El Niño en Familia
El Niño en Familia
El Niño en Familia
EL NIO EN FAMILIA
La Pgina en Blanco
Nuestro mtodo (que lleva un nombre personal para distinguirlo de tantos
otros intentos modernos de crear nuevos tipos de escuela) ha dado
ocasiones de descubrir en los nios caractersticas morales que no se
haban observado antes. Vale la pena decir que surgi ante nuestros ojos
la figura nueva de un nio incomprendido.
Por esto nos hemos dado a la accin social activa para hacer comprender
mejor al nio y para obrar en su defensa y al reconocimiento de sus
derechos.
que viven entre los fuertes sin ser comprendidas (y por lo tanto sin que
jams la voz oculta de sus profundas necesidades de vida alcance el nivel
conciente de la sociedad de los adultos) tal hecho representa casi un
abismo de males insospechados.
Cuando el nio nos mostr actitudes muy lejanas de aquellas credas
universalmente como propias de la infancia, fuimos conducidos a
reflexionar sobre la gravedad de los errores cometidos antiguamente de
manera inconsciente hacia la parte ms delicada de la humanidad. Estas
observaciones las realizamos con nios en las escuelas en las que se llevan
nuestro mtodo, son lugares de trabajo tranquilos donde el alma
incomprendida se expande y se revela.
Los fenmenos que los nios nos mostraron fueron la revelacin de un
lado escondido del alma infantil.
Evidentemente,
estas
actividades
espontneas,
que
derivan
de
las
y de
infantil.
Con mucha
los oprimidos, hay tambin nios; casi todas las voces que se levantaron a
favor de la infancia, sealaron al nio inocente, vctima de los dolores que
gravaban al hombre adulto.
Aquel apndice
propiedad del amo, como el nio lo es del adulto. Jams existi un siervo
cuya obediencia fuera cosa indiscutible y perpetua, como la del nio hacia
el adulto.
hacen hacia los del nio. Jams un obrero debi trabajar as como hubiera
querido el jefe, sin ningn apelo posible, como el nio. El obrero tuvo sus
horas de libertad en un refugio familiar, donde su voz humana encontraba
eco en algn corazn. Nunca nadie trabaj como el nio, siempre sujeto al
adulto que le impona la duracin del tiempo de trabajo y la del sueo,
segn sus propios criterios inapelables.
El nio fue juzgado socialmente como un ser inexistente en s mismo, por
lo tanto se dese que los nios pudieran vivir en la casa confortable para
los adultos con la mam sabia y prudente y el padre trabajador, capaces de
l fue
visto como un ser dbil ayudado por el adulto: no como una personalidad
humana sin derechos, oprimida por el adulto.
El nio, como hombre que trabaja, como vctima que sufre, como mejor
compaero que nosotros, como ser que se sostiene en el camino de la
vida, es una figura todava desconocida. Sobre ella existe una pgina en
blanco en la historia de la mandad.
Es esta pgina en blanco la que queremos comenzar a llenar.
El Recin Nacido
Qu es nuestra civilizacin?
El
ha nacido un hijo.
Se
para
es
intil
preocuparse.
Cuando
nos
dirigimos
por
este
camino,
El Embrin Espiritual
El embrin espiritual es el recin nacido, considerado como espritu
encerrado en la carne para venir al mundo.
La ciencia en cambio, considera que el nuevo ser vino de la nada. Entonces
no es espritu sino carne, solamente se verifica en l el desarrollo de los
tejidos y de los rganos que componen a todo ser viviente. Tambin esto
es un misterio: cmo es que ese cuerpo complejo y con vida lleg de la
nada?
La figura del recin nacido es el impresionante punto de partida. El nio
nace inerte y permanecer inerte por largo tiempo, incapaz de mantenerse
erguido, con necesidad de atenciones como un enfermo, como un
paraltico; el nio, mudo, no har sentir su voz, durante mucho tiempo,
mas que en el llanto, en el grito del sufrimiento; har que vengan a l
como a un ser que implora ayuda.
tiempo,
mientras
los
cachorros
de
los
mamferos,
casi
Ahora, estas
caractersticas
se
cantantes con voces sublimes, los artistas, los deportistas, los tiranos, los
hroes, los delincuentes, los santos, todos nacieron de la misma manera,
todos han llevado consigo un enigma que se desarrolla en el individuo
singularmente, y que podr ser descifrado con su propia actividad en el
mundo.
El fenmeno del nio inerte desde nacimiento ha sido siempre constatado,
dando lugar a reflexiones filosficas, pero hasta ahora no ha llamado la
atencin de los mdicos, ni de los psiclogos, ni de los educadores: ha
permanecido uno de tantos hechos evidentes, sobre los cuales no hay que
hacer otra cosa mas que constatarlos. Muchos fenmenos permanecen as
por mucho tiempo, dejados a un lado, cerrados bajo llave entre los
depsitos del subconsciente.
psquica.
por creer ser l el dios del nio, y ha pensado de s mismo todo lo que se
ha dicho en el Gnesis: Yo crear un hombre a mi imagen y semejanza.
La soberbia ha sido el primer pecado del hombre:
La causa de la miseria
Aquel
palabra
sobre
el
conocimiento
del
desarrollo
humano.
Maestro de Amor
El nio es extremadamente sensible a todo lo que siente del adulto y
quisiera obedecerle: no tenemos idea de cmo est dispuesto a
obedecernos desde cada una de las fibras de su cuerpo, en modo perfecto,
siempre: es ms, esto es lo que lo caracteriza.
La
pantufla est sucia, no se pone ah, y limpia con una mano la colcha.
Entonces el nio cada vez que ve las pantuflas repite: est sucia y con las
manos va a limpiar la colcha de la cama.
Qu queremos decir: El nio es sensible a un punto extremo, a tal grado
impresionable que el adulto debera vigilar todos los actos y palabras,
porque stos se le grabaran en la mente. l es todo obediencia, porque la
obediencia, para l, es la vida.
El adulto es un ser venerable, amado, de cuya boca surge la sabidura que
lo gua; el nio es tocado, como si un proyectil espiritual le entrara en el
corazn.
Ante un capricho debemos por lo tanto, pensar que esto puede ser un acto
vital, una defensa profunda, y reflexionar que el nio est siempre listo a
amarnos y obedecernos.
El nio ama al adulto:
amor sin un ejercicio especial y sin abrir los ojos de la conciencia, para ver
un mundo ms vasto.
La Educacin Nueva
Se escucha repetir por todas partes que la educacin debe comenzar desde
el nacimiento.
personalidad que acta. No podemos hacer otra cosa que esperar a que la
vida se organice, pero debemos desarrollar en nosotros mismos la
posibilidad de poderla comprender mientras se desarrolla, faltando esa
posibilidad de expresin y especialmente de lenguaje, que slo nos podra
expresar en modo preciso la voluntad del individuo.
Esta mayor
Cuenta una leyenda japonesa que los nios muertos y ascendidos a la vida
eterna, en el ms all se afanaban por construir pequeas torres con varias
piedrecillas y que algunos demonios malvados tiraban estas torrecillas con
ms rapidez de la que los nios las construan. Este sera el tormento del
nio.
Pues bien, la accin del adulto es justamente esta accin, la cual, aunque
no es guiada por la voluntad, es diablica en sus efectos de destruccin y
disgregacin de todo lo que el nio va construyendo laboriosa y
delicadamente en su vida interior; el adulto no se da cuenta, el nio
comienza otra vez, el adulto vuelve a destruir. Esta lucha se da desde que
el nio est absolutamente inerte y no sabe organizar sus propios
movimientos ni hablar.
Ahora se comprende como en un perodo tan delicado sea tan importante
la educacin (an ms importante que en el perodo venidero), en el
sentido que el adulto se vuelva pasivo, que no intervenga ciegamente o
inoportunamente, para no volverse una fuerza disgregadora y destructiva.
Para regresar al infierno y al diablo, podemos tener presentes dos ideas:
que la bondad divina crea y el mal diablico destruye. Podemos escoger
nuestro camino como educadores, y para decidirlo, es necesario que
comprendamos con nuestra sensibilidad la accin necesaria para ayudar a
la construccin del nio, comprender que es necesario inhibirnos a
nosotros mismos para no volvernos demonios, es decir, destructivos.
Quien crea es el nio, no somos ciertamente nosotros.
estar clara, pero no es fcil que lo est en las mentes comunes, porque
vivimos en el prejuicio de ser nosotros, los adultos, los creadores de la
nueva vida. Por lo tanto, es necesario un trabajo de depuracin, tenemos
que liberarnos de los prejuicios de nuestra ilusin de omnipotencia
diablica e inoportuna.
Hecho esto, debemos buscar comprender mejor la personalidad del nio.
Mientras tanto, el primer deber para el educador, ya sea que tenga que
ocuparse del recin nacido o del infante, es el de reconocer la personalidad
humana del ser nuevo, y de respetarla. Cuando no queramos admitir al
nio que nos molesta en el lugar que vivimos y lo trasladamos a otro lugar,
es una falta de respeto. Antes de acompaar a una persona respetable,
preguntamos si nos lo permite, as deberamos hacer antes de llevar de
paseo al nio para no equivocarnos. Si nos sentamos a comer y el nio
est en otra habitacin y nos damos cuenta de que llora porque no quiere
sentirse fuera del crculo familiar, le estamos faltando al respeto al tenerlo
fuera de nuestro ambiente; debemos pensar, como se hace con una
persona importante, que el nio quiere hacernos el honor de asistir a
nuestra comida y debemos sentirnos felices de esto y admitirlo cerca de
nosotros. Se podr decir que esto higinicamente podra daar al nio,
pero no hay que preocuparse demasiado de esto, porque tantas cosas le
hacen dao y nosotros no le damos importancia;
ms bien digamos,
haciendo honor a la verdad, que este husped nos molesta, sin tratar de
buscar excusas.
Nos maravillar sentir que el pequeo es un observador tan profundo, y
que ha visto cosas en nosotros que no hubiramos imaginado que hubiera
podido observar, tanto que creemos conveniente, cundo queremos
despertar su atencin, ponerle enfrente colores vivos, o de impresionarlo
con gestos y voces altas.
infante, cuando las vea, comenzaba a bailar; haba visto a alguien bailar,
se haba dado cuenta que quien baila asume aquellas posiciones que haba
reconocido en las estatuas.
Los nios observan que en una habitacin se encuentran siempre ciertos
objetos.
lpida la haba impresionado y cada vez que sala quera detenerse a ver y
despus estaba satisfecha.
Sin duda el nio ama la luz, las flores, ama ver moverse a los animales, y
esto se entiende porque sabemos que el nio es un observador finsimo
que sabe ordenar las imgenes. El nio se mueve para satisfacer su pasin
de observar. l observa la boca del individuo adulto que habla. Nosotros
pretendemos que para atraer la atencin del nio sea necesario gritar,
llamarlo por su nombre; y no es
Evidentemente estos
estaba con un pie despegado del otro, porque el nio se diverta a pasar
entre las piernas de su pap. Esto pobre hombre estaba serio y un poco
apenado en aquella posicin. Admir mucho esta sabidura de educador
que muchos pueblos han conquistado o tal vez han sabido mantener por
tradiciones: nosotros, en cambio, estamos preocupados solamente de las
cosas que el adulto har en la vida social.
Vi a una madre, que tambin haba seguido nuestros cursos, mientras
conduca a su nio por una calle de Miln. Se difunda en el aire un sonido
de campanas y el nio deseaba detenerse a escuchar aquel sonido; pero la
madre le neg al nio aquella alegra y lo oblig a continuar caminando
mientras lo regaaba.
Fundamentalmente, lo
De Mi Mtodo En General
Dado que el fin perseguido era el de hacer que el nio se adaptase a s
mismo a una forma de vida social, propia de los adultos y, por lo tanto,
durante sus primeros aos de vida contraria a su naturaleza, est claro que
en la vieja escuela y en la antigua forma de educacin familiar, los
pequeos no fueran apreciados en su verdadero trabajo de ser. El nio era
slo un futuro, no representaba ms que un porvenir y por lo tanto no
se le tena en cuenta para nada hasta el da en que se converta en un
hombre.
Ni siquiera el nio, como todos los seres humanos, tiene una personalidad
del todo suya. l lleva en s la belleza y la dignidad del espritu creador,
que no pueden ser borradas jams, y por las que su alma, pura y sensible,
nos exige los cuidados ms delicados. No debemos ocuparnos solamente
de su cuerpo, tan pequeo, tan frgil, no debemos pensar solamente a
nutrirlo, a lavarlo, a vestirlo con cuidado. El hombro no vive nicamente de
pan, ni siquiera durante la infancia: las cosas materiales estn en un nivel
inferior y pueden ser desalentadoras a cualquier edad.
La esclavitud
En cambio,
estas
reacciones del nio son casi siempre indicio de una enfermedad moral, y
por lo general anuncian una verdadera enfermedad nerviosa, que dejar
sentir sus consecuencias por el resto de la vida. Lo sabemos todos que la
edad del desarrollo es la ms importante de toda la vida: la desnutricin
moral, la intoxicacin del espritu en ese tiempo son tan fatales para el
hombre cuanto puedan ser la desnutricin de los miembros para la salud
futura del cuerpo. Por lo tanto, la educacin infantil es el problema ms
importante de la humanidad.
Sentimos empeada nuestra conciencia en el cuidado atento para
comprender los mnimos particulares del alma infantil, y poner atencin
en nuestras relaciones con el mundo de los pequeos: Hasta ahora casi
nos complacamos de tomar la parte de jueces sin piedad frente a los
nios, los que aparecan llenos de defectos, comparados a nosotros,
colmados de virtudes.
dado la naturaleza.
actividad que utilice toda su energa, porque slo de este modo podr
perfeccionar sus facultades. Todo depende de esto.
Hoy, todos saben algo de la casa del nio, y ya se construyen objetos
simples y prcticos que tienen la finalidad de servir en el
desarrollo
y se
Quin no se siente
solitos,
abotonarse,
anudarse
hacerse
moos,
poner
la
mesa
correctamente, limpiar platos y lavar ropa, pero no slo eso, sino que la
abundancia de las fueras infantiles se manifiesta en el hecho que el nio
usa aquello que ha aprendido y ayuda a quien no ha adquirido igual
conocimiento y perfeccin.
Sin
Lo vemos
lavarse las manos quin sabe cuntas veces, no porque estn sucias, sino
porque tiene delante a l una meta que requiere el desarrollo progresivo de
las acciones secundarias necesarias; como transportar y servir el agua,
utilizar el jabn y la toalla, el uso conveniente y correcto de todas estas
cosas. Cunto trabajo comportan en s! Barrer el saln, cambiar el agua a
las flores, acomodar alrededor las mesas, enrollar los tapetes, poner la
mesa para el almuerzo: todas estas son actividades razonables que se
unen en el ejercicio fsico. Cualquiera que tenga que realizar estas labores
domsticas y experimente el cansancio que procuran, sabe cuntos
movimientos se necesitan para poder realizarlas. Justo ahora se habla de
gimnasia y de ejercicios fsicos.
Todos
Si otros se inmiscuyen,
Comenc a contar.
Cuando
ahora
manifestaciones.
he
observado,
con
ms
frecuencia,
las
mismas
para ayudar a los dems, estn llenos de deseos de ser buenos. En una
ocasin uno de ellos se acerc lentamente a la maestra, como para
confiarle un secreto, y le dijo: Seorita, yo soy bueno!.
Esta observacin fue valorizada ya por otros, pero particularmente utilizada
por m. Entend que lo que suceda en las almas era una ley y que me daba
la posibilidad de resolver completamente el problema de la educacin. Me
pareci claro que la idea del orden y el desarrollo del carcter, de la vida
intelectual y sentimental deben derivarse de esta fuente misteriosa y
resguardada.
Al inicio
sern objetos fcilmente reconocibles por los sentidos, que interesan a los
ms pequeos:
Con la
constituye una unidad, que no puede ser analizada mas que por el estudio
psicolgico.
Queremos dar un vistazo general sobre todo a las formas de actividad del
nio observadas frecuentemente, pero que, con mayor frecuencia, no se
reconoce la importancia.
Supongamos que podemos reproducir con una curva la ejecucin de un
trabajo dado.
Representemos con una lnea horizontal el estado de quietud: sea el
espacio sobre la lnea la actividad ordenada, o sea el estado de orden; el
espacio que est bajo la lnea, la actividad desordenada, o sea, el estado de
desorden; sea la distancia de la lnea el grado de las dos actividades y la
direccin de la lnea, el curso en el tiempo.
De esta forma podremos representar cualquier actividad, ya sea con
respecto a su duracin en el tiempo, segn el grado de orden o de
desorden. De estos datos sucesivos se obtiene una curva que nos da la
visin de la actividad del nio.1
Sabemos muy bien que no se puede medir la intensidad espiritual, es decir, la fuerza de concentracin. Es
ms, sabemos que es imposible comparar y medir los estados de concentracin subsecuentes en una misma
persona, mucho menos los que varias personas tengan en diferentes ocupaciones. No se trata absolutamente de
reproducir con las curvas valores seguros: se trata de representar en general el cambio entre orden y desorden,
y la intensidad del trabajo. Es necesario no perder de vista que en este caso la intensidad puede ser puramente
estimativa de forma subjetiva, segn los sntomas exteriores y que esta intensidad no puede ser medida. Estas
curvas, por lo tanto, no son de ninguna manera comparable a las que se obtienen en las ciencias exactas y
naturales, como resultado de mediciones precisas. Nuestras curvas no son ms que ayudas esquemticas para
facilitar la visin del conjunto.
Es la curva tpica de
muchsimos nios que, sin poder fijar su atencin, sin ocuparse seriamente
de una cierta cosa, vuelan continuamente de una actividad a otra y en
pocas horas pasan por sus manos todo el material que les podra durar
medio ao. Este es el tipo ms comn del nio desordenado.
Despus de poco tiempo, (puede suceder que se trate de das, semanas o
meses) retomamos la curva de la actividad del mismo nio. En este tiempo
se ha completado en l el recogimiento de la atencin.
Ahora quisiera hablar de una curva que exprese la actividad de un nio,
que, aunque no es tan desordenado, an no es totalmente ordenado. Su
contenido es algo entre el orden y el desorden.
Apenas este nio entra en la escuela, toma un trabajo fcil, supongamos
un trabajo de vida prctica; despus lo deja para escoger entre el material
educativo una pieza que le sea familiar y repite ejercicios que ya conoce.
Despus, sin embargo, lo vemos cansado, incierto y su lnea baja al espacio
de quietud. Este aspecto se puede verificar no slo en un nio, sino en
toda un grupo.
Para
Corrern alborotndose
l est
Su radiante
No es
Para
Nuestros
manera conveniente.
As
pues
encontramos
en la
Es algo misterioso, como la vida misma. Una maestra nunca est en grado
de decir: a este nio le falta tal o cual trabajo para adquirir energa. Esto
va ms all de cualquier posibilidad de penetracin. Slo la misma voz de
la vida puede escoger el trabajo del que el nio est verdaderamente
necesitado.
Sin
Cmo va tu grupo?
responder:
No,
todava
no.
Probablemente
se
Y la otra le
escuchar
est
Pues
actividad.
Mientras ms se d este desarrollo, ms breve ser el perodo del falso
cansancio y se alargar cada vez ms el tiempo de quietud se sigue al
trabajo, este es el perodo en el cual el nio pone en prctica todo aquello
que ha aprendido.
Esta es una quietud natural muy especial, un reposo en la actividad. Sin
lugar a dudas, mientras contina interiormente un trabajo, que no tiene
ninguna relacin con el mundo exterior.
trata
pues,
de
darle
al
nio
la
posibilidad
de
desarrollarse
slo la
Las teoras
El hombre vive en un
comenzando con los tapetes, para terminar con las macetas, los platos,
etc. El nio debe ser capaz de usar todo lo que necesita para ordenar la
casa y debe poder hacer todos los trabajos de la vida diaria; debe barrer,
cepillar los tapetes, lavarse, vestirse, etc.
Los objetos deben ser slidos y atractivos a los ojos del nio; la casa de
los nios debe ser bella y placentera en todos sus particulares, ya que la
belleza invita al trabajo. Tambin los adultos quieren una casa bella para
alimentar el amor al hogar. Existe una relacin matemtica entre la belleza
del ambiente y la actividad del nio; barrer, por ejemplo, de muy buena
gana, con una escoba graciosa que no con una fea.
Los nios intuyen muy bien estas cosas. Una nia de nuestra Casa de los
nios en San Francisco, un da fue a ver una de las escuelas tradicionales e
inmediatamente fue a los bancos polvorientos.
Le dijo entonces a la
cumplen, en
platos, floreros, etc. Estoy segura de que los adultos exclamarn Cmo?
Darles vasos de vidrio a nios de tres o cuatro aos!
ejemplo, las mesas y los bancos estn fijos al suelo; los nios son vivaces,
se mueven sin gracia, pero no se dan cuenta que con esos movimientos
podran voltear los bancos si no estuvieran fijos. De esta forma obtenemos
cierto orden en la escuela, pero los nios nunca adquirirn orden en sus
movimientos. Si le dan al nio un vaso o un plato de metal, lo tirar, lo
pisar sin que se rompa, as habrn tomado el puesto de un diablico
tentador. De este modo buscamos esconder el mal, para que no se vea,
mientras que el nico interesado no puede darse cuenta de sus
necesidades. El nio, adems de persistir en sus errores, ser desviado del
desarrollo regular de su vida.
El nio, cuando quiere hacer algo por si solo, se empea y est animado.
Lo vemos que se afana... inmediatamente intervenimos para realizar mejor
lo que l haba comenzado.
Tal vez la voz del tentador suena as: Te quieres vestir y lavar solo, no te
atormentes tanto, aqu estoy para ayudarte en todo lo que tu corazn
desea.
Al nio que le hemos quitado toda la buena voluntad, se vuelve caprichoso;
complacemos sus verdaderos caprichos y creemos que le estamos
haciendo un bien.
Reflexionen un poco que sucedera con un nio que en sus primeros aos
de vida estuviera encerrado en una casa en donde no hubiera ms que
objetos que no se pudieran romper ni se ensuciaran; en una casa, donde
no fuera necesario ejercitar ningn dominio de s mismo ni poner atencin
en el manejo de objetos de uso comn.
Pero, esta
El
Ahora debemos
As se crea la
Todos los nios pueden entrar por la ventana, pero yo no Y sucedi que
los nios entraron por la ventana y ella los cuid desde afuera.
Un ambiente hermoso, que gue al nio y que le ofrezca los medios para
ejercitar sus propias facultades, puede permitir que la maestra se ausente
temporalmente; la creacin de un ambiente as, ha realizado un gran
progreso.
El Nio en Familia
Hemos visto que la educacin infantil hasta ahora haba sido basada en
ideas falsas y preconceptos equivocados. Ho se trata de hacer prevalecer
otras ideas, ms positivas, derivadas de la observacin inmediata.
Considerando el suceso obtenido del mtodo de observacin en todos los
campos, se puede deducir fcilmente que cambiar tambin las directrices
de la pedagoga.
La educacin moderna, que observa al nio antes de arriesgarse a quererlo
educar, finalmente debe penetrar en la familia y crear, adems de un nio
nuevo, padres y madres novatos.
Hasta ahora la tarea principal de los padres era la de corregir las faltas de
los nios, ensendoles lo que a ellos les pareca bueno y justo, con el
ejemplo por delante, con buenos preceptos, advertencias y, si estas no
eran suficientes, con gritos y castigos. Es ms, quedaba sobre entendido
que nadie ms que la familia tuviera el derecho de adoptar el castigo como
sistema educativo.
Pero
este
derecho
hace
pesar
en
los
padres
dos
inmensas
Preocupada de que
Qu te sucede mi
nica finalidad engaar al nio. Tal vez deberamos considerar bajo este
aspecto las historias que se les cuenta a los nios de los Reyes Magos que
traen regalos. Un da una madre que se senta mal por engaar de esta
forma a su hija, trat de confesrselo; la nia se sinti tan desilusionada y
se sinti tan engaada, que su tristeza dur una semana. Su madre lloraba
mientras me contaba este drama.
No siempre la situacin es as de seria.
confesin a su hijo y l se solt a rer: <Ay mam, hace mucho tiempo que
s que los Reyes Magos no existen!> <Bueno, pero, por qu no me lo
habas dicho?> <Mamita, vea cunta alegra te causaban!>
A menudo, se invierten las partes. Los nios, que son uso observadores
finsimos, tienen piedad de sus progenitores y los consecuentan, para
regalarles una alegra.
Muchos padres exigen que sus hijos se sometan sin discusiones a sus
rdenes, y al mismo tiempo, quieren ser amados con todo el corazn.
Tambin aqu los hijos son, muchas veces, maestros de sus padres, porque
sus pensamientos son puros, son sentimientos con una justicia increble.
Una noche, una buena madre quera mandar a la cama a su hijito. l, sin
embargo, le pidi que lo dejara terminar un trabajo que haba comenzado,
pero la madre no se lo concedi. El muchachito termin por irse a dormir,
pero un poco ms tarde se despert para terminar su trabajo. La mam lo
tom por sorpresa y lo rega duramente, porque la haba engaado: <No
mam, yo no te he engaado, al contrario, ya te haba explicado antes que
quera terminar este trabajo>. Para no entrar en discusiones, la mam le
orden que le pidiera disculpas, pero el nio se obstinaba en discutir la
palabra engaar como se haba obstinado en no ir a dormir por querer
continuar su trabajo, y entonces continu a explicar que no haba
engaado a nadie, por lo tanto, no necesitaba pedir disculpas. <Muy bien,
me doy cuenta de que no me quieres> fueron las palabras de la madre.
<Mam, te quiero tanto, es por eso que no puedo pedirte perdn, cuando
yo soy el que tengo razn!>
Nos parece que sea el nio quien ha hablado como un adulto y que sea la
madre que ha hablado como nio.
Doy un ejemplo ms.
Un pastor
No
Como
Todos
todo
lo
las
desaparecer todo mal, por lo menos aqul que fue causado por la
opresin. Quedarn solo los defectos dependientes de la constitucin. La
imperfeccin humana siempre sentir la necesidad de una autoridad que
ensee la verdad y que indique el camino justo para no equivocarse.
En este punto, consideremos otro lado del problema. Si los padres jvenes
tienen que hacer lo posible para liberar de cada constriccin el alma de sus
hijos, que son ms inocentes que las de ellos, la libertad en la educacin
no debe ser malinterpretada, como para creer que no se deban corregir los
defectos en general.
Casi todas las madres conocen los remedios fsicos que se deben
proporcionar al nio, como las reglas de la alimentacin, la temperatura en
la que mejor se desarrollan, y las ventajas de la vida al aire libre, que
proporciona oxgeno a los pulmones.
Pero el nio no es simplemente un ser que necesita nutricin. l es, desde
su nacimiento, una creatura que tiene un alma y si debemos cuidar de su
bienestar
no
basta
con
enfocarnos
sus
necesidades
materiales
En
La nia est
Pero, he aqu
expresin inteligente cada vez que se esforzaba en coger objetos con sus
manitas, cercanos o lejanos, frecuentemente sin lograrlo. Observaba con
aires de interrogacin su manita como diciendo: <Cmo es posible que a
veces puedo aferrarlos y otras veces no?>
Evidentemente, el problema de la funcin de las manos haba atrado su
atencin. Cuando esta pequeita tena seis meses, le dieron una sonaja
con una campanita de plata.
Pareca que la nia tuviera una meta al hacer caer la sonaja y obtenerlo
despus. Un da, mientras tena la sonaja en las manos, comenz a abrir
un dedo, luego otro, y otro, en lugar de abrir como de costumbre toda la
mano. Finalmente abri el ltimo dedo y la sonaja call al piso. La niita
se vea los dedos con gran atencin.
forzado sus ojos en una posicin incmoda para observar la mano, ahora
probablemente
inteligencia
la
pequea
de
la
habra
nia.
roto
En
en
lugar
de
disfrutarlo,
llanto,
en
ese
llanto
Pero l an no tena la
razn,
lgrimas
de
nios
que
nosotros,
adultos
ciego,
no
El nio se siente
Las voces humanas que hablan con paz y tranquilidad son evidentemente
la msica ms bella para sus odos. La naturaleza le ofrece este medio
para aprender a hablar
El segundo principio es este: Es necesario satisfacer lo ms pronto posible
el deseo de actividad del nio, no servirlo, sino educarlo para que logre su
independencia.
Hasta ahora las primeras palabras y los primeros pasos siempre se han
contado como piedras milenarias visibles y casi simblicas en el desarrollo
infantil y se conocan como los primeros progresos fundamentales.
Las
Se necesitan
Tambin la palabra s un
Si le falta el ejercicio, su
En cambio,
coloca al nio
Es
En el
Antes
de
hablar, antes de poder caminar casi al final del primer ao- comienza a
actuar como si obedeciera una voz interior. Sus intentos de comer solo
utilizando la cucharita son conmovedores: no puede llevar a la boca la
comida que desea, tiene hambre y rechaza a quienes quieren ayudarlo.
Solo cuando se siente satisfecho de su esfuerzo aceptar la ayuda de la
madre.
alegra e inteligencia.
Le decimos:
<Camina por este lado, cuidado con esa piedra, atento por
Yo les respondo que todas las lgrimas sin razn aparente, comienzan a
aparecer mucho antes de que el nio pueda darse cuenta de que con ellas
puede obtener atencin. Esas lgrimas son el indicio de la angustia que
padece su espritu.
rodeaban.
Entonces
observaba atentamente
las
impresiones
que
problemas. Nadie le deca: <No pasa nada> cuando declaraba que senta
un malestar, los que la rodeaban admitan su desagrado y la consolaban
con ternura pero sin darle mayor importancia al acto. Decirle a un nio
que se siente mal: <No pasa nada> significa confundirlo, porque se le
niega su impresin, mientras l nos quiere advertir buscando en nosotros
la confirmacin de lo que siente. Nuestra participacin, en cambio, le da la
oportunidad de recibir otras experiencias, y al mismo tiempo, le demuestra
como se debe corresponder a las penas de los dems. No se niegan, no se
habla demasiado de ellas, no se busca su causa:
Pues bien, es cierto, los nios juzgan y regaan a los adultos, y si los
adultos tratan de impedirlo, su sentimiento de justicia se encamina hacia
senderos equivocados.
No es necesario que parezcamos perfectos ante los ojos de los nios: sin
embargo, es necesario que reconozcamos nuestros defectos y aceptemos
pacientemente sus justas observaciones. Reconociendo este principio, se
nos podr perdonar cualquier injusticia cometida delante de los nios.
Un da, la ta de Elena le dijo: <Mi nia, me comport grosera contigo esta
maana, estaba de mal humor y t no lo merecas>
a lo que Elena
La nueva maestra
No se
hacer que estos objetos sean atractivos para los nios, su enseanza ser
tan eficaz como lo sea el material.
comparacin entre las lecciones que se dan en nuestras escuelas y las que
se acostumbran dar en otras escuelas, en las que se ensea con el mtodo
tradicional.
En nuestro mtodo de enseanza la parte esencial de la actividad se deja a
la iniciativa del nio. Apenas llega a la edad de poder realizar acciones
razonadas, est en grado de continuar solo su educacin, repitiendo
cuantas veces lo desee los ejercicios aptos para ejercitar su razonamiento,
de esta manera se cumple un trabajo hecho independientemente, que le
pertenece a l solo y en el que la maestra no debe intervenir. Su tarea se
limita a ofrecer el material. Basta con que ella se lo muestre, despus lo
puede dejar con su trabajo. Nuestra meta no es la de impartir enseanzas
sino despertar y desarrollar las fuerzas e inquietudes espirituales.
El nmero de estas lecciones debe ser muy grande, ya que el nio ignora
el uso de casi todos los objetos que lo rodean y no lo puede adivinar solo.
Corresponde a la maestra mostrrselas.
lecciones
pueden
parecer
extraas
porque
se
realizan
casi
guiar su
actividad natural, casi sin que l se d cuenta. Nos muestra los resultados
positivos
de
nuestro
esfuerzo,
adquiriendo
nuevas
capacidades
se
obtendr
jams.
Con
mucha
frecuencia
se
escuchan
Quisiera recordar
algunos principios que le podrn ayudar. Antes que cualquier otra cosa
se
justifica
solamente
cuando
suceda
un
fenmeno
El respeto no es
Tena miedo de
Nuestro
mtodo
superficialidad.
no
aconseja
el
respeto
los
defectos
la
entre las condiciones fsicas del nio que puedan ser favorables para su
salud espiritual (que nosotros podramos llamar el bien) y otras, que no
pueden construir nada, no pueden ser formativas, o es ms, daan su
desarrollo, mermando intilmente sus fuerzas (a esto lo podramos llamar
el mal)
Nos gustara que esta distincin
Pero no basta:
la maestra debe
conocer qu le pasa al nio, tiene que embellecer con sus manos la cuna
del alma que est tomando forma.
Ejercitndose en la observacin, la maestra terminar por tener una visin
clara de la tarea que le corresponde.
El orden y el desorden infantil, as como los sucesos que se obtienen de
ellos, dependen muy frecuentemente de la observacin de los particulares
ms insignificantes, pero solo con el ejercicio se llega a tener un resultado
satisfactorio.
Fcilmente podemos dar un ejemplo para demostrar como un error
aparentemente pequeo, puede tener consecuencias.
Imaginemos una
casa con tinas de bao. Si los inquilinos de esta casa utilizan las tinas
como depsito de carbn no podrn utilizarlas adems de daar la casa y
el mobiliario. No podrn utilizar las ventajas de tener tina y poder darse
En donde se
En lugar del
El adulto y el nio
En la actualidad, el movimiento de la educacin es tan universal que no
solo es responsabilidad de quienes se dedican a ello, sino que se extiende
y forma parte de uno de los problemas sociales ms grandes.
Se entiende
uno es
por lo que se
remedios que
diramos: <La ciencia ha tratado una cura de los sntomas, sin tener en
cuenta de buscar si algn error central imperceptible, no haya sido la causa
de los fenmenos exteriores>
En medicina se sabe que los sntomas ms diversos pueden provenir de
una sola causa central, capaz de determinar innumerables fenmenos, que
sera en vano tratar de combatir uno por uno: por experiencia un desorden
funcional del corazn podra generar sntomas diferentes en todos los
rganos y sera en vano tratar de curar cada uno de estos sntomas,
mientras basta reestablecer las condiciones normales del corazn, para
que los sntomas desaparezcan inmediatamente.
encontramos
en
las
enfermedades
psquicas
Otro ejemplo lo
estudiadas
por
el
Cuando, sondeando el
especialmente aquellos
La
hace falta
En estos dos
El
El maestro
se
alimentacin.
puede
recorrer
hechos
anlogos:
por
ejemplo
la
revigoriza, sino que debilita; pero hubo un tiempo en que se crea que se
era ms sanos y ms felices si se coma copiosamente. Corrigiendo este
error, llegaron determinaciones cada vez ms precisas sobre la cantidad y
la calidad del alimento, es decir, la ciencia de la alimentacin se orient
hacia una conciencia precisa de los lmites. Hoy en da, aquellos que han
comprendido la idea que el material es la llave de la educacin individual,
piensan que es mejor dar grandes cantidades de material, sin un orden
sistemtico, sin ningn lmite. Estas personas se pueden comparar a los
que en pocas pasadas pensaban que se alcanzaba la mejor prosperidad
fsica comiendo sin lmites. La comparacin es perfecta en los dos casos
porque se trata de alimentos del cuerpo y alimentos del espritu. Tambin
la elaboracin de los medios fsicos de desarrollo, es decir del material,
tiende a reconocer los lmites cada vez ms exactos, capaces de procurar el
pleno desarrollo, la mxima actividad espontnea.
a diferencia de los
a travs del que el alma debe revelarse y actuar: eso hace pensar en una
superioridad caracterstica del hombre: debe animar con su yo al
complicadsimo aparato de los movimientos, porque querr servirse segn
la propia individualidad. Por esto el hombre se construye a si mismo: con
la finalidad de poseerse y de dirigirse.
El pensamiento entonces se
Con
Es el
esperanza.