Timothy Radcliffe - Afectividad y Eucaristía
Timothy Radcliffe - Afectividad y Eucaristía
Timothy Radcliffe - Afectividad y Eucaristía
oscura, inmvil, sin aire- cambiar. No se romper; se volver irrompible, impenetrable, irredimible. La alternativa a la tragedia, o al menos
al riesgo de tragedia, es la condenacin. El nico sitio aparte del cielo donde puedes estar perfectamente a salvo de todos los peligros y perturbaciones del amor es el infierno. 4
Me alegro (de que te hayas enamorado) porque creo que tu tentacin ha sido siempre hacia
el puritanismo, una estrechez, una cierta falta de
humanidad. Tu tendencia era casi hacia la negacin de la santificacin de la materia. Estabas
enamorado del Seor pero no autnticamente
enamorado de la encarnacin. Estabas realmente
asustado. Pensaste (aqu me tienes achacndote
toda clase de maldades sin permiso) que si en
algn momento te relajabas saltaras por los
aires. Estabas lleno de inhibiciones. Casi te mataron. Casi mataron tu humanidad. Te daba
miedo la vida porque queras ser santo y sabas
que eras un artista. El artista que hay en ti vea
belleza por todas partes; el hombre que quera
ser santo en ti deca Caramba, pero eso es terriblemente peligroso, el novicio dentro de ti deca,
Mantn los ojos bien cerrados, el Claud (su
nombre de pila) casi salt por los aires. Si P no
hubiera entrado en tu vida, podras haber explotado. Creo que P salvar tu vida. Dir una misa
en accin de gracias por lo que P ha sido, y hecho, por ti. Hace mucho tiempo que necesitabas
de P. Tus parientes no podran sustituirla. Tampoco los viejos y corpulentos provinciales.5
No estoy sugiriendo que deberamos salir todos corriendo de aqu a intentar buscar alguien a
quien amar! Dios nos enva los amores y las
amistades que son parte de nuestro camino hacia
El, que es la plenitud del amor. Esperamos a
quienes Dios nos enva y cundo y cmo El los
enva. Pero cuando llegan, entonces debemos
afrontar el momento, como hizo Jess en la ltima Cena.
Cuando amemos a alguien profundamente,
entonces tendremos que aprender a ser castos.
Cada uno, soltero, casado o religioso est llamado a la castidad. Esta no es una palabra popular
en estos das, suena mojigata, fra, distante, medio muerta, nada atractiva. Herbert McCabe OP
escribi que la castidad que no es una manifestacin de amor es meramente el cadver de la
verdadera castidad.6
La castidad no es en primer lugar la supresin del deseo, al menos segn la tradicin de
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bes, viendo las cosas como son. Para los religiosos, o a veces para los solteros, puede darse la
tentacin de refugiarse en la fantasa perniciosa
de que somos etreas figuras angelicales, que no
tienen nada que ver con el sexo. Eso puede parecer castidad, pero es una perversin de la misma.
Esto me recuerda a uno de mis hermanos que fue
a decir misa a un convento. La hermana que le
abri la puerta le mir y dijo: Ah, es usted, Padre. Estaba esperando a un hombre.
Es difcil imaginar una celebracin del amor
ms realista que la ltima Cena. No tiene nada
de romntica. Jess les dice a sus discpulos sencilla y llanamente que esto es el final, que uno de
ellos le ha traicionado, que Pedro le negar, que
los dems huirn. No es una escena de amorcitos
a la luz de las velas en un restaurante, esto es
realismo llevado al extremo. Un amor eucarstico
nos enfrenta de lleno con la complejidad del
amor, con sus fracasos y su victoria final.
queremos dejar. Divinizamos a la persona amada, y la ponemos en el lugar de Dios. Por supuesto lo que estamos adorando es nuestra propia
creacin, es una proyeccin. Quizs casi todo
amor verdadero pasa por esta fase obsesiva. La
nica cura para esto es vivir da a da con la persona amada y ver que no es Dios, sino solamente
su hijo o hija. El amor empieza cuando somos
curados de esta ilusin y estamos cara a cara con
una persona real y no con una proyeccin de
nuestros deseos. Como dice Octavio Paz el amor
descubre la realidad al deseo.8
Qu buscamos en todo esto? Qu nos mueve
a encapricharnos? Yo slo puedo hablar personalmente. Yo dira que lo que ha habido siempre
detrs de mis turbulencias emocionales ha sido
el deseo de intimidad. Es el anhelo de ser totalmente uno, de disolver los lmites entre uno
mismo y otra persona, para perderse en otra persona, para buscar la comunin pura y total. Ms
que pasin sexual, creo que es la intimidad lo
que buscan la mayora de los seres humanos. Si
vamos a vivir pasando por crisis de afectividad,
creo que entonces tenemos que que aceptar nuestra necesidad de intimidad.
Nuestra sociedad est construida alrededor
del mito de la unin sexual como culminacin de
toda intimidad. Este momento de ternura y de la
unin fsica total es el que nos lleva a la intimidad total y la comunin absoluta. Mucha gente
no tiene esta intimidad porque no estn casados,
o porque sus matrimonios no son felices, o por-
que son religiosos o sacerdotes. Y podemos sentirnos excluidos injustamente de aquello que es
nuestra necesidad ms profunda. Esto no parece
que sea justo! Cmo puede excluirme Dios de
este deseo profundo?
Yo creo que cada ser humano, casado o soltero, religioso o laico, tiene que aceptar las limitaciones de la intimidad que podemos conocer ahora. El sueo de comunin plena es un mito, que
lleva a algunos religiosos a desear estar casados,
y a muchos casados a desear estarlo con otra
persona diferente. La intimidad verdadera y feliz
slo es posible si aceptamos sus limitaciones.
Podemos proyectar en las parejas de casados una
intimidad total y maravillosa que es imposible
pero que es la proyeccin de nuestros sueos. El
poeta Rilke entendi que no podra haber verdadera intimidad entre una pareja hasta que uno
no cae en la cuenta de que cada cual en cierta
forma permanece solo. Cada ser humano conserva soledad, un espacio a su alrededor, que no
puede ser eliminado. Un buen matrimonio es
aquel en el que cada cual nombra al otro guardin de su soledad, y le muestra su confianza, lo
ms grande que puede entregarle Una vez que
se acepta que incluso entre los seres humanos
ms cercanos sigue existiendo una distancia infinita, puede crecer una forma maravillosa de
vivir uno al lado del otro, si logran amar la distancia que existe entre ellos que le permite a
cada cual ver en su totalidad el perfil del otro
recortado contra un amplio cielo.9
Ciertamente ninguna persona puede ofrecernos esa plenitud de realizacin que deseamos. Eso solamente se encuentra en Dios. Rowan Williams, Arzobispo de Canterbury y hombre casado, escribi, El yo se vuelve adulto y
veraz al enfrentarse con el carcter incurable de
su deseo: el mundo es tal que ninguna cosa
otorgar al yo una identidad colmada y completa.10 O, para citar a Jean Vainier, La soledad
es parte del ser humano, porque no existe nada
que pueda llenar completamente las necesidades del corazn humano.11
Para los que estn casados es posible una maravillosa intimidad una vez que, como dice Rilke,
se acepta que somos guardianes de la soledad de
la otra persona. Y los que somos solteros o clibes, podemos descubrir tambin una intimidad
con los otros profundamente hermosa. Intimidad
viene del latn intimare, que significa estar en
contacto con lo que est ms al interior de otra
persona. Como religioso, mi voto de castidad me
posibilita el ser increblemente ntimo con otras
personas. Porque no tengo intenciones ocultas, y
mar el control sobre ellos, se entrega a los discpulos para que hagan con l lo que quieran. Y
nosotros sabemos lo que harn. Es la inmensa
vulnerabilidad del amor verdadero.
La lujuria y el capricho pasajero puede parecer dos cosas muy diferentes y sin embargo son
reflejo la una de la otra. En el encaprichamiento
uno convierte a la otra persona en Dios, y en la
lujuria uno mismo se hace Dios. En el primer
pan y lo parti y lo entreg a los discpulos diciendo, Este es mi cuerpo, entregado por vosotros. Cada eucarista nos sumerge en ese ahora
eterno. Es en este momento cuando podemos
hacernos presentes a la otra persona, callados y
quietos en su presencia. Ahora es el momento en
el que puedo abrir los ojos y mirarla. Porque estoy tan ocupado, corriendo por todas partes, pensando en lo que pasar despus, que puede ocurrir que no vea la cara que tengo frente a m, su
belleza y sus heridas, sus alegras y sus penas.
En fin, la castidad implica abrir los ojos!
En segundo lugar, puedo aprender el arte de
estar solo. No puedo estar a gusto con la gente a
menos que sea capaz de sentirme a gusto solo
algunas veces. Si me da miedo la soledad, entonces tomar a otra gente no porque me deleite en
ellos, sino como solucin a mi problema. Ver a
la gente simplemente como una forma de llenar
mi vaco, mi espantosa soledad. Por tanto no ser
capaz de alegrarme en ellos por su propio bien.
As que cuando uno est presente con otra persona, que est verdaderamente presente, y cuando
est solo que aprenda a amar la soledad. De no
ser as cuando uno est con otra persona, se pegar a ella y la sofocar!
Finalmente, cada sociedad vive de sus historias. Nuestra sociedad tiene sus historias tpicas.
A menudo son historias romnticas. El chico conoce a la chica (o a veces el chico conoce al chico),
se enamoran y viven felices para siempre. Es
una buena historia que se da con frecuencia. Pero si pensamos que es la nica historia posible
viviremos con posibilidades demasiado reducidas. Nuestra imaginacin necesita ser alimentada con otras historias que nos hablen de formas
de vivir y amar. Necesitamos abrir a los jvenes
la enorme diversidad de formas en las que podemos encontrar sentido y amor. Por eso eran tan
importantes las vidas de los santos. Nos mostraban que haba diferentes formas de amar heroicamente, como personas casadas o solteras, como
religiosos o laicos. Yo me sent muy conmovido
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Notas
12th Homily on the Eph to the Colossians.
Manikon Eros: Mad Crazy Love Dublin 2000 p.66
3 Comm on Sentences III, 25, 1,1, 4m
4 The Four Loves London 1960 p.111
5 ed. by Bede Bailey, Aidan Bellenger and Simon Tugwell, Letters of Bede Jarrett Downside and Blackfriars
1989 p.180
6 Law, love and language p.22
7 Josef Pieper The Four Cardinal Virtues Notre Dame 1966 p. 156
8 Quoted Herdman op.cit p.87
9 John Mood Rilke on Love and Other Difficulties, translations and Considerations of Rainer Maria Rilke, New
York 1993 27ff. quoted by Hederman op.cit. p. 81
10 Lost Icons p.153.
11 Becoming Human p.7
12 op. cit. 96
13 op.cit 105
14 Lost Icons p.156
15 op.cit. 184
16 Collected Shorter Poems 1927 1957 London 1966 p. 282
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