Subjetividad Poética y Egolatría Del Poeta

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SUBJETIVIDAD O EGOLATRA DEL POETA?

-El caso de Horacio Ferrer-

Es claro que el arte, y por ende la poesa, es una produccin de la subjetividad. Pero el
sujeto se expresa moldeando un lenguaje que es, en principio, de naturaleza social. Se
llama estilo (o idiosincrasia) a la forma como un individuo expresa, con su sensibilidad
personal, su modo de transformar la materia comn del lenguaje y la vida compartida en
una nueva creacin. Cuando el artista logra el reconocimiento de su pblico es porque
logra tocar tambin la sensibilidad del otro.i
As, cmo podramos distinguir el estilo de un poeta como digno de ser considerado un
interlocutor potico de sus congneres? No creo tener una respuesta. Aunque cada ars
potico y cada obra potica, son una respuesta explcita o implcita de ella. Sin tiempo
ya para mucha erudicin, intentemos una respuesta ingenua a una pregunta ms simple:
Podemos distinguir entre la mera expresin egocntrica de la subjetividad y la creacin
de una obra potica?
Voy a partir de una mirada a las letras de tango del poeta Horacio Ferrer. Ya de entrada,
la eleccin plantea problemas, aunque Ferrer es un poeta reconocido y laureado, aqu se
considerarn textos que, tal vez, slo pretenden ser lo que son, letras de tango. Pero, es
separable lo uno de lo otro? Al menos en este caso, creo que no. De hecho, el poeta
gusta de declamar sus textos, con acompaamiento musical.
Para empezar, en el tango AS DORMIDAii, el poeta da la ltima despedida a la amada
que duerme, y se queja:
Al mirarte as dormida,
tan hermosa ests, querida,
pienso y se me parte el corazn,
que de tiempo en tiempo
me reencontrars,
hasta que algn da
no me veas ms.
El poeta no se duele de no volver a verla, sino de que ella no lo ver ms.
El poeta Ferrer gusta de pintarse con los artistas queridos, en su cancin a Homero
Manzi se retrata camino al bar con el poeta de Sur, en su homenaje a Atahualpa
Yupanquiiii va ms all, la mirada de Atahualpa que echa coplas lo hace por cosas
que le duelen como a m y el poeta se describe abrazando al cantor:
En esta pulpera le almacenan su sombra,
su gran sombra que alumbra si escasea la luz,
aparcero del alma, abrazndolo siento

que lo noble del criollo se da con lentitud.


El tango BAILANDO EN BUENOS AIRESiv, el poeta enamora en la danza a una
extranjera y le dice: es la ciudad que suea el Tango al dormir/ y en este tango me ha
soado con vos y luego: Qu ensimismada y linda vas, / s, qu linda ests recostada
en m. Y el baile le resulta al poeta como renovacin de un mito primigenio:
En nuestro abrazo ha de bailar otra vez
la yunta criolla que hace un siglo engendr
el primer tango en gracia sacramental
de Eva y Adn del arrabal.
En el tango BALADA PARA Lv, el poeta asume el rol femenino (recurso que
volveremos a encontrar):
El me sembr toda la piel de quieros
y quiero a quiero calent mi piel.
Desabroch mi soledad por dentro,
de un solo quiero y de una sola vez.
Y en un enigmtico juego, este macho la hace ser 10 hembras pues l mismo poda
ser 20 varones:
Su boca encinta de un misterio bravo,
diez hembras hondas me empuj a crecer.
Porque en mi pelo y en mi silencio bravos,
veinte varones el sabia ser.
En la BALADA PARA MI MUERTEvi, -uno de mis preferidos, que tiene ecos del
CHAU, NO VA MS de Homero Expsitovii-, el da de su muerte el poeta se pondr
de abrigo toda el alba: Me pondr por los hombros, de abrigo,/ todo el alba y anticipa
el dolor que la amada sentir por su muerte:
Hoy que Dios me deja soar,
a mi olvido ir por Santa Fe,
s que en nuestra esquina vos ya ests
toda de tristeza hasta los pies!

En la BALADA PARA MI VIDA, el poeta se asombra de haber descubierto el amor:

Y cuando grite para qu nac


en la vana gloria de un beso
s que me asombr de ser yo
de estar ardiendo y de temblar
por otro ser por vos mi amor.

Y le dice a su amada:

Vos que nada comprends


y que todo lo sabs
y es tu son la religin
la fiesta de vivir adorndome ...
El ms famoso poema cantado de Horacio Ferrer es la BALADA PARA UN LOCOviii.
Existen al menos dos versiones escritas, segn que el intrprete o narrador de la historia
adopte un rol femenino (Amelita Baltar) o uno masculino (Roberto Goyeneche). De este
dato casual podra concluirse que el poeta adopta indiferentemente los dos roles. Mi
hiptesis es ms bien que en ambos casos el poeta se identifica con el payaso o arlequn
de le historia, pues ste a la vez es una encarnacin alegrica de la poesa, o al menos de
un poeta enamorado que es capaz de cambiar el mundo y construir el paraso para que
ella lo quiera as piantao. La balada es una alegora del poeta pobre, que an con los
bolsillos vacos quiere enamorar con las palabras y la imaginacin:
Las tardecitas de Buenos Aires tiene ese que s yo, viste?
Salgo de casa por Arenales, lo de siempre en la calle y en m,
cuando de repente, detrs de ese rbol, se aparece l,
mezcla rara de penltimo linyera y de primer polizonte
en el viaje a Venus. Medio meln en la cabeza,
las rayas de la camisa pintadas en la piel,
dos medias suelas clavadas en los pies
y una banderita de taxi libre levantada en cada mano...

A este poeta-arlequn lo reconoce la ciudad entera:

Parece que solo yo lo veo, porque el pasa entre la gente

y los maniques le guian, los semforos le dan tres luces celestes


y las naranjas del frutero de la esquina le tiran azahares...

Y le dice:

Ya s que estoy piantao, piantao, piantao,


no ves que va la luna rodando por Callao
y un corso de astronautas y nios con un vals
me baila alrededor...
Baila, veni, vola...

El poeta-payaso tiene un objetivo muy claro:

Loco, loco, loco, como un acrbata demente saltar


sobre el abismo de tu escote hasta sentir
que enloquec tu corazn de libertad, ya vas a ver.

Y contina el reconocimiento general del potico arlequn seductor:

Nos sale a saludar la gente linda


y el loco, loco mo, qu s yo,
provoca campanarios con su risa...

En fin, el bardo enloquecido construye todo este mundo fantstico (Todo humilde
menos nuestra fantasa dice en EL PISITO DE LA CALLE MELO) para que ella lo
quiera. Busca enloquecer su corazn de libertad porque slo una mujer muy libre
podra quererlo as como est: piantao, piantao.
En la CANCIN DE MI ADOLESCENCIAix el poeta repasa las identificaciones
ideales de su juventud:
Y ya crislida varn, cambi la voz vivando a Francia.
Medio Tarzn, Capitn Nemo y Walter Gmez,
(...)

De pronto supe ms que el viejo, mientras l me am callado.


Y ante un rezongo de Mam grit: "Pa'qu me has engendrado!"
Y atropellando el sol no vi, mi Dios permita,
que Gracias era la palabra ms bonita.
Y endomingndome en la ducha fui Gardel resucitado.
(...)
En Baudelaire y enamorao, con diez y seis refute a la ciencia!
Y entre una loca y una curda llegu a rey de la inconsciencia.
Pitando un negro negu a Dios y, muy seguro,
ya era ingeniero, igual o ms, que el to Arturo
y con el mundo en el ojal dict la ley y mi futuro.

En CH, TANGO, CH el poeta se declara adorado por el Tango:


Che, Tango, che,
brujo y fatal,
tango malandra y criminal,
che, Tango, che,
dame otra biaba y gritar...
"que vos me adors...",
che, Tango, che.
En CIUDADELAx el poeta es seducido por la ciudad:
Por tu aire payador,
piloteando mis zapatos,
derram mi verso alzado
sobre tus pechos de sol
y vos me hiciste el amor
en tu hondo lecho de barro.
En el CREDO DE AMOR EN TANGOxi, de todas las cosas que para el poeta son tango,
no falta la bsqueda de la amada:

Y es Tango un frenes de bocinas


en el atardecer, cuando no me encontrs
y me segus buscando, amor mo.
En el DON QUIJOTE DE ARRABALxii, un trgico Quijote vive su locura y muere en
la ciudad del poeta, para reencarnar en este:

Pero Quijote / resucit, / su locura en el alma, / canejo!, / la llevo yo.


En su homenaje a Anibal Troiloxiii el poeta celebra la raza nica del bandoneonista, y
no deja de incluirse en ella:
...Quin repite esta raza
de uno slo, y de uno.
Pero, quin la repite
con laburos y todo?
Por un aristocracia arrabalera,...
En EL VINO ENAMORADOxiv, Ferrer retoma un tema de Omar Jaiam, la idea de
renacer en el vino, renacimiento que es una obsesin del poeta:

He muerto, amor, y muerto me reencarn en tu vino.

Y, otra vez, el bardo consuela a la amada que imagina llorando su muerte:

No me llors, no ves que voy contigo?,


varn de alcohol disuelto tras tu piel,
fiebre en tus xtasis y mismo en tus desvelos
no llors, que as te quiero
como nadie quiso antes.
No me llors, bebme!, soy tu vino
(...) Ay, amor, / renazco en vino enamorado / y, alma ma, te emborracho / de
alegra.

Ya que mencion la obsesin o el anhelo del poeta por renacer, recordemos el conocido
poema PRELUDIO PARA EL AO 3001 el poeta anuncia su resurreccin:

Renacer en Buenos Aires en otra tarde de junio


con esas ganas tremendas de querer y de vivir.

El milagro se dar en un medio humilde y popular de perritos vagabundos, lustrabotas,


payasos y brujos (mis inmortales compinches), que le darn nimo en el duro oficio
de morir y renacer. Pero no faltar la ayuda del cielo:
y una gran voz extraterrestre me dar la fuerza antigua
y dolorosa de la f para volver, para creer, para luchar.
Tendr un clavel de otro planeta en el ojal,
porque si nadie ha renacido, yo podr. (...)
y con muchachos y chicas, que no han sido y que sern,
bendeciremos la tierra, tierra nuestra y te lo juro
que a Buenos Aires de nuevo nos pondremos a fundar.
En la milonga-cancin HAY UNA NIA EN EL ALBAxv, el poeta es amado por la
nia que no deja de nombrarlo:

Su voz me dice en el alma / "Ser tu mujer".


(...) Naci y ya busco su fiesta / de media maana, / me llama al son de sus nanas / y la
encontrar.
(...) Y yo ya lo s, / que luego en puntas de pie, / escribir / mi nombre en el pizarrn.
(...) Por el escote le sale / mi nombre otra vez.
(...) Y la busqu / la noche entera hasta el fin. / Ms me llam / atravesando las
horas...

Llegado a este punto, y habiendo revisado slo una mnima parte de la produccin del
poeta, decido abandonar la tarea. Es ocioso mostrar lo obvio. Tal vez todo poeta y todo
artista es un narcisista, aunque yo encuentro distinto el narcicismo de Ferrer de aquel
ego democrtico del Canto a m mismo de Whitman (I celebrate myself- And what
I asume you shall asume, for every atom belonging to me as good belongs to you...) o
del ego aporreado de Vallejo (Me morir en pars con aguacero, un da del cual tengo
ya el recuerdo-(...)-Csar Vallejo ha muerto, le pegaban/ todos sin que l les haga
nada; / le daban duro con un palo y duro/ tambin con una soga; son testigos/ los das
jueves y los huesos hmeros,/ la soledad, la lluvia, los caminos...).

Cuando le dije al Bardo Che Rano (de la Secta del cuchillo y el coraje) que encontraba
irritante el egocentrismo de un poeta que se preciaba de haberse codeado con la crema
de la aristocracia arrabalera (Manzi, Pichuco, Piazzola, Yupanqui, Goyeneche, etc.),
el bardo se limit a decir: El asunto es que es verdad, tiene porque presumir de lo que
ha vivido...). As que todo esto que tengo anotado no podra ser ms que la envidia o el
resentimiento de alguien como uno, hombre casi sin atributos ni grandes hazaas ni
grandes conocidos. Y el aplauso pblico al ego del poeta sera una identificacin de los
don-nadies con el narciso desbrochado del bardo. Que juzgue el hipcrita lector,
hermano y amigo.
i

Todos los trminos arte, poesa, subjetividad, sociedad, sensibilidad, creacin, etc.- son aqu usados en
su sentido ms amplio.
ii
Letra de Horacio Ferrer, msica de Astor Piazzolla, compuesto en 1981
iii
ATAHUALPA YUPANQUI, Letra de Horacio Ferrer, msica de Ral Garello, compuesto en 1987
iv
Letra de Horacio Ferrer, msica de Ral Garello, compuesto en 1988
v
Letra de Horacio Ferrer, msica de Astor Piazzolla
vi
Letra de Horacio Ferrer, msica de Astor Piazzolla, compuesto en 1968
vii
Ya gastamos las balas y el fusil dice Homero Expsito, Ferrer dice: Morir en Buenos Aires. Ser
de madrugada./ Guardar, mansamente, las cosas de vivir. / Mi pequea poesa de adioses y de balas, /
mi tabaco, mi tango, mi puado de splin.
viii
Letra de Horacio Ferrer, msica de Astor Piazzolla, compuesto en 1969
ix
Letra de Horacio Ferrer, msica de Osvaldo Tarantino, compuesto en 1977.
x
Letra de Horacio Ferrer, msica de Jairo, compuesto en 1976.
xi
Letra de Horacio Ferrer, msica de Osvaldo Tarantino, compuesto en 1979
xii
Letra de Horacio Ferrer, msica de Alfredo Sadi, compuesto en 1976
xiii
EL GORDO TRISTE, letra de Horacio Ferrer, msica de Astor Piazzolla
xiv
Letra de Horacio Ferrer, msica de Hctor Stamponi, compuesto en 1980
xv
Letra de Horacio Ferrer, msica de Astor Piazzolla, escrita en Pars, el 20 de mayo de 1981 y dedicada
a Nyda Cuniberti.

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