Arostegui El Concepto de Violencia Politica
Arostegui El Concepto de Violencia Politica
Arostegui El Concepto de Violencia Politica
la definicin de la violencia
Julio Arstegui
Violen,,,, i, not really or finally a matter 01' the dlOice or deci,ion 01' the individuak It i, one more part 01'
Iri,tory'o inevitahle cou,"e.
TED IrONDERIClT: Three f..:~say,~ on VioLence,
(Palahra, atrihuida, a K. Marx.)
Existe hoy una amplia bibliografa general, difcilmente abarcable, en torno al tema genrico de la violencia en las relaciones humanas, que se acompaa y complementa, cuando no se duplica, con
la literatura producida desde enfoques especficos por las disciplinas
sociales interesadas en l -Etologa, Psicologa, Antropologa, Sociologa, y, despus, Semitica, Poltica, Polemologa, Irenologa 1, etctera-, Los tratamientos de la violencia han proliferado, a partir de
la dcada de los sesenta, esa vio!ent decade como la calific Ted Robert Gurr, en las pginas de muchos tipos de publicaciones 2. La vioI Tan pintore,co trmino aparece corno traduccin de la expre,in Peace rf.':fearch
en un hreve trahajo de GALTl!Nl;, .follAN, Conlribucin especfica de la irenologa al
esludio de la vioLencia: tipologas. En DOMENACIl, J. M.; LAIlORIT, Ir.; .loXE, A., y otroo:
/,a lJiolellciay.>u.~ caUS(U, Par" Editorial de la UNESCO, 1981, pp. 91-106. Lo ponemo, aqu "mIlO ,imple indic,lltivo de la, perspeet.ivas y desarrollo que se encuentran
el presente.
AYER U*1994
18
Julio Arstegui
Cuide lo eoneepls, lheories, dala bases and lileralure. Wilh a Biblogmph:y, Ro.ya!
Needer!and Aeadem:y oJArls (lnd Seienees, Amsterdam, Ncw Ilolland, New Brunswick,
1984; NOHTON, A. H., YGHEENBEH(;, M., /nlern(ltiona! Terrorism: (lll wuwlaled l3ib!iogmph:y and Research (Juide, Boulder, Colorado, 1982 (fVesIVl:ew Speci(ll Sludies ill Natiolla! and /Illernatioll(l! Terrorm).
-+ Lo cual no quicre dccir, en modo alguno, que no existan estudios reseables cn
nuestro pas, pero no se trata de anlisis tericos, histricos o de conjunto, sino de estudios peculiares sobre anarquismo, tcrrorismo o cicrtas tradiciones y costumbres populares quc induyen formas variadas de violencia. Vasc lo dicho en la nota;) dc la
Introduccin de este volumen.
19
tad del siglo. Resultado de los albores de una crisis mundial generalizada -la de los primeros aos sesenta-, del empeoramiento de las
condiciones en los pases ms desfavorecidos de Amrica del Sur, Africa y Asia, de los nuevos movimientos sociales en Europa y Amrica,
el fenmeno era tambin, desde luego, un reflejo de la guerra fra,
de la discusin de espacios de influencia a escala mundial entre las
grandes potencias de entonces. El reflejo de todo ello en la bibliografa es bien patente.
El acercamiento desde las posiciones de las ciencias sociales, incluida la Historiografa, a la problemtica de la violencia topa siempre con la real y resistente complejidad del fenmeno, que propicia
no pocas opacidades y, ms an, no pocos manipuladores tpicos en
muchos de los juicios existentes. El uso de la fuerza es el carcter
que se toma como discriminatorio, como especfico, en la creacin de
las situaciones de violencia. Y aunque esa visin es errnea, el empleo de la fuerza fsica es 10 que da lugar a procesos de tal complejidad que el problema esencial de su entendimiento es, justamente,
el de la necesidad de un enfoque extremadamente multipolar del
asunto, como racionalizacin que responda a su multipolaridad tambin como hecho social.
Si el concepto debe ser restringido en su extensin -qu es violencia es cuestin en cuyo anlisis deben hacerse intervenir slo un
nmero de variables que no impida su manejo operativo-, es evidente tambin que contiene elementos donde se entrecruzan planos
que van desde lo biolgico y 10 filosfico hasta 10 polemolgico. La
violencia contiene y responde a factores etolgicos (biolgicos), psicolgicos (mentales), psicosociales, simblico-culturales, polticos,
ticos e histricos, cuando menos. De ah que muchas disciplinas tengan algo o mucho que decir sobre ella. Y que, como fenmeno de universalidad histrica irrestringida, su anlisis historiogrfico sea inexcusable, aunque hasta ahora haya sido poco frecuente. Cualquier
perspectiva que pretenda ser excluyente ser inevitablemente unilateral. Arrancando de la violencia como elemento del comportamiento
animal, una escala ininterrumpida de posibles tratamientos, entrelazados adems, se extiende hasta los niveles semiolgicos y ticos.
La posible aproximacin histrica tiene que tener en cuenta esta
complejidad de lo violento y tiene que atender a establecer las formas de violencia y las formas en que la violencia ha estado presente,
con connotaciones negativas o positivas -sa es otra cuestin-, en
Julio Arstegui
20
1.
Lo primero que debe sealarse es que desde la Sociologa, Politologa o Historiografa, se han propuesto algunas precisiones de lenguaje cuya oportunidad es innegable para delimitar con exactitud de
qu hablarnos exactamente bajo el apelativo violencia. As, se ha propugnado, por una parte, el uso de la expresin violencia civil. James Rule habla de violencia civil para enfocar de forma genrica el
asunto porque, segn el autor, ello ayuda a centrar y delimitar el tratamiento s. La violencia civil representa la violencia en la sociedad
corno un componente de las relaciones sociales, pero excluye toda situacin cualitativamente definida que suponga que nos hallarnos ante
violencia planificada de forma estratgica: la situacin de guerra, por
ejemplo, o el enfrentamiento estratgico, sin guerra abierta, entre Estados o bloques de Estados, porque en ese caso nos hallarnos ya ante
lo que normalmente estudia la disciplina llamada modernamente Polemologa 6. La violencia civil se manifiesta en las relaciones sociales
internas de un sistema dado corno consecuencia de la relacin de fuerzas sociales que en ese sistema compiten.
En razn de esto ltimo, otros tericos han aadido a esta caracterizacin de civil la de interna 7. Si la caracterizacin civil excluye fenmenos corno la guerra normalizada, la de interna centra
el problema en el seno de grupos sociales delimitados -sociedades
globales o grupos particulares- y excluye el enfrentamiento entre sociedades distintas. Otra categorizacin la constituye la de violencia
;, RULE,.T., Theories of Civil Violenee, Berkeley, 1988, p. 2.
21
colectiva 8 a travs de la cual excluimos violencias como la criminolgica. Con todo ello, es notorio que se pretende centrar de manera adecuada una concepcin de la violencia como hecho social, que
afecta casi siempre a lo poltico, que tiene relevancia en los procesos
de transformacin y que excluye normalmente el plano de 10 interpersonal para colocarse al nivel del hecho de masas.
Pero la proliferacin de la violencia en la segunda mitad del siglo xx no es ms que un hecho relativo. Histricamente no puede demostrarse que a largo plazo haya un aumento de la violencia, sino
ms bien lo contrario. Es posible, en todo caso, hacer dos constataciones de partida: la existencia de perodos con especial presencia de
las resoluciones violentas; y el cambio observable en las ideologizaciones e instrumentaciones de la violencia.
1.1.
Las teoras
HULE,
pedive, en
Th('()ries... , p. 11;
FEIEHABEND,
TILLY,
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22
vol.
;~,
24
JuLio Arstegui
25
tenido temtico relacionado con la agresividad. Puede tambin hacerse abstraccin, al menos hasta cierto punto, del tratamiento de la
violencia como reflejo de contenidos mentales, de conciencia, es decir, de todo el apartado psicolgico. Ello incluira, tambin, la exclusin de la violencia de tipo patolgico y la violencia criminal 17. Parece poco discutible, en definitiva, que los planos de la violencia como
elemento de estructura social, de regulacin poltica y, en su caso, de
contenido simblico-cultural, son los de mxima relevancia en un
anlisis historiogrfico, que es ya por s mismo una forma peculiar
tambin de anlisis del problema, aunque poco cultivado hasta ahora. Tilly, Hobsbawn o Foucault figuran entre los autores que deben
ser recordados aqu.
Ha sido Coady quien ha distinguido entre tres tipos de definiciones de la violencia. Una amplia, otra restringida y una ms legitimista. Se trata de casi el mismo punto de vista por el que Grundy-Weinstein distinguen entre definiciones expansiva, o6servacional y estricta 18. Las definiciones amplias o expansivas tienen como modelo la
llamada estructural, cuyo mejor exponente es la de J. Galtung 19.
Este autor, adems de haber aportado diversas pautas tipolgicas
acerca de la violencia, representa la posicin que entiende que la violencia subsume un amplio espectro de injusticias y desigualdades sociales. La violencia es, pues, casi equiparable a toda situacin de do17 Pueden consultarse BERKOWITZ, L., Agression: A Social P.~ychological Ana{YNueva York, 1962. Puede verse tambin el excelente reading de CAMPBELL, A., y
GIBBS, .J. .J. (eds.), t'iolent Transactions: The limls 01 Personality, Oxford, 1986. Una
visin de conjunto en La violence. Acte.~ du Colloque de Milan, 1977. Textes runis
par, ARMANDO VERDlCILONE, Pars, 1978, 2 vols. Se trata de un congreso organizado
por el Colletivo Semiotica e Psicanalisi. Desde el punto de vista antropolgico, un excelente conjunto de trabajos en MEHKL, P. TI. (ed.), Political t'iolence and Terror. Moti/s and Motivations, Los Angeles, 1986; HIClIES, D. (ed.), The Anthropology 01 t'iolence, Oxford, 1986; MASII, P., y CAMPBELL, A. (eds.), Agression and t'iolence, Oxford,
1982, pp. 126 Y ss., Y Fox, H., The t'iolent lmagination. En MASII, P., y CAMPBELL, A.
(eds.), Agression and t'iolence, Oxford, 1982, pp. 126 Y ss.
IX COADY, The idea... , p.4, Y GRUNDY-WEINSTEIN, The ideologie.~... , pp.8 Y ss.
COADY eonsidera que esta ltima dasificacin y discusin es u.~eful, but not entire{y
si.~,
convincing.
1" GALTUNC ha expuesto sus teoras en diversos trabajos de los que cabe sealar
como ms comnmente utilizados los titulados Violence, Peace and Peace Heseardl,
en louraal 01Peace Research (Oslo), 6, 1969, pp. 167-191, el citado en nuestra nota 1
y tambin A struetural Theory 01' Agression, aparecido en la misma revista, 2, 1964,
pp. 9;)-119 Y reproducido en el libro citado de los FEIERABEND y GURH, Anger... , pp. 85
Y ss.
26
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:!I
27
2.. NIEBllRC,
2;'
(;RUNDY- WEINSTEIN,
'Jlle
Nueva York,
ide()L()gie~~ ..., p. 11.
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28
29
1.2.
Ninguna de las concepciones de la violencia que hemos examinado, sin perjuicio de la sofisticacin y la agudeza de las proposiciones
de muchas de ellas, satisface enteramente, a nuestro ju icio, la necesidad de una conceptuacin que sea omnicomprensiva y con lmites
daros a un tiempo. Es decir, que presente una extensin del concepto y unas fronteras realmente eficaces para el anlisis social e
histrico de los problemas que el fenmeno de la violencia acarrea.
Creemos que hay un axioma esencial al que ni los diversos tipos
de teoras de la violencia, ni la consideracin histrica de sta, han
prestado la atencin debida. Y es el de que la violencia es una accin, o estado o situacin,- que se genera siempre, y se cualifica de
manera exclusiva, en el seno de un conflicto. Lo que no equivale en
modo alguno a entender que conflicto y violencia sean cosas confundibles ni lgicamente asociadas, aunque esa asociacin sea en la Historia lo ms comn. En nuestra opinin, ninguna de las especies de
teoras de la violencia que hemos mostrado pone especial nfasis en
esta cuestin y algunas de ellas, como las llamadas amplias, expansivas o estructurales, confunden enteramente una y otra de esas dos
realidades que es preciso mantener separadas.
Son, precisamente, las definiciones de la violencia de tipo expansivo, amplio o estructural las que menos atencin dedican a la distincin entre conflicto y violencia, de forma que el conflicto es para
ellas consustancialmente violento o la violencia no es sino la existencia de conflicto. Tal es la posicin paradigmtica de Johan Galtung,
que ya hemos visto, y ello constituye un error decisivo para conseguir un concepto de violencia verdaderamente discriminatorio con
respecto a otras realidades sociales que pueden tener, y tienen indudablemente, relacin con ella: la dominacin, la opresin, la injusti-
:~o
Julio Ar:;tegui
conocida caracterizacin de la ausencia de normas en un conjunto social que introdujo Durkheim en la Sociologa y que posteriormente
desarroll Merton 29. Pero una definicin de este tipo, ciertamente,
no hace sino poner las bases lgicas para una discusin ms centrada
y para una taxonoma mejor cimentada de las mltiples manifestaciones de la violencia que todas las teoras denotan. Es preciso clarificar sus trminos y hacer frente a algunas dificultades que pueden
presentarse.
Lo primero que podra aducirse en su contra, en efecto, es que
este intento de aproximacin no da cuenta del significado de la violencia cuando en situaciones que calificaramos sin ninguna duda de
violentas aparecen actores de esa misma violencia a los que se concede un status especial en la consensuacin de los medios para resolver el conflicto. En otras palabras: con una definicin como la presentada podra ser difcil dar la conceptuacin de violentas para aquellas situaciones de conflicto en las que est presente el Poder, el Estado, institucin cuya relacin con el uso de la violencia legtima
aparece incluso sacralizada.
Se trata, como sabemos, de una situacin que ciertas teoras, como
las legitimistas, resuelven de manera expeditiva: el Poder legtimo
nunca es reo de violencia, porque precisamente es el que pone los medios para la resolucin de los conflictos sociales, aunque sea con el
empleo de la fuerza, que no de la violencia :30. Sin embargo, la
virtualidad de partir de una definicin con suficiente grado de abstraccin reside en que permite resolver el problema de explicar, mediante una sola lgica, los actos violentos de tipo horizontal -o entre grupos del mismo nivel frente al Poder- y los de tipo vertical
--entre grupos ligados al Poder y grupos en oposicin a l-o En la
definicin propuesta, la violencia aparece siempre como imposicin, como resolucin sin reglas de un conflicto, sean cuales sean
los actores enfrentados en el conflicto y sea cual sea aquel de ellos
del que parte la accin de imposicin.
La violencia es tal incluso cuando su presencia obedece a la necesidad de establecer o restablecer el consenso, cuya prdida previa
2"
Julio Arstegui
cia, es estrechamente dependiente de esa carencia. De ah que el umbral entre la coercin y el consenso se crea encontrarlo convencionalmente en el mecanismo de la legitimacin que es, en definitiva, un
mecanismo tico, de la racionalidad tica, condicionado por la Historia y la funcionalidad de la estructura de la sociedad. La remisin
del monopolio de la violencia pblica al Estado y al poder legtimo
que 10 administra es, como se sabe, la solucin dada por la raciona.
,
T)
hdad moderna -segun Weber-' - a este problema.
Pero atendamos ahora a la clarificacin de aspectos ms literales
de esta definicin, para pasar luego, por ltimo, a establecer las tipologas que pueden deducirse y las capacidades heursticas que de
ellas quepa esperar. La definicin propuesta tiene como elemento de
partida, como condicin inicial de toda explicacin de la violencia,
la existencia del conflicto. Socio-histricamente el conflicto es un elemento de la dinmica social bien establecido y en el que no podemos
detenernos aqu de forma extensa. Los modernos clsicos de la teora del conflicto, desde Dahrendorf a Rex, y desde Coser a Lenk, han
distinguido bien entre el conflicto en s, los factores de su resolucin
y el papel en ello de la violencia. Precisamente, un clsico como Lewis Coser ha dedicado fundamentales estudios a la consideracin del
conflicto como problema en forma alguna implicado necesariamente
con la violencia, pero considerando que sta puede llegar a formar
parte de l :n. Como en el caso de otros muchos tratadistas, Coser argumenta que la violencia resuelve los conflictos cuando otros medios
menos costosos no pueden hacerlo.
John Rex, por su parte, recoge una buena gama de interpretaciones del conflicto -desde la parsoniana de la ruptura de las expectativas de rol hasta el fundamento de la lucha de clases de Marx,
pasando por el conflicto y las situaciones de mercado-- en las que
;~:.! WEBER, M., Economa y Sociedad, Mjico, 1984. Naturalmente son muchos los
pasajes de esta obra donde se abordan cuestiones referentes a la dominacin y la legitimidad. Pero WEBER nunca llega a exponer directamente una teora de la violencia.
Los pasajes ms rc1acionados con lo que decirnos son el Il1.1, Las formas de legitimidad, y IX, .Sociologa de la dominacin.
;\;\ COSER, L., Las funci()ne,~ del conflicto .wcial, Mjico, 1962. Como es sabido,
COSER habla de la funcin integradora del conflieto y de su papel corno ndice de la
estabilidad de las relaciones socialcs. Pero tambin dcdica abundante atencin a la presencia de la violencia en las relaciones sociales y especialmente de la violencia interior como forma de resolucin de un conflieto (pp. 1:n y ss. de la edicin francesa
de esta obra en Pars, 1982, la ms reciente que conozco).
Julio Arstegui
:l!)
pp.
J4-;~S.
:~6
1.3.
Julio Arstegui
En una perspectiva como sta no parece difcil ya, aunque sea laborioso y poco plausible aqu, emprender un intento de taxonoma
de los mbitos, las ideologas, las formas y los instrumentos en los
que la violencia se manifiesta. Bien es verdad que una empresa de
ese tipo corre el riesgo de confundir las cosas ms que aclararlas, y
se trata de un riesgo que bastantes tratadistas no han sabido sortear
enteramente. Desde Garver a Galtung, desde los tericos expansivistas a los estructurales, y desde Dollard a Gurr, desde los psicopatlogos a los tericos de la privacin relativa, se han presentado densas
clasificaciones de la violencia atendiendo a mltiples criterios o a alguna o a algunas de las variables insertas en el fenmeno. Ha sido
normal, como ya se ha dicho, que la presencia o no de fuerza fsica
sea un criterio discriminatorio esencial. Pero una taxonoma verdaderamente comprensiva no puede basarse en l.
La verdad es que una tipologa para uso del anlisis social e histrico puede y debe ser sencilla, no ambigua, con capacidad discriminatoria y con potencialidad heurstica. Desde el punto de vista del
mbito de presencia de la violencia, civil, colectiva, interna, y dada
la naturaleza misma de los conflictos sociales, slo puede decirse que
aparece en el seno de conflictos entre partes iguales (o equiparables)
o entre partes desiguales (o no equiparables). La primera puede decirse que representa la violencia social, la segunda la violencia poltica. La violencia social enfrenta a las personas, los grupos sociales,
las corporaciones o instituciones, las etnias, de tal forma que no puede decirse que haya de antemano una determinacin clara de las posibilidades y las capacidades de imposicin de alguno de los bandos,
porque puede suponerse un cierto equilibrio de potencialidades. La
violencia social incluye, y a veces en alto grado, la violencia criminal.
Pero hay otro tipo de conflictos en los que los antagonismos tiene situaciones de partida desiguales, medios desiguales y disputan sobre
el orden social, el poder, los derechos. Es la violencia que se
deriva de los conflictos entre gobernantes y gobernados, entre dominadores y dominados, entre clases. Es en la violencia poltica donde
uno de los antagonistas tiene, en principio, mejores opciones que el
otro. La violencia poltica es siempre una violencia vertical, pero
que tiene una doble direccin.
:n
En el interior de estos dos grandes mbitos sociales de la violencia pueden hacerse mltiples subdivisiones, sin duda, y desde mltiples criterios. Pero su relevancia para la investigacin socio-histrica
es muy probablemente escasa o nula. La violencia social es ms compleja, pero la poltica tiene mucho ms alcance e histricamente ms
trascendencia. La violencia poltica presenta histricamente una elevada gama de ideologizaciones y justificaciones 40, de estrategias o
formas de ejercerse, de instrumentaciones o de organizaciones ad hoc
para ejercerla. El amplio campo de la violencia poltica comprende
para muchos tericos e historiadores un elevado nmero de manifestaciones: los motines, las huelgas, las rebeliones, insurrecciones, revoluciones, las represiones, los golpes de Estado, etc. Un elevado nmero de formas de ejercerse: resistencia, lucha armada, guerrillas,
terrorismo, accin miciliana urbana, control social, persecucin policial, y para algunos o bastantes tericos pertenecen a este mismo gnero de fenmenos las guerras, los diversos gneros de guerras. Y hay
mltiples instrumentaciones: clulas, bandas, organizaciones guerrilleras, sectas, organizaciones paramilitares de partido, cuerpos policiales, ejrcitos.
Tres grandes tipologas que hasta ahora han sentado doctrina, a
las que de manera aproximada se ajustan los ms influyentes intentos de definir qu es la violencia, presentan problemas anlogos a los
de otros intentos en las ciencias sociales de teorizar fenmenos complejos y de amplia difusin. El estudio de la violencia se relaciona
siempre con los intereses de quienes la estudian y con sus puntos de
vista. A su vez, quienes la justifican o la condenan lo hacen desde el
orden poltico-legal que ellos esperan crear, defender o destruir 41.
Ninguna de estas tipologas ni las propias definiciones de la violencia
son enteramente convincentes y, por otra parte, existe el problema bsico de si los fenmenos que denominamos violentos son en realidad
describibles bajo una nica categora de violencia 42.
Es evidente que con frecuencia se olvida que el estudio de la violencia como accin ha de incluir el de la violencia continuada de lo
institucional. Eric Hobsbawn ha escrito que la gravedad de la violen..o De las que trata de forma muy completa el reiteradamente citado libro de
y WEIN8TEIN .
.. 1 GRlJNDY-WEINSTEIN, The ideologies... , p. 1:l.
GRlJNDY
..2
RlJLE,
Theories... , p. 10.
Julio Arstegui
cia y la extensin que hay que dar al trmino mismo violencia civil
son convenciones culturales 4:J. Esta tipologa triple no basta enteramente para satisfacer todas las necesidades taxonmicas, para poner
orden en las definiciones de la violencia, las posiciones sobre su etiologa y el anlisis de sus campos de aplicacin.
Estas tres grandes maneras de entender la naturaleza de la violencia han querido asimilarse a posiciones e ideologas polticas precisas. La definicin expansiva-estructural se tiene como la propia de
la gama de los reformistas de izquierda, desde la socialdemocracia al
comunismo, y tiene un distinguible precedente en las posiciones de
Marx y de Engels: la violencia est inserta en las estructuras del capitalismo, que viene chorreando sangre como ya dijo Marx en el ltimo captulo del Libro 1 de El Capital. La posicin estricta suele atribuirse a la perspectiva del reformismo poltico liberal y se ha tenido, por algunos pensadores de ese mismo matiz, claro est, como
el ms neutral polticamente de los tipos de definiciones. La definicin legitimista es atribuible sin discusin al conservadurismo de todos los tipos, desde el liberal al totalitario.
De todo este complejo panorama pueden deducirse algunos juicios que es posible que sean tiles. Primero, la inmensa riqueza de
enseanzas histricas que puede extraerse de l. Luego, la gran posibilidad de que su tratamiento, desde todo tipo de disciplinas de 10
social, genere tremendas confusiones y slo algunas pocas certezas.
Despus, la oportunidad de que en este campo florezcan todo tipo de
arbitrismos, de manipulaciones, de periodismos, de desinformaciones. Y, por fin, la necesidad de que el estudio contine profundizando cada vez ms en el conocimiento de este fenmeno esencial en la
reproduccin de las sociedades humanas y responsable de buena parte de sus problemas. As estn las cosas.
2.
Violencia y poltica
En su ms amplio sentido, la poltica es la relacin que se establece en un sistema social cuando se atiende a su componente de bsqueda de influencia o control de unos sobre las acciones de otros.
Esta dimensin poltica de 10 social es la que tiene su transcripcin
-t:
En
RULE,
IlOBSBA WN,
E. l, Workers...
inmediata en la dinmica bipolar que Dahrendorf califica de fundamental: la de gobernantes versus gobernados 44. Si todas las consideraciones de carcter amplio de las que hemos hecho uso sobre los
contenidos cognoscitivos del trmino violencia en los comportamientos humanos los ponemos en relacin con la estricta dimensin poltica de las sociedades nos encontramos en un campo de mayor concrecin, tal vez de observacin ms fcil, pero no de inferior complejidad. El concepto de violencia poltica no est menos afectado que
todos los vecinos suyos por los problemas de definicin ya observados.
En el orden de argumentos que aqu manejamos cabe aceptar que
al hablar de violencia poltica estamos haciendo referencia a la aparicin de situaciones violentas en el curso de la resolucin de conflictos polticos. Pero con ello tropezamos con algunas cuestiones doctrinales importantes. En el contenido de ciertas concepciones de la poltica sta representa, justamente, todo el conjunto de mecanismos
que las sociedades ponen en juego para evitar la resolucin violenta
de los conflictos sociales. As, para todo el funcionalismo de Talcott
Parsons y sus seguidores, en sus diversas corrientes, siendo la poltica el mecanismo esencial de confrontacin pautada de intereses esenciales, los trminos poltica y violencia son rigurosamente contradictorios 4;;. La poltica emplea la fuerza no la violencia, sostiene Parsons.
No todas las doctrinas polticas, sin embargo, enfocan y resuelven as el problema. Los conflictivismos sociolgicos o politolgicos,
a partir cuando menos de las posiciones de Hobbes, atribuyen a la
violencia una gnesis y papel precisos en el transcurso de los conflictos. Estos conflictos en el terreno de la poltica, o cuando son vertidos a l, adquieren la manifestacin esencial de conflictos de poder
y ms especficamente de conflictos de dominacin. No toda violencia tiene la forma pura de la agresin, pero si la de tendencia a la
DAIIRENDOHF, R., I lacia una teora del conflicto social, op. cit., p. 101.
Sobre la idea funcionalista de la poltica vase una exposicin breve y til de
ARTOLA, M., Teora general de la poltica, en Revista de Occidente (Madrid), 128,
noviembre 197;~, pp. 212-2;~2. Vase tambin EASTON, D. (ed.), f;nfoques sobre teora
poltica, Buenos Aires, 1982 (;~ ..); ALMOND, G., y VEHBA, S., La cultura cvica, Madrid, 1970, y DlIVEHGEH, M., Introduccin a la Politica, Barcelona, 1978 (;~ ..). En este
contexto es naturalmente esencial el concepto de lucha poltica y su relacin con la
violencia en la poltica.
-H
-t>
40
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ARSTECUI,
CARdA DELCADO,
pp. :309-:H4.
41
42
Julio Arstegui
anglosajn de la guerra fra. Ni que decir tiene que los problemas espaoles en este terreno en la historia reciente carecen de la bibliografa que merecen s;~.
2.1.
El significado que se atribuye a la expresin violencia politica vara de acuerdo con el ancho campo de las creencias particulares S4.
No existe una definicin simple de la violencia poltica. Depende de
los actores que la definen, los propsitos que stos tienen, el contexto
en el que el trmino se utiliza y su relacin con el poder poltico establecido. La verdad es que la inmensa mayora de las elaboraciones
que pretenden dar cuenta no ya de lo que la violencia es, sino de
cmo nace, de las causas de su aparicin, lo que en definitiva acaban
construyendo son teoras de la violencia poltica, porque la aparicin
de la violencia se relaciona siempre, aunque no sea de forma explcita, con la existencia de conflictos de desigualdad que, como hemos sealado, son propiamente el mbito de aparicin de la violencia poI tica.
El anlisis de la violencia poltica tiene una potente raz y un no
menos importante escollo en lo que se ha llamado la cuestin hobbesiana, es decir, en la pregunta acerca del origen de la violeneia,
que se hiciera de forma tan enftica el viejo Thomas Hobbes. En la
pregunta tambin sobre los factores que intervienen en el paso de los
estados sociales de normalidad paefica a los perodos de motines,
rebeliones y guerra civil. O lo contrario. En el fondo, la cuestin se
reduce a qu caractersticas existen en las estructuras de gobierno,
en las condiciones de vida, en las pautas comunicativas, en la participacin poltica, en la solidaridad y en las ideas populares acerca de
la justicia o la injusticia que puedan explicar la irrupcin de una violencia decisoria en un momento histrico dado ss. Estas preguntas ess; Sin duda, hay obras a citar. Nos limitaremos a sealar un trabajo interesante:
PIUEL, .Tos~: LUIS, fJ terrorismo en la transicin espaola (1972-1982), Madrid, 1986.
Pueden sealarse libros sobre el asunto de ALEJANDRO MlJoz y varios de FERNANDO
REINARES que aporta tambin una breve colaboracin sobre The Dynamics o/" Terrorism During the Transition to Democracy in Spain al libro colectivo citado de WILKINSON, P., y STEWART, A. M., o. C., pp. 121-129.
s"! GRlJNDY- WEINSTEIN, The ideologies... , p. 8.
ss RULE, Theorie.s... , pp. ;~ y 4.
tn presentes en los tratadistas desde Hobbes y pretenden responderlas todas las teoras de la violencia poltica. Su importancia histrica
no necesita mayor ponderacin.
Matizando, sin embargo, argumentos expuestos antes al definir
violencia, hemos de sealar que la que se da en la poltica es la especie de violencia ms alejada de la anomia, puesto que, en realidad,
se ha convertido en un instrumento, tiene constricciones bien precisas y est sujeta a ciertas normas. En consecuencia, la violencia poltica tiene un carcter ambivalente: de ruptura y de consenso, segn
la perspectiva en que nos situemos al analizarla. Algunos autores han
pretendido asimilar la violencia poltica al simple movimiento para
la subversin, para el combate del orden establecido. Para esta posicin la violencia no tiene una doble circulacin, sino que se produce siempre en un solo sentido.
Hay dos accesos posibles a la idea de violencia poltica: el conflictual y el sistmico. Los tericos de la violencia poltica son muchas veces especialistas estrictos en el tema -la escuela psicolgicafuncional-empirista americana-, cuya aproximacin es normalmente del primer tip. Pero la violencia poltica es tambin asunto obligado en cualquier teora social comprensiva, y la aproximacin desde ellas suele ser del segundo.
Mientras la sociologa, o la sociologa histrica, de la violencia de
corte americano es individualista, funcionalista, de base psicolgicoemprica y que muchas veces prescinde del problema de la real naturaleza del sistema social donde la violencia se produce, las posiciones de la sociologa europea aluden a otros registros. Dahrendorf, por ejemplo, ha explorado la significacin del conflicto entre
gobernantes y gobernados y el papel de la violencia en la discusin
del Poder. Anthony Giddens ha sealado, con gran sutileza, cmo el
proceso de la acumulacin en el Estado de la atribucin de detentador legtimo y exclusivo del uso de la violencia se opera en la sociedad capitalista en estrecha correspondencia con la atribucin a las
fuerzas sociales dominantes del poder de coaccin econmica :>6. La
sociologa francesa desde Sorel a Wieviorka y la escuela de Polemologa ha trabajado tambin sobre bases estructurales.
:,h Puede consultarse el texto de su interesante artculo Estado y Violencia, en
f)ebats, 4 (s. a.), pp. 81-90.
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Dado, en definitiva, que la poltica es una instancia cerradamente referible al problema del Poder y de la resolucin del conflicto y
operando con el mismo rango de conceptuaciones con que 10 hemos
hecho en el apartado anterior podramos llegar a una formulacin,
provisional al menos, de la naturaleza de la violencia poltica como
toda accin no prevista en reglas, realizada por cualquier actor individual o colectivo, dirigida a controlar el funcionamiento del sistema poltico de una sociedad o a precipitar decisiones dentro de ese
sistema. Las matizaciones y concreciones que esta primera definicin
bsica precisara no estn tampoco lejos de la lnea de las establecidas al hablar de la violencia en general.
La equiparacin de violencia poltica simplemente con las formas
de la rebelin, con la accin violencia de abajo-arriba, de la nJptura
del orden establecido por parte de los grupos sometidos frente a los
dominantes es escasamente satisfactoria y priva a cualquier teora de
la violencia, y de la violencia poltica en particular, de partes importantes de su significacin. Equiparar violencia poltica nicamente a
manifestaciones tales como terrorismo, guerrilla, formas diversas de
lucha armada, como acostumbra a hacerse con frecuencia desde ciertos enfoques S7, es, simplemente, una manipulacin con fines polticos que no puede ser seriamente aceptada.
La verdad es que casi todas las teoras de la violencia han tenido
su origen en el estudio de la accin de los grw;s-roots, de la accin
popular, ms que, desde luego, en el estudio de la violencia de los
gobiernos y los grupos poderosos. En las teoras de tinte conservador
es habitual la confusin de la violencia con la rebelin, cuya relacin
es evidente, pero no su sinonimia ss. La violencia civil adquiere histricamente un alto nmero de formas diferentes, corno ya hemos sugerido. Ataques a los gobernantes y de los gobernantes, o entre partes ajenas al poder; hechos que muestran una alta ideologizacin previa, unas acciones planificadas o explosiones sorpresivas de la furia
popular; episodios que se resuelven propiamente en la esfera de 10 poltico pero que pueden tener un origen no poltico: los conflictos de
trabajo, de vecindad, de etnia, etc. Sin embargo, la habitual referencia de ciertos socilogos de la violencia a las revoluciones en este m is;'7 Que es lo que sucede con prcticamente toda la literatura americana que no
procede de 1m; medios acadmicos y en buena parte de la que procede de stos, corno
hemos comentado lneas arriba.
;,g If'hy men rebel, de 1l0BEHT TED, GIlHH, es un buen ejemplo de ello.
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1. K.;
FEIEHABEND,
(,;, TILLY,
bb
TILLY,
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americana lo representa la obra de Lewis Coser. La posicin de Coser tiene muchos puntos en comn con la de Parsons~ pero no deja a
sta libre de sus crticas y establece o relaciona el ejercicio de la violencia con la progresiva minimizacin del conflicto fsico a largo plazo 67. Coser ha escrito tambin sobre la violencia como mecanismo
de resolucin del conflicto: Internal violence within a social system
may be seen as a response to the failure of stablished authority to accommodate demands of new groups for a hearing. It is a danger signal as well as a means which suchs groups make the demand
heard 68.
Las funciones clsicas que Coser asigna a la violencia son las de
autoafirmacin del ser~ o seal de autorrealizacin~ sobre todo en los
grupos marginados. Esta caracterstica de la violencia puede ser funcional para individuos o grupos concretos pero no lo es para el conjunto social. La segunda funcin de la violencia es como seal de peligro, como termmetro de la desafeccin social en un determinado
medio. Los disturbios significan que les sucedern otros ms si no se
cumplen determinadas condiciones. La tercera fUn<~in es la de catlisis: la violencia de algunos llama de inmediato a un movimiento de
solidaridad en contra de su comportamiento. Produce reacciones.
Pero es difcil explicar este tipo de comportamiento desfavorable si
quienes usan la violencia no la emplean como primer recurso, sino
como extremo. Ello puede producir reacciones favorables.
2.2.
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relacionados o no con el poder, se resuelven normalmente en la esfera de lo poltico. No tendra, pues, mucho sentido adscribir la aparicin de tal tipo de violencia a una categora especfica de conflictos polticos. Este tipo es perfectamente reductible al conflicto social.
Una orientacin importante de la investigacin sera aquella que
explorara a fondo y sistemticamente desde el punto de vista histrico la razn a que obedece el que determinados tipos de conflictos
sociales den lugar a formas tambin especficas de accin violenta y
a instrumentaciones peculiares de ella. El hecho de que determinadas ideologas de la violencia tengan en situaciones histricas ms desarrollo que otras y que la aparicin de instrumentos particulares de
accin violenta privilegie algunos de ellos no es, sin duda, indiferente
al tipo de conflicto histrico al que responden. En este orden de cosas, ciertas constantes del caso espaol, como son la presencia casi
permanente de la guerrilla, la importancia de las tesis anarquistas,
el bajo nivel de las organizaciones paramilitares de partido, parecen
obedecer a morfologas del conflicto que es preciso estudiar de cerca,
con la ayuda de interesantes conceptuaciones como las que se contienen en la extensa obra de Charles Tilly, pero particularizando los
anlisis.
La sociologa americana de la dcada de los sesenta, que podemos encuadrar de forma genrica en la amplia corriente del funcionalismo, fue, sin duda, la impulsora de un cambio sustancial y un incuestionable progreso en la consideracin del problema universal de
la violencia con los instrumentos tericos y empricos de la ciencia social. Las limitaciones de las tesis de tericos del comportamiento violento, que comienzan en Dollard y acaban en los seguidores de Ted
R. Gurr, se han destacado muchas veces, pero su obra constituye en
conjunto un captulo muy relevante de la bibliografa del tema,' bien
distinto de los planteamientos de la ciencia social europea. En el caso
americano se han producido dos niveles de estudio: el de los tericos
de la violencia propiamente dichos, agrupados en torno a la obra de
psiclogos y psiclogos sociales, y el de los tericos sociales de enfoque ms general, obligados a enfrentarse a este tema de la violencia,
como son Parsons, Ecktein o Smelser, entre otros.
R. Khan ha agrupado las teoras acerca de la etiologa de la violencia producidas en el entorno del empirismo funcionalista americano en cinco grandes elaboraciones. Son stas, la teora de la frus-
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Ar,~tegui
tracin-cLera-agresin que desarroll John Dollard 70, la de la privacin reLativa de Ted Robert Gurr, la de la curva en J de James Davies 71, la del cambio con frustracin de los Feierabend y B. A. Nesvold y la de la modernizacin y vioLencia de Samuel Huttington 72.
Trabajando en la mayora de los casos con tcnicas estadsticas, en
buena parte estos estudios han tratado de elaborar modeLos de situaciones de violencia polftica y analizar sus factores determinantes.
Los investigadores americanos han operado comnmente a partir
del modelo frustracin/agresin, que, no obstante, ha dado lugar a
dos tipos de aproximaciones al problema: la psico-social y la estructural. En trminos generales, la violencia aparece, por tanto, segn
ese primer grupo de posiciones, cuando un sector de la poblacin percibe su situacin como intolerable, o ms bien (siguiendo a Tocqueville) cuando tiene cierta idea de 10 que objetivamente mereca y no
recibi en el transcurso de su vida. Pero si de lo que se habla es de
la violencia como efecto de estructura (ms en la lnea del pensamiento de Marx), la violencia es efecto inherente a las condiciones de
las relaciones sociales, y nos encontramos con la visin del segundo
grupo" .
Probablemente, la teora psicosociolgica que ms fortuna ha logrado entre los estudiosos del conflicto, la violencia y la revolucin
es la conocida genricamente como la de la privacin o carencia reLativa, vinculada a la hiptesis frustracin/agresin y desarrollada sobre todo por Ted Robert Gurr 74. Gurr, que ha procurado siempre
"7'~
70 El trabajo de KIIAN, RASIIEEDtlDDlN, es La violence et le dvclopment socioconomique, en La Vio!ence, RISS, Pars, UNESCO, XXX, 4, 1978, pp. 88;~-909. El
viejo trabajo de DOLLAHD, l, es el contenido en DOLLAHD, J()IIN; DOOB, LEoNAHD W.;
MILLEH, N. E.; MOWHEH, O. ll., y SEAHS, ROBEHT S., Fruslmtion and Aggres.sion, Yale,
19:n. Versin castellana, Dinmica de !a agresin, Mjico, 1976.
71 Sealemos de momento que la clebre curva en h es la seJl(~illa representacin grfica de cmo el gap, la brecha entre expectativas y gratificaciones reales que
consiguen los individuos, al hacerse cada vez ms profunda favorece la subida casi en
vertical de la posibilidad de violencia.
n La obra esencial es lltlNTINCTON, S., Poltica! Order.y changng 8ociell, New
1laven, 1968.
7:1 En la sistematizacin rpida de estas ideas debo bastante a la colaboracin del
profesor EDlJAHDO G. CALLEJA, a quien quiero mostrar mi agradecimiento explcitamente.
74 T. R., GtlHH, tiene una extensa obra dedicada alterna cuya pieza central es su
clebre y completo estudio titulado Why men rebel, Princeton, 1974 (4." reimp.). A
otros textos suyos nos referiremos tambin despus.
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7\
7" GRAIIAM, IT. D., Y GlIRR, T. R. (eds.), The Hislory 01 Violence in America: hislorical and comparative perspectives... , Nueva York, 1969. En esta obra colectiva se
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do a un perodo prolongado de expectativas y gratificaciones crecientes le sigue otro breve en el que se opera un brusco cambio, y en el
que el vaco entre las expectativas y las gratificaciones se ensancha
rpidamente y se vuelve intolerable 76.
La teora de la frustracin/agresin y el concepto de privaein relativa son ms aplicables a individuos, grupos compactos y subsegmentos que a grupos heterogneos o a segmentos numricamente
grandes, y son menos aplicables todava a u na sociedad en tanto que
colectividad 77. Pero la principal crtiea que se ha hecho a las teoras
basadas en la privacin relativa es la de que si bien podran explicar
el problema de la violencia vertical, el problema de lo que tales tericos llaman, con manifiesta impropiedad, revolucin, es, no obstante, incapaz de explicar los fenmenos de violencia interpersonal o intergrupal, horizontal, lo que constituye otro grupo de formas de
violencia de eonsiderable importancia -tnica, racial, religiosa,
sexual, etc.-. Las teoras de la privacin/agresin son aplicables slo
en el eampo de las rebeliones.
Ivo K. y Rosalind L. Feierabend y Betty A. Nesvold en trabajos
conjuntos han reelaborado las teoras de Gurr y Davies, haeiendo hincapi en la presencia de la violencia en los procesos de transicin de
las sociedades ms atrasadas a sociedades desarrolladas, con el consiguiente conflicto entre modernizadores y conservadores. Estos
autores insisten en que la frustracin sistemtiea es causada por el
cambio rpido en soeiedades en desarrollo. Los Feierabend y Nesvold
han relacionado la violeneia (sobre todo la poltiea) con lo que han
denominado frustracin sistemtica 78. Segn esta teora, la moder7<> D. DAVIES, JAMES, Toward a Theory 01' RevolutiOll, en American Sociological
Review, vol. XXVII, nm. 1 (febrero 1(62), pp. 5-19 (reimpreso en FEIEHABEND, Tvo
K.; L. FEIERABEND, ROSALlND, y CURR, TED H. (eds.), Anger... , pp. 67-84. Tambin
The .J.-Curve of Hising and Deelining Satisl'aetions as a cause 01' sorne Creat Hevolutions and a Contained Hebelion, en CRAIIAM, TTuclI D., y CURR, TED H. (eds.), Tite
Histof)' o/ Violence,o. c., pp. 671-709, DAVIEI\ .T. (ed.), flten Men rebel and Wlzy A
Reader on Polical Violence, Nueva York. 1970.
77 KIIAN, HASIIEEDUDDlN, La violencia'y el desarrollo econmico .y social, o. c.,
p.198.
7~ De los autores indicados: Tvo K. y L., FEIERABEND, Y NESVOLD, BETI'V A., Social Change and Political Violence: Cross-National Patterns, en CRAIIAM-GURR (eds.),
Tite H~t()fY o/ Violence... , 1969, pp. 498-509, Y Violenee in Amcrica ... , 1969,
pp. 65:3-671; FEIERABEND, T. K. Y R. L., Systemic Conditions of Politieal Aggression:
An Applieation 01' Frustration-Aggression Theory, en Journal o/ Conflict Resolution,
X, nm. :3, 1466, pp. 244-271.
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