Sexismo: Infravaloración o Infrahumanización
Sexismo: Infravaloración o Infrahumanización
Sexismo: Infravaloración o Infrahumanización
Introduccin
2. Marco Contextual
2.1 Actitudes sociales, Ideologa e Identidad de gnero
La documentacin emprica confirmatoria del laberinto de cristal en la carrera
directiva de las mujeres se basa o bien en mostrar los accesos y desarrollos
desiguales entre hombres y mujeres en el desempeo de roles de liderazgo (ej.,
autopercepciones, sobre todo por parte de las mujeres, frente a la percepcin del
hombre o de la mujer prototpicos que sigue estando muy dicotomizada (Barber,
2004; Spence, 1999).
Otra aportacin valiosa procede de la comparacin entre sub-tipos particulares de
mujeres: ejecutivas, amas de casa, deportistas, feministas o sexys (Glick, Larsen,
Johnson y Branstiter, 2005; Helgeson, 2002; Quiles, 2008). Los resultados,
avalando una mayor similitud entre los comportamientos de mujeres y hombres
ejecutivos que entre los subgrupos de ejecutivas y amas de casa, ponen de relieve
que son los roles instrumentales frente a los comunales los que determinan las
expectativas sociales diferenciadas (Barber, 2004). Eagly y Mladinic (1994)
encontraron que la valoracin del estereotipo femenino estaba modulada por la
categora de mujer considerada. En el subtipo de mujer independiente, las
caractersticas ms valoradas se asociaban con la competencia y el alto estatus,
frente a la dimensin de sociabilidad ms valorada en el caso de las mujeres
tradicionales (Quiles et al., 2008). La interpretacin derivada de este resultado es
que, por lo general, a las mujeres se les atribuyen caractersticas poco relevantes
en contextos de poder, lo que constituye una forma sutil de sexismo. Tambin se
han estudiado los diferentes patrones de atribucin causal de xito y de fracaso en
relacin a la ocupacin de posiciones de liderazgo. Las mujeres con poca
motivacin de logro y escaso grado de masculinidad (Garca-Retamero, 2006)
muestran un nivel de aspiraciones profesionales ms bajo, lo que dificulta la
superacin del laberinto de cristal. No obstante, estas diferencias atribucionales se
van reduciendo a medida que las mujeres desempean roles sociales menos
estereotipados.
2.2 Limitaciones explicativas de las creencias de gnero
La teora inicial de Eagly (1987) inclua dos aportaciones relevantes que se han ido
diluyendo a medida que se han formulado nuevas hiptesis acompaadas de
diseos terico metodolgicos ms sofisticados. Una alude a la localizacin del
origen de las desigualdades sociales de gnero en la divisin sexual del trabajo, y
la otra es la referida a la reconstruccin psquica para interpretar la naturalizacin
del fenmeno social. La investigacin posterior se ha dedicado a describir el
contenido mltiple y dinmico de los roles estereotipados o a desarrollar diversos
instrumentos de medida para su validacin, e incluso a formular modelos
interpretativos sobre las relaciones de dependencia, independencia o
interdependencia entre masculinidad y feminidad. Sin embargo, se ha relegado a
una posicin secundaria un elemento fundamental para comprender las relaciones
de gnero, como es la presencia de la dimensin de poder, necesaria en el anlisis
de cualquier situacin de desigualdad social (Pratto y Walter, 2004).
El estudio sobre la gnesis histrica de los conceptos de masculinidad y feminidad
y sus instrumentos de medida (Barber, 2004; Martnez-Benlloch y Bonilla, 2000)
pone de manifiesto que la jerarqua de poder est presente en la definicin de los
roles de gnero desde sus inicios. Masculinidad y feminidad no adquieren sus
correspondientes significados psicolgicos en una situacin de simetra entre los
estatus y posiciones sociales desempeados por hombres y por mujeres, sino que,
como ya planteara Eagly (1987), se inscriben en las relaciones de dominio o
sumisin caractersticas del patriarcado. Si la mirada se dirige a las clasificaciones
psicolgicas iniciales de los estilos de liderazgo (Parsons y Bales, 1955), las
asimetras sociales de gnero estn tambin presentes en ellas. Las dos
clasificaciones tradicionales ms populares en psicologa social son la que
distingue entre estilo autocrtico y estilo democrtico, por un lado, o bien la que
diferencia entre estilo orientado a la tarea y orientado al equipo. La primera
clasificacin (Lewin, Lippit y White, 1939) toma como criterio diferenciador la
menor o mayor participacin del grupo en la toma de decisiones, mientras que en
la segunda el estilo orientado a la tarea se centra en la consecucin de la meta y el
orientado al equipo se interesa por mantener el nivel de bienestar del grupo
(Munduate, Barn y Luque, 1997). Cuando, a mediados de los cincuenta, Parsons
y Bales (1955) definen la orientacin a la tarea y la orientacin al equipo, adems
de describir las caractersticas de cada estilo, establecen una relacin jerrquica
entre ellos, justificando la superioridad del estilo instrumental y relacionando estas
dos formas de liderazgo con los roles que hombres y mujeres desempean en las
relaciones de pareja, destacando la superioridad del esposo sobre la inferioridad
del rol de esposa (Barber, 2004).
La psicologa organizacional, ms interesada por los criterios de oferta y demanda,
distingue entre dos estilos diferenciados, denominados transaccional y
transformacional, respectivamente (Bass y Avolio, 1990; Bass, 1998). En el
primero la relacin entre el lder y los dems miembros del equipo se establece
como una transaccin entre quien decide los objetivos a conseguir y los medios
para alcanzarlos, por un lado, y, por otro, quienes deben ejecutar las rdenes
encomendadas. Por el contrario, los lderes transformacionales deben ser flexibles
para adaptarse al constante cambio, deben optimizar los recursos y fomentar la
innovacin y la capacidad de iniciativa. Aunque los resultados son contradictorios
(Bass y Avolio, 1994; Eagly y Johnson, 1990; Lpez-Zafra y Olmo, 1999; Rosener,
1990), la investigacin psicolgica ha tendido a relacionar el estilo transaccional
con los estereotipos y roles masculinos, mientras que las caractersticas del estilo
transformacional presentan mayor correspondencia con los roles estereotipados
femeninos.
2.3 Demanda organizacional, asimetras de gnero y percepcin de poder
A comienzos del siglo XXI, la idea de que mujeres y hombres formen equipos de
trabajo diversos, compartan puestos directivos y repartan responsabilidades
representa un valor aadido para afrontar la complejidad y dinamismo de los
entornos globalizados. Sin embargo, hasta el momento no se ha conseguido
romper con las asimetras de gnero ni con las relaciones de poder entre hombres
y mujeres. Una gran parte de los recursos generadores de riqueza sigue estando
bajo el poder exclusivo de hombres o de agrupaciones dirigidas mayoritariamente
por ellos, habiendo una falta de sintona entre las responsabilidades familiares,
laborales y sociales que asumen las mujeres y su presencia y representatividad en
crculos de poder econmico, poltico, religioso o militar (Barber y Ramos, 2004).
a sancionar a las mujeres consideradas masculinas. Aunque son los individuos los
que construyen el gnero, lo hacen en presencia de otras personas que se
implican en el desempeo de su comportamiento. El gnero se concibe como una
funcin emergente desde situaciones sociales especficas, que acta para
legitimar una de las divisiones fundamentales de la sociedad: la que clasifica y
jerarquiza las nociones de masculinidad y de feminidad (Messerschmidt, 2009).
La naturaleza de las relaciones entre hombres y mujeres, as como las
caractersticasasociadas al estereotipo femenino dificultan el proceso de
infrahumanizacinen los trminos propuestos por Leyens (2000) por varias
razones:
a. Los sentimientos forman parte del estereotipo femenino(Plant, Hyde, Keltner y
Devine, 2000).
b. Considerar a las mujeresun exogrupo semejante a los grupos tnicos, religiosos,
etctera, no parecetarea fcil porque las relaciones entre mujeres y hombres se
dan en todos losmbitos de la vida cotidiana (pblica y privada), y existen entre los
miembros deambos grupos lazos sociales, familiares y afectivos.
c. Investigaciones como la deViki y Abrams (2003) muestran que el gnero no
afecta a la atribucin de sentimientosy emociones, y el propio Leyens reconoce
que es difcil negar los sentimientosa las mujeres basndose slo en la
categorizacin.
Por otra parte, se puede hablar de subtipos especficos que seorganizan
fundamentalmente en tres clusters (Glick, Larsen, Johnson y Branstiter,2005):
tradicional (ama de casa), independiente (profesional) y sexy. La evaluacin ylas
reacciones afectivas que despiertan estas categoras son diferentes, sin duda,
porquelas caractersticas asociadas a las mujeres independientes son rasgos
instrumentales,propios del estereotipo masculino y del rol laboral de alto estatus
(por ejemplo, ejecutivo)mientras que los rasgos asociados a los otros dos subtipos
de mujer (especialmente a la ama de casa) enfatizan la sociabilidad ms que las
caractersticas relevantes en el terrenolaboral (Cuddy, Fiske y Glick, 2004).
Dicho en otras palabras, la informacin sobre una maternidad reciente reducela
competencia percibida de una mujer ejecutiva mientras que no tiene efectocuando
se refiere a un hombre (Cuddy et al., 2004). Lo mismo ocurre con elatractivo fsico
y la valoracin laboral de mujeres y hombres (Hosoda, Romero y Cotas, 2003). La
apariencia sexual es menos relevante en la percepcinde competencia de los
varones que de las mujeres. En el caso de las mujeres,cuanto ms sexy menos
competencia percibida. En este sentido, Glick (2005) llevan a cabo una
investigacin donde manipulan la apariencia sexy oneutra de las mujeres para
comprobar el efecto de esta variable en la evaluacinque se hace de las mismas
en tareas de alto estatus (ejecutiva) o bajo estatus(recepcionista). Los estudios
indican que la mujer sexy-ejecutiva despiertamenos sentimientos positivos, ms
sentimientos negativos y se percibe comomenos competente e inteligente que
aquella otra que viste de manera neutra. Enel caso de la mujer sexy-recepcionista
4. Definiciones:
4.1 Sexismo
Prejuicio como un reflejo de la hostilidad hacia las mujeres,olvida los sentimientos
positivos que existen hacia ellas y que coexisten con la antipata sexista. (Glick y
Fiske, 1996)
Conjunto de todos y cada uno de los mtodos empleados en el seno del
patriarcado para poder mantener en situacin de inferioridad, subordinacin y
explotacin al sexo dominado: el femenino.(Victoria Sau ,2002)
Actitud dirigida a las personas en virtud de su pertenencia a un determinado sexo
biolgico en funcin del cual se asumen diferentes caractersticas y conductas.
(Lameiras, 2003)
Todo acto de abuso contra las mujeres cometido por varones sexistas cuyo
sistema de creencias les legitima a ejercer el dominio, la autoridad, el control o la
posesin sobre sus parejas o ex parejas y consideran que, para lograrlo, est
justificado ejercer violencia fsica, aislamiento, desvalorizacin, chantaje,
intimidacin, abusos y agresiones sexuales o cualquier otra estrategia de coaccin
eficaz para lograr el ejercicio del poder. (Ramos, 2005)
4.2 Infrahumanizacin
Fenmeno psicolgico que puede contribuir a la comprensin de la hostilidad
intergrupal. (Leyens, 2001)
Proceso por el que privamos a los otros de caractersticas humanas y negamos
sus derechos. (Paladino, 2002)
6. Tipos de sexismo:
6.1 Sexismo contra las mujeres
El trmino sexismo en su uso corriente suele aludir al sexismo contra las
mujeres, debido a que sta fue la primera forma de sexismo identificada.
Coloquialmente se usa el trmino sexismo como sinnimo de machismo,
aunque en realidad el machismo es un subconjunto del sexismo. El sexismo
contra las mujeres forma parte de la teora feminista y, por lo tanto, de la accin
en defensa de los derechos de las mujeres que promueve el feminismo.
Sexismo, machismo y androcentrismo son los factores de riesgo de la violencia
contra las mujeres o violencia desde la perspectiva de gnero.
6.2 Sexismo hostil
Sera el elemento que caracteriza a las mujeres como un grupo subordinado y
legitima el control social que ejercen los hombres mediante actitudes
tradicionales y prejuiciosas articuladas en torno a las siguientes ideas:
De hecho Glick y Fiske (1997) comprueban que los hombres establecen tres
tipos de grupos de mujeres: las tradicionales(amas de casa), las no
tradicionales(independientes) y las sexys. Las mujeres que representan el rol
de amas de casa, las mujeres profesionales que se desarrollan tambin en el
espacio pblico, no exclusivamente el privado y finalmente las sexys. Los
hombres sexistas temen al grupo de mujeres no tradicionales porque retan su
poder; as como a las mujeres denominadas sexys, porque temen que ellas con
su poder de seduccin junto con el inters de los hombres por el sexo, les
arrebaten tambin su poder. Estas mujeres son definidas como peligrosas,
tentadoras y sensuales, y los hombres sexistas suelen mantener actitudes
hostiles hacia ellas.Todo ello nos lleva a establecer que con el sexismo
ambivalente, los hombres pueden mantener una consistencia actitudinal que
implica despreciar a algunas mujeres y amar a otras. El sexismo hostil se aplica
como un castigo a las mujeres no tradicionales como mujeres profesionales y
feministas porque estas mujeres cambian los roles de gnero tradicional y las
relaciones de poder entre hombres y mujeres. Mientras que el sexismo
benevolente es una recompensa a las mujeres que cumplen los roles
tradicionales porque estas mujeres aceptan la supremaca masculina. Por
consiguiente el sexismo hostil y el sexismo benevolente actan como un
sistema articulado de recompensas y castigos con la finalidad de que las
mujeres sepan cul es su posicin en la sociedad (Rudman y Glick, 2001).
7. Diferencias entre Infrahumanizacion e Infravaloracin
INFRAHUMANIZACIN
INFRAVALORACIN
Etiolgicamente,
este
trmino
significa INFRA: inferior o debajo
HUMANIZACIN:
caractersticas
ms amables, es decir humanas.
Etiolgicamente,
este
trmino
significa: INFRA: inferior o debajo;
VALORACIN: reconocimiento o
aprecio por el mrito.
la
Tiene
como
consecuencia
Exclusin Individual y social.
El trmino Infravaloracin se le
relaciona con el concepto de
sexismo.
la
Se
las
puede
infravalorar
atribuyndoles
sentimientos
o
caractersticas "devaluadas".
necesidades y prioridades
La incorporacin de las cuestiones
de
gnero es
la
estrategia
reconocida a escala mundial para el
logro de la igualdad de gnero.
8. Dimensiones de descripcin:
Muestra:
160 Alumnos de la Universidad Privada Antenor Orrego
Sexo:
La variable sexo femenino o masculino en el alumnado pareci significativa y relevante
para afrontar el tema del estudio. Los dos sexos ests proporcionalmente
representados.
10. Interpretacin de resultados:
60%
50%
40%
30%
Serie 1
20%
10%
0%
El sexo femenino es considerado como inferior
R
especto a la relevancia del sexo femenino:
80%
70%
60%
50%
40%
30%
20%
10%
0%
Competencias y capacidades de las mujeres estn infravaloradas
Serie 1
SEXISMO
11. Conclusiones:
A continuacin sealaremos algunos de los aspectos ms destacables del apartado
analizado, sobre los estereotipos y actitudes sexistas:
En las afirmaciones, muy relacionadas con los papeles, que desempean los
hombres y las mujeres, las respuestas y los resultados analizados reflejan la
clara relacin que los estereotipos de gnero tienen con los roles.
La asimilacin del papel de la mujer en el cuidado y atencin de los hijos e
hijas, les hace ver con demasiada evidencia, la conveniencia de la dedicacin
exclusiva durante el perodo en el que son pequeos/as. Esto es igual para
ambos sexos.
Las mujeres tienen una imagen de s mismas y de las mujeres en general,
como ms ordenadas y organizadas que los hombres. nica frase en la que el
grado de acuerdo con la afirmacin es superior en las mujeres que en los
hombres.
La asuncin de las afirmaciones estereotipadas est ntimamente relacionada
con los roles tradicionales y previsiblemente asignados a los diferentes sexos.
Por ello, el grado de acuerdo o no con las afirmaciones que se escuchan, est
muy relacionado con los papeles o roles que se determinan de forma
diferencial a los sexos.
12. Bibliografa: