Resumen Del Libro Obtenga El Sí

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Resumen del libro Obtenga el s

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Resumen del libro

Obtenga el s
por William Ury, Roger Fisher y Bruce Patton
Un mtodo para negociar y llegar a acuerdos en cualquier tipo de conflicto

Introduccin
Nos guste o no, todos somos negociadores en algn momento de nuestras vidas.
Discutimos un aumento de sueldo con nuestro jefe. Intentamos ponernos de
acuerdo, con un extrao, sobre el precio de nuestra casa. Negociamos con nuestra
pareja el lugar donde iremos a cenar y con nuestros hijos, la hora de apagar las
luces. La negociacin es un medio bsico de conseguir de los dems aquello que
deseamos. Es una comunicacin bidireccional, pensada para alcanzar un acuerdo,
cuando nosotros y la otra parte compartimos algunos intereses y tenemos otros
que son opuestos entre s.

Cada vez hay ms ocasiones que requieren una negociacin, ya que cada vez
surgen ms conflictos. Todo el mundo quiere participar en las decisiones que le
afectan, mientras que, por otro lado, cada vez son menos las personas que pueden
llegar a aceptar decisiones que han sido tomadas por otros. La gente es diferente y
utiliza la negociacin para manejar estas diferencias. Ya sea en los negocios, el
gobierno o la familia, llegamos a la mayora de las decisiones a travs de la
negociacin.
A pesar de que cada da se negocia ms, no es fcil hacerlo bien. Las estrategias
que habitualmente se utilizan en la negociacin suelen dejar a la gente
insatisfecha, agotada o alienada.
Hay dos formas dominantes de negociar: la blanda y la dura. El negociador blando
quiere evitar el conflicto personal por lo que hace concesiones fcilmente. Quiere
una solucin amistosa pero, sin embargo, casi siempre termina siendo explotado y
sintindose amargado. El negociador duro considera cualquier situacin como una
lucha de voluntades, en la que la parte que adopta las posiciones ms extremas y
las mantiene durante ms tiempo es la que triunfa. Quiere ganar, pero, con
frecuencia, termina por provocar una respuesta igualmente dura que le agota a l
y a sus recursos, y que lesiona su relacin con la otra parte.
Sin embargo, existe una tercera forma de negociar, ni dura ni blanda, sino las dos
cosas a la vez. Es un mtodo de la negociacin basado en los principios
desarrollados en el Proyecto Harvard de Negociacin y que sirve para decidir
asuntos, cuestiones y temas. Se fundamenta en nuestras circunstancias, y no
necesita pasar por un proceso de regateo en que cada parte dice lo que har y lo
que no har. Nos sugiere que, siempre que sea posible, busquemos los beneficios
mutuos; y que cuando los intereses entren en conflicto, insistamos en que el
resultado se base en ciertas normas o criterios justos, independientes del deseo o
la voluntad de las partes. El mtodo de la negociacin basada en los principios es
duro con las circunstancias y blando con las personas. No emplea trucos ni poses
afectadas. Nos ensea la forma de obtener aquello a lo que tenemos derecho sin
dejar de ser honrados. Nos permite ser justos mientras nos protegemos contra
aquellos que se aprovecharan de nuestra honestidad. De este mtodo de
negociacin basada en principios es de lo que trata el presente libro.

Separar a las personas del problema


Un hecho bsico de la negociacin, que a menudo se olvida en transacciones
corporativas e internacionales, es que no estamos tratando con representantes
abstractos de la otra parte, sino con personas de carne y hueso. Nuestros
interlocutores tienen emociones, valores profundamente arraigados y distintos
puntos de vista.
Este aspecto humano de la negociacin puede ser una ventaja o un lastre. Una
relacin activa en la que la confianza, la comprensin, el respeto y la amistad se
han ido construyendo a lo largo del tiempo puede hacer que cada nueva
negociacin sea ms fcil y eficiente. Por otra parte, los malentendidos pueden
reforzar prejuicios y hacer imposible una exploracin racional de las posibles
soluciones, por lo que la negociacin puede fracasar.
A la hora de negociar es fcil olvidar, no solo que debemos tratar con los
problemas de los dems, sino tambin con los nuestros propios. Es probable que
nuestras percepciones sean unilaterales y que no estemos escuchando o
comunicndonos adecuadamente. Para superar esta unilateralidad es
recomendable que pensemos en tres categoras bsicas: percepcin, emocin y
comunicacin. Los mltiples y diversos problemas que podamos tener nosotros o
nuestros interlocutores caben todos ellos en una de estas tres categoras.
Percepcin. Tanto si estamos haciendo un trato, como solucionando una disputa,
las diferencias surgen de la distincin que existe entre nuestro pensamiento y el de
nuestros interlocutores. Fundamentalmente, el conflicto no reside en la realidad
objetiva, sino en las mentes de las personas.
Buscar la realidad objetiva puede ser muy til, pero es en ltima instancia la
realidad, segn la ve cada parte, la que constituye el problema en una negociacin
y la que abre la va para una solucin.
Si queremos influir en los dems, no es suficiente saber que ven las cosas de forma
distinta. Tambin necesitamos conocer empticamente el poder de su punto de
vista y sentir la fuerza emocional con que creen en l. Para llevar a cabo esta tarea
debemos estar dispuestos a no emitir un juicio sobre los dems hasta que no nos
hayamos puesto en su lugar.

Tomemos en consideracin las percepciones opuestas que puedan tener un


inquilino y su casera a la hora de negociar la renovacin de su contrato. El uno
piensa que el alquiler es demasiado alto, la otra que hace mucho tiempo que no se
aumenta. Para el inquilino el apartamento necesita que lo pinten, mientras que a la
casera le parece que l lo ha deteriorado muchsimo. El inquilino conoce a gente
que paga menos por un apartamento similar y la casera, a su vez, a la gente que
paga ms, etc. Comprender los puntos de vista de los dos no es lo mismo que estar
de acuerdo con ellos. Una mejor comprensin de su modo de pensar puede
llevarnos a revisar nuestros propios puntos de vista sobre las circunstancias de una
situacin, lo cual nos permite reducir el rea del conflicto y nos ayuda a progresar
en nuestro inters propio, que, de esa manera, acaba de ser nuevamente
iluminado.
Una tentacin muy frecuente que hay que evitar en la negociacin es hacer recaer
la responsabilidad de nuestro problema en la otra parte, por ejemplo como cuando
decimos: No se puede confiar en su empresa. Cada vez que se encargan de
reparar nuestro generador en esta fbrica, lo hacen muy mal y se vuelve a
estropear enseguida. Incluso si echarle las culpas a otro estuviera justificado,
suele ser una actitud contraproducente. Si se le ataca, la otra parte se pondr a la
defensiva y se resistir a todo lo que digamos. Dejar de escuchar o devolver el
golpe con un ataque propio.
Por eso es importante que, cuando hablemos del problema, separemos los
sntomas de la persona con la que estamos hablando. Por ejemplo, podramos
decir: Nuestro generador, del que usted hace el mantenimiento, se ha vuelto a
estropear. Ya es la tercera vez este mes. La primera vez estuvo estropeado toda
una semana. La fbrica necesita un generador que funcione. Quiero que me
aconseje sobre la forma en que podemos rebajar al mnimo el riesgo de una avera
del generador. Deberamos cambiar de empresa de mantenimiento, demandar el
fabricante, o qu?.
Emocin. En una negociacin, lo primero que hay que hacer es reconocer y
comprender las emociones, las de los dems y las propias. Debemos observarnos
durante la negociacin para ver si estamos nerviosos, enfadados con la otra parte,
etc. Igualmente, hemos de escuchar a los dems para hacernos una idea de cules
son sus emociones. La presencia de emociones en uno de los lados generar
emociones en el otro. El miedo puede engendrar ira, y la ira, miedo.

Otra cosa importante es manifestar las emociones de forma explcita y


reconocerlas como legtimas. Al convertir nuestros sentimientos o los de los dems
en un foco explcito de discusin, no solamente disminuir la gravedad del
problema, sino que har que las negociaciones sean menos reactivas y ms
proactivas. En ese sentido, no es malo decir: Sabe, nuestra gente piensa que se
les ha tratado mal y estn muy disgustados. Nos tememos que, aunque se llegue a
alcanzar un acuerdo, este no se mantendra. Tanto si es racional como si no, esta
es nuestra preocupacin. Personalmente, pienso que puede que nos equivoquemos
al sentir este temor, pero es un sentimiento que tienen los dems. Su gente opina
lo mismo?.
A menudo, una forma eficaz de tratar la ira y la frustracin de los dems, as como
otras emociones negativas, es ayudarlos a que se desahoguen. Una liberacin
psicolgica se consigue a travs del sencillo proceso de contar las quejas. En lugar
de interrumpir los discursos polmicos o de dejar plantada a la otra parte, es mejor
que le dejemos volcar sus quejas sobre nosotros, escuchar calladamente sin
responder a sus ataques y, de vez en cuando, pedirle que contine hasta que haya
dicho todo lo que tenga que decir. De este modo, dejamos muy poco lugar para
materias problemticas, animamos a la otra parte a que hable hasta que no pueda
ms y tenga muy poco o ningn residuo que le pueda exasperar.
Comunicacin. La negociacin no es otra cosa que un proceso de comunicacin
de ida y vuelta, con el propsito de alcanzar una decisin conjunta. La
comunicacin no es, nunca, algo fcil; incluso entre personas que tienen un
enorme bagaje de valores y experiencias compartidas: las parejas que han pasado
dcadas juntas tambin incurren diariamente en malas interpretaciones.
La comunicacin tiene tres grandes problemas. Primero, puede que los
interlocutores no se hablen entre s para comprenderse, sino que acten para la
galera, por lo que una comunicacin eficaz es absolutamente imposible.
El segundo problema de la comunicacin es que, incluso cuando les hablamos, los
dems parecen no prestar suficiente atencin a lo que les decimos. Probablemente
con la misma frecuencia, nosotros seramos igualmente incapaces de repetir lo que
nos ha dicho la otra parte. En ambos casos la comunicacin es inexistente.
El tercer problema de la comunicacin son las malas interpretaciones. Lo que uno
dice, el otro puede malinterpretarlo. Esto se da especialmente cuando las partes

hablan idiomas distintos; es entonces cuando se multiplican las oportunidades de


que se produzcan malentendidos.
Lo que podemos hacer al respecto de estos tres problemas de comunicacin es lo
siguiente:
Escuchar de una forma activa y reconocer lo que se ha dicho. Escuchar bien
es difcil, especialmente bajo el estrs de una negociacin en marcha, pero solo as
podremos comprender las percepciones de los dems, sentir sus emociones y or lo
que estn intentando decir. Si ponemos atencin e interrumpimos de vez en
cuando para decir: He entendido bien que usted est diciendo que?, la otra
parte se dar cuenta de que no estamos nicamente matando el tiempo o pasando
por un puro trmite y sentir la satisfaccin de ser oda y comprendida.
Hablar para que nos comprendan. A veces es fcil olvidar que una negociacin
no es un debate. No intentamos persuadir a la otra parte sino alcanzar un acuerdo
o llegar a una opinin compartida. En este contexto, no es nada persuasivo echar
la culpa del problema a la otra parte, insultar o levantar la voz. Al contrario, lo que
ayuda es reconocer explcitamente que el otro ve la situacin de forma diferente e
intentar seguir adelante como personas que tienen un problema comn.
Hablar sobre nosotros, no sobre los dems. Es ms convincente describir un
problema en trminos del impacto que tiene sobre nosotros que en trminos de lo
que los dems hicieron y/por qu lo hicieron. As, sera mejor decir: Me siento
decepcionado, en lugar de lo siguiente: Usted ha roto su palabra. Si hacemos
una afirmacin sobre la otra parte que le parece que no es cierta, esta o nos
ignorar o se enfadar. Sin embargo, una manifestacin sobre cmo nos sentimos
nosotros es difcil de cuestionar. De esa manera comunicamos la misma
informacin sin provocar una reaccin defensiva, que impedira que sea aceptada.
Hablar con un propsito. A veces el problema no es una comunicacin
insuficiente, sino un exceso de ella. Cuando la ira y la mala fe son muy grandes, es
mejor callar algunas ideas. Otras veces, la total revelacin de lo flexible que se es
puede hacer ms difcil llegar a un acuerdo. Si dejamos que la otra parte se entere
de que estamos dispuestos a vender una casa por 240 000 euros, despus de que
nos ha dicho que estara dispuesto a pagar hasta 300 000, puede que haya ms
problemas para cerrar el trato que si nos hubiramos quedado callados. Antes de

hacer una declaracin importante, debemos saber qu es lo que queremos


comunicar o descubrir, y saber para qu propsito nos servir esa informacin.

Centrarse en los intereses, no en las posiciones


Pensemos en el caso de dos hombres que estn discutiendo en una biblioteca por
una ventana. Uno la quiere abierta y otro la quiere cerrada. Cuando la bibliotecaria
le pregunta a uno por qu quiere la ventana abierta, uno contesta: Para tener un
poco de aire fresco. Al preguntarle al otro por qu la quiere cerrada recibe la
respuesta para no tener corriente. Despus de pensar un poco, la bibliotecaria
abre, del todo, una ventana en la habitacin de al lado, con lo que llega el aire
fresco sin tener corriente.
Esta historia es tpica de muchas negociaciones. El problema de las partes es un
problema de posiciones por lo que, con frecuencia, llegan a un punto muerto.
La bibliotecaria no podra haber ideado la solucin que dio si solo se hubiera
centrado en las posturas manifestadas por los dos hombres de querer la ventana
abierta o cerrada. En lugar de ello se fij en sus intereses subyacentes de aire
fresco y sin corriente. Esta diferencia entre posturas e intereses es crucial en una
negociacin.
Los intereses definen el problema. El problema bsico en una negociacin no
reside en las posiciones en conflicto, sino en el conflicto entre los intereses de
diversa ndole. Las partes pueden decir: No estamos de acuerdo. Pide 600 000
euros por la casa. No voy a pagar un cntimo ms de 500 000.
Pero en un nivel ms bsico el problema es este: Necesita, por lo menos, 60 000
euros para arreglarse con su exmujer. Le he dicho a mi familia que no pagara ms
de 500 000 euros por una casa.
Los deseos y preocupaciones de este tipo son un ejemplo de intereses. Los
intereses motivan a las personas y son lo que est detrs de sus posiciones.
Detrs de las posturas opuestas residen intereses compartidos y
compatibles, as como otros que se hallan enfrentados o en
conflicto. Tendemos a asumir que, si la posicin de la otra parte es opuesta a la
nuestra, sus intereses tambin lo son. Si, por ejemplo, tenemos inters en reducir
el alquiler, el de la otra parte debe ser aumentarlo. Sin embargo, en la mayora de

las negociaciones existen muchos ms intereses compartidos o compatibles que


los que se oponen.
As, un inquilino puede compartir con su posible casero la estabilidad que ambos
quieren. El casero quiere un inquilino estable; el inquilino quiere una direccin
permanente. A ambos les gustara ver que el apartamento se conserva en buen
estado. El inquilino va a vivir all; el casero quiere aumentar el valor del inmueble,
as como la reputacin del edificio.
Darse cuenta de que cada lado tiene mltiples intereses. En casi todas las
negociaciones, cada parte tiene muchos intereses. Como en el caso del inquilino
que est negociando un contrato de alquiler, puede que queramos obtener un
contrato de alquiler favorable, al que se pueda llegar rpidamente y con poco
esfuerzo, y mantener una buena relacin de trabajo con nuestro casero. En este
caso no tendramos solo un fuerte inters en influir en cualquier acuerdo al que
lleguemos, sino tambin en llevar a cabo un acuerdo. Estaramos intentando
satisfacer, simultneamente, nuestros intereses independientes y los compartidos.
Los intereses ms poderosos son las necesidades humanas bsicas. Las
necesidades humanas bsicas como la seguridad, el bienestar econmico, la
sensacin de estar en un ambiente natural, reconocimiento o el control sobre la
vida de uno, a pesar de lo fundamentales que son, fcilmente pueden pasarse por
alto.
En las negociaciones sobre el futuro de Irlanda del Norte, los lderes protestantes
tendan a ignorar la necesidad de los catlicos en cuanto a reconocimiento y
sentirse parte del pas, ser aceptados y tratados como iguales. A su vez, los lderes
catlicos, con frecuencia, parecan conceder poca importancia a la necesidad de
los protestantes de sentirse seguros. Tratar los temores protestantes como su
problema, en lugar de como una preocupacin legtima, necesitada de atencin,
haca an ms difcil negociar una solucin.
Hablar sobre los intereses. El propsito de una negociacin es servir a nuestros
intereses y la posibilidad de que eso suceda aumenta cuando los comunicamos. Si
queremos que la otra parte tome en consideracin nuestros intereses, debemos
explicarle cules son.
Aqu, la directriz es ser concreto. Los detalles concretos no solamente harn creble
nuestra descripcin, sino que le aadirn impacto. Por ejemplo, un miembro de un

grupo de ciudadanos que se queja de un proyecto de construccin en el barrio


debera hablar de forma explcita sobre temas como lograr la garanta de la
seguridad infantil: Tres veces a lo largo de la ltima semana un nio ha sido casi
atropellado por uno de sus camiones. Alrededor de las ocho y media, el martes por
la maana, ese inmenso camin suyo, el rojo de la grava, que iba en direccin
norte a casi 90 km/h tuvo que hacer un viraje repentino y por poco atropella a la
nia de siete aos Loretta Johnson.
Reconocer los intereses de los dems como parte del problema. Los dems
escuchan mejor si consideran que se les ha comprendido. Si queremos que la otra
parte aprecie nuestros intereses, hemos de empezar por demostrarles que
apreciamos los suyos. Por ejemplo: Tal como yo lo veo, sus intereses como
empresa constructora son, bsicamente, conseguir que el trabajo se realice con el
mnimo coste y preservar la reputacin de seguridad y responsabilidad que tienen
en la ciudad. Lo he comprendido bien?.
Adems de demostrar que hemos comprendido los intereses de la otra parte,
ayuda si reconocemos que sus intereses son parte del problema general que
estamos intentando solucionar. Ello es especialmente fcil si se tienen intereses
compartidos: Sera terrible para todos nosotros que uno de sus camiones
atropellara a un nio.
Comentar el problema antes de la propuesta. Si queremos que alguien
escuche y comprenda nuestro razonamiento, hemos de manifestar primero
nuestros intereses y razones y, ms tarde, nuestras conclusiones o propuestas. As,
en el ejemplo anterior, deberamos hablar primero con la empresa sobre los
peligros que est creando para los nios pequeos. Ellos nos escucharn
cuidadosamente, aunque solo sea para intentar averiguar dnde queremos ir a
parar con el asunto. Y cuando se lo decimos, comprendern el porqu.

Inventar opciones para beneficio mutuo


Un problema muy comn en la negociacin es que parece que no existe la forma
de dividir el pastel y satisfacer a las dos partes. A menudo se est negociando en
una sola dimensin, como por ejemplo el precio de un coche, la duracin del
contrato de alquiler de un apartamento o el importe de la comisin sobre una
venta. Otras veces nos enfrentamos a la nica eleccin de ganar o perder.

Es aqu donde la habilidad para inventar opciones se revela como una de las
posesiones ms valiosas que pueda tener un negociador. Sin embargo, esta
habilidad se ve muchas veces frustrada por los cuatro obstculos ms frecuentes:
(1) juicio prematuro, (2) la bsqueda de la nica respuesta, (3) la presuncin de un
pastel de un tamao fijo y (4) pensar que la solucin de su problema es su
problema. Para superar estas barreras, necesitamos comprenderlas.
Juicio prematuro. Dado que enjuiciar estorba la imaginacin, debemos separar el
proceso de pensar en decisiones posibles del proceso de seleccionar alguna de
ellas. Hay que inventar primero y luego decidir.
Por definicin, inventar nuevas ideas requiere que pensemos en cosas que no
estn an en nuestra mente. Por lo tanto, deberamos considerar la conveniencia
de montar una sesin debrainstorming con unos cuantos compaeros o incluso
conjuntamente con la otra parte. La ventaja de una sesin de esta clase es que
separa de forma eficaz la invencin de la decisin. Discutir opciones es algo
radicalmente diferente de la toma de posiciones. Mientras la postura de un lado
entrar en conflicto con la del otro, las opciones invitan a otras opciones. Incluso el
lenguaje que se utiliza es distinto. Son preguntas, no aseveraciones; es abierto y
no cerrado. Por ejemplo: Qu otras opciones se le han ocurrido a usted?, Qu
le parece si decidiramos?, Cmo funcionara esto?, Qu puede haber de
malo en esto?, etc.
La bsqueda de la nica respuesta. Si el primer impedimento para el
pensamiento creativo es la crtica prematura, el segundo es la conclusin
prematura. Cuando se busca desde el inicio la nica y mejor respuesta, es probable
que cortocircuitemos un proceso de toma de decisiones ms sensato y sabio, en el
cual hacemos una seleccin de entre un gran nmero de respuestas posibles.
Si nos preguntan quin debera recibir el premio Nobel de la Paz de este ao,
haramos bien en responder: Bueno, djenme pensar en ello y crear una lista de
cerca de un centenar de nombres de la diplomacia, los negocios, el periodismo, la
religin, la ley, la poltica, etc., asegurndonos de inventar un montn de ideas. De
este modo acabaramos con una decisin mejor que si lo hubiramos decidido
justo al principio.
La presuncin de un pastel de un tamao fijo. Una de las razones por la que a
veces hay tan pocas opciones sobre la mesa en una negociacin es que cada lado

ve la situacin como un pastel fijo: cuanto menos haya para ti, ms habr para m.
Esta presuncin es pocas veces certera. Hay que tener en cuenta que ambas
partes pueden siempre estar peor de lo que estn ahora.
Adems de un inters compartido en evitar una prdida conjunta, casi siempre
existe la posibilidad de una ganancia conjunta. Esta puede aparecer bajo la forma
del desarrollo de una relacin mutuamente ventajosa o de la satisfaccin de los
intereses de cada parte por medio de una solucin creativa.
Es de mucha ayuda hacer que el inters comn sea explcito y formularlo como un
objetivo comn. Por ejemplo, un gerente de una refinera de petrleo, amenazada
por la subida de impuestos por parte del municipio donde se encuentra, podra
establecer con el alcalde el objetivo comn de conseguir traer nuevas industrias a
la ciudad. Esto sera beneficioso tanto para la refinera, que podra tener en su
cercana una fbrica de plsticos, como para el municipio, en el cual se crearan
nuevos puestos de trabajo. La exencin de impuestos para las nuevas empresas
sera, entonces, una accin para conseguir el objetivo compartido, y no una
concesin que le hace el alcalde al gerente.
Pensar que la solucin de su problema es su problema. Para que un
negociador alcance un acuerdo que satisfaga su propio egosmo, necesita
desarrollar una solucin que tambin sea atractiva para el egosmo del otro. Por
ello, en lugar de ponerle a la otra parte las cosas difciles, hemos de presentarles
una opcin, si no atractiva, al menos lo menos dolorosa posible.
Por muy complejo que pueda parecer el proceso de toma de decisiones de la otra
parte, lo comprenderemos mucho mejor si seleccionamos a una persona
probablemente la misma con la que ya estamos tratando e intentamos
comprender cmo se ve el problema desde su punto de vista. As podemos llegar a
ver nuestro papel bajo una nueva luz y considerar que nuestro trabajo, por
ejemplo, es darle a esa persona nuevos argumentos necesarios para convencer a
los dems de que se pongan de acuerdo con ella. Un embajador britnico describi
su trabajo como Ayudar a mi oponente a conseguir nuevas instrucciones. Si nos
ponemos firmemente en el lugar de nuestro oponente, comprenderemos su
problema y la clase de opciones que pueden resolverlo.

Insistir en que se utilicen criterios objetivos

Por muy bien que comprendamos los intereses de la otra parte o inventemos
formas de conciliarlos, casi siempre nos enfrentaremos a la dura realidad de los
intereses en conflicto. Por mucho que se hable de estrategias ganar-ganar, nada
puede esconder este hecho. Nosotros queremos que el alquiler sea ms bajo; el
casero lo quiere ms alto. Queremos que nos entreguen la mercanca maana; el
proveedor preferira entregarla la semana prxima. Esta clase de diferencias no
pueden esconderse bajo alfombra.
Intentar conciliar diferencias basndose en la voluntad tiene unos costes muy
serios. Ninguna negociacin tiene posibilidad alguna de ser eficaz si lanzamos
nuestra voluntad contra la de la otra parte: o bien tendremos que ceder nosotros o
bien tendrn que hacerlo ellos. La solucin es negociar sobre alguna base
independiente de la voluntad de cualquiera de las partes, es decir, basndose en
criterios objetivos.
Cuanta ms eficiencia, imparcialidad o criterio cientfico utilicemos para tratar
nuestro problema particular, ms probable es que consigamos un resultado final
que sea juicioso e imparcial. Cuanto ms nos refiramos nosotros y la otra parte al
precedente y a lo que se acostumbra en nuestra comunidad, mayor ser nuestra
oportunidad de beneficiarnos de la experiencia pasada. Adems, un acuerdo que
est en consonancia con un precedente es menos vulnerable al ataque. Si un
contrato de alquiler contiene los trminos habituales o si un contrato de venta
sigue lo que es costumbre en la industria, hay menos riesgo de que cualquiera de
los negociadores piense que se le ha tratado duramente o intente, ms tarde,
denunciar el acuerdo.
Normalmente encontraremos ms de un criterio objetivo que podamos utilizar
como base para un acuerdo. Supongamos que nuestro coche queda inutilizado y
que presentamos una reclamacin ante una compaa de seguros. En nuestra
discusin con el perito podemos tener en cuenta unos ndices del valor del coche
tales como el coste original menos la depreciacin, la cantidad por la que
podramos haber vendido el coche, el coste de reemplazo de ese coche por uno
similar, etc.
Una vez que hayamos identificado algunos de los criterios objetivos y estemos
preparados para discutirlos con la otra parte debemos recordar tres puntos
bsicos:

Formular cada asunto como si se tratara de la bsqueda conjunta de


criterios objetivos. Si estamos negociando para comprar una casa, podemos
empezar por decir: Mire, usted quiere un precio alto y yo, uno bajo. Vamos a ver si
encontramos cul sera el precio justo. Qu normas objetivas pueden ser ms
importantes?. A pesar de nuestros intereses enfrentados, ahora tenemos un
objetivo comn con la otra parte: llegar a determinar un precio justo. Aqu
podemos empezar a sugerir uno o ms criterios para establecerlo: el coste de la
casa ajustado segn la depreciacin y la inflacin, el precio de venta reciente de
casas similares en el vecindario, etc., y luego invitar al vendedor a que presente
sus sugerencias.
Razonar y estar abierto a razonar sobre qu normas son las ms
apropiadas y cmo deben aplicarse. Insistir en que un acuerdo est basado en
criterios objetivos no significa que se base nicamente en los criterios que nosotros
presentamos. Una norma de legitimidad no excluye la existencia de otras. Lo que
la otra parte cree que es justo puede no ser lo que nosotros creemos que es justo.
Cuando cada parte presenta una norma distinta, hemos de buscar una base
objetiva para decidir entre ellas, como por ejemplo qu norma han utilizado las
partes en el pasado o qu norma se aplica ms ampliamente.
En un caso dado, es posible que haya dos criterios (como, por ejemplo, el valor de
mercado y el coste depreciado) que produzcan resultados diferentes, pero que las
dos partes estn de acuerdo en que parecen igualmente legtimos. En este caso,
partir la diferencia o llegar a un cierto compromiso entre los resultados sugeridos
por los dos criterios objetivos es perfectamente legtimo, porque el resultado
seguir siendo independiente de la voluntad de las partes.
No ceder nunca a la presin, nicamente ante el principio. La presin puede
adoptar muchas formas: un soborno, una amenaza, una llamada manipuladora a la
confianza o el simple rechazo a hacer alguna concesin. En todos estos casos, la
respuesta basada en los principios debe ser la misma: invitar a la otra parte a
manifestar sus razonamientos, sugerir criterios objetivos pertinentes y rechazar
hacer ninguna concesin si no se apoya en estas bases. No hay que ceder nunca
ante la presin, nicamente ante los principios.
Es difcil decir quin prevalecer, pero, en general, nosotros tendremos la ventaja
ya que, adems de nuestra fuerza de voluntad, tendremos tambin el poder de
persuasin y la legitimidad que nos proporciona seguir abiertos a la razn. Ser

ms fcil para nosotros resistirnos a hacer una concesin arbitraria de lo que sera
para la otra parte resistirse a presentar algn criterio objetivo.
Veamos un caso en el que una parte utiliz el regateo posicional y la otra, la
negociacin basada en los principios. A Toms, un camin de la basura le ha
dejado el coche totalmente inutilizable en el lugar donde lo haba aparcado. El
coche estaba asegurado, pero la cantidad exacta que Toms podra recuperar
deba negociarse con el perito de la compaa de seguros.
Perito: La compaa ha estudiado el caso y tiene derecho a una indemnizacin de
800 euros.
Toms: Cmo han llegado a esa cifra?
Perito: Bueno, eso es lo que hemos decidido que vala el coche. Cunto quiere
usted?
Toms: Lo que me corresponda segn mi pliza. Un coche parecido de segunda
mano, junto con los impuestos, me saldra por 1500 euros.
Perito: Eso es demasiado.
Tomas: Yo no le pido ni 1500, ni 1000, ni 5000, sino una compensacin justa. Est
de acuerdo en que es justo que yo obtenga lo que necesito para reemplazar el
coche?
Perito: Le ofrezco 1000 euros. Es lo mximo que puedo pagarle. Es la norma de la
empresa.
Toms: Puede que los 1000 euros sean un importe justo. No lo s. Claro que
comprendo su postura si est usted obligado por la poltica de la empresa. Pero a
menos que pueda decirme, objetivamente, por qu, ser mejor que vaya a juicio.
Perito: Bueno, Sr. Garca. Aqu tengo un anuncio en el peridico de hoy en el que
ofrecen un Ford por 1000 euros.
Toms: Ya lo veo. Qu kilometraje tiene?
Perito: 85.000. Por qu?
Toms: Porque el mo solo tena 42.000. Cunto sube eso el valor del coche, en su
libro?

Perito: Djeme ver 300 euros.


Toms: Si asumimos que los 1000 euros son una base posible, esto sube la cifra a
1300. El anuncio dice algo de una radio...?
Media hora ms tarde Toms sali de la oficina con un cheque por 1600 euros.

Qu pasa si los otros son ms poderosos?


Ningn mtodo puede garantizarnos el xito si toda la influencia y poder estn en
manos de la otra parte. Si entramos en una tienda de antigedades para comprar
un juego de t de plata autntica, valorado en miles de euros, y todo lo que
poseemos es un billete de 500, no debemos esperar que una negociacin experta
supere esa diferencia.
En respuesta al poder, lo mximo que cualquier mtodo de negociacin puede
hacer es alcanzar dos objetivos:
1.

Impedir que lleguemos a un acuerdo que deberamos rechazar. En


un momento dado, un objetivo puede parecernos tremendamente importante,
pero, mirndolo retrospectivamente podemos darnos cuenta de que tenamos
ms opciones. Por ejemplo, nos preocupar no haber conseguido llegar a un
acuerdo en un negocio importante en el que hemos invertido mucho dinero.
Bajo esas condiciones, un gran peligro es que seamos demasiado
acomodaticios frente a las opiniones de la otra parte. El canto de sirena Vamos
a ponernos todos de acuerdo y a terminar con esto es muy persuasivo y puede
acabar con nuestra aceptacin de un trato que deberamos haber rechazado.

2.

Ayudarnos a sacar el mayor partido posible de lo que tenemos para


que cualquier acuerdo que hagamos satisfaga nuestros intereses lo
mejor posible.Cuando una familia est decidiendo el precio mnimo de su
casa, la pregunta adecuada que deben hacer no es lo que ellos deben ser
capaces de conseguir, sino lo que harn s, transcurrido cierto tiempo, no han
vendido la casa. Una vez consideradas todas las alternativas (alquiler,
conversin del solar en un aparcamiento, etc.), deben ver cul de esas
alternativas es la ms atractiva y compararla con la mejor oferta recibida por la
casa. As descubrirn cul es su mejor alternativa posible a un acuerdo
negociado (MAPAN). Ese es el nico criterio que puede protegerlos tanto de

aceptar trminos demasiado poco favorables como de rechazar trminos


beneficiosos para sus intereses.

Qu pasa si no quieren seguir el juego?


Si la otra parte no quiere seguir nuestro juego y se atrinchera en sus posiciones
podemos:
Jiu-jitsu de negociacin: adoptar una estrategia que se centra en lo que la otra
parte puede hacer. Contrarresta los movimientos bsicos de la negociacin
posicional de tal forma que dirige su atencin hacia las circunstancias. Esta
estrategia se denomina jiu-jitsu de negociacin.
Segn esta estrategia, al igual que en las artes marciales, el judo y el jiujitsu, debemos evitar lanzar nuestra fuerza contra la de nuestro oponente de forma
directa. En lugar de ello, hemos de tratar de canalizar la fuerza del oponente hacia
la exploracin de intereses, inventando opciones de beneficio mutuo y buscando
criterios independientes.
Meditacin de un texto. Centrarnos en lo que una tercera parte puede hacer. Si
el jiu-jitsuno tiene efecto sobre la otra parte debemos considerar la posibilidad de
incluir a una tercera, entrenada para centrar la discusin en los intereses, las
opciones y los criterios. La herramienta ms eficaz que una tercera parte puede
utilizar es el procedimiento de la meditacin de un texto.
En este procedimiento un mediador separa a las partes del problema y dirige la
discusin hacia los intereses y las opciones existentes. Quiz el uso ms famoso
que se ha hecho de l haya sido el que llev a cabo Estados Unidos en Camp
David, en septiembre de 1978, cuando actu de mediador entre Egipto e Israel.
Estados Unidos escuch a ambas partes, prepar un borrador con el que nadie se
comprometi, solicit que se le hicieran crticas, y mejor el borrador, una y otra
vez, hasta que los autores consideraron que no podan mejorarlo ms. Cuando el
presidente Carter present el texto, Israel y Egipto lo aceptaron.
El procedimiento funcion notablemente bien, como tcnica mecnica para limitar
el nmero de decisiones, reducir la inseguridad de cada decisin e impedir que las
partes se fueran encontrando cada vez ms encerradas en sus posiciones.

Conclusin
Muchas de las ideas de este libro ya las conocemos en alguno de nuestros niveles
de experiencia. Lo que los autores han intentado hacer es organizar el sentido y la
experiencia comunes para proporcionarnos un marco til de pensamiento y
actuacin. Cuanto ms coherentes sean estas ideas con nuestro conocimiento e
intuicin, tanto mejor. Muchos abogados expertos y hombres de negocio
experimentados han comentado que, despus de leerlo, por fin saban lo que han
estado haciendo y por qu, a veces, les funcionaba.
La teora y la experiencia sugieren que el mtodo de la negociacin basada en los
principios produce, a la larga, unos resultados sustantivos. Adems, se ha
demostrado que es ms cmodo, ms eficaz y menos caro para las relaciones
humanas.
Esto no quiere decir que sea fcil cambiar de costumbres, separar las emociones
de las circunstancias o reclutar a otras personas en la tarea de encontrar una
solucin adecuada para un problema compartido. De vez en cuando tendremos
que recordarnos a nosotros mismos que lo primero que estamos intentando ganar
es un modo mejor de negociar, que evite que tengamos que optar entre las
satisfacciones de obtener lo que deseamos y ser honrados, porque podemos tener
ambas cosas.

Fin del resumen

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