Este documento presenta la biografía de Severiano Martínez Anido, un militar español nacido en 1862 que se destacó por su labor represiva contra organizaciones de izquierda. Describe su contexto histórico y orígenes familiares, su carrera militar que incluyó participar en campañas en Melilla y Filipinas, y su primer contacto con el movimiento obrero catalán en 1902. Finalmente, resume que Martínez Anido representó la visión de que el ejército debía mantener el orden interno contra cualquier amenaza, justific
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Este documento presenta la biografía de Severiano Martínez Anido, un militar español nacido en 1862 que se destacó por su labor represiva contra organizaciones de izquierda. Describe su contexto histórico y orígenes familiares, su carrera militar que incluyó participar en campañas en Melilla y Filipinas, y su primer contacto con el movimiento obrero catalán en 1902. Finalmente, resume que Martínez Anido representó la visión de que el ejército debía mantener el orden interno contra cualquier amenaza, justific
Este documento presenta la biografía de Severiano Martínez Anido, un militar español nacido en 1862 que se destacó por su labor represiva contra organizaciones de izquierda. Describe su contexto histórico y orígenes familiares, su carrera militar que incluyó participar en campañas en Melilla y Filipinas, y su primer contacto con el movimiento obrero catalán en 1902. Finalmente, resume que Martínez Anido representó la visión de que el ejército debía mantener el orden interno contra cualquier amenaza, justific
Este documento presenta la biografía de Severiano Martínez Anido, un militar español nacido en 1862 que se destacó por su labor represiva contra organizaciones de izquierda. Describe su contexto histórico y orígenes familiares, su carrera militar que incluyó participar en campañas en Melilla y Filipinas, y su primer contacto con el movimiento obrero catalán en 1902. Finalmente, resume que Martínez Anido representó la visión de que el ejército debía mantener el orden interno contra cualquier amenaza, justific
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Anatoma de la Historia, 2013. www.anatomiadelahistoria.com [email protected] Edicin a cargo de: Jos Luis Ibez Salas Diseo: Anatoma de Red BY NC CC
Severiano Martnez Anido (1862-1937). Militar y represor 3 Roberto Martnez Bolaos El primero es su fecha de nacimiento, el 21 de mayo de 1862, es decir, en una de las pocas ms traumticas de la historia del Ejrcito espaol; mar- cada por la Revolucin de 1868, que termin con la monarqua de Isabel II, y que dio paso al inestable Sexenio Revolucionario, donde se sucedieron distin- tos regmenes polticos: la monarqua democrtica de Amadeo I de Saboya, la I Repblica, y, fnalmen- te, la dictadura militar del teniente general Francis- co Serrano, a lo que hay que aadir la III Guerra Carlista (1872-1876) y la sublevacin cantonalista (1873-1874). Esta inestabilidad poltica, mezclada con los conatos revolucionarios cantonalistas, mar- caron profundamente al Ejrcito espaol, como aos despus explicara otro teniente general, Carlos Martnez Campos y Serrano, convirtindolo en una corporacin profundamente conservadora y con una clara vocacin interior; pues sus integrantes consi- deraban que su funcin fundamental, adems de la defensa contra los enemigos exteriores, era el man- tenimiento del orden pblico y el rgimen monr- quico en Espaa. Funciones que les haba reservado Antonio Canovas del Castillo, artfce fundamental de la Restauracin (1874-1931). Severiano Martnez Anido asumira estos principios sin discusin y los mantendra durante toda su vida. El segundo son sus orgenes familiares. Mart- nez Anido era hijo del capitn de Infantera Rami- ro Martnez Crais y de Isabel Anido Churruca. Por tanto, desde su tierna infancia, por la profesin de su padre, fue testigo de los traumas sufridos por el Ejrcito entre 1868 y 1874, y de la transformacin que tuvo lugar en el mismo debido a la poltica de Canovas del Castillo. Severiano Martnez Anido, que vivi a caballo de los siglos XIX y XX, constituye una de las fguras militares ms interesantes de la Espaa contempor- nea espaola. Formado en un Ejrcito con una clara vocacin interior y forjado en las guerras coloniales que Espaa sufri desde fnales del siglo XIX, ha pa- sado a la historia por su labor represiva sobre las or- ganizaciones de izquierdas tanto durante el periodo fnal de la Restauracin, como durante la dictadura de Primo de Rivera y los primeros aos de la Gue- rra Civil, siendo el arquetipo del militar-poltico que entendi que la funcin primordial del Ejrcito no era slo la defensa de Espaa frente al enemigo ex- terior, sino sobre todo la salvaguarda del orden p- blico contra los enemigos interiores, califcacin que l daba a todos aquellos que queran modifcar la situacin poltica y socio-econmica vigente, con in- dependencia de que lo quisieran hacer de forma pa- cfca o violenta. Una visin que era compartida por muchos de sus compaeros de armas, y que sirvi para justifcar no slo la participacin de las Fuerzas Armadas en la represin de los movimientos obre- ros, sino tambin las dictaduras de Primo de Rivera y de Franco, y la propia Guerra Civil. Esta es su historia. I. Severiano Martnez Anido en su con- texto histrico. Orgenes familiares y profesionales Para poder comprender la fgura de este militar, uno de los generales ms controvertidos del siglo XX, de- bemos situarla en cuatro parmetros. SEVERIANO MARTNEZ ANIDO (1862-1937) MILITAR Y REPRESOR ROBERTO MUOZ BOLAOS Severiano Martnez Anido (1862-1937). Militar y represor 4 Roberto Martnez Bolaos II. Los inicios de una carrera militar brillante: Melilla, Filipinas y primera estancia en Catalua (1880-1909) En la Academia de Infantera de Toledo estara Mar- tnez Anido cuatro aos, saliendo el 9 de julio de 1884 como segundo teniente y siendo destinado al Regimiento de Infantera Navarra n. 25 (Gerona). Con esta unidad, se traslad a Melilla, el 6 de febre- ro de 1886, para guarnecer esta plaza de soberana espaola, permaneciendo destinado en dicha ciudad hasta el 7 de junio, cuando su unidad regres a su acuartelamiento peninsular. Fue la primera expedi- cin exterior en la que particip el entonces joven alfrez. El 29 de marzo de 1888 ascendi a primer teniente; pasando al Batalln de Depsitos de Vich n. 81, y el 13 de junio de 1889 al Regimiento de Reserva n. 13, y el 18 de agosto del mismo ao, al Albuela n. 26, de guarnicin en Tarragona. Cuatro aos despus, se produjo la llamada Campaa de Melilla de 1893, y este regimiento fue trasladado a dicha ciudad, el 29 de noviembre de 1893, para formar parte del Ejrcito Expedicionario, que estaba a las rdenes del teniente general Arsenio Martnez Campos. Destinado al servicio personal del coronel del Regimiento, pocos meses despus, y fnalizada ya la campaa, su unidad regresara a la Pennsula, el 18 de marzo de 1894. La participacin en este conato de guerra no le produjo ningn pre- mio, limitndose el Gobierno a darle las gracias por Real Orden el 28 de marzo de 1894, por su valor, abnegacin y disciplina demostrado durante las ope- raciones realizadas en aquel territorio contra las ka- bilas fronterizas a dicha plaza que ultrajaron la ban- dera nacional. Poco despus, tras obtener la debida licencia, contrajo matrimonio con una mujer de la burguesa catalana, Dolores Baldrich Folchs, el 1 de mayo de 1894, en Tarragona. El ao 1895 fue tranquilo para Martnez Anido, ya que permaneci de guarnicin en Tarragona. Sin embargo, poco despus su situacin militar iba a cambiar. El 3 de junio de 1896 asciendi a capitn, a los treinta y cuatro aos de edad, y pidi destino voluntario a Filipinas, entonces en plena guerra. En esa decisin infuy sin duda su carcter de militar El tercero sera su lugar de nacimiento, El Ferrol (La Corua), una ciudad profundamente conserva- dora y marcada por la fuerte presencia de las Fuerzas Armadas, aunque el Ejrcito tena una posicin se- cundaria frente a la Armada, siempre dotada de un mayor prestigio profesional. Fue durante su infancia cuando Martnez Anido, marcado por su entorno tanto familiar como local, adquiri ese amor por la profesin de las armas y esa mentalidad de superio- ridad de lo militar sobre lo civil, aunque ms vincu- lada con la Armada que con el Ejrcito a semejanza de Francisco Franco Bahamonde, ya que su prime- ra intencin fue entrar en la Escuela Naval de San Fernando (Cdiz), cosa que no logr. El cuarto factor fue su fecha de ingreso en el Ejr- cito, ms concretamente en la Academia Militar de Infantera (Toledo), el 1 de septiembre de 1880. Por tanto, perteneca a la menos importante de las gene- raciones militares espaolas que se suceden entre la segunda mitad del siglo XIX y el primer tercio del XX: la de 1886. Y fue la menos importante porque sus integrantes se vieron superados por la del 74, que hizo una brillante carrera aprovechando los numerosos confictos que se sucedieron a partir de 1868, y por la del 98, cuyos miembros participa- ron muy jvenes en las campaas del Cuba y Fili- pinas y posteriormente en las de Marruecos, lo que les hizo alcanzar el generalato a edades tempranas. Por el contrario, los del 86 ya superaban la treintena cuando comenzaron las campaas de ultramar, y es- taban cerca de los cincuenta cuando empezaron las marroques, haciendo que la riada de ascensos por meritos de guerra que se produjeron como conse- cuencia de esas guerras les llegara a una edad avanza- da. De hecho, Martnez Anido fue uno de los pocos militares de su generacin que alcanz el generalato; ya que la mayora se qued en el grado de coronel y fue la artfce del movimiento corporativo militar de las Juntas de Defensa, contrario a los ascensos por mritos de guerra. No obstante, a pesar de esa posicin profesional, los militares de la generacin de 1886 tambin se caracterizaron por posiciones ideolgicas muy conservadoras, cuasi reaccionarias, siendo partidarios del uso de la fuerza para acabar con los problemas sociales que afectaban a Espaa en ese periodo. En este sentido, Martnez Anido fue probablemente su producto ms acabado. Severiano Martnez Anido (1862-1937). Militar y represor 5 Roberto Martnez Bolaos Albuera, n. 26 (Tarragona), desde el 14 de enero de 1899 hasta el 18 de octubre de 1901, y en el de Infantera Almansa, n. 18 (tambin tarraconense), desde esa fecha. Estando en dicha unidad, partici- p, como jefe accidental del primer batalln, en la represin de la huelga desencadenada en la Ciudad Condal el 19 de febrero de 1902. Fue su primer con- tacto con el movimiento obrero, que posteriormente habra de marcar de forma indeleble su carrera y su vida. El 25 de noviembre de 1905, fue elegido ayu- dante del general de brigada de Infantera Ricardo Nicolau y San Bartolom, jefe de la 1 Brigada de la 8 Divisin, sita en la IV Regin Militar (Catalu- a), permaneciendo en dicho destino hasta el 28 de junio de 1909, en que ya teniente coronel haba as- cendido el 9 de marzo de dicho ao, doce aos des- pus de haber alcanzado el empleo de comandante, regres al Regimiento Almansa, y, poco despus, el 29 de julio de 1909, se le conf el mando del Bata- lln de Cazadores de Catalua n. 1. III. Marruecos y Alfonso XIII: El ascenso al generalato (1909-1919) En 1909, una serie de incidentes en la zona de Me- lilla, que desde el tratado secreto hispano-francs de Paris (3-X-1904), se consideraba zona de infuencia espaola, dentro del reparto que ambos pases, con el beneplcito britnico, haban hecho de Marrue- cos, culminaron con un ataque de los rifeos a los obreros espaoles que construan un puente sobre el barranco de Beni Ensar (9-VII-1909). El comandan- te general de Melilla, el general de divisin Jos Ma- rina Vega, no slo rechaz el ataque, sino que solici- t refuerzos a la Pennsula para poner en marcha una serie de operaciones que fortaleceran la posicin es- paola en el campo exterior de Melilla, y que seran conocidas como la Campaa de Melilla de 1909. El Gobierno, as como el rey Alfonso XIII y el Ejrci- to, que deseaban restablecer el prestigio exterior de Espaa, deteriorado desde la derrota de 1898, y que consideraban Marruecos como el terreno ideal para hacerlo, se volcaron en apoyo de Marina, envindo- le hombres y recursos; mientras que buena parte de la poblacin espaola, que recordaba el desastre de Cuba, desde el primer momento se mostr contraria patriota, pero tambin la necesidad de dar cierto lus- tre a una carrera militar que empezaba a anquilosar- se. Destinado al Batalln de Cazadores Expediciona- rio n. 12, el 9 de diciembre de 1896, lleg a Manila el 16 de enero de 1897. Nada ms desembarcar, se uni a la brigada de Infantera del general Pedro Cornel, que formaba parte de la columna del ge- neral de divisin Jos Lachambre, y particip en las acciones libradas en el camino de Santo Domingo a Silang (17/19-I-1897), la conquista de Prez Das- marias (25-I-1897) y el combate de Salistrn (26- I-1897), que le valieron el ascenso a comandante, el 27 de febrero de 1897, y dos cruces rojas del Mrito Militar. En los meses siguientes, contino partici- pando activamente en los combates que se libraban en Luzn, destacando el combate de Noveleta y el reconocimiento sobre San Francisco de Malabn (4/5-IV-1897), por los que obtuvo otra cruz roja del Mrito Militar, hasta que, el 5 de agosto, embarc enfermo para Espaa. Una vez recuperado, fue agregado al Regimien- to Reserva de Gravelinas, n. 41, el 20 de enero de 1898, pero pidi destino de nuevo a Filipinas, sien- do destinado al Batalln Expedicionario de Barcelo- na n. 4, el 14 de mayo de 1898. Sin embargo, nun- ca volvera a Manila, ya que la guerra con Estados Unidos lo impidi. Pero s sera trasladado al Cam- po de Gibraltar, el 2 de mayo de 1898 se tema un ataque estadounidense contra el litoral espaol, permaneciendo en Andaluca hasta su traslado a Mi- randa de Duero (Burgos), el 15 de diciembre 1898, donde permanecera hasta el 14 de enero de 1899, cuando regres a Catalua, quedando de guarnicin en Barcelona. La participacin de Martnez Anido en la cam- paa de Filipinas, aunque corta, fue muy fructfera para su carrera militar; ya que pas de ser un vete- rano capitn de treinta y cuatro aos a un joven co- mandante de treinta y cinco. En trminos de tiem- po, este ascenso por mritos de guerra le permiti ahorrarse los diez aos que, como mnimo, hubiera permanecido en el empleo de capitn hasta su ascen- so por antigedad. En los aos siguientes, Martnez Anido llev una vida de guarnicin en el Regimiento de Infantera Severiano Martnez Anido (1862-1937). Militar y represor 6 Roberto Martnez Bolaos jefe de batalln del ejrcito de operaciones. En tr- minos militares, esta frase signifcaba que Martnez Anido era un excelente conductor de hombres en batalla. Tal vez por eso, tras el fnal de la campaa, no regres a la Pennsula, sino que permaneci en Meli- lla, realizando acciones de vigilancia hasta que el 21 de marzo de 1910, cuando se confrm su ascenso a coronel, cesando en el mando del Batalln de Caza- dores Catalua. Fue entonces cuando se produjo un acontecimiento que habra de marcar para siempre la vida de este militar. El 25 de marzo embarc haca la Pennsula, llegando a Mlaga ese mismo da. Seis das despus, recibi un nuevo destino, la Zona de Reclutamiento n. 32 (Tarragona). Era un premio del Gobierno para que pudiera descansar junto a su familia. Sin embargo, nunca se hara cargo de aquel mando. En el tren que debera trasladarle desde Sevilla a Madrid, para luego partir hacia Catalua, coinci- di con Alfonso XIII y el monarca, que conoca sus grandes hazaas en frica, decidi invitarlo a cenar, afrmado, ante sus acompaantes: Aqu tienen us- tedes un jefe que no tiene ms recomendacin que su persona, y que, tanto en Filipinas como en esta campaa, ha tenido que luchar con batallones casi desmoralizados, y vean ustedes cmo se ha portado. Pero no se detuvo ah, sino que, ese mismo da, le invito a convertirse en su ayudante militar, tras con- versar con l, ya que el entonces coronel mostr el encanto y la amabilidad del que siempre hizo gala en el trato personal; tal como han reconocido persona- lidades tan distintas como el teniente general Dma- so Berenguer y Fust, o los polticos Jos Calvo Sote- lo o Pedro Sainz Rodrguez. Martnez Anido, como monrquico de corazn, acept el ofrecimiento del monarca, considerndolo un gran honor. As, en menos de dos aos, el desconocido teniente coronel pasaba a ser ayudante de S. M. el Rey, el 1 de abril de 1910. En su nuevo destino, Martnez Anido no slo accedi a la Corte espaola, sino que trat con la lite de Espaa y de Europa, pues por iniciativa del monarca, el rey de Italia le nombr comendador de la Orden de San Mauricio y San Lzaro, y el de Gran Bretaa, de la Orden de Victoria. El entonces coronel jams olvidara estos favores y otros muchos a cualquier intervencin blica en Marruecos, lo que provocara importantes incidentes. Entre las unidades enviadas a la plaza de soberana espaola se encontraba el Batalln de Cazadores de Catalua n 1, que lleg a Melilla el 3 de agosto. Al frente de este batalln, el entonces teniente coronel destacara en el combate de Taxdirt (20-IX-1909), donde, formando la vanguardia de la 2. Brigada de Cazadores, al mando del general Ricardo Morales y Pla, sostuvo el empuje de los rifeos, que, en gran nmero, trataron primero de cercar a la caballera y ms tarde a los batallones de cazadores de Catalua y Tarifa, n. 5. Martnez Anido, con la ayuda de otro teniente coronel que luego sera famoso y colabo- rara tambin con la dictadura de Primo de Rivera, Jos Cavalcanti de Alburquerque y Pardias, logra- ron sostener las lneas espaolas e infigir una fuerte derrota a los rifeos. Por esta accin, a Cavalcanti se le concedi la Cruz Laureada de San Fernando de 2 clase, y a Martnez Anido, la Cruz de Maria Cristina de 2 clase, la segunda condecoracin ms importante del Ejrcito espaol, tras la otorgada a su compaero en la accin. Igualmente, particip en las acciones de las lomas de Hidum (22-IX-1909), en la ocupacin de Nador (25-IX-1909) y en el combate del zoco el Jerms de Beni-bu-Ifrur (30-VIII-1909), donde formando de nuevo la vanguardia de la brigada del general Mo- rales, realiz un asalto a bayoneta, que permiti conquistar las lomas de dicho zoco. Por esta accin recibira como recompensa el ascenso a coronel por mritos de guerra (30-IX-1909). Era su segundo as- censo por mritos de guerra, y de nuevo semejan- te premio le permiti ganar otros diez aos en su carrera militar. Es ms, este ascenso le convirti en un joven coronel de cuarenta y siete aos, con un camino despejado haca el generalato a una edad re- lativamente temprana. Martnez Anido sigui combatiendo en Melilla en los meses siguientes, hasta que la campaa fnali- z el 27 de octubre. El prestigio que le proporcion esta campaa fue enorme, hasta el extremo de que fue considerado por el coronel de Estado Mayor Francisco Gmez Jordana, jefe del Estado Mayor del teniente general Jos Marina Vega, como el mejor Severiano Martnez Anido (1862-1937). Militar y represor 7 Roberto Martnez Bolaos y la Hispano-Suiza, regresando a Ceuta el 2 de fe- brero. Poco despus, sera disuelta la Brigada de Caza- dores (23-III-1917), cesando de su mando, y siendo nombrado gobernador militar de San Sebastin, el 24 de febrero de 1917, ciudad con la que a partir de entonces mantendra una estrecha relacin. Pero, antes de hacerse cargo de este nuevo destino, recibi- ra un nuevo premio: la gran cruz roja pensionada de la Orden del Mrito Militar en consideracin a las circunstancias que concurren en este general y a sus extraordinarios servicios que ha prestado con motivo de nuestra accin en el Protectorado de Marruecos (25-III-1917). El 13 de abril lleg a la capital de Guipzcoa, y durante cerca de un ao permanecera en la misma, disfrutando de un destino tranquilo, hasta que el 31 de agosto de 1918 ces del mismo, como consecuencia de una nueva reorganizacin del Ejrcito, quedando en situacin de disponible. As permaneci tras su ascenso a general de divisin el 18 de noviembre de 1918, hasta que el 12 de febrero de 1919, paso a ser gobernador militar de Barcelona. IV. Bastin del orden en Catalua (1919- 1922) Su nuevo destino demostraba el enorme aprecio y confanza de Alfonso XIII, ya que Barcelona era en esos momentos el destino ms complicado, desde el punto de vista poltico, que podra existir para un general. Tres problemas se concentraban entonces en la Ciudad Condal: el primero era de carcter militar, manifestado por las Juntas de Defensa, organizadas desde noviembre de 1916 y cuyo objetivo era, como ya se ha indicado, revisar los ascensos por mritos de guerra que segn los junteros, dirigidos por el coronel de Infantera Benito Mrquez de la misma generacin militar de Martnez Anido, pero con dos empleos menos en su carrera militar, perjudicaba a los ofciales peninsulares, quebrando as la unidad del Ejrcito. El segundo era el problema nacionalis- ta, auspiciado por la Lliga, partido catalanista de ca- rcter conservador, fundado en 1901, liderado por Francisco Camb, y cuyo objetivo era la autonoma para Catalua. Y, fnalmente, exista el problema que Alfonso XIII le hara, manteniendo hasta el fnal de sus das una devocin ciega por l. El rey le mantuvo a su lado hasta el 16 de febre- ro de 1912, cuando decidi que deba continuar su carrera militar, otorgndole un destino de particular importancia: la Direccin de la Academia de Infan- tera de Toledo, para la que haba sido nombrado el 20 de enero de 1912. En este centro docente destac por la intensidad de la disciplina y por el fuerte mo- narquismo que inculc a los jvenes cadetes, lo que motivo varias felicitaciones de Alfonso XIII. Ade- ms, recibi la Medalla de la Campaa de Melilla, con los pasadores Gurugu, Taxdirt, Hidum, Zoco el Had, Nador, Zeluan, Zoco el Jerms de Beni-bu- Ifrur y Atlaten (12-II-1914). Dos das despus, re- cibi en visita ofcial a Alfonso XIII y al presidente de la Repblica francesa, Raymond Poincar, siendo condecorado por el ltimo con la encomienda de la Legin de Honor nuevo favor del monarca, y das despus, ascendi a general de brigada de Infantera (22-II-1914), cesando en su destino como director de la Academia de Infantera. Martnez Anido haba alcanzado el generalato a la temprana edad, entonces, de 52 aos. El Gobier- no, recordando su brillante actuacin en la campaa de Melilla, decidi destinarle de nuevo a Marrue- cos, como jefe de la 1 Brigada de Cazadores (5- VI-1914), que tena su acuartelamiento en Tetan, y con ella particip en todas las acciones que en la zona de Tetan-Ceuta tuvieron lugar entre 1914 y 1917, ocupando los altos de Izarduy (30-IX-1914), y participando en los combates del Fondak de Ain Medina (24-V-1916) y del Buit (29-VI-1916). Ade- ms, fue comisionado el 21 de diciembre de 1916 para visitar el frente britnico en Francia, durante la Primera Guerra Mundial que haba estallado dos an- tes, bajo la direccin de un militar con el que luego mantendra una estrecha relacin: el entonces gene- ral de divisin Miguel Primo de Rivera y Orbaneja. Martnez Anido y sus acompaantes llegaron a Pars el 2 de enero de 1917, y hasta el 30 de ese mismo mes visitaron no slo el frente britnico, sino tam- bin el francs, donde fueron recibidos ambos por el mariscal de Francia Phillipe Ptain, as como diver- sas fbricas de guerra Schneider-Creusot, Citron, Severiano Martnez Anido (1862-1937). Militar y represor 8 Roberto Martnez Bolaos tom entonces un giro radical, que se prolongara entre el 24 de marzo y el 7 de abril, y en el que la direccin de los acontecimientos pas a manos de los militares, que forzaron la dimisin del goberna- dor civil y de su jefe de polica, Gerardo Doval. A partir de ese momento, Milns del Bosch y Martnez Anido se hicieron con el control de la ciudad, apo- yando el lock out (cierre patronal) decretado entre el 3 de noviembre de 1919 y el 20 de enero de 1920. Adems, se procedi a disolver la CNT aplicando de manera restrictiva la Ley de Asociaciones y se produjo la detencin de sus principales lderes, la militarizacin del orden pblico y la organizacin de una milicia ciudadana, el Somatn, con el objetivo de implicar a los sectores ms conservadores de la sociedad civil en el mantenimiento del orden pbli- co. El Gobierno respondi a estas medidas cesando a Milns del Bosch el 1 febrero de 1920, que fue sus- tituido por el viejo capitn general Valeriano Weyler, un hombre muy bien visto por la burguesa catala- na, pasando Milns del Bosch al puesto de jefe del Cuarto Militar de Alfonso XIII, en tanto que Mart- nez Anido continuaba como gobernador militar. Sin embargo, las medidas tomadas por los milita- res no devolvieron el orden a la ciudad de Barcelona. Por el contrario, en los meses siguientes se produ- jo una escalada de la violencia que caus decenas de muertos entre ambos bandos. Dada la gravedad de estos hechos, el alcalde de Barcelona, Antonio Martnez Domingo, convoc el 5 de noviembre de 1920 una reunin en el consistorio para tratar la si- tuacin. Los empresarios catalanes, agrupados en la organizacin Fomento del Trabajo Nacional, culpa- ron al gobernador civil, Federico Carlos Bas, de ser el responsable de lo que estaba ocurriendo, por su poltica conciliadora con los anarquistas, y pidieron su destitucin. Martnez Anido, que era de la misma opinin, amenaz al gobernador civil con ocupar su cargo por la fuerza, para poner orden en la ciudad, si no dimita. Tres das despus, Bas fue cesado por el presidente del Consejo de Ministros, Eduardo Dato Iradier, y el gobernador militar pas a encargarse del Gobierno Civil, recibiendo el siguiente mandato del propio Dato: obrar con entera libertad; pues el Go- bierno no le crear difcultad alguna en sus iniciati- vas. obrero, consecuencia de las psimas condiciones de vida en las que vivan los trabajadores, de la intensa represin que haban sufrido los elementos sindica- les a modo de ejemplo, el 26 de agosto de 1918, durante la huelga en la fbrica Cros de Badalona, la Guardia Civil carg contra los manifestantes, pro- vocando la muerte de cuatro obreros y heridas de consideracin a otros y del poder acumulado por el Sindicato nico, la Confederacin General de Tra- bajadores (CNT), de tendencia anarquista y con un ncleo terrorista en su interior, que aspiraba a reali- zar la revolucin social mediante la propaganda por el hecho eufemismo con el que defnan los aten- tados que realizaban. La situacin haba explotado en el verano de 1917, cuando lo tres movimientos nacionalista, militar y obrero confuyeron en la lla- mada Crisis de 1917 (14-VI/17-VIII-1917), que signifc el principio del fn del sistema de la Res- tauracin y que caus setenta muertos como conse- cuencia de la represin de los huelguistas obreros por el Ejrcito. Ahora, dos aos despus, la situacin se haba degradado completamente como consecuencia del inicio de una guerra social que se conoci como la poca del Pistolerismo y se prolong entre 1917 y 1923 entre los sectores ms radicales de la CNT y los pistoleros de la patronal, dirigidos primero por el comisario de polica Manuel Bravo Portillo hasta su asesinato el 5 de septiembre de 1919, y despus por un turbio personaje de origen austriaco, el barn de Knig, hasta que el Gobierno ordenara su expul- sin de Espaa el 18 de mayo de 1920. Martnez Anido lleg con la intencin de hacer sentir el peso del Ejrcito en el mantenimiento el orden pblico y de la unidad de Espaa. Su polti- ca, simplista y conservadora, estaba en clara sintona con la del capitn general de la IV Regin Militar, el teniente general Joaqun Milns del Bosch y Carrio. El primer conficto con el que tuvieron que enfren- tarse fue la huelga de la Compaa de Electricidad La Canadiense, desencadenado por los anarquistas entre el 6 de febrero y el 18 de marzo, y que parali- z el suministro elctrico a la ciudad. El gobernador civil de la Ciudad Condal, Carlos Montas, se avi- no a pactar con los huelguistas, dirigidos por uno de los dirigentes ms moderados de la CNT, Salvador Segu, el Noi del Sucre (el Nio del Azcar), pero fracas en su intento y el movimiento huelgustico Severiano Martnez Anido (1862-1937). Militar y represor 9 Roberto Martnez Bolaos Alfonso XIII, que se produjo el 24 de octubre de 1922, aunque ofcialmente se trat de una dimisin, segn afrma Martorell Linares. Sin embargo, la cau- sa, segn Jos Andrs Gallego no fue su dura poltica represora, sino su enemistad con la Lliga, que haba vinculado su apoyo al Gobierno con el cese del ge- neral y de Arlegui, cuya poltica no comparta. Por el contrario, su destitucin fue muy mal recibida por los empresarios y grupos conservadores de la Ciu- dad Condal, que tres das despus entregaron una carta de protesta al teniente general Miguel Primo de Rivera y Orbaneja, capitn general de la IV Re- gin Militar, quien se mostr favorable a trasmitirla al Gobierno, aunque dicha responsabilidad estaba fuera de sus atribuciones. Y el 31 del mismo mes, Martnez Anido y Arlegui recibieron un banquete de homenaje en el Hotel Ritz de Barcelona, organizado por las citadas fuerzas, donde recibieron una placa de plata de agradecimiento, frmadas por los organi- zadores del acto. La actuacin de Martnez Anido en Barcelona fue muy criticada, tanto en su tiempo como poste- riormente. As, un poltico conservador como ngel Ossorio y Gallardo, no dud en escribir que Mar- tnez Anido haba inspirado en Barcelona la poltica de asesinatos ofciales perpetrados por el sindicato libre, y de la misma opinin eran el general liberal Eduardo Lpez Ochoa y Portuondo, o el dirigente cenetista ngel Pestaa. Entre los historiadores que han trabajado este periodo, tanto conservadores Andrs Gallego, Seco Serrano o Jess Pabn como progresistas Gonzlez Calleja han sido muy crti- cos con su actuacin. Esta crtica no se centra en el hecho de que la violencia que se desat en Barcelona fuera causada nica y exclusivamente por Martnez Anido, ya que como dice Meaker: la violencia se haba vuelto organizada y endmica en la pro- vincia, representando una deformacin del impulso revolucionario de los obreros catalanes y en parte una especie de ciega reaccin en cadena alimenta- da insensatamente a s misma proporcionaba satis- faccin psquica y/o provecho a los terroristas, pero no cumpla nada de valor para la clase trabajadora; sino porque el general, como representante del Go- bierno, debera haber velado por el mantenimiento del orden pblico, y no haber apoyado a uno de los bandos en lucha, creando una espiral de asesinatos Con el beneplcito del Gobierno, Martnez Ani- do, apoyado del general de brigada de la Guardia Civil Miguel Arlegui Bayones, a quien nombr jefe de polica, procedi a aplicar una poltica muy dura contra la CNT, inspirada en la que haba desarro- llado el teniente general Milns del Bosch, y que se apoy en tres bastiones: los Sindicatos Libres, crea- dos el 19 de octubre de 1919, bajo la presidencia de Ramn Sales, de tendencia carlista, y cuyos mili- tantes fueron utilizados como pistoleros en la gue- rra contra los anarquistas; la burguesa catalana, que le apoy siempre, y la Ley de Fugas, frmada por Dato el 20 de enero de 1921, que permiti disparar a los detenidos, con la justifcacin de que haban tratado de escapar. El resultado fue la prctica elimi- nacin de la CNT, especialmente de sus sectores ms radicales, aunque a cambio de ms de 200 muertos, entre los que se encontraban el dirigente anarquis- ta moderado Francisco Layret (30 de septiembre de 1920), pero tambin el propio Dato (que sera ase- sinado en Madrid por un anarquista el 8 de marzo de 1921). Martnez Anido justifcara esta poltica, afrman- do que lo que hice fue que se levantara el espritu ciudadano [] recomendado a los obreros libres que por cada uno que cayera deberan matar a diez sindicalistas. Sin embargo, su actitud le convirti en un personaje siniestro no slo a ojos de la mayor parte de la opinin pblica, sino de su propia fami- lia, ya que tanto su esposa, como su hijo, el famoso dibujante Roberto Baldrich, decidieron alejarse de l, y el segundo omitir su apellido para que no se le relacionara con su padre. Si bien, por el contrario, otro de sus hijos, Rafael, que continu la carrera mi- litar, siempre se sinti orgulloso de la poltica de su padre. Las denuncias por lo que estaba ocurriendo en Barcelona llegaron al Congreso de los Diputados, de la mano del diputado del Partido Socialista Obrero Espaol (PSOE), Indalecio Prieto Tuero, y fueron quebrando la posicin del general, especialmente tras su negativa a proteger al dirigente de la CNT, ngel Pestaa, herido en atentado el 25 de agos- to de 1922. El conservador Jos Snchez Guerra, que presida el Consejo de Ministros, decidi cesar a Martnez Anido a pesar del apoyo que tena de Severiano Martnez Anido (1862-1937). Militar y represor 10 Roberto Martnez Bolaos ba interiorizado desde sus tiempos de la Academia, procediendo a militarizar la administracin espaola en materia de seguridad y orden pblico. As, con pleno acuerdo de Primo de Rivera, procedi a situar militares en los gobiernos civiles (14/15-IX-1923 y 2/4-IV-1924), y a crear los delegados gubernativos, uno por cada cabeza de partido judicial, sumando 523 (6/7-XII-1923). La misin de estos funciona- rios -jefes y ofciales del Ejrcito en su totalidad-, era el control de la Administracin local, la salvaguarda del orden pblico, la salubridad e higiene pblicas, la urbanidad y la inspeccin diaria de los mercados, a fn de evitar fraudes en los pesos, medidas y pre- cios. En el relacin con las organizaciones de izquier- das, Martnez Anido, con Arlegui como su mano derecha, ya que le haba nombrado director gene- ral de Seguridad, desarroll una autntica guerra contra las que l consideraba enemigas de Espaa: la CNT y el Partido Comunista de Espaa (PCE, fundado el 15 de abril de 1920 y partidario tam- bin de la revolucin social), pero a la vez, respeto a la que consideraba til, el PSOE. As, contra los anarquistas, Martnez Anido aplic una poltica de represin implacable en la que se unieron el empleo de la legislacin vigente y una interpretacin restric- tiva de la Ley de Asociaciones como la que realiz en su poca de gobernador civil de Barcelona El re- sultado de esta poltica fue la prctica destruccin de la CNT, no slo por las medidas llevada a cabo por el Gobierno, sino tambin porque los obreros empezaron a desmarcarse de las prcticas terroristas de los sectores ms radicales del anarquismo, espe- cialmente la Federacin Anarquista Ibrica (FAI), que se convirti en una organizacin minoritaria pero sumamente violenta. En relacin con el PCE, Martnez Anido particip de la obsesin de Primo de Rivera por la conspiracin comunista que le llev al dictador a entrar en contacto, como indica Gon- zlez Calleja, con la Entente Internationale contre la III Internationale, un grupo de extrema derecha con sede en la ciudad suiza de Ginebra, nombrando al entonces teniente coronel de Estado Mayor Jos Ungra Jimnez futuro organizador de los servicios de inteligencia franquistas durante la Guerra Ci- vil, y suscribi al boletn que editaba, con fondos del Ministerio del Ejrcito, a algunos de los ofciales que asol Barcelona en este periodo. Espiral que no puede desvincularse del concepto que tena del Ejr- cito como bastin fundamental del orden pblico y del sistema de la Restauracin, no slo en su mbito poltico sino tambin socio-econmico. V. Hombre de confanza de Primo de Rivera (1923-1930) En los meses siguientes a su salida del Gobierno Civil de Barcelona, Martnez Anido permaneci en situacin de disponible forzoso, viviendo en Barce- lona y temiendo por su vida, pues los anarquistas haban puesto precio a su cabeza, hasta que el 12 de abril de 1923, fue nombrado gobernador militar de Cartagena. Al mes siguiente recibi el mando de la 15 Divisin, y el 6 de junio, se le desgign coman- dante general de Melilla, cesando el 21 de agosto. Durante los pocos meses que permaneci en esta plaza africana, el general tuvo que soportar una gran pasividad en el desarrollo de los asuntos de Marrue- cos, infuida por el desastre de Annual, lo que le lle- v a enfrentarse con el ministro de Estado, Santiago Alba. Tras su cese, pas a residir en San Sebastin, hasta que el 13 de septiembre de 1923, su amigo, el teniente general Miguel Primo de Rivera se pronun- ci en Barcelona, apoyado por las mismas fuerzas que poco tiempo antes haban homenajeado a Mar- tnez Anido, convirtindose en dictador. El antiguo gobernador civil de Barcelona, que estaba al tanto de la conspiracin y la apoyaba con todas sus fuerzas, fue nombrado subsecretario de la Gobernacin el 22 de septiembre de 1923. Poco despus, el 7 de di- ciembre, ascenda a teniente general, convirtindose a partir de entonces en uno de los hombres fuertes del dictador, que le nombr delegado del Directorio Militar y presidente de la Junta Central de Abastos (11-VII-1924), y vicepresidente del Consejo de Mi- nistros y ministro de la Gobernacin el 3 de diciem- bre de 1925. Durante sus aos en dicho Ministerio, Martnez Anido se ocup de cuatro grandes campos: la Ad- ministracin local y provincial, las organizaciones de izquierda, los partidos nacionalistas y la salud pbli- ca. En el primero, puso en prctica las ideas que ha- Severiano Martnez Anido (1862-1937). Militar y represor 11 Roberto Martnez Bolaos munin Nacionalista Vasca (CNV), Aberri (23-IX- 1927), y procediendo a enviar a la polica para regis- trase sus batzokis (sedes) de este partido. El resultado fue similar al de Catalua: Primo de Rivera perdi el posible apoyo de los sectores ms moderados del nacionalismo vasco, pero, a cambio, la CNV fue momentneamente desarticulada. Algo similar ocu- rri en Galicia, donde el regionalismo, dirigido por Manuel Portela Valladares, desapareci como fuer- za poltica, aunque no en su vertiente cultural. Por tanto, al igual que en su enfrentamiento con las or- ganizaciones revolucionarias, Martnez Anido logr acabar, a corto plazo, con el poder de los partidos nacionalistas. Segn su ayudante el coronel Juan Oller Piol, la preocupacin por la salud pblica fue tal vez la labor ms gratifcante para el teniente general de todas las que desarroll en este periodo. Martnez Anido tuvo especial cuidado en que se mejorara el tratamiento de la tuberculosis, preocupacin que le iba a acom- paar el resto de su vida, como luego se ver, y se preocup tambin por los invidentes, para los que cre la Organizacin Nacional de Ciegos (ONCE), el 15 de enero de 1930, que no pudo entrar todava en funcionamiento, al caer la Dictadura poco des- pus. Por estas acciones en favor de enfermos y mi- nusvlidos, el Gobierno le premi con la medalla de oro del Trabajo (28-IX-1929). Pero, a la vez que serva al dictador, Martnez Anido fue convencindose de que era preciso vol- ver a un rgimen parlamentario, superando as el carcter interino del rgimen primorriverista. Y esa postura chocaba con el hecho de que determinados sectores sociales que apoyaban a la Dictadura pen- saron en l, dada su gran cercana con Alfonso XIII, como el continuador del rgimen, tal como ha de- mostrado el historiador Julio Gil Pecharromn. Sin embargo, Martnez Anido no entr en ese juego, y en numerosas ocasiones, expuso a su amigo y presi- dente la necesidad de volver a la normalidad consti- tucional, como afrm Dmaso Berenguer. Pero no pudo lograrlo, y la Dictadura entr en una crisis de- fnitiva el 27 de enero de 1930, cuando los capitanes generales del Ejrcito se negaron a apoyar a Primo de Rivera, tal como ste les haba pedido median- te una misiva. Alfonso XIII, que consideraba que el ms relevantes del Ejrcito como los generales de brigada de Infantera Emilio Mola Vidal y Francisco Franco Bahamonde, hecho que tanto infuira en la ideologa de ambos. Por su parte, Martnez Anido estableci convenios de cooperacin anticomunista con las policas de Francia, Italia y Alemania. En este ltimo caso, el acuerdo se frm con un personaje de gran importancia histrica, el entonces capitn de navo Wilhelm Canaris, posterior jefe de la Abwe- hr, el servio de inteligencia nazi. Si con el PCE y la CNT, la poltica del general fue de dura represin, con el PSOE y su sindicato, la Unin General de Trabajadores (UGT), su actitud, como la del pro- pio Primo de Rivera, fue de plena colaboracin, lle- gando a nombrar consejero de Estado al lder de la UGT, Francisco Largo Caballero. Los partidos nacionalistas tambin sufrieron la poltica represiva de Martnez Anido. En Catalua, se produjo un caso paradjico. La Lliga haba apoya- do el golpe de Estado de Primo de Rivera, esperan- do no slo que restableciese el orden pblico sino que tambin respetase las tradiciones e institucio- nes catalanas. Sin embargo, tanto el dictador como Martnez Anido y el capitn general de la IV Regin Militar, el teniente general Emilio Barrera Luyando, respondieron a este apoyo con una campaa en con- tra del idioma cataln y otras manifestaciones cul- turales de esta regin, como el baile de la sardana, y, lo que fue ms doloroso, suprimieron la Manco- munidad, institucin que agrupaba las diputaciones provinciales de las cuatro provincias catalanas (21- III-1925). El resultado no fue slo que Primo de Ri- vera perdiera el apoyo de los regionalistas catalanes, sino que este partido se hundi, reforzndose por el contrario, las organizaciones ms nacionalistas, Acci Catalana y Estat Catal (EC), que, desde el primer momento, se haban mostrado contrarias a la Dictadura. El primero de los dos partidos se vio obligado a pasar a la clandestinidad, mientras que el segundo, dirigido por un antiguo militar, el coro- nel de Ingenieros Francisco Maci, se orient hacia la accin revolucionaria, que termin en un intento de invasin, denominado Complot de Perpignan (30-X-1926), fnalizado con un sonoro fracaso. En las provincias vascas, Martnez Anido tambin opt por la represin, cerrando el peridico del Partido Nacionalista Vasco (PNV) entonces llamado Co- Severiano Martnez Anido (1862-1937). Militar y represor 12 Roberto Martnez Bolaos ningn concepto Martnez Anido hubiera conspira- do contra los deseos de Alfonso XIII, quien, en ese momento, deseaba que Berenguer restableciese el r- gimen constitucional, suspendido desde 1923. Ade- ms, el teniente general era un hombre demasiado mayor para involucrarse en nuevas aventuras milita- res, pasando a la reserva poco despus (22-V-1930), al cumplir los sesenta y ocho aos de edad. De he- cho, y como resultado de la infuencia directa del monarca, el Gobierno de Berenguer le otorg una licencia de un ao para viajar por Francia, Italia y las repblicas americanas (19-IX-1931). Aprovechando esta licencia, Martnez Anido se traslad a Francia el 1 de enero de 1931. VI. Un largo invierno en la vida del gene- ral: la II Repblica (1931-1936) Su situacin se complic enormemente con la pro- clamacin de la II Repblica el 14 de abril de 1931, ya que como afrma el general y especialista en estos temas Miguel ngel Alonso Baquer, era la ntida encarnacin de la ojeriza del republicanismo al mi- litar que haba ejercido funciones de Orden Pblico a las rdenes de Primo de Rivera. Tal vez por eso, Martnez Anido decidi adelantarse a los aconteci- mientos y frm en Marsella una declaracin jurada, fechada el 27 de abril de ese mismo ao, cuyo conte- nido era: Don Severiano Martnez Anido, teniente general del Ejrcito en Primera Reserva y en uso de un ao de licencia en el extranjero. Prometo por mi honor servir bien y felmente a la Repblica, obede- cer sus leyes y defenderla con las armas. Esta decla- racin, que implicaba que Martnez Anido deseaba continuar en el Ejrcito, y sobre todo de evitar un proceso judicial, por su actuacin en Barcelona y su apoyo a la dictadura, fue contestado por el Gobierno Provisional, y ms concretamente por su ministro de la Guerra, Manuel Azaa y Daz, el 5 de junio de 1931, en el Diario Ofcial del Ministerio, con la Or- den n. 123, que dispona que el teniente general se presentara al ministro en el plazo mximo de cinco das para recibir rdenes. Martnez Anido aleg estar delicado de salud para poder incumplirla, y perma- neci en Francia, salvndose as de ser seguramente detenido y encausado. dictador le haba puenteado con esta accin, le pi- di la dimisin, y el dictador no tuvo ms remedio que entregrsela, aunque acompaada de una nota donde sealaba a sus posibles sucesores: los tenientes generales Barrera, Martnez Anido y Berenguer. El monarca opt por el tercero, dada la estrecha rela- cin de los dos primeros con el dictador, convirtin- dole en presidente del Consejo de Ministros al da siguiente (28 de enero de 1930). Martnez Anido, demostrando de nuevo el ca- rcter agradable y encantador del que haca gala en sus relaciones personales, colabor activamente en el traspaso de poderes, facilitando la labor a Beren- guer. De hecho, as lo reconoce este teniente general en sus memorias. Cuando su labor estuvo conclui- da, Martnez Anido procedi a dimitir (30-I-1930), siendo sustituido por otro africanista, el general de divisin Enrique Marzo Balaguer, en el Ministerio de la Gobernacin. Martnez Anido estableci su residencia (1-I-1931), aunque trasladndose conti- nuamente a Barcelona, donde corrieron rumores de que conspiraba con el jefe superior de Polica de esta ciudad, el coronel de la Guardia Civil Juan Tenorio, y con los tenientes generales Barrera, capitn general de la IV Regin Militar, y Milns del Bosch, gober- nador civil de la Ciudad Condal durante la Dictadu- ra, para establecer un nuevo rgimen autoritario. De hecho, Salvador de Madariaga escribi un artculo en Te Observer (9-III-1930), titulado Te situa- tion of Spain, donde adverta al rey Alfonso XIII de que si reproduca un nuevo golpe militar, l sera el mximo responsable, ya que los tres citados ge- nerales eran monrquicos fervorosos. Adems de sus reuniones con otros compaeros de armas, Martnez Anido se encarg de decir a Ramn Sales, jefe de los Sindicatos Libres, que contaba con todo su apoyo. No obstante, y a pesar de que los rumores pare- can afrmar que el teniente general estaba conspi- rando para establecer una nueva dictadura, el gene- ral Emilio Mola Vidal, entonces director general de Seguridad, afrm respecto a esto que el teniente general Martnez Anido hay que decirlo en honor a la verdad recomend mucho que no provocasen confictos [a Ramn Sales] al Gobierno del Conde de Xauen. Y puede decirse que el futuro director de la conspiracin de 1936 tena razn, ya que bajo Severiano Martnez Anido (1862-1937). Militar y represor 13 Roberto Martnez Bolaos el triunfo de la derecha. El Partido Republicano Ra- dical, de Alejandro Lerroux obtuvo 102 diputados, y la Confederacin de Derechas Autnomas (CEDA), liderada por Jos Mara Gil-Robles, 115. El nuevo Gobierno, presidido por el primero, promulg una Ley de Amnista, el 24 de abril de 1934, que anu- laba los cargos por los que haba sido condenado. Martnez Anido quiso volver entonces a Espaa, el 6 de julio. Sin embargo, el Gobierno Lerroux le neg la entrada. El teniente general se traslad a Behovia (Francia), en espera de un permiso que nunca lle- g. A partir de ese momento, y hasta el comienzo de la Guerra Civil, estableci su residencia en Pa- rs, aunque mostrando cada vez ms inters por los asuntos espaoles. As, segn afrma el historiador Enrique Sacanell Ruiz de Apodaca, Martnez Anido insisti ante Sanjurjo, lder moral de los enemigos de la II Repblica y su amigo desde los tiempos de las campaas marroques y la Dictadura donde am- bos haban sido activos colaboradores de Primo de Rivera, para que se pusiese al frente de una nueva sublevacin, y mantuvo una estrecha corresponden- cia con el hijo del dictador, Jos Antonio Primo de Rivera, jefe del partido fascista Falange Espaola y de las JONS (Juntas de Ofensiva Nacional Sindica- lista), tal como declar ste el 16 noviembre de 1936 durante su proceso, celebrado en Alicante, donde no dud en defnirlo como perfecto amigo de su padre y colaborador. Es ms, en diciembre de 1935, y a pesar de su negativa anterior a liderar una conspira- cin contra el rgimen republicano, los monrqui- cos alfonsinos intentaron que se pusiese al frente de su organizacin, recibiendo la misma respuesta que la vez anterior. VII. Un ltimo servicio: De caritativo pre- sidente del Patronato Nacional Antitu- berculoso a duro represor al frente del Ministerio de la Gobernacin (1936- 1938) El 17 de julio de 1936 comenz la sublevacin so- ada por Martnez Anido. Sublevacin en la que no haba tenido ninguna intervencin, aunque s estaba informado de ella. Sin embargo, no regres de ma- nera inmediata a Espaa, sino que esper a que se Poco tiempo despus, el 4 de septiembre, Azaa le dio de baja en el Ejrcito, tal como indica en sus Diarios, perdiendo grado, sueldo, pensiones, hono- res y derechos militares, por haber desobedecido la orden anterior. A continuacin, se nombr a un juez especial, el general de brigada de Infantera ngel Garca Bentez, el 15 de enero de 1932, para que iniciara un procedimiento contra l por abandono de servicio. El recurso interpuesto por el abogado Vicente Caballer Blasco, anul la sancin, ya que el ministro no poda desposeer de su grado a un mi- litar, facultad privativa de los tribunales de justicia. No obstante, el 8 de diciembre de 1932, el tribunal instaurado para juzgar las responsabilidades deriva- das de la Dictadura, le conden a veinticuatro aos de prisin por dos delitos de auxilio a la Dictadura, como ejecutor del golpe de Estado por un lado, y como ministro de Gobernacin por otro, as como a la prdida de su pensin de retiro. El confnamiento debera cumplirlo en Mahn (Menorca). No hay duda de que en esta sentencia infuy el fracasado golpe de Estado del 10 de agosto de 1932, en el que estaban involucrados un grupo de militares liderados por los tenientes generales Barrera o Jos Sanjurjo Sacanell, con los que se asociaba a Mart- nez Anido, aunque ste no parece que participase. Pero, tras su fracaso, los monrquicos alfonsinos seguidores de Alfonso XIII pusieron en marcha una organizacin conspirativa, formada por algu- nos militares que luego seran claves en el devenir de Espaa, como el teniente coronel de Estado Mayor Valentn Galarza, cuya jefatura se ofreci a Martnez Anido, que se hallaba entonces viviendo de manera clandestina en la ciudad francesa de Niza. Jos An- tonio Ansaldo, famoso piloto y miembro activo del grupo, fue comisionado para entrevistarse con el te- niente general y exponerle sus planes. Sin embargo, Martnez Anido, como indica Eugenio Vegas Lata- pi, se neg a entablar siquiera dilogo respecto a nuestras pretensiones. Deseaba pasar por completo desapercibido y disfrutar de un bien merecido des- canso, despus de tantos aos de intensa agitacin. La misma opinin manifesta el propio Ansaldo en sus memorias. Su situacin penal pareci cambiar con las elec- ciones del 19 de noviembre de 1933, que arrojaron Severiano Martnez Anido (1862-1937). Militar y represor 14 Roberto Martnez Bolaos fueron situados en zonas fronterizas Irn (Guipz- coa), Ciudad Rodrigo (Salamanca) o el Campo de Gibraltar (Cdiz) e, incluso hubo dos en alguna provincia de clara signifcacin izquierdista, como Mlaga. Con el apoyo de estos nuevos funcionarios de- pendientes directamente de l, y no de los goberna- dores civiles, el teniente general puso en marcha una muy dura poltica represiva que afect a dos sectores fundamentalmente: los partidarios del Go- bierno republicano y los nacionalistas. Los prime- ros, a los que Martnez Anido responsabilizaba de su sufrimiento durante el periodo de la II Repblica, fueron reprimidos de manera muy violenta, hasta el punto de que el embajador de Hitler, Eberhardt von Storher, se mostr horrorizado y preocupado por el sistema de terror que haba instituido el viejo tenien- te general, tal como indican los informes que envo a Berln. De hecho, y tal como declar por escrito, se sinti aliviado cuando muri Martnez Anido, ya que esperaba que se suavizar as la poltica ha- ca los republicanos detenidos. Sin embargo, otros funcionarios nazis tenan una buena opinin de l. As, el reichsfhrer de las Schutzstafel (SS), Heinrich Himmler, frm un pacto con Martnez Anido, el 31 de agosto de 1938, por el que la polica espaola y la Geheime Staatspolizei (Gestapo) polica secreta alemana podan intercambiarse prisioneros sin in- tervencin judicial. A los nacionalistas, y dado que Catalua se en- contraba en la zona gubernamental y que el PNV pact con los sublevados su salida del conficto, Martnez Anido no pudo perseguirlos en masa, pero s tuvo enfrentamientos puntuales con ellos. As fue el caso de Eugenio DOrs, antiguo militante del na- cionalismo cataln, al que el ministro de Educacin Nacional, el monrquico alfonsino Pedro Sainz Rodrguez quiso designar director de Bellas Artes. El teniente general se neg, recordando la trayectoria anterior del famoso intelectual de hecho, Martnez Anido haba querido fusilarlo o, en su defecto, ase- sinarlo en 1920, pero, al fnal, se impuso el criterio de Sainz Rodrguez, y DOrs fue designado para el cargo, aceptando el teniente general su derrota con la simpata que le caracterizaba, como indica en sus memorias el entonces ministros de Educacin Na- consolidase geogrfcamente la zona sublevada, para pasar a la misma el 22 de agosto de 1936. Pero la Junta de Defensa Nacional, mxima institucin de los sublevados, presidida por el general de divisin Miguel Cabanellas Ferrer, republicano y masn, no consider acertado, dada su trayectoria anterior, dar- le ningn encargo importante. No ocurri lo mismo con el general de divisin Francisco Franco, quien desde el 1 de octubre de 1936 se convirti en lder poltico y militar de los sublevados. El nuevo jefe del Estado (y del Gobierno) de la zona rebelde senta una gran admiracin por el veterano militar, y de- cidi nombrarle presidente del Patronato Nacional Antituberculoso (20-XII-1936). Tal nombramiento daba especiales facultades al teniente general en su lucha contra esta enfermedad, dependiendo nica- mente del mismsimo jefe del Estado. Con doce mi- llones de pesetas de presupuesto, y la experiencia de sus aos como ministro de la Gobernacin, Mart- nez Anido inici un ambicioso proyecto que inclua la asignacin de diez pesetas diarias a cada tubercu- loso para manutencin y asistencia, y la construc- cin de varios hospitales especializados, el primero de los cuales, el del Prado de la Magdalena (Vallado- lid), se inaugur el 1 de diciembre de 1937. Pero este cargo lo iba a complementar con otro destino, en el campo en el que era un gran especia- lista: por Decreto del 31 de octubre de 1937 fue nombrado jefe de Seguridad Interior, Orden Pblico e Inspeccin de Fronteras, y pocos meses despus, ministro de Orden Pblico, en el primer Gobierno del generalsimo Franco (31-I-1938). A partir de su nombramiento, Martnez Anido decidi poner en marcha la misma poltica que haba caracterizado su labor ministerial durante la dictadura primorriveris- ta. Desde Valladolid, donde se estableci la sede del departamento de Orden Pblico de la zona suble- vada, y con el apoyo del teniente coronel de Estado Mayor Jos Medina Santamara, nombrado comisa- rio general, el famante ministro, que no haba per- dido nada de su vitalidad a pesar de sus setenta y cinco aos de edad, procedi al nombramiento de los llamados delegados provinciales de Orden P- blico, en un nmero de 40, todos ellos militares 13 tenientes coroneles, 19 comandantes y 9 capi- tanes. Los puestos no se correspondan exactamen- te con las demarcaciones provinciales, pues algunos Severiano Martnez Anido (1862-1937). Militar y represor 15 Roberto Martnez Bolaos El acontecimiento que se acaba de relatar demues- tra que la situacin de Martnez Anido era insoste- nible en el Gobierno, no quedndole ms opciones que dimitir o ser cesado. Pero no ocurri ninguna de las dos cosas. En el otoo de 1938, el teniente gene- ral comenz a faltar a su despacho. Por Valladolid comenzaron a circular rumores de que se encontraba conspirando. No se trataba de eso: la causa real era la enfermedad que le iba a llevar a la muerte. Martnez Anido falleci el 24 de diciembre de 1938. Franco, olvidando los anteriores enfrenta- mientos con l, decret que se le rindieran honores de capitn general con mando en plaza. Pero, de for- ma paradjica, su funeral no fue militar, sino clara- mente fascista, donde no falt ni siquiera el ttulo de camarada para referirse al fallecido. Conclusin: Martnez Anido en la historia de Espaa El teniente general Martnez Anido constituye una de las fguras ms interesantes y controvertidas del siglo XX espaol. Y lo es porque su presencia en la historia fue producto de dos de los principales he- chos que marcan la historia de Espaa desde la ab- dicacin de Isabel II (1868) hasta el comienzo de la Guerra Civil (1936): las guerras coloniales y la con- versin del Ejrcito en guardin del orden pblico. Fueron estos factores los que convirtieron a un oscu- ro militar de guarnicin en fgura pblica de primer orden, y fue como fgura pblica donde Martnez Anido pudo desarrollar el pensamiento poltico for- jado en su hogar, por infuencia de su padre tambin militar, y en la academia militar, y que se basaba en una visin simplista de la realidad espaola, arti- culada en torno a tres ideas claves: el rgimen de la Restauracin, cuya cabeza era el rey, era sinnimo de paz y estabilidad para Espaa; sus enemigos eran rebeldes, similares a los de Cuba, Filipinas o Ma- rruecos, y el Ejrcito tena como misin mantener la Monarqua, y por tanto, acabar con esos rebeldes, fueran cuales fueran sus orgenes. As actu en Fi- lipinas, Marruecos y Barcelona, as como en Valla- dolid durante la Guerra Civil: aplicando soluciones militares para problemas polticos. El resultado de cional. El segundo enfrentamiento de este tipo lo tuvo con un conjunto de sacerdotes de la dicesis de Vitoria, que pronunciaban sus homilas en vas- cuence. El teniente general exigi al obispo Mateo Mgica (1-III-1938), que haba sido exiliado por el general Cabanellas a causa de su actitud pasiva hacia el nacionalismo vasco, que cesara esa prctica. Junto a la militarizacin del orden pblico y la represin de los elementos disidentes, el otro aspecto que caracteriz la actividad de Martnez Anido en este periodo fue, paradjicamente, su enfrentamien- to con el generalsimo Franco. El veterano teniente general, hombre de otra poca, no poda entender que el jefe de los sublevados, un militar como l, confase en un civil, Ramn Serrano Suer, para que articulase el Nuevo Estado. Para l, Franco debera limitarse a repetir, mejorndolo, el esquema de go- bierno que haba creado su querido amigo, Miguel Primo de Rivera, cuyo puntal fundamental haba sido el Ejrcito, y no un partido poltico, como Fa- lange Espaola Tradicionalista y de las JONS (FET y de las J.ON.S). Al no inclinarse por esta opcin, Martnez Anido no dud en afrmar sobre Franco: Este hombre no tiene condiciones y es un desastre, y sobre Serrano Suer que era malicioso, soberbio, absorbente, desatento hasta con sus compaeros de Gobierno. Es ms, a tal extremo lleg su enfren- tamiento con este ltimo que, en agosto de 1938, hizo un intento de dimitir, y lo que es ms grave, un colaborador suyo entreg al cnsul italiano en Va- lladolid un Informe confdencial que rpidamente fue enviado a Roma, y que contena una agria critica sobre el Gobierno, teniendo como objetivos funda- mentales Serrano Suer y FET y de las J.O.N.S., pero tambin otros ministros como el de Justicia, el carlista Toms Domnguez de Arvalo, conde de Rodezno; el de Agricultura el falangista Raimundo Fernndez Cuesta, o el de Organizacin y Accin Sindical, el tambin falangista Pedro Gonzlez Bue- no. Slo se libraban de los ataques los ministros de Asuntos Exteriores, de Defensa Nacional y de Ha- cienda, cargos desempeados por viejos amigos: el teniente general Francisco Gmez Jordana y Souza, el general de divisin Fidel Dvila Arrondo y el pol- tico alfonsino Andrs Amado. Severiano Martnez Anido (1862-1937). Militar y represor 16 Roberto Martnez Bolaos I. 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Pero ms importante es el hecho de que Martnez Anido, no constituy una excepcin dentro del Ejr- cito, sino que por el contrario fue el producto, aun- que tal vez en su expresin ms maximalista, del tipo de militar creado por Canovas del Castillo a partir de 1874, pero que adquiri verdadera conciencia de su importancia por las campaas de 1898, el inicio de la guerra de frica y de la crisis defnitiva del sis- tema de la Restauracin en 1909, y sobre todo du- rante la Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930). Seran militares de esta mentalidad los que culmina- ran su evolucin el 17 de julio de 1936, al partici- par en una sublevacin cuyo objetivo era acabar me- diante la fuerza de las armas con todos los supuestos enemigos de Espaa, estableciendo un rgimen que garantizase la paz y el orden pblico. Para la mayora de esos militares sublevados, Martnez Anido fue un modelo. Bibliografa M. ALONSO BAQUER, D. Manuel Azaa y los militares, Madrid, Actas, 1997. 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