La Identidad Nacional Mexicana PDF
La Identidad Nacional Mexicana PDF
La Identidad Nacional Mexicana PDF
T E S I S
PRESENTA
ENRIQUE CATALAN SALGADO
MXICO, D.F.
2008
AGRADECIMIENTOS
[email protected]
[email protected]
Introduccin
Cuando Mxico se incorpora a los procesos de un mundo global, lo cual implica no slo
la apertura de nuestros mercados y economa nacional, sino la llegada de valores
culturales e ideolgicos transnacionales que empiezan a predominar sobre los valores,
costumbres e ideologa nacionales, inicia una afectacin cultural, producindose as un
conflicto identitario que deriva cada da en la prdida de nuestra identidad y cultura
nacional.
Este es un problema actual que cobra cada vez ms importancia, ya desde fines del
siglo pasado, cuando la globalizacin irrumpi culturalmente en los pases menos
desarrollados -principalmente con la expansin del American way of life como ideal de
vida- los problemas como transculturacin y aculturacin fueron materia de un gran
debate, investigacin y produccin acadmica, y particularmente, de gran preocupacin
de la sociedad mundial, mas no as de los pases hegemnicos, que promovan entonces
como ahora un mundo homogneo acorde con su ideologa, y por supuesto, con sus
intereses econmicos, financieros y comerciales de potencia.
2
nacional mexicana, y porque un anlisis desde la perspectiva de la dimensin cultural de
la Relaciones Internacionales es, sin lugar a dudas, una aportacin importante al revisar
holisticamente los elementos identitarios mexicanos y su situacin actual en la
interaccin del sistema mundial y en la era global.
Hacer un estudio puntual del estado en que se encuentra cada uno de nuestros
principales referentes identitarios y el deterioro que han sufrido ante la dinmica
internacional de la globalizacin cultural, no solamente contribuye a incrementar los
conocimientos que tenemos sobre este proceso de homogeneizacin mundial y la forma
en que Mxico ha reaccionado en ante l, sino que el resultado de la investigacin
permitir a posteriores estudiosos e inclusive a la clase poltica del pas desarrollar
programas y tomar acciones a favor de preservar la identidad nacional mexicana.
Heinz Dieterich. Identidad nacional y globalizacin. La tercera va. Crisis en las Ciencias Sociales,
Editorial Nuestro Tiempo. Mxico. 2000 p.152. En otras palabras, este planteamiento de Dieterich
significa que la identidad est evidentemente sujeta a evolucin, pero que esta evolucin se realiza
4
quienes somos los mexicanos y por qu somos as. Esta aproximacin es importante
porque nos permite conocer las tendencias histricas de la identidad nacional mexicana
y su reaccin al medio interno y externo, ayudndonos a comprender la reaccin que se
esperara del pas ante una invasin cultural como la que promueve la globalizacin.
5
Quienes expresan los intereses del capital (tambin a travs de sus organizaciones polticas y
militares) sostienen que la globalidad debe imponerse a las reivindicaciones locales como muestra
concluyente de la modernidad. Tal ha sido histricamente la postura intransigente de Occidente.
Habra surgido as un nuevo imperialismo de la globalidad en nombre del progreso y la modernidad. 3
Vctor Flores Olea
Vctor Flores Olea. Dialctica aldea local-aldea global. En Mxico en la aldea global. Ral Corral y
Alfredo Rojas Daz-Durn. UAM. 2002. p.107.
6
permiten el engao masivo de los pueblos para su dominacin, el caso del concepto de
globalizacin es particularmente ejemplar porque se ha pretendido usarlo en todos lo
sentidos segn la conveniencia del momento y los actores involucrados para convencer
de sus beneficios a las naciones, aun cuando los verdaderos beneficiados son una
minora muy selecta e identificada
el proceso de asimilacin cultural, del contenido de las categoras que
nombran los nuevos fenmenos, tiene una temporalidad directamente
vinculada al manejo ideolgico y de las necesidades tcnicas y los intereses
particulares de los actores en la interaccin social. () El primer cambio
conceptual en el discurso es en principio nominal, el cambio se menciona a
travs de un neologismo, que en el uso corriente del lenguaje poltico se
vuelve adjetivo, al que no se le da el contenido de una categora analtica. Se
dice lo nuevo, pero en realidad no se le nombra, el discurso poltico-coloquial
es, en la mayora de los casos, hueco y nominal, hasta que el contenido de la
categora con la que se designan los elementos generales y constitutivos del
cambio social, se asienta en el horizonte conceptual del imaginario colectivo.
Este hecho cultural ocurre con bastante frecuencia en la historia, el
reduccionismo nominal que hacen los actores polticos de las categoras
sociales, se reitera hoy con las categoras de la globalidad. Esta, forma parte
del uso corriente de los discursos y aparece como el elemento reiterado para
calificar las condiciones sociales actuales y sobre las cuales los polticos han
perdido el control.4
Con estas bases tericas, es fcil entender por qu en pases como el nuestro
absolutamente todos hablan de la globalizacin e incluso la argumentan en sus plticas
cotidianas pero realmente pocos pueden hacer una construccin terica de sus
caractersticas, estructura y funcionamiento, que realmente ayude a explicar las
problemticas desde una perspectiva global.
Ricardo Pozas Horcacitas. Los nudos del tiempo. La modernidad desbordada. Siglo XXI. UNAM. 2006,
p.93
7
para las potencias, el desconocimiento de conceptos y procesos permite la esclavitud de
individuos y sociedades, el conocimiento es poder, y en consecuencia, la ignorancia de
los dbiles es la fuerza de los poderosos5 . Que el concepto de globalizacin se usa con
desconocimiento y superficialmente, es algo tangible puesto que
la globalidad es actualmente un vocablo irrenunciable que hace aparecer al
poltico como un personaje actualizado y capaz de caracterizar, ante la opinin
publica, que se encuentra en la misma situacin de desconocimiento que l, la
sociedad en la que despliega su actividad de poder y frente a la cual promete
soluciones a los problemas.6
No por nada, los tres lemas del INSOG, el partido nico descrito en la novela 1984 de Orwell, se
sustentan en una tergiversacin radical de los conceptos que podran conducir a la liberacin: La guerra
es la paz; la libertad es la esclavitud; la ignorancia es la fuerza. George Orwell. 1984. Mestas Ediciones.
2004. p. 17
6
Ricardo Pozas Horcacitas. Los nudos del tiempo. La modernidad desbordada. Op. Cit. p.94
7
El trmino aldea global, acuado por Marshall McLuhan, hace referencia a cmo la presencia y
utilizacin de los medios de comunicacin tiene efectos sobre la forma en que los hombres interactan
entre si y conciben el mundo. Es decir, un concepto que evoca la interconectividad humana a escala
global.
8
Ricardo Pozas Horcacitas. Los nudos del tiempo. La modernidad desbordada. Op. Cit. p.7
8
Dentro de esta polivalencia conceptual, actualmente se ha considerado a la
globalizacin como la ultima fase del capitalismo9 , aludindole incluso el sobrenombre
de la postmodernidad y estableciendo engaosamente con la concrecin del proceso
globalizador el llamado fin de la historia10 .
La historia podra terminar, pero ese hecho aun no se concreta, est en proceso, la
amenaza existe, porque dentro de las dinmicas globales se induce y fomenta una
homogenizacin cultural que facilita la expansin econmica mediante la uniformacin
de gustos y estilos de vida, lo que se logra difundiendo e implantando el llamado
american way of life como un ideal indiscutible y absolutamente deseable, se trata de la
verdad totalizadora y etnocentrista de occidente que busca hacer el mundo a su
imagen y semejanza y que utiliza a la globalizacin para alcanzar este objetivo, puesto
que
la integracin al mercado mundial implicaba tambin la subordinacin a una
forma especifica de vida y de produccin. En la formacin social capitalista no
bastan la mera integracin a las cadenas globales de circulacin ni la conquista
militar y la influencia sobre otras culturas; al mismo tiempo se pretende
modificar las formas sociales. La subsuncin real al capital, de la que
hablaba Marx, modifica el trabajo y las relaciones laborales, el tipo de
innovaciones tcnicas, las relaciones polticas de poder y la relacin entre la
poltica y la economa, la cultura, el arte y la esttica, as como, en una medida
muy importante, la naturaleza y la relacin de la sociedad con esta11
No hay duda de que mediante un deterioro cultural e identitario es posible
profundizar y asegurar la dominacin econmica, poltica e ideolgica de los pueblos,
as, es un hecho que la globalizacin originariamente econmica, hoy es la herramienta
que trastorna los aspectos y los valores culturales de las naciones del mundo en favor de
una homogenizacin que beneficie la reproduccin ampliada del capital.
Sin embargo Lenin, en un lejano 1916, desarrollaba el concepto de imperialismo como la fase superior
del capitalismo, hoy en da tericos como James Petras sostienen que globalizacin es en realidad el
nombre clave para llamar al imperialismo. (Cfr. V.I. Lenin. Imperialismo, Fase superior del Capitalismo.
Ensayo popular. y Cfr. James Petras El imperialismo en el siglo XXI. La globalizacin desenmascarada.
Ed. Miguel ngel Porrua. 2002).
10
Francis Fukuyama, sostiene en su ensayo titulado El fin de la historia que la imposicin y triunfo de
la idea occidental termina con la evolucin ideolgica de la humanidad, universalizando la democracia
liberal y eliminando la posibilidad de sistemas y pensamientos alternativos al liberalismo occidental.
11
Noam Chomsky. Los limites de la globalizacin. Ed. Agapea. 2002. P.12
9
"La universalizacin se est perdiendo a causa de la globalizacin12 . La
globalizacin de los intercambios est poniendo fin a la universalizacin de los
valores. Esto marca el triunfo de un pensamiento uniforme sobre uno
universal. Lo que est globalizado, primero y con preferencia es el mercado, el
incremento de intercambios y toda clase de productos, el perpetuo flujo del
dinero. Culturalmente, la globalizacin da pie a una promiscuidad de actitudes
y valores, de hecho como un tipo de pornografa.() Desde la perspectiva del
poder global (al igual que los fundamentalistas en sus creencias como una
ortodoxia religiosa), cualquier forma de diferencia o singularidad es hereja.
Las fuerzas singulares solo tienen la opcin de unirse al sistema global (por
voluntad o a la fuerza) o perecer. La misin de Occidente (o mejor dicho el
occidente idealizado, puesto que hace mucho perdi sus propios valores) es
usar todos los medios posibles para subyugar todas las culturas a el brutal
principio de equivalencia cultural.13
Una crtica correcta debe contemplar el problema desde su causa y no limitarse al
estudio de las consecuencias. Por eso, ya hemos empezado a observar que la
globalizacin es desde sus inicios un proceso creado y dirigido para beneficiar el
comercio de las grandes potencias modificando la cosmovisin de los pueblos con el
apoyo de las industrias culturales de esos pases y las reformas a estructuras identitarias
de carcter trascendente como el sistema educativo nacional-, con la intensin ultima
de construir en el mundo una sociedad global culturalmente unificada, por lo que en
Mxico se presenta la necesidad de fortalecer nuestra identidad ante la potencial
amenaza de su perdida.
12
El filosofo y critico social francs Jean Baudrillard, autor del texto, entiende por universalizacin
aquello relacionado con los derechos humanos, la libertad, la cultura, la democracia, y en fin, con todo
valor humano. Mientras que la globalizacin tiene que ver con la tecnologa, el mercado, el turismo y la
informacin. (Cfr. Jean Baudrillard. The violence of the global. Disponible en lnea en
http://www.ctheory.net/articles.aspx?id=385)
13
Universalization is vanishing because of globalization. The globalization of exchanges puts an end to
the universalization of values. This marks the triumph of a unifor thought over a universal one. What is
globalized is first and foremost the market, the profusion of exchanges and of all sorts of products, the
perpetual flow of money. Culturally, globalization gives way to a promiscuity of signs and values, to a
form of pornography in fact. () From the perspective of global power (as fundamentalist in its beliefs
as any religious ortodoxy), any mode of difference and singularity is heresy. Singular forces only have the
choice of joining the global system (by will or by force) or perishing. The mission of the West (or rather
the former West, since it lost its own values a long time ago) is to use all aviailable means to subjugat e
every culture to the brutal principle of cultural equivalence. Jean Baudrillard. The violence of the global.
Op. Cit.
10
11
el problema de la sobrecapacidad en el contexto de creciente competitividad
entre principales economas capitalistas se transform rpidamente en uno de
los incentivos centrales para la expansin comercial hemisfrica y global14
Observamos pues, que el fenmeno de la globalizacin surge de esta necesidad de
nuevos mercados para colocar los productos excedentes de las potencias, lo cual le
adhiere al concepto de forma incuestionable una naturaleza econmica capitalista y
liberal, porque era necesaria la apertura de los mercados de ultramar para ubicar estos
excesos productivos, y en consecuencia era indispensable implantar este modelo
econmico como la panacea que permitira el desarrollo del mundo, nada fue ms
favorable para implantar esta ideologa que el derrumbamiento del bloque sovitico,
usado hasta el cansancio en el discurso oficial para demostrar la inviabilidad de un
sistema alternativo y la necesidad de uniformar las economas del mundo a un sistema
de libre mercado, sin embargo en la revisin histrica y contempornea es evidente que
las potencias que se proclaman como los lideres neoliberales son los que ms ejercen un
sistema de proteccionismo e intervensionismo estatal en sus economas, no solamente al
interior de sus territorios, lo que se manifiesta en subsidios y beneficios sociales a su
poblacin, sino al exterior promoviendo normas internacionales y recomendaciones
econmicas que deben ser acatadas por el resto de los pases para beneficio de las
potencias.
La visin hegemnica est dispuesta a tolerar que Estados Unidos infrinja la
soberana de otros Estados, pero insiste en proteger la suya en todos los
aspectos. El gigante americano desea ser el nico agente manipulador de la
situacin."15
Esta dinmica econmica desigual, a todas vistas impuesta y leonina, ha
demostrado a 25 aos de su realizacin que no constituye una va para el desarrollo
global16 , y que las promesas de crecimiento econmico y desarrollo son solamente
validas para quienes lideran el proyecto econmico neoliberal y que logran mantenerse
14
12
como las principales potencias econmicas gracias a la explotacin comercial
desmedida del resto de los pases del mundo explotacin que es posible gracias a que
se sigue el modelo econmico impuesto y controlado mediante organismos financieros
como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial-, y que deforma nuestro
desarrollo porque importamos esos lineamientos que no se llevan a cabo en los pases
que los crean y difunden, ya que en los pases que se autoproclaman desarrollados17
prevalece el proteccionismo, mismo que se prohbe a los pases a quienes irnicamente
se les llama subdesarrollados cuando es el modelo capitalista neoliberal el que los
mantiene en ese estado para poder continuar con el saqueo econmico que deriva de la
dependencia comercial y los intercambios desiguales.
13
ideolgica y la trastocacin de conceptos como desarrollo, bienestar, e incluso la
alteracin misma al interior de las naciones de la idea de status, respeto, cohesin y
solidaridad social de sus habitantes, originando as una autentica disolucin nacional
que se est haciendo mediante la promocin del individualismo (consigna capitalista) en
vez de la conciencia social colectiva y que se ve manifestada en la inmensa apata de la
poblacin por los problemas nacionales-.
19
James Petras. La globalizacin desenmascarada. El imperialismo del siglo XXI. Mxico. Ed. Porra.
2003. p. 36
20
Desde 1982, ao en que Mxico adopta las polticas neoliberales y con ello se integra en la
globalizacin, y mucho ms especialmente a partir de la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio
en 1994, hemos visto como al interior de nuestras fronteras se agudizan estas contradicciones: el segundo
hombre ms rico del mundo cohabita en un pas con 70 millones de pobres y, por otro lado, el Producto
Interno Bruto de toda la nacin producido por 105 millones de habitantes en un ao, no se asemeja a la
cuarta parte de su fortuna personal. Nuestra clase media se encuentra en proceso de desaparicin porque
cada vez es ms difcil sostener una buena calidad de vida, conseguir un empleo digno y bien remunerado
asi como comprar a precios justos muchas de nuestras tarifas y costos, por ejemplo las comisiones
bancarias y tarifas telefnicas, son de las ms elevadas del planeta, a pesar de que la globalizacin y el
libre mercado prometen abaratar costos debido a la competencia, lo cual viene a demostrar, nuevamente,
que se trata en realidad de un sistema de explotacin-
14
mundo una pauperizacin y explotacin de la clase laboral como nunca antes se haba
visto en la historia,
en vez de arribar al paraso prometido de grandes progresos y beneficios, las
victimas de este macrofraudulento proyecto poltico-econmico (la
globalizacin) ven reproducir, e incluso acentuar, la explotacin y opresin a
la que han sido sometidos sus pueblos desde hace cientos de aos, En vez de
prosperidad e inclusin, a la fecha ms de tres mil millones de personas (la
mitad de la poblacin mundial) se hallan en condicin de pobreza, mil
millones sin educacin, mil millones sin acceso a agua potable y servicios de
salud y algunas ms en la peor de las agonas por inanicin, marginacin y
exclusin social. Y es que la economa, entendida como la pertinente
organizacin de los recursos productivos con arreglo al cubrimiento de las
necesidades materiales y culturales de las personas, es decir, orientada a la
reproduccin de la vida humana, se encuentra secuestrada por la camarilla de
oligarcas financiero-industriales y polticos corruptos que ve en la crematstica
su nico designio21
En suma, la globalizacin resulta ser un proceso de carcter antisocial, lacerante,
opresora, abusiva y totalmente contraria a las funciones histricas que representa el
Estado-Nacin, deteriorando en todo sentido la economa y estructura social de las
naciones modificando los referentes a la soberana y la intervencin del Estado como
regulador econmico, quebrantando su funcin tradicional de garante del beneficio
social. En este sentido, tericos como Jean Baudrillard y tambin movimientos como el
EZLN en Mxico por ejemplo, identifican a la globalizacin como la cuarta guerra
mundial, que es la globalizacin triunfante enfrentada a s misma. Nos hemos
encaminado a travs de las guerras a un orden mundial nico dice Baudrillard- que
hoy a llegado virtualmente a su consumacin. Un orden que se encuentra enfrentado a
las fuerzas antagnicas diseminadas en el corazn mismo de lo mundial, en todas sus
convulsiones actuales. Se trata de la resistencia del mundo ante la globalizacin22 .
S, es la globalizacin contra s misma: individuos que se han percatado de
los males de la globalidad gracias a los bienes de la globalidad, aislacionistas
que se organizan por internet. [] El internacionalismo proletario y el
cosmopolitismo burgus se estn encontrando donde nunca se lo imaginaron:
en una red que democratiza el elitismo23
21
Luis J. lvarez Lozano. Un mundo sin trabajo. Ed. Drada. Segunda Edicin, Marzo 2004. p.7
Cfr. Jean Baudrillard, "El espritu del terrorismo", en la revista Fractal n 24, enero-marzo, 2002, ao
6, volumen VII, pp. 53-70.
23
Dr. Agustn Basave Benitez. un globo de bienestar?. En la revista Nueva visin socialdemcrata.
Nmeros 3 y 4. Enero a Julio de 2006. Fundacin por la social democracia de las Amricas, A.C. p. 54.
22
15
La globalizacin del capital -sostiene el Subcomandante Marcos- destruy las
fronteras nacionales y reacomod el mundo, permitiendo que la lgica del mercado
determine las relaciones internacionales as como las que suceden al interior de los
moribundos Estados-Nacin, esconde detrs de una imagen inocente un sistema de
explotacin, despojo, represin y desprecio, el imperialismo habr cambiado su manera
de guerrear, pero el amo sigue siendo el capital y su emperador vitalicio el capital
financiero.24
Subcomandante Marcos. Otro mundo ser posible solo sobre el cadver del capitalismo, seala
Marcos. La jornada, poltica, 26 de marzo de 2007.
25
Subcomandante Marcos. Entrevista en la Selva Lacandona con motivo de la conferencia Liberando
los medios de comunicacin organizada por Learning Alliance, Paper Tiger TV, and FAIR en
cooperacin con the Media & Democracy Congress, el 31 de enero y primero de febrero de 1997, en
Nueva York. Puede consultarse el mensaje transcrito en http://www.tmcrew.org/chiapas/e_media1.htm en
ingls, o ver el video original en espaol en http://www.youtube.com/watch?v=aexyZ5eB2_A.
26
Alfredo Rojas Daz-Durn. Otro milenio de esperanza. Op. Cit. p.272
16
opuesto a lo que nombramos libertad. Los valores como la honestidad y la dignidad ya
no cuentan, el hecho de que los valores humanos se promuevan dentro del discurso
global es solo una especie de coartada, un engao, ya que estos derechos pertenecen por
s mismos a una superestructura jurdica y moral, dentro de la globalizacin solo son
propaganda y publicidad. 27
Jean Baudrillard. This is the fourth world war: The Der Spiegel interview with Jean Baudrillard.
International journal of Baudrillard studies. Vol 1 no.1 Enero de 2004. Documento disponible en lnea en
http://www.ubishops.ca/baudrillardstudies/spiegel.htm
28
James Petras. Op. Cit. p.54
29
Un foro realmente significativo en la escena internacional, puesto que a el asisten ms de 2000
sindicatos y Organizaciones No Gubernamentales (ONGS) de hasta 82 pases diferentes, no se permite la
participacin de jefes de Estado y se discuten los problemas del mundo desde las bases.
17
los globalfilos. Personas de diversas clases sociales, generaciones y
filiaciones polticas se unen para expresar su descontento por algo que no
aciertan a articular. Suelen estar presentes sindicatos, organizaciones
ecologistas, estudiantes, defensores de los derechos humanos y hasta
simpatizantes de la derecha radical 30
Es importante destacar que de ser inevitable la globalizacin, no existira ese
enorme aparato
poltico-econmico
e ideolgico,
llamado
Fondo
Monetario
Internacional (FMI) que obliga a los pases a adoptar sus medidas renunciando a su
propia visin de desarrollo, y que es el ejecutor de dichas polticas de dominacin, ya
que mediante cartas de intensin, convenios, sanciones econmicas o en casos extremos
un aislamiento comercial absoluto el caso Cuba y la ley Helms-Burton- se asegura de
que el mundo gire a su conveniencia. Si fuera inevitable el proceso globalizador no
insistiran las potencias en combatir a los gobiernos de izquierda y criticar tan
arduamente la intervencin del Estado, porque segn su lgica sabran que est
destinado a desaparecer, lo cual desde luego no es cierto porque el Estado es necesario,
como afirma el Dr. Jos Mara Prez Gay: el Estado no es superfluo, no hay economa
desarrollada que no cuente con un Estado no grande, sino fuerte, no propietario, sino
regulador.31
Los planteamientos que hemos utilizado en este subtema sin duda contribuyen a
entender que el proceso llamado globalizacin en su dimensin ideolgica es toda una
construccin intelectual compleja, creada para justificar la intervencin y dominio
econmico-poltico de los pases impulsores del capitalismo el G8- ms all de sus
fronteras: desintegra las propias instituciones sociales, modifica la cultura y desmiembra
la identidad social colectiva, elementos de primer orden en cualquier proceso de
liberacin.
30
18
32
Ma. de Lourdes Arizpe. Citada por Mara de la Luz Casas Prez en Identidad nacional y
comunicacin, en La identidad nacional mexicana como problema poltico y cultural. Ral Bejar y
Hctor Rosales, Coordinadores. Ed. Siglo XXI. 1999. p. 148.
19
el fin de nuestra economa actual es hacer ricos cada vez ms ricos y pobres
cada vez ms pobres; as pues, nuestra economa no est dirigida hacia el bien
comn, sino hacia el bien particular, implicando as aumento del capital,
desvaloracin del hombre. [] Los hechos demuestran esta situacin, a tal
grado que hacen del hombre una maquinaria de produccin y una productora
de consumo, de tal forma que sus inclinaciones individuales estn
determinadas por la mentalidad de consumo de las masas 33
Aqu es donde encontramos la relacin entre la economa, la cultura y la sociedad,
las dinmicas econmicas no se realizan solas, la mano invisible del mercado no existe,
pero existe la mano invisible de la sociedad identificada por Marx: puesto que el
individuo es el motor de la historia, las actividades econmicas y comerciales se
realizan segn intereses y estos parten de cierto grupo social en el poder.
Ramn Glass Santana. Esclavo o qu? .Editorial Plaza y Valdez. Universidad Autnoma
Metropolitana. 1990. p.56
20
La cultura no es un ente abstracto fijo e inmutable, ms all de la literatura o las
bellas artes, la cultura es la esencia de la cotidianeidad social que muta con la sociedad
misma para ayudarla a alcanzar un fin, la cultura son los valores, los conocimientos, las
experiencias, las maneras de hacer, constituyndose as en el espritu de las
sociedades.34 Por esta razn no se puede comprender la globalizacin cultural si no se
comprende primero que la globalizacin es tambin una complicada mundializacin de
lo social. Desde esta perspectiva, Octavio Ianni define a la globalizacin como
la intensificacin de las relaciones sociales en escala mundial que ligan
localidades distantes de tal manera que los acontecimientos de cada lugar son
modelados por eventos que ocurren a muchas millas de distancia y
viceversa.35
En efecto, ese fenmeno mundial llamado globalizacin al que otras disciplinas
aluden como novedoso en el escenario internacional, es el mismo que los
internacionalistas hemos analizado desde los orgenes de nuestra disciplina 36 y cuyo
funcionamiento bsico se realiza, precisamente, mediante la internacionalizacin de las
relaciones sociales bsicas, incluso esta definicin de globalizacin como fenmeno
social es muy anterior a la definicin que hemos dado de la globalizacin econmica
neoliberal, porque esta ultima no hubiera sido posible sin el incremento de la interaccin
de las diversas sociedades a escala global.
34
Sobre la naturaleza de la cultura, diversos tericos de relevancia han profundizado el debate, Theodore
Adorno diserta sobre el moderno dualismo entre civilizacin y cultura. La civilizacin suele asociarse
siempre a lo material, cultura es lo espiritual: es la conciencia humana rica en forma y sentido. Vctor
Hell argumenta que la cultura est ntimamente ligada a lo moral, puesto que sin valores morales no
puede subsistir la cultura. Freud por su parte, distingua a la cultura como todo aquello que eleva al
hombre por encima de los animales; la Declaracin Universal de la UNESCO sobre la Diversidad
Cultural, la establece como un elemento holistico, material y espiritual, evolutivo, que adquiere formas
diversas a travs del tiempo y el espacio.
35
Octavio Ianni. Teoras de la globalizacin. Mxico. Ed. Siglo XXI. 1999. p. 163.
36
Puesto que el objeto de estudio de las Relaciones Internacionales es la realidad internacional, es decir el
mbito exgeno de las Ciencias Sociales.
37
John Tomlinson. Globalizacin y Cultura. Mxico. Oxford University Press. 2001.
21
identidades del mundo, por el contrario, permitira un enriquecimiento cultural sin poner
en riesgo los valores culturales locales, pero sucede que la problemtica es ms
profunda.
22
facilidad con la que se producen en todo momento y sentido mediante las
telecomunicaciones modernas, originan desde el comienzo una hibridacin cultural, que
es el primer paso para una aculturacin total.
los
pueblos
donde
este
sistema
tiene
presencia
son
juzgados
38
23
cotidianos. El imperio se convierte en un centro nico de informacin y el
acceso a la misma es permitido de acuerdo a sus intereses.40
Merece una reflexin especial el planteamiento de Jean Pierre Warnier en cuanto a
la globalizacin cultural, puesto que su idea alude a la total inexistencia de una
mundializacin de la cultura41 , es interesante observar que l afirma, analiza y
desenmascara la erosin rpida e irreversible de las culturas singulares en el contexto
global y destaca en la mayor parte de su investigacin el peligro que enfrentan las
culturas locales ante las industrias culturales hegemnicas, hablando incluso de un
etnocidio generalizado, pero su pronunciamiento en contra se sostiene en la
fragmentacin cultural y la resistencia. Bsicamente, sostiene que no puede haber una
globalizacin cultural porque las culturas se resisten y producen nuevos elementos
culturales no obstante la hegemona cultural ejercida por los pases industrializados. No
niega que el proyecto homogenizador exista, ni el dao que causa, lo que niega es que
pueda concretarse, y si no hay concrecin no hay mundializacin de la cultura. De esto
se desprende que la diferencia es terminolgica y no ideolgica. En efecto la
globalizacin cultural no est dada, pero est en proceso, Jean Pierre ha querido ver en
el concepto de globalizacin cultural lo que Tomlinson denomin cultura global, hay
que precisar bajo la lnea de anlisis que hemos venido construyendo que la primera es
el proceso y la otra es el resultado que pretenden obtener los hegemones.
24
As, ya no tenemos uno sino tres escenarios posibles y probables que amenazan a
las culturas y con ellas las identidades- locales.
b) La cultura global sin origen definido. Que surgira ante el intenso y constante
intercambio cultural de todos los pueblos entre s de forma indeterminada,
afectando incluso al centro de poder que pretenda estandarizar al globo en
base a sus valores, pero que al momento de los intercambios tambin result
modificado, originndose as una especie de melting pot a escala global, en el
que en estricto sentido, todas las diferencias tnicas y culturales globalizadas
42
Vctor Flores Olea. Dialctica aldea local-aldea global. Op. Cit.. p.106
25
se fusionaran creando una nueva y nica identidad cultural producto de esta
sntesis, esta es la cultura global indita que Edgar Montiel identifica como un
magma pluricultural43 , es tambin muy similar a lo que Jos Vasconcelos
denomin la raza csmica y es adems el escenario que Leonardo Da Jandra
denomin la quinta raza, que sera la raza dominante planetaria derivada de un
mestizaje superador44 . Aunque esta cultura global, en caso de darse podra
considerarse democrtica, no es tampoco un escenario deseable considerando
que lleva implcita la muerte de la diversidad y las culturas locales.
43
26
hecho empricamente en las ciencias sociales nunca ha sido labor fcil, pero existen
elementos que pueden contribuir a mostrar la existencia de nuestra problemtica.
Modos de vestir
Estilos de habla y mtodos para la conversacin
Franquicias de cadenas norteamericanas
Transformacin del conocimiento til en manuales de autoayuda
Promociones desenfrenadas de la industria del espectculo
Atractivo ilimitado de irracionalidad
Elevacin de las celebridades al rango de santidad postmoderna.
Uso monoplico del tiempo infantil
Dependencia eternizada en materia de informtica
Construccin sectorial de modos de vida a semejanza de las idealizaciones de
Estados Unidos.45
Carlos Monsivais. La globalizacin y sus definiciones, Mxico en la aldea global. Op. Cit. p.19-20
La paradoja de la moda, explica H. Spencer citado por Squicciarino- est en el hecho de que todos
pretenden ser similares a los que se consideran superiores y que usan un atuendo diferenciado para
marcar su divisin social de clase- y al mismo tiempo ser diferentes de aquellos que son considerados
inferiores diferencindose de ellos usando los mismos atuendos que utilizan los que se consideran
superiores-. La moda, explica squicciarino, surge en realidad como un sistema de divisin de clases
46
27
elementos subjetivos: se necesita vestir de traje para la formalidad existen en cada
cultura, atuendos locales para los actos de extrema importancia, la imposicin y
asociacin universal del traje sastre para estos efectos, es una muestra tangible del
socabamiento cultural en cuanto a modos de vestir se refiere-47 .
Igualmente, sin importar sus lenguas originarias, lo mismo en China que en Brasil
y Egipto se escucha el mismo okay para afirmar, mezclado entre su lenguaje, la
misma palabrera meditica, y las conversaciones cada vez ms impersonales y
deslocalizadas.
28
casos ambos como las notas del da a escala internacional: desde un asesinato masivo
impactante mientras ms violento mejor-, la declaracin publica de que el cantante
estrella del momento es homosexual y se le vio con su pareja o el embarazo de Britney
Spears, distraen la atencin publica de millones de personas simultneamente en todo el
mundo, mientras que la poderosa industria decide cuales sern los valores a imponer y
acta, pasando por la identidad de genero -Barbie, las Bratz, Max Steel- y reduciendo
los conceptos de belleza a uno elegido con la ms absoluta arbitrariedad universal que
orilla a la poblacin del mundo a aspirar a ellos -Miss Universo- olvidando los propios
conceptos ancestrales de belleza al interior de las culturas locales49 , ya que se fomenta
globalmente la falsa idea de que una mujer bella tiene que ser alta, delgada y cumplir un
estndar en cuanto a los atributos fsicos.
49
29
indebida de plantas medicinales; que Hollywood llega a 2.6 mil millones de personas y
Bollywood a 3.6 mil millones -la mitad de la poblacin mundial-, denunciando que la
hegemona internacional de las pelculas de Estados Unidos es un aspecto importante de
la propagacin global de la cultura de consumo occidental en detrimento de otras
culturas; en cuanto a la televisin, el organismo afirma que de cada 1000 personas 246
tienen este aparato, y que estas personas son una clase media global que sigue el mismo
estilo de consumo y prefieren marcas globales; que se ha identificado una categora
de jvenes globales que habitan un espacio global que se identifica como un
mundo pop- en el cual viven empapados de los mismos videos y msica y constituyen
un mercado gigantesco para bienes de moda tales como zapatillas, camisetas y jeans. 51
51
ONU. Informe de Desarrollo Humano 2004: La libertad cultural y el mundo diverso de hoy.
Disponible en lnea en http://hdr.undp.org/reports/global/2004/espanol/pdf/hdr04_sp_complete.pdf
52
Declaracin Universal de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural. Adoptada por la 31 sesin de la
conferencia general de la UNESCO. Paris, 2 de noviembre de 2001.
30
Asamblea General de la ONU53 , en su Articulo 15 establece el derecho de todo
ciudadano a participar en la vida cultural y la obligatoriedad del Estado para prever las
medidas que conserven, desarrollen y difundan la ciencia y la cultura, los derechos
consagrados en ambos documentos se violan con fragancia cuando los medios globales
trabajan para crear una cultura de masas estandarizada mediante una masificacin
simblica que incremente el consumo de sus productos, porque finalmente, la
uniformacin cultural no es un mero capricho ni es tampoco un resultado no previsto
del proceso globalizador, por el contrario, la bsqueda de una cultura global es inducida
y planificada porque as conviene a los intereses del gran capital, si se emparejan los
gustos a la creencia y concepcin occidental se incrementan las ventas porque surgen
nuevos mercados, la mera posibilidad de llegar al territorio ya supone la existencia del
nuevo mercado, pero no se puede vender un producto a quien no le interesa, a quien
tiene otras necesidades y otra visin del mundo, entonces la solucin es cambiar esa
visin y asegurar el mercado, no como una posibilidad, sino como un hecho, crear las
nuevas necesidades, generar un fanatismo y una idea de que parecerse a esa cultura
hegemnica es lo mejor, de que consumir sus productos es lo mximo porque nos
aproxima a su modo de vida, por ello
53
Adoptado y abierto a la firma, ratificacin y adhesin por la Asamblea General en su resolucin 2200
A (XXI), de 16 de diciembre de 1966. Entr en vigor el 3 de enero de 1976, de conformidad con el
artculo 27 del mismo. Mxico firm el Pacto en 1981, al 2003, 146 estados formaban parte de este
acuerdo.
54
Ramn Glass Santana. Op. Cit. p. 62
31
imperialismo global tiende a absorber las a las culturas nacionales en una
cultura nica, amorfa, empobrecida y vaca 55
Por qu es tan importante la cultura y la diversidad en un sistema de dominio
global? Aldous Huxley en Mundo Feliz y George Orwell en la novela 1984 dejaron muy
en claro que cuando se logra instaurar el pensamiento nico y la perdida de la
conciencia del ser, se tiene el dominio absoluto de la sociedad, Orwell, mucho ms que
Huxley, ahonda en las virtudes poltico-econmicas de este sistema de dominacin y la
forma en que funciona: la consigna de los antiguos despotismos era No hars esto. La
de los totalitarios era Hars esto, nuestra orden es Eres 56 ,
se trata de una
manipulacin de la realidad, no importa lo que Es sino lo que se hace creer que es, y esa
verdad solo puede ser plenamente aceptada cuando se ha perdido la cosmovisin propia,
la cultura, el pasado, el ser originario por el ser impuesto, engaado.
Por ello la identidad cultural es tan importante, puesto que la propia conciencia de
lo que se s es el principal elemento de la resistencia, es esta conciencia y no otra, la que
permite que en todo el mundo estn surgiendo los movimientos rebeldes de autodefensa,
lo que Edgar Montiel identifica y asocia como rebrotes de xenofobia y racismo, Edgar
Morin lo llama respuesta (reponse) ante la planetarizacin homognea (challenge), y lo
que Vctor Flores Olea y Jean Pierre Warnier simplemente llamaron autoconservacin.
tambin Smith, el personaje principal en 1984, y el salvaje del Mundo Feliz de Huxley,
son capaces de resistir y rebelarse porque tienen conciencia propia esto es conciencia
independiente de la que se impuso en su medio-, qu tenan en comn ambos
personajes que les permiti encontrar su ser, su esencia? ambos tuvieron acceso a
documentos y hechos olvidados del pasado que les revelaron la realidad en
contraposicin a la verdad dominante, y este conocimiento del pasado les dio
conciencia de su lugar en el mundo. Histricamente, las luchas sociales de cualquier
regin se han dado solo cuando se adquiere una conciencia de lo que se es y la situacin
que se vive, pero nunca sin ella, por ende no es de extraar que exista un proyecto de
homogenizacin global que sin duda garantizara un dominio holistico, no hablamos del
tradicional dominio poltico-econmico que hemos visto en el transcurso de la historia,
hablamos tambin de un dominio social, de la eliminacin del descontento y la ilusin
55
32
de la felicidad mediante la manipulacin de los ideales de vida, bienestar, y los valores
culturales ms diversos hacia una mentalidad comn, uniformada, hueca.
57
33
Este instrumento es la industria cultural, el debate sobre ella es amplio puesto que
si bien ha sido utilizada con evidentes fines de dominio y estandarizacin de
preferencias con miras a fomentar el consumismo, tambin podra ser utilizada como un
elemento de liberacin y progreso. Por ello, esta aproximacin conceptual abordar
ambos aspectos para dejar en claro la forma en que este elemento afecta la identidad
nacional de pases como Mxico pero tambin puede beneficiarlos si se genera una
industria cultural nacional que contrarreste los efectos del proyecto homogenizador
global.
58
cultura de masas es un trmino ambiguo sujeto a interpretaciones erroneas, ya que puede pensarse que
se trata de una cultura surgida de las propias masas y no una cultura impuesta a las masas, -como es la
idea original-, por ello es que surge de la propia iniciativa de Adorno y Horkheimer el termino industria
cultural, que pretende ser ms especifico sobre la intencionalidad. En el transcurso del tiempo, se ha
conocido a la industria cultural con diversos nombres, en 1966 el economista estadounidense F. Machlup
la nombr industria del conocimiento ms pragmtico y global- y posteriormente otro filosofo alemn,
H.M. Enzensberger, le dio el nombre denunciador de Industria de la conciencia. Sin embargo estos
nombres no prosperaron.
34
permite el bombardeo ideolgico que modifica actitudes, valores y formas de vida del
imaginario social colectivo de pueblos y naciones.
35
consecuencia una sociedad que deshumaniza al individuo al grado de que su valor y
estimacin social se miden por su nivel de consumo, en donde poseer lo nuevo es la
aspiracin eterna y enajenante en vez de ver por lo til y lo necesario.
Cfr. Giovanni Sartori. Homo Videns: la sociedad teledirigida. Editorial Taurus. Quinta reimpresin.
2003.
62
Cfr. Theodore. W. Adorno. La industria cultural. Imperialismo y medios masivos de comunicacin.
A. Dorfman, V. Erhart, T. Adorno, A. Matterlat. Ediciones Quinto sol. 1982.
63
Ibidem. p.73
36
Nuestra respuesta convencional a todos los medios (lo que cuenta es la forma
en que se emplean), es la posicin obtusa del idiota tcnico, ya que el
contenido de un medio es como el jugoso trozo de carne con que el ladrn
distrae al perro guardin de la mente. Los efectos del medio se hacen
poderosos e intensos justamente porque se proporciona otro medio en calidad
de contenido. [] La aceptacin dcil y subliminal del impacto de los
medios ha convertido a estos en crceles sin muros para los usuarios [] cada
uno de los medios es tambin un arma poderosa con la que se puede
coaccionar a otros medios y a otros grupos.64
McLuhan explica el impacto de todos los medios por el hecho de su simple
presencia, alude a ellos como extensiones del hombre y como tales determinan toda la
comprensin de nuestra poca: alteran la manera como pensamos y actuamos, y la
forma en que percibimos el mundo.
Ahora bien, una vez expuestos los planteamientos bsicos del impacto natural de
los medios, podemos abordar la funcin de influencia y dominio de los medios
mediante el mensaje ideolgico que contribuye con la deformacin y deterioro cultural e
identitario en las sociedades nacionales donde las nuevas tecnologas son la expresin
central de un capitalismo llamado sociedad de la informacin y el conocimiento.
64
Marshall McLuhan. La comprensin de los medios como las extensiones del hombre. Ed. Diana. 11
reimpresin 1989. p.41,44.
37
industria cultural acosa a las masas, no permitiendo casi evasin e impone sin cesar los
esquemas de su comportamiento 65 .
38
han muerto 650 mil humanos en Irak, pero tampoco lo va a negar. Va a decir
que no lo sabe mientras muestra fotografas de los jardines de la zona verde de
Irak, donde estn nios jugando a la pelota tan tranquilamente sobre cspedes
tan bellos como los que hay en Londres. ste es el tipo de configuracin de
realidad que hoy define el diseo de los massmedia audiovisuales 68
Tambin Ricardo Pozas expresa que la concentracin del poder de la informacin
en los massmedia les facilita los elementos necesarios para realizar inconcebibles
campaas de desinformacin, construidas, en principio, sobre un proceso de seleccin
de la informacin conveniente a sus intereses, misma que se jerarquiza con rangos de
importancia nacional e internacional y se repite continuamente en el transcurso del da
hasta volver monotemtica la informacin y crear un estado de opinin. 69
No es difcil concebir que este estado de opinin se concrete en todos los pases
del mundo, sin excepcin y de manera simultanea, considerando las observaciones de
Alfredo Jalife-Rahme sobre el tema, quien hace evidente su preocupacin por las
megafusiones globales de los medios multimedia y nos dice
Cfr. El Financiero, cultura. Hoy no existe otra realidad que la de los massmedia: Subirats. 16 de
marzo de 2007.
69
Ricardo Pozas Horcacitas. Op. Cit. p. 103
70
Alfredo Jalife-Rahme. Hacia la desglobalizacin. Jorale Editores. Orfila. Primera Edicin. Mxico
2007. p.85
39
autnomos, independientes, capaces de juzgar y decidir concientemente. []
Si desde lo alto se difama sin razn a las masas como tales, es justamente la
industria cultural la que a menudo las reduce a ese estado de masa que despus
desprecia, y que les impide emanciparse.71
En este contexto, es imposible negar que las industrias culturales modifican la
ideologa. En este sentido, al abordar nuestro objeto de estudio de manera particular, se
sabe que hay una asimetra evidente en el flujo cultural y que en las industrias culturales
predominan los contenidos trivializados y empobrecidos llenos de lugares comunes para
abarcar la mayor cantidad de publico posible, que su poder es inmenso y que la amenaza
est aqu y ahora, pero aun queda por explicar de forma ms especifica y detallada qu
sucede con las identidades culturales y nacionales bajo esta situacin.
71
40
Entre los rasgos distintivos de la globalidad est el surgimiento de lo que
podemos llamar la conciencia sobre la conexin global; actividad intelectual y
valorativa reforzada por los medios de comunicacin electrnica, capaces de
llamar la atencin inmediata de un pblico, hacia acontecimientos ocurridos en
lugares distantes, generando una situacin de pertenencia y creando un nuevo
imaginario colectivo, que ha dado origen a una cultura planetaria de masas,
cuyo rasgo fundamental es la prdida de los referentes fijos y
unidimensionales. Esta nueva cultura planetaria, mediada de manera creciente
por las formas de comunicacin electrnica, ha producido nuevas
sensibilidades y valoraciones fundadas en la aceleracin del tiempo, que ha
resignificado al presente, frente al pasado y el futuro, como la temporalidad
omnipresente: el aqu y el ahora son las coordenadas de la conducta social y
poltica que le dan valor a la actividad intelectual y a la accin colectiva, en
una nueva secularizacin en la que el sentido social ha dejado de formar parte
de un proyecto histrico.74
Con la industria cultural y los avances tecnolgicos, es un hecho que cambi la
forma de comunicarnos, en consecuencia se modific la forma en que entendemos el
pasado y la otredad, porque incluso conceptos como el tiempo y el espacio que
tradicionalmente ayudaban a entender la realidad sufrieron alteraciones culminantes:
hoy podemos hablar de tiempo real y tiempo virtual, de no lugares, de deslocalizacin,
de realidades virtuales, y todos estos son factores que trastocan la forma en que nos
identificamos, vemos y sentimos a nosotros mismos; el tiempo y el espacio
tcnicamente dejaron de existir y las tecnologas nos despojaron de nuestros referentes
territoriales para ponernos frente a el mundo como pretendidos ciudadanos globales.
41
abroga al Estado una serie de derechos para regular las transmisiones con fines de
beneficio social, por lo que en su Articulo 5 claramente se lee que
La radio y la televisin, tienen la funcin social de contribuir al
fortalecimiento de la integracin nacional y el mejoramiento de las formas de
convivencia humana. Al efecto, a travs de sus transmisiones, procurarn:
I.- Afirmar el respeto a los principios de la moral social, la dignidad humana y
los vnculos familiares;
II.- Evitar influencias nocivas o perturbadoras al desarrollo armnico de la
niez y la juventud;
III.- Contribuir a elevar el nivel cultural del pueblo y a conservar las
caractersticas nacionales, las costumbres del pas y sus tradiciones, la
propiedad del idioma y a exaltar los valores de la nacionalidad mexicana.
IV.- Fortalecer las convicciones democrticas, la unidad nacional y la amistad
y cooperacin internacionales. 75
Como se observa, la identidad cultural y nacional est contemplada en el marco
jurdico de medios de comunicacin del pas, y en teora estas regulaciones deberan
haber derivado en una industria cultural nacional mexicana, lo cual no ha sido y no se
vislumbra pronto, debido a errores jurdicos76 pero tambin a la subordinacin de los
medios a las dinmicas de los intereses financieros capitalistas, puesto que la publicidad
los mantiene y en consecuencia su contenido no responde a objetivos educativos sino al
lucro comercial. Esta publicidad junto con ciertos programas de receta creados en los
centros de poder son los que envan todo el mensaje que influye e importa en el
deterioro cultural y el cambio ideolgico.
Esto llega por medio de la publicidad que el Estado ni vigila ni sanciona
(como marca la ley), y as constatamos que las personas interesantes, con
clase, que obtienen lo ms preciado (asociado siempre al xito que da el
valor econmico) se caracterizan por sus rasgos extranjeros. Esas personas
jams podran limpiar la apestosa mugre y el cochambre. Eso toca hacerlo a
las mexicanas, las cuales se han caracterizado en unos sexenios por el uso del
lavadero y por dar muestras de oligofrenia al quedar arrobada frente a una
cubeta que lava haciendo chaca-chaca; en otros , aparecen ms sofisticadas
utilizando aparatos electrodomsticos, siendo ayudadas para sacar la mugre
por el Maestro limpio. [] Es importante no dejar de considerar la influencia
75
42
de la televisin, que tiene quiz tanta incidencia (o ms) que la educacin en la
formacin de los estudiantes, que victimas pasivas de ella no pueden reconocer
formas simblicas de su realidad, porque estas les llegan mitificadas (y
permanentemente sustituidas); los adaptan para acostumbrarlos a aceptar
generalidades que se presentan parcializadas y digeridas; los inducen al
maniquesmo, al consumismo, a la parcelacin de conocimientos, a desear el
way of life y, por tanto, a minimizar lo propio; a suponer que hay un grupo
identificado entre quienes se sientan frente a un televisor para obtener una
supuesta respuesta y en donde solo se acrecienta la telaraa de indiferencia, y
en donde solo existe una zona de silencio en que el hombre, inerme, ve y
escucha sin oportunidad de responder, de cuestionar, de disentir, de
reflexionar, ya que del otro lado cambi el tema o entr el anuncio. Es una
enajenacin, que acabar por imponerse, a menos que haya voluntad de
evitarlo 77
La pregunta lgica sera si existe esta voluntad, y parece no haberla por parte del
Estado mexicano. Usando un termino econmico suele argumentarse el concepto de
rentabilidad para excusar la ausencia de una industria cultural, se dice que no hay
presupuesto, que la demanda es inestable y la inversin es de alto riesgo porque las
propiedades intrnsecas de los bienes culturales hacen que carezcan de inters de
consumo repetido, pero esta visin ignora que los beneficios de la identidad nacional y
cultural van ms all de lo econmico, se trata de la supervivencia misma de la nacin.
Por otro lado, no contempla que los beneficios de fortalecer la identidad autctona se
vern reflejados en todos los rubros:
Los gobiernos no deben ver en la cultura una carga para el presupuesto, sino
una inversin imprescindible y, adems, en gran medida rentable; pero sobre
todo un derecho ciudadano de mxima importancia.. [] Las industrias
culturales adecuadamente montadas y conducidas, pueden tener un impacto
muy positivo en el terreno econmico, social y cultural. Este es uno de los
desafos actuales para las polticas culturales.78
De esta forma, vemos que el grave problema es que Mxico no solamente no ha
trabajado en desarrollar sus propias industrias culturales, sino que los medios de
comunicacin existentes en nuestro territorio, y muy en especial el duopolio televisivo
Tv Azteca y Televisa- nicamente buscan el beneficio econmico y no el desarrollo
nacional o el bienestar social comn de todos los mexicanos, como qued confirmado
en la imposicin que realizaron para modificar la Ley Federal de Radio y Televisin a
77
Martha Luz Arredondo. Mexicanidad versus identidad nacional. Ed. Plaza y Valdez. Mxico. 2005.
p.130-131
78
Julio Carranza Valdez. Cultura y desarrollo. Incitaciones para el debate. En Temas no.18-19: 29-38.
julio-diciembre de 1999. La Habana, Cuba. UNESCO. p. 33-34.
43
su conveniencia en el 2006, modificacin que entre otras cosas extiende el periodo de
las concesiones la tendencia internacional es reducirlas-, incrementa su derecho de uso
del espectro electromagntico y reduce significativamente la capacidad de la institucin
pblica para intervenir en los contenidos que transmiten los medios, constituyendo lo
que organizaciones civiles, acadmicos y especialistas denominaron el ms duro golpe a
la soberana del Estado79 .
Alma Rosa Alva de la Selva, acadmica de la Facultad de Ciencias Polticas y Sociales de la UNAM e
integrante de la Asociacin de Investigadores de la Comunicacin, enumer en su momento algunos de
los riesgos de la ahora aprobada Ley Televisa, tales como cancelar para los prximos aos la posibilidad
de contar con autnticos medios pblicos; condenar a los medios educativos y culturales a la
desaparicin; despojar al Estado mexicano de recursos financieros al no considerarse el pago de los
derechos de los consorcios televisivos para la operacin de servicios como Internet y telefona celular;
acentuar los esquemas de concentracin en manos de los oligopolios, y alejar la posibilidad de una
sociedad de la informacin ms equitativa y democrtica. Cfr. La Jornada politica. La nueva ley de
radio y tv, el ms duro golpe a la soberana del Estado.
80
Agustn Girard. Las industrias culturales: obstculo o nueva oportunidad para el desarrollo cultural?.
En Industrias culturales: el futuro de la cultura en juego. FCE. UNESCO. 1982. p.34
44
evite la deriva natural hacia los juegos de circo, que ilustran el envilecimiento del
pueblo y la decadencia de una nacin 81 .
81
Agustn Girard. El cometido de los poderes pblicos. En Industrias culturales: el futuro de la cultura
en juego. FCE. UNESCO. 1982. p.298.
82
Nstor Garca Canclini. Ernesto Piedras Feria. Las industrias culturales y el desarrollo de Mxico. Ed.
Siglo XXI. p.24
83
Revista Telemundo. Seccin Detrs de cmaras. Televisa San ngel: lder mundial en la produccin
de Telenovelas. No. 91. 17 de enero de 2007.
84
Nestor Garca Canclini. Ernesto Piedras Feria. Op. Cit. p. 15-16
45
de Radio y Televisin y su reglamento por parte del Estado en beneficio de la nacin,
as como la exigencia del cabal cumplimiento de las disposiciones que se estipulen, para
que esta inmensa capacidad de produccin y transmisin funcione a favor de preservar y
reforzar la identidad nacional y toda nuestra cultura mediante una industria cultural
mexicana que catalice el desarrollo cultural del pas.
Baste ver la distribucin y horarios de los escasos programas con contenido cultural nacional en las dos
televisoras predominantes del pas, como los programas Mxico Nuevo Siglo (Domingo 23:30 hrs. y
Lunes 24:00 hrs. Canal 2 o Domingo a las 12:00 hrs. por el canal 4, que es de alcance muy limitado);
Favoritas del cine Mexicano primera y segunda funcin (Lunes-Viernes 17:15 y 19:00 hrs. Canal 4);
Matine de Gala (Lunes-Viernes 13:00 hrs. Cine Sensacional (Domingos 18:00 hrs. Galavisin). Lo que
la gente cuenta (Viernes 23:15 hrs. TV.7). Programacin consultada en Mayo de 2007.
46
padrinos mgicos, Pokemon, Los chicos del barrio, Kim Possible, Yughi Oh - aun si no
hubiera una intensin de transmutacin ideolgica que si la hay en muchos programas
de forma evidente- lo que puede asegurarse es que ningn bien cultural -esto incluye
cualquier programa de televisin- puede ser ideolgicamente neutro, porque los bienes
culturales se elaboran segn la cosmovisin de sus creadores, y en consecuencia ejercen
un impacto sobre otras culturas aun si no fueron diseados con esa intensin. El propio
Plaza Ssamo86 , que es el resultado de los trabajos del Childrens Television Workshop
y la UNESCO, al cual se elogia por su relevancia educativa y su notable esfuerzo por la
neutralidad ideolgica, no escapa de ciertos elementos que le otorgan una parcialidad en
dicho sentido.87
47
con los viejos organismos (INAH,INBA, IMCINE) ni construyendo vnculos
ms horizontales con las dems Secretaras de Estado; esto ultimo hace que
muchas decisiones econmicas sobre la cultura se tomen en la Secretara de
Hacienda o como parte de las polticas presupuestarias generales el pas, sin
que CONACULTA pueda hacer valer los aspectos especficamente culturales
en la distribucin de fondos , en los impuestos sobre produccin y
comercializacin de bienes culturales o el financiamiento el cine. 88
No es que estemos pensando a la cultura como la panacea que llevar a Mxico a
ser potencia mundial, pero s podemos afirmar que en la inmensa mayora de los pases
econmicamente prsperos las industrias culturales propias y la proteccin del Estado
en lo referente a los elementos de identidad nacional han jugado un papel decisivo en su
desarrollo econmico, poltico y social.89
Mxico no debe, pues, ignorar estos hechos ni despreciar las industrias culturales
como una oportunidad de desarrollo, puesto que no se trata solamente de la posibilidad
de obtener un beneficio, los dilemas y riesgos analizados en este capitulo hacen ver que
la cuestin es ms profunda y apremiante: se trata de la propia conservacin del pas, de
defender la soberana, la cultura, la identidad nacional mexicana en su ms amplio
sentido, o de cruzarnos de brazos y permitir que las industrias de la cultura hegemnica
nos aculturen e integren al mundo feliz que estn construyendo: la cultura global
estandarizada segn el pensamiento nico del imperio.
88
48
Con las anteriores precisiones y abordando el tema de estudio, cabe decir que en
las actuales circunstancias del entorno global, nuestro pas est sufriendo una nueva
penetracin cultural que responde ms a intereses neocolonialistas que a las races e
intereses nacionales; como seala Enrique Alducn, el mundo globalizado en lo
econmico y las luchas por los mercados han generado otra realidad ms all del
49
Estado-Nacin y de su identidad90 , esta nueva identificacin global es cada vez ms
perceptible sobre todo en el proceso de su construccin que se pretende consolidar
mediante la insistencia en la universalidad de ciertos valores y principios, que
convenientemente provienen todos de los centros de poder poltico-econmicos,
entindase el G8 con Estados Unidos a la cabeza.
Una de las razones centrales por la que estas potencias se encuentran tan
interesadas en intervenir y moldear las identidades nacionales, no es solo por uniformar
criterios de consumo cultural y establecer una cultura del consumo, sino para extender y
acentuar el sistema de acumulacin y explotacin capitalista, puesto que la ltima
amenaza al esquema imperialista de dominacin total es la conciencia y la cultura de los
pueblos.
90
50
una neoidentidad que lo haga aceptar e incluso admirar y aspirar al sistema de valores
de su dominador, podemos hablar de la culminacin mxima de todo sistema de
sometimiento: quebrantar la identidad es erradicar de origen la voluntad de lucha y de
resistencia. Estos planteamientos estn presentes tambin en la conceptualizacin de
Dieterich en que la identidad -conciencia del ser- es el pilar fundamental de toda praxis
humana y que es en ella donde se origina todo proyecto histrico individual o colectivo,
todo lo cual evidencia y concluye que efectivamente
la disolucin definitiva de la solidaridad y la conciencia histrica ltimos
baluartes de los pobres- es la condicin necesaria para la implementacin
definitiva de la utopa del mercado total y el regreso de las mayoras
tercermundistas al estado mental paleoltico de la evolucin, donde la infancia
de la razn condenaba al homo sapiens a una existencia doblemente esclava: la
de las fuerzas objetivas y la de sus proyecciones subjetivistas, no
comprendidas93
Ahora que hemos revelado el por qu, es muy apropiado pasar al cmo, en el cual
la globalizacin econmica neoliberal juega un papel trascendente en el intento de
concretar la utopa.
Primero, hay que ampliar la idea de que las sociedades se destruyen desde dentro
por sus propios defectos y degeneracin de valores, pues aunque esto es cierto, no lo es
menos que tambin un impacto del exterior puede ser determinante en la absorcin y
desplazamiento de los elementos que conforman el ncleo duro de la identidad al
interior de las colectividades, lo cual es posible porque una parte significativa de la
identidad se construye en relacin al medio, el sealamiento de Ortega y Gasset de que
el hombre es y sus circunstancias es tan valido para el sujeto individual como para el
colectivo, cabe pues esperar que todo cambio en el entorno produzca una mutacin en la
identidad94 pero si el medio est siendo manipulado y condicionado esta mutacin no
correspondera al natural proceso de evolucin y adaptacin identitaria sino a una
perdida de la misma, Glass Santana profundiza la importancia de esto y afirma que
93
Heinz Dieterich. El socialismo del Siglo XXI y la democracia participativa. Ediciones de Paradigmas y
Utopias. Primera Edicin. Mxico. 2002. P.66
94
Es una caracterstica intrnseca de toda identidad la mutabilidad entendida en el sentido de adaptacin
al cambio, puesto que si la identidad no evolucionara para adaptarse a las nuevas circunstancias perecera,
pero es importante mencionar que sin importar los cambios la ncleo-historia permanece, siendo esta la
diferencia entre perdida de identidad y evolucin identitaria. Ahondaremos ms sobre la caracterstica de
mutabilidad en el apartado siguiente.
51
es obvio que el hombre pierde su identidad, por las circunstancias y las
condiciones que el medio ambiente le proporciona, cuando ste (el medio
ambiente) est siendo condicionado por intereses particulares que al fin de
cuentas conducen al hombre a una interpretacin formal y no esencial de s 95
De esta forma, las nuevas condiciones del escenario y dinmicas internacionales
que la globalizacin origina tienen este efecto intencional, causal y no casual sobre las
identidades nacionales, creando en el medio las condiciones que obliguen al cambio
impositivo o deriven en la no sobrevivencia del sujeto en estricto apego a la teora
biolgica darwinista de adaptarse o perecer.
Ramon Glass Santana. Esclavoo qu?. Ed. Plaza y Valdez. Universidad Autnoma de Mxico.
Mxico. 1990. p. 76.
96
Jean Baudrillard. This is the fourth world war: The Der Spiegel interview with Jean Baudrillard Op.
Cit.
97
Heinz Dieterich. Identidad nacional y globalizacin. La tercera va.Op. cit. p.148-149.
52
globalizador nunca ha sido eliminar las identidades nacionales como concepto existente
sino vaciar su contenido para dar a los pueblos una nueva carga ideolgica en su
identidad,
la caracterstica ms importante de la cultura planetaria de masas es su
capacidad de homogeneizar las formas de identidad global sin disolver las
culturas nacionales, tnicas y regionales, sino operando racionalmente a travs
de stas, con estrategias de mercadotecnia que absorben las diferencias en los
valores y representaciones que sustentan un estilo de vida preponderantemente
identificado con la americanizacin.98
Como vemos lo que se busca es crear al interior de las naciones una nueva
conciencia del ser que comparta los valores que interesan a las potencias econmicas:
capitalismo a ultranza, individualismo, democracia burguesa dirigida que salvaguarde
los intereses del capital transnacional, consumismo y ausencia de pensamiento crtico
para no cuestionarse su realidad,
el cambio cultural es provocado intencionalmente por una sociedad de
consumo, y con esto los patrones culturales de nuestro continente son
invadidos por nuevos implementos culturales que progresivamente se vienen
extendiendo en nuestros pases. [] Latinoamrica sufre una agresin
constante en todos sus patrones culturales, crendose en nuestros hombres
anti-valores, con los cuales se esta rigiendo nuestra sociedad actual. [] El
sostenimiento de estos anti-valores es planteado por medio de derechos que
no se apoyan en un valor, poniendo lo legal por encima de lo tico, y de esta
manera lo esencial se convierte en formal. Teniendo en cuenta lo que
acabamos de decir, la bsqueda de libertad, de justicia del hombre
latinoamericano pierde el sentido autentico de su valor, y con ello, pierde su
identidad, ya que las influencias lo encaminan a no tomar conciencia del
proceso social en que vive.99
Dentro de este cambio cultural intencionado, podemos ubicar los instrumentos
ms evidentes: industrias culturales; condicionamientos mediante deuda para modificar
leyes nacionales y reformar el Estado; pero un elemento muy cierto y que tambin es
pasado por alto frecuentemente, es que todo objeto sin necesidad de ser arte- tiene
una carga cultural porque es una expresin tangible de la cosmovisin de sus creadores,
as queda develada una segunda intensin que se persigue al fomentar la sociedad de
consumo, que no es ya solamente la de promover el gasto irracional,
sino la de
apuntalar el cambio cultural mediante el consumo mismo, hoy como siempre la cultura
es el producto y compramos cultura, la diferencia con pocas anteriores es que hoy
98
99
Ricardo Pozas Horcacitas. Los nudos del tiempo. La Modernidad desbordada. Op. Cit. p. 104
Ramon Glass Santana. Esclavoo qu?.Op.Cit. p. 62-63, 76.
53
menos que nunca son nuestros productos los que compramos, y que hoy ms que en
cualquier otro momento existe una campaa permanente e intensa que nos orilla a
consumir precisamente esos productos cuya carga y mensaje cultural es distinta, como
deja manifiesto Simon Dalby al afirmar que:
En una era de corporaciones globales, frecuentemente liderada en la esfera
cultural por pelculas, televisin y artculos de consumo estadounidenses, lo
que esta a la venta literalmente es un estilo de vida y con ste modos de
subjetividad que son contrarios a las culturas tradicionales. Ahora lo que se
compra es identidad, y las imgenes de la modernidad son los iconos de la
cultura globalizadora del siglo veinte. 100
Estos elementos con frecuencia minimizados e incluso ignorados en otros anlisis,
son una prueba irrefutable no solamente del impacto negativo de la globalizacin en la
identidad nacional, sino de que esta alteracin no es colateral sino intencional: la
globalizacin es el instrumento para implantar la homogenizacin.
100
In an era of global corporations, often led in the cultural sphere by American movies, television and
consumer items , what is for sale literally is a lifestyle and with it modes of subjectivity that are
antithetical to traditional cultures. Identity is now what is purchased, and the images of modernity are the
icons of the globalizing culture of the twentieth century. Simon Dalby. Geopolitics and global security.
Culture, identity and the pogo syndrome. En Gearid Tuathail y Simon Dalby. Rethinking
geopolitics. Ed.London and New York 1998. p. 298
101
Octavio Ianni. Teoras de la globalizacin. s.XXI. Mxico.1999. p.165
54
homogenizar las periferias102 , ya no puede negarse que la globalizacin tiene un severo
impacto en la identidad nacional mexicana y de otros pases que se hallan en similares
condiciones, no solamente en la medida en que modifica su identidad sino tambin en
cuanto impide el desarrollo del proyecto histrico de nacin que el Estado podra
pretender ejercer, dejando como nica alternativa de desarrollo la adopcin de los
esquemas y valores globales que otorgan grandes beneficios a sus promotores pero
estanca el desarrollo de los pases que los adoptan e incluso propician su decadencia,
puesto que la globalizacin se desenmascara como un sistema de explotacin, no de
intercambios equitativos.
argumenta que la identidad nacional est siendo suplantada por una identidad de
Estado, cuya premisa fundamental es pugnar por el avance econmico, la globalizacin
sociocultural y una actitud cada vez ms enajenada103 , marcando una evidente ruptura
entre el Estado y la Nacin, separacin que indica que el Estado como institucin ha
sido cooptado por los pases dueos del capital transnacional aspirando a ser como ellos
en la reproduccin del capital sin mirar el costo social. Esta ruptura se explica en el
contexto global mediante el desgarramiento identitario que plantea Alducn en el que
dos grandes tendencias debilitan y fracturan el Estado-Nacin: la integracin econmica
en el nivel macro y la creacin de la identidad en el nivel micro, puesto que si bien el
surgimiento de resistencias ante la globalizacin intensifica y cohesiona las identidades
locales, existe una necesidad del Estado de integrarse a bloques regionales para
fortalecer su presencia econmica, produciendo as la separacin104 , por ello el propio
Estado tergiversa la identidad nacional para generar la identidad de bloque requerida y
fomentar la integracin en la Regin, superponiendo esta identidad de Estado que
obedece a una mentalidad burguesa de la clase dominante en el poder- a la identidad
102
Ricardo Pozas Horcacitas. Los nudos del tiempo. La Modernidad desbordada. Op. Cit. p. 107-131
Martha Luz Arredondo. Mexicanidad Versus Identidad Nacional. Op. Cit. p.157
104
Enrique Alducin.Op. Cit. p.124
103
55
nacional que es la que correspondera defender y promover, y al mismo tiempo, la
identidad nacional sigue siendo agredida desde el contexto global, por lo que enfrenta
dos amenazas simultaneas, una interna y la otra internacional.
Para aclarar por qu existe hoy una identidad de Estado y por qu no es lo mismo
que la identidad nacional como cabra suponerse y como s sucede en otros pases, hay
que tomar en cuenta que el tradicional concepto de Estado-Nacin ha colapsado por la
globalizacin, no por las razones que afirman los tericos globalistas de la inviabilidad
del ente supremo, dicha figura es tan viable que aun existe y funciona, pero ya no para
su nacin. El pacto que supone la figura del Estado-Nacin se quebrant porque se han
agredido los lazos que unan a ambos con toda la fuerza que el entorno global permite,
generando as la existencia del Estado y la Nacin como dos entes separados de los
cuales el primero como institucin ha sido comprado por los dueos del capital y hace
cuanto le ordenan para beneficio del exterior atentando incluso contra su propia
poblacin, lo cual explica en nuestro pas gran parte de los altos ndices de pobreza y
marginacin, el abandono social , la inexplicable carga impositiva a la clase media que
es actualmente quien sostiene el pas y la condonacin de todo pago a la burguesa
nacional e internacional y sus empresas, el mito democrtico del que tanta insistencia
hace la globalizacin como panacea es de hecho la punta de lanza de esta ruptura,
porque la democracia formal realmente existente es muy distinta del discurso de que la
soberana radica en el pueblo, como deja de manifiesto Heinz Dieterich al sealar que
los parlamentarios y senadores actualmente no representan a aquellos que les dieron el
mandato, sino que los sustituyen, y que habiendo sido elegidos para servir al pueblo
solo sirven a dos amos: a las elites y a sus propios intereses.105 La imposicin de la
democracia desde una visin estadounidense mediante la globalizacin es as otro
instrumento que desampara a las mayoras en palabras de Baudrillard, las desregula a
nombre de la libertad- para efectos de la dominacin ideolgica.
105
Heinz Dieterich. El socialismo del Siglo XXI y la democracia participativa. Op. Cit. p. 54-55.
56
lo fuera no existe otro lazo de cohesin, por lo que es de esperarse que la clase poltica
vea nicamente por sus intereses y abandone a la nacin o incluso contribuya a
explotarla para beneficio de ella misma y de la oligarqua burguesa nacional con todo el
poder que le fue conferido, como parece estar sucediendo en los ltimos sexenios.106 El
sistema democrtico actual, no contribuye, pues, a mantener la cohesin del EstadoNacin sino a distanciar cada vez ms a cada uno como figuras independientes, pero
conservando el Estado su validez jurdica, tiene tambin el poder de usar la
superestructura del aparato para enriquecerse a costa de la nacin que ha abandonado.
Hagamos eco a las palabras de Victor Flores Olea, y tengamos muy presente la
capacidad de la globalizacin para penetrar y destruir
106
57
1.4.1 Qu es la identidad nacional
Pensar en la identidad nacional como ente vivo significa que est en constante
cambio y evolucin, aunque estos cambios no son inmediatos el proceso evolutivo es
permanente e ininterrumpido, ahora bien, la carencia de una muerte sbita de la
identidad que se desvanece y transforma siempre debido a cambios graduales- con
frecuencia impide apreciar el dao y decadencia al que aludimos en esta investigacin,
Heinz Dieterich hace una observacin muy concisa sobre esta dificultad de la
investigacin y nos dice que
La ausencia de una muerte biolgica de la entidad, que dramatice el
movimiento como condicin sustancial de su ser, no contribuye a desarrollar
una conciencia de su existencia, no contribuye a desarrollar una conciencia de
la constante evolucin y cambio de la sociedad y su posible meta final. En
consecuencia, confusiones opacan con frecuencia la conciencia colectiva de
una nacin e impiden que busque el devenir dentro de sus posibilidades
histricas reales, para caer victima de quimeras enajenantes109
Por lo anterior debemos tener muy presente que cualquier cambio en la identidad,
ya sea positivo o negativo, no es de ninguna manera inmediato sino el resultado de una
evolucin lenta y gradual, pero siempre en proceso, ciertamente puede catalizarse la
transformacin mediante diversas argucias como cambiar las condiciones del entorno o
108
58
bombardeos ideolgico-psicolgicos que obliguen a la reestructuracin, pero aun as es
un proceso que requiere de tiempo para mostrar resultados, la Dra. Mara Dolores Paris
Pombo es especifica sobre este proceso, y nos dice que
El yo colectivo y el yo nacional son el resultado de una construccin lenta;
cada individuo debe ir encontrando su lugar en l y su pertenencia, al
identificarse con ciertas prcticas sociales, culturales o polticas. Cuando la
identidad no puede construirse en la base, a travs de la participacin popular,
se construye en la cpula, a base de la imposicin de mitos y lideres. La
caracterstica de estas identidades vagas y frgiles es la adscripcin del
individuo por medio de la mimesis, la repeticin (el slogan), los ritos, el lder
que da su nombre a la multitud annima convertida en masa. 110
Estos planteamientos dan razn de por qu el deterioro de la identidad nacional
mexicana como el de otras naciones en vas de desarrollo se hace manifiesto hasta casi
30 aos despus de iniciada la globalizacin, cuando ya ha sufrido este proceso gradual
de cambio impuesto desde la cpula internacional, lo cual quedar ms descubierto al
analizar la constitucin de la identidad nacional y sus principales referentes.
Mara Dolores Paris Pombo. Crisis e identidades colectivas en Amrica Latina. UAM. Plaza y valdez.
P. 81
111
Robert McKim, La identidad nacional y el respeto entre las naciones;. Gil Delannoi. La teora de la
nacin y sus ambivalencia;. Alain Reanaut. Lgicas de la nacin; Jhon Crowley , Etnicidad, nacin y
contrato social; Adrian Hastings, La construccin de las nacionalidades.
59
criterios sealados y muchos de ellos principales para la identidad nacional lengua,
religin, la dominacin espaola como pasado compartido- no poseemos por ello una
identidad colectiva latinoamericana ni mucho menos una nacionalidad continental, sino
que cada pas latinoamericano tiene su propio sentimiento nacional y los propios
latinoamericanos suelen marcar diferencias entre unos y otros para exaltar su propia
esencia.
112
The creation of a national identity among the members of a nation is the cultural equivalent of the
drawing of the boundaries of the nation Pye y Verba. citados en Gearid Tuathail and Simon Dalby.
Rethinking Geopolitics. Ed. London and New York. 1998.
113
La Dra. Maria Dolores Paris Pombo considera la existencia de tres identidades colectivas: las
identidades de base o identidades restringidas: comunitarias, familiares, vecinales, de pequeo grupo; las
identidades amplias: de clase, de etnia, de profesin, de gnero o generacionales; y finalmente las
identidades nacionales o supranacionales; en este estudio se equiparan porque ambas identidades, la
amplia y la nacional, tuvieron su origen en la consolidacin de capitalismo industrial y se fundaron sobre
la revocacin de las identidades comunales o locales. Cfr. Mara Dolores Paris Pombo.Op. Cit. p. XXI
60
Lo anterior puede ser ejemplificado claramente en el momento actual del mundo
globalizado, ya que dada la creciente intensidad del fenmeno migratorio mundial as
como los intercambios culturales masivos e instantneos mediante todos los medios de
comunicacin, resulta cada vez ms difcil encontrar un grupo de individuos en un
territorio que permanezcan tnica y culturalmente puros porque el mestizaje y la
transculturacin llevan siglos desarrollndose, y de hecho se han dado desde los
orgenes mismos del hombre-, y este dinamismo global que vivimos actualmente
hubiera ya terminado con la naciones como las concebimos si no estuvieran sustentadas
por algo ms fuerte que simples rasgos y elementos culturales compartidos entre sus
miembros, la transculturacin hoy es innegable, en todo pas hay elementos culturales
de los orgenes ms disimbolos y distantes: puede comerse Sushi con cubiertos
occidentales mientras se observa en nuestro televisor de manufactura estadounidense
un interesante documental sobre las tribus africanas y esto en esencia no afecta la
cohesin social dado a que existe esa voluntad de pertenencia entre los miembros del
propio grupo que no han dejado de identificarse a s mismos, sentimiento que no viene a
ser otra cosa que la identidad misma, as, voluntad y referentes comunes trabajan de
forma indisociable en la concrecin de la identidad y la ausencia o transtorno de uno de
ellos modificar por fuerza el producto: personas que compartan elementos semejantes
pero no tengan voluntad de ser una misma sociedad no lo sern nunca.
61
Canada, siendo esta ultima un buen ejemplo por la situacin de Quebec, que se define a
s misma como nacin e incluso ya es reconocida por la propia Canad con esa
calidad114 .
Los argumentos expuestos revelan que no basta compartir similitudes para dar
origen a la nacin, la voluntad no es solo deseable sino necesaria, y tampoco basta el
deseo de querer ser si no existen los elementos de unin, los pilares de la nacin, el
ncleo duro de la identidad, esto nos da alguna luz del por qu desde el origen de las
naciones en su sentido moderno, surgidas en la Paz de Westfalia, el Estado ha sido
tradicionalmente homogenizante, los mismos planteamientos del contrato social de
Rousseau revelan esta condicin para toda organizacin social al sealar la perdida de
soberana y voluntad individuales a favor del ente superior para garantizar la paz y
seguridad colectiva, pero a su vez el ente superior puede dictar las reglas que todos
debern acatar, es desde ah donde empieza la igualacin, y es ah donde se cierra el
ciclo entre similitudes y voluntad.
114
Sobre el reconocimiento del gobierno de Canada a Quebec como nacin, este se anunci por el primer
ministro canadiense Stephen Harper despus de ser aprobado en la cmara de comunes con 216 votos a
favor y 16 en contra el 28 noviembre de 2006.
62
que los convierte en nacin, y no los dems atributos comunes, cualesquiera
que puedan ser, que distinguen a esa categora de los no miembros de ella 115
Por estas razones crear el sentimiento de pertenencia es una actividad fundamental
para la supervivencia de la nacin, la identidad colectiva no se da por si misma, sino que
se genera y moldea, histricamente ha sido necesario trabajar por ella y sustentarla. Es
por esta razn que la nacin debe verse como un ente vivo,
El argumento supremo de lo nacional es orgnico: es algo vivo. La nacin es
palpable y duradera porque en ella esta el sentimiento de la existencia 116
La nacin existe porque el grupo decide concebirla, aqu es importante precisar
dos momentos cronolgicos: en un principio es la comunidad quien concibe a la
nacin y no la nacin quien cohesiona a los individuos dentro de ella como comunidad
nacional117 , esta afirmacin no contraviene el planteamiento de Gellner de que las
naciones hacen al hombre, el cual es perfectamente valido en el segundo momento
histrico, cuando la nacin ya est constituida y fuertemente sustentada, cuando el pacto
social ya ha sido aceptado, es cuando la nacin tiene la capacidad de absorber en su
seno a todo nuevo elemento, puesto que las nuevas generaciones nacern ya en la
nacin, adoptarn sus costumbres y creencias como parte de su sistema de aprendizaje y
experiencia de vida, en este momento la nacin hace al hombre en el sentido que alude
Gernell, le absorbe y amolda, lo ensea a amarla en sus escuelas y el nuevo miembro
aprende de sus padres y de la sociedad en general los valores y creencias que se han
adoptado, comnmente llamados socialmente validos. Por ello, es correcto afirmar bajo
el sustento orgnico de lo nacional que las generaciones constituyen sucesivamente a la
nacin.
115
63
la nacin no se encuentren todos los miembros que la componen, o puede que si estn
ah, pero que est tambin gente extranjera a esta nacin dentro de su territorio, o
pueden incluso ocurrir ambas situaciones: que en los limites polticos del Estado no
estn todos los nacionales que son y que de los que estn no todos sean nacionales 118 ,
esto sucede actualmente en todas partes del mundo con una intensidad asombrosa los
fenmenos migratorios se dan todo el tiempo, con todos los orgenes y destinos
posibles- y no por ello se han desecho las naciones, y es que tericamente el principio
constituyente de la nacin no se ve afectado por la presencia de individuos extraos a
ella siempre y cuando estos sean menos que los que conforman la nacin misma,
cuando el nmero de extranjeros crece de forma alarmante sin que adopten la identidad
sistema de costumbres y valores- de la nacin huesped, es entonces cuando la nacin
peligra: se producen gettos119 , barrios barrio latino, barrio chino, etc- y otras
formas de asociacin de los no nacionales, dando por resultado un apartheid de facto
que diluye la integracin nacional120 , una amenaza equivalente, mucho ms frecuente
debido a las tecnologas modernas, es cuando proliferan de forma desproporcional
elementos culturales ajenos a la cultura propia.
64
por si mismo, no debe pues, ser visto con negatividad, ya que el nacionalismo racional no implica que los
valores nacionales se sitan por encima de todos los dems, ni que sean los nicos reales o validos, casi
siempre los miembros de una nacin tienen varias comunidades de lealtad a las que tambin pertenecen y
reconocen.
122
Porque para ser, segn los planteamientos de tericos como Tuathail Gearid, no basta tener
conciencia de s mismo identidad- sino tener un punto de comparacin para sustentar el propio ser, es
decir, la otredad. Alejandro Grimson viene a puntualizar esto cuando habla de la identidad relacional,
aseverando que uno es uno solo en comparacin a otro. (Alejandro Grimson. Fronteras, Naciones e
identidades. La periferia como centro) Tambin Octavio Ianni refuerza este planteamiento cuando seala
que puede ser ilusorio imaginar que la diversidad se sita en el ser en s, en la identidad. (Octavio Ianni.
La era del globalismo)
123
The construction of others as enemies allowed the formulation of the domestic identity Simon
Dalby.Geopolitics and global security. Culture, identity, and the pogo syndrome. En Rethinking
Geopolitics Edited by Gearid Tuathail and Simon Dalby. Ed. London and New York. 1998 p.296.
65
cultura nacional muestran un carcter dominante en la vida propia y
uno los concibe como adornos de la propia nacin.
Brindar apoyo a ciertas creencias. Primordialmente, apoyar la
creencia de que el estilo de vida de la nacin es el mejor estilo de
vida, al menos para esa nacin: como Mxico no hay dos y otros
dichos populares mexicanos ejemplifican el caso junto a un
sinnmero de canciones; as como la creencia de que es importante
que la nacin se desarrolle. Tambin son caractersticas las
creencias sobre el pasado de la nacin, sus hroes y villanos, su
destino y aspiraciones.
Confianza. Se confa en ciertas esperanzas y propsitos de la
nacin, como la de alcanzar su destino y/o florecer: Ahora si va a
ganar la seleccin, Ya estamos recuperando el territorio que nos
robaron, algn da vamos a salir del subdesarrollo.
Compromisos con la nacin. Como el sentirse comprometido a
contribuir en el desarrollo de la nacin para que alcance su destino.
Manifestacin de sentimientos. Como la alegra y el orgullo por
los xitos de la nacin, y el de la vergenza o el de deshonra, por
sus fracasos, as como el de emocin anticipada al imaginar como
puede desarrollarse en el futuro. Un ejemplo sui generis en Mxico
es la seleccin mexicana y los encuentros internacionales de ftbol
como el mundial, en que una cantidad impresionante de personas se
aglutinan en casas, bares, plazas pblicas y en general cualquier
lugar con televisin para apoyar a la seleccin nacional, se ponen
la verde para sentirse identificados al tiempo que se emocionan
por cada gol y en algunos casos lloran las derrotas, tras cada
victoria las expresiones de jubilo se hacen evidentes en una notoria
proporcin
de
la
poblacin
nacional:
los
claxonasos
de
66
o la decepcin por el fracaso nacional, que es tal en cuanto le
adjudican personalidad al pas, ya que el triunfo o derrota no es de
la seleccin sino de Mxico como sujeto colectivo: Gan Mxico,
Perdi Mxico, Mxico pasa a la final, etc.
Autoconcepcin. Uno se define a s mismo como miembro del
grupo de personas que construye la nacin y que comparte las
lealtades, aspiraciones y compromisos, el cual es el grupo que
indicamos al preguntrsenos quien es nuestra gente.
Autoidentificacin. Esta es la idea bsica y permanente de que uno
pertenece a la propia nacin.
Por ultimo, Mckim aclara que estos dos niveles son solamente los extremos de
identificacin entre los cuales hay muchas otras formas intermedias, en las cuales por
ejemplo puede combinarse un fuerte sentimiento de pertenencia a la cultura nacional
con la indiferencia hacia la agenda poltica nacional. 124
Robert McKim. La identidad nacional y el respeto entre las naciones. En Robert McKim y Jeff
McMahan. La moral del nacionalismo. V.II. Autodeterminacin, intervencin internacional y tolerancia
entre las naciones. Gedisa Editorial. 2003. p.103-104
125
William Safran y Ramn Maz. Identidad y autogobierno en sociedades multiculturales. Ed. Ariel.
Espaa, 2002. p.70
67
126
Mltiples filsofos europeos sobre la idea de identidad, como es el caso de Hegel, Scheling, Marx y
Scheler, coinciden en que la esencia de la identidad es la autoconciencia de que el sujeto individual o
colectivo existe, es decir que no basta estar, para ser hay que reconocerse. Puede ampliarse la visin de
estos pensadores en Sandra Cantoral Uriza. Identidad, Cultura y Educacin. Universidad Pedaggica
Nacional. Primera Edicin. Mxico 2005. p. 13-89.
68
Stephen Natanson. El nacionalismo y los limites del humanismo global. En Robert McKim y Jeff
McMahan. La moral del nacionalismo. V.I. Origenes, psicologa y dilemas de parcialidad de los
sentimientos nacionales. p. 261
128
Alejandro Grimson. Fronteras, naciones e identidades. La periferia como centro. Ed. Ciccus 1999.
69
tampoco es circunstancial que cuando una nacin sojuzga a otra, sus primeras acciones
son siempre eliminar vestigios del pasado inmediato anterior principalmente estatuas y
monumentos- para eliminar el viejo sentimiento identitario 129 .
Estas acciones son ms evidentes en tiempos pasados cuando las guerras y expansiones territoriales
eran frecuentes, por ejemplo en la conquista de Mxico en la que las primeras acciones eran siempre
derrumbar los templos e dolos autctonos y poner en su lugar ermitas y cruces para implantar la nueva
religin, el caso ms atroz es observable en el templo mayor, reducido hasta sus cimientos para edificar la
catedral metropolitana. El ejemplo ms reciente de una accin semejante lo tenemos en la invasin
norteamericana al Estado Iraqu, en la cual no solamente se derrumb de forma deshonrosa la estatua de
Sadam Hussein, sino que sus palacios smbolo innegable de poder y gobierno- fueron saqueados y
reducidos a la miseria.
130
Tomke Lask. Construccin de la identidad nacional. En Alejandro Grimson Fronteras, naciones e
identidades. La periferia como centro. Ed. Ciccus 1999 p. 67
131
Martha Luz Arredondo. Mexicanidad Versus Identidad Nacional. Op. Cit. P. 127-171.
70
digamos los valores cvicos, sino la historia nacional como tal, con el objeto de que las
nuevas generaciones carezcan de identidad y no tengan un punto de referencia que les
permita emprender proyectos propios en un contexto neoliberal global.
132
Stephen Natanson. El nacionalismo y los limites del humanismo global. Op.Cit. p. 261
Hablamos especificamente de peliculas como Redes, La perla, Janitzio y Maria Candelaria.
134
Etapa que corresponde a la llamada poca de oro del cine mexicano, y en la que recordamos toda la
serie de pelculas esterilizadas por Pedro Infante y Jorge Negrete, que corresponden precisamente a este
modelo: Los tres Garca, Los hijos de Mara Morales, el 7 machos.
133
71
nacional desde la dcada de 1940, y por ultimo para representar al ciudadano urbano, se
present la figura de Cantinflas 135 .
135
Martha Luz Arredondo. Mexicanidad Versus Identidad Nacional. Op. Cit. 126-127
. Gil Delannoi. La teora de la nacin y sus ambivalencias. En Gil Delannoi y Pierre-Andr Taguieff
Teoras del nacionalismo. Op. Cit. p.15
137
Gil Delannoi. Idem.
138
Adrian Hastings. La construccin de las nacionalidades. Etnicidad, religin y nacionalismo.
Cambridge University Press. 2000 p.43
136
72
est afectando el imaginario colectivo de la nacin mexicana y otras naciones en vas de
desarrollo para fines de expansin y dominio econmico, podemos dejar esta pregunta
abierta: es el imaginario sociocultural de la nacin mexicana lo bastante fuerte para
resistir el embate cultural global?.
73
1.4.3
Lengua
En los estudios sobre el origen de las naciones, son numerosos los autores que insisten
en la lengua no solo como un referente de identidad, sino como el ms importante factor
para la cohesin social, la identidad colectiva y el surgimiento de los pueblos, entre
ellos destacan autores como Johann Gottlieb Fichte con su Discurso a la nacin
alemana y Johann Gottfried Herder, quien en colaboracin con Juan Jacobo Rousseau
escribieron la obra Sobre el origen del lenguaje, pero tambin podemos mencionar a
tericos de la nacin como Ernest Gellner, Eric Hobsbawn, Alain Renaut, Adrian
139
74
Hastings, y otros que han abordado la importancia del idioma en la identidad desde
diferentes perspectivas, como George Fletcher, Tomke Lask y Leonardo da Jandra.
Fitche por ejemplo, asevera en su obra citada que la nacin rene a los hombres
cuyo rgano vocal sufre las mismas influencias exteriores y que estos cultivan su
lenguaje a travs de las comunicaciones que no cesan de mantener unos con otros, por
lo que la lengua hace a los hombres ms que los hombres a la lengua y es a travs de
esta fuerza natural del lenguaje como se concibe el proceso de formacin de una
nacin. 140
Por otro lado Adrian Hastings ha sostenido en sus teoras sobre la construccin de
las nacionalidades que
para la creacin de la nacionalidad a partir de una o ms etnias, el factor con
mucho ms importante y ms ampliamente presente es el de una extendida
obra escrita en lengua verncula. [] las identidades tnicas se convierten de
manera natural en naciones o en elementos integrantes de una nacin en el
momento en que su lengua verncula especifica pasa de un uso oral a uno
escrito hasta el limite de ser empleada habitualmente para la produccin de
obras escritas, y especialmente para la traduccin de la Biblia. Desde el
momento en que la lengua verncula de una etnia se convierte en un idioma
con una escritura propia, extensa y viva, parece haber cruzado el Rubicn en la
senda de la nacionalidad. Si no consigue pasar dicho punto y la mayora de
las lenguas vernculas fracasan ante ese obstculo- es muy probable que nunca
se de el paso a la nacionalidad.141
Algunas visiones negaban que existiera un vinculo entre etnia y nacin bajo el
hecho certero de que no todas las etnias se convirtieron en naciones, sin embargo las
aproximaciones de Hastings aclaran mediante el estudio del lenguaje el por qu unas
etnias lograron el cambio y otras no, estableciendo as el vinculo ignorado por otros
historiadores y concretando la relevancia del idioma como el ms trascendente en la
construccin de la nacin, para lo cual, precisa que su relevancia no est en la oralidad
como en la escritura, es el factor escrito el que permite el salto puesto que
la mutabilidad de un idioma puramente oral milita en contra del desarrollo de
una identidad social clara derivada de un uso diferente del idioma local. Pero
una vez que un idioma se escribe, el proceso de cambio se hace ms limitado y
el grado de uniformidad lingstica se mantiene en distancias espaciales y
140
141
75
temporales mucho mayores. De esto se puede derivar una conciencia explicita
de comunidad obtenida a partir de la unidad de que tal vez sea en esencia,
todava, una lengua verncula. El mero hecho de que una lengua verncula sea
escrita por un puado de personas no establece su ascenso de categora. Su
efecto social depender de la medida en que el lenguaje escrito incida sobre el
uso popular y se convierta en una especie de patrn reconocido, en un medio
de comunicacin al que el comn de las personas puede responder. Cuantos
ms escritos con impacto popular produzca una lengua verncula, ms parece
impulsar a sus hablantes desde la categora de etnia a la de nacin. [] Cuanto
ms se escribe en lengua verncula ms estable se hace esta, mayor es su
capacidad de expresar las ideas del momento, mayor nmero de personas se
entendern entre s utilizndola en lugar de otra. Esto comienza a crear, casi
necesariamente, lo que se podra llamar una protonacin y quienes la
emplean comienzan a ver muchas ventajas en reducir ms el uso del idioma
universal en la religin, el gobierno y la educacin. Al mismo tiempo que pone
en entre dicho la hegemona del idioma universal, la lengua verncula escrita
restringe la diversidad y divisibilidad de las lenguas vernculas o los dialectos
puramente orales, aunque tambin puede dejarlos permanecer en el campo
estrictamente domestico.142
Para demostrar la validez de sus afirmaciones, Hastings realiz un amplio estudio
en el que entre otras cosas, adjudica la decadencia del sacro imperio romano germnico,
al hecho de que el idioma latn declin ante la creciente presencia de textos escritos en
francs, ingls, alemn y castellano, y que el gran cambio en la Edad Moderna Europea,
en el cual se originan las naciones, se debe a muchos factores de consideracin siendo
uno de los ms importantes el deseo de la comunidad cristiana de traducir la Biblia o de
producir otros libros adecuados para la devocin popular, lo que de facto signific un
apoyo cristiano al empleo de las lenguas vernculas aunque esta no era la intensin
primaria, as, es natural que una vez que se extendi el uso de la lengua verncula
escrita en textos sacros, esta escritura se usara tambin para las necesidades laicas de los
habitantes, impactando profundamente en la creacin de la nacin. Jonathan Glover
comparte las ideas de Hastings sobre el lenguaje como base nacional, pero tiene el
acierto de puntualizar que naciones como Blgica, Suiza y Canad carecen de una
lengua nica que los unifique, sobre lo cual manifiesta que se trata de desvos del tipo
ideal que contribuyen a generar una intensa actividad de construccin social 143 , sus
reflexiones refuerzan el papel principal del lenguaje, ya que lo que concluye Glover es
142
76
que las naciones carentes de este elemento tienen que trabajar ms para mantener su
cohesin.
Desde otro punto de vista, Alain Renaut y Ernest Gellner coinciden en que con
toda lgica la lengua es el primer elemento de cohesin social que permite identificarse
con una nacin: Renaut asevera que sera incluso antinatural anexar a un nuevo
miembro que no posea un minimun lingistico, y sustentado en las observaciones
lingisticas de Fitche, defiende que una lengua impura y sin espritu entendiendo el
espritu como las races antiguas en el propio pueblo- elaborada con trminos artificiales
y abstractos, no puede cohesionar una nacin: all donde se ha perdido la pureza de la
lengua primitiva, no podra haber una cultura nacional, ni correlativamente una unidad
nacional 144 ; Gellner postula que la existencia de una lengua, por el solo hecho de ser
diferente de cualquier otra, genera una nacin potencial.145
Por ultimo, hay que mencionar que lenguaje y cultura son entes indisociables,
aunque los debates sobre el proceso de pensamiento aun son intensos, el hombre
interpreta el mundo a travs de su lenguaje, porque piensa en un idioma que a su vez
contiene toda una cosmovisin, as, cuando aprende una palabra lo que adquiere es una
visin muy particular de la realidad, una relacin simblica que codifica y enlaza la
realidad con el nombre que se le asigna dentro del grupo que ha admitido ese cdigo,
pero que no por ello es una visin universal ya que no hay una relacin necesaria entre
el smbolo y lo simbolizado salvo el cdigo valido en ese grupo en especifico, y por ello
la afirmacin del escritor y diplomtico kirguistan Chinguiz T. Aitmatov de que cada
lengua es un mundo no puede ser ms adecuada. Aimatov, cuya opinin tiene especial
relevancia porque su pas como republica sovitica unida enfrent la disyuntiva de
adoptar completamente el ruso que era ms desarrollado como idioma dominante o
adoptar un sistema de coexistencia conservando su idioma nacional a pesar de las
dificultades que esto representaba, se expresa as sobre la relevancia del idioma:
sin una lengua propia es difcil concebir el desarrollo de una identidad
nacional. El idioma es el componente esencial de la cultura nacional y un
medio para su desarrollo. Todo idioma constituye un fenmeno nico,
resultado de la creacin genial de un pueblo. [] Nunca dejaremos de
144
Cfr. Alain Renaut. Lgicas de la nacin. En Gil Delannoi y Pierre-Andr Taguieff . Teoras del
nacionalismo. Op. Cit. p.49,53.
145
Cfr. Ernest Gellner. Naciones y nacionalismo. Op. Cit. p. 64-66
77
admirarnos ante el milagro representado por la lengua materna. Solo ella, por
haber sido adquirida en la infancia, puede nutrir el alma de la poesa popular,
despertar en el hombre los sentimientos de orgullo nacional y procurar el
deleite esttico que experimentamos al sentir los significados y las
dimensiones mltiples de las voces de nuestros antepasados.146
Con los elementos revisados hasta ahora se observa la relevancia de la lengua
como el principal referente para asentar una identidad nacional y el lugar preponderante
que ocupa como cohesionate social en los grupos humanos.
Si la nacin la forjan los hombres en un primer momento, entonces puede afirmarse que
son las acciones de sus miembros los que le dan su carcter, dejando de ser simples
acciones y convirtindose en asunto y caracterstica nacional, la cotidianeidad social de
los integrantes de la nacin se consagra as como la cultura nacional y junto al lenguaje
dan forma a la esencia de la nacin: sus usos, costumbres y tradiciones.
146
78
Con lo anterior, se observa que los usos, costumbres y tradiciones de la nacin
realizan la funcin de una inmensa industria cultural, que a fuerza de repetirse de forma
natural y espontnea generacin tras generacin, crean en los miembros de la nacin
una idiosincrasia peculiar apegada a estas acciones, de las que cabe puntualizarse, no
son dirigidas por el Estado como es el caso de la educacin nacional, sino que estos
surgen directamente de la entraa popular manifestando todo ese contenido histricocultural que sustenta la existencia misma de la nacin, por lo que puede decirse que
estas acciones reflejan desde la base social la necesidad objetiva de homogenidad
nacional en el sentido en que Gellner la concibe148 .
La referencia sobre la homogenidad nacional, segn Gellner, es que esta es requisito indispensable
para la existencia de la nacin y el nacionalismo, pero que de ninguna manera es el nacionalismo quien
impone esta homologacin, sino que el origen es una necesidad objetiva e inevitable que se manifiesta en
forma de nacionalismo. 59-60, 67.
79
transmitido de generacin en generacin, por la familia, los cantos, las
msicas, las danzas, las poesas y los libros, y, a continuacin, por la escuela,
que integra el pasado nacional en el espritu de los nios, en el que resucitan
los sufrimientos, los lutos, las victorias, las glorias de la historia nacional, los
martirios y hazaas de sus hroes. As, identificarse con el pasado hace
presente la comunidad de destino.149
Queda manifiesto en las observaciones de Morin que no es poca la influencia de
estos elementos en la construccin de las identidades nacionales, sino que son realmente
un pilar identitario del que difcilmente se puede prescindir para la cohesin social y
supervivencia de la nacin frente a la amenaza externa.
Por otra parte, entre los usos, costumbres y tradiciones, hay que contemplar
elementos a menudo minimizados en su relevancia, como es el vestuario que en la
mayora de los casos tiene un profundo significado tanto del entorno como de la
cosmovisin social, es decir que no solo es elaborado de acuerdo a las caractersticas del
medio ambiente, sino que suele representar jerarquas, roles, estrato social, etc- la
comida, que tiene su muy peculiar significacin e impacto en la idiosincrasia de cada
pueblo, y las fiestas, mitos e historias, que en la mayora de las naciones son la base de
la transmisin oral de conocimiento, sobre los ltimos Simon Dalby insiste en no
ignorarlos como fuente primaria de identidad y expresa que los mitos e historias son
parte de una cultura especifica que sirven para definir la identidad de quienes somos
nosotros o el pueblo en un contexto especifico 150
149
80
Este pensador da tal importancia a la fiesta y el rito que en su propuesta para la
defensa de la identidad en el contexto global asevera que solamente en estos elementos
podremos alcanzar la liberacin y la trascendencia de nuestro ser.
Smbolos patrios
Los smbolos patrios de toda nacin son aquellos que, tratndose de la nacin como
ente, la representan frente a las dems, y en los que de forma grfica o sonora se
muestra sintetizado en un muy profundo simbolismo el origen y razn de ser de dichas
naciones: la historia patria, la riqueza geogrfica o cultural, la esencia constitutiva o la
mera concepcin simblica de su lugar ante el mundo. Al interior, es decir para los
miembros de la nacin, los smbolos patrios van a representar los esfuerzos sufridos por
sus antepasados para ver concebida la nacin de la que hoy gozan, motivndolos a
seguir luchando e incluso a sacrificarse si es necesario por una patria mejor
exhortacin en algunos casos, como los himnos y juramentos de ciertas republicas entre
las cuales Mxico se incluye, es textual-.
En ambos casos, los smbolos patrios van a verse con motivo de orgullo, ya que
son los emblemas que los identifican con su pas y, debido a la intensa carga
sentimental de que se les dota en la educacin nacional, despierta los ms variados
sentimientos patriticos ante su agresin o su sola presencia.
81
qu puede identificar como iguales a un indgena taraumara, a un defeo cosmopolita,
a un regiomontano, a un poblador ordinario de Oaxaca y a un tojolaval? fuera de los
smbolos patrios, que todos aprendieron a respetar y a identificar por insistencia del
Estado en la educacin nacional, parece difcil hallar otro elemento que los inclinara a
identificarse mutuamente como iguales: algunos hablan idiomas diferentes, por
supuesto sus costumbres, tradiciones y estilos de vida son radicalmente distintos, as los
smbolos patrios son oficialmente un elemento de representatividad con el exterior, pero
en el interior de la nacin su funcin es la de garantizar al menos una referencia de la
que nadie pueda estar excluido, garantizando un lazo seguro de unin que se sobrepone
a cualquier otra diferencia existente, y para lograrlo es que se insiste tanto en darle la
tremenda carga simblica y sentimental que se les adjudica en la mayora de las
naciones.
En efecto, si en algo se esmera el Estado es en dejar bien claro que esos emblemas
son los smbolos indiscutibles de la nacin y que a todos corresponde identificar y
respetar, para ello no bastan simplemente concebir a los smbolos, sino su incesante
reproduccin en lo cotidiano: las ceremonias cvicas escolares, las transmisiones por
radio y televisin, la presencia de ellos en cualquier acto y edificio de carcter oficial,
pero de mucha ms relevancia su presencia en la moneda en curso, lo cual no es una
regla en todas las naciones y pocas pero es una argucia utilizada con mucha frecuencia
para su difusin y reiteracin en muchas de las naciones modernas, puesto que todos
requieren de dinero, no hay un miembro sin excepcin que a travs de ste no
identifique la imagen de aquello que al Estado interesa difundir como lo nacional, ya
sean los smbolos patrios, ya sean hroes, lugares o figuras altamente simblicos de la
nacin.
82
integridad de su territorio; sobre el Himno Nacional establece en el articulo 46 la
prohibicin de cantar el himno de cualquier otra nacin en nuestro territorio salvo
autorizacin expresa del representante diplomtico y la secretara de gobernacin, as
como puntualiza en el articulo 46 la enseanza obligatoria del himno en las primarias y
secundarias del pas; por ultimo, en el articulo 54 exhorta a las autoridades educativas a
tomar las medidas necesarias para profundizar la enseanza sobre la historia y
significacin de los smbolos patrios en todas las instituciones educativas del pas.
En la revisin anterior de la ley que rige los smbolos patrios mexicanos, queda
evidenciada esa insistencia por parte del Estado en que a travs del aparato educativo se
asegure la identificacin y amor por ellos en la poblacin, ese trabajo no es gratuito, los
beneficios que puede reportar a la identidad nacional y la cohesin de los habitantes una
plena identificacin con la simbologa patria son fructferos para la salud de la unidad
nacional.
De ello, Edgar Morin nos dice que
la mitologa matripatriotica suscita una verdadera religin del Estado-Nacin,
que conlleva sus ceremonias de exaltacin, sus objetos sagrados (bandera,
monumento a los muertos), su culto de adoracin a la madre patria, sus cultos
personalizados a los hroes y mrtires. Como toda religin, se alimenta de
amor, el cual es capaz de inspirar el fanatismo y el odio. [] El mito no es la
superestructura de la nacin: es lo que genera la solidaridad y la comunidad;
es el cemento necesario a toda sociedad y, en la sociedad compleja, es el nico
antdoto a la atomizacin individual y al desencadenamiento destructor de los
conflictos.152
En suma, la importancia de estos smbolos radica en que son los nicos que
realmente pueden compartirse y ser asimilados por todos los miembros de la sociedad
nacional, lo cual se logra al representar de forma alegrica y en algunos casos
sumamente abstracta la esencia de la nacin, pero mucho ms por la divulgacin
mediante el aparato del Estado que inculca el fervor y en varios sentidos obliga a
venerarlos, a amarlos y literalmente a luchar por ellos y defenderlos con la vida, creando
artificialmente una identificacin absoluta a base de la repeticin y la insistencia, que
termina por imponerse sobre cualquier otra diferencia creando un fuerte lazo imaginario
colectivo e incluyente. Esto ultimo es particularmente manifiesto en pases que se
152
83
presumen nacionalistas, como fue el caso de Mxico durante un amplio periodo del
siglo XX en el cual se hicieron la mayora de las leyes que involucran la identidad
nacional,
Religin
84
de algunos nacionalismos. El cristianismo bblico sostiene el mundo cultural y
poltico a partir del cual surgieron los fenmenos de nacionalidad y
nacionalismo en su conjunto, al tiempo que, en buena parte de los casos,
proporcion un ingrediente crucial en la historia particular tanto de las
naciones como de los nacionalismos.153
Para Hastings, la relevancia de la religin en la construccin de la nacionalidad es
que cumple una funcin mitificadora: la religin cualquiera que sea- da a la nacin un
origen divino al tiempo que envuelve en el mito las amenazas posibles.
Es prudente precisar que Hastings no cree que la religin por si misma de origen a
un nacionalismo, sino que hace ciertas observaciones de que en algunos casos es
contraria a un florecimiento nacional, como sucede en el Islam que de acuerdo al autor
no promueve las lenguas vernculas y carece de un modelo nacional similar al que
contiene la biblia cristiana.
85
154
86
y a plantearse la decadencia de la identidad nacional. En los pensamientos de Octavio
Ianni hallamos la reiteracin de estas reflexiones, cuando afirma que
en todos los casos siempre hay un rescate o una recreacin de las matrices
culturales y civilizadoras, de las races de cada pueblo, tribu o nacin. Muchas
veces, estos son los elementos que operan como parmetros, marcos de
referencia a partir de los cuales se da el prstamo, asimilacin o recreacin de
los elementos exteriores. Pero la afirmacin de autonoma, independencia,
identidad, soberana o hegemona generalmente se refuerza en el contrapunto
con el otro.155
En su anterior planteamiento Ianni nos da una segunda razn por la que el nucleo
duro debe prevalecer en una evolucin identitaria: la diferenciacin con el otro, si el
influjo exterior fuera tal que se perdieran los elementos nucleares, no habra forma de
establecer la diferencia con la otredad, esto porque se eliminaran las especificidades
culturales que nos identifican y se producira una aculturacin tacita: lo otro sera
identificado como nuestro traducindose en los hechos como una autoadherencia a la
identidad exterior.
155
156
87
Con esta verdad como base, en adelante lo que se indagar es cmo se produce la
perdida de identidad mediante el socabamiento del ncleo duro y los diferentes
resultados que puede arrojar esta alteracin en los pilares identitarios ms bsicos.
157
Pierre Berard. "Ces cultures qu'on assasine", en La Cause des Peuples, GRECE Labyrinthe, 1982.
Citado por Jos Javier Esparza. El etnocidio contra los pueblos: Mecnica y consecuencias del neocolonialismo
cultural.
2004.
Disponible
en
linea
en
http://www.paginadigital.com.ar/articulos/2004/2004terc/educacion1/e106068-4pl.asp
88
La transculturacin, concepto acuado por el antroplogo cubano Fernando Ortiz
en 1940, es la aportacin latinoamericana al estudio de las fusiones culturales y la
respuesta de las identidades, Ortiz nos dice que
el vocablo transculturacin expresa mejor las diferentes fases del proceso
transitivo de una cultura a otra, porque ste no consiste solamente en adquirir
una distinta cultura, que es lo que en rigor indica la voz angloamericana
aculturation, sino que el proceso implica tambin necesariamente la prdida
o desarraigo de una cultura precedente, lo que pudiera decirse una parcial
desculturacin, y adems, significa la consiguiente creacin de nuevos
fenmenos culturales que pudieran denominarse neoculturacin[ ...] En todo
abrazo de culturas sucede lo que en la cpula gentica de los individuos: la
criatura siempre tiene algo de ambos progenitores, pero tambin siempre es
distinta de cada uno de los dos. En conjunto, el proceso es una
transculturacin, y este vocablo comprende todas las fases de su
parbola.158
De acuerdo a la propia definicin de Ortiz, la diferencia fundamental es que la
aculturacin absorbe e integra una cultura, mientras que la transculturacin lo que
produce es un elemento nuevo, original e independiente de los que le dieron origen.
158
Fernando Ortiz. Contrapunteo cubano del tabaco y del azcar (Advertencia de sus contrastes
agrarios, econmicos, histricos y sociales, su etnografa y su transculturacin). Ed. CubaEspaa.
Madrid, 1999, p.83
89
Heinz Dieterich establece la necesidad de guardar un equilibrio en el proceso de
cambio para que la identidad nacional evolucione con xito sin ver amenazados los
pilares que la sustentan,
la identidad cual propiedad de un sistema ciberntico tiene que equilibrar dos
funciones tendencialmente contradictorias: a) la conservadora, de defender la
idiosincrasia del sistema frente al entorno; b) la adaptativa, de evolucionar el
sistema conforme a los cambios del medio circundante. Si se autonomiza la
primera, el sistema perece por conservadurismo; si se autonomiza la segunda,
se disuelve en el entorno: sobrevive por adaptacin, pero pierde su identidad
como ente propio: deja de ser sujeto y pierde su razn de ser.159
As, vemos la enorme dificultad que enfrenta la identidad cotidianamente para
mantenerse viva en el nuevo entorno sin perder por ello su esencia. La segunda funcin
que establece Dieterich nos remite a los argumentos que hemos dado sobre la forma en
que la globalizacin est cambiando el entorno y las imposiciones de adaptacin por el
FMI y otros organismos internacionales al servicio del G8, ceder a esas imposiciones
cuando a todas luces vayan en contra de la identidad nacional, significa atentar contra la
propia existencia en el sentido en que este autor lo ha descrito: se sobrevive por
sumisin, pero ya no hay razn para existir porque se ha traicionado la esencia que
motivaba nuestro paso por la historia.
159
160
90
91
aporta elementos nacionales y que contribuye a reiterar en el imaginario colectivo social
la importancia de poseer y comportarse como lo otro extranjero.
161
Estados Unidos impuls la guerra primero bajo el pretexto de supuestas armas nucleares que nunca
existieron en Irak pero que EU siempre ha tenido sin que se le juzgue por ello, y posteriormente bajo el
argumento de instaurar la democracia que no puede ser ms cuestionada en esa situacin- en un pas
con un rgimen tirnico, intervencin no pedida que constituye una violacin directa a la soberana y
libertad de la nacin iraqu que no necesariamente comparte la idea de democracia como lo prueba el
hecho de la aun en pie resistencia civil.
92
decisiones y directrices provenientes de centros de poder regionales y
mundiales. 162
Lo anterior permite la llegada de toda la avanzada cultural que representan
principalmente los contenidos mediticos y en segundo termino pero no menos
importante las franquicias y empresas transnacionales, que en su aparente intensin
meramente comercial se oculta el hecho de presentarlos como iconos de la globalidad y
el progreso: McDonalds, Coca-Cola, Levys, Mix Up, por mencionar solo algunos, que
concretamente establecen una diferencia ficticia entre el desarrollo y el atraso, al tiempo
que promueven la homologacin mediante el imaginario simblico que envuelven para
asegurar el consumo en los nuevos mercados.
Los escpticos suelen argumentar que es imposible homologar una diversidad tan
grande y plural de identidades y cosmovisiones como la que representa el mundo, pero
con todas las herramientas de las que hacen uso los centros de poder es fcil
comprender que la construccin de una cultura global no es ni utpica ni accidental,
Simon Dalby expresa en sus estudios que
162
163
93
la circulacin global de imgenes y utensilios, frecuentemente de origen
estadounidense, fomentan la formacin de una cultura de consumo global que
est en desarrollo. Tambin fomentan subjetividades que identifican en cierto
grado con los personajes de las pelculas y los aparatos que usan en las series
de televisin que son tan populares en lugares aparentemente inverosmiles. La
cultura global puede ser fcilmente construida como una parte crucial de la
hegemona contempornea global..164
La teora y argumentos expuestos en todo el desarrollo del capitulo, demuestran
que la globalizacin no es un simple proceso histrico natural, sino una forma ideada e
impulsada por los centros de poder para extender su influencia poltico-econmica y
abrirse mercados en el resto del mundo, al que muy intencionalmente se contiene el
progreso con fines de perpetuar el status quo de dominacin.
De acuerdo con Julio Carranza, el impacto de este orden mundial sobre la cultura
y la identidad cultural se manifiesta de la siguiente manera:
1. Impone fuertes limitaciones de recursos para la produccin y conservacin
cultural, sobre todo en los pases subdesarrollados.
2. Genera polarizacin y desigualdad social en el consumo cultural.
3. Produce una fuerte mercantilizacin, en un sentido muy liberal, de la produccin
cultural.
4. Establece la monopolizacin de los medios de comunicacin masiva, que
imponen valores culturales y de consumo del Primer mundo.
5. Impone la monopolizacin de las tecnologas de avanzada.
6. Genera migracin de los talentos intelectuales y artsticos de la periferia al
centro del sistema 165 .
Con los lineamientos que propone Carranza, no es de extraarse que la sociedad
est encaminndose a un sistema global y homogneo de cultura y valores neoliberales
y preponderantemente estadounidenses, puesto que toda la exposicin cultural que
recibe la sociedad se resume a valores jerrquicamente seleccionados y dirigidos al
164
Global circulation of images and commodities, often of American origin, suggests a universal
consumption culture in the making. But it also suggests subjectivities that identify to some degree with
the characters in the movies and the commodities that they use in the television soap operas that are so
popular in apparently unlikely places.Global culture can easily be construed as a crucial part of
contemporary global hegemony. Simon Dalby. Geopolitics and global security. Culture, identity and
the pogo syndrome. Op. Cit. p. 299
165
Julio Carranza Valdez. Cultura y desarrollo. Incitaciones para el debate. Op. Cit.
94
mismo tiempo que las identidades locales se ven imposibilitadas de manifestarse en
esos mismos medios ya sea por falta de recursos econmicos como se ha puntualizado
o bien porque se niega directamente el acceso a ellos como medio de expresin popular.
cultural para la
estandarizacin,
aunque las diferencias lingsticas siguen siendo una barrera para la
expansin de los programas de televisin y de otros productos culturales, el
predominio global del ingls proporciona una infraestructura lingstica
(especialmente en los negocios, la poltica, la administracin, la ciencia, la
educacin y la informtica) tan poderosa como cualquier sistema tecnolgico
para la transmisin de ideas y culturas.166
El planteamiento anterior explica y fundamenta la preocupacin de autores como
George Fletcher y sus Razones para la autodefensa lingstica, ya que si la lengua
afecta al pensamiento obviamente tambin afecta el ncleo de la cultura, y lo que est
sucediendo actualmente en el mundo es muy similar a lo que en uno de sus ejemplos
sobre el impacto lingstico en las identidades nacionales denomin Operacin
babelosa, que resumidamente consiste en orillar de todas las formas posibles a una
cultura a hablar y usar palabras de un idioma que no les corresponde para alterar su
166
David Held and Anthony McGrew. Globalizacion / antiglobalizacion. Ed. Paids Ibrica. Espaa.
2003. p.44
95
identidad, modificar su entendimiento de la realidad y ejercer as un dominio
ideolgico 167 .
En suma, no hay ninguna duda de que existe una tendencia homogenizante, que no
sera de mayor importancia si no se acompaara de instrumentos que debilitan los
pilares de las identidades particulares. Una identidad cultural y nacional bien definida y
arraigada puede enfrentar con xito una amenaza externa como tradicionalmente lo ha
hecho en el transcurso de la historia en el que se han mantenido inclumes a agresiones
del medio, pero el impacto no solamente es ms intenso que nunca, sino que se
acompaa simultneamente de herramientas que intencionalmente socavan las races
para permitir una penetracin cultural profunda, por lo que la amenaza a la identidad es
especialmente cierta y nunca antes vista en otras pocas, Mannuel Castells describe con
puntualidad una de las formas en que se debilita el ncleo duro de la identidad debido
en gran parte a los avances tecnolgicos, y nos dice que
la inclusin de la mayora de las expresiones culturales dentro del sistema de
comunicacin integrado, basado en la produccin y distribucin electrnica
digitalizada y el intercambio de seales, tiene importantes consecuencias para
las formas y procesos sociales. Por una parte, debilita de manera considerable
el poder simblico de los emisores tradicionales externos al sistema, que
transmiten a travs de las costumbres sociales codificadas por la historia:
religin, moralidad, autoridad, valores tradicionales, ideologa poltica. No es
que desaparezcan, pero se debilitan a menos que se recodifiquen en el nuevo
sistema. 168
Corresponde pues a toda la nacin trabajar para reforzar el ncleo duro de su
identidad y delimitar las fronteras culturales de Mxico. La globalizacin no es ms un
proceso de expansin econmica como un sistema de dominacin ideolgico para
consagrar la supremaca absoluta del mercado y el consumo sobre cualquier otro valor,
incluso los ticos y humanos, y esto solo ser posible cuando aculturen a las diversas
naciones del mundo.
167
Cfr. George Fletcher. Razones para la autodefensa lingistica. En Robert McKim y Jeff McMahan.
La moral del nacionalismo. V.II. Autodeterminacin, intervencin internacional y tolerancia entre las
naciones.Op. Cit. En el capitulo sobre el impacto globalizador en nuestra lengua se profundiza
ampliamente sobre los argumentos de Fletcher y otros autores en torno a la lengua como elemento de
dominacin y deculturacin.
168
Manuel Castells. La era de la informacin: economa, sociedad y cultura. V.I. La sociedad red. S.
XXI. 2000. p. 408
96
En este sentido, una definicin muy reveladora de globalizacin nos la ofrece el
Doctor Souza Santos de Boaventura, quien la entiende como
el proceso mediante el cual determinada condicin o entidad local extiende
(impone) su influencia a todo el globo y, al hacerlo, desarrolla la capacidad de
designar como local otra condicin social o entidad rival169
La imposicin de valores culturales hegemnicos en todo el mundo, y el
consecuente deterioro de las identidades locales, se est desarrollando justo ahora; de no
actuar, las estimaciones de varios tericos confluyen en la idea de que una sociedad
global, ya sea en forma de americanizacin, ya sea en forma de magma pluricultural,
habr de concretarse y cuando eso suceda no habr forma de volver atrs porque se
habrn perdido los elementos bsicos y particularsimos de cada cultura que dan origen
a la diversidad.
169
Souza Santos de Boaventura. Por una concepcin multicultural de los derechos humanos. Mxico,
UNAM. Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades. Coordinacin de
Humanidades, 1998.
97
Tomar conciencia del pasado, lejos de ser evasin de los problemas del presente, es atributo
esencialmente humano que lleva a contemplar la realidad con ms amplias perspectivas. En la historia
de Mxico la conquista marca el momento en que se enfrentaron pueblos muy distintos entre s. De ese
encuentro, que para los vencidos fue trauma, se deriv el rostro mestizo que el pas y su cultura
adquirieron a la postre. La conquista dej as huella no suprimible en lo que somos y en lo que
nosotros mismos llevamos.170
Miguel Len-Portilla
170
Miguel, Len-Portilla. Visin de los vencidos. Relaciones indgenas de la conquista.. Biblioteca del
estudiante universitario. UNAM. Mxico. 1982. p.v.
98
Aun hoy, los debates sobre qu es realmente lo mexicano son intensos, debido a la
globalizacin que amenaza las culturas, el estudio sobre las identidades nacionales y
tnicas ha cobrado auge y significancia no solamente entre los acadmicos sino para
muchos gobiernos que han visto en la identidad nacional la fuerza necesaria para
enfrentar con xito el siglo XXI.
esperamos esclarecer los elementos y razones histricas que han determinado el carcter
de lo mexicano y a partir del resultado poder interpretar en los captulos siguientes la
99
forma en que nuestra identidad se ve alterada por el impacto del proceso de
globalizacin cultural.
100
101
parte en Chile. Estas razas o tribus son unas de las tantas que hubieron en todo
el continente. [] As pues, a la llegada de los espaoles en 1492, ya exista
todo un componente social, poltico y religioso, que traa consigo una
antropologa propia, cimentada en la organizacin de cada una de las
tribus.172
Como vemos en la postura de estos dos autores, el choque de Europa y Amrica
fue impactante no solamente por el hecho de verse frente a frente dos mundos
absolutamente desconocidos uno del otro, sino porque fue entre dos culturas que
encerraban en s mismas una gran diversidad de sus propios mundos, y si sumamos a
esto que el mestizaje se dio de forma inmediata e indiscriminada, la mayora de las
veces por el espaol que viola a la indgena -representada en la Malinche- originando la
figura altamente simblica de la chingada en la cultura mexicana, y que a los pocos
aos de la conquista se introdujeron en Mxico esclavos africanos con los que tambin
se propici el mestizaje, podemos comprender con mayor claridad la compleja e
inmensa diversidad cultural latinoamericana en contraposicin, por ejemplo, de la
conquista inglesa en el norte de Amrica, en la que desde el principio se impuso la
limitante de no mezclarse entre las razas aborgenes, y lo que es ms, la idea de que
stas deberan ser exterminadas.
172
102
de otros grupos, de esta forma no resulta extrao que se haya formado un cuerpo social
con caractersticas suficientemente propias y fuertes para forjar una protonacin173 , que
en cuanto encuentra la oportunidad exige su independencia para empezar a vivir con
libertad su existencia, como lo observa el psicoanalista mexicano Santiago Ramirez,
La lucha de independencia, excluyendo las circunstancias histricas que en
un momento determinado la hicieron posible, es la necesidad de afirmacin y
rebelda frente al padre174
Es a partir de las luchas de independencia y sus respectivos triunfos cuando
podemos hablar de un complejo proceso de formacin de identidades nacionales en
Nuestra Amrica, pero la mayora de los nacientes pases carecan incluso de un
proyecto nacional, como lo prueba el hecho de que una vez emancipados, suceden una
serie de guerras intestinas entre distintas facciones por apropiarse del poder y junto con
esto el caudillismo, el cual es un elemento comn en la historia latinoamericana.
173
103
Con estos fundamentos, podemos precisar que las naciones prehispnicas eran
naciones romnticas, basadas en la tradicin y con un fuerte espritu del pueblo o alma
colectiva arraigada, como fue el caso de la nacin mexicana, mixteca, maya y zapoteca
en mesoamrica por citar las ms representativas, que a su vez basaban su tradicin en
culturas ms antiguas que las precedieron, como la olmeca y teotihuacana- o la nacin
inca en el cono sur; la Espaa conquistadora tambin fue una nacin romntica; pero al
momento de la independencia de las pretendidas naciones latinoamericanas stas no
podan sentirse poseedoras de un alma colectiva cuando existan diferencias culturales
abismales en la mayora de sus habitantes, incluso el idioma que es tan importante en la
construccin nacional estaba muy lejos de ser generalizado, no haba pues opcin: la
nacin deba construirse, no exista; el nico elemento en comn que permiti la lucha
colectiva en la mayora de los pases fue la opresin, la desigualdad e injusticia que
sufran cotidianamente, pero una vez liberados de ella, hubo que crear nuevos factores
aglutinantes, vnculos que impidieran la disolucin social y que permitieran a todos
identificarse por igual: el mito nacional, que tiene como primera piedra las gestas
independentistas, por lo cual se identifica a Miguel Hidalgo en Mxico o a Simn
Bolvar en Venezuela con el titulo de padre de la patria, calificativo que refrenda
nuestra afirmacin de que la nacin latinoamericana
empieza a formarse en la
independencia.
104
estos Estados se apresuran a crear los smbolos patrios y a garantizar la existencia de un
idioma y religin oficiales, generando los elementos que conduzcan al sentimiento de
unidad nacional, que derivar entonces, y solo entonces, a la existencia de la nacin.
En los pases latinoamericanos el proceso fue al revs: primero se tuvieron
los Estados y luego se intent crear las naciones. Las colonias espaolas, al
independizarse de su metrpoli, mantuvieron en lo general la divisin
territorial del Imperio. As, los antiguos virreinatos dieron origen a las nuevas
republicas, cuyos pueblos carecan sin embargo de conciencia nacional; la
ausencia de una cultura propia y homognea, el nfimo nivel educativo y la
incomunicacin de la inmensa mayora de sus habitantes descartaban el
proyecto de unificar el subcontinente y hacan que la idea de nacionalidad
existiese slo en la mente de sus lites. En tales circunstancias, era natural que
los movimientos nacionalistas se caracterizaran, a diferencia del gradualismo,
el integracionismo o el separatismo europeos, por la tentativa de definir el
elemento con que en mayor medida Europa ya contaba: la identidad
nacional 176
Por eso es que en Nuestra Amrica la formacin de lo nacional es culturalmente
violenta despus de que se logra la emancipacin, porque en el proceso de construccin
de los estados nacionales se va a buscar siempre seguir el proyecto de nacin que
propone la elite poltica triunfadora, que no era entonces como tampoco lo es hoy en
muchos pases, representante de toda la esencia nacional sino del grupo en el poder: el
indgena vuelve a ser ignorado, despreciado y marginado, pero cuando se hace evidente
que es una realidad presente, tangible y cotidiana, se pretende incluirlo en el proyecto
nacional desde una perspectiva etnocida que propone arrancarle su idioma y cultura
justificndose como un acto civilizatorio, a fuerza de consolidar una unidad que no
tiene, el Estado se vuelve homogenizante, universalista, agresivo y hostil, promueve el
mestizaje como elemento superador para el indgena y busca tambin por todos los
medios la aculturacin de las poblaciones autctonas al modelo dominante de vida.
Este proceso tan peculiar de construir una nacin a partir de elementos tan
disimbolos, es el que llev al crtico mexicano Francisco Bulnes a afirmar en 1899 que
la primera deficiencia del patriotismo latinoamericano era la ausencia de unidad
nacional. 177 Y es que en Latinoamrica ganar la libertad fue relativamente fcil,
construir la nacin fue el reto, y tan difcil ha sido la cuestin de lo nacional en nuestro
176
Agustin Basave Benitez. Mxico Mestizo. Anlisis del nacionalismo mexicano en torno a la
mestizofilia de Andrs Molina Enriquez. FCE. Mxico. 2002. p.14-15
177
Francisco Bulnes. El triste provenir de los pases latinoamericanos. Editorial Contenido. 1975. p.36
105
continente, que el debate sigue vigente y la construccin de diversas identidades
nacionales, como es la nuestra, aun no puede considerarse concretada.
En suma, los aspectos a los que hemos hecho referencia, comunes y compartidos
en casi toda Nuestra Amrica, van a producir otro fenmeno singular, la llamada patria
grande, a diferencia de las naciones contrato que los estados se esmeraron en forjar y
consolidar, se dio de forma paralela y simultanea la identidad continental
latinoamericana, que a diferencia de cada una de las naciones, se forma en el tenor de
una nacin romntica, porque el territorio continental latinoamericano reuni en lo
general lo que cada uno de los estados no hallaron en lo particular: un pasado
compartido la conquista espaola-, una religin e idioma comn, y una guerra de
liberacin casi simultanea; esto permite como afirma Sergio Bag, fenmenos de
identificacin nicos en nuestro continente, ya que en Amrica una persona monolinge
que solamente hable Espaol, puede desplazarse caminando desde el sur de Washington
hasta la tierra del fuego utilizando un solo idioma, el espaol.178
Jorge Turner profundiza sobre la cuestin de la identidad continental y nos dice
que
Nuestro conjunto geogrfico se dividi en patrias que permitieron la
dualidad: por una parte tenemos un sentimiento de proceder de un pas y hasta
de un mismo pueblo, palpable en los limites geogrficos, en las historias
particulares y hbitos comunes de la vida cotidiana, alimentados por el himno,
el escudo y la bandera, y al mismo tiempo, tenemos la comprensin de que
adems de las entidades nacionales, con diferencias evidentes, igualmente
contamos con una identidad ms amplia; la de ser latinoamericanos.179
El conjunto de similitudes histricas que hemos revisado van a conformar el
carcter del hombre latinoamericano, siendo una de sus caractersticas ms relevantes,
para nuestro estudio, su mestizaje intenso que hace de l una confusin en sus
relaciones socioculturales.180
178
Sergio Bag. La identidad continental. En Segio Bag y Hector Daz Polanco. La identidad
continental. Indigenismo y diversidad cultural. Universidad de la Ciudad de Mxico. Segunda Edicin.
2003. p.23
179
Jurge Turner. Prologo. La cultura es la luz de los ojos de Amrica Latina. En Rossana Cassigoli y
Jorge Turner. Tradicin y emancipacin cultural en Amrica Latina. Siglo XXI. Mxico. 2005.
180
Ramon Antonio Glass Santana. Esclavo o que?. Op. Cit. p. 51
106
181
Jos del Val. El balcn vaco. Nota sobre la identidad nacional a fin de siglo. En Ral Bejar y Hector
Rosales. La identidad nacional mexicana como problema politico y cultural. Op.Cit. p. 338
182
Jos Clemente Orozoco. Citado por Roger Bartra. La Jaula de la Melancolia. Debols!llo. Mxico.
2005. p. 125
107
ocasiones el gobierno pareciera estimularnos a creer. La identidad nacional mexicana no
puede abordarse de esta forma simplista, estereotipando de una u otra forma, nuestro
problema es en verdad complejo, como si no tuviramos rostro o no quisiramos ser.
Estela Serret. Identidad de genero y Nacional en Mxico. En Ral Bejar y Hector Rosales. La
identidad nacional mexicana como problema politico y cultural.Op. Cit. p.260-262
184
Roger Bartra. La Jaula de la Melancolia Op. Cit. p. 16
108
es un problema completamente falso, que slo tiene inters como parte del
proceso de constitucin de la cultura poltica dominante. La idea de que existe
un sujeto nico en la historia nacional el mexicano- es una poderosa ilusin
cohesionadora; su versin estructuralista o funcionalista, que piensa menos en
el mexicano como sujeto y ms en una textura especifica lo mexicanoforma parte igualmente de los procesos de legitimacin poltica del Estado
moderno.185
Las reflexiones de Bartra son acertadas considerando el antecedente histrico
inmediato: en latinoamrica el Estado crea a la nacin, salta a la vista que en un pas
con las magnitudes territoriales y la consecuente diversidad tnica y geogrfica de
Mxico, slo poda cohesionarse su poblacin a travs de un mito amalgamador, la
Colonia lo hizo en 1531 con la presentacin pblica de la virgen de Guadalupe, que es
uno de los primeros y ms trascendentes mitos integradores; y a nadie escapan de vista
los esfuerzos de la postrevolucin por fusionar a la poblacin mediante la mestizofilia
as como mediante el mito mexicano de la propia revolucin el pueblo al poder- y cuyo
mximo esfuerzo de divulgacin se halla en el muralismo de la poca, aunque tambin
en la labor del sistema educativo.
ni de la
construccin del modelo nico con fines de integracin social, estereotipo que no existe
en la realidad concreta, pero que mediante su ilusin ha dado pie a una inusual cohesin
irracional de elementos profundamente disimbolos.
Ahora bien, si los anteriores planteamientos son ciertos, cmo proceder al estudio
de una identidad nacional en plena construccin? cmo medir el impacto de lo global
sobre un hecho que por s mismo no puede considerarse concreto, y que es por s slo
globalizacin aparte- un serio problema poltico y cultural del pas?. Procedamos a
responder ese importante cuestionamiento.
Mxico es una nacin pluricultural con una infinita variedad de esencias, sabores y
matices, pero ninguno de ellos, por ser distinto del otro, es menos mexicano, nuestro ser
nacional se construye en una perpetua tensin entre nuestras propias diferencias, y se
185
109
mantiene cohesionado como un ente nico mediante los valores nacionales y las
acciones nacionalistas desde los smbolos patrios hasta la educacin nacional-, es
decir, el mito producido y divulgado por el Estado desde nuestro nacimiento como pas
que no nacin- independiente.
Ahora bien, para llevar a cabo nuestro estudio de la identidad nacional hemos
considerado las ideas presentadas por Raul Bejar y Hector Rosales, segn los cuales
existen al menos tres fuertes corrientes sobre la forma en que se interpreta actualmente
la identidad nacional mexicana:
186
Por dar un ejemplo contemporneo, los indgenas combatientes del EZLN no exigen independencia ni
separarse del pas, exigen autonoma, al mismo tiempo que declaran siempre tambin somos
mexicanos. En el caso de la Mixteca y los Yaqui, ellos actualmente se autodenominan como nacin; el
pasado primero de enero de 2006, la comunidad indgena Triqui de Oaxaca cre el Municipio autnomo
de San Juan Copala, que aglutina 20 comunidades y tres municipios, puntualizando su existencia como
Nacin Triqui, pero en ningn momento esto ha significado su renuncia a la nacin mexicana.
110
Raul Bejar y Hector Rosales. La identidad nacional mexicana como problema poltico y cultural. Op.
Cit. p.47-52
188
Octavio Paz. El laberinto de la soledad.
111
constante predileccin por lo extranjero, que tiene su origen en los traumas de la
conquista y de la colonia de donde se deriva su propia negacin-. Esta aproximacin es
trascendente porque explicara la facilidad con que la cultura hegemnica
norteamericana irrumpe en nuestra sociedad, develando as nuestra naturaleza como un
blanco fcil de aculturacin ya que al negarnos a nosotros mismos se
facilita la
112
Aproximacin a las razones del sentimiento de inferioridad, la
negacin del ser y la extranjerizacin en la construccin de la
identidad nacional mexicana y su presencia como constante
histrica.
El sentimiento de inferioridad del mexicano y la consecuente negacin del ser es un
lugar comn en el anlisis de varios autores, como Samuel Ramos, uno de los
investigadores pioneros de la identidad nacional en Mxico, pasando por Agustn
Ramrez, Octavio Paz y Roger Bartra, entre otros. La reiterada identificacin de este
factor con el carcter del mexicano es porque obedece a causas histricas de fcil
identificacin, Samuel Ramos lo clasificaba como una causa comn inconciente de
muchos de nuestros rasgos psicolgicos contradictorios y lo explicaba de la siguiente
forma:
Este sentimiento en el mexicano tiene su origen en una serie de accidentes
histricos que le han ocurrido desde la conquista. Aparece al ponerse los
indgenas conquistados en contacto con los espaoles conquistadores y
continu en la vida social de la colonia donde la desigualdad e injusticia
foment su desarrollo. Pero es a partir de la independencia cuando este
sentimiento acta de una manera sensible en el carcter del mexicano.189
Y es que la conquista en Mxico no fue solamente un proceso violento, sino
sdico en palabras de Agustn Ramrez, ya que se trat de afirmar la superioridad de los
valores espaoles incluso en ocasiones que se atentaba contra toda lgica comn:
La edificacin de la iglesia cristiana, la ubicacin de la ciudad, etc. Fueron
fenmenos de afirmacin sdica mucho ms que de juicio objetivo. Era
necesario barrer con el espritu de la comunidad civil y religiosa del indgena,
por eso cuando se edifica el templo se le coloca sobre el antiguo teocali190
Esta afirmacin es ampliamente comprobable en multitud de hechos, de los cuales
citaremos por su irrefutabilidad la observacin hecha por Tadeo Ortiz de Ayala en su
ensayo La destruccin de una antigua capital imperial, donde a ms de describir el
arrasamiento de la ciudad hasta sus cimientos por parte de los espaoles, es digna de
toda reflexin, hoy da, el carcter ilgico de su procedimiento y sus consecuencias que
actualmente se sufren en la capital del pas. Este autor, puntualiza que los espaoles
despus de tan basta destruccin no solamente no mejoraron la estructura y diseo de la
ciudad, lo cual hubiese justificado el acto vandlico, sino que prefirieron construir la
189
Samuel Ramos. Citado e interpretado por Ral Bjar en El mito del mexicano. Editorial Orientacin.
Mxico. 1971. p. 143
190
Santiago Ramirez. El mexicano. Psicologa de sus motivaciones. Op. Cit. p. .47
113
nueva ciudad sobre los escombros y los cadveres habiendo sitios mejores, ms
habitables y propicios para la construccin a solo una o dos leguas de distancia, y que
adems construyeron las casas ms bajas que las calles y plazas, por lo que se llenaban
de agua y no tenan desaguaderos. Cuando Felipe II mand la orden de establecer la
poblacin en mejor lugar era ya demasiado tarde, haba transcurrido un siglo y las casas
construidas eran palacios que difcilmente iban a abandonarse191 , as, la ciudad se
condenaba a su eterno problema en poca de lluvias como tambin al actual
hundimiento del centro histrico. Baste el ejemplo anterior, para sustentar la afirmacin
de Santiago Ramrez en cuanto al carcter sdico de la conquista, que va a ser la raz
histrica del sentimiento de inferioridad del mexicano, que analizamos a continuacin.
Empezando por la figura del indgena, que es el primero en sufrir las vejaciones
espaolas, encontramos que se destruy su mundo y se minimiz e ignor cualquier
cosa que pudiera darle un valor social, tras la conquista lo que importaba eran los
valores espaoles, el indgena era visto como un ser inferior, su papel social era
mnimo: era el esclavo (encomendado?), el salvaje, se le quit toda posibilidad de vivir
su ser, todo en lo que el crea, de esto Francisco Bulnes nos dice que
La conquista arranc al indio su religin, su territorio, su honor, su hogar, sus
hijos, su libertad, sus bienes, su tradicin, su historia, su inteligencia, su
voluntad, su memoria 192
Despus del indgena, surgen las figuras del mestizo y del criollo, el mestizo, por
lo general hijo de una indgena violada y un padre espaol ausente, va a desarrollar un
desprecio por la mujer, originando el extendido mito mexicano de la chingada y con
ella el machismo, la madre del mestizo va a ser despreciada porque fue un ser
conquistado y vejado que en la idea popular de aquel momento ha traicionado su patria
como lo hizo la malinche, por otro lado el mestizo va a sentirse inferior porque no
pertenece ya al mundo indgena, pero tampoco se le han abierto las puertas al mundo
espaol, se encuentra en el limbo: aspira a ser como su padre porque el representa todo
lo bien visto, lo espaol, el xito, la riqueza, pero salvo raras excepciones es
despreciado por l debido a su origen indgena, as es como nace la popular figura del
hijo de la chingada y toda su carga peyorativa.
191
Tadeo Ortiz de Ayala. Paginas sobre historia y geografa de Mxico. Biblioteca del estudiante.
UNAM. 1996. p. 58-62.
192
Francisco Bulnes. El triste provenir de los pases latinoamericanos. Op. Cit. p. 39
114
El criollo, por su parte, es hijo de padre y madre espaoles, pero como narra
Santiago Ramrez, los compromisos sociales de ambos hacen que bien pronto se acuda
a la madre indgena para cuidar de l, la nana, la Mara, el criollo crece con la indgena
como fuente de seguridad, calor y afecto, su entorno es tambin el nuevo mundo, el
mundo indgena y mestizo, pero se le obliga a admirar lo espaol, la mujer que lo cri
es devaluada culturalmente, la madre espaola en cambio, esa que nunca estuvo con el,
es la que se exalta 193 . Amn de este conflicto de identidad, el ambiente tambin lo
sojuzga, se le impiden privilegios, aunque su padre se enorgullece de l y le procura
todas las atenciones, el hecho de haber nacido en Amrica lo hace inferior ante los ojos
del medio y la supremaca de los peninsulares.
115
Ibidem. p. 143
Santiago Ramirez. El mexicano. Psicologa de sus motivaciones. Op. Cit.p.69
116
la tendencia del mexicano a renegar de lo propio y aspirar a lo extranjero, en este caso, a
Estados Unidos se le odia pero a la vez se le admira por su progreso, de la misma forma
que el mestizo odiaba a su padre Espaol que lo despreciaba, pero aspiraba a ser como
l porque representaba todo lo valioso. Bajo este mismo esquema, Santiago Ramrez
puede explicar tambin de forma coherente nuestro periodo de afrancesamiento cultural
en el siglo XIX:
La pugna existente entre los nacientes imperios anglosajn y francs, hizo
que durante algn tiempo el lugar predominante, sustituto de la vieja Espaa
fuera ocupado por Francia. Las guerras de intervencin, la fracasada intencin
europea de pretender formar un imperio en Mxico hicieron nuevamente, que
los sentimientos de ambivalencia hacia el padre se canalizaran por ese camino.
Surge el afrancesamiento de la sociedad mexicana; se admira la literatura, la
novela, la msica y el gusto francs. Todos los valores telricos son
despreciados, una vez ms se admira lo ajeno para ningunear lo propio. La
enseanza, la educacin y la cultura se planean de acuerdo al esquema francs.
Los partidos conservadores y las instituciones religiosas, siempre aliadas al
punto de vista del conquistador y a la prevalencia de lo importado, son
identificadas en la mentalidad del mexicano.197
Las observaciones de Santiago Ramrez son puntuales en cuanto a la verdad
histrica, es de sobra conocido este periodo de afrancesamiento, el auge de los valses
europeos y la exaltacin por todo lo que a este pas pertenece. Citemos como un
ejemplo de poca, la novela de Fernando Caldern titulada A ninguna de las tres en la
cual el autor (1809-1845) critica el afrancesamiento y otros rasgos de su sociedad, en
esta obra cmica. Don Carlos, que viene a representar el mexicano afrancesado, no
solamente habla con palabras de ese idioma, sino que con toda claridad repudia su
esencia mexicana y se enorgullece de sus preferencias extranjeras, as, uno de sus
dilogos es contundente:
Vaya, si lo he dicho, Juan,
yo no puedo discurrir
por un momento siquiera
sin hablar francs qu diablo!
Es tan bello! yo lo hablo
sin advertir, con cualquiera.
El idioma castellano
es tan helado, tan fro:
diera un brazo, amigo mo,
197
Ibidem. p. 69-71
117
por ser francs o britano. 198
Los ejemplos de la negacin de lo propio van a ser permanentes en nuestra historia
aunque las aspiraciones van a variar segn el momento histrico, por ejemplo durante la
Reforma, el propio Jurez, indgena de nacimiento, se convirti en un vigoroso
promotor de la mestizofilia, y el ministro Lerdo de Tejada aseguraba que para que
Mxico progrese tiene que hablar ingls y convertirse al protestantismo 199
Fernando Caldern. A ninguna de las tres. Biblioteca del estudiante Universitario. UNAM. Mxico.
1993. p.25
199
Citado por Leonardo da Jandra. La hispanidad. Fiesta y rito. Op. Cit. p. 144-147
200
Agustin Basave Benitez. Mxico mestizo. Op. Cit. p.14-15
201
Martha Luz Arredondo, Roger Bartra, Santiago Ramirez, entre otros.
118
raya en la agresividad sobre los mexicanos que prefieren lo ajeno y desprecian lo
propio, pero lo relevante de sus comentarios no es la opinin que merece a los autores el
extranjerista, sino que corroboran su existencia, y siendo ambos personas familiarizadas
con los estudios sociales suponemos que debieron basar sus impresiones en una muestra
tangible de un amplio sector social y no en una minora, que de ser tal no hubiese valido
la pena el comentario en sus escritos.
Ahora bien, es cierto que los documentos aludidos son demasiado recientes a la
revolucin y que no puede esperarse un cambio tan inmediato en la sociedad, mucho
ms si consideramos que el movimiento muralista y educativo no tiene auge sino hasta
la llegada de Jos Vasconcelos a la Secretara de Educacin publica en 1921, que se
esmera en sobremanera para la creacin de la nueva cultura nacional. Pero Santiago
Ramrez, que es un autor mucho ms moderno, sigue identificando el patrn de
negacin y predileccin por lo extranjero en 1977, cuando escribe su obra clsica sobre
el mexicano y la psicologa de sus motivaciones, y contina su anlisis sobre el
fenmeno de la ambivalencia, que en estos momentos encuentra en Estados Unidos el
centro de atencin, sus observaciones van a ser especialmente significativas porque en
su revisin hace nfasis contundente en la trascendencia de la diferencia social elitepueblo.
202
Para conocimiento e interpretacin del lector, citamos a pie de nota los comentarios de ambos autores,
Andres Molina expresa en el referido documento que Hay imbciles que siendo mexicanos afectan no
usar el idioma nacional, sino algn otro extrao mal aprendido en el extranjero. Abandonan los criollos en
esta capital a los mestizos los teatros en que despunta el florecimiento de nuestra cultura propia, y llenan a
reventar cualquier otro teatro en que una compaa de mrito dudoso, representa en italiano, en francs o
en ingls. Por su parte, Manuel Gamio en el texto aludido va a referirse a extranjeristas ridiculos que
tienen una cultura cismtica, patrimonio de pedantes y de imbeciles.
119
203
204
120
Por supuesto, algunos de los ejemplos que nos ofrece Santiago Ramrez estn
desfasados, pero quin puede negar la similitud de sus afirmaciones con la realidad que
vivimos actualmente, donde amn de los tenis Nilce y Beebock a los que se pueden
adjudicar otras razones de nombre por parte de la piratera comercial a la que vale
decirlo, el mexicano de bajo poder adquisitivo es muy aficionado-, tenemos ejemplos
ms rotundos como la frecuencia con que vemos fondas que se autodenominan
loncheras, que muchos negocios por modestos que sean van a ostentar nombres en
ingls: Ruby Nails (sic) para el localito de manicure en un barrio de bajo poder
adquisitivo, gym y spa para lugares de actividad fsica y recreacin corporal, o
sexshop que en Mxico se usa casi sin excepcin para las tiendas erticas y de
juguetes sexuales, como si fuera imposible nombrarlas en espaol.
Pie de foto. tenis Nilce que pretenden una obvia similitud con la marca estadounidense Nike.
Fuente: Google.
Hay sin embargo dos ejemplos que son quiz el arquetipo del tema que
estudiamos porque ilustran perfecto el pensamiento de Santiago Ramrez: primero el
Hual Mart (sic) que es una tienda ordinaria de artculos diversos cuya foto circula en
la red debido a su singular razn social, y por otro lado el nombre del dominio
electrnico
en
internet
de
la
secretara
de
turismo
del
Distrito
Federal
121
trascender porque son superiores, llevndolo a vivir una mentira que hace las veces de
sedante ante su propia desvalorizacin.
Este patrn fue observado primero por Samuel Ramos como una contradiccin
entre lo que quiere ser y lo que puede hacer, diferencia abismal que lo conduce al
pesimismo, a desconfiar de s mismo y a sentirse siempre inferior porque no puede
alcanzar sus aspiraciones, por lo que el mexicano encuentra una cura refugindose en la
fantasa, inventndose un yo ficticio que va a interpretar en la vida creyndolo real,
enterrando as su sentimiento de inferioridad porque ya no vive siendo quien es, sino
quien se ha inventado. Pero aunque la idea original es de Samuel Ramos, es Santiago
Ramrez el que profundiza en este concepto y encuentra corroborado el patrn en las
diferentes etapas histricas del pas, como hemos visto en el seguimiento de sus
estudios y la analoga de la relacin padre-hijo. De igual forma, descubrimos una
diferencia fundamental entre la elite, que por sus posibilidades econmicas va a tender
mucho a todo elemento cultural extranjero puesto que puede acceder a gozar de ellosy la clase media y baja, que se va a conformar con la imitacin al mismo tiempo que,
ante su imposibilidad econmica, va a recurrir tambin a la burla y la stira del modelo
que odia tanto como admira. Todo esto va a configurar una situacin bien particular de
Mxico: un nacionalismo terico y un malinchismo prctico.
Hasta aqu los estudios de textos clsicos. En la poca contempornea, Martha Luz
Arredondo y Roger Bartra van a continuar la idea del sentimiento de inferioridad y
autonegacin, pero desde perspectivas diversas y con sus respectivas variaciones del
122
modelo original. Por otro lado, Leonardo Da Jandra, no va a compartir la idea de un
mexicano que se autoreprima, e incluso va a cuestionar la obra de Samuel Ramos pero
con especial severidad la de Octavio Paz en lo que se refiere al mito de la chingada,
para acabar proponiendo un mexicano sin traumas hermandado por la virgen de
Guadalupe, que en su visin es identificada como la verdadera madre.205
205
206
123
De qu manera podemos aproximarnos hoy a la veracidad de nuestras
afirmaciones anteriores? El contenido del capitulo 3 aportar interesantes resultados
que, sin duda, van a disipar toda duda sobre esta peculiar caracterstica que hemos
estudiado y que retomaremos en las conclusiones finales. Pero con intensin de
actualizar esta revisin histrica y concluir sobre el estado actual de la identidad
nacional mexicana, vamos a continuar el estudio mediante los datos duros disponibles
sin medro de los que se analizarn con mayor profundidad segn el tema en los
captulos siguientes.
Para conocimiento del lector sobre la metodologa del estudio del COMEXI, el levantamiento de la
encuesta a nivel de la opinin pblica general se realiz del 9 al 19 de julio de 2004, y utiliz una muestra
representativa nacional de 1,500 entrevistas personales representativas de la poblacin mexicana adulta
(18 aos o ms) realizadas en viviendas particulares. El metodo de muestreo fue con arranque aleatorio y
seleccin sistemtica de secciones electorales, la muestra resultante incluy 600 encuestados de 6 estados
del norte, 300 encuestados de 7 estados del sur y sureste y 600 encuestados de los 19 estados restantes
correspondientes a la region central. La encuesta a lderes mexicanos consisti en entrevistas telefnicas a
82 miembros del COMEXI, las cuales se aplicaron del 13 de julio al 12 de agosto de 2004. Si bien la
encuesta de lideres no puede considerarse representativa del conjunto de lites politicas, econmicas y
culturales de Mxico, captura con precisin las precisiones de un grupo importante de lideres,
precisamente aquellos ms interesados, informados y expuestos a la problemtica de la politica exterior
de Mxico y con cierta influencia sobre ella. Para ms informacin sobre el estudio Cfr. Centro de
Investigacin y Docencia Econmicas y Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales. Mxico y el
mundo. Visiones globales 2004. Opinin pblica y politica exterior en Mxico. CIDE. COMEXI. 2004.
Disponible en internet para su consulta en http://www.consejomexicano.org/index.php?est_op
124
divididos: 37% estiman este fenmeno como inadecuado y 39% lo ven como
algo conveniente. 208
As, observamos que los porcentajes son coherentes con la postura manejada hasta
el momento. Preocupa el porcentaje general por su escassima superioridad (1%) a la
media como personas que consideran negativa la influencia cultural de otro pas, y de
las que puede suponerse defienden lo que consideran propio, es decir son nacionalistas,
a la vez que se presenta un 27% que la cree positiva, porcentaje que podemos asociar a
la elite, primero por la variacin de los
resultados con respecto al norte, que en
general es industrializado y rico en
contraste con los estados del sur pobres y
atrasados, en esos resultados del norte del
pas se observa que son menos los que
consideran inadecuado el influjo cultural
y ms quienes lo consideran conveniente
(deseable?): se comprueba pues, que a
mayor nivel econmico ms se va a
presentar una tendencia a preferir lo
extranjero.
A la pregunta Qu se siente usted
ms? (mexicano, identidad de estado,
latinoamericano,
norteamericano
este apartado.
125
que una tercera parte del pas antepone su identidad local a la nacional, una cifra nada
despreciable que confirma la idea de que existen muchos Mxicos y que esta diversidad
ha hecho difcil para el Estado mexicano consolidar una identidad nacional que
pudiramos llamar homognea, en consecuencia estamos ciertos en que no existe un
estereotipo del mexicano porque de haberlo no se presentara esta importante
diferenciacin en lo interno, y en general comprueba que no se ha concretado esa
identidad nacional, que se sustenta y vive gracias a la amalgama cultural artificial
creada por el Estado y derivada en el mito del mexicano.
En el mismo sector nacional, llaman la atencin otros tres porcentajes: el 2% de la
muestra se siente latinoamericano, ninguno se siente norteamericano y 3% se identifican
como ciudadanos del mundo (5% en total con identidades externas). Estos resultados
son reveladores en la medida que corresponden a la clase nacional, de la que suponemos
es de clase media o baja, pero su trascendencia salta a la vista cuando se compara con
los resultados de la elite, que va a estar representada aqu por los lideres del COMEXI:
aunque un 68% se identifica plenamente como mexicano, 1% va a considerarse
latinoamericano, 1% se autodefine norteamericano, y 26% se identifica mucho ms
como ciudadano del mundo que como mexicano.
datos
parecen
confirmar
los
argumentos
desarrollados
sobre
la
126
Ibidem. p. 37
Es
muy
importante
127
destacar que precisamente las tres naciones que han agredido al pas por diversas
razones -Espaa, Estados Unidos y Francia- van a figurar invariablemente entre los
primeros lugares de sentimientos favorables del mexicano, lo cual reitera la vigencia del
sentimiento de ambivalencia histrica en pleno siglo XXI.
Canalicemos el estudio de estos resultados hacia Estados Unidos: es en verdad
sorprendente considerando nuestra historia nacional y el sentimiento antiyankee que
forj la identidad en el siglo XIX y gran parte del siglo XX, que los sentimientos
generales del mexicano hacia este pas sean tan favorables, en la escala se aprecia un
promedio de 68, pero segn el documento que analizamos el 50% de los mexicanos le
asignaron 75, la evaluacin ms alta recibida, consagrndolo as como el pas con los
sentimientos
ms
favorables.
Estos
analizamos
los
sentimientos
nos
permiten
corroborar
29%
expresa
un
sentimiento de admiracin.
128
Por otro lado, el centro y sur-sureste donde predominan las clase media y baja, va
a presentar sin excepcin el liderazgo en cuanto a sentimientos negativos, no va a
predominar el desprecio pero va a ser indiscutible el resentimiento (27%) y la
desconfianza (48%) que estn ms presentes en el centro que en el sur (25% y 44%
respectivamente).
129
Con la interpretacin de los resultados por regiones podemos ver que se cumplen
las observaciones y que los planteamientos expuestos son vigentes actualmente en
cuanto que el norte donde los ingresos y salarios econmicos son altos va a tener una
evidente afinidad, pero en el centro y sur va a ser notoria la ambivalencia: predomina la
admiracin a Estados Unidos por 4 puntos en promedio, pero simultneamente se le
odia y se desconfa de el.
En suma, este breve anlisis estadstico ha demostrado, grosso modo, que existen
fuertes identidades subnacionales que impiden hablar en pleno siglo XXI de un
mexicano estereotipo debido a la diversidad cultural del pas, el estudio estadstico
tambin hizo evidente la tendencia de la elite a poseer una identidad supranacional,
ambas situaciones sub y supra identidades- confirman el planteamiento de Roger
Bartra acerca de nuestra cohesin social irracional que es posible solamente por el
complicado mito de lo nacional que ha creado el Estado para construir lazos de afinidad,
y que mediante una amalgama cultural ha creado un estereotipo socialmente aceptado
sobre lo mexicano.
Los datos sobre los sentimientos positivos por otros pases, revelan que el
mexicano en general va a presentar una predileccin por lo extranjero siempre y cuando
esto represente el xito material y esto se confirma histricamente, como revisamos en
su momento-; tambin es una prueba a escala internacional de que pervive el desprecio
de lo telrico por lo extranjero-exitoso, en lo que se refiere a que se van a tener ms
sentimientos favorables por pases econmicamente poderosos incluso si histricamente
fueron enemigos de la nacin Espaa, Estados Unidos Francia- o aun a pesar de que se
perciban como amenazas potenciales a nuestros intereses inmediatos China-, en
desprecio de pases culturalmente afines Cuba o Brasil-.
130
mexicano en general ha desvalorizado lo nacional; si este sentimiento est originando
actualmente un desprecio por lo telrico en la poblacin comn es algo que no podemos
afirmar con los datos revisados en este capitulo, aunque llama la atencin de que apenas
la mitad de la muestra (51%) considere negativa la influencia cultural extranjera y un
27% la califique positiva, lo cual puede ser un indicio. Sin embargo solo podremos
saber si el desprecio por los valores propios autonegacin- est presente en el
mexicano de este nuevo siglo mediante los resultados que se obtengan en el capitulo
siguiente, en el que se revisa a profundidad el impacto de la globalizacin cultural en los
principales referentes de la identidad nacional mexicana y en el que por supuesto se ver
la reaccin de nuestra identidad ante la invasin cultural del exterior.
Mxico est intentado ser como quiere ser, pero, hoy ms que nunca, su identidad
est en riesgo: no solamente no terminamos de reconocernos, sino que una invasin
cultural de dimensiones inditas nos golpea diariamente con intensin de cambiar
nuestro rumbo y determinar nuestras aspiraciones.
210
Carlos Alberto Montaner. No perdamos tambien el siglo XXI. Plaza & Janes. Mxico. 1997.
131
Con pelculas, libros, obras de teatro, programas de televisin y propaganda, mucha propaganda
encaminada a demostrar las bondades de su sistema, el imperio haba logrado influenciar
profundamente nuestras costumbres, nuestros pensamientos y hasta nuestros principios morales.[]
No me entiendan mal. Yo s que toda sociedad tiene que cambiar. Pero nosotros no estamos
cambiando. Estamos imitando. Estamos imitando con una ciega conviccin que solo puede provenir de
una espantosa falta de seguridad en nosotros mismos. Estamos imitando irracionalmente, como monos
que repiten, sin fin, ademanes que no tienen sentido para ellos. Estamos imitando con asco de
nosotros mismos.
Carlos Flores Vargas211
211
Carlos Flores Vargas. Los cerdos no sudan. (Comedia trgica en cuatro actos). Cuarta edicin
artesanal de autor. Ediciones Patito Feo. Mxico. 2006. p. 71-72
132
Por supuesto, no es malo tomar de la riqueza de otras culturas lo conveniente a
nuestra visin de desarrollo, todas las culturas del mundo se han enriquecido
mutuamente mediante intercambios interculturales de muy diversos tipos, que varan
desde prestamos lingsticos hasta copias idnticas de los modos de produccin o de
sistemas de gobierno, el problema es que hay una diferencia muy grande entre tomar
voluntariamente de otro lo que consideramos til para nosotros mismos, que en vernos
obligados a adoptar los elementos que el otro cree o asegura que nos sirven entre ellos,
las recomendaciones del FMI, por ejemplo- o incluso aquellos que indebidamente se
difunden como smbolos del desarrollo y la modernidad el idioma ingls-.
En efecto una cosa es globalizar la nacin, lo cual han hecho nuestros polticos en
los ltimos 20 aos ufanndose mucho de haber globalizado a Mxico, cuando en los
hechos este proceso nunca consider las necesidades nacionales, siendo de facto un
entreguismo a dinmicas globales depredadoras, que se consum mediante una serie de
reformas al Estado y en muchos sentidos mediante una manipulacin ideolgica de la
nacin recordemos por ejemplo la mentira Salinista de que Mxico era parte del primer
mundo, as como su nuevo nacionalismo-. Y otra cosa muy diferente es nacionalizar
la globalizacin, lo cual Rolando Cordera define como hacer que la globalizacin
trabaje para la nacin y no al revs en beneficio de unos cuantos. Su visin vuelve los
ojos al Estado-Nacin como el agente regulador en el escenario internacional, y toma en
cuenta las particularidades de la nacin para saber qu se toma o qu se deja de la
globalizacin, en contra del pensamiento nico de Washington que cree que todas las
naciones son iguales y que sus polticas deben ser acogidas indistintamente y sin
cuestionamientos en todos los pases del orbe.
133
213
214
134
capricho y contra las previsiones de Jos Mart y de todo lo relativo con las
grandes aspiraciones humanas 215
En suma, defendemos el derecho de la nacin mexicana a seguir su propio camino
en la consolidacin no solamente de su identidad nacional sino de su proyecto histrico,
ese que s toma en cuenta las particularidades de la sociedad mexicana y nuestra propia
idea del desarrollo, que no necesariamente tiene que ser compatible con la visin
impositiva de las potencias, las cuales promueven implacables el abandono social por
parte del Estado y la supremaca mercantilista sobre los valores humanos y culturales.
Ello se debe entre otros factores, porque los valores culturales altamente elitistas
que se caracterizan por ser valores de tendencia extranjerizante, modas de todo genero,
giros en el lenguaje, estilos de discusin, etc- as como los valores extranjeros, si no
desaparecen rpidamente pueden y suelen ser integrados a la cultura nacional 217 e
incluso desconocerse su carcter extranjero e invasor.
Esta situacin va a dar por resultado contradicciones terribles y muy dainas para
la identidad nacional como aquella de comprar para festejar el grito de independencia
nacional playeras con un ratn Mickey patrio (ver imgenes), de pensar que superman
est escrito en espaol y la sospecha -por nuestra juventud- de que es un hroe
mexicano o al menos, sino como tal, es de todos modos el hroe de la niez mexicana,
junto con Batman y Robin, el hombre araa, avatares, pokemones y sayayines- o la no
menos equivocada idea de que la Coca-Cola es un producto nacional.
215
Rossana Cassigoli. Jorge Turner. Tradicin y emancipacin cultural de Amrica Latina. Op. Cit. p.14
Roger Bartra. La Jaula de la melancolia. Identidad y metamorfosis del mexicano. Op.Cit. p. 233
217
Ibidem. p.216-217
216
135
Pie de foto. Fotografa de dos diseos de playeras que se ofrecieron a la venta en la ciudad de Mxico en
septiembre de 2007 con motivo de los festejos de la independencia nacional mexicana. 218
Dejemos como ultima reflexin un pasaje de la obra de Carlos Flores titulada Los
cerdos no sudan, escrita como una crtica al periodo actual de aculturacin mexicana,
que se desarrolla en el escenario de una supuesta invasin de Estados Unidos a nuestro
pas. Aqu uno de los personajes se cuestiona la realidad de ese Mxico invadido:
es que no puede ser! Qu esta pasando? Qu nos est pasando? Yo ya no
puedo ir al mercado, tengo que ir al sper. Y all no puedo almorzar
quesadillas, sino jat dogs. Y si pido una agua de horchata me ofrecen coca
cola, y si trato de comprar un kilo de frijoles me ofrecen bins enlatados. Si
vamos al cine, puros rambos y roquis, etes y caobois. Si queremos ver tele,
puras series violentas, concursitos pendejos y, despus de las doce,
pornografa tres equis. Y luego, ese pinche espot -ya ven? hasta yo me
contagio!-, ese anuncito en todos lados y a cada rato: sea patriota y vaya a
disneylandia. que poca madre!.219
Con esta imagen, pasemos sin ms prembulos a responder la inquietante
pregunta: qu est pasando?, qu nos est pasando?. En cada uno de los apartados
218
219
136
siguientes analizaremos la informacin que nos aproxime a interpretar la realidad que
vivimos y a observar en hechos concretos la intensidad del embate global cultural del
capitalismo mundial en la identidad nacional mexicana.
137
Lorenzo de Anda y de Anda. El lenguaje inteligente. (La lgica del lenguaje). Editorial Porra.
MXICO 2003. p.39
221
La Jornada, cultura. Dramtica extincin de lenguas en el mundo. Viernes, 18 de febrero de 2005.
138
poderoso, con cada palabra que sustituimos por una ajena a nuestro entorno, perdemos
una parte de nuestro mundo y se nos implanta una neorealidad: la realidad del sistema
dominador, su cosmovisin, y dejamos de ser nosotros para terminar siendo
eventualmente lo que son ellos.
Ahora bien, es sabido que la inmensa mayora de las lenguas del mundo distan
mucho de ser puras, es bien cierto que una forma de evolucionar de los idiomas es
tomando prestamos de otros, haciendo calcos, neologismos y barbarismos, nada tiene
esto de negativo y por el contrario es una forma natural de progreso, pero entendida la
lengua como un bien cultural vamos a apreciar que estos intercambios tienen una razn
de ser y una regulacin natural, misma que hoy se ha forzado como nunca en la historia,
derivando as en una colonizacin, tomemos para apuntalar esta idea los planteamientos
de Enrique Fontanillo e Isabel Riesco, quienes explican que
Es inevitable, y por otra parte muy conveniente, el recproco intercambio que
entre lenguas y culturas se produce. Pero muchas veces la fuerza de la moda
hace que la influencia se convierta en dominio y que el pueblo, lengua, o
cultura objeto de dominio se convierta en colonizado. Encierra, por tanto, esta
aseveracin la posibilidad de que la relacin de dependencia trascienda con
mucho a lo meramente lingstico y as ocurre de hecho, aunque es muy difcil
establecer qu se produjo primero, si la colonizacin militar, la poltica, la
tecnolgica o la lingstica. En cualquier caso, un pueblo debe ser consciente
de ello y conocer de antemano el precio que es capaz de pagar en ese
intercambio. Nosotros diramos que, tratndose de pagar, cuanto menos mejor.
Y tratndose de valores tan apreciados como la lengua y la cultura, el axioma
resulta aun ms defendible. 222
Para asentar las bases de la dominacin y colonizacin cultural mediante el
idioma, volvamos a la parte de la lengua entendida como un bien cultural, si la
observamos de esta forma, encontramos dos factores:
1. Que al tratarse de un bien cultural su produccin es inagotable y permanente,
siendo su nica limitante que expresamente se decida dejar de producirlo o se
induzca a dejar de producirlo ofreciendo un sustituto que sea aceptado para su
reproduccin.
2. Que por ser un bien cultural, est sujeto como cualquier producto a intercambios
ms o menos intensos, y en una interpretacin econmica, como cualquier otro
bien puede ser desplazado del mercado por un producto ms demandado
222
Enrique Fontanillo. M. Isabel. Riesco. Teleperversin de la lengua. Anthropos. Espaa. 1990. p. 163
139
independientemente de sus cualidades, lo que en el lenguaje se llama perdida de
dominio.
De esta forma, si hiciramos la semejanza con una balanza comercial en la cual
analizramos intercambios culturales, el rubro de lenguaje sera deficitario para Mxico,
porque importamos muchsimos vocablos y hemos dejado no solamente de exportar
sino que tambin ha disminuido notoriamente nuestra produccin. En otras palabras, el
idioma extranjero se est posicionando fuertemente en nuestra sociedad derivando en
una prdida de dominio del espaol. El fillogo Juan M. Lope Blanch nos advierte de la
severidad con que est sucediendo este proceso y asevera que
el contacto cultural que mantienen en la actualidad dos lenguas modernas
vivas, como el ingls y el espaol, se resuelve con un inequitativo intercambio
en que el ingls se lleva la palma: el anglicismo en la lengua espaola actual
no es sino una faceta de la influencia que la cultura estadounidense ejerce hoy
en da sobre la casi totalidad del mundo, lo cual se refleja, inevitablemente, en
los usos lingsticos. Radio, televisin, prensa escrita, agencias informativas,
etc., son vehculos poderossimos de la expansin del anglicismo. La
influencia lingstica francesa sobre el espaol de los siglos XVIII y XIX era
juego de nios en comparacin con la del ingls norteamericano en la
actualidad.223
As es, a grandes rasgos, como ocurre la colonizacin y se desarrolla el deterioro
lingstico que veamos con anterioridad. El problema pues, no surge de la convivencia
o de adquirir para nosotros palabras de las que no tenemos equivalente lo cual s es
enriquecimiento y evolucin del idioma-, sino en la sustitucin de vocablos que ya
existen en nuestra lengua, y que por lo tanto no son necesarios y nicamente la vician,
precisamente la clase de palabras que cada vez escuchamos con mayor frecuencia ok,
bye, hall, shopping, mall, call center, lunch, casting, staff, parties, break, etc.-, esto se
va a identificar como deterioro o empobrecimiento, porque hace que nuestras palabras
caigan en desuso en beneficio del idioma extranjero, ocasionando perdida de dominio.
empobrecimiento? claro que si! Se empobrece cada vez que un vocablo cae
en desuso, y nadie puede considerar que es enriquecer el idioma imponerle
anglicismos, galicismos, barbarismos de todo cuo y expresiones directamente
extranjeras en nuestra vida cotidiana, en anuncios, rtulos, medios de
comunicacin masiva, discursos y trabajos literarios. Y la verdad es que se
estn perdiendo muchas palabras. 224
223
Juan M. Lope Blanch. Cuestiones de filologa mexicana. UNAM. Mxico. 2004. p.48-49
Leonor Tejeda. Hablemos correctamente. Lo que siempre quise decir en televisin. Panorama
Editorial. Mxico. 1990. p.17
224
140
Con frecuencia no se considera la invasin de anglicismos con la importancia
debida, esto sucede en general porque se desconoce la verdadera dimensin del idioma,
qu dao pueden hacer un puado de palabras? de verdad estamos perdiendo tanto?,
Alex Grijelmo, presidente de la agencia espaola de noticias EFE, nos da una
aproximacin contundente en su Defensa apasionada del idioma espaol:
Una muestra de cmo ahora la unidad de la lengua se halla mucho ms
indefensa, y de cmo los hablantes ya no deciden su evolucin desde abajo,
viene dado por el hecho de que en apenas medio siglo el ingls ha colocado en
nuestras bocas tantas palabras como el rabe en ocho centurias. 225
Esta dramtica diferencia, va a tener dos razones muy claras explicadas por el
propio Alex Grijelmo, la primera es la desidia y los complejos, esa idea de creer que por
usar aquellas palabras ajenas a la cultura propia se es mejor, y la segunda va a ser
obviamente la serie de instrumentos de que goza la globalizacin para transmitir
instantnea y permanentemente estas palabras a todo el mundo.
Hoy todo parece evolucionar en contra de la expresin eficaz y de lo que
significa. Siempre hubo soflamas ciertamente- sobre los peligros que acechan
al espaol, y generalmente no se cumplieron (en algunos lugares s, como
Filipinas; tal vez dentro de poco Guinea Ecuatorial). Pero nunca como ahora
se ha producido esa mezcla de complejos y de desidia entre nosotros, jams
nuestros comercios haban proclamado tanta palabra extraa para atraer a los
propios, jams la educacin lingstica ha recibido menos atencin. Y, sobre
todo, nunca hasta ahora los fenmenos de deterioro de la lengua haban
contado con el inmenso acelerador de partculas que forman los descomunales
medios de comunicacin y la ya gigantesca red informtica.226
En el mismo sentido se pronuncia Amando de Miguel, cuando puntualiza que el
mal doblaje de las pelculas ha hecho ms por la incorporacin de palabras y
expresiones extranjeras que siglos de literatura.227
225
Alex Grijelmo. Defensa apasionada del idioma espaol. Santillana Ediciones. Espaa. 1998. p.168
Ibidem. p.29
227
Amando de Miguel. La perversin del lenguaje. Espasa. Calpe. Espaa. 1994. p.173
226
141
poderoso imperio y un inconciente desprecio por los valores culturales propios, Alex
Grijelmo arremete en su obra ampliamente contra esa realidad, localizada
principalmente en la elite nacional,
en efecto, el anglicismo nos llega no tanto como un neologismo necesario,
sino mediante un amaneramiento de las altas capas de la sociedad, reforzado
una vez ms por los medios de comunicacin, los polticos, los economistas.
[] De nuevo el poder de la cpula frente a las decisiones del pueblo. El
poder, deslumbrado a su vez por el mayor poder. La fuerza de los Estados
Unidos y su colonizacin mundial hace sucumbir a quienes admiran la
potencia econmica y cientfica de aquella sociedad. Por eso propalan
palabras extraas que les alivien el complejo de inferioridad de no haberlas
inventado ellos, voces que les acerquen ficticiamente a una cultura que se les
superpone, vocablos que conjuren el maleficio de haber quedado por debajo,
expresiones que puedan equipararlos con quienes hablan el idioma poderoso,
ms poderoso que ellos incluso.228
Antes de concluir, es prudente sealar que el problema de la invasin lingstica
es mucho ms amplia que el mero calco de anglicismos, las malas traducciones en las
pelculas y el indebido uso de palabras extranjeras ha provocado giros lingsticos
inusuales que tampoco tienen razn de ser en nuestro idioma y que mltiples
investigadores han hecho evidentes en sus estudios229 . Sin embargo, para efectos de esta
investigacin nos centraremos en el calco de extranjerismos por ser los que mejor
ejemplifican la problemtica.
Alex Grijelmo. Defensa apasionada del idioma espaol. Op. Cit. p.169- 170
Alex Grijelmo, Amando de Miguel, Demetrio Fabregas, Enrique Hamel, Jos G. Moreno, Js Mara
Merino, Leonor Tejeda, Lorenzo de Anda, entre otros.
229
142
230
143
Para aproximarnos a la realidad concreta del espaol en nuestro pas, vamos a utilizar y
apoyarnos en la obra antolgica La lengua espaola en Mxico, del actual director de la
Academia Mexicana de la Lengua el fillogo Jos G. Moreno de Alba, por ser uno de
los que ms abundantemente ha tratado el tema desde el punto de vista de la identidad
nacional, trascendiendo el plano meramente terico para interpretar nuestra situacin
mediante una serie de encuestas que van a definir el sentir nacional en torno al idioma,
constituyndose as en una insustituible fuente de datos y opiniones fundamentadas para
nuestras propias interpretaciones.
144
Hasta aqu terminamos los datos generales de la situacin del espaol en Mxico,
para entrar a estudiar la conciencia del mexicano respecto al idioma.
Cfr. Jos G. Moreno. La lengua espaola en Mxico. FCE. Mxico. 2003. p.65
Ibidem. p.66
145
aspectos que se consideran prestigiosos de la lengua espaola, los resultados arrojados
fueron los siguientes:
Cuadro 1. Importancia de la lengua espaola (porcentajes)
La lengua espaola es
Jvenes
Adultos
importante:
Promedio
Por la riqueza de su
vocabulario
Por su literatura
Porque es la lengua oficial de
mas de 20 pases
8.6
8.6
8.6
7.8
7.7
7.8
7.3
7.8
7.5
7.7
7.3
7.5
7.1
7.1
7.1
5.7
5.6
5.6
Promedio
a) es parte importante
76
93
84
20
12
c) no es parte
Cuadro tomado de Jos G. Moreno. La lengua espaola en Mxico. Op. Cit. p.35. En esta versin
suprimimos los resultados por gnero y por nivel de educacin superior ya que no son trascendentes para
nuestra investigacin, y se han vuelto a calcular los promedios para evitar distorsiones.
146
Segn vemos, la creencia de que el idioma es importante en la identidad nacional
mexicana va a estar mucho ms arraigada en los adultos que en los jvenes con un
notable 17% de diferencia, lo cual puede demostrar que en efecto el impacto global est
deteriorando este pilar identitario, pues son las nuevas generaciones las que van a
disminuir su nivel de conciencia sobre la trascendencia del idioma en la identidad, y
esto puede deberse al hecho de que los jvenes han crecido en un Mxico globalizado y
rodeados de extranjerismos que consideran algo normal; en las encuestas realizadas los
jvenes, reiteradamente, van a resultar menos inclinados a defender el idioma nacional o
darle importancia en relacin a los adultos, lo cual confirma la tendencia.
Cuadro 3. Es la lengua algo que debe defenderse, por ejemplo, del abuso de
anglicismos? (porcentajes)
La lengua espaola en
Jvenes
Adultos
Promedio
Mxico
Es algo que debemos defender
65
70
67
No es algo que deba
24
23
23
defenderse porque se defiende
sola
No es algo que deba
11
7
9
defenderse porque nadie la
est atacando.
Fuente: Jos G. Moreno. La lengua espaola en Mxico. 238
Cuadro tomado de Jos G. Moreno. La lengua espaola en Mxico. Op. Cit. p.75 En esta versin
suprimimos los resultados por gnero y por nivel de educacin superior ya que no son trascendentes para
nuestra investigacin, y se han vuelto a calcular los promedios para evitar distorsiones. El .5 se ha
eliminado de todos los promedios.
238
Cuadro tomado de Jos G. Moreno. La lengua espaola en Mxico. Op. Cit. p.76 En esta versin
suprimimos los resultados por gnero y por nivel de educacin superior ya que no son trascendentes para
nuestra investigacin, y se han vuelto a calcular los promedios para evitar distorsiones. El .5 se ha
eliminado de todos los promedios.
147
significativa de la poblacin siente una agresin en el idioma. Lo cual se confirma con
otra pregunta, donde se cuestion a la muestra sobre qu opina de una ley que protegiera
en Mxico a la lengua espaola, nuevamente una mayora incuestionable de 74% se
mostr a favor de los cuales el 37% dijo que era necesaria y 37% que era conveniente.
Es muy alto el porcentaje de personas que se van a sentir muy orgullosas de hablar
el espaol (74%) en contraste con el porcentaje bastante bajo de quienes no sienten
ningn orgullo (6%), segn vemos, una aplastante mayora de 94% va a sentir diferentes
grados de orgullo por el idioma. En general, los adultos se van a sentir ms orgullosos
que los jvenes, aunque son ms jvenes los que van a sentir algn tipo de orgullo,
aunque sea poco, en relacin con los adultos.
239
Cuadro tomado de Jos G. Moreno. La lengua espaola en Mxico. Op. Cit. p.79 En esta versin
suprimimos los resultados por gnero y por nivel de educacin superior ya que no son trascendentes para
nuestra investigacin, y se han vuelto a calcular los promedios para evitar distorsiones. El .5 se ha
eliminado de todos los promedios.
148
Como una de las principales razones para sentir orgullo, van a destacar las
lingsticas con un promedio de 44%, habiendo una diferencia muy notoria entre los
jvenes (54%) y los adultos (35%), la segunda respuesta concreta va a ser por motivos
de identidad, con un 22% para los adultos y un 20% en los jvenes. Este resultado
nuevamente prueba que los jvenes sienten menos identificacin y orgullo con el
idioma espaol mexicano que el sector adulto, y concentran su orgullo en razones ms
tcnicas, como puede ser el vocabulario. Las razones para sentir orgullo son
coincidentes con los resultados del cuadro 1 y 2, en los que se expres la creencia de la
importancia del idioma por la riqueza de su vocabulario y su relevancia en la identidad
nacional.
Por otra parte, es conveniente citar aqu, para una mejor interpretacin, las
observaciones de Jos G. Moreno, quien ante el incuestionable orgullo mayoritario,
reflexionaba que puede tratarse de un clich o estereotipo, algo que han aprendido y no
lo que se siente de verdad, el autor justifica esto porque un alto porcentaje de la muestra
(27%) no encontr una razn para explicar su orgullo, lo cual comprueba hasta cierto
punto que el alto ndice de orgullo sea ms bien un lugar comn aprendido y no
producto de una verdadera reflexin.240
Si lo anterior es cierto, y as lo creemos, entonces estamos ante el resultado
tangible del nacionalismo mexicano, que logr implantar una idea ms o menos clara de
lo que debe ser pero no ha consolidado esa identidad que hace que realmente sea.
En el caso del lenguaje, apenas una de cada 5 personas 241 va a encontrar en el
idioma un smbolo de identidad, creemos que este porcentaje es muy bajo y
preocupante, sobre todo cuando estamos expuestos hoy ms que nunca a tantas otras
lenguas.
149
nacional; 67% dijeron que debe defenderse y 74% declar estar sumamente orgullosos
de la lengua espaola (y en total un 94% manifest cierto nivel de orgullo), Cmo se
explica que al preguntarles qu idioma escogeran en una supuesta reencarnacin,
apenas un 46% escogi el espaol?.
Primero, las dos lenguas que se eligieron de forma predominante, es decir ingls
(17%) y francs (13%) son aquellas con las que Mxico ha tenido en su historia un
contacto directo y significativo mediante las intervenciones del siglo XIX, lo cual
consideramos que tuvo mucha repercusin en las respuestas, sobre todo atendiendo a la
hiptesis de Santiago Ramrez sobre la ambigedad ampliamente revisada en el capitulo
2, segn la cual, en sntesis, admiramos a estos pases porque nos agredieron, lo que
demostr para el pueblo mexicano- su superioridad y en consecuencia se volvieron de
inmediato smbolo del xito y lo deseable, como lo prueba el hecho de que en nuestra
historia siempre hemos seguido uno u otro modelo, pero no un tercero.
242
Idem.
150
en el capitulo 2 y cuyos resultados sobre sentimientos favorables hacia otros pases
concuerdan perfectamente con los principales resultados de esta pregunta sobre
preferencia hacia otras lenguas.
Como se observa, de las cuatro principales lenguas que se contestaron, todas son
europeas y todas son las que tradicionalmente se han publicitado y promovido en
nuestra sociedad como las ms importantes, es decir, que sus altos ndices en la
respuesta tiene una inconciente asociacin con el xito y trascendencia al que se les ha
ligado en Mxico, esto puede corroborarse en cierta forma con el hecho de que no est
entre los porcentajes elevados el idioma japons, a pesar de que actualmente Japn es
una potencia econmica, y en especial, ha cobrado mucha vigencia entre la juventud
principalmente por sus caricaturas e historietas, pero su idioma sin embargo no est
asociado con su poder econmico.
En suma, las respuestas principales de esta ultima pregunta tienen una relacin
inmediata con nuestra historia y con la propaganda que se hace de estas lenguas en
Mxico, razn por la cual podemos interpretar su aparicin en los primeros lugares
evidenciando as un desprecio por la lengua materna en un importante 54% de la
muestra, que podemos interpretar como ausencia de identidad con ella.
243
Ibidem. p.119,120.
151
precisamente lo que interesa en nuestra investigacin ms all del conocimiento real que
se tiene sobre la lengua.
Con la observacin anterior, veamos como en esta otra pregunta, los resultados
nuevamente van a ser muy favorables para la lengua espaola, como se ve en el
siguiente cuadro.
Cuadro 5. Respeto y estimacin de la lengua espaola. (Porcentajes).
La lengua espaola es un sistema
Jvenes
Adultos
utilsimo de comunicacin
a)pero no necesariamente algo que deba
25
11
respetarse ni estimarse
b)que, adems debe respetarse pero no
16
18
necesariamente estimarse
c)que, adems debe respetarse y
59
71
estimarse
Promedio
18
17
65
244
Cuadro tomado de Jos G. Moreno. La lengua espaola en Mxico. Op. Cit. p.121 En esta versin
suprimimos los resultados por gnero y por nivel de educacin superior ya que no son trascendentes para
nuestra investigacin, y se han vuelto a calcular los promedios para evitar distorsiones. El .5 se ha
eliminado de todos los promedios.
245
Cfr. Jos G. Moreno. La lengua espaola en Mxico. Op. Cit. p. 120
152
reconoce ya como un smbolo de identidad (lo cual confirmaron las preguntas
anteriores), ya como un valuarte de la cultura.
153
Ahora bien, si esto ocurre con las formas de expresin de nuestro propio idioma,
un fenmeno mucho ms significativo ocurre con y mediante los extranjerismos, que
van a ser usados como una negacin de la realidad para amortiguar ese inconciente
sentimiento de inferioridad, pero es en el periodo actual de globalizacin, que al
246
154
enfrentarnos con las culturas del mundo como nunca en nuestra historia se va a hacer
verdaderamente evidente nuestra diferencia ante lo otro, por lo que vamos a usar
precisamente los valores extranjeros como una suerte de camuflaje, para mimetizarnos y
negar que somos distintos. El psicoanalista Santiago Ramrez describe puntual y
crticamente esta dinmica:
El mexicano en las ltimas dcadas ha tomado contacto, en condicin de
mayora de edad, con otras culturas, ha tenido que establecer comparaciones y
contrastes, ha tenido que experimentar la sensacin de su ser diferente
enfrente de otras culturas. Esta situacin de diferencia, no del todo distinta al
reconocimiento de nuestros propios rganos, que individualizamos en cuanto
empiezan a ser victimas de la dolencia y el sufrimiento, ha conducido a dos
maneras o formas de elaboracin , tanto en el presente como en el pasado: una,
negar el sentido doloroso de la diferencia, negacin que se ha hecho por dos
caminos distintos, o bien se expresa monda y lirondamente que somos iguales,
para lo cual se provee el sujeto de una miopa peculiar, o bien se niega el
carcter doloroso de la diferencia mimetizndose con las pautas culturales que
nos hicieron conscientes del abismo que media entre nuestras formas de
expresin cultural y la de otros. Esta ultima forma, muy peculiar en la historia
del mexicano, ha tomado diferentes designaciones: afrancesamiento,
pochismo, etc., su motor bsico es la teora del avestruz, negar la realidad
displaciente pero genuina para adaptarse a injertos consoladores y falsos. Otro
procedimiento es aceptar nuestro distingo, con todo lo que de positivo y
negativo implica; aceptarlo es, en cierto sentido, sentirlo como propio, intimar
con l y dominarlo al travs de su estudio y elaboracin. De sobra est decir
que esta forma [] es ms madura y constructiva; implica perdernos el miedo
y la vergenza que secularmente se nos ha puesto encima 247
Como ya lo deja entrever este psicoanalista de lo mexicano y como hemos venido
enfatizando, el mexicano va a optar histricamente por la mimetizacin; en cuanto a
lenguaje se refiere, Alex Grijelmo va a identificar reiteradamente esa actitud en los
hispanohablantes en general y la va a sealar sin rodeos al decir con singular crudeza
que
No podemos tratar tampoco a la lengua inglesa como invasora, porque este
esfuerzo se produce sin un esfuerzo especial por su parte. Se trata de algo
mucho ms pattico: determinados hablantes del espaol desean ser invadidos
porque anida en ellos el desprecio inconciente hacia su propia cultura, no slo
la de su pas sino toda la cultura hispana, a la que consideran inferior y, por
tanto, con la obligacin de rendirse ante el resto del mundo. Y el resto del
mundo es para ellos Norteamrica.248
247
248
155
Es prudente hacer aqu una observacin sobre el carcter invasor de la lengua
inglesa, mismo que Alex Grijelmo no comparte; la reflexin es que este autor est
viendo al idioma como un ente individual, y en ese sentido s es verdad que no est
haciendo nada en especial para penetrar en nuestra cultura, sin embargo nosotros
sabemos que el lenguaje est invariablemente asociado a una cultura, por lo que la
lengua inglesa en especifico no necesita realizar esfuerzos adicionales para invadirnos
ya que sta viene de la mano con el poder econmico y poltico de los Estados Unidos,
y vindolo as, por supuesto que es invasora, ya que el idioma viene naturalmente
incluido en el esfuerzo permanente y muy intencional que hace el pas vecino del norte
por apuntalar su cultura y valores en el mundo, s, es bien cierto que nuestra sociedad no
contribuye mucho en la defensa del idioma, pero tambin es verdad que la tendencia
homogenizante de la globalizacin tiene una constante presencia en perjuicio de nuestra
cultura. En el caso de la lengua, tambin lo deja claro el fillogo Jos Moreno, que
identifica perfectamente el sentimiento de inferioridad, pero no va a dejar de sealar al
proceso de homologacin mundial dirigido por Estados Unidos como una parte
fundamental de esta problemtica, ya que el observa puntualmente la relacin holstica:
El podero del ingls es una consecuencia de la trada y llevada
globalizacin, y tambin, obviamente, una importante contribucin para su
fortalecimiento. Algunas razones: el crecimiento del comercio internacional,
de las corporaciones multinacionales y de los medios de comunicacin
norteamericanos; la expansin sorprendente de la cultura de los Estados
Unidos (sus canciones, su forma de comer y de vestir, sus deportes, sus
entretenimientos); el crecimiento del estudio de la lengua inglesa en pases no
anglohablantes; el gran nmero de jvenes que, sin tener el ingls como
lengua materna, estudian empero en pases en los cuales es lengua oficial,
etctera. Ante los datos anteriores, cualquiera, no slo un lingista profesional,
podra predecir la inevitable globalizacin total del ingls. No debe olvidarse
empero que las lenguas crecen y decaen con las potencias econmicas,
culturales o religiosas que las sostienen.249
En otro texto de su antologa, seala mucho ms acusador, que
Nada tiene el ingls como lengua que lo haga particularmente adecuado para
la comunicacin internacional y para los negocios; mucho tienen empero los
estadounidenses en poder econmico para imponer su lengua al mundo, como
en su tiempo hicieron los romanos con la suya. Son asuntos de imperio, no de
filologa y lingstica 250
249
250
156
As, vemos que la gravedad de la amenaza a la identidad nacional mediante el
idioma radica en las dos caras de la moneda: es la embestida cultural, en este caso
lingstica, pero es tambin nuestra ausencia de respuesta y de movilizacin para la
defensa, o mejor dicho, nuestra falta de conciencia sobre lo que est pasando. Este
lingista sabe que el menoscabo ms grave es nuestro, quiz no de todos los mexicanos
pues como hemos insistido no podemos generalizar, pero s preponderantemente de la
elite quien ms va a mostrarse proclive a estas actitudes de imitacin, Jos Moreno
promueve una defensa, pero ms que del idioma, una defensa de lo que l llama la
dignidad nacional, y ms que defendernos de la agresin externa, promueve la
construccin de conciencia sobre la importancia de la lengua,
lo que procedera es defenderla no obviamente de los agentes externos, no
del omnipresente imperialismo, que no est sometido a nuestras leyes, sino de
los propios hispanohablantes mexicanos que, en minora evidente, pretenden
suplantar los usos y costumbres de la mayora 251
Con estos planteamientos tenemos una base terica muy clara y precisa de por qu
nuestro pas es especialmente vulnerable al impacto cultural global, y es posible
comprender la facilidad con que decimos bye en vez de adis y varios centenares ms
de anglicismos innecesarios, que son los nicos que preocupan a esta investigacin
puesto que si bien existen extranjerismos necesarios y de obligada inclusin al espaol
para su enriquecimiento, muchos de los ms comunes no corresponden a ese caso,
siendo que en realidad eliminan matices y riquezas de nuestro cdigo comunicativo y
cosmovisin, como es el caso de la muy comn expresin okay para asentir cualquier
cosa, eliminando las variaciones lingsticas y todas las connotaciones de las muchas
formas de decirlo en espaol, siendo que cada una expresa grados diferentes de
aprobacin, mismos de los que la afirmacin extranjera adolece reduciendo as nuestra
visin del mundo: s, est bien, de acuerdo, me parece, adelante, perfecto, etc., y
algunas otras voces mexicansimas producto de diversas circunstancias y episodios en el
acontecer nacional: cincho,hojas petra!, is lombriz, is barniz, ixtle, ostin, segurolas,
Simn, Simona la cacariza, me pasa, me late, va!252 ; lo mismo podra decirse del
actualmente muy ordinario bye al que ya nadie extraa como palabra ajena, y que sin
embargo minimiza un mundo de formas propias del espaol para despedirse que
251
Ibidem. p.68
La mayora de estas voces fueron tomadas del diccionario de mexicanismos del paremilogo Jess
Flores Escalante. Cfr. Jess Flores Escalante. Morralla del cal mexicano. Tercera Edicin. Asociacin
Mexicana de Estudios Fonogrficos. 2006. Algunas otras son apreciaciones personales del cal cotidiano.
252
157
tambin van a expresar cada una algn grado de variedad, intensidad e intencionalidad:
adis, hasta pronto, nos vemos, hasta la vista, estamos en contacto, gusto en saludarte,
ha sido un placer verte, cudate, que te vaya bonito, etc., as podramos continuar,
indefinidamente, revisando cada uno de los miles de extranjerismos innecesarios que sin
ninguna razn pululan en nuestro idioma, pero creemos que estas palabras tan comunes
han ejemplificado bien la problemtica, dejando claro que
esa perdida de conceptos y de sutilezas no supone ninguna evolucin del
idioma como pretenden los defensores del descuido y la dejadez, sino una
regresin. Las palabras del rabe o del griego, o del francs o del ingls, o del
aimara que han entrado realmente en el Diccionario de los hispanohablantes
sirvieron para conceptos nuevos que no definan antes otras voces, o bien se
aceptaron porque las existentes quedaron superadas por ellas. Y adems ese
proceso nunca insistiremos lo suficiente- se produjo con suma lentitud y por
propia decisin de los hablantes, que construyeron as una serie de signos
inequvocos, un vehiculo fundamental para el entendimiento y la riqueza de las
ideas. Pero ahora estamos, de nuevo, ante la influencia empobrecedora que
emana de las malas traducciones de las pelculas y de los teletipos de agencia
en los peridicos. Estos clones carecen de todas las riquezas del mestizaje,
precisamente porque en esencia no se mezclan: se trasladan mimeticamente,
para convertirse en un ente igual siendo distinto, un numero de identidad
repetido para dos personas diferentes. Su efecto, al ritmo con que los medios
de comunicacin de masas imponen hoy en da el vocabulario general, puede
resultar devastador 253
De esta forma, el impacto de la globalizacin resulta catastrfico para nuestro
idioma y en consecuencia para la identidad nacional, pero mucho ms trascendente, para
nuestra comprensin de la realidad y entendimiento del mundo, George Orwell ya saba
cuando escribi 1984 el increble poder de dominacin del lenguaje, por ello la sociedad
del gran hermano se controlaba mediante el doblelenguaje tan vigente hoy en da254 y se
utilizaba la neolengua como un instrumento eficaz para reducir el margen de
pensamiento, pero fuera del genero novelstico y en nuestra propia poca, Sandra
Lorenzano va a puntualizar el trasfondo de las palabras:
Las palabras no son inocentes: tienen historia, tienen filias y fobias, tienen
afinidades, tienen carga simblica, afectiva, ideolgica... En un texto,
253
Alex Grijelmo. Defensa apasionada del idioma espaol. Op. Cit. p. 123
El doblelenguaje consiste en la novela Orwelliana, en negar la realidad mediante las palabras que
inducen a otra interpretacin. Actualmente, el vendedor es ejecutivo de ventas, el anciano es adulto
mayor, la sirvienta o criada es empleada domestica, y el discapacitado tiene capacidades diferentes,
adems los deportistas ya no se drogan, simplemente estn dopados, todo este cambio de palabras,
como explica Amando de Miguel, son el doble lenguaje actual, para negar una realidad que se entiende y
asimila creando una neoverdad que oculte los aspectos desagradables o inconvenientes. Cfr. Amando de
Miguel. La perversin del lenguaje. Op. Cit.
254
158
cualquiera que ste sea, no da lo mismo una palabra que otra, por mucho que
el diccionario nos diga que son sinnimos.[] Las palabras no son inocentes y
por eso el poder, los poderes (''micro", ''macro" y de todo tipo), procuran
controlarlas, cambiarles el sentido, ''limpiarlas" de su carga.255
Con mucha ms razn, si nuestros propios sinnimos son similares mas no
equivalentes, las palabras en otro idioma estn muy lejos de ser una traduccin o un
simple sustituto sin consecuencias.
Por ello es que son objeto de preocupacin la infinidad de palabras que se quieren
pasar por inocentes en nuestros medios
masivos y por los anunciantes mexicanos,
que con tal de destacar y dar la impresin de
ser de mucho mundo van a hacer un uso
irresponsable e indebido de estos lxicos
extranjeros innecesarios, que lejos de ser una
simple palabra, como suele creerse, se van a
emplear con toda la intensin de dominar
Pie de foto. Todos cool y sin pudor, nota
de El Universal, en gran formato, sobre el
desnudo masivo de Spencer Tunick. Cfr. El
universal, cultura 7 de mayo 2007. p. E18
159
presentacin del ranking o el top ten de infinidad de cosas y
con mucha
frecuencia notas de artistas y polticos que aluden a su rating, todo esto sin faltar los
slogans publicitarios de toda ndole escritos parcial o totalmente con palabras
desconocidas para la gran mayora nacional.
Pie de foto. Diferentes notas periodsticas y publicidad con anglicismos. Todas tomadas de los
peridicos Universal y Reforma. Elaboracin propia.
Por otra parte, la televisin, por sus propias caractersticas tecnolgicas de alta
penetracin en el pblico como por las negativas producciones nacionales que no cuidan
del lenguaje, va a ser ms daina al idioma y nuestra cultura, puesto que no conformes
con la difusin y utilizacin de extranjerismos en sus programas, como lo ejemplifica el
extinto programa Otro Rollo en donde el conductor Adal Ramones se encarg de
difundir y arraigar a nivel nacional la palabra looser, ahora adems tenemos
comerciales totalmente en ingls transmitidos en la frecuencia pblica del Estado, como
el de la botana Doritos de la empresa Sabritas titulado wheres the party at?256 . Pero
ms ilustrativo todava tanto por demostrar el exceso de anglicismos en nuestro lenguaje
as como por la irresponsabilidad de su transmisin y difusin en los medios, es el
comercial del polica de transito fresa de la compaa Marinela, el cual transcribimos
aqu porque evidencia plenamente la problemtica, el monologo de este polica es el
siguiente:
256
Puede observarse este comercial que se transmiti en Mxico en 2007 en el sitio de videos
youtube.com en el vinculo http://www.youtube.com/watch?v=dA3rA5_FHBM
160
Hello. Me saca de onda que te pases el red eh, pasarse el stop es lo ms out
que hay, osea, que te pasa brother, que crees que estas en la India o en el rally
de Dakar?, eres daltnico, no vez, te da el sol de frente, que tienes?, ahora,
te quieres lucir el carro que te compr Daddy, hazte tu pista de la sala de tu
casa al comedor, y te consigues un polica que no te alcance, ms fashion
brother. Looser. 257
El ejemplo anterior tiene 84 palabras de las cuales 9 son extranjerismos,
equivalentes al 10.7% del total, cifra nada despreciable si tenemos en cuenta que los
publicistas desde luego no lo escribieron a discrecin sino basados directamente en el
particular modo de hablar de un sector de la poblacin que popularmente se denomina
fresa y que originalmente se caracteriza por tener una posicin econmica relevante,
aunque por imitacin este cal se ha extendido a sectores que no cumplen dicha
caracterstica, y que al hablar as, pretenden que se les considere o asocie con la clase
originaria de alto poder adquisitivo negando su realidad-, de la misma forma que esta
ultima lo hace para que se les asocie con la pretendida cultura superior a la cual admiran
y con la cual se identifican, vemos pues que se trata de una cadena de imitaciones que
hacen notar la permanente negacin del ser.
negocios del pas, y por ello no nos referimos nicamente a las franquicias
internacionales, de las cuales podra explicarse de forma coherente la afiliacin
lingstica con un idioma extranjero, sino a negocios mexicanos de todos los tamaos y
giros. Las razones por la que consideramos este aspecto ms til con fines de
257
Trascripcin propia. Puede observarse este comercial que se transmiti en Mxico en 2007 en el sitio
de videos youtube.com en el vinculo http://www.youtube.com/watch?v=-JL8d3Ac-mg
258
Cfr. Ley Federal de Radio y televisin. Art. 5 fraccin III; art 63; art.73 y art.75. Disponible para
consulta en lnea en http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/114.pdf
161
aproximacin acadmica, es porque no es fcil saber cuantos extranjerismos usa una
persona al da y esta cifra es adems variable, pero ciertamente s puede conocerse la
cantidad de negocios y productos que tienen nombres extranjeros y sondear la opinin
de las personas al respecto.
Esto es, precisamente, lo que hizo en 1997 el fillogo Jos G. Moreno obteniendo
resultados muy interesantes para medir el grado de penetracin de extranjerismos, el
ejercicio realizado por l consisti en enlistar todos los nombres de diferentes centros
comerciales o reas determinadas del Distrito Federal, obteniendo as una muestra
representativa con un total de 1718 nombres de comercios. 259
El resultado de esta aproximacin fue que 1,002 de los nombres enlistados (58%)
tenan una denominacin extranjera; 119 de ellos (7%) tenan un nombre inventado no
identificable de forma clara con ninguna lengua; y solo 597 establecimientos (35%)
registraron un nombre en idioma espaol.
As, en relacin con el total, explica el autor que hay ms tiendas con nombre
ingls (695) que con espaol (597). Los nombres en lengua extranjera (1,002) son casi
el doble que los que tienen idioma nacional (597). La mayor concentracin de nombres
extranjeros se ubic en la zona centro (63%) y la menor en la zona este (44%).
Cabe citar las impresiones del propio lingista Jos Moreno al examinar la lista de
nombres y los resultados, en cuanto en ellas identifica la carencia de identidad con el
idioma y lo propio:
Tengo la impresin de que, en la mayor parte de los casos, se trata de un
inocuo (y hasta legitimo) afn de notoriedad. Estos comerciantes estn
convencidos de que la originalidad del nombre de su negocio repercutir en el
259
Especficamente, la muestra se tom con los nombres de comercios de las siguientes zonas y
comercios: 1)zona norte: Plaza Satlite y Plaza Lindavista; 2) Centro: la calle 20 de noviembre, Plaza
Galeras y Plaza La Rosa; 3) zona sur: Perisur, Plaza Coyoacn y Galeras Coapa; 4) Zona oeste: Centro
Comercial Santa Fe, Centro Comercial Interlomas y pabelln Polanco; 5) zona este: Plaza Oriente y Plaza
Center. Para ms informacin de la metodologa y resultados Cfr. Jos G. Moreno. La lengua espaola en
Mxico. Op. Cit. p. 438-441.
162
volumen de sus ventas. No debe sin embargo ignorarse que tambin en
espaol pueden inventarse designaciones novedosas y llamativas. Creo por
ello que, en el fondo, puede encontrarse tambin cierta manifestacin de un
complejo de inferioridad que no podemos negar: si preferimos, porque son
mejores, los productos extranjeros, se explica tambin que se elijan, para
designar los negocios mexicanos, nombres en ingls, italiano o francs, como
si con ello se metamorfosearan en extranjeros los dueos, la mercanca y los
clientes.260
Como vemos, en el lenguaje se va a manifestar claramente el impacto cultural de
la globalizacin y va a ser un fiel reflejo de la perdida de identidad y la permanente
negacin del ser asimilndose con lo que se ha dado a entender que es el ideal superador
y la mxima aspiracin de realizacin humana: el estilo de vida americano, que va ser
particularmente acogido en un amplio sector de nuestra sociedad por la forma en que
histricamente se configur nuestro inconsciente colectivo nacional y la obvia
proyeccin de Estados Unidos mediante su industria cultural como la sociedad ideal a la
que todos deben aspirar.
163
de una muestra diferente a los ejercicios anteriores, reiterando as que el impacto global
es uno de los factores que ms fuertemente influyen en esta perdida de conciencia e
identidad por el idioma y la cultura que representa.
Ahora bien, es muy claro que una indiscutible mayora manifiesta su desacuerdo
con que los negocios tengan nombres extranjeros. Atendamos aqu a una pregunta
obligada que ya se plantea el realizador de la investigacin citada: cmo nos
explicamos, entonces, que los dueos de estos negocios, contra toda la opinin publica,
sigan empleando cada vez con mayor frecuencia, nombres extranjeros?.
Citamos las reflexiones del autor porque l va a ser la primera autoridad sobre la
interpretacin de sus ejercicios, pero a ms de esto, los sustentos de sus comentarios van
a ser muy slidos cuando se confrontan los resultados con la realidad concreta, como l
mismo demuestra, ya que los comerciantes siguen poniendo nombres extranjeros a sus
negocios y muchos productos y anuncios de televisin recurren a extranjerismos cada
vez con mayor y notable frecuencia, si el mexicano realmente reprobara esta actitud,
sera un craso error ahuyentar a los clientes imponindoles nombres extranjeros que se
consideraran malinchistas.
Muy por el contrario de esta lgica que nos dictan los resultados de las encuestas,
los nombres de este tipo van en aumento, y slo podemos explicar el fenmeno bajo un
164
esquema de imitacin y por la creencia de que un nombre en ingls va ms de acuerdo
con los centros comerciales primermundistas o de que estas palabras y frases en los
productos simbolizan su superioridad y distincin, esta imitacin va a reiterar, pues, que
permanece la tendencia del sentimiento de inferioridad que ha acompaado al mexicano
desde la colonia y con ms notoriedad a partir de la independencia, lo que nos hace ya
no slo vulnerables al impacto cultural homogenizante de la globalizacin, sino que
determinados sectores sociales van a ser cmplices de el: no solamente no nos
defendemos de la invasin cultural sino que la cpula econmico-poltica parece
desearla.
165
se rompe la cadena de imitacin y por ello los resultados aqu analizados de diferentes
muestras del D.F. van a repercutir a nivel nacional.
Este
tipo
de
extranjerismos
no
166
lengua franca del siglo XXI, esto no necesariamente significa que otros idiomas
importantes van a erradicarse, pero si no empezamos a cuidarlo, eventualmente una
parte muy significativa de nuestro lxico ser desplazada y terminaremos hablando no
espaol sino espangls, con todo el empobrecimiento lingstico y perdida de identidad
nacional que eso significa.
Es por eso que debemos trabajar cuanto antes la autodefensa lingstica, para
asegurar la evolucin de nuestro idioma y perpetuar con el nuestra cosmovisin del
mundo, mucho ms por el papel que corresponde a Mxico como el nuevo centro de la
hispanidad en el mundo.
167
Los ejemplos histricos de que las lenguas perecen a merced de otras, son contundentes:
en Mxico el espaol desplaz muchas de las 173 lenguas indgenas que existan previa
colonizacin, actualmente solo sobreviven 62 y muchas de ellas en inminente peligro de
extincin; en Filipinas, que fue colonia espaola, la lengua inglesa literalmente arras
con el espaol tras la guerra hispanoamericana de 1898, que ahora es hablado solamente
por un 2% de la poblacin, bast un siglo para desplazar el que haba sido idioma oficial
durante varias centurias; y en el mundo, la UNESCO asegura que cada dos semanas
muere un idioma y que de seguir la tendencia la mitad de las 6 000 lenguas que existen
actualmente no sobrevivirn el siglo XXI.
Todos estos idiomas estn pereciendo por una razn: perdida de dominio y
predominancia de otro idioma en sus comunidades hablantes. Que el espaol sea
actualmente un idioma fuerte y de rebozante salud tomando en cuenta la cantidad de
hispanohablantes- no significa que debemos despreocuparnos, mucho ms cuando
qued evidenciado que realmente estamos enfrentando un proceso de prdida de
dominio en el idioma y una desvinculacin con este importante referente identitario,
situacin que eventualmente puede crecer y conducir a una hecatombe cultural como la
que han enfrentado lenguas y culturas menos afortunadas, incluso al interior de nuestras
fronteras como sucedi con las lenguas indgenas en relacin al espaol.
168
Se puede asegurar que la lengua espaola se encuentra en un momento de
enorme energa y que por ella misma sobrevive. Sin lmites geogrficos
concretos y no amenazada por ningn horizonte de caducidad, sus hablantes
no tenemos otros deberes para con ella que no sean el hablarla lo ms
correctamente que podamos, procurando no corromperla. [] Sin embargo, no
todo pueden ser parabienes. El problema principal con el que nuestra lengua se
enfrenta no procede de la falta de horizontes ni de las peculiaridades locales o
comarcales en cualquier caso, estas son piezas que aaden riqueza al
colorido general sino de otros aspectos. Entre ellos, hay algunos que me
parecen muy relevantes. Por un lado est el empobrecimiento lxico, la
utilizacin de latiguillos e idiotismos, la tendencia a la simplificacin
conceptual excesiva y a la banalizacin. [] Un mundo audiovisual en que
predominan objetivos de entretenimiento superficial y la instigacin de
emociones virtuales instantneas, va reduciendo el abanico lingstico y
creando modas en que la pobreza expresiva, la acuacin de rutinas verbales
inadecuadas y la incorporacin de modismos forneos poco apropiados gozan
de paradjico prestigio.263
Sumado al pensamiento anterior, tambin las palabras de Raimel Enrique Hamel
demuestran una sincera preocupacin por la forma en que la superioridad econmicopoltica de Estados Unidos produce la circunstancia de que una gran mayora de textos
cientficos y otros avances solo estn disponibles en este idioma, lo cual sin duda es un
grave empobrecimiento cultural, pero mucho ms an, lejos de promoverse las
traducciones por parte del Estado para que todos tengan acceso a esta informacin,
parece haber una aceptacin fctica de que el idioma ingls sea la lengua en comn para
ciertos aspectos, observemos pues como
el campo cientfico expresa en forma aguda la tendencia general de la
globalizacin del ingls, aunque en las investigaciones sobre el campo
cientfico rara vez aparece el tema de las lenguas; en el caso de las ciencias
naturales, su hegemona parece haber dado ya el paso hacia un monopolio casi
completo. La rpida difusin de los grandes avances cientficos se ha agilizado
enormemente con la existencia de una lengua compartida de comunicacin
mundial. Por esta razn, muchos cientficos y profesionales, tanto en pases
desarrollados no anglfonos con una larga tradicin cientfica, como tambin
del Tercer Mundo, apoyan decididamente la adopcin del ingls como nica
lengua de la ciencia. [] La reduccin de la diversidad a una sola lengua en la
produccin de modelos, temas y estrategias de investigacin llevara, desde
una perspectiva ecolgica, a un empobrecimiento peligroso del desarrollo
cientfico mismo, especialmente en las ciencias sociales. La imposicin total
del ingls reforzara an ms las asimetras ya existentes, tanto en las
condiciones de acceso a la ciencia internacional como en la produccin y
circulacin de la ciencia y tecnologa propias. Tomando en cuenta el valor de
263
Jos Mara Merino. Una identidad desatada. Ponencia en la segunda mesa redonda del III Congreso
Internacional de la Lengua Espaola. Rosario 2004. Disponible para su consulta en linea en
http://cvc.cervantes.es/obref/congresos/rosario/mesas/merino_j.htm
169
la ciencia como medio de produccin, daara a medio y largo plazo el
desarrollo de la economa misma de los pases que abandonan estos
espacios.264
Finalmente, tomemos por sustento de otro tipo de impacto globalizador en el
idioma los sealamientos que hace Demetrio Fbrega, quien despus de discernir
ampliamente entre la relacin del lenguaje y la tradicin, va a cuestionar algunas
situaciones muy evidentes en nuestra actualidad:
no afecta al desarrollo de la facultad del lenguaje en el nio el hecho de que
pase horas sin cuento frente a la pantalla del televisor o de la computadora
percibindolo todo en imgenes o mezclado con imgenes? No lo afecta
tambin el hecho de que, en tantos pases nuestros, hayan eliminado los cursos
de anlisis gramatical, de dictado, de composicin, de lectura en grupo, de
conversacin, al punto de que, en muchsimos casos, el estudiante en los
ltimos aos de bachillerato o incluso el graduado de universidad no sean
capaces de expresarse con verdadera coherencia ni puedan transcribir en sus
propias palabras ningn texto serio de ms de tres lneas? Ahora bien, cmo
puede haber transmisin de la tradicin cultural en esas circunstancias?
Cmo pueden siquiera sobrevivir las partes ms importantes de esa tradicin
o siquiera las que dotan al individuo de suficiente capacidad de razonar como
para aceptar las convenciones y las limitaciones de una sociedad ordenada? 265
Podemos complementar este ultimo pensamiento, con una rpida mencin de
cmo ciertas tecnologas, tomemos por ejemplo los telfonos celulares, modifican las
formas de expresin y escritura, ya que por diversas razones como pueden ser rapidez y
economa las palabras se cortan, abrevian y se cambian los caracteres a discrecin sin
ninguna norma en especifico y trasgrediendo el lenguaje, esto es comprensible y
justificable cuando se usa en la propia tecnologa ya que por sus limitaciones intrnsecas
(160 caracteres en promedio para un mensaje de texto, tratndose de telfonos celulares)
esta es una forma ingeniosa de economizar y aprovechar al mximo las potencialidades
del aparato, pero se vuelve un problema lingstico cuando indebidamente se trasladan
estas formas irregulares e irreguladas al lenguaje cotidiano fuera de esta tecnologa, y se
usa en todo tipo de textos en los cuales no hay las limitaciones que lo justifican,
generando as otra vertiente de empobrecimiento expresivo y de lxico, que ha
264
Rainer Enrique Hamel. Las cuatro fronteras de la identidad lingstica del espaol: lengua dominante
y dominada, lengua fronteriza y lengua internacional. Ponencia en la primer mesa redonda del III
Congreso Internacional de la Lengua Espaola. Rosario 2004. Disponible para su consulta en linea en
http://cvc.cervantes.es/obref/congresos/rosario/mesas/hamel_r.htm
265
Demetrio Fabregas Desarrollo de la facultad del lenguaje y acceso a la tradicin Ponencia en el panel
Aspectos ideolgicos y sociales de la identidad lingstica. III Congreso Internacional de la Lengua
Espaola.
Rosario
2004.
Disponible
para
su
consulta
en
lnea
en
http://cvc.cervantes.es/obref/congresos/rosario/ponencias/aspectos/fabrega_d.htm
170
levantado preocupacin a nivel internacional y hasta ha propiciado la elaboracin de
diccionarios de lenguaje SMS puesto que son cada vez ms incomprensibles para
quienes no estn insertos en esa dinmica. El problema con este neolenguaje va a ser el
mismo que identificamos con el idioma ingls: no se trata de no usarlo, de no conocerlo,
sino de saber diferenciar uno de otro y ocupar cada uno cuando as corresponda.
Con los antecedentes revisados se demuestra la vigencia de una amenaza real
hacia el idioma espaol y en consecuencia hacia los procesos de identidad que del
idioma se derivan, por ello para plantear la autodefensa lingstica tomamos por base
los postulados de George Fletcher, que sirven de sustento para argumentar a favor de la
validez y necesidad de una autodefensa del idioma en Mxico, es decir:
George Fletcher. Razones para la autodefensa lingstica. En Robert McKim y Jeff McMahan. La
moral del nacionalismo. V.II. Op. Cit. p. 190
171
superioridad del idioma espaol sobre cualquier otro, sino el legitimo derecho de la
nacin mexicana para defender su patrimonio intangible ante la amenaza que representa
la globalizacin cultural, cuyo impacto, como hemos hecho evidente, es notorio en el
idioma espaol mexicano, ya que actualmente nuestro lenguaje presenta una perdida de
dominio cada vez ms visible frente al ingls, que pretende instaurarse como lengua
hegemnica y preponderante a nivel mundial debido a los intereses comerciales de
Estados Unidos y las potencias aliadas a su proyecto.
Cabe sealar que no hay que confundir esta propuesta autodefensiva con un
nacionalismo extremo o a la propia amenaza con conocimientos bsicos y muy
deseables para nuestro desarrollo personal y nacional. Por ejemplo, de ninguna manera
consideramos que debiera promoverse un monolingismo y combatir el aprendizaje de
idiomas extranjeros, muy por el contrario tenemos la plena conciencia de que el poseer
una segunda o tercer lengua, o tantas como se desee, es un factor positivo de desarrollo
y una ventaja en trminos de competencia laboral y hasta de comprensin del mundo,
por supuesto que esa no es ninguna amenaza a la identidad nacional, y es incluso
benfico para el idioma materno ya que curiosamente quienes de alguna forma conocen
varias lenguas son los que ms preocupacin muestran por el correcto uso y origen de
las palabras, como ya observaba puntualmente Leonor Tejeda:
172
267
Leonor Tejeda. Hablemos correctamente. Lo que siempre quise decir en televisin. Op. Cit. p. 63
George Fletcher. Razones para la autodefensa lingstica. En Robert McKim y Jeff McMahan. La
moral del nacionalismo. V.II. Op. Cit. p. 193
268
173
sino el cdigo interpretativo de la realidad, mediante la paulatina sustitucin de palabras
e ideas por neolengua:
Le estamos dando al idioma su forma final, la forma que tendr cuando todo
el mundo slo hable neolengua. Cuando terminemos nuestro trabajo, tendris
que empezar a aprenderlo de nuevo. Creers, que nuestra principal tarea
consiste en inventar nuevas palabras. Nada de eso. Lo que hacemos es destruir
palabras, centenares de palabras cada da. Estamos pelando el idioma para
dejarlo en los huesos. [] No ves que la finalidad de la neolengua es limitar
el alcance del pensamiento, estrechar el radio de accin de la mente?. []
Cada ao habr menos palabras y el radio de accin de la conciencia ser cada
vez ms pequeo.269
La lgica de la neolengua de Orwell puede ser confrontada ampliamente con el
proceso que enfrentamos, verbigracia, al explicar la neolengua se alude, entre varios
ejemplos, a este:
qu sentido tienen esas confusas e intiles palabras excelente, esplendido
y otras por el estilo?. Plusbueno basta para decir lo que es mejor que lo
simplemente bueno y dobleplusbueno sirve perfectamente para remarcar el
grado de bondad.270
En nuestra realidad concreta, pareciera que hay quienes se preguntan qu sentido
tiene decir excelente, esplendido, grandioso, de acuerdo, magnifico, bien, padre,
chido cuando okay basta para expresar nuestro agrado o afirmar la bondad de las cosas,
y cool es un superlativo difundido por nuestros medios y cada vez ms arraigado en la
juventud para expresar que las cosas estn ms all del okay, es decir, estn cool o super
cool. No pretendemos generalizar y estamos concientes que estas expresiones, al menos
actualmente, estn muy localizadas en sectores sociales bien definidos, pero no
olvidemos que la idiosincrasia nacional nos tiene insertos en una cadena de imitaciones
que puede terminar haciendo de lo particular una amplia generalidad nacional, como ya
ha sucedido con varias palabras de este tipo, y con mucha ms razn si los medios
contribuyen a ello tan asiduamente como hemos comprobado que lo hacen.
174
fusin, creando grandes conglomerados internacionales que difunden en una sola voz y
a un solo tiempo, las 24 horas del da, la ideologa dominante y conveniente a la
oligarqua mundial y nacional, construyendo as lo que el filosofo Eduardo Subirats
llam la realidad del mass media271 , y que concretamente impone paulatinamente el
pensamiento hegemnico y difunde sus conductas y valores.
Hay que insistir en que en ningn momento estamos agrediendo otras lenguas u
otros pases, sino que estamos ejerciendo nuestro derecho a perpetuarnos como nacin
libre y soberana ante lo que es de hecho una colonizacin lingstica. La autodefensa
puede ser muchas cosas, pero es ante todo una doctrina de supervivencia.
El financiero, cultura, Hoy no existe otra realidad que la de los mass media: Subirats. 16 de marzo
de 2007.
175
que todo anuncio publicado en prensa en otro idioma debe ir acompaado de su
respectiva traduccin, igualmente hace nfasis en la obligacin de los locutores y
conductores de radio y televisin en observar la defensa del idioma. 272
176
Los pueblos indgenas de Mxico y el mundo ya lo entendieron: exigen su derecho
a ser, su identidad, su lengua, su libre determinacin. En Chile, los Mapuches demandan
jurdicamente al gobierno oficial y al titn de la computacin Microsoft por hacer uso
indebido de su idioma con fines comerciales sin haber consultado a la nacin Mapuche;
en Mxico el indgena ya no agacha la cabeza: se levanta en armas y exige su autonoma
ante el gobierno, establece municipios autnomos -el ms reciente, San Juan Copala, en
2007- y declara su existencia como nacin indgena, enaltecindose de todo lo que s,
de lo que ha sido, y de lo que aspira a ser, aquello por lo cual est luchando y que se
resume en una palabra: identidad.
273
Coloquio Las lenguas indgenas y los medios de comunicacin a cargo de la Comisin para el
Desarrollo de los Pueblos Indgenas. Ponencia de Oskar Ukeme. Auditorio Ricardo Flores Magn.
Facultad de Ciencias Polticas y Sociales. 22 de febrero de 2007.
177
nombra Mickey mouse como si mouse fuese su apellido, en contraposicin, por
ejemplo, con el Pato Donald, al que s traducen correctamente, sobra decir que esta
interesante disparidad entre dos personajes de una misma caricatura, fue inducida por
los medios atendiendo a los intereses comerciales antes que a factores idiomticos.
Hay muchas defensas prcticas para el idioma espaol y la identidad nacional que
no comprometen la libertad de expresin y que pueden resultar muy efectivas y tiles
para protegernos del impacto global y rescatar la dignidad y la identidad nacional.
2. Que los discos de msica extranjera incluyan junto a la letra de sus canciones en
idioma original, la respectiva traduccin, para que el oyente tenga la certeza y
pleno conocimiento de lo que escucha.
178
3. En cuanto a material escrito, que se incentive la traduccin de todos los
materiales al idioma nacional.
Como vemos, estas tres ideas no versan sobre imponer el uso del espaol a los
nacionales mexicanos, sino sobre ampliar las opciones que sintomticamente se nos han
negado. En el caso del cine cabe preguntarnos por ejemplo por qu debe un mexicano
saber ingls, o por lo menos saber leer en espaol de forma aceptable para poder
disfrutar de una pelcula extranjera?, esto no es solamente un cierto nivel de
discriminacin hacia quienes no saben leer, y que es un amplio sector social en el que
podemos incluir a los nios pequeos. Si no que de muchas formas s ofende dignidad
nacional el hecho de que se nos venda un producto que no se ajusta a nuestras
necesidades culturales. As, obligar a las compaas cinematogrficas a tener
disponibles las dos versiones (ingls y espaol) de toda la cartelera y no solamente de
unas cuantas pelculas generalmente las de ms xito- permite que aquellos que por
razones acadmicas (aprendizaje de idiomas) o artsticas (porque consideren que la voz
original es mejor) puedan acceder a ellas en el idioma original, pero que tambin el
amplio sector que prefiere escucharla en su idioma para no entretenerse leyendo y
centrase en la trama, o aquellos que no saben leer por diversas razones, tengan
realmente la opcin de acceder a estos productos con todo el derecho que les asiste de
ser mexicanos en su pas y de que la pelcula se est proyectando para ellos, creemos
que para los mexicanos, estando en territorio nacional, ver una pelcula por la cual se les
est cobrando les otorga el derecho a exigir orla en su idioma, y a la vez debiera ser
obligacin de las compaas elaborar el respectivo doblaje para el mercado al que se
destina.
Existe otra razn aparte de las citadas por la que ambas versiones son deseables en
vez de proponer que se obligue a transmitir nicamente la versin doblada: amn de que
as se otorga libertad de opcin y se promueve el idioma nacional, se evita al mismo
tiempo la posibilidad de que se editen los contenidos y mensajes polticos en beneficio
del Estado o la oligarqua. Durante la dictadura franquista, por ejemplo, nicamente se
transmitieron pelculas enteramente dobladas, lo que permita cambiar el sentido e
intencionalidad de los mensajes, e incluso realizar amplias sustituciones sin que nadie se
percatara de ello. Tener las dos versiones disponibles se constituye as como el mejor
179
candado para impedir una posible manipulacin ideolgica en los contenidos y adems
garantiza verdaderamente una libertad de opcin y un derecho del que hoy no gozamos.
El propio Estado Mexicano puede ejercer esta ley para s mismo al interior de sus
fronteras y financiar el doblaje y subtitulacin de toda pelcula de produccin nacional a
las principales lenguas indgenas del pas en el formato DVD, lo cual reforzara los
lazos de integracin y adems permitira que muchos hispanohablantes mexicanos se
aproximaran a estas lenguas e incluso las aprendieran, exactamente igual que hoy
sucede cuando ocupamos pelculas en idiomas extranjeros como material didctico. Con
la tecnologa actual esto no solamente es posible sino altamente deseable para la
preservacin y promocin cultural, si esto se realizara, Mxico marcara el liderazgo en
la preservacin de las lenguas autctonas, dara cumplimiento a mltiples tratados,
acuerdos y leyes que ha relegado en materia cultural, entre los que podemos citar por su
cabal incumplimiento la ley general de derechos lingsticos de los pueblos indgenas,
que entre otras cosas garantiza el derecho de todo mexicano para hablar sin restricciones
su lengua originaria, garantiza la educacin publica bilinge, garantiza la existencia de
un traductor de lengua indgena en las dependencias pblicas para que sea debidamente
atendido, procura la existencia de literatura indgena en las bibliotecas nacionales, y
plantea difundir en lenguas indgenas nacionales el contenido de documentos de inters
publico.274
Cfr. Ley general de derechos lingsticos de los pueblos indgenas. Publicada en el Diario Oficial de la
Federacin en marzo de 2003.
180
lengua nahuatl y subtitulada al espaol, ms recientemente la pelcula Erendira (2007)
fue grabada totalmente en purhepecha, si esto fue posible desde 1990, nada impide que
hagamos de esa experiencia una norma para el siglo XXI aadiendo a nuestras
producciones en formato DVD la posibilidad de elegir el audio en nuestras lenguas
originarias y obtengamos el mximo provecho de las nuevas tecnologas para nuestro
desarrollo y preservacin cultural.
275
181
Compartimos la preocupacin de Alex Grijelmo, en el sentido de que ya no es el
pueblo el que est decidiendo su lenguaje, sus cambios y sus evoluciones mediante el
uso cotidiano y los giros populares, ahora son los medios, la elite, la influencia
internacional, quien jerrquicamente difunde e impone las tendencias, los cambios, lo
que conviene decir; y solamente nosotros, mediante la diaria reflexin, mediante el
permanente ejercicio de nuestras voces, mediante el cuestionamiento del por qu se
nombran as las cosas y si es valido o no hacerlo de una o de otra forma, es que
podremos revertir la tendencia y nutrir el lenguaje nacional que nos corresponde, no con
palabras extraas que nos llegan de fuera sin ser necesarias, no con los neologismos que
los medios difunden hasta terminar imponindolos, sino con verdadera conviccin
popular, que es, hasta hoy, la historia de las lenguas del mundo.
182
Por lo anterior, puede afirmarse que los usos, costumbres y tradiciones fungen
como un natural acervo cultural y una memoria colectiva nacional: las danzas, los ritos,
las festividades cvicas y religiosas, la comida, el atuendo, las rondas y juegos, la
cancin popular, los cuentos, leyendas y refranes, son todos ellos elementos que
identifican y cohesionan permanentemente a los miembros de la nacin, generando en
ellos una afectividad integradora y constituyndose as en la primer y ms elemental
forma de hacer historia, por ello la tradicin es historia viva.
183
constitutivos por el todo, el mito genera lo que lo genera, es decir, el Estadonacin mismo.276
Como vemos, mientras el mito nacional permanezca en la memoria colectiva la
nacin permanece viva, y la forma natural de subsistencia del mismo no es otro que los
usos, costumbres y tradiciones emanados del pueblo; existe tambin una forma artificial
de sobrevivencia del mito que es la que desarrolla el Estado, el cual difunde el mito
nacional mediante la educacin pblica, la historia oficial y los actos y celebraciones
cvicas, todos ellos con el objetivo de consolidar y homogenizar una idea de la nacin
como de crear el vinculo afectivo con ella, estas formas de preservacin del mito
nacional, tanto mediante los usos y costumbres como mediante el aparato del Estado, se
ejemplifican en el caso de Mxico con el anlisis de Jos Antonio Mac Gregor, cuando
dice que
durante la primera mitad del siglo XX, la Identidad Nacional se sustent en
elementos dispersos e inconexos producidos en las diferentes regiones del
pas: huasteca, sotavento, istmo, pennsula yucateca, Jalisco y Michoacn,
entre otras. Ciertos elementos distintivos pasaran por un proceso de seleccin
por medio del cual se estereotiparon rasgos que finalmente recorrieron cada
rincn del pas y el mundo entero, representando la autntica cultura nacional
del Mxico posrevolucionario. As saltaron a la fama mariachis, chinas
poblanas, huapangueros, jarochos y bailarines de ballets folklricos que
hicieron del Son de la Negra, el Querreque y la Bamba autnticos himnos no
ya regionales, sino representativos de la Nacin. A lo popular, se le agregaron
ingredientes imprescindibles de todo proyecto de carcter nacional: la
produccin acadmica proveniente del sector intelectual y crtico que, en los
campos de las artes plsticas (el muralismo mexicano) y la msica (el
nacionalismo) nos leg obras autnticamente gloriosas del arte universal; lo
anterior, sin relegar la trascendencia que en esta historia tuvieron la
dramaturgia, el cine, la literatura, la danza, la gastronoma, los cmics, la
radio, la prensa, la naciente televisin de los aos cincuenta. A partir de esta
ltima, termina todo un proceso de gestacin y crecimiento de La (en singular)
Cultura Nacional e inicia, en los sesenta, la masiva avalancha
transculturizadora (que nos llevara a imitar los rocanroles norteamericanos
traduciendo sus letras al espaol, entre otros fusiles).277
Como puede verse, no escapa a la visin de Mac Gregor el hecho de que ambas
vertientes de conservacin y difusin del mito nacional se presentan simultneamente
apuntalando as el Estado-Nacin, como tambin el sealamiento de que la cultura
276
Edgar Morin. El Estado-nacin. En Gil Delannoi y Pierre-Andr Taguieff. Teoras del nacionalismo.
Op.cit. p. 457
277
Jos Antonio Mac Gregor C. Identidades Globalizadas y patrimonio intangible en Mxico. Documento
Electrnico de la Biblioteca Virtual de CONACULTA. 2001. Disponible en linea en
http://vinculacion.conaculta.gob.mx/capacitacioncultural/b_virtual/art_pdf/1009a.pdf
184
nacional derivada de este arduo y constante proceso de formacin puede modificarse y
aun perderse por la presencia de influencias externas de alto impacto como lo son las
industrias culturales transnacionales, entre otros factores.
185
Se conoce que Mxico es un pas pleno de tradiciones y costumbres ancestrales que han
sido su carta de presentacin ante el mundo y el fundamento del nacionalismo mexicano
desde la Revolucin, que precisamente voltea hacia el pasado indgena y las races
profundas para construir una identidad nacional aglutinante que se concretara en la idea
de La gran familia mexicana.
278
Cfr. Consulta Mitofsky. Los orgullos de los mexicanos. Encuesta Nacional en Viviendas. Abril de
2005. La muestra fue de 1000 ciudadanos mayores de edad en todo el territorio nacional. Para mayor
informacin de la metodologa consultese el documento.
186
Ahora bien, los alentadores resultados de esta reciente consulta, pueden inducirnos a
pensar que nuestras costumbres y tradiciones gozan de buena salud y vitalidad ya que
nos llenan de orgullo, sin embargo, al igual que sucedi en el caso del idioma, los datos
duros de esta y otras encuestas similares van a revelar que tambin en este referente
identitario se presenta una marcada dualidad en la que el sentimiento no corresponde
necesariamente a los hechos, es decir, la paradoja est en que la poblacin se siente
orgullosa de los usos, costumbres, tradiciones, historia y cultura en general, pero no los
preserva, quedando as como mero folcklor.
279
Cfr. Consulta Mitofsky. Celebraciones de Mayo. Encuesta Nacional via telefnica. 2004. La muestra
fue de 400 ciudadanos mayores de edad en todo el territorio nacional. Para mayor informacin de la
metodologa consltese el documento.
280
Agencia EFE. El da de la madre, la fiesta familiar ms querida e importante para Mxico. 10 de
mayo de 2007.
281
Si bien el da del trabajo tiene sus origenes en 1886 con la huelga y asesinato de los martires de
Chicago, no es hasta la Segunda Internacional de Pars de 1889 cuando se establece el primero de mayo
como Dia Internacional del trabajo para rendir homenaje a lo obreros asesinados.
187
En otra encuesta contundente realizada en 2005, Mitofsky pregunt en sus
domicilios a una muestra de 1 000 ciudadanos sobre las conmemoraciones del mes de
febrero, arrojando por resultado que el da 5 de dicho mes, cuando se celebra la
promulgacin de la Carta Magna, es por mucho la menos conocida (66%), lo que se
traduce en que apenas dos de cada cinco mexicanos saben del aniversario del mximo
documento jurdico del pas. Esta diferencia es dramtica en comparacin al 77% de
mexicanos que sabe qu se celebra el 24 de febrero y el contundente 94% que identifica
al 14 de febrero como el da del amor y la amistad. Por otro lado, es grave el hecho de
que no solamente son pocos los mexicanos que conocen el aniversario de la
Constitucin Poltica, sino que son un porcentaje mnimo (15%) los ciudadanos que
ubicaron a Venustiano Carranza como el personaje central en torno a la constitucin 282 ,
lo que termina por comprobar un profundo desconocimiento de los mexicanos hacia la
historia de su pas as como la supremaca de conmemoraciones venidas de fuera y con
menos de un siglo de existencia en nuestro suelo, que se han instaurado en el imaginario
popular colectivo gracias a una ininterrumpida labor mercadolgica mediante radio y
televisin para fomentar el consumismo, mientras que las conmemoraciones nacionales
por lo general carecen de una promocin semejante siendo su principal y casi nico
medio de difusin la Educacin oficial bsica, por lo que cada vez se hayan ms en
decadencia ante la modernidad depredadora.
282
Cfr. Consulta Mitofsky. La constitucin mexicana. 5 de febrero, pocos saben qu se celebra. Encuesta
Nacional en viviendas. Enero de 2005. La muestra fue de 1000 ciudadanos mayores de edad en todo el
territorio nacional. Para mayor informacin de la metodologa consultese el documento.
188
[] Se nos qued el maleficio
De brindar al extranjero
Nuestra fe, nuestra cultura,
nuestro pan, nuestro dinero.
Y le seguimos cambiando
Oro por cuentas de vidrio
Y damos nuestra riqueza
Por sus espejos con brillo.
Hoy en pleno siglo XX
Nos siguen llegando rubios
Y les abrimos la casa
Y los llamamos amigos.
Pero si llega cansado
Un indio de andar la sierra,
Lo humillamos y lo vemos
Como extrao por su tierra.
T, hipcrita que te muestras
humilde ante el extranjero,
pero te vuelves soberbio
con tus hermanos del pueblo.
Oh, maldicin de Malinche,
Enfermedad del presente,
Cundo dejars mi tierra,
Cuando hars libre a mi gente?. 283
Como se observa, lo que la obra citada de Palomares nos refleja es que un sector
nacional ya conoca y resenta en esos momentos el problema poltico y cultural que es
estudio de esta tesis, y en esa cancin ya est manifiesta sin lugar a dudas la ausencia
y/o perdida de la identidad nacional mexicana, que el cantautor explic a su manera
mediante el concepto muy popular de malinchismo, no puede negarse que en esa lrica
est perfectamente plasmada la desmedida admiracin del mexicano por lo extranjero al
tiempo que desprecia lo propio.
283
189
patente su queja y disgusto sobre la perdida de nuestros usos y costumbres, cantando en
su irnica obra Mexican curious (1997) lo siguiente:
Ah les va luego un vacile,
Aunque peguen tres respingos
De cmo los mexicanos
Nos vamos volviendo gringos.
Quick Lunch le llaman la fonda,
Al seor le dicen mister,
Y pa pedirte a tu hermana
Te dicen give me your sister.
Est muy bien el turismo
Pero en toda la nacin
Ahora toman Coca-Cola
En vez de tlachicoton [].284
Nuevamente, en esta trova de fines del siglo XX se observa la forma en que el
cantautor describe y lamenta la perdida de nuestros usos y costumbres, empezando por
el idioma, al que usa irnicamente para manifestar la sustitucin de palabras y el
consecuente dao al lenguaje que describimos ampliamente en el apartado 3.1,
continuando con usos especficos como es el caso de la gastronoma, donde es
manifiesta la queja de cmo una bebida industrial imperialista ha sustituido una libacin
milenaria y altamente tradicional de Mxico -el pulque, de nombre nahuatl tlachicoton-,
al que podramos anexar desde luego las tradicionalsimas aguas frescas que durante
siglos acompaaron la comida de los mexicanos y que hoy han sido severamente
desplazadas por los refrescos industriales, en su mayora de patente norteamericana.
284
190
Ahora bien, no es fortuito que hagamos uso de la cancin mexicana para explicar
y corroborar la perdida de nuestros usos, costumbres, tradiciones e identidad, ya que
este uso ha sido muy agredido por el impacto cultural globalizante, en especial si
hablamos del pop transnacional que se repite incesantemente en nuestros medios
implantandose en el gusto popular a fuerza de eliminar las opciones monopolizando los
espacios de transmisin. As, explicar lo que se est perdiendo utilizando precisamente
lo que estamos perdiendo contribuye a evidenciar la importancia social y utilidad de
esos elementos como reflejo del sentir social y como instrumentos que perpetan la
comunidad transmitiendo su idiosincrasia.
Analicemos otra lrica nacional, esta vez del cantautor de resistencia Jos Molina,
que tambin deja plasmada una preocupacin por la perdida de identidad nacional que
empezamos a vivir con intensidad en las ultimas tres dcadas, como se ve en esta letra
de la cancin Identidades que dice
Muchacho que estas haciendo
con tu personalidad,
estas perdiendo tu origen
y tu nacionalidad.
Cada da el extranjero
te roba la identidad,
con una falsa cultura
engaa tu realidad.
Te deslumbra el oropel
Del gringo y del japons,
Del ingls, del australiano,
Del alemn y el francs.
Si eres indio no lo niegues,
Orgulloso habras de estar,
Con el pasado glorioso
Del Mexica y del Mayab.
Ya no te gusta el corrido
Y gritas queremos rock,
Y te entregas en los brazos
De tu colonizador.
Hasta desprecias tu idioma
Y lo vas hablando al revs,
Y te sientes extranjero
191
Mal hablando el espangls.
Lo que bebes, lo que vistes
Y hasta lo que has de comer,
Y te vas pintando el pelo
Para gringo parecer.
[]Ya pon los pies en la tierra
Y dejate de volar,
Nuestros abuelos son indios
Y orgulloso habras de estar.
[]Te han deformado la historia
Los vendepatrias de ac
Y el imperio va inyectando
La mentira colonial.
Tienes que identificar
En donde est el criminal
Que te est robando el alma
Y te hunde en la mediocridad.286
Como se lee, el tema central de esta otra cancin no es otro que la perdida de
identidad nacional, haciendo nfasis en las actitudes de desprecio por lo propio que el
autor observaba en la sociedad mexicana de su poca, y que segn se ve son reiterativas
en las otras lricas citadas: desprecio por el lenguaje, por la comida, por la msica por
nuestras costumbres en general y hasta por el aspecto tnico propio, acompaado
invariablemente de una admiracin por lo extranjero y su exaltacin desmedida.
Ahora
bien,
por
ser
dos
elementos
que
consideramos
especialmente
286
192
de la trascendencia y situacin actual de nuestros usos, costumbres y tradiciones ante la
globalizacin cultural.
193
que pueden
287
Anne Murcott. Food as an expression of identity. The future if the Nation State. Essays on cultural
pluralism and political integration. Compiladores Sveker Gustavson y Leif Lewin. Roudledge y Nerenius
& Santrus publishers. Londres. 1996. p. 50
194
o tambin ttulos usados de forma enaltecedora, como el de algunos pueblos
latinoamericanos que se autodenominan los hombres de maz.
288
195
En esta aproximacin al pensamiento del mexicano, se deja ver claramente que la
comida ms all de satisfacer una necesidad bsica, tiene valor simblico y expresivo
para los pueblos, tanto para s mismos como para las relaciones entre ellos, por lo que se
concluye que la comida es incuestionablemente una expresin de la identidad.
Anne Murcott profundiza en sus explicaciones de esta forma:
Mientras todos los seres vivos tienen que comer, solo los seres humanos
(hasta donde podemos decir) piensan en lo que significa el acto de comer. []
Alimentarse y reflexionar sobre qu comemos y cmo lo comemos son
elementos de la vida que los humanos comparten, pero lo que vara, y vara
profundamente, es qu comen y cmo interpretan sus alimentos. Ciertamente
los seres humanos son omnivoros y eso los hace relativamente inusuales en el
reino animal, pero eso no significa que toda la gente en todos los lugares come
cualquier cosa y de todo, de hecho no consumen todo lo disponible solo
porque no sea venenoso o porque sea potencialmente nutritivo, los habitos de
consumo son selectivos, y en cuanto que las selecciones solo son parcialmente
explicadas en terminos biolgicos, todo induce a pensar que existe una base
cultural de seleccin. [] Nosotros aprendemos las convenciones culturales
del grupo al que pertenecemos y de esta forma, en la medida en que las
circunstancias ideolgicas y materiales lo permiten, se da forma a las
preferencias por la comida que cada uno percibe individualmente. En el caso
del sabor, literal y metaforicamente, este es culturalmente moldeado y
socialmente controlado. Comer puede ser esencial para la vida y tener una
inevitable naturaleza biolgica, pero simultaneamente la comida tiene una
funcin socio-cultural que es aprendida.290
La cita anterior, sustentada en la capacidad de abstraccin humana, deja en claro
que el acto cotidiano de la alimentacin trasciende de la mera satisfaccin de
necesidades a un complicado simbolismo social que crea asociaciones con el lugar de
origen y con el propio grupo de pertenencia, lo que explica por qu persiste en el siglo
XXI aunque no sin dificultades- la regionalizacin de alimentos incluso hoy que es
tan fcil acceder a comestibles y platillos de cualquier parte del mundo, ya que
290
While all living things have to eat, it is only human beings (as far as we can tell) who ponder on what
it means to eat. [] Eating and reflecting on what and how we eat are facts of life human beings have in
common. But where they vary, and vary markedly, is in what they eat and how they think about it.
Certainly, human beings are omnivores and as such are relatively unusual in the animal kingdom. But that
does not mean all people everywhere eat any and anything. Indeed, they do not eat everything available to
them that is not poisonous and potentially nutritious. They are selective. Since the selections they make
are only partly explicable in biological terms, they must, then, be made on a some cultural basis. [] We
learn the cultural conventions of the group to which we belong and only within that, to the extent that
material and ideological circumstances allow, give expression to individually perceived food preferences.
For taste, literally and metaphorically, is culturally shaped and socially controlled. Eating may be
essential to life and have an inescapably biological nature, but simultaneously food has a socio -cultural
character that is learned. Anne Murcott. Food as an expression of identity. The future if the Nation
State. Essays on cultural pluralism and political integration. Op. Cit. p. 52-53
196
prevalece esta preferencia alimenticia cultural creada por la comunidad con todo el
significado asociativo que encierra no solamente los alimentos, sino el rito alimentario,
es decir, la manera en que estos se consumen y que abarca desde su preparacin hasta la
forma de comerlos. Queda establecido, pues, que la alimentacin es un elemento
fundamental y privilegiado para establecer y perpetuar tanto identidades regionales
como la de naciones y grupos especficos ms pequeos, porque encierra un mensaje y
un significado tan valido y potente como las palabras o las imgenes indicando la
naturaleza y el origen de los agrupamientos sociales y contribuyendo fuertemente a la
cohesin de los mismos y a su diferenciacin respecto a otros grupos.
Lo anterior se corrobora con datos duros en otro ejercicio realizado por Consulta
Mitofsky en 2006 a una muestra nacional de 1 600 ciudadanos mayores de 18 aos en
sus viviendas, cuyos resultados arrojan que el mexicano promedio est fuertemente
vinculado a ciertos platillos que en nuestro caso de estudio, producen la vinculacin
territorial y consagran y perpetan desde el aspecto gastronmico la identidad nacional
mexicana. En esta encuesta se cuestion a los participantes sobre el consumo de 5
platillos de diferentes regiones que se consideran tpicamente mexicanos: la cochinita
pibil de Yucatan, el chilorio de Sinaloa, el mole de Puebla, la carne machaca de la
regin norte del pas y finalmente el pozole de occidente. Los resultados arrojan que
prcticamente todos los mexicanos hemos probado alguna vez en nuestra vida el mole
(99%) y casi todos el pozole (96%) lo que los convierte en los platillos tpicos de
consumo ms generalizado en el pas, la cochinita pibil ha sido probada por tres de cada
cuatro mexicanos (74%), la carne machaca por el 56% y el chilorio sinaloense por
44%291 , sirvan estos resultados para comprobar los planteamientos tericos hechos hasta
el momento y terminar de asentar que la vinculacin entre la comida y la identidad
nacional es realmente existente y que los alimentos tienen una funcin socio-cultural
que la comunidad les otorga volvindose as muy importantes en el proceso de
identificacin colectiva.
Ahora bien, por supuesto que desde el origen de las sociedades y a travs de los
siglos las cocinas regionales se fueron enriqueciendo con elementos culinarios de otras
291
Cfr. Consulta Mitofsky. Consumo de platillos tpicos. Encuesta Nacional en Viviendas. Octubre de
2006. La muestra fue de 1 600 ciudadanos mayores de edad en todo el territorio nacional. Para mayor
informacin de la metodologa consltese el documento.
197
partes del mundo, lo cual se ejemplifica en el comercio de las especias orientales que se
realizaba en la edad media en Europa o ms evidentemente con la diversidad culinaria
que Nuestra Amrica aport al viejo mundo; sin embargo con la actual globalizacin
econmica y la preponderancia de ciertas naciones para influir con su cultura sobre
otras por medios diversos, se presenta el caso de que el natural enriquecimiento
gastronmico en la historia humana se torna en una homogenizacin alimentaria,
conllevando la respectiva perdida de identidad nacional que se establece mediante los
platillos tradicionales y su simbolismo.
Como se observa, el peligro que amenaza nuestra tradicin culinaria es tan vigente
que no ha pasado desapercibido, levantando la preocupacin de acadmicos como el
Profesor investigador de la Universidad de Chapingo David Oseguera, quien hace
preguntas muy pertinentes sobre esta situacin y se cuestiona si
el o los impactos de la globalizacin en la cultura y las identidades locales,
regionales y nacionales, significarn una internacionalizacin de los
comportamientos alimentarios?. En caso de efectuarse, corresponder sta a
la difusin planetaria de los alimentos tpicos de los grandes centros del poder
mundial, como las hamburguesas, las pizzas, la Coca-Cola, el teppan yaki, los
sushis, el sake, etc.? Los promotores de estas nuevas y escasas costumbres
alimenticias sern las grandes multinacionales tipo McDonalds, Kentucky
Fried Chicken, Pizza Hut y otras por el estilo?de verdad transitamos hacia un
292
198
nuevo orden mundial donde todos los humanos seremos diferentemente
parecidos o parecidamente diferentes en gustos alimentarios? 294
Nosotros creemos que esta internacionalizacin y homologacin de hbitos
alimenticios existe, principalmente con la promocin del modelo de fast-food que se
expande rpidamente por todo el mundo bajo el esquema de franquicias de conocidas
empresas transnacionales estadounidenses, lo que hablando de comida, ha propiciado
que a la globalizacin se le nombre entre otras muchas formas bajo el apelativo de
McDonalizacin del mundo.
294
David Oseguera Parra. Globalizacin, alimentos e identidades culturales. En Arturo Leon Lpez,
Carlos Gutierrez Ruiz, Et Al. Globalizacin para quin?. Volumen I. Cultura e identidad en el campo
latinoamericano. UAM-Xochimilco. Mxico. 1999. p. 283
295
Yolanda Trapaga Delfin. Sobre el patron alimentario del mexicano actual. En Perfil de La Jornada.
1 de marzo de 2002. Disponible en lnea en http://www.jornada.unam.mx/2002/03/01/per-portada.html
199
Veamos por ejemplo, que segn consta en el Museo de la Cocina Mexicana, en el
siglo XX llegaron a Mxico algunas marcas de refrescos y se empezaron a fabricar
otras. Al principio, cierta bebida de cola no fue muy bien recibida, habiendo incluso
personas que los rechazaban asegurando que saba a medicina. Sin embargo el poder de
la publicidad y la capacidad de penetracin que tuvo la compaa que produca este
refresco, logr que a mediados de siglo fueran no solamente aceptados, sino que al poco
tiempo desplazaron significativamente a las aguas de sabores que nunca faltaban en la
mesa a la hora de comer296 . Hoy en 2008, Mxico es uno de los principales
consumidores de Coca-Cola en el mundo y un mexicano promedio consume litro y
medio de este refresco al da297 , de hecho, datos revelados por esta empresa refresquera
en 2003 aseguran que Mxico tiene el primer lugar del mundo en consumo per capita de
sus productos, entre refrescos, leches de sabores, agua embotellada y bebidas
rehidratantes, destacando que para ese ao el consumo anual per capita era un promedio
de 150 litros de refresco.298
Galera nuestra cocina. Duque de Herdez. Seminario 18. Centro Histrico. Ciudad de Mxico.
Dato obtenido del documental Y t, cuanto cuestas?. Dirigido por Olallo Rubio. Kung Fu Films.
Mxico. 2007.
298
Cfr. La Jornada. Capital. Se mantiene Mxico como el mayor consumidor per capita de Coca-Cola.
Viernes, 5 de marzo de 2004.
297
200
Unidos, hasta que en los 60 se introduce formalmente en Mxico el modelo de comida
rpida norteamericano conocido como fast-food.299
Es difcil negar que la intensidad con que se viven hoy los efectos de la
globalizacin econmica y cultural es directamente responsable de la cada vez ms
notoria perdida de nuestra tradicin cultural culinaria y la general homogenizacin de
hbitos alimenticios, pues como asevera la investigadora Yolanda Trpaga
las tendencias del consumo alimentario en Mxico y el mundo, al comenzar
el siglo XXI, obedecen al contexto de la mundializacin, caracterizado por la
rpida y creciente homogenizacin de los patrones de consumo, as como por
una participacin cada vez menos importante de los productos primarios en el
comercio y donde Estados Unidos juega un papel protagnico.[] En Mxico,
el patrn alimentario tiende a homogenizarse con el modelo industrializado
estadounidense, en virtud de su condicin de importador neto de alimentos
cuyo componente nutricional es, por cierto, discutible. Paradjicamente y
dadas las condiciones de salarios bajos, se considera que en Mxico el 65% del
consumo alimentario familiar cotidiano est formado todava por productos en
fresco, y slo 35% corresponde a los industrializados. O sea que, despus de
ms de 50 aos de industria alimentaria en el pas, los bajos ingresos aparecen
como una ventaja neta al conservar una base alimentaria ms pertinente que la
moderna, con un patrn de consumo alimentario tradicional. 301
Tambin en el pasado Foro Social Mundial (FSM) 2008, realizado en esta ciudad
de Mxico, se haca pblica la preocupacin por la perdida de nuestra tradicin
gastronmica ante la globalidad econmica y cultural, al tiempo que, en efecto, se
resaltaba que algunos estratos sociales conservan esta herencia culinaria, de esta forma
se lea en la carpa gastronmica del FSM un texto informativo:
299
Galeria nuestra cocina Duque de Herdez. Seminario 18. Centro Histrico. Ciudad de Mxico.
David Oseguera Parra. Globalizacin, alimentos e identidades culturales. Op. Cit. p. 291
301
Yolanda Trapaga Delfin. Sobre el patron alimentario del mexicano actual. Op. Cit.
300
201
Mxico tiene una tradicin culinaria llena de conocimientos, practicas y
sazones que le son propios y se ha enriquecido a travs del tiempo. Esta
tradicin constituye un rasgo cultural que da identidad a un pueblo y permite a
las comunidades reconocerse a travs de ella. Sin embargo, el desarrollo
agroindustrial y urbano han afectado la supervivencia de las actividades
ligadas a la conservacin de la comida mexicana y tienden a modificar el gusto
de nuestro pueblo. En la ciudad de Mxico podemos observar de una forma
ms evidente, los cambios en los hbitos alimenticios y la proliferacin de
establecimientos de comida rpida de marca transnacional que modifican el
paladar de sus habitantes, a pesar de ello, encontramos tambien a familias,
pueblos originarios barrios y asentamientos indgenas donde se mantiene una
tradicin culinaria que conserva sabores de nuestro pasado prehispnico y
colonial que son un aspecto importante de nuestra gastronoma302 .
Lo que podemos concluir de ambas visiones, es que en efecto en la poblacin
existe una conciencia del proceso que estudiamos sobre los efectos de la globalizacin
en los hbitos alimenticios que nos vinculan con la nacin, destacando que los estratos
sociales mencionados en el texto del FSM y a los que se alude como grupos que
preservan la tradicin culinaria pueblos originarios, barrios y asentamientos indgenasson altamente asociables a la condicin de pobreza que Yolanda Trpaga describe como
una aparente ventaja en la conservacin de la base alimentara, de lo que podemos
concluir la validez de sus planteamientos en cuanto que van a ser las personas con altos
recursos econmicos los que, nueva y significativamente, van a presentar una
predileccin por lo extranjero en menoscabo de lo autctono, fenmeno que tambin
demostr David Oseguera, mediante un estudio de hbitos culturales de CONACULTA
en 1993, donde concluy que
en los niveles alto y medio son mayores la frecuencia del comer pizzas y
hamburguesas, mientras que con las tortas y los tacos ocurre lo contrario, ya
que a menor nivel socioeconmico aumentan sus frecuencias de consumo.
Esto indica que son los sectores de mayores ingresos los que frecuentan ms
los bocadillos de ms claro origen extranjero, mientras que los de menores
recursos consumen ms los de carcter autctono (tacos) o mestizo (tortas).303
En suma, dado que la alimentacin es una necesidad bsica inevitable y no puede
despreciarse voluntariamente como otros pilares identitarios, sea el caso del idioma o la
historia y costumbres, y tomando en consideracin que ms de la mitad de los
mexicanos vive en condiciones de pobreza, podemos pensar que a nivel de la poblacin
nacional la permanencia de la tradicin culinaria est aparentemente garantizada en el
302
Transcripcin de una lamina informativa en la Carpa Gastronomica del Foro Social Mundial Mxico
2008. Realizado del 19 al 26 de enero en la Plaza de la Constitucin.
303
David Oseguera Parra. Globalizacin, alimentos e identidades culturales. Op. Cit. p. 291
202
corto plazo, pues solo es evidente su perdida en las grandes ciudades donde el ingreso
econmico es mayor y por una obvia tendencia del sector social con altos ingresos
econmicos y una reiterada tendencia extranjerizante.
304
203
para el desarrollo del capitalismo306 . Lo cual, no deja de ser significativo y viene a
reforzar contundentemente nuestros planteamientos iniciales de que la globalizacin se
presenta como un proceso instrumentado por las potencias capitalistas centrales para el
dominio ideolgico y cultural de los pueblos que permite su explotacin ilimitada.
204
Esto explica, con suficientes bases, por qu se est presentando actualmente una
lucha sin cuartel por el campesinado mexicano y una parte considerable de la sociedad
civil, ante el desentendimiento del Estado sobre la soberana alimentaria y la reciente
apertura total a la importacin de granos bsicos del TLCAN, que se est dejando sentir
negativamente en la economa y los hbitos alimenticios de millones de mexicanos,
propiciando la movilizacin de la vanguardia campesina y social sin maz no hay pas
cuyo nombre no podra ser ms acertado en trminos de identidad y del cual Gonzles
Casanova hizo eco en su ponencia, invitando a defender nuestros alimentos y reiterando
que sin maz no hay pas, y sin frjol tampoco308 .
308
205
Por estas razones, es que realizamos un estudio sobre la artesana para medir el
impacto de la globalizacin cultural en la perdida de usos, costumbres y tradiciones, lo
que se traduce innegablemente en un deterioro de identidad nacional.
En Mxico, el arte popular ha tenido una historia bastante singular que la ha hecho
inmensamente diversa y culturalmente rica, desde nuestros pueblos prehispnicos, fue
un elemento central tanto para la vida cotidiana y los rituales sagrados como para las
economas locales al fungir como valor de cambio en el sistema de trueques, pero su
actual variedad y vinculacin nacional como hoy la percibimos tiene sus orgenes en la
conquista, puesto que la fusin de los dos mundos produjo el arte novohispano,
derivado de la apropiacin nacional de los elementos culturales exgenos en la
produccin artstica local, mismo que evolucion hasta establecerse como un nuevo arte
popular de rasgos autctonos.
206
En el periodo posrevolucionario, una nueva generacin de artistas, como Jos
Clemente Orozco, Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y Jos Guadalupe
Posadas, empezaron a reconocer en la artesana el interior del alma mexicana,
e influyeron decisivamente sobre ella promoviendo la valoracin de este arte
popular con propuestas de diseo, acciones de preservacin y exposiciones.
Pero fue hasta las dcadas de los 60 y 70 que las comunidades indgenas
dejaron de producir exclusivamente para el autoconsumo y empezaron a
buscar un nuevo destino para sus piezas: los turistas y los habitantes de las
urbes.309
La antroploga Martha Turok, subdirectora de programas sociales de FONART,
advierte que el periodo de auge artesanal iniciado en 1970 culmin en 2001 debido a la
creciente falta de inters del gobierno mexicano de las ultimas dcadas respecto a este
rubro, del que podramos decir que solo se le reconoce en su dimensin folcklorica y se
le utiliza con fines nacionalistas, pero no se le apoya ante las crecientes amenazas a la
tradicin artesanal, como lo prueba el hecho de que ni siquiera existen cifras o
estadsticas sobre la situacin del artesanado en Mxico, evidenciando as la poca
importancia que se le otorga por parte de las instancias oficiales, lo que despierta
preocupacin en expertos como la investigadora Turok, quien declara que
el artesano no forma parte del inters del sector econmico de este pas; se
han negado durante 30 aos a meter la categora artesano en los censos. Lo
que estamos peleando es el espacio y el presupuesto para lo artesanal, que el
poder legislativo y el INEGI lo reconozcan como una actividad econmica; si
no, no le doy ni 20 aos ms de vida a gran parte de la artesana. 310
Las aseveraciones anteriores no son exageradas y se corroboran en las previsiones
de la Unin Nacional de Productores Artesanales Coyolxauhqui de la Confederacin
Nacional Campesina (CNC), organizacin que asevera que debido al rotundo fracaso
del gobierno para impulsar las artesanas, el 100% de los talleres est en riesgo de
desaparecer, y esta cifra implica la existencia de 8 millones de artesanos segn datos del
mismo organismo 311 , que estn abandonando sus oficios sin que se produzca un relevo
generacional.
Concretamente, son tres amenazas significativas que identifica la antroploga
Turok a la tradicin artesanal:
309
Jos Armando Aguilar. Artesanas Mexicanas. En Revista del consumidor. No. 355. Septiembre de
2006. Mxico. p.25.
310
Ibid. p.26
311
CNC. Pirateria incontrolable afecta a ocho millones de artesanos. Comunicado de prensa.
CNC/58/07. 26 de julio de 2007.
207
208
se han reducido entre un 70 y 80 por ciento en los ltimos aos debido al fuerte ingreso
de piratera artesanal. 314 No obstante, la perdida en trminos de cultura e identidad
nacional para Mxico es invaluable y de muchas formas irreversible: al imitar y fabricar
industrialmente con menor calidad estas producciones culturales originales y geniales
que poseen alma y espritu, se les quita la esencia, luego entonces ya no cumplen su
funcin de transmisores culturales en cuanto que se les ha privado del mensaje
sociocultural que su creador les imprime al momento de concebir estas piezas de forma
artesanal.
314
Cfr. La Jornada. Economia. Pierden artesanos 5 mil millones al ao por pirateria. 20 de febrero de
2006.
315
CNC. Amenazan los chinos con aduearse del maguey y nopal mexicano, denuncia la CNC.
Comunicado de prensa. 18 de noviembre de 2007.
209
Symbols are devices by which ideas are transmitted between people sharing a common culture.
Every society has evolved a symbol system that reflects a specific cultural logic; and every symbolism
functions to communicate information between members of the culture in much the same way as, but
more
subtly
than,
conventional
language.
Encyclopedia
Britannica
on
line.
http://www.britannica.com/ebc/article-9380033 Consulta realizada el 16 de febrero de 2008.
210
smbolos patrios en sus poblaciones, porque precisamente estos son el nico pilar
identitario que inequvocamente va a establecer una idea de igualdad y semejanza en su
poblacin a base de una incesante repeticin ritual: desde temprana edad se impone a
los miembros de la nacin ceremonias nacionalistas tales como los honores a la bandera
que tienen por objetivo difundir el amor y el respeto a estos smbolos, en una autentica
religin de Estado-Nacin como la llam Edgar Morin317 que cristaliza la identificacin
nacional en todos los miembros sin importar que tan diversos puedan ser entre ellos.
Los smbolos nacionales ejercen pues un control social imponderable que reafirma
la cohesin de la sociedad al tiempo que manipula el imaginario colectivo y lo orienta
hacia la realizacin de una meta, el lingista Hayakawa en sus explicaciones sobre
lenguaje de control social puntualiza que mediante la repeticin frecuente de los lemas
que no son ms que concisas directrices generales- se busca grabarlos bien en la
memoria para que la gente cumpla sus deberes, por lo que es una forma en que los seres
humanos influyen en el porvenir con sus palabras y controlan mediante ellas la conducta
de los dems, sin dejar de mencionar que los actos rituales tales como ir a misa o
realizar honores a la bandera ejercen un efecto social inmediato ya que con ellos se
incrementa el sentimiento de pertenencia al grupo 318 .
317
Edgar Morin. El Estado-Nacin. En Gil Delannoi y Pierre-Andr Taguieff Teoras del nacionalismo.
Op. Cit. p.456-457
318
S.I. Hayakawa. El lenguaje en el pensamiento y en la accin. Op. Cit. P. 72, 73, 93-101
211
De este importante smbolo, podemos iniciar aludiendo una regla que parece
comn de los smbolos nacionales y es el hecho de que elementos antiguos suelen
predominar sobre los modernos, o como hace notar Enrique Florescano la regla es que
lo ms antiguo es lo ms sagrado, lo que explica de varias formas por qu
los mexicanos, despus de tres siglos de dominio espaol, de imposicin de
smbolos extraos y de bsqueda de nuevas seales de identidad, al consumar
la independencia en 1821 recuperaron la antigua insignia azteca y la
impusieron como icono de la bandera y del escudo nacionales. La explicacin
ms plausible de esta decisin es que el emblema indgena era un smbolo
antiguo ornado por el prestigio inconmensurable de la duracin, pues haba
probado que era capaz de resistir los efectos destructivos del paso del tiempo.
El antiguo blasn indgena se haba impuesto al embate de otros smbolos que
en distintos momentos amenazaron con asumir la representacin nacional. 319
Lo que habra que explicar es por qu el emblema azteca sobrevivi estoicamente
tres siglos de imposiciones simblicas y rpidamente se gan la predileccin de la
nacin mexicana, para lo cual debemos remontarnos a la historia precolombina y tomar
en consideracin que siendo el imperio azteca la potencia militar y econmica del
altiplano de Anahuac, el emblema mtico de su fundacin rpidamente desplaz a otros
smbolos de identidad ya que se expanda a los nuevos territorios supeditados al poder
de Tenochtitln con cada nueva conquista o alianza, y siendo el guila y la serpiente el
319
212
smbolo ms reconocido del otrora imperio mexica, no pudo pasar desapercibido para la
creciente poblacin mestiza y criolla que no poda identificarse con la metrpoli
espaola al no tener los vnculos territoriales ni culturales y ser adems victimas de
opresin poltica, por lo que voltearon al pasado histrico de la entonces Nueva Espaa
para cimentar su identidad, y fue as que
320
Ibidem. p. 73
Por ejemplo el Discurso del Generalsimo Morelos de 1813 declarando la independencia en
Chilpancingo, Guerrero, la Constitucin de Apatzingan de 1815 y el Acta de Independencia de 1821.
322
Cabe aclarar que si bien el Acta de Independencia de 1821 establece la intensin de traer un prncipe
Borbn a gobernar el pas, de acuerdo a las investigaciones de Enrique Florescano y algunas
observaciones de Luis Villoro citadas por l, fueron precisamente los extendidos sentimientos
proindigenistas una de las causas ms importantes que impidieron que este hecho se concretara,
predominando as la corriente ideolgica que realmente pretenda restaurar y perpetuar el antiguo imperio
mexicano. Cfr. Enrique Florescano. La bandera mexicana. Breve historia de su formacin y
simbolismo.Op. Cit p. 129-153.
321
213
Con estos antecedentes, se entiende la dimensin histrica del Escudo Nacional y
su profundo simbolismo que, desde entonces, es reconocido y aceptado por todas las
clases sociales tomando en aquella poca el lugar del segundo emblema nacional
realmente aglutinador solo despus de la virgen de Guadalupe.
podemos ubicar el
nacimiento del lbaro patrio, ya que tras firmar el Plan de Iguala en 1821 Iturbide
encomend al Sastre Magdaleno Ocampo la confeccin de la Bandera Trigarante que
es en realidad la nica en la historia del Mxico independiente que no ostenta el
emblema indgena, el lbaro de Iguala fue confeccionado con tres franjas diagonales de
colores blanco, verde y rojo, en ese orden, que simbolizaban el blanco la pureza de la
religin, el verde la libertad, y el rojo la adhesin del grupo espaol a la causa libertaria,
igualmente esta bandera mostraba en cada franja una estrella dorada que simbolizaba
cada una de las tres garantas proclamadas: libertad, religin y fraternidad. Pero muy
pocos meses dur esta insignia ya que por decreto de Iturbide fue sustituida en
noviembre del mismo ao por la bandera del imperio mexicano, la cual ya ostenta el
guila imperial posada sobre un nopal y establece las franjas verticales en vez de
diagonales, cambiando el orden de los colores a verde, blanco y rojo, como permanecen
desde entonces.
323
Ibidem. p.154
214
Como se ha observado en el anlisis histrico, la bandera encerraba un simbolismo
tan completo que no poda ser ignorada por ningn sector social o faccin poltica como
un elemento de identificacin en cuanto que abarcaba a todos los grupos y todas las
clases, cumplindose la consigna descrita de que los smbolos patrios son el nico pilar
identitario que puede sobreponerse a todas las diferencias internas y garantizar al menos
un elemento de cohesin entre los habitantes nacionales: el amor y la identificacin con
sus emblemas nacionales.
215
hacia el pasado nuestros padres- y con vigencia en el presente nuestros hermanos- es
decir una identificacin holstica donde las diferencias no existen porque todos somos
familia la gran familia mexicana- se concreta pues en el imaginario colectivo que la
bandera nos uni ayer y nos une hoy como un ente nico, de igual forma, se proyectan
las virtudes de la nacin que nos hacen verla maternalmente en cuanto que es humana y
generosa forjando lo que Edgar Morin describe como una mitologa matripatriotica- y
exhortndonos a vivir y morir por ella entregndole nuestra existencia. Se trata pues, de
una traduccin del simbolismo de la bandera, para que esta cobre significancia social
por s misma y se genere un sentimiento positivo hacia ella.
Este es el caso del Toque de bandera que nos arraiga la idea desde temprana edad
de que desde nios sabemos venerarla, y tambin por su amor vivir, pero mucho ms
evidente y difundido es nuestro Himno Nacional, que contrario a la primera imagen
evidentemente blica que proyecta,
Estrofa I
Cia oh Patria! tus sienes de oliva
De la paz el arcngel divino,
Que en el cielo tu eterno destino
216
Si el recuerdo de antiguas hazaas,
De tus hijos inflama la mente,
Los laureles del triunfo, tu frente,
Volvern inmortales a ornar.
Estrofa III
Como al golpe del rayo la encina
Se derrumba hasta el hondo torrente
La discordia vencida, impotente,
A los pies del arcngel cay.
Ya no ms de tus hijos la sangre
se derrame en contienda de hermanos;
Solo encuentre el acero en tus manos
Quien tu nombre sagrado insult.
Estrofa IV
Del guerrero inmortal de Zempoala
Te defiende la espada terrible,
Y sostiene su brazo invencible
Tu sagrado pendn tricolor.
l ser del feliz mexicano
en la paz y en la guerra el caudillo,
Porque l supo sus armas de brillo
Circundar en los campos de honor.
Estrofa V
Guerra, guerra sin tregua al que intente
De la Patria manchar los blasones!
Guerra, guerra! los patrios pendones
en las olas de sangre empapad.
Guerra, guerra! En el monte, en el
valle,
Los caones horrsonos truenen,
Y los ecos sonoros resuenen
Con las voces de Unin! Libertad!
Estrofa VI
Antes, Patria, que inermes tu hijos
bajo el yugo su cuello dobleguen,
Tus campias con sangre se rieguen,
Sobre sangre se estampe su pie.
Y tus templos, palacios y torres
217
primeramente a que muchos de ellos eran sobrevivientes de la lucha de independencia,
pero mayormente porque toda la nacin acababa de vivir la invasin norteamericana de
1847 que dio lugar a la resistencia heroica de Churubusco y del Castillo de Chapultepec
y que culmin con la perdida del territorio de Texas, ultraje histrico que de muchas
formas contribuy a unir a la tambaleante nacin mexicana y sus diversas facciones en
un odio comn hacia Estados Unidos, que en ese momento clave de nuestra historia, se
convirti en el otro que integr poblacin bajo el sentimiento de un rencor comn hacia
el invasor.
Ah est el acierto del himno nacional escrito por Gonzles Bocanegra, que al
contrario de lo que pudiera esperarse no se dedica a enaltecer la independencia recin
alcanzada, sino que utiliza ese punto comn del momento, es decir el otro enemigo, la
amenaza externa, el sentimiento real que se est viviendo, para convocar a la unidad y
cimentar as la identidad nacional. Es un himno paradjico que convoca a la paz
alertando prevencin sobre la guerra, que invita a la unidad y cohesin interna para
defendernos de la adversidad exterior que nos oprime.
218
La segunda estrofa de acuerdo a nuestra interpretacin es una remembranza
histrica sobre la lucha de independencia recin librada en sangrientos combates los
viste por tu amor palpitando sus senos- en la que se combati con la seguridad y la
conviccin de que era una causa por la que vala la pena morir -arrostrar la metralla
serenos y la muerte o la gloria buscar-. Aprovecha el recuerdo histrico para exaltar el
pasado como un elemento que debemos tener con nosotros para superar las adversidades
que se viven en el presente, solo con sustento en nuestro pasado podemos recuperarnos
de las derrotas y adversidades del momento, en esta estrofa est implcito y muy claro
por los tiempos de conjugacin, que la nacin se asume derrotada, muy probablemente
en alusin a la reciente invasin norteamericana y el robo territorial - Si el recuerdo de
antiguas hazaas, de tus hijos inflama la mente, los laureles del triunfo, tu frente,
volvern inmortales a ornar se reconoce la derrota, pero se augura un triunfo si nos
cohesionamos en derredor de nuestro pasado y nos enaltecemos de l.
La cuarta estrofa, como es bien conocido, se trata de una loa dedicada al General
Santa Anna guerrero inmortal de zempoala-, que era presidente al momento en que se
escribe el Himno y por cuya iniciativa se haba lanzado la convocatoria, no tiene pues
219
mas que el objetivo de enaltecerlo y ponerlo como ejemplo a seguir ser del feliz
mexicano en la paz y en la guerra el caudillo-.
220
imagen de la nacin y la eleva como imagen al rango de lo sagrado -Si a la lid contra
hueste
enemiga
nos
convoca
la
trompa
guerrera,
de
Iturbide
la
sacra
bandera,Mexicanos! valientes seguid- por lo que viene a reforzar con mucha fuerza el
apego que ya se tena hacia este smbolo, el odio y el rencor que siente el pueblo por las
agresiones sufridas, y que se promueve a sentir en el himno ante cualquiera que ofenda
a la patria, se reitera una vez ms en la imagen explicita que describe Gonzles
Bocanegra en los siguientes dos versos -Y a los fieros bridones les sirvan las vencidas
enseas de alfombra - es decir, que no es bastante con vencer, habr que ver humilladas
las banderas enemigas, pisoteadas por los caballos, para encontrar la satisfaccin, lo que
nos lleva a la idea inicial de que la nica razn por la que se invita a luchar es para
vengar un agravio y nunca con otro fin blico cualquiera que este pudiera ser, no es
hasta que las insignias enemigas son literalmente pisoteadas lo que sin duda en aquella
poca se consideraba una terrible ofensa, como aun lo es hoy para ciertas naciones,
Mxico incluida- cuando puede considerarse que se ha triunfado, es solo en ese
momento y nunca antes cuando se menciona la victoria en el himno -los laureles del
triunfo den sombra a la frente del Bravo Adalid-. Se comprueba el hecho de que ver
vengado el insulto es la anhelada recompensa por la que se responde al grito de guerra,
cuando se leen las restantes tres estrofas y se confirma que es un listado de las alegras,
virtudes y honores que se alcanzan al haber combatido fielmente al extrao enemigo
que a la patria insult.
Por ejemplo, la octava estrofa habla de la enorme satisfaccin que debe sentir el
combatiente triunfante, teniendo una historia tan digna de contar a su familia y que
adems se le exhorta a presumir para orgullo de ellos -Vuelva altivo a los patrios
hogares el guerrero a contar su victoria, ostentando las palmas de gloria que supiera
en la lid conquistar-, se promueve la idea de que todos sus sacrificios y gloria alcanzada
se vern volcados en recompensas bellsimas -tornarnse sus lauros sangrientos en
guirnaldas de mirtos y rosas- y algo muy destacable, equipara el amor de la familia, y el
hogar, a la altura de cualquier honor que pudiera otorgar la guerra -que el amor de las
hijas y esposas, tambin sabe a los bravos premiar.- Como se ve se apremia a los
combatientes a regresar prontamente a su casa para estar con su familia, lo que una vez
ms reafirma que lo que se desea es la paz, y que solo se renunci a ella por
autodefensa.
221
En la estrofa novena, se promete a los que no puedan contar sus victorias -y el que
al golpe de ardiente metralla de la Patria en las aras sucumba- el ms patritico y
magnifico sepulcro -obtendr en recompensa una tumba donde brille, de gloria la luzen el que segn describe la estampa descrita por Bocanegra, el crucifijo ser la espada
del guerrero ornamentada por el lbaro de Iguala, que es tambin la bandera de Iturbide
mencionada en otra estrofa, e igualmente coronada por el laurel del triunfo. -Y de Iguala
la ensea querida a su espada sangrienta enlazada, de laurel inmortal coronada,
formar de su fosa una cruz.- De esta forma se insiste en la vinculacin con la bandera
nacional, a la que se hace deseable en la tumba como smbolo de herosmo, y en
consecuencia, se establece la idea de que vale la pena morir por ella.
222
concurso de entre 23 composiciones de reconocidos poetas como Francisco Villalobos,
Felix Ma. Escalante, Granados Maldonado, Rivera Ros, y otros no menos notables 324 ,
no fue la sancin oficial la que lo arraig en el gusto popular como tampoco fue este el
caso de su msica escrita por Jaime Nun, igualmente ganadora mediante concurso
pblico, sino el aplauso popular, ya que al realizarse improcedentemente por iniciativa
de los monopolios teatrales de la poca tres funciones del himno nacional con diferente
msica en el transcurso de un mes, solamente en aquella donde se canta la conjugacin
Bocanegra-Nun el himno fue recibido con grandes y frenticos aplausos que llegaron
hasta el delirio, entre vtores y vivas y ojos lagrimeantes de emocin, lo cual no sucedi
en las funciones donde el himno se cant indebidamente con otras notas, hecho que
atestigua la sancin popular por este canto sobre cualquier otro325 , del que puede
asegurarse la influencia de la msica de Jaime Nun fue contundente para hacerlo entrar
hasta el fondo del alma popular.
324
J. Cid y Mulet. Genesis e historia del Himno nacional mexicano. 6ta Edicin. Costa-Amic Editores.
Mxico. 1994. p. 74, 83.
325
Ibidem. p. 98-102
326
Francisco Prieto. El Himno Nacional mexicano: seal de identidad compartida que desde el amor
postula la paz. Conferencia dictada en el salon Legisladores e la Rpublica. 7 de septiembre de 2004.
Disponible en linea en
www3.diputados.gob.mx/camara/content/download/3335/18528/file/himno_nacional_mexicano.pdf
223
ideolgico para lograr la paz y la unidad nacionales explotando una veta sentimental
muy reciente que supo identificar y aprovechar con destreza.
En respuesta a estas preguntas, parece claro que los smbolos patrios no han
perdido presencia popular en cuanto que el ritual de culto permanece, el Estado
mexicano se ha encargado de mantener vigente su asociacin como emblemas
nacionales mediante el ejercicio de las ceremonias cvicas, que son tiles en cuanto que
a manera de rito nos inspira a rendirles respeto y homenaje, pero en trminos de
identidad nacional no puede asegurarse con la misma contundencia que la poblacin de
sta poca entienda su significado y haga de ellos un elemento vinculatorio nacional,
recordemos que una cosa es el smbolo y otra muy diferente la forma en que se
interpreta, para entender los emblemas nacionales y en general cualquier smbolo- no
basta mirarlos y rendirles culto, se necesita un adoctrinamiento social que nos explique
sus significados, esto es muy relevante porque por la forma de interpretarlos es que los
smbolos definen su durabilidad y vigencia, como asegura el profesor del Instituto de
Investigaciones Histricas de la UNAM, Silvestre Villegas Revueltas, al decir que
la nacionalidad y los smbolos patrios pueden ser efmeros si el valor con el
que se les identifica no son verdaderos, y su cercana con los ciudadanos
depender de la cultura que fomente cada gobierno327
Lo anterior viene a confirmar que son dimensiones diferentes rendir culto a un
smbolo que comprenderlo, y nadie puede dudar que en Mxico la poblacin tiene
presentes a los emblemas nacionales en su imaginario colectivo porque en todo el
periodo de nuestra formacin bsica se nos obliga a rendirles homenaje de forma
peridica, pero es cuestionable si esta misma poblacin conoce el significado de estos
emblemas o por el contrario, precisamente por ausencia de este conocimiento las
ultimas generaciones se muestran mucho ms indiferentes ante ellos, cmo podramos
327
Cfr. El Universal. Cultura. Toca al gobierno dar vigencia a los simbolos patrios: investigador. 13 de
septiembre de 2005.
224
probar esta devaloracin simblica?, para evitar caer en interpretaciones subjetivas y
realizar un anlisis vlido y mesurado, no obstante la carencia de estadsticas puede
ayudarnos un anlisis comparativo de cmo se ha vinculado a los smbolos patrios con
la sociedad civil en los ltimos aos, tomando por base el postulado del investigador
Silvestre Villegas:
Idem.
Martha Luz Arredondo. Mexicanidad versus identidad nacional. Op. Cit. p.129-130.
330
Carlos Fregoso Gennis. Distorsionados, los simbolos patrios. En la Gaceta Universitaria de la
Universidad de Guadalajara. No. 359. 12 de septiembre de 2004. p.24. Disponible en linea en
http://www.comsoc.udg.mx/gaceta/paginas/359/359-24.pdf
329
225
Los hechos concretos parecen corroborar que en efecto, el Estado se ha empeado
en quitar la carga simblica de nuestros emblemas nacionales y de nuestra historia
nacional, casualmente este proceso empieza en la dcada de 1980 cuando inicia el
neoliberalismo en Mxico, sin lugar a dudas como parte de las polticas de Estado para
eliminar la reticencia a las aperturas comerciales que se venan planeando con Estados
Unidos principalmente.
Este fue el primer paso en lo que refiere a los smbolos patrios que prepar el
terreno para el libre mercado con un pas del que aun permanece la antipata en un
amplsimo sector nacional, como se comprob en el capitulo 2.3.
226
verdadero complot de Estado para desvincular a los mexicanos de la nacin a travs del
cine e instaurar una neoidentidad pronorteamericana, como comprueba fehacientemente
Sergio de la Mora en su estudio sobre las polticas del cine mexicano en la era del
TLCAN 331 .
1964-1973
1993
1994-2001
Mxico Prehispnico
38
22
32
Descubrimiento de Amrica
Conquista y Colonia
20
10
24
331
Cfr. Sergio de la Mora. Packaging Mexico: The politics of Mexican Film Culture in the NAFTA
era.. En N. Klahn, A. lvarez. Las nuevas Fronteras del siglo XXI. Op. Cit. p. 39-61.
227
Independencia
33
24
16
27
12
16
37
12
21
Porfiriato
20
12
Revolucin
25
12
18
Mxico Posrevolucionario
20
24
24
TOTAL
227
136
166
332
332
Cuadro tomado de Martha Luz Arredondo. Mexicanidad versus identidad nacional. Op. Cit. p.136
228
un 50% el texto por pagina de los libros en comparacin a los de 1964 333 . De esta forma
la brutal reduccin del contenido histrico lo minimiza a un 25% del contenido original
que se vena manejando, sin considerar los 30 aos de historia reciente que se
incluyeron y que disminuyen an ms ese porcentaje al restarle espacio a los dems
contenidos. cmo nos
Ibidem. p.134.
Ibidem. p. 143
229
los 50 aos, y los que fueron inducidos a una identidad de Estado y que hoy tienen cerca
de 26 aos, cuya principal consigna fue pugnar por el avance econmico y la
globalizacin sociocultural.335 La edicin 1994-2001 que se debi al repudio nacional
por el libro de texto de 1993 y su obvia adecuacin de la historia, no fue muy diferente
en cuanto que, como explica la investigadora Arredondo, a pesar de ser producto de un
certamen nacional, el dictamen aprobatorio fue para el libro cuyos autores eran parte de
la cpula del sistema nacional, es decir, nicamente se reedit el libro con ciertos aires
de legalidad.
Por otro lado, recientemente tuvimos tambin el cambio discrecional del Escudo
Nacional por el presidente Vicente Fox Quesada, que dio por resultado la popularmente
llamada aguila mocha y que despert una de las mayores controversias del sexenio
foxista. La inconformidad despertada por esta alteracin injustificada, a la que se lleg a
adjudicar una proyeccin personalista en relacin a que el smbolo parece formar una
letra F de Fox o una S de Sahagn estilizada, parece confirmar que los smbolos
nacionales gozan de una connotacin sacra en la poblacin, como confirma el hecho de
que, al terminar el sexenio Foxista, se blinda el Escudo Nacional original mediante
335
Ibidem. p. 153
230
reformas a la ley correspondiente para que no pueda variarse bajo ninguna
circunstancia, mismas que entraron en vigor el 22 de enero de 2008. 336
sentimiento patrio con la obra del escritor, y argumentaron los quejosos que los
smbolos patrios nos dan identidad como mexicanos; si no respetamos eso dnde vamos
a ir a parar. []la libertad (de expresin) deja de tener validez individual cuando daan
a terceros y, en este caso, atenta contra nuestra identidad como mexicanos.. 337
Este acontecimiento fue muy trascendente porque por primera vez los magistrados
del mximo tribunal del pas debatieron sobre los smbolos patrios, para nuestra
investigacin sobre la vigencia de los emblemas nacionales es una rica fuente de
interpretacin tanto la resolucin de los jueces como la publicacin de un poema
semejante, y es que en el escrito de Witz Hernandez se lee
Cfr. La Jornada. politica. Para evitar ms aguilas mochas, limitan uso de simbolos patrios. 2 de
marzo de 2007. y Cfr. La Jornada. On line, ultimas noticias. Publica SG reformas para impedir la
alteracin del Escudo Nacional. 21 de enero de 2008.
337
Cfr. La Jornada. politica. Ultraje, determina la corte al juzgar el poema La patria entre mierda. 6
de octubre de 2005.
231
que me producen/ un vmito nacionalista/ o tal vez un verso/ lopezvelardiano/
de cuya influencia estoy lejos,/ yo, natural de esta tierra/ me limpio el culo/
con la bandera/ y los invito a hacer lo mismo:/ vern a la patria/ entre la
mierda/ de un poeta338 .
La Suprema Corte determin con tres votos a favor y dos en contra, que escribir
en contra de la Bandera Nacional, despreciarla o desestimarla es un verdadero ultraje.
Estableciendo que
Idem.
Idem.
232
Campeche. La sola existencia del texto, y mucho ms viniendo de una persona con su
preparacin, revela que efectivamente hay quienes ya no conceden a los smbolos
patrios el menor reconocimiento como representantes de la nacin ni encuentra en ellos
el estatus de sacralidad que el Estado pretende otorgarles y difundir ritualmente, en este
primer aspecto habra que preguntarnos cuantos mexicanos comparten la posicin de
este poeta, y que con toda seguridad es ms de uno ya que Jos Emilio Pacheco escribi
tambin un poema titulado Alta traicin que empieza diciendo no amo a mi
patria340 . Se refleja pues, por este lado, que existe cierto desencanto en cuanto se
refiere a la idea de la patria y a la representacin de lo nacional.
En segundo lugar y mostrando la otra cara de la moneda, est el hecho de que una
organizacin civil, denunciara con indignacin el texto publicado por el profesor Witz
Rodriguez argumentando que se ofenden los valores patrios, lo que evidencia que
tambin prevalecen quienes ven en los smbolos patrios una de los ms altos y
estimables valores nacionales, aunque aqu tambin es destacable que la organizacin
civil demandante es encabezada por Abel Santa Cruz Menchaca, un ex oficial militar,
hijo de padre y de abuelo generales del ejercito, quienes por su formacin con toda
seguridad reciben ms adoctrinamiento sobre los smbolos patrios que el ciudadano
comn, lo que puede explicar en gran medida su indignacin por el poema, igualmente
la demanda se realiz en coordinacin con Carlos Justo Sierra, quien por su tradicin
familiar tambin comparte un arraigado nacionalismo, ya que como el mismo seal
pertenece a una familia que ha defendido a Mxico por ms de 150 aos, as que para l
las declaraciones en contra de los valores que representan al pas son aborrecibles 341 .
340
Cfr. Sabina Berman. La patria en fade out. En Letras Libres. Ao 8. Numero 85. Enero de 2006. p.
78.
341
Cfr. Washington Post. Mxico. Mexican free speech gets a 21-line test. 17 de octubre de 2004.
Disponible en linea en http://www.washingtonpost.com/wp-dyn/articles/A38751-2004Oct16.html
233
Como tercer punto, la resolucin de la Suprema Corte, privilegiando la
salvaguarda del honor de los smbolos patrios sobre otros controvertidos elementos
como es la libertad de expresin, y dejando en claro que adems de un ultraje se afecta
la estabilidad y seguridad de la nacin, es muy trascendente en cuanto que refleja la
perspectiva histrica tradicional de estos emblemas como importantes cohesionadores
sociales.
342
342
Cfr. El universal. Espectaculos. Diversos artistas mexicanos han violado la ley de simbolos patrios.
15 de abril de 2006.
234
Pie de foto. Carretera hacia la globlalizacin. De Iris Moreno. 2004. Fuente: Galera punto y lnea
en internet. http://www.flickr.com/photos/puntoylineaoaxaca/page7
Precisamente este otro caso termina de evidenciar que el distanciamiento con los
smbolos existe en el imaginario colectivo: en septiembre de 2004, la Comisin de
Cultura de la Cmara de Diputados censur la
exposicin sobre smbolos patrios de la autora
Iris Moreno que se realizaba en San Lzaro, por
considerarla ofensiva. En una de sus obras
apareca la bandera mexicana con los colores de
costumbre y un guila devorando una serpiente
en el centro, pero con una banda roja y la
leyenda Mxico- Co.mr", a la que se acus de
ser similar a una conocida marca de refrescos de
cola, pero que tambin alude a identificar a la nacin como una corporacin privada
(Co) de marca registrada, es decir, el entreguismo a los intereses privados.
235
banderas unos labios de plstico y en otra unos balones de ftbol; en otra representacin
titulada cortina de nopal la bandera mexicana se mostraba cortada en tiras, y en fin,
que de sus 34 obras 7 presentaban a la bandera mexicana de formas poco
convencionales, lo que dio pie a que su exposicin fuera desmontada minutos despus
de su inauguracin por considerar que se ofenda a los smbolos patrios.343 Otras obras
posteriores de la misma autora presentadas en 2005 un ao despus-, muestran
banderas grafiteadas con diversas leyendas, entre ellas una contra la censura, y en otra el
escudo nacional coronado por las orejas de Mickey Mouse.344
343
236
Pie de foto. A la izquierda, se observa la obra grafica Mochandose con PEMEX del caricaturista El
fisgn, en donde se muestra al presidente Felipe Caldern degollando el guila en el Escudo Nacional.
En la imagen derecha, se presenta una versin del Escudo Nacional en la que el guila usa boina gallega
y fuma un puro, debajo la leyenda Presidencia de Galicia, obra grafica del monero Hernndez. Como
observamos ambas imgenes proyectan la decepcin con la patria, la imposibilidad de identificarse ms
con esos smbolos que han sido secuestrados por el poder y por tendendencias extranjeras. Fuente: El
chamuco y los hijos del averno. Nmero 144. 10 de marzo de 2008. Portada y p. 22, respectivamente.
Pie de foto. En la imagen izquierda, se observa la critica audiovisual Los Estados Unidos Mexicanos
Agringados elaborada por la pagina electrnica elcerebro.com en la cual adems de esta bandera se
transmite un audio de nuestro himno nacional con la entonacin y msica del himno de los Estados
Unidos. Disponible en http://www.elcerebro.com/archivo/agringados.htm. A la derecha, la imagen de
portada del documental mexicano Y tu, cuanto cuestas?. De Olallo Rubio. (Kung Fu Films, 2007).
Ambas obras grficas son una obvia crtica a la tendencia extranjerizante y aculturacin hacia el modelo
norteamericano que se vive en Mxico. Nuevamente, se aprecia la idea que transmiten estas obras de la
imposibilidad de identificarse con la patria.
237
Pie de foto. Arriba, La patria, leo sobre tela realizado por Jorge Gonzles Camarena en 1962,
imagen tpicamente nacionalista de la poca y ampliamente usada para representar la nacin. Abajo,
Ya estuvo suave, patria. Obra pardica y crtica del monero Sandoval. Como puede observarse, en la
parodia de Sandoval es clara la visin entreguista de la nacin: una criada al servicio de Espaa y
Estados Unidos (ver banderas) que viste el uniforme de cierta cadena restaurantera nacionalista, entre
otros elementos altamente simblicos de lo que podra llamarse la decadencia nacional. Fuente: El
chamuco y los hijos del averno. Nmero 144. 10 de marzo de 2008. Contraportada.
238
La recopilacin que hemos hecho
de las expresiones artsticas del siglo
XXI sobre la nacin mexicana y los
smbolos
patrios,
demuestran
una
de Dios Peza- y del siglo XX Rafael Lpez, Jos Rosas Moreno, Ramn Lpez
Velarde, Gustavo Baz, Marcelino Dvalos- as como con las representaciones grficas
del mismo periodo que exaltaban incansablemente los smbolos nacionales.
Imposible pintarla mas que irnicamente. Imposible pintarla sin rabia, sin
beligerancia, sin desesperacin. Imposible, para poder pintarla, no destrozarla
en dos: aqu la poblacin, all lejos, las instituciones polticas.346
345
346
239
Las aseveraciones anteriores se hacen realidad en las nuevas representaciones y
alusiones artsticas de la patria y sus smbolos, algunas de las cuales analizamos en este
apartado y que probaron la distorsin con que se interpretan hoy las insignias
nacionales.
Pie de foto.Antojitos mexicanos. Obra grafica del monero Sifuentes. Como se observa, el Escudo
Nacional, donde el guila es sustituida por un pollo rostizado a punto de carbn aderezado con
petrleo, es entregado al extranjero para satisfacerlo. Fuente: El chamuco y los hijos del averno. No. 145.
24 de marzo de 2008. p. 23.
240
Nuestro breve estudio ha permitido demostrar que realmente se vive un proceso de
desvinculacin respecto a los smbolos patrios, los cuales, si bien estn presentes en el
imaginario colectivo porque los rituales y ceremonias as lo promueven, estn carentes
de su contenido histrico, lo que en gran medida fue propiciado por el Estado y
transmitido as a la poblacin, conduciendo eventualmente a la evanecencia de la patria
que describe Enrique Florescano:
''pocas veces en la historia contempornea del pas se haba advertido mayor
desencanto ciudadano respecto de sus representantes polticos. La 'repblica',
la 'nacin', la 'patria', son entidades y conceptos intangibles para estos
representantes de la ciudadana, pues no son percibidos como parte sustantiva
de un proyecto poltico que naci en el pasado, y que si no se renueva en el
presente dejar de existir o ser sustituido por nuevas opciones. 347
Se concluye, pues, del anlisis realizado sobre la forma en que se ha vinculado al
ciudadano con los smbolos en los ltimos aos como de las nuevas representaciones
plsticas de la patria, que nuestros emblemas estn enfrentando una reinterpretacin
popular que bsicamente se traduce en la negacin de la patria misma y la decepcin,
todo lo cual sin duda explica la apata de los nuevos mexicanos por los emblemas
nacionales, que ya muy poco representan para ellos.
347
Cfr. La Jornada. Cultura. Deplora Florescano la apata de los nuevos mexicanos por los simbolos
nacionales. 29 de Octubre de 2005.
241
En 1998 el entonces Presidente de Cuba, Fidel Castro, hizo una declaracin que levant
un conflicto diplomtico sin precedentes en las relaciones amistosas con Mxico, y es
que en su conferencia magistral, mientras haca una revisin crtica de las consecuencias
perniciosas del neoliberalismo y la globalizacin cultural para Nuestra Amrica, asever
que los nios mexicanos y latinoamericanos en general- conocen ms a Mickey Mouse
que a sus hroes nacionales, frase que us como ejemplo para concretar que
esa es la herencia cultural que nos estn dejando, destruyendo los valores ms
apreciados de nuestras vidas, de nuestros pueblos, de nuestras naciones, de
nuestras comunidades. 348
Aunque el gobierno mexicano se mostr ofendido por semejante aseveracin y
realiz las protestas diplomticas correspondientes, la verdad era que el comandante
Fidel Castro no haba hecho una declaracin subjetiva sino con sustento estadstico, y
bastaran solo dos aos para que en Mxico un acontecimiento multitudinario le diera la
razn histrica y, de paso, evidenciara en el pas ante nuestros propios ojos, que Disney
tiene un poder superior de convocatoria a cualquier otro smbolo, institucin, consigna o
ideologa nacional en Mxico.
348
Conferencia Magistral del Presidente de la Repblica cubana Fidel Castro Ruz, en el acto convocado
en la Universidad Autonoma de Santo Domingo, Primada de Amrica, efectuada en el Centro de eventos
y convenciones. Repblica Dominicana. 24 de Agosto de 1998. Disponible en linea en
http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1998/esp/f240898e.html
242
causa zapatista, nadie obligo a esos 7 millones de capitalinos a presentarse (o a
seguir) el desfile aquella tarde: fue un acto totalmente voluntario. 349
Como se observa, la concentracin humana lograda por el Desfile Disney
definitivamente no tuvo parangn en Mxico, cabra mencionar que estn por cumplirse
8 aos de ese evento, y que en el tiempo transcurrido desde entonces no se ha superado
esa estadstica 350 por lo que el evento de Disney se consagr no solamente como el
desfile ms visto en la historia de nuestro pas, sino como el acontecimiento
multitudinario ms grande y numeroso de nuestra historia reciente, y todo esto sin
considerar a los ciudadanos que siguieron las transmisiones televisivas del evento.
Todo lo anterior pone en una balanza comparativa los apegos del mexicano, y de
acuerdo a las observaciones de Fernando Montiel, viene a confirmar las palabras del
Comandante Fidel Castro, en cuanto el famoso desfile evidenci que
no solo son los nios mexicanos, sino tambin sus padres quienes se sienten
mucho ms motivados (o al menos ms movilizados) por Donald que por
Hidalgo o Juan Diego, por Mickey Mouse que por Benito Jurez, el EZLN o el
Papa, y por la Pequea Sirenita que por Doa Josefa Ortiz de Domnguez o la
Virgen de Guadalupe.351
Y es que verdaderamente, tomando en cuenta que ni en nuestras celebraciones ms
significativas como es el 15 de septiembre se han registrado asistencias ni remotamente
parecidas, y que el nivel de convocatoria solamente es medianamente comparable con
las peregrinaciones guadalupanas, ya que la Bsilica congrega anualmente entre 18 y 20
millones de peregrinos, no cabe la menor duda de que el apego por los personajes de
Disney es muy superior a cualquier alusin de carcter nacional.
Ahora bien, tras esta primera aproximacin que por s misma refleja bastante sobre
los apegos del mexicano, lo que vamos a hacer en este apartado es aproximarnos al
349
Fernando Montiel. Del EZLN a Mickey Mouse: Distorsin de la identidad y movilizacin de las
masas. 1 de marzo de 2004. Documento electrnico disponible en linea en
http://www.transcend.org/t_database/printarticle.php?ida=333
350
A pesar de que han ocurrido diversos acontecimientos polticos, sociales y culturales trascendentes
para el ncleo popular como la muerte de Mara Flix (2002, 7200 personas en un da), la exposicin
egipcia Farn en el INAH (2005, 600,000 personas en cerca de 4 meses de exhibicin) o las
megamarchas convocadas por Andrs Manuel Lpez Obrador tras las elecciones presidenciales de 2006
(hasta 3,000,000 de personas en un da).
351
Fernando Montiel. Del EZLN a Mickey Mouse: Distorcion de la identidad y movilizacin de las
masas. Op.Cit.
243
conocimiento real que tiene la poblacin sobre su historia nacional, los hroes y
conmemoraciones, de manera que podamos comprobar cuantitativamente que en efecto,
recin iniciado el siglo XXI los mexicanos se muestran muy desarraigados respecto a su
pasado histrico, lo cual sera una consecuencia lgica del proceso educativo
desnacionalizador que fue orquestado por el Estado como vimos en el subtema anterior
as como del bombardeo meditico transnacional que busca homologarnos al American
way of life. Procedamos a verificar si se confirma esta tendencia con los datos duros.
46.5
Matanza de Tlatelolco
44.4
30.9
Descubrimiento de Amrica
21.6
18.7
actualmente
Nacionalizacin del petroleo
10.7
Consumacin de la Independencia
9.9
Cada de Tenochtitln
7.3
352
Como puede verse, destaca que de los eventos histricos por los que se pregunt,
los que mejor se ubican son el Inicio de la Independencia seguido por el ms reciente,
que es la matanza de Tlatelolco, pero es altamente significativo que menos de la mitad
de la muestra pudiera mencionar correctamente el ao en que se inici la Independencia,
y es preocupante que ese 46.5% sea el porcentaje ms alto de la lista tratndose de uno
de los acontecimientos ms celebrados popularmente a nivel nacional, si un porcentaje
352
Cfr. Consulta Mitofsky. Conocimientos bsicos de nuestra historia. Encuesta telefnca nacional.
Enero de 2003. a muestra es de 400 mexicanos mayores de 18 aos. Para mayor informacin sobre la
metodologa consultese el documento referido.
244
tan bajo se obtiene en relacin a uno de los eventos ms significativos, difundidos y
celebrados, no puede esperarse demasiado de aquellos que no gozan de una difusin tan
amplia y un festejo popular anual de grandes dimensiones, como es el caso de la
Promulgacin de la Constitucin, la nacionalizacin el petrleo y la consumacin de la
Independencia, que solo son ubicados correctamente por menos del 20% de la poblacin
llegando incluso a porcentajes nfimos de menos del 10%.
Destaca con toda obviedad que de los doce eventos enlistados, encabezan la lista
tres fechas poco ligadas a la historia de Mxico, ya que con la excepcin de la Virgen de
353
Idem.
245
Guadalupe, los porcentajes ms altos corresponden al Da de las madres (97.3%), el da
del trabajo (84.5%) y al Da del nio (84.2%), que se muestran muy por encima de
fechas realmente trascendentes de la historia nacional mexicana. El 5 de febrero, como
comprueban los datos, es la fecha histrica ms desconocida por los mexicanos
(32.8%).
Las cifras anteriores coinciden con un ejercicio similar realizado por Mitofsky dos
aos despus, en 2005, a una muestra de 1000 ciudadanos en sus viviendas, cuyos
resultados reiteran el desconocimiento del mexicano por las celebraciones nacionales,
en este segundo estudio realizado sobre eventos del mes de febrero, los acontecimientos
nacionales son claramente rebasados por celebraciones mercantilistas internacionales
que promueve la globalizacin y el neoliberalismo para fines de potenciar el consumo,
revelando que el 90.6% de los mexicanos sabe qu se conmemora el 14 de febrero, en
comparacin a un 78.8% que conoce el Da de la Bandera y un nada halagador 40.2%
que ubic el da del aniversario de la Constitucin mexicana354 . Se repite pues, el hecho
de que fechas poco ligadas a nuestra historia estn mucho ms presentes en la
poblacin, manifestndose as un desapego respecto a la historia nacional.
No deja de saltar a la vista que si comparamos este liderazgo de Benito Jurez con
el conocimiento que se tiene de su aniversario, el cual ocupa el penltimo lugar en el
cuadro 9, hay un evidente contraste, mismo que puede inducirnos a pensar que al igual
que sucede con nuestros smbolos patrios, a los hroes se les conoce de forma y no de
fondo, por ritual de Estado y no por apego voluntario o conviccin propia.
354
Cfr. Consulta Mitofsky. La Constitucin mexicana, 5 de febrero, pocos saben qu se celebra. Encuesta
nacional en viviendas. Enero 2005. La muestra fue de 1000 personas en todo el territorio nacional. Para
mayor informacin sobre la metodologa consltese el documento referido.
355
Cfr. Consulta Mitofsky. Los orgullos de los mexicanos. Op. Cit.
246
356
Idem.
247
hollywoodense357 que deforman nuestra historia acallando as las voces de nuestro
pasado y cegando nuestro presente.
357
Como la reciente cinta de Mel Gibson, Apocalypto. Cfr. La Jornada. cultura. La gloria de la
cultura maya no puede figurar en una pelcula de persecuciones. 11 de diciembre de 2006. y Cfr. La
Jornada. Espectaculos. Apocalypto refuerza ideas errneas sobre los mayas: Rosado May. 11 de de
diciembre de 2006.
248
La religin no es, por supuesto, un elemento extrao para ninguna cultura del
mundo y sus cosmovisiones, pero en el caso de Mxico un episodio concreto de carcter
religioso contribuy a cimentar la nacin mexicana en sus ms remotos inicios: la
aparicin de la Virgen de Guadalupe.
358
249
tambin es la imagen que desde 2002 dej de pertenecer a los mexicanos porque la
baslica vendi en exclusividad los derechos de propiedad de la Virgen de Guadalupe
a la empresa estadounidense Viotran, quien a su vez otorg una concesin de uso
exclusivo por 10 aos al ciudadano chino Wu You Lin, que posee actualmente los
derechos de la virgen como marca registrada.359
Cfr. Proceso. Religin. La guadalupana, marca registrada. No. 1371. 9 de febrero de 2003.
Sergio Aguayo Quezada. El almanaque mexicano. Ed. Aguilar. 2008. p. 187. Con datos del INEGI
2000 y el International Bulletin of Missionary Research, 2003.
361
Cfr. Corina Yturbe. El principio de laicidad: el caso del velo islmico. Disponible en linea en
http://dianoia.filosoficas.unam.mx/info/2006/56-Yturbe.pdf
360
250
mencionar la controversia que se ha suscitado en derredor de los Testigos de Jehov, a
quienes su religin les impide rendir culto a los smbolos patrios por considerarse
idolatra, lo cual contraviene diferentes legislaciones nacionales362 y eventualmente
podra contribuir a una desvinculacin nacional.
Este principio de laicidad del Estado mexicano, interpretado desde nuestro matiz
de identidad, nos invita a pensar que prcticamente desde los inicios como pas
independiente el culto religioso no fue considerado un componente esencial para
construir la nacin o para identificarse con ella, permitir la libertad de cultos fue, entre
muchas cosas, una demostracin tcita de que el Estado-Nacin mexicano tena
elementos ms fuertes sobre los cuales consolidarse, a diferencia de otras naciones del
mundo donde el principal pilar identitario y cohesionador social continua siendo la
religin.
Ley sobre el uso del himno, escudo y bandera nacionales, Ley de asociaciones religiosas y culto
pblico, Art. 3ro constitucional, Reglamento de educacin.
251
INEGI de 2001, puesto que es profesada por el 87.9% de la poblacin, es decir unas
74,612,373 personas, entre los cuales el icono de la virgen de Guadalupe sigue siendo
profundamente significativo, como lo demuestran las movilizaciones de peregrinos que
anualmente acuden a la Baslica y las respectivas peregrinaciones a las iglesias locales
de todas las ciudades del pas el da 12 de diciembre de cada ao.
252
La razn por la que introducimos este subtema con un anlisis sobre los nombres
del mexicano, es porque los apelativos adems de ser con frecuencia la primera
aproximacin al alma colectiva de los pueblos, revelan datos interesantes sobre la
identidad. En el caso de Mxico, segn vimos, los cuatro preferidos para hombre y
mujer tienen una clara vinculacin con la religin catlica, pero adems destaca el
hecho de que un nombre de origen femenino sea frecuentemente usado tambin para los
hombres, lo que deja ver la profunda devocin que se tiene por la figura de quien se
toma: la virgen guadalupana.
Ahora bien, que los nombres de Mara y Guadalupe encabecen la lista de los ms
gustados, y sean en los hechos concretos los nombres ms presentes en Mxico, dice
bastante sobre el impacto que represent en nuestra sociedad el culto a la imagen de la
virgen del Tepeyac, que independientemente de su carcter religioso, desempe un
inequiparable papel histrico como cohesionante social y primer pilar nacional.
363
Cfr. Consulta Mitofsky. Los nombres del mexicano. Encuesta nacional en vivienda. Junio 2007. La
encuesta fue realizada a 1000 ciudadanos mayores de 18 aos en todo el territorio nacional. Para mayor
informacin de la metodologa consultese el documento referido.
253
Muchas cosas pueden aducirse como factores identitarios del mexicano; pero
ninguna, ante s mismos y ante el extrao, es tan decisiva en el hermanamiento
como el fervor por la Sagrada Madre. Frente al empuje de las liturgias
patriarcales del imperio, el culto a Tonantzin-Guadalupe es una salvaguarda
crucial de la mexicanidad.364
En el icono del Tepeyac, que adems de ser desde la visin religiosa la madre de
Dios se haba presentado a s misma como la madre protectora de los mexicanos, se
sedimenta la temprana identidad nacional, pues como seala Martha Luz Arredondo es
a partir de una misma madre que todos somos lo mismo: todos somos mexicanos.365
A partir del da en que los mexicanos aparecieron a sus propios ojos como
pueblo elegido, estuvieron potencialmente emancipados de la tutela espaola.
[] La devocin a la Guadalupe fue para Mxico el aspecto espiritual de la
rebelda colonial.367
364
Leonardo Da Jandra. La hispanidad, fiesta y rito. Una defensa de nuestra identidad en el contexto
global.Op. Cit. p. 133
365
Cfr. Martha Luz Arredondo. Mexicanidad versus Identidad Nacional. Op. Cit. p. 54
366
Non fecit taliter omni nationi.Conocido lema-insignia de la virgen de Guadalupe.
367
Lafaye Jacques. Quetzalcoatl y Guadalupe: la formacin de la conciencia nacional en Mxico. FCE.
Mxico 1977. Citado por Mauro Rodriguez. Guadalupe: historia o simbolo?. Edicol. Mxico. 1980.
p.39
254
Sin embargo, no es sino hasta mediados del siglo XVIII, despus de numerosos
reconocimientos polticos y religiosos de carcter local a la sagrada imagen, que el papa
Benedicto XIV declara a la virgen morena protectora de la Nueva Espaa, con
repercusiones inmediatas y trascendentales ya que
Pie de foto. A la izquierda, lienzo annimo indgena del siglo XVIII. En la imagen derecha, un grabado
en metal del mismo siglo, obra de Miguel Villavicencio. En ambas ilustraciones se observa a la imagen
guadalupana posada sobre el escudo de armas de la ciudad de Mxico, lo que desencaden el
incontenible movimiento patritico que condujo a la independencia de la nacin mexicana. Fuente:
Enrique Florescano. La bandera Mexicana, Op. Cit. p. 107, 108.
Enrique Florescano. La bandera mexicana. Breve historia e su formacin y simbolismo. Op. Cit. p.105
255
Guadalupe su bandera, su consigna y su escudo de armas, como tambin lo fue
posteriormente para Jos Mara Morelos, ni es demasiado extraa la coincidente
similitud de los colores patrios con los del atuendo de la virgen, mucho ms si nos
remitimos al primer lbaro nacional del Mxico independiente, que al igual que el
manto guadalupano tena estrellas doradas en representacin de las tres garantas. Lo
que confirma y reitera la indeleble vinculacin entre el guadalupanismo y la identidad
nacional mexicana.
256
Conclusiones
La investigacin realizada sobre el impacto del proceso de la globalizacin en la
identidad nacional mexicana, ha permitido obtener una amplia visin de las diferentes
formas en que la cultura y la identidad nacional mexicana est siendo amenazada y ha
sido gradualmente desmantelada por las diferentes dinmicas econmicas, polticas y,
sobre todo culturales, que se promueven desde los centros de poder econmico mundial
mediante la globalizacin con fines de apuntalar el neoliberalismo, abrir los mercadosy
las economas de los pases pobres, fomentar el consumismo y, en general, manipular la
ideologa y cosmovisin de las naciones en aras de la reproduccin ampliada del capital,
siempre en beneficio de las potencias econmicas centrales y en perjuicio de los pueblos
econmica e ideolgicamente dependientes.
Como fue el caso de la democracia impuesta en Chile en 1973 con el asesinato de Salvador Allende
auspiciado por Estados Unidos, acto con el cual, de acuerdo al Pablo Gonzales Casanova, Estados Unidos
ensay el neoliberalismo para propagarlo en el mundo. Pablo Gonzles Casanova. Conferencia Magistral
El capitalismo en el siglo XXI: Donde est?, A dnde va?. Martes 22 de enero de 2008. 13:00 hrs. Foro
257
sistema de gobierno, que es en realidad una forma de abrir las puertas a la intervencin
poltica extranjera, ya que bajo una mascara de legalidad la propia democracia- se
encubre lo que en los hechos concretos es una democracia burguesa dirigida, en la que
solo pueden ganar los candidatos previamente aprobados por los centros de poder
econmico mundial, mismos que probadamente seguirn las polticas dictadas por ellos.
ideolgica y cultural, que es el ultimo bastin de resistencia de los pueblos del mundo.
258
en la existencia de lo que el filosofo espaol Subirats llam La realidad de los
massmedia, y que se entiende como su facultad de implantar una visin del mundo
cegando cualquier otra, lo que Manuel Castells denomin con acierto como una cultura
de la virtualidad real370 , ya que normaliza y generaliza los mensajes e ideas que
interesan a las potencias econmicas de tal forma que producen la reinterpretacin del
mundo a su conveniencia proporcionando la materia prima informacin y/o
entretenimiento- con que nuestro cerebro interpretar la realidad, arrebatndonos la
posibilidad de ver el mundo por nosotros mismos y de una manera diferente, de una
manera que sin lugar a dudas podra redituarnos mayores beneficios como nacin
independiente y soberana.
259
tema central de la investigacin. Nuestro estudio crtico demostr que es perfectamente
posible transformar la identidad nacional desde el exterior cambiando las condiciones
del medio- e incluso destruirla para fines de dominacin ideolgica y su explotacin
perenne como sometido.
Eric Hobsbawn. Entrevista sobre el siglo XXI. Al cuidado de Antonio Polito. Editorial Crtica.
Barcelona. 2000. p. 148-153.
372
En los pensamientos de Jos Vasconcelos, Leonardo Da Jandra y Edgar Montiel, respectivamente.
Vase supra. p.21-22
260
globalizacin planteen este sincretismo como un mestizaje superador, al estilo de la
mestizofilia del siglo XX en Mxico, que tuvo terribles consecuencias para nuestras
culturas autctonas, y que tendr perdidas igual de lamentables para la cultura nacional
mexicana si llega a concretarse.
Por ello, lo que debemos hacer es defender nuestra identidad nacional a toda costa.
Como seala Rosamara Villarelo
La cultura permite identificarnos, comunicarnos e internacionalizarnos.
Nuestra identidad es lo que nos sostendr en el futuro, nos permitir enfrentar
el porvenir y romper moldes polticos obsoletos en el deseo de incorporarnos
de manera menos inequitativa a la globalizacin como proceso
civilizatorio.373
Se advierte, pues, que la nacin mexicana debe organizarse a la brevedad para
fortalecer sus principales pilares identitarios ante el proceso global depredador, de
forma que est en condiciones de nacionalizar la globalizacin y usarla siempre a su
favor, aprovechando sus beneficios sin verse agraviada por ella en forma alguna. El
problema del siglo XXI, como apunt Hobsbawn, est en averiguar la fuerza de los
obstculos que se opondrn a este creciente proceso de homogenizacin 374 , Mxico
debe hoy ms que nunca reconocerse ante s mismo y ante el extrao, quitarse todas las
mascaras y apelar a una identidad nacional bien cimentada si quiere resistir
exitosamente el embate cultural que estamos enfrentando.
Rosamara Villarelo Reza. La cultura y la educacin de los pases pobres ante la globalizacin. En
Jos Ma. Infante. Mxico en el siglo XXI. Universidad Autonoma de Nuevo Leon y Ed. Diana. Mxico.
1997. p. 256
374
Eric Hobsbawn. Entrevista sobre el siglo XXI. Op. Cit. p.88
261
econmicamente exitosos. En lo particular, se evidenci que existen dos marcadas
tendencias de la poblacin mexicana: la elite, por su capacidad econmica, va a
manifestar una gran afinidad por todo lo extranjero, mientras que la poblacin de
escasos recursos, en su impotencia por obtener los elementos extranjeros que lo harn
ver como poderoso ante los propios, recurrir al odio y la stira, no reconocer, como s
hace la elite, su simpata por el pas poderoso a cuyos habitantes aspira parecerse, pero
en su odio declarado recurrir a la piratera comercial y a la imitacin para alcanzar,
dentro de sus recursos, un mediano parecido a las caractersticas de ese otro que ha
tomado por modelo.
Al analizar a profundidad cada uno de los pilares del ncleo duro de la identidad
nacional, los resultados generales demostraron con cifras y hechos contundentes que
persiste el sentimiento de inferioridad que nos conduce irremediablemente a imitar lo
extranjero y negar de nosotros mismos, y que actualmente nuestra identidad nacional se
aproxima peligrosamente a un punto de desvanecimiento irreversible, porque estamos
en un momento en que la patria comienza a ser un ente desconocido en la poblacin, ya
no se le reconoce.
262
Cuando se estudi el impacto de la globalizacin en la lengua espaola en Mxico,
qued evidenciada la cada vez ms preponderante presencia y preferencia del ingls
sobre el espaol en nuestra vida cotidiana: el mexicano habla con intencionada insercin
de anglicismos, los negocios de todo genero y tamao se apresuran a nombrarse con
extranjerismos, y en cuanto a anlisis generacionales, es indiscutible que los jvenes
presentan mayor tendencia a despreciar el idioma nacional que los adultos, lo que
prueba que esta situacin es producto de la globalizacin, ya que reiteradamente en
todos los pilares identitarios estudiados, son los jvenes los que presentan un notable
desarraigo cultural y un innegable desprecio por lo telrico, en relacin a los adultos y
ancianos, como probaron las estadisticas mostradas.
En el caso de la comida, se demostr que se nos est induciendo a seguir una dieta
capitalista que dista mucho de vincularnos territorial y socialmente como lo hace la
comida tradicional, por esto no queremos decir que se est instaurando la hamburguesa
y el hot dog como los alimentos nicos, sino que esta dieta capitalista consiste en una
serie de alimentos diversos de comida rpida con un alto contenido de carbohidratos que
permiten al trabajador realizar exitosamente su jornada laboral, pero que no aportan ni
los nutrimentos necesarios que realmente necesita el cuerpo humano ni los factores
culturales que todo alimento preparado posee de forma natural en su contexto social
especifico. Se trata, pues, de alimentos deshidratados o de fcil y rpida preparacin sin
ningn contenido cultural, diseados para el aporte inmediato de energas, no para la
satisfaccin de las necesidades nutrimentales de quien lo consume.
263
cultural e identitario de Mxico que ms resistencia ofrece al proceso de
homogenizacin global, y uno de los que ms pueden contribuir al rescate de la
identidad nacional, debido principalmente a su obligada necesidad vital, pero tambin
por su fuerte presencia en el imaginario colectivo, que solo recientemente ha empezado
a sufrir variaciones.
Por otro lado, en lo que se refiere a la artesana, qued evidenciado que este es un
arte en franca decadencia en Mxico, primero porque no hay inters por las nuevas
generaciones y en consecuencia en muchos casos no hay relevo generacional que
perpete la tcnica de elaboracin, segundo porque la misma globalizacin permite que
estos productos nicos en el mundo, a los que se les imprime la identidad nacional y
vinculacin mediante su manufactura manual, sean victimas de la piratera comercial,
industrializando su produccin en lugares tan distantes como China, siendo que los
productos as elaborados por muy idnticos que sean al original carecen de la identidad
que les imprime el artesano y no hacen la funcin de vinculantes sociales. Estos factores
han hecho que, de no recibir apoyo inmediato, el artesanado mexicano no resista ni
siquiera otros 20 aos de vida, como advierten investigadores expertos en la materia.
264
consumo transnacional que de la historia de su pas y sus hroes, lo que es una prueba
irrefutable de la desvinculacin nacional y la cada vez ms obvia identificacin global.
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