Teoria Del Cambio Cultural-Julian H. Steward
Teoria Del Cambio Cultural-Julian H. Steward
Teoria Del Cambio Cultural-Julian H. Steward
EL SIGNIFICADO DE EVOLUCIN
a. evolucin cultural, a pesar de ser un concepto largamente en desuso,
4 ha suscitado nuevo inters durante las dos ltimas dcadas. Este inters
no indica ninguna reconsideracin seria de las reconstrucciones histricas
particulares de los evolucionistas del siglo xix, que fueron descartadas por
razones producto de las bases empricas. Nace de la importancia metodolgica potencial de la evolucin cultural para la investigacin contempornea, de las implicaciones de sus objetivos cientficos, sus procedimientos
taxonmicos y su conceptualizacin del cambio histrico y la causalidad cultural. Por lo tanto, una evaluacin de la evolucin cultural debe ocuparse de
definiciones y de significados. Pero no quiero involucrarme en problemas
semnticos. Intentar demostrar que si se hacen algunas distinciones en el
concepto de evolucin, es evidente que ciertas propuestas metodolgicas
encuentren ahora una amplia aceptacin.
Para aclarar las cosas, debemos considerar primero el significado de
evolucin cultural en relacin con la evolucin biolgica, porque hay una
gran tendencia a considerar a la primera como una extensin de la segunda y, por lo tanto, anloga a la primera. Por supuesto que existe una relacin
entre evolucin biolgica y cultural, ya que un desarrollo mnimo del homnido era una precondicin de la cultura. Pero, la evolucin cultural es una
extensin de la biolgica slo en el sentido cronolgico (Huxley 1952). La
naturaleza de los esquemas evolutivos y de los procesos de desarrollo difiere
profundamente en biologa y en cultura. En la evolucin biolgica se asume
que todas las formas estn relacionadas genticamente y que su desarrollo es
esencialmente divergente. Los paralelismos, como el desarrollo del vuelo, la
natacin y la sangre caliente, son superficiales y francamente poco comunes.
An ms, estos ltimos generalmente se consideran instancias de la evolucin convergente, ms que paralelismos verdaderos.
Por otra parte, en evolucin cultural se asume que los patrones culturales en diversas partes del mundo no estn genticamente relacionados y,
sin embargo, pasan por secuencias paralelas. Son tendencias divergentes que
no siguen la secuencia universal postulada, como aquellas causadas por ambientes locales distintivos, a los que se atribuye solamente una importancia
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crean una complejidad cuantitativa, est implicito el punto de vista evolucionista, que considera que el desarrollo de niveles est marcado por la aparicin de patrones o tipos de organizacin cualitativamente distintivos. As
como las formas simples unicelulares de vida son sucedidas por formas multicelulares e internamente especializadas que contienen clases distintivas de
organizacin total, as las formas sociales que consisten en familias y linajes
son sucedidas por comunidades multifamiliares, bandas o tribus y stas, en
turno, por patrones de Estado, cada uno envolviendo no solamente una mayor heterogeneidad interna y especializacin, sino sobre todo, nuevas clases
de integracin (Steward 1950, 1951). As, el evolucionismo se distingue del
relativismo por el hecho de que el primero atribuye distintividad cualitativa
a los estadios sucesivos, sin tener en cuenta la tradicin particular, mientras que el segundo las atribuye a la tradicin particular de un rea cultural,
ms que al estado de desarrollo.
Esto nos lleva a la cuestin del progreso, que es la segunda caracterstica, tanto biolgica como cultural, atribuida a la evolucin. El progreso debe
medirse con valores definibles. La mayora de las ciencias sociales siguen
siendo tan etnocntricas, especialmente en su aplicacin prctica, que los
juicios de valor son casi inevitables. Hasta en la "Declaracin de los Derechos Humanos" (1947), presentada a las Naciones Unidas por la American
Anthropological Association, se refleja claramente el valor estadounidense sobre los derechos individuales y la politica democrtica. Sin embargo,
ni ste ni cualquier otro criterio de valor implican evolucin. De hecho, el
concepto de progreso es ampliamente separable de la evolucin y puede enfocarse de muchas maneras. Kroeber, quien es sin duda un evolucionista,
sugiere tres criterios para medir el progreso: "la atrofia de la magia basada en la psicopatologa; el debilitamiento de las obsesiones infantiles con el
entendimiento de los acontecimientos fisiolgicos de la vida humana, y la
tendencia persistente al crecimiento acumulativo de la ciencia y la tecnologa" (Kroeber 1948:304). stos no son valores absolutos en sentido filosfico; son "las vas por las que el progreso puede legtimamente considerarse
una caracterstica o un atributo de la cultura". Luego, por definicin, es posible, aunque no necesario, considerar el progreso como una caracterstica
de cualquier forma de cambio cultural, se le considere o no como evolutivo.
Tenemos que concluir que la evolucin cultural no puede distinguirse del
relativismo cultural o del particularismo histrico, por alguna similitud esencial entre su esquema de desarrollo y aqul de la evolucin biolgica, por su
caracterstica creciente complejidad, o por su atributo de progreso. Sin em-
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ningn esfuerzo por revisar esos esquemas a la luz de los nuevos datos empricos referentes a la historia de culturas individuales lo que ya es un hecho
bastante notable, no necesariamente significa que L. H. Morgan (1910) y
sus contemporneos (Tylor 1865, 1871,1881,1899) fallaron completamente
al reconocer los patrones y procesos importantes de cambio en casos particulares. La inadecuacin de la evolucin unilineal se basa especialmente en
la prioridad postulada de los patrones matriarcales sobre otros patrones de
parentesco y en el esfuerzo indiscriminado para forzar los datos de todos
los grupos precivilizados de la humanidad, que incluyen a la mayor parte del
mundo primitivo para colocarlos en las categoras de "salvajismo" y "barbarie". Sin embargo, la categora de "civilizacin" envuelve una generalizacin menos absoluta, simplemente porque estaba concebida en trminos del
Oriente Medio, el norte del Mediterrneo y el norte de Europa. Otras reas
que llegaron a la civilizacin, especialmente del Nuevo Mundo, fueron menos conocidas y han recibido menos atencin.
En otras palabras, si bien la reconstruccin histrica y las deducciones a
que diera lugar contenan muchas equivocaciones con respecto a los primeros estadios del desarrollo cultural, porque no reconocan la pluralidad de las
variedades en las tendencias locales, los anlisis de la civilizacin contienen
muchos elementos valiosos, porque se basan ms concretamente en acontecimientos que ocurrieron primero en Egipto y Mesopotamia y luego en Grecia, Roma y el norte de Europa. A pesar de que las comparaciones con otras
reas, especialmente las Amricas, pero tambin India y China, dejan mucho que desear en cuanto a formas, funciones y procesos de desarrollo conciernentes a la civilizacin en general, no obstante, las conclusiones pueden
ser vlidas bajo circunstancias limitadas. Es as que los conceptos de Henry
Maine con respecto a los procesos referentes a la evolucin de una sociedad
basada en lazos de parentesco, a una sociedad-estado territorial, esclarecen
muchos puntos sobre el desarrollo cultural en otras tantas regiones, aunque
no necesariamente en todas. Las categoras tales como "con base en el parentesco" y "Estado" son demasiado amplias; se necesita hacer en ellas distinciones entre tipos particulares, aunque sean recurrentes.
Probablemente, existen muchas formas y procesos evolutivos estudiados por los evolucionistas, que tienen validez siempre que se les considere
como cualidades de determinadas tradiciones culturales y no como caractersticas universales de la cultura. En los muy esclarecedores anlisis de V.
Gordon Childe (1934,1946) y otros, sobre el desarrollo cultural del Mediterrneo oriental y de Europa occidental, si se hiciese un estudio realmente
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comparativo, probablemente encontraramos ciertos paralelos bastante precisos con otras reas del mundo. Sin embargo, es significativo que el enfoque
de Childe sobre la evolucin en mayor escala haya producido un retroceso
hacia las grandes generalizaciones.
Evolucin universal
Actualmente, la evolucin universal, cuyos principales representantes son
Leslie White y V. Gordon Childe, es la herencia de la evolucin unilineal del
siglo xix, especialmente segn las formulaciones de L. H. Morgan (desde el
punto de vista de sus generalizaciones, pero no en su tratamiento de los particulares). Conscientes de que la investigacin emprica del siglo xx ha invalidado las reconstrucciones histricas unilineales de culturas particulares, que
constituyen el rasgo esencial de los esquemas del siglo xix, White y Childe
se empean en mantener vivo el concepto evolutivo de periodos culturales, relacionndolos con una cultura de la humanidad en conjunto. Las tradiciones culturales distintivas y las variaciones locales las reas y subreas
culturales que se han desarrollado como resultado de tendencias histricas especiales y de adaptaciones ecolgico-culturales a ambientes especiales,
son excluidas por irrelevantes. White (1949: 338-339) establece:
Podemos decir que la cultura como un todo sirve a las necesidades del hombre como especie. Pero esto no lo hace, ni puede servirnos de nada, cuando
tratamos de dar cuenta de las variaciones de una cultura especfica [...]. El
funcionamiento de cualquier cultura en particular estar condicionado, por
las condiciones ambientales locales. Pero al considerar a la cultura como
un todo, podremos promediar todos los ambientes juntos, para formar un factor
constante que puede ser excluido de nuestra formulacin del desarrollo cultural (Steward 1949; las itlicas son de Steward).
En mucho, Childe reconcilia lo general y particular de la misma forma. Dice
que "todas las sociedades han vivido en ambientes histricos diferentes y
han pasado por vicisitudes diferentes, que sus tradiciones han sido divergentes, por lo cual la etnografa revela una multiplicidad de culturas, tal como
lo hace la arqueologa" (Childe 1951:32). Childe encuentra que considerar lo
particular es una "seria desventaja si tenemos por objetivo establecer estadios generales en la evolucin de las culturas," y de esta manera, "descubrir
leyes generales que describan la evolucin de todas las sociedades, nosotros
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extraemos [...] las particularidades debidas a diferencias de hbitat" (Childe 1951:35). Tambin debemos descontinuar la difusin, porque cualquier
sociedad debe estar dispuesta a aceptar tecnologas y rasgos sociales difusas. Al mismo tiempo, si bien los desarrollos locales dentro de cierto periodo
general son en gran medida divergentes, el concepto de evolucin es salvado al asumir que la difusin trae rasgos tecnolgicos y sociales a todas las sociedades, recreando as, convergentemente, los patrones requeridos (Childe
1951:160 ff). Ms bien, este esfuerzo invertido en la difusin, para equilibrar
la evolucin divergente, est basado empricamente, casi exclusivamente en
los datos del Viejo Mundo. Childe no dice cmo los paralelismos entre el
Viejo y Nuevo Mundo encuadran con este razonamiento.
Es interesante notar que en las discusiones tericas de White no hace
ninguna referencia a sus propios estudios, extensos y detallados, de los indios
Pueblo, y que el excelente conocimiento de Childe sobre los patrones y procesos de desarrollo que se descubren en la arqueologa del Cercano Oriente
y Europa vienen a ser casi un estorbo para sus discusiones tericas. El conocimiento profundo de Childe sobre la evolucin cultural de estas dos reas es
altamente esclarecedor; pero l simplemente confunde las dos reas cuando
se empea en colocarlas dentro de estadios de desarrollo simplificados.
Es importante reconocer que el evolucionismo de White y Childe arroja resultados sustantivos de orden muy diferente de aquellos de la evolucin
del siglo xix. Las secuencias culturales postuladas son tan generales, que
no resultan de mucha utilidad. Ninguno discute que la cacera y la recoleccin que Childe diagnostica como "salvajismo", precedieron a la domesticacin de plantas y animales; tampoco se contradice su criterio de "barbarie
y el hecho de que sta fuese una condicin previa de las grandes poblaciones,
de las ciudades, de la diferenciacin social interna y de la especializacin, as
como del desarrollo de la escritura y las matemticas, que son caractersticas
de "civilizacin".
Si uno examina la evolucin universal con vistas a encontrar leyes o procesos de desarrollo, en vez de encontrar trminos de una reconstruccin sucesiva de la cultura, tambin resulta difcil reconocer cualquier cosa que sea
nueva o controversial. Hace tiempo ya se acept el hecho general de que la
cultura cambia de lo simple a lo complejo y tambin la "ley" de White (1943),
de que el desarrollo tecnolgico, expresado segn el control del hombre sobre la energa, subyace a ciertos logros culturales y cambios sociales. Tampoco suscita retos la transferencia que hace Childe de la frmula darwiniana a
la evolucin cultural. La variacin se ve como invencin, la herencia como
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aprendizaje y difusin y la adaptacin y seleccin, como la adaptacin cultural y la eleccin (Childe 1951:175-179). Es ciertamente un objetivo ms amplio mirar a las leyes universales del cambio cultural. Sin embargo, hay que
destacar que todas las leyes universales postuladas hasta ahora, se refieren al
hecho de que la cultura cambia de que todas las culturas cambian y, por lo
tanto, no pueden explicar caractersticas particulares de culturas particulares. En este aspecto las "leyes" de evolucin cultural y de evolucin biolgica son similares. Ni la variacin, ni la herencia, ni la seleccin natural, pueden
explicar ni una sola forma de vida, puesto que no se ocupan de las caractersticas de especies particulares y no tienen en cuenta el nmero incalculable de
circunstancias y factores especiales que producen diferenciacin biolgica
en cada especie. Similarmente, las leyes de White sobre los niveles de energa, por ejemplo, no pueden decirnos nada sobre el desarrollo de las caractersticas de las culturas individuales. De los datos de evolucin, biolgica y
cultural, podemos deducir que, sucesivamente aparecen nuevas formas de
organizacin, pero la naturaleza especfica de estas formas slo se puede conocer trazando la historia de cada una al detalle.
As, difiere el problema y mtodo de la evolucin universal de los de la
evolucin unilineal. Con o sin razn, los evolucionistas del siglo XIX trataron
de explicar concretamente por qu el matriarcado debe preceder a otras formas sociales, por qu el animismo fue el precursor de dioses y espritus, por
qu una sociedad basada en el parentesco evolucion en una sociedad territorial controlada por el Estado y, por qu aparecieron otras rasgos especficos de la cultura.
evolucin multilineal no tiene esquemas o leyes apriori. Reconoce que las tradiciones culturales de diferentes reas puedan ser total o parcialmente distintivas, simplemente pone la cuestin de por qu, cualquier similitud genuina
o significativa existe entre ciertas culturas y de cmo, stas conducen por s
mismas a una formulacin. Estas similitudes pueden envolver rasgos salientes de culturas enteras, o pueden implicar solamente rasgos especiales, como
clanes, sociedades de hombres, clases sociales de varios gneros, clereca o
patrones militares.
Puede objetarse, que la formulacin es limitada, que postula que una
determinada caracterstica digamos un clan que se ha desarrollado independientemente en dos o ms culturas no pueda ser considerada evolucin.
Nosotros, entonces, retornamos a las definiciones. Si la evolucin puede ser
considerada como un inters por determinar formas recurrentes, procesos
y funciones, ms que como esquemas mundiales y leyes universales, los muchos esfuerzos por hacer generalizaciones cientficas ya se traten de relaciones sincrnicas o funcionales, o de secuencias diacrnicas, relaciones
secuenciales que abarquen pocas o muchas culturas son metodolgicamente semejantes a la evolucin. Los evolucionistas del siglo XIX estaban
profundamente interesados en hacer generalizaciones.
Evolucin multilineal
Un inters implicito en el parelismo y la causalidad ha estado siempre presente en los estudios culturales; que parece haber aumentado durante las ltimas dos dcadas. De hecho, ser bastante sorprendente si cualquiera se
atiene muy tenazmente a las implicaciones lgicas de posiciones relativistas,
como para clamar que la comprensin derivada del anlisis de una cultura
no proporciona conocimiento alguno con respecto a la forma, la funcin y el
proceso en otras. La dificultad est en hacer que estos discernimientos pasen
del nivel del presentimiento al de las formulaciones explcitas. Los postulados
paralelos y las relaciones recurrentes de causa-efecto son vistos con suspicacia. stos pueden ser cuestionados sobre bases empricas, y la dificultad inherente de inferir leyes culturales puede ser atacada con bases filosficas. De
este modo, permanece predominante la metodologa de los estudios culturales en el particularismo histrico, ms que de la generalizacin cientfica.
Paralelismoy causalidad
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Sin embargo, muchos investigadores que hicieron contribuciones notables, dentro del marco de la llamada "Escuela de Boas", expresaron un inters genuino en los paralelismos. As, Lowie (1925), que fue implacable con
la reconstruccion unilineal de L. H. Morgan, no solamente reconoce el desarrollo paralelo y la invencin independiente en muchos rasgos, como las
moieties (mitades), el sistema dual de nmeros, los cultos mesinicos y otros
(Lowie 1940:376-377), sino que est muy preparado para aceptar una clase
de necesidad en el desarrollo cultural, al grado en que ciertos logros culturales presuponen otros. "Si una tribu practica la metalurgia, es claro que no
se halla en el plano del salvajismo; ocurre solamente que los que cran ganado y los agricultores forjan metales" (Lowie 1940:45). Pero niega, que esas
culturas puedan ser clasificadas sobre las bases de la metalurgia, porque los
africanos, por ejemplo, la practicaban, pero carecan de otros rasgos de otras civilizaciones ms desarrolladas. Aunque Lowie no puede aceptar la evolucin
unilineal' de Morgan, coincide con la mayor parte de los profesionales de
nuestro gremio en aceptar estas generalizaciones, tales como las que puede ofrecer la evolucin universal y, adems, es en muchos aspectos, un evolucionista multilineal. Quin es entonces ms evolucionista, Lowie o White?
Los antroplogos estadounidenses tradicionalmente presuponen la
existencia de paralelismos entre el Viejo y el Nuevo Mundo en la invencin
de la agricultura, la crianza del ganado, la cermica, la metalurgia, los Estados, el sacerdocio, los templos, el cero y las matemticas, la escritura y otros
rasgos. Tal vez decir que esto los hace evolucionistas multilineales sea ir demasiado lejos. Cuando surge la cuestin de la causalidad cultural paralela, se
conviene en que estas similitudes se mantienen al ser solamente superficiales, o al representar una evolucin convergente; o bien se ha dicho que las
relaciones histricas y funcionales involucradas son an comprendidas imperfectamente para permitir formulaciones en trminos de regularidades
interculturales. Sin embargo, muchas personas han reconocido un significado profundo en estos paralelos, pensando que la difusin debe haber
ocurrido entre los hemisferios, mientras que otros han intentado formular
Lowie, en una contestacin a White, argumentaba que Morgan, Tylor y otros autores
estaban forzando los datos histricos de ciertas culturas a patrones unilineales en vez
de lidiar con la evolucin de una cultura mundial abstracta o generalizada. Ver Robert
H. Lowie, "Evolution in Cultural Anthropology: A Reply to Leslie White," American
Anthropologist, xLvIII, 1946:223-233.
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secuencias del Viejo y del Nuevo Mundo en trminos de periodos de desarrollo comparables.
Kroeber (1948:241), no vacilaba en concluir que en los numerosos paralelismos en diferentes partes del mundo:
las relaciones o patrones culturales se desarrollan espontneamente a partir de desarrollos internos probablemente con ms frecuencia que por
toma u ocupacin directa. Adems, siendo limitado el nmero de formas
culturales, muchas veces el mismo tipo evoluciona independientemente.
Es as que evolucionan una y otra vez las sociedades monrquicas, democrticas, las feudales o divididas en castas, sociedades teocrticas o
relativamente irreligiosas, naciones expansionistas y mercantiles o las autosuficientes y agricultoras.
Ya he llamado la atencin sobre declaraciones de Lesser, Boas, Kidder
y otros autores, respecto de la comprensin intercultural en trminos de leyes, regularidades o paralelismos que para llamar a estas "leyes" pueden
usar algun otro trmino como los objetivos principales de la antropologa
(Steward 1949, 1950). La lista podra extenderse e incluira una parte sustancial de la profesin.
No es necesario llevar a cabo la determinacin y el anlisis de los paralelismos en un nivel puramente cultural. Son tan lgicos los argumentos de
Leslie White (1949: captulo 14) a favor de la interpretacin del cambio cultural en trminos estrictamente culturolgicos, que puede quedar la impresin de que culturologa y evolucin son sinnimos Est ms all de la mira
de este escrito argir sobre la materia. Pero debo insistir en que la eliminacin que hace White de los factores tanto humanos como ambientales es un
aspecto de su preocupacin por la cultura ms que por las culturas. En diversos estudios he intentado demostrar cmo es que las adaptaciones ecolgico-culturales aquellos procesos adaptativos en los que es modificada una
cultura derivada de un proceso histrico en un ambiente particular estn
entre los procesos creativos importantes del cambio cultural (Steward 1938).
Hay ciertos problemas donde el potencial racional y emocional del
hombre no son un factor cero en la ecuacin. As, Kluckhohn (1949:267)
sugiere que "si se bloquea la salida habitual de la agresividad de una tribu en
guerra, se puede predecir un aumento de hostilidad intratribal (quiz en forma de brujera), o en los estados patolgicos de melancola que resultan de
la clera hacia el propio yo". Este atributo psicolgico de los seres humanos,
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que canalizan la agresin de cierta manera, puede ser un factor significante en la formulacin de ciertos paralelismos culturales. Por ejemplo, entre
los iroques y sus vecinos, los prisioneros de guerra eran primero adoptados
como miembros de la familia del captor y luego eran torturados y asesinados. Raymond Scheele (1947) ha sugerido que este patrn ofrece un medio para desviar hostilidades latentes contra parientes hacia miembros de un
grupo ajeno. Se encuentra un patrn similar entre los tupinambas de Amrica del Sur y entre otras tribus de distintas partes del mundo. Aunque las
premisas psicolgicas y las manifestaciones culturales pueden estar sujetas a
interrogantes, los datos sugieren una til formulacin intercultural de ciertos
modos de conducta.
Las clases de paralelismos, o similitudes, con que opera la evolucin
multilineal se distinguen por su ocurrencia limitada y por su especificidad.
Por esta razn, el problema metodolgico principal de la evolucin multilineal est en hacer una taxonoma correcta de los fenmenos culturales.
Taxonoma cultural
Cualquier ciencia puede tener medios precisos para identificar y clasificar los
fenmenos recurrentes de que se ocupa. Es sintomtico de la orientacin
histrica, y no de los estudios culturales, que haya pocos trminos que designen culturas enteras o componentes de culturas que se puedan emplear
interculturalmente. Las expresiones "cultura de las planicies", "cultura ganadera del Africa Oriental", "civilizacin china" y dems, designan regiones culturales que se interpretan como patrones y complejos de elementos
nicos. Gran cantidad de trminos sociolgicos, como "banda", "tribu",
"clan", "clase", "Estado", "sacerdote" y "chamn" se utiliza para describir
rasgos que se encuentran repetidamente en culturas genricamente no relacionadas, pero son demasiado generales para que puedan sugerir paralelismos de forma o proceso. Los trminos ms precisos designan caractersticas
tecnolgicas muy especiales, como "arco", "tlad", o "tejido con ikat". Sin
embargo, estos rasgos no implican patrones amplios y lo nico que se infiere, por lo general, de su distribucin es que ha habido difusin.
La condicin actual de la taxonoma cultural revela una preocupacin
por el relativismo y prcticamente todos los sistemas de clasificacin se derivan fundamentalmente del concepto de rea cultural. Bsicamente, el rea
cultural se caracteriza por contener un elemento distintivo que, al menos en
el nivel tribal, constituye la conducta compartida por todos los miembros de
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Ralph Linton utiliza el trmino "tipo cultural" pero claramente tiene en mente el
concepto de rea cultural, donde hay ms que tipos encontrados en las diferentes
tradiciones cultnrales. Ver Ralph Linton, The Study of Man. New York: Appleton-Century-Crofts, 1936:392.
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la designacin de "agricultura de bosque tropical" sigue refirindose meramente a quienes hacen labores agrcolas en los bosques tropicales hmedos, en vez de a cultivos determinados, mtodos de trabajo, mercados y
caractersticas culturales relacionadas. Es posible que las reas culturales de
los bosques tropicales, tanto del Viejo como del Nuevo Mundo, incluyendo
el Mediterrneo y los bosques septentrionales, produjeran tipos culturales
indgenas nicos. Es ms probable que se descubran paralelismos importantes entre esas regiones si se las compara con referencia al ambiente, la
tecnologa y el periodo de desarrollo.
En la actualidad, el inters por los paralelismos se concentra en el desarrollo de las civilizaciones del Viejo y el Nuevo Mundo. Los paralelismos
son impactantes e innegables. Incluyen el desarrollo independiente segn
la mayora de los antroplogos, pero no segn todos de una lista notable de
caractersticas bsicas: domesticacin de plantas y animales, irrigacin, pueblos y ciudades grandes, metalurgia, clases sociales, Estados e imperios, sacerdocio, escritura, calendarios y matemticas. Aunque an existe una gran
tendencia a acentuar los rasgos distintivos de cada centro o tradicin y, por
lo tanto, cada una es vista como un rea cultural y no como un tipo cultural,
el inters en la funcin y el proceso gradualmente lleva consigo el uso de una
terminologa comparable. En lugar de los trminos tcnicos como "Edad
de Piedra temprana", "Edad de Piedra tarda" y "Edad de Bronce", se estn
empleando otros potencialmente tipolgicos, como "Formativo", "Floreciente", o "Clsico" y "Fusin" o "Imperio", en lo que se refiere al Nuevo
Mundo. En cuanto al Viejo Mundo, Childe ha introducido trminos parcialmente equivalentes, como el de "Revolucin urbana".3 Creo que se puede
pronosticar la aparicin de una taxonoma indicativa de paralelismos importantes a medida que el inters se concentre cada vez ms en las interrelaciones de caractersticas culturales y en los procesos mediante los cuales las
culturas se adaptan a los diversos ambientes.
La base conceptual de la taxonoma evolutiva multilineal no es menos
aplicable a las tendencias contemporneas del cambio cultural que a los cambios precolombinos. Actualmente, las diversas culturas nativas del mundo
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Estos trminos y su importancia han sido abordados por Julian H. Steward (1949:
1-27) y Wendell C. Bennett (1948). Ver Julian H. Steward, "Cultural Causality and
Law: A Trial Formulation of the Development of Early Civilization," American
Anthropo logist, LI, 1949:1-27; y Wendell C. Bennett (ed.), A Reappraisal of Peruvian Archaeology, Memoir, S ocieg for Ametican Archaeology, Vol. XIII, Part 11;1948.
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No todos los paralelos tienen necesariamente que basarse en una secuencia de desarrollo. Es as que las regularidades que postula Redfield en los
cambios de una sociedad folk bajo la influencia urbanizadora apenas se pueden llamar "evolucin". Sin embargo, nuestra premisa fundamental es que el
rasgo metodolOgico crucial de la evolucin es la determinacin de relaciones
causales recurrentes en tradiciones culturales independientes. En cada uno
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de los tipos culturales mencionados anteriormente, ciertos rasgos se relacionan funcionalmente con otros y la profundidad del factor tiempo, o del desarrollo, est necesariamente implicita; ya que, independientemente de qu
rasgos sean considerados causas y cules considerados efectos, se presupo-,
ne que algunos deben ir siempre acompaados por otros, en las condiciones
estipuladas. Siempre tiene que haber desarrollo a travs del tiempo: ya sea;
que se requieran diez, veinte aos, o varios siglos para que la relacin se establezca, el desarrollo a travs del tiempo debe siempre darse; tambin en
los desarrollos paralelos que slo requieren unos pocos aos, e implican solamente un nmero limitado de rasgos que no son menos evolutivos, desde
un punto de vista cientfico, que las secuencias que implican culturas totales
y que abarcan milenios.
CONCLUSIONES
La evolucin cultural se puede considerar ya sea como un tipo especial de reconstruccin histrica o como una metodologa o enfoque particular. Las
reconstrucciones histricas del siglo xix de los evolucionistas unilineales se
distinguen por la presuposicin de que todas las culturas pasan por secuencias paralelas no relacionadas genticamente. Esta asuncin se opone a los
relativistas culturales del siglo xx, o a los particularistas histricos que consideran el desarrollo cultural como esencialmente divergente, excepto cuando
la difusin tiende a nivelar diferencias. Este desacuerdo referente al hecho
histrico fundamental se refleja en la taxonoma cultural. Las principales categoras de los evolucionistas unilineales son los periodos de desarrollo aplicables a todas las culturas; las de los relativistas y particularistas son las reas
o tradiciones culturales. La diferencia de punto de vista alcanza tambin a la
propia lgica de la ciencia. Los evolucionistas eran deductivos, apriori y muy
filosficos. Los relativistas son fenomenolgicos y estticos.
La investigacin del siglo xx ha acumulado gran cantidad de evidencias
que apoyan abrumadoramente el argumento de que las culturas individuales difieren significativamente entre s y no pasan por estadios unilineales.
Puesto que este hecho bsico de la historia cultural ya no constituye un tema
de gran controversia, aquellos que han tratado de mantener viva la tradicin de la evolucin del siglo xix se han visto obligados a cambiar su marco de referencia de lo particular a lo general, de un esquema universal donde
se pueden acomodar todas las culturas individuales a un sistema de genera-
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2. EL CONCEPTO Y EL MTODO
DE LA ECOLOGA CULTURAL
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turales dentro de una localidad o unidad territorial es por lo general el objetivo final de los estudios. Se considera la ecologa social o humana como una
subdisciplina en s misma y no como medio para alcanzar algn otro objetivo cientfico. Siendo esencialmente descriptivo, el anlisis carece de los objetivos claros de la biologa, que la utiliza heursticamente para explicar varias
clases de fenmenos biolgicos. Si se considera a la ecologa humana o social como un instrumento operativo y no como un fin en s, se plantean dos
objetivos bien diferenciados: primero, la comprensin de las funciones orgnicas y las variaciones genticas del hombre como especie puramente biolgica; segundo, una determinacin del modo en que la cultura es afectada
por su adaptacin al ambiente. Cada uno de estos objetivos tiene sus propios
conceptos y mtodos.
El primero, el objetivo biolgico, implica varios problemas diferentes.
Puesto que el hombre es un animal domesticado, est afectado fsicamente
por todas sus actividades culturales. La evolucin del homnido se relaciona estrechamente con la aparicin de la cultura, mientras que la aparicin
del Homo sapiens es probablemente resultado de causas culturales, ms que
de causas fsicas. El uso de herramientas, fuego, albergue, vestimenta, los
nuevos alimentos y otros agregados materiales de existencia fueron naturalmente importantes en la evolucin, pero no hay que desconocer las
costumbres sociales. Los grupos sociales regidos por costumbres matrimoniales y tambin por actividades econmicas en determinados ambientes
han sido indudablemente cruciales en la diferenciacin de poblaciones locales y hasta pueden haber contribuido al surgimiento de variedades y de
subrazas humanas.
La explicacin de la conducta cultural humana es un problema de orden
distinto al de la explicacin de su evolucin biolgica. Los patrones culturales no se transmiten genticamente y, por lo tanto, no se pueden analizar del
mismo modo que las caractersticas orgnicas. Pese a que los eclogos sociales se ocupan cada vez ms de la cultura en sus estudios, por lo que se ve, hasta ahora la explicacin de la cultura en s no ha sido su objetivo principal. La
cultura ha ido adquiriendo mayor relevancia como una de las muchas caractersticas de la red de vida local, y las herramientas de anlisis se siguen principalmente tomando de la biologa.
Como uno de los principales conceptos de la ecologa biolgica es la comunidad el conjunto de plantas y animales que interactan dentro de una
localidad la ecologa social o humana enfatiza la comunidad como unidad
de estudio. Sin embargo, "comunidad" es una abstraccin muy general y sin
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significado. Si se la concibe en trminos culturales, puede tener muchas caractersticas diferentes, segn el propsito para el que se la defina. Sin embargo, la tendencia ha sido considerar las comunidades humanas y biolgicas
en trminos de los conceptos biolgicos de competencia, sucesin, organizacin territorial, migracin, gradientes y dems. Todo ello surge del hecho
de que por debajo de la ecologa biolgica hay una lucha implacable y descarnada por la existencia dentro y entre las especies; competencia que en
definitiva est determinada por las posibilidades genticas de adaptacin y
supervivencia en situaciones bitico ambientales particulares. La cooperacin biolgica, como la que se da en muchas formas de simbiosis, es estrictamente auxiliar a la supervivencia de las especies.
Los seres humanos no reaccionan a la red de la vida nicamente a travs de su equipamiento orgnico obtenido genticamente. Ms que la capacidad gentica de adaptacin, la cultura explica la naturaleza de las sociedades
humanas. Adems, la red de la vida de toda sociedad humana local se puede
extender mucho ms all del ambiente fsico inmediato y de su ensamblaje
bitico. En Estados, pases e imperios, estas instituciones ms amplias determinan la naturaleza del grupo local en proporcin no menor a sus adaptaciones locales. Puede haber competencia de una y otra clase, pero siempre est
determinada por la cultura y, con igual frecuencia, se puede prescribir la cooperacin en lugar de la competencia. Por lo tanto, si la naturaleza de las comunidades humanas es el objetivo de anlisis, se encontrarn las explicaciones
mediante el empleo de conceptos y mtodos histrico-culturales y no de conceptos biolgicos, aunque, como demostraremos, los mtodos histricos por
s mismos son insuficientes.
Muchos autores en ecologa social o humana han sentido la necesidad
de distinguir entre fenmenos y mtodos biolgicos y culturales, pero an
no han trazado distinciones claras. Es as que Hollingshead (1940) reconoce una diferencia entre un "orden ecolgico (enraizado principalmente en la
competencia)" y la "organizacin social [que] ha evolucionado fuera de
la comunicacin" (Hollingshead 1940; Adams 1935, 1940). Este intento
de conceptualizar la competencia como categora totalmente diferente de
otros aspectos de la conducta determinada por la cultura es, por supuesto,
artificial. Bates (1953), bilogo humano, reconoce la importancia de la cultura en la determinacin de la naturaleza de las comunidades, pero no aclara si empleara la ecologa humana para explicar el rango de las adaptaciones
biolgicas del hombre en situaciones ambiental-culturales, o si se interesa en
la cultura.
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[N. de AGJ] Una excelente antologa sobre la ciudad, de nombre Antologa de Sociologa
Urbana, compilada por Mario Bassols, Roberto Donoso, Alejandra Massolo y Alejandro Mndez, publicada por la Universidad Nacional Autnoma de Mxico (UNAN),
en 1988, contiene un captulo
dedicado a la escuela de sociologa de Chicago. En
este captulo se encuentran traducidas del ingls al castellano siete secciones con textos de varios miembros de esta escuela de pensamiento y sobre las ideas que de manera general Steward menciona en este texto.
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[N. de AGJ] Para mayor informacin vase: Robert E. Park y Ernest W Burgess. The
City. Chicago and London: The University of Chicago Press, 1967 (original 1925).
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que se encuentran en diversas sociedades de la especie humana es muy diferente a los problemas de la evolucin biolgica. Analizar las adaptaciones
ambientales para mostrar cmo surgen nuevos patrones culturales es asunto
muy distinto del de buscar semejanzas universales en esa adaptacin. La formulacin de procesos universales ser imposible hasta que no se conozcan
los procesos de la ecologa cultural en sus muchas particularidades, ilustradas
por culturas diversas de distintas partes del mundo.
Hawley (1950), que ha escrito el ms reciente y completo estudio de
ecologa social, tiene en cuenta los fenmenos culturales ms que sus predecesores. Manifiesta que el hombre reacciona ante la red de la vida como
animal cultural y no como especie biolgica. "Cada adquisicin de una
nueva tcnica, o un nuevo uso de una tcnica antigua, sin importar su fuente de origen, altera las relaciones del hombre con los organismos que lo
rodean y cambia su posicin en la comunidad bitica". Pero, preocupado
por la totalidad de fenmenos de lo local y aparentemente en busca de relaciones universales, Hawley (1950:68) hace de la comunidad local el foco de
inters. El siguiente enunciado indica el tipo de generalizaciones que se pueden encontrar:
Si tuviramos suficiente conocimiento de los pueblos preliterarios, para
que pudisemos comparar la estructura de grupos de residencia ordenados por tamao, desde el ms pequeo al ms grande, indudablemente observaramos los mismos fenmenos: cada incremento en tamao
va acompaado de un adelanto en la complejidad de la organizacin
(Hawley 1950:197).
ste es el tipo de generalizaciones evidentes por s mismas que hacen
los evolucionistas unilineales: el progreso cultural se manifiesta en poblaciones crecientes, en la especializacin interna, en el control del Estado y otros
rasgos generales.
Hawley (1950:190) se muestra indeciso en su posicin con respecto al
efecto de las adaptaciones ambientales sobre la cultura. Manifiesta: "El peso
de la evidencia impone la conclusin de que el ambiente fsico ejerce slo
un efecto permisivo y limitante" (Hawley, 1950:90); pero dice tambin que
"[...] cada hbitat no solamente permite sino que hasta cierto punto requiere un distinto modo de vida". La primera declaracin se encuadra en la posicin antropolgica ampliamente aceptada de que los factores histricos son
ms importantes que los ambientales, que pueden ser permisivos o prohi-
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por el fundamento del hbitat y la economa, sino por interacciones complejas dentro de su propia trama y por contactos externos, que a menudo
son muy indiferentes tanto al emplazamiento fsico como a la economa
bsica (Forde 1949:465).
ECOLOGA CULTURAL
La ecologa cultural difiere de la ecologa humana y social porque trata de
explicar el origen de determinados rasgos y patrones culturales que distinguen determinadas reas y no de deducir principios generales que se puedan
aplicar a cualquier situacin culturalambiental. Difiere de las concepciones
relativistas y neoevolucionistas de la historia cultural en que introduce el ambiente local como factor extracultural en la estril suposicin de que la cultura viene de la cultura. Siendo as, la ecologa cultural presenta un problema y
un mtodo. El problema consiste en averiguar si las adaptaciones de las sociedades humanas a sus ambientes requieren modos de conducta particulares, o si permiten alguna amplitud, para una gama de posibles patrones de
conducta. As expresado, el problema tambin distingue entre ecologa cultural y "determinismo ambiental" y su teora afn al "determinismo econmico", que generalmente contienen sus conclusiones.
Sin embargo, el problema de la ecologa cultural puede ser cualificado
a travs del uso de una concepcion suplementaria de cultura. Segn el punto de vista holistico, todos los aspectos de la cultura son funcionalmente interdependientes entre s. Sin embargo, el grado y la clase de interdependencia
no son iguales en todos los rasgos. Por doquier yo he ofrecido un concepto
de ncleo cultural: la constelacin de rasgos que se relacionan ms estrechamente con las actividades de subsistencia y arreglos econmicos. El ncleo
incluye los patrones sociales, polticos y religiosos, cuya estrecha conexin
con estos arreglos haya sido determinada empricamente. Otros innumerables rasgos pueden tener gran variabilidad potencial, porque su vinculacin
con el ncleo es menos fuerte. stos son rasgos secundarios y estn determinados en mayor grado por factores puramente histrico-culturales por innovaciones al azar o por difusin y dan una apariencia de distincin externa
a culturas que tienen ncleos similares. La ecologa cultural se interesa principalmente en los rasgos que, mediante el anlisis emprico, muestran estar
ms profundamente vinculados con la utilizacin del ambiente de caminos
prescritos por la cultura.
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sivo o prohibitivo; algunos rasgos locales especiales pueden requerir adaptaciones sociales que tienen consecuencias de largo alcance. Luego, sociedades
equipadas con arcos, lanzas, conductos de agua, teas, terrenos cercados, quema de monte, terrenos propicios para trampas, agujeros para trampa y otros
elementos de cacera, pueden diferir entre s por la naturaleza del terreno
y de la fauna. Si la principal presa existe en grandes manadas, como los bisontes o el carib, conviene la caza cooperativa y puede ocurrir que grandes
nmeros de personas permanezcan juntas durante todo el ao, segn se describe en el captulo 8. Sin embargo, si la presa de caza no es migratoria y ocurre en grupos pequeos y dispersos, se le caza mejor con grupos reducidos
de hombres que conozcan bien su territorio (captulo 7). En ambos casos, el
repertorio cultural de elementos para caza puede ser aproximadamente
el mismo, pero en el primer caso la sociedad estar conformada por grupos
multifamiliares o de multiparentesco, como con los atapascanos y los algonquinos del Canad y, probablemente, los cazadores de bisontes de las planicies. En el segundo caso, consistir probablemente de parentescos o bandas
patrilineales localizadas, como los bosquimanos, los pigmeos del Congo,
los australianos, tasmanianos, fueguinos y otros. Estos ltimos grupos que
consisten en bandas patrilineales son similares, en realidad, no porque su
ambiente sea globalmente similar los bosquimanos, australianos, californianos del sur viven en desiertos, los pigmeos en el bosque lluvioso y los
fueguinos en un rea lluviosa y fra sino por la naturaleza de la caza y, por
ello, de su subsistencia, que es igual.
Puede haber otras sociedades con equipamiento tecnolgico semejante, pero que exhiban otros patrones sociales, porque el medio difiere hasta el punto en que las adaptaciones culturales tienen que ser diferentes. Por
ejemplo, los esquimales usan arcos, lanzas, trampas, contenedores y muchos
otros instrumentos tecnolgicos ampliamente extendidos; pero, debido a la
ocurrencia limitada de peces y mamferos marinos, su poblacin es tan escasa y la caza colectiva es tan poco fructfera, que por lo general se dispersan
en grupos familiares. Por razones distintas, pero igualmente apremiantes, los
shoshonis de Nevada (captulo 6) tambin se fragmentaron en grupos familiares. En este ltimo caso, la escasez de la caza y la predominancia de
semillas como base del sustento restringieron en gran medida la cooperacin
econmica y ocasionaron la dispersin de la sociedad en grupos familiares
relativamente independientes.
En los ejemplos de sociedades primitivas cazadoras, recolectoras y
pescadoras, es fcil mostrar que si el ambiente local ha de explotarse me-
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Aunque el concepto de adaptacin ambiental est subyacente en toda la ecologa cultural, los procedimientos deben tomar en cuenta la complejidad y el
nivel de la cultura. Es muy diferente que una comunidad est conformada
por cazadores y recolectores que subsisten independientemente por su propio esfuerzo a que sea un puesto de avanzada de una nacin rica, que explota
sus minerales y se sostiene con sus ferrocarriles, sus barcos o sus aviones. En
sociedades adelantadas, la naturaleza del ncleo cultural estar determinada
por una tecnologa compleja y por los arreglos productivos que tienen una
larga historia universal.
Hay tres procedimientos bsicos de la ecologa cultural:
Primero, se deben analizar las interacciones entre tecnologa de explotacin o produccin y ambiente. Esta tecnologa incluye una parte considerable
de lo que suele llamarse "cultura material", pero los rasgos pueden no tener
igual importancia. En sociedades primitivas los artefactos para la subsistencia
son fundamentales: armas e instrumentos para la caza y la pesca; contenedores para recolectar y almacenar alimentos; inventos hechos para transportar
por tierra y por agua; cursos de agua y de combustible y, en algunos ambientes, lo necesario para contrarrestar el fro o el calor excesivo (vestimenta y
vivienda). En sociedades ms desarrolladas se deben considerar tambin
las tcnicas de agricultura y pastoreo y la manufactura de implementos cruciales. Las necesidades de origen social gustos especiales en materia de
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comidas, viviendas y vestimenta ms cmodas y una gran variedad de elementos que conforman la vida cotidiana se vuelven cada vez ms importantes en la organizacin de la produccin a medida que se desarrolla la
cultura; y sin embargo, en su origen, stos fueron a menudo efectos de adaptaciones bsicas, ms que causas.
Los rasgos ambientales importantes dependen de la cultura. Las culturas ms simples estn condicionadas ms directamente por el medio que las
ms avanzadas. En general el clima, la topografa, los suelos, la hidrografa, la
vegetacin y la fauna son cruciales, pero algunos rasgos pueden ser ms cruciales que otros. El espaciamiento de pozos de agua en el desierto puede ser
vital para un pueblo nmada recolector de semillas; los hbitos de los animales de caza afectan la modalidad de la cacera, y las clases y estaciones de los
peces determinan los hbitos de tribus ribereas y costeras.
Segundo, se deben analizar los patrones de conducta involucrados en
la explotacin de un rea particular, a travs de una tecnologa particular.
Algunos patrones de subsistencia imponen lmites muy estrechos al modo
general de vida de la gente, mientras que otros permiten mrgenes considerables. La recoleccin de productos vegetales silvestres es realizada generalmente por mujeres que trabajan solas o en grupos reducidos. Con la
cooperacin no se gana nada yen realidad las mujeres entran en competencia
entre ellas. Por lo tanto, los recolectores de semillas tienden a fragmentarse
en grupos pequeos a menos que tengan recursos muy abundantes. Por otra
parte, la cacera puede ser individual o colectiva y la naturaleza de las sociedades cazadoras est determinada por los elementos que prescribe la cultura para la caza colectiva y tambin por las especies. Cuando cercan, queman
pastos, corrales, los conducen al agua y otros mtodos cooperativos empleados, lo que un hombre puede tomar puede ser mucho ms grande que lo que
un cazador solitario. Similarmente, si la circunstancia lo permite, la pesca
puede ser realizada por grupos de hombres o por individuos usando presas,
esclusas, trampas y redes.
Sin embargo, el uso de tcnicas ms complejas y con frecuencia cooperativas no slo depende de la historia cultural por ejemplo la invencin y
difusin que hace que los mtodos sean disponibles, pero sobre el ambiente, su flora y su fauna. Los venados no pueden ser cazados ventajosamente
cercndolos, donde el antlope y el bisonte pueden ser mejor cazados de esta
forma. La agricultura de roza y quema en el bosque tropical lluvioso, comparativamente, requiere menos cooperacin que aqulla donde unos pocos
hombres clarean la tierra y despus sus esposas plantan los cultivos. La agri-
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cultura de secano puede o no ser cooperativa y la agricultura de regado puede correr sobre una gama de empresas en continuo crecimiento, basadas en
la construccin colectiva de obras hidrulicas.
Los patrones de explotacin no slo dependen de los hbitos concernientes a la produccin directa de alimentos y de bienes, sino tambin de las
facilidades de transporte para la gente hasta la fuente de abasto y de los bienes hacia las personas. Las rutas acuticas han sido un factor mayor para permitir el crecimiento de asentamientos ms all de lo que pudo ser posible
para la gente de a pie. En cuanto a los nmadas, el caballo tuvo un efecto casi
revolucionario en la promocin del desarrollo de las grandes bandas.
El tercer procedimiento es averiguar en qu medida los patrones de
conducta vinculados con la explotacin del ambiente fsico afectan otros aspectos de la cultura. Aunque la tecnologa y el ambiente indican la manera
de hacer ciertas cosas, sin margen de dudas, la medida en que estas actividades estn funcionalmente atadas a otros aspectos de la cultura es un problema puramente emprico. Como lo he manifestado en otras partes (captulos
6, 7, 10), la ocurrencia de bandas patrilineales entre ciertos pueblos cazadores y de familias fragmentadas entre los shoshonis occidentales est determinada estrechamente por sus actividades de subsistencia, mientras se sabe
que los indios carriers han pasado de ser una banda cazadora compuesta, a
una sociedad basada en moieties y con estatus heredados, sin ningn cambio
en la naturaleza de su subsistencia. En las reas de irrigacin de las civilizaciones tempranas (captulo 11), la secuencia de formas sociopoliticas o ncleos culturales parece haber sido muy semejante, a pesar de la variacin
en muchos detalles extrnsecos o rasgos secundarios de estas culturas. Si
se puede establecer que los ordenamientos productivos permiten una gran
amplitud en el tipo sociocultural, entonces las influencias histricas pueden
explicar los tipos particulares en que se encuentren. El problema es el mismo
al considerar las civilizaciones industriales modernas. La cuestin es saber si
la industrializacin permite una amplitud tal, que la democracia, el comunismo, el socialismo de Estado y, quiz, otras formas polticas sean igualmente
posibles, de modo que las influencias histricas fuertes, como la difusin
ideolgica por ejemplo, la propaganda puedan suplantar un tipo con otro,
o si cada tipo representa una adaptacin que sea especfica en esa rea.
El tercer procedimiento requiere de un enfoque genuinamente holistico,
ya que si no se tienen en cuenta factores tales como la demografa, los patrones de asentamiento, las estructuras de parentesco, la tenencia y el uso de la
tierra y otros rasgos culturales clave, no se pueden comprender sus interre-
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Julian H. Steward
laciones recprocas y con el medio. El uso de la tierra mediante una tecnologa dada permite una cierta densidad de poblacin. Las concentraciones de
esta poblacin dependern parcialmente de la ubicacin de los recursos y
de los elementos de transporte. La composicin de los centros poblacionales ser en funcin de su tamao, de la naturaleza de las actividades de subsistencia y de factores histrico-culturales. La propiedad de tierras o de recursos
reflejar las actividades de subsistencia por una parte y la composicin del
grupo por otra. La guerra puede estar relacionada con la complejidad de
los factores que se mencionaron. En algunos casos puede surgir de la competencia por los recursos y tener carcter nacional. Aun en casos en que la
lucha por la posesin est impulsada por la bsqueda de honores individuales, o por propsitos religiosos, puede servir para nuclear segmentos, de tal
manera que tiene que relacionarse con las actividades de subsistencia.
3.
uchos antroplogos que comenzaron sus carreras investigando sociedades tribales se encuentran ahora envueltos en el anlisis de sistemas
socioculturales contemporneos tan complicados como los de China, Rusia, India o los Estados Unidos. No es sorprendente que utilicen para estas
tareas nuevas herramientas metodolgicas, implementadas principalmente
para el estudio de la sociedad tribal. El valor de dichas herramientas para tales propsitos no es adecuado para enfrentar todos los fenmenos, tanto en
el estudio de las naciones modernas, como en el anlisis de la aculturacin de
poblaciones nativas bajo la influencia de aquellas naciones Existe cierta tendencia para enfrentar la dificultad a traves del prstamo de conceptos y mtodos de las otras ciencias sociales, que tienen ya larga experiencia en el trato
con sociedades contemporneas. Mientras esto conduzca a enfoques interdisciplinarios nuevos, se trata de un acontecimiento cientfico saludable, pero
a menudo parece que los antroplogos estn listos a abandonar los mtodos
nicos de su propia ciencia y a imitar los de las otras. Aunque si bien no hay
objecin a la fertilizacion interdisciplinaria, se debera poder revisar los conceptos y mtodos antropolgicos bsicos para encontrar las necesidades de
la materia en sujetos nuevos y ms grandes, en tanto el problema es cultural.
La necesidad ms grande es una conceptualizacin adecuada de los
fenmenos en los sistemas socioculturales que se encuentran por encima
del nivel tribal.' Debido a que la antropologa es distintiva en su concernimiento primario de la cultura concepto que quiz represente su mayor
contribucin a las ciencias sociales parece muy aceptada la idea de que
una definicin general de cultura es suficiente para discutir un problema y
el mtodo en el estudio de cualquier cultura. Probablemente, no habr gran