Fabulas Infantil

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LA LIEBRE Y LA TORTUGA.

FABULA SOBRE EL ESFUERZO


En el mundo de los animales viva una liebre muy orgullosa y vanidosa, que no
cesaba de pregonar que ella era la ms veloz y se burlaba de ello ante la
lentitud de la tortuga.
- Eh, tortuga, no corras tanto que nunca vas a llegar a tu meta! Deca la liebre
rindose de la tortuga.
Un da, a la tortuga se le ocurri hacerle una
inusual apuesta a la liebre:
- Estoy segura de poder ganarte una carrera.
- A m? Pregunt asombrada la liebre.
- S, s, a ti, dijo la tortuga. Pongamos nuestras
apuestas y veamos quin gana la carrera.

La liebre, muy ingreda, acept la apuesta.


As que todos los animales se reunieron para
presenciar la carrera. El bho seal los puntos de
partida y de llegada, y sin ms prembulos
comenz la carrera en medio de la incredulidad de
los asistentes.
Astuta y muy confiada en si misma, la liebre dej coger ventaja a la tortuga y
se qued haciendo burla de ella. Luego, empez a correr velozmente y
sobrepas a la tortuga que caminaba despacio, pero sin parar. Slo se detuvo a
mitad del camino ante un prado verde y frondoso, donde se dispuso a
descansar antes de concluir la carrera. All se qued dormida, mientras la
tortuga sigui caminando, paso tras paso, lentamente, pero sin detenerse.
Cuando la liebre se despert, vio con pavor que la tortuga se encontraba a una
corta distancia de la meta. En un sobresalto, sali corriendo con todas sus
fuerzas, pero ya era muy tarde: la tortuga haba alcanzado la meta y ganado
la carrera!
Ese da la liebre aprendi, en medio de una gran humillacin, que no hay que
burlarse jams de los dems. Tambin aprendi que el exceso de confianza es
un obstculo para alcanzar nuestros objetivos. Y que nadie, absolutamente
nadie, es mejor que nadie
Esta fbula ensea a los nios que no hay que burlarse jams de los dems y
que el exceso de confianza puede ser un obstculo para alcanzar nuestros
objetivos.
Si conoces alguna otra fbula para nios y quieres compartirla con nosotros y
los dems padres, estaremos encantados de recibirla.

EL LEN Y EL RATN. FBULA SOBRE EL VALOR


Fabula del Len y el ratn
Despus de un largo da de caza, un len se ech a descansar debajo de un
rbol. Cuando se estaba quedando dormido, unos ratones se atrevieron a salir
de su madriguera y se pusieron a jugar a su alrededor. De pronto, el ms
travieso tuvo la ocurrencia de esconderse entre la melena del len, con tan
mala suerte que lo despert. Muy malhumorado por ver su siesta interrumpida,
el len atrap al ratn entre sus garras y
dijo dando un rugido:
-Cmo te atreves a perturbar mi sueo,
insignificante ratn? Voy a comerte para
que aprendis la leccin!El ratn, que estaba tan asustado que no
poda moverse, le dijo temblando:
- Por favor no me mates, len. Yo no quera molestarte. Si me dejas te estar
eternamente agradecido. Djame marchar, porque puede que algn da me
necesites
- Ja, ja, ja! se ri el len mirndole - Un ser tan diminuto como t, de qu
forma va a ayudarme? No me hagas rer!.
Pero el ratn insisti una y otra vez, hasta que el len, conmovido por su
tamao y su valenta, le dej marchar.
Unos das despus, mientras el ratn paseaba por el bosque, oy unos terribles
rugidos que hacan temblar las hojas de los rboles.
Rpidamente corri hacia lugar de donde provena el sonido, y se encontr all
al len, que haba quedado atrapado en una robusta red. El ratn, decidido a
pagar su deuda, le dijo:
- No te preocupes, yo te salvar.
Y el len, sin pensarlo le contest:
- Pero cmo, si eres tan pequeo para tanto esfuerzo.
El ratn empez entonces a roer la cuerda de la red donde estaba atrapado el
len, y el len pudo salvarse. El ratn le dijo:
- Das atrs, te burlaste de m pensando que nada podra hacer por ti en
agradecimiento. Ahora es bueno que sepas que los pequeos ratones somos
agradecidos y cumplidos.

El len no tuvo palabras para agradecer al pequeo ratn. Desde este da, los
dos fueron amigos para siempre.
Si conoces alguna otra fbula para nios y quieres compartirla con nosotros y
los dems padres, estaremos encantados de recibirla.

La paloma y la hormiga. Fbula con moraleja


Paloma
Obligada por la sed, una hormiga baj a un arroyo; arrastrada por la corriente,
se encontr a punto de morir ahogada.

Una paloma que se encontraba en una rama cercana observ la emergencia;


desprendiendo del rbol una ramita, la arroj a la corriente, mont encima a la
hormiga y la salv.

La hormiga, muy agradecida, asegur a su nueva amiga que si tena ocasin le


devolvera el favor, aunque siendo tan pequea no saba cmo podra serle til
a la paloma.

Al poco tiempo, un cazador de pjaros se alist para cazar a la paloma. La


hormiga, que se encontraba cerca, al ver la emergencia lo pic en el taln
hacindole soltar su arma.

El instante fue aprovechado por la paloma para levantar el vuelo, y as la


hormiga pudo devolver el favor a su amiga.

Si conoces alguna otra fbula para nios y quieres compartirla con nosotros y
los dems padres, estaremos encantados de recibirla.

EL RATN CAMPESINO Y EL CORTESANO


Ratones
Un ratn campesino tena por amigo a otro de la corte, y lo invit a que fuese a
comer a la campia.
Pero como slo poda ofrecerle trigo y yerbajos, el ratn cortesano le dijo:
- Sabes amigo que llevas una vida de hormiga? En cambio yo poseo bienes en
abundancia. Ven conmigo y a tu disposicin los tendrs.

Partieron ambos para la corte. Mostr el ratn ciudadano a su amigo trigo y


legumbres, higos y queso, frutas y miel.

Maravillado el ratn campesino, bendeca a su amigo de todo corazn y


renegaba de su mala suerte.
Dispuestos ya a darse un festn, un hombre abri de pronto la puerta.
Espantados por el ruido los dos ratones se lanzaron temerosos a los agujeros.

Volvieron luego a buscar higos secos, pero otra persona incursion en el lugar,
y al verla, los dos amigos se precipitaron nuevamente en una rendija para
esconderse.

Entonces el ratn de los campos, olvidndose de su hambre, suspir y dijo al


ratn cortesano:

- Adis amigo, veo que comes hasta hartarte y que ests muy satisfecho; pero
es al precio de mil peligros y constantes temores. Yo, en cambio, soy un
pobrete y vivo mordisqueando la cebada y el trigo, pero sin congojas ni
temores hacia nadie.

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