nacional. 21 de enero de 2008.
337
Cfr. La Jornada. politica. Ultraje, determina la corte al juzgar el poema La patria entre mierda. 6
de octubre de 2005.

231
que me producen/ un vmito nacionalista/ o tal vez un verso/ lopezvelardiano/
de cuya influencia estoy lejos,/ yo, natural de esta tierra/ me limpio el culo/
con la bandera/ y los invito a hacer lo mismo:/ vern a la patria/ entre la
mierda/ de un poeta338 .

Como se observa, independientemente de la calidad artstica que se pudiera


adjudicar al escrito, existe de forma textual una agresin y devaloracin directa del
emblema nacional que no puede negarse. El delito del que se le acus est tipificado en
el articulo 191 del Cdigo Penal Federal bajo la denominacin de ultraje a los smbolos
patrios y la Procuradura General de Justicia procedi penalmente segn corresponde.

La Suprema Corte determin con tres votos a favor y dos en contra, que escribir
en contra de la Bandera Nacional, despreciarla o desestimarla es un verdadero ultraje.
Estableciendo que

"si permitimos escribir o expresar ideas en contra de la bandera nacional, por


muy literarios que sean o que pudieran ser, realmente ofenden la moral. No es
un derecho ilimitado (la libertad de expresin), tiene esos lmites. La bandera
es un smbolo de orgullo para el pueblo de Mxico; cualquier ultraje a la
misma afecta la estabilidad y la seguridad de nuestra nacin"339

Ha sido necesario describir el acontecimiento completo as como la resolucin de


los jueces para que podamos interpretarlo en el tema de identidad nacional que nos
ocupa, mantenindonos al margen de las controversias y diferentes opiniones jurdicas y
sociales suscitadas por la sentencia de la Suprema Corte.

Primero, destaca el mensaje contenido en la composicin de Hernn Witz, del que


cabra mencionar no es ningn iletrado sino autor de seis libros y profesor de Literatura
Contempornea en la Facultad de Humanidades de la Universidad Autnoma de
338
339

Idem.
Idem.

232
Campeche. La sola existencia del texto, y mucho ms viniendo de una persona con su
preparacin, revela que efectivamente hay quienes ya no conceden a los smbolos
patrios el menor reconocimiento como representantes de la nacin ni encuentra en ellos
el estatus de sacralidad que el Estado pretende otorgarles y difundir ritualmente, en este
primer aspecto habra que preguntarnos cuantos mexicanos comparten la posicin de
este poeta, y que con toda seguridad es ms de uno ya que Jos Emilio Pacheco escribi
tambin un poema titulado Alta traicin que empieza diciendo no amo a mi
patria340 . Se refleja pues, por este lado, que existe cierto desencanto en cuanto se
refiere a la idea de la patria y a la representacin de lo nacional.

En segundo lugar y mostrando la otra cara de la moneda, est el hecho de que una
organizacin civil, denunciara con indignacin el texto publicado por el profesor Witz
Rodriguez argumentando que se ofenden los valores patrios, lo que evidencia que
tambin prevalecen quienes ven en los smbolos patrios una de los ms altos y
estimables valores nacionales, aunque aqu tambin es destacable que la organizacin
civil demandante es encabezada por Abel Santa Cruz Menchaca, un ex oficial militar,
hijo de padre y de abuelo generales del ejercito, quienes por su formacin con toda
seguridad reciben ms adoctrinamiento sobre los smbolos patrios que el ciudadano
comn, lo que puede explicar en gran medida su indignacin por el poema, igualmente
la demanda se realiz en coordinacin con Carlos Justo Sierra, quien por su tradicin
familiar tambin comparte un arraigado nacionalismo, ya que como el mismo seal
pertenece a una familia que ha defendido a Mxico por ms de 150 aos, as que para l
las declaraciones en contra de los valores que representan al pas son aborrecibles 341 .

340

Cfr. Sabina Berman. La patria en fade out. En Letras Libres. Ao 8. Numero 85. Enero de 2006. p.
78.
341
Cfr. Washington Post. Mxico. Mexican free speech gets a 21-line test. 17 de octubre de 2004.
Disponible en linea en http://www.washingtonpost.com/wp-dyn/articles/A38751-2004Oct16.html

233
Como tercer punto, la resolucin de la Suprema Corte, privilegiando la
salvaguarda del honor de los smbolos patrios sobre otros controvertidos elementos
como es la libertad de expresin, y dejando en claro que adems de un ultraje se afecta
la estabilidad y seguridad de la nacin, es muy trascendente en cuanto que refleja la
perspectiva histrica tradicional de estos emblemas como importantes cohesionadores
sociales.

Pero volvamos a la pregunta inicial, funcionan as actualmente?, por un lado


tenemos los casos documentados de varios artistas acusados de violar la ley de uso de
smbolos -Luis Miguel, Paulina Rubio, Kumbia Kings, Sergio Arau, y los Tigres el
Norte- por usarlos pblicamente en sus presentaciones artsticas o productos, y de los
que podramos pensar que lo hacen por manifestar su amor patrio o adhesin nacional
como ellos mismos han declarado al ser interrogados por estas acciones; pero por otro
lado tambin son mltiples los registros de artistas que han olvidado el Himno Nacional
ante miles de personas Jorge el coque Muiz, Tatiana, Guadalupe Madrigal, Edith
Mrquez, entre otros-

342

lo que puede evidenciar un distanciamiento con los smbolos,

pero el verdadero desencanto patritico y la desvinculacin simblica que se vive en el


pas actualmente lo confirman las cada vez ms frecuentes representaciones simblicas
que de alguna manera proyectan la decepcin nacional, igual de contundentes que el
poema de Witz, y que tambin han sido censuradas, por ejemplo la obra grfica de Iris
Moreno.

342

Cfr. El universal. Espectaculos. Diversos artistas mexicanos han violado la ley de simbolos patrios.
15 de abril de 2006.

234

Pie de foto. Carretera hacia la globlalizacin. De Iris Moreno. 2004. Fuente: Galera punto y lnea
en internet. http://www.flickr.com/photos/puntoylineaoaxaca/page7

Precisamente este otro caso termina de evidenciar que el distanciamiento con los
smbolos existe en el imaginario colectivo: en septiembre de 2004, la Comisin de
Cultura de la Cmara de Diputados censur la
exposicin sobre smbolos patrios de la autora
Iris Moreno que se realizaba en San Lzaro, por
considerarla ofensiva. En una de sus obras
apareca la bandera mexicana con los colores de
costumbre y un guila devorando una serpiente
en el centro, pero con una banda roja y la
leyenda Mxico- Co.mr", a la que se acus de
ser similar a una conocida marca de refrescos de

Pie de foto. Esto no es un beso de Iris


Moreno. 2004. Fuente: Galera punto y
lnea en internet.

cola, pero que tambin alude a identificar a la nacin como una corporacin privada
(Co) de marca registrada, es decir, el entreguismo a los intereses privados.

Otra de las banderas expuestas ostentaba la palabra PIENSA y el guila


desplumada y lista para su coccin; una ms de sus obras era una bandera con siluetas
de flores y cuerpos desnudos en color oro; en otro montaje se colocaron sobre las

235
banderas unos labios de plstico y en otra unos balones de ftbol; en otra representacin
titulada cortina de nopal la bandera mexicana se mostraba cortada en tiras, y en fin,
que de sus 34 obras 7 presentaban a la bandera mexicana de formas poco
convencionales, lo que dio pie a que su exposicin fuera desmontada minutos despus
de su inauguracin por considerar que se ofenda a los smbolos patrios.343 Otras obras
posteriores de la misma autora presentadas en 2005 un ao despus-, muestran
banderas grafiteadas con diversas leyendas, entre ellas una contra la censura, y en otra el
escudo nacional coronado por las orejas de Mickey Mouse.344

Si consideramos a los artistas y sus


obras como una representacin de lo
popular,

entonces los acontecimientos

mencionados son una prueba bastante


considerable de que actualmente hay en la
poblacin una reinterpretacin de los
Pie de foto. Cortina de nopal de Iris Moreno.
2004. Fuente: Galera punto y linea en internet.

simbolos patrios, de la cual el lugar comn


es el distanciamiento tcito o su negacin

como representantes de un ideal superior: himnos olvidados, banderas cortadas,


grafiteadas o desangradas, guilas desplumadas y poemas que declaran no amar a la
patria o invitan con toda literalidad a limpiarse el culo con la bandera, parecen tener
todos un mensaje comn, que es la decepcin con la patria, la ruptura con algo con lo
que ya no pueden identificarse, un smbolo que nada representa quiz porque el
concepto de patria ya no se entiende.

343

Cfr. Univisin On Line. Noticias. Banderas ofensivas en Mxico. 8 de septiembre de 2004.


Pueden verse las imgenes de estas obras, publicadas por la Galera punto y lnea de Oaxaca en
internet. En la pagina http://www.flickr.com/photos/puntoylineaoaxaca/page7/
344

236

Pie de foto. A la izquierda, se observa la obra grafica Mochandose con PEMEX del caricaturista El
fisgn, en donde se muestra al presidente Felipe Caldern degollando el guila en el Escudo Nacional.
En la imagen derecha, se presenta una versin del Escudo Nacional en la que el guila usa boina gallega
y fuma un puro, debajo la leyenda Presidencia de Galicia, obra grafica del monero Hernndez. Como
observamos ambas imgenes proyectan la decepcin con la patria, la imposibilidad de identificarse ms
con esos smbolos que han sido secuestrados por el poder y por tendendencias extranjeras. Fuente: El
chamuco y los hijos del averno. Nmero 144. 10 de marzo de 2008. Portada y p. 22, respectivamente.

Pie de foto. En la imagen izquierda, se observa la critica audiovisual Los Estados Unidos Mexicanos
Agringados elaborada por la pagina electrnica elcerebro.com en la cual adems de esta bandera se
transmite un audio de nuestro himno nacional con la entonacin y msica del himno de los Estados
Unidos. Disponible en http://www.elcerebro.com/archivo/agringados.htm. A la derecha, la imagen de
portada del documental mexicano Y tu, cuanto cuestas?. De Olallo Rubio. (Kung Fu Films, 2007).
Ambas obras grficas son una obvia crtica a la tendencia extranjerizante y aculturacin hacia el modelo
norteamericano que se vive en Mxico. Nuevamente, se aprecia la idea que transmiten estas obras de la
imposibilidad de identificarse con la patria.

237

Pie de foto. Arriba, La patria, leo sobre tela realizado por Jorge Gonzles Camarena en 1962,
imagen tpicamente nacionalista de la poca y ampliamente usada para representar la nacin. Abajo,
Ya estuvo suave, patria. Obra pardica y crtica del monero Sandoval. Como puede observarse, en la
parodia de Sandoval es clara la visin entreguista de la nacin: una criada al servicio de Espaa y
Estados Unidos (ver banderas) que viste el uniforme de cierta cadena restaurantera nacionalista, entre
otros elementos altamente simblicos de lo que podra llamarse la decadencia nacional. Fuente: El
chamuco y los hijos del averno. Nmero 144. 10 de marzo de 2008. Contraportada.

238
La recopilacin que hemos hecho
de las expresiones artsticas del siglo
XXI sobre la nacin mexicana y los
smbolos

patrios,

demuestran

una

diferencia radical y diametralmente


opuesta con la poesa patritica del
siglo XIX Manuel Acua, Fernando
Caldern, Manuel M. Flores, Jos
Santos Chocano, Amado Nervo, Juan

Pie de foto. Imagen de la patria. De Francisco


Toledo. En este lienzo, Benito Jurez cae en picada
en un avin en llamas irremediablemente daado.

de Dios Peza- y del siglo XX Rafael Lpez, Jos Rosas Moreno, Ramn Lpez
Velarde, Gustavo Baz, Marcelino Dvalos- as como con las representaciones grficas
del mismo periodo que exaltaban incansablemente los smbolos nacionales.

En suma, las nuevas creaciones artsticas, segn hemos comprobado, manifiestan


algo muy contrario al nacionalismo tradicional, ya no hay ms aquello de que linda es
mi bandera, si alguno la mancilla le parto el corazn345 , hoy los artistas parecen ser los
primeros en representar de formas poco usuales los smbolos patrios para expresar su
desacuerdo con lo que se supone que estos emblemas representan o bien para plasmar el
fin de lo que significaron alguna vez, la confianza entre gobierno y poblacin que daba
origen a la patria se rompi en la matanza de 1968, desde entonces la patria ya no
somos todos, de ah se origina la crisis iconogrfica, la dificultad de representarla, la
violencia en sus alusiones, como apunta Sabina Berman, a partir de entonces se vuelve

Imposible pintarla mas que irnicamente. Imposible pintarla sin rabia, sin
beligerancia, sin desesperacin. Imposible, para poder pintarla, no destrozarla
en dos: aqu la poblacin, all lejos, las instituciones polticas.346
345
346

Viva Mxico!. L y M. Pedro Galindo. Cancin popular mexicana.


Cfr. Sabina Berman. La patria en fade out. Op. Cit. p. 78.

239
Las aseveraciones anteriores se hacen realidad en las nuevas representaciones y
alusiones artsticas de la patria y sus smbolos, algunas de las cuales analizamos en este
apartado y que probaron la distorsin con que se interpretan hoy las insignias
nacionales.

Pie de foto.Antojitos mexicanos. Obra grafica del monero Sifuentes. Como se observa, el Escudo
Nacional, donde el guila es sustituida por un pollo rostizado a punto de carbn aderezado con
petrleo, es entregado al extranjero para satisfacerlo. Fuente: El chamuco y los hijos del averno. No. 145.
24 de marzo de 2008. p. 23.

240
Nuestro breve estudio ha permitido demostrar que realmente se vive un proceso de
desvinculacin respecto a los smbolos patrios, los cuales, si bien estn presentes en el
imaginario colectivo porque los rituales y ceremonias as lo promueven, estn carentes
de su contenido histrico, lo que en gran medida fue propiciado por el Estado y
transmitido as a la poblacin, conduciendo eventualmente a la evanecencia de la patria
que describe Enrique Florescano:
''pocas veces en la historia contempornea del pas se haba advertido mayor
desencanto ciudadano respecto de sus representantes polticos. La 'repblica',
la 'nacin', la 'patria', son entidades y conceptos intangibles para estos
representantes de la ciudadana, pues no son percibidos como parte sustantiva
de un proyecto poltico que naci en el pasado, y que si no se renueva en el
presente dejar de existir o ser sustituido por nuevas opciones. 347
Se concluye, pues, del anlisis realizado sobre la forma en que se ha vinculado al
ciudadano con los smbolos en los ltimos aos como de las nuevas representaciones
plsticas de la patria, que nuestros emblemas estn enfrentando una reinterpretacin
popular que bsicamente se traduce en la negacin de la patria misma y la decepcin,
todo lo cual sin duda explica la apata de los nuevos mexicanos por los emblemas
nacionales, que ya muy poco representan para ellos.

347

Cfr. La Jornada. Cultura. Deplora Florescano la apata de los nuevos mexicanos por los simbolos
nacionales. 29 de Octubre de 2005.

241

3.3.2 Quin recuerda a los hroes de la patria? Ni Disney ni San


Valentn declararon la Independencia nacional.

En 1998 el entonces Presidente de Cuba, Fidel Castro, hizo una declaracin que levant
un conflicto diplomtico sin precedentes en las relaciones amistosas con Mxico, y es
que en su conferencia magistral, mientras haca una revisin crtica de las consecuencias
perniciosas del neoliberalismo y la globalizacin cultural para Nuestra Amrica, asever
que los nios mexicanos y latinoamericanos en general- conocen ms a Mickey Mouse
que a sus hroes nacionales, frase que us como ejemplo para concretar que
esa es la herencia cultural que nos estn dejando, destruyendo los valores ms
apreciados de nuestras vidas, de nuestros pueblos, de nuestras naciones, de
nuestras comunidades. 348
Aunque el gobierno mexicano se mostr ofendido por semejante aseveracin y
realiz las protestas diplomticas correspondientes, la verdad era que el comandante
Fidel Castro no haba hecho una declaracin subjetiva sino con sustento estadstico, y
bastaran solo dos aos para que en Mxico un acontecimiento multitudinario le diera la
razn histrica y, de paso, evidenciara en el pas ante nuestros propios ojos, que Disney
tiene un poder superior de convocatoria a cualquier otro smbolo, institucin, consigna o
ideologa nacional en Mxico.

Sucede pues, que en el ao 2000 se desarroll en la capital mexicana el Desfile de


Disney, este acontecimiento lo estudia a fondo el analista internacional Fernando
Montiel, quien explica que

con tan solo 6 meses de preparacin, el desfile de Disney consigui batir


todas las marcas establecidas en materia de movilizacin social en nuestro
pas. Ni el Partido Revolucionario Institucional (PRI) en sus siete dcadas de
dominio poltico, ni la iglesia catlica con sus cinco siglos de dominio
ideolgico consiguieron congregar a 7 millones de personas en las calles de la
Ciudad de Mxico en un solo magno evento. Al igual que la adhesin a la

348

Conferencia Magistral del Presidente de la Repblica cubana Fidel Castro Ruz, en el acto convocado
en la Universidad Autonoma de Santo Domingo, Primada de Amrica, efectuada en el Centro de eventos
y convenciones. Repblica Dominicana. 24 de Agosto de 1998. Disponible en linea en
http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1998/esp/f240898e.html

242
causa zapatista, nadie obligo a esos 7 millones de capitalinos a presentarse (o a
seguir) el desfile aquella tarde: fue un acto totalmente voluntario. 349
Como se observa, la concentracin humana lograda por el Desfile Disney
definitivamente no tuvo parangn en Mxico, cabra mencionar que estn por cumplirse
8 aos de ese evento, y que en el tiempo transcurrido desde entonces no se ha superado
esa estadstica 350 por lo que el evento de Disney se consagr no solamente como el
desfile ms visto en la historia de nuestro pas, sino como el acontecimiento
multitudinario ms grande y numeroso de nuestra historia reciente, y todo esto sin
considerar a los ciudadanos que siguieron las transmisiones televisivas del evento.

Todo lo anterior pone en una balanza comparativa los apegos del mexicano, y de
acuerdo a las observaciones de Fernando Montiel, viene a confirmar las palabras del
Comandante Fidel Castro, en cuanto el famoso desfile evidenci que
no solo son los nios mexicanos, sino tambin sus padres quienes se sienten
mucho ms motivados (o al menos ms movilizados) por Donald que por
Hidalgo o Juan Diego, por Mickey Mouse que por Benito Jurez, el EZLN o el
Papa, y por la Pequea Sirenita que por Doa Josefa Ortiz de Domnguez o la
Virgen de Guadalupe.351
Y es que verdaderamente, tomando en cuenta que ni en nuestras celebraciones ms
significativas como es el 15 de septiembre se han registrado asistencias ni remotamente
parecidas, y que el nivel de convocatoria solamente es medianamente comparable con
las peregrinaciones guadalupanas, ya que la Bsilica congrega anualmente entre 18 y 20
millones de peregrinos, no cabe la menor duda de que el apego por los personajes de
Disney es muy superior a cualquier alusin de carcter nacional.

Ahora bien, tras esta primera aproximacin que por s misma refleja bastante sobre
los apegos del mexicano, lo que vamos a hacer en este apartado es aproximarnos al
349

Fernando Montiel. Del EZLN a Mickey Mouse: Distorsin de la identidad y movilizacin de las
masas. 1 de marzo de 2004. Documento electrnico disponible en linea en
http://www.transcend.org/t_database/printarticle.php?ida=333
350
A pesar de que han ocurrido diversos acontecimientos polticos, sociales y culturales trascendentes
para el ncleo popular como la muerte de Mara Flix (2002, 7200 personas en un da), la exposicin
egipcia Farn en el INAH (2005, 600,000 personas en cerca de 4 meses de exhibicin) o las
megamarchas convocadas por Andrs Manuel Lpez Obrador tras las elecciones presidenciales de 2006
(hasta 3,000,000 de personas en un da).
351
Fernando Montiel. Del EZLN a Mickey Mouse: Distorcion de la identidad y movilizacin de las
masas. Op.Cit.

243
conocimiento real que tiene la poblacin sobre su historia nacional, los hroes y
conmemoraciones, de manera que podamos comprobar cuantitativamente que en efecto,
recin iniciado el siglo XXI los mexicanos se muestran muy desarraigados respecto a su
pasado histrico, lo cual sera una consecuencia lgica del proceso educativo
desnacionalizador que fue orquestado por el Estado como vimos en el subtema anterior
as como del bombardeo meditico transnacional que busca homologarnos al American
way of life. Procedamos a verificar si se confirma esta tendencia con los datos duros.

En enero de 2003, Consulta Mitofsky realiz una encuesta telefnica nacional a


una muestra de 400 entrevistados para medir los conocimientos bsicos de nuestra
historia en la poblacin, obteniendo los siguientes resultados:

Cuadro 8. Me podra decir el ao en el que ocurrieron los siguientes eventos?


Mencion el ao correcto (%)
Inicio de la Independencia

46.5

Matanza de Tlatelolco

44.4

Inicio de la Revolucin Mexicana

30.9

Descubrimiento de Amrica

21.6

Promulgacin de la Constitucin que nos rige

18.7

actualmente
Nacionalizacin del petroleo

10.7

Consumacin de la Independencia

9.9

Cada de Tenochtitln

7.3

Fuente: Consulta Mitofsky

352

Como puede verse, destaca que de los eventos histricos por los que se pregunt,
los que mejor se ubican son el Inicio de la Independencia seguido por el ms reciente,
que es la matanza de Tlatelolco, pero es altamente significativo que menos de la mitad
de la muestra pudiera mencionar correctamente el ao en que se inici la Independencia,
y es preocupante que ese 46.5% sea el porcentaje ms alto de la lista tratndose de uno
de los acontecimientos ms celebrados popularmente a nivel nacional, si un porcentaje
352

Cfr. Consulta Mitofsky. Conocimientos bsicos de nuestra historia. Encuesta telefnca nacional.
Enero de 2003. a muestra es de 400 mexicanos mayores de 18 aos. Para mayor informacin sobre la
metodologa consultese el documento referido.

244
tan bajo se obtiene en relacin a uno de los eventos ms significativos, difundidos y
celebrados, no puede esperarse demasiado de aquellos que no gozan de una difusin tan
amplia y un festejo popular anual de grandes dimensiones, como es el caso de la
Promulgacin de la Constitucin, la nacionalizacin el petrleo y la consumacin de la
Independencia, que solo son ubicados correctamente por menos del 20% de la poblacin
llegando incluso a porcentajes nfimos de menos del 10%.

En otra pregunta, se pidi a los encuestados si podan mencionar la


conmemoracin correspondiente a la fecha que se les indicara, obtenindose respuestas
muy acordes a la hiptesis que venimos manejando, segn se observa:

Cuadro 9. Qu se conmemora en Mxico en las siguientes fechas? (porcentaje de


respuestas correctas).
10 de mayo
97.3
Da de las Madres
12 de diciembre
84.6
Da de la Virgen de Guadalupe
1 de mayo
84.5
Da del trabajo
30 de abril
84.2
Da del nio
16 de septiembre
81.3
Da de la Independencia
2 de noviembre
78.9
Da de Muertos
24 de febrero
78.6
Da de la Bandera
20 de noviembre
67.4
Aniversario de la Revolucin
12 de octubre
66.8
Descubrimiento de Amrica
5 de mayo
65.0
Aniversario de la Batalla de Puebla
21 de marzo
64.7
Natalicio de Benito Jurez
5 de febrero
32.8
Aniversario de la Constitucin
Fuente: Consulta Mitofsky 353

Destaca con toda obviedad que de los doce eventos enlistados, encabezan la lista
tres fechas poco ligadas a la historia de Mxico, ya que con la excepcin de la Virgen de
353

Idem.

245
Guadalupe, los porcentajes ms altos corresponden al Da de las madres (97.3%), el da
del trabajo (84.5%) y al Da del nio (84.2%), que se muestran muy por encima de
fechas realmente trascendentes de la historia nacional mexicana. El 5 de febrero, como
comprueban los datos, es la fecha histrica ms desconocida por los mexicanos
(32.8%).

Las cifras anteriores coinciden con un ejercicio similar realizado por Mitofsky dos
aos despus, en 2005, a una muestra de 1000 ciudadanos en sus viviendas, cuyos
resultados reiteran el desconocimiento del mexicano por las celebraciones nacionales,
en este segundo estudio realizado sobre eventos del mes de febrero, los acontecimientos
nacionales son claramente rebasados por celebraciones mercantilistas internacionales
que promueve la globalizacin y el neoliberalismo para fines de potenciar el consumo,
revelando que el 90.6% de los mexicanos sabe qu se conmemora el 14 de febrero, en
comparacin a un 78.8% que conoce el Da de la Bandera y un nada halagador 40.2%
que ubic el da del aniversario de la Constitucin mexicana354 . Se repite pues, el hecho
de que fechas poco ligadas a nuestra historia estn mucho ms presentes en la
poblacin, manifestndose as un desapego respecto a la historia nacional.

Finalmente, podemos citar una tercera encuesta de Mitofsky, tambin realizada en


2005, que nos aproxima a lo que podra ser los hroes predilectos de los mexicanos,
en la cual Benito Jurez ostenta el primer lugar con un 32%, seguido de Miguel Hidalgo
(20.8%) y en un lejano tercer lugar la figura de Francisco Villa (8%) 355 .

No deja de saltar a la vista que si comparamos este liderazgo de Benito Jurez con
el conocimiento que se tiene de su aniversario, el cual ocupa el penltimo lugar en el
cuadro 9, hay un evidente contraste, mismo que puede inducirnos a pensar que al igual
que sucede con nuestros smbolos patrios, a los hroes se les conoce de forma y no de
fondo, por ritual de Estado y no por apego voluntario o conviccin propia.

354

Cfr. Consulta Mitofsky. La Constitucin mexicana, 5 de febrero, pocos saben qu se celebra. Encuesta
nacional en viviendas. Enero 2005. La muestra fue de 1000 personas en todo el territorio nacional. Para
mayor informacin sobre la metodologa consltese el documento referido.
355
Cfr. Consulta Mitofsky. Los orgullos de los mexicanos. Op. Cit.

246

Fuente: Consulta Mitofsky 356.

En suma, queda estadsticamente demostrado que el mexicano actual tiene ms


presentes las celebraciones que no corresponden a nuestra historia patria y algunas de
las cuales fueron inducidas globalmente para promover el consumismo. Despus de
demostrar el bajsimo conocimiento que se tiene de nuestra historia y de nuestros
hroes, y de comprobar que un desfile extranjero rompe con los registros de asistencia
de cualquier festividad nacional, incluyendo las manifestaciones religiosas ms
arraigadas, es difcil negar que los hroes y la historia patria ya no son un referente
prioritario ni vinculatorio para una poblacin que corre enajenada a saludar a Mickey y
compaa, los dolos nacionales del Mxico del siglo XXI, rompiendo todos los
registros histricos de concentraciones multitudinarias. Nuestros templos, palacios y
torres se derrumban con horrido estruendo en la globalizacin, pero a diferencia de lo
previsto por Bocanegra, sus ruinas no nos recuerdan a los hroes de la patria porque
sobre ellas el imperialismo construye McDonalds y graba pelculas de accin de corte

356

Idem.

247
hollywoodense357 que deforman nuestra historia acallando as las voces de nuestro
pasado y cegando nuestro presente.

357

Como la reciente cinta de Mel Gibson, Apocalypto. Cfr. La Jornada. cultura. La gloria de la
cultura maya no puede figurar en una pelcula de persecuciones. 11 de diciembre de 2006. y Cfr. La
Jornada. Espectaculos. Apocalypto refuerza ideas errneas sobre los mayas: Rosado May. 11 de de
diciembre de 2006.

248

3.4. La religin: No estoy yo aqu que soy tu madre?. El guadalupanismo


como referente identitario ayer y hoy.
El Mxico moderno es derivado de la fusin de dos mundos que daban mucha
importancia a la religin, razn por la cual nuestro pas se ha caracterizado como
tradicionalmente devoto.

La religin no es, por supuesto, un elemento extrao para ninguna cultura del
mundo y sus cosmovisiones, pero en el caso de Mxico un episodio concreto de carcter
religioso contribuy a cimentar la nacin mexicana en sus ms remotos inicios: la
aparicin de la Virgen de Guadalupe.

Sin entrar en disertaciones de carcter religioso que no corresponden a esta


investigacin, el hecho histrico es que en derredor de este acontecimiento por primera
vez se halla en los grupos sociales ms diversos de la poca un elemento de vinculacin
tan amplio que sin duda puede nombrarsele nacional, ya que precisamente da pie a la
formacin de la nacin mexicana porque criollos, mestizos e indgenas rpidamente la
identifican como su madre protectora pero, ms importante, el icono guadalupano se
consagra como el primer y ms importante vinculo territorial y de pertenencia al que se
atienen los criollos para marcar sus diferencias respecto a Espaa y los peninsulares, se
trata de una imagen que todos los nacidos en Mxico miran con agrado y a todos
hermana, y que por 300 aos va a ser la figura central del culto religioso y
frecuentemente motivo artstico de la pintura novohispana, es la imagen que no poda
faltar en la sala de ningn criollo de respeto358 , en varias ocasiones sus
representaciones artsticas son fusionadas con el escudo de armas nacional, haciendo de
ella autentica representante de la nacin, es tambin el icono que enarbola Hidalgo en
la Independencia y es la figura que an hoy genera en Mxico, cada ao, una
movilizacin de 20 millones de personas que acuden a venerarla, haciendo de este pas
el centro de peregrinaciones ms importante de todo el continente Americano.

Pero debido a la globalizacin y el modelo econmico neoliberal que privilegia la


ganancia comercial sobre cualquier valor humano y cultural, el icono guadalupano

358

Museo Nacional de Historia. Castillo de Chapultepec. 2007.

249
tambin es la imagen que desde 2002 dej de pertenecer a los mexicanos porque la
baslica vendi en exclusividad los derechos de propiedad de la Virgen de Guadalupe
a la empresa estadounidense Viotran, quien a su vez otorg una concesin de uso
exclusivo por 10 aos al ciudadano chino Wu You Lin, que posee actualmente los
derechos de la virgen como marca registrada.359

Aunque la relacin entre religin e identidad nacional es ms o menos clara, y se


prevee que desarrollemos un anlisis histrico de su papel en el ncleo duro de la
identidad nacional mexicana, la inclusin de este capitulo en nuestra investigacin
supone, adems, que la globalizacin econmica, social y cultural ha ejercido un
impacto en la condicin religiosa de las naciones facilitando que se produzcan cambios
significativos, entre ellos, es un lugar comn del mundo globalizado que al interior de
las naciones se desarrollen asociaciones religiosas de los credos ms diversos del
mundo.

Ejemplifiquemos lo anterior con nuestro caso de estudio, Mxico por razones


histricas se ha definido como una nacin tradicionalmente catlica, pero actualmente,
si bien la mayora nacional sigue siendo creyente de vertientes cristianas con 80 772 442
devotos (95.27%), tambin es posible encontrar adherentes al Judaismo (0.05%. 45,260
personas) el Islamismo (1,421 creyentes), Hinduismo y Hare Krishna (1,100 devotos) y
Budismo (5,346 creyentes), adems de otras religiones diversas (985,956 personas) 360 .
Es un hecho, pues, que con la globalizacin la diversidad lleg a las religiones.

El que exista una diversidad religiosa al interior de un pas no necesariamente es


sinnimo de ruptura o conflicto, aunque en algunos casos esta novedosa convivencia de
lo que fue durante siglos una religin oficial o predominante con otras que a veces
difieren con algunos valores sociales o culturales de las naciones a las que llegan, ha
ocasionado conflictos de consideracin, citemos por ejemplo el caso de la prohibicin
del velo de las estudiantes musulmanas en Francia 361 , que lleg al grado de violencia
social en 2004 y 2005, para el caso mexicano y nuestra investigacin, podemos
359

Cfr. Proceso. Religin. La guadalupana, marca registrada. No. 1371. 9 de febrero de 2003.
Sergio Aguayo Quezada. El almanaque mexicano. Ed. Aguilar. 2008. p. 187. Con datos del INEGI
2000 y el International Bulletin of Missionary Research, 2003.
361
Cfr. Corina Yturbe. El principio de laicidad: el caso del velo islmico. Disponible en linea en
http://dianoia.filosoficas.unam.mx/info/2006/56-Yturbe.pdf
360

250
mencionar la controversia que se ha suscitado en derredor de los Testigos de Jehov, a
quienes su religin les impide rendir culto a los smbolos patrios por considerarse
idolatra, lo cual contraviene diferentes legislaciones nacionales362 y eventualmente
podra contribuir a una desvinculacin nacional.

El estudio de la religin en Mxico desde una perspectiva de identidad nacional es


bastante peculiar, porque a diferencia de otras naciones no tenemos una tradicin
fundamentalista, si bien durante todo el periodo colonial no se permiti ms religin
que la catlica bajo pena de muerte por cargo de hereja- y los primeros documentos de
nuestra libertad como son los Sentimientos de la nacin redactados por Morelos en 1813
y el Acta de Independencia de 1821 establecan a la religin catlica como la nica
admitida y admisible, muy pronto el naciente Estado-Nacin se dio cuenta de la enorme
influencia poltica y econmica acumulada por la iglesia catlica en perjuicio del poder
del gobierno, por lo que en 1860 bajo la presidencia de Benito Jurez se decreta la
libertad de cultos que viene a complementar la laicidad del Estado tambin decretada
por l, y que permanece vigente hasta nuestros das.

Este principio de laicidad del Estado mexicano, interpretado desde nuestro matiz
de identidad, nos invita a pensar que prcticamente desde los inicios como pas
independiente el culto religioso no fue considerado un componente esencial para
construir la nacin o para identificarse con ella, permitir la libertad de cultos fue, entre
muchas cosas, una demostracin tcita de que el Estado-Nacin mexicano tena
elementos ms fuertes sobre los cuales consolidarse, a diferencia de otras naciones del
mundo donde el principal pilar identitario y cohesionador social continua siendo la
religin.

No obstante lo anterior, debido al papel histrico que desempe la virgen de


Guadalupe en la formacin de la identidad nacional mexicana como uno de los primeros
cohesionadores nacionales, bsicamente este capitulo tiene la funcin de realizar un
breve estudio de cmo dicha imagen religiosa fue durante muchos siglos el sedimento
de la mexicanidad, caracterstica que an pervive de muchas formas en nuestro pas,
donde la religin catlica continua siendo preponderante segn reportan datos del
362

Ley sobre el uso del himno, escudo y bandera nacionales, Ley de asociaciones religiosas y culto
pblico, Art. 3ro constitucional, Reglamento de educacin.

251
INEGI de 2001, puesto que es profesada por el 87.9% de la poblacin, es decir unas
74,612,373 personas, entre los cuales el icono de la virgen de Guadalupe sigue siendo
profundamente significativo, como lo demuestran las movilizaciones de peregrinos que
anualmente acuden a la Baslica y las respectivas peregrinaciones a las iglesias locales
de todas las ciudades del pas el da 12 de diciembre de cada ao.

252

El guadalupanismo como referente identitario ayer y hoy

En Mxico, de acuerdo a un estudio estadstico realizado por consulta Mitofsky en junio


de 2007 sobre los nombres, para el mexicano Mara es el nombre de mujer que ms
gusta, mencionado como primera respuesta por 1 de cada 10 mexicanos, y mencionado
entre las preferencias de 1 de cada 4 encuestados, en segundo lugar como nombre
predilecto de mujer se encuentra Guadalupe, de lo que se deduce que el nombre
Mara Guadalupe es una combinacin muy gustada. Para el caso de los hombres, el
estudio revel que encabezan la lista dos nombres casi igual de preferidos: Juan y
Jos, con predominancia del primero.363 Cabra agregar que Guadalupe y Mara
en Mxico son a menudo un segundo nombre para caballeros, mediante conocidas
combinaciones como Jos Guadalupe y Jos Mara, de lo cual tenemos notables
ejemplos histricos como el generalsimo Jos Mara Morelos o el primer presidente de
Mxico que una vez en el cargo cambi su nombre real por el significativo Guadalupe
Victoria.

La razn por la que introducimos este subtema con un anlisis sobre los nombres
del mexicano, es porque los apelativos adems de ser con frecuencia la primera
aproximacin al alma colectiva de los pueblos, revelan datos interesantes sobre la
identidad. En el caso de Mxico, segn vimos, los cuatro preferidos para hombre y
mujer tienen una clara vinculacin con la religin catlica, pero adems destaca el
hecho de que un nombre de origen femenino sea frecuentemente usado tambin para los
hombres, lo que deja ver la profunda devocin que se tiene por la figura de quien se
toma: la virgen guadalupana.

Ahora bien, que los nombres de Mara y Guadalupe encabecen la lista de los ms
gustados, y sean en los hechos concretos los nombres ms presentes en Mxico, dice
bastante sobre el impacto que represent en nuestra sociedad el culto a la imagen de la
virgen del Tepeyac, que independientemente de su carcter religioso, desempe un
inequiparable papel histrico como cohesionante social y primer pilar nacional.

363

Cfr. Consulta Mitofsky. Los nombres del mexicano. Encuesta nacional en vivienda. Junio 2007. La
encuesta fue realizada a 1000 ciudadanos mayores de 18 aos en todo el territorio nacional. Para mayor
informacin de la metodologa consultese el documento referido.

253
Muchas cosas pueden aducirse como factores identitarios del mexicano; pero
ninguna, ante s mismos y ante el extrao, es tan decisiva en el hermanamiento
como el fervor por la Sagrada Madre. Frente al empuje de las liturgias
patriarcales del imperio, el culto a Tonantzin-Guadalupe es una salvaguarda
crucial de la mexicanidad.364
En el icono del Tepeyac, que adems de ser desde la visin religiosa la madre de
Dios se haba presentado a s misma como la madre protectora de los mexicanos, se
sedimenta la temprana identidad nacional, pues como seala Martha Luz Arredondo es
a partir de una misma madre que todos somos lo mismo: todos somos mexicanos.365

Cmo no iban a hermanarse los grupos sojuzgados y vejados en sus derechos


indgenas, mestizos, criollos- frente a una madre celestial que les ofreca su regazo
protector?, cmo no iba a surgir una suerte de nacionalismo, un profundo orgullo de
vinculacin territorial?, si de repente los nacidos en el pas se saban predilectos,
elegidos por la Madre de Dios, quien haba manifestado de propia voz y en persona
bajando del cielo su eleccin de la tierra mexicana para hacerse construir un altar,
siendo que no hizo cosa igual con ninguna otra nacin366 y tal era nuestro privilegio
que de repente Mxico se hall en posesin del nico lienzo en todo el mundo pintado
por obra y gracia divina.

La fuerza de toda esta carga simblica concentrada en el icono guadalupano, y su


respectiva manipulacin ideolgica, prcticamente dio la victoria a los grupos
sojuzgados una victoria divina, en cuanto que tenan proteccin celestial- sobre la elite
poltica peninsular.

A partir del da en que los mexicanos aparecieron a sus propios ojos como
pueblo elegido, estuvieron potencialmente emancipados de la tutela espaola.
[] La devocin a la Guadalupe fue para Mxico el aspecto espiritual de la
rebelda colonial.367

364

Leonardo Da Jandra. La hispanidad, fiesta y rito. Una defensa de nuestra identidad en el contexto
global.Op. Cit. p. 133
365
Cfr. Martha Luz Arredondo. Mexicanidad versus Identidad Nacional. Op. Cit. p. 54
366
Non fecit taliter omni nationi.Conocido lema-insignia de la virgen de Guadalupe.
367
Lafaye Jacques. Quetzalcoatl y Guadalupe: la formacin de la conciencia nacional en Mxico. FCE.
Mxico 1977. Citado por Mauro Rodriguez. Guadalupe: historia o simbolo?. Edicol. Mxico. 1980.
p.39

254
Sin embargo, no es sino hasta mediados del siglo XVIII, despus de numerosos
reconocimientos polticos y religiosos de carcter local a la sagrada imagen, que el papa
Benedicto XIV declara a la virgen morena protectora de la Nueva Espaa, con
repercusiones inmediatas y trascendentales ya que

la virgen fue entonces aclamada como el smbolo ms venerado por la


poblacin y recibi el juramento formal de fidelidad de las autoridades civiles
y eclesisticas. Y naturalmente, cada una de esas juras le dio nuevas alas al
simbolismo guadalupano. Uno de estos vuelos junt la imagen de la Virgen
con el emblema del guila posada en el tunal y, al quedar unidos estos dos
smbolos fundacionales, desencadenaron un movimiento patritico
avasallador.368
Efectivamente, con todo el peso de la carga sentimental, devocional, de
vinculacin territorial e identidad colectiva propia que despertaba la virgen, ms la
incipiente identidad nacional que se le agreg al integrrsele el escudo de armas
indgena, el icono guadalupano era sin duda el emblema ms representativo y con ms
alto poder de convocatoria en la Nueva Espaa de fines del s.XVIII, y fue tambin la
primer figura en la que se afirmaba la identidad de los nacidos en Mxico.

Pie de foto. A la izquierda, lienzo annimo indgena del siglo XVIII. En la imagen derecha, un grabado
en metal del mismo siglo, obra de Miguel Villavicencio. En ambas ilustraciones se observa a la imagen
guadalupana posada sobre el escudo de armas de la ciudad de Mxico, lo que desencaden el
incontenible movimiento patritico que condujo a la independencia de la nacin mexicana. Fuente:
Enrique Florescano. La bandera Mexicana, Op. Cit. p. 107, 108.

Por todo lo anterior, no sorprende en lo ms mnimo que cuando el cura Miguel


Hidalgo convoca a las armas en el pueblo de Dolores en 1810, fuera la virgen de
368

Enrique Florescano. La bandera mexicana. Breve historia e su formacin y simbolismo. Op. Cit. p.105

255
Guadalupe su bandera, su consigna y su escudo de armas, como tambin lo fue
posteriormente para Jos Mara Morelos, ni es demasiado extraa la coincidente
similitud de los colores patrios con los del atuendo de la virgen, mucho ms si nos
remitimos al primer lbaro nacional del Mxico independiente, que al igual que el
manto guadalupano tena estrellas doradas en representacin de las tres garantas. Lo
que confirma y reitera la indeleble vinculacin entre el guadalupanismo y la identidad
nacional mexicana.

A casi 500 aos de que surgiera el culto a la virgen de Guadalupe, y a diferencia


de los smbolos patrios, su simbolismo no ha perdido vigencia como lo prueban las 6
millones de personas de todo el pas que se renen con jbilo en la villa cada 12 de
diciembre, por conviccin y voluntad propia, para homenajear a la virgen de porte y faz
mexicanos: la virgen morena.

256

Conclusiones
La investigacin realizada sobre el impacto del proceso de la globalizacin en la
identidad nacional mexicana, ha permitido obtener una amplia visin de las diferentes
formas en que la cultura y la identidad nacional mexicana est siendo amenazada y ha
sido gradualmente desmantelada por las diferentes dinmicas econmicas, polticas y,
sobre todo culturales, que se promueven desde los centros de poder econmico mundial
mediante la globalizacin con fines de apuntalar el neoliberalismo, abrir los mercadosy
las economas de los pases pobres, fomentar el consumismo y, en general, manipular la
ideologa y cosmovisin de las naciones en aras de la reproduccin ampliada del capital,
siempre en beneficio de las potencias econmicas centrales y en perjuicio de los pueblos
econmica e ideolgicamente dependientes.

Nuestro primer capitulo, que consisti en el anlisis critico sobre el proceso de la


globalizacin en sus dimensiones econmica y cultural, sus antecedentes y su relacin
con el capitalismo y la identidad, demostr que este proceso como lo concebimos en la
actualidad se origin por la necesidad del capital de buscar nuevos mercados, en este
tenor, los Estados-Nacin constituan un obstculo para la concrecin de esta expansin
econmica y el libre comercio, por lo que desde los inicios de la globalizacin esta se
us como un instrumento para minar la autoridad de los Estados y su tradicional papel
como reguladores de la economa y garantes de los derechos de sus respectivas
naciones.

Para lograr eliminar el papel tradicional de los Estados-Nacin, se inici en el


mbito econmico con la creacin de entes financieros internacionales como el Fondo
Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), que intervinieron y siguen
interviniendo directamente en las polticas nacionales de los pases en desarrollo,
imponiendo mediante cartas de intensin las consignas de Washington en beneficio de
Estados Unidos y las dems potencias econmicas centrales, concretamente, se empez
imponiendo la apertura comercial y una pseudodemocracia369 como modelo ideal de
369

Como fue el caso de la democracia impuesta en Chile en 1973 con el asesinato de Salvador Allende
auspiciado por Estados Unidos, acto con el cual, de acuerdo al Pablo Gonzales Casanova, Estados Unidos
ensay el neoliberalismo para propagarlo en el mundo. Pablo Gonzles Casanova. Conferencia Magistral
El capitalismo en el siglo XXI: Donde est?, A dnde va?. Martes 22 de enero de 2008. 13:00 hrs. Foro

257
sistema de gobierno, que es en realidad una forma de abrir las puertas a la intervencin
poltica extranjera, ya que bajo una mascara de legalidad la propia democracia- se
encubre lo que en los hechos concretos es una democracia burguesa dirigida, en la que
solo pueden ganar los candidatos previamente aprobados por los centros de poder
econmico mundial, mismos que probadamente seguirn las polticas dictadas por ellos.

Posterior a las imposiciones de carcter econmico apertura- y poltico


democracia-, el FMI y el BM exigen cambios que debilitan directamente cualquier
fortaleza del Estado y destruyen su capacidad de accin privatizacin de sectores
clave, principalmente energticos- pero mucho ms importante obligan al Estado
mediante los mismos condicionamientos a imponer un cambio en el sistema de valores
de la poblacin, concretamente mediante la privatizacin del sistema educativo o por lo
menos borrando y alterando los contenidos educacionales por otros que distancien a los
individuos de su vinculacin nacional y amor patrio y los inclinen a ver el
neoliberalismo y la integracin global como condiciones deseables e incluso
indispensables de existencia,

todo con el objeto de concretar una manipulacin

ideolgica y cultural, que es el ultimo bastin de resistencia de los pueblos del mundo.

En el contexto de la globalizacin cultural, y complementando lo anterior, al


mismo tiempo que el Estado-Nacin es debilitado de esta forma institucional, se utilizan
poderosas industrias culturales aprovechando las potencialidades de la tecnologa actual
cine, radio, televisin, internet, prensa-, con las cuales transmiten simultneamente, las
24 horas del da a todos los pases del mundo hasta la intimidad de los hogares,
programas de todo tipo incluso aquellos que podran considerarse ms inocentes, como
caricaturas- que encubren y colaboran intensamente en la implantacin del sistema de
valores que el fundamentalismo occidental de Estados Unidos y todo el G8 promueve
como ideal, transformando as de forma directa y paulatina la cosmovisin de los
pueblos, inducindolos a renunciar a su propia visin de desarrollo y a su proyecto de
nacin.

En los hechos, el papel trascendental de las industrias culturales transnacionales en


la manipulacin ideolgica y en el detrimento de las identidades nacionales se observa
Social Mundial Mxico 2008. El ejemplo ms reciente de la democracia que imponen los centros de
poder lo encontramos en la Invasin militar a Irak, en 2004.

258
en la existencia de lo que el filosofo espaol Subirats llam La realidad de los
massmedia, y que se entiende como su facultad de implantar una visin del mundo
cegando cualquier otra, lo que Manuel Castells denomin con acierto como una cultura
de la virtualidad real370 , ya que normaliza y generaliza los mensajes e ideas que
interesan a las potencias econmicas de tal forma que producen la reinterpretacin del
mundo a su conveniencia proporcionando la materia prima informacin y/o
entretenimiento- con que nuestro cerebro interpretar la realidad, arrebatndonos la
posibilidad de ver el mundo por nosotros mismos y de una manera diferente, de una
manera que sin lugar a dudas podra redituarnos mayores beneficios como nacin
independiente y soberana.

En cuanto al concepto de identidad nacional, se explic que no basta poseer


elementos culturales comunes para constituir una nacin, puesto que si bien estos son
parte indispensable y obligatoria, se requiere tambin necesariamente de una voluntad
de ser, ya que la cohesin social y la identidad nacional es algo que se crea y construye,
para lo cual los grupos sociales trabajan arduamente. De la misma forma, se defini a la
sociedad nacional como un Sistema Humano Complejo que acta como un ente vivo, es
decir evoluciona de forma permanente.

Dentro de las caractersticas de la Identidad Nacional, se definieron y explicaron


cuatro pilares identitarios bsicos en su construccin, que son idioma; usos, costumbres
y tradiciones; smbolos patrios y religin, mismos que son indispensables para la
existencia de la nacin como una forma natural de promover y perpetuar identificacin
colectiva y que juntos forman el ncleo duro de la identidad nacional, siendo su
principal caracterstica que estos elementos deben resistirse al cambio y permanecer de
forma mayoritaria para perpetuar la nacin.

Dentro del anlisis de la identidad nacional, tambin se incluy y se sustent


tericamente la caracterstica de mutabilidad, demostrando su capacidad de cambiar de
acuerdo a las condiciones internas y externas para asegurar su sobrevivencia. De esta
forma, se estableci una clara diferencia entre la natural evolucin de la identidad
nacional y la posibilidad real de su destruccin o transformacin inducida, que es el
370

Manuel Castells. La era de la informacin: Economa, sociedad y cultura. Volumen I. La sociedad


red. s. XXI. Mxico. 2000. p. 362

259
tema central de la investigacin. Nuestro estudio crtico demostr que es perfectamente
posible transformar la identidad nacional desde el exterior cambiando las condiciones
del medio- e incluso destruirla para fines de dominacin ideolgica y su explotacin
perenne como sometido.

Los resultados del capitulo uno demostraron de forma concluyente que la


globalizacin en sus diversas dimensiones, especialmente la cultural, es una amenaza
real a las identidades nacionales de pases como Mxico, ya que tiene toda la capacidad
para deteriorarlas y transformarlas de forma jerrquica desde los centros de poder
econmico-poltico mundial, no solamente desmantelando las funciones del tradicional
Estado-Nacin sino tambin modificando directamente el imaginario colectivo mediante
las industrias culturales, promoviendo un ideal de vida american way of life- y una
visin nica de desarrollo, homogenizando as a la poblacin mundial en sus formas de
pensar y ver el mundo, con la intensin de concretar la globalizacin cultural.

Si bien algunos autores refieren que la agresin cultural de la globalizacin genera


al mismo tiempo una resistencia inmediata que preserva lo local y perpeta la existencia
de lo diverso, los hechos concretos nos hacen inclinarnos por la aseveracin del
historiador Eric Hobsbawn de que no hay seales convincentes de que se est
produciendo una fuerte reaccin de las culturas locales contra la globalizacin porque
los fenmenos de este genero son limitados, no se han manifestado en una escala lo
bastante amplia, y en lugar de una reaccin de resistencia es ms probable una
combinacin sincrtica de las culturas371 .

De cualquier forma, no importando si el resultado final de la globalizacin cultural


es una aculturacin global de los valores occidentales, comnmente llamado
americanizacin, o si se trata de una combinacin sincrtica, tambin llamada raza
csmica, quinta raza o magma pluricultural372 , la amenaza a la cultura local, a la
identidad nacional mexicana y de cualquier otra nacin, es la misma, porque cualquiera
de estos escenarios supone la perdida de nuestra particular riqueza cultural histrica y
de la cosmovisin de nuestros pueblos, por mucho que algunos defensores de la
371

Eric Hobsbawn. Entrevista sobre el siglo XXI. Al cuidado de Antonio Polito. Editorial Crtica.
Barcelona. 2000. p. 148-153.
372
En los pensamientos de Jos Vasconcelos, Leonardo Da Jandra y Edgar Montiel, respectivamente.
Vase supra. p.21-22

260
globalizacin planteen este sincretismo como un mestizaje superador, al estilo de la
mestizofilia del siglo XX en Mxico, que tuvo terribles consecuencias para nuestras
culturas autctonas, y que tendr perdidas igual de lamentables para la cultura nacional
mexicana si llega a concretarse.

Por ello, lo que debemos hacer es defender nuestra identidad nacional a toda costa.
Como seala Rosamara Villarelo
La cultura permite identificarnos, comunicarnos e internacionalizarnos.
Nuestra identidad es lo que nos sostendr en el futuro, nos permitir enfrentar
el porvenir y romper moldes polticos obsoletos en el deseo de incorporarnos
de manera menos inequitativa a la globalizacin como proceso
civilizatorio.373
Se advierte, pues, que la nacin mexicana debe organizarse a la brevedad para
fortalecer sus principales pilares identitarios ante el proceso global depredador, de
forma que est en condiciones de nacionalizar la globalizacin y usarla siempre a su
favor, aprovechando sus beneficios sin verse agraviada por ella en forma alguna. El
problema del siglo XXI, como apunt Hobsbawn, est en averiguar la fuerza de los
obstculos que se opondrn a este creciente proceso de homogenizacin 374 , Mxico
debe hoy ms que nunca reconocerse ante s mismo y ante el extrao, quitarse todas las
mascaras y apelar a una identidad nacional bien cimentada si quiere resistir
exitosamente el embate cultural que estamos enfrentando.

Sin embargo, nuestra investigacin comprob que nuestro pas es especialmente


proclive a una invasin cultural de cualquier genero, ya que por diversos factores
histricos que perviven en el imaginario colectivo nacional, no solamente no evita que
se le implanten pretendidos valores superiores sino que los anhela fervientemente
para negarse a s mismo y vivir una realidad que no es la suya.

Los resultados permitieron identificar y corroborar que en general el mexicano no


se reconoce a s mismo, vive an con mascaras, negndose a ser lo que es y
mimetizandose perpetuamente con los valores culturales de los pases que considera
373

Rosamara Villarelo Reza. La cultura y la educacin de los pases pobres ante la globalizacin. En
Jos Ma. Infante. Mxico en el siglo XXI. Universidad Autonoma de Nuevo Leon y Ed. Diana. Mxico.
1997. p. 256
374
Eric Hobsbawn. Entrevista sobre el siglo XXI. Op. Cit. p.88

261
econmicamente exitosos. En lo particular, se evidenci que existen dos marcadas
tendencias de la poblacin mexicana: la elite, por su capacidad econmica, va a
manifestar una gran afinidad por todo lo extranjero, mientras que la poblacin de
escasos recursos, en su impotencia por obtener los elementos extranjeros que lo harn
ver como poderoso ante los propios, recurrir al odio y la stira, no reconocer, como s
hace la elite, su simpata por el pas poderoso a cuyos habitantes aspira parecerse, pero
en su odio declarado recurrir a la piratera comercial y a la imitacin para alcanzar,
dentro de sus recursos, un mediano parecido a las caractersticas de ese otro que ha
tomado por modelo.

Esta situacin es sintomtica en la historia de Mxico segn se demostr, ya que


hemos imitado siempre a los pases que nos agredieron Espaa, Francia, Estados
Unidos- porque sus agresiones los hicieron ver poderosos a nuestros ojos. Las
estadsticas comprobaron que estos pases encabezan la lista de preferencia y afinidad
de los mexicanos, muy por encima de pases cultural e histricamente hermanos, como
es el caso de los latinoamericanos; actualmente es Estados Unidos el que juega el papel
del padre opresor en el imaginario colectivo del mexicano, y por ello todas las
imitaciones culturales que presenciamos son para semejarse a los habitantes de esa
nacin a la que se odia al tiempo que se le admira, en concordancia con el sentimiento
de ambigedad paradjica ampliamente explicado.

Como se concluy, nuestra situacin es bastante complicada porque la


globalizacin cultural ofrece al mexicano un nicho perfecto donde esconderse y seguir
negandose, una peligrosa combinacin para la identidad nacional mexicana, a la que no
podemos calificar como fuerte, porque nuestro estudio comprob que Mxico posee un
nacionalismo terico pero ejerce cotidianamente un malinchismo practico.

Al analizar a profundidad cada uno de los pilares del ncleo duro de la identidad
nacional, los resultados generales demostraron con cifras y hechos contundentes que
persiste el sentimiento de inferioridad que nos conduce irremediablemente a imitar lo
extranjero y negar de nosotros mismos, y que actualmente nuestra identidad nacional se
aproxima peligrosamente a un punto de desvanecimiento irreversible, porque estamos
en un momento en que la patria comienza a ser un ente desconocido en la poblacin, ya
no se le reconoce.

262
Cuando se estudi el impacto de la globalizacin en la lengua espaola en Mxico,
qued evidenciada la cada vez ms preponderante presencia y preferencia del ingls
sobre el espaol en nuestra vida cotidiana: el mexicano habla con intencionada insercin
de anglicismos, los negocios de todo genero y tamao se apresuran a nombrarse con
extranjerismos, y en cuanto a anlisis generacionales, es indiscutible que los jvenes
presentan mayor tendencia a despreciar el idioma nacional que los adultos, lo que
prueba que esta situacin es producto de la globalizacin, ya que reiteradamente en
todos los pilares identitarios estudiados, son los jvenes los que presentan un notable
desarraigo cultural y un innegable desprecio por lo telrico, en relacin a los adultos y
ancianos, como probaron las estadisticas mostradas.

En cuanto a los usos, costumbres y tradiciones, se comprob con el estudio de dos


casos altamente significativos, como son la comida y la artesana, que el proceso de
globalizacin est afectando notablemente nuestros ritos perpetuadores de identidad e
importantes cohesionantes sociales.

En el caso de la comida, se demostr que se nos est induciendo a seguir una dieta
capitalista que dista mucho de vincularnos territorial y socialmente como lo hace la
comida tradicional, por esto no queremos decir que se est instaurando la hamburguesa
y el hot dog como los alimentos nicos, sino que esta dieta capitalista consiste en una
serie de alimentos diversos de comida rpida con un alto contenido de carbohidratos que
permiten al trabajador realizar exitosamente su jornada laboral, pero que no aportan ni
los nutrimentos necesarios que realmente necesita el cuerpo humano ni los factores
culturales que todo alimento preparado posee de forma natural en su contexto social
especifico. Se trata, pues, de alimentos deshidratados o de fcil y rpida preparacin sin
ningn contenido cultural, diseados para el aporte inmediato de energas, no para la
satisfaccin de las necesidades nutrimentales de quien lo consume.

Los anlisis estadsticos demostraron que efectivamente el mexicano muestra ya


una clara tendencia a preferir la comida de filiacin extranjera, lo que es ms notorio en
la poblacin de alto poder adquisitivo, mientras que la poblacin de bajos recursos, ms
por imposibilidad econmica que por gusto o conviccin propia, sigue consumiendo
alimentos populares y altamente tradicionales como son los tacos, tamales y tortas.
Aunque sea solamente por el factor econmico, la comida demostr ser el valuarte

263
cultural e identitario de Mxico que ms resistencia ofrece al proceso de
homogenizacin global, y uno de los que ms pueden contribuir al rescate de la
identidad nacional, debido principalmente a su obligada necesidad vital, pero tambin
por su fuerte presencia en el imaginario colectivo, que solo recientemente ha empezado
a sufrir variaciones.

Por otro lado, en lo que se refiere a la artesana, qued evidenciado que este es un
arte en franca decadencia en Mxico, primero porque no hay inters por las nuevas
generaciones y en consecuencia en muchos casos no hay relevo generacional que
perpete la tcnica de elaboracin, segundo porque la misma globalizacin permite que
estos productos nicos en el mundo, a los que se les imprime la identidad nacional y
vinculacin mediante su manufactura manual, sean victimas de la piratera comercial,
industrializando su produccin en lugares tan distantes como China, siendo que los
productos as elaborados por muy idnticos que sean al original carecen de la identidad
que les imprime el artesano y no hacen la funcin de vinculantes sociales. Estos factores
han hecho que, de no recibir apoyo inmediato, el artesanado mexicano no resista ni
siquiera otros 20 aos de vida, como advierten investigadores expertos en la materia.

En el tema de los smbolos patrios, que han sido tradicionalmente lo ms


emblemtico de la nacin, aquello con lo que todos se identifican, se demostr que
estamos viviendo lo que el investigador Enrique Florescano llam evanescencia de la
patria, es decir que los smbolos patrios estn realmente perdiendo su poder de
convocatoria y representacin ya que el distanciamiento entre el gobierno y el pueblo es
cada vez ms notorio e irreconciliable, la patria empieza pues a no existir, dando paso a
la sociedad civil por un lado y al gobierno por el otro, el Estado aqu, la Nacin all
lejos, lo que se demostr sin lugar a dudas en las nuevas representaciones plsticas del
siglo XXI sobre los smbolos patrios, las cuales, distantes de ser odas a la patria como
fue caracterstico de los siglos XIX y XX, representan a los smbolos agraviados,
sangrantes, cayndose a pedazos, grafiteados con las leyendas ms diversas o decorados
con emblemas imperialistas norteamericanos, que demuestran la percepcin nacional de
un entreguismo gubernamental a las polticas neoliberales y a las potencias centrales.

Tambin qued demostrado fehacientemente que el mexicano promedio


verdaderamente conoce ms sobre los personajes de Walt Disney o las festividades de

264
consumo transnacional que de la historia de su pas y sus hroes, lo que es una prueba
irrefutable de la desvinculacin nacional y la cada vez ms obvia identificacin global.

Finalmente, en el apartado de religin nos limitamos a hacer un estudio de la


relevancia del guadalupanismo como mito fundacional de la nacin mexicana y su
vigencia actual, en el cual se apreci que la Virgen de Guadalupe tiene hoy mucha ms
poder de convocatoria y cohesin nacional que los smbolos patrios, ya que su icono
sigue produciendo las movilizaciones sociales ms importantes de Mxico, aunque estas
igualmente demostraron no ser tan grandes como las que produjeron los personajes del
mundo Disney, lo cual nos da una idea de nuestra desvinculacin nacional si
consideramos que la comparacin es contra elementos que llevan siglos de existencia y
arduo trabajo de vinculacin smbolos patrios, hroes y conmemoraciones nacionales,
festividades laicas en general-, incluyendo un mito fundacional religioso que est por
cumplir 500 aos de existencia en Mxico.

En suma, qued comprobado que la identidad nacional mexicana est enfrentando


una crisis severa ante las influencias culturales que promueve e impone de varias formas
la globalizacin, y que de no actuar con prontitud y precisin en su rescate, iniciando
una verdadera cruzada por la revaloracin de la cultura nacional, retomando el sistema
educativo para generar y difundir mediante l pensamiento crtico y conciencia
histrica, y fomentando la creacin de industrias culturales de y para la nacin
mexicana, en el futuro cercano alcanzaremos el punto de no retorno y pasaremos a la
historia como aquellos que alguna vez fueron mexicanos, sin la X en la frente, sin
origen y sin destino, eternos esclavos del imperialismo.

Durante los ltimos 30 aos nuestros gobiernos han globalizado a la nacin,


trastocaron la concepcin nacional elaborando un nuevo nacionalismo que fue un
entreguismo solapado de la nacin a los intereses capitalistas trasnacionales,
provocando un inmenso malestar social e incrementando tangencialmente la brecha
entre ricos muy ricos y pobres extremos, que son la mayora, corresponde pues a
nosotros nacionalizar la globalizacin y usarla en nuestro provecho, antes de que ella,
en complicidad con el Estado entreguista, acabe por globalizarnos. El momento de
nuestra segunda independencia es ahora o no ser, porque sin identidad perdemos la
nacin mexicana.

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