V.

LA ACTITUD RELIGIOSA:
LA RELIGIN COMO RESPUESTA.

V.1. ACTITUD DETERMINADA POR LO SAGRADO.

V.1.1. Experiencia de sentido.
El hombre, en el encuentro con lo sagrado, con las hierofanas, alcanza ideas y
sentimientos que cambian la manera de entenderse a s mismo y su comportamiento. Esa realidad
extraa le llama la atencin y le lleva a entender su vida en la direccin de una trascendencia
donde encontrar su plenitud. Desde ese momento aspira a superar todo lo que le rodea y quiere
implantarse en esa otra vida que se le muestra.
El hombre religioso no se da, sino que se hace. Es el hombre que descubre algo nuevo y
diferente y quiere acercarse y ser l mismo esa realidad divina o sagrada que descubre. Es ms, el
hombre descubre que no ser l mismo en plenitud si no se acerca y vive esa realidad, pues se da
cuenta que en ella est la respuesta a todos sus anhelos y aspiraciones, que en ella se le ofrece la
condicin del sentido absoluto. Pero no como algo que se invente, sino como algo que se
encuentra.
Sabemos que la experiencia humana no se reduce a lo percibido por los sentidos y lo
verificable, como podan decir los empiristas. Tampoco se limita a la propia conciencia y a la
racionalizacin del propio yo. El hombre est dotado de muchas maneras de acceder a la realidad,
entre las que est la experiencia de sentido, por la que se abre a la presencia de algo enteramente
otro.
La experiencia cotidiana nos abre a objetos y acontecimientos que podemos controlar y
entender, nuestra reflexin permite conocernos, pero la experiencia de sentido va ms all,
interpreta los contenidos anteriores llevando a la persona a un campo significativo ms amplio y
valioso, pero inobjetibable y fuente de compromisos vitales.
Pero esta experiencia no pretende controlar la realidad, sino que se sita en actitud de
respeto y admiracin, espera que se muestre para participar de su grandeza. Ms que demostrar
pretende abrir horizontes y sugerir nuevas realidades.
Los elementos constitutivos de toda experiencia de sentido son tres:
a. Iluminacin, pues permite al hombre sentirse enriquecido al descubrir su fundamento y
meta ltima.
b. Trascendimiento, porque le lleva a salir de s mismo y a entrar en una realidad superior
que lo perfecciona.
c. Participacin, porque de alguna forma se hace con algo de esa realidad sugerida.
El vehculo de esta experiencia es el smbolo, un signo que transmite un sentido y pone al
hombre en contacto con una realidad escondida e inaccesible de manera inmediata, debido a su
carcter limitado, situado y finito.

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Se trata de una experiencia referencial basada en una ruptura de nivel por la que el
hombre se abre a un campo de significacin ms profunda, donde lo vivido inmediatamente
permite conocer realidades que estn ms all de lo cotidiano.

V.1.2. La experiencia religiosa.

Si aplicamos lo dicho a la actitud religiosa, vemos que se trata de una experiencia de

sentido en cuyo centro est lo sagrado, lo numinoso, lo santo, como punto ltimo de referencia que
garantiza la realizacin plena del hombre. No se trata de una experiencia de lo inmediato, sino de
profundizacin en ella. El hombre no podra experimentar a Dios en sus cultos y ritos, si no lo
descubriera de algn modo en lo cotidiano del mundo y de su vida. Es ah donde se producen
estas experiencias, en las que la realidad divina se da a conocer a travs de las vivencias
humanas, pero quedando siempre tras el velo de lo que las trasciende.
Los elementos determinantes de toda experiencia religiosa son:
a. Insobornable y terrible. Se trata de algo imprevisible, una fuerza dispensadora de todo, que
rebasa el nivel humano y escapa a cualquier apropiacin por parte de los hombres.
b. Delimitacin y forma. Algo que determina lo catico y salvaje, que confiere forma y hace
posible el mundo.
c. Envo. Elemento mediador entre los dos anteriores que revela un camino de salvacin, que
hace de la religin un mensaje de liberacin
En toda experiencia religiosa autntica aparecen estos tres elementos o principios
(material, formal y final), que son captados por el hombre como algo inapropiable, como un orden
superior y como salvacin definitiva. De estos principios derivan las caractersticas de la
experiencia religiosa:
a. Inmediatez. La experiencia religiosa no se da en contacto directo con la realidad tpica de las
sensaciones, sino como un encuentro personal con lo sagrado, pero a travs de otras
realidades que sirven de mediaciones. No se trata de algo sensible o especulativo, sino de una
vivencia que brota por simpata con la presencia de una realidad superior evocada en la
conciencia.
b. Globalidad. No es una experiencia puntual o reducida a determinados aspectos de la realidad,
sino que abarca a la persona y la realidad enteras. A la vez, en ella se juega el hombre su
destino ltimo, pues es donde descubre las respuestas que ponen en marcha sus dimensiones
ms importantes, como la racionalidad o el compromiso tico.
c. Transformacin. En la experiencia religiosa el sujeto se siente transformado por completo,
pues al reconocer una realidad superior sale de s mismo y descubre nuevos horizontes y
metas a su vida. Descubre algo con valor supremo a lo que ajusta su conducta para alcanzar
la plenitud personal
Este tipo de experiencias son las que provocan en el hombre la actitud religiosa, actitud que se
caracteriza por la bsqueda del sentido y por la aceptacin incondicional de esa realidad
encontrada, como ltimas palabra y realidad insondable. El hombre la acepta con confianza
porque la ve como mximo poder y valor incondicional, como algo que colma todas sus
pretensiones y ansias de bsqueda.
Esta docilidad brota del sentimiento de salvacin que experimenta el hombre, que traduce en
trminos de liberacin integral y de vida totalmente renovada. Slo en esta aceptacin de ese
modelo superior se siente verdadero hombre que se realiza plenamente.

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V.1.3. La religin como encuentro personal con Dios.
V.1.3.1. El hombre es un ser de alteridad.
La antropologa nos descubre que una de las dimensiones fundamentales de la persona
es su capacidad de apertura, encuentro y comunicacin con los otros. El sujeto humano est
abierto al mundo y a los hombres. Esta apertura es la que le hace que sea persona, pues slo en
la relacin vital del yo con el t podemos hablar de un hombre autntico.
El hombre no es un ser encerrado en s mismo, sino que es eminentemente dialogal,
necesita comunicar sus sentimientos e ideas.
Es ms, el hombre que es hombre con los otros, necesita el encuentro interpersonal, la
relacin entre personas en respectividad, reciprocidad e intimidad. Respectividad porque se sabe
distinto y referencia mutua. Reciprocidad porque necesita respuestas iguales a sus vivencias y
experiencias. E intimidad porque necesita encontrarse en lo ms profundo de su propio yo y no en
la periferia de simples acontecimientos. Estas caractersticas se basan en una estructura peculiar:
Inviolabilidad. El respeto al otro yo que se reconoce con sus derechos y obligaciones.
Dignidad. El reconocimiento de la supremaca de la persona por encima de cualquier
forma de objetivacin y manipulacin.
Interioridad. El hombre es autoposesin y autoconciencia, coincide consigo mismo y sabe
quien es, que piensa y existe. Necesita reflejarse en los otros.
Libertad. Es capaz de optar, de abrirse a los otros sin restriccin alguna. Se sabe a s
mismo como un valor y en el encuentro personal as reconoce al otro.
Estos elementos son la base de todo encuentro interpersonal. Son el modo propio del
hombre de estar en la realidad, desprenderse de s mismo y salir hacia lo que est fuera. Relacin
que capacita al hombre que se encuentra para la donacin mutua y el trascendimiento hacia lo
incondicionado, hacia un T definitivo.
Es aqu donde se abre la posibilidad del encuentro personal del hombre con Dios. Pero no
faltan dificultades a la hora de aplicar el encuentro humano al encuentro con Dios:
a. La absoluta trascendencia del misterio. Vimos que lo sagrado supone una ruptura de nivel que
lo hace heterogneo y misterioso. Pero es superioridad pone al hombre en la pista de la
trascendencia, ante una llamada que le obliga a responder. Esa interpelacin cumple las
condiciones de todo encuentro personal, pues afecta al ncleo de la persona a pesar de la
distancia, aparece a la conciencia humana como un sujeto de un acto de encuentro.
b. La posible objetivacin del sujeto religioso. El hombre religioso puede caer en la tentacin de
objetivar ese misterio, de convertirlo en una cosa que se apropia y domina. Pero lo sagrado
aparece siempre como lo otro inobjetivable, como algo que no se tiene a la mano. El Misterio
no es una cosa entre las cosas ni un simple objeto de nuestro conocimiento, sino un horizonte
distinto con el que el hombre se encuentra de forma semejante a como lo hace con las
personas.
c. La ausencia de dilogo personal en algunas de las grandes religiones. Como sucede con el
nirvana budista o con el brahmanismo hind.
A pesar de estas dificultades, podemos definir la actitud religiosa como el encuentro
personal con lo santo o el Misterio. Actitud que es configurada por dos notas fundamentales:
a. Inobjetividad conceptiva. Ya sabemos que lo sagrado y misterioso rebasan nuestro nivel de
conocimientos, que no puede ser objetivado y usado como una cosa a la mano. Por eso la
relacin que el hombre guarda con l no es la misma que se da en el conocimiento cientfico,
que cae siempre bajo el dominio del sujeto. El ser humano carece de capacidad comprensiva
ante el misterio. Si se comprendiera ya no sera Dios, o el Misterio. En la actitud religiosa el

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sujeto no domina intelectivamente sobre el objeto, porque sabe que desborda su finitud, que
es el centro y razn de su existencia. Ante este reconocimiento el hombre no tiene ms
remedio que someterse y saberse dependiente de dicha realidad. Aceptar su existencia como
un regalo.
b. Interpelacin personal. En todo encuentro interpersonal se da una interpelacin o llamada
mutua. En las distintas religiones el encuentro con lo sagrado, la presencia de lo divino, se
muestra como un t con el que se establece una relacin que rene las condiciones del
encuentro personal: respectividad, reciprocidad, intimidad y subjetividad. La actitud religiosa se
fundamenta en la dualidad yo-t propia de todo ser personal, tiene carcter de dilogo, pues
es sntesis de algo que me afecta, otro distinto que sale a mi encuentro.
De todas formas, es preciso aclarar que el encuentro del hombre con Dios no responde al
simple esquema de causa-efecto o de sujeto-objeto, sino al de apelacin-respuesta, tpico de los
seres espirituales, por el que el hombre se abre a un nuevo horizonte de realidad y de sentido.
Pero se trata de una relacin especfica que reconoce y respeta los distintos niveles de realidad.
Podemos concluir que toda religin define el encuentro del hombre con
Dios, una realidad absoluta de carcter personal que se presenta al hombre como un
enfrente que le invita a entrar en una relacin intersubjetiva. En toda experiencia religiosa
Dios aparece como un sujeto que atrae, que se comunica y que habla al hombre
manteniendo intacta la mutua respectividad y posibilitando el trascendimiento humano.

V.1.4. Definicin de la actitud religiosa.

Se trata de un hecho humano especfico que consiste en el reconocimiento y
aceptacin por parte del hombre de una realidad suprema que confiere sentido ltimo al
mundo, al hombre y a la historia, que es la ltima respuesta al interrogante del hombre
sobre s mismo y sobre el mundo.
En todo hecho religioso se dan tres componentes necesarios:
a. Hecho humano especfico. La religin es una actividad exclusivamente humana, que
requiere su inteligencia y voluntad. Y a la vez es irreductible a cualquier otro hecho humano,
pues supone entender la existencia desde la perspectiva de la trascendencia.
b. Realidad suprema. Es el elemento determinante de la actitud religiosa. Se identifica con el
Ser Supremo o trascendente, dotado de una triple superioridad:
b.1. Ontolgica, porque se trata de un ser o realidad en grado supremo.
b.2. Axiolgica, porque se entiende como el valor supremo.
b.3. Personal, porque goza de las caractersticas propias de lo humano en grado mximo.
Esta superioridad es la que le concede un rango que no es equiparable con nada del
mundo o de la realidad humana. De ah que se denomine como Misterio.
c. Funcin salvfica. Una realidad tal, situada en un nivel superior, es la que confiere el sentido
ltimo, pues en el encuentro con ella el hombre alcanza su plenitud y se siente liberado. Como
dice Dumry, toda religin comporta un clima de optimacin en el que el hombre aspira a
superar el estado presente trascendindose hacia un estado definitivo o nueva esfera de
realidad considerada como anticipo de la vida definitiva y perdurable.
Todo hecho religioso supone unos elementos bsicos:
1. El hombre en su realidad existencial.
2. Lo divino como realidad trascendente.

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3. El sentido de dependencia y la funcin salvfica.
Elementos entre los que se cumplen todos los aspectos de la relacin: un sujeto, un objeto y un
fundamento que los vincula.
Todos estos elementos determinan los rasgos distintivos de la religin tanto por parte del hombre
como por parte del misterio.
Por lo que respecta al hombre, los caracteres principales son los siguientes:
1. Dinmico, pues comporta una actividad constante.
2. Emocional, pues afecta al hombre en su totalidad, y de manera especial a sus aspectos
interiores o espirituales.
3. ntico y mstico, pues se vive de manera nuclear, muchas veces es indefinible e inexpresable.
4. Doctrinal,, ya que contiene unas verdades imprescindibles.
5. Colectivo y eclesial, se vive y se ejerce e unin con los otros.
6. Inmanente y trascendente, pues va desde la vida cotidiana hasta una realidad totalmente
ajena y fuera del mundo.
Por parte del Misterio, la religin se presenta como una irrupcin en la propia vida de una
potencia extraa que conmueve al hombre impulsndolo a cambiar de vida. Le fuerza o anima a
ser l mismo con la ayuda de alguien mayor. Es un movimiento que concierne al hombre en su
intimidad ms profunda teniendo que dejar de ser lo que es para conquistar otra forma de vida ms
perfecta. Conseguir esta vida es la meta de la actitud religiosa, que se traduce en actos y prcticas
mediante las cuales pretende el hombre acortar distancias y hacer presente a Dios en la propia
vida, a la vez que se transporta l mismo a la nueva esfera descubierta.

V.2. CATEGORAS RELIGIOSAS Y FORMAS AFINES.

V.2.1. Categoras y prcticas religiosas.
Se trata de los conceptos fundamentales tpicamente religiosos o manifestaciones
externas de la actitud religiosa.
a. Fe y oracin.
Elementos constantes en todas las religiones. La fe es el reconocimiento y aceptacin de
una realidad trascendente y personal que dota de sentido a la vida del hombre. Aunque la fe
religiosa excluye la evidencia, no por eso se reduce a un simple presentimiento, sino que se
entiende como un verdadero conocimiento. Toda forma de fe tiene una estructura que incluye
necesariamente la obediencia a esa verdad creda y la confianza en aquel que la manifiesta.
El hombre que cree en Dios, lo presiente, obedece su verdad y se confa a l, deca G. Van
der Leeuw.
En la fe se abren siempre dos caminos: apoderamiento y comportamiento, que culminan
en la salvacin. Apoderamiento en cuanto el creyente encuentra su lugar propio en Dios, en
quien encuentra la vida en plenitud. Comportamiento porque a partir de esa conviccin ordena
su existencia, sus costumbres y conducta moral, hacia esa totalidad y unidad descubiertas.
La oracin es consecuencia de la fe. El que cree necesita el encuentro con el Misterio por
medio de la palabra, el dilogo permanente con lo divino. Sus formas son tantas como
posibilidades ofrece la comunicacin humana, fundamentalmente son de invocacin y accin
de gracias. Algunos estudiosos de la religin dicen que la oracin es la expresin originaria de
toda actitud religiosa, pues el misterio se presenta como lo nico necesario frente a las otras
realidades de la vida del hombre.

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b. Fiesta y culto.
Todas las religiones sealan das especiales en los que el hombre rompe con la
monotona para dedicarse a Dios. Son las fiestas, das sealados con carcter sagrado y
religioso, en los que cesa toda actividad y se viven en especial dedicacin al servicio divino.
Se puede decir que la fiesta es una reactualizacin de los acontecimientos sagrados
originarios, del tiempo mtico. Es la forma de recuperar y repetir el tiempo, que no se pierde,
sino que se renueva y revive. En cada da festivo se reencuentra el mismo tiempo de los aos
anteriores, a la vez que se rememoran y actualizan las gestas divinas de los orgenes.
La fiesta consta de elementos distintos y reviste modalidades tan dispares como formas
religiosas existen. Pero en todos los casos expresa el deseo del hombre de regenerar su
existencia profana y de vivir en la eternidad transformando el curso temporal en un momento
interminable.
Por culto entendemos un conjunto de actos y ritos sociales cuya finalidad es la de
exteriorizar y compartir las vivencias religiosas, preferentemente en los das festivos o
momentos intensos. Es elemento constante y requisito de toda religin. No hay religin en la
que no aparezcan tiempos, lugares y actos clticos donde se expresen comunitariamente los
sentimientos propios de la fe religiosa. La mayora de los cultos son fenmenos culturales
concretos que permiten su estudio y determinar la estructura de una determinada religin.
Todo culto obedece a una normativa dictada por la comunidad en la que se realiza. Est
exento de todo pragmatismo utilitarista, lejos de ser un instrumento para obtener favores
mundanos.
En todo acto de culto intervienen dos aspectos fundamentales: el litrgico, porque se basa
en la repeticin de determinadas palabras, y el dramtico, porque tiene carcter de
representacin.
En el culto se da forma conjunta a las vivencias del individuo y de la colectividad, y a la
conducta del poder supremo. En l se unen la indigencia humana y la sobreabundancia divina;
se renen el ser del hombre y el ser de Dios.
c. Sacrificio.
Este componente reviste formas distintas segn las religiones, pero tiene unos elementos
comunes en todas ellas. Sacrificio, sacrum-facere, se refiere a la introduccin de algo profano
en el mbito de lo sagrado con el fin de fortalecer los vnculos del hombre con la divinidad.
Trata de establecer una comunicacin entre lo sagrado y lo profano por medio de un objeto o
una vctima sacrificial.
Las formas ms comunes de accin sacrificial son: el ofrecimiento de dones o intercambio de
favores entre el hombre y los dioses; la expiacin de las culpas mediante la destruccin de una
vctima que sustituye a quien la sacrifica; comunin o unin con la divinidad compartiendo una
comida. Estas formas, como tantas otras, expresan la actitud religiosa entendida como unin
con la divinidad por la que se concede al hombre su salvacin.
Un caso peculiar de sacrificio son los sacramentos cristianos, en cuanto que la vctima es
a la vez la persona oferente divina, Cristo que se ofrece a s mismo como vctima propiciatoria.
d. Culpa y pecado.
Se trata de una categora presente en todas las religiones, y significa el rechazo
consciente por parte del hombre en el cumplimiento de sus obligaciones, una actitud de
rechazo o negacin hacia lo divino y hacia las prescripciones que brotan de la fe en l. En las
grandes religiones histricas, como el cristianismo, se trata de un rechazo de la ley divina,
transgresin que supone un alejamiento de Dios que desemboca en la muerte del hombre, su
no-salvacin. En estas tradiciones se afirman dos constantes la libertad absoluta del hombre
para transgredir dicha ley y el amor y perdn permanentemente ofrecido por Dios.

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e. Muerte e inmortalidad.
Parece lgico que el hecho biolgico de la muerte, as como sus connotaciones humanas,
son acontecimientos evidentes, que como tales aparecen recogidos en toda actitud religiosa.
Pero no sucede lo mismo con la inmortalidad, que, siendo esencial en toda religin, no es
interpretada de la misma manera en todos los credos (resurreccin, reencarnacin,
transmigracin,...), aunque siempre es considerada como un don de Dios (participacin en una
vida de orden superior) que supone la transfiguracin de la duracin en un instante eterno
propio de la vida divina. Es como la recuperacin del tiempo en su totalidad o el logro de una
vida interminable en un nuevo estado.
V.2.2. Formas afines a la religin.
a. Magia.
Por magia se entiende el conjunto de prcticas por la que se intenta conseguir bienes y
favores inalcanzables por medios ordinarios. El que ejerce la magia pretende apropiarse de
unos poderes superiores valindose de una habilidad especial para manipular las fuerzas de la
naturaleza.
Se trata de un fenmeno tan antiguo como la humanidad, aunque predomina en ambientes
de carcter primitivo o de escaso nivel cultural.
La magia reconoce el orden sobrenatural, pero recurre a la intervencin del hombre para
apropiarse de fuerzas misteriosas derivadas del Ser supremo.
Son dos los fines perseguidos por la magia: obtener favores (magia positiva-activa) y evitar
males (magia negativa-pasiva). Dos formas tpicas: la magia blanca, que ordena su actuacin
a la conquista de algn bien, y la magia negra, que intenta causar daos a otros.
Es cierto que magia y religin se entrecruzan e incluso se confunden a lo largo de la
historia, pero sus diferencias son radicales. La magia, que denota un poder desproporcionado,
es debida a un falso concepto del mundo, de sus leyes y de su relacin con lo divino. La
religin es consciente de la limitacin humana, opta por el acatamiento y la sumisin de la
realidad al poder divino, por el respeto del curso natural de los acontecimientos, fruto de una
actitud de confianza salvfica y de la libertad del hombre.
b. Hechicera.
Forma afn a la magia negra, que parte de un concepto de naturaleza que excluye todo
poder sobrenatural. Se trata de una apropiacin de poderes naturales ocultos con fines
malficos mediante una habilidad extraordinaria que se ejerce. Segn los casos se considera
que el hechicero o bien est posedo o por poderes malignos, o bien que posee un poder
extraordinario basado en un conocimiento especial de las leyes de la naturaleza. Los medios
empleados en la prctica de la hechicera varan segn los pueblos y las culturas y son
transmitidos de padres a hijos y de maestros a discpulos.
Formas afines a la hechicera son el chamanismo, la brujera y los curanderos. Todos ellos
disponen de poderes fuera de lo comn como condicin imprescindible para el desarrollo de
sus funciones.
c. Supersticin.
Se trata de una prctica basada en determinadas creencias que atribuye poderes
extraordinarios a ciertos ritos sin relacin con la divinidad. Valindose de objetos especiales

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(amuletos) y practicando ritos singulares, el hombre supersticioso cree vencer el temor y la
angustia producidos por fuerzas amenazadoras y poderes extraos e incontrolados.
Entre sus manifestaciones ms frecuentes encontramos: el culto indebido hacia lo divino,
oraciones milagreras, adivinacin del futuro (cartomancia, quiromancia), hechizo protector (uso
de amuletos y talismanes), maleficios (mal de ojo),... Todas estas prcticas son debidas a una
falsa comprensin que diviniza la naturaleza atribuyndole poderes propios de lo sobrenatural.
La carencia de convicciones religiosas autnticas y la excesiva credulidad son factores
determinantes de la actitud supersticiosa, cuyo mejor antdoto est en una buena formacin,
ya sea cientfica o religiosa.

V.3. ESQUEMAS Y CLASES DE RELIGIN.

El hombre ha expresado de diferentes maneras a lo largo de la historia su vivencia peculiar
de lo sagrado, siempre de acuerdo con su nivel de comprensin de la realidad y de desarrollo
cultural. De ah que haya una multiplicidad de manifestaciones religiosas y de grupos religiosos.
Aunque todas ellas tengan un ncleo universal identificable, son diferenciadas de acuerdo a
distintos criterios historiogrficos y antropolgicos. Para nuestro estudio seguiremos un doble
criterio: su momento de aparicin y presencia histrica, y el tipo de concepcin de la divinidad y el
tipo de relacin con ella.

V.3.1. Esquemas bsicos.

a. Religin primaria.
Grupo formado por todas las formas de religin que se desarrollan desde el inicio del
tercer milenio a. C., momento de la llamada revolucin neoltica. Son religiones de carcter
totmico1 y animista. Mas que religin se puede hablar de una mentalidad religiosa para la
cual la naturaleza y, en general, el mundo estn animados por espritus. Esta concepcin no
quita para que se conciba un ser supremo de tipo testa al que se subordinan los distintos
poderes o espritus. Otra forma tpica es el denominado manismo, una particular forma de
veneracin a los antepasados como dadores de vida, fecundidad y fertilidad.
b. Religin secundaria.
A partir del Neoltico, en torno a los siglos XVII-XVI a. C., con la aparicin de las
sociedades complejas, surgen las grandes civilizaciones, como la China o la japonesa, y ms
adelante las grandes civilizaciones del Medio Oriente. En todas ellas se desarrolla una religin
que concibe la divinidad de manera extensiva, dominando las formas pantestas, dualistas y
politestas.
c. Religin terciaria.
Dentro de este grupo, a partir del siglo VI a. C., con el desarrollo y diversificacin cultural,
aparecen las grandes religiones que conciben la divinidad de manera intensiva, el
monotesmo, como experiencia de una divinidad nica y siempre la misma. En este grupo
1

El trmino totemismo proviene del hind totam, que indica la familiaridad o la relacin familiar de
personas o grupos con animales o plantas. El ttem es la representacin de pueblos cazadores, que
representa al animal portador de fuerza, el Seor-espritu que cumple una funcin de ayuda y defensa.
Normalmente encarna al animal muerto, de donde se deriva el tab de no cazar o comer al animal totmico,
incluso de no casarse dentro del mismo clan totmico.

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encontramos una gran variedad de comprensiones, que van desde el Budismo, al Judasmo, el
Islam o el Cristianismo.
V.3.2. Tipos de religin.
a. Religiones proftica y sapiencial.
Religin proftica es aquella en la que la verdad ltima no se alcanza por reflexin
humana, sino gracias a una revelacin o manifestacin de la palabra de Dios, que se vale de
hombres privilegiados (profetas) para comunicarla y darla a conocer.
Una religin sapiencial es aquella en la que no hay revelacin alguna, sino que el hombre
mismo reflexiona sobre la realidad y llega por sus medios al conocimiento de la verdad y
sentido ltimos de la vida y de la historia.
b. Religiones politesta, henotesta y monotesta.
Una religin politesta se basa en la representacin de la divinidad en distintas entidades
superiores o pluralidad de dioses, que, por lo general, corresponden a las distintas fuerzas de
la naturaleza deificadas.
Una religin henotesta es la religin politesta que da primaca a unas determinadas
divinidades sobre las dems por razones de orden local, nacional o poltico. Se rinde culto
exclusivo a la divinidad escogida, pero sin olvidar a las restantes.
Una religin monotesta, con un concepto ms depurado de la divinidad, slo reconoce un
nico Dios trascendente y personal, autor del mundo, creador y salvador del hombre.
c. Religiones mstica y personalista.
En una religin mstica Dios lo es todo para el hombre, el individuo desaparece
entregndose al absoluto, en cuya unin es absorbido por completo.
Una religin personalista, por el contrario, a la vez que reconoce la soberana de Dios,
mantiene intactas la originalidad y posibilidades del sujeto humano, que se relaciona
personalmente con la divinidad sin perder su individualidad.
d. Religiones tribal y universal.
Religin tribal es la propia de una comunidad natural, tribu o pueblo, en la que el individuo
alcanza la salvacin por el hecho de su pertenencia natural a un grupo determinado.
Una religin universal rompe los esquemas espacio-temporales, no se reduce a un pueblo
o grupo determinado, sino que se extiende a todos los hombres, su especificidad est en el
hombre en cuanto hombre, sin restricciones de ninguna clase. Cualquiera que lo desee puede
acceder a dicha religin.
e. Religiones primitiva, arcaica e histrica.
Una religin primitiva tiene su fundamento en un mito como forma de expresin de la
realidad percibida como sagrada y de su relacin con ella. Este tipo de religiones, adems del
Ser supremo, poseen otras figuras indeterminadas de carcter divino que centran su inters y
actos de culto.
Una religin arcaica ya profesa un culto verdadero en el que intervienen sacrificios y
sacerdotes.
Y una religin histrica, a parte de ser conocida de manera directa en la historia, posee
un concepto claro del carcter trascendente de la divinidad, y establece de manera organizada
los cultos, los cdigos de comportamiento y se institucionaliza.