Comunidad Luis Casalá

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¿QUÉ VIDA RELIGIOSA TIENE FUTURO?

Subsidios para comunidades en búsqueda

“Todo el que deje casa o hermanos o hermanas o madre o padre o hijos


o campos por mí y por la Buena Noticia ha de recibir en esta vida cien
veces más” (Marcos 10,19-30)

A tantos y tantas compañeros de camino que comparten conmigo la


pasión por Jesús y su Buena Noticia

Luis A. Casalá, sm

Diseño de la cubierta: Raúl Sena Vélez


Diagramación: Francina Restelli
Corrección: Estudio IGR - SM

© Luis A. Casala, sm - 2016


Todos los derechos reservados.
La reproducción total o parcial de esta obra está permitida citando la
fuente.

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Indice
Presentación página 6

- Capítulo I: Humanizar nuestras comunidades página 10

- Capítulo II: Las relaciones comunitarias página 28


a la luz de la misericordia
página 40
- Capítulo III: El servicio de la autoridad

- Capítulo IV: Formar para el servicio: de héroes página 54


a “servidores inútiles”.

- Capítulo V: Vivir en camino. página 66


La formación permanente en la Vida Consagrada

- Capítulo VI: Una Vida Consagrada que despierta página 82


el llamado. La pastoral vocacional.

- Conclusión página 96

- Otras obras del autor página 100

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Presentación
Mis hermanos y hermanas religiosos, mis compañeros de aventura en
esta audaz andanza tras las huellas de Jesús, están muchas veces desorien-
tados y abatidos. No es que yo esté mucho más orientado que ellos y ellas.
Simplemente intento vivir con dignidad y honestidad – o morir de igual
manera – esta aventura apasionante, este modo tan especial, radical, ex-
traño, de vivir el Evangelio. Y me siento llamado a compartir aquello que
voy reflexionando, meditando y descubriendo a lo largo de esta andadu-
ra. Por tanto, es bueno que se diga claramente desde el principio, estas
reflexiones surgen desde el camino. No desde los libros y documentos.
Brotan de la vida y del deseo de que esta vida sea mejor, más fecunda,
más humana y humanizante, más constructora y posibilitadora del Reino.

Están desorientados y perplejos porque los esfuerzos que se han hecho


para revitalizar la Vida Consagrada parecen no tener éxito. Somos menos
y nos hacemos cada vez más mayores. Y nos sigue doliendo que buenos
compañeros y compañeras de camino busquen otros rumbos y nos aban-
donen. Sigue siendo un problema la fidelidad, sigue siendo un problema
lograr que la calidad de vida de nuestras comunidades sea mejor. Y no es
tan fácil como pensábamos trasmitir nuestro carisma a los laicos y vivirlo
con ellos.
El individualismo campea entre nosotros, ni más ni menos que en el con-
junto de la sociedad. La calidad de nuestra vida de oración no nos satis-
face y nos desbordan los compromisos. Estamos cansados. No nos resulta
fácil imaginar dónde y cómo se formarían las nuevas vocaciones por las
que rezamos, tal vez sin mucha convicción; ni cómo podrían hoy sobrevi-
vir los jóvenes entre nosotros.

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Para colmo algunas “nuevas” formas de Vida Consagrada parece que es- brar palabras que pueden alcanzar a todos y ser más libres, y llegar más
tán floreciendo. Con estilos tradicionales, hábitos extraños, uniformida- lejos que las que quedan atrapadas en un libro, y quedan atadas a los de-
des sospechosas, devociones y prácticas piadosas que poco nos dicen a rechos del autor o de una editorial.
nosotros que hemos sido formados en el espíritu del concilio Vaticano II.
Pero no podemos dejar de admirar su entusiasmo, su entrega a la misión, Elegí algunos temas que me parecen importantes o urgentes. Y ofrezco
muchas veces asumiendo misiones en fronteras existenciales y riesgosas, algunas pistas, preguntas, para trabajarlos después de su lectura y me-
su espíritu comunitario y alegre, y su fe sencilla y popular. Desde luego ditación. Los capítulos son bastante independientes, aunque haya cierta
que nos hacen pensar. lógica en el orden de los mismos.
Cada uno, cada comunidad, puede elegir comenzar por uno o por otro,
De todas maneras muchos de nosotros y nosotras no quisiéramos ser así en función de sus propias necesidades y de los desafíos que afronte.
para pagar el precio de tener vocaciones. No quisiéramos volver a la Vida
Consagrada que dejamos atrás y que tanto nos costó renovar. No cam- Finalmente: estoy convencido que nada de esto servirá si no pasa por la
biaríamos hoy nuestra fe en el Jesús de los Evangelios para volver a las oración. No salvarán al mundo y a la Vida Consagrada las buenas ideas.
devociones del pasado y al Jesús que nos enseñaron en el catecismo. No Sólo habrá futuro si revivimos la experiencia de Dios que nos puso en
estaríamos dispuestos a renunciar a nuestra conciencia para regar un palo camino y la experiencia de Dios de nuestras Madres y Padres Fundadores.
seco. Ni tampoco nos someteríamos a horarios rígidos porque “la cam- Esto es: el carisma que intentamos vivir en Iglesia y ofrecer a la Iglesia
pana es la voz de Dios”. Ni permitiríamos que abran nuestra correspon- como modo de vida evangélico.
dencia. Ni toleraríamos dejar de asistir a nuestra familia, o dejar de ir al
entierro de nuestros padres. No volveríamos atrás.

Más aún: muchos de nosotros y nosotras estamos contentos y satisfe-


chos con nuestra vida. No dejaríamos este camino, ni renunciaríamos a
nuestras opciones existenciales aunque se derrumbaran las instituciones
a las que pertenecemos. Jesús nos ha enamorado. La pasión por el Reino
permanece viva en nosotros. Nos sigue ilusionando entregar la vida por
los jóvenes, por los pobres, por los últimos. Seguimos creyendo que otra
Vida Religiosa es posible, que otra Iglesia es posible, que otro mundo es
posible.

Las reflexiones que siguen son provisorias. Está bien que así sea. Es lo que
hay hoy. Es hasta donde llega hoy mi pensamiento y mis intuiciones. Y
así las ofrezco, con sencillez y humildad, como aportes para pensar y para
discernir personalmente y en comunidad.
Algunos de los capítulos de este libro han sido ya publicados. Pero la ma-
yoría de estas páginas son inéditas.
He optado por compartir estas páginas por la WEB. Es un modo de sem-

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H umanizar
nuestras
comunidades.

CAPÍTULO I
Capítulo I
HUMANIZAR NUESTRAS COMUNIDADES.

Para contextualizar esta reflexión quiero aclarar que me referiré, funda-


mentalmente, a lo que acontece en Occidente, tanto al norte como al sur.
Seguramente habrá situaciones muy parecidas en otros contextos, debido
a que el proceso de globalización en que estamos inmersos nos afecta a
todos. Pero es bueno señalar que no me refiero aquí en forma directa a lo
que pasa en el Oriente, en Medio Oriente y/o en África, porque hay situa-
ciones muy diferenciadas en el modo de vivir la fe y en las problemáticas
que afronta la Vida Consagrada.

Los presupuestos de esta reflexión, aquello desde lo que se fundamen-


ta mi postura y mis afirmaciones, están explícitos en los gestos y en el
pensamiento del papa Francisco, especialmente en la encíclica “Evangelii
Gaudium” y en la “Laudato si´”. Esto me exime de extenderme en largas
justificaciones, y evita tener que sumar argumentos de autoridad, algo
que siempre me resultó fastidioso y pesado. Y permite entrar de modo
directo y más libre en la problemática que abordamos.

La cuestión de la humanización

La preocupación por la cuestión de la humanización y/o deshumaniza-


ción, no es una problemática exclusiva de la Vida Consagrada.
Las sociedades modernas, en general, están experimentando un fuerte
proceso de deshumanización que tiene diversos orígenes y manifestacio-
nes. Algunos indicadores:
- El estrés que genera el ritmo de vida moderno. Ya sea por las exigen-
cias laborales; por la multiplicidad de ocupaciones y de estímulos que
llegan de muy diversas fuentes, pero principalmente de los Medios de

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Comunicación Social; porque no es fácil mantener el tranco en la carrera Las consecuencias de todo están a la vista. Cantidad de enfermedades
a que nos someten las demandas de consumo; por la contaminación de viejas y nuevas que hoy hacen estragos en la gente. Comencemos recor-
las grandes ciudades y las horas que suponen todos los traslados; o bien dando el porcentaje altísimo de seres humanos que viven en la más abso-
por el vértigo a que estamos sometidos para poder llegar y cumplir con luta pobreza y siguen muriendo de hambre en un mundo en el que hay
todas las obligaciones que nos imponen o nos autoimponemos1 . comida para todos, un mundo que cuida y gasta más en mascotas que en
- Pero dando un paso más hay que decir que es una sociedad que en su ayuda social; pensemos en los migrantes y desplazados; en el negocio de
conjunto, no se puede afirmar de cada individuo en particular, ha perdido la trata de personas que son comerciadas como cosas, como bienes de
el rumbo. Una sociedad desencantada, donde no existen grandes utopías consumo; en la proliferación de todo tipo de adicciones: cigarrillo, dro-
ni relatos que justifiquen y ofrezcan un sentido profundo a la vida, al es- gas, alcohol, juego, pornografía en internet; en la obesidad, la anorexia y
fuerzo, al trabajo y a la muerte. Por ello es una sociedad que se instala y la bulimia; en el aumento de tantos tipos de cáncer; en enfermedades que
se agota en el presente, en el hoy y el ahora, e intenta sacarle el óptimo tienen que ver con la presión, con el azúcar, con la comida “chatarra”, con
de provecho disfrutándolo al máximo. Para ello tiene que exacerbar el el sedentarismo; en las enfermedades que se expresan de modo especial
placer, el consumo, la sexualidad vivida a tope y disociada de lo afectivo, en la dimensión psíquica de la persona (aunque sabemos que casi todas
las drogas, el alcohol, las experiencias extremas en los deportes de riesgo, las enfermedades son psicosomáticas) como la depresión, el pánico, las
la exaltación del cuerpo tratando de conservar una eterna juventud, los diversas fobias, la angustia existencial, el insomnio, la agresividad (vea-
viajes y el turismo. Es la sociedad de la diversión, a través de la cual pre- mos lo que ha aumentado el consumo de antidepresivos y ansiolíticos);
tendemos salir del aburrimiento y la nostalgia. en la cantidad de accidentes que se podrían evitar tomando los recaudos
- Yendo un poco más a fondo evidenciamos que nuestra sociedad no más elementales, porque falta una valoración y un mínimo cuidado de la
está construida en función del ser humano y de una de las dimensiones propia vida y de la de los demás; la cantidad de suicidios que ha aumen-
esenciales para su realización, como es el trabajo, sino en función del mer- tado entre los mismos jóvenes; las situaciones de violencia extrema en
cado, del capital, en definitiva, del dinero. Es el triunfo del sistema neoli- las relaciones humanas: la violencia de género en los hogares, los “relatos
beral capitalista, cuyos pilares son el lucro y la competencia entre perso- salvajes” en las relaciones sociales y las reacciones que pretenden tomar
nas y empresas y la atención al humor de los mercados; sistema en el cual justicia por mano propia; en los asesinatos y matanzas en iglesias y es-
el trabajo es simplemente un “factor de producción”, que se puede ajustar cuelas en los Estados Unidos y en otros países del mundo; en el bullying
en función de los intereses de los grandes fondos económicos transnacio- entre niños y adolescentes; en las agresiones en y entre las hinchadas de
nales. Ello ha generado que el trabajo y la persona humana sean “cosas”, los equipos de fútbol; en la violencia en la forma de tratarse de los jóvenes
elementos, que pueden ajustarse, usarse, descartarse lo mismo que los que muchas veces termina en tragedias; etcétera.
objetos materiales obsoletos; por eso hablamos de deshumanización. El
ser humano vale en la medida en que puede producir y consumir. Si no Y también, porque no puede ser de otra manera, las consecuencias que
es así, no existe, sobra, está de más. Y esto es una tremenda paradoja y tiene todo esto en nuestra relación con la naturaleza, nuestra “casa co-
contradicción en un mundo en el que se declaman los derechos humanos. mún”, que estamos destrozando.

número 18; ver también los números 225 y 226 en los que se refiere a la necesidad de
1 El papa Francisco, en carta encíclica Laudato Si´, nombra esta realidad de la recuperar una sana armonía que nos permita disfrutar de la vida, y superar la “ansiedad
intensificación de los ritmos de vida y de trabajo con la palabra “rapidación”, enfermiza que nos vuelve superficiales, agresivos y consumistas desenfrenados”.

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La cuestión de las comunidades ONG, Asociaciones de Padres de los colegios, movimientos de Iglesia,
etc. Y también a las familias, que son cada vez más nucleares. Aunque
Naturalmente todas estas problemáticas afectan de modo directo los vín- hoy se rompe con suma frecuencia ese núcleo y las familias se rearman, se
culos interpersonales. En todos los niveles se viven importantes tensiones ensamblan y adquieren contornos cada vez más difusos.
porque estamos sometidos a un fuerte proceso de desintegración social.
Finalmente, digamos que este ambiente, esta cultura en la que estamos
A nivel social, global, el sistema económico ha producido una brecha inmersos, nos afecta a todos. No sólo a los jóvenes, sino también a los
cada vez más grande entre los pocos que tienen muchísimo y los muchí- adultos, y a los que ya hemos hecho opciones vocacionales definitivas.
simos que carecen de todo. Parece que los ideales de justicia, fraternidad
y equidad que estaban en la base del mundo occidental moderno des- La humanidad de Jesús
pués de la Revolución Francesa han caído totalmente en el olvido. Y se
ha impuesto una cierta libertad que pretende no tener límites ni normas Dios quiso hacerse hombre. Un ser humano sin más. Uno de tantos. Igual
que la regulen, que consiste en hacer lo que quiero muchas veces sin otra que todos. Menos en el pecado porque el pecado deshumaniza. La limita-
referencia ética que el propio interés y beneficio; y que desde luego es una ción, la vulnerabilidad, la debilidad, la fragilidad, la enfermedad, la vejez,
libertad para pocos, para los triunfadores, para los sobrevivientes, para incluso la tentación, la duda, el fracaso y la muerte, todo esto no es pe-
los que lícita o, en general, ilícitamente han acumulado el grueso de los cado. Todo eso es muy humano. Y Jesús lo vivió cuando asumió nuestra
bienes de la tierra. naturaleza humana. A nosotros nos cuesta asumir esta dimensión de la
condición humana. Nos cuesta aceptar los límites, nos cuesta mostrarnos
En la raíz de todo ello está sin duda la endeble naturaleza humana que débiles y vulnerables, nos avergüenza equivocarnos, nos deprime fraca-
tiende espontáneamente al individualismo, al egocentrismo y al “sálvese sar, preferimos no pensar en la muerte, un evento que con toda seguridad
quien pueda”. Es obvio que, cuando ello está exacerbado por un ambiente acontecerá en algún momento de nuestra vida.
cultural en el que se estimulan estas tendencias, los vínculos humanos se
complican cada vez más. Vivimos en la sociedad de las selfies, preocu- Gran parte de nuestra vida se nos va intentando aceptarnos y querernos
pados por la propia imagen; no necesitamos del otro para que nos saque como somos. Reconciliándonos con nuestra realidad y nuestra historia,
la foto; aunque sí los necesitamos para que la admiren. Lo ideal sería no intentando dejar de envidiar lo que otros u otras tienen y nosotros no te-
depender de nadie. Y aunque estamos tecnológicamente hiperconectados nemos. Y ello a nivel de nuestro cuerpo, de nuestras capacidades intelec-
ya no dialogamos personalmente ni nos miramos cara a cara, porque todo tuales, de nuestras habilidades sociales, de nuestra energía volitiva, en fin,
lo hacemos a través del teléfono celular. El diálogo y la comunicación que de lo que somos y tenemos. Muchas y muchos viven luchando para man-
están en la base de la posibilidad de construir vínculos humanos profun- tener una eterna juventud, una apariencia física en la que no se advierta
dos, enriquecedores, que nos saquen de la soledad, se hace muy difícil. el paso de los años. Por más que la batalla esté perdida de antemano, se
consumen, horas y dinero en gimnasios, operaciones estéticas, tratamien-
Las comunidades más grandes o más pequeñas, como la familia, se debi- tos de belleza y rejuvenecimiento, vitaminas, ropa de última generación,
litan. Los vínculos se hacen light, líquidos, las fidelidades se hacen provi- aunque aparezcamos ridículos disfrazados de adolescentes.
sorias, las pertenencias temporales, los trabajos flexibles y muchas veces Y esto también acontece en otros niveles. Nos cuesta aceptar la disminu-
individuales (uno puede trabajar en su casa, se van acabando las cadenas ción de las energías físicas, de las capacidades intelectuales, no estar al
de producción). Todo ello afecta a los partidos políticos, sindicatos, clubs, tanto de las últimas novedades. Los que vienen de atrás nos superan am-

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pliamente en muchos sentidos. Podríamos competir con ellos en muchas siempre propuso. Supo disfrutar de la amistad y del cariño de amigos y
cosas, sobre todo en sabiduría. Pero nos empeñamos en mantenernos en amigas.
la cresta de la ola y en primera fila en todo; y muchas veces en aspectos de - Eligió para madurar su personalidad y su misión una vida sencilla, de
la vida en los que ya no podemos competir. Cuesta dar el paso al costado, trabajo y silencio, de profunda comunión con su familia y vecinos. En un
dejar el poder cuando toca hacerlo. pueblo ignoto y marginal creció en el saber, en estatura y en gracia delante
de Dios y de los hombres (Lucas 2,52).
Cuando Jesús asume toda nuestra condición humana nos viene a decir - Fue un hombre que se manifestó soberanamente libre frente a las ata-
que está bien ser humanos. Aunque desde el principio de la creación ha- duras sociales, los convencionalismos, las amenazas y de la misma santa
yamos querido ser como dioses (Génesis 3,5) estamos hechos de barro y Ley de los judíos. Volvió a recordar las cosas tan básicas y esenciales como
nuestro destino es volver al polvo. La encarnación del Hijo de Dios es la que “el sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado”
afirmación más contundente de la bondad del ser humano. Lo mejor que (Marcos 2,27).
podemos ser es ser los mejores seres humanos que podamos ser. Para ello - Sufrió la tentación, la incomprensión de su familia, el abandono y la
se encarna Jesús. Para enseñarnos a ser humanos. Porque esta es la Volun- testarudez de sus discípulos, la traición de los amigos, la soledad del huer-
tad de Dios. No quiere que seamos ángeles ni bestias. Nos creó humanos y to, la angustia, el temor ante el dolor, el sufrimiento y la cruz, se cansó y
nos quiere humanos. Y la maravilla es que cuanto más humanos seamos, tuvo hambre y sed, experimentó el fracaso, tuvo que buscar la Voluntad
más imágenes y semejanza de Dios seremos. Porque lo único que empa- de Dios y replantearse las estrategias de su misión (Mateo 15,21-28), supo
ña, oculta, distorsiona y arruina esta imagen y semejanza es el pecado. llorar sin ocultar sus sentimientos.
- Fue un hombre apasionado que vivió al servicio de los demás, absolu-
Por todo ello cuando queremos saber qué es ser humano y cómo llegar a tamente disponible, capaz de cambiar sus planes frente a las necesidades
serlo cada vez más, hay que mirar a Jesús. Y tratar de desentrañar cómo de la gente. Su pasión misionera le hizo ser itinerante para llevar a todos la
vivió Él su humanidad. La reflexión sobre esta cuestión supondría desa- Buena Noticia. Su actitud nunca fue amenazante, ni pesimista, ni se puso
rrollar un tratado de cristología, lo cual supera los objetivos de este traba- en el lugar del juez o del árbitro para dirimir conflictos interpersonales.
jo. Pero no está de más señalar brevemente algunos rasgos que caracteri- Anunciaba Buenas Noticias, la cercanía y la presencia del Reino que se
zaron a Jesús y que nosotros estamos invitados también a vivir y cultivar. manifestaba en su vida y en sus signos prodigiosos que iban sembrando
vida por doquier. Fue itinerante, pero disfrutaba compartiendo la vida y
- Jesús, un ser humano abierto a la trascendencia. Jesús fue una persona la mesa en las casas de las gentes, de sus discípulos, de sus amigos, o en la
profundamente espiritual. Para nada exageradamente religioso, al menos casa de los que no lo eran tanto.
en el sentido de ser un celoso cumplidor de las normas de la Ley, ni su - Manifestó siempre entrañas de misericordia frente al dolor, la enfer-
vida estuvo centrada en el Templo ni en la sinagoga. Pero vivió en una medad, la marginación, el pecado. Nunca fue indiferente ante el dolor
profunda dependencia filial y amorosa con su Padre. Estaba habitado por de los demás. Tocó muertos y leprosos, y se dejó tocar por mujeres “im-
su Padre y habitaba en su Padre, hasta poder decir que eran una misma puras”. Se hizo amigo de publicanos y prostitutas, compartía con ellos la
cosa (Juan 8,19.29; “El Padre y yo somos uno”, Juan 10,30). mesa. Vino para los enfermos, los sanos no necesitan del médico.
- Quiso nacer en una familia, vivir largo tiempo la vida sencilla y coti- - Hay que decir también que decidió vivir las grandes pulsiones huma-
diana de una familia normal; desarrolló su misión en compañía de dis- nas (el tener, el poder y la sexualidad) de modo extraño, contracultural,
cípulos y discípulas a las que consideró su familia (Marcos 3,34-35). Se liminal. Se puede decir que las vivió de un modo “extremo”. No pudo
sintió hermano de todos; no se puso por arriba de nadie; nunca impuso, dejar de vivir estas pulsiones, porque hubiera dejado de ser humano. Pero

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las vivió de un modo especial, porque todo su ser estuvo focalizado por la
misión. En función de la misión, de su ser enviado que lo constituía y de- Es natural que los modos de expresar esta realidad y de trabajar con ella,
finía como persona. Vivió la sexualidad como célibe, renunciando a tener hayan sido diferentes en razón de las diferentes antropologías que fueron
su propia familia; el tener, poniendo en común sus bienes, renunciando a predominando. Algunas más de corte unitario, siguiendo la antropolo-
la propiedad privada; el poder ocupándose sólo de las cosas de su Padre, y gía bíblica y semita; otras de tinte más dualista, integrando malamente el
obedeciendo su Voluntad desde su infancia hasta su muerte, renunciando alma y el cuerpo, fuente de todos los males; algunas más racionales con
a cualquier tipo de proyecto personal, para vivir en función de lo que el fuerte carga aristotélica; otras más románticas, en las que se ha privilegia-
Padre le había encomendado. do el sentimiento y ha sido tenido más en cuenta la afectividad.
Es importante señalar que estas últimas dimensiones son las que de algu-
na manera intentan reproducir los religiosos y religiosas, en este modo Para los fines de este trabajo baste decir que los primeros padres y madres
de seguimiento de Jesús, de vivir el Evangelio, que es la Vida Consagrada. de la Vida Consagrada y en general todos nuestros Fundadores y Funda-
doras fueron hombres y mujeres cabales, llenos de pasión por el Reino,
Vida Consagrada y humanización con una fuerte capacidad de liderazgo y de compartir su sueño con los
discípulos que los siguieron, llenos de misericordia frente a las miserias y
La Vida Consagrada, como modo de especial seguimiento de Jesús y de dolores de su época, generosos y creativos para inventar nuevas respues-
vivir el Evangelio, necesariamente es también un modo de ser humanos. tas para los nuevos tiempos; muchos de ellos tuvieron la capacidad de
Desde siempre se entendió, aunque no se haya explicitado en estas cate- soportar la incomprensión de sus contemporáneos, a veces de sus mismos
gorías, que un ser humano, de carne y hueso y sangre y sexo era el redimi- hijos e hijas espirituales y aun de la Iglesia; y sin embargo se mantuvie-
do por Jesús y el llamado a seguirlo, con toda su realidad a cuestas. ron firmes en sus convicciones y perseverantes en la fidelidad al carisma
recibido.
Los Evangelios nunca disimularon la humanidad de los primeros discípu-
los. Nunca escondieron su entusiasmo y sus miedos, sus ambiciones y sus ¿A qué se ha debido que muchas veces se haya caricaturizado a religiosos
dudas, su amor y fidelidad a Jesús y su abandono, sus conflictos dentro del y religiosas, (y sacerdotes y obispos), haciendo de ellos personas torpes,
grupo y sus diferencias ideológicas. rígidas, frías, interesadas, mezquinas, reprimidas, en apariencia frígidas
o sumamente hedonistas, glotones, avarientos, etc.? Se debe seguramente
Los primeros Padres que fueron al desierto se convirtieron en eximios a que también la Vida Consagrada ha producido este tipo de personas. Y
observadores de la naturaleza humana, de sus deseos y pulsiones, del ori- en algunas épocas más que en otras.
gen de las tentaciones, de los mecanismos que operan en la psique huma- La Vida Consagrada necesitó siempre ser reformada como la misma Igle-
na. Se hicieron expertos en el autoconocimiento y en el discernimiento sia; y muchas veces reinventada para poder responder a las necesidades
de espíritus. del mundo y de la Iglesia, y para poder ser significativa en nuevos contex-
tos epocales.
Más adelante, san Ignacio insistirá en que no se puede iniciar una aven-
tura espiritual si no hay “subiecto”, si no hay un trabajo previo sobre uno Dicho esto analicemos someramente algunos elementos que contribuye-
mismo para liberarse de afecciones desordenadas y para alcanzar una li- ron y contribuyen a humanizar a quienes se introducen en este modo
bertad y magnanimidad que permita ponerse enteramente al servicio de de vida; y por otro lado otros estilos y costumbres que contribuyen a lo
la bandera del Reino. contrario. Tratando de ser breve y concreto, y haciendo el esfuerzo de

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priorizar situaciones, señalaré sólo tres elementos en cada caso.
vamos tejiendo con los que nos rodean, la posibilidad de vivir el amor de
Factores y estilos de vida que humanizan una manera plena, sin medida, a través de un celibato bien vivido es una
fuente de humanización fenomenal.
a) El cultivo de la interioridad
Nuestro estilo de vida nos invita y posibilita a vivir largos tiempos de c) La pasión por anunciar el Evangelio
oración y meditación. Tiempos en los que podemos parar para analizar Finalmente aquello que nos humaniza y nos energiza, aquello que nos
cómo vamos, qué sentimos, qué se mueve y hace ruido dentro de noso- motiva para levantarnos cada mañana; para salir de nuestras comodida-
tros. Tiempos que nos ayudan al autoconocimiento. Tiempos que detie- des, rutinas y de nuestra zona de confort, para desinstalarnos y empren-
nen la rapidez y las urgencias con que vivimos y nos permiten reposar der cada día una nueva aventura es la pasión por anunciar el Evangelio, a
y alcanzar la paz. Tiempos que nos permiten volver a lo esencial, tomar Jesús como fuente de vida y como respuesta a la sed de espiritualidad del
distancia de lo cotidiano, valorar lo que somos y tenemos, dar gracias, ser humano contemporáneo. Hoy día tenemos cada vez más claro que la
relativizar situaciones que nos envuelven y marean.1 vida no se resuelve, ni se vive con dignidad, si no se tiene una razón para
Por eso, más allá de todo lo que se juega en la oración, como tiempo de vivir.
escucha del Señor, nuestras sentadas tienen un beneficio terapéutico úni- Necesitamos motivación, ideales, causas por las cuales luchar, vivir y mo-
co. Nos ayudan a salir de la mediocridad, de la superficialidad y también, rir. Las personas que se han dejado ganar por esta pasión por Jesús y su
cuando la oración comunitaria no es un rito vacío o una simple repeti- Evangelio; que se sienten impulsadas a comunicar esta Buena Noticia a
ción monótona de la liturgia del día, nos ayudan a compartir la fe, lo más todos; aquellos que en sus entrañas experimentan el dolor del mundo, de
hondo que mueve nuestra vida. Por eso es un factor importantísimo en la los jóvenes y de los que están tirados al borde del camino, son personas
generación de comunidad. vivas, activas, dinámicas, alegres, apasionadas.
La logoterapia ayudó a poner en palabras esta realidad de que el ser hu-
b) El celibato vivido como posibilidad de amar a todos y todas. mano no sólo necesita conocer y soldar su historia personal, sino que
Si bien nuestra opción de vida celibataria nos lleva a dejar de lado la for- también necesita ideales y motivos valiosos para vivir.
mación de una familia propia, también es verdad que nos abre a un amor
universal. El celibato mal vivido es fuente de represión y de posibles des- Factores y estilos de vida que deshumanizan
viaciones sexuales más o menos patológicas. Pero cuando la sexualidad
es bien vivida en la vida celibataria, es una fuente increíble de dinamismo, a) Perder el espíritu y esclavizarse a la Regla
de entrega, de comunicación, de amor sin límites ni barreras. Cuando la Podríamos decir que es la tentación del fariseísmo. Sentirnos buenos por-
libido no se nos ha congelado y nos sale por los poros, no sólo por el apa- que cumplimos las reglas, porque somos observantes de las normas. Esta
rato genital, es fuente de ternura, cariño, misericordia, amabilidad, deli- tentación va de la mano con la utilización de esas mismas reglas para
cadeza, sensibilidad e interés por todos y por todas. Como no cabe duda medir, juzgar a los demás y valorarlos en la medida que las cumplen o no
que aquello que máximamente nos humaniza, son nuestros vínculos y las las cumplen.
relaciones que La Vida Consagrada es una vida según el Espíritu, y cuando este Espíritu
se pierde queda una cáscara, una caricatura, una formalidad que ahoga,
seca y mata. Mucho tiempo se vivió una espiritualidad que estaba basada
en la “santa observancia”. Y sin desmerecer la sabiduría que normalmente
1 Papa Francisco, Laudato si´, números 225, 226; 233; 234.

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hay en todas las Reglas de Vida, cuando éstas se transforman en absolu- ser lo que no somos, con miedo a manifestar nuestros sentimientos, mie-
tos, en dogmas intocables, cuando se invierten los papeles y la persona dos, fracasos, deseos, etc. Nos relacionamos como religiosos, pero mu-
queda presa de la Regla en vez de estar la Regla al servicio de la persona, chas veces no como personas. Y cada uno vive en su mundo, se encierra
el carisma se evapora y la VC se convierte en un factor de profunda des- en su habitación, desconocemos lo que el hermano o la hermana sienten
humanización porque ahoga los sentimientos, las necesidades, los deseos y sufren; terminamos viviendo vidas paralelas.
y sueños, la creatividad y espontaneidad, y la libertad de las personas. No resulta fácil construir una verdadera comunión que sea signo y mani-
festación de la presencia de Dios entre nosotros. Una comunidad que se
b) Priorizar las estructuras sobre las personas contenta con cumplir buena o malamente su “proyecto de vida”, y luego
Las estructuras siempre son medios. Son medios necesarios. Pero siempre cada uno se dedica a sus cosas, gustos, preferencias, amistades, etc., no es
deben estar a favor de canalizar la vida, la vida personal y la vida de la una comunidad que contribuya a humanizar.
institución. Cuando esto no acontece y las estructuras se absolutizan, se
deifican y se idolatran, terminan siendo todo lo contrario de aquello para ¿Cómo construir y animar comunidades que humanicen?
lo que fueron diseñadas.
Las estructuras, tanto de gobierno como las de formación, las estructuras Habiendo señalado aquellas cosas que nos hacen bien y nos ayudan a cre-
comunitarias, las instituciones que utilizamos para la misión, nunca son cer en humanidad y algunas de las cosas que ponen en peligro el proceso
intocables. Son fruto de una época, de una situación histórica, en las que de humanización, ya tenemos algunas pautas bastante claras acerca de lo
fueron generadas para canalizar la vida y el carisma propio. Cuando por que las comunidades deben hacer y fomentar, y lo que deben prevenir y
las circunstancias más diversas estas estructuras no son funcionales, ade- superar.
cuadas, proporcionadas y/o quedan desadaptadas a la época o al número Pero me voy a atrever a señalar algunas pocas cosas más que deben ser
de miembros de la congregación o comunidad, se convierten en pesos tenidas en cuenta para favorecer la formación de comunidades religiosas
insoportables, que terminan matando la vida en vez de encauzarla y pro- que nos ayuden a crecer en humanidad.
moverla.
Necesitamos repensar esta situación con suma urgencia, dado que es muy Estar atentos al hábitat
frecuente ver hoy cómo excelentes religiosos y religiosas mueren aplasta- El espacio que habitamos no es neutro. Nos marca y condiciona porque
dos por el peso de las estructuras y de las obras, debido a la escasa canti- somos seres humanos de carne y hueso, que necesitamos lugares y cosas
dad de hermanos y hermanas disponibles para sostenerlas. para desarrollar nuestra vida. Una residencia religiosa puede estar aislada
del mundo o no; puede ser más parecida a un hotel o a una casa de familia;
c) Las relaciones interpersonales formales puede estar arreglada con buen gusto (y sobriedad) o puede parecer un
Decíamos que los vínculos personales sanos y profundos vitalizan y hu- depósito de cosas viejas; puede llamar la atención por el lujo y el exceso de
manizan nuestra vida. Pero cuando esos vínculos se hacen formales, dis- confort o puede ser un lugar sobrio y acogedor; puede privilegiar los lu-
tantes y no comprometen a las personas porque nos relacionamos desde gares comunes, de encuentro comunitario, o favorecer y generar espacios
el rol; cuando tal vez existe el respeto y la buena educación, pero se perdió y habitaciones privadas donde cada uno prácticamente se autoabastece;
el amor, porque no somos capaces de mostrarnos como somos, esas rela- puede tener un espacio de oración que inspire a orar en silencio e invite
ciones no nos ayudan a crecer, ni a vivir nuestra vocación y el Evangelio. al recogimiento, o una capilla de mal gusto que no favorece ni la oración
Porque el corazón del Evangelio fue, es y será vivir el amor. personal ni la comunitaria.
En muchas comunidades se vive cuidándose de los demás, aparentando No hay recetas al respecto. Depende mucho de los carismas congregacio-

23 24
nales, del lugar donde la comunidad está inserta, etc. Pero lo que no se Muchas veces esos estímulos no tienen nada que ver con lo que se supone
puede negar es que el hábitat influye2. que es una Vida Religiosa vivida con una mínima coherencia.
Mantener vivos los ideales, el sentido de la vida, la motivación que fundó
Favorecer espacios de diálogo y encuentro personal profundo nuestra opción vocacional, el deseo de seguir a Jesús cada vez más de cer-
Las comunidades religiosas se deben hacer: son don y tarea. Parte del ca, es esencial para que la vida tenga una sana tensión hacia un magis que
misterio y del desafío que asumimos cuando ingresamos a este camino la energiza y provoca ganas de vivir, de moverse, de crear, de compartir
de seguimiento de Jesús, es que renunciamos a un derecho tan básico con otros, de estudiar, de esforzarse por ser mejor.
y natural como es el elegir con quién queremos vivir. Y si ya es difícil la En contextos particularmente difíciles para la misión, donde experimen-
convivencia con quienes hemos elegido (marido y mujer) y con quienes tamos con demasiada frecuencia el fracaso, la tentación del desánimo, la
amamos (nuestros propios hijos), casi resulta una provocación al destino incomprensión de la sociedad, la falta de eco para nuestras mejores pro-
pensar que nos irá bien conviviendo con quienes no hemos elegido, cu- puestas, resulta fundamental el sostén de la comunidad para conservar el
yas edades, preferencias, cultura, gustos, historia personal, etc., pueden y fervor que nos mantiene vivos y humanos.
suelen ser muy diferentes a los nuestros.
Esto constituye un auténtico desafío que sólo es posible superar desde un
amor gratuito, incondicional y teologal.
Como es obvio, nadie puede amar lo desconocido. Por tanto es indispen-
sable generar espacios donde se posibilite una comunicación interperso-
nal profunda, sin censuras, sin prejuicios y donde cada uno pueda expre-
sarse desde lo que es y lo que quiera compartir, con absoluta libertad.

Comunidades que mantengan vivo el fervor misionero


Una tentación permanente de la Iglesia y de la Vida Consagrada ha sido
el aburguesamiento. Esta fue la causa de las permanentes reformas en los
monasterios y en los diversos Institutos a través de los tiempos. Cuando
se apaga el fervor se cae en la rutina, en el aburrimiento, en la necesidad
de generar nuevos estímulos para llenar el vacío existencial provocado
por el hecho de haber perdido la pasión y por no encontrarle sentido a la
vida.

2 Papa Francisco, Laudato si´, número 146: “Los escenarios que nos rodean
nos influyen en nuestro modo de ver la vida, de sentir y de actuar. A la vez, en nuestra
habitación, en nuestra casa, en nuestro lugar de trabajo y en nuestro barrio, usamos el
ambiente para expresar nuestra identidad”. Este número está dentro del apartado que
se refiere a la “Ecología de la vida cotidiana”, y se refiere, justamente, a la importancia
del hábitat.

25 26
L
PARA LA ORACIÓN Y LA REFLEXIÓN PERSONAL Y GRUPAL

- Señalar, resaltar, las dos o tres ideas que te hayan parecido más impor-
tantes.
- Señalar o resaltar las dos o tres ideas que te hayan parecido más nove- as relaciones
comunitarias
dosas.
- Diagnosticar: ¿en qué aspectos o dimensiones estamos más fuertes; y
en qué aspectos estamos más débiles en relación con la humanización en
nuestras comunidades?
- ¿Cuáles son los pasos concretos, pequeños, posibles que podemos
dar para que nuestras comunidades nos ayuden a humanizar más nuestra
a la luz de la
vida?
misericordia.

CAPÍTULO II
27
Capítulo II
LAS RELACIONES COMUNITARIAS
A LA LUZ DE LA MISERICORDIA.

Sentido y oportunidad del año de la misericordia

Las intenciones y deseos del papa Francisco cuando propone a la Iglesia


este año dedicado a celebrar y vivir la misericordia están muy claras en la
bula Misericordiae vultus. En ella expresa las razones por las que propone
este año de jubileo extraordinario. No me detengo en ello porque doy
por supuesto que la conocemos. Es fácil acceder al documento . Es corto,
profundo y de fácil lectura, como todo lo que escribe el papa Francisco.
Ahora bien, personalmente creo que es una ocasión excelente de repensar
toda nuestra vida cristiana a partir del “principio misericordia”, como di-
ría Jon Sobrino (http://servicioskoinonia.org/relat/192.htm1). Y creo que
hoy día, cuando las relaciones humanas se han mercantilizado y, como
consecuencia de ello, se tornan más frágiles, interesadas y violentas, es
fundamental poner la misericordia en la base de la construcción de una
nueva cultura, que tiene que tener el cuidar y el cuidado como actitud y
tarea fundamental. Partiendo desde allí se puede trabajar por algo que
hoy está amenazado: la supervivencia de nuestra especie.

La razón es simple. Poner la mirada en la fragilidad propia y en la del


otro, tratarnos con amabilidad –a nosotros mismos y a los demás–, sentir
compasión y conmovernos frente al dolor, valorar lo pequeño y frágil, lo
que a los ojos del “mercado” no existe, es poner las bases de otro tipo de

1 https://w2.vatican.va/content/francesco/es/apost_letters/documents/pa-
pa-francesco_bolla_20150411_misericordiae-vultus.html

29 30
civilización. La sociedad moderna, exacerbando el individualismo, Jesús realiza con su entrega pascual.
ha cercenado la posibilidad de que convivamos en paz y como herma-
nos, de que tengamos un proyecto común y generemos un nosotros que Relaciones salvajes
tenga futuro.
La misericordia es expresión de todo lo contario: es generar un vínculo La agresividad está muy presente en nuestras relaciones. Esto lo pinta
desde lo gratuito, desde la solidaridad, y desde lo que definitivamente muy bien esa película argentina que se ha hecho famosa, y creo que no
nos humaniza: la aceptación de nuestra finitud y la de los demás. tanto por sus méritos cinematográficos, sino porque es muy realista en la
descripción de nuestros vínculos: Relatos salvajes. Muchas veces nues-
Las relaciones comunitarias y la misericordia tras relaciones son salvajes. Ello es así porque la agresividad ha ganado
primero nuestro corazón. Resulta imposible que haya vínculos sanos, en
Repensar las relaciones comunitarias es una primera tarea que tenemos los que prime la paciencia, la tolerancia, la comprensión y la solidaridad,
los religiosos en este año. Difícil ser fuentes de misericordia, reflejar la si no hay armonía y paz en nuestro corazón. Este es el primer desafío.
infinita y alegre misericordia de Dios si nosotros no la experimentamos,
vivimos y celebramos en nuestras relaciones comunitarias. En cualquier relación humana se produce un proceso de negociación.
Nuestras relaciones comunitarias pasan por las mismas dinámicas que Y hay que entender esta palabra en el buen sentido. Siempre establecer
ocurren en cualquier relación humana. Habernos “consagrado” no signi- vínculos es acordar. “Vincularse” es, de alguna manera, “atarse”. “Ca-
fica que automáticamente nuestros vínculos se sanen, profundicen y nos sarse” es “esposarse”. Ello no debería hacernos sentir menos libres, en la
ayuden a crecer y madurar humana y evangélicamente. medida en que se haya hecho por amor y el amor subsista. Y tampoco
Muchas veces las dinámicas comunitarias pueden ser iatrogénicas; es de- nos debería llevar a sentir que tenemos “derechos” sobre el otro, que
cir que pueden ser ambientes tóxicos que en vez de contener, nutrirnos podemos invadir y hacernos dueños de su intimidad.
y dinamizarnos, nos achatan y hacen más mezquinos y calculadores. Por Ahora bien, cualquier relación, esponsal o comunitaria, que se funde en
eso el desafío de “limpiar las relaciones” y de impregnarlas de misericor- una “negociación” calculadora, mezquina, interesada, está condenada al
dia, es un desafío permanente. fracaso.
Una de las cosas más maravillosas y exigentes de la vida consagrada es el El amor de Dios que intentamos reflejar es así: entrega total y sin medida
haber renunciado al derecho a elegir con quién convivir. La posibilidad y, al mismo tiempo, máximo respeto a la libertad humana.
de que esta opción sea exitosa dependerá del cuidado y la atención que
pongamos en el cultivo de nuestros vínculos. Y será imposible que demos La Bienaventuranza de la misericordia
este maravilloso testimonio de que el amor puede unir a los diferentes y
hacer hermanos a los extraños, si no tenemos un corazón misericordioso Me gusta recordar la Bienaventuranza de la misericordia. Todas las Bien-
frente a las debilidades del hermano o de la hermana. aventuranzas son paradójicas: ¡felices los que lloran! La paradoja de la
Bienaventuranza de la misericordia consiste en que uno pueda ser feliz
Esto no implica negar las dificultades, esconderlas, meter bajo la alfombra tocando la “miseria”, el dolor, el pecado, la fragilidad del otro. Hay mu-
los aspectos sombríos de la comunidad, maquillar los conflictos. ¡Al con- cho de misterio en esta afirmación de Jesús. Desde luego que la segunda
tario! Supone la capacidad de vivir la corrección y afirmación fraterna tal parte nos suena más lógica y normal: “ellos alcanzarán misericordia”.
como nos lo pide el Evangelio. Y supone el compromiso de vivir aquello
que celebramos en cada Eucaristía: el misterio de la reconciliación que Tratando de desentrañar este misterio, podríamos decir que la miseri-

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cordia nos pone en profunda comunión con los demás. Las riquezas se- porque el tema de la culpa es un tema complicado y muchas veces ha sido
paran, dividen. Los dones y carismas distinguen, definen, caracterizan una herramienta que ha servido para manipular a las personas. Generar
a las personas. Pero la finitud y la fragilidad nos ponen en comunión. culpas en los demás es algo perverso. Pero generar sentido de la respon-
¡Todos somos pecadores! ¡Todos somos frágiles! ¡Todos necesitamos que sabilidad, enseñar a hacerse cargo de las consecuencias de las decisiones
nos cuiden, nos mimen, nos abracen y nos perdonen! que tomamos, de nuestra libertad, es algo que humaniza.
Desde este lugar podemos entablar una profunda comunión con todos, Jesús no nos quiere con sentimientos de culpa. Por algo este maravilloso
porque la finitud nos iguala. Y por tanto nos humaniza, porque ahí llega- invento que es el sacramento de la Reconciliación, que intenta liberarnos
mos a lo auténticamente humano, más allá de las apariencias, de los roles de las culpas. Cuando lo logramos estamos en condiciones de perdonar y
diversos y necesarios, de los saberes y poderes que tengamos individual- de establecer relaciones humanas auténticas con los demás.
mente.
¿Cuántas veces perdonar? Jesús dice siempre. Nunca nos puede faltar la
Por eso la misericordia en la Escritura está tan relacionada con el corazón actitud, la necesidad, el deseo de perdonar. Nunca. Si ello se pierde nos
“blando”, de carne, con el corazón nuevo, sensible. Lo contrario es el cora- ganará el corazón el rencor, el deseo de venganza, incluso el odio. Y obvia-
zón “de piedra”, rígido, inconmovible. mente así no podremos ser felices. La efectivización de ese deseo depen-
derá de la apertura del otro o de la otra a recibir el perdón y a reconciliar-
Cada instituto religioso ha nacido de la particular sensibilidad de un fun- se. Pero nunca puede faltar en uno el deseo de perdonar.
dador o fundadora frente al dolor y las necesidades del mundo y de la Los primeros destinatarios de nuestro perdón deben ser los más cercanos.
Iglesia. Hay que recuperar esa sensibilidad y esa capacidad de llorar, como Y los más cercanos son nuestra gente más querida, la que nos regaló la
Jesús, ante el dolor de las personas o ante el destino trágico de su pueblo. vida, nos cuidó de niños, la que más nos amó: nuestros padres y herma-
nos. Ellos, casi siempre sin querer, generaron nuestras “heridas prima-
Perdón y misericordia rias”: nuestros miedos, nuestras necesidades insatisfechas, nuestras au-
to-exigencias desorbitadas (el “deber ser”, los sentimientos de culpa, etc.).
El perdón y la misericordia son actitudes complementarias. Sería mejor
decirlo al revés. Primero la misericordia y como consecuencia de ello Tomar contacto con esas heridas, ponerles nombre, sanarlas, hacernos
nace el perdón. Porque la misericordia ayuda a entender, a ponerse en el conscientes de ellas, evitar actuar desde ahí, es condición necesaria para
lugar del otro, a poder disculparlo con mayor facilidad. Difícil perdonar si ser felices y para no hacer daño a otros. Y parte de ese proceso es perdo-
no se es misericordioso. Porque el “per-dón”, es un “don”. Es algo gratuito. nar a quienes las generaron.
Algo que sana el vínculo, cosa que no logra el mero castigo. Y a partir de allí remontando nuestra historia personal habrá que ir per-
Perdonar no implica negar que sea necesaria la solicitud del perdón y donando a todos aquellos que por acción u omisión no nos dieron lo que
la consiguiente reparación. No siempre es fácil unir la misericordia y el nos hacía falta y necesitábamos en cada momento de nuestro desarrollo
perdón con la justicia. Pero es indispensable hacerlo. Porque misericor- evolutivo. O sea: tenemos que reconciliarnos con nuestra historia, acep-
dia no es sinónimo de que todo da lo mismo, de que “está todo bien”. Ahí tarla tal como es, o tal como fue, sabiendo que eso no se podrá ya modi-
tenemos un gran desafío. ficar.

La primera tarea será “perdonarnos a nosotros mismos”. Esto significa li-


berarnos del sentimiento de culpa. Este sentimiento está muy devaluado,

33 34
Enemigos de la misericordia Vida consagrada y espiritualidad de la misericordia

El principal enemigo de la misericordia, no tengo duda, es el individua- Se ha dicho que la Iglesia, y por tanto la vida consagrada que es parte de
lismo. El individualismo imposibilita la misericordia. Porque la única ella, “siempre necesita conversión, reforma”. Simplemente por ser huma-
posibilidad de sentir misericordia es identificarse de alguna manera con na es pecadora y debe volver siempre a su primer amor, debe recentrarse
el otro. Y justamente lo que hace el individualismo es centrarnos de tal en Jesús. Básicamente, convertirse es “volver a Dios”, y si Dios es miseri-
manera en nosotros mismos que nos hace islas, y nos impide la empatía cordia, la conversión no puede ser otra cosa que ganar en misericordia.
que posibilita la misericordia. La misericordia es la piedra de toque, aquello que manifiesta la verdad de
nuestra vida cristiana. Recordemos que todo nace del corazón misericor-
De allí nace todo. El otro no es un “semejante”, un hermano, alguien a dioso de un Dios que ve y escucha el clamor de su pueblo y baja a liberarlo
quien necesito porque para ser “yo” necesito un “tú”. El otro, en la cultura (Éxodo 3,7-8).
individualista, es un competidor, un rival, un adversario, un extraño, un La Iglesia y la vida consagrada están llamadas a renovar su compromiso
bárbaro, un invasor. Frente al otro, en estas circunstancias, queda armar- con la historia, y esto no puede nacer sino de la misericordia. Nunca pue-
se, defenderse, poner muros y alambrados. Lo que impera es la descon- de nacer de un afán proselitista, de un interesado esfuerzo por mantener
fianza, el recelo, el miedo a los demás. La consecuencia final es la violen- las estructuras eclesiales y el prestigio institucional.
cia y la guerra. Entonces utilizamos muchas de nuestras mejores energías
en la defensa propia o en la agresión a los demás, en vez de utilizarlas para En el Documento de Aparecida se ha hablado mucho de la “conversión
crecer, ensanchar horizontes y para generar un futuro común. pastoral” como el gran desafío de la Iglesia en América Latina. Este de-
safío lo propuso el papa Francisco a toda la Iglesia en su encíclica Evan-
En nuestra cultura el consumo y la diversión se han constituido en valores gelii gaudium. La conversión pastoral significa poner a toda la Iglesia,
dominantes, para muchos en la razón de vivir; y para poder responder en todas sus dimensiones, en función de lo único que da razón de ser a
a los requisitos de la sociedad de consumo, tan exitista como peligrosa su existencia: la misión. Y la misión no tiene otro origen y fuente que la
(porque si no respondo a sus exigencias me “descarta”), hace falta trabajar misericordia.
a destajo. Esto genera que vivamos cansados y estresados, y que no nos
quede tiempo ni ganas para cultivar vínculos sanos aún con las personas Todos estamos llamados en este año a vivir con este tono misericordioso.
más amadas. A poner de relieve esta clave de nuestra existencia cristiana. Siguiendo
el camino que está descrito en el libro del Éxodo podríamos aportar dos
Por tanto es muy obvio que todo ello nos lleve a terminar de convencer- elementos a esa espiritualidad que debería caracterizarnos.
nos de que “la caridad comience por casa”, pero que mi casa (cada vez más
pequeña) sea yo. En esta sociedad que exalta el yo, lo primero que se bus- Primeramente la apertura: ver y escuchar el clamor, el dolor, el sufrimien-
ca, y a veces lo único, es la realización personal. Todo ello constituye un to de la humanidad. Sensibilizarnos frente a ello derribando muros, alla-
contexto difícil para la misericordia. La misericordia atiende y privilegia nando fosos y tendiendo puentes, saliendo de nuestro aislamiento, como-
lo que está enfermo, lo débil e insignificante, lo inútil. Y esto va totalmen- didad y “zona de confort”.
te a contramano de la cultura del descarte. En segundo lugar comprometernos en la liberación de los oprimidos por
cualquier forma de esclavitud y/o dependencia: física, social, moral, et-
cétera. Jesús lo dijo claro cuando anunció su programa en la sinagoga de

35 36
Nazaret (Lucas 4,18-19). Y el programa de la Iglesia no puede ser otro que
el programa de Jesús.
PARA LA ORACIÓN Y LA REFLEXIÓN PERSONAL Y GRUPAL
Una espiritualidad de la misericordia, por lo tanto, es una espiritualidad
esencialmente misionera, que lleva a las fronteras de la exclusión, la mar-
ginalidad, a las periferias geográficas, sociales y/o existenciales, como nos - Tomarse un tiempo para evaluar, discernir, hasta dónde somos miseri-
pide el papa Francisco. cordiosos con nosotros mismos. ¿Hasta dónde sabemos cuidarnos bien?
¿Respetamos nuestros cuerpos, sabemos descansar? ¿Nos auto-exigimos
Seguramente en tiempos de crisis y refundación para la Vida Consagrada, exageradamente? Si fuera así, ¿por qué será?
esta experiencia de la misericordia con nosotros mismos, en nuestras co-
munidades y con nuestro pueblo, será un elemento que dinamice nuestra - ¿Nos tratamos con misericordia entre hermanos? ¿Nos valoramos,
vida y sostenga nuestro esfuerzo por transfigurar nuestros institutos. escuchamos, estamos atentos a lo que el otro necesita, cómo es mi actitud
de servicio a la comunidad? ¿Sirvo a la comunidad o me sirvo de ella?

- ¿Se nos ha colado en algún punto la mundanidad, de tal manera que


priman entre nosotros relaciones interesadas, agresivas, frías, frívolas,
calculadoras?

- En un mundo agresivo y cruel, ¿es mi comunidad un “oasis de mise-


ricordia”? ¿Cómo transformar nuestras comunidades en oasis de miseri-
cordia?

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El servicio
de la
autoridad.

CAPÍTULO III
Capítulo III
EL SERVICIO DE LA AUTORIDAD.

Cuando se aborda el tema de la autoridad desde el punto de vista evangé-


lico, nunca se la puede disociar del servicio. Hoy el tema de la autoridad
está problematizado, está siendo cuestionado, por muy diferentes moti-
vos y razones. Por tanto no es sencillo abordarlo.

En el Evangelio aparece la palabra “autoridad” con cierta frecuencia al


hablar del modo en que actuaba Jesús. Muchas veces se dice que actua-
ba “con autoridad” (Marcos 1,27; 2,10; Mateo 21,23-27). Jesús, en algún
pasaje trasmite a los discípulos poder (atar y desatar). Pero sobre todo
cuando les comunica su autoridad es para combatir el mal, para expulsar
demonios (Marcos 6,7).
La autoridad no es mala, según el Evangelio. Jesús, es verdad, tuvo duras
palabras y grandes conflictos con los jefes, especialmente con las auto-
ridades religiosas. Pero nunca deslegitimizó la autoridad como tal1 . En
cambio sí fue durísimo cuando habló de los ricos y del dinero.

En repetidas ocasiones, Jesús previno a sus discípulos de que no debían


ejercer la autoridad como se ejerce en el mundo, “haciéndosela sentir” a
los demás (Marcos 9,33-37; Mateo 20,25-28).
Para Jesús la autoridad siempre es servicio; el que manda, “el más impor-

1 Jesús distinguía lo que los “jefes” decían de lo que hacían. “Los escribas y los
fariseos se han sentado en la cátedra de Moisés. De modo que haced y observad todo
lo que os digan; pero no hagáis conforme a sus obras, porque ellos dicen y no hacen.
Atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre las espaldas de los hombres,
pero ellos ni con un dedo quieren moverlas…”, (Mateo 32,2-4).

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tante”, debe ponerse en último lugar; y los pequeños son los más impor- ciar a lo que nos constituye como seres humanos. Sí podemos vivir todas
tantes, “los primeros”, o tal vez mejor: “están en el centro”; “tomó un niño estas dimensiones de lo humano de modo diferente, alternativo, exagera-
y lo puso en el centro, en el medio” (Marcos 9,36). do, etc., pero nunca podemos renunciar a ellas. O sea: no podemos dejar
de ser libres.
En la Vida Consagrada
Si contemplamos la historia de la Vida Consagrada constatamos que mu-
En la Vida Consagrada la autoridad se generó por fama de santidad. Los chas veces el voto de obediencia sometió en una dependencia infantili-
ancianos del desierto, sin quererlo, convocaron discípulos. En los oríge- zante y finalmente deshumanizadora. También hay que decir que otras
nes de la Vida Consagrada la autoridad no tenía nada que ver con un veces engendró héroes y santos.
voto, ni con una potestad jurídica. Era una autoridad moral.
Los abades, como lo indica la palabra (o las “ammas del desierto”) prime- La gran pregunta sería esta: ¿es legítimo renunciar a mi libertad y a mi
ramente no eran autoridades jurídicas, jefes y organizadores del monas- capacidad de decidir? ¿Esto supone ceder también a otro o a otra la res-
terio, sino padres y madres espirituales, eran sabios, personas con fama ponsabilidad de mis acciones?
de santidad.
En nuestra sociedad postmoderna, se ha exacerbado el individualismo,
Muy posteriormente aparecen los votos, entre ellos el “voto de obedien- el subjetivismo, el narcisismo. En la cultura, hoy hegemónica, prima el
cia”. Y en ese momento se comienzan a mezclar dos cosas: por una parte sálvese quien pueda, la búsqueda intensiva y exclusiva del confort, del
la búsqueda de la voluntad de Dios, la ayuda al discernimiento espiritual, placer, de la armonía, del goce personal. El propio yo se ha transformado
la dirección o acompañamiento espiritual; y por otra parte la búsqueda de en el criterio de juicio de lo que es bueno o malo, de lo que voy a hacer o
la eficacia de la institución, del orden y la organización del monasterio (de dejar de hacer, en función de lo que me gusta o me conviene hoy. Mañana
la vida común y de la vida apostólica). puedo cambiar y pensar diferente si me gusta y/o me conviene otra cosa.

Autoridad y obediencia en nuestra cultura (post-moderna y neoliberal) Este espíritu de la época que impera ampliamente en el modo de pensar
de los contemporáneos (incluidos nosotros los religiosos y religiosas), es
Como decía al inicio, hoy existen serios cuestionamientos sobre la autori- obvio que influye muchísimo en el modo de vivir la obediencia y en la
dad y la obediencia. Porque en ello entra en juego algo tan sagrado como capacidad de asumir compromisos permanentes.
la libertad personal. Entre otras cosas nos ha llevado a pensar y creer que libertad es igual que
De entrada nos podríamos formular una gran pregunta: ¿hasta dónde es independencia. Pero nadie puede ser, vivir y desarrollarse independien-
legítimo, humano, posible y necesario, renunciar a este gran regalo de temente de todos. Hemos escuchado decir “yo con lo mío puedo hacer
Dios que es la libertad, algo tan propio y característico del ser humano? cualquier cosa, es mío y hago lo que quiero, si quiero lo rompo, lo tiro”.
Pero los seres humanos somos esencialmente seres en relación y ello com-
Para salir del atolladero en que nos pone esta pregunta digamos que en la promete y afecta también nuestra libertad.
Vida Consagrada no renunciamos a la libertad, sino que la invertimos, y
que decidimos ser libres de otra manera. Hay también factores culturales que influyen grandemente en el modo en
Porque nunca podríamos renunciar a ser libres. Sería como renunciar a que hoy podemos comprender y vivir la obediencia:
ser personas, o pensar, o a amar, o a comunicarnos. No podemos renun- - El crecimiento de un modo de pensar más democrático y participativo.

43 44
Mucho más afín con lo horizontal y circular que con lo vertical y pirami- mente la relación con los padres y/o referentes infantiles para lograr una
dal. sanación de las posibles heridas que son causas de sumisión y/o de rebel-
- La importancia de respetar la conciencia personal y los derechos hu- día adolescente.
manos. Y esto conlleva algunos temas como: el rechazo de la “obediencia Trabajar en la conquista de una sana autoestima. Es la condición sine qua
debida”, no se puede legitimar cualquier cosa por el hecho de que la haya non para lograr una obediencia madura y equilibrada.
mandado un superior; el respeto a la “objeción de conciencia”; la pregun-
ta acerca de ¿cuáles son los límites de la obediencia?; la cuestión de los Los modos de ejercer la autoridad y liderazgo
derechos humanos: ¿se pierden como religiosos?, ¿se renuncia a todos
los derechos para obedecer?; y en relación con esto una nueva mirada a Hay que postular que la autoridad es necesaria, indispensable, en los gru-
la “Regla de Vida” (Constituciones) como fuente no sólo de obligaciones, pos humanos. Un autoridad, pautada, acotada, que tenga clara su misión,
sino de derechos de los religiosos. sus derechos y también sus límites. La autoridad se necesita para que el
- La dificultad con todo lo que sea “institucional”. Aquí hoy tenemos una grupo alcance sus objetivos y para que cada individuo sea respetado en
particular problemática dado que existe un generalizado rechazo por lo sus derechos. Siempre necesitan más la autoridad los pequeños, los débi-
formal, institucional, estructural. Incluso a nivel matrimonial los jóvenes les, los indefensos, los pobres, que los poderosos y los ricos.
pasan de los “papeles” y las formalidades. Esto se agudiza cuando nues- Señalemos, aunque sea obvio, que la autoridad siempre está al servicio del
tras estructuras e instituciones son muy pesadas y/o somos menos los que bien común y nunca al servicio de sí misma y menos de los poderosos.
tenemos que soportarlas. Algunos se dicen: está bien dar la vida por Jesús,
pero ¿morir aplastados por estas estructuras? Los modos de ejercicio nunca son absolutos o definitivos. Siempre están
- El desgaste de la misma palabra “obediencia” (que antes enunciaba en función de muchas variables:
claramente un valor) por la cuestión ya mencionada de la “obediencia - Obviamente, del tamaño del grupo.
debida”. Pero además por la crisis de legitimidad y de “autoridad moral” - De la madurez de los integrantes (una familia no es lo mismo que un
de los dirigentes (políticos, militares, eclesiásticos, sindicales, etc.), que grupo de pares).
inspiran desconfianza y no son creíbles. - De los objetivos que el grupo se propone: no puede ser lo mismo en un
- Concluyamos diciendo que hoy día el valor no es “obedecer”, sino ser club que en un batallón militar.
libre: hacer lo que me parece, me gusta, y/o me conviene. - Del espíritu de la época, de los factores culturales, y las sensibilidades
que de ello derivan. En ciertas épocas estaba totalmente naturalizado un
Condiciones psicológicas para poder obedecer; para hacer y cumplir el modo vertical (ya sea que la autoridad fuera ejercida de un modo autori-
voto “humanamente” tario o de un modo paternalista). No olvidemos que la autoridad provenía
de Dios. Los reyes lo eran por derecho divino. En nuestro tiempo y en
Para poder obedecer de modo adulto y humanizador, es necesario ha- nuestra cultura esto genera un profundo rechazo.
ber alcanzado una cierta madurez humana que permita superar el gusto Hoy día surgen nuevos modos de ejercer la autoridad que suponen: dis-
(comodidad) por la sumisión infantil y el sometimiento; lo mismo que cernimiento comunitario, diálogo, corresponsabilidad, subsidiariedad,
superar el miedo a la libertad. Y también haber superado un estadio ado- participación. Todo esto es más coherente y afín al espíritu de la época. Y
lescente que se instala en la rebeldía permanente, con causa o sin causa. no debería generarnos ningún tipo de reparo que sea así.
El corazón del voto de obediencia es buscar la voluntad de Dios y ponerla
En relación con estos dos puntos, sin duda hay que trabajar profunda- en práctica. No es obedecer de cualquier modo y a cualquier cosa.

45 46
- Además Él destacó mucho más la cuestión de la obediencia que el
Lo propio y original de la Vida Consagrada es que nosotros asumimos y celibato (del cual casi no habló). Lo mismo que la pobreza (que no fue
aceptamos mediaciones para encontrar esa Voluntad de Dios. Que no la para él un medio de “santificación y crecimiento espiritual”, como para los
buscamos solos y solas. Que creemos que juntos nos será más fácil descu- estoicos o ascetas), sino una consecuencia de la misión: ir libre de equi-
brirla y realizarla. Pero esa mediación no tiene por qué ser “el superior ”.1 paje, y aceptar comer y ser alojado donde lo reciban y como lo reciban.
Puede ser la comunidad u otras instancias que impliquen la participación Jesús supo también disfrutar de los placeres de la vida, supo darse gustos,
de todos. no renunció a ellos por mala conciencia o porque hay gente que se muere
de hambre.
Preguntas y cuestionamientos en relación al seguimiento de Jesús y la
obediencia Para repensar el voto de obediencia

- ¿Encontramos en Jesús fundamento para la obediencia religiosa? Digamos primeramente que no se trata simplemente de cumplir la volun-
Está claro que Jesús fue célibe. Hoy esto casi nadie lo discute, a pesar de tad de Dios. Esto lo debe hacer todo cristiano. Lo mismo que ser casto o
que ello fuese muy extraño y hasta mal visto en la cultura de Israel. ser pobre es un rasgo evangélico que de una u otra forma debe vivir todo
Está claro que Jesús fue pobre. Si bien no fue un indigente ni un mendigo, cristiano.
Jesús sí que abandonó sus bienes personales, y vivió una vida sencilla, En el caso del voto de obediencia se trata de aceptar la “mediación” hu-
itinerante, compartiendo una bolsa común con sus seguidores. mana (personal o colectiva) para encontrar esa Voluntad de Dios. Y obe-
Pero no está tan claro el ejemplo de Jesús en relación con la obediencia. decer a las autoridades legítimas (a los superiores) en cuanto manden
Jesús nunca obedeció a un superior. Más bien fue un rebelde, tuvo serios dentro del marco de la Regla de Vida.
conflictos con las autoridades religiosas y civiles de la época, se saltó y
reinterpretó la sagrada Ley de los judíos, poniéndose él por encima de Segundo, aunque parezca algo muy formal, siempre es importante tener
ella. claro: cuál es el espíritu, el sentido profundo del voto, el por qué y el para
Jesús tuvo graves conflictos y discusiones con aquellos que en su época qué lo hacemos. Hay que evitar el riesgo de transformarnos en autómatas,
eran la mediación oficial de la Voluntad de Dios para el pueblo de Israel. de deshumanizarnos e infantilizarnos. Y tampoco olvidar cuál es el “ob-
jeto”, la letra, la “obligación concreta” que se adquiere: a qué nos estamos
- Sin embargo Jesús habló y puso de relieve el tema de la obediencia al obligando. De golpe hay cosas a las que renunciamos y no deberíamos
Padre y que todo su accionar y su decir nacían del Padre, y que Él simple- renunciar. O estamos haciendo cosas o tomando decisiones que debería-
mente era un enviado del Padre que vino a cumplir su voluntad. Y su es- mos al menos comunicar y consultar.
piritualidad tuvo allí su fuente: en la vivencia de una profunda intimidad
con su Padre, no en su capricho, ni en sus deseos, ni en su rabia frente a La búsqueda de la Voluntad de Dios para nuestra vida, debería constituir,
ciertas situaciones. como para Jesús, nuestra gran pasión.
La gran pregunta que nos podemos hacer en relación con ello es: ¿el voto
de obediencia dinamiza nuestra búsqueda de la voluntad de Dios o la
1 Utilizo por momentos la palabra “superior” o “superiora”, para entendernos y paraliza?
porque forma parte de nuestra tradición. No ignoro que es una palabra poco, o nada,
evangélica, que además expresa muy mal el tipo de animación que debería existir en las La formación que hemos recibido, ¿nos ha dado elementos para discernir
comunidades religiosas. A falta de un término mejor prefiero el de “animador”.

47 48
personal y comunitariamente la Voluntad de Dios? ¿Qué se dice de ello en conjunto de la comunidad?
los planes de formación y en la Regla de Vida? ¿Cómo aprender y enseñar
a reconocer la Voluntad de Dios? En la medida en que hemos establecido que el animador (superior) es
una mediación, lo primero que se requiere es que esa mediación sea lo
Una cuestión mucho más honda que no puedo dejar de mencionar, más limpia, transparente, desinteresada, ecuánime, idónea, coherente,
pero en la que no puedo entrar en este momento, tiene que ver con la posible.
cuestión de la Voluntad de Dios para cada uno: ¿existe una Voluntad de Se supone un trabajo muy profundo del animador sobre sí mismo para
Dios fija e inmutable para cada uno de nosotros? Si Dios tiene un “plan” conocer sus propias motivaciones, reconocer sus propios deseos y pre-
pre-elaborado sobre nuestra vida, ¿cómo y en qué consiste ser libre y ferencias; esto es indispensable si quiere evitar transferir a la comunidad
poder decidir? Ese plan ¿está escrito en algún lado, es algo fijo, inmu- sus propios pensamientos, opciones o gustos.
table, decidido por Él desde toda la eternidad y a nosotros sólo nos toca Lo mismo que un psicólogo debe trabajarse mucho para evitar los meca-
descubrirlo? ¿La obediencia consistiría simplemente en eso: en descu- nismos de transferencia, contratransferencia y las proyecciones sobre sus
brirlo, aceptarlo y acatarlo? pacientes, el animador necesita hacer un trabajo muy profundo sobre
sí mismo para poder situarse en un lugar en el que no distorsione el
Sin embargo Jesús nunca impone ni obliga. Invita. Propone: “si quieres”. querer de Dios sobre cada hermano y hermana, y sobre la comunidad en
Y acepta que los que van con Él lo abandonen: ¿ustedes también quieren cada situación concreta.
irse? Por eso la gran cuestión consiste en saber cómo se conjugan los Este trabajo sobre sí mismo supone también purificar la mirada sobre
deseos, aptitudes, proyectos personales y nuestra capacidad de decidir cada hermano, evitando actuar desde los prejuicios; y un trabajo de
sobre el propio futuro, con aquello que Dios quiere de nosotros, con lo sanación de sus propias heridas para no actuar desde sus miedos o com-
que llamamos “vocación”. pulsiones.

En cuanto al modo de ejercer la autoridad Pero además debe ser una persona que tenga una sintonía muy fina con
el Evangelio. Tiene que haberlo incorporado cordialmente en su vida y
El primer escollo con que se encuentra hoy la autoridad (sea personal o tener una profunda connaturalidad con él; haber desarrollado un instin-
grupal, consejos provinciales, etc.) es cómo compatibilizar y conseguir to evangélico que le permita casi intuitivamente discernir lo que viene
los objetivos y fines de la institución, del grupo en su conjunto, de una de Dios o lo que viene del Mal Espíritu, o del espíritu del mundo.
obra o misión apostólica, y el bien de cada uno de los individuos.
No es fácil esta cuestión. Está claro que la autoridad está al servicio de Ser animador hoy es una responsabilidad complicada y crucificante. No
todos, del bien común; pero también tiene como objetivo promover que es un lugar tan deseado como podía serlo antiguamente. Los superiores,
cada persona sea cada vez más libre y feliz. en general, han perdido sus privilegios y han encontrado que sus obliga-
ciones se multiplican. Y el halo de santidad e infalibilidad que los rodea-
Dicho de otra forma. ¿Cuál sería la misión fundamental del superior, ga- ba, se ha evaporado, dejándolos al desnudo delante de todos. ¡Es uno
rantizar el cumplimiento de la Regla de Vida y del Proyecto comunitario más!, y está allí porque no hay otro u otra, o porque nadie quiere serlo.
(tanto en lo que hace a la vida y a la misión de la comunidad)?; o bien
¿acompañar a cada hermano y hermana y al conjunto de la comunidad Muchos hermanos están decididos a hacer lo que les parezca, diga lo que
en el discernimiento de la Voluntad de Dios sobre cada uno/a y sobre el diga el superior o la comunidad. Otros critican que no se toman deci-

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siones y que falta autoridad pero, obviamente, la autoridad debe decir y
hacer lo que ellos quieren, y si no es así prescinden alegremente de ella.
Algunos quieren decidir y opinar, pero luego que otro se haga cargo de PARA LA ORACIÓN Y LA REFLEXIÓN PERSONAL Y GRUPAL
las decisiones. Otros quieren libertad sin responsabilidad.

Y se multiplican las obligaciones de los animadores, porque hay más - Señalar, resaltar, las dos o tres ideas que te hayan parecido más im-
hermanos enfermos y mayores; porque la burocracias genera trabas portantes.
en la misión y exige nuevos y complejos trabajos y papeleos; porque el - Señalar o resaltar las dos o tres ideas que te hayan parecido más no-
contexto en que vivimos es cada vez menos religioso y entiende y valora vedosas.
cada vez menos a la Vida Consagrada. - Diagnosticar: ¿en qué aspectos o dimensiones como comunidad
estamos más fuertes en relación con el servicio de la autoridad y con la
Por eso hay que volver a generar una “mística” que nos ayude a asumir obediencia; y en qué aspectos estamos más débiles?
este servicio como una verdadera misión. Tal vez la misión más im- - ¿Cuáles son los pasos concretos, pequeños, posibles que podemos
portante que podamos realizar dado que nos hemos hecho religiosos dar para caminar hacia una autoridad vivida y experimentada como
para entrar en el misterio de Dios y para ayudar a otros a entrar en ese servicio?
misterio. Es decir, para ser mistagogos. Este es el sentido más profundo
y evangélico de la autoridad en la Vida Consagrada: ayudar a los herma-
nos a entrar en el misterio de Dios.

En función de todo ello destaco las tres tareas que hoy me parecen más
importantes en el servicio de la animación:
- Enseñar a discernir. Aprender las reglas del discernimiento espiritual,
saber ponerlas en acción, y acompañar a la comunidad en este aprendi-
zaje.
- Crear un clima de diálogo y comunicación personal profunda. En
un mundo donde cada uno está cada vez más encerrado en su teléfono
celular, desafiar a que nos miremos a los ojos, y podamos expresar lo que
sentimos, acogiendo con respeto la sagrada intimidad del otro o de la
otra.
- Procurar por todos los medios generar y cultivar el sentido de perte-
nencia a la comunidad. Si cada hermano no se siente parte, involucrado,
en la comunidad, experimentando al otro como a un hermano, no habrá
diálogo ni discernimiento, simplemente habrá negociación.

51 52
Formar para
el servicio.

D e héroes
a “servidores
inútiles”.

CAPÍTULO IV
Capítulo IV
FORMAR PARA EL SERVICIO.
DE HÉROES A “SERVIDORES INÚTILES”.

¿Siervos inútiles o productivos?

Esta afirmación de Jesús (Lucas 17, 10)1 parece contradecirse con las ve-
ces que Él exhortó a la productividad. Recordemos, a modo de ejemplo:
la higuera sin frutos (Lc 13,6-8); el dinero encargado (Lc 19, 11-26); el
deseo del Padre de que demos fruto abundante y la poda consiguiente
(Jn 15, 2. 8. 16); el sembrador (Mt 13, 23); los viñadores malvados (Mateo
21, 41); los talentos (Mateo 25, 14-30): “al sirviente inútil expúlsenlo a las
tinieblas de fuera”.

No es demasiado complejo desmontar esta aparente contradicción, que


podría explicarse desde diferentes ángulos, sobre todo si sabemos inter-
pretar la Palabra de Dios en su conjunto y no en su literalidad. Desde la
perspectiva que asumo en este capítulo 2 - el proceso de la formación en

1 “Así ustedes: cuando hayan hecho todo lo mandado, digan; somos simples sir-
vientes, solamente hemos cumplido nuestro deber”. El tema del servicio es recurrente
en Jesús, es uno de los ejes de su propuesta de vida. Pero hay que aproximarse a esta
cuestión con delicadeza. Porque Jesús por un lado habla de la importancia del servidor
fiel y prudente a quien el señor al llegar encuentra trabajando y lo premia (Mateo 45-47);
los servidores a quienes el amo encuentre despiertos porque él se recogerá su túnica y
los hará sentarse a su mesa y les irá sirviendo (Lucas 12,35-44); y los servidores que se
pasaron el día trabajando y que cuando regresen a su casa deberán seguir sirviendo a su
amo (Lucas 17,7-10).
2 Esta perspectiva no invalida en absoluto que se pueda hacer una lectura del
capítulo y una revisión de la dimensión misionera de nuestra vida en etapas más adelan-
tadas del camino, con los criterios que ofrecemos aquí.

55 56
la Vida Consagrada - me detendré solamente en el tema de la motivación. Este proceso pasa por diferentes etapas; obviamente no es lineal; no tiene
¿Cuál es el motivo que nos lleva a servir? ¿Mi necesidad de servir, mi gus- una precisión cronológica que pueda aplicarse de igual modo a cada in-
to por hacerlo y seguramente sentirme bien, o la necesidad del hermano, dividuo; depende del talante de cada uno y de las vicisitudes de la propia
de la Iglesia, de los pobres, del otro, en general? historia personal.
.
¿Superhéroes o santos? Pero lo que siempre acontece para todos, de diferente manera y en dife-
rentes momentos, es la crisis de realismo. Con ello me refiero a la crisis
En el inicio de la Vida Consagrada, cuando se ha tomado la decisión de que supone tocar los límites personales, los límites de la realidad, de la
seguir a Jesús en este modo de vida evangélico, se deberían encontrar Iglesia, de la propia Congregación, de los esfuerzos por cambiar el mun-
grandes deseos. Y si no fuera así sería preocupante. Alguien que elija esta do. Es tocar la dureza de la realidad, la dificultad que supone modificarla
forma de vida como refugio, buscando seguridades, por miedo o despre- y la impotencia para poder hacerlo.
cio al mundo, seguramente ha equivocado de camino. Por eso san Ignacio
hablaba de la necesidad de la “magnanimidad”, de la santa indiferencia El modo en que se supere esta crisis, que nunca acontece de modo defini-
y apertura a la Voluntad de Dios, de la sana tensión que supone buscar tivo en la formación inicial por más encarnada que ésta sea, será decisivo
siempre el “magis”. para seguir avanzando hacia la madurez humana y evangélica, y para po-
Cuando en la Iglesia se abre un proceso de canonización, lo primero que nerse en una actitud de servicio verdaderamente desinteresado.
se define es la heroicidad de virtudes. No siempre es fácil de discernir a
primera vista si estamos delante de un superhéroe o de un santo. Pero a ¿Cómo lo hizo Jesús?
la postre siempre salta la diferencia fundamental, que seguramente no
esté en las grandes cosas que se hacen. Esa diferencia estriba en que el Puede ayudarnos un pantallazo rápido sobre la praxis de Jesús y sobre
superhéroe es una construcción propia, su energía se nutre de las dotes lo que Él fue discerniendo en relación al modo en que llevaría a cabo su
humanas del individuo, en especial de su voluntad. Al santo lo hace Dios, misión.
porque sólo Él es Santo. Para empezar hay que señalar, y no es menor, que el Hijo optó por nacer
en las periferias, lejos de los centros de poder. Y tampoco es menor que
El camino formativo, la formación permanente, nos va llevando desde haya pasado la mayor parte de su vida en la casa-taller de Nazaret, y que
una cierta primacía del esfuerzo personal en los inicios, pasando por una los Evangelios tiendan un manto de hondo silencio sobre esta etapa fun-
actitud más pasiva de dejar hacer a Dios en una etapa posterior (a partir damental de su vida.
de la segunda edad de la vida), hasta por fin abandonarnos del todo en
sus manos, dejándolo de verdad ser Dios en nuestra vida, en la etapa final. Una vez que Jesús vivió su experiencia fundante en el Jordán, que le llevó
a autocomprenderse como Hijo muy amado del Padre, necesitó un largo
De la omnipotencia infantil a dejar fluir la vida tiempo en el desierto para discernir el modo de llevar adelante su misión.
Allí optó por la sobriedad frente a la abundancia; por la simplicidad frente
Simplificando mucho, podríamos decir que el camino espiritual, y el a la espectacularidad; por la impotencia y la no violencia frente al uso del
camino de la maduración psicológica con el cual está profundamente poder.
vinculado, van desde la superación de la omnipotencia infantil hasta el
aprendizaje existencial que supone poder decir no puedo. Seguramente no podía ser de otra manera, porque esta es la lógica de la

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Encarnación: vaciarse de sí mismo, para pasar por uno de tantos (Filipen- que uno es lo que uno piensa o desea ser, fomentar los ideales y el “deber
ses 2,2); y hacerse pobre para enriquecernos con su pobreza (2 Corintios ser” muchas veces puede ser una trampa. Tampoco se trata de apostar a
8,9). Pero eso Jesús tuvo que descubrirlo, tuvo que discernir frente a ca- la mediocridad. Y siempre habrá que ver la situación concreta de cada
minos alternativos y hacer el proceso. “subiecto”, para saber qué es lo que se debe estimular y potenciar.

Entender el sentido de su vida desde la figura del “siervo sufriente” de En un mundo en el que se valora exageradamente la imagen, hasta hacer
Isaías, seguramente también le ayudó a poder asumir la conflictividad de de ella un culto, en el que las apariencias son más importantes que los
las decisiones que tomó y de las cosas que dijo e hizo. En dos palabras: ser contenidos, y la preocupación mayor de las personas parece estar puesta
un Mesías alternativo, que debía pasar por la cruz. en “cómo me ven” los demás, la formación debe estimular a “vivir desde
La imagen del grano de trigo que cae en tierra y muere para dar fruto adentro”, a cultivar la interioridad
fue posiblemente la metáfora que más le ayudó a entender y asimilar el
destino que le esperaba. Habló repetidamente de la necesidad de “perder A partir de esto señalaría como tres etapas o momentos del camino a
la vida” (Lucas 9,24-25; Marcos 8,35; Mateo 16,24-26). Pero es un perder recorrer:
la vida pascual, es una muerte para que haya mucha vida, mucho fruto
(Juan 12, 23-28): “Si el grano de trigo caído en tierra no muere, queda 1. El descentramiento de sí. Para vivir centrado en la necesidad de los
solo, pero si muere da mucho fruto”. Y así retomamos el tema de la pro- otros:
ductividad y la importancia de dar fruto. Se lo puede advertir en la capacidad de relativizar los propios criterios y
puntos de vista; sin sentirse mejor ni peor que los demás, sin que se pro-
Finalmente, Jesús sintetiza el sentido de su vida con una frase contunden- duzcan crisis de autoestima.
te: “El Hijo del hombre no vino a ser servido, sino a servir y a dar su vida Se constata en la capacidad de vivir la comunión con los diferentes, en la
como rescate por muchos” (Mateo 20,28). Donde nos queda claro que el tolerancia y la capacidad de colaborar con los que no piensan igual que
servicio no se puede separar del dar la vida. Y que el servicio que redime uno.
y rescata es el que se hace por amor, entregando lo más propio nuestro: Se expresa en actitudes tales como la tolerancia, la flexibilidad, la empatía,
la vida. la humildad y el buen humor.
Y lleva a situarse en la comunidad como se situaba Jesús: “yo estoy en me-
Camino a realizar en el proceso de formación dio de ustedes como quien sirve” (Lucas 22,27), renunciando a actitudes
protagónicas.
Siempre se parte de donde se está. Pero no siempre se está donde se cree
estar. Por eso hay que ayudar a tocar fondo. Sólo desde allí se puede cons- 2. La autodonación que se manifiesta:
truir sobre roca firme. De todas formas en la formación inicial no convie- En la capacidad y el equilibrio entre el saber cuidarse y saber cuidar, sin
ne hacerse muchas ilusiones. Los aprendizajes fundamentales se hacen en dejarse atrapar por el activismo. También se manifiesta en la capacidad
la vida, no en las casas de formación. Se aprende con la vida y en la vida. de renunciar generosa y alegremente a los propios criterios y proyectos
Se aprende con los años y con los daños. para sumarse a los de su comunidad; y en la disposición para adecuar
los planes y la propia agenda a lo que los demás necesitan y la vida va
Desde luego que no es bueno cultivar “fervores indiscretos” ni “ideales demandando.
exagerados”. En los momentos iníciales, en que se corre el riesgo de creer En la capacidad se superar la contradicción, las dificultades, la incom-

59 60
prensión, el aparente fracaso con paz interior, porque se va descubriendo Primeramente porque la mayor parte de las veces no es una motivación
la “lógica” de la dinámica pascual. muy profunda, que pueda resistir los embates de la vida, ni las crisis de
realismo.
Para realizar bien, sin que luego se pase factura a los demás por las “re- En segundo lugar porque tampoco suelen ser motivaciones verdaderas.
nuncias” hechas, hay que haber caído en la cuenta de que lo que tenemos Al menos, con seguridad, hay otras que están jugando en el inconsciente
que entregar a los demás no son cosas, ni saberes, ni determinados tiem- y que toca desenmascarar.
pos y proyectos, sino la propia vida. Hacer de la propia vida un don, una
oblación. A veces, aunque pueda sonar extraño, las motivaciones pueden provenir
de miedos profundamente arraigados en nosotros.
3. La encarnación: - Miedo a ser malo, corrupto, imperfecto, y demostrar que esto no es así
Siguiendo la lógica de que “solo se redime lo que se asume”, tener la capa- a través del servicio.
cidad de asumir y encarnarse en la realidad tal como es. - Miedo a ser indigno de amor, lo que me mueve a servir para que me
Supone haber aceptado e integrado las propias limitaciones, debilidades, quieran.
heridas, situaciones traumáticas de la propia historia, fracasos. Sólo po- - Miedo a ser despreciable o a carecer de valor, lo que me mueve a servir
drá darse la oblación de sí mismo, a la que se está llamado, siguiendo a para demostrar lo útil que soy y todo lo que puedo hacer.
Jesús, en la medida que hayamos aceptado y nos hayamos apropiado de - Miedo a no ser importante, y al servir compulsivamente, encuentro mi
toda nuestra realidad. lugar en el grupo o comunidad y me hago necesario.
Supone también la capacidad de hacer planes “aterrizados”, concretos, - Miedo a ser inútil, incapaz o incompetente; sirviendo demuestro lo
factibles. Pequeños pero posibles. Sin renunciar a las utopías ni perder de que valgo.
vista el horizonte, poder situarse bien y trabajar apasionadamente en el - Miedo a quedarme solo; sirviendo es la forma de integrarme al grupo.
día a día. Y así se podrían seguir señalando múltiples motivaciones que no son sufi-
Conduce a abrazar la realidad tal como es, no como nos gustaría que fue- cientes para sostener un compromiso alegre, generoso y desinteresado en
ra. De este modo aparecen nuevas posibilidades escondidas en situacio- el tiempo. Son motivaciones con las que se puede partir, pero que deben
nes que aparentemente sólo eran portadoras de carencias y negatividad. ser trabajadas y purificadas si se quiere perseverar en el camino.
Porque el milagro de la resiliencia siempre lo produce el amor. La meta es servir no desde las propias necesidades y miedos, sino desde
lo que el otro necesita y me demanda.
Reconociendo trampas
Otra mística, otra lógica, un nuevo paradigma
El trabajo sobre la motivación siempre apunta a ayudar a que el sujeto que
recorre el camino de la formación, y que es el primer agente de la forma- Insertos en la cultura en que vivimos, acosados por la propaganda y por
ción, pueda ir reconociendo y purificando sus motivaciones. Inicialmen- los valores de esa cultura que nos impulsan a vivir ansiosamente, a des-
te podríamos dar por válida toda motivación que sitúe al formando con confiar de nuestros semejantes, a valorar las cosas espectaculares, a que
total disponibilidad y transparencia. necesitemos estímulos cada vez más potentes y extraordinarios para que
Pero ello no quiere decir que esa motivación que puso fuego en los oríge- nos impresionemos por algo, o para que nos conmovamos ante un acon-
nes del seguimiento, sea una motivación válida para toda la vida. tecimiento trágico, o que nos lleva a necesitar estímulos y aventuras ex-
tremas para excitarnos y sentir placer y segregar adrenalina, la propuesta

61 62
de Jesús se asemeja a un grano de mostaza. tercer lugar: las tareas domésticas, el trabajo manual, las celebraciones
comunitarias, el cultivo de los vínculos entre nosotros y con la gente que
Porque justamente el Evangelio habla de la primacía de lo pequeño y de nos rodea, la limpieza y la decoración de los ambientes en que vivimos,
los pequeños, de la importancia de los últimos, nos exige leer y recorrer la los recreos y momentos de esparcimiento comunitarios, dedicar tiempo a
vida en clave de misericordia y gratuidad. Y a través de la praxis de Jesús, visitar y escuchar a los hermanos mayores, etc.
que pasó la vida haciendo el bien y liberando a los oprimidos por todo
tipo de mal, queda sumamente claro quiénes son los preferidos de Dios: Finalmente hay que decir que la capacidad de servir desinteresadamente,
los que nada valen a los ojos del mundo. Baste con recordar las Bienaven- tiene que ver con la experiencia que uno haya hecho en su propia vida de
turanzas. haber sido amado y de amar gratuitamente. En la Vida Consagrada se ha
colado muchas veces el eficientismo, el utilitarismo, la programación de
Por eso la propuesta evangélica habla de la eficacia de lo ineficaz; esta- los procesos formativos con “planes de formación” muy bien elaborados,
blece como criterio de autenticidad humana y divina el valor de las pe- los reglamentos que determinan con exactitud los horarios y las respon-
queñas cosas, como dar un vaso de agua o visitar a un enfermo; y llega a sabilidades de cada uno. Se ha transformado en una vida muy calculada
los mínimos detalles de indicar al mensajero/servidor que debe comer lo y previsible.
que le ofrezcan en las casas que visite. Cuando se vive conscientemente
lo cotidiano se vuelve mágico, porque es el lugar donde se manifiesta la Formar “servidores inútiles” implica recuperar la dimensión de gratuidad
presencia del Reino. que es un rasgo esencial del Dios que nos “primerea”. Y desde luego pro-
curar que sea la misericordia y la amabilidad hacia uno mismo y hacia los
Esa lógica del Reino también la descubrimos en la valoración que hace demás el motor que dinamiza y da color al conjunto de la vida.
Jesús de la ofrenda de la viuda (Lucas 21,1-4); en la forma de pago a los
jornaleros de la viña que trabajaron sólo una hora (Mateo 20,1-16); etc.

Desafíos para la formación

Teniendo en cuenta todo esto seguramente tengamos que revisar seria-


mente nuestros trayectos formativos. Porque muchas veces están excesi-
vamente centrados en lo intelectual y en dimensiones académicas; por-
que se le da exagerada importancia a determinadas experiencias fuertes
y extraordinarias; porque seguimos muchas veces refiriéndonos a la di-
mensión misionera de nuestra vida cuando hablamos del trabajo explí-
citamente apostólico; porque la espiritualidad que trasmitimos, muchas
veces está lejos de impactar, iluminar y transformar nuestros vínculos co-
munitarios y la vida cotidiana.

Y tendríamos que poner en valor las dimensiones de nuestra vida que


olvidamos y/o situamos consciente o inconscientemente en segundo o

63 64
V
PARA LA ORACIÓN Y LA REFLEXIÓN PERSONAL Y GRUPAL

- Una de las razones de abandono y/o desencanto vocacional es la fal-


ta de frutos en el trabajo apostólico. La sensación de que la mayoría de

ivir en camino.
nuestros esfuerzos son inútiles para atraer a los jóvenes, animar e integrar
comunidades de cristianos comprometidos, formar nuevos apóstoles y
atraer nuevas vocaciones, incluso, yendo más lejos, para “cambiar el mun-
do”. ¿Qué siento frente a esto? ¿Qué es lo que me sostiene en mi empeño

L
misionero?
- Mi vida y la vida de mi comunidad, ¿está dinamizada por la misión?
¿Somos sensibles frente al dolor del mundo? ¿Somos una comunidad en
salida hacia nuevas periferias existenciales?

a formación
- ¿Puedo distinguir diferentes etapas, momentos, en mis motivaciones
apostólicas? ¿Cuáles eran mis primeras motivaciones y cómo se fueron
purificando y ahondando? ¿Puedo señalar momentos claves, situaciones
que me hayan ayudado en este caminar, que hayan supuesto puntos de
inflexión o ruptura? permanente
en la vida
consagrada.

CAPÍTULO V
65
Capítulo V
VIVIR EN CAMINO.
LA FORMACIÓN PERMANENTE EN LA VIDA CONSAGRADA.

Descripción e importancia de la formación permanente 1

Desde luego que una comunidad y una Congregación religiosa mani-


fiestan su fecundidad en la medida en que atraen y saben acoger nue-
vos miembros. Pero esta fecundidad se manifiesta también en la manera
cómo les ayudan a crecer y a ser fieles hasta el final. Y esto se hace propor-
cionándoles los medios para continuar y actualizar su formación huma-
na, espiritual, doctrinal y profesional.
Con frecuencia hemos visto grupos que han sido capaces de atraer voca-
ciones, y que sin embargo al poco tiempo (en el juniorado) o un poco más
tarde (en la mediana edad) han sufrido deserciones masivas.

La formación permanente comienza cuando un religioso o una religiosa


hacen su profesión perpetua, y dura el resto de su vida; y abarca el conjun-
to de las dimensiones y circunstancias de la misma.
Hay que decir que sólo con el aporte de la formación permanente po-
dremos responder a las llamadas del Señor siempre nuevas, vivir más
fielmente nuestra vocación y servir más eficazmente a la Iglesia y a la
sociedad.

El contexto de profundas y variadas transformaciones en que nos toca


vivir, que ha sido definido como un cambio de época, el progreso de la

1 Exhortación apostólica postsinodal “Vita Consecrata”, Juan Pablo II, 1996.


Especialmente en los números 69 – 71 ofrece criterios fundamentales y sumamente
inspiradores sobre la Formación Permanente

67 68
ciencia y de la técnica, el carácter evolutivo de la persona humana, y la - El tiempo de la edad madura
calidad y fecundidad de nuestra vida religiosa apostólica no permiten que Corresponde a los años críticos de la edad media, que son también años
la formación termine en las etapas iniciales. ¡La demanda de seguir for- de mucha fecundidad y de plenitud en la misión y en el trabajo.
mándonos continúa ininterrumpidamente! En esta etapa se elabora una nueva síntesis de la vida y se rehace con
Por ello la formación permanente en un deber y un derecho de cada her- más lucidez la opción fundamental de la existencia.
mano. Al mismo tiempo en estos años de plena madurez el peligro de la ruti-
na puede ser grande si no existe un empeño serio de renovarse y de ser
Estamos refiriéndonos a la formación permanente. El título de este ca- creativo en lo que se hace.
pítulo es “vivir en camino”. En inglés se suele llamar a esta formación En muchos hermanos se suele dar también durante este tiempo una
“ongoing formation”, que literalmente vendría a significar formación du- fuerte tendencia al individualismo.
rante la marcha, mientras caminamos. Me gusta esta expresión porque
expresa mejor que la formación es algo vital y dinámico, y que estamos - El tiempo del religioso anciano
llamados a realizarla mientras transcurre nuestra vida. Este período se caracteriza con frecuencia por una disminución del tono
vital del estado físico y psíquico, y también por una mayor libertad en el
La formación permanente debe estar bien integrada con la formación ini- empleo del tiempo.
cial. No es bueno que existan rupturas ni contradicciones entre ambas. De una u otra forma el religioso en esta etapa recoge lo que ha sembra-
Pero tampoco es una mera repetición de la etapa anterior; ni en sus con- do.
tenidos ni en sus métodos.
Finalidad 1
Como ya se ha avanzado en el camino, ahora el acento debe estar puesto
en reflexionar sobre la propia vida, en aprender de ella, en poder integrar Con la formación permanente se busca ayudar a los religiosos a que
y hacer síntesis de las diversas experiencias y aprendizajes realizados, y vivan en continua profundización y renovación personal de su ser, en
en ponderar aquello que es verdaderamente importante y no negociable. su núcleo vital, humano y religioso. Por eso no está de más repetir que
la formación permanente debe afectar a toda la persona, en todas sus
Es importante señalar que a lo largo de este período se pueden distinguir dimensiones.2
ciertas etapas de acuerdo a las exigencias personales y comunitarias, y a
las necesidades y desafíos propios del proceso evolutivo personal, tanto
psicológico como espiritual. Conviene distinguir al menos tres etapas:
1 En este apartado me inspiraré fundamentalmente en la “Guía de Formación
- El tiempo del religioso joven adulto de la Compañía de María (Marianistas)”, aprobada en 1996. Tanto los criterios y prin-
Son los años que siguen inmediatamente a la formación inicial y requie- cipios pedagógicos de los que parte, como el aterrizaje en la propuesta formativa que
ren una especial atención. hace para todas las etapas del proceso de formación, siguen teniendo mucha actuali-
dad.
En ellos se comienza a realizar la adaptación a la vida apostólica plena, 2 También en la dimensión biológica corporal necesitamos formación per-
y comienza a consolidarse un determinado estilo de vida personal que manente. A medida que se avanza en la edad el cuerpo va cambiando y se necesita
muchas veces marcará el resto de la vida. aprender a cuidarlo de nuevas maneras. La ignorancia al respecto es fuente de mucha
mala praxis hacia nosotros mismos, que finalmente genera y/o anticipa enfermedades
muchas veces evitables.

69 70
Los objetivos generales de la formación permanente son: jetivos propios para cada una de las etapas.

- Crecer en madurez humana - Para el tiempo del religioso joven adulto


A través del ejercicio y desarrollo de las cualidades personales, y por una o Fortalecer su fidelidad a la vocación, al carisma y a la misión de su Con-
inserción cada vez más significativa y transformadora en la misión, en la gregación.
propia comunidad provincial y en la sociedad. o Encauzar y madurar la autonomía personal.
Esta madurez humana se refleja en la capacidad de ir haciendo síntesis o Consolidar la vida de oración, aprendiendo a integrarla bien con la vida
sucesivas de pensamiento personal, y en la elaboración cada vez más sen- apostólica.
cilla e integradora del propio proyecto de vida. En este período se debe redescubrir la manera concreta de ser fiel a Dios.
Es importante para conseguir esta madurez asumir con serenidad y gozo Para ello es importante compartir lo que se está viviendo y buscar el con-
las cualidades que se tienen, y también las limitaciones de la propia vida. sejo de personas experimentadas que ayuden a objetivar las posturas que
La base de la madurez humana siempre es la sana autoestima. Y ella con- se toman y a orientarlas adecuadamente.
siste en conocerse y quererse a sí mismo tal como somos.
La formación permanente debe ayudar a los hermanos y hermanas a re- - Para el tiempo de la edad madura
flexionar y tomar los medios necesarios para afrontar las diversas etapas o Realimentar las motivaciones y el sentido de la vida religiosa.
de la vida como cristianos y religiosos adultos. o Consolidar la vida espiritual, haciéndose especialmente diestros en el
discernimiento espiritual, y profundizando en los desafíos y tretas pro-
- Conformarse más profundamente con Cristo pias de todo camino espiritual.
Por medio de la conversión continua que supone atención a la acción del o Ampliar el campo de la experiencia apostólica personal. No es mala
Espíritu en nosotros y a los acontecimientos y circunstancias de nuestra la especialización, pero hay que aprovechar esta etapa para permitir ex-
vida y del mundo en que estamos. periencias que ensanchen horizontes y contribuyan a despertar talentos
De esta manera se puede redescubrir el sentido profundo de la vocación tal vez dormidos. Esto permite la renovación y la creatividad tanto en el
y mirar con profundidad el misterio de la vida. campo apostólico como en el profesional.
Al mismo tiempo, se tienen que aceptar las nuevas situaciones que se van La formación que se ofrezca a la persona adulta no olvidará que es más
presentando en la vida como llamadas concretas a responder a la misión eficaz una pedagogía basada en la vida, que la que se sustenta en la teoría.
del propio Instituto y de la comunidad provincial. Hay que considerar que son medios importantes de formación el acom-
pañamiento espiritual y la presencia cercana y afectiva.
- Renovar la fidelidad a la vocación propia de la Congregación
Por un empeño personal y comunitario para que el carisma sea la ade- - Para el tiempo de la ancianidad o de la enfermedad prolongada
cuada respuesta a las necesidades diversas que con el correr de los años o Resituar a los/as religiosos/as en una ocupación y un apostolado ade-
se van sintiendo. cuados que les permitan ser útiles e irradiar la alegría y el testimonio de
Un buen signo de esta renovada fidelidad será el transmitir a los jóvenes, su entrega.
particularmente por el testimonio de vida, los valores que dan sentido a o Ayudar a vivir con sentido las limitaciones propias de la edad o de la
la propia vida y vocación. enfermedad.
o Desarrollar con intensidad el sentido de la gratuidad, que les permita
Junto a estos objetivos generales, se pueden señalar también algunos ob- valorar la vida más desde el ser que desde el hacer.

71 72
o Ayudar a afrontar con serenidad y fe la verdad de la propia vida: la fini- Por tanto se trata de entrar en una experiencia espiritual que abarque al
tud. Y a la vez sostener y acrecentar el deseo de la Vida eterna. ser humano en su totalidad, en todas las dimensiones de su ser y de su
La formación permanente alcanza su cumbre cuando llega la enfermedad actuar - cuerpo, mente, corazón, relaciones, motivaciones, espíritu - uni-
grave y la muerte. Formación permanente es también ayudar al religioso ficándolo.
a vivir su propia profesión hasta el acto de la fidelidad suprema y acom-
pañar a hacer el don de sí con toda la riqueza espiritual que tiene ese Los criterios pedagógicos, pues, deben ser personalizados y comunita-
momento.1 rios; graduales y progresivos pero que supongan algunas rupturas; expe-
Ofrecer libremente y en paz la vida y la muerte al Autor de la vida, se rienciales y creativos; abiertos y evaluables.
convierte en el punto culminante de donación y de entrega humana y
cristiana. Es el fruto y la celebración, en la carne de un/a hermano/a, de En esta línea habría que apostar más por experiencias de inserción en
la Pascua del Señor. otras culturas que por un ciclo de conferencias; en una experiencia pro-
longada de desierto, antes que unos retiros convencionales; en un cambio
Metodología de comunidad que provoque liberarse de equipaje y romper ciertas rela-
ciones, que en una buena lectura espiritual.
Como estamos refiriéndonos a una formación integral, holística, tanto
la metodología como los contenidos deben abarcar de modo íntegro a la Pero todo es inútil si cada persona no se hace cargo de su propio proceso.
persona del religioso. Muchas veces hemos sido testigos de “tiempos de Cada uno es último responsable de su formación. Y nada se conseguirá
renovación”, de “años sabáticos” cuyo eje fue puesto en la adquisición de con propuestas que caigan de arriba y no sean asumidas por cada religio-
contenidos doctrinales, en actualización académica y profesional. so. Cada uno debe vivir atento, conectado con sus propias necesidades,
y tener el coraje de pedir lo que necesite en el momento existencial que
Sin descartar la importancia de la formación de la mente, del “equipa- atraviesa. No todo sirve para todos. No todo le hace bien a todos. No to-
miento” y reordenamiento de la cabeza, no puedo dejar de decir que ello dos necesitan lo mismo.
puede ser necesario, pero que es absolutamente insuficiente. Cuando se
trata de cambiar de vida, de romper con rutinas y estereotipos de com- Contenidos a nivel formativo
portamiento, de generar nuevos hábitos, de profundizar la experiencia de
Dios, de ampliar horizontes existenciales, de repensar los modos propios Los contenidos de la formación permanente se suelen agrupar en torno a
de vincularse con las personas y con las cosas, no basta con realizar una cinco núcleos:
serie de cursos, ni de sacar un postgrado, por más interesante y profundo
que ello pueda ser. - Antropológico
La formación permanente busca un crecimiento armónico de las perso-
nas a fin de que sepan fusionar íntimamente las riquezas del pensamiento,
la afectividad y la experiencia de la vida.
1 “Cuando al fin llega el momento de unirse a la hora suprema de la pasión del
Así se consigue la tan necesaria sabiduría y sentido práctico de la vida.
Señor, la persona consagrada sabe que el Padre está llevando a cumplimiento en ella
el misterioso proceso de formación iniciado tiempo atrás. La muerte será entonces es- - Bíblico-teológico
perada y preparada como acto de amor supremo y de entrega total de sí mismo” (Vita La formación permanente procura la profundización permanente de los
Consecrata 70).

73 74
temas verdaderamente importantes de nuestra fe, de modo que el/la re- Medios
ligioso/a comprenda el conjunto de las realidades humanas y las expe-
riencias personales que va viviendo a la luz de la historia de salvación y La formación permanente no puede reducirse a un mero deseo general
aprenda a vivir a Cristo como el centro de su vida. de querer crecer. Para asegurar este crecimiento se necesitan estructuras
En este núcleo debe tenerse también muy presente la continua actualiza- y medios.
ción de la reflexión teológica sobre la Vida Consagrada, como un medio Entre estos medios unos son ordinarios, utilizados a diario, semanal o
que nos ayuda a renovar nuestra fidelidad a la vocación y a redescubrir anualmente. Otros son coyunturales u ocasionales; dependen de cada pe-
constantemente el sentido de nuestra vida y nuestra misión. ríodo de la vida y/o de tiempos especiales cuando hay pasos decisivos que
dar. Unos comprometen de modo más directo la responsabilidad de cada
- Lo propio del carisma congregacional religioso y otros incumben más bien la de los animadores 1.
Durante la formación permanente hay que recurrir a la Regla de Vida y
hacer un sincero empeño por continuar profundizando el carisma con- Responsables
gregacional.
Así será posible seguir descubriendo motivaciones para vivir el momento El serio deber de la formación permanente atañe a cada hermano, a cada
presente, actitudes nuevas que hay que asumir y acciones concretas que comunidad, a cada Provincia y a los responsables del Instituto.
se deben incorporar a la vida. La profundización en el sentido y en la vi-
vencia del carisma debe ser constante. - Cada hermano es el artífice principal de su formación.
La formación permanente es una dinámica personal en la que el esfuerzo
- Pastoral y participación activa del religioso son decisivos e insustituibles. Nadie
Comprende todo lo que atañe a la misión congregacional en la Iglesia y podrá hacer en su lugar el proceso de renovación.
en el mundo, y a la vocación y misión particular de cada uno/a, dentro La mayor parte de los medios de formación permanente caen bajo el do-
de ella. La actualización pastoral, mantenerse en una actitud constante de minio de la decisión personal; cuando se trata de estudios o programas
discípulo y misionero debe llegar a ser un estado permanente en la vida especializados o prolongados, la decisión debe hacerse con el consenso de
del religioso. los animadores provinciales.

- Profesional - Cada comunidad tiene una función que desempeñar, impulsada espe-
Conviene añadir, al menos en muchos casos, la formación y/o actuali- cialmente por su animador, para estimular a los hermanos en su esfuerzo
zación profesional. Muchos religiosos ejercemos profesiones con las que de crecimiento.
nos ganamos la vida, fundamentalmente en el campo de la docencia, de la La propia comunidad es el ambiente y el centro ordinario de la formación
salud, del trabajo social. Pero a muchos nos toca gestionar obras, animar permanente de los religiosos. Son diversos los recursos que puede ofre-
equipos de trabajo, elaborar proyectos, hacer presupuestos. Todo esto im- cer una comunidad para formar a sus integrantes. Enumeremos algunos:
plica unos saberes que hay que adquirir y actualizar; no podemos que- diálogos, animación de la oración, invitación a personas para compartir
darnos rezagados. Y nuestra autoridad moral, nuestra palabra tendrá más experiencias y temas diversos, toma de contacto con experiencias vivas
peso en el campo religioso, si también demostramos idoneidad y profe- de renovación, visitas que recibe, reuniones.
sionalidad en el campo “civil”.

1 Como apéndice agrego una serie de medios que vale la pena tener en cuenta

75 76
- Cada Provincia tiene una importante tarea que hacer en este campo. como en una fidelidad a un programa de estudios o de lectura continuada.
Desde la animación provincial pueden venir el estímulo, la motivación, la Este esfuerzo constante no puede estar ausente de la formación continua.
información y propuesta de algunas actividades concretas de formación
permanente. Corresponde a la Provincia dar continuidad a las activida-
des y hacer coherentes los objetivos que se ha dado, con la vida y la misión
cotidiana.
Muchos excelentes esfuerzos de formación permanente se pierden, o no
dan todo su fruto, porque con la reinserción de los hermanos en sus co-
munidades se vuelve a hacer y ser lo mismo que antes; y por tanto se
tiende a volver al mismo estado, rutinas, costumbres que se tenían antes
de realizar la experiencia formativa.

- Los animadores provinciales y la misma Administración General de-


berían prestar gran atención a las estructuras de formación permanente
para que se puedan mantener y mejorar. Muchas de las estructuras y ex-
periencias requieren la colaboración interprovincial. De este modo se da
a la formación permanente una dimensión internacional e intercultural,
que sin ninguna duda es un elemento muy importante en dicha forma-
ción.

Orientaciones prácticas

- La formación durante la vida adulta se lleva a cabo con una metodo-


logía especial. El religioso y la religiosa de esta edad ya han vivido una
vida y tienen tras de sí un pasado variado; la vida está en el centro de su
interés y es muy concreta; esto le lleva a relativizar las presentaciones muy
doctrinales y a preferir orientaciones precisas.
Lo que busca es hacer las cosas mejor, poder adaptarse a los cambios, in-
tegrar las diferentes realidades que ha encontrado en el pasado en su vida,
vivir de lo esencial.

- La formación permanente es un trabajo de cada día; no se trata de ir


de vez en cuando a seguir un curso, a tomar parte de un encuentro o de
beneficiarse de un año sabático.
Se trata de un esfuerzo y de una preocupación cotidiana que se convierte
en una disciplina que se traduce tanto en una mayor fidelidad a la oración

77 78
o Las lecturas que ayuden a informarse y formar criterios sobre los aspec-
tos sociales, culturales, religiosos y políticos de nuestro tiempo.
PARA LA ORACIÓN Y LA REFLEXIÓN PERSONAL Y GRUPAL o La lectura y estudio de las publicaciones sobre la historia, el carisma,
espiritualidad de la Congregación.
o El discernimiento evangélico personal y comunitario como ejercicio de
- Señalar, resaltar, las dos o tres ideas que te hayan parecido más impor- búsqueda sincera de la voluntad de Dios en todas las circunstancias y
tantes. acontecimientos de la vida del religioso o de la comunidad.
- Señalar o resaltar las dos o tres ideas que te hayan parecido más nove- o Todas las actividades y ocupaciones que lleven a salir de sí mismo y a
dosas. entrar en relación con los demás.
- Diagnosticar: ¿en qué aspectos o dimensiones estamos más fuertes; y o La participación en la misión, que tiene en sí misma una dimensión
en qué aspectos estamos más débiles en relación con la formación perma- formadora.
nente en nuestras comunidades y/o Unidades? o La participación en la vida de las comunidades de laicos que comparten
- ¿Cuáles son los pasos concretos, pequeños, posibles que podemos dar el carisma y la misión.
para avanzar en la formación permanente en nuestras comunidades y/o o La participación en la construcción de una sociedad justa y fraterna por
Unidades? ¿Qué medios te parecen más oportunos? medio de una adecuada formación y actuación en este campo.

APÉNDICE - Medios especiales

Algunos posibles medios de formación o Retiros dirigidos prolongados en ciertos períodos significativos de
- Medios ordinarios nuestra vida espiritual y apostólica.
o Asumir nuevas responsabilidades y prepararse para ellas: formador, su-
o El proyecto personal. perior, encargado de una obra o de una nueva actividad pastoral.
o El acompañamiento personal y la dirección espiritual. o Experiencias de nuevas inculturaciones y de inserción en un medio
o El examen general del día y el que prepara para recibir el sacramento de nuevo que exige un esfuerzo de adaptación mayor del ordinario; es el
la reconciliación. caso de los que tienen que incorporarse y trabajar en una cultura nueva
o La revisión de vida hecha en comunidad. con todo lo que eso supone como empeño de adaptación y de asumir una
o El estudio religioso. nueva forma de vida.
o La reunión de comunidad y la elaboración del proyecto comunitario. o Participación en programas de renovación.
o La entrevista con el animador o la animadora de la comunidad. o Año(s) sabático(s)1
o Los retiros anuales y los retiros periódicos. o Celebración comunitaria de las bodas de plata o de oro de la vida reli-
o Las circulares o documentos congregacionales. giosa.
o Los Capítulos generales y provinciales.
o La participación en actividades y acontecimientos de la vida de la Igle-
sia local. 1 Los objetivos que se dan a esta experiencia suelen ser ambiciosos: renovar y
o Las fiestas de la comunidad, días de vacaciones comunitarias o expan- profundizar la propia vida de fe y de oración, revitalizar el compromiso personal en
sión. la vida religiosa, volver a las fuentes del carisma, actualizar y consolidar la formación
religiosa y teológica y, en algunos casos, posibilitar una recualificación profesional.

79 80
U na vida consagrada
que despierta el llamado.

L a pastoral juvenil
y vocacional.

CAPÍTULO VI
Capítulo VI
UNA VIDA CONSAGRADA QUE DESPIERTA EL LLAMADO.
LA PASTORAL JUVENIL Y VOCACIONAL.

Centrando la cuestión

A pesar del título de este capítulo voy a centrar mi presentación especial-


mente en la pastoral vocacional. Como estoy convencido que la pastoral
vocacional debe ser una feliz continuación de la juvenil, obviamente no
podrán faltar alusiones a los jóvenes y a la pastoral juvenil. Por eso el tí-
tulo del capítulo.
Pero me centro en la pastoral vocacional por dos razones.
Primeramente porque abordar la problemática que viven los jóvenes hoy,
es un tema que tiene una densidad muy especial, que debería ser tratado
por especialistas, y al cual deberíamos dedicarle una muy larga reflexión.
En segundo lugar porque la pastoral vocacional es un tema que he re-
flexionado más, en el que he trabajado de modo directo, dado que me ha
tocado ser formador, y porque de alguna manera me permite también
abordar algunas problemáticas muy hondas de la Vida Consagrada.

Comenzaré tratando de situar el estado de la cuestión, y luego iremos


aterrizando hacia aspectos más concretos que afectan a la pastoral voca-
cional, o que es necesario tener en cuenta hoy cuando reflexionamos este
tema y cuando elaboramos planes sobre ella.

En relación con el título de esta presentación quiero dejar claro desde el


principio que la pastoral vocacional no es una actividad aislada o des-
gajada de nuestra vida. Aunque obviamente supone una planificación,
medios, actividades, recursos específicos; básicamente el primer llamado
o cuestionamiento vocacional lo debe generar el testimonio de nuestra
vida.

83 84
Miremos a Jesús: él llamaba, pero también su vida suscitaba el deseo de decir opuestas, al concilio Vaticano II, tienen vocaciones. Aunque tam-
imitarlo y seguirlo. Nuestro modo de vivir y de proceder debería provocar bién tienen crisis vocacionales, y bastantes de los que salen necesitan
ese mismo deseo, al menos el interrogante acerca de una posible vocación; apoyo terapéutico para rearmar su vida, son tantos los que ingresan que
debería despertar el atractivo por nuestro modo de vivir el Evangelio. siguen teniendo un saldo positivo a su favor. El fenómeno es complejo, las
razones pueden ser múltiples, y no conviene hacer juicios superficiales y
El estado de la cuestión simplistas sobre este fenómeno. Algo nos quiere decir. Desde luego que
esos grupos no son ni mejores ni peores que los que no tienen vocaciones.
Muchas congregaciones, al menos en algunos países, sufren una tremen- Más aún, en muchos de ellos hubo tremendos escándalos de tipo sexual
da falta de vocaciones que llega a poner en duda que puedan tener futuro. que afectaron a sus mismos fundadores. Pero es verdad que tienen algo
En otras palabras: es probable que desaparezcan. A la falta de vocaciones, que llama la atención de los jóvenes.
como un elemento no menor de la crisis, se añade la escasa perseverancia
en hermanos y hermanas que ya han profesado. El problema de la perse- Finalmente digamos que, la Vida Consagrada hoy vive un proceso de pro-
verancia afecta a los religiosos jóvenes, a los de mediana edad, incluso a funda transformación. Hubo muchos momentos en su historia en que
algunos bastante mayores. En el clero también se viven estas dificultades ella necesitó repensarse, refundarse, renovarse. Momentos en los que
aunque con matices propios. Digamos que también en las familias acon- muchos monasterios y congregaciones murieron, otros se renovaron, y
tece el mismo fenómeno. Los jóvenes no asumen compromisos formales aparecieron nuevas formas de Vida Consagrada, absolutamente novedo-
como parejas (ni ante la sociedad ni ante la Iglesia) y son muchos los que sas e impensables poco tiempo atrás 1. Hoy podríamos decir que estamos
se separan después de haber convivido poco tiempo o muchos años. viviendo un tiempo parecido, dado que están apareciendo nuevos modos
de Vida Consagrada que no es fácil clasificar en el Derecho Canónico.
Estamos, sin dudarlo, ante un cambio de época que marca profundamen-
te la identidad de las personas, los vínculos entre las mismas, las moti- De manera muy escueta y simplista digamos que en parte este proceso se
vaciones o razones para vivir, los hábitos, las creencias, el modo de pen- desencadena con el concilio Vaticano II, cuando se afirma que los laicos
sar y razonar, los ritmos de vida. Valores que parecían inmutables hoy se no son cristianos de segunda categoría, que todos estamos llamados a la
han desvalorizado: la virginidad y la castidad; el ahorro y la sobriedad de santidad, que todos somos misioneros, etc. O sea que no hace falta ser
vida; la obediencia, el respeto y la escucha a los mayores. Podría señalar religioso o religiosa para tender a la santidad y para servir a los demás.
muchos otros como: la fidelidad a la palabra dada; la mortificación y la
valoración del sacrificio; la valoración de la tradición y de las institucio- Posibles reacciones frente a esta situación
nes (religiosas o civiles); el sentido de familia y de comunidad, frente al
individualismo, el sálvese quien pueda y el narcisismo. Una postura es bajar la cortina. Aceptar con “realismo” la situación, to-
mar conciencia que humanamente no hay soluciones o que sería un mila-
Lógicamente esta nueva situación y los valores imperantes, hacen con-
traculturales, incomprensibles y hasta ridículos, los valores que nosotros
profesamos a través de los votos.
1 El paso de los monasterios a la vida mendicante, la aparición de los jesuitas
Hay que decir también que algunas Congregaciones y/o nuevas Funda- que no rezaban el Oficio en común, la evolución de la clausura de las monjas, la nove-
ciones de tinte muy tradicional, incluso abiertamente distantes, por no dad que supuso las Congregaciones de vida apostólica de votos simples, la aparición de
los Institutos seculares, etc.

85 86
milagro quedar “embarazados”. Y prepararse para bien morir. Si aparece - “Ven y verás”
algún joven con inquietudes derivarlo hacia algún grupo con más futuro, Es la primera invitación vocacional a quien se interesa por este camino.
y por supuesto ni plantearse la cuestión de recibir nuevas vocaciones. No es una invitación teórica, ni por Internet (virtual), sino que es bien
experiencial.
Otra postura sería negar el problema y seguir adelante como si nada estu- El seguimiento de Jesús siempre supone una experiencia personal de en-
viera pasando1 . Y morir con las botas puestas sin plantearse la cuestión. cuentro y de intimidad con Él. Por tanto es ilusorio pensar en que habrá
Porque pensar en ella, mirar de frente lo que nos acontece nos duele, an- vocaciones si no facilitamos que nuestros jóvenes se encuentren con Je-
gustia, y también cuestiona profundamente nuestra vocación y el sentido sús.
de nuestra vida. Mejor poner el piloto automático, seguir rezando por las
vocaciones y, en el fondo, creer que caerán del cielo y que mágicamente - “Sígueme”
las podremos integrar y formar. Una palabra que no es mágica, que supone un proceso. Parece que Jesús
elige, llama y acepta compañeros de camino, que van haciendo proceso,
La tercera postura sería replantearse profundamente nuestros estilo de purificando sus motivaciones, conociéndolo, a medida que caminan con
Vida Consagrada, revisar nuestros modos de vivir, nuestras estructuras, él.
nuestras pastorales, nuestras prioridades, etc., y evaluar su significativi- El caso de Pedro es paradigmático. Jesús no pide motivaciones puras, per-
dad para los jóvenes de hoy, volver a preguntarnos qué es lo que harían fecta santidad, absoluta madurez humana desde el principio. Pero sí hace
hoy nuestros Fundadores y Fundadoras, y ser muy honestos para tomar falta una cosa: tener los oídos abiertos para escuchar su llamada. Por eso
conciencia acerca de nuestra misión: ¿responde o no responde a las ur- todo trabajo vocacional siempre deberá incluir la capacidad de hacer si-
gencias de la misión, a las necesidades de la Iglesia y de nuestros contem- lencio y de escuchar. Como Samuel en el Templo.
poráneos, a nuestro carisma fundacional? Pero este “sígueme” no es una orden absoluta y tajante. Es una invitación
que puede ser rechazada. De hecho Jesús también experimentó el rechazo
Obviamente responder con honestidad estos interrogantes no es fácil, y el fracaso de su pastoral vocacional (Marcos 10,17-31).
puede tener consecuencias que son muy dolorosas, y tampoco nos garan-
tizan que vayamos a tener vocaciones. Aceptemos que la vocación es un - Jesús no acepta a todos su seguimiento itinerante
misterio. Muchas congregaciones religiosas ha hecho inmensos esfuerzos Pertenecer a su comunidad itinerante no es éste el único modo de se-
para renovarse, han hecho opciones pastorales heroicas, y hoy están ago- guirlo, de amarlo y de vivir de acuerdo a sus enseñanzas; ni tampoco de
nizando. participar en su misión.
Hay personas que se ofrecen para seguir a Jesús, y él las deriva hacia otro
La pastoral vocacional de Jesús tipo de servicio o seguimiento (Marcos 5,18-20). Algunos de sus íntimos
amigos como Marta, María y Lázaro, parece que tampoco sintieron la
Simplemente haré algunos señalamientos, pero creo que siempre debe- invitación de dejarlo todo y de ir tras Jesús.
mos, en definitiva, mirar y referirnos a Jesús. Son muchos los que lo siguen e integran su nueva familia y le acompañan
por el camino (Lucas 8,1-3) pero a algunos les encarga una misión espe-
cial, a los “doce”, a los “setenta y dos” (Marcos 6,7-12; Lucas 10,1-12).

1 La tradicional política o actitud del avestruz: enterrar la cabeza para no ver el


problema.

87 88
- Cuando alguien toma la iniciativa de seguirlo, es particularmente duro de los laicos?
al imponerle condiciones o al advertirle las exigencias del seguimiento
Jesús no hace demagogia barata, ni baja el listón para tener más discípulos Radicalidad
(Lucas 9,57-62; Mateo 11,37-39). En relación con lo del plus, añadiría esta otra nota que es la radicalidad.
Esto es particularmente importante para nosotros en tiempos de pocas La Vida Consagrada supone siempre una cierta exageración. Exageración
vocaciones. ¿Antes los echábamos por cualquier cosa y ahora aceptamos en la vivencia de las mismas virtudes que deben vivir los laicos: pobreza y
a cualquiera? uso sobrio y compartido de los bienes, disponibilidad full time para Dios
y sus cosas, entrega a los demás, servicio, obediencia, vida de oración.
- El seguimiento más íntimo y radical de Jesús supone compartir su Incluso en la visibilidad de la propia consagración.
pasión por el Reino, que llega al extremo de hacerse eunuco por el Reino De allí la importancia de plantearse a través de qué signos ponemos de
(Mateo 19,12) manifiesto nuestra pertenencia a Cristo. En esto podemos aprender algo
Por eso entre aquellas actitudes y valores que hay que cultivar para que de las comunidades nuevas-tradicionales que ponen acento en el hábito, y
pueda nacer una vocación religiosa están la misericordia frente al sufri- en diferentes elementos, en general clásicos de la VC, que saben exagerar:
miento de los demás y el deseo de llevarles liberación, paz y consuelo; y el corte con la familia, algunas una vida de real pobreza, una vida intensa
también la libertad y disponibilidad para poder dejarlo todo para seguir- de oración clásica, la frecuencia sacramental, la disponibilidad para ir a
lo. misiones en periferias geográficas, etc.
Sin una gran libertad interior frente a las afecciones y deseos propios y Es necesario que los jóvenes se apasionen por este estilo de vida, y pueden
frente a las seducciones del mundo, no es viable este modo de vida cris- comprender y aceptar las renuncias que supone.
tiana que llamamos Vida Consagrada. En este sentido el consumismo y el
hedonismo son enemigos número uno de la pastoral vocacional. Estar convencidos del valor de nuestra vocación, de nuestro carisma, de
nuestro modo de seguir a Jesús
Elementos y criterios a tener en cuenta en el momento de planificar la Sin complejos de inferioridad. La vocación siempre se suscita por con-
pastoral vocacional tagio. Puede ser el contagio de un testimonio personal de una religiosa o
religioso de verdad convocante, o puede ser por el testimonio de una co-
La vocación comienza con un “atractivo” (Juan 6,44) munidad religiosa que vive su vida consagrada con radicalidad y alegría.
La pastoral vocacional consistirá, fundamentalmente, en acompañar este El testimonio comunitario de entrega, generosidad y acogida es funda-
atractivo, clarificarlo y discernir si se trata de una llamada del Señor. mental para suscitar nuevas vocaciones.

Mostrar el plus Hay que mirar el futuro no el pasado; no gastar toda la energía en los y
Hoy en día es cada vez más necesario poder mostrar el plus que se gana, las ancianas
o el plus que añade a la vida cristiana, vivirla como religioso o religiosa. Hoy se nos presenta un problema particular con el aumento de los y las
Si puedo prácticamente hacer todo lo que hace un religioso o religiosa, ancianas en nuestras comunidades, y con la lógica necesidad de atender-
dedicando mi vida al Evangelio y a los pobres, incluso vivir y participar los y acompañarlos bien.
del carisma de la Congregación como laico, ¿qué sentido tiene entrar en Pero es cierto que los recursos y energías de nuestras congregaciones no
la institución y tener que bancarme su peso y sus exigencias; qué sentido se pueden centrar en ellos. Merecen toda nuestra atención y cariño, y tie-
tiene renunciar a la propia familia y a una forma de vivir la libertad propia nen derechos humanos como todas las personas. Pero una congregación

89 90
que se dedique a ellos, olvidando a los jóvenes y religiosos de edad media, ran o se infantilizan?
postergando la pastoral vocacional, dejando de lado actividades misio- ¿Hasta cuándo, cuánto tiempo estamos dispuestos a prolongar los proce-
neras propias del carisma porque las hermanas disponibles de dedican a sos formativos? Sabemos que hoy los jóvenes maduran con otros tiempos
cuidar ancianos, es una comunidad que no tiene futuro. y por tanto los procesos necesariamente serán más lentos, y que no será
Una comunidad de ancianas felices, bien cuidadas, donde mostremos que fácil encasillarlos en nuestros planes que muchas veces establecen etapas
no abandonamos a nuestros mayores, etc., puede ser un maravilloso sig- cronológicas con tiempos precisos.
no y testimonio vocacional.
Pero nadie se hace religioso para cuidar ancianos (salvo que esa Con- ¿Estamos dispuestos a aceptar candidatos homosexuales?
gregación tenga esa misión específica), y la vida no se puede vivir en un Pienso que la cuestión fundamental no es la orientación sexual, sino la
geriátrico. Se puede y se debe trabajar en un geriátrico, si es la propia madurez afectiva. Se puede ser heterosexual e inmaduro y por lo tanto in-
vocación o la Provincia nos lo pide. Pero una cosa es trabajar allí, acom- hábil temporal o definitivamente para asumir el compromiso del celibato
pañar, animar, entretener, etc., y otra cosa es vivir en él. y de la castidad. La inmadurez también puede inhabilitar y hacer nulo un
compromiso matrimonial.
El acompañamiento espiritual Pero desde luego el tratamiento del tema homosexualidad es delicado.
Nunca está de más recordar que el acompañamiento espiritual es el me- Los formadores deberían tener claro los criterios de su Provincia y/o de
dio privilegiado de la pastoral vocacional, como lo es también de la for- las Provincias que comparten el noviciado. A veces se dan diferentes cri-
mación inicial, permanente y de la vida espiritual en general. terios entre las Unidades de la misma Congregación.
Necesitamos preparar hermanas y hermanos que estén dispuestos a Cuando se abre la puerta a candidatos con esta orientación, ¿es bueno y
acompañar procesos vocacionales en las diversas etapas. Para ello hay que conveniente que se explicite y se comparta esta realidad tan personal con
formarse. Y, sobre todo, haberse uno mismo dejado acompañar. el conjunto de la comunidad?
¿Y qué acontecería si una persona transgénero llama a nuestra puerta?
Temáticas que hay que definir desde el principio ¿Tal vez Dios no pueda llamar a la Vida Consagrada estas personas? ¿O
tal vez tengan que golpear la puerta en otra Congregación que esté más
¿Cualquiera puede seguir a Jesús en la VC? preparada para recibirlos?
¿Existen algunas cualidades, signos prerrequisitos, condiciones previas
que haya que descubrir y/o cultivar a nivel humano para que la llamada En relación con la temática de la sexualidad es hoy día muy frecuente
sea auténtica y la respuesta sea viable? que los candidatos lleguen habiendo vivido experiencias sexuales de todo
tipo. Tal vez habiendo incluso convivido, o tenido relaciones con muy
Afirmamos que la “gracia supone la naturaleza”; ¿hay algunos requisitos diversas personas, con experiencias de abuso sexual, o tenido relaciones
que deben existir para que podamos suponer que hay un llamado? ¿De- casuales sin ninguna vinculación afectiva, etc. Desde luego que hará falta
beremos trabajar primeramente sobre esa naturaleza para recién después una relectura profunda y nueva del tema de la virginidad. La naturalidad
plantearnos la posibilidad de un llamado? con que hoy se vive la sexualidad, y la naturalización de ciertas costum-
bres, el tema del pudor y el vestido, todo esto es hoy muy extraño y cho-
¿Esperamos que los y las jóvenes maduren fuera, “en el mundo”, o los in- cante a muchos formadores, incluso aquellos que no son tan mayores. El
tegramos a una comunidad para ofrecerles un contexto en que maduren manejo adecuado de estos temas supone una reflexión, estudio, a veces
mejor y/o más fácil? Pero en nuestras comunidades, ¿los jóvenes madu- trabajo terapéutico sobre uno mismo, para poder acompañar a otros.

91 92
¿Estamos dispuestos a aceptar candidatos de cualquier edad? ¿Cuál sería
el mínimo, cuán jóvenes? ¿Cuál sería el límite por arriba, cuán mayores? PARA LA ORACIÓN Y LA REFLEXIÓN PERSONAL Y GRUPAL
¿Se puede y es bueno, conveniente y necesario establecer límites fijos es-
trictos?
• Señalar, resaltar, las dos o tres ideas que te hayan parecido más impor-
¿Qué decir en relación con la salud? tantes.
¿Habría ciertos impedimentos de salud físicos, tales como taras heredita- • Señalar o resaltar las dos o tres ideas que te hayan parecido más no-
rias en la familia o ciertas enfermedades graves en el candidato? ¿Acep- vedosas.
taríamos a una persona ciega, a un paralítico, un diabético, un portador • Diagnosticar: ¿en qué aspectos o dimensiones estamos más fuertes; y
de VIH, etc.? en qué aspectos estamos más débiles en relación con la pastoral vocacio-
¿Y en cuanto a la salud psíquica? ¿Tendencias patológicas, jóvenes que nal (obviamente también se puede examinar la pastoral juvenil, dado que
luchan contra la anorexia, la droga, el alcohol, que han tenido intentos de las fronteras entre ambas muchas veces son difusas) en nuestras comuni-
suicidio, personas depresivas? dades y/o Unidades?
• ¿Cuáles son los pasos concretos, pequeños, posibles que podemos dar
¿En relación con su historia familiar? para ser más audaces, efectivos, en la pastoral vocacional? ¿Por dónde
Hasta hace no demasiado tiempo atrás, se negaba la posibilidad de hacer deberíamos empezar?
sus votos a los que no eran hijos “legítimos”. Conocemos hoy la realidad
de las familias. ¿Qué sucede cuando hay problemas familiares de cierta
gravedad en la historia de la familia, en la especial relación con el padre o
• Buena voluntad y disposición para adaptarse, cambiar de actitud y dejarse ayudar.
la madre; familias monoparentales, ensambladas, abandónicas, posesivas,
• Sentido de responsabilidad comprobado en su actuación en la familia, el trabajo, la
etc.? escuela y los diferentes grupos a los que pertenece.
• Capacidad de trabajo para poder aportar decuadamente a la familia o a la sociedad lo
En la puerta de entrada al prenoviciado q2ue corresponde.
• Capacidad de relación social: se integra bien en los grupos, no se margina, es aceptado
y estimado por sus compañeros.
Lo que es propiamente pastoral vocacional concluye en la puerta del pre-
• Condiciones para decidir libremente y con relativa capacidad de autonomía; superar
noviciado. Al final del camino los que acompañan y los que deben tomar las situaciones de fracaso o de derrota: fallo escolar, incapacidad de encontrar o de per-
la decisión de aceptar al candidato al prenoviciado deben tener claros los manecer en un trabajo, desengaño amoroso...
objetivos que se deben alcanzar en esta primera etapa de discernimiento,
y las cualidades que se requieren para ingresar a la etapa siguiente.1 - Dimensión cristiana:
• Estar bautizado y confirmado.
• Oración diaria y vida sacramental habitual.
1 A modo de ejemplo ofrezco la siguiente descripción: • Sensibilidad por el apostolado: participación en algún grupo de Iglesia: parroquia,
- Dimensión humana: catequesis, misiones, grupos juveniles...
• Rectitud de intención y honradez. • Amor a María que se debe manifestar en algunos signos y expresiones concretas.
• Capacidad de autoconocimiento y aptitud para expresar la propia situación a otra • Conducta moral coherente con la llamada a la vida consagrada.
persona. • Deseo manifiesto de seguir a Cristo.
• Comprender y apreciar las otras vocaciones cristianas en la Iglesia.

93 94
C
onclusión.
Conclusión
Cerrando estas reflexiones es bueno volver a la gran pregunta que las di-
recciona y aglutina: ¿Qué Vida Religiosa tiene futuro? Trataré de señalar
algunos rasgos que, de una forma u otra, deberían caracterizar esa Vida
Consagrada, y le permitirían superar la crisis en la que hoy está inmersa.
No se trata de soñar con un nuevo paradigma teórico, ni de definir e in-
ventar una nueva forma de Vida Consagrada. Sobre esto ya se escribió
mucho, y la mayor parte de los sueños y propuestas se difuminaron. Casi
todos los gurús que se atrevieron a caracterizar la Vida Consagrada del
futuro fracasaron.

Pero no está mal señalar algunos irrenunciables. Es decir, ciertas carac-


terísticas que no deberán faltarle, aunque luego, por supuesto, habrá mu-
chas variaciones en los modos en que esos rasgos se concreten según ca-
rismas y culturas.

La Vida Consagrada que tenga futuro será cada vez más evangélica. Con
esto quiero decir, muy cercana al Evangelio, muy libre, muy jesuánica, y
muy liberada de viejas tradiciones, costumbres y observancias que se la
han ido pegando a través de los tiempos. En este sentido, volverá a ser una
vida de verdad en y según el Espíritu. O sea, muy carismática y menos
estructurada. Más a la escucha de Dios y, por lo tanto, menos previsible
y regular.

Será una Vida Consagrada muy misericordiosa. Porque es éste el corazón


del Evangelio. Muy atenta y disponible frente al dolor y al sufrimiento
de la humanidad. Sin escaparse de las obras y estructuras, muchas veces
eficaces y necesarias, no estará atada a ellas, dado que tendrá la capacidad

97 98
de estar siempre lista para salir a las periferias existenciales donde haya
necesidad de consuelo, curación, compañía, reconciliación, liberación. Y,

O
por tanto, responderá a las necesidades reales, actuales y urgentes de la
Iglesia y del mundo de hoy.

Será una Vida Consagrada muy fraterna y/o sororal. Donde primarán las
relaciones horizontales, las relaciones cercanas, las amistades auténticas y
profundas; comunidades humanizadoras, en las que la persona del reli-
gioso se sienta contenida, querida, apoyada, sostenida, amada. Comuni-
dades en que la primacía la tendrán los vínculos, no las estructuras, ni la
tras obras
Regla, ni el trabajo.

Comunidades que signifiquen y transparenten la presencia, cercanía y ac-


del autor.
ción liberadora de Dios en el mundo. En las que la identidad cristiana y
religiosa sea patente. Insertas en medio del mundo, compartiendo la vida,
el trabajo, las casas y comidas con la gente, aportarán lo que son, dirán su
verdad, sin tapujos y con claridad y caridad. En este sentido serán perso-
nas y comunidades proféticas.

Aportarán lo mejor de sí a los laicos, a la Iglesia y al mundo. Y lo mejor


de sí es su experiencia de Dios, su modo de saciar la sed de espirituali-
dad al hombre y la mujer de hoy. Serán oasis de espiritualidad, silencio,
reencuentro y reconciliación consigo mismo, escuelas de oración, en esta
cultura inmediatista, consumista y superficial.

Se podrían añadir más rasgos o características. Seguro que los hay, y al-
gunos importantes. Pero me parece que hay que priorizar. Hoy son éstos
lo que yo priorizo.

Espero que estas reflexiones nos ayuden a seguir buscando y a no perder


el entusiasmo por construir entre todos una Vida Consagrada más fiel a
Jesús y a su Evangelio.

Luis A. Casalá, sm
[email protected]
Junín, 2016

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Reseña breve Reseña breve

En este volumen Luís Casalá nos iluminará con un trabajo muy sentido y expe- Luís Casalá nos ofrece en este volumen un trabajo excepcional en el que conjuga,
riencial sobre la consagración y la vivencia de los votos evangélicos. la historia, luces y sombras y sus propuestas hacia la vida en comunidad de las
El autor expone con valentía y perspicacia temas, interrogantes y pistas que dan religiosas y religiosos de la Argentina y Latinoamérica.
pie para abrir el corazón, cuestionar el camino y lograr que los que optaron por Estas páginas nos sugieren y ayudan a concretar un deseo: que el estar junto a
él lo sigan con mayor audacia, creatividad y alegría. ¡Poder se puede! los hermanos sea siempre un enriquecimiento y una alegría; que cada comuni-
dad sea un hogar donde cada uno sea libre de expresarse, que se esté dispuesto
“Estoy convencido de que uno de los problemas o grandes interrogantes que hoy a acompañar a los demás, y cada cual pueda corregir fraternalmente a quien lo
debe enfrentar la Vida Consagrada es la cuestión de la identidad. Y todo esto tie- necesite. ¡Manos a la obra!
ne mucho que ver con ello. Porque de lo que podamos aclararnos en este sentido “Queremos dar un paso ofreciendo sugerencias y pistas muy concretas para
dependerá muchas veces que alguien se atreva o no a dar el paso de pertenecer avanzar en la construcción de comunidades que formen religiosos que tenga
a ella. ¿Vale la pena ser religioso o religiosa? ¿Qué gano con ello? ¿Me facilita un profundo sentido comunitario. Imposible que existan comunidades verda-
la santidad, el seguimiento de Jesús, el ser misionero o vivir tal o cual carisma? deras sin religiosos que tenga una gran capacidad y deseo de vivir y construir la
¿Para qué hacer las renuncias que los votos suponen, a tantas cosas buenas, si comunión. Imposible que esos religiosos existan y sobreviva sin comunidades
puedo ser santo, misionero o vivir determinada espiritualidad siendo laico? que sean ecosistemas donde se pueda vivir una vida comunitaria profunda y
honesta.

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Reseña breve Reseña breve

En este volumen se presenta una visión clara y aggioranada sobre la sexualidad Un trabajo que busca replantear la actualidad, y poder al fin tener un renaci-
de los religiosos y religiosas, un trabajo sumamente experiencial y sapiencial de miento vital y alegre de la vida consagrada. El autor con agudeza y claridad
Luis Casalá. plantea a los consagrados el desafío de cimentar la felicidad y la esperanza en los
Tratando de compartir la experiencia personal y la de muchos que intentan vivir tiempos actuales. ¡Hay que animarse a volver al ruedo”
su sexualidad como célibes, el autor va demostrando a lo largo de su exposición “Es cierto que tal vez caímos en la cuenta de lo que nos estaba sucediendo un
las luchas y vitorias que se tienen a la hora de no reprimir la capacidad de amar, poco tarde. Pero durante todos estos años no ha faltado búsqueda y experimen-
de vincularse profundamente con los otros, y de experimentar también el placer tación. Tal vez algunos hoy estén cansados de buscar y los haya ganado el es-
con nuestros cuerpos siendo coherentes con la opción celibataria. ¡Animémo- cepticismo. Pero tampoco han faltado la buena voluntad, la entrega generosa, la
nos a escucharnos! fidelidad de muchos y el trabajo a destajo. Lo hemos buscado en los pobres, en
la Palabra, en las Reglas renovadas, en las experiencias nuevas, en comunidades
“Hoy estamos ante un futuro abierto. Lo que sí se puede intuir con bastante alternativas. ¿Por qué no nos respondes? ¿Por qué abandonaste nuestra carava-
certeza es que si los institutos de VC o s transforman en familias espirituales na?”
seguramente no tendrán ningún futuro. Porque finalmente, del modo que sea,
lo importante, lo definitivo, es salvar el carisma, no las instituciones. Conocemos
personas célibes que son felices, fecundas, plenas, armónicas, generosas, cálidas,
cariñosas, afectuosas, etcétera.”

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Reseña breve Reseña breve

Luís Casalá ofrece este trabajo que nace como fruto de su experiencia de forma- “No es fácil acompañar crisis vocacionales. La situación que vive el acompaña-
dor, destaca que la formación supera el mero estudio o aceptación de Constitu- do repercute necesariamente en el propio proceso vocacional. Cuando nos toca
ciones. acompañar a alguien en crisis, la objetividad se torna más difícil. Y esto se agrava
Es importante detenerse y estudiar en qué consiste esta formación que dura toda cuando toca acompañar a un hermano o hermana de la propia congregación. La
la vida. El autor os presenta lineamientos generales para ello y nos brinda las crisis vocacional, aunque tengamos plena conciencia de que es algo normal den-
características de aquel que forma. tro del camino espiritual, siempre es muy movilizadora. En íntima relación con
el tema del acompañamiento está la cuestión del discernimiento. En el fondo,
“Un aporte sencillo sobre el tema de la perseverancia y la fidelidad, en relación acompañar es ayudar a discernir. Nadie debe hacerse cargo de la vida de otro”
con la formación. Al mismo tiempo – porque ambas van de la mano y se ilu-
minan mutuamente – se va ahondando en la relación que existe entre felicidad Acompañar a personas en crisis es una de las experiencias más complicadas que
y perseverancia hasta el final, aún en medio de las pruebas. Parafraseando a toca demasiadas veces vivir en la Vida Consagrada.
Jesús, podríamos formular esta bienaventuranza: “felices los que aguantan hasta El autor tomando como modelo el acompañamiento de Jesús a sus discípulos
el final”. No sólo porque al final serán felices. Sino porque si no somos felices nos ilumina para prepararnos a acompañar situaciones de crisis vocacional, y
también en el camino, no podremos aguantar. O nos hará mal aguantar”. ser capaces de brindar respaldo a los otros sin sentirnos indispensables. Descri-
be con lucidez todas las cosas que se mueven dentro de nosotros cuando acom-
pañamos la crisis de un hermano.

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Reseña breve Reseña breve

Este libro surge de la convicción profunda de un religioso sacerdote acompa- Cuando muchos andamos buscando respuestas, palabras y presencias significa-
ñante de muchos laicos, consagrados y ordenados, quien no duda que la Iglesia tivas, todo trampolín que nos ayude a lanzarnos a esa búsqueda es bienvenido.
necesita transformarse. Para el autor, la palabra “reforma” nos queda pequeña, En estas páginas, se nos propone adquirir el hábito del silencio; es más, en este
por eso, llama a fraguar una “nueva eclesialidad”, es decir: otro modo de ser Igle- caso se trata de ofrecernos el apasionante desafío de hacer casi como una degus-
sia. No es cuestión de inventar otra Iglesia. Esta Iglesia es la que debe refundarse. tación de cinco modos de hacer silencio. ¿Seré capaz de hacer esta experiencia?
Me encantaría que este libro sirva para generar espacios donde muchos puedan
expresarse y decir con libertad y caridad lo que piensan, sueñan sienten y temen, “A veces hay persona que están calladas, porque es tanto ruido interior que los
dice el autor. embarulla, que no pueden hablar con nadie. En cambio hay personas que puede
ser que no hablen mucho, pero tienen paradas las orejas para escuchar y entrar
“Libros como éste son de una gran ayuda, porque os permiten vislumbrar ma- en diálogo con todos. Ensanchen el corazón y escuchen lo que el Espíritu dice a
neras concretas de colaborar en la reforma que nos está pidiendo el Espíritu nuestro silencio que ausculta”. + Mamerto Menapace
a través de Francisco. Valoro que este libro nos ayude también a no perder de
vista el verdadero objetivo de toda conversión eclesial: volver a Jesús, al Jesús del http://www.parmenia.com.ar/?product=habitar-el-silencio
Evangelio”, Mons. Víctor Manuel Fernández, Rector de la UCA.
- Más información sobre el libro:

http://www.periodistadigital.com/religion/libros/2016/07/02/religion-li-
http://www.parmenia.com.ar/?product=tendremos-la-audacia bros-habitar-el-silencio-luis-casala-sendero-parmenia.shtml

107 108
Luis A. Casalá, sm, nació en Buenos Aires. Estudió Sociología y poste-
riormente formalizó sus estudios teológicos en la Universidad Católica
Argentina. Fue ordenado sacerdote en la Compañía de María (Marianis-
tas).

Durante catorce años fue superior mayor de los marianistas en Argentina.


Fue Maestro de Novicios en el noviciado latinoamericano de la Compa-
ñía de María en Chile. Durante ese tiempo también fue profesor de Teo-
logía de los Votos en CONFERRE.

Su ministerio se orientó fundamentalmente a la animación de la Vida


Consagrada.
Durante años participó activamente en la Junta Nacional de Religiosos de
la Argentina (CONFAR) y participó del EIR (Equipo de Reflexión Inter-
disciplinar) de CONFAR, desde el cual prestó múltiples servicios.

Autor de numerosos artículos publicados en diferentes revistas de la VC


de Latinoamérica, acompañó retiros espirituales de muchas congregacio-
nes, monasterios y diócesis, animó Capítulos Provinciales y Generales de
diferentes congregaciones y también asambleas de religiosos a nivel dio-
cesano, regional y nacional.

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