Timothy Radcliffe - Afectividad y Eucaristía

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La afectividad y la Eucarista

por Fr. Timoythy Radcliffe OP


Conferencia dictada en las XXXIV Jornadas Nacionales de Pastoral Juvenil de la Conferencia Espaola de Religiosos y Religiosas.
No estoy seguro del significado exacto de la palabra afectividad en espaol. En ingls affectivity
implica no slo la capacidad de amar, sino tambin nuestra forma de amar como seres sexuales,
dotados de emociones, cuerpo y pasiones. En el
cristianismo hablamos mucho sobre el amor,
pero tenemos que amar como las personas que
somos, sexuales, llenos de deseos, de fuertes
emociones y de la necesidad de tocar y estar cerca del otro.
Es extrao que no se nos d bien hablar de esto, porque el cristianismo es la ms corporal de las
religiones. Creemos que Dios cre estos cuerpos y
dijo que eran muy buenos. Dios se hizo corporal
en medio de nosotros, un ser humano como nosotros. Jess nos dio el sacramento de su cuerpo y
prometi la resurreccin de nuestros cuerpos. As
pues deberamos sentirnos en casa en nuestra
naturaleza corporal, apasionada y cmodos al

hablar de afectividad! Pero a menudo cuando la


Iglesia habla de esto, la gente no queda convencida. No tenemos demasiada autoridad cuando
hablamos de sexo! Quizs Dios se encarn en Jesucristo pero nosotros todava estamos aprendiendo a encarnarnos en nuestros propios cuerpos. Tenemos que bajar de las nubes!
En una ocasin en que San Juan Crisstomo
estaba predicando sobre sexo not que algunos se
estaban ruborizando y se indign: Por qu os
avergonzis? Es que esto no es puro? Os estis
comportando como herejes.1 Pensar que el sexo
es repulsivo es un fracaso de la autntica castidad y, segn nada menos que Santo Toms de
Aquino, un defecto moral! (ST II-II.142.1) Tenemos que aprender a amar como los seres sexuales y apasionados a veces un poco desordenados- que somos, o no tendremos nada que decir
sobre Dios, que es amor.

La ltima Cena y la sexualidad


Quiero hablar de la ltima Cena y la sexualidad.
Puede que suene un poco extrao, pero pensad
en ello un momento. Las palabras centrales de la
ltima Cena fueron Este es mi cuerpo y os lo
doy. La eucarista, como el sexo, se centra en el
don del cuerpo. Os habis dado cuenta de que la
primera carta de San Pablo a los corintios se
mueve entre dos temas: la sexualidad y la eucarista? Y es as porque Pablo sabe que necesitamos entender la una a la luz de la otra. Comprendemos la eucarista a la luz de la sexualidad, y la sexualidad a la luz de la eucarista.
Para nuestra sociedad es muy difcil entender
esto porque tendemos a ver nuestros cuerpos simplemente como objetos que nos pertenecen. El otro
da vi un libro sobre el cuerpo humano que se titulaba: Hombre: todos los modelos, formas, tamaos y colores. Manual de usuario Haynes para
propietarios. (Haynes es la imprenta de una serie
de manuales de todas las marcas de coches). Era
el tipo de manual del propietario que te dan con
un coche o una lavadora. Si piensas en tu cuerpo
de esa manera, como algo ms bien importante
que posees junto con otras cosas, entonces los ac-

tos sexuales no son especialmente significativos.


Puedo hacer lo que me parezca con mis cosas en
tanto en cuanto no haga dao a nadie. Puedo usar
mi lavadora para mezclar pintura o hacer pasteles. Es ma. Y segn esto por qu no puedo hacer
lo que yo quiera con mi cuerpo? Esta es nuestra
forma natural de pensar porque a partir del siglo
XVII hemos absolutizado bastante los derechos de
los propietarios. Ser humano es poseer.
Pero la ltima Cena apunta hacia una tradicin ms antigua y ms sabia. El cuerpo no es
simplemente una cosa que poseo, soy yo, es mi
ser como don recibido de mis padres, y de sus
padres antes de ellos, y en ltima instancia de
Dios. Por eso cuando Jess dice Este es mi cuerpo y yo os lo entrego, no est disponiendo de algo
que le pertenece, est pasando a los dems el don
que El es. Su ser es un don del Padre que El est
transmitiendo.
La relacin sexual est llamada a ser una
forma de vivir esa entrega de s mismo. Aqu
estoy, y me entrego a ti, con todo lo que soy, ahora y por siempre. Entonces la eucarista nos ayuda a entender lo que significa para nosotros ser
1

seres sexuales y nuestra sexualidad nos ayuda a


comprender la eucarista. Generalmente se ve la
tica sexual cristiana como restrictiva comparada con las costumbres contemporneas. La Iglesia te dice exactamente lo que no te est permitido hacer! En realidad la base de la tica sexual
cristiana es el aprendizaje de cmo vivir relaciones de entrega mutua.
La ltima Cena fue un momento de crisis
inevitable en el amor de Jess por sus discpulos.
Este fue el momento por el que tuvo que pasar en
su camino del nacimiento a la resurreccin, el
momento en el que todo explot. Fue vendido por
uno de sus amigos; la roca, Pedro, estaba a punto
de negarle, y la mayora de sus discpulos saldran corriendo. Como de costumbre fueron las
mujeres las que se mantuvieron tranquilas y
permanecieron con l hasta el final! Jess en la
ltima Cena no sali huyendo de la crisis sino
que cogi el toro por los cuernos. Tom la traicin, el fracaso del amor y lo transform en un
momento de donacin: Me entrego a vosotros.
Vosotros me entregaris a los romanos para que
me maten. Me entregaris a la muerte, pero yo
hago de este momento un momento de don, ahora y por siempre.
Llegar a ser gente madura que ama significa
que nos encontraremos con estas crisis inevitables, en las que parece que el mundo se hace aicos. Esto ocurre con mucho dramatismo cuando
somos adolescentes, y puede ocurrir toda nuestra
vida, tanto si nos casamos como si nos hacemos
religiosos o sacerdotes. Con frecuencia la gente
tiene este tipo de crisis cinco o seis aos despus
de hacer su compromiso, en el matrimonio o la
ordenacin sacerdotal. Tenemos que afrontarlas.
Jess podra haberse escapado saliendo por
la puerta de atrs y haber huido. Podra haber
rechazado a los discpulos y no haber tenido
nada ms que ver con ellos. Pero no, El afront
el momento en fe. Y solamente seremos capaces
de ayudar a la gente joven a hacer esto si nosotros mismos hemos pasado por momentos as y
los hemos afrontado. Yo ciertamente lo he hecho! Recuerdo que unos aos despus de la ordenacin me enamor fuertemente de alguien.
Por primera vez aqu estaba alguien con quien
me casara encantado y que estara encantada
de casarse conmigo. Aqu estaba el momento de
la eleccin. Yo haba hecho profesin solemne
con alegra, amaba a mis hermanos y hermanas
dominicos, amaba la misin de la Orden. Pero
cuando hice la profesin tena una pequea
burbuja de fantasa en la cabeza: Me pregunto
cmo sera estar casado.

En ese momento tuve que aceptar la eleccin


que haba hecho en mi profesin solemne, o mejor, tena que aceptar la eleccin que Dios haba
hecho por m, que sta era la vida a la que Dios
me llamaba. Fue un momento doloroso, pero
tambin un tiempo de felicidad. Era muy feliz
porque amaba a esta persona, y todava somos
muy buenos amigos. Era un momento de felicidad porque estaba siendo liberado de la fantasa
que yo haba mantenido viva en la profesin solemne. Poco a poco estaba bajando de las nubes.
Mi corazn y mi mente estaban teniendo que
encarnarse en la persona que soy, con la vida que
Dios ha elegido para m, en carne y hueso. La
crisis me hizo poner los pies en la tierra.
Para la mayora de nosotros esto no ocurre solamente una vez. Podemos atravesar varias crisis de afectividad a lo largo de nuestra vida. Yo
ciertamente las he pasado y quin sabe lo que
puede haber a la vuelta de la esquina. Pero tenemos que afrontarlas, como hizo Jess en la
ltima Cena, con coraje y confianza. Entonces, si
lo hacemos, poco a poco entraremos en nuestro
mundo real de carne y hueso.
Un benedictino irlands llamado Mark Patrick Hederman escribi, El amor es el nico
mpetu que es suficientemente desbordante como
para forzarnos a abandonar el confortable refugio de nuestra bien armada individualidad, despojarnos de la impenetrable concha de autosuficiencia, y salir gateando desnudos a la zona de
peligro que est ms all, el crisol donde la individualidad es purificada para hacerse persona. 2 Y si no creis a un benedictino irlands,
seguro que creeris a santo Toms de Aquino:
La persona que ama debe por tanto aflojar ese
cerco que le mantena dentro de sus propios
lmites. Por esa razn se dice del amor que derrite el corazn: el que est derretido ya no est
contenido dentro de sus propios lmites, muy al
contrario de lo que ocurre en ese estado que
corresponde a la dureza de corazn. 3 Solamente el amor rompe nuestra dureza de corazn y
nos da corazones de carne.
Abrirse al amor es muy peligroso. Uno probablemente se haga dao. La ltima Cena es la
historia del riesgo del amor. Es por esto es por
lo que Jess muri, porque am. Uno despertar deseos y pasiones profundos y desconcertantes, puede correr peligro de arruinar la propia
vocacin o de vivir una doble vida. Necesitar
de la gracia si quiere sortear los peligros, pero
no abrirse al amor es an ms peligroso, es
mortal. Escuchad a C.S. Lewis: Amar en cualquier caso es ser vulnerable. Ama algo y tu co2

razn ciertamente estar partido y posiblemente roto. Si quieres asegurarte de mantenerlo


intacto, no debes entregarle tu corazn a nadie,
ni siquiera a un animal. Envulvelo cuidadosamente en hobbies y pequeos lujos; evita todo
enredo amoroso; encirralo seguro en la urna o
el atad de tu egosmo. Pero en la urna segura,

oscura, inmvil, sin aire- cambiar. No se romper; se volver irrompible, impenetrable, irredimible. La alternativa a la tragedia, o al menos
al riesgo de tragedia, es la condenacin. El nico sitio aparte del cielo donde puedes estar perfectamente a salvo de todos los peligros y perturbaciones del amor es el infierno. 4

La celebracin real del amor


Cuando celebramos la eucarista recordamos que
la sangre de Cristo es derramada por ti y por
todos. El misterio del amor en lo ms profundo
es a la vez particular y universal. Si nuestro
amor es slo particular, entonces corre el riego
de volverse introvertido y sofocante. Si es solamente un vago amor universal por toda la humanidad, entonces corre el riego de volverse vaco y sin sentido. La tentacin para una pareja
debe de ser tenerse un amor que es intenso pero
encerrado y exclusivo. A menudo se salva de ser
destructivo gracias a la llegada de una tercera
persona, el nio que expande su amor. La tentacin de los clibes podra ser tender hacia un
amor que es solamente universal, un vago y clido amor por toda la humanidad. Dickens nos
habla en Bleak House de Mrs. Jellyby que tena
una filantropa telescpica, porque no poda ver
nada que estuviera ms ac de Africa. Amaba a
los africanos en general, pero ni siquiera se percat de la existencia de sus propios hijos.
No podemos refugiarnos en esa filantropa telescpica. Acercarse al misterio del amor significar tambin que amaremos personas concretas,
algunas con amistad, otras con profundo afecto.
Tenemos que aprender a integrar esos amores en
nuestra identidad como religiosos, como casados o
solteros. Me dicen que en el pasado se sola advertir a los religiosos contra las amistades particulares. Nuestro venerable Gervase Matthew siempre
deca que le daban ms miedo las enemistades
particulares!
Bede Jarret OP fue provincial de la provincia
de Inglaterra de los dominicos en los aos 30.
En una ocasin escribi una carta preciosa a un
joven benedictino llamado Hubert van Zeller,
que lleg a ser un famoso autor espiritual despus de la guerra. Este joven monje se haba
enamorado de alguien a quien slo conocemos
como P. Fue una experiencia espantosa. Tema
que fuera el final de su vocacin religiosa. Bede
vi que era el principio. Permitidme que os lea
una larga cita. Es impresionante pensar que
est escrita hace setenta aos.

Me alegro (de que te hayas enamorado) porque creo que tu tentacin ha sido siempre hacia
el puritanismo, una estrechez, una cierta falta de
humanidad. Tu tendencia era casi hacia la negacin de la santificacin de la materia. Estabas
enamorado del Seor pero no autnticamente
enamorado de la encarnacin. Estabas realmente
asustado. Pensaste (aqu me tienes achacndote
toda clase de maldades sin permiso) que si en
algn momento te relajabas saltaras por los
aires. Estabas lleno de inhibiciones. Casi te mataron. Casi mataron tu humanidad. Te daba
miedo la vida porque queras ser santo y sabas
que eras un artista. El artista que hay en ti vea
belleza por todas partes; el hombre que quera
ser santo en ti deca Caramba, pero eso es terriblemente peligroso, el novicio dentro de ti deca,
Mantn los ojos bien cerrados, el Claud (su
nombre de pila) casi salt por los aires. Si P no
hubiera entrado en tu vida, podras haber explotado. Creo que P salvar tu vida. Dir una misa
en accin de gracias por lo que P ha sido, y hecho, por ti. Hace mucho tiempo que necesitabas
de P. Tus parientes no podran sustituirla. Tampoco los viejos y corpulentos provinciales.5
No estoy sugiriendo que deberamos salir todos corriendo de aqu a intentar buscar alguien a
quien amar! Dios nos enva los amores y las
amistades que son parte de nuestro camino hacia
El, que es la plenitud del amor. Esperamos a
quienes Dios nos enva y cundo y cmo El los
enva. Pero cuando llegan, entonces debemos
afrontar el momento, como hizo Jess en la ltima Cena.
Cuando amemos a alguien profundamente,
entonces tendremos que aprender a ser castos.
Cada uno, soltero, casado o religioso est llamado a la castidad. Esta no es una palabra popular
en estos das, suena mojigata, fra, distante, medio muerta, nada atractiva. Herbert McCabe OP
escribi que la castidad que no es una manifestacin de amor es meramente el cadver de la
verdadera castidad.6
La castidad no es en primer lugar la supresin del deseo, al menos segn la tradicin de
3

Santo Toms de Aquino. El deseo y las pasiones


contienen verdades profundas sobre quines somos y qu necesitamos. El simplemente suprimirlas nos har seres muertos espiritualmente o
har que algn da nos disparemos. Tenemos que
educar nuestros deseos, abrir sus ojos a lo que
realmente quieren, liberarlos de los pequeos
placeres. Necesitamos desear ms profundamente y con mayor claridad.
Santo Toms escribi algo que es fcilmente
mal entendido. Deca que la castidad es vivir
conforme al orden de la razn (II,II,151.1). Esto
suena muy fro y cerebral, como si ser casto fuera
una cuestin de poder mental. Pero para Toms
ratio significa vivir en el mundo real, de conformidad con la verdad de las cosas reales.7 Es
decir, vivir en la realidad de quin soy y quines
son realmente las personas a las que amo. La
pasin y el deseo pueden llevarnos a vivir en la
fantasa. La castidad nos hace bajar de las nu-

bes, viendo las cosas como son. Para los religiosos, o a veces para los solteros, puede darse la
tentacin de refugiarse en la fantasa perniciosa
de que somos etreas figuras angelicales, que no
tienen nada que ver con el sexo. Eso puede parecer castidad, pero es una perversin de la misma.
Esto me recuerda a uno de mis hermanos que fue
a decir misa a un convento. La hermana que le
abri la puerta le mir y dijo: Ah, es usted, Padre. Estaba esperando a un hombre.
Es difcil imaginar una celebracin del amor
ms realista que la ltima Cena. No tiene nada
de romntica. Jess les dice a sus discpulos sencilla y llanamente que esto es el final, que uno de
ellos le ha traicionado, que Pedro le negar, que
los dems huirn. No es una escena de amorcitos
a la luz de las velas en un restaurante, esto es
realismo llevado al extremo. Un amor eucarstico
nos enfrenta de lleno con la complejidad del
amor, con sus fracasos y su victoria final.

Liberar al deseo de sus fantasas


Cules son las fantasas en las que nos puede
atrapar el deseo? Yo sugerira dos. Una es la
tentacin de pensar que la otra persona lo es
todo, todo lo que buscamos, la solucin a todos
nuestros anhelos. Esto es un capricho pasajero.
La otra es no ver como es debido la humanidad
de la otra persona, para hacerla simplemente
carne de consumo. Esto es la lujuria. Estas dos
ilusiones no son tan diferentes como podran
parecer a primera vista, la una es el reflejo
exacto de la otra.
Supongo que todos nosotros hemos conocido
momentos de total encaprichamiento, cuando
alguien se convierte en el objeto de todos nuestros deseos, y en smbolo de todo lo que hemos
anhelado, en la respuesta a todas nuestras necesidades. Si no llegamos a ser uno con esa persona, entonces nuestra vida no tiene sentido, est
vaca. La persona amada llega a ser para nosotros la respuesta a ese pozo de necesidad grande
y profundo que descubrimos dentro de nosotros.
Pensamos en esa persona todo el da. Como Shakespeare escribi tan bien:

queremos dejar. Divinizamos a la persona amada, y la ponemos en el lugar de Dios. Por supuesto lo que estamos adorando es nuestra propia
creacin, es una proyeccin. Quizs casi todo
amor verdadero pasa por esta fase obsesiva. La
nica cura para esto es vivir da a da con la persona amada y ver que no es Dios, sino solamente
su hijo o hija. El amor empieza cuando somos
curados de esta ilusin y estamos cara a cara con
una persona real y no con una proyeccin de
nuestros deseos. Como dice Octavio Paz el amor
descubre la realidad al deseo.8
Qu buscamos en todo esto? Qu nos mueve
a encapricharnos? Yo slo puedo hablar personalmente. Yo dira que lo que ha habido siempre
detrs de mis turbulencias emocionales ha sido
el deseo de intimidad. Es el anhelo de ser totalmente uno, de disolver los lmites entre uno
mismo y otra persona, para perderse en otra persona, para buscar la comunin pura y total. Ms
que pasin sexual, creo que es la intimidad lo
que buscan la mayora de los seres humanos. Si
vamos a vivir pasando por crisis de afectividad,
creo que entonces tenemos que que aceptar nuestra necesidad de intimidad.
Nuestra sociedad est construida alrededor
del mito de la unin sexual como culminacin de
toda intimidad. Este momento de ternura y de la
unin fsica total es el que nos lleva a la intimidad total y la comunin absoluta. Mucha gente
no tiene esta intimidad porque no estn casados,
o porque sus matrimonios no son felices, o por-

De da mis miembros y de noche mi mente


no encuentran paz ni para ti ni para m.
O, para ser un poco ms actual, la cara del
amado es como el salvapantallas del ordenador.
En el momento que uno se para a pensar en alguna otra cosa, ah lo tienes. Es como una prisin, una esclavitud, pero una esclavitud que no
4

que son religiosos o sacerdotes. Y podemos sentirnos excluidos injustamente de aquello que es
nuestra necesidad ms profunda. Esto no parece
que sea justo! Cmo puede excluirme Dios de
este deseo profundo?
Yo creo que cada ser humano, casado o soltero, religioso o laico, tiene que aceptar las limitaciones de la intimidad que podemos conocer ahora. El sueo de comunin plena es un mito, que
lleva a algunos religiosos a desear estar casados,
y a muchos casados a desear estarlo con otra
persona diferente. La intimidad verdadera y feliz
slo es posible si aceptamos sus limitaciones.
Podemos proyectar en las parejas de casados una
intimidad total y maravillosa que es imposible
pero que es la proyeccin de nuestros sueos. El
poeta Rilke entendi que no podra haber verdadera intimidad entre una pareja hasta que uno
no cae en la cuenta de que cada cual en cierta
forma permanece solo. Cada ser humano conserva soledad, un espacio a su alrededor, que no
puede ser eliminado. Un buen matrimonio es
aquel en el que cada cual nombra al otro guardin de su soledad, y le muestra su confianza, lo
ms grande que puede entregarle Una vez que
se acepta que incluso entre los seres humanos
ms cercanos sigue existiendo una distancia infinita, puede crecer una forma maravillosa de
vivir uno al lado del otro, si logran amar la distancia que existe entre ellos que le permite a
cada cual ver en su totalidad el perfil del otro
recortado contra un amplio cielo.9
Ciertamente ninguna persona puede ofrecernos esa plenitud de realizacin que deseamos. Eso solamente se encuentra en Dios. Rowan Williams, Arzobispo de Canterbury y hombre casado, escribi, El yo se vuelve adulto y
veraz al enfrentarse con el carcter incurable de
su deseo: el mundo es tal que ninguna cosa
otorgar al yo una identidad colmada y completa.10 O, para citar a Jean Vainier, La soledad
es parte del ser humano, porque no existe nada
que pueda llenar completamente las necesidades del corazn humano.11
Para los que estn casados es posible una maravillosa intimidad una vez que, como dice Rilke,
se acepta que somos guardianes de la soledad de
la otra persona. Y los que somos solteros o clibes, podemos descubrir tambin una intimidad
con los otros profundamente hermosa. Intimidad
viene del latn intimare, que significa estar en
contacto con lo que est ms al interior de otra
persona. Como religioso, mi voto de castidad me
posibilita el ser increblemente ntimo con otras
personas. Porque no tengo intenciones ocultas, y

mi amor no debera ser devorador o posesivo, es


por lo que puedo acercarme muchsimo al fondo
de la vida de la gente.
La trampa opuesta al encaprichamiento no es
hacer de la otra persona Dios, sino hacerles un
simple objeto, algo con lo que satisfacer mis necesidades sexuales. La lujuria nos cierra los ojos
a la persona del otro, a su fragilidad y su bondad.
Santo Toms dice, escribiendo sobre la castidad,
que el len ve al venado como presa, y la lujuria
nos hace cazadores, depredadores que ven algo
que devorar. Queremos simplemente un poco de
carne, algo que poder devorar. Una vez ms la
castidad es vivir en el mundo real. La castidad
nos abre los ojos para ver que lo que tenemos
delante es efectivamente un cuerpo hermoso,
pero ese cuerpo es alguien. Ese cuerpo no es un
objeto sino un sujeto. Nuevamente cito a Hederman, El voto de castidad evita que el instinto
natural del cazador ponga trampas y salte sobre
otros como un depredador.12 Lo que ha sido tan
estremecedor en estas historias de abusos sexuales frecuentemente es el hecho de que a menudo
haya sido cuidadosamente planeado.
Puede dar la impresin de que la lujuria es
pasin sexual fuera de control, deseo sexual
salvaje. Pero San Agustn, que entendi el sexo
muy bien, crea que la lujura tena que ver con
el deseo de dominar a otras personas ms que
con el placer sexual. La lujuria es parte de la
libido dominandi, el impulso de hacernos con el
control y convertirnos en Dios. La lujuria tiene
ms que ver con el poder que con el sexo. Como
escribi Sebastian Moore, La lujuria, pues, no
es pasin sexual fuera del control de la voluntad, sino pasin sexual como tapadera de la voluntad de ser Dios La tarea que tenemos delante no es someter la pasin sexual a la voluntad, sino devolverla al deseo, cuyo origen y fin
es Dios, cuya liberacin es la gracia de Dios
manifestada en la vida, las enseanzas, la crucifixin y resurreccin de Jesucristo.13
El primer paso para superar la lujuria no es
suprimir el deseo, sino restaurarlo, liberarlo,
descubrir que el deseo es por una persona y no
por un objeto. Muchos de los tristes escndalos
de abuso sexual de menores han venido de sacerdotes o religiosos que eran incapaces de enfrentarse a relaciones adultas con iguales. Solamente podan buscar relaciones en las que ellos
tenan el poder y el control. Ellos tenan que
permanecer invulnerables. En la ltima Cena
Jess toma el pan y lo da a los discpulos diciendo Este es mi cuerpo que se entrega por vosotros. El se entrega a s mismo. En lugar de to5

mar el control sobre ellos, se entrega a los discpulos para que hagan con l lo que quieran. Y
nosotros sabemos lo que harn. Es la inmensa
vulnerabilidad del amor verdadero.
La lujuria y el capricho pasajero puede parecer dos cosas muy diferentes y sin embargo son
reflejo la una de la otra. En el encaprichamiento
uno convierte a la otra persona en Dios, y en la
lujuria uno mismo se hace Dios. En el primer

caso uno se hace a s mismo totalmente falto de


poder, y en el segundo uno se arroga poder absoluto. Rowan William escribi que el amor se
mueve entre el egosmo y la abnegacin. 14 Te da
un intenso sentido de ti mismo, y al mismo tiempo te hace desaparecer del mapa. Quizs la lujuria se da si prevalece el egosmo, y el capricho
pasajero si la abnegacin es tan total que uno
pierde toda identidad.

Aprender a amar a pensonas reales


As pues castidad es vivir en el mundo real,
viendo al otro como l o ella es y a m mismo como soy. No somos ni divinos ni simplemente un
trozo de carne. Los dos somos hijos de Dios. Tenemos nuestra historia. Hemos hecho votos y
promesas. El otro tiene compromisos, quizs con
una pareja o esposo. Nosotros como sacerdotes o
religiosos nos hemos entregado a nuestras Ordenes o dicesis. Es tal como estamos, comprometidos y ligados a otros compromisos, como podemos
aprender a amar con corazones y ojos abiertos.
Esto es duro porque vivimos en el mundo de
internet y la World Wide Web. Es el mundo de la
realidad virtual, donde podemos vivir en mundos
de fantasa como si fueran reales. Vivimos en
una cultura a la que le resulta difcil distinguir
entre fantasa y realidad. Todo es posible en el
mundo ciberntico. Por eso la castidad es difcil.
Es el dolor de descubrir la realidad. Cmo podemos bajar a tierra?
Yo sugerira tres pasos. Tenemos que aprender a abrir los ojos y ver los rostros de quienes
estn delante de nosotros. Con qu frecuencia
abrimos realmente los ojos para mirar a la cara
de la gente y verles como son? Brian Pierce OP,
un dominico de Estados Unidos, va a publicar
pronto un libro que compara el pensamiento de
Meister Eckhart, el mstico dominico del siglo
XIV, y Thich Nhat Hanh, un budista del siglo
XX. Para ambos el comienzo de la vida contemplativa es estar en el momento presente, lo que
el budista llama consciencia. Slo es real el
momento presente. Estoy vivo en este momento,
y por tanto es en este momento en el que puedo
encontrarme con Dios. Tengo que aprender la
serenidad de dejar de inquietarme por el pasado
y por el futuro. Ahora, el momento presente, es
cuando comienza la eternidad. Eckhart pregunta, Qu es hoy?. Y l contesta, Eternidad
En la ltima Cena Jess se aferr ese momento presente. En lugar de inquietarse por lo
que Judas haba hecho, o porque los soldados se
estaban acercando, el vivi el ahora, y tom el

pan y lo parti y lo entreg a los discpulos diciendo, Este es mi cuerpo, entregado por vosotros. Cada eucarista nos sumerge en ese ahora
eterno. Es en este momento cuando podemos
hacernos presentes a la otra persona, callados y
quietos en su presencia. Ahora es el momento en
el que puedo abrir los ojos y mirarla. Porque estoy tan ocupado, corriendo por todas partes, pensando en lo que pasar despus, que puede ocurrir que no vea la cara que tengo frente a m, su
belleza y sus heridas, sus alegras y sus penas.
En fin, la castidad implica abrir los ojos!
En segundo lugar, puedo aprender el arte de
estar solo. No puedo estar a gusto con la gente a
menos que sea capaz de sentirme a gusto solo
algunas veces. Si me da miedo la soledad, entonces tomar a otra gente no porque me deleite en
ellos, sino como solucin a mi problema. Ver a
la gente simplemente como una forma de llenar
mi vaco, mi espantosa soledad. Por tanto no ser
capaz de alegrarme en ellos por su propio bien.
As que cuando uno est presente con otra persona, que est verdaderamente presente, y cuando
est solo que aprenda a amar la soledad. De no
ser as cuando uno est con otra persona, se pegar a ella y la sofocar!
Finalmente, cada sociedad vive de sus historias. Nuestra sociedad tiene sus historias tpicas.
A menudo son historias romnticas. El chico conoce a la chica (o a veces el chico conoce al chico),
se enamoran y viven felices para siempre. Es
una buena historia que se da con frecuencia. Pero si pensamos que es la nica historia posible
viviremos con posibilidades demasiado reducidas. Nuestra imaginacin necesita ser alimentada con otras historias que nos hablen de formas
de vivir y amar. Necesitamos abrir a los jvenes
la enorme diversidad de formas en las que podemos encontrar sentido y amor. Por eso eran tan
importantes las vidas de los santos. Nos mostraban que haba diferentes formas de amar heroicamente, como personas casadas o solteras, como
religiosos o laicos. Yo me sent muy conmovido
6

por la biografa de Nelson Mandela, The Long


Road to Freedom. Es un hombre que dio toda su
vida por la causa de la justicia y el derrocamiento del apartheid, y eso signific que no tuvo la
clase de vida matrimonial que anhelaba, puesto
que pas aos en la crcel.
As pues el primer paso de la castidad es bajar de las nubes. Muy rpidamente mencionar
otros dos pasos. El segundo paso, muy brevemente, es abrirnos al amor, para que no queden
pequeos mundos a los que me repliego. El
amor de Jess se nos muestra cuando toma el
pan y lo parte para que pueda ser compartido.
Cuando descubrimos el amor no debemos conservarlo en un pequeo armario privado para
nuestro deleite personal, como una secreta botella de whisky, guardada a escondidas para
nuestro disfrute personal. Tenemos que compartir nuestros amores con nuestros amigos y
con aquellos que amamos. De esta forma el
amor particular se hace expansivo y sale al encuentro de la universalidad.
Sobre todo uno puede ensanchar el espacio
para que Dios habite en cada amor. En cada historia concreta de amor puede vivir el misterio
total del amor, que es Dios. Cuando amamos
profundamente a alguien, Dios est ya ah. Ms
que ver nuestros amores en competencia con
Dios, stos nos ofrecen lugares en los que podemos montar su tienda. Como Bede Jarret deca a
Hubert van Sller, Si pensaras que lo nico que
puedes hacer es retirarte a tu concha, nunca veras cun amoroso es Dios.. Debes amar a P. y
buscar a Dios en P Disfruta su amistad, paga
el precio del dolor que trae consigo, recurdalo en
tu Misa y deja que El sea la tercera persona en
ese amor. La apertura de la Amistad Espiritual
[de Aelred of Rivaulx]: Aqu estamos, t y yo, y
espero que entre nosotros Cristo sea un tercero.
Es precioso, verdad? Si te alejas del amor nunca
conocers cuan amoroso es Dios. Pero a menos
que dejes entrar a Dios en ese amor, y le honres
ah, nunca vers el misterio de ese amor. Si separamos nuestro amor a Dios y nuestro amor a
las personas concretas, ambos se volvern agrios
y enfermizos. Eso es lo que significa tener una
doble vida.
El tercer paso, quizs el ms difcil, es que
nuestro amor ha de liberar a las personas. Todo
amor, ya sea entre personas casadas o solteras,
tiene que liberar. El amor entre marido y mujer
debe abrir grandes espacios de libertad. Y esto es
an ms cierto para los que somos sacerdotes o
religiosos. Tenemos que amar para que los dems sean libres para amar a otros ms que a

nosotros. San Agustn llama amigo del novio,


amicus sponsi, al obispo. En ingls decimos the
best man en la boda. El best man no trata de
que la novia se enamore de l, ni siquiera las
damas de honor!, l est sealando hacia otro.
En una ocasin un dominico francs compar
a Dios con un caballero ingls, que es tan inmensamente discreto que no quiere imponerse de
ninguna forma sobre aquellos a los que ama.
Abrir la puerta y se asomar para asegurarse
de que estn a gusto con su presente inamorato y
despus, por ms que deseara quedarse, desaparecer para no molestarles. Como dijo C.S. Lewis, Es un privilegio divino ser siempre no tanto
el amado como el amante.15 Dios es siempre el
que ama ms de lo que es amado. Esa puede que
sea nuestra vocacin muy a menudo. Como dijo
Auden: Si el amor no puede ser igual que sea yo
el ms amante.16
Esto implica negarse a dejar que la gente se
vuelva demasiado dependiente de uno y no ocupar el centro de sus vidas. Uno debe estar siempre buscando otras formas de apoyo para la gente, otros pilares, para que nosotros podamos dejar de ser tan importantes. As la pregunta que
uno debe hacerse siempre es: Est haciendo mi
amor ms fuerte a esta persona, ms independiente, o la est haciendo ms dbil, y dependiente de m?
Basta ya! Tengo que parar ahora, tras una
ltima reflexin. Aprender a amar es un asunto
difcil. No sabemos a dnde nos llevar. Nos encontraremos nuestra vida vuelta del revs. Seguramente a veces nos haremos dao. Sera ms
fcil tener corazones de piedra que corazones de
carne, pero entonces estaramos muertos! Si
estamos muertos, no podramos hablar del Dios
de la vida. Pero cmo atrevernos a vivir pasando
por esta muerte y resurreccin?
En cada eucarista recordamos que Jess derram su sangre por el perdn de los pecados.
Esto no significa que tena que aplacar a un Dios
furioso. Ni siquiera significa solamente que si nos
equivocamos podemos ir a confesar nuestros pecados y ser perdonados. Significa mucho ms.
Significa que, en todas nuestras luchas por ser
personas que aman y estn vivas, Dios est con
nosotros. La gracia de Dios est con nosotros en
los momentos de fracaso y de lo, para ponernos
nuevamente en pie. De la misma forma que el
domingo de pascua Dios convirti el viernes santo
en un da de bendicin, podemos estar seguros de
que todos nuestros intentos por amar darn fruto
Y por eso no tenemos que temer! Podemos adentrarnos en esta aventura, con confianza y coraje.
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Notas
12th Homily on the Eph to the Colossians.
Manikon Eros: Mad Crazy Love Dublin 2000 p.66
3 Comm on Sentences III, 25, 1,1, 4m
4 The Four Loves London 1960 p.111
5 ed. by Bede Bailey, Aidan Bellenger and Simon Tugwell, Letters of Bede Jarrett Downside and Blackfriars
1989 p.180
6 Law, love and language p.22
7 Josef Pieper The Four Cardinal Virtues Notre Dame 1966 p. 156
8 Quoted Herdman op.cit p.87
9 John Mood Rilke on Love and Other Difficulties, translations and Considerations of Rainer Maria Rilke, New
York 1993 27ff. quoted by Hederman op.cit. p. 81
10 Lost Icons p.153.
11 Becoming Human p.7
12 op. cit. 96
13 op.cit 105
14 Lost Icons p.156
15 op.cit. 184
16 Collected Shorter Poems 1927 1957 London 1966 p. 282
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