Biocentrismo y Antropocentrismo
Biocentrismo y Antropocentrismo
Biocentrismo y Antropocentrismo
Ricardo Rozzi*
* Investigador del Instituto de Investigaciones Ecolgicas Chilo. Estudiante de postgrado en el Ecology & Evolutionary Biology
Department y el Department of Philosophy University of Connecticut, Estados Unidos.
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como antagnicas, podran ser complementarias respecto a sus contribuciones para la valoracin de la
biodiversidad por parte de la sociedad humana.
En la primera parte se presentan y analizan los
fundamentos ecolgicos y filosficos de la perspectiva biocntrica, mientras en la segunda parte se
aborda el desarrollo de la perspectiva
antropocntrica. Finalmente, se discute cmo estas
dos cosmovisiones de la relacin hombre-naturaleza
pueden complementarse en nuestro anhelo por proteger la diversidad biolgica planetaria.
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Abstract
Ecologists have discovered and explained a variety of goods and Services that
ecosystems provides for human lives, and in turn. have shown how humans can
affect the functioning of ecosystems and the lives of other living beings We live
immersed in a net of interactions and the Darwinian metaphor of the 'Web of life"
invites us to live with a sense of community. This sense of community is reinforced
by the biological and evolutionary understanding that humans share a common natural origin, structural and functional plan with all living beings. In terms of Aldo
Leopold, this knowledge gives us a sense of kinship with fellow-creatures", which.
in turn promotes our respect for life in all its manifestations. The first metaphor has
constituted the basis of an anthropocentric justification for protecting biodiversity in
terms of its value for human survival and quality of life. The second metaphor is at
the basis for a biocentric love for biodiversity in itself. Under a contemporary conception
ecology has emphasized that we can cultivate an ethic respect not only for individuals,
but also for all levels of organization and their processes. Individuals are conceived
as Interactive and ephemeral actors in a continuous flux of energy that determines
their existence. Finally, we emphasize that scientific conceptions arise from and
influence cultural frameworks. Ecology has raised up under a Modern conception of
"economy of nature", that had contributed to the present state of alienation in respect
to nature. Therefore a significant challenge for ecologists -that could use
complementarily anthropocentric and biocentric arguments in their aim for protecting
biodiversity- is to work for a cultural transformation that leads to a new ecological
worldview in particular, to a new relationship with nature.
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Ambiente y Desarrollo-Septiembre
1997
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artculo de 19739 contrast una "ecologa profunda", entendida como una bsqueda de sabidura
por medio de una sntesis entre un conocimiento y
un modo de vida ecolgicos con una "ecologa
superficial" que opera con descripciones y predicciones cientficas, como si stas se formularan al margen de un contexto cultural y de la bsqueda por una
vida con sentido. Este desafo ecofilosfico planteado por Naess a la concepcin cientfico-tecnolgica aparece como una continuidad del llamado de
Aldo Leopold tal como sugiere actualmente el filsofo Baird Callicott a asumir una transformacin moral, explorar nuevas cosmovisiones, nuevas
formas de relacin entre los seres humanos y la naturaleza, dejando atrs el dominio del paradigma
economicista impuesto bajo la opresiva presuncin
de objetividad10.
Pese a que una invocacin ecolgica hacia un
cambio en los modos de vida y el cultivo de valores
tales como el amor, respeto y reverencia por la naturaleza, pareciera fuera de lugar bajo el prisma del
paradigma dominante en la modernidad, es interesante constatar que, ya desde fines de la dcada de
los sesenta, estos valores han sido incluidos en legislaciones gubernamentales y otras regulaciones pblicas que consideran el cuidado por las propiedades
intrnsecas de los ecosistemas y especies, y que los
eclogos han manifestado individual y colectivamente
el deseo, y la significancia, de su participacin en la
discusin de valores sociales y leyes ambientales11.
Esta nueva tica del cultivo al respeto por la natu-
raleza, de relacin con las otras especies como especies hermanas con quienes compartimos la estructura, funcin y origen biolgico, ha estimulado el aprecio por el valor intrnseco de todos los seres vivos, y
ha llevado a expandir la nocin de derechos, originalmente reservada a las personas humanas, hacia los
dems seres vivos.
Una grave limitacin que desde el punto de vista
ecolgico conlleva el intento de proteger la naturaleza por medio de la asignacin de derechos a individuos, es que en la naturaleza se presentan diferentes
niveles de organizacin biolgica y procesos
ecosistmicos. Qu ocurre, por ejemplo con la valoracin de las comunidades biolgicas o los ecosistemas?
En su Etica de la Tierra,
Leopold presenta tanto una
aproximacin individualista
como una holista. En la medida
que avanza en el desarrollo de su
planteamiento, el foco de
preocupacin moral cambia
gradualmente desde plantas,
anmales, suelos y aguas, hacia
la comunidad bitica
colectivamente.
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En su tica de la Tierra, Leopold presenta tanto
una aproximacin individualista como una holista.
En la medida que avanza en el desarrollo de su planteamiento, el foco de preocupacin moral cambia
gradualmente desde plantas, animales, suelos y aguas,
hacia la comunidad bitica colectivamente. As, por
ejemplo, se puede leer: "... una tica de la tierra
cambia el rol de Homo sapiens de conquistador de la
comunidad natural a miembro llano y ciudadano de
esta comunidad. Esto implica un respeto por sus
miembros compaeros y tambin por la comunidad
como tal". Y ms adelante, contina Leopold sealando que "...una accin estar bien si tiende a preservar la integridad, estabilidad y belleza de la comunidad bitica. Estar mal si tiende en otro sentido"12.
Baird Callicott considera que el holismo de la Etica
ele la Tierra, ms que ninguna otra caracterstica,
sita a esta obra fuera del paradigma de la filosofa
moral moderna13.
En la corriente principal de la tica en la filosofa
moderna, el derecho a una consideracin moral descansa en la capacidad sicolgica: racionalidad en la
tradicin de Kant, sensibilidad en la tradicin de
Bentham y Mill. Este sicocentrismo ha promovido
una orientacin individualista, que en el anhelo de
incluir diversas formas de vida ha expandido los
derechos morales a los animales con capacidad de
sentir dolor y placer (vanse los filsofos Peter
Singer y Tom Regan). Pero las comunidades per se
no tienen experiencia sicolgica de ningn tipo. En
consecuencia, el modelo moderno convencional de
la teora tica no provee posibilidad alguna de consideracin moral hacia "totalidades" tales como
poblaciones de especies de plantas y animales amenazadas, o especies endmicas, especies en peligro,
o comunidades biticas, ecosistemas, o la biosfera
en su totalidad. Callicott enfatiza que en la tica de
la Tierra se encuentra una tensin entre los bienes
de la comunidad como un todo y los derechos de los
miembros individuales, y que en el desarrollo de
esta aproximacin Leopold provee una base terica
para incluirlos a ambos en el dominio de la moralidad.
En el modelo intensamente holstico del ambiente,
las plantas y animales individuales pasan a ser menos
autnomos al representar estructuras efmeras en un
continuo flujo de energa. Bajo esta concepcin, como
ha sealado Harold Morowits, "cada entidad viva es
una estructura disipativa, esto es, no perdura en s
misma sino slo como resultado del continuo flujo
de energa en el sistema. Un ejemplo puede resultar
ilustrativo. Considrese un remolino en una corriente
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Antropocentrismo: interconectividad y
valoracin utilitarista de la biodiversidad
El desarrollo de la ciencia ecolgica ha alterado
profundamente la concepcin del ambiente terrestre
en que habitamos y consumamos nuestra existencia.
De hecho, esta disciplina ha establecido con claridad
de qu forma los seres humanos estamos inmersos en
este ambiente. En contraste con la visin atomstica
de las ciencias griegas y clsicas, la ecologa ha
enfatizado que la esencia de los seres est determinada por sus interrelaciones: es decir, stos no pueden
ser concebidos con independencia de sus relaciones
con otros seres16.
Una nocin ecolgica que ilustra ntidamente la
interdependencia entre los individuos y su medio
ambiente es el concepto de plasticidad fenotpica.
Este concepto hace referencia a que individuos que
poseen una misma constitucin genotpica exhiben
formas (fenotipos) contrastantes dependiendo de las
caractersticas del ambiente en que se desarrollan.
Un ejemplo clsico de esto corresponde a las formas
que adoptan las hojas de una planta acutica
{Ranunculus aquatilis) dependiendo de dnde crecen. Cuando sus hojas se desarrollan en un ambiente
areo presentan una forma compuesta con divisiones
anchas, cuando crecen sumergidas en el agua presentan una forma compuesta con divisiones finas, y cuando crecen en la interfase aire-agua desarrollan la forma de hojas enteras17 (ver Figura 1).
Esta constituye una ilustracin particularmente clara de la concepcin ecolgica que interpreta las atri-
Figura 1
Plasticidad Fenotpica
Hoja dividida,
completamente
expuesta al aire
Hoja entera,
en la interfase
aire -agua
Diversas formas adoptadas por las hojas de la especie de planta Ranunculus aquatilis, expuestas a distintos tipos de
ambiente.
Figura modificada a partir de C. Cook (1968). Phenotypic plasticity with particular reference to three amphibious plant
species. En "Modern Methods in Plant Taxonomy" (V. Heywood, ed.), pp. 97-111. Academic Press, London.
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de las diversas especies que coexisten en una regin.
Una conceptualizacin clave para entender la estructura de las comunidades fue desarrollada a comienzos de este siglo por Charles Elton, quien describi a
cada especie como poseedora de un "nicho trfico",
distinguiendo tres grupos fundamentales: los productores (plantas verdes), los consumidores de primer y
segundo orden (animales herbvoros y carnvoros,
respectivamente), y los descomponedores (hongos y
bacterias). En las comunidades biticas las miradas
de especies especialistas establecen una compleja red
de relaciones ecolgicas por las que transcurren los
flujos de materia y energa.
Factores sociales y culturales. La nocin ecolgica
de interacciones entre los individuos y su entorno
tambin se ha extendido a la psicologa y las ciencias
sociales, que han caracterizado detalladamente el efecto del ambiente social y cultural sobre el desarrollo
de las personas. Es as que a mediados de este siglo
encontramos una concepcin teraputica, como la de
Carl Jung, quien seala que nunca pudo sanar a un
paciente '"que no tuviera la firme conviccin de que
l era parte de una unidad biolgica y social mayor"18.
El paso siguiente en la comprensin de las
interacciones es la constatacin de que los organismos no slo son afectados por el medio ambiente
fsico, bitico y social sino que, a su vez, ellos tambin transforman podramos decir, construyen
su propio entorno.
As por ejemplo, los rboles dentro de un bosque
crean un microclima particular, pudiendo llegar a
compararse los mrgenes de los bosques con membranas que contribuyen a la homeostasis del ambiente interno del bosque y que, a la vez, constituyen
activas zonas de intercambio con los ambientes circundantes al parche de bosque del que actan como
"borde". Otro ejemplo ilustrativo corresponde a los
insectos sociales que literalmente "construyen" sus
residencias. Adems, en el caso de las colonias de
insectos polinizadores, stos contribuyen a mantener
una provisin de flores en las plantas de las cuales se
alimentan, a travs de su servicio de polinizacin que
es esencial para el proceso reproductivo de esas mismas plantas. Los ejemplos se multiplican al infinito
al considerar la enorme diversidad de relaciones recprocas. Esta conectividad entre los procesos vitales
de los organismos entre s y entre ellos con el medio
fsico en particular entre ellos y los flujos de materia y energa en los ecosistemas constituye la base
para una definicin actual de la ecologa como "el
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netarios constituye un paso crtico para la proteccin del medio ambiente, debido a que la falta de
valoracin econmica de los servicios ecosistmicos
determina que se les otorgue muy poco peso en las
decisiones polticas, estos autores estimaron un rango de valores entre 16 y 54 billones (1012) de dlares
anuales para el conjunto de estos servicios
ecosistmicos a nivel de la biosfera. Ellos remarcan
que, pese a que estos servicios son crticos para el
funcionamiento del sistema que soporta la vida en el
planeta, la mayor parte de este valor econmico es
dejada de lado en las transacciones del mercado.
Un tercer paso dado bajo esta aproximacin
antropocntrica corresponde al concepto de manejo
ecosistmico, donde la preocupacin central pasa a
ser la preservacin del ecosistema, y el uso se limita
a los bienes y servicios que emanan de su funcionamiento. Al llegar a este punto nos parece
reencontrarnos con una concepcin holista que contribuye al aprecio por la vasta diversidad de especies
que participan en los procesos ecosistmicos, y tambin por los niveles infra y supraindividuales de las
entidades biolgicas. En esta confusin de motivaciones, a la vez que claridad respecto a la voluntad de
cuidado por la diversidad biolgica, incluyendo la
totalidad de especies, niveles de organizacin y procesos ecolgicos, surge la pregunta: en qu dimensiones las concepciones antropocntricas y
biocntricas resultan ser mutuamente excluyentes o
convergentes en su afn por proteger la biodiversidad?
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Agradecimientos: A Scott Lehmann, Eugene
Hargrove, John Silander, Pablo Villarroel, Baird
Callicott v Francisca Massardo sus valiosos comentarios en el manuscrito. A Cari Schlichting su gua en
el concepto de plasticidad fenotpica. Para la escritura
final he contado con el apoyo del "Department of
Philosophy and Religin Studies" de University of
North Texas v una beca Fulbright. Esta es la
publicacin No. 14 del Instituto de Investigaciones
Ecolgicas Chilo, escrita en el marco de los provectos "Darwin initiative for the Survival of Species "
(UK) y "Sustainable use, conservation and restoration
of native forests in Southern Mxico and South Central Chile" (Comunidad Econmica Europea).
Notas y Referencias bibliogrficas
(1) Baird Callicott (1989). The conceptual foundations of
the Land Ethic. En "In Defense of the Land Ethic" (B.
Callicott ed.), pp.: 75-99. State University of New York,
Nueva York.
(2) R. Costanza, R. d'Arge, R. de Groot, S. Farber, M.
Grasso, B. Hannon, K. Linburg, S. Naeem, R. O Neill,
J. Paruelo, R. Raskin, P. Sutton & M. van den Belt
(1997). The valu of the world's ecosystem services and
natural capital. Nature 387: 253-260.
(3) Expresin metafrica de Aldo Leopold (1949). En "A
Sand County Almanac". Oxford University Press, Nueva
York.
(4) Vase el ensayo "The Land Ethic" en Aldo Leopold
(1949). "A Sand County Almanac", pp. 201-226. Oxford
University Press, Nueva York.
(5) Lynn White (1967). The historical roots of our ecological
crisis. Science 155: 1203-1207.
(6) En la va de repensar la tradicin cristiana podemos
encontrar una fuente de inspiracin en San Francisco de
Ass, quien profesaba la virtud de la humildad no slo en
relacin con otros humanos, sino tambin con las dems
especies, hablando y orando con "nuestros hermanos
animales y hermanas plantas". White culmina
proponiendo que San Francisco de Ass podra ser
adoptado como santo patrono de los ecologistas
cristianos.
(7) dem nota 4.
(8) Cita en Mark Sagoff (1995). Carrying capacity and
ecological economics. BioScience 45: 610-620.
(9) Arne Naess (1973). The shallow and the deep longrange ecology movements: a summary. Reproduced in
"Deep Ecology for the 21 st Century" (G. Sessions ed.,
1995). Shambahala Publications, Boston,
Massachusetts.
(10) Vanse: (a) B. Callicott & F. da Rocha (editores, 1996).
"Earth Summit Ethics: Toward a Reconstructive
Postmodern Philosophy of Environmental Education".
State of New York University Press, New York, USA. (b)
H. Maturana (1997). La Objetividad: un Argumento para
Obligar. Ediciones DOLMEN, Santiago, Chile.
(11) Vanse: (a) S.l. Auerbach (1972). Ecology, ecologists
and the E.S.A. Ecology 53: 205-207. (b) J.M. Hollander
(1972). Scientists and the environment: new
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