Frases de Viktor Frankl
Frases de Viktor Frankl
Frases de Viktor Frankl
l regresara. Pero, Y despus de la liberacin? Algunos se encontraron con que nadie les
esperaba.
Liberacin
No existe ninguna situacin en la vida que carezca de autntico sentido. Este hecho debe
atribuirse a que los aspectos aparentemente negativos de la existencia humana, y sobre todo
aquella trgica triada en la que confluyen el sufrimiento, la culpa y la muerte, tambin
puede transformarse en algo positivo, en un servicio, a condicin de que se salga a su
encuentro con la adecuada actitud y disposicin.
Situacin
Al cumplir un sentido, el hombre se realiza a s mismo. Si cumplimos el sentido del
sufrimiento, realizamos lo ms humano del ser humano, maduramos, crecemos, crecemos
ms all de nosotros mismos. Incluso cuando nos encontramos sin remedio y sin esperanza,
enfrentados a situaciones que no podemos modificar, incluso entonces estamos llamados y
se nos pide que cambiemos nosotros mismos.
Sufrimiento
El hambre, la humillacin y la sorda clera ante la injusticia se hacen tolerables a travs de
las imgenes entraables de las personas amadas, de la religin, de un tenaz sentido del
humor, e incluso de un vislumbrar la belleza estimulante de la naturaleza: un rbol, una
puesta de sol.
Injusticia
Tenemos que dejar de hacernos preguntas sobre el significado de la vida y, en vez de ello,
pensar en nosotros como en seres a quienes la vida les inquiriera continua e
incesantemente. Nuestra contestacin tiene que estar hecha no de palabras ni tampoco de
meditacin, sino de una conducta y una actuacin rectas.
Conducta
Cuando se acepta la imposibilidad de reemplazar a una persona, se da paso para que se
manifieste en toda su magnitud la responsabilidad que el hombre asume ante su existencia.
El hombre que se hace consciente de su responsabilidad ante el ser humano que le espera
con todo su afecto o ante una obra inconclusa no podr nunca tirar su vida por la borda.
Conoce el "porqu" de su existencia y podr soportar casi cualquier "cmo".
Responsabilidad
que ningn sueo, por horrible que fuera, poda ser tan malo como la realidad del campo
que nos rodeaba y a la que estaba a punto de devolverle.
Pesadilla
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frases de Viktor Frankl
Cuando llegamos, las primeras noticias que escuchamos a los prisioneros ms antiguos
fueron que este campo relativamente pequeo (con una poblacin de 2500 reclusos) No
tena "horno", ni crematorio, ni gas! Lo que significaba que ninguno de nosotros iba a ser
un "musulmn", ninguno iba a ir derecho a la cmara de gas, sino que tendra que esperar
hasta que se dispusiera lo que se llamaba un "convoy de enfermos" que lo devolvera a
Auschwitz. Esta agradable sorpresa nos puso a todos de buen humor. El deseo del viejo
vigilante de nuestro barracn en Auschwitz se haba cumplido: habamos llegado lo ms
rpidamente posible a un campo que a diferencia de Auschwitz no tena "chimenea".
Nos remos y contamos chistes a pesar de las cosas que tuvimos que soportar durante las
horas que siguieron.
Chimenea
Ya he mencionado antes que todo lo que no se relacionaba con la preocupacin inmediata
de la supervivencia de uno mismo y sus amigos, careca de valor. Todo se supeditaba a tal
fin. El carcter del hombre quedaba absorbido hasta el extremo de verse envuelto en un
torbellino mental que pona en duda y amenazaba toda la escala de valores que hasta
entonces haba mantenido. Influido por un entorno que no reconoca el valor de la vida y la
dignidad humanas, que haba desposedo al hombre de su voluntad y le haba convertido en
objeto de exterminio (no sin utilizarle antes al mximo y extraerle hasta el ltimo gramo de
sus recursos fsicos) el yo personal acababa perdiendo sus principios morales. Si, en un
ltimo esfuerzo por mantener la propia estima, el prisionero de un campo de concentracin
no luchaba contra ello, terminaba por perder el sentimiento de su propia individualidad, de
ser pensante, con una libertad interior y un valor personal.
Exterminio
Creo que todos los que formaban parte de nuestra expedicin vivan con la ilusin de que
seramos liberados, de que, al final, todo iba a salir muy bien. No nos dbamos cuenta del
significado que encerraba la escena que expongo a continuacin. Hasta la tarde no
comprendimos su sentido. Nos dijeron que dejramos nuestro equipaje en el tren y que
formramos dos filas, una de mujeres y otra de hombres, y que desfilramos ante un oficial
de las SS. (...) Uno a uno, los hombres pasamos ante el oficial. (...) Ninguno de nosotros
tena la ms remota idea del siniestro significado que se ocultaba tras aquel pequeo
movimiento de su dedo que sealaba unas veces a la izquierda y otras a la derecha, pero
sobre todo a la derecha. (...) El hombre de las SS me mir de arriba abajo y pareci dudar;
despus puso sus dos manos sobre mis hombros. Intent con todas mis fuerzas parecer
distinguido: me hizo girar hasta que qued frente al lado derecho y segu andando en
aquella direccin. Por la tarde nos explicaron la significacin del juego del dedo. Se trataba
de la primera seleccin, el primer veredicto sobre nuestra existencia o no existencia. Para la